EX LIBRIS

HEMETHERII VALVERDE TELLEZ Episcopi Leonensis v- 7 * I

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IMPRENTA DE LUIS ABADIANO Y VALDES, calle de las Escalerillas número 13; Capilla Alfonánr

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restablecerse la Compañía de Jesús eu Ñapó- les por Fernando IV., único Rey que Labia sobre- vivido á los expatriadores, la Reina su esposa llena de placer dijo al P. Angiolini, que no podia com- prender la maravilla, de que el amor de Ñápales há- cia los Jesuítasj se hubiese conservado despues de au- sentes tantos años, y manifestado con tan singulares demostraciones despues de su regreso. Lo que esta piadosa Soberana decia con respecto á los habitantes de sus dominios, bien lo podemos nosotros asegurar de loa mexicanos, en quienes jamás se ha entibiado el afectuo- FONDv é-rzr* í io so cariño, que han profesado constantemente á estos yALVEf'fr. ' T-ILLEZ Religiosos, ni por los atentados cometidos con ellos en 1767 y 1821 por el antiguo gobierno español, ni por la contradicción de algunos preocupados, ó libertinos, que los han llenado de injurias por la prensa, cuando se i ha solicitado su restablecimiento en épocas bien dis- y tintas despues de nuestra emancipación, á la que dió lugar en no pequeña parte la injusticia de estas pro- videncias, por confesion del Doctor Micr, uno de Sos

mis entusiasmados patriotas. lo oe¡;t> f así ! . Efectivamente, ni el despótico Lando del extraña- 5,M. declara incursos en su real indignación á los i u- miento de los Jesuitas, dado por el Virey Marqués „obedientes, ó remisos en coadyuvar á su cumpli- de Croix, en 1767, que para mengua del gobierno miento, y me veré precisado á usar del último ri- que lo dictó, y manifestar lo arbitrario de tal pros- „gor, y de ejecución Militar contra los que cu pú- cripción, S5 ha reimpreso en estos dias (I); ni el uo „biieo ó secreto hicieren con este motivo, conversa- menos inconsecuente decreto, que los abolió en 1820; ciones, juntas, asambleas, corrillos ó discursos de ni los folletos y libelos; ni la desenfrenada grita filo- „palabra ó por escrito; pues de una vez para lo ve- sófica, empeñada en hacer pasar á los Jesuitas por fac- nidero deben saber los Subditos del gran Monarca ciosos y foragidos, han logrado sofocar los sentimien- „que ocupa el Trono de España, que nacieron para tos favorables- hécia este cuerpo, ni disminuir en lo „callar y obedecer¿ y no para discurrir ni opinar en mas pequeño su bien merecida reputación, adquirida „los altos asuntos del Gobierno...." ¿Puede leerse en mas de dos siglos de virtudes y servicios. ésto hoy, sin sentirse conmovido de cólera é indig- Las circunstancias en que se hallaron nuestros abue- nación? ¿Y pudieron entonces los mexicanos, lasti- los cuando la expulsión de sus hijos, de sus herma- mados de lautas maneras, escucharlo sin ser sobreco- nos y parientes, de sus maestros, directores, bienhe- gidos de temor? El clamor de los pueblos, no obs- chores y amigos, fueron muy críticas y delicadas, y es tante tanta severidad, fué general y sensible; y si no necesario para penetrarse bien de , trasportarse á en todos se presenciaron las escenas, que en Ouaua- aquella triste época, y reflexionar eu el modo eon que juato y S. Luis Potosí; sí en algunas como en So. se les habló, y recordar la severidad con que las in- ñora, Pátzcúaro y S. Luis de la Paz, las impidie* fraccioces de esta clase de leyes eran castigadas. Oi- ron los misTnos Jesuitas, abandonando sus Colegios gamos los términos con que el bando se anunció á ocultamente antes que se entendiese su expatriación; si los pueblos. "Con la prevención, dice, de que, cs- en otras se supieron estorbar como eu México, ya „tando estrechamente obligados todos los Vasallos de con la fuerza armada, ya por medio de ciertas pre- „cualquiera diguidad, clase y condieion que sean, á cauciones: en ninguna pudo evitarse se derramasen lá- „respetar y obedecer, las siempre justas resoluciones grimas á torrentes, se manifestase el disgusto con que de su Soberano, deben venerar, auxiliar y cumplir se veían tales disposiciones, y el dolor con que se „ésta con la mayor exactitud, y fidelidad; porque S. miraban ejecutar. Se hubiera dicho, según se ex- presaba un antiguo mexicano, testigo de estas desgra-

(1) Vease el Calendario de D. Mariano Galvan del año de cias, que se habia realizado en la América el dicho 4842, al mes de Junio.

/ del Profeta: Vox in Rama audila estj ploratus et ulu- Que estos han sido los sentimientos generales de latos muí tus. Rachel plorans filios suos, et noluit los mexicanos, 110 hay que dudarlo, en vista de la es- consolaría (¡uia non sunt. limación y entusiasmo, con que fueron recibidos en Pero si la sorpresa, el temor, ó la docilidad del ge- México los Padres Maneiro, Franyuti, Ramírez, Cas- nio de los mexicanos, estorbaron que este suelo, en- tañiza, Cabo, Barroso, González y Cantón, en su tonces trono dichoso de la paz, se convirtiese en san- regreso de Italia; de las muestras de regocijo que griento campo de la guerra, sus sentimientos para aun pasados cerca de cincuenta años de su expulsión, con los Jesuitas jamás variaron. Se tomó un empe- se hicieron en México, Puebla y Durango, cuando ño en inspirar y transmitir su amor á la Compañia ya restablecidos los recibieron en 1816, 18 y ÍO; á sus descendientes, en conservar sus retratos y pa- de las nuevas fundaciones que se proporcionaban en peles, en recordar sus máximas, en bacer tradicionales S. Luis Potosí, Lagos y otros lugares; del nuevo todos sus principios, sus costumbres y maneras. Aun dolor, en fin, que ocasionó su nueva destrucción en vivimos los que bemos presenciado las tiernas efusio- 1821, y el impnlso que ella dió para la consecución nes del corazon de unestros. mayores, visto sus lágri- de la Independencia. -Estos son hechos, que nadie mas, y escuchado sus dolorosos lamentos y fervorosos puede negar sin temeridad; pero vamos á otros, cu- votos, por volver á ver este amabilísimo Orden. ¡Ah! yos documentos debemos conservar, y que acabarán Vosotros no les visteis mas, Padres queridos, tan sen- de demostrar ser VOLUNTAD GENERAL DE sibles como católicos: pero habéis logrado el fruto de LA NACION EL RESTABLECIMIENTO DE vuestras constantes tareas, por perpetuar en vuestros LOS JESUITAS. hijos el amor y consideraciou, que os merecieron los En el año de 1810, tan luego como los Ameri. Jesuitas. Vosotros solo llorasteis su pérdida y los de- canos pudieron manifestar sus opiniones, y se les dió fendisteis en el silencio de vuestras casas; mas noso- lugar en la Asamblea legislativa española, como re- tros hemos solicitado su nuevo establecimiento, y los presentantes de sus provincias declaradas partes inte- hemos vindicado ante el mundo enteco, contra sus an- grantes de la Monarquía, entre las primeras cosas que tiguos y nuevos adversarios. Vosotros quisisteis amá- solicitaron para bien de ellas, fué el restablecimiento semos á los Jesuitas, á quienes no conocimos sino de la Compañia, como los que conocían tan á fondo por breves instantes; nosotros haremos eficazmente que la falta de este cuerpo, y todo lo que podia esperar- la posteridad los reverencie, los ame, los respete y se del influjo que ejercia sobre todos los corazones- éche menos. Así es que entre las primeras proposiciones que pre- sentaron los Diputados de América y Asia, en aqnei „Goatemala.—Francisco López Lisperguer, Diputa- Congreso nacional, dice la undécima. "Reputándo- „do de Buenos-Ayres(l). En 51 del mismo mes subs- le de la mayor importancia para el cultivo de las „eribieron esta misma proposicionj ratificando su con-

„ciencias, y para el progreso de las Misiones que in- „tenidos los siguientes Diputados que acababan de lie- troducen y propagan la Fé entre los indios inGe- entonces de México. Antonio Joaquiu Perez ,,tcs, la restitución de los Jesuítas: se concede por Obispo despues de Puebla).—Dr. José Miguel Gu- „las Cortes para los reinos de América. Isla de León „ridi y Alcocer.—Manuel Rodrigo.—Domingo Cai- „16 de Diciembre de 1810.-—Dionisio Inca Yupan- „cedo (2)." • „qui, Diputado del Perú.—El Marqués de San Ee- Sí por entonces no 6e consiguió lo que deseaban ar- „lipe y Santiago, Diputado de Cuba.—Luis de Ve- dientemente los mexicanos, despues en el año de 1816, i Blasco, Diputado par BaenosrAyres.r—Jilas Ostolaza, precediendo todas las formalidades necesarias, volvió „Diputado de Lima.—Andrés- Sabariego, Diputado México á ver á la Compañía en su seno por un decreto „por JUéxicOé-?~?5 oaquin Fernandez de Ley va, Dipu- de Fernando VII. anunciado de esta suerte por el tado de Chile.—José María Gutierrez de Terán, Editor del Diario D. J. W. Barquera, eu el que „Diputadode México.—Antonio Zuazo, Diputado del expresaba los- sentimientos de toda la Nación. "To- „Perú.—Estevan de.Palacios, Diputado por Cara- rnemos la dulce satisfacción de anunciar á este reli- beas.—José Alvaiez de Toledo, Diputado de la Is- „gioso público uno de los acontecimientos mas me- ,,la de Santo Domingo —Ramón Power, Diputado ,,piorables..( Estaba reservado sin duda á este jóven „de Puerto-Rico.—Pedro Perez de Taglc, Diputado „Rey, el licuar los decretos de la divina Providen- ,,de Filipinas—José María Couto, Diputado de Nue- ,^cia, que compadecida de ios males que ba causado ,,w« Esparta.—Miguel Riezcó, Suplente por Chile. „ló inorancia y el error del filosofismo en el orbe ,,—Máximo Maldonado, Diputado de Nueva España. „católico, le ha inspirado la resolución de restituir „—-Octavian© Obregon, IHputado de Nueva España. „al áfino de la Iglesia española, el antiguo gérmen „—Andrés de Llano, Diputado de Goatemala.—Joa- ,,dc sus mas valerosos Campeones. La sagrada COM- ,,quin de Santa Cruz, Diputado por la Isla de Cuba.— PAÑIA DE JESUS, ese seminario de varones '„Ramón Feliu, del Perú.—-El Conde de Puñonrostro, „^apostólicos, de eclesiásticós ejemplares y de - ciuda- por el nuevo reino de Granada.—Vicente Morales, » Diputado del Perú.—Dr. Salvador Samartin, Di- (1) Sigue aquí la firma de un Diputado del nuevo íéino de Granada, que se omite, por no haber suscrito esta propo- putado de México.—Manuel de Llano. Diputado de 31VIUUílrlrm . ' ~ (2) Impreso de la Isla de León del año de 1811. TOM, IV.—O. d. I. M. 2

\ „danos útiles que la perfidia y la intiiga habían des- „adelantamiento de las ciencias y de las artes; mu- „terrado de entre nosotros, vuelve por fin á traer- „chos españoles fueron sabios bajo su dirección y en- „nos el consuelo, la doctrina y la santidad. ¡Feliz señanza, y de la misma recibieron doctrina para ser „dia 2í) de Mayo de 181», que señaló el decreto de „ciudadanos útiles, buenos padres de familia y cató- „esta gloriosa restitución para remedio de nuestros „lieos verdaderos." ,,males!.... La religión católica se va á liacer in- ' Este agradecimiento, sentado en los corazones de expugnable bajo la exide de los bijos del grande „todos los habitantes de la Nueva España, los hace „Ignacio, y bajo el estandarte de la Compañia de ,,uo mirar con indiferencia, que el augusto Congreso ,,Jesús, que no pudo tremolarse en mejor ni mas opor- „de las Cortes haya decretado otra segunda extinción tuna época que en la presente, tan parecida á la que „de los Jesuitas, á la vez que confiaba en que su re- ,,inflamó el espíritu de aquél santo español cuando solución seria la de perpetuarlos; y los obliga á pre- „crió su instituto para la salnd de los pueblos (1)." tender que esta providencia se suspenda hasta que - Este suspirado bien no fué de larga duración. Res- „llegados nuestros Diputados se les oiga nuestra vo- tablecidas las Cortes en España, decretaron en 14 de luntad, y las razones de conveniencia y de justicia Agosto de i 820 la supresión de los Jesuitas en to- „en que se funda, para que revocándose condescien- da la Monarquía; mas al momento que se tuvo noticia da con nuestras solicitudes...." de este Decreto en México por la gazeta de Madrid, "La provincia de Sonora hace cincuenta y cinco se publicó en esta Capital un papel (2) en su opo- „años que está privada de la administración espiritual sicion, en que entre otras cosas se dijo. "Todas las „de mano de los Jesuitas, y, ni Jos ancianos que los „provincias de Nueva España debieron á estos (los „conocieron, ti los jóvenes que han tenido una os- „Jesuitas) en sus principios su ilustración; y toda la „cura relación de sus virtudes, pueden hacer sin lá- „Monarquía les es deudora de los adelantamientos que grimas una memoria de cuanto les debieron los „hicieron en las fundaciones de pueblos, misiones y „unos, y de cuanto están privados los otros, desde „descubrimientos, que no se hubieran logrado de otro „que se les arrancó de aquellas distantísimas tierras. „modo sin cuantiosos gastos y sin una guerra deso- „ Los Jesuítas en dicha Provincia y en las de Siualoa, „ladora.... La misma Monarquía es deudora á los „Californias, y las demás internas, eran el asila de „Jesuitas, del mas puro y mas sincéro iuterés en el „aquellos indios miserables; su trato dulce y carita- tivo, nadie lo ha substituido, y lo desean. Espe- (1) Diario de México de 4 de Septiembre de 1815. (2) Justo reclamo de la América á las Cortes dé la na- taban que nuestro Congreso benéfico, liberal, é ción, 1820. „.testamos que jamás les faltará entré nosotros un asi- „ilustrado, adoptaría entre sas francas medidas la de „loi de aquí es, nuestra decidida intención de implo- „resolver que la Compañía de Jesús fuese una de ,aar la protección de la ley: de aquí, que esperamos „las que debían conservar su Noviciado, para que „fundadísimamente en que el Congreso la varíe avis- }>se encargase de la enseñanza en esta América:..." óla de nuestras fervorosas súplicas y de lo que en far "Repasen.... las historias en que constan la infi- ,,vor de este objeto representen nuestros Diputados; nidad de Jesuitas sacrificados por los bárbaros en „y de aquí, el que desde ahora impetramos de las „las misiones: los trabajos que padecieron por cum- „Exmas. Diputaciones provinciales, del Exmo. Sr. „plir las obligaciones á que se constituyeron los re- „Gefe político superior, y de los Illmos. Sres. Dio- „yes cuando se aposesionaron de esta América: el cesanos, que suspendan toda ejecución en la máte- „zelo con que propagaron la religioa: el empeñoso te basta que reciban nuevas providencias con vista „afán con que procuraron ilustramos: la dulzura con „de las alegaciones de nuestros representantes." ,5que hacían desterrar el horror que hablan causado „las bayonetas y eí cañón. Reconozcan si la Com- "A esto nos obliga la gratitud á nuestros bienhe- pañía de Jesús sé ha separado con el discurso del chores: nuestra propia conveniencia espiritual y tem- „tiempo éu la parte mas pequeña de su instituto. „paral: y el interés de que ellos mismos sean el fun- „Obsérvese si todos y cada uno de los Jesuitas fal- damento que haga perpetuar nuestra Constitución. ,,ta en algo de aquellos principios que forman el „Provincias todas de la Nueva España, que habéis ca- „todo cabal de un hombre de bien. Traíganse á la lecido de la Compañía de Jesús por mas de medio ,,vÍ9ta los innumerables escritos de ciencias, de ar- „siglo, decid ¿sí esta opinión es la vuestra? Capita- tes, de política, de historia, y de todas cuantas les de México, de Puebla, y de Nueva Vizcava. „materias están sujetas al conocimiento humano; y „únicas que lográis la felicidad de poseer en vuestro „dígase por fin ¿si unos hombres de este proceder „seno, aunque en corto numero, a estos infatigables „son acreedores á uua correspondencia tan agena de „útilísimos ministros ¿decid si sois testigos de su be- „la caridad, de la franqueza, y de los religiosos sen- N , • I . . „nencencia, de su caridad, de su zelo apostólico, y timientos españoles? Sea enhorabuena que la an- „de su ejemplarísíma conducta? Colegio de San IÍ¿ „tigua España ya no los necesite, que su existen- „defonso en México, y del Espíritu Santo en Pue- cia allá se califique gravosa; en la Nueva nunca lo „DJa, decid ¿si vuestros maestros os ensenan otras „eerá, y serán siempre necesarios* Todos y cada uno „máximas, sí os conducen por otras caminos que los „de estos habitantes los amamos con ternura, y pro- „justos de vuestra ilustración? ¡Ah! yo sá muy bien m = 12 =e

„que vuestros votos son conformes con el mío,, porque •„néfico y tan necesario en estos países; ni las Cortes „me lo habéis comunicado....} Mis propios padres me „se darían por servidas, si sin haber concurrido nues- „inclinaron á que los amase y conservase en mi grati- tros legítimos representantes á ellas, que es lo que tud los beneficios que hicieron á toda la citada pro- „llevamos probado^:consintiésemos en la ejeeucion de vincia- (

(HWW léiaK Btòhuecf u y Tria „esta comunidad religiosa, á todas luces tan benéfica „la Iglesia, las representaciones de-; provincias, ciuda- „en lo temporal y espiritual á los hijos de este pais! „des, villas y lagares: de los señores arzobispos, obis- „Fijad vuestra paternal consideración en los pueblos „pos, y otras personas eclesiásticas y seculares de Es- „idólatras é indios bárbaros, á quienes se les dificul- paña, y de la instancia de veinte ^ nueve diputados ta la entrada en el scuo de la Iglesia, con la extin- „americanos de los treinta que asistieron en las cor- ción de los apóstoles, que venciendo en el nombre tes extraordinarias,- y de la piadosa y muy fundada „del Señor los obstáculos terribles del enemigo co- „consulta del Consejo de las Indias.... No pensó „muu, se estaban disponiendo para ir á catequizarlos „así el piadoso ilustrado americano Cbnde: de Maule, „y convertirlos." s,honor de nueslái J9átria^:eljfiual^j. se opuso .manifes- "Venerables cabildos, que conocéis á fondo cuanto tando lo nitichó (Jfte- sentirían los pueblos la aboli- „pierde la Iglesia en la destrucción de los Jesuitas, tiva :^ué se ^oj^si*^^ buen Señor, si ijuc co- ,,y que en vuestras corporaciones habéis tenido tan- - • ociaét WtpfeneraLA* k -«a(}ift8i(", - • • • „tos dignos individuos, que educados por aquellos "¡Amantes todos ile> la Religión cristiana: no os „maestros fueron modelo de todas las virtudes, y con „decimos otra cosa, sino que lbs mismos impíos dáa „ellas y con su vasta literatura, no solo os llenaron „á les Jésttit-59' el nombre de antemural;de la Iglesia „de honor y gloria, sino que exaltados á las mitras ,,y desesperan de ^>oder derribar el sagrado edificio de „se sacrificaron por el bien público espiritual y tem- „lá-'Religión j miéntías exista el instituto de la Gom- poral; interponed vuestros ruegos para impedir ma- ..páñia: íl |«so <]Ue Cr^en téner.andado mucho en sus „les de tamaña gerarquia." „proyectos si logran abolirlo!" . .... ¿ . - "Nada tenemos que indicar á los ilustres Ayunta- "¡Illmos. señores, arzobispos.y obispos, á vuestras mientos constitucionales, porque siendo estas corpo- „sagradas persónas vuelven-sus entumecidos ojos los raciones compuestas de los padres de la pátria, el „poblanos y los pueblos de estas provincias, fiando ,,éco de nuestros sentimientos y los diques puestos -del zelosO empeño que toma por el bieb de sus, ai- „para contener los estragos de los pueblos, supo- jj«ias él báculo pastoral, y del influjo; que vuestra al- nemos que al momento que se esparcieron las funes- t* dignidad puede tener en las procidencias públi- „tas noticias de la extinción, se habrán anticipado á „cas pata; no experimentar la reiterada extinción de „nosotros, dirigiendo si superior gobierno enérgicas -yAlrwiG . ..o.: sí ui O!Í;'>ÍU¿ÚIÍ.. ít) Mato el Voto, particular de ¡este, sensato; americano „representaciones para detener el curso de tan lamen- en ql.tomo 1.° de la Defensa de la Compañía de Je Sus, Cua- table calamidad." derno 1Y. al fin.—EE. j.'/í"/ oJnainslO., Tosí. IV.-O. d. I M.

m » i-ÍJHJ- H8ef Y s» mu* Estamos muy satisfechos de las laboriosas tareas ,,frutar de los trabajos de esta Orden Santa, una nueva ,,de la Exma. Junta Provincial, y le suplicamos ccn „ borrasca nos la ha venido á desparecer. Un Decre- „el mayor encarecimiento, y esperamos se sirva apli- ,,to dado en las Cortes ordena que se extinga; y un ,,car su notorio zelo é influjo, cooperando al mismo ,,bando fulminado la arroja de sus casas. El públi- „fin." (I) ,,co lloró, y yó lloré con él. Portería y Calle da S. Tales eran los sentimientos de una muy considera- „Pedro y S. Pablo, vosotras visteis nuestras lágri- ble parte de los vecinos de Puebla, pues como certi- ,,mas. i Ahí.... ¿Y qué ha excitado esta tempestad? ficaron en toda forma tres Escribanos públicos á 13 „¿Qué cosa ha ocasionado esta nueva extiucian? ¿Por de Diciembre de 1820, la defensa de que hablamos „ventura la Compañía ha cometido algún delito? ¿Ka estaba firmada del puño y letra de mil cuatrocientos „faltado en algo á su Instituto? ¿No ha estado tra- ventisiete individuos, todos seculares en el ejerci- illa jando continuamente en nuestro bien espiritual? cio de los derechos de ciudadanos..., de todas las „Sea testigo el Templo de Loreto, testigo su púlpi- Clases, del Comercio, Milicia, Ge fes. Empleados, ,,to, testigos sus confesonarios, testigos los enfermos, Letrados, Artesanos y Gobernadores de repúblicas „testigos los hospitales y las cárceles, testigo la mo- de Naturales, debiéndose advertir, como lo expresa destia, testigo la edificación, testigo, en fin, el por- la Nota con que concluye el Papel, que por abre- „te todo de estos benditos Religiosos. Su conducta viar la impresión y satisfacer los deseos con que el „ha hecho siempre en lo pasado y en lo presente, sü público la esperaba, no se insertaron las firmas de los „mas completa Apología; y ella ha hecho ver á todo Editores, ni se detuvieron á recibir las de otros mu- „ojo sensato, que la sagrada Compañía era digna de chísimos sugetos que se ofrecian á suscribirlo. „mejor suerte que aquella que la ha perseguido.,, El decreto de las Cortes, empero, fué publica- Así hablaba el sábio y patriota P. Sartorio á la prir do por el Conde del Vcnadito, y los Jesuitas en su mera Junta soberana de la Nación; pudiendo muy bien consecuencia lanzados de sus Colegios de México exhibir como prueba de este general sentimiento, no á 25 de Enero de 1821. El universal sentimiento solo el voto que hemos citado de los poblano?, sino que causó esta providencia, ha sido descrita por un la violencia con que estos atentados a la Religión y á testigo de vista con estas elocuentes cláusulas. "¡O do- la Pátria habían hecho adherir á toda ella al plan sal- „lor! despues ce pocos años que habiamos vuelto á dis- vador proclamado por el ¡inmortal Don Agustín de (1) Defensa de los Padres Jesuitas por los Poblanos.— Iturbidc, consiguiendo este en siete meses bajo la Puebla 1820- garantía de la Religión, y con muy poca oposicion, v? S .Y, d-.VF .KOT

•X v; uca guer- „ha sucedido á España, decía, de donde los órdenes ra desastrosa, con todas las teorías liberales execradas „vinieron? Lo hemos visto. La publicación de los por el filósofo de Ginebra y los republicanos fran- „Decretos de las.Cortes asusta álos Americanos. Em- ceses. piezan á temer por su Religión santa: creen se ata- Consumada la grande obra de nuestra emancipación, ,,ca á la Iglesia, y sus deseos de iudependencia se avi- al punto se publicó en Puebla y se reimprimió en „vanmas y se propagan; y ésta finalmente, se con- México un Papel titulado: Lo muy necesario, que sigue con grande gloría... \o pues... pido á V. M. circuló con aprecio per toda la República: en él se „teuga la bondad de restituirla prontamente. El vio- excitaba á la suprema Junta gubernativa al restableci- lento despojo está reclamando su restitución pronta: miento de la Compañía, haciéndole reflexionar, que „pronta la pide la ablación del escándalo que se está si la Independencia se hizo por la voluntad y opinion „padeciendo: pronta la voz del público, que está pi- general, asi dehia hacerse la reparación de les Je- diendo á sus bienhechores.... pronta, finalmente, el suitas, recordándole el famoso consejo que el Dr. Die- „buen concepto y gloria que adquirirá V. M. cuando go de Borba, Rector que había sido de la Universi- „las gentes vean que ai priucipiar V. M. el bello jar- dad de París, dió desde Rema al Rey de Portugal D. ,,din de un Imperio glorioso, arranca las hortigas Juan III., y que la Historia ha sabido también acredi- „de unos espinosos decretos, y sostiene la Garantía tar: fíe hallado, le dice, unos hombres todos de „de la Iglesia y la Religión." Dios, sin otro interés que el de su gloria: empren. "Señor, separados de España, no estamos obliga- dedores de cosas grandes por su servicio: pobres, dos á los decretos de sus Cortes. Hemos admitido humildes, infatigables: dedicados por voto á la con. „su Constitución solamente, y eso como una ley pro- versión de los infieles: hechos á prueba de grandes visional, y en lo que no se opouga al Plan de Igua- fatigas y de terribles persecuciones, de ánimo invic- ria y al Tratado de Córdova. Estos quieren que al to para cualquiera ardua empresa: y últimamente, co- mo formados á proporcion de la necesidaddela India. „estado eclesiástico se guarden todos sus derechos. „Anule, pues, V. M. los decretos de esas seculariza- El mencionado P. D. José Manuel Sartorio, en el ciones (de los Jesuitas y de los hospitalarios)...." documento que hemos referido, pensaba también de es- Estose decia en 1821, eñ el mismo año en que ta suerte, rebatiendo cuanto se alegaba para impedir habian sido suprimidos los Jesuitas; mas en el de ta restauración, manifestando enérgicamente la opi- €3 Í822 se dirigieron al primer Congreso constituyen- nion general de la parte sensata de la nación: "¿Qué te de la nación las representaciones de la Diputación provincial de Puebla y de otra multitud de Ayunta- A 20 de Febrero, el M. I. y V. Cabildo metro- mientos, Corporaciones y personas particulares, Docu- politano de México se manifestó pronto á cooperar mentos que se publicaron entonces en-la referida Ciu- oportunamente á tan piadosos deseos; y á 26 del mis- dad, y de los cuales vamos á hablar con alguna exten- mo, el de la insigne Colegiala de Ntra. Sra. de Gua- sión, y á manifestar así en su origen, como en sus ex- dalupe acGrdó unir sus votos á los del vecindario de presiones y uniformidad de sentimientos, con cuauta Puebla, corroborándolos con sus firmas. verdad debe reputarse, como una opinicn general de los El Exmo. Ayuntamiento de México y Exma. Au- mexicanos el restablecimiento de la Compañía de Jesús. diencia, se reservaron manifestar su opinionj aunque Dos vecinos de la ciudad de Puebla, D. Antonio Ban- no la contrariaron, en 21 de Febrero y 9 de Marzo. dini y D. Francisco Xavier Ponce, dirigieron al M. El M. I. y V. Cabildo Eclesiástico de Oajaca, á I. Ayuntamiento de esa Ciudad una representación 23 de Febrero, ofreció emplear cuantos arbitrios es- firmada por novecientos y tantos sugetos, entre ellos los tuviesen de su parte, para que esta pretensión lograse de primer viso y rango, así en lo eclesiástico como en el voto universal de los pueblos y su feliz provision. lo militar y civil, en que le pedían se sirviese elevarla El M. I. Ayuntamiento de Tehuacán dirigió al al Congreso constituyente, recomendándola y apoyán- Congreso en 12 de Marzo la representación firmada dola con su influjo, Ip que habiendo conseguido coa de ochenta y ocho de los principales vecinos, pidien- dos Acuerdos uno de 24 de Éuero y otro de 9 de do el restablecimiento de una Religión de las mas úti' Febrero de 1822 de esta Ilustre Corporación, invita- les y benéficas. ron eu seguida á diversos Prelados, Juntas provincia- Con el mismo empeño lo hizo el de la ciudad de les, Ayuntamientos, etc. logrando el que multitud de Comitán, lugar en que nunca hubo Jesuítas, á 6 de ellos y otras personas, uniesén sus votos á los de los Marzo. poblanos, y solicitasen del mencionado Congres» se El M. I. y V. Cabildo Eclesiástico de Valladolid restableciesen los Jesuítas en nuestra América. Los manifestó sus deseos á cooperar por su parte á una originales de todas las representaciones qutí siguen y empresa de que debia resultar la mayor gloria de Dios de otras que no sé imprimieron, pero que forman un y la felicidad del estado: 20 de Marzo. expediente bien voluminoso, existen ea la Secretaria Por aclamacionj é inflamados todos sus individuos del Congreso, don le podrán consultarlas los que du- con un fuego santOj el I. Ayuntamiento de Guada- di-n de lá rcáSidad de lo qr.c décimos. He aquí los lajara alabó el proyecto, conviniendo uniforme en su que tenemos á la vista. grande utilidadj remitiendo para conseguirlo la corres- paridiente representación á sus Diputados al Congre- El veciudario de Orizava, -en 16 de Marzo, dirigió á so! á lo de Marzo. su Ayuntamiento una representación para que se ele- El M. I. Ayuntamiento de Durango elevó al Con- vase al Congreso, firmada por doscientos veinte y siete greso su solicitud en el mismo mes de Marzo, para de sus principales individuos, verdaderamente racional, que se sirviese restablecer á los Jesuítas, expresán- reflexiva y juiciosa. Defraudaríamos el mérito de esta dose en los siguientes térmicos. Nadie, Srpuede excelente manifestación, si quisiésemos extractarla; dudar de la utilidad de estos religiosos, ni de sn ar. mas no pudiendo darla toda entera, solamente mencio- diente zelo por la propagación de la Fé católica; pe- naremos un periodo, que hace muy á nuestro caso, y ro si, son mas útiles y necesarios en estas dilatadas es como sigue. Son muchos y de lo principal del provincias, donde la mayor parte de sus habitantes Estado los que piden con encarecimiento la restaura- viven poco menos que los Gentiles, careciendo de to- ción de este Instituto. Los demás que no llegan á da instrucción, entregados al influjo de su razón na- manifestarse tanto, lo apreoian, y al menos no lo ve- tural, y ála inconstancia del entendimiento humano. rían con desagrado vuelto á su antiguo ejercicio, por La importancia del asunto (la restitución de la be- el que se declararían sus panegiristas; y son bien nemérita Compama de Jesús) por las utilidades que pocos los que pueden contradecirlo, y eso tal vez po- de él deben resultar, llama toda la atención de esta seídos de aquel espíritu, que los ha dado á conocer á Corporación, y desde luego se propone cooperar á su todas las autoridades. pronto logro, recomendando á los representantes de Los Illmos. Ayuntamientos de Aeatlán y Chietla, esta provincia, esfuerzen del modo que esté en su al- en el mes de Juuio, se empeñaron por la consecución de cance la restauración dicha. Así contestó la Exina. un objeto tan santo, como dice el primero, uniendo sus Diputación provincial de Arizpe, á 24 de Abril. votos al general} al que no habrá uno, según se ex- El M. I. y V. Cabildo Eclesiástico de Yucatán, presa el segundo, que se oponga, que no sea enemi- i 12 de Abril, ofreció apurar todos los arbitrios po- go declarado de nuestra santa Religión é indepen- ftililes é imaginables á la reposición de los Jesuítas, dencia. convencido intimamente de las ventajas que su Insti La Exma. Diputación provincial de Puebla, en 12 tuto ofrece á la Religión, al Estado y ú la Patria. de Julio, y la de Tlaxcala en 51 del mismo, dirigie- Los Itímos. Ayuntamientos de Epatlan, Tepapaye- ron sus correspondientes representaciones para que fue> ea, T'apaaalán, Tépexco, y Tepejojuma, impetraros sen restablecidos los Jesuítas, medida eu juicio de es- lá misma reposición en los ineses de Mayó y Junio. ta, que auxiliaría pasmosamente todos los artículos Ton. IV.—O. d. I. M. 4 radicales de los innumerables objetos de la mayor fuerzos de los mexicanos por hacer su independencia gravedadque debían llamar la atención de los legís- en defensa de la Religión, y no caer en los mismos ladores ul constituir á la nación: y que las conver- errores que reprobó en la antigua España, y afir- saciones, los escritos publicados por la imprenta, los mando el último (y con verdad), que no solo los an- votos mas ardorosos de cada ciudadano, anuncian co- cianos y mozos, sino lutsta los niños que asoman en mo primicias el restablecimiento de una Compañía, el uso de la razón, ansian por su breve verificativo, que ahorrará muchas fatigas á los padres de la pá- prometiéndose con esto la total felicidad de la pátriu. tria en la obra casi infinita de la regeneración de La representación de la populosa Villa de Jalapa este Imperio.... y se considera por lo tanto estre- hecha en 7 de Setiembre, no parece sino que se ha chamente obligada á apoyor la opinion general en fa- escrito hoy, pues manifiesta el monstruoso desorden vor de los Jesuitas. Aquella terminantemente asegu- en que se llora la educación religiosa, moral y ci- ra, no creer desempeñar mejor las obligaciones de vil, desde que una guerra bárbara nos asoló, no su instituto, que cuando sostiene ¡a opinion general, cuidando sus autores mas que de extender sus res- que no era otra eu su Provincia que la restauración pectivos partidos, dejando impune todo - de los Jesuitas, para que por su medio prosperen las se infidencia ó traiciones estos males de doce misiones de infieles, y se propague le Fe católica} años (ya á la fecha son treinta y tres) se sanarán se proteja eficazmente la educación de la juventud, con ventajas con el restablecimiento de unos Padres, y se aumente el pasto espiritual de nuestros dilata- cuya doctrina, ejemplos y afanes, tienden exclusiva- dos pueblos que tanto lo necesitan: todo i o cual prue- mente á formar al hombre de bien en todo sentido.... ba supcrabnndantcmente. Los Illmos. Ayuntamientos de Totiinchuacán, El I. Ayuntamiento de Tlacotepec, en 22 de Ju- Chiaulla de la Sal, Monterey, Miahnstlán en la Pro- nio, elevó al Congreso una representación firmada por vincia de Oajaca, Tulancingo, Ldgcs, Olinalá, Te- cuarenta y tres de sus primeros vecinos, recomen- pejide la Seda, Cholula, Huejutia y Cuernavaca, en dando una petición tan justa, santa y benéfica, á nues- los meses de Setiembre y Octubre, manifestaron su tro pais. adhesión al voto general, ya dando á conocer el des- A 29 de Jolio, 12 y 8 del mismo mes, unieron agrado con que habian recibido un folleto injurioso sus votos al universal de los Pueblos y su feliz pro- y denigrativo á la Gompañia, (1) que bajo una sim- visión, el I. Ayuntamiento de Tiapa, el de Tama- (1) Memorias para la historia de los Jesuitas.—En se- zola y Tlalchichilco, recordando el segundo los es- uida de este cuaderno, insertaremos su solidísima y sabia ¿. \f \ k r» "í? 'x- fmpugnacion . pie cubierta se les hubiera remitido para corromper votes á los de casi todos los habitantes de este Septen- su opinioo, exhortando á los Señores Pcnce y Ban- trian. Los Ministros del Altar, decían, los desean d¡ni ano desmayar de una empresa, deque debía re- para alentarse con su ejemplo; los padres de familia sultar la mayor g\or{a de J)ioSj bien y utilidad del para la educación de sus hijos; todos para su direc- naciente Imperio; Ja ofreciéndose, sin ser invitados, ción espiritual y temporal; y sobre todo, clama por á suscribir á su restablecimiento, ó juzgándolo como ellos la necesidad de mas obreros Evangélicos para el mas oportuuo medio, no solo de afianzar las bases la conversión de tantos infieles americanos.... Su de nuestra Sauta Fé católica, sino de uniformar la SI. I. Ayuntamiento, en el que hubo varios deba- opinion y sostener nuestra Independencia; ya pro- tes, al fin hizo suya esta petición, y elevándola al clamando á los Jesuítas, padres esclarecidos, maes- Congreso en 5 da Agosto, haciéndose cargo de los tros de nuestra juventud, sosten dé las buena» eos. argumentos que siempre se han invocado en contra de lumbres y azote de los hereges y libertinos, por cu- un Instituto tan útil y acreditado, como es el que ya causa siempre han sido odiados y perseguidos de desea la América Septentrional, se expresó en estos estos; ya expresando la eíicacia de sus deseos, pro- términos. "La disposición del Sr. D. Cárlos III. testando no tener jamás embarazo de firmar su solici- „contuvo una reserva, propia de aquellos tiempos te- tud de su puño y con la sangre de sus venas; ya, en nebrosos, que resiste la ilustración del dia, como po- conclusión, admirando no ver aun todavía restablecí ,,co conforme á la recta justicia, y la resolución de da una sagrada religión, cuyos esclarecidos hijos, „sa Santidad fué motivada principalmente por las siempre fueron el azote mas terrible de las supersti- „Leyes de la prudencia mas bien que por delitos de ciones y heregias, consistentes martillos que supieron „los Religiosos, de los que ninguno se refiere:" y quebrantar sus mas formidables cabezas, no dejando concluye de esta suerte. "El Ayuntamiento inten- jamás las plumas de las manos para combatirlas, ni ,,ta.... acreditar, que su deferencia á la solicitud in- los báculos apostólicos para ensanchar con ellos la dicada, no es ciega adhesión á aquellos Regulares, Fé católica en las nuis remotas provincias del orbe; „sino convencimiento de su utilidad en beneficio de la pudiendo decir...„ que desde su caída, nos faltó el ,,Religión y de la Pátria. En efecto; ¿qué cosa mas bien inspirado clarín del Santo Evangelio. „mas interesante á una y otra que la predicación y

El vecindario Ue Querétaro, en una representación „propagación del Evangelio; la administración de los firmada en 4 de Marzo por mas de mil individuos, „Sacramentos, la enseñanza pública, y procurar en pidió el restablecimiento de los Jesuítas, uniendo sus „todo la mayor gloria de Dios?" Ademas de las solicitudes de estas corporaciones y pañia, lo tuvo pedido repelidas veces al Congreso, de otras, de que no tenemos los comprobantes, pero y fué uno de los primeros y mas estrechos encar- que sabemos bien existen; pues once Cabildos y Cor- gos que se hicieron á íus Diputados. ¿Y á vista de poraciones eclesiásticas fueron las que representaron todo esto aun podrá dudarse de la voluntad general por el restablecimiento de la Compañia, y de otros de los americanos? ¿será posible que se controvier- muchas Ayuntamientos y Juntas provinciales, fué ta lodavia este punto? público se dirigieron directamente al Congreso con el Ni se diga que esto ha sido un entusiasmo pasage- misino fin: deben contarse, ademas, los Illmo3. Arzo- ro. Apenas se volvió á solicitar la restauración de bispo de México y Obispo de Yucatán, el Cura de Te- los Jesuita3 en 1841, cerca de veinte años despues peyanco, quien dió á luz un famoso papel titulado: de estas ocurrencias, por la representación del difuuto Retrato de los Jesuítas, por sí y á nombre de mil P. Mcndizalial, secundada por mas de doscientos in- ochocientos sesenta y nueve de sus feligreses, los Cu- dividuos de la Capital, entre ellos sugetos Eclesiás- ras de Tochtepec, Epatlán, Tepapayeca, Tlacote- ticos, Militares y Empleados de los de mas condeco- pec, Huamustitlán, Tlachichilco, Tamazola, Aguas- ración, patriotas muy conocidos por sus opiniones y calientes, Chiautla y otros que firmaron en unión servicios por la verdadera causa de la libertad, comer- de los vecinos de sus feligresías, el Exmo. Sr. Mi- ciantes, propietarios, literatos y otras personas con- nistro de relaciones Herrera, el Sr. Rector de la siderables, algunas entre ellas preocupadas de buena Universidad de México, el Sr. D; Celso de Irue- fé la, Comandante de armas de Oajaca, y otros innu- contra los Jesuitas en 822, cuando en el corto merables individuos, que solo en las representaciones espacio de tiempo en que se creyó oportuno y ase- que hemos mencionado, pasaron de cuatro mil: de quible lograr un decreto tan suspirado como contra- suerte, que puede asegurarse de toda la República, riado, volvió á resonar el jamás extinguido voto en lo que de la Ciudad y Provincia de Puebla aseveró favor de este Ordeu tan querido y recomendable á su Diputación provincial en 30 de Julio de 1823 los mexicanos. Así es, que de Mayo á Agosto, á la fl), que estuvo pronunciada del modo mas inequí- solicitud de los vecinos de México, se reunió la Ciu- voco y solemne por el restablecimiento de la Com- dad de León y Villa de Silao, y la siempre jesuíti- ca Orizava, preparándose á hacer lo mismo otras po-

(1) Representación al Supremo Poder ejecutivo de la blacioncs numerosas é ilustradas, y aun alguna muy Nación Mexicana, para que se suspendiese la ocupación de la distante y necesitada de los servicios de los Jesuitas, plata de las Iglesias de los Jesuitas. —Puebla 182o. y el Ilustrísimo Señor Obispo de Durango se unió destrucción en el siglo pasado. Los amigos de la Con,- ¿ sus dignos compañeros los de Linares, Resma y pañia siempre han dado la cara; mas no ha sido por lo Tenagra, mandando por separado una exposición so- común esta la táctica de sus adversarios, los que se han bre el particular al Supremo Gobierno.... ocultado, aunque no con tanta reserva, que hayan deja- Sin embargo de todos estos pasos, y á pesar de do de darse á conocer, y efectivamente ellos han sido haberse manifestado de un modo tan inequívoco y ter- conocidos. minante, cual nunca se ha hecho en nuestro pais, la Unicaméute, dice en su representación la Villa de VOLUNTAD GENERAL por el restablecimiento Silao, "únicamente los enemigos del orden se empeñan de la Compañía de Jesús, jamás ha podido lograrse en „en privar á la República de tamaño bien, y con el las diversas épocas en que se ha solicitado, de suerte, „objeto de seducir á los sencillos, reproducen por don- que en este negociado parece haberse verificado el dicho del Ernrno. y santa Cardenal Que vedo, Obispo que „de quiera cuanto malo se ha dicho de la Compañía, fué de Orense: «que la voluntad de los Diputados en „sin decir una palabra de lo mucho y muy bueno que Cortes, na es la voluntad de la Nación.» Mas ¿por „en su elogio y defensa publicaron hombres mucho qué no se ha obsequiado esta? ¿Qué razones se han „mas dignos de respeto que sus antagonistas, y algunos dado para contrariarla? Nosotros las ignoramos, pues „de los cuales veneramos en los Altares ... (1)." "Si hasta ahora no se han publicado, ni aun se ha ex- „despues de ésto (se escribía en 1822. por los Quere- tendido un dictamen en que se proponga ante el cuer- rnos) auu claman muchos porque (la Compañía) que- po legislativo se conceda, ó deniegue esta justa y útil „de extinguida para siempre; son mas incomparable- solicitud: lo único que sabemos es, que al momento que mente los que claman por su restauración: si se oyen se hs preteudido volver á los Jesuítas á sus antiguos „invectivas contra ella; mas S2 oyen sus alabanzas: si domicilios, se ha suscitado una alarma entre individuos „se ha escrito mucho en su contra; mas se ha escrito en bien marcados por su conducta y opiniones, que al cía- „su favor: si se leen con atención unos y otros escritos, mor de todos los hombres de probidad, patriotismo y „desde luego se advierte, que por una parte la envidia, luces, lian opuesto una teaaz resistencia, contestando á „y por otra el odio á la Religión católica, son los que las solidísimas razones de conveniencia y necesidad de ,,hau dictado aquellos; cuando por el contrario los otros este Instituto, cuanto los hereges han vomitado contra „son el efecto de la adhesión al Cristianismo, y del de- él, cuanto la pasión ha pintado con los mas negros co- „seo de verlo reformado y propagado (2)." Pero qué, loridos, cuanto la arbitrariedad, la envidia, la venganza (1) Representación impresa en Guanajuato en 1841. y las mas comprometidas circunstancias, obraron para su (2) Véase su representación publicada en la misma Ciu- dad en 1822. TOM. IV.—O. d. I. M. 5 ¿esta contrariedad de sentimientos solo se vé en nuestro Debe decirse con sentimiento, que estos pretendidos pais? No responde el I. Ayuntamiento de Onzava (I) órganos de la opiaion púbiiea, la haa logrado corrom- con Mr. de Bonald: "esta Compama célebre, que nun- per ea parte, y hacerse prosélitos aun entre los que de- „ca será remplazada sino por si mismaobjeto de ódio bian regalar sa voto por la razón, la justicia y los ver- „para los unos, de veneración y amor para los otros, daderos iatereses de los pueblos; y lo peor ha sido, que „señal de contradicción entre los hombres, como el tal cual de estos faseiaados agentes del anti-jesuitismo „Salvador mismo de los hombres, á cuyo servicio se ha bastado para sofocar la voz de una nación entera. Así „habia consagrado; como él, pasó haciendo bien; y co- en las Cortes Españolas de 1810 D. José Mexía, Di- ,,mo él no recogió por recompensa siuo la iugratitud potado del aaevo reiao de Granaia, prevaleció contra ,,y proscricion." los veinte y nueve Diputados de proviucias mas ilustra- Los que principalmente han devorado los infames das, que solicitaban el restablecimiento de los Jesuitas, escritos contra la Compañía, según se vé en sus pro- como una medida que demandaban las Ainéricas depre- ducciones, han sido los periodistas, pomposa y falsa- ferencia con la urgencia de (¡ue todos eran testigos y mente titulados, órganos «le la opinion pública, y estos sabedores. Así en 1822 un Diputado de Veracruz papeles volantes que andan en manos de todos los ocio- (cuya Junta provincial habia manifestado su oposicion) sos y superficiales, se han declarado en su mayoría ene- y otros sus paniaguados, levantaron tal polvareda y migos de los Jesuitas. Sin hablar de los de otras na- causaron tal desorden en el mismo salón del congreso, ciones, basta, para convencerse de lo que decimos, dar una que entorpecieron cuauto una mayoría considerable de ojeada á los de la nuestra. Cuando ea 1821 el P. Sar. sus miembros, debió sostener secundando los vo- torio pidió en la primera junta soberana, su restableci- tos de sus provincias; conducta muy impropia de un miento, se opuso el Sol; en el año siguiente, á las innu- representante del pueblo, y muy agena de su decorosa merables solicitudes que hemos referido, intentó con- misión....(1) Eu 1841, ya no sabían ciertos Dípu- trariar el Diario de Veracruz; y en 1841, el Cosmo- polita en México, el Nacional en Jalapa, el Pigmeo en (1) El siguiente documento publicado en 1822, por la Imprenta Imperial de Puebla, servirá de probar lo que de- Durango: ¿y con qué armas? Con denuestos, iujurias, diatribas y calumnias mil veces refutadas victoriosamen- CII«Señor D. Francisco Javier Ponce.=México 18 de Agosto de 1822.=Mi estimado amigo y compañero: La representa- te, no solo en Europa sino también en la República. ción adjunta impondrá á V. de los pasos dados, supl.can- do al soberano Congreso que con preferencia se s.rva re- • *'•'< i.iiO ;iy fi?;¡flfil i noi v.v \ ': i solver sobre la solicitud del restablecimiento de la Sagrada (1) En su Representación al Soberano Congreso en 29 de CompañÍR de Jesús á su nueva lundacion.» Junio de 1841. «Por fin se dio cuenta el 1? del corriente; pero ¡cuanta = 34 = = 53 = tados cómo neutralizar la opinion decidida, que La- cion del moribundo y respetable Jesuita P. Francis- bia vuelto á desarrollarse con asombrosa violencia, y co Mendizabal. ¡Ali!.... Todo se sabrá in die, cum cómo destruir la conmocion y ternura que general- judicabit Deus occulta hominum; mas entre tanto no mente habia inspirado la sumisa y elocuente exposi- deben desconsolarse los que no buscando en el res- fué nu sorpresa, cuando empezando por un Sr. Diputa- tablecimiento de los Jesuitas, otra cosa que el ver- do de Ve raer uz y siguiendo otros, se levantó un rumor dadero remedio de los males que equejan á la Amé- contra dicho memorial, de medo que le fué preciso al Exmo. b. Presídeme reclamar el orden tocando la campanilla! Tu- rica, se ven desairados y llenos de baldones; "'el gran ve el dolor de que no se acabase de dar cuenta, pues las vo- ces sofocaron al Exmo. Sr. Secretario cuando se mencionó „volumen que forman ya las reiteradas solicitudes de mi nombre y solicitud, y suspendió su conclusión.» „los siempre desgraciados mexicanos, pidiendo la vuel- «Por el contenido del memorial se liará V. cargo de la justa y reveiente súplica que hacia, la que fué desatendi- ,,ta de sus Apóstoles y Maestros, puede muy bien da por alguno de los Señores como si hubiese propuesto al- guna beregía, ó cosa contraria á nuestra independencia.» „llamarse el libro de la vida; pues dando una ojea- B Lstjy persuadido, y es cosa asentada, que todo ciudada- „da á la historia de trescientos anos, bailamos, que no tiene libertad para exponer su opinion: la nuestra no solamente es justa, sino general de todo el Imperio. Itj- ,,!a Compañía de Jesús lia sido siempre amada, pro. noro cuál sea el motivo de no solo ser mal recibida, siuo desairada y ultrajada por alguno de los Señores Diputados „tegida y admirada de los Santos, hombres sensatos en un Congreso donde debe observarse la circunspección v ,,y virtuosos que han existido eu esa época (1);" y serenidad que demanda el pronunciamiento de las leyes cou arreglo a la voluntad y aun á las preocupaciones inocen- recuerden la fumosa revelación de la V. Doña Ma- tes de la nación representada allí. Por fin, pasó á la comi- sión, donde aunque sea muy tarde, veremos el resultado de rina de Escobar, de que tanto se burlaron los Janse* Jas muchas representaciones hechas á favor del Instituto perseguido de S. Ignacio, y en que todo el Imperio acredi- ta lo desea con vivas ansias.» cimos: que las continuas representaciones de las Juntas de pro- vincia y Ayuntamientos, excepto de Veracruz, dirigidas d V. «Yo amo, respeto y obedezco ciegamente á todo magistra- M. por todo el Imperio, patentizan la uniformidad de opi- do y con mas veras lo hago y haré al soberano Congre- nion en favor del Instituto de la Sagrada Compañía de Je- so, de quien esperarnos todos lus Mexicanos, con el auxilio di- sús d su nuevo restablecimiento. vino, los frutos del árbol de nuestra libertad que se consti- El cúmulo de instancias dirigidas por nosotros, uniéndo- Knonl aP: -1 adeIalU0 ProSresos de nuestra Santa se otras d las que hizo la ciudad de Puebla, y muchas ve- neligion que juro sostener: el justo obsequio á la volun- rificándolas por si propias, han pasado d la comision, y de- ad nacional que debe oír con imparcialidad; y por fin el seando saber el resultado, suplicamos con el mayor respe- term.no feliz de nuestras inquietudes y desconfianzas, que to d V. M. mande d dicha comision que con preferencia e PareCCr ddante dC laS ustas concluya su despacho, para que entendidos todos de la de- nos dicí.» Í y sabias que terminación de y. M. veamos logrado el restablecimiento S ^ V" ^ S<*U'o -rvidor Q. B. de un Instituto tan útil, benéfico y deseado de todo el Im- perio.—A y. M. suplicamos mande orno pedimos, por ser de justicia, etc.—Señor—Antonio Bandini. MEMORIAL QCE SE REFIERE ES LA ANTERIOR. (1) Núin. 12 del Papel que se.publicaba en Puebla en rnn'r'r~J.ntcni°fíandini Por sí y por su compañe- 1822 insertando las comunicaciones relativas al restableci- ro D. Francisco Javier Ponce, ante r. M. con todo respeto de- miento de la Compañia de Jesús. tistas, filósofos y libertinos después del Breve de 1773, Con la Compañia de Jesús se pretende sin duda, y boy acredita todo el mundo: la Compañía no se- para restablecerla, lo que es imposible, y jamás se rá hundida sino humillada, para ser ensalzada; y aun- realizará en negocio alguno del universo: esto es, que que adelgace no se quebrará. ¿Y ésto que se ve- ningún habitante de la nación, se oponga en lo mas rifica boy en el universo, no se realizará alguna vez mínimo, ni siquiera con la menor señal de desapro- en la República que tanto los ama? ¿ \ no podrán bación, con el mas pequeño gesto de disgusto, ó des- decir también los Jesuitas de la Provincia dispersa agrado; mientras esto no suceda, bien pueden los Je« y perseguida de México, con el Rey Profeta, pró- suitas estarse en sus casas de clérigos seculares, ó en fugo y perseguido de su mismo bijos Propter nomem Europa y IVcrte-América, donde no hay libertad ni tuum, Domine, vivificabis me tu aequitate tua.... et cultura; y la nación carecer de este Cuerpo que en in misericordia tua disjierdes inimicos mcos (i)? otras tanto se aprecia. De mas es, que cuatro mil Enemigos y muy poderosos tieue la Compañía, no individuos de los mas notables por su sabiduría y vir- menos que su Capitan Jesús, puesto, como dijo el Pro- tudes, clamen por ellos en todos los ángulos de la Re- feta, como piedra de escándalo para muchos; así co- pública, si cuatro Editores de periódicos dicen que mo la Iglesia, á quien vino á dar nuevo auxilio en la voluntad del pueblo es que no los haya: de nada sus nuevas necesidades; lo mismo que todos los que sirve que un crecido número de Ayuntamientos y Jun- quieren vivir piadosamente ea Cristo, á los que debe tas provinciales, á nombre de sus comitentes, pidan seguir la persecución; ¿pero deberá abjurarse del cris- su restablecimiento, si dos de aquellos, ó una de és. tianismo porque su divino Fundador, si ha sido re- tas lo repugnan: ningaa fruto sacarán la aclamación surrección de muchos, también ha servido de ruina á de an Gaadalajara, el convencimiento de un Qneré- no pocos? ¿Será conveniente nos arrojemos fuera de taro, las reiteradas súplicas de un Puebla, las repe- la nave de Pedro par los ladridos de los hereges, y tidas representaciones de un Orizava, las solicitudes les engañadores silvos de la infernal serpiente? ¿Se de uu México, si un Veracruz aislado, si un Chi- abandonará la virtud porque la persigan los malva- huahua semi-bárbaro, á tan elocuentes hosannas, con- dos? ¿Por qué, pues, no se ha de ateuder á la uti- testan con un apasionado crucifige, ó un frió y tu- lidad de los servicios de los Jesuitas, por los clamo- multuoso tolle, tolle. Ultimamente, sea cual fuere la res de los que odian á la Religión, infaman al cato» calidad de los postuladorcs de la reposición de la Com- iicismo, y abominan á los virtuosos? pañia, el número de los escritos que la defiendan, el de los testigos que la abonan, ó de los sugetos que la (1) pJalm. 142. ii. 11 y 12. califiquen, nada importará, entre tanto existan igno- ganse I03 presidios, quémense los patíbulos, pue9 es rantes articulistas, copiadores de añejos y pulveriza- claro que hay quienes odien todo esto. ¿Y dóude se en- dos escritos, Inoce/ieianas, Provinciales y semejantes contrará la justicia? Proscríbase la educación, con- Documentos, indignos á lo menos de aparecer en un dénese la enseñanza, abólanse las artes, no se pongan siglo todo crítica y filosofía, de uu siglo tan preciado trabas al contrabando, termínense las empresas útiles, de no hacer caso de la autoridad. quítense las propiedades, supuesto que todo esto de- Nosotros, á la verdad, vemos esta Jurisprudencia be contar con muchos desafectos, agraviados, émulos que se ha adoptado respecto del restablecimiento de los y enemigos. Las profesiones científicas, los empleos Jesuitas, y si bien 110 nos admiramos de ella, pues ha- honoríficos, los grados militares, los.... ¿pero á dón- ce algunos años que se usa para con ellos de las mas ex- de vamos á parar? Acabe todo, concluya todo, nada traviadas fórmulas; pero eí deseamos ardientemente no se establezca, nada persevere, pues todo debe contar llegue á ser la del siglo del preconizado progreso. Si con uno ó mnchos contrarios; nada puede ser de la estos principios se establecen: ¿cuál será la suerte de universal aprobación. las naciones? Ninguna ciertamente tendrá segura su Cuando por lo tanto se ha dicho, según los prin- forma de gobierno, pues si unos lo quiercu monárqui- cipios modernos, que la ley es la expresión de la vo- co, otros gustarán del republicano, y entre éstos habrá luntad general, no debe entenderse que esta voluntad quienes soliciten la federaciou y el centralismo, á quie- sea de todos y cada uno de los ciudadanos, pues no nes agrade la arUtocrácia, ó sean adictos á la deinocrá- boy ley, pais, ni época que pueda justificar esta pro- cia. La misma correrá la Religión; quien la querrá posición; mas claro, es moralmente imposible que exis- solamente católica, quien corrompida por Calvino, Lu- ta un solo pueblo y una eola ley que tenga por máxi- tero y demás sectarios, quien todas estas sin excluir la ma semejante absurdo; y si aun para la representa- Idolatría y el Mahometismo, y quien, cu fin, ninguna, ción nacional en la misma Ginebra y en otros canto- ó la que cada cual invente á su antojo. ¡Qué envidia- nes democráticos, es indispensable que el derecho de ble será entonces la sociedad, sin gobierno y sin reli- sufragio, no sea universal, ni aun extensivo á la ma- gión! yoría total del número de los habitantes; ¿se estable- Por la misma razón: no haya contribuciones, rentas, cerá como principio de derecho, que para la formacion ni alcabalas, porque deben disgustar á muchos. ¿\ de de las leyes, se consulte el voto y aprobación uuánime qué se formará el erario público? No haya leyes pena- de la totalidad absoluta de la nación? les, quítense los jueces, ciérrense las cárceles, extín. Basta con esto, y contentos con haber inanifesta-

TOM. IV.—O. d. I. M. 6 «40 = do cuál La sido el Voto eminentemente nacional de los „que sirva de un ejército expedicionario en esos Mexicanos con respecto al restablecimiento de los Je- „remotos confines: un cuerpo que ocupe las Califor- suitas, y la contradicción que lia sufrido de los que de- nias, las Apache rías y la Tarahumaras qué no liacien- bian haberlo secundado, por motivos que no solo obra- „do guerra de muerte, sino estableciendo Misiones rán contra toda ley é institución humana, sino que „sábiamente reglamentadas, trabaje en su conversión son destructores de todo orden social y religioso, con- „con zelo, actividad y constancia; los pacifique con eluyamos con la siguiente observación. "Siendo cier- „amorosa blandura, les enseñe la Religión verdade- ,,tOj que para fomentar los progresos de civilización ra, suavice sus costumbres, los haga entrar peco á ,,y prosperidad general, es absolutamente indispensa- „poco en tal cual civilizaciou, contenga las invacio- ble un sistema arreglado y metódico de educación, ,,nes con que tanto nos mortifican, llegando acaso, „que ilustrando los entendimientos, y formando los „tiempo en que el Coraanche, el Nayarita, el Apa- „corazones de la juventud, vaya criando insensible- „ehe, todas las trihus innumerables que pueblan aque- ,,mente un pueblo de ciudadanos rectos, morigerados llas regiones con peligro de la nuestra, vengan á ser ,,é instruidos, los cuales, por este medio en el esta- „parte integrante y seguro famoso antemural de la Re- „do que elijan, ó en el puesto que les toque, trabajen pública mexicana (1):" ¿no debería adoptarse un pian, „de común acuerdo en provecho y utilidad de su Pa- que propusiese llenar debidamente estos importantísimos „tria: No pudiéndose dudar, que se necesitan en el objetos? ¿no seria racional examinarlo con aprecio y ,,estado lamentable de inmoralidad en que yacen mu- detención? ¿no se liarían reprehensibles los legislado- „ehos pueblos, sacerdotes que ensenen las verdades res que lo desoyesen y mirasen con indiferencia? ¿no ,,santas, y con su predicación animada, con el ejer- gravitaria sobre ellos una terrible responsabilidad ante cicio continuo del confesonario, con dulces exhorta- Dios y los hombres? „cioues y edificantes ejemplos, cultiven la viña del „Señor, que por la escasez de operarios está aban- Pues lié aquí, que millares de individuos de un pa- „donada, sacando la Nación con tan laudables ministe- triotismo acrisolado, de una literatura no vulgar, de rios útiles ciudadanos, de los que apenas saben que son una conducta irreprensible, de nnos sentimientos jamás „hombres: Constándonos además, que nos hallamos ro~ desmentidos por el bien y felicidad de la Pátria, han „deados de tribus bárbaras é infieles, que asedian y dicho repetidas ocasiones á sus representantes. Los „talan sin intermisión nuestras provincias internas, Jesuítas son los hombres capaces de dar lleno cumpli- „debe juzgarse conveniente oponerles un cuerpo (1) Exposición á las augustas Cámaras por el P. Francisco Mendizabal. «lamente á objetos de tanta importancia; y 03 damos deñando sos votos, echando á un lado todcs sns alega- por pruebas el Instituto qne los dirije; la historia de tos y defensas, se resuelve no ser conforme á la opiuion todos los países, sin excluir el nuestro, que lo confirma; general lo que sa pretende, sea cual fuere la calidad y la experiencia de tres siglo? que lo enseña; el ejemplo número de las personas que lo piden, pnes lo rehusan de raciones, tanto ó nías cuitas y libres que la nuestra otras, cuyas circunstancias se desconocen, ó que siem- que lo acredita; el testimonio de ios mayores eugetos pre han sido marcadas por su tendencia á la anarquía, á I de todo este dilatado periodo eu dignidad, virtudes y la insnbordiuaciou y al desorden. . i faber que lo demuestra; el aprecio uuivcrsal, la confe- Pero no se crea por esto extinguir el amor que sión de sus mismos contrario», la fama de su nombre, los mexicanos profesan á la Compañía de Jesús, |U el recuerdo de sus servicios, los restos de sus apostóli- identificado en sus corazones con el qne tienen á la H cos ministerios, las bibliotecas, sus desiertos templos Religión católica, al verdadero progreso de las cien- y arruinadas casas, que con lengua muda, pero elocuen- cias, á la inora! pública y á la sólida felicidad de su i te claman en su favor y lloran su falta; las desgracias pátria. Si en 1810 la pidieron sus representantes, de ochenta aúos, la decadencia de las ciencias y artes, en la misma Corte que en otro tiempo los proscri- i el triunfo de la impiedad y doctrinas anárquicas, el.... biera; si en 1816 la recibieron los pueblos con el pero ¿dóude vamos á parar? ¿quién podrá numerar to- mayor apreeio y entusiasmo; si en 1820 la [defen- dos los argumentos directos, ó indirectos, que podiftn dieron y en 821 la tuvieron presentes al hacer su r « todavía alegarse en esta causa? indepeudencia; si en 1822 clamaron por su restau- La contestación parece debía ser, examinar este ración con tanta uuiformidad como ansia; y si á los fes Instituto, leer esta historia, consultar estos ejemplos, véinte años este fuego sagrado, mientras no se le pu- F1—i confrontar estos hechos, pesar estas razones, y despues so embarazo, volvió á manifestarse tan ardiente como U fallar esta causa; mas no ha sido así. Cerrando el oído á siempre: si otra vez ú otras muchas se presentase la M los postuladores, se presta toda atención á media docena ocasion, otra vez y otras muchas, no dejarán de ir de adversarios, que á tan poderosos raciocinios, oponen mostrar los mismos sentimientos, persuadidos íntima- únicamente las apasionadas relaciones, los calumniosos mente de que en los Jesuítas adquirirán un Cuer- dichos, los embusteros clamores, la desenfrenada grita po, que per sin duda no ha de dejar de correspon- de los muchos enemigos que debió tener un Cuerpo, der al alto concepto que se merece generalmente su que sin ellos jamás hubiera sido tan famoso: á esto se Instituto, y satisfacerá en nn todo la espectacion atiende, y despreciando las solicitudes de infinitos, des- que se tiene de sus apostólicos ministerios y poli ti- eos trabajos. Siempre tendrán enemigos, mas la mis- „se empeñaban en hacer prevalecer su doctrina, la iua calidad de estos liará que aquellos sean mas y „guerra y las convulsiones políticas se hacían la ne- mas solicitados, para remedio de los males que su cesaria consecuencia de sus principios religiosos. destrucción lia causado á la sociedad. „Los Jesuitas, familiarizados con todo género de "El Instituto de los Jcsuita3 (La dicho el sáhio „conocimientos, se sirvieron de ellos con ventaja pa- „continuador de Bcrault Bercastel), al que ningún ,,ra conquistar esta especie de consideración, anexa „siempre á la superioridad de las luces y de los ta- fHi» „otro Instituto ha sido, ni podrá jamas ser compa- „rado por la energía, la previsión y la profundidad ,,lentos. La con lianza de todos los gobiernos cató- „de concepción, con que fué trazado su plan y com- ,,lieos y los sucesos de su método, hicieron pasar binados todos sus recursos, habia sido criado para „casi exclusivamente á sus manos el depósito de la „abrazar en el vasto empleo de sus atributos y de „instrucción pública. Llamados desde su origen á la „sus funciones, todas las clases, todas las condicio- „educación de las principales familias del Estado, „ellos entendieron sus cuidados hasta sobre las cla- ñ nes, todos los elementos que entran en la armonia ,,y la conservación de los poderes políticos y reli- „ses inferiores, que mantenían en el hábito ventu- fe giosos. Remontaudo á la época de su establecí- roso de las virtudes religiosas y morales. Tal era „miento, se descubre fácilmente que la intención pú- „especialmente el útil objeto de estas numerosas ¡MC blica y conocida de este Instituto, habia sido defen- „Congregaciones, que habían formado en todas las ,,der la Iglesia católica contra los Luteranos y Cal- „Ciudades, y que tuvieron la habilidad de ligar á vinistas, y que su objeto político era protejer el „todas las profesiones y á todas las instituciones so- i „orden social y la forma de gobierno establecido en „cíales. Ejercicios de piedad sencillos y fáciles, é es „cada país, contra el torrente de las opiniones anár- ,,instrucciones familiares á cada condicion, y que en quicas, que marchan siempre unidas con las inuo- „nada perjudicaban á las tarcas y deberes de la so- ciedad, servían á mantener en todos los estados cs- Wfci „vaciones religiosas. Por todas parles donde los „Jesuítas podían hacerse escuchar, mantenían todas ,,ta regularidad de costumbres, este espíritu de ór» „las clases de la sociedad en un espíritu de órden, „den y de subordinación, esta sábia economía, que „de sabiduría y de conservación. Si esta Compa- „conservan la paz y la armonía de las familias, y ñía desde su nacimiento tuvo tantos combates que „aseguran la prosperidad de los Imperios. Ellos L „sostener contra los Luteranos y Calvinistas, e9to „tuvieron el mérito de honrar su carácter religioso y L „fué, porque por todas partes donde estos herege9 „moral, por una severidad de costumbres, una tem- = 46 = „plunza, ana nobleza y un desinterés personal, que „en un dia las riquezas de las generaciones pasadas y ,,sus mismos enemigos no han podido disputarles; es- „futuras." (1). ,,ta es la mejor respuesta á todas las sátiras que los Si recorremos las muchas representaciones dirigi- ,,ban acusado de profesar principios relajados. Es- das á solicitar el restablecimiento de los Jesuítas, ,,te Cuerpo se baila constituido con tanta perfec- que liemos citado antes; ¿no nos admiraremos de la ción, que no ha tenido infancia, ni vejez. Se le uniformidad con que todos los hombres religiosos y „mira desde los primeros anos de su nacimiento, for- literatos se expresan en todos los paises é idiomas del „mar establecimientos en todos los Estados católicos, mundo sobre este mismo asuuto? ¿Se parece esto á „combatir con intrepidez todas las sectas nacidas del las absurdas acusaciones, contradictorias calumnias, „luteranismo, fundar misiones en el Levante y en ridiculas denuncias, é inagotables diatribas de sus an- „los desiertos de la América, y aparecer en las cos- tagonistas? ¡O verdad! ¡Tu origen es divino: tu voz „tas de la China, del Japón y de las Indias. El consecuente: tu poder infinito! Alguna vez serás co- „existió por mas de dos siglos, y siempre y en to- nocida, oída y acatada; y si hasta ahora, diremos con „das partes, este Instituto tuvo el mismo vigor. Ja- él Santo Obispo de Mechoacan D. Vasco de Quiro- „más se vió obligado á suplir por nuevas leyes la ga, nuestros esfuerzos han sido inútiles, si no hemos „imperfección de las que recibió de su Fundador. sido dignos de tanto bien, esperamos llegue tiempo „La emulación que este Orden inspiraba, era útil y en que los Jesuítas vuelvan, conso en los siglos ante- „necesaria á sus mismos rivales; y cuando él cayó en riores, á hacer la felicidad de nuestra pátria (2): „otro tiempo, arrastró en su ruina á los insensatos Nunc quidem digni non fuimus: sed erit tempus „que tuvieron la imprudencia de alegrarse de su ca- guando liuc (¡noque SOCIETAS JESU vsniet m- tástrofe. La destrucción de los Jesuítas dió el gol- gsnti harina gentium bono. „pe mas funesto á la educación pública en toda la „Europa católicas notable confesion, que se halla en „la boca de sus enemigos, lo mismo que en la de „sus amigos. Su proscricion fué, ademas, el primer „ensayo, y sirvió de modelo á estos juegos crueles del „furor y la locura, que destruyeron en un momento „la obra de la sabiduría de los siglos, y devoraron (1) Histoire generale de P Eglise, continué par M- b Baron Henrion. Tomo 10., pâg. 72 -1810. (2) Gomez. Elogia Soc. Jes. pars 1. Class. IF. num. .

TOM. IV.—O. d. I. M. ' = 4• 9 = El, además, ministra una nueva prueba del ar- tul diente voto de los mexicanos por los Jesuítas; es un 1 ~ 7 e> nuevo argumento de su utilidad; una nueva justifi- cación de sus misiones; y va á proporcionar fervo- rosos hijos á la Iglesia, y útiles ciudadanos á la so- ciedad, dilatando y asegurando nuestras fronteras. A. los documentos puestos arriba que maniGestan Insertamos, pues, gustosos aquí dicho decreto, cre- del modo mas terminante la voluntad general de la yendo que hará mucho honor al celo é ilustración nación, respecto de la restauración délos Jesuítas, del Exmo. Sr. Presidente provisional y su minis- tenemos el singular placer de agregar el decreto, terio, y esperando que será el principio de provi- que en estos dias se ba servido expedir el Exmo. dencias mas extensas y favorables á la Compañía. Sr. Presidente provisional de la República, prime- Dice así. ro que se ha dado en favor de la Compañía de Je- "Considerando que los medios de fuerza y de con- sús despues de la independencia. El no satisfac¿ quista uo han sido suficíeutes en mas de trescientos todavía cumplidamente los deseos de los mexicanos, — que solicitan el restablecimiento de esta Orden reli- „años para introducir los usos de la civilización en giosa en la plenitud de sus ministerios, como existe „las tribus bárbaras que habitan todavia algunos de e» Inglaterra, Francia, Alemania, Austria, Suiza, „nuestros departamentos fronterizos, y que los talan la Bélgica y otros países cnltos de Europa, y como ,,y destruyen, haciendo una guerra salvage y sin cuar- ,,tel: que la religión de la Compañía de Jesús se ha ba s¡do admitida c„ varías de las nuevas repúblicas • americanas, entre ellas la de los Estados-Unidos, „dedicado siempre con un laudable celo á la reduc- donde á mas de muchos pequeños domicilios, tiene ación de los indios bárbaros predicándoles una rcli- cuatro grandes Seminarios, á los que concurren jó- „giou dulce, humana y eminentemente civilizadora: venes de todas comuniones; pero sin embargo, abre „que varias autoridades de aquellos departamentos, las puertas de nuestra república á los Jesuítas, para y muchos ciudadanos de los que mas se distinguen que se'ejerciten en el importante empleo de las mi- „por su adhesión á los principios liberales bien en- rones, con el mismo laudable celo cou que lo cs- cendidos, han recomendado esta medida como muy tan haciendo en la Siria, Palestina, Calcuta, fien- „capaz de contribuir á la seguriJad del territorio „donde residen las tribus errante?, y que esa institu- ffala, Madure j |a China. ,.cion es admitida en los Estados-Unidos y en otras = 50«• . „repúblicas de América, sin mengua ni perjuicio de

tila forma de gobierno republicana, ni de las liberta- IMFIJ^MACIDM ,,des que tanta sangre ha costado establecer en Amé- DE LAS },ricaj en uso (le las facultades que me concede la „séptima de las bases acordadas en Tacubaya y san- cionadas por voluntad de la nación, be tenido á CALUMNIAS É IMPOSTURAS ,,bicn decretar lo contenido en el artíeulo siguiente. INVENTADAS CONTRA "Podrán establecerse misiones de la Compañía de „Jesús en los departamentos de California?, Nuevo- ,,México, Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua, LA COMPAM DE JESUS, „Coahuila y Tejas, con el eselusivo objeto de que se „dediquen á la civilización de las tribus llamadas bár- pue

„baras por medio de la predicación del Evangelio, y de Átm reini/irtJv en edla. leudad con ct „para que de este modo se asegure mas la integridad li¿u¿o (/e „de nuestro territorio. "Por tanto, mando 6e imprima, publique, circule ,,y se le dé el debido cumplimiento. Palacio del go- bierno nacional en Tacubaya á 21 de junio de IDE LOS JESUITAS. „1845.—Antonio López de Santa Anna.—Pedro „Feles, Ministro de justicia é instrucción pública." -í'ÍÍW tutu eaiuiuróoihaiq «wnáfiivd »<»Wt «r.V-

EIÍUMI F.S&'¡>}> irtwJun zw *ia j:" z^aám y..

Impresa en Puebla en 1822, y reimpresa cu México en la oficina de Abadiano calle de las Escalerilla».

•• •• 1845. = •50« . „repúblicas de América, sin mengua ni perjuicio de

tila forma de gobierno republicana, ni de las liberta- IMFIJ^MACIDM „des que tanta sangre ha costado establecer en Amé- DE LAS },ricaj en uso (le las facultades que me concede la ,,séptima de las bases acordadas en Tacubaya y san- cionadas por voluntad de la nación, be tenido á CALUHMIAÜ É IMPOSTURAS ,,bicn decretar lo contenido en el articulo siguiente. INVENTADAS CONTRA "Podrán establecerse misiones de la Compañía de „Jesús en los departamentos éé California?, Nuevo- ,,México, Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua, LA COMPAM DE JESUS, „Coahuila y Tejas, con el eselusivo objeto de que se „dediquen á la civilización de las tribus llamadas bár- pue

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Impresa en Puebla en 1822, y reimpresa cu México en la oticina de Abadiano calle de Ia9 Escalerilla».

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Asi como las representaciones hechas en 1841, suscitaron la contradicción á que se ha procurado contestar en esta Defensa; á las que se hicieron en 821 y 22, de que hemos hablado en nuestro anterior cuaderno, se opusieron también los con- trarios de la Compañía en varios números del Sol, y especialmente en el Diario de Feracruz, los que reunidos se reimprimieron en Puebla en un folleto bajo el título de Memorias para la historia de los Jesuítas. Al primero de estos periódicos contestó vic- toriosamente el sá bio y patriota P. Sartorio, y á los Memoristas otro ilustre eclesiástico, con una solidez y gracia inimitable, y que puede ser- vir de modelo en esta clase de controversias. Para que se vea, pues, que en todos tiempos .han tenido los Jesuítas, patronos que vuelvan por sa causa contra sus calumniadores y preocupa- dos adversarios, vamos á publicar esta famosa impugnación, manifestando á su autor que enton- ces se ocultó bajo el velo del anónimo, por mo- destia y delicadeza», con el pesar de que snllorada muerte nos haya dado ocasion, á descubrir que este escrito es obra del literato Dr. D. Luis Mendizabal, Secretario que fué del Illmo. Sr. Obispo de la Puebla, Canónigo Doctoral de esa Santa Iglesia, y sugeto no menos recomendable Puebla 51 de Octubre de 1822. y apreciado por sus virtudes y amabilísimo ca-

rácter, que su hermano el P. Francisco, cuya Señor D. Francisco Javier Poace.—Amigo y muy Biografía hamos dado en nuestro tomo ante- Señor mío. A la cousulta que V. se sirve hacerme rior, cómo una de las m&s demostrativas prue- preguntándome si convendrá impugnar directamente lo bas, de la utilidad del restablecimiento de un que ba escrito en "Veracruz un caballero llamado Paz 7 • contra los religiosos de la Compañía de Jesús, y lo Cuerpo, que «abe formar hombres tan comple- que se agregó despues sobre la misma materia por un tos y apropiados á las necesidades de nuestro advenedizo de las costas de Francia, digo resuelta- fSjpsjfí na GO-ií)imnqim;n oa eohinaM sup aof mente, que no conviene bacer esta impugnación, ni .-"> í¿v ütv.tomaii. ob o'uí;; 19 < oi'diol Dt. ella produciría efecto alguno favorable, á lo menos mas!» f.oi aU »VioiViá para convencer á estos escritores verdaderamente faná- ticos. Sus papeles no son otra cosa que una fria repeti- ción de lo que se publicó en la misma Francia con estos diferentes títulos: Catálogo de las contradiccio- nes romanas: Teología moral de los Jesuítas: Car- 3i 00 SOp ?8 >M-: f88 tas provinciales: Extracto de las aserciones atribui- ir. iíía . 9i>j)^*iO'íinq c8Biiu¿r. das á los Jesuítas, por Dumoulin, Perrault, Pascal y un incógnito bien conocido coa el nombre de D A lam- ber!, los cuales no hacían mas que reproducir el mismo TOM. IV.—O. d.l M. 8 libelo, las mismas calumnias y necedades, contentán- é peor: que la inocencia cuanto mejor defendida, fué dose con mudar la carátula de la obra, para engañar á los tanto mas perseguida y calumniada: que una calumnia simples: siendo de notar, que Pedro Dumoulin mas no se desvanecía jamás, sino para ver el nacimiento de universal en su proyecto puso en su lindo catálogo á otras nuevas, y que al cortar una cabeza de esta hidra, todo género de católico?, aunque Santos canonizados, y descubría luego otra mayar y mucho mas venenosa. por consignante vistió una especie de Fraile de todas las religiones; pero los otros señores que solo tenían Los enemigos de los Jesuítas, que á excepción de al- empeño contra la Compañía de Jesús, por ser entonces gunos tontos, están identificados con los de la Iglesia la que mas guerra les daba, borraron de aquella lista á Romana, tienen por máxima cierta, y aun la dejaron Santo Tomás, á San Antonino y á otros picaros de esta estampada en sus infernales escritos, que se gana mu- clase (porque así los llaman sus plumas) dejando sola- cho cou IES calumnias, auuque sean las mas groseras, y mente á los autores Jesuítas, para que recayese sobre que ellas, aun despues de quedar del todo desvanecidas, 1 ellos eselusivamente el odio v la persecución. dejan siempre una maligna impresión que difícilmente se borra en la mayor parte de los ánimos. Ellos subie- Ahora bien: estos libelos infames, que son el eterno ron á tal punto de imperturbabilidad con esta su bella oprobio no ya de la Francia misma, sino del genero to- máxima, que no solo se manteuian serenos entre las de- humano, se impugnaron victoriosamente por casi todcs fensas contrarias, cuya fuerza y notoria verdad les era los Obispos franceses, que en pastorales no menos pia- indiferente; sino también entre las calumnias mismas, dosas que enérgicas, hicieron la defensa de aquellos ino- cuando eran contradictorias visiblemente, deshaciéndose centes calumniados, tan beneméritos de la patria como unas con otras. de la Religión: se impugnaron en el solidísimo escrito, En Portugal fueron perseguidos los Jesuítas, por- te" Aceptación del desafio: en el precioso cuaderno titu- que estaban ya relajados, y no observaban al pie de la lado: Dudas mias: en la sátira muy chistosa de La Da. letra la santidad de su instituto; mientras en Francia y ma filósofa: eu las conversaciones tan entretenidas co. otros reinos sufrían la misma persecución, porque el mo eruditas de Cleandro y Eudoxio, que escribió el &- instituto que con rigor observaban era intrínsecamente moso Daniel, y en otras muchas apologías, á que nada malo. Los Jesuítas, en boca de sus acusadores, ense- se contestó y que seria muy largo referir. Se impug- ñan y practican la moral mas relajada; pero á ese mismo naron, vuelvo á decir, con admirable solidez estos in- tiempo es tal la severidad de su doctrina, que desnatu- dignos folletos. ¿Pero qué sucedió? Que á esfuerzos ralizan al hombre y esclavitúan su razón mucho mas de de la malignidad mas descarada, el negocio fué siempre lo que Dios quiere. Los Jesuítas son por carácter los mas orgullosos de ta tierra; pero son igualmente los mas cía, no necesita de mas pruebas para ser un artículo de fé. viles y miserables, que en todas partes se sujetan á las Pues á hombres que así se portan, (no hablo ta- mayores bajezas. Los Jesuítas tienen su espíritu de cuer- davia del caballero Paz, que no habrá hecho sino co- po y de coalieion tan formidable, que llevan á todo lugar piar sin entender la materia) á hombres que no bus- las mismas máximas, los mismos principios extermina- can la verdad, ni respetan la justicia, ni conocen la dores; pero con todo, son ellos tan políticos, tan furio- . buena fé, ni temen la contradicción: á hombres tan sámente maquiavélicos, que se acomodan á todos los ge- desvergonzados que sacan mayor aliento del triunfo nios y á todas las religiones, pues en la Cbina veneran de sus contrarios, y que al mismo tiempo de quedar á Confucío, en la Arabía son Mahometanos, con los vencidos cantan muy satisfechos la victoria: á hom- Hebreos esperan al Mesías, y entre los cristianos le bres, vuelvo á decir, de tan extremado carácter, ¿qué adoran crucificado. argumento, qué raciocinio se les podrá formar, el cual ¿Es el tiempo de los Reyes (ó como ahora se dice) no les dé nuevo motivo de vomitar sus calumnias? déspotas? Pues acábese con los Jesuítas, porque son Los Jesuitas lo han conocido así, cuando en medio los autores del regicidio. ¿Es el tiempo de los cuer- de su calamidad, no han querido oponer" otras armas pos legislativos y de las famosas repúblicas? Pues en- que el silencio y la resignación: y ya hace muy lar- horamala los Jesuítas, porque son las cólumnas del tro- go medio siglo que vemos renovarse en la Compañía no, los fautores del despotismo. ¿Pncde darse mayor de Jesús la tragedia de Jesús mismo; esto es, la ino- contradicción? Sí, amigo mió, puede darse y es la mas cencía acusada por la maldad: la maldad pidiendo su graciosa de todas. Sin quitar á los Jesuitas, sin desba- muerte con un tolle, tolle, de confusa gritería, y la ino- ratar este ejército formidable, ó guardias de Corps del cencia callando sin defenderse. Papa, como los llamó Voltaire, pocos progresos hubie- En efecto. ¿Quiénes acusan a los Jesuitas de rela- ra hecho la verdadera ilustración de nuestro siglo ilu- jados? Los hombres mas inmorales, los que no tienen- minado: sin oprimir á estos fanáticos, no se habría pro- idea de honestidad ó virtud. ¿Quiénes los tratan dé mi- pagado por todo el mundo la santa Masonería; y ahora píos? Los mas bestiales ateos, los que solo adoran en viene el chusco de Jorge Sinith acusándolos de maso- sí mismos. ¿Quiénes los llaman regicidas? Los ase- nes. Ríase V. cuanto quiera de la especie; pero ella sinos de Enrique IV., les infames verdugos de Luis se vé estampada en el diario de Veracruz, y cuidado, XV71. ¿Quiénes los denunciau de masones? Los ca- qne escrita con finura por un Inglés tan sabiondo, y balleros escoceses, los venerables Smith. Observe V. traída por un viagero que viene de las costas de Fran- de paso, que estas cuatro acusaciones hechas á los Je- Boitas se hicieron al pie de la letra contra el divino Jesuitas regicidas! Exclama V. todavía. ¿Quién ha Salvador. Jesucristo bebe vino, asiste á grandes ban- traido esta noticia? Un costeño de la Francia. ¡Los quetes y se acompaña con los pecadores: hé aquí un Jesuitas fracmasones! ¿Dónde se escribió tal chiste? hombre relajado y probabilista. Jesucristo quiere des- En las riberas del Tamesis> Sí, amigo mió, esto es truir el templo, y se llama hijo de I>ios: hé aquí la lo que se llama vulgarmente tirar los patos á las es- inayor blasfemia y la mas notoria impiedad. Jesucris- copetas,* pero estas dos especies con la de su vanguar- to viene á fundar un reiuo, y él misino se dice Reyi dia, las nías peregrinas y contradictorias que han salido pues no hay duda, quiere destronar al Cesar y parará contra los Jesuítas, yo no hallo á qué compararlas sino en regicida. Jesucristo, finalmente, juut3 varios dis- a otra demasiado reciente en el Imperio de Anahuac. cípulos, los iuícia en sus misterios, y alborota á los iVo hace todavía un mes cabal que se destacaron de pueblos predicando nuevas doctrinas: pues no hay que la corte, (á lo menos así lo presumo) se destacaron, di- buscar otras señas del mas consumado masón. En este go, mil zelosos misioneros, para repartirse en los pue- último pasage no han de ver anacrouismo los que se re- blos, y persuadirles que pidieran el establecimiento de montan en su origen hasta el tiempo de Adoniram, y una Monarquía absoluta. Estaba yo bien asombrado ninguno deja de hacer palpable la semejanza del Re- con esta novedad inaudita, y no podia convencerme de dentor con ¡os hijos de S. Ignacio, Dejaría de ser, que el Emperador ó sus ministros, á quienes se daban mi buen amigo, Compañia de Jesús la que lleva este por autores, pudiesen olvidar nunca su notoria justifi- santo nombre, si solo imitara á su Maestro en la gloria cación y grande política, en ocasion mucho menos como de su santidad, y no le siguiera también en la ignominia la presente, tan expuesta y peligrosa por todas sus cir- de su cruz. Gloriosos son los Jesuitas, porque los hon- cunstancias, cuando hé aquí que se deja ver el Apóstol ran y veneran todos los buenos; pero mas gloriosos to- de mi curato, y sin otra diligencia que observar su be- davía, porque los calumnian, los abominan, los detes- lla fig ura, descubrí todo el misterio. tan, los malvados é impíos. Te omites catholiei vene, Era un Audalueito de veinte á veinticinco años, rantur (escríbia S. Gerónimo á S. Agustín) et quod mas lindo que el lucero de la mañana: su carita co- maioris est glortae, te omites haeretici detestantur. mo una rosa, su cabello ensortijado y oliente, su Por tanto, deje V. ya la risa al imaginarse los pu- patilla bastante poblada y torcida en forma de gan- ñales regicidas bajo la solana de S. Ignacio, déjela cho, su vestido de color bajo, pero nacido en el cner- V. al formarse la idea de una gran tropa masónica po y graciosamente entallado, manga echada al hom- con uniforme negro y gorro de cnatro picos. jLos bro, puñal en la bota, dos pistolas á la cintura y = 9 — = 8 = Yo no sé si mis parroquianos quedarou bien con- un catecismo de la íey natural asomando por el bol- vencidos de lo que entonces les dije; pero V. per- sillo. El hermosísimo Adonis no tenia otro defecto suádase, amigo, de que promover un asunto, ó ale- que el de cojear un si es no es, sin ocultarse de gar cualquiera motivo, llevando fines contrarios, es- cual pie; y si no fúéra por esto, y poique el ala- ta es, y no otra la táctica del dia, mayormente zán que le trajo era mocho de ambas orejas, bien contra Jesuitas. Se Ies llama probabilistas, se les se [Midiera beber cu no jarro de agua con todo y acusa de relajados. ¿Y para qué? Para que vivan cabalgadura. sin embarazo la relajación, el libertinaje, la libertad Siendo tal, sin quitar ni poner, el vencraudo mi- de conciencia. Se les pinta como hechiceros, como sionero que tocó por estos rombos: hermanos inios idólatras, como impíos. ¿Y para qué? Para que no (les dije á mis feligreses) este chulo que habéis alo- haya quien corte los progresos de la irreligión, del jado es republicano hasta los tuétanos, y aborrece al ateismo, de la impiedad. Se les nombra regicidas, Emperador tanto como á un tabardillo. Nada de enemigos implacables de la autoridad de los Reyes. eso, padre cura, me contestaron á un tiempo, sepa ¿Y para qué? Para que desde luego comiencen V. que es todo lo contrario: este Señorito quiere á caer los tronos, y se vea el nuevo espectáculo de mucho á S. Ms, pues cabalmente nos está persua- un Monarca sobre el cadalzo. Finalmente, se les diendo á qué desbaratemos las cortes, y que soliti- dice fraciuasones. ¿Y para qué? Para que esté á to nos mande el Amo 1). Agustín. Estoy en ello, su salvo, permanezca tranquila, y se propague á to- mis queridos hermanos, les repliqué prontamente, to el mundo la masoneria apostólica. pero sabed que muchas veces tras da la cruzestá el Tales han sido en Europa, y en algunos rincones diablo. ¿No os acordais de D. N. á quien ahora de América, el carácter malicioso y los depravados fi- diez años le ofrecieron una subdelcgaciou para que ces de cuantos han tomado la pluma contra los Jesuitas: largara su tenientazgo, y se quedó sin ser nada? y es un axioma evidente con muy raras excepciones, Eso mismo sucede aquí. Se quiere que pidáis un que enemigos muy fieros del salvador Jesús, soa déspota (frase del dia) para que os quedeis sin un siempre los que se declaran coatra su Compañia. buen Emperador: se quiere el establecimiento de La correspondencia secreta qnc llevaron sobre el una Monarquía absoluta, para que en tan bella oca- asunto Voltaire y D' Alambert con Federico II. sion de revolucionar, se acabe aun la moderada Rey de Prusia, y que bien documentada se ha becho pública en distiutas ediciones, no deja dudar de este Ton. IV.—O. d. /. M. 9 (í) No se olvide que esto se escribía en Octubre (le 822. = 11 = axioma: y aunque no puedo concebir en el caballero bla el caballero Paz sin disimular su nombre,' para Paz toda la malicia ó depravación de aquellos á quie- que salte á la vista de cualquiera Zapatero, que allí nes imita, para libertarle de tan obscura nota, e9 in- no hay sino fanfarronadas, injurias, necedades, con- dispensable asegurar, lo primero, que no ha oido en tradicciones y sofismas. Si, amigo mió, esta es la este litigio sino á la parte acusadora, y aun eso con calificación que yo doy á dicho papel tratándole con increíble superficialidad: lo segundo, que no ha saca- la mayor caridad; y pues tengo por imposible anali- do de sus matemáticas la exactitud y limpieza del ra- zarle del todo sin escribir un gran libro, daré á lo ciocinio, provecho principalísimo que ellas ofrecen menos algunas contraseñas, á cuya luz se descubra desde luego á cualquiera hombre sensato. que el Sr. Paz es verdaderamente un insigne faro- Para convencerse de lo primero, basta leer al veni- lero. do de Francia P. (que á mi juicio es el mismo Paz) V. le habia manifestado la decidida voluntad del en los números 140 y Í4i del diario de Veraeruz; pueblo mexicano sobre el restablecimiento de la Com- (1) pues no priendo disimular este buen hombre las pañia de Jesús, con haberse pedido esta providencia fuentes pestilenciales donde bebió su doctrina, ob- al soberano Congreso por diez y nueve Ayuntamien- servará V. que solo bailan en aquel fandango de vo- tos, (que después se han aumentado en gran número) ees, ó para mejor decirlo, solo brindan en aquella once Cabildos y corporaciones eclesiásticas (que se borrachera de infamias el Sr. Joly de Fleuri, el han aumentado también), varias diputaciones provin- Rmo. Capitan Smith, el venerable parlamento Fran- ciales, y cuatro mil sugetos particulares, entre quie- cés de 1761 y la sagrada euciclopedia: todo lo cual nes estaban los Sacerdotes, Párrocos, y Prelados de es lo mismo al pie de la letra, que si para infamar á mayor juicio. El caballero Paz se hace cargo de to- San Agustín nos vinieran citando una autoridad de do este argumento al tiempo de referirle; mas en lle- Fausto, ó para condenar al Emperador de México gando á la respuesta, olvida lo sustancial, para insis- Agustín I. los decretos y bandos del Ex-Virrey tir solamente en la parte que le parece mas débil: y Apodaca ó del Pseudo-Virrey Novella. En cuanto esta retirada es infinitamente vergonzosa, cuando se á lo segundo, tampoco se necesita sino de leer dicho viene á pelear en el campo de la razón. diario desde el número 127 hasta 130 (2) donde ha- ¡Cuatro mil firmas! Exclama muy satisfecho, ¿y qué consecuencia saca V. de ese resumen? Cual- (1) O en la foja 11 y siguientes de las memorias. El quiera remendón, sea de papel ó de cuero, responderá autor cita los originales que tenia á la vista. (2) Principio en las memorias. á la pregunta, que no se ha querido argüir solamen-

/ 12 — 15 = te con esas firmas, no reunidas en otra solicitud, si- mira ble arismética! Para favorecer á los Jesuítas no no también y mucho mas con las de aquellos cuer- bastan miles; mas para infamarlos ó destruirlos sobra pos ó Cabildos eclcsiástiees, Ayuntamientos civiles con las unidades: una suma real y casi inGnita de vo- ó Diputaciones provinciales: que las firmas no deben tos no es bastante para reponer aquí la Compañía de graduarse por su número, siso por su valor: que las Jesús; mas para cubrir de oprobio á este cuerpo nu- de aquellas Diputaciones, Ayuntamientos ó cuerpos merosísimo, bastan cantidades infinitésimas y aun ima- representan, no miles, sino millones de firmas: v ginarias. No es esto fantasía, mi buen amigo, ni que así como un decreto de las Cortes soberanas se lleva ponderación. Lea V. el citado número 141 obedece y respeta, aunque solo traiga las tres firmas del diario de Veracruz, y sin otra diligencia que el de su Presidente y dos Secretarios, porque ellas so- mas sencillo cotejo hallará ser evidente la proposicion las declaran que ha firmado todo el Congreso, así asentada. también se manifiesta indubitablemente la voluntad Los crímenes ó doctrinas que se numeran á la pá- nacional, cuando hablan á su nombre las firmas de giua 5 (1) son, como llevo dicho, cantidades imagina- sus representantes, por el clero sus Cabildos y prela- rias, porque está bien demostrado en los mejores es- dos, por los pueblos sus Ayuntamientos, y por pro- critos, que se vieron con el microscopio de la mah viucias enteras sus Exmas. Diputaciones. Estos le y de la rábia, siendo su misma enormidad una principios son muy constitucionales, y ya no hay za- prueba demostrativa de que se dió á las hormigas el patería doude los ignore alguno. ¿Cómo pudo des- tamaño de Elefantes. Supongámoslas sin embargo atenderlos el caballero Paz que tan adicto parece á perfectamente medidas. ¿Cuantos Jesuítas había en la constitución española? Estos datos eran indis- el año de 1710? El Sr. Fleuri nos dice (página pensables para calcular los votos de la nación mexi- 1.a de aquel diario) que nueve mil novecientos no- cana. ¿Cómo pudo olvidarse de ellos quien tan ins- venta y ocho, aunque había mas. Ahora bien: jun- truido se juzga en la gran ciencia del cálculo? te V. los que se agregaron en cincuenta años si- La inconsecuencia, sin embargo, pasa mucho mas guientes basta su final extinción: junte V. asimismo adelante, y la pluma del caballero Paz ó la del Cos- los Iñiguistas de dos siglos anteriores; y una tropa teño Fraucés (que para mí son idénticas) no tiene aguerrida, tan abundante" en recursos, tan industriosa rubor de contradecir sus mismos principies, con tal y bien díscipliuada, es preciso que cubra toda la tier- que resulte en ambos extremos el destrozo de los que ra, infestándola con sus crímenes y perniciosas doc- llama Teatinos. ¡Admirable serenidad, y aun mas ad- (1) 12 y 13 en las memorias

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tríuas. ¿No es esta uaa verdad Innegable? Si: pues comieneese desde luego la información y el proceso: V. semejante frialdad? Pues esto es lo que se ha obren como jueces los mas imparciales del mundo. hecho, y se repite en la causa de los Jesuitas, bus- Pascal aunque jansenista, D' Alambert aunque tan car falsos testimonios, como se hizo en la de Jesús, II V impío, Rainal aunque Jesuita expulso y diabólica- encontrarlos muy equívocos, y sin exámen alguno con- mente renegado, Smith aunque francmasón de los denar al inocente. Siempre resulta que esta bárbara del novísimo cuno.... ¿Concluyeron yn estos seüo- acusación inventada en Puerto-Real, repetida en Ver- res? Sí, ya concluyeron. ¿Registraron todos los salles y Ferney, recalentada en Londres, y ahora archivos, desempolvaron tedas las bibliotecas? Sí, muy baboseada en Veracruz, en unas partes es hija ya se formó este registro, ya está el polvo sacudido. de la mas rehilada malicia, en otras de la mayor ton- ¿Devoraron tomos de á folio, truncaron largos perio- tería, y en todas sin diferencia de una incurable ce- dos, y añadieron muy lindas clausulas de su fecuuda guedad: siempre resulta á mí intento, que en con- inventiva? Sí, todo eso practicaron. Pues bien. cepto de estos Monsiures, para favorecer á la Com- ¿Qué resulta da la causa? Oiga V. á el último de pañía de Jesús los miles son como ceros, y para in- los Jueces que habla en nombre de todos, página 5 famarla ó destruirla, las unidades millones. de dicho diario. ¿A tan clara demostración qué se podrá oponer, si- "Dos Jcsuitas han hecho la Apología del sacrile- no la cámara negra entapizada con Diablos que pinta gio: treinta y cuatro la del robo: cinco la del parri- el bueno de Smith, y el decreto de 6 de Agosto, cidio: treinta y seis la del homicidio: cinco elogian que se analisa grandemente, aquello en el número „la magia: dos la idolatría: diez y siete la impudi- 140, y esto en el 141 del repetido Diario? Pero cicia, el adulterio y la sodomías setenta y cinco el tal „regicidio, veintinueve la mala fé, el perjurio y el es el ardid inventado en otras cámaras que sirvie- „falso testimonio" (los cuales son ahora treinta con ron de modelo á la que Jorge describe: tal es el ar- el que escribió al Sr. Paz desde Marsella.) Tal es did infame puesto por obra incesantemente para per- el grande Catálogo de delitos y delincuentes que for- der á los Jesuítas: acusaciones unas tras de otras, mó la ilustrada comísion. ¿Esperaba V., amigo mío, calumnias sobre calumnias, embustes y mas embustes, entre tantos acusados, y en el dilatado espacio de dos que en medio de tanta bulla los pueblos llegarán á sigflos y medio un tan pequeño número de reos? aturdirse, y echarán á los acusados aunque no sea por ¿De uuos jueces ó acusadores tan fogosos esperaba otro motivo que el de imponer silencio á tan zañu- dos acusadores. Este modo de engañar á los pueblos y á sus gobiernos, y de hacerles imaginar un daño,

,-f-. .

B¡ «=16 en- causándoles otro efectivo, n»e recuerda cierto pasage Esto es, caballero Ponce, lo que ha sucedido y que me contó de sí mismo un viejo veracruzano. sucede con la Compañía de Jesús, ojo lucido de la Era todavía muy joven, y siete muchachos de su Iglesia católica como muchos la han llamado. Cier- edad, á quienes habia reprendido por no sé que pi- tos hombres *|ue se tienen por sábios, y que no cardigüela, se concertaron sabiamente en jugarle una quieren ser vistos ó reprendidos por un ojo tan pers- buena burla, resolviendo salirle al encuentro cada picaz y severo, forman el negro complot de apagar uno en pos de los otros y por diverso camino. Pe- sus divinas luces. Unos dicen que este ojo está /«»- riquillo (viene uno y le dice), ¿qué te ha salido en chado y samjuinolento: otros, que tiene catarata: ese ojo? Hombre, nada, contestaba él, será alguna otros, que es ojo de hechicero y ha pactado con el lagañuela.... ¡Jesús, que ojo de hechicero! exclama demonio: otros finalmente, que echando sobre todo el otro que iba llegando. Sábete, querido mió, que ya mundo sus miradas de basilisco, solo se ocupa en me- te chorrea la sangre. Causándole novedad este se- ditar los hurtos, las conspiraciones, las muertes, los gundo testigo, ibáse á buscar un espejo, cuando lle- regicidios, y todas las negras maldades. Como estos ga otro zaragate, y le dice muy compasivo. ¡Ay gritos salen succesivamente de diversos puntos del pobre de mi Perico! de esta vez se nos queda tuer- globo y de las mas hondas cavernas, poco á poeo van to. Con mil santos, grita él ya bien afligido, yo haciendo impresión en el espíritu de las pueblos, tengo la vista muy clara, y no siento dolor alguno. quienes escuchando siempre la misma especie mil y Por falta de espejo en aquel sitio queria mirarse en mil veces repetida, llegan á figurarse realidad lo que un charco; pero se le acercaron succesivamente los no es sino fantasma, y siu examinar las pruebas, otros cuatro chiquillos, y ninguno dejó de asegurarle (porque no las hay, ni puede haberlas) contra lo que estaba al perder un ojo. Esto ya era demasia- mismo que ven, se resuelven á creer lo que oyen. do: el testimonio de siete amigos que unánimes de- Los Príncipes, mayormente católicos, sin duda no claraban lo que veían tan de cerca, le hizo tan gran- son tan crédulos como aquellos á quienes mandan, y de impresión, que avivando su fantasía comenzó á conocen al mismo tiempo, no menos la fuerza que la sentir incomodidad, y se frotaba á dos manos. En perversidad de sus fieros engañadores; pero no ha- resolución, ellos tanto le dijeron, y el tanto los qui- llando rumbo que seguir entre la credulidad de los sa creer, que á fuerza de refregones, el que salió unos y el diabólico empeño de los otros, determinan bueno de casa volvió coa el ojo inflamado, y estuvo finalmente, aunque con sumo dolor, retirar de sus en grande peligro de quedarse á buenas noches. est ados el inocente motivo de disturbios tan funestos. TOM. IV.—O. d. I 111. 10 Iiectus es tu (dice cada uno ds ellos á este ojo bri- le resucita en nuestros dias sin innovación alguna? llante de la Iglesia, como Achis dijo á David) rectus Pero si no era malo el Instituto, sino las personas es tu, ct bonus in conspeetu meo.... et non inveni particulares, ¿por qué la culpa de los padres se ha de in te quidíjuam mali.... sed Satrapis non places. castigar en los hijos? ¿Por qué el escritor de Vera- Revertere ergo, et vade in pace, et non ofendas cruz, el de Francia ó el de Inglaterra, cchsn en cara oculos Satraparum. (|) Lo mismo practicó bañado en á los Jesuitas vivos lo que dicen que hicieron los di- lágrimas el soberano Pontífice, el inmortal Ganganelli. funtos? ¿Esta especie de los siglos godos puede ser Sin esta Compañía inmaculada y gloriosa, dijo el tolerada ó vertida en un siglo constitucional? Edad Padre de los fíeles, puede subsistir, aunque con sumo tan iluminada como esta en que ahora vivimos, edad trabajo, la Iglesia de Jesucristo; pero entre sacudi- que suele hacer burla del pecado original; ¿solo para mientos y conmociones tan graves á que su misma la Compañia hará pasar los crímenes que la imputa santidad se hace servir de pretexto, la Nave toda de de lugar en lugar, de tiempo en tiempo, y de gene- Pedro parece hundirse en las olas. Apártese pues la ración en generación? ocasion, aunque muy amable en sí misma, de tan fu- Muchas preguntas son estas, ya lo veo, y sobre riosos escándalos: y la Iglesia, por el bien general manera embarazosas; mas yo debo seguir preguntan- de sus otros miembros, arranqúese con dolor el ojo do, aunque ninguno me responde, ni jamas me res- derecho de la cara. Si oculus tuus dexter scandali- ponderá. ¿Tan horrorosos delitos como los que zat te, erue eum, et projice abs te (2). Smitb refiere, solo quedaron en listas ó apuntamien. Tal es, amigo mió, la explicación de este arcano. tos privados? ¿Donde están las declaraciones, donde De otra manera, ¿cómo se podrá entender que Gan- las causas, donde los procesos, donde las sentencias ganelli quitára á los Jesuítas en clase de reos, y des- definitivas contra reos tan peligrosos y de tanta ge- pues los reponga Chiaramoati declarando su inocen- rarquia? ¿Es posible que ahora comienzan á escri- ¿Que Carlos III. los desterrára como delin- birse las memorias de un gran suceso que ha pasado cuentes, y su nieto Fernando VII. los haga volver en otros siglos? Eran homicidas, nos dicen, eran á España escribiendo su Apologia? ¿Se declaró por conspiradores, tumultuarios, sacrilegos, idólatras, re- la Silla apostólica que era malo y perverso el Insti- gicidas, ect. ect. Pero venid acá, bellísimos espíri- tuto de la Compañía? ¿Pues por qué la misma Silla tus, les diré yo á estos señores: referidnos también los calabozos, las horcas, los patíbulos, las hogueras, (1) 1.° lieg. cap. 29 ^.6 etl. que debieron decretarse contra hombres tan delincuen- (2) Math. cap. 5 i. 29. tes. ¿Se pueden purgar tautss maldades con un sen- de negarse que estos viajeros apostólicos visitaron cillo destierro? ¿Un vade in pace es toda la pena toda la tierra, fecundándola con su sudor y su san- que sufren estos caníbales, como los pintáis vosotros? gre, sin dejar un solo rincón que no diera frutos Y siendo ellos tan odiosos como también los pintáis, copiosos para Dios y para los hombres: que sin con- no teniendo ya ni poder, ni bienes, ni coalicíon, ¿có- tar sus fatigas espirituales (las cuales se olvidan hoy, mo viven no solo tranquilos en medio de su desgra- ó se afectan olvidar, ó son el origen de su perse- cia, sino que hallan por todas partes el respeto, la cución) ellos en lo temporal dieron á cada nación lo honra, el amor y la admiración de los Pueblos? Des- que todas las otras juntas: que atravesando todos los engáñense los de México en fin, y examinen con 1 ios y todos los mares del globo, ó descubrieron por sí toda cordura negocio tan importante. El crimen de mismos, ó perfeccionaron los descubrimientos colo- los Jesuitas no es otro que su virtud calumniada: niales, sin llevarles otro interés que el bien de la ellos sen por Instituto acérrimos defensores de la pie- humanidad: que anduvieron á pie regiones muy di- dad. Esta culpa tan general en la Compañia de Je- latadas ó montañas inaccesibles,' civilizaron millones sús, y tan visiblemente comprobada en la historia de de bárbaros, y con el inmenso trabajo de aprender tres siglos, es también la mas irremisible para sus sus diversos idiomas, no menos que el de suavizar muy feroces y muy encarnizados enemigos. sus feroces costumbres, los enseñaron á ser hombres ¡Cnanto mas pudiera yo añadir sobre tan fecunda y á vivir en sociedad; finalmente, 110 puede negar, materia! Pero amigo, me voy alai-gando mucho, y porque ello es muy notorio y demasiado reciente, están llamando mi atención, otras nuevas inconse- que los Jesuitas, ó estudiando en sus Colegios, ó cuencias del memorista jesuítico. 'No puede negar viajando por mar y tierra, llevaron á todo lugar sus el caballero Paz, á lo menos por el testimonio del grandes conocimientos: que con sus vigilias y obser- Ex-Arzobispo Malinense, que sin duda es irrecusa- vaciones mejoraron pasmosamente las artes, el comer- ble: no puede negar, digo otra vez, que formados cio, la agricultura, la medicina, la naútica, la as- los Jesuitas por el mismo espíritu de caridad gene, tronomía, y dieron á la ilustración general aquel im- rosa, ilustrados en todas las ciencias, gobernados por pulso admirable, qne despues de quitados ellos vana- una Constitución llena de sahiduria, y derramados en mente se está buscando con ridiculas teorias y cons- útilísimas misiones por las cuatro partes del mundo, tituciones fantásticas. eran como una cadena del tamaño del inundo mismo, Nada de esto puede negar el caballero Paz; antes para unir en sociedad á todos sus habitantes: 110 pue- bien lo confiesa, aunque muy á pesar suyo, en la pág. = 22 =

4 núm. 127 del repetido Diario (1). Pero tantos y tan continuados servicios, hechos á la sociedad, tan- ciantes, maestros de escuela, abogados, médicos, bo- tos bienes derramados por toda la haz de la tierra, ticarios, regidores y magistrados. Fácil es concebir ¿cómo se pesan, ó qué valor se les dá en la balanza el alboroto que habria dentro de la cárcel con tamaña enemiga? ¿Qué es lo que se responde á ejemplos novedad. ¡¡Vosotros mal entretenidos! esclamaban lle- tan singulares de heroica filantropía? Admírese V. nos de asombro. Toma ¿pues qué es lo que hacéis? mi buen amigo, y procure no irritarse. "Si los Jesuí- Les preguntaba el alcalde dando un golpe con su tas parecieron útiles, dice, fué porque esparcidos grueso bastón. Los unos respondieron que estaban „por todo el mundo, recogían por necesidad los co- en sus talleres, los otros que en el comercio, estos nocimientos de un pais y los transmitian á otro, de que se ocupabau en educar á los niños, aquellos que „lo cual sacaban enormes utilidades, y hacian valer en dirigir los negocios judiciales, quienes en procu- „mucho este mérito, que no es mas que la obligación rar la salud á los enfermos, y quienes finalmente, que „de todo buen patriota constituido en sociedad." en el gobierno del público y en la decisiou de sus Conozco al llegar aquí que se enciende V. en cóle- causas. Si esto es todo lo que alegáis, repuso el co- ra, y á la verdad sin razón, pues toda la tiene el Sr. misionado con ana paz admirable, ahora digo con mas Paz, como voy á demostrarlo. Serenese V. amigo razón que debeis ir en la cnerda: vuestras obras no mió, pida su agua de violeta, y entretanto se la dis- tienen mérito alguno, pues con ellas no hacéis otra co- ponen, yo voy á contar esta anécdota. sa que cumplir vuestra obligación. En vano iban á Llególe comision á un alcalde de cierto lugar (no añadir, que si ca sus obras no habia mérito, tampo- diré como ni cuando) para que recogiendo toda la co se hallaba crimen, y que si eran de su obliga- gente ociosa y mal entretenida de su jurisdicción, la ción, estaban dispuestos á cumplirla como siempre lo hiciese llevar en una cuerda hácia el rumbo de Lina- habian hecho: en vano, vuelvo á decir, porque inexo- res. El buen hombre que se picaba de eficaz, cui- rable el alcalde hizo salir mancornados á aquellos dando mas de la prontitud que del acierto en sus hombres de bien. La ciudad quedó poblada y guar- obras, no quiso meterse en averiguaciones, ó como necida de picaros, quienes sin faltar un voto le salu- él decia, circunloquios. Dejó quietos los villares, daron con los nombres de el Padre de la páiria y las cafeterias, las tabernas, hasta las casas de pros- el amigo de la humanidad. titución; y sin otra fatiga que caminar de puerta en Haec fabula indicat, amigo mió: dije mal, este apólogo convence, declara, manifiesta evidentemente, (1) Pág. 3 de las memorias, lin. 4. que el caballero Paz tiene razón, y que V. carece de ella. No nos quiera V. repetir que los Jesuítas Junio, firmó el Sr. Paz una carta (i) la mas acre y eran buenos ciudadanos y excelentes patriotas, que denigrativa contra Jesuitas, déla cual nos dice aho- ilustraban al inundo con raros descubrimientos, ó que ra que 110 le halla ninguna ligereza, aunque fué es- llevaban á cada pais las luces de todo el globo, por- crita coií mucha rapidez, y en pocos instantes. En que esta vagatelilla, confesada ya por nosotros, no ve- esto, amigo mió, tampoco yo veo dificultad ó emba- nia á ser otra cosa que cumplir con su obligación. razo, porque se explica muy bien con los milagro- Tampoco nos alegue V. que esa obligación, supo- sos talentos de que está dotado el escritor: ellos ha- niéndola, una vez que era cumplida con pasmosa cen de lo blanco negro, como lo estamos palpando, exactitud daba un gran realce á su mérito, porque y cualquiera hombre ingenioso puede ser eu el mis- en ellos no tener falta es el mayor de los crímenes, mo instante, nada ligero y muy rápido. y el motivo principalísimo de enviarlos en una cuer- Digo que no hay dificultad en tan triste rcparillo. da. Pongalos V. ignorantes, vagamundos, ociosos, Tampoco la hay eu decirnos, que no conteniendo su y nó habrá quien los inquiete: pongalos V. liberti- carta ninguna ligereza, contiene sin embargo una nos, malvados, escandalosos, y esta será su defensa: gola de que se confiesa culpable; porque se acordará »obre todo, pongalos V. francmasones, iluminados, V. de cierto predicador muy afamado, quien dijo de impíos, y en esto bailarán su triunfo. santa Teresa que nunca bebió vino, y que sola una vez le bebió. Es verdad que el Orador se desdijo El que acaba de conseguir nuestro caballero invic- añadiendo, que aunque la santa bebió vino una sola to (llámese Quijada ó Figueiras), por vida de Artua vez por orden del facultativo, ni aun entonces lo Pendragon que no ha de venir muy solo, y maguer quiso beber; pero el Sr. Paz haria muy mal en des- V. se presente asaz mollino y atufado, se ha de po- decirse, pues quebrantaría abiertamente las reglas de ner de lino jos en el tobosiiio alcazár. En el asunto su aritmética. Para quien los miles son ceros ¿qué mas grave que pudiera imaginarse, porque se trata- será la pobre unidad? Fuera de que uno es ningu- ba de llamar á juicio muchos miles-de ciudadanos y no, según dice el adagio español. Dejémonos, pues, sacerdotes honrados, cuya sola desgracia, aunque fue- de frioleras, y vengamos á otra aventura, en que se merecida, los baria muy acreedores á la compasion por llover las piedras, yo el escudero mas fiel de cuan- y aun al respeto, si viviéramos en un siglo ó de me- tos la Mancha esconde, necesito de guarecerme tras nor fiereza ó de inedia-na cultura: ¿n este asuuto (di- de las ancas del rucio. ce V.) de la mayor gravedad, y con fecha 23 de

(1) Tal carta no se halla en las memorias. Tosí. IV.—O. d. I. Al. « La ligereza de que humildemente se acusa el íu- Al escritor Veracruzano nada se le va por alto: es- geuio anti-jesuita es la de haber concretado su jui- te argumento lo tiene ya prevenido, y la respuesta ciosísima crítica de la Gompañia de Jesús á solo el es muy suya, sin que yo deba atribuirmela, usurpan- último tercio de su existencia moral, cuando pulo do glorias agenas. ¿No le dice á V. con asombrosa decir, y ahora lo dice, y lo prueba, y lo defiende claridad, que Francisco Isla fué ilustre; pero sin nws á pie ó á caballo, bajo de techo ó al aire, ya con defecto que haber sido individuo de la sagrada Com- armas ó ya sin ellas, que la dicha Gompañia fué pañía? ¿No le dice á V. igualmente que Mariana tan fatal, tan perversa, tan prostituida en su infan- fué un Tito Libio, y Suarez un San Agustín; pero cui, como en el último momento de su existencia. sin quedar exentos de la negra nota de Jesuítas? (I) Estoy viendo á V. con la imaginación, como ¿Pues con qué cara, amigo mío, nos propone V. uu si le tuviera delaute. ¿Qué brabatas son esas, ami- argumento contestado ya de ante mano? Cítenos V. go mió, qué desafios tan fuera del orden? ¿Qué hombres grandes de la Compaüia de Jesús, que no lista tan larga, pero tan inútil, la qne va V. sacando hayan estado en ella, Jesuítas muy ameritados que debajo de su carpeta? Los Ignacios (dice V. lle- no hayan sido Jesuítas, y entonces hablará en regla. nándosele la boca) los Fabros, ios Javieres, los Bo- Todo lo demás es predicar á las penas, y no dar en badillas, los Broetes, los Coduris, los Lainez, los el busilis. Salmerones, los Rodríguez, los Borjas, los Perus- Esta solucion ingeniosa es una llave maestra para cios, los llibadeneiras, los.... Detengase V. mi que- abrir todas las puertas en tau intrincado negocio: rido, que lleva pasos de no acabar en un mes. ¿Di- con ella desafio, no digo á V. que podrá ser cuando ce V. que todos estos y otros innumerables forma- mucho un coadjutor de capote, sino á todo el cuerpo ron la divina infancia de la Gompañia de Jesús? Jesuítico, y á sus congregaciones generales desde Está bien: ya lo sabemos. ¿Dice V. que estos per- Iñigo de Loyola hasta Judas Barzozovvski. (Entre sonages, ó como algunos hablan, padrotes, fueron ó paréntesis, dejeme V. llamarlos asi para ir formando celébres humanistas, ó consumados Jurisconsultos, ó mí estilo) si, á toda esa turba multa digo otra vez Teólogos eminentes, y todos insignes santos? Ya que la reto, y aunque jayanes se vuelvau, y todos de lo sabemos también; ¿y qué tenemos con eso? Lo mancomún se me vengan á las barbas, con oponer uu cierto es que eran Jesuítas. ¿No es asi? Pues ha rodela y mi yelmo barberil los echo patas arriba. En perdido V. el punto. efecto, ¿qué me podráu decir estos Reverendotes, por mas que se rellenen las narices de polvos, se planten (1) Foja 4. de las memorias. eos bonetazos, y ge ajusten el gollete? ¿Qué me po. Sotomayor en España, de un Vieira en el Portugal, drán decir á que yo no les responda, dejándolos con- de un Martínez en la Florida, de un Sánchez, un fundidos? Ilerdoñana en el Anahuac.... Guiudas ¿ la Tarasca, En la santidad, me dirán, sin que tengas que con- Padres míos, porque á todos me los meriendo. ¿Hay cretarte á ninguno de los tiempos, ahí tienes á los algo mas que decir? Mira al ya citado Vieira con Regís, á ios Kostkas, á los Gonzagas, á los Geró- uua guerrilla de héroes atravesando el Marauon: mi- nimos, á los Puentes, á los Rodríguez, ó los Séñe- ra con oirá á Gumillas por toda la ribera del Oriuo- rís, ¿ los Clavers, á los Possevinos, eon algunos cen- co, mira á Kino en el Colorado, ó á Brevedent en tenares (1) de mártires inmolados gloriosamente en el Gandovar: mira á Maduit en Contour, mira á las aras ¿e la Religión.... Rueño vá todo, mis Pa- Martin en Bengala, mira á Brito en Maravás, mira dres: prosiga la letanía, que despues cantaré yo.,.. á Dieuse ta el Mogol, y á Pelisón en la China, mi- En la Teología mira los Suarcz, los Maldonados, los ra.... ¿Hasta donde vamos, Reverendísimos? Cou- Vázquez, los Antoinss, ios Petávíos, los Belarmiaas.* cluyan VV. PP. que ya reviento por hablar.... Fi- en la Jurisprudencia los Picler, los Smasgruexver, cálmente, sin salir de tu mismo Pais, mira un Sal- los Sánchez, los Murilios, los Molinas, los Aveuda- vatierra, uu Oviedo, en Coromiua, un Lascano: mi- ños, los Seguras (Poblanos): en las Bellas-Letras los ra un Campoyo de Siualoa, mira un Cabo Tapatio, Cerdas, los Abades, los Juvencios, los Bussieres, los un Abad MechoacáUcnse, un Fuente del Potosí» mi- Avancinis: mira en la oratoria un Bourdaloue, eu las ra un Roldan de AútCquera, uu Velasco de la Me- matemáticas un Kirher, en la física un Hervas, en la trópoli, un Olabarricta de Puebla, un Clavijero, ua historia desús países un Mariana ó un Clavijero, y Maueyro, un Alegre Veracruzano. en todas las ciencias, no uno, sino innumerables lu- Acábose el grande catálogo; ¿no es verdad? Pues ceros que las ilustran y exaltan.... Padres, Leoncitos ahora bien: base llegado la mía: y pues me hallo á raí: continúen W. RR. que todo saldrá en la co- metido de hoz y de coz en el campo de Agramaule, lada.... Mira las fatigas gloriosas y las inmortales tengánse todos, todos embainen, todos se sosiegueu, virtudes de un Colombiere, ó de un Segaud en la óiganme todos, si todos quieren quedar con vida. Francia, de un Pinamonti en Italia, de nn Camsio Perdonando mucho vuestras reverendísimas molleras, en Alemauia, de uu Campiaao en Inglaterra, de un digo que no saben argüir. Vengan acá Padres, por Jesús, v respondan á mi texto. Entre tantos hom- (1) Con efecto, pasan de setecientas las causas de cano- nización que se hallan muy adelantadas. bres ilustres, que no mas por un verbi-yratia se aca- ban de relatar: ¿hay uno solo siquiera, que no ha- estómago un buen azumbre del feo Blas: V. va dcs- ya sido Jesuíta? ¿Pues para qué es tanto ruido de embainando otra lista como la pasada, y en verdad sotanas y bonetes? Muy grandes letrados, si: ejem- que si es de Jesuitas, la he de romper á dos manos plares en la virtud, también: ciudadanos muy útiles, por vida de Jorge Smith y del navio que lo trajo. misioneros infatigables, lo concedo: santos de primer Ni uu solo Jesuita contiene, me dice V. Pues en- orden, mártires esclarecidos, tampoco lo he de ne- tonces, amigo mio, bien puede lucir en las impren- gar; pero una cosa no me negarán á mi. ¿Todos tas. Contiene, prosigue V. sin hacerme ningún ca- ellos sin excepción no eran padrotes de la Compa- so, Religiosos esclarecidos de casi todos los órdenes, ñía? Pues ahí esta. ¿Qué solución mas convincen- exceptuando la Compañía, escritores los mas juiciosos te ni mas universal? Sepan vuestros aristotélicos ba- y de bien conocida literatura, Obispos beneméritos, landranes, que sin la negra nota de Jesuita puede Cardenales muy célebres, Papas insignes, y Santos ca- pasar hasta el Diablo; mas con ella ni San Francis- nonizados, ó personas muy venerables por el suave co Javier. Añado por via de apéndice, que ese olor que aun se percibe de sus virtudes notorias. Belarminillo puesto también en la lista, aunque Car- Entre los primeros, pues, no es fácil nombrarlos denal muy santo, reverente como ninguno á la silla todos, están Gregorio de Alfaro, Ludovico Blosio, Papal, y próximo á ser beatificado por sus virtudes Antonio de San Roman, y Bartolomé Segura, Be- heroicas, ya nos deja advertido con expresión el ca- nedictinos: Domingo Gravina, Tomás de Maluenda, ballero Paz, que envenenó á Clemente VIII. Con- Abran Bzovio, Luis de la Oliva, y Alonso Chacón, que vean VV. RR. si tendremos miedo jamás á Dominicos: Francisco de Rojas, Luis de Miranda, ninguna clase de argumentos. No, Padres, no: Manuel Rodríguez y Juan de Salcedo, Francisca- cuidado con nuestra lógica, y mas cuidado con nues- nos: Gil de la Presentación y Gerónimo Roman, tra crítica, porque tenemos un escudo que rompe Agustinos: Juan Bautista Lezama, Valerio Jimenez, cualquiera lanza. Tomás de Jesus y Gerónimo Gracian, Carmelitas: ¡O y qué mal parado sale V. caballero Poncc, de Francisco Lizana, Mercedario: Luis de Estrada, la aventura de los encamisados! ¡Cuántos pales, Cistercieuse: Paulo de Morigia, Jesnato, Cristóbal cuantas horquillas, cuantas coces y bofetadas acaban Fiardi, Barnabita: Tomás Bozio, y Agustín Manui, de llover sobre ese bendito cuerpo....! ¡Mas qué es de^ la Congregación del Oratorio. Entre los segun- esto! Yo estoy asombrado, V, se levanta con brío dos (escritores) se hallan Martin de Aspilcueta ó Na- j»ra comenzar otra lid, y es que se habrá echado &1 varro, Diego Paiva de Andrade, Estanislao Rescio, Antonio Fabro, Renato Benedicto, Lois de Para- nulo de Lelis, San Luis Beltráu; los Beatos Josafat, rao, Pedro Mateo, Juan Rusberg, Francisco Monta- y José de la Madre de Dios; los Venerables Juau

ra, Estevan de Garibay ó Zamallola, ect. cct. (1) Por tres motivos me lleno de complacencia citando Entre los Prelados se registran Vincendo Laureo, en este lugar al Venerable D. Juan de Palaí'ox: el primero, porque le tengo en mi corazon tanto como á S. Ignacio: el Obispo de Monreal, Antonio Zara de Petin, Ludo- segundo, por haber llenado de honor este incomparable Obispo la silla Angelopolitaria, que tan dignamente ocupó: vico Mayorini de Castelomar, Fernando Mascareñas el tercero y principal, porque habiendo ocurrido aqní muy de los Algarbes, Bartolomé Torres de Canarias, Juau ruidosas diferencias entre el mismo Prelado y la Compañía ¿e Jesús, no es dudable que los enemigos de ésta, hagan ma- Suarez de Coimbra, Antonio Perez de Tarragona, yores alborotos con recordar dicha especie que los que cau- só ella misma. El Sr. Palafox estimó á los Jesuítas, tuvo en- Francisco Reiiieso de Cordova, Prudencio Sandoval tre ellos no pocos amigos, de cuya correspondencia se gloria- de Pamplona, Leonardo Marin Arzobispo de Lanci, ba, y el P. Tirso González, que llegó á ser General de la Compañía, fué su infatigable coadjutor y su grande conseje- Cristobal de Beaumont de París, Pedro Villar de Vie- 1 o en las memorables visitas del Obispado de Osina. iia, el incomparable Bartolomé de los Mártires de Bra- El muy elevado concepto que formó en toda ocasion de la citada Compañía, se deja ver con claridad en muchos lugares ga, y el no menos prodigioso Alejo Menescs de Goa. de sus obras; pero valga este por todos, por ser de los mas famosos. En la nota quinta á la carta vigésima de Santa Te- Entre los Cardenales se ven Hércules Gonzaga, Ge- resa, escrita al Provincial de la Compañia de Castilla, dice: rónimo Seripanrlo, Luis Simoneta, Estanislao Hoces, "¿Por qué no habia de enojarse y defenderse Santa Teresa, ,,si la ponían en cuestión y pleito el amor que tenia á una re- César Baronio, Villelmo Alano, Ludovico de Ludo- „ligion tan Santa, como la Compañia de Jesús?"' "¿Por qué ,,no ha de enojarse si la imputan, que con una mano se va- vicis, y el va citado Laureo. ,,lia de sus hijos para sus fundaciones, y con otra la dsspoja- ,','ba de sus mayores y mejores hijos?...." "¿Por qué no ha de Entre los Papas se numeran basta veinte desde Pau- ,'.enojarse privándola con eso de la estrecha correspondencia lo III. que aprobó, hasta Pio VII. reinante que es- ,,con una religión tan docta y tan Santal" En la nota sex- ta á la misma carta se leen e.stas palabras.... "Dos religiones tableció de nuevo, y ha colmado de elogios inmorta, „(el Carmen reformado y la Compañia de Jesús), dos religio- ,*nes que produjo de un parto la Iglesia para bien del les á la Religion Jesuítica. Finalmente, entre los San- .'mundo y alegría universal de los fieles." En la nota vein- tos esnouizados ó personas venerables, están San Vi- te, hablando también del Carinen y de la Compañía.... "Y son .,las razones tales que podian oírlas en pie y descubiertos, no cente Ferrer en . profecía (aunque no como Melchor ^'solos todos los hijos de estas dos tan grandes y tan santas Religiones, sino los demás estados de la cristiandad." Fi- Cano) y si" ella San Pio V., San Carlos Borromeo, nalmente, en la nota veinte y seis al concluirla. "No es jus- to ue as ( ue uer0 UDas se Santo Tomás de Villanueva, San Vicente de Pauli, .,

' TOSL. IV —O. d. I. 51. 12 De esta multitud de sábios y respetables varones, en lomo, anotando las Cartas de Santa Teresa de Jesús» cuyo número, aunque mugeras, entran la grande Tere- y por último, esta misma Teresa que amó y vei.eró sa y Magdalena de Pazzis, unos llaman á la Compaüia como ninguno á nuestra sagrada Compañía, expresión de Jesús, brazo derecho de la Iglesia católica, dedo de que usa en tono de burla el escrito, que hoy La del Omnipotente, martillo de la heregía, muro inex- venido entero de Vcracruz, y á medias de Vera-paz. pugnable contra Lulero, Calvino y toda su baslarda Así opinaba y escribía el famoso Obispo de Osma. ¿Cómo, generación, escuadra poderosa y terrible contra Sata- pues, le combinaremos con el Obispo de Puebla, igualmente fa- moso y esclarecido? No ha faltado quien sospeche que Ja rui- nás: Ilámanla otros Emporio de las ciencias y casa de dosa carta Inocenciana ha sido revisada mil veces, corregida y aumentada en distintas cámaras negras: y esto sin duda no Salomon: ya antorcha de sautidad, ya jardin de las vir- carece de toda verosimilitud en tiempos tan milagrosos. Si tudes, ja vid abundante y colmada de copiosos frutos, al que pobló de Jesuítas la Polonia, las islas del mar Océano y todo el continente de América; si á S. Francisco de Borja, ya Líbano ameno lleno de olorosos cedros, y ya nube tercero General de la Compañía, se le hace escribir contra ella (bien que ahora no citan el lugar porque no salga a' la ca- en que se rompieron las cataratas del cielo: otros la ra). ¿Seria mucho que á quien disputó largo tiempo con la llaman Instituto santísimo, conforme en todo á la pri- misma Comp añia, y tormo diversos escritos para defender su causa, se le añadiesen cláusulas, períodos y aun fojas que mitiva severidad y observancia de la Iglesia, nom- nunca estiló su pluma? Sin reprobar este discurso quiero prescindir de su fuerza, para formar un dilema. O el Vene- brándola, ó taller de la juventud, ó tortura de las pa- rable Palafox en aquel su informe al Papa se propuso por te- siones, ó freno del libertinage, ó destierro de la lasci- ma, reprobar el instituto Iguaciano y obscurecer Jas glorías de una Compañía tan Santa, ó 110 tuvo tal intención: si lo via y de loda liviandad. segundo, acabóse el argumento; y si lo primero, digo, que el anotador de Teresa, aleccionado por esta gran Virgen, maes- Quién dice (el sapientísimo Oliva Dominico) que tra de muchos 01)ispos, corrigíó Jo que había dicho eí autor de la Inocenciana. ¿Por qué es esto? Porque Ja carta á Ino- si resucitaran los Patriarcas de las otras religiones, cencio se firmó en Puebla año de 649, y Jas notas que van copiadas se escribieron en Osma año de 56. para fundarlas de nuevo, procurarían imitar muchas cosas de la Compaüia, como de la República mas bien or- Yo me atengo sin dudar un instante al extremo segundo de aquel dilema, y para explicar este arcano no tenemos que denada y concertada <¡ue hay en el mundo. Quién aña- salir de la carta v ígésima de Santa Teresa, pues en la nota treinta de (Fr. Valerio Jiuienez) que en la Compañía se han V una nos ensena con dos palabras el mismo Señor PaJafox de qué manera disputan y se oponen dos ó mas Santos entre sí, cluyo, que asi como batallaron por espacio de veintiún diat ambos defendiendo su dictamen, y sosteniendoJe con ardor: pero el Angel de Persia y el de Judea: así como disputaron ardo- ambos sm oiensa de Ja ley, sin caminar á otro término que rosísímamente Pedro con Pablo, Pablo con Bernabé, lrineo á la gloria de su Señor: porque si ai principio Jos divide la con Victor, Cipriano con Estevan, Crisóstomo con Epifanio, opimou, la candad los une después tiernisimamente, allanan- y Gerónimo con Agustín, de la misma manera inmaculada, y do la cristiana piedad y su reciproco amor, todas las dife- con fines igualmente santos, disputaron el Venerable Pala fox rencias, que d la voluntad despertó el entendimiento. Tal y el Venerable Velusco, ambos sin alguna distinción, ejempla- es la digresión de que se disculpa allí mismo el Venerable Sr res en su vida, felicísimos en su muerte, y gloriosos en su se- asegurando, que no lo hace de va/de, v á que dio motivo in- pulcro dudablemente el estar elogiando á la Compañía de Jesús, y recordar las diferencias que con ella babia tenido. Yo con- formado y se forman cada día, tantos sugetcs insigWs con ellas ai mismo tiempo la piedai y la devoción. en virtud y literatura, cuantos se hallan en los otros ór- Oídlos, seguid sus máximas, y alistaos bajo sus bau- denes de Clérigos regulares aun considerados todos deras, que así saldréis vencedores con el augusto nom- juntos. Quien afirma (Fr. Bartolomé Segura) que bre de Jesús que es su insignia.» Opmer no duda en la Compañia de Jesús se encontrará todo aquello, asegurar de un solo Jesuíta, el P. Pedro Canisio, que que hizo recomendables é insignes á los primeros can su palabra convirtió tantos hereges, como hombres Padres y Doctores de la Iglesia. El Cardenal Vi- rindió cou su espada el invicto Emperador Carlos V. llelmo Alano, haciendo el mismo paralelo entre los Filialmente, Francisco Montano en dos obras diver- antiguos Padres y los Religiosos Jcsuitas, dice: «que sas de su grande sabiduría, escribe estas notables ex- del mismo modo aborrecian y perseguían los herejes á presiones: «Aborrecen, es verdad, los hereges á todos aquellos graudes hombres escogidos por Dios para rebatir aquellos que profesan sincéraincnte las máximas y doc- sus errores, que persiguen y aborrecen á éstos, que Dios trinas de Jesucristo: aun tienen mas ojeriza con los envió benignamente á su Iglesia, para ocurrir así á religiosos; pero entre todos con mas ardor á los Je- las estrañas y lastimosas ruinas, que hsn ocasionado suítas.» De este arraigado odio nace el dirigir contra Lulero, Calvino y otros semejantes.» ellos todas sns controversias, todos sus escritos: de aquí Estevao Garibay se atrevió á decir, aun cuando la el vomitar contra ellos veneno, truenos y rayos de ca- Compañia solo contaba treinta años: que el historia- lumnias, injurias y maldiciones. Sin dificultad admi- dor mas exacto poniéndose á escribir las glorias de ten treguas con las demás familias religiosas; pero ja. esta religión, antes llegaría al sepulcro que concluirla más han podido hacer paces con la Compañia de Jesús. dignamente. Andrés Filópatro, hablando de los Cole- La doctrina y máximas de la Iglesia católica no las co- gios de la Compañia, asegura ser tan cabal la instruc- nocen con otro nombre, que doctrina y máximas de la ción que en ellos logra Ja juventud, así en las máximas Compañia y sus Religiosos. Estos son el blanco de de piedad y buenas costumbres, como eu las letras y todo, y único fin de la furia y rábia de los hereges, per- ciencias, que no se puede desear mas perfección ni cosa suadiéndose que con destruir ó impugnar la doctrina mas correspondiente á un jóven cristiano. Justo Lip. de los Jesuites, destruyen al mismo tiempo, ó por sio, que se gloriaba de la educación que le dieren los lo menos contradicen al cuerpo todo de la Iglesia ca- Padres de la Compañia, dirigiéndose a los Flamen- tólica, y al Evangelio (!)• Ahora bien, amigo mío; cos, les dice: «Tenéis en les Jesuítas unos Doctores que ni nacido» para enseñar las mejores artes, inspirando (1) Entre innumerables testimonios gloriosamente decisi- vos á favor de la Santa Compañia, he querido entresacar estos pocos, así por ser tan ilustres, como porque algunos de ellos V. ha terminado ya su larga y fastidiosa relación de testigos muy recomendables en favor de la Compañía, sea la autoridal tremebunda del sábio y respetable sin que pueda quejarse de que yo le haya interrum- Obispo Melchor Cano, arrancándole la capilla y enca- pido aun pronunciando una sílaba. Parece, pues, muy jándole una mitra para que salga con mas decoro á re- debido, que en justa correspondencia se rae deje ha- presentar en el teatro. En efecto, vámosla viendo, y blar á mí sin cortarme la palabra. Y pues V. me ha admire V. al profeta. "Ea llamada Compañía de Je- echado á la cara una nube de fieros abejones, que á ,,sus, dice, causará males sin número á la Iglesia: es un tiempo me aguijoneau, y parecen despedazarme, „una sociedad anti-cristiana, compañera de los precur- no es posible que yo me entretenga con cada uno se- sores del Anti-cristo: y este no dejará de aparecer paradamente, sin ser víctima de los otros. Matarélos, ,,brevemente, pues comienzan á manifestarse sus pre- pues, á docenas, ó tal vez de veinte en veinte; y cursores y emisarios." cuando no logre darles muerte, como seria de desear, Yo me sé muy bien sabido lo que V. cavila actual- á lo menos me plantaré mi careta, y tomando uaa es- mente. Cerca de trescientos años lleva de firmado este cobilla, los espautaré á montones, hasta encerrarlos anuncio (le dice V. á su magín), y el Anti-cristo tan en la jicotera. Vamos viendo. próximo desde entonces á descubrirse en el mundo, aunes ahora un cachorrillo que no sale de su cueva, dó maldice á Comencemos con el primer escobazo para tantos y sus precursores: antes murieron ya viejos, estuvieron mas tan diversos frailes como V. me envia en un golpe, y de diez lustros en la sepultura, y han vuelto á resucitar descubren el verdadero, el único motivo de su persecución, los emisarios, que venir el que los enviaba... Discurra y porque no se ha querido ni se quiere hoy, que esté á cargo de los Jesuítas la educación de la juventud. La suma estre- V. como quiera, y hable lo que se le antoje; pero ami- chez de una carta no puede abarcar ni los nombres de tantos escritores, cuanto menos las citas de sos escritos, lo que por go, esto es olvidar nuestros cálculos aritméticos. Ya se otra parte seria muy enfadoso a' la mayor de cuantos me le ha dicho á V. por dos veces, que el millón es para no- quieran leer. Yo los remito por tanto, al pequeño, pero pre- cioso libro Crisis de la Compañía de Jesús que escribió en sotros lo mismo que la unidad, y de ello resulta, que latin el Padre Andrés ¡Viendo y corre ya traducido, pues le- tres siglos apenas pueden componer dos horas y media yéndole con atención y cotejando las citas, hallarán el con- vencimiento y la mas clara evidencia. El que quiera mayor no muy largas. Queda por lo mismo demostrado, que ilustración no muy fuera del asueto, y anegarse, por decirlo el perrote del Anti-cristo viene por ahí á mata caballos así, en agua tan deliciosa, lea al Padre Juan Eusevio Nierem- berg en sus Claros Varones de Ja Compañía, cuya compilación desde el siglo XVI. sin poderse desear mayor exac- no pudo reducirse ni aun entonces á menos de cuatro tomos, que en el dia se halla en nueve. Véase á Gómez Elogia So- titud que la del Cano pronóstico: y cuidado que es- cietatis Jesut con las Apologías de Teófilo Raynaudo y Gret- ta proferta no era de la especie de las que hadan los sero, y la elocuentísima del Padre Ceruti escrita en Francés, y traducida al Italiano y Español. Jesuítas. Para que ellos y sus defensores no escapen del es- lo que deberé guardar en silencio profuudo sopeña cobazo, me abstendré de referir que este mismo sa- de ser comido por saucudos y jejenes (1), es que pientísimo y muy respetable Obispo, con fecha en el benditísimo Fr. Melchor, acertó mucho en com- Valladclid á 1» de Noviembre de lííoo, dió dictámen pararse con la bella hija de Priamo, pues de ningu- á Carlos V., para que cu clase de Rey de España, no fué creído y de todos impugnado: callaré, que Fr. declarase guerra al Sumo Pontífice Paulo IV.; dictá- Luis de Granada afeó sus procedimientos y reprobó men, que según confiesa en él mismo, no era muy sus dictámenes en esta misma materia, según lo refie- conforme á su hábito y teología, rogaudo por amor re el consejero Luis Muñoz en la vida que escribió de Dios y por todos los Santos del ciclo, que le/do de este varón venerable; y callaré por ultimo, que ha- por el Emperador se echase luego á las llamas; pe- biendose puesto á morder el canino diente, no solo ro quisieron los Hados ó el Destino libertarnos de el Instituto de S. Ignacio, sino también el divino li- esa calamidad, y una pieza de tanto mérito, condena- bro de sus ejercicios, que la Iglesia llama admirable, da al fuego por el mismo que la escribió, la tene- el Maestro Mancio, hombre verdaderamente sabio y mos ya por fortuna impresa con letras gordas en be- digno de lodo respeto, juró por el hábito de Santo llísima edición. Loado sea Dios por todo, v la Tri- Domingo que no hallaba en aquel libro sino una co- nidad de Gaeta. Tampoco diré una palabra de las sa malísima, y era el dictámen de Cano. Todo esto desgracias que llovieron sobre el grande Arzobispo callaré, amigo mió: dejaré limpia mi escoba del pol- de Toledo, Bartolomé Carranza, y á que contribuyó no vo menos sutil, y para ocultar el otro la adornaré de poco el respetable Fr. Melchor, aun siendo de su mis- varios dijes que me la pongan vistosa, pues con es- ma orden y compañero de estudios; porque Nos I03 to, y con levantarla en alto, á Dios Moscas de cer- liberales, amigo mió, somos voto de justicia: si Cano quillo, no me puede quedar ninguna en diez leguas llega á ponerse de parte de la Inquisición, maldito sea en contorno. Vamos viendo. Cano; pero si tiene la valentía de escribir contra Je- Mi segundo escobazo e3 todavía mas terrible, pues suíta^ bendito sea para siempre tan gran Señor. se dirije á dos manes contra la caterva de escritores, Ello es verdad, que estos dos pasages, aun cuan- que me acaba V. de citar, como si Genciano Hcrveto do no los dijera, no me causarían mayor daño, por- y Benito Arias Montano, no fueran bastantes por sí que co son del asunto; y lo mas que podrían hacer ¡oíos á conjurar esa nube. Para sa:ar al primero con era, ensuciarme la escoba con basuras no nada féti- das. Pero lo que sí callaré hasta coserme la boca, (1) Especie de moscos muy incómodos que abundan en Veracruz y sus costas. TOM. IV.—O. d. I. M. = 42 = toda la liorna posible, le baré poner por delante el dic- creíble, que cierto duende tridentino, de quien des. tado de célebre teólogo, y me guardaré de decir, como pues hablaremos, levantó al pobre de Genciano, como algunos lo ban becho, qnc era un estante de libros, esto lo hizo con otros muchos, este falso testimonio. Va- es, un hombre de gran memoria y cargado de erudi- mos viendo. ción; pero con poquísimo ingenio: eternamente ocupa- En orden á Arias Montano tenemos poca materia; do en hacer traducciones medianas; pero sin producir y sin embargo, se ha de ver V. en el mayor embarazo: escritos originales que merecieran aprecio: muy sábio porque si es en el prólogo de su gran Biblia antuerpia- tal vez en su bufete; pero medroso y encojido en las na (reflexiona V. como cantando victoria) viene á de- concurrencias públicas, pues en el Concilio de Trento eir en sustancia, que no solo los Jesuítas eran sábios, no abrió la boca jamás, sino para probar con un dis- ni los únicos virtuosos, ni los únicamente dignos de curso, que los hijos de familia no podian casar valida- acompañar á Jesucristo: lo cual es confesar con evi- mente sin consentirlo sus padres, lo caal viene á ser dencia que no les faltaba mérito, virtud y sabiduría. por lo menos un refinado servilismo. Pero V. amigo mió, huye el cuerpo á la dificultad. Nada de esto diré por cierto: y lo que solo se ha es- ¿No dice también Moutano, que en estas tres cosas, capado á mi grande penetración, (porque al mejor ca- los Jesuítas querían pasar por los únicos? Pues ahí zador se le van algunas liebres) es el haber citado la fe- tiene V. á la soberbia; y los que na son humildes, ni cha de aquella carta que nuestro Herveto escribió al P. solos ni acompañados pueden estar de veras con Jesús. Alfonso Salmerón: pues diciendo el célebre Teólogo en Estoy considerando que se pone V. colorado, que 1565, que á juieio de lodos los sábios y virtuosos ne- traga mucha saliva, y que me pide á mí mismo la res- cesitaba de reforma la Compañía de Jesús, cabalmente puesta de mi argumento. ¡Haya gracia del Iñiguis- en aquel año declaró el Concilio de Trento, que no la ta! Mas, eu fin, yo la daré, como V. me guarde si- necesitaba (1): y esto verdaderamente me hace gravísi- gilo, hasta con su tirante, luengo y pespunteado golle- mo daño, porque podrá resultar en concepto de algu- te. Antojóseles decir á uuos estudiantes de la Com- nos cavilosos, como v. gr. V., ó que el autor de la car- pañia (y dijéronlo con tanta imprudencia como sin ta no sabia ni santiguarse, ó lo que sin duda es mas razón) que la tal Biblia de Amberes no venia á ser otra cosa que una reproducción de la del Cardenal (1) "Per haec tamen Sancta Synodus non intendil ali- Jiménez, con la sola añadidura del texto ó versión Si- quid innovare, aut prohibere, quin Religio Clericorum So- cietatis Jesu, juxta pium eorum institutum, á Sancta Sede riaca. Esta hablilla que salió de los patios á la ca- Apóstolica approbatum, Domino, et ejus Ecclesiae inservire possit " Sess. 25 de reform cap. 16 Esta sesión se tuvo He sin haber tocado en los aposentos, irritó sobrema- precisamente d 9 de Diciembre de 1563. ncra al nuevo Poliglotógrafo, y él quiso que se (a Lo que sí me acongoja mucho, y me hace perder pagara todo el cuerpo de la religión. JVo es raro en- el tino es, que Felipe II. á quien Arias escribió, des- tre los Jesuítas, que se les haga responsables de las tinara á su rsal servicio la carta de este gran teólogo. travesuras de sus discípulos, quienes como es natura!, En efecto, lejos de moverse por ella aquel sábio y las ocultan de sus maestros mucho mas que de otro esclarecido Monarca, ayudó ¿ su inmortal hermana la alguno. Así 1 es sucedió cabalmeutc en esta misma ciu- Emperatriz Maña de Austria, para la construcción dad con ciertas indecencias recíprocas de la causa Pa- del suntuoso Colegio de ¿esuitas eu Madrid, dejan- lafoxiana. Mas dejaado digrecioncillns, Montano se do á sus succesores, como por herencia, este amor y sintió herido eu parte noble, oyó que se quería descon- protección á la Compañía; pues Felipe III. su hijo, ceptuar la producción favorita de su talento, y sin exa- la favoreció en grca manera, mayormente en dicho Co- minar con madurez de donde venía efte golpe, eruto su legio y en el de Salamanca, Felipe IV. su uicto, resentimiento en aquel bigotudo prólogo. Tal es el dotó ccu magnificencia en e' mismo Colegio de Madrid arcano, amigo mió: yo vuelvo á pedir por Dios y por las cátedras que mantuvo para enseñanza de Príncipes y los Santos del cielo, que se me guarde reserva, na lle- personas nobles, y Margarita de Austria, su nuera, de- gue á oídos de mi patrou. Vamos viendo. claró en su testamento, que los bíc-nes recibidos por ella Donde se me figura que no podrá V. ni menearse, es de la Compañía de Jesús los estimaba mucho mas que en el argumento que sale de aquella caita dirigida por todas las grandezas del mundo, y que se veía obli- el mismo Montano al Rey Felipe II., porque tiene ex- gada á mostrarse madre en lo temporal de los que ha- presiones tan bravas contra la Compañh, que uo dejan bían sido tan fieles padres suyos en lo espiritual. ya que dudar en órdeu á su sistema. Me desconsuela un Todas estas cosas, amigo mió, vuelvo á decir, que si es uo es, que venga él mismo diciendo, haber pocas me desconsuelan mucho, porque me hacen pedazos personas en toda España, que conozcan en los Jesuítas el furibundo argumento. Mas ¿qué importa? Yo ten- stis designios perniciosos, parque esto verdaderamen- dré muy buen cuidado de no sacarlas al público; y te huele á singularidad, y parece que nos descubre cou solo decir lo que á mi asunto conviene, nadie otra nueva casandríca. Pero, en fin, como el escritor es habrá que no me crea, ó deje de celebrar la solidez un hombre tan versado en las lenguas y en la Sagra- y elegancia de mi discurso. Lejos, y muy lejos de da Escritura, bien se puede asegurar que vale en cual- mí esa nube de moscones, ya teólogos, ya juriscon- quiera punto, 110 solo por toda Espsña, sino pur toda sultos,. ya historiadores, ya políticos que V. me ha Andalucía, y aun por Jerez de la Froutera. echado á los ojos; pues coa mi par de escritores, cu- = 46 = yo renombre y celebridad eu la ciencia teológica nin- engañado, en fin, su Eminencia por otro Carde- guno puede negar} con sus graves autoridades limpias nal llamado Juan Poggio, Nuucio entonces del San- de polvo y paja, ó desnudas de circunstancias, el es- lo Padre en España, incitado por el Consejo de Cas- cobazo es de muerte y podemos pasar á el último. tilla, reprendido por el Papa Paulo III., y mucho Vamos viendo. mas que todo esto, edificado y movido á lágrimas por ¡O buen Dios! ¡Y que multitud asombrosa de Obis- una carta celestial que le escribió S. Ignacio, no so- pos, Cardenales, Sumos Pontífices y otros graves per- lo revocó su edicto, confesando los malos informes que sonages la que V. me pone delante! ¡Qué multitud habían dado motivo á publicarlo (entre ellos que los aun mas crecida la de aquellos Prelados que deja V. Jesuitas permitían á sus penitentes comulgar dos ve- de cilar, pues olvida entre otros innumerables los dos- ces al dia), sino que de allí adelante hizo el mayor cientos cincuenta y cinco legisladores de Trento, que aprecio de la Compañía de Jesús, y depositó en sus suscribieron las últimas actas de aquel augusto Con- individuos una parte no pequeña de sus confianzas. greso! Todos ellos y muchos mas que pudieran aña- (Aquí un paréntesis, amigo, sin que nos escuche dirse, no piense V. que me arredran: estoy hecho á nadie). La Polémica literaria de nuestros días es una estas batallas, amigo mió, y á mí no me espantan de las invenciones que mas acreditan al siglo de lu- moscas: pues con tres meneos de mi eacoba, con opo- minoso. Una historia cortada, un texto ó periodo ner una sola mitad de Juan Martínez Silíceo, Arzo- trunco bastan para probar todo lo que se quiera, y bispo de Toledo y Cardenal juntamente, un centa- la victoria con un pedazo de fusil es todavía mas se- vo, ó mas bien un cero del Obispo de París, olvidán- gura que con el fusil entero. Se refiere por ejem- dome hasta de expresar su nombre, y todo entero sin plo que la Universidad de la Sorbona en París ex- alguna división del Arzobispo de Dublin Jorge Bron- pidió un decreto áspero y denigrativo contra la Com- si ve II, volaverunt las Capillas, volaverunt los Bácu- pañía; pero ni se imagina añadir, aunque sea muy cicr- los monacales, volaverunt también las Mitras y los to, que el decreto fué recogido en España, y que la Palios, y las Púrpuras y las Tiaras, y aun las Dia- misma Sorbona se avergonzó de él y le revocó en demas del ciclo. tiempo de Enrique IV., expidiendo otro muy hono- Opongo una sala mitad de Martínez Siliceo, por- rífico á favor de los Jesuitas. Otro ejemplo: se re- que refirieudo su primer edicto coutra Jesuitas, en fiere, ó se insinúa con gran miedo, que S. Francisco que les prohibía decir misa y confesar, dejaré corta- de Borja en su carta encíclica reprende varias faltas ó da la historia sin informar á mis lectores, que dcs- contravenciones á sus subditos; pero no crea V. se cilio escribió Fr. Paulo Sarpi de Venecia, por otro aííada que estas faltas en coacepto del misino Santo nombre Pedro Soave Polano. y he aquí que sin mas ao se tienen por existentes, sino que uaa sábia pre- examen las quise dar al público, para abultar mi lis- caución las advierte como posibles: no crea V. que se ta de autoridades contra la Compauia. La falsedad citen aquellas terminantes palabras con que se exordia el heretical veneno de aquella historia, es ya cono- la carta. Visum est (¡uam brevissime ulifjua praemo- cido en el mundo de las letras aun por los menos nerc; (¡uae tametsi modo minime necessaria videbun- versados en la erudición eclesiástica, y el Cardenal tur, non defuturum tamen puto tempus, quo horum Sfórzia Pallavicini, may Jesaitóa y muy Padrote; meminisse juvabit. (¿Qué ha de hacer V. sino confesarlo?) pero que Pero nuestro gran siglo (iba á decir bárbaro) quiere jamás escribe una línea sin el documentó ea la mano, pasar tan adelante, que no soló arguye con historias y no solo refiere por partes el doctísimo discurso de cláusulas mediadas, sino cou fábulas esteras: y yo si- Laiuez, muy celebrado de los Padres sobre la depen- guiendo su estilo despues de haber opuesto una mitad dencia de la jurisdicción Episcopal respecto del Sumo del Arzobispo Silíceo, opongo también un cero del Pontífice, sino que demuestra en el asunto mismo los Obispo de París, pues como dije, hasta su nombre, embustes de Fr. Paulo, señaladamente en orden á la Eustaquio Belay, se me ha ido de la memoria, ó abso- impugnación, que supone hecha por el Obispo Pari- lutamente lo ignoro. Sus expresiones impugnando al siense: paes dirigiéndose ella mucho menos contra la P. Laiuez, y acusando á la Compañía de que en su Compauia de Jasas, que contra todos los Ordenes re- misma cuna inventaba nuevos dogmas, para con ellos gulares, contra la Iglesia universal y su supremo justificar su desobediencia á los Obispos, no pueden ser Pastor, no solo era indigna de un Prelado como aquel mas coucluyentes, y si no tuvieran el defectillo de apó- tan recomendable por su piedad y sabiduría, sino que crifas, en buenos trabajos se habia V. de ver para es- ¿penas podia caber ea la pluma de un Hugonote (1). capar del escobazo. En efecto, lo digo con dolor, y Ei Arzobispo de Dublia Jorge BronsivéH es el como si me estuviera confesando: ni el P. Diego Lai- último y el mas delicado popote de los que forman nez hizo discurso alguno deprimiendo la autoridad TIT* Mendacia redargüí mas, calumnias confatamus. Illa Episcopal en el Coacilio Tridentíno, ni el Obispo Bc- in primis stiilta «¿eturf qnam Suavis appom.: Wojo Pa- lav impugnó ó pudo impugnar lo que no tenia existen- cia. Por mi culpa, par mi gravísima culpa, fui á leer inducit insóla- catas dos especies cu la historia que del mismo Con- lo*. IV.—O. d. I M. I* = 50 = = OÍ =» mi escoba. De este Prelado Irlandés, si be de decir los mas odiados y perseguidos por aquel gobierno cis- la verdad, ni yo ni mi patrón tenemos mayor noticia: mático. ¿Pues qué tal seria este niño? cogimos su autoridad en cierto librito de perlas que Pero olvidándouos también del escritor y sus escri- por orden cronológico refiere las demás y otras mu- tos, del vidente y sus visiones, la que menos debió chas; pero maldita la cosa que hemos podido averi- sacarse á luz es la que trae con singular aparato el guar del celebérrimo autor. Lo que de él conjetu- Diario de Veracruz núm 129, y yo confieso que en ramos, y no sin mucha razón, es que fué gentil-hom- este punto se nos ha escapado otra liebre. En efecto, bre, ó bien escudero nocturno de Ana Boleoa, y ha- no se quiere dejar la máxima de argüir á los Jesuitas biendo llegado á Arzobispo (como pudo llegar el mis- con especies contradictorias: Smith, el incomparable mo Pansa, si nacido su amo en Inglaterra le hubiera Smitb, cuyo texto es tan decisivo, se opone diametral- dado por Papa) al entrar en su Metrópoli embargó mente á Bronsivéll no menos decisivo y magistral: los bienes de un Puritano muy extático, recogiendo el historiador y el profeta se hallan en contradicción: entre otras curiosidades una oreja de la Burra de Ba- y estos dos Jorges, igualmente ponzoñosos, vienen á lan, cuya famosa reliquia se colgaba al pecho el buen ser para la Compañia de Jesús, como aquellos dos Prelado al escribir sus profecías. Mas dejando apar- venenos que refiere Ausonio, los que tomados á un te las conjeturas, aunque fundadas, lo que no tiene tiempo se destruyeron uno al otro dejando libre al duda es, que Bronsivéll se plantó la mitra en tiempo paciente .... Et cum fata volunt, bina venena ju- de Enrique VIII., y que en los últimos años de es- vant. te Rey escandaloso durante la protección ó Regencia No hay en esto la menor duda; ¿qué es lo que di- del Conde de Herford Semeiro, y cuando ya el mis- ce el profeta, pág. 5 de dicho diario? Que «Dios mo Enrique y su hijo Eduardo se titulaban no solo para justificar su ley, por último cortará prontamen- Señores de Hibernia, sino supremas cabezas de la te esta Compañia con las mismas manos de aquellos Iglesia: en estas notables circunstancias, digo, mantu- que mas la hayan socorrido, y se hubicreu valido de vo Jorge con pasmosa tranquilidad su silla de Dublin, ella: de suerte, que al fin los Jesuitas se harán odio, y escribia contra los Jcsuitas que fueron ciertamente sos á todas las naciones, serán de peor condición

tem, in reliquos ordines universe, et etiam in Apostolicam que los Judíos, «o tendrán lugar fijo en la tierra, Sedem ea promentem, quae vix ab Húgonottórum Ministris y entonces un Judio hallará mas amparo que un Je- dicta fuissent, quod certe nimis abhorrebat d doctrina ac pietate tanti Praesulis." Historia del Concilio por Pallavi- suita.y> Esto dice Jorge el profeta ¿y Jorge el his- cini, traducida del italiano al latin por el Padre Juan Bautista Oiattino. Lib. 18. cap. 15 núm. 19. toriador? ¿qué nos avisa núm. 141, pág. 4 de di- = 52 = un profeta, y dice, que causará males sin número á elio diari*.? (i) «Que solo se lia. quitado el gran la religión: al termiuar su carrera se levanta un acu- sombrero y el trage de los Jesuítas: que hay Jesuí- sador maligno, desentierra los huesos de Buscmbauin tas en todas partes, en el cousejo y cerca del di- y otros pocos que llevaban ciento ó mas años de dor- rectorio; en los tribunales, en las administraciones, mir en el sepulcro, y por lo que hicieron ó no hi- á la cabeza de los ejércitos: que los hay en el Par- cieron estos difuntos, se persigue á los que están lamento de Inglaterra, en el Vaticano y en el Es- vivos. corial.» (2) ¿Qué tal, amigo? ¿Puede darse mayor La máxima de argüirles á medias, como observa- destreza que juntar estas dos autoridades para probar mos poco ha, se lleva á puro y debido efecto en un mismo asunto? Los Jesuítas no hallan lugar en cuaiquicia clase de disputa. Se refiere la opinion del la tierra: esto predijo Bronsivéll con espíritu admi- mismo Buseinbaum, bien peligrosa en la práctica; rable. Los Jesuítas están en todas partes: esto nos pero no se añade que ella es muy sana en sí misma, asegura Smith con pasmosa veracidad. Pues júnten- idéntica con la del Príncipe Teólogo Santo Tomas, se ambas especies como lo hace el Veracruzauo, y y mucho mas circunspecta que la del rígido Cónciua. la doble confección se convierte en la mejor triaca, Se publica la proposicion de Munuier sobre el peca- lít cum fata volunt, bina venena juvant. do filosófico; pero no se dice, que el mismo Jesuita Hasta aquí llegan las fazañas de mi escoba desco- mostrando sus apuntes la explicó en sentido hipotéti- munal. Olvidábaseme decir; que nunca se arguye á co, asegurando no ser posible en su opinion la exis- los Je3uitas por lo que son actualmente, sino por lo tencia del tal pecado. Se acusa de despótico al go- que se finge que han de ser sus succesores, ó fueron bierno de los Jesuítas, porque su General elige des- sus antepasados: en su infancia se les oponen profe- de Roma á los superiores de todas las provincias; pe- cías, en su ancianidad consejas, y en su tiempo me- ro no se hace advertir, que esta práctica saludable dió ambas cosas. Al nacer la Compañia se levanta evita las intrigas y notorios disturbios de las eleccio- nes trienales, verificándose ademas por medio de los (1) Ambas citas ye hallan en las pág. 5 y 15 de las me- morias. informes que cada uno de los padres remite á su Ge- (2) Esto mismo ha repetido en Londres en 1826 el sabio neral; cuyo mando se halla tan lejos de ser absoluto, Sr. D. José Joaquín de Mora en su Correo literario y polí- tico, apoyándose en la irrecusable autoridad de Montlosier. que no solo tiene por superior al Papa y á la Con- ¿Hasta cuando dejarán de copiarse los enemigos de los Je- gregación general, sino que esta le nombra cinco suítas? ¿Tendrán tan poca invención que solo aplican ca- lumnias antiguas á tiempos modernos? ¿Por qué no adelan- asistentes, los cuales fiscalizan su conducta, le van á tará algo mas en esta materia el preconizado siglo del progreso?—EE- toda persecución. Ellos saben qne su divino Pa- la mano, si es preciso, llegando su potestad en cier- triarca se desconsolaba mucho cuando veía su reli- tos casos á despojarle del empleo, y también á lanzar- gión en grande tranquilidad: ellos saben, no por el le déla Compañía. ¿No quisieran les niños libera- profeta irlandés, sino por el Doctor de las Gentes, les que así fueran todos sus déspotas? Fiua'iinente, que cuantos quieran vivir piadosamente con Jesús, se abomina el iustituto Jesuitico, porque con peligro se han de mirar perseguidos: ellos saben, finalmente, de las almas de los siíbditos, establece una ciega obe- por el mismo Jesús, que sufriendo por su santo diencia á los snperiores; pero ni siquiera se insinúa, Nombre la maldición, el odio y la calumuia de los que el mismo instituto expresa, deberse entender esta hombres, tendrán una señal cierta de su bienaventu- sujeción, cuando no se vea ninguna apariencia de pe- ranza. Ojalá digan siempre con el Apóstol San Pa- cado, y cuando los preceptos del que manda no son blo: Tribulationem patimurj sed non angustiamuri contrarios á ninguna ley. A este modo son, amigo aporiamur; sed non destituimur: pcrsecutionem pati- mió, (porque no es posible decirio todo) las acusacio- murj sed non derelinquimur: dejicimur; sed non nes ridiculas y asombrosamente bárbaras que se bacen perimus. de la Compañia. La que saca á luz de nuevo el es- critor Veracruzano confundiendo á Juan Molina cou Publique V. si quiere estas reflexiones, para des- Miguel Molinos, y la ciencia media con el quietis- engaño de algunos; pero sin enviarlas á Veracruz, mo, es original eatre todas, y prueba cou evidencia donde las tengo por inútiles, y mande á su afmo. que se va adelantando mucho ea la ilustracioa del amigo y capellan Q. B. S. M.—E. C.

\"o concluyo esta larguísima carta con lo que dijo el piadoso Rey de Francia Enrique IV. en la in- signe apología que hizo de los Jesuitas, cuando tra- HABIÉNDOSE taba de restablecerlos eu sn Reino. Jamás se opo- hecho mención en esta carta de la pro- nen á este restablecimiento, sino los hereges, 6 los fecía que el apostólico varón, ornamento de la ilustrisi- nudos cristianos, principalmente sacerdotes. INFE- ma Orden de Predicadores, S. Vicente Ferrer, hizo en LIZ EL IMPERIO MEXICANO, SI QUIE- el Opúsculo De la Vida espiritual, hablando en espíritu de RE IMITAR A OTBAS MONARQUIAS EN la perfección del Instituto de los Jesuitas, nos ha pare- cido oportuno referirla aquí, afrontándola á la del sabio, PERSEGUIR A LOS JESUITAS; pero infe- aunque preocupadísimo Melchor Cano: dice así. "Saldrá i lices también los Jesuitas si llegan á verse libres de ,,luz en los tiempos venideros un nuevo estado, ó un = 56

, Orden de hombres evangélicos, lo que es muy digno ¡ íjyirüia« fwnosJ fcoubmb „de meditarse dias, y noches enteras; de unos hombres, digo, en extremo pobres, sencillos, mansos, humddes, "abyectos, unidos entre sí con el vínculo de un ard.en- ,,te amor; que nada piensen, nada hablen, nada sepan, „sino á solo Jesucristo, y este crucificado; que olvrdados de sí mismos, nada busquen de este mundo, smo sola- mente pongan la mira de sus deseos, y término de sus „suspiros, en la eterna felicidad y gloria de los b.enaven- Al concluir la anterior Impugnación hemos vis- turados; que deseen y anhelen la muerte por el amor '„divino, prorrumpiendo con el Apostol en aquella encen- to el siguiente artículo de la Gaceta oficial „dida expresión: ¿«eo desatarme y verme Ubre de las de Guatemala del dia 7 de Julio de 1843, „prisiones Y P^dez del cuerpo, para estar con solo Je- el que vamos á insertar como una prueba re- sucristo. 'Anhelo incesantemente por aquellos inestima- "bles y copiosísimos tesoros y riquezas del culo, y por ciente de los progresos de la Compañía de Je- ' aquellos melifluos torrentes de suavidad, de delicias y sús, de su utilidad, y del aprecio que se me- "¿e gustos, que se descubrirán inundando maravillosa- rece en todos los países del universo, sean las ' mente d sus habitantes. A estos profetizados héroes que fueren las instituciones que los rijan, ij debes tú imaginar como á unos ángeles, que con acor- des músicas, y bien templadas cítaras de su corazon personas que se hallen al frente de sus go-

„limpio, se regocijan y alegran en el Señor. Y esta nna- biernos. Es como sigue. „giuacion misma, este pensamiento te encenderá en unos "vivos, increíbles y aun impacientes deseos, de ver y COMPADRES JESUITAS '[llegar á tiempos tan felices." Esta misteriosa revelacon i •' la aplicaron á la Compañía de Jesús el R. P. Fr. Do- mingo de Gravina, Dominico, y los Ulmos. Rutd.o Ben- XlEMPOS hace que muchas personas piadosas de- zonio, Obispo de Laureto, y Antonio de Zara, Ub.spo de sean el establecimiento de la Compauia de Jesús. Des- Petin, como lo escribieron en sus obras. Otros mucln- de que fué suprimido este Instituto por órdenes del simos sugetos, luego que salió al mundo la Compama, en- Rey de España y Bula PontiGcia, hace setenta y seis tendieron ser ella la Orden profetizada por el Sto. Após- años, los recuerdos de sus bene6cios no han desapa- tol de Valencia. Véase la Crisis de la Compañía de Je- recido, independientemente de la idea que es univer- sús por el P. Mendo. XII. niim 236. sal en el mundo cristiano, de las ventajas que resul- tan á la sociedad por la enseñanza de la religión, de

TOM, IV.—O. d. I. M. 15 la moral y de las ciencias, en una Orden cuyos in- INFORME. dividuos tienen ia exclusiva profesion de cuidar tau importantes objetos. SEÑORES DIPUTADOS SECRETARIOS DE I.A ASAMBLEA CONSTITUYENTE: Abura mas que nunca es caando uecesitamos de la Compañía de Jesús, no solo para tener casas de edu- Habiéndose hecho al Gobierno uua exposición por cación científica y moral, sino para las misiones en muchos sugetos respetables de esta capital, pidiendo las costas y en otros lugares remotos de indígenas. To- el restablecimiento del Instituto eclesiástico, conoci- das las reducciones que bay en Honduras, en Costa-ri- do generalmente con el nombre de Compañía de Je- ca, en Nicaragua y en la Verapaz, ciertamente que de sús, tengo el honor de acompañarla original, para que ningún modo estarian mejor ateudidas que por los Pa- Vdes. se sirvan dar cuenta con ella á la Asamblea dres Jesuitas; así es que, la Asamblea constituyente, abriendo el camino para su establecimiento en Guate- Constituyente, á la cual corresponde tomarla en con- mala, no bay duda que proporciona un grande é im- sideración, y determinar lo que estime mas justo y portante beneficio, de que muy luego se aprovecha- conveniente; mas al mismo tiempo el Gobierno cree rán los demás Estados. hallarse en el caso de apoyar con su informe la ex- presada solicitud, manifestando los motivos que para No nos queremos remontar á recuerdos antiguos, ello le asisten. qne acaso seriau hoy poco aplicables; Jesuitas bay es- Aunque han transcurrido muchos años desde que, tablecidos en Rusia y en muchas partes de Alemania, por una disposición real, fueron cxpulsos de la mo- en Italia, en Inglaterra y en la Bélgica; los hay en narquía española los Padres Jesuitas, de una generar los Estados-Unidos, y últimamente se han estableci- cion á otra se ha transmitido entre nosotros una grata do en las provincias del Rio de la Plata, en la Nue- memoria de la importancia de sus servicios, especial- va* Granada y también van en concepto de misioneros mente con respecto á la educación de la juventud; á Venezuela. Esto prueba que su Instituto se aco- así es que, cuando en el año de 1819 se creó, en moda á todos los países y con todas las formas de virtud de real cédula, una junta para la restauración gobiernoaun las mas contrarias. Nosotros, pues, de la Compañia de Jesús en esta ciudad, esta deteiv imitando los pasos de naciones que están mas adelan- minacion fué recibida por el vecindario con mucha tadas, obramos con acierto y nos encaminamos al bien. complacencia, y varios sugetos que ya hoy no exis- Los siguientes documentos son los que han media- ten, hicieron considerables ofertas, siendo uno de ellos do en este importante negocio. = 60 = sobre el que permanece sumido en la ignorancia. nuestro historiador ei Sr. D. Domingo Juarros, que Ahora bien, de ningunos Institutos puede el público personalmente se presentó á la junta, manifestando reportar mayores beneGcios que de aquellos que tie- que él franquearía su casa á los Padres, mientras se nen por objeto ennoblecer al hombre por el cultivo disponía ó edificaba un local aparente á los fines de su de sus facultades mentales; y como de esta naturale- Instituto. Esto lo asegura el infrascripto ministro za ha sido en todos tiempos, y es en la actualidad la del Gobierno, por haber sido nombrado juntamente con Compañía de Jesús, por esta poderosa razón el Go- el Sr. Canónigo Dr. Mariano García Reyes en con. bierno no ha dudado apoyar la solicitud de que se tra- cepto de eclesiásticos para componer dicha junta. ta, recomendándola encarecidamente á la Asamblea. Cuando ésta en 1020 dió cuenta á España de haber Sírvanse Vdes., Sres. Secretarios, dar cuenta con llenado el objeto de su creación, se propuso al Rey, ío expuesto á ese alto euerpo.-Ju«« J. de Aycinena. que suprimiéndose el convento de S. Agustín de es- ta ciudad, por no haber en él competente número de re- DECRETO.—Armero 162. ligiosos, se destinara el edificio para el restablecimiento de la Compañía de Jesús. En este estado de cosas so- La Asamblea Constituyente del Estado de Guate- breviuo en la península la revolución que comenzó en la mala, habiendo tomado en consideración la solicitud isla de León; poco despues tuvo lugar la independen, que han dirigido al Gobierno el Sr. Provisor é indi- cia, y no mas se había vuelto á mencionar el asun- viduos del Venerable Cabildo Eclesiástico y Clero de to, hasta ahora que con la vista de un solo Padre Je- esta Capital, su Corregidor, individuos de la Muñí- suita venido de la Bélgica, se han reuovado los de- cipalidad y otras personas notables, sobre el estable- seos que se expresan en la exposición hecha al Go- cimiento de la Compañía de Jesús en el Estado: con bierno. vista del iuforme del mismo Gobierno, en apoyo de Que en nuestro Estado carecemos de medios sufi- dicha solicitud; y en atención á las ventajas que pue- cientes para generalizar la buena educación, es un he- den resultar en favor de la instrucción pública, y de cho que, estando al alcance de todo hombre reflexi- la educación moral y religiosa de la juventud. Con vo, no necesita de demostrarse; y que ningún bien lo que expuso la comision de negocios eclesiásticos, puede hacerse mas importante al público, que propor- y de conformidad con su dictámen, ha tenido á bien cionar medios para extenderla enseñanza, no dejará decretar y decreta. de conocerlo todo el que sea capaz de apreciar en su l.° Se declara que los Padres de la Compañía de justo valor las veutajas que tiene un hombre culto, = 62 =

Jesús pueden venir al Estado de Guatemala, y ejer- CONCLUSION DE LA OBRA. cer en él su Instituto religioso. 2.° El Gobierno queda autorizado para promover .HEMOS tocado ya el fin de esta Defensa, mas vo- el establecimiento de la mencionada Coinpañia de Je- luminosa de lo que se creyó al emprenderla, aunque sús. no couticne sino una parte muy reducida de las in- 5.° Y si para el efecto indicado fuese necesario ha- numerables piezas justificativas de una Compañia, ad- cer algún gasto de los fondos públicos, el Gobierno mirada desde su establecimiento de todos los sábios, lo consultará previamente á la Asamblea.—Pase al Go- amada de todos los santos, reverenciada de todos los bierno para su publicación y cumplimiento.—Dado en pueblos, temida de todos los sectarios, aborrecida de el salón de sesiones. Guatemala á tres de Julio de todos los viciosos, perseguida y proscrita por todos los mil ochocientos cuarenta y tres.—J. Mariano Rodri- enemigos de la Religion y orden social; conservada (juez.Diputado Presidente. — Buenaventura Mejia por la Providencia entre los mismos que debian odiar- Paz, Diputado Secretario.—Manuel Santa Cruz, Di- la por sus principios Religiosos, y renacida últimamen- putado Secretario.—Guatemala Julio 4 de 1845.— te de sus propias cenizas con igual ó mayor aclama- Por tanto: ejecútese, Mariano Rivera Paz.—Al Sr. ción, que la tumultuosa grita con que babia sido abo- Secretario de relaciones, Presbítero Dr. J. José de lida, con mas esplendor que las densas tinieblas con Avcineua.—Y por disposición del Sr. Presidente del que quiso obscurecerse, con mas incomparable gloria Estado, se imprime, publica y circula.—Guatemala que la que la liabia acompañado en su larga carrera, Julio 4 de 4845.—Aycinena.<£& y con aplausos mas decisivos que cuantas calumnias é injurias hubiera vomitado en su contra el Infierno, por las bocas y plumas de sus ministros.

Los Jesuítas fueron destruidos en el siglo XVIII., mas las infames tramas que intervinieron en su ruina, la calidad de los agentes que la promovieron, y la ale- gría de los que la celebraron; no menos que las apo- logia^ de sus amigos, los clamores de sus patronos, y las lágrimas de los que no pudieron evitar su desgra- cia, hicieron augurar desde entonces el triunfo de la impiedad, el trastorno de los principios sociales, y el \

T los bárbaros imploran sus servicios. ¿Qué faltaba á imperio de las falsas doctrinas que debían llenar á to- ¡os Jesuítas entre tantos triunfos para el complemento do el universo de horrores y de sangre. Los anco- de su gloria? Las contradicciones de los enemigos de sos acaecidos en Europa, eu Asia y en América, desde la tranquilidad pública, el aborrecimiento de los secta- esa malhadada época, han acreditado los justos temores rios, la persecución de los falsos católicos, el odio de de los hombres religiosos y sensatos por su destruc- los inmorales y perversos.... Pero si esta es la piedra ción, y puesto ea toda sn luz las cabalas y reprobadas de toque de la virtud, la prueba del mérito y maniobras de les Jansenistas, délos filósofos y pseudo- politicos, que Hevarou a» cabo lo que por mas de dos- de las almas grandes, bien puede lisongearse esta Orden cientos años no pudieron conseguir I03 Luteranos, religiosa, tan santa, como sábia, de recojer una abun- Calvinistas, Hugonotes y demás novadores, azote de dante cosecha de tales sufrimientos. En todas partes la Alemania, Inglaterra, Francia y otros Estados, que donde se deja ver, alternan los aplausos de los hombres tuvieron la fatal suerte de abrigarlos en su seno. de bien cou las blasfemias de los malvados: oadie que- da indiferente en esta lucha y sin tomar partido; si El siglo XIX. ha visto renacer á los Jesnitas, y de unos la bendicen como mensagera del cielo y entonan un rincón de la Europa donde se conservó esta precio- suavísiuios himnos en su alabanza, otros con desenfre- sa semilla, se miran con asombro extenderse por to- do el orbe, en circunstancias tal vez mas críticas que nada algazara y espantosa vocería, la vituperan y con- las de su nacimiento, para servir á la Iglesia y á las denan á muerte. naciones con el mismo zelo y fruto que lo hicieron an- No podia ser diversa la suerte de la Compañía de tes de sa caida. La Compañía de Jesús, despues de Jesús en México: así es, que tan luego como un consi- este momentáneo eclipse, manifiéstase tan brillante y derable número de beneméritos é ilustrados patriotas, valerosa como siempre á disipar el error, á combatir la volvió á solicitar su restablecimiento, se declaró en ignorancia, á hacer guerra al vicio y á la impiedad. oposicicu á tan laudables deseos cierto partido, á quien Al momento que se presenta en el campo, la Sede paede decirse que las luces que blasona solamente son apostólica y el Obispado le prodigan igual protección tinieblas: Lumen quod in te est tenebrue sunt, detur- que en su origen; los Reyes y repúblicas la llaman á pando el buen nombre de los Jesuítas, haciéndolos sos- sus dominios; los pueblos la reciben eon entusiasmo; pechosos, y pretendiendo borrar de los corazones de los sabios le abren las puertas de sus universidades y los mexicanos el amor que justamente les profesan, por liceos; los padres de familia les confian sus hijos; los los recuerdos de sus virtudes y servicios, y del honor estados cultos y libres fomentan sus establecimientos; que dieron á su patria en la Italia cuando su inicna ex-

TOM. IV.—O. d. I M. 1« /

La» falsedades, ni la sabiduría con que se obraba la pulsión, con su sabiduría y la integridad de sus costum- maldad. Praescinde linguas mogniloquas, et labia do. bres. A falla de razones y hechos que oponer á esa losa claude. W sunt c¡ui docuemnt linguas locjui me,, forporaciou religiosa, que se ha adquirido un lonroso dacium, diserti adversas justÜiam; eruditi pro falsi- renombre en la culta Europa y en la libre América, se tale; sapientes sunt, ut faciant mala; elocuentes, «t ocurrió al reprobado medio de recrudecer odios anti- impugnent vemm fl> Mirando, pues, que se hacia guos, repetir añejos argumentos, recordar viejas que- causa común en su defensa á fin de vindicar su jamás rellas, canonizar notorios crímenes y ocultar perver- mancillado nombre, conservar su inmaculada reputa- sas intrigas; agregando modernas calumnias mezcladas ción; nos determinamos, sin perder de vista á la Com- COD iiuevas injurias, las que se dirigían, no solamen- pañía presente, á justificar á la que por cerca de tres te á la Compañía, del todo iuocente en esta solici- siglos fué el ornamento de la Iglesia, el honor de los tud, sino á les respetables personas que la habian pro- Estados calóüeos, el martillo de los disidentes, y la luz movido, tratándolas de ilesas, de fanáticas é ignoran- tes, expresándose en nu tono, que no podia dejar de de los bárbaros y salvages. mover la indignación del hombre mas pacílico, y el Así es que, según lo ofrecido en nuestro pros- desprecio de cualquiera medianamente instruido en pccto, hemos vindicado á los Jesuítas de nuestra aquellos sucesos que tanto se vociferaban, sin otro ob- América, de las calumnias de la lnocenciana, y a jeto que seducir á los incautos, deslumhrar á los pue- los del Paraguay de las falsedades de los Memoria, blos y corromper una opinion en cuyo favor se ha les de su Prelado, dando á conocer el origen de es- pronunciado todo el universo. tas persecuciones. I-a Moral de la Compañía que- da purgada lo bastante de las mentiras y falsificado- Al ver nosotros la injusticia de semejante comba- «es de las Provinciales; y su admirable y santísimo te, y el empeño con que se reprochaba á los actua- Instituto, analizado eon tal filosofía, que el hombre les Jesuítas, todas las calumniosas acusaciones, que mas apasionado no puede dejar de conccer sus pri- los hereges y libertinos, los apasionados é ignorantes mores, y calificar de delirios sus pretendidas Enfer- hicierou á los pasados; no pudiendo ser unos frios es- medades. El tegido de infamantes imputaciones, pectadores, nos resolvimos, 110 obstante nuestra peque- que formaren los continuadores de Ducreux para man- nez, siguiendo el consejo de S. Bernardo, á oponer- char su historia, ha quedado deshecho; no menos que nos á las lenguas maldicientes y hacer callar los lá- descubierta la infernal de los gabinetes de Por- bios engañadores; sin temer la elocuencia con que se impugnaba la verdad, la erudición con que se alega- (1) Ad Ettgenium Papam. lib. 1. cap. 9 sus grandiosos miuisterios, cou los que esperamos en tugal, Francia y Espaüa, que ocasionó su destruc- ciou en el siglo pasado. Ultimamente, el Breve que Dios llegue tiempo cause la felicidad de uuestro sue- la abolió ha sufrido las observaciones que lian sido lo, v el bien de los mismos que sin conocerla sino posibles, y que aun antes de su formal y expresa por los retratos de sus enemigos, la odian y per- derogación, le fuerou Lechas por escritores de noto- siguen. rio catolicismo y adhesión á la santa Sede; y la ino- Si la filosofía y la historia son dos armas con que cencia del cuerpo se halla demostrada cou la Bula se hace necesariamente una guerra literaria cu cual- Apostólicum y otros Breves de Clemente XIII., el quiera materia, nosotros hemos procurado oponerlas informe del Clero fraucés, y el proceso formado á su cou constancia á los adversarios de los Jesuítas, y postrer General P. Lorenzo Bicci. Esto hemos creemos que los que hayan leido nuestra Defensa, es- creido bastante por lo respectivo á los Jesnitas an- taráu satisfechos de los convincentes raciocinios usa- tiguos; por lo que toca á los modernos, exhibiendo dos en todas nuestras piezas, con especialidad en las los títulos de su existencia legal en la famosa Bula Conversaciones de Eudoxio y Cleandro y la Apolo- de su restablecimiento Soliciludo omnium Ecclesia- gia del Instituto, y de los sólidos argumentos del ruin, dada eu 1314 por el Santo Pontífice Pió Banquete de Vers alies, Queja Católica, mis Dudas VIL, manifestando los importantes servicios que hoy y la Impugnación al Diario de Veracruz. Los he- prestan á todo el mundo, y los progresos que hau chos históricos que desmienten las acusaciones del hecho eu las nacioucs cultas, se evidencia la utilidad Señor Palafox y R. Cárdenas, los asertos de Ma- de su restauración en nuestro pais; tan constante- riana, las fábulas de Zaorowski, y las imputaciones mente solicitada, promovida y deseada por los mexi- de Ducreux, todos hau sido tomados de las mejores canos en todas épocas, que no puede dejar de cali, fuentes, de los escritores mas imparciales, y aun de ficarse este voto de eminentemente nacional, y del algunos no muy afectos, ó decididamente contrarios mas pronunciado que ha existido jamás entre noso- á los Jesuitas. Con los mismos medios se han des- tros. Procuraudo de esta suerte conservar intacta á cubierto las perversas arterías de los gabinetes Bor- la Compañía d» Jesús de toda calumnia é injuria, bónicos, y patentizado las consecuencias del Breve nuestro fin ha sido, según la expresión del Sumo del Señor Ganganelli. Pontífice Gregorio XIII. (1), mantener su bueu La principal clase de armas, empicada en esta lid nombre, para que nada pierdan de su valor y precio por hombres que han protestado no hacer gran caso

(i) En la Bula Ascendente Domino, del año de 1584. de la autoridad, ha consistido eu exhibir testimonios de notorios enemigos de la Compañía; mas nosotros, Instituto millares de individuos, que vivían conten, sin detenernos eu demostrar el ningún valor, ó mas tos bajo su régimen, y para quienes nada era mas claro, la nulidad de tales testigos, les liemos afrou. penoso y desagradable, que veer se intentaba variar tado la verdadera y legítima autoridad de los Pasto- cualquiera de sus reglas? Si el número de los folle- res supremos de la Iglesia, las atestaciones de los tos contra la Compañía, los testimonios que la deni- sngetos mas ilustres en santidad y letras, la confe- gran, los aplausos dados á los que la arruinaron, y sión de los mismos que siempre le hicieron mortal el triunfo de los que la proscribieron, llama tanto su guerra, las revelaciones, en fin, de los que lograron atención: ¿cómo desatienden las innumerables apolo- destruirla. Y á la verdad: si los opositores juzgan gías que la justifican, los infinitos testigos que la deberse suma consideración al Breve de Clemente abonan, el sentimiento de los que lloraron su t caída, XIV.; ¿cuánta no merecerán los centenares de Bulas y el entusiasmo y regocijo con que se ha visto su y Breves de veinte y cinco Papas? Si tanto puede restauración? No queda, pues, recurso á los que se en su concepto la opinion de dos Obispos; ¿de cuán- jactancian de su oposicion á los Jesuitas. Si escu- to peso no será la de los Padres de un Concilio ge- chan á la Filosofía, ella combate victoriosamente en neral, la de todo el obispado católico? Si se aprecia pró de su causa: si consultan la Jlistovia, esta depo- en tan gran manera el decreto de expulsión dado por ne con hechos indudables en su favor: si recurren á algunos Soberanos; ¿qué deberá decirse de los muchos la Autoridad, toda se halla reunida en su recomen- Príncipes, sus protectores en todos tiempos, y de los dación. Es cierto que todavía existen, y jamás fal- que conociendo los verdaderos motivos y agentes tarán endurecidos Semeis, que maldigan y arrojen de esa destrucción, los han derogado solemne y termi- piedras á I03 piadosos é inocentes; pero el Señor nantemente? Si hacen tanto mérito de textos adultera- también dispone que esforzados Abisais se levanten dos por Pascal, ó entresacados maliciosamente de obras en su defensa: ¿Cuare maledicit canis lúe mortwus...? voluminosas; ¿qué valor tendrán los elogios que á y los confundan y enmudezcan: vadam, et amputabo estos mismos escritos han tributado las personas mas capul ejus. •virtuosas é ilustradas del mundo? Si las reflexiones Luego la Compañía de Jesús, concluimos con de Mariana les producen una impresión profunda, uno de sus sábios apologistas, inútilmente combatida, como que debia hallarse bien instruido de la organi- se burla de lo3 vanos insultos de sus adversarios. zación de su Cuerpo; ¿por qué no hace en ellos nin- Sueneu, por tanto, para amedrentarlos sin cesar, los guna mella, la alta estimación que pro'esaban á su doctísimos, verdaderos, imparciales y clásicos testi- Nec de receptis gloria Barbaris, mouios de sus admiradores; y al difundir nuestra pà- Est major illa quam domiti dabunt tria las alabanzas de los Jesuítas, resuene por todas Calvique Lutherique, et omnis partes su dulcísimo eco: uo aquel de quien dijo Au- Colluvies simul impiorum. sonio: Acrls et linguae sum filia, mater inunis; sino Fremant superbi, nec teneant minas, el sincerísimo canto del Illmo. Livíuio Torrencio, Bellumquc, caedesque, et rabiem •parenl; Obispo de Amberes, en su famosa Oda ad So* Causamque, quam jus damnat aequum cietatem. Ut vetitis ti-eantur armis. Vos ista prudens simplicitas, bene O grata coelo sancta Sodalitas, Morata, se se nec levis efferens, Rex Regum JESUS nomine quam suo Defendct insontes, ut ipse Illustrai, exornatque toto Se rabidus mail perdei hostis. Ut Celebris memoreris Orbe:... Qui quo cruentus saevierit magis, Orbe tolo prorsus et integro Plus inde damni comperiet, videns Quetn belltioso dum volitant mari, Vicisse, quos victos putarat, Utroque porrectum sub axe, Et cineri superesse vires. Magnanimi reperere Iberi. Quorum secnti turgida lintea, Pura sed omni mente cupidine, Pulchro nec argento, nec auro, Nec nitidis inhiante gemmis. Armis ut Mi sceptra potentium

Freguére Regum, fluminaque, et lacusy -.Hi-- Portusque, vicinasque gentes i 'l'a ... .r>lu» Indomito subiere ferro:

Sic vos inermes, impavidi tamen, FIN DE LA OBRA. Casta inferentes indigenis sacra, Ilac impíos cultuSj el omnem Barbariem, pepullislis arte....

TOM. IV.—O. d. I. M. 17 INDICE INMC-® ANALITICO

DB LAS DE 1AS MATERIAS DE ESTE SUPLEMENTO AL TOMO IV. PIEZAS CONTENIDAS EN ESTA OBRA

DE LA DEFENSA CUADERNO 1.° M is dudas sobre la muerte de los Jesuitas. CUADERNO 2.° Nadie tieDe razón. Juicio imparcial de una dama, sobre la causa de los Jesuitas. DE LA CUADERNO 3.° Carta del Dr. D. Ramiro Goyonechea, á los PP. de la Compañía de Jesús de la Pro- vincia de Castilla, sobre las persecucio- nes de Portugal y Francia. COMPAÑIA DE JESUS. CUADERNO 4.° Roma en el negocio de los Jesuitas, ó intri- gas del partido filósofo-jansenista en la Ca- pital del mundo católico para la destruc- ción de la Compañía de Jesús, en el siglo décimo-octavo. TOMO I. —Nota de los Editores. —Reflexiones de las Cortes Borbónicas so- CUADERNO 1.° Introducción d la refutación de las car- bre el Jesuitismo. tas del Sr. Palafox.^Noticia de estas cartas -Su reproba- —Irreflexiones del Autor de un folio vo- ción v condenación por un Breve Pontificio de 1648, por lante intitulado: Reflexiones, etc. la Inquisición de España en 1707 y 1759, por el Consejo de —Comentario de la Encíclica del Sr. Car- Castilla en el mismo año, y por la Congregación de los Car- denal Lázaro Opizio Pallaviciui, ó Apolo- denales en tiempo del Sr. Inocencio Xll.-lnforme adver- gía del Noviciado de los Jesuitas en la so á ellas de veinte Obispos de España, y entre otros de mu- Rusia-Blanca, abierto el año de 1779. chos personages de carácter de esta América, el que remi- tió al Sr. Inocencio X. el lllmo. Sr. D. Juan de Mauozca, CUADERNO 5." Los Jesuitas restablecidos en 1814, ó estado actual de la Compañía de Jesús en el mun- Arzobispo de México-Varias declaraciones del mismo Or. do despues de su restauración. Palafox en contra de los asertos de la Inocenciana, y otros en que consta la oposiciou de ésta al Breve del Papa, y de- CUADERNO 6.° Opinión de los Mexicanos sobre los Jesuitas, creto de la Congregación de Cardenales.-Incousecuencia y y reiterados votos de la nación por su res- contradicción entre los elogios dados á la Compama y a los tablecimiento. Jesuitas antes y despues de las controversias de Puebla, con —Nota. Primer decreto del gobierno de la carta de 1648 —La carta fué desatendida en Roma y en México sobre esta materia. España.—Testimonios auténticos que demuestran la inocen- CUADERNO 7.° Impugnación de las calumnias é imposturas c.a de los Jesuítas de Puebla, cuyas supuestas faltas sirvie- inventadas contra la Compañia de Jesús, ron de pretexto á la lnocenciana.-Un Post Scnptum que se publicaron en algunos diarios de combate un folleto publicado en esta capital, insistiendo en Veracruz, y se reimprimieron en Puebla recomendar este escrito del Sr. Palafox. en 1822, con el título de Memorias para la Historia de los Jesuitas. CUADERNO 2.° Proceso del P. General Lorenzo Ricéi s — Nota. Restablecimiento de los Jesuitas Su arresto en el Castillo del Santo Angel -Veinte y dos en Guatemala. preguntas fútiles hechas por su fiscal el Sr- Andree Estudiada morosidad en instruir el proceso.-Vuélvese a Conclusión de la Obra. INDICE INMC-® ANALITICO

DB LAS DE LAS MATERIAS DE ESTE SUPLEMENTO AL TOMO IV. PIEZAS CONTENIDAS EN ESTA OBRA

DE LA DEFENSA CUADERNO 1.° M is dudas sobre la muerte de los Jesuitas. CUADERNO 2.° Nadie tieDe razón. Juicio imparcial de una dama, sobre la causa de los Jesuitas. DE LA CUADERNO 3.° Carta del Dr. D. Ramiro Goyonechea, á los PP. de la Compañía de Jesús de la Pro- vincia de Castilla, sobre las persecucio- nes de Portugal y Francia. COMPAÑIA DE JESUS. CUADERNO 4.° Roma en el negocio de los Jesuitas, ó intri- gas del partido filósofo-jansenista en la Ca- pital del mundo católico para la destruc- ción de la Compañía de Jesús, en el siglo décimo-octavo. TOMO I. —Nota de los Editores. —Reflexiones de las Cortes Borbónicas so- CUADERNO 1.° Introducción d la refutación de las car- bre el Jesuitismo. tas del Sr. Palafox.^Noticia de estas cartas -Su reproba- —Irreflexiones del Autor de un folio vo- ción y condenación por un Breve Pontificio de lb48, por lante intitulado: Reflexiones, etc. la Inquisición de España en 1707 y 1759, por el Consejo de —Comentario de la Encíclica del Sr. Car- Castilla en el mismo año, y por la Congregación de los Car- denal Lázaro Opizio Pallavicini, ó Apolo- denales en tiempo del Sr. Inocencio Xll.-lnforme adver- gía del Noviciado de los Jesuitas en la so á ellas de veinte Obispos de España, y entre otros de mu- Rusia-Blanca, abierto el año de 1779. chos personages de carácter de esta América, el que remi- tió al Sr. Inocencio X. el Illmo. Sr. D. Juan de Manozca, CUADERNO 5." Los Jesuitas restablecidos en 1814, ó estado actual de la Compañia de Jesús en el mun- Arzobispo de México-Varias declaraciones del mismo Or. do despues de su restauración. Palafox en contra de los asertos de la Inocenciana, y otros en que consta la oposicion de ésta al Breve del Papa, y de- CUADERNO 6.° Opinión de los Mexicanos sobre los Jesuitas, creto de la Congregación de Cardenales.-Inconsecuencia y y reiterados votos de la nación por su res- contradicción entre los elogios dados á la Compama y a los tablecimiento. Jesuitas antes y despues de las controversias de Puebla, con —Nota. Primer decreto del gobierno de la carta de 1648 —La carta fué desatendida en Roma y en México sobre esta materia. España.—Testimonios auténticos que demuestran la inocen- CUADERNO 7.° Impugnación de las calumnias é imposturas c.a de los Jesuitas de Puebla, cuyas supuestas faltas sirvie- inventadas contra la Compañia de Jesús, ron de pretexto á la lnocenciana.-Un Post Scnptum que se publicaron en algunos diarios de combate un folleto publicado en esta cap.tal, ms1Stiendo en Veracruz, y se reimprimieron en Puebla recomendar este escrito del Sr. Palafox. en 1822, con el título de Memorias para la Historia de los Jesuitas. CUADERNO 2.° Proceso del P. General Lorenzo Ricci.*= — Nota. Restablecimiento de los Jesuitas Su arresto en el Castillo del Santo Angel—Veinte y dos en Guatemala. preguntas fútiles hechas por su fiscal el Sr- A»dreeti.- Estudiada morosidad en instruir el proceso.-Vívese a Conclusión de la Obra. formar este.- Confesion del fiscal de la inocencia del acusa- en la enseñanza.—Su conducta sobre las opiniones contra- do.—Pide el P. Ricci su libertad y no se le concede.—Ha- rias á la seguridad de los Soberanos; acerca de su subordi- cese público en Roma el proceso —Otras dos preguntas.— nación á los Obispos y demás autoridades eclesiásticas.—Nin- Carta de remisión de estos apuntes.«Memorial del P. Gene- guna modificación que requería la autoridad del General de ral al Sr. Pió VI., en que describe sus padecimientos.=Pro- los Jesuitas como se ejercía en esc reino.=E1 Breve del Sr testa que al recibir el Sagrado Viático hizo el mismo Padre Clemente XIII. d Luis XV., corrobora esos informes.=La de su inocencia y de la de la Compañía de Jesús. = Relacion respuesta de Enrique IV. al Presidente de llarlay descubre de las exequias que se le hicieron el 25 de Noviembre de la enemiga que siempre tuvieron á los Jesuitas los Parlamen- 1775.=Elocuente oracion fúnebre dicha en sus honras en tos, y los reprobados motivos de ella.=£Y Breve del citado Breslaw.=Memorial del P. Guzman á la Reina de Portugal Clemente XIII. d Carlos III. prueba la inocencia de los Je- en favor de los Jesuitas sus subditos. suitas de España.=La carta del Sr. Pió Vil. d Fernando

CUADERNO 3.° Carta del cura de la Puebla, en que se de- Vil. es nueva apología de los Jesuitas.= Fo¿o particular del muestra que la Inocenciana no pudo ser obra del Sr. Pala- sensato americano Conde de Maulé, en las Cortes españolas foxr.=Los hereges se han valido no pocas ocasiones de nom- de 1820 = Injusticia de la nueva supresión de los Jesuitas en bres supuestos y autorizados para infamar á los Jesuitas.— España en ese año.—Servicios importantes que desde su res- Pugna entre la vociferada santidad del Sr. Palafox, y la per- tablecimiento basta entonces prestaban á toda la monarquía- versidad con que los hereges han pretendido destruir a la CUADERNO 5.° Impugnación al libelo. Instrucciones se- Compañía.—Oposicion de los diversos escritos de este Prela- cretas (Mónita Privata) de la Compañía de Jesús. — Idea de do y los asertos de la Inocenciana.—Motivos porque los jan- esta estúpida é infame producción.=Carta del P. R."* al senistas pudieron haber supuesto esta carta.—Multitud de gacetero de San Petersburg, en que evidencia la falsedad y sus obras en que la han insertado.—Característico estilo de la impostura de tales Instrucciones con los mas sólidos ra- que se vale su malevolencia, satirizando a' la Compañía con ciocinios. =Informaciones hechas en Polonia eu 1615 para una continuada hipocresía, y atacando en ella no solo á los descubrir el autor de este libelo.—Sentencia que lo declaró demás Ordenes religiosos, sino á la Santa Sede y aun á toda infamatorio y calumnioso. la Iglesia.—Proposiciones de la Inocenciana confrontadas CUADERNO 6.° El Banquete de Versalles.—Respuesta á con las que han usado los hereges contra otras religiones y los argumentos que se hacen á los Jesuítas despues de su res- contra la Compañía.—Recriminación de hechos mas escan- tablecimiento, especialmente respecto de las disposiciones dalosos cometidos por el Obispo de la Puebla, que los que él del Papa y de los Soberanos eu el siglo pasado.—Estas se echa en cara a' los Jesuitas.—Dicho del propio Obispo que hallan hoy casi en su totalidad derogadas.—Carácter y si- desmiente las acusaciones de su carta —Perjuicio que han niestras miras del partido que hace gala de perseguirlos, sus hecho ala causada su beatificacicn, los propugnadores de inconsecuencias y malignidad.=Nota. Servicios de les Je- ese escrito—Relaciones que el Sr. Palafox llevó con los he- suitas actuales eu la Siria y Norte-América =Sus progresos reges Bayanos y Jansenistas.—Tiene por escritor de su vida en todo el mundo-—Su considerable número eu 1838.—Sus á uno de los mas exaltados de esta secta. =Nota acerca de casas en Europa, América y Asia en 1832. la quiebra del Colegio de los Jesuitas de Sevilla, sobre cuyo ruidoso asunto se publicó un memorial de la parte contraria TOMO II. en los documentos y obras importantes.Extracto de este proceso que terminó favorablemente en un todo á los Jesui- CUADERNO 1.° Respuesta d las cartas Provinciales,=Pri- tas, fielmente traducido de la causa de beatificación del Sr. mera conversación: idea del origen, objeto y motives de las Palafox. =lnjusticia de los nuevos adversarios de la Compa- Provinciales.—Nota del continuador de Berault Bercas- ñía en esta acusación.—Evidencia con que pueden desvane- tel =Segunda conversacion.=Se ridiculiza la pretendida po- cerse todas las imputaciones de la Inocenciana. lítica de los Jesuitas.—Se combate y echa por tierra el ab- surdo sistema de la división de moralistas severos y relaja- CÜADERXO 4.° Dictamen dado en 1761 por cuarenta y seis Obispos de Francia y los dos agentes generales del Cle- JOS,—Sentencia porque las Provinciales fueron quemadas ro, y por toda la Asamblea general del mismo en 1762, so- por mano de verdugo, así como las notas de Wendrok, co- bre los Jesuítas.=Utilidad de ellos y de sus diferentes fun- mo libelos calumniosos é infamatorios—Tercera y cuarta ciones en Francia.—Loable .manera con que se manejaban conversación.=-Con la famosa obra del P. Decbamps- se la inteligencia de la Escritura Santa, sin admitir el sistema prueba que los Jesuítas no son los inventores de las opinio- de los equívocos y restricciones mentales.—Algunos ejem- nes probables —Se exhiben como prueba los pasagesde mul- plos del antiguo Testamento, de la historia eclesiástica, del titud de teólogos de fuera de la Compañía y anteriores á ella- — Evangelio y varios casos particulares, que prueban la difi- Se comparan con las de los Jesuitas acusados por Pascal, y se cultad de rehusar un sistema que resuelva las objeciones que encuentran aun mas moderadas las de estos.—El primero pudieran hacer los hereges Priscilianistas.-Examen de los que impugnó el Probabilismo fué un Jesuíta, de cuyos es- sistemas del P. Alejandro y otro autor, y el del 1 . de Con- critos se sirvió Wendrok sin nombrarlo.—Defensa de esta dren.—Sus dificultades —Vindícase al P. Tomas Sánchez, doctrina.—Su verdadero punto de vista.—Peligros y absur- de la calumnia del comento que hace de su doctrina fas- dos, de la que Pascal pretende substituir. cal.—Embarazos que se hallan en las diversas explicaciones, CUADERNO 2.° Quinta, sesta y séptima conversaciones.— y temeridad de los que se atreven á decidir en estas delica- Defensa de los casuistas de la Compañía calumniados por Pas- das materias, careciendo de los conocimientos necesarios.— cal.—El P. Bauni acusado sobre el punto de la ignorancia in- Famoso texto de San Agustín, contra los que solo oponen a vencible y el pecado filosófico, enseña precisamente lo contra- los Jesuitas los escritos de sus notorios enemigos. rio de loque se le imputa.—Vindícase al P. Annat, y se mani- CUADERNO 4.° Persecución del R. Cárdenas, Obispo del fiesta el sentir de las escue'as católicas sobre estas materias. Paraguay, contra los Jesuitas de esa Provincia ^Aprecio —Se descubren lo» errores de los jansenistas.—La historia, los de todo el Obispado á la Compañía.- Pretende el K. Carde- hechos y el testimonio del V. Sarpetri, dominico, demuestran nas consagrarse sin Bulas, y los Jesuitas no le dan opinión la falsedad de la acusación de Pascal (y delSr. Palafox), so- para hacerlo.—Este sentir conforme al de otros sabios, y bre la idolatría permitida por los Jesuítas a sus neohtos, en confirmada por la sagrada Congregación de los Emos. Car- las Indias y la China.—Las opiniones de Escobar y Filhucio denales intérpretes del Concilio Tridentino, en cuanto a la sobre el ayuno, y la del P. Bauni sobre ocasion próxima han jurisdicción irrita al Obispo.—Toma éste posesion de la mi- sido alteradas por Pascal -Ignorancia de este en su critica a tra (consagrado sin Bulas), y su Cabildo se pasa a cumplir la interpretación de Escobar sobre la Bula de asilo. losig- con la obligación del coro al Colegio de la Compañía.—Pro- . ne falsificación de su texto, y del de Vázquez sobre a Jnnos- curan los Jesuitas la reconciliación del Obispo y su Cabil- iia.—Interpretación déla Bula Üt periculosa, ridiculamente do —Historia de la fundación de las Misiones del l ara- explicada por Pascal.-Doctrina de Valencia sobre la smio- euay.—Calumnias contra los Jesuitas, despojo de sus misio- nía y horrenda alteración de su texto.-Calumnia sobre el ues v sus funestas consecuencias —Son repuestos en ellas de mismo punto, hecha á Tannero--Injustas acusaciones a Bauni y a Fiiliucio.-lmposturas de Pascal a los Jesuítas orden de la Audiencia de Chuquisaca.—Principios de la per- secución.—Nombran al R. Cárdenas sus parciales por go- sobre su doctrina del amor de Dios—Citanse en su contra bernador, interpretando arbitrariamente una Cédula real- nueve de sus mas famosos teólogos.—Verdadera opinion del Expulsa á los Jesuitas de la Asunción, usando de los medios P Sirmond, maliciosamente expuesta por los jansenistas— mas violentos y de las mas horribles calumnias.—La Audien- Racional crítica de ella.-Recapitulacion de las imposturas cia de Chuquisaca declara nula la elección del K. Obispo, nombra otro gobernador y manda reponer á los Jesuítas en

^CB'DERÑO 3-° Suplemento d las conversaciones de Eudo- su Colegio y bienes.—Resistencia del Hímo. a entregar el rio Y Cleandro.= Diferencia de lo probable en práctica y en mando; combate entre sus aliados y las tropas del nuevo go- especulación.—Horribles íalsif.oacíones que han sufrido en- bernador, y triunfo de estas.—Restítuyense los Jesuítas en tre otros Jesuitas Reginaldo, Lessio y Escobar, sobre el ho- la Asunción, y sale para la Plata el R. Cárdenas—Ilegales micidio.—Substancia de esta cuestión moral -De la direc- documentos con que el Prelado acusa á los Jesuítas.—¡Nom- ción de intencionada han ensenado los Jesuítas en este bra la Audieucia visitador para que haga las correspondien- punto, que no sea muy coníorme a la doctrina de los auto- tes averiguaciones.—Retractación del Secretario del IJimo— res católicos.—Pascal solo ha pod.do acusarlos falsificando y truncando sus escritos-De los equívocos y de las restric- Sentencia en favor de los PP. de la Compañía—Represen- tación del P. Provincial para que se visiten las misiones- ciones mentales. = Mucho antes de Pascal ya habían ido de- cididos los Jesuitas atacados por un calvinista sobre este Nuevo visitador nombrado por la Audiencia, y su sentencia artículo, por el Obispo de Anvers --Diferencia entre equí- ¡eual á la del anterior.—Los Jesuitas quedan vindicados de otras calumnias sobre su doctrina.-Preséntanse los apode- vocos v restricciones mentales. Dificultades en teolog.a para rados del Illmo. en Madrid, y nombrase una visita por par- los Jes¡íí¿a.í.—Proemio de la tercera edición de l/6o.^Capi- te de la Religión con aprobación del Rey.—Resultado de tulo I. De las instituciones religiosas.—¿Que son estasf Bus ella y honoríficos testimonios en elogio de los Jesuítas.—Car- diversos objetos.—A la Iglesia toca juzgar de las leyes re- ta del P. Comisario de San Francisco al P. General de la ligiosas en lo espiritual, Á los Soberanos en lo civil.=Ca- Compañía.—Sentencia favorable del supremo Consejo de In- pítulo II. Idea general del Instituto y de los escritos que lo dias.—Remocion del Illmo. á otra silla y su muerte.—Infor- impugnan.—Partes del Instituto según lo formo ban Igna- me del Obispo de Buenos-Aires al Rey en el año de 1743, y cio.—-Decretos de las Congregaciones generales, y reg a- dos cédulas reales expedidas á su consecuencia. mentos de los Generales succesivos, especialmente os CUADERNO 5.° Apendice á Los acontecimientos del Para- PP. Lainez y Aquaviva.—Carácter maligno de los libelos guay, ó Documentos justificativos de la conducta de los Je- disparados contra el lnstituto.-El objeto de esta Apología suítas misioneros de ambas Ainéricas.=Testimonio de Ro- es contestar á los Informes délos Parlamentos de ¿ran- bertson, protestante inglés.—De Muratori.—De Chateau- cia ^Capítulo III. Preocupaciones contra el Instituto y sus a briand.—De Raynal.—De Montesquieu, Buffon y Haller.— respuestas.= 1. objecion. Su singularidad.—2. Resis- De uu periódico liberal en 1799.—El de los Señores D. Jor- tencia que ¡e hizo el clero de Francia.— Guerra que le a ge Juan y D. Antonio Ulloa, en informe secreto al Rey de declaró la Universidad de Pa.-ís—4. Espíritu de cuerpo.— a España, publicado en Londres en 1826.—Dos notas de Bar- 5-* Falta de registro.—6. Union de muchos Parlamentos a ry, editor de esta obra.=lnforme sobre las misiones de en su contra, y sus decretos injuriosos.—7. Odio que se nuestra América, dado al Virey por el visitador general dice le profesa el público.—Cinco acusaciones que se le ha- a de ellas. cen y no se prueban.—1. Secreto de estado y misterio de religión.—2.a Pocos Jesuítas tienen derecho de leerlo y co- nocerlo.—3.a Mirar toda duda contra el Instituto, como TOMO III. tentación peligrosa.—4.a Su instabilidad.—5.a Opinión de una autoridad universal al Papa y al General, que se le im- CUADERNO IO Apología del Instituto de los Jesuítas del puta.=Capítulo IV. Preocupaciones á favor del Ii.stituto.=- P. Cerutti.=Dos palabras por via de iutroduccion, sobre el Su aprobación por diez y nueve Papas.—Su alabanza por el folleto titulado: Enfermedades de la Compañía, atribuido al Concilio de Trento.—Testimonio de los tres órdenes del P. Juan de Mariana.=Empeño de los adversarios de los Je- estado, eu tres diversas épocas.—Protección de los mayo- suitas en divulgar este libelo.—Juicio que de sus Constitu- res Príncipes.—Alabanzas de hombres muy grandes en san- ciones han hecho hombres muy grandes de dentro y fuera tidad y letras.—El ha formado Santos. —lía sido examinado de el Cuerpo.—Inutilidad de combatir hoy expresamente muchas veces eu Francia.—Lo profesan hombres irrepren- este folleto.—Breve noticia de su origen.—Sospechas por sibles en su conducta. —Ha sido juzgado honoríficamente las que puede atribuirse al P. Mariana.—Quien fué su pro- por la Asamblea del Clero—Resumen y reflexión.Capí- pagador, y acaso su adicionador.—Sea cual fuere el mérito tulo V. Del Instituto considerado eu sí mismo.Este es del papel, nada arguye contra los Jesuítas actuales.—Aun conforme en sus intereses á la religión, á la política, y á la respecto de los del tiempo en que se escribió, es argumento razon.=Capítulo VI. Como se propone el interés de muy fríbolo, por diversas razones.—Inexperiencia del es- Dios.=Su objeto es, eu todos los ministerios y reglas, la ma- critor.—Falsedad, inexactitud y contradicciones de los car- yor "loria de Dios. =Capítulo Vil- Medios de que se sirve gos.— Universal aprecio que toda la Compañía profesaba á para procurarla.«=Preceptos de la ley, consejos evangéli- su Instituto.—Ningún fundamento de la crítica del P. Ma- cos, propagación de la fé, renuncia de los honores, mortifi- riana.— Inútiles esfuerzos de los perturbadores del orden cación de los sentidos, fuga de los placeres, homenage de establecido.—Representacoiues de diversas Provincias al Sr. la libertad y sacriGcio de las riquezas.—Ninguno de estos es Clemente VIII., en oposicion á las innovaciones.—Escritos excesivo en la teoría, ó ilusorio eu la práctica.=^CapítuIo de varios españoles, contrariando las pretensiones de sus VIH. Voto de pobreza =Jesucristo erigió la pobreza en paisanos.—Resultado de este negocio.—Sentencia del Sr. virtud.—Las imputaciones que se han hecho por este voto á Paulo V. —El P. Mariana TÍO profetizó la caida de la Com- las Comunidades, á ninguna de ellas convienen, y mucho pañía en el siglo pasado.—Ella se debió á los esfuerzos reu- menos á la Compañía.— Diferencia en este punto entre las nidos del jansenismo y de la impiedad.=Advertencia sobre Casas Profesas y los Colegios.—Sabio plan de San Ignacio la edición francesa de 1828 de la Apología del Instituto de

TO«."ÍX.-O.d.l.M. 18 , • A» la nrariou —El Instituto ordena U al establecerla. Reglas sobre la práctica de esta virtud— «esnondese a una objecion.—Capítulo IX. Del voto de cas- tidad.—ban Ignacio es el primero que ha dado recias parti- culares y menudas para su observancia -Descríense estas, individua mente— La calumnia nada ha tenido con que de- E nigrar sobre esto á los Jesuítas.—Respuesta á las objeciones : ¿"Síü¡¡¡ tssSSSSÜ- »rr* de Jos impíos sobre la práctica de esta virtud.=Capítulo A. Uel voto de obediencia.—Buena fé con que va á respon. aerse a las objeciones contra este punto—La obediencia de os Jesuítas no es contraria a la ley natural—Caracteres de Ja esclavitud opuestos á los de esta obediencia.-Tampoco es contraria a la razón—Ningunos peligros resultan de ella a ios tstados—Bienes que han sobrevenido á los pueblos por ella —Vanos argumentos de los que la han calificado de sacrilegio.-Testimonios en su favor, de la Escritura y de los bantos.=Capítulo XI. De la mortificación de los senti- dos y renunciare los honores.-Espíritu del cristianismo sobre la mortificación sabiamente explicad» en el lnstitu- to.-babias miras de San Ignacio al prescribir la renuncia de ios honores para desterrar la ambición de su cuerpo— \ ano argumento de los contrarios—Explícase la frase de la formula del voto que hacen los profesos de no admitir dignidades, de oir los consejos del General, si se vieren obligados a aceptar alguna prelacia.=Capítulo XII. De la propagación de la fé.—Esta propagación practicada por Je- sucristo y sus Apóstoles es muy propia del Instituto.-El ze- lo apostolico ha distinguido á muchas religiones—San Ig- nacio hizo el voto de las misiones extrangeras, por las nue- blecidas con licencia de ¿ acu- vas necesidades de la iglesia—Pruebas contra los adversa- ilícitas, ni conventículos Porosos. lmen. rios, que el es lícito, útil y necesario—Razones porque se limita este voto á los Jesuítas profesos y se hace al Papa.— fto se opone á la autoridad de los reyes—Sábios reglamen- tos sobre estas misiones.—Vindícase á los misioneros de las acusaciones de sus enemigos—Testimonios de algunos sa- Respuestas á las acusaciones del S o Í bios en su favor—A las faltas del P. Lavallete se opondrán Capitulo XIX. Délas Misiones nacionales «bu ulU ouj eternamente millares de santos y zelosos misioneros.—Capí- tulo XIII. De qué medios se vale el Instituto para contri- buir al interés público.—Qué es uu orden religioso —La conservación de las costumbres y la educación de la juven- tud son las dos cosas mas importantes en la sociedad Ellas

constituyen también las dos principales ocupaciones del Ins- tituto.—Capfoilo XIV. Del buen ejemplo, de la oracion, de las obras de misericordia, y de los libros de piedad El fftiSSL&««? * - - rts^K buen ejemplo fué puesto por San Ignacio al frente de los medios para mantener en un Estado la religión y las cos- ÍÜÍ-W« Jesuítas eU*~ £ tumbres.-Los Jesuítas por voz pública fueron siempre Sfutt.i-M). Filosofía.—Oradores.:—Anticúanos.— 51a- hombres ejemplares—Reglas de San Ignacio para ayudar ® "áticos -kis.,.i»J..es.-Coulro«e,s¡sl.s y Teologos.-

* Catequistas.—El curso de estudios no es vicioso.—Grandes que podía seguirse para justificar completamente la doctrina hombres formados en sus Escuelas.=Capítulo XXI. De la de los Jesuítas -Regla prudentísima en as materias en que Memoria falsamente atribuida á la Universidad.=En impug- es libre abrazar cualquier part¡do.=Cap.tulo XXVI. De los narla se vuelva por el honor de la Universidad.—Los Cole- votos simples.=San Ignacio con la obl.gac.on no reciproca gios de los Jesuitas no son usurpados.—No tienen Bulas pa- previno lí desesperación y detuvo la ligereza.-Los votos ra invadir la instrucción de toda la juventud católica.—Han simples bajo todos respetos son loables y ventajosos.-Hau Íiretendido agregarse á la Uuiversidad —Razones porque sido aprobados por el Papa y el Concho de Trente^-Auto- os Profesores pasan con sus discípulos de un curso á rizados por las leyes civiles.-Prudentes respecto de los otro.—Vano pretexto para excluir á las Comunidades de la otros Ordenes religiosos.-Necesarios a a misma Compa- enseñanza.—Los Jesuitas han contribuido mucho á extender ñia.—Esenciales para el Estado.-Ventajosos a los ™rtictt- las luces.—Testimonio de Richelieu'-=Capítulo XXII. De lares.—Cómodos a^ las familias—Sáb.os respecto del lnsti tu- los Colegios.=Diferencias en las tres clases de educación to.—Causas, restricciones y modo para la expulsión dé los confundidas por el Autor de la Memoria.—Objetos loables individuos.=Capítulo XXVII. De la delación cuenta la que se propone el Instituto en la educación de la juven- conciencia, y contradicciones del Instituto =La delación de tud.—Leyes de sus Escuelas.—En estas se cultiva especial- las faltas es ley útil, política y rehg»osa.-San Ignacio no es mente la Religión y las costumbres.—No se desatienden el primero que la ha establecido.-Precauciones que pone tampoco los modales de urbanidad.—Plan de enseñanza.— el Instituto para precaver abusos.-La cuenta de conciencia Estudio de las lenguas sa'bias y vulgares.—Historia.— Geo- está generalmente recomendada por los Santos y los sabios.— grafía.— Cronología.— Mitología.— Elocuencia y Poesía.— Benéficos motivos de esta ley .-Sus útiles objetos según el Filosofía.—Matemáticas.—Teología.—Calidades de los maes- Instituto.—Lenitivos con que suaviza esta obligación.—rro- tros marcadas en el lnstituto.=Capítulo XXIII. Medios yecto en buscar contradicciones en el Instituto.—La ejecu- con que procura el Instituto el interés particular. = Lauda- ción no fué satisfactoria.- Respóndese á cuatro puntos de bilídad de estos intereses.—Reglas para protegerlos.—Ca- poca importancia que se le han objetado y se demuestra, no pítulo XXIV. Del despotismo del General.=La obedien- son contradictorias.—Motivos de a sabiduría del I«"«- cia que los Jesuitas deben al General, es la misma que á los to.=Capítulo XXVI11. De los nrivilegios.=Calidad de las demás Superiores.—Contrapuestos los caractéres de la es- Bulas que se hallan al frente ¿el Instituto.-Especes de clavitud y despotismo con los de la obediencia que en la privilegios.—Los abrogados ya no tienen valor .-Los de ex- Compañía se profesa al General, se demuestra que no le cepción de los regulares son generalmente recbidos.-Los corresponden á ella tan odiosos títulos —La autoridad del P General 110 es monárquica.—Pintura del General de los Je- no publicados son ínútíles.-Sobre estos últimos, no debe suítas.—Sábias razones de San Ignacio para sujetar á sus culparse á los Jesuitas, que los han renunciado en bi an- hijos á una cabeza sola y perpetua-—Respóndese á las acu- cla-Las cláusulas que se exageran son de puro estilo- saciones de los Libelos, con el Instituto.—Por qué reside el Yerros y contradicciones de los enemigos.-En todo Estado General en Roma.—Refutación á otras ridiculas imputacio- hay leyes y prero^tivas.-Los Papas han podido conceder nes. =Capítulo XXV. De la uniformidad de la Doctrina.= privilegios^ y los 'Jesuítas recibirlos -Los privilegios no son Versatilidad de los Líbelos sobre este punto.—Verdadero el Instituto.—Este previene el moderado uso de ellos.—ne- espíritu del Instituto en esta uniformidad.—hsta debe ser capitúlanse todos los puntos tratados en esta absoluta y constante en las verdades dogmáticas.— La mas religión, la política y la nación, deben gemir sóbrelas¡rui- segura, aprobada y común en las morales —Libertad en las naste la Compañía.—Votos de 1 os Jesuítas franceses a su- opiniones cou cari dad y unión, y uniformidad aun en estas, frir su destrucción .=»NOTAS.=Estas notas comprenden los cuanto fuere posible.—Respóndese á varias objeciones.— textos del Instituto, que se han alegado como pruebas^u Decreto del P. Aquaviva sobre el Tiranicidio y su sabidu- esta Apolocia.=Carta del Obispo de Uzes sobre el Extracto ría.—Crítica de otros dos decretos y su contestación.—Ce- de lasAsefciones.-La Iglesia siempre ba reprimido y con- guedad délos Editores del Extracto de las Aserciones eu denado el error, donde lo ha encontrado.-Los errores son la pintura que han hecho, de la moral de los Jesuítas.—Es- inevitables en materias dificiles.-Los mismos ¡J ta obra nada prueba contra el Instituto, pues este condena han dado luz para conocer sus yerros.-Los Jesuítas son los errores en que puedan haber caído sus miembros.—Plan menos culpables que otros.-Esta colecc.on ha sido hecha Za mal fin.-Lo confunde todo.-No hay zelo imparc.al y prudente.—Se ha sorprendido a' los magistrados —La defen- i • cío ntie le habia atribuido la asquerosa é infa- es tas rta, calvinista que. lenao JesutW«Alocuc¡on al Ai ^ f' será perjudicial.—En qué consiste la uni- producción, titulada ^ ^ l modo dad de doctriua que se reprocha a estos.—Los Obispos del roe esta Quejtt y e «- han vuelto por la causa de los Jesuitas.—Ejemplos de Papa, '»^f ^iVá su conocimiento la calumnia de Ju- infidelidades, fraudes, parcialidad y contradicciones que se C0D qU wí Jo autorde un tan abominable folleto.-Dec a- hallan en ese libelo.—Los Jesuitas demostraron en él sete- r.eu en hace, k autor ae caiumniador, en s.ete par- cientas cincuenta y ocho falsificaciones. SfS-SpSeí. deSSstr. que los hereges siempre son CUADERNO 2.° Suplemento a la Apología del Instituto ratos.pnmei . ¿ Ordenes religiosas, sino tam- Extracto de varias Bulas y Breves pontificios, en elogio de la Compañía, dados desde el pontificado del Sr. Paulo 111., YU ^asta e' g'or'°so del reinante Sr. Gregorio i c .e" año de,1839.=Bula Apostolicum expedida por el Sr. Clemente XIII. el año de 1/65, en la época mas an- gustiada de la Compañía.—A la autoridad de la Iglesia se fiai debe usarse de disimulo, sino contestar varonilmente ha añadido en favor de lo? Jesuitas, la de los hombres mas na no debe usarse ba ser costuinbre per- famosos de estos últimos siglos; ya por su sautidad, sabidu- ' bTSo h£¡& "Sr los libros de sus heregias á ría y rango en la Iglesia, como los Cardenales Alano, Beaus- Irebdos V vaÍones°pUdosos.==El cuarto y quinto, se ocupan set y Choiseui, los Obispos Bossuet y Fenelóu, y los sa- r re latios y vai y Moralista practico convencien- bios Dominicos Granada y Natal Alejandro; ya por su dolüs^sica y inonilmente de imposto'res.-El sesto, pone dignidad secular, como los reyes Enrique IV., Federico II. .Ün l.17 la implicación de estos embusteros en reco- y Femando 11., el Canciller de Chiverní, el ministro R¡- mendar las Virtudes del lllmo. escritor de k ha- chelieu, los Condes de Buffon y de Maistre, y el víz-conde ciéndolo al mismo tiempo Autor de un calumnioso hbelo.- de Chateaubriand; va ¡lustres por sus viages, como Don Jor- Cítase aquí la Encíclica del Rmo. P Maestro General de la ge Juan, Pas jes y Robertson; ya historiadores como Fleury, q Orden d e Predicadores, Fr. Juan Baut.sta de Manms, y Herrera y Muratori; ya sabios distinguidos como Bacoa otras disposiciones capitulares de la misma en que se pre- Grocio, Descartes y Justo Lipsio; ya algunos de los nuevos viene á sus religiosos la paz , unión y candad con la Compa- filósofos corno Lalaude, Montesquieu y Haller; y ya tam- ra de Jesús. Contiene el séptimo, una suplicatoria excla- bién no pocos de sus enemigos, como Voltaire, Montclar, Linguet y Fitz-Jamés, y algunos hereges, como Calvino, Beza, Scioppio y Villers, siu que falte entre estos testimo- >PtíH%on hecha dios Editores del Cos- nios el de una muger imparcial como Madama Soulavie.= mopolita (periódico de esta Capital), á fin de discutir la pre- Testimonios de esta clase, pudieran haber formado una obra sente cuestión en sus columnas, usando de las mismas ar- entera; pero los sesenta y seis que se han escogido son muy mas en su defensa, de que se valen sus enemigos, en su terminantes, y nadie tachará á sus autores de ignorancia, routra.=Habiendo los dichos Editores negadose a esta po- fanatismo y parcialidad. lémica, con un silencio, que dá á sospechar incapacidad o temor de sostener esta lid, se les regala con un catalogo de CUADERNO 5.° Biografía del P. Francisco Mendizabal, cien obras, en que son victoriosamente refutadas las in.u- Jesuíta, que solicitó en 181L el restablecimículode su Orden rias y calumnias antiguas y modernas, vomitadas por la he- ante el Congreso de la nación.—Se ha insertado en la Defen- reda. la pasión y el libertinage contra los Jesuitas.-Noti- sa por dos motivos: ti primero, para dar á conocer al mexi- cano, ó quien se atrevió á tachar la oposición de fanático y cia°deotras obras para que se desimpresiónenlos desalectos a preocupado: el segundo; cou el fin de manifestar en la vicia este Cuerpo, de que él fué compuesto de hombres muy sa- de un particular, la que puede y debe esperarse de un bios, útiles y ejemplares, no solo en nuestra América, sino cuerpo compuesto de individuos tan ¡lustrados, zelosos y en todo el universo. ejemplares, como el que hemos tenido el sentimiento de perder.

CUADERNO 4.° Queja católica del Illmo. Sr. Obispo de Málaga al Sumo Pontífice Inocencio XI., contra Pedro Ju- TOMO IV. los Jesuitas en el siglo X VIII.—Medios de que se valieron los Jansenistas y filósofos para difamarlos.—Intrigas de los ga- Cu ADERN-o J.° Impugnación al Articulo de Ducreux sobre binetes Borbónicos.—Decreto del restablecimiento de la Je su i tas.=Pare ¡a 1 i d a d con que siempre se ha escrito contra Compañia de Jesús por Fernando Vil. en España, ano de ja Compañía, reconocida por Federico II., y que resalta en 1815 y acuerdo del Supremo Consejo de Indias—Padeci- la historia eclesia'stica del Autor que se refuta.—Odio de los mientos de los Jesuitas en su expulsión—Testimonio de un Jansenistas á la Compañía v su empeño en denigrarla con libe- protestante —Calumnia al P. Rieci sobre los acontecimien- los —No pueden por tal motivo exhibirse ellos, como testigos tos de Parma—Breve de supresión por el Sr. Clemente en esta causa—Alterando los hechos, ni aun la historia evan- XIV. derogado por la Bula del Sr. Pió. VII.—Juicio de d gélica puede quedar en pie.—Equivocaciones de Ducreux so- Alembert sobre esta providencia —Los Jesuítas se conservan bre el autor de las Constituciones de la Compañía.—Biogra- en varios reinos no católicos.—Federico II. los mantiene en fia del Padre Diego Lainez, y diversos testimonios en su°fa- Prusia y los defiende.—La protección de Catarina II. Em- vor—Providencias papales supuestas contra los Jesuítas— peratriz de la Rusia es todavía mayor: les funda Colegios y Aprobaciones de Paulo y Julio III:—Aprecio de P;,ulo IV. á noviciado, y escribe al Sr. Pío VI. en su favor.—Fatales con- la Compañía—Alteración que hizo al Instituto—Su deroga- secuencias de la destrucción de la Compañía—Magnífico tes- ciou por Pio IV.-S Pio V. no dió ningún decreto para su timonio de un luterano.—Conclusión y carácter de los escri- reforma—Testimonios de su afecto—Sixto V. no dió nin- tos contra la Compañia de Jesús.—Receta en uu soneto á los gún decreto para extinguirla—Lo que pretendió innovar Jo incautos que dan crédito á cuanto se escribe en opbsicion á derogó Gregorio XIV.—Imposturas sobre los decretos de los Jesuitas. Gregorio AV., Paulo V, Urbano y Clemente Vili—Apre- cio de estos Papas á la Compañía—Leon XI. solo derogó el CUADER.NO 2.° Pombal, Ckoiseul y Arando, ó intriga de privilegio sobre Diezmo en favor de una Catedral— Reflec- los gabinetes Borbónicos para destruir la Compañia de Jesús. ciones al libelo del P. Mariana—Nueva prueba de sus con- —Introducción, ó Discurso preliminar.—Respuesta á las de- tradicciones—Argumento ad hominem contra el historiador clamaciones de los nuevos adversarios de los Jesuitas.=«=Fal- —Biografia del P Claudio Aquaviva—Apócrifa Profecía de sedad de la expulsión del P. Bovadílla de Alemania en 1547. b Francisco de Borja: mutilación del Texto y palinodia de —Del destierro de los Jesuitas de Flandes en 1578—Histo- uno de los escritores de la Tuba altera.—Cita de una carta ria de los sucesos de Venecia en 1606.—Expulsión de Bohe- del P. Rivadeneíra.-Injusticia de los que atribuyen los er- mia en 1618, y de Moravia en 1619.—Calumnia Sobre el su- rores de algunos particulares a' todo el Cuerpo—Contraste puesto asesino de Mauricio de Nassau y expulsiou de Holan- entre enemigos y amigos de los Jesuítas—Calumnias é ¡mu- da en 1698.—Embustes sobre las ocurrencias del Cardenal rías sobre el espíritu aseglarado de los Jesuítas—Libera re- Borromeo.—Expulsión de Malta en 1659.—Expulsión de los flexión sobre los sucesos del Sr. Palafox—Cuestión sobre los Jesuitas por Pedro el Grande.-=Expulsion de los Jesuitas de ritos chinos.—Inconsecuencia de ios enemigos de la Compa- Portugal. —Carácter intrigante de Carvallo. — Sube al mi- ñía en sus acusaciones—Defensa de los Jesuítas contra estas nisterio por influjo del P. Moreira.—Opónese al matrimonio imputaciones.—Historia de las controversias sobre los ritos. de D. Pedro y la Princesa del Brasil.—Ley en favor del mi- —Apologia de la conducta de los misioneros, favorables i nisterio, y sus tristes consecuencias.—Teme Carvallo el in- ellos—Conducta del P. Laureati, con el Patriarca Mezza- flujo de la Compañia.—Hace imprimir y circular en todo el barba.—Falsedades relativas á los sucesos del Patriarca reino libelos en su contra.—Calumnia á los Jesuitas con el Tournon — Recapitulación de esta materia por Berault Ber- Rey, y hace desterrar á uno de ellos por un sermón.—Con castel.—Testimonios de algunos hereges en favor de los Je- este motivo los calumnia con el Rey de negociantes.—Zelo suítas misioneros de las Indias orientales.—Elogió a' los ac- y caridad de los Jesuitas en las calamidades de Lisboa.—Fa- tuales misioneros déla Orden de Santo Domingo°en elTonL'. vores del Bey y odio de Carvallo.—Su animosidad contra el kín y Cochinchina—Motivos verdaderos de fas persecucio- P. Malagrída.—Destierra á ios Jesuitas de la Corte, y hace nes de la Compañía.—Expulsión de los Jesuítas de Francia publicar un libelo iufamando á los Misioneros del Paraguay, en 1591 y de Venecíaen 1606. -Testimonios de multitud de el que es condenado en Madrid.— Historia de las Misiones Soberanos por la Compañía.—Agentes de la destrucción de del Paraguay, y testimonies ilustres en su elogio.—Destruc- ción de ellas y padecimientos de los Jesuítas.—Decláranse siu culpa los Misioneros.—Consigue Carvallo un Breve del

TOM. IV.—O. D. L. M. I» Sr Benedicto XIV. para una visita á los Jesuítas de Portu- tas, dada por el Parlamento de París.—Decreto del mismo gal. uecJara el Votador negociantes á estos PP., y publi- prohibiendo sus Congregaciones.—Denunciase ante el Par- ca un decreto en el particular—Desmienten les Jesmtas es- lamente el Instituto y Doctrina de la Compañía, y se rehu- ta imputación calumniosa.-Son suspendidos de predicar y sa á esta la defensa.—El Clero francés levanta la voz en su con tesar por el Patriarca de Lisboa, quien muere á poco favor, el Rey publica un decreto anulando lo hecho; pero tiempo confesando la inocencia de los Jesuítas—Estos en retirado éste, el Parlamento destruye á la Compañía.—En medio de tantas persecuciones permanecen en la mayor re- los mismos Parlamentos se defieude á los Jesuítas; ilegal nú- gularidad— Pasages sucedidos al Cardenal reformador— mero de los votos que los condenaron; intrigas para lograr Asesinato verdadero ó supuesto, intentado en la persona del el triunfo; retractación de Montclar; voto del Presidente Key—Hacese cómplices á los Jesuítas —Cateanse sin fruto de Eguilles.—Aflicción del Obispado y de los hombres de a guno sus casas.-Juzgase á los reos: los acusa uno de bien por esta destrucción; saqueo de las casas de los Jesui- ellos; pero quitado del potro se retracta—Ejecución horro- tas, y tristes consecuencias de habérseles quitado la educa- rosa de los supuestos conjurados—Los Jesuítas todos son ción pública. — Persecución á los que intentaban defenderlos, implicados en la sentencia, algunos de ellos reducidos a pri- que se extiende hasta quemar los Breves pontificio?; refac- sión, y tres acusados nomínalmente de cómplices—Por ciones sobre esta inicua setencia.—Padecimientos del Sr. la Carta Regia de 1759, los bienes de los Jesuítas son se- Beaumout, Arzobispo de París. — Falsas acusaciones de los cuestrados, y todos estos declarados reos—Escandalosas cir- Parlamentos.—Los Obispos emplean á los ex-Jesu'itas en los cunstancias de este secuestro.—Los Obispos por intriga de ministerios.—Nuevo decreto en su contra.—Defiéndelos el Carvallo condenan á lus Jesuítas, y hace lo mismo la In- Delfin en el Consejo de Estado.—Declarase extinguida la quisición, que compone el Ministro de criaturas suyas—Por Compañía por un edicto del Rey, quien no deja de conocer todas partes infama y persigue á los Jesuítas—Sufre una sus fatales consecuencias.—Escribe el Sr. Clemente XIII. á vergonzosa repulsa del Emperador de la China, á quien LuisXV. en favor de la Compañía, y con el común acuerdo procuraba inducir á expelerlos—Representa un crecido nú- de los Obispos de la cristiandad expide la famosa Bula Apos- mero de Obispos al Sr. Clemente XIII., quien condena tolicum, que es despreciada en Francia y Portugal.—Nue- esos libelos impíos y libertinos, los que igualmente son con- va persecución á los Jesuitas.—Caida de los Parlamentos, y denados en España—Solícita Carvallo un Breve de Roma protección del Rey y del Clero á los Jesuitas extinguidos.— para proceder contra los Jesuítas, y fabrica uno como ema- Glorioso fin de muchos de ellos en la revolución francesa.— nado de la Santa Sede—Principia Carvallo la destrucción de Expulsión de los Jesuitas de España, Ñapóles, etc.—Carác- los Jesuitas— Llegan á Italia los primeros desterrados, des- ter del Conde de Aranda y sus relaciones con los filósofos.—• pues de innumerables trabajos, y son allí recibidos honorífi- Motín de Madrid contra Esquílachi, apaciguado por los Je- camente.—Vanos esfuerzos del Cardenal reformador por ha- suitas.—Subida de Aranda al ministerio, quien se pone en cer apostatar a' los Jesuitas jóvenes.— Son desterrados todos, combinación con Choiseul, para la destrucción de la Com- á excepción de un número muy reducido que sucumbe á la pañia, la que se anuncia un año antes de que suceda, por un seducción.—Destrucción de las misiones de la América por- Jansenista.—Fingidas cartas del P. Ricci; arte con que se tuguesa.—Historia del P. Malagrida, y su injusta y trágica hacen llegar á manos de los Jesuitas y se sorprenden en su muerte—Carta de uno de los Jesuitas aprisionados en Por- poder.—Irritado á vista de ellas Carlos 111. resuelve su ex- tugal—Libertad de ellos; caida de Carvallo; su proceso y pulsíon- medidas que se toman para que se verifique con se- sentencia.—Nota de Línguet en que pinta el feroz carácter de este perverso Ministro. ^Expulsión de los Jesuitas de urídad-—Los Jesuitas son expulsados de los dominios de Francia.^Reunión de los Jansenistas, de los filósofos y Par- Ispaña en medio de rnil humillaciones y padecí uiieutps.— lamentos para destruir á la Compañía.—Parte que tomaron f Proclama despótica del Rey.—Uu Obispo los defieude vale- en este asunto Madama Pompadour y el Ministro Choiseul. rosamente—Informa Cárlos 111. al Papa, quien intercede —El partido antí-religioso fué el principal agente de esa por ellos.—Destruyeose las misiones del Paraguay —Breve destrucción.—Falsedad del decreto en favor de los herede- del Sr. C emente Xlll. al Rey, y su protección á los Je- ros de Ambrosio Guis.—Historia de la quiebra del P. Lava- suítas expulsos—Destrucción Se los Jesuítas de Ñapóles, lette en la Martinica.—Providencias del P. General, quien Pariiia y Malta por iuflujo de Cárlos y de los ministros de los lo expulsa de la Orden.—Sentencia injusta contra los Jesui- dos primeros reinos —Reílecciones .'obre la expulsión de Es- paña—Desmiente Fernando Vil , restableciendo á la Ccm-, paüia los reservados y falsos motivos que turo su abuelo para camente su inocencia y la de la Compauia: mnere, y es se- perseguirla.—Descúbrese evidentemente la falsificación de pultado honoríficamente de orden del Papa.-Pío VI. auto- las Cartas — Tristes consecuencias de la destrucción de los riza á los Jesuitas de Rusia para continuar siguiendo su Ins- Jesuítas para las Cortes Borbónicas.—Nota de Coxe, escritor tituto y para abrir noviciado.-Su succesor Pío Vil. deroga protestante de este siglo, conque sé acaban de manifestar el Breve de Clemente XIV. en 1801 para el Imperio Ruso. las infames intrigas de España y el carácter de Aranda, Ro- —Los Jesuitas son restablecidos en Nápoles por otro Breve da, Javellanos y demás agentes de esta proscricion.—.Exi/n- del mismo Papa.-Restablécelos este en todo el mundo en cion de la Compañía de Jesús —Contradictorios pretextos 1814 á petición de todo el obispado —Los Jesuítas son llama- de su expulsión de los reinos Borbónicos.—Empéñanse los dos por varios Soberanos, á sus Estados, particularmente a gabinetes en que la Compañia sea abolida —Muerte de Cle- España por Fernando Vll.-Difúudese la Compama, en mente XIII., y elección del Sr. Ganganelli.—Aparta Cle- fin, por todo el universo, perseguida siempre por los ene- mente XIV. de su lado á los Cardenales favoritos de su an- migos de la Religion y orden social. , tecesor, y prohibe al General de los Jesuítas la entrada en COADERNO 3'.° Reflecciones sobre el Breve destructor de el \ aticano.—Las Cortes conjuradas explican sus pretensio- la Compañia de Jesus.= Opresión en que teman a Clemente nes sobre la destrucción de Ja Compañia.—Resistencia del XIV. las Cortes enemigas de los Jesuí tas.-Quién lormo el Papa, y varios pretextos para no satisfacerlas.—Entra al fin Breve, y con cuan poca dependencia del Papa.—templos en sus miras y sufre algunas repulsas, especialmente de la que autorizan estas reflecciones.—§• 1. Los motivos alegados Emperatriz de Alemania.—Varios Soberanos, y entre ellos en el Breve no son fundados: solamente indican que el lúe Federico II., protejen á los Jesuítas.—Sus persecuciones medida de alta política y ley de circunstancias.—Artihcio en ítalia y visita que se les hace en Bolonia.—Maria Teresa del redactor en su formación —Poca fuerza del pretexto con el mayor sentimiento y por los mandatos del Papa, des- alegado de la paz: algunas observaciones sobre él —Incon- truye á la Compañía en sus Estados, y á su imitación todos, secuencia de las sentencias de expulsion, dadas en las Cortes menos Prusia.—Publica Clemente XIV. el Breve de extin- Borbónicas.—Los Jesuitas eran amados de todo el mundo.— ción.—Sumisión de los Jesuítas á tan doloroso golpe.—El Muere Clemente Xlll., y aquellas Cortes obligan con todos Breve no se publica en Roma.—Notificase al P. General.— los medios posibles á su succesor á abolir á los Jesuítas.—A Depredaciones que se cometen al ocuparse sus casas.—Pri- falta de delitos solo se ocurrió al pretexto de la paz.—Estaño sión de sus principales miembros: duros tratamientos que se ha logrado, con la otorgada petición, antes se ha encen- sufren, y voces que sobre sus delitos se esparcen en el pú- dido mas la guerra.—$ 11. Pruébase que el Breve en nada blico.— Comision que los juzga.—Futilidad de los procesos perjudica al Instituto de la Compañia, y que sus aprobacio- que se forma á los prisioneros.—Reflecciones sobre la des- nes anteriores quedan subsistentes.—Elogios a todos los Ur- trucción de los Jesuitas y acerca del Breve.—Alegría de los denes religiosos y á la Compañia —Reflecciones sobre los enemigos de la Iglesia.—Resiste la admisión del Breve el privilegios.—Equivocaciones del Breve.—Defensa del nom- Clero francés, el Rey de Francia y otros Soberanos.—Ce- bre de Compañia de Jesús.—Su fiu principal.-Explicación lébralo Carvallo con fiestas públicas.—José II. suprime en sobre el estrechísimo voto de pobreza.—La obediencia, vir- Alemania todas las religiones, á consecuencia de la aboli- tud la mas recomendada á los Jesuitas por San Ignacio — ción déla Compañía.—Catarina II. Emperatriz de la Rusia Inexactitud del Breve sobre la facultad de expulsar de la ampara á los Jesuitas y se opone á su destrucción con la ma- Compañia á los viciosos ó ineptos.—Explicase este punto.— yor firmeza—Aflicciones de Clemente XIV. y su retracta- Imputación sobre la potestad atribuida al General, y su ción.—Predicciones de Bernardina Renzi sobre la muerte respuesta.—Dos palabras en favor de los privilegios.—Los del Papa, y sucesos consiguientes.—Padecimientos de la Jesuitas no fueron inobedientes en el modo de recibir los or- Profetiza y de sus pretendidos cómplices —Temores de Cle- denes sacros, ni al Concilio de Trento, ni al Decreto de mente XIV.: sus precauciones, su enfermedad y su muerte. San Pío V.—Los Jesuitas no promovieron disensiones en —Realizanse todas las profecías de Bernardina.—F.1 Papa virtud de sus privilegios con los Ordinarios, ni otras perso- no fué envenenado por los Jesuitas.—Apócrifas cartas de nas.—El Instituto de la Compañia fué aprobado y alabado Clemente XIV. por Caraccioli —Pío VI. sube al trono pon- por el Concilio de Trento.—La Iglesia es infalible en la tificio.—Pone en libertad la comisiona los prisioneros, me- aprobación de las religiones.—^. III. El Breve no es una nos al P, Ricci.—Enferma éste de gravedad: protesta públi- sentencia fulminada contra los Jesuitas.—Conducta de Cíe- mente XIV. respecto de los Jesuitas y de las coronas con- contra del aserto del Breve.—La Bula no fué inútil á la Iglesia, juradas á su destrucción.—Razones que prueban que no hu- á la Compañia ni á la cristiandad.—$. V. Paralelo entre la Bula bo sentencia por los principios de la ley natural: motivo? y el Breve, y pruebas de la extorsion ysurrepsion de este.— por que debió formarse causa á la Compañia para que se ful- Testimonio del Arzobispo de París—Circunstancias del minase sentencia.—Enorme distancia de las demás Ordenes Breve que contrastan cou la Bula—Testimonio de San Víc- suprimidas á la Compañia—Todasestas fueron oidas.—Com- tor—Estado de Roma cuando la elección de Clemente paración entre la supresión de los Templarios y Esculapios, XIV— Aplausos dados á su Santidad por la destrucción de y la de los Jesuitas.—Supresiones de los Servitas y de los Her- manos de San Juan de Dios, por qué, omitidas eu el Breve. la Compañia por sus enemigos, y conducta del Papa en esta — La Iglesia no odia toda clase de discordias.—Eu las ocasion—La extorsion def Breve se prueba además con ha- que padeció la Compañia fué esta pasiva.—Testimonio de ber sido medida de alta política por el motivo de una paz Clemente XIV. sobre la diferencia entre la supresión de los falsa y efímera—Razones porque fué surrepticio.—La Com- Templarios y la de los Jesuitas.—No siempre se ha proce- pañía fué restablecida sin ninguna reforma y á pedimento dido gubernativamente con las Ordenes suprimidas.—Canon de todo el orbe católico por el Sr. Pió VIL—Conclusion.=- VIH. del Santo Concilio Lateraneuse: su falta de cumpli- Recapitulase todo lo dicho con un capítulo de una moderna miento en la supresión de los Jesuitas.—Respóndese á las Apología de los Jesuitas. acusaciones particulares que les hace el Breve.—Los Jesui- Bula del Sr. Pió F1I. que deroga el Breve de la supre- tas na tuvieron disensiones culpables con los Ordinarios, sión de Id Compañia, y la restablece en todo el mundo. — con los Soberanos, ni con otros Ordenes regulares.—Famo- La Compañia es restablecida sin la menor alteración del Ins- so dicho de un Dominico contra los religiosos que han per- tituto.—Vuelve á restablecerse á pedimento de todo el orbe seguido ¡i la Compañia.—Los Jesuitas vindicados de la acusa, católico y del Obispado.—Se exhorta á los nuevos Jesuitas cion de discordias con las Universidades.—No es mengua de sígau las huellas de sus antecesores.—Se deroga el Breve la Compañía haber tenido alguna vez malos hijos.—Sucesos Clementiao. de España en 1591 alterados en el Breve.—Bula de Grego- rio XIV. en que absuelve de todo cargo á la Compañia — SUPLEMENTO AL TOMO IV. La doctrina de la Compañía no fué escandalosa, ni relaja- da.—Varios Papas defienden la doctrina de los Jesuitas.— Respóndese cou la Bula de Paulo V. á la calumnia hecha á Ciudehno 1.° dudas.-"Razones para dudar.=i.a estos de codiciosos.—Crntestanse otras imputaciones.—Pro- Duda. La santidad de los Jesuitas en todo el tiempo de su testa del General de la Compañia acerca de los ritos chinos existencia.—2 * Calidad de las personas que los defienden. y malabares.—Injusticia con que se critican muchos de es- —3.a Carácter de las que los impugnan y de sus sátiras, es- tos ritos.—Ninguno de los dos Inocencios XI., y Xlll. con- iecialmente del Extracto de las Aserciones.—Historia de ese minaron i la Compañia con cerrar su noviciado.—Reflecciou Íibelo.—4.a La atrocidad misma de las acusaciones, argumen- sobre la inutilidad de las providencias que alega el Bre- a to mayor en favor de los acusados.—5. Falsedades del Ex~ ve.— Descargos á las acusaciones dados eu el mismo.—La tracto de las Aserciones sobre la unidad de doctriua.—Nota so- inobediencia á las disposiciones pontificias anteriores, esti- bre la humanidad de los Jesuitas y su ninguna credulidad á los muló al Sr. Clemente á la extinción del Cuerpo perseguido. cuentos vulgares.—6.a Pruebanse estos embustes con el ejem- —El Breve forma un elogio á los Jesuítas.—El privilegio plo del Tiranicidio, opinion falsamente atribuida á los Jesuitas. concedido á la Compañia de expulsar á sus miembros, no —Estos no pueden abjurar todas las proposiciones tachadas en puede alegarse en favor de su abolicion.—Circunstancias el Extracto, sin la nota de sacrilegos y temerarios.—7.a La con que aun supuesto tal privilegio debió obrarse.—No obs- conducta parcial y arrebatada, observada con los Jesuitas.— ta la suposición de la publicidad de los delitos de la Compa- Ellos no lian sido citados, ni oidos.=8.a Las victoriosas ñia.—El uo ser sentencia el Breve, disgustó á la Corte de Apologias de los Jesuitas, lio han sido contestadas ni aten- España_ —IV. La Bula Apostolicum 110 fué extorcionada didas.—Desafio á los Parlamentos para probar su insuficiencia, »i inútil. — Motivos para esta suposición del redactor del a Breve.—Circunstancias que prueban la libertad conque se 9. Todas las dudas propuestas y otras, serán inútiles dio la Bula.—Testimonios del mismo Clemente Xlll. en para salvar á los Jesuitas. CUADERNO 2.° Nadie tiene razon.=Con una sátira finísi- ma, se manifiesta el caracter de los enemigos dé la Compa- poco decente con que se ha extendido esta Circular.—Encí- 5¡a, los motivos de la persecución de esta, su injusticia, y clica del Cardenal Pallavicini—Diversos juicios en Roma los perjuicios de su destrucción. sobre ella—Los desatinos en todo género de ese papel lo CUADERNO 3.° Carta del Doctor Goyenechea á los Je- hacen iudiguo de un Cardenal, Ministro de estado, etc.— suítas de Castilla.=^Este papel es un comprobante de la ini- Pruebase no poder ser incidente no esperado la apertura de quidad de su persecución en Portugal y Francia, y con él un Noviciado de Jesuitas en la Rusia-Blanca—Deseos de la se dá á conocer, que aun desde esa época tenebrosa no fué Emperatriz para que la Compañía subsistiese en sus domi- ignorada de muchos la cabala de los enemigos de la Iglesia, nios, que aprobó Clemente XIV— Mayores dificultades ha- para destruir esta su valiente y fiel milicia. bía para la destrucción de los Jesuitas en el mundo católico, CUADERNO 4.° Roma en el negocio de los Jesuítas, ó in- por solo el gusto de los Reyes de España y Portugal, que trigas del partido filósofo-jansenista en esa Ciudad para la para su conservación y aumento en Rusia.—Elogio de Cata- destrucción de la Compañía en el siglo XV///.=Ñota.= rina II —El consentimiento de los Soberanos en ciertas cla- Motivos líe la publicación de estos papeles. ^ Refecciones de ses de disposiciones Pontificias es necesario—Si en la Busia las Cortes Borbónicas sobré el Jesuitismo.^.Este folleto, pudo suspenderse la abolicion de la Compañía, pudo esta recuerda al Sr. Clemente XIV. la palabra que tenia dada también propagarse.—Respuesta á una objecion.—Circuns- de destruir á los Jesuitas, y le hace varios cárgos por su fal- tancias que precedieron á la apertura del Noviciado—Ejem- ta de cumplimiento.—Respóndese á ellos con el papel que plares de Ordenes religiosas suprimidas, que continuaron, á se llama Irreflexiones etc.—No es lícito cumplir promesas pesar de haberlo sido^ en varios Reinos.—Otras Constitu- con daño dé todos y provecho de ninguno.—Se defiende la ciones Pontificias, no recibidas por los Soberanos.—En ¡gua- reserva del Papa en este negocio.—Cual fué la prevención les términos se lia procedido con los Jesuitas en Rusia—La de Clemente Xlll. respecto de la Compañía.—El proyecto apertura del Noviciado no ha puesto en angustias y grave de la destrucción de los Jesuitas fué anterior al año de embarazo al Papa. — Uazones para juzgarlo así.— Monseñor 1758.—Folleto publicado en Roma en 1760.—Noticia de la Archeti no era á propósito para encargarse de este negocio Gazeta Eclesiástica de París en 1766.—Comienzan á poner- en Rusia.—Junta formada en Roma para tratar sobre los Je- se en planta varios medios para destruir á los Jesuitas de Es- suitas Rusos, y diversas opiniones acerca de esto.—Pastoral paña.—El Sr. Clemente XIV. no consultaba este negocio del Obispo de Mallo, en la que se faculta la apertura del No- con el Sacro Colegio.—Paralelo de la causa de los Jesuitas viciado—Variedad de afectos que ella produjo, especial- con la de San Atanasio.—Irreflexiones sobre los motivos mente en el partido anti-jesuítico.—Estos fueron, no obs- que tenian indeciso al Papa, y su contestación.—Los Reyes tante, menores, que hubieran sido en otro tiempo por cir- católicos no estaban en su »nayoria en contra de los Jesui- cunstancias desfavorables al partido—Salen á luz algunos tas.—No es crimen de estos ser defendidos y protegidos por folletos contra el Obispo Ruso—Indignación por ellos del Príncipes protestantes.—Desmiéntese al autor, de la impu- Papa—Ridiculez y aun sacrilegio de las acusaciones.—Mo- tación que hace á los Jesuitas de desear ellos mismos su des- tivo porque el Papa pudo informar sobre el Noviciado al trucción.—Conducta edificante de estos entre tautas tri- Embajador español—No habia razón para que se turbase bulaciones —Los Jesuitas no eran universalmeute odiados, Pió VI. por la Pastoral—Algunos servicios hechos última- ni desacreditados*.—Agravio al Papa e'n aconsejarle se rodee mente por los Jesuitas á la Iglesia —Principales delitos de de criaturas suyas. — ilefleccion sobre la Bula Unigenitus.— los Jesuitas; ellos son su gloria—Confianza que han mere- La destrucciou no era punto de disciplina sino materia de cido por mas de dos siglos á los Papas y á los Príncipes- un juicio.—Obediencia de los Jesuitas á los decretos de su Concepto de que gozaban en Rusia, que no pocha disgustar expulsión.—Observación sobre la causa de beatificación del al Papa.-No pudo en consecuencia desagradarle la apertu- Sr. Palafox.—Otra acerca de la ocunacion de Aviñon y Be- ra del Noviciado—Tampoco á las Cortes Borbónicas, salvo nevento.—Otra sobre la conducta obsei vada en Roma, res- á l.spaña.—Inocencia de los Jesuitas de Portugal —Aun pecto délos Jesuitas.— La Compañía siempre ha sido como Carlos 111. no debía resentirse por ia disposición de Peters- el cristiauismo y catolicismo, objeto de la persecución de l,ur„._A cada Príncipe se deben sus respectivas considera- los malvados, v como la Religión siempre ha triunfado de ciones— Respóndese á una objecion—No seria conveniente sus enemigos.—Comentario de la Encíclica del Cardenal que el Papa se opusiese á los deseos de la Emperatriz de la palavicini, ó Apología del Noviciado dé los Jesuítas en la Rusia, con el pretexto de la oposicion de algún Príncipe ca- Rusia-Blanca, abierto en 1779.—Reflecciones sobre el modo lo«. IV.-O. d. I. M. 20

% al Qe sentimiento F^A k" > 1 í^tificarse de sn con- se, sino antes favorecer l erección del Noviciado.—Ningu- Esle debe a a ;: '^le, respetos á todos los Sobera- na razón de las Cortes perseguidoras de los Jesuitas.—Solo catüllC0S L no es ocurrencia -7 a apertura del Noviciado se ha contestado á sus defensores, ocurriendo á violencias. qUe CaUSe mU cho ruido chos mas . , ' atendidos los he- —Se manda al Obispóse sirva de los Jesuitas solo en caso y tra?edlaS r3 l ? R. horrendas representadas de urgentísima necesidad.—Los Obispos de varias naciones reseña de ella mente obi T^fr T *> «pecial- no han querido justamente obedecer la Encíclica de Clemen- VISll deI Cardenal Notaln ™ f , r en Bolonia — te XIV., que suspende á los Jesuítas de los ministerios ecle- cándaln F Estas ocurrencias no deben servir de es- siásticos.—Estos ejemplos debían servir de norma al de Ma- de los oí7,5Z0pa?,0neS d,el Circ^ador sobre la division llo.—Motivos del partido para esta providencia. —Pió VI. to F Polacos'-^Posturas sobre el mismo asan. despreciando las representaciones de la Cinquína, manda en- g E'iiperatriz el Real exequátur al Breve de su- terrar pública y honoríficamente al P. Ricci, General de la ? S Prf,eUtado P°r el Obispo de Wilma-A su conse- Compañía—Los Jesuitas Rusos con falsedad é ignorancia cuenaa pubhca este Prelado una Pastoral para que los Jesuí- son llamados refractarios.—Explícase con ejemplos lo que tano sean moIestados.-Continúan las impostaras del Cir- quiere decir este término en el idioma civil y eclesiástico.— cu ador—La deferencia que debe un Obispo á los Nuncios Otra respuesta con un símil —Dudas que suscita la tal deno- debe ser prudente, racional y correspondiente á su alta dig- minación—Célebre dicho de un Ministro francés—Incon- nidad.—Particular confianza á que el partido anti-iesuítico secuencia de esa acusación con la que se ha hecho á los Je- quena conrrespondiese el Obispo de Mallo.-Los Jesuítas no suítas por su Papismo, ó adhesión á Roma—Los Jesuítas cometían delito en seguir regulándose por su Instituto abo- han sido acusados siempre de los delitos de que son reos sus lido. Recomendación de este Instituto por los Papas, los acusadores—Exámen de la única razón en que estriban las ban os los mejores Príncipes y mayores políticos—Aboli- órdenes y temperamentos del Circulador y Monseñor Ar- da la Compañía no pudo serlo su Instituto, como no pueden cheti : la supresión universal de la Compañía— Es calumnia serlo las maximas y consejos Evengélicos—Nulidad del que poner esta razón en boca del Papa—Clemente XIV. no su- llama pretexto el Circulador.-Paralelo entre la conducta primió la Compañia en Rusia—Pió VI. la aprobó expresa- de los Jesuítas y de sus enemigos.—Decir que los Jesuitas mente—La conducta de éste Pontífice no está de acuerdo continúan regulándose por su lustituto, es hacerles un elo- con la de su antecesor, ni está obligado á seguirla—Las le- gio—Este no era motivo para inquietar al Obispo de Mallo. ves eclesiásticas no obligan con grave detrimento—Nuevo —Protesta que hace este de abandonar su diócesis si le qui- embrollo del Circulador en confundir hechos muy diversos, tan a los Jesuítas. Sentido trunco de esta proposicion de la v callar los favorables á los Jesuítas—La ninguna previsión Circular —Exphcanlo Jas intrigas jugadas para destruir á de Monseñor Archeti y Borja favoreció la apertura del No- Jos Jesuítas en Prusia y Rusia.—Manejo de la Emperatriz viciado —Intrigas infructuosas del partido para obtener la para nulificarlas—Respuesta de los Obispos de esos reinos, supresion.de los Jesuítas—Otra imputación al Obispo—Ob- —impuesta la no destrucción de los Jesuítas en ellos, pro- servación sobre la Pastoral del Arzobispo de Burgos—B¡en ponense vanos casos de conciencia al Circulador.—Por el pudo tomarse la legimitídad del Noviciado del Breve de su- mismo tenor del Breve Ganganelliano se deduce no poderse presión—Respóndese á otras acusaciones hechas al Ubispo este extender á la Rusia—Razones que además lo prueban. de Mallo —Otra observación en favor del Obispo—El mo- —Contradicciones del Circulador—Arbitrarios tempera- tivo de expedir el Rescripto fué dañar á los Jesuítas—Este mentos propuestos por Monseñor Archeti, á las dudas del salió contra la intención del que lo había urdido—El Ob.spo Obispo de Mallo—Causa de la infidelidad de algunos Minis- no ha dado escándalo —En esos tiempos se abusaba mucho tros Romanos—Varios excesos cometidos en Roma en los del nombre del Papa—Causa de esos excesos—Recapi- pontificados de Benedicto XIV., Clemente XIII y XIV. y

Pío VI—Otros especiales contra los Jesuítas—Pésima con- tU 0 ducta de la Congregación de la Cinquína —Otras reflexio- cíl°0ERH0 5 Estado de la Compañia de Jesús en el nes sobre los temperamentos propuestos por Archeti—Ob- mando en l8Ú.=Las obras del catolicismo son eternas co- servación acerca de los Jesuitas suprimidos en Francia por ™ él - Providencia divina sobre los Jesuítas en su destruc- el Parlamento—Razones porque Roma debia toda conside- ción.-Ocupaciones y ejemplaridad de estos, durante el ración a Catarina II—El Obispo de Mallo no podía oponer- tiempo de su supresión—Motivos fundados para esperar su restablecimiento—Pió VII. restablece la Gompama de Je- sus con universal aclamación.—Vuelven a' perseguirla los saitas.—Aplicase en defensa de estos.—Conducta reprobada enemigos de la Religión y orden social.—El odio de eslos es de los que persiguen á la Compañia manifestada en un gra- honroso á los Jesuítas.—Contradicción en las acusaciones cioso símil.—Otro argumento eu favor de los Jesuitas. — For- que se les hace.—A falta de razones se ocurre á Jas alaban- jada confesion de Paz y apólogo con que es confundido.— zas de los escritores anti-jesuitas.—Los adveisarios de la Los Jesuilas grandes en todas lineas.—Magníficos testimo- Compañía lo son también de todas Jas Religiones—Motivos íiios en su favor, de toda clase de personajes de la Iglesia. porque odian á aquella de preferencia.— Progresos que han —Respuesta á las acusaciones de Melchor Cano, de Geucía- hecho los Jesuítas desde su restablecimíento al año de 841. no Ilerveto y de Arias Montano—Ocurrencias del Car- —Número de sus Provincias, Casas é individuos—Plan de denal Silíceo—De la Universidad de la Sorbona—Carta de enseñanza que adoptaron en Buenos-Aires.—Orden de estu- San Francisco de Borja.—Calumnia de Soave coutra el Obis- dios del Colegio Romano. — Reíleccion importante.—El res- po de París, Eustaquio Bellay.—Carácter de Bronsivell. — tablecimiento de la enseñanza jesuítica seria útil á los go- Contradicción entre la profecía de este y las aserciones de biernos, y á los que están per la opinion de Ja libertad en Smith.—Malignas máximas de los enemigos de la Compañia. ensenar—Los Papas León XII. y Gregorio XVI. han con- —Error clásico del escritor veracruzano.—Dicho célebre de fiado en estos últimos años dos de los famosos Colegios de Enrique IV.—Célebre profecia de San Vicente Ferrer, so- Roma á los Jesuitas.—Conclusión.—Serie de los Prepósitos bre la perfección del Instituto de la Compañia de Jesús.— Generales de la Compañía de Jesus.=Prospecto del número Nota sobre el restablecimiento de los Jesuitas eu Gua- y calidad de sus Casas é individuos. temala.

CUADERNO 6.° Opinion de los Mexicanos sobre los Jesuí- CONCLUSION DE LA OBRA— Recapitúlale las prin- tas, y sus reiterados votos por su restablecimiento.^^ainoso cipales respuestas que se han dado en esta obra á los Docu- dicho de Ja Reina de NápoJes á Jos Jesuítas de su Reino mentos y obras importantes v á otros periódicos, y se termi- aplicado á los Mexicanos—Lágrimas de estos cuando la ex- na con uu trozo de la^Oda á la Compañia de Jesús del illmo. pulsiou en 1767.— Piden á la Compañía los Diputados de am- Lívinio Torrencio, Obispo de Ambercs. bas Américas en 1810 en las Cortes españolas—Expresa los • sentimientos de la nación por el restablecimiento de los Je- suitas en 1815 el editor del diario de México—Papel publi- Abunde satísjactum illis.... si velint cognoscere-, si nolint, cado en esta capital contra Ja supresión de los Jesuitas en 1820—Publícase otro sobre el mismo asunto en Puebla fir- frustra tentemus eis satis/acere, qui calumniari malint, quám mado por mas de mil individuos.—Universal seutimiento discere.—EtlASMO. Epistol. 556 ad Laurin. que causó la supresión de la Compañía en América en 1821, é impulsos que dió á la independencia—Voto del P. Sartorio por el restablecimiento de Jos Jesuitas—Represen- taciones de casi toda la República pidiéndola restauración de «Basta y sobra lo dicho la Compañia en 1822—Nueva petición en 1841—Oposicion á Para el que averiguar lo cierto quiera, esta voz general: sus agentes, y reprobados medios deque se han valido.—Reflexiones sobre esta oposicion.—Razones Y para ci que calumnia por capricho, fundadas para pedir su restablecimiento—Magnífico testi- monio del continuador de Bercastel.=Primera ley en favor Cuanto mas se dijese, ocioso fuera.» de los Jesuitas dada en México.

CUADERNO 7.° Impugnación de las calumnias inventadas contra los Jesuitas, y publicadas en Vcracruz en 1822.= Los papeles contra Jos Jesuitas no son otra cosa sino una fria re- petición unos de otros.—Ellos han sido victoriosamente im- pugnados; pero nunca callan sus enemigos—Contradicción de sus acusaciones—Carácter de sus acusadores.—Sus de- FIN DEL INDICE ANALITICO. pravados fines son el dia de hoy muy conocidos.—Ridículo argumento contra la petición del restablecimiento de los Je- Arando. (Conde de) filósofo notorio. S. al tomo IV. cuader- no 4. ° pág. 205. IMDICE ALFABÈTICO Arellano (Arzobispo de Burgos) calumnias de su Pastoral. S. al tomo IV. cuaderno 4. ® pág. 240 á 242. Argoli (Obispo de) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 80_. DE LOS Arnaldo (Jansenista) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 3. Asara (Escritor español) tomo IV. cuaderno 2.° pág^ 135. Ascalona (Franciscano) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 71. TESTIMONIOS CITADOS, Ascalona (Obispo de) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 90. Aserciones (Extracto de las) su impugnación: tomo III. Y DE LAS PRINCIPALES CALUMNIAS CONTESTADAS cuaderno 1. ° al fin de las notas latinas pág 42. Astori (Consejero de Luis XVI.) tomo IV. cuaderno 1.° pá- gina 155. Auxiliis (Congregación de) observaciones sobre esta disputa así as^a tomo III. pág. XXII.—notas latinas pág. 30. AzebecLo (V. p. Ignacio y sus compañeros) martirizados por la Fé: tomo IV. pág. 105.

DE LA COMPAÑIA DE JESUS. B.

Bacon (Protestante) tomo III. cuaderno 1.® pág. 165. Balduino (Calvinista) tomo IV. cuaderno 1. pág. 53. Baraldi (Obispo) S. al tomo IV. cuaderno 5.° pág. 6 al 21. A. Barba (D. Domingo) calumnia de su acusación-" tomo I. cua- derno 3. ° pág. 79. Barbier (Escritor) tomo I. cuaderno 5.° pág. 38. -A-gustin (Orden de S.) tomo IV. cuaderno 5.° pág. 86. Baronio (Cardenal) tomo III. cuaderno 1.° pág. 39. Alano (Cardenal) tomo IV. cuaderno 1.° pa'g. 168.—S. al to- Barquera (Periodista) S. al tomo IV. cuaderno 6.° pág. 7. mo IV. cuaderno 6.° pa'g. 36. 0 Barry (Escritor liberal) tomo II. cuaderno 5.° pág. 21 y si- Alberto (Luterano) tomo IV. cuaderno!. pa'g. 105. guientes. Alcalá (Dominico) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 70- Basilea (Obispo de) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 99. .Alejandro VII. (Papa) tomo II. cuaderno 2.° pág. 24 y 121. Bataglini (Escritor) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 66. 101. —tomo IV. cuaderno 1.° pág. 122. cuaderno 3.° pág. 105. 102. y 120. Alejandro VIII. (Papa) tomo II. cuaderno 2.° pág. 25, Baviera (Duque de) V. Soberanos. Alembert (Corifeo del filosofismo) tomo III. pág. LIl.—to- Bayle (Protestante y filósofo) tomo III. pág. L. y 165—S. mo IV. cuaderno 1.° páginas 128.129. 133. 136. 152. cua- al tomo IV. cuaderno 4.° pág. 1/9. derno 2.° pág. 79. 171. cuaderno 3.° pág. 159.-S. al to- Beaumont (Arzobispo de París) tomo I. cuaderno 4.° pág. mo IV. cuaderno 4.° pág. 14. cuaderno 5.° pág. 5. 27.—tomo IV. cuaderno 2.° pág. 95. cuaderno 3.° pág. 6. 18. 20. 0 151. cuaderno 3.° pág. 10 y 33. Alvarado (Dominico) S. al tomo IV. cuaderno 2 pág. 51. Beaumont (Arzobispo de París) autenticidad de sa famosa Américas (Diputadosde) S. al tomo IV. cuaderno 6.° pág. 6. Pastoral: tomo IV. cuaderno 2. ° pág. 96. América (Provincias y particulares de) S. al tomo IV. cua- Becattini (Escritor) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 156. derno 6.° pág. 21 al 32. Bellay (Obispo) tomo III. cuaderno l.°pág. 15—S. al tomo Amigo de Italia (Periódico de Turin) S. al tomo IV. cua- lV. cuaderno 7.° pág. 48. derno 5.° pág. 9 al 25. Belle-isle (Mariscal de) tomo IV- cuaderno 1.° pág. 138. Amigo de la Religión y del Rey (Periódico de Franci.i) S. ai Bellemare (Escritor) tomo III. cuaderno l.°pág LVII1. tomo IV. cuadernoS.0 pág. 13. Benedicto XIV. (Papa) tomo II. cuaderno 2.a pág. 66.— tomo IV. cuaderno 1 0 pág. 82. Carmen (Orden del) tomo IV. cuaderno 3." pág. 88. Benedicto XIV. (Papa) su breve de visita ejecutado despues de Cartuja (Orden de la) tomo IV. cuaderno 3.° pág. 86. su muerte: tomo lll. cuaderno 1- ° pág. 51.—surrepticio: Carvallo (Ministro portugués) S. al tomo IV. cuaderno 2.° tomo IV- cuaderno 2. c pág. 34. página 5. Benito (Orden de S.) tomo IV. cuaderno 3.° pág. 86. Castelli (Cardenal) S. al tomo IV. cuaderno 4.° pág. 237. Beza (Calvinista) tomo III. cuaderno 2.° pág. 70.—tomo Castilla (Consejo de) tomo I. cuaderno 1.° pág. 5. IV. cuaderno 1.° pág. 53. Catarina II. (Emperatriz déla Rusia). En diversas partes es- Bierlingio (Protestante) S.al tomo IV. cuaderno 1.° pág. 19. pecialmente eu el S. al tomo IV. cuaderuo 4.° Comenta- rio á la Encíclica, etc. Birotteau (Abogado francés) S. al tomo IV. cuaderno 4.° Cateriní (Obispo) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 16. pág. 133. 0 Cazal (Obispo) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 11. Blazquez (Magistrado) tomo II. cuaderno!. pág. 68. Charlevoix (Monsieur de) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 112. Bolonia (Ciudad de) S. al tomo IV. cuaderno 4.° pág. 123. Chateaubriand (Vizconde de) tomo II. cuaderno5.° pág. 4. Bonald (Enrique de) tomo IV. cuaderno 6.° pág. 32. China (Emperador de) tomo IV. cuaderno 2.° pág. 77. Borba (Eclesiástico) S. al tomo IV. cuaderno 6.° pág. 18. China (Misioneros de varios Ordenes de) tomo IV. cuaderno Borja (S. Francisco) alteración de su carta: tomo IV. cua- derno 1. ° pág. 41 y siguientes. 1.° página 76. China (Obispos de) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 77. Borromeo (S. Cárlos) tomo 1. cuaderno 4.° pág. 5.—tomo Choiseul (Ministro francés) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 131. Hl. cuaderno 1.° pág. 148.—tomo IV. cuaderno 2.° pág. Choppin (Jurisconsulto) tomo IV. cuaderno 3.° pág. 94. XV. XVI. XIX. Clausel (Escritor) S. al tomo IV. cuaderuo 4.° pág. 219. Bossuet (Obispo) toino I. cuaderno 4.° pág 23.—tomo III. Clemente VIH. (Papa) tomo III. cuaderno 1.° pág. XLVI. cuaderno 2." pág. 39. —tomo IV. cuaderno 1.° pág. 28. 117. Botero (Luterano) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 53. Clemente IX. (Papa) tomo II. cuaderno 1.° pág. 25. Bouganvillc ( Viagero) S. al tomo IV. cuaderno 4.° pág. 56. Clemente XI. (Papa) tomo IV. cuaderno l.° pág. 61. Bromsiwel (Arzobispo) su caracter. Refútase S. al tomo 1 V. Clemente XIII. (Papa) tomo I. cuaderno 4.° pág. 39 á 48 y cuaderno 7.® pág.50. en otros lugares. Bretón (Viagero) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 438. Clemente XIII. (Papa) su Bula Apostolicum no fué extor- Bucero (Calvinista) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 53. cionada, sino expedida con toda libertad: tomoIV. cuader- Busembauni (P. Hermán) su elogio. S. al tomo IV. cuader- no 3. ° IV. y V. na 2.° pág. 1. Clemente XIV. (Papa) Reflexiones á su Breve: tomo IV. Buffon (Escritor y filósofo) tomo III. cuaderno 1.° pág. 111. cuaderno 3. ° =No fué envenenado por los Jesuítas; tomo Bzovlo (Escritor) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 57. IV. cuaderno 2. ° pág. 190.—No suprimió á los Jesuítas Rusos ni Polacos. S. al tomo IV. cuaderno!. ° tomo IV. c. cuaderno 3. ° pág. 34. Collado (Fr. Domingo) sus calumuias: tomo IV. cuaderno Cabrera (Obispo) tomo IV. cuaderno 3.° pág. 84. 1. ° pág. 6(5. Cano (Melchor) sus delirios solre la Compañía. S. al tomo Concilio de Trento: tomo III. cuaderno 1.° pág. 36 y en otros l V. cuaderno 7. ° pa> 39. lugares. Caraccioli (Marques de) son apócrifas sus cartas de Ganga- Condamiue (Académico francés) tomo II. cuaderno 4 o nelli, v falsa la historia de su vida: lomo IV. cuaderno pág. 106. 138. 2.° 'pág. 191. Condorcet (Filósofo) tomo IV. cuaderno 2.° pág. 79.—S. al Cárdenas (Obispo del Paraguay) su persecución á los Jesuí- tomo IV. cuaderno 4 0 pág. 205. tas: tomo 11. cuaderno 4. Constanza (Princesa) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 126. Cardenales (Colegio de) S. al tomo IV. cuaderno 5.° pág. 12. Contestación muy importante etc. (folleto publicado en Mé- Cárlos V. (Rey de España) V. Soberanos. xico en 811) su refutación: tomo I. cuaderno 1.® pág. Cárlos IX. (Rey de Francia) tomo I. cuaderno 4.° pag. 60. 80 y siguientes. Cárlos (Príncipe de Portugal) V. Soberanos. Cools (Obispo) tomo III. cuaderno 4. ° pág. 56. Ton. IV.-O. d. I. M. 21 Cose (Protestante) tomo IV. cuaderno í.° pág. 49. cua- — tomo IV. cuaderno 2.° pág. 91 y 145.—S. al tomo IV. derno 2.a pág. 110. 133y siguientes. cuaderno 4." pág. 41. Estevan (Rey de Polonia) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 126. D. F. Damiens (Asesino de Luis XV.) tomo IV. cuaderno 2.6 pá- gina 98. Fabricio (Herege) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 112. De-Maistre (Conde) S. al tomo IV. cuaderno 5,° pág. 15. Federico II. (Rey de Prusia v filósofo) tomo III. cuaderno Diario eclesiástico: tomo IV cuaderno 2.° pág. 191. 1.° pág. XXXV. LII. 210.—tomo IV. cuaderno 1.° pág. Diotalleni (Obispo) tomo I. cuaderno 5." pág. 31. 1. 131. 133. 154. cuaderno 2.° pág. 146. 149. 190.—S. al Domingo (Orden de Sto.) tomo 111. cuaderno 4." pág. 66.— tomo IV. cuaderno 4.° pág. 36 y 37. tomo IV. cuaderno 3.° pág. 86 y en otros lugares. Felipe II. (Rey de España) S. al tomo IV. cuaderno 7." Dominicos (PP.) No tuvieron jamás odiosidad en cuerpo con pág. 45. los Jesuitas, no obstante la diferencia de sus escuelas: to- Felipe IV. (Rey de España) tomo I. cuaderno 1.° pág. 60 y mo 111. cuaderno!.0 pág. 56 y 66: tomo IV. cuaderno 64.—tomo 11. cuaderno 2.° pág. 67. —tomó IV. cuader- 1. ° pág. 113. cuaderno 2. ° pág. 87. no 1.° pág.. 109. Du-Boulay (Escritor) tomo III. cuaderno 1.° pág. 163. cua- Felipe V. (Rey de España) tomo II. cuaderno 4.® pág. 106. derno 2.° pág. 34. y siguientes. Ducreux (Historiador) refutación á su artículo sobre Jesuitas: Fernando II. (Emperador de Alemania) tomo I. cuaderno tomo IV. cuaderno 1. ® 4." pág. 60. Du-Perron (Cardenal) tomo III. cuaderno l.°pág. 4. Fernando IV. (Rey de Nápoles) tomo IV. cuaderno 2.° pá- Dupleix (Escritor) tomo IV. cuaderno 1.° pág. J.16. gina 200. Fernando VII. (Rey de España) tomo IV^ cuaderuo 1.° pág.

E. 140 y siguientes: cuaderno 2.° pág. 203. Ferraris (Arcipreste) S. al tomo IV. cuaderno 5.° pág. 11. Embajadores (En el Concilio de Trento) tomo I. cuaderno Ferrer (S. Vicente) Su profecía. S. al tomo IV. cuaderno 4.° pág. 5. 7." pág. 56. Enciclopedia francesa tomo IV. cuaderno 1.° pág. 131. Filiberto (Príncipe) V. Soberanos. Enciclopedia (Obra de impiedad) los Jesuitas fueron los pri- Filipinas (Frauciscanos de) tomo II. cuaderno 2.° pág. 36. meros en combatirla: S. al tomo IV. cuaderno 4. ° pá- Filipinas (Obispos de) tomo II. cuaderno 2.° pág. 27. gina 118. Filópatro (Escritor) S. al tomo IV. cuaderno 7.° pág. 36. Enrique IV. (Bey de Francia) tomo I. cuaderno 4.° pág. 49 Flandes (Calvinistas de) tomo I. cuaderno 3.° pág. oO. " siguientes.— tomo 111.cuaderno 1.° pág. IV. y en otros Flayva (P.) calumnias de su supuesto escrito; tomo II. cua- Íugares. derno 4. ° pág. 109. Fleury (Escritor) tomo III. cuaderno 1.° pág. 196. Enrique (Príncipe de Portugal) V. Soberanos. 0 a Fleury (Continuador de) tomo IV. cuaderno 1 pág. 115. Enrique Pantaleon (Luterano) tomo IV. cuaderno 1. pág. 0 16. cuaderno 3." pág. 53. Fosearan (Obispo) tomo IV. cuaderno 1. pág. 16. 8 Francia (Asamblea del Clero) tomo I. cuaderno IV. pág. 6. Escobar (V. Doña Marina) S. al tomo IV. cuaderno 6. pá- gina 36. 7. 29. y siguientes. España (Inquisición de) tomo 1. cuaderno 1.° pág. 5- cua- Francia '( Delfo de) tomo I. cuaderno 4.° pág. 38.—tomo derno 3.° pág. 21. IV. cuaderno 2. ® pág. 102. España (Veinte Obispos de) tomo 1. cuaderno 1.° pág. 6 Francia (Estados generales de) tomo I. cuaderno 4.® pág. á 12. V. Palafox. 7.—tomo III. cuaderno 1.® pág. 37. Francia (Jesuitas secularizados de) observación importante Espinosa (Cardenal) tomo II. cuaderno 4.° pág. .86. sobre ellos. S. al tomo IV. cuaderno 4. ° pág. 196. y si- Espionaje (Atribuido á los Jesuitas) calumnia: tomo III. guientes. cuaderno 1. ® pág. 287. Francia (Obispos de) tomo I. cuaderno 4. ° pág. 3 á 2b. Estanislao (Rey de Polonia) tomo III. cuaderno l.°pág. 155. Francia (Parlamentos de) tomo III. cuaderno 1. o pág. 41. —tomo IV. cuaderno 2. o pág. 90. i rancis.cano (Sabio escritor) tomo IV. cuaderno 1. ® pá- 5. gina 169. 1 Ignacio (Sau) su falsa revelación: tomo III. cuaderno 1.° Francisco (Orden de S.) tomo IV. cuaderno 5. ® pág. 86. pág. Lll.—Sacrilego folleto publicado en su contra pág. Funes (Dean de) tomo 11. cuaderno 5. © pág. 25.y'56. 235.—Calumnias sobre sus Ejercicios pág. 147. Ildefonso de Santo Tomás (Obispo) torno 111. cuaderno 4. ® G. lldegardis (Santa) su profecía neciamente aplicada á los Je- suítas.- tomo l. cuaderno 5.® pág. 5. Ganganelli (Papa) tomo IV. cuaderno 2.° pág. 142. cuader- 5 Index (Congregación del) tomo I. cuaderno 5. ° pág. 19. no 3.° pág. 77. pág. 174. * ludias (Consejo de) tomo II. cuaderno 4. ® pág. 32.—tomo García (Dominico) tomo IV. cuaderno 1. ® pág.. 71. IV. cuaderno 1. ® pág. 145. Ganbay (Escritor) S. al tomo IV. cuaderno 7. ® pág. 56. Ingolstad (Universidad de) tomo IV. cuaderno 3. ® pág. 91. Gentil (Oratonauo) tomo IV. cuaderno 1 ° pág. 89. Inocenciana (Carta) su refutación: tomo I. cuaderuo 1. ® Gondy (Obispo) tomo I. cuaderno 4. ® pág. 6. y 3.® Gonzalez (Obispo) S. al tomo IV. cuaderno 3. ° pág. 57. Inocencio X. (Papa) tomo I. cuaderno 3.® pág. 17.—tomo Gonzalez (P. Tirso) observación sobre su memorial: tomo II. III. cuaderno 1. ° pág. XXII—tomo IV. cuaderno 5. © , cuaderno 1.® pág. 122. V. Pascal. pág. 105. Gottofredo (Jurisconsulto) tomo III. cuaderno 1.® pág. 188. Inocencio XI. (Papa) tomo II. cuaderno 2. ® pág 25. —lo- Gratzer (Heresiarca) tomo IV. cuaderno 1- ® pág. 53. mo III. cuaderno 4. ° pág. 35. Gregorio XIIl. (Papa) tomo 111. cuaderno l.°pág. XLVII1. Inocencio XII. (Papa) tomo II. cuaderno 2.° pág. 25. —tomo IV. cuaderno 1.® pág. 26. Instituto (el de la Compañía) su victoriosa Apología: toma Gregorio XIV. (Papa) tomo IV- cuaderno 3. ° pág. 35. 99. III. cuaderno 1. ® Gregorio XV. (Papa) tomo IV. cuaderno 1.® pág. 26. Izchirmer (Protestante) S. al tomo IV. cuaderno 5.® Guatemala (República) S. al tomo IV. cuaderno 7. ® pá- pág. 13. gina 57. Guillermo (Duque de Baviera) tomo IV. cuaderno i.® pá- J. gina 24. Guilléstigui ^(Comisario de S. Fraucisco) tomo II. cuaderno Japón (Mártires del) calumnias sobre ellos: tomo III. cua- 4. ® pág. 78 y siguientes. derno 1. ° pág. 299. ••' ' • ' • • ?tiu . íi; .'£ • ..-.i. i : •• . Japón (Obispos Jesuitas del) su santidad: tomo IV. cuader- H. no 1. ® pág. 111. Jesuitas (PP.) Falsas acusaciones con escritos de Santos: to- Hacenmullero (Luterano) tomo III. cuaderno 5. ® pág. 2. mo lll. cuaderno 1. ® pág. Lll.—Admirable número de Henrion (Historiador) tomo 11. cuaderno 1. ° pág. 11.—to- sus ilustres discípulos pág. 180.—No son esencialmente mo IV. cuaderno 1. ® pág. 91. cuaderno 2 ® pág. 126, monárquicos, cuaderno 2. ° pág. 43.—Los delitos de sus 131. cuaderno 3.® pág. 56 116.—S. al tomo IV. cuader- miembros no los denigran, cuaderno 4. ® pág. 19.—Acu- no 6. ® pág. 44. saciones vulgares que se les bacen: pág. 21 —Siempre se Herveto (Genciano) acusación refutada. S- al tomo IV. cua- les cita en contra la autoridad de sus enemigos: pág. 47. derno 7. ® pág. 41. —No se ha dicho que son esenciales á la Iglesia, cuader- Historia de los Jesuítas (Memorias para la) su impugnación. no 5.® pág. 2—Sus expulsiones en sus primeros siglos: 5. al tomo IV. cuaderno 7. ° tomo IV. cuaderno 2. ® pág. I. y siguientes.—Su perse- cución y destrucción en el pasado, cuaderno 2. ° S. al Hombres ilustres (Testimonios de) tomo III. cuaderno 2. ° tomo IV. cuaderno 4. ® primera parte.—Sus pretendidas (colocados en orden alfabético).—S. al tomo IV. cuaderuo riquezas: tomo IV. cuaderno 2. ® pág. 163.—No fueron 7. ® pág. 31. fautores de cuentos de brujas S. al tomo IV. cuaderno Hurtado (Escritor) tomo IV. cuaderno 3. ° pág 84 1. ® pág. 18.—No tuvieron espíritü mentiroso, cuaderno Hus (Calvinista) torno IV. cuaderno 1. ® pág. 55. 2.® pág. 35.—Canonicidad de los de la Rusia-Blanca, cuaderno 4.® segunda parte.—Sus padecimientos en Bo- M. . lonia y en Roma cuando su extinción, cuaderno 4. ® pág. 132 y siguientes.—Son favorecidos despues de la supresión Macao (Obispo de) tomo IV. cuaderno 1. ® pág. 99. en muchos reinos pág. 167.—Injusticia de la suspensión Madrid (Motín de) contestación á las calumnias que sobre el de sus miuisterios: pá¡j. 208.—Las revoluciones siguen á se publicaron contra los Jesuítas: tomo IV. cuaderno 2. c su caida pág. 233.—Sus grandres hombres, cuaderno pág. 131. y siguientes. 5.® pág. 29. Su restablecimiento en 1814: tomo 111. Magdalena (Princesa) V. Soberanos. cuaderno 3. ° pág. 187. Maigrot (Obispo) tomo IV. cuaderno 1. c pág. 6¿. Jimenez (Escritor) S. al tomo IV. cuaderno 7. ® pág. 35. Maldouado (Obispo) tomo 11. cuaderno 4.® pag. 7. Ib yb/. Jorge Juan y Ulloa (Viageros) tomo 11. cuaderno 5. ° pág. Mallo (Obispo de) S. al tomo IV. cuaderno 4. ® Comenta- 8 y siguientes. rio á la Encíclica etc. Josai'at (San) tomo I. cuaderno 3. ® pág. 18. Mancha (Obispo) tomo II. cuaderno 4. ® pag. 49. José I. (Rey de Portugal) tomo IV. cuaderno 2.® pág. 9. Mancio (Dominico) S. al tomo IV. cuaderno / . ® pag. 41. —tomo 111. cuaderno 1. ® pág. 43. Mañozca (Arzobispo de México) tomo I. cuaderno 1. pag. José II. (Emperador de Alemania) tomo IV. cuaderno 2. ® 13. 17. v 19. pág. 175.—S. al tomo IV. cuaderno 4. ° pág. 26. Margarita de Austria: tomo IV. cuaderno 1. ® pág. 126. Juan IIl. (Rey de Portugal) V. Soberanos. María (Emperatriz de Alemania) tomo IV. cuaderno 1. Jurieu (Calvinista) V. Teatro Jesuítico. Justo Lipsio (Escritor) S. al tomo IV. cuaderno 7. ® pág. 36. Mariana (P. Juan) Refutación á su libro sobre las Enferme- dades de la Compañía, tomo III cuaderno 1.° Introduc- ción —tomo IV. cuaderno 1.° pág. 34. K. Maria Teresa (Emperatriz de Alemania) tomo l\ cuaderno Kemnizio (Luterano) tomo I. cuaderno 3. ® pág. 29.—tomo 2.° j)ág. 145 y 149.—s. al tomo IV. cuaderno 4. pag. ¿b 11. cuaderno 1. ® pág. 100- Keru (Luterano) tomo IV7. cuaderno 1.® pág. 161. Marin (Obispo) tomo IV. cuaderno 3. ® pág. 89. Marinis (General de la Orden de Santo Domingo) tomo 111. cuaderno 4.° pág. 65- L. Maule (Conde de) tomo I. cuaderno 4. ® pag. -»y. Mauriceni (Historiador) tomo IV. cuaderno i. pag. liy. La-Mennais (Escritor) S. al tomo IV. cuaderno 5. ® pág. 7. Melancton (Heresiarca) tomo I. cuaderno 5.° pag. 8.—tomo Leibnitz (Protestante) tomo IV. cuaderno 1.® pág. 103.— IV. cuaderno 1.° pág 53. S. ai tomo IV. cuaderno 1. ® pág. 18. Memorias de Módena (Periódico) S. al tomo IV. cuaderno León (Magistrado) tomo II. cuaderno 4. ® pág. 55. 5.° pág. 16. Le-Reoeil (Periódico) tomo II. cuaderno 5. ° pág. 6. Lermeo (Luterano) tomo IV. cuaderno 1. ° pág. 53. Mercier (Filósofo) tomo 111. cuaderno 1. pag. XX\V Mercurio (Galo-Bélgico) tomo IV. cuaderno;*.0 pág. 94 y Ligorio (S. Alfonso) tomo IV. cuaderno 3. ° pág. 4. México (Gobierno de) S. al tomo IV. cuaderno 6. pag. 4b. Linguet (Filósofo) tomo IV. cuaderno 2. ° pág. 73. Mirabeau (Filósofo) tomo IV. cuaderno 2. ® pág. 80.—S. al Lipski (Obispo) tomo I. cuaderno 5 ° pág. 33. tomo IV. cuaderno 5.° pág. 7. Littomiseno (Luterano) tomo III. cuaderno 5. ° pág. 2. Misiones extrangeras (SS. de las) torno IV. cuaderno 1. López (Obispo) tomo IV. cuaderno 1. ° pág. 69. Lovaina (Universidad de) tomo H . cuaderno 3. ® pág. 91. Moeslmo (Protestante) tomo IV. cuaderno 1.® pág 112. Luis XIII. (Rey de Francia) tomo III cuaderno t.° pag. 38. Mónita Secreta. Impugnación de este libelo: tomo 1. cua- Luis XIV. (Rey de Francia) tomo 111. cuaderno 1. ® pág. derno 5.° T 8 y 38. Montano (Arias) Refútase su acusación, b. al tomo IV. cua- Luis XV. (Rey de Francia) tomo IV. cuaderno 2. ® pág. derno 7.° pág- 43. 87. 167. Montano (Escritor) tomo IV- cuaderno 1 pag. 1¿J. cua-

v XI — — XII

dernoo >ag 93.-S. al tomo IV. cuaderno ?•" pág. 37. Palafox (Obispo de Puebla) sus calumnias sobre la máscara Montclar (Filosofo) tomo IV. cuaderno 2.° pág. 89. de la víspera de S. Ignac.o: tomo I. cuaderno 1." pág. 34. Montesquieu (Filósofo) tomo 111. cuaderno 1. ® paV. 281. —Sobre la ulolatr.a de los misioneros de la China: tomo Mon.holon (Jurisconsulto) tomo IIl. cuaderno 1* paV. 188. de a 57 Mora (D José Joaquín) contestación al Editor de su artículo: "<• Tr., /r°.n c 1 - to.no IV. cuaderno 1.° tomo III. cuaderno o.° S. al tomo IV. cuaderno 7.® pag. JG. 61. ,0 ÍOD.-Sobre sus bienes excesivos: tomo pag. o2. 111 cuaderno 1 pag 58—Sobre la reconvención de so- berbia por Uemente VIII. pág. XLVI—Sobre sus plei- Moren (de Basilea) tomo IV. cuaderno 2.° pág. XXV. Moseimo (Luterano) tomo IV. cuaderno 1.° pág 102. tos con los Jesmtas por sus privilegios: tomo IV. cuader- no ó, Pag- 83. Ningún valor de la aprobación de sus Muller (Protestante) tomo IV. cuaderno 1.° pág 162. obras sobre los hechos. Véase el Aoenclice V. Inocencia- Mnratori (Escritor) tomo IV. cuaderno 1-° pág. 108. na y Sevilla. Murr (Luterano) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 136 y 169. Papas (en su orden cronológico) tomo III. cuaderno 1.° pag. 1 a 18. IV. Paraguay (Misioneros) respuesta á un folletista: tomo II. cuaderno 4.° pág. I03.-Libelo calumnioso de Carvallo: Napolitano (Obispo) tomo II. cuaderno 4. ® pág. 5. tomo 11 cuaderno 4 0 pág. 95. Natal Alejandro (Dominico) tomo IV. cuaderno 3. ® pág. 51. París (Universidad de) tomo 111.'cuaderno 1. ® pág. 16. Parlamentos (de Francia) iniquidad de sus procedimientos: Navarrete (Obispo) tomo II. cuaderno 2.® pág. 37.—tomo 0 III. cuaderno 4.® pág. 32.—tomo IV. cuaderno 1.® tomo IV. cuaderno 2 pág. 88 á 90. V. Instituto y Aser- ciones. ' pág. 64. 67. 68. Neri (San Felipe) tomo IV. cuaderno 1. ® pág. 38 V. Santos. Pascal (Blas) respuesta á las Provinciales: tomo II. cuader- Nicolao (Rey) origen de esta fábula: tomo IV. cuaderno nos 1. ® 2. ® y 3. ® 2. ° pág. 20. (Sus fingidas medallas) S. al tomo IV. cua- Paulo III. (Papa) tomo III. cuaderno 1.° pág. XLVlll. derno 4. ® pág. 83. Pau o IV. (Papa) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 19 y 20. Novion (Mr. de) tomo I. cuaderno 4. ® pág. 22. • Paulo V. (Papa) tomo II. cuaderno 2.° pág. 121—tomo III. cuaderno 1.° pág XLVI—tomo IV. cuaderno 1.» O. pag. 27. cuaderno 3. ® pág. 105. Pavía (Escritor) tomo III. cuaderno 4.® pá<*. 30. Obispado universal tomo II. cuaderno 4.° pág. 4.—tomo Paz (Dominico) tomo II. cuaderno 2.° pág. ol. IV. cuaderno 3.° pág. 82. Paz (folletista) refútase. S. al tomo IV. cuaderno 7.° Obras (en defensa de los Jesuitas) tomo III. cuaderno 5.° Pazzis (Santa Maria Magdalena de) tomo III. cuaderno l • pag. L11I. pág. 8. y siguientes. Oliva (Dominico) S. al lomo IV. cuaderno 7 ° .pág. 35. Peralta (Obispo) tomo II. cuaderno 4.° pág. 95 y siguien- Oliva (P. Juan Pablo) calumnia sobre su carta: tomo III. tes. JO cuaderno 1.° pág. XXVlí. Perefixe (Historiador) tomo IV. cuaderno 1.° pá-'. 116. Opmer (Franciscano) S al tomo IV. cuaderno 7. ° pág. 36. Pío V. (Papa S.) tomo I. cuaderno 3.° pág. 9—tomo III. Ordenes religiosas (Posteriores á la Compañía) tomo IV. cuaderno 1.° pág. LV—tomo IV. cuaderno 1.° pás. 21. 22. y 122. r 0 cuaderno 3.° pág. 87. 0 Osio (Cardenal) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 167. Pío VI. (Papa) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 21. cuaderno 3 Ostrorog (Conde de) tomo 1. cuaderno 5.° pág. 20. pag. 51—tomo IV. cuaderno 2.® pag. 132. 192 y si- guientes. S. al tomo IV. cuaderno 4.° Comentario "á la P. Encíclica etc. Pió VII. (Papa) tomo I. cuaderno 4.° pág. 55 á 58—tomo IV. cuaderno 2.° pág. 199. cuaderno 3.® pág 170—S. Pslafox (Obispo) tomo I. cuaderno 1.° p?g 45 á 49. cuader- al tomo IV. cuaderno 5.° pág. 11. no 5- ® pág 10. 11. 32. 59. 61.—torno IV. cuaderno 1.° Platina (Franciscano) S. al tomo IV. cuaderno 5 ° náág. 55. pág. 11 y 12. , Syskowski (Obispo) tomo I. cuaderno 5. © pág. 36. Roduifo (Emperador) tomo IV. cuaderno 1. © pag. l¿t>. T. Taicozatr.a (Rey del Japón) tomo IV. ruaderno 1.® pág 107. Talon (Mr. de) tomo 1. cuaderno 4.® pág. 22. Tan ùcci (Ministro de Nápoles).S. al tomo IV. cuaderno 4." pág. 221. L i Teatino (P. Ventura, General) S. al tomo IV. cuaderno 5. ° pág. 15. K:* 1 Teatro jesuítico. No fué obra de un Obispo Dominico. Re- fútalo su supuesto Autor: tomo III. cuaderno 4.° Teresa de Jesus (La Santa Madre): tornai. cuadernoS.0 pág. 10 y 11.—tomo III. cuaderno 1.® pág. Lili. Tilicki (Obispo) tomo 1. cuaderno 5.° pág. 27. Tomás de Villanueva (Santo), tomo I. cuaderno 3.° pág. 9. Torrencio (Obispo) S. al tomo IV. cuaderno 7.® pág. 72. Tournon (Patriarca) tomo lV. cuaderno 1.° pág. 91. Troyes (Obispo de) S. al temo IV. cuaderno 5.° pág. 12.

\ V Valdivia (Canónigo) tomo 111. cuaderno 5.° pág. Vertot (Escritor) tomo IV. cuaderno 2.® pag. XXII. Victor (de San) tomo IV. cuaderno 5.° pág. 23. 75. 155. 156 y 162. Villa Fuerte (Marqués de) lomo II. cuaderno pag. 54" Visdeu (Obispo) tomo IV. cuaderno 1.° pág. 90. Voltaire (Corifeo del filosofismo): tomo 11. cuaderno 2.° pá- 111.—tomo IV. cuaderno 1. ° pág. 101. 150. y 138. cuaderno 2.° pág. 79 y 80- Urbano VIH. (Papa) tomo II. cuaderno 2. ® pag. 25.—to- mo IV. cuaderno 1. ® pág. 27. Uzes (Obispo de) tomo 111. cuaderno 1. ° al hn de las no- tas pág. 42 y siguientes. Weisaupt (Cabeza de la Francs-Mazonena) b. al tomo IV.

cuaderno 5. ® pág. 23. # Witacero (Luterano) tomo III. cuaderno b. u pag. L.

X. Xavier (S. Francisco) pruébase fué Jesuíta: tomo IV. cua- derno i. ° pág. 56. z. Zamora (Obispo de) tomo I. cuaderno 5. 0 pág. 68.

FIN DEL INDICE ALFABETICO. V" 7? - ^

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