Poesia Popular Andina
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TOMO 2 POESIA POPULAR ANDINA ECUADOR - PERU - BOLIVIA - CHILE ECUADOR: Selección y textos: ABDON UBD1A PERÚ: Introducción, seleccióny notas: MARIO RAZZETO BOUVIA: Textos: DIRECCIÓN IADAP SEDE NACIONAL • BOLIVIA CHILE: Selección y comentarios: MANUEL DANNEMANN NOTA DEL EDITOR La edición del presente documento acoge las recomendaciones y sugerencias sobre las características gráficas de diagramación vertidas por los autores y respon sables de la recopilación, selección y análisis de esta obra, en la medida que hicieron posible el logro de una unidad formal en su presentación. Agradecemos la .comprensión y colaboración ofrecida por los autores para aquellos criterios de diagramación que no fueron considerados válidos para la citada unificación. PROLOGO Los pueblos se conocen cantando. Se reconocen en sus coplas que ion lengua de su corazón, medida de su alma y camino fecundo de su genio creador.. Con el cantar popular, el guaso o el montuvio, el llanero o el "pue- ta", cuentan sus penas de amor, sus alegrías más plenas y su dolor más profundo. Su ira antt la injusticia, su picardía que alegra el hambre, y su anhelo infinito de libertad frente a un mundo que le permite vivir de ilusiones siempre matizadas con temor: "Porque miro para el cielo las estrellas tienen celos Pensarán las estrellitas que les quito los luceros" El cantor nunca olvida que su canto es para todos. No reconoce fronteras ni barreras de linaje. Donde encuentra "el ambiente", allí se queda la copla, se enraiza y difunde su lección "más principal": "Procura tú que tus cantos vayan al pueblo a parar; aunque dejen -dé-ser tuyos para ser de los demás". Y así la poesía popular, casi siempre acompañada por la música, se refleja como alta manifestación cultural y la de mayor difusión entre las expresiones artísticas del hombre. Vuela de boca en boca. Y en la fiesta o la reunión de amigos inspi• rados, salta firme y desafiante: • "Yo no soy cantqr letrado, más si me pongo a cantar no tengo cuando acabar y me envejezco cantando... " las coplas me van brotando como agua del manantial". Se suaviza, se hace dulce, se transforma en el rumor mas preciado a los oídos de la mujer pretendida y, entre burlón y gracioso, se convierte en piropo callejero: "Yo quisiera ser cartera, mi bonita, a que me lleve de la oreja". Gracia, pasión, elegancia, distinción, estilo y donaire, todo encierra la poesía popular que recorre los caminos de la sub-región andina, cuyos poetas hacen de todo una canción, y "que al fundir el corazón en el alma popular, lo que se pierde de gloria se gana de eternidad". > Y esta poesía popular que es grito, canción, testimonio y espe ranza, que a veces canta al amor y otras impreca a la suerte; que es llanto, susurro y gemido que va cantando a la vida y al mismo tiempo a la muerte; la entrega el IADAP ahora, en dos tomos, gracias adestaca dos intelectuales de los países signatarios del Convenio "Andrés Bello", para quienes, en nombre del Consejo Directivo del Instituto, la Direc- ción General consigna su reconocimiento, al igual que para la Secretaría Ejecutiva Permanente del CAB y, especialmente, para su Coordinador de asuntos culturales. Para el licenciado Alfredo Costales, impulsor de esta feliz iniciativa en la Comisión de Cultura, y para los compañeros de la Sede Central que han contribuido con su esfuerzo, un solidario abra zo que conlleva el sentir que hace presente el poeta y cantor mexicano, José de Molina, cuando dice: "Jamás un pueblo cantó » como América Latina. Le canta al enamorado, al hombre y a su trabajo, s al obrero, al campesino, al paria y al artesano. Se le ensancha la garganta cuando de cantar se trata. Le canta al surco, al telar, a la fábrica y ala mina. Le canta a la sierra andina y al Canal de Panamá". Boanerges Mideros. INTRODUCCIÓN En un ámbito histórico, cultural, político y económico muy similares, se desenvuelve el hombre latinoamericano. ¿Y cómo se expresa? Muchas veces poéticamente. La poesía constituye una de las expresiones más significativas de la literatura oral de los países andinos. Las páginas siguientes nos introducirán, no sólo a su co nocimiento y a su valoración, sino también a su rescate. El presente volumen, el tomo dos de la Poesía Popular Andina, corresponde a Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Es una integración impresa que identificará y vincu lará el pensamiento y sentimiento de los países andinos, no solo en el marco del Convenio "Andrés Bello" sino en el área hispanoamericana. Estudiosos de cada país aportan importantes consideraciones respecto a lo que es y representa la poesía popular en la vida del hombre de nuestras latitudes. En la poesía, dice Abdón Ubidia —Ecuador-, es el llanto del niño lo que reclama el arrullo, es la costumbre de los funerales indígenas la que Impone los "llo ros", es la navidad la que provoca y exige los villancicos, o ek "año viejo" sus testamentos, o la reunión negra o montubia sus décimas y amorfinos. Poesía "Recreada, comunitaria, de profunda fuerza de identificación social", como lo expresa Manuel Danneman, de Chile. La copla vinculada siempre a fiestas religiosas o profanas, a reuniones de gru po, "los cantores populares, con el acompañamiento de un guitarra, mantenían vi vo el espíritu de la canción auténticamente popular"*. Ortiz Carlos, El rescate de la Copla Popular, Revista IADAP No. 4. Poesía que vive, pero que como otras manifestaciones del arte popular, corre peligro de desaparecer si permitimos que se impongan modelos de expresión cultu ral extraños, que atentan la anhelada identidad, tan necesaria para la unión de América Latina. Con el fin de contrarrestar este proceso de despersonalización de nuestra cul tura, en un esfuerzo conjunto, con sus Sedes, el Instituto Andino de Artes Popula res del CAB edita este volumen, que con él primero, son las voces poéticas de siete países —signatarios del Convenio "Andrés Bello"—, en espera de que llegue a todos los sectores, que se lea en escuelas, colegios y universidades, en casas comunales, en talleres artesanales; la conozcan los que producen programas culturales en los me dios de comunicación colectiva y llegue a la fuente misma de quienes dan vida a esta manifestación. El IADAP con satisfacción presenta esta publicación y da así cumplimiento a los objetivos que se ha propuesto: - Preservar la identidad cultural de nuestros pueblos en el marco del patrimonio común latinoamericanos; - Afirmar de manera creciente la conciencia de la nacionalidad andina en proce so de formación, respetando los caracteres diferenciales de tipo local, pero in sistiendo al mismo tiempo en el robustecimiento de los factores de identifica ción regional, de manera que asegure una efectiva colaboración a los esfuerzos de integración andina; Promover y difundir la cultura andina, fomentando el intercambio dé conoci mientos y vivencias estéticas entre los diferentes pueblos de la sub-región. Aída Hernández ECUADOR 1 PROLOGO 1. LAS DEFINICIONES Para hablar da la poaifa popular, dábamos referirnos por fuerza a la poesía culta. Dado que « ocioso mencionar las diferencias da complejidad y refinamiento, (obvias en el sentido \ tradicional de estos términos) y que sólo nos remitirían a una relación jerárquica, al juzgarlas con un mismo patrón que haría de la una apartas la simplificación y el empobrecimiento da la o- tra, nos ocuparemos en cambio de establecer límites y rasgos diferenciales que nos permitan en tenderlas como dos espacies diferentes, relativamente autónomas, y perfectamente identifica- bles entre sí. Vamos entonces, en principio, a esquematizar. Vamos a hablar de la poesía "más culta", si cabe el término, dejando de lado, para los exclusivos fines de la descripción, las aproximacio nes populares de tos poetas Cultos (Maiakovski, Neruda, Lorca, Guillen). Veamos. En el poeta culto hay un "yo" que afirma verdades particulares, muy suyas, como si fuesen verdades universales. Y las afirma de un modo no exhaustivo. No existen expll-. caciones en sus textos. Su discurso —si podemos hablar da un discurso— es esencialmente con- notativo. Se comunica con su audiencia en base a sobrentendidos, a signos que pueden estar fuera de sus textos, no mencionados expresamente en ellos, a analogías que exigen una lectura especial, una disposición muy especial para captarlas. En ese sentido sus afirmaciones son ina pelables. No podemos someterlas a discusión. Y debemos acatarlas asi. Para Apollinaire el sol es "un cuello cortado". Para García Lorca el viento es "verde". Para Carrera Andrade su "san gre (está) llena de navios". Esto que observamos en el terreno de las imágenes, ocurre también en el de los conceptos. En todo caso, las verdades del poeta culto, fruto de sus percepciones a veces intantáneas, no pueden ser universales: ellas lo que afirman es el "yo" particular del poeta. •Un "yo" que se expresa pues en un lenguaje particular. Así, no seria exagerado decir que el lector ideal del poeta culto es él mismo. Pues sólo él puede captar —al menos en lo que respecta a la poesía culterana, simbolista, hermética, surrealista, etc.—, sin pérdida alguna de contenido, todo lo que quiso expresar con una imagen, con un juego de palabras, con una me táfora. A ese lenguaje único accedemos gracias a que la principal virtud del lector de poesía radi ca en su disposición creadora, o mejor, recreadora con respecto al texto poético. Pues dicho texto más que nada induce, sugiere. En su interior, decimos, habla el poeta de una experiencia muy suya. Y sus palabras despiertan en nosotros ecos y resonancias de experiencias muy nues tras. Porque aparte de la línea fundamental del poema hay en él zonas oscuras, vacíos que los lectores suplimos con aportes propios, con sobrentendidos sacados de nuestra propia creativi dad que ha sido, si se quiere, forzada.