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Letras Hispanas Volume 11, 2015 En este número

4 Presentación

Artículos

5 Oriental Ghosts: The Haunting Memory of Millan-Astray’s Bushido and Julian Besteiro’s Kokoro Adolfo Campoy-Cubillo

19 El Café de Nadie: aproximaciones al mito Carla Zurián de la Fuente; Claudio Palomares Salas

31 De la herencia aborigen al nuevo regionalismo geográfico: el mar de los artistas canarios Diego R. Batista

45 Las conquistas de Rodas y Jerusalén: descripción e interpretación de dos fiestas novo-hispanas Lizandro Arbolay Alfonso

61 “William Burns” de Roberto Bolaño o las llamas del sueño de la paranoia Arndt Lainck

77 Imperial Asturias: The Politics of Space in Lope de Vega’s Las famosas asturianas Javier Lorenzo

89 “Tenues límites entre la historia y las historias:” Reading Alicia Partnoy’s Textual and Visual Testimony, La Escuelita Patricia López-Gay

Entrevistas

105 Entrevista a Ambrosio Gallego Nuria Morgado

ISSN: 1548-5633 Sección Especial: On Masculities, , and Global Age

Edited by Vinodh Venkatesh

113 On Masculities, Latin America, and Global Age Vinodh Venkatesh

119 Tony Manero, Post Mortem y No: la estética de lo masculino en la trilogía de Pablo Larraín Wesley Costa de Moraes

133 ¡…es tu madre!: Pedro Infante and Melodramatic Masculinity Ben Sifuentes-Jáuregui

147 Iteraciones de Ituzaingó: cultura juvenil y masculinidad en la trilogía Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997) y 5 pal’ peso (1998) de Raúl Perrone Nicolas Poppe

157 The Ends of Masculinity in the Urban Space in Ana Clavel’s Los deseos y su sombra Vinodh Venkatesh

171 Las masculinidades en el cine de Lucía Puenzo: estrategias de desestabilización y desplazamiento de los paradigmas hegemónicos Assen Kokalov

185 NarCoMedia: Mexican Masculinities Rebecca E. Biron

Sección Especial: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and (1976-2016)

Edited by Osvaldo Cleger and Phillip Penix-Tadsen

201 Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Osvaldo Cleger

211 From the Novel to Digital Storytelling: Dialogue, Identity, and the Fictionalization of Reality Sarah Gretter

223 Estéticas digitales y cibercultura: un análisis a partir de dos casos de literatura digital en Carolina Gainza

239 Alternativas a la (ciencia) ficción en España: dos ejemplos de literatura electrónica en formato impreso Alexandra Saum-Pascual 261 La creación ciberliteraria: definición, perfil y carta de navegación para orientarse en un campo emergente Osvaldo Cleger

281 Letters, Text, and Dialogue in Contemporary Latin American Videogame Design Phillip Penix-Tadsen

299 La tuit(er)-ficción en España: dos ejemplos de literatura electronica en formato impreso Sarah Lowman and Luis Correa Díaz

315 La plataforma digital entre los narradores y el público. Proyecto Ya te conté y su rol en la narrativa rioplatense contemporánea Marcos Wasem

325 “Entre Mundos/Between Worlds:” Digital Stories of Salvadoran Transnational Migration Ana Patricia Rodríguez

337 Afterword: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Hilda Chacón

Reseñas

345 Contra las Musas de la Ira. El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura, de Jesús G. Maestro David W. Bird

347 The Adulteress on the Spanish Stage: Gender and Modernity in 19th Century Romantic Drama, de Tracie Amend Emily Joy Clark

349 Literatura y comercio en España: las tiendas (1868-1952), de Salvador A. Oropesa Márquez Susan Larson

351 José Isaacson y la poética del encuentro, de Marina Martín Stephanie N. Saunders

353 Creole Renegades: Rhetoric of Betrayal and Guilt in the Caribbean Diaspora, de Bénédicte Boisseron Richard Watts

355 Friendship in the Medieval Iberia: Historical, Legal and Literary Perspectives, de Antonella Liuzzo Scorpo David Navarro Presentación Tras más de un año de trabajo queda a disposición del lector el volumen 11 de Letras Hispanas (LH), correspondiente a 2015 y el cuarto desde que la revista llegara a State University. Hasta la fecha se habían publicado tres volúmenes, cada uno de ellos dividido en dos números con una periodicidad semestral. Por este motivo quizá haya habido quien se extrañara de que el número perteneciente a Spring 2015 no quedara cerrado el pasado junio. La razón no ha sido que los directores hayamos desatendido nuestras obligaciones con la revista, o que se nos echara el tiempo encima—algo relativamente frecuente en este tipo de publicacio- nes. El motivo de que el volumen 11 de LH abarque todo un año se debe a otras razones, las cuales explicamos a continuación. Tras el cambio en la dirección de LH, allá por 2011, el principal objetivo que nos marcamos era aportar la estabilidad necesaria para que la publicación siguiera funcionando como hasta entonces. A comienzos de 2015, casi cuatro años después, pensamos que había llegado el momento de ofrecer tanto a los lectores como a los autores interesados en colaborar con nosotros un contenido más ambicioso. Así pues, además de los artículos, las reseñas y la ocasional entrevista, a partir de este volumen—y siempre que nos lleguen propuestas que cumplan con los criterios de calidad que LH ha venido buscando hasta ahora—se inclu- irán secciones especiales de cuya coordinación se encargarán editores invitados. Este cambio, no obstante, traía consigo un inconveniente: el trabajo que conlleva preparar estas secciones especiales se asemeja al de la publicación de un número. Así pues, y teniendo en cuenta que los recursos de los que disponemos son limitados—al igual que el tiempo que podemos destinar a la revista—decidimos que la mejor opción era publicar un volumen por año, pero más completo. En este volumen, por tanto, se incluyen siete artículos: Javier Lorenzo explora el uso político del espacio en Las famosas asturianas, drama de Lope de Vega publicado en 1623; Lizandro Arbolay Alfonso examina las relaciones intertextuales entre La historia de los indios de la Nueva España, de Bartolomé de las Casas, y La historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, con las descripciones de la conquista de Rodas y Jerusalén; Adolfo Campoy-Cubillo analiza las traducciones de obras japonesas realiza- das por José Millán Astray y Julián Besteiro; Diego R. Batista presenta un estudio sobre la presencia del abori- gen en la obra de los escritores canarios, el mar y la identidad de las islas; Carla Zurián de la Fuente y Claudio Palomares revisan la historia del Café Europa y el Café de Nadie dentro del movimiento es- tridentista; Patricia López Gay analiza la validez de la función testimonial del texto literario en Las escuelita. Relatos testimoniales, de Alicia Partnoy; y Arndt Lainck profundiza en el cuento “William Burns,” de Roberto Bolaños, en base a los paradigmas del sueño y la paranoia. A continuación se incluye la entrevista de Nuria Morgado al poeta español Ambrosio Gallego, seguida por dos secciones especiales: On masculinities, Latin America, and the Global Age—editada por Vinodh Ven- katesh—, en la cual se examina la construcción de la masculinidad latinoamericana en la era global; y Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016)—editada por Osvaldo Cleger y Phillip Penix- Tadsen— donde desde una perspectiva multidisciplinar se ilustran y analizan diversos acercamientos a la narrativa digital. Por último, este volumen incluye reseñas. Los directores de Letras Hispanas agradecemos la colaboración de autores, editores de las secciones especiales y reseñadores así como de todas las personas que han trabajado para que este volumen haya sido posible: Chelsea Ayers (editora), Susan Divine, Roberto Mendoza y David W. Bird (editores de producción), Jorge González del Pozo (editor de reseñas), y al comité editorial. Damos las gracias también a los evaluadores de los ensayos, sin cuya desinteresada e invisible ayuda sería imposible que esta publicación pudiera reali- zarse, y, por supuesto, a los lectores. Por último, invitamos a todo aquel que esté interesado en publicar sus trabajos en LH a que nos mande su propuesta (artículos, secciones especiales o reseñas).

Agustín Cuadrado y Sergio M. Martínez diciembre de 2015 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: Oriental Ghosts: The Haunting Memory of Millan-Astray’s Bushido and Julian Besteiro’s Kokoro Author: Adolfo Campoy-Cubillo Affiliation: Oakland University; Department of Modern Languages; O’Dowd 214; 2200 N. Squirrel Rd.; Rochester, MI 48309 Abstract: This article analyzes Millán-Astray’s translation of Inazo Nitobe’sBushido , and Ju- lián Besteiro’s translation of Kokoro: Hints and Echoes of Japanese Inner Life as paradigmatic examples of conservative and liberal Japonismo to explore the ambivalent relation of liber- als and conservatives with evolving notions of democratic government. I argue that, rather than two clearly differentiated forms of Spanish Japonismo (one conservative/imperialist and the other liberal/regeneracionista), Japonismo was symptomatic of a deeper unease with the repeated attempts to articulate a Spanish liberal state that informed the actions of both liberals and conservatives. Keywords: Japonismo, Orientalism, Regeneracionismo, Liberal Democracy, Volkgeist, Demos, Proletariat, Bushido, Kokoro: Hints and Echoes of Japanese Inner Life, Inazo Nitobe, José Millán-Astray, Julián Besteiro, Lafcadio Hearn Resumen: Este artículo analiza la traducción de la obra de Inazo Nitobe Bushido llevada a cabo por José Millán Astray así como la traducción de la obra de Lafcadio Hearn Kokoro: Hints and Echoes of Japanese Inner Life como ejemplos paradigmáticos de japonismo liberal y conservador. El objetivo del artículo es estudiar la ambivalente relación de liberales y con- servadores con la noción del espíritu del pueblo en sus tres articulaciones: volkgeist, demos y proletariado. Considero que, más que dos formas claramente diferenciadas de japonismo (conservador/imperialista frente a liberal/regeneracionista), el japonismo era un discurso sintomático del profundo malestar liberal y conservador con los distintos intentos de arti- cular un estado liberal español. Palabras clave: japonismo, orientalismo, regeneracionismo, democracia liberal, volkgeist, de- mos, proletariado, Bushido, Kokoro: Hints and Echoes of Japanese Inner Life, Inazo Nitobe, José Millán-Astray, Julián Besteiro, Lafcadio Hearn. Date Received: 10/1/2014 Date Published: 6/12/2015 Biography: Adolfo Campoy-Cubillo is an assistant professor of Spanish at Oakland University. His work focuses on the colonization of Morocco by Spain and the cultural production of the Moroccan migrant community in present day Spain. Some of his most recent work includes Memories of the Maghreb: Transnational Identities in Spanish Cultural Production (Palgrave 2012), “Representation and its Discontents: Maghrebian Voices and Iberian Di- versity (Transmodernity 2013), and an annotated edition of Ramón J. Sender’s Imán (Stock- cero 2014). E-mail: [email protected]

ISSN: 1548-5633 6 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Orientalist Ghosts: The Haunting Memory of Millán-Astray’s Bushido and Julián Besteiro’s Kokoro. Adolfo Campoy-Cubillo, Oakland University

In 1941, only two years after the end of of Japanese Inner Life. Bushido, an account the Spanish Civil War, José Millán-Astray, at of the Samurai moral system written in Eng- that time no longer the director of the Fran- lish for an American audience, and Kokoro, coist propaganda services, and exiled in Lis- a series of articles on Japanese culture also bon on account of his scandalous relation- written in English for a Western audience, ship with Rita Gasset, niece of the Spanish are key texts in the orientalist tradition that philosopher José Ortega y Gasset, published informed Western images of Japan during at a translation of Inazo Nitobe’s 1899 Bushido: the turn of the Twentieth century. The trans- The Soul of Japan. The publication of the lations of these two texts into Spanish provide translation coincided with a turn in Spanish- valuable insight into how this cosmopolitan Japanese relations as the Francoist regime Japonism was received in Spain. I argue that, tried to distance itself from the Nippon em- rather than two clearly differentiated forms of pire. The founder of the Spanish Foreign Le- Spanish Japonismo (one conservative/impe- gion had increasingly become a liability for rialist and the other liberal/regeneracionista), the nascent Francoist regime, and his belated what we find is a much foggier, orientalist dis- Japonist fascination with Nitobe’s Bushido course that ends up subverting the supposed- would be one more indication that the man ly liberal spirit of the Japonismo articulated by that the Francoists had vindicated as a hero the regeneracionistas. I will begin my analysis was quickly becoming a reminder of every- with Millán-Astray’s 1941 translation of In- thing they wanted to forget. Although most azo Nitobe’s Bushido and then work my way critics (Rodriguez-Navarro, Rodao, Preston) in reverse chronological order to the turn of agree that Millán-Astray’s purpose in publish- the century liberal Japonismo of which Julián ing this translation was merely to associate Besteiro was a crucial representative. the image of the Spanish Foreign Legion with The ambivalent rhetoric of Japonismo that of the successful Japanese empire that was informed by the equally ambivalent re- Nitobe’s Bushido came to represent, I contend lation of modernismo with modernity. Cali- that a re-contextualization of Millán-Astray’s nescu argues that the positivist paradigm on translation is needed in order to understand which modernity was predicated led to the the evolving political significance that Spain’s dissociation of social and aesthetic moder- fascination with Japan had between the late nity during the Nineteenth century (41). As 1800s and the first half of the XXth century. Cathy Login Jrade explains, the aestheticism In attempting to historicize Millán-Astray’s that characterizes modernismo has traditio- Japonismo, this article compares the ideo- nally been interpreted as a frivolous form logical context of his translation of Bushido of escapism from political engagement, but with that of Julián Besteiro’s translation of “readers and critics alike tended to overlook Lafcadio Hearn’s Kokoro: Hints and Echoes modernismo’s confrontation with modernity Adolfo Campoy-Cubillo 7 and the political and epistemological respon- disdain for societies weakest members could se that it provoked” (138). Japonism was one easily be translated into a justification of the of the many ways in which artists expressed colonization of weak nations by stronger ones their resistance to what they perceived as a (323). Spencer’s Social Darwinism, however, dehumanized and dehumanizing form of was not a modern rearticulation of Hobbes modernity and promoted a return to a “visión political philosophy, but rather its opposite. If estética de la vida” as Jose Ramón Mélida, a Hobbes believed that men accepted the social regeneracionista historian and archeologist, contract to escape from the gruesome com- explained in 1890 (quoted in Litvak 113). petition among individuals, Spencer believed The modernist aestheticism that Japo- that competition for survival was precisely nismo represents, accordingly, was initially in- what helped to improve society. Progress, tended to reveal hidden truths about society’s according to Spencer, promoted not only the problems rather than hide them. Resistance survival of those that were biologically fit- to modernity, however, could be motivated by test, but also ethically fittest: a more evolved different political agendas; for social conser- man should also be morally superior. It was vatives like Millán-Astray, modernity threate- this aspect of Spencer’s Evolutionary Ethics ned the traditional social order. For those on that attracted many on the left. As Robert Ri- the moderate left like Besteiro, modernity had chards explains, turn of the century marxists brought about inhumane working conditions like Enrico Ferri, Eduard Bernstein, August for millions of workers and should be redi- Bebel, and Rudolf Virchow believed that bio- rected to create a better society. The critique logical evolution had socialism as a natural of modernity implicit in Japonismo clearly ap- consequence (267). pealed to both of them. Millán-Astray’s and I will begin my analysis of the ideologi- Besteiro’s orientalism pursued different goals, cal context that informed each of their ideo- but the philosophical context in which both syncratic forms of Japonismo by describing forms of Japonismo appeared did not demar- the general purpose of Inazo Nitobe’s Bush- cate as clear a division between both of them ido and the significance of Millán-Astray’s as we now may be inclined to think. Herbert translation in the early years of the Francoist Spencer’s concepts of Evolutionary Ethics, regime. Bushido: the Soul of Japan: An Expo- what came to be known as Social Darwinism, sition of Japanese Thought was Inazo Nitobe’s was a major influence in the work of Nitobe attempt to introduce Japanese culture to a and a clear referent for Hearn. Spencer ar- Western audience. The book was first pub- gued that social progress follows the same lished in English in the in 1899. law as biological evolution: the survival of Nitobe took great care to present his own un- the fittest is the natural selection process by derstanding of Bushido (literally, the way of which societies constantly improve them- the Samurai) as an Oriental version of West- selves. Despite the fact that Spencer did not ern Chivalry, and to adapt most cultural con- approve of colonialism, which he considered cepts associated with it to a Western sensitiv- an unwarranted intromission of a state in the ity. His account of the Samurai code of honor natural evolution of other states, it is easy to included a quite extensive discussion of the see how the notion of social darwinism could moral values, institutions, and relevance of attract those like Millán-Astray that conside- Bushido in contemporary Japan. red imperial expansion as the logical result Nitobe’s description of the Samurai be- of the survival of the fittest nations. Spencer’s lief system was wildly popular with liberal belief that “under the natural order of things, and conservative audiences alike throughout society is constantly excreting its unhealthy, the United States, and Europe. In Spain, the imbecile, slow, vacillating, faithless members” example of modern Japan was often pointed aimed to describe the organic evolution of so- out as living proof that old empires could suc- ciety within its national borders, but the same cessfully adapt to the new times and regain 8 Letras Hispanas Volume 11, 2015 their position in the international communi- or alter those elements in Bushido that would ty. Millán-Astray indicated in the prologue to contradict Francoist dogmas. Millán-Astray’s his translation that the Bushido had been his translation, as could be expected, was not an main source of inspiration for the design of objective transliteration of the original Eng- the Spanish Foreign Legion, a military force lish text into Spanish, but a carefully edited deeply connected to Spain’s efforts to preserve version of the original text. Among the many its imperial status by pursuing the coloniza- examples of Millán-Astray’s adaptation /mis- tion of North Africa (9). Japan and the Bushi- interpretation of the original are his treatment do, according to Millán-Astray’s words, could of concepts such as Seppuku and what Nito- function as a reminder of Spain’s imperial es- be describes as Samurai disdain for bookish sence. It is certainly tempting to take Millán- learning. The Japanese concept of death with Astray’s ahistorical narrative as an example of honor, Seppuku, on which Millán-Astray an orientalist appropriation of Nitobe’s work claimed to have based the Spanish Legion- in the benefit of the Francoist cause; I would naire’s mysticism of death in combat, is cer- argue, however, that appropriation may not tainly taken out of context. Nitobe reminds be the best term to describe Millán-Astray’s us throughout Bushido that “[c]ourage was fascination with Nitobe’s work. Like any other scarcely deemed worthy to be counted among orientalist text, Bushido describes Japan from virtues, unless it was exercised in the cause of a Eurocentric perspective, but the Eurocen- Righteousness” (29). Hence, the legionnaire’s trism that can be detected in Bushido is not “espiritu de acudir al fuego” that encouraged one that Millán-Astray imposed on the text, soldiers to always seek death in combat could but one that was already present in Nitobe’s hardly be equated to Seppuku. Similarly, Ni- work. tobe’s comment that “[a] typical samurai calls Nitobe’s Bushido was, first of all, part a literary savant a book-smelling sot” must of a large propaganda campaign to find sup- have resonated with both Millán-Astray and porters for the Japanese empire in the West. the Falangists since both of them praised irra- His portrayal of the Samurai code of honor, tionalism as summarized by Millán-Astray’s and his own public persona as a Japanese infamous words to Unamuno: “Muera la in- citizen that had converted to Quakerism and teligencia” (Bushido 17). Nitobe, however, married an American invited ideological ap- was not arguing against intellectual labor, but propriation rather than demand orthodox arguing that the Samurai must not only study exegesis of the Japanese canon. Furthermore, Confucian classics, but show proof of the as- throughout Bushido, Nitobe emphasized the similation of this intellectual knowledge in similarities between the Japanese moral code his character. Rodríguez-Navarro mentions and Western tradition as this passage from other significant changes in Millán-Astray’s Nitobe’s work indicates: “It is indeed striking translation such as the deletion of any his- how closely the code of knightly honor of one torical references to Spanish military defeats, country coincides with that of others; in other marxism, or masonic practices, as well as the words, how the much abused oriental ideas of depiction of Bushido as a primitive form of morals find their counterparts in the noblest Christianity (229). maxims of European literature” (23). Important as these changes are in the As Rodriguez-Navarro indicates, both general message of Bushido, to present Mil- Nitobe’s original English version of Bushido lán-Astray’s translation as a blatant disfigura- and Millán-Astray’s translation must be un- tion of the original would be exaggerated. The derstood within the context of the Eurocen- fact that the first edition of Millán-Astray’s tric, orientalist tradition (119). Nitobe adapt- translation was financed by the Japanese ed the Samurai code to the sensibility of the government, as Rodao mentions, suggests West, and Millán-Astray made sure to censor that rather than an appropriation of Nitobe’s Adolfo Campoy-Cubillo 9 work, Millán-Astray’s translation was a suit- facto control over it. The assumption that the able vehicle to disseminate a positive image Philippines would gladly return to Spanish of the Japanese empire (123). On the other rule, or consent on any form of Spanish con- hand, Millán-Astray hoped to regain his pop- trol of its affairs may sound counterintuitive, ularity with the regime by associating himself particularly if we consider that when Japan and the Spanish Legion with the, up to that did eventually invade the Philippines in 1941, moment, highly popular image of an ideal- Spain, rather than abandoning hope of recov- ized, chivalric Japan. ering its old colony, temporarily entertained Rather than elaborating any further on the idea that not only the Filipino people but the fidelity of Millán-Astray’s translation to also the Japanese would welcome Spanish Nitobe’s orientalist original, I will concentrate rule on the archipelago. The rationale for the on describing the cultural context that made seemingly delusional expectations that char- Bushido popular among liberal and conserva- acterized Spanish post-imperial, colonialist tive Spanish readers alike before discussing discourse can partly be found in Spain’s tacit the ways in which Besteiro’s Japonismo and collaboration with Japan and the other mem- his interest in Lafcadio Hearn’s Kokoro dif- bers of the Axis at the beginning of World fered from that of Millán-Astray. War II. Spain was expecting a payback from In the case of the turn of the turn of Japan in exchange for its continued support. the century Japonismo that informs Millán- Such expectations, however, were, to a certain Astray’s Bushido, the fascination with Japan extent, naive since neither the Philippines nor was not only an exponent of the oriental- Japan had expressed any desire to act against ist allure of a remote and exotic land, but a their own interests; but they seemed attain- highly idiosyncratic calculation of Spain’s able within the idiosyncratic logic of Spanish chances to preserve its empire in Southeast colonialist rhetoric. Asia. As Rodao explains, Japan was perceived Unlike the colonialist discourse devel- by Spain as both an example to emulate and oped by other European powers from the a very real threat to its possessions in that re- XVIIIth century on, Spain did not articulate gion. The rapid expansion of Japan after the its colonialist ideology around notions of ra- Sino-Japanese war had made the Spanish cial, cultural or strictly military superiority colonial government in Manila fear a pos- but around the notion of cultural and emo- sible alliance between the Filipinos and the tional proximity with the colonized. Gustau Japanese that could have resulted in the take Nerín, following the Portuguese colonial over of the colony (Rodao 57). The Japanese model, has called this notion of colonial fra- attack to the Spanish colony, however, never ternity Hispanotropicalism: the idea that the materialized, and Spain ended up losing the allegiance of the colonized to the metropolis Philippines to the United States. Despite the is a sentimental bond, a notion that as Mar- loss of sovereignty over the archipelago, the tin-Márquez tells us became articulated well commercial interests of the Spanish com- before the advent of the Francoist regime, munity in the Philippines were not greatly during the Nineteenth century (Guinea 11; affected by the American occupation. Spain Disorientations 73). In the mind of the Span- was in no position to engage once more in ish colonizer, the colonized Filipino people war with the United States to try to recover could not help but to return to a fraternal re- its ex-colony, and it opted for waiting patient- lation with the Spanish metropolis once the ly for the return of the Philippines to inde- yoke of unfraternal colonization by the Unit- pendence, which had been set for 1945. The ed States had been lifted. Interestingly, Span- Spanish government believed that once the ish colonialist discourse did not measure the United States left the archipelago, the strong allegiance of its colonies in terms of the geo- economic and cultural presence of Spain in political factors that allowed for the subjuga- its ex-colony would suffice to reinstate its de tion of the colony, but in terms of the strength 10 Letras Hispanas Volume 11, 2015 of its sentimental attachment to the colonizer. hermanos. Ofrecerles cuanto tenía- In his unpublished memoirs, Millán-Astray mos: la plata de las Indias y la renta compares the deeply felt Hispanidad of the de España misma si fuera preciso. A Filipino people with the subversive detach- eso no ha llegado, ni llegarán, Estados Unidos, a pesar de su generoso inten- ment of the Moroccans: to hacia Rizal y Filipinas. (13) [The Filipino people’s] nobleza tuvo muchas ocasiones de comprobarse en Notice how Giménez-Caballero’s deliri- la conducta generosa que siguieron ous logic simultaneously presents the frater- con los prisioneros españoles, respe- nal love of Hispanidad (in as much as this, tando sus vidas, y algunos fueron tan and not military or economic might, is what humanitariamente tratados que al is lacking in Spanish colonial rule) as the recobrar la libertad demostraron su cause for the loss of the Philippines and the gratitud casándose con las hijas de sus foundation for its potential return to Spain. guardianes. The Filipino people, Giménez Caballero sug- Comparada esta conducta de los fili- pinos con la vengativa de los moros, gests, may not be under Spanish rule, but they que más tarde habríamos de conocer, are Spanish in spirit. Spain should be able to resalta, en los filipinos, la generosi- recover its colonies, if it can reconnect with dad con el enemigo; en los moros, el the fraternal spirit that led its previous impe- más horrible encarnizamiento; en los rial expansion. tagalos, la falta absoluta de las artes The sentimental logic of Hispanotropi- de la guerra; en los africanos, la más calist discourse was stretched both ways. It perfecta maestría. Los filipinos serán was used to emphasize the sentimental bond siempre españoles en sus corazones; of Spanish colonies to the metropolis, but los moros africanos no lo serán jamás. (quoted in Togores 57-58) it was also used to establish an aspirational bond between Spain and other powerful na- It is important to remember that both tions of the time by emphasizing a shared the Hispanotropicalist discourse and the no- spirit rather than a common geopolitical situ- tion of Hispanidad that it entails do not come ation. In the case of Asia, as I have mentioned into being until the Spanish empire has pretty before, Spain compared itself to Japan, an old, much disappeared. The early articulation traditionalist empire that had managed to of the term by Miguel de Unamuno (1927) regain its position in the new world order, a and its re-articulation by Ramiro de Maeztu resurgence that Spain aspired to emulate. Ef- (1938) are a nostalgic attempt to compensate forts to establish a parallelism between Spain for the absence of an empire by invoking a hy- and Japan can be traced back to the begin- pothetical community of sentiment while dis- ning of the XXth century, but, once more, the guising, if not hiding altogether, Spain’s pro- exalted prose of Giménez Caballero is one of longed decadence. Not surprisingly, Ernesto the best examples of this aspect of Spanish Giménez-Caballero’s essay Rizal, portrays the colonialist discourse. In an essay published loss of the Philippines to the United States not in the Falangist journal Arriba in 1941, Gi- as a result of the deterioration of the Span- ménez Caballero establishes a parallelism be- ish military power, or the bankruptcy of the tween Spanish and Japanese exceptionalism Spanish state, but as the result of Spain’s fail- in the following terms: ure to abide by the (Hispanotropicalist) spirit of Philip II’s mandate which Giménez Cabal- Japón y España [son] ‘genios entre lero describes as follows: Oriente y Occidente.’ Japón tiene lo suficiente de Oriental para entender Nada de conquista ni de violencia. el alma del chino: pero también posee Sólo paz y caridad. Tratarles como la suficiente dosis de espíritu ario para Adolfo Campoy-Cubillo 11

colonizar esa raza de color. De la mis- Associating the Spanish Foreign Legion to ma manera que España con los con- the Japanese spirit represented in Bushido tactos milenarios con el Oriente ha was a good way to signal not only that Spain sido capaz de comprender el corazón could recuperate its imperial vigor, but that it de berberíscos y de indios america- was precisely Franco’s militarized version of nos. Y a la par: ha sido lo genialmente europea para alcanzar un vasto domi- an authoritarian state that was best prepared nio sobre las gentes de color a través to accomplish this goal. I am not arguing that de los siglos y por mares nunca nave- Millán-Astray translation of Bushido was gados. (quoted in Rodao 130) a key piece of Serrano-Suñer’s geopolitical strategy of Hispano-Japanese fraternity, but Once more, Giménez Caballero invokes rather that Millán-Astray intended to associ- the exceptionality of the spirit of these hybrid ate himself with the orientalist sentiment that peoples (the Spanish and the Japanese) as the informed it. The position of the Francoist re- force that drives past and present imperial en- gime, as I explain next, shifted radically coin- deavors for both countries. We can easily rec- ciding with the publication of Millán-Astray’s ognize in Giménez-Caballero’s praise of this translation of Bushido. Millán-Astray’s Bushi- exceptional spirit a Fascist rearticulation of do was a late comer to the Japonist ehtusiasm the volkgeist as a tool of imperial expansion. that had characterized early Francoism. Needless to say that the exalted Japonis- Later that year, when Japan refrained mo that informs Giménez-Caballero’s article from helping Germany in its attack against is deeply informed by the political juncture of the Soviet Union, it became obvious that the the first half of 1941 when the possibility that Nippon empire did not think that its interests Japan may hand over the Philippines to Spain were aligned with those of the Axis. The So- had not vanished yet. An important sector of viet Japanese Neutrality Pact was signed in the Francoist regime had bet on this possibil- April 1941. When Germany began the inva- ity. In fact, Serrano-Suñer, minister of foreign sion of the Soviet Union in June of that year, affairs and leader of the Falange after the series Japan decided to honor the pact and refrain of internal purges that the party underwent from supporting the Germans. The timing of between 1936 and 1939, staked his political the publication of Millán-Astray’s translation, career on the idea that the Japanese would July 19 of 1941, could not have been more un- eventually reward Spain for its close collabo- fortunate. The book came out as the Francoist ration with the Nippon empire. The defense regime began to distance itself from Japan. of the supposedly advantageous collaboration The promise of a Spanish return to the with Japan using an extreme version of His- Philippines vanished and with it the political panotropicalist rhetoric that emphasized His- career of Serrano-Suñer, and, consequently, pano-Japanese fraternity was consistent with the influence of the Falange in the Francoist Serrano-Suñer’s plan to increase Spain’s influ- regime (Rodao 231). The fascination with ev- ence abroad (particularly in Latin America) erything Japanese that is present in the writ- by means of the ardent defense of the notion ings of Giménez-Caballero, Serrano-Suñer’s of Hispanidad. In defending the Hispanidad open collaboration with Japan, and ultimately of both Japan and the Philippines, Giménez- Millán-Astray’s renewed interest in Bushido Caballero, an intermittent member of the must be understood in the context of the po- Falange, was merely providing the necessary litical juncture of 1941, but I would argue that language to implement Serrano-Suñer’s plan they should not be considered as an isolated of proto-imperialist expansion through cul- episode. The fascination with Japan persisted tural propaganda. Millán-Astray’s translation years after the Francoist regime distanced was another piece of this puzzle of strategic itself from Japan and began maneuvering alliances and delusional, imperialist dreams. to align itself with the allies. Millán-Astray’s 12 Letras Hispanas Volume 11, 2015 translation of Bushido was published for the His zeal in revealing the original source of second time in 1943, ironically the same year his translation should surprise us since this that the Francoist regime began distancing is not an academic translation, and revealing itself from the Axis and courting the Allies, that he is translating Nitobe’s work indirectly and as late as 1948, Admiral Carrero-Blanco from a translation diminishes the image that remembered the patriotic volkgeist of the Jap- Millán-Astray wanted to portray of himself anese in unequivocally admiring terms. In La as the Spanish personification of the Samurai guerra aeronaval, Carrero-Blanco comments: code of honor. If we trust Millán-Astray’s assertion El sintoísmo es en el fondo la religión that he had already read Bushido in 1911, we de la patria del japonés. No tienen are left to ponder why he insists in telling us apego a la vida porque creen que, si that his Spanish translation followed Charles la pierden, pasan a ser nada menos Jacob’s translation from the French (a fact que parte de la divinidad. (quoted in Rodao 66) that has been verified by Rodriguez-Navarro’s analysis of the translation). Jacob’s translation The persistence of this belated Japonis- was not published until 1927, sixteen years af- mo can be interpreted as the inadvertent ter Millán-Astray’s stay in Toledo, and seven lapsus linguae of a regime that tried desper- years after the Spanish Foreign Legion was ately to re-articulate its position as the Axis founded. It seems obvious that Millán-Astray stalled and the Allies began to gain momen- must have read a different edition of Bushido tum during the second part of World War II. before getting a hold of Jacob’s translation, One could also argue that the sporadic reap- most likely Jiménez de la Espada’s 1909 trans- pearance of Francoist Japonismo was charac- lation. teristic of a regime that more often than not We could argue that mentioning the cultivated a rhetoric of deliberate ambiva- existence of an earlier Spanish translation of lence. As I have argued before, however, the Bushido could have also diminished Millán- haunting image of Japonismo cannot be easily Astray’s image, and that of the Spanish Le- exorcised as just a mere propaganda tool of gion, as the personification of the imperialist the regime’s imperialist agenda. I will now try drive that Japan represented. But, although to trace back the sources of Millán-Astray’s the Spanish public at large may have been Japonismo in an attempt to make visible the unaware of Jiménez de la Espada’s transla- blurry line that often separated Francoist Ja- tion of Bushido, they could not have possibly ponismo from its liberal counterpart. Millán- been unaware of the multiple manifestations Astray’s brief introduction to his translation of turn of the century Spanish Japonismo in of Bushido can be extremely revelatory in literature, art, and in most of the increasingly this regard. In the prologue to his translation, popular magazines that were published dur- Millán-Astray makes sure to explain to the ing this period. By silencing the existence of reader: “Traduzco el Bushido limitándome a Jiménez Espada’s translation, Millán-Astray poner en castellano la edición francesa.” (9) seems to imply that earlier translations had A couple of paragraphs later, Millán-Astray misrepresented the spirit of Nitobe’s text, or, informs us that: at the very least, that his belated Japonismo should not be associated with turn of the century Spanish liberal Japonismo. Millán- En el Bushido inspiré gran parte de mis enseñanzas morales a los cadetes Astray’s acknowledgment of the French de infantería en el Alcázar de Toledo source of his translation acts as a form of […] en los años de 1911-1912. Y tam- ghostly abjection. bién en el Bushido apoyé el credo de Jiménez de la Espada’s translation of la Legión. (9) Bushido was certainly more faithful to the Adolfo Campoy-Cubillo 13 original text than Millán-Astray’s. As Rodri- Hearn’s wildly popular Kokoro: Hints and guez-Navarro tells us, unlike the 1941 Span- Echoes of Japanese Inner Life (1895). Unlike ish translation, Jiménez de la Espada’s did Nitobe’s description of the Samurai as Japa- not censor Nitobe’s references to masonic nese versions of Christian knights, Hearn’s practices, marxism, or Spanish military de- account of Japan is critical with the cultural feats (172). Jiménez de la Espada, like Millán- colonization of the Nippon empire by the Astray would later do in his own introduction, West. Hearn presents the Japanase as a man did, however, express his disappointment that after exploring the ways of the West de- with the fact that Nitobe had made no men- cides to return to his own Japanese traditions, tion to the Spanish chivalric tradition when which he deems to be superior (Hearn 132- comparing Japanese and European cultures. 59). We can see in this emphasis on highlighting Hearn’s critique of Western culture and the similarities between the Spanish knights praise of Japanese culture must have reso- and the Japanese Samurai, an early formula- nated with the Spanish left which Besteiro, tion of the imperialist discourse that Gimé- president of the Spanish Socialist party, rep- nez-Caballero would later take to an extreme. resented. In a delightful passage in which Other than these minor aspects, there is little Hearn criticizes Western attachment to mate- difference in their interpretation of Nitobe’s rial possessions describing European leather original. I would contend that Millán-Astray’s shoes as the Western equivalent to foot-bind- effort to distance his translation from Jimé- ing, we read: nez de la Espada’s was not motivated by a dis- agreement with the latter’s interpretation of Now, with us, the common worker is Nitobe’s work, but rather an effort to distance incomparably less free than the com- his translation from the ideological context in mon worker in Japan […]. In brief, then, he is less free because the com- which Jiménez de la Espada’s translation was mon nature of his civilization numbs produced. his natural power to live without ma- Jiménez de la Espada, like many of the chinery or large capital. (28) leading Spanish liberal intellectuals that were seduced in the 1900s by the orientalist aes- If Millán-Astray’s Japonismo expressed a deep thetics of Japonismo, saw in Japan the example belief in the survival of the fittest nations, to follow for a much needed regeneration of Besteiro’s Japonismo emphasized Spencerian Spain. Ramón y Cajal had praised the mod- Evolutionary ethics. For Millán-Astray only ernization of Japan in the acceptance speech the strongest nations could lead and survive, he read on the occasion of his induction into for Besteiro ethical behavior was something the Spanish Academy of Sciences, and, Fran- that humankind could only aspire to in as cisco Giner de los Rios had expressed his ad- much as it perfected itself by becoming self- miration for the Japanese spirit and devotion less. Despite the evident differences between to education in his “La educación moral en el the Nitobe’s and Hearn’s work, I want to em- Japón.” But if the regeneration advocated by phasize that conservatives and liberal intel- Millán-Astray implied a return to an impe- lectuals based their image of Japan on the rial project, the regeneration that the Span- same orientalist texts. As Geoffrey Searle ob- ish liberals associated with the image of Japan serves, Lord Rosebery, Robert Baden-Powell, defended, at least in principle, the modern- and H.G. Wells saw in Nitobe’s Bushido an ization of Spain along the path marked by example of the same Evolutionary Ethics that the Enlightenment, advocating cultural rela- Besteiro may have seen in Kokoro (58-59). tivism rather than imperial Eurocentrism. It The orientalist fascination with Japan, seems fitting, accordingly, that Julián Besteiro seemingly, served two different political would choose to translate in 1907 Lafcadio agendas: the imperialist agenda of Spanish 14 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Fascism, and the regeneracionista agenda of of quibbling lawyers and gibbering those that, like Besteiro, considered capital- politicians armed with logic chopping ism the obstacle to overcome. My descrip- engines of war. (184-85) tion, so far, suggests that there might have been a Japonismo of the Left and a Japonismo Nitobe struggles with the transition of the Right. The ambivalence of orientalist from the notion of the volkgeist, the spirit discourse, however, is much more complex. of the race channeled by its most prominent I will return momentarily to Nitobe’s Bushi- representatives, to the notion of the demos, do to try to demonstrate to what extent the the will of the people represented by, in his oversimplification of Japonist discourse into opinion, its lowest common denominator. a Fascist appropriation of oriental knowledge Culture is for him the work of gentlemen and vs. liberal orientalist critique of capitalism not of commoners. The question for Nitobe misses the point. is: how can democracies coexist with the aris- In her analysis of Millán-Astray’s trans- tocratic spirit that made their nations great? lation of Bushido, Rodríguez-Navarro goes (159). to great lengths to convince us that Millán- In the case of Hearn, the aristocratic Astray betrayed the internationalist, pacifist, overtones of Nitobe’s orientalist discourse are democratic spirit of Nitobe’s work. Millán- certainly softened, but his critique of Western Astray, Rodríguez-Navarro argues, eliminates culture echoes some of the points raised by or distorts every positive mention of democ- the author of Bushido. Disgusted by the per- racy by Nitobe, who, in turn, would be an ar- vasive presence of Western culture in turn of dent defender of democracy (227). It is true the century Japan, Hearn comments: “Setting that Millán-Astray censored each and every the whole Japanese nation to study English mention of democracy in his translation, but (the language of a people who are being for- Nitobe’s view of democracy is certainly not ever preached to about their ‘rights,’ and nev- without problems. Bushido is not only an ac- er about their ‘duties’) was almost an impru- count of the similarities between European dence” (119). The emphasis on individualistic and Japanese cultures, but also a critique of rights in the West is contrasted with the self- democracy in as much as the democratic sys- less commitment to the good of the nation in tem invalidates the code of honor on which the East. It is this selflessness that Hearn ad- European chivalry and the Japanese Samurai mires most in Japanese culture, and he does based their existence. Bushido is based on the not hesitate to recommend that the West notion of honor, Nitobe tells us, and, honor imitate the East: “[i]ndividualism is today the is a “class spirit” based on trust. “The irresist- enemy of education, as it is also the enemy ible tide of triumphant democracy, which of social order […]. It is against individualism can tolerate no form or shape of trust” will that the work will have to be done” (39). eventually render Bushido extinct, he warns Hearn’s praise of Japanese selflessness, us (184). The vulgarization of modern life, in however, is not to be confused with altruis- other words the abolishment of class struc- tic pacifism. The Japanese volkgeist described tures, Nitobe tells us, is also putting an end to in Kokoro produced not only a highly cre- the notions of honor that are needed in soci- ative culture, but also a highly effective war ety. In Nitobe’s words: machine. In the story titled “After the War,” Hearn tells us that the new Japan has achieved The state built upon the rock of Hon- its regeneration through war. The complete, or and fortified by the same—shall but unemotional, commitment to the conquest we call it the Ehrenstaat, or, after of China that marked the resurgence of the Nip- the manner of Carlyle, the Heroar- pon empire “is a race feeling, which repeated chy?—is fast falling into the hands triumphs have served only to strengthen” (74). Adolfo Campoy-Cubillo 15

Besteiro’s repeated calls for the japon- “than the parliamentary campaign against the ización of Spain, like those made by other Moroccan war and the King’s alleged respon- regeneracionistas on the left, were doubly ap- sibility for the great defeat of Annual” (Ori- pealing in that they promised the demise of gins, 104). In fact, the concern of the Spanish capitalism and the reinvigoration of Spain’s socialists for the colonial question ended up position in the international community. The subverting the radical anticolonialist agenda idea that Spain could regain its internation- implicit in Besteiro’s words. In a 1921 speech al prestige without renouncing proletarian titled “El Partido Socialista ante el problema struggle was shared by many on the left, let de Marruecos,” in which Besteiro builds us not forget that Marxism did not provide a his case against the Spanish monarchy, we clear position on, let alone against, colonial- can clearly appreciate that his position had ism. shifted. There was very little mention in this The enthusiastic praise of the Nip- speech to the social injustice that the death of pon selfless army that Besteiro’s translation scores of working class soldiers represented, brought to Spanish audiences in 1907, how- but the most surprising aspect of the speech ever, quickly turned sour. The events of the is that rather than condemning colonialism, massacre of Barranco del lobo in 1909, in Besteiro chastises the Spanish government which more that 1,000 Spanish soldiers per- for not being capable of pursuing a proper ished at the hands of Riffian guerrillas, were a imperialist enterprise. The French, Besteiro stark reminder that regeneration through war tells us, have implemented a scientific and came at a cost. The high number of casualties highly effective colonization, was especially poignant for those on the left because they were mainly sustained by mem- A la acción de las armas en el pueblo bers of the proletariat and rural communities francés sigue la actuación de toda la who could not afford to pay their way out of cultura francesa; y desgraciadamente, the draft like their bourgeois counterparts of- a la acción de nuestro ejército no pue- de seguir la actuación de la cultura ten did. As early 1910, Besteiro, like many in española, porque este es un país que the Spanish Socialist party, were quite aware está profundamente en crisis desde el of the contradictions between imperial- punto de vista económico y desde el ism and proletarian revolution. In an article punto de vista cultural. (Besteiro 90) titled “Imperialismo y Revolución,” Besteiro summed up his position in the following It is quite likely that, in pressuring the terms: Spanish government to prosecute the Span- ish king for his responsibility in the massacre Guerra; esta es la tesis del imperia- of Annual, Besteiro was trying to provoke a lismo nacional. Revolución; esta es schism between the Spanish aristocracy and la antítesis del proletariado interna- the Spanish bourgeoisie. This, in turn, would cionalista que recuerda cómo la gran Revolución Francesa libertó las co- have resulted in the type of bourgeois revolu- lonias americanas, y promete, con la tion that Besteiro, a firm believer in Kautsky’s revolución social, la libertad de los theories of moderate revolution, felt was trabajadores sometidos a la tiranía needed before the proletariat could gain ac- económica y política en los dominios cess to power. As we shall see, however, po- del Asia y del Africa. (162) litical theory did not always follow political praxis in the case of Besteiro and the Spanish Despite the bluntness of these words, Socialist Party. the innate contradiction of Besteiro’s brand of In the months and years following the socialist regeneracionismo persisted. As Paul disaster of Annual, Besteiro and the Social- Preston points out, the socialists would end ist Party would take the notion of a moder- up paying less attention to the syndical battles ate revolution, the idea that the defense of the 16 Letras Hispanas Volume 11, 2015 proletariat should coexist with the bourgeois liberals during the first half of the twentieth order, to its ultimate, and illogical conse- century. The ambivalence of Japonismo with quences. After Primo de Rivera’s coup d’état, its selfless, manageable, crowds represented the PSOE and UGT would become the only a utopic view of the possibility of channeling workers’s organizations tolerated by the dic- the unbridled power of the masses, a source tatorship, often acting as the mediators be- of anxiety for both Fascist and Socialist lead- tween the new totalitarian state and the pro- ers. Interestingly, Besteiro was not unaware letariat. Besteiro would argue until almost the of the seductive power of aesthetic discourse, very end of the dictatorship that the defense and often felt the need to explain that a com- of proletarian rights could still be advanced mon aesthetic project may respond to oppo- in a totalitarian state. The pervasive corrup- site political agendas. He discussed this issue tion of the political parties, prior to the Primo at length in an article titled “Romanticismo de Rivera coup d’état, can partially explain y Socialismo” published in 1930, and then Besteiro’s position, but, even in this context, again in an article titled “La sistematización it seems obvious that Besteiro, a professor of del Fascismo,” that included a section titled logic, had ended up subverting his own ratio- “Fascismo y romanticismo,” published in nale for the coexistence of revolution and de- 1935. In the 1930 article, Besteiro concluded mocracy, and become the enabler of an anti- warning his fellow Socialists against the ma- democratic regime. nipulative use of the term romantic, Reading Besteiro’s speeches brings to mind the image of the selfless Japanese army ¡A nombre del romanticismo no nos described by Hearn and Nitobe, because for prediquéis nada, porque muchas ve- Besteiro, at this point in his life, the problem ces el romanticismo está mezclado is one of leadership and not of the capitalist con elementos que nosotros no que- system in which that leadership acts. If the remos de ninguna manera asimilar y cuya influencia procuraremos evitar! Besteiro of 1910 had denounced the conniv- Pero si se trata de lo que hay en el ance between capitalism and imperialism, the movimiento de libertador y de verda- Besteiro of 1921 demands that the imperialist deramente progresivo, ¡ah!, entonces campaign be led properly. The problem is no tendremos que decir que los román- longer that capitalism systematically oppress- ticos somos nosotros, y, en vista del es the proletariat at home and in the colonies, erial que por todas partes nos circun- but that the people are orphaned by leaders. da, estoy por añadir que somos los I would not conflate Besteiro’s call for únicos románticos. (628) leadership for the proletariat with the Fascist praise of strong leaders to direct the fascio One would think that in the mid 1930s, exemplified by Millán-Astray or Giménez- Besteiro, critical with the ambivalent politics Caballero. Besteiro’s political agenda was, of romanticism, had already overcome the despite its contradictions, one of social re- equally ambivalent fascination for the or- generation and expansion of workers’s rights, derly crowds represented by Japonismo, yet very far from Millán-Astray’s totalitarian, as late as 1933, Besteiro reiterated his concern imperialistic agenda. But, at the core of both for the potentially destructive power of the Besteiro’s moderate Socialism and Millán- masses. In a speech read in response to the Astray’s idiosyncratic brand of Fascism there radicalization of the Spanish Socialist Party is a common concern with how to tame the that followed the ascent to power of the con- ghost of the people. I am arguing that one of servative forces during the II Spanish Repub- the representations that articulated the unre- lic, Besteiro warned: solved conflicts that haunted both political y si se constituyera una República So- movements was precisely the orientalist rep- cialista dictatorial, el Estado entonces no se- resentation of Japan that captured the imagi- ría una democracia primitiva, ni una demo- nation of both Spanish conservatives and cracia moderna, sino que sería un Gobierno Adolfo Campoy-Cubillo 17 constituido por Socialistas para realizar una by the notion of the Heroarchy that had been obra no Socialista o ligeramente Socialista, so central to the success of Japonismo. The rigiendo a todo el país autocráticamente y radicalization of the II Republic from 1934 con la mayor severidad. ¿Se quiere esto? Pues on, and the blatant populism that had char- dígase claro. Pero quisiera que los iniciadores acterized the general political discourse dur- de esa idea meditasen sobre su responsabi- ing that time must have confirmed Besteiro’s lidad, para que un día no nos viésemos en- deepest fears about the irreversible results vueltos en una acción dudosa que, según mi that crossing the line that separates democ- punto de vista, nos desacreditaría. (quoted in racy from the dictatorship of the majority en- Bizcarrondo, 216) tails. Besteiro’s seemingly irrational decision Besteiro was in the difficult position of to wait for the rebels in Madrid was an act of trying to mediate between those that con- strict ideological coherence for someone that sidered that the existing democracy was just strived throughout his life to lead the pro- a bourgeois state, claiming that the demos letarian struggle from above, and not from represented by it did not include the prole- behind. In this sense, Besteiro’s heroical deci- tariat, and those like himself that advocated sion to lead until the very end is the necessary for a practical expansion of rights for the counterpart of someone who struggled with proletariat within the existing bourgeois or- an aristocratic notion of the volkgeist and der. His commitment to expanding workers’s tried to put it at the service of the proletariat rights through political praxis rather than in a democratic system. political dogma was epitomized in his refusal I have argued that Spanish Japonismo to abandon Madrid after all other republican is, among other things, an expression of the leaders and politicians on the left had long uneasiness of Spanish liberals and conserva- moved to Valencia. As Santos Juliá explains, tives with the notion of the democratic liberal the same reasons that had led Besteiro to ne- state. I am not arguing that Spanish liberal gotiate with Primo de Rivera informed his regeneracionismo, of which Besteiro’s brand decision to stay in Madrid to negotiate with of Socialism was one representative, was the Franco. (Juliá-Diaz, 447-9) Interestingly, his- same thing than the imperialist Fascism rep- toriographical accounts of Besteiro’s political resented by Millán-Astray and Giménez-Ca- career tend to criticize his collaboration with ballero. The relative ease, however, with which Primo de Rivera, but praise his readiness to the orientalist rhetoric of turn of the century, negotiate with Franco, which eventually led liberal, Japonismo was appropriated by con- to Besteiro’s death, as heroic. servative writers such as Giménez-Caballero His decision to stay put and attempt speaks not only to the deliberate attempt of a negotiation with the Francoist rebels can Fascism to co-opt Socialist discourse, but also be considered heroical in at least one of the to the fact that both discourses are haunted many senses of this word. Besteiro consid- by a common ghost, that of the unbridled ered until the last minute that his civic duty power of the masses. My analysis of the am- as a leader of the Socialist party was to find bivalent politics of Japonismo as exemplified a political praxis within which the war could by the work of Millán-Astray, Besteiro, and Gi- be stopped, and orderly coexistence contin- ménez-Caballero also speaks to the ability of ued. His belief in the goodwill of the rebels, aesthetics to contain multiple ideological dis- and the basic trust required to engage in ne- course, particularly at times like the first half gotiations with them, indicate to what extent of the XXth century when the relative stability Besteiro’s political convictions were informed of ideology slipped into the psychosis of war. 18 Letras Hispanas Volume 11, 2015

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Title: El Café de Nadie: aproximaciones al mito Author: Carla Zurian de la Fuente; Claudio Palomares Salas Affiliation: Instituto Nacional de Antropología e Historia; Museo Nacional de las Culturas-INAH; Calle Moneda No. 13, Delegación Cuauhtémoc; Centro Histórico, CP. 06060 Ciudad de México, D.F. / Queen’s University; Department of Languages, Literatures and Cultures; Kingston Hall, Room 416; 103 Stuart Street; Kingston, Ontario; K7L 3N6 CANADA Abstract: The essay analyses the history of the Café Europa and its relevance in the Stridentist movement. It also explores the construction of the Café de Nadie’s myth. The difference between these two places —one material, the other mythical— has often been approached in a superficial way. This has caused a semantic mistake in which the discourses created by the Stridentist group —legitimated through its literary and visual production— have been taken as historical truths. The aim of the article is to contribute to a better understanding of Stridentism as a historical avant-garde, by demystifying the Café de Nadie. Stating the differences between history and fic- tion, we attempt to prevent the mistake of giving the same meaning to two different signifiers. Keywords: Stridentism, Café de Nadie, Avant-Garde, , Cultural History Resumen: El ensayo revisa la historia del Café Europa y su relevancia dentro del movimiento estri- dentista. Al mismo tiempo, examina la construcción del mito del Café de Nadie. La diferencia entre ambos locales —uno mítico, otro material— ha sido muchas veces tratada de modo su- perficial por la crítica, provocando una confusión semántica en la que los discursos creados desde el estridentismo —legitimados por medio de su producción plástica y literaria— han sido tomados como realidades históricas. El artículo intenta contribuir a una mejor comprensión del estridentismo como vanguardia histórica, desmitificando el Café de Nadie y explicándolo en su justa medida. Al subrayar las diferencias entre la historia y la ficción, se busca evitar que se siga cometiendo el error de otorgar a dos significantes tan distintos un mismo significado. Palabras clave: estridentismo, Café de Nadie, vanguardia, México, historia cultural Date Received: 10/9/2014 Date Published: 6/12/2015 Biography: Carla Zurián de la Fuente es maestra en Historia del Arte por la UNAM. Se especializó en procesos culturales y artísticos de la primera mitad del siglo XX. Es profesora-investigadora de tiempo completo de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH. Actual- mente trabaja como investigadora del Museo Nacional de las Culturas y es editora de Gaceta de Museos. Sus líneas de investigación son: Las Fiestas del Centenario de la Independencia como formas de identidad entre pasado y presente (1910 y 1921); Los movimientos de vanguardia en el México posrevolucionario (1918-1930); y Los espacios públicos de la Ciudad de México (1900-1940). Claudio Palomares Salas holds a PhD from the University of Toronto. He has taught Hispanic literature, culture, cinema, and language courses at McGill University, the University of Toronto, Trent University, and is currently Assistant Professor at Queen’s University in Kingston, Ontario. His areas of specialization are: Early Twentieth-Century Hispanic Poetry and Visual Culture, the Historical Avant-Gardes, Transatlantic Literary Studies, and the Nueva Canción movements in Spain and Latin America (1960-1990)

E-mail(s): [email protected]; [email protected]

ISSN: 1548-5633 20 Letras Hispanas Volume 11, 2015

El Café de Nadie: aproximaciones al mito

Carla Zurian de la Fuente, Instituto Nacional de Antropología e Historia Claudio Palomares Salas, Queen’s University

El Café no nació como Ateneo sino como andén de la vida, como lugar en donde entrar y no ser nadie sino uno mismo, peatón cansado que se refugia en un sitio sin borrachos y sin socios de número de la pedantería, pues toda insolencia tiene allí en seguida réplica digna, contradicción perentoria, sensata repulsa.

(Ramón Gómez de la Serna, Pombo 31)

Los cafés literarios, observados como crítica, provocando una confusión semántica ámbitos de sociabilidad y como parte estra- en la que los discursos creados desde el es- tégica del imaginario de la ciudad moderna, tridentismo—legitimados por medio de su devinieron lugares emblemáticos al inicio producción plástica y literaria—han sido to- del siglo XX, generando al mismo tiempo mados como realidades históricas. El artículo un nuevo tipo de relaciones entre escritores, intenta contribuir a una mejor comprensión artistas, músicos, periodistas, fotógrafos, edi- del estridentismo como vanguardia históri- tores, activistas, opositores y militantes polí- ca, desmitificando ciertos aspectos del Café ticos. La vida cultural de los cafés se daba a de Nadie y tratando de explicarlo en su justa partir de la “adopción” de un establecimiento medida. Al subrayar las diferencias entre la público, del cual se irían apropiando diversos historia y la ficción, se busca evitar que se siga grupos de parroquianos con inquietudes co- cometiendo el error de otorgar a dos signifi- munes. Progresivamente, estos conformarían cantes distintos un mismo significado. tanto una intimidad como la proyección de En el libro Pombo, acucioso trabajo de una cotidianidad distinta a la del resto de memoria de Ramón Gómez de la Serna, se los comensales anónimos, eventuales, que presenta la biografía del ilustre café, sus pa- aparecían y desaparecían de las mesas, in- rroquianos y su reminiscencias, además de ternándose en el barullo citadino. Los cafés darse cuenta del Madrid de las primeras dé- literarios adquirieron relevancia como parte cadas del siglo, sus calles, su cotidianidad y de un espacio público y privado posibilitado su gente: por el desarrollo de las ciudades modernas. Este estudio revisa brevemente la historia del El antiguo Café y Botillería de Pombo, Café Europa de la Ciudad de México y su re- nuestro Café literario, está en la calle levancia en el desarrollo del movimiento es- de Carretas. tridentista a principios de los años 20. Se exa- Esta calle es en la que se saluda mejor a toda la población, es la vía estrecha mina aquí la construcción del mito del Café y concurrida que necesita una pobla- de Nadie y se establece la diferencia entre dos ción tanto como la vía ancha y con- espacios—uno mítico, el Café de Nadie; otro currida. No es la vía de los elegantes material, el Café Europa—los cuales han sido ni la de los pobres. Es la vía de todos, tratados muchas veces indistintamente por la en la que se confunden y se mezclan Carla Zurián de la Fuente/ Claudio Palomares Salas 21

todos. Como era la calle en que estaba dio a la tarea de “decorar” los interiores del el antiguo correo, atraía mucha gente restaurant con cenefas y gigantescas caricatu- con la carta en la mano[…]. Cuando ras de paseantes urbanos y tipos mexicanos. yo elegí Pombo, el año 1912, lo hice Este conocido y visitado lugar—donde todo por jugar a los anacronismos y porque mundo tomaba café y nadie pagaba por no en ningún sitio iban a resonar mejor nuestras modernidades que en aquel tener ni un quinto—se encontraba en la es- viejo sótano […]. (También lo elegí quina de la Calle de Medinas, hoy República porque estaba en la calle de Carretas de Cuba, y la calle de Allende (continuación y a un paso de la Puerta del Sol)[…]. de Bolívar), muy cerca de la antigua Cámara Repetiré siempre que Pombo fue ele- de Diputados. Durante años, fue el asidero gido como ironía inefable, como el si- por excelencia de la bohemia en México. Así tio en que lo que era más nuevo quiso inicia la nota de Monterde: dar el escándalo de su novedad. ¡Tenía gracia meterse en el más vetusto de —Verdaderamente […] en la Capital los Cafés para provocar todas las no- ha habido pocos cafés literarios, y aún 1 vedades de la invención! (15, 23, 24) creo que el café, sencillo, sin literatu- ra, es una institución mercantil rela- Al igual que en Madrid, en la Ciudad de Mé- tivamente moderna, que ha figurado xico hubo cafés donde los escritores y artistas hasta hoy al margen de nuestras cos- de vanguardia se reunieron cotidianamente. tumbres. Algunos de estos fueron el Lady Baltimore, el —En efecto, dije: nunca hemos tenido Principal, La Flor de México, el Café América, algo semejante al “Pombo” de Ma- el Café de Tacuba o el Sanborn’s de la Casa de drid, por ejemplo. […] los Azulejos, un café que todavía se encuentra —Este café, continuó el pintor calvo, en funcionamiento y que fue, entre fines del con parsimonia, ha sabido conservar siglo xix y principios del xx, la sede del aris- la hegemonía sobre el elemento inte- tocrático Jockey Club. Pero a diferencia del lectual, escaso por cierto, metamorfo- Madrid de Gómez de la Serna y los ultraístas, seando su nombre, trocando el dimi- en donde bastaba doblar la esquina para en- nutivo por el aumentativo; ha sabido contrar un café repleto de parroquianos, en conservar su carácter propio, a pesar el México de los estridentistas la búsqueda de de los cambios de nombre y de local un café resultaba una verdadera odisea, sobre […]. (n. pág.) todo para esos poetas provincianos en busca Para los años veinte, el Café de los Monotes de un segundo hogar en la capital. Sobre esto, fue el prototipo del café de intelectuales. De un reportaje firmado por el Bachiller Cronis- este lugar escribió José Juan Tablada: ta—seudónimo de Francisco Monterde—fue publicado bajo el título de “Los cafés litera- Una obra muy representativa de rios” en el semanario Zig Zag del 14 de abril Orozco se encuentra en uno de los de 1921. Este artículo—por demás sugerente locales más característicamente y raro, pues casi nadie se ocupaba de estos mexicanos de la Ciudad de México; temas en los albores de 1921—da cuenta de un café, un lugar de encuentro para la dificultad para encontrar un espacio cómo- los pintores y literatos llamado “Los do, de solaz, esparcimiento e intercambio de Monotes.” Por las noches, cuando los ideas. La nota es una suerte de diálogo entre teatros vecinos cierran, uno puede estar seguro de encontrar allá a pin- el Bachiller Cronista y un pintor (al parecer tores tan famosos como Rivera, Ro- Gerardo Murillo, el Dr. Atl) departiendo en dríguez Lozano, Charlot y Abraham una de las mesas del popular Café de los Mo- Ángel, en compañía de los escritores notes, propiedad de Luis Orozco, hermano más modernos. A lo largo de las cua- de José Clemente, pintor y muralista que se tro paredes del salón, velado por una 22 Letras Hispanas Volume 11, 2015

atmósfera cargada de humo de taba- Al poco tiempo se inauguró otro en la co y olores estimulantes de la picante misma calle, El Tupinamba, y hacia él cocina mexicana, corre un friso en el emigramos, aun cuando no pudimos cual los personajes de Orozco actúan adaptarnos a aquel ambiente de tore- y danzan en un frenesí de movimien- ros y gente flamenca. (139) to y expresión: las Follies coqueteando con viejos galanes, parejas paseándo- Al final, después de un tiempo en el Olas Al- se en anticuados carruajes, policías tas, el estridentismo encontró por fin un es- tan pasivos como cronometristas del pacio del que surgiría uno de los mitos más box, y como leitmotiv, la imprudente arraigados de la vanguardia mexicana. La le- y seductora joven de la clase media o popular urbana, maquillada y ela- yenda—que la crítica literaria ha repetido sin boradamente peinada. Si alguien le cesar—cuenta que un día caminando por la habla con admiración a Orozco de colonia Roma, Maples Arce descubrió un pe- estas pinturas, se encuentra con su queño local prácticamente abandonado cuyo rechazo. Su creador está convencido pomposo nombre, el Café Europa, no respon- de la mediocridad de las maravillosas día en absoluto a su modesta y desatendida figuras—pintadas sobre cartón, corta- condición. Ubicado en el número 100 de la das y pegadas en la pare­d—, a pesar Avenida (hoy Avenida Álvaro Obre- de que las multitudes van allá, más gón), este local fue rápidamente apropiado para admirar esas alegres pinturas de la vida citadina, que por el espumante y en poco tiempo se convirtió en el locus de chocolate, los picantes tamales y otros todo lo que tuviera que ver con el estriden- apetecibles antojitos de la cocina na- tismo. cional.2 (256-57) A pesar de que el centro histórico de la ciudad era la sede de la gran mayoría de Si en Madrid los poetas fueron “se-den-ta- los cafés, cantinas y restaurantes, la colonia rios” instalados cómodamente en uno u otro Roma también abrió sus espacios a esta so- emplazamiento del centro de Madrid—en ciabilidad urbana encabezada por una pléya- México los poetas fueron más bien nómadas, de de jóvenes que, al final de la etapa armada buscando constantemente territorios donde de la Revolución (1910-1920), migraron a la fundar sus tertulias. En Soberana Juventud, Ciudad de México—algunos con sus familias, segundo libro autobiográfico de Manuel otros de avanzada—en busca de empleos, Maples Arce, el poeta recuerda el ir y venir estudios u oportunidades de remontar los estridentista: terribles estragos económicos de la guerra. Se sabe, por ejemplo, que el restaurante más No abundaban los cafés en México. Sobresalían el Café de Tacuba, El Prin- popular de esta época fue el -, cipal y La Flor de México. Los otros ubicado en la esquina de las calles de Colima eran cafetillos (sic) de chinos a los y , frente a la plaza de toros El Toreo, que también acudíamos en las ocasio- actualmente un almacén comercial conocido nes más precarias…. Inopinadamente como El Palacio de Hierro. Este restaurante descubrimos en el centro, cercano a la estuvo a escasos tres kilómetros del Café Eu- Cámara de Diputados, en la calle Bo- ropa.3 lívar, un café pintado de azul claro que Febronio Ortega—y no Arqueles Vela, tenía el bonito nombre de Las Olas como se piensa frecuentemente y como los Altas. Allí comenzamos una nueva tertulia aun cuando éramos casi los propios estridentistas se empeñaron en repe- mismos de siempre […]. Las Olas tir—rebautizó al Café Europa con el nombre Altas, respondía a nuestra necesidad de Café de Nadie, y desde entonces su estatus de expansión y conversación, pero el de culto no paró de crecer.4 En una entrevista café se cerró, no sé por qué razones. con Esther Hernández Palacios, en El estri- Carla Zurián de la Fuente/ Claudio Palomares Salas 23 dentismo vuelto a visitar, el poeta List Arzubi- self to dine and I watched the pale de resume la historia de esta manera: prostitute with the scarlet mouth. That night I am sure Llewellyn and Nosotros descubrimos, paseando un I were excess baggage! The exhibit is día por lo que ahora se llama avenida in charge of Maples Arce, editor of Álvaro Obregón, un café—Maples era Irradiador. Others showing are Jean muy aficionado al café—y nos dimos Charlot, Rafael Sala and masks by cuenta de que era un café solitario. Cueto (Newhall 63). Después nos dimos cuenta de que ese café era puerta para otras cosas más, Pero sin importar el escenario real del local, era un café que disimulaba lo que el Café de Nadie fue para el estridentismo el había detrás, pero nunca lo supimos, umbral del que surgió la utopía vanguardista nunca quisimos saberlo. Por lo pron- que más tarde, en Xalapa, devendría Estri- to, el café estaba vacío siempre y no- dentópolis. En Soberana Juventud, Maples re- sotros podíamos entrar a sentarnos; cuerda su primer encuentro con el café: había un mesero, una mesera a veces, que nos servía café y estábamos com- Una noche que caminaba por la ave- pletamente solos; era un lugar cén- nida Jalisco (hoy Álvaro Obregón) me trico, en una avenida bonita, avenida encontré de pronto frente a un local Jalisco se llamaba entonces, y el que con el rótulo de Café Europa. Entré y le dio el nombre, como siempre, fue lo hallé muy cómodo y agradable por Arqueles, que tenía una imaginación su disposición en varios salones, con frondosa, era el Café de Nadie porque lambrines oscuros, de madera; su jar- aparentemente nunca había nadie, dincillo interior y, especialmente, su nos servía simplemente para reunir- gran tranquilidad[…]. Este café fue nos (72). mi refugio. Allí nadie me molestaba ni interfería, y no pocas veces salí de Al mencionar que el café era “puerta para él sin que el camarero hubiera apare- otras cosas”—algún negocio ilegal, tal vez— cido. Necesitaba palmotear insisten- List Arzubide da cuenta de la versatilidad de temente y ni así se presentaba. Desde estos lugares que no sólo cumplían diversas entonces fui a instalarme en dicho funciones en el mundo de la cultura, sino en café para leer y escribir los artículos una gran variedad de ámbitos sociales. Sobre de la revista, particularmente cuando esto vale la pena recordar la impresión que el mal tiempo interrumpía mi habi- tuvo el fotógrafo Edward Weston cuando vi- tual paseo y la lluvia tamborileaba en las vidrieras. (120) sitó el Café de Nadie y cuando recreó en su diario el ambiente que privaba en el lugar, De las casi trescientas páginas de memorias así como su relación con Maples Arce, al que del fundador del estridentismo, este párrafo identificaba como editor de la revista Irradia- y el que sigue—cuyo pasaje sorprende por su dor. Más allá del apologético, oscuro y soli- brevedad—son de las escasas menciones que tario café reinventado por los estridentistas, el poeta hace del emblemático café: a Weston le parecía que el café era más bien un restaurant de medio pelo con servicio de Sin darnos cuenta, caminábamos prostitutas: grandes distancias, movidos por el fuego de la palabra. A veces tomába- April 12. Today, in the Café de Na- mos el rumbo de la colonia Roma y die, Avenida Jalisco, I am showing six entrábamos en el Café Europa, que photographs under the auspicies of Arqueles bautizó con el nombre del Movimiento Estridenstista. It is the Café de Nadie, tema de uno de sus li- same cafe where months ago de la bros. En un rincón, aislados por sus Peña took Llewellyn, Tina, and my- paradojas y mis idealizaciones, sor- 24 Letras Hispanas Volume 11, 2015

bíamos nuestro café y preparábamos se agitaban en mi vida ansias recón- entusiastas proyectos. De una de estas ditas, en que la creación y la realidad conversaciones surgió la idea de hacer me seducían misteriosamente […]. la revista Irradiador, que emprendí en Las palabras resonaban en mi mente colaboración con Fermín Revueltas. hasta cobrar una imagen poética que (133) respondía a una emoción interior . Un potente sentimiento de confianza En contraste, Maples Arce le dedica más de creativa se sobreponía a los contactos diez páginas a un espacio que parece haber sociales; y el amor, como una fuerza, influido más en el estridentismo que el Café me proporcionaba elementos de una de Nadie. En la calle de Mixcalco 12, en el variedad infinita, que me parecía más vasta que la Historia y que los hom- centro de la Ciudad de México, se encontraba bres. (173-75, 180) la vecindad donde vivían los artistas Germán Cueto, Diego Rivera, Ramón Alva de la Canal Aquella privada cercana al Zócalo fue para y el escultor Ignacio Asúnsolo. Maples Arce el estridentismo un espacio significativo. recuerda la importancia que este lugar tuvo Sin embargo, se mantuvo ausente del imagi- dentro del núcleo vanguardista: nario del movimiento y la crítica no parece haber remarcado su importancia. La casa de La casa de los Cueto [una de las casas los Cueto no aparece ni en la pintura ni en la de la privada] estaba siempre abierta a la amistad. A todas horas del día poesía estridentista, y su relevancia en la his- discurríamos por allí, seguros de en- toria de la vanguardia mexicana se ha man- contrar a alguien con quien cambiar tenido a la sombra de espacios como el Café impresiones sobre temas de nuestro de Nadie. fervor[…]. En ocasiones, la llegada de List Arzubide obliga a cuestionarnos Concha Michel con su guitarra trans- aún más sobre la situación real del Café de formaba el taller en tertulia a la que se Nadie en su respuesta a una de las preguntas asociaban los pintores Francisco Díaz de Esther Hernández Palacios, estudiosa del de León y Gabriel Fernández Ledes- estridentismo desde los años setenta: ma[…]. Diego [Rivera] vivía en los altos, adonde yo subía para conver- —Un día resolvimos hacer nada me- sar y contemplar sus cuadros y dibu- nos que una reunión de tipo litera- jos[…]. Una mañana encontré por ahí rio, y se llevaron poemas, cuadros a Eisenstein[…]. Como la pintura me de Rafael Sala […] de Revueltas, de interesaba mucho, me pasaba grandes [Leopoldo] Méndez, de Alva de la Ca- ratos en el estudio de Diego, encanta- nal, y además se leyeron poemas… en do de verlo pintar y conversando con fin se hizo una pequeña reunión muy él sobre un sinnúmero de tópicos. Su agradable[…]. También se asomaron pincel y su charla no conocían repo- dos o tres periodistas y gente así. Se so[…]. Acudíamos amigos y vecinos a habló mucho del movimiento, se pu- casa de los Cueto, en grupos, y no era blicó alguna cosa en El Universal Ilus- extraño que se alargara la mesa con el trado, y aquello sonó y resonó. burro de la plancha para que cupiéra- —¿Pero fue sólo una reunión? —pre- mos todos, apretujados, pero desbor- gunta Hernández. dantes de alegría y de juventud[…]. —Una reunión, sí, aunque prepará- En medio de estas empresas, en que bamos más cuando tuvimos que ir a alternaban el trabajo y la divagación, Xalapa. (72) surgía la pantomima, la comedia de la vida real con sus gracias y su placer intelectual[…]. En los momentos en El aporte del Café Europa se limitó entonces a que yo salía de aquella casa, sentía que ser el escenario de una reunión estridentista, Carla Zurián de la Fuente/ Claudio Palomares Salas 25 lo cual no debería ser suficiente para otorgar- con la misma desconectada incre- le un estatus tan alto dentro de la historia del dulidad y verosimilitud con que nos movimiento. La crítica literaria parece haber asomamos a los visillos de un sueño, aceptado la tesis de que el Café Europa fue un su historia se fue desenrollando de nuevo. Los meseros rectificaron su in- espacio central del estridentismo por dos ra- clinación y remendaron el intermedio zones. Primero, por la interpretación que Luis de su inestabilidad. Su idiosincrasia se Mario Schneider, uno de los investigadores quedó en un estado de convalecencia, más valiosos e importantes del movimiento, de desconcierto, de inadaptable. So- realizó en su seminal estudio, El estridentis- bre todo de inadaptable. Es un Café mo o una literatura de la estrategia (1997).5 Y sombrío, huraño, sincero, en el que segundo, por el estatus que el Café de Nadie hay un consuetudinario ruido de cre- adquirió tras la publicación del de púsculo o de alba. De nadie. Por eso relatos titulado El Café de Nadie (1926) de Ortega le ha llamado así. No soporta cierta clase de parroquianos, ni de pa- Arqueles Vela y de las pinturas y el grabado trones ni de meseros. Es un Café que homónimos realizados por Ramón Alva de se está renovando siempre, sin perder 6 la Canal en 1924, 1926 y 1930. Estas obras su estructura ni su psicología. No es crearon alrededor del Café Europa un aura de nadie. Nadie lo atiende, ni lo ad- de misterio que los miembros del movimien- ministra. Ningún mesero molesta a to supieron explotar a la perfección. Sobran los parroquianos. Ni les sirve[…]. Por los relatos estridentistas que hacen referencia esta peculiaridad somos los únicos al Café de Nadie; sin embargo, al analizar las que se encuentran bien en su sopor y historias contadas por los protagonistas se en su desatención. Somos los únicos parroquianos del Café. Los únicos percibe una ambigüedad forzada tan recu- que no tergiversan su espíritu. Hemos rrente, que lo contado se desliza inevitable- ido evolucionando hasta llegar a ser mente al ámbito de la ficción. Como ejemplo, ese nadie. Para que sea nuestro y ex- basta la crónica que el propio Arqueles Vela clusivo. (cit. en Schneider 79) hizo del café: Este tipo de relatos no permiten entender Antes que Maples Arce descendiera realmente qué tipo de reuniones se llevaron a al umbral de este Café, nadie había cabo en el Café de Nadie. ¿Fueron importan- percibido el estado de inexistencia tes en el desarrollo de la vida cultural mexica- en que se encontraba y se moría. Su na? ¿Fundamentales para impulsar el movi- vida inerte de catástrofe, de edificio miento de vanguardia? Si nos conformamos sepultado por un gran cataclismo, se con lo que los miembros del estridentismo insinuaba, con esa vaguedad de las es- tancias solitarias, empacadas por un nos dicen, no es posible llegar a una conclu- trágico y cósmico olvido. Sus paredes, sión. sus muebles, sus espejos, sus meseros, El evento que parece justificar la impor- estaban con la actitud latente de la tancia del Café Europa es la velada estriden- vida con que deben estar los objetos, tista que se llevó a cabo el 12 de abril de 1924. las personas y las cosas de una ciudad De esta exposición existen cuatro fotografías petrificada. De una ciudad que en publicadas en el reportaje de Arqueles Vela, actividad se estatiza de hastío “La Tarde Estridentista: Historia del Café de y de lava[…]. Maples Arce penetró a Nadie” en El Universal Ilustrado del 17 de este Café con el mismo estado espiri- tual de aquel espectador que patea y abril de 1924. Estas fotografías son uno de se sonríe de un episodio revelado en los pocos testimonios visuales del Café Eu- la pantalla intermitentemente. En el ropa y pueden hacer pensar que el ambiente instante en que nosotros abordamos de aquel lugar se asemejaba cotidianamente su negligée impulsamos su inercia, a lo que se observa en ellas. Sin embargo, de 26 Letras Hispanas Volume 11, 2015 ninguna manera reflejan la cotidianidad del Desde hacía algunos meses [en 1923], café. En la exposición se exhibieron cuadros el grupo estridentista venía reunién- de Ramón Alva de la Canal, Jean Charlot, Ra- dose en el Café Europa situado en la fael Sala, Emilio Amero, Fermín Revueltas, avenida Jalisco—hoy Álvaro Obre- gón—en la colonia Roma. Este esta- Xavier y Máximo Pacheco. Tam- blecimiento, que pasaría a la historia bién, Germán Cueto y Leopoldo Méndez ex- literaria de México con el nombre de pusieron sus máscaras y se leyeron poemas El Café de Nadie[…] está lleno de sig- de Maples Arce, List Arzubide, Salvador Ga- nificación en la vida del movimiento llardo, Luis Felipe Mena y un fragmento de estridentista. La historia del Café es El Café de Nadie de Vela. Aquel día, podemos casi una leyenda y podemos decir que suponer, el local estaba de gala y la afluencia no hay escritor que haya pertenecido de escritores, artistas y público en general fue a la vanguardia mexicana que no se mayor que lo habitual—lejos, no obstante, de refiera a él con cariño y hasta con de- voción. (79) las cinco mil personas que List Arzubide ase- gura que asistieron.7 El pasaje reconoce la importancia simbólica La velada estridentista puede compa- del local, pero no da detalles materiales que rarse con dos de las veladas que los ultraístas justifiquen le relevancia histórica de este es- españoles realizaron en el Ateneo de Sevilla pacio. Más adelante, Schneider hace un re- el 2 de mayo de 1919 y en el Parisiana el 28 cuento de los contertulios del café: de enero de 1921. Las fiestas del ultra fue- ron sin duda importantes en la historia del En rigor, los clientes asiduos del Café, movimiento—como también lo fue la Tarde además de Maples Arce, eran Arque- Estridentista para el estridentismo—, pero les Vela, Salvador Gallardo, Germán ni el Ateneo de Sevilla ni el Parisiana fueron List Arzubide—cuando podía reali- elevados por los ultraístas a un estatus de cul- zar sus escapadas de Puebla al D.F.—, to debido a estos eventos. La presencia de los Luis Marín Loya, Febronio Ortega, poetas y pintores en estos espacios fue cir- Miguel Aguillón Guzmán, Gastón cunstancial, así como lo fue la presencia de Dinner, Francisco Orozco Muñoz, los músicos Manuel M. Ponce y Silvestre los estridentistas en el Café Europa. Revueltas, y el grupo de pintores que Si el Café de Nadie alcanzó un estatus colaboraban estrechamente con el tan importante dentro de la crítica litera- movimiento: Diego Rivera, Leopoldo ria, puede explicarse por la interpretación Méndez, Germán Cueto, Ramón Alva que Schneider hizo de él en El estridentismo de la Canal, Jean Charlot y Fermín o una literatura de la estrategia. El texto de Revueltas. Es de suponerse que ade- Schneider es sin duda la primera referencia más de conversaciones y discusiones de cualquier estudioso del estridentismo y entre tazas de café, alcohol y cigarri- su trabajo de investigación y análisis resulta llos, se realizaban los fundamentales proyectos para la conducción del mo- indispensable. Este estudio ha sentado las ba- vimiento: exposiciones, la gestación ses para todas las investigaciones posteriores de una editorial y la creación de la sobre la literatura de vanguardia en México y segunda revista estridentista Irradia- nuestra intención aquí no es criticarlo, sino dor. (80) simplemente dilucidar la importancia real que el Café Europa tuvo para el movimiento Si bien es posible que algunos de los estridentista. artistas y escritores que Schneider menciona En la página 79 de su estudio, Schneider hayan pasado alguna vez por el Café Europa, habla brevemente del Café de Nadie. No son esto no significa que fueran clientes habitua- más que unas cuantas líneas: les y tampoco que aquél lugar haya sido un Carla Zurián de la Fuente/ Claudio Palomares Salas 27 espacio donde se forjaron los proyectos que recogió debajo del canapé el temblor determinarían el rumbo del arte y la cultura azul de una liga caída en los despla- en México en los años 20. Ante la falta de do- zamientos de un escorzo apasionado. cumentos históricos suficientes—fotografías, Por todas partes había tiradas palabras untadas en la carne de las queridas de artículos periodísticos, crónicas, etc.—que ocasión. Los espejos empañados de prueben la relevancia del Café Europa, pode- recuerdo, revelaban indiscretas acti- mos pensar que el pequeño local de la Ave- tudes amorosas y el perfume de las se- nida Jalisco no fue un espacio trascendente midesnudeces femeninas, aletargaba para el desarrollo del movimiento estridentis- de inquietudes voraces el momento. ta ni que en él existió una reunión cotidiana Los versos sintieron el enojo de su im- de escritores o artistas que permita hablar de posibilidad para alcanzar las mujeres una tertulia del Café de Europa, comparán- innombrables y se empeñaron en des- dola, por ejemplo, con las tertulias de Pombo truir el refugio de las tibieces de con- quista. Con obstinación de detenidos, o del Café Colonial en Madrid. se arrojaron sobre los tapices amables; El destino del Café de Nadie, una vez destrozaron los divanes estrujados que el movimiento se trasladó a Xalapa, que- de posturas en flama; quebraron los da indicado en un pasaje de List Arzubide en espejos de las risas contenidas; arro- el que, nuevamente, el tono extremadamente jaron a la calle todas las promesas de ambiguo parece querer ocultar su verdadera flirt; los juramentos incumplibles, las relevancia: frases inconsistentes, las mesillas que coincidían con las parejas; los vasos “el café de nadie” espiado por el manchados con el licor de las alegrías; rencor, sufrió el atraco de los poetas las sillas que guardaban las postre- crepusculares. En la avenida deslus- ras cercanías amorosas; rasgaron las trada por el correr de los trenes noc- mamparas de las confidencias. Y que- turnos, acechaba el consonante en dó la avenida salpicada de pedazos de agravio de abandono, esperando el todas las mujeres que tiñeron sus ho- descuido del establecimiento y cuan- ras con el desbocado rubor de las ci- do la noche era compacta de sombra tas, en el Café exhausto y sin nombre, y amasada con el sueño de las per- en el Café que nunca tuvo dueño, que sianas, las manos del odio golpearon no guardó ninguna hora, donde el re- las puertas somnolientas del Café, y loj regresaba el tiempo en cada tarde las puertas se abrieron con un largo para servirlo a los parroquianos sin bostezo de cansancio lírico. Adentro, encuentro; a los amantes sin retorno. los gabinetes agazapaban las últimas (El movimiento estridentista 82) caricias de las parejas; el polvo de los suspiros nublaba los muebles despor- Esta larga cita permite visualizar no sólo una tillados por los clientes absurdos. En parte fútil del café sino también el tipo de uso el gabinete donde Maples Arce y Ar- o de servicio que ofrecía. La descripción de queles Vela escribieron sus libros, se List Arzubide, describe un local en el que “el encontraron páginas amorosas, man- perfume de las semidesnudeces femeninas” chadas por las miradas de las mujeres era una constante. Si a esto sumamos que de la literatura. En el gabinete dónde Mabelina, el personaje principal de El Café de List Arzubide y Mabelina citaban sus caricias sin fin, sus brazos trenzados Nadie de Vela era una prostituta, que el pro- en la voluptuosidad, sus besos fílmi- pio List Arzubide confiesa que el Café Europa cos, una mano halló y estrujó frené- “era puerta para otras cosas más,” “un café ticamente un pañuelo de encajes, teji- que disimulaba lo que había detrás,” y con- do de cosquilleos y más lejos alguien sideramos también la descripción de Edward 28 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Weston—mencionada anteriormente—en- de Nadie—ese que los estridentistas quieren tonces podemos sugerir que el Café de Na- que recordemos—debe ubicarse dentro del die, no fue un café en el sentido estricto de ámbito de la ficción, una ficción tan bien la palabra, sino una casa de citas donde, por creada, que ha logrado convertir una abando- momentos, algunos poetas y pintores se re- nada casa de citas de la colonia Roma, en uno unieron. de los lugares más icónicos y representativos Es necesario, finalmente, destacar un de la historia cultural del siglo xx mexicano. elemento más en la conformación del dis- curso estridentista: el espacio simbólico que el Café de Nadie detonó dentro del laborato- Notas rio de vanguardia, encaminado a definir una 1 nueva estética y a cimentar un camino para Ramón Gómez de la Serna, Pombo. Biografía la aprehensión del tiempo siempre cambiante del célebre café y de otros cafés famosos, Editorial Juventud, Barcelona, 1960, págs. 15, 23, 24. del México posrevolucionario. Si bien mo- 2“José Clemente Orozco. The Mexican Goya,” destas, las reuniones del Café Europa fueron publicado en International Studio de marzo de catapultadas al rango de leyenda a partir de 1924. Tomado de Jean Charlot, El Renacimiento del la producción plástica y literaria del movi- muralismo mexicano, 1920-1925, Editorial Domés, miento, facilitando así la creación del mito. México, 1985, págs. 256-57. Por esta razón, los recuerdos fragmentados 3De acuerdo con la memoria de los hermanos que podemos ir hilando de los diversos tes- Casasola, compendiada en 14 volúmenes titulados timonios no caben en un recuento histórico Seis siglos de historia gráfica de México, 1325-1976 de la realidad de la vanguardia, la cual des- (Editorial Gustavo Casasola, 1978), podemos en- contrar en su octavo tomo—que data de los años conocemos en gran medida; en cambio, es- del obregonismo, entre 1920 y 1925—, el apartado tos recuerdos pertenecen a otro horizonte de “Los cafés, restaurantes, quick-lunch y cantinas,” apropiación: el emotivo, el de la reelaboración donde se reseñan los elegantes restaurantes que que, a su manera, puede abrir posibilidades operaban durante el primer lustro de los años vein- paralelas de lectura para la interpretación del te: “Al crecimiento de la de México, fue necesario movimiento. que sus habitantes tuvieran nuevos centros dónde Terminado nuestro recuento histórico disfrutar de un variado y apetitoso menú.” Entre del Café Europa, y como si quisiera reírse las páginas 2476 y 2499 se despliega una galería de de nosotros, el poeta Germán List Arzubide tomas fotográficas de los lugares representativos de los veintes, con breves viñetas descriptivas de emerge a través de sus palabras como un pro- cada lugar. feta y nos deja una advertencia: 4Vela escribe: “Es un Café sombrío, huraño, sincero, en el que hay un consuetudinario ruido de Y ahora que todo está liquidado, en- crepúsculo o de alba. De nadie. Por eso Ortega le tregamos nuestro grito de guerra a la ha llamado así.” (En Schneider 79). Vela se refiere a miopía de los historiadores, señalan- Febronio Ortega, importante periodista de El Uni- do antes lo que queremos que digan versal Ilustrado quien participó activamente en la de nosotros, de nuestras vidas litera- difusión de la literatura de vanguardia en México. rias, porque intentamos evitar desde 5Esta edición de 1997, a cargo de la Dirección hoy las discusiones de los académicos General de Publicaciones del Consejo Nacional del año 2945, que vendrán a medir, a para la Cultura y las Artes, Conaculta, (Lecturas pesar, a limpiar y dar esplendor a lo Mexicanas, 4ª serie), es la reunión de dos obras que nació exacto, vivió completo y pioneras suyas aparecidas en 1970 y 1985: El es- terminó sin eco porque estaba más tridentismo. Una literatura de la estrategia, inba, 8 arriba que todas las montañas. México, 1970 (su tesis doctoral), y El estridentismo, México, 1921-1927, unam, México, 1985 (primera Si por un lado, el Café Europa pertenece al selección de obras del movimiento con un impor- ámbito de la historia, por el otro lado, el Café tante prólogo del autor). Carla Zurián de la Fuente/ Claudio Palomares Salas 29

6El cuadro original de El Café de Nadie (1924) El Bachiller Cronista [Francisco Monterde]. desapareció y fue pintado nuevamente por Alva “Los cafés literarios.” Semanario Zig Zag, de la Canal en 1930 con ligeras modificaciones. 14 de abril de 1921, n. pág. Impreso. El grabado (1926), apareció en las páginas de El Gómez de la Serna, Ramón. Pombo. Biografía del movimiento estridentista de List Arzubide. El con- célebre café y de otros cafés famosos. Barcelo- junto de relatos de Arqueles Vela titulado El café na: Editorial Juventud, 1960. Impreso. de nadie, fue publicado en 1926. Un estudio sobre Hernández Palacios, Esther. “Entrevista con Ger- los cuatro cafés de nadie, está siendo preparado ya mán List Arzubide.” Estridentismo vuelto a por los autores. 7 visitar. : Cuadernos de Cultura Pop- En El movimiento estridentista, List Arzubide ular, 1997. 65-80. Impreso. comenta: “Se realizó la primera exposición estri- List Arzubide, Germán. “La Pajarita de Papel.” dentista en el Café de Nadie, una tarde iluminada Cuenta y balance. México: pen Club, núm. 27, de carteles. 5,000 boletos vendidos con diez días de 7 de marzo de 1944. En Luis Mario Schneider, anticipación aseguraban el éxito; subterráneamen- El Estridentismo 1921–México–1927. México: te los políticos preparaban sus porras compradas UNAM, 1985: 36. Impreso. de lance en la desvergüenza para atacar a los expo- sitores; la realidad frustró sus afanes; palidecieron —. El movimiento estridentista. Jalapa: Ediciones ante la multitud que llenó de hurras a los presentis- Horizonte, 1926. Impreso. tas y aplaudió la irreverencia de los introductores Maples Arce, Manuel. Soberana Juventud. Madrid: de los gritos.” (62) Plenitud, 1967. Impreso. 8List Arzubide, Cuenta y balance, “La Pajarita Newhall, Nancy (ed.). The Daybooks of Edward de Papel,” México, pen Club, núm. 27, 7 de mar- Weston, vol. I: México: Aperture, 1973. Im- zo de 1944. Citada en Luis Mario Schneider, El preso. Estridentismo 1921–México–1927, unam, México, Schneider, Luis Mario. El estridentismo o una lit- 1985: 36. Impreso. eratura de la estrategia. México: Conaculta, 1997. Impreso. Tablada, José Juan. “José Clemente Orozco. The Obras citadas Mexican Goya,” publicado en International Studio de marzo de 1924, en Jean Charlot, Becerra, Gabriela (coord.). Estridentismo: memo- El Renacimiento del muralismo mexicano, ria y valoración, Sep Ochentas/fce, México, 1920-1925. México: Editorial Domés, 1985. 1983. Impreso. Impreso. Casasola, Gustavo. Seis siglos de historia gráfica de Vela, Arqueles. El Café de Nadie. Jalapa: Edicio- México, 1325-1976. México: Editorial Gus- nes Horizonte, 1926. En Schneider 453. Im- tavo Casasola, 1978. Impreso. preso. Díaz y de Ovando, Clementina. Los cafés de México —. “La tarde estridentista: Historia del Café de en el siglo XIX. México D.F.: UNAM, 2000. Im- Nadie.” El Universal Ilustrado. 362. 17 de preso. abril de 1924. Impreso.

Letras Hispanas Volume 11, 2015 Title: De la herencia aborigen al nuevo regionalismo geográfico: el mar de los artistas canarios Author: Diego R. Batista Affiliation: Weber State University, Department of Foreign Languages, 1395 Edvalson Street, Dept. 1403; Ogden, Utah 84408-1403 Abstract: Although in the past the attempts to identify the identity of the Canarios have been very numerous, it is not until the late nineteenth or early twentieth century that artists and writers from the islands feel compelled to point out, from their particular perspective, the values and characteristics of an insular collective consciousness. The urgent search for a cultural definition in the previous century resulted in an intellectual commotion in the twentieth and a reading of the islands’ self-tradition in constant resistance with the European. This article provides a brief survey of the Aboriginal cultural permanence in the works of Canario writers as well as the im- posed Spanish identity as an attempt to establish a homogeneous sense of nation. The article also discusses how intellectuals from the have referred to the marine topic to discuss the political and economic relations between the islands and the peninsula, emphasizing aspects that frequently emerge in the works of Canario writers and that relate to the dual characteristic of the sea represented simultaneously as an escape and a limit. Keywords: Canary Islands, Identity, Literature, Regionalism, Sea Resumen: Aunque en el pasado las tentativas por concretar la idiosincrasia de los canarios han sido muy numerosas, no es hasta finales del siglo XIX y principios del XX que los escritores y artistas isleños se sienten comprometidos a puntualizar, desde su perspectiva particular, los valores y car- acterísticas de una conciencia insular colectiva. La urgente búsqueda por una definición cultural en el siglo anterior dio como resultado una agitación intelectual en el XX y una lectura de la propia tradición isleña en constante resistencia con la europea. Este artículo realiza un breve estudio de la permanencia cultural del aborigen en las obras de los escritores canarios, así como de la identidad española impuesta como intento de establecer un sentimiento de nación homogéneo. El artículo además analiza cómo los intelectuales canarios se han remitido al tópico marino para debatir las relaciones político-económicas entre las islas y la península, enfatizando los aspectos que emergen frecuentemente en las obras de los escritores canarios y que tienen relación con la característica dual del mar representado como vía de escape y límite al mismo tiempo. Palabras clave: Canarias, identidad, literatura, regionalismo, mar Date Received: 9/15/2014 Date Published: 6/12/2015 Biography: Diego R. Batista was born in the Canary Islands, Spain three years before the end of Franco’s dictatorship. He came to the United States to study Spanish at Brigham Young Univer- sity, Utah in 1998. After graduating in 2001, he worked as a High School teacher in California for four years. At the same time, he completed his Masters in Spanish Literature and Linguistics from California State University, Fullerton in 2005 and his Secondary Spanish Teaching Creden- tial at California State University, San Bernardino in the same year. He received a PhD in Spanish from the University of Oklahoma in 2010. He has been an Assistant Professor at Weber State University, Utah since 2011. His research interests include literature and cultural studies from and about the Canary Islands, as well as the literary and historical relationships between Spain and Latin America especially pertaining to marginal territories and transatlantic literature. Di- ego is married and has six children. E-Mail: [email protected] ISSN: 1548-5633 32 Letras Hispanas Volume 11, 2015

De la herencia aborigen al nuevo regionalismo geográfico: el mar de los artistas canarios Diego R. Batista, Weber State University

Mar: yo quisiera confesarme contigo esta mañana, y sobre tu regazo, como un niño que sobre el pecho maternal descansa, reposar confiado mientras va hablando el alma (Juan Millares Carlo 10)

La temática y carácter de la literatura parte, cimentar la base para la reelaboración canaria moderna alcanza su definición cul- de nuevos mitos que expliquen la vigente si- tural a través de una serie de influencias que tuación de las islas y por otra, deshacerse de la van forjando al mismo tiempo que la ca- la representación que se ha hecho del pueblo pacidad creadora de los escritores de ese mo- canario a partir de una perspectiva externa. mento histórico van añadiendo, recreando o Para ello, y como analizaremos a continua- bien modificando tanto los tópicos como la ción, los escritores insulares explorarán el estética que los precede. En lo que respecta a sentimiento de “canariedad” a través de un la literatura canaria, ésta se ha visto influen- largo proceso temático que abarcará por un ciada ante todo por fuerzas externas con las lado, el aislamiento físico y simbólico en el que comparte afinidades. Si las literaturas espacio limitado insular y por otro, la inclu- castellana, europea y americana le han brin- sión de tópicos en referencia a la evasión y el dado oportunidades para crear una materia universalismo como piezas importantes en común, la situación geográfica y la realidad la enunciación del carácter isleño al mismo histórica de las islas también han fomentado tiempo que exploran y reconstruyen la mito- la creación de una literatura particular, si no logía del Archipiélago. Entre estos tópicos, el en los temas tratados al menos en la aproxi- elemento marino será utilizado en la creación mación a dichos tópicos. La subsistencia a literaria y artística para ilustrar el proceso través de los siglos de leyendas sobre las Islas evolutivo de la identidad canaria y su relación Canarias han consolidado el proceso misti- con la comunidad insular actual. ficador en el archipiélago. Por otra parte, la El primer trabajo folclórico canario data identidad imaginaria de los isleños ha estado de finales del siglo XIX con la encuesta rea- fuertemente regida por su “alteridad,” o en lizada por el médico tinerfeño Juan Béthen- otras palabras, muchas de las peculiaridades court Alfonso (1847-1913) y que el Ateneo de o rasgos que se asocian con el ser canario se Madrid promovió en 1901, con el propósito han ido incorporando al imaginario popular de efectuar un estudio sobre las costumbres a través de aportaciones externas que han de nacimiento, matrimonio y muerte en las querido definir la identidad insular y su re- islas.2 Proyectos similares, como el de Víc- lación con el resto de la nación pero que sólo tor Grau-Bassas en la isla de Gran Canaria han logrado crear una visión fragmentada del (Usos y costumbres de la población campesi- isleño.1 En este trabajo, veremos como los ar- na de Gran Canaria, 1885-1888) entre otros, tistas canarios contemporáneos se han servi- son muestras del apogeo que el folclore y la do de estas dos circunstancias para, por una historiografía canaria tuvieron durante este Diego R. Batista 33 importante período. Todo esto reforzó el sen- “uno” en el proceso definitorio de su identi- timiento “general” que se percibe en las obras dad cultural y social. Este nacionalismo cana- de esta época y que suele enfocarse en la fi- rio, en general, se define como una corriente gura del campesino o pescador canario que ideológica que busca la constitución de las disfruta de su lugar en la sociedad y que se Islas Canarias como nación independiente. convierte, como parte del ambiente y paisaje Aunque a lo largo de la historia de las insular, en mera figura decorativa. Aunque el islas sobrevivieron momentos en los que se arte canario de esta época incluye la figura del trató de establecer la ideología nacionalista aborigen guanche como representación del canaria de forma permanente, no es hasta fi- “carácter” isleño, lo hace desde una perspec- nales del siglo XIX que los nacionalistas cana- tiva y estética fundamentalmente romántica rios empiezan a congregarse en organizacio- que no busca la reivindicación del habitante nes o grupos políticos de mayor importancia, insular dentro de la nación. Surge durante desde independentistas hasta partidarios del este primer momento en el establecimiento federalismo dentro de España pasando por de la identidad canaria, un reducido grupo de regionalistas y autonomistas. Para muchos escritores y artistas canarios que opta por una de los miembros de estos partidos la meta literatura que se aúna a los movimientos lite- más alta es la de lograr el autogobierno del rarios e ideológicos de Castilla y que promue- Archipiélago Canario. A principios del siglo ve el intento de incluir la presencia artística XX se funda en Tenerife el Partido Popular canaria como parte de la producción literaria Autonomista (PPA) considerado como el de la nación. El drama de José Desiré Dugour primer partido de tipo obrero en las islas. titulado Tenerife en 1492, y representado en Nicolás Estévanez (1838-1914), José Cabrera el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife Díaz (1875-1939), José Esteban Guerra Zer- en 1852, es una muestra del sentimiento que pa (1865-1926) y Secundino Delgado (1867- este grupo pretende reflejar en su obra, “Ya 1912), estimado como el padre del naciona- Castilla y Tenerife son hermanos/ Que viva lismo canario, denuncian desde este partido el pueblo guanche/ Castellanos” (Castro Bo- la nueva situación colonial así como un fer- rrego 189).3 Estos escritores, por consiguien- viente anticolonialismo derivado de sus expe- te, escribirán muchas veces desde y sobre las riencias en tierra venezolana y cubana sobre islas pero tanto la temática, como el estilo y todo, con poemas como el siguiente: la aproximación a dichos temas ofrecerá mu- chos menos rasgos particulares al carácter Si el sol que primero vi insular que los ofrecidos por los otros grupos. fue el de mi Patria Nivaria, De estos grupos destaca uno que pro- ¿Qué quiere España de mí? ¿Yo olvidar donde nací, fesará una ideología que busca la creación por la madrastra arbitraria? de una literatura propia e insular. Aparecen ¿Quién, que en las Afortunadas, entonces escritores que ven a Canarias como por su fortuna naciera, zona periférica a la nación que se alza contra viéndolas pobres, diezmadas, su centro para definir su identidad restituyen- de otro pueblo esclavizadas, do los valores locales como respuesta al cen- su libertad no quisiera? tralismo imputado por Castilla. Estos autores Yo, que a mi Patria venero, buscan definir la identidad canaria como una yo que venero su historia “institución cultural estable” independiente desde los cantos de Homero, ¡antes que a España, prefiero de la poética castellana. Germina por tanto de mis Guanches la memoria! en esta época un fuerte sentimiento nacional … … … … … … … … … … que ansía obtener el derecho a gobernarse au- ¿Es mi mente que me engaña, tónomamente y que busca la eliminación del o es del progreso el ensanche? 34 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Yo siento la misma saña la Escuela Regionalista de La Laguna (1878- contra la invasora España 1920).7 Los componentes de este grupo crea- que abrigó en su pecho el Guanche. ron imágenes, muchas veces paisajísticas, que (“Mi patria” 1-15, 66-70) enfatizaban el sentimiento de nostalgia que domina al isleño cuando este abandona su Por medio de la creación, a principios tierra al mismo tiempo que avivaron el entu- del siglo XX, de publicaciones de corte inde- siasmo por el pasado histórico representado pendentista como El Guanche o Vacaguaré en la figura del guanche que ya se había exal- estos escritores, aunque muchas veces desde tado en siglos anteriores por autores como fuera de las islas, le dan voz al movimiento Antonio de Viana en su Poema y que se co- nacionalista al enfatizar la visión del archi- rrelaciona con el fuerte interés, de manos de piélago como Islas Afortunadas y rechazar el historiadores y antropólogos, por investigar legado castellano solidarizándose claramente y analizar la sociedad y cultura autóctona de con la historia y herencia aborigen de los is- las islas hacia finales del siglo XIX.8 Basándo- leños.4 Aunque durante la segunda república se sobre todo en el mito de Dácil, los poetas española, el movimiento nacionalista propu- regionalistas buscan establecer la imagen del so un estatuto de autonomía que recibió el guanche, y por consiguiente la del canario, apoyo de ciertos partidos peninsulares, el es- como elemento integrante del pueblo espa- tallido de la guerra civil ocasionó que pasara ñol. En la obra más importante de Guillermo inadvertido.5 Perera y Álvarez (1865-1926), La Princesa Este sentimiento nacionalista tuvo fuer- Dácil publicada en 1896, el poeta le canta a la tes manifestaciones en el ámbito literario ya raza guanche en los siguientes versos: que muchos de los partidarios políticos de esta ideología eran, a su vez, escritores. Por Y así, fundidas en una tanto, junto a este ímpetu nacionalista a nivel estas dos razas opuestas, insular por parte de un significativo número como en campo de combate de individuos, se produce paralelamente un sangre enemiga se mezcla, gran auge periodístico que llegaría a consti- surgió la raza canaria, tuir el género canario más relevante de esta noble y leal, pero fiera época. Se fomenta la aparición de publica- siempre que planta invasora ciones literarias como El Atlante (1837-1839) hollar quiere sus riberas! (“IV” 47-54) y La Aurora (1847-1848) de fuerte direc- triz romántica, La Ilustración de Canarias De acuerdo a Ángeles Abad, la escue- (1882-1884) de labor divulgativa cultural en la regionalista idealiza “al guanche convir- el ámbito artístico y La Revista de Canarias tiéndolo en una figura mítica, un arquetipo (1878-1882) que mantenía colaboraciones adornado con las más extraordinarias virtu- extranjeras y que sirvió para propagar en las des: nobleza, bravura, fortaleza, espíritu de islas las nuevas ideas del positivismo literario independencia” (26) pero sin desvincularse enfatizando la expresión del amor a la patria completamente del sentimiento nacionalista chica y su gente, aunque sin dejar de ser por al exaltar además la figura del caballero es- eso menos español.6 No es de extrañar enton- pañol como componente fundamental de la ces, la selección de los tópicos usados en las conquista. Así en “Canto a la conquista” de obras de los escritores y colaboradores de estas Antonio Zerolo, miembro activo de la Escue- revistas, poetas sobre todo, que con su paten- la Regionalista la voz poética se expresa de la te sentimiento de amor a la patria chica, así siguiente manera: como del paisaje característico en y alrede- dor de la ciudad de La Laguna, hicieron de ¡Los guanches!... ¡Oh, cuan dura fue la suerte esta ciudad su lugar predilecto y fuente de de aquella estirpe generosa y brava, inspiración. De ahí que se les conozca como progenie heroica do el candor se advierte, Diego R. Batista 35

que antes quiso morir que ser esclava!... El regionalismo canario tiende, por Mas no deseo al lamentar su muerte, tanto, a exaltar lo tradicional y lo vernáculo de extintos odios remover la lava; destacando el mito de las islas Afortunadas, que si de raza conquistada vengo, o el jardín de las Hespérides, el folklore, el de la conquistadora sangre tengo. costumbrismo y las bellezas naturales, in- (“X” 73-80) fluenciados indudablemente por los movi- Percibimos en estas obras una clara di- mientos romántico y realista. Brota así un ferencia entre el regionalismo canario de la ímpetu regionalista en las escuelas artísticas, época, que ambiciona concretar la ambigua especialmente en la Escuela Luján Pérez de posición del canario en relación a su herencia Las Palmas que emprendió sus comienzos en dual: castellano-guanche en base al fomento 1917 cuando el periodista Domingo Doreste de mitos y leyendas “imaginadas” por autores Rodríguez (1868-1940) planteó la creación de anteriores, y la del nacionalismo que reniega una escuela artística que se enfocara en reco- de manera acentuada toda conexión con su ger ejemplos del arte popular instintivo que 10 pasado conquistado para vincularse al habi- tanto predominaba en las Islas. Respaldados tante original de las islas. por el entusiasmo de los intelectuales de la A consecuencia germina durante es- época se fundó en 1918, en honor al escultor tos años, a nivel nacional, una inquietud por y arquitecto canario José Luján Pérez (1756- reflejar lo particular y lo propio en un arte y 1815), la escuela que llevaría su nombre. El una literatura que favorecen el testimonio del crítico y filólogo Jorge Rodríguez Padrón, en ambiente y de su entorno. Canarias no es dis- su ensayo “Ochenta años de literatura. 1900- par a este sentimiento regionalista. Es lo que 1980,” trata la historia del movimiento regio- Ángeles Abad expone al apuntar que ese sen- nalista canario decimonónico muy ligera- timiento, es decir, “la visión hacia dentro—a mente afirmando que éste “se había refugiado profundizar en el regionalismo—se agudiza en una imagen idealizada y falsa de la historia 11 más, como es natural, en las zonas periféricas y de la geografía insulares.” Y sin embargo, del país en las que la introspección y el aná- los artistas de la escuela Luján Pérez, fueron lisis de las diferencias conducen, a menudo, capaces de romper con los cánones tradicio- a posiciones de nacionalismo político” (30). nales del regionalismo y la percepción mítica Emerge, como resultado, un sentimiento co- del archipiélago al ofrecer así un enclave para lectivo de “canariedad” que es afín en la obra las vanguardias y la crítica social desde el arte. de muchos de los artistas y escritores de esta No sólo lo hicieron por medio de un enfoque época y que se manifiesta en sus escritos, en el paisaje agreste y seco de las islas o la como ocurre en el poema más conocido de cultura aborigen prehispana sino demandan- Nicolás Estévanez y Murphy (1838-1914), do, a nivel social, un rol para la mujer en el considerado el impulsor de la Escuela Regio- ámbito laboral y enfatizando la importancia nalista, del pescador, el agricultor y el artesano como parte de la identidad y cultura canarias.12 Mi patria no es el mundo, Con el desastre del 98 se produce, sin mi patria no es Europa, embargo, un drástico cambio en las corrien- mi patria es de un almendro tes ideológicas y culturales ancladas en Cana- la dulce y fresca, inolvidable sombra rias y, en general, en todas las zonas perifé- … … … … … … … ricas del país. Al mismo tiempo, a través de mi patria es una isla, mi patria es una roca, proyectos y estudios de historiadores, antro- mi espíritu es isleño pólogos y escritores insulares así como euro- como los riscos donde vi la aurora. peos, se descubre que la mayoría de las tra- (5-8, 53-56 cit. en Nuez Caballero 29)9 diciones existentes en el archipiélago en esa 36 Letras Hispanas Volume 11, 2015

época se deben a aportaciones posteriores a A partir de ese momento, los críticos de la la conquista española de Canarias y poco tie- cultura canaria han tratado de definir la pro- nen que ver con la historia aborigen, con la ducción artística del Archipiélago del último excepción de, por ejemplo, el baile del canario siglo basándose tanto en las tendencias estéti- y algunas referencias a la sociedad aborigen cas perpetuadas como en la aproximación de halladas en relatos y crónicas de la época co- los autores a una temática insular común, con lonial. A raíz de estos hallazgos, surge entre un enfoque en las divergencias y similitudes los intelectuales canarios una enfebrecida en relación a los movimientos y corrientes crisis cultural. Consecuentemente, el enfoque peninsulares y americanos contemporá- se vuelve hacia las corrientes e ideologías eu- neos.13 Como escritores importantes en lo ropeas de principios de siglo XX, rechazando que se refiere a la transición del regionalismo hasta cierto punto la herencia española que decimonónico a las corrientes modernistas, Canarias, como territorio colonizado, se ha- aparecen tres poetas que no sólo fueron ad- bía visto forzado a acoger. A su vez, los traba- mirados por los jóvenes escritores del primer jos del etnógrafo palmero José Pérez Vidal se cuarto de siglo sino que preparan el camino enfocan ahora en el estudio de la lengua y la para la llegada de esta nueva estética y temá- etnografía del pueblo canario con observacio- tica literaria: Domingo Rivero (1852-1929) nes que pretenden ser más objetivas. En sus “hermano mayor de la mesura” (Artiles 181) escritos, Pérez Vidal se refiere al cuestionario poseedor de una poesía concisa, contenida de Béthencourt Alfonso de 1884 acusándolo e íntima, Julián Torón (1875-1947) de senti- de contener un substancial defecto, su “obse- miento nostálgico y lirismo emotivo pero con sión por lo aborigen y por lo declaradamente una “palpable nervosidad de espuma marina” isleño” (24). De la misma manera, los libros (Valbuena 55-56), y Luis Doreste (1882-1971) dedicados a Canarias durante mucho del si- apegado a los temas íntimos. glo XIX prestan mayor atención “a la pobla- Con la manifestación de movimientos y ción prehispánica, de la que apenas se hallan corrientes de principios del siglo XX que bus- vestigios, que a la población que encuentran can crear un arte fuera de sí mismo, es decir, en las islas” (Pérez Vidal 10). Como reacción independiente de su entorno y condición físi- a este histórico aglomerado de percepcio- ca, se establece de manera más estable la base nes e intentos por definir la sociedad y cul- para la aparición de una literatura canaria tura canarias enfocándose en las diferencias con aspiraciones universalistas.14 Este proce- insulares en relación al resto de España, los so, por supuesto, no es inmediato sino que se intelectuales canarios de la época buscaron va manifestando de forma paulatina a la par una manera de definirse a sí mismos de for- de las corrientes literarias y estéticas que van ma colectiva ya que, como afirma Fernando emergiendo durante las primeras décadas del Castro Borrego, el resultado del rechazo a los siglo. Los escritores canarios comienzan su movimientos y corrientes anteriores “es una andadura intentando sintetizar universalis- imagen de la tradición en la que el individuo mo y regionalismo, es decir, reivindicando lo se disuelve para encontrar su identidad en el propio al mismo tiempo que luchan por in- grupo” (26-27). tegrarse en la vida cultural de la metrópoli, Aunque el fuerte regionalismo canario reflejando de esta manera la ambivalencia de que había impregnado la literatura de las is- las regiones periféricas ante su situación polí- las durante el siglo XIX coexistió durante este tica y social. Este regionalismo, sin embargo, período, debido tal vez a lo que Valbuena Prat no es el “viejo” regionalismo del siglo XIX llamó “el amor a la región y al paisaje” (54) contra el que ya Unamuno había avisado re- de los artistas regionalistas notamos, para co- firiéndose al poema de Estévanez, “pobre del mienzos del siglo XX, una ruptura de ciertas que no tiene otra patria que la sombra de un formas estéticas que iban pasando de moda. almendro, acabará ahorcándose en él” (cit. en Diego R. Batista 37

Doreste Rodríguez 47). La intención de este que se habían agregado al imaginario popu- nuevo regionalismo es la que señalan los crí- lar insular elementos y símbolos que muy ticos Joaquín Artiles e Ignacio Quintana al poco tenían que ver con la realidad aborigen decir que “las vanguardias periféricas se ma- de las islas. Este descubrimiento, es decir, la nifiestan a menudo bajo la forma de regiona- realización de contribuciones extranjeras, así lismo o nacionalismo, es decir, precisamente como la invención y reconstrucción de mi- como rechazo a la uniformidad impuesta por tos y relatos de manos de los colonizadores, las estructuras imperialistas, como un intento sirvió para que el pueblo canario buscara en de construir esa identidad inexistente” (52). su propia tierra la respuesta a una identidad Análogamente, los escritores se inclinan por insular colectiva. Para ello, y durante este pe- describir la geografía canaria—con la inclu- ríodo, los escritores canarios vuelven a ver- sión del mar—en su búsqueda por una iden- ter su mirada y consecuentemente todos sus tidad insular, ya que ésta es más fiable que la sueños, temores y expectativas en la inmen- búsqueda en un pasado histórico que, como sidad del océano que los cerca. El mar les ha pueblo conquistado, les ha sido negado o si- servido primero como mecanismo en el que lenciado. El rechazo a la historia puede verse reflejar la representación de su identidad in- además como claro símbolo de resistencia sular, tanto individualmente como con el res- hacia la colonización misma, es decir, como to del mundo, y segundo como instrumento intento de reapropiación de la tierra usurpa- catártico con la capacidad para encauzar ese da por los conquistadores. A consecuencia, sentimiento general de “canariedad.” A través se elabora entre los autores de este período, del mar, el artista canario ha tratado de darle y aún más entre los pintores y escultores de una voz más concreta, entre otras cosas, a su la escuela Luján Pérez, la descripción de un sentimiento político, a su aislamiento y a su paisaje insular común a todo el archipiélago memoria. (seco y árido, alejado de los vergeles mitoló- Por tanto, los escritores del archipiélago gicos) al mismo tiempo que se fomenta la re- harán uso del mar y la temática marina para elaboración de leyendas populares a partir de establecer primero un marcado sentimiento la geografía como origen de las islas. Esta ree- de intimidad y aislamiento y segundo, como laboración de la mitología isleña cumple una fuerza impulsadora hacia nuevos horizontes. función reivindicativa al otorgarles a los ca- La isla se convierte para los autores y artistas narios la manera de imaginar una nueva «his- canarios en territorio donde forjar y preservar toria» que desbanque aquélla impuesta por una cultura en proceso de definición, y al mis- los colonizadores del archipiélago al mismo mo tiempo, en representación simbólica del tiempo que tratan de definir su propio arte. alma del pueblo insular. La situación geográfi- Aunque es cierto que, a intervalos, perci- ca de las islas, a la vez que induce a la inclusión bimos un deseo por definir la identidad cana- del circunvecino mar en el imaginario popu- ria en relación a su situación geográfica y po- lar, también sirve para acentuar el efecto de lítica durante esta época, no es hasta entrado aislamiento que sufren los isleños. Los dos si- el siglo XX que los escritores canarios, moder- guientes versos escritos por Manuel González nistas así como vanguardistas, deconstruyen Barrera en su poema El mar y yo son muestra las características y valores asignados al perso- ejemplar de este sentimiento de reclusión, “Oh naje canario con ánimo de concretar, si bien mar de mi isla, barrotes/ de horizontes y albo- limitadamente, un lugar físico y emocional radas” (15). Tanto el sentimiento de aislamien- para el isleño aunque sea muchas veces fuera to como de intimismo presentes en los versos de los confines que la misma tierra insular le del poeta son entidades frecuentes en la pro- ha conferido a sus habitantes. Como ya hemos ducción artística de los insulares. Según Pérez mencionado, el trabajo de historiadores y crí- Minik es habitual observar en todas las islas, ticos de la cultura aborigen canaria demostró no sólo las Canarias, “elementos comunes que 38 Letras Hispanas Volume 11, 2015 les dan una caracterización muy sorprenden- De ahí que a menudo se aprecie un intento te: la falta de espacio uniforme, la clausura por delimitar la identidad no existente a tra- que pone el mar a su recinto y el sentimiento vés de una expresión artística tanto regional de un tiempo detenido” (51). Los canarios no como nacional que rechaza la uniformidad sólo se ven afectados por la geografía de las asignada por las estructuras imperialistas. islas al vivir rodeados por el mar sino que, a Este nuevo regionalismo conduce a la auto- su vez, se sienten cercados por éste, atados a reflexión de la tradición literaria canaria con un risco del que no hallan salida. Como ma- la consiguiente aparición de una crisis entre nifestación de este aislamiento, los escritores los autores insulares al descubrir que, según canarios optarán en sus obras por volverse alega Juan Manuel Trujillo en su obra ¿Existe hacia el mar con una mirada subjetiva, usán- una tradición? (1934), “se encuentran en esa dolo como vía catártica, es decir, como agente terrible coyuntura de no tener tradición, de (pasivo o activo) al que el canario se dirige en no saber cuál es la tradición de sus islas nati- un intento por definir su propia voz o con la vas, y de no saber si tal tradición existe o no” intención de precisar aquellas diferencias que (149). Al mismo tiempo, apreciamos un re- definen al pueblo canario con respecto a la chazo del pasado histórico de las islas al rela- península y América. cionarlo con la colonización. Como resultado, El grupo de escritores surrealistas y los artistas canarios se aíslan tanto geográfica vanguardistas jóvenes canarios del primer como político-culturalmente favoreciendo al tercio del siglo XX profesa una ideología con mismo tiempo un regionalismo cerrado y un mayores ansias de universalismo. En el “Pri- acogimiento de todo lo extranjero como base mer Manifiesto” de La Rosa de los Vientos lee- para la definición de una identidad cultural. mos, “somos marineros de todos los mares. Como presencia física de este aislamien- Obreros de la universalidad.”15 Es en este gru- to y recepción de influencias foráneas, el mar po de escritores que se produce un cambio ra- germina con una presencia casi omnipresente dical con la inclusión de, como analizaremos en las obras de los escritores canarios. Si los a continuación, un sentimiento de apertura y miembros de la Escuela Luján Pérez apenas un ansia por conectar con el mundo exterior incluyeron el mar en sus obras, los escritores descartando al mismo tiempo el infructuoso vanguardistas, poetas sobre todo, se volca- regionalismo del siglo XIX así como ese lega- rán sobre el mar “hundiendo las rodillas en do de leyenda heredado tras muchos siglos. el agua, subvirtiéndose y universalizándose” Voces, como la del poeta Agustín Espinosa (Pérez Minik 89) como medio geográfico y (1897-1939) crearán versos pidiendo un “Mar paisajístico en la búsqueda de identidad. Di- sin mitología / Mar íntimo, Geográfico” (cit. cha identidad, como indica Antonio Dorta en en Sánchez Robayna, Canarias 104) mientras su artículo “La venganza de Canarias,” quizás que Emeterio Gutiérrez Albelo (1905-59) sea más una consecuencia del papel de las islas unirá el mar y la ciudad en sus versos “Otra como colonia olvidada que la obvia posición vez la ciudad, con su abrazo de seda./ El mar, de las islas, físicamente enmarcadas y aisladas el mar. El mar./ Y la ciudad, tendida en la ri- por el mar.16 El mar, entonces, cobra vital im- bera” (“Otra vez, la ciudad” 1-3). A su vez, J. portancia en la temática de los escritores mo- Pérez Vidal, lanzará su invocación a los vien- dernistas y vanguardistas aunque estos modi- tos en un intento por reclamar un lugar don- fican el valor simbólico que había tenido en de definir su identidad más allá de las costas épocas anteriores. Es común observar en la canarias, “¡Quiero la mar—la que sea—! que obra de los autores románticos una contem- yo me muero en la playa” (“Barquero” 11-12). plación del mar que suele conducir al deseo La literatura canaria de este período se intelectual de compararlo con la vida misma. colocó así dentro de ese ideal universalista que José Luís Correa dice que “el agua es la esencia procuraba encontrar su lugar en el mundo des- de la vida…y de la muerte” (cit. en Quesada, de la perspectiva de la propia realidad insular. Lino 209). Dentro de la estética marina, la Diego R. Batista 39 imagen del mar como símbolo de eternidad Montiano Placeres Torón (1885-1938) con su es sin duda el elemento preferido de los ro- visión anecdótica e íntima del mar:18 mánticos así como el gran interés que surge en los escritores de este período de otorgarle lleva contigo propiedades humanas, o sea de personificar- mi pena: lo para convertirlo así en el interlocutor del para poema, o en otras palabras, en el vocativo del que se pierda contigo en el mar. poeta. A su vez, el mar que los románticos fa- (“Agua” 7-11, cit. en Artiles 249) vorecen en sus obras es un mar tempestuoso, un terrorífico espectáculo natural que actúa Juan Millares Carlo (1895-1965) que con un como telón de fondo o como mero valor ac- verso coloquial y simple hace del mar su con- cesorio, y no con carácter protagónico como fidente: “mar: yo quisiera/ confesarme con- 17 ocurriría más tarde durante el realismo. tigo esta mañana” (“Mar” 1-2, cit. en Artiles Más adelante, poetas como el gomero Pedro 250); o Luis Benitez Inglott (1895-1966) de Béthencourt Padilla (1894-1985) le canta al poesía más lírica que descriptiva: mar de los emigrantes y siente el sufrimiento de la emigración en su poema Atlántico, La mar en la solemne noche abierta sin horizontes ni riberas. Todo ¡Mar de los emigrantes!: ¿volverán sumergido en la sombra, sumergido los que se alejan al terruño amado? en una inmensidad de viento y agua. … … … … … … … … … … … … Ni una luz, ni una estrella. Oh mar que haces posible la amargura ¡Oh, alma mía de conquistar el pan en tierra ajena. perpetuamente en pie sobre la costa! (49-50, 59-60) (“Jesús sobre las olas” 1-7)

A su vez, en los sonetos marinos en Me- Después llegarían los escritores que se afe- dallas (1925, publicado en Cuba) del lagunero rrarían a las corrientes vanguardistas en un Francisco Izquierdo e Izquierdo (1886-1971) intento por definir una identidad insular en hallamos un sentimiento intimista donde el vías de desarrollo continuo. Poetas precur- poeta evoca su infancia y el amor a su tierra sores como Josefina de la Torre (1907-2002), natal y presenta una perspectiva del mar des- José Rodríguez Batllori (1909) y Domingo de el puerto, López Torres (1910-1937) para quien “el mar iba a ser siempre su cárcel” (Pérez López 24) en el romanticismo pueril de la balada y vanguardistas como Pedro Perdomo Ace- que recita la espuma, la farola del do (1897-1977), Eduardo Westerdhal (1902- Puerto 1983), Domingo Pérez Minik (1903-1989), es como un ojo fijo, morbosamente Agustín Espinosa García (1897-1939), Eme- abierto terio Gutiérrez Albelo (1905-1969), Pedro sobre el azul enigma de la enorme lla- García Cabrera (1905-1981) y Juan Ismael nada. González (1907-1981). (“Santa Cruz, concha del mar” 5-8) Si por un lado, Valbuena Prat indica que las características de la poesía en Canarias de El soneto crea una “antítesis entre la ciudad, principios de siglo hasta finales de la década caracterizada por su pequeñez e inmovilis- de los 30, son el aislamiento, el cosmopolitis- mo, y la grandeza y el enigma marítimos” (Ji- mo, la intimidad y el sentimiento del mar,19 ménez del Campo 812). Pedro García Cabrera se pregunta por su par- Paralelamente y siguiendo la línea in- te si, “¿Existe una poesía propiamente cana- timista de Saulo Torón (1885-1974) surgen ria?” al exponer que no sabemos con certeza poetas como Ignacia de Lara (1881-1940); si las constantes que se han advertido en ella, 40 Letras Hispanas Volume 11, 2015 es decir aislamiento, intimidad y cosmopoli- en los siguientes versos de Ignacio Negrín tismo, son realmente “constantes anímicas de (1830-1885): un espíritu insular o si se trata simplemente de preferencias generales, si son meros ingre- La tierra y su orgullo vano dientes literarios de circunstancias socioeco- Me causan mortal hastío; nómicas mudables o características válidas Pero el mar... ¡Oh! ¡El mar es mío! para todo tiempo” (151). Por tanto, referirse Mi patria es el océano. (“Mas yo que al turbio elemento” 5-8) a estas características para calificar a la poe- sía isleña de la región se hace bastante difícil, o en estos de Fernando García-Ramos (n. ya que la mayoría de los poetas canarios se 1931): aventuraron en empresas solitarias que, si en ocasiones coincidieron, fue a partir de la for- Que libre campo es el mar mación de grupos poéticos en torno a revis- nadie lo asurca ni siembra, tas, que sirvieron como primeros intentos de ni tiene majanos blancos, unificación literaria y cultural. ni tiene lindes ni cercas. El mar para el isleño posee, en general, (“Qué libre campo es el mar” 1-4) una característica dual es decir que brota ra- diante y doliente al mismo tiempo. Primero, Ambos poemas ejemplifican lo que Domingo se lo describe con sustantivos como jaula, Pérez Minik indica en su ensayo Isla y Lite- verdugo, grillete, carcelero, prisión para re- ratura (1988) al apuntar que “una isla ha de presentar el lugar donde el canario se siente entenderse con insistencia como un debate encarcelado y aislado tanto física como es- penoso, trágico pero purgativo entre la som- piritualmente. Apreciamos esta emoción en bra del almendro que circunda al hombre y el los siguientes versos de Alonso Quesada en horizonte más universal que ve a todas las ho- los que la voz poética aparece marcada por ras del día de ese mar que le invita a la huida, una enérgica angustia hacia los poderes divi- el viaje, la aventura” (512). En ambos casos, el nos que forjan la posición aislada del cana- mar constituye un elemento definitorio en la rio frente al mar: “no puedo perdonarte esta construcción de la libido identitaria insular, condena / de isla y de mar, Señor...” (“Versos” ya que los isleños son “más hijos del agua que 9-10). En otro poema, el velero simboliza el de la tierra. El mar…se extiende ante nues- alma del isleño que, cual barca incapaz de tros ojos y nos rodea” (361). En el primer caso sobrepasar los horizontes o barreras que el el mar funciona como aislador que obliga al mar le impone, se siente rodeado por una canario a darle la espalda y buscar su propia fuerza física que lo aprisiona y lo limita: “El identidad en el interior, en la historia, el pai- corazón siempre en un punto misterioso/ y el saje y las costumbres de su pueblo. En el se- alma sobre el mar ¡blanca!... ¡El velero/ que gundo, es vía migratoria y senda abierta por no pasa jamás del horizonte!...” (“Tierras de la que definir una idiosincrasia canaria más Gran Canaria” 28-30). María Rosa Alonso en cosmopolita y universal en base a fuentes ex- su trabajo Las generaciones y cuatro estudios tranjeras pero sin olvidar completamente lo expone que “este sentimiento de la angustia, regional y autóctono. de esa soledad geográfica que es la isla, es una El deseo por parte de los poetas cana- aportación peculiar y específica de la poesía rios de reinventar la conciencia insular es lo de Canarias a la lírica española” (76). que Andrés Sánchez Robayna expone en Ca- Segundo, el mar se nos presenta con los narias: las vanguardias históricas, en relación atributos de vivacidad, movimiento, fuga, o a la obra del poeta canario Agustín Espinosa de camino exterior por el que los habitantes (1897-1939) ya que éste presenta una visión de las islas intentan alcanzar lejanos horizon- de la isla donde “el agua es cambio, metamor- tes. Podemos advertir ese deseo de evasión fosis, y la tierra es estatismo metafórico. La Diego R. Batista 41 isla es el espacio de la lucha” (106). Ese espa- que tratan de hallar respuesta a las pregun- cio para la lucha es finalmente, donde el artis- tas más básicas del ser humano, ¿quién soy? ta canario ha tratado de definirse a sí mismo y ¿hacia dónde me dirijo? El pueblo del Ar- y su relación con el mundo que lo rodea y lo chipiélago, en sus variadas manifestaciones limita. Para ello, ha tenido que combatir las artísticas explora una forma de sintetizar restricciones impuestas por la permanencia la importancia de la voz popular canaria en de mitos y leyendas que han circunscrito su la búsqueda de su propia identidad. El mar, carácter al mismo tiempo que ha batallado como medio representativo en dicha búsque- contra una serie de influjos externos que han da, cobrará vital importancia en la obra de los tratado de determinar su identidad de ma- artistas canarios sirviendo como puente entre nera fragmentada. Como consecuencia, el la percepción externa que se tiene del isleño y isleño ha buscado en la imagen del mar que su lucha por definirse. lo circunda, un intermediario así como un medio de escape con el propósito de rebelar- Notas se contra los límites que se le han marcado o para aislarse. A través de imágenes marinas, 1Según José Tomás Béthencourt Benítez en su el canario ha reflejado su aislamiento, su in- ensayo La psicología del pueblo canario (2003), la timidad, su memoria y su nostalgia al mismo mayoría de los trabajos que señalan las caracterís- tiempo que ha vertido en el mar todas sus ticas psicológicas del pueblo canario suelen incluir ambiciones, temores y expectativas con la las siguientes: humor, dulzura, nobleza, humildad, esperanza de encontrar un territorio donde tolerancia, paciencia, aguante, flexibilidad, paci- reinventar su identidad. fismo, desconfianza, miedo, servilismo, resigna- ción, odio solapado, apatía, desinterés, indiferen- En definitiva, el mar pasa a formar parte cia, egocentrismo, hipocondría, etc. Béthencourt del imaginario popular de los isleños no sólo apunta además que parece existir un acuerdo en como integrante del mundo simbólico de mi- concretar como rasgo destacable y bastante defi- tos y tradiciones de los canarios, cimentado nitorio de la forma de ser del pueblo canario su en la síntesis de varias culturas sino que a su “complejo de inferioridad,” o sea, la tendencia a vez, toma forma concreta al convertirse en el infravalorarse, a considerar como superior todo epicentro de sus expectativas y de sus temo- lo foráneo por el mero hecho de no pertenecer a res. El mar es el “elemento fundamental en la su entorno. Para Béthencourt, esta subestimación conformación del carácter del isleño, el mar de sí mismo y hasta cierto punto, desprecio de sí mismo, es uno de los elementos más típicos de la constituye el horizonte ante el que desarrolla personalidad propia de los pueblos colonizados su vida” (Abad 132). Por consiguiente, el ca- (cit. en Hérnandez Hernández 502). nario ve en el mar todo un cúmulo de signifi- 2Véase la edición moderna de este estudio: cados que le ayudan a definir su identidad al Costumbres populares canarias de nacimiento, ma- mismo tiempo que sirven para solidificar la trimonio y muerte. Santa Cruz de Tenerife, 1985. percepción intrínseca de su carácter. En, y a 3En la bibliografía del texto The Guanches of través del mar, el isleño encuentra una forma Tenerife, the Holy Image of Our Lady of Candelaria, de expresión que opera como medio catártico and the Spanish Conquest and Settlement (1594) a la hora de delimitar su lugar en el mundo. escrito en 1907 por Alonso de Espinosa (1543-?), Por un lado, el mar sirve como enlace entre encontramos la siguiente cita “Drama histórico en el pasado histórico y mitológico del canario cinco actos y en verso. Por Don José Désiré Du- gour. Representado con general aplauso en este actual y el aborigen prehispánico y por otro, Teatro el 19 de Noviembre de 1852. Aniversario de constituye un medio que determina la singu- S. M. la Reina, pp. 95. Imp. y Lib. de D. V. Bonnet: laridad de la identidad canaria con respecto Santa Cruz de Tenerife, 1853” (nota a pie de pági- al resto del mundo. Los escritores y artistas na número 85). canarios regresan al mar para volcar sus de- 41ª época: revista quincenal de la que se seos y sus preocupaciones al mismo tiempo publican cinco números desde el 18 de noviembre 42 Letras Hispanas Volume 11, 2015 de 1897 al 6 de febrero de 1898, 2ª época: 12Yolanda Peralta Sierra y Elsa González Martín. diecinueve números desde el 15 de marzo de 1924 “El indigenismo plástico: la Escuela Luján Pérez en hasta el 28 de febrero de 1925. Canarias y el movimiento muralista en México.” El 5Para mayor información sobre el nacionalis- discurso artístico norte y sur: eurocentrismo trans- mo canario, véanse los trabajos de Manuel Her- culturalismos (coord. por José Luis Caramés Lage, nández González. Secundino Delgado en Vene- Carmen Escobedo de Tapia y Jorge Luis Bueno zuela. “El Guanche” Inédito. Centro de la Cultura Alonso), 2.13 (1998): 93-104. 13Algunos de los títu- Popular Canaria. Canarias. 2003; Manuel Ossuna y los ensayísticos en relación al tema de la narrativa Van den Heede. El Regionalismo en las Islas Cana- canaria son, entre otros: Domingo Pérez Minik, rias: estudio histórico, jurídico y psicológico. (Imp. Isla y literatura (1988); Sebastián de la Nuez, Poe- De A. J. Benítez Tomo I 1904 y Tomo II 1916). tas canarios de los siglos XIX y XX (1966); Ventura Añaza (Santa Cruz de Tenerife): Tagala, 1983. (Ed. Doreste, Ensayos insulares (1977); Jorge Rodríguez Francisco A. Ossorio Acevedo); Francisco Fernán- Padrón, La memoria y sus signos (2007); Ángel Sán- dez de Béthencourt. El regionalismo en las Islas Ca- chez, Ensayos sobre cultura canaria (1983); Víctor narias (I). Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Ramírez Rodríguez, Literatura Canaria. Antología Cervantes, 2007; y Domingo Gari Hayek. “Aproxi- de textos: siglos XVI-XX (1976). mación a la historia del nacionalismo canario.” IX 14Algunas de las teorías artísticas de la época Coloquio de Historia Canario-Americana, (1990), que preparan el camino para la Nueva Narrativa Las Palmas de Gran Canaria, Vol. 1 (1992): 939- Canaria incluyen: las teorías cubistas de Reverdy 954. 6Para más información sobre la Revista de en Francia, el Creacionismo de Vicente Huidobro, Canarias, véase el artículo, “Para la historia del las teorías sobre la deshumanización del arte de periodismo en Canarias: cartas de Elías Zerolo y Ortega y Gasset, el Manifiesto Ultraísta de 1919 y Patricio Estébanez a Millares Torres sobre la Re- la obra de Ramón Gómez de la Serna, entre otras. vista de Canarias y La Ilustración de Canarias.” El 15En La Prensa Santa Cruz de Tenerife, 1 de museo canario 16. 53-56 (1995): 99-111. 7Algunos noviembre de 1928. de los miembros de la Escuela Regional Canaria 16Dorta, Antonio. La Tarde, 8-vi-33. La Lagu- son: Nicolás Estévanez (1838-1914), Amaranto na: Instituto de Estudios Canarios, Universidad, Martínez de Escobar (1835-1912), Antonio Ze- 1993. rolo (1854-1923), Guillermo Perera (1865-1926) 17Véase la obra de autores como Ignacio de y José Tabares Bartlett (1850-1921), entre otros. Negrín (1830-1885), Diego Estévanez y Murphy 8 Antiguedades de las Islas Afortunadas de la Gran (1842-1866) y Roque Morera (1843-1898). Canaria, Conquista de Tenerife y aparescimiento 18Nuez, Sebastián de la. “La generación de de la imagen de Candelaria (publicado en 1604), intelectuales canarios.” El Museo Canario, enero- también conocido en sus formas abreviadas: Anti- diciembre 1960, págs. 97-98. guedades, Poema de Viana, Conquista de Tenerife, 19Valbuena Prat, Ángel. Historia de la poesía o simplemente Poema. canaria, tomo I. Universidad de Barcelona, 1937. 9Nicolás Estévanez y Murphy (Las Palmas de G. Canaria, 1838 – París, 1914). Toda su vida se dedicó a la política y a la literatura. De familia Obras citadas burguesa asentada en Tenerife (su padre era mi- litar progresista malagueño y su madre de origen Abad, Ángeles. La identidad canaria en el arte. irlandés). Pasó su infancia en Tenerife y plasmó el Tenerife/Gran Canaria: Centro de la Cultura sentimiento canario en su poema más conocido, Popular canaria, 2001. Impreso. “Canarias,” que ha servido como símbolo del na- Alonso, María Rosa. Las generaciones y cuatro es- cionalismo para sucesivas generaciones de inde- tudios. Madrid: Viceconsejería de Cultura y pendentistas. Deportes, Gobierno de Canarias, 1990. Im- 10Algunos de Yolanda Peralta Sierra los miem- preso. bros de la escuela Luján Pérez son: Felo Monzón Artiles, Joaquín e Ignacio Quintana. Historia de la (1910-1989), Plácido Fleitas (1915-1972), Jorge literatura canaria. Madrid: Cabildo de las Oramas (1911-1935), Santiago Santana (1909- Palmas, 1978. Impreso. 1996) y Juan Ismael (1907-1981). Benítez Inglott, Luis. “Jesús sobre las olas.” La 11Canarias, Siglo XX. Las Palmas de Gran Ca- Gaceta Literaria. 1.14. 3. (Madrid: 15 de julio naria: Edirca, 1983. de 1927). Impreso. Diego R. Batista 43

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Letras Hispanas Volume 11, 2015

TITLE: Las conquistas de Rodas y Jerusalén: descripción e interpretación de dos fi estas novo- hispanas AUTHOR: Lizandro Arbolay Alfonso AFFILIATION: McGill University; Languages, Literatures, and Cultures; Room 425; 688 Sher- brooke Street West; Montreal, Quebec H3A 3R1 ABSTRACT: Th is essay studies the descriptions of the conquests of Rhodes and Jerusalem staged in Mexico City and Tlaxcala in 1539. Focusing on the juxtaposition of theology, politics and authorial objectives, the intratextual and intertextual relationships of these episodes are examined and compared within and between their source texts, History of the Indians of New Spain by Motolinia, Apologetic History of the Indies by Bartolomé de Las Casas, and Th e True History of the Conquest of New Spain by Bernal Díaz del Castillo. KEYWORDS: Jerusalem, Motolinia, Novohispanic Fiestas, XIX Century, Political Th eology RESUMEN: Este ensayo examina las descripciones de la conquista de Rodas y Jerusalén, rep- resentadas en 1539 en México y Tlaxcala, respectivamente. Concentrándose en la super- posición de teología, política e intereses autorales, se consideran y comparan las relaciones intratextuales e intertextuales de estos pasajes con los principales textos que las recogen: la Historia de los indios de la Nueva España de Motolinia, la Apologética historia sumaria de Bartolomé de Las Casas y la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo. PALABRAS CLAVE: Jerusalén, Motolinia, fi estas novohispanas, siglo XVI, teología política DATE RECEIVED: 11/11/2014 DATE PUBLISHED: 9/28/2015 BIOGRAPHY: Lizandro Arbolay Alfonso is a Course Instructor and Ph.D. Candidate in Hispanic Studies at McGill University, in Montreal, Canada. His investigation is focused on the con- vergence between the history of ideas and reception studies, particularly in the connections between (trans)nationalism, identity, and canon construction in Spanish America. Th is re- search was supported by the Social Sciences and Humanities Research Council of Canada through a Joseph-Armand Bombardier CGS Doctoral Scholarship.

ISSN: 1548-5633 46 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Las conquistas de Rodas y Jerusalén: descripción e interpretación de dos fiestas novohispanas

Lizandro Arbolay Alfonso, McGill University

Y los tlaxcaltecas quisieron primero ver lo que los españoles y los mexicanos hacían, y visto que hicieron y representaron la conquista de Rodas, ellos determinaron de representar la con- quista de Jerusalén, el cual pronóstico cumpla Dios en nuestros días… Motolinía Historia (138-39)

El primer tratado de la Historia de es fortuita. Desde la primera cruzada, la re- los indios de la Nueva España (1541) finaliza cuperación de la Tierra Santa había servido con el capítulo más extenso de toda la obra: para acreditar la formación de coaliciones una descripción de las fiestas efectuadas en cristianas que frenasen el avance musulmán Tlaxcala entre 1538 y 1539. La mayor de es- y que promovieran la expansión europea. Y tas fiestas, celebrada según Fray Toribio de la fortificada isla de Rodas, conquistada por Benavente, Motolinía, “por las paces hechas los otomanos en 1522, constituía un enclave entre el Emperador y el rey de Francia” (His- estratégico para asegurar el acceso marítimo toria 138), consistió en una gigantesca repre- a la península de Anatolia y el control del sentación de la conquista de Jerusalén. Con Mediterráneo oriental. En las conquistas de inmenso despliegue de utilería y vestuario, un Rodas y Jerusalén se yuxtaponen numerosos enorme elenco novohispano festeja una paz intereses geopolíticos de la cristiandad euro- europea figurando la toma de una ciudad en pea. Por otra parte, el escenario franciscano y el Medio Oriente en poder del Imperio Oto- americano agrega otros matices a estas repre- mano desde 1517. Como indica el epígrafe, sentaciones. la obra se concibió y presentó con posterio- La crítica ha privilegiado el estudio de ridad a una representación de la conquista de estos matices. En mayor o menor medida, es- Rodas en la ciudad de México que celebró el tudios como los de Robert Ricard (194-206), mismo hecho: la incumplida Tregua de Niza Fernando Horcasitas (619-23), Othón Arró- que en 1538 establecía diez años de paz entre niz (63-84), María Beatriz Aracil Varón (449- Carlos V y Francisco I. 96), Jerry M. Williams (64-81), Hugo Hernán A primera vista, sorprende que este Ramírez (143-70), Leisa Kauffmann, y Mina evento diplomático genere tales representa- García Soormally (235-42) han abordado el ciones teatrales, pero la relación entre am- contexto histórico de estas representaciones bos obedece a circunstancias históricas. Una para concentrarse en sus connotaciones ideo- paz entre los principales monarcas cristianos lógicas, evangelizadoras, y milenaristas en permitiría lidiar con la creciente amenaza el proscenio novohispano. Dichos estudios otomana, que ya había tocado las puertas de emplean las descripciones de estas fiestas, en Europa central en 1529 con el sitio de Viena. especial el pasaje de Motolinía, como textos La selección de Jerusalén y Rodas tampoco claves que permiten seccionar las conexiones Lizandro Arbolay Alfonso 47 entre conquista militar y espiritual, coloniza- comparación con la descripción de las fiestas ción y espectáculo, identidad nacional y sin- de Tlaxcala y México en la Apologética his- cretismo religioso en la Nueva España. toria sumaria (c. 1560) de Bartolomé de Las Sin embargo, antes de adentrase en Casas y de la conquista de Rodas en la His- este tipo de análisis, es fundamental recordar toria verdadera de la conquista de la Nueva dos detalles. En primer lugar, estas descrip- España (c. 1575) de Bernal Díaz del Castillo. ciones son fragmentos que forman parte de El primer tratado de la Historia de Mo- textos más vastos, con objetivos no solo des- tolinía se divide en quince capítulos. El pri- criptivos. Antes de exponer las connotacio- mer capítulo comienza con la llegada de los nes extratextuales de estas representaciones, doce frailes franciscanos a la Nueva España conviene estudiar cómo se presentan dentro en 1524, y el último cierra con las fiestas de del texto total; es decir, conviene analizar sus 1538 y 1539. Sin embargo, el orden que sigue objetivos intratextuales. En segundo lugar, este tratado no es cronológico. Los capítulos es contraproducente separar la teología de intermedios, del sexto al doceavo, se refieren la política en este tipo de textos producidos mayoritariamente a fiestas, ceremonias y sa- por autores formados por órdenes religiosas crificios en un marco temporal pre-hispánico. en la temprana modernidad. Una larga tra- La organización de estos capítulos obedece a dición de secularización y materialismo ha una estrategia argumentativa. rechazado y simplificado esta simbiosis como En el primer capítulo, inmediatamente mero mutualismo ideológico, cuando es pa- tras la llegada de los franciscanos se presen- tente que también tiene de comensalismo y tan las diez plagas con que “[h]irió Dios y cas- parasitismo. En estos textos, las nociones tigó esta tierra, y a los que en ella se hallaron, teológicas no sirven exclusivamente para le- así naturales como extranjeros” (69). Estas gitimar la forma del poder político. También plagas fueron: 1) enfermedades como virue- se aprecian complejos compromisos que ga- la y sarampión, 2) las guerras de conquista, rantizan la coexistencia iglesia/estado y ve- en particular la toma de Tenochtitlan donde lados pronunciamientos que la cuestionan. perecieron “más que los que murieron en Teóricamente, el universalismo cristiano se Jerusalén, cuando la destruyó Tito y Vespa- contrapone al particularismo nacional, mas siano,” 3) la hambruna que siguió a la guerra, puede acomodarse al expansionismo impe- 4) los calpixques o estancieros y los tributos y rial. Históricamente, movimientos de corte la esclavitud que impusieron, 5) “los grandes milenarista, como el catarismo, socavan la tributos y servicios que los indios hacían…a autoridad temporal del estado y la iglesia, a señores y principales,” 6) “las minas de oro,” menos que el milenio se transmute en utopía 7) “la edificación de la gran ciudad de Mé- como objetivo sociopolítico. xico” en la cual participaron “más gente que Partiendo de estas consideraciones, en la edificación del templo de Jerusalén,” 8) este ensayo examina la conquista de Jerusa- “los esclavos, que hicieron para echar en las lén dentro de la Historia de Motolinía como minas,” 9) “el servicio de las minas,” 10) “las un extraordinario ejemplo de las negocia- divisiones y bandos que hubo entre los espa- ciones conceptuales de la teología política. ñoles que estaban en México” (69-76). La excepcionalidad de este pasaje no radica En la exposición de plagas, Motolinía exclusivamente en la singularidad del even- repite problemas para alcanzar el número to que describe sino también en la forma en diez. Esencialmente, las plagas 4 y 5 son equi- que se conecta con el resto del primer tratado. valentes para sus víctimas; solo ha remplaza- Asimismo, con el objetivo de ejemplificar el do a los victimarios. Una estrategia similar encuadre de estas descripciones a intereses se despliega en las plagas 6, 8 y 9 donde los autorales específicos, se propone una breve males engendrados por el trabajo forzado en 48 Letras Hispanas Volume 11, 2015 las minas se subdividen en lugar y grados de de estas plagas, la intertextualidad bíblica las servidumbre. Es obvio que las plagas deben transforma en males necesarios para preparar dilatarse hasta diez para que coincidan con el terreno a la simiente de la fe. La condición el mismo número de plagas bíblicas con que imprescindible que Motolinía les otorga se Dios, Moisés y Aarón coaccionan al faraón subraya cuando, refiriéndose a la oposición para que libere a los hebreos y les permita de los líderes indígenas a la cristianización, alcanzar la tierra prometida (Santa Biblia, declara: “pues estos señores y ministros prin- Éxodo. 6:5-8). Si bien en la Historia se ha obs- cipales no consentían la ley que contradice curecido, Motolinía expone claramente este a la carne, lo cual remedió Dios, matando a paralelismo bíblico en los Memoriales donde muchos de ellos con las plagas y enfermeda- repite una y otra vez su comparación con las des ya dichas” (79). plagas del Éxodo, y cuando no consigue que La retórica relacionista entre las plagas concuerden, recurre a plagas del Apocalipsis bíblicas y motoliniescas contiene otro factor (Memoriales 14). Aunque es obvia la manio- común entre ambos despliegues de violencia bra, no es tan obvio el motivo. Elsa Cecilia necesaria: el acceso a una tierra prometida Frost explica la exposición de las plagas y la desde el comienzo de la humanidad (San- aparente arbitrariedad de la comparación ta Biblia, Génesis. 12:1-2), y a una ciudad- como una reacción visceral del franciscano símbolo erigida en tal tierra. Nótese como la ante “las prácticas rituales de los naturales” segunda y séptima plaga insertan paralelis- (Frost, Historia 180). Las plagas serían enton- mos específicos entre Tenochtitlan-México ces mero castigo divino a la idolatría indíge- y Jerusalén. 2 Estas asociaciones inician un na, comparable con la idolatría egipcia. crescendo figurativo que en el primer tratado La condena a la idolatría es patente en culmina con la representación de la conquista la correlación y en toda la obra, empero estas de Jerusalén. Ya en el tercer tratado se declara plagas no afectan exclusivamente a los idóla- abiertamente: “Oh México… Eras entonces tras. Igual que las del Antiguo Testamento, las una Babilonia, llena de confusiones y malda- plagas de la Historia de Motolinía se presen- des; ahora eres otra Jerusalén, madre de pro- tan sufridas en su totalidad por los naturales vincias y reinos” (228). de la tierra, y en menor parte por los extranje- Tales paralelismos no son simples in- ros. 1 Considérese la décima plaga, las pugnas tentos de comprender una nueva otredad internas entre los conquistadores, que “fue la mediante antiguas otredades; son intentos que en mayor peligro puso esta tierra para de interpretar la realidad americana dentro se perder;” según Motolinía “el mismo Dios de un pensamiento cristiano que colocaba a daba gracia a los frailes para los apaciguar, y a Jerusalén, umbilicus mundi, en el centro geo- los españoles para que los obedeciesen como gráfico y ontológico del mundo, confirién- a verdaderos padres” (75). Esta plaga reclama dole dos valores fundamentales. El primero un lugar para la intervención franciscana en es un valor concreto de ciudad sagrada por la conquista. Aparte de liberadores espiritua- su significación dentro del Antiguo y Nuevo les de los indígenas, los frailes se presentan Testamento. El segundo es un valor simbólico como mediadores terrenales de los españoles. que transforma a Jerusalén en una metáfora La equivalencia con las plagas bíblicas de la iglesia, y por extensión de la cristian- no pretende crear un paralelismo perfecto dad. Para una religión tan universalista como entre las dualidades egipcios-hebreos y mexi- la cristiana, formulada por una iglesia tan cas-españoles, sino introducir la noción de occidentalista como la católica romana, este un designio divino para racionalizar la vio- segundo valor es fundamental para transferir lencia de la conquista y colonización dentro el pacto, alianza y favor divino del específico de un marco lógico cristiano, amén de resal- pueblo de Israel al extendido pueblo de Dios. tar la doble agencia de la iglesia en la empre- La trasferencia simbólica también traspasa la sa. Aunque se lamentan los efectos negativos significación profética de Jerusalén, y con ella Lizandro Arbolay Alfonso 49 le otorga mayor agencia a la iglesia católica historia de su salvación. En este proceso, que dentro de la interpretación escatológica de la se aproxima a sus etapas finales, la conversión historia que presenta el Apocalipsis. La nue- total de los indígenas entraña un requisito va Jerusalén que desciende de los cielos tras ineludible. Es provechoso constatar cómo la la caída de Babilonia se transforma así en la organización del primer tratado contribuye iglesia triunfante, casa matriz de la iglesia mi- a presentar la conversión nativa de manera litante con sede terrenal en Roma y depen- milagrosa. dencias en América. Dibujando un cuadro social resumible Estos ecos escatológicos de la Historia en una frase, “Era esta tierra un traslado del se han asociado con las ideas milenaristas de infierno” (77), el retroceso cronológico de los Joaquín de Fiore. En retrospectiva, la influen- capítulos intermedios sirve para resaltar en cia del milenarismo en el pensamiento de au- los capítulos finales el avance espiritual que tores franciscanos de la Nueva España ha sido han logrado los esfuerzos evangelizadores de señalada por los estudiosos (Phelan; Baudot los franciscanos. Si ha de confiarse en el pasa- 73-90; Weckmann), y utilizada para la exé- je citado en el epígrafe, tan completos son los gesis de la Historia, en particular de la repre- resultados de la gestión franciscana que los sentación de la conquista de Jerusalén (Surtz tlaxcaltecas deciden por sí mismos celebrar 338-44; Kauffmann). Pero desde finales del un acontecimiento político representando la siglo IV, milenarismo no equivale a parusía, conquista de Jerusalén —ciudad cuyas coor- y la discrepancia no es simplemente termino- denadas geográficas y simbólicas probable- lógica. Frost y Delno C. West han señalado mente desconocen. Por demás, dicha repre- los conflictos históricos y teológicos entre sentación no se escenifica un día cualquiera. ambas nociones, así como las inexactitudes También por decisión tlaxcalteca se hace críticas asociadas con su utilización como coincidir con una festividad litúrgica: “…y sinónimos absolutos (Frost, Milenarismo 77- por la hacer más solemne la acordaron de la 82; West 293-95). Conviene entonces referir- dejar para el día de Corpus Christi” (139). se a la perspectiva escatológica de Motolinía, De esta manera, a las sangrientas y nu- sin confinarla necesariamente al milenarismo merosas relaciones de sacrificios humanos joaquinita. y canibalismo que aparecen en los capítulos Ciertamente, el apocalipticismo acome- intermedios se oponen el sacrificio de Cristo tedor del franciscano es patente en la exhor- y la celebración de la eucaristía, es decir, la tación que le dirige a Carlos V en su carta de consumición simbólica del cuerpo y la san- 1555: gre de Jesús. Este desplazamiento se disocia del triunfo de las armas hispanas y se atribuye [D]ice el Señor, será predicado este al libre albedrío tlaxcalteca suscitado por las Evangelio en todo el universo antes letras franciscanas. 3 Así, en la Historia los su- de la consumación del mundo. Pues jetos idólatras, antropófagos e indefinidos de a V.M. convienen de oficio darse prie- los capítulos intermedios se transustancian en sa que se predique el santo Evangelio por todas estas tierras, los que no qui- una colectividad cristiana, eucarística y tlax- sieren oír de grado este Evangelio de calteca, con notable conocimiento del pano- Jesucristo, sea por la fuerza. (Historia rama político europeo. Más notable, tras pre- 311) senciar la representación de los mexicas de la conquista de una isla con valor esencialmente La urgencia evangelizadora de la carta estratégico y secular, esta colectividad escoge se articula alrededor de la misma perspec- una ciudad que superpone valores concretos tiva que permite entender buena parte de y simbólicos. 4 En ausencia de otras eviden- la estructura y argumentos de la Historia de cias históricas, es tan inútil debatir las deri- Motolinía: la historia de la humanidad es la vaciones de esta afirmación como imposible 50 Letras Hispanas Volume 11, 2015 determinar su veracidad. Fuera la decisión y El ejército de España ataca pero no consigue la obra franciscana o tlaxcalteca, la trama de romper la defensa y regresa al real. El ejérci- la pieza la distingue de representaciones coe- to de Nueva España ataca y los moros salen y táneas en torno a Jerusalén, como Auto de la ganan campo; los novohispanos se arrodillan destrucción de Jerusalén o Nican motecpana in y piden ayuda a Dios. Aparece otro ángel que inemiliztzin in Señor Santiago Apóstol (Aquí comunica la aquiescencia divina y el refuer- se asienta la vida del Señor Santiago Apóstol), zo esta vez es San Hipólito. Atacan ambos con raíces en leyendas y códices medievales ejércitos cristianos con sus respectivos san- que ficcionalizan el asedio romano del año 70 tos. La batalla se inflama mas ningún bando (Pérez Priego 109-39; Horcasitas 561-608). asegura el triunfo. Si Deus pro nobis, aparece Exhibiendo palpables preocupaciones teoló- el arcángel Miguel y habla a los moros; estos gicas, esta representación también muestra se rinden, arrepienten y piden bautizo. El sol- discernimiento de las tensiones sociopolíticas dán Cortés envía una carta de rendición al de la Europa y América del momento. Con- emperador. Se encuentran frente a las puertas viene hacer un breve resumen de la descrip- abiertas de la ciudad. Cortés ofrece obedien- ción de Motolinía. cia y Carlos V la acepta con gracia; “muchos Una coalición que incluye soldados turcos o indios adultos” piden el bautizo y el de España, Alemania, Italia, Nueva España, Papa ordena a un sacerdote que los bautice Perú, Santo Domingo y Cuba asedia una Je- (147). Son bautizados y continúa la procesión rusalén defendida por los moros; el ejército del Corpus Christi. de España lo dirige Antonio Pimentel, el de No es difícil reconocer alusiones esca- Nueva España Antonio de Mendoza—virrey tológicas en la representación. A pesar de la en funciones de Nueva España—y los defen- formidable coalición que forman los ejércitos sores moros son comandados por Hernán europeos y americanos, la conquista de Jeru- Cortés y Pedro de Alvarado (140).5 Las tropas salén solo se consigue gracias a la interven- de todas nacionalidades son representadas ción directa de Dios. Aunque este Deus ex por indígenas. Tras una derrota inicial, los machina literal no aparece en escena, se ex- moros reciben refuerzos de Judea, Samaria, presa mediante tres ángeles, dos sin nombre y Damasco y Siria y consiguen repeler a los el arcángel Miguel. El valor simbólico del nú- atacantes. Se envía una carta a Carlos V co- mero tres es fundamental dentro del cristia- municándole la situación y este responde con nismo en general—la Trinidad, los tres Reyes ánimos y recomendaciones. Los moros con- Magos, las tres virtudes teologales, etc.—pero tratacan y “la gente de las islas” afloja y pierde también, en el contexto específico del Apoca- campo (142). Mendoza reporta el desmayo de lipsis, es el número de ángeles que transmite los isleños en carta a Carlos V. El emperador el mensaje de Dios (14:6-13), y el número que responde y acude al sitio acompañado de los siega la tierra durante el combate contra el reyes de Francia y Hungría. 6 Los cristianos Dragón (14:14-20). Asimismo, cualquier lec- vuelven a atacar y los moros a repeler el ata- tor de la Biblia reconocería inmediatamente que. Carlos V envía una carta al Papa expli- en Miguel al comandante de los ejércitos di- cando la situación y pidiéndole que lo favo- vinos y único ángel que se menciona por su rezca con oraciones y ruegos a Dios (143). El nombre en el Apocalipsis (12:7). Papa responde afirmativamente. Dentro de su intertextualidad apoca- Los españoles atacan y los moros resis- líptica, esta conquista de Jerusalén simboliza ten y pasan a la ofensiva, sitiando el real de asimismo la caída metafórica de Babilonia los cristianos que se arrodillan y piden ayuda que precede al reino de los mil años, que a Dios. Aparece un ángel que les anuncia el precede la aparición de la Jerusalén celes- beneplácito y refuerzo divino. Aparece San- tial. Nótese que el derrotado Cortés firma su tiago Apóstol y los moros huyen a Jerusalén. rendición al emperador con dos títulos, “Tu Lizandro Arbolay Alfonso 51 siervo. –El Gran Soldán de Babilonia y tlatoa tecas, zempoaltecas, mixtecas, culiua- de Jerusalén” (146-47). Asimismo, dentro del ques y una capitanía que se decían los indiscutible subtexto histórico de la conquis- del Perú e islas de Santo Domingo y ta reciente que permea la obra, esta Jerusalén Cuba. En la retaguardia iban los taras- cos y los cuahtemaltecas.” (140) tomada también equivale a la Tenochtitlan tomada por los españoles, también con apoyo Mediante un santo patrono en común, tlaxcalteca, y dizque divino. esta estructura militar aglutina identidades Los subtextos religiosos y sociopolíticos peninsulares y supedita otras identidades se entrelazan de tal manera que es imposible europeas a la hispana. En la obra, el culto a desunirlos. Otro ejemplo de estos entrelaces Santiago, como legitimador divino y princi- son los santos. Javier Domínguez García ha pio aglutinante hispano, se extiende a otras compilado el vasto expediente militar de San- regiones de Europa, conectadas ahora por la tiago Apóstol, que se remonta al siglo IX, su- corona imperial de Carlos V. La representa- puestamente interviniendo en batallas contra ción propone a Hipólito como alternativa no- los moros por la península ibérica (45-58), y vohispana para las mismas funciones, exten- que en el siglo XVI se extiende a América, en diendo su patronato hacia el Caribe y Perú. batallas contra los indígenas por el continente Sería excesivo considerar el parangón americano (77-116). Tan operativo ha sido el de Hipólito y Santiago en la obra una expre- mito de Santiago que autores tan discordan- sión de paridad trasatlántica; ambos santos tes como Américo Castro y Eduardo Subirats se subordinan a Dios como ambos ejércitos coinciden en su trascendencia para los proce- a Carlos V. Con todo, en esta corresponden- sos españoles de formación nacional (Castro cia sí puede apreciarse un singular precedente 356-57; Subirats 74). Curiosamente, la pre- del debate por el santo patronato de España sencia del apóstol en esta representación dis- que tendrá lugar en el primer tercio del siglo ta mucho del espíritu de unidad agresiva del XVII, entre los defensores de Santiago y Santa ¡Santiago y cierra, España! de la Reconquista. Teresa de Ávila. Desde el medioevo, la identi- Santiago, “patrón de nuestra España,” no con- ficación de santos con comunidades regiona- quista Jerusalén, solo salva el ejército de su les refleja la enorme influencia de la religión patronato en la hora flaca, e incluso este papel en los procesos de formación nacional. Pero accesorio lo comparte con San Hipólito, “pa- esta representación, tanto con la inclusión de trón de la Nueva España,” (Historia 144-46). identidades no peninsulares bajo la custodia Pero Santiago e Hipólito tienen otra función de Santiago como con la inclusión de San más milagrosa en la conquista de Jerusalén. Hipólito, patrón más de la América española Solo dos ejércitos componen la Entente que de la Nueva España, intenta una amplia- internacional que asedia Jerusalén, el de Es- ción supranacional de España, primero como paña y de Nueva España. El ejército español comunidad religiosa y luego sociopolítica. se divide en diez escuadrones: “la gente del Por supuesto, la paradoja radica en que, si reino de Castilla y León…Toledo, Aragón, bien Santiago se convierte en patrón de Espa- Galicia, Granada, Vizcaya y Navarra. En la ña por su importancia en la Reconquista, San retaguardia iban Alemania, Roma e italianos. Hipólito fue designado patrón de la Nueva Había entre todos pocas diferencias de trajes” España porque fue en su día, el 13 de agosto (139). A este se agrega: de 1521, en que se concretó la conquista de Tenochtitlan (Torquemada 7).7 “el ejército de la Nueva España, re- partido en diez capitanías, cada una Tan meridiana en el XVI como subrep- vestida según el traje que ellos usan ticia en el XXI, esta compleja amalgama de en la guerra…Iban en la vanguardia religión y sociopolítica se percibe incluso en Tlaxcala [y] México…iban los huax- los bautizos que cierran la representación. 52 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Ronald E. Surtz ha señalado que “la impor- estos bautizos dentro de un simulacro bélico tancia del bautizo en el plan milenarista de revela la superposición de los contratos espi- los padres franciscanos es evidente, pues si se rituales y materiales que conforman el con- acercaba el fin de los tiempos, la conversión trato social de la época. de cuantos indios fuese posible era un modo De igual forma, los bautizos supo- de acelerar dicho proyecto milenario” (343). nen un acto de interpretación de la bula pa- Aunque la extensión del milenarismo a todos pal de junio de 1537, Altitudo divini consilii, los franciscanos es discutible, en la Historia que precisa los requisitos, rituales y medios sí se favorecen los bautizos masivos y urgen- necesarios para que los indígenas accedan al tes. Precisamente, los capítulos que siguen la sacramento. Una parte de la crítica ha visto conquista de Jerusalén, los primeros del tra- en estos bautizos un acto de transgresión que tado segundo, tratan de los bautizos. No se hace “caso omiso a las leyes de la iglesia” (Co- escatima cifras, argumentos y anécdotas para rona 86), y “un ambiguo desafío de la Orden demostrar la aceptación y trascendencia del a las autoridades de la Colonia” (Arróniz 82), sacramento para los propios indígenas que que materializa “una demostración de fuerza “después de bautizados iban tan alegres y tan de la orden franciscana frente a grupos de la regocijados, que se les parecía la vista que en propia iglesia” (Arróniz 91), o que constituye el ánima habían logrado, con la nueva lumbre “un claro desafío de la orden a las directrices de la gracia” (167). que venían de Roma” (García Soormally 235). Pero el cometido de los bautizos novo- Sin embargo, la propia Historia se encarga de hispanos no se limita a su expresión sacra- recordarnos que la bula de Paulo III contenía mental. Si bien el bautizo, primer sacramen- una imprecisión que una junta obispal novo- to, es el paso inicial en cualquier proyecto de hispana no consiguió precisar: cristianización acelerada, sus aspectos espi- rituales se entrelazan con otras aristas secu- [M]andaron que esto [los requisitos y lares. En contraposición con la proyección medios necesarios para el bautizo] se del milenarismo que señala Surtz, Osvaldo F. guarde por todos inviolablemente, así Pardo destaca sus efectos sociopolíticos: con pocos como con muchos, salvo en urgente necesidad. Sobre esta pa- labra urgente hubo hartas diferencias [T]he Christian names adopted by the y pareceres contrarios, sobre cuál se baptized conferred upon them a new entendería urgente necesidad, porque social identity that set them apart en tal tiempo, una mujer, un indio, y from their nonbaptized brethren … aun un moro, pueden bautizar en fe From a legal standpoint, baptism es- de la iglesia. (165) tablished an entirely new set of bid- ing legal responsibilities for both the Spaniards and their new subjects. (25) En principio, una orden católica no puede ignorar las leyes de Roma pero sí puede in- Dentro del denso entramado de signi- terpretarlas. Aunque el debate del bautizo se ficaciones que contiene la conquista de Jeru- ha presentado como una pugna entre fran- salén, los bautizos finales son tanto expresión ciscanos y dominicos, individualizada por el de asimilación religiosa, apurada o no por el criterio de Motolinía contra el criterio de Las 8 milenarismo, como de asimilación sociopolí- Casas, tampoco puede demostrarse un claro tica. Siguiendo el argumento de la obra, los consenso franciscano en el asunto, opuesto al bautizos de estos moros-indios en señal de criterio dominico y agustino obediencia los integran tanto a la comunidad La observancia franciscana de la bula religiosa como a la asociación castrense de los papal se muestra precisamente en la junta vencedores, con sus derivados compromisos obispal mencionada. Se efectuó en Méxi- jurídicos y militares. La mera celebración de co, meses antes de la celebración del Corpus Lizandro Arbolay Alfonso 53

Christi en Tlaxcala y fue presidida por el fran- Cuando se comprueba la pluralidad de ciscano Juan de Zumárraga, obispo de Mé- referencias y significados que acumulan las xico y consagrante de los otros dos obispos fiestas de Tlaxcala en el texto de Motolinía, presentes, Vasco de Quiroga, obispo laico de no puede menos que compararse con la sin- Michoacán y Juan de Zárate, obispo de Oaxa- gularidad que les impone Bartolomé de las ca. Dicha junta limita el bautismo de adultos Casas en la Apologética. Las Casas describe las a Pascua y Pentecostés, de nuevo, excepto en fiestas de Tlaxcala y México en parte con una casos de extrema necesidad (Pardo 35-36). cita del franciscano, en parte con su propio Pero no se consigue definir qué constituye testimonio. Los capítulos que anteceden estas extrema necesidad. descripciones defienden la capacidad indíge- En la representación de la conquista de na de autogobierno basándose en su capaci- Jerusalén, el presunto Papa, cuya comitiva dad intelectual y manual. A la apología de la porta el vero Santísimo Sacramento, orde- destreza agrícola comenzada en el capítulo 59 na a un verdadero sacerdote bautizar a estos y extendida hasta el 60 se sucede el encomio moros-indios. Al incluir estos bautizos de de la destreza artesanal de los habitantes del adultos al final de la obra, en medio de la pro- Caribe en el 61, y de Nueva España en el 62 cesión y, según el año litúrgico, en medio de y 63. Es precisamente en este capítulo, para las fechas determinadas por la junta, la obra probar que las naciones indígenas exceden “a representada en Tlaxcala propone interpretar todas las del mundo de que tenemos noticia la extrema necesidad de bautizar al mayor en representar actos, así profanos como ecle- número posible de indígenas no exclusiva- siásticos y de cristiandad,” que Las Casas cita mente por la salvación individual de cada el dicho capítulo quince de Motolinía: sujeto sino como una necesidad apremiante para los objetivos teleológicos de la iglesia: la [Y] pongo a la letra sin añadir ni qui- recuperación de Tierra Santa y la universali- tar cosa alguna, más ni menos de lo zación del catolicismo. Queda sobreentendi- que él tenía escrito en un libro que do que estos objetivos espirituales también del aprovechamiento de aquellas gen- tes en nuestra religión cristiana por implican otras consecuencias terrenales: neu- menudo había colegido, y dice así… tralización del cisma de la iglesia, expansión (596-97 énfasis mío) europea liderada por España y consolidación del imperio Habsburgo. La extensa cita que sigue comienza justo don- Además del simbolismo de esta orden de comienza el capítulo quince, pero termina pontificia dentro del debate del bautismo, la justo donde termina la descripción de las fies- presencia del Papa en la obra y la cordiali- tas de 1538 y empieza las de 1539, omitiendo dad de su relación con el emperador sirven así la conquista de Jerusalén: “Todo esto hasta para pregonar un triunfo eclesiástico excep- aquí, con lo demás que arriba en el preceden- cional, la cristiandad continental unida bajo te capítulo se ha dicho, son palabras formales un propósito y bandera común, precisamente de aquel padre que arriba alegué, sin quitar ni en el momento en que la reforma protestante poner alguna” (601 énfasis mío). arrecia en Alemania e Inglaterra. La posición Localizar la fuente de esta cita fiel de neutral de Paulo III ante la invasión francesa Las Casas ha introducido un falso problema de Italia en 1536 había minado su vínculo con filológico que merece considerarse. El tex- Carlos V; es justamente con el hecho celebra- to citado por Las Casas es casi idéntico a la do por estas fiestas, la Tregua de Niza, que se primera parte del capítulo quince de la His- renuevan sus relaciones y que se consolida toria, pero no son “palabras formales.” Sí se la función conciliadora del Papa (Fernández ha puesto y quitado cosa alguna. Como en los Collado 107-08). Memoriales de Motolinía no aparece pasaje 54 Letras Hispanas Volume 11, 2015 similar, una parte de la crítica ha presupuesto esta cita de Motolinía lo hace antes y después, que el fidedignísimo Bartolomé de Las Casas y en ambas ocasiones recalca que no ha alte- está citando otro texto. Negando la conjetura rado el texto. de Robert Ricard sobre la existencia de un li- Entonces, acierta Baudot al señalar la bro perdido y transicional entre la Historia y correspondencia entre el texto de Las Casas y los Memoriales, Isacio Pérez Fernández O.P. el capítulo 15 de Motolinía a pesar de algunas especula la existencia de un capítulo treinta variaciones entre ambos (338). En efecto, se y ocho en los Memoriales diferente del que trata del mismo texto, pero esas pequeñas va- se conserva, aunque por suerte “copiado fiel- riaciones son sumamente expresivas. mente por el Padre Las Casas” en la Apologé- Refiriéndose a la procesión delCorpus tica (281-84). Este tipo de hipótesis pasa por Christi de 1538 Motolinía comenta: alto las diferencias entre el registro lingüístico de los Memoriales, cargado de citas y referen- Este día fue el primero que estos cias directas a pasajes bíblicos, y el registro tlaxcaltecas sacaron su escudo de ar- más llano de la Historia que corresponde al mas que el Emperador les dio cuan- registro del pasaje citado por el dominico. do a este pueblo hizo ciudad, la cual merced aún no se ha hecho con otro Además, si Las Casas hubiera recurrido a los ninguno de los indios, sino con éste, Memoriales para probar la habilidad artesanal que lo merece bien porque ayudaron novohispana, parece lógico especular que ha- mucho cuando se ganó toda la tierra, bría citado del capítulo 60. Este capítulo, que a don Hernando Cortés, por su Majes- no aparece en la Historia, se refiere exacta- tad. (133 mis cursivas)10 mente al argumento que Las Casas está desa- rrollando, “la grande habilidad de los indios En el mismo capítulo donde se describirá una naturales de esta Nueva España” (Motolinía representación teatral que coloca a los indí- Memoriales 97). genas militando junto al ejército de España, Igualmente, resultan llamativas las fra- el texto recuerda que ya los tlaxcaltecas han ses mismas que delimitan la cita, insistiendo peleado por los españoles, contra los mexicas. en que no ha añadido ni puesto ni quitado Por su parte, Las Casas cita: nada. Esta no es la fórmula habitual de Las Casas para ratificar la fidelidad de sus ci- Este día [fue] el primero que estos tas. Por ejemplo, en la misma Apologética, tlaxcaltecas sacaron el escudo de ar- después de mencionar una opinión de Juan mas quel Emperador les dio cuan- do a este pueblo hizo ciudad, la cual Luis Vives, que desestima el libro de Beroso merced aun no se ha hecho con otro encontrado y antologizado por el dominico ninguno de los indios, sino con éste, Annio de Viterbo, agrega: “Éstas son sus pa- et bene merito por lo mucho que han labras, que ninguna cosa güelen a humildad, ayudado y servido a Su Majestad, y antes tienen sabor no de poca arrogancia” mucho más merecen. (599 mis cursi- (819); y luego, antes de citar al supuesto Bero- vas) so: “Las de Beroso en el libro primero, forma- les, son estas:” (820). 9 En el mismo libro, tras En la cita desaparece la especificidad de la co- citar a Cabeza de Vaca, apunta que: “Éstas son laboración tlaxcalteca en la conquista de Her- sus palabras” (885). Tampoco en otros textos nán Cortés. La ayuda a la corona española se Las Casas insiste tanto en la fidelidad de la generaliza en términos de servicios. Dentro cita. Otro ejemplo, tras citar a Marcos de Niza del proyecto de homogenización apologética cierra con “[t]odas éstas son sus palabras del de los indígenas que caracteriza a este texto, dicho religioso, formales” (Brevísima 163). y al grueso de la obra lascasiana, reconocer La fórmula habitual de Las Casas consiste en la heterogeneidad nativa expresada en la coo- mencionar, antes o después de la cita, que se peración tlaxcalteca con el proceso de con- tratan de las palabras (formales) del autor. En quista reflejaría una incoherencia mayúscula. Lizandro Arbolay Alfonso 55

Además de omisiones, en la cita de Las Casas Las Casas solo puede colegirse que se refiere aparecen adiciones que refuerzan la excep- a la misma celebración que también describe cionalidad artesanal novohispana. Nótese Bernal Díaz del Castillo porque las fechas y el que en Motolinía aparece “y de esto hacen detalle de los navíos coinciden. piñas y rodelas de mil labores y lazos que pa- Resulta oportuno completar la recen a los rollos hermosos que se hacen en comparación de estas descripciones con una Sevilla” (133), Las Casas cita “…y lazos que escrita por un autor secular. En el capítulo parecen rosas muy hermosas, y de yerbas de 201, alabando la puesta en escena, Díaz del diversas colores hacen cualesquiera escudos Castillo también reconoce la destreza de los con armas e insignias, de tanta hermosura mexicanos que “son tan ingeniosos de hacer que un muy gran pintor con pincel y perfec- estas cosas, que en el universo, según han di- tas colores no puede hacellas mejores” (600). cho muchas personas que han andado por el Las diferencias entre el texto de Mo- mundo, no han visto otros como ellos” (311), tolinía y la cita de Las Casas contribuyen al pero esta es la única alusión al asunto que desarrollo de su defensa de la industria no- tanto privilegia Las Casas. A Díaz del Castillo vohispana. Dicha idea también modula su le interesa más el contenido histórico, políti- propia mención de la obra escenificada en la co y anecdótico de la celebración. De los tres ciudad de México para festejar la Tregua de textos, es el único que se extiende en la tregua Niza. En este pasaje, ni se menciona el motivo celebrada, refiriéndose a su ratificación en ni se explica que se trata de una representa- Aguas Muertas y a la presencia de Leonor de ción de la conquista de Rodas. El comentario Austria, consorte de Francisco I y hermana de del argumento de la obra se limita a dos frases Carlos V. que destacan la puesta en escena: Si bien, en comparación con las otras fuentes, la Historia de Bernal Díaz del Cas- “hobo castillos y una ciudad de ma- tillo exhibe un criterio de organización más dera que se combatió por indios por cronológico, este no es tan rígido que no pue- de fuera y defendió por los de dentro; da acomodarse a otras necesidades argumen- hobo navios grandes con sus velas que navegaron por la plaza como si fueran tales. Los capítulos que preceden a las fiestas por agua, yendo por tierra.” (602) presentan los conflictos entre los viejos con- quistadores y la nueva burocracia. Justo antes, los capítulos 199 y 200 relatan el regreso de En contraste con la Historia, los diver- Cortés a México en 1530, sus problemas con sos niveles de interpretación y referencialidad Nuño de Guzmán y Antonio de Mendoza, y de la obra no contribuyen a los propósitos de sus expediciones a la —y la úl- la Apologética. Para Las Casas, el objetivo tima de ellas, dirigida por Francisco de Ulloa, principal de estas descripciones de fiestas es parte en fecha posterior a la representación destacar la habilidad manual de los utileros, de la conquista de Rodas. Es aquí cuando se habilidad que en última instancia funciona comenta la tregua europea y su celebración, para evidenciar su entendimiento y derecho y el texto establece un paralelo con la tregua al autogobierno. Al describir la puesta en es- local entre el líder de la conquista y el virrey cena de la conquista de Rodas, este esfuerzo de la Nueva España: alcanza extremos casi místicos; según Las Casas, en la construcción de esta puesta en En esta sazón habían hecho amista- escena trabajaron “sobre cincuenta mil hom- des el marqués del Valle y el visorrey bres oficiales… y era cosa maravillosa ver don Antonio de Mendoza que estaban el silencio que tenían, que no parecían sino algo amordazados sobre el contar de un convento de frailes questaba en coro o los vasallos del marquesado y sobre en capítulo” (602). Al leer la descripción de que el virrey favoreció mucho a Nuño 56 Letras Hispanas Volume 11, 2015

de Guzmán para que no pagase la quince dentro del primer tratado. Lo español cantidad de pesos de oro que debía a no se emplea como pretexto para referirse a Cortés. (311) lo indígena. Dejando ver las superposiciones entre lo teológico y lo político, el libro de Mo- Díaz complementa la descripción de la obra tolinía pretende ser la historia de la conver- que sigue, con Cortés actuando como gran sión de lo indígena en lo novohispano—y de maestre de Rodas, con la descripción de dos paso, la afirmación de lo (novo)hispano en lo banquetes posteriores, uno organizado por cristiano. Cortés y otro por Mendoza en sus respectivos Igual que en el siglo XXI, estos cronis- palacios. Por lo general, en este capítulo se tas del siglo XVI describen y comentan desde menciona a Cortés en tándem con Mendoza, la perspectiva que les importa destacar. La implicando una comparación que culmina al descripción de Bernal Díaz del Castillo deja cotejar sus actitudes en relación a los robos de ver el trasfondo político local que acompaña vajilla en sus respectivos banquetes. A Díaz tales representaciones, al tiempo que lo con- parecen escapárseles todas las connotaciones firma como partícipe y testigo privilegiado socio-religiosas que tanto matizan los textos de los procesos de conquista y colonización. de Motolinía y Las Casas; pero no se le escapa La descripción de Las Casas se inserta en una algo que los otros textos no reflejan: estas fies- larga y compleja defensa indiana que ajusta tas y batallas teatrales también son ocasión y el texto de Motolinía y el propio testimonio reflejo de festejos y combates personales rela- del dominico a la línea retórica seguida en cionados con el poder en el virreinato. la Apologética. Vale señalar que los capítulos Es enorme la tentación de extender la de la Apologética que describen estos eventos comparación de estos textos a la comparación no carecen de argumentaciones teológicas de los eventos que describen. El problema es destinadas a complementar reflexiones polí- cuán adecuado resulta este segundo cotejo ticas. Teología y política se sintetizan en una considerando las limitadas y doblemente par- conclusión lascasiana sobre la condición in- ciales fuentes que se conservan. Empleando dígena. De mayor extensión y concentración los pasajes de Motolinía y de Díaz del Cas- en los detalles de la representación descrita, tillo, Hugo Hernán Ramírez mide la repre- el texto de Motolinía se presenta menos dia- sentación de la conquista de Rodas con la de lectico y más dialógico. Es posible percibir un Jerusalén: diálogo simbiótico entre relaciones explícitas En México se trata de una colosal e implícitas de orden teológico y político. Y fiesta de conquistadores y burócratas este diálogo se extiende al resto del tratado y donde lo español prima sobre lo in- de su Historia en general. dígena; mientras que en Tlaxcala se En las últimas décadas, los estudios de trata de una fiesta indígena enmarca- ceremonias públicas en las colonias han per- da en una serie de representaciones mitido vislumbrar un espacio público más religiosas en donde lo español es solo complejo que las simplificaciones historio- una forma indirecta para hablar de lo gráficas anteriores. Ciertamente, estas des- indígena. (169) cripciones contienen elementos que invitan La primera afirmación asigna valores de a hablar de las tempranas luces de hibridez y significado más a la fuente bibliográfica definición de identidades proto-nacionales. que al evento histórico. Si se utilizara a Las Ante la imposibilidad de fijar la autoría y re- Casas para comparar, difícilmente podría cepción de estas obras, tal alborada no entra- hablarse de la primacía de lo español en la ña automáticamente el surgimiento de nuevas conquista de Rodas. La segunda afirmación formas de autoconsciencia, como tampoco se desentiende del texto total y del entramado excluye el trasvase de conceptos teológicos al de significaciones presentes en el capítulo formato político.

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Algo parece cierto en el plano identi- tés que se refiere a la toma de la ciudad “en la cual tario. Por mucho que pretendamos, las des- murieron más indios que en Jerusalén judíos en la cripciones de estas fiestas no las transforman destrucción que hizo Vespasiano” (Cortés 79). En en axiomáticos equivalentes de otras fiestas la Historia se elimina la problemática identifica- ción de indios con judíos y se agrega el nombre de posteriores con aspiraciones identitarias Tito, hijo de Vespasiano y verdadero conquistador transhistóricas—por ejemplo, la representa- y destructor de Jerusalén. ción de la conquista de Troya organizada y 3La derivación de rituales comulgatorios mexi- protagonizada exclusivamente por mulatos cas a hispanos se introduce desde la descripción de en la Lima de 1631 para celebrar el nacimien- una ceremonia, en el segundo capítulo, donde se to del príncipe Baltasar Carlos.11 La conquista combinaba la consumición de carne divina figura- de Rodas representada por los mexicas y la de da y carne humana real: “tenían una que más pro- Jerusalén por los tlaxcaltecas forman parte de piamente parecía comunión…con masa de maíz un proceso incompleto de antagonismo pre- hacían unos tamales, que son bollos redondos… hispánico y de aculturación hispánica. Las y también cantaban y decían que aquellos bollos se tornaban carne de Tezcatlipuca, que era el dios descripciones de tales eventos forman parte o demonio que tenían por mayor, y a quien más de un proceso, también incompleto, de nego- dignidad atribuían; y solo los dichos muchachos ciación de discursos espirituales y materiales. comían aquellos bollos en lugar de comunión, o La principal hibridez no radica en los sujetos carne del demonio; los otros indios procuraban sino en los objetos, es decir, en los textos que de comer carne humana de los que morían en el contienen tales descripciones. Es la hibridez sacrificio” (78). que yuxtapone religión cristiana e historia 4El insoluble problema de la autoría de “La sociopolítica, que combina retóricamente ob- conquista de Jerusalén” influye más en su exé- jetivos normativos y descriptivos. Con la do- gesis de lo que parece. Sugerir como autores a la cumentación disponible, la única identidad comunidad franciscana en general (Aracil Varón 458, 471-72), a fray Antonio de Ciudad Rodrigo sobre la que podemos reflexionar con cier- (Arróniz 82-84; Versényi 237), a un franciscano to rigor es nuestra propia identidad crítica anónimo (O’ Gorman 63-64), o al propio Motoli- contemporánea, enfrentada a la tentación de nía (Baudot 334), suele implicar su interpretación transformar el pasado en reflejo de nuestras como maniobra ideológica de los grupos domi- inquietudes presentes y esperanzas futuras. nantes. Cuando se sugiere la autoría de la comuni- dad tlaxcalteca (Horcasitas 622; Williams 66-69), o una autoría franciscana-tlaxcalteca (Ramírez 165; Notas García Soormally 239), el análisis tiende a otorgar mayor agencia negociadora a los dominados. 5 1 La crítica coincide en que se trata de actores Esta analogía bíblica será retomada por otros indígenas que representan líderes españoles repre- franciscanos. En Historia eclesiástica indiana (c. sentando papeles en la obra; ni Cortés ni Alvarado 1596) Gerónimo de Mendieta apunta que Cortés se encontraban en Tlaxcala en la fecha (Williams “parece fue enviado de Dios como otro Moisen 87). La mayoría de los estudios examina la asig- para librar los naturales de ella de la servidumbre nación de Cortés y Alvarado al bando moro con de Egipto” (173). En Monarquía indiana (1615) disímiles conclusiones (Arróniz 83; Williams 69; Juan de Torquemada repite la comparación de Aracil Varón 488; García Soormally 239; Ramírez Mendieta (8). A la postre, otras ordenes asimilan 159-60). este paralelismo; el mercedario Francisco de Pare- 6Llama la atención que estos monarcas no acu- ja en su Crónica de la provincia (1688) presenta dan con ejércitos propios sino que formen parte de a Cortés como enviado por Dios igual que “aquel la comitiva del emperador. La presencia teatral del valeroso caudillo Moisés” para convertir a su com- rey de Francia la explica la propia Tregua de Niza, pañero de orden, Bartolomé de Olmedo, en otro la del rey de Hungría tampoco es casual. Tras la Aarón (30). 2 muerte de Luis II de Hungría en 1526, asume la El comentario de la segunda plaga coincide corona Fernando I de Habsburgo, hermano menor con el colofón de la segunda carta-relación de Cor- de Carlos V. 58 Letras Hispanas Volume 11, 2015

7Osvaldo F. Pardo fecha la institucionalización Commons de la Rosa, Aurea. Las intendencias de de su fiesta, y presuntamente del patronato de Mé- la Nueva España. México: UNAM, 1993. Im- xico, hacia 1526 (170-71). preso. 8Alain Milhou propone a Las Casas y Moto- Corona, Carmen. “El auto La conquista de Je- linía como dos polos opuestos, representantes de rusalén: Hernán Cortés y la transgresión de enfoques dominicos y franciscanos al proyecto la figura.”El escritor y la escena III: Estudios evangelizador: “Las Casas…ponía el acento en la en honor de Francisco Ruiz Ramón. Ed. Ysla defensa de los indios, la reforma del sistema co- Campbell. Ciudad Juárez: U Autónoma de lonial y la necesidad de tiempo para realizar una Ciudad Juárez, 1995. 79-87. Impreso. evangelización en profundidad…Motolinía…se Cortes, Hernan. Cartas de relación. México: Edito- mostraba sensible, en la trayectoria joaquinita, a la rial Porrúa, 1967. Impreso. proximidad del fin del mundo, lo que justificaba Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la la conquista armada y la cristianización rápida y conquista de la Nueva España. Tomo 2. Méxi- superficial” (164). co, D.F.: Editorial Porrúa, 1968. Impreso. 9Dicho sea de paso, en otros pasajes de la Apo- Dominguez Garcia, Javier. De Apostol matamoros logética, Las Casas se sirve de Vives sin declarar a Yllapa mataindios: dogmas e ideologias me- referencia, y Vives llevaba razón en rechazar al dievales en el (des)cubrimiento de America. Beroso; se trataba de una falsificación de Annio Salamanca: Ediciones U de Salamanca, (Losada 48-49). 2008. Impreso. 10El escudo de armas lo había concedido Car- Fernández Collado, Ángel. Historia de la iglesia los V a Tlaxcala junto con el título de Leal Ciudad en España: Edad Moderna. Toledo: Instituto en real cédula del 22 de abril de 1535 (Commons Teológico San Ildefonso, 2007. Impreso. 98). Frost, Elsa Cecilia. “¿Milenarismo mitigado o imaginado?” Memorias del simposio de histo- 11Para un interesante comentario de las impli- riografía mexicanista. México: Comité Mexi- caciones sociales e ideológicas de esta fiesta, ver cano de Ciencias Históricas, 1990. 73-85. el artículo de José Ramón Jouve Martín, “Public Impreso. Ceremonies and Mulatto Identity in Viceregal --. La historia de Dios en las indias: visión francis- Lima: A Colonial Reenactment of the Fall of Troy cana del Nuevo Mundo. Mexico, D.F: Tus- (1631),” en Colonial Latin American Review 16.2 quets Editores, 2002. Impreso. (2007): 179-201. García Soormally, Mina. “La conversión como experimento de colonización: De Fray Her- Obras citadas nando de Talavera a La conquista de Je- rusalén.” MLN 128.2 (2013): 225-244. Project MUSE. Web. 17 Abr. 2014. Aracil Varon, María Beatriz. El teatro evangeliza- Horcasitas, Fernando. Teatro Nahuatl I. Mexico, dor: sociedad, cultura e ideología en la Nueva D.F: UNAM, 2004. Impreso. Espana del siglo 16. Roma: Bulzoni, 1999. Im- Kauffmann, Lisa. “The Indian Church and the Age preso. of the Spirit: Joachimist Millenialism and fray Arroniz, Othon. Teatro de evangelización en Nueva Toribio de Motolinía’s Historia de los indios España. México: UNAM, 1979. Impreso. de la Nueva España.” A Contracorriente 7:2 Baudot, Georges. Utopie et Histoire au Mexique: (2010): 119-36. Web. 16 Abr. 2014 les premiers chroniqueurs de la civilisation --. Brevísima relación de la destrucción de las Indias. mexicaine, 1520-1569. Toulouse: Privat, 1977. Ed. André Saint-Lu. Madrid: Cátedra, 2009. Impreso. Impreso. De las Casas, Bartolomé. Apologética historia Mendieta, Gerónimo de. Historia eclesiástica indi- sumaria. Eds. Vidal Abril Castello et al. Obras ana. Ed. Joaquín García Icazbalceta. México: completas. Tomo 7. Madrid: Alianza Edito- Editorial Porrúa, 1870. Impreso. rial, 1992. Impreso. Milhou, Alain. Colon y su mentalidad mesiánica en Castro, Américo. La realidad histórica de España. 2da el ambiente franciscanista español. Valladolid: ed. México: Editorial Porrúa, 1962. Impreso. Casa-Museo de Colon, 1983. Impreso. Colón, Cristóbal. Los cuatro viajes del Almirante y Motolinía [Toribio de Benavente]. Historia de los su testamento. Ed. Ignacio B. Anzoátegui. Ma- indios de la Nueva España. Ed. Claudio Esteva drid: Espasa-Calpe. 1964. Impreso. Fabregat. Madrid: Dastin, 2001. Impreso. Lizandro Arbolay Alfonso 59

--. Memoriales e Historia de los Indios de la Nue- La Santa Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento. va España. Biblioteca de Autores Españoles, Asuncion: Sociedades Biblicas en America Tomo 240. Madrid: Ediciones Atlas, 1970. Latina, 1960. Versión de Casiodoro Reina y Impreso. Cipriano de Valera. Impreso. O’Gorman, Edmundo, ed. Historia de los indios de Subirats, Eduardo. El continente vacío: la conquista la Nueva España. México: Editorial Porrúa, del Nuevo Mundo y la conciencia moderna. 1973. Impreso. México, D.F: Siglo Veintiuno Editores, 1994. Pardo, Osvaldo F. The Origins of Mexican Catholi- Impreso. cism: Nahua Rituals and Christian Sacraments Surtz, Ronald E. “Pastores judíos y reyes magos in Sixteenth-Century Mexico. Ann Arbor: U gentiles: teatro franciscano y milenarismo of Michigan P, 2004. Impreso. en Nueva España.” Nueva Revista de Filología Pareja, Francisco de. Crónica de la provincia de la Hispánica 36.1 (1988): 333-44. Web. 16 Abr. visitación de Ntra. Sra. de la Merced. México: 2014 Imprenta de J.R. Bardebillo, 1882. Impreso. Torquemada, Juan de. Monarquia Indiana. Pérez Fernández, Isacio. Fray Toribio Motolinía, Tomo 2. 3ra ed. Ed. Miguel León Portilla. O.F.M., frente a Fray Bartolomé de Las Casas, Mexico: UNAM, Instituto de Investigaciones O. P. . Salamanca: Editorial San Esteban, 1989. Historicas, 1975. Impreso. Impreso. Versényi, Adam. “En el pellejo de los azteca: teatro Pérez Priego, Miguel Ángel, ed. Códice de autos evangelizador en el Nuevo Mundo.” El teatro viejos. Madrid: Castalia, 1988. Impreso. franciscano en la Nueva España. Eds. María Phelan, John Leddy. The Millenial Kingdom of the Sten et al. Mexico, D.F: Facultad de Filosofía Franciscans in the New World. 2nd ed. Berke- y Letras, UNAM, 2000. Impreso. ley & Los Angeles: U of California P, 1970. Weckmann, Luis. “Las esperanzas milenaristas de Impreso. los franciscanos de la Nueva España.” Historia Ramírez, Hugo H. Fiesta, espectáculo y teatralidad Mexicana 32.1 (1982): 89-105. Web. 14 Abr. en el México de los conquistadores. Madrid: 2014 Iberoamericana, 2009. Impreso. West, Delno C. “Medieval Ideas of Apocalyptic Ricard, Robert. The Spiritual Conquest of Mexico: Mission and the Early Franciscans in Mexico” An Essay on the Apostolate and the Evangeliz- The Americas 45.3 (1989): 293-313. Web. 18 ing Methods of the Mendicant Orders in New Abr. 2014 Spain, 1523-1572. Trans. Lesley Byrd Simp- Williams, Jerry M. El teatro del México colonial: son. Berkeley: U of California P, 1966. Im- época misionera. New York: P. Lang, 1992. preso. Impreso.

Letras Hispanas Volume 10.2, Fall 2014

Title: “William Burns” de Roberto Bolaño o las llamas del sueño de la paranoia Author: Arndt Lainck E-mail: [email protected] Affiliation: University of Bamberg; Department of Romance Literature/Hispanic; University 2 (U2/2:21); 96045 Bamberg, Germany Abstract: The article analyses the story “William Burns” of Llamadas telefónicas (1997) by Roberto Bolaño. A new perspective on the real scope of the paranoid projections of its pro- tagonist Burns helps to explain the strangeness of its narrative turns. The house as a meta- phor for the mind serves as a basis for reading the story as a product of Burns’ subconscious activity. Modelling the interpretation on the paradigm of dreams and paranoia sheds light on a host of murky details in his seemingly irrational behaviour. At last, Burns’ disability to recognize himself is compared to other characters in Bolaño’s work. Keywords: William Burns, Llamadas telefónicas, Roberto Bolaño, Paranoia, Dream Resumen: El artículo analiza el cuento “William Burns” de Llamadas telefónicas (1997), de Ro- berto Bolaño. Se estudia el alcance de las proyecciones paranoicas del protagonista, Burns, para desentrañar el sentido de sus extraños giros narrativos. La casa como metáfora de la mente sirve de base para leer el relato como un producto de la actividad subconsciente de Burns. A partir de los paradigmas del sueño y de la paranoia se elucidan una serie de aspec- tos turbios de su funesta conducta. Finalmente, se compara la incapacidad de Burns para reconocerse a sí mismo con la de otros personajes de la obra narrativa de Bolaño. Palabras clave: William Burns, Llamadas telefónicas, Roberto Bolaño, paranoia, sueño Date Received: 3/16/2015 Date Published: 10/20/2015 Biography: Dr. Arndt Lainck is a teaching and research assistant at the University of Bamberg (Germany). His Ph.D. thesis, defended at the University of Göttingen, was published in 2014 as Las figuras del mal en 2666 de Roberto Bolaño. His main research interests include ethics, concepts of time and identity in Iberian and Latin American literatures.

ISSN: 1548-5633 62 Letras Hispanas Volume 11, 2015

“William Burns” de Roberto Bolaño o las llamas del sueño de la paranoia Arndt Lainck, University of Bamberg

El cuento “William Burns” de Rober- otros personajes de la obra narrativa de Bola- to Bolaño, incluido en Llamadas telefónicas ño y se aborda la falta de transparencia en la (1997), es la historia de un sinsentido que, cuestión de la culpabilidad. paradójicamente, posee una lógica cuida- El personaje que resulta ser el asesino dosamente tramada. Es también un ejemplo del cuento, William Burns, “de Ventura, Ca- emblemático de la desviación del género poli- lifornia del Sur” (105), cuenta el fatídico ar- cíaco en la obra de Bolaño1, que resulta paro- gumento de su tragedia personal al amigo del diado, por cuanto el ‘detective’ termina sien- narrador, Pancho Monge, “policía de Santa do el asesino, y desviado, pues deviene hacia Teresa, Sonora,” quien a su vez lo transmite una lectura paranoica, como veremos.2 La al narrador sin nombre. La ciudad de Ventura envergadura de las proyecciones paranoicas existe efectivamente en el sur de California y que conjuran de forma inexorable la catástro- se llamaba antaño San Buenaventura5, previ- fe gratuita no ha recibido todavía la atención niendo desde el inicio de que la ventura, lo que merece.3 El caso que se presenta en este por venir, encierra más bien una casualidad cuento es especialmente interesante, dado peligrosa: un lance extraño que puede des- que la escisión y el desdoblamiento de un embocar en una aventura malograda. Con la personaje en su “horrendo hermano siamés,” excepción de “El gusano,” cuento del mismo hecho que se encuentra con frecuencia en la apartado temático de Llamadas telefónicas, obra de Bolaño4, se dan aquí también dentro esta es la primera mención en toda la obra de los confines de la mente de un solo perso- de Bolaño del lugar mítico de Santa Teresa, naje. Por esta razón, se explorará en este estu- urbe nefasta que obtendrá protagonismo en dio el alcance de las proyecciones paranoicas Los detectives salvajes (1998) y, sobre todo, del protagonista, Burns, para desentrañar el en 2666 (2004). No solo Santa Teresa se pre- sentido de los extraños giros narrativos del senta aquí como un embrión o primer brote cuento a la luz de varios teóricos y relaciones de lo que llegará a ser en obras posteriores: intertextuales. La casa como metáfora de la también lo hará el policía amigo del narra- mente va a servir de base para leer el relato dor, Pancho Monge. En retrospectiva, no será como un producto de la actividad subcons- ningún desconocido en la obra de Bolaño: el ciente de Burns. A partir de los paradigmas personaje Lalo Cura, con un papel prominen- del sueño y de la paranoia se elucidan una se- te en 2666 y en “Prefiguración de Lalo Cura,” rie de aspectos turbios de su funesta conduc- del volumen Putas asesinas (2001), se llama ta. Por último, se compara la incapacidad de Pancho Monje en Los sinsabores del verdadero Burns para reconocerse a sí mismo con la de policía (2011).6 Arndt Lainck 63

A pesar de esta situación narrativa degree a narrator is fallible…Many complicada, esto es, a pesar de que los hechos modern works use… confusing, un- relatados han llegado al narrador a través de reliable narration in a deliberate po- un intermediario (Pancho Monge), prácti- lemic against conventional notions of reality and in favor of the superior camente todo el cuento se despliega a partir reality given by the world of the book. de la indicación “Habla Burns:,” como si se (159-60; 288) tratara de una narración oral directa. Hasta la coda del cuento, que cierra este paréntesis El mismo apellido de Burns sugiere ya un que comienza advirtiendo al lector sobre la carácter malvado: parece caracterizar de en- poca fiabilidad del relato del protagonista, el trada a un personaje que terminará causando lector sigue el testimonio de Burns como si le estragos en su entorno por el poco control fuera transmitido de manera directa. La coda que tiene sobre sus emociones, fácilmente está formada por apenas dos líneas en las que inflamables. Burns, por su parte, cuestiona el narrador intercalado, Pancho Monge, in- de manera reiterada el papel que él mismo forma escuetamente sobre el trágico final del juega en toda la historia: “¿Por qué me com- protagonista, Burns. En ella se despacha al porté de esa manera? No lo sé” (108). Otras lector con la indicación de que “[s]eis meses veces insiste en su absoluta seguridad de es- después, … William Burns fue asesinado por tar diciendo la verdad (“Eso sí lo recuerdo desconocidos” (113) sin posibilidad alguna con claridad” (105), “nunca lo podré olvidar” de obtener más información sobre las causas (110)), desvirtuando desde luego su credibi- y circunstancias de lo que podría haber sido lidad en el proceso. Aparte de los trastornos un instante de justicia narrativa. que Burns sufre, según confiesa él mismo, la De este modo, la legitimación de la situación narrativa está doblemente marcada voz de Burns flota libre entre el narrador sin por una manifiesta incerteza: la distancia de nombre (que, a su vez, también ha sido recep- los hechos referidos y los problemas de Burns tor del relato), la reproducción de la historia de recordar de forma correcta: “eso creo recor- que enmarca el cuento por parte de Pancho dar, no estoy seguro” (110). Monge, y la narración del mismo Burns, que Burns cuenta que salía con dos mujeres también pone a veces en duda lo que le ha que bien podrían ser el desdoblamiento de acontecido a él mismo. La discrepancia en- una entidad única, dando lugar otra vez al tre los tres narradores sobre cómo calificar el motivo de los gemelos, que se encuentra con relato de Burns es manifiesta desde el princi- tanta frecuencia en la obra de Bolaño.7 Burns pio: “Según Monge, el norteamericano era un dice tener dificultades para distinguir entre tipo tranquilo, que jamás perdía los nervios, las dos mujeres: afirmación que parece contradecirse con el desarrollo del siguiente relato” (105). De esta Una era más bien veterana, de mi manera, la situación narrativa sienta las bases edad, y la otra casi una niña. Aunque desde el inicio para la realidad ‘superior’ del a veces parecían dos viejas enfermas confuso mundo onírico que se desenvolverá y llenas de rencor, y a veces parecían luego. Wayne Booth observó: dos niñas a las que sólo les gustaba jugar. La diferencia de edades no era Both reliable and unreliable narrators tan grande como para que se las con- can be unsupported or uncorrected fundiera con madre e hija, pero casi. by other narrators… or supported or En fin, ésas son cosas que un hombre corrected… Sometimes it is almost sólo puede suponer, nunca se sabe. impossible to infer whether or to what (105) 64 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Ni siquiera sabemos con certeza si las muje- obra de Roberto Bolaño. Hay que apuntar res existen de verdad o si han emanado como al epígrafe de 2666, “Un oasis de horror en brotes psíquicos de su imaginación, como tra- medio de un desierto de aburrimiento,” de taremos de demostrar a continuación. Como Charles Baudelaire, y al ensayo “Literatura + complemento a la serialización de las muje- Enfermedad = Enfermedad” incluido en El res están sus respectivos perros, “uno grande gaucho insufrible (2003), que explica en re- y otro pequeño.” Burns mantiene, además, trospectiva a la perfección la trayectoria que no saber nunca “cuál perro era de cuál mu- tomará Burns: jer.” Aquí ya se encuentra in nuce el equívoco fundamental en que se basa la tragedia que está por venir: la incapacidad de Burns de En medio de un desierto de aburri- discernir el número exacto de los perros de- miento, un oasis de horror. No hay lata una percepción desacordada y dispersa. diagnóstico más lúcido para expresar Más adelante, bajo la amenaza del peligro, su la enfermedad del hombre moderno. Para salir del aburrimiento, para es- mente no podrá excluir del campo visual las capar del punto muerto, lo único que proyecciones infundadas que desencadenan tenemos a mano, y no tan a mano, la fatalidad. también en esto hay que esforzarse, es Las mujeres comparten “una casa en las el horror, es decir el mal. O vivimos afueras de un pueblo de montaña, un lugar como zombis, como esclavos alimen- de veraneantes” y cuando Burns le comenta tados con soma, o nos convertimos a alguien, “un amigo o un conocido,” que las en esclavizadores, en seres malignos, va a acompañar allí, este le recomienda que como el tipo aquel que después de lleve su “caña de pescar” y otro le habla de “al- asesinar a su mujer y a sus tres hijos dijo, mientras sudaba a mares, que macenes y de cabañas, una vida regalada, un se sentía extraño, como poseído por descanso para la mente” (105-06). En una re- algo desconocido, la libertad, y luego lectura, el lector podrá darse cuenta de la im- dijo que las víctimas se habían mere- portancia de las claves proporcionadas aquí, cido lo que les pasó, aunque al cabo pero no a la manera del típico esparcimien- de unas horas, más tranquilo, dijo que to de indicios en una novela policíaca, sino nadie se merecía una muerte tan cruel como motivos que reaparecen en el cuento y luego añadió que probablemente se a guisa de premonición de un sueño, de una había vuelto loco y les pidió a los po- voz interior. La reaparición de las cañas de licías que no le hicieran caso. Un oasis siempre es un oasis, sobre todo si uno pescar y del almacén, más adelante, parece ser sale de un desierto de aburrimiento. indicativa de que la mente de Burns precisa- En un oasis uno puede beber, comer, mente no se da tregua. Por otra parte, la coin- curarse las heridas, descansar, pero si cidencia es demasiado extraña como para ex- el oasis es de horror, si sólo existen oa- cluir por completo la posibilidad de que toda sis de horror, el viajero podrá confir- la historia sea tan solo una fantasía demente, mar, esta vez de forma fehaciente, que un ensueño solipsista que haría de todos los la carne es triste… (151-52). personajes fantasmagorías de la paranoia. Burns empieza diciendo que era “una época triste” de su vida, que en su trabajo Burns constata efectivamente que su vida pa- “pasaba por una mala racha” y que se “aburría saba por una época triste y sale del desierto soberanamente,” siendo alguien que, según él de aburrimiento con un acto de violencia mismo, “antes nunca [se] aburría.” La men- irracional que él mismo no entiende: piensa ción del aburrimiento debería poner sobre que su víctima, Bedloe, es inocente y que es aviso a cualquier lector familiarizado con la un pobre desgraciado (112), aspecto este que, Arndt Lainck 65

por cierto, víctima y verdugo compartirán en sujeto). Así, la interpretación deliran- cuanto sujetos pacientes de un destino desa- te está marcada por el valor afectivo fortunado. Burns no tiene talento para la fe- sobre el residuo empírico. (177-78) licidad, busca el infortunio como si el poder de atracción del mal augurio imaginado fuera Los rasgos aquí especificados concuerdan un imán irresistible. En línea con lo anterior, perfectamente con la inclinación de Burns de “la mujer más vieja” comentará al final que interpretar todo lo que está viendo con la ma- “[l]a vida no tiene sentido” (113). Igual que yor carga afectiva posible. Su miedo (el valor el “tipo aquel” de arriba, Burns también está afectivo) prevalece sobre el residuo empírico “sudando a mares” cuando patea a su víctima en todo momento (en concreto, el error de hasta el desenlace fatal (111). considerar a Bedloe un asesino). Burns no va exactamente de vacacio- Habiendo preguntado a las mujeres por nes con ellas a la casa en las afueras, sino que qué llaman asesino al tipo, estas ofrecen por siente que su responsabilidad es cuidarlas, ya toda razón el miedo mismo, sin explicación o que, según las mujeres, “había un tipo que fundamento racional alguno: “… no supieron quería hacerles daño” al que llaman el asesino qué decir o acaso prefirieron que sobre eso yo (106). La paranoia, como el delirio de perse- no supiera nada. Así que me hice una idea del cución, es un trastorno que tiende a atribuirle asunto. Ellas tenían miedo, ellas creían que una importancia exagerada a un miedo espe- estaban en peligro, todo posiblemente era cífico y proveerlo de una aparente lógica que, una falsa alarma. Pero yo no soy quién para sin la ‘lucidez’ idiosincrásica del afectado, es desmentir a nadie …” (106). El miedo es tan difícilmente entendible.8 Ibáñez López apun- contagioso que se volverá profecía autocum- ta lo siguiente sobre la paranoia: plida y convertirá al protector frente a un presunto asesino en el único asesino verda- Ahora bien, ¿en qué consiste esta dero del cuento: un asesino accidental pero constitución paranoica? Según los tér- fatídico, rabioso y desganado a partes iguales. minos de los propios autores [Sérieux El virus del miedo—un miedo infundado— y Capgras], se trata del carácter ego- anidará en la mente de Burns y, una vez allí, céntrico, de la hipertrofia del yo y de terminará por generar su propio fundamento. una falla en la autocrítica. … El carác- La narración fabrica los hechos en una inver- ter interpretador estaría determinado sión del orden usual. desde antes del desencadenamien- Por debajo de la superficie de la narra- to de la psicosis, y el delirio sería la ción palpita una dimensión subconsciente exageración de dicha constitución. El delirio de interpretación se contem- que motiva absolutamente todo lo que va pla como una psicosis constitucional ocurriendo ante los ojos de Burns. El lector plenamente desarrollada, donde los tiene que invertir el proceso de sobrepro- factores desencadenantes pierden su ducción de indicios erróneos que la mente función… Para Dromard… [s]e tra- de Burns fabrica de manera constante para ta del dominio de la afectividad en deshacer la lectura paranoica que Burns hace la interpretación de la realidad. Se- de su entorno. Para poder entender la men- gún Dromard, habría dos formas de te enfermiza de Burns, el lector desdobla al interpretar la realidad: por residuo protagonista Burns en su papel de ‘detective’, empírico (síntesis de las experiencias pasadas y de las respuestas del mun- que después de la tragedia ocurrida promete do) o por valor afectivo (donde pre- “volver a la ciudad” y “retomar la investiga- domina el valor que una determinada ción exactamente en el punto en donde me sensación o pensamiento tiene para el perdí,” para acabar siendo “asesinado por 66 Letras Hispanas Volume 11, 2015 desconocidos” (volviéndose, entonces, a per- según Burns, como si “fuera el responsable de der). El equilibrio de tragedias restablece así la desaparición de los perros” (106-07). Dado el orden de una manera irónica, ya que Burns que Burns no puede sacar nada en claro sobre había asesinado a Bedloe siendo también un el miedo a la persona que ellas simplemente perfecto desconocido para él. llaman el asesino, decide visitarlo en la ciudad para encontrar allí por casualidad a los perros perdidos. Los mete en la furgoneta y se ríe “de La casa como metáfora los temores que había experimentado la no- che anterior” acerca de ellos, reflejando un De acuerdo con la interpretación de que paralelismo con la esperanza que había alber- todos los eventos en “William Burns” son en gado con respecto al miedo sin fundamento realidad emanaciones del conflicto interior que las mujeres tienen al asesino, pensando que sufre el protagonista, la casa que habitan que “al cabo de una semana ellas solas llega- él mismo y las mujeres y en la que tendrá lugar rían a esa conclusión” (106). La sensación de el asesinato de Bedloe puede ser leída como que Burns proyecta sus pensamientos hacia 9 una metáfora de su cabeza. La casa sería la afuera se vuelve cada vez más clara cuando mente, en la que falta el tercer piso de un su- considera que el “hombre parecía un actor perego que censuraría el comportamiento de de cine,” atribuyéndole quizás un papel fic- Burns, y que recibe demasiadas impresiones ticio que no merece; al marcharse, como si desde fuera, desbordando la capacidad de re- emitiera un dictamen sobre sí mismo, piensa, cibir y procesar de forma adecuada los datos sin saber por qué, “que el pobre tipo estaba que penetran en ella: perdido.” Al alejarse de su misión de reconoci- …una casita de madera y de piedra miento y vigilancia la suerte da un giro. La llena de ventanas, posiblemente la persecución se invierte de repente cuando casa con más ventanas que he visto Burns empieza a ser seguido por el perro en mi vida, todas de distinto tamaño, del almacenero, y el delirio persecutorio se distribuidas de forma arbitraria. Vista desde fuera, a juzgar por las ventanas, convierte en persecución real, como en una la casa parecía tener tres plantas cuan- profecía autorrealizada. A los dos perros re- do en realidad eran sólo dos. Desde cuperados se añade el fatal tercer perro, el dentro, sobre todo desde la sala y al- número que está de más, “un perro grande, gunas habitaciones del primer piso, la negro” (108). Los perros ya no solo desdoblan sensación que producía era de mareo, a las mujeres, sino que además sirven como de exaltación, de locura. En la habita- reflejo de la propia ineptitud de Burns para ción que me asignaron sólo había dos, el autoconocimiento al declarar este no saber y no muy grandes, pero una encima “qué demonios los mueve a hacer una cosa de la otra, la superior hasta casi tocar el cielorraso, la inferior a menos de u otra.” Esta falta de motivación que Burns cuarenta centímetros del suelo. (106) proyecta aquí sobre los perros caracteriza su propio comportamiento irracional, imposible de predecir, o más bien intencionadamente Las famosas ventanas de rombos de Borges ilógico. El almacenero llama silbando a su pe- de “La muerte y la brújula” se distribuyen de rro, pero Burns no vuelve la vista atrás: “Mi manera irracional aquí, perdiendo todo or- reacción fue automática, irreflexiva… Re- den geométrico. cuerdo que me oculté, el perro pegado a mis Cuando los perros se pierden, Burns piernas, tras un tranvía de color rojo oscuro, va en busca de ellos a través de la topografía como sangre seca.” Aunque la mención de marcadamente onírica del cuento. Tras regre- la sangre seca parezca fuera de lugar, se verá sar a casa sin los perros, las mujeres le miran, que es una prefiguración: la sangre seca hará Arndt Lainck 67 su reaparición más adelante, manifestándose que las voces10 que Burns oye parecen una en la “máscara ensangrentada” del rostro de alucinación: “No pude soportarlo más y me Bedloe (111). levanté, recogí la mesa y me encerré en la co- En vez de devolverle el perro a su dueño, cina a lavar los platos, pero incluso desde allí que hace señas que no sabe interpretar, Burns seguía escuchándolas.” La otra mujer habla decide huir. Perversa y obstinadamente, no después “de una gran ciudad, como si alaba- hace caso a las señas: “Que fue exactamente ra la vida de una gran ciudad, pero en rea- lo que no hice… ¿Por qué me comporté de lidad burlándose de ella” y Burns, que antes esa manera? No lo sé” (108). De esta manera, manifestara incomprensión hacia los perros, Burns se comporta con la misma, o más bien reflejo de su propia incomprensión hacia sí con mayor incomprensibilidad que los perros mismo, afirma no comprender el humor “de cuyo comportamiento afirmaba no entender. aquellas mujeres.” En ese mismo momento El tercer perro del almacenero le sigue de piensa que ha llegado la hora de pasar de la manera dócil y actúa como si le perteneciera, contemplación a la acción, del miedo a las con una naturalidad que sorprende a Burns: medidas preventivas, detonando con ello la se mete en la furgoneta sin permitir que se le desgracia cuando se dispone a solucionar “al- saque, y cuando las mujeres le ven llegar con gunas cosas.” Según Burns, las mujeres fingen tres perros estas “no dijeron nada … El pe- sorpresa preguntando: “¿Qué cosas?.” Parece rro del almacenero parecía conocerlas desde que el miedo al asesino ha desaparecido en siempre.” El proceso se asemeja a la manera ellas y se ha transmitido por completo a él. en que un elemento nuevo e improcedente en Burns arguye que “[l]a casa tiene demasiados un sueño puede ser asimilado de forma rápi- puntos débiles.” da, adquiriendo una familiaridad que estaba El efecto angustiante de las voces apre- excluida por la lógica precedente. El tiempo mia cada vez más a Burns: presente parece rectificar el pasado como si este careciera de sustancia. Más tarde, cuando comprendí que los Burns narra que en la conversación tres estábamos desvelados, hablaron que sigue se ve a sí mismo “diciendo algo de niños y sus voces hicieron que se sobre la necesidad de vigilar permanente- me encogiera el corazón. Yo he visto mente la casa” y parece no controlar lo que horrores, maldades que harían retro- dice: “Las mujeres me miraron y asintieron ceder a tipos duros, pero aquella no- che, al escucharlas, el corazón se me con una sonrisa. Lamenté haber hablado de encogió hasta casi desaparecer. Quise esa manera” (108-09). El miedo acaba por meter baza, quise saber si rememora- trasladarse de ellas a Burns y la paranoia se ban su infancia o hablaban de niños contagia. Al miedo y a la locura se les añade reales, niños que aún son niños, pero ahora la embriaguez cuando los tres se ponen no pude. Tenía la garganta como llena a beber. Burns narra que una de las mujeres de vendas y algodones esterilizados. habló “sobre la redondez de la Tierra, sobre (109-10) preservación, sobre voces de médicos” (109). Burns no sabe de qué está hablando la mu- Es precisamente en este momento cuando el jer, pero supone, de una manera difícilmen- miedo interior estalla en una manifestación te comprensible, que se refiere “a los indios exterior del objeto temido, estableciendo una que antaño habitaron en las laderas de estas conexión clara entre la premonición y la evo- montañas,” es decir, a entidades fantasmagó- cación: “De pronto, en medio de la conver- ricas que posiblemente frecuentan todavía la sación o del monólogo a dos voces, tuve un región maldita por la injusticia gratuita que presentimiento y me acerqué sigilosamente padecieron. a una de las ventanas de la sala, una ventana Hay varios indicios más que apoyan la pequeña y absurda como ojo de buey… de- lectura paranoica del cuento; por ejemplo, masiado cerca del ventanal principal como 68 Letras Hispanas Volume 11, 2015 para tener ninguna función” (110). Como si de la ventana, vi la silueta del almacenero” Burns contemplara a través de la ventana su (110-11). Aunque Burns afirma encontrar- propio rostro en un espejo, viendo al asesino se en una habitación del primer piso que no en que se va a convertir, descorre la cortina y conocía, hay tres camas con sus respectivas ve “al otro lado la cabeza de Bedloe, la cabeza mesitas de noche con “tres estampas enmar- del asesino.” Pierde todo resto de control y las cadas” (111). Esta observación, junto con el llamas de la ira se apoderan de él, lanzándolo hecho de que el almacenero abriera la ven- al vertiginoso abismo de la rabia desenfrena- tana de la habitación “con una facilidad que da. La lógica y la secuencia temporal quedan no dejó de sorprender[le],” para introducirse suspendidas. Empieza a encerrarse en el te- silenciosamente en la habitación, parece su- rror absoluto dentro de su ‘casa/cabeza’, sin- gerir que Bedloe, igual que el tercer perro, de tiéndose agredido y al mismo tiempo dándole algún modo había pertenecido desde siempre caza al presunto asesino para matarle: a la casa. Después Burns puede incluso sentir cómo respira Bedloe, afirmando que “el aire Lo que ocurrió a continuación es con- entró con un ruido saludable en sus pulmo- fuso. Y es confuso porque el pánico es nes.” El encuentro de las dos bes se hace cada contagioso. El asesino, lo supe en el vez más ineludible, y Burns está a punto de acto, se puso a correr alrededor de la matar a su alter ego para convertirse en él, casa. Las mujeres y yo nos pusimos a para dar forma a la amenaza externa. Pare- correr por el interior. Dos círculos: él buscando la entrada, evidentemente ce que dentro de la habitación Burns es tan una ventana que se nos hubiera que- invisible como antes, cuando había ignorado dado abierta; las mujeres y yo com- a propósito a Bedloe en la calle del pueblo: probando las puertas, cerrando las “Supe que no me había visto, me pareció ventanas. (110) imposible, agradecí interiormente mi buena suerte…” para ahora poder patearlo “con la Cuando Burns piensa en los perros que se intención de hacerle el mayor daño posible.” han quedado fuera, oye en seguida cómo una El cambio de papeles se ha consumado y es a de las mujeres grita: “Jesús, la perra, la perra, partir de este momento cuando la metáfora y pensé en la telepatía, pensé en la felicidad se hace explícita en el cuento: “Está aquí, está …” La conexión entre los pensamientos y sus aquí, grité, pero las mujeres no me oyeron (en manifestaciones sigue establecida. “Justo en ese momento yo tampoco las oía correr) y la este momento,” Burns entra “en una habita- habitación desconocida me pareció como una ción del primer piso que no conocía”: empie- prefiguración de mi cerebro, la única casa, el za a pisar ese terreno de su alma que alberga único techo.” Las mujeres, los perros, Bedloe, la violencia que está a punto de ejercer sobre los tres habitantes de la casa, todos parecen su víctima, a adentrarse en el corazón de sus ser la prefiguración de su cerebro, prefigura- propias tinieblas, representado por una habi- ción de algo que no está por venir sino que tación que se describe como “alargada y estre- acaso ya ha sido consumado.12 Tanto la direc- cha, oscura” e “iluminada por la luna,” la luz cionalidad del tiempo como la causalidad se de los lunáticos.11 invierten aquí: lo que prefigura su cerebro, en Lo que sigue sería la anagnórisis a prio- realidad, ha emanado de él. El efecto obteni- ri, el fatalismo necesario para cumplir ex ante do viene a ser su propia causa. la profecía que anunciaba el trágico desenla- A partir de este momento queda tam- ce: “Y en ese momento supe, con una certe- bién claro que tanto las leyes de la tempo- za parecida al terror, que era el destino (o el ralidad como las de la atribución a agentes infortunio, para el caso lo mismo) el que me concretos dejan de tener sentido según las había conducido hasta allí. Al fondo, al lado sensaciones y observaciones de Burns. Burns Arndt Lainck 69 no sabe cuánto tiempo permanece allí, “gol- de unión es el mismo que suspende la lógica peando el cuerpo caído” y solo recuerda “que tanto de la temporalidad como de la causa- alguien abrió la puerta tras de mí, palabras lidad y que lo asemeja al poder de atracción cuyo significado no entendí, una mano sobre de la profecía. En todos ellos el pensamiento mi hombro.” Cuando arrastra el cuerpo a la es siempre ya acto, negando la causalidad y la sala, encuentra a las mujeres como hermanas temporalidad. No existen diferencias entre te- siamesas horrorizadas, “sentadas muy juntas mer algo y su manifestación inmediata; la en- en el sofá, casi abrazadas (pero no estaban fermedad es siempre ya síntoma y no latencia. abrazadas),” en una escena que evoca en él, La realidad se convierte en una sucesión de una vez más sin saber por qué, “una fiesta de momentos presentes que siempre reinan con cumpleaños.” Una y otra vez, el discurso de soberanía absoluta. “William Burns” transcu- Burns evidencia dificultades para ver y cali- rre en un tiempo onírico en el que la lógica ficar las situaciones de una manera compren- propia de las relaciones causales del mundo sible. Las constantes dudas que manifiesta a de la vigilia está ausente y los resultados se la hora de reconocer el número de objetos manifiestan tan solo en el momento en que que se le presentan delata su problema funda- uno se apercibe de la existencia del objeto mental: distinguir entre sujeto y objeto, entre contemplado, sin prestar atención alguna al emoción y manifestación. El rostro de Bed- desencadenante. Esta constante amputación loe, el yo imaginario de Burns, parece ahora a de la procesualidad—la reducción de un la luz de la sala “una máscara ensangrentada” proceso demasiado fatídico para ser obser- en la que no sabe reconocerse a sí mismo. vado—hace que las causas operen de manera subterránea, como una maquinación turbia y opaca, tanto más inquietante cuanto más La lógica onírica y el tiempo del reprimida, inescrutable e inaccesible para un sueño análisis preventivo o posterior que pudiera desembocar en una solución al problema. La extrañeza y la fatalidad inherentes Existe una figura paralela en el pensa- a los hechos narrados sugieren que Burns se miento sociológico de Norbert Elias que pue- encuentra dentro de una pesadilla de la que de ayudar a explicar la cualidad emergente no sabe liberarse. Hay varios indicios que de la catástrofe, que la hace aquí tan opaca acercan la trama a la lógica y al tiempo pro- para el propio Burns. El miedo que tienen pio de los sueños. El hecho de que Burns no las mujeres al asesino se transfiere a Burns sea capaz de ser un testigo fiel de sus propios de una manera dramática o bien consiste en actos y de que su propio cerebro, la instan- que este teme ser víctima de sus propias pa- cia receptora y analítica por excelencia, sea siones. En El proceso de la civilización, Elias el productor de la realidad que cree vivir, se escribe sobre “el secreto del entramado social, deja entrever de manera sutil. Muchas veces, … su carácter de proceso” que a partir “de in- la percepción de un hecho inquietante que númeras intenciones e intereses—sean éstos quizás exigiría una explicación no la tiene. coincidentes o no e incluso opuestos—surge El tiempo de los sueños es un tiempo capri- algo que ninguno de los participantes había choso donde la hipertrofia del presente nie- planeado o pretendido y que, sin embargo, es ga al soñador toda posibilidad de establecer el resultado de las intenciones y de las accio- un vínculo lógico con estadios anteriores. El nes de muchos individuos” (391-92). Y sobre presente, por extraño que este sea, parece ser el papel del miedo en las relaciones humanas siempre absoluto. anota: ¿Cómo se vincula, pues, un estado oní- rico, imaginario o alucinado, a la paranoia, el Sin duda que la posibilidad de sentir miedo y sus efectos concomitantes? El nexo miedo, al igual que la posibilidad de 70 Letras Hispanas Volume 11, 2015

sentir alegría son un rasgo invariable tiene buenas razones para conjeturar que la de la naturaleza humana. Pero la in- instancia observadora y la instancia produc- tensidad, el tipo y la estructura de los tora de los hechos relatados coinciden de ma- miedos que laten o arden en el indivi- nera total en el cerebro de Burns, volviendo el duo, jamás dependen de su naturale- enigma inaccesible al escrutinio desde dentro za y, por lo menos en las sociedades diferenciadas, tampoco dependen de los mismos pensamientos del personaje. jamás de la naturaleza en la que vive, En los sueños, es el miedo mismo, como sino que, en último término, aparecen predisposición, el que produce la evocación determinados siempre por la historia del objeto temido sin que el durmiente se y la estructura real de sus relaciones aperciba de la existencia de la conexión entre con otros humanos, por la estructura ambos fenómenos. Las constantes dificulta- de su sociedad y se transforman con des por parte de Burns de recordar bien, de ésta[…]. Todos los miedos son sus- alejarse de las voces que oye y de distinguir citados directa o indirectamente en entre evocaciones y memorias posiblemen- el alma del hombre por otros hom- bres; tanto los sentimientos de pudor, te certeras se comprenden mejor cuando se como el miedo a la guerra, el temor presupone un estado onírico. Así, todos los de Dios, los sentimientos de culpabi- personajes de “William Burns” serían la evo- lidad, el miedo a la pena o a la pér- cación de sus demonios interiores, entidades dida del prestigio social, el temor del fantasmagóricas de la memoria que todavía hombre a sí mismo y el miedo a ser ‘trabajan’ en la mente atormentada de Burns. víctima de las propias pasiones. (528) En este sentido, la prefiguración de su cere- bro sería más bien un instante de lucidez en el que Burns captaría que lo que está pasando Por tanto, es también un deseo vano el que no es una anticipación del horror futuro, sino expresa Burns al final de su historia, cuan- la evocación de un trauma pasado, esto es, do ya ha cavado la fosa para deshacerse del la prefiguración de la vigilia y del dolor que cadáver: “Voy a volver a la ciudad, les dije, conlleva. El hecho de sentirse agredido por voy a retomar la investigación exactamente sus propios pensamientos sería un indicio de en el punto en donde me perdí” (113). Aquí que la relación afectiva del trauma original y se parodia el deseo de control inherente a las el miedo subsiguiente se ha invertido. investigaciones detectivescas junto con las El orden del tiempo se invierte en las creencias en el racionalismo y en una posi- percepciones, porque el tiempo emana de la ble iluminación de los hechos turbios que misma mente que trata de detenerlo para po- han provocado el homicidio. Es, obviamente, der analizar el peligro presentido y encontrar además, el asesino mismo quien expresa este a tiempo los remedios necesarios para no caer deseo. Pero querer encontrar un fallo episte- en el abismo que se acerca inexorablemente. mológico en su comportamiento pasado, en El sujeto dicta el tiempo en el sueño sin dar- la cadena de sucesos que le han llevado hasta se cuenta de ello. Es un mundo de resultados este punto, no restablecerá el orden ni resuci- que hay que aceptar con resignación, donde tará a Bedloe. Todo esfuerzo es inútil porque uno trata de escapar sabiendo de antemano Burns tiene un carácter que le impide escru- que está cayendo en el lazo, que la soga aprie- tar sus propios actos, observarse a sí mismo, ta, donde uno ya no se puede fiar de la leyes entenderse, saber “qué demonios [le] mueve de la lógica y de la (con)secuencia, ni tampo- a hacer una cosa u otra” (108). Y también lo co de las correcciones y medidas preventivas es porque, como hemos visto arriba, el lector acaso todavía posibles. Arndt Lainck 71

El sueño como lugar ideal para un au- participado la voluntad personal. toanálisis posterior y esclarecedor se convier- Más tarde, al buscar conscientemente te en trampa ineludible. Ha dejado de ofrecer los residuos del sueño, tejemos con indicios que permiten al juicioso conocerse a ellos una historia a la que proveemos de rostros y ademanes pertinentes sí mismo con más plenitud para pasar a ser para dar cuerpo a los fantasmas que la agonía misma. La detección del síntoma y pululan en nuestro subsuelo. Al la supuesta aplicación de la cura se derrum- reconocerlos, pero ya en plena vigilia, ban con los últimos estertores del paciente. los desconstruimos, aniquilamos sus El desempeño de un papel asumido a desga- poderes maléficos y los alejamos de na y la realización de la pesadilla se vuelven nuestro espacio psíquico. De no ser indistinguibles. El trampero (Burns) es atra- así, ¿qué sentido tendría entonces el pado en sus propios artilugios (la manía de esfuerzo invertido en recobrar los defender su casa de una amenaza infundada). fragmentos perdidos y aunarlos otra vez? Sólo un masoquismo colectivo, El mundo onírico, que de por sí no tiene im- más extendido de lo deseable, sosten- portancia más allá de ser un recurso ancilar dría esa posibilidad. (60-61) para iluminar nuestros problemas en el mun- do ‘real’, pasa a ejercer en el cuento un papel Burns muere también en su sueño al asesinar rector. La relación sueño-vigilia sería análoga a su alter ego Bedloe y renace al no ser captu- a la de miedo-realidad o sujeto-objeto: lo pri- rado por su asesinato para morir ‘por segun- mero acaba de prevalecer sobre lo segundo. da vez’ al final del relato. No obstante, dado Burns vivirá por tanto una pesadilla de la que que no despierta, no puede desterrar los “po- no puede despertarse. deres maléficos” de su espacio psíquico, sino En El arte de la fuga (1996), Sergio Pitol que está condenado a revivirlos, “a rebobinar hace unas observaciones muy perspicaces al los hechos” (112) sin encontrar el punto en respecto de la relación que tienen las pesadi- que se ha perdido, como un Sísifo en pos de llas con el estado de vigilia, llamando la aten- un autoanálisis que le está vedado. Su pena ción sobre lo difícil que suele ser extraer de consiste en su “esfuerzo invertido en recobrar ellas una lección clara y estable: los fragmentos perdidos y aunarlos otra vez” de manera masoquista, sin poder establecer …los sueños angustiosos, los de te- un orden preciso en la secuencia del mal. rror, las pesadillas monstruosas, pue- den no dejarnos en paz, aun durante Enfocar la narración de Burns bajo el varios días. Nos obligan a ejercer un paradigma del sueño explica ocho rasgos del ansioso rastreo que pocas veces se ve relato: la oprimente atmósfera de extraña- coronado por el éxito total. … Los miento, sus dificultades de recordar, los saltos especialistas dicen que la función en la lógica causal y temporal, el valor simbó- de esos sueños angustiosos consiste lico de ciertos elementos recurrentes, las se- en descargar al exterior una energía mejanzas entre el sujeto y las manifestaciones innecesaria, de tipo venenoso, crea- objetivas, la incomprensión del soñador y el da, por alguna extraña razón, por poder fatídico que posee el miedo en el sueño nuestro propio organismo. El sueño implica una defensa o un presagio. como una profecía autocumplida. Por lo tan- Morir significa dar por terminado to, no asombra que Antonio Tabucchi escriba un periodo y el anuncio de otro me- en “A matéria dos sonhos” que la secuencia jor. ¡Un renacimiento! En nuestro de tiempos no se aplica a la relación sueño- interior se ha realizado una limpia vigilia, siendo el sueño una prefiguración que sin que haya en ningún instante establece una deuda con la realidad: 72 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Desde os tratados da Grécia clássica à de su propio asesinato anónimo seis meses Interpretação dos Sonhos de Freud, o después. Luego fuma un cigarrillo y mira las homem tentou apreender a significa- estrellas como si su destino ya estuviera escri- ção do seu estado diurno a partir dos to en la bóveda celeste, “pensando en la expli- sinais do estado nocturno. A inter- cación que daría posteriormente a las autori- pretação do sonho como “imagen sig- nificante” tanto é aplicável ao pasado dades del pueblo” (112), algo que no llegará como ao futuro da nossa existência: a hacer, más allá de relatar su historia—de “explica” algo que teve lugar na nossa un modo que permanece oculto al lector—a vida e a que não sabemos que sentido Pancho Monge, policía de Santa Teresa. De havemos de atribuir, ou então “prevê” hecho, enterrará el cadáver en las montañas y um acontecimento que irá verificar- hará de detective de su propio caso, al querer -se. É evidente que a cadeia temporal volver a la ciudad para “retomar la investiga- do antes e do depois é em ambos os ción exactamente en el punto en donde” se casos fictícia. No primeiro caso, como perdió. acontece em certas culturas estuda- das pelos etnólogos, fazer uma apro- Burns repite que no sabe cuánto tiempo ximação entre o que sonhamos e o permaneció allí, “dándoles tiempo a las muje- que se passou constitui a forma mais res a terminar su faena” de vestir el cuerpo de elementar de um uso terapêutico do Bedloe, que después le parece incluso “mejor sonho, destinado a motivar o arbitrá- vestido que antes,” como si el acto violento no rio e o absurdo, apresentando-os ao hubiera tenido lugar (112). Trata, sobre todo, indivíduo como algo de prefigurado, de buscarle un sentido a lo que acaba de su- e “conferindo-lhe por conseguinte o ceder, indagando en su memoria como si mi- rostro do seu destino” (M. Perrin). rara en un espejo, porque todo lo que puede Como observou muito penetrante- mente Roger Caillois, o aconteci- reconocer allí sobre Bedloe se corresponde de mento posterior se encarregará de manera exacta con su propia historia: “Poco “cumprir o sonho,” atribuindo-lhe um a poco comencé a rebobinar los hechos. Re- valor de “dívida,” uma “prefiguração cordé al hombre que miraba tras la ventana, coerciva.” (138) recordé su mirada y ahora reconocí el miedo, recordé cuando perdió a su perro…,” habien- Así, “la habitación desconocida” como la do perdido los perros originalmente él mis- “prefiguración de [su] cerebro,” como “la úni- mo. Por un momento tiene una iluminación ca casa, el único techo” señala el límite del sobre lo que acaba de ocurrir, en un destello mundo onírico y la compulsión de Burns de de luz inútil y tardío, porque el tiempo no se actuar en la prefiguración de su destino, de deja rebobinar y ya no será posible encon- convertir el rostro de Bedloe en “una máscara trar el fallo en el tejido de su propia tragedia: ensangrentada.” “Recordé, también, la luz del día anterior, y la luz del interior del almacén y la luz del por- La anagnórisis frustrada che vista desde el interior de la habitación en donde yo lo había matado.” Los perros siguen reflejando el estado Considerando que las voces de las mu- mental de Burns, y el tercero, el desencade- jeres habían angustiado tanto a Burns que se nante de la tragedia, ha desaparecido mila- le “encogiera el corazón… hasta casi desapa- grosamente, igual que los latidos del corazón recer” (109-10), es lógico que después de ma- de Bedloe: “Comenzó a amanecer al otro lado tar a Bedloe y haberse convertido en el objeto de las montañas. Los perros subieron al por- temido, en el asesino, le busque “los latidos che buscando una caricia, tal vez cansados de del corazón” a su víctima para comprobar la tanto juego nocturno. Sólo estaban los dos de inversión de los papeles. Dice que “[e]ste tipo siempre. Silbé, llamando al otro, pero no apa- está muerto” como si presintiera la fatalidad reció.” Las cosas vuelven aparentemente a la Arndt Lainck 73 engañosa normalidad anterior, la oscuridad del horno, se animó a hacerlo. Lo ha- de la noche es desplazada por la luz del día bía pensado toda la noche y toda la y las llamas de la pasión empiezan a sosegar- mañana. Para él la suerte había cam- se para dar paso a una revelación ya sin im- biado y entonces decidió mirarse al espejo, ver qué cara tenía. portancia alguna: “Con el primer temblor de ‒¿Y qué pasó? frío me llegó la revelación. El hombre muerto ‒No se reconoció. no era ningún asesino. El verdadero, oculto ¿Sólo eso? en algún lugar lejano, o más probablemente ‒Sólo eso, no se reconoció. (129) la fatalidad, nos había engañado. Bedloe no quería matar a nadie, sólo buscaba a su pe- Ser un agente del mal, podría concluirse, rro,” como Burns cree que solo buscaba los afecta sobre todo a la facultad de autorreco- perros de las mujeres y no quería matar a nocimiento. En la obra de Bolaño, la noción nadie. Según la lógica establecida, cuando el de culpabilidad colectiva es el eje temático narrador Burns piensa “[p]obre desgraciado” que vertebra y vincula 2666 y Estrella distan- se trata de un acto de autocompasión, de un te, para nombrar solo los ejemplos donde está lamento que no distingue entre objeto y suje- más patente en su obra, y se expresa mediante to. Burns reconoce el mal, pero no el mal que la falta de un culpable fácilmente reconocible hay dentro de sí mismo. o un sentimiento de parentesco inquietante. El destino que corre Burns es el mismo En estos ejemplos que hemos visto aquí, saca- que el de Belano en “Detectives,” el cuento dos de la cuentística de Bolaño, se puede ver sobre la complicidad del personaje en el de- con todavía mayor claridad que la noción de rrocamiento de Allende, de reminiscencias culpabilidad colectiva apunta en su obra, des- autobiográficas, que refleja la impotencia que de luego, siempre también a la indiferencia sintió el escritor cuando regresó a Chile para y/o la culpabilidad individual, dado que en convertirse en testigo del golpe de estado. La estos ejemplos aquí tratados se prescinde de autoacusación de Belano, quien ya no puede un establecimiento de parentescos y de una reconocerse en el espejo, se reparte entre dos extendida gama de personajes para hacerlos personajes en Estrella distante, donde sue- coincidir en un mismo personaje. Así, se su- ña ser un náufrago en un punto clave de la braya todavía mejor que la noción de culpa- novela, viajando en el mismo barco con “su bilidad colectiva apunta únicamente en una horrendo hermano siamés” Wieder, de quien dirección: a la culpabilidad individual. tan solo le separa la circunstancia de “que él Como comentario final resta decir que había contribuido a hundirlo y [él] había he- para entender bien la médula de la obra de cho poco o nada para evitarlo” (131). El relato Bolaño, diría que tenemos que leerla no como está directamente a continuación de “William un intento de construir un tipo de literatura Burns” en la división temática homónima de que gira alrededor de la idea de que los agen- Llamadas telefónicas: tes del mal somos, en última instancia, no- sotros mismos, sino que, su literatura versa ‒Bueno, el caso es que cuando Belano sobre todo acerca de la falta de un autorreco- pasaba con la cola de los presos nunca nocimiento, hecho que nos asemeja de mane- quiso mirarse al espejo. ¿Cachái? Lo ra alarmante a los agentes del mal y que nos evitaba. Del gimnasio al baño o del pone en peligro constante de convertirnos baño al gimnasio, cuando llegaba al en sus obedientes e inconscientes secuaces. corredor del espejo miraba para otro El cuento “Williams Burns” es un ejemplo lado. ‒Le daba miedo mirarse. supremo de este disfraz que la culpa puede ‒Hasta que un día, después de saber ponerse a través de las máscaras del sueño y que nosotros sus compañeros de liceo de los miedos irracionales del subconsciente estábamos allí para sacarle los panes que saben velar sus mecanismos y tramados 74 Letras Hispanas Volume 11, 2015 desde el sótano de la casa de la mente para 9Aquí también hallará eco la ya mencionada que no los reconozcamos a plena luz del día “La muerte y la brújula,” de Borges, con sus anta- y a ojos vistas. gonistas que se asemejan entre sí, Red Scharlach y Lönnrot, y donde la incapacidad de Lönnrot de discernir el número correcto (tres en vez de cua- tro) hace que el enigma se convierta en trampa Notas para él. Lönnrot es asesinado al final por su con- trincante y acepta resignadamente el castigo por haberle buscado una solución demasiado com- 1Sobre la relación de la obra de Bolaño con plicada al enigma, creyendo de manera fatal en la el género policíaco véanse Sepúlveda (2003), De ficción de “una explicación puramente rabínica” Rosso (2006), Paz Soldán (2008), Eguía Armente- (155), en vez de quedarse con el número verdadero ros (2011) y Lainck (2014), y para el caso de “Wi- y menos alto: el tres. Burns y Bedloe empiezan am- lliam Burns,” también López y Balsalobre (2005). bos por b, como Belano, y se asemejan igualmente 2 Otro ejemplo famoso de la variación de los en los tonos concomitantes de malicia que evocan papeles de detective-asesino-víctima sería “La en lengua inglesa: Bedloe suena como bad y low. muerte y la brújula,” de Borges, que acaba también Sería interesante señalar además que el nombre de con el detective asumiendo resignadamente su fu- Bedloe es escogido por el mismo Burns: “Digamos nesto destino, en este caso no el del asesino sino el que el tipo se llamaba Bedloe” (107). de la víctima. En el cuento de Borges, el detective 10Para los distintos tipos de sueños, alucina- (Lönnrot) acepta ser víctima por no haber sido ciones y visiones en 2666, véase también Olivier capaz de reconocer la trampa orquestada por Red (2011) y los capítulos “La voz que Amalfitano oye” Scharlach para él mismo. La semejanza entre los y “Los sueños y realidades de la lectura” en Lainck protagonistas que encierran el rojo de la sangre ya (2014). en sus nombres subraya el colapso final y hace del 11Lunático es, según el Diccionario de la lengua desenlace casi un enjuiciamiento (y ajusticiamien- española, aquel que “padece locura, no continua, to) por mano propia. sino por intervalos” (22e edición). 3Para la cuentística de Roberto Bolaño véase 12Dicho sea de paso que en las Memórias también Andrews (2005) y Rodríguez (2015: 311- póstumas de Brás Cubas de Machado de Assis la 13). casa figura también como metáfora de la mente 4Para las figuras del personaje recurrente, del amenazada: “Mas é sestro antigo da Sandice criar doppelgänger y del alter ego, y para la técnica del amor às casas alheias, de modo que, apenas sen- reciclaje de personajes, nombres y rasgos caracte- hora de uma, dificilmente lha farão despejar. … rísticos de personajes en la obra de Bolaño, véa- Agora, se advertirmos no imenso número de casas se también, entre otros, Bruña Bragado (2012) y que ocupa, umas de vez, outras durante as suas es- Roberto Bolaño’s Fiction: an Expanding Universe de tações calmosas, concluiremos que esta amável pe- Andrews (2014). regrina é o terror dos proprietários. No nosso caso, 5 Véase Gudde (410) y Marinacci y Marinacci houve quase um distúrbio à porta do meu cérebro, (69-70). porque a adventícia não queria entregar a casa, e a 6 Véase Andrews (2014: 45-46; 237-38). dona [la razón] não cedia da intenção de tomar o 7Valgan como ejemplos los dos Óscares en que era seu. Afinal, já a Sandice se contentava com 2666 (Oscar Fate y Óscar Amalfitano), las dos Ro- um cantinho no sótão” (84). El tópico se encuentra sas (en “La parte de Fate”), los hermanos Negrete también en Doña Perfecta de Galdós: “La fantasía, (en 2666 y Los sinsabores del verdadero policía), los la terrible loca, que era el alma de la casa, pasa a ser hermanos Uribe (en “La parte de los crímenes”) criada…” (101). La inexplicable oralidad de “Habla o Arturo Belano y Carlos Wieder, su “horrendo Burns:” podría, además, ser un eco de la construc- hermano siamés” en Estrella distante (152), entre ción de un narrador difunto en la novela de Ma- otros. chado, que enuncia su relato desde ultratumba. En 8Sobre la historia del concepto de paranoia, la este caso, Burns sería un alma en pena condenada ‘locura razonante’, véase también Álvarez (2009). a revivir su trauma. Arndt Lainck 75

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Title: Imperial Asturias: The Politics of Space in Lope de Vega’s Las famosas asturianas Author: Javier Lorenzo E-Mail: [email protected] Affiliation: East Carolina University Abstract: My essay explores the relation between space and politics in Lope de Vega’s Las fa- mosas asturianas, a play published in 1623 in part eighteen of his comedias. The play, set in the mountains of Asturias during the reign of Alfonso II (760-842), allows Lope to revisit the original landscape of the Reconquista and shape it according to the demands of Haps- burg ideology, which understood the nation as an ever-growing polity set to constantly ex- pand its borders. Lope’s use of images of growth and spreading to depict and emblematize the Asturian landscape adheres to this all-encompassing model of the nation and validates the imperial present of Hapsburg Spain by inscribing expansion into the nation’s origin Keywords: Lope de Vega, Space, Empire, Reconquest, Asturias Resumen: Mi ensayo explora el uso político del espacio que Lope de Vega hace en Las famosas asturianas, obra que aparece publicada en 1623 en la parte XVIII de sus comedias. Esta obra, cuya acción tiene lugar en las montañas de Asturias durante el reinado de Alfonso II El Casto (760-842), permite a Lope regresar al espacio geográfico original de la Reconquista y adaptarlo al modelo expansivo de nación adoptado por los Habsburgo. La caracterización constante que Lope hace del territorio asturiano como un espacio destinado a ensanchar sus fronteras se adhiere claramente a este modelo de construcción nacional para legitimar en última instancia el presente imperial de la España de los Habsburgo a través de un epi- sodio lejano de su pasado legendario. Palabras clave: Lope de Vega, espacio, imperio, reconquista, Asturias Date Received: 1/29/2015 Date Published: 11/11/2015 Biography: Javier Lorenzo is Associate Professor of Hispanic Studies at East Carolina Univer- sity. He is the author of Nuevos casos, nuevas artes: intertextualidad, autorrepresentación e ideología en la obra de Juan Boscán (2007) and numerous articles on Garcilaso de la Vega, Fernando de Herrera, Lope de Vega, and Cervantes. He is currently working on a book project titled Staging Empire: The Politics of Space in Lope de Vega’s Drama.

ISSN: 1548-5633 78 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Imperial Asturias: The Politics of Space in Lope de Vega’s Las famosas asturianas

Javier Lorenzo, East Carolina University

“If anyone sets out, therefore, to organize a state from the beginning, he needs to examine whether he wishes to expand it like Rome, in dominion and power, or whether it is to remain within narrow limits.” (Machiavelli, Discourses I, 6).

Early modern Spanish historiography devotion, ethnic integrity, and a superior ca- developed a distinct interest for all things pacity for heroism in the face of adversity), Gothic and made a special effort to bring the making thus Visigothic Asturias a veritable Visigothic past to life for its readers. “Indeed,” lieu de mémoire, a place where past and pres- as one scholar has recently put it, “one could ent met and where the Hapsburg monarchy say that it is the construction of the Gothic could find a powerful source of legitimization past that separates Renaissance Spanish histo- for the expanding polity it had decisively con- riography from its closer and more influential tributed to develop.3 models, Florentine and Venetian humanistic This effort to accommodate the Vi- historiography of the fifteen and sixteenth sigothic past to the imperial present of centuries” (Binotti 43). Thus, while Italian Hapsburg Spain was not limited, however, historians tiptoed through the long centuries to ethnic, religious, and dynastic consider- of tenebras following the fall of Rome and the ations. Space and its symbolic representation occupation of Romania by the Gothic bar- contributed also in no small measure to the barians, their Spanish counterparts basked construction of an imperial continuum that, in post-Roman history and used the legends stretching back across the centuries, present- surrounding the heroic resistance of the Vi- ed the Hapsburg state as one destined from its sigoths of Asturias after the Arabic invasion beginnings to “expand like Rome, in domin- of 711 to feed a long-standing narrative of ion and power,” as Machiavelli wrote in his national consolidation and territorial expan- Discourses.4 This reliance on space as a valu- sion.1 These legends attracted also the atten- able tool to represent and promote Spain’s tion of poets and playwrights, who used the “manifest destiny” becomes apparent in the material collected in chronicles and the ro- depiction of the old Asturian and Leonese mancero tradition to create a sizeable corpus kingdom that Lope de Vega articulates in Las of literature devoted to reinforcing the belief famosas asturianas, a play written between in an imperial Iberia whose origins dated 1610 and 1612 and published in 1623 in part back to Visigothic times.2 Works belonging XVIII of his comedias. The play, simply re- to this corpus typically depict the Visigoths of ferred to as Las asturianas in the list of works Asturias as the original founders of the Span- Lope recognized as his own in the second edi- ish royal dynasty and present their actions as tion of El peregrino en su patria (1618), is set the very embodiment of the virtues that early during the reign of Alfonso II El Casto (791- modern historians identified as distinctive 842), who, according to legend, was forced to of the Spanish national character (religious send one hundred maidens every year to the Javier Lorenzo 79

caliph of Córdoba in order to avoid being in- en la idealización del pasado glorio- vaded by the Moorish forces surrounding his so… explican el desastre actual por kingdom.5 This well-known episode of Spain’s la desviación de los valores propios legendary past allowed Lope to revisit the de aquella edad heroica y propagan el retorno a estos valores como única original geographical scenario of the Recon- solución. (39) quista and shape it according to the demands of Hapsburg ideology, which understood the The impact that this return to Gothic lengthy and intermittent fight against Islam values had on Spain’s understanding and em- in medieval Iberia as the first step in a long, bracing of its imperial destiny is clearly em- divinely-sanctioned process that would take phasized in Las asturianas, I will contend, in the Spanish banners to the far reaches of the a number of scenes in which space is made world. In Lope’s play Asturias is a territory to occupy the center of dramatic attention. bound for expansion, and this critically re- The critical importance of these scenes has inforces its role as both founding and legiti- been overlooked by scholars, whose interest mizing vehicle for an empire that searched in in the play has been very scarce and limited the Gothic past for “nuevas imágenes… que mostly to issues of race, gender, and national explicaran y ensalzaran la posición alcanzada identity.6 The stark set of contrasts (moral, en el presente” (Wulff 18). religious, linguistic) that Lope establishes This search for self-affirming images in between Christians and Moors and his tout- Visigothic lore and history was made all the ing of gender conventions by making Doña more urgent in Las asturianas by the grow- Sancha, the central female character of the ing sense of decline that had spread through play, a beacon of “masculine” daring explains Spanish society when the play was composed. why critics have been overwhelmingly drawn The early decades of the seventeenth century to these specific aspects of the work, but, as saw Hapsburg Spain on the retreat in many I hope to demonstrate in these pages, space fronts and contemplating for the first time the also plays a key role in shaping the political notion of curtailing its imperial ambitions. message of Las asturianas, which seeks to This was the result of the new policy of non- validate expansion as an original, defining aggression adopted by the new king, Philip feature of the Hapsburg state through the re- III, and his valido, the Duke of Lerma, who, telling of an episode of the remote past. faced with an insurmountable financial cri- The pivotal contribution of space to sis, had signed a peace treaty with England in this operation of ideological validation can 1604 and a humiliating truce with the Dutch be first gleaned in the frantic scene of pur- rebels in 1609. The more restrained role this suit that opens the play, which features King policy imposed on Spain as an imperial pow- Alfonso running through the streets of León er sent the country into “an orgy of national to escape a murder attempt by the local no- introspection” (Elliott 300) and led many bility. Alfonso, who has just arrived in León writers and intellectuals of the period, as Ve- to assume the responsibilities of government ronica Ryjik has argued, to propose a return after a short exile in Navarra, takes refuge in to the values of the Reconquista as a means to a nearby monastery and is forced there into reawaken Spain’s imperial consciousness and confinement by his pursuers, a situation very to legitimize its recent history: similar to the one his kingdom will face a few scenes later when the Moorish troops com- Enfrentados con el declive de un im- manded by Audalla arrive in León and sur- perio que sólo hace medio siglo goza- ba de una hegemonía incuestionable round the city while they wait for the king to en el mapa europeo, los intelectuales pay the annual tribute to the caliph of Córdo- de la época a menudo se refugian ba. The proleptic value of this opening scene 80 Letras Hispanas Volume 11, 2015 clearly underlines what will in fact be the quick to realize its critical significance a few running theme of the play: the overcoming of scenes later, when Alfonso enters the alcázar enclosure and the rejection of spatial limita- in León to take possession of the building as tions. This theme will acquire its full political his official residence. The speech the king de- import in Act III, when Doña Sancha stirs the livers at this momentous event clearly shows Leonese men into action and persuades them him embracing Nuño’s vision and commit- to take arms against the invading Moors, but ting himself to it as he solemnly swears by its significance can already be glimpsed at the casuella or holy robes of St. Ildefonso to the outset of the play as Alfonso is quickly expand his kingdom beyond the Tagus and released from the monastery by the Asturian to take his banner all the way to the African don Nuño Osorio, who, with a small band of shores: followers, puts the king´s pursuers on the run and swears loyalty to the new monarch. To Fago voto solene a las relicas express his gratitude, Alfonso appoints Nuño y a la casuella santa de Ilefonso, as mayor of León, a gesture that triggers the con todas las demás santas y ricas, following enthusiastic response from the As- de procurar ponerle en riba el Tajo, porque espante los moros andaluces, turian leader: sin perdonar cansancio nin trabajo. Nuño: Yo vos beso por el don Este león salió de la montaña, la mano, y el pie también. magüer que non se crían en Asturias; Fágabos Dios, rey sesudo, y así, sospira por salir de España. tan temido y acatado, En África los hay; allá sospecho que tenga vueso reinado que volverá, no digo que vencido, al más envidioso mudo. mas a triunfar con vitorioso pecho...... (1.344) Veáis las vuesas banderas sobre las aguas del Tajo, It is important to notice that this plan aunque vos cueste trabajo of programmatic conquest is communicated el conquerir sus fronteras. to the Asturian and Leonese aristocracy (and, Y si vos socede bien, by extension, to the play’s audience) before lleguen a Guadalquivir, Audalla and the Moorish envoys arrive in y aun al mar oso decir, León to demand the payment of one hun- que puedan nadar también. Crezca vuestra renta al año dred maidens that will guarantee the survival Treinta mil maravedís. of Alfonso’s kingdom. The image of Astur- (1.338-39)7 ias as a territory destined for expansion that Lope elaborates in Las asturianas is therefore This speech by Nuño at the beginning of present in the play right from the beginning the play is critical for recognizing the central and is not the result of a natural response role of space in Las asturianas and for under- against foreign invasion or the spontaneous standing its value as a political instrument. desire to safeguard the homeland, as some Nuño presents the newly-arrived monarch critics have argued. To view Nuño and King with a new, grand vision for the kingdom of Alfonso “not as rapacious subjects who jeal- Asturias and León, a vision that turns con- ously covet someone else’s object, but as pro- finement into expansion and puts this small, tective mediators who must safeguard what beleaguered territory on an imperial course is ignobly coveted by others” (Burningham by making conquest its raison d’être. Given 139) is to seriously misread Lope’s play and Alfonso’s shaky hold on power at this point, to distort its political message. Lope does not such vision may seem hopelessly optimis- view expansion simply as a reactive phenom- tic or unduly ambitious, but the audience enon triggered by external aggression or the is Javier Lorenzo 81

intolerable demands of an invading culture, skill as a warrior and huntress (in Act I, for but rather as an inherent feature of the ter- instance, we see her holding a spear and chas- ritory that shapes its history and, by exten- tising a bear she has just killed and in Act II sion, that of the nation. It is also important she is presented pursuing Moors through the to realize that the expansive scenario Alfonso mountains of Asturias), there is more to her outlines in this speech is not confined to the than the mere embodiment of a stage typol- geographical borders of his kingdom or those ogy. Lope’s audience is quickly made aware of of the nation as understood by the play’s au- this when, early in the play, Doña Sancha is dience. The king, likened here to the lion that compared to a lion by Don Laín de Lara, a flutters in his royal banner, yearns to leave refined gentleman from León who woos her Spain—“sospira por salir de España”—and and asks for her hand in marriage: “¿Vaste a set foot on Africa “a triunfar con vitorioso León? Bien faces; que ese nome / conviene a pecho.” Lope links thus an early, legendary tu cruel naturaleza; diamante que no hay san- episode of the Reconquest to the first phase gre que te dome” (1.341). Don Laín’s analogy of overseas expansion in the history of early foreshadows the one King Alfonso will use modern Spain, a phase defined by the request later on in his speech at León’s alcázar, but, made by Queen Isabella of Castile to her more importantly, it establishes a deep and heirs, Doña Juana and Prince Philip of Haps- long-lasting connection in the play between burg, in her 1504 testament: “que no çesen en Doña Sancha and the Asturian-Leonese king- la conquista de Africa e de pugnar por la fe dom, a territory identified with the royal contra los ynfieles” (qtd. in de la Torre 47). emblem of the lion. This connection is made Seen from this perspective, Alfonso’s plan more evident when Doña Sancha’s family for the enlargement of his kingdom becomes name, León, is first mentioned in the come- a sort of figura or typological forecasting of dia by Don García, her father, who tells his the imperial efforts of post-Isabeline Spain, daughter about his plans to have her married making thus Asturias the seed of an historical to Don Laín de Lara. Don García’s discourse, teleology that will materialize centuries later built on paronomasia, reflects the “goût pro- under the Hapsburgs with the conquest of noncé pour la sémantisation du nom propre” Orán, Algiers, and other posts on the North (17) that, as François Rigolot has observed, African coast.8 is typical of the literature of the period and This effort to “imperialize” Asturias underlines the political significance of the and connect past and present through the relation between onomastics and territory in use of space is clearly reinforced in the play Lope’s play: through the emblematic use Lope makes of the character of Doña Sancha, a young and Doña Sancha: Nunca he sido bellicose asturiana who refuses to be deliv- desobediente, ¡oh padre!, a tus ered to the Moors in exchange for the po- quereres. litical survival of her kingdom. Critics have ¿Qué estado, al tu pracer donarme traditionally seen Doña Sancha as an example quieres? of what Melveena McKendrick has called la Don Garcia: El de casada, fija de mis ojos, para que el abolengo de mi casa, mujer varonil, a popular female type found in ya que non se dilate por varones seventeenth-century Spanish comedias, par- del apellido León, leones, ticularly in those of a historical nature, where se destiendan por fembra tan leona, women are sometimes given the ability to que más face honoranza que baldona. perform manly activities (warfare and hunt- (1.348) ing, for instance) or to assume certain mascu- line traits (physical strength, courage, etc.).9 Because Doña Sancha’s family name While Doña Sancha fits perfectly thevaronil coincides with that of the geographical set- type due to her love of the outdoors and her ting of the play, the charge given to her by 82 Letras Hispanas Volume 11, 2015 her father to extend the family lineage must other national history plays written by Lope, be interpreted not only in biological but also in which, as Veronica Ryjik has noted, wom- in geopolitical terms. The leones that Don en are frequently portrayed “como reproduc- García imagines destendiéndose or dissemi- toras biológicas de los miembros de la comu- nating through Doña Sancha’s body express nidad étnica o nacional” and are therefore thus more than the genealogical ambitions made to represent “los límites simbólicos de of an elderly paterfamilias; they also embody la comunidad” (45).12 Those limits, however, the inherently expansive nature of a kingdom are not merely symbolic in Las asturianas, “que sospira por salir de España,” as King Al- for Doña Sancha incarnates in very tangible fonso put it in Act I, and whose final goal is to terms the desire to overcome enclosure that extend its borders beyond the sea.10 Implicit we identified as the central theme of the play. in Don García’s wishes for a long and fruitful This becomes apparent in the dialogue she descent, therefore, is a process of territorial maintains in Act I with Don Laín de Lara, her expansion in which the local—the ancestral polished and unmanly Leonese suitor, right home or casa solar, in this particular case— before leaving for León to witness the festivi- and the global cohere and join destinies from ties preceding King Alfonso’s coronation at the beginning. This merging allows Lope, the alcázar. The setting of the dialogue, the once again, to create a powerful link in the mountains surrounding Doña Sancha’s casa play between past and present, for, as Joan solar in Asturias, inspires this Iberian ama- Ramón Resina has argued, the same combi- zon to make a passionate defense of her active nation of internal consolidation and external lifestyle and to state emphatically her dislike expansion defined the Hapsburg project of a for domestic spaces, which she finds oppres- universal and “integrated” monarchy under sive and contrary to her nature: Charles V:11 Laín: El cultivado jardín Only under Charles V’s was Spain’s conviene a la tierna dama, political unity truly realized. His was que non la sierra; the first integrated Spanish monarchy, que como al home la guerra, and it is certainly not irrelevant for acuciadora de fama, understanding subsequent Spanish tal a la fembra , history that the state thus created was el estrado y la labor. from its very inception more than a Doña Sancha: Damas que cuidan de nation state: Spain came into being as amor an empire. (293) fallen sentadas solaz. Yo, Laín, en este sino This expansive drive that, according to y en este planeta fui Resina, defines the imperial state designed by nacida al mundo, que a mí the Hapsburgs is clearly foreshadowed in Las non me alegra el oro fino asturianas in the dual role assigned to Doña en el dosel y el estrado, Sancha as fembra and leona. If the latter makes ni menos la mora alfombra, sinon la apacible sombra Doña Sancha a living emblem of the territory que facen olmos al prado. on account of her fierceness and family name, Más precio esperar aquí the former makes her a guarantor of its ca- que un jabalí fiero asome, pacity for growth and expansion by depicting que oír blanduras de un home, her as a generatrix or mater populi. puesto que fembra nací. (1.340) This generative or procreative role as- signed to Doña Sancha echoes to a certain Considered within the specific ono- extent the representational pattern found in mastic framework of Las asturianas, Doña Javier Lorenzo 83

Sancha’s rejection of “el cultivado jardín,” “el makes to highlight the wild and unwomanly dosel,” and “el estrado” reflects more than behavior of Doña Sancha. Her dislike of the the standard departure from the spatial con- former and preference for the latter is clearly straints of gender typically associated with in tune with the running theme of the play, the mujer varonil in early modern Spanish for, as landscape historian J. B. Jackson re- drama. The status granted to Doña Sancha as minds us, gardens are symbolically related in living emblem of the territory makes it pos- Western culture to the idea of enclosure and sible for the audience to interpret the spatial their traditional meaning in modern Indo- references in her speech not only as a state- European languages “seems to indicate less ment of gender defiance, but also as a defense what our dictionaries define as ‘a plot of land of the expansive impetus that defines the land used for the cultivation of flowers, vegetables, that she embodies and as a rejection of the and fruit’ than it does an enclosure or con- spatial and geographical restrictions imposed tainer” (20-21).13 Sebastián de Covarrubias, on it by political subjection. That rejection is the famous seventeenth-century Spanish lex- underlined by the reference to “la mora al- icographer, echoes this traditional meaning fombra” that Lope includes in Doña Sancha’s in his Tesoro de la lengua castellana (1611), speech, which clearly points beyond the nar- which includes the following etymology for row limits of the home and alludes to the po- the word jardín: “Otros van más a lo castel- litical situation of the Asturian and Leonese lano, y dizen que jardín es quasi guardín, quia kingdom, hemmed in by the forces of Audalla est hortus conclusus” (712). Given that Co- and subject to the authority of the caliph of varrubias cites this particular etymology as Córdoba. To the Moorish carpet that adorns the one closer or more familiar to speakers of the snug and restricted space of the home, Castilian, it is reasonable to think that Lope´s Doña Sancha opposes “la apacible sombra audience was alert to the spatial implications que facen olmos al prado,” expressing thus a of Doña Sancha’s rejection of “el cultivado firm dislike for borders and enclosed spaces jardín” and was able to discern the political that anticipates the political destiny of her meaning implicit in that rejection. kingdom—a destiny that is already unfold- That type of awareness would have been ing, as Audalla explains to his men in Act I: reinforced by the clarion call to expansion at- tached to Doña Sancha’s questioning of Don Pues quédese la gente en este monte, Nuño’s manhood at the end of the play. Don en tanto que [Alfonso] las parias nos Nuño, asked by King Alfonso to escort Doña concede; Sancha and deliver her to Audalla, is shocked que somos pocos para estar tan cerca, y cada día crecen los cristianos on his journey to the Moorish camp when he en número, valor y atrevimiento sees all the Asturian maidens remove their y bajan de esas sierras ciento a ciento. clothes in front of his men and get dressed (1.342) later on at the sight of their Cordoban cap- tors. When asked about this strange behav- Just as Doña Sancha rejects the cozy ior, Doña Sancha, speaking on behalf of the life of domestic confinement offered her by women, explains that the purpose of this ac- Don Laín de Lara, her fellow countrymen tion was to embarrass the Asturian men and refuse to live within the borders established to elicit from them a more virile response in in the mountains by the enemy. That refusal, defense of their kingdom: turned almost into a political motto by King Alfonso in the speech he delivers at the alcá- Atiende, Osorio cobarde, zar (“Este león salió de la montaña…”), is also afrenta de homes, atiende, hinted at in the contrast between “el cultivado porque entiendas la razón jardín” and “la nevada sierra” that Don Laín si non entenderla quieres. 84 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Las mujeres non tenemos purpose is to validate the imperial present of vergüenza de las mujeres; Hapsburg Spain by inscribing expansion into quien camina entre vosotros an episode of the legendary past. This act of muy bien desnudarse puede, inscription, as I have argued in these pages, porque sois como nosotras, is made possible through a refashioning of cobardes, fracas y endebres, fembras, mujeres y damas; space that allows Lope to link past and pres- y así, no hay por qué non deje ent and to identify a small stretch of territory de desnudarme ante vos, in northern Iberia with the collective destiny como a fembras acontece. of the imperial state established in Spain by Pero cuando vi los moros, the Hapsburgs. This latter aspect becomes es- que son homes y homes fuertes, pecially important in light of the relation be- vestíme; que non es bien tween geography and identity politics in the que las mis carnes me viesen. (1.363) period when the play was written. The strong sense of locality that defined the relationship Doña Sancha’s gesture is so effective that between territory and identity in early mod- it persuades Nuño and his men to disobey ern Spain and the decentralized model of the king and, with the help of the Asturian government adopted by the Hapsburg mon- maidens, to fight the Moors and defeat them archy did little to foster attachments at the su- in battle. Later on, when informed about praregional level. As one historian of the pe- Nuño’s victory, King Alfonso decides also to riod has argued, “the concept of community take a more aggressive stance against the in- current in Renaissance Spain reinforced the vaders and, taking his cue from the women, sense of belonging and obligation towards the to declare war against the caliph, a war that locality [e.g. the city] . . . but contributed little will unlock the borders of his kingdom and to a theory of association between the city . . . set in motion the process of expansion he so and the kingdom, and a fortiori between one enthusiastically embraced in his speech at the kingdom and another” (Thompson 128).14 In alcázar. Behavioral changes associated with this disjointed political scenario the articu- gender—in particular the assumption of a lation of a coherent form of collective senti- more “masculine” role by the king and Don ment became of paramount importance to fill Nuño—are therefore closely linked at the end in the ideological gap left by the actual prac- of the play to a shift in attitude towards the ter- tice of power in the territories governed by ritory that privileges conflict and expansion the Hapsburgs. Lope’s play takes a significant over subjection and enclosure. This change step in that direction by promoting an idea of of attitude allows the play to come full circle the state that, centered on the unifying theme in terms of its theme, for Alfonso’s decision of expansion, helped bring cohesion to a pol- to come out of his palace and fight the caliph ity sundered by the local and regional forces clearly echoes the image of the king coming that made up its motley political tissue. out of the monastery and facing his enemies on the streets of León that Lope introduced at the start of the comedia. The fact that ter- ritorial confinement gives way at the end of Notes the play to war and a future of unbridled ex- pansion validates also the image of the Astur- 1 ian banner stretching down to Andalusia and The use of legendary and historiographical material related to Visigothic Iberia was central for the North African coast that Nuño presented the development of a coherent narrative of the na- to the king in Act I. Lope’s echoing of these tion in medieval and early modern Spanish histo- expansive images at the close of the comedia riography. As Veronica Ryjik has recently put it, “A confirms their centrality to the political mes- partir de las primitivas crónicas asturianas de fina- sage of Las asturianas, a play whose primary les del siglo IX, España se concibe como un reino Javier Lorenzo 85 que estuvo unido bajo el poder de los godos, que in a recent book on Lope’s historical drama and se desintegró con la invasión musulmana y cuya Cartagena-Calderón does the same in his study of perdida unidad debe ser recuperada por los reyes masculinity in the comedia. The lack of attention cristianos, que se consideran herederos directos de given to this play is revealed also by the fact that la dinastía goda” (9-10). For a more detailed treat- there are no critical editions of the text. ment of the use of Visigothic sources, myths, and 7All quotes from Las asturianas are given with legends in Spanish historiography, see Clavería, the page number in which they appear in the Agu- Maravall 299-335, Tate 68-73, Catalán, Linehan, ilar edition of Lope’s Obras escogidas. I follow this Hillgarth, De la Fuente Merás, and Ríos Saloma. practice due to the lack of critical editions with 2Scholars usually employ the term “mito goti- verse numbers. cista” to describe the ideological operations at 8Alfonso’s speech may have had a significant work in this diverse corpus of literature, which compensatory value for Lope’s audience given comprised a wide variety of genres: ballads, folk- the very modest success of Spain’s imperial effort tales, plays, epic poems, etc. For some fine analysis in the Maghreb. As historian J.H. Elliott has re- of how this myth worked, see Francisco Márquez marked, “North Africa remained throughout the Villanueva’s discussion of Miguel de Luna’s Ver- sixteenth century the Cinderella of Spain’s over- dadera historia del Rey don Rodrigo (1589) and seas possessions—a land unsuited to the particular Michael Gerli’s commentary on the historiograph- characteristics of the conquistador” (56). ical and ideological context of Cervantes’s “historia 9Doña Sancha would specifically belong to the del cautivo” (Don Quijote I. 37-42). category of the mujer guerrera within the taxono- 3I use the term lieu de mémoire here in the spe- my created by McKendrick for the mujer varonil. cific sense given to it by French historian Pierre McKendrick sees this particular type as having Nora, who speaks of “the embodiment of memory little more than an ornamental role in the plays in certain sites where a sense of historical continu- in which it appears: “Compared with the Amazon ity persists” (7). and the woman leader, the ordinary mujer guer- 4The relation between Roman and Hapsburg rera of the seventeenth-century Spanish stage is an expansion was constantly exploited, as Marie Tan- insignificant creature, and her appearance is on the ner and Thomas Dandelet have pointed out, by whole as unremarkable as that of the commonest writers, artists, and historians throughout the early form of the mujer vestida de hombre, the female modern period. It is important to keep in mind, page” (207-08). My analysis of Doña Sancha will however, that political analogies with Rome often serve to correct, I hope, McKendrick’s view. coexisted with proud assertions of Gothic ances- 10Because of the expansive scenario it con- try and that, along with Roman lineage, “similar denses and allows the audience to envision, Doña foundational value was uncritically given to the Sancha’s name performs a role similar to that of the array of early legends surrounding the Gothic ar- ancient exemplar in Renaissance humanism. Ac- istocracy’s exile in the mountains of Asturias after cording to Hampton, “the [humanist] reader who the Arabic invasion” (Binotti 40). To this it should comes upon the name of a heroic ancient exemplar also be added, as Cuart Moner observes, that “La in a text has come upon a single sign which con- Hispania Romana, por brillante que hubiera sido tains folded within it the entire history of the hero’s su trayectoria, no había pasado de ser una parte del deeds, the whole string of great moments which Imperio, una provincia sometida […]. La Hispania made the name a marked sign in the first place. Ex- Gothica, en cambio, había sido un reino unido e pressed differently, we might say that the name is a independiente que había sobrevivido al mismo noun with a verb phrase (the various great deeds) Imperio” (65). condensed inside it” (25). 5This, according to the legend, was a situation 11Fuchs sees this duality as inherent to the no- Alfonso had inherited from his predecessor, Mau- tion of empire: “As a polysemic term with a rich regato, who is openly reviled in Lope’s play: “Mau- history, therefore, imperium denotes both internal regato socedió, / bastardo y de tal estilo / (¡mala su control of a polity and external expansion beyond memoria sea!)” (1.338). that polity’s original boundaries” (72). 6With the exception of Burningham, who fo- 12Ryjik focuses her discussion on the charac- cuses on gender and political analogies between ters of Solmira and Florinda in El último godo. Her Las asturianas and the Hollywood Western, there opinion is informed by Nira Yuval-Davis’s explora- are no single monographic studies written on the tion of the relation between gender and national- play. Ryjik devotes a few lines to Las asturianas ism in Gender and Nation. 86 Letras Hispanas Volume 11, 2015

13Doña Sancha’s preference for the openness of Dandelet, Thomas. Spanish Rome 1500-1700. New the sierra over the restricted space of the home is Haven: Yale UP, 2001. also apparent in the complaint expressed by Don De la Fuente Merás, Manuel. “La ‘España imperial’ García in Act II about the disobedient behavior y los distintos modos de pensar su identidad.” of her daughter, who ignores his injunction to El Catoblepas 38 (2005): 12-49. stay home and guard the family estate in order De la Torre, Antonio, ed. Testamentaría de Isabel to scourge the nearby monte in search for Moors: la Católica. Barcelona: Vda. Fidel Rodriguez “Porque por el monte va; / y lo que yo le pedí era Ferrán, 1974. defensar la casa” (1.347). Elliott, J. H. Imperial Spain: 1469-1716. 3rd ed. Lon- 14Henry Kamen arrives also at a similar conclu- don: Penguin, 1990. sion: “In Spain there was little consciousness of the Fuchs, Barbara. “Imperium Studies: Theorizing ‘nation’ and daily reality was centered almost ex- Early Modern Expansion.” Postcolonial clusively on the local community. Social ties were Moves: Medieval Through Modern. Eds. Pa- formed not at a national but at a regional level, and tricia Clare and Michelle Warren. New York: loyalties were heavily localized, fundamentally in Palgrave, 2003. 71-90. the rural village (pueblos) but a broader level in Gerli, Michael E. “Rewriting Myth and History: cantons (comarcas) and towns” (249-50). Discourses of Race, Marginality, and Resis- tance in the Captive’s Tale.” Refiguring Au- thority: Reading, Writing, and Rewriting in Works Cited Cervantes. Lexington: The UP of Kentucky, 1995. 40-60. Binotti, Lucia. “Restauratio imperii, restitutio lin- Hampton, Timothy. Writing From History: The guae: the Sixteenth-Century Spanish His- Rhetoric of Exemplarity in Renaissance Litera- toriographical Tradition and the Linguistic ture. Ithaca: Cornell UP, 1990. Definition of the Middle Ages.”Recuerde el Hillgarth, J. N. “Spanish Historiography and Ibe- alma dormida: Medieval and Early Modern rian Reality.” History and Theory 24.1 (1985): Spanish Essays in Honor of Frank Dominguez. 23-43. Eds. John K. Moore, Jr. and Adriano Duque. Jackson, John Brinckerhoff. The Necesity for Ruins, Newark, DE: Juan de la Cuesta, 2009. 39-77. and Other Topics. Amherst: The U of Massa- Burningham, Bruce. “Beleaguered Hegemony and chusetts P, 1980. Triangular Desire in Lope de Vega’s Las famosas Kamen, Henry. Spain 1469-1714: A society of Con- asturianas and John Ford’s Stagecoach.” Bulletin flict. 2nd ed. London: Longman, 1991. of the Comediantes 56.1 (2004): 115-42. Linehan, Peter. History and the Historians of Mede- Cartagena-Calderón, José. Masculinidades en ob- val Spain. Oxford: Clarendon P, 1993. ras: el drama de la hombría en la España im- Machiavelli, Niccolò. The Discourses on Livy. perial. Newark, DE: Juan de la Cuesta, 2008. Trans. Harvey C. Mansfield and Nathan Tarc- Catalán, Diego. “España en su historiografía: de ov. Chicago: The U of Chicago P, 1996. objeto a sujeto de la historia.” Los españoles en Maravall, José Antonio. El concepto de España en su historia. Ramón Menéndez Pidal. Madrid: la Edad Media. Madrid: Instituto de Estudios Espasa-Calpe, 1982. 9-67. Políticos, 1964. Clavería, Carlos. “Reflejos del goticismo español Márquez Villanueva, Francisco. “La voluntad de la en la fraseología del Siglo de Oro.” Studia Leyenda de Miguel de Luna.” Nueva Revista Philologica: Homenaje a Dámaso Alonso. 2 de Filología Hispánica 30 (1981): 359-95. Vols. Madrid: Gredos, 1960. 1: 357-72. McKendrick, Melveena. Woman and Society in the ---. “Notas generales sobre los godos y su proyec- Spanish Drama of the Golden Age: A Study of ción histórica.” Cuadernos de Historia 208-42 the mujer varonil. Cambridge: Cambridge UP, (1973): 541-56. 1974. Covarrubias Horozco, Sebastián de. Tesoro de la Nora, Pierre. “Between Memory and History: Les lieux lengua castellana o española. Madrid : Casta- de Mémoire.” Representations 26 (1989): 7-25. lia, 1995. Resina, Joan Ramon. “The Role of Discontinuity in Cuart Moner, Baltasar. “La larga marcha hacia las his- the Formation of National Culture.” Cultural torias de España en el siglo XVI.” La construcción Authority in Golden Age Spain. Eds. Marina S. de las historias de España. Ed. Ricardo García Brownlee and Hans S. Gumbrecht. Blatimore: Cárcel. Madrid : Marcial Pons, 2004. 45-126. the Johns Hopkins UP, 1995. 284-303. Javier Lorenzo 87

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Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: “Tenues límites entre la historia y las historias:” Reading Alicia Partnoy’s Textual and Visual Testimony, La Escuelita Author: Patricia Lopex Gay E-Mail: [email protected] Affiliation: Bard College; Foreign Languages, Cultures, and Literatures; 30 Campus Rd, Annan- dale-On-Hudson, NY 12504 Abstract: Alicia Partnoy’s literary testimony, The Little School. Tales of Disappearance and Survival in , was first published in English translation in 1986. The focus of this study is the original Spanish manuscript revised by the author and published twenty years later in Argentina under the title La Escuelita. Relatos testimoniales. I address two aspects of said work that have not yet received due critical attention: the reinforcement of the testimonial function of the Spanish literary text due to its acceptance as legal evidence in the truth trials of 1999, and the role that the visual representations made by Raquel Partnoy, the author’s mother, play within the testimonial narrative. Departing from these images, I analyze the original ways in which La Escuelita attests to the transgressive use of fiction made by victims during captivity. I argue that rather than be opposed to referential testimony, fiction becomes here the lens through which victims relate to and make sense of the world. In a final reflection, I examine the distancing and identification ef- fects that mark testimonial narrative, inserting that narrative in a broader discourse of solidarity and social justice which opens La Escuelita to the real. Keywords: Argentinian literature, contemporary Latin American literature, La Escuelita; Partnoy, Alicia; Testimony and Fiction, Text and Image Resumen: El testimonio literario de Alicia Partnoy, The Little School. Tales of Disappearance and Survival in Argentina (1986), apareció originalmente en traducción inglesa. El centro de este es- tudio es el manuscrito original español que la autora revisó y publicó en Argentina dos décadas después, bajo el título La Escuelita. Relatos testimoniales. Exploro dos aspectos que aún no han recibido la debida atención crítica: el refuerzo de la función testimonial del texto literario espa- ñol después de que fuera aceptado como evidencia en los juicios de la verdad de 1999, y el papel que las representaciones visuales hechas por Raquel Partnoy, la madre de la autora, desempeñan dentro de esta narrativa testimonial. Partiendo de dichas imágenes, analizo los modos originales en que La Escuelita representa el uso transgresivo de la ficción hecho por las víctimas durante su cautiverio. Propongo que lejos de ser contraria al testimonio referencial, la ficción deviene aquí el prisma a través del cual las víctimas se relacionan con la realidad que buscan comprender. En una reflexión final, examino los efectos de distanciamiento e identificación que constituyen la narrativa testimonial, insertándola en un discurso más amplio de solidaridad y justicia social que abre La Escuelita a lo real. Palabras clave: Literatura argentina, Literatura latinoamericana contemporánea, La Escuelita, Partnoy, Alicia; Testimonio y Ficción,Texto e imagen Date Received: 5/27/2015 Date Published: 11/16/2015 Biography: Assistant Professor of Spanish Studies, Bard College. Ph.D., Spanish and Portuguese, New York University; joint Ph.D., comparative literature and translation studies, University of Paris 7 and Autonomous University of Barcelona. She specializes in contemporary literature, with a strong interest in film, photography, and comparative literature. Her research focuses on fictionality, theories of the archive, autobiography, and translation studies. She is also a member of the North American Academy of the Spanish Language. ISSN: 1548-5633 90 Letras Hispanas Volume 11, 2015

“Tenues límites entre la historia y las histo- rias:” Reading Alicia Partnoy’s Textual and Visual Testimony, La Escuelita1* Patricia Lopez Gay, Bard College

En las Escuelitas están los desaparecidos, a quienes secuestran de la vida. Una mañana, una tarde o una noche cualquiera los amordazan y les vendan los ojos. —Alicia Partnoy, La Escuelita

In Diana Taylor’s seminal study Disap- discourse, and literariness, understood as pearing Acts (1997), Alicia Partnoy’s The Little fictional space inevitably detached from the School. Tales of Disappearance and Survival in events which actually occurred.2 Argentina (1986) is placed in the category of literature produced by reaparecidos who were Entering La Escuelita victims of during the Argentine military regime. According to Tay- Con la carne de la poesía anestesiada no se lor, such works, “unlike the evidence given by puede construir versos… these same people before human rights com- —Alicia Partnoy, La Escuelita missions, are literary representations, neces- sarily removed from the events that took place The incisive image of anesthetized flesh, in the past” (141, emphasis added). Further chosen to evoke paralysis or suspension of literary writing, is a recurring theme in Part- on, Taylor identifies a tension between Part- 3 noy’s “testimonial” gesture of recording the noy’s work. In a recent interview, recalling disappearance of a group of individuals, and the day she received pen and paper while in her “literary” attempt to restore life to these the Villa Floresta prison, after her traumatic individuals for the reader (165). Following stay in the concentration camp called La the same line of thought, in subsequent stud- Escuelita, Partnoy employs the term “anes- ies on The Little School, Louise A. Detwiler tesiada” once more to describe her temporary has described the paradox inherent in the incapability of creating literature. Partnoy’s genre known as “testimonial novel,” where symbolic retreat from this paralysis, we learn the reader of fictional writing is expected to upon further reading, was the rewriting of believe the truth of the narrated events (“The each and every one of the poems that she had Blindfolded (Eye)Witness” 61–62), and Amy written before her abduction: Kaminsky has referred to the “uncomfortable “El día en que terminé de recordarlos marriage of two modes,” the fictional and the me avisaron de que… ya no estaría nonfictional (53, emphasis added). desaparecida. Creo que fue una ca- Focusing on the text revised by the au- sualidad muy significativa: había re- thor and published only twenty years later in cuperado mi historia como creadora y Argentina under the title La Escuelita. Rela- volvía a la vida.” (in Collette 122–23) tos testimoniales (2006), this study proposes that Partnoy’s poignant narrative has over- Since then, Partnoy has continued exploring come the tension that was initially identified the limits of the unspeakable that becomes between testimony, understood as referential speakable through literature. Patricia Lopez Gay 91

The main body of La Escuelita, which is between two and five pages in length, serve undoubtedly Alicia Partnoy’s work with the to illuminate the ordinary within the extraor- greatest artistic and political impact to date, dinary, the quotidian within horror, within a consists of twenty short stories and a series markedly fragmentary narrative.7 of visual representations made by Raquel This polyphonic literary testimony has Partnoy, the author’s mother.4 The textual and also been received as a clear response to the visual narrative seeks to return a voice to a official univocal discourse which covertly “we” composed of dissipated singularities supported the systematic disappearance of which now can and must, ethically and politi- citizens during the Argentinian military dic- cally, be imagined. Carefully crafted diegetic tatorship (Pinet 89-108). Indeed, defiantly, micro-universes unfold, each one complete Partnoy’s literary testimonio opens with an within itself. Due to the at times uncertain excerpt of an official statement, “Fragmento identity of characters, a referential ambiguity del Documento Final de la Junta Militar so- emerges that has been interpreted as a recre- bre la Guerra contra la Subversión y el Terror- ation for the reader of the sense of disorienta- ismo,” which reads, “Se habla [así mismo] de tion experienced by the blindfolded prisoners personas ‘desaparecidas’ que se encontrarían (Detwiler 62).5 The intermittent indetermi- detenidas por el gobierno argentino en los ig- nacy of narrative identity that characterizes notos lugares del país. Todo esto no es sino La Escuelita may also mirror here the confu- una falsedad utilizada con fines políticos” sion created by the renaming of prisoners, a (17).8 common practice both among the soldiers As we learn upon reading the author’s who were responsible for disappearances and introduction, at the beginning of 1977 Ali- among Partnoy and her fellow activists, with cia Partnoy, a victim of state terrorism, was the objective of not being recognized.6 In secretly abducted and transported to a clan- addition, more broadly, I posit that the mal- destine detainment center located on the out- leable narrative voice in La Escuelita is the re- skirts of her hometown, Bahía Blanca. When sult of a solidary “democratizing” movement she was released at the end of 1979, after sev- through which every victim is able to either eral months in the concentration camp and express herself from the “I” perspective, or to two years in various “legal” prisons, the gov- be expressed from the third person. ernment forced her to leave the country. Part- It is revealing that Partnoy did not noy took refuge in the United States, where choose to write her literary testimony from she still resides.9 Since then, her defense of a unireferential first-person point of view human rights has not only unfolded in the lit- which would have pursued the expression of erary field but also in the political and social only her personal experience during captiv- arena. Partnoy has testified before organiza- ity, and that she did not opt either for an ab- tions such as the United Nations, Amnesty solute plural which would blur the singularity International and the Argentine Human of each victim within the collective. Instead, Rights Commission, as well as in the truth as these stories unfold we see a chameleonic trials of Bahía Blanca. narrator take shape whose implicit function As mentioned at the beginning of this is to recreate and weave together the voices essay, the limits between Partnoy’s literary of the desaparecidos, including that of Part- work, supposedly detached from the events noy herself. A heterogeneous plurality of that have occurred, and her activism for the imagined victim subjects reconstruct their cause of the desaparecidos have been overtly agency either by directly recounting part of demarcated (Taylor 141). The idea that litera- their own biographical experience or becom- ture is an autonomous field removed from the ing protagonists of the short episode being real may follow here from the understand- narrated. The contrasting narrative pieces, of ing that language is a medium of symbolic 92 Letras Hispanas Volume 11, 2015 construction. Because literature is par excel- y, una vez desatado cada nudo, lence made in language, the argument goes, digo mis versos. it always fictionalizes. For thinkers like Paul Resistí. Voy entera. (97, 99, emphasis added) de Man, even the autobiographical, conven- tionally charged with referentiality, becomes These lines trace the path of Partnoy’s divided a fictional form: the performative metaphor voices earlier evoked by Taylor, one relating through which language substitutes the re- to her literary work and the other to her work ferred reality or through which, one could as a human rights activist. According to the also suggest, language itself becomes the re- poetic voice, imagination is by convention ferred event.10 Hence the denial by rigorous supposed to be excluded from testimony; Latin Americanists such as Roberto González imagination, the argument would follow, Echevarría of testimonialists’ claims of au- should be confined to the realm of literary thenticity.11 fiction. Generally, La Escuelita is regarded as Notably, within the context of Latin fiction in the sense that it is the result of an American literature the questioning of au- aesthetically refined work on language, and thenticity and authority inevitably leads back that it is at least partly based on imagination to the scandal unleashed by anthropologist and even invention. Indeed, in her rigorous David Stoll.12 In his widely discussed book, critical study on Partnoy’s literary testimony, Rigoberta Menchú and the Story of All Poor “Re-enacting Memory,” Edurne Portela has Guatemalans, Stoll has argued that Menchú’s referred to the “problematic paradox” that literary testimonio presents inconsistencies Detwiler detected when analyzing the subti- with respect to what really happened. This tle of the English edition of the book, Tales of controversy brings us back to the blurry no- Disappearance & Survival in Argentina (55). tion of “fiction,” which can also mean inven- Strictly, Detwiler’s assertion that the term tion, imagination. Whether or not Menchú’s “tales” “pronounces an element of invention Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació which many critics in the field would contend la conciencia (1998) is a work of fiction un- is in direct opposition with testimonial writ- derstood in the latter sense of the term, the ing” (“The Blindfolded (Eye)Witness” 63) is question posed here is a more general one, still applicable to the Spanish term “relatos,” which may mean “cuentos,” in La Escuelita. which simply put would read: Is it legitimate 15 that testimonial narrative, in the name of its Relatos testimoniales. Nevertheless, as made literariness, includes invented aspects? Part- evident by the explicit use of the word “testi- noy’s own creative work clearly outlines this moniales” in the new subtitle, the testimonial friction between “straight testimony,” to use function of Partnoy’s literary text is signifi- Kaminski’s expression (52), and literature.13 cantly strengthened in the Argentine edition. Cited below are revealing stanzas from the Published in 2006, the Spanish text poem “Testimony,” collected in Partnoy’s sheds light on the determining fact that La book The Revenge of the Apple/Venganza de Escuelita was included as legal evidence at the la manzana:14 truth trials of Bahía Blanca. Under the prin- ciple of free evaluation of court evidence, the Dicen que en estas cosas original manuscript formed, along with other no debe quedar ningún espacio evidence presented at the truth trials of 1999, librado the factual base on which the case regard- a la imaginación o a la duda. ing the concentration camp La Escuelita was Saco ruled. In the appendix that closes the Argen- el informe de Amnistía tine publication, “Anexo 5,” Partnoy openly y hablo por esa tinta. Digo: “Lean.” describes the history of the original manu- ...... script, its subsequent translation and publica- Enarbolo la acción como receta, tion in English, and its publication in Spanish la información como antídoto infalible after the text had served as legal proof. The Patricia Lopez Gay 93

author then adds, “Hoy, a veinte años de su as imagination and invention, are also inti- publicación en inglés… estas páginas rompen mately articulated within the textual and vi- con los últimos restos de su exilio para llegar sual narrative of La Escuelita. The images by a tus manos” (123). In addition, more gen- Raquel Partnoy included in the book capture erally, the linguistic register employed in the the reader’s gaze, figuratively representing, in author’s introduction and the peritextual an- turn, the introspective gaze of victims who nexes that frame the stories of La Escuelita is were unable to see. These intriguing black and informative and at times juridical, by contrast white drawings are the indirect, aestheticized with the rest of the book.16 I propose that form of visual testimony that Raquel Partnoy the inclusion in the Argentine publication of provides about the experience of her daugh- three additional appendices of this kind, and ter and other disappeared persons in concen- the short narrative “Había una vez una Es- tration camps. In recent statements, the artist cuelita…” analyzed below, further reinforces explained that she created the images before the testimonial function of Partnoy’s literary the original manuscript of La Escuelita was text.17 written (“Dibujos en La Escuelita”). By work- Partnoy prolongs her literary testimo- ing together with the verbal language, not ny through returning the text to its Spanish bound by it, these drawings contribute to the original language: La Escuelita is a repetition narrative construction of a visual and textual with variations of The Little School. In the fi- testimonio which revolves around vision, or nal note referred to earlier, “Anexo 5,” absent lack thereof. in the English version, and thus exclusively addressed to the Spanish-speaking reader, the testimonialista also evokes the moment in which the court authorized her to read two of the stories from the original manuscript. It is in Partnoy’s unique performance of reading before the jury, which we will later return to, that I perceive the ultimate symbiosis of her two formerly divided voices, the political and legal voice with the literary.

Fiction as Resistance in La Escuelita Fig. 1. Raquel Partnoy, Las manos resisten, in La Escuelita.18 …En los espacios irreales de vendas que trascienden The images display the prisoners’ eyes, which los pensamientos vedados are visible from behind the blindfold: to bor- y las palabras prohibidas, row the narrator’s expression in The Little en los rincones poblados por desaparecidos que están School, we may refer to them as the “mind’s y sombras que fueron, eye” (42). Using Raquel Partnoy’s visual rep- las manos vencidas resisten. resentations in dialogue with the verbal lan- —Raquel Partnoy, “Las manos resisten” guage of testimony as a point of departure, I will propose that the introspective gaze opens Through an effect of mise en abîme, the the victim to a transgressive space of fiction- two poles of the binomial “testimony and alization. It is from within this space of cre- fiction,” whereby fiction is now understood ative resistance, I claim, that the captives seek 94 Letras Hispanas Volume 11, 2015 to understand and navigate their world, as who base their interpretation of the world on well as establish a sense of solidarity amongst sensorial perceptions such as hearing, touch, themselves. smell and, on occasion, very limited sight, Upon reading the first pages of the Ar- must rely on the imaginative action of the gentinean edition, we learn that the prisoners “mind’s eye” in order to apprehend the real. in La Escuelita were “obligados a permanecer As implied in the Spanish version of the story tirados en colchones o en el piso, sin hablar, “Benja’s First Night,” “La primera noche del sin ver, manos atadas, estómago vacío, sopor- ‘Benja’,” the perceptual signals that the victim tando golpes, insultos y la incertidumbre de la needs in order to interpret her surroundings bala final” (20, emphasis added). In the next may come from fellow prisoners with whom story, the narrator describes how the new communication is very rarely possible. In La prisoner, understood to be Alicia Partnoy, Escuelita, Alicia Partnoy’s fellow activist and realizes that during the first night one of the friend, Benja, who has just arrived to the guards had adjusted her blindfold (22). The camp, tells himself, “¡Mirá vos dónde vine a repressive gesture of adjusting the blindfold encontrármela a “la Rosa” [Alicia Partnoy]! in order to guarantee that the captives can- Esta venda me aprieta demasiado los ojos. not recognize one another nor their captors Esto no sería nada… si pudiera sentarme… is in fact constant.19 As a consequence, the “Rosa” no me habla, no se debe poder hablar. detainees end up internalizing the basic code Sólo me avisó que estaba allí, justo en la that maintains the order of the camp, to the cucheta de arriba, la cucheta a la que estoy extent that one of the prisoners in the story atado” (37).21 Again, these lines are absent in “Fórmula de tratamiento” requests to have the English narrative. While The Little School his blindfold replaced, fearing that the guard only records the point of view that we under- would discover it was loose and accuse him stand to be Partnoy’s own, in La Escuelita the of not telling (85). In effect, those imprisoned narrative alternates between typographically in La Escuelita do not see but are seen, closely different fragments, each one corresponding watched over by the military guards and tor- to the stream of consciousness of a captive. turers.20 These lines found in Raquel Part- Despite the fact that in this story dialogue noy’s poem “Las Manos Resisten,” written to between the prisoners never actually occurs, comment on the drawing of the same title, these two parallel monologues included in explicitly propose that the prisoners sense the Spanish text attest to a process of solidary “las imágenes escondidas / de los represores identification between victims that helps al- asomados / a imaginarios telones” (no pag). leviate the lack of communication. What tactics are employed before the omni- As mentioned earlier, in addition to be- present gaze of the enemy, internalized by the ing a lens through which the victim subject captives? My point of focus will shift from the grasps reality, imagination, and sometimes lurking external gaze of the soldiers to the invention, provide a means of coping with introspective, liberating gaze of the victims this oppressive reality. In the Spanish version earlier described. of the testimony, we learn that in the concen- In one of her studies of The Little School, tration camp, La Escuelita, the torturers con- Detwiler mentions that “these eye-witnesses stantly try to convince each detainee that she undoubtedly manage to ‘see’ the referent does not exist, “de que ha desaparecido del through a combination of sensory input from mundo, de las guías telefónicas, de su puesto sources other than the visual mode” (“The en la historia, del pulso de sus seres queridos” Blindfolded (Eye)Witness” 62, emphasis (19). In this context of extreme dehuman- added). It becomes clear upon reading Part- ization, the character of the story entitled noy’s literary testimony that the witnesses “Telepatía” (re)acts by deploying strategies Patricia Lopez Gay 95 leading to the humanization of the self, which more obvious when the omniscient narra- relate to the memory of her place in her fam- tor explains, “El desprecio se sumó al odio ily history. With the objective in mind of rec- mientras se quitaba el resto de la ropa como reating an encounter with her family, the vic- si ellos no existieran, como si fueran gusanos tim describes her preparations for mentally que podía borrar de su mente con sólo pensar abandoning the space of reclusion: en cosas más agradables”(60).23 The combative use of imagination by me desperté sobresaltada tratando de victim subjects in La Escuelita is, as demon- acordarme dónde había dejado a mi strated above, inseparable from the condi- hija aquel mediodía, para abrir los tions of mental and physical repression in ojos a una venda que me los tapaba which the captives found themselves. Amply, hacía ya veinte mediodías. Ese sobre- salto me dio una idea… Querer es po- while Partnoy’s prose is overtly rooted in fic- der. Si yo quiero, puedo controlar mi tion, the understanding of fiction suggested pensamiento, hacerlo viajar, huir. SA- here is far from being opposed to that of truth LIR ¡Te lo ordeno! A mí me dan tantas and referential testimony. As I will point out órdenes: “¡Sentarse!¡Acostarse!¡Boca shortly, La Escuelita brings to mind the cat- abajo! Apurarse.” Por eso yo le exigí a egory of contemporary works evoked by Jo- mi pensamiento: “¡Vamos! Rajá. Rá- sefina Ludmer in her essay “Literaturas post- pido, Salí.” (43) autónomas,” works in which the real “incluye el acontecimiento pero también lo virtual, After various failed attempts, the prisoner lo potencial, lo mágico y lo fantasmático.”24 is able to imaginarily abandon the space of Indeed, not only does Partnoy’s textual and reclusion and “see” her family members. visual testimony pertain to the ambiguous Similarly, through the strategic use of imagi- territory of literary fiction, but also, it attests nation, another character in “Conversación to the emancipatory power which fictional- bajo la lluvia” invisibly reconstructs her own izing had during the traumatic experience of agency. Following the information included captivity. in the peritextual sections, in these two pieces the reader is prompted to associate the main character with Alicia Partnoy. However, In conclusion: Building a “Conversación bajo la lluvia,” like the piece Discourse of Solidarity “Chancletas con una sola flor,” is written in third person. In these two stories, the third- person narration might in fact be the narra- tive trace that marks the symbolic distance Partnoy takes with the narrated world, a dis- tance which makes the unspeakable speak- able, as suggested earlier.22 “Conversación bajo la lluvia” revolves around the moment in which the guards interrupt the dialogue between the main character and María Ele- na, another victim. After separating the two women, the soldiers ask one of them to un- dress herself. We are then presented with the character’s pervasive efforts to consciously fictionalize reality in order to escape or cope with that oppressive reality. The mechanism Fig. 2. Raquel Partnoy, Sin título, in La Es- of self-empowerment at play becomes even cuelita. 96 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Words and images intermix in La Es- proof in the truth trials of Bahía Blanca, La cuelita, creating a unique and articulate piece Escuelita can be perceived as the ultimate of testimonial literature. In the textual and vi- symbiosis between the fictional and the tes- sual narrative first-hand testimony given by timonial. Amply, this articulation of fiction Alicia Partnoy, the victim, and second-hand and testimony in Partnoy’s narrative calls testimony given in the form of drawings by into question the categories of “literary” and the victim’s mother, Raquel Partnoy, are wo- “non-literary.” On an intratextual level, this ven together. The skeptical testimonial reader confusion becomes particularly evident when may momentarily question the truth-value examining the short hybrid text added to the of these visual representations, following the Argentinian edition of the book, “Había una general assumption referred to by Portela, vez una Escuelita…” (“Había una vez”), which “the one who survives is the closest to the has yet to receive due critical attention.28 The truth of what happened than the ones who Spanish index includes this text, whose title did not” (47). Nevertheless, the ontological suggests the beginning of an imaginary story, distinction between direct and indirect testi- as the first of the short stories composing the mony is of no interest to this critical analysis. book’s “literary body.” However, as will be Partnoy’s assertion considering the aim of her shown below, “Había una vez” can and must own scholarly work on testimony is here quite also be read as a prolonged introduction from illuminating, “Testimonio is not about truth. the author specifically directed at the Latin Rather, the form serves as a tool for build- American reader. ing a discourse of solidarity with victims of Unlike “Había una vez,” the two short state terrorism” (“On Being Shorter” 175).25 stories from the Spanish manuscript that Raquel Partnoy’s drawings, like the one re- Partnoy chose to read aloud during the truth produced above, not only symbolically show trials recount precise episodes depicting life the solidarity among the female prisoners in the camp. The image of Alicia Partnoy therein represented, but also, they also show sharing these fragments with the jury il- the artist’s solidarity with the desaparecidas.26 lustrates the articulation of fiction and tes- In addition to ascertaining that La Es- timony, as suggested earlier, and presents, cuelita de facto brings us closer to the truth without doubt, the most powerful example of of the events that have occurred, it becomes the incursion of literature in the realm of the imperative at this point to underline the nec- “non-literary.” In an unparalleled and unique essary inclusion of this testimonio in a web of literary performance, which became legally discourses of solidarity and social justice that binding, Partnoy chose not to read any of the transcends both the limits of direct and indi- texts in which the “I” recalls her own personal rect testimony, along with those of the case experience as a survivor. Instead, through the denounced here by the Partnoys.27 When La reading of “Natividad” and “Graciela: Alred- Escuelita was finally published in Spanish in edor de la mesa,” Partnoy sought to give her 2006, the Argentinian government had de- voice to Graciela Romero de Metz, her friend clared the unconstitutionality of the pardons and fellow activist who was abducted and of state terrorism-related crimes, 959 crimi- brought to La Escuelita while pregnant.29 nal cases were being reopened, and a new In “Anexo 5,” Partnoy affirms “selecci- disappearance had recently occurred, that of oné estas lecturas [durante los juicios de la witness Jorge López, who has not yet reap- verdad] porque el único resquicio para la jus- peared. The publication of works like La Es- ticia… era la situación de los niños nacidos en cuelita was, and remains, particularly urgent. cautiverio” (123). When Partnoy wrote these As argued in the first section of this lines, in 1999, the truth trials established the study, at least since its recognition as legal irrefutable existence of webs of appropriation Patricia Lopez Gay 97

and trafficking of newborns whose moth- with her friend’s suffering and death” (Portela ers were executed during the military dicta- 62). Building upon this observation, I see in torship.30 The cases of Graciela Romero de the changing narrative voices that mark Par- Metz, her husband, Raúl Eugenio Metz, who noy’s literary testimony the textual trace of the was also murdered during his time in La Es- identification process through which the tes- cuelita, and their baby are recorded in “Anexo timonialista seeks to identify with fictionally 1” (105–06). Graciela’s son, whose biological recreated singularities. Broadly, an impulse of identity has yet to be established, was taken solidary identification among victims is at the by the very military that executed her shortly origin of forms of testimonial writing like La after she gave birth. In the last story of the Escuelita. However, we, as readers, are in turn series, “Natividad,” Partnoy rewrites in liter- excluded from such identification processes, ary language the scene of new life announc- since “readers in testimonios are asked not to ing death. The final line of the piece consists identify but to act as witness to the events” of a rhetorical question followed by an ellip- (Taylor 165).32 With less of an ontological sis only in Spanish, “¿Cuántos niños por día than ethical and political scope, the mecha- nacen prisioneros en /La Escuelita?...” (104). nisms of identification and distancing at play By presenting the case of Graciela’s son, who in La Escuelita, I propose, are inseparable still awaits justice, and ending with an open from the text’s inclusion in a broad discourse question through which testimonial reader of solidarity and social justice that singular- may feel interpellated, this text both symboli- izes literary testimony with respect to other cally and literally leaves the literary testimony modes of literature. without conclusion. Additionally, the allusion In Partnoy’s La Escuelita, the distancing to the unknown still to be revealed, as well as effect I describe and which serves as coun- the open-ended quality of the testimony, are terpoint to the process through which the further reinforced in the Argentinian edition testimonialist identifies herself with other through the insertion of a typographical void victims, is not only produced by the constant between “en” and “La Escuelita,” which are oblique evocation of horror. The linear read- purposely separated into two different lines. ing that would generally allow for literary The second short story that Partnoy immersion and narrative identification with read aloud during the truth trials, “Graciela: literary characters becomes here unviable for Alrededor de la mesa,” is another poignant a number of reasons. First, as shown by De- piece, located around the middle of the book, twiler in her analysis of Raquel Partnoy’s vi- in which the expectant mother imaginarily sual works, the images included in The Little speaks with her unborn child. Together, School demand a high degree of interpretative these texts illuminate the malleable narra- activity on the part of the reader (“Strategic tive identity that permeates Partnoy’s literary Silences” 38). I thus propose that in La Es- testimony. When analyzing these two stories, cuelita, a fragmentary work that is composed Portela refers to psychiatrist Jay Lifton, who of words and images, the reader experiences has described the survivor’s process of iden- an intermittent perceptual shift that momen- tification with other victims as “[the survi- tarily suspends her reading, allowing her to vor’s] tendency to incorporate within himself oscillate between the verbal and the visual. an image of the dead, and then to think, feel Additionally, the stories themselves, many and act as he imagines they would” (496).31 of which are introduced by fragments of ac- Hence, Partnoy’s adoption of Graciela’s voice tivist poetry, transition from one to the next constitutes here “an attempt at identification through abrupt shifts of voice and varying 98 Letras Hispanas Volume 11, 2015 narrative focus, as the previous pages have fuerza para borrar de la faz del con- highlighted.33 Moreover, as Detwiler has also tinente todas las Escuelitas. (20, em- pointed out, due to the feeling of confusion phasis added) created by sporadic unidentified narrative voices in Partnoy’s testimonial literature, the This fragment, absent in the English version, reader is also likely to pause in order to con- illustrates Partnoy’s urge to insert her testi- sult the annexed documents in search of ad- monial writing in a wider web of Latin Amer- ditional information, interrupting the flow of ican discourses of social justice and solidarity. the stories (Detwiler, “The Blindfolded (Eye) Inviting action for a Latin American collec- Witness” 111). Lastly, I posit that narrative tive cause that goes beyond the specific case identification with characters is here disrupt- denounced here, the lines above break down ed, and the distancing effect with the narrated narrative levels through the invocation of an events is strengthened, when the testimonial inclusive Us: “let us attempt,” “let us spy,” “let reader feels that she is being addressed by the us gather the strength.” The reader of testi- narrative voice.34 monial literature, recalls Taylor, is supposed I claim that from these interpellations to “act as witness to the events” (165). I pro- to the testimonial reader emerges the only pose that the distancing effect created in part character with whom we are expected to through interpellating the testimonial reader, identify: the intratextual figure of the reader. as described earlier, is precisely the one that allows us to de facto become self-aware read- In La Escuelita there are notable instances 35 when the narrative voice addresses the reader ers prone to act as second-hand witnesses. explicitly in the plural form, as in “hoy les In La Escuelita, the reader is constantly abro la puerta [a La Escuelita],” “más tarde les reminded of her exclusion from the escapist cuento porqué,” and “entonces pasó lo que les immersion that helps the victim characters decía” (19, 95, 98, emphasis added). Thus, La navigate and grasp their world, as shown Escuelita does not generally imply an intimate above. While the first-hand testimonialist act of reading, but rather, a presence of col- seeks to identify with other desaparecidos to lective listening that takes us back to the act whom she gives a voice through literary writ- of tale-telling suggested by the title of the text ing, the testimonial reader is, instead, expect- alluded to earlier, “Había una vez.” Blurring ed to spy from a distance. the lines between the “literary” and the “non- In a game of mirrors, from her own literary,” this short piece added to the Spanish spy-position, the critical reader seeks in turn edition, and presented as the first of stories, to rethink testimony through literature and, can also be read as the author’s prolonged in- conversely, literature through testimony. As troduction to the stories to come. Within its mentioned earlier, Ludmer has shed light on first lines lies a possible clue to understanding certain contemporary texts which, in spite of the intended scope of Partnoy’s testimonial allowing literary readings, “son y no son lit- narrative: eratura al mismo tiempo, son ficción y reali- dad.” I believe Partnoy’s hybrid writing points in the direction signaled by Ludmer. More- Tratemos de aflojarnos la venda que over, La Escuelita appears to confirm Yúdice’s nos han puesto sobre los ojos, es- intuition, “Testimonial writing [thus] fits into piemos por el resquicio cómo trans- and contributes to the ongoing challenge of curre la vida en La Escuelita. Por la sangre de los que conocieron las aulas the literary, which is no longer understood del terror antes de que los fusilaran, simply as an autonomous cultural activity por el dolor de los que están en este conditioned by social and political factors” momento soportando las diversas (20). Indeed, Partnoy’s literary testimony, clases de la infamia, sumémonos a la received as both fictional writing and legal Patricia Lopez Gay 99 evidence, does not solely constitute a cul- classical rhetoric, A Synoptic History of Classical tural manifestation determined by its socio- Rhetoric (1983), Nance distinguishes between “fo- political context. When it finally reached its rensic,” “epideictic,” and “deliberative” testimonios originally intended reader, two decades after (19–47). Forensic discourse is a juridical form of address that seeks to establish whether actions in the publication of the English translation, the the past were just or unjust. Epideictic testimonios, text became both an aesthetic and a political she explains, accord praise or blame. Lastly, delib- intervention in post-dictatorial Argentina. erative or persuasive testimonios such as Partnoy’s Oscillating between words and images, be- The Little School incite the reader to act, as I will tween the distancing effect and the imagina- propose in the final section of this article. tion of the testimonialista’s identification with 6To read more about the practice of renaming the voiceless, the critical reader unequivo- among militants and the military personnel, see cally apprehends Partnoy’s textual and visual the short story “Nombre” and the section titled narrative as an exemplary piece of testimonial “Personal represivo” included in “Anexo 2” of La Escuelita (Nance 19–47). literature. Without falling into relativisms, 7 Partnoy’s sage warning in her introduction Marta Bermúdez-Gallegos and Edurne Por- tela have interpreted narrative fragmentation in to La Escuelita seems, after all, well justified: The Little School as symptomatic of the trauma of “Les pido que se mantengan alerta: en esas torture on the language of the testimonialist, and Escuelitas, los límites entre la historia y las Detwiler has related it to the limited vision of the historias son tan tenues que ni yo misma los blindfolded victim. In the last section of this study, puedo detectar”(15). I argue that narrative fragmentation is also a key element in the distancing effect upon the testimo- nial reader, an effect which is not devoid of ethical Notes significance. 8The “Documento Final de la Junta Militar so- 1* I am immensely grateful to Alicia and Raquel bre la Guerra contra la Subversión y el Terrorismo” Partnoy, and Nicole Caso, who have been generous was made public by the Argentinian government with their knowledge and suggestions throughout in 1983, only three years before the first edition the process of preparing this article. of The Little School was published in the United 2In this study, I exclusively refer to the first States. edition of the The Little School and La Escuelita in 9Additionally, as a scholar, Partnoy has focused the U.S. and Argentina respectively, both included her work on testimonial literature. She also edited in “Works Cited.” the book (1998), whose mission was to make the 3The impossibility of writing when there exists voices of thirty-five Latin American women in ex- a lack of distance from horror is also evoked in Re- ile heard. venge of the Apple/Venganza de la manzana (10), a 10By contrast with De Man’s thinking of the collection of Partnoy’s poems of imprisonment to autobiographical in “Autobiography as De-Face- which I will later refer. ment,” John Paul Eakin has claimed that rather 4Both The Little School and La Escuelita con- than being language itself, the subject is constitut- sist of twenty short stories. However, as I will soon ed within language. Building on this observation, discuss, the text presented as the first story in I assume that it is through the autobiographical Spanish, “Había una vez una escuelita…,” as well act of bearing witness that the testimonial subject as other peritextual texts that frame the stories, is constructs herself in language. Thus I differ with absent in the English version. In the revised Span- the idea that autobiography is a genre of “extraor- ish version, on the other hand, the story “Bread” dinary individuals”(Sommer 12). Instead, and does not appear. without neglecting the specificities of testimonio, 5In her influential study, Can Literature Pro- I place Partnoy’s La Escuelita within Leonor Ar- mote Justice?, Kimberly Nance includes Partnoy’s fuch’s broad category of “espacio autobiográfico,” The Little School in the category of “deliberative” a territory wherein converge hybrid textualities testimonial discourses which are marked by am- such as interview, testimony and conventional biguity. Building on James Murphy’s analysis of autobiography. It is precisely on this horizon of 100 Letras Hispanas Volume 11, 2015 intelligibility described by Arfuch that genre and Partnoy’s Testimony about ‘The Little School of discourse intersect, and plays out the construction Bahía Blanca,” which without a doubt affirms the of subjectivities inherently marked by plurality, referential value of this literary testimony. The an- polyphony and fragmentation. nexes that complete the Argentine edition pub- 11For a detailed reflection on the parallels and lished twenty years later are “Descripción de La insurmountable differences existing between post- Escuelita,” where the reader will find a floor plan modern thought and the literary production of of the concentration camp today destroyed; “Tes- Latin American testimony, see George Yúdice’s es- timonio y Juicio,” where the obstacles that Partnoy say, “Testimonio and Postmodernism.” faced to testify at the truth trials are described; and 12In addition to González Echevarría, men- “Lista elaborada durante la dictadura,” where the tioned above, other critics interested in testimonial names of victims who passed through La Escuelita truth within the field of Latin American literature are listed. include Joanna R. Bartow, Miguel Barnet, Gustavo 18Alicia Partnoy is identified in this drawing, A. García, Kimberly Nance, and Nora Strejilevich. “Las manos resisten,” by wearing slippers with only For the European context, see Barbara Foley and one flower, subject of the first story in English, sec- Javier Zapatero Sánchez. ond in Spanish. See “The One-Flower Slippers” 13More generally, the complexities regarding (Little School 25–27), and “Chancletas con una sola the textual genre of The Little School/La Escuelita flor” (Escuelita 21–24). are made evident by the variety of categories em- 19For instance, further on the narration chang- ployed to describe the work, such as “testimonial es to the first person, and reads: “Me ata la venda novel” (Detwiler, “The Blindfolded (Eye)Witness”), medio floja. Ahora me ata las manos y salgo del “prison memoir” (Treacy), “testimonial”(Franco), baño. Puerta, , reja...” (Escuelita 100) . and “prison narrative” (Portela). 20Portela’s study, one of the few critical works 14Like The Little School, The Revenge of the to reflect on the visual representations included Apple was translated by Partnoy along with other in La Escuelita, also sheds light on the enemy’s translators. Unlike The Little School, The Revenge panoptic gaze, drawing our attention to the four of the Apple/Venganza de la manzana is a bilingual figures that monitor the captives from an elevated publication. position: “the importance of these eyes is that they 15In her thorough analysis of the subtitles in observe, control, and restrain the two women – The Little School/La Escuelita, Portela seems to without being seen” (75). suggest that the Spanish word “relatos” resolves the 21“Rosa” was the name adopted by Alicia Part- “problematic paradox” that the term “tales” intro- noy shortly before she was abducted. As men- duces in English, as was previously noted by De- tioned earlier, name changing was a common twiler. However, according to the Diccionario de la practice among activists. Real Academia de la Lengua Española, “relato” can 22The story entitled “Chancletas de una sola mean “conocimiento que se da, generalmente de- flor,” which is thus also written in third person, tells tallado, de un hecho” as well as “narración, cuento” the history of Alicia Partnoy’s abduction, along (emphasis added). I emphasize here the ambiguity with the brutal separation from her eighteen- of the term “relato” because fiction understood as month old daughter, Ruth, and the subsequent fear invention and imagination is not opposed to refer- that Ruth could have been captured and appropri- ential testimony in Partnoy’s La Escuelita, as will ated by the military regime. By contrast, Partnoy’s soon be shown. literary testimony is written in first person when 16Partnoy took this juridical and informative giving voice to the disappeared Graciela Metz in register to the extreme in her testimony included “Graciela: alrededor de la mesa” and “Natividad,” in Nunca Más, the report published in 1986 by analyzed below, along with an anonymous male the Comisión Nacional sobre la Desaparición de narrator in the short piece titled “El sapito Glo- Personas (CONADEP). As a counterpoint to La glo-glo.” The narrator’s identity, which remains Escuelita, wherein the emphasis is on the human anonymous in the Spanish version of “El sapito connection between the victims, Partnoy’s testi- Glo-glo-glo,” is revealed in the English translation mony in Nunca Más contains detailed descriptions of the story’s title, “Ruth’s Father.” of moments of explicit violence. 23The way “Una conversación bajo la lluvia” is 17The original U.S. publication of The Little constructed also serves to illustrate the extent to School contains “Annex 1: Fragments of Alicia which the unsaid highlights horror in La Escuelita. Patricia Lopez Gay 101

As the torturers are imaginarily struck down by 29In the author’s introduction, Partnoy the victim, the narrative follows the victim’s intro- declares,“las voces de los compañeros resuenan spective stream of thoughts, until we read: “Una con fuerza en mi memoria. Publico estos relatos media hora después le desataron las manos. -¡Ves- para que esas voces no sean silenciadas”(14). I tite!” (61). consciously use the expression “give her voice to 24With the idea of literature’s post-autonomy, Graciela” instead of “appropriate Graciela’s voice” Ludmer announces a paradigmatic shift in the no- because my focus will be here the testimonialist’s tion of the literary that has also been touched upon solidary urge to recreate voices of the disappeared, by contemporary Latin American critics such as rather than the testimonialist’s hypothetical will to Florencia Garramuño, Tamara Kamenszain and impose her own voice over the dissipated voices George Yúdice. According to this paradigm lit- of the disappeared. This solidary impulse is in- erature cannot be encapsulated by that which is separable here form the “democratizing” move- conventionally considered “literary,” but rather, ment that marks Partnoy’s testimonial literature, a extends to a realm of non-distinction between the movement to which I referred in the first section of literary and not literary. this essay, through which every character is able to 25According to recent statements by Raquel either express herself from the “I” perspective, or Partnoy, referring to her production as a visual to be expressed from the third person. artist at large, after her daughter’s disappearance 30Twenty-two years before, in public defiance in 1977 she began to include small figures in her of the government’s state terrorism intended to drawings of Bahía Blanca. Raquel now interprets silence all opposition, the Asociación Madres de these figures as the disappeared; since that time, Plaza de Mayo began its silent weekly protests in she has continued painting in the same style “para front of the Casa Rosada presidential palace. To- mantener viva la memoria” (“Dibujos en La Es- day, this world-renowned association of Argen- cuelita”). tine mothers whose children were “disappeared” 26In her study of Raquel Partnoy’s visual repre- during the military dictatorship remains fully en- sentations in The Little School, Detwiler proposes gaged in the struggle for human, political, and civil that the drawings “narrate more fully what in the rights. written text at times appears as gendered silences” 31In Death in Life: Survivors of Hiroshima, Jay (“Strategic Silences” 42). About testimonio, gender Lifton analyzes the survivor’s process of identifica- and feminism in Partnoy’s Little School, see also tion with the deceased victims, and establishes its Nance 176. origin in the survivor’s sense of guilt before those 27Other more recent cultural manifestations who did not survive (495–98). Although the sub- also participate in the web of solidarity whose jects of Lifton’s study are survivors of Hiroshima, center this study situates in Partnoy’s literary tes- he argues that his thesis is also applicable to the timony, La Escuelita. Rodrigo Caprotti’s fictional- case of concentration camps. I am not interested ized documentary series, La Escuelita, historias del here in the survivor’s hypothetical sense of guilt terrorismo de Estado en Bahía Blanca was aired in described by Lifton, but in the material trace of Argentina on Televisión Digital Abierta in March this process of identification, which in the case of 2014. The documentary alternates between dis- Partnoy is realized through literary writing, with playing actors recreating the described events, and the clear solidary objective of intervening in the serving as an archive of evidential truth. It includes execution of justice and civil activism. To read interviews from Adriana Metz and Alicia Partnoy, more about testimonial writing and trauma in The among others, and dedicates the last episode to Little School, see especially Taylor, Treacy and Por- Partnoy’s fight for justice. tela. 32 28Of the aforementioned studies, the chapter About the expected role of the reader of testi- included in Portela’s book Displaced memories, monial literature, see also Sommer 108 and Nance published in 2009, is the only work that mentions 19-47. the inclusion of a short text between the introduc- 33La Escuelita contains eight poetic quotes in- tion and the first story, “a new fragment that em- troducing various stories. These quotes are from phasizes the political project of Partnoy’s genera- renowned names in Spanish and Latin American tion” (87). activist poetry, such as Blas de Otero and Leonel 102 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Rigama, along with desaparecidos that Partnoy —. “The Blindfolded (Eye)Witness in Alicia Part- knew personally, such as Luis Paredes, “el Chino,” noy’s ‘The Little School.’” The Journal of the and Zulma Izurieta. Midwest MLA 33/34 (2000): 60-72. Print. 34In her study on the autobiographical genre, Eakin, Paul John. Fictions in Autobiography: Stud- Helène Jaccomard has shown that these intratex- ies in the Art of Self-Invention. Princeton: tual interpellations serve to remind the empirical Princeton UP, 1985. Print. reader that she is a reader, therefore resulting in Foley, Barbara. Telling the Truth: The Theory and a lesser level of immersion in the story being told Practice of Documentary Fiction. Ithaca: Cor- (9). nell UP, 1986. Print. 35By contrast with my emphasis on the distanc- Franco, Jean. “Gender, Death and Resistance; Fac- ing effect that makes the testimonial reader prone ing the Ethical Vacuum.” Chicago Review 35.4 to become a second-hand witness, Nance focuses (1987): 59-79. Print. on the reader’s momentary identification with the García, Gustavo V. “Hacia una conceptualización de witness. Drawing on Mikhail Bakhtin’s theories of la escritura de testimonio.” Revista Canadiense reading, Nance proposes that the reader of testi- de Estudios Hispánicos 25.3 (2001): 425-44. Print. monios first identifies with the witness, and then Garramuño, Florencia. La experiencia opaca. Lit- returns to her own place in the world in order to eratura y desencanto. Buenos Aires: Fondo de assess the ways in which that position might en- Cultura Económica, 2009. Print. able her to help others (62-64). González Echevarría, Roberto. “‘Biografía de un cimarrón’ and the Novel of the Cuban Revo- lution.” NOVEL: A Forum on Fiction 13.3 Works Cited (1980): 249-63. Web. —. The Voice of the Masters : Writing and Authority Arfuch, Leonor. El espacio biográfico: dilemas de in Modern Latin American Literature. Austin: la subjetividad contemporánea. Buenos Aires: U of Texas P, 1985. Print. Fondo de Cultura Económica, 2002. Print. Jaccomard, Helène. Lecteur et lecture dans Barnet, Miguel. The Documentary Novel. Amherst: l’autobiographie francaise contemporaine. Ge- Council on International Studies, State U of nève: Droz, 1993. Print. New York at Buffalo, 1979. Print. Kamenszain, Tamara. La boca del testimonio: lo que dice la Bartow, Joanna R. Subject to Change: The Lessons poesía. Buenos Aires: Norma, 2007. Print. of Latin American Women’s Testimonio for Kaminsky, Amy K. Reading the Body Politic: Femi- Truth, Fiction, and Theory. Chapel Hill: U of nist Criticism and Latin American Women North Carolina P, 2005. Print. Writers. U of Minnesota P, 1993. Print. Bermúdez-Gallegos, Marta. “The Little School por Ali- Lifton, Robert Jay. Death in Life: Survivors of Hiroshima. cia Partnoy: el testimonio en la Argentina.” Revis- Chapel Hil: U of North Carolina P, 1987. Print. ta Iberoamericana 56.151 (2009): 463–76. Web. Ludmer, Josefina. “Literaturas Post-Autónomas.” Caprotti, Rodrigo. La Escuelita, historias del ter- Ciberletras: Revista de Crítica Literaria y de rorismo de Estado en Bahía Blanca. N. pag., Cultura 17 (2007): n. pag. Web. 2013. Film. Menchú, Rigoberta, and Burgos, Elisabeth. Me llamo Collette, Marianella. Voces femeninas del exilio. Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Buenos Aires: Simurg, 2013. Print. México: Siglo Veintiuno Editores, 1998. Print. Comisión Nacional sobre la Desaparición de Per- Nance, Kimberly A. Can Literature Promote Justice? sonas. Nunca Más: Informe de la Comisión Trauma Narrative and Social Action in Latin Nacional sobre la Desaparición de Personas/ American Testimonio. Nashville: Vanderbilt Nunca Más. Buenos Aires: Universitaria de UP, 2006. Open WorldCat. Web. 5 Sept. 2015. Buenos Aires, 1986. Print. Partnoy, Alicia. La Escuelita. Relatos testimoniales. De Man, Paul. “Autobiography as De-Facement.” Buenos Aires: La Bohemia, 2006. Print. MLN 94.5 (1979): 919–30. Print. —. “On Being Shorter: How Our Testimonial Detwiler, Louise A. “Strategic Silences: Referential Texts Defy the Academy.” Women Writing and Gender Ambiguity in Alicia Partnoy’s The Resistance: Essays from Latin America and the Little School.” Journal of the International Oral Caribbean. Ed. Jennifer Brady. Cambridge: History Association 2.2 (2004): 36-44. Print. South End, 2003. 173-92. Print. Patricia Lopez Gay 103

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Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: Entrevista al poeta Ambrosio Gallego Interviewee: Ambrosio Gallego Interviewer: Nuria Morgado Biography: Ambrosio Gallego nace en Peñalsordo, Badajoz, en 1963. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universitat de Barcelona desde 1990. En 1982 su relato Jaula de luna fue galardonado en el I Certamen de Narración y Poesía Sant Jordi, convocado por la Genera- litat de Catalunya. Publicó su primer libro de poemas, Casa con humo, en1986, pero hasta 1997 no vio la luz su segundo poemario, Que no haya olvido. Su tercer libro de poesía, Llu- eve en paz, aparece en 2005, y El imperio de las luces, Premio Provincia de Guadalajara de 2004, es su cuarto libro publicado. Desde entonces, la poesía de Ambrosio Gallego ha sido incluida en las antologías 10 de Barcelona (2008) y El laberinto de Ariadna.10 años de poe- sía (2008). A su lista de premios se añaden el VII premio Cesar Simón en 2010 con su libro Con breves ojos, así como el I Certamen de Poesía Ángel González 2011 con Otros fríos. En 2015 publica su séptimo libro La mirada sin nosotros. Date Received: 12/10/2015 Date Published: 12/11/2015

ISSN: 1548-5633 106 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Entrevista al poeta Ambrosio Gallego

Nuria Morgado, CUNY- Staten Island & The Graduate Center

La poesía de Ambrosio Gallego invita al banas, algunas tan inusuales como ese cantar goce de los cinco sentidos, a detenerse en el frenético de pájaros invisibles “que por instin- tiempo y participar de su mundo poético, un to enloquecen” en los balcones (Que no haya mundo tejido de sugestivas imágenes y rítmi- olvido 46). Y es que sin vuelo lírico no hay cas palabras que nos transportan al otro lado conmoción lectora ni complicidad. La poesía del espejo y nos salvan del abismo. Su poesía de Ambrosio Gallego se reviste con la piel de es un cruce de espacios que puede trascender la belleza que descubre hasta en las cosas más lo ordinario, un mundo fronterizo entre lo sencillas, discerniendo y eligiendo bajo la lla- inefable y la realidad física. Ambrosio Galle- ve de la sinceridad. go cree en esa trascendencia, en la poesía que Su último libro publicado hasta el mo- transporta la realidad a un plano en el que mento, La mirada sin nosotros (2015), prolo- las contingencias se pierden quedando solo gado por Miguel Ángel Curiel, es un ejemplo la pura esencia. Sus imágenes surgen como fehaciente de todo lo dicho anteriormente. productos directos del corazón, del ser del Los haikus que componen este poemario es- hombre captado en su actualidad. La músi- tán construidos de emociones vivas y por lo ca de sus palabras eleva el espíritu y con su tanto perdurables. Y es que Ambrosio Galle- ritmo captura al duende. El vuelo lírico de su go ha sabido exprimir de la palabra toda su poesía se hace visible, a veces en imágenes ur- luz. El poemario se compone de tres partes: Nuria Morgado 107

Con breves ojos, Ventanillas en un tren y Natu- el género, su génesis, y luego intentamos raleza en vilo. En las dos primeras partes, los construir sin imitar a los clásicos japone- haikus se unen en grupos de dos o tres com- ses. Para ello hicimos acopio de todo el plementándose entre sí, aunque conservando material que la naturaleza mediterránea, su autonomía. La última parte, Naturaleza en tanto de campo como de ciudad, podía vivo, vuelve al haiku solitario, al asombro y la darnos. Todo ello nos llevó casi medio emoción que produce en el poeta la contem- año. Fue ahí cuando me sentí tan suelto plación de la naturaleza. No hay temática en y liberado. Ya no tenía que crear desde este poemario, cada poemilla es un instante el intelecto, sino desde mi desnuda sensi- eternizado, un movimiento único e irrepeti- bilidad. Era como volver a mis primeras ble capturado en su intuición. Así, Con breves experiencias de la infancia. Y fruto de ojos nos regala instantes en que “El agua cae/ todo eso es esta trilogía. Mi única apor- en Descargamaría/como las manos” “Como tación sería ese sabor, más que orien- unas manos/con dedos de ladrón./¡Agua que tal, hispánico, mediterráneo, así como atrapa!” “Atrapa el agua,/ pero siempre se el encadenar dos, tres o, a veces, cuatro suelta./Extrañas manos” (23). Por su parte, haikus, que funcionen tanto en su con- las miradas de Ventanillas en un tren se ajus- junto como individualmente. Así de sen- tan al paisaje y capturan impresiones fugaces cillo, volver a la esencia, a la complicada y veloces: “¿Hablas, ventana,/ de qué veloz sa- sencillez de las cosas. bor/ de tus paisajes?” “Cierto si miro/fuera, a NM: La mirada sin nosotros está gestado e velocidad/ de paladeo” (79). También se pre- inspirado en Extremadura. ¿Qué impor- gunta el poeta “¿Cómo dormir/ si el recuerdo tancia tiene la Extremadura de tu niñez compite/ con este tren?” (99). Los instantes se en tu obra? suceden y continúan en Naturaleza en vilo, la AG: Partamos de que cada autor ha de inno- última parte de este tríptico que nos remite a var en el sentido de su voz propia, algo la poesía breve de la naturaleza, haikus soli- individualizador necesariamente. En tarios que mantienen a flor de piel los cinco mi caso creo que siempre mantuve una sentidos del lector. Vemos, por ejemplo, “Un mirada muy particular hacia la tierra en petirrojo/sobre una rama yerta,/ estreme- que nací, Peñalsordo, un pueblecito de ciéndose” (138) o “Entre la niebla,/cabizbajo La Serena extremeña, en la provincia de el caballo/ sigue comiendo” (150). Badajoz. En esta entrevista, Ambrosio Gallego Me inspiro (algún primer libro, este nos habla de su ética y de su estética, de ese último) en esa concreción, una tierra un “yo” en contacto íntimo con la naturaleza, de poco olvidada por todo el mundo, y que su experiencia urbana, de su búsqueda de au- debería conocerse mejor. Es un lugar tenticidad, de la escena literaria en Barcelona, donde el cielo es tres veces la tierra, con ciudad en la que reside (en Hospitalet de Llo- pasto que en agosto es de un olor inolvi- bregat), y, en definitiva, de los lazos esenciales dable. Su paisaje de ocres y extensos ja- e imperecederos entre poesía y vida. rales, sus últimas águilas, últimos chozos y pastores. En fin, un paréntesis donde Nuria Morgado [NM]: Habla sobre tu li- poder pararse. bro de Haikus La mirada sin nosotros. NM: En alguna ocasión has hablado del “im- ¿Por qué haikus? ¿Qué es lo que resalta- pulso poético” en tu obra. ¿De dónde rías de este libro? viene? Ambrosio Gallego [AG]: El escribir haikus AG: El impulso poético, en mi caso, viene nació de un experimento con mis alum- de la infancia. Tuve la suerte de estar nas de un taller literario (todas eran mu- en contacto estrecho con la naturaleza, jeres, y jubiladas). Primero estudiamos sobre todo en las largas vacaciones de 108 Letras Hispanas Volume 11, 2015

verano. Mi ensimismamiento veteado creación literaria tenga sus propios mo- de fragmentos que leía en los libros es- vimientos—altibajos—y eso hace que colares de lectura, bajo la sombra de una pases de unos autores a otros, distantes encina, cerca de donde mi padre trillaba no sólo en el tiempo, sino también en el trigo. Esas noches en que podíamos los estilos. Lo importante es saber lo que dormir en la era, sobre la paja, o ir de te gusta en cada momento. Yo aprendí a madrugada al río para que bebieran las leer en esos libros de lectura de las es- bestias, y al mismo tiempo bañarnos si cuelas rurales de los años setenta. Eran había luna. Creía entender ese lenguaje fragmentos de grandes obras, españolas intuitivo, casi genético. La preparación o extranjeras, poemas de Lorca, Juan Ra- cultural vendría después, con los años. món Jiménez, Alberti, los hermanos Ma- NM: ¿Intuición o conceptos? ¿Qué es la chado, Bécquer, Rosalía, etc. Pero mi ver- imaginación y qué labor tiene? dadera vocación se la debo a un profesor AG: Le debo, como te digo, más a la intui- de EGB (Primaria). Don Francisco nos ción, porque esta no te la puedes quitar mandaba hacer una redacción semanal de encima; en cambio los conceptos per- y, tras escoger las dos o tres que más le tenecen ya a cierta madurez que no sólo habían gustado, las leía en voz alta, luego dan los años, sino la escolarización en el nos explicaba por qué le gustaban. Sabía instituto, y más tarde en la universidad, desmenuzar los matices y dar cuenta de ya ambos pasos en Barcelona. Lo ideal cómo el lenguaje conseguía emocionar- es poder ensamblar ambas formas de co- nos. Recuerdo que no fui el único que se nocimiento. Por este motivo tengo libros aficionó a escribir. Si comencé por pe- más centrados en cuestiones conceptua- queños relatos de terror acabé en un poe- les, y otros, como este último, centrado ma por una decepción amorosa. Luego en la intuición, en el exterior. Yo sólo vinieron los cuadernillos de iniciación selecciono la instantánea que observo, que todavía conservo. pero es la poesía latente en sí misma la El problema que yo veía era cómo que aparece, fuera de teorías, filosofías, deshacerme de ese acento lorquiano o etc. juanramoniano—según los profesores De la imaginación me atrae el juego del instituto—Tenía que buscar mi pro- de sutilidades sobre una misma imagen, pia voz. Dejé de leer por el momento a tal como le gustaba a Juan Ramón Jimé- mis grandes autores del Siglo de Oro y de nez, el gran poeta de la sensibilidad y de la Generación del 27. También a Antonio saber sacar partido, estrujar una mínima Machado, Juan Ramón Jiménez y Miguel imagen. Hernández. Quería saber de otros poetas NM: ¿Qué escritores o poetas te han influido? y verlos ahora desde una perspectiva más AG: Antes que nada, me influyeron viven- crítica. Descubrí una gran voz, Claudio cias extrañas sentidas siendo muy niño. Rodríguez, que me enseñó a tener con- Siempre he creído que si soy poeta no ciencia del propio lenguaje. Me asom- es porque me haya contagiado de los braba de qué modo tan personal rompía grandes maestros de la poesía, sino por o enriquecía los tópicos. Lo vi cercano cómo fueron mis primeros años en con- y trascendental al mismo tiempo. Otros tacto íntimo con la naturaleza. Lo que autores reseñables serían Ángel Gonzá- yo veía—aquellas sensaciones tan suti- lez por su claridad, Jaime Gil de Biedma les—me hizo intuir que algo importante por el modo de contar sus propias expe- estaba sucediendo dentro de mí. Sin todo riencias. También Antonio Gamoneda aquello no hubiera sido poeta. porque sin ser tan claro me llena de sen- No siempre uno tiene claro qué au- saciones misteriosas. Y más cercanos, ya tores te influyen más, porque tal vez la amigos míos, quiero nombrar a Miguel Nuria Morgado 109

Ángel Curiel por su gran atrevimiento vez una forma de revelación. Y de libera- formal e imaginativo a la hora de poe- ción. tizar, y a Federico Gallego Ripoll por su No dejo de buscar caminos. Mis facilidad para estrujar las imágenes de- poemarios son muy variados, pero man- teniéndose en matices impensables. En tienen el mismo pulso. Comencé por lo cuanto a autores extranjeros no puedo autobiográfico, ese “yo” en contacto ín- olvidar a D. H. Lawrence, Walt Whit- timo con la naturaleza de Extremadura. man, Kavafis, R. Tagore. Y es que todos De poemas que entrarían dentro de la a su manera son maestros. No hay unos propia experiencia, pasé poco a poco a mejores que otros. Está nuestro propio un minimalismo que llegó al haiku. En- gusto y la buena poesía, cualquiera que cadené algo parecido a haikus, intentan- sea su forma. Cada uno de ellos me ha do que cada tres versillos mantuvieran su enseñado en el momento apropiado algo propia autonomía. diferente a los otros. Decía que me gusta cambiar de te- Todo se resume en que unos y otros máticas y perspectivas. Por ejemplo, en te sirvan para encontrar tu propia voz. Objetos que nos hablan (Inédito), hago NM: ¿Cómo describes tu trabajo? monologar a objetos tenidos por muy AG: Sé que las grandes palabras no están de prosaicos, elegidos al azar. El resultado moda porque resultan pedantes y hasta es de lo más extraño. ¿Qué puede con- falsas, pero me encanta el término “au- tar de su experiencia con los humanos tenticidad,” es decir, aquello que es “ver- un simple tubo de escape? ¿Dónde está dad en mí.” Siempre he considerado mi su emoción y su poesía? Para mí era un trabajo como algo auténtico, pero tam- reto. El libro está sin publicar y todavía bién útil—cuando acostumbra a decirse sigo en él. Me invento palabras para ese todo lo contrario—porque me sirve para libro. Como dije, experimentar me apa- ordenarme gracias a esa voz interior, a siona. mantener en forma la sensibilidad—que Antes utilicé la palabra “ética”. Ten- suele adormecerse—a solidarizarme con dríamos que retomarla ya en nuestro los que sufren—cualquiera que sea el do- contexto, a partir del 15M . Estamos en lor—No concibo una poética sin ética, la nueva época de los indignados, de los como tampoco una poesía sin vuelo líri- que se desvinculan de cualquier sello po- co. La poesía es poesía esté en el poema lítico, de los que persiguen una verdade- o en el texto en prosa. Me atrae la emo- ra democracia. Son los buscadores de la ción no sentimentaloide, sino afinada, dignidad, de la justicia. Es un sentimiento inteligente, personal, lejos de los tópicos, universal que acaba de iniciarse y no sa- profunda sin dejar de ser cercana. ¿A qué bemos cómo acabará. Gracias a Internet poeta no le gustaría que su poesía atra- todos los indignados están en contacto, pe tanto al que entiende como al que sin se mantienen informados y denuncian entender ha sido felizmente traspasado todo tipo de abusos. No existen líderes, por algo que no sabe explicar? Una poe- así que es muy difícil descabezarlos. No sía contextualizada es una poesía viva, es una moda, sino una nueva, pacífica re- como bien entendió Antonio Machado. volución. Bajo esta atmósfera se gestó mi Una poesía, decía él, sin cápsulas lógi- libro Otros fríos, que ganó el I Premio de cas, donde el artificio no se ha de notar. poesía Ángel González de 2011. ¿Cómo Poesía como una forma ancestral de co- sostener entonces que la poesía no es nocimiento intuitivo de la existencia. Tal útil? Precisamente por no entrar dentro 110 Letras Hispanas Volume 11, 2015

de las exigencias de mercado, la poesía modo de haikus donde intento fusionar ha olvidado arrodillarse ante cualquier la mirada oriental con la emoción hispá- sistema antropófago. nica mediterránea. Una poesía que busca NM: ¿Crees que tu trabajo pertenece a alguna lo esencial con la mirada, y que se aleja generación en particular? Si es así, ¿a qué de lo intelectual. Aquí incluyo mi última generación consideras que perteneces? obra, la trilogía de haikus La mirada sin AG: Por edad pertenecería a la generación nosotros. de los 90. Destacaría como rasgos de esa NM: ¿Cómo describirías la escena literaria generación la heterogeneidad, el eclecti- en Barcelona hoy, especialmente con cismo y la búsqueda de nuevos caminos, respecto a la poesía? siempre entre el realismo y la metafísica. AG: Últimamente, en Barcelona, noto una Incluiría autores tan diversos como Jor- tendencia de la poesía como espectáculo ge Riechmann, Carlos Marzal, Vicente y sentir de nuestro tiempo. Noto que se Gallego, Miguel Ángel Velasco, Miriam emplea un lenguaje más cercano y temas Reyes, Elena Medel. que afectan directamente a la juventud, Pero no desaparece la importancia de ese modo la poesía se populariza entre de la experiencia personal en cuanto a la la generación actual, creando un nuevo temática de muchos de mis poemas. Jun- movimiento de aficionados. En los to a esa experiencia puede detectarse en últimos años, este género se ha afianzado otros poemas cierta influencia del realis- entre los jóvenes, que, además de leer mo sucio—aunque no en su forma más más y frecuentar recitales, se convierten extrema—a la manera de Roger Wolfe o en autores de éxito a través de las redes Pablo García Casado. Como dije, todo sociales. salpicado de los temas de siempre: la Lo que más relevancia internacional muerte, el olvido, el sentido de la vida, el tiene es la Semana de la Poesía en Barce- amor y el erotismo, el placer y la belleza, lona. La ciudad de Barcelona se llena de cualquier tipo de dolor. En general, ale- poesía. Durante esos siete días, los “Set jamiento del surrealismo y de la métrica. dies de poesia a la ciutat,” las ventanas de Gusto por lo intimista y elegíaco. los autobuses y los vagones del metro se Mi poemario Otros fríos pertenece- llenan de poemas. Lecturas de poemas, ría a una nueva poesía de denuncia, muy entrega de los premios de los Jocs Florals, lejos de la poesía social de posguerra. Yo homenajes a diferentes autores, jorna- me atrevería a bautizarla como “poesía das de poesía y mestizaje, conferencias, de la indignación,” que se caracterizaría monográficos, talleres. En el Palau de la por el intento de una reconstrucción so- Música Catalana se celebrará el Festival ciocultural total y comenzando de cero. internacional de poesía de Barcelona. Ya no se buscan verdades inamovibles, Este acto reúne a poetas de diferentes sino formas de entendernos en un mun- rincones del mundo que recitan sus crea- do tan diverso donde nadie debe quedar ciones en los más diversos idiomas ante excluido. Los hermanos del mundo bus- el público del Palau (los asistentes reci- can información veraz, contrastada, y birán un librito con las traducciones). Se también solidaridad vía Internet. Lucha trata de una magnífica oportunidad para por la dignidad y una verdadera revolu- escuchar ritmos poéticos que van más ción cultural. Pacífica, sobre todo muy allá de las barreras del idioma, de des- pacífica. cubrir a autores dispares que nos hablan En cambio, mi libro Con breves ojos desde su cultura, su mundo. (VII premio César Simón, 2010) entraría Otro pilar importante es el Aula de dentro del minimalismo. Son poemillas a Poesia de Barcelona, creada en el año Nuria Morgado 111

1991, con la colaboración de la Univer- tarde en la tertulia “Diálogos literarios” sitat de Barcelona y otras instituciones, que tenía lugar en el Reial Cercle Artis- con la finalidad de difundir la poesía en tic de la ciudad, a cargo del editor José toda su extensión, sobre todo la poesía Membrive. Allí conocí a nuevos poetas, como elemento aglutinador de culturas, menos institucionalizados, como Este- y como intercambio de la riqueza y di- ban Conde, José Florencio Martínez, Fe- versidad humana. Su sede se encuentra lipe Sérvulo, Araceli Palma, entre otros en el Edifici de Migdia II del campus muchos. Hablábamos sobre todo de Mundet. Y cómo no nombrar la Asocia- nuestros escritos, sin tapujos, construc- ción Colegial de Escritores de Cataluña tivamente. De aquí pasamos a reunirnos (ACEC) que nace por iniciativa de los en la sede de la ACEC, ya con nombre mismos autores frente a la necesidad de nuevo, la tertulia “El laberinto de Ariad- defender y promover sus derechos como na” a cargo de Felipe Sérvulo. Se trataba creadores de cultura. La ACEC reúne de un nutrido grupo de poetas y escri- en una misma asociación a autores que tores que no ha parado de crecer, y por trabajan en distintos campos de las le- donde todavía me dejo caer. Aquí he co- tras—escritores, traductores, recopilado- nocido a poetas muy interesantes como res, críticos literarios—cualquiera sea la Josep Antón Soldevila, Guillem Vallejo, lengua que utilicen, facilitando los cana- Pura Salceda, por poner tres nombres de les para que sus asociados accedan a las entre tantos compañeros. ayudas y beneficios que pueden obtener- En el hotel Colón de Barcelona se de las instituciones públicas y de otros coincidí, poco antes del año 2000, en un actores y ámbitos implicados de diversas certamen literario con el excelente poeta maneras en la creación cultural. También Miguel Ángel Curiel, nacido en Alema- ofrece, en la medida de sus posibilidades, nia—pero de padres extremeños, como acceso a los medios de comunicación y yo—y comienza así una larga y fructífera a las tecnologías actuales con el fin de amistad literaria que me lleva a conocer facilitar la labor de sus asociados y per- el resto de la península. Así que gracias mitirles disfrutar de los beneficios de su a él—incansable viajero—mis contactos trabajo. Su sede se encuentra en el anti- siguen aumentando geográficamente. guo Ateneo barcelonés, muy cerca de la NM: Durante los años de la dictadura de fuente de Canaletes. Franco los escritores no podían escribir NM: ¿Cómo te ves a ti y cómo ves tu trabajo en catalán. Hoy sí. ¿De qué manera ha dentro de la comunidad literaria de Bar- afectado a la poesía el hecho de que un celona? escritor pueda escribir en catalán, o en AG: Comencé a escribir muy joven, así que catalán y castellano? ¿De qué manera te mis primeros contactos eran todos de ha afectado a ti personalmente? carácter local, primero en Hospitalet de AG: Uno nace a la poesía desde dentro; y Llobregat y ya más tarde en la capital. desde luego lo más interior es esa lengua Frecuentaba por esos años de estudiante que ha mamado. Si reconocemos que los de Filología el Aula de poesía de Barce- poetas se hacen en la infancia (primeras lona, donde conocí a muy buenos poetas imágenes que ven y han de nombrar, can- como Eduard Sanahuja, Federico Gallego ciones que oyen a sus abuelos y padres, Ripoll, Concha García, Jordi Virallonga, etc.) entenderemos por qué es tan difícil entre otros. También participé años más escribir poesía en un idioma en el que 112 Letras Hispanas Volume 11, 2015

no creciste. Tal vez pueda darse el caso innovadores? Aprendamos de la histo- de personas bilingües que piensen—has- ria, construyamos, siempre en positivo. ta lo más sutil—indistintamente en sus ¿Cuál es el problema? El spanglish co- dos lenguas. Esto requeriría un universo menzó en su momento y serán los ha- sensorial y lingüístico muy igualado en blantes los que lo lleven y lo traigan. Las ambas, lo que dificultaría aún más la em- academias tendrán que tomar nota de presa. todo. Con esto quiero decir que nada es Yo tuve la gran suerte de nacer en excluyente. Los estudiosos de la lengua una tierra donde la gente era poca y la necesitan material lingüístico (spanglish, naturaleza era mucha. Me crié entre jue- español, inglés, etc.) y ese corpus lin- gos compartidos y al aire libre. Hablar güístico necesita dejarse caer en libros, era para nosotros esencial. Lo hacíamos diccionarios, chistes, vida… Tal vez el junto al fuego por las noches, junto al problema sea simplemente de actitud río cuando era verano, en los recreos y ante algo que se desconoce, que se cree en las fiestas religiosas. Las palabras se deforme, cuya pose no es muy favore- imbrican en lo que nombran, y lo que se cedora. ¿Es que hablamos de poses? Yo nombra ya queda en ti como una huella. creía que estábamos hablando de pura Naturaleza nombrándose en castellano, vida. El idioma somos nosotros, y quie- lecturas de tebeos en castellano, y poca, nes lo estudian o emplean no dejamos muy poca tele. de ser nosotros. No vayamos en contra A partir de la muerte de Franco el de nosotros mismos al cerrar los oídos y catalán no sólo lucha por sobrevivir ante los diccionarios al spanglish o cualquier una lengua tan extendida como el caste- otra forma de comunicación minorita- llano, sino que cada año que pasa se in- ria. Tal vez crezca o muera, o quizá se ternacionaliza con más fuerza. El catalán transforme. ¿Es que no marginando el también está de moda en el extranjero. Y spanglish pondremos en peligro nues- es una gran noticia que escritores que es- tros bellos idiomas? El buen inglés, como criben exclusivamente en catalán vayan el buen español, también siguen su cur- a prestigiosas ferias literarias, como lo es so vital, que es el nuestro, y en parte el también que los que escriben sólo en cas- que les corresponde como formante del tellano puedan llegar a ser los más vendi- spanglish. ¿Dónde está el problema? dos. Esta convivencia lingüística siempre ¿Más diccionarios, más explicaciones y es enriquecedora. A veces puede levantar aclaraciones? Demos más trabajo a los suspicacias por alguna ayuda de edición lingüistas, sociólogos, escritores. Es un concedida por la Generalitat a libros es- tema que promete. critos solamente en catalán, pero tam- poco hay que darle tanta importancia. Ocurre que el gobierno catalán prioriza Obras citadas lo que puede estar más en peligro, que es su lengua. Esto también lo hace con la inmersión lingüística en la enseñanza. Gallego, Ambrosio. Con breves ojos. Valencia: Al final los chicos ganan dos lenguas en Denes, 2010. Impreso. vez de una. Suelo escuchar catalán en las ---.El imperio de las luces. Guadalajara, Diputación Provincial, 2005. Impreso. aulas y castellano en los recreos. NM: ---. La mirada sin nosotros. Madrid: Tigres de Papel, Y por último, ¿qué piensas del fenóme- 2015. Impreso. no “spanglish” que suscita tanta polémi- ---.Llueve en paz. Madrid: Beturia, 2005. Impreso. ca en Estados Unidos? ---.Otros fríos. Cuenca: Olcades, 2011. Impreso. AG: ¿Por qué ha de ser un tema que enfrente ---.Que no haya olvido. Barcelona: Libros PM, 1997. a académicos, puristas y escritores más Impreso. Letras Hispanas Volume 11, 2015 Special Section

On Masculinities, Latin America, and the Global Age

Guest Editor: Vinodh Venkatesh

Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Editor: Vinodh Venkatesh E-mail: [email protected] Affiliation: Virginia Tech; Foreign Languages & Literatures; Major Williams, 339; 220 Stanger- Street; Blacksburg, VA 24061 Abstract: The study of masculinity in Latin America in the past fifteen years has largely cen- tered gender in contraposition to the community, focusing on issues of essentialism, rep- resentation and the nation-state, and the roles of violence and power in the subjugation of feminine and/or Queer gender representations. While some critics have paid attention to national masculinities (both contemporary and historical) and others have moved into analyzing regional masculinities, there is a resounding need to examine what happens to the construct of masculinity in the global age. That is, how can we discuss localized gender expressions just as the boundaries or definitions of the local seemingly dissipate in light of a global(izing) culture? Is there then a global order of gender, as theorists such as Raewyn Connell would like us to believe? These questions, amongst others that materialize in the confluence of globalization and masculinity, are the principal interrogations undertaken by the authors of this special dossier of Letras Hispanas. Keywords: Masculinity, Globalization, Transnationalism, Gender Theory Resumen: El estudio de la masculinidad en América Latina en los últimos quince años se ha centrado en cuestiones de comunidad, esencialismo, la representación y el Estado-nación, y el papel de la violencia y el poder en la subyugación de lo femenino y/o las representaciones Queer. Mientras que algunos críticos han prestado atención a las masculinidades naciona- les (tanto contemporáneas como históricas) y otros han pasado a analizar masculinidades regionales, hay una necesidad rotunda para examinar la construcción de la masculinidad en la era global. Es decir, ¿cómo concebimos las expresiones localizadas de género dentro del contexto global? ¿Hay un orden global de género, como teóricos como Raewyn Connell quisieran hacernos creer? Estas preguntas, entre otros que se materializan en la confluencia de la globalización y la masculinidad, son las principales investigaciones realizadas por los autores de este dossier especial de Letras Hispanas. Palabras clave: masculinidad, globalización, transnacionalismo, teorías de género Biography: Vinodh Venkatesh is an Associate Professor of Spanish at Virginia Tech. His re- search is primarily centered on issues of gender, subjectivity and the urban space in con- temporary Hispanic narratives. A secondary area of research concerns the cinematic production of Spain and Latin America. His current work focuses on ethics, politics, and spectacularity in Spanish cinema. In addition to several articles, he is the author of The Body as Capital: Masculinities in Contemporary Latin American Fiction (, 2015), and the forthcoming New Maricón Cinema: Outing Latin American Film (Texas, 2016).

ISSN: 1548-5633 116 Letras Hispanas Volume 11, 2015

On Masculinities, Latin America, and the Global Age

Vinodh Venkatesh, Virginia Tech

The study of masculinity in Latin We must consider in any examination of America in the past fifteen years has largely contemporary gender practice the impact of centered gender in contraposition to the recent economic and political shifts. In Latin community, focusing on issues of essential- America, in particular, the move towards a ism, representation and the nation-state, and neoliberal paradigm has brought changes in the roles of violence and power in the sub- the real and symbolic structures and posi- jugation of feminine and/or Queer gender tions of gender. In broad terms, and on a local representations. While some critics have paid level, changes in labor markets and strategies attention to national masculinities (both con- of production tie in directly to alterations in temporary and historical) and others have familial modes; genders deconstruct and re- moved into analyzing regional masculinities, configure in reaction to sociocultural shifts. there is a resounding need to examine what Moving away from the local, which is by ne- happens to the construct of masculinity in cessity as these shifts are brought in through the global age. That is, how can we discuss lo- the guises of transnationalism and free trade/ calized gender expressions just as the bound- markets, these changes further a condition aries or definitions of the local seemingly where now-reconfigured orders come into dissipate in light of a global(izing) culture? Is contact with global and foreign gender prac- there then a global order of gender, as theo- tices. All these changes bring about a series of rists such as Raewyn Connell would like us to crises, where the traditional position held by believe? These questions, amongst others that the Masculine in Latin America comes under materialize in the confluence of globalization question. By crisis, I am referring to a change and masculinity, are the principal interroga- in the order or roles, as women are increas- tions undertaken by the author’s of this spe- ingly permitted and encouraged to work and cial dossier of Letras Hispanas. lead lives that were once accorded only to Herein lies the base drive in the follow- men. Economic autonomy, sexual liberation, ing pages, as each essay attempts to situate and the right to an education are some of the and then problematize localized masculini- changes that have affected gender politics in ties in the face of tensile forces from the out- Latin America. Such socioeconomic shifts side (wherever this may be), in an attempt to and their resultant gender reconfigurations understand and reconcile gender formation are salient results of the broader macro open- within a non-anchored episteme. By this I ings of local markets to foreign economies mean a period where the State as referent – as and economic policies, as free trade agree- evidenced in regional and diachronic studies ments and foreign direct investment increase of the Masculine – no longer holds the once- labor demands and supply. These measures, afforded sovereignty over the individual. In- as can be expected, democratize societies to stead, we are faced with gender constructs in the extent that conventional structures and relation to, and offsetting at times, fluid, dy- relations are no longer compatible with an namic, and conflicting states of community. open-framed notion of the market and, as Vinodh Venkatesh 117 a result, of the social. These measures, fur- masculinities and their contact with global thermore, include the osmotic presence of subjectivities, Ben Sifuentes-Jáuregui exam- non-Latin American gender expressions that, ines what he calls melodramatic masculinity when entered into local circulations, leave in two films starring the Mexican icon Pedro immediate and permanent imprints. Infante, Nosotros los pobres (1947) and An- These shifts, circulations, and recon- gelitos Negros (1948). The author guides the figurations, pose a crisis in masculinity, trig- reader through the ontology of melodrama, gering a critical interest in the strategies of examining it both in the Hollywood tradition change and coping that the masculine must and within the Latin American culturals- undertake as a result. The changes in per- cape. Importantly, Sifuentes-Jáuregui notes sonal, intimate constructions of masculin- that melodrama in the latter context is not a ity affect the formulations of the masculine simple, superfluous mode but, rather, integral in cultural production, as representation is in subject formation due to its very excess. cross-examined and extant symbols of patri- Aside from synthesizing the role of melodra- archy are renegotiated in the light of global ma in Latin American cultural production – gendered bodies. This gesture lies at the heart and the implications this may have on gender of the following essays, where what is studied subjectivity – the essay delves further into key under the acute lens of literary and critical tangents such as race, femininity, queer stud- theory is how masculinities may adapt to a ies, and the very centrality of the body to thus new global telos. pose a nuanced reading delinked from Hol- We begin our route through this dossier lywood and/or global understanding of the with a stop in the Southern Cone, where Wes- narrative mode. ley Costa de Moraes tackles three recent films Working with an altogether different by Chilean filmmaker Pablo Larraín. Prob- aesthetic and theoretical code, Nicolas Poppe ing the construct and deconstruction of his- correlates the filming of masculinities, Ar- torical patriarchy, that is, the position of the gentine youth culture of the 1990s, and the dictator or caudillo figure of Pinochet, Costa geographic space of Ituzaingó to seek link- de Moraes studies the imaging of hegemony ages in Raúl Perrone’s trilogy of Labios de and its possible challengers. Focusing on the churrasco (1994), Graciadió (1997), and 5 pal’ aesthetics of masculinities, the author offers peso (1998). Like Costa de Moraes, Poppe is readings of each individual film – Tony Mane- not only interested in teasing out the rela- ro (2008), Post Mortem (2010) and No (2012) tionships between the (masculine) local and –in addition to identifying points of contact global within each film, but to also pose a that provide the reader with a judicious out- holistic framing by which the director’s body lining of how the masculine is negotiated in of work may be read. He suggests that each the director’s oeuvre. Costa de Moraes fur- film is not a variant or repetition of the cul- thers in his analysis that the expression of tural and interpersonal human geographies masculinities in the three films cannot be of Ituzaingó, but instead a series of iterations understood without a dialogue with the so- wherein the viewer observes how individual cioeconomic shifts that impacted real life in characters are constantly linked and delinked the Chile of the period, and thus poses that from the global. Importantly, Poppe under- any analysis of gender in the trilogy must lines that the trilogy is an important coda be situated along the macro-economic neo- for understanding the affective links between liberal shifts instituted by the regime at the youth culture and a transnational media eco- time; shifts that today still impact the coun- system. In the subsequent essay, Vinodh Ven- try’s modern economy and its cultural pro- katesh delves further into the points of con- duction. Keeping with a focus on historical tact between space, globalization, and gender 118 Letras Hispanas Volume 11, 2015

formation through an analysis of Ana Clavel’s Spanish-speaking cineverse. Speaking of uni- Los deseos y su sombra (2000). Venkatesh situ- verses, the concluding essay by Rebecca Biron ates the issue of masculinity in relation to crit- investigates the representation of narco-mas- ical theories of urbanization and the global culinities in recent Mexican cultural produc- city, affirming that our experience of the city tion. Working with several films, soap operas, is by nature a gendered phenomenology. Pos- music, blogs, and journalistic pieces, Biron ing that the city is the masculine geography underscores the importance of melodramatic par excellence, the essay probes the symbolic narco-masculinity as a contemporary litmus spaces that genderize and are genderizing in of national gender hegemony. Her aim in the the novel, and reflects on how masculinities essay, however, is not to simply go over the regiment the public and symbolic within the basics of this trope but, instead, to elucidate increasingly global and diffused urban space. how comedic representation may negotiate This global space (of production and new ways of situating narco-masculinity in reception) in the modern age is the point of a contemporary, globalized crime stage. Im- departure for Assen Kokalov’s meditation on portantly, Biron asks: how does refusing to masculinities in Lucía Puenzo’s three notable take narco-masculinity seriously complicate films, XXY (2007), El niño pez (2009), and debates regarding Mexican masculinities, vi- Wakolda (2013). Unlike Costa de Moraes and olence, and the role of the local in the global Poppe, Kokalov does not situate these films circulation of goods and images? as a narrative trilogy, or as films sharing a In conclusion, the essays in this dossier particular leitmotiv. Instead, he delves into provide a stepping-stone for scholarship on each feature as a tableau vivant of masculini- the relationship between masculinities and ties that, he argues, is central to all of Puenzo’s the global. Through calculated collations of films. The essay sheds light on the masculine, masculinity studies and other critical theo- noting that criticism to date has tended to fo- retical angles, the dossier allows for an inter- cus less on this facet of the gender spectrum, disciplinary and transnational interrogation congregating instead on the queer potentials of the masculine. This, it is hoped, will be of of each film. As such, Kokalov’s essay pro- use not only to scholars within the field of vides a valuable resource for future research Latin American studies, but also to all investi- into the body of work of an increasingly im- gations into how masculinities interact across portant director in the Latin American and global spectrums. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: Tony Manero, Post Mortem y No: la estética de lo masculino en la trilogía de Pablo Lar- raín Author: Wesley Costa de Moraes E-mail: [email protected] Affiliation: University of North Carolina at Chapel Hill; Department of Romantic Studies; 238 Dey Hall, CB 3170; Chapel Hill, NC 27599 Abstract: This article analyses aspects of masculinity representation in the trilogy composed of Tony Manero, Post Mortem and No, by Chilean filmmaker Pablo Larraín, and their role as key elements on which the social criticism laid out by these films is built. The argument is that it is possible to identify in this trilogy an aesthetical structure ordered around a frame- work of masculinities whose effects condensate the political oppression of Chilean dictator- ship in a highly physical dimension, offering a distinguishable reading of its impact in terms of subjectivity. Through artistic expressions that emphasize aspects such as the erotic and the abject, always articulated in a hierarchy of patriarchal power, Larraín’s trilogy reads as a bodily translation of such oppression, with characters’ bodies functioning as projections of the psychological constraints of the dictatorial regime. Keywords: Chile, Pablo Larraín, Masculinities, Dictatorship Resumen: Este artículo analiza aspectos de las representaciones de la masculinidad en la trilogía compuesta por Tony Manero, Post Mortem y No, del director chileno Pablo Larraín, y su papel como elementos clave mediante los cuales se edifica la crítica social planteada por es- tas películas. El argumento es que se puede identificar en la trilogía una estructura estética pautada en un armazón de masculinidades cuyos efectos producidos condensan la opresión política de la dictadura chilena en una dimensión sumamente física, ofreciendo una lectura diferenciada de su impacto en términos de subjetividad. A través de estas expresiones que combinan aspectos como lo erótico y lo abyecto, siempre articulados en una clara jerarquía de poder patriarcal, Larraín logra traducir corpóreamente dicha opresión, somatizando en el cuerpo de los protagonistas el constreñimiento psicológico del régimen dictatorial. Palabras clave: Chile, Pablo Larraín, masculinidades, dictadura Biography: Wesley Costa de Moraes is a Ph.D. candidate and a Spanish and Portuguese in- structor at the University of North Carolina at Chapel Hill, also holding a M.A. in Spanish Language and Literature from Virginia Polytechnic Institute and State University. He was born in Brazil and is devoted to literary studies in which contemporary South American fiction works in Spanish and Portuguese intersect. He is currently working on his disserta- tion, investigating fictional representations of animals and animality in XXI century novels from Brazil, Argentina, Perú, Chile, and .

ISSN: 1548-5633 120 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Tony Manero, Post Mortem y No: la estética de lo masculino en la trilogía de Pablo Larraín

Wesley Costa de Moraes, University of North Carolina at Chapel Hill

Numerosas obras de ficción latinoame- del dictador, un patriarca que se enorgullecía ricana han contribuido a crear y consolidar un de sus más de 5 mil hijos, recolectando indi- panel diversificado de reflexión sobre las dic- cios literarios de su oculta homosexualidad. taduras que asolaron la zona, un proceso que Entre características frecuentes como empezó a mediados del siglo XIX en la narra- el mesianismo y la megalomanía, rasgos que tiva argentina (Kadiköylü). Las figuras, moti- han configurado al dictador como arquetipo vos y resonancias de estos episodios políticos narrativo (Noguerol Jiménez), la figura de han sido ininterrumpidamente aprovechados este soberano como prototipo de masculini- y han conformado una variedad de estructu- dad, un atributo casi divinal que le concedía ras discursivas y estéticas—una obstinación incontestable derecho al poder y que debía creativa que ha alcanzado un nivel sin prece- ser laboriosamente administrado en la esfe- dentes en las últimas décadas (Pacheco). Sea ra pública, ha frecuentemente operado como por sus nuevas formas de interpretar la hoja tropo en doble sentido: la masculinidad del histórica o por los paralelismos ficticios que dictador es una fructífera metáfora del poder hacen pulsar brutales semejanzas con lo real, así como el poder del dictador (o de perso- la importancia de estas obras se ha ampliado najes que encarnan o carecen de sus atribu- aún más, según argumenta Mercedes Fernán- tos) señala las distintas masculinidades en dez Durán, a consecuencia de los quinientos acorde o desacorde con el modelo hegemó- años del descubrimiento de América—un fe- nico representado por él. No cabe duda que nómeno que la crítica especializada también a eso también se agrega el creciente interés ha amplificado con puntos de vista cada vez por la cuestión de las masculinidades en la más transversales y multidisciplinarios. Uno zona desde la plataforma sociológica, algo de los principales casos al punto es El otoño que Matthew Gutmann observa y fomenta del patriarca (1980), de Gabriel García Már- en Changing Men and Masculinities in Latin quez. En la extensa crítica literaria sólo sobre America (2003) y que también se ha manifes- esta obra (y sólo para citar algunos ejemplos), tado con especial ímpetu en la producción li- Armando Estrada Villa enfoca las imbricadas teraria y fílmica reciente. En este trabajo ana- relaciones de su dictadura imaginaria con el lizo algunas de las relaciones entre el poder imperialismo del Norte; Fernández Durán y las masculinidades y principalmente como destaca la construcción de la identidad y de se convierten en estética discursiva en las tres la memoria latinoamericanas; y María Eulalia últimas películas del cineasta chileno Pablo Montaner Ferrer investiga la masculinidad Larraín: Tony Manero (2008), Post Mortem Wesley Costa de Moraes 121

(2010) y No (2012), conjunto que algunos en el país y combatir el desabastecimiento, en medios han llamado su trilogía sobre la dic- realidad una consecuencia nefasta de las re- tadura de Chile. presalias económicas de los Estados Unidos La propuesta de este trabajo es desme- al gobierno de Allende, cuyas medidas de na- nuzar algunos de los fundamentos detrás de turaleza socialista desfavorecían los negocios las elecciones estéticas de estas películas, con- e intereses estadunidenses en Chile. jeturando sus posibles significados y efectos Si la principal meta declarada del go- dentro de una propuesta narrativa—tanto al bierno dictatorial era fomentar avances eco- nivel individual como grupal de la trilogía—y nómicos que permitieran a toda la sociedad así apoyar mi tesis de que el director chileno chilena progresar, legitimando así la ascen- articula estas tres películas según diferentes sión del sector militar al poder y justificando perspectivas y usos de lo erótico y con el ob- su permanencia en el liderazgo de la nación, jetivo final de ofrecer al espectador una expe- otros objetivos también marcaron presencia riencia descarnada y punzante de la dictadura en la agenda de la dictadura. La revitalización de su país. Dadas las circunstancias socioeco- económica se acompañaba de la recompo- nómicas de la época, mi análisis destacará de sición de valores morales y religiosos como qué manera estas propuestas estéticas tam- la familia y el matrimonio, de lo que se des- bién y necesariamente dialogan con los pro- prende la promoción de una cultura de gé- cesos de globalización económica y cultural nero tradicional. Esa ideología patriarcal de que teñían las directrices del régimen, lo que homogeneización chilena tenía asignado a es evidenciado en varios momentos de la tri- cada hombre y a cada mujer no solamente logía. su respectivo rol dentro de la sociedad am- Pablo Larraín (1976) debutó con Fuga bicionada, de acuerdo con los propósitos del (2005), película que ganó varios premios Estado autoritario, sino también resaltaba pa- internacionales—lo que se repitió con Tony rámetros bastante objetivos de conducta. El Manero (2008) y Post Mortem (2010). Des- general chileno, como informa Mary Louise pués de figurar con Tony Manero en la lista de Pratt, tenía claro un proyecto para hombres los preseleccionados, su cuarto largometraje, y mujeres: “[s]er ciudadanos, como le gus- No (2012), estuvo entre los cinco finalistas del taba decir a Pinochet, consiste en ordenar u Oscar de mejor película extranjera en 2013. obedecer, y sólo aquellos que hacen bien una De acuerdo a la cronología histórica, sus tres de estas actividades son útiles para el Esta- películas ambientadas en la dictadura chilena do” (17). Evidentemente la obediencia de se ordenan de la siguiente forma: Post Mor- la gran mayoría era el objetivo primordial a tem en los días que antecedieron el golpe de ser alcanzado por el gobierno dictatorial. Sin estado (y también en la fecha de éste, el 11 de embargo, el general tuvo que consolidar una septiembre de 1973); Tony Manero durante la imagen de sí mismo que transpirara compe- dictadura (y próximo al primer plebiscito de tencia y austeridad, y cuyos atributos pudie- 1980); y No en 1988, cuando el segundo ple- ran servir, a consecuencia, como indiscutible biscito sella el fin de la era Pinochet. Augusto matriz de masculinidad para el hombre chi- José Ramón Pinochet Ugarte, comandante leno.1 Bajo su responsabilidad e influenciado en jefe del Ejército de Chile en la época, en- por el ejemplo de su líder, el régimen dictato- cabezó la derrocada del entonces presidente rial en Chile produjo más de 40 mil víctimas electo Salvador Guillermo Allende Gossens, (descartándose los exiliados), de las cuales quien murió el preciso día del golpe en condi- “3.065 están muertas o desaparecidas entre ciones en que todavía persisten controversias. septiembre de 1973 y marzo de 1990” (Dé- Pinochet asumió el poder, por la perspectiva lano). Las truculencias de las dictaduras del del golpe, entre otras cosas para poner orden Cono Sur, los patrones de género aceptados y 122 Letras Hispanas Volume 11, 2015 promocionados por ellos y las convergencias El Mercurio, sostiene que “el mejor retrato de a los procesos de globalización han reverbe- la sociedad chilena en el período de la dicta- rado prolíficamente en la producción fílmica dura no lo hace un escritor ni un revolucio- y literaria de la región, lo que ha constituido nario. Lo hace un cineasta, Pablo Larraín, a una especie de revisión extraoficial de estos través de una trilogía excepcional.” regímenes. A pesar de la ordenación según la cro- Sabine Schlickers analiza los rasgos co- nología histórica oficial (Post mortem, Tony munes entre algunas novelas y películas pro- Manero y No), se hace más contundente el ducidas durante y/o sobre las dictaduras del análisis de las estéticas de lo masculino aquí Cono Sur y, entre ellos, destaca la ausencia de propuestas siguiéndose la secuencia en que un final de “justicia poética” (127) que, en sí, las tres películas estrenaron, así pues, em- pone en tela de juicio, desde la perspectiva de piezo con Tony Manero. La película cuenta la ficción, los procesos reales de recuperación la historia de Raúl Peralta (Alfredo Castro) y de la memoria nacional como las Comisiones de su obsesión por el protagonista de Fiebre de Verdad y Justicia de los países que pasaron de sábado por la noche (1977). En su objetivo por regímenes autoritarios en Latinoamérica de imitar con máxima fidelidad a la figura del (Chile ha tenido cuatro de ellas).2 La autora personaje de John Travolta, bien como el aura resalta que “[s]ólo el arte literario y cinema- de la célebre película estadunidense, Peralta tográfico como praxis discursiva autónoma se embarca en una irrefrenable escalada cri- y polifacética, ya que se apropia de todos minal en la que va acopiando los elementos los discursos, es capaz de decir lo indecible” que juzga necesarios para realizar una pre- (130). En la falta de una justicia efectiva, o sentación de baile inspirada en Fiebre en la de respuestas y explicaciones convincentes y cantina donde vive y, a continuación, tomar conclusivas, el arte se ha encargado de, si no parte en un concurso nacional de dobles de exactamente “decir lo indecible” como apun- Manero. Oportunista y cobarde, Peralta se ta Schlickers, proporcionar nuevas lecturas vale de una engañosa afabilidad para llevar y reflexiones sobre estos eventos pretéritos a cabo su plan, con lo que deshace cualquier mediante los recursos de estéticas osadas e esbozo de defensa ajena. Así, el protagonista inquietantes. arma un circo de apariencias: definitivamente En una entrevista con el periódico La no es lo que parece y sólo muy remotamente Tercera, Larraín afirma que las tres películas logra parecerse a quien ambiciona. Se puede aquí analizadas se orientan por su voluntad concluir que el objetivo de Larraín, sin em- de barajar respuestas para lo que había suce- bargo, es establecer otro nivel de semejanzas: dido en Chile y que él desconocía, por haber de este juego de apariencias con la ideología sido criado en una familia rica y por haber de la dictadura chilena, de la conducta crimi- estudiado por varios años en un colegio de nal de Raúl con la violencia del régimen, del derecha. Se pregunta el cineasta: “¿cómo es- Tony Manero imitado con el imperialismo tructuramos una sociedad sostenida en un económico y cultural del Norte global desa- resentimiento tan profundo entre ideologías rrollado. y clases?” (Chernin). Sobre las opiniones en Tanto el Tony Manero original como contra, Larraín afirma que ha aprendido a Peralta en la película chilena ejemplifican convivir con las críticas que se atienen a su como las masculinidades y la situación socio- origen social y, consecuentemente, a su legiti- política están conectadas por expresiones de midad para presentar sus puntos de vista anti poder o de su ausencia. En Fiebre, Manero es pinochetistas: “mis películas no dejan bien a un joven de un barrio working-class neoyor- ese sector [la derecha]. Y la izquierda reac- quino y el líder carismático de un grupo de ciona mal también. Entonces me quedo sin jóvenes. Tras reconocer la falta de perspec- lugar. Parte de ningún grupo.” Pero la crítica tivas de ascender socialmente en un mundo también ha sido generosa: Francisco Díaz, de en que “it’s all locked up,” como asevera uno Wesley Costa de Moraes 123 de sus amigos, la imagen viril y atrayente y apariencia física decadente y cambiante, en el baile sensual de Manero se convierten, en- su erotismo asqueroso y en su sexualidad tonces, en sus únicos instrumentos posibles conturbada. Carolina Urrutia sugiere que de ascensión social. Para George Mosse, en la “Larraín logra imbricar los órdenes políticos evolución del ideal de la masculinidad occi- y estéticos, condensando el espacio urbano, dental, el cuerpo masculino “became the fo- censurado, vigilado y dictatorial, en el cuerpo cus of attention, judged [...] according to a set del actor protagónico” (75). Se sobreponen standard of beauty” (23). Manero cumple con escenas que resultan repulsivas e intencional- el ideal de imagen masculina cada vez más mente perturbadoras, una vez que el cuerpo valorado en una economía global de símbo- condensa psicosomáticamente la opresión los, ayuda a divulgarlo en gran escala, pero del sistema. En una de ellas, Cony (Amparo sus atributos físicos y habilidades como baila- Noguera), la novia de Peralta, lo escarnece rín son incapaces de sacarlo de su condición. por el hecho de que envejece y por su falta de En una película en la que el género masculino erección en una escena grotesca en que prac- es cosificado al extremo, las contradicciones tica felación en él. Afirma que solamente el exhibidas en Fiebre exponen los valores y con- Tony Manero de Fiebre lo calienta, y que él ja- flictos de los diferentes grupos de hombres más conseguirá llegar a ser como el “gringo,” que se unen y se apartan en desdoblamientos lo que Peralta terminantemente se rehúsa a homosociales y también homofóbicos según aceptar. En la conclusión del episodio, Peralta luchas de poder que revelan el dibujo social mete la mano en la boca de Cony y la hace de la jerarquía masculina a la que pertenecen. jadear. En una reproducción simbólica de Pi- Con todo y eso, las patentes incohe- nochet, el protagonista es el general incapaz rencias y limitaciones del personaje nortea- de “penetrar,” de subyugar la población sin el mericano, probablemente intensificadas por recurso de la fuerza, absorto en una relación el contexto de la derrota de los EE.UU. en la desigual en la que se encuentra seducido por Guerra de Vietnam, le caen como un guante lo que para él es un paradigma de hombre/ al personaje de Peralta que representa, tam- sociedad. bién, las contradicciones de un país en una si- Pero lo que interesa, sin embargo, no es tuación política social como la del Chile bajo el resultado final de Peralta como copia, por la dictadura. La transfiguración de Peralta en malísima que sea, o la aprobación o no de los Tony Manero es, obviamente, análoga a la que testimonian su gradual transformación, incorporación apresurada e incongruente de sino el proceso de acercamiento a la figura del los valores del Norte por el régimen autorita- Manero original—en realidad, su conversión rio de este país suramericano. El resultado es en un Pinochet en miniatura (Hoberman). A un personaje frío, psicópata y execrable, que través de un voyerismo forzoso que insinúa a por varios ángulos replica la propia figura del la disidencia de manos atadas, Larraín provo- General Pinochet y mimetiza los horrores de ca en los espectadores una sensación de impo- un período sociopolítico cruento de la histo- tencia, ya que se ven obligados a acompañar, ria chilena.3 Para lograrlo, Larraín explora el por ejemplo, los momentos en que Peralta personaje de Peralta en sus relaciones socia- repite, con inmisericorde mal gusto, gestos les problemáticas, en su estela de homicidios emblemáticos de la película norteamericana, y especialmente en su dimensión física. En como cuando baila a solas en calzoncillos. En todos estos ámbitos pulsa una elocuente e in- otros instantes, la estética de lo masculino en cómoda estética de lo masculino que resalta la película se apoya en una erótica abomi- el Manero latino como individuo que inten- nable, como cuando Peralta falla al intentar samente oprime y es oprimido. penetrar a la hija de su novia, Pauli (Paola En Tony Manero, la masculinidad y la Lattus), escena que termina con los dos mas- situación política se conjugan en el cuerpo turbándose lado a lado en una cama—lo que del protagonista y en su agresividad, en su pone en un jaque incestuoso la moralidad 124 Letras Hispanas Volume 11, 2015 pregonada por el régimen. Su fracaso como the subordination of women” (Masculinities réplica de Manero (Peralta queda en segundo 77). La dominación sobre los hombres y tam- lugar en el concurso televisivo de dobles) y su bién sobre las mujeres del grupo masculino incapacidad de copular (el soberano no logra compuesto por los militares en Chile nece- penetrar a la clase subordinada) no ocultan sita edificar una ideología—especialmente su éxito parcial, es decir, él consigue comple- en tiempos de aspereza política—lo bastante tar—a su brutal modo, con lo que dispone y coherente para consolidarse sin exigir de la saliéndose ileso—su proceso de transforma- esfera dominante el uso extensivo de la fuerza ción. Cualquier parecido a la trayectoria del y diseminando una cultura del patriarcado en entonces dictador Pinochet definitivamente el seno de la sociedad capaz de sostenerse au- no es mera coincidencia. tonómicamente. En este sentido, cabe resaltar Gabriela Polit Dueñas, desde la ver- que en la trilogía algunos personajes femeni- tiente literaria, defiende que la apropiación nos no solamente acatan, sino abiertamente ficcional de la masculinidad del caudillo ha defienden los principios y actitudes del ge- sido utilizada por muchos escritores para neral, incluso actuando como una especie de dar dimensión a su tiranía: “mientras más patrulla informal de la masculinidad junto a grotesco, repulsivo y villano el hombre, más los hombres. sanguinario y tiránico su régimen. La mascu- Pero la puesta en marcha de estos me- linidad entonces, aparece como algo natural canismos ideológicos para el mantenimiento que biologiza un modo de hacer política al del régimen es antecedida por la toma de po- tiempo que lo dota de cierta estética” (22, én- der en Chile, sin lugar a dudas la de propor- fasis en el original). Por extensión, la mascu- ción más cinematográfica de las dictaduras linidad del caudillo no solamente apunta a la del Cono Sur. Si en la vida real Allende termi- actuación política sino también al prototipo na acorralado y muerto en pleno Palacio de la aceptado del hombre en la sociedad en cues- Moneda, sede del gobierno presidencial bom- tión. Contrasta con la conducta masculina de bardeada por las fuerzas armadas chilenas, en Peralta, mimética al general Pinochet, la de la ficción Larraín opta por una película en Goyo (Héctor Morales), el segundo personaje que los silencios vociferan los horrores del masculino más importante en Tony Manero. fatídico día del golpe. Post mortem transcu- El joven, que oculta su participación en mo- rre en las inmediaciones temporales del 11 de vimientos subversivos en contra de Pinochet, septiembre de 1973, siendo que la fecha se au- es quien en la película genuinamente se pre- tentica con el cadáver del presidente depuesto ocupa por la multitud abandonada por el ré- siendo sometido al examen que da nombre gimen. Se encuentra, sin embargo, sujeto a la a la película. Alfredo Castro, nuevamente el autoridad impuesta por Peralta, lo que revela protagonista, es Mario Cornejo, funcionario los niveles de dominación entre hombres y de una morgue supuestamente santiaguina las diferentes masculinidades que a la vez dan cuya sola atribución es mecanografiar los in- forma y se proyectan desde esta estructura de formes post mórtem dictados por el Dr. Cas- poder. tillo (Jaime Vadell), el médico legista. Raewyn W. Connell denomina “hege- Coherente con el esquema estético que mónico” al patrón de masculinidad que está estructura la película anterior, Larraín desvela en lo más alto de la jerarquía social. Para la las jerarquías de poder y la influencia del ré- autora, “[h]egemonic masculinity can be gimen dictatorial a través de diferentes repre- defined as the configuration of gender prac- sentaciones de la masculinidad. En su aspecto tice which embodies the currently accep- físico y en sus modales, Cornejo es lapidado ted answer to the problem of legitimacy of de modo a representar un hombre ajustado a patriarchy, which guarantees (or is taken to la función de siervo del régimen, incluso an- guarantee) the dominant position of men and tes de la caída de Allende. Los militares son Wesley Costa de Moraes 125 la masculinidad hegemónica en armas, el falo tictac del reloj que enmarca la escena sugiere imaginario que penetra, victimando a los de- el tiempo que ahora tiene otro ritmo y otra tractores, o que intimida y establece el nuevo índole, como si todo ahora debiera ser ter- orden, como en la escena en que los estallidos minado pronto, en el ritmo del progreso co- de bala ensordecedores callan a Sandra (Am- rriente. Más adelante, en lo que se deduce ser paro Noguera), la asistente del Dr. Castillo in- Cornejo a penetrar a Puelma, el largo instan- conformada con el súbito desagüe de cuerpos te en que ella mordisquea sus propios labios en la morgue. Cuando el cuerpo de Allende sin que él aparezca en la pantalla lo desper- es examinado por el médico, los militares de sonifica y centra la atención en el placer de rango más elevado acompañan el proceso en la mujer, un placer traicionero y masoquista fila y en silencio absoluto, como si prescri- ya que la película termina con el protagonista bieran inaudiblemente las conclusiones del atrapando a quien declaraba ser su novia y a análisis póstumo del presidente de modo a otro hombre en una parte de su propia casa y eximirse de la culpa y sugerir que Allende se aparentemente sentenciándolos a la muerte. había suicidado. La nueva jerarquía de mas- Aunque las tres películas de Larraín culinidades establecida al orden del día mol- analizadas aquí s0n protagonizadas por hom- dea la escena, que avanza con Cornejo siendo bres, cada cual con los diferentes resultados sustituido por alguien capaz de mecanogra- artísticos y reflexivos de las masculinidades fiar el informe en una máquina de escribir por ellas retratadas, en Post Mortem se de- eléctrica. muestra, paralelamente a lo asignado para Aunque flagrantemente incompeten- cada género, el propósito homogeneizador te para su puesto, Cornejo se obsesiona con del régimen, según el cual hombres y mujeres la organización y la limpieza, tanto concreta se unifican como un solo contingente a ser como moral. Se viste con rigor, mantiene la dominado. En la morgue, donde los funcio- casa minuciosamente ordenada y es incisi- narios y las funcionarias comparten los mis- vo en rechazar una invitación de Sandra, de mos baños, Sandra orina en un cubículo sin quien reprocha el comportamiento sexual: puerta, bajo la mirada aparentemente neutral “yo no me acuesto con mujeres que se acues- de los hombres, con lo que se codifica el am- tan con otro hombre. Eso es feo, Sandra. Muy biente de vigilancia mutua y de pérdida de feo.” El personaje habla y se mueve casi ro- privacidad instaurado por el régimen. Los ca- bóticamente, como si fuera comandado como dáveres que abundan en la morgue son tam- un títere. Su aspecto pacato sugiere sumisión bién una sola materia indistinta, la oposición plena a las disposiciones del sistema, lo que sin carácter de género, y que sólo se especifica el personaje usa para vigilar la vecina de en- anatómicamente según el criterio del médico frente y subversiva de turno, Nancy Puelma legista. Otro instante homogeneizador, pro- (Antonia Zegers), una bailarina de cabaret bablemente el más perturbador, es la escena rebajada con quien Cornejo tiene contactos en que Cornejo y Puelma lloran copiosamen- íntimos y a quien le pide matrimonio. te sentados a la mesa y sin ningún motivo Larraín hace uso más comedido de lo identificable, único momento de desahogo en erótico abyecto en Post Mortem, lo que cum- que el protagonista parece admitir la presión ple otro propósito en esta película. Si Peralta a la que también está sometido a pesar de su en Tony Manero, como réplica de Pinochet, adhesión a al nuevo orden. mantiene una relación intensa y solitaria de Homogeneidad y heterogeneidad, como placer morboso con el artista que venera (el principios antagónicos practicados por la Norte globalizado para el general), a Cornejo ideología de la dictadura según las convenien- sólo se le permiten unos cuantos instantes de cias, han resaltado y ampliado las paradojas goce. En una de las escenas inaugurales de la de género inscritas en una sociedad como la película, el protagonista se masturba en silen- chilena durante y después de Pinochet. En cio en su habitación, y el sonido pertinaz del este sentido, Teresa Valdés y José Olavarría 126 Letras Hispanas Volume 11, 2015 defienden que es imposible hablar de una Tony Manero, con sus debidas resonancias masculinidad unitaria en Chile, tomándo- políticas y económicas, opera a nivel macro se en cuenta la considerable homogeneidad mientras la televisión cumple con el papel de cultural del país, y destacan la influencia que ajustarlo todo en la dimensión micro, local. los diecisiete años de dictadura militar han Los medios difunden la ideología del régi- tenido al reforzar “el conservadurismo y los men, maquillan los cambios ocasionados por modelos identitarios basados en el honor y la lo que viene de fuera y promueven un nacio- patria” (12). nalismo en apariencia, dando una impresión Al deshacerse cualquier pretensa uni- de armonía entre estos polos. Un ejemplo es formidad de género, se reclama y se ofrece la escena en Tony Manero en la que el noti- también otra visión sobre el pasado histórico ciero televisivo anuncia que el presidente (y a consecuencia el presente) y una nueva de la república había firmado el decreto que forma de entenderlo, ya que los ideales de la declaraba la un símbolo patrio de Chi- masculinidad, ejes de la historia real y tam- le, confiriéndole el status de representante bién de la ficción, se vuelven cada vez más in- de “los sentimientos del alma y de la suficientes para explicarlo y, menos aún, para música popular […] con la gracia de Dios y justificarlo. Hayden White sugiere que, al fic- la sangre generosamente derramada de sus cionalizar la realidad, la literatura (y de ma- hijos.” En una época de apertura e intercam- nera análoga el cine) manipula abiertamente bios culturales, el mensaje efusivo sugiere la lo posible, es decir, la posibilidad real de lo valoración incondicional de lo chileno pero, ficticio, lo que nos hace reevaluar lo que de- en la secuencia, Peralta abofetea la señora con finimos como histórico. El autor explica que quien está calmamente viendo la televisión. “historical discourse wages on the true, while La violencia insidiosa del protagonista más fictional discourse is interested in the real” bien decodifica la actuación de los medios de (147) y añade que “[t]he conjuring up of the comunicación durante la dictadura. Por fin, él past requires art as well as information” (149). huye con el aparato de su primera víctima— Al apoyarse en expresiones de la masculini- un bien precioso y pasaporte simbólico a un dad que exhiben las confluencias y divergen- mundo a que Peralta obstinadamente busca cias de modelos e intereses entre clases, tanto pertenecer. a nivel nacional como poniendo de mani- En A Sociology of Globalization, Saskia fiesto las directas conexiones con procesos Sassen expone que la inserción en la econo- y jerarquías a nivel global, Larraín subvierte mía global sólo es posible mediante el esta- el discurso histórico revelando no solamente blecimiento de rutas de tránsito de capitales los aspectos ocultos y las inconsistencias de la más fluidas y que el proceso de globalización narrativa oficial, sino y principalmente las in- supone un “context increasingly domina- coherencias que han permeado el consciente ted by deregulation, privatization, and the colectivo de la sociedad chilena y que allí se growing authority of nonstate actors” (49). La han alojado férreamente. apertura económica realizada durante la dic- Esta cristalización de valores contó con tadura chilena buscó demostrar al ciudadano un poderoso aliado para Pinochet: los medios común que Chile ahora estaba en el camino de comunicación. Portavoces de las falacias del avance y en completa sintonía con los va- del régimen, los medios de comunicación lores del primer mundo, cuyas mercancías y también sirvieron como escaparates de las costumbres se hacían disponibles en el país. tendencias mundiales a las que Chile se ali- Sin embargo, Larissa Lomnitz y Ana Melni- neaba en su reto de progresar como sociedad. ck informan que en la primera década de la La matriz cultural del cine estadunidense en dictadura, las inversiones públicas en Chile Wesley Costa de Moraes 127 se redujeron en más de un 50% y la deuda ganar, el grupo del Sí cuesta a reconocer que externa creció un 29%. Estos préstamos, acla- su adversario ha sido más eficiente en con- ran las autoras, “were not used for productive vencer especialmente a los indecisos, lo que investment […]. They were mainly used to se traduce en el triunfo inesperado del No. finance the import of consumer goods” (4). En la vida real, Pinochet reconoce la derrota Sin necesariamente suplantar lo nacio- pero todavía tarda más de dos años en entre- nal con su aluvión de mercancías extranjeras, gar el poder a su sucesor. accesibles solo a un selecto grupo social, la La caracterización de Saavedra como globalización se ha adaptado a cada zona, in- personaje masculino necesita ser observada corporando los valores regionales en un pro- tanto a nivel extradiegético como dentro de la ceso que en la teoría económica mundial se trama. En cuanto al primero, una vez que las ha llamado glocalization. El fenómeno se ha tres películas están ensambladas en un gra- vuelto diversificado, ocurriendo también en diente estético que se desplaza de lo erótico- el ámbito sociocultural a través de la fluidifi- repugnante en Tony Manero a un código mar- cación de ideas principalmente a través de los cadamente más apacible en No, pasando por medios de comunicación en que lo local y lo un punto intermedio (si bien más cercano a global ahora disputan espacio y se combinan. lo abyecto) en Post mortem, es significativo Connell informa que “in a globalizing world, el hecho de que Larraín mantenga algunos we must pay attention also to very large-scale integrantes de la base de actores de las dos structures. An understanding of the world películas anteriores, cuya principal figura es gender order is a necessary basis of thinking el también premiado actor chileno Alfredo about men and masculinities globally. Hege- Castro, pero añada la participación del ga- mony in the contemporary gender order is lán de proyección internacional Gael García connected with patterns of trade, investment, Bernal en el papel principal. La opción por and communication dominated by the Nor- el sex symbol mexicano como protagonista es th” (“Masculinity” 369). Por lo tanto, una lec- instrumental para alterar la manera como la tura de la trilogía de Larraín desde un prisma masculinidad opera como eje ordenador de de las masculinidades debe contemplar ne- la trilogía; sin embargo, Larraín no explora la cesariamente una economía de género—en figura de Bernal en su potencial erótico, sino sus tensiones, cambios y ajustes—desde sus lo convierte en el buen chico que abdica de referenciales globales hacia los niveles más su cómoda posición social en pro del objetivo locales. colectivo abrazado por la oposición. En pro- La última película de la serie es donde se fundo contraste con el predador repugnante presentan con más distinción varios de estos representado por el protagonista de Tony Ma- puntos de contacto y de atrito: los efectos de nero, Gael es indispensable para configurar a una apertura multifacética, las intersecciones No como el polo estético nítidamente menos en términos de género y el poder consolida- molesto de la trilogía, lo que también conso- do de los medios de comunicación. No juega lida a Larraín en el escenario cinematográfico específicamente con la importancia decisiva internacional. El logro, así, se puede explicar de estos medios, pero también ilumina como no solamente por la trama de su película y los otros temas gravitan en el mismo espacio. por la estética en que se estructura—más René Saavedra (García Bernal) es un publici- plástica y menos entrañal—sino también por tario exitoso que, tras mucho hesitar, acepta otras medidas, como en lo tocante al casting, orientar la campaña televisiva del No, el gru- que parecen haber contribuido al éxito de po en contra de la permanencia del régimen esta película.4 que, atendiendo a presiones internacionales, En la trama, no obstante el éxito en por- realiza un plebiscito en 1988 para decidir el tada, la situación de Saavedra es problemáti- destino de la dictadura. Seguro de que va a ca, con implicaciones en términos de género 128 Letras Hispanas Volume 11, 2015 tanto en el dominio íntimo como público. cambios sociales como el que atravesó Chile Por un lado, el protagonista está en una po- en su dictadura, es un elemento diegético cen- sición cómoda profesional y material durante tral en la trilogía de Larraín. Michael Kimmel el régimen: empieza la película elaborando la afirma que “la búsqueda por una definición campaña publicitaria de una cola de nombre transcendente y atemporal de la masculi- sugestivo, free, y, además de un auto moderno, nidad es en sí un fenómeno sociológico; [y tiene en su casa un arsenal de electrodomés- que] tendemos a buscar lo eterno y atemporal ticos novedosos y juguetes caros que señalan durante los momentos de crisis” (2). Así, en inequívocamente a la apertura económica en una época de turbulencia política, la repara- Chile (una excepción, ya que la película su- ción del orden nacional pasaba también por braya las desigualdades sociales acentuadas restablecer el poder de la figura masculina de por la dictadura). Por otro lado, en la inti- forma incontestable, restaurando la hombría midad, Saavedra vive una relación deficiente que supuestamente había sido afectada por con Verónica Carvajal (Antonia Zegers), la las ambivalencias y anormalidades que las madre de su niño. Ella, que en la película es masculinidades de otros modelos (como el una militante en contra del régimen, rechaza de izquierda representado por Allende) apor- a Saavedra sexualmente. La actitud represen- taban al tejido social. ta su desprecio oblicuo por el éxito del publi- Contra las ambivalencias se hacía ne- citario y por su alienación y subsecuente falta cesario reforzar extensivamente los marcos de solidaridad con los que padecen las perse- binarios de género en el sentido común, cuciones y miserias del periodo. utilizando y resaltando sus distinciones de Al capitanear la producción televisiva modo tal que cada chileno y cada chilena, de la oposición, Saavedra indirectamente re- condicionados a los dictámenes naturales de chaza su condición de hombre cuya masculi- su respectivo grupo, se encajara también or- nidad es abonada por la dictadura (así como gánicamente en lo planteado por el régimen. los beneficios y la seguridad que esta ofrece). La socióloga Sofia Aboim sintetiza algunos En represalia, el régimen amenaza con cas- de estos criterios y expone que “[w]omen are trarlo en lo que lo define como hombre según soft and men hard, women are natural and el modelo idealizado por la clase dominante: men cultural, women are private and men pu- provocar su ruina material y lastimar a su hijo blic, women are emotional and men rational pues, como argumenta Mosse, “[t]hose who and instrumental” (16). En el caso chileno, did not fit the set pattern laid down for men los atributos masculinos no solamente defi- and women were the enemies of [patriarchal] nieron el hombre ideal sino también condu- society” (55). Aunque el protagonista es ame- jeron a otra premisa que los definía como in- nazado concretamente, se mantiene junto a la dispensables para el gobernante de la nación. oposición hasta el final. Si en Tony Manero el Atender todos estos criterios se vuelve una ta- espectador es sofocado por la masculinidad rea casi imposible para los hombres, además, despótica del protagonista y en Post Mortem como la trilogía demuestra, los individuos testimonia tanto la valentía de los militares tienen la autonomía de elegir qué pauta(s) escorada en las armas como la completa obe- seguir. El mosaico de masculinidades que se diencia al régimen de Cornejo, en No acom- produce —en el caso de la dictadura chilena paña la masculinidad rebelada de Saavedra y en las sociedades occidentales—en rigor no poner en peligro terminante la jerarquía y los altera la supremacía masculina y el hecho de estereotipos impuestos por la dictadura. que los hombres, como un todo, “gain from La valoración e imposición de un de- its hegemony, since they benefit from the pa- terminado modelo hegemónico de masculi- triarchal dividend, the advantage men in ge- nidad y también de las masculinidades a él neral gain from the overall subordination of subordinadas, en un tiempo de profundos women” (Connell Masculinities 79). Wesley Costa de Moraes 129

En este sentido, la influencia de los posibilitan una nueva interpretación de las medios de comunicación es doblemente ins- relaciones de poder en la época—a nivel glo- trumental en el caso de la dictadura chilena. bal, local y glocal—e, inversamente, también Contribuye a despolitizar al ciudadano al echan luz sobre las cuestiones de género en ofrecer una percepción unilateral y distorsio- la sociedad chilena, con admisibles y fértiles nada de lo social en que los conflictos de la correspondencias con las otras dictaduras del vida real están suprimidos, como ocurre en Cono Sur y con toda América Latina. Tony Manero, y también doctrinan a la pobla- Mara Viveros Vigoya asevera que “[a] ción según los patrones de género (y de la re- lthough there have been many advances in lación entre ellos) estimados por quienes de- recent studies of masculinity in Latin Ame- tienen el poder. Fernando Blanco asevera que rica, there remain several unexplored themes “[l]a tríada estado-sociedad civil y medios de that merit reflection and that should be future comunicación produce una rearticulación topics of academic interest. Research on the entre políticas públicas, políticas íntimas y relationship between Latin American men movilización social” (156). La concentración and power, both institutional and individual, del poder ideológico de los medios por la is required” (50). Evidentemente la trilogía dictadura y la censura son severamente cri- no se trata de una serie de documentales o ticadas en No en los programas diarios de la de un estudio antropológico capaz de relle- oposición. En lo tocante a las relaciones de nar los huecos apuntados por la socióloga, género, la película intenta sugerir algún cam- sin embargo, como retrato ficcional de esta bio de postura de los medios con Saavedra al época, la apropiación artística de los hechos final conduciendo el proyecto de marketing conforma un espacio válido y privilegiado de una telenovela, Bellas y Audaces, una tími- de experimentación de sugestivas interpre- da sugerencia a una nueva mujer Chilena.5 taciones. El propósito del arte no es necesa- Con eso y todo, Larraín adopta una es- riamente execrar los registros oficiales, sino tética de lo masculino afable en No, lo que lo estimular la dialéctica y, al redimensionar obliga a optar por García Bernal como prota- el pasado por una vía libre y plural, actuar gonista en lugar de Castro, debido a los estig- como agente discursivo y propiciar un nuevo mas generados por las densas actuaciones (y entendimiento de las cuestiones de ayer y de masculinidades) de éste en las dos películas sus consecuencias hoy. Por fin, la profusión anteriores. El director cambia sensiblemente de artículos críticos literarios y fílmicos cuyo su forma de retratar la dictadura al abando- enfoque es el género confirma que éste se ha nar el estilo violento e incómodo que marca convertido en un medio cuya amplitud cada Tony Manero y Post Mortem y que, no obs- vez más ha servido como poliédrico espejo tante los resultados repulsivos, manifiesta tanto de fenómenos literarios como sociales. su creatividad y su osadía. No está claro, sin En consecuencia, según concluye Venkatesh embargo, si lo hace por estricta motivación también en su análisis de la figura del dicta- artística o si los cambios albergan también el dor, “authors (and critics) have become key propósito artístico y/o comercial de ampliar instruments in societies’ rewriting of socie- la aceptación de su trabajo por el gran público ties” (95). y no solamente por parte de la crítica especia- Con su trilogía, Larraín reescribe la dic- lizada. Sea como sea, los temas abordados en tadura chilena a través de un lente estético en la trilogía son espinosos, pero Larraín logra que lo masculino—erotizado o abyecto para traer a la vista los principales agentes y ele- más o menos—cumple una función discursi- mentos involucrados en la dictadura chilena, va vital y, análogamente, refuerza la forma en empleando distintas máscaras de masculini- que este tema histórico literario está insalva- dad para expresar la brutalidad y la opresión, blemente enmarcado en la cuestión de la se- física y psicológica, perpetradas en este capí- xualidad. De hecho, Eve Kosofsky Sedgwick tulo histórico. Tales estéticas de lo masculino afirma que “modern Western culture has 130 Letras Hispanas Volume 11, 2015 placed what it calls sexuality in a more and artísticamente este armazón de estéticas de more distinctively privileged relation to our modo a provocar en el espectador, con estí- most prized constructs of individual identity, mulos correspondentes con un lapso de cua- truth, and knowledge” (3). En su trilogía, Lar- renta años, una experiencia visceral de la dic- raín coincide con este punto de vista y ofrece tadura en Chile. una visión ficcional de como las masculini- dades operaron, explícita e implícitamente, Notas durante la dictadura chilena en esos niveles destacados por Sedgwick. Las eróticas de 1 Tony Manero, Post Mortem y No, dispuestas Otra obra reciente que aborda, bajo múltiples en diferentes ángulos estructurales, cada cual ángulos, la cuestión de las masculinidades en Chi- le a través de la temática de la dictadura es Tengo regido por una cartilla estética y a la vez com- miedo torero (2001), de Pedro Lemebel. El prota- plementares y antagónicos, discursan sobre gonista, un travestí, saca a la luz (y se burla de) un los efectos de la ideología y de las prácticas Pinochet miedoso y sumiso a su esposa—una re- del régimen en términos de identidad indivi- presentación que el autor utiliza para problemati- dual, exponiendo las distintas reacciones de zar su figura como referente de masculinidad. Para los protagonistas a sus dictámenes y presio- la crítica a respecto, véase “Gender, Patriarchy and nes y la amplia influencia de los medios de the Pen(is) in Three Rewritings of Latin American History,” de VinodhVenkatesh (2011). comunicación sobre la colectividad. En lo que 2 concierne a la verdad, o a lo que el régimen De hecho, en Tony Manero y Post Mortem, Larraín categóricamente abdica de un final poético logró conceptualizar como tal, Larraín esce- y opta por terminar estas dos películas con escenas nifica cómo estas eróticas se utilizaron como que sugieren aún más muertes, lo que coincide con base de la dominación del grupo masculino la atmósfera de terror y obscuridad del régimen. que instaura la dictadura, convirtiendo al ge- No, sin embargo, se remata con el protagonista en neral Pinochet en figura soberana e irrefuta- lágrimas, llevando su hijo en brazos y caminando blemente apta para arreglar y liderar el país, entre la multitud que marcha celebrando la derrota y, como otra verdad dogmática, aprobando y de Pinochet en el plebiscito de 1988. 3 ejecutando un proyecto de nación insertado La simetría entre Peralta y Pinochet ya ha en los procesos de globalización. Finalmen- sido observada en diferentes trabajos críticos so- bre Tony Manero (Losada 2010, Urrutia 2011). El te, en términos de conocimiento, el binomio escrutinio de las masculinidades en la trilogía, sin erótica-estética juega abiertamente con los embargo, todavía quedaba por ser realizado. hechos y cuestiona lo que se ha condensado 4El éxito de No por si sólo ha impuesto una como el saber sobre lo que sucedió en la épo- reevaluación de las dos películas que la anteceden. ca, y también con respeto a lo que el período En una crítica publicada en 2010, Matt Losada ha dejado de huellas hasta el presente, tanto reconoce la estética repugnante de Tony manero, en términos políticos como socioculturales. destaca sus principales evidencias y afirma que “[t] La fidelidad a los hechos o la validez de estas he film’s aesthetic and theme were bound to impe- interpretaciones ficcionales desde un punto de its mass consumption” (220). Losada relega la estética de la película a la condición de mero fin de vista estrictamente sociológico se eclipsan cuando en realidad se trata de un medio coheren- con lo que efectivamente interesa y merece te con una visión de la trilogía anclada en los ejes observación en la trilogía y al que este tra- de las masculinidades y del poder —algo que las bajo contribuye: cómo el director construye películas siguientes han permitido escudriñar más Wesley Costa de Moraes 131 adecuadamente en su intencionalidad. 5 La condición de las mujeres retratada en la tri- Kimmel,(2012): Michael 221-38. S. “Homofobia,Impreso. temor, vergüenza logía todavía queda por ser analizada más amplia- y silencio en la identidad masculina.” Mascu- mente, ya que en el proyecto de este trabajo tiene linidad/es poder y crisis. Valdés, Teresa y José pertinencia tangencial. Los personajes femeninos, Olavarría, eds. Santiago: ISIS/FLACSO, 1997: por ejemplo, también se posicionan de maneras 49-62. Impreso. distintas en las tres películas, oscilando entre la Larraín, Pablo, dir. Fuga. Fábula, 2005. DVD. defensa y el rechazo del régimen. ---. Dir. No. Fábula, 2012. DVD. ---. Dir. Post Mortem. Fábula, 2010. DVD. ---. Dir. Tony Manero. Lorber, 2008. DVD. Lomnitz, Larissa y Ana Melnick. Chile’s Middle Obras Citadas Class: A Struggle for Survival in the Face ofNeo- liberalism.Trad. Jeanne Grant.Boulder: Rien- ner, 1991. Impreso. Aboim, Sofia. Plural Masculinities: the Remaking Losada, Matt. “Crítica de Tony Manero, dir. Pablo of the Self in Private Life. Farnham: Ashgate, Larraín.” Chasqui 39.1 (2010): 219-20. Impreso. 2010. Impreso. Montaner Ferrer, María Eulalia. “El otoño del pa- Blanco, Fernando. “Sexualidades en transición. triarca: Tres muertes distintas para un patri- Homografías post Pinochet.” INTI Revista de arca gay.” Cuadernos Hispanoamericanos 535 literatura hispánica 69.70 (primavera – otoño (1995): 53-60. Impreso. 2009): 153-70. Impreso. Mosse, George L. 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Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: ¡…es tu madre!: Pedro Infante and Melodramatic Masculinity Author: Ben Sifuentes-Jáuregui E-mail: [email protected] Affiliation: Rutgers Univerity; Department of America Studies; RAB 205D; 131 George Street; New Brunswick, NJ 08901-1414 Abstract: This essay references and echoes a culminating moment in two films starring Pedro Infante: Nosotros los pobres (1947) and Angelitos Negros (1948). Filmed and released just one year apart, these films by the renowned Rodríguez brothers—Nosotros los pobres directed by Ismael Rodríguez and Angelitos Negros by Joselito Rodríguez—make use of a classic melodra- matic device or speech act, that is, naming and attributing motherhood: ¡…es tu madre! In this essay, I reflect on these paradigmatic scenes of identifying the mother, yet more specifically and significantly consider the role that Pedro Infante as male hero plays as the one who supplies that missing knowledge that resolves the melodramatic crisis in each film. I am interested in under- standing how Infante’s characters—Pepe el Toro in Nosotros and cabaret singer José Carlos in Angelitos—embody a figure that contains a melodramatic archive of the nation. I examine what can be called Infante’s melodramatic masculinity. Classically, melodrama has been framed or understood as a woman’s narrative—the very narrative excess would suggest that melodrama as an écriture féménine avant la lettre. However, it is my contention that in Latin America melo- drama circulates more widely and produces different cultural meanings than in Hollywood. Keywords: Masculinity, Globalization, Transnationalism, Gender Theory Resumen: Este ensayo hace eco de un momento culminante en dos películas protagonizadas por Pedro Infante: Nosotros los pobres (1947) y Angelitos Negros (1948). Rodadas y estrenadas con un año de separación, estas películas dirigidas por los conocidos hermanos Rodríguez hacen uso de un recurso melodramático clásico, esto es, el de nombrar y atribuir la maternidad: ¡… es tu madre! En este ensayo, reflexiono sobre las escenas paradigmáticas en las que se identifica a la madre y de forma más específica exploro el papel de Pedro Infante—héroe masculino—como personaje que revela la información perdida y resuelve la crisis melodramática en cada una de las películas. Estoy interesado en entender la manera en que los personajes representados por Infante—Pepe el Toro en Nosotros y el cantante de cabaret José Carlos en Angelitos—encarnan una figura que contiene un archivo melodramático de la nación. Examino, por consiguiente, lo que podría llamarse la “masculinidad melodramática de Infante.” Desde un punto de vista clási- co, el melodrama ha sido enmarcado o entendido como una narrativa para mujer—el mismo exceso narrativo sugeriría que el melodrama es una “écriture féménine avant la lettre.” Yo arguyo, sin embargo, que en Latinoamérica el melodrama circula de una manera más amplia y produce significados culturales diferentes a los del melodramade Hollywood. Palabras clave: masculinidad, globalización, transnacionalismo, teorías de género Biography: Ben Sifuentes-Jáuregui’s research interests include Twentieth-Century Latin American Literature and Cultural Studies, Latino/a Literature and Culture, gender theory and sexuality studies, and psychoanalysis. He is author of Transvestism, Masculinity, and Latin American Literature (Palgrave, 2002), and The Avowal of Difference: Queer Latino American Narratives (SUNY Press, 2014). He is also co-editor, along with Yolanda Martínez-San Miguel and Marisa Belausteguigoitia of Critical Terms in Caribbean and Latin American Thought (forthcoming, Palgrave, 2015).

ISSN: 1548-5633 134 Letras Hispanas Volume 11, 2015

¡…es tu madre!: Pedro Infante and Melodramatic Masculinity

Ben Sifuentes-Jáuregui, Rutgers University

Quis est homo qui non fleret Matri Christi si videret in tanto supplicio? —“Stabat Mater”

Cette résorption de la féminité dans le Maternel, résorption proper à de nombreuses civilisations mais que le christianisme conduit, à sa façon, à la apogée, serait-elle simplementl’appropriation masculine du Maternel lequel, selon l’hypotèse que nous adopton, n’est donc qu’un fantasme recourant le narcissisme primaire?1

The title of this essay references and circulates more widely and produces different echoes a culminating moment in two films cultural meanings than, say, in Hollywood, starring Pedro Infante: Nosotros los pobres and that the work of melodrama encom- (1947) and Angelitos Negros (1948). Filmed passes and takes on broader—or better, dif- and released just one year apart, these films ferent—gender fashionings and significances. by the renowned Rodríguez brothers—No- sotros los pobres directed by Ismael Rodríguez and Angelitos Negros by Joselito Rodríguez— 1. Situating melodrama make use of a classic melodramatic device or speech act, that is, naming and attributing What is the place of melodrama in motherhood: ¡…es tu madre! In this essay, I Latin American culture? What ideological would like to reflect on these paradigmatic templates does melodrama offer in the figu- scenes of identifying the mother, yet more ration of a Latin American subject? I hope specifically and significantly consider the role to argue that melodrama functions as a par- that Pedro Infante as male hero plays as the ticular form of hegemonic discourse in Latin one who supplies that missing knowledge America; it is a narrative that often gets dis- that resolves the melodramatic crisis in each placed as supplementary or superfluous, yet film. I am interested in understanding how it is my contention that such supplementarity Infante’s characters—Pepe el Toro in Nosotros and excess are precisely what make melodra- and cabaret singer José Carlos in Angelitos— ma so attractive in its potentiality for subject embody a figure that contains a melodra- formation—culturally, socially and political- matic archive of the nation. I am particularly ly.3 In this essay, I would like to sketch out a drawn to examine what can be called Infante’s different narrative or genealogy of the textual melodramatic masculinity. Classically, melo- as well as cultural workings of melodrama. I drama has been framed or understood as a hope to sketch out what is still an impression- woman’s narrative—the very narrative excess istic picture of melodrama—from literature would suggest that melodrama as an écriture to film—that engages classical readings in féménine avant la lettre.2 However, it is my melodrama, but also offers some alternatives contention that in Latin America melodrama to read it in and across Latin America. Ben Sifuentes-Jáuregui 135

It would only make sense to begin with Santa starts telling her how and why she had Federico Gamboa’s 1903 best-seller, Santa, come to this place—this is of course the first which inaugurates literary melodrama in of many retellings of her story, told with dif- twentieth-century Mexico. The text starts off ferent degrees of detail throughout the novel. with the anxious arrival of the young Santa What becomes important is not so much to her new home. Her first words upon com- what Santa tells us, but rather how Pepa re- ing face-to-face with the whorehouse would sponds to the young girl’s story: be “—¡Aquí!… ¿En dónde?” Thus, she calls Ocupada en pasarse la esponja por el into question her arrival and her new place in cuello y las mejillas, Pepa asentía sin society and culture. We know that this arrival formular palabra, reconociendo para is also linked with a departure: Santa had to sus adentros de hembra vulgar y prác- leave her home in the Edenic town of Chi- tica, una víctima más en aquella mu- malistac after her virginity was “assassinated” chacha quejosa e iracunda, a la que by a rogue soldier. This critical hinge—ar- sin duda debía doler algún abandono rival and departure—influences greatly the reciente. ¡La eterna y cruel historia de self-figuration of Santa. For the young wom- los sexos en su alternativo e inevita- an, her subjectivity stems out of this double ble acercamiento y alejamiento, que se aproximan con un beso, la caricia movement of loss and invention; the loss of y la promesa, para separarse, a poco her virginity leads her metonymically to oth- la ingratitud, el despecho y el llanto...! er losses—her lost family, her way of living, Pepa conocía esta historia, habíala her town, and so on. These losses force her leído; no siempre había sido así—y to discover a new place (to uncover herself in señalaba sus muertos encantos… (23) another place), a dark and unknown place, a cipher for that initial question, “Where?” In What is absolutely fascinating in this scene other words, while the “I” narrates its past is that Pepa already knows beforehand a ver- with nostalgia (literally, pain for the home), sion of Santa’s story. This is a strange aspect her future “I” is constituted through the of melodrama: there always seems to be a trauma of not knowing one’s place in society. prior—and, by extension, excessive—knowl- I would suggest that in this conjunction of edge of the melodramatic story line. If the a nostalgic past and an uncertain future we melodramatic text is always already known can locate the modernity of Santa—both as a or recognizable, why the need to narrate it subject and a melodramatic text. Moreover, again and again? What is the novelty and this idea is central to Nosotros los pobres: the function in retelling the same story one more film represents that moment in 1940s Mexi- time? Consider the commonplaces in Pepa’s can society when there is a huge movement words, “a kiss, the caress and the promise,” from the rural to the urban space. Nosotros later “the ungratefulness, the anger and the los pobres would seem to index the modern tears.” Resorting to these commonplaces sug- crises brought about by this mass migration gests that melodrama provides the subject a to the city.4 possibility of inserting her petite histoire into I would like to stay a few more mo- a grand récit. Might not this be the appeal of ments with Santa to try to understand the melodrama for the Latin American subject, values that take a melodramatic stronghold in that she may imagine herself a part of a larger the young girl, but also to open up a critical narrative, wherein she can align her particu- conversation to examine the hegemonic place lar experience with a greater cultural uncon- of melodrama in Mexican literature and cul- scious? Like the Freudian game of fort/da ture. Shortly after her arrival to the house of that allows the subject to refunction through prostitution, Santa meets Pepa, an old whore. repetition her or his place and agency from 136 Letras Hispanas Volume 11, 2015 passive to active, melodrama also gives the for the other’s desires. In Monsiváis’s perspi- Latin American subject such pleasure. In ef- cacious reading of melodrama as a site (and fect, what we see here is identification. Carlos sight) of investment, he notes: “En el período Monsiváis asks, que va de fines del siglo XIX a la primera mi- tad del siglo XX, el melodrama( “Se sufre” 9). ¿A quién arrebata y a quién regocija Thus it makes complete sense that the prosti- la defensa sangrienta de la virginidad? tute’s body and figure become the most faith- ¿Quiénes se obstinan en las recom- ful display case to contain the most conflict- pensas celestiales de la familia mo- ing desires. Bodies circulate for purchase, but nolítica? A Todos los integrantes de la sociedad que se reconoce como tal also for exchanging and containing certain y así procede. A la novela naturalista narratives of the self. In melodrama, bodies iberoamericana o a los melodramas carry meaning, and their circulation and ges- franceses o hispanos, se llega con el tures not only give coherence to the self, yet ánimo dispuesto: lo pasaremos mal o bodies come to symbolize more than the self. tristemente, pero vamos a aprender, y That is, bodies become allegories, abstrac- volveremos a casa reconfortados. (9) tions of feelings, social and cultural values, as well as universal ideals. Indeed, the entire There is a rapture (arrebato) that entraps novel can be seen as a vindication and even- readers and viewers of the melodramatic tual apotheosis of Santa to call herself and text; moreover, this rapture leads to a (self) indeed become “una santa.” In other words, disciplining that has powerful pedagogical melodrama generates the production and implications, and that takes the consumer scripting of archetypes, which as Monsiváis of melodrama back to his home, comforted. notes, “con la idealidad que concretarán gri- I would add one more dimension to this tos y sollozos, el Alma (la Familia, la Mujer, el identificatory moment before the melodra- Hombre) se enfrenta a sus enemigos: Mundo, matic work, and it has to do with the creation Demonio y Carne” (“Se sufre” 8). Neverthe- of a private scene of individuation. For this less, as we saw with Pepa, these archetypes are reason, despite Pepa’s initial indifference to not necessarily final goals, but rather starting Santa’s words, the old woman will remem- points (or points of departure) for individua- ber and repeat her own melodramatic story: tion and individual subject formations. “Fui guapa, no te creas, tanto o más que tú If melodrama provides readers with a […]” (23). Certainly at the end of her story, critical template in which they may couch Pepa warns the young girl never to repeat their petite histoire into a larger history, this to anyone what the old woman had just told insertion requires a certain level of identifica- her. She demands silence because it is what tion. It makes sense to consider the body as gives her melodramatic account an amount of the most obvious surface for the self to rec- originality and control. The relationship be- ognize itself in and as the other. The national tween melodrama and silence would direct us imaginary sees and repeats itself in some to appreciate that behind every melodramatic bodies—and not in others. In other words, narrative always rests another voice waiting the melodramatic compulsion to allow the to emerge and be heard. self to become part of a larger liberal national subject gets arrested and displaced when that 2. Disposable bodies idealized body is other. I would argue that in Mexico, during the “Edad de oro del cine Another particular element of the mexicano,” the national imaginary will con- melodramatic text that I would like to under- sume a very specific national, cultural, and score here is the use of the body. In Santa, the racial body—and none was so spectacular prostitute’s body gets elevated as a repository as Pedro Infante. More precisely, following Ben Sifuentes-Jáuregui 137 the Porfiriato, then the Revolutionary pe- his mother is dying at the hospital. Want- riod, continuing through multiple Mexican ing to see her before she dies, he escapes and modernities of the mid- to late 20th century, goes to her side. There at the same hospital, such a body would necessarily be have to the mysterious Yolanda, “La Tísica” also lies be male and white (or at least, mestizo). In dying in another ward. She is confessing to a what follows, I would like to show how this priest about how she became pregnant, and masculinity performs and disidentifies melo- had a daughter, but “antes de hundir[se] en dramatically in Nosotros los pobres and An- la desvergüenza y el vicio, deposit[ó] en casa gelitos negros, particularly gauging the roles de [su] hermano Pepe a [su] hijita.” Now she the gender, race, and loss (in the moral and wants to see Chachita before she “goes away.” economic senses) contribute to the figuration As Chachita is by her grandmother’s of a particular masculinity, a melodramatic deathbed, she asks for help—“¡Mi abuelita one at that. se muere!” However, a nurse calls the situa- tion a lost case; moreover, when she goes to 3. Nosotros los pobres: arrabal get the doctor, he says that “La Paralítica” will not make it through the night. In a desperate and abjection attempt to get some attention and care for her grandmother, Chachita herself goes to get the Like most melodramatic works, No- doctor. At that moment, he is taking care of sotros los pobres would require an Olympian “La Tísica” who immediately recognizes her job of reconstructing a linear storyline. Mon- daughter, but is unable to say anything. The siváis characterizes “Nosotros los pobres [as] girl sees the woman and goes on to blame the pinnacle of the arrabal [ghetto] genre her, arguing that, because of her, the doctor [of melodrama], produced by combining the is ignoring her grandmother. She yells at her: neighborhoods of survival and marginality. “¡Muérase! ¡No quiero volver a verla en mi In the mythology of the Mexican cinema, vida!” Then, “¡La odio! ¡La odio! ¡Muérase!...” the arrabal was the zone of reconciliation At that exact moment, Pepe comes into the between heaven and hell, between extreme room, and tries to stop Chachita. Crying purity and degradation” (“Mythologies” 124). in his arms, Chachita finally learns the se- Briefly, Pepe el Toro (played by Infante) is a cret from Pepe: “Esa mujer … es tu madre.” poor carpenter, taking care of his paraplegic In an agonizing last breath, “La Tísica” asks mother “La Paralítica” and his orphaned niece Chachita that at least once she wants to hear Chachita. The text introduces us to a cata- her call her “mamá.” Here in a reversal of for- log of characters—from Pepe’s love interest, tune, the girl runs to the Yolanda’s side, and Celia, “La Chorreada,” a mysterious woman begs for forgiveness and that implores her not who appears asking for his help, Yolanda “La to die. Tisica” to a couple of drunken women “La I would like to propose that “La Tísica’s” Guayaba” and “La Tostada,” who play the role story rewrites Santa’s own. “La Tísica” is lit- of a chorus in the classical Greek tradition, erally the tuberculosis-afflicted one— start- and many others. In effect, these urban dwell- ing at the turn-of-the-last-century, the link ers come to represent more than themselves between TB (along with venereal diseases) as individuals, but rather become social or and prostitution was tautological. Her story cultural types, each owning a particular set of is kept in the dark until the very end of the values and ideals that they inhabit, perform, film—we only learn details of Yolanda’s his- and embody.5 tory during her final confession to a priest, Pepe is victim of a series of misfor- and her brother has been guarding her se- tunes, and lands in jail accused of murdering cret. In other words, the story of prostitution a usurer. While in prison, he discovers that can only be framed by the sanctity of the last 138 Letras Hispanas Volume 11, 2015 rites—her story can only be spoken openly music swells. The two scenes of Chachita and to a priest, who will then “forgive” any trans- Pepe crying over the dead bodies of their re- gressions and vices. The story is then repeated spective mothers accentuate the melodramat- by Pepe: “Esa mujer… es tu madre.” If in fact ic trope. Chachita now has a mother’s body to the priest (el padre) is the first to handle the mourn. Pepe also mourns over his mother’s truth of Yolanda’s prostitution, Pepe (whom body; however, we can add that the framing of Chachita has refered to throughout as “papá”) this scene of melodramatic masculinity takes now utters the melodramatic truth. Stated on another meaning for his mourning. He is differently, the story of prostitution is told mourning for his dead mother, but might he to one “father” and uttered by another “fa- not also be mourning a lost masculinity? The ther” each time otherwise. Furthermore, the figure of a crying man in a world where “los syntactical symmetry of Pepe’s speech act is hombres no lloran” brings together masculin- inescapable. First, “esa mujer”—literally “that ity and melodrama, thus his status or version woman,” socially “that whore”—becomes a of masculinity is transformed by his melodra- “mother.” The prostitute, that figure of con- matic performance. sumption and modernity, becomes registered It is at this precise moment that two de- at the end as one of maternity. Maternity be- tectives come and bring him back to prison, comes a neat compact of normative desire where he will not stay long. It so happens that and passionlessness. Most notably, the notion upon his return, he discovers that Ledo, the of an unruly femininity, here prostitution, real killer in the murder of which he is ac- gets circumscribed and regulated under the cused, has landed in jail. Ledo wants to en- sign of the maternal—and this disciplining trap and then get rid of him. In the final fight can be achieved through a masculinist act. sequence of masculine bravado, which pre- If we consider that the prostitute (and her figures Pepe’s future career as a boxer, Pepe story) occupies a place of exteriority and ab- manages to overcome Ledo and his two bud- jection, then it can only be brought into the dies, and submits him to confess that he had fold of society, into the heart of the family, by killed the usurer, and that Pepe is innocent. recasting her body and rewriting her story in Pepe manages to get the truth out, and he is other words—not as a story of womanhood freed. One year later, he is married to Celia, or femininity, but a story of motherhood. Or, and they have a son, “El Torito.” as Kristeva reminds us: “Cette résorption de What is revealed in the rather rushed la féminité dans le Maternel, résorption pro- final minutes of the film is that Pepe needs to per à de nombreuses civilisations mais que le establish that he has been telling the truth— christianisme conduit, à sa façon, à la apogée, by any means necessary, even by gouging serait-elle simplement l’appropriation mas- another man’s eye out, and forcing him to culine du Maternel…” (227) Even marked by confess. This recognition of his innocence ac- the accusation of criminality, Pepe is able to complishes two things—first it proves Pepe’s dictate the terms of the family romance, and masculinity, which rehabilitates him from incite the reintegration of Yolanda into nor- that melodramatic breakdown over the death mativity—not just into femininity, but into of his mother, as well as it guarantees him as the realm of the maternal. the moral center and compass of the film. As Chachita tries to make amends I would like to end this section with a with Yolanda, a nurse comes in and whispers small detail: when Pepe is fighting Ledo and something into Pepe’s ear. In the next scene, the other two men, his shirt is ripped off, re- he is also by his dying mother’s side. As he vealing his body. I would argue that Infantes’s closes her eyes and cries over her body, the strong, healthy body becomes an ideal—not Ben Sifuentes-Jáuregui 139 necessarily as an object of desire (although it the risks of “passing.” This aspect of the novel may be one), but rather as a body that sym- and film might have inspired the central sto- bolizes a melodramatic ideal of the nation. ryline of Angelitos. However, racial passing The viewer identifies himself with Pepe de- is not the central theme of Angelitos, rather fending his reputation and honor, a defense the black nanny Mercé (played by Rita Mon- which paradigmatically trumps all other pos- taner) hides the truth from Ana Luisa that she sessions the poor man may have. is her mother, that Ana Luisa is mixed-race. The status of the body in the melodra- Mercé’s secret is described by herself as an act matic text is quite important because, as I am of ethical masochism, that is, giving up a part suggesting here, it allows an identification of herself for some greater good. We could ar- with normative gender ideals—from maternal gue that, in Imitation of Life, racial disavowal love to masculine bravery—and by extension creates those moments of disquiet and ten- with ideas of the body politic and the nation. sion that move the melodrama forward, how- As we saw in the end, Pepe’s body becomes a ever, racial unknowing becomes the secret linchpin that secures and stabilizes the mean- that holds the Angelitos negros together until ings of masculinity as well as femininity (in its very climactic ending. Racial disavowal this case, as motherhood).6 His body also in- and racial unknowing mark the central dif- troduces a caveat in the definition of the body ference in how racial formations unfold in politic of the nation—that is, which bodies each text. Passing puts the racialized subject are allowed to represent the national—and in the uneasy position of being discovered for which are not? Also, how are those transgres- whom or what he or she is not, in the sur- sive (or unruly or criminal) bodies rendered veilled position of having one’s body read in normal again? As I have tried to argue, Pepe’s a manner that is different from how the self privileged masculinity rescues femininity wishes to appear or represent. As Lauren from loss and perdition, he brings his sister Berlant has argued about the mulatta body (into the) home. What other bodies are ex- and passing, “the mulatta figure is the most cluded from the home or the national proj- abstract and ‘artificial’ citizen. She gives the ect? In the next section, I would like to look lie to the dominant code of juridical repre- at Joselito Rodríguez’s monumental Angelitos sentation by repressing the ‘evidence’ the law negros to explore another kind of family and would seek—a parent, usually a mother—to national romance. determine whether the light-skinned body claimed a fraudulent relation to the privileges 4. Racialized bodies of whiteness” (111). In this way, “passing” makes the subject overly aware that he or she has a body and a history. In Imitation, Peola is Considered the first racial melodrama always sensitive of her body, at times painful- in Mexico, Angelitos negros premiered in ly so, whereas in Angelitos, Ana Luisa inhabits 1948. Already in 1946, Joselito Rodríguez the privilege of whiteness throughout most of had begun working together with Rogelio the film, and sees herself as racially superior A. González on the screenplay for Angelitos to the blacks and mulattoes in the drama. Her negros. Although often compared to Fan- true racial self is only discovered at the very nie Hurst’s Imitation of Life and its filmic end—and it is left unexplained. adaptations, the storylines could not be any different.7 One strand of Hurst’s novel (as well as the 1934 version of the film) tells 5. The sexual body the poignant story of Delilah as the selfless mother who tries to educate and warn her Interestingly, in Angelitos, Ana Luisa fair-skinned mulatta daughter Peola about will become aware of her body, but not as a 140 Letras Hispanas Volume 11, 2015 racial body, but rather as a sexual one, when scene of physical and social contrasts. I call she discusses with Nana Mercé her initial at- it “narcissistic” because it contains a series of traction for José Carlos. The scene opens up reflections and relationalities that are worth with Mercé complaining that “Mira, te man- discussing. First, this scene reveals Mercé’s dó flores otra vez, sanky-panky ese.” Ana Lu- care for the other—literally and figuratively, isa calls her a “negra metiche”; nonetheless, her niñita—she returns to Ana Luisa a pri- Mercé argues that she is a “metiche” because mary narcissism, that is, the discourse of she wants to protect Ana Luisa’s reputation. self-preservation, when she introduces el qué Ana Luisa talks about being flattered by José dirán. Ana Luisa’s refusal of that qué dirán, is Carlos’s flirtations, how her friends will envy the best example of secondary narcissism, in- her, and then Mercé brings up, “¿Qué dirían deed she withdraws from any object-relation en el colegio, mi niña?,” to which, Ana Luisa outside the self, above all the mother, produc- bursts out, “¡El colegio!... etc.” I would argue ing a relationship to social reality that verges that Mercé’s initial characterization of José on egotism—she wants the banal stuff: “Vestir Carlos as a “sanky-panky”—in other words, bien, lucir joyas, sentirme halagada, alternar as some kind of sex worker—sets the terms con los muchachos, vivir mi vida, enam- of the debate right away. She sees him as only orarme.” But these things are already being trying to get to Ana Luisa, so that he may get invested with other greater, more intense sig- to her money, her class status, or social stand- nificances. It is just at this moment when Ana ing. Structurally, the scene is a shot-reverse Luisa steps to the foreground of the scene, shot sequence, from which we may consider breaking the mirroring sequence, and leaves that both women’s positions are mirrored and Nana Mercé behind; she complains about might even be seen as equal—Mercé present- how her pain is that much greater, “Déjame, ing her desire to protect certain social values quiero estar sola”—and she runs away taking and a sense of female respectability, while the flowers that José Carlos had sent her. It Ana Luisa expressing her desire to be freer is no surprise that in the very next scene, we from any social conventions and constraints. discover Ana Luisa sitting in front of a mir- In this scene la Nana is the purveyor of very ror, loosening up her hair, and taking off her traditional class values and certain ideals of glasses, that is, she is playing with a new look femininity, and the young woman wants to outside the mother’s gaze. In other words, she tear away from those values. begins experiencing and assuming a sexual In The Melodramatic Imagination, Peter subjectivity heretofore unbeknownst to her. Brooks argues that “[in analyzing melodra- I want to continue and extend the anal- matic texts,] we have in fact been witnesses ysis of the shot-reverse shot as a mirroring to the creation of drama—an exciting, exces- scene, and suggest that this scene formally sive, parabolic story—from the banal stuff of leaks out a secret, the secret of Ana Luisa’s reality. States of being beyond the immedi- mulatta identity. The very structuration of the ate context of the narrative, and in excess of scene places Ana Luisa as her mother’s reflec- it, have been brought to bear on it, to charge tion—and through her luminous whiteness it with intenser significances” (2, my empha- becomes the “negative” of her mother’s image. sis). We could apply his insights to Ana Lu- isa’s rather excessive and parabolic response to Nana Mercé’s question. In repudiating the 6. Identification “colegio,” and wanting to be more “like her amigas,” Ana Luisa is saying that she desires Ana Luisa’s luminosity is most evident a sexual life. Again, the shot-reverse shot se- when she attends José Carlos’s musical review, quence is a play of mirrors that puts mother and he performs in blackface. At one point and daughter face-to-face. It is a narcissistic the shine from her sequined dress shines on Ben Sifuentes-Jáuregui 141

Juan Carlos’s own face; at another moment he evidence—both Fernando and Isabel recog- calls her “sol.” Throughout his performance, nize that they are only seen and read through she remains stoic, barely smiling; this is in their excessive bodies. stark contrast with the bodily excesses of Pe- dro Infante’s song and . After the show, 7. Disidentification she meets Fernando Valdés, José Carlos’s best friend, “casi un hermano,” and refuses even to shake his hand. His comment, “Reconóz- Going back to the musical review, that came como un amigo” is only met with her Afro-Caribbean extravaganza with all the cold shoulder. She cannot acknowledge him, dancers in blackface, let us look at how Pedro much less recognize him as a friend. In other Infante’s black body circulates differently. The words, there is no identification in the psy- singer takes Ana Luisa home, where Nana choanalytic sense of the word. Ana Luisa is Mercé is up waiting for her. The fact that she both unable and unwilling to recognize—to is up goes back to this idea of el qué dirán— identify—any part of Fernando in her; thus, it would be considered inappropriate for a she rejects him completely. Later on, when young single woman to be seen coming home José Carlos announces that Fernando will be at 1am. one of his padrinos, Ana Luisa cynically won- As José Carlos and Ana Luisa get out of ders whether Fernando would feel comfort- the car, he asks how she enjoyed the show. She able at the wedding. Then she comes out as a says she liked it, but wonders why an artist racist stating that she would prefer “una per- like him would “lower himself dancing with sona de más calidad.” As a last resort, she tries a mulatta.” He does not read this question to convince José Carlos using murky aesthet- as racist, rather as a sign of jealousy. She re- ics terms: “Todo va a ser tan bello como yo lo torts: “Sería hacerme muy poco favor com- había soñado: No hagas que alguna sombra parándome con una mujer como esa.” Here opaque nuestra felicidad.” When all fails, she we see how in Ana Luisa’s mind her sense of goes behind José Carlos’s back to disinvite self (and her body) are not the same as Isa- Fernando as a witness of their wedding. We bel’s, either racially or sexually. Ana Luisa ba- might go further with this issue and argue sically conflates race and sexuality into one that Ana Luisa obviously feels that the black and the same body. We might even suspect man cannot form part of Juan Carlos and that she sees the black female body both as her legal and social contract. To summarize immoral and perhaps even as overly sexual, this issue, Ana Luisa cannot—will not—rec- when she refers to Isabel as “una mujer como ognize the black man, nor acknowledge him esa.” In other words, Ana Luisa disidentifies as a subject at any level: psychically, socially, with Isabel—this disidentification becomes legally. Fernando is then reduced to the status a strategy to restore and insist on her privi- of an abject body. This reduction is seen most lege as a white woman. José Carlos brings the powerfully when Fernando has to disinvite conversation back to Isabel’s race, that she is himself, making-up an excuse to José Carlos a mulatta because that’s how God made her. that he and Isabel have to work. It is quite Ana Luisa agrees, but then asks him why it ironic that Fernando would use such a Mexi- is necessary for him to paint himself black: can expression, “hay que buscarse los frijo- “¿No sería mejor que saliera Usted así, tal les,” in the very instance when he withdraws como es?” He argues that performing in as a witness or as a legal subject from body blackface is an aesthetic choice, little more. In politic that is symbolized by his friend’s wed- this exchange, José Carlos’s discourse about ding. When Isabel later asks Fernando why he race gets cast as traditionally liberal—“todos lied, he can no longer speak—he shows her somos iguales”—yet also as an act of God. his black hands. The black body is offered as He even goes as far as thinking about race 142 Letras Hispanas Volume 11, 2015 as an aesthetic, or if you prefer a prosthetic, as a marker of privilege, yet there is a ves- that can be worn and taken off to please oth- tige that unconsciously moves her to desire ers. Ana Luisa’s insistence reveals that, for a more sensual and sexual self that she links her, race or racialization is something that is with a black other. threatening and dangerous even. Race must We might ask ourselves to consider why be negated or at least disavowed so that the the racialized body is so threatening to Ana self does not get implicated or marked by it; Luisa, however, the same is not true for José to echo her own words: “Ella no quiere que Carlos. Why is the female body marked by ninguna sombra opaque su identidad.” She race, whereas his body is not. After his perfor- later adds, “Pero se me antoja que a todas las mances, he can just wash blackness off, hence mujeres les gustaría verlo más así como lo veo he remains unmarked. What kind of vulner- yo.” In other words, she wants him as a white ability does the woman’s body have—or what man. Not only that but she situates her gaze as kind of privilege does a man’s body hold— the perspective of “todas las mujeres.” More when it comes to questions of race? It is inevi- strangely, she uses an unusual expression— table to recall here the foundational legends “se me antoja.” I would argue that this is her that traverse Mexico; of course, I am referring way of identifying with him, literally crav- to “la chingada”—and the ways her body has ing and psychically and sexually consuming been manhandled and re-written throughout him. Yet, she becomes quite angry when he the nation’s history. Nonetheless, unknowing- suggests that she should be quite happy that ly, Angelitos negros introduces us to a different two men are after her affections: a white man foundational fiction. From the very start, Ana by day, and a black one by night. What would Luisa’s body was always already marked—the it mean if José Carlos came to her as a black whiteness of her body was a fiction. And José man at night? Both socially and sexually this Carlos’s body—really, I mean Pedro Infante’s is a terrifying thought to her. body—was legendary. He embodied perfec- There is a critical blindness here. Ana tion—he was not traversed by history. He was Luisa does not want to be seen as “esa mu- History. If we posit “la edad de oro del cine jer,” a mulatta—and José Carlos appearing as mexicano” as a new ideological template for a black man might mean that identificatorily the nation, this asymmetrical understanding that would be her role. Ironically, she had ex- of the actors’ and characters’ bodies reveals a pressed earlier that she did want to be seen surprising tale. Allow me to be schematic for as a sex object or if you prefer, “una mujer de a bit: the male lead is able to do what he pleas- esas.” I am playing with the signifier “esa mu- es—hacer lo que le dé su chingada gana—in jer” to show how it points in two directions— other words, he occupies the place of the neo- on the one hand it signifies race, and on the liberal subject. The female “lead” submits to other, an excessive sexuality (or prostitute- the male lead’s every whim. And the actores like behavior). She recognizes herself as a de reparto are just that, secondary, and they sexual subject, but she rejects any recognition just lend their bodies intermittently and frag- as a racialized subject. We encounter here a mentarily. I did not intend to get all melodra- perfectly symmetrical figure of disavowal: matic, but I think it is important to consider she as a “mulatta” acknowledges the existence how this new cast(e) system helps organize of a gendered and racial self, however, she and educate the nation’s senses of representa- saves the one, and rejects the other. Ana Luisa tion and self. wants to be a white Santa of sorts. Going back to Angelitos: of course, all Up to now I have tried to show the that is repressed, or rather all that is Ver- kinds of mirroring and relationalities that drangüng (pressed into invisibility), even- inform Ana Luisa’s own self-figuration. Prin- tually becomes visible again. We recall that cipally, she projects her luminous whiteness moment of Belén’s birth, when Ana Luisa Ben Sifuentes-Jáuregui 143 discovers that she has given birth to a black Angelitos negros, race gets posited in excess of child. When José Carlos comes to see his the context of the narrative—as I suggested child, Nana Mercé tells him the truth that earlier, in the Mexican context, race has tradi- Ana Luisa is her daughter. It is here that we tionally figured as extraneous and excessive, learn that Ana Luisa does not want her child, and now it impinges on what might otherwise and that she blames José Carlos for her being have a simple mother-daughter drama. Intro- black. Ana Luisa will deny her maternal role. ducing the highly-charged question of race Together with the priest José Carlos and Mer- into the storyline allows for the ironic turn of cé all agree to keep the secret of whose “fault” events whereby Ana Luisa blames José Carlos it is that Belén is black, so as to protect Ana for giving her a black child. She blames him Luisa’s health and wellbeing. It is through this directly for her misfortune. In her racist logic, folding together—this complex—of a series he is robbing her the ability to be real mother; of veiling lies that propels the melodrama according to her, his (af)filiation with black- forward. ness deprives her the role of mother. In his work, Brooks highlights some important qualities about melodrama. He 8. Melodramatic Latin America begins by noticing that the narrative voice and its authorial positioning put a metatexual The contours and critiques of melo- pressure on the text, ultimately, this narra- drama are many, constantly crossing different tive voice interprets the text for readers. In disciplines and cultural practices—drama, other words, Brooks is pointing to a reflexive literature, and cinema. I would like to take up or self-conscious nature of the melodramatic again that characteristic of melodramatic rep- text, insofar as it guides the reader through resentation that springs up again and again a moral labyrinth, and shows her or him the in literary criticism, that is, excess. Brooks “right way.” This unfolding of the narrator argues that “[in melodramatic representa- brings another level of discourse to the text, tion,] we can observe the narrator pressuring one that Brooks categorizes as a claim to and the surface of reality (the surface of his text) the articulation of a “moral occult” (5). This in order to make it yield the full, true terms parallel drama of the moral occult is neces- of his story” (1-2). We can see this, for in- sarily Manichean, a battle between “good” stance, when Nana Mercé almost reveals and and “evil,” and it propels the action in the then holds back the truth about Ana Luisa’s “surface” narrative. However, for Brooks, origin. At those moments, Mercé in fact is melodrama is not about making a single right interpreting for us as viewers how we should choice; instead he argues the melodramatic understand the story. In her reluctance, she text struggles to articulate the very possibility makes us consider whether blackness must be of representational plenitude—contradictory repressed and kept out of sight. Or, that no or not. This desire of wanting to express it all matter what the liberal view of Pedro Infante might be viewed as melodramatic democracy. or the Church might be, is the position that We witnessed that desire to have it all when Mercé is made to keep one that argues that Ana Luisa insists on owning the privileges blackness (or race) does not have a place in of whiteness, while at the same time desir- the construction of the nation? In inheriting ing desire, unconsciously acting out the very this repressive position, she promotes a par- sexuality she attributes to and condemns in ticular moral metatext that both reduces and the mulatta Isabel. enables the narrative action. Christine Gledhill extends Brooks ideas Narrative and affective excess create and she argues that melodrama does not re- forms of knowing that put pressure and trans- spond to “realism”; melodrama is about the form the melodramatic work. Significantly, in refusal to even engage with verisimilitudinal 144 Letras Hispanas Volume 11, 2015 practices. She proposes that the logic of melo- is about articulating a subject, not erasing or drama is more like saying “so what!” and in so destroying the subject. In masochism, the dis- doing finding pleasure in the contradictions ciple sees herself as a subject through erasure, of “saying it all” that melodrama seeks to rep- and is willing to transform herself into his/her resent (5-39; 33). Melodrama’s disregard for own master or mistress. Nana Mercé man- representational singularity as noted in that ages this transformation in being resigned— utterance “so what!”—or better yet, in good also, in being resignified—to accept the only Mexican “¡qué chingados importa!”—cham- brutal option that Society offers her. Within pions the refusal to make a singular choice the world of melodrama, such vicissitudes or and celebrates the pleasure of narrative con- slippages between resignation and resignifi- tradiction. It is a mode of refusal and aban- cation are part of its very claims of represen- donment, as well as an embrace, an endless tation. These vicissitudes signify powerfully double bind. It is for this reason alone that in on the ludic and contradictory nature of race, the final scene, Ana Luisa slaps Mercé, calling gender and class, which are always present her a “maldita negra,” and José Carlos trying in the melodramatic text. These transforma- to stop her yells out the truth, “Eso no. Que tions of subjectivity tell us a deeper story: it is es tu madre.” The entire tension of Angelitos not the subject bound to a particular idea or negros is wrapped up in this passionate and object, but rather to melodramatic discourse furious moment—all contradictions and itself. Melodrama is a bound narrative that is resolutions are caught up in this scene: “…es so attractive because it promises an intimate tu madre.” Again, we witness a child crying link between subject and objects. This is why over her mother’s deathbed, and immediately the literary charm of melodrama is so power- resolving any prejudices she or he may have ful and cannot be broken, just displaced over held up to then. Again, Infante emerges as the and over again. In the end Mercé, Ana Luisa, melodramatic hero that returns everything José Carlos and the others were all centrip- “back to normal.” Here he manages another etally caught in the bounds of melodramatic important task: beginning the reincorpora- textualities, unable, unwilling, or unready to tion the missing black body into the national escape. imaginary, perhaps not socially or politically, Studies on melodrama consistently set but to some degree aesthetically. up an oppositional binarism between melo- drama and realism. Judith Butler, of instance, argues that American (U.S.) melodrama 9. Melodrama Bound “calls into question its own claims to real- ity and even works, in spite of itself (or… in I would like to return at the inherent spite of one version of its identity), to erode question of ethical masochism suggested by the very belief in its reality that it seeks to Nana Mercé’s silence—but also Yolanda’s si- engender” (3). In other words, melodrama lence and Santa’s. I would venture to add that undoes itself. I would argue the exact oppo- masochism is a central feature in all melodra- site for Latin America: Mexican and Latin matic representation. American melodramas do not respond to a Occupying the place of the masoch- tradition of realism (in fact, I would have a ist often leads to a higher social, gendered, hard time claiming that such a tradition exists or moral state. The masochistic narrative of in twentieth-century Latin America), rather melodrama produces a subject through his melodrama works alongside other cultural or her very debasement and erasure; that and aesthetic traditions, like modernismo or is, paradoxically, “I” exist because “I” don’t. realismo mágico. So rather than being oppo- This logic necessarily adapts neatly to the sitional, Latin American melodrama is con- dichotomous and contradictory demands of tinuous with modernismo, magical realism, melodrama’s “so what!”; it is important to re- and other movements. Certainly the narra- member, however, that ultimately masochism tive and ideological formulas of melodrama Ben Sifuentes-Jáuregui 145 have been parodied in Latin America, but Notes never fully displaced. To conclude, how do we explain the 1Kristeva, Julia. 1983. “Stabat Mater” in His- logic of melodrama, which has been tradi- toires d’amour. Paris: Éditions Denoël. 227. tionally framed as “feminine” with the possi- 2For an extensive presentation of melodrama bility of a masculine melodrama. What kind as women’s film, see Gledhill. 3 of work does masculine melodrama perform? For a comprehensive overview of how melo- Again, I turn back to Gledhill’s proposal that drama develops in Mexico, see Carlos Monsiváis’s melodramatic logic hinges on an attitude of “Se sufre, pero se aprende. (El melodrama y las reglas de la falta de límites).” Therein he traces how total disregard for a cause-and-effect logic Latin American melodramatic forms borrow from itself, most notably articulated by the idea the mid-19th century Spanish and French drama of “so what!”—or what I suggested “¡qué ch- and unfolds in the novel to film and telenovela. ingados importa!” For Gledhill, this logic as 4After the Revolutionary and agrarian reform speech act signifies the possibility accounting period, the 1940s mark a scene of mass urban- for all contradictions caught up into the act of ization in Mexico. Like in the Porfiriato 50 years telling a story in its absolute totality. I would earlier, the post-1940s also becomes a period of like to suggest that this melodramatic logic increased industrialization and more importantly makes masculine and masculinist discourse of foreign investments. There would almost seem possible; in other words, total disregard for to be a continuity between Santa to Nosotros los pobres in terms of how each text unfolds at a mo- sequential logic inaugurates another tradi- ment of urbanization, industrialization, as well as tion in Latin American discourse to represent the social and cultural problems that arise in the the unrepresentable. I do not make this claim penumbra of modernity and modernization. to displace the productive potential of melo- 5As an aside, Nosotros los pobres is the first of a drama as woman’s discourse, but rather try trilogy, all directed by Ismael Rodríguez; it is fol- to begin exploring and understanding what lowed by Ustedes los ricos (1948) and Pepe el Toro it means to expand the implications of (the) (1953). In the overarching trajectory of the trilogy, masculine (in) melodrama. one is able to trace a particular process of individu- Simply put, melodrama makes contra- ation for Pepe—we the poor goes against you the diction bearable. If melodrama is continu- other, and it is in the third film where Pepe as a boxer lays claims to a more individualized self and ous with magical realism in Latin America, fortune. In other words, the three films might be melodrama becomes the discourse of “faith” thought of as a movement from “we” to “you” to to evoke Alejo Carpentier’s understanding of “I”—with each film, Pepe comes into being from magical realism; melodrama also makes sense the archetype of “los pobres” to a fashioning of ag- of that “realidad descomunal” which is how gressive masculinity that is prized (a prized fight- Gabriel García Márquez calls the thing that er) above all others. magical realism aims to reconcile. Thus, as a 6The dichotomy masculine/feminine is re- discourse that makes contradiction bearable, placed by another, masculine/maternal. The latter melodrama has anchored itself in a whole dichotomy reduces and limits the possibilities of feminine gender ideals and potentials. series of cultural forms—from literature to 7 radionovelas and telenovelas, from cinema to It is here that the film’s history becomes a scholar’s nightmare—and I apologize that I can- the political arena in Latin America. It is a not give you more information at this time. Some powerful discourse that has yet to be grasped sources have credited the original idea for the fully not only for its literary and artistic im- story to Cuban writer Félix B. Caignet, who ap- pact, but for its social and political promise. parently based it on the novel Imitation of Life. 146 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Anyhow, other than the fact that both texts deal Delgadillo, Theresa. “Singing Angelitos Negros: Afri- with a black mother and her light-skinned daugh- can Diaspora Meets Mestizaje in the Americas.” ter, the stories do not match. I suspect that this American Quarterly 58.2 (2006): 407-30. Print. relationship between both films could be initially Gamboa, Federico. Santa. 1903. Mexico: Grijalbo, attributed to film historian Emilio García Riera, 1999. Print. who writes in his monumental Historia documen- García Riera, Emilio. Historia documental del cine tal del cine mexicano that “Angelitos negros estaba mexicano, Vol. 3. Mexico: Ediciones Era, bastante inspirada en la novela de Fannie Hurst, 1969. Print. Imitation of Life…” (284). The detail about Caig- Gledhill, Christine, ed. Home Is Where the Heart Is: net’s involvement is still one that I have to research Studies in Melodrama and the Women’s Film. further: I have asked film scholars for any informa- London: British Film Institute, 1987. Print tion about this, but have come up empty-handed Kristeva, Julia. Histoires d’amour. Paris: Éditions so far. Also see Delgadillo’s discussion of Angelitos Denoël, 1983. Print. and its precursors. Monsiváis, Carlos. Pedro Infante: las leyes del que- rer. Mexico: Aguilar, 2009. —. “Mythologies.” Mexican Cinema. Ed. Paulo An- tonio Paranaguá. London: British Film Insi- Works Cited tutute, 1995. 117-27. Print. —. “Se sufre, pero se aprende. (El melodrama y las Brooks, Peter. The Melodramatic Imagination. New reglas de la falta de los límites).” Archivos de la Haven: Yale UP, 1977. Print. Filmoteca 16 (1994): 6-19. Print. Berlant, Lauren. The Female Complaint: The Unfin- Rodríguez, Ismael. Nosotros los pobres. Cine- ished Business of Sentimentality in American matográfica Rodríguez y Películas Rodríguez, Culture. Durham: Duke UP, 2008. S.A de C.V. 1947. Film. Butler, Judith. “Lana’s ‘Imitation’: Melodramatic Rodríguez, Joselito. Angelitos negros. Cinematográ- Repetition and the Gender Performative.” fica Rodríguez y Películas Rodríguez, S.A de Genders 9 (1990): 1-18. Print. C.V. 1948. Film. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: Iteraciones de Ituzaingó: cultura juvenil y masculinidad en la trilogía Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997) y 5 pal’ peso (1998) de Raúl Perrone Author: Nicolas Poppe E-mail: [email protected] Affiliation: Middlebury College; Department of Spanish and Portuguese; Warner Hall 115; 303 College Street; Middlebury, VT 05753 Abstract: Raúl Perrone’s Ituzaingó trilogy—Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997), and 5 pal’ peso (1998)—can be considered to be a representation of how a specific group of Argentine youths in the mid-1990s consumed cultural production and assembled identities as a group and as individuals. In this essay, I examine how the trilogy, three cinematic iterations of Ituzaingó, represents youth culture. My aim is to disentangle the ways in which a specific understanding, youth masculinity, is constructed through consumerism in the trilogy. More specifically, I ana- lyze how each film not only represents the consumption of products of global youth culture (and of poetry, on a more local and personal level), but also as a kind of consumption of its previous iterations as commercial products. The ways in which the characters consume, discuss, or recre- ate distinct works of global and local youth cultural production are not the only aspects of un- derstandings of masculinity in the trilogy, but the gender identities of the masculine characters, and the protagonists in particular, are enmeshed with the consumption of cultural production, even previous iterations of Ituzaingó. Keywords: 1990s, Argentine Cinema, Film Trilogies, Indie Cinema, Masculinity, Youth Culture Resumen: Se puede considerar la trilogía Ituzaingó de Raúl Perrone—Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997) y 5 pal’ peso (1998)—como una representación de cómo un grupo particular de jóvenes argentinos de mediados de los años noventa consumía la producción cultural y ensam- blaba identidades como grupo e individuos. Me propongo examinar aquí cómo la trilogía, tres iteraciones cinematográficas de Ituzaingó, representa la cultura juvenil. Mi propósito es desenre- dar las maneras por las cuales se construye una modalidad particular, la masculinidad juvenil, a través del consumismo en la trilogía. Más específicamente, analizo cómo cada película no sólo representa el consumo de productos de la cultura juvenil global (y de la poesía, en un plano mucho más local y personal), sino también una suerte de consumo de sus iteraciones previas como productos comerciales. Las maneras en que los personajes consumen, discuten o recrean distintas obras globales y locales de producción cultural juvenil no son los únicos elementos de los entendimientos de la masculinidad en la trilogía, pero las marañas genéricas de las identi- dades de los personajes masculinos, y los protagonistas en particular, son fuertemente enlazadas con el consumo de producción cultural, aún de las iteraciones previas de Ituzaingó. Palabras clave: cine argentino, cine independiente, cultura juvenil, los 1990, masculinidad, tri- logías en el cine Biography: Nicolas Poppe (Assistant Professor in the Department of Spanish and Portuguese at Middlebury College) is currently working on a monograph on the development of a transnational poetics in early sound film in Argentina, Hollywood en español, and Mexico in the 1930s and early 1940s. His work has appeared in several edited volumes, as well as journals like Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies, Cinema Journal, and Journal of Latin American Cultural Studies. ISSN: 1548-5633 148 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Iteraciones de Ituzaingó: cultura juvenil y masculinidad en la trilogía Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997) y 5 pal’ peso (1998) de Raúl Perrone

Nicolas Poppe, Middlebury College1

Junto a otros como Alejando Agresti, películas extranjeras debido a las supuestas Mariano Galperin, Gustavo Postiglione, Mar- reformas del gobierno neoliberal de Carlos tín Rejtman, Pablo Reyero y Esteban Sapir, Menem. Tampoco podían beneficiarse de los Raúl Perrone es una figura importante que subsidios asignados en la Ley 24,377, aproba- entrecruza el cine del período pos-Alfonsín y da en 1994, la cual impulsó la revitalización el del Nuevo Cine Argentino. No se adhieren de una industria cinematográfica argentina estos directores ni a los modelos cinemato- que últimamente ha llegado a ser casi una gráficos de los ochenta—los cuales Jens An- marca.2 Conceptualizado sismológicamente dermann describe agudamente como “using como premonitores o réplicas, ninguno o los a rather conventional formal language in or- dos, los films de principios a mediados de los der to forge an equally nebulous social cons- noventa constituyen un cine argentino distin- ciousness around core values associated with to, (tal vez) liminal. democracy and human rights, but without La trilogía de Ituzaingó de Raúl Perro- identifying or discussing the political identi- ne—Labios de churrasco (1994), Graciadió ties and logics of either victims or perpetra- (1997), and 5 pal’ peso (1998)—concretiza tors of state terror” (4)—ni tampoco a lo que una experiencia particular de la intermedie- David Oubiña considera como el movimiento dad. Los personajes en los films, principal- geológico, en vez de estético, del Nuevo Cine mente jóvenes masculinos, ocupan espacios Argentino (28). Los films de estos directores que quedan en los márgenes no sólo geográfi- se interesan en proyectos discursivos, esté- camente, sino también cultural y socialmen- ticos e ideológicos bastante distintos. Rom- te. Situados en Ituzaingó, un suburbio ordi- piendo con lo que Joanna Page describe como nario de Buenos Aires y parte del conurbano “the auteur tradition of relatively high-budget bonaerense, los grupos sociales en que los films, which had dominated the 1980s and films se centran, los cuales consisten de dos early 1990s in Argentina” (33), sobre todo en adolescentes (en edad o en práctica) de entre términos económicos, estos proyectos deben diecisiete y veintitantos años, una mujer algo mucho al neorrealismo italiano y el cine ra- más joven y un omnium gatherum, son rea- dical latinoamericano de los años sesenta y cios a integrarse en la sociedad. Resumiendo ochenta, a pesar de ser menos abiertamente los argumentos de estos films slacker locales, políticos. Los contextos de su producción, a Leandro Listorti, Leandro Godón y Octavo los cuales alude Page, también se diferencian Fabiano proponen que “Labios de churrasco de sus precursores y sucesores, como no po- es gris. Graciadió es roja. 5 pal’ peso es amari- dían depender del apoyo previo del gobier- lla. En las tres hay jóvenes suburbanos que so- no argentino como el financiamiento estatal breviven como pueden en una Argentina que ni en el proteccionismo de impuestos sobre no los ha previsto (149). Ituzaingó—es decir, Nicolas Poppe 149

la geografía cinematográfica suburbana que Más allá de su distinto arraigo geográfico, Perrone construye en los films—se ensambla Ituzaingó llega a su identidad en la obra de y se reensambla como una serie de iteraciones Perrone a través de la apropiación de la pro- de un entendimiento de lugar, del ambiente ducción cultural juvenil local y global. Perrone construido, natural y social. En vez de ser va- no reterritorializa la producción cultural de riaciones, lo cual implicaría diferencia e imi- la juventud global dentro de los límites de un tación, es mejor concebir la trilogía en térmi- espacio físico y social más familiar, sino repre- nos matemáticos: es una serie de iteraciones, senta un Ituzaingó en el que aquella produc- una aplicación repetida de una función que ción cultural juvenil ya está territorializada. utiliza la salida de la anterior como entrada En el contexto de la geografía cinematográfica, a la siguiente. Atrofiados por la desilusión de siempre ha sido integrada en el tejido social. la previsión, si de hecho los personajes se ha- Este entendimiento más amplio de Ituzaingó le bían esforzado a consumar las demandas de permite a Perrone explorar el enfoque de la tri- productividad de los jóvenes impuestas por la logía: sus personajes y sus interacciones socia- sociedad, se puede considerar que las itera- les siempre contextualizadas. A la vez enchu- ciones de Ituzaingó que habitan los persona- fados y desenchufados de la globalización, los jes de la trilogía difieren en su coloración y en personajes de la trilogía de Ituzaingó median su función. expresiones de una cultura juvenil globalizada Para meditar sobre su situación inespe- y frecuentemente norteamericana. Se emplea rada, así como la expresión particular de la la producción cultural en los films para crear cultura juvenil argentina de los mediados de vínculos afectivos a sus ecologías mediáticas. los años noventa, Perrone emplea una estética Desde películas indie como Kids (dir. Clark, DIY y una mentalidad punk a través de sus 1995) hasta música argentina de rock barrial films del período, especialmente en la trilogía como la del grupo Caballeros de la Quema, no Ituzaingó.3 Detalladas en su “Decálogo,” las sólo se hace referencia implícita y explícita- reglas básicas del director que Andermann mente a obras de producción cultural a través describe como “an ironic riff on the Dogma de los films, sino también son intrínsecas de movement’s founding statement” (13), esta los espacios sociales de sus geografías cinema- estética y mentalidad se fusionan en un cine tográficas. O sea, son tan fundamentales a las indie único, lo cual se localiza en una comu- maneras en que se ensambla la espacialidad nidad particular que desafía entendimientos habitada por los personajes en la trilogía como locales y globales de la cultura dominante. En se experimenta el mundo cinematográfico por relación a Labios de churrasco, Perrone afir- parte del espectador. ma: “Ahí empiezo a tener mi propio lugar e En su ensayo “Raúl Perrone: Una cá- iconografía: el videoclub, el kiosko, las casitas mara de video pedorra,” Nicolás Bermúdez chiquitas. Ituzaingó pasa a ser un núcleo con describe las referencias culturales y sus reper- identidad propia. Armé mi propio Seattle y cusiones diegéticas en la trilogía: mi Portland-Oregon para mis películas ‘in- die’” (“Labios de churrasco”). Como el Nuevo Flirteos con el costumbrismo; una Cine Punk, lo cual Nicholas Rhombes descri- exploración, una indagación de lo be como una tendencia en el cine contempo- inmediato menos cognoscitiva que descriptiva. Se trata de mostrar sin ráneo “informed by the aesthetic sensibility comprender. En Perrone, sin embar- of the punk movement in the United States go, esto no implica renunciar a contar and Britain in the 1970s” (3), el cine indie de una historia, por más vaporosa que Raúl Perrone captura una atmósfera de co- sea, por más que en algunos momen- munidad e inconformidad. tos se diluya a favor de un nivel más 150 Letras Hispanas Volume 11, 2015

general de representatividad. En este construcción de lo social no sólo se torna más plano, como en el técnico, la trilogía cerrada, hermética y, en consecuencia, cine- puede ser leída en términos de evolu- matográfica, pero también más comercial, ción, de una menor a mayor consis- aunque de una manera indie, y mucho menos tencia narrativa. (2009) industrial. Mientras los personajes se refieren cada vez menos a obras extranjeras de pro- La representación de los personajes ducción cultural juvenil, los propios films se principalmente masculinos no representa un convierten en el material del cual se hacen las serial que expone un Ituzaingó con caracterís- referencias. ticas definidas sino la trilogía es un conjunto Se puede considerar la trilogía Ituzaingó de iteraciones de las vidas de algunos jóvenes como una representación de cómo un grupo argentinos de una época y una geografía cine- particular de jóvenes argentinos de mediados matográfica fijas. Refiriéndose a las secuelas de los años noventa consumía la producción cinematográficas, Claire Perkins propone que cultural y ensamblaba identidades como gru-

in terms of both filmmaking practice po e individuos. Ituzaingó es, al fin y al cabo, and critical evaluation, the trilogy una metonimia. Las conversaciones sobre is an area in which sequelization is capítulos específicos de Los Simpson (prod. thought in more interpretive terms Groening, 1989-), por ejemplo, se desvane- and in which the conditions of re- cen en conversaciones sobre aquellas conver- making that ground all sequels are saciones. Eventualmente el referente se disipa made explicit. (16) en el olvido, como la memoria se fija en la experiencia vivida de los personajes. Me pro- En la trilogía de Ituzaingó, los términos inter- pongo examinar aquí cómo la trilogía, tres pretativos se basan en gran parte en la repre- iteraciones cinematográficas de Ituzaingó, sentación de la juventud, especialmente en la representa la cultura juvenil. Como plantean masculinidad juvenil, y su consumo de pro- Mario Margulis y Marcelo Uresti en la intro- ductos culturales tanto locales como globales. ducción de su volumen La juventud es más Conduciendo a lo que Andermann lla- que una palabra, ma una “crystallisation of a particular aesthe- tics” (12), las geografías cinematográficas de la trilogía Ituzaingó se vuelven cada vez la juventud no sólo es un signo ni se reduce a los atributos ‘juveniles’ de más homogéneas. Esto es particularmente una clase. Presenta diferentes mo- evidente en las maneras en que se emplean dalidades según la incidencia de una como operaciones textuales el consumo de serie de variables. Las modalidades la producción cultural y sus referencias, fre- sociales del ser joven dependen de la cuentemente implícitas. Usando la salida del edad, la generación, el crédito vital, la film anterior como entrada al siguiente, en clase social, el marco institucional y el la trayectoria Labios de churrasco—Gracia- género. (28) dió—5 pal’ peso se sustituyen las referencias culturales a la producción cultural juvenil, Mi propósito es desenredar las maneras por globales y locales, por unas autoreferenciales las cuales se construye una modalidad par- a la trilogía. Por consiguiente, la trilogía de ticular, la masculinidad juvenil, a través del Ituzaingó no representa sólo una diferencia consumismo en la trilogía. Más específica- de coloración sino una suerte de consumo de mente, analizo cómo cada película representa sus iteraciones previas como productos co- el consumo de productos de la cultura juve- merciales. A medida que las condiciones que nil global y, en un plano mucho más local y forman las relaciones de los personajes con personal, de la poesía. Las maneras en que los las geografías cinematográficas de la trilogía personajes consumen, discuten o recrean dis- se vuelven cada vez más autorreferenciales, su tintas obras globales y locales de producción Nicolas Poppe 151 cultural juvenil no son los únicos elementos Como nexo, algo mostrado en el uso de una de los entendimientos de la masculinidad en lente de ojo de pez que “permits Perrone’s la trilogía, pero las marañas genéricas de las camera to take in the reduced interior space identidades de los personajes masculinos, y in its entirety” (Andermann 12) y el empleo los protagonistas en particular, son fuerte- de un flujo de música mezclado de fuentes mente enlazadas con el consumo de produc- diegéticas y no diegéticas, trata de represen- ción cultural, aún de sus iteraciones previas. tar los lugares del suburbio y su iconografía. Dentro del contexto anacrónico de la En Labios de churrasco, Perrone ensambla un trilogía, en el cual el orden intertextual sólo Ituzaingó cuya hibridez es su característica se impone más tarde, Labios de churrasco es la definitiva. Los personajes no sólo interiori- primera operación textual de un proceso que zan esta heterogeneidad–algo aparente por se desarrollará en los otros episodios. Según ejemplo en la masculinidad juvenil del pro- Andermann, al inicio del film una secuencia tagonista–sino también la exteriorizan. Esta de tomas interior/exteriorización funciona como parte del mismo proceso. Estos flujos de distintos establishes a time and a place, a par- elementos culturales como la música, y sus ticular diction, body posture, audio- repercusiones en los personajes, se acumulan visual rhythm and their relation to a en escenas que capturan la vida social dentro set of cultural values and references, de espacios físicos específicos. both cinematic and non-cinematic, De los lugares emblemáticos repre- both local and global: a poetics. (12) sentados en Labios de churrasco, uno de los más importantes es el videoclub. En el film, Es una poética inextricablemente vinculada a se representa el videoclub como espacio de un entendimiento particular de la masculini- confluencia en el cual se entrecruzan varios dad juvenil. La escena introduce el protago- modos de producción cultural como el cine, nista Juan (Fabián Vena), cuya recitación (que el diseño gráfico, las historietas y la música. repetirá después) de “Lo único que te pido, Como los cines suburbanos en la Argentina Diosito querido, Virgencita de Luján, San Ca- ya se habían cerrado en el período—Bermú- yetano, Ceferino Namuncurá, es que tenga un dez reconoce que los films “registra[n] otra buen día. Gracias” sigue el subtítulo austero transformación de los noventa: la desapari- de “Ituzaingó, Buenos Aires, 1994.” Efecti- ción de los cines barriales y su concentración vamente, Labios de churrasco relata las vidas en los shoppings,” algo a lo cual se refiere algo comunes de Juan, su amigo Gus (Gus- Rolo (el actor cómico Campi [Martín Cam- tavo Prone), su novia Paola (Violeta Naón) pilongo]) más tarde en 5 pal’ peso cuando re- y un policía, El Cana (Carlos Briolotti), que chaza la sugerencia de su novia Sole (Micaela persigue a delincuentes cuyos crímenes siem- Abidor) de ir al cine en la Calle —el pre son insignificantes. Lo significativo en la videoclub conecta conversaciones dentro y película no es necesariamente la trama, sino fuera de la tienda. Al inicio de Labios de chu- el establecimiento de un tono que persiste en rrasco, un kiosquero les recomienda Ángeles las dos secuelas. Como propone Sergio Wolf: (una referencia metaficticia a otro film de “But if there’s something downright evident Perrone, Ángeles, ángeles de 1992) a Juan y and imposing in all these films, that is the Gustavo. Antes de encontrarse con Paola wish for rendering contemporaneity” (32). La y su amiga Ana (Yiya de la Motta), quienes primera película de la trilogía no intenta rela- más tarde platican sobre un film francés sin tar una historia, sino recrear un momento. Y nombre mientras se relajan al borde de una la música es fundamental en esta recreación. pileta, Gustavo y Juan revisan los estantes del Labios de churrasco representa Ituzain- videoclub, buscando Ángeles. Mientras se oye gó como un nexo con su propia identidad. al fondo el éxito mundial “Fade Into You” 152 Letras Hispanas Volume 11, 2015

(1994), los dos hablan un poco sobre las pelí- canción. Primero. No cantés otra, si vas a can- culas y Gustavo le cuenta a Juan sobre un tipo tar una. Una canción es una canción y otra del barrio que “le hablan a los culos, como es otra.” yo te estoy hablando, le hablan a los culos di- El consumo de la producción cultural rectamente.” Una conversación frívola, poco global figura como parte integral de cómo memorable, es una representación de una Juan y los demás personajes construyen sus suerte de desconcierto mundano de la amis- identidades, principalmente masculinas, tad juvenil y masculina. El tono melancólico y las maneras en que habitan la geografía de la canción de Mazzy Star a la vez anticipa cinematográfica de Labios de churrasco. Si la y funciona en yuxtaposición con el alterca- música funciona al fondo, casi como el ritmo do en la siguiente escena entre Juan y Paola. de sus vidas, la poesía tiene un papel mucho A raíz de que ella descubre que él la engañó más activo en cómo Juan se relaciona con su en una fiesta, su altercado culmina en Paola novia. Como explica Bermúdez: “La trilogía diciéndole a Juan en inglés, “Fuck you, man. consiste en emotivas variantes de una única Así te lo digo. Así” y mostrándole el dedo, ha- línea argumental: la conquista del perdón ciendo fuck you. Los dos se separan, Paola se femenino a la infidelidad masculina, perdón va caminando furiosa hacia un Ituzaingó más trajinado al que los chicos arriban, siempre, suburbano en una escena y en otra Juan recita a través de la poesía.” En Labios de churrasco, la oración de nuevo. Juan recita el poema titular para arrepentirse La música de pantalla llega al primer por haberle engañado a Paola. Interrumpien- plano en otra secuencia que representa un do un capítulo de la serie animada de MTV espacio importante en esta primera iteración Beavis and Butthead (prod. Mike Judge, 1993- cinematográfica de la trilogía de Ituzaingó: el 1997), que presenta el clásico videoclip ani- auto. En vez de operar textualmente con em- mado “Take on Me” (dir. Barron, 1985) del patía como la melancolía de “Fade Into You,” grupo pop noruego A-Ha, una sucesión rápi- que subraya la relación de Juan y Paola qué da de golpes en la puerta le llaman la aten- está al fondo de toda la trama, el sonido en ción a Pao. El silencio inicial de la siguiente vivo de “Like a Prayer” (1989) de Madonna escena, puntuado ligeramente por el sonido sirve como punto de discusión para la pare- diegético de pájaros piando, se corta cuando ja fastidiada. Tras ajustar el dial un rato, Juan Juan lee en voz alta “Labios de churrasco:” se detiene al sintonizar la canción del disco epónimo. Los dos escuchan unos segundos Gracias por atenderme y hacerme y apagan el radio. Con las mejores intencio- tostadas con café con leche fría como nes, pero sin la menor idea de las letras, Paola a mí me gusta. Yo soy un estúpido canta: “Like a virgin. Chu-du-du, chu-du-du. pero no importa. Vos sos un búho deforme, paralítico, con tu culito de That’s what a very good time.” Juan responde pava gigante, inmenso y descomunal. frustrado “No es la de la virgin, es de la ple- Bardearé tus labios de churrasco, de garia esa.” En cierto sentido es una suerte de almohadón, de balcón, de mostrador. guerra ajena, en que Gustavo arguye sus sen- Todas las estupideces que digas me re- timientos de una forma pasivo-agresiva sin botan cual espejo que refleja tu ima- ponerlos de relieve, preguntándole más tarde: gen de espanto. (cit. en Guerschuny) “Y vos, ¿qué sos? Una virgin o sos una ple- garia.” Aún la respuesta de Paola—“Tarado. Junto a otros medios de producción Te odio, te odio”—no para sus quejas de que: cultural como los programas de la televisión, “porque si estás cantando una canción, es una la música es importante en la construcción de Nicolas Poppe 153

la masculinidad en la película porque forma jóvenes roban.4 Subrayada con música en el el contexto desde el cual Juan (y Gustavo has- film, la obsesión de El Mendo con la remera ta cierto punto) crea su propia identidad. La sitúa su lugar en el mundo. En varias conver- poesía, por otro lado, es mucho más revela- saciones, El Mendo demuestra su obsesión. dora. Por ejemplo, en una conversación torpe con Perrone emplea el mismo marco (ar- una chica con el atinado nombre de Chica en gumentativo, geográfico, genérico, etc.) en el la Pileta (Ada Quiñones), habla de la remera segundo film del tríptico, que se estrenó tres “Atomic Dad” de Homero Simpson que no años después. Las dos secuencias iniciales usa porque no quiere gastarla. Capaz de tener definen tanto los nuevos personajes principa- la remera, pero incapaz de llevarla puesta a les–Gus (Gustavo Prone), Pao (Paola Naón) causa de miedo de arruinarla, El Mendo es un y El Mendo (Mauro Alchuler)–como sus consumidor consumido por sus intereses. No problemas, el embarazo y, de nuevo, El Cana sólo es reticente a usar estos objetos, deja que (Carlos Briolotti). Si se entiende Graciadió controlen sus interacciones sociales. como una reiteración de Labios de churrasco, No sólo por su venta explícita de las tendríamos que verla como una más simbó- remeras, sino también por las conexiones lica. Perrone emplea elementos estilísticos implícitas del actor Ruso Verea al fútbol y la como el realismo mágico—en la última esce- radio—era portero de Independiente y Cha- na, después de estar parados frente un alma- carita Juniors, entre otros equipos, y locutor cén El Mendo, Gus y Pao se elevan al cielo— del programa radial “Heavy Rock & Pop” en y técnicos como el uso de colores vivos que los años noventa—El Gordo también repre- evocan las historietas. En Graciadió sobran senta un punto de referencia heterogénea e referencias a varias obras globales y locales importante en Graciadió. Como dueño de la de producción cultural juvenil. Desde Bob tienda y a causa de sus conexiones con la in- Marley James Bond, varios grupos musicales dustria musical, El Gordo es un iniciador. A locales (reales e inventados), afiches de pe- pesar de no ser un joven, es una figura juve- lículas como Emma (dir. Douglas McGrath, nil importante en la película. Como propone 1996), una revista pornográfica, programas Silvia Chmiel, “la juventud se convierte—por de televisión como Los Simpson, la canción sobre otras cosas—en una estética, plena- de Popeye (comp. Sammy Lerner, 1933) has- mente vigente y deseable de acuerdo con el ta el videojuego Street Fighter (des. Capcom, referente mediático, con lo cual carga y re- 1987). La construcción de la masculinidad viste de connotaciones positivas a quien sea juvenil en el film se representa a partir de portador de ese atributo” (86). Se debe enten- diferentes referencias culturales, de la cual la der la juventud no sólo en términos genera- más notable es la remera. En cierto sentido, cionales sino también estéticos. La estética de el medio de la remera—además de ser una la juventud, articulada primero por El Gordo prenda de ropa económicamente accesible, y luego por El Mendo, es un elemento clave especialmente cuando se la roba como Gus y de cómo se construye la masculinidad en la El Mendo hacen varias veces, también repre- película. senta el rechazo de las costumbres de la ma- En Graciadió, hay una interacción simi- durez y la sociedad—es más importante que lar entre las nuevas iteraciones de Gus y de su mensaje, que incluye iconos del período Pao. Siguiendo el modelo de Juan, Gus engaña como Billy Idol, Slaughter, Charles Bukowski, a su novia en un acto egoísta e impulsivo que Homero Simpson, el smiley, Superhombre y ocurre fuera de la pantalla. En vez de decla- Tin-Tin. La remera en Graciadió es particu- mar su propia creación poética para redimir- larmente significativa para dos personajes: El se, Gus le lee a Pao un poema que encontró en Mendo y El Gordo (Norberto “Ruso” Verea), lo que parece ser una revista de poesía local. el dueño de la tienda de remeras de la cual los Los versos en prosa de “Nunca un domingo” 154 Letras Hispanas Volume 11, 2015 hablan de otro amor enredado, semejante al Además de escenas que capturan espacios de Labios de churrasco. Por ejemplo: “Cuando importantes en las otras cintas (la inicial, por la conoció le dijo: yo soy un tipo jodido, así ejemplo, toma lugar fuera de la casa habitada te voy a amar, jodidamente” y “Un enamora- por Juan y Gustavo en Labios de churrasco), do es un paralítico que consigue una pata de secuencias que representan personajes de los palo y se cree que va a cruzar la cordillera de otros films son particularmente importan- los Andes.” Los versos evocan el poema del tes. Además de Gus, cuya aparición funcio- episodio anterior de la trilogía, pero no son na como herramienta metacinematográfica del protagonista. Resultan tanto de las emo- conectando Cinco pal’ peso con Graciadió y ciones como del consumo. No es decir que quien reconoce el artificio cinematográfico Gus revele sentimientos ajenos ni falsos, sino cuando habla directamente a la camera, el que emplea las palabras de otra persona para personaje de El Gordo enfatiza la intertex- expresar sus ideas. Como El Mendo, se iden- tualidad del film y la intratextualidad de la tifica con obras de producción cultural. Para trilogía. Una figura importante enGraciadió , combatir la indiferencia persistente de Pao, El Gordo circula una variedad de prácticas Gus le recuerda un recital de Caballeros de la sociales. En Cinco pal’ peso, sin embargo, se Quema al que asistieron. A través de la since- siente su presencia en el uso absurdo de un ridad del poema, y también la evocación de saludo jamaicano que describe y demuestra su pasado compartido, Gus le apacigua a Pao. en el film anterior, algo que subraya su índo- En vez de ensamblar lo que Sergio Wolf le inter/intra-textual. En este sentido, en vez denomina un “map of endless becoming” de ser constituido por componentes que son cuando propone que “if there’s something diferentes tipológicamente a lo incrustrado, downright evident and imposing in all these el film se ensambla usando partes del mismo films, that is the wish for rendering contem- tipo. En tanto que la intertexualidad de las poraneity” (32), la trilogía Ituzaingó pivota otras películas es reemplazada por más de lo en su última iteración. 5 pal’ peso cuenta la mismo (expansiones anchas del mismo tipo), historia del amor difícil entre Rolo y Sole, la Cinco pal’ peso consume iteraciones previas amistad de Rolo y Mendo (Mauro Alchuler), de Ituzaingó y sus personajes locales. No sólo y la persecución de los dos slackers perdidos es el título una referencia a una canción de por parte de El Cana (Carlos Briolotti). Sin Caballeros de la Quema empleada en una es- embargo, interrumpe la posibilidad de La- cena en Graciadió, sino también Perrone cita bios de churrasco y Graciadió por la muerta visualmente aquella escena en 5 pal’ peso para absurda de Mendo en el desenlace, dispara- evocar el mismo sentimiento y experiencia de do por un anciano mientras recoge un fútbol angustia. De modo similar, la música punk en que había pateado accidentalmente por mi- el film muestra la inconformidad de los per- lésima vez al patio de sus vecinos. También, sonajes. se nota un cambio en las maneras en que se En comparación con Labios de churras- emplean las referencias culturales en el film, co y Graciadió, se implementa la poesía en lo cual tiene repercusiones importantes en el último capítulo del tríptico de un modo la representación de la masculinidad juvenil. bastante diferente. En vez de expiar sus trans- Están ausentes las alusiones, conversaciones y gresiones por leer poesía que encontró reso- representaciones de una variedad de obras de nante, y mucho menos componer versos para producción cultural. En Cinco pal’ peso son su amada, Rolo, un analfabeto funcional, le reemplazadas por referencias a las geografías encarga unos versos al Poeta de Ituzaingó (el cinematográficas construidas en los dos films músico y ex-líder del grupo Memphis la Blu- anteriores, de una manera similar a la sustitu- sera, Adría Otero, quien desempeña el papel ción de Iván Noble (el cantante de Caballeros Elvisesco de Sandrito en Graciadió). El sone- de la Quema) por Campi en el papel de Rolo. to endecasílabo y bien rimado, el cual Rolo Nicolas Poppe 155 no puede leer, le cuesta al fotógrafo amateur cultura juvenil, tanto dentro (o sea, su ensam- unas doce fotos de Polaroid. La escena repre- blaje textual) como afuera del film (o sea, el senta el distanciamiento de la palabra, y, tal significado del texto para el espectador). Lo vez como consecuencia, de sus propias emo- que se ve, por consiguiente, en la trilogía Itu- ciones de Rolo. A través de la devolución de la zaingó es un movimiento que se aleja de la figura masculina central, esta interacción con heterogeneidad e hibridez cultural, espacial y la poesía también evidencia las repercusiones masculina de Labios de churrasco y Graciadió de la evolución de los films. Es decir, mientras hacia algo distinto en 5 pal’ peso. Al afirmar la perspectiva cinematográfica de Perrone se esto, propongo que se puede leer la trilogía de desarrolla en la reiteración de la trama, la Ituzaingó como una representación de cómo poesía se comercializa cada vez más por los la juventud argentina de los mediados de los protagonistas masculinos. Ya no conectados a noventa construye la masculinidad a través la palabra, lo que nos hace humanos, se usa la del consumo de distintos modos de produc- poesía como un producto de consumo a tra- ción cultural. vés del cual se puede obtener el perdón. Las referencias a obras de producción Notas cultural juvenil, sean éstas implícitas o explí- citas, se mueven progresivamente de la hete- 1 rogeneidad a la homogeneidad en la trilogía Me gustaría expresar mi agradecimiento a Vi- de Ituzaingó. Se ve, por consiguiente, un cam- nodh Venkatesh por su trabajo editorial y a Ana María Mutis por sus comentarios sobre una ver- bio en la representación de la masculinidad a sión anterior de este texto. través de las iteraciones, de la figura compleja 2Se aprobó la Ley 24,377 para estimular la pro- de Juan en Labios de churrasco a la del boludo ducción de films que “contribute to the develop- Rolo en 5 pal’ peso. En el tríptico, las itera- ment of national cinematography being by their ciones de funciones aún simples no sólo pro- cultural, artistic, technical or industrial qualities, ducen efectos mucho más complejos sino que except those that are based or related to sex and también revelan cuestiones teóricas de la re- drugs, and that do not present a positive influence for the community” (Rocha 842). presentación cinematográfica, especialmente 3 en el contexto de la secuela. No sólo se hacen DIY se refiere a “Do it yourself,” un concepto importante en la cultura punk. Representa una crí- más normativas y uniformes y, tal vez, más tica del consumismo y un nuevo posicionamiento “cinematográficas” por su autoreferenciali- del individuo en el contexto de la cultura de con- dad, sino que la geografía cinematográfica y sumo. las masculinidad juvenil de la trilogía tam- 4El rock barrial acompaña las dos escenas de bién llegan a ser más comerciales, vendien- robo en Graciadió. En particular, se escuchan las do efectivamente sus iteraciones anteriores canciones “Ángeles caídos” de Attaque 77 y “5 pal’ como productos de consumo para el espec- peso” de Caballeros de la Quema. tador. Entender la geografía cinematográfica como un sitio construido por la espacialidad Obras citadas física y la práctica social, tanto como las ma- neras particulares en que se arraiga el último Andermann, Jens. New Argentine Cinema. Lon- don; New York: I.B. Tauris, 2012. Impreso. en el anterior, es útil en el intento de desentra- Bermúdez, Nicolás. “Raúl Perrone: una cámara de ñar las relaciones entre entendimientos cultu- video pedorra: una lectura geopolítica y mel- rales como la masculinidad, construidos por ancólica de ‘La Trilogía’: Labios de churrasco practicas sociales, tipos de marañas de activi- (1994), Graciadió (1997) y 5 pal peso (1998).” dades humanas, y el consumo de producción La Fuga. N.p., 2009. Web. 25 Mar 2013. 156 Letras Hispanas Volume 11, 2015

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Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: The Ends of Masculinity in the Urban Space in Ana Clavel’s Los deseos y su sombra Author: Vinodh Venkatesh E-mail: [email protected] Affiliation: Virginia Tech; Foreign Languages & Literatures; Major Williams, 339; 220 Stanger Street; Blacksburg, VA 24061 Abstract: Current debates on the urban condition underline how the postmodern city undergoes what Fredric Jameson calls a crisis of boundaries where the borders and categories of space are blurred. Where does it begin, or, better yet, what are the limits of the urban? The indeterminate physical space in turn contributes to an indeterminacy of the subject, as Fredric Jameson sug- gests that the postmodern space is inextricable from the phenomenology of the subject. Jame- son’s question, however, incites a challenging of the ontology of the subject that is blurred in this process of late capitalism. Addressing this disjunct, Kathleen Kirby argues that Jameson’s subject is categorically masculine in nature, as the consciousness of indeterminate corporeality experi- enced by the postmodern subject is an extravagance that women have never been able to identify with. Women, Kirby argues, have consciously and wearingly been aware of their embodiment. Gender then is not only a factor in how the city is formed, metastized, and structured, but in our actual everyday experience of the urban. In the following pages I examine the symbolic spaces in Ana Clavel’s writing of Mexico City in Los deseos y su sombra (2000). I reflect on how mascu- linities regiment the public and symbolic within the urban, and speculate on the possibilities of redefining the public spaces that maintain and perpetuate a masculine order. Keywords: Ana Clavel, Los deseos y su sombra, Urban Space, Masculinity Resumen: Los debates actuales sobre la condición urbana subrayan la manera en que la ciudad post- mederna experimenta lo que Fredric Jameson llama una crisis de fronteras, esto es, una crisis donde las fronteras y categorías del espacio se desdibujan. ¿Dónde comienza o, más bien, cuáles son los límites de lo urbano? El espacio físico indeterminado contribuye, por su parte, a la in- determinación del sujeto ya que Jameson sugiere que el espacio postmoderno es inextricable de la fenomenología del sujeto. En relación con esta idea, Kathleen Kirby arguye que el sujeto de Jameson es categóricamente masculino en naturaleza, ya que la conciencia de la corporalidad indeterminada experimentada por el sujeto postmoderno es una extravagancia con la que las mujeres nunca han podido identificarse. Las mujeres, arguye Kirby, han sido siempre conscien- tes de la agotadora materialización de su cuerpo y que la masculinidad reglamenta el espacio de la ciudad hasta tal punto que cualquier evaluación de su naturaleza en términos de género debe tener en cuenta la forma en que la masculinidad opera dentro de ella. En las siguientes páginas examino los espacios simbólicos en la escritura de la Ciudad de México que Ana Clave elabora en Los deseos y su sombra (2000) y reflexiono sobre cómo las masculinidades regulan lo público y lo simbólico dentro de lo urbano al tiempo que especulan sobre las posibilidades de redefinir los espacios públicos que mantienen y perpetúan el orden masculino. Palabras clave: Ana Clavel, Los deseos y su sombra, espacio urbano, masculinidad Biography: Vinodh Venkatesh is an Associate Professor of Spanish at Virginia Tech. His research is primarily centered on issues of gender, subjectivity and the urban space in contemporary Hispanic narratives. A secondary area of research concerns the cinematic production of Spain and Latin America. His current work focuses on ethics, politics, and spectacularity in Spanish cinema. In addition to several articles, he is the author of The Body as Capital: Masculinities in Contemporary Latin American Fiction (Arizona, 2015), and the forthcoming New Maricón Cin- ema: Outing Latin American Film (Texas, 2016).

ISSN: 1548-5633 158 Letras Hispanas Volume 11, 2015

The Ends of Masculinity in the Urban Space in Ana Clavel’s Los deseos y su sombra

Vinodh Venkatesh, Virginia Tech

Writing on the position of the metrop- By alluding to the textual nature of the city, olis within global geopolitical tectonics of Chambers calls to attention a need to under- the 21st century, Iain Chambers argues that stand the mythology of the urban space. Aside metropolitan centers such as Mexico City from identifying its phenotype, he poses the have “invariably functioned as the privileged necessity for a critical understanding of how figure(s) of modernity” (55).1 They are the it operates and how power runs through and apotheosis of aesthetic and economic forces is captured by its real and imagined outcrop- that become models of financial and social pings. This postmodern city undergoes what development and metaphors of moderniza- Fredric Jameson calls a crisis of boundaries tion and “metaphysical reality” (55). It is in where the borders and categories of space are this metaphysical understanding that Edward blurred. Where does it begin, or, better yet, Soja, working with theories put forth by Hen- what are the limits of the urban? The indeter- ri Lefebvre, posits a triadic understanding of minate physical space in turn contributes to spatiality, where the real is at times conflated an indeterminacy of the subject, as Jameson with the symbolic to thus better understand asks if this postmodern space does “not tend how space is lived.2 In line with this critical to demobilize us and surrender us to passivity gesture, Chambers furthers a demystification and helplessness, by systematically obliterat- of the urban center, when he argues that the ing possibilities of action under the impen- metropolis is only a: etrable fog of historical inevitability?” (86). Jameson’s question, however, incites a [M]yth, a tale, a telling that helps us dialectic challenging of the ontological “us” to locate our home in modernity […]. that is blurred in this process of late capital- The metropolis is an allegory; in par- ism. Addressing this disjunct, Kathleen Kirby ticular it represents the allegory of argues that Jameson’s “us” is categorically the crisis of modernity that we have masculine in nature, as the consciousness of learnt to recognize in the voices of corporeality experienced by the postmod- Baudelaire, Benjamin, and Kafka ern subject due to the indefiniteness of his […]. [T]his metropolis is not simply surrounding space is an extravagance that the final stage of a poignant narrative, women have never been able to identify with. of apocalypse and nostalgia, it is also the site of the ruins of previous orders Women, Kirby argues, have consciously and in which diverse histories, languages, wearingly been aware of their embodiment. memories and traces continually en- The metropolis as a city-text is a postmodern twine and recombine in the construc- space that is negotiated differently by men tion of new horizons. (112) and women, as Kirby notes: Vinodh Venkatesh 159

For the man […] the most promi- Through buildings that typify institutions of nent feature of the landscape would power, law, and sanitation (amongst others), be pathways, along which he projects the urban is also a metaphysical reality that himself, making his world a space that establishes, perpetuates, and practices in the returns to him a self-image of move- design of the Masculine. ment, command […]. For the woman […] I imagine a world structured not In the following pages I examine the by pathways but by obstacles […] symbolic spaces that genderize and are gen- rather than seeing how to get from derizing in Ana Clavel’s writing of Mexico ‘point A’ to ‘point B’ I often see what City in Los deseos y su sombra (2000). I reflect is keeping me from getting there. (53) on how masculinities regiment the public and symbolic within the urban, and speculate on Gender then is not only a factor in how the the possibilities of resemanticizing the build- city is formed, metastized, and structured, ings and public spaces that maintain and but in our actual everyday experience of perpetuate a masculine order. The novel ar- the urban. As Kirby notes, the masculine ticulates the need to map-out the Masculine (as position and expression) regiments the city, and to understand the subject’s position cityspace, so much so that any evaluation of within this textual space as an intrinsic step in its gendered and genderizing nature must the development of creating an identity vis- take into account how the masculine oper- à-vis a nation or community; a tactic that is ates within it. The city, after all, houses the read in tandem with a shift towards a global centers of power that code for Raewyn Con- order or space as Chambers, Jameson, and nell’s theorization of hegemonic masculinity.3 others have posed in the development of the I will use the ‘Masculine’ to identify the ide- modern metropolis. alized and poly-faceted position of Connell’s Born in 1961, Clavel has been consid- term. It is akin, in a structural sense, to Con- ered to belong to what critical circles have nell’s apical position, but functions on other called New Mexican Narrative, or the second semantic and symbolic levels, beyond, yet generation of the boom femenino, and gains at times in tandem with, variable structural literary accolades in the 1980s with the pub- hierarchies of gender. It is through dialogue lication of two collections of short stories. with the Masculine that femininities, mas- Aside from Los deseos, she has published Cu- culinities, and Queerities come into being, erpo náufrago (2005), the controversial Las taking the former as a sociohistorically spe- Violetas son flores del deseo (2007), El dibu- cific normative position. The Masculine, as jante de sombras (2009), and Las ninfas a veces Ben Sifuentes-Jáuregui argues, “designs itself sonríen (2012). Her works have tended to fo- from the outside of culture and society, and cus on questions pertaining to the body and doubles an idea of itself as the very interior of desire, and their relationship to language and that culture and society” (108). Those char- the symbolic. My interest in Los deseos resides acteristics deemed powerful, desirable (both in its explicit discussion of the Mexican urban to the projected and real heterosexual, and space, which is a theme that slowly dissipates repressed homosocial imagination vis-à-vis in her trajectory. Cuerpo, for example, evokes desire) and viable as the pillars of the social several sites in the City, but ends instead with matrix–as organizational tenets–are en- a complete deterritorialization of the diegesis shrined as the Masculine, intrinsically linked that is perpetuated in the later works, akin al- to the male body and the cityspace. The Mas- most to the trajectory of the territorialized ur- culine is consecrated and assimilated through ban space in another contemporary, Cristina aesthetic, discursive, behavioral, and even Rivera Garza. In Clavel’s most recent novels, sartorial cues and practices and is enabled the city is anonymous, indistinct, and ephem- and reiterated/reproduced by all gendered eral, in stark contrast to its protagonic role in bodies within a given culture and society. Los deseos. What precipitates this change? 160 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Discussing Los deseos and its relation for his homeland. Soledad spirals swiftly into to the Mexican literary scene, Jane Lavery a self-destructive gloom of loneliness, lyrical- affirms that the novel is “notable for its dia- ly evocative of her own name. She fools her logic richness, interweaving the historical, mother and brother into thinking that she has the fictional, and the fantastic” (1068). The been given a scholarship to study abroad and use of the fantastic and hints of magical real- instead takes up a photo-archival job in the ism position the author amongst contempo- Palacio de Bellas Artes. It is as an adult that raries such as Ana García Bergua, Adriana the narrative diverges into the fantastic as the González Mateos and Cecilia Eudave, all of reader is left to decipher whether Soledad is whom Ana Rosa Domenella defines as “au- alive or dead, as she is suddenly able to walk toras neofantásticas” (353). The critic affirms unnoticed through the city, challenging in a that the fantastic in Clavel is not necessarily sense Kirby’s impressions of gender-move- the mixture of realities or paradigms, but is ment in the urban. instead a focus on the body as a fantastical Keeping the dematerialization of the creation that can be played with, teased, and female body in mind, Luzma Becerra argues molded into whatever we want. The latter is that the novel undertakes a “desprendimiento of interest if we are to return to the critical de la realidad, sin que llegue a desaparecer point of entry into the gendered interplay of un ‘estar ahí’” (370). Through the narrative of the city and the body. Soledad, Clavel succeeds in hazing the limits The novel traces the life of Soledad of space but we are never fully disarticulated García, a young, introspective and preco- from a narrative of the city or a citytext per cious girl who lives in Mexico City from the se. Space and the city, after all, are central to 1950s through the 1980s, a period of urban Clavel’s positioning of Soledad in relation renewal, growth, and increasing internation- to other characters in the novel. From the alization.4 The timeframe of the novel reflects Palacio de Bellas Artes and the Castillo de a period rife in social and economic change Chapultepec the protagonist centers the ex- in Mexico, problematized by internal migra- pansive and multiplicitous city through a nar- tions and the setting up of industrial centers rative telephoto lens that establishes its spaces sustained by foreign investment.5 Blending as the canvas that must and will be painted temporalities and levels of lucidity, the text over by Soledad. Keeping this conception of explores the life of Soledad as she negoti- spatiality in mind, Becerra observes that “la ates the streets and spaces of the city in a historia de Los deseos y su sombra reelabora process of self identification. The body-city un contexto cultural, que es el de un imagi- metaphor, noted by Beatriz Barrantes-Martín nario femenino con su educación tradicional (25), which is a leitmotiv in many contem- en lo referente al registro genérico” (372). The porary fictions is taken to a fantastic level as novel’s narrative trajectory is mapped out as the body-text and citytext are entangled in a Soledad constructs a fake world in response complex and multi-layered tracing; it is not to the weight of patriarchal systems; an alter- a simple analogy or metonym, but instead a nate mapped out space with the individual as radical evaluation of both. Soledad talks of the sole cartographic referent and the locat- her childhood, her revolutionary father, the ing device of language as an obfuscated me- brother of her best friend who was killed in dium of finding and plotting points of contact the 1968 student revolts, and of the mysteri- between the multiple worlds that Clavel’s pro- ous Desconocido who repeatedly rapes and tagonist negotiates. molests her in her youth. As an adult, the nar- Los deseos y su sombra focuses on the el- rative picks up from her relationship with a ements and voices of society that hegemonic visiting Hungarian photographer, Peter Nagy, power chooses to silence or ignore, but which who abandons her in Mexico when he leaves can very easily upset the status quo. These Vinodh Venkatesh 161

groups, which Edward Said denotes as the unexplained and without much detail, Sole- “ignored group” (“Foreword” v), represent dad’s journey of self-discovery forces Clavel the oppressed, deobjectified and unprivileged to conceive a non-patriarchal notion of fe- sectors that Armando Ramírez shockingly male subjectivity. She walks the city, actively put to ink in Pu (1979); they are the mass- evaluating herself in relation to her surround- es who migrated to and subsist in Mexico ings, posing thus a litmus of gendered experi- City.6 But Clavel does not perform a textual ence within the spatiality of the urban. This ventriloquism of their voices, as she instead exercise, not quite unlike that of the protago- focuses her attention on making Soledad a nist of Luis Zapata’s El vampiro de la colonia metonymic and corporal representation of Roma (1979), breaks from traditional narra- the fractured city and its voices. The novel tives of the city as the subject-enunciator pro- becomes, therefore, an authorial and reader- vides a subaltern perspective of how the city intense activity of unearthing the truth about is formed and lived. Lavery comments upon Soledad and/or the city and all that it repre- this, as she explains that the protagonist’s sents, leading Lavery to hypothesize: journey and “remapping of her own body in the megalopolis feminizes the traditional The unknowability of her truth be- male quest in the Mexican urban novel. The comes inextricably interconnected notion of the city as a whore, which provides with the text’s comments on historic the space for male journeys over what is de- reality, symbolically illustrating that picted as prostrate female terrain, continues what we might perceive as reality or to hold sway in Mexico’s masculine literary ‘truth’ is ultimately an imaginative (postcolonial) imagination” (1056). construct […]. Even though histori- Following a Kristevan understanding cal realities are subordinated to social and psychological issues, the physical of the subject in process, Lavery analyzes the violence suffered by Soledad and vari- text in relation to the formation of the fe- ous other characters reflects the ex- male without necessarily unearthing a criti- periences of silenced Mexicans under cal interest in Soledad’s phenomenological the Institutional Revolutionary Party relationship with space. The critic does, how- (PRI: Partido Revolucionario Institu- ever, open a pathway into an understanding cional) between the 1950s and 1980s. of the city as a patriarchal stronghold when (1054) she comments that “the foundation of the city is intimately connected to the cartography of The role of gender within Clavel’s greater lit- male desire, where man writes the body of the erary endeavor is evident in the choice of a other (woman) and brutally inscribes upon it female character that actively perambulates his own history” (1056). These centers of pa- through the defined city as observed from the triarchy, or closely delineated topographies Palacio and Castillo. Establishing an alterna- that capture phallocentric power, are perva- tive understanding of the nation and its histo- sive and effluent in Los deseos y su sombra. ry necessarily debunks traditional patriarchal The bodies that capture and perpetu- and phallogocentric conceptions of state.7 ate phallocentrism as a cultural and national The reimagining of society in turn sets up an paradigm begin in the ubiquitous space of analogous process within an understanding the household through the figure of Soledad’s of the subject as traditional ideas of gender mother, Carmen. After the death of her hus- are discarded. band she reminds Soledad that her brother is Stemming from the early memories of now the man of the house and must be re- intercourse with the Desconocido, which go spected, and that she as a girl must fit into 162 Letras Hispanas Volume 11, 2015 the role afforded by patriarchy: “las niñas no Clavel personifies the urban as she de- hablan cuando están entre mayores, quietecita scribes how the city “despertaba, perezosa, en como una muñeca de porcelana: si se mueve el valle: estiraba los brazos de humo de sus se rompe” (21). Carmen is strongly subservi- fábricas, contoneaba las piernas de sus ave- ent to the tenets of a heteronormative soci- nidas, se arrebujaba de nuevo en las cúpulas ety controlled by the Masculine: men, in her de sus iglesias” (19). This gesture gives way worldview, are always correct and knowing to an understanding of the city not only as whereas women lack reason and subjectivity. a character but also as a stand-in for Mas- She also perpetuates the idea of public female culine control, defined by heteronormative genitalia, whether in form or use, as shameful components that further a spatial contract when she spies Soledad plumping her lips in of acceptability, where gendered bodies must front of a mirror. She tells her daughter to bite act out certain roles within culturally specific her lips to make them seem smaller and less loci of heterosexism. These loci can further alluring. When Carmen demonstrates this to be defined as semantic, physical assemblag- her daughter she is described as having the es of the lines and structures of power that mouth of a fish or a monkey, emphasizing keep patriarchy functioning. A brief list of Clavel’s authorial position that patriarchy and such spaces may include a church, a school, phallocentrism desubjectify women. They a single-family home, and even the neighbor- become animals who cannot speak and com- hood bar. Clavel’s city, furthermore, anatomi- municate, part of the “ignored group” that cally includes factories that create economic aimlessly and mechanically mull through the wealth that enslaves the masses to what Con- corridors of the city and keep it alive with nell terms transnational business masculin- their work, yet who cannot and must not par- ity, or the rising hegemonic group that con- take in its construction and spheres of influ- trols gender, political and economic systems ence. Carmen and Soledad are, ironically, the across national frontiers (Connell and Wood sole breadwinners in the family as they sell “Globalization and Business Masculinities”). pastries and breads in the local community. Dressed in uniformed suits and deeply inter- The domestic space is controlled by the ested in indiscriminate economic amassment, voice of patriarchy and not necessarily a he- Connell’s multinational masculinity has loose gemonic male, as this latter subject position sexual ethics and is purely concerned with the is reinforced by the chidings of the terrible subjugation of others. The network of streets mother and not the heir to the phallocentric and avenues calls attention to Soledad’s in- throne, Soledad’s brother Luis, who prefers ability to breathe outside and the actions of to play football with his friends. His other the predatory urban homosocial groups that pastimes include the hunting of flesh, as he actively hunt women. Lastly, the church and joins other boys in stalking “un buen trasero, its resounding bells signal an understanding unos ojos soñadores o un cabello suave” (47), of the clerical binds that enslave the feminine reinforcing the traditional idea of the city as and non-heteronormative to ecclesiastical a whore to the urban male subject. The out- social doctrine. The novel thus explores the side space, which is to say the city-text that spatial contract of gender, or how lived space lies beyond the kingdom of the domestic, is engenders particular gender expressions. controlled by the marauding bodies of homo- The avenues of the public citytext estab- social masculinity. As a result, Soledad as a lish a viaduct for hegemonic control in the young girl feels trapped and asphyxiated in form of patrolling police troops. They are the the busy commercial streets of the center, as city/body’s antibodies that flow through its though “el espacio que ocupaba en el aire no arteries, identifying and eradicating all threats le perteneciera” (16). to the greater self. After Peter leaves her and Vinodh Venkatesh 163 she spirals into a self-defeating depression, corporal antibodies that circulate the veins Soledad finds herself in the company of a and arteries of the city-body, keep under con- blind man (Matías), a young mime (Jorge), trol any threats to the symbolic national–or and a group of street urchins who regularly Masculine–body. steal and use intravenous drugs. In one of the The need to root the national imaginary group’s adventures Jorge calls them to a halt within the Masculine is further traced in the as he notices a truck slowly approach, with: placing of Soledad within the physical city when she discovers the Castillo de Chapulte- [H]ombres que colgaban de los estri- pec. She brings to mind Chambers theory of bos y mostraban sin pudor los brazos the metropolis as myth when she remembers desnudos y amenazantes, el gesto “aquel niño héroe que se había arrojado en- fiero y desvergonzado del que sabe vuelto en la bandera nacional” (17). Clavel el increíble poder de la violencia de su parte. No levantaron a nadie pero references the taking of the Castillo during se paseaban alardeando por aquella the Mexican-American War by a band of avenida tan cercana a la Plaza de la US Marines that stormed the building. Dur- Constitución con la prepotencia que ing the conflict, six young Mexican cadets les otorgaba esa cara siniestra de la valiantly defended the space (of the nation) represión y el terror instituidos como from the foreigners, with one of them, Juan medidas de orden y seguridad social. Escutia, purportedly wrapping himself in the (262) tricolored flag before jumping from the tow- er. This much contested story has, however, The circulatory agents of hegemonic mascu- come to form what Soledad calls “la necesi- linity are even able to see the ghostly Soledad dad de un país de inventarse una historia ad- though they only sense her presence and not mirable y prodigiosa” (17), bound invariably her actual corporality. They are responsible to the virile, youthful male. for keeping order and peace, which can alter- The connection between nation and natively be interpreted as keeping the silenced masculinity is further concretized in the Pas- and ignored under the yoke of economic and eo de la Reforma and the many statues and social modernization that was politically, and monuments that dot its 12 kilometer incur- still is, promulgated. The author’s description sion into the heart of the city. After leaving her of these men is visual in that it establishes an mother and brother, Soledad routinely walks aesthetics of virility that privilege the strong along the Paseo’s streets and plazas, stopping masculine body over the lanky and effeminate at the many statues that include monuments mime and the blind Matías. The text further to the Niños héroes. As she approaches the visualizes a spatial position of this interaction boulevard de los héroes, she engages in one of between the hegemonic and the oppressed in many moments of existentialist pondering as a topographic relation to the Plaza de la Con- she wonders: “¿Dejo de ser porque ellos no stitución, or what is commonly known today pueden verme? […]. ¿Entonces esta ciudad as the Zócalo, the main square in the center existe o solo la imagino?” (197). This line of of historic Mexico City, which has served as inquiry requires the reader to pause and take the heart of government of both the nation a step back from the diegesis, if only for a mo- and the capital and where popular protests ment, and ask ourselves the same questions. have often taken place. In the exchange be- This tangential exercise, however, permeates tween the police and Soledad, Los deseos y su the passages that follow, as Soledad walks sombra is careful in its mapping of the subject amongst the statues and figures that adorn and subjectivities in relation to a territorial- the metonymic space of the nation in the city, ized spatial referent that is inextricably linked “como una lección de historia tridimensional to the national imaginary. The police agents, que ya pocos–o nadie–leía” (197). 164 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Like in several other points of the nar- urban space is further described as being re- rative, Clavel situates her protagonist in a top- flective of “la brutalidad del asedio, la violen- ographic space that is pinpointed by statues cia al someterla” (255), reinforcing Lavery’s that are “situados en lugares estratégicos que hypothesis of the city as a whore, and Octavio obligaban a la vista a reparar en ellos” (198). Paz’s idea that Mexican identity is best cap- It is in the placing of a silenced, ignored femi- tured by the void left by the abject mother, as nine subject in a spatial relationship to the he explains that “la cuestión del origen es el stone soldiers, politicians, and other primal centro secreto de nuestra ansiedad y angus- male figures of Mexican nationhood do we tia” (84). concretize Clavel’s assertion that the city is The narrative side-trip into Matías’s in- an intrinsically masculine space, and that the terpretation of the history of the city keeps boulevard of héroes, with its vertical epitaphs with the characterization of the urban as a and figures, its particular contribution to the metonymic construct of the Masculine, and imagining of the nation. Each statue with its as a terrain that keeps those gendered bodies inscription and historical note sutures togeth- that do not conform to its rules in bondage. er an imagined topography of Mexicanness. Clavel addresses the mythopoetic concep- The blind Matías furthers this thesis in a tions of the metropolis by acknowledging story he tells Soledad and the street children, popular myths of an underground Indian city one of the many short intertexts that populate below the roads patrolled by the current gov- Los deseos y su sombra. Here he recounts how ernment’s police forces. This is done through “México fue una ciudad vehemente como el Soledad’s work where she is charged with deseo que le dió origen” (254), as its found- photographing the subterranean recesses of ing, he notes, originates in the dreams of a the Palacio de Bellas Artes under the direc- band of tribal hunters (evocative of Luis’s own tion and supervision of Martín Rueda, a rich, prowls through the city-whore). He explains: omnipotent and sexually predatory busi- nessman that embodies many of the charac- Vieron a una mujer que dormía en teristics of Connell’s contemporary variant las aguas de un lago. Soñaron que la of globalized, neoliberal masculinity. He is forzaban y que ella, sin despertarse, physically fit and virile with well-manicured respondía a sus caricias y a su violen- fingernails that stress the importance of hy- cia. La tomaban una y otra vez pero ella no despertaba del sueño de agua giene as ontological to modernity and mod- y ellos en realidad no la poseían. Al ernization. He is quick to undermine the despertar, los cazadores buscaron rights of workers and does not hesitate to aquel lago. Peregrinaron de un sitio a flirt with a young girl who enters a café hold- otro pero no encontraron rastros del ing hands with her boyfriend. His eagle-like sueño y, en cambio su sed por la mu- looks, which cause discomfort in Soledad, jer iba en aumento.8 (255) contextualize him within a given space as the alpha hunter in the urban jungle where It is at this juncture in the tale that the men beta packs of youth like Luis and his friends chance upon a valley surrounded by thick hunt. As a metonym of a new global order, vegetation and spy a woman asleep by a lake. this character evidences the shifting context They rush to posses her only to find that she of the cityspace to that of a global metropolis, is nothing more than an illusion. The physi- with a corresponding change in the gendered cal root of the mirage is where they decide to order of the Masculine. settle and to build a city that keeps present the His subjectivity and position vis-à-vis woman’s “caderas, el horizonte de su rostro, the city is highlighted when he has Soledad sus párpados tenues” (255). The genesis of the go below the floors of the Palacio to unearth Vinodh Venkatesh 165 its history. It is in these subterranean rooms hinges between lunacy and sanity is exempli- and spaces, which Clavel describes in great fied in the conversations she holds with the ekphrastic detail, does Soledad reveal that statue of Leandro Valle in the Paseo de la the buried past of the city, like the myths of Reforma. By giving the statue speech, by re- foundation that Matías perpetuates, are truly moving it from the silenced and manipulated masculine spaces. They are now written over bodies that the Masculine controls, Clavel with details that code for the Masculine, as subverts the position of the male hero. This the many workers who regularly use the tun- desecration is carried out to full force when nels play football and get drunk in the un- Soledad describes how the statue has had its derground rooms, leaving pools of urine and sword removed, thereby effectively castrating “carteles de mujeres desnudas y hermosas” the hero as a bastion of the Masculine. This is (137) pasted onto the walls. It is this under- taken a step further when it is revealed that world space, the prehistoric antecedent to the street named after him in Mexico City is modern day Mexico City that Rueda wants now a home to prostitutes and drug dealers. catalogued by Soledad’s camera, as though (The demythification of a historic figure of through her prints he can gain discursive patriarchy is akin, in a sense, to Rivera Garza’s control over the past, in his role as globalizing portrayal of Porfiria in Nadie me verá llorar agent in the present. (1999)). This plotting of the road vis-à-vis the The probing of the subterranean space symbolic importance of the statue is poignant in Mexican fiction is summarized by Vil- in the sense that Clavel remaps or resemanti- loro, who argues that “la operación literaria cizes the hegemonic strategy of naming roads de buscar el esqueleto urbano, el paisaje fo- and streets within a privileged politico-histor- silizado bajo las apariencias, ha sido común ic discourse. The statues are further removed a escritores [contemporáneos]” (30). In Los from a phallic position of power as the groups deseos y su sombra, an older worker at the of street children and Jorge mock their poses. Palacio talks to Soledad about the possibility Forever conscious of the textual power of car- of an underground city, which is brought up tography, Clavel astutely places the performa- repeatedly by different characters as a mytho- tive pantheon of children and mime in a spa- logical Edenic answer to Paz’s hypothesis tial juxtaposition to “las estatuas de soldados of Mexican identity. The worker, Gallegos, que vigilaban desde las cornisas de Palacio dismisses the underground city as “puras como gárgolas fantasmales” (273). Herein the fantasías inventadas por la gente” (173). But reader notes an explicit and compulsory jux- the repetition of a space below the three-di- taposition between the self and space, the self mensional city-text is pertinent to any post- and the national imaginary. modernist understanding of the urban, as the This connection is central to the devel- present is invariably built upon and/or added opment of Soledad as she experiences and to past and poly-valenced iterations (just as, rehashes a childhood struggle with the ma- in fact, current notions of the Masculine layer ternal voice of patriarchy that continues into over a substrate of past iterations). her adult years. The search for identity, or an It is this historicized understanding of equation of self, and her resultant inability to the citytext, combined with a circulatory un- recognize herself as a whole subject is rein- derstanding of its roads and underground forced by “metaphors of the female body as tunnels that suggest to be most fruitful to the abject, disfigured, and grotesque” (Lavery protagonist’s existential quandary; the de- 1062). Soledad’s cessation from the patri- mythification of the Masculine city is inevita- archal order occurs as she breaks from her bly linked to the dismembering of the female mother when the latter tells her to pinch her subject. The ghost-like state of Soledad that lips shut lest they should resemble genitalia. 166 Letras Hispanas Volume 11, 2015

The protagonist’s search for self and inde- body as Soledad notices that “las manos se le pendence is only realized when she is able to despellejaron” (73). The practice of corporal separate herself from her mother’s instruc- representation is sutured to a formation of tions in this scene; it is through the recogni- the citytext, as Soledad wonders, “¿cómo de- tion of herself as an individuated body, away scribir esa ciudad en aquellos días posteriores from the hold of her mother and the voice of a su abandono?” (73). Space, like her body, patriarchy, does Soledad gain footing in the enters an existential purgatory of being and realm of subjectivity. Soledad, however, re- not-being as she explains “a donde pusiera sists complete separation from the gendered la mirada, los edificios y las calles, los cafés order and instead participates in a Kriste- y galerías por donde con frecuencia deam- vian subject-in-process model of formation, bulaban y por donde vagó después solitaria, which leads Lavery to observe that Soledad adquirieron para ella una nubosidad escalo- “comes to embody the abject itself, oscillating friante: tal era la sensación de irrealidad, de ambiguously between life and death […] be- caminar en falso, ajena por completo de sí tween the fully and partially formed subject, misma” (73). the semiotic and symbolic” (1060). Peter embodies the paternal voice that The dismembered feminine subject is Carmen channels to her daughter at an ear- further brought into tension by the series of lier age. He repeats the mantra that women relationships Soledad has with men. From must be held silenced and subjugated, scold- the violent encounters with the unnamed ing Soledad when she asks him a question: and undifferentiated Desconocido, to the boy- “las niñas inteligentes sólo hablan si tienen friends of friends that she ruthlessly beds, cosas importantes que decir” (75). As a for- Soledad lacks a centripetal force in relation to eigner, the relationship with Peter initially the masculine. She is never conceived of as a represents an escapism from the national whole in relation to the male, as though she Masculine, though this is reversed as he per- never fully succeeds in silencing the mater- petuates an almost animalistic oppression of nal call to subservience and phallic adoration. Soledad, suggesting then that the rules of the The idea of desire, which often holds a cen- Masculine are more global than localized. tral position in Soledad’s existential musings, During intercourse, for example, he routinely is defined by a lack and a void, and not an- penetrates Soledad’s increasingly fragile body other gendered body or fetish that points to from behind and enforces a role-playing re- an unresolved unconscious drive. The novel lationship of dominator and dominated with can thus be seen as being about the undefined him occupying the former position. Parting shadows of desire, and more importantly from a master-slave relationship, Soledad is about the unresolved desire of disappearing further desubjectified and commoditized as a which is repeated throughout the text. The woman when he offers her body to a friend, latter is a physical and at times metaphysical Montero. The feminine is sanitized under the wish, as the protagonist engages in a continu- guise of a nurse’s uniform as Montero and Pe- ous entanglement and desire of detachment ter take turns penetrating Soledad. The final from the power of masculinity as inscribed stroke of feminine dismemberment occurs onto the city and, by extension, society. one night as the three characters engage in a The dissolution of the feminine body ménage à trois and Peter penetrates Soledad becomes fundamentally connected to the but concentrates his desire on their moving narrative’s attempts at dissecting and disar- shadows and not her curves and touches, put- ticulating the cityspace, particularly through ting forward the first steps in Soledad’s dis- the spatialization of Soledad’s relationship solution. with Peter Nagy in Mexico City. After he The departure of Peter coincides with leaves her to return to his native Hungary, the a self-imposed exile on the part of Soledad text hints at a slow desubjectification of the from her family and work into the streets of Vinodh Venkatesh 167

Mexico City that begins to lose shape and había movido en el último momento–se veía definition as her own body slowly begins to desafocado y Matías tenía los ojos en blanco. dematerialize. The body and city are further La única figura favorecida […] resultó ser destructured by the inclusion of a large Chi- una muchacha que de seguro pasaba por ahí nese vase in the plot that houses Soledad’s al- y que la cámara había captado en la última ter ego, Lucía, and an angry red dragon that fracción de segundo” (304). makes several appearances in the novel dur- Soledad as a subject in process is re- ing moments of crisis. The fragile yet magi- subjectified in the epilogue toLos deseos y su cally extensive space of the vase becomes sombra, which in turn functions as a diegetic both a metaphor of her body and the city she epitaph for the protagonist. We learn that maps out as she observes that “la ciudad y sus her mother contacts the “Centro Nacional calles podrían convertirse en un laberinto para la Localización de Personas Desapareci- propio y quién sabe, tal vez podría encontrar, das y Extraviadas” (307), a fictitious though a la vuelta de una esquina, más que el dragón official-sounding organization that is a so- o a Lucía, su rostro verdadero” (213). This cial arm of the Law and the forces that patrol confusion of outside and inside spaces, of the the streets of the citytext. The organization body-text and the citytext, is underlined by continues the mapping process that Soledad Soledad’s repeated refusal to be mapped as a began by pasting posters describing her and subject within the city as she emphasizes her the conditions of her disappearance around invisibility and lack of belonging to the social the city, emphasizing the linkages between and spatial milieu of contemporary Mexico the cityspace and the protagonist. The post- City. This refusal proposes a narrative quan- ers specify the 23rd of June, 1985 as the day of dary in Los deseos y su sombra as it is only by her disappearance, which coincides with the means of Soledad’s positioning in relation to terrorist bombing of an Air India plane. More the Plaza, Castillo and Palacio amongst other relevantly, however, the date coincides with buildings do we gain access to Mexico City as the first Reunión Nacional sobre Movimientos a narrated citytext. Sociales y Medio Ambiente at the Universidad A strategy of breaking from the Mas- Nacional Autónoma de México, signaling a culine city is evoked towards the end of the tangential connection between Soledad and novel as Soledad imagines a heavenly angel the rise of an interest in urbanization and its descending upon avenida 20 de Noviembre. effects within Mexico in the mid-1980s after She notes how “por un momento, ese instante decades of urban migration and sprawl. The único entre la nueva inmovilidad del ángel y connection, furthermore, evidences a textual la celeridad retomada de la avenida, […] hab- preoccupation with the theme of globaliza- ría podido jurar que la gente había atisbado tion, thus linking Soledad’s denoument to the un rincón del Paraíso” (259). Though Clavel shift in the cityspace towards a global order. hints at the underlying mechanisms and bod- The novel, however, refuses to close the ies of control in the urban space, the reader is chapter on Soledad (and her city) by simply left with a series of existential questions that explaining in the epilogue that she is a run- ponders feminine subjectivity in the light of away with possible mental conditions. The Masculine social and spatial codes. The pro- epilogue as a component of a novel is often tagonist ultimately materializes within the a textual strategy that negates the aesthetic diegesis when she poses for a photograph and/or ethical postulates developed over the with Matías, Jorge and the street urchins. The body of the novel. In Los deseos y su sombra, photographer composes a portrait of the si- the epilogue notes how on one poster some- lenced and ignored, and when the photo is one writes a graffiti that challenges the official finally revealed, “los niños aparecieron más discourse of the Centro Nacional. Written in delgados que de costumbre, Jorge–que se a rush, it reads: “Su cuerpo no la contiene” 168 Letras Hispanas Volume 11, 2015

(307), suggesting that after all Soledad may formed by a process of synekistic agglomeration, have been dematerialized, posing thus a which is a “behavioral and transactional as well change in narrative mode. Are we to now as political and economic concept that activates, read the novel through the scope of the magi- makes into a social and historical force, the spatial specificity of urbanism” (13). It is this understand- cal, or perhaps simply acquiesce to the fact ing of space vis-à-vis urbanism that explains Nev- that the city, like her, is never contained? The ille Brown’s strongly imperialistic description of graffiti as an unauthorized textuality codifies Mexico City as a “feral” city (239). Under a preco- a counter-voice to the narrative’s own author- ciously innocent subheading of “Cities too soon?” ity as Soledad may have escaped the confines the critic posits that third-world centers such as of her physical form that visually and socially Beijing, Johannesburg and Mexico City are not ascribed her onto the national cityspace. ready for urban modernity. In the latter example More than anything we realize that once he points out that “both the police force and the the city is written, plotted out, and spatial- judiciary are seriously corrupt, a reality that no doubt reflects the situation nationwide” (239). It ized, once exposed to the power channels and is the condition of being “feral” that Edward Soja, controls of hegemonic masculinity, it cannot however, assigns to all contemporary urban cen- be easily dislocated or disarticulated. The epi- ters of synekistic agglomeration, as he argues that logue as textual challenge, and the final piece the traditional binary of center and periphery no of graffiti, give us hope that a textual decon- longer applies in the 21st century, and that the idea struction of the city as metonymic and alle- of a “tame” urbanism is a practical and theoretical goric of the Masculine is possible, and that fallacy. Echoing this sentiment of the modern ur- the metaphysics of both are only contained ban space, Juan Villoro asserts that “la descripción by the limits imposed by narrative–limits that de la ciudad como caótica no implica por fuerza una crítica ni un lamento desesperado. Se trata, are malleable and ever-changing. más bien, de un retrato de su peculiar condición operativa” (El Olvido 17). 3See Connell’s posing of a structural argument Notes in Masculinities. 4A discussion on the narrative changes seen in 1 Anadeli Bencomo’s Voces y voceros de la mega- Mexico City through the second half of the twen- lópolis: la crónica periodístico-literaria en México tieth century would not be complete without a ref- (2002) provides a well-thought introduction to the erence to José Emilio Pacheco’s Las batallas en el textualization of the postmodern city, or “la mega- desierto (1981). Noting the textual development of lopolización de la capital mexicana” (36). Carlos throughout Las batallas en el desierto, Bea- 2The conception of the urban or the megacity, triz Barrantes-Martín argues that the development therefore, is understood along the planes of first, of narrated self runs parallel to the development second, and thirdspace as an interactive and physi- of the narrated cityspace. She notes that the city cal locus of spatiality, behavior, and meaning. Soja and Carlos are spatial recipients of the changes articulates a triadic understanding of spatiality: brought about by globalization and urbanization firstspace, “a set of materialized ‘spatial practices’ in the post-War period, observing that “el proceso that work together to produce and reproduce the de transculturación sufrido por el país, en el cual el concrete forms and specific patternings of ur- precio de la tecnologización y el progreso son una banism as a way of life” (10); secondspace, which galopante norteamericanización” (25). occupies a dialectic position where cityspace be- 5The sociological work done by Jonathan comes “more of a mental or ideational field, con- Kandell and Judith Adler Hellman prove interest- ceptualized in imagery, reflexive thought, and ing in understanding this shift towards synekism symbolic representation, a conceived space of the that occurs from the 1960s onwards. They study imagination” (11); and thirdspace, where the ur- the demographic cephalization that resulted in ban space is “a simultaneously real-and-imagined, massive waves of urban migration that intensified actual-and-virtual, locus of structured individual in the 1980s. The move towards urban living is and collective experience and agency” (11). It is stressed by Hellman who observes that only 35% Vinodh Venkatesh 169 of the population in the early 80s lived in rural ar- Becerra, Luzma. “Otra forma de estar en el mundo: eas with the majority being concentrated in nodal Sobre Los deseos y su sombra de Ana Clavel.” centers such as Mexico City. Similarly, internal De márgenes y adiciones: Novelistas latino- migration is explained by Kandell: “The migrants americanas de los 90. Ed. Jorge Chen Sam y were expelled from the countryside by prolonged Isela Chiu-Olivares. San José, Costa Rica: droughts, the inability of ejidos (communal farms) Perro Azul, 2004. 369-91. 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México, D.F.: masculinity in relation to the state and national- Alfaguara, 2007. Print. ism, please see Héctor Domínguez-Ruvalcaba’s ---. Los deseos y su sombra. México, D.F.: Alfaguara, Modernity and the Nation (2007), where he argues 2000. Print. that through a practice of sensuality and violence Connell, Raewyn. Masculinities. Berkeley: U of representations of masculinity and the male body California P, 1995. Print. abound in the historical period of modernization Connell, R.W. and Julian Wood. “Globalization in the 20th century. and Business Masculinities.” Men and Mascu- 8The old man’s story is a veiled reference to linities 7 (2005): 347-64. Print. the role of the feminine in Mexican lore of origin, Domenella, Ana Rosa. “Tres cuentistas ‘neofan- making reference to the Aztec goddess Cihuacoatl tásticas’.” Cuento y figura (la ficción en Méxi- and the popular myth of La Llorona. The former co). Ed. Alfredo Pavón. 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Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: Las masculinidades en el cine de Lucía Puenzo: estrategias de desestabilización y desplaza- miento de los paradigmas hegemónicos Author: Assen Kokalov E-mail: [email protected] Affiliation: Purdue Univeristy North Central: Department of English and Modern Languages; Tech- nology Building 319; 1401 S. U.S. 421 Westville, IN 46391 Abstract: Argentine director Lucía Puenzo’s feature films have attracted the interest of film critics and audiences alike. Her first film, XXY (2007), won the prestigious Goya Award for Best Foreign Film in Spanish and her following productions, The Child Fish (2009) and The German Doctor (2013), received positive reviews by the critics as well. Up until now, most analyses of her films have fo- cused their attention on her characters’ search of identity due to their physical, social, and sexual positions of marginalization. What is yet to be done, however, is to examine her male characters and the way they represent different types of masculinities and the hierarchical order that exists within the sphere of multiple masculinities. Thus, I aim to start a conversation in regards to the manifold strategies that Puenzo’s three feature films utilize to explore the topics of masculinities and, simultaneously, to destabilize and displace hegemonic masculinities which are clearly personi- fied by some of her main male characters. I also examine the importance of the diverse social and historical contexts in her films as these are fundamentally connected to the themes of masculinities that appear in her productions. Keywords: Contemporary Argentine Cinema, Lucía Puenzo, Gender Studies, Masculinities, Hege- monic Masculinity Resumen: La directora argentina Lucía Puenzo ha producido una serie de largometrajes que han atraí- do el interés tanto de la crítica como de las audiencias fílmicas. Su primera película, XXY (2007), ganó el Premio Goya de Mejor Película Extranjera de Habla Hispana. Sus obras consecuentes, El niño pez (2009) y Wakolda (2013), también han sido recibidas de forma positiva en el ámbito de los estudios cinematográficos. La mayoría de las investigaciones sobre sus producciones cin- ematográficas se han enfocado en la búsqueda de identidad de los protagonistas que viven dentro de un marco de marginalidad física y sociosexual. Lo que todavía no se ha hecho, no obstante, es analizar los personajes masculinos en los films de Puenzo y el modo en que estos representan diversos tipos de masculinidades y la jerarquización que existe entre dichas masculinidades. Por lo tanto, el presente trabajo se propone comenzar una conversación sobre las estrategias múltiples que los tres largometrajes de Puenzo utilizan para aproximarse al tema de las masculinidades y para, al mismo tiempo, desestabilizar y desplazar aquellas que se pueden considerar hegemónicas. Adicionalmente, se tomará en cuenta la importancia de los contextos sociohistóricos divergentes de las tres películas, ya que estos terminan siendo conectados con el tema de las masculinidades de una manera fundamental. Palabras clave: cine argentino contemporáneo, Lucía Puenzo, estudios de género, masculinidades, masculinidad hegemónica Biography: Assen Kokalov (Ph.D., Arizona State University, 2011) is Assistant Professor of Spanish at Purdue University North Central. His research interests focus on contemporary Latin American literature and film and on the connections between the two art forms, with emphasis on issues of gender construction, sexual identity, and social fragmentation. He is the author of Pólvora, sangre y sexo: Dialogismos contemporáneos entre la literatura y el cine en América Latina (2014) and La novelística de Luis Benítez: Aproximaciones críticas a la historiografía, la mitología y la masculinidad patriarcal (2015). He has also published articles in academic journals such as Hispanic Journal, Revista de estudios hispánicos, Mester, La Torre, and Chasqui, among others. ISSN: 1548-5633 172 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Las masculinidades en el cine de Lucía Puenzo: estrategias de desestabilización y desplazamiento de los paradigmas hegemónicos

Assen Kokalov, Purdue University North Central

En menos de diez años, la directora y hegemónicas que encarnan algunos de estos escritora argentina Lucía Puenzo ha pro- personajes. Por lo tanto, el presente trabajo se ducido una serie de largometrajes que han propone comenzar una conversación sobre atraído tanto el interés de la crítica como de las estrategias múltiples que los tres largome- las audiencias fílmicas de su país y del resto trajes utilizan para aproximarse al tema de las del mundo. Su primera película, XXY (2007), masculinidades dentro de unos contextos so- fue un éxito internacional que ganó el Pre- ciohistóricos que contienen divergencias sig- mio Goya de Mejor Película Extranjera de nificativas mas, al mismo tiempo, se conectan Habla Hispana, así como varias competicio- entre sí de un modo fundamental. nes en el Festival de Cannes. Sus dos obras El tema de la masculinidad, su plurali- consecuentes, El niño pez (2009) y Wakolda dad y los procesos complejos que determinan (2013), la última traducida al inglés bajo el su desarrollo dentro de la sociedad occidental título The German Doctor, también han sido y la sitúan en un contexto globalizado al ini- recibidas de un modo positivo en el ámbito cio del siglo XXI se ha estudiado con bastante de los estudios cinematográficos.1 Hasta aho- esmero en las últimas décadas como resulta- ra muchas de las investigaciones sobre las do de los avances significativos producidos tres producciones se han enfocado en la bús- por los pensamientos feminista, neocolo- queda de identidad de los protagonistas que nialista, lesbigay y queer. Un buen punto de viven dentro de un marco de marginalidad partida dentro de este campo epistemológico física y sociosexual.2 Así, por ejemplo, Alex, es el trabajo de R. W. Connell, Masculinities el personaje principal de XXY, es una adoles- (1995), que sigue siendo una referencia fun- cente intersexual3 que tiene un cromosoma X damental para aproximarse al asunto. La in- adicional, mientras que la figura de La Guayi vestigadora traza la evolución del concepto de El niño pez combina varios elementos que de masculinidad a lo largo del siglo XX y cen- perturban la sociedad dominante, ya que se tra una parte significativa de su análisis en la trata de una joven lesbiana de clase baja, in- estructura social del género y de la masculini- migrante paraguaya de etnia guaraní, que es dad. Ella insiste que no se trata simplemente al mismo tiempo criminal violenta y víctima de reconocer la existencia de masculinidades de abuso sexual de menores. Lo que todavía múltiples cuyas construcciones dependen no se ha hecho, no obstante, es analizar los de una vasta variedad de circunstancias so- personajes masculinos dentro de los films de ciales, económicas, físicas y étnicas, entre Puenzo y el modo en que sus films represen- muchas otras, sino de entender las distintas tan los diversos tipos de masculinidad y la je- relaciones entre ellas, tales como alianzas, rarquización que existe entre estos y, a la vez, complicidades, dominancias y subordinacio- desestabilizan y desplazan las masculinidades nes que terminan por erigir masculinidades Assen Kokalov 173 hegemónicas (Connell 36-37). Su estudio de Rebecca Biron traza el desarrollo del la estructura del género masculino también discurso masculinista literario que, según rechaza los postulados positivistas en cuanto la investigadora, se ubica en el centro de to- a la naturaleza supuestamente universal de la das las identidades nacionales y regionales masculinidad y demuestra que no existe una latinoamericanas. Ella examina una serie de entidad esencialmente masculina que se pue- textos culturales donde el hombre termina de encontrar en todas las culturas humanas por asesinar a la mujer en una dinámica que y en base a la cual se pueden construir gene- expone las raíces de la violencia social y re- ralizaciones absolutas (Connell 42-44). Final- vela la vulnerabilidad de las jerarquías que mente, Connell recalca que la pluralidad de posicionan las masculinidades hegemónicas masculinidades forma solo una parte de una en un espacio de autoridad, ya que un siste- estructura más amplia por lo cual el fenóme- ma de poder legítimo no precisa del uso de no de la “masculinidad” existe únicamente en la violencia para mantener el estatus quo que relación o en contraste con la “femineidad.” lo beneficia (Biron 8). De modo semejante, Es decir, aquellas culturas que no consideran Carolina Rocha estudia las representaciones a hombres y mujeres como polos opuestos de de las masculinidades en el cine contemporá- ciertos modos de comportamiento y carácter neo argentino, conectando los avances de la no poseen el concepto de masculinidad así economía neoliberal en la última década del como este se entiende dentro del mundo oc- siglo anterior con un cambio profundo que se cidental moderno (68). realiza en la subjetividad masculina del país. Al mismo tiempo, es menester tener en Se trata del óbito de las masculinidades clase- cuenta que la región latinoamericana tiene medieras normativas que ocupan un puesto peculiaridades que son distintas de aquellas dominante en la Argentina del siglo XX de- en el resto del mundo o en los países anglo- bido a ciertas transformaciones económicas sajones de donde provienen muchas de las y discursivas que se producen con el cambio investigaciones relacionadas al tema. En su en los paradigmas del sistema estatal a base estudio sobre género, travestismo y masculi- del modelo neoliberal. Estas alteraciones se nidad Ben. Sifuentes-Jáuregui recalca la im- reflejan en la producción cinematográfica portancia del cuerpo y señala que existe una del país donde se presentan ciertas narrativas diferencia crítica sobre el lugar del cuerpo de desintegración que significan la ausencia, en las culturas latinoamericanas vis-à-vis el pérdida y anulación de la anteriormente fun- lugar que este ocupa en la teoría de género damental figura del padre (Rocha 14). contemporánea en los Estados Unidos (7). A Muchos de estos elementos teóricos que pesar de estas diferencias que no deben ser ig- exploran la masculinidad a un nivel global, noradas, críticos como Mara Viveros Vigoya regional y nacional se reflejan en la cinema- demuestran que en el contexto latinoamerica- tografía de Puenzo donde una serie de perso- no tampoco existe una masculinidad singular najes masculinos, femeninos e intersexuales tanto a nivel regional como a nivel nacional. revelan la pluralidad de la masculinidad, los Las experiencias de género de cada hombre vínculos que se establecen entre las distintas forman parte de una amplia estructura social masculinidades y los cambios en los patrones y dependen del espacio que este ocupa dentro de hegemonía del género. XXY se centra en de una complicada red de categorías basadas los conflictos dentro de dos familias patriar- en clase, etnia, raza y generación, entre otras cales preocupadas con la preservación de las (52). En las distintas partes del continente se estructuras de sexo, género y sexualidad nor- encuentran diferentes modelos de masculi- mativos. El ya mencionado personaje de Alex nidades hegemónicas que continúan conser- amenaza el orden tradicional por ser una vando su poder. adolescente intersexual que al cumplir los 15 174 Letras Hispanas Volume 11, 2015 años se rebela contra los dictámenes médicos forzar la “normalización” de Alex pero pron- y se niega a tomar sus corticoides, pastillas to ellos escogen caminos divergentes para li- hormonales que previenen su masculiniza- diar con la diferencia de la joven. El médico ción. Este acto de desobediencia provoca una continúa con su obsesión de “regularizar” un crisis en los paradigmas normativos del siste- cuerpo que él considera deficiente y termi- ma de género e impulsa a su madre a buscar na por adoptar algunas de las características la ayuda de Ramiro, un cirujano plástico de más siniestras de aquellas masculinidades Buenos Aires, cuya especialización es, según hegemónicas que han controla- las palabras de su propio hijo, Álvaro, “arre- do la nación a lo largo del siglo XX. En Pól- glar cuerpos” o, continúa el chico, “deformi- vora, sangre y sexo ya hemos explorado con dades, como estos tipos que nacen con once más detalle las raíces y aspectos fascistas de dedos, bueno, mi papá les saca uno.” este personaje, particularmente en cuanto a A partir de esta situación de crisis el film su interacción con la adolescente intersexual posiciona cuatro de los personajes principa- (138-44), pero aquí vale recalcar que su auto- les, los dos padres, Ramiro y Kraken, y sus ritarismo se extiende a sus interacciones con hijos correspondientes, Álvaro y Alex, en un su propio hijo también. En este sentido, hay espacio que permite vislumbrar una serie de dos escenas evocativas: la primera toma lugar masculinidades divergentes y el modo en que inmediatamente después del acto sexual entre algunas de ellas se establecen como hegemó- los dos hijos. Mientras Alex se va para pasar nicas. Al inicio hay una serie de semejanzas la noche con una amiga, Álvaro vuelve a la entre los dos adultos. Ambos son profesiona- casa de los Kraken para cenar. Al inicio de la les médicos, uno, como ya se notó, es cirujano comida Ramiro le comienza a escanciar vino mientras que el otro es biólogo marino que es- y cuando el joven rápidamente lo interrumpe tudia las tortugas en la costa uruguaya donde informándole que no toma alcohol, la reac- vive su familia. En aquella conversación clave ción del padre se traduce en un benéfico pero entre los dos hijos, cuando Álvaro explica el firme “Hoy tomás, ya sos grande […] algo hay tipo de trabajo que hace Ramiro, Alex con- que tener en la sangre. ¡Dale con ganas!” Sus cluye que “al final tu papá y el mío hacen lo palabras revelan no solamente una insistencia mismo.” Los dos hombres maduros entienden de que el muchacho asuma ciertos patrones el peligro que constituye la decisión de Alex de masculinidad, sino también un reproche de rechazar su pertinencia al sexo femenino y sutil por el hecho de que el hijo haya tarda- sus miedos se acentúan por varias de las inte- do demasiado en reproducir los modelos de racciones entre Alex y otros muchachos de su masculinidad que encarna el padre. La otra edad. Las más importantes entre estas son el escena en cuestión revela aún más claramente momento cuando Alex le rompe la nariz a su la desilusión del cirujano y toma lugar casi al mejor amigo Vando, el acto sexual entre Alex final. Los dos están sentados al lado de una y Álvaro que Kraken observa por casualidad, fogata y Álvaro expresa su adoración hacia el un acto en el cual Alex es la que penetra a su otro diciendo, entre otras cosas, “[y]o daría pareja y, finalmente, una de las secuencias todo por tener tu talento.” Luego hace una más perturbadores, cuando la adolescente es pregunta que revela su necesidad de recibir acosada sexualmente por un grupo de chicos afirmación por parte de la figura paterna: “Y de su edad en una playa aislada, insistiendo yo, ¿tengo talento?,” a la cual se le responde en que ella les muestre “qué tenés” entre las con una “no” rotunda que expresa otra vez piernas. el desencanto de un padre que duda que su Como padres de familias patriarcales hijo jamás pueda ser su igual y por lo tanto Kraken y Ramiro sienten cierta obligación de lo ubica en una posición de subordinación. Assen Kokalov 175

Finalmente, Ramiro le avisa que mañana tem- percepción errónea del padre que su hijo está prano se van y cuando su hijo desafía esta de- reproduciendo su heterosexualidad normati- cisión el padre primero se sorprende y luego va, un hecho que, si fuera cierto, garantizaría se deleita porque se da cuenta que al chico le la estabilidad de su propia masculinidad. Por gusta Alex, algo a que responde con una frase supuesto, tanto el público como muchos de crucial: “Igual me das una alegría. Tenía miedo los otros personajes están conscientes de que que fueras puto.” dicha reiteración no se produce sino que, al Esta enunciación revela el núcleo de contrario, termina eliminada, ya que Álvaro la ideología que se localiza dentro de este no tiene interés en ningún tipo de sexualidad personaje y demuestra cómo él encarna las tradicional por estar enamorado de una per- masculinidades hegemónicas de la región. sona intersexual con la cual ejerce prácticas Según Matthew Gutmann, algunas de las ex- sexuales muy distintas de aquellas que darían presiones ideológicas de este tipo de mascu- cualquier tipo de placer o alegría a su papá. linidades son la homofobia, el machismo y la Las actitudes de Ramiro en el film que- misoginia, entre otros. Con frecuencia estas dan en oposición con las de Kraken, quien se hallan en un nivel básico, como modos de acaba aceptando la diferencia de Alex y es- relacionarse individual e interpersonalmente tablece un espacio contestatario a nivel in- dentro de la familia. No obstante, no se trata dividual y social. Lourdes Estrada-López ya de actitudes inconsecuentes, ya que dichas ha elaborado sobre la importancia de Kraken expresiones sirven como el fundamento de como personaje que desafía los modelos de las desigualdades entre los géneros dentro de género predominantes dentro del argumento: las sociedades latinoamericanas (Gutmann, “[e]l padre de Alex entiende que los criterios “Discarding” 3). De tal manera, las acciones para juzgar la realidad no tienen por qué ajus- ya descritas de Ramiro hacia su hijo no so- tarse a las expectativas sociales que fijan qué lamente funcionan para colocar a Álvaro en cuerpos son socialmente inteligibles como una posición de subordinación como hombre hombre o mujer. Para él, Alex al nacer ‘era joven, sino que revelan el modo en que Rami- perfecta’, como explica a Ramiro en una con- ro opera como agente de un discurso de géne- versación mantenida en su coche.” (433). Esta ro autoritario que trata de preservar los patro- posición contestataria y liberadora de Kraken nes tradicionales del sistema patriarcal tanto se revela no solamente por el hecho de que él a través de la cirugía que se propone ejercer eche al médico y a su familia de su casa prohi- sobre el cuerpo diferente de Alex, como por biéndoles meterse en la vida de Alex, sino de sus intentos de “mejorar” la masculinidad de un modo más sutil durante la cena ya men- su propio hijo que él considera deficiente. cionada. Cuando el otro hombre presiona a Al mismo tiempo, esta enunciación su propio hijo beber el vino ofrecido, Kraken significa una primera desestabilización de la interrumpe el supuesto rito de paso a una masculinidad hegemónica que encarna Ra- masculinidad que él ve como problemática miro. Nicola Rehling afirma que este tipo de con un “No, no tomes, si no quieres no tomes masculinidad se reproduce a base de la idea de […] sabes, lo que pasa es que no soporto la que esta representa una entidad perfectamen- prepotencia.” te coherente y consistente. El crítico señala Esta interjección es la primera en una que se trata de una ilusión y un análisis cultu- serie de acciones que conllevan a la creación ral metódico puede demostrar efectivamente de un personaje que se enfrenta al sistema que dicha ilusión intenta ocultar la naturaleza patriarcal mientras sigue disfrutando de mu- volátil de la masculinidad hegemónica que chos de los privilegios de las masculinidades puede existir en una forma estable solamente hegemónicas por ser padre de familia hetero- a través de la reiteración (3). Lo que sucede en sexual de una clase acomodada en un proceso la escena de XXY bajo consideración revela la que Connell define como “complicidad” en el 176 Letras Hispanas Volume 11, 2015 cual la mayoría de los hombres ganan un di- del padre, el juez Bronté. La relación entre la videndo patriarcal de la hegemonía de género joven guaraní y el hombre blanco se constru- aunque en realidad no practiquen muchos ye en términos de explotación y abuso sexual de los comportamientos asociados con tal desde el inicio del film y, como en el caso de masculinidad (Connell 79-80). Este proceso Ramiro, la figura del juez se retrata con una es otra de las herramientas que los films de prepotencia que no esconde su pertinencia Puenzo utilizan para representar la construc- a las estructuras hegemónicas de poder. Más ción de las masculinidades hegemónicas y allá de ser un hombre de las clases altas que para revelar sus modos de operación. En este personifica el estado, también hay una escena caso, el papá de Alex utiliza la “complicidad” paralela a aquella ya analizada de la pelícu- y los beneficios que esta le garantiza para in- la anterior que demuestra su autoritarismo tentar una desestabilización de los modelos dentro de la familia. De nuevo la acción toma más opresivos de la masculinidad argentina lugar en la mesa durante una cena de fami- cuando se muestra dispuesto a respetar las lia. En este caso, el padre invita a La Guayi a decisiones de aquellos que son diferentes o sentarse con ellos para comer y cuando ella que tienen menos poder socioeconómico confiesa que un día quiere ser cantante, él la como es el caso de los dos hijos. Finalmente, obliga a cantarle “un poquito.” La persona que cuando Kraken no permite la mutilación qui- se entremete para prevenir el cumplimento rúrgica de su hija y expulsa al otro hombre de la orden es Lala: “No cantes si no querés” de su ambiente inmediato el film sigue, hasta creando el mismo ambiente de incomodidad cierto punto, los desarrollos que traza el tra- y pretendiendo desafiar la voluntad del padre bajo ya mencionado de Rocha. En XXY hay así como lo hace Kraken en XXY. No obs- espacio solamente para una figura paterna, tante, esta vez el mandamiento se cumple y aquella que puede aceptar ciertas desviacio- Bronté consigue lo que quiere. nes de las normas de género tradicionales y Otra escena importante que representa está preparada de coexistir con expresiones la autoridad del padre desde una perspectiva de sexualidad y género divergentes de la suya. que recalca la relación de subordinación en- La otra, aquella que intenta retener las pros- tre las distintas masculinidades toma lugar cripciones más estrictas del patriarcado, aca- cuando el hermano de Lala, Nacho, recuenta ba desplazada o, como lo denomina Rocha, un momento de su niñez, en que tenía cinco desintegrada debido a, entre otras cosas, el años. El chico había trepado un árbol alto al derrumbe del patriarca y la redefinición con- lado de la casa y el juez se acerca alentándole comitante de masculinidades que encaran los “saltá que yo te agarro.” Cuando él salta, su hombres jóvenes latinoamericanos (14). padre lo deja caer en el suelo pretendiendo Este fenómeno se observa más patente- enseñarle una lección vital: “para que apren- mente en la película siguiente de la directora. das a no confiar en nadie.” Este evento aproxi- El niño pez también se propone deconstruir ma una vez más la figura del padre/juez de El la estructura del romance heteronormativo y niño pez a aquella del padre/cirujano de XXY, androcéntrico, así como desestabilizar y des- ya que en ambos casos el adulto rechaza el plazar las masculinidades hegemónicas. Por papel del padre como una persona que nutre lo tanto, el argumento se enfoca en la historia y sostiene a su hijo. A lo contrario, se trata de amor entre dos adolescentes, en este caso de hombres que eligen degradar y desestimar dos chicas de clases sociales impares. La figu- al otro utilizando su mayor poder social en ra paterna en el film, encarnada por los pa- actos que procuran humillar, castigar y las- dres de las jóvenes, resulta significativa tanto timar a hombres o, en este caso, chicos que para el desarrollo de la obra como para vis- de un modo u otro dependen de ellos. Zoila lumbrar el rol de las masculinidades en la ci- Clark señala que esta escena es crucial porque nematografía de Puenzo. La Guayi es sirvien- retrata a Bronté como una representación de ta en la casa de Lala4 y además es la amante la masculinidad hegemónica argentina cuyo Assen Kokalov 177 egoísmo le permite interesarse únicamente quien cada noche lleva a su casa un número en su propia reputación como escritor y en de muchachas encarceladas para satisfacer los aquellos en su alrededor con los cuales quiere apetitos carnales de sus clientes poderosos. A tener relaciones sexuales como, por ejemplo, pesar de las diferencias notables entre los tres La Guayi (17). Aunque el análisis de la inves- hombres (los padres de la sirvienta paraguaya tigadora no se centra en las masculinidades, y de su amante porteña y el comisario), ya que queda claro que la dinámica entre domina- entre ellos existen disimilitudes de nacionali- ción y subordinación resulta fundamental en dad y poder socioeconómico, lo que resalta estos recuerdos que Nacho comparte con su es su control común sobre jóvenes adolescen- hermana. tes, un poder de que ellos se aprovechan de Estas dos escenas, así como todas las la peor manera posible. Traci Roberts-Camps demás que muestran al juez con vida son re- define a este tipo de personaje en la produc- trospectivas, ya que El niño pez empieza con ción cinematográfica y literaria de Puenzo una secuencia que muestra a Lala yéndose como una personificación de Saturno, el dios de la casa mientras La Guayi y el guardia en- romano que devora a sus propios hijos hasta cuentran el cadáver del juez. La muerte del que es asesinado por Zeus (Júpiter en la mi- padre refleja más estrechamente los postula- tología romana). De una manera semejante a dos de Rocha según los cuales la desintegra- la de Clark, Roberts-Camps considera estos ción de la figura paterna requiere su pérdida Saturnos como representaciones del egoís- o anulación. En su estudio la crítica examina mo paternal pero, claro está, el dios antiguo con atención la figura del juez como padre de va más allá de un simple desinterés hacia su familia dentro de la producción cinematográ- prole y en efecto la amenaza con una aniqui- fica argentina reciente, ya que el aparato judi- lación completa (s. pág.). En El niño pez la cial, como rama importante de la nación, por violencia también toma proporciones totali- lo general ha sido integrado exclusivamente zadoras pero, al mismo tiempo, asume las ya por hombres de las clases acomodadas. Por señaladas dimensiones de delito sexual, ya lo tanto, la derrota o la muerte del juez ejem- que todos los hombres en cuestión violan a plifica la debilidad del estado como resultado una representante de la próxima generación, de las reformas neoliberales. Los dos films La Guayi, quien es hija biológica de uno de específicos que Rocha analiza pertenecen, ellos y se puede considerar hija simbólica de así como El niño pez hasta cierta medida, al los otros dos, considerando que ellos, el juez género detectivesco y esto recalca la idea que y el comisario, significan el poder paternal del los crímenes bajo investigación son transgre- estado por su posición profesional y legal. siones contra el estado, algo que presenta la Este film termina por desestabilizar nación como el escenario de un espectáculo las masculinidades hegemónicas también, de caos y desorden (Rocha 17). 5 ya que dos de sus representantes, Bronté y el Vale recalcar que Bronté no es el úni- comisario, acaban asesinados por las amantes co personaje masculino en esta película que adolescentes mientras que el tercero, el padre encarna las masculinidades hegemónicas o la de La Guayi, desaparece de su vida cuando figura paterna que termina por ser anulada y vuelve a su carrera artística en Asunción. Este desplazada. También es importante reconocer final resuena tanto con la sugerencia de Ro- la presencia del padre de La Guayi, el primer cha que la figura previamente fundamental hombre que abusa de ella sexualmente antes del padre se desintegra como resultado de de que ella logre escapar a Buenos Aires. Más los procesos socioeconómicos que sacuden tarde, cuando es acusada por el asesinato del Argentina a fines del siglo XX, como con las juez y termina en una cárcel de menores de ideas de Roberts-Camps en cuanto a la figu- edad, cae víctima a una red de prostitución ra de Saturno, ya que la deidad en cuestión ilegal dirigida por el comisario de la policía, es derrotada por sus propios hijos. Aún más, 178 Letras Hispanas Volume 11, 2015 la muerte del juez es un homicidio planeado de un momento histórico cuando las mascu- por las dos jóvenes que lo ejecutan como un linidades dominantes resultan obsoletas pero, acto de liberación de las cadenas de la mas- al mismo tiempo, se muestran incapaces de culinidad opresiva y de los postulados de gé- cambiar. De tal modo, las producciones de nero hegemónicos. El instrumento que Lala Puenzo entrelazan las circunstancias econó- utiliza también es significativo, ya que ella micas que Rocha enumera en su trabajo con envenena a su papá con un vaso de leche que las ideas de Balzina y demuestran el modo en Margaret Frohlich considera crucial por ser el que las masculinidades hegemónicas se ven líquido del cuerpo materno ausente, es decir obligadas a desaparecer cuando no pueden un líquido que proviene del espacio femeni- reformarse. Balzina también arguye que a no y que padre e hija han compartido en el largo plazo los mitos de masculinidad se mo- pasado pero que esta vez sirve para remover difican en base a su decaimiento y por con- al hombre del triangulo amoroso que ha sur- siguiente se edifican mitos nuevos (xv-xvi). gido dentro de su propia casa (169). El resul- En XXY se vislumbra la emergencia de una tado final es que Lala reemplaza al juez como masculinidad divergente cuando Alex asume amante de La Guayi y acaba por desplazarlo, su intersexualidad, mas en el caso de El niño borrando totalmente su presencia del mun- pez la masculinidad queda borrada casi por do material. La masculinidad hegemónica se completo al final en un posible desafío a las desestabiliza cuando las dos mujeres jóvenes ideas de reinvención del mito masculino. demuestran que esta no es necesaria para la El último film de Puenzo también pre- creación de afecto romántico y señalan cuál senta la masculinidad hegemónica como dis- es la manera de dispensar con la opresión que pensable y manifiesta la debilidad de la figura esta significa. paterna dentro de la sociedad argentina. Es Al fin y al cabo, lo que sucede con los importante notar que Wakolda es la única de personajes masculinos en El niño pez y en las las tres producciones cuyo argumento no es otras dos películas de Puenzo sugiere que un contemporáneo con la vida de la directora, ya patrón o mito de la masculinidad argentina que los eventos toman lugar a fines de los años ya está obsoleto y necesita ser remplazado cincuenta, principios de los años sesenta del con algo distinto. Este trabajo no tiene el ob- siglo pasado, y se sitúan principalmente en la jetivo de analizar precisamente cuáles son ciudad de Bariloche y en sus afueras. Se trata los modelos nuevos que la cineasta propone de una crónica semificcional de los últimos introducir a través de sus obras, pero queda meses que uno de los criminales más noto- claro que la aproximación a la masculini- rios del régimen nazista, Josef Mengele, hom- dad en sus films coincide con ideas como las bre conocido por sus brutales experimentos de Christopher Blazina, quien se enfoca en con seres humanos en Auschwitz, pasa en aquellos mitos de masculinidad occidental Argentina antes de trasladarse a Paraguay que siguen existiendo a pesar de que su utili- para escapar de una operación de captura de dad social se haya caducado. Según el crítico, Mosad. Así como en los otros largometrajes en distintos momentos históricos diferen- bajo investigación, la protagonista es una tes arquetipos masculinos han surgido para adolescente que por sus características físicas responder a diversas necesidades socioeco- queda al margen de la sociedad predominan- nómicas, por ejemplo una guerra, pero estos te. La joven en cuestión, Lilith, tiene una esta- arquetipos terminan por enraizarse en la so- tura pequeña que no corresponde a su edad, ciedad y frecuentemente una vez que la gue- ya que parece tener nueve años en vez de los rra cese se niegan a modificarse (xv-xvi). Las doce que tiene en realidad, una peculiaridad películas bajo investigación señalan que Ar- por la cual se transformará en objeto de burla gentina se encuentra precisamente en el cruce para sus compañeros en el colegio alemán de Assen Kokalov 179

Bariloche donde la inscriben sus padres. Esta Estas surgen de la presencia de la figu- diferencia en su física también provoca el in- ra abominable de Mengele, quien considera a terés del criminal nazi, quien la conoce junto Enzo un sujeto inferior por tener característi- con su familia en ruta hacia Bariloche. cas raciales supuestamente defectuosas. En las El film comienza con las palabras de escenas finales del film, cuando el alemán está Lilith, quien informa al público que “[l]a pri- por escaparse a Paraguay debido a la llegada mera vez que me vio pensó que yo hubiese inminente de los agentes israelíes, Nora, la in- sido un espécimen perfecto de no ser por mi formante de Mosad en Bariloche, encuentra altura.” Desde el primer instante, la mirada sus cuadernos siniestros donde él viene ano- de Mengele queda atrapada por el cuerpo de tando todas sus observaciones sobre Lilith la muchacha que se encuentra en la frontera y los demás miembros de su familia y se los entre la perfección y la diferencia. A lo largo muestra a Enzo. El padre se da cuenta que él de la obra, él hace todo lo posible para obser- mismo es clasificado como un homo-siriacus, var este cuerpo, medirlo, analizarlo y, conse- siguiendo los postulados racistas y antisemi- cuentemente, “corregirlo.” Así como en XXY, tas originados en Los fundamentos del siglo la corporalidad del “otro” se vuelve objeto de XIX (1899) de Houston Stewart Chamber- estudio por parte del doctor6 y del aparato lain, donde el homo-siriacus se define como médico y acaba por transformarse en una ob- uno de los predecesores de la raza judía y por sesión mórbida que representa la fascinación lo tanto amenaza el orden que el nazismo in- de la medicina y de la ciencia en general con tenta construir (371-81). De tal modo queda aquellas personas o fenómenos que no ca- claro que a lo largo del argumento Mengele ben dentro del marco de lo que se considera erige una jerarquía estricta entre sí mismo y “normal.” Como en el caso de la otra pelícu- los otros alemanes que viven en Bariloche y le la, el discurso médico-científico en Wakolda ayudan esconderse de la justicia, por un lado, queda representado por un hombre blanco y hombres como Enzo a quienes considera de la clase privilegiada que encarna la mas- inferiores, por otro. culinidad hegemónica. En ambos casos estos Obviamente, el autoritarismo en este personajes precisan de la colaboración de la film llega a un nivel mucho más elevado tam- familia de la adolescente para obtener un ac- bién, ya que la persona que maneja el discurso ceso ilimitado a su cuerpo y manipularlo con médico de “normalización” no es simplemen- impunidad. En Wakolda el padre de Lilith, te un cirujano porteño con tendencias proto- Enzo, de un modo semejante al de Kraken, fascistas, como lo fue Ramiro en XXY, sino se opone a las intervenciones sugeridas por el un miembro actual del partido nacionalsocia- doctor, quien, en este caso, quiere someter a lista alemán. En este sentido, Puenzo expone su hija a un tratamiento hormonal para sus- abiertamente los orígenes de este tipo de dis- citar su crecimiento y “normalizarla” antes de cursos “normalizadores” que, como lo afirma que ella entre en la pubertad. Sin embargo, David Forgacs, provienen de los postulados la dinámica de la relación entre el padre y el fascistas que procuran realizar distintos actos profesional médico en Wakolda presenta va- de violencia con el propósito de “curar” y res- rias disimilitudes significativas en compara- taurar el orden social, especialmente en áreas ción con XXY que exacerban los elementos de donde sus seguidores perciben la presencia jerarquización entre los distintos modelos de de un estado de enfermedad o desorden. Uno masculinidad que aparecen en esta obra cine- de sus blancos favoritos es precisamente el matográfica y agudizan el carácter autoritario cuerpo de aquellos sujetos que aparentan ser que contienen las exigencias de “regularizar” diferentes o indeseables por sus característi- aquel cuerpo que el aparato médico considera cas físicas, raciales o mentales y para cumplir “an or m a l .” con su meta los gobiernos y las personas que 180 Letras Hispanas Volume 11, 2015 suscriben a tales postulados están dispuestos eficiencia a través de la concepción artificial a utilizar todo tipo de prácticas violentas para de gemelos, Enzo está obsesionado con la “sanar” los cuerpos en cuestión, experimen- producción de muñecas con corazones me- tar con ellos e incluso destruir y descartarlos cánicos cuya particularidad es que cada una cuando los consideran “incurables” (Forgacs debe ser un ejemplar único y diferente. En 5-6). Esto se nota claramente en Wakolda Wakolda este paralelo entre los deseos de los cuando Mengele se niega a parar los trata- dos hombres se enfatiza a través de las imá- mientos hormonales que aplica a Lilith una genes de las libretas en que ellos escriben. La vez que ella se enferma y su madre, Eva, quien del alemán contiene no solamente los dibujos anteriormente ha consentido a la idea de una de los miembros de la familia de Lilith, con intervención médica, cambia de opinión y le anotaciones sobre sus características raciales ruega discontinuar su experimento. Esta di- y medidas físicas, sino también una serie de námica se vuelve más brutal cuando la misma bosquejos de animales, de ejemplos de sus Eva da luz a dos hijos gemelos que provocan experimentos con seres humanos y, los más aún más el interés del hombre, ya que el grotescos, de cuerpos humanos quirúrgica- archivo histórico recalca que a lo largo de su mente abiertos para exponer sus entrañas y, trabajo en Auschwitz los mellizos fueron su en el caso de mujeres embarazadas, sus fetos. objeto de estudio favorito. Dentro de la dié- Por otro lado, la de Enzo demuestra, en un gesis, él se propone explícitamente ayudar al semejante estilo gráfico, dibujos de muñecas más débil de los dos hermanos recién nacidos con aspectos extremadamente humanoides y dejar al otro sin la nutrición necesaria para con sus cuerpos desnudos y desarticulados, sobrevivir. Es decir, él utiliza sus conocimien- mecanismos internos de operación, medidas tos científicos para comprobar que puede “sa- y anotaciones. nar” un cuerpo enfermo y demostrar que otro Lo que se encuentra dentro de la libreta cuerpo, inicialmente más sano y más fuerte, de Mengele son experimentos que él ha efec- puede perecer bajo las condiciones apropia- tuado tanto en su patria como en Argentina. das en un testimonio directo de la arbitrarie- La del otro hombre comprende más bien sus dad autoritaria del discurso científico-fascista sueños, ya que la realización de estas muñe- que maneja Mengele. cas resulta ser demasiado cara para el presu- En este film también se nota claramente puesto modesto de su familia. El beneficio el tipo de “complicidad” que Connell propone de la complicidad toma lugar cuando Men- en su estudio, un concepto que ya se aplicó gele le propone a Enzo producir los juguetes al análisis del primer largometraje de Puenzo. en cuestión en masa y suministrar el capital En el presente caso, este otra vez sirve para necesario para comenzar la fabricación. Esta revelar la construcción y el modo de opera- oferta viene con varias sugerencias adiciona- ción de las masculinidades hegemónicas y se les que aseguran el uso de materiales más so- centra de nuevo en el padre de la adolescen- fisticados, tales como ojos de vidrio móviles te que interesa al aparato médico. Enzo es la y pelo humano para llegar a crear “muñecas persona que disfruta de los beneficios aso- perfectas, en serie.” De este modo, el alemán ciados con tal “complicidad,” mas, así como proporciona al argentino acceso a los recur- con los otros aspectos ya analizados, se nota sos económicos necesarios para satisfacer sus una agudización de las circunstancias y de los anhelos de manufacturar cuerpos artificiales efectos de la idea en cuestión. Si a Mengele demostrando de una manera literal el mo- le interesa modificar cuerpos humanos para delo de complicidad que elabora Connell en crear una raza supuestamente pura y permi- su estudio sobre las masculinidades. Vale re- tir a sus integrantes procrearse con rapidez y calcar que esta complicidad funciona de una Assen Kokalov 181 manera bidireccional, ya que Enzo permite al A pesar de su posición de poder eleva- criminal nazi acceso a su familia para experi- da, no obstante, el control hegemónico que el mentar con ellos. Aunque inicialmente él no doctor ejerce sobre su medio ambiente social conoce el arreglo sobre los tratamientos hor- inmediato empieza a desmoronarse en un monales a que llegan Mengele, Eva y Lilith, proceso paulatino desde el momento en que cuando su esposa termina por dar luz a sus él llega a la ciudad andina. La fuente princi- hijos gemelos, él acepta a que el médico sea la pal de esta desestabilización del control de la persona que los cuide a todos por ser el mejor figura masculina es Nora, quien observa cada doctor en toda la región. movimiento suyo en su rol de maestra en la La presencia de este tipo de relación re- escuela alemana, fotógrafa profesional e in- calca la posición dominante de Mengele den- formante israelí. A través de su conocimiento tro de la jerarquía de las masculinidades en el previo de Mengele (ella es una de las pocas film, ya que él es la persona que dispone del víctimas suyas de Auschwitz que sobreviven privilegio de compartir con otros los benefi- sus experimentos monstruosos) y de la cá- cios de que él disfruta según sus considera- mara fotográfica, ella se apropia del control ciones propias. Él representa la masculinidad sobre la mirada tradicionalmente masculina. hegemónica que críticos como John Beynon Si el film comienza con un enfoque a través asocian con el varón-como-gerente, perso- de los ojos del alemán, quien observa a Lilith nas que ejercen su masculinidad a través del en el pequeño pueblo en camino a las monta- control absoluto sobre la mujer y otros hom- ñas donde la conoce por primera vez, desde bres que se encuentran debajo de ellos dentro las primeras escenas en Bariloche, en la es- del orden socioeconómico. Estas personas, cuela alemana, Nora aparece con su cámara continúa el crítico, frecuentemente tienen sacando fotos con el propósito de juntar su- una preocupación enfermiza con el control ficiente material para impeler una operación y demuestran un autoritarismo desmesurado de extracción semejante a aquella que en un cuando sienten que su posición se encuentra momento crucial del argumento de Wakolda amenazada (Beynon 22). Es importante su- traslada a otro criminal nazi infame, Adolf brayar que Mengele se inscribe manifiesta- Eichmann, de Buenos Aires a un juicio de mente dentro de tal epistemología por el he- crímenes contra la Humanidad en Jerusalén. cho de que él se halla en la posición gerencial A pesar de todo el poder de que Mengele dis- a lo largo de su vida adulta y especialmente pone en la aldea serrana, Nora exitosamente durante la guerra, cuando desempeña como comprueba a sus colegas de Mosad que él no director médico del Zigeunerfamilienlager, un ha escapado a Paraguay, sino que todavía se campo de familias gitanas, en Auschwitz. El ubica en Argentina y en las escenas finales del campo de concentración es el espacio de con- film los agentes israelíes llegan a Bariloche trol absoluto por antonomasia y allí el mé- buscándolo. dico ocupa uno de los puestos más altos en En estos momentos finales el alemán la pirámide de poder siendo capaz de hacer logra escapar y reconoce que la maestra es decisiones de vida y muerte a diario. Durante aquella que lo ha traicionado, un acto por la mayoría del argumento cinematográfico, él el cual ella pagará con su vida, como lo in- conserva su posición de liderazgo por estar forman los créditos finales: “Nora Eldoc fue rodeado de una comunidad alemana en las asesinada al día siguiente. Dos días después montañas de Bariloche que lo adora y que encontraron su cuerpo debajo de la nieve, quince años después del fin de la Segunda con los ojos abiertos.” Lo que importa, no Guerra Mundial sigue esperando la vuelta obstante, es que ella logra amenazar la mas- milagrosa del Führer sin temer mostrar sus culinidad hegemónica y la compele a aban- simpatías hacia el régimen nazi y su ideología donar su posición de control dominante. El xenófoba. alemán no puede terminar sus experimentos 182 Letras Hispanas Volume 11, 2015 con los hijos de la familia de Enzo y se ve como Rocha y Rehling, que señalan que a ni- obligado a abandonar su refugio montañoso. vel local y global hay procesos que aprietan Como en las otras películas analizadas, la fi- los modelos de masculinidad predominantes gura que encarna la masculinidad hegemóni- del siglo pasado. Los largometrajes bajo con- ca acaba expulsada y desplazada por fuerzas sideración ejemplifican estas ideas dentro del que desafían su poder. A pesar de su muerte, ámbito cultural y representan dichos modelos el film indica que Nora resulta instrumental como entes amenazados que necesitan recu- porque su asesinato no significa que Mengele rrir a la violencia para preservar el estatus podrá vivir en paz en el futuro, ya que habrá quo. No obstante, Puenzo señala que dicha otras Noras que lo transformarán en lo que preservación resulta imposible y por lo tanto los créditos finales definen como un “eterno sus obras desestabilizan, desplazan y desapa- fugitivo” que tarde o temprano encontrará la recen aquellas figuras masculinas que encar- muerte o la captura. De tal modo, el film pro- nan los credos más anquilosados y dañinos de mete un desplazamiento y desestabilización las masculinidades hegemónicas en un claro constante de la masculinidad hegemónica desafío al tradicional sistema patriarcal im- que nunca más podrá encontrar un espacio puesto en Argentina desde la época colonial. seguro donde solidificar su poder. En conclusión, se puede recapitular que Notas los tres largometrajes de Lucía Puenzo pre- sentan un cuadro claro de las masculinidades hegemónicas en su país. Hombres como Ra- 1Cabe notar que las tres obras fílmicas son adap- miro, el juez Bronté y Mengele, entre otros, taciones cinematográficas de textos literarios. El niño revelan las estructuras de poder patriarcal pez y Wakolda llevan a la pantalla las dos novelas que existen dentro del país y que nutren va- homónimas de Puenzo, mientras que XXY adapta el cuento “Cinismo” publicado por el marido de Puen- rias generaciones de varones que entienden zo, Sergio Bizzio, en su colección Chicos (2004). y manejan su realidad a través de un acceso 2Para ejemplos específicos, véase los trabajos de casi ilimitado a diferentes privilegios sociales Zoila Clark, Traci Roberts-Camps y Deborah Shaw. vinculados con su género. Al mismo tiempo, 3En estudios anteriores ya hemos señalado que los tres films deconstruyen la idea de una la estructura gramatical de la lengua española, así masculinidad argentina única y estable, de- como la de muchos otros idiomas, es incapaz de mostrando la pluralidad de masculinidades captar la complejidad de la identidad y de la ex- en un país donde la clase, etnia, edad y orien- presión de género y sexualidad de un personaje tación sexual de cada sujeto masculino deter- como Alex (Kokalov 112; 148). Con propósitos minan su posición dentro de una jerarquía puramente prácticos en este trabajo optaremos de género rígida e inflexible. Finalmente, las por utilizar el pronombre femenino, ya que den- tro de la estructura patriarcal Alex está encasillada películas de la directora sugieren que a fines en una posición subyugada que de cierto modo se de la primera década del siglo XXI en su país aproxima a la condición típicamente asociada con de origen comienza a brotar un número de el sujeto femenino. desarrollos que amenazan las masculinidades 4El personaje de Lala es interpretado por la hegemónicas. Estos se pueden vincular con misma actriz, Inés Efron, que interpreta el perso- las ideas de algunos críticos culturales, tales naje de Alex en XXY. Assen Kokalov 183

5Las dos obras en cuestión que Rocha analiza Frohlich, Margaret. “What of Unnatural Bodies? en su trabajo son Cenizas del paraíso (1997) y La The Discourse of Nature in Lucía Puenzo’s furia (1997). XXY and El niño pez/The Fish Child.” Studies 6Clasificar a Mengele como doctor es obvia- in Hispanic Cinemas 8.2 (2011): 159-74. Print. mente una propuesta problemática, ya que se trata Gutmann, Matthew C. “Discarding Manly Di- de un hombre que utilizó sus conocimientos cien- chotomies in Latin America.” Introducción. tíficos con fines exclusivamente genocidas. Sin Changing Men and Masculinities in Latin embargo, el film lo clasifica como tal en el título America. Ed. Gutmann. Durham: Duke UP, de la producción en inglés. Además, el archivo 2003. 1-26. Print. histórico señala que él fue asignado como oficial Kokalov, Assen. Pólvora, sangre, sexo: dialogismos médico de batallón al inicio de la Segunda Guerra contemporáneos entre la literatura y el cine en Mundial por lo cual este estudio hará uso del título América Latina. Charlotte: Information Age “doctor” para referirse a él. Publishing, 2014. Print. El niño pez. Dir. Lucía Puenzo. Argentina Video Home, 2009. Film. Obras Citadas Rehling, Nicola. Extra-Ordinary Men: White Het- erosexual Masculinity in Contemporary Popu- Balzina, Christopher. The Cultural Myth of Mas- lar Cinema. Lanham: Lexington Books, 2009. culinity. Westport: Praeger Publishers, 2003. Print. Print. Roberts-Camps, Traci. “Hijos de Saturno: margin- Beynon, John. Masculinities and Culture. Bucking- ación e identidad en el cine y ficción de Lucía ham: Open UP, 2002. Print. Puenzo.” Espéculo: revista de estudios literari- Biron, Rebecca E. Murder and Masculinity: Violent os 43 (2009-10): s.pág. Web. Fictions of the Twentieth Century. Nashville: Rocha, Carolina. Masculinities in Contemporary Vanderbilt UP, 2000. Print. Argentine Popular Cinema. New York: Palgra- Chamberlain, Houston Stewart. Foundations of the ve Macmillan, 2012. Print. Nineteenth Century. Trad. John Lees. Vol. 1. Shaw, Deborah. “Sex, Texts and Money, Fund- New York: Howard Fertig, 2006. Print. ing and Latin American Queer Cinema: The Clark, Zoila. “Our Monstrous Humanimality in Cases of Martel’s La niña santa and Puenzo’s Lucía Puenzo’s XXY and The Fish Child.” His- XXY.” Transnational Cinemas 4.2 (2013): 165- panet Journal 5 (2012): 1-24. Web. 84. Print. Connell, R.W. Masculinities. 2nd Ed. Berkeley: U of Sifuentes-Jáuregui, Ben. Transvestism, Masculinity, California P, 2005. Print. and Latin American Literature: Genders Share Estrada-López, Lourdes. “Deconstrucción sexual Flesh. New York: Palgrave, 2002. Print. e intersexualidad en XXY de Lucía Puenzo.” Viveros Vigoya, Mara. “Contemporary Latin Bulletin of Spanish Studies: Hispanic Studies American Perspectives on Masculinity.” and Researches on Spain, Portugal and Latin Changing Men and Masculinities in Latin America 91:3 (2014): 419-43. Print. America. Ed. Matthew C. Gutmann. Durham: Forgacs, David. “Fascism, Violence and Moderni- Duke UP, 2003. 27-57. Print. t y.” The Violent Muse: Violence and the Artis- Wakolda. Dir. Lucía Puenzo. Pyramide Interna- tic Imagination in Europe, 1910-1939. Eds. tional, 2013. Film. Jane Howlett y Rod Mengham. Manchester: XXY. Dir. Lucía Puenzo. Argentina Video Home, Manchester UP, 1994. 5-21. Print. 2007, Film.

Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: On Masculinities, Latin America, and the Global Age Title: NarCoMedia: Mexican Masculinities Author: Rebecca E. Biron E-mail: [email protected] Affiliation: Dartmouth College; Department of Spanish and Portuguese; 225 Dartmouth Hall; College St.; Hanover, New Hampshire, 03755 Abstract: Given the political force of how different social sectors conceive of narco-masculin- ity, what can we make of 21st century Mexican representations that neither fear nor admire ? Three post-2007 theatrical release feature films, Rudo y Cursi (2008), El infierno (2010), and Salvando al soldado Pérez (2011), invite viewers to laugh at the link between masculinity and criminality. Their refusal to take narco-masculinity seriously complicates debates regarding Mexican masculinities in general, violence, and the role of the local in the global circulation of goods and images. These comedies suggest that neoliberal policies and discourses cannot digest national class-based histories, while national, class-conscious perspectives cannot metabolize neoliberal economics. Keywords: Narcocultura, Masculinity, Mexico, Film Comedies, Narco-Masculinity Resumen: Dada la fuerza política con la que diferentes sectores sociales imaginan la narco- masculinidad, ¿cómo podemos concebir las representaciones mexicanas del siglo XXI que ni temen ni admiran a los narcos? Las películas a continuación, estrenadas a partir de 2007, Rudo y Cursi (2008), El infierno (2010) y Salvando al soldado Pérez (2011), invitan a los es- pectadores a reírse de la conexión entre masculinidad y criminalidad. La negativa, por parte de estas películas, de tomar en serio la narco-masculinidad complica los debates relativos a la masculinidad mexicana en general, la violencia y el papel de la circulación local y global de bienes e imágenes. Estas comedias sugieren, más bien, que las prácticas y discursos neo- liberales no podrán digerir las historias nacionales basadas en la conciencia de clase hasta que no metabolicen la economía neoliberal. Palabras clave: narcocultura, masculinidad, México, comedias, narco-masculinidad Biography: Rebecca E. Biron is a Professor of Spanish and Comparative Literature at Dart- mouth College. Her research and teaching interests include Latin American literary and cultural studies, literary theory, gender studies, and Mexican cultural criticism. She is the author of Elena Garro and Mexico’s Modern Dreams (Bucknell, 2013) and Murder and Mas- culinity: Violent Fictions of 20th-Century Latin America (Vanderbilt, 2000), and editor of City/Art: The Urban Scene in Latin America (Duke, 2009)

ISSN: 1548-5633 186 Letras Hispanas Volume 11, 2015

NarCoMedia: Mexican Masculinities

Rebecca E. Biron, Dartmouth College

Mexican narco-masculinity is serious how to define value(s), legitimacy, and the lo- business. It links certain performances of cal/global relation.1 maleness to the power over life and death. Given the seriousness of narco-mas- It affects economics, politics, and cultural culinity in the contemporary Mexican drug production. It establishes hierarchy and busi- wars and consumer culture, comedic repre- ness practices within the illegal drug indus- sentations of it easily seem morally obtuse try. It terrorizes vulnerable communities and or at least inappropriate. Yet three post-2007 threatens to break the democratic social con- theatrical release feature films in particular, tract. It rages against government and law en- Rudo y cursi (2008), El infierno (2010), and forcement, while also confronting them with Salvando al soldado Pérez (2011), treat narco- their mirror image. At the same time, outlaw masculinity with marked disrespect. They de- masculinity serves as a foil for politicians and ploy irony, farce, satire, and ridicule in a vari- state authorities; they legitimate their hold on ety of ways. While it would be productive to power by emphasizing the difference between parse the differences among these subgenres their own masculinism and that of the stereo- as they appear in these films, I am more in- typical . In addition, narcocultura’s terested in the implications of using any co- presentation of violent hyper-masculinity medic mode to represent narcos.2 These three as a melodramatic object of consumption texts play across genres, national borders, and dark pleasure has become big business and ethical as well as aesthetic codes to make (Narcocultura). The exploits and melodra- fun of narco-masculinity. Paul Julian Smith matic lives of exceptional men involved in the (2014) and Ignacio Sánchez Prado (2014) contemporary drug trade and so-called drug have studied these films in light of contempo- wars sell big in blogs, music, film, and tele- rary Mexican film history. In different ways, novelas targeted to popular classes in Mexi- both scholars focus on the evolution of view- can and Mexican-American communities. ing practices and the national film industry Whether citizens and consumers celebrate, in the context of popular consumerism, fear, or despise narco-masculinity, they buy transnational sensibilities, and the neoliberal exciting images and tales about those few privatization of culture. My reading adds to men who defy the social constraints meant their discussion by foregrounding the ques- to domesticate individuals and peripheral tion of what it means to laugh at the link be- nations into a regulated global economy. tween masculinity and criminality. How does Within the drug trade, among law enforce- refusing to take narco-masculinity seriously ment officials, and in the broader context of complicate debates regarding Mexican mas- narcocultura, complex affective responses to culinities, violence, and the role of the local narco-masculinity reveal tensions regarding in the global circulation of goods and images? Rebecca E. Biron 187

Taking narco-masculinity second type, the 20th-century battles over the primacy of either capitalism or communism seriously gave rise to military-style bureaucratic mas- culinities (think Stalin and Pinochet). These While acknowledging that masculin- figures, according to Connell, are now “a fad- ity takes many forms and produces different ing threat, and the more flexible, calculative, social hierarchies around the world, gender egocentric masculinity of the fast capitalist theorist R.W. Connell identifies “transna- entrepreneur holds the world stage” (371). tional business masculinity” as the global Successful narco-traffickers have more hegemonic type of the 21st century. Those in- in common with the CEO’s of legitimate dividuals who control the dominant financial global corporations than with Taliban or and political institutions of the current world ISIL militants insofar as the order express this masculinity. Its most no- primarily involves business across borders, table characteristics involve “increasing ego- domination over rival corporations, person- centrism, very conditional loyalties (even to al advancement, and avoiding government the corporation), and a declining sense of re- regulations. The drug trade has no necessary sponsibility for others (except for purposes of connection to nationalist fundamentalism. image making)” (Connell 369). Connell notes Rather, it shares the priorities of corpora- that this transnational business masculinity tions: growing transnational consumer mar- “differs from traditional bourgeois masculin- kets, lowering business costs, and increasing ity by its increasingly libertarian sexuality, profits. However, cartel violence has more in with a growing tendency to commodify re- common with that of the ‘masculine funda- lations with women” (369). This set of traits mentalists’ Connell describes (370). It tar- correlates to a particular relation to violence, gets local turf wars and compels expressions in which the “transnational business mascu- of loyalty. Rather than hide their destructive linity” of the neoliberal type eschews direct, side effects, as legal businesses try to do, car- physical violence while at the same time man- tels flaunt them publicly.3 aging corporate-based global economic sys- In the absence of the rules that govern tems that often inflict horrific violence from the legal economy, as well as the protections a distance and on increasingly large scales. provided by legal corporate structures, high- In contrast to narco-masculinity’s relatively level drug dealers employ aggressive displays local savagery and high drama, the elegantly of gendered power to set and police the illegal suited masculinity of neoliberalism calmly industry’s business standards. They rely on disregards world-wide costs of business such credible performances of ruthlessness and as low-wage and slave labor, deforestation, oil violence to control their industry. Widely wars, resource-depletion, and air pollution. referred to with the antiquated terminology Connell addresses two main types of of ‘lords,’ ‘barons,’ ‘capos,’ or ‘kingpins,’ male masculinity that compete with transnational leaders in the illicit drug trade oscillate un- business masculinity in “the world gender predictably between cruelty and generosity order.” First, gender instabilities caused by as a way of dominating the social networks global interconnectedness give rise to anti-in- on which their profits depend. Inspiring fear ternationalist and staunchly masculinist fun- and loyalty (or inspiring loyalty through damentalisms. Exemplified by such groups fear) among subordinates protects cartels’ as the hard right wing of any number of na- money-making efficiency. Building legends tions, the Taliban, or ISIL, these fundamen- about the outsized masculinity of industry talisms retrench into conservative religious leaders works similarly to branding in the le- traditions and isolationism or invasion. They gal corporate world; it gives consumers and seek to stop the cultural liberalization that ac- potential workers a dynamic, affective at- companies economic globalization. As for the tachment to the organizations. Convincing 188 Letras Hispanas Volume 11, 2015 performances of a simultaneously fearsome by civil society and hunted by law enforce- and seductive hyper-masculinity exert execu- ment. This view appears in sociological and tive control and discipline in the drug trade historical studies, public policy documents, and its territories. Thus, both the threat and and crime fiction.4 the largesse of narco-masculinity are a sober, At the same time, and for the same char- conservative matter of business management. acteristics, the narco is celebrated within vul- From the point of view of the legal nerable communities as a virile popular hero. economy and government officials, however, He embodies the rebellion of communities narco-masculinity connotes rebellion more disadvantaged by uneven modernization and than control. Its excesses defy the cool, ratio- globalization, as well as defiance of govern- nal image of the masculinity associated with mental authority whether it comes from the the leaders of legal transnational corporate United States or Mexico. Narco-masculinity organizations. Especially for Mexico, the ten- offers an alternative gender ideal through sion between autocratic masculinities and which marginalized groups imagine the pos- rebel masculinities reflects a long history of sibility of competing with legal global capital- regional resistance to federal power. The ru- ism, even if they do not actively participate in ral bandits who became major actors in the selling or consuming illegal drugs. In answer 1910 Revolution were subsequently memori- to the extractive effect of “legitimate” trans- alized in popular culture as folk heroes. Rec- national capitalists, the most economically ognizing that affective connection, official powerful and admired narcos bring money discourse since the founding of the ruling back from the consumer metropole into Partido Revolucionario Institucional pur- the peripheral local economies. They fund posefully mythologizes 20th century outlaw schools, churches, and cemeteries. In light of rebels like Pancho Villa in order to appropri- such largesse, narco-masculinity’s ruthless- ate the Revolution’s defense of economic and ness is often represented as the natural result civil rights for the poor, and of indigenous/ of socio-economic marginalization and stag- mestizo identities, into nationalist ideology. nation, and therefore not legitimately subject Associating rebel masculinities with deep to hegemonic disciplining. Its strength de- national identity, or imagined mexicanidad, rives from class loyalty and the exemplariness though, produces a crisis of legitimacy for of rags-to-riches success. Mexico’s contemporary relation to neoliberal Prominent cartels insert representatives economic and social policies in the context of from the rural poor into transnational finan- globalization. cial life. While no one denies the high cost in Narco-traffickers are today’s rebel ban- social stability, and even lives, the communi- dits. In the 21st century Mexican drug war, the ties benefit from having cartels as a symbolic explosion in violence especially during the focus, a rallying cry for relevance. As the Calderón presidency (2006-2012) resulted protagonist of this type of rebel narrative, from transnational pressures on the Mexican the narco figure lives out the tragic irony of government to limit drug trafficking across achieving business success and yet remaining the border. The United States-sponsored excluded from hegemonic sociality. In order “War on Drugs,” in tandem with internal cor- to fulfill his role as this kind of hero, he must ruption in the Mexican state, sparked new dy- embrace his criminal status, his ostentatious namics in the long-standing turf wars among consumption, and his inescapable class iden- cartels. Government discourse more insis- tity. The psychological costs of excess and vio- tently represented narco-traffickers as hyper- lence define him as a marked man, which is masculine, savage antiheroes, rightly feared an essential component of his melodramatic Rebecca E. Biron 189 charisma. The expectation that individual with economic and cultural globalization. narcos will die violently at a young age feeds Local music, narratives, and icons absorb and nationalist and regionalist desires to identify respond to transnational economic, political, a genuinely Mexican cultural type, however and cultural networks of signification. Rep- predetermined by tragic defeat he may be. resentations of narco-masculinity rely on a This ambivalent idealization of nar- double consciousness in which an imagined co-masculinity defines narcocultura texts global audience structures conventional nar- like , telenovelas, and video-homes ratives and tropes. The hyper-masculinity in (straight-to-DVD films).5 Many communi- these forms of representation appeals to a ties on both sides of the U.S.-Mexico border global taste for stereotype even when it ad- embrace narcocultura out of enjoyment of the dresses mainly among Mexican and Mexi- nationalist, populist pride that it expresses, can-identified audiences. Who plays the role as illustrated by the long history of the revo- of hero and who plays the role of antihero in lutionary and its evolution into the fictional as well as nonfictional texts about narco-corrido (Wald; Ramírez-Pimienta). drug dealers depends on the genre and target Such enjoyment is based on the equation of audience of each narrative. In spite of their deep mexicanidad with outlaw status, rural different ideological investments, both popu- roots, and extreme (both hyper-violent and list discourse that praises narcos and official self-destructive) expressions of masculinity. discourse that fears or attacks them treat the It would seem that audiences, voracious for category of masculinity with sober respect. cheaply produced video-homes about narcos, Given the political force of how different so- seek realism and escapism at the same time. cial sectors conceive of narco-masculinity, On the one hand, the most popular films tell what can we make of 21st century Mexican known, real-life stories taken from contem- representations that neither fear nor admire porary news sources and crime and set in narcos for their expression of masculinity? real-life locations (northern Mexico’s des- erts, highways, cantinas, cemeteries).6 On the Funny business other hand, the transformation of such realia into criminal melodrama and aesthetic play transposes the sources of fear and insecurity When read together, Rudo y cursi, El in- into the realm of predictability and cliché. fierno, and Salvando al soldado Pérez critique This translation of physical danger into view- the intersection of nationalism, global drug ing pleasure may well work as a kind of vac- trafficking, and masculinity. They parodi- cine against fear. By actively consuming these cally cite images of hyper-masculine Mexi- serious, sensational narratives, the poorer can narcos that are transnationally produced populations most likely to be affected by el and circulated. They expose the similarities narco’s real violence turn it into a desirable of the drug trade with legal global economic commodity.7 Identifying with and enjoying practices. They make visible the fantasy that violent narco-cinema provides an imaginary narco-masculinity is somehow authentically inoculation against being victimized. Mexican as opposed to the sanitized, non-lo- Whether they vilify or venerate the fig- cated hegemonic masculinity associated with ure of the narco, both narcocultura and official legal global capitalism. In these films, trans- discourse foreground masculinity as the bat- national business is serious while its uncriti- tleground on which struggles over class com- cal association with masculinity is funny. petition and nationalism play out. Real cartel Written and directed by Carlos Cu- practices have global reach. Certain forms arón, Rudo y cursi was produced by Cuarón’s of masculinity become Mexican-identified brother Alfonso along with Guillermo del through iterative, ambivalent engagements Toro and Alejandro González Iñárritu. It 190 Letras Hispanas Volume 11, 2015 stars Gael García Bernal as Tato (“Cursi”) cannot block the gunshot that maims him. and Diego Luna as Beto (“Rudo”). The actors The humor here derives from the pro- reprise aspects of the adolescent rivalry they tagonists’ unsophistication regarding their portrayed in Y tu mamá también (2001, co- chances of achieving manliness through written by the Cuarón brothers and directed honest effort. This film demonstrates the cas- by Alfonso Cuarón). Rudo y cursi is not a film trated irrelevance of men who try to play by about narco-trafficking; rather, it follows a moral rules in a context of ubiquitous corrup- conventional story of the rise and fall of two tion. Tonally the lightest film of the three un- naïve brothers seeking success as professional der consideration here, Rudo y cursi is none- soccer players. theless the saddest. It suggests that, given the Billed in the United States by Rolling contemporary predominance of mediatized Stone as “Good-natured fun! A rowdy, ram- value and organized crime, convincing mas- shackle comedy” (DVD jacket), this film de- culinity (implicitly defined by the protago- picts the relationship between masculinity nists as non-violent, family-oriented, and and legitimacy as impossibly fraught. The hu- self-sufficient) has become unattainable by mor of the film derives from the irony of audi- legitimate means. The protagonists’ bumbling ences’ awareness of this relationship while the triumphs and dramatic failures are put into protagonists are surprised by it over and over stark relief against an undeveloped secondary again. The brothers’ innocent primary moti- character, the local narco whose dominance vation is to honor their impoverished mother they are forced to accept in the end. by becoming successful enough to build her a The young men had intended to take house. Sons of different fathers who are both their fathers’ places in their familial roles, but absent, the young men engage in a mutually the conclusion of the film finds them outma- supportive rivalry to establish themselves as neuvered by a new father figure who bests manly protectors of their mother and sister. them at their own goal. While Beto and Tato Beto’s and Tato’s rural upbringing, however, are away in Mexico City pursuing their soc- has hardly prepared them for the unscrupu- cer dreams, Don Casimiro buys the nearby lous world they encounter when they begin to ranches, builds a highway to develop the ru- make money and seek celebrity status. ral area, marries their sister and builds the Through the efforts of a shady Argen- house the boys had wanted to build for their tine agent, Batuta (played by Guillermo Fran- mother. Don Casimiro appears onscreen cella), the brothers do achieve success on na- during the wedding reception for the sister, tional professional teams, only to succumb to where both she and her mother fawn over the typical pitfalls of quick riches and absurd him. The women enjoy his beneficence in the overreach. Tato falls in love with a model on absence of other reliable men in their com- whom he lavishes gifts before she dumps him munity. While Beto and Tato had protested for another up-and-coming player. Focusing the family’s having anything to do with the on his ridiculous desire to become a singer, narco because of his violence and criminality, he loses his goal-scoring mojo. For his part, in the end they have no way to argue for the Beto develops a gambling problem, and his superiority of law-abiding masculinity. They creditors have him shot; he loses a leg, and must subordinate their egos and their manli- thereby his soccer career. These clichéd per- ness to Don Casimiro. sonal trajectories complement the film’s por- The narco is a secondary character trayal of the rivalry between the two brothers. in relation to Beto’s and Tato’s adventure in They share the same rags-to-riches trajectory, the big city, but he looms large in the film’s although their failures take different forms. thesis regarding masculinity. The film’s pro- Cursi, the kicker, cannot score with his lover tagonists are clownish rubes, while the narco or with his singing career. Rudo, the goalie, plays the straight man. The lack of character Rebecca E. Biron 191

development for Don Casimiro demonstrates earlier, when he had first left his mother and the pervasiveness of “what everyone knows” younger brother to seek work in the United about narcos; he barely needs to be represent- States. ed at all, much less as a stereotype. In Rudo y In the story’s present, Benny returns cursi, the narco is taken as the only uncon- home after twenty years away, with nothing to testable type of masculine figure. The conclu- show for his honest labor. His journey from sion invites viewers to enjoy the irony of Don the border quickly introduces him to the new Casimiro’s stabilizing effect on the family in ubiquity of el narco and the social devastation contrast to Beto’s and Tato’s drama. To see it has wrought. He learns that in his absence the humor in the conclusion we must have his brother, “El Diablo,” became a violent, already assumed that a narco is not an appro- powerful player in the local drug scene before priate father figure or a legitimate competitor being murdered. Hoping to protect what is with loving sons for their mother’s respect. left of his family, Benny takes up with Lupita, At the same time, we must acknowledge that the woman who had born his brother’s child. Don Casimiro, in fact, has succeeded exactly In order to protect Lupita and his nephew, in the way that Tato and Beto had defined Benny succumbs to the manipulation of his their own noble goal. The figure of the narco childhood friend, El Cochiloco (played by here is neither heroic nor evil. He is an empty Joaquín Cosío). El Cochiloco methodically cypher for the socio-economic reality within grooms Benny to become more and more which the brothers cannot win. In the end, enmeshed in the competition for the regional their simple dream looks ridiculous because plaza that is being waged between the local it never had a chance to overcome the infil- drug lords, the Reyes brothers. Predictably, tration of drug money and narco-masculinity Benny begins to perform all the clichés of into local, domestic arrangements. narco-masculinity when he starts working Whereas the protagonists in Rudo y for the cartel. He quickly learns to enjoy the cursi learn over the course of the film that cash, prostitutes, and that serve as nice guys will always finish last in the current payment for his new line of work. The film economy, El infierno takes that idea as a given mockingly depicts Benny as an ignorant dupe and then explores its effects on men who want when he begins to imitate his bosses’ sarto- to think of themselves as heroic rather than rial style. Viewers clearly see the irony of his criminal. The third film in Luis Estrada’s tril- remaining blind to the contradiction between ogy of cultural-political satires (with La ley de his own violent actions and his sense of self as Herodes of 1999 and Un mundo maravilloso of both victim (in relation to el narco) and hero 2006), El infierno was commissioned in 2010 (in relation to his family). for the bicentennial celebration of Mexican One of El infierno’s most memorable Independence. This dark comedy depicts the and funny montages depicts Benny’s and El rise of a hapless everyman, a migrant laborer Cochiloco’s adventures in terrorizing local named Benny (played by Damián Alcázar), residents in the style of a goofy buddy film in the ranks of the local drug industry in the sequence rather than the dramatic exposition deserts of northern Mexico.8 Benny’s motive of criminal savagery. Through the careful for becoming a hitman was simply to earn staging of scenes that display diverse meth- enough money to extract his lover and her ods of killing used by real-life contemporary son from the drug war and move back to the hit-men (shootings, beheadings, acid baths, United States with them. His plan reflects an the posing of bodies as narcomantas, etc.) earlier version of the same goal; the opening the montage visually cites well-known crime scene of the film flashes back to twenty years scenes from the Mexican drug war since 192 Letras Hispanas Volume 11, 2015

2007. This parade of horrors is accompanied father, two men whose extreme violence he on-screen by cheerful norteña music. The admires and imitates. humor depends on an assumption that the The humor in El infierno, then, does not film’s viewers will find both the music and the stem from the plot about cycles of revenge chilling murder scenes familiar to the point of and violence, which foregrounds tragedy and cliché (Biron 827). critique. Rather, the humor emerges in Es- This playful deployment of image satu- trada’s juxtaposition and exaggeration of two ration turns more profoundly parodic in the kinds of image saturation. The film plays with film’s conclusion. After both Lupita and El its viewers’ affective relationship to violence Cochiloco are killed by Reyes’s henchmen, by having Benny and El Cochiloco imitate Benny finally discovers the collusion among scenarios pulled from contemporary news government officials at all levels with local headlines and websites like El blog del narco. cartels. Left for dead after having been shot These images in journalistic form frighten, for informing on the Reyes brothers, Benny outrage, and eventually numb the public, but spends time in the desert contemplating what the controlled frame of El infierno domesti- he has learned. Finally, he returns for the lo- cates such images of murder and mayhem. cal celebration of two hundred years of Mexi- Through repetition, emphasis on absurdity can independence, and one hundred years of and pointlessness, and the relatively sympa- the . Like a vengeful Mes- thetic character of Benny, the film ridicules siah, Benny unleashes apocalyptic violence this violence as nothing more than a set of against the narcos, the police, the church, and imitative behaviors enacted by men who ex- the government. He shoots everyone on the perience narco-masculinity as a dissociative dais as the patriotic fireworks explode in the performance rather than an identity. night sky. The tragedy, as the film’s conclusion Estrada’s meta-cinematic gesture in this points out, is that some people take narco- famous scene repurposes icons and emblems masculinity so seriously that they imitate it of Mexican national history and identity. The for real, thus inflicting explosive destruc- flag, the lectern, and the dais covered in patri- tion on local communities in ever-shorter otic bunting, for example, no longer connote cycles. El infierno signals early on its metatex- positive national aspirations based on a glori- tual awareness of the grave risks of this role- ous history. Here they represent the profiteers playing. In one of the first scenes of the film, of drug violence and are also themselves the Benny asks his padrino, an honest car me- bloodied victims of it. Estrada presents this chanic, about the region’s recent history. He mordant critique of endemic corruption, tells Benny (and us) of how the rivalry be- however, through such hyperbolic visual sat- tween the Reyes brothers for the plaza has ire that he underscores the fantastic nature exponentially increased prostitution, kidnap- of Benny’s final act. The scene privileges the pings, and murders. Because the older Reyes desecration of nationalist symbols from the wants to bring his son into the business, the point of view of the film’s audience rather younger Reyes has begun a war to defend than from any diegetic perspective. In fact, his own interests. Listening to this account, the subsequent scenes return to a more so- Benny exclaims “¡Está buena la película!” His berly realist style and show Benny’s nephew, padrino answers, “¡Qué película y qué hijo de El Diablito, as he continues the cycle of de- la chingada, ahijado!” Thus, El infierno em- struction. Now he seeks to avenge the death phasizes the indistinction between its own of his mother as well as that of his uncle and fictionality and the socio-economic reality Rebecca E. Biron 193

that surrounds it: you can’t make this stuff up, by a tiny group of terrorists who produced but it clearly follows a compellingly melodra- large-scale violence in the geographic cen- matic script. ter of political and economic hegemony. The Unlike Rudo y cursi and El infierno, twist in Gómez’s film, however, is that a small whose protagonists are victimized by their group of Mexican thugs, led by a notorious relationship to narco-masculinity, Salvando narco, plays the role of hero. In contrast to the al soldado Pérez features as its main character logic of narcocultura, in which criminal re- a powerful, confident drug lord named Julián bellion is equated to heroism, Salvando al sol- Pérez (played by Miguel Rodarte). “El sol- dado Pérez upholds the definition of heroism dado Pérez” refers to Julián’s younger brother as positive self-sacrifice on behalf of victims Juan, who, before enlisting in the army, had of violence. Saving a U.S. soldier from both emigrated to the United States with their his Iraqi captors and his own failing military mother in order to escape the violence of el leaders, Julián and his men triumph morally narco in Sinaloa. This 2011 film parodies the and well as militarily. plot of Steven Spielberg’s Saving Private Ryan The second joke develops around the (1998, screenplay by Robert Rodat). Director importance of style over substance in pro- Beto Gómez (with co-writer Francisco Payó jecting narco-masculinity as superior to both González) updates the story by placing it in military and hegemonic business masculin- the Iraq War and by having a private group ity. The film includes numerous shots of Ju- led by a Mexican narco save one young U.S. lián’s gang posing or strutting in their ostrich soldier who has been taken prisoner by the leather boots, piteado belts, Rolex watches, Iraqi army. Salvando al soldado Pérez plays Versace-style norteño shirts, skin-tight wran- with a wide variety of tropes from Hollywood gler jeans, and Stetsons. These costumes imi- action and crime films as well as Mexican vid- tate the ostentatious style of musicians like eo homes. A number of scenes and sequences, Los Tigres del Norte rather than the sedate for example, recall iconic shots from Rambo, clothing of many real-life 21st century narcos Scarface, The Godfather, the James Bond se- who send their children to private schools ries, and U.S. westerns. Unlike those films, and socialize with high society. Each of the however, Salvando al soldado Pérez takes modeling breaks in the film occurs in a mo- neither its subject matter nor itself very seri- ment of preparation for battle, when the main ously. It blends smooth, special effects-based characters gather their courage and inspira- montage with amateurish scenery and visu- tion for their mission. These pauses in the ac- als. It inaccurately represents Middle Eastern tion provide comic relief from the shooting geography and languages. It exaggerates ra- and chasing scenes. They imply that narco- cial and ethnic stereotypes. In direct response style provides the manliness its wearers seek, to the dedication to war realism in Spielberg’s rather than that the style is a mere sign of movie, this film’s unevenness posits represen- inherent identity, or of something already tation itself as a field of ideological battle be- achieved. The film’s subtitle emphasizes the tween competing forms of masculinity. preening poseur status of Julian’s gang: “Pu- The humor in Salvando al soldado Pérez eden perder la vida, pero no el estilo.” targets three main issues, which can be cor- A third type of humor in the film con- related to the film’s plot, style, and character cerns the character development of the pro- development. In the plot, the joke is on the tagonist, Julián Pérez. He is a hyperbolic arrogance and futility of the United States’s caricature of “el jefe de los jefes,” the most global war on terror. A gang of five fearless powerful of vicious and tragic drug lords Mexicans outperforms and then escapes from from near Culiacán in Sinaloa. Julián deploys the most expensive army in the world. This all the mythical abilities of shadowy capos to feat echoes the 9/11 attack on New York City serve the simplest and most innocent of goals: 194 Letras Hispanas Volume 11, 2015 to please his mother. Through flashbacks in- years later. Having reached the pinnacle of terspersed with the contemporary rescue power he now has the freedom to reconcile mission, we learn that Julián first killed a man with his original family. His mother promises when he was still a child. In the diegetic pres- to forgive Julián for his criminal life only if ent, he is a widower with a pampered, glut- he brings Juan home alive. Thus, while the tonous son. He surrounds himself with crude film’s farcical plot centers on the themes of henchmen and a metrosexual super-assistant, mindless war, accidental military success, ini- Eladio. Julián lives in a mansion stocked with tiation rites among men, and national as well high-tech surveillance and information sys- as racial stereotypes (the Mexican gang uses tems on an estate that features a swimming chile sauce as a torture/interrogation tool, for pool shaped like a marijuana leaf, a personal example), the sincere motive at the heart of chef, a fleet of golf carts for travel around the things is Julián’s search for salvation through grounds, and a private zoo of exotic animals his mother’s blessing. (a nod to , Jesús Zambada, and He obtains it in the end. The last scene Scarface, among others). He casually executes in the film features Julián dancing with his his own employees for oversights in their mother at his estate back in Mexico, where work. Like a consummate professional, once the family and the warriors all celebrate the he accepts the mission of saving his younger success of their mission to save Juan. In the brother in Iraq, he devotes all of his manage- soundtrack that accompanies the scene, rial prowess, government connections, and Chavela Vargas sings “Corazón negro,” a bal- laser beam concentration to the task. lad that narrates Julián’s exploits and his re- On the other hand, Julián’s motivation demption in heroic terms: “Hoy es un gran for this mission is entirely romantic and sen- guerrero The same story is repeated over the timental, which would seem to contradict his closing credits in a fast-paced corrido titled ruthless, amoral persona. In the second flash- “Soldado Pérez” by Los Tucanes de . back to his childhood, we learn that his first These musical gestures underscore the fic- murder was in defense of his mother’s honor; tionality of narco-corridos that contempo- with a slingshot, he killed a messenger who rary narcos commission to be written about had tossed money on the floor disrespect- themselves, hoping to buy their way into be- fully in compensation for his father’s death in coming popular legends. Here, the filmmaker the cartel’s service. Julián impresses the local engages Los Tucanes in this enterprise as a narco with his coolness under pressure. His wink to his audience in relation to the self-re- new mentor tells him, “Todos necesitamos gard of narcos in general, and his protagonist una familia para sobrevivir. Para eso somos in particular. Of course, the very last piece hombres, para cuidar lo que queremos… Es- of text before the credits tells us that “Julián tás con nosotros o simplemente no estás. Esta Pérez murió tres meses después en una em- bala era para ti.” This speech equates the cartel boscada.” All these efforts to immortalize the with family, and does so under the threat of narco as a liberating warrior actually depend death. Thus, young Julián associates the trau- on our foreknowledge of his early death, a ma of his father’s murder with his own first death that no mother’s blessing can forestall. kill. He associates manliness with protecting family in the very moment that he (prema- Mothers, brothers, and turely) leaves his mother’s house. Finally, he accepts the replacement of his nuclear fam- fatherless boys ily by the cartel. But he never really had any choice. In spite of their darkly comedic nature, The first scene in the filmic present fea- Rudo y cursi, El infierno, and Salvando al sol- tures Julián’s arrival at a hospital in Los Ange- dado Pérez share in common two forms of les to seek his estranged mother twenty-five sincerity: familial loyalty and the search for Rebecca E. Biron 195 masculine role models. The protagonists of read together. A curious consistency among all three films are motivated by their desire them traces assumptions and values about to please and care for their mothers. All three everyday Mexican masculinity and how role films also explore how brotherly love even- models for it change over time. Joaquín Cosío tually overcomes fraternal rivalry for moth- acts in all three films. In Rudo y cursi, Cosío ers’ love and for worldly success. The stories plays the abusive stepfather figure, Arnulfo, all begin with an early scene featuring two for whom Beto and Tato’s mother settles in brothers, in which the dynamics of compe- the absence of other options for adult male tition and connection are clearly signaled. companionship. He comes off as lazy and Rudo y cursi opens in the banana orchard ignorant. He insults the boys as well as their where Beto and Tato labor together before mother. When the boys return from Mexico being discovered by their agent. Later, they City, they see their mother’s bruises from his literally face off against each other on op- beatings, but feel powerless to intervene. In posite teams in the climactic soccer match. the hierarchy of options for masculinity in When they both lose, in different ways, how- this film, Cosío’s character represents the in- ever, they end up in the final scene of the film creasingly irrelevant, backward machismo of together on a beach ruefully commiserating the poor. In contrast to him, the younger men about their failures. El infierno opens with a eschew violence and show emotional vulner- scene set twenty years before the principal ability in their relations with women. In com- action of the film. It depicts Benny’s original parison to Arnulfo, Don Casimiro represents departure for the United States in an effort a new kind of villain. He lavishes women to earn money to send back to his mother with gifts and provides the economic benefits and younger brother. In a reversal of roles, to which honest working class men have no and after El Diablo’s death, Benny becomes access. The new illegitimate father, the film the one who tries to live up to his brother’s implies, retains patriarchal power, keeping it violent reputation after returning home. The beyond the reach of honest young men with murderous Reyes brothers, the antagonists more egalitarian ideas about gender. This du- in El infierno, provide the counter-model to bious improvement in terms of the threat of this fraternal ideal. As for Salvando al soldado domestic violence comes at the agonizingly Pérez, its first scene establishes the arche- high price of the increased social instability, typal relationships among Juan (as younger crime, and violence that accompany el narco brother needing protection), Julián (as fear- and its wealth. less and skilled older brother), and Julián’s In El infierno, Cosío plays the delicious- lifelong friend, Carmelo. The boys engage in ly layered role of El Cochiloco. He hopes to a slingshot competition at the end of which achieve upper middle-class respectability by Carmelo acknowledges Julián’s worthiness selling his services as a vicious hitman. In as an unbeatable opponent. These opening public, he is a manipulative, violent, threat- scenes indicate that being boys together in a ening stereotype of a henchman for narcos. In certain way determines how men will chal- private, he is an attentive husband, father, and lenge and yet also depend on one another, in provider. When his son is killed in revenge mutually supportive rivalry for their mothers’ for a death in a rival gang, the barrier between approval. Childhood loyalties carry over into his profession and his family life is breached; adulthood, and the absence of fathers seems his careful distinctions dissolve, and his own to make them stronger. death ensues. Cosió’s character tries to teach The search for masculine role models Benny how to control this situation and play provides another type of thematic coherence the system against itself. Unlike Benny, who and sober reflection when these films are symbolically takes down the entire system in 196 Letras Hispanas Volume 11, 2015 the end, however, El Cochiloco succumbs to seems able to occupy almost any role except the logic of revenge that imprisons most nar- that of wealthy, hegemonic corporate mascu- cos in a cycle of deadly violence. linity. This exception proves the rule that for Finally, in Salvando al soldado Pérez, nationalist purposes, Mexican masculinity Cosío plays one of the senior members of can only be coded as rebellious and violent, Julian’s gang. When we first meet his char- even if it may occasionally also be heroic. In acter, Rosalío Mendoza, he is hosting his this sense, narco-masculinity is just everyman goddaughter’s lavish birthday party while masculinity dressed up in rebellious costume dressed in a ridiculous prawn costume. This in order to revel in its difference from global clownish image humanizes the character who hegemonic masculinity. The costuming in- has been billed to Julián as an expert pilot, volves clothes, but also plotlines. Pleasure, drug smuggler, and successful liaison be- whether that of those who enjoy the tempo- tween Mexican cartels and U.S. markets. As rary powers attained at the highest levels of the plot unfolds, he represents the accidental el narco or that of the consumers of these im- successes that bumbling ‘experts’ can achieve ages, depends on the self-consciously futile simply for being loyal, energetic, and fearless. pursuit of imaginary self-determination in an Rosalío’s role in the rescue mission implies over determined socio-economic sphere. that whoever survives el narco into middle Narcos get their ideas about masculin- age or beyond offers a wealth of knowledge ity from the mediatized sacrificial caricatures about the military, business, psychology, and that fuel “gore capitalism” in the era in which masculinity. He has no need to prove him- legal globalization and the illegal drug trade self, and so he willingly turns his skills to a are inextricably bound together. As Sayak Va- deeper purpose than profit: to helping Julián lencia Triana puts it, save his younger brother. The whole gang’s improbable success in rescuing Juan from Con el advenimiento, aceptación y Iraq celebrates this change in purpose, but it normalización del capitalismo gore, is Rosalío who dramatically pilots the rescue ¿seguirán siendo válidas las categorías helicopter that takes all the heroes and Juan de legitimidad e ilegitimidad para des- to safety when they are under fire from both cribir la aplicación de la violencia?, ¿qué convertirá a la violencia en algo the U.S. and Iraqi armies. At the same time, legítimo?, ¿el precio que se nos cobre however, the film’s farcical representation of por ejercerla? El monopolio de la vio- that triumphant moment (the sequence fea- lencia ya no es propiedad exclusiva tures slapstick gags, deliberate close-ups of del Estado-Nación sino del Mercado- the gangs’ belt buckles, and long shots of the Nación. El monopolio de la violencia helicopter wobbling in the air past minarets se ha puesto a subasta y la puja más while clotheslines dangle from its sides) sig- alta en México la está haciendo el cri- nals that even the ‘pure’ motive of saving Pri- men organizado. (n.p.) vate Pérez is inseparable from the prescripts of melodrama and the inane conventions As we have seen in the most deeply held mo- of war/action/spy/gangster/western block- tives of the protagonists in Rudo y cursi, El buster films. The clichéd hyper-masculinity infierno, and Salvando al soldado Pérez, there evident in these forms of representation ap- is nothing funny about the situation in which peals to a global taste for stereotype and also people cannot escape the necropolitical logic slyly deconstructs the notion of the Mexican of lo narco; there is only pathos in that lack macho ideal. of choice.9 Tracing Cosío’s roles in these three films But there is something hilarious about reveals the comic actor’s function as the mal- the whole constellation of imbalances and leable face of generic Mexican manhood. He forms of (self)exploitation when in Salvando Rebecca E. Biron 197 al soldado Pérez, for example, the Mexican unexamined background figure against which news media reports the story of how a small the protagonists experiment with different group of pistoleros saved a large number of options for contemporary masculinity. The U.S. soldiers from captivity in Iraq. Admit- young men in Rudo y cursi find themselves ting that few details about the rescue have stuck between the outdated, small-time ma- been independently confirmed, a reporter chismo represented by Cosió’s abusive char- announces, “Pero de lo que no hay duda es acter and the more charming and seductive que se trata de mexicanos.” Against all odds, patriarchal stance of the narco who replaces this blind national pride reasserts an exuber- him. For his part, Benny in El infierno has ant desire to claim for mexicanidad a special no way out of the pervasive culture of narco- relationship to out-of-scale, outrageous, out- violence other than self-immolation. Finally, law masculinity. Salvando al soldado Pérez rejects the notion The expression of this desire might not of realistic character development altogether, have gotten laughs in a Mexican film before presenting all five members of Julián’s gang the advent of what Ignacio Sánchez Prado as cartoonish exaggerations of fictional ar- calls “the Second Reinvention of Mexican chetypes. This exaggeration, in concert with Cinema,” best represented by Alfonso Cu- the appeal to a hyper-personal moral code arón’s Y tu mama también (2001). This rein- in relation to honoring one’s mother, renders vention entails “the construction of a national meaningless all the binaries on which serious cinema thoroughly uninterested in engag- discourse about narco-masculinites depends: ing with the nation as such” (92). “It does good/evil, conservative/rebel, legitimate/ille- not pose a homogenous national discourse, gitimate, authentic/mediatized, local/global. as the inherent contradictions of the nation Salvando al soldado Pérez plays with the sil- are central to its narrative construction […]. liness of its own characters and situations. It Rather, we are confronted with a complex also indicts these binaries for being equally spectrum of different social strata that con- meaningless when they are used to classify stantly interact and problematize each other” real people who try to participate in the con- (193). The collapse of Mexicanism in the age temporary global trade of goods, images, and of neoliberalism and “Americanized frame- (national) identities. works of meaning” fundamentally alters the These comedies make visible how calculus for the Mexican film industry. As Mexican narco-masculinity both resists and Sánchez Prado shows, in contemporary films is constructed by the irresolvable tension be- that do not necessarily deal with lo narco, tween global economics and local identifica- the identity politics of race, class, and gen- tions. They home in on the intersection of der supersede national concerns. However, two non-coterminous facts: that neoliberal when feature films targeted to both popular policies and discourses cannot digest nation- and middle-class audiences represent narcos, al, class-based histories; and that national, the self-conscious use of parody resists both class-conscious perspectives cannot metabo- identity politics and nationalist ideology. The lize neoliberal economics. Both axes of this use of intertextuality, trans-genre pastiche, intersection fixate on narco-masculinity as and transnational citations of multiple types the crux of the issue, whether they vilify it or of representations of narco-masculinity not celebrate it. Texts that refuse to take narco- only destabilizes any particular notion of ‘real masculinity itself seriously may not motivate Mexican masculinity,’ but it also makes a joke viewers into direct political action; in fact, out of even wanting to define such a thing in they may depress political energy by mocking the first place. identitarian impulses. Still, given the aura that In the three comedies I have examined narco-masculinity exudes for those who fear here, Joaquín Cosío stands in as the relatively and/or revere it, some demystification just 198 Letras Hispanas Volume 11, 2015 might allow for more effective accounting of celebrate local drug dealers as an endless source of the globalized, neoliberal nature of lo narco, cheap home entertainment. They formulaically re- and perhaps thereby of intervention into the hearse stories of revenge and passion drawn from more nefarious effects of both the drug trade daily news reports about murders and corruption among drug cartels and corrupt law enforcement and the war on drugs. The complex, ambiva- agencies. They typically cost only forty to fifty lent deployment of humor deflates the out- thousand dollars to produce because they are shot sized symbolic power of narco-masculinity, on location, mostly in Tijuana, with few special ef- whether it is imagined as inevitable, heroic, fects (actors fire blanks from real guns while crew or malign. Maybe narco-masculinity dies off-camera shoot victims with paintball guns to when we’re all laughing. simulate wounds). Filming usually takes just two or three weeks, and the directors use actors drawn from the real milieus in which they are filmed. A Notes few professional actors, such as Mario Almada and Jorge Reynoso appear in hundreds of these films. 1 Masculinity’s symbolic relation to national Scripts for this type of cinema can be prepared identity, dominant ideologies, and power is, of very quickly (3-4 days), because much of the ac- course, not particular to the illegal drug industry, tion and dialogue is improvised based on the plots Mexico, film, or the present. This relation is, rather, of successful . worldwide, and across time. For a concise account 6One particularly popular example is the1978 of its contours in modern Mexico, however, see filmLa banda del carro rojo, based on a corrido by the introduction to Robert McKee Irwin’s Mexi- Los Tigres del Norte (Shane Smith). can Masculinities. For an elegant treatment of the 7 th El narco refers to the illicit drug trade in gen- connection between masculinity and 20 -century eral, including the collateral damage it causes by Mexican film, see Sergio de la Mora’s Cinemachis- widely distributing cocaine, heroin, and meth- mo: Masculinity and Sexuality in Mexican Film. amphetamine, by promoting direct violence as 2 I draw from Martha Elena Munguía’s treat- a business practice, and by attracting violent law ment of “la risa como un fenómeno multifacético, enforcement to embattled communities. Un narco complejo, ligado a la heteroglosia, con una infinita refers to a single drug dealer, usually a higher-up capacidad de transmutación de voces y acentos. in cartel organization. Detrás de la risa puede acechar la garra del llanto, 8See Biron “It’s a Living: Hit Men in the Mexi- puede estar la alegre burla del que desenmascara can Narco War” on the film’s treatment of sicarios verdades oficiales, la ironía mordaz” (Munguía as laborers in the global economy. 31). 9 3 I am referring here to Achille Mbembe’s defi- See El Blog del Narco for reports of the very nition of “death-worlds, new and unique forms of public atrocities committed by rival cartels: be- social existence in which vast populations are sub- headings, hangings, dismemberment, video mes- jected to conditions of life conferring upon them saging, kidnappings, narcomantas, etc. the status of living dead…[U]nder conditions of 4 For in-depth historical and sociological ac- necropower, the lines between resistance and sui- counts that focuses on narco-masculinity as socio- cide, sacrifice and redemption, martyrdom and pathic, see Poppa; Grillo; Molloy and Bowdon; Ro- freedom are blurred” (“Necropolitics” 40). dríguez Castaneda; and Reguillo. For public policy documents and rhetoric, see Archibold, Cave, and Malkin; “Plan Mérida;” and Witness for Peace. For crime literature and literary/cultural criticism re- Works Cited garding the serious denunciation of narco-mascu- linity, see Mendoza; Pérez-Reverte; Polit Dueñas; Archibold, Randal C., Damien Cave, and Elizabeth Maihold and Maihold. Malkin. “Mexican Leader Wants Drug War 5Mexican narco-cinema is dominated by the Set in Law.” New York Times, 16 Oct. 2011: straight-to-video industry and sold primarily in A5+. Print. the United States. Shane Smith’s 2009 documen- Biron, Rebecca E. “It’s a Living: Hit Men in the tary about this phenomenon, Mexican Narco Cine- Mexican Narco War.” PMLA 127.4 (2012): ma, explores the curiously nonchalant yet also ob- 820-34. Print. sessive way in which such low budget crime films El Blog del Narco. Web. 02 Jan. 2015. Rebecca E. Biron 199

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Letras Hispanas Volume 11, 2015 Special Section

Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016)

Guest Editors: Osvaldo Cleger Phillip Penix-Tadsen

Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Editors: Osvaldo Cleger & Phillip Penix-Tadsen E-mail: [email protected] / [email protected] Affiliation: Georgia Tech; School of Modern Languages; Swann Building 214; 613 Cherry St, Atlanta, GA, 30332; University of Delaware / Department of Languages, Literatures and Cultures; 219 Jastak- Burgess Hall; 30 East Main Street; Newark, Delaware 19711 Abstract: In this special issue of Letras Hispanas we bring together a collection of interventions that illustrate a variety of ways of approaching digital storytelling, from multidisciplinary perspectives, by a new generation of scholars working on this field. While the contributions to this special issue vary considerably in terms of the primary materials they analyze and the critical approaches they employ, there are several identifiable tendencies that allow us to divide these interventions into three major trajectories. A first set of articles deals with the evolving relationship between electronic narrative and print media, analyzing examples of crossover between the two spheres. A second trajectory among the contributions to this volume examines specific digital media technologies and the new genres and modes of expression they have engendered. The third and final set of contributions focuses on the ways digital communities and social networks have impacted literary practice and creative expression in the Spanish-speaking world. Keywords: Digital Storytelling, Digital Media, E-Literature, E-Genres, Social Networks, Latin America, Spain Resumen: Este número especial de Letras Hispanas recoge un conjunto de contribuciones que sirven para ilustrar una variedad de acercamientos a la narrativa en formato digital, desde perspectivas multidis- ciplinarias, por una nueva generación de investigadores que se desempeñan dentro de este campo. Si bien es cierto que los aportes aquí incluidos difieren considerablemente en lo que respecta a los materiales analizados y las metodologías empleadas en cada estudio, es asimismo posible identificar varias tendencias que nos permiten dividir estas contribuciones en tres trayectorias fundamentales. Un primer conjunto de artículos se ocupa de examinar la relación siempre cambiante entre la narra- tiva electrónica y los medios de comunicación impresos, analizando ejemplos de cruce entre las dos esferas. Una segunda trayectoria examina algunas TICs específicas y los nuevos géneros y modos de expresión que las mismas han engendrado. El tercer y último conjunto de contribuciones se centra en explorar la manera en que las comunidades digitales y las redes sociales han impactado las prácticas literarias y el trabajo creativo en el mundo de habla española. Palabras clave: narrativa digital, medios digitales de comunicación, literatura electrónica, géneros, redes sociales, América Latina, España Biography: Osvaldo Cleger is Assistant Professor of Spanish in the School of Modern Languages at the Georgia Institute of Technology. His current research focuses on the impact that recent technological developments have on the cultural, pedagogical and literary fields. His bookNarrar en la era de las blogoficciones: literatura, cultura y sociedad de las redes en el siglo XXI (The Art of Narrating in the Age of Blog-fictions) offers a systematic approach to blog-narratives written by Hispanic authors. He has also co-edited two collective volumes on Hypertext theory and pedagogy in the Hispanic world: Redes hipertextuales en el aula, Octaedro 2015, and Formación literaria, hipertextos y Web 2.0 en el marco educativo, Editorial Universidad de Almería, 2015. Phillip Penix-Tadsen (PhD, Columbia University) is a specialist in contemporary Latin American cul- tural studies. His first book, Cultural Code: Video Games and Latin America (MIT Press, 2016), brings together the critical vocabularies of game studies and Latin American cultural studies to offer a synthetic theorization of the relationship between video games and culture, based on analysis of both in-game cultural representation and the real-life economic, political and societal effects of games. ISSN: 1548-5633 204 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016)

Osvaldo Celger, Georgia Tech Phillip Penix-Tadsen, University of Delaware

Digital storytelling takes on many forms into account that interactive fiction had pre- in Spain and Latin America. Starting from the ceded hypertext fiction by at least a decade, very advent of electronic media, the regions’ with the earliest example, William Crowther’s hackers, programmers, authors and artists Colossal Cave Adventure, appearing in 1976, have created a spectrum of multimedia liter- and Don Quijote, La Aventura being released ary and poetic projects that represent a diverse in Spain by Dinamic Software in 1987, it is array of approaches, concerns, traditions, and possible to conclude that digital storytelling innovations. Currently, as countries on both has in fact been present for even longer. sides of the Atlantic report triple-digit annual Since 2000, the proliferation of social growth in e-book sales and increased time networks, online literary and cultural publi- spent interacting with online media (Wisch- cations, blogs, and e-books—along with the enbart et al., 2014), the populations of Latin mobile devices that make all of these prod- America and Spain are investing more time ucts legible—have made digital storytelling and energy into consuming and creating even more ubiquitous. Likewise, these new content for tablets and other digital devices, media bring with them new mechanisms of from personal computers to smartphones to expression that open up a wide range of pos- video game consoles. As texts go paperless sibilities for experimenting with stories that and digital storytelling gains prominence, not only combine text with sound and mov- our concepts regarding the nature of narra- ing images, but that also incorporate such tive discourse are being challenged in funda- technologies as Google Maps, touch screens mental ways, from our notions of what con- used for navigation or for triggering anima- stitutes a text, to the contextual meaning of tion and effects, or tablets’ GPS, camera, and semiotic or literary devices, to models of nar- audio capabilities to display an augmented re- rative structure and authorship, to concepts ality layer embedded in the story. These and of readership, distribution, and consumption other contemporary transformations to the of literary works. practices of reading and writing are expand- While the hastening spread of new me- ing what authors can do—and what readers dia technology throughout Latin America can experience—when it comes to digital sto- and Spain is a relatively recent phenomenon, rytelling. e-reading and digital storytelling are as old In this special issue of Letras Hispanas as the first personal computers that entered we bring together a collection of interven- global markets in the mid-1970s. Scholars tions that illustrate a variety of ways of ap- commonly refer to the late 1980s and early proaching digital storytelling, from multidis- 1990s as the dawn of digital storytelling, with ciplinary perspectives, by a new generation the publication of some of the earliest works of scholars working on this field. Since the of hypertext fiction, such as Michael Joyce’s publication of what is possibly one of the ear- afternoon, a story (1987) or Colombian-born liest examples of scholarship on digital sto- author Juan B. Gutiérrez’s earliest versions of rytelling ever written, Jay David Bolter and Extreme Conditions (1996). However taking Michael Joyce’s conference paper “Hypertext Osvaldo Cleger/Phillip Penix-Tadsen 205 and Creative Writing,” presented at the first research in the broader field of digital human- Association for Computing Machinery Con- ities. Particularly noteworthy in this regard is ference on Hypertext (Chapel Hill 1987), the work conducted at the Universidad Jave- much progress has been made in this emerg- riana in Bogotá under the leadership of Jaime ing field. Research on digital storytelling Alejandro Rodríguez, who has not only been and digital culture has gone from being an a pioneer when it comes to authoring narra- area mostly dominated by Anglo-American tives in digital format, but has also played a voices to becoming a more inclusive area of mayor role in furthering our understanding research, in which the contributions made by of digital storytelling through his scholarly Latin Americanists and Hispanists, as well as contributions (Rodríguez Ruiz 1999). by Spanish-speaking online communities, are More recent initiatives, such as the playing an increasingly crucial role. Since ear- launching of a Latin American and Latino ly 2000, the collaboration between research Digital Humanities/Cyberculture project at institutions across the Atlantic has helped to the University of Georgia, Athens, the Loca- broaden the approach to digital media. More tive Media Learning Initiative at Georgia specifically, the creation of the Barcelona- Tech, as well as currently ongoing talks about based research group Hermeneia and their the creation of a Red de Literatura Electrónica active involvement with the Electronic Lit- Latinoamericana are equally promising de- erature Organization in recent years has been velopments in this regard. Finally, we would crucial in bringing a more international per- like to acknowledge the many valuable con- spective to digital media studies, as reflected tributions made by the Spain-based research in the inclusion of several Latin American group FRAC (Formación Receptora y Análi- and Spanish authors in the Electronic Litera- sis de Competencias), whose annual confer- ture Collection, Volume 2, published by ELO ences on hypertext pedagogy and very active in 2011. In the UK, the Digital Latin Ameri- research track record on this topic (Mendoza can Cultures Network (previously known as Fillola 2012, Amo, Cleger & Mendoza Fillola the Latin_American Cybercultural Studies 2015) have contributed to increased interest project) has significantly contributed to the in digital storytelling, and its inclusion in cur- promotion of research in this field, both by ricular activities, not only among university hosting international conferences and edit- professors and scholars, but also among K-12 ing collected anthologies and monographic teachers, educational policy makers and cur- publications on the topic, as well as by main- riculum designers. taining a constant exchange with other inter- In terms of published research, the past national scholars through their latamcyber decade has seen a veritable boom in schol- mailing list. Through their Hybrid Storyspaces arly production regarding digital media and project, Christine Henseler and Debra Cas- culture in Latin America and Spain. Several tillo have also furthered the interest in Latin notable examples focus specifically on the re- American and Spanish digital cultures and lationship between electronic media and cre- literatures, at the same time they have man- ative expression, including Thea Pitman and aged to bring into the discussion the voices of Claire Taylor’s book Latin American Identity several digital artists and practitioners from in Online Cultural Production, Matthew Bush the region, including Edmundo Paz Soldán, and Tania Gentic’s edited anthology Technol- Rosina Conde, Doménico Chappe, and Fran ogy, Literature, and Digital Culture in Latin Illich, among others. South of the US-Mexico America: Mediatized Sensibilities in a Global- border, several Latin American institutions ized Era, Claire Taylor’s Place and Politics in are becoming major hubs for innovation and Latin American Digital Culture: Location and 206 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Latin American Net Art, Christine Hensel- and contemporary case studies that together er’s book Spanish Fiction in the Digital Age: help diversify and expand our understanding Generation X Remixed, or the special issues of the intersections between storytelling and “Literatura latinoamericana, española, portu- digital media. guesa en la era digital (Nuevas tecnologías y As the contributions to this volume lo literario)” published by the Arizona Jour- demonstrate, the manifestations of the rela- nal of Hispanic Cultural Studies (2010) and tionship between electronic media and the “Narrar en la era digital” recently published narrative tradition are multivalent, wide- in Espéculo: Revista de Estudios Literarios ranging, and highly varied. Not only have (2015) . Others have examined the contexts technological advances enabled new types of production, circulation, and consumption of expression shaped by the parameters of of computer hardware and software in differ- evolving platforms and media, these tech- ent contexts throughout Latin America, in- nologies have simultaneously had a profound cluding studies like Eden Medina’s Cybernetic impact on the world of print literature. Like- Revolutionaries: Technology and Politics in wise, social networks and online interactions Allende’s Chile, Cristina Venegas’s Digital Di- have affected the way narrative is produced, lemmas: The State, the Individual, and Digital circulated, consumed, and critiqued over the Media in Cuba, Yuri Takhteyev’s Coding Plac- course of the past several decades, contribut- es: Software Practice in a South American City, ing to a continuing evolution in the relation- and Anita Chan’s Networking Peripheries: ship between authors and their audiences. Technological Futures and the Myth of Digital The articles collected in this special issue give Universalism. A number of recent scholarly testimony to the many intersections between anthologies have also shed light on the rela- narrative and digital media in the Spanish- tionship between new media and culture in speaking world, offering insight into the cul- Latin America and Spain, including Beyond tural impact of new media in diverse contexts Imported Magic: Essays on Science, Technol- throughout Latin America and Spain. ogy, and Society in Latin America, edited by While the contributions to this special Eden Medina and Ivan da Costa Marques, as issue vary considerably in terms of the pri- well as Mark J. P. Wolf’s Video Games Around mary materials they analyze and the critical the World, which includes chapters on Argen- approaches they employ, there are several tina, Brazil, Chile, Colombia, Mexico, , identifiable tendencies that allow us to divide Spain, Uruguay, and Venezuela. Given this these interventions into three major trajecto- expansion in the number of works focusing ries. A first set of articles deals with the evolv- on new media and culture in Latin America ing relationship between electronic narrative and Spain, most of which focus on the social and print media, analyzing examples of cross- and technological aspects of digital culture, over between the two spheres. For example, the time is ripe to deepen our discussions Sarah Gretter examines how transformations of the relationship between new media and in narrative and fictional conventions have production in poetry, fiction, and other nar- historically been tied to evolutions in com- rative forms. The aim of this special issue munication media. Gretter offers a compara- is to add to discussions of electronic media tive analysis between the advent of digital nar- and culture in Spain and Latin America by rative and the emergence of the early modern providing a varied spectrum of cultural con- novel during the Golden Age in Spain, using texts, critical methodologies, and historical Mikhail Bakhtin’s concept of dialogism as a Osvaldo Cleger/Phillip Penix-Tadsen 207 framework for exploring the relationship be- in the region from the 1970s to the present, tween communication, identity, and self-re- offering a nuanced overview of a wide range alization in narratives across the ages. For her of digital literary works. Focusing on yet an- part, Carolina Gainza examines the establish- other electronic medium of expression, Phil- ment of a “digital aesthetic” identifiable in the lip Penix-Tadsen discusses the role of written works of two contemporary Chilean authors, text in contemporary video games designed exploring the ways Carlos Labbé’s hypertex- in Latin America, showing that in spite of tual narratives and Jorge Baradit’s print pub- the necessity to examine electronic media in lications both respond to the contemporary terms of their uniqueness and specificity, tex- mediascape. Gainza demonstrates the ways in tual and narrative analytical frameworks re- which these authors’ creative practices, along tain an important role in our understanding with the circulation and consumption of their of the products of digital culture. Looking at works, has been transformed by their relation- a number of recent examples from game de- ship to digital media and social networks. In signers throughout the region, Penix-Tadsen a final contribution to this focus on the rela- shows a broad array of reactions and respons- tionship between print and electronic media, es to narrative conventions and textual modes Alexandra Saum-Pascual examines two man- of expression in contemporary Latin Ameri- ifestations of computational practices and can video games. Contributions like these electronic literature in print form from Spain help explain how the mechanics and techni- in an analysis that advocates for an expanded cal specifications of different media forms definition of electronic literature to include contribute to their meaning in processes that not only “born-digital” works but also those are related to and intertwined with narrative that incorporate the aesthetic and procedural expression, but whose meaning cannot be de- practices of digital media into texts published duced from a narrative interpretation alone. in print. Saum-Pascual’s examination of Vi- The third and final set of contribu- cente Luis Mora’s Alba Cromm and Javier tions focuses on the ways digital commu- Fernández’s Cero absoluto demonstrates the nities and social networks have impacted ways in which their media-informed literary literary practice and creative expression in practices constitute a rejection of the literary the Spanish-speaking world. Sarah Lowman canon. Together, these contributions demon- and Luis Correa-Díaz offer an examination strate the ways that transformations in nar- of how the phenomenon known as “Twitter rative conventions and literary practices have Fiction” has been developed by Spanish and traditionally been tied to successive waves of Latin American authors working within the technology, offering much-needed historical narrative confines of a 140-character limit. perspective for the analysis of more recent in- Correa-Díaz and Lowman’s analysis focuses tersections between literature and media. on both works published on electronic plat- A second trajectory among the contri- forms like Twitter as well as print works com- butions to this volume examines specific dig- posed of tweeted text, offering crucial insight ital media technologies and the new genres into the development of a new literary genre and modes of expression they have engen- spawned from the social media technologies dered. Osvaldo Cleger delivers a thorough of our time. In his article, Marcos Wasem review of four decades of cyberliterature in discusses the project Ya te conté. Encuentros Latin America, analyzing how literary genres sobre narrativas recientes del Río de la Plata, and practices have been transformed by the a program supported by the Uruguayan Min- expansion in textual forms and hybrid means istry of Education and Culture that involved of expression. Cleger goes on to review and a collaboration between contemporary writ- categorize many of the major genres of elec- ers from Uruguay and Argentina in a series of tronic poetry and narrative that have emerged open encounters aimed at nurturing critical 208 Letras Hispanas Volume 11, 2015 reflection on contemporary narrative. Wasem in this field is not anymore to find valuable analyzes this “incipient and local digital hu- information on any particular topic, but to be manities practice” as a way of connecting able to keep up with everything that is being with the broader public and breaking with a published at an increasingly rapid rate. This view of literature as a sacred and elite realm, year alone, at least two peer-edited journals offering insights into the ways electronic me- have dedicated a special issue to digital sto- dia affect the environment for critical reflec- rytelling in the Spanish-speaking world. As a tion on literary works and authors. Finally, clear sign of a healthy grow within the field, Ana Patricia Rodríguez explores the relation- in every new published collection of essays ship between digital media, the migrant ex- readers can usually find both some of the perience, and pedagogy in an article based on names already established through their pre- her project “Entre Mundos / Between Worlds: vious work and some new refreshing voices Digital Stories of Salvadoran Transnational that have recently joined this ongoing conver- Migration,” which was exhibited in 2014 at sation. the Smithsonian National Museum of the In this regard, this special issue of Letras American Indian. In this project, Rodríguez Hispanas is representative of the current state had students compile images, sounds, and of research on digital storytelling in the His- oral narratives from thirty-five Salvadoran panic world. It includes contributions made migrant families, in a demonstration of the by established as well as emerging voices; it ways the tools of digital storytelling can be deals with some mostly unexplored topics used to highlight stories of transnationality (such as Latin American videogames or geo- and the experiences of migration. Together, locative narratives) at the same time it revis- these three articles demonstrate the different its more traditional ones (such as Hypertext ways in which digital media can function as a fiction and online literary production) with democratizing force for culture, bringing new the hope of shedding new light on them; it communities and practices to bear on the lit- looks at digital storytelling from a scholarly erary canon and developing ways of telling perspective as well as a pedagogical one, of- stories that were previously unheard. fering insights that are relevant to research About a decade ago, when many of the and teaching in this area. scholars included or mentioned in this col- The positive reception of the articles lection were exploring the field of Hispanic here included by their intended audience will digital culture and literature for the first time, depend first and foremost on their ability to their interest was often met with skepticism find a way into the hands of readers whose by other colleagues and peers from their in- must-read lists have become increasingly stitutions. Academic journals at the time saturated with interesting and relevant ma- very rarely published articles on the subject; terials. As editors of this special volume, we books on digital culture from Spain and Latin have done everything in our power to earn America were rare, and academic conference a worthy place in that list. We would like to organizers would often raise their eyebrows thank the editorial staff of Letras Hispanas when they were presented with a panel pro- for offering this opportunity to promote the posal focused on the growing corpus of artis- interest in a subject about which we are pas- tic and literary forms created by digital artists sionate; as well as all those who contributed and writers from the region. Thankfully, now- to this collective endeavor, either by submit- adays that perception has changed dramati- ting their work to the consideration of our ex- cally. The corpus of research on digital media ternal reviewers or by offering their time and production in Latin America and Spain has expertise to review and provide feedback on grown exponentially, to the point that the such works. Thanks to multiple efforts from a challenge for scholars conducting research wide range of collaborators, we are proud to Osvaldo Cleger/Phillip Penix-Tadsen 209 present this varied and interdisciplinary se- Henseler, Christine. Spanish Fiction in the Digital lection of current research on four decades of Age: Generation X Remixed. New York: Pal- digital cultural production in Spain and Latin grave Macmillan, 2011. Print. America. Henseler, Christine & Debra Castillo. “Introduc- tion. Hybrid Storyspaces: Redefining the Critical Enterprise in Twenty-First Century.” Hispanic Issues On Line 9 (2012). University Works Cited of Minnesota. Web. Dec. 2015. –––The Hybrid Storyspaces Project. 2012. Web. Dec. 2015. Aguirre, Joaquín M., ed. “Narrar en la era digital.” Medina, Eden. Cybernetic revolutionaries: technol- Espéculo: Revista de Estudios Literarios. Uni- ogy and politics in Allende’s Chile. Cambridge, versidad Complutense de Madrid. 2015. Web. MA: The MIT P, 2011. Print. Dec. 2015. Medina, Eden, et al. Beyond Imported Magic: Es- Amo, José Manuel de, Osvaldo Cleger & Antonio says on Science, Technology, and Society in Mendoza Fillola. Redes hipertextuales Latin America. Cambridge, MA: The MIT P, en el aula: literatura, hipertextos y cultura dig- 2014. Print. ital. Barcelona: Octaedro, 2015. Mendoza Fillola, Antonio. Leer hipertextos: del Bolter, Jay D. & Michael Joyce. “Hypertext and marco hipertextual a la formación del lector Creative Writing.” Hypertext ‘87. Proceedings literario. Barcelona: Octaedro, 2012. Print. of the ACM Conference on Hypertext. New Pitman, Thea, and Claire Taylor. Latin American York: ACM, 1987. 41-50. Web. Dec. 2015. Identity in Online Cultural Production. Lon- Borràs, Laura et al., eds. Electronic Literature Col- don and New York: Routledge, 2013. Print. lection, Volume 2. Electronic Literature Orga- Rodríguez Ruiz, Jaime Alejandro. Hipertexto y nization, 2011. Web. 14 Dec. 2015. literatura: una batalla por el signo en tiempos Bush, Matthew, and Tania Gentic, eds. Technol- modernos. Santa Fe de Bogotá: CEJA, 1999. ogy, Literature, and Digital Culture in Latin Print. America: Mediatized Sensibilities in a Global- Takhteyev, Yuri. Coding places: Software practice in ized Era. New York and London: Routledge, a South American city. Cambridge, MA: The 2015. Print. MIT P, 2012. Print. Chan, Anita Say. Networking Peripheries: Technolog- Venegas, Cristina. Digital dilemmas: the state, the ical Futures and the Myth of Digital Universal- individual, and digital media in Cuba. New ism. Cambridge, MA: The MIT P, 2014. Print. Brunswick, NJ: Rutgers UP, 2010. Print. Correa Díaz, Luis & Scott Weintraub, eds. Litera- Wischenbart, Rüdiger et al. Global E-book: A Re- tura latinoamericana, española, portuguesa port on Market Trends and Developments. en la era digital (Nuevas tecnologías y lo lit- O’Reilly Media, 2014. Web. Dec. 2015. erario). AJHCS 14 (2010). The University of Wolf, Mark J. P., ed. Video Games Around the Arizona. Print. World. Cambridge, MA: MIT P, 2015. Print.

Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: From the Novel to Digital Storytelling: Dialogue, Identity, and the Fictionalization of Reality Author: Sarah Gretter E-mail: [email protected] Affiliation: Michigan State University; Department of Educational Psychology & Educational Tech- nology; 146 Erickson Hall; 620 Farm lane; East Lansing, Michigan, 48825 Abstract: Throughout history, societies have been compelled to narrate and fictionalize their life -ex periences; and over the centuries, technological advances have evolved alongside developments in narrative communication. By situating the relevance of today’s digital media in light of the emer- gence of the early modern novel during the Spanish Golden Age, this article offers a historical perspective on the effects of media technologies on storytelling. Through Mikhail Bakthin’s concept of dialogism, we can situate Miguel de Cervantes’s experimentations with the novelistic discourse within a framework that helps us explore issues of identity, communication, and self-realization in narrative forms. This process, in turn, helps us to understand how today’s media have transformed the way reality is communicated through storytelling and how its affordances allow us to be im- mersed in infinite dialogues with others. Keywords: Miguel de Cervantes, Novel, Mikhail Bakhtin, Dialogism, Digital Storytelling, Identity Resumen: A lo largo de la historia, las sociedades han manifestado una inclinación a narrar y novelar sus experiencias de vida; y durante siglos, los avances tecnológicos han ido mano a mano con el desarrollo de la comunicación narrativa. Este artículo se propone ofrecer una perspectiva histórica sobre los efectos que las tecnologías de la comunicación mediática han tenido en el terreno de la narración; con este objetivo se realiza un contraste entre el papel que los medios de comunicación digital están teniendo actualmente en relación con la emergencia de nuevas formas de narración, y el rol que la prensa moderna tuvo en la aparición de la novela moderna temprana durante el Siglo de Oro español. Apoyándome en el concepto de dialogismo de Mijaíl Bajtín, me propongo situar las experimentaciones de Miguel de Cervantes con el discurso novelesco dentro de un marco que nos ayude a explorar cuestiones relacionadas con la identidad, la comunicación y la autorrealización dentro del discurso narrativo. Este proceso, a su vez, nos ayudará a entender cómo los medios de comunicación de hoy en día han transformado la forma en que la realidad es representada a través del arte narrativo y cómo los recursos ofrecidos por la comunicación digital nos permiten participar en ambientes más inmersivos, que facilitan la articulación de diálogos infinitos con otros usuarios. Palabras clave: Miguel de Cervantes, novela, Mikhail Bakhtin, dialogismo, narrativa digital, iden- tidad Biography: Sarah Gretter is a Ph.D. candidate in the department of Educational Psychology & Edu- cational Technology at Michigan State University. Her research focuses on Media & information literacy, and more particularly on the competencies that individuals should acquire to successfully understand the functions of media and digital storytelling in our 21st century lives. Her work is informed by her background in education as well as in literary studies.

ISSN: 1548-5633 212 Letras Hispanas Volume 11, 2015

From the Novel to Digital Storytelling: Dialogue, Identity, and the Fictionalization of Reality

Sarah Gretter, Michigan State University

“Study the past if you would define the future” Confucius

From cave paintings to today’s digital Undeniably, 21st-century technologies media, human cultures have been compelled are at the forefront of a new phase in commu- to narrate their life experiences. Over the nication, where texts are paperless, “clouds” centuries, technological advances have par- have become repositories of stories, and any- alleled the expansion of communication and one has the opportunity to become an author the evolution of narrative genres, as well as or to portray themselves as characters. But the ways we conceptualize the world around do we, like Cervantes’s famous Don Quixote, us (Boyd 123). By situating the relevance of live at the intersection of reality and fantasy today’s online communication systems (i.e. in a world that is constantly reflecting how we blogs, digital media, social networks) in perceive ourselves? Cervantes’s expertise with light of the emergence of the novel during the distinction between truth and fiction in the Spanish Golden Age, we can shed light the early modern era can reveal much about on the affordances of media technologies for today’s media landscape and about the na- 21st century storytelling. Throughout this es- ture of narrative discourse in our society. The say, the terms digital media, new media, and present essay is a collection of thoughts inter- online storytelling are used interchangeably twining personal observations on paperless with the concept of paperless texts, express- texts with literary analyses on the emergence ing the affordances of the Internet and tech- of the early modern novel. nological advances in terms of narratives. Like the priest and the barber’s com- Just as Miguel de Cervantes’s innovations ments on Cervantes’s work during the es- changed literary traditions, and the mass pro- crutinio of Don Quixote’s library, this essay duction of books transformed the definition “propone algo, y no concluye nada” [proposes of readership, the emergence of new modes something and concludes nothing] (Cer- of expressions in digital worlds has modified vantes 164). I propose that while novels are our relationship with texts. Of course, many still flourishing under digital forms (i.e. Kin- questions arise when looking at storytelling dle, tablets), online storytelling in the shape in a hyper-connected world. Can paperless of digital media can be perceived as an or- texts like blogs, posts on web sites, or even ganic development—a byproduct, one might online comments be recognized as novelis- say—of novelistic discourse. To explore this tic narratives? Where does the boundary be- idea, I first describe how the Spanish Golden tween reality and fiction lie in paperless texts? Age context provides a platform for under- What makes sharing stories online, reading standing the gripping effects of digital me- others’ posts, and commenting on pictures so dia as narrative support in the 21st century. engrossing? And how does our participation Then, through Bakthin’s concepts of dialo- in online narratives affect our status as “story- gism, I examine the crucial role that the novel telling animals”? (Gottschall 177). played in making sense of the world in the Sarah Gretter 213 early modern period, to finally consider how visits a printing press in Barcelona that is pro- novelistic discourses can inform the nature ducing the pirated edition of his adventures. of our online interactions with textual infor- This encounter makes him reflect on his exis- mation today. In a general sense, I posit that tence as character, but also makes him think the diversity of voices that entered the novel about the power of technology to disseminate through Cervantes’s novelistic ventures and information, as well as the commercial nature that organized itself into a literary structured of the printing press itself. As a result, this system through time is also what makes to- scene is the quintessence of Cervantes’s skill- day’s online storytelling alive. Because paper- ful analysis of the contradictory effects of mo- less storytelling makes it more difficult to dis- dernity on reality in a world where fiction was tinguish between what is reality and what is produced and distributed on a large scale. In- fiction, the multiplicity of dialogues existing deed, the scene resonates with the feeling that on the Internet continues to fuel our relation- technology allowed the modern individual to ship with narratives and propels us to read possess an infinite access to knowledge, yet other’s stories whether on blogs, social net- that this sense of freedom was a controlled by works, or forums. Nonetheless, I also argue how technology and its owners shaped said that our intrinsic interests are not as different knowledge before diffusing it to the masses. as those that fascinated 17th-century Spanish Cervantes himself is the epitome of dif- readerships. ferent worldviews, as he witnessed the transi- tion between two historical times, each with Cervantes and the early modern its own preoccupations and innovations. His work was thoroughly saturated by his culture novel and every aspect of it was reflected in his thoughts about the socio-cultural elements Much like Internet communication, that influenced him and his contemporaries the early modern novel emerged at a time of (Castro Pensamiento 23). For Bakhtin too, the intense cultural and intellectual production, historical era that witnessed the emergence of with the printing press facilitating the mass the novel was one that modeled such genre production of books across Europe (Fischer into a new literary form, contrary to other es- 205). As a product of its cultural and tech- tablished genres that were carried over from nological environment, the novel showcased previous generations as “fixed forms.” (Dia- features that attracted an increasingly grow- logic 4). Cervantes’s experimentation with ing readership. According to 20th century those previously-established genres, like the Russian philosopher Mikhail Bakhtin, the pastoral novel, was a product of both his en- European Renaissance saw the emergence vironment and mindset; and his experiences, of new forms and new types of novels that in turn, permanently changed story-writing would give rise to the early modern novel by integrating human psychology, emotions, in the Baroque period. He argued that those and social reality in fictional worlds. Building novels “paved the way for the novel’s appro- upon his literary inheritance of the pastoral priation of that world, a world in which si- genre, Cervantes learned to manipulate char- multaneously America was being discovered, acters’ emotions into his unique novelistic a sea route to India was being opened up, technique (Riley 34). Such fictionalization of new fields in natural science and mathemat- life was possible thanks to Cervantes’s rendi- ics were being established” (Dialogic 166). tion of characters’ psyche and their struggles Similar to today’s globalization through the with social reality into readable emotions. digitalization of information, the novel trans- From don Quixote to Auristela, from An- formed traditional views of texts and familiar selmo to Preciosa and the viejo celoso, Cer- definitions of communication. In chapter 62, vantes’s characters brought life to storytelling of Don Quixote Book II, the Spanish knight by presenting their internal struggles with 214 Letras Hispanas Volume 11, 2015 others through internal dialogues and public create them and give them opportunities to discourses. express themselves while activating and prac- As a matter of fact, Bakhtin posits that ticing important cognitive aptitudes. Ac- the main characteristic of the novel is indeed cording to Zunshine, reading is actually a its heteroglossia—its inclusion of others’ mind-reading game where the reader learns speeches—along with their socio-ideological from the characters’ mistakes, emotions, and implications, voices, styles, and assumptions preoccupations (24). She describes how “our (Dialogic 411). Dialogue, in Bakthin’s views, Theory of Mind makes it possible for us to not only reveals the unique exchange between invest literary characters with a potential for languages in the novel, but also highlights our a broad array of thoughts, desires, intentions, intrinsic need for otherness in hybrid narrative and feelings […] and predict their behavior” forms. For Bakhtin “of such sort is the classic (60). This capacity is one that Cervantes in- and purest model of the novel as genre—Cer- fused in his craft by describing characters that vantes’ Don Quixote, which realizes in itself, felt human, like us. In fact, Alban Forcione in extraordinary depth and breadth, all the demonstrated that: artistic possibilities of heteroglot and inter- nally dialogized novelistic discourse” (Dia- Cervantes’s fascination with the ef- logic 323-324). Cervantes opened existing fects of literature on behavior is narrative structures to a multiplicity of voices evident throughout his works, and, that each brought their stories to life and res- while he can deplore the disruptive onated with characters and readers alike. Don and debasing power of bad fiction, he was plainly far more interested in Quixote discovered his identity as a character its victims than in those who would through his interactions with other charac- shy away from any experience of the ters in the book, and it is this co-construction alluring world of the literary imagina- of knowledge that allowed him to question tion. There is a lifelessness in his non- his existence in relation to the readership that readers and in his fastidious selective brought him to life. And by becoming ob- readers that clearly suggests that for servers of characters’ internal dilemmas and him the act of reading or listening interactions with others, Cervantes’s readers to literature is a sign of vitality and also added their voices to this interconnected openness to development as a human being. As Américo Castro has shown system of discourse. in various illuminating studies of the Lisa Zunshine explains that it is our Quixote, the ‘reader’ for Cervantes is, Theory of Mind that helps us as readers to like the lover, a person who is will- discover the ways individuals interact” (24). ing to endure the excitement and the Theory of Mind is the ability to recognize that perils of seeing beyond, and perhaps people other than ourselves also have men- stepping beyond the world of habit, tal states such as thoughts, desires and beliefs ritual, and mechanism that accounts about the world. Such interaction is essential for so much of our daily experience. to the conduct of everyday life in social con- (90-91) texts: for instance, when one predicts what someone will do, or explains why they have Cervantes’s readers are invited to decide what done something, one demonstrates Theory to think of his stories and characters, and it of Mind processes (Frith 644). When we read is once the readers fill the gaps of his narra- different types of texts, we apply our capac- tive that communication is fully achieved. As ity to attribute mental states to either liter- Wolfgang Iser pointed out, textual commu- ary characters, real persons or represented nication is not a regulated process but rather agents; we bring them to life, we mentally an interaction between what is implicit in the Sarah Gretter 215 text and how the reader responds to it to cre- thus became an essential part of the construc- ate meaning (111). The emergence of the nov- tion of the narrative experience, as they be- el as reflected through Cervantes’s depiction came responsible for independently creating of characters’ minds opened a dialogue with meaning simply from words on a page. readers, which was unprecedented. Along Concordantly, Bakhtin agrees that the with the mass production and diffusion of era of the Renaissance opened up the closed books throughout Europe, Cervantes’s in- up and centralized structure of the Middle novations therefore shaped both the content Ages due to discoveries in many domains and the form of his narratives. This combi- of knowledge (Dialogic 415). Such transi- nation of technological and artistic advances tions shifted many boundaries, and for him, consequently transformed the ways readers this expression of change could only surface perceived and connected with texts; an evolu- through the novelistic discourse. The new tion that altered traditional views of readers’ discoveries and inventions of that period role in the narrative process, one that is still set the background for understanding Cer- in motion today. vantes’s ability to express contemporary con- cerns from his unique perspective on indi- Reading through the centuries vidual struggles in an increasingly expanding society. Indeed, Cervantes’s characters fully express themselves along with the preoccupa- Steven R. Fischer, in A History of Read- tions of their time, disclosing that “what was ing, reminds us that medieval dogmatic read- particularly needed for the growth of literary ing was two-dimensional, composed only of ‘self-consciousness’ as we find it in Cervantes’s the acts of listening and reading. However, the novels was for writers to make their charac- invention of the printing press, considered ters detach themselves from, and comment by Fischer “one of the world’s greatest social on, stories or verses included in the same and intellectual ruptures” (205), created not book,” argues Edward Riley (33). As charac- only a transformation of reading practices ters became more independent within their but also of European society itself. Although story worlds, readers also became more in- the hierarchy continued to be one of author- dependent to interpret and read those worlds commentator- bishop- teacher- pupil until the as their own. This process, in turn, is what end of the fifteenth century where the reader made the second half of the seventeenth cen- was a passive listener who was given an in- tury see the act of reading as “society’s most terpretation to follow, the second half of the important medium for accessing knowledge” fifteenth century witnessed readers becom- (Fischer 251). Being able, as readers, to see ing more responsible for their reading, thus how society was changing under their own evolving into more active respondents in the eyes, would allow them to see how the dis- process (Fischer 205). The teaching that was tortion of reality could impact characters. By explicitly given through oral literacy to audi- offering alternatives to reality in his writings, ences slowly became internal to each indi- Cervantes forced readers to think about their vidual reader; and with independent reading own reality as well. also came a certain independence of thought. But Cervantes did not only write his Fischer adds that as a consequence, the con- novels for a consumer audience, he also ac- cept of books also changed. There was not a tively explored “the implicit constraints on “correct” way of reading anymore, but a plu- literary representations of subjectivity in rality of individual interpretations. He states ways that reveal a much deeper awareness that “the reader, no longer the text, was the of the existential predicament of the mod- fulcrum of knowledge” (219). Readers’ voices ern individual” (Gilbert-Santamaría 151). In 216 Letras Hispanas Volume 11, 2015 other words, Cervantes simultaneously cre- even character—in multimodal environ- ated characters that the reader could judge, ments. Much as in the 17th century, readers and characters that possessed that same self- are still enthralled by looking into other peo- consciousness as well. By reflecting on the ple’s minds, their thoughts, their emotions, human condition, subjectivity therefore en- their struggles, their opinions, as well as tered his fictional worlds as much as it per- their life experiences. Whether on Facebook, vaded the readers’ own realities. Iser’s work Twitter, Pinterest, or LinkedIn, we are curi- sheds light on what happens between a text ous about others’ whereabouts, we read about and a reader when such phenomenon occurs. new experiences, and seek to align our un- According to him, a text becomes a story only derstanding of the world with other perspec- when a reader is making sense of it (3). He tives. Looking at the elements that propelled explains in more detail that: the novel on the forefront of the literary scene therefore helps us to understand the nature of A text that lays things out before the digital media as readable narratives on a glo- reader in such a way that he can ei- balized scale. The independence of thought ther accept or reject them will lessen that was introduced to readers through the the degree of participation, as it al- novelistic genre has now stretched to readers’ lows him nothing but a yes or no. purposeful inclusion in the process. Readers Texts with such minimal indetermi- can now be writers, commentators, critics, or nacy tend to be tedious, for it is only when the reader is given the chance to simple observers. Henry Jenkins reminds us participate actively that he will regard that in today’s culture, consumers’ participa- the text whose intention he himself tion in media diffusion is the most active part has helped to compose, as real. For we of narratives’ constructions, as they shape the generally tend to regard things that convergence of narrative interests online (4). we have made ourselves as being real. Indeed, when we are online, we are free to de- (Prospecting 10) cide what to read, where and when to share stories, and we can be as passive or active as By becoming an active participant in the we wish. This freedom in our interaction with meaning-making process, the reader there- online narratives is unique to our contempo- fore holds the final outcome of the text, rary context, and it is expanding our notion whether fictional or not. This open-ended- of readership to new ways of responding to ness is only possible thanks to the presence information in multimodal ways. According of the multiple voices that compose it and the to J. David Bolter and Richard Grusin, we, as dialogue that happens in and out the story readers of paperless texts, use media to de- world, much like the micro-network of sto- fine our individual and cultural identity alike ries that we experience with today’s prolif- (231). Like Cervantes, we are now the ones eration of interconnected narratives on the standing in the middle of the printing house online stage. (i.e. the Internet), wondering about how oth- Certainly, digital media have trans- ers perceive us, how words can define who we formed the way reality is communicated are, and how modernity is shaping our reality through narratives and how audiences re- in a digital world that merges the factual with spond to what they read and how they in- the fictional on a daily basis. As we contem- terpret others’ minds. In addition, recent plate our identity in this online profusion of technologies have merged the visual with the stories, we need to remember, like Don Quix- auditory and the textual, giving individuals ote, that those texts only exist because we in- the agency to become their own author—or fuse meaning into them. Sarah Gretter 217

Dialogism and new media The production of texts for a large market, along with the emergence of novelistic dis- course therefore bolstered a newly acquired Together, the author, the characters and awareness in reading processes. As readers the readers form a unity that brings a text became more active in their interpretation of to life. In other words, it is mostly through widely distributed texts, they could discuss others’ voices and dialogues that we can un- and share opinions about their reading expe- derstand intentions and meanings hidden riences with, through, and about texts. between the lines of a text. In The Problems Though different in purpose, paperless of Dostoevsky’s Poetics, Bakhtin attributes one texts replicate the interiority of that novelis- of the characteristics of the early modern tic discourse, and today’s technology makes novel to the importance of voices carried by it easy to access a wide variety of texts. In this characters as fully autonomous entities, in essay, paperless texts refer to any digital com- opposition to traditional works where the munication allowing users to share their per- hero’s views were an objectified whole. As sonal stories, thoughts, or ideas through vari- a result, Bakhtin noticed that the latter ap- ous forms of media including but not limited proach is incapable of projecting the world of to text, video, sounds, animations and pho- other people’s consciousnesses, and therefore tographs. Following N. Katherine Hayles’s represents a single worldview, a monologic reflections on new media, paperless texts can framework without concrete consciousness be considered hybrid in nature, while encom- of characters and interactions between them passing many narrative genres (4). With a (9). In a more polyphonic world with a di- click, we have access to other people’s minds; versity of point of views, however, charac- we can share stories and participate in online ters’ voices are extended to the readers, who narratives of culture. We can also express our complete the story by interjecting their own emotions with emoticons, and can choose the voice. And this is what Cervantes does best; length and type of communication we desire he leaves the last word to the reader by keep- to use. Certainly, one could argue that to- ing his stories open-ended and by obscuring day’s digital storytelling is a far stretch from the boundary between reading for entertain- Cervantes’s art; yet, if we approach the novel ment and reading for self-development. For like Bakhtin does, that is, as a “genre-in-the- Dominick Finello, this combination of leisure making,” we can look at online popular sto- and literacy in the time of Cervantes: ries, networking, and blogging under those principles. Indeed, Bakhtin defined the novel gives rise to a progressively stepped- as a genre that always continues to develop, in up exercise of telling and learning, a comparison to other literary genres that are pastime that makes Don Quijote pos- already completely formed (Dialogic 11). For sible and plays a pivotal role in the him, novelized texts, development of the modern novel: people now want not only to enjoy in- become more free and flexible, their triguing tales but wish, further, to ac- language renews itself by incorporat- quaint themselves with the figures in ing extraliterary heteroglossia and them or narrating them. As a result, the “novelistic” layers of literary lan- psychological awareness sharpens in guage, they become dialogized, per- genres like the pastoral, where it even- meated with laughter, irony, humor, tually rises to a level comparable with elements of self-parody and finally— that of the Quijote. Perhaps the arrival this is the most important thing—the of the mass production of books is novel inserts into these other genres indirectly responsible for the elevat- an indeterminacy, a certain semantic ed level of self-consciousness in the openendedness, a living contact with Quijote and other sixteenth-century unfinished, still evolving contempo- genres. (20) rary reality. (Dialogic 7) 218 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Could it be that digital storytelling is an after- availability of manipulation tools (i.e. Pho- effect of the novelization of genres? That the toshop, avatars, text edits, etc.) (131-132). In openendedness of the Internet has created a this performance lies a fascinating collinear- new platform for an incredible multiplicity of ity between modernity and identity; it is as if voices, fostering a heteroglossia specific only technology is simultaneously a tool that we to the 21st century? Aren’t the dialogues we master and employ to present ourselves, and see online composed of laughter, self-parody, a controlling device that is shaping our iden- and reflections on our continually evolving tity at the same time. Don Quixote embod- reality, like the examples Bakhtin describes? ied those contradictions: he was a character Paperless narratives are hybrid forms of nar- that fought modernity, he was a product of its ratives that can sometimes blur the boundar- technological advances, and he acquired self- ies between facts and fiction; as we can share awareness while reading books produced by stories using different profiles, present only the printing press the he despised at the same one side of our personality, or altogether time (Jaksic 77). Don Quixote was against write under different aliases. The Internet modernity and yet needed it to construct his allows us to filter how we act, what we tell, identity. Throughout Don Quixote, Cervantes and how we respond to what we see online. highlighted these effects of the printing press Not only have texts become paperless, but on society and on human subjectivity. As Ivan they have also become multimodal, allowing Jaksic has noted: for even more voices to join the polyphony of the World Wide Web. However, while the The numerous references to books in medium changes, I believe that what draws us general, and romances of chivalry in to digital stories still is our fascination with particular, reveal Cervantes’ aware- real people and their characterization. What ness of the impact of technology on human sensibility. He created a char- paperless texts allow—particularly thanks to acter that became paradigmatic of the the Internet—is for the proliferation of “self- transition from Reconquista to mod- representational stories” which allow users to ern times in Spain, and in the process take advantage of the narrative affordances of commented on the shock of the new technology to express themselves and read as represented by the technology of others’ narratives (Lundby 105). Cervantes print. The presence of the book is so created human-like characters that drew pervasive in Don Quijote that without readers to them, and today we fictionalize it one cannot understand either the ourselves to interact with others. Paperless motivations of the character, or the purpose of the novel. (87) narratives have opened dialogic discourse to its uttermost possibility, and are challenging The mutual influence between technology, our perceptions of individual identity in a modernity, and individual development is society where our online stories define how seen throughout Cervantes’s novel and is es- others view our offline personality. sential to the creation of his characters’ iden- tities. This idea of self-construction through Technology, modernity, and others is echoed by Bakhtin, who explains in identity Problems of Speech Genres that one realizes himself through the interaction with others, and that others help building one’s personal Osvaldo Cleger states that the perfor- identity (138). Others’ voices and the dia- mative and dramaturgic act of our online logue between them help make sense of one’s participation with texts is due to the medi- existence. To Bakhtin, “to be means to com- ated nature of online interactions and the municate” (Dostoevsky 287). One becomes Sarah Gretter 219 oneself through the interaction with others; para entenderla” [and that must be how my without such response, one can feel empty history is: a commentary will be necessary in and without purpose. Additionally, in Toward order to understand it] (Cervantes 334). And a Philosophy of the Act, Bakhtin also referred such are our own stories, constantly created, to a model of the human mind based on “I- shared, and commented upon through differ- for myself,” “I-for-the-other” and “other-for- ent media. me.” Bakhtin argued there that it is mainly through the “I-for-the-other” that we build Concluding thoughts an identity, through the ways others view us (16). This need for others is of even greater importance when considering the effect of Jonathan Gottschall refers to human online communication on identity construc- beings as “storytelling animals,” reminding tion in the parallel between novelistic and us that no matter the era or the medium, digital discourse. our lives are always saturated with narratives Hubert Hermans’ theory of the dia- (xvii). From television to books and social logical self was informed by Bakhtin’s literary media, we crave a sense of connection in a analysis along with William James’ psychol- hyperlinked world. Our intrinsic need for ogy theories. The dialogical self, for Herman, stories is driving technology as much as tech- represents the tension between internal and nology is shaping it, thus constantly changing external dialogues in and with the self. He our definitions of narratives, authorship, and argues that globalization is a causal factor in literacy. According to the Digital Storytelling the way we consider relationships between Association, individuals, groups and cultures along with relationships within the multiple voices of digital storytelling is the modern ex- the self (22). The presence of both the local pression of the ancient art of storytell- and the global in modern societies is what ing. Throughout history, storytelling has been used to share knowledge, fosters a “multi-voiced and dialogical self” wisdom, and values. Stories have as modernity exposes us more to others and taken many different forms. Stories to our own self at the same time (Herman have been adapted to each succes- 29). The self parallels the world in which it sive medium that has emerged, from evolves, therefore the more globalized it is on the circle of the campfire to the silver the outside, the more globalized it will be on screen, and now the computer screen. the inside as well (31). The concept of self that (para. 1) Herman puts forward aligns with our discus- sion of modernity and identity, both in how Contemporary scholarship in various fields Don Quixote experienced it with the printing is looking at new media, online narratives press, and in how we are witnessing it with and digital literacies as venues to explore the digital media. The self-awareness developed ways we learn, read and write through mul- by the Spanish knight is the embodiment of timodal stories. To respond to this new real- our interaction with new media. Don Quix- ity, both Cleger and Gottschall have called for ote famously stated “sé quién soy” [I know interdisciplinary work in the study of multi- who I am] (Cervantes 162), and like him, literacies in order to provide an in-depth we construct our identity by interacting with understanding of our interaction with ever- others’ words and by shaping our own life evolving media. Along the same line, media stories. Interestingly, in chapter 3 of Book II specialist Renee Hobbs asserted that digital of Don Quixote, the Úbeda painter illustrates literacy comprises the cognitive, emotional this point, by saying that “así debe de ser mi and social abilities that users display when in- historia, que tendrá necesidad de comento teraction with a variety of digital narratives, 220 Letras Hispanas Volume 11, 2015 while demonstrating creativity, critical think- we view the role of teaching literature as a way ing, and collaboration (17). to help students understand how narratives I propose here that in the current con- shape the self, then, the processes that emerge text of the crisis of the humanities in a techno- from the relation between technology, narra- logical era, literature actually has an essential tives, identity, and dialogue could enhance role to play in understanding how and why students’ capacities for communication both digital storytelling is prevalent in our cul- in academic and social settings. This process, ture. Digital literacy is an extension of liter- in turn, could allow for the emergence of new ary discourses as well as a natural progression identities and forms of expressions, as advo- in the evolution of literary genres. The image cated by Claire Taylor and Thea Pitman (266). of Don Quixote is cyclically relevant to make Communication and dialogue are essential sense of the nature of our synergy with real- competences in a world of socio-cultural con- ity and fiction. De facto, Bakhtin explained texts that are far more open and global than this phenomenon as “re-accentuation,” the they used to be. Being flexible, empathetic, continuous exploration of symbols, concepts, and open to other perspectives are skills that ideas and structures through the evolution of students need if they wish to succeed in to- literary genres. He believed that: day’s hyper-connected society. As literary animals, studying the past to understand the The list of subsequent re-accentua- future is not just a matter of reading anymore, tion of images in a given novel—say, but a way to incorporate one additional voice, the image of Don Quixote—takes on one new tale, in the long history of our vivid an enormous heuristic significance, relationship with storytelling. deepening and broadening our artis- tic and ideological understanding of them. For, we repeat, great novelistic Works Cited images continue to grow and develop even after the moment of their cre- ation; they are capable of being cre- Bakhtin, Mikhail. The Dialogic Imagination. Ed. atively transformed in different eras, Michael Holquist. Trans. Caryl Emerson and far distant from the day and hour of Michael Holquist. Austin; U of Texas P, 1981. their original birth. (Dialogic 422) Print. Bolter, J. David, Richard Grusin, and Richard A. For the Russian philosopher, re-accentua- Grusin. Remediation: Understanding New Media. Cambridge, MA: MIT Press, 2000. tions are fundamental in the history of nar- Boyd, Brian. On the Origin of Stories: Evolution, ratives; and every era re-accentuates its most Cognition, and Fiction. Cambridge, MA: Har- immediate and significant works. Thanks to vard University Press, 2009. Print. this process, literary works continue to grow, Castro, Américo. El pensamiento de Cervantes. and to re-create themselves. Barcelona: Noguer, 1972. Print. The image of Don Quixote and his story Cervantes, Miguel de. Obras completas. Ed. Flor- thus continues to inform us about the nature encio Sevilla Arroyo. Madrid: Castalia,1999. of fiction and the essence of dialogue in the Print. novel even today. Teaching Spanish literature Cleger, Osvaldo. Narrar en la era de las blogoficcio- nes: literatura cultura y sociedad de las redes in the 21st century helps us to not only make en el siglo XXI. 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Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: Estéticas digitales y cibercultura: un análisis a partir de dos casos de literatura digital en Chile Author: Carolina Gainza E-mail: [email protected] Affiliation: Universidad Diego Portales; Escuela de Literatura Creativa, Facultad de Comunicación y Letras; Vergara 240; Piso 6; Santiago, Chile Abstract: The article’s aim is to explore the existence of a digital aesthetic and identify its characteris- tics. In order to do that, we will analyze two contemporary works from Chilean literary production, highlighting their relation to the uses of digital technologies. The first work that I will present is Pentagonal: incluidos tú y yo by Carlos Labbé, a digital hypertext meant to be read in an electronic device. The second work corresponds to Synco by Jorge Baradit, published in print, where the rela- tion to the digital is in its thematic as well as in the circulation networks that are connected to the process of production and promotion of the literary work. In the last process described, a creative- interactive community is formed through social networks such as Facebook, Twitter and Youtube. Through the revision of the transformations in the practices of creation, circulation and reading that we can observe in this two literary experiences we will discuss the existence of a digital aesthet- ics and its characteristics. Keywords: Digital Literature, Chilean Literature, Digital Technologies, Pentagonal, Synco, Aesthetics, Cultural Practices Resumen: El artículo busca identificar elementos que permitan caracterizar una estética de lo digital a partir del estudio de dos obras literarias chilenas contemporáneas y su relación con los usos de las tecnologías digitales. La primera obra a analizar es Pentagonal: incluidos tú y yo de Carlos Labbé, un hipertexto digital pensado para ser leído en un dispositivo electrónico. La segunda obra corres- ponde a Synco de Jorge Baradit, publicada en formato impreso, donde la relación con lo digital está presente tanto en la temática del relato, como en las redes de circulación que se conectan con el texto impreso y que buscan conformar una comunidad creativa-interactiva a través del uso de redes sociales como , facebook y twitter. Las transformaciones en las prácticas de creación, circu- lación y lectura que podemos observar en estas dos experiencias literarias nos permitirán discutir la existencia de una estética digital y sus características. Palabras clave: literatura digital, literatura chilena, tecnologías digitales, Pentagonal, Synco, estéti- cas, prácticas culturales Biography: PhD in Hispanic Languages and Literatures from the University of Pittsburgh, Sociolo- gist and MA in Latin American Studies from University of Chile. Currently, she works as assistant professor at the Escuela de Literatura Creativa, Universidad Diego Portales (Santiago, Chile), and is the editor in chief of Revista Laboratorio (revistalaboratorio.udp.cl) and Laboratorio de Escrituras (www.laboratoriodeescrituras.cl). Her research interests are related to digital culture and digital literature in Latin America, cultural studies, postproduction, posthumanism, and networks and subjectivities in the digital era. She is currently doing research on digital culture in Chile, focusing on music, cinema and literature.

ISSN: 1548-5633 224 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Estéticas digitales y cibercultura: un análisis a partir de dos casos de literatura digital en Chile

Carolina Gainza, Universidad Diego Portales

Los usos de las tecnologías digitales La novela hipertextual Pentagonal: In- en diversos ámbitos de la producción artís- cluídos tu y yo de Carlos Labbé, publicada en tica han generado cambios profundos en las el año 2001 es una de las obras seleccionadas materialidades, la circulación de las obras, su para el análisis. Labbé es un escritor, críti- producción y su recepción (Chartier 2012). co literario, guionista y músico chileno. Ha En la literatura, estos cambios se materiali- publicado novelas, cuentos y poemas. Entre zan en la instalación de lo digital en diferen- sus novelas, además de Pentagonal, destacan tes momentos del proceso creativo, lo cual Libro de plumas (2004), Navidad y matanza es visible en la existencia de obras que dialo- (2007, con edición en alemán en el 2010) y gan con lo digital en distintos ámbitos de su Locuela (2009). Su novela Pentagonal es un producción, aun cuando el resultado sea, en texto pensado para ser leído en la pantalla algunos casos, su distribución en formato im- de un computador y presenta características preso. Frente a esta entrada de lo digital en la relacionadas con la interactividad, uso de hi- literatura, nos preguntamos en el artículo por pervínculos, fragmentariedad, conexiones e la existencia de una “estética digital” y sus ca- inmaterialidad. Además, su circulación ocu- racterísticas, a través del análisis de dos obras rre únicamente a través de Internet, lo cual vinculadas a la literatura digital. refiere a las nuevas formas de circulación de La producción literaria digital en Chile la producción cultural. La interactividad in- será el contexto dónde se desarrollará la pre- herente a esta práctica de escritura y lectura sente discusión.1 En el artículo se trabajará convierte a las obras en “relacionales” (Bou- con las obras de dos autores chilenos, las cu- rriaud, Relational Aesthetics 2009), en cuanto ales están vinculadas a lo digital de distinta es necesario que el lector active códigos y jue- manera. El objetivo del trabajo es identificar gue con las distintas posibilidades de lectura prácticas relacionadas con los usos de las tec- que la obra presenta, generando un sentido nologías digitales en estas obras, lo cual nos de participación y colaboración. permitirá establecer ciertas características La otra novela seleccionada es SYNCO, relacionadas con una experiencia estética de Jorge Baradit, publicada en el año 2008 marcada por un potencial participativo que de forma impresa y que pone de manifiesto sobrepasa el papel activo del lector propuesto los vínculos que se han ido generando entre por los teóricos de la recepción. Nos referi- este formato y el digital. La novela constru- mos a una experiencia marcada por la posibi- ye una distopía afterpunk relacionada con el lidad de una intervención en el “hacer” de la golpe militar de Augusto Pinochet contra el obra, en su materialidad, lo cual se suma a la presidente Salvador Allende. En la novela, el construcción de su sentido. golpe militar es anulado por fuerzas leales al Carolina Gainza 225 ejército, lo que permite poner en marcha el para ser leída en formato digital no solamen- proyecto SYNCO—proyecto cibernético del te establece conexiones dentro de una narra- gobierno de Allende que tuvo existencia real tiva particular, sino que es posible extender y que no se realizó—y convertir a Chile en sus redes más allá del texto, hacia otros tex- una potencia tecnológica a nivel mundial, al tualidades y actores. Si bien esto también es mismo tiempo que este desarrollo involucra posible en el formato impreso, la diferencia es nuevas fuerzas opresivas. Además de presen- que en el formato digital es posible visualizar tar una temática central asociada a las tecno- esas redes, experimentarlas materialmente y logías digitales en la novela, el autor utiliza no sólo en términos interpretativos o con- estas tecnologías para producir un contacto templativos. Así, el sentido de lo múltiple y directo con sus lectores y hacer circular ma- lo infinito se manifiestan en cada clic que nos terial multimedia relacionado con la obra en abre diversas opciones de lectura y caminos youtube, facebook, twitter y en la web de la textuales por donde transitar. novela. En efecto, en Pentagonal: Incluidos tú y Luego de presentar las principales ca- yo encontramos la potencialidad de lo múlti- racterísticas de las obras a analizar, en rela- ple, el caos de una narrativa inaprensible en ción con la experiencia que se genera en el su variedad de caminos posibles de lectura, sujeto y con un modo de producción donde la el sentido de la infinitud. Un laberinto don- creación, la circulación y la recepción de los de la salida nunca es la misma. Su nombre, textos adquieren características particulares, Pentagonal, hace referencia a la figura del se discutirá la existencia de una estética digi- pentágono, polígono de cinco lados y cinco tal, resaltando sus principales características. vértices. Las conexiones entre estos vértices pueden multiplicarse si dibujamos un penta- grama dentro de él, donde obtenemos cinco Pentagonal: incluidos tú y yo: líneas. Estas líneas se conectan a través de los cinco vértices del pentágono. De esta forma, El placer de navegar Pentagonal es una historia que contiene cinco vértices que corresponden a las noticias pre- En una entrevista realizada en el año sentadas en la interfaz inicial. Al pinchar so- 2010, Carlos Labbé señalaba lo siguiente bre ellas, se abren líneas narrativas que si bien respecto a la literatura hipertextual: “La na- contienen relatos independientes, al mismo rración hipertextual, en mi caso, tiene como tiempo se encuentran conectadas a través de punto de partida consciente para mí la ima- los vértices producto del accidente al que se gen imposible de la multiplicidad, de la infi- hace referencia en la noticia principal. Así, la nitud, de la eternidad, de la ubicuidad y de figura del pentágono funciona como metá- la simultaneidad” (Entrevista 2010). Como fora de este hipertexto compuesto por cinco señala el autor, el hipertexto remite a una red historias que podemos ver entrelazadas desde de textualidades, cuya potencialidad parecie- el comienzo, en la interfaz principal de esta ra hacerse manifiesta en el uso de los medios hipernovela, como muestra la siguiente figu- digitales. La literatura hipertextual creada ra: 226 Letras Hispanas Volume 11, 2015

veíamos cuando éramos chicos y es- tábamos acostados en el pasto de tu jardín mirando la noche, nos quería- mos tocar pero sobre todo quería- mos tener eso que está tan lejos y que el dedo no puede alcanzar. La estrella. Su luz, me dijiste, su luz algo tiene que indicar, que hay un sistema alrededor, dice la astrónoma, que hay vida, me dices, acaso hay vida en la luz, en lo que no podemos tocar ni nos puede tocar. ¿Está vivo Dios como nosotros estamos vivos?, te pregunté después de la Iglesia. ¿Es puerta aquella, que no se abre ni se cierra? Creo en tu ré- plica: no sé, todos la llamamos puerta. (Pentagonal, S/N)

En este sentido, esta puerta no es la principal, Imagen 1. Captura de pantalla Pentagonal: in- sino que los diferentes enlaces y sus diferentes cluidos tú y yo. historias permiten que podamos comenzar por cualquier parte y que se genere el efecto El relato se inicia en la página de un dia- de la inexistencia de principio o fi n.2 Corrien- rio, en cuyo extremo inferior derecho se lee do el riesgo de perderse en la narrativa—y nos “accidente causa dos heridos y un muerto.” En preguntamos si no es ese el objetivo de todo el texto de la noticia vemos resaltadas cinco hipertexto—el lector puede entrar una y otra palabras, donde el lector debe elegir por dón- vez a los mismos enlaces y seguir caminos de comenzar. El corte de los frenos de un auto de lectura distintos. El lector puede vincular provoca un accidente de magnitudes: el auto una o más historias o no llegar a vincularlas choca con la puerta principal de un banco, lo nunca. Muchas veces nos encontramos, como cual corresponde al primer enlace que el lec- lectores, dando vueltas en círculos, lo que da tor va a encontrar en la noticia. Dos personas la idea de estar inmersos en un laberinto tex- han muerto en el accidente automovilístico: tual, siendo interpelados a buscar una salida, la astrónoma Miranda Vera que conducía el al mismo tiempo que vamos confi gurando vehículo, quién atropella a una estudiante que signifi cados e interpretaciones diversas. se lanzó a la calle para proteger a un perro George Landow (2006) defi ne el hiper- de ser atropellado. Hay un herido, el portero texto como un texto compuesto por bloques de un edifi cio cercano. Los enlaces textuales de texto interconectados a través de enlaces nos permiten seguir los trazos que vinculan electrónicos. Esta defi nición, tal como lo la vida de estos personajes. establece Landow, proviene de la tradición Quizás porque la tendencia del lector es crítica post-estructuralista: Barthes, Derrida comenzar por el primer enlace, en este caso y Foucault conciben el texto en términos de “puerta principal,” el texto que se abre al clic- una red de conexiones textuales y semánticas kear sobre el mismo refl exiona sobre la relati- (Landow 2006). En el formato impreso, el li- vidad de los puntos de partida y la aleatorie- bro contiene enlaces a otros textos que permi- dad de los enlaces hipertextuales: ten generar un diálogo intertextual, los cuales pueden ser descubiertos por un lector entre- Qué ocurre cuando la puerta no es nado o que posee cierta experticia. Sin embar- entrada ni salida. Una estrella que go, esos enlaces funcionan como referencias y Carolina Gainza 227 no forman parte de la estructura material del de nuestra época. La literatura electrónica, al libro como objeto. O, como en el caso de Ra- incorporar (se) a las redes y experimentar en yuela (2006), una novela hipertextual en for- la relación con ellas, da cuenta de este cambio mato impreso no permite que, si un capítulo de época. referencia a otro dentro del texto, éste pueda Este entretejido de conexiones textua- aparecer inmediatamente ante nuestros ojos. les, esta red textual llamada hipertexto digital, En este sentido, el formato impreso establece configura una estética particular. De acuerdo otro tipo de redes textuales, que demandan al análisis de Espen Aarseth, un cibertexto es un tipo de acciones diferentes del lector y que un texto dinámico, donde: se desarrollan en otro espacio-tiempo: pasar de una página a otra, consultar los textos re- Trying to know a cybertext is an in- ferenciados en un espacio concreto llamado vestment of personal improvisation biblioteca, dialogar interpretativamente con that can result in either intimacy or el texto. En este sentido, el objeto libro y su failure […]. The cybertext reader is contenido produce una experiencia estética a player, a gambler; the cybertext is vinculada principalmente a la interpretación, a game-world or a world-game; it is possible to explore, get lost, and dis- y, aunque en las vanguardias se realizaron cover secret paths in these texts, not ejercicios experimentales que buscaban in- metaphorically, but through the topo- volucrar al lector en la producción de la obra logical structures of the textual ma- para producir una experiencia interactiva y chinery. (4) lúdica, los ejercicios estaban limitados por la materialidad del libro. Como señala Douglas: Pentagonal posee esta estructura diná- “If the book is a highly refined example of a mica, donde el lector es invitado a operar el primitive technology, hypertext is a primate texto, a manipularlo. Para que las conexiones example of a highly refined technology, a te- textuales se desplieguen ante el lector, es ne- chnology still at the icebox stage” (15). cesario que éste las active, las navegue, inte- En este sentido, un hipertexto digital ractúe con ellas. Es así como el texto digital amplía la experiencia estética del hipertex- cobra sentido. El lector de textos electrónicos to—que ya se había ensayado en el formato debe saber jugar con el texto, explorarlo y eje- libro—hacia otros espacios y textualidades; cutar sus códigos. Lo anterior no es exclusi- se estructura como una red, donde cada blo- vo de la literatura electrónica y, al decir esto, que de texto es un nodo de aquella red que queremos dejar claro que no estamos dicien- se conecta con otro o con varios otros, per- do que el lector de literatura impresa es pasivo mitiendo múltiples combinaciones, en un y aquel que lee literatura electrónica es activo. espacio-tiempo que se ha llamado virtual, Roland Barthes (1987) señala que el acto de donde las conexiones se realizan de forma leer no puede ser entendido como consumo, inmediata ante los ojos del lector. En este sino como una acción de interpretación acti- sentido, el hipertexto digital se asemeja más va, un proceso de apropiación donde el lector a la estructura rizomática descrita por G. De- “pone en marcha” el texto y, en este proceso, leuze y F. Guattari (2009), donde no existe un lo produce. En este sentido, el autor señala: centro que opera las conexiones, sino que los enlaces entre textos, sujetos, cosas, existen en un plano inmanente que produce relaciones De hecho, leer, en el sentido de con- sumir, no es jugar con el texto. Hay de multiplicidad. Lo anterior unido a las re- que tomar la palabra “jugar” en toda des tecnológicas que transmiten información su polisemia, en este caso: el texto en entre distintos artefactos electrónicos (com- sí mismo “juega” (como una puer- putadores, celulares, video-juegos, e-readers, ta, como cualquier aparato en el que entre otros), hacen de las redes el paradigma haya un “juego”); y el lector juega por 228 Letras Hispanas Volume 11, 2015

su parte dos veces : “juega” al texto redes ya creadas. La mayoría de los conte- (sentido lúdico), busca una práctica nidos presentes en las redes son susceptibles que le re-produzca; pero para que esta de ser manipulados, remezclados, utilizados, práctica no se reduzca a una mímesis transformados. Las redes textuales de esta hi- pasiva, interior (el texto es precisa- pernovela funcionan de esa manera, es decir, mente lo que se resiste a esta reduc- ción), ejecuta el texto[…]. (80) invitan al lector a armar, conectar, navegar y construir significados. Las cinco historias que Sin embargo, la materialidad de los textos nos presenta Pentagonal se multiplican a tra- electrónicos requiere de manera más inme- vés no solo de sus múltiples conexiones y de diata y concreta de un lector-jugador como las interpretaciones de los lectores, sino que un imperativo práctico. Cuando Barthes ha- también existe una potencialidad de que sean bla de la ejecución, se refiere al acto de inter- mezcladas con otros textos, de que sean re- pretación y a los procesos de re-significación escritas, de que este hipertexto sea vinculado de los textos, lo cual ocurre a través de las con otras historias. En este sentido, la virali- prácticas de apropiación que están asociados dad intrínseca a las redes digitales está pre- al proceso de lectura. En una narrativa hiper- sente en esta novela como una potencialidad. textual, el lector está obligado a jugar con la La importancia que adquiere el lec- obra, a afectarla materialmente. Esta carac- tor en esta estética digital no significa que terística de manipulabilidad que obedece, en el autor ha desaparecido, sino más bien que términos de la caracterización de Manovich ambos roles se reconfiguran. El lector es un (2005), a su reproductibilidad numérica, re- lector participante, jugador. Como señala fiere a un proceso que, según el autor, tiene Doménico Chiappe, “el lector se transforma que ver con la forma en que la capa informá- en un DJ” (223), que mezcla no sólo textos, tica y la capa cultural se influyen mutuamente sino que crea significados, así como también “en su organización, en sus géneros emergen- obras, a través de “remixear” la cultura. El tes y en sus contenidos” (93). En este sentido, autor funciona como un facilitador, diseña Pentagonal ha sido producida en la interac- un recorrido que luego el lector armará a su ción de dos lenguajes: el de códigos, que per- manera y que incluso puede modificar, ya sea mite producir redes semánticas, y el lenguaje dentro de la obra (obras abiertas que permi- de signos tradicional, que nos permite leer e ten modificar el relato) o fuera de ella (remix, interpretar la obra. El lector es interpelado a reescritura). Al respecto, Labbé señala en una activar el lenguaje de códigos para poder leer entrevista donde se le pregunta si conoce to- el texto. Sin esta forma de interacción no hay dos los caminos de lectura de la novela: interpretación ni construcción de significado. La estética que podemos observar en No. Me gusta perderme yo mismo en la potencialidad, que es otra manera Pentagonal, entonces, está vinculada estre- de hablar de sentido literario. Desde chamente a lo interactivo y, como conse- un punto de vista numérico Pentago- cuencia de la disponibilidad inmediata y nal: incluidos tú y yo tiene exactamente manipulación de lo digital, a la cultura del 307.010.375 x 10234 posibles caminos remix. Si bien en Pentagonal hay un autor de lectura, si consideramos que la sola que ha determinado los caminos de lectura relación entre dos bloques textuales a través del diseño del hipertexto, las múlti- ya es una lectura. (Entrevista 2010) ples combinaciones que se presentan al lector funcionan como una analogía de lo que los El hipertexto funciona, entonces, como un sujetos pueden hacer con las redes en gene- “modelo para armar,” como dice el título de la ral: no sólo combinarlas, navegarlas y armar novela de Julio Cortázar. Es un rompecabezas sus propias trayectorias, sino además crear compuesto de múltiples entradas, y carece de nuevas redes interpretativas y subvertir las una forma correcta de armarlo. La forma la Carolina Gainza 229 entregan las combinaciones que los lectores/ otras obras, etc., sino que además, estas redes jugadores realizan a través de su lectura. En hipertextuales conforman una estética parti- Pentagonal es posible observar una estética cular de lo digital relacionada con formas de que tiene como una de sus principales carac- colaboración, participación e interacción en- terísticas la hipertextualidad. Sin embargo, tre las obras, la máquina, los autores y los lec- esta hipertextualidad no sólo tiene que ver tores, a lo cual volveremos en la última parte con la existencia de múltiples caminos de lec- de este artículo. tura, sino que más allá de eso, expresa el tipo En este sentido, el placer del texto se de relaciones sociales que establecemos en encuentra más en el acto de crear, partici- esta época: interacciones extendidas y mul- par e interactuar, que en la lectura individual tiplicadas por las características materiales y contemplativa. La lectura en sí misma es de las nuevas tecnologías y las redes sociales. transformada por estas prácticas interacti- En efecto, las características interactivas y, vas y participativas, convirtiéndose en un en algunos casos, participativas de las obras acto que requiere un operador, un lector en digitales son conceptualizadas por Nicolás movimiento, una lectura performativa. En Bourriaud (Relational Aesthetics 2009), en el este sentido, el hipertexto funciona como la contexto del arte, como “estéticas relaciona- estructura textual que refiere a la viralidad y les,” en cuanto estas obras no solo reflejan, la multiplicidad de prácticas de producción, sino que crean relaciones sociales, entre los circulación y recepción de la cultura, donde espectadores, la obra, los creadores y entre las relaciones explotan, se hacen visibles y al los espectadores mismos. En las obras litera- mismo tiempo inaprehensibles. rias digitales podemos identificar una estética y una práctica creativa que afecta las subjeti- vidades tanto del autor y del lector, así como Estrategias de circulación y re- también hay una resignificación de la tecno- cepción alternativas en SYNCO logía. El lector se convierte en un operador de códigos, el autor se aleja cada vez más del ge- de Jorge Baradit nio creador y deja su obra en manos del lec- tor, y la tecnología adquiere otros significados Esta forma de lectura y la estética in- culturales en el contexto de la experiencia del teractiva a los que se ha hecho referencia texto digital y los usos que la tecnología ad- en el análisis de Pentagonal están también quiere en términos de estructura que facilita presentes en el trabajo literario del escritor la comunicación, la colaboración y la interac- chileno Jorge Baradit. Baradit ha publicado ción. varias novelas, entre las cuales cabe destacar: Pentagonal, en este sentido, da cuenta Ygdrasil (2005), SYNCO (2008), Policía del de la forma en que se producen y circulan los Karma (2011) y Lluscuma (2013). El género textos en la era digital. Kenneth Goldsmith ha más trabajado por Baradit es el de la ciencia acuñado el concepto de “uncreative writing” ficción, lo cual lo ha convertido en uno de los en relación con las escrituras digitales, el cual representantes más conocidos de este género se vincula a “the composition of texts based en el país. Si bien todas sus novelas han sido on rules that force the writer to swerve from publicadas y han circulado principalmente en the authenticity of self-evaluation and/or self- formato impreso, lo digital está presente no justification, the mystery of beauty and truth, sólo como temática en algunas de sus novelas and the aura of creative genius and timeless (SYNCO, Policía del Karma, Ygdrasil), sino masterpieces” (Citado en Morris and Thomas que las redes sociales se han convertido en un 24). Lo hipertextual no solamente estructu- elemento fundamental en las formas de com- ra los textos digitales, donde el texto se ex- posición y circulación de su obra. Internet y tiende, se recicla información, se enlaza con las redes sociales constituyen un espacio que 230 Letras Hispanas Volume 11, 2015 permite la interacción con los lectores, donde padres de la cibernética—en la inauguración si bien estos no intervienen en el relato pre- que nunca llegó a realizarse, señalaba: sente en el producto final—la novela impre- sa—si se relacionan con el proceso creativo a Hemos encontrado que en los lla- través de blogs, facebook, youtube y twitter, mados países avanzados, el poder de las cuales permiten que los lectores se involu- la ciencia no ha sido utilizado aún. cren en el proceso creativo. Hemos desarrollado un sistema con La novela SYNCO es una ucronía en la nuestro propio espíritu. Lo que escu- cual el golpe de estado de 1973 es detenido charan hoy día es revolucionario—no simplemente porque esto es la prime- gracias a la intervención de Augusto Pino- ra vez que se realiza en el mundo. Es chet quien lidera la ofensiva de las Fuerzas revolucionario porque estamos ante Armadas para detener a los golpistas. Así, el un esfuerzo deliberado para darle a la Gobierno de Allende logra continuar su pro- gente el poder que la ciencia nos da, yecto socialista en Chile, ahora convertido en en una forma en la cual la gente podrá un cybersocialismo—o “cyberbolivarismo” usarla libremente (citado en Rivera, como lo define el personaje de Fernando Flo- Ossa et al. S/N). res en la novela (85)—gracias a la implemen- tación del proyecto tecnológico SYNCO. Este Es quizás en este discurso acerca del poder proyecto es un elemento gravitante en el rela- que significaba la implementación del pro- to: su implementación y desarrollo es lo que yecto y, por extensión, el uso de la ciencia y el permite que Chile se convierta en una poten- desarrollo de tecnologías, que Baradit se apo- cia cybersocialista. yó para desarrollar un relato distópico acerca El proyecto fue conocido con dos nom- de SYNCO en el contexto del proyecto socia- bres: CYBERSYN (sinergia cibernética) y lista de Allende. En la novela, el proyecto se SYNCO (sistema de información y control). concibe como la base que ha hecho posible Fue un proyecto ambicioso, desarrollado en- que Chile se convierta en potencia mundial, tre 1971 y 1973, que buscaba transmitir infor- lo cual permitiría finalmente la liberación de mación en tiempo real entre las empresas del América Latina de la dependencia económi- Estado y el gobierno central, y así coordinar ca. En eso consiste el Ciberbolivarismo que se todas las empresas que habían sido estatiza- describe en la novela: una red interconectada das.3 La información era procesada en la “sala que permite coordinar la producción, borrar de operaciones,” la cual era hexagonal y esta- fronteras y distribuir mejor los servicios, tan- ba compuesta por siete sillas giratorias, que to en Chile como en América Latina. contaban con una pantalla y diversos dispo- El milagro político y económico que sitivos para procesar información. Toda esta representaba el proyecto cibersocialista pro- estructura fue destruida por el golpe militar voca que otros países quieran analizar su de- de 1973, lo cual intervino el desarrollo de uno sarrollo y replicarlo. En este contexto, Marti- de los proyectos cibernéticos más promete- na, hija de un general del Ejército chileno que dores de esa época a nivel mundial. había abandonado el país cuando asciende Los encargados de SYNCO y el mismo la UP al poder, es enviada a Chile por el go- Allende estaban conscientes de las implicancias bierno de Venezuela a entrevistar a Fernando que podría tener el proyecto. A pesar de que el Flores—quien tuvo el cargo de director polí- sistema nunca logró implementarse completa- tico de SYNCO durante el gobierno de Allen- mente, si se demostró eficaz en su primera y de—y otros personeros de gobierno sobre el única utilización, al coordinar el transporte de proyecto cibernético implementado en Chile, alimentos ante el paro de camioneros ocurrido para ver la posibilidad de replicar el modelo en el país en octubre de 1972. En el discurso en su país. En esa tarea, Martina va descu- que pronunciaría Stafford Beer—director cien- briendo cómo el proyecto esconde un sistema tífico del proyecto y considerado uno de los de control sobre los ciudadanos, que incluye Carolina Gainza 231

entre otras cosas, muertes, trabajos forzados, sociales han sido fundamentales en esto. La vigilancia extrema y la creación de cyborgs y multimedialidad se transforma en una ca- niños-soldados programados y controlados racterística del aparataje de producción y por el sistema tecnológico. Así, la promesa circulación de las novelas de Baradit, donde de progreso que promete un sistema políti- el autor incorpora lo visual y lo sonoro a las co y económico avanzado tecnológicamente prácticas de lectura tradicional, a través de la se convierte en una pesadilla para quienes generación de una red de lectura que va más intentan develarlo, al ser utilizado para ma- allá del libro impreso y se extiende por youtu- nipular la historia, suplantar identidades y be, facebook, twitter, blogs y las webs de cada borrar todo rastro de memoria. una de sus producciones. Más allá de las implicancias políticas de La red de recursos asociados a la novela la ucronía de Baradit, en cuanto distopía tec- impresa consisten en una página web, un gru- nológica y política, está el control biopolítico po en facebook, tres trailers de la novela en que ejerce la tecnología. Baradit da cuenta del Youtube, un soundtrack descargable en el si- control que las tecnologías de la información tio web del netlabel5 Pueblo Nuevo y la cuenta y la comunicación ejercen sobre el cuerpo y de Twitter de Baradit. Para el autor, esta red la mente de los sujetos.4 En la novela, el siste- de comunicación constituye un elemento im- ma de dominación convierte a los cuerpos en portante en su proceso creativo, en cuanto elementos de un solo cuerpo correspondiente le permite formar una “comunidad creativa” al sistema tecnológico que ahora los controla: en la que participan los lectores. El relato se “Chile existe no como una abstracción: aho- nutre de las opiniones, críticas y diferentes ra tiene un cuerpo que respira algoritmos y intervenciones de quienes siguen al autor en produce como la naturaleza produce. Hemos Twitter, aquellos que forman parte del grupo creado el paraíso socialista, la cumbre de la en Facebook y quienes opinan en los videos revolución industrial. La historia termina en Youtube. La opinión del autor respecto al aquí, compañera Aguablanca, lo que resta es uso de las redes sociales es que éstas permi- que el mundo se sume” (SYNCO 84). ten generar una inteligencia colectiva, donde Aunque en la novela las tecnologías di- surge una comunidad en torno al proceso gitales son tratadas como sistema de control creativo: biopolítico en manos del poder, un poco en la línea de 1984 de Orwell, en la forma de Para mí ha resultado una vía perfecta producción de la novela y su circulación, las para alcanzar un objetivo personal de tecnologías juegan un papel diferente, que siempre: involucrar a los lectores en el contribuyen a acercar a los lectores al proceso proceso creativo de la obra. Hacerlos parte de manera que hagan suyos los creativo. De esta forma, podemos apreciar ese contenidos y generar de esa manera doble estatus de la tecnología, donde los sig- comunidad. Producir vida comuni- nificados que adquiere dependen de los usos taria en torno a la etapa creativa, ge- que se hacen de ella. Tal como planteamos nerar inteligencia colectiva en múlti- respecto a Pentagonal, la interactividad es un ples estadios y formatos de la obra. A componente definitorio de las prácticas que través de twitter se me han integrado ocurren en la cultura digital y en la literatura escritores, audiovisualistas, músicos que utiliza estas tecnologías. Baradit aprove- y artistas plásticos a la creación de cha el potencial interactivo de lo digital en los mundos que produzco en etapas tempranas. Luego el mismo twitter la producción de sus novelas, utilizando una sirve como campana de resonancia y estrategia que busca involucrar a sus lecto- feedback directo, nuevamente todo en res en la creación y circulación de sus obras. tiempo real, ‘surfeando la ola’ como Los blogs, páginas web y, sobretodo, las redes me encanta decir. (Entrevista 2012) 232 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Imagen 3. Captura de pantalla: Facebook, Netlabel, Web, Youtube de SYNCO.

La estrategia multimedia que vemos no solo En este contexto, las tecnologías digitales —y en SYNCO es una muestra no sólo de la crea- sus plataformas narrativas y de creación— es- ción de espacios alternativos de circulación y tán marcando nuestras experiencias de lec- creación literaria, sino que, además, lo multi- tura al encontramos enfrentados a diversas media evidencia una forma distinta de expe- formas de escritura, lenguajes y textualidades riencia lectora. En la literatura digital es cada que circulan y se producen en circuitos cultu- vez más patente que la lectura, los libros y la rales alternativos a los tradicionales. escritura están asociados estrechamente a la De esta forma, las estrategias de pro- imagen, la pantalla, la oralidad y lo sonoro. ducción y circulación utilizadas por Baradit, Carolina Gainza 233

tanto en SYNCO como en otras novelas de su paso de una estética donde la experiencia está autoría, dan cuenta que las tecnologías digita- marcada por la contemplación de un objeto les no son solo técnicas de consumo, sino que en que el sujeto se sumerge, a una experiencia materialidades que se traducen en nuevos so- estética relacionada con el uso, donde el suje- portes de escritura que afectan la reproduc- to absorbe la obra y es capaz de manipularla. ción, circulación y recepción de los textos, La experiencia estética “tradicional” a la modificando la experiencia y la construcción cual refiere Benjamin está relacionada con lo de las subjetividades del autor y del lector. íntimo y lo privado. Mientras que las tecnolo- gías de la reproducción generan en el espec- tador una experiencia de la colectividad que Estéticas digitales: redes, no existía antes de la época industrial ni del interacciones y políticas surgimiento de las tecnologías de la imagen. Al respecto, el autor señala: Así como la producción industrial mar- Un cuadro ha tenido siempre la aspi- có un quiebre en la experiencia estética del 6 ración eminente a ser contemplado sujeto, queremos sostener aquí, y en relación por uno o por pocos. La contem- con las obras analizadas, que el modo de pro- plación simultánea de cuadros por ducción cultural asociado a lo digital—donde parte de un gran público, tal y como las distinciones entre producción, circula- se generaliza en el siglo XIX, es un ción y recepción se vuelven borrosas—y las síntoma temprano de la crisis de la maneras en que los sujetos se apropian de las pintura, que en modo alguno desató tecnologías, marcan una experiencia estética solamente la fotografía, sino que con vinculada con la interacción y la participa- relativa independencia de ésta fue provocada por la pretensión por parte ción. Walter Benjamín es uno de los teóricos de la obra de arte de llegar a las masas. más importantes dentro del análisis de la ex- (45) periencia estética durante el siglo XX pues lo- gra registrar un cambio en los modos de per- La experiencia de la cual nos habla Benjamín cepción que afectan la experiencia del sujeto está en estrecha relación con las vanguardias, en relación con el arte: las nacientes tecnolo- donde se busca interpelar al sujeto a partici- gías de la imagen, como el cine y la fotografía, par y a jugar con la obra, una obra que busca modifican las formas de representación y las provocar al espectador y hacerlo partícipe de maneras en que el sujeto “aprecia” y significa un proceso de creación de significado colec- la obra de arte. tivo. Benjamin es capaz de ver el potencial En “la obra de arte en la época de su político que esta experiencia representa, el reproductibilidad técnica” (1989), Benjamin cual pasa por la apropiación por parte de las analiza el paso de una estética de la contem- “masas” de estas nuevas tecnologías, subvir- plación a una estética de la reproducción, tiendo sus significados dentro del proceso de provocada por el desarrollo de tecnologías producción industrial y cultural. como el cine y la fotografía. En la primera, el Volvemos a Benjamin para hablar de sujeto se construye como espectador de un la experiencia estética en lo digital porque fenómeno artístico, el cual se presenta ante él lo que observamos en las obras digitales es con una autoridad dada por la tradición, lo un cambio en los modos de percepción que que permite afirmar su autenticidad. Por su afectan la experiencia del sujeto, lo cual es parte, en la estética de la reproducción la obra especialmente aplicable a la literatura y sus de arte pierde su aura al interpelar al sujeto a prácticas contemporáneas. La experiencia vincularse con ella de forma más participati- estética descrita por Benjamin en la época va por medio de una intervención del origi- de reproductibilidad técnica se radicaliza en nal, proceso en el cual la obra de arte se su- lo digital porque, como mencionamos pági- merge en la colectividad y es apropiada.7 Es el nas atrás en el análisis de las obras literarias 234 Letras Hispanas Volume 11, 2015 digitales, la materialidad de lo digital vuelve La infinitud de conexiones presente en más manipulables las distintas textualida- una obra como Pentagonal representa la posi- des. Esto conlleva que los sujetos no sólo se bilidad latente que podemos encontrar en las relacionen con el texto escrito, sino también redes digitales: la de la extensión de los textos con imágenes estáticas y en movimiento, con hasta el punto que tratar de ejercer un acto de elementos sonoros y orales, entre otros, los propiedad sobre las obras que circulan por la cuales se entrelazan en una red textual que red es prácticamente imposible. Todo el ma- exige del lector si es que aún podemos llamar- terial disponible es potencialmente sujeto de lo así explorar y jugar con la obra, en otras transformación y material de producción de palabras, manipularla. Por otra parte, no sólo nuevas escrituras. En este sentido, los usos de estamos ante un cambio en la materialidad de las nuevas tecnologías en la creación literaria la tecnología que acoge al texto literario, sino modifican la experiencia del sujeto al hacerlo también en sus modos de producción, circu- sentirse/ser partícipe del proceso de produc- lación y recepción. Las nuevas tecnologías y ción. Incluso en aquellas obras en que el suje- sus lenguajes permiten crear textos-red, una to sólo interactúa, como en las obras que ana- red que se expresa tanto en sus textualidades lizamos acá, se produce en éste la experiencia (hipertextos e hipermedias), como en la for- de la participación. El deseo que se alimenta ma en que circulan y en la manera en que el en el sujeto no debe ser subestimado: la inte- receptor los manipula y los experimenta. racción con la obra produce/activa un deseo De esta forma, el placer del texto ya no de participar e intervenir la obra. El remix, la se encuentra en una actitud contemplativa copia y las diversas técnicas de apropiación o en su interpretación. Tampoco en buscar y reescritura, junto a la demanda del sujeto sus significados escondidos o en descifrar actual por una mayor interacción, son expre- sus juegos semánticos. El placer del texto, la sión de ese deseo. En este sentido, estas prác- manera en que experimentamos estas hiper- ticas representan un cambio en los modos de textualidades, está relacionado con la posibi- producción de la cultura.10 lidad de hacer efectivo un deseo de escritura A través del análisis de Pentagonal y y participación que las tecnologías digitales SYNCO, en relación con las maneras en que permiten realizar. El lector como escritor del éstas han sido producidas, sus estrategias de que hablaba Benjamin ronda más que nunca creación, la estructura de sus relatos y sus en estas obras. formas de circulación, podemos afirmar la En la cultura digital todas las obras son instalación de una estética asociada a los usos potencialmente hackeables. El hipertexto re- de las nuevas tecnologías. La estética de lo di- presenta la posibilidad de la extensión y de la gital está estrechamente vinculada a la inte- modificación de las obras. Pentagonal genera racción posibilitada por la materialidad de las en el lector la experiencia de creación, donde nuevas tecnologías. Esta interacción ocurre cada lector deja su marca al armar su propio en diversos momentos: en el de la creación, la camino de lectura. Esto es algo que en otras circulación y las diversas prácticas de recep- experiencias literarias en la red se concretiza, ción-lectura relacionadas con una forma de como en el fenómeno del fanfiction,8 donde leer que involucra no solo la palabra escrita, se borran las distinciones entre productor y sino también lo sonoro, lo visual y la activa- receptor, y donde no existen intermediarios ción de códigos. que dominen la circulación de textos,9 papel En Pentagonal la interacción con el có- ejercido por las industrias culturales por más digo informático es evidente, como elemento de medio siglo. Synco busca generar esta ex- a activar para hacer posible la lectura como periencia en el lector también, al acercarlo al forma de navegación en el texto. En tanto, en proceso creativo a través de los usos de las re- SYNCO, la recepción del texto se relaciona des sociales. con una práctica de participación que ocurre Carolina Gainza 235 en las redes sociales, durante el proceso de dos experiencias literarias analizadas, tanto creación, donde los lectores pueden opinar en el terreno de la producción como en el de sobre algunos aspectos en el desarrollo del re- la circulación, se puede observar una sub- lato y se les involucra en juegos, por ejemplo, versión de los significados de las tecnologías buscar pistas. Sin embargo, el resultado final digitales vinculada a formas de participación, es una novela impresa, un producto cerrado interacción, intercambio y colaboración. Esto que no pueden intervenir materialmente. Se se da en el terreno de la creación y en el de las trata de dos formas diferentes de interacción relaciones sociales que se establecen a través posibilitada por las nuevas tecnologías, no de estas obras, por medio de formas de recep- exentas de conflictos, siendo el principal el ción que se generan a partir del uso de las re- participar de una intervención “imaginaria” des sociales e internet. Estas estéticas-políti- del proceso creativo, el que finalmente ha cas de lo digital permiten visualizar un modo sido programado por el autor en todas sus de producción cultural—que Nicolás Bou- facetas. La verdadera transgresión ocurre en rriaud ha llamado postproducción12 (2009)— relación con la posibilidad que ofrece lo digi- que transgrede las formas de producción del tal para transgredir la propiedad intelectual, capitalismo informacional, al abrir espacios donde las redes de participación abiertas por para el surgimiento de mundos, éticas, estéti- los autores pueden ser extendidas por lo lec- cas y relaciones sociales alternativas. tores en diversos procesos de reescritura, co- pia, piratería, repetición y remix. Notas En ambos textos, la estética digital refie- re al placer de crear, participar, activar, jugar 1 con una textualidad que ofrece diversas po- El análisis presentado en este artículo es par- sibilidades. La llamamos estética digital para te de los resultados del proyecto de investigación desarrollado por la autora de este artículo, titula- enfatizar que se trata de un fenómeno propio do “Estéticas digitales: análisis de literatura digital de la cultura digital, en relación con sus ma- chilena,” financiado por la Universidad Diego Por- terialidades y modos de producción, relacio- tales, años 2014-2015. nado con una experiencia de afectar material- 2La experiencia del hipertexto como un relato mente el texto o su proceso de creación. En sin principio ni fin que desconcierta al lector ha este sentido, si bien encuentra muchas simi- sido analizada por varios teóricos. Algunos de los litudes con otras conceptualizaciones sobre autores que analizan esta experiencia estética des- la estética en la época contemporánea, como de distintas perspectivas son David Bolter en su la estética relacional de Nicolás Bourriaud ya clásico Writing space (1991), Espen Aarseth en Cybertex. Perspectives on Ergodic Literature (1997) (2009) o la estética de la emergencia de Rei- 11 y Jane Yellowlees Douglas en The end of books—or naldo Laddaga (2010), nuestro intento es books without end? (2000). poner énfasis en la existencia de una materia- 3Fernando Flores, director General de la Cor- lidad, la digital, que provoca estos cambios, la poración de Fomento de la Producción (CORFO) cual es apropiada y resignificada en las prác- junto a Raúl Espejo, quién también trabajaba en ticas literarias que aquí hemos mencionado y CORFO, se contactaron con Stafford Beer, a quién analizado. La materialidad de las tecnologías se le encargó el diseño e implementación del siste- digitales permite radicalizar la experiencia de ma entre los años 1972 y 1973. Más información la interacción, la posibilidad de una relación sobre el proyecto Synco en el libro de Edén Medi- na, Revolucionarios cibernéticos. Tecnología y polí- inmediata, la potencialidad de la participa- tica en el Chile de Salvador Allende, y en la web que ción y la intervención sin mediadores. contiene los resultados del proyecto desarrollado El análisis presentado apunta a la exis- por Enrique Rivera, Catalina Ossa et al: http:// tencia de un potencial político en esta estética www.cybersyn.cl/castellano/cybersyn/index.html digital, fuertemente vinculado a la posibilidad 4La relación entre las tecnologías digitales y de transgredir la propiedad intelectual. En las el desarrollo de nuevos mecanismos de control 236 Letras Hispanas Volume 11, 2015 ha sido discutido ampliamente por autores como Sin embargo, la materialidad digital ha permitido Michael Hardt y Antonio Negri, quienes toman potenciar el fenómeno de reescritura y su masifi- como punto de partida las sociedades de control cación. En el fanfic, el lector es también escritor, al descritas por M. Foucault. Si bien en este artículo mismo tiempo que realiza su propia labor de difu- nos interesan las implicancias políticas de las tec- sión de sus obras y se relaciona directamente con nologías, entendemos que éstas abarcan diversos sus lectores sin intermediarios. En este sentido, la aspectos relacionados con la producción literaria figura del lector y escritor por separado da paso a contemporánea. El aspecto al que hacemos refe- la figura del “prosumidor,” es decir, aquel que con- rencia en este artículo refiere al relato elaborado centra ambas figuras. La práctica puede ser defini- en la narrativa de Baradit, el cual es interesante da como un fenómeno de “hackeo,” por parte de para comprender cómo las tecnologías digitales los fans, de sus obras favoritas, donde subvierten han sido utilizadas por los poderes con fines de en la red los derechos de propiedad intelectual que vigilancia, donde en el último tiempo se han reve- no les permiten realizar este ejercicio en papel. La lado varios casos al respecto (por ejemplo, el caso masividad del fenómeno en internet es impresio- wikileaks y el de Edward Snowden). Sin embargo, nante. Los sitios de fanfiction más importantes y sin quitar importancia a este tópico, en el artículo son fanfiction.net y wattpad, donde se calcula que queremos enfatizar el aspecto político de las prác- existen varios millones de fanfic (aún no existen ticas culturales relacionadas con la experiencia es- datos exactos) y los niveles de lectura de fanfics no tética de la interacción y la participación, contexto son menos impresionantes. El éxito de ventas “50 en el cual las tecnologías digitales constituyen ma- sombras de Grey” es el resultado de un fanfiction terialidades manipulables por los sujetos, con un proveniente de la saga de libros de vampiros “Cre- potencial de apropiación y creación que afecta el púsculo.” modo de producción cultural, lo que será desarro- 9El fenómeno de las comunidades de fans llado en la tercera parte del artículo. (fandoms) y el fanfiction, ha sido profundamente 5Los netlabels son espacios de difusión musi- estudiado por Henry Jenkins en diversos libros y cal en internet utilizados generalmente por artistas artículos, tales como Piratas de textos (2010), Fans, emergentes. Se trata de formas de organización sin blogueros y videojuegos (2009), y en su libro más fines de lucro donde se congregan músicos que conocido, Convergence culture (2006). encuentran en estos espacios una plataforma para 10Este tema fue analizado en mi tesis docto- dar a conocer y difundir su música. ral Escrituras electrónicas en América Latina. Pro- 6Si bien existen múltiples interpretaciones ducción literaria en el capitalismo informacional respecto a la experiencia estética en la época con- (2012), donde propongo la tesis de que existe una temporánea, consideramos que la propuesta Ben- relación entre el modo de producción capitalista jaminiana es la que más se acerca a la propuesta informacional y las formas de creación literarias que queremos presentar en este artículo, dado que digitales, donde éstas últimas son afectadas pro- vincula el modo de producción cultural con una fundamente por ese modo de producción y al mis- experiencia estética, como se argumentará en este mo tiempo se generan formas de apropiación de capítulo. las nuevas tecnologías en la generación de obras 7En efecto, Benjamin señala: “quien se recoge interactivas, participativas y colaborativas, donde ante una obra de arte, se sumerge en ella; se aden- se produce una resignificación de las redes. Por tra en esa obra, tal y como narra la leyenda que le supuesto hay fenómenos más radicales que otros. ocurrió a un pintor chino al contemplar acabado Hay una diferencia entre la experiencia de “com- su cuadro. Por el contrario, la masa dispersa su- pletar la historia” que tiene los lectores al interac- merge en sí misma a la obra artística” (53) tuar con una obra hipertextual y efectivamente 8El fanfiction es un fenómeno de escritura afectar el proceso creativo. Actualmente, en la in- relacionado con el deseo de los fans de extender vestigación sobre cultura digital en Chile que estoy o modificar ciertos aspectos relacionados con sus desarrollando (Fondecyt de iniciación 2015-2017), obras literarias, películas, series de televisión o ar- hemos observado que existen fenómenos como el tistas favoritos. En el caso de específico de la lite- fanfiction donde la línea divisoria entre autor y ratura, no se trata de un fenómeno nuevo, dado lector se difumina, y no existen intermediarios que que, por ejemplo, los fanzines han existido con manejen la circulación de los textos. En las obras anterioridad a lo digital, o la existencia de obras que analizamos en este trabajo esto ocurre como apócrifas es tan antigua como la literatura misma. potencialidad, es decir, se genera en el lector una Carolina Gainza 237 experiencia relacionada con la posibilidad de in- Baradit, Jorge. SYNCO. Santiago: Ediciones B, tervención, pero que en realidad ocurre de forma 2008. Impreso. limitada. El caso de la música es otro ejemplo de —. Entrevista. Twitter y los escritores latinoameri- cambio importante. La materialidad de las nue- canos: una fiebre que crece. Por Francisca Al- vas tecnologías permitió que se generaran nuevos lende. El Mercurio online, 2012. Web, enero circuitos culturales, como el sistema de compartir 2015, de bajar música libremente, fenómeno que llevó a Barthes, Roland. El susurro del lenguaje. Más allá muchas disqueras a la quiebra. Por otra parte, esta de la palabra y la escritura. Buenos Aires: misma materialidad digital ha permitido que la Paidós, 1987. Impreso. gente pueda hacer sus propias mezclas, producir Benjamin, Walter. “La obra de arte en la época de música fácilmente y subirlas a la red haciendo su su reproductibilidad técnica.” Discursos inter- propia difusión, lo cual ha dado paso a la prolifera- rumpidos I. Filosofía del arte y de la historia. ción de músicos y bandas emergentes en distintos Argentina: Taurus, 1989. Impreso. sitios de internet. Bolter, David. Writing Space. The computer, hy- 11Ambos autores intentan identificar el com- pertext, and the history of writing. Mahwah, ponente colectivo y colaborativo en la producción N.J.: Lawrence Erlbaum Associates, 2001. Im- artística actual, la sensibilidad de una época, pero preso. no discuten suficientemente el papel que juegan Bourriaud, Nicolás. Post producción: la cultura las tecnologías digitales en hacer posible una po- como escenario: modos en que el arte repro- tencialidad que existía en la producción artística y grama el mundo contemporáneo. Buenos Ai- literaria mucho antes del advenimiento de las tec- res: Adriana Editora, 2009. Impreso nologías digitales. —. Relational Aesthetics. France: Les presses du 12En efecto, uno de los elementos más subver- réel, 2009. Impreso. sivos de esta estética es lo que he llamado “hackeo Cortázar, Julio. Rayuela. Buenos Aires: Suma de cultural,” el cual apunta principalmente a la sub- letras S.A., 2006. Impreso. versión de los derechos de propiedad intelectual Chartier, Roger. “Leer la lectura.” En: Plan Na- por medio de prácticas creativas que incluyen la cional de Fomento de la Lectura. Actas del reescritura, el remix y la apropiación, entre otras. seminario Internacional, ¿Qué leer? ¿Cómo Nicolás Bourriaud señala que la postproducción, o leer? Perspectivas sobre lectura en la infancia. el modo de producción característico de la cultura Santiago: Ministerio de Educación, 2013. Im- digital, se refiere justamente a esto: “(la postpro- preso. ducción) se trata de apoderarse de todos los códi- Chiappe, Doménico. “Creative Processes in Hy- gos de la cultura, de todas las formalizaciones de la permedia Literature: Single Purpose, Mul- vida cotidiana, de todas las obras del patrimonio tiple Authors.” Pitman, Thea y Claire Taylor. mundial, y hacerlos funcionar. Aprender a servirse Latin American Cyberculture and Cyberlitera- de las formas, a la cual nos invitan los artistas de los ture. Liverpool: Liverpool UP, 2006. Impreso. que hablaremos, es ante todo saber apropiárselas y Deleuze, Gilles y Felix Guattari. A Thousand Pla- habitarlas” (14). En este sentido, quisimos expre- teaus. Capitalism and Schizophrenia. Minne- sar que en el modo de producción cultural digital, apolis: University of Minnesota Press, 2009. la literatura se convierte en un nodo en el marco Impreso. de un contexto más amplio relacionado con diver- Douglas, Jane Yellowlees. The end of books—or sas experiencias creativas colaborativas, lo cual es books without end? Ann Arbor: Univ. of representado en los bloques textuales conectados Michigan Press, 2000. Impreso. por las redes hipertextuales de Pentagonal. Gainza, Carolina. Escrituras Electrónicas en América Latina. Producción Literaria en el Capitalismo Informacional. Tesis para optar al grado de Bibliografía Phd en Hispanic Languages and Literatures. University of Pittsburgh, 2012. Web, junio Aarseth, Espen. Cybertext: Perspectives on Ergodic 2015. Literature. Baltimore: The John Hopkins UP, Hardt, Michael y Antonio Negri. Imperio. Buenos 1997. Impreso. Aires: Paidós, 2000. Impreso. 238 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Laddaga, Reinaldo. Estética de la emergencia. Bue- Manovich, Lev. El lenguaje de los nuevos medios de nos Aires: Adriana Hidalgo editores, 2010. comunicación. Barcelona: Paidós, 2005. Im- Impreso. preso. Landow, George. Hipertext 3.0. Critical Theory and Medina, Edén. Revolucionarios cibernéticos. Tec- New media in an Era of Globalization. Balti- nología y Política en el Chile de Salvador Allen- more: The John Hopkins University Press, de. Santiago: LOM ediciones, 2013. Impreso. 2006. Impreso. Morris, Adalaide y Thomas Swiss. New Media Labbé, Carlos. Pentagonal. Web, Octubre 2014, Poetics. Contexts, Technotexts and Theories. Rivera, Enrique , Catalina Ossa, et al. CYBERSYN, —. Entrevista. No existe una manera correcta de Sinergia cibernética. Investigación desarrol- leer una hipernovela. Por Irene Serrano. Le- lada con Fondos del FONDART y CORFO. tras.S5, 2010. Web, Enero 2015, www.cybersyn.cl/castellano/home.html> Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: Alternativas a la (ciencia) ficción en España: dos ejemplos de literatura electrónica en formato impreso Author:Alexandra Saum-Pascual E-mail: [email protected] Affiliation: University of California, Berkeley; Department of Spanish and Portuguese; 5224 Dwi- nelle Hall; Berkeley, CA 94720-2590 Abstract: This essay delineates the digital origin of some manifestation of contemporary print litera- ture, exploring two similar cases that illustrate how computational practices have helped shape the structure of two literary works published in print format from Spain: the science fiction novels Alba Cromm (2010) by Vicente Luis Mora and Cero absoluto (2005) by Javier Fernández. The first part of this essay conceptualizes these two Spanish novels as material embodiments of digital fiction, re- defining the concept of “electronic literature” as independent from the platform in which it is con- sumed—looking at this phenomenon as something that can be manifested beyond “born-digital” narrative works— to include instances of printed text. The second part of the essay contextualizes these new material writing practices within their immediate Spanish context, proposing them as a rejection of the prevalent literary canon in Spain. Keywords: Electronic Literature, Science Fiction, Print, Crisis, Canon, Spain Resumen: El presente ensayo delinea el origen digital de la literatura impresa, explorando dos mani- festaciones de prácticas computacionales y literatura electrónica en formato impreso publicadas en España: las novelas de ciencia ficción Alba Cromm (2010) de Vicente Luis Mora y Cero absoluto (2005) de Javier Fernández. La primera parte del ensayo conceptualiza estas novelas como encar- naciones materiales de ficción digital, redefiniendo el concepto de “literatura electrónica” como uno independiente de la plataforma desde la que se consume—más allá de la producción born- digital—incluyendo, por tanto, instancias de texto impreso. La segunda parte contextualiza estas prácticas narrativas dentro de su entorno español inmediato, proponiéndolas como rechazo del canon literario. Palabras clave: literatura electrónica, ciencia ficción, formato impreso, crisis, canon, España Biography: Alex Saum-Pascual is Assistant Professor of Spanish at the University of California, Berke- ley, where she teaches Post Civil-War and Contemporary Peninsular Literature and Culture, with an emphasis in New Media and Digital Humanities. She is also part of the Executive Committee of the Berkeley Center for New Media. She received her Ph.D in Hispanic Studies at the University of California, Riverside and completed a Masters of Spanish and Foreign Language Pedagogy at the University of Delaware. Professor Saum-Pascual’s work has been published in the United States, Mexico and Spain, in venues such as The Journal of Spanish Cultural Studies, The Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies, and Caracteres: Estudios culturales y críticos de la esfera digital, among others. Her research expands on the relationship between literature and digital technologies, and she is currently completing her first monograph, exploring what this means for contemporary liter- ary experimentalism.

ISSN: 1548-5633 240 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Alternativas a la (ciencia) ficción en España: dos ejemplos de literatura electrónica en formato impreso

Alexandra Saum-Pascual, University of California, Berkeley

Introducción: Literatura embargo, leyendo la definición con atención, nada se dice del formato final de la obra, y su electrónica y ciencia ficción aplicación podría extenderse también a obje- en España tos que, siendo electrónicos en su concepción original y sirviéndose de manera creativa de las A pesar del desarrollo en los últimos capacidades y el contexto electrónico del orde- años de la lectura y escritura en formato di- nador, estén destinados para su consumo en gital, cuando pensamos en obras literarias, forma impresa. Es decir, obras que habiendo muchos de nosotros imaginamos libros. Y la sido concebidas en un ordenador e integran- imagen que nos viene inmediatamente a la do de manera productiva la funcionalidad de mente es la de un objeto impreso, de papel éste, sean, finalmente, objetos de papel. y/o cartón, con páginas numeradas sobre las Según esta propuesta, la literatura elec- que se inscriben líneas paralelas de texto más trónica, al igual que cualquier otro tipo de o menos homogéneamente distribuido sobre literatura, sería susceptible a desarrollarse en una superficie blanca. Frente a esta imagen, cualquier idioma, y se dividiría en distintos se contrapone la existencia de obras literarias géneros y otras categorías (que dependerían, que, sin tratarse de e-books, se desarrollan a su vez, de variables lingüísticas y naciona- plenamente en forma electrónica sin haber les), existiendo de manera independiente a sido nunca un libro impreso ahora digitali- la plataforma final de consumo. Aquello que zado para su consumición en esos famosos clasificaría una obra como “electrónica,” por e-readers. Este tipo de literatura electrónica tanto, estaría ubicado en el campo de la retó- que comprendería novelas hipertextuales, rica o la estética, por ejemplo, y no en la pla- bots para Twitter, o poesía en formato Flash, taforma o el formato físico. Sin obviar las in- como ejemplos paradigmáticos, ha sido defi- vestigaciones cada vez más numerosas sobre nida por la Organización de Literatura Elec- literatura electrónica “born-digital,” el estudio trónica (Electronic Literature Organization) que aquí presento nos desviará de la pantalla como un tipo de escritura que presenta “an del ordenador para mirar hacia otro tipo de important literary aspect that takes advanta- objetos electrónicos, en concreto, dos libros ge of the capabilities and contexts provided impresos en español: Alba Cromm (2010) de by the stand-alone or networked computer” Vicente Luis Mora y Cero absoluto (2005) de (Hayles “Electronic” 4). Dicha definición, por Javier Fernández. su parte, ha sido mayoritariamente aplicada Teniendo en cuenta lo precedente, y al tipo de literatura conocida como born-digi- considerando que la mayor parte de la litera- tal, entendiéndose que para ser “electrónica” tura del siglo XXI es computacional, es decir, esta literatura debe componerse y consumir- que está escrita desde un ordenador (Hayles se en plataformas propiamente digitales. Sin Electronic 43), el objetivo de este ensayo tiene Alexandra Saum-Pascual 241 dos vertientes.1 En primer lugar, el de rede- experimentación en la literatura contemporá- finir el concepto de literatura electrónica de nea que coincidiría, productivamente, con el forma independiente a la plataforma desde hundimiento de la economía española duran- la que se consume (más allá de la producción te la pasada década. Si bien estos elementos “born-digital”) incluyendo instancias de texto parecen no estar relacionados, el modo en impreso. Para ello, estas dos novelas españo- que ciertos escritores contemporáneos, como las serán conceptualizadas como encarna- Mora o Fernández, se comprometen hoy con ciones materiales de ficción digital, en lugar la canonización literaria (encargada de deter- de como meros objetos simbólicos. Esto, a minar qué es lo que se considera “cultura es- su vez, supondrá una readaptación de la re- tablecida” o “válida,” respaldando así la nueva conocida definición de N. Katherine Hayles cultura de la España democrática) pondría de materialidad textual como producto de la de manifiesto un anhelo por cambiar dicha sólida interacción entre el código y las nuevas sensibilidad literaria. En este ensayo, voy a formas de publicación impresa (Writing 33). presentar un análisis de dos textos que cons- En segundo lugar, estas prácticas de tituyen una alternativa a la noción predomi- escritura material serán reconceptualizadas nante de literatura hegemónica (o institucio- dentro del contexto español más inmediato nalizada) en España, al mismo tiempo que se para, a continuación, describir el modo en explorarán las diferentes manifestaciones de que estas dos novelas electrónicas impresas su origen digital estructural y de la libertad comparten interesantes objetivos políticos. de expresión promovida aparentemente por Por un lado, he observado en ambas un re- la revolución digital. greso irónico a temas distópicos y de ciencia Mora y Fernández se asocian de forma ficción típicos en la década de los 80, ahora pertinente al grupo de los Mutantes (también reelaborados para exponer la problemática conocido como Generación Nocilla), con- existente en la relación del escritor con las junto de escritores que destaca tanto por su nuevas tecnologías de escritura y la Web. relación con las tecnologías digitales, como Esta cuestión, evidentemente, nos permitiría por su polémico uso de las herramientas en aprovechar la naturaleza política intrínseca línea para difundir su obra.3 Además, estos de la ciencia ficción distópica. dos escritores han publicado un gran número Por otro lado, la creación de literatura de obras y artículos relacionados con el tema electrónica, así como la escritura de obras de de las tecnologías digitales.4 Sin embargo, lo ciencia ficción en general en España, podría reseñable, más allá de sus incursiones profe- entenderse como un acto político en sí mis- sionales en el campo tecnológico, es el hecho mo en oposición al canon literario actual. El de que su interés por el desarrollo de ciencia establishment cultural presente se presentaría ficción experimental se produjera durante la así como resultado directo del período de primera década del siglo XXI, época en la que transición democrática que experimentó el vimos confluir la euforia desencadenada por país en los 70 que respondería, a su vez, a un las nuevas tecnologías y el colapso de la eco- conjunto de aspiraciones neoliberales exacer- nomía española. La inestabilidad financiera badas tras la entrada de España en la Unión coincidió con una creciente desconfianza Europea en el año 1986. El canon literario hacia las organizaciones culturales y guber- que se originó entonces se ha mantenido du- namentales, instituciones profundamente rante los últimos 30 años sin que se hayan interconectadas en España desde la década abierto grandes debates al respecto.2 A pesar de los 70. Como explica el periodista Ignacio de ello, se puede detectar un aumento de la Echevarría tras el ensayo de Manuel Vázquez 242 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Montalbán La literatura en la construcción de sensibilidad del consenso político. Merino la sociedad democrática, explica cómo “el extremo del realismo so- cial radicalizado desde la izquierda (que, de …desde mucho antes “se habían crea- manera errónea, contempló la ciencia ficción do las condiciones materiales para como ‘evasión’) y el extremo nacional-católi- que el supuesto milagro político de co (que no contemplaba más fantasías que las la Transición consistiera simplemen- suyas)” (10) llevó a la creación de un canon li- te en la adecuación de unas superes- terario que no dejó espacio a la ciencia ficción tructuras de poder a lo que en la base y sus representaciones distópicas del futuro; material ya se había dado: la confor- mación de una sociedad fundamen- el mismo canon que persiste en la actualidad. talmente burguesa, cuya vanguardia Por tanto, la elección temática de las militara en la socialdemocracia o en novelas que nos traemos entre manos podría los centros democráticos, había de ser interpretarse a través de una doble lectura. la gran protagonista y beneficiaria de Tal y como explica Pablo Santoro en su ensa- la Transición y la que aportaría cua- yo “Science Fiction in Spain: A Sociological dros, cargos y dirigentes a casi todas Perspective,” lo más destacado en la mayoría las formaciones políticas y todos los de estudios sobre el género es la construcción estamentos de poder, que son la ver- de una sociología sobre o acerca de la cien- dadera silueta del establishment de- mocrático.” Serían los representantes cia ficción. De este modo, la ciencia ficción de este establishment quienes fijaran, podría ofrecer modelos que ayudaran a com- según Vázquez Montalbán, el gusto prender ciertos aspectos de nuestra sociedad. de lo culturalmente correcto a la par La famosa cita de Fredric Jameson, según la de lo políticamente correcto. (32–33) cual

Vázquez Montalbán sigue ilustrando cyberpunk is ‘the supreme literary expression if not of postmodernism, cómo durante la década de los 70 y los 80 el then of late capitalism itself’ (énfasis establishment literario solo aceptó “lo cultera- en el original)—reflects a shared con- no y lo ensimismado, prohibida por implícito sciousness among social theorists that decreto una literatura que tratara de forcejear sf literature—not just cyberpunk, but con la realidad y utilizarse a sí misma como the whole field—is something to be propuesta de conocimiento y proyecto” (84). taken seriously. (Santoro 313) Aunque siempre ha existido, empero, cierto tipo de literatura en oposición a este esta- Por otro lado, una sociología de o para blishment, como puede ser la propia poesía y el género, es decir, una sociología dedicada al ficción de Vázquez Montalbán, este panora- estudio de los escritores y su ecología litera- ma general podría explicar por qué la ciencia ria, en lugar de enfocarse en el estudio sobre ficción crítica ha seguido estando marginada, aquello que tratan las novelas, puede resultar incluso ignorada, por la mayoría de los in- más pertinente para los objetivos que aquí telectuales españoles. Si “con la democracia persigo. Convenientemente, la sociología de llegó a España la ofensiva cultural neoliberal la ciencia ficción que Santoro nos propone desacreditadora de la dialéctica y de la crítica, examina “the social dynamics of the sf com- y legitimadora de la fatalidad intrínseca de la munity, the peculiar sociological environ- realidad y la internacionalización capitalis- ment where writers, readers, critics, scholars, ta del sentido de la historia y de la cultura” and the industry get together and produce sf” (Vázquez Montalbán 91), no es difícil estar de (313). La lectura de ciencia ficción a través de acuerdo con investigadores del género como la división que hace Bourdieu sobre el mundo Fernando Ángel Moreno (55–64) o José Ma- social lleva a Santoro a comprender que, en ría Merino, quienes establecen un paralelis- el ámbito literario, el motor que impulsa to- mo entre la marginalización del género y la das las acciones de escritura y de publicación Alexandra Saum-Pascual 243 debería ser la lucha por el reconocimiento in the course of history, so often mi- del valor artístico. En el caso concreto de la raculously resurrected in moments of ciencia ficción, esto debería estar relacionado need and crisis. (211) con su oposición al establishment cultural, así como con el empeño de los autores de posi- Esta ambigüedad de la forma literaria, cionarse dentro de un fandom semiculto que su relevancia y popularidad, y su eventual re- se aleje de la esfera de la cultura institucio- surrección están relacionadas con el estado nalizada. Aunque volveré a esta cuestión más actual de crisis socioeconómica por el que tarde, me gustaría señalar que, según esta atraviesa España. No obstante, el interés de lógica, la elección de escribir ciencia ficción Alba Cromm y Cero absoluto por la experi- distópica en el siglo XXI en España podría mentación formal, (en tanto que son obras entenderse como un posicionamiento po- electrónicas además de pertenecer al género lítico en sí mismo, lo que nos permitiría re- distópico) aborda mejor lo que Samuel R. flexionar sobre los límites y la poca relevancia Delany sugiere sobre la doble lectura de este de un canon literario que lleva vigente cua- género popular. La experimentación digital renta años.5 de la forma (de la pantalla a la publicación Combinar estas dos lecturas sociológi- impresa), es similar al proceso que Delany cas, de y sobre la ciencia ficción, empero, es observa en la ciencia ficción: “inexperienced lo que me permite reafirmar el carácter so- readers do not see that what appears to be ciopolítico de estas dos obras en particular, taken-for-granted background (the setting) ya que la temática distópica de las novelas is actually in sci-fi the foreground (or dri- ving force behind total creation)” (citado en reincide propiamente en el posicionamiento 6 político del género (es decir, en el lugar que Moylan 5). En el caso de estos dos libros, el ocuparían dentro del establishment). Y este “escenario” en el que se desarrolla la acción posicionamiento, al igual que ocurre en sus principal (Moylan 6) se ha traducido gráfica- homólogos utópicos, es intrínsecamente po- mente a la forma en que se presenta la infor- lítico. Pese a todo lo anterior, y volviendo de mación en cada página. El mundo distópico nuevo a Jameson, es necesario recordar que no se describe, como suele ocurrir en la cien- tanto dicho posicionamiento como la popu- cia ficción tradicional, sino que queda absor- laridad y el valor literario de la ciencia ficción bido por la estructura visual que da acceso al como género han sido permanentemente contenido y a la trama de las novelas. En Cero cuestionados y considerados ambiguos desde absoluto y en Alba Cromm, toda suerte de ele- un punto de vista estructural: mentos gráficos y materiales externos crean una amalgama contemporánea de imágenes visuales y texto que, si bien fuera concebida [W]hen we formulate the topic in digitalmente, se impone en los límites de un terms of the fate of Utopia, of its fu- libro, prescindiendo del rol del narrador o re- ture, or better still its relationship to our future, all the old ambiguities of lator. La distopía, por lo tanto, no sólo se ex- form and content resurface and it is presa en estas obras a través de mecanismos no longer clear whether the future we narrativos, sino que además aparece dentro have in mind is the future of a liter- de la forma visual de estos objetos electróni- ary genre, so often pronounced dead cos impresos. La distopía surge de la relación 244 Letras Hispanas Volume 11, 2015 productiva entre el código y los elementos libros Writing Machines (2002), My Mother impresos, es decir, a partir de su remix. A su Was a Computer (2005) o Electronic Litera- vez, para poder interpretar plenamente esta ture: New Horizons for the Literary (2008) cuestión dentro de su solidez política, pro- son esenciales para entender la dinámica de pongo explorar estas novelas desde una pers- las obras born-digital. Es posible que lo más pectiva combinada que tenga en cuenta tanto interesante, no obstante, sea que sus estu- una perspectiva sociológica amplia sobre la dios digitales se desarrollan como un diálogo literatura electrónica y la ciencia ficción (es con la publicación impresa. En este sentido, decir, en lo que respecta a la forma y la temá- se comprende que la publicación impresa tica de estas novelas), como su dinámica en el no es un “monolithic or universal term but plano del establishment cultural. a word designating many different types of media formats and literary practices” (Ha- yles y Pressman xiii). Además, hay que seña- Distopía formal: Interfaz impresa lar que estas prácticas han cambiado en los como metáfora digital últimos veinte años. La publicación impresa ya no es la forma más comúnmente utilizada en los países desarrollados para comunicarse El concepto metafórico de interfaz o informarse de acontecimientos relevantes, como pátina estructural que separa el mero noticias de actualidad o la situación general “texto de trabajo” del lector puede servirnos en la que se encuentra el mundo. Justo por para abordar un primer enfoque de estudio esta razón, Hayles y Pressman insisten en que que explore la traducción de la pantalla elec- “print practices remain vitally important in trónica a la publicación impresa en las nove- exerting cultural and artistic influence, in- las Alba Cromm y Cero absoluto. Esta interfaz cluding contemporary contexts, where their metafórica incluye ejemplos de narrativas vibrant and robust interplays with digital me- gráficas que imitan plataformas web y pro- dia are producing new print forms” (xiv). Ci- gramas de software, trasladándolos al medio tan el trabajo de Jonathan Safran Foer, Steven de impresión. Por ejemplo, en Alba Cromm, Hall y Mark Z. Danielewski como ejemplos una gran parte del texto se presenta como de novelas que emergen de la dialéctica entre capturas de pantalla de salas de chat y clientes formatos. Según sus observaciones, la com- de correo electrónico, mientras que en Cero binación de soportes digitales e impresos en absoluto se reproduce la interfaz digital de un estos textos debe tenerse en cuenta de mane- mundo dirigido por máquinas de realidad ra comparativa para alcanzar la comprensión virtual. total de dichas obras. Al analizar la superficie de un libro Si bien la revolución digital ha converti- como interfaz, observamos que la propia do esto en un fenómeno de dimensiones glo- publicación impresa se presentaría como un bales, las manifestaciones impresas de estas medio, difiriendo en tanto que plataforma novelas sitúan en primer plano “[the] aware- de cualquier equivalente digital vinculado a ness that national, linguistic, and genre cate- una pantalla. Aunque puede resultar paradó- gories (typical classifications for text-based jico, este enfoque centrado en el soporte se disciplines) are always already embedded in asemeja al sugerido por N. Katherine Hayles particular material and technological prac- y Jessica Pressman en su reciente antología tices with broad cultural and social implica- Comparative Textual Media: Transforming tions” (x). Al margen de su participación en the Humanities in the Postprint Era (2014). categorías formales universales, el trabajo El trabajo de Katherine Hayles sobre litera- realizado por Mora y Fernández debe anali- tura electrónica ha configurado el campo zarse, por tanto, desde una óptica diferente, tal y como lo concebimos hoy en día, y sus tanto nacional como contextual, destacando Alexandra Saum-Pascual 245 las condiciones particulares de la literatura y La publicación impresa como medio, según la cultura hegemónicas en España. lo destacado en este ensayo, debe entenderse Por otro lado, la naturaleza multime- como parte de una red cultural más amplia dia de los contenidos alojados en la Web nos que participaría en un bucle infinito de re- obliga a consumir de manera simultánea re- contextualizaciones, nuevas combinaciones y presentaciones de medios diversos, a las que adaptaciones estéticas. se accede mediante una interfaz sujeta a una Además de la remediación propiamen- única pantalla. Es tentador, como reconoce te digital, no habría que olvidar el giro pos- Kirschenbaum, concebir esta pantalla como moderno hacia el collage y el fotomontaje, sinécdoque principal para las distintas expre- así como el posterior desarrollo de medios siones multimedia que nos ofrece el ordena- mixtos, que aparecieron en primer lugar en dor, ocultando así sus respectivas especifici- las artes visuales del siglo pasado, antes de dades (34–35). Alba Cromm y Cero absoluto, extenderse a la mayoría de medios hoy pre- analizadas como objetos electrónicos impre- dominantes gracias a la cultura de masas. En sos, desafiarían esta concepción gracias a su su obra Remix Theory, Eduardo Navas explica énfasis en la materialidad del libro. El bucle cómo el concepto de sampling o muestreo ha- recursivo que se establece en estas obras al bría que vincularlo, en sus orígenes, específi- comparar las propiedades materiales del camente a la música de los 70, aunque debi- medio y su contenido digital, nos permite do a la generalización del uso de tecnologías escapar la pantalla como fuerza de homoge- informáticas, a finales de los 90, el concepto neización al incidir, precisamente, en las par- de remix (como remezcla) ya habría sido ticularidades de cada medio. adoptado por la totalidad de medios y prác- En un nivel superficial, habría que di- ticas artísticas contemporáneas (65).7 A obje- ferenciar algunos elementos particulares que tos de este estudio, definiremos brevemente están presentes en la recontextualización o, el término remix como obra de arte u obje- para usar el célebre término de Bolter y Gru- to mediático que ha sido alterado al añadir, sin, la “re-mediación” de algunas de carac- eliminar o modificar sus componentes origi- terísticas digitales al texto impreso. Bolter y nales. En un primer momento, una obra de Grusin acuñaron el término de remediación remix habría estado compuesta por “samples” para referirse a la representación de un medio o muestras de obras ajenas.8 Actualmente, en otro (45). En este caso, se ha considerado esta práctica está tan extendida que la esté- oportuno utilizarlo, de manera más o menos tica del corta-pega se ve reproducida incluso libre, para explorar la idea de la recursión de la cuando el artista presenta la yuxtaposición de pantalla a la publicación impresa, tal y como elementos de creación propia. Las caracterís- lo concebimos en este estudio. Si bien ellos ticas funcionales del remix (yuxtaposición, defienden que el término remediación es una variación, elipsis, etc.) se mantienen incluso característica que define a todos los nuevos cuando las fuentes originales no siguen las medios digitales en su esfuerzo por acceder o apropiaciones tradicionales del remix, siendo reproducir lo real (45), también se aseguran así intrínsecas a la adaptación de la retórica de evitar cualquier clasificación temporal de digital a la publicación impresa.9 “nuevo” vs. “antiguo.” Su propuesta es una Como sucede con la mayoría de las in- terfaces gráficas digitales, Alba Cromm y Cero genealogy of affiliations, not a linear absoluto incluyen una combinación (remix) history, and in this genealogy, older de texto e imágenes. Laura Borràs ha deno- media can also remediate new ones… No medium, it seems, can now func- minado a este tipo de objetos combinados tion independently and establish its “icon-books” [libros iconos] (171–72), mien- own separate and purified space of tras que Vicente Luis Mora se ha referido a cultural meaning. (55) estas páginas como “pant-páginas,” término 246 Letras Hispanas Volume 11, 2015 creado por la unión de las palabras pantalla los entornos virtuales gracias al desarrollo de y página (lectoespectador 109). Mora ofrece una avanzada tecnología de realidad virtual. una lectura problemática de estos dos obje- En un momento histórico en el que vivimos tos, pantalla y página, pues al considerarlos una verdadera obsesión por la información, intercambiables se socavarían las especifici- la estructura particular de este libro se pre- dades de cada medio, alterando indudable- senta como una recopilación de artículos de mente su materialidad y ontología. Borràs, periódico, entrevistas, columnas y folletos, por su parte, al hablar sobre el libro-icono, en los que se trata la eclosión de la realidad intenta encontrar una definición de textuali- virtual (RV) y el terrorismo. Curiosamente, dad que se aleje de lo material del libro como en el mundo tecnológicamente avanzado de objeto (que ella considera una tecnología en Fernández, no se representa Internet como sí), apartando el texto presentado como sig- un medio de información, a pesar de que una nificante y definiéndolo como “the network potente red de RV conecta a toda la población of mental representations that an individual del mundo. La información se obtiene a tra- reader constructs during the activity of rea- vés de medios materiales como las páginas de ding: the text as a mental construction (the periódicos, panfletos, imágenes y otros “do- level of the signified)” (140). El significado cumentos históricos” que se reproducen en de esta construcción mental puede verse al- el libro con un realismo asombroso. No obs- terado por prácticas de lectura colectiva, al tante, la incredulidad del lector nunca queda referirse al texto como objeto simbólico, en suspendida, ya que los materiales impresos lugar de como encarnación material real, que (junto con un par de cuentos breves que apa- es lo que propongo en este estudio. No quie- rentemente no están relacionados) quedan ro decir con esto que los objetos electrónicos despojados de sus contextos originales y son impresos sean exclusivamente materiales, ce- vinculados a un libro, con cubiertas e impre- rrados a múltiples lecturas simbólicas, pero so en blanco y negro. La lectura conjunta de insisto en que cualquier lectura individual (o todos los elementos combinados nos permi- colectiva) que permitan tiene su origen en la te comprender la realidad que hay detrás de comprensión recursiva de su forma material. Cero absoluto. Todo el libro es una cuidadosa En lo referente a la forma de estas novelas en representación de diseño gráfico insertado en cuanto remediación de interfaces digitales, las competencias electrónicas y los contex- hay que destacar la emergencia de la disto- tos que ofrece el ordenador, a la vez que se pía a través de una yuxtaposición de ambos presenta impreso en una especie de Konvolut medios. Como he propuesto, Cero absoluto y temático cuya lectura íntegra se interpreta Alba Cromm no solo tratan sobre temas dis- como un universo completo (distópico) de tópicos: su remediación de la pantalla a la ciencia ficción. publicación impresa es distópica en sí misma. El homenaje de Fernández al género fantástico evidentemente no es nuevo; los temas, los escenarios y los personajes recuer- Cero absoluto como remix dan a obras de ciencia ficción icónicas, desde cultural el cuento gótico La araña de Hanns Heinz Ewers hasta las obras canónicas de J.G. Ba- llard, H.G. Wells, Philip K. Dick y el cyber- En 2005 Javier Fernández escribe Cero punk de William Gibson.10 Incluso películas absoluto, un objeto narrativo sobre un mundo como Matrix están incluidas en este remix de dominado por una enigmática empresa en- historias distópicas clásicas que describen la cargada de gobernar todas las interacciones pérdida de la subjetividad individual en me- humanas, que han pasado del plano físico a dio del desarrollo incontrolable de las nuevas Alexandra Saum-Pascual 247 tecnologías. Por tanto, para que este remix mundos o de Matrix, sino que hace referencia funcione, el reconocimiento de un texto pre- a ciertas estructuras narrativas, arquetipos li- existente (o código cultural) es esencial. Na- terarios, así como a la mirada de los cómics, vas afirma que cualquier “remix will always los periódicos y los panfletos en términos rely on the authority of the original compo- de discurso intertextual, realzando de forma sition, whether in forms of actual samples, or esencial la impronta de la crítica y de la litera- in form of reference (citation)” (67), ya que el tura distópica clásica en la novela. poder de su significante depende de un nivel Los estudios sobre distopía señalan que meta de reconocimiento. “This implies that el género tiene “[the] ability to reflect upon the originality of the remix is non-existent, the causes of social and ecological evil as therefore it must acknowledge its source of systemic. Its very textual machinery invites validation self-reflexively” (67). Es necesario the creation of alternative worlds in which que las fuentes sean reconocibles, incluso en the historical spacetime of the author can be los casos en los que el autor de un remix no re-presented in a way that foregrounds the haya sido capaz de enmarcar su trabajo de tal articulation of its economic, political and forma que las fuentes sean reconocibles (lo cultural dimensions” (Moylan xii). Tom Mo- que posiblemente contradiga ciertos códigos ylan explica que la interrogación distópica éticos respecto a la propiedad intelectual). A comenzó a intensificarse cuando el aparato falta de citas o referencias, pero con el uso del Estado moderno (en la Unión Soviética, la de fundamentos ajenos explícitamente reco- Alemania nacionalsocialista, los estados del nocibles, “the viewer finds the seed of a pre- bienestar socialdemócratas y las oligarquías existing history that is inaccessible” (Navas de derecha) fue señalado como motor princi- 118), lo que es esencial para la comprensión pal de alienación y sufrimiento. No obstante, global de la obra. Las propiedades del remix poco a poco los autores comenzaron a con- son especialmente significativas en los estu- siderar la sensibilidad crítica distópica más dios de ciencia ficción porque allá de la tecnología y el Estado autoritario, virando hacia las imbricaciones particulares what uniquely characterizes this genre de la economía y la cultura alcanzadas por el is its explicit intertextuality: few other capitalismo, que a la vez reducían el potencial literary forms have so brazenly af- y la complejidad de la humanidad y de la Tie- firmed themselves as argument and rra en sí misma. counterargument. Few others have so Desde una perspectiva sociológica si- openly required cross-reference and milar, Fredric Jameson considera que la con- debate within each new variant: who solidación del mercado mundial emergente can read Morris without Bellamy? Or indeed Bellamy without Morris? So it es la clave para comprender la evolución de is that the individual text carries with los subgéneros utópicos y distópicos. La pre- it a whole tradition, reconstructed and ocupación previa con respecto a necesidades modified with each new addition, and materiales esenciales (derechos fundamen- threatening to become a mere cipher tales como la alimentación, la vivienda, la within an immense hyper-organism… medicina, la educación y el trabajo, toda la (Jameson 2) desigualdad social y económica causada por el capitalismo) y a la naturaleza de la orga- Lo que vemos en Cero absoluto puede nización infraestructural de la sociedad ha entenderse como un remix que actúa como sufrido modificaciones desde la irrupción del ejemplo de “referencia cultural,” reciclando capitalismo neoliberal, “whose content seems una estructura que resulta familiar en lugar itself to bifurcate between faceless conspira- del contenido per se (Navas 78). Fernández cies on the one hand (rather than the great no corta y pega extractos de La guerra de los dictator of yesteryear) and the cyberspace of 248 Letras Hispanas Volume 11, 2015 business innovation and its commodification Cromm (2010) de Vicente Luis Mora, repro- of consumption” (Jameson 210). duce, mediante su remediación al libro, la Cero absoluto reflexiona sobre estos forma de lo que podríamos considerar como temas distópicos y demás referencias cultu- una evolución futurística (y degenerada) de rales (remezclados temáticamente) cuando la revista Playboy: Upman: La revista para describe cómo la empresa de RV encargada el hombre de hoy. El “Dossier especial, caso de gestionar la red de comunicaciones más Alba Cromm” de Upman estructura la nove- importante del mundo cae en manos de un la y dentro de él encontramos inquietudes ya grupo terrorista, provocando la destrucción familiares sobre la obsolescencia del Estado y material de la Tierra y de su población activa. de otras instituciones organizativas concebi- Al final, descubrimos que este grupo terro- das para gestionar la vida de los ciudadanos. rista está formado por una serie de criaturas Más allá del dossier, Alba Cromm nos cuenta monstruosas creadas a partir de experimen- dos historias. En primer lugar, en lo que po- tación biotecnológica descontrolada. Des- dríamos denominar el nivel mimético, la no- de una perspectiva extradiegética, la forma vela narra la historia de la subcomisaria de la experimental de la novela, no obstante, nos Policía Nacional Alba Cromm y su obsesión obliga a mirar más allá de estos temas para personal por detener a un peligroso hacker y contemplar la forma en que el libro integra pederasta que usa Internet para sus delitos. los diferentes materiales y fragmentos de la Una vez descubierta su identidad, el supues- historia. Como he dicho anteriormente, el to delincuente revela no ser nada más que un cuerpo del libro es la única estructura que niño, lo que parece parodiar ciertas obsesio- mantiene unida la novela, lo que constituye nes enfermizas de hoy en día con respecto a un remix formal doble en sí mismo: combina la seguridad en Internet. En segundo lugar, la muestras de diferentes materiales y remezcla novela nos presenta el mundo de Upman, la lo que entendemos como “libro.” Es nuestra revista que se hace eco de este caso criminal. lectura de forma conjunta y organizada de es- Upman no aparece en el plano narrativo del tos materiales lo que nos permite descubrir caso Alba Cromm propiamente, sino que se conexiones subterráneas, vínculos cercanos a presenta a través de la estructura de la página, lo que identificaríamos como argumentales, integrando su existencia a un nivel extradie- lo que convertiría esta obra en una narrativa. gético. En esta compleja jerarquía narrativa, Sin esta lectura “en forma de libro,” estructu- la revista Upman se desarrolla en un limbo rada por nuestra concepción libresca (linear, estructural, intra y extra textual: dentro de la unificada, secuencial, temporal, etc.), conta- novela Alba Cromm, pero fuera de lo que se- ríamos únicamente con una recopilación de ría el “dossier especial” (aunque éste también elementos, una base de datos: es su yuxtapo- sea a su vez parte de la revista). Upman, se sición y remediación en la publicación como construye así como marco que abrazaría todo libro impreso lo que permite que emerja la aquello inscrito en las páginas del libro que historia narrativa. tenemos en la mano que, una vez dejada atrás la portada, pasarían a ser también páginas de Alba Cromm como interfaz re- esta curiosa revista. Como obra de ciencia ficción, el marco de lectura en el que se pu- mediada blicaría la futura Upman (proyectada sobre un futuro imaginario respecto al presente del De igual forma, dos años después de lector) se nos presenta como un espacio tem- que explotara la burbuja inmobiliaria que poral ambiguo en el que coexisten el “pasado” provocase una crisis financiera mundial que donde supuestamente se habrían producido dejase al descubierto la dependencia global los casos de pederastia cubiertos por su re- en economías “virtuales” o sistémicas, Alba portaje central, y el presente de publicación de Alexandra Saum-Pascual 249

Upman. Ninguno de los dos momentos (el fu- publicaciones sensacionalistas y chovinis- turo en el que se publica la revista y el pasado tas. Upman abre una ventana al pasado de la sobre el que se reporta) parece corresponder novela en la que se produce el caso de Alba exactamente con el presente del lector. Sobre Cromm, en el que casi reconocemos nuestro ellos, además, planeando de manera extradie- presente como digo, mientras que traslada al gética por encima tanto de la voz del dossier lector de la revista a su futuro distópico, un fu- de la revista como del resto de periodistas y turo que se vislumbra al nivel supradiegético sus reportajes, nos encontramos una vez más (y gráfico, pues no es narrativo) que también con una última voz (supra)editorial. Invisible podemos denominar de forma productiva como aquella que diera forma al libro en el como “interfaz.” Contemplamos los infor- caso de Cero absoluto, aquí vemos una fuerza mes policiales y los casos de abusos sexuales encargada de dar formato a la revista y a su virtuales con la mirada distante del lector de relación con la estructura del libro que, en úl- la revista, y somos capaces de reconstruir el tima instancia, nos conduce a la comprensión punto de vista hegemónico correspondiente integral de la revista como novela. Es aquí, uniendo las diferentes secciones que ofrece preciaste, donde encontramos la fugaz huella la interfaz de Upman (columnas de opinión, distópica de un presente que se desvanece. entrevistas, anuncios, etc.). A partir de ahí, a nivel de supranarra- Tradicionalmente las incursiones de la dor o editor, esta novela tiene una estructura ciencia ficción en el futuro se han observado similar al texto de Fernández: Alba Cromm se como la recreación de “otro lugar,” un mundo despliega como una colección de diferentes distinto al presente empírico del autor. Aun- materiales (artículos, entrevistas, anuncios que ambientada en el futuro, sin embargo, “la publicitarios, etc.), aunque no todos parecen ciencia-ficción, como toda literatura, trata del estar relacionados directamente con el dos- presente del autor y del presente del lector, sier de Cromm. El libro combina fotografías y que no siempre están en sintonía” (Moreno gráficos, con diferentes fuentes y cuadros tex- 10). La relación entre esta representación del tuales que imitan la interfaz de blogs y pro- presente en el futuro y viceversa puede expli- gramas de chat, entre otros. Por otra parte, en carse a través del concepto de “huella” (trace) lugar de reproducir formalmente la aparien- de Paul Ricoeur, como propone Jameson, su- cia de una revista, Alba Cromm incorpora una poniendo que la utopía (y distopía), que tiene capa adicional de incredulidad al moldear to- una proyección en el futuro o en el plano de lo dos los elementos en un libro, destacando la irrealizable, existiría en el presente solamente importancia de la encarnación material del como deseo o fantasía. La huella, por tanto, “texto” en el cuerpo de un libro de tamaño tendría una consistencia híbrida, anfibia: cuartilla.11 Nuevamente podemos observar que el alcance total de la historia surge de la The aporia of the trace is to belong to lectura combinada de imágenes y texto. Por past and present all at once, and thus tanto, su particular distopía emerge, no tan- to constitute a mixture of being and to del mimético “caso Alba Cromm” (cuyos not-being quite different from the eventos habrían sucedido en un momento traditional category of Becoming and pasado frente al futuro distópico en el que se thereby mildly scandalous for analyti- publicaría Upman, situando dichos eventos cal Reason. (Jameson xv) casi en el momento contemporáneo del lec- tor de la novela), sino a través de la supra- Las proyecciones de la ciencia ficción en el construcción de esta revista de ficción, como futuro, ya sean de naturaleza utópica o distó- sugerí anteriormente, lo que reflejaría el tipo pica, combinan el plano hipotético del futuro de mundo futuro que produciría este tipo de con una existencia textual en el presente.12 250 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Teresa de Lauretis describe el proceso de Benjamin explicó cómo una creciente clase trabajo del lector a través de ese “otro lugar” media de finales del siglo XIX renegaba de espacial y temporal del texto como una acti- la experiencia frente a la búsqueda de “in- vidad que implica recordar, asociar, oponerse formación” gracias a la prensa que se había o realizar descubrimientos inesperados (165). convertido en uno “of the most important Es la lectura, por tanto, que se presenta como instruments in fully developed capitalism” “aventura dentro de la mente” y no del texto, (88), mientras tomaba control del resto de la que nos lleva a una revisión de nuestras re- materiales. Esta crisis de la experiencia está laciones sociales, espaciales y temporales. Las relacionada con un efecto de disminución del andanzas distópicas tradicionales realizan un poder de la narración retirada de su entorno giro adicional en el caso de Alba Cromm, ya físico (de la oralidad cara a cara) siendo así que el lector necesita no sólo desplazarse en- desplazada al mundo alejado y estático de la tre el significante del texto y el significado del prensa escrita. En otras palabras, la narración “otro lugar” del imaginario global del “caso se habría perdido en las publicaciones impre- Alba Cromm,” donde Internet y, por tanto, sas producidas de forma masiva, dónde sólo el mundo están controlados por pedófilos y permanecería ya la información. bots de IA, sino además presuponer que es Lo que vemos en el trabajo de Fernán- miembro de ese mundo futuro en el que la dez y Mora podría explicarse, a su vez, como comunicación escrita participa dentro de esta una radicalización de esta situación, en la que elaborada distopía gráfica. Este lector asume casi un siglo más tarde, la experiencia desa- la subjetividad de alguien preparado para leer parece del entorno físico en pos de la expe- las imágenes y el texto presentado en el libro riencia mental de Internet (a través de salas de Mora, a la vez que extrae la huella de la de chat y sitios de porno online en el caso “historia” recogida en esta interfaz impresa.13 de Alba Cromm, y la omnipresente realidad virtual de Cero absoluto). No obstante, la ca- racterística más llamativa de estas dos obras Narradores interfaz, parte I: no es lo que nos cuentan de esta situación, Conectando los puntos sino cómo nos la cuentan, ya que la separa- ción de la experiencia parece ir más allá de la propia historia, tomando el control de toda la Lo que estas dos novelas de principios estructura narrativa mediante la eliminación del siglo XXI exponen en su preocupación del papel de “relator” por completo. Ambos por los cambios en las formas de comunicar y objetos se basan en lo que he denominado en transmitir nuestra experiencia humana en la este ensayo “narrador interfaz” o supraeditor, era de Internet es asombrosamente similar a ya que los fragmentos de información nunca los planteamientos de Walter Benjamin sobre están unidos entre sí por la voz guía de un na- la desaparición de la narración (storytelling) a rrador que, tradicionalmente, sería el encar- principios del siglo pasado: gado de dar sentido a los datos que se relatan. La información, en forma de párrafos, foto- One reason for this phenomenon grafías y gráficos, se deposita en la página, is obvious: experience has fallen in cortada y pegada en el espacio textual, crean- value. And it looks as if it is continu- do un campo semántico de conocimiento que ing to fall into bottomlessness. Every el lector tiene que volver a recomponer: un glance at a newspaper demonstrates that it has reached a new low, that our remix textual y gráfico de información. Los picture, not only of the external world argumentos y materiales multimedia apropia- but of the moral world as well, over- dos por las novelas crean un remix literario night has undergone changes which que se impone a sí mismo en las fronteras del were never thought possible. (84) “libro.” Los cuadros de texto de información Alexandra Saum-Pascual 251 yuxtapuesta sólo son posibles a través de la literaria española. Retomaré esta idea en la creación de estos textos electrónicos en un conclusión, pero por ahora me gustaría hacer ordenador. La correlación subterránea entre hincapié en que la remediación digital sitúa a todos los materiales emerge en el primer pla- estas novelas en la intersección de dos tipos no por su desplazamiento en la publicación de cultura (la cultura impresa frente a la cul- impresa, gracias a la remediación de sus in- tura de Internet), girando en torno a la figura terfaces digitales. del autor y al papel de “editor” que el narrador Una particularidad inmediata de esta recibe en estas historias. remediación superficial explica el modo en El tipo de narrador interfaz que des- que la simulación de estas “interfaces” sobre cribo en este ensayo puede entenderse como la página de papel inhibe la profundidad de la un DJ que “samplea” diversos elementos; su literatura electrónica respaldada por código mano siempre presente pero nunca visible. El en una pantalla: remix, como técnica, debería permitir teóri- camente la denominada “muerte del autor” Unlike ink on paper, the digital text y la consiguiente obliteración de la función does not adhere permanently to the de autor. Según Navas, la apropiación del re- screen itself. It is stored as code, and mix, según se ha implementado en el mini- prior to its execution, it is not yet on malismo, conceptualismo y la performance the screen but rather bound for the contemporánea, se basa en discursos de au- screen… [t]he stored files of digital toría en términos de textualidad (136). Esto texts are illegible to human readers; on their way to the screen—the inter- explicaría por qué los artistas de los nuevos face through which they are written medios de principios de siglo habrían rei- and read—the computer processor vindicado su vinculación con estas mismas interprets these texts and reassembles prácticas artísticas, a la vez que comparten them into human-readable symbols. los conocimientos de las estrategias de re- (Zuern 260) mix. “New media practice is, so to speak, a ‘mashup’ of aesthetical approaches in art Lo que implica la remediación impresa production that question authorship” (Na- de estos textos es un allanamiento de esta di- vas 137). Por tanto, parecería que estos dos mensión electrónica, fijando la interfaz como libros electrónicos impresos debieran ubi- producto final único, accesible e inalterable, carse dentro de las prácticas culturales del mientras que al mismo tiempo se enfatiza la remix que diluyen la figura de autor creativo existencia de esta “interfaz de rearmado” que, (o experto). No obstante, como he tratado de en el caso de estas dos novelas, adquiere un explicar, la eliminación del “relator” en estos nuevo significado productivo. Una posible dos casos de literatura electrónica impresa re- explicación al hecho de buscar un producto sulta paradójica. En lugar de eliminarlo, Alba “fijo” y controlado puede estar relacionada Cromm y Cero absoluto, en su uso recursivo con la reacción al tratamiento temático de de técnicas retóricas de remediación y remix, las tecnologías digitales dentro de las pro- revelan una consideración inquietante acerca pias obras de ficción. Alba Cromm culpa a de las estructuras invisibles de conocimiento las redes sociales y a otros mecanismos de actuales donde una fuerza narrativa, oculta e vigilancia y comunicación en Internet de la inaccesible, se esconde detrás de la “interfaz” proliferación de deseos perversos, mientras reconocible y fiable de un libro, o incluso de que Cero absoluto expone los peligros de la una revista dentro de un libro. dependencia de lo virtual en detrimento de El papel del lector frente a estos frag- nuestros cuerpos y de la Tierra, entre otros mentos organizados mediante estructuras in- temas. Otra forma de verlo, no obstante, sería visibles pero reconocibles a su vez es, en cierto leer los libros como una reacción a la escena sentido, similar al “principio de parsimonia” 252 Letras Hispanas Volume 11, 2015 que el poeta Ron Silliman adopta a partir de Narradores interfaz, parte II: La la lingüística y que Red al descubierto converts the latency of the text and the ideological dimensions of presup- La remediación al papel de pantallas de position into actual Envisionment, ordenador en estas novelas pone de manifies- combining frames always to a maxi- to la forma en la que trabajamos en la Web. mum of unification with a minimum of effort. (115–16) Al extraer y añadir información de cualquier fuente, la práctica del remix digital apunta ha- En otras palabras, explica que el lector cia un deseo de democratización de las prác- u oyente siempre intenta integrar esquemas ticas de escritura y comunicación, que ahora que no le son familiares en una estructura co- se ven asociadas a formas de trabajo colabo- nocida más amplia imaginando semejanzas rativo en medios digitales entre personas que entre ambas. “The Parsimony Principle is the no son expertas, así como a movimientos de process through which, to adopt the termino- base y a la defensa del procomún. En su libro logy of Alan Davies and Nick Piombino, we más reciente, Networks of Outrage and Hope: ‘connect the dots’” (116). La inquietante reve- Social Movements in the Internet Age, Manuel lación de la obra de Mora y Fernández es que Castells otorga a la comunicación en Internet el lector no está solo a la hora de conectar los una capacidad inherente de democratización puntos. La paradójica contestación contra la y empoderamiento. “By engaging in the pro- concepción de lectura como “acción” o “inte- duction of mass media messages, and by de- racción” con el texto, que estaría implícita en veloping autonomous networks of horizontal el principio de parsimonia de Silliman, entra- communication, citizens of the Information ría dentro de una falacia peligrosamente pro- Age become able to invent new programs for ductiva. Nos convencemos de que estamos their lives” (9). Castells considera que, aunque estableciendo conexiones entre esos “puntos.” el Estado sigue siendo la red predeterminada Asumimos de forma efectiva el peso del tex- para el correcto funcionamiento del resto de to a medida que nos sentimos desafiados por conexiones sociales, las redes de Internet son una disposición no tradicional de la informa- espacios de autonomía en los que la horizon- ción en la página. Sin embargo, la narrativa talidad es la norma (129). Esta horizontalidad resultante que emerge de las tramas del libro, controla, a su vez, al resto de figuras de auto- cohesionada en tanto nos cuenta “una histo- ridad que estructuran dicha red. Al ocupar el ria,” pone de relieve la existencia de ese poder medio digital y crear mensajes personales en invisible (tras los esquemas de remediación y las redes sociales, Castells cree que los usua- remix) sobre el que el lector avezado debe de- rios pueden subvertir las prácticas de comu- tener su mirada. El papel del narrador invisi- nicación existentes, otrora controladas por el ble como editor o compilador de información gobierno o las grandes empresas (9). En este se manifiesta a través de la recursión de la sentido, Castells sugiere que la revolución pantalla a la publicación impresa, señalando digital ha cambiado nuestras redes de comu- la paradoja que he planteado anteriormen- nicación, y que este cambio está detrás de la te entre alejarse de la narración tradicional aparición de los movimientos de protesta so- como forma de rechazar el establishment li- cial de 2011, entre los que se incluye el caso terario, pero seguir, todavía, respetando ine- especialmente relevante y paradigmático de vitablemente las relaciones de poder vigentes los indignados de España. y las ideas que versan sobre el autor como De forma similar, Mercedes Bunz reto- experto, que finalmente vuelve al libro como ma el movimiento por la Cultura Libre en In- fuente de cultura aceptable al considerar esta ternet que subyace a las prácticas de remix que “interfaz” como narrador oculto. rechazarían “the exclusivity of the expert as Alexandra Saum-Pascual 253 an effect of a former scarcity of knowledge ty- la ciencia fición en España ha sido siempre pically for the printing age” (28). Tradicional- una práctica marginal, excluida “from legiti- mente, el acceso al conocimiento había recaí- mate literature” (324, énfasis en el original): do en la figura del experto; “experts who take “There’s a feeling that ‘High Culture’ doesn’t their authority from knowing all the facts by accept sf. For people who think of themselves being more exclusively linked to a discourse as cultured, sf is just teenage crap” (Barceló than others. As the internet makes knowled- en Santoro 324). Pese al perjuicio económico ge and expertise available, the authority of the que la exclusión canónica ha causado a al- expert trembles” (28). Visto así, la horizonta- gunos de los autores y editores, esta postura lidad de la Web y el estado actual de sobre- marginal también podría verse como algo po- saturación de información restarían prestigio sitivo. Muchos fans (y autores) viven cómo- a las anteriores estructuras de conocimiento damente en su reducto, “satisfied to belong to supuestamente más limitadas. “The formerly an ‘exclusive’ club” (325). A lo que podríamos exclusive knowledge of ‘expertise’ has become añadir, que este es un club que rechaza, de abundant, often thanks to productive online forma voluntaria, el canon “legítimo” forma- collaborations” (28). Bunz también afirma do por figuras expertas de la hegemonía cul- que “the ‘knowledge gained by repeated trials’ tural. De esta forma, el rechazo se convierte to which the Latin word experentia once re- en una opción política de abstención en un ferred to [sic], can be downloaded from the establishment sumamente jerárquico, gracias internet” (28), lo que acaba con la autoridad a las prácticas horizontales que Castells aso- de los expertos, quienes “are swept away by ciaba a las redes digitales. the ever-expanding wave of knowledge that Así pues, ¿qué relación guarda lo ante- unfolds with the internet” (28). Esta misma rior con Alba Cromm y Cero absoluto? En las idea podría aplicarse a la figura del autor, dos novelas analizadas en este ensayo, pode- pero tal como reconoce la propia Bunz, hoy mos observar una interesante manifestación en día “not only our elite wavers. We all do… de desestabilización cultural. En consonancia [W]e all became experts” (28), lo que deses- con las demandas de emancipación del movi- tabiliza de forma desconcertante el equilibrio miento por la Cultura Libre de Internet, am- sobre el que se sostienen nuestras estructuras bas se embarcan en la búsqueda de un género de conocimiento. alternativo, no institucionalizado y ajeno a los Volviendo a las cuestiones anteriores cánones. Expresan la distopía a través del con- sobre el canon literario como estructura del tenido y la forma, remediando las caracterís- saber, resulta importante señalar cómo la ticas funcionales de estas liberadoras tecnolo- revolución digital también ha tenido un im- gías electrónicas y, a pesar de ello, se publican pacto significativo en la forma en la que se ha como libros. En última instancia, estas obras creado la ciencia ficción española. Desde los narrativas electrónicas parecen sumarse a la años 90, Internet ha ocupado el lugar prin- creencia hegemónica del “libro” como fuente cipal de encuentro del género en España, ya de conocimiento, cultura aceptable y estatus que pone a disposición de los fans un sitio de en el imaginario social español. Tal como ex- reunión fuera de los emplazamientos cultura- plica Raúl Minichinela, aunque Internet se ha les oficiales (Santoro 321). Aunque la llegada instalado en el estilo de vida español, de la Web ha obligado a los fans a abrirse más al público en general, y la ciencia ficción ha La visión oficial del mundo digital se ha anclado, en suma, en las pos- logrado una mayor visibilidad en el mercado turas mantenidas desde el principio: global, “in Spain, it is still impossible to be a la red como tecnología (“Tuenti es- professional sf writer” (Santoro 324). A pesar trena chat con vídeo”), como dinero de ser un género popular desde los años 50 (“Google incrementa su beneficio un gracias a las famosas novelas de a duro (321), 36 por ciento”), como complemento 254 Letras Hispanas Volume 11, 2015

a las prácticas bárbaras (“El asesino aquéllas, si acepta poner en crisis sus tenía un perfil en Facebook”) y don- recursos expresivos, aportando temas de el único ciudadano de interés es el y enfoques de que aquélla carece. (40) insigne en visita fugaz (“El Papa es- cribe su primer mensaje en Twitter”). La situación de la ciencia ficción en los már- (156–57) genes de la literatura, con esa supuesta capa- cidad ventajosa de modificar y ser modificada A este respecto, “Lo digital es un nivel por literatura más “seria,” la convierte en un inferior que frecuentan aquellos incapaces de género ideal para cuestionar no solo temas progresar hasta la imprenta” (155), e incluso tradicionales de la literatura (si existe tal en el caso excepcional de aquellos “chicos que cosa), sino también el modo de contarlos en publicaban canciones en la red y que ahora orden alfabético narrativo, lo que abre nuevas girarán tutelados por una multinacional…o posibilidades para relatar historias a través de los blogs que se editan en forma de libro— un tipo diferente de literatura electrónica. donde dije disco, digo lomo—La condición Tal como concluye Tom Moylan en su de la cultura de internet es que tiene que análisis de la ciencia ficción y la distopía, las abandonarla” (156). De este modo, la litera- historias de este género se han malinterpreta- tura electrónica en formato impreso, pese a lo do con frecuencia al considerarse que man- innovadora que puede resultar en un primer tienen una relación directa con la realidad momento, acaba adaptándose perfectamente empírica del autor, lo que otorga un trasfondo a nuestra forma hegemónica de concebir la mítico o metafórico al relato de la historia del cultura española. momento actual. Por la misma razón, la cien- Como he intentado explicar, tanto Cero cia ficción también se ha conceptualizado, no absoluto como Alba Cromm se pueden con- como una interpretación del momento actual, siderar exploraciones literarias contempo- sino como una forma de análisis del futuro. ráneas de prácticas de escritura en formato Como se puede leer en las obras de Mora o electrónico e impreso. Ambas obras yacen en Fernández, su forma de satirizar el género y su la frontera entre estos dos espacios e introdu- compleja escritura a través de estructuras na- cen en sus códigos dos estrategias principales rrativas de remediación y remix no se pueden de los medios digitales: la remediación y el incluir en ninguna de estas interpretaciones. A remix, creando así un nuevo tipo de estética diferencia de las interacciones sin mediación literaria. En lo que respecta a la naturaleza con el presente, estas dos obras persiguen una de las historias plasmadas, sería insuficiente compleja implicación dialogística en nuestra hablar de ellas como simples obras de ciencia concepción de la temporalidad, la historia y ficción, a pesar de la imprecisión del propio las tradiciones literarias. término. Al referirnos a la clasificación de la El análisis de ambas obras nos permite ciencia ficción dentro de la literatura españo- explorar los cambios mencionados anterior- la, Luis Núñez sigue la línea de Pablo Capan- mente. Siguiendo el doble análisis propuesto na en sus conclusiones sobre el género: al principio de este ensayo, en términos de contenido, las distopías Alba Cromm y Cero entendemos que la s-f no es ente- absoluto nos hablan de la creciente descon- ramente una literatura, pues se ha fianza hacia la tecnología y el neoliberalismo, desarrollado al margen de las gran- junto con el miedo a la pérdida de la subjeti- des corrientes literarias, y con metas vidad individual de la clase media, obtenida distintas, aunque puede fecundar a paradójicamente a través del progreso previo Alexandra Saum-Pascual 255 del capitalismo. En la obra de Fernández, el Conclusión: La literatura elec- desarrollo descontrolado de las tecnologías de realidad virtual aliena a la población mundial trónica y el establishment cul- hasta el punto de su erradicación. En la no- tural español vela de Mora, la incomprensión entre inmi- grantes y nativos digitales acaba en la perver- sión del deseo sexual. Desde el punto de vista Como hemos visto, la remediación im- formal, ambas novelas también anticipan un presa de la Web y de otras funciones electró- giro muy interesante en nuestro paradigma nicas en estas obras, así como su especial uso literario y en lo que consideramos escritura del remix, conocido por ser el principal dis- aceptable (o, incluso, en lo que entendemos curso estético del movimiento por la Cultura como “libro”). Al analizar específicamente la Libre, sirve, en primer lugar, para expresar el posición del “autor” y del narrador dentro de rechazo hacia el tipo de literatura institucio- este doble marco electrónico e impreso, am- nalizada (tradicionalmente moderna y pos- bos defienden la redefinición de su objetivo, moderna, culterana según Vázquez Montal- a medio camino entre la “gestión de la infor- bán) que se produce y se elogia en España, al mación” y una narración más tradicional, su- mismo tiempo que funciona como un reflejo brayando asimismo otros aspectos relevantes recursivo de los tipos de tecnologías de los de la ontología textual y el lugar y la función nuevos medios que se utilizan para practicar del “libro” en el futuro de la escritura elec- esta crítica estética. Esto conduce a una inte- trónica. Como es obvio, todo esto aborda en resante paradoja: “se utilizan” nuevos medios última instancia cuestiones relacionadas con (como un planteamiento estético) para alejar- la autoridad y la autoría, que indudablemente se de la concepción hegemónica de cultura, han surgido a raíz del movimiento digital y pero a su vez la remediación impresa pone por la Cultura Libre que ha influido en estos de manifiesto las formas en las que la cultura escritores. Aunque aparentemente las redes legítima reconoce la literatura a través de la digitales se comportan de forma democrática figura del autor y del “libro.” Esta recurrencia y carecen de jerarquía, lo que estas dos no- da lugar a una ironía inevitable que refuerza velas electrónicas en formato impreso ponen el papel del autor como voz y dios, cuya pre- de manifiesto es que en el remix digital existe sencia está ahora intensificada por su oblite- una estructura subyacente que impone una ración. ideología, al igual que ocurriría en una narra- Evidentemente, la forma consensuada ción impresa tradicional. De forma más espe- de “hacer cultura” en España es directamente cífica, el tratamiento tan paradójico que se le opuesta a las prácticas de colaboración hori- otorga al narrador o relator en estas obras no zontal y de emancipación del conocimiento nos permitiría hablar de una verdadera erra- que trae consigo el movimiento por la Cultu- dicación de la figura del autor o experto, lo ra Libre de Internet, lo que prepara el escena- que dejaría los textos de Mora y Fernández rio para un nuevo tipo de sensibilidad cultu- a las puertas del movimiento por la Cultura ral. En lugar de seguir el discurso cohesivo de Libre de Internet, pero no dentro de él. Al las instituciones culturales a cargo del “filtra- utilizar una encuadernación y un formato do de lo válido” (León 90), de acuerdo con el impreso, Alba Cromm y Cero absoluto soca- proyecto de la España democrática, parecería van irónicamente la apariencia de un mundo que los ejemplos que se han propuesto en este utópico digital. ensayo de literatura electrónica innovadora 256 Letras Hispanas Volume 11, 2015 en España apuntan a nuevas líneas de eman- una verdadera revolución estética. Al limitar- cipación alejadas del establishment. Aunque se a una serie de directrices estéticas y políti- el género de ciencia ficción les permita per- cas establecidas por el mercado, los objetivos manecer al margen de lo que se considera revolucionarios de cualquier forma de escri- cultura válida, según la definición de León, tura tienen los días contados. La escritura Echevarría o Vázquez Montalbán, la vuelta a narrativa en una plataforma electrónica que una forma reconocida de lectura guiada por no participa productivamente del contexto el autor y su dependencia del “libro” dejan horizontal y democratizante que ofrece está entrever un fracaso del rechazo al canon es- tan limitada como la escritura electrónica que pañol y a su proyecto cultural. vuelve al formato impreso. Lo que podemos En el anteriormente mencionado ensa- observar en el caso de la escritura en España yo de 1998, Vázquez Montalbán analizaba las es que el problema retórico supera al medio. dos últimas décadas de escritura democrática Aunque el experimentalismo de Alba y especulaba sobre las entonces vías emergen- Cromm y Cero absoluto sugiere una vía de tes del experimentalismo, preguntándose si escape formal de la narrativa hegemónica, el un nuevo tipo de medio permitiría una pro- hecho de no haber liberado de forma adecua- funda revolución formal: “A pesar de inten- da su retórica “electrónica,” al no haber adop- tos experimentales renovadores, la literatura tado por completo las posibilidades de la red sigue fundamentalmente dependiendo de la digital, pone de manifiesto que ambas obras estructura material libro, estructura física y no son más que intentos frustrados de un a la vez económica” (180). Como estructu- verdadero rechazo al establishment cultural. ra material, el libro condiciona la escritura. Podríamos estar hablando de una evolución Como estructura económica, el libro ofrece de las prácticas de escritura, pero, lamen- la literatura como un producto al convertir- tablemente, no se trataría de una auténtica la en un objeto que depende tanto de la in- revolución. No obstante, y a pesar de lo que dustria como del mercado. Según la opinión esto suponga para nuestro futuro más o me- de Vázquez Montalbán, ambas condiciones nos utópico, las obras de Mora y Fernández se han favorecido la popularización de la litera- deben concebir como osadas investigaciones tura, pero también podrían haber puesto en literarias dentro del entorno virtual y social peligro la evolución literaria. “Si la literatura que nos rodea, parte de una coyuntura intere- se independizara del vehículo libro, ¿podría sante en la literatura contemporánea española abordar nuevos códigos? Si el ejercicio li- que merece nuestra atención crítica. Y, aun- terario no dependiera del sí o el no de una que se queden sólo en eso, no cabe duda de industria y del sí o el no de un mercado, ¿se que ambas son arriesgadas, inteligentes y, por favorecería otra literatura no dependiente de qué no decirlo, bastante divertidas. patronos y clientes? A juzgar por el fracaso de vehículos experimentales alternativos de lo literario, parece como si el libro como estruc- Notas tura física fuera una condición literaria indis- pensable” (180, énfasis en el original). 1“Literature in the twenty-first century is com- Veinte años más tarde, tras el auge de putational… [a]lmost all print books are digital la edición en formato electrónico, podemos files before they become books; this is the form in observar que Vázquez Montalbán se refería which they are composed, edited, composited, and simplemente a una transformación de la “pla- sent to the computerized machines that produced taforma” que estaba abocada al fracaso sin them as books” (Hayles Electronic 43). Alexandra Saum-Pascual 257

2Aunque estos estudios son minoritarios, en de producción editorial de género fantástico en los últimos años han aparecido trabajos como los España durante el año 2013,” un estudio llevado de Guillem Martínez con su concepto de la Cultu- a cabo por Literatura Fantástica, el sitio web so- ra de la Transición que se unen al trabajo de críti- bre ciencia ficción más importante y completo de cos como Ramón Acín, Eduardo Subirtas, Miguel España, respaldado por grandes y pequeñas edito- Cereceda o Manuel Vázquez Montalbán, quien ya riales. “Pese al contexto de crisis económica, con en los 80 y los 90 criticaban junto a Gregorio Mo- desafíos y oportunidades cruciales que exigen fle- rán, Teresa Vilarós, Eduardo Subirats, o Jo Labanyi xibilidad y adaptación al sector (libro electrónico) desde la academia norteamericana, el proceso de y la omnipresente amenaza de la piratería, que se una transición política que se vendió como modé- traduce en una notable disminución en el número lica a expensas de la despolitización del arte y la de novedades, ventas e, incluso, la desaparición de literatura. sellos y colecciones especializadas, el mercado es 3Si bien las categorizaciones generacionales suficientemente dinámico y atractivo para regene- suelen ser controvertidas, creo que existen ciertas rarse y atraer nuevo sellos, colecciones y revistas conexiones biográficas entre estos dos escritores y de género: Fantascy, Fata Libelli, Satori Ficción, Pa- el grupo Mutantes: nacieron en la década de los 70 labras de agua, Cuentos para Algernon y Presencia y, por tanto, son hijos de la Transición española que Humana Magazine nacieron durante el año 2013” siguió a la muerte del dictador Francisco Franco (Villarreal n.p). en 1975, y crecieron en los ecos que precedieron al 6“[R]eaders, used to the given world of munda- famoso “milagro español” o desarrollismo. Este pe- ne fiction, tend to overlay the fabulata… of science ríodo de crecimiento financiero que situó a Espa- fiction on top of that given world and see only con- ña como la novena economía más importante del fusion. They do not yet know the particular syn- mundo a principios de la década de los 70 (cuando tactical rules by which these fabulata replace, dis- comenzó la verdadera transición financiera espa- place, and reorganize the elements of the mundane ñola de la mano de los tecnócratas del Opus Dei), world into new worlds. All the practice they have coincidió con la denominada “revolución digital” had in locating specific areas of the given world que, en cierta medida, continúa en la actualidad. that mundane fiction deals with has given them no A pesar de que el uso generalizado de los ordena- practice at all in creating imaginative alternatives” dores y de Internet no se produjo en España hasta (Delany 524–525). mediado de los 90, estos escritores han demostra- 7Navas sigue a Lawrence Lessig al reconocer do una sensibilidad innovadora con respecto a las que la cultura contemporánea está determinada nuevas tecnologías: son la primera generación de por el remix, pero traspasa las consideraciones españoles que crecieron viendo la televisión y que de Lessig sobre los derechos de autor para fijarse recibieron la llegada de Internet durante sus años en cómo funciona la estética dentro de esta eco- universitarios. Curiosamente, la mayor parte de nomía política. Para más información al respecto, los miembros del grupo Mutantes se han formado se puede consultar The Future of Ideas and Remix: en disciplinas como la física, las matemáticas y las Making Art and Commerce Thrive in the Hybrid ingenierías y exploran en sus obras las fronteras Economy. entre la ciencia y la ficción (Sierra 30). 8Esto difiere ligeramente del collage literario 4Javier Fernández escribe frecuentemente en tradicional, como el collage característico de la La voz de Córdoba sobre nuevas tecnologías. Vi- postmodernidad, que estaría formado de referen- cente Luis Mora ha publicado extensamente sobre cias intertextuales a otros medios. El tipo de remix literatura y convergencia de medios; sus libros literario que nos interesa en este ensayo incorpora Pangea: ciberespacio, blogs y velocidad (2006) y El samples o muestras de otros tipos de medios y ac- lectoespectador (2013) son sólo dos ejemplos de es- tos por yuxtaposición, sin necesidad de trasladar tas relevantes publicaciones. diferentes medios al texto mediante referencia o 5Aunque la crisis económica en España parece descripción ecfrástica. que ha reducido la venta de libros y el número de 9A pesar de que el remix, definido como colla- títulos publicados, la literatura de ciencia ficción y ge o pastiche, existía antes de la revolución digital, las novelas de terror están experimentando una no- la digitalización lo ha convertido en la principal table expansión que empieza a poner de manifiesto expresión cultural de la era de Internet. La digita- el anacronismo del canon actual, tal y como se re- lización modifica la ontología de los medios ante- fleja en “Literatura Fantástica en cifras: estadística riores y, por tanto, requiere un enfoque semiótico 258 Letras Hispanas Volume 11, 2015 específico para dar cuenta de la singularidad de sus Borràs, Laura. “E-Literature in Bytes and in Pa- medios. per: The Digital Revolution in Contem- 10La araña de Hanns Heinz Ewers es funda- porary Literature from Spain.” Hybrid Sto- mental en Cero absoluto. Una de las principales lí- ryspaces: Redefining the Critical Enterprise neas argumentales es básicamente una versión del in Twenty-First Century Hispanic Literature, cuento fantástico de detectives de Ewers, en el que Hispanic Issues On Line 9 (2012): 138–77. una misteriosa mujer se “convierte” en araña para Red. 24 Feb. 2014. hipnotizar y asesinar a sus víctimas. La hipnosis en Bunz, Mercedes. The Silent Revolution. Nueva York: Cero absoluto se remodela como inmersión en los Palgrave Macmillan, 2014. Impreso. mundos de realidad virtual. Las obras de Ballard, de Lauretis, Teresa. “A Sense of Wa/onder.” The Wells o Dick, así como la obra de Gibson, Neuroa- Technological Imagination: Theories and Fic- mante, quizás el mejor ejemplo, también se basan tions. Eds. Teresa de Lauretis, Andreas Huys- firmemente en las representaciones de ciencia fic- sen y Kathleen Woodward. Madison: Coda, ción de los entornos de realidad virtual a través de 1980. 159-174. Impreso. la tecnología que pueden poner en peligro nuestra Castells, Manuel. Networks of Outrage and Hope: existencia biológica en el planeta Tierra. Social Movements in the Internet age. Cam- 11En un proyecto paralelo, Vicente Luis Mora bridge: Polity, 2012. Impreso llevó a cabo un experimento diferente de “escritura Delany, Samuel R. “Reading Modern American como diseño:” se hizo cargo del número 322 de la Science-Fiction.” American Writing Today. Ed. revista literaria Quimera y falsificó todo su conte- Richard Kostalanetz. Troy: Whitson, 1991. nido, creando una obra de ficción original. Esta 517-528. Impreso. obra, que podría considerare un hoax, no tiene Echevarría, Ignacio. “La CT: un cambio de para- ni personajes ni trama y, aunque realmente pueda digma.” CT o la cultura de la transición: Crítica leerse como una revista relacionada con diversos a 35 años de cultura española. Ed. Guillem temas sobre literatura contemporánea, todo su Martínez. Barcelona: Penguin Random House contenido es ficcional. Mondadori, 2012. 25-36. Impreso. 12Para saber más sobre el discurso filosófico de Fernández, Javier. Cero absoluto. Córdoba: Bereni- la “huella,” es recomendable consultar Time and ce, 2005. Impreso. Narrative, vol. 3 de Paul Ricoeur. Hayles, N. Katherine. Electronic Literature: New Ho- 13Y va más allá, la lectura completa de Alba rizons for the Literary. Notre Dame: U of Notre Cromm no se limita solo al “libro,” sino que permi- Dame P, 2008. Impreso. te una lectura transmedia suplementaria. El autor —. “Electronic Literature: What is it?” Electronic incorpora una serie de URL de blogs que supues- Literature Organization 1.0 (2007): n. pág. Red. tamente fueron escritos por los personajes Alba 25 Oct. 2013. Cromm y el reportero encargado de investigar el —. Writing Machines. Cambridge: MIT Press, caso. Estos blogs existen en el mundo del lector y 2002. Impreso. amplían la lectura de la novela a la Web, donde se Hayles, N. Katherine y Jessica Pressman. Compara- origina el argumento de ficción de la novela, des- tive Textual Media: Transforming the Humani- dibujando la separación entre personajes, autor y ties in the Postprint Era. Minneapolis: Univer- lector. Se recomienda consultar los sitios reporte- sity of Minnesota Press, 2013. Impreso. roramirez.wordpress.com y albacromm.bitacoras. Jameson, Fredric. Archaeologies of the Future: The com. Desire Called Utopia and Other Science Fic- tions. Londres: Verso, 2005. Impreso. Kirschenbaum, Matthew. Mechanisms: New Media Obras citadas and the Forensic Imagination. Cambridge: MIT P, 2008. Impreso. Benjamin, Walter. Illuminations. Trans. Harcourt León, Carolina. “Libertad sin ira: qué fue de la Brace Jovanovich. Nueva York: Schocken crítica literaria (y de cualquier otra) en la Books, 2007. Impreso. C T.” CT o la cultura de la transición: Crítica a Bolter, David y Richard Grusin. Remediation: Un- 35 años de cultura española. Ed. Guillem Mar- derstanding New Media. Massachusetts: MIT tínez. Barcelona: Penguin Random House Press, 1999. Impreso. Mondadori, 2012. 89-100. Impreso. Alexandra Saum-Pascual 259

Lessig, Lawrence. The Future of Ideas. Nueva York: Núñez Ladavéze, Luis. Utopía y realidad: la cien- Vintage, 2001. Impreso. cia ficción en España. Madrid: Ediciones del —. Remix: Making Art and Commerce Thrive in the Centro, 1976. Impreso. Hybrid Economy. Londres: Penguin, 2008. Im- Ricoeur, Paul. Time and Narrative: Vol. 3. Trans: preso. Kathleen Blamey y David Pellauer. Chicago: Merino, José María. “Lo fantástico y la literatura U of Chicago P, 1984–1990. Impreso. española.” Ensayos sobre literature fantástica Ryan, Marie-Laure. “Multivariant Narratives,” A y de ciencia ficción. Eds. Teresa López Pellisa Companion to Digital Humanities. Eds. Susan y Fernándo Ángel Moreno. Madrid: Aso- Schreibman, Ray Siemens, John Unsworth. ciación Cultural Xatafi, 2009. 55-64. Impre- Oxford: Blackwell, 2004. 415–30. Digital Ar- so. chive. Red. 12 Jan. 2012 Minichinela, Raúl. “La CT y la cultura digital: cómo Santoro Domingo, Pablo “Science Fiction in Spain: dar la espalda a internet.” CT o la cultura de la A Sociological Perspective.” Science Fiction transición: Crítica a 35 años de cultura españo- Studies.33.2 (Jul 2006): 313-331 la. Ed. Guillem Martínez. Barcelona: Penguin Sierra, Germán. “Post-Digitalism and Contempo- Random House Mondadori, 2012. 151-160. rary Spanish Fiction.” Hybrid Storyspaces: Re- Impreso. defining the Critical Enterprise in Twenty-First Mora, Vicente Luis. Alba Cromm. Barcelona: Seix Century Hispanic Literature, Hispanic Issues Barral, 2010. Impreso. On Line 9 (2012): 22–37. Red. 23 Oct. 2012. —. El lectoespectador.Barcelona: Seix Barral, 2012. Silliman, Ron. The New Sentence.Nueva York: Roof. Impreso. 1977. Impreso. —. Pangea: Ciberespacio, blogs, y velocidad en el Vázquez Montalbán, Manuel. La literatura en la nuevo milenio. Sevilla: Fundación José Manuel construcción de la ciudad democrática. Bar- Lara, 2006. Impreso. celona: Grijalbo-Mondadori, 1998. Impreso. —. Revista Quimera 322(2010): 1-66. Impreso. Villarreal, Mariano. “Literatura Fantástica en ci- Moreno, Fernando Ángel. “Ciencia ficción en es- fras. Estadística de producción editorial p añ o l .” Prospectivas: Antología del cuento de de género fantástico en España durante el ciencia ficción española actual. Ed. Fernándo año 2013.” Literatura Fantástica. literfan.cy- Ángel Moreno.Madrid: Salto de Página, 2012. berdark.net. Red. 15 Aug. 2014. 5-24. Impreso. Zuern, John David. “Reading Screens: Compara- Moylan, Tom. Scraps of the Untainted Sky: Science tive Perspectives on Computational Poetics.” Fiction, Utopia, Dystopia. Oxford: Westview Comparative Textual Media. Transforming the Press, 2000. Impreso. Humanities in the Postprint Era. Eds. Hayles, Navas, Eduardo. Remix Theory. Viena: Springer- N. Katherine y Jessica Pressman. Minneapo- Verlag, 2012. Digital Archive. Red. 15 Feb. lis: University of Minnesota Press, 2013. 255- 2014 282. Impreso.

Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America And Spain (1976-2016) Title: La creación ciberliteraria: definición, perfil y carta de navegación para orientarse en un campo emergente Author: Osvaldo Cleger E-mail: [email protected] Affiliation: Georgia Institute of Technology; School of Modern Languages; Swann Building 214; 613 Cherry St.; Atlanta, GA, 30332 Abstract: This article offers an approach to several of the main cyberliterary genres that have emerged in Ibero-America in the last forty years (1976-2016). I begin by discussing the concept of “cyber- literature,” in order to explain its significance and define its scope. I then proceed to discuss the concept of literary “genre,” and some of the problems associated with its use in an increasingly convergent media environment, built to facilitate the creation of hybrid textualities and expressive forms. Finally, I offer a survey of some of the most prominent e-genres of the last four decades, outlining their most defining characteristics, as well as their impacts and spheres of influence, with a primary focus on Latin American and Spanish authors. Keywords: Cyberliterature, E-Genres, Interactive Fiction, Hypertext Fiction, Blogfiction, Procedural Poetry, Flash-Poetry, Geolocative Narrative Resumen: En el presente artículo se ofrece un acercamiento a varias de las principales manifestaciones ciberliterarias que han florecido en Iberoamérica en los últimos cuarenta años (1976-2016). Se comienza con una aproximación preliminar al concepto de “ciberliteratura” con el propósito de demarcar su significación y denotar sus alcances. Luego, se pasa a discutir el concepto de “género literario,” y las problemáticas asociadas con el empleo de dicho término en un entorno mediático crecientemente convergente y tendiente a facilitar la creación de textualidades y formas híbridas de expresión. Finalmente, se ofrece un panorama y una periodización de los principales géneros ciberliterarios que han emergido desde mediados de los años setenta, deteniéndose a perfilar las características esenciales de cada uno, así como sus impactos y alcances, con un enfoque particular en aquellos autores y obras que se inscriben dentro del contexto latinoamericano y español. Palabras clave: ciberliteratura, géneros ciberliterarios, ficción interactiva, narrativa hipertextual, blogoficción, poesía procedimental, poema flash, narrativa geolocalizada Biography: Osvaldo Cleger is Assistant Professor of Spanish in the School of Modern Languages at the Georgia Institute of Technology. His current research focuses on the impact that recent technologi- cal developments have on the cultural, pedagogical and literary fields. His book Narrar en la era de las blogoficciones: literatura, cultura y sociedad de las redes en el siglo XXI (The Art of Narrating in the Age of Blog-fictions) offers a systematic approach to blog-narratives written by Hispanic authors. He has also co-edited two collective volumes on Hypertext theory and pedagogy in the Hispanic world: Redes hipertextuales en el aula, Octaedro 2015, and Formación literaria, hipertextos y Web 2.0 en el marco educativo, Editorial Universidad de Almería (forthcoming). His articles on visual culture, Hispanic e-literature, hypertext fiction and videogames have been published in such journals as Revista de Estudios Hispánicos, Caribe, Universidad de la Habana, Digital Culture and Education, as well as in several edited volumes.

ISSN: 1548-5633 262 Letras Hispanas Volume 11, 2015

La creación ciberliteraria: definición, perfil y carta de navegación para orientarse en un campo emergente

Osvaldo Cleger, Georgia Institute of Technology

En el verano de 1994, la escritora esta- de la industria del papel e ignorar los desarro- dounidense Annie Proulx publicó un artículo llos que habían tenido lugar en años recientes en en el que descalificaba en el terreno de la creación en formato digital la efectividad de la lectura realizada a través y electrónico. de medios digitales y electrónicos, al tiempo Más que confianza en el futuro del li- que pontificaba sobre la inadecuación de ta- bro, las palabras de Proulx transparentaban les medios para servir de base al surgimiento la inquietud que numerosos escritores e in- de nuevas formas de expresión literaria. Las telectuales han experimentado ante la idea palabras de Proulx, en aquella ocasión, eran de que la cultura impresa podría tener sus enérgicas y su tono intentaba ser moderada- días contados, y que un objeto tan carente de mente profético: distinción y pedigrí literario como el ordena- dor (u otros subproductos electrónicos como Aquéllos que dicen que el libro está tabletas y equipos móviles) podría llegar a agonizando a menudo citan a la com- remplazar al códice impreso en papel como putadora como la causa de su muer- soporte para la creación y el consumo de te inminente,” apuntaba la autora e obras de contenido literario. En aquel vera- inmediatamente añadía: “Pero la au- no de 1994, los heraldos de semejante futuro topista electrónica es para tablones eran Robert Coover, Jay David Bolter, George de anuncios sobre temas esotéricos, para obras de referencia, listas y no- Landow y un grupo relativamente reducido ticias—información circunstancial y de profesores universitarios y escritores au- utilitaria, eficientemente recuperada nados en torno a un manojo de universidades a través de redes de alambres. Nadie estadounidenses interesadas en la innovación va a sentarse a leer una novela en una tecnológica (Brown University, MIT, Georgia pantallita temblorosa. Nunca.1 (Prou- Tech), o aglutinados en torno a la casa edito- lx, párr.6) rial Eastgate Systems, recientemente fundada en Massachusetts con la misión de promover Con estas declaraciones, Proulx se sumaba a el desarrollo de la literatura en formato hi- un debate que se había venido desarrollando pertextual y electrónico. En los laboratorios en las páginas de The New York Times sobre el de Eastgate Systems, desde comienzos de los futuro del libro en la era de las comunicaciones años noventa se había venido trabajando en digitales. Ganadora reciente del Premio Pulit- la edición de un puñado de obras en formato zer de Ficción Literaria (1993), Proulx aprove- electrónico las cuales, no obstante su escaso chaba el reconocimiento y la atención mediá- número, habían logrado atraer un conside- tica que le había granjeado tal galardón para rable volumen de atención mediática. Entre tomar partido a favor del libro y la literatura en las mismas cabe mencionar la decana del formato impreso, diagnosticar la buena salud género, afternoon, a story (1987, 1990) de Osvaldo Cleger 263

Michael Joyce, The King of Space (1991) de fecha, no sólo existía un grupo de creado- Sarah Smith, Victory Garden (1992) de Stuart res—si bien reducido—consagrado a la labor Moulthrop, In Small and Large Pieces (1994) de elaborar ese género de literatura, sino que de Kathryn Cramer y Patchwork Girl (1995) también existía una comunidad de lectores de Shelley Jackson. La publicación de estas interesados en tales obras y un pequeño—si obras, en conjunción con el desarrollo acele- bien creciente—círculo intelectual y crítico rado de las tecnologías digitales, motivaría a dedicado a evaluar los resultados obtenidos varios críticos y observadores a pronosticar la por los artistas y escritores. inminente debacle de la industria del papel y Por otra parte, a Proulx no le faltaban de las formas culturales derivadas de ese sec- razones para reconocer y exaltar la vitalidad tor económico. que todavía exudaba la industria del libro En su libro Writing Space: The Com- impreso a mediados de los años noventa. Los puter, Hypertext, and the History of Writing pronósticos de Coover de 1992, el tiempo (1991) Jay D. Bolter, parafraseando a Fredric demostraría que habían sido exagerados. El Jameson, hablaba de la “edad tardía de la im- prometido triunfo del hipertexto y el libro prenta” (“late age of print”) y diagnosticaba electrónico sobre el códice lineal en papel se el inminente remplazo de la cultura del li- demoraría en llegar mucho más que lo que los bro por una emergente cultura desarrollada gurúes mediáticos de los años noventa habían en torno al ordenador y a los nuevos para- vaticinado. Todavía hoy en día, avanzando ya digmas de lectura y escritura asociados con por la segunda década del siglo XXI, el libro el mismo. En Hypertext: The Convergence of impreso sigue siendo el principal medio de Contemporary Critical Theory and Technology consumo y distribución literaria, aún cuando (1991), George Landow arribaba a conclusio- tendencialmente muestre una cierta propen- nes muy semejantes. Y en un artículo publi- sión a ceder terreno ante el avance de la tex- cado un año después en The New York Times, tualidad digital. “The End of Books” (1992), Robert Coover En cualquier caso, el debate sobre el fin sacaba ventaja del formato del artículo breve de los libros ha perdido interés, del mismo y de la gran audiencia del medio de prensa modo que se han disipado las reticencias res- neoyorquino para difundir estas ideas entre pecto a la capacidad de las tecnologías digi- un público más vasto. En “The End of Books” tales para servirle de vehículo a la cultura y Coover realizaba un trabajo de vulgarización la expresión literaria. Desarrollos que Prou- de las teorías y perspectivas post-gutember- lx no fue capaz de anticipar en 1994 se han gianas que sus colegas de Brown University producido: las redes de comunicación se han y Georgia Tech habían articulado en años vuelto cada vez más inalámbricas y ubicuas anteriores. Es probable que la lectura de este y las pantallas de lectura más amigables a los artículo, o las resonancias del mismo apren- ojos y menos “temblorosas.” Con el reciente didas de segunda mano, hayan motivado a boom de la literatura infantil para el iPad y Annie Proulx a publicar sus reflexiones sobre otros dispositivos móviles, el consumo de li- el tema, a raíz de recibir el Premio Pulitzer de teratura en formato digital ha dejado de ser Ficción Literaria. un lujo reservado a profesores universitarios De manera que, como se desprende de para convertirse en una práctica común entre lo anterior, calificar como quimera irrealiza- el creciente número de familias que poseen ble la idea de una literatura computarizada, uno de tales dispositivos y lo emplean para producida y distribuida a través de “redes de promover la lectura entre los más pequeños. alambres” y leída sobre la “pantallita temblo- Hay una nueva generación que está creciendo rosa” de un dispositivo digital, era una pos- y adquiriendo su educación y alfabetización tura intelectual que no resistía el peso de la más básicas completamente inmersa den- evidencia disponible ya en 1994. Para esa tro de tales entornos mediáticos y sin sentir 264 Letras Hispanas Volume 11, 2015 la necesidad de cuestionarse la razón de su de los años setenta, deteniéndome a perfilar existencia o sus alcances. En otras palabras, las características esenciales de cada uno, así el consumo de la textualidad digital está atra- como sus impactos y alcances, con un enfo- vesando actualmente por un proceso de na- que particular en aquellos autores y obras que turalización, y el carácter artificial y foráneo se inscriben dentro del contexto latinoame- que todavía presenta la misma entre aquellas ricano y español. Comencemos ahora con personas que hoy tienen más de treinta y cin- nuestra pregunta de partida. co años está condenado a difuminarse en la experiencia de las generaciones futuras. Por otra parte, cuando miramos al ¿Qué es la ciberliteratura? campo de la cultura digital, nos percatamos que ya hoy éste no consiste únicamente en Una de las cuestiones preliminares en el género de ficción hipertextual que Robert que los investigadores del campo no han lle- Coover celebraba hace veinte años. Hay toda gado a un acuerdo consiste en el estableci- una galaxia de “nuevos” y “viejos” géneros de miento de una nomenclatura y de una serie literatura y arte digital que saturan el paisaje de convenciones universalmente aceptadas mediático contemporáneo, desde el género para referirse a este nuevo fenómeno literario. de la aventura interactiva, que Will Crowther En artículos y libros publicados en las últimas ayudó a configurar a mediados de los años se- dos décadas se ha hablado indistintamente tenta, a el tipo de literatura y arte geolocaliza- de “literatura digital” (Tosca 2004, Tortosa dos que actualmente le sirve de laboratorio de 2008), para enfatizar la evidencia de que se experimentación a los nuevos artistas y desa- trata de una textualidad hecha de códigos rrolladores. En el epílogo a mi estudio mono- binarios; de “literatura electrónica” (Hayles gráfico de la blogoficción, hace ya un lustro 2008, Borràs 2005), para enfatizar el modo (Cleger 2010), escribía sobre la necesidad de de funcionamiento de los dispositivos que se llevar a cabo un “ejercicio de curaduría” que requieren para desplegar tales textos; de “li- nos ayudara a cartografiar el campo de la li- teratura o ficción en línea” (Casciari 2006), teratura y las artes digitales, de manera que para aludir a su principal medio de distribu- los estudiosos e investigadores futuros pudie- ción, es decir, la Internet, la Red; o de “ciber- ran orientarse mejor dentro de dicho campo. literatura” (Taylor y Pitman 2008), expresión Este ensayo se propone, en parte, comenzar metafórica que engloba de un modo más o a articular tal ejercicio, trazando una suerte menos imperfecto y vago casi todas las acep- de mapa o carta de navegación sobre la cual ciones anteriores. Otros términos y conceptos se despliegan los continentes de los diferentes frecuentemente usados han sido “literatura géneros ciberliterarios que han emergido en hipertextual” (Landow 1992, Coover 1992, las últimas cuatro décadas, al tiempo que se Rodríguez 1999) o “de hipermedios” (More- deconstruyen los principios y procesos que no 2002, Romero López 2008), en referencia regulan la creación de los mismos. a la organización no lineal de tales textos o a Comienzo este recorrido con una pri- su carácter multimediado; “literatura interac- mera parada en la noción de “ciberliteratura” tiva” (Vouillamoz 2000), lo cual pone el én- con el propósito de demarcar su significación fasis en las nuevas avenidas de participación y sus alcances. Luego, paso a discutir el con- y colaboración abiertas a los lectores de tales cepto de “género” literario, y las problemáti- obras; y “literatura en formato blog” o “blo- cas asociadas con su empleo en un entorno goficción” (Cleger 2010), término que alude a mediático crecientemente convergente y ten- un formato específico que puede adoptar este diente a facilitar la creación de textualidades género de textualidades. y formas híbridas. Finalmente, ofreceré un En este capítulo echaré mano principal- panorama de los principales géneros ciber- mente de la noción de ciberliteratura, dada la literarios que han florecido desde mediados capacidad englobante de semejante metáfora. Osvaldo Cleger 265

Como casi todos los constructos formados terreno literario parece justificada si se tiene con el prefijo “ciber-” delante, la noción de ci- en cuenta que la literatura asistida por orde- berliteratura deriva del concepto de “ciberes- nadores o ciberliteratura, independientemen- pacio,” acuñado originalmente por William te del género o formato que se adopte, incluye Gibson, uno de los mayores exponentes del por lo general dos procesos: el proceso de es- movimiento cyberpunk, en las páginas de su pacialización del texto literario y el de crea- relato Burning Chrome de 1982. Tal referencia ción de una interfaz gráfica o entorno a cargo reaparecería inserta dos años más tarde en su de simular los escenarios y trasfondos dentro célebre novela Neuromancer (1984). Como de los cuales se desarrollan las obras y se eje- Daniel Punday ha señalado, el concepto de cutan las series textuales que las integran. ciberespacio posee orígenes literarios y, más La ciberliteratura es un resultado de la específicamente, narrativos: “El concepto de capacidad de los ordenadores de distribuir es- ciberespacio, en sí mismo, tiene orígenes no- pacialmente la textualidad literaria a través velísticos después de todo” afirma Punday y de una serie de procesos algorítmicos. En el li- añade: bro impreso, con poquísimas excepciones, el texto progresa de manera unidireccional (de William Gibson ha observado que la primera página, línea de texto o palabra a cuando él inventó el término “cibe- la última), lo cual tiende a anular la noción respacio” para su novela Neuroman- misma de espacio. En el espacio siempre es cer, de 1984, él hizo esto como un posible desplazarse o expandirse en múltiples modo de resolver problemas narra- — — tivos específicos. Gibson comenta en direcciones no sólo linealmente y ocupar una entrevista con Larry McCaffery, las más diversas coordenadas o puntos. El “Cuando yo llegué al concepto de ci- hipertexto es precisamente una consecuencia berespacio mientras escribía Burning de dotar al texto con una disposición espacial, Chrome, pude darme cuenta inme- distribuyendo sus lexias o fragmentos a lo lar- diatamente de que dicho término te- go y ancho de diversas coordenadas espacia- nía múltiples resonancias. Más tarde, les, y creando varios modos o vías de acceder mientras escribía Neuromancer, me a cada una de dichas lexias. El hipertexto, por percaté que el concepto me permitía supuesto, puede existir fuera del ordenador, realizar muchas permutaciones, pues [siguiendo la lógica de dicho con- como lo demuestran los numerosos antece- cepto] los personajes pueden quedar dentes de literatura hipertextual en formato atrapados en realidades aparentes—lo impreso (piénsense en la novela hipertextual cual quiere decir que uno puede co- Rayuela (1963) de Julio Cortázar, por citar locarlos en cualquier escenario o so- sólo un ejemplo). Pero el ciberespacio—o bre cualquier telón de fondo que se le espacio computacional—parece ser su aloja- antoje.2 miento natural. En el ciberespacio, además, el hipertexto adquiere una nueva característica Como se desprende del fragmento cita- consistente en su capacidad de procesamien- do, la definición de ciberespacio según Gib- to algorítmico. El cibertexto—o hipertexto son se articula principalmente a partir de dos computarizado—no solamente se caracteriza conceptos de base: la noción de espacio, por por su disposición o distribución espacial ra- un lado, y la de “realidad simulada o aparen- mificada, sino también por su capacidad de cial” por el otro. Un “espacio simulado o apa- responder a una serie de algoritmos o códigos rente”—asociado por lo general con el campo los cuales determinan bajo qué condiciones y de flujo informativo creado por las redes de de qué forma se puede acceder a las diferentes ordenadores—es el referente directo que el lexías de texto. concepto de ciberespacio se propone encap- El uso del término ciberliteratura o ci- sular. La transposición de dicho concepto al berliterario para referirse a la creación asistida 266 Letras Hispanas Volume 11, 2015 por ordenadores se justifica, entonces, a par- “digital,” “virtual” y “electrónico” o el prefijo tir del modo en que tal concepto se apropia y “ciber” a cualquiera de los géneros conocidos contribuye a reconfigurar dos de las nociones se consigue comunicar las transformaciones de base del imaginario “ciber:” 1) el hecho de esenciales que aquéllos han sufrido al ser re- tratarse de una textualidad literaria espaciali- inventados por la computadora. El paradig- zada y, en cierta forma, liberada de las restric- ma de la remediación formulado por Bolter ciones impuestas por la textualidad lineal del y Grusin (2000) ha contribuido igualmente a códice y 2) la centralidad que el concepto de reforzar esta tendencia; pues la proposición simulación posee en los diferentes formatos y central de dicha teoría consiste en entender géneros de creación ciberliteraria. La ciberli- cualquier nueva forma expresiva, producida teratura es, en síntesis, el fenómeno estético y dentro de un tecnoentorno mediático emer- discursivo que emerge del empleo de las redes gente, como un resultado del ejercicio de de ordenadores como plataforma y espacio de reformular o adaptar a los nuevos entornos creación. La naturaleza hipertextual de tal fe- (es decir, remediar) los géneros y formas pre- nómeno es apenas un reflejo de la estructura existentes. Desde esta perspectiva, la poesía misma del ciberespacio—con su disposición digital sería el resultado de adaptar las tra- multidireccional, rizomática, ramificada—y diciones poéticas desarrolladas dentro de las de la lógica del procesamiento algorítmico. tecnologías de la oralidad y el códice al nuevo A su vez, el hecho de tratarse de formas li- tecnoentorno creativo ofrecido por los orde- terarias inscritas en un espacio aparencial, nadores. Tal proceso de remediación respon- susceptible de ser empleado para desarrollar dería tanto a un principio de continuidad, en “experiencias simuladas,” amplifica y renueva tanto y en cuanto los autores de los nuevos uno de los propósitos que tradicionalmente géneros se interesan en adoptar las técnicas ha estimulado el trabajo de creación literaria: y principios de creación consolidados dentro la intención de edificar o crear mundos dis- de las tradiciones artísticas anteriores, como cursivos e imaginados, capaces de entrar en a un principio de ruptura, el cual deriva de las una relación simbólica compleja con su en- posibilidades expresivas inéditas ofrecidas torno social y su contexto histórico de pro- por los medios emergentes. ducción. El paradigma de la remediación, por La siguiente cuestión que es necesario otra parte, no es suficiente para explicar fe- dilucidar al hablar de ciberliteratura es la re- nómenos como la hibridez genérica que ferente a los géneros. Aquí estamos nueva- distingue a numerosas propuestas creativas mente ante un tema sumamente arduo cuyos en formato digital o la emergencia de géne- contornos la crítica apenas ha comenzado a ros que carecen de claros antecedentes en las delinear. La tendencia más común, hasta el tradiciones anteriores. Entre estos últimos momento, ha consistido en redefinir los gé- considérese el caso del “arte del software” (o neros tradicionales a partir de considerar el software art), género cuyos rasgos y valores modo en que estos mutan o se transforman tanto en lo que respecta a las materias primas al ser trasplantados a los entornos digitales. empleadas en su producción (consistentes en Esto ha dado lugar al establecimiento de una códigos computacionales) como en lo refe- serie de categorías—como “poesía digital,” rente a las técnicas y procedimientos artís- “poesía virtual,” “novela hipertextual,” “narra- ticos seguidos (dominados por la algoritmi- tiva electrónica,” “periodismo digital,” “ciber- zación de procesos) carecen completamente teatro” o “ciberdrama”—las cuales se apoyan de antecedentes rastreables en la cultura y las en dos presupuestos: 1) la creencia de que, al artes precomputacionales. La tendencia a la menos en su esencia, los géneros tradiciona- hibridez genérica que ha caracterizado tanto les todavía subsisten en la era digital y 2) la a las artes del siglo XX como a las del XXI suposición de que añadiendo los adjetivos es otro aspecto que dificulta, y prácticamente Osvaldo Cleger 267 imposibilita, cualquier esfuerzo de estable- Una cartografía preliminar del cer géneros en el sentido puro del término. La hibridez extrema que se manifiesta en el cibertexto literario fenómeno multimedia, por ejemplo, donde no solo se mezclan los géneros literarios, sino La ficción interactiva también las formas genéricas de otras artes como el cine, la música y la fotografía re- presenta un epítome de cuán arcaicas se han La ficción interactiva fue una de las vuelto las nomenclaturas más comúnmente primeras modalidades de ciberliteratura que empleadas a la hora de establecer taxonomías atrajo la atención de los desarrolladores y del para el campo literario y artístico. público desde finales de los años 70. El pri- A lo anterior hay que añadir la tenden- mer ejemplo de que se tiene noticia es The cia macluhaniana a considerar los propios so- Colossal Cave Adventure (1975) escrita en có- portes tecnológicos como formas o “géneros.” digo FORTRAN por Will Crowther. La pieza Esto último ha añadido una variable más a de Crowther no sólo contribuyó a crear el for- cualquier esfuerzo definitorio. Piénsese, por mato, sino que sirvió de modelo a la mayoría ejemplo, en el género de la blogoficción, la de las obras de este género que vieron la luz en cual no solamente ha sido definida a partir años posteriores. The Colossal Cave Adventu- de sus conexiones con géneros literarios pre- re fue seguida por Zork (1977-1979), una de existentes (como el folletín o el diario íntimo) las obras de ficción interactiva más populares o de su relación con otros medios expresivos de todos los tiempos y la cual contribuyó a (como el periodismo), sino que se ha consi- garantizar el despegue y el rápido éxito co- derado el propio formato del blog como un mercial de Infocom, compañía fundada en elemento que contribuye a delinear las carac- 1979 en Cambridge, Massachusetts, con el terísticas esenciales de este tipo de ciberlite- propósito de desarrollar producciones inscri- ratura (Cleger 2010). Ese entrecruzamiento o tas en dicho género. En el breve período que convergencia de múltiples tradiciones litera- va de 1979 a 1986, de los laboratorios de In- rias, artísticas, expresivas y mediáticas en las focom saldrían alrededor de una veintena de formas emergentes de ciberliteratura crea un obras de ficción interactiva. Algunos de sus desquiciamiento en los ejercicios críticos que títulos gozaron de una considerable difusión se proponen ofrecer un mapa preliminar del entre el público, entre los cuales cabe desta- campo. car la trilogía Zork I (1980), Zork II (1981) y Asumiendo todas las limitaciones y Zork III (1982), The Hitchhiker’s Guide to the riesgos antes señalados, en las próximas pá- Galaxy (1984), basado en la obra original de ginas me propongo ofrecer un mapa prelimi- Douglas Adams y Trinity (1986), una de las nar del cibertexto literario, deteniéndome a producciones de Infocom más celebradas por delinear los rasgos más pertinentes de algu- la crítica. nos de los géneros que han cobrado mayor En un artículo titulado Toward a relieve durante las últimas cuatro décadas de Theory of Interactive Fiction, Nick Montfort desarrollo de la cultura digital. Mi propósito ha ofrecido una caracterización general del no consiste en ofrecer un catálogo inclusivo género. Según Montfort, los elementos que de todas las experimentaciones que se han distinguen a la ficción interactiva son los si- llevado a cabo en el terreno de la ciberlitera- guientes: 1) el desarrollo de “un programa tura, sino en destacar aquellas que han dis- computacional que acepta y genera texto, en frutado de una mayor atención del público y otras palabras, que crea la posibilidad de inte- la crítica, dado el mayor grado de madurez racción entre el programa y el usuario a través ostentado en sus propuestas y el modo en que de un intercambio regulado de mensajes de han conseguido cautivar la imaginación de texto;” 2) la existencia de “una ‘narrativa po- usuarios y lectores. tencial’, es decir, un sistema que produce un 268 Letras Hispanas Volume 11, 2015 discurso narrativo y una historia durante la Mas a inicios de los años noventa, la fic- interacción;” 3) la generación de un efecto de ción interactiva comenzó a perder su atracti- “simulación de un ambiente o un universo” vo entre el público interesado en el consumo y 4) la definición de “una serie estructurada de productos computacionales de entrete- de reglas dentro de las cuales se persigue un nimiento. Los juegos desarrollados gráfica- determinado resultado, es decir, un juego.3” mente empezaron entonces a acaparar toda La ficción interactiva es, en cierta medida, la atención. La aparición de Myst en 1993 una derivación (o remediación) del género de demostró la posibilidad de desarrollar aven- la adivinanza (Montfort 2003), así como de turas gráficas y narraciones e historias “juga- otras formas semejantes de la cultura y el fol- bles” sin depender sólo—ni principalmente clore popular, interesadas en probar el inge- —de los contenidos verbales o literarios. En nio de un interlocutor invitándole a resolver este contexto, la mayoría de las empresas de- enigmas y rompecabezas verbales. Al igual dicadas a producir ficciones interactivas con que los subgéneros mencionados, la ficción fines comerciales tuvieron que reconocer la interactiva se encuentra a medio camino en- inviabilidad de tal proyecto, y optar por ce- tre el juego y la narración, o podríamos decir rrar sus oficinas o reorientar su producción que responde a una concepción de la literatu- hacia otros mercados más promisorios. La ra como juguete verbal. La posibilidad de al- ficción interactiva todavía continuaría desa- goritmizar computacionalmente el subgénero rrollándose hasta la época presente, pero a de la adivinanza o el rompecabezas, de mane- través del trabajo de autores individuales y ra que la solución de una serie de adivinanzas aficionados del género, apoyados en muchas y enigmas por parte del usuario resulte en el ocasiones por comunidades en línea dedica- despliegue de una estructura narrativa es el das a compartir y promover el interés en este principio que rige el proceso de creación y género de ciberliteratura. desarrollo de este género de ciberliteratura. En España, la ficción interactiva gozó de La narrativa o ficción una gran popularidad durante el período de- nominado como La Edad de Oro del Software hipertextual Español (1983-1992). En esos años, varias empresas españolas se dedicaron a comercia- Si la década de los ochenta enmar- lizar ficciones interactivas (más popularmen- ca el período en que el género de la ficción te conocidas como “aventuras conversaciona- interactiva disfrutó su momento de mayor les”) que estaban orientadas hacia el mercado apogeo y desarrollo, los noventa tendrían interno de usuarios poseedores de ordenado- una significación semejante para la narrativa res caseros marca Spectrum (Esteve Gutiérrez hipertextual en formato electrónico. Ahora 2012). Entre las compañías representativas de bien, mientras que la ficción interactiva había este movimiento español se encuentra Dina- sido un movimiento de base, dinamizado por mic Software, de cuyos laboratorios salió una un grupo de desarrolladores y aficionados a la adaptación del Quijote en 1987; y Aventuras computación quienes generalmente compar- AD, empresa productora de una media doce- tían un interés por ciertas manifestaciones de na de ficciones interactivas entre las que cabe la cultura popular, como el cine de aventuras, destacar la trilogía compuesta por los títulos la ciencia ficción o la literatura fantástica de Cozumel (1990), Los templos sagrados (1991) J. R. R. Tolkien, la narrativa hipertextual, por y Chichén Itzá (1992). Como puede observar- otra parte, daría lugar a un movimiento de se, el interés en explotar temas y símbolos de élite, el cual estaría encabezado por un gru- inspiración precolombina con el propósito de po de profesores y académicos universitarios convertirlos en narrativas jugables—algo que interesados en la experimentación narrativa ha sido una constante en la industria del vi- y los movimientos literarios de vanguardia. deojuego desde su incepción—está presente El referente literario en este caso no es ya en el trabajo realizado por Aventuras AD.4 Tolkien, sino James Joyce, William Faulkner, Osvaldo Cleger 269

Jorge Luis Borges o Julio Cortázar. Las maz- diferentes partes de la historia. En otras pa- morras y dragones, los enanos y princesas, así labras, en la narrativa no lineal en formato como esos émulos de Indiana Jones que tan- impreso los lectores siempre leen la misma to abundan en las aventuras conversaciona- secuencia o progresión narrativa, aun cuando les de los ochenta serían remplazados en las ésta se presente en un orden caótico. Por otra obras de ficción hipertextual por escenarios y parte, los fragmentos de texto y los segmen- personajes de corte más realista y situaciones tos de historia leídos por diferentes lectores dotadas de una mayor complejidad y profun- de una narración hipertextual computarizada didad sicológica. van a diferir en la mayoría de los casos, ya que Mas no es solamente el propósito de la distribución espacial del texto ofrece a los crear personajes con la complejidad de un lectores múltiples rutas posibles de lectura, y Stephen Dedalus o un Benjamin Compson el es el usuario quien debe decidir cuáles rutas único elemento que emparienta a la narrativa desea recorrer. hipertextual de los noventa con su antece- El software más comúnmente emplea- dente inmediato en las diferentes corrientes do en los noventa para producir este género novelísticas del siglo XX enfocadas en la ex- de narración hipertextual fue Storyspace, perimentación. Una fascinación casi univer- desarrollado durante la década previa por sal por los laberintos borgesianos y por los Michael Joyce y Jay David Bolter. En 1987, modos no lineales de narrar historias es otro la publicación de la primera obra del género, aspecto que tienen en común las corrientes afternoon, a story por Michael Joyce, marca antes mencionadas. Del mismo modo que el inicio de un movimiento literario que se los narradores del llamado boom latinoame- expandiría durante los próximos diez años ricano, o del movimiento que en inglés se co- y que incluiría la publicación de algo más de noce como Modernism, se habían propuesto media docena de obras de ficción hipertex- desarticular temporalmente las estructuras tual, producidas mayormente por Eastgate de la narración, experimentando con mo- Systems, compañía editorial fundada con el dos no cronológicos de organizar la histo- propósito de promover la creación de hiper- ria (recurriendo a flash backs, regresiones y textos de corte literario principalmente. prospecciones temporales u otras técnicas En el contexto hispanohablante, la na- similares de manipulación del tiempo narra- rrativa hipertextual en formato electrónico tivo), los promotores de la narrativa hiper- comenzó a desarrollarse a mediados de los textual de los noventa se esmerarían igual- años noventa. La creación de Literatróni- mente en deconstruir los hilos tradicionales ca, un sistema de elaboración y lectura de de la narración, apoyándose en este caso en hipertextos alojados en la Red, por el co- las herramientas y recursos ofrecidos por los lombiano Juan B. Gutiérrez y la publicación ordenadores para sacar adelante tal proyecto de su novela hipertextual de ciencia ficción literario. Pero mientras que la ruptura con la titulada Condiciones Extremas inaugura la linealidad en las novelas de William Faulkner experimentación con este género en Latino o Carlos Fuentes se basa principalmente en América. El trabajo iniciado por Gutiérrez la manipulación del tiempo narrativo, en las sería continuado y enriquecido por otros es- narraciones hipertextuales de Michael Joyce, critores como el también colombiano Jaime Shelley Jackson o el colombiano Jaime Ale- Alejandro Rodríguez, autor de Gabriella infi- jandro Rodríguez, tal ruptura es el resulta- nita y Golpe de gracia, y el peruano Doménico do de desarticular la narración en múltiples Chiappe, quien ha publicado una de las pie- nodos o fragmentos de texto, los cuales son zas de ficción hipertextual que más ha atraído distribuidos y conectados multidireccional- la atención de la crítica, su hipernovela Tierra mente en un mapa o espacio textual compu- de extracción. A diferencia del grupo angloa- tarizado, de manera que el lector cuente con mericano, agrupado en torno a la editorial diversos órdenes y maneras de acceder a las Eastgate Systems y enfocado en el trabajo con 270 Letras Hispanas Volume 11, 2015 el software Storyspace, los productores de fic- transformado el ciberespacio en un ámbito ciones hipertextuales del mundo hispánico de colaboración e intercambio. no se han nucleado alrededor de un progra- Entre esos nuevos formatos, el blog de- ma estético o un software específico que pue- vino rápidamente uno de los más populares. da otorgarle una coherencia o unidad a sus La experimentación con el blog como ins- obras. La diversidad de propuestas estéticas y trumento de creación literaria daría origen de usos de los recursos hipermediáticos o de al género de la blogonovela, el cual consistía programación es la nota que distingue al tra- en una especie de remediación del folletín o bajo de los autores mencionados. Ahora bien, de la novela por entregas decimonónica, al más allá de esa diversidad, también se aprecia tiempo que incluía una serie de opciones de en todos el mismo interés en expandir la es- interactividad con los lectores que resultaban tructura y la experiencia de lectura de la obra completamente innovadoras (Cleger 2010). narrativa, a través de una exploración de las Lo que más distinguía al nuevo género, en opciones que ofrece el ordenador para crear comparación con la novela hipertextual de estructuras narrativas no lineales, que inviten la década previa, era el carácter radicalmente al lector a interactuar de modos diversos con popular del primero. A diferencia del hiper- el texto y la historia y que combinen el discur- texto literario de los noventa, de corte más so verbal con el discurso visual y sonoro para elitista como ya se ha observado, la blogo- crear experiencias multimodales de lectura. novela estaba dirigida a un vasto público in- Esta coherencia relativa de propósito que se ternacional que comenzaba a descubrir en la aprecia por encima de la gran diversidad de lectura a través de la Internet una nueva for- las propuestas concretas es lo que nos permite ma de entretenimiento. Consecuentemente, agrupar a los autores mencionados dentro del los autores de blogonovelas se esforzarían en mismo movimiento ciberliterario. responder a las expectativas de dicho público, ofreciendo historias de gran simplicidad ar- gumental, explotando el empleo de persona- La blogoficción jes y tipos populares y sazonándolo todo con constantes referencias a la actualidad cultural A comienzos del 2000, el interés en el y/o política. Asimismo, apelarían al humor y género de ficción hipertextual producido por al sexo como ganchos para atraer y mantener Eastgate Systems, así como por otros creado- la atención del público. Entre las blogonove- res que estaban desarrollando su obra fuera las más exitosas internacionalmente, como el del eje de influencias de esta editorial, había Diary of a London Call Girl, producida en el decaído considerablemente. Robert Coover, Reino Unido, o el Weblog de una mujer gor- uno de los mayores divulgadores y promo- da, escrita por el argentino Hernán Casciari tores de la narrativa hipertextual, pronunció desde Barcelona, es fácil identificar las carac- ese mismo año una especie de elogio fúnebre terísticas antes apuntadas. La primera narra en su nombre titulado Literary Hypertext: the en tono confesional las aventuras y vicisitu- Passing of the Golden Age. En dicha conferen- des de una prostituta en Londres, en tanto cia Coover hablaba del hipertexto narrativo la segunda le pone voz a una ama de casa de como un producto en decadencia, como una Mercedes, Argentina, entregada a la faena de forma literaria que ya había vivido su “edad revelar las intimidades y excentricidades de de oro,” y que había sido condenada al ostra- su familia, los Bertotti. El referente cultural cismo con el advenimiento de la World Wide aquí no son ya Borges ni J. R. R. Tolkien, sino Web y la popularización de las interfaces grá- el show The Osbournes, aireado a comienzos ficas de navegación. Ahora el interés se había de la década por MTV, así como todo el aque- volcado hacía los formatos abiertos de publi- larre de personajes esperpénticos creados por cación y las nuevas plataformas que habían la televisión-realidad contemporánea. Osvaldo Cleger 271

La blogonovela acarrearía, por otra par- versión de lo real entendido como perpetuo te, una reformulación en el modo de producir simulacro. y distribuir un hipertexto literario a través de la Red. Primeramente, se trata de obras en las cuales el proceso de creación y escritura mar- La poesía aleatoria cha paralelo con el proceso de distribución, (o procedimental) y la estética lectura y comentario por parte de los lecto- res. Este aspecto de tales obras ha llevado a flash uno de sus principales difusores, el argenti- no Hernán Casciari, a definir el género como Hasta este punto he discutido subgéne- una especie de “espectáculo en directo,” que ros de ciberliteratura que se inscriben princi- permitiría a los lectores interactuar con la na- palmente dentro del género narrativo. Como rración durante el proceso de su elaboración, se ha podido observar, la experimentación del mismo modo que la audiencia interactúa en el campo de la narrativa en formato elec- directamente con los actores y/o deportistas trónico cuenta ya con unos cuarenta años de durante una performance teatral o un partido desarrollo, si consideramos The Colossal Cave de fútbol. El alojamiento de la blogonovela en Adventure (1975) de Crowther como la prime- la Red y su hipervinculación con una multi- ra manifestación concreta de este fenómeno. tud de textos asociados a la misma (los co- Por otra parte, cuando redirigimos nuestra mentarios, los enlaces a otros blog o páginas atención del género narrativo al terreno de la web incluidos en la narración, los hipervín- poesía digital y las artes visuales, el marco his- culos desde otras páginas hacia el texto de la tórico antes descrito se expande de un modo novela, etc.) ponen de manifiesto la natura- significativo para abarcar al menos los tres leza altamente socializada de esta forma de lustros que preceden al exitoso experimento hipertexto literario y su estrecha interdepen- de Crowther. En su estudio Prehistoric Digital dencia con su contexto de producción en la Poetry, an Archaeology of Forms, 1959-1995, Red. Finalmente, la blogoficción ha servido C.T. Funkhouser ubica a finales de los años también para explorar conceptos emergentes cincuenta las primeras incursiones en el te- de ficción literaria y nuevos modos de enten- rreno de la poesía digital; e identifica especí- der la noción de autoría. Entre las últimas ficamente los experimentos de poesía aleatoria destaca el constante uso de seudónimos y (y/o procedimental) llevados a cabo por Theo otras formas de autoría avatárica (Serfaty Lutz en un ordenador Z22, cuyos resultados 2004, Cleger 2010) de carácter ficticio que fueron publicados parcialmente en la revista se proponen cuestionar los límites mismos Augenblick en 1959, como el primer ejemplo del contrato narrativo tradicional, entendido concreto de poesía computarizada (Funkhou- como un pacto de ficción declarado entre el ser 37-38). Sin embargo, como el propio autor y sus lectores. La blogonovela en su for- Funkhouser aclara, los conceptos de “poesía ma más radical (y me refiero aquí principal- aleatoria” y “poesía procedimental” —esto es, mente a los experimentos de Casciari dentro la noción de que el poeta en vez de entregarse a del género) intenta erosionar todo contrato la tarea de componer el texto poético, debe es- ficticio basado en la “suspensión voluntaria tablecer los parámetros y procedimientos bajo de la incredulidad” por parte de los lectores. los cuales el poema debe autogenerarse, con Y en su lugar, nos propone una borradura de o sin la intervención de los lectores—precede las fronteras convencionales entre ficción y por varias décadas a la invención del ordena- realidad o, dicho baudrillardianamente, una dor. Tanto los poetas dadaístas de comienzos 272 Letras Hispanas Volume 11, 2015 del siglo XX como los miembros del movi- La colección titulada Poemas V2: poesía miento francés OULIPO produjeron poemas compuesta por una computadora, publicada aleatorios y procedimentales sin requerir la en 1976 por Ángel Carmona, constituye el asistencia de una computadora para tal em- primer ejemplo de poesía digital dentro del presa.5 ámbito español. En Latino América, si bien Ahora bien, es igualmente indiscutible desde mediados de los años ochenta artistas que la capacidad aumentada del ordenador como Eduardo Kac ya habían producido sus para establecer variables y procesos aleatorios primeras obras de arte computarizado, no de producción de textos, a partir de su capa- es hasta mediado de los años noventa y co- cidad de recombinar palabras y series sintag- mienzos del 2000 que semejante movimiento máticas disponibles en una base de datos, es cobra fuerza de la mano de una nueva gen- una realidad que ha equipado a las nuevas eración de artistas y poetas digitales, entre generaciones de ciberbardos con herramien- los cuales destaca el trabajo de Belén Gache, tas y recursos inexistentes en los entornos Santiago Ortiz, Eugenio Tisselli y Gustavo precomputacionales. Podría decirse entonces Romano, así como la adaptación al formato que, al igual que sucede con el hipertexto na- digital de algunas de las acciones de arte del rrativo, el espacio computacional o ciberespa- poeta uruguayo Clemente Padín (ver su pieza cio es el alojamiento natural de la poesía alea- Paz = Pan). toria, aún cuando esta pueda existir también Al igual que sucede en el ámbito de la fuera del ordenador y consistir, por ejemplo, narrativa hipertextual, el campo de la poesía en una serie azarosa de frases extraídas de un y las artes digitales se ha distinguido por la di- periódico, tal y como Tristan Tzara proponía versidad de propuestas hechas por diferentes a comienzos del siglo XX. autores. El argentino Gustavo Romano, autor Desde la primera incursión de Theo del proyecto IP Poetry, se ha destacado por Lutz (1959) al presente, decenas de autores su desempeño en el terreno del poema pro- han producido diferentes formas y estilos de ceso o procedimental, a partir de su diseño de poesía aleatoria o procedimental, entre los complejas instalaciones digitales que incluy- cuales destaca el trabajo realizado por el gru- en tanto la escritura de un programa capaz de po francés A.L.A.M.O. Uno de los miembros componer textos en tiempo real, basándose y fundadores de dicho grupo, Jean-Pierre en la búsqueda de frases aleatorias en la Inter- Balpe, ha trabajado desde comienzos de los net, como la elaboración de un mecanismo de años ochenta en la escritura de programas recitación de tales textos, orquestado por cu- computacionales capaces de generar diversas atro poetas-robots. La estética ciborg propu- formas de la poesía clásica, incluyendo sone- esta por Romano contrasta, en este sentido, tos, proverbios, epigramas, haikus y rengas con el trabajo de otros autores como Belén (Funkhouser 55). En el contexto de habla in- Gache, que se inscriben más estrictamente glesa, autores como Emmett Williams, quien dentro de lo que Lev Manovich ha definido en 1965 creó un poema computarizado em- como la estética flash. pleando las 101 palabras más usadas en La Desde mediados de los años noventa, la Divina Comedia de Dante, o John Cayley, au- salida al mercado de la plataforma multime- tor desde finales de los años ochenta de varias dia Macromedia Flash—el poderoso software de las piezas de poesía computarizada más que facilitaba la creación y distribución a interesantes que se han producido (Ver sus través de la Web de gráficos vectoriales, ani- obras Translation, Windsound y Wotclock in- maciones, juegos y aplicaciones enriquecidas cluidas en la Electronic Literature Collection, de Internet—dio inicio a una explosión cre- Vol. 1) contribuyeron a introducir y consoli- ativa dentro del ámbito de las artes digitales. dar, respectivamente, la experimentación en Toda una nueva generación de artistas intere- este género de ciberliteratura en la lengua de sados en experimentar con las posibilidades Shakespeare. que ofrecía la Web para la creación en soporte Osvaldo Cleger 273 electrónico vio en Macromedia Flash (rebau- siglo XIX (modernismo hispanoamericano, tizado más tarde como Adobe Flash, después simbolismo y parnasianismo francés) como de su adquisición por Adobe Systems) una de las innovaciones aportadas por los mov- herramienta relativamente simple de usar imientos de vanguardia del XX. Su obra “El y capaz de responder a las más disímiles idioma de los pájaros” por ejemplo, consiste necesidades expresivas. El género de la nar- en una hábil “puesta en interfaz” del to- rativa en formato hipermedial, por ejemplo, pos literario del “escritor como máquina o se aprovecharía de semejante plataforma para autómata,” tema que la literatura moderni- desarrollar una variedad de proyectos, tanto sta decimonónica vinculó con el ascenso del con fines estéticos como educativos. Pero es capitalismo industrial y la instauración de su en el terreno de la poesía digital y el Net Art lógica despiadadamente pragmática (consul- donde se aprecian algunas de las obras más tar a este respecto “El rey burgués” de Rubén interesantes en este formato. Darío), pero que en el siglo XX ha disfrutado Una rápida revisión de las piezas inclu- de una acogida más positiva, gracias en gran idas en las dos colecciones de literatura elec- medida a las aportaciones realizadas por el trónica preparadas bajo los auspicios de la estructuralismo lingüístico de Saussure, así Electronic Literature Organization (Electron- como al papel cada vez más influyente que la ic Literature Collection, Volumen 1 y 2) pone tecnología y las ciencias han jugado dentro de manifiesto el predominio que disfrutó la del campo de la creación literaria, desde el fu- plataforma flash entre numerosos artistas turismo italiano hasta nuestros días. digitales de finales de los noventa y comien- “Italo Calvino decía que, en última in- zos del nuevo milenio. De manera particu- stancia, todo escritor es una máquina: trabaja lar, en el campo de la poesía digital varios colocando una palabra tras otra siguiendo autores muestran una marcada preferencia reglas predefinidas, códigos, instrucciones por el trabajo con este software, como pu- adecuadas” (Gache, El idioma de los pájaros, ede apreciarse en las piezas Poemas No Meio prólogo). Hacia esa creación de autómatas Do Caminho y Amor de Clarice de Rui Tor- dotados para la articulación de un lenguaje res, Carving in Possibilities de Deena Larsen lírico, o más bien seudolírico—de poetas-bots o Deep Surface de Stuart Moulthrop. En esta o ciberbardos como los llamaría Janet Mur- misma línea, se distingue la labor de la escri- ray—es que se orientan varias de las piezas tora argentino-española Belén Gache, una de incluidas en WordToys. Pero a diferencia de las artistas digitales que ha sabido explotar las los poetas-bots de Gustavo Romano, los cu- posibilidades expresivas de flash de un modo ales se valen del inconsciente colectivo de la más ingenioso, tal y como se evidencia en sus Red para extraer, en tiempo real, los tropos piezas “Los sueños,” “Poemas de agua” o el “El y sintagmas verbales con los cuales arman y idioma de los pájaros,” todas incluidas en su rearman constantemente sus versos, los poe- colección WordToys. tas-bots de Gache están condenados a repetir WordToys, como he afirmado en otra siempre las mismas palabras y secuencias, al parte, constituye una obra de referencia ob- encontrarse éstas atrapadas dentro de los có- ligada cuando se trata de evaluar el impacto digos estrictos de ActionScript, el lenguaje de de la estética flash en el contexto hispano- programación de Flash. En El idioma de los hablante de finales de los años noventa y pájaros, cinco aves mecánicas recitan siempre comienzos del nuevo milenio. En dicha col- los mismos versos extraídos de poemas de ección se recoge una serie ingeniosa de ejer- autores del canon tradicional como Gustavo cicios de remediación (Bolter y Grusin 2000) Adolfo Bécquer, Charles Baudelaire, Edgar o de “puesta en interfaz” de poemas, tópicos Allan Poe o Rubén Darío. La agencia del usu- y propuestas estéticas, herederas tanto de la ario, en este caso, se reduce a seleccionar, con experimentación modernista de finales del un clic, cuál de las cinco aves desea escuchar y 274 Letras Hispanas Volume 11, 2015 en qué orden. Puede asimismo activar varias Literatura para el iPad y aves cantoras al mismo tiempo dando lugar de tal forma a una superposición ininteligible dispositivos móviles. de voces. Este género de instalación poética Narraciones geolocalizadas. Otros de point and click se reitera en varias de las experimentos y tendencias piezas incluidas en WordToys, como puede observarse en otros títulos como “Los sue- ños,” “Poemas de agua,” “Phone readings,” o De todas las tendencias ciberliterar- “Veintidos mariposas rosas.” ias que este artículo se propone cartografíar, Al comienzo de la década presente, la probablemente ninguna sea tan promisoria compañía Adobe Systems hizo pública su in- como la que ha comenzado a emerger a par- tención de descontinuar su desarrollo de su tir de la convergencia de la tecnología móvil software reproductor de Flash para la telefo- con los nuevos estándares para la producción nía móvil (Jarzemsky 2011, Lendino 2011). de publicaciones en formato digital (epub3). La noticia vino acompañada de una pregunta Lo anterior en conjunción con el desarrollo que había estado rondando a dicha tecnología del libro-app y otros experimentos recientes por varios años ¿era este el fin de la era Flash? en el campo de la narración geolocalizada– En una época crecientemente dominada por accesible desde dispositivos móviles– ha co- el uso de los smartphones y tablets, desarrollar adyuvado a una expansión considerable de lo un software que no tiene en cuenta tal fenó- que es posible hacer a la hora de desarrollar meno equivale a decretar su obsolescencia. narraciones que no solamente incorporan De tal modo, la era Flash ha estado rápida- elementos sofisticados de hipermedialidad mente precipitándose hacia el final de su ci- (videos, animaciones, imágenes 3D), sino clo creativo durante los últimos años, y con que también se apropian de recursos inmer- ello ha concluido también todo un período sivos y procedimentales extraídos del ámbito de experimentación artística que fue posi- del videojuego, o interactúan de una manera ble, en parte, gracias a los principios de dicha compleja con los entornos físicos y simula- tecnología. Los nuevos estándares de lengua- dos. je de marcado (HTML5) establecidos por el El desarrollo de la literatura infantil y W3C6 han proveído a los desarrolladores de juvenil para el iPad (u otras tabletas Android) web con nuevas opciones para desarrollar ha sido particularmente influyente en este sen- páginas dinámicas, sin requerir el empleo de tido; y actualmente está impulsando una ver- flash para conseguir tal propósito. Asimismo, dadera revolución de la lectura a través de su nuevos software de animación, como Tumult impacto en los lectores de edades más jóvenes. Hype y Adobe Edge, han venido a remplazar A diferencia de la narrativa hipertextual de parcialmente a Adobe Flash como herra- los años noventa, la cual fue consumida e im- mienta de diseño de contenido multimedia pulsada por una pequeña élite de profesores para la web. A través del empleo de éstas y y estudiantes universitarios, o de las blogofic- otras tecnologías emergentes, la poesía digital ciones y demás géneros de ciberliteratura en continuará desarrollándose en los próximos la Red, los cuales, aún cuando consiguieron años por caminos que todavía no quedan cla- interesar a una audiencia mucho mayor, to- ramente definidos. davía restringieron su ámbito de influencias Osvaldo Cleger 275

a la esfera adulta, la literatura para el iPad ha Waste Land de T.S. Elliot son muestras igual- conseguido penetrar finalmente dentro del mente convincentes de las capacidades del horizonte formativo de niñas y niños. Como libro-app o ebook enriquecido para ofrecer se reportaba en un artículo de The New York una experiencia amplificada de lectura de los Times, muchos bebés de meses y niños peque- clásicos de la literatura universal. En lengua ños están aprendiendo a navegar las pantallas castellana, el Consejo Nacional para la Cultu- de una tableta electrónica, antes de que hayan ra y las Artes de México ha desarrollado ver- aprendido a hojear las páginas de un libro im- siones digitales de los poemas Muerte sin fin preso (Rich 2014). de José Gorostiza y Blanco de Octavio Paz, así El desarrollo de versiones para tabletas como de prosas y poemas de Amado Nervo, digitales de títulos como Alice for the Ipad, los cuales en cierta medida han inaugurado Jack y los frijoles mágicos, Caperucita Roja, este tipo de experimentación con los clásicos Green Eggs and Ham, Las Aventuras de Don latinoamericanos. Quijote, entre muchos otros, han transforma- Otros autores y desarrolladores se han do significativamente la manera de leer estos enfocado en las capacidades geolocalizadoras clásicos de la literatura infantil y/o universal. de la tecnología móvil– a través de sus dispo- Las adaptaciones de tales obras al formato del sitivos de GPS– para experimentar con for- libro-app ofrecen a los lectores la posibilidad matos narrativos que incorporan el espacio de interactuar con sus ilustraciones y perso- físico dentro del ámbito de la narración. Tal najes de diferentes maneras, al tiempo que es el caso en The Silent History, la innovado- enriquecen el texto con una serie de recursos ra propuesta que Eli Horowitz y su equipo de – como lecturas en voz alta, diccionarios, ac- producción dio a la luz en la tienda de Apple tividades de adquisición de vocabulario, ejer- en el otoño del 2012. Como otros críticos han cicios fonéticos, rompecabezas o juegos – que señalado, The Silent History no consiste sim- convierten la lectura en una experiencia en- plemente en una novela por entregas diseña- riquecida de aprendizaje. Otras aplicaciones da para su lectura en los dispositivos móviles como Toontastic y StoryKit ponen en manos de Apple, es también un “literary treasure del usuario una serie de herramientas suma- hunt” (Kellogg 2012) que invita a los lecto- mente efectivas y fáciles de usar con las cuales res a desplazarse físicamente por diferentes los mismos pueden crear sus propias narra- locaciones, desde las cuales pueden acceder ciones animadas e interactivas. a los diversos fragmentos narrativos necesa- La colección iPoe, desarrollada por el rios para reconstruir la historia contenida en equipo de Play Creatividad, radicado en Bar- esta obra. The Silent History invita, asimismo, celona, propone una nueva forma de aproxi- a los lectores a escribir nuevos fragmentos de marse al maestro del cuento en inglés, aña- la narración y geolocalizarlos en puntos de diendo a sus textos una serie de imágenes, interés específicos, desde los cuales podrán animaciones y efectos sonoros que, sin adul- ser accedidos por otros usuarios futuros. Los terar la esencia del clásico norteamericano, fragmentos narrativos geolocalizados fre- consiguen amplificar el sentido de sus narra- cuentemente incorporan referencias al espa- ciones y poemas. Un éxito semejante obtie- cio físico en el cual son leídos, ya sea llaman- nen los desarrolladores de Sherlock: Interacti- do la atención sobre un aspecto del paisaje, ve Adventure, haciendo uso en este caso de las una estructura o edificio, o incluso algún gra- convenciones del “hidden object game” para fiti u otro signo inscrito en las paredes o el invitar a los lectores a poner a prueba sus ca- suelo del sitio en cuestión. De esta manera, pacidades detectivescas, mientras emulan las la narrativa geolocalizada ha comenzado a habilidades de Holmes para la observación y explorar modalidades de lectura in situ, que el razonamiento inductivo. Las versiones para entremezclan el discurso textual con otros el iPad de On the Road de Jack Kerouac y The significantes y referentes del espacio físico de 276 Letras Hispanas Volume 11, 2015 una manera completamente inédita dentro de tiempo que nos ofrece una versión local– gi- la historia literaria de Occidente. jonense – de este fenómeno, enriquecida con Dentro del ámbito iberoamericano, la documentos y artículos extraídos de la prensa escritora y artista digital Helena Torres ha de- local de la época. En este sentido, su narrati- sarrollado un proyecto de narrativa geoloca- va no está solamente geolocalizada en Gijón, lizada, Serendipia, en el cual se hace uso tanto sino que se nutre de las historias, tradiciones de los recursos ofrecidos por la tecnología y mitos que forman parte de dicha localidad. móvil como de las convenciones de la narra- Otro aspecto que vale la pena destacar tiva oral para ofrecer una historia en la cual es la manera en que se genera la organiza- se exploran las relaciones entre hipertexto na- ción hipertextual de este relato. A diferencia rrativo y espacio físico. A diferencia del pro- de la mayoría de los géneros de ciberliteratu- yecto de Horowitz, en el cual los fragmentos ra comentados anteriormente, en los cuales narrativos son presentados, principalmente, la hipertextualidad se encuentra asociada al en el formato del texto digital, en Serendipia trabajo de programación llevado a cabo por el texto narrativo ha sido transformado en el autor o el equipo de producción de tales pistas de audio. Usando una aplicación para obras, en Serendipia la organización hiper- dispositivos Android (noTours), desarrollada textual del relato emerge como resultado del para facilitar la edición sonora del espacio paseo o deriva realizado por el visitante del físico, Helena Torres y su equipo de produc- cementerio donde se encuentra geolocalizada ción decidieron geolocalizar las pistas de su la pieza. En otras palabras, en lugar de hipe- narración en el cementerio de El Suco, en Gi- renlaces multidireccionales que interconec- jón; y es desde dicha locación que los “lecto- tan los diferentes nodos de información que res” del relato pueden acceder a sus diversos componen la obra, en Serendipia tales “enla- contenidos durante un paseo por el cemen- ces” son sustituidos por los movimientos y terio. Para realizar dicho paseo, los usuarios desplazamientos más o menos aleatorios de deberán acudir debidamente equipados con los visitantes durante sus recorridos por el ce- un dispositivo de Android, la aplicación de menterio. Al conectar la pista de audio A con noTours instalada en sus equipos y unos au- la pista D o la E durante su deriva por el espa- dífonos. cio, el usuario va generando una organización Desde un punto de vista diegético, Se- provisional del relato, la cual va a diferir ne- rendipia narra las pesquisas de Margarita cesariamente de la organización lograda por Simona, una historiadora que se encuentra otros usuarios durante sus respectivos pa- investigando la figura histórica de Rosario de seos. De tal modo, la naturaleza espacializada Acuña, quien está enterrada en el cementerio de la textualidad hipertextual no solo puede de El Suco, en Gijón. Durante sus pesquisas, ser percibida dentro del espacio virtual de los Margarita descubre la figura del pintor sim- ordenadores, sino también a través de una in- bolista Edgardo del Pozo, un contemporáneo teracción directa con textualidades incrustra- de Acuña cuya misteriosa muerte, y las cir- das en el espacio físico. cunstancias y motivos que la provocaron no han sido nunca aclarados por la policía y las autoridades forenses. El personaje ficcional De cara al futuro de del Pozo le sirve a Torres como pretexto para explorar diversos temas relacionados Ficciones interactivas, narraciones hi- con la actitud que adoptaron los intelectua- pertextuales, blogoficciones, twitter-litera- les de finales del siglo XIX ante los diferen- tura, poesía digital, narrativa geolocalizada, tes movimientos sociales que emergieron literatura para el iPad: estas son algunas de durante este período: movimiento feminista, las islas más notables dentro del vasto archi- sindicatos obreros, organizaciones francma- piélago que conforman los diferentes experi- sónicas y sociedades ocultistas, entre otros, al mentos que se han llevado a cabo en el campo Osvaldo Cleger 277 de la ciberliteratura, durante los últimos cua- contar historias, creando ambientes cada vez renta años. Tal lista no pretende ser del todo más inmersivos e interactivos para sus usua- inclusiva. Hay otros islotes menos visibles rios. que serían igualmente dignos de estudio en La pregunta que queda por responder una obra de mayores alcances que este artí- es qué rol jugará el mundo hispanohablante culo. En el terreno del ciberteatro, por ejem- dentro de ese horizonte que ya se nos viene plo, se han realizado experimentos con una encima. Si algo nos enseña la historia reciente variedad de tecnologías digitales, entre los dentro de este campo es que Iberoamérica ha cuales se destacan: la ya clásica incorporación destellado cuando se ha tratado de incorpo- de proyecciones de video en el escenario; el rar tecnologías digitales de uso masivo (como empleo de robots como actores o performers; low-end animations creadas en flash, el desa- el uso de hologramas o gráficos de realidad rrollo de narrativas en formato blog, o el uso aumentada como parte de las obras; o el em- de la plataforma de Twitter con fines creati- pleo de tuits enviados por la audiencia como vos), pero su papel ha sido más modesto y los elementos estructurantes de la trama (Rome- resultados menos halagüeños cuando el pro- ra Castillo 2013). Dentro del género del arte pósito ha sido dominar tecnologías high-end, performativo, grupos como La Pocha Nostra que requieren niveles más altos de proficien- han estado a la vanguardia a la hora de in- cia técnica y/o la existencia de equipos mul- corporar el uso de la internet y una variedad tidisciplinarios de producción dependientes de elementos interactivos dentro de sus es- de fuentes estables de financiamiento (como pectáculos y performances (Thornton 2008). compañías desarrolladoras de videojuegos o En el terreno del videojuego, varios desarro- editoriales especializadas en libros digitales lladores como Quantic Dream– creadores de enriquecidos o libros-apps). Como conse- los dramas interactivos Heavy Rain y Beyond: cuencia, la brecha digital no se ha reducido. Two Souls– y Telltale Games– desarrolladores Y con cada nueva revolución tecnológica – de versiones jugables de The Walking Dead y como la inminente revolución que acarrea- Game of Thrones, entre otros– han impulsado rá la expansión de la tecnología de realidad la convergencia entre narración y juego ha- virtual a partir del 2016 – la frontera digital cia un horizonte inimaginable cuando Will se sigue corriendo. Por consiguiente, los de- Crowther experimentó por primera vez con safíos que las poblaciones al sur del Río Bravo este formato a mediados de los años setenta. enfrentan, en su esfuerzo por no quedarse de- En el año 2016, con la salida al merca- trás en la conquista de la frontera digital, son do de varios dispositivos de Realidad Virtual cada vez mayores. orientados al mercado doméstico (como el Varias iniciativas de alfabetización di- Oculus Rift, el HTC Vive o el casco de reali- gital comenzadas a edades tempranas, como dad virtual desarrollado por PlayStation), se la adopción del proyecto “One Laptop Per abrirá un nuevo horizonte para la experimen- Child” o “Un portátil por niño” en países tación artística que, sin dudas, será explotado como Uruguay podrían ayudar con la meta por numerosos creadores digitales con fines de crear una generación de adultos más profi- diversos. Tanto miembros del equipo de pro- cientes con el uso de las tecnologías digitales ducción del HTC Vive (Lang 2015) como en el continente. Otras iniciativas a nivel de la entusiastas del Oculus Rift (Love 2014) han educación superior, como la inauguración de especulado sobre la manera en que tales dis- la ciudad del conocimiento o Universidad Ya- positivos podrían revolucionar la manera de chay, en Ecuador, la cual aspira a convertirse 278 Letras Hispanas Volume 11, 2015 en una especie de Silicon Valley de Sur Amé- usando dentro de algunos años inevitable- rica, es igualmente promisoria en este senti- mente habrán cambiado. Todas las prediccio- do. Pero mucho más se requiere en la región nes actuales indican que sus capacidades de para multiplicar los esfuerzos que coadyuven almacenamiento y procesamiento de la infor- al desarrollo de una cultura digital sostenible mación serán mucho mayores, y sus impactos y de primera clase entre los habitantes del en los individuos y sus estilos de vida inevi- continente. tablemente se incrementarán. Mas los prin- Numerosas fundaciones culturales y cipios generales que rigen la comunicación ayuntamientos de España, cada año convo- con tales medios seguirán siendo los mismos. can a concursos literarios que contribuyen a Después de todo, la búsqueda de formas de estimular el trabajo de artistas y escritores. comunicación cada vez más transparentes a Pero muy pocas son todavía aquellas institu- través del empleo de recursos multimediales ciones que ofrecen patrocinio al trabajo en el ha sido una constante dentro de la cultural campo de la creación en formato digital. Un de Occidente, como Bolter y Grussin han mayor apoyo por parte de los organismos demostrado en su influyente trabajo. De mo- que ya cuentan con fondos y recursos para mento, sólo me queda extenderles una invita- promover el desarrollo cultural y literario de ción a permanecer atentos a tales desarrollos. Iberoamérica, en lo que respecta a financiar o premiar iniciativas en el campo de la creación ciberliteraria, redundaría en un mayor cre- Notas cimiento en este terreno; y garantizaría aún 1 más la sostenibilidad del proyecto global de La traducción es mía. El texto original de la desarrollo de una cultural digital sólida en la cita es el siguiente: “Those who say the book is moribund often cite the computer as the asp on región, en el mediano y largo plazo. the mat. But the electronic highway is for bulletin Lo que ya resulta imposible argüir es boards on esoteric subjects, reference works, lists que la creación ciberliteraria constituye un and news—timely, utilitarian information, effi- interés pasajero, una moda condenada a ser ciently pulled through the wires. Nobody is going barrida por la próxima avalancha mediática to sit down and read a novel on a twitchy little o tecnológica promovida desde Hollywood screen. Ever.” (párr. 6) o Silicon Valley. Cuarenta años de participa- 2La traducción es mía. El texto original de la ción sostenida dentro del campo demuestran cita es el siguiente: “William Gibson has noted claramente lo contrario. Desde que los orde- that when he invented the term ‘cyberspace’ for his 1984 novel Neuromancer he did so as a way to sol- nadores marca Spectrum invadieron el mer- ve specific narrative problems. Gibson remarks in cado español o las Pentium de Intel hicieron an interview with Larry McCaffery, “When I arri- su entrada en los laboratorios de la Universi- ved at the cy[b]erspace concept while I was writing dad de la Habana, donde muchos miembros ‘Burning Chrome,’ I could see right away it was re- de mi generación adquirieron sus primeras sonant in a lot of different ways. By the time I was nociones sobre qué era la Internet o en qué into Neuromancer, I recognized that it allowed for consistía una publicación con multimedios, a lot of moves, because characters can be sucked la cultura digital no ha hecho otra cosa que into apparent realities-which means you can place diversificarse y expandirse; tanto en países them in any sort of setting or against any backdrop you want.” (Punday 195) que se ubican a la cabeza de la innovación 3La traducción es mía. En el texto original tecnológica, como en aquellos que todavía de la cita Monfort resume las características de ocupan una posición periférica. De cara al la ficción interactiva del siguiente modo: “a text- futuro, resulta sumamente incongruente es- accepting, text-generating computer program; a perar que semejante tendencia se revierta. potential narrative, that is, a system that produ- Las máquinas y dispositivos que estaremos ces narrative during interaction; a simulation of Osvaldo Cleger 279 an environment or world; and a structure of rules Funkhouser, C.T. Prehistoric Digital Poetry, an Ar- within which an outcome is sought, also known as chaeology of Forms, 1959-1995. Tuscaloosa: a game” (26-27). University of Alabama Press, 2007. Impreso. 4En su taxonomía sobre los videojuegos de Gache, Belén. Wordtoys. 2006. Red. tema latinoamericano, Phillip Penix-Tadsen cla- Gibson, William. Neuromancer. New York: Ace sifica este tipo de juegos en que se explotan los Books, 1984. Impreso. escenarios o símbolos de herencia (pre)hispánica Glazier, Loss Pequeño. Digital Poetics: The Making con objetivos jugables como juegos “saqueadores of E-Poetries. Tuscaloosa: University of Ala- de tumba” o “tomb raiders,” en alusión al trabajo bama Press, 2001. Impreso. Dic. 2014. superficial de interpretación y apropiación de tales Hayles, Katherine. Electronic Literature: New Hori- símbolos o escenarios que comúnmente se ofrece zons for the Literary. Notre Dame: University en tales juegos. Para más información ver Penix- of Notre Dame Press, 2008. Impreso. Tadsen 2013. Horowitz, Eli at al. The Silent History. Sudden Oak, 5Para un análisis de la poesía procedimental 2012. Red. precomputacional ver también Loss Pequeño Gla- Jarzemsky, Matt. “Adobe abandona su software zier (2001), especialmente los apartados dedicados flash para teléfonos móviles.” The Wall Street al estudio de la poesía de Jackson Mac Low. Journal Americas. 9 de noviembre de 2011. 6Abreviación para World Wide Web Consortium. Red. Diciembre 2014. Kellogg, Carolyn. “The Silent History Turns Up the Noise on a New Kind of E-book.” Los Angeles Bibliografía Times. 5 de octubre de 2012. Red. Diciembre 2014. Bolter, J David. Writing Space: the Computer, Hy- Landow, George. Hypertext: the Convergence of pertext, and the History of Writing. Hillsdale, Contemporary Critical Theory and Technol- N.J.: L. Erlbaum Associates, 1991. Impreso. ogy. Baltimore: Johns Hopkins University Bolter, J David and Michael Joyce. “Hypertext and Press, 1992. Impreso. Creative Writing.” Proceedings of the ACM Con- Lang, Ben. “First Look: Vive Chief Content Officer ference on Hypertext. New York: Association for Phil Chen on VR’s Role in the Evolution of Computing Machinery, 1987. 41-50. Red. Storytelling.” Road to VR. 14 de septiembre de Bolter, J David and Richard Grusin. Remedia- 2015. Red. Noviembre 2015. tion: Understanding New Media. 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Special Section: Paperless text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: Letters, Text, and Dialogue in Contemporary Latin American Videogame Design Author: Phillip Penix-Tadsen E-mail: [email protected] Affiliation: University of Delaware; Department of Languages, Literatures and Cultures; 219 Jastak- Burgess Hall; 30 East Main Street; Newark, Delaware 19711 Abstract: This article examines the use of literary and narrative elements including letters, text, and dialogue in recent works from Latin American videogame designers. Beginning with a review of scholarship on the so-called “crisis in written expression,” the essay then turns to an examination of the relationship between textual and ludic modes of analysis and their relative usefulness for game studies. Bringing this scholarship to bear on real-world examples of video games from Latin America, the article then offers an examination of games categorized as Horror, Science Fiction, Neomedievalism. Based on an examination of these examples, this essay ultimately argues that since the relationship between games and narrative continues to evolve in previously unforeseen ways, textual analysis remains both insufficient and indispensable to game studies. Keywords: Video Games, Videogame Design, Latin America, Narrative, Text, Dialogue, New Media, Electronic Media, Literature, Horror, Science Fiction, Neomedievalism, Argentina, Brazil, Chile, Colombia, Costa Rica, , Mexico, Uruguay, Venezuela Resumen: Este artículo examina el empleo de elementos literarios y narrativos—como letras, textos y diálogos—en una serie de obras recientes, desarrolladas por diseñadores de videojuegos latinoa- mericanos. Se comienza ofreciendo una revisión de las investigaciones que se han ocupado de la llamada “crisis de la expresión escrita,” para luego ofrecer un examen de la relación entre los modos textuales y lúdicos de análisis de los videojuegos y su utilidad relativa para los estudios ludológi- cos. Apoyándose en este marco teórico e investigativo, el artículo procede a examinar una serie representativa de videojuegos, categorizados en cuatro clases específicas: videojuegos de horror, de ciencia ficción, de inspiración neomedieval y “otros mundos.” A través de una discusión de estos ejemplos, el ensayo propone que teniendo en cuenta la evidencia de una evolución cambiante y difícil de predecir entre la narración y el juego, el análisis textual sigue siendo una herramienta al mismo tiempo insuficiente e indispensable para los estudios ludológicos. Palabras clave: videojuegos, diseño de videojuegos, América Latina, narración, texto, diálogo, nue- vos medios, medios electrónicos, literatura, horror, ciencia ficción, neomedievalismo, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Uruguay, Venezuela Biography: Phillip Penix-Tadsen es especialista en estudios culturales latinoamericanos contempo- ráneos, con un enfoque en las intersecciones entre la política, la economía, los nuevos medios y la cultura visual en la región. Su primer libro, Cultural Code: Video Games and Latin America [Código cultural: Los videojuegos y América Latina] (MIT Press, febrero 2016), reúne los vocabula- rios críticos de los estudios ludológicos y los estudios culturales latinoamericanos para ofrecer una teorización sintética de la relación entre los videojuegos y la cultura, basada en el análisis tanto de la representación cultural dentro de los juegos mismos como de los efectos económicos, políticos y sociales de los videojuegos en el mundo real. Penix-Tadsen tiene un Ph.D. de Columbia University.

ISSN: 1548-5633 282 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Letters, Text, and Dialogue in Contemporary Latin American Videogame Design

Phillip Penix-Tadsen, University of Delaware

For decades now, scholars and intel- This is the situation described by Ed- lectuals have anticipated or acknowledged mundo Paz-Soldán and Debra A. Castillo as a crisis in written expression, brought on by the ever greater societal saturation of multi- the context of a contemporary audio- media products and the relative decline in the visual culture in which mass media prevalence of works published on paper. In such as photography, film, and the 1986, Michel Foucault reflected, Internet have threatened writing’s ‘representational privilege’ as a tech- nology of information processing and We are at a moment, I believe, when storage. (16) our experience of the world is less that of a long life developing through time than that of a network that connects Indeed, it could be argued that new media points and intersects with its own technology does not just threaten the privi- skein. (22) leged place of writing, it signals the end of representation as the epistemological basis for A few years later Fredric Jameson described our way of understanding the world, replac- the space of postmodernity as a “saturated ing it with an episteme of interactive practice. space,” one characterized by “a perceptual ba- It used to be that an ever-expanding number rrage of immediacy from which all sheltering of satellite television channels and perennially layers and intervening mediations have been renewed generations of game and video hard- removed” (413). Jesús Martín-Barbero, brin- ware signaled the future of new media. But ging Benjamin and Jameson to bear on the this was before the advent of the Internet and Latin American context, cites technological its model of participatory informational ex- change as part and parcel to a broader spirit change, in which users craft their experiences of the times, “an acceleration and compres- through a process of selection; before cellular sion which blur the contours and the mea- phones became widespread throughout the ning of art by dissolving the common cul- globe, and before smart phones connected ture in which it took root and spread” (57). these two technological waves, bringing the However, unlike Benjamin and the Frankfurt Internet deeper into global society than ever School at large, Martín-Barbero sees artistic before; and it was before the advent of video creation as a saving grace for technology be- games, a technological medium that occupies yond its functionality for political power and more time for the generations coming up to- social control, due to “its ability to communi- day than any of the other media mentioned cate, to make the modern communicate with above. Ever more, by cyborgian means of ki- the traditional, the personal with the other, netic interaction, immersion, and incorpora- the global with the local” (70). tion, contemporary subjects select, navigate, Phillip Penix-Tadsen 283 and otherwise actively participate in the cre- Gentic characterize this as “an age of media- ation of meaning, signaling an epistemic shift tized sensibilities where the lines between lo- that is echoed in the technology of networks, cal, national, and global are constantly shift- databases and computational code. ing,” in which “publics and subjects continue Given the increased prevalence of inter- to converge through textual, felt, and bodily active media technologies in Latin America experiences that complicate the idea of a and across the globe, it is worth taking pause posthuman, global, networked subjectivity” to examine the ways these new media respond (19). This is to say that contemporary society to and transform existing expressive tradi- is developing new ways of creating and con- tions. The aim of this essay is to examine the veying meaning through mediated affective various ways that letters, text, and dialogue experiences. Even still, more effort is needed contribute to the meaning of video games to show the ways these changes play out in produced by Latin American developers over the real world, and in regions outside of the the past several years. All in their own unique global centers of technological production ways, the games examined demonstrate that and consumption. As Eden Medina notes in in a world of shifting expressive terrain, tex- her study of software development under the tual analysis is at once insufficient and indis- administration of Salvador Allende in Chile pensable for understanding new media. during the early 1970s, “technological inno- There is a longstanding relationship be- vation in the area of computing has occurred tween Latin American cultural production across a broader geography than is typically and games of all types, and as I have stated recognized” (14), though the diverse cultural previously, the search for an active reader and history of hardware and software develop- the use of play are, in a sense, nothing new ment is only beginning to emerge into the (Penix-Tadsen 208). Authors and artists play light. games in their works, and game developers Moreover, technological innovations and designers create games that contain lit- are never simply transmitted from the top erary elements, and so it has been across the down, and therefore history of each medium. Although this rela- tionship has begun to receive scholarly atten- [i]t must be asked if the predominant tion, there is a need for an expansion of the cultures—the Western or the nation- analytical framework for examining the role al, the state or the private—are ca- of narrative elements such as literary genres, pable only of reproducing themselves or also of creating the conditions letters, text, and dialogue in contemporary whereby marginal, heterodox forms Latin American video games by looking at of art and culture are manifested and specific examples that round out the con- communicated. (García Canclini 105) ceptual framework provided by game studies scholarship. In this article, I focus almost en- Video games come not only from enormous tirely on games produced within the past five multinational corporations, but also from years (2010-2015), which provide examples lone designers and small teams of artists pro- of the ways Latin American game production ducing grassroots games meant to challenge is rapidly expanding and diversifying, as well the medium’s dominant paradigms. Geoff as the ways in which contemporary game de- King and Tanya Krzywinska have observed velopers are grappling with age-old questions that “game content that raises questions related to storytelling. about dominant social-political assumptions Today, in Latin America and across the is more likely to be found in niche products globe, once isolated spheres of mediated ex- than those which seek to reach a mass mar- pression are crossing over in previously un- ket” (227), and there is much evidence of this foreseen manners. Matthew Bush and Tania in the games examined below, developed by 284 Letras Hispanas Volume 11, 2015 independent designers and firms in Argen- and interactive elements of the game’s soft- tina, Brazil, Chile, Colombia, Costa Rica, El ware and hardware (Persuasive Games 37). Salvador, Mexico, Uruguay, and Venezuela. Still, due to the preeminence of the represen- tative and narrative frames, that uniqueness can sometimes be difficult to recognize. Uru- Games and/as Texts guayan game theorist and designer Gonzalo Frasca explains: However in order to understand how the games examined here make meaning as Representation is such a powerful and well as how they relate to existing literary and ubiquitous formal mode that it has be- textual traditions, it is necessary to under- come transparent to our civilization. stand the uniqueness of video games as cul- For millennia, we have relied on it for tural artifacts and semiotic domains. Games both understanding and explaining are not books, and therefore analyzing them our realities. This is especially true is not as simple as applying a literary frame- with a particular form of structur- work to a new type of text. In Remediation, ing representation: narrative. […] It is because of its omnipresence that it Jay David Bolter and Richard Grusin argue is usually difficult to accept that there that conventions and techniques are fun- is an alternative to representation and damentally transformed when practices are narrative: simulation. (222-23) transferred from one expressive medium to another, and that specific attention to the in- And unlike linear narrative, simulations are ner workings of audio-visual media is neces- open-ended structures for creating a different sary in order to understand those “remedi- set of outcomes based on each situation and ated” products’ meaning (99-100). Indeed, the input of the player. game studies scholarship tends to work under Therefore, meaning in video games is the assumption that “[m]eaning generated created in multivalent, recursive manners by play is different to meaning generated by that produce multiple possible outcomes and reading,” due to the fact that “[t]o read is to messages. Bogost argues that “games create create meaning cognitively in the encounter complex relations between the player, the with the text,” while “[t]o play is to generate work, and the world via unit operations that meaning, to express it through play” (Dovey simultaneously embed material, functional, and Kennedy 102). Games’ difference from and discursive modes of representation” (Unit other media also opens up new possibili- Operations 105), again highlighting the mul- ties for making meaning. For example, Ted tiple levels of meaning-making that function Friedman suggests that the incompatibility in concert in the videogame medium, and the of dialectical processes with film audiences’ ways they relate to existing traditions of ex- expectations of linear narratives kept Soviet pression. Games’ meaning is also situated and Formalist director Sergei Eisenstein from contingent, defined through the process of realizing his dream of using the montage to play, and thus the meaning of signs employed bring Marx’s Capital to life, but a “computer in the semiotic systems of video games differs game based on Capital, on the other hand, is from the meaning of those same representa- easy to imagine” (Friedman). This is because tional signs in another context. James Paul meaning in video games is not simply narra- Gee refers to gaming as “a new literacy” (17), tive or representational, but a product of what arguing that meaning in video games is “situ- Ian Bogost refers to as procedural rhetoric, a ation specific and embodied,” making every signifying framework that depends upon the “potentially meaningful sign” an “invitation player’s participation as well as the encoded to embodied action” that changes according Phillip Penix-Tadsen 285 to the possible contexts and situations of a which in turn appeal to different au- given video game (81-83). Ken Perlin points diences. (Devane and Squire 279) to player agency as one of the major differ- ences in the meaning of video games relative This means that there are multiple interpre- to literature, along with the particular tools of tive possibilities and perspectives from which game design for conveying story and emotion games’ meanings can be analyzed, with or through character interactions, including without blending with conventional interpre- tations of representative or coded structure. body language, facial expression, Indeed, there are many scholars within the rhythm of conversational response, field of game studies who might simply prefer varieties of ways to convey focus and to leave literary analysis behind. attention between actors, and various And in spite of all this, narrative remains ways to convey internal emotional a nagging presence for the analysis of electron- states and awareness while playing a ic media such as video games. More than one scene. (18) critic in Latin America has justified the use of the metaphor of “reading” with regard to mul- It is due to the necessity of “embodied action” timedia “texts” (Escandón Montenegro 69). on the part of the player that games offer “the Following Roland Barthes’ definition of tex- potential for meaningful exertion of agency” tual analysis in Mythologies, Clara Fernández- in ways that affect their meaning for the play- Vara employs a “broad understanding” of the er (Calleja 55), and this is one of the primary term “text” that “allows us to approach games ways games differ from narratives in written as texts, whether they use cardboard, comput- form, whether a conventional linear novel or ers, or spoken words” (6). Moreover, Fernán- a postmodern textual pastiche. In any of these dez-Vara’s analysis takes into account not just cases, the basic content of the written work is the primary game “text,” but also games’ “pa- static and unchangeable, unlike the content of ratexts,” or “texts outside of the work being a video game, which is variable and depends analyzed but directly related to it” (15), ex- on subjective user input and interaction. amples being online reviews, player commu- Early videogame scholars tended to in- nities, game wikis, instruction booklets, and terpret the meaning of video games in terms packaging. In spite of expanding beyond texts of either the representational form of games in written form, Fernández-Vara describes as displayed on the screen, or the underlying her own approach to games in terms of “tex- “game form” consisting of the coded rules, tual analysis,” pointing to the usefulness of a leading many to call for greater interdiscipli- lengthy tradition of scholarship and criticism narity and overlap between these approaches based on a poststructuralist understanding of (Myers 48). When scholarship focuses strictly “texts” in literature as well as cinema and the on the visual display of games, it suffers from visual arts. This point echoes Christopher A. what Nick Montfort refers to as “screen es- Paul’s argument that the relationship between sentialism” (qtd. in Kirschenbaum 31), or the games and linguistic discourse needs further bias toward “reading” display technologies development. In Wordplay and the Discourse of rather than the meaning produced through Video Games, Paul advocates for using “word- user interaction with the underlying code of play” as the basis for game analysis, using “the the games displayed. After all, games do not tools of rhetorical criticism to examine vari- make meaning in a universal objective man- ous elements of games, from the words found ner—video games within and around them to the design, play, are not just texts that can be interpret- and coding of them” (4). Similarly, in Literary ed in different ways but rich semiotic Gaming, Astrid Ensslin advocates for “a new, spaces that are specifically designed systematic method for analyzing literary-lu- to have multiple layers of meaning, dic texts that takes into account the analytical 286 Letras Hispanas Volume 11, 2015 concerns of both literary stylistics and ludol- December 2011, Apple had made its iTunes ogy” (3), the term coined by Frasca for the Store and App Store fully accessible across study of games as such, and of video games Latin America (Moren), and in June of 2015 in particular. Ensslin uses the tools of literary Apple got on board with the Bango Payment analysis in concert with those of ludology to Platform and its related app store, supported examine games in which, “literariness in the in multiple countries across the region in col- sense of linguistic foregrounding is part of laboration with cellular providers like Tele- the authorial intention and where human lan- fónica Colombia, Nextel, and Iusacell (“App guage (spoken or written) plays a significant Stores”). Steam has also focused notable at- aesthetic role” (1). Many games are (at least tention on the Brazilian video game market— partially) literary or textual in nature, and the largest in Latin America by a considerable therefore it is important to understand how measure—and started accepting payments written expression and spoken dialogue in in Brazilian Reais in 2012, marking the first games respond to age-old literary traditions, time Steam had adjusted its business plan to even while recognize the need for analytical make room for a foreign currency (Conditt). tools and conceptual frameworks specific to In 2013 the Android Appstore expanded to the medium being examined, in this case the 200 countries worldwide, including several video game. in Latin America (Lunden). All of this is rep- resentative of a shift in the global terrain of the game industry, a change that has not only Letters, Text, and Dialogue in provided Latin American gamers with more Recent Video Games from Latin diverse opportunities as consumers, but that has also opened new doors to production by America small, independent game developers in re- gions far removed from the global centers of The terrain of video game production the game industry. and consumption is shifting rapidly in Latin Today, many independent game devel- America today, responding not just to liter- opers in Latin America and other so-called ary and poetic traditions but also transforma- “peripheral” regions have a greater chance tions in the ways that cultural products are than ever to find success on the global vid- made, distributed, and put to use. Specifically, eogame market. There are a great many game the past decade or so has seen the emergence producers who would love to create Latin of new distribution networks for video games America’s version of a hit like Vietnamese such as the U.S.-based online gaming and designer Dong Nguyen’s Flappy Bird (GEARS game distribution platform Steam, Apple’s Studios, 2013) or the Finnish company App Store, and Sony’s PlayStation Network, Rovio’s Angry Birds (2009), both renowned all of which have been adapted in multiple for being worldwide successes that required ways for the Latin American market, includ- a relatively small initial investment to get off ing extensive monetary and cultural localiza- the ground. Indeed, Eduardo Marisca focuses tion measures. Sony officially expanded the precisely on the latter example in his analysis full PlayStation hardware line to 13 Latin of the multiple peripheries that are active in American countries in 2009 (Ralph), and by the global game industry, specifically examin- 2011 they had opened the PlayStation Net- ing Peru. Marisca’s analysis centers on the way work and its associated Store to consumers Rovio’s representatives presented themselves in Brazil, adopting the use of pre-paid PSN to an audience of Peruvian game designers, cards rather than strictly credit card pay- declaring, “If we did this in Finland, there’s no ments in response to the demands and ex- reason why you couldn’t do it in Peru” (Mar- pectations of the local market (Martin). By isca 114). The problem with this reasoning is Phillip Penix-Tadsen 287 the assumption that “both contexts (Peru and Horror Finland) in as much as they’re both removed from established and acknowledged centres of the practice such as the US, UK, Canada or Horror video games have existed since Japan, become somehow interchangeable, or the era of textual adventures, but they have the relative differences in their performance been notoriously tough to define in a precise or success strictly an accidental matter,” a or generalizable way. In “Games of Fear: A conclusion that ignores the reality, which is Multi-Faceted Historical Account of the Hor- that ror Genre in Video Games,” Carl Therrien highlights this difficulty, as games from many not all peripheries are created equal, different genres, platforms, and formats over- and it is not the same to make games lap into the area of horror: in Helsinki than to make them in Lima, just as it is not the same to In spite of the various attempts to make them in Lima than it is to make restrict horror to one or a combina- them in Iquitos. (Marisca 116) tion of the three dimensions of the uncanny, the marvelous, and the fan- tastic, and to define survival horror Therefore an understanding of how game according to very specific aspects, it design operates at the periphery—or periph- appears that these labels have a ten- eries—can inform our understanding of the dency to become more inclusive than global operations of the game industry. exclusive. (35) Indeed, as we will see in the remainder of this chapter, Latin American game devel- Therefore, when examining games that con- opment is flourishing today more than ever, tain elements of horror but that correspond with events in Argentina (EVA), Brazil (SB- to distinct genres and narrative frameworks, Games), and Mexico (DevHour) showcasing it is helpful to look at the ways specific ex- the work of thousands of regional designers, amples respond to the varied traditions and and a number of standout games from the ways of telling horror stories. In recent years, region like Chile’s Zeno Clash (ACE Team, a number of independent Latin American de- 2009) and Uruguay’s Kingdom Rush (Iron- signers have also produced unique takes on hide, 2011) winning worldwide recognition the horror game, each of which incorporates from critics and users alike (Wong). Along and modify horror conventions in different the way, the region’s game developers and de- ways. signers have produced games that respond to My first example, Poltergeist: A Pixelat- new technologies and platforms while at the ed Horror (Glitchy Pixel, 2012), is a horror- same time reworking generic conventions themed 3D role-playing game (RPG) from established in video games as well as other Bogotá Colombia, distributed through Steam media. The remainder of this essay examines for PC, Mac, and Linux, as well as through games that incorporate and transform con- PlayStation Network. Poltergeist takes a novel ventions from a variety of genres and expres- approach to the horror game genre by pitting sive modes, focusing specifically on recent the player as the ghost of Mr. Henry B. Knight, Latin American games that fit into the catego- the former owner and current haunter of the ries of Horror, Science Fiction, Neomedieval- mansion in which the game takes place. The ism, and Other Worlds. player proceeds through the game by scaring 288 Letras Hispanas Volume 11, 2015 out successive waves of inhabitants in 60 lev- such as Doom (GT Interactive, 1993) ren- els of puzzles based on the number of individ- dered in simple grayscale, plus red—as a uals to be frightened and the tools available to backdrop to atmospheric and sonic puzzles the player as a ghost. Against a backdrop of centered on the player’s flight from a red- black, the simple 3D RPG interface shows the eyed apparition, in search of clues regarding layout of the various rooms of the mansion, the mysterious environment in which the inhabited by small, two-dimensional charac- player has awoken without any memory of ters. A readout indicates the number of indi- the past. In spite of using highly simplistic, viduals that need to be scared out of the man- retro-style graphic elements (for example, sion in the present scenario, while a menu of a group of blocky-looking black-and-white buttons at the bottom of the screen indicates hanging victims, strung up together in one the player’s particular options for creating a of the blood-spattered rooms featured in the haunting, from moving objects around and game), it provides a surprising number of between rooms, to invoking spectres, to pos- frightening moments without resorting to sessing enemy players. Special characters and cutting-edge graphic realism. For that matter, bosses provide additional challenges for what the use of language in Into the Gloom is kept is essentially a puzzle game spread out over to a minimum, primarily consisting of on- 60 different areas. The game’s cut scenes fea- screen readouts that indicate when the player ture two-dimensional drawings in shades of finds a new item, or unlocks new content in black, white, and brown intercut with nar- the game. The game enhances replayability rative descriptions of the protagonist’s past. by providing five “bad” endings, inviting the But during gameplay, language is done away player to go back and discover another pos- with almost entirely, replaced by emoji-like sible outcome by using a different set of strat- text bubbles that indicate players’ moods, egies. This multicursal way of storytelling is buttons featuring visual icons, and a range of unique to electronic media, and shows how sounds including a hypnotic music-box-like a relatively simple game like Into the Gloom, soundtrack, the bleeps of player interactions which takes only a few hours of gameplay to with the menu, the rumble of moving furni- complete, plays with textual conventions even ture and other items, and the nonlinguistic while working within a largely visual and in- gasps, grunts, and screams of the mansion’s teractive, non-textual framework. inhabitants. In Poltergeist: A Pixelated Horror, One more game that plays with the narrative and language are a part of the back- conventions of both literary and ludic horror drop that sets the tone for gameplay, but their is Enola (Domaginarium, 2014), a horror- signifying power is quickly subordinated to adventure game for Windows and Mac de- the exigencies of puzzling situations with signed by Salvadoran Sergio Arístides that strict limitations on the number of haunting situates the player as a first-person character devices and approaches available to the player on a mysterious island, seeking clues to iden- within a given scenario. Narrative therefore tify a serial killer. Along the way, the player takes second place to the procedural creation picks up items (such as keys and written of meaning through gameplay as the player clues) that can open new passageways and progresses through each successive puzzle trajectories in the narrative. The atmosphere and level in the game. of the game is a fairly simplistic first-person Another recent example, Into the Gloom interface divided between shadowy corridors, (Flying Interactive, 2015), is a Venezuelan gloomy interiors, and equally dark expanses puzzle-solving “pixel horror” game distrib- of outdoor space. Though the player advances uted on Steam for the PC that uses simple through the game procedurally by solving a visual aesthetics—think the corridors and series of puzzles, the narrative is driven along passageways of a first-person shooter (FPS) textually, through dialogue and snippets of Phillip Penix-Tadsen 289 text that are encountered alongside the bod- another demonstration of the unique pos- ies and other objects strewn throughout the sibilities for approaching the same narrative map. In many ways, the gameplay of Enola from multiple viewpoints that are opened up bears a greater resemblance to classic tex- by the mechanics of video game simulations, tual adventure games than to many more which as previously mentioned, frequently recent variations on the horror genre, with offer opportunities to play out a variety of the player being informed of the atmospheric narratives, perspectives, and scenarios within dynamics via written messages—“It’s stuck. the framework of a single game. I can’t open it,” when encountering a locked door, or “This is the first time I see this paint- ing, and yet it looks very familiar… It makes Science Fiction me feel uneasy,” when approaching an im- portant clue. To be sure, the sense of unease Like horror games, science fiction constructed by the game’s narrative is echoed games enjoy a lengthy history that has pro- in other elements like the tense, high-toned duced a highly varied range of examples, strings of the game’s soundtrack and the glum each of which responds in different ways to environments the player explores, however traditions of science fiction in literature, film, the game remains highly narrative-driven, television, and radio. In his introduction to and that narrative is moved forward in the Science Fiction Video Games, Neal Tringham form of written texts and annotated dialogue highlights the difference between science fic- that offer a reminder of the lasting relevance tion games and works of science fiction in of the written word, even for telling stories in other media, arguing that, interactive media such as video games. A final example from the horror genre, where science-fictional cinema and Damned (9heads Game Studio, 2014), is a television are often characterized by cooperative multi-player online PC survival their visual qualities and ‘spectacle,’ horror game from three-person 9heads Game sf [science fiction] games can argu- Studio in Florianopolis, Brazil, in which the ably be defined by their interactivity. The emergence of videogames as a player is situated as one of five characters in commercially important form thus a horror narrative requiring them to work to- suggests a possible categorization of gether to find the keys to escape from the hell sf media as either written (meaning in which they have awoken. The game’s dark essentially novels and short stories), interiors and shadowy spaces are reminiscent audible (radio and music), or interac- of games like Enola as well as horror game tive (indicating games). (2) classics such as Resident Evil (Capcom, 1996) and Silent Hill (Konami, 1999). The player’s This is a useful framework for thinking of the view in the game is limited to the small por- ways video games both relate to and differ tion of the screen occupied by the glow of her from other traditions of expression, open- flashlight, and the designers’ aim is to explore ing up new possibilities for expressing clas- the terrifying feeling of defenselessness, by sic themes of science fiction such as space requiring the player to dodge and escape the exploration, alien interactions, and future monster they are fleeing without ever coming dystopias. into direct contact. This dynamic is trans- The point-and-click adventure game formed due to the fact that the player can also Reversion (Bulky Pix, 2014) is a particularly choose to play as the monster in Damned— unique example of a recent science fiction and as in Poltergeist, the player gets to super- game from Latin America, due in part to naturally experience what it is like to produce the fact that the game is released chapter- horror and not just respond to it. This is yet by-chapter in a way that resembles the serial 290 Letras Hispanas Volume 11, 2015 publication of popular literature in different effects on the situation. For example, when moments and contexts throughout history. interrogated by a uniformed guard as to why Developed by independent studio 3f Inter- he’s in such a hurry, the player may choose active in Buenos Aires, Argentina, Reversion from four responses: “Someone is waiting for involves a story in which the protagonist, me at the cinema!,” “I’m gonna miss my flight, Christian, awakens in 2035 after a twenty- I must leave!,” “I’m feeling sick again, I need year coma, finding himself in an Argentine to go to the toilet!,” or “He! Just a joke!” The capital that has been ruined by warfare, with player’s choice will affect the possible con- no memory of his own or his country’s past. clusions for each scenario, and a process of The gamespace ofReversion —a game play- trial-and-error is required to locate the cor- able on iOS, Windows, Mac, and Linux—is rect combination of responses within a given presented in third-person perspective with situation and interactions with a given set of cartoonish, stylized characters and environ- characters to move through this highly sto- mental elements. The plot is moved along by ry-driven puzzle game, as the player quickly spoken dialogue accompanied by on-screen becomes embroiled in a cloak-and-dagger subtitles, meaning that written language pro- chase from the authorities. This basic format vides much of the key information regard- for gameplay and player input resembles that ing dystopian world in which the game takes of games produced by Telltale Games like place as well as the mysteries and puzzles the The Walking Dead (Telltale, 2012), The Wolf player must solve. Against a tango-inspired Among Us (Telltale, 2013), or Minecraft Story soundtrack, the game opens with an explana- Mode (Telltale, 2015), showing that Rever- tion delivered by the doctor attending to the sion responds to and incorporates the generic protagonist: conventions of video games as well as those of the literary tradition. As mentioned before, It looks like you have completely lost the narrative is delivered chapter-by-chapter, your memory after the 2015 attack. in installments with subtitles such as The Es- Buenos Aires was taken over by a cape and The Meeting. Reversion developer paramilitary organization. And we Francisco Ignacio Sáenz explains that 3f In- are still facing the consequences of a teractive chose to take this approach in an at- war. tempt to make their studio’s work cyclical and cumulative, creating longevity and sustain- From this point, the player navigates the ability for this small start-up developer (“Ver- game either by moving the cursor across the siones de Reversión”). In both its narrative screen’s surface until identifying functional structure and its distribution, then, Reversion parts of the area by placing the cursor over is a game that plays with the conventions of them (which provides a readout of the item’s the sci-fi genre and the serial fiction format, name and causes the cursor to glow), or by demonstrating both a lasting link to the past using the other procedural, navigational, and and an innovative new take on existing liter- narrative mechanisms provided by the game, ary traditions. such as a dialogue box providing hints and There are several other games that relate a radar mechanism that highlights all po- to common themes of science fiction such as tentially interactive items currently on the space exploration and interplanetary interac- screen. tions with alien beings, while departing con- Meanwhile, the plot of Reversion pro- siderably from the generic conventions of sci- gresses by way of player interactions with ence fiction narratives. Instead, these games the non-player characters (NPCs) in which offer primarily procedural ways of playing the player is free to choose from a number with signifying dynamics. An example is of possible responses with various possible Kerbal Space Program (KSP) (Squad, 2015) Phillip Penix-Tadsen 291 an off-the-wall space flight simulator devel- Zeno Clash and the other games re- oped in Mexico City that has found success viewed in this section represent unique takes with audiences worldwide through distribu- on the conventions of science fiction, includ- tion for Windows and Mac on Steam. In KSP, ing familiar themes and environments, plot the player controls a squadron of tiny minia- elements, and distribution practices like epi- ture NPC aliens who speak an indecipherable sodic publication. But when future dystopias, foreign language. In addition to controlling space exploration, and alien cohabitation vehicles as they fly from one location to an- are represented in video games, these famil- other, the player must build spacecraft from iar scenarios are transformed substantially scratch using an interface of menu buttons, through the process of remediation. There- each of which corresponds to one of the many fore, the stories science fiction video games rockets, modules, control panels, and other tell are different, replacing linear narratives mechanical components available. This game with open-ended, multicursal simulations is another example of a nearly language-free and supplanting the point-of-view of a single interface and gameplay experience, demon- protagonist with a multitude of perspectives. strating how non-narrative media such as simulation games can offer novel reinterpre- tations of conventional science fiction themes Neomedievalism like space exploration. Like KSP, the Windows, Xbox 360, and Turning from the future to the past, an- PlayStation 3 games Zeno Clash and Zeno other set of Latin American game designers Clash II (Atlus, 2013) demonstrate the unique are finding success in the remediation of the visions of Latin America’s independent de- iconography and narratives of medieval times signers today. The Zeno Clash series consists to games that are played on tablets, smart- of first-person brawler/fighter games with phones, and other personal electronic devic- an interface resembling a conventional FPS, es. In Digital Gaming Re-imagines the Middle but with that genre’s usual weapon replaced Ages, Daniel T. Klein explains that games set by the protagonist’s meaty fists, the primary in medieval times tend to “appropriate and means of interaction with the surrounding translate the raw material of the Middle Ages characters and environment. The Zeno Clash for interactive gameplay while going beyond games take place on another planet, inhabited simple storytelling to incorporate narrative as by humanoid and other-worldly beings of all well as audio, visual, haptic, and kinesthetic shapes and sizes. Through snippets of spoken elements into coherent interactive worlds” dialogue and cinematic cutscenes, the player (3). Klein uses the term neomedievalism to pieces together the backstory of the protago- describe this “unique approach to medieval nist, Ghat, who is on a quest to flee his home- material” in video games (3). Neomedieval- land in exile after slaying his father-mother. ist games are informed by lengthy storytell- The bizarre twists and turns of the game’s out- ing traditions in fantasy literature, film, and side-of-the-box narrative echo the unconven- video games, bringing mythological creatures tional aesthetic of Zeno Clash’s surreal and and forces into the familiar realm of video- otherworldly environments, which are filled game neomedievalism. not just with strange beings but also dramatic In addition to the aforementioned Zeno geological features and startlingly varied flora Clash games, Chile’s ACE Team also devel- and fauna. These elements combine to cre- oped Rock of Ages (Atlus, 2011), a game in ate a unique game that turns science fiction which the player rolls a large boulder down themes as well as game design conventions on a series of ramps and bridges toward a goal, their heads. impeded along the way by obstacles that are 292 Letras Hispanas Volume 11, 2015 also familiar signifiers of the neomedieval to puzzle-oriented gameplay, albeit in an en- environment: catapults and castles, farm vironment replete with the signifiers com- animals and haystacks, ogres and crusaders. mon to the neomedieval semiotic domain. Though the game’s procedural pleasures de- The success ofClash of the Olympians rive from its challenge to a player’s capacity to is what many small, independent game de- build defenses and respond offensively to an signers in Latin America hope for: a game for ever-more tenuous path to victory set against play on mobile devices that uses original in- a medieval backdrop, the game’s narrative is tellectual property and proves to be a success also driven by a set of cinematic cut scenes on an international level. And Clash of the made to resemble Greek shadow-puppet the- Olympians allowed Ironhide to do what most ater and/or Monty Python films. This narra- independent game studios in Latin America tive element adds to the humorous tone of the aim to achieve with such a release: its success game, which is echoed in the melodramatic permitted them to build upon their work and gasps and flourishes that abound in create a sustainable business plan in order to its soundscape. In concert, these elements of- continue developing more ambitious future fer a multisensorial experience that builds on projects. In the case of Ironhide, even greater multiple traditions of representation of the success was in store when they returned to the Middle Ages, but goes beyond those repre- neomedieval milieu in 2011 with the online sentational legacies by producing an interac- Adobe Flash, iOS, and Android tower defense tive, multimodal form of neomedievalist cul- game Kingdom Rush, which was followed by tural production. the sequels Kingdom Rush: Frontiers (Iron- If ACE Team found a way to make hide, 2013) and Kingdom Rush: Origins (Iron- neomedievalism into a unique side project, hide, 2014). These games present players with Uruguay’s Ironhide Studios has practically a series of map-based defensive challenges, made a career of it. Their variations on this perching them high above a miniature world theme began in 2010 with Clash of the Olym- in what is referred to as isometric perspective. pians (Ironhide, 2010), an app game for iOS Leaving behind the Greek mythology of their and Android devices. In this action/tower de- previous games, this series delves ever deeper fense game, the player chooses from among into the fantastical side of neomedievalism, a pantheon of ancient Greek gods and god- with all manner of dragons, orcs, ogres, and desses, then proceeds to defend a base on elves as the player sets up defenses consisting the left side of the screen from the oncoming of archery brigades, catapults, and artillery. humanoid hordes, armed ogres, and flying Like the other neomedievalist games beasts that scroll continually from toward the referenced above, the Kingdom Rush series player from right to left. The interface is filled eschews narrative in favor of environmental with two-dimensional moving characters immersion, using very little written language and objects set against cartoon-like mythical and no spoken dialogue. And nonetheless, backdrops, in a gamespace with no spoken each of the games from Latin American de- dialogue and in which written text is reduced velopers discussed in this section represents to the on-screen score readout. As the player a reinterpretation of the conventions and masters the touch-screen controls and be- norms of representing the medieval and the comes immersed in the mechanics of spear- fantastical that cross over into multiple me- chucking and defensive maneuvers, textual dia. Their particular reliance upon game me- expression and narrative arc take a back seat chanics and the use of a complex network of Phillip Penix-Tadsen 293 visual and interactive signs allows such video is useful when brute force becomes a neces- games to generate a new type of embodied sity. All of the characters are imbued with cer- experience couched in a familiar expressive tain characteristics that make them advanta- motif. geous in some scenarios and burdensome in others. Thus, mastering the game requires the dynamic switching of identities on the part of Other Worlds the player, who plays the role of many pro- tagonists simultaneously and continuously. A final group of games I would like to Once again in Abyss Odyssey, the background discuss deals not so much with the generic story—which in this case involves a warlock conventions of written texts and literary who creates a giant, monster-filled chasm genres, and more with creating unique worlds beneath Santiago, Chile—quickly fades away that would be virtually unimaginable in any as narrative and text disappear and the rich other medium. These types of games do more visual environment of the game takes its hold than remediate past traditions—though they on players, allowing them to virtually experi- also do plenty of that. They create their own ence another world unfathomable as a writ- fantasy environments with their own existen- ten text or motion picture. tial and procedural rules and norms, offer- ACE Team’s most recent project, The ing the player an opportunity to inhabit an Deadly Tower of Monsters (Atlus, 2015), re- exotic and unfamiliar space while providing leased in 2015 for PlayStation 4 and Win- the keys necessary to master and take control dows, again creates its own unique world, but over that environment. Not surprisingly giv- this time one that references a different repre- en the imaginative and dreamlike landscapes sentational tradition, that of cult classic low- of Zeno Clash and the quirky neomedieval budget Hollywood monster movies, in all environment of Rock of Ages, Santiago-based their cheesy, over-the-top glory. In this game, ACE Team once again provides key examples the player must proceed layer by vertical layer of game worlds that use familiar mechan- while climbing a sky-high tower replete with ics and scenarios in innovative ways. Their film sets, movie props, and mechanical de- two-dimensional Windows, Xbox 360, and vices belonging to an old-time movie maker. PlayStation 3 fighter/brawler Abyss Odyssey The game pokes fun at works from the sci- (Atlus, 2014) is a quintessential example of ence fiction and horror traditions, situating a game that uses its own utterly original aes- the player among a contingent of marooned thetic and environment, yet builds on many astronauts on a mysterious planet. Again, the of the conventions germane to fighting games player can choose from among multiple iden- as a genre, defined by games like Street Fight- tities—in this case Dick Starspeed, Scarlet er (Capcom, 1987), Tekken (Bandai Namco, Nova, and The Robot—each of which allows 1994), and Super Smash Bros. (Nintendo, for unique obstacles and affordances. As de- 1999). The player can choose to inhabit the scribed by one critic, this richly layered and procedurally-generated levels (meaning the platforms and devices present in each level change position each single-player, isometric adventure time the player replays the level)—which game ups the B-movie charm by occasionally letting players catch range from dark castles and caverns to lush a glimpse of the terrible special ef- forests and gardens, to frozen wastelands and fects—two ropes holding a rocket, a marshy wetlands—as either a human protag- giant stick moving the giant gorilla’s onist or a number of beasts, such as a “wood hand—as they work their way up the golem,” a large and powerful monstrosity that deadly tower. (Crecente) 294 Letras Hispanas Volume 11, 2015

In this way, The Deadly Tower of Monsters cre- Triple XP, 2014) features 2D gameplay ac- ates an environment whose slapstick dialogue tion set among vivid and fantastical environ- is in harmony with its visual aesthetic, both ments made up of mechanisms and interac- of which reveal the superficiality of the films tive devices that are unique to the videogame and filmmakers being parodied, while adding medium. Released in 2014 for Windows to the pleasure and dynamism of gameplay. with plans to expand onto Mac, PlayStation Another game that creates a world unto 4, PlayStation Vita, and Xbox One in 2015, itself is the Ecuadorian vertical-scrolling 2D the game employs mechanics reminiscent of platformer To Leave (Freaky Creations, 2013), home console classics like Sonic the Hedgehog developed by Guayaquil-based Freaky Cre- (Sega, 1991) as well as contemporary indie fa- ations and distributed on Sony’s PlayStation vorites like Flappy Bird and Super Meat Boy Network for PlayStation 4 and the PS Vita mo- (Team Meat, 2010). Along with a soundtrack bile console, with plans for future release on inspired by classic 8-bit and 16-bit videogame Windows, Mac, and Linux. In the game, the music, these ludic touchstones are more likely player embodies a protagonist named Harm to produce a greater sensation of familiarity who clings to the edge of a rickety wooden for game-literate consumers than any narra- door in the vibrant and exotic city of Candice, tive elements within Fenix Rage, which are as he ascends vertically through a series of virtually nonexistent. Nonetheless, these fea- ever-more complex puzzles replete with ob- tures both draw upon and increase game lit- stacles such as falling bricks, flaming balls of eracy, demonstrating the unique parameters gas, and narrow passageways blocked inter- for signifying experience enabled by worlds mittently by moving pillars. These mechani- that could only be imagined, or compellingly cal devices will feel familiar to many players, narrated, in interactive, ludic form. In these but unlike the horror, science fiction, and ways, the “other worlds” in the games ana- neomedievalist motifs discussed above, they lyzed in this section show that contemporary are unique to the world of video games. Ludic Latin American game designers do not just signs without real-world referents, these non- adapt modes of expression from traditions in linguistic elements define the space where literature, cinema, and the visual arts, but also meaning is made in To Leave and games like respond to the genre conventions and expres- it. The game centers on the threatening pro- sive traditions specific to the videogame me- posal of leaving one’s comfort zone to attempt dium itself. to survive a hostile and unwelcoming world, bringing emotional tone and gravitas to what is otherwise a quirky and fun-filled experi- The Insufficiency and Indispens- ence. The environment is excruciatingly diffi- ability of Textual Analysis for cult to navigate at times, requiring the player Game Studies to continually collect glowing icons that build up the protagonist’s level of “Drive,” with the door disappointingly disintegrating and the As the examples examined in this essay player falling back to the starting point with have demonstrated, video games share in- each successive and frequent failure. In this numerable characteristics with written texts, way, To Leave transmits a procedural story of and yet cannot be satisfactorily analyzed in failure and success, discouragement and per- merely narrative terms. In some ways, per- severance that allows the player to experience haps Janet H. Murray did have “the last word” all of these emotions and acts with little to no in the debate over the role of narrative in use of written or spoken language. videogame analysis. A decade ago, in a key- Like the previous example, the Costa note talk at the Digital Games Research As- Rican puzzle-platformer Fenix Rage (Reverb sociation Conference, Murray argued that the Phillip Penix-Tadsen 295 debate between narrative and ludological ap- vis-à-vis the centrality of gameplay. And fi- proaches to videogame analysis had already nally there are those games that are mostly or been done to death: entirely procedural in their communication of meaning, disavowing language in favor It is time to reframe the conversation. of self-referential meta-videogame environ- At some point in all of these debates, ments. Among them, games like Poltergeist: these two commonsensical facts are A Pixelated Horror, Damned, and The Deadly usually acknowledged: games are not Tower of Monsters allow players to inhabit a subset of stories; objects exist that have qualities of both games and sto- multiple characters and perspectives, bring- ries. (Murray) ing new facets and experiences to classic liter- ary genres and expressive modes. Meanwhile, Therefore, we must at once recognize the in- a broad range of game designers have created sufficiency of narrative or literary analysis for unique self-contained game worlds, in titles looking at video games, and at the same time ranging from the pixel horror game Into the accept its indispensability for the interpreta- Gloom, to flight simulator Kerbal Space Pro- tion of the many textual elements that games gram, to neomedievalist games like Clash of often do contain. And even still, recent devel- the Olympians and Kingdom Rush, to micro- opments in game design such as the advent cosms of ludic signification like To Leave and of casual games have allowed for new tenden- Fenix Rage. cies to emerge that demonstrate the ways the Though most of these games in some relationship between games and narrative way adapt written and spoken words into continues to evolve. their design, the continual process of reme- Looking at the Latin American games diation again produces fundamental changes. examined in this essay, several different tra- These include the capacity to experience a jectories can be identified in terms of the story from multiple perspectives and the sub- ways contemporary game designers use let- ordination of textual elements and narrative ters, text, and dialogue to contribute to vid- devices to game mechanics and game design eogame meaning. First, there are those games conventions in terms of their relative weight that are mostly narrative in the way they de- in a game’s meaning. Video games also have velop plot and allow the player to progress unique means of transmitting meaning and through the game. Games like Sergio Arís- telling stories procedurally, from interactive tides’ Enola show that textual communication objects with situated meaning, to layered and written dialogue remain relevant even in visual environments, to procedurally-gener- an interactive medium, and this game’s story ated levels to the ways they use humor, hor- is told in a way that relies fundamentally on ror, and fantasy as contributions to mean- written narrative elements. Next there are ingful experience. As Gee has pointed out, those games that are both moderately nar- even games that are made mostly or entirely rative and moderately procedural, blending for the purposes of entertainment can teach together both literary conventions and game players important lessons, including learning design touchstones in the stories they cre- to experience the world in a new way, join- ate. To varying degrees, games such as the ing new affinity groups, developing resources episodic science fiction thriller Reversion and for future problem solving, and learning to the imaginative gamescapes of Zeno Clash, think critically about the relationship be- Rock of Ages, and Abyss Odyssey incorporate tween games’ designed spaces and the real spoken dialogue and references to the literary world (37-38). And therefore it is important and poetic tradition into the messages they to think about the ways video games create communicate; however, that narrative fre- meaning in dialogue with other expressive quently functions as a background element traditions as well as with other games and 296 Letras Hispanas Volume 11, 2015 game genres. As the recent examples from Conditt, Jessica. “Steam Now Accepts Brazilian Latin America examined here have shown, National Currency via Boleto.” Engadget. 11 videogame development is a booming field of June 2015. Web. 15 November 2015. cultural production that is picking up speed, Crecente, Brian (2015). “The Deadly Tower of Monsters turns Every Sci-Fi B-movie into showing promise for future growth and di- an Adventure Game.” Polygon. 12 June 2015. versification of the games, and scholarly ap- Web. 15 November 2015. proaches to games, related to Latin America. DeVane, Ben and Kurt D. Squire. “The Meaning of New types of mediated expression require Race and Violence in Grand Theft Auto: San a renewed effort to reinterpret and revisit Andreas.” Games and Culture 3.3-4 (2008): our critical foundations. As such, we must 264-85. Print. avoid becoming overly reliant on conceptual Dovey, Jon and Helen W. Kennedy. Game Cultures: frameworks that are not entirely applicable to Computer Games as New Media. Berkshire, games, such as examining games’ narrative or UK: Open UP, 2006. Print. Ensslin, Astrid. Literary Gaming. Cambridge, MA: literary elements in isolation. And therefore, MIT P, 2014. Print. in some ways we may indeed have arrived at Montenegro, Pablo Andrés Escandón. “Ciberme- the kind of crisis in written expression de- dios y cibercultura,¿ senderos narrativos que scribed in the introduction to this essay. But se bifurcan?.” Chasqui. Revista Latinoameri- even still, as I hope I have demonstrated here, cana de Comunicación 119 (2012): 66-72. the last word in the relationship between vid- Print. eo games and narrative has yet to be written. Fernández-Vara, Clara. Introduction to Game Analysis. New York and London: Routledge, 2015. Print. Works Cited Frasca, Gonzalo. Simulation versus Narrative: In- troduction to Ludology. The Video Game The- “App Stores Choose Bango Platform to Power ory Reader. Ed. Mark J. P. Wolf and Bernard Next Generation Carrier Billing Across Latin Perron. New York and London: Routledge, America.” Bango Newsroom. 11 June 2015. 2003. Print. Web. 15 November 2015. Friedman, Ted. “The Semiotics of SimCity.” First Bogost, Ian. Persuasive Games: The Expressive Monday 4.4 (1999). Web. 15 November 2015. Power of Videogames. Cambridge, MA: MIT Foucault, Michel. Of Other Spaces. Trans. Jay Mis- P, 2007. Print. kowiec. diacritics (1986): 22-27. Print. —. 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Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: La tuit(er)-ficción en el (ciber)espacio literario hispano-americano Authors: Sarah Lowman & Luis Correa-Díaz E-mail: [email protected] / [email protected] Affiliation: University of Georgia; Department of Romance Languages; 137 Gilbert Hall; 210 Herty Dr.; Athens, Georgia, 30602 Abstract: Bronwen has noted that “Twitter Fiction” challenges classical models and concepts of nar- ration, not only due to its 140-character limit, but also for its differences in structure and manner of reaching the reader. Within the Twitter platform, a tweet appears in a series of different entries according to the selection of users each reader has decided to follow, which creates a unique context for each reader. Additionally, in regards to serial “Twitter Fiction,” the entries appear in reverse chronological order. As a testament to “Twitter Fiction’s” popularity, various books and digital ar- chives have been published featuring works originally published on Twitter. This article analyzes ex- amples of publications based on “Twitter Fiction,” including the paradigmatic Twitterature (2009) and others belonging to the Hispanic geo-literary/ cybernetic context of Spain and Latin America. The analysis also includes examples of digital archives of “Twitter Fiction” that include representa- tions of Hispanic literature. “Twitter Fiction,” whether in a cybernetic platform—Twitter and digital archives—or in print, offers a new literary experience, one in which some have seen the origins of a new narrative genre (Bronwen). Keywords: Twitter Fiction, Digital Storytelling, Cyberculture, Spain, Latin America Resumen: Bronwen ha comentado que la ‘Twitter Ficción’ desafía los modelos y conceptos clásicos de la narración, no sólo por el límite de 140 caracteres, sino también por las diferencias en su estructura y la manera de llegar al lector. Dentro de la plataforma de Twitter, cada tweet aparece en una serie de entradas diferentes según la selección de usuarios que el lector ha decidido seguir, lo cual crea un contexto único para cada lector. Además, en cuanto a la ‘Twitter Ficción’ serializada, las entradas aparecen en un orden cronológico al revés. Como un testimonio de la popularidad de la ‘Twitter Ficción,’ se han publicado libros impresos y archivos digitales de obras originalmente publicadas en Twitter. El presente trabajo analiza ejemplos de libros publicados basados en la ‘Twitter Ficción,’ como el paradigmático Twitterature (2009) y otros propios del contexto geo-literario/cibernético hispánico, ya sea el español o el latinoamericano. También se incluyen ejemplos de archivos digita- les destinado a la ‘Twitter Ficción,’ donde se observa la presencia o representación de la literatura hispánica. La ‘Twitter Ficción,’ ya sea en su plataforma ciberespacial—Twitter y archivos digitales— o en su versión impresa, resulta ser otra experiencia literaria de nuestro presente, en la que algunos han querido ver el nacimiento de un nuevo género narrativo (Bronwen). Palabras clave: Twitterficción, la narrativa digital, cibercultura, España, América Latina Biography: Sarah Lowman is a Ph.D. candidate of Latin American literature in the Department of Romance Languages at the University of Georgia. Her current dissertation research analyzes the representation of the environment as it intersects with identity, cultural activism, and political ecol- ogy in Nahua literature from Mexico. Luis Correa-Díaz is Professor of Spanish in the Department of Romance Languages at the Uni- versity of Georgia, and a member of the Academia Chilena de la Lengua. His current research encompases, within the realm of Digital Humanities, the intesection between literature and new technologies, particularly digital poetry.

ISSN: 1548-5633 300 Letras Hispanas Volume 11, 2015

La tuit(er)-ficción en el (ciber)espacio literario hispano-americano

Sarah Lowman, University of Georgia Luis Correa-Díaz, University of Georgia

Introducción y propósito en Twitter—el que se clasifica dentro de la ac- tividad llamada ‘microblogging.’ Nos proponemos analizar, después de Twitter se estrenó en 2006 con la inten- algunas observaciones preliminares que nos ción de proveer una plataforma para comu- son necesarias, ejemplos de libros, e-libros y nicarse con un grupo seleccionado de usua- festivales dedicados a la tuit(er)-ficción en el rios con mensajes digitales restringidos a un mundo hispanohablante, esto con el propó- máximo de 140 caracteres cada uno. Desde sito último de indagar en el fenómeno pos- entonces, el número de usuarios activos ha terior de la publicación de la tuit(er)-ficción alcanzado los 241 millones (Ha), y esta nueva fuera de la plataforma de Twitter. En estos comunidad cibernética incluso ha desarro- ejemplos se encuentra la noción de una re- llado nuevas funciones para el medio.1 Se ha volución literaria que responde a los cambios destacado el papel de Twitter en organizar ac- culturales de la época digital. Sin embargo, se ciones sociales y políticas y en fomentar una han expresado dudas sobre la legitimidad y la conexión más directa y presente—aunque de viabilidad del nuevo formato digital en Twit- manera virtual, se entiende, lo cual es en sí ter como vehículo literario, al mismo tiempo un oxímoron, una de las encrucijadas de esta que aparecen, como se verá más adelante, doble vida que vivimos, según Miller—entre preguntas desafiantes que tanto la comunidad celebridades y sus aficionados.2 lectora como los propios autores se hacen y El presente trabajo propone analizar responden sobre las implicaciones teóricas y otra manifestación del poder creativo (y co- prácticas que acarrea la transposición de la munitario) que se encuentra en Twitter. A tuit(er)-ficción al mundo del libro impreso, o, pesar del límite respecto al número de ca- en algunos casos, al e-book en tanto éste imita racteres, Twitter ha abierto las puertas a un a aquél en su diseño en el espacio virtual de nuevo fenómeno literario dentro de la llama- nuestra ciber-cultura. da literatura digital3, la tuit(er)-ficción, que Antes de pasar al análisis de los ejem- cabría situarla en el campo del ‘new social plos de la tuit(er)-ficción publicados fuera media/digital story telling,’ aunque aparen- de Twitter, cabe atisbar lo que los estudios temente Twitter pudiera ser “the least likely previos han comentado sobre la naturaleza story telling platform of all,” cosa que ha pro- única y dinámica del proceso de producción, bado ser exactamente lo contrario (Alexan- publicación, diseminación y lectura de la der 61).4 Un testimonio de la popularidad de tuit(er)-ficción. En cuanto a la publicación, la tuit(er)-ficción está en que se han publi- Twitter ha creado un nuevo foro en el que cado libros impresos y archivos digitales5 a cada persona con conexión a Internet tiene posteriori de obras originalmente publicadas la capacidad de publicar y publicarse. Rudin Sarah Lowman/Luis Correa-Diaz 301 resalta este poder para la auto-publicación tuit(er)-ficción proveniente de la microficción en su análisis de la ficción digital al colocar y otras formas breves de escritura, comentan- un tuit (en captura de pantalla) dentro de su do que la restricción a 140 caracteres “es del ensayo: “Right now I´m writing and publis- todo análoga a la del escritor de sonetos o de hing myself. In 140-character hiccups, I can haikús y funciona como un acicate creativo: el say anything I want, anytime I want, for an reto de explorar una forma al mismo tiempo enormous audience.” Así, se puede decir que, que se le utiliza para contar” (Chimal, “Sobre” aunque restringe el número de caracteres que 4).6 Dentro de la plataforma de Twitter, cada se puede publicar a la vez, Twitter provee una tuit aparece en una serie de entradas diferen- plataforma sin restricciones económicas ni tes según la selección de usuarios que cada jerárquicas a los nuevos autores. Efectiva- lector ha decidido seguir, lo cual crea un con- mente, la auto-publicación en Twitter elimi- texto único para cada lector de la tuit(er)-fic- na el paso intermedio que separa a los autores ción. Además, en cuanto a la tuit(er)-ficción y a los lectores, es decir, las (empresas) edi- serializada, las entradas aparecen en un orden toriales. Por lo tanto queda neutralizado el cronológico invertido. Si bien la presentación efecto secundario de la censura (crítica o de original de la tuit(er)-ficción se distancia de otra índole) que inevitablemente acompaña a la recepción más tradicional de la literatura, la industria editorial. Es decir, el autor com- la publicación impresa de la tuit(er)-ficción parte su obra sin preocuparse de los asuntos la devuelve a ésta. También, sacada del con- que rigen el lado literario-político/económi- texto de la página principal personal de cada co de la publicación. Una vez que el texto esté usuario de Twitter, la tuit(er)-ficción publica- publicado en Twitter, son los lectores los que da en libros se convierte en el único punto de deciden su destino, no sólo al escoger a quién focalización del lector, a diferencia de lo que subscribirse, a quién seguir, sino también con le ocurre cuando está leyéndola en el sitio de quién interactuar. Como comenta Thomas, Twitter. Así, el contexto de la presentación del “Twitter Fiction destabilizes the relationship texto se uniforma. Además, la tuit(er)-ficción between author and reader” (96). Es decir, la serializada aparece en el orden cronológico plataforma de Twitter posibilita un nivel de de la secuencia narrativa, no en el orden de agencia, co-producción y/o interacción entre su publicación en Twitter. De este modo, la el autor y el lector sin precedentes. Raguseo publicación de la tuit(er)-ficción en libros propone que estas nuevas posibilidades in- impresos resulta en otra experiencia literaria, teractivas nos han llevado a una revolución un híbrido entre el tuit y una narrativa más informática: “These technologies that enable tradicional. Internet users, not only to access, but also to contribute content, are responsible for a revo- lution in the way information is created and La tui(er) literatura en modo de distributed.” Cabe hacer notar, como veremos reinterpretación más adelante, que se pierde ese aspecto fluido y más igualitario de la relación entre autor y lector cuando se publica la tuit(er)-ficción en Se ha reconocido la capacidad/posibi- una publicación más fija fuera de Twitter. lidad de Twitter como una plataforma para Thomas ha comentado que la tuit(er)- la reinterpretación de los textos clásicos al ficción desafía los modelos y conceptos clá- nuevo medio de la lectura digital.7 Sirve de sicos de la narración, no sólo por el límite de ejemplo el análisis que Thomas ofrece de @ 140 caracteres, sino también por las diferen- epicretold, un proyecto iniciado en 2009 (y cias en su estructura y la manera de llegar al que continúa hasta el presente) que re-narra lector. Sin embargo, por otro lado, Chimal un texto épico-mitológico de la India, el Ma- reconoce una especie de línea derivada a la hábharata, a través de una serie de tweets. 302 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Mientras que @epicretold adapta un texto obstante, por su parte, en el libro impreso fi- original de la tradición oral a un formato di- guran varios elementos que le son únicos. gital,8 dos estudiantes universitarios, Alexan- Mientras que cada apartado del libro der Aciman y Emmett Rensin, abordaron el impreso carece de una introducción y/o con- proyecto de adaptar más de ochenta obras clusión individual, en este formato sí figura literarias de la tradición escrita al formato de una introducción al libro entero, la cual no Twitter y con un lenguaje vernacular juvenil aparece en su contraparte en Twitter. La dife- de hoy en día. Este proyecto también se es- rencia entre el estilo discursivo de esta intro- trenó en 2009 bajo el nombre Twitterature y ducción y el del resto del libro señala que se el perfil de @AcimanandRensin en Twitter. dirige a un lector diferente del usuario típico Aunque se publicó el proyecto inicialmente de Twitter. Además, demuestra un intento en tweets, también se publicó un libro impre- de legitimarse ante aquel público más tradi- so, Twitterature: The World´s Greatest Books cional. La abrupta transición entre el primer in Twenty Tweets or Less, bajo el prestigioso párrafo y la línea siguiente resalta esta distin- sello editorial Penguin Books. Un cotejo ini- ción entre estilos desde el principio: cial entre el formato en Twitter y su adapta- ción al libro impreso revela el intento de legi- Life can offer us no greater treasure than art. It is all that is beautiful, and timar la tuit(er)-ficción y los nuevos hábitos all that allows a man’s soul to take de lectura digital ante un público de lectores leave of the quotidian trifles that mo- más tradicionales. lest his waking mind, to be lifted to La publicación digital en Twitter apare- the highest peaks of experience, and ció a lo largo de varios meses desde el 2009 to peer briefly into the sublime. It is hasta el 2010, incluso con la reinterpretación that which removes man from the de una obra en una sola tarde. La re-narra- static residue of time and casts him ción de cada obra está acompañada por un into the gentle waters of the eternal. tuit introductorio y uno concluyente, los dos It is to hear and to speak softly in the beauteous tongue of antiquity, and yet escritos en las voces ingeniosas y sarcásticas to foresee all that will unfold through de los autores Aciman y Rensin. Consideran- the illimitably growing passage of our do que la presentación de los tuits aparece en universe. un orden cronológico invertido e interrum- In short, art is pretty sweet. (xiii) pido por los demás tuits que aparecen en or- den impredecible en la página inicial de cada Esta yuxtaposición entre la retórica os- usuario, se pueden interpretar estas introduc- tentosa y verbosa del primer párrafo que re- ciones y conclusiones como guías que ayudan flexiona sobre el arte, escrito en un registro al lector a navegar cada serie desde su inicio literario exagerado y pedante, y la siguiente hasta su final. Además, como introducciones paráfrasis minimalista de un registro colo- y conclusiones están escritas en las voces de quial, refleja y prefigura los ejemplos de twit- los autores—en contraste con los demás tuits terature que forman parte del cuerpo textual. que están narrados en primera persona por Además, sirve para demostrar que los autores los protagonistas de cada obra—e invitan al sí son capaces de escribir en un registro litera- diálogo entre los autores y su público—cabe rio, el tradicionalmente prestigioso de la alta por eso volver a mencionar la opción de res- cultura, y que cuando escriben en un registro ponder a los tuits. Por otro lado, estos tuits de coloquial corresponde a un acto consciente, introducción y conclusión no aparecen en el una decisión literaria válida, que nada tiene libro impreso, lo cual refuerza su interpreta- que ver con una falta de formación intelec- ción como guías a la navegación e interacción tual. Más bien, esta introducción alardea con únicamente posible en el formato digital. No la destreza con que los autores navegan entre Sarah Lowman/Luis Correa-Diaz 303

la literatura clásica y la cultura popular actual. cultura popular actual que sirven para reu- La demostración pomposa del discurso litera- bicar los relatos clásicos en el contexto con- rio de la introducción establece una respuesta temporáneo. Por ejemplo, al decir “I´m on a desafiante a los críticos que subestiman el va- boat,” Eneas, del poema latino de Virgilio, la lor del habla popular en la literatura y que in- Eneida, bajo el handle10 @Translatiostud, hace terpretan la adaptación de los textos clásicos referencia a una parodia musical que se es- al registro de Twitter como un acto sacrílego trenó en el programa Saturday Night Live en y culturalmente dañino.9 El glosario que apa- 2009, el mismo año de la publicación de Twit- rece al final del libro, otro componente único terature, y alcanzó más de ochenta millones del libro impreso, también se puede interpre- de vistas en YouTube (151). De manera simi- tar como un intento de legitimar la jerga de la lar, Sherlock Holmes, más bien @KeepDig- cultura popular y las abreviaciones que abun- gingWatson, hace mención a la adaptación dan en Twitter, las cuales son productos del fílmica de su novela que también se entrenó nuevo medio de comunicación digital. en 2009: “Robert Downey Jr playing me in a Mientras que esta introducción, res- film? Totally cool. Perfect” (84). El anti-héroe puesta (y propuesta) a los críticos, comienza de Lermontov, Pechorin, en Un héroe de nues- como una reivindicación de la habilidad lite- tro tiempo, @BAMF, se compara al villano, raria de los autores, procede a una justifica- sumamente conocido entre los jóvenes, Vol- ción del proyecto, la que traza la línea tenue demort, de la saga inglesa Harry Potter: “And entre el sarcasmo, la exageración y la burla. yet, I´m a true monster, a truly sinister man, Después de compararse a Martín Lutero, una the worst of them all. I´m like a Russian Vol- comparación que hay que tomar con pinzas, demort minus Rasputin” (40). Estas referen- concluyen con una declaración de salvación cias culturales demuestran la adaptablidad de y revolución: “In brief—and we mean this li- los relatos, un testamento al valor del mensaje terally—we have created our generation’s sal- literario que se encuentra detrás de la forma vation, a new and revolutionary way of facing lingüística fijada por la industria editorial y la and understanding the greatest of all arts: Li- crítica, mensajes que siguen vigentes y prueba terature” (xvi). Aunque se detecta un toque de de ello son sus adaptaciones contemporáneas, ironía en la pomposidad de esta declaración, aquí en tuits. reivindica la obra como uno de los ejemplares No obstante, son las referencias inter- iniciales de la emergente revolución en la pu- textuales de otra índole las que revelan el tipo blicación literaria digital y el nuevo género de de lector a quien se dirigen los autores. Aun- la tuit(er)-ficción. que la introducción hace el esfuerzo de diri- Ya que hemos cotejado las diferencias girse a los críticos y los lectores tradicionales entre la publicación digital y la publicación tanto como a la nueva generación de lectores impresa, pasemos al análisis de los textos. que no han leído los textos originales, pensa- Por una parte, ofrecen una reinterpretación mos que el verdadero público de Twiterratu- de los ejemplos literarios en que se basan en re, el que realmente lo disfrutaría, sería el de tweetspeak, el lenguaje abreviado y coloquial los intelectuales jóvenes. Es esta generación, desarrollado en el mundo digital y traslada- la de los autores mismos, la que participó en do al habla popular de la cultura joven. Sin el desarrollo inicial de Twitter. Estos jóvenes embargo, estas nuevas versiones van más allá intelectuales, mayormente estudiantes uni- de ser una mera transliteración del inglés clá- versitarios de licenciatura, de postgrado o sico—y ésta es una expresión vaga de todos recién graduados, están familiarizados tanto modos—al tweetspeak. También incorporan con el tweetspeak y la cultura popular como una intertextualidad con referencias de la con los textos clásicos que estudian. Así, en- 304 Letras Hispanas Volume 11, 2015 tenderían la conexión entre la historia clásica Resulta que un análisis de la adaptación y la cultura de las fraternidades universita- de Don Quijote en Twitterature revela la he- rias a las que alude Eneas, por ejemplo, en gemonía total que Cervantes disfruta en la su tuit concluyente: “Finally, we have peace. representación de la literatura hispana y, así, Rome is settled. The great fraternity of civi- de la restringida ‘condensación’ de todo lo lizations can begin. Pax Bromana” (152); así ‘hispano.’11 Sin embargo, en un intento con- como la referencia a la filosofía postestruc- temporáneo de referirse a su leal compañero turalista que se esconde en los pensamien- Sancho Panza, el Don Quijote de Twitterature tos de Alice de Lewis Carroll, “Am I still the se dirige a él de esta manera: “So today Santo same little girl that I was before? I feel like Paco, Pablo, Taco Bell—whatever his name my ‘self’ is being deconstructed. And in HD, is—” (183). Esta reducción de la literatura to boot” (166). Sólo al poder navegar entre hispanohablante, actualizada con las imáge- las dos culturas—la cultura intelectual de nes de tacos en la comida rápida y poco au- los textos originales y el lenguaje vernáculo téntica de Taco Bell, un restaurante de cade- de la cultura popular contemporánea, una na estadounidense, representa la literatura y navegación de la que los autores ostentan cultura hispana en términos de estereotipos ser capaces en la introducción—se pueden y falsa homogeneidad. ¿Cómo se justifica esta apreciar las ingeniosas adaptaciones que las mala representación de la cultura hispana y la tuit-ficciones presentan. negación total de América Latina? ¿Es que el Aunque Twitterature navega eficazmen- mundo hispano no participa en el medio de te entre la cultura popular y la intelectual de Twitter ni en la tuit(er)-ficción de hoy en día? los jóvenes (particularmente aquéllos que conocen la literatura clásica), hay una gran La tui(er) ficción en el mundo ausencia de representatividad en esta obra en cuanto a la literatura y la cultura hispana. hispano(hablante) Entre la selección de 83 obras clásicas de la literatura universal, sólo aparece un texto re- Por el contrario, en el mundo hispano presentando la literatura hispana, el inmortal ya se cuenta con numerosos tuit-ficcionistas Don Quijote de Miguel de Cervantes. Como y partícipes en la comunidad de la tuit(er)- el nombre Quijote es sinónimo de la literatura ficción que se identifican con hashtags que de la península ibérica, una obra innovadora incluyen #Twitteratura, #Twitterficción, #Mi- alabada como la primera novela moderna y croficción, #Minificción y #Micropoesía. A fuente sinfín de tropos literarios, no sorpren- pesar de la relativa ausencia de la mención de que esta obra sea incluida en una colec- de autores hispanos en la crítica general so- ción que se empeña en seguir innovando la bre la tuit(er)-ficción—la que es principal- literatura, como en su momento Cervantes mente en inglés y sobre el asunto en el ám- lo hizo en su propio contexto. Sin embargo, bito anglosajón—este nuevo género ha ido cabe preguntarse: ¿Por qué es Don Quijote la floreciendo entre autores hispanoparlantes única obra hispana en toda la colección? ¿Por en la plataforma de Twitter. Además del uso qué se ha ignorado toda la literatura hispana de hashtags para crear una comunidad de del continente americano? ¿Por qué ninguna tuit(er)-ficción en español, los festivales ofre- de ellas calificaría como un clásico? ¿No sería, cen otra manera de cultivar y de hacer crecer sólo para citar un caso evidente, muy conoci- esta comunidad. Igualmente, otros autores do en el ámbito angloparlante, Cien años de hispano(americano)s, del mismo modo que soledad de Gabriel García Márquez, ganador se ha hecho en otras partes del mundo, han del Premio Nobel de Literatura en 1982, un creado sus tuit-ficciones primero en el espa- clásico por antonomasia de esta literatura? cio cibernético para luego publicarlas en el Sarah Lowman/Luis Correa-Diaz 305

formato más estable del libro impreso, que es —abarcan un sinfín de temas, en casi todos a lo que nos abocamos aquí en este trabajo. ellos aparecen la ironía, generalmente con Los festivales anuales de tuit(er)-fi c- tono entristecido y nostálgico, el anhelo de ción, tales como Ciudad Mínima y el Twitter los sueños y la insatisfacción por la monoto- Fiction Festival, sirven para unir a autores y nía de la vida, como vemos en las siguientes afi cionados para dar a conocer sus obras y tuit-fi cciones, la primera de corte barroco y la promover la publicación y experimentación segunda romántica: con nuevas tuit-fi cciones. Estos festivales atraen la atención de la prensa, de modo que ganan más reconocimiento e interés para el género y para los autores involucrados. Tal es el caso con estos dos tuit-fi ccionistas hispa- nos, Rosa del Blanco de España y José Luis Zarate de México. Rosa del Blanco es la única escritora his- panoparlante, entre los veinticinco elegidos anualmente, que ha sido seleccionada como autora destacada en el #TwitterFiction Festi- val, festival anual desde 2012 patrocinado por Twitter, la Association of American Publis- hers, Penguin Random House Publishing y el periódico estadounidense USA Today12. Del Así, dentro de los confi nes de 140 carac- Blanco participó en el festival de 2013. Esta teres las tuit-fi cciones de Del Blanco solicitan periodista española señala, “Estoy tratando el sentimiento instantáneo de compasión por de implantar en el mercado de la twitteratura: parte del lector. En efecto, sus obras inyectan relatos en 140 carácteres” (About.me). Publica un relampagueo de nostalgia directo al cora- sus tuit-fi cciones entre tuits de contenido va- zón.13 Varias otras tuit-fi cciones de la autora riado en su cuenta personal de Twitter, desta- logran comunicar un sentir similar y anhe- cándolos con el hashtag #Twitteratura no sólo lante—ahora con un elemento sobrenatural, para distinguirlos sino también para facilitar ya sea hacia lo mágico o lo fantástico: ser pesquisados como tal a través de Internet. Además, esta autora escribe con regularidad un blog sobre comunicación fi nanciera en el que incluye artículos de estrategias para co- municarse efi cazmente en el medio de Twit- ter. ¿Qué distingue las tuit-fi cciones de esta periodista para que haya logrado ser la única hispanoparlante seleccionada durante Es probable que este tipo de tuit-fi cción, los tres años que ha durado este festival con su miniaturizada intensidad narrativa y estadounidense? Cabe volver a mencionar emocional, sin olvidar sus fi nales abiertos a la que la única obra en lengua hispana que se imaginación, sea la razón de la popularidad encuentra en el libro Twitterature, publica- obtenida y que ha expuesto de forma masiva do por la editorial Penguin, Don Quijote, es toda su amplia carrera como escritora y pe- de origen español también. Aunque las tuit- riodista cibernética, y por ende lo que justi- fi cciones de Del Blanco, o sea en este caso fi cara el haberla elegido y que fi gure como la sus microrrelatos en formato tuit—si pensa- única representante hispanohablante en este mos en el aserto ya mencionado de Chimal festival. 306 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Otro caso de relevancia sería el de José en el mismo concepto de una “ciudad míni- Luis Zarate, escritor mexicano de novelas de ma” en Twitter durante el festival, incluyendo ciencia fi cción que también ha expandido su los siguientes: quehacer literario a la miniatura en el campo de la tuit(er)-fi cción. A continuación analiza- mos la participación, en el 2014, de este autor como invitado distinguido al festival de mi- nifi cción ecuatoriano Ciudad Mínima. Este festival anual celebra la minifi cción, inclu- yendo la tuit(er)-fi cción, tanto con activida- des cibernéticas como con talleres y lecturas presenciales en Quito, Ecuador, patrocinados por el centro cultural Palabra Lab. Cualquier tuit-fi ccionista puede participar en el festival al publicar sus tuit-fi cciones con el hashtag indicado, que para el festival más reciente de 2014 fue #CMIII. El festival retuitea las tuit-fi cciones en su propia cuenta de Twitter, @C_Minima, para compartir y difundir las obras. Las obras seleccionadas como ganado- De este modo el autor juega con el con- ras del festival se publican en una antología cepto de tamaño (extensión) tanto en el con- anual. Además, la comunidad de artistas y tenido como en el medio en que se presentan escritores de Ciudad Mínima colaboran para sus textos. Por una parte, demuestra que del ilustrar las tuit-fi cciones audiovisualmente número fi nito de dos palabras, “ciudad míni- con videos compartidos a través de YouTube. ma” y con un límite de 140 caracteres es posi- Sirve de ejemplo para esto último el siguiente ble crear un sinfín, en secuencia, de posibles microcuento de Zarate que luego de su pu- interpretaciones, lo que tradicionalmente po- blicación en Twitter fue recreado a través del dría ser entendido bajo el concepto musical 14 medio fílmico: de ‘variaciones.’ Asimismo, el contenido de cada tuit-fi cción realiza una operación apa- “Añadió agua a la ciudad mínima, un rentemente imposible, la de representar o rascacielos horadó el cielo, una calle retratar fi guras y cantidades enormes, como se desplegó como una alfombra, diez mil calles surgieron de pronto. El niño Godzilla, 10,000,000, kilómetros de rascacie- rió sin comprender que estaba perdi- los y una guerra civil en el espacio minúscu- do en una ciudad que seguía crecien- lo que provee el medio, como por ejemplo la do” (“Ciudad Mínima III). sangre de un hombre o el vaho en una venta- nilla funcionando metonímicamente en rela- Este ejemplo es uno entre varios en que ción a la guerra o los 10,000,000 de habitantes el autor interpreta el concepto de una “ciudad fantasmales. Con esto, Zarate no hace sino mínima.” Mientras el arriba mencionado se practicar la miniatura/miniaturización como publica como video con un texto que excede estrategia, en la línea de Bachelard, típica de el límite de 140 caracteres de Twitter, Zarate la microfi cción en general—según la explican publicó una docena de tuit-fi cciones basadas sus críticos más relevantes, como el mismo Sarah Lowman/Luis Correa-Diaz 307

Valls, o Lagmanovich. Así, con su diestra seguidores hasta la fecha, Chimal ha experi- experimentación con el nuevo género de la mentado con relatar las aventuras variadas tuit(er)-ficción, Zarate invita a una lectura del “Viajero del Tiempo” a través de tuit-fic- activa15 con reflexiones no sólo sobre el de- ciones, en todas las cuales figura el nombre safiante tamaño de los conceptos presentados “El Viajero del Tiempo” para distinguirlos de por sus tuit-ficciones, ya sean estos gigantes- los otros tuits de índole diversa que postea cos o mínimos, sino también en línea con un el autor. Después de su publicación original análisis metatextual del género celebrado por en Twitter, Chimal colaboró con la editorial el festival, especialmente respecto a las posi- Posdata16 para publicar el libro impreso El bilidades narrativas que presenta el desafío de viajero del tiempo como parte de la colección la escritura mínima. Hormiga Iracunda que se centra en publica- ciones de escritura mínima. El libro ofrece La tui(er) ficción: de Twitter al una recopilación y organización de las tuit- ficciones originales. Apartadas del medio de libro impreso su publicación original en línea y compuestas en un libro dedicado sólo al tema del Viaje- Los escritores hispanos también han ro del Tiempo, organizado en secciones bajo empezado a experimentar con la publicación diversos subtítulos, adquieren una nueva di- de libros enteros que originalmente habían mensión al aparecer juntas y secuenciadas, aparecido como tuits. A continuación nos re- creando una narrativa más amplia y coheren- feriremos, como ejemplo, a dos autores que te que, evidentemente, una tuit-ficción aisla- han pasado de la (supuesta) inestabilidad del da no puede ofrecer. mundo cibernético a la estabilidad que se dice El libro comienza con el saludo, “Bue- ofrece el libro impreso. A la vez que conser- nos días, tardes y noches…,” así sugiriendo la van en la vuelta al formato tradicional ciertos subversión del tiempo desde el principio con aspectos de esta tuit(er)-ficción, la transfor- la posibilidad de estar en los tres momentos man para acomodarla a la cultura literaria a la vez (7). A lo largo del texto, marcado por dominante en tanto su forma de producción, la rítmica repetición del “Viajero del Tiempo” la cual sigue siendo el libro. que se encuentra en cada página, casi siem- Mientras que José Luis Zarate juega pre al inicio del breve texto—algunos de ellos con la paradoja de presentar una narrativa en su forma impresa exceden el número res- expansiva en miniatura en sus tuit-ficciones, trictivo propio de Twitter—el lector descubre Alberto Chimal juega con la expresión de la este tipo de invitación a subvertir los límites subversión del tiempo en su libro El viajero de no sólo el tiempo sino también del acto de del tiempo (2011), una colección de micro- leer. El libro da pistas de nuevas posibilida- rrelatos originalmente publicados como tuit- des en cuanto a la interacción entre el lector ficciones. Esta obra es la segunda colección de y el texto que se crea en el proceso de leerlo, tuit(er)-ficción del autor, después de la publi- las cuales resultan en el cuestionamiento de cación del e-book titulado 83 novelas (2010). la identidad del protagonista, la identidad del Además, ya está anunciada la publicación lector y hasta el significado de cada palabra de un tercero, El del viajero del tiempo. y símbolo que aparecen impresos en las pá- Como Zarate, Alberto Chimal es un autor ginas. Como autor pionero del nuevo género mexicano conocido por sus exitosos cuentos de la tuit(er)-ficción, Chimal logra cuestionar y novelas de ciencia ficción y también partíci- no sólo los modos tradicionales de publicar pe en el festival de Ciudad Mínima del 2014. un texto sino también todo lo que viene con Desde su cuenta en Twitter, @albertochimal, la interpretación de ello en el acto de la lec- que notablemente cuenta con más de 90.000 tura. 308 Letras Hispanas Volume 11, 2015

En su blog personal,17 Chimal revela años mayor. Entiendo de inmediato. que la identidad de su protagonista, El Viaje- —¿Por qué vienes hoy?—pregunto, ro del Tiempo, corresponde a la del protago- de todos modos. (24) nista que desaparece al final de la novelaLa máquina del tiempo de H.G. Wells. Aunque Al no exponer ninguna identidad espe- este hecho no está explicitado en el libro de cífica para las voces de esta interacción miste- Chimal, se alude sin embargo a esta compli- riosa se sugiere que todos los acompañantes cidad literaria entre ambos autores y textos del Viajero podrían tener cualquier identi- en la dedicatoria provocativa del autor mexi- dad. Es más, el siguiente episodio revela que cano “[…] a H.G. Wells, amigo y compañero la identidad del mismo Viajero del Tiempo de numerosas conversaciones, caminatas y tampoco es fija: “Me quedé dormido. Cuando cantinas entre su muerte en 1946 y mi na- abrí los ojos el coche en que iba ya estaba en cimiento en 1970” (6). Con esta dedicatoria otro sitio. Brevísimamente fui el Viajero del Chimal intensifica esa idea presente a lo largo Tiempo” (69). Al hablar en primera persona de su obra y crea un tiempo virtual, inexis- a la vez que referirse al Viajero del Tiempo en tente en la realidad a secas para Wells y para tercera persona, vemos que el rol del Viajero el propio Chimal por razones opuestas, el uno está abierto a cualquier persona que se atreva había muerto y el otro aún no nacía; tiempo a implicarse en la textualidad narrativa. Por lo que, pese a todo, se presenta cargado de vida tanto, el Viajero del Tiempo como narrador y y anécdotas personales entre ambos, materia- personaje resulta ser una entelequia superior les narrativos potenciales. Sin embargo, una y abstracta de la cual todos los personajes, lectura detallada de cada minicuento, ex-tuit- incluido el lector (auto)identificado—e in- ficción, revela que la identidad del protago- vitado a esto, por cierto—pueden participar. nista, pese a aquella primera complicidad es- Como tal, tanto en su posición (inestable) de tablecida por Chimal en su dedicatoria, que narrador o de referente, oculto en enuncia- sirve como un tributo, y sus acompañantes dos en tercera persona, el Viajero del Tiem- innominados, es maleable, llegando incluso a po resulta ser al final una especie de surtidor la incorporación del lector como uno de estos de avatares que materializan en algún grado últimos. Tomemos como ejemplo la siguien- esta indeterminación narrativa que Chimal te referencia a la futura fama, “El Viajero del propone como una condición de la vida en Tiempo ha visto varias películas (de eras di- Twitter. versas) que tratan de tu vida. Y ahora ansía Si la experimentación con la identidad conocerte para saber toda la verdad” (18). El indefinida y variable desestabiliza las fron- uso de los pronombres de segunda persona teras entre el autor, el texto y el lector, el si- abre la invitación a una interacción direc- guiente pasaje también pone en tela de juicio ta con el lector y permite que éste inserte su el significado de cada palabra y símbolo que experiencia dentro del texto. Más adelante, la el libro contiene: “El Viajero del Tiempo es- estrategia de presentar dos perspectivas de un cribe este texto para que lo lean en el siglo mismo episodio demuestra que la interacción 490156673/498+, en el que cada una de sus con El Viajero del Tiempo se convierte en un palabras significa otra cosa” (23). En este suceso multipersonal: pasaje, Chimal lleva el elemento inestable del lenguaje frente al tiempo a un poder ex- (a) ponencial inalcanzable fuera de la literatura El Viajero del Tiempo me lleva con ficcional para subvertir los mismos límites un amigo que murió en 2003. Éste, al verme, se preocupa:—Parece que hu- expresivos del lenguaje al poner a prueba la bieras envejecido de golpe—dice. relación entre el significante y el significado. (b) Asimismo se alude al cambio semántico/epis- El Viajero del Tiempo viene con un temológico/literario que puede implicar la amigo al que vi ayer y ahora parece 10 transferencia de las tuit-ficciones a un medio Sarah Lowman/Luis Correa-Diaz 309 de publicación diferente. Al abrir el espacio Julia Cuéllar, ofrece una reflexión sobre los maleable entre el texto y la interpretación de experimentos amorosos en esta nueva época éste, Chimal incluye al lector en la explora- de Internet. Su libro, Amor en presente, origi- ción de un nuevo género literario y sus cir- nalmente publicado en tuits y después como cunstancias crítico-literarias. El libro impreso un libro electrónico, ofrece una colección de basado en tuit-ficciones no es simplemente viñetas, todas historias de amor. Cada viñeta una colección de los mismos tuits presentes se compone de tuit-ficciones en serie, convir- en Twitter. Es una transformación intencio- tiéndose así en un microcuento, que revier- nal que se hace libro, no sólo físicamente, te el orden cronológico invertido y recupera sino por lo que el libro provee a través de la esos tuits del sinfín de tuits distintos que apa- escritura y su formato completo y por lo que recen en las páginas únicas de cada usuario. significa para la cultura. Los textos exponen una transformación evi- Los símbolos que titulan las secciones dente en el e-book, dado que la recopilación del libro, a veces letras y a veces no, reflejan y organización de ellos en viñetas tituladas esta potencial transformación. La última sec- produce nuevas secuencias narrativas.18 En ción se titula con el símbolo de un sol (97). esta nueva forma más cohesiva de la página Como lo previamente analizado indica, este impresa, las narraciones sobre situaciones símbolo podría tener un sinfín de significa- amorosas presentan las cualidades atempora- dos a lo largo del tiempo. Además, podría les del amor en el nuevo contexto de la inte- referirse a los ciclos del tiempo, denomina- racción social cibernética. dos, por ejemplo, como soles en la tradición “J y R” contrasta lo público y lo privado, mesoamericana y que señalan el fin de una lo superficial y lo profundo, la comunicación era y el comienzo de una nueva. Esta sección virtual y la conexión física, aspectos opues- concluye el libro con la siguiente alusión al tos de las relaciones amorosas que quedan final y el poder renovador que se encuentra exagerados cuando se navega en busca del en ello: “El Viajero del Tiempo va y guarda amor en la Red. Los nombres abreviados, J y la última gota de lluvia que caerá en el mun- R, representan el anonimato de la interacción do, dentro de mucho. Luego viene a esta tar- cibernética. El microcuento, ex tuit-ficciones, de, y abre el frasco, y espera” (130). De esta relata un encuentro amoroso entre dos ex- manera, el libro concluye con una visión, casi traños que se conocieron en Internet. Aun apocalíptica, del poder creativo vital a pun- cuando están juntos en el mismo cuarto, se to de extinción, esa “última gota de lluvia” y comunican por tuits: “J tuitea: esto debe ser con el Viajero situado en ambos extremos del el amor, el silencio que no incomoda” (94). La tiempo, en el pasado del futuro, o sea en su comunicación cibernética por redes sociales presente, y en el futuro mismo. Esta última como Twitter permite la expresión pública gota no sólo representa el fin sino también un pero anónima de lo privado e íntimo como nuevo principio, representado por el símbolo el amor19, que en este caso resulta en una co- del sol. La experimentación con la tuit(er)- nexión profunda entre dos extraños. En con- ficción y nuevas formas de publicación como traste, otra secuencia narrativa presentada en las que se encuentra en El viajero del tiempo el libro electrónico, “Rutina, el amor,” expone presenta posibilidades para un nuevo princi- la pérdida del anonimato y cómo el menú de pio en el mundo de la literatura, una literatu- información personal que se exhibe en los ra interactiva tan fluida como la lluvia y libre perfiles de las redes sociales afecta la dinámi- de las limitaciones de los medios de publica- ca de una aventura de paso. En huida de una ción tradicionales. relación fracasada, Elena viaja a la playa en Mientras que Chimal nos dirige la busca de un nuevo principio. Sin embargo, vista hacia una nueva era de experimenta- su príncipe azul pierde todo el misterio con ción textual, otra tuit-ficcionista mexicana, una revisión instantánea por parte de ella de 310 Letras Hispanas Volume 11, 2015 sus numerosas cuentas en las redes sociales, olvido en el paso vertiginoso del desarrollo lo cual le revelan el compromiso de él para digital, Chimal recurre al libro para preser- casarse con otra mujer. Además, este encuen- var sus textos. El autor define a Twitter como tro transitorio se prolonga silenciosamente de “una herramienta más, que influye en lo que manera virtual cuando el uno y la otra trazan escribe, pero jamás lo define por completo: lo las huellas cibernéticas del otro: “De vez en mismo que un lápiz o una máquina de escri- cuando espían en las redes sociales el que- bir” (“Sobre” 6). Como tantas herramientas hacer del otro” (133). Tomando prestado un del pasado, es sumamente posible que Twitter término de Lisa Reichelt, la relación de esta caiga en desuso y se vuelva obsoleto. Por otro aventura amorosa en la playa se prolonga a lado, el libro se ha resistido al paso del tiempo posteriori, como un triste final, gracias a la hasta ahora, pese a ciertas cuestionables/das “ambient intimacy,” esa oportunidad de man- y alarmantes/das indicaciones sobre su fin in- tenerse al tanto de los detalles de la vida de minente (O’Donnell). Así que la estrategia del otros que las redes sociales posibilitan. El In- autor ha sido la de balancear los beneficios de ternet posibilita nuevas dinámicas dentro de los dos medios de publicación: la perdurabi- una conexión amorosa. Así, en un libro que lidad del libro impreso y la facilidad de acce- experimenta con nuevas formas de publica- so, diseminación e interacción de la literatu- ción y géneros narrativos, Cuéllar también ra digital. Además, un tercer momento en el explora/expone lo que esas redes cibernéticas proceso en que están algunos escritores, este implican en el campo comunicativo, en espe- autor a la vez que publica sus textos digita- cial esas prácticas que convierte al usuario en les de forma impresa, también los distribuye línea—al lector—en un voyeur/espía/detecti- como un e-book gratuito “para que los textos ve. encuentren lectores que no habrían encon- trado de haberse ceñido al mundo de la im- prenta” (Chimal, “Sobre” 8). Chimal resume Conclusión y propuesta que la relación entre la publicación impresa y la digital, sea en Twitter, o como un e-book Para cerrar estas páginas, nos referire- o cualquier otra plataforma digital, no es una mos a la vuelta de la tuit(er)-literatura al libro distinción excluyente sino complementaria, impreso. Cuéllar en su página web (tipo blog) que sirve para asegurar la diseminación y el justifica ese paso de la tuit-ficción aislada al compartir(se de) la literatura. espacio del libro (electrónico) donde se reú- Entonces, podemos concluir diciendo nen todas, o la mayoría de ellas, creando una que teórica y culturalmente esta operación secuencia que, además de volver al orden cro- de devolver las historias narradas en tuit- nológico estos textos (a diferencia de lo que el ficciones al libro impreso—o electrónico— lector experimenta cuando los lee en Twitter, reafirma la percepción de la tecnología como como ya se estableció), permite que ellos ad- un espacio inestable para archivar/conservar quieran una forma narrativa más amplia, por (Hayles) lo textual, asimismo la percibida es- lo tanto, se conviertan en una historia más tabilidad y prestigio del libro y el de su espa- compleja. Cuéllar ve la necesidad de recurrir cio como una experiencia atemporal frente a al libro y “buscar a lectores que con mayor la de obsolescencia que parecen tener ciertas detenimiento, como en cualquier libro, lean plataformas digitales/online. estas historias que tuvieron ya una vida en el Twitter.” Notas Sin embargo, es Chimal quien da una justificación más elaborada de este paso de la 1Es importante tener presente el tema de co- tuit(er)-ficción al libro impreso. Al recono- munidad de usuarios y colocarlo en un contexto cer la naturaleza transitoria de las diferentes más amplio, en el de esas “Comunidades de Lecto- redes sociales que crecen y decrecen hasta el res” que estudia Chartier. Sarah Lowman/Luis Correa-Diaz 311

2Téngase presente el libro de Morozov, aunque 8Thomas describe también las semejanzas en- no es asunto directo de nuestras páginas, para saber tre la twit(er) ficción y la tradición oral. que la ‘Internet life,’ la cibervía de nuestra cultura 9Los autores incluyen estas críticas en la primera actual, sobre todo en lo referente a su utopismo li- página del libro. Tómense como ejemplo dos comen- bertario tiene un “lado oscuro” en su historia que tarios críticos: a) el del usuario de Twitter @damig, no es para nada menor y por lo cual siempre debe “Twitterature makes me want to punch someone, adoptarse una actitud crítica frente a sus supuestas preferably the ‘authors.’ They’re in Chicago. I’m gonna bondades en todas las áreas del quehacer social. take a road trip;” y b) el de Mike C. de grouchycon- 3Para una definición amplia y ya tradicional de servativepundits.com, “Just f*#%ing shoot me now.” e-lit, véase el libro de Hayles. 10Handle es el término para el nombre de 4 Véase el apartado de Alexander sobre “Twit- usuario en Twitter, el cual siempre comienza con ter” (61-64) para una lista de posibilidades del me- un arroba. dio como plataforma para contar historias. 11Otra adaptación reciente de El Quijote a for- 5 Véanse los archivos de Nanoism: http:www. mas breves, supuestamente favorecidas por nuestra nanoism.net; la Twitter Fiction Festival: http:// cultura lectora de bajo nivel atencional, es el Quixo- www.twitterfictionfestival.com, y Ciudad Mínima: tic Haiku (Delaware: Juan de la Cuesta—Hispanic http://ciudadminima.com. Monographs, 2014) de Edward Friedman, profesor 6 Esta vertiente, la de la tuit(er) ficción y la de en la Vanderbilt University, quien se tomó la tarea la microficción, no ha sido muy explorada, esca- de capturar en haikus “the spirit of Don Quixote in sas referencias existen en los estudios sobre esta 130 poems, presented with notes that comment on última a aquélla. Sin embargo, dentro de los es- Don Quixote’s (and Cervantes’s) trajectory.” critores de micro-relatos se ha dado una línea de 12Cada año se descontinúa su aparición en lí- experimentación en cuanto a las posibilidades de nea para ser reemplazado por el festival del año narrar con menos (palabras); es así que se tiene, correspondiente. El enlace del 2015 es http://twit- en la tradicón latinoamericana, el ya brevísimo terfictionfestival.com/ texto por antonomasia “El dinosaurio” del guate- 13En su definición del microrrelato, Valls in- malteco Augusto Monterroso, el que cuenta con cluye este efecto instantáneo como característica sólo 7 palabras, 47 caracteres sin espacio y 51 con definitoria del género. En el nuevo contexto de la espacios: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía tuit(er)-ficción, Del Blanco logra el efecto de re- estaba allí.” Esta tendencia al nano-relato extremo lampagueo aún más instantáneamente que el mi- la han continuado muchos otros con textos de crorrelato tradicional debido a la ausencia de un poquísimas palabras, como en el caso del español título y el límite de 140 caracteres. Juan Pedro Aparicio, con su “Luis XIV,” cuyo texto 14 se reduce al pronombre “Yo.,” y el mexicano Gui- Este video se encuentra en https://www.you- llermo Samperio, con su “El fantasma,” cuyo texto tube.com/watch?v=FIwWMIxAp7o 15 no contiene palabra o signo alguno. Estos ejemplos Valls incluye la participación activa por par- y otros se pueden ver en la antología editada por te del lector como otra característica definitiva del Obligado. microcuento: “los autores de microrrelatos siguen 7Proyectos similares consisten en contar un buscando sus propios lectores, que sólo pueden gran número de años de historia (mil años, por ser aquellos más exigentes, con capacidad crítica ejemplo), un período definido, o incluso toda la y sentido del humor, amantes de la interpretación, historia mundial, como se ve en el autoparódico lectores cultos, en suma, dispuestos a adoptar una libro Historical Tweets. The Completely Unabrid- actitud nueva y distinta ante la ficción” (123). 16 ged and Ridiculously Brief History of the World de http://www.posdataeditores.com/?page_ Alan Beard and Alec McNayr (West Sussex, UK: id=1393 Summerdales, 2010). Prueba de que el tuit como 17http://www.lashistorias.com.mx/ forma de narra y seducir al lector a través (del 18Aquí se considera este tipo de e-books, aun- secreto encanto) de la brevedad, son libros como que electrónicos, como un equivalente al libro éste también: Tweet This Book. The 1,400 Grea- impreso puesto que no se trata más que, en estos test Quotes of All Time in 140 Characters or Less, casos, de una digitalización de un libro impreso. compilado y editado por Sayre Van Young y Marin No se trata de un e-book “digitally born” en térmi- Van Young (Berkeley, CA: Ulysses Press, 2011). nos convencionales dentro de la conceptualización Otros casos en Alexander 61-64. sobre e-lit (Hayles); o, si se quiere, se trata de una 312 Letras Hispanas Volume 11, 2015 de las especies de e-books que se han ido creando — . “Cuidas tu rosa. La riegas. La besas. Con cui- dentro de la historia de estos (Drucker), la imitati- dado de no pincharte. Y a pesar de todo nun- va del libro tal como lo conocemos. ca acaba el miedo a que se marchite. #twitter- 19Debido a la maleabilidad del perfil de las re- atura.” 12 noviembre 2014, 8:12 UTC. Tweet. des sociales, tanto la anonimidad como la publici- —. “Llevaba meses pidiendo las zapatillas rojas dad de lo privado son posibles, dependiendo de las que todos llevaban en el colegio. Y cuando decisiones de cada usuario en cómo representarse, por find las las tuvo desapareció. #twittera- a lo cual Croxall se refiere como la “publically per- tura.” 13 noviembre 2014, 8:07 UTC. Tweet. formed identity” (493). Drucker, Johanna. “E-books.” Ryan, Marie-Laure, Lori Emerson and Benjamin J. Robertson, eds. The Johns Hopkins Guide to Digital Me- Obras citadas dia. Baltimore, Maryland: The Johns Hopkins University Press, 2014. 166-69. Impreso. Ha, Anthony. “Twitter Stock Down 18 Percent Af- Aciman, Alexander, and Emmett L. Resin. Twit- ter Earnings Show Disappointing User Num- terature: The World’s Greatest Books in Twenty bers.” TechCrunch.com., 5 febrero 2014. Web. Tweets or Less. New York: Penguin Group, 4 marzo 2014. 2009. Impreso. Hayles, N. Katherine. Electronic Literature. New Alexander, Bryan. The New Digital StoryTelling. Horizons for the Literary. Notre Dame, IN: U Creating Narratives with New Media. Santa of Notre Dame P, 2008. Impreso. Barbara, CA: Praeger, 2011. Impreso. Lagmanovich, David. El microrrelato. Teoría e his- Bachelard, Gaston. La poética del espacio. Trad. toria. Palencia: Menoscuarto, 2006. Impreso. Ernestina de Champourcin. Buenos Aires: Nanoism. Ben White. Web. 17 marzo 2014. Fondo de Cultura Económica, 2000. Impreso. Morozov, Evgeny. The Net Delusion. The Dark Side Chimal, Alberto. “Sobre 83 novelas.” Revista Digi- of Internet Freedom. NY: PublicAffairs, 2011. tal Universitaria 12.12 (2011): 1-11. Web. 8 Obligado, Clara, ed. Por favor, sea breve 2: An- febrero 2015. tología de microrrelatos. Madrid: Páginas de --- . El viajero del tiempo. Monterrey, México: Pos- Espuma, 2009. data Editores, 2011. Impreso. O’Donnell, James J. Avatars of the Word. From Pa- --- . “El viajero del Tiempo.” Las Historias, 5 enero pyrus to Cyberspace. 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Valls, Fernando. “Sobre el microrrelato: Otra filos- —. “El diagnóstico era terrible: tenía una ciudad fía de la composición.” Mundos mínimos: El mínima en la sangre, en crisis, saturada, acer- microrrelato en la literatura española contem- cándose a una guerra civil. @#CMIII.” 12 oc- poránea. Ed. Teresa Gómez Trueba. Gijón, tubre 2014, 18:39 UTC. Tweet. España: Cátedra Miguel Delibes, 2007. 117- —. “Godzilla ama a los humanos, siguen con- 24. Impreso. struyéndole ciudades mínimas para jugar. Zárate, José Luis (joseluiszarate). “Dentro de la #CMIII.” 12 octubre 2014, 18:44 UTC. Tweet. vieja radio había unos músicos minúsculos, —. “El niño cree ver una ciudad mínima al otro lado un barcito, una callecita, una ciudad minima, de la ventanilla,limpia el vaho y 10,000,000 suficiente nostalgia para un blues. #CMIII.” y kilómetros de rascacielos desaparecen. 12 octubre 2014, 18:17 UTC. Tweet. #CMIII.” 13 octubre 2014, 00:54 UTC. Tweet.

Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: La plataforma digital entre los narradores y el público. Proyecto Ya te conté y su rol en la nar- rativa rioplatense contemporánea Author: Marcos Wasem E-mail: [email protected] Affiliation: Purdue University; Purdue University; School of Languages and Cultures; 640 Oval Drive; Rm. 190; West Lafayette, IN 47907 Abstract: In this article I analyze the role played by the digital platform of project Ya te conté. Encuen- tros sobre narrativas recientes del Río de la Plata (http://www.yateconte.com) that started in Uruguay in 2012. This project was born thanks to the support from the Uruguayan Ministry of Education and Culture, with the aim of tending bridges between narrators from the region and their readers, through different activities. The project consisted in a series of open meetings looking to fill a space that the organizers deemed empty: a space for critical reflection on contemporary narrative, a space of exchange between independent publishers at both sides of the Río de la Plata, and a space for the encounter between writers and a diverse readership, outside the academic realm. I will analyze the experience as a local and incipient practice of digital humanities, assuming the traversal role this field plays in textual analysis. Through the interactive features that the digital platform offers, project Ya te conté points towards a horizontal relationship between writers and readers. Keywords: Ya te conté, Narrative, Uruguay, Argentina Resumen: En este artículo analizo el rol de la plataforma digital en el proyecto Ya te conté. Encuentros sobre narrativas recientes del Río de la Plata (http://www.yateconte.com) que se inició en Uruguay en 2012. Éste surge a partir de una propuesta presentada al Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, con el fin de generar una serie de actividades para tender puentes entre los narradores rioplatenses contemporáneos y el público. El proyecto implicó una serie de encuentros abiertos en ambos países con el fin de llenar espacios que sus organizadores entendían estaban vacíos: un espa- cio de reflexión crítica sobre narrativa contemporánea, un espacio de intercambio entre editoriales independientes a ambos lados del Plata, y un espacio de encuentro entre los escritores y un público diverso, por fuera del ámbito académico. Analizaré la experiencia como una práctica incipiente y local de humanidades digitales, asumiendo el rol transversal que este campo cumple en el análisis textual. Mediante las características interactivas que la plataforma digital ofrece, Ya te conté apunta a un relacionamiento más horizontal entre autores y público. Palabras clave: Ya te conté, narrativa, Uruguay, Argentina Biography: Marcos Wasem is Visiting Assistant Professor in Latin-American Literature and Film at Purdue University. He has earned a Ph.D. at the Ph.D. Program in Hispanic and and Luso-Brazilian Literatures and Languages at CUNY’s Graduate Center in 2005. He studied Literature at the Insti- tuto de Profesores Artigas, in Montevideo, Uruguay, and earned an M.A. at The Hebrew University of Jerusalem. He has published the essays El amor libre en Montevideo. Roberto de las Carreras y la irrupción del anarquismo erótico en el 900, winner of Uruguay’s National Literature Prize in essay in 2014 (Montevideo: Banda Oriental, Biblioteca Nacional, 2015); Barroso y sublime: poética para Perlongher (Buenos Aires: Godot, 2008), as well as several articles in scholarly journals.

ISSN: 1548-5633 316 Letras Hispanas Volume 11, 2015

La plataforma digital entre los narradores y el público. Proyecto Ya te conté y su rol en la narrativa rioplatense contemporánea

Marcos Wasem, Purdue University

El proyecto Ya te conté. Encuentros so- público lector de las nuevas generaciones lite- bre narrativas recientes del Río de la Plata es rarias de Uruguay, por lo cual ellos se propusie- una iniciativa surgida en 2012 en Uruguay a ron generar una serie de eventos y herramien- partir de un grupo de estudiantes de la Facul- tas que permitieran crearlo. El sitio web http:// tad de Humanidades de la Universidad de la www.yateconte.com/ inaugura una forma no- República con apoyo del Ministerio de Edu- vedosa de establecer, en el ámbito rioplatense, cación y Cultura uruguayo. La iniciativa, que una relación entre el narrador y su público. Los propone la difusión y la reflexión crítica sobre propulsores de la iniciativa eligieron un corte la narrativa reciente tanto en Uruguay como temporal, literatura escrita a partir de 1990, y en Argentina, posee varios componentes: una otro genérico, concentrándose exclusivamente serie de mesas redondas donde se debatió en en la narrativa. ambos países entre 2012 y 2013 el estado ac- Probablemente el tema más relevante tual de la narrativa, en diferentes ámbitos (es- en torno al que gira el proyecto es el desafío al pacios académicos, cafés, balnearios, o sim- canon. A lo largo de los artículos que figuran plemente en la calle), y una plataforma digital en el sitio web, así como en las notas de prensa creada en Blogger donde se pusieron a dispo- que han salido sobre Ya te conté, sus respon- sición del público documentos, entrevistas y sables insisten en la necesidad de intervenir debates realizados en torno a la propuesta. En con el fin de perturbar lo que ellos perciben el presente trabajo se analizará el rol de esta como un canon salido sobre todo del ámbito plataforma digital, que abrió la posibilidad académico, y que está fuertemente anclado a de interacción por medio de plugins socia- prácticas literarias previas a la dictadura mi- les (notoriamente, el plugin de Facebook) y litar uruguaya, que abarcó de 1973 a 1985. Es replanteó la relación entre los escritores y su visible una actitud crítica, incluso un visible público. parricidio (o abuelicidio) hacia lo que fueron Los jóvenes que llevaron adelante esta las generaciones del 45 y del 60 en Uruguay. iniciativa fueron Jorge Fierro, Lucía Germa- Lo que sucede en la pos-dictadura, del 90 en no, Federico Giordano, María José Olivera adelante, se enfoca a partir de un grupo de Mazzini, Débora Quiring Perroux, Gabriela escritores, conocido como los crueles: Gus- Rama, Diego Recoba y Deborah Rostán. El tavo Escanlar, Gabriel Peveroni, Daniel Me- proyecto surge como etapa final de una serie lla y Ricardo Henry, escritores marcados en de actividades culturales que el grupo venía la obra publicada en los 90 por la influencia llevando adelante, como la publicación de la de Bret Easton Ellis y J. D. Salinger. El único revista Pica o la organización de un ciclo so- puente con las generaciones previas a la dic- bre literatura y cine. Su preocupación central tadura parece ser Mario Levrero, escritor de pasa por la constatación de que no existía un la generación del 60 (a la que pertenecieron Marcos Wasem 317

escritores como Eduardo Galeano, Marosa di en ese sentido, puesto que buena parte de las Giorgio o Cristina Peri Rossi) en cuyo taller interacciones entre los personajes se da en las de escritura participaron algunos de los na- redes sociales. Pero en el sitio Ya te conté la rradores de la promoción actual, como por relación con lo digital parece ceñirse al debate ejemplo Fernanda Trías o Enrique Polleri. Le- sobre el ejercicio de la crítica, un mediador vrero dirigió una colección de narrativa entre tradicional entre la obra y el público. El sitio 2001 y 2002, “De los flexes terpines” (Cauce posee una sección titulada “Cuestionario: la Editorial)1, donde aparecen muchos de los crítica” donde se transcriben las respuestas de nombres de concurrentes a su taller que luego una serie de críticos literarios de periódicos serían parte del nuevo grupo de narradores. uruguayos (El País Cultural, Búsqueda, La La novedad que aporta el proyecto Ya Diaria, Brecha) a un cuestionario que los or- te conté pasa por el uso de las herramientas ganizadores de Ya te conté hicieron para ob- digitales—la blogósfera y las redes sociales— tener opiniones de estos agentes mediadores para resolver un problema de visibilidad y ac- sobre la dificultad que las obras de los autores ceso al mercado del libro para las nuevas ge- más jóvenes tienen para abrirse camino en el neraciones. El desafío al canon pasa por una medio. Así, Soledad Platero, una de las en- activa construcción de un espacio donde lo cuestadas, ante la pregunta “¿Cuáles pensás virtual apoya los encuentros y sirve como vi- que son los principales problemas que tiene trina de los debates y la producción literaria. la crítica literaria local en la actualidad?” se El asunto no tiene que ver directamente con refiere al rol que los espacios en internet (en la incorporación de lo digital en la narrativa especial los blogs) tienen en la difusión de la (como puede ocurrir en el caso de las narrati- narrativa contemporánea: vas hipertextuales), sino más bien con un uso estratégico de lo digital como apoyo a la cul- El primer problema es la escasez de espacios en donde ejercer la críti- tura del libro. Ésta última se resiste a perder ca de manera profesional. Claro que vigencia, y si bien la incorporación de forma- cualquiera puede hacerse un blog y tos electrónicos ya se está dando en la narra- comentar libros, pero leer y escribir tiva uruguaya (tanto Gabriel Perveroni como lleva tiempo. Y la crítica requiere un Ramiro Sanchiz, participantes en el proyecto estado de concentración tan exigente Ya te conté, han puesto en circulación libros como el que requiere cualquier escri- en formato epub), no se aprecia una voluntad tura. No debería ser una tarea de ratos de experimentación formal con lo electróni- de ocio a la que se dedican los que tie- co como sí se viene dando en la poesía desde nen tiempo. Claro que, obviamente, esto que digo para la crítica literaria hace ya unas cuantas décadas en la región. es válido para cualquier actividad in- Ello se debe en buena medida a que el tra- telectual. Hay un problema también bajo de experimentación de los concretistas en el mercado editorial. A Uruguay brasileños, que fueron pioneros en la incor- llega muy poco de lo que se produ- poración de los recursos electrónicos tanto en ce, en materia de ensayo literario, en la poesía visual como en la sonora, establece otros países. Incluso llegan pocos tex- una tradición de trabajo con el medio digital tos de autores clásicos, así que ni ha- que, en cambio, todavía está en construcción blar de asuntos o autores nuevos. Leer en el ámbito de la narrativa. teoría literaria, ensayo o crítica es una tarea de empecinamiento y de bús- Internet sí ocupa, por otra parte, un queda constante. Uno no se topa con lugar cada vez mayor en los universos fic- libros sobre literatura en las vidrieras cionales representados, que suelen tener un de las librerías. Pero supongo que el fuerte anclaje generacional y autobiográfico. gran problema es siempre el mismo: El caso de la novela Cordón Soho de Adriana dedicarse a la literatura—entendida Mardero (Estuario, 2014) es paradigmático como el estudio y la reflexión sobre lo 318 Letras Hispanas Volume 11, 2015

literario—es muy difícil desde fuera la “deriva” de la red y la “concentración” que del ámbito académico. (Fierro et al. exige la lectura de los libros refuerza la con- “Cuestionario: la crítica”) sideración del espacio virtual como precario, poco apto como plataforma para la crítica li- En este pasaje se identifican una serie de pro- teraria y cultural. La postura tiene en buena blemas que, por supuesto, no son exclusivos medida una inflexión ludita, una actitud con- de la literatura uruguaya: la dificultad del descendiente hacia los fenómenos literarios ejercicio profesional de la crítica fuera del basados en el medio digital. ámbito académico, las dificultades de un me- Los organizadores de Ya te conté se pro- dio pequeño y con poco acceso a un corpus pusieron en buena medida dar una respuesta actualizado del panorama internacional, tan- a esta precariedad del espacio digital al buscar to de producción literaria como de produc- para su proyecto el apoyo institucional. En ción teórica. Respecto a lo digital, la periodis- ese sentido hay que tener en cuenta el papel ta señala que el problema que encuentra en que los fondos concursables del Ministerio de los espacios digitales es que son “ejercicios de Educación y Cultura (MEC) uruguayo tuvie- dedicación voluntaria,” y que por lo tanto ese ron en el apuntalamiento de esta iniciativa. A espacio no logra afianzarse como referente partir de la gestión de Hugo Achugar, quien para el campo cultural: asumió la Dirección de cultura del MEC en 2008, se implementó un sistema de concursos Los nuevos sitios de intercambio que, para financiar proyectos culturales presenta- felizmente, han surgido en los últimos dos por actores privados. Al proyecto Ya te tiempos en torno a proyectos digitales conté se le adjudicó un monto de 300 000 pe- o a iniciativas casi militantes abren sos uruguayos (unos 12 500 dólares al cambio varias puertas a la difusión, el debate actual) con el cual se financiaron las diversas y a la circulación de autores y textos. 2 Celebro que existan y creo que juegan actividades. Con todo, hay que observar que un papel que ya es importante y que el armado del sitio web se hizo usando una lo será aún más, pero todavía son es- plataforma gratuita (como ya mencioné, el pacios de dedicación voluntaria y ata- sitio se creó en Blogger) pero el apoyo insti- da a las posibilidades de quien tiene tucional le dio visibilidad a una convocatoria tiempo. Paradójicamente, el tiempo es que de otro modo no hubiera logrado la difu- también lo que hace que su capacidad sión que se proponía. de afianzarse y transformarse en si- En la entrevista que mantuve con Lu- tios de referencia se vea limitada: hay tantas publicaciones virtuales, tantos cía Germano, una de las organizadoras de Ya blogs de lectores, de talleristas, de es- te conté, ella comentaba la importancia que critores y de entusiastas de todo tipo para ellos tuvo el magisterio de Pablo Rocca que es difícil seleccionar los que valen desde la Facultad de Humanidades de la Uni- la pena. La deriva a la que nos obliga versidad de la República en Uruguay (donde la lectura en la red conspira contra la mayoría de los organizadores del proyecto la concentración que demandan los estudiaban y donde se conocieron). Como libros, o los textos sobre libros. (ibí- investigador, Pablo Rocca se interesa por las dem) condiciones materiales del mercado literario, y en particular por el papel que tienen los En su discurso, la crítica Soledad Platero (que intermediarios (proyectos editoriales, publi- viene del medio tradicional de la prensa es- cistas, diversos agentes culturales) en la for- crita) revela su escepticismo respecto a las mación de ese mercado. Él insistía con una posibilidades de lo digital, una actitud que noción que tiene antecedentes históricos en sobrevuela los acercamientos que los promo- la reflexión de António Cândido sobre la re- tores del proyecto Ya te conté realizaron al lación de la literatura con el público lector: no sector de la crítica establecida, tanto en Uru- se puede hablar de literatura sin un público, guay como en Argentina. La oposición entre sin éste sólo hay “manifestaciones literarias.”3 Marcos Wasem 319

Por ello los organizadores se propusieron la posibilidades del medio impreso. Su difusión tarea de formación de un público para una en el espacio público (el cartel pegado en la narrativa que carecía de él. La tarea corres- pared) amplía el número de lectores, el ejer- pondía históricamente, según Pablo Rocca, a cicio de lecturas públicas que hacen pasar la revista literaria, institución también preca- la revista del medio impreso al sonoro, y la ria, siempre debatiéndose entre el mercado de convergencia de la escritura, la pintura y el la lectura y el apoyo institucional. A su rol en diseño gráfico, son todas estrategias que con- el campo cultural dedicó Rocca recientemen- tribuyeron a ampliar su público. te su investigación, y observa que, al igual Esta comunión de medios que hace que ocurre en la actualidad en el diálogo con a la revista literaria provee, como sugiere el internet, históricamente la revista literaria in- mismo Rocca, un antecedente histórico para corporó la interacción con otros medios: apreciar la apropiación del medio digital que proyectos como Ya te conté están llevando La revista, antes de la aparición de adelante hoy en día. No obstante, la nueva internet, había ensayado otras posibi- realidad del medio digital requiere un grado lidades de integración con las demás de familiaridad con sus especificidades, algo artes más allá de los discursos de la que es también objeto de debate entre los or- escritura, más allá, incluso, del libri- llo o de las hojas dispuestas en plie- ganizadores de Ya te conté. Ellos se posicio- gos. Fue cartel callejero en los 20, por nan, como lo reclamaba Paul Bové, no como ejemplo, en la experiencia porteña intelectuales orgánicos sino como “specific de Prisma (1921) o en su imitadora intellectuals to provide expertise and to deco- la montevideana Mural de Ideas, fue, de and control the discourses and technolo- incluso, algo más que tinta en la reci- gies dominant in such a society” (41). El po- tación o la lectura pública concertada tencial desestabilizador que el nuevo medio de las llamadas revistas “orales,” como presenta sólo se vuelve efectivo si se manejan la que “dirigieron” Juvenal Ortiz Sara- adecuadamente sus recursos comunicativos, legui, Manuel de Castro y Hugo Balzo en 1935. Desde las vanguardias a la y la intervención de Ya te conté resitúa la na- radicalización política abonada por rrativa contemporánea rioplatense en el nue- el avance del fascismo, por la peste vo espacio mediático. autoritario-bonapartista por América Así, Carolina Bello expone en uno de y por la guerra civil española, esto es, los artículos publicados en el sitio cuáles son, desde los 20 a principios de la década según sus criterios, los mecanismos de lectura del 40, el diálogo entre texto e ima- que se dan en la red, y cómo deben usarse los gen, en particular a causa de la inte- elementos gráficos para asegurarse la atención gración del grabado y de la ilustración del lector. El artículo, titulado “Elige tu propia a las páginas de las revistas como, si- multáneamente, a los libros que se aventura,” alude a la aparente similitud que la hicieron entonces, permitió pensar navegación a través del hipervínculo guarda una estrategia semiótica e ideológica con aquellos libros donde el lector podía to- común entre escritura (literaria o la mar decisiones sobre el desarrollo de la narra- que fuere), diseño gráfico y artes plás- ción (si querés hacer a, entoces ve a la página y; ticas. (Rocca, “Por qué, para qué una si querés hacer b, entonces ve a la página z). Sin revista” 15) embargo, la diferencia fundamental del meca- nismo de lectura pasa por el hecho de que, a La revista entendida de este modo es un obje- diferencia del medio impreso, el medio digital to multimedia, que empuja los límites de las se lee por medio de un escaneo de la pantalla, 320 Letras Hispanas Volume 11, 2015 donde son los elementos de diseño gráfico los de sus especificidades es necesario para cap- que imponen decisiones de lectura, o mejor turar la atención, y el manejo sabio de los re- dicho, de navegación: cursos gráficos y tipográficos en la pantalla se vuelve clave para transformar el medio digital El grado cero de la lectura en inter- en un medio apto para la mediación entre la net es el hipervínculo. Sin él, la red literatura y el público, para pasar de la deriva no podría concebirse como lo que es: a la concentración. una estructura cuya metafísica siem- En un artículo incluido en la compi- pre exige moverse de un lugar a otro a través de un hipertexto que llenará lación Debates in the Digital Humanities, los espacios vacíos cognitivos, o la cu- Matthew Wilkens mostraba cómo en efecto riosidad de aquel que busca algo. En el trabajo con lo digital contribuye a desesta- Internet, el lector ya no es aquel que bilizar las asunciones culturales respecto a los elige su propia aventura, sino un suje- cánones literarios. Allí, afirma Wilkens, to que es elegido, interrumpido, abru- mado. La lectura en internet tiene sus The answer to the question “Why do propias reglas. El lector no lee siempre we still have canons?” is as simple to de principio a fin un contenido. Por articulate as it is apparently difficult ese motivo es que, entre otras cosas, el to solve. We don’t read any faster than periodismo en internet ha tenido que we ever did, even as the quantity of reinventarse. El lector, impaciente, ya text produced grows larger by the no lee notas; lee, a lo sumo, copetes o year. If we need to read books in or- primeros párrafos. Escanea la pantalla der to extract information from them a través de lo que se denomina «zonas and if we need to have read things in calientes»: una especie de zeta imagi- common in order to talk about them, naria que el lector traza con la vista we’re going to spend most of our time desde el ángulo superior izquierdo del dealing with a relatively small set of monitor al ángulo inferior derecho. El texts. The composition of that set will que escribe para internet sabe que el change over time, but it will never get uso prudente de la negrita, la acertada any bigger. This is a canon […]. [c] construcción de un link, y los subtí- anons—even in their current, mildly tulos, aseguran tiempo del lector en multicultural form—are an enormous la página antes que algún elemento problem, one that follows from our emergente lo distraiga, o tenga la ne- single working method as literary cesidad de cliquear un link para agre- scholars—that is, from the need to gar información. (Fierro et al. “Elige perform always and only close read- tu propia aventura”) ing as a means of cultural analysis. (Wilkens 250-51) El artículo revela que la aproximación a lo digital por parte de esta nueva promoción El texto de Wilkens se refiere a un pro- de escritores es cautelosa. Se aprecian las ven- blema de metodología de análisis textual, tajas del medio pero también sus limitaciones, y muestra las ventajas que la digitalización en la medida en que se busca la atención de ofrece para recoger datos sobre una muestra un lector a través del espacio digital en el que textual mucho mayor que la que permite la no se practica, precisamente, la lectura. De visión limitada—y limitante—del canon lite- allí que no haya una fetichización de internet rario. Él se refiere a los datos que es posible y de sus posibilidades, sino que se le asigna extraer de un amplio corpus textual digita- el rol de intermediario, una plataforma apta lizado por medio de un trabajo estadístico para desestabilizar el canon sin destronar la sobre características léxicas o estilísticas. Sin cultura del libro. Con todo, el conocimiento embargo, la tesis de Wilkens tiene relevancia Marcos Wasem 321 cuando se considera que el problema que en- sin embargo su flexibilidad, y la habilidad del frenta el grupo de escritores y estudiantes que blog para absorber diversos géneros, como ha llevó adelante el proyecto tiene que ver con sostenido Edmundo Paz Soldán: una redefinición del canon. En su caso, la apropiación del medio digital representó una But the literary star of the day is the oportunidad de intervención en el campo cul- blog. The blog is a travel log in the tural, en el sentido bourdieuano del término, cyberspace, a textual practice which que pasa por dar visibilidad a nuevas genera- combines elements of the diary, the notebook, literary criticism, the ciones de narradores. En efecto, según Pierre opinion column, the short story, the Bourdieu (206), los grados de consagración epigram, and whatever other literary separan a las llamadas “generaciones,” y la in- genres we might care to add. The blog tervención cultural que la nueva realidad me- is currently threatening to supplant diática hace posible remueve las bases de la the novel as the great genre in which dinámica del campo. De un modo similar al everything can find its place. Thanks uso estratégico que las revistas vanguardistas to the appearance of a new techno- descritas por Rocca hacían del medio gráfico logical format we are witnessing, in y las tecnologías de impresión para dar visibi- ‘real time,’ the birth of a new literary genre. In Latin America, the chronicle lidad a sus proyectos, el uso del medio digital has been, since the end of the nine- permite poner en cuestión aquellas prácticas teenth century, one of the privileged culturales que dificultan la incorporación de genres of our modernity, capable of las generaciones nuevas de escritores y sus giving us many of our classic texts—I propuestas estéticas dentro del ámbito de lo am thinking here of the North Amer- literario. Si bien para Wilkens la digitaliza- ican chronicles of José Martí, and of ción del corpus textual permite una lectura the chronicles of Manuel Gutiérrez transversal de los textos que hace que la dis- Nájera. And nowadays the tradition tinción entre textos literarios y no literarios still produces great exponents such as Carlos Monsiváis and Pedro Lemeb- se vuelva irrelevante, en el caso de Ya te conté el who publish in newspapers and esta distinción no es abandonada, pero la di- books. But perhaps the true contem- gitalización permite crear regímenes de visi- porary form of the chronicle is being bilidad para un corpus narrativo emergente written on the Internet by the authors que no encontraba una mediación crítica en of blogs. (Paz Soldán 260) los tradicionales medios impresos. De ese modo, contribuye a abordar el problema del El blog sería, por tanto, el nuevo espa- canon no mediante su eliminación (el canon cio en que reside la vieja práctica cultural de como problema que debe ser superado, como la crónica periodística. De hecho, varios de los sugiere Wilkins) sino mediante su desplaza- escritores que participan en Ya te conté man- miento en la dirección de nuevas formas na- tienen blogs personales. Pero como sostiene rrativas. Edmundo Paz Soldán, el blog parece estar Pero el medio digital, con sus propias apropiándose lentamente del rol que tradicio- características comunicativas, invita a su vez nalmente le correspondía a la prensa cultural, a una transformación del discurso crítico. En otro de los mediadores históricos entre la pro- ese sentido, se puede apreciar la hibridación ducción literaria y su público, pero también, estilística del sitio web. Construido a partir de un ámbito de creación híbrida de géneros lite- una plataforma para creación de blogs, el sitio rarios que surgen al amparo de la publicación no se restringe sin embargo a este. Aprovecha periódica, cuyo ejemplo paradigmático es la 322 Letras Hispanas Volume 11, 2015 crónica. Hoy por hoy, con la batida en reti- incide en ese asunto y, en muchos rada de la crítica cultural en la prensa escrita casos, hasta hace poco los profeso- 5 6 (y en particular, en el medio rioplatense, los res en Humanidades y en el ipa no espacios culturales en la prensa, salvo hon- leían literatura contemporánea. Oscar Brando afirmaba no hace mucho que rosas excepciones, tienden a desaparecer),4 nosotros habíamos hecho ese traba- el ámbito de toma de decisiones respecto a la jo a la salida de la dictadura cuando entrada al canon parece quedar vacío. empezamos a escribir en Brecha, en El proceso vivido desde la salida de la El País Cultural y en otros medios, dictadura en 1985 hasta el presente estuvo estábamos en los jurados y estábamos signado por la irrupción cada vez mayor de en las editoriales. Y que usamos ese casas editoriales multinacionales. En los años poder para consagrar a un grupo de noventa, de hegemonía neoliberal, se vio sur- autores y que no lo hicimos mal. Bue- gir una generación de escritores que buscaba no, el juicio—se sabe—lo da el tiem- po transcurrido. En perspectiva creo integrarse a los mecanismos de distribución que sí, que de algún modo se armó que prometían estas multinacionales, en una una suerte de seleccionado nacional, suerte de fallido McOndismo local, que cho- sobre todo en narrativa, que dio sus có con la realidad del sistema de distribución frutos [...]. Ahora no estoy tan segura de las empresas multinacionales: estas publi- de que sea la crítica en la prensa la que can en sus sucursales lo que calculan puede arma el canon uruguayo. Es un tema ser una venta plausible en el mercado local, para discutir. (Fierro et al. “Cuestio- haciendo virtualmente la circulación de obras nario: la crítica”) a través de las fronteras nacionales. Sin em- bargo, a partir de la crisis del neoliberalismo El tono de Ana Inés Larre Borges, en tanto en la primera década del siglo XXI, hubo una crítica activa en la prensa escrita, revela cierta recuperación de proyectos editoriales locales, nostalgia de un pasado en que el medio en el que presentaron agendas propias. En cierto que se mueve tenía un rol en la orientación modo, Ya te conté surge de la preocupación del canon literario. Se trataba de un grupo por la viabilidad de estos proyectos indepen- reducido de agentes culturales, que de hecho dientes, que se han fortalecido lentamente copaban los espacios de toma de decisiones con la recuperación económica. Lo que que- sobre el sistema literario: prensa, jurado y da todavía por responder es, en esta nueva editoriales estaban en manos de los mismos realidad, a quién corresponde el rol de agente actores. Pero en el actual contexto, aquel po- de consagración literaria. En ese sentido Ana der de antaño se ha ido de las manos, y el es- Inés Larre Borges, periodista cultural espe- pacio de canonización que antes ocupaban se cializada en el campo de la literatura con una diluye. larga trayectoria en el semanario uruguayo El proyecto Ya te conté representa una Brecha, declara en el cuestionario a la crítica: tentativa de llenar ese vacío (al menos para el ámbito de la narrativa, ya que, sostienen sus Otro tema es el de la literatura uru- organizadores, otros géneros como la poesía guaya y la nueva literatura uruguaya. o el teatro poseen otros espacios) desde lo ¿Quién hace en Uruguay esa prese- digital. Ello lleva a la reformulación de las lección que mencioné? ¿Quién hace prácticas críticas, donde uno de los compo- el canon? (Y también, actividad aquí nentes es la interactividad. Curiosamente, casi inexistente, ¿quién lo revisa y co- rrige?). Hasta hace unos años hubiese esta novedad pone de manifiesto cómo desde respondido sin dudas que lo hace la el público a veces se reclama la fidelidad a una prensa escrita. A diferencia de lo que tradición crítica que, sin embargo, pertenece sucede en otros lados, Argentina por a otros parámetros y se manejaba dentro de ejemplo, la academia en Uruguay no otras estratégicas comunicativas, enmarcada Marcos Wasem 323 ya sea en la academia o en la prensa. Así, en editorial hacía impensable. A partir de Ya te uno de los comentarios dejados por un lector conté y de la realización simultanea del fes- a través del plugin de Facebook, se reclama a tival FILBA de editoriales independientes en los creadores del sitio recuperar la actitud de Santiago de Chile, Buenos Aires y Montevi- promociones críticas anteriores, que apunta- deo, se puede apreciar a ambos lados de Río ron su mirada hacia quienes fueron sus con- de la Plata una mayor circulación de autores temporáneos en el pasado: de las vecinas orillas respectivas. Lo que queda en el debe es tal vez ver En el pasado cercano, tuvieron res- los mecanismos mediante los cuales un pro- puesta de otros críticos: Bordoli, yecto en el que el uso del medio digital es cla- Visca, Bula, Brito, Rama, R.Monegal, ve pueda asegurarse el amparo de políticas de etc-etc- y si bien hacían referencia a preservación institucionales. La preservación otro momento, la mirada crítica, tenía y pedía otra hondura en el análisis y de objetos digitales y las políticas de acceso es otra ética en la formulación. No digo una materia sobre la que recién se entra a de- mejor, no digo peor, sí digo que debe batir en Uruguay. El hecho de que el sitio esté ser lectura obligada para quienes hoy alojado en un espacio privado como Blogger son los nuevos jueces de talentos o ca- conlleva el potencial peligro de que, por de- rencias literarias. (Fierro et al. “Cues- cisiones empresariales ajenas a los usuarios tionario: la crítica;” comentario de del sitio, éste pueda desaparecer si no hay usuario) una política de preservación que lo ampa- re. Esa dirección de trabajo es un debe, y ya Pero, como los mismos impulsores del pro- que existe una política de apoyo a iniciativas yecto insisten en señalar, se trata menos de culturales basada en los fondos concursables una recuperación nostálgica de un espacio del Ministerio de Educación y Cultura uru- que la crítica parece haber perdido que una guayo, sería bueno que esta iniciativa fuera reformulación de sus prácticas para una nue- acompasada por una política de preservación va realidad mediática y unos nuevos valores de aquellos artefactos culturales (tanto ma- estéticos. Los organizadores reconocen que teriales como digitales, como es el caso en el en buena medida su tarea es más humilde que proyecto Ya te conté). Ya existen algunos ante- la de sus antecesores: “La idea es desestructu- cedentes en este sentido, como el reciente es- rar el campo y lograr que los autores se lean tablecimiento de un repositorio institucional entre sí y que los lectores los lean” (Friera, del estado uruguayo a través de la dirección párrafo 6). Otro de los logros a destacar es la de la Dirección Nacional de Impresiones y promoción de intercambios con los narrado- Publicaciones Oficiales (IMPO) en convenio res y críticos provenientes de Argentina, don- con la Universidad de la República. de se realizaron encuentros con la editorial Eloísa Cartonera. En ese sentido, el espacio Ya te conté permitió el intercambio de prác- Notas ticas: la creación de una editorial cartonera 1 también en Uruguay (“La propia cartonera”) El crítico Elvio Gandolfo dedica un artículo bastante exhaustivo a esta colección en El País Cul- y la posibilidad de intercambio y difusión de tural N° 653, 10 de mayo de 2002. Está disponible editoriales independientes a ambos lados del en el sitio de Ya te conté: . 324 Letras Hispanas Volume 11, 2015

2El dato me lo proporcionó Lucía Germano en investigación como estudiante al final de mi carre- una entrevista personal. Los fondos se destinaron ra sobre la obra de Julio Inverso. principalmente a financiar visitas de escritores y académicos que se trasladaron entre Uruguay y Argentina en 2012 y 2013. Obras citadas 3Ver António Candido, Formação da literatura brasileira, “Introdução:” Bourdieu, Pierre. Les règles de l’art. Genèse et stuc- Em fases iniciais, é freqüente não en- ture du champ littéraire. Paris: Éditions du contrarmos esta organização, dada a Seuil, 1998. imaturidade do meio, que dificulta a Bové, Paul. “The Literary Critic in the Postmodern formação dos grupos, a elaboração de World.” In the Wake of Theory. Hanover: Wes- uma linguagem própria e o interes- leyan University Press, 1992. 25-47. Impreso. se pelas obras. Isto não impede que Candido, António. Formação da literatura brasilei- surjam obras de valor—seja por for- ra (momentos decisivos). Rio de Janeiro: Ouro ça da inspiração individual, seja pela sobre Azul, 2006. Impreso. influência de outras literaturas. Mas Fierro, Jorge et al. Ya te conté. N.p., 2013. Web. 1 elas não são representativas de um Aug. 2014. sistema, significando quando muito Friera, Silvina. “Diálogo de dos orillas.” Página/12 o seu esboço. São manifestações li- 26 Feb. 2013. Web. 1 Aug. 2014. terárias, como as que encontramos, Germano, Lucía. Entrevista personal. 12 de julio no Brasil, em graus variáveis de iso- de 2014. lamento e articulação, no período Mardero, Adriana. Cordón Soho. Montevideo: Es- formativo inicial que vai das origens, tuario editora, 2015. no século XVI, com os autos e cantos Paz Soldán, Edmundo. “A Cyberliterary Afterword: de Anchieta, às Academias do século Of Blogs and Other Matters.” Latin American XVIII.” (Cândido 26) Cyberculture and Cyberliterature. Ed. Thea Pit- 4 Tal vez el ejemplo más patente de ello sea la man and Claire Taylor. Liverpool: Liverpool drástica reducción de personal y en el número de University Press, 2007. 257-62. Impreso. publicaciones del suplemento cultural en el perió- Rocca, Pablo. “Por qué, para qué una revista (Sobre dico de mayor venta en el país, El País Cultural. su naturaleza y su función en el campo cultural 5 Se refiere a la Facultad de Humanidades de la latinoamericano).” Hispamérica 33.99 (2004): Universidad de la República. 3-19. Impreso. 6Instituto de Profesores Artigas, centro tercia- —. Revistas culturales del Río de la Plata: diálogos rio no universitario orientado a la formación pe- y tensiones (1945-1960). Montevideo: Univer- dagógica. El autor de este artículo, que estudió en sidad de la República. Facultad de Humani- esta institución entre los años 1995 y 2000, deja dades y Ciencias, 2012. Impreso. constancia que lo que dice la periodista sobre el Wilkens, Matthew. “Canons, Close Reading, and estudio de autores vivos en el IPA no es estricta- the Evolution of Method.” Debates in the mente cierto. Guardo en mi memoria el lugar que Digital Humanities. Ed. Matthew K. Gold. mis profesores en aquellos años dieron al estudio Minneapolis: Univ Of Minnesota Press, 2012. de autores vivos y activos, y mi propio trabajo de 249-58. Impreso. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Special Section: Paperless text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: “Entre Mundos/Between Worlds:” Digital Stories of Salvadoran Transnational Migration Author: Ana Patricia Rodríguez E-mail: [email protected] Affiliation: University of Maryland; Department of Spanish and Portuguese; 3215 Jiménez Hall; 4125 N Library Ln.; College Park, Maryland 20742 Abstract: In the Spring 2014, I developed a digital storytelling project with my students, titled “En- tre Mundos/Between Worlds: Digital Stories of Salvadoran Transnational Migration,” comprising thirty-five digital stories on various aspects of Salvadoran transnational migration flows and com- munity formations in the Washington, D.C. metropolitan area. By invitation, “Entre Mundos/Be- tween Worlds” was presented live and live streamed from the Smithsonian National Museum of the American Indian (NMAI). This essay tells the story of how the “Entre Mundos/Between Worlds” digital storytelling project captured the images, sounds, voices, and narratives of Salvadoran trans- national migration from the 19th century to the present and in the particular context of the Wash- ington, D.C. metropolitan area, home to close to 240,000 Salvadorans (U.S. Census 2010). I discuss the making of “Entre Mundos/Between Worlds” as well the use of digital storytelling as a media tool to make visible transnational migration flows and community formations of Salvadorans in the United States. Of particular interest is capturing the stories of Salvadoran transnationality through the art of digital storytelling. Keywords: Salvadorans, Washington, D.C., Transmigration, Transnationalism, Digital Storytelling Resumen: En la primavera de 2014, diseñé con mis estudiantes el proyecto de historias digitales de- nominado “Entre Mundos/Between Worlds: Historias digitales de la migración transnacional sal- vadoreña” en el área metropolitana de Washington, D.C. El proyecto consiste de treinta y cinco historias digitales sobre varios aspectos diferentes de la migración transnacional y la formación de una comunidad salvadoreña transnacional. Ese mismo semestre fuimos invitados a presentar “Entre mundos/Between Worlds” en vivo y por live stream en el Museo Nacional del Indio Ameri- cano de la Institución Smithsonian (NMAI). Este ensayo cuenta la historia de cómo “Entre Mundo/ Between Worlds” captó las imágenes, los sonidos, las voces y las narrativas de la migración trans- nacional salvadoreña desde el siglo diecinueve hasta el presente y en el contexto particular del área metropolitana de Washington, D.C., en el cual residen casi 240,000 salvadoreños (U.S. Census 2010). Aquí explico la elaboración de “Entre Mundos/Between Worlds” así como el uso de historias digitales para hacer visible los flujos y las formaciones comunitarias transnacionales de los salva- doreños en los Estados Unidos de Norteamérica. Nos interesa particularmente explorar la repre- sentación del transnacionalismo salvadoreño por medio de la práctica de las historias digitales. Palabras clave: salvadoreños, Washington, D.C., transmigración, transnacionalismo, historias digitales Biography: Ana Patricia Rodríguez is Associate Professor in the Department of Spanish and Portu- guese and the U.S. Latina/o Studies Program at the University of Maryland, College Park, where she teaches classes on Latin American, Central American, and U.S. Latina/o literatures and cultures. Her research interests include Central American and Latina/o cultural production, transnational cultural studies, diaspora studies, and post/war/trauma studies. She has published widely on the cultural production of Latinas/os in the United States and Central Americans in the isthmus and the wider Central American diaspora. She is the author of Dividing the Isthmus: Central American Transnational Histories, Literatures, and Cultures (University of Texas Press, 2009) and co-editor (with Linda J. Craft and Astvaldur Astvaldsson) of De la hamaca al trono y al más allá: Lecturas críticas de la obra de Manlio Argueta (San Salvador: Universidad Tecnológica, 2013).

ISSN: 1548-5633 326 Letras Hispanas Volume 11, 2015

“Entre Mundos/Between Worlds:” Digital Stories of Salvadoran Transnational Migration

Ana Patricia Rodríguez, University of Maryland

In 2011, Salvadorans became the third- largely in the shadows (Pew Research Center largest Latino demographic group in the 2013). Our digital storytelling project was a United States, after Mexicans and Puerto Ri- way to make visible a community made invis- cans (Brown and Patten 2013). Although they ible in today’s transnational labor market. began to arrive in the United States in the 19th In this essay, I examine the making of Century and have since settled throughout “Entre Mundos/Between Worlds: Digital Sto- the country, they remain a largely underrep- ries of Salvadoran Transnational Migration,” resented population nationally and in many for which students in an upper division Span- locales. Arturo Arias has suggested that, given ish (L2) class at the University of Maryland, Central Americans’ long history of violence, College Park, produced thirty-five digital sto- trauma, and forced and often undocumented ries. Linked by storylines, themes, and tropes migration, Salvadorans (like other Central of transnationalism, the digital narratives Americans) often adopt strategies of invisi- sought to “capture” the stories of Salvadoran bility, or passing unperceived (2007), in order transnational migration flows in the Wash- to elude immigration and other authorities, ington, D.C. metropolitan area. For the proj- making it thus difficult to conduct research ect, students conducted research on selected on and with them. In an effort to better un- topics, wrote bilingual scripts, drafted story- derstand Salvadoran transnational migration boards, recorded, translated, and captioned flows, particularly in the Washington, D.C. voiceovers, synchronized assets (images and metropolitan area, where they comprise the sounds), and produced videos using the largest Latino group (Pumar 2012), I devel- cloud-based application, WeVideo. They also oped a digital storytelling project in 2014, ti- used online collaborative writing tools such tled “Entre Mundos/Between Worlds: Digital as Google Drive and Etherpad to co-write and Stories of Salvadoran Transnational Migra- edit scripts in Spanish and English. As the in- tion.” The project engaged my undergraduate structor, I guided the production of the digital students in the production of digital stories stories, monitored the collection of assets to about Salvadorans in the Washington, D.C. ensure the use of Creative Commons (royal- metropolitan area. With the project, I sought ty-free) materials, edited and commented on to make more visible a community that lives texts, and designed and implemented grading between countries, cultures, and economies rubrics to assess the digital storytelling from and to generate community-based research process to product. Peer and self-evaluations that could be used to document a group that were used to assess the outcomes of collab- contributes greatly to the local labor market orative learning in this digital storytelling and economy and remits more than $4 billion project (Barkley, Howell Major, and Cross annually to their country, and yet remains 2014). Here, I discuss not only the content Ana Patricia Rodríguez 327 and themes of the student digital stories but 1995a, 1995b) and even Calgary, Canada also the use of digital storytelling in commu- (Lara Martínez 1994). nity-engaged learning for the production of In recent years, scholars have begun to site-based research on transnational migra- focus on the migration of Salvadorans to the tion. Because Salvadoran migration has been Washington, D.C. metropolitan area. Among largely invisible due to the undocumented them, Terry Repak (1995) has examined the status of many immigrants (Arias 2007), this migration of Central Americans to the region project sought to focalize this migration and after World War II. Repak calls attention to a to bring to the fore images of their transna- Central American/Salvadoran female-headed tional lives and practices in our region. “pioneer” generation that arrived in the D.C. area in the early 1960s to work as domestic workers in the households of the diplomatic Salvadoran Transnational corps, a signature feature of migration to Migration in the Washington, Washington, D.C. Drawing upon Repak’s D.C. Metropolitan Area work, David Pedersen (2013) has studied Sal- vadoran migration from the eastern part of El Salvador to the region. In“Mandar a Traer:” While Salvadorans comprise the third Antropología, migraciones y transnacional- largest Latino population in the United States, ismo. Salvadoreños en Washington (2005) and they are the largest immigrant group in the Proceso migratorio de una mujer salvadoreña: Washington D.C. metropolitan area, which El viaje de María Reyes a Washington (2006), consists of the District of Columbia, Virginia, the Spanish anthropologist Raúl Sánchez- Maryland, and parts of West Virginia (Singer Molina tells the story of a great number of 2001). The U.S. Census (2010) conserva- Salvadoran migrants who came to the area in tively estimates that there are approximately the 1980s, as a consequence of their country’s 240,000 Salvadorans in the D.C. metropoli- civil war. In particular, his ethnography of tan area without counting the large number María Reyes follows his subject from El Sal- of undocumented immigrants. Historically, vador, through Mexico, to the working class since at least the 1960s, Central Americans suburb of Langley Park, Maryland, which particularly from El Salvador have been im- contains the largest concentration per square migrating to the Washington, D.C. metro- mile of Salvadorans in the United States. politan area, attracted by gainful employment From a different angle, cultural anthro- in the construction, service, hospitality, and pologist and folklorist Olivia Cadaval (1998) childcare sectors and supported by thriving explores how Salvadorans fleeing the violence formal and informal social networks, includ- of the civil war struggled for representation ing service providers, agencies, churches, in the nation’s capital and used public space hometown associations, family, and friends and functions like the Latino festival to pro- (Menjívar 2000). A growing body of research test U.S intervention in El Salvador and to in sociology, anthropology, communications, put on display Salvadoran foodways (food migration studies, and cultural studies has al- culture), music, and other cultural practices ready examined the phenomenon of transna- in a city that as a whole overlooked their tional migration of Salvadorans to the United presence. In an early study of race relations States and elsewhere. To date, these studies in D.C., Jennings and Lusane (1994) further have focused on the transnational migration note the tensions between the longstanding and settlement patterns of Salvadorans to key African American communities and Salva- sites such as San Francisco, Los Angeles, and doran newcomers, in what Modan (2007) New York (Zilberg 2011; Córdova 2005; Bak- calls the “turf wars” in certain neighbor- er-Cristales 2004; Hamilton and Chinchilla hoods in Washington, D.C. In various stud- 2001; Menjívar 2000; Winschun 1999; Mahler ies, Orozco (2004) more generally examines 328 Letras Hispanas Volume 11, 2015 the sustained impact through the years of not necessarily interested in using digital sto- remittances in El Salvador and the nostal- rytelling or “participatory visual and digital gic industries that Salvadorans have built methods” (Gubrium and Harper 2013) as through their consumption away from their ethnographic methodologies. Rather, I was country (2015). Finally, Rodríguez (2009) interested in working with my students to analyzes the literary and cultural production produce original visual stories about different of the Salvadoran diaspora in the Washing- aspects of Salvadoran transnationality with ton, D.C. metropolitan area, while Benítez an eye out for metaphors, images, represen- (2011, 2010, 2006) explores what he calls the tations, and other narrative practices. Digital “transdigital divides” produced by migration storytelling seemed like an ideal practice and and diaspora. Building upon this body of tool for this endeavor. scholarship, I sought to train my students as As we know, in the last few decades, critical observers, researchers, and documen- digital storytelling has become an innova- tarians of Salvadoran transnationality in the tive tool for producing personal and collec- Washington, D.C. metropolitan area. My ob- tive narratives in multimedia formats and jective was not only for my students to study platforms with a great number of innovative the processes of Salvadoran transnationalism practitioners (Lambert 2013; Guajardo et and transmigration, or rather the travel back- al. 2013; Frazel 2010; Kidd 2009; Matthews- and-forth between El Salvador and Washing- DeNatale 2008). The Internet is populated ton, D.C. area, but also to become producers with blogs, Google sites, wiki-spaces, virtual of knowledge in their own right. The idea was museums, YouTube videos, and other sites to produce visual materials (digital stories) showcasing the digital stories of people, com- on Salvadoran transnational flows of people, munities, and issues. Exemplary digital story- goods, and cultural materials, which, in turn, telling sites on the Web include the StoryCen- could be of use to educators and others, both ter (formerly Center for Digital Storytelling), in and outside of El Salvador. Moreover, I was Immigrant Archive Project, Robin Bernard’s interested in exploring the question of how website The Educational Uses of Digital Sto- digital storytelling could be used to bridge rytelling (University of Houston), and Digital the geographical and more figurative divides Storytelling: Multimedia Archive (University of and distances between transnational commu- Georgetown). Abundant online resources also nities. exist, which provide ideas, guidelines, and examples for the production and assessment The Practice of Digital of digital storytelling projects at various edu- cational levels and for different contexts and Storytelling audiences. (See Richard Byrne’s Blog “Free Technology for Teachers,” Digital Storytelling, In the “Entre Mundos/Between Worlds” EDUCAUSE-Digital Story Telling, Microsoft. project, I wanted, thus, to “capture” images, com. Higher Education Resources, NancyRu- sounds, ideas, and narratives of Salvadoran bin Blog, and National Writing Project, among transnational migration between the Wash- others). ington, D.C. metropolitan area and El Sal- None of these digital storytelling proj- vador through electronic media. As an ects, however, combines a transnational per- interdisciplinary literature professor and cul- spective and methodology to produce stories tural studies practitioner specializing in U.S. with community partners across national Latina/o and Central American literatures territories, languages, ages, and education- and cultures and as a scholar who values the al levels, which is what I envisioned doing work of the humanities, for this project I was with “Entre Mundos/Between Worlds.” My Ana Patricia Rodríguez 329 intention was to create digital stories about 2005; Hitchcock 2003), particularly Salvador- the Salvadoran transnational migration and an transnational migration. In particular, the community building as well as a depository class paid close attention to how Salvadoran and archive for storing these stories and mak- transnational migrants build and maintain ing them accessible. In the long run, with this material, symbolic, and affective ties with project, I hoped to contribute to what Joe their homelands and how some Salvadoran Lambert, founder of the StoryCenter, calls the transmigrants (with documented status) travel “digital storytelling movement” (2013). In the back-and-forth between sending and receiv- context of the dispersed Salvadoran diaspora, ing sites in El Salvador and the Washington, I hoped that digital storytelling could further D.C. metropolitan area, respectively. The class serve as a resource for producing visual nar- format consisted of lecture, discussions, group ratives and linking communities and individ- work, short essays and reflections, presenta- uals divided by borders, multiple countries, tions, workshops, activities, public presenta- and migration status. Following the afore- tion of collaborative projects, examinations, mentioned models of digital storytelling, in and an abbreviated community-engaged “Entre Mundos/Between Worlds,” I sought to service-learning requirement. Readings drew develop a virtual space for the collecting, rep- from history, anthropology, politics, immi- resenting, digitizing, and archiving of stories gration, communications, culture, art, and of Salvadoran transnational migration for literature, among other fields. Students not public access. In order to develop this trans- only read scholarly research on transnational national project and space, I first familiar- migration but also material from newspapers, ized myself with the literature and practice of first-hand accounts, and other critical and digital storytelling and participated in a num- ethnographic works, among them Proceso ber of hands-on workshops at the Center for migratorio de una mujer salvadoreña: El viaje Digital Storytelling in Berkeley, California, a de María Reyes a Washington (Sánchez-Moli- leader and innovator in this burgeoning field. na 2006), a key text for the class. I also developed a course focusing on trans- For their digital storytelling projects, nationalism and digital storytelling in order students developed individual and collab- to put that scholarship into practice with my orative digital stories representing aspects students. of Salvadoran transmigration and transna- tionalism in the region. For this purpose, the technology support unit for my department A Course in Salvadoran subscribed to the cloud-based system WeVi- Transmigration and deo and assisted me in training my students Transnationalism in the use of the technology. Training includ- ed instruction on filming on Samsung pocket cams and mobile phones, audio recording of In spring 2014, I launched the research- voiceovers on the sound recording software based digital storytelling undergraduate Audacity, and compiling, uploading, and ed- course Spanish 408i Latino/a Transmigration iting assets to WeVideo to produce the final and Transnationalism (El Salvador), fulfilling products. Sessions in class were also dedi- the general education requirement for Schol- cated to best practices in selecting and using arship in Practice, a new general education Creative Commons (royalty-free) materials requirement at my institution. The class fo- from sites such as Jamendo, Audio Jungle, cused on the history, practices, and literature and SoundBible. Each student in the class of transnationalism (Jay 2010; Khagram and was required to produce an individual digital Levitt 2008; Vertovec 2009; Lionnet and Shih story (video) as part of her/his training and 330 Letras Hispanas Volume 11, 2015 to collaborate in a group to produce a longer the high school students through campus digital story on a more complex issue in Sal- tours, games, presentations, and storytell- vadoran transnational migration. ing exercises in which my college students In order to expose students to transna- worked with the high school students to pro- tionalism at different levels, from the lives of duce a picture book with images and captions immigrants in the region to the intricacies of based on personal migration stories. The high government policy, I arranged for students to school students produced three to four page assist me in the planning and hosting of a pub- storybooks with drawings that told stories of lic forum at our university, featuring the Am- their migration from homelands, reunifica- bassador of El Salvador. During the course of tion with parents and relatives, and difficulties the semester, I also arranged for them to meet of living in between, just like my students and with Salvadoran writers whose work they I had read in the critical literature. Through were reading and to participate in a Skype this high school-college student encounter, I conference with a specialist on Salvadoran hoped students would connect and put a hu- migration at the Universidad Centroameri- man face to the structural processes of mi- cana José Simeón Cañas (UCA) in San Sal- gration, despite the cultural, linguistic, class, vador. Thus, my students were able to par- ethnic/racial, and town/gown barriers that ticipate in the same transnational networks of make community-engaged learning difficult politics, culture, and media that connect the for some. Indeed, Barbara Jacoby, renowned Salvador migrant populations with El Salva- scholar of service-learning practices and my dor (Benítez 2011, 2010). During the semes- mentor at the University of Maryland, defines ter, my students were also required to fulfill an abbreviated service-learning (SL) project service-learning as a form of expe- through which they each visited a local high riential education in which students school and gave presentations in the Spanish engage in activities that address hu- man and community needs, together for Native Speakers (heritage language) class- with structured opportunities for re- es, per previous arrangement with teachers of flection designed to achieve desired the Spanish department at the high school. learning outcomes. (1-2) My students also assisted in coordinating the daylong visit of two hundred high school stu- In this context, I sought to make transna- dents from the aforementioned classes to our tional migration experiences and processes campus. My college students were respon- “real” for my students and to create situations sible for planning, organizing, and leading in which they could engage with the young- activities with the high school students, from er students in their high school and on our which my students learned first-hand about campus in an effort to break the borders that the lives and migrations of their younger often exist between the community and the counterparts, many of who were recently ar- university. At the end of the semester, I asked rived child migrants from El Salvador, Hon- my students to write letters to the high school duras, and . The event ended with students, reflecting critically on their shared a performance of scenes from “PLACAS: The encounters and encouraging them to pursue World’s Most Dangerous Tattoo” by Ricardo their studies in high school and college. Salinas of the Chicano theater troupe Culture Up to now, I have discussed conceptual, Clash who agreed to perform at my institu- pedagogical, and service-learning aspects tion in the context of the program. of my class titled “Entre Mundos/Between With this community-engaged, service- Worlds.” I designed this class with many learning project, particularly the daylong course goals and one significant outcome in campus event, I sought to produce a contact mind. Before the class began, I was invited to experience for both my college students and present the “Entre Mundos/Between Worlds” Ana Patricia Rodríguez 331 digital story project at a special event at the context of Salvadoran transnational migra- Smithsonian Institution’s National Museum tion and were recorded and/or captioned bi- of the American Indian (NMAI) in Wash- lingually in Spanish and English. Each of the ington, D.C. The event would take place on projects required multiple drafts, editing, and May 3, 2014 and would be open to the general consulting with me face-to-face or electroni- public and live streamed and watched via the cally to arrive at the final narrative captured in Internet. To that end, at the onset of the class, digital form. Perhaps one of the most compel- I had in mind to train the students to produce ling individual digital stories was titled “The the best digital stories they could for public Life Line/El celular,” representing a student’s presentation to a worldwide audience on the daily trajectory upon leaving her dorm on subject of Salvadoran transnational migra- campus. The student describes her daily en- tion. I was awarded an inaugural Foxworth counter in her dorm’s stairwell with one of the Creative Enterprise Initiative-Curriculum Salvadoran housekeepers, who every day at a Development Grant to create a new class that certain time takes her break on the stairs and would fulfill the General Education Distribu- calls her daughter in El Salvador using her tive Studies-Scholarship in Practice (DSSP) cell phone. The student reflects poignantly requirement for undergraduate students at and critically on the material, symbolic, and my institution. I was also awarded the assis- affective ties mediated by the cell phone as tance of an Undergraduate Technology Ap- the housekeeper makes her daily phone call prentice (UTAP) for the class. to her daughter. In another exemplary digital story, “The Salvadoran 7-11/El 7-11 salvador- eño,” a student shows the impact of the Salva- Digital Stories of “Entre Mundos/ doran demographic in Northern Virginia as Between Worlds” pupusas, sweet bread, and other Salvadoran products became staple sale items. In “The Traveling Cheese/El queso viajero,” another Now, I would like to turn to the digital student recalls how her family eagerly awaits stories themselves, which include individual the return of her grandparents from El Sal- and group productions. Based on particu- vador and the cheese they bring home, sym- lar topics covered in class, and particular bolizing for the student and her family the interests, each student was responsible for nostalgia for their homeland. Finally, in “The producing an individual digital story of two Hummingbird: Peace and Violence/El coli- to three minutes. These stories focused on brí: La paz y la violencia,” a student ponders a wide array of topics on Salvadoran trans- the systemic and gendered violence of the national migration, including: (1) personal civil war, which has pushed a family friend narratives of family, home, and community; into exile in the United States. These are only (2) immigration process and movement; (3) a few examples of the critical digital stories immigrant service providers and organiza- produced by each of my students in “Entre tions; (4) immigrant social spaces such as res- Mundos/Between Worlds.” taurants, supermarkets, indoor soccer fields, The pièce de résistance, however, was and neighborhoods; (5) local transportation, the corpus of eight collaborative group digital businesses, and communication networks; stories, each five to eight minutes in length, (6) nostalgic foods such as pupusas, cheese, produced for the public presentation at the and other products; (7) remittances; (8) vio- Smithsonian National Museum of the Ameri- lence and security; (9) citizenship and be- can Indian on May 3, 2014. In order to allot longing in the United States; (10) gender and time for the completion of these group digital motherhood. stories, by mid-semester students were divided All the stories used original and/or Cre- into groups according to research interests. ative Commons assets to represent the local Each student was asked to identify her/his skill 332 Letras Hispanas Volume 11, 2015 set and was assigned accordingly a specific role In the end, the collaborative group digi- in her/his team. Roles included project manag- tal stories covered a range of topics on Sal- er/director, script writer/editor/translator, vid- vadoran migration history, neighborhoods, eographer/photographer, and video producer, remittance-sending practices and institu- among others. As stated in the course syllabus, tions, hometown associations, education, and the original requirements of the collaborative racial identity. The titles and descriptions of group digital story were as follows: the digital stories are as follows and can be viewed at hyperlinks and at my Vimeo site. Students will be organized into groups of 3-4 people. The group will produce (1) Digital Stories of Transnational- one (1) collaborative digital story on ism and Transmigration: El Salvador any aspect of Salvadoran transmigra- to D.C. (Historias digitales del trans- tion and/or transnationalism in the nacionalismo y de la transmigración de local area. In this instance, the goal El Salvador a D.C., a behind-the-scenes is to tell the story of a flow of trans- student-produced documentary on the migration or transnationalism in the making of “Entre Mundos/Between local area. For example, a group may Worlds: Digital Stories of Salvadoran elect to tell the story of the circulation Transnational Migration.” of remittances starting with a visit to a (2) Vignettes of Salvadoran Transmi- local remittance service center such as gration (Viñetas de la transmigración RIA, Bancomercio, Gigante, etc.; the salvadoreña), an overview of Salva- role of cell phone calling and phone doran migration to the United States cards in the transnational commu- from the 19th century to the present nity; the activism of a local immi- through fictionalized vignettes. grant organization; the adaptations of (3) In Search of Security: Salvadoran Salvadoran cuisine for the “nostalgic Immigration and Its Transnational market;” the labor of transmigrants Routes (En búsqueda de seguridad: in the Student Union or outside; the La inmigración salvadoreña y sus ru- affective connections maintained by tas transnacionales), an exposé of the Salvadoran families through fam- migratory routes taken by Salvadoran ily visits, calls, memories; the expe- transmigrants as they travel to the riences of our transmigrant partners United States by train, plane, and foot. at NWHS; etc. The group will write (4) The Salvador Flavor of Mount a 350-400 word narrative script that Pleasant (El sabor salvadoreño de la will serve as script and voiceover. Mount Pleasant), a virtual tour of The group digital story should be 5-8 Mount Pleasant, the historic epicenter mins. Student will use WeVideo appli- of Salvadoran migration in the Wash- cation to capture sound, music, and ington, D.C. metro area, and its ever- voiceover to digitize the story. changing character as it undergoes gentrification. In essence, studnets were asked to focalize (5) The Kings of Remittances: Salva- and make visible the Salvadoran community dorans in the Washington, D.C. Area in our local area, whereby becoming produc- (Los reyes de las remesas: Salvador- ers of knowledge about immigrants who are eños en el área de Washington, D.C.), highly underrepresented in the United States, a close-up look at remittances, the transnational economic pillar of Sal- although they comprise the third largest La- vadoran communities in the United tino population. Since their production, the States and El Salvador. digital stories have contributed to a growing (6) Transnational Foundations: Des- archive on the Salvadoran experience in the tination El Salvador (Fundaciones Washington, D.C. metropolitan area. transnacionales: Destino El Salvador), Ana Patricia Rodríguez 333

a reflection on how Salvadoran immi- At the public presentation at the Smithsonian grants maintain ties with their home- NMAI (Figure 1), students not only present- towns, particularly Santa Teresa and ed their digital stories but also participated in Mogotillo. a Q&A session, capably responding to ques- (7) Empty Desk: The Process of Regis- tions from the audience regarding their work tering International Students (Pupitre vacío: El proceso de matricular estudi- and experience producing the digital stories. antes internacionales), a fictional ac- In their own right, my students became pro- count that exposes the difficulties of ducers (and not merely consumers) of digital enrolling newly-arrived immigrant media, knowledge, and public scholarship. students in Prince Georges’ County With these digital stories, my students Public School System (PGCPS), and I sought to understand the workings of Maryland. transnationalism in the form of “real,” mate- (8) Trigueña/o: Culture of Three (Trigueña/o: Cultura de tres), an ex- rial, affective, and symbolic practices and to ploration of racial identity in El Sal- ponder critical questions of what it means to vador and Latin America through a live between nations, territories, cultures, and reflection on the word “trigueña/o.” languages. We wanted to observe and discuss

ENTRE MUNDOS/BETWEEN WORLDS: Salvadoran Digital Stories of Transnational Migration Saturday, May 3, 2014

3 p.m.-4:30 p.m., Rasmuson Theater National Museum of the American Indian 4th Street & Independence Avenue, S.W.

Join the Smithsonian Latino Center and the University of Maryland for a student-led program that combines digital media with live performance to share stories from the third-largest Latino community in the United States— Salvadoran Americans. Organized with Professor Ana Patricia Rodríguez, student presentations will bring to life the history and context of Salvadoran migrations since the 19th century into the present. Theater doors will open at 2:30 p.m. First come, first seated. This FREE program will be webcast live!

View it here:

http://latino.si.edu/newsevents/webcasts.htm

The nearest Metro station is L’Enfant Plaza (Orange, Blue, Green, and Yellow Lines). For more information call (202) 633-0925 or email [email protected]. Image courtesy of the Library of Congress.

Figure 1: Advertisement for the public presentation of the project at the National Museum of the American Indian 334 Letras Hispanas Volume 11, 2015 local examples of Salvadoran transnational and community venues in the United States migration. in digital storytelling elaboration in order to Ultimately, our mission was to work continue producing and adding additional with community partners to produce origi- digital stories to the archive. To the best of nal research on Salvadoran transnational my knowledge, no other digital storytelling migration, particularly in our local area, in archive project representing the Salvadoran other words to counter the invisibility of Sal- transnational migration exists to date. In vadorans, which I have previously discussed. practice, such an archive will serve to bridge The class required additional community- what Benítez (2010) calls the “transdigital engaged work outside of class and consider- divide” between Salvadorans in El Salvador able collaboration on the digital storytelling and members of the Salvadoran diaspora. In projects. At the end of the semester, students fact, following the presentation at the NMAI, were offered the opportunity to reflect criti- one of the major newspapers of El Salvador cally not only on the class as a whole but also published an online article on the students’ on the process of collaborative group work digital stories, titled “Entre mundos se ven and individual contributions. All students los salvadoreños inmigrantes en Estados Uni- signed release forms granting me permis- dos” (Salvadoran Immigrants See Themselves sion to present on and write about their digi- Between Worlds) (Guevara 2014), thus giving tal stories and the “Entre Mundos/Between face and voice to our project and connecting Worlds” project. us to El Salvador. In the end, the “Entre Mun- dos/Between Worlds” digital story project was a venue for making visible Salvadoran Conclusion transnational migrations in the Washington, D.C. metropolitan Area. Putting students to work on producing community-engaged Following various models of digital sto- scholarship for public access, “Entre Mundos/ rytelling, “Entre Mundos/Between Worlds” Between Worlds” crossed many real and vir- developed a virtual space for the collecting, tual borderlines, bringing together different representing, digitizing, and archiving of sto- communities divided by migration, national ries of Salvadoran transnational migration. territories, political borders, and citizenship To date, the project “Entre Mundos/Between documentation (or lack thereof) across the Worlds” has taken different iterations in other digital divide. classes and has generated almost sixty digi- tal stories on the formation, practices, and Works Cited processes of the Salvadoran transnational migration, diaspora, and home/land in the Arias, Arturo. Taking Their Word: Literature and Washington, D.C. metropolitan area, most of the Signs of . Minneapolis which can be viewed at my Vimeo site. The and London: U of Minnesota P, 2007. Print. next step for the project is to create a website Baker-Cristales, Beth. Salvadoran Migration to that will make the digital stories more readily Southern California: Redefining El Hermano available for viewing by the public and for use Lejano. Gainesville: UP of Florida, 2004. by educators as learning tools. It is my hope Print. that, once housed and archived at a website, Barkley, Elizabeth F., Claire Howell Major, and K. Patricia Cross. Collaborative Learning Tech- the digital stories will be available for use by niques: A Handbook for College Faculty. San schools, organizations, and other parties in- Francisco: Jossey-Bass, 2014. Print. terested in transnational migration. Benítez, José Luis. La comunicación transnacio- In the future, my plan is to train stu- nal de las e-familias migrantes. San Salvador: dents in El Salvador and at other institutions PNUD, 2011. Print. Ana Patricia Rodríguez 335

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Special Section: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Title: Afterword: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016) Author: Hilda Chacón E-mail: [email protected] Affiliation: Nazareth College; 4245 East Avenue; Office GAC 383; Rochester, NY 14618 Abstract: This Afterword reflects upon issues of authorship and authority, interactivity and partici- pation, as presented in the essays included in this special issue of Letras Hispanas. It also explores the relation and interdependency of the Internet culture with the cultural logic of multinational capitalism (Jameson) and draws connections with scholarship on consumer culture and marketing. The Afterword argues that the current cultural sensitivity and sense of “digital aesthetics” (Gainza) of our times have been molded by the very dynamics of multinational capitalist expansion to whose designs we voluntarily submit. Digital media creation and consumption is permeated by such dy- namics; however, the Afterword also elaborates on the potential of digital storytelling to generate the “political art” (Jameson) of the future. Keywords: Cyberspace, Cyberliterature, Latin America, Digital Storytelling, Consumer Culture, Po- litical Art, Marketing, Multinational Capitalism, Jameson, Contestatory Narratives on Cyberspace Resumen: El Epílogo reflexiona sobre los temas de autoridad y autoría, interactividad y participación, que aparecen en los ensayos que constituyen la edición especial de Letras Hispanas. También explo- ra la relación e interdependencia con la lógica cultural del capitalismo multinacional (Jameson) y establece conexiones con la discusión académica sobre cultura de consumo y mercadeo. El Epílogo también arguye que la sensibilidad cultural actual y nuestro concepto de “estética digital” (Gainza) han sido moldeados por las mismas dinámicas de la expansión del capitalismo multinacional a cu- yos designios nos sometemos de manera voluntaria. La creación y el consumo de historias digitales están permeados también por tales dinámicas; sin embargo, el Epílogo también discute el potencial de las narrativas digitales para general el “arte político” (Jameson) del futuro. Palabras clave: ciberespacio, ciberliteraturas, América Latina, historias digitales, cultura de con- sumo, arte político, mercadeo, capitalismo multinacional, Jameson, narrativas contestatarias en el ciberespacio Biography: Hilda Chacón is Associate professor of Latin American literature and culture in Nazareth College, Rochester, NY. Her first career was as a journalist and she has experience in writing, as well as in radio and TV production. She has researched about cyberspace, political cartoons, US-Mexico cultural exchanges in the global era, and gender issues in post-war Central America. She has been a member of the MLA Division Executive Committee on Twentieth-Century Latin American Litera- ture (2009-2014), and is currently Vice President of the Northeast Modern Language Association, NeMLA (2015-2016), and Vice President of Feministas Unidas (FemUn, MLA-allied organization) (2014-2016). She is currently completing the edited volume, The Internet as a Contestatory Medium in Latin America (forthcoming).

ISSN: 1548-5633 338 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Afterword: Paperless Text: Digital Storytelling in Latin America and Spain (1976-2016)

Hilda Chacón, Nazareth College

When I was invited to write the after- who attentively observe public reactions and word for the special issue of Letras Hispanas, responses to the advances and impacts of Paperless Text: Digital Storytelling in Latin the global era in which we live. None of the America and Spain (1976-2016) I was in the great thinkers about modernity throughout midst of completing a book proposal and the 19th century could have imagined the revising the Introduction of my own edited magnitude that such “essential power of con- volume on contestatory uses of cyberspace nection” would attain at the end of the 20th in Latin America. Therefore, when the edi- century and the beginning of the 21st century. tors approached me with their request I was We are without a doubt presently witnessing already in what I call “digital brain” mode, the greatest paradigm shift that humanity has which is how I refer to those elapsed mo- ever seen in the field of communications and ments when I am in a sort of mental limbo global interconnections. The emergence of reflecting upon what I have just read and/or financial transactions in cyberspace and the seen/written/uploaded/downloaded/navigat- massive use of the Internet in the last decade ed through/interacted with on the Internet. of the 20th century have no parallel in the his- In fact, as I write this foreword I am realiz- tory of humanity. For those of us who come ing that in the last decade I have spent a good from the Gutenberg culture of books and amount of my scholarly endeavor reading, print media, who remember large tabletop observing, and reflecting upon the constant- radios with huge vacuum tubes and who re- ly-evolving, ceaselessly-moving, and almost- call when the first televisions arrived—among impossible-to-grasp ways of creating mean- other “antique” memories, as perceived by ing in cyberspace. On his lecture series on the our students—the instantaneous world-wide History of Philosophy, German philosopher communications options facilitated by the In- Georg Wilhelm Friedrich Hegel affirms, “The ternet are certainly among the most amazing modern world is this essential power of con- phenomena in the “modern world’s essential nection, and it implies the fact that it is clear- power of connection” in our own era. ly necessary for the individual to enter into As a writer and a scholar brought up in these relations of external existence” (Hegel the literary tradition, I often find myself ac- 169). Speaking on the philosophy of history, knowledging that, relentlessly palpitating at Hegel asserts that the obligation of the phi- the core of my thinking, there lies the question losopher of his times was to observe the mod- of how literary creation forms have been im- ern world in which he lived. I believe that the pacted and radically modified by cyberspace role of the philosopher of the 19th century that and its multi-layered systems of denotation— Hegel foresaw is currently being carried out a reflection that guides the present publica- by cultural critics like us, women and men tion. The selection of essays in this Letras Hilda Chacón 339

Hispanas special issue explores such trans- academic forum in cyberspace; one day I dis- formations while the contributors navigate us covered that the entire website had vanished through thought-provoking analyses of case overnight when the company that provided studies of literary works and other narratives the support platform decided to eliminate in cyberspace—a wide array of essays that the service—they assured me that customers straddles reflections on writers who foresaw had been properly notified of the change de- the multilayered ways of thinking and writing spite my arguing on the contrary. The sense before the Internet from Cervantes to digital of frustration that follows the sudden disap- storytelling (Gretter), novels in cyberspace pearance of vast hours of work in front of and its clearly identifiable “digital aesthetics” the computer, even within the reassurance (Gainza), cyberliterature, interactive fiction, that the product at some point was available flash poem, cyberliterary genre and blog- online, is incommensurable; but that event fiction (Cleger), the always evolving dialogue made very evident to me the temporary na- between electronic and print formats (Saum- ture of the Internet. The cultural goods pro- Pascual), digital storytelling and migrant duced and consumed online can actually experiences (Ramírez), Twitter fiction (or disappear at any moment, and that possibility Twitterature) and microblogging (Lowman adds more stress to the already heartbreaking and Correa-Díaz), and videogame culture “waning of affect” (Jameson) that character- and software development in Latin America izes the culture of the multinational capital- (Penix-Tadsen). The timely intervention of ism era in which we live. this special issue of Letras Hispanas addresses In following Sergio Delgado’s proposal existing lacunas in the scholarship on cyber- of consumer behavior/culture as a pivotal cultures and cyberliteratures of Latin Amer- conceptual node under which societies have ica and certainly demonstrates, not only the come to define themselves nowadays, I per- pertinence but also the urgent need, to gen- ceive Latin American cultural production in erate further dialogue across disciplines and cyberspace as strongly intertwined with the scholarships in order to properly understand creation of marketing niches which in turn, the reach of what I have identified in other are dependent on, and are also influential in, publications as the key cultural hallmark societal patterns of online consumption; all of our times: cyberspace (Chacón, Puede; of which adds new levels of complexity to the Poética; Political, 219); the volume is firmly process of creating cybernarratives and to the committed to questions of aesthetics and cul- means of designing digital storytelling for- tural studies, including consumer culture and mats. As the editors point out in their Intro- game scholarship on cyberspace. duction, we are witnessing a new era in which One of the (very few) firm conclu- digital media have impacted and modified sions to which I have relatively safely arrived storytelling traditions, obligating producers through my research, one that in my view and consumers of culture from our time to the essays gathered in this volume confirm, create new strategies of interpretation and in- is that the culture of our times is marked by teraction online. the ephemeral, by the sudden appearance Interestingly enough, some of the new and disappearance of cultural goods that are digital creators of Latin America perceive available in cyberspace on a given moment the Internet as a medium that transcends its and location; however, there is no guarantee own temporality and provides the audiences for the consumer of culture that that particu- with what is perceived as “infinitude, eternity, lar item will be perpetually available for his/ ubiquity, and simultaneity,” as Chilean cybe- her consumption and pleasure. I have experi- rauthor Carlos Labbé affirms (Gainza).1 In enced the ephemerality of cyberspace when I fact, Gainza elaborates Labbé’s assertion and designed a whole website to participate in an concludes that “the sense of the multiple and 340 Letras Hispanas Volume 11, 2015 the infinite manifest themselves in each click, the way in which we all tell stories, as well which opens diverse reading options and tex- as the way in which we listeners/viewers/ tual paths to travel by.”2 co-authors on the Internet receive and per- Another fascinating aspect of these new ceive the information posted online. As Os- trends and forms of creation in cyberspace is valdo Cleger elaborates in his essay “La cre- that the traditional figure of the Author (with ación ciberliteraria: definición, perfil y carta a capital letter) has slowly blurred, opening de navegación para orientarse en un campo way to other forms of collective authorship emergente,” during The Golden Age of Span- and new forms of cooperation to carry out the ish Software (1983-1992) many companies creative projects. The Authority of the Author devoted their efforts to sale “interactive fic- (also, with capital letters) has been surely dis- tions” to the soon-to-be consumers of culture placed by new patterns of authorship deter- on the Internet. Furthermore, at that early mined by consumer practices that dilute his/ stage some companies, such as Aventuras her authority into a rather collective dynamic AD, started to explore a new format created of authorship often masked under anonym- at the crossroads of game aesthetics and nar- ity and alternate identities (“avatar identities,” rative discourse (Cleger), sometimes even Serfaty 2004, Cleger 2010). In recognition of including community members’ input in the the over-presence of the Internet, the princi- development of the software to be sold. In pal newspapers in all Spanish-speaking coun- Cleger’s analysis, it is clear that the blog nar- tries, for example, now have their online ver- rative opened up new dynamics of exchange sion and many of these include robust sections and collaboration between authors and read- of blog-narratives that are assiduously visited, ers, and that the blognovel, for example, a intervened in, and modified by the massive genre intended for a—potentially—vast inter- participation of readers/viewers/navigators at national public online, had a strong connec- large. The expectations of the online reading/ tion to the reality TV culture that was gaining navigating audiences have transcended those tractions around the same time (Cleger). of the traditional reader of last millennium, Consequently, cybernarratives, yet radically altering the very experience of ar- when they demonstrate a high literary qual- ticulating and conceptualizing storytelling ity, can no longer avoid a certain kind of “con- and reading strategies. The reader/navigator/ tamination” with elements of popular culture, interactive consumer of digital narratives of strongly attached to consumer culture pat- our era not only expects but also demands terns and marketing strategies. Without a efficiency (speed) and proficiency in multi- doubt, we are witnessing what Colombian level narratives when navigating a given blog scholar Juan Manuel Acevedo perceives as “a or webpage. Current readers/navigators/ major shift, a point of no return” in terms of inter-actors in cyberspace anticipate a certain literary practices in cyberspace in Spanish- type of aesthetics in the platforms they visit, speaking societies.3 I would like to revisit my an expectation that Gainza identifies as a new initial question about the future of literature digital aesthetics; they also expect that textual vis-à-vis the advancement of the Internet for narratives interact with sound and moving a moment here. At this point, a noteworthy images registered on an equivalent level in a group of scholars from Latin American and/ way that was not present in the reading and or specialized in Latin America has indicated writing patterns before “the advent of the In- the paradigm shift of Spanish-language lit- ternet” (Penix-Tadsen). erature in relation to the massive use of the This new set of assumptions and expec- Internet (Acevedo, Castillo, Chacón, Cleger, tations on the part of the consumers of cul- Correa-Díaz, Gainza, Delgado, Penix-Tadsen, ture in cyberspace have definitely impacted Paz-Soldán, Taylor and Pitman, Weintraub). Hilda Chacón 341

To contribute another facet to the debate, I include different disciplines (from digital an- would like to argue here that the abovemen- thropology to graphic design, for example) in tioned paradigm shift is intimately connected order to create an environment conducive to to the cultural logic of late capitalism (Jame- prolific collaboration among different skilled son), or the multinational economic project persons. Digital storytelling requires the full of globalization (Chacón, Puede). I believe involvement of different individuals with di- that even in those cases when the attempt of verse and complementary artistic and tech- the cybernarrative is to boycott and question nologic talents in a specific relation that was the advancement of the globalization project, not necessary before the Internet era. In this the cultural practices (usos y costumbres) in- day and age, anyone with basic design and volved on the Internet are intimately related writing skills and proper Internet access can to cultural consumer practices and dynamic become an author if s/he can create a cultural ways of creating meaning and making sense product that is appealing enough to the cy- that are suited for the successful expansion of bernetic collective sensitivity of our culture multinational capitalism. Colombian theore- —a sensitivity that has been molded by mar- tician Jesús Martín-Barbero, whose work on keting campaigns that in turn, also shape our the re-appropriation of technologies in Latin consumption behavior. America marked my generation, has elabo- I perceive also in the essays collected rated in his recent writings on the impact in Letras Hispanas a key connection between of cyberspace and affirms, “it is an undeni- the creative process (the process of producing able fact that the majorities in Latin America a digital literary product for mass consump- are being incorporated into modernity, not tion) and the new digital networks of distribu- hand-in-hand with books, but hand-in-hand tion and circulation of cultural goods online with the narratives, languages and writings of (Wasem), a network system that substitutes audiovisual industries and experiences;” in the role that a few decades ago was held by his view, this unique experience is marked by the editorial board of large publishing em- “navigation of the Internet” as a predominant poriums and the owners of the mass media. societal activity.4 Any posting can become viral on the Internet The essays gathered in the present spe- without undergoing any kind of censorship cial issue explore issues of authority and au- —depending on availability of platforms and thorship as well: Who controls the authorship reliable networks of satellite service. I assume in collective creations in cyberspace? What is that this desire to have one’s postings go viral the author(s) role in these new forms of cre- overnight includes the literary authors in cy- ation? Is the authority of the author subvert- berspace analyzed here, evidently permeated ed in any way? How? To what degree? Why? by the inevitable dynamics and cultural logic Also, how successfully can a group of authors (Jameson) of late capitalism.5 actually be in challenging the advancement In this collection of essays lies also a of the globalization project (Chacón, Gainza) sustained interest on interactivity/intercon- when the means and medium of questioning nectedness due to the possibility for readers/ are the very ones on which multinational cap- viewers/navigators online to vividly (inter)act italism depends for its voracious expansion? with the author(s), as well as with other read- We are in the presence of very new ers/viewers/navigators through the many dif- processes of creation in which not only the ferent types of digital narratives explored in Canonical Artists intervene but, very inter- this volume, and in doing so they also create estingly, regular people with a certain type new forms of collectivity with a great political of sensitivity, sense of digital aesthetics, and potential attached to it (Gainza, Cleger). suitable technological knowledge to engage Pioneering theoreticians of cyberspace in a process of collective invention that may studies, such as George P. Landow, have been 342 Letras Hispanas Volume 11, 2015 raised mainly within the post-structuralist question it? Do they invalidate the written tradition and focus on the analysis of the word? Do they rather potentiate its reach? Do written word.6 As Penix-Tadsen demonstrates they complement it? If so, in what ways and in his chapter, linguistic approaches are nec- to what degrees? If the written word denotes essary yet insufficient to properly grasp the an impossibility, as Lacan proposed with his complexity of the multilayered languages concept of ‘the real,’ and if language is sim- that conform current digital narratives. In my ply the expression of a desire of that that is view, what we are witnessing nowadays (and perpetually unreachable for us, then what contributors to the special issue thoroughly happens with that impossibility of language demonstrate), is a different way of thinking, in the Internet era? Does Internet have the creating, imagining, and of making sense that capacity to interrogate such impossibility of has no precedent in the history of storytell- the (written) word that so concerned Lacan? ing; today’s cyberspace creations, although Does such impossibility of language evolve they still depend on written narratives, also in any way when other registries of meaning include in equal level of importance moving (images, sound, interactivity) enter into play? images, sound, visual and sound effects, and In what sense and in what capacity? What interactivity, all of which transform the con- could be the fate of the written word vis-à-vis sumers’ sense of temporality and corporeality the arise of the visual, the aural and the inter- when they engage in digital storytelling (the active in cyberspace? actual time in which two or more interacting To be certain, I have posed several ques- participants engage with each other might be tions for which I do not have answers. How- different in the geographic locations where ever, I do agree that it is possible for Internet participants actually reside, yet they all si- users/viewers/navigators to “create new inter- multaneously converge due to their voluntary pretative networks and subvert the existing online rendezvous). As British theorist David ones” (Gainza).8 Furthermore, paradoxically, Morley proposes, “the networks of electronic even those attempts to subvert the logic and communication in which we live are trans- content of the Internet (Gainza, Chacón) are forming our senses of locality and commu- yet closely dependent on the logic of cyber- nity… [thus] new modalities of belonging are languages that were created with the overt emerging around us” (3). I believe that such intention to promote the rapid expansion of transformations include new digital aesthet- financial transactions in the context of mul- ics and innovative writing practices analyzed tinational capitalism. This is, in my view, the in the present volume. trickiest paradox of subverting the cultural Perhaps today it would be more accu- logic of late capitalism via digital storytelling. rate to conceptualize Internet users as “inter- Jameson asserts that the new forms of acting/participating” actors, as Juan Manuel political art in the era of late capitalism, as- Acevedo proposes, as a community of read- suming that political art is possible, “will have ers/viewers/navigators (Chacón) “linked to to hold to the truth of postmodernism, that is forms of participation, interaction, exchange, to say, to its fundamental object—the world and collaboration” (Gainza).7 The visual, the space of multinational capital—at the same aural, the interactive, all collide and collabo- time at which it achieves a breakthrough to rate simultaneously with the written word, some as yet unimaginable new mode of repre- in a one-of-a-kind setting that was not avail- senting this last, in which we may again begin able before the massive use of the Internet. to grasp our positioning as individual and col- It is perhaps now pertinent to ask ourselves, lective subjects and regain a capacity to act and what do these new registries (visual, aural, in- struggle which is at the present neutralized teractive) add to the written word? Do they by our spatial as well as our social confusion” Hilda Chacón 343

(54). As this collection of essays points out, it 3My translation of original: “un corte, un pun- is possible that digital storytelling may entail to de no retorno” (Acevedo) this potential. 4My translation of original: “es un hecho inso- The present volume constitutes a sig- slayable que las mayorías en América Latina se es- nificant contribution to the emergent fields tán incorporando a la modernidad, no de la mano of digital storytelling (Cleger), game studies del libro sino desde los géneros y las narrativas, los lenguajes y las escrituras de la industria y la ex- (Penix-Tadsen), consumer culture (Delgado), periencia audiovisual”—y afirma Martín-Barbero and cyberliteratures and cybercultures of que en estas narrativas destaca “la navegación por Latin America (Taylor and Pittman), the pub- la Internet” (262) como actividad predominante. lication also steers current forms of creating 5Sometimes I wonder what would be of Ra- sense and meaning on the Internet toward yuela (1963) had Julio Cortázar had access to the critical consciousness, leading the way to Internet when he was planning on writing his fa- further observation and theoretical analysis mous game-like novel, or José Luis Borges’s writ- on our ever-changing patterns of production ing of collection of short stories Ficciones (1944). 6 and consumption of cultural goods in cyber- In fact, Landow talks about “readers” (200). 7 space. These practices have come to define My translation of the original: “se puede ob- our selves as citizens of the new millennium. servar una subversión de los significados de las After all, we can no longer escape the con- tecnologías digitales vinculada a formas de partici- pación, interacción, intercambio y colaboración.” sumption patterns and consequent sensitiv- (Gainza). ity and sense of digital aesthetics to which we 8My translation of the original: “crear nue- have voluntarily contributed with our elec- vas redes interpretativas y subvertir las redes ya tion of modes of consumption and navigation creadas” (Gainza). through cyberspace. This does not necessarily imply that we are indefinitely trapped by the medium of the global era; I want to be opti- Works Cited mistic about the future. We are just beginning to grasp the Internet’s language, its logic and its potential for including all possible voices Acevedo, Juan Manuel. “Reflexiones en la Era Af- and stories to tell. We might as well master terpop desde Latinoamérica.” Literatura digital en América Latina: escrituras, prácticas y esté- its multiple possible ways of creating mean- ticas emergentes Forum. XXXIII International ing and promote alternative sensitivities and Congress of the Latin American Studies As- patterns of consumption of cultural goods via sociation (LASA). El Caribe Hilton Hotel. San innovative digital storytelling that might also Juan, Puerto Rico. 27 May 2015. herald better times for all. Berry, Chris, Soyoung Kim, and Lynn Spigel, eds. Electronic Elsewheres. Media Technology and the Experience of Social Space. Minneapolis: Notes U Minnesota P, 2010. Print. Borges, Jorge Luis. Ficciones. Mexico: Alianza Edi- torial, (1944) 1997. 1This is my translation from the original cita- Cleger, Osvaldo. “La creación ciberliteraria: defin- tion in Gainza’s article: “La narración hipertextual, ición, perfil y carta de navegación para orien- en mi caso, tiene como punto de partida conscien- tarse en un campo emergente.” Digital Story- te para mí la imagen imposible de la multiplicidad, telling in Latin America and Spain (1976-2016). de la infinitud, de la eternidad, de la ubicuidad y de Spec. issue of Letras Hispanas. 11 (2015). Web. la simultaneidad.” 17 December 2015. 2My translation from the original: “Así, el sen- Cleger, Osvaldo and Phillip Penix-Tadsen, eds. tido de lo múltiple y lo infinito se manifiestan en Digital Storytelling in Latin America and Spain cada clic que nos abre diversas opciones de lectura (1976-2016). Spec. issue of Letras Hispanas. 11 y caminos textuales por donde transitar.” (Gainza) (2015). Web. 17 December 2015. 344 Letras Hispanas Volume 11, 2015

Correa-Díaz, Luis and Scott E. Weintraub, eds. “Lit- Jameson, Fredric. Postmodernism, or the Cultural eratura latinoamericana, española, portuguesa Logic of Late Capitalism. Durham: Duke UP, en la era digital (nuevas tecnologías y lo lit- 1991. erario).” Arizona Journal of Hispanic Cultural Landow, George P. Hypertext 3.0. Critical Theory Studies 14 (2010): 149-155. Print. and New Media in an Era of Globalization. Chacón, Hilda. “Poética y (post)modernidad en The Johns Hopkins UP, (1992) 2006. usos contestatarios del ciberespacio en Améri- Lowman, Sara and Luis Correa-Díaz. “La (tuit) ca Latina.” In Poesía y poéticas digitales/elec- er-ficción en el (ciber)espacio literario his- trónicas/tecnos/New-Media en América Latina: pano-americano.” Digital Storytelling in Latin definiciones y exploraciones. Eds. Luis Correa- America and Spain (1976-2016). Spec. issue of Díaz and Scott Weintraub. Bogotá: Univer- Letras Hispanas. 11 (2015). Web. 17 Decem- sidad Central, Bogotá, Colombia, 2015. Web. ber 2015. (Forthcoming). Martín-Barbero, Jesús. “Aventuras de un cartó- —. “Political Cartoons in Cyberspace: Rearticulat- grafo mestizo en el campo de la comuni- ing Mexican and US Cultural Identity in the cación.” Revista Latina de Comunicación So- Global Mexico Reading the United States, Lin- cial 19 (1999). Web. 12 Dec. 2015. da Eagan and Mary K. Long, eds. Nashville: Paz-Soldán, Edmundo and Debra Castillo, eds. Vanderbilt UP, 2009. Print. Latin American Literature and Mass Me- —. “¿Puede Internet (ó la lógica del capitalismo dia. New York: Garland Publishers, 2001. avanzado) subvertir el proyecto de la global- Print. ización?” [“Can the Internet (or the Logic of Saum-Pascual, Alexandra. “Alternativas a la (cien- Late Capitalism) Subvert the Globalization cia) ficción en España: Dos ejemplos de lit- Project?”]. CiberLetras. Revista de crítica liter- eratura electrónica en formato impreso.” Dig- aria y de cultura/Journal of Literary Criticism ital Storytelling in Latin America and Spain and Culture 4 (2001) Web. 17 December 2015. (1976-2016). Spec. issue of Letras Hispanas. Cortázar, Julio. Rayuela. Mexico: Alfaguara, (1963) 11 (2015). Web. 17 December 2015. 2014. Print. Taylor, Claire and Thea Pitman, eds. Latin Ameri- Delgado, Sergio. Delirious Consumption (book can Cyberculture and Cyberliterature. Liver- manuscript). Harvard University Press (forth- pool: U of Liverpool P, 2007. Print. coming). Taylor, Claire. Latin American Identity in Online Gainza, Carolina. “Estéticas digitales y cibercultura: Cultural Production. Routledge: New York, Un análisis a partir de dos casos de literatura dig- 2013. Print. ital en Chile.” Digital Storytelling in Latin Amer- Wasem, Marcos. “La plataforma digital entre ica and Spain (1976-2016). Spec. issue of Letras los narradores y el público. Proyecto Ya te Hispanas. 11 (2015). Web. 17 December 2015. conté y su rol en la narrativa rioplatense Hegel, G.W.F. Hegel’s Lectures on The Philosophy of contemporánea.” Digital Storytelling in Latin History. Vol III. Translated by E. S. Haldane America and Spain (1976-2016). Spec. issue and Frances H. Simson. New York: The Hu- of Letras Hispanas. 11 (2015). Web. 17 De- manities P, 1955. cember 2015. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: Contra las Musas de la Ira. El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura Author: Jesús G. Maestro Publisher: Pentalfa Ediciones, 2014 Author of the Review: David W. Bird, Saint Mary’s College of California

Maestro’s book offers an impressive at- be right. To concentrate too much on one tempt at a really comprehensive philosophy aspect of literary objects would be to break of literature based on the Materialismo Fi- down the necessary symploké or unity of losófico of the Asturian philosopher Gustavo qualities that make up such objects. Rather, Bueno. Broadly speaking, according to this Maestro’s book offers an account of the “ge- theory, literary inquiry must be informed by nealogy” of literature as “an expression of hu- (if not considered a subfield of) the theory of man Rationalism,” a genealogy which places knowledge—Maestro prefers the term gnose- the roots of literary expression in humanity’s ología, perhaps because of its hermeneutic rational processes, and which therefore in- undertones, to the more common term epis- sists that literature is fundamentally intelligi- temología. He also criticizes bitterly almost all ble, because at the most basic level it “makes existing literary theories and approaches, as sense;” an account of the “ontology” of liter- mere ideologies or superstitions that refuse to ary Texts (the capitalization is from the origi- treat literature as fundamentally understand- nal) as originated by a Writer, read by a Read- able (inteligible). Maestro’s acrimonious cri- er, and mediated by a Transductor, a fraught tique begins in the book’s introduction, and space in the literary universe occupied by really doesn’t let up for the first half of the professional interpreters of texts who at- book. But the system presented in the later tempt more-or-less sacerdotally to influence chapters is of great interest, being both coher- how Readers read; an account of the theory ent and developed from a really global philo- of literary knowledge; and finally accounts of sophical and literary background. how this underlying philosophy of literature Maestro insists that literary inquiry help us understand the existence and nature must engage with “literary materials”—that of literary genres, of the concept of fiction it- is, literary texts—and the “forms” that are self, and how a true, scientific “comparative added to these raw materials by literary art- literature” is possible. ists. Maestro sketches a complex and panop- Although it clearly represents a daunt- tic classificatory system for encountering lit- ing amount of work on Maestro’s part, and is erature and understanding it in this scientific probably the most plausible attempt to insist fashion. The reader might wonder if Maestro that the study of literature can be more prop- is, in effect, fashioning a new structuralism, erly scientific since the twentieth-century but as structuralism was one of the “merely heyday of narratology, Maestro’s boiling hos- rhetorical” ways of reading that he argued so tility to other forms of literary inquiry can strongly against in the first chapters, that can’t be tiresome. This book is bitingly critical of

ISSN: 1548-5633 346 Letras Hispanas Volume 11, 2015 other literary theories, or even of the pos- of postmodernism is even more condem- sibility that other literary theories could natory, since he sees his new system as exist: as Maestro himself proudly asserts, fundamentally rational and postmodern- Philosophical Materialism is not one alter- ism’s happy acceptance of fragmentation native among others, it is one alternative as fundamentally anti-rational. against all others (44). The first two chap- The worry for Maestro’s book in fo- ters of Contra las Musas are a gall-bitter menting a theoretic revolution, then, is harangue against almost any kind of moti- that of the (optimistically) several hun- vated reading, whether motivated by gen- dred Spanish-reading literary theorists on der or race, by the investigation of ideology, the planet who would possibly pick up the by economic matters, or anything else. For book, many of them be put off by the caus- Maestro, it appears, motivated readings of tic tone of Maestro’s unremitting, angry this kind represent a betrayal of the funda- critique. But that would be a shame, since mental purposes of literary inquiry, which the positive arguments Maestro makes in should be to understand literature como tal the introductory chapters as well as the in the way that the natural sciences under- elaborate and intriguing “rational” system stand their respective subject matters. Mae- that he proposes in the later chapters are stro’s perspective on anything that smacks well worth pondering. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: The Adulteress on the Spanish Stage: Gender and Modernity in 19th Century Romantic Drama Author: Tracie Amend Editorial: McFarland & Company, Inc., 2015 Author of the Review: Emily Joy Clark

Tracie Amend’s new critical tome, The authors, but it also touches on other impor- Adulteress on the Spanish Stage: Gender and tant literary influences in Spain and through- Modernity in 19th Century Romantic Drama, out Europe. artfully explores how a pervasive female In the study’s preface and introduction, archetype of Spanish theater, the unfaith- Amend details the aforementioned critical ful woman, is shaped by socio-historical models and grounds early perceptions of forces. Founding her study in relevant criti- the adulteress in Spanish Golden Age honor cal perspectives, such as theories surround- negotiations surrounding concepts such as ing Romanticism’s development, the history limpieza de sangre and la mancha que limpia, of theatrical techniques and set design, and which preserved morality through Christian changing opinions on women, the author purity and honor duels exhibited in Calde- provides a comprehensive overview of the ronian-era Baroque works (9). In Amend’s adulteress’ role in Romantic Spanish drama view, the structural idea of the “erotic tri- during the nineteenth century. For Amend, angle,” where disputes of infidelity emerge this female figure served as a focal point between three figures during a play’s perfor- for the negotiation of gender roles, national mance, creates dramatic tension that places identity, and modernity during a crucial tran- the body of the accused adulteress at center sitional time. To support her assertions, the stage, imbuing her role with codified sig- study presupposes that nineteenth-century nificance through the perceptions of readers Spanish drama was heavily influenced by Ro- and audience members (12). By focusing in manticism, even before and after the more on this tension and symbolism from literary, traditionally-recognized Romantic period in historical, and sociopolitical angles, Amend the 1830s and 1840s. While Amend’s defini- argues that we can better understand the tion of this literary current seems broad, she meanings and “motivations behind the use is clearly aware of her potential dissenters, of the adulteress” (14). This particular theo- such as Philip Silver, and she demonstrates retical approach to Romantic theatre is novel, through meaningful examples that Spanish and Amend’s analysis offers a significant con- drama is, perhaps, more directly linked to a tribution in the way that it links these theat- “Romantic” spirit than many literary genres. rical representations of sexual transgressions Moreover, Amend’s skillful usage of theories to larger social and political questions of the developed by critics such as David Gies, Jo nineteenth century. Labanyi, and Bridget Aldaraca enables her to Chapter one, “Modern Spain and Ro- tie the negotiation of modernity to changing mantic Theater,” traces the history of nine- views on women as they play out on stage. teenth-century drama, provides Amend’s In its totality, this chronologically-organized broad definition of Romanticism, and dis- critical text treats works by fourteen different cusses the Sublime aesthetic as a theatrical

ISSN: 1548-5633 348 Letras Hispanas Volume 11, 2015 tool (29). Here, Amend argues that the Chapter five, called “The Adulteress punishment of the adulteress, who did not as Isabel’s Handmaiden,” surveys the alta necessarily have to be guilty of adultery to comedia (131). The shifting political land- be contaminated in the public’s opinion, scape between 1856 and 1869 appears in elucidates how nineteenth century plays the period’s theater, which Amend claims often reiterated Baroque interpretations of questions Isabel’s authority, even while honor and fears of “blood contamination” aspects of modern gender roles slip into (39). Social control over women was mani- dramatic works. The juxtaposition of the fested through such connections and the self-sacrificing ángel del hogar with the condemnation of female transgressors. In adulteress is another prominent trope the second chapter, “The Delirious Adul- that the author purports highlights con- teress,” Amend explores plays from 1800- trasting views of the queen and of wom- 1810 using this framework, including texts en’s roles. Finally, “The Modern Bourgeois by María Rosa de Gálvez and Manuel José Adulteress,” the sixth chapter, follows Quintana that she links through the emo- Neo-romantic theatre from 1870-1895 tional upheaval of their wayward female (156). In this section, Amend demon- characters (40). The author convincingly strates how Spanish women’s newfound describes how the adulteress’ turmoil is re- association with consumerism recasts the flective of fears of Spain’s decline, which are adulteress as a bourgeois society lady. The resolved through the deaths of the women author reasons that a more modern, self- to restore order in an act of nostalgia for conscious view of gender materializes, as Golden Ages Theater. not all plays end in spilled blood in the fin Amend considers how dramaturgi- de siècle era. cal trends developed further under the in- The volume’s epilogue and conclu- fluence of Romantic ideologies associated sion extend the study of the adulteress with Isabel II’s ascension to the throne in the into the twentieth century with the Gen- third chapter, “The Contaminating Adulter- eration of ’98, but Amend postulates that ess” (77). This portion covers the zenith of Romantic theatre tropes are finally out- Romantic tragedies from 1811-1839 using moded with the dawn of Avant Garde compositions by playwrights such as Ángel techniques. In its totality, this critical de Saavedra and Mariano José de Larra. In work convincingly demonstrates with tex- Amend’s analysis, the death of disloyal fe- tual and historical support how the repre- male characters permitted a cathartic theater sentation of the adulteress during various experience for spectators afraid of changing stages of “Romantic” theater can be read gender roles. The fourth chapter, titled “The as emblematic of gender negotiations Adulteress as Wayward Daughter,” continues and fears of modernity in nineteenth- investigating perceptions of gender in their century Spain. Tracie Amend’s study of historical context as Isabel II comes of age the adulteress thus offers an original and in works by Eugenio Hartzenbusch and Ger- thoughtful look at Spanish drama and trudis Gómez de Avellaneda (105). Amend gender roles in a period of transition. By contends that the adulteress figure embod- utilizing a thematic lens, Amend connects ies anxieties about changing family structure dramaturgical practices from a signifi- and corruption of the Spanish state through cant corpus of plays to provide scholars the queen’s hypothetical marital matches, an and theater lovers with a new schema for argument that makes sense given the var- organizing and interpreting Romantic ied reactions to the queen’s marriage in the drama in this valuable contribution to the popular press. discipline. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Título: Literatura y comercio en España: las tiendas (1868-1952) Autor: Salvador A. Oropesa Márquez Editorial: Málaga: Publicaciones y Divulgación Científica de la Universidad de Málaga, 2014 Autor de la reseña: Susan Larson, University of Kentucky

Literatura y comercio en España asume el crecimiento del proletariado, la expansión el planteamiento de Gramsci: señalar que la de la burocracia y las emigraciones del cam- hegemonia como una forma de dominacion po hacia la ciudad, lo original de su análisis en la coercion y violencia coexiste con for- radica en afrontar en detalle un aspecto re- mas de aceptacion del poder y dominacion lativamente poco conocido como es la histo- (voluntarias o consensuales) por sujetos sub- ria del capitalismo doméstico en España. El alternos. El liderazgo político, según el pen- libro ofrece lecturas sensibles de un conjunto sador italiano, no cuenta solo con el poder y de temas, desde lo cursi hasta la formación la fuerza material del gobierno sino también de nuevos roles de género, considerándolos con la aceptacion, mas o menos voluntaria, todos integrantes de las paradojas inheren- de los sujetos dominados; una aceptacion que tes de una sociedad urbana que ofrece a la surge de las formas culturales de interaccion vez nuevas libertades que vienen con la de- entre dominados y dominadores. Una inves- mocratización de la sociedad, además de las tigación detallada sobre la representación li- amenazas de las crueldades que recaen sobre teraria del comercio en la literatura española los que no tienen el dinero suficiente para ofrece múltiples oportunidades para reflexio- disfrutar de ellas. Al tiempo, confronta lo que nar sobre el papel desempeñado por la cultu- en el decimonónico País Vasco fue el capita- ra en el proceso de creación de cualquier tipo lismo liberal con un carlismo pre-capitalista. de hegemonía. Encarar el tema del consumo Si la primera parte del libro trata so- abre algunas puertas para entender la relación bre la sociedad decimonónica, la segunda se entre el ser humano, el poder y la condición centra en el siglo XX para analizar sainetes, moderna, dado que la acción de adquirir su- cuentos, novelas y películas de autores como pone en sí misma un acto de autodefinición a Carlos Arniches, Pilar Millán Astray, Agus- partir de objetos que tienen especial significa- tín de Foxá y Luis García Berlanga; donde se ción dentro del sistema capitalista. expone su propuesta de valorar el tema del Oropesa escribe sobre el siglo XIX en consumo en textos escritos desde posiciones los tres primeros capítulos de su libro, con- ideológicas de muy diversa índole. Ésta es, trastando primero Au bonheur des dames de sin lugar a dudas, una de las contribuciones Émile Zola con Fortunata y Jacinta, luego La más importantes de este libro, exigiéndonos desheredada y Lo prohibido de Galdós para fi- reflexionar sin aplicar esquemas progresistas, nalmente hacer lo propio con un texto de 1876 liberales o abiertamente conservadores—más relativamente olvidado, Las tiendas de Carlos allá de la idea de “las dos Españas” que tantas Frontaura; con la obra más conocida de Mi- veces estructura y limita nuestra valoración guel de Unamuno, Paz en la guerra. A pesar de de la cultura moderna española. La mayoría los muchos estudios sobre la industrialización, de los textos analizados en la segunda parte

ISSN: 1548-5633 350 Letras Hispanas Volume 11, 2015 de este estudio hubieron de pasar por la objetiva. Profundizando en dos conceptos censura, lo que suponía asumir restric- formulados por Maravall (el relacionis- ciones tanto estéticas como políticas de mo y la perspectiva—este segundo provi- consideración. La crítica al consumo hace niendo de la filosofía de Ortega y Gasset; posible—en estas obras—detracciones so- fundamental para problematizar la idea bre la falta de un espacio público partici- de literatura o historia como espejos de la pativo, sobre la trampa que para muchas realidad)—Oropesa arguye que el estudio mujeres de la época supuso el espacio do- de la historia quizás fuera para Maravall méstico o sobre la alienación y la falta de totalizador, aunque interdisciplinario; in- un trato humano en los centros urbanos terrelacionando sociología, antropología, modernos. geografía, economía y crítica literaria con Literatura y comercio en España es objeto de estudiar científicamente las es- más que un estudio sobre el consumo, en tructuras históricas. Literatura y comercio todos y cada uno de los textos analizados. en España propone un método capaz de Basándose en la reflexión propuesta por entender mejor la cultura que proviene José Antonio Maravall (en su Teoría del sa- del capitalismo moderno español: una ber histórico, de 1959), Oropesa llega a la manera de evitar caer en la trampa del conclusión de que “el estudio de autores y espejismo realista, de pensar en el arte obras menores son fundamentales para en- como mero reflejo no problematizado de tender las fallas epistemológicas en el con- la realidad. tinuum histórico que, en realidad está lleno No está de moda, hoy, hablar de te- de errores y procesos fallidos” (15). Para mas universales. Sin embargo, Literatura estructurar una investigación de cómo los y comercio en España demuestra de forma textos literarios permiten captar la realidad convincente que el consumo es uno de los de una época, el crítico toma como refe- pocos temas que corre como hilo conector rencia tanto El mundo social de la Celestina entre toda producción cultural moderna. (1964) como La literatura picaresca desde la Por eso, entendemos que el libro supone historia social (1986), ambos de Maravall. una contribución interdisciplinaria impor- El autor nos recuerda cómo Maravall duda- tante en la relación entre lenguaje, imagen, ba de la capacidad de la representación li- poder político y economía en los últimos teraria—e inclusive de la historia—para ser siglos en España. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Título: José Isaacson y la poética del encuentro Autor: Marina Martín Editorial: Teseo, 2012 Autor de la reseña: Stephanie N. Saunders, Capital University

La sabia y filosófica voz de la poesía no acerca a él. Nos encara con lo emocional y deja de ser cuestionada en las culturas que nos obliga a confrontar la dura verdad junto con frecuencia enfatizan lo milagroso de las con la belleza. ciencias y la tecnología mientras cuestionan Los encuentros del Yo con las identida- el lugar, la función y el rol económico de las des espirituales, nacionales y regionales pro- artes. El poeta y ensayista rioplatense José veen espacios para desafiar los límites de la Isaacson (1922) nos exige el ejercicio cons- pertenencia a estos ambientes. Martín iden- tante de ubicar nuestro lugar físico y tem- tifica la preocupación del poeta debido a sus poral en este mundo. En José Isaacson y la raíces judaicas y el amor por su ciudad natal poética del encuentro, Marina Martín ilustra de Buenos Aires, como fuentes influyentes cómo la obra de Isaacson refleja las propias en la temática de su obra. Para Isaacson, el preocupaciones esenciales de algunos de los contacto con la diversidad geográfica de su grandes filósofos como Aristóteles, Spinoza, país—de los desiertos de Jujuy a la metrópoli Kafka, Kant, Buber y Willgenstein y embarca de Buenos Aires—le ofrece experiencias bi- al lector en la búsqueda metafísica del conti- furcadas y difíciles de resolver en cuanto a la nuo diálogo omnipresente. ubicación. Según la crítica, para el poeta, la En José Isaacson y la poética del en- periferia, como lugar de residencia, se carac- cuentro, Martín se adentra en el diálogo del teriza por una infertilidad lírica mientras que encuentro entre el locutor/el emisor, las cien- la capital contiene alma propia e inspiración. cias/las artes y el tiempo/el espacio. El libro De todos modos, el núcleo urbano también publicado en Argentina en 2012 se divide en engloba aspectos negativos como la deshu- seis secciones, y con ellas, la autora teje un manización, dando lugar a un constante de- intrincado tapiz entre la obra ensayística de safío entre los encuentros del Yo/Tú. Isaacson y su prolífica poesía. Martín presta Con esta exploración de la identidad ar- especial atención a la temática humanística gentina, Martín encuentra semejanzas entre el de Isaacson que cuestiona la relación Yo/Tú ensayista y poeta con el mexicano del mismo y destaca el papel de la poesía como espacio oficio, Octavio Paz. Como Paz, Isaacson exa- dialéctico en dicho encuentro. Según Martín, mina su propia cultura mientras la universa- dentro de un mundo que valora la masifica- liza con la condición humana. Para la crítica, ción de la sociedad, Isaacson concurre con la poesía del porteño que trata la cuestión de Bécquer en la omnipresencia y perpetuidad pertenencia, como una “partida de nacimien- de la poesía y su carácter individualizador. to,” evoca un fuerte deseo para compartir in- Para el poeta argentino, el arte no nos aleja formación biográfica con el interlocutor (cf. del conocimiento sino que al contrario, nos 73). Además, se pone en cuestión el rol del

ISSN: 1548-5633 352 Letras Hispanas Volume 11, 2015 destino y del espacio físico, así como del cul- nos hace y nos deshace? Según Martín, “[e] tural. Según Martín, “[l]a poesía está verda- l tiempo nos define, pero intentar definir el deramente en el centro de la vida humana, tiempo equivale a preguntar cómo medir la ofreciendo su patria y hogar definitivo” (95). medida” (162). Los límites del tiempo no solo Frente a las dudas en cuanto a la historia, la nos confinan a lo vertical del momento, sino a memoria y la justicia de la residencia física, la tendencia cíclica y espiral que puede acabar la poesía nos permite un constante contacto en una repetición diaria. A través del estudio con la palabra, o como destaca Martín, con de Isaacson, la crítica de Martín nos obliga a la pregunta. Así, el ejercicio de cuestionar conciliar nuestros propios encuentros y como nos alivia de la condición de abandono. resultado, a continuar con el incesante diálogo Cabe destacar que estas aportaciones de la poesía que siempre existe. teóricas del poeta tratan esta temática de una manera clara, concisa, e incluso, poéti- ca. La aproximación de Martín al tema del Obras citadas tiempo revela cómo Isaacson se enfrenta a lo enigmático de esta medida de la exis- tencia humana. ¿Cómo nos enfrentamos Martín, Marina. José Isaacson y la poética del ecuen- a una dimensión hecha por nosotros que tro. Buenos Aires Teseo, 2012. Impreso. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: Creole Renegades: Rhetoric of Betrayal and Guilt in the Caribbean Diaspora Author: Bénédicte Boisseron Publisher: University Press of Florida Author of the Review: Richard Watts, University of Washington

Creole Renegades: Rhetoric of Betrayal of the colonial world have, in our ostensi- and Guilt in the Caribbean Diaspora, an origi- bly decentered times, adopted the logic of nal look at the problem of cultural affiliation, the former colonial centers. In other words, loyalty, and betrayal in the Caribbean, North the postcolonial condition has plenty of en- America, and beyond, tackles the phenom- tanglements of its own, and the source of the enon of the exiled Caribbean author from a limiting and sometimes oppressive author- new perspective that not only underscores ity for determining appropriate cultural atti- the contentious relationship with the home tudes and comportments has in certain cases island, but also the complicated positionality shifted from Europe to the Caribbean itself. that tension produces. For decades, Caribbe- This, though, is only the preamble to the an literary and cultural studies has presented central argument. A handful of cultural gate- this cultural space as a periphery, most often keepers in the Caribbean have begun to char- of Europe (in the case of former French, Brit- acterize the movement of Caribbean intellec- ish, Dutch, and Spanish colonies) and occa- tuals toward North America and elsewhere sionally of the United States. Boisseron con- as a betrayal, a very effective and appropriate vincingly updates this argument by showing trope in this context. Studies of the Caribbean how, over time, the role of the former colo- diaspora tend to focus on the difficulties of nial centers has been diminished, leading to adaptation in the land of exile (e.g., the U.S., the increasingly recognized phenomenon of Canada, Europe). The true originality of Bois- the “decentering” of these relationships be- seron’s work lies in its focus on “betrayal” as tween former colonies and metropoles. Most the signifier of exclusion that emanates from of the recent criticism of this type presents the Caribbean itself. By considering the works decentering as liberatory: the cultural desti- of a wide range of important Anglophone and nies of the postcolonies in the Caribbean are Francophone authors (primarily novelists and no longer exclusively yoked to their former essayists) who span the 20th and early-21st cen- metropoles in Europe; rather, the Caribbean turies, Boisseron is able to show how—and, subject is free to make lateral or “minor-to- more impressively, explain why—the Carib- minor” connections with other cultures, bean replicates the logic of the center in its mostly in the Americas. Where Boisseron’s castigation of cultural actors who, whether manuscript parts company with much of the by choice or force of circumstance, leave for recent critical work in the areas of decentered North America and, in a few cases, Europe. subjectivites, transcolonialism, and diaspora She does this primarily by examining how the is in its simultaneously audacious and per- Caribbean (second-generation) diasporic au- suasive case that the former peripheral spaces thor responds to the charge of betrayal and the

ISSN: 1548-5633 354 Letras Hispanas Volume 11, 2015 heated rhetoric deployed in these debates the Caribbean that culminates in the most (the background Boisseron provides on striking case of Caribbean apostasy, which circum-Caribbean polemical modes such as is that of Kincaid and Naipaul. the “dozens” and “signifying” is particularly The book’s case studies of authors useful). For instance, Boisseron considers “in exile” who refuse to be simple bear- how Edwidge Danticat and Dany Laferrière, ers of Caribbean creole culture (thus the two Haitian authors transplanted to North Renegades of the title) serve as the means America, respond in their works to the ques- for Boisseron to delve into a set of largely tion of whether writing about home consti- ignored cultural codes of belonging and tutes a cultural obligation—an expression of exclusion in the Caribbean diaspora. We a guilty conscience—or an act of opportun- understand, through her careful analysis, ism or cultural parasitism. In other chapters, how identitarian policing has partially she contemplates betrayal through a reflec- shifted from Europe to the Caribbean, cre- tion on Anatole Broyard and the trope and ating or at least giving voice to what one practice of racial passing; presents the queer- might characterize as a type of Caribbean ness in Maryse Condé’s novels as constitut- cultural conservatism that the authors in ing in the Caribbean imagination an index question aim to challenge. But Boisseron or even result of exile from the Caribbean; sometimes loses sight of the fact that their and examines why authors such as Jamaica renegade status is not a virtue in itself, Kincaid and V.S. Naipaul are compelled to which lends a slightly hagiographic qual- so dramatically distance themselves from ity to the portrait of, for instance, Maryse and thereby betray the Caribbean. Each Condé. This, though, is a minor problem chapter therefore constitutes a case study of in an otherwise excellent contribution to a particular type of “breaking away” from Caribbean Studies. Letras Hispanas Volume 11, 2015

Title: Friendship in Medieval Iberia: Historical, Legal and Literary Perspectives Author: Antonella Liuzzo Scorpo Publisher: Ashgate Publishing Ltd., 2014 Author of the review: David Navarro, Texas State University

The term amicitia [friendship] is rel- 20). With the advent of Christianity the con- evant to all spheres of human life and time cept incorporated new elements such as char- periods. Its perception has been adapted or ity, peace and concord. During the medieval modified based on the different social, cultur- period, several factors including social status, al and geographical contexts in which it has gender, religion and ethnicity contributed been studied. In the case of medieval Iberia, to shaping the framework of friendship. The its complexity and blend of religions, cultures new approach to amicitia included therefore and traditions played an important role for not only human feelings and emotions but interpersonal friendships; however, the so- also a military and economic component, as cial and political bonds generated from them it appears in feudal and kinship relationships have yet to be studied in depth. Antonella Li- that defined what friendship was, could be uzzo Scorpo’s Friendship in Medieval Iberia: or should be (21). In the Iberian Peninsula, Historical, Legal and Literary Perspectives fo- friendship developed in a similar path as the cuses on the different typologies of friendship rest of Europe as a social agreement aimed to that emerged during the so-called Peninsular protect the public peace and the constituted Renaissance of the 13th century. This period order from a vassalic structure foundation took place under the patronage and kingship (29). of Alfonso X of Castile (1221-82) whose lit- In Chapter Two, “Friendship in the erary productivity extended to all facets of Works of Alfonso X of Castile,” Liuzzo Scor- knowledge including translation works, his- po accurately examines Alfonso’s perception torical chronicles, legal codes and poetry. The of friendship as portrayed in three of his book examines the different representations works: the Marian songs Cantigas de Santa of friendship and human bonds established Maria (CSM), the historic chronicle Estoria at a social, political, personal and emotional de España (EE) and the law-collection Siete scale in three particular Alfonsine works: the Partidas (SP). Alfonso’s most important lyric legal compendium of Siete Partidas (SP), the production, the Galician-Portuguese compil- historic chronicle of Estoria de España (EE), ation of CSM, combines the work of pictorial, and the Marian miracle collection Cantigas musical and narrative scenes to “condemn de Santa María (CSM). the mundane” and “address the divinity” (5). Chapter One, “A History of Friend- The poems permit today’s modern reader ship: Classical and Medieval Perspectives,” to understand or imagine the social inter- serves as an explanatory section on the term actions, levels of friendships and relation- amicitia, from its classical conception until ships established among different individuals the medieval period. Initially conceived as a from various social, hierarchical and reli- blood tie among individuals, amicitia later gious backgrounds. In a similar way, the un- combined other features of “mutual help and finished chronicle Estoria de España, which solidarity in difficult situations” adding con- shows a historiographical compendium from viviality and communication inherited by the origins of the Iberian Peninsula up to Aristotle as “fundamental requirements” (11, Alfonso’s father Fernando III, serves as an ISSN: 1548-5633 356 Letras Hispanas Volume 11, 2015 additional study case on the king’s concep- the military orders are also explored in depth. tion of amicitia. In this case, the author ana- Thesemilitia Dei were meant to defend Chris- lyzes Alfonso’s attitude towards the different tendom from religious enemies but also, as groups that took control of Iberia in order to the author affirms, to sustain “Alfonso’s ambi- “define an Iberian common heritage” (62), tious political plans” (108). by nurturing the Roman and Visigothic es- The role of friendships and its politi- sence while undermining the Arab invasion. cal implications are discussed in chapter 4. The seven-part text of Siete Partidas (1256- Politiké philia (political friendships) are sus- 65) aimed to promote Alfonso’s juridical tained by the classical definition of “a com- unification of his domains and to secure his mon cultural background, traditional values legislative monopoly. Liuzzo Scorpo dis- and geographical origins” (112), which later sects the term ‘friendship’ in Title XXVII of on filtered into the medieval feudal society. Book IV of the treatise. The argument here The author suggests that political friendships rests on the Aristotelian vision of amicitia were supported to enhance kingship and vas- retained by Alfonso and presented “to deal salic relations which served to provide mutual with a moral and doctrinal subject rather support on the battlefield and against partisan than to provide a list of pragmatic norms challenges, as opposed to an amicitia based on aimed at regulating social exchanges” (79). personal and emotional connections. In this The analysis of this law establishes a classi- respect, political friendship was shaped by fication of friendship more inclined towards loyalty, pacts and agreements to maintain the human perfection, purification of self-being, interests of the Crown, and “was the instru- and correct moral behaviour, rather than ment to preserve and safeguard social order” ties founded on linage and marital unions: (118). Friendships were, above all, supported it is grounded on mutual benevolence and on loyalty versus betrayal, which was contem- respect; it is fundamental for everybody, re- plated as a sin that could lead to enmity. Liuzzo gardless of their social of economic status; Scorpo argues that Alfonso’s interest in politi- and it is necessary to enhance pacts of mu- cal alliances was not only utilized to receive tual respect and honor to preserve rights military protection and secure his domains, and privileges. but also served as a mechanism for personal The religious component of amicita problem solving. The examples provided by nurtured by the Scholastic medieval doc- the author include the promise of perpetu- trines and the societal feudal relations is ated peace between dynasties to maintain the explored in Chapter Three, “Spiritual and transmission of an amicable bond, vassalic Religious Friendships.” The author provides relationships, friendship restoration between several useful examples from the Alfon- former enemies, and marital bonds. sine sources to show not only the theologi- Chapter Five, “Pragmatic Alliances and cal value of friendship, but also the feudal Interfaith Relationships,” deals with the lev- features that shaped the term. The spiritual els of friendship experienced among groups connections between the holy figures and of different religious beliefs and ethnic af- their human devotees are analyzed in CSM. filiations. One of the main arguable and de- She asserts that despite the religious com- bated topics in medieval Iberia refers to the ponent present in the miracles, the relation- level of contact and interaction experienced ships and amicita established between the between the Christian, Muslim and Jewish Virgin and her followers rest also on sym- communities known as convivencia (cohabi- bols and rituals of vassalic structure (88). A tation). The Christian expansion of the Re- similar approach is examined in SP, where conquista during the 12th and 13th centuries the social norms regulating monastic life against the Muslims led to a series of pacts inside and outside the cloister were clearly and agreements of personal and political na- regulated, particularly when defining the ture between both parties. However, the main hierarchical differences between religious component that shaped these friendly rela- and secular orders. In EE, the different vas- tionships was forged on a submissive model salic bonds at a political level between the —Muslim pays respect to the Christian knight king, the hermandades (brotherhoods) and and king—similar to that established between David Navarro 357

the lord and his subjects. In EE, several ex- same negative attitude prevails. Only on amples are used to portray the political al- certain occasions are women represented in liances between the Christian and Muslim positive terms, but they are always subject elite, despite their religious divergences. to their role of good wives: “supportive, sub- This is the case of the amicable friendship missive and obedient” (180). They seemed between El Cid and Abengalvón, the Mus- to be restrained to establish non-marital lim governor of Molina, or the pacts coali- relationships with men due to their limita- tion between Alfonso VI and the Muslim tions in their social circles. An interesting ruler of Toledo, al-Mamūn. In CSM and SP part of this analysis lies in the use of lexicon (Partida VI, Titles XXIV and XXV) various toward friendship and its multiple mean- study cases are examined to show the Mus- ings. The terminology of these expressions lim and Jewish subordination to Christian did not rest on the classical idea of amici- power. In regards to the Jews, despite their tia promoted by the Christian doctrine, but profitability thanks to their financial and they directly refer to a variety of connections administrative skills, they are perceived by established among individuals based on dif- Alfonso as an anti-model of friendship due ferent types of affiliations; for example, the to their military irrelevance, a key factor to use of companna is employed to mercantile establish interfaith relationships, and the and economic relationships, while the con- anti-Jewish stereotypes of Christ killers and cepts amigo and compannero describe po- evil-doers. litical skills and social positions between the The last chapter, “Friendship, Sex and contractors. Gender Relationships,” focuses on types of Liuzzo Scorpo’s study provides an in- friendships between subjects of the opposite teresting and concise study of the portray- sex other than marriage and concubinage. al of amicitia in Alfonso’s literary visionary The author argues that these three Alfonsine world. It contributes to understanding the works stand out for a misogynistic view on different levels of social interactions among women, who are only recognized as friends the king and his followers from diverse eco- under certain established conditions; they nomic and religious backgrounds as a re- are portrayed in the chronicles as “malevo- source of life survival subject to a series of lent and vicious” or as “fragile individuals” circumstances which enhanced the cultural (183), and from the legal point of view, the and human scenery of medieval Iberia.