BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN ABRIL2-JUNIO Octava época, año 1 2014 BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Octava época, año 1, núm. 2, abril-junio, 2014

Batallón de indios yaquis en el ejército constitucionalista. AGN, INEHRM, Osuna, caja 2, foto 150.

BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN Archivo General de la Nación Mercedes de Vega Directora General Alba Alicia Mora Castellanos Directora General Adjunta María Fernanda Treviño Campero Directora de Publicaciones y Difusión Marco Antonio Silva Martínez Jefe del Departamento de Publicaciones Diseño y formación: Elisa Cruz Cabello Asistencia en la corrección de estilo: Elvia Alaniz Ontiveros y Cinthia Guadalupe Loera Pérez. Asistencia en la investigación: Carlos Alday García Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, octava época, año 1, número 2, abril-junio de 2014, es una publicación trimestral del Archivo General de la Nación, donde se publica y distribuye, con domicilio en Eduardo Molina 113, colonia Penitenciaría Ampliación, dele- gación , C. P. 15350, México D. F. Tel. 51 33 99 00, exts. 19325, 19424 y 19330 Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]; Página web: www.agn.gob.mx Editor responsable: Marco Antonio Silva Martínez. Reserva de derechos de uso exclusivo ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor número: 04-2009-110916591800-106. Licitud de título y licitud de contenido otorgado por la Comisión Califi cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación número: 15036. ISSN-0185-1926 Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación se terminó de imprimir en agosto de 2014 Tipográfi ca, S. A. de C. V. Imagen núm. 26, Col. Lomas de San Ángel Inn, C. P. 01790, México, D. F. Las opiniones vertidas en los artículos aquí publicados son responsabilidad exclusiva de sus respectivos autores, quienes sólo ceden sus derechos de reproducción al Archivo General de la Nación. Se permite la reproducción de los artículos aquí contenidos siempre y cuando se cite la fuente. DERECHO DE USO Se permite la reproducción, publicación, transmisión, difusión en cualquier modo o medio de cualquier parte del material contenido en el archivo (únicamente texto sin imágenes) sin alterar o modifi car el original, con fi nes de referencia y/o reproducción, académicos o educacionales, con excepción de los personales o comerciales, citando la fuente de refer- encia y otorgando el crédito correspondiente al autor y al editor. Consejo Editorial

Pedro Ángeles Jiménez Sandra Peña Haro Instituto de Investigaciones Estéticas, Instituto de Investigaciones sobre Universidad Nacional Autónoma la Universidad y la Educación, de México Universidad Nacional Autónoma de México Alicia Barnard Amozorrutia Consultora independiente, Carlos Armando Preciado de Alba Proyecto InterPARES (colaboradora) División de Ciencias Sociales y Humanidades, Diana Birrichaga Gardida Universidad de Guanajuato Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma María José Rhi Sausi Garavito del Estado de México Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana- Erick Cardoso Espinoza Azcapotzalco Dirección de Tecnologías de la Información Alicia Salmerón Castro Instituto de Investigaciones Dr. José Mercedes de Vega María Luis Mora Dirección General, Archivo General de la Nación María Fernanda Treviño Campero Dirección de Publicaciones y Difusión, Gisela González Flores Archivo General de la Nación Dirección del Archivo Histórico Central, Archivo General de la Nación Juan Voutssás Márquez Instituto de Investigaciones Claudia López Iglesias Bibliotecológicas y de la Información, Dirección del Sistema Nacional Universidad Nacional Autónoma de Archivos, de México Archivo General de la Nación

Javier Mac Gregor Campuzano División de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa

Tabla de contenido

Presentación 9

Reglamento de la Ley Federal de Archivos 11

GALERÍAS DE LA HISTORIA

Diego de Guadalajara y la física newtoniana en la construcción 47 de relojes novohispanos del siglo XVIII Juan Manuel Espinosa Sánchez

PORTALES DE LA ARCHIVÍSTICA

La administración de archivos: 67 una propuesta de profesionalización Georgina Flores Padilla, Celia Ramírez López, Felipe Ramírez Peña, César Augusto Ramírez Velázquez y Sandra Peña Haro

Restauración de un plano con soporte de papel 91 translúcido referente a la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán” Alejandra Odor Chávez

Victoria San Vicente, archivista privilegiada 111 Juan Manuel Herrera

RESEÑAS

Santos o embusteros 133 Adriana Rodríguez Delgado, Por Jesús Díaz Romero

México agrario 136 Regina Tapia, Por Pavel Navarro Valdez Evaluación de Documentos en Iberoamérica 140 Norma Catalina Fenoglio, (coord.) Por Silvano G. A. Benito Moya

DOCUMENTOS DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Imagen centenaria: batallón de indios yaquis 147 en el Ejército Constitucionalista María Inés Ortiz Caballero

El fondo bibliográfi co Carlos Lazo Barreiro 149 en el Archivo General de la Nación Ana Silvia Ruiz Zamarrón

Conservar y restaurar documentos, una noble misión 167 entrevista con Beatriz González Bedolla Elvia Alaniz Ontiveros Marco Antonio Silva Martínez 184 Normas para la entrega de originales PRESENTACIÓN

El 13 de mayo del presente año se publicó en el Diario Ofi cial de la Federación el Reglamento de la Ley Federal de Archivos. Por considerarlo un documento de interés general, especialmente para la comunidad archivística nacional, así como para los archivistas y lectores de otras naciones, se reproduce de manera íntegra en esta edición. La sección Galerías de la Historia presenta el artículo “Diego de Guadalajara y la física newtoniana en la construcción de relojes novohispanos del siglo XVIII”, que incluye una semblanza biográfi ca del personaje y documenta el trabajo realizado por este científi co y relojero nacido en la ciudad de México en 1742, conocedor de la ciencia matemática, la ingeniería hidráulica y la astronomía observacional de su tiempo; quien además editó en 1777 el periódico Advertencias y Refl exiones varias conducentes al buen uso de los Reloxes grandes y pequeños y su regulación. Tres textos conforman la sección Portales de la Archivística. El primero de ellos “La administración de archivos: una propuesta de profesionalización” –coescrito por cinco profesionales que se desempeñan en el Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE), la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la UNAM– analiza mediante un diagnóstico las opciones profesionales que se tienen en México sobre administración de archivos y gestión documental y se compara con la oferta que se brinda en otras naciones americanas y europeas; el texto propone la creación de una licenciatura que considere como uno de sus ejes la administración de archivos y la archivística, enmarcada por las ciencias sociales y las humanidades. El segundo trabajo explica paso a paso la restauración de un plano de 1866, resguardado en el AGN con la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán”; se destaca la colaboración establecida entre los restauradores y el investigador que solicitó la consulta del documento, así como las difi cultades que debieron resolverse durante el proceso de restauración, como la sensibilidad y fragilidad de los materiales constitutivos del plano, la gran cantidad de fragmentos y faltantes ocasionados por el sistema previo

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 9 de almacenamiento, las dimensiones del documento de más de dos metros de largo y el limitado presupuesto para su restauración, entre otras. A través del tercer texto “Victoria San Vicente, archivista privilegiada” se ofrece la semblanza laboral de esta historiadora y archivista cuya capacidad organizativa contribuyó a instruir y profesionalizar al personal del AGN, en tanto se elaboraba la Guía General del Archivo General de la Nación, instrumento de consulta básica publicado a principios de los noventa, donde logró unir esfuerzos para preservar la memoria documental del país. En la sección Documentos del AGN se da referencia de la peculiar “Imagen centenaria” que ilustra la portada de este número, el “Batallón de indios yaquis en el Ejército Constitucionalista”, el cual combatió bajo las órdenes de Álvaro Obregón armado con arcos, fl echas y machetes; igualmente se describe y comenta la incorporación al AGN del Fondo Bibliográfi co Carlos Lazo Barreiro, arquitecto, maestro en urbanismo y político que nació hace cien años en la capital del país. Resulta particularmente interesante la lista de las dedicatorias autógrafas que humanistas e intelectuales del siglo pasado hicieron a la familia de este personaje. También se incluye en la misma sección una entrevista con una restauradora formada en el AGN, Beatriz González Bedolla, quien cumple tres décadas de trabajo especializado en esta institución al desempeñarse fundamentalmente en el Departamento de Conservación y Restauración, y a últimas fechas, en la biblioteca “Ignacio Cubas”.

10 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 REGLAMENTO DE LA LEY FEDERAL DE ARCHIVOS

Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República.

ENRIQUE PEÑA NIETO, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en ejercicio de la facultad que me confi ere el artículo 89, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y con fundamento en lo dispuesto por los artículos 27, 37 y 38 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y 1, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 17, 18, 19, 24, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 39, 40, 42, 43, 44, 46, 47, 49, 50, 54 y 56 de la Ley Federal de Archivos, he tenido a bien expedir el siguiente

REGLAMENTO DE LA LEY FEDERAL DE ARCHIVOS TÍTULO PRIMERO DISPOSICIONES GENERALES

Capítulo Único

Artículo 1. El presente ordenamiento es de observancia obligatoria para las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, la Ofi cina de la Presidencia de la República y la Procuraduría General de la República. El Archivo General de la Nación interpretará en el orden administrativo este Reglamento y los instrumentos normativos que emita de conformidad con lo dispuesto en el presente ordenamiento. En la sustanciación de los procedimientos administrativos, se aplicará supletoriamente, en lo no previsto en el presente Reglamento, la Ley Federal de Procedimiento Administrativo.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 11 Artículo 2. Además de las defi niciones contenidas en el artículo 4 de la Ley Federal de Archivos, para los efectos del presente Reglamento se entenderá por:

I. Declaratoria de Prevaloración: Documento ofi cial expedido por la Unidad Administrativa Productora que manifi esta el proceso de valoración aplicado a sus Archivos, mediante el cual se describe la naturaleza de la documentación y se determina su Destino Final; II. Estabilización: Proceso para detener el deterioro físico de los Archivos y documentos; III. Ficha Técnica de Prevaloración: Documento para la autorización del Destino Final, que contiene la descripción de las características generales del Archivo y de la Unidad Administrativa Productora de la documentación; IV. Plan Anual de Desarrollo Archivístico: Instrumento elaborado por el Área Coordinadora de Archivos que contempla las acciones a emprender a escala institucional para la actualización y mejoramiento continuo de los servicios documentales y archivísticos, el cual, una vez aprobado por el Comité de Información deberá ser publicado en el sitio de Internet de cada Dependencia y Entidad, así como sus respectivos informes anuales de cumplimiento; V. Publicaciones Ofi ciales: Medio de difusión del rango del Diario Ofi cial de la Federación, boletines y gacetas emitidos por entidades federativas y municipios; VI. Sistema Institucional de Archivos: Unidades de Archivos de Trámite, de Concentración, en su caso, Histórico y Área Coordinadora de Archivos que interactúan desde que se producen los documentos hasta su Destino Final; VII. Unidad de Enlace: La que se refi ere el artículo 28 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, y VIII. Unidad Administrativa Productora: Las áreas que integran la estructura organizacional de las Dependencias y Entidades, conforme a sus reglamentos interiores o estatutos orgánicos,

12 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 según corresponda, que en términos del artículo 14 de la Ley están obligadas a contar con un Archivo de Trámite.

TÍTULO SEGUNDO DE LA ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LOS ARCHIVOS

Capítulo I De las obligaciones

Artículo 3. Para el cumplimiento del artículo 22 de la Ley, las Dependencias y Entidades deberán registrar y notifi car el listado de Expedientes desclasifi cados en el sistema informático que para tales efectos habilitará el Archivo General de la Nación en el sitio de Internet, que incluirá la descripción del documento y la identifi cación del Expediente al que pertenece.

Artículo 4. Los servidores públicos, al entregar y recibir su encargo, deberán verifi car que los Expedientes que integran sus Archivos, correspondan a las Series documentales relacionadas en la Guía Simple de Archivos a que hace referencia el artículo 19, fracción IV, de la Ley, en los plazos que señalen las disposiciones aplicables en la materia.

Artículo 5. Todas las Series documentales registradas como históricas en el Catálogo de Disposición Documental cuya vigencia haya concluido, deberán ser sometidas a dictamen del Archivo General de la Nación para que establezca el Destino Final, dentro del año siguiente. Una vez realizado el dictamen referido en el párrafo anterior, las Series documentales dictaminadas con valor histórico serán transferidas al Archivo General de la Nación cuando la Dependencia o Entidad no tenga un Archivo Histórico o, en su caso, al Archivo Histórico de la Dependencia o Entidad, de acuerdo a las disposiciones y criterios que establezca el Archivo General de la Nación, en un plazo no mayor a un año de la fecha del dictamen correspondiente.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 13 Artículo 6. La Transferencia secundaria de toda Serie documental histórica al Archivo General de la Nación o al Archivo Histórico de la Dependencia o Entidad, según corresponda, deberá sustentarse en el dictamen a que se refi ere el artículo 5 de este Reglamento y en el acta de Transferencia correspondiente. Tanto el dictamen como el acta deberán ser conservados de forma permanente por el Archivo General de la Nación en el instrumento administrativo que éste determine.

Capítulo II

De las facultades del responsable del Área Coordinadora de Archivos y de los responsables de los Archivos

Artículo 7. Cuando la especialidad de la información así lo requiera, el responsable del Área Coordinadora de Archivos elaborará los criterios específi cos para la organización y Conservación de Archivos en coordinación con el titular de la Unidad Administrativa Productora, tratándose del Archivo de Trámite o, en su caso, con los responsables de los Archivos de Concentración o Histórico, conforme a lo dispuesto en el artículo 8 de la Ley.

Artículo 8. El responsable del Área Coordinadora de Archivos participará en el Comité de Información con voz y con voto, únicamente cuando se traten asuntos en materia de Archivos.

Artículo 9. El responsable del Área Coordinadora de Archivos deberá cubrir el siguiente perfi l:

I. Contar con estudios de licenciatura, preferentemente en archivonomía, archivología, ciencias de la información, gestión documental, o estudios de posgrado o especializados en dichas materias, y II. Contar con experiencia mínima de dos años laborando en administración documental, gestión de información o archivos.

14 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 En el caso de que la Dependencia o Entidad cuente con un Archivo Histórico, el titular del Área Coordinadora de Archivos deberá tener un nivel mínimo de dirección de área o su equivalente, dentro de la estructura orgánica de la Dependencia o Entidad de que se trate. El nombramiento del titular del Área Coordinadora de Archivos será informado al Archivo General de la Nación. Artículo 10. Además de las funciones establecidas en el artículo 12 de la Ley, corresponde al responsable del Área Coordinadora de Archivos de las Dependencias y Entidades:

I. Coordinar las acciones necesarias para garantizar que los responsables de los Archivos de Trámite, de Concentración y en su caso, Históricos, cumplan con las disposiciones internas que en materia de Archivos apruebe el Comité de Información de las Dependencias y Entidades, así como con aquéllas de aplicación general; II. Supervisar que los Archivos de su Dependencia o Entidad se encuentren actualizados, organizados y conservados de conformidad con las disposiciones aplicables en la materia, y permitan la localización expedita de los Expedientes, su disponibilidad e integridad; III. Proporcionar asesoría a los responsables de los Archivos de Trámite, de Concentración e Histórico, en su caso, en materia de gestión de documentos y administración de Archivos; IV. Proponer al Comité de Información los indicadores que permitan evaluar anualmente la aplicación de los instrumentos de control y consulta archivística, así como el cumplimiento de los Plazos de Conservación y el Destino Final de los Documentos de Archivo; V. Coadyuvar con la Unidad de Enlace en la identifi cación de la Serie documental en la que se encuentre la información solicitada, así como con el área responsable de su resguardo; VI. Solicitar la publicación en el portal de obligaciones de trans- parencia de su Dependencia o Entidad, los programas de capacitación en materia de Archivos, los indicadores anuales y los instrumentos de control y consulta archivística, y

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 15 VII. Las que otras disposiciones jurídicas le confi eran en materia de Archivos.

Artículo 11. Además de las funciones a que se refi ere el artículo 14 de la Ley, corresponde a los responsables de los Archivos de Trámite de las Dependencias y Entidades:

I. Planifi car y promover la correcta Administración de los Documentos que se encuentran en el Archivo de Trámite; II. Asesorar a su Unidad Administrativa Productora en materia de Archivos, así como colaborar con ésta para la correcta organización y tratamiento uniforme de la documentación del Archivo de Trámite; III. Implementar los servicios de consulta, préstamo y reproducción de documentos del Archivo de Trámite, conforme a las disposiciones jurídicas aplicables; IV. Representar a su unidad administrativa en materia de Archivos ante el Área Coordinadora de Archivos; V. Detectar las necesidades en materia de servicios archivísticos, de conformidad con lo que establezca el Área Coordinadora de Archivos; VI. Mantener informada al Área Coordinadora de Archivos respecto a los avances y cumplimiento de los programas en materia de Archivos de su unidad administrativa; VII. Registrar y controlar la documentación dirigida a la unidad administrativa a que se encuentra adscrito el Archivo de Trámite, a fi n de integrarlos en los Expedientes correspondientes; VIII. Aplicar las disposiciones internas en materia de Archivos; IX. Ejecutar acciones de seguimiento que garanticen la recuperación y Conservación de la documentación del Archivo de Trámite; X. Instrumentar las medidas necesarias para evitar la acumulación de Expedientes que ya no se encuentran activos; XI. Mantener debidamente organizados los Expedientes activos para su ágil localización; XII. Facilitar a los servidores públicos autorizados en términos de las

16 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 disposiciones jurídicas aplicables, los Expedientes que obran en el Archivo de Trámite; XIII. Garantizar el tratamiento adecuado de la documentación del Archivo de Trámite, de conformidad con la normativa en materia de disposición documental; XIV. Llevar un control efectivo de la documentación desde su ingreso hasta su Transferencia primaria, verifi cando la correcta aplicación de las normas que resulten aplicables en el ámbito de su competencia; XV. Coordinar con el área responsable del registro de entrada y salida de correspondencia la implementación de los mecanismos para regular la producción documental, y XVI Propiciar la correcta Valoración Documental que permita disponer de manera adecuada y oportuna de la documentación que se encuentre en el Archivo de Trámite que así lo amerite.

Artículo 12. Además de las funciones a que se refi ere el artículo 15 de la Ley, corresponde a los responsables de los Archivos de Concentración de las Dependencias y Entidades:

I. Planifi car y promover la correcta Administración de los Documentos que se encuentren en el Archivo de Concentración; II. Dar cumplimiento a las disposiciones en materia de Transferencia, concentración y disposición de la documentación del Archivo de Concentración; III. Vigilar la correcta aplicación del Catálogo de Disposición Documental; IV. Representar al Archivo de Concentración en materia de Archivos ante el Área Coordinadora de Archivos; V. Coadyuvar con el Área Coordinadora de Archivos en el análisis y resolución de las necesidades respecto al manejo de la documentación del Archivo de Concentración; VI. Presentar los informes que le sean requeridos por el Área Coordinadora de Archivos o por otras instancias respecto al desarrollo de las actividades y el cumplimiento de sus programas;

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 17 VII. Verifi car que las Transferencias primarias se efectúen de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables, particularmente en lo establecido en el Catálogo de Disposición Documental de la Dependencia o Entidad; VIII. Procurar que la Transferencia de la documentación al Archivo de Concentración sea ágil y se integre adecuadamente a su acervo; IX. Promover la Transferencia de la documentación cuyo Plazo de Conservación en el Archivo de Concentración haya concluido, de conformidad con lo establecido en el Catálogo de Disposición Documental; X. Entregar en préstamo al personal autorizado, mediante los mecanismos establecidos, la documentación solicitada de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables; XI. Entregar al Archivo General de la Nación o al Archivo Histórico de la Dependencia o Entidad, según corresponda, los Expedientes históricos cuyo Plazo de Conservación haya concluido para su conservación, a través de los mecanismos establecidos en las disposiciones jurídicas aplicables, previo dictamen por parte del Archivo General de la Nación, en términos del artículo 5 del pre- sente Reglamento; XII. Asesorar a quienes lo requieran respecto al desarrollo y cumplimiento de los programas de Archivo de Concentración; XIII. Efectuar los movimientos necesarios para evitar la acumulación excesiva de documentación, procurando la oportuna Trans- ferencia o depuración de la documentación conforme a las normas establecidas, y XIV. Coadyuvar con el Área Coordinadora de Archivos en la valoración de la documentación para la identifi cación de Documentos Históricos.

Artículo 13. Además de las funciones a que se refi ere el artículo 17 de la Ley, corresponde a los responsables del Archivo Histórico de las Dependencias y Entidades:

18 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 I. Planear y supervisar la correcta organización, descripción, preservación y difusión de los Documentos Históricos; II. Dar cumplimiento a las disposiciones en materia de organización, descripción, preservación y difusión de la documentación del Archivo Histórico, y III. Representar al Archivo Histórico ante el Área Coordinadora de Archivos y el Archivo General de la Nación para detectar las necesidades en materia de normatividad y desarrollo, y normalizar adecuada y efectivamente la selección y organización de Documentación Histórica.

TÍTULO TERCERO DE LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS

Capítulo I De la permanencia

Artículo 14. El Archivo General de la Nación emitirá los lineamientos que contengan los requisitos para la conservación y custodia permanente de documentos históricos, por parte de las Dependencias y Entidades que cuentan con Archivos Históricos.

Capítulo II De los Documentos Históricos confi denciales

Artículo 15. La identifi cación de Series que contengan Documentos Históricos confi denciales, en términos del artículo 27 de la Ley, se llevará a cabo desde la Unidad Administrativa Productora, y será registrada en el Catálogo de Disposición Documental y validada por el Comité de Información respectivo. La Ficha Técnica de Prevaloración y la Declaratoria de Prevaloración que se presente en la solicitud de dictamen de Destino Final de las Series documentales, deberán precisar que las mismas contienen Documentos Históricos confi denciales y que ha concluido el Plazo de Conservación permanente que establece el artículo 27 de la Ley.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 19 Capítulo III Del acceso a los Documentos Históricos confi denciales

Artículo 16. La respuesta mediante la cual una Dependencia o Entidad niegue el acceso a Documentos Históricos confi denciales, se emitirá en los términos y plazos que señale la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, y deberá estar fundada y motivada, así como señalar la fecha de creación de los documentos solicitados a los cuales se está negando el acceso y aquélla en que concluya el plazo a que se refi ere el artículo 27 de la Ley.

Artículo 17. Ante la negativa de acceso a Documentos Históricos confi denciales o de la resolución que declare la inexistencia de los documentos solicitados por parte de una Dependencia o Entidad, el solicitante podrá interponer ante el Instituto, el recurso de revisión a que se refi ere el artículo 49 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. El Instituto resolverá sobre la procedencia del acceso a Documentos Históricos confi denciales, de conformidad con el procedimiento previsto en el Capítulo IV del Título Segundo de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, y observando lo dispuesto por el artículo 30 de la Ley.

Artículo 18. Los recursos derivados de la falta de respuesta a una solicitud de acceso a Documentos Históricos confi denciales por parte de una Dependencia o Entidad, en el plazo señalado en el artículo 44 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, las atenderá el Instituto de conformidad con lo dispuesto por el artículo 53 de la Ley antes citada.

20 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 TÍTULO CUARTO DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Capítulo I De las atribuciones y patrimonio

Artículo 19. El Archivo General de la Nación proporcionará a las Dependencias y Entidades, la asesoría técnica para la elaboración de los instrumentos de control y consulta archivística a que se refi ere el artículo 19 de la Ley, en los términos siguientes:

I. Las Dependencias y Entidades a través de su Área Coordinadora de Archivos, deberán solicitar por escrito al Archivo General de la Nación la asesoría técnica, debiendo indicar los alcances de la misma; II. El Archivo General de la Nación en un plazo de veinte días hábiles deberá otorgar respuesta en la que proponga una comisión integrada por servidores públicos del propio organismo descentralizado, para que se proporcione la asesoría técnica correspondiente, y III. De la asesoría técnica prestada, el Archivo General de la Nación deberá dejar constancia documental en el Expediente correspondiente.

Artículo 20. El Archivo General de la Nación sólo estará obligado a atender las asesorías técnicas cuando el proyecto de necesidades se refi era a la elaboración de instrumentos de control y consulta archivística. El Archivo General de la Nación no quedará vinculado por la asesoría técnica realizada a las solicitudes efectuadas por las Dependencias y Entidades cuando el planteamiento no se refi era a la elaboración de instrumentos de control y consulta archivística. Las asesorías sólo serán con efectos orientadores. Sin perjuicio de lo anterior, el Archivo General de la Nación podrá desarrollar y difundir en su portal guías para la elaboración de instrumentos de control y consulta archivística.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 21 Artículo 21. En términos de lo dispuesto por el artículo 28 de la Ley, el Archivo General de la Nación podrá verifi car las condiciones de resguardo de los Archivos de Concentración de las Dependencias y Entidades que tengan Series con Documentos Históricos confi denciales.

Artículo 22. El Archivo General de la Nación concentrará en sus instalaciones las Publicaciones Ofi ciales, en los términos que establezcan los lineamientos que refi ere el artículo 44, fracción XIII, de la Ley. Dichos lineamientos deberán establecer planes de conservación y difusión de las versiones impresas y privilegiar el resguardo electrónico.

Artículo 23. El Archivo General de la Nación podrá brindar los siguientes servicios complementarios, en términos del artículo 44, fracción XII, de la Ley:

I. Tecnológicos, tales como expedición de guías, tutoriales multimedia, proyectos de tecnología y desarrollo, Estabilización, así como suministro, custodia de materiales archivísticos y restauración documental; II. Técnicos, tales como el uso de instalaciones, equipos y laboratorios del Archivo General de la Nación, así como la capacitación a distancia; III. De consultoría, en los términos previstos en la normativa aplicable; IV. De investigación, tales como proyectos de investigación, seminarios, conferencias, ponencias, grupos de trabajo, y V. Los que otras disposiciones jurídicas señalen.

La prestación de los servicios complementarios tiene por objeto desarrollar acciones que permitan la modernización de los servicios archivísticos, el rescate y administración del patrimonio documental, así como el fortalecimiento del patrimonio del Archivo General de la Nación.

Artículo 24. Los servicios complementarios a que se refi ere el artículo anterior se proporcionarán conforme a lo establecido en las disposiciones

22 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 que al efecto emita el Archivo General de la Nación, atendiendo a lo siguiente:

I. Ser ejecutados por los servidores públicos adscritos al Archivo General de la Nación u otras personas cuando así se requiera, de conformidad con las disposiciones aplicables; II. Se lleven a cabo en las instalaciones del Archivo General de la Nación o en el lugar que la materia específi ca lo requiera, y III. Serán dados a conocer a través de folletos informativos y demás medios de comunicación pertinentes.

Artículo 25. El patrimonio del Archivo General de la Nación se integra con:

I. Los bienes y derechos que le transfi era el Gobierno Federal para el desempeño de sus funciones; II. Los recursos que, en su caso, le sean asignados anualmente en el Presupuesto de Egresos de la Federación correspondiente; III. El ingreso por la venta de bienes y servicios que lleve a cabo el Archivo General de la Nación de acuerdo a sus atribuciones; IV. Los subsidios, transferencias, participaciones, donativos o donaciones, herencias y legados que reciba de las personas físicas o morales, nacionales o extranjeras, así como los benefi cios que reciba derivados de los contratos y convenios que celebre conforme a las disposiciones jurídicas aplicables, y V. Los demás ingresos, rendimientos, bienes y derechos que adquiera o se le adjudiquen por cualquier título jurídico.

Artículo 26. De conformidad con lo que establece el artículo 42 de la Ley, el Consejo Académico Asesor asesorará al Archivo General de la Na- ción en los conocimientos desarrollados en las instituciones académicas especializadas en las disciplinas vinculadas con las atribuciones de dicho organismo descentralizado, para lo cual tendrá las siguientes funciones:

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 23 I. Emitir recomendación al Archivo General de la Nación sobre los documentos de interés público que puedan ser considerados Patrimonio Documental de la Nación; II. Realizar una revisión anual del desempeño del Archivo General de la Nación; III. Exponer ante el órgano de gobierno del Archivo General de la Nación, los resultados de la revisión citada en la fracción anterior; IV. Propiciar entre la comunidad académica nacional e internacional la consulta del acervo histórico del Archivo General de la Nación; V. Recomendar al Archivo General de la Nación, la celebración de convenios y acuerdos para realizar actividades académicas conjuntas con instituciones públicas o privadas, nacionales o internacionales afi nes; VI. Asesorar y colaborar en la organización de conferencias, seminarios, coloquios, y en general, cualquier evento de difusión cultural que organice el Archivo General de la Nación; VII. Presentar propuestas al Archivo General de la Nación de estudiantes de instituciones académicas que puedan realizar su servicio social o prácticas profesionales en sus instalaciones, y VIII. Las demás que les confi eran las disposiciones jurídicas aplicables.

Artículo 27. El Consejo Académico Asesor estará integrado por académicos y expertos que representen a instituciones académicas especializadas en las disciplinas vinculadas con las atribuciones del Archivo General de la Nación, así como por integrantes a título personal. Los integrantes a título personal del Consejo Académico Asesor serán designados por el Director General del Archivo General de la Nación, y estarán en funciones por un período de dos años y podrán ser ratifi cados hasta en dos ocasiones. La organización y funcionamiento del Consejo Académico Asesor será establecido por el Archivo General de la Nación, a través de los lineamientos respectivos.

Artículo 28. Los integrantes del Consejo Académico Asesor deberán reunir los requisitos siguientes:

24 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 I. Tener cuando menos 30 años de edad en el momento de la designación; II. Contar con trayectoria destacada en disciplinas afi nes a la archivística, en términos de los lineamientos que al efecto emita el Archivo General de la Nación, y III. Poseer un grado académico superior al de licenciatura.

Artículo 29. Los académicos y expertos serán convocados mediante invitación y, en caso de aceptar la misma, serán nombrados como Consejeros y ejercerán su cargo en forma honorífi ca, y no recibirán emolumento o contraprestación alguna por el mismo.

Capítulo II De la coordinación con otras autoridades

Artículo 30. Para tramitar la autorización de salida del país de los documentos a que se refi ere el artículo 31 de la Ley, el interesado deberá presentar su solicitud en el formato que para tal efecto establezca el Archivo General de la Nación, mediante publicación en el Diario Ofi cial de la Federación. La solicitud debe formularse mediante ofi cio con fi rma autógrafa, y deberá contener, cuando menos, lo siguiente:

I. La referencia completa de cada documento en la que se indique el fondo documental, Sección, Serie, Expediente, volumen y número de foja o pieza, según sea el caso; II. El motivo de la salida; III. El periodo que estará fuera del país, y IV. La fecha de reincorporación.

La solicitud deberá presentarse, por lo menos con seis meses de anticipación a la fecha prevista para la salida.

Artículo 31. Para efectos del ejercicio del derecho del tanto por parte del Archivo General de la Nación en el caso de venta de acervos o documentos a que se refi ere el artículo 32 de la Ley, el enajenante notifi cará a dicha

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 25 institución su intención de realizar la venta para que ésta en un plazo de diez días hábiles contados a partir de la notifi cación, haga del conocimiento por escrito al enajenante su intención de adquirir los acervos o documentos respectivos. Transcurridos los diez días sin que el Archivo General de la Nación haya manifestado ejercer su derecho del tanto, se perderá dicho derecho. Mientras el enajenante no realice la notifi cación de la enajenación por venta, ésta no producirá efecto legal alguno. La notifi cación que debe realizar el enajenante se presentará en el formato que para tal efecto establezca el Archivo General de la Nación, mediante publicación en el Diario Ofi cial de la Federación, el cual deberá señalar los datos necesarios para identifi car el documento, así como los datos de identifi cación y localización del enajenante. Al formato se anexará, en su caso, fotografías del documento que será objeto de la Enajenación. El Archivo General de la Nación podrá requerir al enajenante mayor información dentro del plazo de cinco días hábiles de presentada la notifi cación. El requerimiento de información adicional suspenderá el plazo a que se refi ere el párrafo primero de este artículo hasta en tanto el enajenante desahogue el requerimiento del Archivo General de la Nación.

Artículo 32. El Archivo General de la Nación podrá consultar al Consejo Académico Asesor para resolver sobre el ejercicio de su derecho del tanto, pero esta consulta no suspenderá el plazo para ejercerlo.

Artículo 33. Cuando el Archivo General de la Nación tenga conocimiento de la enajenación por venta de los documentos a que se refi ere el artículo 32 de la Ley, sin que se hayan observado las formalidades señaladas en el artículo 31 de este Reglamento, formulará la denuncia de hechos, de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables.

Artículo 34. El Archivo General de la Nación se coordinará con las autoridades de procuración de justicia, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como con las autoridades competentes para ejercer las acciones necesarias para vigilar el cumplimiento de los artículos 31 y 54, fracción III, de la Ley.

26 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Artículo 35. Cuando el Archivo General de la Nación en el ejercicio de sus funciones conozca que un servidor público cometió presuntamente alguna de las conductas señaladas en el artículo 54 de la Ley, dará vista al órgano interno de control que corresponda para su inmediata intervención.

Título Quinto De los órganos y mecanismos de coordinación

Capítulo I Del Consejo Nacional de Archivos

Artículo 36. El Consejo Nacional de Archivos para su funcionamiento emitirá sus reglas de operación.

Artículo 37. Para el cumplimiento de las atribuciones del Consejo Nacional de Archivos establecidas en el artículo 36 de la Ley, éste podrá celebrar convenios de colaboración con:

I. Los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de las entidades federativas, así como del orden municipal; II. Los órganos garantes en materia de transparencia y acceso a la información de las entidades federativas; III. Las instituciones culturales, de docencia o investigación, nacionales o internacionales; IV. Las instituciones u organizaciones nacionales o internacionales dedicadas a la preservación de Archivos; V. Los Archivos de las universidades públicas o privadas, nacionales o internacionales, y VI. Cualquier sujeto obligado distinto al Poder Ejecutivo Federal.

Artículo 38. Los instrumentos que establezcan la política nacional de Archivos, serán publicados en el Diario Ofi cial de la Federación y el sitio de Internet del Archivo General de la Nación o en los medios electrónicos o impresos que el Consejo Nacional de Archivos determine para tal efecto.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 27 Capítulo II Del Sistema Nacional de Archivos

Artículo 39. La conducción del Sistema Nacional de Archivos se llevará a cabo conforme a las directrices y criterios nacionales establecidos por el Consejo Nacional de Archivos, en términos del artículo 36, fracción II, de la Ley.

Artículo 40. El funcionamiento del Sistema Nacional de Archivos se sustentará en el principio de autonomía de sus integrantes. La representación del Ejecutivo Federal en el Sistema Nacional de Archivos será a través del Comité.

Capítulo III Del Comité Técnico Consultivo de Archivos del Ejecutivo Federal

Artículo 41. El Comité a que hace referencia el artículo 43 de la Ley, se integrará de la siguiente manera:

I. Un Presidente, que será el Director General del Archivo General de la Nación y contará con voz y voto, y II. Los representantes de cada Dependencia y Entidad, en términos del tercer párrafo del artículo 43 de la Ley, los cuales contarán con voz y voto. Asimismo, el Comité contará con un secretario técnico, que será designado por el Director General del Archivo General de la Nación, con nivel mínimo de director de área, quien acudirá con voz pero sin voto a las sesiones.

Artículo 42. Los miembros del Comité ejercerán su cargo de forma honorífi ca, y no recibirán emolumento o contraprestación alguna por el mismo.

Artículo 43. El Comité emitirá sus lineamientos internos, los cuales contendrán lo relativo a su organización y funcionamiento, de conformidad con lo establecido en la Ley y el presente Reglamento.

28 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Artículo 44. El Presidente del Comité tendrá las siguientes atribuciones:

I. Representar al Comité en todos los actos y asuntos ofi ciales; II. Aprobar las convocatorias y presidir las sesiones plenarias y sectoriales, ordinarias y extraordinarias del Comité;

III. Orientar las actividades del Comité y promover las medidas necesarias para cumplir los acuerdos que el Comité adopte, en el ejercicio de sus funciones, y IV. Convocar a invitados especiales en las sesiones del Comité, los cuales participarán con voz pero sin voto.

Artículo 45. El Presidente del Comité será suplido en sus ausencias por el servidor público que éste designe, quien deberá tener el nivel inmediato inferior.

Artículo 46. El secretario técnico del Comité tendrá a su cargo las siguientes atribuciones:

I. Coordinar las actividades del Comité conforme a las instrucciones que reciba del Presidente; II. Elaborar, de acuerdo con las disposiciones jurídicas aplicables y en coordinación con los integrantes del Comité, el programa anual de trabajo, así como supervisar su cumplimiento; III. Integrar el Archivo del Comité; IV. Convocar, previo acuerdo del Presidente, a las sesiones plenarias y sectoriales, ordinarias y extraordinarias del Comité, así como remitir con cinco días de anticipación el acta de la sesión anterior, el orden del día, y en general, toda la documentación requerida para el trabajo del Comité; V. Apoyar y dar seguimiento al cumplimiento de los acuerdos del Comité en el ejercicio de sus funciones; VI. Coordinar y dar seguimiento a las actividades de las comisiones o grupos de trabajo que se integren por acuerdo del Comité; VII. Designar, dentro de los integrantes de las comisiones o grupos de

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 29 trabajo a que se refi ere la fracción anterior, un auxiliar para que lo apoye en las funciones establecidas en la fracción anterior, y VIII. Las demás que en el ámbito de sus funciones le sean expresamente encomendadas por el Presidente del Comité.

Artículo 47. Los miembros del Comité participarán en el análisis y desarrollo de las normas sobre Administración de Documentos y Archivos formuladas por el Archivo General de la Nación, y apoyarán y promoverán los procesos de normalización documental dentro de la Dependencia o Entidad que representan. Asimismo, podrán integrarse en las comisiones o grupos de trabajo que se determine crear por el Comité, para el cumplimiento de sus funciones.

Artículo 48. Los integrantes del Comité, de conformidad con su ámbito de competencia, podrán agruparse en los siguientes sectores:

I. Educación y cultura; II. Ciencia y tecnología; III. Recursos renovables; IV. Desarrollo agrario; V. Hacienda; VI. Seguridad nacional; VII. Desarrollo económico; VIII. Desarrollo social; IX. Trabajo; X. Energía; XI. Salud, y XII. Los demás que el Comité determine.

Artículo 49. Los representantes de las Dependencias o Entidades de cada sector elegirán un representante sectorial de archivos entre sus titulares o suplentes ante el Comité, el cual deberá:

I. Notifi car su nombramiento al secretario técnico del Comité, y

30 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 II. Ejercer esta función durante un año y, en su caso, ser reelecto en dos ocasiones.

En caso de dejar de ser representante de su Dependencia o Entidad en el Comité, el sector deberá elegir, conforme al presente artículo, un nuevo representante sectorial de archivos.

Artículo 50. El Comité celebrará anualmente dos sesiones ordinarias plenarias y cuatro sesiones ordinarias sectoriales, conforme a lo siguiente:

I. En las sesiones plenarias participarán, además del Presidente del Comité, los representantes a que se refi ere el artículo 41, fracción II, de este Reglamento, las cuales se convocarán de acuerdo al calendario establecido por el Comité, y II. En las sesiones sectoriales, participarán, además del Presidente del Comité, los representantes sectoriales de archivo a los que se refi ere el artículo 49 del presente Reglamento, las cuales se convocarán de acuerdo al calendario establecido por el Comité.

Artículo 51. El Presidente del Comité determinará la fecha y recinto para la celebración de las sesiones. En caso de contar con las facilidades tecnológicas, se considerará válida la presencia de los representantes a través de videoconferencia.

Artículo 52. El Comité para sus sesiones sectoriales operará de acuerdo con el siguiente procedimiento:

I. El secretario técnico remitirá a los representantes sectoriales de archivo con al menos sesenta días de anticipación a la fecha programada para la sesión sectorial, la agenda de los asuntos a tratar; II. El representante sectorial de archivo deberá convocar a reunión de su sector a los demás representantes y presentarles la agenda para analizar y resolver los asuntos planteados en dicha agenda. Podrán existir tantas reuniones de sector como sus participantes consideren conveniente;

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 31 III. En caso de que entre los representantes del sector no se logre el acuerdo, podrán enviar los planteamientos por escrito, motivados y fundados, al secretario técnico del Comité para que se incluyan en las sesiones sectoriales, considerándose válido para tal envío, medios electrónicos, y IV. El representante sectorial de archivos deberá enviar al secretario técnico del Comité el acta de las reuniones que componen su sector, donde consten los acuerdos alcanzados, con al menos treinta días de anticipación a la fecha programada para la sesión sectorial. El procedimiento para llevar a cabo las sesiones plenarias será conforme a los lineamientos a que se refi ere el artículo 43 del presente Reglamento.

Artículo 53. Las decisiones del Comité, serán defi nitivas e irrecurribles para sus integrantes.

Artículo 54. El Comité sesionará de forma ordinaria de acuerdo al calendario de sesiones y de forma extraordinaria cuando así lo disponga el Presidente o a solicitud de uno de los representantes sectoriales de archivo. Se considera que habrá quórum, con la asistencia de la mayoría de los representantes de las Dependencias o Entidades en las sesiones plenarias, y de los representantes sectoriales de archivo en las sesiones sectoriales.

Capítulo IV Del Registro Nacional de Archivos Históricos

Artículo 55. Los Archivos Históricos de las Dependencias y Entidades deberán mantener actualizados su directorio e instrumentos de consulta ante el Registro Nacional de Archivos Históricos, de conformidad con las disposiciones publicadas en el portal electrónico del Archivo General de la Nación en esta materia.

Artículo 56. La organización del Registro Nacional de Archivos Históricos se llevará a cabo atendiendo a los siguientes criterios:

32 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 I. La inscripción de los Archivos a que hace referencia el artículo 49 de la Ley, corresponde al Archivo General de la Nación, para lo cual deberá registrar, actualizar y difundir, los datos sobre los acervos y la infraestructura de los Archivos, así como los documentos declarados Patrimonio Documental de la Nación, y II. Estará conformado por:

a) Archivos Históricos del Poder Ejecutivo Federal; b) Archivos privados que sean benefi ciados con fondos federales; c) Archivos públicos registrados de manera potestativa, y d) Archivos privados registrados de manera potestativa.

Los propietarios, poseedores o tenedores de Archivos particulares, declarados Patrimonio Documental de la Nación, continuarán con la propiedad, posesión o tenencia de los mismos, con excepción de los casos previstos por la Ley y el presente Reglamento.

Artículo 57. El funcionamiento del Registro Nacional de Archivos Históricos se regirá conforme a lo siguiente:

I. El responsable del Área Coordinadora de Archivos o el responsable del Archivo Histórico en las Dependencias y Entidades, vía electrónica, enviará al Archivo General de la Nación la solicitud de inscripción de sus documentos en el Registro Nacional de Archivos Históricos, acompañada de la documentación que para tal efecto determine el Archivo General de la Nación, para acreditar el valor histórico del documento.

Para el caso de los Archivos previstos en los incisos b), c) y d) de la fracción II del artículo anterior, la solicitud de inscripción deberá realizarla el propietario o poseedor de los documentos;

II. El Archivo General de la Nación llevará a cabo la revisión de los documentos que se presenten para registro, la cual deberá

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 33 realizarse antes de proceder a la inscripción, con la facultad de suspender o rechazar los que no poseen un valor histórico conforme a las disposiciones aplicables. La inscripción en el Registro Nacional de Archivos Históricos no acredita la veracidad de los documentos que se presenten ante el Archivo General de la Nación. Dentro de los quince días hábiles siguientes a su recepción, se procederá a la acreditación de los documentos entregados, en términos de la presente fracción;

III. Los documentos acreditados como históricos que cumplan los requisitos establecidos por el Archivo General de la Nación en términos de la fracción VII de este artículo, se inscribirán en el Registro Nacional de Archivos; IV. Una vez realizada la inscripción, el Archivo General de la Nación actualizará la información de la base de datos que corresponda. Concluida la inscripción, se emitirá la cédula de registro, dentro de los treinta días hábiles a su inscripción; V. En caso de no ser procedente la inscripción, se realizará la notifi cación correspondiente al solicitante; VI. Para asegurar su permanencia, los Archivos Históricos inscritos en el Registro Nacional de Archivos Históricos, deberán cumplir con lo establecido en el artículo 50 de la Ley; VII. El Archivo General de la Nación establecerá los requisitos que de- berán cubrir los documentos de los Archivos Históricos que soliciten su inscripción en el Registro Nacional de Archivos Históricos, los cuales se publicarán en el portal electrónico del Archivo General de la Nación, para consulta de los interesados, y VIII. La información del Registro Nacional de Archivos Históricos es pública.

Artículo 58. La recomendación del Archivo General de la Nación para el otorgamiento de apoyos económicos de cualquier origen, cuando sea solicitada, estará sujeta a que la información del Registro Nacional de Archivos Históricos se encuentre actualizada.

34 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Artículo 59. El Archivo General de la Nación ofrecerá asesoría para apoyar el registro de los Archivos Históricos. La capacitación y el apoyo especializado en materia de organización, descripción, Conservación, digitalización y difusión de Archivos Históricos, se dará exclusivamente a aquellos archivos que tengan la información de su registro actualizada.

Artículo 60. El Registro Nacional de Archivos Históricos estará disponible para su consulta en el portal de Internet del Archivo General de la Nación. El Archivo General de la Nación deberá actualizar la información del Registro Nacional de Archivos Históricos dentro de los cuarenta días hábiles después de que se haya recibido la información correspondiente, en caso de que no se haya realizado de manera automática.

Título Sexto De la Declaratoria de Patrimonio Documental de la Nación

Capítulo Único

Artículo 61. Los Archivos de las entidades federativas podrán solicitar al Archivo General de la Nación, de conformidad con los convenios a que se refi ere el artículo 45 de la Ley, que se incorpore a su acervo, los documentos o Series documentales que hayan sido declarados Patrimonio Documental de la Nación.

Artículo 62. El Archivo General de la Nación podrá declarar Patrimonio Documental de la Nación, a petición de parte o de ofi cio, un Documento de Archivo, o los acervos documentales, gráfi cos, bibliográfi cos o hemerográfi cos que se consideren de interés público, mediante los siguientes procedimientos:

I. A petición de parte:

a) La solicitud deberá presentarse ante el Archivo General de la Nación y contendrá: el nombre, denominación o razón social de quien o quienes la promuevan y, en su caso, de

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 35 su representante legal; domicilio para recibir notifi caciones; nombre de la persona o personas autorizadas para recibirlas; la información necesaria que permita identifi car inequívocamente el documento objeto de la petición de declaratoria; el nombre y domicilio de quienes pudieren tener interés jurídico, si los conociere, así como los hechos y razones por los que considere que el documento de que se trate es susceptible de declaratoria; b) El Archivo General de la Nación revisará si la solicitud respectiva cumple con los requisitos señalados en el inciso anterior, en cuyo caso se admitirá a trámite. En caso contrario, dentro de un plazo de diez días hábiles contados a partir de la presentación de la solicitud, el Archivo General de la Nación prevendrá por una sola vez al promovente, para que subsane las omisiones dentro del término de cinco días hábiles, contados a partir de que haya surtido efectos la notifi cación de prevención. Transcurrido el término sin que la prevención haya sido desahogada, el trámite será desechado; c) El Consejo Académico Asesor opinará dentro de un plazo de diez días hábiles si el Documento de Archivo o los acervos documentales, gráfi cos, bibliográfi cos o hemerográfi cos se ajustan a lo establecido por el artículo 4, fracción XXXI, de la Ley, y d) El Director General del Archivo General de la Nación expedirá un acuerdo de declaratoria, dentro de un plazo de veinte días hábiles posteriores a que el Consejo Académico Asesor emita su opinión, la cual no será vinculante. El plazo a que se refi ere el párrafo anterior, podrá ampliarse por única vez, hasta por veinte días hábiles, cuando exista causa justifi cada a juicio del Archivo General de la Nación, y

36 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 II. De ofi cio:

a) El Director General del Archivo General de la Nación emitirá un acuerdo en el que se dé inicio al procedimiento de Declaratoria de Patrimonio Documental de la Nación, el cual se notifi cará a quienes pudiesen tener interés jurídico a juicio del propio Archivo General de la Nación; b) Cuando se desconozca la identidad o domicilio de quien pudiera tener interés jurídico en un documento que se pretenda declarar Patrimonio Documental de la Nación, el Archivo General de la Nación dará inicio al procedimiento de declaratoria mediante la publicación de un resumen del acuerdo, durante tres días consecutivos en el Diario Ofi cial de la Federación y tres días consecutivos en un periódico de circulación nacional, dentro de los diez días hábiles siguientes a la emisión de dicho acuerdo; c) Los interesados tendrán un término de quince días hábiles, a partir de la notifi cación o de la última de las publicaciones a que se refi ere el inciso anterior, para manifestar ante el Archivo General de la Nación lo que a su derecho convenga y presentar las pruebas que estimen pertinentes; d) El desahogo de las pruebas ofrecidas y admitidas se realizará dentro de un plazo de quince días hábiles, contados a partir de su admisión; e) El Archivo General de la Nación dictará un acuerdo de cierre de instrucción del procedimiento, en un plazo de diez días hábiles posteriores al desahogo de las pruebas a las que se refi ere el inciso anterior, poniendo a disposición de los interesados las actuaciones, para que en su caso, formulen alegatos en un término no mayor a cinco días hábiles; f) Una vez transcurrido el término para alegatos el Archivo General de la Nación solicitará la opinión del Consejo Académico Asesor sobre la pertinencia de la declaratoria, la cual se deberá emitir dentro de un plazo de diez días hábiles;

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 37 g) El Director General del Archivo General de la Nación emitirá la declaratoria correspondiente, en un plazo de quince días hábiles posteriores a la presentación de los alegatos o a que concluya el plazo para su presentación a que se refi ere el inciso e) de esta fracción. En caso de que no se hayan presentado pruebas, el plazo para la emisión de la declaratoria a que se refi ere este inciso, se computará a partir del día siguiente al que se haya concluido el plazo previsto en el inciso c) de esta fracción, y h) Durante la tramitación del procedimiento, el Director General del Archivo General de la Nación podrá dictar las medidas precautorias para preservar y conservar el documento de que se trate, de conformidad con la Ley, la Ley Federal de Procedimiento Administrativo y el Código Federal de Procedimientos Civiles. Las resoluciones que se emitan durante el procedimiento podrán ser impugnadas en términos de lo dispuesto por la Ley Federal de Procedimiento Administrativo.

Artículo 63. Las declaratorias de Patrimonio Documental de la Nación deberán publicarse en el Diario Ofi cial de la Federación, así como en el sitio de Internet del Archivo General de la Nación y en su boletín. En caso de transferencia de los derechos de titularidad del documento declarado Patrimonio Documental de la Nación en cualquier forma que ocurra, se deberá informar al Archivo General de la Nación, y el nuevo titular deberá actualizar la información a que se refi ere el inciso a) de la fracción I del artículo 62 de este Reglamento.

Artículo 64. El Archivo General de la Nación notifi cará al Instituto Nacional de Antropología e Historia, a la Procuraduría General de la República y a las dependencias y entidades del orden federal, estatal y municipal involucradas, las situaciones previstas en los artículos 51, 52, 53 y 54 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, cuando afecten a los monumentos que contempla el artículo 36, fracciones II y III, de la citada Ley.

38 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Artículo 65. Cuando el Archivo General de la Nación tenga conocimiento de la salida del país de algún documento declarado Patrimonio Documental de la Nación, de algún documento original relacionado con la historia de México y de libros que por su naturaleza no sean fácilmente sustituibles, sin contar con la autorización a que hace referencia los artículos 31 y 44, fracción IV, de la Ley, será aplicable lo dispuesto por los artículos 53 y 54 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y demás disposiciones aplicables.

Artículo 66. Cuando el Archivo General de la Nación tenga conocimiento de que Archivos públicos o Privados de Interés Público, se encuentran en peligro de destrucción, desaparición o pérdida, brindará la asesoría necesaria para su Estabilización y Conservación. Para la expropiación a que se refi ere el segundo párrafo del artículo 33 de la Ley, se procederá conforme a lo dispuesto por la Ley de Expropiación.

Artículo 67. Al concluir la Estabilización a que hace referencia el artículo 33 de la Ley, el Archivo General de la Nación notifi cará al particular que podrá ser sujeto a procedimiento de comprobación.

Artículo 68. El procedimiento de comprobación a que hace referencia el artículo 33, segundo párrafo, de la Ley, se llevará a cabo bajo los siguientes términos:

I. El Archivo General de la Nación, notifi cará a los particulares la visita de comprobación que contendrá los siguientes requisitos:

a) Fecha de emisión; b) Número de folio u ofi cio que le corresponda; c) Domicilio en el que se desahogará la visita de comprobación; d) Objeto y alcance de la visita de comprobación; e) Fundamento; f) En su caso, las medidas cautelares y de seguridad que sean procedentes cuando se detecte peligro de destrucción,

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 39 desaparición o pérdida de los documentos materia de la comprobación; g) Nombre, cargo y fi rma del servidor público que expida la orden de visita de comprobación; h) Señalamiento del plazo y domicilio de la autoridad ante la que debe presentarse el escrito de observaciones y ofrecer pruebas con relación a los hechos asentados en el acta de visita de comprobación, y i) Los demás que señalen los ordenamientos legales o reglamentarios aplicables;

II. En la visita de comprobación se levantará un acta que contenga información detallada de las condiciones físicas en que se encuentran los Archivos o documentos, la cual será suscrita por las partes que intervinieron, de la cual se dejará una copia al particular. En caso de que el particular se niegue a fi rmar, no afectará la validez de la diligencia ni del documento de que se trate, siempre y cuando el verifi cador haga constar tal circunstancia en la propia acta; III. Con la información contenida en el acta de visita de comprobación, el Archivo General de la Nación deberá solicitar opinión técnica al Consejo Académico Asesor. Asimismo, cuando el Archivo General de la Nación lo requiera, podrá solicitar el apoyo de servidores públicos de otras Dependencias y Entidades, así como de otras instancias públicas, cuando no cuente con personal especializado; IV. Dentro de los diez días hábiles siguientes a la conclusión de la visita, los particulares podrán formular por escrito, ante la autoridad competente, observaciones y presentar pruebas respecto de los hechos, objetos, lugares y circunstancias contenidos en el acta de visita de comprobación, y V. El Archivo General de la Nación emitirá su dictamen, el cual deberá notifi car a las partes en un término no mayor a treinta días hábiles.

40 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Cuando el particular se considere afectado por la resolución de la autoridad podrá interponer el recurso de revisión previsto en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo.

Artículo 69. En caso de que del dictamen a que se refi ere la fracción V del artículo 68 del presente Reglamento se desprenda que los Archivos Privados de Interés Público y sus documentos, se encuentran en peligro de destrucción, desaparición o pérdida, se procederá de conformidad con lo dispuesto en la Ley de Expropiación.

Artículo 70. La autoridad competente con base en los resultados de la visita de comprobación, podrá dictar medidas cautelares y de seguridad para corregir las irregularidades que se hubiesen encontrado, otorgándole un plazo para su realización. No obstante lo anterior, la autoridad competente podrá imponer por escrito y de manera fundada y motivada, en cualquier etapa del procedimiento, las medidas cautelares y de seguridad que sean procedentes para prevenir el riesgo o peligro detectado en la visita de comprobación. El particular dentro de los cinco días hábiles siguientes a la notifi cación, podrá manifestar por escrito lo que a su derecho convenga y, en su caso, solicitar el levantamiento de dicha medida, debiendo acompañar las pruebas que acrediten la subsanación de las irregularidades que dieron origen a la misma.

Artículo 71. Cuando el particular no cumpla con las medidas cautelares y de seguridad emitidas por la autoridad competente, ésta procederá a iniciar los trámites de expropiación, conforme a los ordenamientos legales aplicables.

TRANSITORIOS

Primero. El presente Reglamento entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Ofi cial de la Federación.

Segundo. Las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal deberán llevar a cabo las acciones necesarias a efecto de que los

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 41 responsables de las Áreas Coordinadoras de Archivos cumplan con el perfi l establecido por el artículo 9 del presente Reglamento, respetando en todo momento los derechos laborales.

Tercero. Las Series que contengan Documentos Históricos confi denciales, cuyo plazo no ha vencido en términos del artículo 27 de la Ley, y ya se encuentren en un Archivo Histórico, serán identifi cadas por el propio Archivo Histórico. En los casos que exista duda sobre el carácter confi dencial de la información, el Archivo Histórico que corresponda consultará al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, quien determinará la naturaleza de la misma.

Cuarto. Los lineamientos que contengan los requisitos para la conservación y custodia permanente de documentos con valor histórico, por parte de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal que cuenten con Archivo Histórico, serán publicados por el Archivo General de la Na- ción en un plazo de ciento ochenta días naturales, contados a partir de la entrada en vigor de este Reglamento.

Quinto. Para la identifi cación de las Series documentales a las que se refi ere el artículo 15 del presente Reglamento, las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal tendrán un plazo de ciento ochenta días naturales, contados a partir de la publicación del presente Reglamento.

Sexto. El nombramiento del representante de cada dependencia o entidad de la Administración Pública Federal ante el Comité Técnico Consultivo de Archivos del Ejecutivo Federal, a que se refi ere el artículo 41, fracción II, del presente Reglamento, deberá notifi carse dentro de los treinta días naturales siguientes a la fecha de publicación de este Reglamento.

Séptimo. El Comité Técnico Consultivo de Archivos del Ejecutivo Federal emitirá sus lineamientos internos, a más tardar a los sesenta días naturales contados a partir de la publicación del presente Reglamento.

42 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Octavo. El Archivo General de la Nación publicará en el Diario Ofi cial de la Federación los lineamientos para la organización y funcionamiento del Consejo Académico Asesor dentro de los ciento ochenta días hábiles siguientes al inicio de vigencia del presente Reglamento.

Noveno. La implementación del presente Reglamento se realizará con los recursos aprobados, por lo que no se requerirán recursos adicionales para tales efectos y no incrementarán el presupuesto regularizable, para el presente ejercicio fi scal.

Décimo. Se derogan todas aquellas disposiciones administrativas que contravengan lo establecido en el presente Reglamento.

Dado en la residencia Ofi cial del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México, Distrito Federal, a siete de mayo de dos mil catorce.- Enrique Peña Nieto.- Rúbrica.- El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.- Rúbrica.- El Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor.- Rúbrica.- En ausencia del Secretario de la Función Pública, en términos de lo dispuesto por los artículos 18 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y 7, fracción XII y 86 del Reglamento Interior de la Secretaría de la Función Pública, el Subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, Julián Alfonso Olivas Ugalde.- Rúbrica.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 43

GALERÍAS DE LA HISTORIA

DIEGO DE GUADALAJARA Y LA FÍSICA NEWTONIANA EN LA CONSTRUCCIÓN DE RELOJES NOVOHISPANOS DEL SIGLO XVIII

Juan Manuel Espinosa Sánchez*

“Para unos el tiempo se vincula a las manecillas del reloj de la iglesia; para otros ese binomio tiempo-técnica se enlaza al conocimiento de la naturaleza; y no faltan los que van más allá, los que se dedican al esfuerzo para ahorrar el esfuerzo y, desde luego, los que piensan en el lucro y en la voluntad del poder económico”.1

Arturo Azuela Las Ciencias y el Quijote

Resumen

Este trabajo está enfocado al estudio de la física newtoniana en la Nueva España del siglo XVIII. Explicaremos el periódico de Diego de Guadalajara llamado Advertencias y Refl exiones varias conducentes al buen uso de los Reloxes grandes y pequeños y su regulación; asimismo sus Instrumentos con método, para su mejor conservación, editado en la ciudad de México en la imprenta de Felipe de Zúñiga y Ontiveros en 1777, que trata sobre la aplicación de las leyes de la mecánica newtoniana en la fabricación de relojes mecánicos. De ma nera paralela se escribió una semblanza biográfi ca del personaje para mostrar sus conocimientos en la reparación y construcción de instrumentos científi cos, relacionados con la astronomía observacional.

* Profesor-investigador de la Universidad de Quintana Roo y estancia de investigación en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo 2013-2014.

1 Azuela, Las Ciencias y el Quijote, p. 88.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 47 Palabras clave: Diego de Guadalajara, relojes mecánicos, mecánica newtoniana, Academia de San Carlos, matemáticas y cálculo.

Abstract

The present paper focuses on the study of Newtonian physics in the New Spain of the 18th century. We will explain Diego de Guadalajara’s paper entitled Advertencias y Refl exiones varias conducentes al buen uso de los Reloxes grandes y pequeños y su regulación: ‘Various warnings and refl ections towards the good use of big and small watches and their regulation; as well as some other Instruments, to help their conservation in the best possible way, published in 1777 in Felipe de Zúñiga y Ontiveros’s printing house in . A biography of Guadalajara was also written, due to the great importance of his knowledge in the reparation and manufacturing of scientifi c instruments related to observational astronomy.

Keywords: Diego de Guadalajara, mechanical watches, Newtonian mechanics, San Carlos Academy, Mathematics and calculus.

Introducción

En el último tercio del siglo XVIII en la Nueva España fl oreció un grupo de relojeros, quienes reparaban y construían relojes de sol y mecánicos, a ellos perteneció Diego de Guadalajara y Tello, quien además fue profesor de matemáticas de la Academia de San Carlos, asimismo, escribió un periódico de relojería en 1777 con el título Advertencias y Refl exiones conducentes al buen uso de los Reloxes y otros Instrumentos Matemáticos, Físicos y Mecánicos, en donde para la elaboración de la maquinaría del reloj se usó la mecánica de Isaac Newton, que está inserta en la obra los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural, por lo cual, el sabio De Guadalajara se convirtió en seguidor de la física newtoniana en suelo novohispano.

48 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Datos bibliográfi cos de Diego de Guadalajara y Tello

De Diego de Guadalajara y Tello no existe una biografía; varios pasajes de su vida permanecen oscuros, la fecha de su nacimiento está datada en 1742,2 en la ciudad de México, como se asienta en un documento localizado en el Archivo General de la Nación en el fondo Desagüe, fechado entre 1802- 1804,3 relativo a las labores de la obra de Huehuetoca. Aún se desconocen los colegios donde estudió De Guadalajara, pero se sabe de su participación científi ca con sus contemporáneos. Con Antonio de León y Gama realizó observaciones astronómicas en su observatorio personal, por sus dotes en la reparación de instrumentos científi cos colaboró en la expedición de Malaspina, al componer varios aparatos, para tal fi n redactó Memoria de los reparos y composiciones que se han hecho en los instrumentos matemáticos pertenecientes al rey de orden del señor Dionisio Galiano capitán de fragata, en 1791. Dicha memoria está perdida,4 pero tenemos constancia de los instrumentos que reparó: un círculo de Adams, un péndulo de Hellicot, un acromático de bronce y un reloj de Arnold.5 Además, él y Joaquín Velázquez de León construyeron conjuntamente telescopios para sus observaciones astronómicas.6 Diego de Guadalajara fue constructor y reparador de instrumentos científi cos de la referida comisión científi ca de Malespina; las fuentes consultadas en el presente trabajo no indican que fuera experto en el armado de relojes mecánicos, tampoco se menciona que tuviera un “taller de relojería”, pero reparó telescopios, brújulas, cuadrantes y construyó relojes solares, uno de ellos se localiza en la Universidad de Oxford y pertenece a la colección del Museo de Historia de la Ciencia, el otro está ubicado en el Museo Franz Mayer de la ciudad de México, “ambos relojes son del tipo Ausburg, con un círculo de las hojas cortado o en forma de media luna, el segundo posee un inclómetro graduado para ser latitudes de las ciudades novohispanas (…) ubicadas entre los 40º y 50º del hemisferio norte”.7

2 Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Matrimonios, vol. 112, exp. 24, f. 200v. 3 AGN, Desagüe, vol. 31, exp. 1, ff.1r-4r. 4 González Claverán, La Expedición Científica de Malaspina en la Nueva España (1789-1794), p. 332. 5 AGN, Historia, vol. 397, f. 413r. 6 Espinosa Sánchez, “La óptica novohispana en la segunda mitad del siglo XVIII”, pp. 66-67. 7 Cházaro “Los instrumentos científicos de la Nueva España: circulación, usos y transformaciones de la medición”, pp. 745-746.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 49 También contribuyó en la formación del laboratorio del Real Seminario de Minería vendiendo instrumentos científi cos y brújulas, desconocemos con qué tipo de instrumentales dotó al colegio de Minería, aunque sabemos que en 1803 contó con los siguientes aparatos: Ramsden, Adams, Le Noir y Luis Berthaud.8 Por otra parte, fue relojero y como tal editó el periódico Advertencias y Refl exiones más conducentes al buen usó de los relojes, del cual la Royal Society de Londres mencionó que se trataba del primer periódico especializado en relojes del mundo. En dicha obra mencionó a los relojeros ingleses y de Europa continental, como Huygens, Hautefeville, Hook, Berthoud, Sully, Harrison, Le Roy, Huberte, Elicot, Evans, San Levy, Cabrier, entre otros. En su diario, De Guadalajara menciona que la geometría es importante por la exactitud de las medidas, la mecánica para explicar correctamente la potencia motriz, la analítica, la cual sirve en la resolución de los diversos problemas en la relojería, el dibujo en función de dar proporción y simetría y por último la música para brindar un sonido de campanas y fl autas.9 Tuvo conocimiento de los adelantos técnicos de los ingleses en la construcción de relojes mecánicos. Aquéllos aplicaban los teoremas de la me- cánica newtoniana en la utilización de la energía motriz del reloj; un sistema oscilatorio, que permitía las transformaciones de energía cinética a energía potencial. Los primeros en usarlo fueron Fromanteel, Tompion y Quare, cuyos relojes tienen manecillas, marcan la hora, los minutos y en ocasiones los segundos.10 En la técnica relojera, los ingleses fueron innovadores al incrustar rubíes y usar el temple de acero en los relojes marítimos. De Guadalajara señala que la invención inglesa se debió a las matemáticas y experimentos físicos para explicar el movimiento.11 En su diario mencionó a John Harrison como un genio de la relojería inglesa.

8 Ramos Lara, Difusión e institucionalización de la mecánica newtoniana en México en el siglo XVIII, p. 70. 9 De Guadalajara y Tello, Advertencias y Reflexiones conducentes al buen usó de los Reloxes y otros Instrumentos Matemáticos, Físicos y Mecánicos, p. 2. 10 Attali, Historias del Tiempo, p.138. Véase De Guadalajara, op. cit., pp. 4-5. 11 De Guadalajara, op. cit., núm.5, septiembre 12 de 1777, pp.1- 2.

50 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 En la parroquia del pueblo de Barrow en Lincolnshire le prestaron libros y estudió varias obras científi cas, como la Filosofía de la Naturaleza de Nicholas Saunderson; en 1712 leyó los Principia de Isaac Newton y “reforzó sus conceptos del mundo natural”.12 Los Principia del sabio inglés han tenido alcances científi cos y técnicos con una revolución de ambas ramas gracias al desarrollo de la matemática, con el cálculo infi nitesimal, y a que así se preparó el camino para la fi losofía natural de la Ilustración, regida por la ciencia newtoniana con un razonamiento matemático para explicar la naturaleza y el modo de construir instrumentos científi cos.13 De gran trascendencia fue la postura newtoniana en el desarrollo de la técnica, debido a que en el siglo XVI los relojes mecánicos fueron imprecisos y no funcionaron con los cambios de temperatura como sucedía en altamar. En el siglo XVII Huygens construyó el reloj de péndulo, el cual tuvo buenos resultados en la travesía de los barcos europeos sobre el Atlántico, pero el balanceo de las olas alteraba la oscilación del péndulo. En el siglo XVIII estos relojes se dilataban por el calor y su funcionamiento fue lento, en la época de frío se contraían, lo que ocasionó horas incorrectas. Harrison construyó relojes con metales de acero y latón, fue la solución de este problema y en 1759 a su reloj H-3, con ruedas dentadas, le incorporó rubíes y diamantes para un mejor funcionamiento. El H-4 se usó en altamar entre 1760 y 1764 con excelentes resultados, al grado de que la armada real inglesa de su majestad dominó los océanos del mundo gracias al inventó de Harrison.14 Al conocer estos casos Diego de Guadalajara estuvo al tanto del desarrollo técnico de la relojería inglesa; mediante su respectivo periódico novohispano fue un teórico en la construcción de relojes mecánicos y al ser catedrático de matemáticas de la Academia de San Carlos era un profesionista y especialista, no un afi cionado en la explicación de la física newtoniana ni tampoco era artesano en el armado de relojes mecánicos.15

12 Sobel. Longitud. La verdadera historia de un genio solitario que resolvió el mayor problema científico de su tiempo, p. 57. 13 Azuela, El Matemático, pp. 130, 134 y 173-178. 14 Sobel, op. cit., pp. 33-36, 63 y 92-113. 15 Cipolla, Las máquinas del tiempo, pp. 35-42.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 51 En lo referente a la matemática, De Guadalajara señaló que ésta es importante en la pintura, por sus principios de la perspectiva, en la escultura porque se utiliza la geometría de los sólidos, y también se emplea en la dinámica, óptica, estática e hidráulica.16 Explicó en su curso de matemáticas de la Real Academia de San Carlos (1790), aritmética, álgebra, ecuaciones de segundo grado, geometría elemental, trigonometría, geometría práctica y secciones cónicas aplicadas en la dinámica y perspectiva;17 utilizando a los “autores modernos”. El método a seguir fue demostrar las proposiciones o teoremas con el modelo inductivo-deductivo, conocido también como síntesis y análisis, el cual fue empleado por Newton y el novohispano Ignacio Bartolache. Uno de los libros utilizados por De Guadalajara en su curso fue Principios de Matemáticas, de Benito Bails, editado en tres tomos, donde se detalla el cálculo y la matemática más avanzada de la época.18 El manuscrito de De Guadalajara dedicado a la matemática está perdido, por lo anterior haremos alusión a que participó activamente como un hombre relacionado con la ciencia de los números al trabajar en proyectos de ingeniería e hidráulica de la corona española, su capacidad matemática no solamente quedó constatada como teórico de la ciencia de los relojes, reparador de los mecánicos de bolsillo y de relojes mecánicos públicos, sino también como académico de la cátedra de matemáticas de San Carlos, además de haber usado la matemática en la ingeniería hidráulica. Sobre este científi co sólo conservamos sus análisis geométricos en el desagüe de Huehuetoca y algunos planos de 1796: uno de corte vertical de la laguna de Zumpango, tres planos delineados, para la longitud del terreno nivelado, un plano iconográfi co del canal de Huehuetoca y otro plano iconográfi co del canal de Nuestra Señora de Guadalupe. En la construcción del desagüe de Huehuetoca también participó con Antonio González Velázquez, quien combinó su profesión de arquitecto y profesor, participó en dos construcciones de gran magnitud del Estado

16 Archivo de la Antigua Academia de San Carlos, (en adelante AAASC), doc. 592, ff. 1v.-2v. 17 AAASC, doc. 592, f. 3v. 18 Ibid., doc. 727, f. 1r. Acerca del desarrollo de la matemática newtoniana en la Academia de San Carlos se puede consultar a Juan Manuel Espinosa Sánchez, “La Matemática Newtoniana en la Real Academia de San Carlos de la Nueva España, a finales del siglo de la Ilustración y Principios del siglo XIX”, 4 pp.

52 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 virreinal: el desagüe de Huehuetoca y el camino México-Toluca, en el pri- mer proyecto, González, De Guadalajara y Tres Palacios revisaron el real desagüe entre 1798 y 1802.19 En su informe elaborado en 1798, sobre el reconocimiento hecho del nuevo canal del desagüe real llamado San Cristóbal, mencionó que los trabajos de nivelación se habían llevado a cabo en una distancia de 100 varas y que en los lugares donde estaban los socavones hubo derrumbes los cuales representaban un peligro para contener el curso del agua.20 Acerca del tajo de Zumpango, González, en su informe de 1801, explicó que el terreno de la obra era defectuoso y aconsejó perfeccionar el tajo cortando las paredes o lados del mismo en líneas de descenso con un ángulo de 45 grados, retirar las tierras de los bordes y abrir una zanja.21 Cosme de Mier y Tres Palacios decidió abrir dos tajos entre los años 1796 y 1798, uno en la laguna de Zumpango y el otro en la de San Cristóbal, para desaguar el canal de Huehuetoca. Tenían una longitud de 9,000 y 13,000 metros respectivamente, su idea era unirlos a unos 5,000 metros para incorporarse con la corriente de Cuautitlán, la obra estuvo a cargo de Diego de Guadalajara.22 El resultado de este laborioso esfuerzo fue incompleto, dado el peligro que provocó el desbordamiento del lago de Texcoco en la temporada de lluvias; la posibilidad de una inundación en la ciudad de México fue latente para el Estado virreinal,23 así como los daños consecuentes y los ocurridos por esa situación en años anteriores: infecciones y mortandad entre los habitantes. Antonio González elaboró en 1788 dos manuscritos, uno de geometría y el otro de arquitectura; para sus alumnos de la Academia de San Carlos y junto con De Guadalajara y Tello fueron los matemáticos de la Ilustración novohispana que colaboraron al servicio del Virreinato.24 De Guadalajara

19 Archivo Histórico del Ayuntamiento de México, (en adelante AHAM), Desagüe, leg. 1, exp. 28, ff. 14r-14v. En 1604 se inició la obra del desagüe de Huehuetoca por orden del virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, debido a la inundación que sufrió la capital de la Nueva España en el mes de agosto del citado año. Véase José Sala Catalá, Ciencia y Técnica en la Metropolización de América, pp. 99-119. 20 AHAM, Desagüe, leg. 1, exp. 37, f. 1v. 21 Ibid., ff. 2r- 2v. 22 Gurría Lacroix, El Desagüe del Valle de México Durante la Época Novohispana, pp. 150-152. 23 Lemoine Villacaña, El Desagüe del Valle de México Durante la Época Independiente, p. 14. 24 Cordero Herrera, “La Academia de San Carlos dentro del Movimiento de la Ilustración en México”, p. 52.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 53 usó sus conocimientos teóricos sobre matemáticas y física newtoniana en la elaboración de relojes.

La mecánica newtoniana en la construcción de relojes mecánicos en la Nueva España25

En la Nueva España del siglo XVIII hubo varios relojeros además de Diego de Guadalajara como José Rebollo Lozano, Juan Calderón,26 Pablo Gay,27 José Camacho de Mendoza,28 Marcos Rafael del Muro,29 Antonio de Alzate,30 José Francisco Dimas Rangel31 y Manuel Tolsá. Diego de Guadalajara y Tello fue el relojero “ofi cial” del virreinato en la Nueva España, por orden del virrey Revillagigedo en 1790.32 Su trabajo consistía en revisar el mantenimiento de los dos relojes mecánicos de la ciudad de México, uno ubicado en la catedral metropolitana y el otro en el real palacio, tenía el deber de atender su buen funcionamiento, arreglarlo a la hora correcta del día y ocuparse de las reparaciones.33

25 Acerca del desarrollo de la física newtoniana y su aplicación en la Nueva España se puede consultar a Juan Manuel Espinosa Sánchez, “Newton en la Ciencia Novohispana del siglo XVIII”, pp. 156-219 y del mismo autor el artículo, “Ciencia y técnica en el último tercio del siglo XVIII en México: la construcción hidráulica en el río Xamapa de Medellín, ”, núm. 4, pp. 35-41. 26 Rebollo Lozano y Calderón trabajaron con Diego de Guadalajara en la reparación y ajuste de los relojes mecánicos de la catedral metropolitana y del palacio virreinal. AGN, Obras Públicas, vol.31, ff. 84r-94r. 27 Gay fue sucesor de Lozano como relojero del palacio virreinal en 1794. AGN, Obras Públicas, vol.10, exp. 10, ff. 218r-224r. 28 José Camacho de Mendoza ajustó un reloj mecánico traído de Inglaterra, por encargo del gobernador de Veracruz, en 1774. AGN, Obras Públicas, vol. 22, exp. 13, ff. 307r-319r. Los relojes mecánicos ingleses también fueron exportados a Europa Continental, islas Barbados y Nueva Inglaterra. En Cipolla, op. cit., p. 65. 29 Del Muro construyó en De Guadalajara en 1785, un reloj mecánico siguiendo al inglés Elicot. Gazeta de México, núm.41, martes 5 de julio de 1785, México, Imp. De Francisco de Zúñiga y Ontiveros, martes 5 de julio de 1785, p. 329. 30 Antonio Alzate escribió “El método para probar la bondad de los relojes de bolsa”, en su Diario Literario de México, núm.7, el 4 de mayo de 1768, en donde citó a Sully y su obra Régle artificille du temps y a Saverien con su obra Diccionario Matemático y Físico. José de Alzate, Obra, I. Periódicos, pp. 49-50. 31 Rangel construyó once relojes grandes mecánicos para iglesias y civiles. Eduardo Piña Garza, Los Relojes de México, pp. 110-113. 32 AGN, Obras Públicas, vol. 31, f. 90r. 33 Ibid., ff. 84r.-85r. y 87r.-94r.

54 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Además de ser un buen relojero de su época34 editó el periódico Advertencias y Refl exiones más conducentes al buen usó de los relojes y otros Instrumentos Matemáticos, Físicos y Mecánicos en 1777. En su “Introducción y Plan de la Obra”, De Guadalajara se declaró ser seguidor de la mecánica newtoniana, al indicar que ésta sirve para aplicar correctamente la potencia motriz en los relojes.35 Cabe recordar que en los relojes de los siglos XVI, XVII y hasta mediados del siglo XVIII, las piezas internas se hacían de madera; eran imprecisos en dar el tiempo; empleaban el modelo geométrico y aritmético euclideano, con una física aristotélica, cartesiana –aunque tiene adelantos como la geometría analítica– con esta infl uencia están Copérnico en el siglo XVI, Kepler, Galileo, Huygens en el siglo XVII, quienes rechazaron el aristotelismo, pero seguían utilizando la matemática euclidiana en sus trabajos y Huygens en la fi losofía cartesiana.36 Los Principia de Newton abrieron el camino al analizar la fi losofía natural en la precisión matemática, con el cálculo de fl uxiones, en óptica, mecánica,

34 Dimas Rangel y De Guadalajara fueron los mejores relojeros novohispanos a finales del siglo XVIII. De Rangel se desconoce su fecha de nacimiento, pero las fuentes mencionan que nació en Valladolid en la Nueva España, además participó en las tertulias organizadas por el virrey Flores al lado de Antonio Alzate y Antonio de León y Gama. A fines del siglo XVIII Rangel construyó un reloj mecánico para la iglesia metropolitana; también fabricó relojes mecánicos que fueron enviados al virreinato del Perú. En 1787 escribió las Advertencias para el buen uso de los relojes de faltriquera y para hacer juicio de su bondad, el documento está extraviado. En 1789 elaboró el Discurso físico sobre la formación de las auroras boreales. Además en 1791 redactó la “Carta de D. Francisco Rangel al Autor de la Gazeta de Literatura que contiene varias reflexiones tocantes al sistema de D. Antonio de León y Gama, al pie de ellas ciertas Notas de un Anónimo”, publicado en la Gaceta de Literatura. Rangel también fue impresor y grabador, falleció aproximadamente en 1814. Se pueden consultar las siguientes obras; José Mariano Beristain y Souza, Biblioteca Hispano Americana Septentrional, vol. I, p.9; Andrés Cavo, Suplemento a la Historia de los tres siglos de México durante el gobierno español, vol. III, p. 89; Gazeta de México, núm. 38, p. 312; Gazeta de México, núm.40, p. 328. Sobre la labor científica de Rangel se pueden consultar los siguientes trabajos: Juan Manuel Espinosa Sánchez y Patricia Aceves, “Un científico Newtoniano en la Nueva España del último tercio del Siglo XVIII: Antonio de León y Gama”, pp. 17-25 y Heréndira Téllez Nieto y Juan Manuel Espinosa Sánchez, “La astronomía teórica novohispana: Francisco Dimas Rangel y la aurora boreal de 1789”, pp. 183-210. 35 De Guadalajara y Tello, Advertencias y Reflexiones conducentes al buen uso de los Relojes, “Introducción y Plan de la Obra”, p. 2. El periódico de De Guadalajara era para especialistas en la técnica relojera; no iba dirigido al pueblo, sino a los lectores con una cultura científica y técnica, como puede verse por su vocabulario y erudición empleados en el conocimiento de los relojeros ingleses y sus respectivos inventos. Véase María Dolores Sáiz, Historia del Periodismo en España, vol. 1, pp. 87-93 y 174. 36 Azuela, La Ciencia Renacentista, pp. 9-109.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 55 astronomía, física; en la construcción de mejores instrumentos científi cos;37 en el estudio de los metales, y con ello en la perfección de los mecanismos de relojería, para el desarrollo de la navegación oceánica y la comprensión del cosmos.38 La matemática newtoniana se aplica en la mecánica y también en la construcción de un nuevo lenguaje para el estudio de: espacio, tiempo, velocidad, aceleración, fuerza, entre otros conceptos que fueron interpretados con una nueva matemática; con nuevas concepciones en la explicación de la naturaleza y un novedoso método científi co, en la investigación del cosmos con un proceso de mecánica para la solución de diversos problemas,39 entre ellos la fuerza motriz, mediante un análisis científi co que prescindía de Dios en la explicación newtoniana de movimiento.40 ¿Qué era la fuerza motriz para Newton? En sus Principia, en la Defi nición VIII mencionó: “La cantidad motriz de una fuerza centrípeta es una medida proporcional al movimiento que genera en un tiempo dado”. Newton explica el término de fuerza motriz al afi rmar:

[...] quiero decir que refi ero la fuerza motriz al cuerpo como un esfuerzo y propensión del conjunto hacia un centro surgido de las propensiones de las diversas partes en su conjunto [...] Por lo cual la fuerza acelerativa será a la motriz lo que la celeridad es al movimiento. Porque la cantidad de movimiento surge de la celeridad multiplicada por la cantidad de materia, y la fuerza motriz surge de la acelerativa multiplicada por la misma cantidad de materia, pues la suma de las acciones de la fuerza acelerativa sobre las diversas partículas del cuerpo es la fuerza motriz del todo.41

37 La diferencia entre el modelo cartesiano y la ciencia newtoniana es un tema amplio que no tocaremos aquí debido a que es pauta para otra investigación; la bibliografía es amplia al respecto, se puede consultar un par de obras básicas sobre el tema Alexander Koyré, Newtonian Studies, pp. 95-96, e I. Bernard Cohen, La Revolución newtoniana, p. 124. 38 Ibid., pp. 26 y 98. 39 Azuela, El Matemático, p. 107. 40 Hawking, S., Dios creó los números. Los descubrimientos matemáticos que cambiaron la historia, pp. 340-344. 41 Newton, Principios matemáticos de la filosofía natural, pp. 227 y 228.

56 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Posteriormente Newton retomó esta defi nición para proponer su segunda ley de movimiento, la cual se refi ere al siguiente postulado: “el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y se hace en la dirección de la línea recta en la que se imprime esa fuerza.” Con esta ley afi rmó que el efecto de una fuerza externa sobre un cuerpo produce un cambio en su estado de reposo,42 explicando que una “fuerza cualquiera genera un movimiento”. En la tercera ley de movimiento Newton mencionó que: “para toda acción hay siempre una reacción opuesta e igual. Las acciones recíprocas de dos cuerpos entre sí son siempre iguales y dirigidas hacia partes contrarias.” Aquí, Newton explicó que los movimientos de los cuerpos son producidos por fuerzas y los cuerpos tienen direcciones opuestas.43 La fuerza es la acción externa a los cuerpos en movimiento y debe haber una igualdad entre la acción y la reacción.44 Con la dinámica newtoniana se explicaron los movimientos de los cuerpos en la Tierra y en el macrocosmos, además, en el escolio de los Principia dedicado a las leyes del movimiento, Newton puso un ejemplo acerca de cómo pueden ser utilizadas la segunda y tercera leyes del movimiento cuando dice:

En relojes e instrumentos similares, construidos a partir de una combinación de ruedas, las fuerzas contrarias que promueven e impiden el movimiento de las ruedas se sostendrán mutuamente unas a otras, si son inversamente proporcionales como las velocidades de las partes de la rueda sobre la cual están impresas.45

Con este ejemplo Newton pretendió mostrar cómo pueden ser aplicadas sus leyes de movimiento en la construcción de relojes mecánicos.

42 A. Sellés y Solís, La revolución científica, p. 135. 43 Ibid., p. 238. 44 Ibid., p. 135. 45 Newton, Principios, p. 252.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 57 ¿Cómo aplicó De Guadalajara y Tello la fuerza motriz en los relojes mecánicos? Usó la fuerza motriz, para dar movimiento a la maquinaria del reloj mecánico y también mencionó que la construcción de un reloj “debe ser hecha por un excelente matemático”.46 Posteriormente, explicó el movimiento de la maquinaria de un reloj. Los primeros relojes construidos con la técnica consistente en el movimiento de las ruedas que hacen mover a otras ruedas y proporcionan una potencia motriz, fueron hechos en Inglaterra.47 Además De Guadalajara mencionó que para la fabricación de relojes grandes, el relojero debe tener conocimientos teóricos en su construcción. Estos relojes se usan en las iglesias y en los palacios.48 Las ruedas de este tipo de relojes grandes son de acero para mover las manecillas, las cuales son pesadas y metálicas. ¿Qué importancia tiene la construcción de mejores relojes, para la ciencia? De Guadalajara mencionó a relojeros ingleses como Fatio, Quare, Windimills, Huberte y Grahan, quienes construyeron relojes que fueron usados en varios observatorios astronómicos. Al emplear los relojes ingleses, los astrónomos obtuvieron mejores resultados, midiendo el tiempo de los fenómenos celestes como un eclipse, un cometa y el paso de Venus por el disco solar, entre otros. Estos relojes de ingeniería inglesa tienen segunderos, lo cual permite a los científi cos tener medidas temporales más exactas al estudiar el macrocosmos.49 ¿Cuál es la importancia de construir relojes de gran tamaño? De Guadalajara indicó que los especialistas ingleses armaron este tipo de relojes entre Elicot y San-Levy. Este último trabajó para la reina de Inglaterra. San-Levy empleó el cálculo en la construcción de ruedas y piñones. Para que los engranes de la maquinaria de los relojes grandes tuvieran un buen movimiento, estos instrumentos mecánicos disponían de campanas y música. De Guadalajara llamó a los relojes grandes públicos, porque son “maquinarias para medir el tiempo, advierten las horas y distribuciones

46 De Guadalajara, op., cit., núm. 2, 12 de junio de 1777, p. 7. 47 Ibid., núm. 4, 12 de agosto de 1777, pp. 3-4. En la época de Newton la maquinaria de los relojes era de madera, por lo que hay una innovación técnica con las construcciones relojeras de acero. Vid., Alexandre Koyré, Pensar la Ciencia, p. 88. 48 De Guadalajara, op., cit, núm. 5, 12 de septiembre de 1777, p. 4. 49 Ibid., núm. 3, 12 de junio de 1777, p. 6.

58 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 de los divinos ofi cios y funciones de nuestra sagrada religión y regulan el trabajo” de la sociedad.50 Los relojes grandes y públicos tienen defectos: se atrasan o su maquinaria se para por completo y al ajustarlos, el relojero tiene que emplear el reloj solar en la regulación del tiempo del reloj mecánico.51 Es de suma importancia recordar, que en la construcción de relojes solares, se requerían conocimientos de astronomía, aritmética, trigonometría esférica y óptica descriptiva. El reloj solar funciona mediante el movimiento del Sol, cuya luminosidad se refl eja en el gnomon, que a su vez proyecta una sombra en la carátula del reloj, para indicar la hora. Estos relojes no se atrasan y sólo dejan de funcionar por un eclipse solar o un día nublado, por ello trasciende la importancia de los relojes solares.52 En la fabricación de los relojes mecánicos se utiliza la mecánica de Newton, es decir, la segunda y tercera ley de movimiento, ambas se aplican para proporcionar la fuerza motriz a la maquinaria del reloj. En el siglo XVIII en Europa y América se siguieron armando relojes mecánicos con los postulados de Newton,53 pero también se construyeron relojes solares, por ejemplo: Manuel Tolsá construyó uno en el obelisco del Monte de la Cruces, en el camino México-Toluca en abril de 1795.54 En la ciencia y la técnica de la construcción de relojes mecánicos hay un progreso. La exactitud de los relojes ingleses condujo a su utilización en las observaciones astronómicas y permitió a los astrónomos tener medidas más precisas de los fenómenos celestes. La Nueva España siguió esta dirección.55

50 Ibid., núm. 1, 12 de mayo de 1777, p. 6. 51 Ibid., “Introducción y Plan de la Obra”, p. 3. 52 Un estudio sobre los relojes solares en la Nueva España es el de, Juan Manuel Espinosa Sánchez, "Los relojes solares de la Real y Pontificia Universidad de México del siglo XVII", pp. 35-47. 53 Sobre la difusión de las obras matemáticas de Isaac Newton en la Nueva España del siglo XVIII, se puede consultar a Juan Manuel Espinosa Sánchez,”La obra científica y matemática de Newton en la biblioteca de Antonio de León y Gama, en la época de la Ilustración novohispana”, pp. 35-50. 54 AGN, Caminos y Calzadas, vol. 19, exp. 13, f. 350r. El camino carretero México-Toluca se construyó por el proceso económico de la región occidente de la Nueva España para abastecer de semillas, ganado, leña y otros productos alimenticios a la ciudad de México, en donde se observa que el mejoramiento económico va acompañado del progreso de la tecnología. Véase a John Tutino, “Las Nuevas Españas. Los Orígenes del Capitalismo, ¿Y qué pasó?”, pp. 69-70. 55 En la Nueva España se utilizaron instrumentos más precisos en la astronomía, con Antonio de León y Gama y Joaquín Velázquez de León al observar y estudiar el eclipse total de sol de 1778.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 59 Los ingleses construyeron relojes aplicando la mecánica de Newton, para dar movimiento a la maquinaria y los perfeccionaron al hacerles incrustaciones de rubíes y diamantes en las piezas de acero y latón; además agregaron manecillas para marcar los segundos y tener una precisión exacta en la medición del tiempo. Diego de Guadalajara conoció los trabajos de los referidos relojeros de Inglaterra y aplicó la física de Newton en la relojería novohispana a fi nales del siglo XVIII. La aplicación de la física newtoniana en la época de la Ilustración es una muestra de desarrollo y un rasgo de modernidad56 en la ciencia de Europa y de América.

Refl exión fi nal

Al estudiar a un personaje como Diego de Guadalajara, integrante de la comunidad científi ca-técnica del último tercio del siglo XVIII,57 se advierte que los miembros de esta comunidad establecieron el avance de la ciencia y la técnica mediante la aplicación de los postulados newtonianos en su entorno. Diego de Guadalajara es un ejemplo del estudioso novohispano que contribuyó al desarrollo de la ciencia y la tecnología en América al interesarse en la construcción de relojes mecánicos, así como en la divulgación científi ca, por medio de un periódico donde analizó la manufactura de tales dispositivos. A través de la interpretación del legado que dejó De Guadalajara es posible tener una perspectiva de la comunidad de relojeros novohispanos y un acercamiento a su entorno histórico-cultural,58 a partir de la noción que se tenía de la ciencia en el siglo XVIII, cuando en el otro lado del mundo y también con la participación de la física de Newton se daba el movimiento cultural conocido como la Ilustración.

56 Richta, “The Scientific and Technological Revolution and the Prospects of Social Development”, pp. 11-72. 57 Trabulse distingue a la comunidad científica de la época de la Ilustración novohispana y da una serie de nombres para matizar el desarrollo de la ciencia y la técnica logrado por quienes conformaron dicha comunidad. Véase su libro, Arte y Ciencia en la Historia de México, pp. 35- 49. El término comunidad científica-técnica se aplica cuando un grupo de dicha comunidad “realiza intervenciones sobre el espacio: arquitectos, ingenieros, agrónomos y militares.” Véase Horacio Capel, Historia de la Ciencia y las Disciplinas Científicas, p. 23. 58 Quemain, “Escritura y Lectura de la Historia. Entrevista con Roger Chartier”, p. 119.

60 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Siglas

AAASC Archivo de la Antigua Academia de San Carlos AGN Archivo General de la Nación AHAM Archivo Histórico del Ayuntamiento de México

Bibliografía

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PORTALES DE LA ARCHIVÍSTICA

LA ADMINISTRACIÓN DE ARCHIVOS: UNA PROPUESTA DE PROFESIONALIZACIÓN

Georgina Flores Padilla*1 Celia Ramírez López*2 Felipe Ramírez Peña*3 César Augusto Ramírez Velázquez*4 Sandra Peña Haro*5

Resumen

En México los archivos públicos y privados son frecuentemente dirigidos por personal con formación empírica, lo que debilita la administración y gestión. El sistema de educación superior de México tiene dos opciones en el campo archivístico, aunque ninguna de las carreras ofrece como un elemento central la administración. Por lo anterior, no se están preparando profesionales con el perfi l que requieren las instituciones y organizaciones para el manejo documental y de la información, tareas vitales para tomar decisiones y preservar la memoria. Así, se propone la creación de una licenciatura que considere como uno de sus ejes la administración de archivos y la archivística, enmarcada por las ciencias sociales y humanidades.

Palabras clave: licenciatura, administración de archivos, gestión documental.

Abstract

In Mexico non-specialists run a large number of public and private archives, which weakens the administration and management. The higher education system in Mexico provided is limited since there are only two options that offer a degree in Archival Science. None

*1 IISUE- UNAM. *2 IISUE- UNAM. *3 FFyL- UNAM. *4 IIBI-UNAM. *5 IISUE- UNAM.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 67 of these options offer management as the fundamental axis of the professional training, such situation leads to insuffi cient professional profi les. The institutions and organizations require graduate specialist in document management and information tasks, vital knowledge for the decision-making and preservation of memory. Therefore, this paper develops a proposal for a bachelors degree that includes, as core variables of the program, management and archival science topics framed by humanities and social sciences.

Keywords: higher education, management and archival science.

Presentación

Los archivos resguardan los documentos que conforman la memoria sobre el quehacer de diversas áreas del conocimiento humano. Las transformaciones actuales han generado cambios en los paradigmas de la administración de archivos. La publicación de una normativa federal en materia de archivos y acceso a la información ha incrementado las exigencias para los responsables y ha subrayado la importancia de la profesionalización. Por lo anterior, se ha experimentado un paulatino y sensible aumento en la demanda de profesionales con características que no se contemplan en los planes de es- tudios en archivística que se imparten en el país. Al proponer la licenciatura en administración de archivos y gestión documental se consideró que es momento de consolidar una profesión necesaria para el país, pues su alcance laboral es amplio y con una proyección a corto, mediano y largo plazo. También se apreció que los egresados deberán estar en formación permanente, y considerar la posibilidad de ingresar al posgrado, que dará a la profesión mayor solidez académica. Es importante mencionar que en una disciplina emergente como la archivística, existe un potencial amplio de temas y líneas de investigación que posibilitan el desarrollo de proyectos pertinentes y originales que ayudarán a resolver problemas en las instituciones y organizaciones.

68 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Antecedentes. Los afanes del Estado mexicano. De la Biblioteca Nacional a la Secretaría de Educación Pública

En 1915 Agustín Loera y Chávez, como Subdirector de la Biblioteca Nacional, observó la necesidad incrementar los conocimientos de quienes procesaban los libros y documentos, de ahí concibió la idea de fundar la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archiveros, cuyo proyecto presentó al gobierno el 7 de julio de ese año.1 En la planeación se acordaron ciertos puntos, dentro de los cuales destacan que la escuela quedaría adscrita a la Biblioteca Nacional, los estudios serían teórico prácticos, durarían un año y tendrían un carácter gratuito.2 Por su parte, los requisitos de ingreso para los alumnos serían contar con educación primaria y tener entre 15 y 45 años de edad. La asistencia al primer curso sería obligatoria para los empleados de las bibliotecas y archivos del Distrito Federal y para aquellos que quisieran ocupar los puestos vacantes.3 Aprobado el proyecto, se inauguró la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archiveros en el salón de cátedras de la Biblioteca Nacional, el 24 de junio de 1916.4 La nueva institución quedó bajo la dirección de Loera y Chávez. El primer curso tuvo una duración de un año, como se tenía planeado, y contó con 121 alumnos.5 El segundo curso para bibliotecarios y archiveros se realizó de 1917 a 1918 con una inscripción de 114 alumnos. La administración determinó ampliar el curso a dos años, además se creó la Academia de Bibliografía en la cual los alumnos realizarían sus prácticas.6

1 Iguíniz, Juan Bautista "Apuntes para la historia de la enseñanza de la Biblioteconomía en México, p. 13. 2 Sotelo Linares, Sandra, “Panorama de la enseñanza de la Bibliotecología en la UNAM. Informe Académico por elaboración comentada de Material didáctico para apoyar la docencia”, p. 13. 3 Ibídem, p. 13. 4 Villanueva Bazán, Gustavo, “La Archivística: una ciencia en busca de sí misma (México 1915-1945)”, p. 31. 5 Sotelo, “Panorama…”, op. cit., p. 13. La autora nos dice que las asignaturas fueron: clasificación de bibliotecas y archivos; organización de bibliotecas y archivos; catalografía; traducción de francés; traducción de inglés; traducción del latín y conferencias de bibliología. 6 Villanueva, “La Archivística…”, op. cit., p. 47. El autor agrega que hubo cambios en la currícula: paleografía y latín se impartirían en dos cursos anuales; así como, francés durante el primer año e inglés solo el segundo. p. 47.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 69 Con una inscripción de 32 alumnos se abrió el tercer curso el 4 de marzo de 1918, sin embargo, la escuela se cerró el 17 de mayo del mismo año por órdenes de Venustiano Carranza, quien argumentó las difíciles condiciones del erario nacional.7 En la década de los treinta del siglo XX se impartieron cursos a iniciativa de Francisco Gamoneda, –destacado bibliotecario y archivista, quien daría impulso a los estudios de archivonomía en México– éstos cursos se impartieron en 1931. De 1937 a 1938 se efectuó un curso de biblioteconomía y archivonomía en la Hemeroteca de la Secretaría de Hacienda, dictado nuevamente por Gamoneda.8 Después del tercer congreso de bibliotecarios y primero de archivistas, efectuado en 1944 se concretó la creación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archivistas, dependiente de la Secretaría de Educación Pública; inició labores en el Palacio de Bellas Artes en abril de 1945. El objetivo principal de esta escuela era “[…] capacitar al personal que trabajaba en bibliotecas y proporcionarles las técnicas mínimas para desarrollar su trabajo, y que éste se viera refl ejado en una mejor organización de las bibliotecas y en adecuados servicios a la comunidad […]”.9 Al mismo tiempo se buscaba un mejor salario y reconocimiento profesional, más tarde la escuela tuvo diversos cambios en su estructura, plan de estudios y nombre, y se transformó en lo que actualmente es la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía [ENBA].10

El Archivo General de la Nación (AGN)

En defi nitiva, el tercer congreso de bibliotecarios y primero de archivistas, antes mencionado, representó un hito en la archivística mexicana, pues no sólo propició la creación de la ENBA, sino también permitió al AGN iniciar una serie de acciones tendientes a la regulación de los archivos. Destacan los esfuerzos de Julio Jiménez Rueda para vincular los archivos

7 Ibidem, p. 47. 8 Ibídem, p. 56. 9 Morales Campos, Estela, Educación bibliotecológica en México, México, p. 41. 10 Sotelo, op. cit., p. 18.

70 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 históricos con los administrativos y normalizar las labores del personal y del funcionamiento de los archivos.11 Otro de los frutos de este primer congreso fue la expedición de dos leyes, publicadas en el Diario Ofi cial de la Federación; la primera, en marzo de 1944, facultaba al AGN para determinar el carácter histórico de los documentos, prohibiendo su salida del país. La segunda, publicada el 24 de agosto de ese año, es la llamada Ley de Bienes Nacionales la cual tipifi ca dentro de los bienes públicos, entre otros, a los expedientes de las ofi cinas y archivos públicos, los libros raros, las piezas históricas o arqueológicas, las obras de arte de los museos, etc.12 La citada ley sería base fundamental de los trabajos que en materia de normatividad archivística se realizaron con posteridad. El reglamento del AGN de 1946, que sustituyó al de 1920, pretendió también la integración de una comisión consultiva del AGN ésta tendría por objetivo estudiar las medidas tendientes a la modernización de los archivos. En el informe que presentó Jiménez Rueda al fi nalizar su gestión al frente del AGN en 1952, dejaba claro que para cumplir el objetivo relacionado con el rescate de los archivos debía crearse un órgano autónomo (la Dirección General de Archivos Nacionales) argumentando que, al depender el AGN de la Secretaría de Gobernación, predominaban los intereses políticos sobre los culturales e históricos.13

La Universidad Nacional Autónoma de México

En este contexto en 1952, José María Luján, subdirector de la Biblioteca Nacional, solicitó a las “autoridades universitarias que se establecieran en la Facultad de Filosofía y Letras, cursos de Biblioteconomía y Archivonomía”.14

11 AGN, Los Archivos Administrativos en México, pp. 22-25. Véase: Gómez Gómez, Alma Leticia y Torres Monroy, Luis, en “La Necesidad de una Ley Nacional de Archivos”, ponencia presentada en X Congreso Nacional de Archivos. Los archivos y la reforma del Estado. Organizado por el Archivo General de la Nación y el Archivo General del Estado de Campeche. Campeche, 28 de octubre de 1998. p. 4. 12 Ibídem, p. 4. 13 Ibídem, p. 5. A partir de 1958, la Secretaría de la presidencia sería la encargada de la reforma administrativa del Estado y, consecuentemente, de la cuestión archivística. 14 Perales de Mercado, Biblioteconomía y Archivonomía en la Universidad Nacional, p. 12.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 71 Propósito que no era nuevo pues desde 1910, cuando se fundó la Escuela Nacional de Altos Estudios, la Universidad Nacional contempló a la archivística como una disciplina que se tenía que cultivar. Aunque siempre se hicieron esfuerzos por cumplir con este objetivo, se realizaron acciones concretas en 1956 con la creación de un programa de maestría en archivonomía.15 En 1963 la maestría se convirtió en licenciatura y en 1967 cambió su denominación a archivología. La entidad académica responsable era la Facultad de Filosofía y Letras, con dicho plan de estudios se pretendía: […] la preparación de profesionistas capaces de planear, organizar y manejar los archivos tanto de tipo histórico como administrativo, nacionales o particulares, ya que éstos son elementos indispensables para el conocimiento del pasado e imprescindibles para la regulación de las actividades de una sociedad […] El archivo es […] un elemento básico de los servicios de información sin los que ninguna actividad puede ser realizada con acierto. Los licenciados en archivología son los profesionistas capaces y preparados para cumplir en la forma más efi ciente con este propósito.16 En abril de 1975 se suspendió la impartición de la licenciatura debido a que decayó la inscripción, especialmente porque las expectativas laborales eran reducidas, pues las plazas eran ocupadas por personas con formación en otros campos, como la historia, o sin ninguna preparación archivística.17 No obstante, la situación ha cambiado pues en la actualidad los especialistas en archivos se colocan rápidamente en posiciones laborales relacionadas con su profesión. Por otra parte, la disciplina no se ha consolidado debido a diversos factores, entre ellos: un incipiente desarrollo de la archivística mexicana, una limitada conformación de cuerpos de investigación, la falta en el país de

15 En esa época la Facultad de Filosofía y Letras no otorgaba títulos de licenciatura, solamente impartía estudios de maestría que eran equivalentes pues los alumnos ingresaban después del bachillerato. Más tarde, los planes y programas de maestría se convirtieron en licenciaturas y se homologaron con el resto de los planes y programas de estudio de la universidad. 16 Organización académica 1974. Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, p. 57. 17 Sotelo Linares, “Panorama de la enseñanza de la Bibliotecología en la UNAM. Informe Académico por elaboración comentada de material didáctico para apoyar la docencia”, p. 24.

72 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 posgrados en la disciplina y que los archivólogos no han logrado colocarse en los espacios clave dentro de las instituciones y organizaciones, desde donde se podrían impulsar proyectos y actividades que favorecieran la consolidación de la profesión.

Situación actual de la formación profesional

En la actualidad existen varias instituciones de educación superior que imparten programas formales para el manejo de los archivos y ofrecen opciones de formación a nivel profesional y de especialización o posgrado. En el afán de ampliar la información para construir un plan de estudios en el campo, se realizó una revisión de los programas que se ofrecen y las diferentes opciones formativas que contemplan. A continuación se exponen los resultados obtenidos de la revisión de programas internacionales y nacionales.

Programas internacionales

Para su revisión se exploró, en primera instancia, la oferta europea y norteamericana y, luego, los planes que ofrecen universidades de España, Francia, Canadá y Estados Unidos de América. En el cuadro siguiente se describen instituciones que imparten los estudios y los títulos o grados que otorgan:

País Institución Título o grado otorgado

Master of Archival Studies University of British Columbia Dual Master of Archival Studies and Master of Library and Information Canadá Studies

Undergraduate Certifi cate in Archival Université de Montréal Studies

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 73 País Institución Título o grado otorgado

Tres especialidades: paleografía, archivística y biblioteconomía. Universidad de Sevilla Dirigido a graduados en historia, historia del arte, biblioteconomía y documentación

Universidad Carlos III de Máster ofi cial en archivística y gestión Madrid. de documentos España Máster propio en gestión documental Universidad Internacional de y administración de archivos. Pueden Andalucía acceder quienes tengan título de licenciado, graduado o diplomado

Máster ofi cial en archivística y gestión Universidad Autónoma de de documentos. Pueden acceder Barcelona quienes tengan título de licenciado, graduado o diplomado

Master of Archives and Records San Jose State University Administration. Online

University of Maryland History/Library Science

Long Island University Archives & Records Management Estados Unidos de M.A. in Archives and Public History New York University América with a concentration in Archives

Graduate Doctorate Undergraduate. Bachelor. Master: Loyola University Chicago • Social Studies and History • Public History and Archival Administration

• Le Diplôme d’Archiviste Paléographe Francia École Nationale des Chartes18 • Master Technologies Numériques Appliquées àl’Histoire

Cuadro 1. Programas de estudios enfocados a los archivos en norteamérica y Europa.19

18 La escuela más antigua de archivística en el mundo, fundada en 1821 en París “para entrenar a los historiadores y a los funcionarios de los archivos en el examen crítico de las fuentes”, p. 54. 19 La información de este cuadro se obtuvo de los portales de las distintas instituciones que se refieren.

74 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Como se puede apreciar, hay una clara tendencia a favorecer la especialización. El requisito previo para el ingreso a estas opciones es un título universitario en cualquier disciplina. En contraparte, en el ámbito latinoamericano, el conocimiento sobre archivística y la preparación de sus profesionales abarcan desde el nivel técnico hasta el profesional. A partir de la muestra de siete países de Latinoamérica se elaboró el siguiente cuadro:

Título o grado Años en los que se País Institución otorgado cursa Universidad Nacional de Córdoba. 5 años (con un Facultad de Filosofía Licenciado en Argentina título intermedio de y Humanidades. archivología archivero en 3 años) Escuela de Archivología

Universidade Federal Licenciado de Fluminense de Niteró; arquivología Brasil 4 años bachiller (8 Río de Janeiro. semestres) Licenciatura de Arquivista Arquivología

Universidad de Profesional en La Salle. Facultad sistemas de Colombia de Sistemas de información, 5 años Información y bibliotecología y Computación archivística

Universidad de Costa Rica. Facultad 4 años (con un Licenciado en de Ciencias título intermedio Costa Rica archivística Sociales. Escuela de de bachiller en Historia. Sección de archivística, 3 años) Archivística

Universidad de la República. Escuela Universitaria de Licenciado en Uruguay Bibliotecología y 3 años Archivología Ciencias Afi nes. Licenciatura de Archivología

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 75 Título o grado Años en los que se País Institución otorgado cursa

Universidad Católica Licenciado en Perú Sede Sapientiae Archivística y Gestión 5 años (UCSS) Documental

Cuadro 2. Programas de estudios enfocados a los archivos en Latinoamérica.

A través de la información proporcionada en el cuadro anterior es posible apreciar una fuerte tendencia a realizar programas de licenciatura con la posibilidad de obtener un título intermedio.

Programas nacionales

En México hay dos instituciones que imparten licenciaturas en archivos, la ENBA y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). Hay una tercera institución que ofrece un programa que se vincula de manera tangencial con los archivos: la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). En la ENBA, cabe mencionar que el plan de estudios para la licenciatura en archivonomía se cursa en dos ciclos de formación profesional: el primero de ellos se imparte del 1º al 5º semestre que corresponden a la formación del profesional asociado y el segundo, el cual cubre otros cuatro semestres para un total de nueve y otorga el título de licenciado en archivonomía.20 La licenciatura en archivología que imparte la UASLP se desarrolla en ocho semestres orientados a la formación de un profesional de la información en las áreas de planeación, administración y gestión de sistemas integrales de archivos. Finalmente, en lo referente a la licenciatura en ciencias de la información documental que imparte la UAEM, se advierte que las disciplinas archivística, bibliotecológica y la relativa al manejo de la información documental, se entrelazan a lo largo de la carrera.21

20 Plan de Estudios de la Licenciatura en Archivonomía, Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, s.f., http://www.enba.sep.gob.mx/htdocs/files/plan_licenciado_archivo. pdf Consultado el 24 de octubre de 2012. 21 Oferta académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, s.f. http://www.uaemex.mx/fhumanidades/oferta/licenciatura.html Consultado el 24 de octubre del 2012.

76 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Cabe mencionar que la investigación en archivística en las tres instituciones es incipiente, debido al reducido número de profesores con posgrado, la carencia de líneas y proyectos de investigación y la falta de programas de posgrado de la disciplina en México.

Fundamentación de la propuesta

El proyecto de creación de la licenciatura en administración de archivos y gestión documental respondió a diversos factores: en el aspecto laboral, a la falta de profesionales con el perfi l que requiere la administración y gestión de documentos; en el orden económico, a la reducción de costos que signifi ca para las organizaciones contar con personal capacitado para administrar sus archivos; en el orden social, al escaso reconocimiento profesional que tiene la actividad archivística y, en el orden cultural, a la necesidad de consolidar una disciplina de amplia tradición. El nombre que se da a la licenciatura es un elemento importante pues está sustentado en los siguientes conceptos: La administración de archivos “como centros [o entidades que] se crean ligados a las instituciones, organismos, familias o personas, públicas o privadas”.22 De su competencia es también la elaboración de los instrumentos normativos que deben regir su funcionamiento en el ciclo de vida de los documentos (trámite, concentración e histórico). Por su parte, la gestión documental refi ere: “los documentos de archivo se producen naturalmente, inevitablemente, como testimonio y como prueba de la gestión de una institución, familia o persona, y por acumulación van formando el fondo documental, que en algunos casos constituirá el contenido documental del Archivo de la referida institución”.23 La pertinencia de formar profesionales en este campo responde a una necesidad de alcance nacional, pues se requieren para administrar archivos de instituciones y organizaciones públicas, privadas o sociales y de sujetos particulares.

22 Sotelo Linares, op. cit., p. 23. 23 Antonia Heredia Herrera, p. 23.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 77 Los egresados deberán:

 Administrar estratégicamente los archivos con un enfoque centrado en la calidad.  Gestionar los documentos de archivo para hacer accesible la información a los usuarios.  Promover ante las áreas de informática las mejoras que contribuyan a hacer más efi ciente la transmisión de la información.  Favorecer las condiciones para el cumplimiento de la LFA, cuyo objetivo es:“establecer las disposiciones que permitan la organización y […] la conservación del patrimonio documental de la Nación”, y de la LFTAIPG que tiene por objetivo “garantizar el acceso de toda persona a la información en posesión de los Poderes de la Unión, los órganos constitucionales autónomos o con autonomía legal, y cualquier otra entidad federal.”  Aplicar cualquier normativa nacional e internacional.

Consideramos que estos propósitos no se cumplen cabalmente en la formación archivística tradicional y responden a imperativos de carácter económico y cultural no considerados hasta ahora. Los imperativos de carácter económico obligan a la formación de profesionales con conocimientos amplios en los campos del saber señalados, quienes usualmente no poseen la mayor parte de las personas que administran archivos. Los imperativos de carácter cultural demandan a los licenciados en administración de archivos y gestión documental el aprovechamiento de los sistemas informáticos e identifi cación de las necesidades de información de los interesados para orientar y brindar las facilidades en la utilización de los documentos lo cual favorece la autenticidad, integridad, fi abilidad y disponibilidad de los documentos.

Estado actual y tendencias futuras

La identidad de una profesión se basa en un corpus exclusivo de conocimientos y en una cultura profesional, ésta surge de una historia y un propósito

78 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 común, un vocabulario compartido y valores colectivos, así como normas y estándares. El conocimiento básico de los archivistas, por lo tanto, debe abarcar tres aspectos, relacionados entre sí:

a) El conocimiento de la profesión y la evolución de la práctica archivística, las bases teórico-prácticas de la administración, además de referencias contextuales y del marco legal de la profesión. b) El conocimiento de los documentos de archivo (teoría y metodología asociadas a áreas específi cas del trabajo de archivos). c) El conocimiento del contexto en el cual los documentos se producen, administran y preservan.

La publicación de las leyes federales de transparencia y de archivos ha incrementado la importancia de la profesionalización del personal. La demanda de formación se enfoca fundamentalmente a cursos de capacitación para archivos de trámite y concentración y, en menor grado, a los estudios de licenciatura. Actualmente no hay sufi cientes profesionales en archivística que puedan cubrir las demandas surgidas de una sociedad cada vez más globalizada, con nuevos esquemas y retos de trabajo, donde la efi ciencia, la efi cacia, la calidad, la competencia y el cumplimiento de las obligaciones, son requisitos indispensables. Por ello, la formación de un licenciado en administración de archivos y gestión documental se presenta como una respuesta pertinente a las condiciones del entorno. Algunos datos más confi rman la conveniencia de ampliar las opciones para formar profesionales en archivos, por ejemplo, de acuerdo con el Diagnóstico sobre la situación archivística de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, (IFAI): 2007 una cuarta parte de ellas carecía de un programa explícito de capacitación y asesoría en materia archivística. Según el Informe Experto del Banco Mundial (que se publicó en 2000 con el título Los archivos de América. Informe experto de la Fundación Histórica Tavera) sobre archivos, en las instituciones encuestadas, 40% declaró carecer de personal con formación en este campo.24 Conviene aclarar también que la ausencia de estos profesionales se ha sustituido parcialmente con programas de capacitación emprendidos por el AGN y el IFAI, dirigidos en su mayoría al ámbito de la administración pública

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 79 federal. Asimismo, desde fi nales de la década de los ochenta del siglo pasado, instituciones como la Universidad Iberoamericana, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Salud han organizado diplomados y cursos encaminados principalmente a la capacitación del personal que labora en los archivos históricos. En tanto, la Red Nacional de Archivos de Instituciones de Educación Superior (RENAIES), a partir de 2004, ha dado diplomados sobre archivos de trámite, concentración e histórico. De manera paralela, en diversos foros académicos, la comunidad archivística de México ha puesto de manifi esto la necesidad de contar con programas de educación continua para quienes se ven ante la tarea de organizar los documentos que generan y acumulan las dependencias. También se debe contemplar que los egresados deberán estar en formación permanente, con la posibilidad de ingresar al posgrado. Es importante mencionar que en la administración de archivos y la archivística existe un potencial amplio de temas y líneas de investigación, las cuales posibilitan el desarrollo de proyectos pertinentes y originales, que ayudarán a resolver problemas en las unidades de archivo.

Características de la propuesta

Con la información analizada se construyó la fundamentación académica para un plan de estudios y se elaboró una propuesta curricular. La carrera se cursaría en ocho semestres, siendo los primeros cuatros de formación básica, donde se darían las herramientas formativas esenciales. Luego vendrían dos semestres de formación intermedia (quinto y sexto), en los semestres séptimo y octavo los estudiantes podrán realizar un proceso de especialización, que en la presente propuesta se llama profundización. Conviene mencionar que como la propuesta parte del proyecto elaborado conforme al modelo educativo y la estructura de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Morelia de la UNAM, de reciente creación, se consideraron los aspectos siguientes:

24 Palos Ramos, Juan José, Aplicación de las tecnologías de información en archivos históricos: proyecto del Archivo Histórico de Monterrey, 18 pp. Disponible en: http://www.agn.gob.mx/menuprincipal/archivistica/reuniones/2003/rna/pdf/0016.pdf Consultada el 20 de octubre de 2013.

80 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014  Asignaturas por bloques, que deben tener una relación evidente.  Asignaturas integradoras a lo largo de todos los semestres, para propiciar la interdisciplinariedad.  El inglés como asignatura obligatoria deibido a que la bibliografía en buena medida está escrita en ese idioma.  Áreas de profundización que posibiliten al alumno construir su perfi l profesional.  Una opción técnica que facilita al alumno egresar como técnico profesional después del segundo año con la certifi cación para incursionar en el ámbito profesional.

La estrategia de aprendizaje principal es el estudio basado en problemas, en casos y en proyectos, que en lo general obliga a la construcción de aprendizajes signifi cativos al conectar lo aprendido en el aula con una práctica continua y la aplicación del conocimiento en espacios reales. En consonancia con el modelo referido en el párrafo anterior, se busca la creación de espacios propicios para el aprendizaje, el profesor asume un papel de orientador, con un fuerte énfasis en vincular los conocimientos teóricos con la práctica. El objetivo del plan de estudios es formar profesionales capaces de administrar archivos con una visión estratégica, por ello deben recibir formación sobre la teoría y la práctica archivística, la administración, y como elemento integrador, aspectos de las humanidades y ciencias sociales. También se deben considerar los perfi les, pues permiten identifi car las características del sujeto en formación, desde su ingreso hasta el egreso. En el caso del perfi l de ingreso sería deseable que los estudiantes provinieran del bachillerato en ciencias sociales, administrativas o humanidades. Con respecto al egreso se espera del profesional que sea capaz de:

 Diseñar estrategias administrativas para las unidades de archivo.  Dirigir proyectos archivísticos de cualquier índole.  Incidir en la toma de decisiones.  Intervenir en las características de la producción de los documentos.  Gestionar documentos en cualquier soporte.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 81  Elaborar políticas, manuales y reglamentos archivísticos.  Capacitar al personal de las áreas de archivos.  Evaluar archivos.

La propuesta incluye dos áreas de profundización que se cursan durante el cuarto año de la carrera y cuyo objetivo es especializar al estudiante a partir de la formación integral de los tres primeros años. Se plantea un área de especialización en valoración documental, espacio profesional en donde existe escasez de expertos capaces de realizar esta tarea y que hayan recibido preparación universitaria. Los egresados que elijan esta área de profundización serán capaces de:

 Identifi car los atributos de los documentos para establecer su valor de conservación.  Diseñar e implementar diversos instrumentos archivísticos para justifi car y formalizar la disposición documental.  Coordinar equipos de trabajo para efectuar la valoración y disposición de documentos.

Una segunda área de profundización es archivos históricos, en el caso de México es realmente pertinente por la cantidad de documentos con esas características que necesita ser gestionada y administrada por un profesional capaz de:

 Evidenciar el alcance histórico de los archivos.  Rescatar testimonios con valor histórico.  Organizar y describir archivos históricos.

También se contempla en el quinto semestre de la carrera, el egreso del estudiante como técnico profesional en archivos, quien adquirirá conocimientos para:

 Aplicar acciones de rescate, preservación, identifi cación, valoración, selección, organización, descripción, uso y disposición de los documentos localizados en los archivos.

82 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014  Identifi car los elementos centrales de la gestión y la administración, con énfasis en la innovación administrativa.

Por otra parte para el egresado como licenciado y técnico profesional se consideran como espacios laborales potenciales:

 Las secretarías federales y estatales  Los gobiernos municipales  Las cámaras del poder legislativo federal o estatal  Los distintos órganos del poder judicial  Los organismos públicos autónomos  Las instituciones educativas  Los institutos de transparencia  Los archivos históricos federales, estatales y municipales  Las empresas  Los organismos internacionales  Las instituciones educativas  Las instituciones religiosas  Los organismos no gubernamentales

La licenciatura en administración de archivos y gestión documental se cursará en ocho semestres con 68 asignaturas. La opción técnica profesional tendrá una duración de cinco semestres. Los primeros cuatro son comunes. El alumno que elija esta opción cursará una asignatura adicional llamada práctica supervisada, única a cursar en el quinto semestre y cuyo objetivo es obtener el título correspondiente. Como ya se mencionó el plan de estudios tiene dos etapas formativas. La primera abarca del primero al cuarto semestre, incluyendo 35 asignaturas; de las cuales 25 pertenecen a la parte formativa, dos son optativas, cuatro talleres de integración, así como cuatro de aprendizaje del idioma inglés. La segunda etapa, a partir del quinto semestre, comprende los últimos cuatro semestres y tiene un total de 33 asignaturas: de las cuales 22 corresponden a las áreas de profundización; cuatro son talleres de integración, cuatro son asignaturas de inglés y tres asignaturas optativas. Por las características de la licenciatura, las prácticas son medulares

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 83 para la formación de los alumnos, constituyen un balance con la teoría de la administración de archivos y gestión documental, así como con las humanidades y ciencias sociales. Por lo anterior, todas las asignaturas tienen un componente teórico y práctico. Una parte práctica se desarrolla en cada curso y otra se concentra en los talleres de integración que se efectúan al fi nal de cada semestre y que favorece la refl exión, la aplicación de conocimientos y la elaboración de productos académicos. El plan de estudios establece mecanismos de fl exibilidad que facilitan la organización curricular que se explica a continuación:

 Solo se propone seriación indicativa en los talleres de integración y en las asignaturas de inglés.  A lo largo de la licenciatura, es fundamental la actividad tutorial, especialmente en los dos primeros años.  El alumno podrá elegir las asignaturas optativas de cualquier licenciatura que se imparta en la facultad o escuela.

En la organización del plan de estudios se establecen tres campos de conocimiento vinculados en el proceso formativo e integral del alumno:

 Teoría, metodología y práctica archivística  Administración y sistemas  Humanidades y ciencias sociales

Teoría, metodología y práctica archivística

Este primer campo está integrado por asignaturas que articulan el pensa- miento abstracto derivado de la teoría archivística, el cual se vinculará con el análisis de los procesos de gestión de documentos y administración de archivos, asimismo se consideran asignaturas pertenecientes a otras disci- plinas del conocimiento y que son necesarias para la preservación, conser- vación, reprografía y difusión de los documentos. Los estudiantes cursarán asignaturas cuyo propósito es analizar los conceptos acerca de los procesos archivísticos de identifi cación, clasifi cación, ordenación, descripción, recuperación de la información y

84 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 la evolución de la estructura interna y externa de los tipos documentales producidos por las instituciones mexicanas. Del mismo modo, distinguir las áreas que desarrollan funciones de recepción y despacho de corresponden- cia con el fi n de gestionar la producción de documentos de las entidades. Además, el estudiante tendrá un acercamiento a las áreas de profundización correspondientes a los semestres séptimo y octavo, para desarrollar un trabajo archivístico complejo en escenarios reales.

Administración y sistemas

El segundo campo de conocimiento contempla aspectos tales como planeación, organización, control y supervisión de los recursos involucrados en el archivo de una institución. En este sentido se concibe que el profesional sea quien dirija los procesos archivísticos, además de planear, difundir y promover servicios acordes con las necesidades de los usuarios. Asimismo, se pretende que él tenga la capacidad para atender las necesidades de recursos humanos, fi nancieros y materiales, requeridos en los archivos para que la efi ciencia y efi cacia redunden en áreas operativas con el principio de calidad. Los archivos por su naturaleza integran el patrimonio cultural de la sociedad, y como indica la Society of American Archivists (SAA):

[…] sin una cuidadosa selección de registros, cada sociedad perderá su patrimonio cultural, comercial, institucional, científi co y social. Sin la preservación de los documentos legales, los derechos individuales e institucionales no pueden ser preservados y protegidos, y sin el manejo adecuado de los registros administrativos, los gobiernos y las organizaciones no pueden ser considerados responsables. Los registros mantenidos en los archivos son, por lo tanto, esenciales en una sociedad democrática y educada.25

En este campo el alumno adquirirá las habilidades necesarias para la administración de archivos, el diseño y la implementación de sistemas de

25 Guidelines for a Graduate Program in Archival Studies (GPAS). p. 1. Disponible en: http:// www2.archivists.org/book/export/html/69. Consultada el 20 de octubre de 2013.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 85 información en las instituciones y en las organizaciones, la elaboración de programas de calidad y el desarrollo de proyectos. En los primeros cuatro semestres el estudiante analizará las características de la cultura organizacional para reconocer su relación con los sistemas de calidad y las variables de la comunicación. Asimismo, adquirirá conocimientos sobre la administración de las instituciones públicas mexicanas en los tres niveles de gobierno con el propósito de identifi car las funciones y estructuras de los organismos públicos, utilizará la tecnología en los procesos archivísticos y revisará los fundamentos teórico-metodológicos de las organizaciones para identifi car sus características y transformaciones. Una parte distintiva de la propuesta está en el énfasis en comprender el alcance de los sistemas, por lo que resulta relevante que reconozca las aplicaciones y los programas más acordes para administrar archivos y gestionar documentos. Todos los elementos enunciados llevarán al estudiante a profundizar en los procesos administrativos y en las teorías del liderazgo para su aplicación en la práctica profesional. También se procura que el estudiante aprenda a organizar los fl ujos de información documental para su adecuada gestión, a reconocer las bases de la administración de los recursos fi nancieros y materiales para su aplicación en las instituciones y organizaciones, así como analizar los conceptos, procesos y alcance de la planeación estratégica. En el séptimo y octavo semestre el alumno analizará las variables de la administración de los recursos humanos para mejorar la capacidad laboral; igualmente elegirá una de las dos áreas de profundización para incorporarse al mercado de trabajo con conocimientos sólidos, ya sea en valoración documental o en archivos históricos.

Humanidades y ciencias sociales

El tercer campo de conocimiento tiene como propósito principal que el alumno cuente con una perspectiva integradora y sea competente para vincular el conocimiento archivístico y administrativo con los saberes históricos, fi losófi cos, sociológicos, pedagógicos y jurídicos. La función formativa de las humanidades pretende que el egresado sea capaz de comprender el devenir de las instituciones, lo cual es esencial para

86 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 ubicar en el espacio y el tiempo las prácticas sobre la creación y conservación de los documentos. Al trabajar con documentos también resulta conveniente que los estudiantes conozcan la historia de la escritura, pues le proporcionará saberes de utilidad para la gestión y la administración. Por otra parte, la propuesta contempla la asignatura de teoría del conocimiento, con la cual el estudiante recibirá una formación que lo apoyará para comprender las bases teóricas de las disciplinas administrativa y archivística. Otro elemento importante es la ética deontológica, ésta preparará a los estudiantes para consolidar los valores que le permitan asumir las responsabilidades propias de la profesión. Este aspecto responde al deber de reforzar los principios que propicia la preservación de la integridad de cada documento y de su conjunto, porque son la base para la toma de decisiones y para conformar la memoria y el acervo social, histórico y cultural de la sociedad. Además, es vital conocer el fundamento contable, legal y administrativo para respaldar las acciones realizadas. El responsable de un archivo, que asume como propio el valor ético en la administración y gestión, será un sujeto clave para facilitar el trabajo de auditoría que realizan distintas instancias públicas y privadas. Asimismo, será un agente importante para la transparencia y rendición de cuentas establecidas por la normativa federal. Con respecto a la formación en ciencias sociales, el conocimiento del marco legal de los archivos brindará a los egresados herramientas para comprender que los procesos de carácter administrativo y archivístico están ligados a una normativa. Además, será sustancial comprender los elementos centrales de la propiedad intelectual, esto en el caso de la documentación tiene especial importancia. La propuesta también responde a una doble necesidad: capacitar y ejercer la docencia. Por una parte el administrador realizará o facilitará la capacitación del personal que efectúa la gestión. Por la otra, una carrera primordialmente práctica, dará a los egresados conocimientos de estrategias didácticas para ejercer como profesores. Las humanidades y las ciencias sociales son esenciales para preservar nuestra producción y herencia documental.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 87 Conclusiones

En el campo de la administración de archivos y gestión documental las opciones profesionales que se tienen en el país no responden plenamente a las necesidades del mercado laboral, ante el cúmulo de documentos que actualmente generan los sectores público, privado y social, la cantidad de archivos a lo largo y ancho del país, así como a la obligatoriedad establecida en la legislación. De aquí, la necesidad de formar profesionales con bases sólidas para la toma de decisión oportuna frente a la complejidad de los cambios políticos, económicos, sociales y tecnológicos. La formación de un profesional en la materia requiere conocimientos administrativos, archivísticos, humanísticos y sociales para poseer una visión innovadora, estratégica e integral la cual propicie que los archivos cumplan su misión social, importante para la gestión, la investigación y la preservación de la memoria histórica del país. Esta propuesta muestra la relevancia de fortalecer la administración de archivos y la disciplina archivística, en aras de optimizar la función de las instituciones y las organizaciones, la democratización de la sociedad y la conservación de los testimonios históricos del país.

Bibliografía

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90 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 RESTAURACIÓN DE UN PLANO CON SOPORTE DE PAPEL TRANSLÚCIDO REFERENTE A LA “RUTA DEL FERROCARRIL DE MÉRIDA A SISAL, YUCATÁN”

Alejandra Odor Chávez*

Resumen

Dentro del patrimonio documental que resguarda el AGN existe una gran diversidad de soportes, entre ellos, planos y dibujos sobre papeles translúcidos, los cuales son muy sensibles a la humedad y al uso constante, por lo que comúnmente presentan deterioros avanzados. El texto aborda la restauración de un plano de 1866, con la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán”, sobre un soporte de papel translúcido. Se presentan los antecedentes, las características y estado de conservación del plano, así como la experiencia durante su restauración, que signifi có un gran reto por sus dimensiones y deterioro. Se resalta el intercambio de información entre los restauradores y el investigador interesado en consultar el plano, pues fue muy enriquecedor para ambas partes.

Palabras clave: papel translúcido, conservación y restauración, laminado.

Abstract

Within the documentary heritage that protects the AGN there is a wide variety of supports, including plans and drawings on tracing pa- per, which are very sensitive to dampness and constant use, so com- monly present advanced deterioration. The text addresses the resto- ration of a 1866 plane, with path railroad Mérida Sisal, Yucatán, on a tracing paper support. Background, characteristics and condition of the plane, and the experience during its restoration, which meant a big challenge because of its size and deterioration are presented. It highlights the exchange of information between restaurateurs and

* Jefa del Departamento de Conservación y Restauración del AGN.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 91 the researcher interested in viewing the plane because it was very rewarding for both parties.

Keywords: Tracing paper, Restoration and conservation, Leaf casting.

Introducción

El Archivo General de la Nación (AGN) resguarda parte importante de la memoria documental nacional, cuenta con un acervo que supera los 52 km lineales. El patrimonio resguardado consta de material bibliográfi co, hemerográfi co, fotográfi co (tanto negativos como positivos) y audiovisual, así como diversos tipos de documentos con soporte de papel, entre ellos una gran cantidad de planos y dibujos sobre papel calco,1 comúnmente llamado “transparente”, aunque las técnicas de manufactura y las características de éstos son muy variadas de acuerdo a su temporalidad y uso original. Bringas y Castañeda proponen en su investigación referirse a este tipo de papeles como papeles translúcidos,2 por las cualidades ópticas de los mismos a partir de la dispersión de la luz entre sus fi bras, y para fi nes de homologación de términos entre colegas, así serán llamados a lo largo de este texto. Por sus materiales constitutivos y técnicas de manufactura, los papeles translúcidos suelen ser sumamente sensibles a la humedad directa, e incluso a las fl uctuaciones de las condiciones ambientales (especialmente la humedad relativa). Comúnmente el tipo de obra realizada sobre estos soportes es de gran formato (fueron muy utilizados para trazar planos y/o para hacer calcas a escala), por lo cual su manipulación y almacenamiento representan riesgos adicionales a los que sus materiales constitutivos les confi eren.

1 Papel calco es la traducción del término en inglés tracing paper. Jennifer Libertad Bringas y María Magdalena Castañeda, "Análisis de las propiedades físico mecánicas del adhesivo hidroxipropilcelulosa en el proceso de laminado de documentos en soporte de papel albanene y vegetal", México, 2013, tesis, ENCRyM, p.11. 2 Libertad Bringas y María Magdalena Castañeda, “Análisis de las propiedades físico mecánicas del adhesivo hidroxipropilcelulosa en el proceso de laminado de documentos en soporte de papel albanene y vegetal”, México, 2013, tesis, ENCRyM, p. 26.

92 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Debido a lo anterior, resulta común encontrar acervos documentales con soportes de papel translúcido, que presentan deterioros como rigidez, fragilidad, marcas de dobleces, roturas en las orillas (especialmente si se almacenan enrollados), roturas y faltantes asociados a dobleces, y deformaciones por contacto directo con humedad y/o fl uctuaciones en las condiciones ambientales. Este texto aborda la restauración de un plano en papel translúcido de gran formato, perteneciente a la Colección de Mapas, Planos e Ilustraciones (Mapilu) del AGN, mediante la utilización de la técnica de laminado con adhesivos reactivados con solventes,3 exponiendo las difi cultades, retos y benefi cios obtenidos a partir de la aplicación de una técnica cada vez más conocida, pero relativamente poco aplicada, para la restauración de obra documental susceptible a la humedad o a ciertos tratamientos acuosos.

El plano a restaurar: “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán”

El plano intervenido es un registro de la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán” del año 1866.4 Debido a su mal estado de conservación y considerable fragilidad, no había sido descrito y mucho menos digitalizado, no se conocían sus dimensiones, y únicamente se contaba con el título, mismo que resultaba relativamente visible por estar localizado en uno de los fragmentos superiores del documento. A raíz de las constantes peticiones de un investigador, quien solicitó la consulta del plano como parte importante de su tema de estudio, (relacionado con el autor del plano, el ingeniero Ignacio Fernández de Galindo), se consideró la posibilidad de estabilizar la obra para obtener una imagen digital y permitir de este modo su consulta.

3 Un laminado consiste en la adhesión de un papel japonés en la totalidad de una de las caras del documento, para recuperar su estabilidad mecánica cuando presenta demasiadas roturas, faltantes o fragilidad considerable. 4 AGN, Mapas, Planos e Ilustraciones, número 3760.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 93 Características generales

Se trata de un plano de aproximadamente 248 × 68 cm, conformado a partir de la unión de cuatro pliegos de papel translúcido, cuya gran transparencia se obtuvo a partir de la impregnación del papel en alguna resina o aceite.5 Debido a esto, la sensibilidad del soporte ante el agua no es tan marcada como lo sería en un papel albanene o vegetal, cuya transparencia se obtiene por medios mecánicos, como el ultra refi nado de las fi bras o el súper calandrado de la hoja,6 pero tampoco resultaba posible la aplicación directa de humedad sin ocasionar deformaciones importantes en el papel, que además es sumamente delgado y transparente. Por otro lado, las tintas presentes en el plano (negra y roja) son solubles en agua y ligeramente solubles en alcohol, lo que limitaba aún más los posibles tratamientos para su estabilización física. Durante el diagnóstico del plano se detectó una marca de producción del soporte la cual para el investigador signifi có una importante aportación, al ubicar regionalmente el papel utilizado por el ingeniero Fernández de Galindo. En uno de los pliegos, se encontró un gofrado con el nombre Angoulême, una región en Francia, conocida por el auge de su producción papelera durante el siglo XIX, y en donde actualmente existe un Museo del Papel.7

Estado de conservación

Debido a que el plano estuvo almacenado en una guarda de tamaño similar al formato carta, se encontraba doblado en al menos 20 partes, y casi en todos los casos el doblez ya había generado la ruptura del soporte en dichas zonas, dejando más de 40 fragmentos. Aunado a la fragmentación, el plano presentaba una oxidación y fragilidad considerable y, al ser muy delgado, era prácticamente imposible

5 Durante la intervención de restauración, en ocasiones se detectaba un ligero aroma parecido al de la resina colofonia, por lo que probablemente el soporte fue impregnado con dicha resina o algún material similar. 6 Bringas y Castañeda, op. cit., pp. 34-38. 7 Musée du papier d’Angoulême en [consulta: agosto 2012].

94 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 manipularlo sin ayuda de un soporte auxiliar, aun cuando se trataba de fragmentos pequeños. Dicho deterioro es típico de papeles translúcidos de este tipo: “El papel translúcido que se obtiene por la adición de sustancias como aceites y resinas, aunado a las condiciones del medio ambiente, se vuelve más frágil, quebradizo, y amarillento con el tiempo”.8 El soporte de papel también presentaba algunas deformaciones, probablemente por fl uctuaciones en las condiciones ambientales, así como dobleces y faltantes. Los elementos plasmados se encontraban en buen estado, pero su principal problema era la manipulación del soporte, pues en esas condiciones era prácticamente imposible desdoblarlo y/o extenderlo para consultarlo o digitalizarlo sin ocasionarle mayores daños al documento.

Antecedentes

Desde 2010, debido a la necesidad de restaurar diversas obras sobre distintos soportes de papel translúcido, relacionadas con el pabellón de México en la Exposición Universal de 1900, el Departamento de Conservación y Restauración del AGN consideró la necesidad de implementar alguna técnica que permitiera el refuerzo estructural de dichos documentos, aportando la menor cantidad de agua posible durante los tratamientos, para limitar el riesgo de causar deformaciones y/o modifi car las dimensiones de los documentos tratados, pues suelen ser planos a escala. Se realizaron pruebas con probetas de papel albanene moderno, comparando los resultados obtenidos a partir del laminado con papel japonés y adhesivos tradicionales en la restauración de papel como la metil celulosa y el almidón de trigo, además de la técnica de reactivado de Klucel G con alcohol y alcohol-acetona,9 propuesta por Susan Page desde 1997.10

8 Bringas y Castañeda, op. cit., p. 43. 9 El Klucel G es un adhesivo a base de hidroxipropil celulosa, utilizado en la restauración de papel por su compatibilidad con el mismo, y por su estabilidad y reversibilidad a largo plazo. 10 Susan Page, Conservation of Nineteenth-Century Tracing Paper: A Quick Practical Approach, en http://cool.conservation-us.org/coolaic/sg/bpg/annual/v16/bp16-09.html, [consulta: marzo 2010].

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 95 En dichas pruebas, tanto en fl exibilidad, como en la transparencia obtenida después del laminado (este es un punto sumamente importante a considerar durante la restauración de papeles translúcidos), el laminado con Klucel G reactivado con alcohol etílico presentó los mejores resultados. En cuanto a poder adhesivo, en todos los casos se consiguió una buena adhesión entre el papel de la probeta y el papel japonés del laminado. Con base en las pruebas realizadas, se decidió llevar a cabo el laminado con Klucel G reactivado con alcohol etílico, en planos de papel albanene e impregnados con resinas, de mediano formato; se obtuvieron óptimos resultados,11 así como algunas intervenciones menores (refuerzos de papel japonés) en diversas obras de papel vegetal, albanene, y papeles impregnados, con lo que se constató el comportamiento de la técnica en diversos tipos de soporte translúcido.

Plano de papel translúcido impregnado, laminado con Klucel G reactivado con alcohol etílico, después de la intervención de restauración

11 Durante estas pruebas se hicieron algunas adaptaciones a la técnica propuesta por Page –quien utiliza la mesa de succión durante el tratamiento–, pues en el Departamento de Conservación y Restauración del AGN no se contaba con una mesa de succión.

96 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 La técnica de Klucel G reactivado con solventes se ha empleado para papeles sensibles a la humedad, en material fotográfi co, e incluso actualmente se considera como una de las mejores opciones para la estabilización mecánica de ciertos documentos con tintas ferrogálicas con exceso de iones metálicos,12 pues brinda estabilidad física al soporte dañado por corrosión de la tinta,13 y durante el tratamiento prácticamente no hay aporte de humedad, lo cual podría ser perjudicial en el caso de este tipo de tintas ferrogálicas. A grandes rasgos, la técnica consiste en preparar un papel japonés del grosor deseado, con varias capas de Klucel G en una de sus caras, dejándolas secar por completo y posteriormente son reactivadas, por lo general con cantidades mínimas de alcohol etílico (o mezclas de alcohol-acetona). Debido a los buenos resultados obtenidos en la serie de documentos de la Exposición Universal de 1900, así como en tratamientos locales en documentos con tintas ferrogálicas con exceso de iones metálicos, la técnica de Klucel G reactivado con alcohol etílico se consideró como una buena opción para el tratamiento del plano de la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán”, el cual por sus materiales constitutivos y técnica de manufactura representaba ciertas limitantes en cuanto a la aplicación de tra tamientos acuosos, pero que requería una estabilización mecánica para poder ser digitalizado y consultado.

Propuesta inicial

Debido a la carga de trabajo y a la reducción del personal en el Departamento de Conservación y Restauración, así como a la gran inversión de tiempo y recursos materiales que la restauración del plano en cuestión signifi caría, la primera opción a considerar fue desdoblar y extender los fragmentos, ubicar su posición, estabilizarlos mediante pequeños refuerzos (con papel

12 Eliza Jacobi, et al., “Rendering the invisible visible, preventing solvent-induced migration during local repair on iron gall ink”, pp. 25-34. 13 El término corrosión de la tinta se utiliza para denominar al deterioro comúnmente causado por tintas ferrogálicas con exceso de iones metálicos en su composición, y que se observa como halos alrededor de los trazos, trasminación del texto e incluso carbonización del soporte de papel. Las tintas ferrogálicas fueron las tintas más utilizadas para manuscritos en México desde la colonia y hasta inicios del siglo XX.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 97 japonés previamente preparado con Klucel G para ser reactivados), y digitalizar el plano, para permitir su consulta mediante la imagen obtenida, de manera tal que, posteriormente, el plano pudiera almacenarse extendido en la Mapoteca del AGN. Se procedió al registro fotográfi co del documento y a la separación de los fragmentos que se encontraban apilados uno sobre otro, utilizando láminas de Mylar14 debajo de cada fragmento para darle soporte y poder transportarlo con seguridad al momento de armar el plano. Fue hasta ese momento cuando se conocieron las dimensiones del documento y la cantidad de faltantes que presentaba. El proceso de ubicar los fragmentos para armar el plano fue complejo, pues la mayoría del camino trazado se encontraba en blanco. Para este fi n, fue de gran ayuda la colaboración del investigador, quien solicitó la consulta del documento, ya que nos proporcionó varios mapas actuales de la ruta trazada en el plano.

Algunos de los fragmentos del plano sobre soportes de Mylar para facilitar su movimiento y ubicación

14 Lámina delgada de poliéster transparente.

98 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Algunos de los fragmentos del plano sobre soportes de Mylar para facilitar su movimiento y ubicación

De manera simultánea se fue estabilizando cada fragmento por separado, desdoblando con ayuda de pinzas y espátulas las partes dobladas y encimadas, recuperando el plano (en la medida de lo posible y únicamente mediante la aplicación de alcohol y ligera presión), y colocando pequeños refuerzos de papel japonés previamente preparado con Klucel G, y reactivados con alcohol etílico para adherirlos. Estos refuerzos se colocaban de forma

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 99 seccionada, y únicamente en aquellas zonas consideradas como riesgosas para la manipulación del plano durante su digitalización.

Detalle de refuerzos de papel preparado con Klucel G para reactivar, similares a los utilizados en el plano

Proceso de estabilización de los fragmentos del plano, mediante la aplicación de refuerzos de papel japonés preparado con Klucel G

100 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Estabilización de fragmentos

Cuando se tuvieron todos los fragmentos estabilizados y ubicados, comenzaron a unirse entre sí con la misma técnica. Al notar la existencia de demasiados faltantes en las zonas de unión entre los ellos, se puso en duda que los refuerzos propuestos fueran sufi cientes para mantenerlos unidos a largo plazo, e incluso que resistieran la digitalización, pues por las dimensiones de la obra, ésta debería llevarse a cabo por partes. Por otro lado, y debido a la gran fragilidad del soporte y al espacio destinado en la Mapoteca del AGN para su resguardo, la idea de almacenarlo extendido tampoco resultaba ya la opción más viable.

Propuesta fi nal

Debido a lo expuesto en el apartado anterior, y con base en los resultados obtenidos en laminados previos de papel translúcido con la técnica de Klucel G reactivado con alcohol etílico,15 se decidió brindarle mayor soporte al plano y unir los fragmentos mediante un laminado, el cual inicialmente no estaba contemplado.

15 Remitirse al apartado de antecedentes.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 101 Se adquirió un papel japonés ultra delgado (5 gr/m2),16 para que aun con el laminado, el plano conservara la gran translucidez que tuvo de origen, y por las dimensiones del mismo se decidió laminarlo por partes, es decir adhiriendo cada pliego de papel japonés por separado, siendo necesarios cuatro pliegos. Se prepararon los cuatro pliegos de papel japonés, con tres capas de Klucel G al 3% en agua, de acuerdo con la técnica de Susan Page,17 y posteriormente se fueron adhiriendo uno a uno al plano que ya se encontraba completamente armado y sujeto mediante los refuerzos de papel japonés aplicados previamente.

Preparación del papel japonés para el laminado con Klucel G reactivado

16 Papel fabricado en Japón, 100% de fibras de kozo, que son muy largas, estables y resistentes. 17 Susan Page, op. cit.

102 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 El proceso consistió en colocar el papel japonés con las capas de Klucel G hacia el documento, y comenzar a aplicar alcohol etílico mediante aspersión, mientras se pasaba una brocha seca sobre el papel de laminado para asegurar el contacto con el plano. Al tratarse de un papel japonés tan delgado, la cantidad de alcohol requerida para reactivar el adhesivo fue mínima.

Papel japonés preparado con Klucel G, sobre el plano a laminar

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 103 Posteriormente se colocaba peso y se dejaba secar al menos un día entre la adhesión de cada pliego. En algunas ocasiones se tenían zonas con menor adhesión entre los soportes, lo cual se solucionaba fácilmente, aplicando alcohol de forma local y volviendo a secar bajo peso. Durante el tratamiento de este plano, y en general al aplicar la técnica de Klucel G reactivado con alcohol etílico, ha sido evidente la gran fl exibilidad que los soportes laminados adquieren después del tratamiento, y la importancia del peso durante el secado del mismo, pues en la mayoría de las ocasiones la falta de adhesión en algunas zonas, se relacionaba con la falta de peso o con la distribución heterogénea de este.

Proceso de reactivación del adhesivo y unión entre ambos soportes de papel

104 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Una vez fi nalizado el proceso de laminado se consideró que la intervención le brindaba al documento la estabilidad sufi ciente para ser digitalizado y almacenado con seguridad (los objetivos iniciales de la intervención), además de no resultar prioritaria la colocación de injertos,18 los cuales si bien le hubieran brindado mayor estabilidad y unidad visual al plano, implicarían una gran inversión de recursos humanos y materiales no contemplados y que ya habían sido rebasados conforme a la propuesta original. De este modo, se decidió digitalizar el plano al concluir el laminado y buscar una forma de almacenamiento para brindarle protección a largo plazo, pero que también resultara viable en cuanto a recursos materiales y al espacio disponible para resguardarlo, tomando en cuenta que la consulta del original estará restringida al quedar disponible para el usuario la imagen digital.

Colocación de peso sobre la zona del plano que fue laminada

18 Los injertos son fragmentos de papel japonés de grosor similar o igual al del documento restaurado, que se colocan en las zonas de faltantes de papel original, para brindarle mayor estabilidad mecánica y unidad visual al documento.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 105 Almacenamiento del plano

Con base en lo anterior, se aprovechó la gran fl exibilidad que el laminado con Klucel G® le brindó al papel original, esto permitió desarrollar un sistema de montaje para almacenar el plano enrollado, minimizando el espacio a ocupar en las áreas de resguardo, lo cual en un acervo de las dimensiones del AGN resulta prioritario y necesario en muchas ocasiones. Si bien la forma ideal de almacenar obra de gran formato es extendida, también es posible almacenarla enrollada, siempre y cuando se le brinde soporte y protección para evitar los deterioros típicos del material enrollado. Se optó por enrollar el plano alrededor de un tubo de cartón de 20 cm de diámetro, a modo de soporte o “alma”, para evitar el daño de la obra ante el movimiento o cualquier golpe. Para esto, y debido al presupuesto limitado con el que se contaba, se reutilizó un tubo vacío (previamente utilizado para almacenar un rollo de papel libre de ácido), éste se forró con papel Tyvek.19 Posteriormente se colocó el plano sobre una tira de papel Tyvek y se protegió en la parte superior con Mylar, permitiendo así la apreciación del plano sin necesidad de tocarlo.

Preparación del tubo y el montaje del plano para su almacenamiento

19 Material ‘no tejido’ hecho a base de fibras de polietileno de alta densidad, sumamente estable y libre de ácido.

106 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 El plano, entre el Tyvek y el Mylar, se enrolló cuidadosamente sobre el tubo y se sujetó mediante cinta blanca de algodón, de 2 cm de ancho. En la parte exterior del rollo se colocaron los datos de identifi cación del plano, así como una fotografía del mismo, para facilitar su ubicación, sin tener que desenrollarlo.

Conclusiones

La restauración del plano de la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán” representó un gran reto para el Departamento de Conservación y Restauración del AGN por diversos factores como: la sensibilidad y fragilidad de sus materiales constitutivos, la gran cantidad de fragmentos y faltantes ocasionados por el sistema previo de almacenamiento, las dimensiones desconocidas en un inicio y que superaron los dos metros de largo, el limitado presupuesto para su restauración y las características del espacio destinado para su resguardo.

Plano restaurado y enrollado, listo para ser almacenado

La intervención previa de documentos con características similares, así como las pruebas realizadas sobre probetas de papel albanene facilitaron la toma de decisiones durante la restauración del plano, las cuales fueron cambiando conforme se resolvían los problemas detectados inicialmente.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 107 Este caso es un claro ejemplo de que la propuesta de restauración planteada a partir del diagnóstico inicial de una obra puede cambiar conforme se lleva a cabo la intervención, con la fi nalidad de conseguir los objetivos planteados originalmente. La técnica de laminado con Klucel G reactivado con solventes, para el tratamiento de obra sensible ante métodos acuosos, se reporta en publicaciones de al menos hace 16 años; actualmente se aplica en distintos materiales como papel, fotografía e incluso textiles; sin embargo, aún no es un proceso que resulte tan conocido o se aplique de manera común en muchos talleres de restauración, aunque sus resultados en la mayoría de los casos son sumamente favorables. De este modo, resulta necesario continuar estudiando esta técnica para conocer su estabilidad a largo plazo, mientras se difunde y aplica en diversos casos, compartiendo con otros colegas los resultados obtenidos. En los tratamientos llevados a cabo en el Departamento de Conservación y Restauración del AGN, mediante el reactivado de Klucel G con alcohol etílico, ha sido evidente la importancia del peso al momento del secado del documento para conseguir una buena adhesión entre los soportes. También destaca la gran fl exibilidad adquirida por los papeles intervenidos después del laminado (incluso papeles de pulpas mecánicas de madera sumamente quebradizos), la facilidad de aplicación del tratamiento y su reversibilidad a corto plazo (la reversibilidad a largo plazo es una de las múltiples líneas de investigación sobre el tema). No se trata de una técnica que sustituya a los laminados tradicionales con adhesivos acuosos como la metil celulosa y el almidón de trigo, sino de una buena alternativa para aquellos casos en los cuales la obra requiere una estabilización mecánica, pero debido a diversas razones es sumamente susceptible ante tratamientos acuosos, como lo sería un laminado tradicional. Como en cualquier tratamiento de restauración, es imprescindible distinguir aquellos casos en que resulta una opción viable y necesaria. Cabe resaltar la importancia de la colaboración del Departamento de Conservación y Restauración con otras áreas del AGN (Control de Acervos Históricos, Centro de Información Gráfi ca y Digitalización) para asegurar la conservación del plano en cuestión, así como la retroalimentación con el investigador interesado en la consulta del mismo. En un archivo vivo como

108 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 el AGN, este intercambio de información con el usuario de la documentación es sumamente enriquecedor para ambas partes y para la conservación del patrimonio que resguardamos. También resulta necesario agradecer a la Fundación del AGN por el material aportado para la restauración del plano, así como al personal del Departamento de Conservación y Restauración que participó en esta intervención, especialmente a Alexandra Samkova, Giselle Arcos y Maribel Arroyo, quienes colaboraron de forma voluntaria y permitieron concluir la restauración en un tiempo que resultara viable para la institución.

Referencias

Bringas Botello, Jennifer Libertad y María Magdalena Castañeda Hernández, “Análisis de las propiedades físico mecánicas del adhesivo hidroxipropilcelulosa en el proceso de laminado de documentos en soporte de papel albanene y vegetal”, México, 2013, tesis, ENCRyM. Jacobi, Eliza, et al., “Rendering the invisible visible, preventing solvent- induced migration during local repair on iron gall ink”, en Journal of Paper Conservation, vol. 12, núm.2, 2011, pp. 25-34. Musée du papier d’Angoulême en [consulta: agosto 2012]. Page, Susan, Conservation of Nineteenth-Century Tracing Paper: A Quick Practical Approach, en , [consulta: marzo 2010].

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 109

VICTORIA SAN VICENTE, ARCHIVISTA PRIVILEGIADA*

Juan Manuel Herrera**

Resumen

El trabajo de la historiadora y archivista Victoria San Vicente Tello ha sido pilar no sólo para conocer el proceso de conformación del Centro de Información Gráfi ca en el Archivo General de la Nación, sino para comprender la evolución de esta dependencia desde los ochentas hasta nuestros días. Gracias a su capacidad organizativa logró conjuntar su pasión por la historia con la archivística. Su trabajo contribuyó a capacitar y profesionalizar al personal del AGN, en tanto se elaboraba la Guía General del Archivo General de la Nación, instrumento de consulta básica, donde logró unir esfuerzos para preservar la memoria documental del país.

Palabras clave: Victoria San Vicente, Archivo General de la Nación, memoria documental.

Abstract

The work of the historian and archivist Victoria San Vicente Tello has been pillar not only for the forming process of the Grafi c Information Center in the General Archive of the Nation, but to comprehend the evolution of this dependence from the eighties to the present day. Thanks to her organizational ability, she accomplished to combine her passion for history with archival and she contributed to train and professionalize GAN staff, while coordinating with Juan Manuel Her- rera the preparation of the General Guide of the General Archive of

* Una versión de este artículo fue presentada como conferencia con el título “El privilegio de ser archivista”, el 27 de marzo de 2014 para conmemorar en el AGN el Día del Archivista. El texto está dedicado a la memoria de la historiadora y archivista Victoria San Vicente Tello (1955 -2012).

** Juan Manuel Herrera es director de la Biblioteca Manuel Lerdo de Tejada, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 111 the Nation, reference tool basic, where she managed to join efforts to preserve the documentary memory of the country.

Keywords: Victoria San Vicente, General Archive of the Nation, documentary memory.

Marzo es un mes importante y querido en el mundo de los archivos en México por la enorme contribución del nuevo estatuto que Juan Vicente Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, diera al Archivo General el 27 de marzo de 1790. Más de dos siglos después (224 años más tarde), es preciso reconocer ese gesto ilustrado y asomarnos a algún episodio de la inmensa historia que ese largo periodo contiene, para pensar el signifi cado de trabajar en un archivo, en rigor, para vernos en cierto espejo. Una habitación de la memoria como es el Archivo General, y por extensión el resto de los archivos del país, no es memoria fi ja ni quieta, no es una habitación permanentemente luminosa sino que la memoria histórica es un territorio de luces y sombras, cambiante, apasionante aunque no siempre sea comprensible su importancia cultural, ni su alcance desde la perspectiva de las instituciones. Pero el trabajo en el Archivo, en todo archivo, es un gran privilegio como trataré de sustanciar. Cuando ingresé al AGN, en el lejano 1981, me quedó muy claro: participaba en una etapa de transición que ocurría en los archivos mexicanos y con mayor fuerza en el principal. Apenas unos años antes, la nueva directora, la doctora Alejandra Moreno Toscano, sucedía a don Ignacio Rubio Mañé. Dos épocas convivían pero estaba todo en tránsito, se había dejado el Palacio Nacional y estaba remodelándose Lecumberri, esa metáfora arquitectónica no solo implicaba un traslado, la mudanza era también y principalmente entre dos maneras de entender, la memoria de una nación: su importancia para el Estado y su relevancia cultural. Pero si es lejana la situación de 1790 con Revillagigedo, también lo es la atmósfera que se respiraba en Tacuba 8. Todo estaba en febril movimiento, pero el edifi cio imponía en su arquitectura clásica una interminable serie de compartimientos, los cuales impedían ver la composición del proceso de cambio en su conjunto. Era un cambio radical. Desde el puente, es decir,

112 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Victoria San Vicente desde donde se gobernaba la nave, quizá sólo Alejandra Moreno Toscano entendía lo que estaba ocurriendo realmente. De las ordenanzas de Revillagigedo de 1790 al 27 de agosto de 1982, el Archivo recorrió espacios diversos: el Palacio Nacional, la Casa Amarilla en Tacubaya, el Palacio de las Comunicaciones en Tacuba, pero como señalara en su discurso esa mañana memorable la doctora Moreno Toscano, frente al presidente José Lopez Portillo, secretarios de Estado, gobernadores, presidentes municipales, académicos y archivistas de todo el país, “este archivo ha empezado a ser general no solo en el sentido del tiempo que abarcan sus documentos, sino también, y fundamentalmente, por la amplitud de voluntades y colaboraciones que han contribuido a crearlo…”.

Señor presidente, los momentos excepcionales en la historia, en que se hace necesario tomar alternativas, decidir entre opciones que marcarán más tarde el destino de las generaciones siguientes, aquellos momentos que los contemporáneos suelen califi car con el nombre de crisis, son también los mo- mentos en que la historia debe ser reescrita. Solo si se tiene conocimiento del

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 113 trayecto seguido por la historia, pueden mirarse esos momentos sin desasosiego y encontrar en ellos la ocasión para continuar los cambios. En los papeles que aquí se conservan hay múltiples testimonios de ello […] la inauguración de esta obra material forma parte de ese mismo impulso, de esa gana colectiva de preservar nuestra conciencia histórica que, como hemos visto, no es otra más que la vocación de enfrentar el presente, de enfrentar los dilemas de cada día que deciden las posibilidades de la nación en el futuro.1

El orgullo de un logro mayor y la conciencia de su signifi cado profundo hacían eco en cada palabra de la entonces directora del AGN. Había logrado obtener, en efecto, una casa digna y un edifi cio, Lecumberri, de una fuerza abrumadora, pero había conseguido sobre todo modifi car el estatuto de la institución y alertado entre el gobierno, los académicos y la sociedad la importancia de contar con un archivo nacional para la sociedad democrática. Por añadidura, esa modifi cación abrió la puerta del Archivo a nuevos profesionales de la historia y de la memoria. Durante siglos se protegió el acervo, al menos se había conservado y evitado en momentos dramáticos –las invasiones, la guerra– su pérdida total. Pero durante todo ese tiempo, la habitación de la memoria y los papeles tenían compañía, la de todos aquellos nosotros, dedicados al cuidado de lo que hoy llamamos patrimonio documental, esos “archivos sumamente confusos por impericia o por desorden en su colocación y en todos crecidos volúmenes de papeles antiguos”, en palabras del segundo conde de Revillagigedo. De Juan de Dios Uribe en el siglo XVIII al día de hoy, en los numerosos grupos de trabajo en los innumerables archivos mexicanos asoma una historia no escrita. Estamos hablando de cientos, acaso de miles de personas de quienes no sabemos casi nada. Una luz evidente en ese recorrido de siglos es la importancia que la historia institucional tiene en el trabajo cotidiano, no sólo como recurso fundamental en el principio de procedencia, sino como áncora en donde tratamos de fi jar de tiempo en tiempo la situación de cada uno de los

1 Alejandra Moreno Toscano, “Discurso de inauguración del AGN en Lecumberri”, 27 de agosto de 1982.

114 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 archivos o de los archivos en su conjunto. En contraste, una de las sombras más evidentes en la historia de los archivos mexicanos es la escasa atención brindada a las personas que han dedicado su vida a cuidar los acervos, a procurar su conservación, a profundizar en su conocimiento y, en suma, a propiciar su consulta y aprovechamiento público y privado. De don Ignacio Rubio Mañé y la doctora Alejandra Moreno Toscano no tenemos una aproximación bien documentada de su trabajo en el AGN, como no la tenemos de innumerables personajes que desde el siglo XVIII, han trabajado en esta noble institución. Durante la elaboración de la Guía General del Archivo General de la Nación, Victoria San Vicente y yo nos percatamos de esa enorme ignorancia. A diferencia de alguien bien estudiado en España, como Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo real y quien fuera el constructor del inmensamente rico Archivo General de Indias en Sevilla, no se ha estudiado sufi cientemente a José Antonio Bonilla, ni a José Miguel Arrioja, menos al famoso señor Rosales, paleógrafo del AGN del siglo XIX, a José Beltrán o a José María Celaya; de Rafael López conocemos su poesía, pero no su trabajo archivístico, el cual incluyó contratar a Octavio Paz, un joven de 17 o 18 años, en los primeros años treinta como mecanógrafo del AGN. Más tarde, al coordinar otra guía general, esta vez del Archivo Histórico de la Ciudad de México, la presencia de don Francisco Gamoneda era tan absoluta, su trabajo tan impecable, su labor tan duradera que llamó la atención de San Vicente primero y más tarde y con mayor profundidad de Xabier Coronado. Ambos han ayudado a entender quién era ese promotor incansable del libro y de la memoria documental: organizó la Biblioteca y el Archivo Histórico de Hacienda, el Archivo de la Ciudad de México, la Biblioteca del Congreso, fundó bibliotecas públicas, en sus librerías promovía las exposiciones, la lectura y el debate. Muchos de quienes trabajan en los archivos lo hacen pasajeramente, otros hacen de la vida en los archivos su pasión y tarea principal. Al revisar la lista de colaboradores en la Guía del Archivo, durante la época de Alejandra Moreno Toscano, es fácil comprobar la enorme movilidad que en este campo existe en nuestro país. De 1981 en adelante son muy pocos quienes continúan trabajando en archivos, los más conspicuos la doctora Stella González Cicero y el maestro Jorge Garibay, de quienes habrá que

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 115 escribir muchas páginas sobre su gran contribución en la protección de los acervos mexicanos. Estas líneas, un primer boceto apenas, son para alguien con quien tuve el privilegio de compartir trabajo y vida; y así conocer con mucho detalle su absoluta pasión por los archivos mexicanos, su gusto por la historia y sus motivos, el placer de descubrir documentos valiosos en los acervos, especialmente en los del AGN y tener la curiosidad intelectual de buscar y sorprenderse día con día con los papeles del pasado: Victoria San Vicente. *** Ingresó al Archivo General de la Nación en 1983. Algunos de los más jóvenes colaboradores del AGN hoy en día, quizá no habían nacido. Su contacto con la historia era anterior, pues había realizado investigación histórica en torno a las crisis agrícolas de fi nes del XVIII y la primera década del siglo XIX, tanto en el Archivo Histórico de la ciudad, como en el propio General de la Nación en Tacuba, en el antiguamente famoso acervo central. Un día se presentó con Leonor Ortiz Monasterio, a la sazón directora general del AGN (fi nales de 1982) y le pidió trabajo. Victoria San Vicente se incorporó al equipo y de inmediato pasó a formar parte de un singular grupo: el del recién formado Centro de Información Gráfi ca. Ahí trabajaba Mirta Rosovski, quien haría del conocimiento de la fotografía una especialidad y hoy es una autoridad en la materia: Alfonso, “Poncho” Morales, actual director de la revista Luna Córnea. Conocí a San Vicente una luminosa mañana de 1983, llamaba de inmediato la atención pues era de una belleza deslumbrante y era fácil descubrir su absoluta dedicación al conocimiento de los acervos fotográfi cos, las cuestiones técnicas, la historia de los fotógrafos y los muy exigentes temas de la conservación de las fotografías. Disciplinada, escribía todo, enviaba memoranda y escritos, documentaba cada cosa que hacía o solicitaba hacer. Pero no es fácil entender, treinta años después, lo que fue recibir el archivo de los Hermanos Mayo o la localización e incorporación del archivo de Ignacio Avilés o el de Enrique el “Gordo” Díaz, entre muchos otros acervos. Su trabajo cuidadoso y tesonero facilitaba la comprensión de ese universo poblado de millones de imágenes.

116 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Su trabajo comenzó una nueva época en la cual los acervos de imágenes –que hoy son mucho mejor conocidos y tienen espacios propios, una Fototeca Nacional, muchos investigadores especialistas– apenas empezaban a estudiarse seriamente, digamos que el Centro de Información Gráfi ca era una sala modesta en donde hoy está la librería del Fondo de Cultura Económica. “Sí, Victoria estaba rodeada de imágenes, una imagen es lo primero que visualizo de Victoria, –recuerda Aurelio de los Reyes– recargada en el mostrador de atención al público del Centro de Información Gráfi ca –de reciente creación en aquel entonces, del Archivo General de la Nación– a media luz por la defi ciente iluminación; los rayos de sol penetraban por el vano de una puerta al fondo. Sonriente, delgada, amable, con vestido rojo. Detrás, colgada en la pared, una ampliación de gran formato del retrato fotográfi co de un camarógrafo con indumentaria militar y con su cámara de cine montada en un tripié, que yo veía por primera vez. ‘¿Quién es?’, le pregunté extrañado porque lo desconocía a pesar de investigar el cine mudo. ‘Vicente Ladislao Cortés’”.2 La Coordinadora del Archivo Histórico Central era la doctora Stella González Cicero, quien rememora a Victoria trabajando:

[…] en la fototeca de los Hermanos Mayo como una joven entusiasta, bien preparada con muchos deseos de saber más sobre lo que tenía en encomienda. Su persona tenía un encanto peculiar. Muchas fueron las aportaciones de su trabajo en los archivos, pero considero que las guías generales una, la del AGN y otra, la del archivo del Distrito Federal son las más preponderantes no solo por su utilidad para el conocimiento y consulta de dichos archivos, sino por el horizonte documental e histórico que nos brindan […].3

De su época como encargada del Centro de Información Gráfi ca, (CIG) recuerdo con cierta nostalgia la noche en la que tuvo lugar la ceremonia inaugural de la exposición fotográfi ca de los Hermanos Mayo, a la que dedicó muchas horas –como era su costumbre en los proyectos que

2 Aurelio de los Reyes, “Victoria San Vicente”, p. 21. 3 Stella González Cicero, “Fortaleza que edifica”, p. 104.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 117 encabezaba–, ésta contó con la presencia de Faustino y de Julio Mayo. Esa noche, la presencia de Carlos Monsiváis le dio una relevancia especial, pues la conversación con los Mayo nos mostró –con la elocuencia de sus fotos– la monumentalidad de su trabajo. Fue una exposición sin grandes pretensiones museográfi cas, pero de una importancia extraordinaria en tanto mostraba de otra manera lo que por décadas se había visto disperso en las muchas publicaciones donde los Mayo trabajaron: El Día, El Diario de México, El Popular, La Prensa, Tiempo, Siempre, Mañana y Hoy. Grandes obras de la fotografía de prensa, cuyo inmenso legado continúa siendo un misterio fascinante: nadie sabe cómo pudieron hacer tantas y tan buenas fotos Paco, Faustino, Julio, Pablo y Cándido. Esa exposición, sería el antecedente principal de la que años después se montaría con grandes recursos en el Centro Julio González del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), y daría lugar a un extraordinario catálogo, en la época de Carmen Alborch. Uno de los aspectos que caracterizaba el trabajo de Victoria San Vicente era su interés por conocer y estudiar lo que se hacía en otros países en la materia a su cargo. Incansable en su búsqueda de literatura especializada localizaba y compraba libros por igual en Estados Unidos, Canadá, España o Francia (antes de internet) y los leía con voracidad, pero sin prisa, es decir, regresaba a ellos, hacía anotaciones, los usaba como cartas de navegación hasta encontrar novedades editoriales de su interés. Esto viene a cuento porque estableció contacto y participó en seminarios y reuniones; por ejemplo, un seminario dirigido por el especialista de los archivos públicos de Canadá, Sam Kula, acerca de los archivos de imagen y de imágenes en movimiento. Ambos temas tenían y tienen relevancia en la conservación y organización de acervos en el AGN. El trabajo de quienes estuvieron con ella en el Centro de Información Gráfi ca puede dar testimonio de su gran contribución en la institucionalización de esta área tan relevante, por sus acervos y por las cuestiones técnicas asociadas a la organización y cuidado de las fotografías. Un ejemplo de ese trabajo, fue la colaboración con una fotógrafa excepcional, Mariana Yampolski. En la exposición Bailes y balas fue posible dar curso a una relación muy interesante la cual debería procurarse más continuamente en nuestras instituciones: la del fotógrafo o artista curador de una exposición fotográfi ca con imágenes que no son las suyas, pero que

118 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 su cultura visual ayuda a comprender y a seleccionar. El catálogo preparado para la ocasión, de gran belleza, da noticia y testimonio de esa colaboración afortunada. Al referirse al trabajo de Enrique Díaz, San Vicente nos dice:

el uso de las fotografías de prensa es un fenómeno de capital importancia, pues acerca al ciudadano común con los personajes públicos, ceremonias privadas y lugares hasta entonces desconocidos. La imagen de los acontecimientos cotidianos y hechos sobresalientes se convierte en historia. En el ofi cio de fotorreporteros existían dos modalidades, en la primera, el fotógrafo está adscrito al periódico o revista y entrega sus negativos a la empresa y ésta se convierte en la dueña de las imágenes; en la segunda conforman su propia agencia fotográfi ca, proporcionando exclusivamente impresiones y retienen para si los originales. En 1920, Enrique Díaz eligió el segundo camino y formó una agencia denominada Fotografías de actualidad, ubicada en la calle de Donceles. Tiempo después ingresaron como socios Luis Zendejas, Enrique Delgado y Manuel García…En 1985 el AGN adquirió este valioso acervo para incorporarlo al patrimonio documental del país y difundir este importante legado.4

Poco antes de esa incorporación, la doctora González Cicero, al hacerse cargo de la Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia Victoria San Vicente dejó el AGN. Leonor Ortiz Monasterio la nombró titular del Archivo Histórico Central y ahí dio inicio una época muy luminosa del trabajo en esa área, digamos el corazón mismo del AGN. La promoción de un trabajo en equipo, la formación de personal, el intenso trabajo de organización de acervos, la conversación constante y fructífera con investigadores de numerosos centros de investigación histórica en México y en el extranjero, todo eso caracterizó su trabajo en la Dirección del Archivo Histórico Central. Debemos tener presente que en 1985 ocurrió una de las mayores catástrofes humanas y de recursos en nuestro país, los sismos de septiembre. Prácticamente todas las actividades del AGN se volcaron a la identifi cación de las pérdidas documentales –muy graves– en multitud de edifi cios del gobierno federal, a la recuperación de archivos (me tocó personalmente por

4 Victoria San Vicente, “Agencia Fotografías de Actualidad”, p. 4.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 119 ejemplo, rescatar el Archivo de Migración), por lo que el traslado de acervos dañados al Archivo quedó registrado en fotografías: parte del Archivo de Reforma Agraria fue colgado en tendederos como ropa recién lavada en los patios de Lecumberri. Se realizó en cualquier caso, un esfuerzo mayúsculo para comprender la dimensión de la tragedia en términos de la devastación archivística. Para dar una idea, se concluyó que cerca de 250 kilómetros lineales de documentación habían quedado dañados o habían sufrido pérdida en edifi cios públicos. Los edifi cios de los tribunales de distrito en Pino Suárez se vinieron abajo. La sinuosa línea arquitectónica de esa estación del Metro repite la silueta de una de las torres caídas. En el sismo del 19 de septiembre perdió la vida un archivista muy querido del AGN, el maestro Roberto Villaseñor, un hombre afable, de maneras educadas, trabajador, dedicado no sin pasión a documentar las expediciones del siglo XVIII, la de Alessandro Malaspina, la de Guillermo Dupaix –su admirado Dupaix–. Villaseñor vivía en el edifi cio Nuevo León en Tlatelolco y sumó consternación personal a la gran tragedia. Al concluir el periodo de emergencia y recuperarse cierta normalidad en el trabajo del AGN, Victoria recibió el apoyo para asistir al Stage Technique International des Archives en París, que le permitió cotejar la experiencia francesa, una de cuyas características centrales es la acumulación de trabajo a lo largo de siglos, con la experiencia mexicana. Esa estancia, su segunda en Francia, pues muchos años antes cursó parte del Liceo en París, transformó su visión de los archivos y la persuadió de lo mucho que debíamos hacer en México. Por lo demás al Stage habían asistido o lo harían después, la propia Stella González Cicero, Leonor Ortiz Monasterio, Ángeles Suárez del Solar, Amanda Rosales Bada, Lula Acuña y Yolia Tortolero, entre quienes ahora recuerdo, y ha sido muy importante en la formación y en la construcción de una sensibilidad hacia los archivos en México en su contexto internacional. En la conmemoración de los 50 años del Stage, creado en 1951, los archivos nacionales de Francia publicaron una memoria del mayor interés, la cual da cuenta de este enorme esfuerzo no sólo por divulgar la tradición francesa, sino sobre todo, como mecanismo idóneo para establecer un vínculo, una conversación entre las tradiciones de trabajo en la conservación de la memoria. Ese era el espíritu que durante muchos años animó el trabajo de uno de los directores de los archivos nacionales de Francia más

120 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 universales: Jean Favier. Otros archivistas franceses, por cierto, participaron en asesorías en la construcción del sistema nacional de archivos de México, por ejemplo, Charles Kesckemeti. Quizá el trabajo que mejor defi ne el carácter metódico, con horizonte de Victoria San Vicente haya sido la imaginación para construir el Registro Central de Grupos Documentales. Este instrumento, hoy esencial, no existía en el AGN. Es probablemente una de sus mayores contribuciones al conocimiento ordenado de los acervos y de la actividad institucional a lo largo del tiempo en el país. Conocer qué hay en una institución de archivo, cómo se ha trabajado a lo largo del tiempo, quiénes han participado en la organización de un acervo, qué se ha publicado, con qué instrumentos de consulta cuenta. Pero debemos advertir que el Registro Central no tiene relación con el Registro Nacional de Archivos impulsado por la propia doctora González Cicero cuando se encargó de los archivos estatales y municipales, civiles y eclesiásticos, el cual merece también por su gran signifi cado, una atención especial. El Registro Central tiene otro antecedente de mayor importancia. Hoy en día, todos conocen y quizá utilizan las normas internacionales de descripción archivística del Consejo Internacional de Archivos, pero pocos o acaso nadie recuerda la reunión inaugural que despertó los trabajos que desembocarían en ese gran corpus normativo, fue la reunión en Ottawa, Canadá, de 1988, en ésta se convocó a un selecto grupo de archivistas de todo el mundo para presentar ideas al respecto. A ella asistió San Vicente con la representación de México y su ponencia incluyó precisamente la noción del registro central de archivos. Más tarde, junto con Yolia Tortolero formamos parte del grupo ad hoc de descripción archivística del Consejo Internacional de Archivos cuyas reuniones eran periódicas y que publicó las primeras versiones de Isad G, (International Standard Archival Description. General) e Isaar (CPF) (International Standard Archival Authority Record for Corporate Bodies, Persons and Families). Esto adquiere sentido porque para conmemorar el bicentenario de la fundación del AGN (marzo de 1990), Leonor Ortiz Monasterio encomendó a San Vicente y a mí la formación de una nueva guía general del AGN, pues la que se preparó con la doctora Moreno Toscano en 1981 ya era insufi ciente. Los trabajos los iniciamos hacia fi nes de 1987 –principios de 1988– y para

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 121 la redacción de la Guía, fue preciso hacer realidad el Registro Central. Todos quienes participaron de ese esfuerzo, que incluyó la revisión de acervos, de instrumentos de consulta, de bibliografía histórica, de memoria personal, podrán dar testimonio de la capacidad de San Vicente en la organización del trabajo y en su compromiso personal y entusiasmo, en la claridad de sus ideas. Nada le distraía. Este es el testimonio de Amanda Rosales:

Conocí a Victoria cuando tomó posesión como titular de la Dirección del Archivo Histórico Central. Esta no era desde luego una tarea fácil; el hacerse cargo de un inmenso acervo, exigía de quien asumía esta responsabilidad un gran talento, conocimiento de la historia de nuestro país, dedicación y persuasión. Lidiar con investigadores, empleados, colaboradores, funcionarios que se querían lucir, y hasta con periodistas, empeñados en obtener la nota sensacionalista en sus reportajes requería de una persona de carácter fi rme y sí que Victoria lo tenía. Esto quedó demostrado en las tareas innumerables que le fueron asignadas en su carácter de directora; no obstante la muestra más palpable de su tozudez, perseverancia y fi rmeza de carácter, quedó evidenciado en una anécdota que me quedó grabada, cuando con motivo de su designación como Coordinadora junto con Juan Manuel Herrera, de la nueva Guía General del Archivo General de la Nación, me invitó a colaborar con otros equipos del Archivo, en la revisión de la descripción de los fondos documentales del siglo XIX que resguardaba el Archivo. En ese momento, me integré al proyecto de la nueva guía y me dediqué por un lapso de tres meses a las actividades encaminadas a la actualización de la Guía General, en la edición conmemorativa de su Bicentenario; la última edición era obsoleta por haberse publicado en el año de 1981, durante la gestión de la doctora Alejandra Moreno Toscano. El proyecto tuvo en Victoria su mejor líder, sabía lo que quería y cómo llevarlo a cabo; amplia conocedora de la historia, su visión y meta eran claras: la guía general era en ese momento “el proyecto” y no había poder humano que le quitara este propósito. Fue en esa época en que se empezaron a correr serios rumores acerca de que el Archivo General de la Nación, en lugar de pertenecer a la Secretaría de Gobernación iba a pasar a ser una dependencia bajo la adscripción de la SEP,

122 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 lo que se perfi ló como una amenaza para el Archivo General de la Nación; para quienes conocíamos el Archivo consideramos que esto era una verdadera “aberración histórica y un contrasentido”. En corrillos y toda plática, giraban en torno a esta posibilidad con lo que se ponía en juego el futuro del Archivo General de la Nación. A la mayoría de quienes llevábamos años trabajando en el Archivo nos preocupaba sobremanera esa situación, casi a todos, excepto a una persona…a Victoria. Ella no participaba en estas deliberaciones; ella no perdía de vista su principal objetivo: la Guía General. Comentábamos todos que ¡cómo era posible permanecer inmutable frente a esta atrocidad que perpetraban las “autoridades ignorantes”!, no nos podíamos explicar este fenómeno. Victoria en su empeño por continuar con la guía, con desvelos, pese a los obstáculos, ambiente de tensión…, se mantenía fi rme. No veía otra cosa. Ese era su carácter, el de una persona de convicciones fi rmes, segura de sí misma, valiente, inteligente y perspicaz, práctica y siempre dispuesta a decir la verdad, no obstante el riesgo de herir la sensibilidad de quienes le trataban cotidianamente.5

La Guía permitió establecer el estado del arte, el nivel de conocimiento institucional de los acervos del AGN y, de la mano, dotar de un instrumento permanente para actualizar ese conocimiento, el propio Registro Central. Victoria San Vicente promovió, por otra parte y constantemente, la posibilidad de un programa nacional de descripción archivística, el cual no logró alcanzar la dimensión que ella imaginó. En la reunión de Citra, mesa redonda de Archivos del Consejo Internacional de Archivos, presentó una versión y en uno de los congresos nacionales de archivos, una acabada propuesta: “Hacia una política nacional de descripción archivística: estado actual y perspectivas”. Escribió San Vicente:

Las diversas recomendaciones establecidas no sólo a nivel internacional, sino también como resultado de experiencias nacionales exitosas, es intentar

5 Amanda Rosales, “Victoria San Vicente Tello”, pp. 12-14.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 123 establecer bases homogéneas y duraderas, adoptando otro principio básico de la descripción que, aplicado consistentemente, conlleva a tareas de planifi cación: tal principio es el de la universalidad, según el cual el conjunto de la documentación de un archivo y no una o varias de sus partes debe estar descrita…6

Esas ideas por fortuna, no caducan, así que siempre son una referencia útil en nuestros archivos. Aparte de su capacidad para organizar las tareas, era muy culta y poseía una muy fi na imaginación y cultura visual inmejorable para el trabajo museográfi co. Una de las experiencias más gratas al verla trabajar era cuando coordinaba las grandes exposiciones realizadas en el Archivo General durante los años en los que fue directora del Archivo Histórico Central, bajo la dirección general de Leonor Ortiz Monasterio. Quizá conviene mencionar algunas. La muestra Voces del Pasado, por ejemplo, acompañó la celebración del bicentenario del AGN y fue una oportunidad extraordinaria para exhibir grandes joyas documentales del Archivo con un guión muy vinculado a su historia, pero muy libre también. Fue una exposición hecha no sólo con sensibilidad, sino con ese enorme cariño que sentía por el acervo del AGN. Remito al catálogo, es una publicación de muy buen gusto, pese a no ser una edición lujosa. La noche de la inauguración se escucharon elogios mayores de personas que en general no eran proclives a hacer carantoñas por compromiso, digamos, Guillermo Tovar de Teresa. Otro grupo de exposiciones, enorme, la de las décadas de la ciudad de México, una serie del mayor interés por el volumen de obra expuesta. O la preciosa exposición de cartografía de Oaxaca montada bajo los auspicios del maestro Toledo. Una más en la que participó, aunque ya no trabajaba entonces para el AGN: la preparada para el Congreso Internacional de Archivos del año 2000, en Sevilla, la cual era un proyecto que había naufragado en su primera intentona en alguno de los países miembros de ALA (Asociación Latinoamericana de Archivos), y que me fue encargado por la entonces directora Stella González, la diseñamos con material de numerosos archivos

6 Victoria San Vicente, “Hacia una política nacional de descripción archivística: estado actual y perspectivas”, p. 38.

124 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 de América Latina, a partir de un guión inmejorable, seleccionado por su espíritu revelador: Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad (Calvino ya no alcanzó a escribir la última: consistencia). La memoria de algunas de las personas que trabajaron con ella o la conocieron como investigadores ofrece una imagen complementaria del compromiso y rigor de trabajo de San Vicente en el AGN. Haré glosa de algunos de esos recuerdos.

Carmen Molina

Para algunos era la jefa Victoria, era eso, una jefa con carácter explosivo, incomprensiva y exigente. Para mí, en cambio quizá solo conocí su lado dulce, siempre encontré de su parte amabilidad, comprensión, apoyo y confi anza […] fue una oportunidad conocerla pues su habilidad, disposición al trabajo, efi cacia e inteligencia fueron para mí un excelente modelo a seguir.7

Clotilde Martínez

Recuerdo que en las mañanas Victoria hacía un recorrido por las galerías para ver si todo estaba en orden y si todos estábamos en nuestro lugar para comenzar un nuevo día de trabajo, sobre todo, supervisaba al personal de servicio al público. Creo que todos teníamos cierto temor de que nos encontrara fuera de nuestro lugar de trabajo y de que nos llamara la atención por lo mismo, porque era una persona muy estricta respecto al trabajo; sin embargo, siempre nos trató bien […] mientras colaborábamos en la elaboración de la guía general bajo su coordinación y la de Juan Manuel Herrera fueron días muy intensos de trabajo. Teníamos que investigar la procedencia institucional de cada grupo documental, el periodo, los instrumentos de consulta, la descripción informativa y las fuentes. Terminábamos un grupo y comenzábamos otro […] en las mañanas teníamos reunión de trabajo para informar los avances y posibles problemas.8

7 Molina, Carmen, “Mi amiga Vic”, p. 37. 8 Martínez, Clotilde, “La Lic. Victoria San Vicente Tello”, p. 43.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 125 Edith Vera

En el AGN tuve oportunidad de conocerla, convivir con ella y trabajar, así como constatar su gran calidad como persona, su paciencia y dulzura, su enorme deseo y energía por contribuir al rescate de las fuentes históricas que estaban en peligro de sucumbir y la enorme tarea de organizarlas para darlas a conocer. Ahí fui testigo de su lucha por dar forma a esos monstruos de papel ingobernables de inagotable contenido y de la ardua tarea para lograr hacer más amable la labor de un sinfín de especialistas del mundo entero que esperaban hallar en ellos las respuestas de un legado signifi cativo que se pudieran convertir en materia para siempre. Su labor dio resultados, y con creces, dejó un testimonio de enorme valor documental.9

Linda Arnold

A mitad de los noventas Victoria continuaba trabajando en el Archivo General de la Nación, donde yo acostumbraba pasar mis veranos. Su entusiasmo por los archivos no dejaba de crecer, y cuando me acercaba a ella para plantearle proyectos de catalogación, sólo encontraba en ella apoyo y hacía mi trabajo siempre mucho más fácil.10

Paulina Rocha

Siempre hay alguien que confía en ti a primera vista, sólo porque sí, sólo de verte te da un voto de confi anza. Eso me pasó con Victoria. Quien me enseñó a trabajar, fue la primera persona de la que aprendí a ser parte de un equipo, a desempeñar una labor, a cumplir un horario, a llevar a cabo proyectos y lo más valioso: ella me enseñó a producir un libro impreso, desde el manuscrito original, hasta cuando lo mandábamos a los Talleres Gráfi cos de la Nación para su impresión. Para ella los libros eran importantes y contagiaba su amor por ellos en todo momento.11

9 Vera, Edith, “Para Victoria San Vicente Tello. In memoriam”, p. 47. 10 Arnold, Linda, pp. 67-68. 11 Rocha, Paulina, “La mirada”, pp. 93-94.

126 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Beatriz y Javier Mac Gregor

La imagen que guardamos de Victoria tiene que ver con dos planos que son, en apariencia, distintos y ajenos, pero que en ella se anidaban y tensaban dando por resultado la conocida reciedumbre de su carácter ilustrado; uno de tipo más bien profesional, era su pasión por los libros y los documentos históricos, visible en su vertiente de historiadora y archivista; y el otro, se refi ere a algo que tenía más que ver con su forma de ser y su personalidad, su anticonformismo feroz y su carácter combativo […] Para Victoria los libros era tesoros y su curiosidad hacia ellos era ilimitada.12

Cuando San Vicente dejó el AGN, y trabajó en la localización de acer- vos en el Museo de los Ferrocarriles en Puebla, realizó una suerte de catálogo de líneas y materiales con los archivos respectivos y participó en numerosas reuniones técnicas locales con el afán de consolidar el trabajo de organización de los acervos documentales, tan importantes y valiosos del universo ferrocarrilero del país. Otra época importante en el trabajo de los archivos fue su ingreso al Archivo Histórico de la Ciudad de México, donde participó en la preparación, coordinación y redacción de la Guía General. De nueva cuenta, su pasión por conocer y documentar los acervos le permitió contar con muchísima información relevante en muy poco tiempo. Ahí tomó noticia y se emocionó con la fi gura de don Francisco Gamoneda a la cual me he referido antes. Creo que compartía con Gamoneda algunas características: la enorme voluntad de trabajo y el irrenunciable cariño hacia los libros y los documentos. Por lo demás tenía un ojo muy entrenado. Una ocasión, paseando en Boston, quiso entrar en una librería de viejo, que las hay magnífi cas. Para sorpresa absoluta del dueño encontró un folleto sobre México y en otro salón, el plano que correspondía al folleto. El dueño se lo regaló. Cuando la doctora Aurora Gómez Galvarriato fue nombrada directora del AGN la invitó a incorporarse a su equipo. Un dato muy revelador es que

12 Mac Gregor, Beatriz y Javier, p. 56.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 127 en una condición ya muy complicada de salud, un año y medio más tarde, no quería dejar de trabajar en al Archivo. Prácticamente acudió hasta la víspera de entrar al hospital el 22 de mayo de 2010. El Archivo para ella era no sólo un trabajo, era un motivo de vida y una ilusión, un verdadero privilegio al que siempre quería corresponder con la mayor pasión. Nunca acudió al AGN a pasar el tiempo, trabajaba incansablemente. Para San Vicente –señala la doctora Gómez Galvarriato– el Archivo era su casa, su familia, un jardín de senderos por los cuales había caminado tantas veces, que con los ojos cerrados podía ir y venir, tomar atajos y nunca perderse. Pues conocía cómo y cuándo fue armándose cada andamiaje del acervo y de la institución. Lo que permanecía y lo que había cambiado. Me enseñó caminos que cubiertos ya de maleza se habían olvidado, veredas que se dejaron truncas y valía la pena retomar, otras que se habían torcido y había que enderezar y aquellas que quedaban por recorrer. Su amor por cada papel del archivo y el reconocimiento del esfuerzo y paciencia que a lo largo de siglos han ido plasmando en el archivo personas como ella. El Archivo General de la Nación es no sólo el más importante en México, sino también ha sido una escuela para todos aquellos quienes hemos tenido el privilegio de trabajar ahí. Nadie sensible puede pasar sin conmoverse por la importancia de los acervos, con la inmensa riqueza histórica de la documentación de sus colecciones, por la inmensa contribución en la investigación a lo largo del tiempo y, en suma, por la notable presencia del pasado en la construcción del presente promisorio al cual se refería la doctora Moreno Toscano aquella mañana de 1982. Creo que Victoria San Vicente es alguien ejemplar en esa gran escuela del espíritu y la conciencia histórica del Archivo General de la Nación. Ahí trabajó muchos años, desde 1983 y hasta el 2010, con escala en otras instituciones relevantes, en otros proyectos que le emocionaron, en el AGN fue feliz y su contribución será duradera. Como he dicho al principio, marzo es un mes importante para los archivos de México y Victoria San Vicente, una archivista privilegiada, está presente entre nosotros, en el Archivo General de la Nación para hacerlo, si cabe, más querido.

128 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Bibliografía

Arnold, Linda, “Victoria”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, pp. 67-68. De los Reyes, Aurelio, “Victoria San Vicente”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, p. 21. González Cicero, Stella, “Fortaleza que edifi ca”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, p. 104. Mac Gregor, Beatriz y Javier, “Victoria”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013,p. 56. Martínez, Clotilde, “La Lic. Victoria San Vicente Tello”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, p. 43. Molina, Carmen, “Mi amiga Vic”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, p. 37. Rocha, Paulina, “La mirada”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, pp. 93-94. Rosales, Amanda, “Victoria San Vicente Tello”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, pp. 12-14. San Vicente Tello, Victoria, “Agencia. Fotografías de actualidad”, en Bailes y Balas, Ciudad de México 1921-1931, Archivo Fotográfi co Díaz, Delgado y García, México, Archivo General de la Nación, 1991, pp. 4-5. ______“Hacia una política nacional de descripción archivística: estado actual y perspectivas”, en Memoria del V Congreso Nacional sobre Administración de Documentos y Archivística, Serie Información de Archivos 33, México, AGN, 1994. Vera, Edith, “Para Victoria San Vicente Tello. In memoriam”, en Victoria a un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, p. 47.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 129

RESEÑAS

SANTOS O EMBUSTEROS

Rodríguez Delgado, Adriana, Santos o embusteros: los alumbrados novohispanos del siglo XVII, México, Editora del Gobierno de Veracruz, 2013, 184 pp.

La investigación histórica realizada en nuestro país sobre la época virreinal novohispana invita a la refl exión desde una arista ya conocida de la historiografía contemporánea: la Inquisición y las expresiones de religiosidad popular que tuvieron presencia en la metrópoli primero, y posteriormente, en la Nueva España, tal como lo da a conocer Adriana Rodríguez Delgado en Santos o embusteros: los alumbrados novohispanos del siglo XVII. La autora, docente de la ENAH e investigadora en archivos históricos, nos lleva de la mano a través de las páginas de esta investigación por un crisol de comportamientos y convicciones religiosas de la época del Siglo de Oro novohispano, el cual, en contraste con el español, fue característico por el esplendor cultural y económico que vivió la Nueva España durante todo el siglo XVII. De tal forma Santos o embusteros tiene un cariz que pretende explicar cuál fue el papel del movimiento alumbrado en la España de fi nes del siglo XVI y en la Nueva España durante casi todo el siglo XVII. El contenido central del libro se presenta en cuatro apartados, un apéndice y los agradecimientos. En la primera parte se aborda el tema de los orígenes del movimiento, su aparición en Toledo, su presencia en la Alta Andalucía, Sevilla y Extremadura y una vez identifi cado por la Inquisición, se evidencia la incapacidad de esta institución para extinguirlo en aquellos reinos, pues bien apunta Rodríguez Delgado, tal movimiento continuó vigente en la Nueva España, principalmente en Puebla, Michoacán, Oaxaca y México.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 133 En la segunda se plantea cómo fue el traslado de las ideas y prácticas alumbradas a suelo novohispano; en la tercera se plasma la organización jerárquica que componía el grupo de los alumbrados y la manera de sustentar y practicar sus principios doctrinales consistentes en la oración mental, omisión de la autoridad eclesiástica, la negativa a realizar obras de caridad para fi nalmente expresar que los alumbrados, al poseer el espíritu de Dios, alcanzaban la impecabilidad y la perfección, manifestándose a través de arrobos, raptos, ósculos, caricias y concupiscencia plena (indicios de Dios). En la cuarta parte, la autora evidencia la actitud de rechazo total por parte de la Inquisición a la herejía y las acciones aplicadas para detener las creencias y prácticas de este movimiento religioso que trastocaba el dogma fundamental del catolicismo: la necesaria intervención de la Iglesia para la salvación de las almas. La historia de las mentalidades es una veta importante de interpretación histórica, la cual en México ha sido siempre preferida para escudriñar en el pasado mental los principales problemas de diferentes índoles que aquejaron a la sociedad formada por españoles, criollos y otros grupos étnicos en los territorios de la Nueva España. De tal forma, vemos a nuestros historiadores acercarse a las fuentes documentales en los repositorios tradicionales recabando datos, planteando hipótesis y sosteniendo tesis sobre la vida cotidiana, las creencias, la sexualidad, los miedos, las sensaciones y las diferentes formas de religiosidad presentes durante los años del sometimiento español en el virreinato de la Nueva España. El rigor metodológico hace de Santos o embusteros una obra historiográfi ca valiosa dentro de nuestra veta interpretativa de la historia de las mentalidades, y que se manifi esta en el condensado contexto histórico de la España del Siglo de Oro, así como en la necesaria instauración de la Inquisición por parte de la corona, como instrumento de control y protección de la fe católica en los territorios del nuevo mundo; tal panorama permite entender el ámbito en el cual el alumbradismo se desarrolló y llegó a su culminación dentro de “un cúmulo de elementos culturales sincretizados que permitieron la formación de la mexicanidad”. Otra aportación relevante del libro a la historia de las mentalidades mexicana son los análisis cualitativo y cuantitativo de los 30 casos que Adriana Rodríguez revisó en el fondo Inquisición del AGN, explicando la organización guardada por los integrantes del grupo

134 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 alumbrado, revelando la participación en él de corifeos y discípulos, tanto criollos como españoles, religiosos de mediano estatus eclesiástico y laicos de baja condición económica esencialmente, apoyándose en una vasta bibliografía de autores especialistas en el tema del alumbradismo. Tal análisis revela el enfrentamiento de la Inquisición con los alumbrados; Rodríguez Delgado descubre el trinomio compuesto por los elementos “alumbrado/ seguidor/ comunidad”, de tal trascendencia que si faltara uno de estos componentes el fenómeno de los alumbrados nunca hubiera existido. Siguiendo a nuestra autora, podemos confi rmar contundentemente que en Santos y embusteros: los alumbrados novohispanos del siglo XVII comprendemos el papel del movimiento religioso de los alumbrados, como una actitud de liberación de un sector específi co de la sociedad novohispana ante el control total de la vida moral y material por parte de la Inquisición, salvaguarda de los intereses políticos, económicos y espirituales de un imperio español incapaz de detectar como en tal heterodoxia se cultivaba un rasgo constitutivo de la identidad que en las siguientes centurias vincularía nuestro pasado novohispano con la sociedad contemporánea, en la cual vivimos todavía en búsqueda de equidad y justicia para todos los mexicanos. Es vasto el conocimiento que el periodo novohispano de los siglos XVI y XVII nos deja cuando penetramos por cualquiera de sus infi nitas puertas. Cuando lo hacemos por el umbral de la historia de las mentalidades equivale a situarnos frente a un abismo donde no se ve fondo pero el historiador sabe que cuenta con la metodología y la sensibilidad para abordar cualquier problema, manejándolas hábilmente para desplazarse por los diferentes estratos del misterioso sitio y lograr descifrar la inquietud autoimpuesta por el investigador. Jesús Díaz Romero Archivo General de la Nación-DAHC

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 135 MÉXICO AGRARIO

Regina Tapia, México Agrario, Su origen, sus raíces, sus documentos, México, SEDATU/RAN/AGA, 2014, 72 pp.

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano arranca una etapa nueva, pero sin olvidar su pasado, la razón de ser de sus antecesores y responsabilidades heredadas. Gran parte de los problemas sobre regulación de la tierra son de sobra conocidos y recurrentes, aunque no por ellos simples de resolver: diferendos sobre mojoneras que cambian de lugar, alambradas de púas instaladas por las noches, distintas formas de acaparamiento, presión de la zonas urbanas sobre terrenos laborables, necesidad de actualizar registros acordes a las nuevas tecnologías de georreferenciación, concesiones mineras o construcción de autopistas, presas y otras obras de infraestructura para las necesidades de otros ramos de la sociedad que entran en confl icto con el sector agrario. Por ello, frente a estos retos resulta pertinente la publicación de México Agrario. Su origen, sus raíces documentos, éste contribuye a echar una mirada al pasado y refl exionar hacia dónde se dirigen las tareas del sector agrario. El libro presenta la riqueza documental resguardada por el Archivo General Agrario (AGA), en su sede de la colonia Penitenciaría. Un espacio que conserva la memoria de miles de localidades esparcidas a lo largo de nuestro país con toda su pluralidad de formas, cada una con historias diversas, desde los antiguos pueblos de indios hasta los nuevos centros de población ejidal, creados con la expansión de la frontera agrícola. Pero lo que da unidad a ese archivo, rico y complejo es la relación con la tierra a manera de propiedad social. En algún momento, hace unos años se habló de una “nueva ruralidad” en la cual había que desplazar el problema de la

136 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 propiedad de la tierra como elemento central. No obstante, a los habitantes del medio rural es la relación con la tierra lo que los defi ne, es en el territorio donde los hombres ejercen sus vidas, crean, imaginan, trabajan y entierran a sus muertos. Es decir, la tierra y el territorio son elementos intrínsecos de la cultura humana. Los vínculos y relaciones creados a través del tiempo por muchos mexicanos entre sí y con las tierras que habitan y trabajan constituyen la memoria resguardada en este archivo, el cual nos habla de la persistencia de los campesinos por acceder a la tierra, sus dinámicas y negociaciones, luchas y triunfos, derrotas y decepciones, pero también de una inquebrantable obstinación que les otorga una identidad agraria. La función primordial de todo archivo es la de resguardar y conservar el acervo a su cargo, pero al tiempo ser un coadyuvante para que los materiales ahí depositados contribuyan a la generación de nuevos saberes. Con esta publicación, el AGA da un paso más en su proyección para la difusión del conocimiento agrario, vital para el país, para llegar más allá de los interesados primarios o la concurrencia especializada y alcanzar a un público más amplio. Cualquier trabajo como éste sólo puede presentar una oteada a la riqueza del vasto acervo resguardado por el AGA. Empero, la selección está realizada con la pericia de alguien que conoce el archivo y sabe navegar entre los expedientes de restituciones, dotaciones y ampliaciones para llegar hasta el documento adecuado. Papeles seleccionados por quien domina su materia de estudio para discernir qué materiales resultan pertinentes para armar un discurso y presentar un panorama con el ingenio y creatividad para articular un mensaje ágil que logra una conexión directa con los lectores. Por ello el libro, bajo la coordinación de Regina Tapia, evidencia una labor de equipo, a la que se le saca el mayor de los provechos. La editora se inclinó por obviar la línea cronológica, que muchas veces ata a los historiadores, y nos ofrece a cambio una propuesta hasta cierto punto osada, pero de la cual sale bien librada, ya que realiza un acomodo que le da valor y realce a los documentos presentados en un catálogo que está lejos de ser excesivamente técnico o monótono; más bien es una muestra lúdica en que mapas, resoluciones presidenciales, sellos, timbres y fotografías nos hablan de las distintas formas de como se ha llevado el registro de la propiedad agraria.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 137 La ubicación temporal siempre es necesaria para una adecuada explicación de los procesos históricos y sus contextos, ello es solventado con la elaboración de una muy bien lograda línea cronológica, la cual da cuenta de los principales acontecimientos que han marcado la historia agraria, entramada con caricatura política, fuentes que por la naturaleza del archivo no se localizan en sus colecciones; sin embargo, nos demuestran la versatilidad de los autores en el ofi cio de historiar. El repertorio de mapas que ofrece el libro nos traslada a las diferentes tierras de nuestro país, cada uno con sus referencias particulares del pueblo, el cerro con tules, el arroyo, la cañada, la ermita o la casa grande, en este trabajo literalmente la historia se despliega ante nosotros. La fotografías tienen la cualidad de aparentar que nos hablan siempre en presente. Un precioso conjunto de sellos notariales y timbres de pago de impuestos nos remite a los procesos de escrituración, el documento escrito también relata historias cargadas de emociones, a saber las oportunidades que abre una resolución presidencial, la incertidumbre causada por un decreto de expropiación o la frustración y rabia encerrada en la respuesta negativa declarada como improcedente. Ello me remite a un reclamo para México Agrario. Sus orígenes, sus raíces, sus documentos: no hacer más visibles a los actores de estos procesos, a pesar de estar presentes implícitamente en los documentos que producen, ejerciendo su petición o reclamo. También lo están quienes fungen como mediadores en este complejo proceso agrario como escribanos, copistas, notarios, agrimensores y funcionarios. De entre el amplio universo de actores los que sí destacan son los presidentes del siglo XX, aunque su posición relevante no se deba a una exacerbada veneración a la fi gura presidencial, ni al peso de la tradición historiográfi ca la cual nos hace ver al siglo XX cuantifi cado en sexenios, sino por la propia reglamentación otorgada en materia agraria por la última potestad al Ejecutivo, ya que toda reforma agraria conlleva más allá de los asuntos técnicos un componente político; y al fi nal de la formación del comité ejidal, de las notifi caciones al gobernador del estado, la publicación de avisos para que los afectados presentaran alegatos y de varias visitas del ingeniero y deliberación en comisiones, el último paso era la resolución signada de puño y letra por el presidente de México.

138 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 El panorama aquí presentado es sólo un pequeño botón y deja al lector con ganas de conocer más. Hoy día es cada vez más habitual encontrar en la solapa de las publicaciones un CD con material adicional; aunque admito que en esta ocasión ello hubiera roto el encanto y la delicadeza con la cual se elaboró, casi artesanalmente, este libro. Así, me permito sugerir una futura versión digital con más contenidos, de manera que se pueda distribuir a un público mayor. Mientras tanto, es de reconocerse el trabajo que se está realizando en el Archivo Agrario y de agradecerse la publicación de materiales como los que contiene México Agrario. Su origen, su historia y sus documentos.

Pavel Navarro Valdez INAH-Museo Nacional de las Intervenciones

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 139 EVALUACIÓN DE DOCUMENTOS EN IBEROAMÉRICA

Fenoglio, Norma Catalina (coord.), Evaluación de documentos en Iberoamérica, Córdoba, Encuen- tro Grupo Editor, 2013, 111 p. – contiene un CD-Rom con el mismo título, 1049 p.

La evaluación documental es una de las especialidades más complejas de la Archivística contemporánea, ya que se ocupa de dar forma defi nitiva al patrimonio documental local, regional o nacional. Los procedimientos de identifi cación, valoración, selección y disposición fi nal (transferencia o eliminación) de los documentos, encierran una enorme responsabilidad, pues las medidas que se tomen en cada una de las etapas conducirán a un resultado irreversible, si llegase a producirse una falla procedimental. Si bien en la bibliografía científi ca se considera que la evaluación es indispensable, pues hace óptimos los espacios edilicios, genera un corpus documental más preciso en cuanto a sus valores permanentes, y abarata costos de mantenimiento; sin embargo, no hay acuerdos totales a nivel internacional sobre los criterios y procedimientos a adoptarse, debido sobre todo a tradiciones jurídico-administrativas dispares. En este contexto mundial aparece el libro Evaluación de documentos en Iberoamérica, que es el fruto del proyecto internacional de homónima denominación, con sede en la Escuela de Archivología de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), avalado y subsidiado por el Consejo Internacional de Archivos, que ha tenido una duración de cuatro años: 2009-2012. El equipo, integrado por archiveros de Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia, Costa Rica, México y España, ha trabajado en torno a cinco áreas temáticas que nuclearon las problemáticas por las cuales

140 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 atraviesa esta especialidad del campo archivístico. Se organizaron sucesivos encuentros –cuatro en total, uno al cabo de cada año– denominados FIED (Foro Internacional de Evaluación de Documentos), que tuvieron por objeto reunir a los integrantes para discutir personalmente las conclusiones parciales que se alcanzaban vía internet en el trabajo por áreas, pero también comunicar los avances logrados en sesiones públicas, tales como mesas redondas y conferencias plenarias. El primer FIED tuvo lugar en Córdoba (Argentina) en 2009; el segundo en San José (Costa Rica) en 2010; el tercero en Lima en 2011; y el último en la ciudad de México en 2012. El libro y su CD-ROM que contienen las conclusiones de los equipos integrados por las áreas de trabajo del proyecto cuatrienal va mucho más allá, porque es una verdadera puesta a punto de los problemas académicos y pragmáticos actuales por los que pasa la evaluación documental en Iberoamérica, y una discusión abierta e integradora cuya meta principal ha sido la búsqueda de consensos para homologar desde la terminología hasta los aspectos procedimentales. La reconocida archivera argentina Norma Fenoglio ha sido la coordinadora general del proyecto y cada una de las cinco áreas tuvo a un responsable:

1. Terminología sobre evaluación documental, Raquel Umaña Alpizar (Costa Rica). 2. Homologación de programas de evaluación documental, Aída Luz Mendoza Navarro (Perú). 3. Muestreo, Andrea Tibaldo (Argentina). 4. Evaluación de documentos digitales, Alicia Barnard Amozorrutia (México). 5. Enfoques, criterios y métodos para evaluar documentos de archivo, Elisabet Cipolletta y Andrés Pak Linares (Argentina).

1. Terminología sobre evaluación documental

Bajo este título se presenta un glosario trilingüe de terminología técnica comparada que se usa en la especialidad de la evaluación documental, compuesto por 51 vocablos. En el CD-Rom el glosario en castellano, catalán y portugués aparece de forma interactiva.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 141 Es el producto intelectual fundamental logrado por el equipo que, acompañado de sus defi niciones lexicales, quiere invitar a la comunidad académica a discutirlo y eventualmente a ampliarlo, sin perder de vista que se ha buscado “redactar una única defi nición para hacer homogéneo el vocabulario y su uso prospectivo”. Otro aspecto interesante a destacar de la labor de los miembros del área ha sido el estudio comparativo de los cuatro términos con los que tradicionalmente se denominó a esta especialidad de la Archivística: expurgo, selección, valoración y evaluación, a los fi nes de proponer el término más adecuado actualmente.

2. Homologación de programas de evaluación documental

El título da cuenta de las conclusiones del grupo, que se abocó al estudio de la revisión comparativa del contenido de los programas de estudio sobre evaluación documental en centros de enseñanza iberoamericanos. El resultado principal ha sido la elaboración de un modelo de programa innovador, que pretende la homologación de contenidos comunes y complementarios, necesarios para generar destrezas esenciales en el profesional egresado de centros de enseñanza universitarios. Se anuncia que, en una próxima etapa del proyecto, se quiere confeccionar un Manual de Evaluación Documental con ejemplos de usos concretos y cercanos a las realidades prácticas y situacionales de la región. La discusión no está cerrada, todo lo contrario, pues se anhela desarrollar una fase cualitativa la cual contará con la experiencia de profesores, egresados y estudiantes en la implementación profesional de la Evaluación, para ajustar, luego, los contenidos programáticos.

3. Muestreo

“El muestreo archivístico apunta a conservar una parte del universo de documentos que sea representativo de la producción documental regional o nacional con fi nes de conservación permanente, que ejemplifi que a una serie que, según una valoración previa, fue destinada a ser eliminada”. La publicación advierte que el muestreo está supeditado a decisiones las cuales

142 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 no son del todo rigurosas técnicamente, pues la subjetividad estará presente siempre a la hora de tomar decisiones. Por ello, el equipo que se ocupó de esta delicada tarea, concluye una serie de criterios procedimentales que deben aplicarse si se quiere ejemplifi car la serie, cuantitativa y cualitativamente, para posibilitar la investigación. El archivero debe adaptar los criterios a las particularidades de cada serie y cada documento.

4. Evaluación de documentos digitales

Aunque la valoración de una serie documental no se ve afectada por el soporte, el documento digital necesita de un tratamiento especial, por cuanto la evaluación debe realizarse al principio del ciclo de vida del documento. Por esta razón se conformó un equipo puntual que propone orientaciones prácticas para los profesionales a la hora de evaluar archivos digitales, y la implementación de políticas de conservación y eliminación. El libro revela la difi cultad de establecer políticas específi cas, pues ellas dependen de los entornos y disposiciones que prevalezcan para archivos nacionales, regionales o locales. No obstante, se dan algunas orientaciones, y también algunos requisitos básicos a considerar en la identifi cación y evaluación de documentos digitales.

5. Enfoques, criterios y métodos para evaluar documentos de archivo

Se ha buscado complementar el nivel conceptual sobre la evaluación documental y su aplicación práctica. Para ello se relevaron muestras de la práctica en cinco países, con el objetivo de normalizar las actividades y desarrollar herramientas de trabajo aplicables en diferentes clases y categorías de entidades. Se propone un formulario de valoración y tres registros de transferencia, eliminación y desafectación de documentos. El acápite concluye con algunas recomendaciones que invitan a refl exionar y repensar los conceptos tradicionales en materia de evaluación, que deben adaptarse a los actuales contextos. El libro y su CD son un estupendo estado de la cuestión sobre las investigaciones y discusiones actuales en materia de evaluación documental,

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 143 pero también un denodado esfuerzo en la búsqueda de homogeneidad conceptual, homologación académica y procedimental para el futuro de los archivos iberoamericanos.

Silvano G. A. Benito Moya

144 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 DOCUMENTOS DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Imagen centenaria Batallón de indios yaquis en el Ejército Constitucionalista1

María Inés Ortiz Caballero*

Un grupo de indios yaquis con traje de manta, sombrero y huaraches; armados, unos con arcos y fl echas otros con machetes, todos en posición de combate, preparándose para el siguiente embate, todos ellos en medio de un árido valle cerca de la nada, mirando a su adversario. Esta escena, capturada por el fotógrafo Jesús Hermenegildo Abitia aproximadamente en 1914, es ahora una imagen centenaria que representa el testimonio y propaganda de la causa constitucionalista dentro del movimiento revolucionario de México. J. H. Abitia, quien fi rmó esta imagen, abrazó la causa revolucionaria y se convirtió en el fotógrafo de la campaña del noroeste, fracción del Ejército Constitucionalista, dirigido por el general Álvaro Obregón, quien operó desde Sonora hasta Jalisco. Este recorrido permitió al fotógrafo documentar y mostrar un discurso gráfi co de un suceso de la historia de la Revolución mexicana a través de una serie de postales.

* Jefa del Departamento del Centro de Información Gráfica, Archivo General de la Nación.

1 AGN, Colección de documentos INEHRM, Osuna, caja 2, fotografía número 150. Reprografía.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 147 El destino llevó a este fotógrafo a salir de su estudio en Hermosillo y desprenderse de la toma controlada y teatral, que generalmente solicitaban las clases altas. La revolución le concedió la oportunidad de registrar las consecuencias gráfi cas de un movimiento social donde había hombres sin poses, con su apariencia real en escenarios naturales, en los campos de batalla, en la calle, en los campos. J. H. Abitia fue compañero de Álvaro Obregón, quien lo invitó a unirse a la causa constitucionalista. El fotógrafo inició su trabajo haciendo retratos a Obregón con el objetivo de difundirlas entre sus seguidores y la prensa.2 En este acompañamiento Abitia fotografi ó escenas revolucionarias ilustrativas de algunos episodios de la historia nacional, las cuales podemos conocer y reconstruir hoy en día. Imágenes que registran la lucha armada constitucionalista en cuyo frente estaban generales, soldados y los aguerridos guerreros indios yaquis. Este grupo de indígenas desempeñó un importante papel en la Revolución mexicana, al formar parte de los efectivos de combate al mando del general Obregón, quien libró varias contiendas en Sonora en 1915, logrando el triunfo del Ejército Constitucionalista al derrotar a villistas y zapatistas.3 El Archivo General de la Nación (AGN) resguarda una reprografía de la imagen original que pertenece a la colección del fotógrafo Sabino Osuna. Esta pieza forma parte de la colección de documentos del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). La colección llegó al AGN en 1988 como parte de las disposiciones contenidas en el decreto de creación del INEHRM donde se estipula la obligación de esa dependencia de entregar en depósito al AGN las reproducciones de documentos relativos a la historia de la Revolución mexicana que logre reunir. Así, esta pieza es al mismo tiempo testimonio de un fragmento de la historia de la fotografía, de un fotógrafo, quien también fue combatiente y, por supuesto, de la historia de México.

2 Ángel Miquel, “Jesús H. Abitia, fotógrafo y cineasta” en Imagfagia. Revista de la Asociación Argentina de Estudios de cine y audiovisual, núm. 8, 2013, pp. 1-23. 3 Nueva historia de México. Ilustrada, México, El Colegio de México, 2008, pp. 423-436.

148 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 EL FONDO BIBLIOGRÁFICO CARLOS LAZO BARREIRO EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Ana Silvia Ruiz Zamarrón*

“Así como el futuro del hombre no se forja ya con obras individuales por hermosos o útiles que sean, tampoco el del mundo se forja tan sólo con obras nacionales aisladas, sino mediante la coordinación de anhelos, necesidades y esfuerzos”.

Palabras de Carlos Lazo en la Carrera panamericana de 1953.

En el marco del centenario del natalicio de Carlos Lazo Barreiro, el Archivo General de la Nación (AGN), a través de la biblioteca “Ignacio Cubas”, presenta el Fondo Bibliográfi co Carlos Lazo Barreiro (FBCLB), incorporado al acervo del AGN en calidad de donación el 20 de junio de 2011.

Semblanza del personaje

Carlos Lazo Barreiro nació en la ciudad de México el 19 de agosto de 1914, hijo de Carlos María Lazo del Pino –arquitecto y doctor en ciencias– y de Luz Barreiro Dublán. Desde temprana edad le atrajo construir, apenas iniciada la formación académica en la primaria Instituto José Carpentier, eligió el ofi cio de carpintería. Heredero de una tradición arquitectónica familiar, con 20 años de edad edifi có su primera obra: un edifi cio de apartamentos en la calle Mariscal 44 del D. F. El 22 de julio de 1938 egresó con mención honorífi ca de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México; desde esa época sus diseños se adaptaban a cualquier sector; propuso una escuela rural pre-fabricada valiéndose de una base desarmable, hecha por

*AGN, Biblioteca “Ignacio Cubas”

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 149 Carlos Lazo Barreiro rieles de ferrocarriles de vía angosta que ya estuvieran en desuso; sobre este sistema se montarían y trasportarían las aulas diseñadas igualmente con material reutilizable. Hizo estudios superiores en el Massachusetts Institute of Technology, University of Columbia en Nueva York; Armour Institute of Technology en Chicago y en institutos de Canadá, Europa y Asia. Gracias a que el también arquitecto Carlos Obregón Santacilia lo nombró jefe de obras del Hotel Alameda, tuvo la oportunidad de involucrarse en los trabajos del Teatro Nacional de México (Bellas Artes) y del Monumento a la Revolución. En 1934 y 1936 ganó los concursos nacionales del diseño de un timbre postal aéreo y sobre el proyecto y supervisión de la construcción del Hotel

150 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 de la Marina en Acapulco, Guerrero. Ha sido el único arquitecto en obtener en 1941, la beca del American Institute of Architects “Delano Aldrich”, premio que emplearía para costearse estudios de urbanismo y planifi cación. En 1946 se desempeñó como Comisionado Técnico de la Secretaría de la Defensa Nacional, presidente del 5º Comité Electoral de la Comisión de Programa en el Comité Nacional Alemanista (1946). Lo nombraron presidente de las comisiones Técnica de Arquitectos de la Secretaría de Bienes Nacionales y de la Federal de Planifi cación y Ofi cial Mayor de dicha secretaría, en 1946. Dos años más tarde ocupó el cargo de Consejero de la Presidencia. En abril de 1950 asumió la gerencia general del proyecto de construcción de Ciudad Universitaria (CU), –hoy valuada como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO– donde trabajó junto a Luis Barragán, Juan O´Gorman, Enrique Yáñez, Pedro Ramírez, Enrique de la Mora, Enrique Guerrero Larrañaga, José Villagrán García y como gerente de obras, Luis Enrique Bracamontes. A fi nales de diciembre de 1952 dirigió la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), compromiso que presidió hasta su muerte.

Plano de Ciudad Universitaria

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 151 Fue representante de la UNAM y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos ante las universidades americanas de arquitectura; en 1945, fue director fundador del Seminario de Planifi cación del Instituto Politécnico Nacional, y en 1946, Miembro Fundador de la Sociedad Mexicana de Estudios y Letras. Codirigió de la revista Construcción, apoyó la creación y desarrollo de Espacios y es autor de Planifi cación: Su contenido social y universal, Pensamiento y destino de la Ciudad Universitaria de México. Participó en distintos programas nacionales y municipales de gobierno de planifi cación mundial, nacional, regional, municipal, urbana, de barrios, habitacional y de la ciudad de México. Impartió clases de historia del arte de México y de la arquitectura indígena, colonial, rural, tropical, templada y actual.

Carlos Lazo Barreiro explicando un plano

Compartió conocimientos con los escritores Fernando Benítez y José Ezequiel Iturriaga, el fi lósofo Leopoldo Zea, el historiador Arturo Arnaiz y Freg, el pintor Raúl Anguiano Valadez, el ingeniero Jorge L. Tamayo, Juan O’Gorman, Diego Rivera, Dr. Atl, David Alfaro Siqueiros, entre otras personalidades. Sus obras arquitectónicas no limitaron la perspectiva

152 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 al plano horizontal; con ingenio y avidez levantó cimientos sobre cuevas, playas, acantilados, cerros, barrancos y cualquier espacio construible. Destacan el hotel Polly en la delegación Cuauhtémoc; edifi cio Bush o Continental en Paseo de la Reforma; casa en Sierra Leona núm. 374, Lomas de Chapultepec, primera realización de la denominada arquitectura cósmico-atómica o de la cueva civilizada; la Unidad Esperanza-Narvarte; El Banco de México (sucursal Ver.) y el faro del Puerto de Veracruz; Casa del Arquitecto Mexicano en Veracruz 24, en el D. F., Centro Urbano y Habitacional “Belén de las Flores”; de igual forma, el Centro Urbano SCOP en Narvarte. A él se debe la planifi cación regional y urbana de Monterrey; Ensenada, Baja California; del puerto de Tampico; Tlalnepantla; construcción del viaducto Miguel Alemán; plano regulador de Acapulco con una realización parcial en el Malecón, plaza y carretera México-Acapulco; terminación de la carretera Saltillo-Matehuala; planifi cación de la Cuenca de Tepalcatepec y construcción de la carretera denominada “Ruta Corta de México a Querétaro”. Su historial profesional incluye más de 80 prácticas arquitectónicas; planos reguladores de 22 ciudades; primeros lugares y menciones honorífi cas en concursos de diseño y arquitectura; escritor de libros sobre planifi cación, memorias de la SCOP, programas nacionales y parciales de gobierno; redacción de artículos en revistas y periódicos nacionales e internacionales; conferencista. Fundador de la Sociedad Mexicana de Estudios y Letras (1946); miembro de la comisión encargada de la localización del terrero, proyecto y obra del Cuartel General de las Naciones Unidas en Nueva York (1946). Creador de la primera Escuela de Diseño Industrial, Gráfi co, Textil y Artesanal de México, antecesor de la Escuela Nacional de Diseño INBA-SEP (1950). Miembro de honor y correspondiente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos; del Instituto Americano de Arquitecto de Washington y del Instituto Filipino de Arquitectos en 1952. Recibió condecoraciones del Ejército Mexicano, la Policía Federal de Caminos; la Policía de los Ángeles California de los EUA y del gobierno de la República Federal de Alemania. El 5 de noviembre de 1955 mientras realizaba un viaje de supervisión a las obras de reparación de daños que por inundaciones y ciclones había

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 153 sufrido la carretera Acapulco – Zihuatanejo. Alrededor de las 9:15 horas, el avión Douglas DC-3, propiedad de la SCOP, donde viajaba junto con su hijo se desplomó a orillas del lago de Texcoco, ambos pierden la vida.

Archivo particular del arquitecto Carlos Lazo Barreiro

El AGN resguarda el archivo y biblioteca personal del arquitecto. El primero lleva el nombre “Archivo Particular del Arquitecto Carlos Lazo Barreiro” y está custodiado bajo un contrato de depósito provisional anual, con fecha de incorporación 24 de noviembre de 1992. Las gestiones protocolarias con la familia Lazo Margáin se realizaron con dos años de anticipación; el maestro Alejandro Lazo Margáin remitió una carta a la entonces directora del AGN, Leonor Ortiz Monasterio Prieto, en ella describe el alcance y contenido que resguarda el acervo documental, conformado por información personal, familiar, de obras arquitectónicas, gubernamentales y de planifi cación a nivel nacional, internacional, regional, municipal y urbana; planos, proyectos y láminas de obras realizadas; bosquejos de obras no efectuadas; dibujos personales; fotografías, algunas con negativos, de eventos cívicos, sociales y festivos en especial de CU; obras y proyectos de la SCOP; revistas; así como archivo de trasparencias, del doctor Carlos Lazo del Pino, para la clase de historia del arte que impartía en la Preparatoria Nacional, la Escuela de Arquitectura y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. La riqueza informativa quedó valuada e integrada en 85 cajas denominadas de archivo muerto (tamaño .80 cm); 500 piezas de obras gráfi cas; 28 aerofotos con base de fi bracel; 12 cartas geográfi cas y proyectos con base de madera y 40 piezas de diversos soportes como planos, mapas y dibujos. Actualmente, el FBCLB está organizado, descrito y estabilizado totalmente. El primer trabajo tuvo una temporalidad de marzo a octubre del 2011; en coordinación con la asociación Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A.C. (ADABI), se llevó a cabo el proyecto denominado “Descripción y Publicación del Instrumento de Consulta del Archivo del Arquitecto Carlos Lazo”, con clave DF05-APBB-11D. El informe fi nal refi ere la cantidad exacta de conformación: 9,145

154 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 expedientes contenidos en 269 cajas, de temática variada sustentada en documentos textuales, hemerográfi cos, bibliográfi cos, cartográfi cos, audiovisuales y gráfi cos. Incluye manuscritos, mecanuscritos, revistas, diarios, folletos, libros, tesis, planos, mapas, dibujos, láminas, fotografías, negativos, revistas y maquetas. Hay una copia digital de imágenes relativas al proyecto que a su vez es instrumento de consulta. De enero a diciembre de 2012, en convenio con ADABI se desarrolló el proyecto “Diagnóstico y Estabilización del Fondo del Arquitecto Carlos Lazo (continuación)” clave DF05-APBB-11/12D, que consistió en limpiar y colocar guardas en documentos que lo requerían. La galería 8 resguarda este grupo documental y para su consulta es necesario identifi carse con credencial de investigador.

Fondo Bibliográfi co Carlos Lazo Barreiro

La invaluable colección del arquitecto está resguardada en la biblioteca “Ignacio Cubas” del AGN, la incorporación fue realizada por donación, según quedó certifi cada en la carta de intención de donación con fecha 20 de junio de 2011, suscrita y fi rmada por la maestra Yolanda Lazo Margáin, los licenciados Amanda Porter viuda de Lazo y Lorenzo Lazo Margáin, así como el ingeniero Leonardo Lazo Margáin, quienes por acuerdo voluntario e irrevocable decidieron la donación. Después de la valoración histórica que dictaminó la riqueza del acervo y conforme a lo dispuesto por el marco jurídico y reglamentación vigente del AGN, el compromiso quedó formalizó en el ofi cio DG/0291/2011 con fecha 5 de julio del 2011. El AGN se comprometió a preservar, custodiar y difundir los documentos recibidos en donación. La biblioteca de Lazo Barreiro desde su origen estuvo custodiada en el domicilio particular del arquitecto, ubicado en Sonora 80, colonia Roma Norte, delegación Cuauhtémoc. Constituida por más de 8,107 obras, entre libros, revistas, folletos y periódicos. La conformación del acervo se realizó de tres maneras: donación, compra y almacenamiento de los arquitectos Carlos Lazo del Pino y Carlos Lazo Barreiro. La familia de Lazo Margáin contribuyó al incremento del acervo. El acervo contiene información histórica segmentada en dos tipos:

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 155 Acta de donación del acervo bibliohemerográfico el primero de índole contemporánea, con vertientes de investigación sobre historia de México y temas como arte, arquitectura, fi losofía, política, religión, cosmología, ciencia, educación, antropología, economía, planifi cación territorial y urbana, medicina, colecciones de literaturas, ciencias de la comunicación, enciclopedias, diccionarios, anuarios, atlas históricos y geográfi cos. Además, incluye textos de la administración pública federal cuando Lazo Barreiro se desempeñó como servidor público. El segundo, denominado Fondo Reservado, resguarda obras biográfi cas editadas antes de 1920, o bien, que ostentan algún rasgo distintivo que enriquece aún más la edición; ejemplo de ello son las obras adornadas con grabados, litografías, heliografías o fotografías; ediciones numeradas de

156 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 tiraje muy limitado, libros raros o curiosos, de belleza artesanal e inclusive facsímiles. También incluye “testigos”, conformados por autógrafos, dedicatorias, comentarios personales anotados en las páginas, recortes de periódicos o revistas, documentos manuscritos o mecanuscritos, tarjetas personales, oraciones y estampas religiosas, timbres postales, recibos, hojas con sellos de cera, postales, fotografías, dibujos, boletos de admisión e inclusive naturaleza desecada. Le complementan dos compilaciones con encuadernado personalizado y letras impresas con la leyenda “Arq. Carlos Lazo” y “Dr. C.R.M.”. El libro más antiguo del FBCLB es Stephani gormeleni cvriosolitae parifi enfi s medici, synopfeos chirurgiae libri sex (1566), escrito en latín por el médico de Etienne Gourmelen. La obra está conformada por los elementos siguientes: encuadernado de la época en pergamino, con título pintado en el lomo; ostenta dos sellos de tinta en la portada, uno no identifi cado con leyenda en latín, el siguiente es autoría de la Biblioteca de la Real Sociedad Económica de los Amigos del País de la Habana y texto con apostillas marginales de la época.

Portada del libro Stephani gormeleni cvriosolitae parifienfis medici, synopfeos chirurgiae libri sex

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 157 Trabajos previos y condición actual

El material bibliográfi co detecta visiblemente el resultado del único trabajo previo que le fue aplicado mientras estuvo en custodia de la familia Lazo; una clasifi cación parcial de origen evidencia la utilidad de biblioteca pública; sin embargo, derivado del paso del tiempo y de la falta de administración de la misma, el orden coherente de la organización era inexacto a pesar de que cuenta con un inventario de incorporación. Actualmente el FBCLB está siendo catalogado, clasifi cado e indizado para garantizar la adecuada utilización de los libros por parte de los usuarios y del propio personal de la institución. Se divide en dos tipos de acervos, el Contemporáneo y el Fondo Reservado. En estantería abierta, la consulta requiere una credencial de elector para el acervo Contemporáneo; la consulta del Fondo Reservado queda sujeta a restricciones de control y se limita a investigadores que acrediten credencial emitida por la institución. Los procesos técnicos empleados en la descripción se fundamentan en las Reglas de Catalogación Angloamericanas (RCA2), la clasifi cación y orden temático aplicado en el análisis de contenidos de cada ejemplar utiliza el sistema de Clasifi cación Decimal Dewey (CCD). Una vez analizada la información de la unidad bibliohemerográfi ca se registra en una fi cha catalográfi ca para referir parámetros esenciales de identifi cación y ubicación. De manera sistematizada, la captura se hace en la base de datos de la biblioteca “Ignacio Cubas” del AGN; una vez codifi cada, puede ser consultada en línea. Si el material bibliohemerográfi co ya poseía ubicación topográfi ca y su etiqueta respectiva, la conservamos, respetando el principio de procedencia y generamos la correspondiente a la biblioteca del AGN; esto explica por qué algunas ediciones tienen doble etiqueta. En las ediciones que atesoran testigos, éstos se rescatan y se capturan los datos esenciales para su identifi cación, retomando algunas de las reglas generales para la descripción archivística expuestas en la Norma Internacional General de Descripción Archivística (ISAD-G), siempre y cuando la extensión y contenido del aditamento permita emplearlas. La descripción queda registrada en el campo de notas generales de la fi cha catalográfi ca y se materializa en rubros: descripción de la tipología, autor, destinatario, tipo de documento, título si lo hubiera, asunto, síntesis de

158 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 contenido, fechas, entre corchetes se registra la ubicación de páginas donde fue hallado para no descontextualizarlo. Si la tipología del testigo es impresa, se estabiliza y separa del libro, protegiéndolo en un folder desacidifi cado previamente con la correspondiente fi cha catalográfi ca. A fi n de no descontextualizar los testigos aislados, en el lugar donde se encontró se coloca un separador que lleva inscrita la leyenda “Integra testigo resguardado en credenza”. Para evitar destrucción, pérdida o robo la consulta de los testigos se hace en línea: http://consulta-agn.segob.gob.mx/ La relevancia histórica del FBCLB va más allá del nombre Carlos Lazo; muchos de los libros categorizados en el Fondo Reservado revelan aspectos que bien podrían ostentar el título de patrimonio bibliográfi co.

Dedicatorias autógrafas

De cuantioso valor histórico son las múltiples rúbricas plasmadas en las portadas de algunos volúmenes, dedicados a tres generaciones de la familia Margáin: médico César Ricardo Margáin, padre de la señora Yolanda Margáin Gleason; Carlos María Lazo del Pino y al propio arquitecto Carlos Lazo, por destacados humanistas e intelectuales de la época: Artemio del Valle-Arizpe, Luis González Obregón, Andrés Iduarte, Antonio Mediz Bolio, Dr. Atl, Gutierre Tibón, Vito Alessio Robles, Miguel Alessio Robles, Francois Chevalier, Carlos Pellicer Cámara, José Rojas Garcidueñas, Manuel Toussaint, Martín Luis Guzmán, José Luis Martínez, Fernando Benítez, Arturo Arnaiz y Freg, Alfonso Caso, Antonio Caso, Manuel Salazar y Arce, Darío Rubio, Erasmo Castellanos Quinto, Gregorio López y Fuentes, Francisco Luis Urquizo, Ramón Beteta Quintana, Carlos Obregón Santacilia, José Inés Novelo, Alberto María Carreño, Mauricio Magdaleno, Miguel Othón de Mendizábal, Paul Westheim, Carlos Solórzano, Antonio Pastrana, Federico E. Mariscal, Alberto J. Pani, entre otros. Resulta atractivo destacar dos casos particulares de libros rubricados pues son pocos los que se conocen fi rmados por sus autores; el primero, de la autoría del abogado y escritor Artemio de Valle-Arizpe y dedicado al médico César Ricardo Margáin. En 1961, tras la muerte del literato, su biblioteca personal tuvo un infortunado desenlace: por orden de su hermano

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 159 Dos ejemplos de dedicatorias autografiadas

el general Francisco de Valle-Arizpe se trasladó el acervo bibliográfi co al Ateneo Fuentes, en , quedando resguardado en el último piso. En 1984 esta parte del recinto se incendió y se destruyó la totalidad de tan valiosa colección. El FBCLB protege una pequeña recopilación dedicada al suegro del arquitecto Lazo, doctor César Ricardo Margáin, visible muestra de una amistad entrañable entre ambos personajes. La fi rma que aparece en el libro Cómo nace y crece un volcán es del pintor mexicano Gerardo Murillo Cornadó, conocido como “Dr. Atl”, quien sostuvo con el arquitecto Carlos María Lazo del Pino (padre de Lazo Barreiro) una relación amistosa la cual comenzó en 1910. Para dicha época, el arquitecto formaba parte de la comisión encargada de revisar el plan de estudios de la antigua Academia de San Carlos; ambos proponían eliminar el confl icto existente entre pintores, grabadores y escultores con los arquitectos, lo que permitiría una relación interdisciplinaria entre artistas y la mejor aplicación de un método de enseñanza que desarrollara el concepto de “lo mexicano”. Las dedicatorias y testigos permitieron reconstruir esta referencia histórica, el Dr. Atl escribía entonces: “Mi querido Carlos, la coincidencia

160 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 entre la idea que me expusiste anoche y esta teoría, no es fortuita: es la resultante lógica del estudio de un mismo fenómeno, hecho por dos mentes igualmente organizadas”.

Libros con testigos

Las obras comentadas y con aditamentos proporcionan un panorama general de la riqueza informativa la cual puede descubrirse en el FBCLB, en particular las que dentro del Fondo Reservado contienen más de un testimonial, de obligada lectura para hacer la interpretación de nuestro devenir histórico. Cada testigo tiene amplias expectativas de investigación vinculado con el arquitecto Lazo Barreiro, pues ofrece datos precisos de su vida personal

Ejemplos de “testigos” y laboral; sugestivos son los impresos de oraciones, estampas religiosas, cédulas de agregación a apostolados católicos y actas de confi rmación de sacramentos, porque hablan de la vida cotidiana de la familia en el siglo XX mexicano. Las fi chas de trabajo, cartas con anotaciones manuscritas y mecanuscritas,

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 161 bocetos y dibujos arquitectónicos, son referencias cruciales que deducen la metodología de trabajo aplicada por los arquitectos a la hora de proyectar y construir edifi cios; permiten observar la formación personal y académica adquirida durante la enseñanza, desde la recopilación de fuentes hasta la exposición del tema. En el libro Historia compendiada de Tamaulipas, escrito por Gabriel Saldívar, aparecieron tarjetas de trabajo con resúmenes del contenido y mapas elaborados por el arquitecto Lazo, a quien se debe la planifi cación regional y urbana de esta entidad federativa. Los bocetos arquitectónicos hallados en la edición Enseignement primaire du dessin à l’usage des écoles primaires et des lycées et colleges, de Jules-Jean Pillet,

Apuntes sobre la enseñanza de la arquitectura

162 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 documenta los modelos educativos aplicados en la enseñanza de la arquitectura por Carlos María Lazo del Pino, un sistema de instrucción diseñado conforme a las pautas académicas impuestas por el academicismo francés de fi nales del siglo XIX y principios del XX. Los comentarios manuscritos en las hojas, los recortes de periódicos o revistas, las hojas anexadas con datos informativos, fotografías y borradores de textos, acrecientan el contenido del libro y por ende el valor cultural. Otro claro ejemplo es México viejo y anecdótico de Luis González Obregón. En la portada el libro ostenta una dedicatoria autógrafa del autor para el doctor César Ricardo Margáin, entre sus páginas se encontró un recorte de periódico de El Universal Gráfi co, fechado el sábado 2 de enero de 1935, con el artículo “Curiosidades de la historia. Compra-venta de Palacio Nacional hace cuatro siglos”, escrito por Antonio Hernández Ferrer. Posiblemente fue insertado para profundizar en la semblanza biográfi ca de Hernán Cortés, pues se utiliza la línea de tiempo, ésta nos revela la escritura de compra- venta de un solar, signada en Madrid, España, el 28 de enero de 1562. En ella se declara que don Martín Cortés, marqués del Valle, adjudicó en propiedad las casas principales del mayorazgo instituido por su progenitor don Hernán Cortés, a su real majestad don Felipe, quien desde esa fecha adquirió el lugar, donde hoy se levanta el Palacio Nacional, por la cantidad de treinta y cuatro mil castellanos. La publicación del arquitecto Federico E. Mariscal, La patria y la arquitectura nacional. Resúmenes de las conferencias dadas en la Casa de la Universidad Popular Mexicana del 21 de octubre de 1913 al 29 de julio de 1914, es una de las más detalladas en el sentido tipográfi co de testigos; es el impreso manuscrito de la conferencia; asimismo, contiene anotaciones mecanuscritas referentes a la Escuela Nacional Preparatoria, antes concentrada en los colegios de San Idelfonso y San Pedro y San Pablo; de igual manera, un documento con apuntes sobre a la construcción de la Catedral de México; fotografía del convento franciscano de Tzintzuntzan, Michoacán; un recorte del Excélsior, fechado el domingo 18 de junio de 1944, con el artículo “Urbanismo y arquitectura”, del arquitecto Manuel Chacón. Tales documentos nos aproximan a un pasado inmediato al narrar la evolución de los arreglos propuestos en materia de arquitectura, haciendo énfasis en los propuestos por el arquitecto Mariscal.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 163 Testigo recortado de un periódico

164 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 El Fondo Bibliográfi co Carlos Lazo Barreiro ha generado desde su ingreso a AGN nuevas vertientes y perspectivas de trabajo relativas al cuidado que requieren y exigen las colecciones particulares categorizadas bajo el rubro Fondo Reservado. Indudablemente el apoyo de la familia Lazo Margáin ha sido crucial porque ha permitido mantener vigente la relevancia histórica de la vida y obra del arquitecto.

Fuentes consultadas

Bibliografía Dr. Atl, Como nace y crece un volcán, el Paricutín, México, Stylo, 1950 Bravo Saldaña, Yolanda, Carlos Lazo, vida y obra, México, UNAM, 2004, 71 pp., (Colección de Talleres). ______, “El arq. Carlos Lazo Barreiro y su labor dentro de la construcción de la Ciudad Universitaria: Una nueva lectura”, tesis para obtener el grado de maestro en historia, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, División de Estudios de Posgrado, 2000, 263 pp. Ciudad Universitaria: Crisol del México moderno, México, Fundación UNAM, Banco de México, Fundación ICA y Fundación Miguel Alemán A. C., 2009, 279 pp. Lazo, Carlos, Pensamiento y destino de la Ciudad Universitaria en México, México, Miguel Ángel Porrúa, 1983, 242 pp. Torres Santamaría, María Luis, “Catálogo de la sección personal del Archivo Histórico Científi co Manuel Sandoval Vallarta”, tesina para obtener el grado de licenciatura en historia, Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, División de Ciencias Sociales y Humanidades, 2004, 589 pp.

Hemerografía

Boletín informativo SCOP, número extra, México, núm. 19, noviembre, 1955. El Nacional, México, 3ª época, año XXVII, tomo XXXII, no. 9577, domingo 6 de noviembre de 1955 y no. 9578, lunes 7 de noviembre de 1955. Lazo Barreiro, Carlos, “El camino de la planifi cación del territorial nacional”, en Los diversos caminos de los arquitectos, México, vol. VIII, 2006, pp. 11-20.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 165 Lazo, Carlos, “Fuga y retorno de un arquitecto. Varios proyectos y una realización; Sierra Leona 374”, en Arquitectura y lo demás, México, vol. II, núm. 11, mayo 1947-marzo 1948. Ruiz Zamarrón, Ana Silvia, “Testigos: Aditamentos documentales y testimoniales del devenir histórico preservados en el legado bibliográfi co arquitecto Carlos Lazo Barreiro”, en http://www.publicaciones- encrym.org/gestion/index.php/ediciones/article/view/205, [consulta: junio 2014]. Seguridad Pública, México, año VI, números 58-59, diciembre, 1955–enero, 1956.

166 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 CONSERVAR Y RESTAURAR DOCUMENTOS, UNA NOBLE MISIÓN ENTREVISTA CON BEATRIZ GONZÁLEZ BEDOLLA

Elvia Alaniz Ontiveros* Marco Antonio Silva Martínez**

No he estado en los archivos ni en las papelerías y se me archiva en copias y no en originales. No he estado en los mercados grandes de la palabra, pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente.

“Resumen de noticias”/Silvio Rodríguez

Al ingresar en el Archivo, Beatriz no imaginó que su habilidad con las manos le permitiría restaurar a lo largo de casi tres décadas cientos de documentos antiguos, rotos, amarillentos, que contenían imágenes y textos incomprensibles y emanaban un olor, el cual no dejaba lugar a dudas: eran papeles que formaban parte de la historia. Beatriz González Bedolla nació en Nocupétaro, Michoacán. Es la sexta de los siete hijos que procrearon Emelia Bedolla Betancourt y Eliseo González Rodríguez: cuatro mujeres y tres hombres. A la edad de siete años, cuando su padre murió, ella, sus seis hermanos y su madre se trasladaron al Distrito Federal animados por sus tíos paternos, quienes ya estaban establecidos en Azcapotzalco; “vivíamos en la calle Jardín, jamás lo he olvidado”. En Nocupétaro se levantaba a las seis de la mañana y ayudaba en los quehaceres domésticos antes de irse a la escuela, “regaba las plantas, barría con escoba de popote porque el piso era de tierra”. Le gustaban las matemáticas y se le facilitaban las actividades manuales, “tal vez porque mi mamá me enseñaba a bordar por las tardes”.

* Departamento de Publicaciones del AGN. ** Jefe del Departamento de Publicaciones del AGN.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 167 Bety en la Biblioteca “Ignacio Cubas”

Pocos meses permanecieron en la casa de sus familiares, pues su madre consiguió un trabajo. Se mudaron a la colonia 20 de noviembre y Bety quedó inscrita en la escuela primaria 7 de julio. Al concluir la educación secundaria no hubo recursos económicos sufi cientes para continuar estudiando, por lo que debió ayudar con los gastos de la casa; trabajó en un puesto de jugos, ubicado en el corazón de Tepito. “Me daba miedo ver a los borrachitos y los indigentes; se parecían a los que salían en las películas de Pedro Infante”. Al percibir su miedo, una de sus hermanas le dijo que no se preocupara, pues ellos eran muy amables. “Al principio no me sentía cómoda, luego ya se acostumbra uno”. Trabajó como despachadora en la panadería El Molino. Se casó a los 20 años y se ocupó de su hogar hasta que su primer hijo cumplió cinco años. Entonces entró a trabajar durante un año en los laboratorios Organón como auxiliar de laboratorio; posteriormente con el mismo puesto ingresó a los laboratorios La Campana, donde permaneció tres años, y después laboró un año para Johnson & Johnson en el área de control de calidad.

168 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 En la ruta del AGN

Su deseo por aprender y la emoción de trabajar en un recinto que sólo conocía por fuera –cuando se dirigía a sus anteriores empleos–, la impulsaron a presentarse en el Archivo para una entrevista de trabajo. “¿Tienes experiencia en restauración?”, le preguntaron, y aunque su respuesta fue negativa demostró su destreza con la manipulación de objetos. Con movimientos rápidos, sus dedos le ayudan a rememorar aquel episodio. Fue aceptada y se presentó el 31 de octubre de 1984 en el Departamento de Conservación y Restauración (DCR), dirigido entonces por Enriqueta Vargas, cuyo equipo de trabajo estaba integrado, entre otras personas, por Ernesto Erazo, Antonio Canela, Andrea Torre, Virginia Elena Correa, Gerónimo Cruz Flores, Bernardino González, Gerardo Esparza y Claudia Hernández. Su primera encomienda fue restaurar cada hoja de un libro del cual ha olvidado su nombre, pero que formaba parte del fondo Tierras; “aquí tienes tu mesa, tu silla y este libro, vas a restaurar todas las orillas que estén rotas”. Su compañera Claudia fue su primera maestra; le dio una plegadera, bisturí, papel japonés y le explicó cómo hacerlo. “Me dijo que el pegamento se llamaba carboximetilcelulosa –que ahora casi no se usa–, tenía que hacer unas tiras delgadas de papel y pegarlas a las roturas del libro. Al fi nal de la jornada fue a revisármelo. Ese mismo día terminé las 400 páginas que me habían encomendado. Estaba acostumbrada a la rapidez, pues en los laboratorios en los que trabajaba antes, la velocidad era primordial”. Al día siguiente recibió otro libro, acompañado esta vez de un elogio y un consejo: “tu libro quedó perfecto pero llévatela tranquila”. El comentario le llamó la atención; sin embargo, le gustaba su nuevo ofi cio y, pese a una remuneración que lejos estaba de entusiasmarla tenía un empleo por honorarios y estaba muy cerca de su casa. “En los laboratorios tenía seguro social, comedor, un trabajo de planta y aquí, pues no tenía nada de eso. Tampoco incentivos”. En realidad, agrega, fue el transporte y no contar con un horario fi jo lo que la animó a quedarse en el AGN. “La primera vez que entré al Archivo me impuso mucho. Entonces estaba más austero, no tan arreglado como ahora, aun así, me impactó; pensé que así podría haber estado la penitenciaría, aunque tampoco la conocí por dentro”.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 169 Bety quería corroborar lo que había visto en las películas sobre el ex Palacio Negro, principalmente en la cinta Nosotros los pobres, “yo quería ver dónde se habían grabado las escenas de presidio en Lecumberri; saber cómo era el lugar donde permanecían los presos. No recuerdo si en la Galería 3 o la 5, todavía estaba un baño y la cama de piedra donde se dormían los internos. Era un lugar tan chico que yo pensaba ‘tanta gente para un lugar tan pequeño’”. Sus compañeros le dieron un recorrido por el edifi cio; “aún no se contaba con personal de visitas guiadas. Sí impone el Archivo cuando eres nuevo. Me perdía a menudo, salía por una puerta que no era, no podía preguntar porque nadie había en los pasillos, salía por una puerta y nadie, salía por otra, tampoco. No había tanto personal trabajando afuera como ahora. Estábamos concentrados en las galerías: describiendo o catalogando. Los primeros días siempre me perdía”. Durante esos primeros días en el AGN, un documento del fondo Inquisición despertó su curiosidad. “Estaba restaurándolo y vi que tenía dibujos de muñecas –como las que venden en la vía pública en la actualidad: hechas de trapo y listones– me resultó muy interesante, pero al tratar de leerlo no entendía nada. A María Teresa Pacho le pedí que me ayudara a saber lo que decía, porque era una paleografía muy entrelazada, difícil de leer. Trataba sobre cómo esas personas hacían el amor. Luego ya no nos dejaron leer los libros porque, como nos interesábamos demasiado, y como era de esperarse, la producción bajó”.

Restauración y encuadernación

“La cola de caballo era lo que se utilizaba como pegamento para encuadernar cuando yo ingresé al AGN. Recuerdo que la diluían en un bote, la ponían a calentar y cuando quedaba transparente ya podía usarse. Con este proceso, a través del tiempo la parte encuadernada se cristalizaba por lo que no resultaba conveniente su utilización”. A los 11 meses de haberse integrado al DCR del Archivo, el sismo del 19 de septiembre de 1985 la sorprendió en su casa, pues su horario de trabajo había sido regularmente de 8:00 a 15:00 horas. La réplica del día 20 sí la vivió en el AGN. “Nos sacaron al jardín, porque aquí no pasó nada. Tras el

170 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 sismo, nos dijeron que nos fuéramos a nuestras casas”. Luego se enteraría que uno de los compañeros del AGN, Roberto Villaseñor Acevedo –un historiador que trabajaba en la Galería 4, escribía artículos para el Boletín del AGN y quien estaba próximo a jubilarse– murió en esa catástrofe. Vivía con su esposa en el edifi cio Nuevo León en Tlatelolco. Leonor Ortiz Monasterio, la entonces directora del AGN “era muy atenta y humana, ante cualquier eventualidad, en este caso el sismo, nos reunía y hacía un recuento. Ella siempre pasaba lista. A principios de año acostumbraba hacerlo. Estaba interesada en el personal. Cuando empezó el traslado de la Galería 3 a la 5 se puso una bata azul y empezó a cargar cajas como todos”. Durante dos años Bety trabajó por honorarios en un lugar que le era grato y con una labor que, además de emocionarla, la entusiasmaba por todo lo que aprendía diariamente, “hasta que me desesperé. Me decían mis compañeros que me esperara que ya iban a dar la basifi cación. Pero no”. A fi nales de febrero de 1986 habló con Doris Perlotte, funcionaria del AGN. Ella le enseñó una lista donde Bety pudo ver su nombre junto con los de otras nueve personas a quienes se les otorgaría una plaza de base por gestión del sindicato. A partir del 1 de marzo de 1986 le dieron el nivel 1 de 27, éste era el nivel más bajo en el escalafón. “Y ya tuve prestaciones, como días económicos e ISSSTE”. Después del terremoto, donde ahora está la Galería 8 –sin construir en esa época– se montaron tendederos para secar al aire libre los documentos dañados; también se usaron secadoras de cabello. “Muchos estaban con lodo y hongos. Luego, donde actualmente se encuentra el Centro de Referencias se adecuó el espacio para fumigar. Se sellaron las hendiduras, porque después de secar si no se fumiga vienen muchos hongos; si quedan esporas, éstas proliferan. Se metieron cerros y cerros de documentos para hacer una fumigación masiva”.

Capacitación especializada

Si a inicios de los ochenta, el personal del DCR tuvo oportunidad de asistir a los seminarios de conservación de documentos, libros y documentos gráfi cos, organizados por el AGN la Dirección General de Archivo, Biblioteca

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 171 y Publicaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto de Investigaciones Bibliográfi cas de la UNAM y el Instituto de Estudios y Documentos Históricos A. C., a mediados de esa misma década, los cursos y talleres impartidos en el AGN permitieron a Bety reforzar lo que a diario realizaba en el DCR. Durante todo el año de 1986, dos especialistas cubanos acudieron al AGN a capacitar al personal. Los trabajadores destinaban el día al aprendizaje y la aplicación de sus conocimientos adquiridos. Aprendieron a utilizar la máquina restauradora. “En esa máquina colocábamos una pulpa de papel. Tenía un bastidor donde se metían cuatro hojas húmedas y por medio de botones se hacía que el agua subiera; luego la máquina la absorbía hacia abajo y toda la pulpa del papel se queda en los orifi cios. Con la ayuda de un rodillo y con papel secante se extraía de la máquina el exceso de agua; después se aplicaba a la pulpa un encolante y se metía a la prensa. Al siguiente día se sacaba lo que se había hecho el día anterior, se cortaban las hojas una por una para formar los cuadernillos. Una vez preparados todos los cuadernillos del libro se pasaban al encuadernador”. Los especialistas cubanos también les enseñaron a utilizar la máquina restauradora y a restaurar a mano, con el bisturí, el pincel de pelo de marta y pelo de camello. “Con ellos aprendimos mucho”. Dos años después el equipo del DCR participó en unos talleres que en el AGN coordinaron dos restauradores españoles, quienes les enseñaron a hacer sobres de papel y guardas. “Y yo, ávida por aprender, pensaba: de aquí soy, aprovecho. Aprendí bastantes cosas. Después vino un haitiano a aprender de nosotros”. Recuerda con emoción que una de sus compañeras, Norma Hernández viajó para intercambiar experiencias con sus colegas de aquel país. A su regreso, compartió sus nuevos conocimientos con sus compañeros del Archivo. En la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) “Manuel del Castillo Negrete”, Bety tomó dos cursos más sobre restauración. Era la época en que Antonio Canela, compañero del DCR, invitado a menudo a formar parte de proyectos de restauración en otros espacios; es decir, lo contrataban para realizar trabajos que no tenían vinculación con el AGN; por ejemplo, en una iglesia de San Miguel de Nepantla, en Amecameca, Estado de México, le pidieron restaurar el acta bautismal de Juana de Asbaje en la parroquia de Vicente Ferrer, en Chimalhuacán, a cuya jurisdicción pertenecía Nepantla, Estado de México.

172 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Antonio Canela en el DCR

González Bedolla y tres personas más, supervisadas por la ENCRyM participaron en el proceso de rescate. “Canela nos contrató a mí y a dos encuadernadores. Nos íbamos sábados y domingos, porque entre semana trabajábamos en el Archivo. En ese proyecto limpiábamos los sobres en los que se encontraba la documentación. Además de limpiarlos, se reforzaban con papel japonés y los que estaban rotos se restauraban”. El trabajo se realizó en la iglesia bajo la supervisión del párroco y una comisión del pueblo, quienes vigilaban que nadie se llevara algún documento. También acudieron a los archivos parroquiales de La Santa Veracruz y Santa Catarina frente a La Alameda para limpiar y restaurar la documentación. Además, re cuerda el trabajo que hicieron en un sótano en una casona de la colonia Roma, donde se encontraba la biblioteca perteneciente a un cineasta. Su trabajo consistió en limpiar todos los libros. Con la ayuda de una brocha quitaron hoja por hoja el polvo contenido en cada uno de los ejemplares que se encontraban en aquel lugar. Beatriz, como la mayoría de sus compañeros, se formó en el AGN teniéndolos a ellos como maestros. A lo largo de los 27 años que formó parte del DCR tuvo como jefes a Enriqueta Vargas Saldaña e Ignacio Delfín Márquez, a quienes recuerda con admiración; Ernesto Erazo, Patricia

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 173 Sánchez, Mariana Grediaga (quien estuvo temporalmente como encargada) y Paola D’Rugama. En la época que Enriqueta Vargas estaba al frente del DCR, dice Bety, se contaba con sufi cientes insumos para trabajar; sin embargo, había ciertos vicios, “se trabajaba a un ritmo relajado. No había interés por hacer una producción grande”. Cuando Vargas se fue llegó Ignacio Delfín Márquez, procedente del entonces Centro de Estudios sobre Bety en plena faena la Universidad y la Educación de la UNAM; entonces, el aprendizaje fue mayor, pues “además de una excelente persona, él era un gran líder. Logró crear un excelente equipo de trabajo. Ahí aprendimos todos a hacer de todo además de bien y más rápido”. Recuerda que él inventó unas máquinas “del tipo de la española, a la que le hizo adaptaciones en el Archivo. Él era ingeniero, lo cual explica su genio inventivo”. En los noventa, Delfín Márquez dejó el AGN y Ernesto Erazo ascendió a jefe del DCR. Bety considera que cualquier integrante de ese equipo hubiera podido desempeñarse en tal puesto, ya que contaban con la capacidad y habilidades necesarias. Sin embargo, “las relaciones hacen la diferencia. Es lo que da impulso a unos sobre otros”. Erazo permaneció dos sexenios en el cargo: durante los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, respectivamente. “Nosotros lo vivimos como una lucha de poder. Decíamos ‘el cómo era antes y ahora sí exige’. Algo que sí es indiscutible es que durante su mandato la producción aumentó. Por ejemplo, yo restauraba un libro de 430 hojas en un mes, y con Erazo hice hasta 600, aproximadamente 30 hojas al día”. Patricia Sánchez, quien sustituyó a Erazo, llegó procedente de la ENCRyM. “A nosotros nos pareció bien porque queríamos a alguien que viniera de fuera y que supiera. Sentíamos que ya nos hacían falta nuevas formas de trabajar. Queríamos alguien que nos refrescara. Sentíamos que ya nos habíamos

174 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 estancado. Ya las capacitaciones no existían. Lo único que teníamos eran los prestadores de servicio social de la ENCRyM; fue algo que sí nos ayudó porque nos enseñaban lo que aprendían en las aulas y nosotros lo que hacíamos aquí en el AGN todos los días”. La forma de trabajar entre los integrantes del DCR y las estudiantes de la ENCRyM se contraponía, pues “ellas se tardaban demasiado. Primero hacían exámenes al microscopio y una serie de pruebas antes de proceder a la restauración. En cambio, nosotros hacíamos una fi cha clínica de cómo entraba el documento, qué se le iba a hacer y cómo salía. Se anotaban las medidas de ancho y alto, el título del libro, con qué se iba a restaurar, etcétera”. Durante tres décadas, Beatriz González ha sido testigo de la evolución del AGN. Sobre los cambios tanto en el inmueble como en el personal señala “han sido para bien del edifi cio. Hay gente nueva, nuevas generaciones más capaces. Por ejemplo, mis estudios eran de secundaria. Varios de mis compañeros terminaron, cuando ya trabajan aquí, su primaria porque la Segob pedía que se permitiera ir a clases a quienes tenían truncos sus estudios. Ahora vienen con licenciatura o posgrado.” El equipo del DCR estaba de acuerdo en capacitar a otras personas para que pudiera darse la sustitución necesaria cuando alguno de los integrantes renunciara o se jubilara. A mediados de los noventa desaparecieron el Departamento de Vigilancia y el área de Intendencia en el AGN. Algunos trabajadores salieron por retiro voluntario y los demás fueron transferidos a otros espacios. Así llegaron al DCR Lucía Montiel, Ricardo Olmedo y Rodolfo Mejía. “Nos pareció poco –indica la entrevistada– pues el trabajo de restauración era abundante. Luego decidieron que quienes ingresaran debían cumplir con cierto perfi l”. Sin embargo, no todos los que han tenido oportunidad de ingresar a la institución quieren empezar con un sueldo bajo. “pero otros sí han aceptado”. Algunos de los ex compañeros de Bety ya cumplieron o están por cumplir tres décadas de trabajo y están a punto de jubilarse. Considera que a partir de la llegada al DCR de jefes cada vez más preparados “hubo muchos cambios. Lo que nosotros sabíamos dejó de hacerse, porque se implementaron nuevas técnicas de trabajo”.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 175 Beatriz y sus compañeros pensaban los meses del año de acuerdo con el tipo de investigadores que acudían a consulta en la Galería 4. Con ellos nunca hubo ninguna cercanía, excepto el trato que se establece cuando por cortesía se desea un buen día. “En verano decíamos: ‘ya van a llegar los holandeses’. Eran el alto, el de barba, pero no sabíamos sus nombres. Siento que ahora ya no es así, que ha disminuido la afl uencia. Tal vez porque ahora ya puede consultarse desde una computadora, no se necesita estar aquí”.

Entre planos y mapas

Un proyecto importante en el cual participó fue la restauración de materiales de la Mapoteca, que se había creado casi de manera simultánea al DCR en 1977; ya instalado el AGN en Lecumberri la Mapoteca se ubicó primero en la Galería 7 y posteriormente en el sitio que actualmente ocupa junto al Centro de Referencias. Por razones de conservación algunos de los mapas, planos y dibujos, que originalmente se encontraban en diversos expedientes, fueron separados de éstos e incorporados a la Mapoteca. Muchos de ellos se sometieron a un proceso de restauración. Bety describe su trabajo al respecto. “Una hoja puede tener roturas en las orillas, o bien, en la parte interna presentar faltantes, pero generalmente no tan grandes como en el caso de un mapa. A veces teníamos la encomienda de restaurar planos quebradizos y donde estaban los dobleces había que poner papel japonés si es que todavía se podía rescatar. De lo contrario se hace una laminación completa, que consiste en poner colante sobre varias piezas de papel japonés y luego, encima, el mapa. No es tan fácil porque se hace entre cuatro personas. Mientras una persona lo va sentando, otro con un rodillo va quitando las arrugas o bien, las burbujas de aire. Todo se hace a mano. Es una técnica que requiere paciencia. Para un mapa de seis metros se destinaban la misma cantidad de personas”. Una bata blanca siempre la ha acompañado en el desempeño de sus actividades. Primero, cuando trabajaba en los laboratorios de La Campana. Luego, en el DCR y en la Biblioteca del Archivo. Su renuencia a la encuadernación se la explica a partir de que el proceso requiere la manipulación de pegamento; la imagen de unas manos sucias la remiten al riesgo de dañar los documentos recién encuadernados; “es una actividad

176 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 muy sucia, como todo se hace con pegamento y en frío las manos, aparte de que se maltratan, siento que se ven sucias todo el tiempo”. A partir de 2012, Bety trabaja en la Biblioteca “Ignacio Cubas”. Su nuevo jefe, Enrique González, le pidió que le presentara un proyecto de restauración para el acervo bibliohemerográfi co. Ella encontró un recinto vulnerable al polvo y con una cantidad considerable de ejemplares a restaurar. Por fortuna no había hongos. No obstante, la primera tarea fue aspirar los ejemplares y luego retirarles el polvo sobrante con una brocha pequeña. Durante este proceso de limpieza, Bety suele ver los libros que despiertan su interés. “He revisado –no a fondo– libros del arquitecto que hizo este edifi cio. Esta es una biblioteca muy interesante”. En el DCR participaba en una charla generalmente grupal, “extraño eso, aun cuando cada plática se hiciera a gritos”; ahora se habituó a un trabajo silencioso y en ocasiones solitario. En el Fondo Bibliográfi co Carlos Lazo Barreiro –el cual se encuentra en la fase de catalogación– realiza una limpieza y restaura aquellos libros que se encuentran en mal estado.

Bety en labor de aspirado

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 177 En el proceso de restauración

Además de haber formado parte del DCR, y ahora, de la biblioteca, Bety colaboró durante tres años en el equipo de Acción femenil en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Gobernación. Ahí, sus tareas consistían en coordinar la entrega de pases para las diversas actividades que se organizaban para los empleados del AGN y sus hijos. Por ejemplo, las jornadas infantiles. En el DCR aprendió que la restauración y la encuadernación son actividades complementarias. Todos los integrantes del equipo hacían de todo. “A mí nunca me llamó la atención la encuadernación. Qué ironía, lo que estoy haciendo ahora es encuadernar”.

Jubilación y proyectos

“Ya trabajé muchos años. Ahora merezco irme de viaje. Por ejemplo, en diciembre pasado me fui a Cancún. Ahora me quiero ir a Europa, a España en particular. Por ahora como está la situación no lo veo conveniente. Además, mi esposo también se va a jubilar. Nos dedicaremos por completo a mi hijo menor que está en la secundaria”.

178 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 Con una sonrisa Bety dice que en el fondo no se quiere ir del AGN. “Pero pienso que es tiempo de que vengan otras generaciones y que también se enamoren del Archivo, porque la gente que lo conoce sí se encariña. Yo cuando entré decía, “ya va a ser viernes y cuando llegaba, les preguntaba a mis compañeros ¿qué sienten de que regresemos hasta el lunes? El domingo por la tarde pensaba “ya mañana es lunes” porque quería venir. Cómo cambian las cosas, ahora lo que queremos es irnos. Andamos preguntando ¿cuándo es viernes? Me gusta ser responsable de mi trabajo, de mi casa y quiero que todo funcione bien”. Sabe que montar un taller de restauración sería un trabajo bien remunerado, pero también que para eso se necesita una inversión fuerte. “Si hubiera pensado en hacerlo lo habría hecho en la época en que mejor estaban las condiciones, cuando mi hijo menor iba ya a la guardería”. Suele bailar, escuchar música latinoamericana, especialmente a Silvio Rodríguez. Practica ejercicios aeróbicos y yoga para “mantenerme en mi peso”. Además, apoya a su hijo menor en los deberes escolares, lo que absorbe buena parte de su tiempo. “Le dejan demasiada tarea, en ocasiones son las diez de la noche y no termina. Estoy en la etapa de reaprender”. Mientras él toma clases de karate durante dos horas en la Casa de Cultura “Enrique Ramírez y Ramírez”, ella toma un curso sobre pintura de esculturas de yeso “estoy pintando una ‘negrita’ y me gusta mucho. Me entusiasma verla, extraño hacer algo con las manos”. A unos meses de jubilarse, Beatriz rememora con emoción y nostalgia los casi 30 años que ha formado parte del AGN. Pensar en irse del Archivo le genera una sensación ambivalente. “Siento que mi trabajo, aunque me escuche mal, siempre ha sido excelente pues he puesto en él lo mejor mí. Por eso, considero que las cosas siempre han salido bien. Me apasiona mucho. La restauración es algo realmente interesante y por supuesto, muy bonito. Estar en contacto con la historia es lo que más me gusta. Conocer todo lo que hay en el Archivo, siempre pregunto ¿qué tienen aquí? Eso hace que uno se interese más en su trabajo. Me gusta el contacto con el papel, pero más me gusta ser parte de la historia”.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 179 180 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 181 NORMAS PARA LA ENTREGA DE ORIGINALES

1. Sólo se recibirán materiales inéditos. 2. Las propuestas de colaboración deberán cumplir con lo siguiente: a. Presentar a doble espacio, con fuente ARIAL de 12 puntos, en versión word para windows. Para las secciones “Galerías de la Historia” y “Portales de la Archivística”, la extensión de los textos no deberá sobrepasar las 35 cuartillas incluyendo notas, cuadros, gráfi cos, mapas, apéndices y bibliografía. Los textos iniciarán con un resumen en español (máximo 120 palabras), así como su equivalente en inglés (abstract) y de tres a cinco palabras clave y sus key words equivalentes. b. Para la sección “Reseñas” deberán comentarse libros de reciente edición cuya temática se relacione con la historia o la archivística, con una extensión no mayor a 1,000 palabras; la fi cha bibliográfi ca deberá incluir también el número de páginas y el ISBN; en archivo separado deberá enviarse la imagen de portada del libro en formato jpg o tiff a 300 dpi. c. Sólo se aceptarán trabajos escritos en español. d. Las ilustraciones, gráfi cas, cuadros y tablas se numerarán de modo consecutivo. Se indicará su lugar de ubicación en el texto y se enviarán en archivo por separado en formato “imagen” (tiff o jpg a 300 dpi). e. Los textos irán precedidos de una página con los datos del o los autor(es), fi liación académica, dirección profesional, teléfono de contacto y dirección de correo electrónico. f. Los textos deberán enviarse en forma electrónica a la dirección: [email protected] 3. Notas al pie de página a. Las referencias aparecerán de manera resumida. b. Para libros deberá seguirse el siguiente modelo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido en itálica seguido por una coma, p. o pp., seguido por el número(s) de página(s). Ejemplo: Sierra, Evolución política, p. 34. c. Para artículos o capítulos de libros deberá seguirse el siguiente modelo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido entre

182 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 comillas seguido por una coma, p. o pp. seguido por el número(s) de página(s). Ejemplo: John Tutino, “Soberanía quebrada”, p. 34. d. Las referencias de diferentes autores se separarán con un punto y coma. 4. Siglas y bibliografía a. Se incluirán sólo los libros o artículos citados en el texto, así como las siglas a los archivos a los que se hace referencia. b. Las referencias bibliográfi cas se presentarán después de las siglas, en orden alfabético. c. Deberá seguirse el siguiente modelo: Libros Apellidos, nombre(s), título en itálica, lugar de edición, editorial, año de edición. Capítulo en libro Apellidos, nombre(s), “título”, en autor(es) compilación o edición nombre y apellido, título resumido en itálica, páginas del capítulo. Artículo Apellido, nombre(s), “título artículo”, en nombre de revista en itálica, vol., número, año, páginas. 5. Citas Las transcripciones de más de seis líneas de texto se incluirán en párrafo aparte, con un margen igual al de la sangría izquierda, sin comillas, a espacio sencillo. 6. No se aceptarán contribuciones que no cumplan con los requisitos. 7. En un plazo no mayor de 15 días Legajos confi rmará la recepción de la colaboración. Todos los artículos serán sometidos a por lo menos la evaluación de dos dictámenes en el esquema de doble ciego; así como a la aprobación del Consejo Editorial que, con base en los dictámenes, se reserva el derecho de solicitar modifi caciones a los autores o de rechazar los textos. En un promedio de ocho semanas se notifi cará a los autores el resultado del dictamen. 8. El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores y no refl ejan en modo alguno el punto de vista de Legajos o del Archivo General de la Nación.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 183 Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, octava época, núm. 2, se terminó de imprimir en agosto de 2014 en Tipográfi ca, S. A. de C. V. Se tiraron 500 ejemplares. EN ESTE NÚMERO:

Reglamento de la Ley Federal de Archivos

GALERÍAS DE LA HISTORIA

Diego de Guadalajara y la física newtoniana en la construcción de relojes novohispanos del siglo XVIII || Juan Manuel Espinosa Sánchez

PORTALES DE LA ARCHIVÍSTICA

La administración de archivos: una propuesta de profesionalización || Georgina Flores Padilla, Celia Ramírez López, Felipe Ramírez Peña, César Augusto Ramírez Velázquez y Sandra Peña Haro

Restauración de un plano con soporte de papel translúcido referente a la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán” || Alejandra Odor Chávez

Victoria San Vicente, archivista privilegiada || Juan Manuel Herrera

DOCUMENTOS DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Imagen centenaria: Batallón de indios yaquis en el Ejército Constitucionalista || María Inés Ortiz Caballero

El fondo bibliográfico Carlos Lazo Barreiro en el Archivo General de la Nación || Ana Silvia Ruiz Zamarrón

Conservar y restaurar documentos, una noble misión. Entrevista con Beatriz González Bedolla || Elvia Alaniz Ontiveros y Marco Antonio Silva Martínez

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