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SÁBADO Diario CÓRDOBA Conexión a internet: http://www.diariocordoba.com/ SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO17 DE CÓRDOBA OCTUBRE DEL 2020 1 DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXIV. NÚMERO 1.319 SÁBADO, 17 DE OCTUBRE DEL 2020 CUADERNOSPREMIO NACIONAL DE FOMENTO DEL DE LA LECTURASUR

DISEÑO: R. AZAÑÓN

100 AÑOS DE SU NACIMIENTO MIGUEL DELIBES Hoy se cumple el primer centenario del nacimiento del novelista vallisoletano, uno de los grandes autores del siglo XX Libros JAVIER MORALES NOVELA: ‘UN AMOR’; DE SARA MESA; ‘LAS EDADES DEL VIENTO’, DE FRANCISCO MORALES El escritor y periodista publica ‘La moneda de Carver’ (Reino de Corde- LOMAS; ‘COMO POLVO EN EL VIENTO’, DE LEONARDO PADURA POESÍA: ‘GAVIERAS’, DE AU- lia). Morales conversa con Pedro M. Domene sobre su trayectoria y su úl- . RORA LUQUE; ‘GENTE QUE BUSCA SU BANDERA’, DE BRAULIO ORTIZ POOLE; ‘LA TIERRA BAL- tima obra, que es una recopilación de ocho relatos. Morales reconoce la DÍA’, DE T.S. ELIOT ENSAYO: ‘SONTAG. VIDA Y OBRA’, DE BENJAMIN MOSER. influencia en su obra de Raymond Carver. . SÁBADO Diario CÓRDOBA 2 Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020

VENTANAS CARTAS DEL NORTE SERES DE BABEL Roma De bibliotecas y artículos Aniversario Juana Castro Manuel Gahete

«En Roma ya se Los nuevos libros de Aramburu y Leticia Sánchez Nacido para es- sabe./No dejes de cribir, Antonio Luis Santillán extrañarte hasta Gala es un gentil que puedas. Lo y airoso icono- igamos con nuestra parti- demás sólo es clasta, un ángel cular rentré, y hablemos de gracia./Importa, bibliotecas. Y si hablamos maculado. Ha sí, que el sol no de esos lugares de culto, atravesado déca- tendremosS que remontarnos a se nos rompa en- Borges y su Biblioteca de Babel, o la das y décadas de- tre las manos». biblioteca perfecta. Bien. Pues es- jando en lo un- Son unos versos del libro Cua- tén atentos, ya que cuando esta doso de la arena su huella Carta del Norte llegue a sus hoga- derno de Roma, del poeta y cléri- siempre fértil, plagada de nos- res faltarán pocos días para que es- go teatino Valentín Arteaga. té en las librerías La Biblioteca de talgia, tachonada de sueños. Un libro que no se parece a Max Ventura, la nueva apuesta na- Nada ni nadie puso mordazas rrativa de Leticia Sánchez Ruiz, y a otros pues, como dice el autor, decir de quienes han tenido la for- en su boca cuando todo eran la poesía tiende a la plegaria y tuna de leerla, el acontecimiento mordazas. Se mantuvo firme, la espiritualidad a la sed. Es un literario del otoño. Una novela displicente o dandi, ante los borgiana por definición, en la que le seguimos hace más de 25 años. más tarde, como redactor jefe de viaje interior, rememoración halagos y tras los agravios. Y nos encontraremos con la «famo- De Aramburu a Ignacio Peyro. Ya cultura. Es un viaje al particular de la ciudad que bien conoce, sa y esquiva escritora Julia Tomp- sentarás cabeza. Cuando fuimos perio- mundo del escritor, poblado de li- no dudó un instante en procla- porque vivió allí dos tiempos. son quien decide responder a una distas (2006-2011) podríamos defi- bros, reflexiones y placeres, de pe- mar el miedo que las gentes peculiar petición: la de un hom- nirlo como un libro de difícil clasi- riodismo y noches madrileñas. En Como estudiante en los años trataban de ocultar en la som- bre llamado Max Ventura que, jus- ficación. No son crónicas al uso, este primer volumen de un pro- 60, y después en los años de to antes de desaparecer, desea po- tampoco una novela ni un diario. yecto diarístico tan ambicioso co- bra. Un extraño prodigio de sa- nuestro siglo. La Roma eterna, ner en orden su extensa bibliote- Es una mezcla de géneros en don- mo divertido, Peyró narra su an- biduría, su palabra irradia con ca». Pasión por los libros, por los de el autor cuenta sus andanzas siada inmersión en la vida cultu- que transpira movimiento y laberintos, por las bibliotecas. ¿A como periodista en el Congreso y, ral y política de la ciudad. Es posi- luz propia sobre toda tiniebla. belleza, cotidianeidad e histo- qué les recuerda? Pero hoy he ve- ble que muchos recuerden el con- Córdoba debe convertirse en nido a hablar de libros de artícu- ria, inspiración y vida. Peregri- cepto de novela en movimiento de An- legataria de una Fundación los, como Paco Umbral. Y ya tene- drés Trapiello para referirse a la nación desde los ojos del niño mos varias novedades que antici- mastodóntica obra diaristica que que va sembrando de talentos que fue en Campo de Cripta- pan la calidad articulista de, por lleva publicando desde hace va- la geografía de España, dignos ejemplo, Fernando Aramburu. No na. Pasos que recorren vías, rios años. Pues bien, Quizás, solo herederos del arte de su funda- he venido a hablar de Patria, qué quizás, Peyró esté bebiendo de piazzas, fontanas, basílicas: va. Ya se encargan a diario las tele- idénticas fuentes. Y, para termi- dor que tuvo siempre claro su »Santíguate despacio el cora- visiones de ello. En Utilidad de las nar, voy a referirme a un clásico. destino frente a todos aquellos desgracias, último libro editado zón y ve a la búsqueda/de la Stefan Zweig y sus Encuentros con li- que le negaron o concedieron por Tusquets, nos habla (escribe) bros, recopilación de ensayos lite- sed, niño solo. La sed anida/co- desde su condición de narrador rarios del autor austriaco en los a regañadientes los méritos a mo un albatros virgen en las ejerciente de articulista ocasional, que prevalece la idea de «el libro los que, con tanto denuedo y de su infancia, de su juventud en como acceso al mundo», compa- ramas del agua». Leer y releer justicia, se ha hecho acreedor. San Sebastián, nuevamente de los La novela de rando o poniendo en el mismo este libro es experiencia que años del plomo, de sus lecturas plano, la invención de la rueda y Aún no es tarde porque, a sus abarca lo humano y lo divino, preferidas y de las que no lo son Leticia Sánchez está el descubrimiento de la escritura. noventa años y aislado en su tanto, de sus manías a la hora de Zweig escribe sobre sus autores fe- entre el gozo y la chispa. El Tí- soledad, sigue siendo fiel a ponerse a escribir o de sus años de llamada a ser una de tiches, Goethe, Rilke, Joseph Roth, ber cruza la redondez del día. docencia. Todo lo fue dejando Stendhal, Balzac... y sobre un libro aquel enemigo íntimo que Dios te asista, muchacho. Una plasmado semanalmente en un las grandes obras de cuyo autor no sale muy bien para- convirtió en heroico lo que pu- diario nacional, crónicas que aho- do. El Ulises de Joyce. Supongo que fiesta, el libro. Pero una fiesta ra ven la luz reunidas en un solo este otoño necesitaría una segunda o tercera do haberlo abocado a la trage- con alma. volumen, por suerte para quienes lectura. dia.

NOVELA RELATO ENSAYO

Alguien ha definido Las ma- No es descabellado el pen- Cuenta la escritora Noemi ravillas como una novela de sar, tal y como se razona en Sabugal, que Hijos del carbón aprendizaje. Si tenemos en el prólogo de Viajeros. De Jo- le ha costado escribirlo cer- cuenta que se trata de la pri- nathan Swift a Alan Ho- ca de tres años. Para alguien mera obra narrativa de una llinghurst, «que la literatura conocedor de estas tierras autora, pues podríamos es- nazca, en gran medida, del carboníferas del norte de Es- tar de acuerdo. Pero si ha- viaje, del relato que el nó- paña, es fácil entender que ‘Las maravillas’. Autor: Ele- blamos de Elena Medel, re- ‘Viajeros. De Jonathan mada compartía alrededor ‘Hijos del carbón’. Autora: se trata del tiempo que va na Medel Editorial: Anagra- conocida poeta cordobesa, Swift a Alan Hollinghurst’. del fuego». Aunque otros Noemi Sabugal Editorial : desde que se anuncia el cie- . . ma Barcelona, 2020. editora y activista cultural, Autor: Marta Salis Editora afirmarán que sus raíces se Alfaguara Barcelona, 2020. rre definitivo de las minas . . . pues la cosa cambia. Hace Editorial : Alba Editorial hunden en los relatos ora- de carbón en nuestro país, . tiempo, años, que se veía ve- Barcelona, 2020. les de los más ancianos del hasta que se ejecuta dicho nir que Elena Medel iba a lugar, también general- cierre. Hijos del carbón se con- dar el salto a la novela. mente alrededor del fuego). vierte así en una suerte de Otras escritoras, que se iniciaron en la poesía, género que Y es que antologías las hay para todos los gustos. Esta que epílogo a una manera de ver y entender la vida, general- nunca han abandonado, también lo han hecho, caso de Pi- tenemos aquí, Viajeros. De Jonathan Swift a Alan Hollinghurst, no mente a decenas de metros bajo tierra. Estamos ante un li- lar Adón, con gran éxito, por cierto. Por eso no sorprende la es una más, ya que hace hincapié en el interés que desde an- bro-ensayo, que bebe de autores de prestigio como Leila madurez narrativa de la autora. Las maravillas recorre las úl- tiguo han tenido todos los escritores por el viaje, y su poste- Guerrero, y que posiblemente estará llamado a tener una timas décadas de la historia de una España en blanco y ne- rior fascinación a la hora de plasmarlo en sus relatos, nove- larga y próspera vida editorial. Porque la historia de este pa- gro, una historia que va desde el final de la dictadura hasta las o poemas. Un gran libro para un invierno que se avecina ís no se puede entender sin conocer la historia de la indus- el estallido feminista. L. SANTILLÁN largo, muy largo. L.S. trialización de las cuencas mineras. L.S. SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020 3

JAVIER MORALES ORTIZ ES PERIODISTA, PROFESOR DE ESCRITURA CREATIVA Y ESCRIBE UNA COLUMNA DOMINICAL SOBRE LIBROS EN ‘EL ASOMBRARIO’. AHORA PUBLICA ‘LA MONEDA DE CARVER’ Javier Morales

Pedro M. Domene ISABEL WAGEMANN – ¿Cada nuevo libro es, para usted, un acto de resistencia? – Así lo veo yo, en cierta forma, ¿no? Antes hablábamos del desaliento al que nos lleva avier Morales ha publicado las nove- el mundo en el que vivimos. Nos sentimos las, Pequeñas biografías por encargo impotentes. Escribir, para mí, es un acto li- (2013) y Trabajar cansa (2016) y las co- berador. Escribir exige lentitud, prestar lecciones La despedida (2008), Lisboa atención a los detalles, empatía, mirar el J(2011) y Ocho cuentos y medio (2014); los ensa- mundo y mirarse a uno mismo. Justo lo yos El día que dejé de comer animales (2017) y contrario a los que nos lleva esta sociedad Área de descanso (2018). Acaba de publicar consumista. una nueva colección de relatos, titulada La moneda de Carver (Reino de Cordelia, 2020). – Carver, Campos o Gabriel y Galán, ¿forman parte de sus fantasmas literarios? – ¿Cuándo consigue uno mezclar realidad – De todos ellos, el que más influencia ha te- con ficción? nido, sin duda, es Raymond Carver. Con el – Yo creo que toda la literatura, aunque cuento que da título al libro he querido ren- nuestros personajes sean gnomos o fantas- dirle un homenaje. Creo que es un autor mas, está inspirada en la realidad, de la que que no ha sido bien leído, al que se le ha forman parte los sueños, claro. Ese campo simplificado, sobre todo en ciertas escuelas. tan fértil, híbrido, entre realidad y ficción, Ahora hay autores que reniegan de él casi tiene muchas posibilidades para un crea- por moda, sin darse cuenta de que lo que es- dor. En este sentido, y por responder a su criben sigue siendo absolutamente carve- pregunta, cuando narramos creo que hay riano. Campos o Gabriel y Galán, autores a que ser fiel a los hechos que han ocurrido, a los que admiro muchísimo y leo, han teni- las vidas reales que contamos, pero luego do más influencia en mi vida personal, en podemos adornar literariamente los hue- mi relación con la literatura. cos con nuestra imaginación. – ¿Ha conseguido con esta colección bu- – En su literatura, en algunos de sus libros, cear en la relación entre escritura y vida? se percibe ese fracaso de lo cotidiano, ¿la – No creo que en la literatura haya nada de- sociedad nos sigue engullendo por el ca- finitivo. Más bien ese buceo lo veo como mino del desencanto? una tentativa, un camino a seguir. Y un ca- – Fíjase que en lo personal suelo ser más es- mino nada original, por otro lado. Antes peranzador que en mis relatos. Es verdad que yo han navegado otros autores que aho- que en ellos hay un cierto desencanto, que ra ocupan el olimpo de las letras. En esta re- los personajes a veces viven superados por lación entre escritura y vida, ¿qué sería la li- lo cotidiano. El mundo que estamos dejan- teratura de hoy sin La vida de Samuel Johnson, do a nuestros hijos, sin duda, es muy poco de Boswell, o sin las Vidas imaginarias, de alentador, por ser suave, pero creo al mis- Marcel Schwob? mo tiempo que no podemos perder la espe- ranza. Me parece bonito y constructivo sa- – ¿En qué consistiría, para usted, el rea- ber valorar cada momento de nuestras vi- lismo literario? das. Por muy aterrador que sea el mundo, – Pues lo definiría con una cita del pintor es un lujo estar aquí. Hopper, cuya obra recorre de alguna mane- ra todo el libro. El realismo no consiste en – ¿Las historias que cuenta son el espejo copiar la realidad sino en interpretarla. Es de su propia incertidumbre? lo que modestamente intento hacer. – Puede ser. Escribo no tanto para tener res- puestas sino para hacer preguntas que sé – Ese alter ego, Samuel, ¿ejemplifica su pa- que no se pueden responder. Con mis histo- Javier Morales. so por la adolescencia, la juventud y su ma- rias trato de explicarme a mí mismo algu- durez literaria? nas de esas incertidumbres, de alumbrar – Sin duda, hay algo mío en Samuel, pero un poco el camino. La función de las histo- mo profesor de escritura, o tal vez un aci- misma, ¿no? Vivir con menos no quiere de- también mucha ficción. Ese juego entre rias es esa, la de que sean una vela en la os- cate? cir que tuviéramos que vivir peor. Al revés. realidad y ficción me interesa mucho. Aun- curidad. – No creo que tenga nada que ver como mi que como decía al principio de la entrevis- trabajo como profesor de escritura. Aunque – Tras varias colecciones, ahora entrega, ‘La ta, y le robo las palabras a Joyce, toda la lite- – ¿La imagen y la palabra sustentan aquellos en los talleres que imparto escribimos y lee- moneda de Carver’ (2020). ¿Es, quizá, su li- ratura es autobiográfica. reflejos de una realidad que no resuelve na- mos muchos cuentos porque es un género bro de cuentos más personal? da? muy fértil para la imaginación, es como un – No sé si el más personal. Usted, que tam- – ¿Puede pensar el lector de ‘La moneda – La imagen y la palabra no pueden hacer laboratorio de ideas. Lo cierto es que tanto bién es escritor, sabe que todos los libros lo de Carver’ que sus ocho historias suman mucho, creo yo, para resolver nada, solo, las dos novelas como el ensayo que he escri- son, que todos tienen un componente auto- una curiosa colección de pequeñas bio- como usted dice, reflejar esa complejidad to, aparte de los cuentos, son breves tam- biográfico en mayor o menor medida. Pero grafías? del mundo en el que vivimos, las contradic- bién. A mí me parece que en el mundo ya sí es en el que más me he dejado llevar por – Puede ser. O más bien retazos de esas vi- ciones del alma humana, nuestra fragili- hay demasiada verborrea. La brevedad de mis inquietudes, el que he escrito con ma- das, ¿no? Creo que un buen cuento a veces dad ante la dimensión de la vida y el mun- los libros de cuentos tiene la elegancia de yor libertad. No creo que mi vida, por decir- es como una fotografía, capaz de retratar do. Y en la medida de lo posible, consolar- los libros de poemas. Si puedes contar algo lo así, está más presente que en otros textos. en un instante una vida entera. Que a partir nos. con brevedad, ¿para qué llenar páginas y Aunque sí hay una visión del arte y la escri- de un pedacito el lector pueda construir la páginas? Contar lo máximo con el menor tura a través de distintos personajes que complejidad de una existencia. Esa partici- – Su dedicación a la narrativa breve, ¿es número de palabras posible, podría ser una comparto en gran medida, como la narra- pación del lector me parece muy importan- quizá una deformación de su profesión co- de mis máximas, sí. Casi como en la vida dora que da título al cuento que cita. te, además. SÁBADO Diario CÓRDOBA 4 Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020

CÓRDOBA NOVELA El amor como intemperie Sara Mesa narra una historia inquietante y cruda sobre el deseo

Juan María Prieto

nos, Un amor es una novela sobre na joven traductora la inadaptación y el aislamiento: que acaba de mudarse los silencios de algunos persona- a un apartado núcleo jes axiales en la historia, o los pre- rural, inicia un viaje sagios que hacen funcionar este interiorU en el que las nuevas con- nuevo mundo, contribuyen a ir venciones sociales y la atmósfera generando un efecto angustioso, de extrañeza con las que converge una inquietud desde la que nunca la llevan a cuestionar el mundo y se alcanza a atisbar una puerta a la condenan a una realidad que es la esperanza. refugio y conmoción a un tiempo. De hecho, el empoderamiento En Un amor (Anagrama, 2020), la o la frustración a los que lleva la Sara Mesa. última novela de Sara Mesa, la es- comunicación –o la incomunica- critora construye una historia ción–, así como las decisiones que nos provocan una empatía y un gonista intenta resistirse median- la culpa, así como en una turbado- compleja, desarrollada en un es- va tomando la protagonista en es- recelo casi simultáneos. Asimis- te las reformas domésticas a la ra perspectiva del deseo carnal pacio, «La Escapa» –topónimo de ta enigmática comunidad, supo- mo, es inevitable que se produzca sensación de desarraigo. La volun- que la autora nos plantea de una contundente elocuencia–, que se nen la asunción de unos límites en la lectura de Un amor un cues- tad ciega de esta joven errante co- manera portentosa. erige en un marco determinante difusos que marcarán sus relacio- tionamiento moral de la mano de mienza y acaba en la culpa, en un En la escritura de Sara Mesa re- para la obra. La ambigüedad de nes venideras. De tal modo, perci- Nat, cuya mirada glauca, como el dolor que la arrastra hacia una side un afán singular, un lenguaje los vecinos de la pedanía genera bimos que Nat, en ocasiones, se si- monte que observa desde el hogar humillación que ya conocía. Sin en el que la ficción respira suave una trama nebulosa entre la enso- túa en una posición de servidum- de su debacle, no acertamos a in- embargo, a pesar de la hondura para llegar a ser asfixiante, univer- ñación y el equívoco, articulando bre o sometimiento ante ciertos terpretar con exactitud. El arreglo de la narración, el eje de la obra lo sos tan sencillos como trágicos una historia oscura además de ce- personajes de la obra, bien a causa de una gotera o incluso la compa- constituye la crudeza de un im- donde los personajes coquetean rrada, con la que Sara Mesa exhi- del miedo o incluso por una inex- ñía de un perro con un carácter di- pulso: la probabilidad de ser libre con el abismo. be su voz versátil y vigorosa. plicable pulsión amorosa que la fícil, al que Nat pone el irremedia- está marcada por el deseo, un ele- Como sucede en Cicatriz o en Ca- La protagonista encuentra una subyuga; en otras, su actitud es la ble sobrenombre de Sieso, contri- mento decisivo que influye en el ra de pan, el universo de la autora oportunidad en un espacio inhós- de un distanciamiento errado con buirán al desengaño en un hogar horizonte desolador de la obra. tensa por admirable el territorio pito y en ruinas, un trasunto del el mundo, pensemos en la rela- que se quiebra, mientras la prota- Un amor es una novela huma- simbólico de lo imperfecto, nos proceso personal que va a experi- ción con Píter, el hippie, persona- na, una historia que nos sacude empuja al desasosiego para de- mentar. Estamos ante una especie je que intenta ayudarla en su inte- «En la escritura de cuando ofrece su perspectiva sembocar en esa simplicidad des- de Comala repoblada –acaso Nat, gración en «La Escapa». brusca y aguzada del mundo. La carnada de lo narrable. después de vagar por la solitaria Hay en la mayoría de persona- Sara Mesa reside un obra podría ser considerada un llanura de la portada, llega sedien- jes de la obra una mirada tan ama- tratado breve de antropología, un ta a este remoto paraje–; frente a ble como inaccesible, acaso espec- afán singular, un estudio teatralizado sobre el po- una nueva intemperie en la que tral, lo que consolida ese clima ex- der, las violencias o la sexualidad. su misteriosa huida supone una tranjero y sombrío que va mar- lenguaje en el que la Mesa concibe un artefacto que ‘Un amor’. Autora: esperanza iniciática. Y es que pre- cando la trama. Andreas («el ale- nos permite centrar nuestra aten- Sara Mesa Edito- . cisamente, en el marco de las rela- mán»), el casero, la dependienta o ción en las relaciones de opresión, rial : Anagrama ficción respira suave...» . ciones conflictivas entre los veci- los vecinos de la casa de al lado en conceptos como la venganza o Barcelona, 2020.

RELATOS Radiografía de la incomunicación CÓRDOBA Félix Ángel Moreno Ruiz la agudeza que la caracterizan, las trabas corrosivo y surrealista que no deja títere que la mujer encuentra todavía para libe- con cabeza ni palos de la baraja sin tocar. rarse de los tradicionales papeles que la so- Por las páginas de Mundos del fin de la pala- oanna Walsh es una reconocida escri- ciedad machista y heteropatriarcal le tiene bra desfilan perros maleta, seres lectores tora, ilustradora y periodista británi- asignados de antemano. con sus particulares hábitos, mujeres obe- ca, autora de una novela y de varios li- Ahora, la editorial extremeña Periférica sas, hombres simplones y una variopinta bros de relatos, algunos de los cuales edita también Mundos del fin de la palabra, fauna que atrae y repele al mismo tiempo, permanecenJ inéditos en castellano. Ade- una colección de dieciocho relatos en los pero que no deja indiferente al lector. más, participa activamente en la defensa de que aborda la incapacidad de los seres hu- los derechos de la mujer a través de las re- manos para entablar una relación serena y des sociales (es autora de la cuenta fructífera con sus semejantes, la falta de @read_women, que posee numerosos se- empatía, la soledad, la incomunicación, la guidores). En España, se dio a conocer con cobardía, el aplazamiento sine die de las de- ‘Mundos del fin de la pala- Vértigo, un libro de cuentos que cosechó un cisiones que marcan el devenir de nuestra bra’. Autora: Joanna Walsh . enorme éxito tanto de público como de crí- existencia. Editorial : Periférica Cáce- . tica, y en el que se analizaba, con la ironía y Joanna Walsh. Y todo ello bajo el prisma de un humor res, 2020. SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020 5

ENSAYO Ginés Liébana, umbral de un centenario

Carlos Clementson MIGUEL ÁNGEL SALAS que yo no sé si pertenecen al rango de los finales de agosto del año 1947 tronos, de las dominaciones o potestades, o Córdoba perdía a uno de sus hi- al menos grandilocuente de los blondos jos más ilustres, Manuel Rodrí- querubes, o al de los mismos duendecillos guez Manolete, maestro en el no- de andar por casa, que todo lo trastornan, bleA arte de la tauromaquia, si bien, dos me- hay algo de oxigenada travesura intelec- ses después de aquella luctuosa fecha, nues- tual, de feliz juego lírico-plástico, de espu- tra ciudad alumbraba, a la sombra de las mosa, efervescente creatividad, una creati- alas barrocas del ángel de Cántico, a una nue- vidad desinhibida, alegre, franca y sin com- va y rica pléyade de artistas, artistas del pin- plejos. Una especie de fresca e ingenua ter- cel y la palabra, como queriendo resarcirse nura y comprensión por la bondad de lo pe- de aquella pérdida dolorosa. queño, de lo pequeño inteligente, desvalido Parecía como si el genio de Córdoba, con y azul. Pues un ángel no tiene necesaria- la emoción y la belleza que entrañaba la mente que ser tampoco algo impresionan- obra de estos cinco poetas y sus dos pinto- te; seguro que el ángel de Ginés no lo es, y res, hubiera querido compensar, al menos más bien sea un ángel bajito, esbelto, finísi- artísticamente, la menesterosa realidad en mo y jovencísimo, y sobre todo pobre, que, todos los órdenes de aquella sociedad des- eso sí, debe de conocer varios pasos de baile mayada y vencida por el luto, la tristeza y el o algunos lances y pases del toreo, y hasta hambre, que en la figura del tercer califa banderillas y correr en bicicleta. encontraba un claro ejemplo de superación y de triunfo contra el destino. UN POETA TOTAL Ginés Liébana, nacido en Torredonjime- Todo lo cual viene a configurar una serie de no en 1921, e hijo adoptivo de Villa del Río, ademanes estéticos, de visiones y actitudes pronto marcharía con su familia a la capi- que terminan por conformar nuevos y no tal de la provincia, donde, como tantos pin- advertidos aspectos de la realidad, de la tores de esta tierra, se formaría en su Escue- imagen, e incluso del lenguaje, de un tras- la de Artes y Oficios, verdadero crisol de ex- fondo entre surreal y postista. Pues todos celentes profesionales, y pronto pasa a for- esos ángeles lo mismo sobrevuelan sobre mar parte fundamental del Grupo Cántico, las acuarelas u óleos de Ginés que aletean cuyos poemas interpretará plásticamente entre la encarnadura iluminadora, fértil y con sensual imaginación y vuelo lírico. sonrosada de sus propios versos… porque Pronto se encamina a para entrar a no estará de más apuntarlo, ya que algunos formar parte de la redacción de El Español, parecen no haberse dado cuenta todavía: en cuyas páginas dejará testimonio del eté- Ginés Liébana, a la vez que pintor, es un reo barroquismo que le caracteriza y que poeta, un poeta total de la línea, del color… ha dado en cuajar en un sugestivo figurati- y del verso; de la imagen, en una palabra, vismo fantástico, onírico y visionario, pero sea esta plástica o lírica. de muy pulcra y segura pincelada, casi ma- Y estará todavía incompleta cualquier nierista, que lo ha constituido en uno de teoría o estudio sobre el Grupo Cántico si nuestros pintores más personales y poéti- entre la nómina de sus poetas y escritores, cos, creador de un orbe propio inconfundi- junto a Pablo, a Juan, a Julio, a Mario, a Ri- ble, lleno de imaginación, gracia y armo- cardo, omitimos el nombre de Ginés, autor nía, como tocado por el ángel. de una obra poética de insoslayable origina- El año 1950 lo encontramos en París, en lidad creadora y que, por otra parte, conti- donde expone en cuatro ocasiones con núa con un ingenio y personalidad excep- gran éxito, y posteriormente en Río de Ja- cionales, esa cierta veta dramática y escéni- neiro, ciudad en la que alcanza gran reco- ca que Ricardo Molina iniciara en su auto nocimiento, a la vez que su pintura se car- sacramental El hijo pródigo, con obras de tan ga, en esta etapa, un poco a ritmo de samba, irradiante creatividad literaria como El na- de resonancias exóticas y tropicales. Viaja vegante que se quedó en Toledo o Casanova en Prie- luego por Europa y, tras regresar a Córdo- go, entre otras joyas para nuestra escena. ba, se instala definitivamente en Madrid el Ginés Liébana. A todo ello hay que añadir para comple- año 1968. Expone en diversas ciudades es- tar el cuadro un fresco y espontáneo senti- pañolas y termina por configurar su carac- telar: ángeles en cuya esbelta silueta, en cu- Porque un ángel --al menos los ángeles do del humor, una búsqueda de la alegría y terístico estilo en el que lo poético, lo imagi- yos ritmos y gestos finamente volatineros o de Liébana-- no es, como ya he apuntado en un rechazo de toda gravedad y solemnidad nario, lo onírico, lo grotesco, lo bello y lo te- volátiles, se confabulan esas irradiantes e algún sitio, algo terrible, como creyera impostadas en todas las obras de nuestro rrible se confabulan en un acabado domi- iluminadoras llamaradas visionarias y Rilke. Más bien los ángeles de Ginés son al- maestro y amigo, tanto las plásticas como nio técnico para plasmar una intensa y pe- creativas, fantásticas y maravillosas, que, a go aéreo, grácil y bailable («cosa divina, ala- las literarias, en un triunfo luminoso de la regrina pintura inconfundible que, a su fin de cuentas, es el mágico común deno- da y graciosa es la Poesía», dijo Platón), algo gracia, del desplante, en una especie de vez, incorpora también audazmente cier- minador que preside toda su obra, junto a leve, inconsútil, tan rítmicamente ascen- imaginativa pirueta ilogicista y sin red: el tos valores convencionalmente literarios, la gracia, o precisamente por ello, por el án- sional y evanescente es la llama interior de alígero, arcangélico salto vital --que no mor- como ocurriera en los mismos pintores pre- gel de la gracia y de la alegría, que parece la que se alimentan y dentro o en torno de tal-- del lenguaje, pues no en vano Ginés Lié- rrafaelistas, a los que le une su fino minia- no dejarle en paz ni un momento. la cual parecen danzar, en un giro tan tem- bana se mueve no «sobre los ángeles», como turismo recamado; todo lo cual no empece pestuoso, tan férvido y peregrino, como el en el libro surrealista de Alberti, sino entre la evidente entidad plástica de su arte, tan mismo trazo estilizadamente dinámico y los ángeles. Hasta tal punto está acostum- rico, tan complejo, tan lleno de guiños e in- germinal que los configura. brado, desde niño, a convivir con su alado tenciones, y en el que el humor, la picardía Alegría y radiante optimismo de los án- magisterio, desde la cima del siglo que el y el ingenio, nunca hirientes ni amargos, y geles, de estos ángeles tan meridionales, próximo 1 de marzo de 2021 cumplirá este en lúdica pirueta de signo barroco, tam- tan burbujeantes y cordobeses --quizá con genial cordobés de Torredonjimeno. bién juegan un papel protagonista a la ma- algo de champagne en sus venas--, tan ajenos Nuestra ciudad pensamos que sabrá es- nera de El Bosco, en una especie de minu- «Nuestra ciudad pensamos a la oscura terribilidad germánica y cen- tar a la altura, como nuestro paisano mere- cioso detallismo surreal, que no tiene nada troeuropea de los grávidos y ominosos tita- ce, en los actos que, sin duda alguna, ha- que envidiar a las ensoñaciones dalinianas. que sabrá estar a la altura de nes rilkeanos. Pues si, según Francisco de brán de celebrarse en Córdoba para festejar De su toda vasta producción a lo largo de Goya, «el sueño de la imaginación produce los juveniles primeros cien años de este más de ocho décadas de incesante creación Ginés Liébana, como nuestro monstruos», aquí, el sueño, el sueño de la creador sin igual, que ha llenado de belleza, inagotable entre la realidad y el ensueño, la imaginación de Ginés, produce ángeles. Y de sabiduría artística, de optimismo y ale- figura del ángel cobra en la biografía artísti- paisano merece» eso que salimos ganando. gría creadora el panorama de la pintura y la ca de Ginés un protagonismo decisivo y tu- En toda esta pléyade de ángeles alados, poesía española contemporánea. SÁBADO Diario CÓRDOBA 6 Cuadernos del sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020

EFEMÉRIDES Delibes o la palabra castellana

Cuadernos del Sur recupera la figura de uno de los grandes escritores españoles, nacido tal día como hoy de hace cien años en

Pedro M. Domene tura sus aficiones, sus viajes, sus obsesio- nes, y los problemas de su entorno. Mantu- vo una absoluta coherencia entre su obra y iguel Delibes había publicado sus convicciones, pródigo en expresar sus La sombra del ciprés es alargada, opiniones, hecho que a los estudiosos le ha Premio Nadal (1947) y Aún es de proporcionado muchas de las razones que día (1949), dos novelas que, se- explican su creación literaria; él mismo gúnM su criterio, habían sido textos de apren- ofreció las claves a tener en cuenta para dizaje con la perspectiva suficiente para comprender una obra que cubre toda la se- abordar nuevos proyectos con una estruc- gunda mitad del siglo XX, un caso poco fre- tura más concreta y una narrativa de ma- cuente de escritura sostenida a lo largo de yor envergadura literaria, propósito que se cincuenta años de ejercicio literario, desde cumplió en diciembre de 1950: El camino, la La sombra del ciprés es alargada , hasta su últi- tercera novela del vallisoletano, un fenóme- ma gran novela, El hereje, en 1998. no gradual que cruzaría las fronteras tradu- cida a diversas lenguas y que Delibes supu- ARTISTA DEL LENGUAJE so el reconocimiento definitivo de su narra- El escritor dominaba el arte del lenguaje y tiva. Se trata de una obra con una pequeña su obra, mosaico de un rico anecdotario, se trama y de una sencillez absoluta, casi in- llenó de la autenticidad de la vida conver- significante, que da pie a no pocos equívo- sando con los amigos, en las tertulias y en el cos dada la magia de la literatura; una his- trabajo, con los campesinos de su Castilla, toria que cala, trasciende, ahonda en nues- los cazadores y la gente de la calle, trasfon- tro espíritu y alcanza esa universalidad has- do de la palabra viva. Se adaptó a las modas ta nuestros días, pese al tiempo transcurri- literarias de la narrativa en las últimas dé- do desde su publicación, setenta años des- cadas del pasado siglo, y si su obra arranca- pués. ba de un realismo social, ensayaba en el ex- La acción se desarrolla en un microcos- perimentalismo de los sesenta, luego se mos rural: un pueblo, y el protagonista es abriría a una definitiva apertura, tras una Daniel, hijo de los queseros, un niño inteli- larga y férrea censura, en los setenta. Deli- gente y sensible, apodado el Mochuelo, por- bes adecuaría sus historias al momento va- que sus ojos son verdes, grandes y redon- lorando lo humano y la iluminación que dos, de mirada atenta, observa todo con produce su escritura, bien desde su refugio cierto miedo. Daniel es tímido y callado, so- vallisoletano de la capital o en el pueblo lo se siente protegido rodeado de sus inse- burgalés de Sedano, a donde el escritor vol- parables amigos: Roque, el Moñigo y Ger- vía la vista en esa doble revisión melancóli- mán, el Tiñoso, que son esos otros induda- ca que supuso gran parte de su vida. Fue bles protagonistas de la historia. Roque es una devoción que, convertida en oficio, le valiente y tiene un carácter fuerte, más alto aseguró el reconocimiento de los lectores, narrativa española de la segunda mitad del producción anterior. Es una obra de acen- y corpulento; Germán es el más debilucho de la crítica y de los eruditos que acudían a siglo XX. Delibes no fue ajeno, sus libros tuada actitud crítica y su particular visión de los tres, cojea, tiene calvas, de ahí el mo- su cita lectora cuando uno de sus libros apa- parten de una visión de coherencia equili- de las experiencias vividas; otra muestra, te Tiñoso, puesto que como le encanta ju- recía en los escaparates de las librerías de brada del mundo. Una primera etapa, mar- sus libros de viajes: Europa, parada y fonda gar con los pájaros todos dicen que estos le toda España. La crítica ha fragmentado su cada por el subjetivismo, integra sus prime- (1963), Por esos mundos (1966), USA y yo (1966), pegaron las calvas; es un muchacho inteli- producción en períodos que se concretan ros libros, La sombra del ciprés es alargada La primavera de Praga (1968); los de caza, La ca- gente y perseverante. El camino fue un acier- en los nuevos conceptos estructurales de la (1948), Aún es de día (1949) y Mi idolatrado hijo za de la perdiz roja (1963), El libro de la caza me- to estilístico, una lectura de incuestiona- Sisí (1953); una segunda, un fuerte realismo nor (1964), Con la escopeta al hombro (1970) o bles valores éticos que se convirtió en la no- «Miguel Delibes fue un social que se inicia con su obra, más conoci- textos que exhiben parte de su existencia, vela castellana, si entendemos que esta vin- da y reeditada, El camino (1950), y Diario de un como 377A, madera de héroe (1972), Un año de culación geográfica facilita el análisis de la hombre de fidelidades cazador (1955), Diario de un emigrante (1958), mi vida (1974), Mi vida al aire libre (1989), Seño- narrativa de Delibes, porque consiguió cap- La hoja roja (1959) y Las ratas (1962). ra de rojo sobre fondo gris (1991) y He dicho tar la realidad española y, en particular, su respecto a sus ideas, a sus El marcado carácter experimental de los (1996). Su producción narrativa fue tan tierra, testigo de ese mundo, del espacio y sesenta le servirá para replantear su nove- congruente como definitiva, privilegiado de las gentes de su Castilla. amigos, a su tierra y a sus lística que, bajo la fuerza y el valor de la pa- espectador del mundo, recurrente su des- Miguel Delibes fue un hombre de fideli- labra, resultará incuestionable: Cinco horas cripción del mundo rural, con apuestas crí- dades respecto a sus ideas, a sus amigos, a lectores» con Mario (1966) inauguró otra forma que ticas, Los santos inocentes (1981), alterna ex- su tierra y a sus lectores. Convirtió en litera- aglutinará procedimientos ensayados en su presión culta y familiar, sencillez y belleza, SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020 7

EFE/JAVIER DE MOLINA Miguel Delibes, uno de los grandes novelistas españoles del siglo XX, falleció en el año 2010.

VIEJAS HISTORIAS DE CASTILLA

El volumen, ‘Viejas historias y cuentos completos’ (Menoscuarto, 2003), recoge la totalidad de la narrativa breve del vallisoletano, desde que publicara ‘La partida’ (1954), ‘Siestas con viento sur’ (1957), ‘Viejas historias de Castilla la Vieja’ (1964), ‘La mortaja’ (1970), ‘Tres pájaros de cuenta’ (1982) o, más recientemente, ‘Tres pájaros de cuenta y tres cuentos olvidados’ (2003), e incluye aquellos textos que por su extensión o singularidad exceden el número de páginas habituales en el género, y sobre todo ordena ese mundo definido y concreto, retrata el campo castellano con sus aciertos y miserias, la vida de provincias durante muchas de las décadas del siglo XX pasado y que, en la actualidad, nos llevarían a ese momento de revelación momentánea y de encantamiento, como suele ocurrir con las historias y la prosa de Delibes. En la introducción que el escritor, Gustavo Martín Garzo, hace a la presente edición de los cuentos de Delibes, señala, entre otras muchas cosas, y entre otros muchos aciertos, que «en la obra literaria de nuestro escritor el tema secreto es esa búsqueda de un camino que nos llevaría al encuentro de esas otras criaturas del mundo»; porque la literatura de Miguel Delibes está poblada de seres maravillosos, de pájaros, de niñas y de niños, de viejos, de personajes anónimos indefensos, en definitiva, marcada por esa ansiada búsqueda suya de la belleza y del bien, aunque con la naturaleza como fondo que, alguna manera, estimula la percepción del lector en muchos de sus relatos. Indiscutiblemente existe una íntima relación entre el autor y sus personajes que llega a producir una identificación entre ambos. Los cuentos de ‘La mortaja’, sin lugar a dudas, una de las más importantes colecciones del autor, muestran a un Delibes maduro, dueño de su arte narrativo y vislumbran, sobre todo, algunas de las constantes temáticas de su obra, técnicas diversas y un dominio del lenguaje coloquial. Una colección de relatos escritos por el autor entre 1948 y 1963, y donde se aprecia el germen de muchas de sus grandes novelas, de muchos de sus grandes personajes. Delibes destaca por el mimo, por el cariño, por el cuidado que tiene a la hora de crear y describir a sus protagonistas, en realidad, unos personajes perfectamente definidos, perfectamente perfilados, y, sobre todo, muy humanos. Y en estos relatos encontramos el estilo que ha caracterizado toda la obra de Delibes: sencillez. Y al fondo de su obra, como se ha escrito, está la autenticidad porque en sus escritos es muy fácil encontrarse con el hombre, su palabra es viva y su testimonio siempre de primera mano. Incluso más allá de las modas literarias, que los estudiosos se encargan de cuantificar, pervive lo humano como ese punto de confluencia entre la intensidad literaria y la propia vida. La de Delibes es esa realidad, apuntada por Joyce, que se vuelve de pronto expresiva, como señala Martín Garzo. Y como afirmaba Juan Luis Alborg, al comienzo mismo de la carrera literaria del escritor, su prosa animada y expresiva, brinca con un ritmo ligero de singular amenidad y fácil lectura.

«El marcado carácter Beckett, y el realismo mágico hispanoame- luteranos e inquisidores, reconstruye una rios del teólogo y reformador alemán. El he- ricano de Vargas Llosa, García Márquez, etapa histórica conocida en la ciudad, am- reje muestra la vehemente mirada con que experimental de los sesenta Fuentes o Carpentier. Parábola del náufrago biciosa por el asunto tratado, el auto de fe el escritor toca el tema de la religión: su éti- (1969) es una obra cuyos precedentes se en- celebrado en la Plaza Mayor de la capital ca más profunda y la herejía, una actitud le servirá para replantear su cuentran en la fabulación de una metamor- castellana contra veintiocho personas acu- rebelde que ennoblece a estos castellanos fosis de un denodado estilo kafkiano. sadas de herejía, agarrotadas y quemadas porque los actos que los llevaron hasta el novelística en obras como vivas; una ceremonia similar se repitió con patíbulo, no dejan de emocionar, aún hoy, SU ÚLTIMA OBRA otras dieciocho acusados de protestantis- al lector. Se muestra, además, como un ‘Cinco horas con Mario’» En el trasfondo de nuestro espíritu existe mo, condenados a muerte, entre ellos el compendio de toda la obra anterior del ex- ese subconsciente que nos inspira, es un doctor Cazalla, razón y motivo esencial de celente narrador Delibes, porque en esta vo- mecanismo de conocimiento, un proceso y este relato novelado. Delibes fabula acerca luminosa obra están algunas de las princi- y no menos curiosa, El tesoro (1985). Escribía aliado de la memoria para producir, desde de un comerciante de pieles y lanas, Cipria- pales claves de su escritura: el individuo sugestionado por el estado colectivo en que un punto de vista erudito o crítico, el ger- no Salcedo, y suma los conflictos de la épo- frente a la soledad y la independencia per- transcurría su vida, nunca encontró mode- men de una nueva creación. Delibes con- ca, el reinado de Carlos V y los primeros sonal que caracterizan a muchos de sus per- los a seguir, se volcó en sus vivencias perso- templó esa realidad humana, los pueblos y años de Felipe II, que acontecieron en esta sonajes anteriores, aunque el sentido últi- nales y practicó un tipo de literatura con un las gentes de su tierra, y las preocupaciones importante ciudad de la España Imperial: mo de la novela estaría en la dificultad que estilo propio. Entonces descubrió los nue- y los afanes cotidianos: El hereje, ambientada el fervor erasmista y el reformismo lutera- presupone vivir de una forma honesta, o de vos aires de Joyce, Faulkner, Brecht, Hesse o en el Valladolid del XVI, que protagonizan no, los sucesos en torno a los correligiona- una forma igualitaria. SÁBADO Diario CÓRDOBA 8 Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020

NOVELA Realidad, ficción y sorpresa Morales Lomas recrea un posible amor de Antonio Machado en ‘Las edades del viento’

Antonio Moreno Ayora

JAVIER DE MOLINA on un tono filosófico perceptible pleto era Antonio Cipriano José María y desde las primeras líneas, desde Francisco de Santa Ana Machado Ruiz. ellas se delinea muy pronto la vida Intensas páginas estas y de emocionan- de Virgilio Aguilar, de cuya expe- tes confesiones las que encontramos sobre Criencia moteada de pasado y presente sur- los hechos novelados por Morales Lomas, ge a su vez el recuerdo vital y literario de que deja hablar a Machado y a su nueva Antonio Machado, escritor al que el autor amada de la que muy acertadamente, en de la novela, Francisco Morales Lomas (Las los capítulos ya finales, reproduce cuatro edades del viento), conoce muy bien y al que supuestas misivas cuyos renglones se des- ya ha dedicado varios volúmenes de ensa- bordan en accesos de tristeza, de reconoci- yo. Por esta razón, Virgilio Aguilar será el miento de la ausencia de la persona amada personaje que investiga al poeta que murió o de entrega al desolado abatimiento: «Bas- en Colliure, cementerio en donde también ta mirarme un poco para darse cuenta de Virgilio Aguilar va a conocer precisamente que estoy avejentado. En los tres años de la a Rose Strinberg. Ella, desde el capítulo 4 guerra tengo la sensación de haber cumpli- (treinta y cuatro tiene la novela), iluminará do estos de cinco en cinco». Por ello, con- su argumento convirtiéndolo en una apa- movedora y saturada de autenticidad y sin- sionada vivencia que ofrecerá «dos mundos ceridad es la carta que se incluye en las pá- encontrados en el mismo mundo, dos his- ginas 301-302 cuando, ente otras confiden- torias que se fusionaban en una para con- cias, Machado recuerda que «sí, es mi cora- quistar algún extraño símbolo». Y cierta- zón el que piensa en ti, y te siente y está a tu mente, mucho de símbolo hay en esta no- lado. Tú estás presente en él y me invade vela en la que Morales Lomas rinde su parti- una enorme nostalgia de aquellos días de cular homenaje a Antonio Machado, ha- Madrid en que yo me sentí tan juvenil jun- ciéndolo a través de personajes que por to a ti». Con solo dos capítulos más la nove- una u otra razón lo llevan vinculado a su la concluye (igual que comenzaba) aten- existencia: sobre todo, el caso de Rose Strin- diendo a Virgilio Aguilar y a sus elucubra- berg, cuya abuela --según este relato-- lo tu- ciones sobre el supuesto, por sospechado, vo como amante. En este sentido, la tarea amor del poeta sevillano, del que se llega a de Aguilar y la de Vincent Bergère será in- una conclusión inesperada que se concreta vestigar la posible relación amorosa entre en estas sorpresivas palabras: «Su fracaso y Machado y Rose Savarroi, la abuela de la ci- la mentira en la que ha estado metido». Pe- tada Rose Strinberg. En estos nombres, Ma- ro lo cierto es que la novela acaba con la chado y Savarroi, Virgilio Aguilar y Rose honda y mantenida emotividad que ha ca- Strinberg, se basa pues todo el argumento racterizado todos sus pasajes, duros con de la novela de Morales Lomas, quien en la Francisco Morales Lomas, con una de sus anteriores obras. frecuencia, apegados siempre a vivencias página 133 escribe: «Ellos podían estar ahí, históricas y literarias contrastadas, a veces en su casa de Poitiers como sus padres los Savarroi. Sin duda, en este punto de la lec- medida que me voy haciendo vieja y olvida- sensuales y en todo momento trepidantes trajeron al mundo, tan desnudos como sus tura se ha constatado ya que Morales Lo- diza me vienen recuerdos de antaño y esta de emoción y experiencia vital. Se constata almas, tan llenos de vida como el otro lo es- mas va dejando salir con maestría breves historia vuelve una y otra vez a mí». Y será que Morales Lomas no va a defraudar al lec- taba de muerte. ¡Qué ironía, buscando el notas de época que describen los sucesos poco después también cuando se tomen en tor que se acerque a esta nueva novela de su amor del otro han encontrado el suyo!». matizándolos en sus aspectos sociales, li- consideración los oportunos datos del dia- autoría. Va quedando claro que la ficción dentro terarios y políticos. Por doquier se perfila rio que Rose Savarroi va escribiendo duran- de la ficción --o sea, el relato que se inserta la biografía de Machado, aunque los ele- te su estancia en Madrid, todo ello inserto dentro del argumento desarrollado-- crece mentos de la ficción naden en la nebulosa en los capítulos 24 y 26, que tanto aproxi- en interés cuando, bien mediada la novela, de lo posible sin aclimatarse lógicamente man al lector al anecdotario sentimental, esta se centra en los días en que Virgilio en las certezas. De este modo, el candente político y literario del propio Antonio Ma- ‘Las edades del viento’. Au- Aguilar conoce en París a Lucie Savarroi y atractivo de la novela se revitaliza cuan- chado, del que a veces emergen informa- tor: Francisco Morales Lomas esta le va recordando detalles de esa rela- do, en su argumento, Lucie Savarroi --la ciones que el lector desconocerá segura- Editorial : Dauro Granada, . . ción afectiva entre Machado y la actriz Rose madre de Rose Strinberg-- confiesa que «a mente, como esa de que su nombre com- 2020.

NOVELA términos globales, en un 95%». La pericia de Pilar Fraile para ajustar la voz de sus perso- najes, su eco interior, queda reflejada en la historia, donde todos ellos piensan más que La asepsia del mundo moderno dicen, miran más que tocan (hasta el sexo en pareja es fugaz, no tiene actitud de per- Pedro García Cueto tal, su no estar en el mundo y sí en la fanta- pantallas, en botes de esperma, etc. Pilar manencia). El mundo ha cambiado y lo re- sía de otros, seres que naufragan en un Fraile sabe transmitir, hasta con la idea del fleja muy bien en la novela. Somos seres en mundo cibernético que les absorbe y los co- sueño repetido de los gusanos, el mundo de derrota, incompletos, insatisfechos y ya no a editorial Alianza ha publicado re- sifica. «Hoy la clínica huele especialmente a pesadilla en que vivimos. sabemos cómo recomponer ese hilo de afec- cientemente la novela Días de eufo- asepsia. Cada noche el personal de limpieza La idea de una sociedad que puede ser tos que hemos perdido. ria, de Pilar Fraile. Nos hallamos an- desinfecta y, para disimular el olor, resumida en datos cala muy bien en la no- Días de euforia refleja en el título la emo- te una distopía de una sociedad tenemos un ambientador por el circuito de vela, no otra cosa son los telediarios, el ción de lo que no cala, no penetra, es la eu- marcadaL por la tecnología, por la fecunda- aire. El resultado es este hedor, como de ra- mundo de las estadísticas que ya no mira foria de lo que se desvanece, un reflejo ción in vitro, por todo aquello que nos aleja ta perfumada, que cada día se me hace más personajes, sino cifras. Concluyo con este atroz de nuestro mundo actual. de nuestra verdadera esencia. La novela es insoportable». Parece visualizar ya los tiem- párrafo que explica muy bien la sociedad un cosmos donde los seres ya no encuen- pos pandémicos, porque todo se somete a la en que nos hemos convertido: «Los datos tran el placer cuerpo a cuerpo, sino en pan- limpieza, al igual que los seres humanos han corrido tanto por mis venas que puedo tallas, un mundo que ha volatilizado la ilu- desconfían unos de otros ante una tos o un prever sus respuestas si sé su nivel de renta, sión y la ha convertido en un análisis de da- resfriado. La robotización del ser humano y puedo saber su nivel de renta solo con tos. Esta realidad cruda y descarnada es vis- ya se ha producido irremediablemente. echar un vistazo a su coche y sus ropas. La ‘Días de euforia’. Autora: Pi- ta con lucidez por Fraile, que crea una serie Todo en la novela es un cosmos de seres mente humana es un misterio, pero nues- lar Fraile Editorial : Alianza . de personajes que sienten su desarraigo vi- que no saben amar. Sus afectos se dan en tros comportamientos son predecibles, en Editorial Madrid, 2020. . SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020 9

POESÍA Una forma de estar en el lenguaje ‘Gavieras’ es el último libro de poemas de Aurora Luque, editado por Visor

José García Obrero

EFE/JESÚS DOMÍNGUEZ uien siguió en redes so- sentencia: «Hablemos, hablemos La segunda parte, «De la agen- ciales a Ana Santos Pa- con los árboles». Su pasión por ca- da al duelo», está conformada por yán, tristemente despa- minar y sus implicaciones más poemas en los que la autora añade recida editora de El Ga- allá de lo físico le llevan a reivindi- un nuevo árbol genealógico a su viero,Q tuvo oportunidad de leer al- car el término flâneuse --femenino bosque femenino, pues no solo guna de las entradas en las que rei- del más conocido flâneur--, con- rinde homenaje a las de su «lina- vindicaba el término femenino de cepto que popularizó Lauren El- je». Siguiendo el hilo de la primera esa profesión marinera. El recono- kin en un ensayo sobre las dificul- parte --Anfitrite, Poimenia o Isabel cimiento a lo que significaba ese tades de pasear libremente siendo Oyarzábal--, también tamiza con femenino, todos los matices, relie- mujer. No se le pasa por alto a la luz de mujer algunos referentes ves y, sobre todo, ejercicio de justi- autora el hecho llamativo de que, en «Machadiana», «Mallarmiana» cia que lleva implícita, llega con pese a que el volumen de títulos o «Mimnermiana», en el que reve- Gavieras, último libro de poemas dedicados al caminar conformen la un descenso al territorio ínti- de su amiga Aurora Luque, con el un subgénero, pocas veces se abor- mo: «La vida avanza a broncos/mo- que ha conseguido el codiciado da desde la conciencia feminista. mentos corrosivos/de guerra entre Premio Loewe de Poesía. No es la Por ello, en su «Decálogo de la el amor y entre la muerte». Este vi- primera vez que Luque hace públi- flâneuse», enumera las connota- raje al interior adquiere tintes ele- co este agradecimiento; ya lo ex- ciones de esta palabra en magnífi- gíacos, como cuando afirma: «Me presó en su anterior trabajo, Perso- cos hallazgos: «Deambularás. Ha- miro para adentro/y las honduras/ nal & político, con el que Gavieras rás las calles», transformando y son tan resbaladizas y tan ne- guarda una estrecha relación de dignificando el significado peyo- gras/que el grito ni siquiera pisa el continuidad y profundización for- rativo de la expresión, o: «Descu- fondo». El paso del tiempo y sus mal y temática. Si ahí el título se brir el placer de no comprar», en consecuencias, la memoria escu- tomaba del conocido lema femi- una invitación a buscar relaciones rridiza, la pérdida y el duelo con- nista, esta vez mantiene la misma más respetuosas con el entorno ducen a un «Epílogo a Carpe Noc- ubicación para avanzar a través de que el consumismo. «Si acaricio lo tem», donde el título del viejo li- todas las capas de significados y roto entre mis manos/volverá a bro le sirve para cerrar una pro- matices que es capaz de transmitir Aurora Luque. germinar», afirma en el poema puesta llena de inquietudes y su voz poética. Luque trabaja el «Espigar», en alusión a la película aciertos, de itinerarios que invitan lenguaje para crear un puente que poemas que fluyen con naturali- práctica ética y filosófica. Las ma- Los espigadores y la espigadora, de la a aventurarse de la mano del len- comunique sus orillas: el mundo dad y consistencia en este trabajo. nifestaciones de su sensibilidad cineasta Agnès Varda. guaje por las aguas de un mar em- clásico --además de poeta es tra- Gavieras se divide en dos partes, ambiental impregnan sus versos, Pero no se detiene en estas bravecido. ductora y profesora de griego-- y la «Deambulares» y «De la agenda del como estos que aparecen en el cuestiones al abordar su tiempo, mirada inquieta y sensible, «anda- duelo». La primera, como se des- poema «Lenguajes vegetales de mi también la encontramos denun- riega», de una mujer conocedora prende de su título, transita y ex- país vaciado» (en referencia a la ciando las amenazas de un bom- de los desafíos de su tiempo. «Por plora territorios que en libros an- problemática de la despoblación bardeo a Irán por parte de Trump mis antepasadas, no aceptaré más teriores ya se avistaban, pero que de las zonas rurales que se ha veni- o «tuneando» la letra de la canción ‘Gavieras’. Autora: límites, cancelas en umbrales ni aquí irrumpen en primer plano do en llamar «la España vacía»): «La del pirata cojo» de Sabina, para Aurora Luque Edi- . candados», dice en «Decálogo de la sumándose a otras militancias: el «Traducir los lenguajes vegetales/ que quepa en ella su universo de torial : Visor Ma- . flâneuse». El resultado son unos ecologismo o el caminar como de un mundo que se seca», donde gaviera. drid, 2020.

NOVELA de una prosa que cala entre nosotros. Al compartir la vida con estos seres en derrota nos sentimos también alejados del paraíso, envueltos de nuevo en la madeja del exilio. ‘Como polvo en el viento’, de Padura Es allí donde triunfa la novela, en esa tierra de nadie donde los personajes respiran un Pedro García Cueto taja de la huida es poder vivir mejor, aunque otros personajes (la madre de Adela, Loreta, tiempo que no les pertenece. por dentro siga sangrando la herida. Como Horacio, Irving, Joel...); todos ellos van tra- Como Darío que se marcha y se vuelve sucedió con nuestros exiliados españoles zando un paisaje sentimental que Padura sa- apátrida, expresión que enfatiza Padura pa- eonardo Padura nació en 1955 en La después de la Guerra Civil, un espacio de na- be pintar con palabras. ra hacernos ver que ya no hay derechos, es Habana y ya ha alcanzado un alto gra- die alumbra a estos perdedores que bailan Es importante la mirada de Padura a las un ser borrado por la faz del tiempo. do de gran novelista con novelas tan en la noche buscando un amanecer que no ciudades, son seres que respiran, viven, con Padura teje hilos en esta novela cuyo títu- afamadas como El hombre que amaba llega. autonomía. Cuba vive en Miami y así lo des- lo Como polvo en el viento, nos sugiere que solo Llos perros, Herejes y otras merecedoras de im- Personajes como Adela y Marcos son mi- cribe el autor: «En los restaurantes de Hia- somos polvo, ceniza que va cayendo en el portantes premios, a la vez que dio vida al rados por Padura como un entomólogo que leah se comía comida cubana y en los cafés tiempo. Dejamos una huella leve en el deve- inspector Mario Conde, en novelas como Pa- quisiera trazar sus perfiles en cada renglón. se bebía café cubano...». nir de la existencia y nuestras vidas se bo- sado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, etcé- Adela es contemplada como si fuese una es- rran como estos personajes que se aman, tera. tatua que nos alumbra en su sexualidad: LA TORTURA CUBANA que huyen, que odian o que buscan un edén Padura conoce muy bien el mundo cuba- «Un sentimiento invasivo de su femineidad Y la tortura infringida por el gobierno cas- sin saber que no hay ninguno en realidad. no, late en él el hombre que observa minu- la detuvo ante un espejo vertical atornillado trista asoma como una lacra, cuando Irving Cuando la novela termina, te sientes Mar- ciosamente un universo poblado de seres contra la puerta trasera del baño y observó es torturado. Vive en el libro la denuncia a cos, Horacio o cualquiera de esos seres a la que quieren volar alto, pegados al suelo, en su desnudez: sus caderas generosas, su mon- un régimen que no perdona, que solo puede deriva. Todos somos exiliados de un tiempo busca de una felicidad que se les niega. Llega te de Venus oscuro, hirsuto aunque bien po- ser mirado con odio o con admiración: «La que no nos reconoce. Una gran novela de este fresco, esta novela río titulada Como pol- dado, sus senos pequeños, turgentes, coro- celda del edificio colonial donde lo habían Leonardo Padura que llega al corazón del vo en el viento, como si el paisaje de luz en el nados con los pezones color canela, su vien- colocado tenía una cama con bastidor de lector. que se envuelve la Habana fuese también el tre terso, sus muslos de carne firme y sus glú- alambre cubierto por una colchoneta, era de las perdidas, el de los desencuentros, el teos prominentes». húmeda y fría en esa época del año...». lugar de las decepciones. Padura mira a Adela y la hace mirarse en Toda la novela va trazando perfiles de se- A través de un grupo de personajes, la no- el espejo, contemplando la belleza que se res que quieren huir, que saben que la ma- vela va trazando el panorama de unos seres niega a resplandecer, como las vidas de sus yor condena es la permanencia, como en el ‘Como polvo en el viento’. que quieren huir, de los exiliados que saben personajes que aman pero que no esperan momento en que Horacio ve a un haitiano, Autor: Leonardo Padura . que marcharse no es una forma de olvidar si- ser amados. cuando se halla en el centro de refugiados. Editorial : Tusquets Barce- . no de retener el dolor para siempre. La ven- También viven en la novela muchos Leonardo Padura va vistiendo la novela lona, 2020. SÁBADO Diario CÓRDOBA 10 Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020

CÓRDOBA POESÍA «los que abren un camino diferen- te». Algunas de estas personas que han buscado su bandera, a las que el poeta se dirige utilizando una cernudiana segunda persona, son El amor Leonard Matlovich, militar conde- corado en Vietnam que fue expul- sado del ejército cuando hizo pú- blica su homosexualidad; Viktor Korchnói, ajedrecista exiliado de como cobijo, la Unión Soviética; la sufragista británica Emiy Wilding Davison y la actriz Norma Jeane Mortenson, más conocida como Marilyn Mon- roe; la estrella de cine Frances E. puente y Farmer, que se apagó en el abismo de los psiquiátricos; Eddie Slovik, desertor del ejército estadouni- dense que fue ejecutado por ello; la bailarina Mary Wigman; el es- trinchera critor y activista afroamericano Ja- mes Baldwin; la artista transexual Lili Elbe o el poeta Vicente Aleixandre. ‘Gente que busca su bandera’, nuevo La bandera que todos ellos han buscado, más allá de un trozo de poemario de Braulio Ortiz Poole tela sobre el que poder identificar un sentimiento de pertenencia a Francisco Onieva una colectividad, actúa como me- táfora de los anhelos, de los de- su legado, el poeta y periodista seos, de los sueños y de la lucha oy asistimos impasi- Braulio Ortiz Poole (Sevilla, 1974) para conseguirlos. No en vano, el bles a la normaliza- construye Gente que busca su bande- también poeta Alejandro Simón ción del odio y la cris- ra, editado exquisitamente por la Partal, quien firma un magnífico pación como estrate- editorial sevillana Maclein y Par- prólogo, las define como «bande- giaH para anular la capacidad críti- ker, dentro de su colección Mirto ras que no señalan, sino abrigan», ca del individuo por parte de algu- Poesía. Así, en el poema nuclear con lo que el libro, siguiendo al nos medios de comunicación y po- «Una casa para la templanza», de- poeta de Estepona, se convierte en líticos populistas que han visto en dicado a la escritora y política ma- «un tratado de amor al género hu- las redes sociales, donde miles de drileña, define la poesía y el pen- mano», en el que el amor es cobijo personas anónimas encuentran el samiento como «Una casa sin mu- frente a la intemperie, puente ha- altavoz necesario para sacar a la ros,/sin ladrillo que aísle de los cia el otro y trinchera desde la que luz todas sus miserias y sus frus- otros,/concebida hacia afue- resistir ante las fallas sobre las que traciones, el ámbito perfecto para ra,/con voluntad de huerto o voz se levanta la sociedad en que vivi- tal fin. Frente a ello, el respeto, la de salmo,/de siembra o de plega- mos. tolerancia y la solidaridad se vuel- ria». Y toda esta armazón ética se re- ven más necesarios que nunca. Tras ahondar en sus tres poe- suelve con una palabra concisa y Como ciudadanos, debemos re- marios anteriores --Defensa del piró- precisa, más parca y despojada cordar que cualquier sociedad mano, Hombre sin descendencia y Cua- que en anteriores ocasiones, que que excluya es un fracaso colecti- rentena-- en la propia interioridad roza lo minimalista --sobre todo vo y, por ello, tenemos la obliga- con la intención de entenderse a en el «Epílogo»--, y que busca mo- ción de construir una casa plural sí mismo y el mundo que le ha to- Braulio Ortiz Poole. ver al lector desde la emoción, y libre de prejuicios, donde quepa- cado vivir, el poeta sevillano cam- dando como resultado una poesía mos todos, pues la diferencia es bia el punto de vista para mirar «El libro es concebido en las personas que viven al mar- intimista y reflexiva, que se abre un factor de enriquecimiento y desde el exterior hacia adentro, gen, fuera de la norma, y que, por al otro y que deviene celebración. un motivo de orgullo, con lo cual pasando de lo individual a lo co- como un acto de ello, son marcados como «diferen- no debe asustarnos. lectivo. Al darse cuenta de que el tes» por una sociedad que mira Ya Clara Campoamor concibió otro actúa como espejo en el cual reconocimiento y de con recelo cualquier forma de di- ‘Gente que busca la política como espacio de en- reconocerse e identificar las mis- sidencia e intenta anularla. El li- su bandera’. Au- cuentro --no olvidemos que el ser mas heridas y grietas, abre su dis- gratitud hacia los bro es, pues, concebido como un tor: Braulio Ortiz humano es político desde el mo- curso a la alteridad desde la pro- acto de reconocimiento y de grati- Poole Editorial : . mento en que convive con otros pia individualidad. En este senti- tud hacia «los que dudan», «los Maclein y Parker que dudan» . en abrigos o cuevas--. A partir de do, Ortiz Poole centra su atención que cruzan una línea incómoda», Sevilla, 2020.

CÓRDOBA POESÍA Toda una vida en versos

Pilar Muñoz Aguilar personas que murieron cruzando el desier- consigo mismo, en la mudez infinita de las to de la frontera». De esta forma, el autor emociones. En su memoria, la evocación navega desde el «yo» más íntimo al «yo» constante y recurrente de la figura del pa- n la antología Soler (1978-2019), de que empatiza profundamente con el sufri- dre, a cuyos besos e imágenes vuelve una y Francisco Muñoz Soler (Málaga, miento ajeno. Muñoz Soler evoca el poder otra vez para hacerlo presente: «Hoy ha 1957), atravesamos el trayecto cro- de la palabra para dar forma material a los cumplido la mayoría de edad tu muerte, nológico que se extiende desde los miedos e incertidumbres y dejar constan- en estos momentos celebras tu conversión primerosE versos de su juventud, en los que cia de que somos y existimos en un mundo en cenizas, qué corto se hace el tiempo en proyecta sus lánguidas reflexiones sobre el compartido, en el que la libertad debe ser la memoria...» (pág. 353). sentido de la existencia y la razón última buscada como el don más preciado. De vez de su propio «ser» o «estar» en el mundo, en cuando, hay espacio para escenas cáli- hasta llegar a la madurez en la que su voz das de amor: «Solo nuestro silencioso se conjuga de forma rotunda y consistente amor/se alza sobre el ocaso/con escalas de para hacerse eco del dolor ajeno; de los ternuras». Con la serenidad que le depara ‘Soler (1978-2019)’. Autor: más débiles, « de los niños del subsuelo del la experiencia de vida y la fugacidad de los Francisco Muñoz Soler Edi- . mundo», de las mujeres sujetas al rol de su- días, adivina el final del trayecto, despoja- torial : Caligrama Sevilla, . misión impuesto durante siglos, «de las do ya de inquietudes y arrogancia, en paz 2020. Francisco Muñoz Soler. SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020 11

BIOGRAFÍA RELATOS Retratos de Sontag, estrella literaria familia Benjamin Moser consigue el Premio Pulitzer con una gran semblanza Félix Ángel Moreno Ruiz

Antonio González Carrillo ntes del paraíso es el último libro de relatos del escritor y perio- CÓRDOBA dista vasco Pedro Ugarte (Bil- enjamin Moser (Hous- bao, 1963). Autor de una dilata- ton, 1976), escritor y co- Ada producción que incluye poesía, nove- lumnista, se ha atrevido la, historia y crítica literaria, es también a narrar la vida y obra de uno de los cuentistas más sólidos del pa- SusanB Sontag, paradigma de la in- norama narrativo español actual, que ha telectualidad pública del siglo XX, recibido premios tan prestigiosos como por el que ha recibido el Pulitzer el Setenil, concedido al mejor libro de de Biografía. cuentos de 2017 por Nuestra historia. Son Esta profesora de piel aceituna- ocho los relatos que conforman su últi- da y sonrisa serena, es una ensa- ma obra, titulada como el primero de yista y guionista norteamericana ellos. En todos, la voz masculina del na- que creía en el poder de las pala- rrador suele identificarse con un tal Jor- bras, que nos enseñó el oficio de ge, que va cambiando de identidad en ca- pensar, era de origen judío. Su da relato para contarnos distintas histo- abuela Sara Leah viajó de su Polo- rias familiares: las inquietudes religiosas nia natal a Hollywood, donde na- de un padre que intenta adoctrinar a su cería su madre Mildred, de espíri- vástago en el cristianismo más ortodoxo tu aventurero, que se mostró y este se rebela; el distanciamiento de dos siempre distante con ella. Allí co- familias amigas, debido a un boleto pre- noció a Jack. La hija de ambos Sa- miado de la lotería primitiva; los intentos rah Lee, un eco americanizado de infructuosos de un padre para comprar Leah. Su padre murió cuando Su- el coche de sus sueños tras visitar mil y san apenas tenía seis años. El ape- un concesionarios acompañado de su hi- llido Sontag procede del segundo jo; la agobiante presencia de los reyes de matrimonio de su madre. Bélgica en la memoria de una saga fami- Estos acontecimientos marca- liar, cuya abuela llegó a conocerlos y los ron una niñez desdichada, un lu- invitó a almorzar en una ocasión; las de- to por ella misma que le llevó a es- savenencias entre los padres de unos conderse tras las páginas de los li- compañeras de colegio a las que acompa- bros en soledad. Niña huérfana de ñan cuando juegan al baloncesto los fi- afecto que compensó en la adoles- nes de semana; la visita intermitente de cencia con su inmersión en el arte un amigo del instituto para recordar que le compensaba de los sinsabo- tiempos pasados; la educación de un ni- res de la vida. El arte como paliati- ño en el seno de una familia que carece vo indispensable para conllevar de más descendencia y que lo cría como su dolor. La verdad del arte como un preciado tesoro; la huida de una mu- promesa de un mundo mejor. jer y de su hija, que dejan solo al esposo Estudió en las universidades de en la casa familiar recién adquirida. To- Berkeley y Chicago, de Harvard y . das estas historias penetran en el alma Columbia, en Europa en Paris y más recóndita de un grupo social, la pe- Oxford. A los 17 años se casó con su profesor de sociología una cierta nostalgia al contemplar imágenes de su padre queña burguesía (más concretamente, la P. Rieff, con el que tendría su único hijo, David. Después de que no conoció. unidad familiar) para desnudar sus mise- divorciarse tuvo relaciones con Maria Irene Fornes, el poe- En su ensayo anterior, Contra la interpretación (1966), es rias, sus anhelos más íntimos, sus frustra- ta ruso J. Brosky y la fotógrafa Annie Leibovitz. En su vida donde introduce sus notas sobre lo camp, definido como ciones y sus acendradas pasiones. Los per- tuvo amantes de ambos sexos. Como escritora aspiraba a una mirada sobre el mundo contemplado como fenómeno sonajes que transitan por Antes del paraí- ser «famosa», a salir en las fotos, en convertirse a toda costa estético, donde más allá de los sueños que somos y de las so sufren, sueñan, envidian, abandonan en una intelectual célebre y, de paso, participar en la bohe- palabras, existen las personas reales. Para Sontag, somos lo y son abandonados, se enfadan, agreden, mia. Se codeaba con músicos, fotógrafos, artistas y políticos que soñamos. Los sueños son lo único real. Le interesan en piden perdón y, sobre todo, rememoran como L. Berstein, A. Warhol, R. Avendon y Jacqueline Ken- ‘Sontag. Vi- cuanto acción y como modelos del propio autoanálisis. A la infancia y la juventud perdidas, lo que nedy. Un círculo único y deslumbrante entre la intelectua- da y obra’. partir de aquí explora la distancia entre la realidad huma- pudo ser y ya nunca más será. Sin embar- lidad y el glamour. Autor: Ben- na, cultural y artística y nuestra interpretación de esa reali- go, Ugarte no hace sangre, ni ajusta cuen- Como filósofa se adelantaba a cualquier juicio que emi- jamin Moser dad. Se trata de dejar atrás ese mundo de ensoñaciones y re- tas con el pasado, ni cae en el revanchis- tieran sobre ella. Reunía cualidades que suelen atribuirse Editorial : cuperar los sentidos: ver más, oír más, sentir más. mo ni en el sarcasmo. Por el contrario, las . al sexo masculino. En ella confluían varias generaciones de Anagrama En su célebre Sobre las enfermedades y sus metáforas (1978), historias están contadas con exquisita . artistas e intelectuales de la segunda mitad del siglo XX, de Barcelona, al que siguió Sobre el sida y sus metáforas, (1988), expone que elegancia, con serenidad, sin rencor y, al todo lo cual levantó acta. Siempre quiso encontrar un puer- 2020. en los años 70 le fue diagnosticado un cáncer. Padecía un mismo tiempo, están teñidas de una leve to seguro para librarse del debilitante temor al abandono. duro tratamiento contra este mal, que transmitió con una ironía que, de vez en cuando, hace son- Es célebre su estancia en 1990 en la ciudad asediada de Sa- extraordinaria lucidez su experiencia en este escrito. En el reír al lector porque, con demasiada fre- rajevo, donde representó una obra teatral clásica Esperando segundo, reflexiona sobre lo que resulta más dañino para cuencia, se siente identificado con los a Godot, que algunos consideraron una frivolidad, cuando el paciente que la enfermedad misma: la exclusión social. pensamientos del protagonista, con lo en realidad era un apoyo a las víctimas. Fue nombrada Ciu- En Ante el dolor de los demás (2003) muestra hambre de reali- que le sucede y con su sufrimiento. Y todo dadana de Honor de la ciudad bosnia. dad, desde ese dolor inabarcado que le acompañó toda su ello expresado con un estilo ameno, de Leer y escribir entendidas como formas de conjurar los vida, le hace enfrentarse a la enfermedad, a la guerra, a la aparente facilidad, con un dominio de fantasmas, las frustraciones afectivas y desengaños intelec- muerte. las técnicas de la narración, que convier- tuales. Los libros para Susan se escriben para ocultar lo que En sus diarios póstumos, los tempranos Renacida (1947) y ten la lectura de Antes del Paraíso en un ver- ocultamos de nosotros mismos. los de madurez (2014), publicados por su hijo sin autoriza- dadero placer que, por su brevedad, sabe En su primera novela, El benefactor (1964), el protagonista ción expresa de su madre fallecida, expresan jirones de su a poco. renuncia a toda ambición mundana, niega la realidad ina- infancia y vida hasta los treinta años y del resto de su inten- ceptable por cruel y decepcionante y niega la muerte, afir- sa vida, que dan cuenta de su deseo erótico predominante mando la inmortalidad posible. centrado en las mujeres. En Sobre la fotografía (1977) son seis ensayos alejados de Preguntada en qué creía, su respuesta fue que en el todo formalismo, en el que no aparece fotografía alguna, mantenimiento de la cultura, de la alta cultura (de Goethe ‘Antes del paraíso’. entiende que este arte, independiente de la palabra escrita, a Godard, de Burke a Benjamin) y también de la cultura de Autor: Pedro Ugarte . necesita de esta para completarse. Mediante las fotografías masas a la que no hacía asco, en la música, en Shakespeare Editorial : Páginas de pretendemos capturar la cotidianidad, detener el tiempo, y en los edificios antiguos. Espuma Madrid, 2020. . SÁBADO Diario CÓRDOBA 12 Cuadernos del Sur 17 DE OCTUBRE DEL 2020

POESÍA MODOS DE MIRAR Eliot y la poesía total Concha Olé Libros publica nueva edición de ‘La tierra baldía’ García

Francisco Morales Lomas Francisco Gálvez

CÓRDOBA La poeta Concha Gar- on The waste land/La tierra baldía de cía estuvo en Córdoba Eliot, la poesía dejó de ser una co- sa para damas, como provocado- para la presentación ramente había dicho Joyce que de su libro Vasta sed, sucedíaC hasta el año 1922 (contaba Eliot treinta y cuatro años), fecha de publicación que recopila los poe- de esta obra que causó tanto revuelo. No es mas de amor y eróti- un libro fácil de leer si no tenemos las cla- cos repartidos por su ves interpretativas del mismo que incluso el propio Eliot ofrece al final del mismo. obra anteriormente La editorial Olé Libros de Valencia ha publicada, y reunidos realizado una bellísima edición en tapa du- en este otro editado ra y sobrecubierta con una traducción de Luis Sanz Irles que ha destacado el aspecto con buen criterio por formal de su obra, un prólogo de Ernesto Editorial Cántico. Hernández Busto y un epílogo de José Anto- nio Montano que nos ofrecen interesantes Los textos correspon- claves para su comprensión. Esta obra su- den a los libros Otra ley, frió una criba inicial por Ezra Pound, a Por mí no arderán los qui- quien le envió Eliot la misma en un contex- to histórico muy influido por el final de la cios ni se quemarán las teas, Ya nada es rito reciente primera guerra mundial que ac- y Desdén. Nos dice la autora en la con- túa como gran catafalco de esta. Es un libro traportada: «Recuperar estos poemas que marca un antes y un después en la poe- sía contemporánea y todavía rezuma mo- es hacerlos circular bajo una nueva dernidad pasados los cien años. Está estruc- mirada, descontextualizados ya de turado en cinco partes. La primera se titula «El enterramiento de los muertos», setenta un tiempo, se adueñan de todos los y seis versos donde ofrece una visión narra- tiempos». Versos y discurso poético tiva inaugurada por la primavera con la que, sin duda, también abrían un ca- muerte como inicio y finaliza en el invierno con los muertos ya enterrados. En mitad de mino por donde ir el sujeto poético fe- este recorrido se halla el campo y la ciudad menino. Es cierto que este horizonte, presididos por el dolor, la alegoría y la entonces inaudito en la escritura de muerte: «Abril es el mes más cruel: preña/ de lilas los campos muertos». El yo poético mujeres, sólo es, entre otras miradas, se presenta desde la normalidad cotidiana una parte de su obra, pero no por ello cuando la muerte ronda por todas partes. Un mundo definido como «inmundo pe- de menor importancia. dregal», presidido por imágenes rotas, árbo- Concha García es una poeta muy re- les muertos y sombras que muestran el conocida en la poesía española, y es miedo. De pronto surge una voz femenina y unos versos de Tristán e Isolda. Dice Eliot en T.S. Eliot, autor de ‘La tierra baldía’, reeditada ahora. cordobesa, aunque por aquí solemos sus comentarios que el simbolismo sobre- restar puntos a los de la tierra, será venido del poema fue sugerido por el libro gando a declarar Eliot a Tiresias, el adivino gíaco. Que nos lleva definitivamente a la por la cercanía, no sé, o porque nos de Jessie L. Weston sobre la leyenda del San- y hermafrodita, como «el personaje más cuarta, «Muerte por agua» y quinta parte, to Grial, From Ritual to Romance. Y en estos importante del poema, que une a los de- «Lo que dijo el trueno» con la muerte simbó- vemos a diario o con frecuencia, aun- versos iniciales sucumbe a la intertextuali- más». lica del fenicio Flebas, «que también fue un que este no era el caso. Cedió el acto dad con versos de Dante y Las flores del mal de En la tercera parte, «El sermón del fue- día hermoso y viril», y la pedregosa imagen su propio momento y le faltó algunos Baudelaire. El tarot, las artes adivinatorias go» surge la alegoría alucinatoria sobre el de las montañas sin agua, sin soledad, sin de Madame Sosostris juegan de alegoría en Támesis y la ciudad de Londres para aden- rostros en donde se reconstruye la simbolo- pespuntes con hilo, al menos, de pla- la que la muerte es contundente: «hay que trarse en la historia de Tiresias y el encum- gía del desamparo y las montañas secas y ta, en función y consonancia con la andarse con ojo en estos tiempos». Con una bramiento del amor como liberación para plagadas de muertos: «Este hoy podrido en- trayectoria de dicha autora, con una ciudad de Londres irreal presidida por los finalizar de nuevo en el río en un canto ele- tre montañas». Y esa imagen idílica del pes- estertores mortuorios con imágenes siem- cador sentado a la orilla, pescando y pre- más amplia y considerada presenta- pre poderosas, contundentes. «La editorial valenciana ha guntándose retóricamente si podría orde- ción de esos poemas y también del de- En la segunda parte, «Una partida de aje- nar su reino para, finalmente, bajo el puen- drez», tras una imagen onírica de un inte- realizado una bellísima te Londres recordar los versos del Purgato- venir de su poesía. rior burgués (tronos bruñidos, sitiales, can- rio de Dante y el mito de Filomela. Todo se merecía algo más, nueva co- delabros...), el mito de Filomela, crea un diá- edición en tapa dura y Una extraordinaria obra para releer lección, Concha y público que asistió logo en torno al pensamiento, el recuerdo o constantemente y profundizar en nosotros las acciones futuras: «Pienso que estamos traducción de Luis Sanz Irles» mismos, en nuestros mitos y en nuestra a pesar de la pandemia. No única- en el callejón de las ratas/en el que los existencia. mente tenemos que cuidarnos del co- muertos perdieron sus huesos»; y tras ello, el diálogo de dos mujeres sobre la compla- vip-19, 30 sillas como si fuera una ins- cencia del soldado Albert, sus sensaciones y «Una extraordinaria obra talación artística, perfecto. Pero, no sus vidas, como si se tratara de organizar se puede perder de vista el horizonte, una recreación mítica fragmentaria alego- para releer constantemente y rizada en donde tienen cabida todos los gé- profundizar en nosotros, en y en este caso el horizonte era Concha neros literarios en lo que llamaríamos «la ‘La tierra baldía’. Autor: TS García. Dice en un poema: «mejor na- poesía total». Una fragmentariedad que Eliot Editorial : Olé Libros nuestros mitos y existencia» . . dar a perder la quilla». existía en este conglomerado de voces lle- Valencia, 2020.