Georgiana. Duquesa De Devonshire Georgiana. Duquesa De Devonshire
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Georgiana. Duquesa de Devonshire AMANDA FOREMAN Cuadro pintado por Thomas Gainsborough Club de Lectura y Cine “Leer en Imágenes” Biblioteca Jesús Delgado Valhondo Enero 2013 http://www.bibliotecaspublicas.es/merida Georgiana Cavendish. Duquesa de Devonshire Georgiana Spencer nació el 7 de junio de 1757 en Althorp, Northamptonshire, y falleció en Londres el 30 de marzo de 1806. Fue la hija primogénita de Sir John Spencer, 1er Lord Conde Spencer y Vizconde de Althorp, y de Margaret Georgiana Poyntz, Lady Spencer. La familia Spencer era originaria de criadores de ovejas. Con el paso del tiempo fue enriqueciéndose con la agricultura la cual dejaron en manos de sus agentes, dedicándose ellos a la política cortesana. Como todas las hijas de la alta aristocracia, Georgiana pasaría su infancia cuidada como un precioso peón en el ajedrez de las alianzas matrimoniales entre grandes familias de la élite británica. Creció feliz en un ambiente elegante, confortable, culto y exquisito, poblado de artistas y preceptores que se encargaban de su bienestar, formación y educación académica, reuniendo todos los requisitos necesarios para ser una gran dama de la sociedad, una buena y prolífica madre y una irreprochable y digna consorte. No se le exigía nada más, mientras no rebasara los límites impuestos. A sus disposiciones naturales se unía una belleza física sobresaliente y un encanto personal que era reforzado por su notable ingenio (sentía una pasión incondicional por la literatura y la música, siendo muy diestra con el canto, tocando el arpa y componiendo; con grandes dotes para la etiqueta y el cultivo de habilidades sociales y saber estar). Un día antes de su 17 cumpleaños, Lady Georgiana se casó con William Cavendish (26 años), 5º Duque de Devonshire, el 6 de junio de 1774, tras un corto noviazgo que le fue impuesto por sus padres. William ya tenía una hija, Charlotte Williams, fruto de su relación secreta con una sombrerera y que, a la muerte de ésta años más tarde, recogió en su casa. La duquesa no pudo quedar embarazada rápidamente, lo que se convirtió en un asunto aristocrático en una época donde las esposas eran valoradas tanto por su fertilidad como por sus dotes e influencias. Dicha presión le hizo adquirir ciertas adicciones y enfermedades (sufrió trastornos alimentarios: anorexia y bulimia), bebía constantemente y combatía las migrañas con láudano al que se aficionó. Durante nueve años tuvo varios abortos involuntarios antes de William Cavendish dar a luz a dos hijas: Georgiana (1783-1858) y Harriet (1785-1862), y antes también de que el tan esperado heredero (y único varón) hubiese nacido: William Spencer George, apodado Hartington (1790- 1858). La riqueza y el poder del Duque le granjearon la atención del público convirtiéndose en la reina de la alta sociedad. Adulada y vituperada por la prensa, los caricaturistas y dibujantes encontraron en la duquesa un filón inagotable de noticias y Richard Sheridan se inspiró en ella para el personaje de Lady Teazle en su obra de teatro La escuela del escándalo. Conocida por su buen gusto en el vestir y elegancia extrema, causaba sensación de inmediato. ”Cuando aparecía, todas las miradas se posaban en ella; cuando estaba ausente, era el tema de todas las 2 conversaciones” (Louis Dutens, diplomático francés). Pese a sus recargados atuendos y estilismos, siempre parecía natural y todo lo que lucía se ponía instantáneamente de moda. Sus esculturales peinados consistían en una torre de cabellos que coronaba en la cúspide con pequeños (y no tan pequeños) ornamentos. En ocasiones usaba pájaros, flores o frutas para adornarse e incluso recreaba escenas pastorales en su cabellera, coronándola con árboles, animales o barcos en miniatura. Para conseguir estos fascinantes tocados se ayudaba de dos peluqueros que tardaban horas en conseguirlos. Otra de las aportaciones de la duquesa a la moda fueron las plumas de avestruz que enganchaba a sus cabellos y sombreros, consiguiendo que su figura fuera mucho más alta y espectacular. Las damas tenían que ir sentadas en el suelo de los carruajes debido a sus excesivos tocados Importantes artistas como Sir Joshua Reynolds, Thomas Gainsborough y el miniaturista Richard Cosmway la inmortalizaron en bellos retratos. Escribió en secreto la novela por entregas The Sylph (El Silfo) firmada como “una joven dama” pero, rápidamente su identidad fue descubierta. En ella describía un mundo competitivo y adverso poblado de oportunistas, embusteros y tiranos; un mundo que fomentaba la hipocresía y valoraba la ostentación, donde las mujeres eran vulnerables y carecían de igualdad de derechos. La ironía era que, aunque criticaba ese mundo, ella participaba abiertamente de él. Se codeó con grandes figuras políticas y literarias de su época. También tuvo una gran actividad política en una era en la que el sufragio femenino estaba a siglos de ser legalizado. Aliándose con el político Charles James Fox se convirtió en una importante figura del partido Whig (antiguo nombre del partido liberal británico al que pertenecían los Spencer y los Cavendish), colaborando activamente en la campaña solicitando el voto para el partido en las elecciones de 1784. Su éxito social ocultaba una vida personal que estuvo cargada de sufrimiento gracias a un matrimonio vacío. Fuera en el juego de cartas o en los vestidos, Georgiana no reparaba en gastos con tal de suplir su falta de amor y felicidad conyugal. El Duque de Devonshire fue notoriamente indiferente a los encantos de su mujer y prefirió a su mejor amiga, Lady Elizabeth Foster “Bess” (a la que conocieron en una de las estancias en la ciudad-balneario de Bath y donde ambas se hicieron inseparables), quien se abrió paso hacia su cama y su corazón. Mientras estuvo viviendo en su casa, el duque tuvo dos hijos con ella: Caroline Rosalie Adelaide (1785–1830) y Augustus Clifford (1788–1877) sin que afectase a la gran amistad de ambas. Georgiana se embarcó entonces en una apasionada aventura con Charles Grey (Conde de Grey), miembro destacado del partido whig. Fue diplomático y llegó a ser Primer Ministro de Gran Bretaña y Secretario de Estado de Asuntos Exteriores (como gratificación diplomática, la mezcla de té Earl Grey Tea de la marca británica Twinings lleva su nombre). Cuando se quedó embarazada de él, el Duque obligó a Georgiana a exiliarse. Fruto de esta relación nació su hija Eliza Courtney (1792-1877) en Italia donde 3 vivieron dos años. Pero el idilio sería prontamente sacrificado ante la amenaza del duque de separarla de sus hijos. A su regreso continuó viviendo con el Duque y Bess Foster durante muchos años en una relación triangular. Tuvo que renunciar a su hija pequeña que creció al cuidado de los padres de Charles Grey y a la que alguna vez visitó siendo presentada como una especie de “madrina”. En 1796, durante un episodio de fuerte migraña, su ojo derecho empezó a hincharse lo que desfiguró el hermoso semblante de Georgiana. Durante meses, y tras la intervención del mejor oculista de Inglaterra para salvarle el ojo afectado, tuvo que permanecer en sus aposentos en una oscuridad casi completa. La luz del día le resultaba intolerable y le arrancaba agudos gritos de dolor; con su ojo derecho tapado con un espeso parche, había perdido casi la visión del izquierdo, percibiendo tan solo siluetas borrosas. Mujer acostumbrada a vivir de manera pública, Georgiana estuvo largo tiempo sin salir de su casa, avergonzada por la deformidad de su rostro y temiendo el rechazo público. Tardó en recuperarse de aquella inseguridad y, cuando se decidió a salir nuevamente a la calle, se arregló el cabello de manera que escondiese su ojo afectado. Tenía solo 48 años cuando empezó a sentirse mal, en el invierno de 1806. En solo un mes su salud se degrada rápidamente y deja de vivir el 30 de marzo por lo que se cree fue un absceso al hígado, rodeada de su madre, de su hermana y de su marido. La noticia de su defunción estremeció todo Londres. Muerta la duquesa, una muchedumbre de personas, mezcla de importantes figuras de la sociedad con gente sencilla del pueblo londinense, desfiló para despedirla en la mansión de Devonshire House. Fue enterrada en la iglesia de Todos los Santos en Derby, Inglaterra. Aunque tanto los Spencer como los Cavendish eran familias tremendamente ricas, Georgiana dejaría tras de sí un montón de deudas de juego, de apuestas y facturas impagas hasta en las modistas, dado el vertiginoso tren de vida que llevó. Tras la muerte de Georgiana, el duque contrajo matrimonio con Lady Elizabeth Foster. Cuando el duque falleció, el hijo nacido de su primera esposa Georgiana, se convirtió en el 6º Duque de Devonshire, pero éste murió sin casarse. Fue sucedido por un primo hermano llamado William Cavendish, 7º Duque de Devonshire (1808-1891) quien era viudo de la sobrina del 6º Duque y nieta de Georgiana, Lady Blanche Howard. La duquesa de Devonshire cuenta, entre sus descendientes y parientes más relevantes a: Lady Caroline Lamb, desvergonzada hija de su hermana Henrietta, Condesa de Bessborough, y amante de Lord Byron que, como su tía carnal, se dedicó a la poesía; Lord Peregrine Cavendish, presente 12º Duque de Devonshire (vía su nieta Lady Blanche Howard); Lady Diana Spencer, Princesa de Gales (vía su hermano George John, 2º Duque Spencer) y Sarah Ferguson, Duquesa de York (vía su hija ilegítima Eliza Courtney). La figura de Georgiana apareció como personaje en las siguientes películas: • The Divine Lady (1929), representada por Evelyn Hall. • Berkeley Square (1933) representada por Juliette Compton • The House in the Square (1951), representada por Kathleen Byron • La Duquesa (2008), protagonizada por Keira Knightley. Basada en la biografía Georgiana, Duquesa de Devonshire de Amanda Foreman. 4 Amanda Foreman La anglo-americana Amanda Lucy Foreman es biógrafa e historiadora.