REEX I-2015 SEGUNDO 11-2.Pmd
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Revista de Estudios Extremeños, 2015, Tomo LXXI, Número I, pp. 539-568 539 La montaña extremeña (siglos XV-XVI). Paisaje y economía* JULIÁN CLEMENTE RAMOS Universidad de Extremadura [email protected] RESUMEN La montaña extremeña presenta, en los siglos XV y XVI, una intensa ocupación y una importante riqueza forestal y faunística. Su modelo económico se caracteriza por el crónico déficit cerealista y su diversificación, con una clara especialización vitícola y ganadera. Montaña y llanura funcionan como dos espacios complementarios con un importante comercio de productos básicos. PALABRAS CLAVE: economía de montaña, economía rural, paisaje, Baja Edad Me- dia, Alta Edad Moderna, Extremadura. ABSTRACT Extremaduran mountain presents, in the 15th and 16th centuries, an intense occupation and an important forest and fauna wealth. Its economic model is characterized by a chronic cereal deficit and a clear wine-growing and livestock specialization. Mountain and plain function as two complementary areas with an important trade in basic commodities. KEYWORDS: mountain economy, rural economy, landscape, later Middle Age, Early Modern Period, Extremadura. * Proyecto HAR2010-15238 (Subprograma de Historia) del Ministerio de Economía y Competitividad. Este trabajo se editó en la revista Recerques, n.º 65, 2012, pp. 5-27 en catalán; repro- ducimos con la autorización del Consejo de Redacción de dicha revista la versión en castellano por el interés que el mismo despierta en nuestra región. Revista de Estudios Extremeños, 2015, Tomo LXXI, N.º I I.S.S.N.: 0210-2854 540 JULIÁN CLEMENTE RAMOS INTRODUCCIÓN La montaña condiciona fuertemente, como no podía ser de otro modo, la actividad humana. Aspectos tan importantes como la pluviometría y las tempe- raturas registran cambios significativos. Asimismo, el relieve condiciona de forma decisiva las vías de comunicación y, en general, las actividades económi- cas. La montaña presenta, por todo ello, un perfil peculiar en aspectos tan significativos como el paisaje, la sociedad o la economía. La montaña es una realidad heterogénea dependiendo de factores como la latitud, la altitud o la proximidad al mar, que incidirán en el régimen pluviométrico, la disponibilidad de pastos estivales o las posibilidades agra- rias. Esto va a originar realidades muy variadas, que se caracterizan siempre por el desarrollo de una economía especializada y diversificada que se integra ne- cesariamente en las redes de intercambio1. En líneas generales se pueden seña- lar como rasgos económicos relevantes la importancia de la actividad ganade- ra, la insuficiencia total o parcial de la producción agraria y el desequilibrio estacional de los recursos2. En nuestro país, por ejemplo, la montaña del norte 1 CHERUBINI, G.: “La campagne italiane dall’XI al XV secolo”, L’Italia rurale del basso Medioevo, Roma-Bari, Laterza, 1996 (1ª edic. 1984), 94-6; MORENO FERNÁNDEZ, J. R.: “Las áreas rurales de montaña en la España del siglo XVIII: el caso de las sierras del sur de la Rioja”, Revista de Historia Económico XIX (nº extraordinario), 2001, 61; ÍDEM: “La economía de montaña en el Antiguo Régimen: los equilibrios tradicionales en el Pirineo aragonés”, Ager. Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo 2, 2002, 52; SOLÉ SABARÍS, L.: Los Pirineos. El medio y el hombre, Barcelona, Edit. Alberto Martín, 1951, 271-309 2 LASANTA MARTÍNEZ, T.: “Diversidad de usos e integración espacial en la gestión tradicional del territorio en las montañas de Europa Occidental”, Geoecología de las áreas de montaña, Logroño, Geoforma Ediciones, 1990, 241-3; ORTEGA VALCARCEL, J.: “La economía de montaña una economía de equilibrio”, Ería. Revista Geográfica 19- 20, 1989, 122; BICCHIERAI, M.: Una comunità rurale toscana di antico regime: Raggiolo in Casentino, Florencia, Firenze University Press, 2006, 29; BRINGUÉ I PORTELLA, J. M. y SANLLEHY I SABI, M. A.: “Les muntanyes i els homes: una aproximació a la societat, l’economia y la història”, Estudis d’Historia Agraria 18, 2005, 18-9. La especialización económica de la montaña se ha intensificado, como sucede en otras comarcas, en el periodo contemporáneo: MOLINA GALLART, D. et al., “La fertilidad y uso del suelo en la dinámica reciente del paisaje de montaña en Cataluña”, El paisaje en perspectiva histórica: formación y transformación del paisaje en el mundo mediterráneo, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza e Institución Fernando el Católico, 2008, 338. Revista de Estudios Extremeños, 2015, Tomo LXXI, N.º I I.S.S.N.: 0210-2854 LA MONTAÑA EXTREMEÑA (SIGLOS XV Y XVI). 541 PAISAJE Y ECONOMÍA peninsular y algunas zonas del interior han desarrollado una economía prioritariamente ganadera vinculada a los pastos estivales3. ¿Qué características y extensión presenta la montaña extremeña? La mon- taña extremeña se extiende fundamentalmente en tres franjas alargadas de di- rección este-oeste (Sistema Central, estribaciones extremeñas de los Montes de Toledo y Sierra Morena). Al este, con dirección noroeste-sureste, aparecen las estribaciones de las Villuercas y la comarca de los Montes. El Sistema Cen- tral presenta alturas de entre mil y dos mil quinientos metros que van disminu- yendo de este a oeste. Los demás relieves son muy modestos. En la mayor parte de los casos no se llega a los mil metros (Sierra de Guadalupe, 1.603) y en ocasiones sólo asistimos a una elevación de algún centenar de metros sobre la penillanura (Sierra de San Pedro)4. La montaña extremeña se caracteriza por un nítido aumento de la pluviometría, la existencia de sequía estival y una disminución de las tempera- turas. En el Sistema Central se superan los 1.000 mm de lluvia; en las Villuercas y los Montes, los 700 mm ; y en Sierra Morena, los 900 mm5. En estas condicio- nes se explica que el rebollo (Q. Pyrenaica) represente el clímax vegetal susti- tuyendo a la encina. Las modestas alturas no impiden altas tasas superficiales con pendientes superiores al 20 %6. En mayor medida que la pluviometría o las temperaturas, esta característica condiciona fuertemente la actividad humana, al reducir de modo significativo la superficie arable y la calidad de los suelos. Sin duda, es un factor limitante para el desarrollo agrario y, sobre todo, para el cereal. En diversas investigaciones desarrolladas sobre algunas comarcas ex- tremeñas para los siglos XV y XVI, la montaña se presenta de modo recurrente como un espacio con un modelo económico y un perfil paisajístico propio y 3 ANGLADA, S. et al.: La vida rural en la montaña española (Orientaciones para su promoción), Jaca, Instituto de Estudios Pirenaicos, 1980, 43-5. 4 En la Cataluña medieval, la montaña integra espacios de escasa altitud. La razón ultima es “la sensation de territoire fragmenté, opposé, selon les cas, au reivage ou à la plaine”: SABATÉ, F.: “La montagne dans la Catalogne médiévale. Perception et pouvoir”, Montagnes médiévales, XXXIXe Congrès de la S.H.M.E.S., Chambery, 23-25 mai 2003, París, Universidad de la Sorbona, 2004, 183. 5 GURRÍA GASCÓN, J. L.: El paisaje de montaña en Extremadura (Delimitación, economía y población), Cáceres, Universidad de Extremadura, 1985, 103 y 105. 6 GURRÍA, J. L.: El paisaje de montaña..., 51. Revista de Estudios Extremeños, 2015, Tomo LXXI, N.º I I.S.S.N.: 0210-2854 542 JULIÁN CLEMENTE RAMOS una clara complementariedad con las comarcas de llanura. La escasa informa- ción disponible para periodos precedentes plantea numerosos problemas para abordar esta problemática dentro de una aproximación diacrónica, que dejamos para ulteriores trabajos. En el presente trabajo nos planteamos un objetivo más modesto: precisar el perfil paisajístico y económico de las zonas de montaña extremeñas en un periodo muy circunscrito temporalmente. La historiografía extremeña prácticamente no se ha acercado a la montaña como un objeto histó- rico específico para los periodos medieval o moderno Tampoco los estudios geográficos son abundantes. Disponemos de una base bibliográfica insufi- ciente y no siempre rigurosa. UN ESPACIO DENSAMENTE POBLADO En los siglos XV y XVI, la montaña extremeña alberga una población importante. De modo un tanto sorprendente, mantiene densidades superiores a las zonas de penillanura, que presentan un mayor desarrollo de formas extensi- vas de explotación como las dehesas (Cáceres, Trujillo, valle del Guadiana). En algunos casos, esta situación no se explica sin una temprana ocupación7. Todo el Sistema Central se encuentra densamente poblado. En la tierra de Coria, el sexmo de la Sierra tiene a lo largo del siglo XVI densidades demográfi- cas que como poco duplican las de los sexmos de Llano y Tamarga y se sitúan por encima de las de Coria. Si consideramos a las aldeas y no a los sexmos en su conjunto, Acebo y Perales, menos pobladas que Hoyos, superan a todas las demás con la excepción de Cachorrilla en 15888: 7 CLEMENTE RAMOS, J. y DE LA MONTAÑA CONCHIÑA: “Repoblación y ocupación del espacio en Extremadura (1142-c. 1350) ”, Actas de las I Jornadas de Historia Medieval de Extremadura, Cáceres, Universidad de Extremadura-Editora Regional de Extremadura, 2000, 31. 8 COTANO OLIVERA, F.: Las ordenanzas de Coria (1534). Estudio y transcripción, Cáceres, Universidad de Extremadura, 2005 -trabajo inédito de tercer ciclo-, 12-3. Revista de Estudios Extremeños, 2015, Tomo LXXI, N.º I I.S.S.N.: 0210-2854 LA MONTAÑA EXTREMEÑA (SIGLOS XV Y XVI). 543 PAISAJE Y ECONOMÍA LA POBLACIÓN DE LA TIERRA DE CORIA (vecs./km2) Zona 1528-36 1588 1591 Coria 2,25 5,80 6,14 Sexmo de la Sierra 7,25 9,70 9,46 Sexmo del Llano 3,19 4,43 4,82 Sexmo de Tamarga 1,54* 1,97 2,24 * Sin Cachorrilla Igualmente, dentro del maestrazgo de Alcántara en 1532, la tierra de Alcántara tiene una densidad demográfica de 1,52 vecinos/km2 y la de Valencia de Alcántara, de 1,90. En la Sierra de Gata, sin embargo, se llega a los 3,359. La tierra de Trujillo cuenta en 1531-2 con 5.204 vecinos pecheros para sus 3.440,21 km2 (1,51 vecinos/km2).