Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Maestría en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos

LA UNIÓN EUROPEA FRENTE AL CONFLICTO VENEZOLANO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS, 2017-2019

Brenda Cristina Herrada Olvera 218470094

Director: Dr. Juan Pablo Prado Lallande Codirector: Dr. Guillermo Alberto Rodríguez Ortiz

Puebla, Pue., abril, 2020

A María Cristina, mi madre hermosa quien desde otro plano festeja

conmigo un logro más en mi vida y con su amor me

guía en mi búsqueda de ser mejor persona cada día.

Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por, en el marco del Programa Nacional de Posgrados de Calidad, bríndame el apoyo económico mediante una beca durante dos años para lograr este proyecto profesional que me servirá toda la vida en el ámbito profesional.

AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Dios por permitirme tener vida, salud y poder realizar uno más de mis propósitos.

A mi padre Marco Antonio por todo su esfuerzo, por brindarme su amor, apoyo y educación desde siempre.

A mi esposo Carlos Eduardo por su compañía, amor, comprensión, apoyo y consejos.

A mi hijo Eduardo por su amor y por ser mi motivo de superación.

A mi hermana Scarlet por creer en mí todo el tiempo y ser mi verdadera amiga.

A mis directores y maestros, a los doctores Juan Pablo Prado Lallande y Guillermo Alberto Rodríguez Ortiz por todas sus enseñanzas, apoyo, paciencia y colaboración profesional en todo momento para poder realizar esta tesis.

¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!

Índice de contenido

Siglas y acrónimos ...... 13 Resumen ...... 15 Introducción ...... 17 Capítulo 1. La Unión Europea. Un agente global ...... 33 1.1. Un proceso integrador sui generis. Antecedentes, origen y desarrollo de la Unión Europea (1914 -2019)………………...... 37 1.2. Política Exterior y Derechos Humanos a la Unión Europea en el ámbito internacional ...... 46 1.3. La cooperación internacional al desarrollo, el diálogo político y las sanciones en el marco de la condicionalidad ...... 56 El vínculo especial entre la relación UE-Egipto, bajo el gobierno de Abdelfatah Al-Sisi ...... 66 Camboya. El manejo del poder judicial y el programa “Todo menos armas”...... 68 La UE y Nicaragua durante el mandato de José Daniel Ortega Saavedra ...... 69 Capítulo 2. : La transformación del socialismo bolivariano de Chávez hasta el gobierno de Nicolás Maduro...... 75 2.1. Venezuela y el giro a la izquierda ...... 83 2.2. Política exterior y derechos humanos en Venezuela ...... 92 2.3. Nicolás Maduro y la crisis venezolana (2017-2019) ...... 99 Capítulo 3. La Unión Europea ante la crisis venezolana y la participación del gobierno español...... 113 3.1. Antecedentes en la relación UE con América Latina y Venezuela...... 116 3.2. Las acciones de la Unión Europea ante el conflicto venezolano (2017-2019)...... 126 3.3. El viraje del gobierno español ante la crisis venezolana y el actual escenario con Josep Borrell como Alto Representante de la Unión Europea...... 143 Conclusiones ...... 153 Referencias ...... 163

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Índice de cuadros

Cuadro 1. Premisas del liberalismo institucional y la relación con el objeto de estudio 29

Cuadro 2. Premisas del constructivismo y la relación con el objeto de estudio 29

Cuadro 3. Triángulo institucional de la Unión Europea 45

Cuadro 4. Listado de medidas a consecuencia de infringir en democracia y derechos humanos 71

Cuadro 5. Presidentes de Venezuela: 1936 a 1993 79

Cuadro 6. Grupos criminales en Venezuela 103

Cuadro 7. Postura de los países ante la migración venezolana 105

Cuadro 8. Postura de los países ante el reconocimiento de Juan Guaidó 108

Cuadro 9. El giro a la izquierda de países latinoamericanos: 1999-2019 123

Cuadro 10. Funcionarios venezolanos añadidos a la lista de sanciones por la UE el 25 de julio de 2018 130

Cuadro 11. Ejemplos de causas por las que los funcionarios venezolanos se hicieron acreedores a las sanciones de la UE 131

Cuadro 12. Principales reacciones de la UE (sanción, medida proactiva, medida propositiva) 142

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Siglas y acrónimos

ACP Países de África, Caribe y el Pacífico

AD Partido Acción Democrática

ALCA Proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas

AMICC Acuerdo Marco Interregional de Comercio y Cooperación

BCE Banco Central Europeo

BEI Banco Europeo de Inversiones

CDR Comité Europeo de las Regiones

CECA Comunidad Económica del Carbón y el Acero

CEE Comunidad Económica Europea

CEEA Comunidad Europea de Energía Atómica

CESE Comité Económico y Social Europeo

CID Cooperación Internacional para el Desarrollo

CLAP Comités Locales de Abastecimiento y Producción

CNE Consejo Nacional Electoral

COMUE Comité Militar de la Unión Europea

COPS Comité Político de Seguridad

DDHH Derechos Humanos

DIGEPOL Dirección General de Policía

EMUE Estado Mayor Militar de la Unión Europea

FIDES Fondo Intergubernamental para la Descentralización

GCI Grupo de Contacto Internacional

GL Grupo de Lima

LAEE Ley de Asignaciones Especiales

13 MAL Movimiento de los Aliados libres

OEA Organización de los Estados Americanos

OECE Organización Europea de Cooperación Económica

OIM Organización Internacional para las Migraciones

ONU Organización de Naciones Unidas

OPEP Organización de Países Exportadores de Petróleo

PCSD Política en Común de Seguridad y Defensa

PDVSA Petróleos de Venezuela S.A.

PESC Política Europea de Seguridad Común

PETROBRAS Petróleo Brasileño S.A.

PGM Primera Guerra Mundial

SEAE Servicio Europeo de Acción Exterior

SEPD Defensor Europeo, Supervisor Europeo de protección de Datos

SGM Segunda Guerra Mundial

TCE Tribunal de Cuentas Europeo

TJUE Tribunal de Justicia de la Unión Europea

TUE Tratado de la Unión Europea

UE Unión Europea

14 Resumen

Los derechos humanos (DDHH) configuran elementos sutanciales de la agenda internacional.

Al respecto, la Unión Europea (UE) cimienta su política exterior en acciones con valores compartidos de naturaleza liberal, representados en la democracia y la protección a los DDHH a través de instrumentos como la cooperación al desarrollo y las sanciones.

Sin embargo, la UE no ha logrado generar un impacto efectivo en materia de DDHH en sus relaciones con terceros países. Eso es lo que sucede actualmente con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, en donde se violan los derechos civiles y políticos dentro de un contexto que denota una situación alarmarte en la que se destacan la falta de víveres, una represión violenta a la libertad de expresión de los ciudadanos, asesinatos extrajudiciales y un creciente éxodo de venezolanos en busca de alimentos y servicios básicos como la salud.

De este modo, la presente investigación tiene como objetivo general analizar las acciones de la UE frente al conflicto venezolano en el período 2017-2019 en materia de DDHH mediante instrumentos propios de su política exterior. La hipótesis señala que las sanciones se han convertido en un instrumento de política exterior poco eficaz en el ámbito de los DDHH, debido a la falta de receptividad política del gobierno sancionado respecto a la presión exterior, lo que evidencia la situación actual que atraviesa Venezuela, de manera que entre mayor presión externa ejercen los actores globales como la UE, la voluntad política del presidente venezolano se cierra más y se vulneran los DDHH. Lo anterior incitó que el gobierno español propusiera en su momento transformar las sanciones por diálogo político con Venezuela y que se materializó con la creación del Grupo de Contacto Internacional. En este sentido, el hecho de que el español Josep Borrell sea el actual Alto Representante de la

UE en materia de política exterior y de seguridad, genera impacto de alguna manera en las acciones del bloque europeo hacia Venezuela, si se toma en cuenta las diversas propuestas que Borrell ejerció en su cargo como Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español en las reuniones del Consejo Europeo de Ministros y las actuales Declaraciones como Alto

Representante de la UE hacia el tema venezolano.

Palabras Clave

Crisis Venezolana, Política Exterior, Unión Europea, Derechos Humanos, Diálogo Político, Sanciones.

15

Introducción

Planteamiento del objeto de estudio

Los DDHH configuran elementos clave de la agenda internacional. Por ello existen actores globales, entre los que se pueden destacar gobiernos nacionales, organismos internacionales, organizaciones privadas etc., que toman decisiones y llevan a cabo acciones para lograr el reconocimiento y protección de estos valores universales.

En el siglo XX la humanidad pasó por dos guerras mundiales en las cuales los derechos de las personas fueron vulnerados, hecho que suscitó a su vez luchas sociales y revolucionarias para lograr su reconocimiento. Dichos antecedentes generaron la necesidad de llevar a nivel nacional e internacional los DDHH a partir de su institucionalización que se expresó con la protección de estos derechos a través de leyes nacionales, un nivel de compromiso de los poderes del Estado en su defensa, Tratados Internacionales y la creación de Organismos

Internacionales especializados en la materia como la Organización de Naciones Unidas (ONU) (Ánzola, 2002).

En este sentido, el primer capítulo de la Carta de las Naciones Unidas; establece que los miembros deben:

realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los DDHH y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión (Naciones Unidas, 2017). En este contexto, las Relaciones Internacionales, como disciplina académica, analiza las interacciones y acciones que instrumentan los diferentes actores globales como la ONU y la

UE en la promoción y protección de los DDHH, los cuales forman parte del proceso globalizador en el que se encuentra inmersa la humanidad.

Para comprender lo que actualmente representa la UE como actor global en el sistema internacional, es necesario remontarse a la Segunda Guerra Mundial (SGM), iniciada en 1939 con la invasión de Polonia por Alemania. Después de seis años de guerra Europa quedó devastada y derivó hacia una división política (oriental y occidental) con estructuras políticas, militares, sociales y económicas antagónicas representadas, por ejemplo, por la Organización del Tratado Atlántico Norte y el Pacto de Varsovia (Lezé, Islas, Jaimes, 2010).

17 Tras dichos acontecimientos, Europa entendió la necesidad de tomar acciones cooperativas y pacificadoras debido al colapso político, económico y social. Lezé menciona tres situaciones que mostraron la urgencia de un ejercicio hacía su integración. En primer lugar, el fin de la tradicional hegemonía europea que dio lugar a dos nuevas superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. En segundo, la evasión por todos los medios de un nuevo conflicto entre los Estados europeos, tomando en cuenta que las dos Guerras Mundiales comenzaron como “guerras civiles” europeas en las que el continente había sido el principal campo de batalla. Por último, el deseo de los europeos por crear un continente más justo, libre y próspero al crear un camino armonioso en las relaciones internacionales (Lezé, 2010).

Es así que en 1948, con un discurso de unificación del primer ministro británico Churchill en el Congreso de La Haya, se distinguieron dos corrientes: la federalista y la unionista, con lo que se cimentaron las bases de la UE (Castellot, 1996). Posteriormente surgió un proceso de unificación e integración que se inició con el Tratado de París firmado en 1951 entre Francia, Alemania Occidental, Italia, Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos que instituyó la

Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA) y se expandió con la firma de los tratados de Roma que crearon la Comunidad Europea de Energía Atómica (CEEA) y la

Comunidad Económica Europea (CEE) que constituyeron la base de la actual UE (Lezé, Islas, Jaimes, 2010).

La UE es una es una entidad geopolítica formada actualmente por veintisiete países miembros que cubre gran parte del continente europeo, lo cual genera una unión económica y política en donde los miembros ceden parte de su soberanía a sus instituciones supranacionales para la toma de decisiones, y fue creada con la finalidad de propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados, la cual cuenta con una moneda única y una bandera representativa (Castellot, 1996).

Con la salida del Reino Unido el 31 de enero del 2020 la UE tiene una población aproximadamente de 446 millones habitantes y su territorio disminuyó en un 5,5%. Por otra parte, la UE es su influencia económica que tiene inversiones e intereses comerciales prácticamente en todo el mundo convirtiéndolo en un actor global de primer orden (El Universal, 31 de enero del 2020).

18 Por su parte, el concepto de política exterior es sumamente importante para entender las acciones materializadas en instrumentos como la cooperación y las sanciones de la UE en el ámbito internacional. Anteriormente la política exterior era utilizada para defender la soberanía y seguridad de un pueblo. En el contexto actual de política exterior puede ser un instrumento de defensa de los DDHH dentro y fuera de un país. Rafael Velázquez la define como el “conjunto de aquellas posiciones, actitudes, decisiones y acciones que tiene un Estado más allá de sus fronteras nacionales” (Velázquez, 1999: 34).

Los Estados representan entidades reconocidas jurídicamente en el plano internacional. En el caso de la UE al no ser un Estado-Nación, sus Estados miembros que la conforman mezclan y conjugan su política exterior representadas en la Política Europea de Seguridad Común

(PESC) y la Política en Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Por otra parte, la toma de decisiones en la política exterior de la UE está representada por el Consejo Europeo en donde los Jefes de Estado de los 27 países se reúnen al menos cuatro veces al año para definir los principios y las directrices políticas generales, así también la función del Alto Representante es lograr la mejor coherencia de la política exterior y de seguridad de la UE (European Union,

2017). En razón de lo anterior, la política externa de la UE le permite expresarse y actuar con personalidad propia en la escena internacional al actuar de manera conjunta, ya que, a través de esta figura, los integrantes de tal entidad representan así una mayor fortaleza que si se desempeñaran de forma individual.

La PESC se creó por el Tratado de Maastricht en 1992, consolidada por el Tratado de Ámsterdam 1997, renovada por el Tratado de Niza 2001 y finalmente fortalecida por el

Tratado de Lisboa 2009. Tras la elaboración de diversos Tratados, la UE adquirió la obligación de promover el respeto a la universalidad e interdependencia de los DDHH en relación con el resto del mundo. Actualmente instrumenta una acción exterior activa en diferentes temas y es líder en defensa de dichos derechos. Asimismo, apoya activamente la paz y la estabilidad a través de acciones ejercidas en varias regiones del planeta (Quevedo, 2015).

Sin embargo, a pesar de que la UE mediante la PESC resalta la política en común desde su propio nombre, se refiere más bien, a un proceso complejo e institucionalizado de consultas

19 y de cooperación entre los gobiernos en materia diplomática y de seguridad. Esther Barbé describe a la política exterior de la UE como:

un edificio de construcción sobre un terreno poco estable, en la que los cimientos serían los Estados; la estructura estaría formada por las relaciones económicas exteriores de la Comunidad Europea; y la fachada, siempre más vulnerable y llamativa que cualquier otra parte del edificio, sería la PESC y la defensa en común (Barbé, 2000: 15).

La UE cimienta su política exterior en el enfoque de las relaciones globales, de naturaleza liberal, el cual incluye a la democracia y a la protección a los DDHH como instrumentos de paz entre los países dentro de la promoción de sus intercambios económicos, por lo que su acción exterior a través de sus valores compartidos, genera un modelo de sociedad propio representado como un nuevo actor global con una política exterior única en las relaciones internacionales (Quevedo, 2015).

En diciembre de 2009 entró en vigor el Tratado de Lisboa tras un largo y complejo proceso de ratificación, y fue aprobado por los entonces veintiocho países miembros.1 De este modo, dicho tratado recoge prácticamente el 95 % de los contenidos de la fallida Constitución (Tratado Constitucional). Además, el documento modifica al Tratado de la Comunidad

Europea (Roma, 1957) y al Tratado de la UE (Maastricht, 1992), pero no los deroga, por lo que ambos acuerdos mantienen su vigencia. En aquel tratado se enfatizó el compromiso de promoción de la paz, la defensa los DDHH, la democracia y las relaciones internacionales justas como objetivos fundamentales de la política exterior (Tratado de Lisboa, 2009).

La UE pretende consolidarse como una potencia civil de las relaciones internacionales dentro de un sistema multilateral que mejore su presencia en el mundo. Para llevar a cabo dicho objetivo, la UE mantiene relaciones a través de Delegaciones y Oficinas en más de 140 países, así como la representatividad en organismos regionales e internacionales de distinta índole con lo que logra tener presencia y colaborar de manera estrecha con grupos de poder mundial en materia económica, política y comercial. Ejemplos de lo anterior son el G7 y el G20 los cuales se han convertido en foros para la toma de decisiones políticas mundiales en los últimos años (Quevedo, 2015).

1 El 31 de enero del 2020 el Reino Unido dejó de ser parte de la UE, desde entonces el número de sus países miembros paso a veintisiete.

20 Es importante mencionar que los instrumentos de política exterior resultan ser aquellos mecanismos institucionalizados y reconocidos por la comunidad internacional, mismos que ayudan al logro de objetivos al determinar el tipo de relación que se establece con otros Estados. Estos elementos se encuentran en la diplomacia con vías a la cooperación, la diplomacia coercitiva, las sanciones económicas, la ayuda externa y las alianzas (Velázquez,

1999). En este tenor, la política exterior de la UE promueve DDHH a través de instrumentos como la cooperación al desarrollo y las sanciones.

Dentro de la política exterior, la cooperación internacional para el desarrollo es un importante recurso que se define como:

una actividad a nivel global que realizan diferentes actores del sistema internacional que mediante acciones colectivas complementan capacidades nacionales en ciertos países para mejorar la vida de su población. Los actores que instrumentan dicha cooperación a parte de las donaciones económicas también utilizan asesorías, capacitación, innovación científica y tecnológica, así como la construcción de infraestructura entre otras acciones (Prado, 2016: 17).

En el marco de objetivos del Tratado de la Unión Europea (TUE) de Maastricht que entró en vigor 1993, “señala de manera oficial, y por vez primera, a la política europea de cooperación internacional al desarrollo, lo cual denota el interés por parte de los arquitectos de la Unión y de su PESC de fortalecer a la primera como mecanismo supeditado y a favor de la segunda”

(Prado, 2014). El TUE indica que su política comunitaria de la cooperación internacional al desarrollo tiene entre sus objetivos promover la democracia, los DDHH, el estado de derecho y las libertades fundamentales. Desde entonces los países miembros de la UE tienen el deber y el compromiso de velar por dichos objetivos de naturaleza liberal en el ejercicio de la cooperación (Tratado de la Unión Europea, 1993).

Por su parte, las sanciones internacionales se han convertido en un elemento fundamental en el ámbito de las relaciones internacionales contemporáneas. José Manuel Álvarez indica que las sanciones internacionales se caracterizan de configurarse mendiante tres principales formas: sanciones diplomáticas relacionadas con la reducción de relaciones diplomáticas, que incluyen limitaciones o cancelaciones de visitas gubernamentales de alto nivel o expulsión de personal diplomático; las sanciones económicas relacionadas con la prohibición del comercio; y finalmente las sanciones militares que se llevan a cabo a través de una intervención militar o embargo de armas (Álvarez, 1998).

21 Cabe mencionar que en el marco de las sanciones existen las llamadas “sanciones inteligentes”, las cuales van dirigidas a los intereses de los responsables del país castigado al pretender aminorar su impacto en la población civil (Prado, 2009:49). Esto se debe a que muchas veces las sanciones económicas afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad y por ende sus DDHH.

En el seno de la UE las sanciones son un instrumento relevante de la política exterior y de seguridad común, mediante ellas se buscan ciertos objetivos como proteger los valores, los intereses fundamentales, preservar la paz, consolidar y apoyar la democracia, el Estado de

Derecho, los DDHH y los principios del derecho internacional, así como prevenir conflictos y reforzar la seguridad internacional. Las sanciones pretenden producir un cambio en la política o la conducta de aquellos a los que van dirigidas, con vistas a fomentar los objetivos de la

PESC y pueden estar dirigidas a gobiernos, empresas, organizaciones o personas de países no pertenecientes a la UE que vayan en contra de los valores liberales (Consejo de la Unión Europea, 2018).

Tanto la cooperación al desarrollo como las sanciones son instrumentos que la UE ejerce a través de su política exterior con terceros países para promover los DDHH. La condicionalidad es un concepto importante en este contexto que, “en términos generales, es un conjunto de requisitos de carácter económico y político dictado por los donantes que los receptores deben cumplir como compromiso de recibir colaboración externa, los DDHH y la democracia ocupan aquí un lugar destacado” (Prado, 2009:71). La UE, como entidad donante, recurre a dicha condicionalidad para promover sus valores de naturaleza liberal en países receptores los cuales, al no respetar su compromiso en este ámbito con la UE, se vuelven acreedores a sanciones como sucede en el caso venezolano sobre el cual se ahondará más adelante.

En este sentido, Venezuela, el séptimo país más grande de América y con mayores reservas probadas de petróleo en el mundo, es considerada como uno de los exportadores más importantes de tal combustible. El país sudamericano es también rico en gas natural, carbón, acero inoxidable, oro, diamantes, bauxita y otros minerales. Con los datos anteriores, se entiende el interés geoestratégico que esta nación genera en muchas de sus relaciones económicas con diversos países del mundo (Gallegos, 2016).2

2 Official website of the European Union. (2016), consultar en:

22 Ahora bien, Hugo Chávez como antecesor de Nicolas Maduro, asumió por la vía democrática el poder de Venezuela el 2 de febrero de 1999, tras un fallido golpe de Estado y un par de años en la cárcel. La administración de Chávez se desarrolló en la escena mundial con una ideología contraria al modelo occidental, que se caracterizó por el rechazo a la hegemonía imperialista lo cual llevó al presidente venezolano a establecer durante sus catorce años de gestión polémicas alianzas con gobernantes de Irán, Siria, Libia o Bielorrusia, algunos bajo sanciones internacionales (Narvaja, 2008).

En el marco de la presidencia de Hugo Chávez se destacaron dos sucesos importantes en relación con la UE: el primero se presentó en 2003, momento en que la UE declaró en un comunicado oficial un acuerdo político firmado con miras a propiciar una solución pacífica, democrática y constitucional a la crisis política debido al referéndum revocatorio de Chávez.

Y el segundo suceso, en el mismo año, junto con la ONU, la UE pidió al Gobierno de

Venezuela que prevalecieran la tolerancia y la moderación en las manifestaciones (CIBOD, 2004).

Tras lo anterior, resalta que la situación que vive actualmente Venezuela no es reciente del todo, ya que el asunto de la defensa a la democracia y las manifestaciones contra su gobierno ya eran parte del ambiente venezolano de Hugo Chávez como consecuencia de su prolongado tiempo como presidente de 1999-2013.

El 5 de marzo del 2013 después del fallecimiento de Hugo Chávez Frías, Nicolás Maduro Moros asumió las responsabilidades de manera interina el 19 de abril del mismo año, mientras se realizaban los preparativos para las elecciones, proceso en el que resultó ganador para iniciar un periodo de gobierno de seis años (Nguyen, 2018).

La situación de Venezuela de Chávez, comparada con la de Maduro, en términos generales, se caracteriza por un importante nacionalismo y enemistades con el occidente generando alianzas con Estados antioccidentales. Ambas administraciones, independientemente de contar con apoyo de sus seguidores, se caracterizan por un ambiente de descontento social y manifestaciones en su contra, junto con una diáspora importante de venezolanos a otros

https://eeas.europa.eu/delegations/venezuela_es/1917/Venezuela%20y%20la%20UE16/05/ [5/02/18]- 18:54.

23 países debido al deterioro económico, político y social donde el contexto es cada vez más preocupante en materia de DDHH.

Venezuela se encuentra en una crisis donde se desataca la violación a los derechos civiles y políticos. Tal situación atrae la atención de diversos actores internacionales entre los que destacan la ONU, Estados Unidos, la UE y el Grupo de Lima (instancia multilateral de países americanos) que toman acciones en defensa de los DDHH ejerciendo diferentes sanciones, las cuales llegan impactarlos de manera negativa al no obtener respuesta y mejora en la situación actual de Venezuela.3

Las alarmantes condiciones de vida en Venezuela se agravan cada día. La desnutrición afecta ya a 1.3 millones de personas y cinco o seis niños mueren cada semana por esta causa; millones de personas están padeciendo la falta de alimentos y medicamentos esenciales. La carestía de bienes de primera necesidad, incluyendo de higiene personal, cortes de electricidad y condiciones de vivienda inadecuadas empeoran a diario, poniendo muchas vidas en riesgo (Amnistía Internacional, 2018).

En un Informe de la ONU presentado en enero del 2018, expertos en DDHH independientes de la organización destacaron que más del 50 % de la población venezolana vivía en la pobreza extrema debido a la enorme inflación. Calcularon que, a finales de 2017, una familia necesitaba ganar 63 salarios mínimos para poder adquirir la canasta básica por lo que existe más de un millón de venezolanos desnutridos. Esto ha generado un importante éxodo de venezolanos hacia países como Colombia, Brasil, Argentina, Perú, Panamá, México, Estados Unidos y España, entre otros, situación en la que también quedan vulnerados sus derechos. Los expertos consideran que “la población en Venezuela está sufriendo múltiples violaciones a sus DDHH que cada día se agravan más” (Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, junio de 2018).

Un grupo de relatores de la ONU explica que la falta de información oficial actualizada sobre alimentación, salud y cortes de electricidad hace imposible que se pueda evaluar la verdadera

3 El Grupo Lima es una instancia multilateral que se formó el 8 de agosto de 2017 en Lima, Perú para encontrar salidas a la crisis en Venezuela en la cual exige la liberación de los presos políticos en el país sudamericano y critica la ruptura del orden democrático. Dicho Grupo está conformado por: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía. Véase en: https://www.dw.com/es/grupo-de-lima/t-41378602

24 magnitud de la crisis. En diciembre de 2017, dicha Organización envió una carta al Gobierno de Venezuela manifestando su preocupación sobre la situación de extrema pobreza, debilitamiento de las instituciones democráticas, la persecución de opositores políticos y la falta de respeto de los derechos civiles y políticos en el país (ONU, 2018).

Ante las alarmantes condiciones de vida y el éxodo masivo de venezolanos la comunidad internacional ha impuesto diversas sanciones. Bajo este contexto la UE ejerció sanciones dirigidas a la administración de Nicolás Maduro en las que destacaban el vicepresidente, jefes militares de diversos departamentos, mandatarios del concejo electoral, entre otros durante el periodo 2017-2019.

Así, el 13 de noviembre del 2017 la UE adoptó sanciones como restricciones a la exportación de armas, equipos utilizados para la represión interna, asistencia técnica y financiera, equipos, tecnología o software destinados principalmente a ser empleados en el monitoreo o la interceptación de Internet y de las comunicaciones telefónicas en redes móviles o fijas por el régimen venezolano en vista del continuo deterioro de la democracia, el Estado de Derecho y los DDHH en Venezuela a través de comunicados de prensa (Concilium Europa, 2018).

Al año siguiente, el 22 de enero del 2018, la UE impuso sanciones sobre la congelación de activos, la prohibición de poner fondos a disposición y el libre tránsito en territorio europeo dirigidas a siete funcionarios con cargos oficiales. El 28 de mayo del mismo año, el Consejo Europeo adoptó conclusiones en razón de las elecciones victoriosas de Nicolás Maduro y declaró que las elecciones celebradas en Venezuela el 20 de mayo no fueron libres ni justas, ya que los comicios y sus resultados carecían de credibilidad porque el proceso electoral no respetó las garantías electorales democráticas por lo que el 25 de junio añadió a once funcionarios a la lista de sanciones sumando dieciocho en total (Concilium Europa, 2018).

Dentro del periodo antes mencionado Venezuela respondió mediante un comunicado oficial el 20 de abril del 2018 en el que rechazó la injerencia de la UE en sus asuntos internos. En este documento publicado por la Cancillería, Maduro indicó a la Alta Representante de la UE Federica Mogherini que el “sistema electoral venezolano era una de las mayores fortalezas de su democracia, ejemplificando el avance del pueblo en la consolidación de su derecho a elegir en paz y sin injerencia alguna de nación o poder extranjero”. En el texto se denunciaba la violación por parte de la UE de los principios del derecho internacional y las disposiciones

25 de respeto a la soberanía, la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, establecidas en la Carta de las Naciones Unidas (Cancillería Venezolana, 2018).

Sin embargo, ante la falta de resultados y tras el cambio de gobierno en Madrid, del Partido Popular al Partido Socialista Obrero Español, este último propuso en octubre del 2018 cambiar las sanciones por diálogo político con Venezuela, reuniéndose así los ministros de asuntos exteriores el lunes 15 del mismo mes en Luxemburgo. La nueva postura española, impulsada por el presidente Pedro Sánchez y el entonces Ministro de Asuntos Exteriores

Josep Borrell Fontelles, propusó un viraje a la estrategia de las acciones pasadas que la UE venía ejerciendo hacia Venezuela, justificando que las sanciones ocasionaban mayor presión y resultaban poco eficaces (Gobierno de España, 2018).

Considerando lo anterior, las acciones que ha ejercido la UE en el periodo 2017-2019 a Venezuela, abarcan un relevante tema de análisis de la comunidad internacional en materia de DDHH. Es claro que dichas sanciones, como instrumento coercitivo de su política exterior, no han sido eficaces y por ende el viraje que desde Madrid se propusó en su momento para abordar el conflicto de manera más eficiente mediante el diálogo y no con sanciones. En este sentido, las diversas acciones y propuestas que Josep Borrell Fontelles ejerció en su cargo como Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español, y que hoy en día ocupa el cargo de Alto Representante de política exterior y de seguridad la UE desde el 1 de diciembre de

2019, puede seguir orientando de alguna manera, el accionar de la UE coordinando los instrumentos de política exterior, como un mayor diálogo político y crear consenso entre los

Estados miembros de la UE para prestar mayor atención hacia toda América Latina, una de las prioridades geopolíticas para la propia España y poder velar por la crisis venezolana con mayor participación.

Un ejemplo de lo anterior se presentó el 9 de diciembre del 2019, durante la primera reunión que Borrell dirigió al Consejo de Ministros Exteriores como Alto Representante. En dicha reunión el mandatario declaró que era necesario abordar las crisis en países de America Latina como Bolivia, Chile y Venezuela. Por otra parte, un mes antes de que Borrell ocupara oficialmente su cargo, señaló en una entrevista a través del periódico “El Pais” que seguirá opiniéndose a las sanciones económicas hacia Venezuela como las que aplica los Estados

26 Unidos, las cuales solo emprobrecen al país y que tomará la vía del diálogo. En este sentido, es claro que Borrell ha mostrado, de cierto modo, atención hacia Venezuela en sus diferentes declaraciones ante el Consejo de Ministros Exteriores y en medios de comunicación. No obstante, los intereses prioritarios de la UE, la falta de unanimidad de los Estados miembros y la actual contingencia sanitaria a nivel mundial puede limitar las facultades y atención de Borell hacia el país sudamericano debido al impacto que ha ocasionado la pandemia del Covid-19 en territorio europeo en especial en Italia y España.

Justificación

A lo largo de la historia y en la actualidad los DDHH han sido constantemente vulnerados teniéndose actualmente un ejemplo serio en Venezuela. Sin embargo, en estos acontecimientos intervienen diversos actores de la escena internacional que ejercen un importante papel en la protección y promoción de tales garantías.

Analizar la acción exterior de la UE como objeto de estudio en la materia es pertinente. Desde la perspectiva académica es de suma importancia ya que representa un modelo propio con una política exterior única, con valores compartidos de naturaleza liberal, representados en la democracia y la protección a los DDHH en las relaciones internacionales mediante instrumentos como la cooperación al desarrollo y las sanciones con terceros países, como sucede en Venezuela.

Dicho lo anterior, se considera adecuado estudiar el papel ejercido por actores internacionales como la UE, la cual se constituye como un modelo atípico al no ser un Estado-Nación en su política exterior con respecto al resto del mundo que se erige como un importante promotor de los DDHH.

El presente estudio pretende incorporarse a los textos de rigor académico útiles para la investigación sobre el papel que desempeña la UE en el sistema internacional mediante el ejercicio de su política exterior e instrumentos que la caracterizan, específicamente en el tema de los DDHH.

Al mismo tiempo, esta Tesis tiene como objetivo analizar e incentivar el estudio de la política exterior en relación con los DDHH, como un aporte a la Maestría de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos, con el análisis de un acontecimiento actual.

27 Por lo tanto, en un análisis específico sobre las acciones de la política exterior de la UE en defensa de los DDHH en situaciones como las que acontecen actualmente en Venezuela, resulta importante detallar las características particulares que se generan en el marco de las relaciones internacionales.

De manera personal, el tema elegido me resulta relevante y satisfactorio debido a que me encamina a continuar especializándome en materia de política exterior, DDHH y cooperación internacional.

Marco Teórico

Existen diversos fenómenos internacionales que requieren de teorías específicas y apropiadas para ser explicados y entendidos. En el caso particular de la presente investigación, el liberalismo institucional y el constructivismo contribuyen de manera adaptativa mediante sus premisas principales.

El liberalismo institucional está enraizado en la teoría política liberal desarrollada a partir del siglo XVII. Esta asume algunas de las premisas del neorrealismo, aunque con ciertos matices, en el sentido de que los Estados son los principales actores, pero no los únicos, resaltando el papel de las instituciones (Salomón, 2002). Cabe destacar que el rol de las instituciones dentro de la UE es importante en la toma de decisiones de su política exterior como la PESC.

Mónica Salomón explica, a través de Axelrod y Keohane (1985), que la cooperación no siempre equivale a armonía, ya que mientras esta exige una total identidad de intereses, la cooperación solo puede tener lugar en situaciones en las que hay una mezcla de intereses conflictivos y complementarios. En tales contextos, la cooperación tiene lugar cuando los actores ajustan su comportamiento a las preferencias reales o previstas de los demás. Así definida, la cooperación no es necesariamente buena desde un punto de vista moral (Salomón, 2002).

En este sentido, los DDHH representan una identidad importante en la política exterior de la

UE; sin embargo, algunas veces existen disputas entre sus países miembros a causa de la defensa de intereses propios. No obstante, en ocasiones las naciones ajustan su comportamiento en la materia a través de decisiones convergentes al momento de establecer qué acciones tomar en conflictos donde se vulneren los valores liberales compartidos, como en el caso de la crisis venezolana.

28 Cuadro 1. Premisas del liberalismo institucional y la relación con el objeto de estudio

Premisas del liberalismo institucional Objeto de estudio

Las instituciones impulsan y promocionan la En este sentido, el modelo de la UE es un claro ejemplo de permanencia de la cooperación internacional. cooperación, donde sus instituciones refuerzan y mejoran los vínculos de los países miembros.

Las instituciones internacionales, mediante De alguna manera las sanciones impuestas a Venezuela por tratados internacionales, mecanismos de parte de la UE resultan ser instrumentos que buscan influir en colaboración, así como instrumentos de la situación actual de este país sudamericano, para generar y política exterior, pretenden influir en la fortalecer nuevas relaciones positivas a futuro, mismas que conducta de sus actores, fomentando y se plantean para el momento en que termine el escenario fortaleciendo la cooperación entre sí. actual de tensión generado por el mandato de Nicolás Maduro. Este tipo de instituciones incurren en el En el ámbito de cooperación todos los acuerdos comerciales comportamiento, y sus patrones de acción con países no miembros de la UE (actualmente más de 120) forman expectativas y ayudan a la creación de contienen una cláusula que estipula que los DDHH normas y a su vez fortalecen las instituciones constituyen un elemento esencial sus relaciones con terceros creadas. países (Europan Union, 2017). Fuente: Elaboración propia a partir de Prado (2016: 381).

Por otro lado, el constructivismo establece que “las concepciones y acciones de los actores internacionales, estarán determinadas por normas que se refieren como expectativas colectivas acerca de una conducta apropiada para una identidad dada” (Bravo y Sígala, 2016 :45).

Cuadro 2. Premisas del constructivismo y la relación con el objeto de estudio

Premisas del constructivismo Objeto de estudio Una de las principales contribuciones del La UE y Venezuela bajo el gobierno de Nicolás constructivismo es problematizar las identidades y Maduro tienen un contexto histórico y una los intereses de los actores internacionales, los perspectiva del concepto de DDHH diferente, por tal constructivistas afirman que las identidades y los motivo la identidad es única de cada lado y se intereses son variables socialmente construidas que caracteriza por un contraste de intereses. dependen del contexto histórico y cultural en que estén insertos.

Las estructuras sociales se componen de tres Los entendimientos intersubjetivos son la manera elementos: como la UE percibe el comportamiento de los Entendimientos intersubjetivos normativos, dirigentes políticos en Venezuela, en la que se resalta recursos materiales y práctica. la falta de democracia. Los recursos materiales se reflejan a través de su política exterior con la PESC al promover los DDHH y la práctica se concluye en las sanciones. Una institución es una estructura o un conjunto de En el seno de la UE existen diferentes instituciones identidades e intereses relativamente estable (la que han logrado una identidad exterior única identidad es reconocida, rechazada o negociada). caracterizada por la promoción de DDHH, tal identidad puede ser reconocida, negociada o rechazada en relación con otros actores del sistema internacional. Fuente: Elaboración propia a partir de Bravo y Sígala (2016: 414-417).

29 Preguntas de investigación

Pregunta principal

¿Cuáles son las características y evolución de la política exterior de la UE frente al

conflicto venezolano en materia de DDHH?

Preguntas secundarias

1. ¿Qué impacto generan las sanciones emitidas por la UE en el conflicto venezolano? 2. ¿Qué papel juega la postura del gobierno español ante el viraje de estrategias ejercidas por la UE ante el conflicto venezolano?

3. ¿Cuál es la posición de Nicolás Maduro frente a las acciones de la UE?

Objetivos

Objetivo general

Examinar las características y evolución de la política exterior de la UE en materia de

DDHH mediante el estudio de sus acciones e instrumentos particulares frente al conflicto venezolano y sus efectos más representativos.

Objetivos particulares

1. Exponer los instrumentos de la política exterior de la UE (cooperación al desarrollo, diálogo político y sanciones). 2. Analizar el conflicto venezolano, así como las relaciones, las sanciones y la propuesta de diálogo político del gobierno español a la UE con respecto a las sanciones en Venezuela. 3. Estudiar las acciones del Gobierno de Nicolás Maduro frente a las sanciones de la

UE y el efecto de las mismas.

30 Hipótesis

Hipótesis principal

Las sanciones se han convertido en un instrumento de política exterior poco eficaz en el

ámbito de los DDHH debido a la falta de receptividad política del gobierno sancionado respecto a la presión exterior, lo que evidencia la situación actual que atraviesa Venezuela, de manera que, entre mayor presión externa ejercen los actores globales como la UE, la voluntad política del presidente venezolano se cierra más y se vulneran los DDHH de los venezolanos. Lo anterior incitó que el gobierno español propusiera en su momento mayor diálogo político en lugar sanciones hacia Venezuela y que se materializó con la creación del Grupo de Contacto Internacional. En este sentido, el hecho de que el español Josep Borrell sea el actual Alto Representante de la UE en materia de política exterior y de seguridad, genera impacto de alguna manera en las acciones del bloque europeo hacia Venezuela, si se toma en cuenta las diversas propuestas que Borrell ejerció en su cargo como Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español en las reuniones del Consejo Europeo de Ministros y las actuales Declaraciones como Alto Representante de la UE hacia el tema venezolano.

Hipótesis secundarias

1. La UE cuenta con una política exterior que se caracteriza por la promoción de los

DDHH en el mundo, así como por su protección bajo una política de cooperación y sanciones. Sin embargo, los conflictos internacionales como la crisis venezolana, permiten apreciar la dificultad para lograr un impacto en terceros países debido a la falta de receptividad exterior del Gobierno sancionado.

2. La política de sanciones de la UE dirigidas al Gobierno de Nicolás Maduro ante la

violación de DDHH en Venezuela, ha sido poco asertiva como consecuencia de la docilidad respecto al cambio en sus políticas internas a favor de la democracia y los derechos humanos, por lo que la propuesta de gobierno español genera un viraje de estrategia encaminadas al diálogo político con Venezuela.

Metodología

Esta investigación se realizará utilizando la metodología cualitativa deductiva.

31 En el primer capítulo: “La Unión Europea. Un agente global”, se emplea el método documental descriptivo para recabar información tanto sobre los antecedentes como el concepto de la UE y explicar sus características y la política exterior a través de instrumentos adecuados al objeto de estudio (la cooperación al desarrollo y las sanciones) en relación con otros actores y el término de condicionalidad.

En el segundo apartado: “Venezuela: La transformación del socialismo bolivariano de Chávez hasta el gobierno de Nicolás Maduro”, se elaborará un análisis con el método documental descriptivo, ya que el primer apartado conlleva información general sobre Venezuela y sus antecedentes. En el subtítulo Nicolás Maduro y la crisis venezolana, se revisarán diferentes organismos internacionales sobre los datos obtenidos del conflicto venezolano.

En la tercera sección: “La Unión Europea ante la crisis venezolana y la participación del gobierno español”, se abordará las relaciones entre la UE y Venezuela de una manera cualitativa y documental.

32 Capítulo 1. La Unión Europea. Un agente global

Este apartado tiene como objetivo analizar los antecedentes históricos en Europa y el proceso integrador su generis de la UE mediante las teorías del liberalismo institucional y el constructivismo, así como las características principales de su política exterior en materia de

DDHH y democracia a través del análisis de sus principales instituciones y Tratados.

Posteriormente se revisan las herramientas de política exterior que ejerce la UE a terceros países entre la cooperación internacional para el desarrollo (CID), el diálogo político y las sanciones en el marco de la condicionalidad utilizando conceptos y ejemplos en la praxis.

Europa, a lo largo de su historia, se destaca por una serie de acontecimientos con tendencias entre el conflicto, la cooperación y la integración. No obstante, con la creación de la UE se ha generado una comunidad geopolítica con nuevos retos que abarcan una política exterior poco lineal y ambigua en diversos ámbitos. Tan es así, que algunos instrumentos de política exterior que ejerce la UE, como la CID, permiten ver los desafíos y la ambigüedad que hoy forman parte de UE.

Antes de la UE surgieron acontecimientos relevantes en la historia de Europa con tendencias a la unificación: desde el año 112 en la Edad Media, con el Imperio Romano, el Edicto de Caracalla garantizó a todos los pobladores una ciudadanía en común. En esta etapa también existió una ruptura entre la Iglesia de Occidente y del Oriente, que originó una división del espacio europeo entre catolicismo y ortodoxia. En relación a esto, el cristianismo ortodoxo pasó a formar parte de la Europa moderna (Islas, 2010).

Tiempo después, en el siglo XI, surgió una élite cultural bajo el catolicismo que compartía la misma fe, lengua e interés por renovar los estudios del Derecho Romano Canónico y la filosofía griega clásica dando lugar al ius commune, con lo que se creó una comunidad jurídica que se estableció a lo largo de Europa, no por la fuerza del imperio sino de la razón, logrando así cierto grado de unidad (Stoye, 1991).1

1 Desde la historia occidental del derecho, la transformación entre los siglos XI y XII marcó el momento de arranque de una cultura jurídica de largo tiempo, desde aquella época comenzó a formarse el llamado ius commune, con factores heterogéneos que fueron capaces de formar un modelo auténticamente común de concebir y entender el derecho en un occidente cristiano cuya condición de unidad religiosa ofrecía ya un terreno preparado para un fenómeno de tal alcance (Vallejo, 2009).

33 Otro acontecimiento importante en la historia de Europa fue la monarquía de Carlos V, que abrazó a varios países bajo su mando, y a la vez trató de instalar en cada uno de sus territorios representaciones relativamente estables para los periodos de su ausencia. De tal forma que cada parte integrante de la monarquía tenía su propia administración, leyes, instituciones e impuestos, y ninguna de ellas estaba subordinada a otra; por lo que la unidad de la monarquía de Carlos V procedía de la persona del propio emperador (Stoye, 1991).

Poco después, en el siglo XVIII surgieron dos nuevas revoluciones. Por un lado, la revolución política e ideológica que, con las ideas de la Ilustración y el impulso de la Revolución Francesa, transformó a los Estados monárquicos en Repúblicas; y por otro la Revolución Industrial con la que se inauguró el comercio industrial a gran escala. En tal contexto, los progresos desencadenados por la Revolución Industrial surtieron efecto en toda Europa a través de varias organizaciones de perfil internacional: Unión Telegráfica Internacional en 1865, Unión Postal Universal en 1874, Unión para la Protección de la Propiedad Industrial en 1883, Unión Radio Telegrafía Internacional en 1906 (Islas, 2010).

Por otra parte, el Código Napoleónico de 1804 fue un importante instrumento unificador de los territorios gobernados por el emperador Napoleón I que surgió en virtud de la necesidad de reunir los dos sistemas jurídicos vigentes del Imperio, el derecho franco-germano del norte y a tradición romanista basada en el Corpus Iuris Civilis. De este modo, Napoleón I concibió un proyecto de un sistema continental europeo unificado (Islas, 2010).

Sin embargo, a lo largo de su gobierno, Napoleón I entabló una serie de contiendas denominadas guerras napoleónicas en las que se enfrentaron varias potencias. Tras el derrocamiento de Napoleón I se celebró el Congreso de Viena en 1814, convocado para reorganizar las fronteras de los territorios europeos conquistados por dicho gobernante. A partir de dicho evento, en 1815 se conformó la Santa Alianza (Imperio Austriaco, Reino de Prusia, Imperio Ruso) con el objetivo de comenzar un nuevo régimen de paz con gobierno cristiano en Europa (Croce, 2011).

Desde el fin de las guerras napoleónicas, surgió en 1815 la unión aduanera entre los Estados Alemanes conocida en el idioma alemán como Zollverein. Dicho acuerdo permitió la creación de un mercado de libre comercio a través de la disminución y eliminación del cobro de los derechos aduaneros entre los treinta y cinco Estados miembros de la Confederación

34 Germánica, en la cual predominó Prusia, debido a la unificación arancelaria que implantó en

1818 para todos sus territorios durante el reinado de Federico Guillermo III. El Zollverein marcó la historia económica de Alemania y Europa al representar una especie de mercado común que generó un importante desarrollo industrial, económico y político; que influyó en el proceso de unificación alemana y el nacimiento del II Imperio Alemán en 1871 (Truyol, 1999).

Hacia 1882 se formó la Triple Alianza integrada por: el II Imperio Alemán, el Imperio Austro- Húngaro e Italia. No obstante, la rivalidad que existió entre Italia y Austria-Hungría en la región del Adriático impidió que Italia llegara a integrarse plenamente a la coalición. Durante las décadas posteriores, Europa fue escenario de un progresivo aumento de tensiones entre los países de la Triple Alianza y otras potencias como Francia, Gran Bretaña y Rusia, a lo que estas últimas, alarmadas por la amenaza que podría representar la Triple Alianza, crearon en 1907 la Triple Entente. Tras la división de Europa en dos sistemas de alianzas enfrentadas, se propició un contexto que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial (PGM) en 1914, la cual interrumpió los esfuerzos de modernización industrial, económica y especialmente la edificación de la paz y unificación en Europa (Ruiz, 2004).2

Al término de la PGM se generaron importantes transformaciones en el ámbito internacional negociadas por los vencedores. Por ejemplo, en 1919 se realizó una reunión orquestada por los representantes de las potencias aliadas de Reino Unido, Francia, Estados Unidos e Italia, conocida como Conferencia de Paz de París, la cual se encargó de establecer las nuevas bases del juego político y de dar forma a una nueva organización del mapa europeo, con el objetivo de acordar las condiciones de paz y poner fin de manera definitiva a la Gran Guerra (Hobsbawm, 1994).

Durante las negociaciones en la Conferencia de Paz de París se incluyó en la parte I del Tratado de Versalles, la creación de la Sociedad de las Naciones, la cual consistió en una “especie de organismo que, a modo de asamblea democrática de naciones soberanas, debía

2 El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero al trono del Imperio Austro Húngaro, ocurrió el 28 de junio de 1914 en la localidad de Sarajevo en Serbia. Dicho acontecimiento suscitó una de las causas de la PGM. Sin embargo, Martín señala que dicha guerra estaba formándose desde varios años atrás y sus causas eran en esencia económicas. El imperialismo que acontecía en las grandes potencias europeas, provocado por ideologías ultranacionalistas, ocasionó una lucha económica por dominar territorios en Asia y África en los cuales fundar nuevas colonias que abastecieran de materias primas sus crecientes industrias (Martin, 2013).

35 garantizar la cooperación entre ellas y la resolución de conflictos y disputas internacionales mediante el arbitraje y la diplomacia abierta” (Ruiz, 2004: 13).

Por otra parte, con el fin de la PGM surgieron importantes líderes que promovieron diversos movimientos de unificación y paz. Un ejemplo fue el conde diplomático austro-húngaro Coudenhove Kalergi, fundador del movimiento Unión Paneuropea en Viena en el año 1922. Dicho movimiento se trató de publicar periódicamente diversos artículos a través de la revista “Pan Europa”, con el objetivo de divulgar a la opinión pública los ideales e influencia de Kalergi sobre el daño que provocaba el nacionalismo y la necesidad de la unidad europea (García, 1999). En el mismo contexto, en 1929 el ministro francés de Asuntos Exteriores, Aristide Briand, propone la Federación de Estados Europeos a favor de una alianza europea ante la Sociedad de Naciones (Gutiérrez, 1995).

No obstante, pese a la Conferencia de Paz de París, la Sociedad de Naciones, la Unión Paneuropea y la propuesta de una Federación de Estados Europeos, apareció más tarde un conflicto a gran escala que marcó a toda Europa dejando importantes secuelas. Este fue; la

Segunda Guerra Mundial (SGM), iniciada en 1939 con la invasión de Polonia por la Unión de

República Socialistas Soviéticas (URSS) y Alemania, dejó a Europa devastada y derivó hacia una división política (oriental y occidental) con estructuras políticas, militares, sociales y económicas antagónicas, representadas, principalmente, en la Organización del Tratado

Atlántico Norte (OTAN) y el Pacto de Varsovia (Lezé, Islas, Jaimes, 2010).

Tras las devastadoras consecuencias económicas, políticas y sociales en territorio europeo de la SGM, las relaciones políticas del mundo se alteraron. La Unión Soviética y Estados Unidos se posicionaron como superpotencias rivales, dando lugar a la Guerra Fría, dejando a un lado la influencia de las grandes potencias europeas y el inicio de la descolonización de Asia y África (David y Wiest, 2005).

Hobsbawm señala al periodo que inicia con la PGM y termina SGM como una época de catástrofes para la sociedad europea que se extendió desde 1914 hasta 1945, en donde los enormes Imperios coloniales que se formaron antes de dicho período desaparecieron dando pauta a una nueva etapa. Con el fin de la Guerra Fría, surgió una nueva era de crisis, descomposición e incertidumbre para los antiguos países socialistas de Europa debido a la victoria de Estados Unidos y el capitalismo (Hobsbawm, 1994). Tras el contexto anterior se

36 comenzó una marcha hacia la unidad europea hasta la creación de la actual UE que se analizará en el siguiente apartado.

1.1. Un proceso integrador sui generis. Antecedentes, origen y desarrollo de la Unión Europea (1914-2019)

La UE es el modelo sui generis de integración más avanzado que se ha convertido en una entidad geopolítica formada al momento actual por veintisiete países, que cubre gran parte del continente europeo, lo cual genera una unión económica y política cuyos Estados miembros ceden parte de su soberanía a algunas de sus instituciones para la toma de decisiones.3

Esta Unión supranacional fue creada con la finalidad de propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados (Castellot, 1996). Asimismo, cuenta con una bandera representativa y una moneda oficial denominada euro, en 19 de los 27 países miembros, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea son responsables de mantener su valor y estabilidad, así como establecer los criterios que los países de la UE deben cumplir para incorporarse a la eurozona (Galindo, 2006).4

En un principio el proceso integracionista de la UE se distinguió por un carácter singular que ha trascendido en un orden supranacional en los ámbitos políticos y económicos. Pese a que la historia de la UE no ha sido lineal; sus objetivos y estrategias se han modificado constantemente para responder a las circunstancias que se presentan en momentos precisos mediante sus instituciones las cuales forman parte esencial de la formación y representación

UE (Insignares, 2017).

3 Antes del 31 de enero de 2020 la UE contaba con 28 países miembros, después de dicha fecha, Reino Unido dejo de ser parte de la UE (El Nacional, 31 de enero de 2020). Actualmente los países miembros de la UE son: Alemania, Hungría, Austria, Irlanda, Bélgica, Italia, Bulgaria, Letonia, Chipre, Lituania, Croacia, Luxemburgo, Dinamarca, Malta, Eslovaquia, Países Bajos, Eslovenia, Polonia, España, Portugal, Estonia, Finlandia, República Checa, Francia, Rumanía, Grecia, Suecia (Unión Europea, 2019). 4 El resto de los países miembros de la UE que no pertenecen a la zona del euro tienen la posibilidad de incorporase una vez que cumplan con los criterios de adhesión, garantizando que un Estado miembro esté preparado para adoptar el euro. Los criterios están recogidos en el artículo 140, apartado 1, del Tratado de Funcionamiento de la UE. Los criterios consisten en: estabilidad de los precios, finanzas públicas sólidas y sostenibles, estabilidad del tipo de cambio y los tipos de interés a largo plazo. Véase en: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/joining-the-euro-area/convergence-criteria/.

37 Con respecto a lo antes mencionado, una de las teorías de las Relaciones Internacionales que destaca el papel de las instituciones, se encuentra en la teoría del institucionalismo liberal, la cual las define como “un conjunto de reglas (formales e informales) persistentes y conectadas, que prescriben papeles de conducta, restringen la actividad y configuran las expectativas” (Keohane, 1979: 17). Ante ello las instituciones internacionales pueden asumir la forma de organizaciones intergubernamentales formales como la UE, capaces de controlar actividades y están deliberadamente establecidas y diseñadas por los Estados que la forman (Keohane, 1979).

En relación a lo anterior, la teoría del institucionalismo neoliberal afirma que “la capacidad de los Estados para comunicarse y cooperar depende de las instituciones hechas por el hombre, que varían históricamente según los temas, en naturaleza y respecto de las políticas que incorporan” (Keohane, 1979: 13).

Para comprender los factores que propiciaron en la UE un proceso de integración y la aparición de sus instituciones, es necesario señalar una serie de acontecimientos que ayudaron a cimentar las bases de dicha Unión. Una vez concluida la SGM, en un primer momento, el Plan Marshall que inició en 1948 y concluyó en 1952, sirvió como un apoyo al proceso de integración europea. Ante la dramática situación socioeconómica que se vivía en

Europa y el creciente conflicto de la URSS, el Gobierno de Estados Unidos hizo suyo el proyecto del Programa de Recuperación Económica Europea para cuya gestión y operación se creó, en 1948, la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE); esta ayuda económica no solo tuvo como finalidad la recuperación de los países de Europa occidental, sino también eliminar la influencia de los partidos comunistas y garantizar la victoria de Estados Unidos (Fontana, 2001).5

Otro acontecimiento integracionista fue la Conferencia de La Haya en mayo de 1948 “con el discurso de Churchill en el cual hizo hincapié a sus apreciaciones relativas al peligro que

5 Lezé menciona que, tras la SGM, Europa entendió la necesidad de tomar acciones cooperativas y pacificadoras debido a un colapso político, económico y social, a través de tres realidades. En primer lugar, el término de la tradicional hegemonía europea que dio lugar a dos nuevas potencias, los Estados Unidos y la Unión Soviética. En segundo lugar, el escape por todos los medios de un nuevo conflicto entre los Estados europeos, considerando que las dos guerras mundiales comenzaron como “guerras civiles” europeas en las que el continente había sido el principal campo de batalla. Por último, el deseo de muchos europeos de crear un territorio más justo, libre y próspero al construir un camino armonioso en las relaciones internacionales (Lezé, 2010: 32).

38 se cernía sobre Europa y la necesidad de avanzar hacia los Estados Unidos de Europa” (Porcel, 2000: 47). Tal disertación impulsó al Comité de Coordinación compuesto por representantes de Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo para la creación del Consejo de Europa (Porcel, 2000).

Dos años después, en 1950, de Robert Schuman, ministro francés de Asuntos Exteriores, quien con la colaboración de Jean Monet, propuso la puesta común de las producciones de carbón y acero a los países europeos occidentales, comenzando por Francia y Alemania occidental.6 Dicha propuesta fue, en un principio, la iniciativa más audaz y constructiva de la época (Pérez, 2001: 17). Al respecto, Fazio señala que:

Los objetivos que deseaban alcanzar los precursores de la Comunidad Europea, Jean Monnet y Robert Schuman, eran fundamentalmente de índole política. Tras el final de la SGM, el proyecto de asociación de las naciones de Europa Occidental se proponía prevenir la emergencia de los antiguos odios nacionalistas, principalmente entre Francia y Alemania, países que fueron afectados por la PGM y la SGM, así como impedir el resurgimiento de tendencias fascistas, elevar el papel de Europa para servir de contrapeso a la hegemonía de Estados Unidos. La persistencia durante cuarenta años de esos temores sirvió para afirmar la idea de la Comunidad y avanzar paulatinamente en la integración de estos Estados (Fazio, 1993: 78). De tal modo que, en 1951 se firmó en París el Tratado que institucionalizó la Comunidad

Europea del Carbón y del Acero (CECA) integrada por Alemania Federal, Francia, Italia,

Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo (éstos últimos tres formaron el BENELUX); con el cual se logró el crecimiento de una autonomía en los países europeos debido a la producción de los derivados del acero (Pellón, 2016).7

6 Tras el término de la Alemania nazi, en el año de 1945 los países aliados dividieron a Alemania en cuatro zonas con ocupación militar: Reino Unido al noroeste, Francia al suroeste, Estados Unidos al sur. Por su parte, la Unión Soviética se ubicó al este con los ejércitos de los países aliados. Tiempo después, la creciente tensión entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en el contexto de la Guerra Fría provocó que en 1949 las zonas de ocupación occidentales se unieran en un nuevo Estado independiente denominado República Federal Alemana, también conocida como Alemania Occidental, a lo que la URSS reaccionó estableciendo en el mismo año la República Democrática Alemana. A partir de dicho contexto, cada Estado alemán siguió su propio modelo socioeconómico, situación que provocó el levantamiento del Muro de Berlín el 13 de agosto de 1961, el cual caería hasta 9 de diciembre de 1989, marcando la reunificación alemana y el ocaso de bloque soviético (Swift, 2003). 7 En febrero de 1948 se creó una unión económica y aduanera entre los países de Bélgica y los Países Bajos y Luxemburgo conocida como el BENELUX. Con ello de creó un área de libre comercio, en el que desaparecieron las tasas de aduana interna y se establecieron tasas comunes para las mercancías. Además de la libre circulación de mercancías y capitales, se estableció la libre circulación de personas, bienes y servicios. Para 1957 con la

39 En razón a lo anterior, Chanona señala que la creación de la CECA aseguró el establecimiento de una base común para el desarrollo económico, como el primer paso de una institución europea que cambiaría el destino de los países que se habían dedicado por mucho tiempo a la fabricación de armas de guerra y de las cuales habían sido víctimas durante las dos guerras mundiales (Chanona, 2000).

A partir de la CECA, el papel de las instituciones comenzó a formar parte fundamental de la trasformación económica, política y social de sus conformantes. Bajo este tenor, el liberalismo institucional señala que los Estados son los principales actores internacionales, pero no los únicos, resaltando el papel de las instituciones (Salomón, 2002). En este sentido

Francia, Alemania, Italia y el BENELUX que conformaron a la CECA como institución reguladora entre dichos países, dejan ver que los Estados pasan a ceder parte de su soberanía y autonomía, creando instituciones que de manera conjunta les permitan alcanzar objetivos e intereses en común.

Al respecto, Keohane señala que “la importancia de las instituciones internacionales, construidas por los Estados, facilitan la coordinación mutuamente beneficiosa entre Gobiernos” (Keohane, 1993: 26). Un ejemplo de lo anterior fue la creación, precisamente, de la Comunidad Económica Europea (CEE).

En 1957, los Estados integrantes de la CECA aprobaron los Tratados de Roma que dieron origen a la CEE, organización internacional creada con el objetivo de lograr un mercado común que permitiese la libre circulación de personas, capitales y mercancía. También, se creó la Comunidad Europea de Energía Atómica (EURATOM) para el desarrollo de una industria nuclear. Dicha institución consistió en unir los esfuerzos de los países miembros para el desarrollo civil de la energía atómica con el fin de romper el monopolio que representaba Estados Unidos y la URSS. Entre el periodo de la CECA y el CEE se crearon importantes instituciones como el Parlamento Europeo en 1952, el Consejo de la Unión Europea en 1958 y la Comisión Europea en 1958 (Pellón, 2017).

De lo anterior, se puede destacar que el liberalismo institucional señala que las instituciones internacionales, mediante normas e instancias formales (tratados internacionales), pretenden

firma del Tratado de Roma, los países del BENELUX formaron parte de la Comunidad Económica Europea. Disponible en: http://launioneuropea.es/el-benelux.html

40 influir en la conducta de sus actores, promoviendo y reforzando la cooperación entre sí

(Prado, 2016). En este sentido, las instituciones posteriores al CECA tuvieron como propósito reforzar cooperación económica y política para promover a su vez nuevas expectativas como fue la creación de una institución en materia de seguridad, la EURATOM.

En 1986, con el apoyo de Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea, se firmó el Acta Única Europea que tuvo como objetivo crear al Consejo Europeo, “ente que reúne a los Jefes de Estado e impulsa una iniciativa en común en materia de política exterior, así como una cooperación de seguridad internacional” (Domínguez, 2000: 134).

Ante dicho suceso, se distingue que la creación del Consejo Europeo sirvió como factor regulatorio en diferentes ámbitos. Tal como lo señala Keohane, al explicar que las instituciones pueden afectar la comprensión sobre las motivaciones e intereses percibidos por cada uno de los diversos líderes de los Estados respecto a los papeles que deben ejercer como miebros de una organización o institución, debido a que muchas veces la creación de nuevas instituciones acompañadas de tratados internacionales e instrumentos de política exterior pueden influir en la conducta de sus actores, fomentado y fortaleciendo la cooperación entre sí. En otras palabras, “las instituciones internacionales tienen aspectos constitutivos y regulatorios que ayudan a determinar cómo se definen los intereses y cómo se interpretan las acciones” (Keohane, 1993: 20).

En relación con lo anterior, el Consejo Europeo actualmente contiene importantes funciones en la toma de decisiones sobre la orientación y las prioridades políticas generales de la UE, y con ello el establecimiento de la política exterior y de seguridad común teniendo en cuenta los intereses estratégicos de la UE y las implicaciones en materia de defensa, así como la designación y nombramiento de los candidatos elegidos para determinados puestos destacados de la propia Unión (Menéndez, 2001).

En 1992 los países pertenecientes a la CEE firmaron el Tratado de la Unión Europea (TUE) en

Maastricht (Países Bajos), mismo que entró en vigor en 1993 y creó la UE, organización sui generis que promueve la integración continental por medio de políticas comunes que abarcan distintos ámbitos políticos, económicos y sociales. El TUE, también conocido como el Tratado de Maastricht, ha sido modificado y complementado por los Tratados de Ámsterdam en 1997,

41 Niza en 2001 y Lisboa en 2009, debido a los sucesivos Tratados de adhesión de nuevos

Estados miembros de la UE (Levi, 2014).

El proceso de trasformación de la UE descrito anteriormente se caracterizó por la creación de diversas instituciones que ayudaron a generar un proceso integrador más consistente. Por el contrario, de no haberse efectuado tal proceso, según señala Keohane, “un sistema internacional no institucionalizado carecería de expectativas y entendimientos. La coordinación sería imposible aun cuando existieran intereses en común” (Keohane, 1993: 20).

Otro aspecto relevante en el proceso de integración de la UE sucedió en 1993 con la creación de una moneda única europea llamada euro, que entró en circulación en el año 2002 bajo el control del Banco Central Europeo. Al respecto como se señaló previamente, solo 19 de los 27 países miembros pertenecen a la eurozona (Austria, Bélgica, Chipre, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países

Bajos, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España), gracias a ello, la UE alcanzó en las instituciones internacionales el rango de gran potencia en ámbitos económicos, comerciales y monetarios (Martí, 2008).8

Es importante resaltar que, en la medida en que se entiende más acerca de los roles que cumplen las instituciones en la política internacional, se comprende en mayor medida los temas en los cuales los Estados tienen intereses mutuos. El liberalismo institucional ha acertado en que los Gobiernos crean regímenes internacionales durables, así como organizaciones a las que sus miembros se les otorgan poderes, en las cuales es factible controlar el cumplimiento de las reglas (Salomón, 2002).

Tal es el caso de los Estados miembros de la UE, los cuales a través de sus instituciones y organismos representan sus intereses internos y externos en común. Y al mismo tiempo

8 La UE mantiene relaciones económicas y políticas con una gran parte del mundo a través de sus delegaciones y oficinas en 140 países, así como su participación en importantes grupos internacionales de alto impacto y poder en las decisiones internacionales enfocadas al desarrollo económico, comercial y financiero como el G-8 y G-20 (Quevedo, 2015).

42 controlan el cumplimiento de las reglas en diferentes ámbitos a las que se comprometen los miembros de la Unión.9

Dicho lo anterior, Keohane señala que las instituciones son importantes para las acciones de los Estados, en parte porque afectan los incentivos con que se enfrentan los mismos. Así también, dichas instituciones cuentan con aspectos constitutivos regulatorios que ayudan a determinar cómo se definen los intereses y cómo se interpretan las acciones (Keohane, 1979).

Las instituciones que forman a la UE se han convertido en el eje de la toma de decisiones en diversos ámbitos como el económico y político. Al respecto, la Comisión Europea ostenta el poder ejecutivo y la iniciativa legislativa. Dicha institución está compuesta por un grupo de comisarios que deben ejercer sus funciones en plena independencia de los Estados, en los intereses generales de la UE y dispone de una administración multinacional compuesta por funcionarios organizados en direcciones generales con un comisario a la cabeza en cada una de ellas. Dentro de las funciones de la Comisión se encuentran elaborar textos de análisis, tratar con gobiernos y empresas para la aplicación de las disposiciones de Tratados. Esta institución vigila la coherencia de las políticas y supervisa los gastos de los fondos, así como también cuida la ejecución de las decisiones de la UE. Por otra parte, la Comisión toma decisiones con el Parlamento, las cuales deben ser adoptadas por el Consejo, así también elabora propuestas de leyes que después pasan a ser sometidas al Parlamento y al Consejo

(Lezé, 2010).

Cabe destacar que la Comisión es la institución supranacional por excelencia de la UE. Al respecto, sus funciones diplomáticas las ejerce con autonomía en diversos temas y dispone de representaciones en varios países, participa en reuniones de organizaciones internacionales sobre todo en temas de política comercial, ayuda comunitaria y negocia acuerdos con terceros países a nombre de la UE (Comisión Europea, 2019). En el marco de las funciones económicas, la Comisión tiene el poder de controlar y sancionar, debido a que vigila el respeto de las reglas de competencia económica entre sujetos privados y en

9 Las instituciones y organismos de la UE son: Parlamento Europeo, Consejo Europeo, Consejo de la Unión Europea, Comisión Europea, Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), Comité Económico y Social Europeo (CESE), Comité Europeo de las Regiones (CDR), Banco Europeo de Inversiones (BEI), Banco Central Europeo (BCE), Tribunal de Cuentas Europeo (TCE), Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Defensor del Pueblo Europeo, Supervisor Europeo de Protección de Datos (SEPD). Disponible en https://europa.eu/european- union/about-eu/institutions-bodies_es.

43 funciones políticas internacionales, desde el Tratado de Maastricht en 1992 la Comisión tiene el poder de iniciativa en materia de política exterior de seguridad de la comunidad y cooperación (Islas, 2010).

En otro menester, el Parlamento Europeo tiene sus antecedentes en la Asamblea Parlamentaria de los Tratados fundadores de París de 1951 y de Roma de 1957. Es el órgano democrático de la UE por excelencia. Se autoproclamó como Parlamento desde 1962 y de manera oficial con la entrada en vigor de la Acta Única el 1° de julio de 1957. La institución está compuesta por 705 diputados que se denominan eurodiputados, estos son elegidos en el marco de cada Estado. El Parlamento es la única institución de la UE elegida por sufragio directo y responsable de representar el interés de la ciudadanía. Los diputados se escogen desde 1979 mediante elecciones por sufragio directo en toda la Unión (Parlamento Europeo, 2020).

Dentro de las principales funciones que ejerce el Parlamento Europeo se encuentran el dar su aprobación para acuerdos de índole internacional como: la adhesión de nuevos Estados, de cooperación, la modificación del sistema europeo de bancos centrales, el modo de escrutinio para la elección del parlamento, así como también dar su aceptación de la consulta de los temas señalados por el Consejo Europeo y acuerdos de asociación o comercio entre la UE y terceros países. A su vez el Parlamento maneja el control democrático sobre las demás instituciones de la Unión y el presupuesto. Cabe mencionar al Premio Sakharov, creado por dicha institución en donde se distingue anualmente a una persona o grupo de personas que se destacaron en la defensa de los DDHH en el mundo (Ruiz, 2004).

Otra institución a destacar es el Consejo de la UE o Consejo Europeo, el cual se encuentra formado por los jefes de Estado o de los Estados miembros y por el presidente de la Comisión

Europea, dicha institución representa el máximo órgano político de la Unión (Pérez, 2007). Dentro de las funciones del Consejo se encuentran ejercer la función legislativa junto con el Parlamento y la Comisión en el marco de reglamentos y directivas, concluir acuerdos internacionales entre la UE y los países que no son miembros o de organizaciones internacionales, asegurar la coordinación de las políticas económicas y sociales generales de los Estados miembros, aprobar con el Parlamento el presupuesto de la Unión y dar su acuerdo a la Comisión para su ejecución. También el Consejo define a la Política Exterior y de

44 Seguridad de la Común de la UE (PESC), asistida por el Comité Político de Seguridad (COPS), el Comité Militar de la UE (COMUE) y el Estado Mayor Militar de la UE (EMUE) (Lezé, 2010).

Además, el Consejo de Ministros “es la representación de los Gobiernos de los Estados miembros; y está compuesto por un representante de cada Estado miembro con rango ministerial, facultado para comprometer al Gobierno de su Estado”. El Consejo reúne a los ministros de los países miembros según la materia inscrita en el orden del día, como los Asuntos Exteriores, Agricultura, Industria, Fomento, Transportes, Medio Ambiente, etc. Bajo este tenor, los ministros de Asuntos Exteriores se reúnen para abordar y atender los múltiples asuntos de la agenda internacional (Pérez, 2013: 113).

Es importante mencionar que la UE no cuenta con la división de poderes clásica de los Estados democráticos o republicanos, es decir el poder ejecutivo, legislativo y judicial. No obstante, a través de sus instituciones la UE ha tratado de equilibrar dicha división de poderes, convirtiéndola en un organismo internacional con un sistema institucional único en el mundo.

Si bien la UE cuenta con diversas instituciones en el siguiente cuadro solo se destaca la composición, la competencia y representación de tres de las principales instituciones anteriormente descritas: la Comisión Europea, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo.

Cuadro 3. Triángulo institucional de la Unión Europea Características Comisión Europea Consejo de la UE Parlamento Europeo

Composición Un Comisario por cada Estado Un Representante por cada Eurodiputados que son miembro, el cual es designado Estado miembro, los cuales elegidos en el marco de por dicho Estado. pueden ser distintos según cada Estado por la las cuestiones tratadas. sociedad.

Competencia -Propone reglamentos y -Decide por votación. -Emite su aprobación. directivas. -Detenta el poder legislativo -Controla a la Comisión -Ejecuta las decisiones. y presupuestal de manera Europea. conjunta con el parlamento. -Funciones de control. -Tiene el poder consultivo y de codecisión legislativa -Funciones similares a las del y presupuestal. poder ejecutivo.

Representación Intereses comunitarios Intereses nacionales Intereses de los ciudadanos

Fuente: Elaboración propia a partir de Lezé (2010: 230), Islas (2010: 2019), Comisión Europea (2019), Consejo de la Unión Europea (2019) y Parlamento Europeo (2019).

45 Cabe destacar que el artículo 3 del TUE señala que la Unión dispone de un marco institucional único que promete la coherencia y continuidad de las acciones tomadas en vía de alcanzar sus objetivos, respetando y desarrollando la adquisición comunitaria. Es decir, cada institución actúa en los límites que le confiere los Tratados (Islas, 2010).

1.2. Política Exterior y Derechos Humanos a la Unión Europea en el ámbito internacional

A partir del análisis del primer apartado de este capítulo que versa sobre el papel que juegan las instituciones en el proceso integrador de la UE, se puede destacar que dicho proceso a pesar de sus retos, es el más avanzado a nivel mundial que se conozca en la actualidad y que, habiéndose formado, originalmente, como una instancia de cooperación económica con el

CECA, se ha convertido en una Unión más amplia que considera, también, aspectos políticos y sociales. Bajo este tenor, uno de los temas a considerar de la UE, más allá de su integración es el papel de los DDHH como factor clave en su protagonismo dentro de la comunidad internacional a través de su política exterior.

Así, el concepto de política exterior es de gran importancia para entender las acciones de la

UE en el ámbito de los DDHH. Anteriormente, desde una postura clásica o Westfaliana, la política exterior era utilizada para defender la soberanía y seguridad de un pueblo. En el contexto actual, la política exterior también puede ser un instrumento de defensa de los DDHH dentro y fuera de un país. Velázquez y Monjaraz la definen como “un conjunto de decisiones y acciones que tiene un Estado más allá de sus fronteras con base al interés nacional” (Velázquez y Monjaraz, 2007: 20). Dichas acciones están determinadas por condicionantes internos y externos, la capacidad de negociación internacional, el proyecto de nación, la identidad nacional, valores y normas de conducta. Cabe a destacar que la política exterior incluye objetivos, estrategias e instrumentos que establecen los distintos actores gubernamentales enlazados al proceso de toma de decisiones. El diseño de política exterior está determinado por factores económicos, políticos, sociales, demográficos, tecnológicos, entre otros (Velázquez y Monjaraz, 2007).

De acuerdo con el concepto y los componentes que forman parte de la política exterior señaladas por Velázquez y Monjaraz sobre política exterior. Cabe a destacar la manera en que cada elemento dentro de dicho concepto está relacionado con tres de las principales

46 teorías de las Relaciones Internacionales. En primera estancia con el realismo, porque destaca el papel del Estado y el interés nacional; el constructivismo porque recoge a la identidad nacional, los valores y las normas de conducta; y el liberalismo institucional en razón de que toma en cuenta a otros actores más allá de los Estados como los gubernamentales y los no gubernamentales en donde las instituciones se vuelven una parte importante.

Con respecto a lo antes mencionado, existen diversos componentes que ayudan a profundizar y entender el análisis de la política exterior. Al respecto, encontramos al “Estado como el único actor que desde la perspectiva del derecho internacional puede adquirir y ejercer responsabilidades y compromisos de la política exterior” (Velázquez y Monjaraz, 2007: 21). No obstante, en la actual globalización que vivimos inmersos surgen nuevos actores de acción exterior en la que podemos encontrar a la UE. Si bien los Estados representan entidades reconocidas jurídicamente en el plano internacional, en el caso de la UE, al no ser un Estado nación, sus Estados miembros mezclan y conjugan su política exterior representada en la

PESC y la PCSD, y en este sentido, se convierte en un actor atípico con una política exterior más compleja de definir y analizar.

Por otra parte, la toma de decisiones en la política exterior de la UE se realiza en el seno del Consejo Europeo, en donde los Jefes de Estado de los veintisiete países se reúnen al menos cuatro veces al año para definir los principios y las directrices políticas generales, así también el Consejo de Ministros representado por los ministros de Asuntos Exteriores (Consejo

Europeo, 2019). Al mismo tiempo, la función del Alto Representante para la PESC es lograr los siguientes objetivos

1) Definir la orientación general de la política exterior y de seguridad en nombre de la UE. 2) Coordinar los instrumentos de política exterior de la UE. Como el desarrollo, comercio, política de vecindad, ayuda humanitaria y respuesta a las crisis, en calidad de vicepresidente de la Comisión Europea. 3) Crear consenso entre los Estados miembros de la UE y sus respectivas prioridades, en particular, presidiendo reuniones mensuales entre los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, ministros de Defensa y ministros de Comercio y Desarrollo. 4) Asistir a las reuniones periódicas de los dirigentes de la UE en el Consejo Europeo. 5) Participar en debates sobre cuestiones de política exterior y de seguridad en el Parlamento Europeo. 6) Representar a la UE en reuniones internacionales, como las celebradas en el marco de las Naciones Unidas. 7) Presidir la Agencia Europea de Defensa y el Instituto de Estudios de Seguridad de la UE (Consejo Europeo, 2020).

47 El proyecto nación es otro componente en la política exterior debido a que representa el conjunto de aspiraciones que tiene una comunidad internacional proyectadas hacia el futuro de manera colectiva. En tal sentido, la historia es la fuente principal debido a que un pasado compartido hace que una comunidad busque un futuro en común (Velazquez y Monjaraz, 2007).

Con base en lo antes planteado con respecto al proyecto nación, es importante señalar casos atípicos al resto de los demás. Un ejemplo es la UE, que como se indicó no es un Estado Nación, sino más bien es una entidad geopolítica formada por veintisiete países miembros, los cuales generan en su conjunto un proyecto nación a través de un pasado compartido que influye en el proceso de integración que la UE ha construido. En tal sentido, las consecuencias que los países europeos vivieron tras la PGM y SGM, así como sus valores de naturaleza liberal forjados a lo largo de diversos Tratados como la protección a los DDHH, la democracia y el

Estado de Derecho forman parte del Proyecto Nación de la UE promueve en su acción exterior.

En razón de lo anterior, la política externa de la UE le permite expresarse y actuar con personalidad propia en la escena internacional (Acción Exterior de la UE, 2017: 4). Ello le permite a la UE desempeñarse de manera conjunta ya que, a través de esta figura, los integrantes de tal entidad representan una mayor fortaleza que si se representaran de forma individual. En este sentido, Domínguez señala que la PESC “está en un proceso de definición permanente en el que la convergencia de intereses de los países marca el ritmo de formación de los mecanismos que permiten un mayor compromiso colectivo” (Domínguez, 2000: 268).

Sin embargo, Perera señala que:

la evolución de la integración europea ilustra el flujo continuo entre los particularismos nacionales y el ámbito común; entre lo que una vez fueron las fronteras impermeables entre los Estados y sus entornos internacionales. La historia del proyecto europeo ha sido la de un conglomerado de fuerzas en tensión: las presiones para defender los intereses nacionales y las tendencias transnacionales a cooperar para sobrevivir (Perrera, 2017: 26).

Barbé alude que a pesar de que la UE mediante la PESC resalta la política en común desde su propio nombre, se refiere más bien, a un proceso complejo e institucionalizado de consultas

48 y de cooperación entre los Gobiernos en materia diplomática y de seguridad. Esther Barbé describe a la política exterior de la UE como:

un edificio en construcción sobre un terreno poco estable, en el que los cimientos serían los Estados; la estructura estaría formada por las relaciones económicas exteriores de la Comunidad Europea; y la fachada, siempre más vulnerable y llamativa que cualquier otra parte del edificio, sería la PESC y la defensa en común (Barbé, 2000: 15).

Es importante mencionar las razones fundamentales por las que la UE en su momento justificó la creación de la PESC: la primera es que aquella entidad se había convertido en un actor económico mayor y debía ocupar un papel político correlativo en la escena internacional; la segunda razón, fue la necesidad de unificar su posición internacional y representar voluntad política común, así también el deber de defender sus intereses comunes y enfrentar cualquier amenaza internacional que pudiese afectarla (Domínguez, 2000).

En relación a lo anterior, la UE comenzó a practicar una política exterior más institucionalizada con la creación de la PESC mediante el Tratado de Maastricht en 1992.

Después de la elaboración de los diversos tratados, la UE adquirió la obligación de promover el respeto a la universalidad e interdependencia de los DDHH en relación con el resto del mundo. Actualmente instrumenta una acción exterior activa en diferentes temas como medio ambiente, democracia, cooperación al desarrollo, entre otros. Asimismo, apoya activamente la paz y la estabilidad a través de acciones ejercidas en varias regiones del planeta (Quevedo, 2015).

Santiso señala que en el Título V del TUE abarca los objetivos principales de la PESC, donde se estipula en su artículo 11.1 que la Unión deberá definir e implementar una política exterior de seguridad común cubriendo todas las áreas de política exterior y de seguridad con objetivos para consolidar la democracia, el Estado de Derecho y el respeto por los DDHH (Santiso, 2002).

De acuerdo a la más reciente versión consolidada del TUE publicada por el Diario Oficial de la UE el 26 de octubre del 2012, plantea los objetivos de la PESC de la siguiente manera:

-Defender sus valores, intereses fundamentales, seguridad, independencia e integridad.

49 -Consolidar y respaldar la democracia, el Estado de Derecho, los DDHH y los principios del Derecho internacional. -Mantener la paz, prevenir los conflictos y fortalecer la seguridad internacional, conforme a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, así como a los principios del Acta Final de Helsinki de 1975 y a los objetivos de la Carta de París de 1990, incluidos los relacionados con las fronteras exteriores. -Apoyar el desarrollo sostenible en los planos económico, social y medioambiental de los países en desarrollo, con el objetivo fundamental de erradicar la pobreza. -Fomentar la integración de todos los países en la economía mundial, entre otras cosas mediante la supresión progresiva de los obstáculos al comercio internacional. -Contribuir a elaborar medidas internacionales de protección y mejora de la calidad del medio ambiente y de la gestión sostenible de los recursos naturales mundiales, para lograr el desarrollo sostenible. -Ayudar a las poblaciones, países y regiones que se enfrenten a catástrofes naturales o de origen humano. -Promover un sistema internacional basado en una cooperación multilateral sólida y en una buena gobernanza mundial (Diario Oficial de la UE, 2012: 28- 29). Por otra parte, dentro de la perspectiva del constructivismo, es importante resaltar que el concepto de DDHH resulta complejo de definir a causa de la existencia de diversos planos jurídicos y filosóficos, los cuales caen en el precepto del relativismo. En este sentido, entender qué significan los DDHH para el mundo y en particular para la UE implica tomar en cuenta que la percepción que tenga cada actor sobre el concepto generará un fenómeno de variación pragmática. Bajo este tenor un concepto general que nos señala Nikken es que:

La noción de DDHH en la sociedad contemporánea reconoce que todo ser humano, por el hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado, derechos que tiene el deber de respetar, garantizar o bien está llamado a organizar su acción a fin de satisfacer su plena realización. Estos derechos son atributos de toda persona e inherentes a su dignidad (Nikken, 1984: 45). Respecto a lo anterior, si bien el Estado es un importante actor en la protección, promoción y reconocimiento de los DDHH, las instituciones también han participado en tales acciones.

La ONU, por ejemplo, considera que los DDHH:

50 Son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los DDHH se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna (Naciones Unidas, 2018).

Por su parte, la Comisión Europea señala a los DDHH como libertades civiles y políticas que deben ser promovidas junto a los derechos económicos, sociales y culturales (Unión Europea, 2018). En este sentido los derechos civiles y políticos son “aquellos que protegen la libertad del individuo de su vulneración por parte de los Gobiernos, organizaciones sociales e individuos privados y que aseguran la capacidad de cada individuo de participar en la vida política de la sociedad y el Estado libre de toda discriminación o represión” (Amnesty International, 2018).

De tal modo, es importante destacar que la UE cimienta su política exterior en el enfoque de las relaciones globales de naturaleza liberal, el cual incluye a la democracia y a la protección de los DDHH como instrumentos de paz entre los países dentro de la promoción de sus intercambios económicos, por lo que su acción exterior a través de sus valores compartidos, genera un modelo de sociedad propio representado como un nuevo actor global con una política exterior única en las relaciones internacionales (Quevedo, 2015).

En este contexto, en la versión consolidada del TUE, en su artículo tercero establece que:

en sus relaciones con el resto del mundo, la Unión afirmará y promoverá sus valores e intereses y contribuirá a la protección de sus ciudadanos. Contribuirá a la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible del planeta, la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos, el comercio libre y justo, la erradicación de la pobreza y la protección de los DDHH, especialmente los derechos del niño, así como al estricto respeto y al desarrollo del Derecho internacional, en particular el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas (Diario Oficial de la Unión Europea, 2010). Saltalamacchia y Covarrubias se preguntan ¿cuándo y por qué los Estados persiguen objetivos relacionados con los DDHH? Las investigadoras indican, desde una perspectiva realista, que los DDHH solo importan cuando las naciones poderosas los adoptan y ejercen su poder para implantar conductas afines a dichas normas. Desde esta perspectiva, en las relaciones internacionales la mayor parte de las prácticas relacionadas con los DDHH se exponen mediante la coerción o la coincidencia de intereses. Ante ello, los Gobiernos solo

51 destinan capital político para defender las normas internacionales de DDHH cuando esto coincide con sus intereses (Saltalamacchia y Covarrubias, 2011).

Al respecto, Occidente después de la SGM, se convirtió en el eje de los DDHH de naturaleza liberal. En este sentido, la UE se sumó a dicha ideología al incentivar los derechos de las libertades, para promover el libre mercado que beneficiaría sus intereses económicos y comerciales. Sin embargo, cuando existe libertad se genera inequidad, por lo que resulta importante resaltar que existe una selectividad al momento de promover ciertos derechos que benefician al actor internacional dejando a un lado otros derechos que no cubren sus intereses.

Otro argumento es que los países también utilizan a los DDHH de manera cínica para justificar diversas acciones de política exterior. Así mismo la mayor parte de los análisis “realistas no pueden explicar de manera adecuada por qué los Estados aceptan invertir recursos en el desarrollo del régimen internacional de DDHH, y se comprometen con un conjunto de reglas y normas que restringen su propio comportamiento, aunque sea de forma mínima” (Saltalamacchia y Covarrubias, 2011:23).

Un ejemplo de lo anterior son los intereses políticos y geoestratégicos que existen detrás de las intervenciones a terceros países, por ejemplo, la guerra civil de Siria comprende una dimensión a nivel regional e internacional en la que diversos actores de los dos niveles mencionados juegan un papel relevante en el contexto actual del país. Siria tiene una importante posición geográfica situada en lo que se considera un cruce entre África, Asia y Europa, así también sus fronteras colindan con Irak, Turquía, Israel Jordania y Líbano (Conde, 2017).

Para Tawil el caso de Siria conlleva dos importantes factores, su posición geográfica y su historia tortuosa en la cual el territorio sirio fue desmembrado tras de la caída del Imperio Otomano y después bajo tutela francesa sin la aprobación de su población. Fue hasta 1947 que Siria recuperó su independencia, convirtiéndose en un Estado con fronteras muy artificiales que definieron las potencias mandatarias después de la PGM (Tawil, 2013), con el inicio del colonialismo y el nacimiento de los Estados árabes durante el periodo de la independencia poscolonial y la Guerra Fría, hasta la Primavera Árabe desde 2011, la región de Medio Oriente incluyendo Siria ha estado durante mucho tiempo sujeta a la influencia extranjera (Tawil, 2018).

52 En aquel contexto, un informe de Amnistía Internacional publicado en 2018 sobre la situación de Siria en el régimen de Bashar al-Assad se mencionó que:

las fuerzas del gobierno y sus aliados, especialmente Rusia, perpetraron ataques indiscriminados y ataques directos contra civiles y bienes civiles mediante bombardeos aéreos y de artillería en los que utilizaron armas químicas y otras armas prohibidas internacionalmente, matando e hiriendo a cientos de personas (EITB, 2018). No obstante, las fuerzas de la coalición dirigida por Estados Unidos efectuaron ataques contra Siria en los que murieron y resultaron heridos civiles (Amnistía Internacional, 2018). Ante dicha situación Estados Unidos, Francia y Reino Unido justificaron su respectiva acción de bombardear al territorio sirio como represalia por el presunto ataque químico del que culpan al Gobierno sirio de violar los DDHH de los civiles sirios, a pesar de que los países occidentales antes mencionados también vulneraron dichos derechos (EITB, 2018).

Por otra parte, existe la idea de que los Estados buscan promover los DDHH en la escena internacional como países miembros de organismos internacionales en la materia, ya sea porque se genera publicidad positiva sobre sus prácticas o porque el incumplimiento de las normas genera una mala reputación en la comunidad internacional (Saltalamacchia y Covarrubias, 2011).

Así, es relevante destacar que la UE gana un importante papel como actor en la escena internacional en materia de DDHH gracias a una serie de Tratados que ponen en manifiesto la obligación jurídica de los miembros para promover y proteger dichos derechos a través de su política exterior. Del mismo modo, la importancia de la cláusula democrática en los acuerdos comerciales que firma la UE con terceros países como herramienta de cooperación para condicionar cualquier tipo de ayuda o apoyo, e incluso relaciones diplomáticas o comerciales consiste que el Estado receptor cumpla con una serie de requisitos a favor de la democracia y los DDHH (Covarrubias, 2001).

Sin embargo, la UE también se ha ganado una reputación negativa con el deterioro de los

DDHH de los refugiados y migrantes sirios que buscan refugio en países de Europa a excepción de Alemania, ya que más de un millón de personas que han llegado a la UE, la mayor parte de ellas huyendo de la guerra y el terror en Siria y en otros países como Afganistán, Pakistán, Somalia, Sudán, Irak, Nepal, entre otros. Ante esta situación, el anterior

53 Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein (2014- 2018), acusó en marzo de 2016 a las autoridades europeas de violar principios fundamentales como la solidaridad, la dignidad y los DDHH debido a los intentos de expulsar colectivamente a los refugiados que llegaban a sus costas (Naciones Unidas, 2018).10

Otro caso a destacar son las acciones que la UE ha ejercido ante la crisis venezolana con la administración de Nicolás Maduro desde el 2013, en un contexto en el que se han violado los derechos civiles y políticos. Tomando en cuenta que en Venezuela las alarmantes condiciones de vida como la desnutrición, la falta de alimentos, la escasez de medicamentos, los productos de higiene personal y los constantes cortes de electricidad empeoran a diario la situación poniendo muchas vidas en riesgo (Amnistía Internacional, 2018).

Un estimado de cuatro millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años

(ACNUR, 2019). Tras el colapso político y económico del país sudamericano, se ha generado uno de los mayores éxodos de la historia de la región. En 2018 Venezuela se convirtió en el país con mayor número de solicitantes de asilo, aproximadamente 341.800, una situación de emergencia, comparable e incluso mayor que Siria con 106.200, uno de los países que viven conflictos armados internos desde hace muchos años.

Tras el contexto anterior, la crisis venezolana se ha vuelto en un tema que ha llamado la atención de la comunidad internacional debido a la evidente violación a los DDHH de los venezolanos. Ante ello diversos actores entre en los que destacan la ONU, Estados Unidos, el

Grupo de Lima y la UE han ejercido una serie acciones de diferente índole hacia el país sudamericano. En este sentido, es importante analizar desde diferentes perspectivas, el por

10 Alemania a diferencia de otros Estados miembros de la UE implantó políticas que concedieran protección a miles de refugiados desde el 2015, el 25 de agosto del mismo año Alemania suspendió los acuerdos de Dublín para ciudadanos sirios, lo que significó que los refugiados de ese país ya no tenían que ser enviados de regreso al primer país de la UE en el que entraron. El 4 de septiembre en la principal estación de trenes de Múnich, voluntarios alemanes entregaron caramelos y saludaron a cientos de refugiados con carteles. Esto puso de manifiesto el "Willkommenskultur" alemán, o la "cultura alemana de bienvenida", lo que convirtió al país en el destino más anhelado de los solicitantes de asilo en Europa. Disponible en: https://www.dw.com/es/alemania- dos-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-de-la-apertura-de-fronteras-a-refugiados/a-40361571. No obstante, la situación cambió en 2018 debido a un ascenso de la ultraderecha y el riesgo a perder gobiernos regionales está poniendo en dificultades a los migrantes solicitantes de asilo, por ejemplo, residentes del pueblo de Pfenningbach, situado en la región de Baviera y cerca de la frontera con Austria, firmaron una petición oponiéndose a que un centenar de solicitantes de asilo se alojarán en un edificio vacío. Véase https://es.euronews.com/2018/07/27/la-bienvenida-a-los-refugiados-en-alemania-se-enfria

54 qué dichos actores internacionales deciden hacer algo para proteger los DDHH ante la crisis venezolana.

Desde una visión realista, los DDHH solo prevalecen en las relaciones económicas en cuanto más importante es un país en términos de comercio, su mercado, la posesión de petróleo o energía nuclear o la proximidad geográfica (Hazelzet, 2001). Con base a lo anterior, Venezuela cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo y es considerada como uno de los exportadores más importantes de tal combustible (Gallegos, 2016).

Si bien algunos actores como Estados Unidos y los países latinoamericanos pertenecientes al Grupo Lima pueden tomar en cuenta sus recursos naturales, la cercanía geográfica y vínculos comerciales como factores de interés detrás de sus acciones a favor de los DDHH desde la lógica realista, el caso de la UE no es de la misma manera, ya que Venezuela se encuentra muy alejada en términos geoestratégicos y no depende de su petróleo, ni cuenta con vínculos comerciales. Por tal motivo, es importante entender las acciones que ejerce la UE y bajo qué instrumentos se mueve en su política exterior frente al deterioro de los DDHH en terceros países puesto que muchas veces la protección y la promoción dichos derechos no es lo mismo en la retórica que en la práctica.

Por otra parte, desde la visión del liberalismo institucional, la acción exterior de la UE, como se ha señalado en los anteriores párrafos, actúa a través de instituciones y bases liberales proyectadas en la promoción y protección de los DDHH y la democracia; preceptos en los que

Venezuela se ha deteriorado. En tal sentido, el rol de las instituciones dentro de la UE se vuelve importante en la toma de decisiones de su política exterior con terceros países en situaciones de crisis.

Desde otra perspectiva, el constructivismo establece que “las concepciones y acciones de los actores internacionales, estarán determinadas por normas que se refieren como expectativas colectivas acerca de una conducta apropiada para una identidad dada” (Bravo y Sígala 2016:

45). Ante ello los DDHH se han convertido en expectativas colectivas de los países occidentales como conducta apropiada que los países deben seguir. No obstante, los constructivistas afirman que las identidades y los intereses de los actores internacionales son variables socialmente construidas que dependen del contexto histórico y cultural en que estén

55 insertos (Bravo y Sígala, 2016). De lo anterior, tanto la UE como el gobierno de Nicolás

Maduro tienen un contexto histórico y una perspectiva del concepto de DDHH diferente, por tal motivo la identidad es única en cada actor y puede provocar un contraste de intereses.

Así mismo es importante señalar que desde el constructivismo las estructuras sociales se componen de tres elementos esenciales: los entendimientos intersubjetivos normativos, los recursos materiales y la práctica (Bravo y Sígala, 2016). En el contexto venezolano en relación con la UE, los entendimientos intersubjetivos son la manera como los países pertenecientes a la UE perciben y califican el comportamiento de los dirigentes políticos en

Venezuela, en la que se resalta la falta de democracia y la violación a los DDHH. Los recursos materiales se reflejan a través de su política exterior con la PESC al promover los DDHH y la práctica se concluye en las sanciones que se ejercen hacia el gobierno de Maduro.

1.3. La cooperación internacional al desarrollo, el diálogo político y las sanciones en el marco de la condicionalidad

Los DDHH forman parte de la agenda internacional, por tal motivo diversos gobiernos nacionales y actores internacionales atípicos como la UE fomentan dichos valores a través de estrategias de política exterior. Sin embargo, también existen gobiernos que mediante dicha política resisten entrar a los preceptos liberales como la democracia y los DDHH, por lo tanto, el principal instrumento y estrategia de los Estados es su política exterior.

En el siglo XX la humanidad pasó por dos guerras mundiales en las cuales los derechos de las personas fueron vulnerados, hecho que suscitó a su vez luchas sociales y revolucionarias para lograr su reconocimiento. Dichos antecedentes generaron la necesidad de categorizar a nivel nacional e internacional los DDHH a partir de su institucionalización e internacionalización que se expresó con la protección de estos derechos a través de leyes nacionales, un nivel de compromiso de los poderes del Estado en su defensa, Tratados Internacionales y la creación de Organismos Internacionales especializados en la materia como la ONU (Ánzola, 2002).

Bajo este contexto, existe una serie de instrumentos dentro de la política exterior que los actores internacionales ejercen para lograr objetivos e intereses. Así lo señala Velázquez, refiriéndose a los instrumentos de política exterior como aquellos mecanismos institucionalizados y reconocidos por la comunidad internacional que ayudan al logro de

56 objetivos al determinar el tipo de relación que se establece con otros Estados. Estos elementos se encuentran en la diplomacia con vías a la cooperación, la diplomacia coercitiva, las sanciones económicas, la ayuda externa y las alianzas (Velázquez, 1999).

Algunos ejemplos de instrumentos de política exterior del ámbito colaborativo son las visitas presidenciales, las cumbres de jefes de Estado, los tratados, las organizaciones internacionales y la CID, la cual sobresale en dicho rubro (Prado, 2018). Tanto la política exterior como la CID, “en sus respectivos perfiles de políticas públicas de Estado, cobran especial relevancia por el impacto que éstas deben tener como piezas clave en la consecución de las aspiraciones y responsabilidades nacionales e internacionales que determinado gobierno pretende conseguir” (Prado, 2018: 258).

Gavilanes define a una política pública como:

un proceso integrador de decisiones, acciones, inacciones, acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades públicas con la participación eventual de los particulares, y encaminado a solucionar o prevenir una situación definida como problemática. La política pública se hace parte de un ambiente determinado del cual se nutre y al cual pretende modificar o mantener (Gavilanes, 2009: 156). Tras la definición anterior, la política exterior es una política pública con sus propias características la cual debe de ser adecuada, viable y adaptativa para tener éxito en la escena internacional. No obstante, podemos encontrar que la UE promueve preceptos liberales como los DDHH y democracia en su política exterior a través de instrumentos como CID, diálogo político y sanciones que forman parte del accionar en el marco de condicionalidad que la Unión ejerce en sus relaciones con terceros países, aunque muchas veces existe cierta contracción y discrecionalidad que deja ver que la política exterior en la práctica es funcional y adaptativa el interés de los países miembros.

Ahora bien, para entender y analizar los instrumentos de política exterior que la UE utiliza en sus relaciones con terceros países es importante señalar sus conceptos, su evolución y sus características. En primer lugar, la CID es:

Una actividad a nivel global que realizan diferentes actores del sistema internacional que mediante acciones colectivas complementan capacidades nacionales en ciertos países para mejorar la vida de su población. Los actores que instrumentan dicha cooperación, aparte de las donaciones económicas,

57 también utilizan asesorías, capacitación, innovación científica y tecnológica, así como la construcción de infraestructura, entre otras acciones (Prado, 2016: 17).

Ante esto, Malacalza describe a la CID desde diferentes perspectivas a través de las teorías de las Relaciones Internacionales. Desde el neorrealismo, la CID es un instrumento de política exterior que sirve a los intereses del Estado en términos en términos de poder. Desde la perspectiva del institucionalismo liberal, la CID se explica por la existencia de normas o regímenes internacionales y desafíos colectivos de provisión de bienes comunes globales.

Finalmente, desde el enfoque constructivista la CID está guiada por cierto internacionalismo humanitario basado en conductas éticas y valores de los Estados (Malacalza, 2019).

Por otra parte, la CID se ha transformado con los diversos cambios generados por los procesos de globalización, debido a la aparición de nuevos actores. Además de los Estados, los organismos internacionales, empresas transnacionales, sociedad civil nacional e internacional, organizaciones no gubernamentales, bancos regionales, entre otros forman parte importante de dicha práctica (Duarte, 2014).

En este sentido, el primer capítulo de la Carta de las Naciones Unidas establece que los miembros deben:

realizar la cooperación internacional en la solución de sus problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los DDHH y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión (Naciones Unidas, 2017).

Cabe a destacar que la CID ha evolucionado a lo largo del tiempo. En un principio dicha cooperación durante los años de posguerra no solo fue catalogada como ayuda humanitaria haciendo alusión a los efectos de la SGM en los países de Europa, sino también como un instrumento diplomático para mantener aliados en la configuración bipolar entre Estados Unidos frente a la Unión Soviética (Duarte, 2014).

En el mismo sentido, Prado señala que la cooperación que se ejercía en la Guerra Fría se caracterizó por alianzas políticas donde los países donantes seleccionaban la ayuda en función de intereses de carácter geoestratégico, ideológico, político y de seguridad. Sin embargo, una vez finalizada dicha contención bipolar surgió, una importante trasformación

58 en el marco de la cooperación internacional, en el cual, la democracia y los DDHH pasaron a formar parte de los objetivos de los donantes (Prado, 2009).

Si bien durante la Guerra Fría los principales donantes fueron la Unión Soviética y los Estados Unidos, tras el fin de la contención bipolar surgieron nuevos actores internacionales como la UE que han dado mucho de qué hablar en el ámbito de la CID y la protección de los

DDHH en su acción exterior.

Bajo este tenor, en el marco de objetivos TUE de Maastricht que entró en vigor 1993, se señala:

La cooperación internacional al desarrollo tiene entre sus objetivos promover la democracia, los DDHH, el Estado de derecho y las libertades fundamentales. Desde entonces, los países miembros de la UE tienen el deber y el compromiso de velar por dichos objetivos de naturaleza liberal en el ejercicio de la cooperación (Tratado de la Unión Europea, 1993).

Al respecto, Sotillo señala que la política de desarrollo de la UE parte de su solidaridad hacia el exterior debido a la importante posición que ocupa como entidad donante en el ámbito internacional. Sin embargo, su solidaridad también se combina con los intereses propios de sus Estados miembros:

prueba de ello es que el destino de la ayuda va fundamentalmente dirigido hacia países que son candidatos a la adhesión de diversas zonas de Europa y las antiguas colonias de los Estados europeos (el grupo de los países de África, el Caribe y el Pacífico) (Sotillo, 2006: 50). No obstante, Montserrat Pi destaca que la articulación de los derechos fundamentales dentro de la UE y la configuración de su acción exterior a partir de fundamentos legales y políticas, el tema de los DDHH está presente en una gran variedad de acciones de condicionalidad (Pi, 2000).

La condicionalidad es un concepto clave e importante de la UE en el momento de promover como de proteger los DDHH y la democracia en terceros países. En cuanto a la condicionalidad se define en términos generales, “como un conjunto de requisitos de carácter económico y político dictado por los donantes que los receptores deben cumplir como compromiso de recibir colaboración externa, los DDHH y la democracia ocupan aquí un lugar destacado”

(Prado, 2009: 71). En este sentido la UE, como entidad donante, recurre a dicha condicionalidad para promover sus valores de naturaleza liberal en países receptores.

59 Para Montserrat Pi, “el término condicionalidad se suele aludir al hecho de someter la percepción de determinados beneficios, como las ayudas o ventajas comerciales al cumplimiento de una serie de condiciones” (Pi, 2000: 86).

Al respecto existe la condicionalidad positiva que se da a través de incentivos y cooperación económica, técnica, científica entre otros.11 Y, por otro lado, la condicionalidad negativa que infiere una reacción de tipo punitiva ante una situación de violación de los DDHH (Pi, 2000).

En relación con lo antes planteado, la UE materializa la condicionalidad dentro de las cláusulas democráticas o de DDHH. Cabe recordar que la cláusula de DDHH12 que hoy en día la Unión utiliza en terceros países como un requisito para ejercer vínculos comerciales. Es importante destacar que, en un principio no se priorizaron los DDHH en los Acuerdo de Lomé

I y II en 1975 y 1980 sino hasta mediados de los ochentas, en el acuerdo de Lome III, la Comunidad insistió en incluir dentro del Acuerdo a dichos derechos, no obstante, únicamente se logró una referencia en el preámbulo que en términos jurídicos no representó relevancia, el resultado no fue más allá de una referencia en el Preámbulo y una mención en el artículo 4 sobre la dignidad humana que en el ámbito jurídico podía tener poco impacto (Pi, 2000).

Sin embargo, en 1989 en Lomé IV se logró un importante cambio en el ámbito de los DDHH.

Los países de África, Caribe y el Pacífico (ACP) que en ese entonces se negaban a adoptar la condicionalidad de la ayuda, cedieron debido a su debilidad económica y dependencia. Los países del ACP aceptaron añadir una cláusula de suspensión que permitía a la Comunidad

Europea interrumpir sus ayudas en casos graves de violaciones de los DDHH, con ello la

11 Las formas de la cooperación internacional para el desarrollo son: La técnica que consiste en conocimientos, habilidades y experiencias entre actores internacionales. La científica que se establece en un proceso de investigación con métodos, respaldo teórico y con la finalidad de difundir conocimiento entre los miembros cooperantes. La tecnológica que ayuda a la creación de modelos que atienden a ciertas necesidades. La cultural que tiene como tarea dar a conocer las expresiones artísticas, difundir historia y pensamientos filosóficos. La educativa que reside en impartición o traslado de conocimientos académicos. La económica que alinea bienes, servicios y recursos económicos con el objetivo de ampliar la capacidad productiva. La financiera que se basa en traspasos de recursos monetarios. La comercial que son los intercambios de bienes y servicios mediante beneficios. La deportiva que tiene como finalidad promover acciones como la cultura física para crear relaciones entre los Estados en un ambiente de amistad, fraternidad y competencia. Por último, la ayuda humanitaria que implica practicas colectivas de países y organismos multilaterales para contrarrestar consecuencias de catástrofes humanitarias (Prado, 2017). 12 La UE impone a todos los países que quieran firmar acuerdos comerciales con ella, la exigencia de incluir la cláusula democrática. El fin último de esta cláusula es conseguir que todos los socios comerciales de Europa respeten los DDHH y la democracia, porque si no lo hacen, se puede rescindir el Tratado comercial firmado con la UE. Véase en: https://www.unir.net/derecho/revista/noticias/la-importancia-de-la-clausula-democratica-en- los-acuerdos-comerciales-que-firma-la-ue-con-terceros-paises/549203633438/

60 cláusula se extendió a Latinoamérica siendo Argentina el primer país en firmar dicha cláusula desde 1990 (Pi, 2000).13

Tras el contexto anterior, el Acuerdo de Cotonú fue adoptado en el año 2000 como un marco general de la UE con los países de ACP en sustitución del Convenio de Lomé, de 1975. Dicho Acuerdo expira en febrero de 2020 y tiene como finalidad reducir la pobreza y contribuir a la integración gradual de los países ACP en la economía mundial basándose en tres pilares:

CID, cooperación económica y comercial dimensión política, abarcando primordialmente las

áreas de democracia y DDHH, entre otras (Consejo Europeo, 2019).

Por otra parte, Soltillo señala que, dentro del contexto de la UE, los DDHH se vuelven un requisito de obligado cumplimiento para los países que desean incorporarse a la Unión y una condición previa para los países que concluyan acuerdos comerciales o de otra índole con la

UE. Esta condición es transformada en una cláusula democrática para los acuerdos que suscriba la Comunidad desde 1991 (Sotillo, 2006). En este sentido, la UE tiene un gran número de acuerdos no sólo con sus países miembros, sino en todo el mundo en donde la cláusula democrática es esencial.

Del mismo modo, Manero destaca que el establecimiento de los DDHH como un elemento esencial del Acuerdo de Lomé supone elevar a categoría de obligación real y no de simple declaración de buena voluntad, convirtiendo a dichos derechos y a los principios democráticos en un eje fundamental de la política exterior de la UE. En este sentido, las denominadas cláusulas democráticas han ayudado en la consolidación de la UE a tener una imagen de promotora en DDHH y democracia en la comunidad internacional (Manero, 2014).

Sin embargo, el término condicionalidad se fabricó para denotar la práctica de los donantes de vincular la ayuda a condiciones específicas en las que los beneficiarios siguen siendo

13 Las elecciones celebradas en Argentina en octubre de 1983 dieron fin a la dictadura militar y con ello el inició un proceso de transición democrática con Raúl Alfosín. Poco después el 8 de julio de 1989 llegó al poder Carlos Saúl Menem, quien en un contexto de estallidos hiperinflacionarios constituyó el inicio de una serie de medidas políticas tendientes a restablecer la autoridad del Estado y reconstruir sus capacidades institucionales (Castro, 2001). Bajo dicho contexto la UE comenzó a ejercer relaciones comerciales con Argentina acompañadas de la cláusula democrática como condicionalidad, tomando en consideración que era un país recientemente democrático y necesitaba urgentemente ayuda externa. Por otra parte, el gobierno argentino ejerció una serie de acciones para evitar una regresión dictatorial y mejorar la situación económica.

61 elegibles para la ayuda (Tomasevsky, 1997: 9). Aunando a lo anterior y como ya se ha se ha señalado en párrafos anteriores en el marco de la condicionalidad, Prado señala que:

dependiendo de la reacción del receptor respecto a las solicitudes exigidas por el donante, la condicionalidad política de la cooperación al desarrollo opera mediante dos estrategias fundamentales: la primera, llamada condicionalidad positiva o vinculación constructiva, consiste en el estímulo, la cual se materializa en la gratificación a través de actividades de colaboración entre donante y oferente. La segunda se refiere a los castigos ejercidos mediante sanciones a la ayuda internacional en contra del receptor (Prado, 2006: 32). Ante este contexto, el orden en que diversos actores recurren al marco de la condicionalidad va en orden gradual del diálogo político hasta las sanciones.

El diálogo político se ha convertido en un mecanismo de las relaciones y acuerdos suscritos con el resto del mundo. A escala regional, dicho diálogo se ha referido en su contenido a temas como la estabilidad política, la consolidación del Estado de derecho y el respeto de los

DDHH (Levi, 2014).

Santiso destaca que la prevención de conflictos, el impedimento del deterioro de gobernabilidad y las repuestas al desgaste de la democracia representan desafíos complejos para las políticas de la ayuda, al respecto se requiere de estrategias adecuadas para fomentar y fortalecer dichas situaciones. En este sentido el diálogo político se ha transformado en un instrumento para promover democracia y prevenir conflictos (Santiso, 2002).

De esta forma, el diálogo político se convierte en una medida de condicionalidad positiva de la UE a través de sus instituciones como el Consejo. Sin embargo, el diálogo se ha ejercido con países donde mantiene importantes intereses políticos y económicos los cuales, más allá de respetar los DDHH de sus ciudadanos, presentan intereses económicos y políticos de por medio (Prado, 2006).

Petrasek señala que en ámbito de la condicionalidad las relaciones frente a algunos Estados receptores que violan los DDHH puede ser más punitiva, mientras que con otros se puede tratar mediante el diálogo político siendo más persuasivos (Petrasek, 2013). Lo anterior refleja la evidencia del interés y la discrecionalidad que la UE ejerce esta actividad con terceros. En este sentido, mientras unos países son sancionados con rigidez, otros no son tratados con la misma severidad a pesar de realizar las mismas acciones y vulnerar DDHH y democracia.

62 Por otro parte, las sanciones internacionales se han convertido en un elemento fundamental en el ámbito de las relaciones internacionales contemporáneas. José Manuel Álvarez indica que las sanciones internacionales se caracterizan adoptar tres formas principales: las diplomáticas relacionadas con la reducción de relaciones diplomáticas, que incluyen limitaciones o cancelaciones de visitas gubernamentales de alto nivel o expulsión de personal diplomático; las económicas relacionadas con la prohibición del comercio; y finalmente las militares que se llevan a cabo a través de una intervención militar o embargo de armas (Álvarez, 1998).

Cabe mencionar que en el marco de las sanciones existen las llamadas “sanciones inteligentes”, las cuales van dirigidas a los intereses de los responsables del país castigado al pretender aminorar su impacto en la población civil (Prado, 2009: 49). Esto se debe a que muchas veces las sanciones económicas afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad y por ende a sus DDHH.

La individualización de la responsabilidad por las violaciones de los DDHH y de las sanciones es un paso obvio hacia la aplicación efectiva de los dichos derechos. Ese razonamiento llevó a propuestas para que los poseedores del poder en lugar de sancionar a la población en general, solo fueran sancionadas las élites políticas a través de la congelación de los activos financieros (Tomasevsky, 1997).

En el seno de la UE las sanciones son un instrumento de la política exterior y de seguridad común, mediante las cuales se buscan ciertos objetivos como: proteger los valores, los intereses fundamentales, preservar la paz, consolidar y apoyar la democracia, el Estado de derecho, los DDHH y los principios del derecho internacional, así como prevenir conflictos y reforzar la seguridad internacional (Consejo de la Unión Europea, 2018). Prado sintetiza el proceso de las sanciones en las instituciones de la UE de la siguiente manera:

la principal autoridad que decide si las sanciones son impuestas es el Consejo de Ministros a través de la unanimidad de sus votos. La Comisión, por su parte, se encarga de redactar las propuestas sobre cómo y qué tipo de sanciones serán impuestas a un Estado infractor, para lo cual la mayoría cualificada del Consejo es suficiente para aprobar dichas propuestas de origen comunitario (Prado, 2006: 338).

63 Cabe destacar que, en el marco de la PESC, la unanimidad dentro de los países miembros de la UE es un factor muy importante para tomar una decisión respecto a sancionar a un tercer país. En este sentido con que un solo país de la UE vote en contra, no es posible ejercer una sanción; lo contrario pasa con los incentivos que brinda la UE a terceros países. Por dicho motivo, le resulta más fácil a la UE aplicar “zanahorias que palos” en su acción exterior (Hazelzet, 2001).

Por otra parte, dentro de la cooperación internacional y su inherente condicionalidad, existe poca transparencia en materia de reformas económicas, democracia y DDHH al no ser aplicadas con los mismos parámetros entre los distintos receptores de ayuda; es decir, en varios casos actúan de manera discrecional (Prado, 2009).

Salmerón señala que la relación que se ha dado entre la UE y los países no democráticos cercanos a su territorio es consecuencia de la priorización en materia de seguridad e intereses geoestratégicos. Dicha situación ha generado controversia debido a que estos países tienen una cercanía geográfica y la UE evita de alguna manera una confrontación frontal con los gobiernos autoritarios, omitiendo la interferencia en asuntos internos que tengan que ver con democracia como con DDHH y reconociéndolos como socios políticos y comerciales pese a sus sistemas autoritarios (Salmerón, 2017). Bajo dicho tenor encontramos los casos de Argelia, Libia y Egipto.

En 1992 se suscitó un golpe de Estado en Argelia liderado por Abdelaziz Bouteflika, tal hecho canceló los resultados electorales en el cual el Frente Islámico de Salvación había ganado la contienda electoral. Sin embargo, Francia y la mayoría de los Estados miembros de la UE tomaron posturas discretas ante la crisis de Argelia, que afectaba severamente el proceso democrático de dicho país. Durante un largo período la UE no ejerció presión política ni se establecieron sanciones comerciales en contra del régimen ilegitimo y militar argelino. Por el contrario, se incrementó la ayuda reconociéndolo como socio comercial especialmente en el sector energético, pese a que el gobierno de Bouteflika no se caracterizaba por un contexto democrático ni por respetar los DDHH de su población (Prado, 2006: 344-397).14

14 En 2019 la situación de Argelia da un cambio político, tras de 20 años en el poder, el presidente Abdelaziz Buteflika anunció a través de una carta su renuncia a un quinto mandato presidencial a sus 82 años si deteriorado estado de salud le impide en gran medida seguir gobernando. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2019/03/11/actualidad/1552325987_421836.html.

64 Del mismo modo, Libia fue un claro ejemplo de cómo intereses de ciertos países de la UE pueden influir en la aplicación de la condicionalidad en un gobierno con poco desempeño en materia de democracia y DDHH. El control de migración desde Libia hacia la UE ayudó a Gadafi a encontrar apoyo en el ex presidente de Francia (Nicolás Sarkozy), el ex Primer ministro de Reino Unido (Tony Blair) y el ex presidente del Consejo de Ministros de Italia (Silvio Berlusconi) a convertirse en un socio de negocios de energía y seguridad, y con ello la ayuda europea al desarrollo se desembolsó para fortalecer el régimen Gadafi que estaba a cargo de patrullar el Mediterráneo e interceptar a los migrantes (Salmerón, 2017).

Tras la muerte de Gadafi en 2011, Libia se ha convertido en escenario de serios enfrentamientos entre fuerzas rivales en busca de gobernar dicho país.15 Para el 3 de junio de 2019 la UE fue denunciada por crímenes de lesa humanidad mediante un escrito dirigido a la Corte Penal Internacional de La Haya por un grupo de abogados internacionales los cuales aseguraron presentar pruebas que comprometían a funcionarios de los Estados de la

UE, al dejar supuestamente en manos de Libia la reducción del flujo migratorio. Dicha denuncia se basó documentos internos de los organismos comunitarios y en declaraciones públicas de los propios funcionarios de la Unión, los abogados demostraron la responsabilidad criminal europea como parte de una política premeditada para contener los flujos migratorios procedentes de África a través de la ruta central del Mediterráneo desde 2014 hasta 2019 (Carbajosa, 3 de junio de 2019).

Además, existen algunos casos más recientes en donde la UE ha ejercido ciertas acciones, que generan diversas ambigüedades y relevancia en el contexto de los siguientes tres epígrafes.

Por otra parte, se han dado una serie de manifestaciones por parte de la población civil. Dicho suceso deja ver que más allá de lo que la UE promueva en su política exterior como la protección a los DDHH y la democracia en terceros países, el factor que ocasionó un verdadero cambio en la crisis política de Argelia fueron las circunstancias desfavorables de salud de Buteflika y no la acción exterior de la UE. 15 En 2019, la presión migratoria hacia Europa desde los países africanos del área del Mediterráneo Central, especialmente desde Libia, continúa en descenso con un 95% menos que en el mismo periodo en 2018. EL conflicto armado en Libia no es por el momento en un aumento de salidas de inmigrantes hacia Europa. No obstante, sí se han incrementado los desplazamientos internos hacia Túnez y Argelia. No obstante, la UE acordó la extensión, hasta el 30 de septiembre del 2019, la operación EUNAVFORMED Sophia la cual consiste en una operación militar de la UE en el Mediterráneo central meridional, frente a las costas libias, para luchar contra las redes de tráfico de personas, prevenir flujos de migración irregular y evitar que muera más gente en el mar. Disponible en: http://www.defensa.gob.es/misiones/en_exterior/actuales/listado/eunavformed.html y https://www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala-prensa/situaci%C3%B3n-libia-17042019.

65 El vínculo especial entre la relación UE-Egipto, bajo el gobierno de Abdelfatah Al-Sisi

En fechas más recientes, un caso interesante y pleno de analizar tras la Primavera Árabe es Egipto, un país político y culturalmente importante de Oriente Medio. En 2019 su forma de gobierno sigue siendo dictadura militar bajo la figura de Abdelfatah Al-Sisi, quien lideró el golpe de Estado del 3 de julio de 2013 en el cual derrocó al primer presidente democrático del país en sus más de 5 mil años de historia, Mohamed Morsi.16 El 8 de junio de 2014 Al- Sisi se convirtió en presidente constitucional de Egipto, siendo reelecto en 2018, para otro período presidencial (Excélsior, 3 de febrero 2019).

Blandón señala que el régimen de Al-Sisi conlleva una regresión autoritaria que está erosionando la consolidación de una sociedad civil democrática y una estabilidad política, económica y social en Egipto, la cual se encuentra en un proceso de transformación debido una serie de enmiendas constitucionales que abrieron la puerta para que el presidente Abdelfatah al-Sisi pueda permanecer en el poder hasta 2030. Durante el proceso para aprobar la reforma que permitió al militar seguir en el poder se dio un contexto en donde menos de la mitad de la población civil acudió a votar,17 los medios de comunicación a favor del Gobierno, empresarios y legisladores habían presionado para un voto por el (Sí) y una alta participación, ofreciendo incentivos, mientras las autoridades amenazaban con multar a cualquiera que boicoteara la votación (Blandón, 2019).

No obstante, pese a dicho contexto en Egipto, la UE emitió una declaración el 27 de julio del

2017 en la cual señaló que el Consejo de Asociación de la UE-Egipto acogía con satisfacción la adopción de prioridades negociadas conjuntamente para que ambas partes reforzaran su compromiso estratégico en beneficio en áreas de interés y desafíos en común, con el fin de

16 Cabe señalar que antes de Morsi, Egipto era dirigido por diversas dictaduras militares, por ejemplo por el militar egipcio Anuar el Sadat, quien permaneció en el poder por 11 años, desde 1970 hasta 1981 a causa de un atentado por un grupo de terroristas islamistas en 1981. En gobierno de Sadat ejerció importantes relaciones con Estados Unidos que lo apoyaron a recuperar la península del Sinaí (CIDOB, 2017). Tras Sadat, llegó al poder el militar Mubarak (Vicepresidente), quien gobernó Egipto durante casi 30 años, desde 1981 hasta el 2011, donde fue derrocado durante la llamada Primavera Árabe que consistió en una serie de manifestaciones de la población popular motivadas por la grave situación económica y la ausencia de libertades políticas que condujeron a la caída de dictaduras de Túnez y Egipto, bajo dicho contexto Morsi fue electo presidente en 2011 en los primeros comicios democráticos tras la Primavera Árabe. Véase en: /www.ecured.cu/Primavera_Árabe 17 La participación en la consulta popular fue de más de 27 millones de votantes, un 44,3 % de los más de 61 millones de personas llamadas a las urnas. Véase en: https://www.lavanguardia.com/internacional/20190423/461832227857/90-egipcios-mantener-al- sisi-poder-2030-referendum.html

66 garantizar la estabilidad a largo plazo. Dicha asociación incluirá el apoyo al desarrollo económico y social sostenible de Egipto, el buen gobierno, el estado de derecho, los DDHH, la migración, la seguridad, el contraterrorismo y la cooperación en política exterior a través de consultas intensificadas sobre temas regionales e internacionales (Consejo Europeo, 2017).

Poco después, el 20 de diciembre del 2018 la UE emitió otra declaración en la cual señaló apoyar el desarrollo socioeconómico de Egipto, una mayor asociación en el marco de la política exterior con diálogo y colaboración en los ámbitos de la democracia, la buena gobernanza, el Estado de Derecho, los DDHH. Así también la UE señaló apoyar la evolución de este país hacia un Estado moderno y democrático y reconoció a Egipto como importante socio y actor regional con visitas de representantes de los Estados miembros de la Unión al más alto nivel (Consejo Europeo, 2018).

Ante contexto egipcio, es claro que la UE ha adoptado una condicionalidad positiva por medio diálogo político y un reforzamiento de cooperación en diferentes ámbitos. Cabe a destacar que, pese al proceso político que ha existido en Egipto en los últimos años y que no se destaca por principios democráticos alineados con los preceptos que la UE promociona en su acción exterior, la UE ha hecho énfasis en apoyar en mayor medida a Egipto como en su momento sucedió con Argelia en el periodo de Bouteflika y la Libia de Gadafi en comparación a otros países con un contexto similar de deterioro democrático y DDHH. En este sentido, encontramos una experiencia empírica del término “correlación a la inversa”, en cual Tomasevsky destaca las acciones que los donantes tienen con receptores que vulneran los

DDHH obtienen mayor ayuda e incentivos en lugar de sanciones (Tomasevsky, 1997).

A esto, la coherencia en las respuestas de UE está relacionada por las preferencias individuales de los Estados. El vínculo entre los DDHH y la ayuda de la UE se ha erosionado en la práctica, dichos derechos se pierden cuando están en juego intereses de donantes más importantes (Tomasevsky, 1997).

Por otra parte, podemos encontrar países en donde la UE aplica gradualidad a la hora de ejercer acciones hacia un país que vulnera los DDHH y la democracia y a que a su vez son casos no tan importantes en términos geoestratégicos y políticos. Tales son los ejemplos de Camboya y Nicaragua.

67 Camboya. El manejo del poder judicial y el programa “Todo menos armas”

Camboya no es un país cercano geográficamente a la UE. Sin embargo, esta nación asiática se presenta un creciente desgaste interno desde el periodo previo a las elecciones de julio del 2008, en donde se destaca una represión por parte del gobierno contra los defensores de los

DDHH, los medios de comunicación, la sociedad civil y la oposición política, hasta la actualidad. Las autoridades camboyanas ejercieron indebidamente el sistema de la justicia; por ejemplo, se presentaron nuevos cargos penales contra dirigentes y exdirigentes del principal partido de la oposición, presión sobre la sociedad civil, con medidas como vigilar, amenazar y encarcelar a trabajadores de DDHH, restringir o suspender la actividad de organizaciones de observación electoral y se redujo drásticamente la libertad y la diversidad de los medios de comunicación (Amnistía Internacional, 2018).

Dicho el contexto anterior, el 26 de febrero de 2018 la UE emitió una declaración oficial en la que señaló:

El Consejo insta encarecidamente al gobierno de Camboya a que deje de utilizar el poder judicial como herramienta política para acosar e intimidar a opositores políticos, sociedad civil, activistas de derechos laborales y los defensores de los derechos humanos. La UE es el mayor mercado de exportación de Camboya. El Consejo toma nota de que Camboya se le otorgó acceso preferencial al mercado de la UE, bajo el título "Todo menos armas". En este contexto, el Consejo recuerda que el respeto de los derechos humanos y las libertades, incluidos los derechos laborales, es también una parte crucial de la política comercial de la UE y respalda la concesión de preferencias comerciales de la UE (Consejo Europeo, 2018).18

Más tarde, el 11 de febrero del 2019 la UE anunció la apertura de un procedimiento con el objetivo de suspender temporalmente las preferencias comerciales de Camboya para acceder al mercado de la Unión, en donde ya había sido advertido Hun Sen, primer ministro camboyano, que, de continuar la violación de los DDHH en el país, la UE cerraría los apoyos del programa “Todo menos armas” destinado a mejorar la economía de los países en desarrollo (Comisión Europea, 2019). Con respecto a lo antes mencionado, el caso de

18 “Todo menos armas” es un acuerdo dentro del sistema de preferencias generalizadas de la UE dirigido a mejorar la economía de los países en desarrollo permitiendo que sus exportaciones, a excepción de armas y municiones, queden libres de aranceles o sujetos a pagos reducidos. Véase en: www.aragon.es/estaticos/GobiernoAragon/Departamentos/PresidenciaJusticia/Noticias/europa/2019-02-12- camboya.pdf

68 Camboya es un claro ejemplo de medidas en el marco de la condicionalidad que los países usan cuando se están vulnerando los preceptos liberales como la democracia y los DDHH. En este sentido la UE comenzó con el diálogo hasta la amenaza de suspensión de la ayuda “Todo menos armas”.

La UE y Nicaragua durante el mandato de José Daniel Ortega Saavedra

En el caso de Nicaragua, el presidente José Daniel Ortega Saavedra ha ejercido su cargo desde el año 2007, y tomando en cuenta que tiempo atrás ejerció su primer mandato entre los años 1979 y 1990, Ortega se convierte en el presidente con mayor tiempo gobernando Nicaragua (Ortiz, 2018).

El contexto de Nicaragua se agravó el 19 de abril del 2018 cuando el gobierno de Ortega anunció cambios al programa de seguro social lo que desató protestas nacionales que se volvieron violentas. Los manifestantes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad y establecieron barricadas a lo largo del país, algo que derivó también en importantes frenos al comercio. Los defensores de los DDHH aseguraron que casi trescientas personas habían sido asesinadas y que más de mil habían sido heridas por policías y paramilitares vinculados con el gobierno desde que comenzaron las protestas (The New York Times, 19 de abril de 2018).19

Tiempo atrás, en 2013, la UE otorgó un programa de cooperación a la Policía Nacional nicaragüense, para la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, dotado con 10 millones de euros, de los que ocho fueron delegados en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Gobierno de España, 2018). Tras la crisis política, económica y social durante el 2018 en Nicaragua, el 18 de mayo del mismo año a través de una nota verbal la UE comunicó la suspensión del proyecto, el cual finalizaría y los 3,5

19 El proyecto de reforma 2019 acrecentó los alcances de la reforma non nata de 2018, transformando la fórmula para el cálculo de pensiones de manera más drástica para reducir los porcentajes de las mismas. En este sentido, un pensionado recibirá menos con la reforma del 2019 que con la reforma del 2018 que también causo descontento en la sociedad. Así también la reforma tributaria pretende aumentar en un 3% los impuestos que los grandes contribuyentes tienen que pagar al fisco y que también afecta a las empresas medianas, con un incremento del 2% en sus pagos impositivos, lo que a largo plazo tendrá un fuerte impacto sobre el empleo y que ha causado constantes manifestaciones. Véase en: https://elpais.com/internacional/2019/01/30/america/1548884868_290751.html

69 millones que estaban pendientes de ejecutar deberán devolverse a los fondos de la Unión (El País, 2018).

La represión de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega siguió hasta abril del 2019 en donde hubo más de 320 muertos y 400 detenidos, según anunció el presidente español Pedro Sánchez durante la visita a Costa Rica (El País, 10 de abril de 2019).

El último comunicado oficial por parte de la UE a ese respecto que se tiene registrado hasta mayo del 2019 fue el 21 de enero del mismo año, donde la Unión pidió al Gobierno de Nicaragua que coopere de forma constructiva con la Comisión Internacional Derechos

Humanos y el Grupo de Trabajo de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Así como también señaló que no era posible una reconciliación mientras no se establezca un diálogo nacional transparente, integrador y constructivo entre todas las partes implicadas y justicia para todas las víctimas. La UE también pidió a las autoridades que pongan fin a la represión de manifestaciones públicas, periodistas y medios de comunicación independientes y organizaciones de la sociedad civil, garantizado la seguridad física de sus miembros y restablezcan su estatuto jurídico. Por último, la Unión destacó que seguirá supervisando la situación y señaló su disposición de hacer uso de todos los instrumentos de actuación de que dispone a fin de contribuir a encontrar una salida pacífica y negociada a la crisis actual y responder a cualquier nuevo deterioro de los DDHH y del Estado de Derecho (Consejo de la Unión Europea 2019).

Tras estos y otros casos, Prado señala una serie de medidas de manera gradual que diversos actores internacionales como la UE ejercen en terceros países cuando vulneran los DDHH y la democracia tales como los casos de Camboya y Nicaragua anteriormente señalados. Sin tomar en cuenta casos como Egipto, Argelia o Libia donde encontramos la correlación inversa señalada por Tomasevsky.

70 Cuadro 4. Listado de medidas a consecuencia de infringir en democracia y derechos humanos

-Diálogo político constructivo con el receptor. -Reforzamiento de la cooperación. -Transmisión verbal y/o escrita, de carácter no público, de la preocupación del donante por la situación interna del país socio en torno a los compromisos asumidos. -Comunicado oficial. -Votos negativos en foros sobre el contexto democrático y de derechos humanos en el receptor. -Cancelación de ventas de armas. -Interrupción de la cooperación militar. -Amenazas de sanciones comerciales y a la ayuda programática (conversaciones informales, comunicados oficiales) indicando que, en caso de no cumplir, la ayuda puede ser aplazada, reducida o suspendida. -Retraso de la reunión de comisión mixta. -Retraso de nuevos programas y proyectos de ayuda. -Cambio de los accesos utilizados en el otorgamiento de ayuda (ONG y sociedad civil). -Reducción del programa de cooperación y/o de sus desembolsos. -Cancelación temporal del programa de cooperación. -Cancelación de nuevos proyectos de cooperación. -Embargos comerciales. -Cancelación de Acuerdo marco de cooperación. -Cancelación definitiva.

Fuente: Elaboración propia a partir de Prado (2010: 34).

Del cuadro anterior es relevante destacar que existe un orden gradual que permite tomar un mayor control en el ámbito de la condicionalidad que algunas veces la UE ejerce con en terceros países como Nicaragua y Camboya, los cuales se sitúan lejos de la zona geopolítica de interés la UE. Sin embargo, el caso de Egipto o Libia que son cercanos al territorio europeo, se puede distinguir que existe discrecionalidad y contradicción debido a que no todos los casos son tratados con los mismos lineamientos y en este sentido parecería que la política exterior de la UE en la práctica es adaptativa al interés geoestratégico y no a los DDHH.

Además, sí existiera una mayor coherencia y coordinación entre los Estados miembros de la

UE en respuesta a una crisis en DDHH y democracia prolongada en un tercer país sin anteponer intereses, se transformaría en una cuestión fundamental para mejorar la eficacia de la contribución global de la Unión en el ámbito de la condicionalidad (Serrano, 2017).

71 Criado señala que la UE ha logrado poner la cuestión de los DDHH y la democracia en el centro de su actividad exterior, mejorando su seguimiento sistemático y dotándose de instrumentos más adecuados para su actuación. Sin embargo, no existe una política coherente al 100 por ciento, que combine de forma ajustada seguridad, intereses económicos y planteamientos normativos. El mayor desafío de la Unión consiste en utilizar todos sus instrumentos de política exterior de forma coherente y consecuente, transmitiendo un mensaje unificado y verosímil dirigido a los terceros países (Criado, 2008).

Cabe enfatizar que, en el seno de la UE, con respecto a la condicionalidad de la ayuda, la mayoría de los donantes han puesto en marcha lineamientos y procedimientos que carecen de informes sistematizados y específicos que registren y evalúen criterios, procesos de implementación, resultados y buenas prácticas, sobre este mecanismo de la cooperación internacional actual (Prado, 2010).

Por otra parte, podemos encontrar casos interesantes como la relación entre Venezuela y la

UE en la cual no existe cooperación en materia comercial o política como los ejemplos señalados anteriormente. Sin embargo, la actual crisis venezolana y la participación de la UE generan una serie de cuestionamientos del porqué la UE ejerce acciones hacia el país suramericano a pesar de no tener importantes vínculos. No obstante, las acciones que ha ejercido desde el 2017 hasta el 2019 mediante su política exterior a través de ciertos instrumentos como las sanciones dirigidas al régimen de Nicolás Maduro, comunicados oficiales, el reconocimiento de Juan Guaidó y el diálogo político mediante la creación del

Grupo de Contacto, dejan ver algunos aspectos del porqué la UE forma parte de los diversos actores internacionales que han tomado cartas en el asunto venezolano. El primer factor lo encontramos en el consumo interno que la propia Unión necesita para qué se piense que se está haciendo algo por los DDHH ante su propia sociedad.

Con la globalización y el avance de la tecnología cualquier situación que suceda en el mundo está al alcance de cualquier persona, por lo que no hacer nada, resultaría un problema de críticas y una falta de credibilidad hacia sus gobernantes y representantes. La segunda causa es la existencia del régimen en DDHH en el que hay un conjunto de normas, instituciones y tratados internacionales a los que la UE pertenece y ante ello debe entrar al “ruedo” de los

DDHH en la comunidad internacional. El tercer elemento lo encontramos en la obligación

72 jurídica que la propia UE tiene dentro de sus tratados e instituciones de promover y proteger los DDHH y la democracia y el cuarto agente tiene que ver con las directrices que los actores internacionales alinean cuando existe un conflicto en este sentido dependiendo de la ideología y valores en la que el actor se encuentre dependerá su postura y el bando de países con los que se alineará.

En el caso de Venezuela existe la falta de unanimidad de la comunidad internacional en un ambiente de polarización a la hora decidir y ejercer acciones en el país sudamericano. Por un lado, encontramos a países como, China, Rusia, Cuba y Nicaragua que apoyan al gobierno de Maduro y por otra parte encontramos a Estados Unidos, la UE y los países latinoamericanos pertenecientes al Grupo Lima que han ejercido medidas de poco impacto para presionar al régimen de Maduro.

Tal contexto genera una serie de cuestionamientos relacionados a las acciones de Venezuela como país sancionado y de actores atípicos como la UE, que requieren ser analizados de manera separada. Si bien en este capítulo se analizó la formación de la UE, su política exterior en materia de DDHH y sus características dentro de la condicionalidad, es importante también analizar a Venezuela desde sus actores claves como Hugo Chávez y Nicolás Maduro, así como su régimen socialista y su política exterior los cuales se abordarán en el siguiente apartado.

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Capítulo 2. Venezuela: La transformación del socialismo bolivariano de Chávez hasta el gobierno de Nicolás Maduro

Este capítulo pretende explicar el contexto histórico-político de Venezuela mediante las principales características que dejaron a su paso los diversos gobernantes previos al régimen de Nicolás Maduro. Posteriormente se presenta un breve análisis sobre la transformación que representó el socialismo bolivariano de Chávez y finalmente se abordan los datos y características de la crisis venezolana bajo el gobierno de Maduro.

Desde finales del siglo XX, el contexto venezolano bajo el mandato chavista ha llamado la atención de la comunidad internacional, y en fechas recientes. Con Nicolás Maduro en el gobierno se ha desatado desde 2017 hasta la actualidad una crisis humanitaria que ha generado una serie de constantes críticas por parte de diversos de países, organismos internacionales, académicos, medios de comunicación, entre otros. Cabe destacar que existen diversas causas por cuales Venezuela genera controversia e interés en el ámbito internacional. En primer lugar, Venezuela representa el séptimo país más grande de América con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo. De igual forma es también rico en gas natural, carbón, acero inoxidable, oro, diamantes, bauxita y otros minerales (European External Action Service, 2016). Por otra parte, la política exterior venezolana desde finales del siglo XX se ha caracterizado por una postura desafiante y no alineada con el sistema capitalista y su principal precursor Estados Unidos.

El régimen chavista configuró una ideología capaz de persistir en el tiempo y destruir a Venezuela hasta la actual crisis bajo gobierno de Maduro, acompañado de un contexto en donde la violación a los DDHH es una constante y ante ello resulta paradójico que hoy en día pese a las acusaciones, el país sudamericano forme parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU desde el 17 de octubre del 2019 (ONU, 2019). En este sentido, la situación interna y externa que atraviesa actualmente Venezuela vuelve incierto el rumbo del país.1

1 Alba señala que la resolución de la Asamblea General de la ONU, la cual creó al Consejo decidió que todos los Estados tenían el derecho de ser elegidos como miembros. Durante el proceso de la elección, los países reunidos en la Asamblea General deben tener en cuenta la contribución de los países candidatos a la promoción y protección de los DDHH. En teoría, los Estados que son parte del Consejo deben adherirse a los estándares sobre DDHH, cooperar con el Consejo y someterse al mecanismo de Examen Periódico Universal. No obstante, la decisión sobre si un país es parte del Consejo es política, y depende de que el país candidato consiga la mayoría de votos en la Asamblea General (Alba, 2019).

75 Tras lo anterior, la crisis venezolana ha generado la existencia de dos líderes, Nicolás Maduro (elegido mediante elecciones cuestionables cuenta con el respaldo de las instituciones y leyes venezolanas) y Juan Guaidó (autoproclamado), ambos argumentan ser los presidentes que dirigen a la nación Sudamérica por ello se ha desencadenado una división tanto nivel doméstico como mundial, entre los partidarios de cada uno de estos políticos partidarios de Maduro y defensores de Guaidó.

Por otra parte, el control y la dependencia del petróleo, la violación a los DDHH, la represión del gobierno hacia la sociedad, los conflictos entre el partido gobernante versus la oposición y los golpes de Estado forman parte fundamental de la historia y del actual contexto venezolano. Cabe destacar que dicha realidad ha estado presente tanto en los mandatos dictatoriales, como en los gobiernos civiles de derecha y como los de izquierda (con Chávez y el actual Maduro).

Desde la independencia de Venezuela en 1811 y con la muerte Libertador Simón Bolívar, han transcurrido una gran cantidad de gobiernos acompañados de contextos de inestabilidad política, social y económica, y con una carente atención en el tema de los DDHH (Avello, 2017).

Dicha etapa cambió hasta la aparición de Antonio Guzmán Blanco, quién en 1870 llegó al poder, gobernando a Venezuela hasta 1888. Antes del mandato de dicho personaje, no había escuelas ni universidades del Estado, donde se impartiera a los alumnos una instrucción laica, científica, acorde con la época. Los pocos planteles de enseñanza que funcionaban estaban en manos del clero, donde se enseñaba más religión, que ciencias, literatura o historia; es por esto que, en el primer año de gobierno, dictó el decreto de la Instrucción Pública el cual llegó a convertirse en un instrumento para ordenar el sistema educativo de la época, debido a que se declaró que el Estado asumía la obligación de dar la instrucción primaria gratuita a todos los venezolanos (Méndez, 1995).

El decreto era dirigido para todos los venezolanos y no discriminaba condiciones sociales, políticas, económicas y religiosas. En este sentido, se abrió de alguna manera la responsabilidad y el papel que juega el Estado en la educación y el proceso de formación de los habitantes del país y con ello un escenario de defensa a los DDHH en el ámbito de la educación. Guzmán Blanco vio en dicho decreto una forma de salir del estancamiento

76 educativo del país, además de un aporte a los posteriores gobiernos para llevar a cabo sus políticas educativas.

A pesar de que en el mandato de Guzmán construyó importantes obras públicas, como el proyecto del ferrocarril, a finales de dicho gobierno Venezuela sufrió una crisis económica provocada por la caída de los precios del café, lo que llevó a Guzmán a continuar su mandato acompañado de corrupción administrativa, endeudamiento y persecución a sus opositores (González, 2007).2

Después de Guzmán Blanco Venezuela vivió un periodo de inestabilidad incluiso con la llegada de José Ruiz, quien se convirtió en presidente constitucional en 1901. El mandato de Castro Ruiz se caracterizó por una inconsistencia económica y politica mediante enfrentamientos del gobierno con el caudillismo anticastrista y la disminución de los precios de las exportaciones agrícolas particularmente del café. Ante ello, Cipriano Castro suspendió temporalmente el pago de la deuda externa, situación que en 1902 generó un bloqueo por buques de guerra alemanes e ingleses en el puerto de La Guaira y un bombardeo en Puerto Cabello (Erminio, 2015).

Con esto, la intervención de Estados Unidos, al amparo de la doctrina Monroe, acabó con dicho contexto y reforzó la presencia de este país en Venezuela. La suspensión del bloqueo se hizo mediante la firma de un acuerdo, el 13 de febrero de 1903, en el cual Venezuela se comprometía a dedicar el 30 por ciento de los ingresos aduaneros de sus puertos a los países acreedores (Gran Bretaña, Alemania e Italia). Para el 22 de febrero de 1904 el gobierno venezolano denunció dichas condiciones ante el Tribunal de La Haya, y esta falló a favor de las potencias europeas (Sullivan, 1976). Ante este contexto, el vicepresidente Juan Vicente Gómez, aprovechó un viaje de Castro a Alemania para dar un golpe de Estado, el cual contó con el apoyo de Estados Unidos, el 19 de diciembre de 1908 (Leguía, 2010).

Al respecto, uno de los gobernantes con una las dictaduras más largas de la historia de Venezuela fue el general Juan Vicente Gómez, un personaje que se caracterizó por controlar al país sudamericano de una manera autócrata desde 1908 y hasta su muerte en 1935. Bajo

2 Durante los últimos dos años del mandato de Guzmán Blanco se confrontó a una nueva generación de intelectuales y estudiantes, quienes organizaron una fuerte oposición a su gobierno. En consecuencia, Guzmán huyó a Europa dejando el poder provincialmente en manos del general Hermógenes López (Polanco, 1992).

77 el liderazgo de Gómez Venezuela cambió; pasando de una sociedad agraria a urbana, de transformar ciudades como y Maracay en metrópolis; en especial la segunda, debido a que era la ciudad donde Gómez residía y ejercía su cargo. Dicho contexto provocó un éxodo del campesino a los campos petroleros y a los centros urbanos en busca de fortuna (Jeifet, 2015).3

No obstante, el legado más significativo del mandato de Vicente Gómez fue la ley petrolera de 1922, la cual fue diseñada por los abogados de las mismas empresas petroleras y permitió a las mismas explorar grandes extensiones de tierra por largos periodos de tiempo (Avello, 2017).

El régimen de Gómez dejó la riqueza del petróleo de Venezuela en manos extranjera, permitiendo así su influencia en la creación de reformas legislativas en materia de hidrocarburos y con ello la vulneración de los DDHH de los trabajadores. Bajo dicho tenor, Venezuela se transformó en un ambiente de hostilidad en donde el gobierno reprimía a la sociedad y opositores políticos, si estos se levantaban contra dicho régimen. Ante ello más de 50 mil personas emigraron de Venezuela, una cifra enorme para un país que apenas tenía tres millones de habitantes (Gallegos, 2016).4

No obstante, el mandato de Gómez saldó la deuda pública interna y externa de Venezuela heredada por su antecesor Cipriano Castro, la cual ascendía a la entonces suma de 210.307.281.68 millones, acumulada desde los comienzos de la guerra de independencia. Dicha cantidad fue pagada íntegramente durante los 27 años que Gómez permaneció en el poder (Sanz, 2016).

Tras la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, surgió una disputa entre militares o civiles por el poder, cabe destacar que en un principio los militares comenzaron a gobernar y los

3 Cabe destacar que antes de la llegada de Gómez y del petróleo, Venezuela era un país cuyo sustento económico dependía de la producción y exportación del café, rubros agrícolas y mineros, contando con una población predominantemente campesina (Bracho, 2010). 4 La riqueza petrolera trasformó la vida económica de Venezuela permitiendo la construcción de carreteras, la llegada del telégrafo y la creación de bancos. Los ingresos petroleros representaron dos tercios de los ingresos del Estado y más del 90 por ciento de las exportaciones del país. Los días de éxito económico en Venezuela permitieron que durante la Gran Depresión de Estados Unidos convirtieran al bolívar en una de las monedas más fuertes del mundo (Hernández, 1998).

78 civiles tardarían. En el siguiente cuadro se señalan todos los presidentes que han gobernado a Venezuela de manera cronológica desde entonces y hasta antes del arribo de Chávez.

Cuadro 5. Presidentes de Venezuela: 1936 a 1993

Mandatario Periodo

Eleazar López Contreras (militar) 1936- 1941

Isaías Medina Angarita (militar) 1941-1945

Rómulo Betancourt Bello (civil) 1945-1948 (primer mandato)

Rómulo Gallegos (civil) 1948

Carlos Román Delgado Chalbaud (militar) 1948

Germán Suarez Flamerich (civil) 1949-1952

Marcos Pérez Jiménez (militar) 1953-1958

Rómulo Betancourt Bello (civil) 1959-1964 (segundo mandato)

Raúl Leoni (civil) 1964 -1969

Rafael Caldera (civil) 1969-1974

Carlos Andrés Pérez (civil) 1974-1979 (primer mandato)

Luis Herrera Campins (civil) 1979-1984

Jaime Lusinchi (civil) 1984-1983

Carlos Andrés Pérez (civil) 1989-1993 (segundo mandato)

Fuente: Elaboración propia a partir de Morón (2003).

Tras el cuadro anterior, el presidente Eleazar López ejerció decretos para la libertad de los presos políticos y de prensa (Meléndez, 1995). En el gobierno de Isaías Medina se crearon reformas para los derechos laborales de la clase obrera, por ejemplo, la Ley del Seguro Social Obligatorio, la fijación de salarios mínimos y la abolición del trabajo nocturno en algunas industrias; cabe destacar que dicho gobierno se interrumpió por un golpe de Estado en 1945 lidereado por militantes del Partido Acción Democrática (AD). Tiempo después, con el mandato de Rómulo Betancourt se realizó una apertura democrática y la creación de una Asamblea Constituyente en 1947, no obstante, dicho mandato culminó con otro golpe de Estado en 1948 lidereado por Carlos Román Delgado Chalbaud (Magallanes, 1979).

79 Mientras Rómulo Gallegos fue el primer presidente elegido mediante elecciones libres, quién implementó la Reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta en 1948, en la cual se establecía la imposición adicional de un 50 por ciento en el exceso de las ganancias que obtuvieran las empresas por encima de los impuestos sobre la renta tributados a la nación, la gestión Delgado Chalbaud, por su parte, además corta paso a la historia por ser el primer presidente secuestrado y asesinado (González, 2010).

Por ello, Germán Suarez (1949 a 1952) destacó su administración por una persecución política que disolvió al Congreso Nacional, al Consejo Supremo Electoral y la Central de Trabajadores (González, 2010). Tiempo después, la dictadura de Marcos Pérez trajo para Venezuela un contexto llenó de represión y desapariciones forzadas (Avello, 2017).

En el segundo mandato de Rómulo Betancourt de 1959 a 1964, se ejercieron reformas agrarias, inversión en el sector educativo, y la adhesión de Venezuela a la Organización de

Países Exportadores de Petróleo (OPEP) (Jeifet, 2015). Por otra parte, el sucesor de Betancourt, Raúl Leoni (1964-1969), impulsó el desarrollo del sur de Venezuela e incrementó el gasto público para escuelas y hospitales (Silva, 2000). Con (1969-1974), se aumentó el impuesto a las compañías petroleras y Venezuela pasó a formar parte del grupo de países del Acuerdo Cartagena y Pacto Andino (Silva, 2000).

Tras dichos gobiernos, llegó a la presidencia Carlos Andrés Pérez (1974-1979), dicho mandatario nacionalizó las industrias del hierro y del petróleo en 1976. Ante dicho suceso a Venezuela se le conoció como “Venezuela Saudita” (Lozada, 2010). Cabe a destacar que, durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez, el petróleo ofreció a algunas naciones del tercer mundo importantes oportunidades de desarrollo. En consecuencia, los países miembros de la OPEP como Venezuela sacaron provecho. De igual forma la necesidad de las naciones industriales de abundantes suministros de combustible importado, aumentaron el precio de $ 4.60 por barril en 1973 a más de $ 12.00 dos años después. Además, debido a la importancia internacional del petróleo acompañado el régimen democrático de Venezuela, tanto Europa como los Estados Unidos no ejercieron ninguna represalia política contra Venezuela, situación que los venezolanos tomaron como ventaja (Günter, 2007).5

5 El proceso de nacionalización del petróleo le otorgó al país sudamericano el nombre de “Venezuela saudita”, gracias a la gran exportación del petróleo en aquella época y los ingresos del petrodólar, como consecuencia de

80 Después de Pérez, (1979-1984) programas de austeridad debido a la recesión mundial y el aumento de las tasas de interés que redujeron el consumo mundial de petróleo y, con ello, el ingreso venezolano (Silva, 2000). Más tarde con la administración de , se descubrió en 1988 nuevos campos petroleros, elevando las reservas probadas de la nación de 26 mil millones a 55 mil millones de barriles (Meléndez, 1945).

Ya en la segunda gestión (1989-1993) Carlos Andrés Pérez, se destacó por una crisis económica y social, que provocó medidas de austeridad y manifestaciones como el caso del "Caracazo” debido a la desconformidad hacia el gobierno. En dicho contexto, suscitó en 1992 un golpe de Estado encabezado por Hugo Chávez Frías (Lozada, 2010).6

De acuerdo a lo anterior, cabe destacar que tanto los presidentes militares como civiles que gobernaron a Venezuela ejercieron diversas acciones a través de reformas políticas, sociales y económicas, acuerdos comerciales y políticas públicas para el desarrollo del país sudamericano. No obstante, dichos gobiernos también violaron los DDHH bajo un contexto de constante represión a la sociedad civil y oposición política, corrupción, crisis, desapariciones forzadas y golpes de Estado. Un ejemplo de lo anterior, fue la Policía de Seguridad Nacional que utilizó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez para reprimir la oposición y la sociedad civil. Del mismo modo la Dirección General de Policía (Digepol) creada por decreto presidencial en 1959 después de dicha dictadura, controló el crimen y la insurgencia de izquierda en una sociedad politizada mediante muchas leyes de la época autoritaria. En este sentido siguieron las torturas, desapariciones y tácticas violentas contra las protestas (Ungar, 2003).

En dicho contexto, apareció en 1992 Hugo Chávez Frías el cual llevó a cabo un intento de golpe de Estado como se mencionó anteriormente contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez y en consecuencia fue encarcelado, el mismo año otros oficiales intentaron un segundo golpe que también resultó un fracaso. Durante los años noventa Venezuela se envolvió en un

la crisis del petróleo árabe de 1973. Ante ello, se atrajo a cientos de inmigrantes y miles venezolanos de clase media accedieron a una casa propia, e incluso Caracas se convirtió en una ciudad cosmopolita (Pincay, 2014). 6 El Caracazo ocurrió el 27 de febrero de 1989. Dicho suceso se inició con una serie de disturbios encabezados por un grupo de personas en la ciudad de Caracas. El control de la situación estuvo a cargo de las fuerzas militares, quienes reprimieron los actos con violencia, generando la muerte y lesiones a varias personas. Un día después del inicio de dicho evento, el gobierno ordenó la suspensión de algunas garantías establecidas en la Constitución venezolana. Ante ello, las Fuerzas Armadas ejercieron total control del territorio y de la población (Corte Interamericana, 2018).

81 entorno plagado de pobreza, corrupción, subidas de precio, devaluación de la moneda, inseguridad y narcotráfico (Narvaja, 2008).

Al respecto, Mendible señala que a finales de los ochenta y principios de los noventa el aumento de descontentos por parte de la sociedad civil y la economía internacional, impactaron a Venezuela causando efectos en su estabilidad. La caída de los precios del petróleo en el mercado internacional afectó en tres eventos, los cuales contribuyeron al deterioro de los gobiernos de derecha imperantes de aquella época. El primero se presentó el 18 de febrero de 1983 conocido como el “viernes negro” en donde el bolívar sufrió una abrupta devaluación frente al dólar, abriendo un proceso de caída del 30 por ciento de la divisa nacional. El segundo suceso fue el 27 de febrero de 1989 con el famoso “sacudón”, que consistió en una protesta en la que participaron gran parte de los venezolanos contra las medidas económicas aplicadas por el gobierno. Y el tercer acontecimiento, fue el intento de Golpe de Estado militar del 4 de febrero de 1992 lidereado por Chávez. Dichos acontecimientos impulsaron de alguna manera los cambios políticos en la sociedad venezolana, hacia la izquierda con el triunfo del chavismo (Mendible, 2001).

A finales de la década de 1990, tras los mandatos presidenciales posteriores a Carlos Andrés Pérez, representados por Octavio Lepage, Ramon José Velazquez y Rafael Caldera. Hugo Chávez se presentó por las vías institucionales en las elecciones presidenciales de 1998 con un programa socialista y no a través de una confrontación violenta (Narvaja, 2008).7 Con la entrada del gobierno Chávez al poder, Venezuela dio un giro a la izquierda que generó una importante transformación en materia política, económica y social que hasta hoy en día se refleja en el contexto venezolano.

Con respecto a lo antes mencionado, es importante analizar los factores que han llevado a Venezuela a la actual crisis humanitaria: 1) mediante el viraje político que surge con el gobierno chavista y el proyecto bolivariano; 2) a través de la política exterior venezolana que ejerció Chávez en el ámbito de las alianzas con países no alineados a los Estados Unidos y

7 La figura de Carlos Andrés Pérez quedó muy duramente debilitada, hasta llevarlo a una acusación judicial por numerosos casos de corrupción, prevaricación, tráfico de influencias y, en especial, el uso indebido de los fondos reservados de la nación (Aznárez, 2000).

82 en el ámbito de DDHH; y 3) las características en el contexto interno y externo que han surgido ante crisis venezolana bajo el mandato de Maduro.

2.1. Venezuela y el giro a la izquierda

A finales del siglo XX surgió la era del centrismo que representó la edad dorada de los negocios estadunidenses en América Latina.8 Ante ello, diversos bancos y empresas de la Unión Americana obtuvieron grandes beneficios monetarios gracias a los intereses de las deudas y regalías de los países latinoamericanos. Al respecto, Fontana señala que la realización del proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) de alguna manera hubiera representado un segundo proyecto de conquista norteamericana, la cual se vio frenada por un viraje a la izquierda en la primera década del siglo XXI (Fontana, 2011).9

El giro a la izquierda en América del sur fue inaugurado con Hugo Chávez Frías en el año de 1999, al ser electo presidente de la República de Venezuela,10 con el 56 % de los votos contra el empresario y candidato independiente Henrique Salas Römer (Günther, 2007: 29).11 Con Chávez en el poder, Venezuela experimentó importantes cambios políticos, que reformularon las bases sociales y estatales del poder. La propuesta del proyecto revolucionario bolivariano presentado en noviembre de 1998 por el entonces candidato Chávez, consistió en un

8 Rodríguez señala que en geometría el concepto de centro es relativo, del mismo modo cuando se usa para evaluar posiciones políticas o ideológicas. El centrismo es una posición política “oportunista” adoptada por aquellos que no quieren caer en los extremos de la izquierda o la derecha político. Normalmente la posición centrista es adoptaba por el capitalismo globalizado (Rodríguez, 2003). 9 El ALCA fue un plan que se creó con la finalidad de extender el Tratado de Libre Comercio de América del Norte e incluir a los demás países latinoamericanos, con excepción de Cuba. Diversos países ejercen criticas referentes a que el ALCA privatiza los bienes y servicios públicos para beneficiar a Estados Unidos. Así también, los partidos de izquierda señalan a dicho proyecto como una herramienta del imperialismo norteamericano. En 2005, tras la IV Cumbre de las Américas en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, el ALCA se suspendió por las masivas movilizaciones de la población civil y las fuertes críticas recibidas en contra del bloque. Al respecto, uno de los presidentes que más criticó a ALCA fue el ex presidente venezolano, Hugo Chávez (Abín, 2004). 10 El día de cierre de campaña electoral de Chávez llenó todas las calles y rincones de simpatizantes. Gente de los barrios más pobres de la ciudad, estudiantes, obreros, profesionales esperaron por muchas horas para ver y escuchar a Chávez (Aznárez, 2000). 11 A finales del siglo XX, Venezuela experimentó una profunda crisis económica, social y política que impactó los cimientos de la sociedad y provocó profundas transformaciones. En 1998, Chávez, un candidato radicalmente ajeno a los partidos que habían gobernado el país en los anteriores cuarenta años, ganó las elecciones presidenciales con el 56% de los votos, alcanzó al Poder Ejecutivo acompañado de una coalición de pequeños partidos de izquierda y con un discurso nacionalista popular criticó del neoliberalismo (Barrios, González y Grajales, 2017).

83 programa de gobierno al electorado llamado Movimiento Quinta República para transformar a Venezuela (Fermin y Soteldo, 2014).12

Al respecto el proyecto bolivariano se formó a partir del:

contexto de oportunidades políticas que emergieron como consecuencia y desgaste de la crisis de legitimidad del gobierno democrático venezolano, la cual empeoró con los efectos socioeconómicos y reformas estructurales. Dichos factores sirvieron como detonantes para la generación de pactos y coaliciones entre sectores con diferente origen social y tradición política (militares, grupos de izquierda, socialdemócratas, entre otros). La multiplicidad del movimiento se originó con la figura de Hugo Chávez. El proyecto bolivariano, una vez que accedió al poder político, se inició con una serie de acciones que rompieron con el orden sociopolítico en las diferentes esferas de la sociedad venezolana, en la cual se trató de configurar un orden diferente a la democracia formal, a partir de un nuevo marco institucional, y transformaciones en los ámbitos políticos, económicos y sociales (Álvarez, 2009: 53). Por otra parte, uno de los compromisos de Chávez como candidato fue llevar a cabo elecciones para una Asamblea Constituyente en 1999, con el fin de acabar con un sistema político deteriorado y establecer la Quinta República con la aprobación popular, en lugar del antiguo sistema que el líder venezolano calificaba como corrupto. De igual forma promovió deshacerse de los partidos políticos tradicionales que habían dominado las decisiones políticas más importantes del país por 40 años y por tanto eran responsable también de haber vulnerado constantemente los DDHH de los venezonalos (Lozada, 2010).

Por ello, Chávez ordenó una regla electoral del voto en bloque, en la que el elector tenía un número de escaños idéntico al de escaños por asignar con la libertad de votar por candidatos individuales sin tomar en cuenta la afiliación partidaria y usar tantos votos como se desee. En un contexto donde el líder militar logró obtener el apoyo mayoritario, “las fuerzas chavistas dominaron completamente la elección de la Asamblea Constituyente el 25 de julio de 1999, de 131 delegados electos, 6 fueron oposicionistas y 3 curules reservados para los indígenas” (Günther, 2007: 30).

12 Aznárez señala que el nombre de Quinta República deviene de cuatro republicas anteriores. Las primeras se gestaron durante la independencia en el periodo de 1811 a 1830, debido a la muerte de Bolívar se derrumbó la gran República Bolivariana que fue la gran Colombia. (Un proyecto moldeado Bolívar, que unía a Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela). La IV República surgió de la oligarquía la cual se divide en dos etapas: la terrateniente latifundista del siglo pasado y la petrolera llena de corrupción (Aznárez, 2000).

84 El pensamiento de Chávez y sus asesores se reflejó en el cambio de nombre de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela y en los cambios de la Constitución de la Asamblea Constituyente. Dicha Asamblea se instaló en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela el 3 de agosto de 1999 y finalizó si trabajo el 30 de enero del 2000 (Günther, 2007). Otro ejemplo de ello; fue la redefinición del papel de las Fuerzas Armadas, rebautizada con el nombre de la Fuerza Armada de Venezuela. Bajo este tenor, los militares activos obtuvieron el derecho a votar prohibido desde la Constitución de 1961(Aznárez, 2000). De alguna manera, Chávez buscó en la Constitución de 1999 una transformación que le permitiera ganarse a diversos sectores de la sociedad. En tal sentido, las fuerzas armadas representaban un importante sector para aplicar su ideología e intereses durante todo su mandato.

Cabe destacar que el proceso bolivariano provocó una profunda transformación social y se convirtió en el principal objetivo de los Lineamientos Generales del Plan de Desarrollo Social y Económico de la Nación 2001-2007, al cual se le nombró Ministerio de Planificación y Desarrollo, y con ello se comenzó a operar en el discurso presidencial del chavismo, las ideas del nuevo socialismo del siglo XXI (López, 2008).

En este sentido, Lucena señala que las ventajas que ganó Chávez al haber contado con el apoyo mayoritario en la Asamblea Constituyente a principios de su mandato, le permitió junto con sus aliados emprender significativas modificaciones en aspectos normativos. Por otro lado, la sociedad en general tuvo una actitud receptiva ante dichas modificaciones debido al desgaste y deterioro de los anteriores gobiernos, los cuales hicieron muy poco por los sectores excluidos. Asi también, el régimen chavista luchó por una economía en la que la distribución quedara bajo la conducción del Estado y se desplegara un modelo económico social (Lucena, 2005).

Respecto a lo anterior, el mandato chavista implementó mecanismos de redistribución de beneficios sociales de salud, educación y alimentación que evitaban las limitaciones burocráticas del Estado. Estas estructuras paralelas fueran denominadas Misiones (Figueroa y Cordero, 2011).13

13 Algunas Misiones fueron: La Misión Barrio Adentro que se encargó del servicio integral gratuito de la salud, la Misión Robinson que trabajó para la alfabetización, Misión Mercal que buscaba la comercialización de

85 En el aspecto social, Chávez planteó medidas de emergencia que consistieron en combatir la deserción escolar y el desempleo juvenil. En materia de educación el gobierno chavista cambió la orientación de la fundación Gran Mariscal de Ayacucho fundada por el presidente Carlos Andrés Pérez en 1975. Esta institución otorgaba crédito educativo para estudiar fuera del país a estudiantes que mostraban alto rendimiento. Dicha financiación se retribuía mediante el compromiso de los estudiantes de pagar al gobierno monetariamente o trabajar al servicio de la nación en el sector público. Con el mandato chavista, se dieron becas exclusivamente a estudiantes de bajos recursos (Martínez, 2001).

El gobierno chavista mediante la Universidad Bolivariana de Venezuela, se dedicó a captar estudiantes que habían sido excluidos del sistema de selección de las otras opciones y se crearon centros universitarios en lugares lejanos de los Centros Educativos. Así mismo, Chávez prohibió el pago de inscripción, creó comedores escolares, asistencia médica, e incentivó la integración de actividades complementarias y culturales, tras dicho contexto se logró un aumento de inserción escolar en todo el país. Por otra parte, dicho mandatario enfrentó la falta de empleo a los jóvenes mediante convenios con empresarios en los procesos productivos y creó programas sociales de prevención para disminuir los problemas de violencia y drogadicción (Acosta, 2007).

Cabe destacar que el Plan Bolívar 2000 fue otro proyecto que ejerció Chávez durante su mandato mediante el cual pretendió contribuir con el desarrollo social, económico y cultural del país. Ante ello el sector militar realizó actividades para combatir la pobreza mediante vacunaciones, distribución de comida y educación. Así también el gobierno chavista propuso apoyo financiero para la construcción de viviendas con el fin de reducir el déficit habitacional, crear empleo, e incentivar la industria de la construcción. Por otra parte, se trabajó en la reinserción de los niños que vivían en las calles y la construcción de centros especiales en los cuales se les otorgaría alojamiento, alimento y educación hasta alcanzar la mayoría de edad a través del Proyecto Niños Patria (Aznárez, 2000).14 Tras lo anterior, el

productos básicos para garantizar la seguridad alimentaria y la Misión Hábitat que buscó crear viviendas (Figueroa y Cordero, 2011). 14 Otra de las novedades que aportó un nuevo gobierno de Chávez en sus primeros meses de gestión, fue la promoción del primer vehículo familiar 2000, cuyo costo oscilaba entre los cuatro y cinco millones de bolívares de acuerdo a la marca y el modelo que las ensambladoras participantes colocaran en el mercado. para que la gente pudiera acceder fácilmente a su compra, se promovieron financiaciones mininas de 36 meses. Además,

86 Plan Bolívar 2000 de alguna manera permitió a Chávez crear políticas públicas a favor los

DDHH de los grupos más desprotegidos de la sociedad venezolana.

Por otra parte, el proyecto bolivariano sostuvo la centralidad del discurso en promover e incentivar formas democráticas participativas. En el preámbulo de la Constitución de 1999 se estableció el principio de la participación y se explicó el objetivo de la refundación de la República, para establecer una sociedad democrática participativa y protagónica (Ferrero, 2002). Dicho principio se concreta como derecho político de los ciudadanos y obligación del Estado en el artículo 62, el cual establece lo siguiente:

todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr le protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999). Del mismo modo, Figueroa y Cordero señalan que con la Constitución de 1999 y la integración de ciertos artículos, se comenzó a desarrollar en Venezuela una serie de trasformaciones legales y de prácticas de participación social (Figueroa y Cordero, 2011).

No obstante, el poder político de Chávez se desgastó desde 2001, ya que la sociedad venezolana se dividió entre chavistas de los barrios más vulnerables que apoyaban el proyecto bolivariano y oponentes de clase media y alta que demandaban una mayor libertad económica. En dicho contexto, la oposición intentó derrocar al líder militar en 2002 con un golpe de Estado y poco después con una huelga general que paralizó al país durante 63 días; todo esto sin éxito alguno pues Chávez además de volver fortalecido al poder prolongó su estadia hasta su muerte acaecida en 2013 (Narvaja, 2008).

Las condiciones económicas continuaron deteriorándose, en consecuencia, aumentaron las protestas ciudadanas en especial de gente de clase media, que habían votado por Chávez en 1998. De hecho, en un estudio que realizó la organización no gubernamental Provea y Espacio Civil, se registró que desde 1999 al 2010 se realizaron en el país 19,250 protestas,

se estimó que el programa generaría 10 mil nuevos empleos directo e indirectos y tendría como vigencia cinco años con evaluaciones anuales (Aznárez, 2000: 203).

87 de las cuales: 5,913 con cierre de calles, 5,093 concentraciones, 1,290 marchas, 1,185 paros, 1,506 tomas de establecimientos y 4,263 otras modalidades entre las cuales se encuentra vigilias, auto secuestros y huelgas de hambre (PROVEA, 2011).

Un ejemplo de lo anterior, fue en 2002, cuando se realizó una huelga por el descontento de los trabajadores de PDVSA por los intentos de Chávez de instalar aliados políticos en posiciones administrativas claves. Dicha huelga concentró a casi 350 mil personas y provocó la supuesta muerte de 14 manifestantes.15 Ante tal suceso se generó un sentimiento anti- chavista (El País, 13 de marzo de 2012).

Sin embargo, el régimen supo ganarse a gran parte de las clases populares con programas estatales de ayuda a los más necesitados y volvió a ganar las elecciones en 2006 (Narvaja,

2008). Por otra parte, en la primera década del siglo XXI el precio del petróleo volvió a subir y esto permitió al gobierno chavista continuar con el programa de ayuda social (Lozada, 2010).

Así también, el intento de golpe en 2002 incitó a Chávez a acelerar la proximidad con China, la cual pasó a representar para Venezuela la posibilidad de reducir la dependencia de Estados Unidos, su principal comprador de petróleo. En dicho contexto, cabe destacar la creación en 2007 del Fondo Binacional China-Venezuela, que gestionó una cartera de créditos que permitieron al gobierno chavista acceder a recursos financieros (Ríos, 2015).

Por otra parte, Hidalgo y Corrales señalan que pese al deterioro del mandato chavista, las políticas sociales de Chávez permitieron el surgimiento de la base social de la revolución bolivariana, que consintió, ante las contradicciones políticas y electorales de la oposición fragmentada, que el chavismo ganara, primero el referendo revocatorio del mandato presidencial el 15 de agosto de 2004, y, luego, las elecciones regionales del 30 de octubre de ese mismo año (de 23 gobernaciones, se obtuvó el 21 y más del 60% de las alcaldías),

15 El 11 de abril de del 2002, el periódico “El País”, publicó que los 14 muertos a causa de las protestas de los trabajadores de PDVSA se econtró a un agente de la policía política DISIP y un reportero gráfico. En cuanto a los responsables de las muertes se menciona tres posibles vesiones: la primera fue la declaracion señalada por el ministro de Educación de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, quien afirmó que los autores de los disparos fueron "francotiradores de Bandera Roja", de extrema izquierda. La versión oficial de los medios afirmó que fueron los propios manifestantes y por ultimo, se señaló que los disparos fueron de policías municipales, vestidos de civil, que acompañaban a la manifestación antigubernamental. Vease en: https://elpais.com/internacional/2002/04/12/actualidad/1018562407_850215.html.

88 siguiendo en las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 (Hidalgo y Corrales, 2013).

En consecuencia, en 2006 Chávez comenzó a restructurar una nueva estrategia hacia el socialismo bajo las líneas estratégicas del Proyecto Nacional Simón Bolívar. En enero del 2007 durante la juramentación de los nuevos integrantes del poder ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, Chávez mencionó por primera vez los cinco ejes del socialismo bolivariano: la ley habilitante que daba facultad al presidente de dictar normas con rango de ley, la reforma socialista constitucional que representó la llave para la construcción del socialismo, la moral que consistió en una trasformación educativa basada en valores socialistas y de carácter popular, la nueva geometría del poder que permitió un cambio en la distribución político-territorial para crear una nueva estructura de administración, y la revolución comunaria del poder comunal en donde los Consejos Comunales y la Asamblea de ciudadanos y ciudadanas se convirtieran en una instancia primaria de ejercicio de poder (Figueroa, 2011).16

A esto, Camacho destaca que los miembros la Asamblea de Ciudadanos tomaban decisiones a través de intereses en común ya que dichos integrantes compartían un área geográfica, historia, servicios públicos, necesidades y potencialidades de diversos modos. Por otra parte, dicho organismo, entre otras cosas, tenía la función de aprobar las normas de convivencia, su plan de desarrollo y proyectos para su beneficio (Camacho, 2018).

Por otra parte:

Ochoa señala que la participación de los Consejos Comunales en la ejecución de proyectos, era muy distante de la promovida por el Estado neoliberal, la cual implicaba autofinanciamiento de las comunidades para dar solución a sus problemas. Los Consejo Comunales ejecutaron de alguna manera recursos del Estado para dar solución a sus problemas, en función de este mandato de la ley, fueron reformadas en 2006, la ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización (FIDES) y la ley de Asignaciones Especiales (LAEE), con el propósito de que dichas instituciones asignaran un 30 por ciento de sus recursos directamente a los Consejos Comunales. Esta fue una estrategia que fue

16 Durante la campaña electoral de 2006, el candidato Chávez presentó a la sociedad civil las Líneas Estratégicas del Proyecto Nacional Simón Bolívar y con él proclamó la necesidad de construir una sociedad socialista (Parker, 2009); valiéndose de su empatía con el pueblo, les mencionó que al vota por él, estarían aceptando la propuesta socialista, o de lo contrario al votar por el candidato de la oposición Manuel Rosales, estarían respaldando la opción del capitalismo (Fermín y Soteldo, 2014).

89 criticada por quienes defienden la descentralización que descansa sobre los gobiernos subnacionales (Ochoa, 2018: 9). Tras lo anterior, Chávez instó mediante sus discursos a todos los organismos públicos, gobiernos municipales y estatales a ser multiplicadores de las ideas, del pensamiento socialista en todas las políticas públicas y acciones en función de consolidar las comunas (Camacho, 2018).

Si bien de alguna forma Chávez logró beneficiar los diferentes sectores de la sociedad y con ello, incertivar determinados DDHH y así, ganar un mayor número de simpatizantes mediante la creación de nuevas reformas a la Constitución de 1999, la implantación del plan Bolívar 2000, el Proyecto Bolivariano, las Misiones y la Comunas. No obstante, el gobierno chavista también se caracterizó por la corrupción y el narcotráfico, ante ello un porcentaje de la sociedad venezolana comenzó a desertar y criticar a dicho gobierno e inclusive ante la comunidad internacional Venezuela se proyectó como un narcoestado.

Al respecto, el centro de investigación de crimen organizado conocido como Insight Crime, realizó un estudio, desde el ascenso de Chávez hasta la actual gestión de Maduro, sobre el tema del crimen organizado y sus vínculos con los altos niveles de la administración estatal venezonala, el cual señala que la penetración criminal ha convertido al aparato estatal venezolano en un régimen mafioso. Bajo el mismo tenor, señala que, tras el Golpe Militar de 2002, que se mencionó anteriormente, y que ausentó a Chávez por 48 horas del poder, el presidente tuvo que realizar cambios claves para asegurarse de que no volver a vivir tal amenaza. Una de las medidas que adoptó consistió en delegar funciones del Estado a elementos irregulares e incluso criminales. Por otra parte, los controles que el Gobierno venezolano estableció sobre los precios y la moneda desde febrero de 2003 fueron uno de los principales activadores de la corrupción y la cleptocracia del régimen (Insight Crime, 2018).

En junio del 2011 Hugo Chávez apareció en un programa de televisión desde La Habana y después de leer un texto, afirmó que médicos cubanos le habían diagnosticado células cancerosas y extraído un tumor en la zona pélvica. Por ello el líder venezolano se ausentó durante días y poco después, a meses de las elecciones del 2012, apareció en la iglesia de

90 Sabaneta, su pueblo natal, anunciando su victoria frente el cáncer y con una salud aparentemente restaurada pudo continuar con su mandato (Carroll, 2013).

Durante la enfermedad y en su agonía de Hugo Chávez, Venezuela también estaba en problemas, por ejemplo: los apagones, producto de la mala gestión y la falta de inversión ocasionaron que los semáforos no funcionaran y dejó fuera la función de los aparatos eléctricos de los venezolanos, obligando a la gente a dormir al aire libre escapando del calor al no funcionar sus aparatos para controlar el clima en el hogar (Narvaja, 2008).

Independientemente en 2012 Chávez ganó sus cuartas elecciones presidenciales, y poco después eligió a Nicolás Maduro Moros, como vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela. Pero al poco tiempo del triunfo Chávez tuvo que regresar a Cuba para una nueva intervención quirúrgica por lo que se tuvo que posponer la toma de poseción.

Mientras tanto, el país sudamericano continuó deteriorándose a tal modo que China se negó a otorgar más dinero para refinanciar la deuda y modernizar PDVSA debido a la preocupación por la posibilidad de que los mil millones de dólares prestados se desvanecieran ante la incertidumbre generada sobre la salud del mandatario venezonalo (Carroll, 2013).

Pese a los esfuerzos médicos el 5 de marzo de 2013 el vicepresidente Maduro anunció el fallecimiento de Hugo Chávez y tras tres días de dicho suceso Nicolás Maduro asumía la jefatura de Estado y de Gobierno como presidente encargado de Venezuela hasta la celebración de elecciones presidenciales del 14 de abril del mismo año. Ante dicho contexto, diferentes personalidades nacionales denunciaron que, según lo establecido en el Artículo 233 Constitucional, no debía ser Maduro quien asumiera el cargo, sino , que en ese entonces era presidente de la Asamblea Nacional. No obstante, el 8 de marzo de 2013 la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia decidió que el juramento del mandatario como presidente era aprobado. Ante ello Nicolás Maduro fue proclamado presidente de la República Bolivariana de Venezuela tras las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013. Cabe destacar que durante los últimos días del gobierno de Chávez las

91 manifestaciones de la oposición habían sido constantes y estas se vieron reforzadas cuando Maduro llegó al poder (Lozada, 2010).17

Con respecto a lo antes planteado, desde los años noventa, el régimen político venezolano ha sufrido un deterioro transformándose de una democracia liberal y representativa a un gobierno con matices de autoritarismo, al menos desde la reelección de Chávez en 2006. En todas las elecciones desde entonces, uno de los lemas de campaña del chavismo fue “que no vuelvan nunca más”, con lo cual se pretendió erradicar a la oposición. En este sentido, el actual gobierno de Maduro desde el 2013 ha reforzado el autoritarismo y pareciera que Venezuela seguirá siendo un régimen con pocas posibilidades de volver a ser una democracia liberal. A pesar de la reciente crisis humanitaria, el heredero de Chávez mantiene un apoyo político dentro y fuera del país (Hidalgo y Corrales, 2013).

Tras el contexto anterior, una de las herramientas que ha permitido sobrevivir al chavismo y al propio Maduro, es la política exterior que ejerció Chávez en su momento al relacionarse con países no alineados a los Estados Unidos como Rusia o China. En este sentido, el apoyo económico y político de dichas naciones permiten de alguna manera que el mandato de Maduro se sostenga en el poder, así también mediante su respaldo ante la comunidad internacional en organismos donde se debate la crisis venezolana.

2.2. Política exterior y derechos humanos en Venezuela

La política exterior está determinada por condicionantes internos y externos, tales como la capacidad de negociación internacional, el proyecto de nación, la identidad nacional, valores y normas de conducta (Velázquez y Monjaraz, 2007). Desde que Chávez llegó al poder a Venezuela dichas condicionantes se transformaron de manera profunda y compleja. En este sentido la capacidad de negociación está ligada al poder con que cuenta una nación para alcanzar objetivos a través elementos como el poder militar, el desarrollo económico, la posición geográfica, la población, la tecnología, los recursos naturales y la cohesión social, entre otros (Velázquez y Monjaraz, 2007).

17 Cabe destacar que, según la Constitución de Venezuela, si un presidente queda incapacitado o fallese en los primeros cuatro años, el vicepresidente se encargaría de promover nuevas elecciones, y si solo faltaran dos años el vicepresidente tiene a cargo el resto del mandato (Carroll, 2013).

92 Al respecto, Chávez aprovechó el recurso del petróleo para ejercer nuevas alianzas con países no alineados a los Estados Unidos. Por otra parte, el proyecto de nación que el chavismo ejerció se basó en crear una identidad nacional socialista y contraria al capitalismo. Ante ello, proyectó diversos discursos, alianzas y acciones que desafiaron a los paradigmas de la globalización y el neoliberalismo.

Desde del momento en que Chávez asumió el gobierno de Venezuela, emprendió una política exterior arriesgada y contraria a la mayoría de los países de América Latina en los años noventa. Ante ello, el líder militar realizó en el plano internacional una campaña de captación de simpatías en círculos políticos, intelectuales y periodísticos de tendencia izquierdista y pronunciadamente adoptó en sus discursos y textos, una línea desafiante frente a los ideales de naciones como Estados Unidos. Por ejemplo, en 1999 Venezuela votó a favor de Cuba,

China e Irán en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en lugar abstenerse, como lo había hecho con sus gobiernos anteriores frente a las posturas de Estados Unidos. Y en muchos otros asuntos como la posición neutral de Chávez en el conflicto de la guerrilla colombiana y sus iniciativas para mediar en dicha disputa (Maihold, 2007).18

Bajo dicho contexto Lander señala que

desde el inicio de su presidencia, Chávez abogó por un mundo multipolar como un correctivo al mundo unipolar basado en la hegemonía. Al hacerlo así, el gobierno chavista preveía la transformación de naciones vinculadas por alianzas en bloques políticos poderosos. En el caso de Venezuela, los bloques incluían a la OPEP, la comunidad caribeña de naciones, y Mercosur, al que Caracas solicitó su ingreso durante los primeros meses del gobierno de Chávez. Aunque la defensa de la soberanía nacional era la piedra angular de su pensamiento político, Chávez estaba influenciado por la meta de la solidaridad y unidad latinoamericana predicada por Simón Bolívar, así como también por la noción de la interdependencia en el mundo moderno. Chávez estaba por tanto completamente consciente de que vencer la dependencia y el subdesarrollo requería de una estrategia colectiva (Lander, 2005: 31). Tras lo anterior, Günther señala que el gobierno chavista se enfrentó mediante discursos y acciones al sistema internacional establecido, manifestando su inconformidad ideológica con los paradigmas de la globalización y del neoliberalismo, rechazando el predominio unipolar

18 Cabe destacar que dentro de los discursos de Chávez dirigidos a la comunidad internacional mencionaba: “nuestra soberanía no se negocia, nuestro territorio no se utilizará para ofender o agredir a ningún país hermano, nuestra bandera es la venezolana, pero también la de la unidad de los pueblos latinoamericanos” (Aznárez, 2000: 250).

93 de Estados Unidos como primera potencia y procurando la creación de una nueva correlación de fuerzas en el mundo. Dentro de dicha estrategia, desempeñó un importante papel el factor petróleo cuando Chávez unió lazos comerciales mediante financiamiento petrolero con países de Centroamérica (Günther, 2007).

Los acuerdos con las naciones latinoamericanas y caribeñas a las cuales se les suministra petróleo bajo términos especiales de crédito eran diseñados para ganar el apoyo de estos gobiernos a las posiciones diplomáticas del gobierno chavista. Sin embargo, Chávez justificaba dichos acuerdos por razones humanitarias de apoyo a las naciones y los individuos no privilegiados (Golinger, 2005).19

Al respecto, González señala que la variable energética ha estado siempre presente en la agenda de la política exterior de Venezuela. Con altibajos, la estrategia petrolera de los diversos gobiernos estuvo siempre orientada a la proyección exterior del país y a su estrategia internacional. Por ejemplo, en la década de los 70, con el aumento de los precios del petróleo se generó una nueva realidad energética global que permitió a países como Venezuela desarrollar una exitosa política internacional. Y es así como el petróleo se convirtió en un instrumento clave para el posicionamiento internacional de Venezuela (González, 2016).

De acuerdo con lo anterior, la política exterior puede ser utilizada como una herramienta para construir relaciones internacionales con base en el interés nacional. Ante ello, Chávez aprovechó, el petróleo y su personalidad política conocida a nivel mundial para establecer relaciones con diversos países y alcanzar propósitos políticos y económicos a favor de su gobierno.

Algunos cambios dentro de la política exterior del régimen chavista fueron las relaciones internacionales. La alianza que el gobierno chavista ejerció con Cuba se creó desde la época en que Chávez era candidato presidencial, debido a que Fidel Castro le brindó su amistad y respaldo ideológico. Al respecto el líder venozolano agradecía la actitud solidaria de Castro

19 La cooperación venezolana hacia los países con los que sostuvo relaciones amistosas no se limitó al petróleo, sino que incluyó donativos en efectivo, misiones médicas y educativas, entre otras medidas que de alguna forma u otra implican una transferencia de recursos entre naciones. Una de las medidas más famosas en este sentido fue la compra, por parte de Venezuela, de bonos de deuda argentina. Esta transacción fue utilizada por el gobierno argentino para liquidar su deuda con el Fondo Monetario Internacional, a lo que para ambos gobiernos presentaron como una forma de ampliar la soberanía nacional en la toma de decisiones en materia de política económica (Salazar, 2008).

94 en diversos discursos y mediante acuerdos comerciales que consistían en vender petróleo a Cuba en condiciones de pago preferenciales. Aunque en diversas ocasiones Chávez afirmó que el movimiento bolivariano no era marxista, y en otros momentos el mandatario expresó su admiración por el modelo socialista cubano (Maihold, 2007).

Al pespecto, Narvaja señala que Chávez vinculó a la revolución cubana con su proceso político, y consideró a Fidel Castro un padre al que elogió constantemente y buscó como inspiración para su gobierno (Narvaja, 2008).

Cabe destacar que, tras el ocaso soviético, se creó en 1990 el Foro de Sao Paulo lidereado por Fidel Castro (Cuba) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil); con el objetivo de impedir la dispersión y disolución practicada de las fuerzas anticapitalistas, tradicionalmente agrupadas en torno al movimiento comunista internacional. Al respecto, Castro enfocó sus fuerzas en Venezuela debido a la riqueza petrolera de este país, logrando así financiar y expandir el plan de conquista regional con la llegada de Hugo Chávez al poder. Ante ello América Latina se convirtió en el escenario para el rearme del proyecto socialista internacional gracias al Foro de Sao Paulo (Rivero, 2010).

Por otra parte, Cuba fue el más beneficiado tras su alianza con Venezuela, debido que recibió 98 000 barriles diarios de petróleo, suficientes para cubrir más de la mitad de sus necesidades. Mientras que la isla pagó una parte de lo recibido en efectivo y otra con el envío de personal médico y deportivo. Así también, Venezuela estrechó vínculos importantes con Cuba dentro de una visión ampliada de seguridad, a través de sus participaciones en el mecanismo de integración conocido como ALBA y el desarrollo de un importante intercambio político, militar, socioeconómico y comercial. Ante ello, ambos gobiernos ejercieron una serie de coincidencias dentro de sus relaciones estatales, multilaterales y transnacionales con otros actores internacionales (Romero, 2009).

En lo que respecta a las relaciones entre Venezuela y Brasil, desde 1994 los presidentes Rafael Caldera (Venezuela) e Itamar Franco (Brasil) se comenzó una serie de acuerdos que sembraron las bases de una política de cooperación e integración bilateral entre estas naciones. Tras lo anterior, Hugo Chávez y su homólogo el brasileño Fernando Henrique Cardoso continuaron esa política y le añadieron mayor dinamismo. En materia energética,

95 industrial y comercial se establecieron vínculos de intercambio y cooperación provechosos para ambos países (Camacho, 2018).20

Sin embargo, con la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva en 2013 al cargo de presidente en Brasil. Las relaciones entre Chávez y Lula se volvieron cordiales en apariencia, pero ocultaron una visible competencia por la influencia política y económica en la región de Sudamérica. Por una parte, Chávez utilizó sus ingresos petroleros para ganar aliados, pero Lula aprovechó la diplomacia y su prestigio personal. Un ejemplo de ello fue un discurso pronunciado por el líder venezolano en Porto Alegre, durante una de sus visitas al Brasil, con un rotundo apoyo para los principales enemigos internos del presidente Lula (Rojo, 2007).

A su vez, Chávez buscó diversos vínculos, por una parte, con China a través de convenios de cooperación; y por otro lado con la UE, en donde el líder venezolano recibió críticas de la comunidad internacional debido a su relación con el jefe de Estado bielorruso, Aleksandr Lukashenko, al que algunos consideran el último dictador de Europa (Aznárez, 2000).

En 14 años Chávez estableció alianzas con Irán, Siria, Libia y Bielorrusia, países con gobiernos dictatoriales en donde la violación a los DDHH era una constante. Cabe señalar que las alianzas que el gobierno chavista ejerció con Irán y Siria representó una amenaza en términos políticos para el expresidente estadounidense George W. Bush. En dicho contexto, Chávez matizó desde entonces las siglas de ese grupo como Movimiento de los Aliados

Libres (MAL), que incluía a todos aquellos países que contribuían a la creación de un mundo multipolar y que citó como enemigos comunes a Estados Unidos e Israel (Narvaja, 2018).21

Hay que resaltar que los gobiernos con los que Venezuela ejerció alianzas en virtud de su antagonismo hacia Estados Unidos, también sobresalían por el autoritarismo en el que sustentaban su poder.

20 El 4 de marzo de 1994 Rafael Caldera e Itamar Franco firmaron el Protocolo de la Guzmania, mediante el cual se crearon once grupos de trabajo para adelantar proyectos binacionales, con especial insistencia en el área energética. En dicho año se comenzó a hablar de Petroamérica, una empresa conjunta Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras) (Lisio, 2004). 21 Mientras que con Siria los vínculos datan desde 2006 y se han traducido en una treintena de convenios, principalmente en materia alimentaria y también energética (Narvaja, 2008), los lazos con Irán comenzarón en mayo del 2011 pese a que no fueron bien vistos por el gobierno de Estados Unidos, por ello a través del Departamento de Estado norteamericano, se han sancionado a siete empresas internacionales, entre ellas la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), por apoyar el sector energético de Irán (El País, 12 de mayo de 2011).

96 Corrales señala que todos los discursos de Chávez sobre un nuevo orden mundial, sus proyectos internacionales, sus desafíos a Estados Unidos, y sus iniciativas extranjeras no lograron ningún beneficio para Venezuela ni tampoco promovieron transformaciones a nivel mundial (Corrales, 2006).

En lo que respecta el tema de los DDHH, cabe destacar que, en el ámbito nacional e internacional, dicho precepto se ha tornado de diferentes matices que mucho han dependido del contexto social, histórico, económico y cultural que vive cada país, tal y como se revisó en el capítulo anterior. Ante ello, los venezolanos han sufrido una transformación llena de controversias. Actualmente Venezuela vive una situación de gran relevancia en términos políticos, económicos y sociales que ha generado una notable crisis humanitaria sin precedentes.

Por otra parte, es importante señalar que después de la SGM se generó en el sistema internacional una transformación para regular y proteger los derechos de las personas a través de la creación de importantes organismos internacionales destacados en la materia como la

ONU. Ante dicho contexto, Venezuela como muchos otros países entraron en la dinámica de los DDHH para pertenecer a dicho sistema.

Por ejemplo, en el ámbito de los tratados internacionales referentes a los DDHH dentro del contexto de la política exterior venezolana, Plaza señala que Venezuela ha ratificado la mayoría de tratados internacionales en materia de DDHH, que se han aprobado tanto en el

ámbito de la ONU como en la OEA. En consecuencia, el Estado venezolano entró a la supervisión internacional en materia de DDHH (Plaza, 2017).

Ante ello, el gobierno de Chávez mediante la Constitución de 1999 incorporó grandes avances en materia de DDHH al ordenamiento jurídico venezolano, entre estos se destacan: la jerarquía constitucional de los Tratados, Pactos o Convenciones internacionales en el ámbito de los DDHH y la supra constitucionalidad de los mismos cuando contengan normas más favorables para proteger dichos derechos (Plaza, 2017). En otras palabras, la Carta Magna le otorgó a los Tratados en materia de DDHH suscritos y ratificados por Venezuela, la jerarquía constitucional y la preeminencia respecto al Derecho Interno.

97 Respecto a lo anterior, Hosein señala que la Constitución de 1999 generó la incorporación de forma más amplia, el desarrollo, la protección y defensa de los DDHH. Por ejemplo, en el ámbito social incluyó los derechos de los pueblos indígenas a su autodeterminación y al respeto a sus culturas, los derechos ambientales y el derecho de las amas de casa a la seguridad entre otros (Hosein, 2011).

Cabe destacar que las reformas constitucionales en materia de DDHH no garantizan del todo su cumplimiento en la práctica. En este sentido, la responsabilidad de los Estados para que las reformas en materia de DDHH se cumplan de forma efectiva, se requiere que los gobiernos planifiquen y administren políticas públicas que posibiliten en la práctica social hacer efectivos dichos derechos (Martínez, 2007). Si bien las prácticas internas del gobierno chavista de alguna manera trataron mediante diversos proyectos de proteger y promocionar los derechos de los sectores más desprotegidos, también se desataron una serie de sucesos internos que dejaron ver que los intereses del gobierno están por encima de tales preceptos.

Con respecto a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también llamada Pacto de San José, aprobada en noviembre de 1969 por la OEA podemos encontrar artículos que establecen los deberes de los Estados para garantizar los derechos de sus ciudadanos y las atribuciones de las dos instancias supranacionales encargadas de vigilar su cumplimiento: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y la Corte Interamericana de Derechos

Humanos (OEA, 2019).

De acuerdo a lo anterior, Venezuela fue el tercer Estado miembro de la OEA en ratificar la Convención, en junio de 1977, y también el tercero que, luego de firmarla, renunció en 2012. La decisión del gobierno chavista de retirarse de la Convención Americana sobre Derechos Humanos comenzó cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentó en 2010 un informe en el que denunciaba el deterioro de la democracia en Venezuela. Ante dicho suceso Chávez ordenó retirarse de dicha Convención el 9 de septiembre de 2012 (El País, 7 de febrero de 2013).22

22 Desde 1995, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha emitido 16 sentencias hacía Venezuela. Por el asesinato de 18 pescadores a manos de militares en 1988, suceso conocido como el Amparo. Por la represión y las muertes que se suscitaron en el Caracazo. Por la desaparición forzada y el asesinato de reclusos en el retén de Catia en 1992. Por vulnerar la labor de los medios con el cierre del canal Radio Caracas Televisión en 2007. Aunque algunos sucesos no ocurrieron durante gobierno chavista muchos de los soldados y policías hallados

98 Salazar señala que la apelación al principio de no intervención por parte de Chávez, ante los intentos de intervención interamericana a favor de la democracia y los DDHH, representó una justificación para que el líder militar descalificara constantemente a las misiones de observación internacional. Aun cuando los informes de dichas misiones criticaron la parcialidad de las autoridades ante violaciones a los DDHH y la falta de transparencia en los procesos electorales, el gobierno chavista los acusó de ser parte de un complot entre Estados

Unidos, la OEA y la UE (Salazar, 2001).23

En otro sentido, los factores externos como el acontecimiento del 11 de septiembre de 2001 cambiaron la atención que Estados Unidos pretendía llevar a cabo en Latinoamérica centrándose en Medio Oriente. Hecho que permitió de alguna manera que Chávez ganara ventaja y terreno en el ámbito externo sin tanta presión política; ya que el tema del terrorismo fue prioridad para el sistema internacional.

Bajo dicho tenor, pese a que la agenda internacional está cada vez más abierta al tema de los

DDHH, no se ha logrado disminuir los índices en las violaciones de los DDHH en países como Venezuela.

No obstante, las acciones que han ejercido las instituciones como la ONU y la OEA ante la actual crisis venezolana se debilitan al no incidir de manera propositiva en la democracia y en la promoción de los DDHH. Por otra parte, dichas instituciones y algunos países buscan una salida pacífica en Venezuela mientras que los venezolanos están pagando las consecuencias. La situación actual en el país sudamericano ha generado diversos sucesos en diferentes ámbitos, los cuales se analizarán en el siguiente apartado.

2.3. Nicolás Maduro y la crisis venezolana (2017-2019)

Desde 1999, año en el que Chávez comenzó su mandato como presidente de Venezuela, Nicolás Maduro logró escalar posiciones dentro del gobierno a través de diversos cargos.

responsables de muertes, torturas y desapariciones de dichos sucesos, fueron los generales y comandantes tanto del periodo de Chávez como el actual mandato de Maduro (El País, 13 de febrero de 2013). 23 El interés de Chávez de contrarrestar las tendencias liberales internacionales sobre la democracia y DDHH también fue un argumento cuando apoyó a Fujimori durante la crisis del año 2000. Entre 1999 y 2002 diversas personalidades y organizaciones de Venezuela denunciaron violaciones a los DDHH relacionados con la actividad de los medios informativos ante organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Sociedad Interamericana de Prensa y la Organización Internacional del Trabajo (Kocher y Minushkin, 2007).

99 Primero, formó parte de la Asamblea Nacional Constituyente y colaboró en las Comisiones de Participación Ciudadana, Económica y Social, posteriormente fue elegido diputado por el Distrito Federal en el período 2000-2005 y en el último año fue presidente del Parlamento.

Para el 2006, el futuro heredero chavista se convirtió en ministro de Relaciones Exteriores, cargo que ocupó hasta octubre de 2012 y le permitió encabezar importantes acciones, como el ingreso de Venezuela al Mercosur y el impulso a las nuevas formas de integración regional, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, la Comunidad de Estados Latinoamericanos, Caribeños y Petrocaribe (Rojas, 2013).

Rojas señala que Chávez encontró en Maduro cualidades que hicieron posible la inclinación de la balanza a su favor (Rojas, 2013). Cabe destacar que, el el actual mandatario venezolano ganó importancia dentro del régimen, cuando en diciembre de 2012 Chávez lo designó como su sucesor en caso de no sobrevivir a una operación en Cuba debido al cáncer que padecía

(EITB EUS, 17 de mayo 2018).

Además, Maduro era un socialista de los duros, debido a que fue un militante de un pequeño partido radical, la Liga Socialista, con considerable presencia en las universidades del país. Maduro recibió entrenamiento en la Escuela Superior del Partido Comunista cubano Ñico López, y, sobre todo, gozaba de la confianza y el aprecio de los hermanos Castro, particularmente de Fidel, una verdadera deidad para Hugo Chávez y un plus para la decisión que tomó el líder militar al elegirlo como su sucesor (Arenas, 2016).

Con el fallecimiento de Chávez, Maduro -tras la celebración de nuevos comisión- fue electo presidente para el período 2013-2019. No obstante, la victoria fue opacada ya que el bajo un bajo nivel de participación y el desconocimiento de los resultados tanto por la oposición como por gran parte de la comunidad internacional fueron las principales acusaciones sobre el proceso electoral celebrado en mayo de 2013 (Sobrados y San Miguel, 2019). Nicolás

Maduro ganó a con el 51 % de los votos (EITB EUS, 17 de mayo 2018).24

24 Cabe destacar que Diosdado Cabello fue una figura clave del régimen bolivariano. En la última aparición pública de Chávez el 8 de diciembre de 2012, Cabello estaba sentado a su derecha y Maduro a su izquierda. Cabello inició su carrera política en el primer gobierno de Chávez con el cargo director de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, también fue vicepresidente de la República, gobernador, diputado, presidente de la Asamblea Nacional y presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, que se coloca por encima de todos los poderes constituidos (Coscojuela, 2019).

100 Bajo dicho tenor, Sagarzazu señala que el deceso de Hugo Chávez abrió un clima de incertidumbre sobre la continuación del proceso Bolivariano. Dicha situación se reflejó con el resultado de la elección presidencial en abril del 2013, en donde la oposición, a pesar de jugar en un terreno altamente desfavorable, tanto en términos de recursos como institucionales, logró estar a menos de dos puntos porcentuales de obtener la victoria (Sagarzazu, 2014).

Esta situación se debe en gran medida a que durante la contienda entre Nicolás Maduro y Henrique Capriles, se siguieron dos estrategias. La primera de ellas fue que el oficialismo utilizó la figura de Chávez para protagonizar al nuevo líder, a quien nombraron el hijo de Chávez; sin embargo, la decisión de reforzar la asociación entre ambos personajes fue errónea, ya que era obvio que Maduro carecía del carisma de su predecesor; y la segunda estrategia consistió en que la oposición señaló que Maduro no era Chávez, y bajo este argumento se “aprovechó para atacar de forma intensa al heredero de Chávez, sin atacar directamente al ex líder militar. Este punto es muy importante, porque permitía hablarle al electorado chavista sin atacar a su líder” (Gómez, 2019: 318).

Desde que Maduro llegó al cargo de presidente de Venezuela en 2013, se generaron tensiones entre las fuerzas políticas. Ante dicho contexto, el oficialismo acusó a la oposición de organizar grupos de violencia en diversas partes del país. Por otro lado, se presionó a los gobernadores de la oposición para reconocer a Maduro como presidente, pues de lo contrario, dejarían de reconocidos de sus cargos. Del mismo modo, desde el Parlamento el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, señaló que los diputados que no reconocieran al nuevo líder chavista no tendrían derecho de palabra en dicha institución (Sobrados y San Miguel, 2019).

El gobierno de Maduro no comenzó en un contexto de cohesión social, debido a que Venezuela estaba dividida. Los habitantes de clase media salían a la calle a protestar contra el presidente y los militares y ciudadanos de zonas precarias se mantenían a favor de él. Por otra parte, la situación ya era desfavorable y, en consecuencia, hubo una devaluación del bolívar. Tal situación, encareció los precios, así también debido a la depresión de los precios mundiales del petróleo, la producción de dicho recurso se encareció y en consecuencia la producción industrial fue en decadencia. Por estas circunstancias, el gobierno de Maduro

101 tuvo que lidiar con serios problemas de abastecimiento de productos de primera necesidad como el papel higiénico, la leche, la harina y ciertos medicamentos, que eran cada vez más escasos (EITB EUS, 17 de mayo 2018).25

Para controlar dicha crisis:

el gobierno de Maduro intentó un mayor control de precios, e inclusive, llegó a fijar niveles de ganancia por la Ley Habilitante, aprobada por la Asamblea Nacional. Con esta ley, el gobierno logró investigar e intervenir empresas que eran identificadas por hacer lucro y abuso. Sin embargo, los problemas económicos no eran los únicos que afectaban a los venezolanos. En marzo del 2013 Venezuela estaba entre los diez países del mundo con mayor número de secuestros y homicidios. Ante ello, el gobierno activó el Plan Patria Segura, iniciada en 2012 por el expresidente Chávez. Con dicho plan, los miembros de las Fuerzas Armadas se sumarían a los organismos de seguridad. No obstante, a pesar de dicho programa la inseguridad seguía creciendo (Sagarzazu, 2014: 321).26 Con respecto a lo antes mencionado, desde el mandato chavista hasta el actual régimen madurista se han formado distintos grupos armados que han provocado un contexto de impunidad, corrupción, narcotráfico y delincuencia los cuales se señala en el siguiente cuadro:

25 Cabe destacar que después de que en 2008 el precio estuviera por debajo de los 35 dólares por barril. En 2011-2013 el precio aumentó gracias a la reactivación de las economías y la demanda por parte de las economías emergentes, los sucesos de la primavera árabe y la crisis diplomática por el programa nuclear de Irán. Desde 2014 ya con Maduro en el gobierno de Venezuela, se observó una depreciación de todas las materias primas, en la que se incluía principalmente el petróleo. Entre los factores que produjeron este fenómeno es la desaceleración de la economía China y la caída en la demanda de Europa de este recurso (Expansión, 21 de julio del 2015). 26 La Ley Habilitante consiste en una herramienta jurídica de rango constitucional que faculta al presidente de la República Bolivariana de Venezuela a dictar Decretos con rango, valor y fuerza de Ley sobre las materias que estime pertinentes de acuerdo a las necesidades y emergencia del país. Dicha ley debe cumplir una serie de pasos previos a su promulgación, por parte del Jefe de Estado, y su posterior entrada en vigencia. Por otra parte, el proyecto de Ley Habilitante debe ser presentado a la Asamblea Nacional por iniciativa del Ejecutivo. Durante el gobierno de Chávez, se otorgó poderes especiales en cuatro ocasiones, para dictar decretos y leyes sobre una diversidad de temas que impactaron en el desarrollo del país. Consultar en: http://www.correodelorinoco.gob.ve/todo-que-necesitas-saber-sobre-ley-habilitante/

102 Cuadro 6. Grupos criminales en Venezuela

Tipos de Características grupos Colectivos Civiles armados que actúan en grupo, tienen supuestos vínculos ideológicos con el Gobierno. Realizan funciones de seguridad ciudadana, inteligencia y represión junto a la fuerza pública. Controlan la venta de alimentos en algunas zonas.

Pranes El Pran es el líder carcelario que trabaja y dirige desde la prisión organizaciones delictivas llamadas trenes, recientemente han cambiado al nombre de pranes y se dedican a actividades criminales en los barrios y las minas de oro en distintas regiones. Paramilitares Los paracos o paramilitares trabajan en la frontera con Colombia que surgieron de las Autodefensas Unidas de Colombia. se dedican al contrabando del narcotráfico y extorción

ELN y Son grupos de guerrilla colombiana que operan que trabajan en territorio venezolano, disidentes de principalmente en los estados fronterizos. Se dedican al narcotráfico, la extorción, los la FARC secuestros y el contrabando. Mega Son grupos delictivos que se dedican al secuestro, la extorción, la venta de drogas, el robo bandas de vehículos y otros delitos. Portan armas de alto calibre y operan en todo el país.

Militares El Ejército, la Guardia Nacional Bolivariana, la Armada, la Aviación y la Milicia son los componentes que integran la Fuerza Armada de Venezuela. No son grupos criminales, pero muchos de sus integrantes esta involucrados en delitos.

Fuente: Elaboración propia a partir de Insight Crime (2018).

Según el Observatorio Venezolano de Violencia, señala que Venezuela es el país con más muertes causadas por homicidio y violencia del mundo “con 23.047 y una tasa de 81,4 por cada 100.000 habitantes”. Ante dicho contexto, de 10.422 homicidios, 7.523 muertes son por resistencia a la autoridad. Otra consecuencia de la inseguridad que vive Venezuela es la falta de respuesta por parte de las instituciones de justicia que genera una situación de impunidad y pérdida del Estado de derecho. De hecho, la violencia combinada con crisis económica son factores que ha propiciado la masiva migración de venezolanos (El Mundo, 27 de diciembre de 2019).

A pesar de que Nicolás Maduro en 2013 prometió proseguir con la revolución socialista bolivariana para acabar con la pobreza, en años recientes Venezuela tiene una tasa de inflación que el Fondo Monetario Internacional prevé del 1.000.000% y una tasa de desempleo del 37,4% (FMI, 2019). Dicha situación ha forzado a emigrar, aproximadamente

4 millones de venezolanos en los últimos años (ACNUR, 2019). Tras el colapso político y económico venezolano, se ha generado que 5,000 personas abandonen el país diariamente provocando uno de los mayores éxodos de la historia de la región e incluso superando a

103 países como Siria (una nación en guerra civil desde 2011) según la agencia de la ONU para los refugiados (ONU, 2019).

En un panorama de crisis social, política y económica, Maduro ha afrontado su reelección con una nueva promesa, la de hacer todos los cambios económicos que necesita Venezuela (Sobrados y San Miguel, 2019). Sin embargo, las alarmantes condiciones de vida que afectan a millones de personas, así como la falta de alimentos y medicamentos esenciales, los cortes de electricidad y condiciones de vivienda inadecuadas empeoran a diario, siguen poniendo muchas vidas en riesgo (Amnistía Internacional, 2018).

La hiperinflación de Venezuela hace imposible el mantenimiento del transporte urbano, como resultado, alrededor del 80% de la flota de transporte urbano, que es mayoritariamente privada, está paralizada. Los ciudadanos esperan horas en las paradas o viajan hacinados en camiones de carga, de pie y sin medidas mínimas de seguridad. También es preocupante la compra de insumos y la reparación de maquinaria agropecuaria, por lo que la producción nacional de alimentos se ha reducido al punto de cubrir solo el 25% de la demanda, provocando así una escasez de productos básicos que supera el 70% (Salmerón, 2018).

Lo anterior es evidencia del grave deterioro de la infraestructura del Estado venezolano, en es este sentido vale la pena decir el caso de la sanidad pública y drástica reducción de las campañas de prevención que ha provocado de nueva cuenta el brote de enfermedades que ya habían sido erradicadas o controladas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos años Venezuela ha experimentado el mayor incremento de casos de malaria en el mundo. Dicha organización internacional también ha anunciado que los hospitales, afectados por la escasez de insumos y medicamentos, son lugares peligrosos para los enfermos debido a la precariedad de las medidas sanitarias (OMS, 2019).

Por otro lado, en cuanto respecta al éxodo venezolano, el 3 de noviembre del 2018 “El Tiempo” un periódico colombiano, publicó un encabezado sobre la migración de venezolanos que propicia la reunificación familiar. En dicho artículo se señaló que el 2 de noviembre del 2018 el Banco Mundial entregó una investigación sobre las consecuencias del éxodo venezolano tras la crisis generada por Nicolás Maduro, en donde de 2,3 millones de venezolanos que habían dejado a su país el 40% emigraba a Colombia (Banco Mundial, 2018). Bajo dicho contexto se señaló que a medida que los migrantes lograrán tener una

104 estabilidad económica, irán progresivamente reunificando su núcleo familiar por lo que incrementaría el flujo migratorio. Por otra parte, se destacó que 1,6 millones de venezolanos con tarjetas de movilidad fronteriza se trasladan a diario en un ritmo de al menos 45 mil personas por la zona fronteriza para buscar en Colombia alimentos, medicinas y atención médica, para después retornan a su país (El Tiempo, 3 de noviembre 2018).

Sin embargo, el Banco Mundial enfatizó que la migración a corto plazo puede tener impactos negativos en el país receptor como pérdida de empleos, mayor informalidad, aumento de la pobreza, crecimiento de la demanda de servicios y un mayor gasto público (El tiempo, 3 de noviembre 2018).

Cabe destacar que la migración venezolana ha impactado a varios de los países latinoamericanos. Al respecto, dichos países han ejercido diferentes acciones para hacer frente a tal situación, debido a que se espera que aumente el éxodo venezolano a medida que el gobierno de Nicolás Maduro se aferra al poder.27 Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) el termino éxodo se define como el movimiento en masa (asilado o esporádico) de una gran parte de personas perteneciente a una comunidad que abandonan su país de origen por un momento determinado (OIM, 2016).

En el siguiente cuadro se señalan las diferentes posturas de algunos países latinoamericanos frente al éxodo venezolano:

Cuadro 7. Postura de los países ante la migración venezolana

Países Posturas Argentina Esta nación ayuda a reubicar a migrantes venezolanos en varias partes del país y les consigue empleos temporales. Las llegadas de venezolanos que buscan el estatus de residencia oficial aumentaron a 70,351 en 2018.

Brasil Las acciones hacia los inmigrantes venezolanos cambiaron dramáticamente con la llegada de Jair Bolsonaro al poder. Días después del inicio de su mandato, Bolsonaro anunció que Brasil estaba retirándose de un acuerdo de la ONU que cubría a los inmigrantes, revirtiendo la política de su antecesor, Michel Temer.

Chile Dicho país ha tomado una actitud más dura hacia la migración venezolana mediante los discursos nacionalistas del presidente Sebastián Piñera.

27 Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) el termino éxodo se define como: movimientos en grupo, aislados y esporádicos, fuera del país de origen. Éxodo en masa es un movimiento de un gran número de personas o una parte de una comunidad en un momento determinado (OIM, 2016).

105 Países Posturas Colombia Estado que se ha acercado a la comunidad internacional en busca de ayuda para enfrentar el éxodo de venezolanos. Los hospitales y las escuelas primarias en la ciudad fronteriza de Cúcuta se han visto afectados, y los administradores se quejan de que el gobierno central no les ha reembolsado el costo del cuidado de los migrantes.

Ecuador Para muchos venezolanos, este país era de fácil acceso debido a que no se requería visa para ingresar sin una visa. Sin embargo, los sentimientos antinmigrantes resaltaron cuando un venezolano supuestamente apuñaló a muerte a su novia embarazada ecuatoriana, Diana Ramírez Reyes. Una semana después, el presidente Lenin Moreno decretó una política de inmigración que exige que los venezolanos entrantes presenten un documento que certifique que no tienen antecedentes penales en Venezuela.

Perú Considerado como la "tierra prometida" para muchos venezolanos que buscaron nuevas vidas. Los informes de oportunidades de trabajo abundantes y permisos de trabajo eran accesibles. Desde 2017, Perú emitió 495,000 permisos de trabajo especiales. No obstante, estos permisos además de no ser renovables en 2019 dejaron de ser emitidos.

México Sin duda alguna este país representa una ruta de tránsito para muchos migrantes de países latinoamericanos como Venezuela que desean llegar a Estados Unidos. Ante ello, el actual presidente Donald Trump pidió en 2018 al gobierno de Obrador, reportar y obstaculizar a los migrantes que pasaran por México hacia Estados Unidos o de lo contrario se tomarían medidas sobre TLCAN o el cierre completo y permanente de la frontera. Bajo dicho contexto el gobierno México ejerció medidas hacia los migrantes latinoamericanos al mandar a la recién creada Guardia Nacional para patrullar la fronter sur y con ello impedir el paso de migrantes irregulares. Fuente: Elaboración propia a partir de The Times (6 de diciembre de 2019).

Tras el cuadro anterior, es importante señalar que algunos gobiernos latinoamericanos han adoptado declaraciones regionales para hacer frente a la situación venezolana. Al respecto, bajo el liderazgo del expresidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, fue creado en 2017 con la participación de 14 países americanos el GL con el fin de seguir la crisis política de Venezuela y procurar una salida a la compleja situación interna.28 Aunque no todos los países del GL se encuentran el cuadro anterior, algunos países como Colombia, Chile, Argentina y Perú forman parte de dicho Grupo, en el cual se ha expuesto ante diversas reuniones de la comunidad internacional a favor de los DDHH de los venezolanos ante el régimen de Nicolás Maduro.

28 La postura dentro de la política exterior del gobierno de Andrés Manuel López Obrador rompió con la posición del gobierno anterior de Enrique Peña Nieto, debido a que México durante la administración de Peña era uno de los miembros más activos del llamado Grupo de Lima. En 2017 dicho presidente señaló vía Twitter que Nicolás Maduro había violado de manera sistemática la Carta Democrática Interamericana. No obstante, con López Obrador, Méxicó invocó a la no intervención y a la autodeterminación de los pueblos, asumiendo así una posición a favor de Maduro. Cabe destacar que el 1 de diciembre del 2018 López Obrador invitó a Nicolás Maduro a su toma de posesión, acto que reforzó de alguna manera su posición a favor de Maduro ante la comunidad internacional (France24, 3 de diciembre de 2019).

106 No obstante, a pesar de que mayoría de los países latinoamericanos han adoptado marcos legislativos en materia migratoria y de refugio conformes a los estándares internacionales, muchas de sus posturas de dichos países violan los DDHH de los migrantes venezolanos en sus territorios mediante diversas acciones que los Estados implementan mediante discursos nacionalistas, deportaciones, o con el simple hecho de no tomar acciones y medidas en apoyo a los migrantes e impedir el paso en sus fronteras. La discrecionalidad con la cual actúan los gobiernos a la hora de regular en materia migratoria genera una serie de problemas y abre interrogantes sobre la apertura, o no, de los Estados latinoamericanos.

Al respecto Freier señala que:

en el área de la protección de a los refugiados, la gran mayoría de los países de América Latina reformaron sus leyes nacionales, e incorporaron la definición ampliada de refugiado de Cartagena de 1984. Cartagena fue un importante avance, en la medida que amplió la definición contenida en la Convención de Ginebra de 1951, la cual limita la protección a las personas que sufren persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social particular. La declaración define también al refugiado como aquella persona o grupo de personas que huye de su país porque su vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación masiva de los DDHH u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público (Freier, 2015: 35). En este sentido la crisis humanitaria de Venezuela cumple dichos criterios en la declaración, como violencia generalizada, vulneración masiva de DDHH y otras circunstancias que han perturbado gravemente el orden público en el país sudamericano. Ante ello, los DDHH en el ámbito migratorio resultan no ser los mismos en la retórica que en la práctica.

Otro factor a destacar en el marco de la crisis venezolana fue la autoproclamación de Juan Gerardo Guaidó Márquez como presidente encargado de Venezuela el 23 de enero de 2019. Ante ello, se generó una división entre países que reconocen a Guaidó, los neutrales y los que apoyan a Maduro. En la siguiente tabla se señalan las posiciones de los países de la comunidad internacional hasta el 2019:29

29 Juan Gerardo Guaidó Márquez es un diputado opositor venezolano que tomó notoriedad el 23 de enero de 2019, tras autoproclamarse "presidente encargado" del país sudamericano, con el respaldo del gobierno de Estados Unidos (El Universal, 23 de enero de 2019).

107 Cuadro 8. Postura de los países ante el reconocimiento de Juan Guaidó

Países que reconocen a Juan Países neutrales Países que reconocen a Nicolás Guaidó como presidente Maduro como presidente Canadá, Estados Unidos, Noruega Rusia, China, Bolivia, Uruguay, Guatemala, Costa Rica, Turquía, Irán, Siria, Bielorrusia, Honduras, Panamá, Colombia, Cuba y México. Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Paraguay y la UE.

* Nota: En el caso de la UE, se instó al gobierno de Maduro para organizar nuevas elecciones, o de lo contrario reconocerían a Guaidó.

Fuente: Elaboración propia a partir de BBC (20 de diciembre de 2019).

La autoproclamación de Guaidó como presidente de Venezuela logró unir parte de la oposición y al mismo tiempo consiguió internacionalizar el conflicto político interno, para obtener de alguna manera el apoyo de la comunidad internacional (más de 50 naciones) y con ello poder derrocar a Maduro. En este contexto, la respuesta del oficialismo fue la de usar la violencia contra la oposición, pero también un apoyo de más de 50 naciones que ha recibido y reconocido a Guaidó.

Ayuso señala que hoy en día, el futuro de Venezuela está en manos de las Fuerzas Armadas y de los actores externos, mientras dura dicho enfrentamiento entre Guaidó-Maduro y sus respectivos aliados, los venezolanos padecen las consecuencias. Así también, mientras Trump apoye al líder opositor para diseñar una futura transición democrática y Vladimir Putin apueste por la continuidad Maduro como presidente legítimo. En este sentido, las posiciones de los países latinoamericanos también se han dividido, y lo mismo ocurrió con los países de la UE (Ayuso, 2018).

Por otra parte, en medio de la crisis presidencial entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Juan Guaidó se desencadenaron una serie de sucesos que generaron tensión política fuera y dentro del país. Por ejemplo, el 24 de enero Guaidó solicitó a Estados Unidos ayuda humanitaria para Venezuela ante la cual el líder opositor estaba dispuesto a apoyar en el ingreso al país sudamericano.

108 El intento de entrega de la ayuda humanitaria a Venezuela liderada por la coalición de Colombia, Brasil, Estados Unidos a principios del 2019 desató que el 22 de febrero del 2019 en la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela, en Cúcuta y en Tienditas, se convirtieran en el escenario de una batalla de conciertos. El concierto Aid Live convocado por el multimillonario Richard Branson con el objetivo de apoyar la ayuda humanitaria, generó que el gobierno de Maduro también organizara el concierto llamado Hands Off Venezuela para supuestamente recaudar fondo para la crisis (El País, 23 de febrero de 2019).

En este sentido ambos eventos entre otros profundizaron las tensiones, en un contexto en donde los DDHH de los venezolanos quedaron vulnerados debido a que los intentos de ayuda humanitaria causaron encuentros violentos en la frontera con Colombia. Ante ello, Maduro cerró las fronteras y rompió relaciones diplomáticas con Colombia. Durante los últimos meses del 2019 dicha situación y la figura de Guaidó fue perdiendo fuerza, sin embargo, en enero de 2020 volvió al escenario internacional con una gira mundial en la que mantuvo reuniones de alto nivel con mandatarios de la UE, Canadá y Estados Unidos (EITB, 28 de enero del 2020).

La crisis venezolana ha hecho que varios actores de la comunidad internacional ejerzan diversas medidas, las cuales conllevan a un importante análisis. Por ejemplo, el GL creado en

2017 y el Grupo de Contacto Internacional (GCI) formado en 2019 de alguna manera son dos iniciativas políticas que se crearon en busca de soluciones para la crisis que atraviesa Venezuela. Ambos Grupos utilizan como herramienta de política exterior el diálogo político.

Dichos grupos están formados por países latinoamericanos, cabe destacar que Costa Rica es el único que pertenece a los dos. La diferencia del GCI y el GL se encuentra en sus miembros, debido a que en el GCI lo conforman la UE y Canadá y en el GL solo por latinoamericanos. Cabe destacar que, el 3 de junio de 2019 los Ministros de Relaciones Exteriores de Canadá,

Chile y el Perú, miembros del GL, junto con la Alta Representante de la UE y los Ministros de Relaciones Exteriores de Portugal y Uruguay, miembros del GIC se reunieron en la ONU, Nueva York, para abordar la situación de Venezuela y emitir una declaración conjunta sobre la situación venezolana (Acción Exterior de la UE, 2019).30

30 La UE creó un Grupo de Contacto Internacional que se reunió por primera vez el 7 de febrero en Montevideo. Aunque el referido órgano informal fue una iniciativa de la UE, se convirtió en una propuesta de diálogo

109 El papel de China también sin duda alguna ha influido en el contexto venezolano, en 2015 el país asiático prestó 10.000 millones de dólares a Venezuela para refinanciar la deuda y modernizar PDVSA. En total, el país sudamericano ha recibido aproximadamente 65.000 millones de dólares de China, más de la mitad de la inversión total en América Latina (Freier, 2015). Pese a que en 2016 Estados Unidos representaba un 29% del total del comercio venezolano, China se convirtió en segundo socio con un 14%, seguido de la India (10%) y en cuarto lugar la UE (6%). Ante dichos datos, la UE no representa un socio relevante, el pais sudamericano apenas recibe cooperación al desarrollo lo cual reduce los instrumentos de Europa y Estados Unidos para “sancionar” económicamente o influir políticamente (Ayuso, 2018).

Cabe destacar que, en la actualidad, se han desatado diversas protestas en Brasil, Argentina, Honduras, Colombia, Ecuador, Perú y Chile provocando una importante crisis en América Latina en ámbitos políticos, económicos y sociales que han quitado de alguna manera la atención de la comunidad internacional en Venezuela. Cabe precisar, que lo que está en crisis no es la derecha ni su modelo neoliberal, ni tampoco la izquierda y su modelo social, sino ambas. Por lo que la democracia y los DDHH forman parte del contexto y de las razones de dichas protestas que comparten la desconfianza en las instituciones y en los actores a nivel doméstico e internacionales que se encargan de velar por dichos preceptos.

Al respecto la situación venezolana es un claro ejemplo de dicho contexto. Las acciones que han ejercido los diferentes actores de la comunidad internacional ante la crisis del país cuestionan si realmente los DDHH forman parte de la prioridad de la agenda internacional y no los intereses políticos. Como se ha señalado anteriormente, la crisis en Venezuela abarca diferentes ámbitos, pero pareciera que el tema político entre Maduro y Guaidó, junto con el éxodo venezolano que pasa a perjudicar a terceros países desata mayor atención que el continuo deterioro de los DDHH de la propia sociedad venezolana. Así también, la falta de cohesión internacional para sacar a Maduro del poder junto el apoyo de naciones como China,

europeo-latinoamericana. Ocho países europeos (Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Suecia) y cinco latinoamericanos (Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay) participan en esta iniciativa interregional (Salmerón, 2018).

110 Rusia, Cuba, Irán, entre otras al gobierno madurista, provoca que la situación en Venezuela siga de alguna manera agonizando sin una posible salida.

En este sentido, la UE es uno de los actores internacionales que, pese a sus propios desafíos como unidad geopolítica de 27 países, ha tenido que generar cierta “unanimidad¨ para ejercer diversas acciones dirigidas al gobierno de Maduro y al reconocimiento de Guaidó. En el siguiente capítulo se analizará a la UE frente América Latina, es especial su acercamiento a Venezuela desde Chávez y su accionar frente a la actual crisis venezolana en materia de

DDHH.

111

Capítulo 3. La Unión Europea ante la crisis venezolana y la participación del gobierno español

Venezuela, en el momento presente (abril 2020), sufre la peor crisis de su historia, producto del fracaso de un modelo político basado en el socialismo del siglo XXI, en medio de un clima de conflictividad y polarización (Freitez, 2019). Tomando en cuenta los factores políticos, geopolíticos y energéticos, el contexto venezolano ha adquirido dimensiones a nivel internacional, en la medida en que la crisis se va deteriorando a nivel interno, suceso que se externaliza mediante el fenómeno emigratorio de las naciones del país sudamericano.

En este sentido, algunos países se involucran más respecto a tal situación debido a las consecuencias regionales del éxodo venezolano, mientras que otros toman posturas acompañadas de interés geopolítico hacia al país andino, así también, existen países que reaccionan con cierta indiferencia debido a las prioridades de sus propios intereses nacionales. En dicho contexto es importante destacar que la lucha por la defensa de la democracia y de los DDHH en Venezuela, de alguna manera se ha deteriorado por la profunda polarización política a nivel doméstico e internacional y la prioridad de intereses económicos y políticos sobre dichos preceptos (Arellano, 2019).

El presente capítulo analiza los antecedentes que acerca a la UE con Venezuela, abarcando el ámbito los Acuerdos regionales con América Latina y los factores que han propiciado acercamiento y alejamiento de dichas regiones, así como la postura que jugó el gobierno chavista en dichos Acuerdos. Por otra parte, se aborda las acciones que ha ejercido la UE ante la crisis venezolana a partir del 2017 hasta enero de 2020 a través de los comunicados oficiales, las sanciones dirigidas al gobierno de Maduro, la posición de los países europeos frente al reconocimiento de Guaidó como presidente de Venezuela y la creación del Grupo de Contacto Internacional. Por último, se examina la postura del gobierno español durante el accionar de la UE ante la crisis venezolana y el actual escenario con Josep Borrell, como Alto

Representante de la UE.

Antes de enfocar la atención en la UE, es importante exponer el contexto y las posturas de los diferentes actores de la comunidad internacional ante la crisis venezolana, con el fin de entender las características que distinguen o se asemejan el accionar europeo, tomando en

113 cuenta la propia naturaleza de la UE al representar una entidad geopolítica formada por veintisiete países miembros que generan ventajas y desafíos en su acción exterior.

Al respecto, Malamud y Núñez señalan que el conflicto venezolano se ha transformado en una crisis con implicaciones no sólo locales o nacionales, sino también de alcance mundial, debido al papel que juega Estados Unidos y los protagonismos asumidos por actores extrarregionales como la UE, Rusia y China. Ante ello se espera un futuro incierto dentro de Venezuela que alcanza, incluso, repercusiones geopolíticas internacionales y que pone a prueba el liderazgo hemisférico y mundial de Estados Unidos, la fuerza emergente de China y Rusia y la influencia moral y política de la UE (Malamud y Núñez, 2019).

En tal sentido, Estados Unidos representa el actor más coercitivo en la progresiva aplicación de sanciones económicas y financieras contra el gobierno de Maduro y en particular con empresas del Estado venezolano como la PDVSA, con el objetivo de debilitar el régimen actual (Baptista, 2019). Por otra parte, el 2 de mayo del 2019 Donald Trump trató de persuadir a Cuba a través de un mensaje en una entrevista telefónica que concedió a Fox Business para el programa Trish Reagan Primetime, señalando que podría reconsiderar el descongelamiento de las relaciones económicas entre su país y Cuba al abandonar por parte de la Isla toda injerencia en el territorio venezolano a favor de Maduro (Infobae, 2 de mayo de 2019).

A su vez, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en una entrevista realizada el 5 de mayo de 2019 a la cadena Fox News, exigió la salida a Rusia, Irán, Cuba y China del territorio venezolano, bajo el argumento de que la injerencia de dichos actores refuerza al gobierno de Maduro (DW, 5 de mayo de 2019). Cabe señalar también el fracaso de Estados Unidos del 23 de febrero de 2019 al intentar ingresar la ayuda humanitaria a Venezuela por la frontera en Cúcuta (BBC, 23 de febrero de 2019). Si bien Estados Unidos recurre al “poder duro” mediante represalias económicas hacia Venezuela, es una realidad que también trato de utilizar el “poder suave” mediante el ingreso de ayuda humanitaria. Bajo este tenor, Prado y Rodríguez señalan que:

la ayuda humanitaria, en un principio neutral, forma parte de las distintas estrategias por parte de Estados Unidos y de otros países para derrocar al presidente socialista quien a pesar del caos en el que se encuentra su país no desea apartaste del poder […]. Hans Morgenthau señala que “si bien la ayuda

114 humanitaria per se no es política, en realidad puede desempeñar una función política cuando opera dentro de un contexto político” (Morgenthau, 1962); siendo este las operaciones internas y externas para destituir a Maduro, y no necesariamente atender de forma prioritaria las necesidades básicas de millones de venezolanos que intentan sobrellevar el cada vez peor entorno de precariedad en el que se encuentran (Prado y Rodríguez, 2019: 112). El papel de China y Rusia ante la crisis venezolana es muy diferente en su acción exterior debido a que no ejercen ninguna acción coercitiva ante el régimen de Maduro sino, por el contrario, dichos países se han posicionado de alguna manera a favor de éste a través de diferentes estrategias. Por ejemplo, el 27 de febrero de 2019 Rusia y China ejercieron el poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para frenar la resolución estadounidense de facilitar la ayuda humanitaria a Venezuela (La Vanguardia Internacional, 27 de febrero de 2017). Por otra parte, los intereses de China son fundamentalmente económicos y comerciales, mientras que los de Rusia son geopolíticos y militares. China ha apoyado económica y financieramente a Chávez y a Maduro, en tanto que Rusia ha puesto el énfasis en el apoyo militar a través de la venta de armas, helicópteros y aviones (Rodríguez, 2019).

En el marco de la disputa entre Estados Unidos, Rusia y China por incidir en los asuntos internos de Venezuela se confrontan dos visiones de organización política y social. Por un lado, la postura occidental busca formar repúblicas y hacer sociedades democráticas sujetas al imperio de la ley y no de un dictador, con división de poderes públicos autónomos como el ejecutivo, legislativo, judicial y con alternabilidad en el ejercicio del poder político a través de elecciones libres y competitivas (Ellis, 2014).

Por el otro lado, destaca el modelo de poder concentrado ruso o de poder colegiado chino. Al respecto Gerdel señala que:

La visión de estos países se sustenta en una cultura política diferente, inherente a la tradición autoritaria del socialismo del siglo XXI y de los estados totalitarios. A pesar de autodenominarse “democráticos”, imponen un modelo de partido único, pensamiento único, censura y control de los medios de comunicación, intolerancia a la disidencia y persecución y encarcelamiento de los opositores y adversarios políticos. En esa visión hay libertad para un solo pensamiento: el del partido y burocracia en el poder (Gerdel, 2018: 34).

El modelo de democracia liberal occidental es el que Estados Unidos y la UE defienden de la creciente presencia e influencia rusa y china en el mundo. Sin embargo, en el caso de Venezuela los gobiernos de Chávez y Maduro se dedicaron a establecer vínculos cada vez

115 más estrechos con Rusia y China. Desde esta perspectiva, la influencia de Estados Unidos y la UE sobre la situación venezolana pierde fuerza ante el respaldo de ambos países, lo que empeora la actual crisis venezolana al no existir una cohesión internacional (Álvarez, 2019).

Esta creciente presencia de Bejín y Moscú en Venezuela genera, de alguna manera, una disputa geopolítica en la cual los Estados Unidos y la UE intentan limitar. Pero la realidad es que todas las potencias expanden su presencia y control más allá de su entorno geográfico, con el fin de asegurar y mantener fuentes de petróleo, gas, minerales y otras materias primas que requieren para sus propios intereses nacionales (Camejo, 2019).

Aunque Venezuela ya no tiene tanta relevancia petrolera para Estados Unidos como un proveedor cercano y seguro, sí lo tiene para China, que tiene entre sus proveedores más cercanos al riesgoso Irán. En este sentido, China necesita a Venezuela como un sustituto de petróleo, a través del canje de petróleo y minerales por recursos financieros, China hace uso del soft power, con unas condiciones de negociación diferentes a las impuestas por el hard power norteamericano (Shuxun y Wolf, 2019).1

En definitiva, el asunto venezolano ha adquirido dimensiones internacionales en un contexto que más allá de defender los DDHH en el país sudamericano deja ver que los intereses geopolíticos y económicos son prioritarios en el accionar de los países hacia la crisis venezolana. En este escenario es importante cuestionar también el papel de la UE ante dicha crisis como una potencia que basa su política exterior en la defensa y promoción de los DDHH y la democracia.

3.1. Antecedentes en la relación UE con América Latina y Venezuela

Las relaciones entre América Latina y la UE se remontan a varios siglos de historia compartida desde las conquistas de las potencias europeas. Ante ello, se han creado vínculos culturales económicos y sociales (Sanahuja, 2013). El análisis histórico de alguna manera permite ubicar cuáles son los elementos centrales que mueven los intereses de la UE, el papel de España y la evolución de su política exterior hacia América Latina.

1 Según la administración de información energética de Estados Unidos, en 2017 el principal comprador de petróleo venezolano fue Estados Unidos con un 41%. En segundo lugar, está China con el (25%), seguido de India con (22%) y otros compradores del resto del mundo con el (12%). Véase en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-47076147

116 En importante puntualizar que Latinoamérica no formaba de alguna manera parte relevante en la agenda externa de la Comunidad Europea hasta principios de los años ochenta, cuando suscitaron una serie de contextos que acercaron a las dos regiones. Uno de estos fue el proceso de paz de Centroamérica, en el cual se involucraron varios países europeos. Así también el ingreso de España a la UE fue otro factor importante. En aquellos años, los intereses comunitarios en la región se concentraban en el Caribe, porque estaban vinculados a los procesos de descolonización de algunos de sus Estados Miembros como Francia, Reino Unido y Países Bajos (Rojas, 2018).2

Quevedo señala que en un principio las relaciones entre América Latina y UE comenzaron en un ritmo lento por diversas causas. Por ejemplo, por los escasos vínculos poscoloniales entre los miembros originarios de la UE y Latinoamérica; por la inclinación de Francia hacia los países de Asia, Caribe y el Pacifico; y también por la prioritaria acción exterior en terreno geográfico cercano (Quevedo, 2007).

Cabe destacar que en los años ochenta cambió la forma en que América Latina se relacionó con los Estados europeos, conforme la región comenzó a abrazar los principios de democracia y DDHH como parte de sus propias transiciones (Byron, 2014). Por otra parte, para la década de los años noventa los países de América Latina sufrieron cambios trascendentales hacia la democracia, una apertura del mercado y procesos de integración regional (Ulloa, 2011).3

Al respecto, Ruano señala que el consenso latinoamericano alrededor de valores liberales coincidió en aquel momento con el de la UE, que estaba justamente en pleno proceso de instrumentar la recién estrenada PESC, establecida en el Tratado de Maastricht en 1992. Así también, España, que concluía su ingreso a la UE, proyectó sus intereses en esa región

2 En el momento de la entrada de España y Portugal en la entonces Comunidad Económica Europea y en el Tratado de adhesión se incorpora a los textos comunitarios europeos la denominada Declaración común de intenciones declarativas al desarrollo y la intensificación de las relaciones con los países de América Latina. A instancias de lo acordado en el Consejo Europeo de La Haya en 1986 la Comisión Europea presentó al año siguiente un informe relativo a las relaciones de la UE con América Latina bajo una línea de contribución al desarrollo de los países más necesitados en el mundo. Ese mismo año 1977 se institucionalizó y comenzó a desarrollarse las relaciones de la UE con el recién constituido Grupo de Río (Sacristán, 2001). 3 El acercamiento entre las dos regiones también tuvo su origen en la ola de democratización que comenzó en España y Portugal en 1974-1975 y continuó en América Latina (Isolma, 199).

117 mediante distintas vías. Ante ello, resultó conveniente que América Latina se convirtiera en un socio atractivo, debido a estos valores liberales compartidos (Ruano, 2018).

Por otra parte, Latinoamérica era una región en la que ya no había guerra, generalmente respetuosa del derecho internacional y de los espacios multilaterales, valores igualmente centrales para la naciente PESC. En el marco de dicho contexto, la UE estableció una creciente política exterior hacia América Latina, con objetivos en el ámbito político, económico y lo social basados en la cooperación internacional al desarrollo (Serbin, Martínez y Ramanzini, 2012).

En tal sentido, Ulloa señala que la cooperación internacional constituye un elemento fundamental e indispensable en las relaciones internacionales, debido a que además de favorecer el diálogo político entre las naciones, fomenta la acción efectiva entre las mismas en un ambiente de mutuo respeto y solidaridad. Por otra parte, hay quienes atribuyen que la ayuda internacional se ha convertido en un instrumento más de la política exterior de los países desarrollados para la búsqueda de sus propios intereses (Ulloa, 2011).

En este sentido, la UE se ha convertido en una potencia económica, cuyas decisiones y acciones son relevantes para el mundo. El proceso de integración que experimenta la UE refleja importancia por los impactos que esta evolución está teniendo sobre el comercio y las inversiones globales (Rosas 2001). Ante ello, la UE utiliza mecanismos unilaterales, bilaterales, regionales y multilaterales para promover sus intereses en el mundo (Fanzio, 2006).

Cabe destacar que las relaciones de la UE con América Latina se conducen mediante dos enfoques. Por una parte, se desarrolla desde una aproximación global, basada en las relaciones de la UE con el conjunto de América Latina, y, por otro lado, la política europea hacia América Latina se ejerce en tres niveles: bilateral (con cada país individual), subregional (por ejemplo, Mercosur) y birregional (UE-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), con el objetivo de responder mejor a la heterogeneidad que caracteriza a América Latina. A partir de los noventa, se generó una asociación estratégica birregional, por medio de la celebración de Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE y América Latina (Rojas, 2013).

118 En diciembre de 1990, con la firma de la Declaración de Roma, se regularon las relaciones entre la UE y el Grupo de Río;4 y con ello se estableció en ella la exigencia de un encuentro anual de los cancilleres de los países firmantes. Esta Declaración, unida a la Conferencia de San José que reunió a los cancilleres de América Central, de Colombia, México y Venezuela, mejoró las relaciones políticas de los países aumentado los contactos a nivel empresarial, administrativo y organizaciones no gubernamentales, entre otras cosas (Gana, 1993). El

Grupo de Río, aunque no tuvo personalidad jurídica, representó de alguna forma para la UE el foro más amplio de diálogo político con América Latina (Umaña, 2011).

Hernández señala que la Cumbre de Río celebrada en 1990 entre los mandatarios de la UE y América Latina fue un suceso trascendental para ambas regiones debido a la importancia que representó para la consolidación de las relaciones eurolatinoamericanas. En ese escenario ambas regiones se reunieron para reflexionar y conversar sobre el futuro del sistema global y sus futuras relaciones en materia de cooperación y su impacto con el resto de la comunidad internacional (Hernández, 2007).

La agenda de esta Cumbre se construyó en función de temas globales: económicos, políticos, educativos, humanos y culturales. Respecto a los temas políticos se acordó el perfeccionamiento de la democracia, la promoción de los DDHH, el desarrollo sostenible, la lucha contra el narcotráfico, la seguridad y el multilateralismo (Fanzio, 2006).

Pastrana señala que el fortalecimiento del diálogo político entre el Grupo de Río y la UE, en Roma, en la misma línea del Diálogo de San José, así como la Declaración de Sao Paulo celebrada entre los Ministros de Relaciones Exteriores de los países de la UE y el Grupo de Río, en 1994, apoyaron la consolidación de las relaciones entre ambas regiones (Pastrana, 2005).

4 El Grupo Río es una herramienta de diálogo y concertación política creada con el objetivo analizar los temas de interés común de los países de América Latina y el Caribe. Dicho Grupo se creó el 18 de diciembre de 1986 por los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela, quienes firmaron la Declaración de Río de Janeiro, de donde se tomó el nombre del Grupo. Cabe destacar que la idea principal fue fortalecer el diálogo político después de la etapa de dictaduras militares que gobernaron en Latinoamericana en la década de los setenta y parte de los ochenta (La Nación, 16 de agosto del 2001).

119 Después de Río diversos acontecimientos han tenido lugar en el marco de las relaciones comerciales entre los países latinoamericanos y la UE, un ejemplo de ello fue el acercamiento en el plano político estratégico entre la UE y Mercosur (Gana, 1993).5

Al respecto, Crawley señala que desde la firma del Tratado de Asunción que formó el Mercosur (26 de marzo de 1991), ocurrieron un par de eventos que repercutieron en la búsqueda de una alianza entre el Mercosur y la UE. Por una parte, los cancilleres de los diferentes Estados del Mercosur decidieron hacer la primera presentación internacional del Tratado en Europa a solo tres días de su firma. Y un año después, el entonces presidente portugués, Mário Soares mostró una clara señal de interés político hacia el bloque latinoamericano invitando a los cancilleres del Mercosur a reunirse en Guimarães, Portugal (Crawley, 2001).6

El 29 de marzo de 1992, el Consejo del Mercosur y la Comisión Europea firmaron un acuerdo interinstitucional que contenía los principios, los medios y los objetivos de la cooperación entre la Comisión y el Mercosur. Dicho acuerdo se centra en cuatro esferas de cooperación: asistencia técnica, intercambio de información, formación y apoyo institucional. En junio de

1994 en la Cumbre del Consejo Europeo en Corfú, Grecia, los Estados miembros de la UE decidieron formalmente fortalecer los vínculos con el Mercosur; y en octubre del mismo año, la Comisión Europea anunció la firma por los dos bloques de un Acuerdo Marco Interregional de Comercio y Cooperación (AMICC) como primer paso hacia una negociación de libre comercio después del 2001. Este acuerdo, suscrito en Madrid el 15 de diciembre de 1995 se enfocó en tres pilares: los preparativos para la liberalización del comercio UE-Mercosur, el apoyo al proceso de integración del Mercosur y el esfuerzo de la cooperación política (Maihold, 2007).7

5 La UE con el Mercosur, compuesto por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, mantiene vínculos desde 1992, casi desde el origen de Mercosur creado en 1991 (Pastrana, 2005). 6 El diálogo político que los países europeos pusieron en marcha con América Latina fue un instrumento que generó la UE de alguna manera un enfoque diferente al de la política de Estados Unidos (Sotillo, 2001). 7 En febrero de 1992, el Consejo Europeo adoptó un nuevo reglamento para la ayuda financiera y técnica y para la cooperación económica, destina a los países en vías de desarrollo de América Latina y Asia. Este reglamento introdujo la programación quinquenal de actividades. Además, la Comisión propuso la creación de un acuerdo marco interregional de cooperación comercial y económico con el Mercosur, con vistas a la formación de una zona de libre comercio (Gana, 1993).

120 Cabe destacar que la creación de un ambicioso proyecto integrador en el Cono Sur de América a través del Mercosur representó un interés económico y estratégico para definir la presencia de la UE como actor global más allá de una negociación regional (Sotillo, 2001).

Sin embargo, en la práctica los Estados miembros de la UE tuvieron dificultades a la hora de acordar el mandato de negociación de la Comisión con vistas al inicio de conversaciones formales con el Mercosur. Esta situación expuso los problemas generales de la UE para conciliar los intereses de todos sus miembros hacia el bloque latinoamericano (Umaña,

2011). No obstante, el 28 de junio de 2019 la UE y el Mercosur lograron concluir las negociaciones para la firma de un Acuerdo de Asociación y con ello culminar un proceso negociador que se extendió durante más de 20 años, no obstante, el acuerdo aun permanece en proceso de ratificación (Mercosur, 2019).

El 9 y 10 de octubre de 2001 durante la cuarta reunión el Grupo birregional de Altos

Funcionarios sobre el seguimiento de la Cumbres entre la UE y América Latina que tuvo lugar en Bruselas, se estableció un conjunto de temas como primera propuesta de contenidos para la Cumbre de Madrid, impulsada por América Latina y acogida favorablemente por la parte europea. La propuesta consideró seis temas principales:

1. La democracia y los DDHH. 2. La paz, la seguridad internacional y la lucha contra el terrorismo. 3. La lucha contra el tráfico de drogas y sus delitos conexos, incluidos el tráfico de armas. 4. La situación económica internacional y el multilateralismo. 5. El financiamiento del desarrollo. 6. La sociedad de la información y la brecha digital (Ulloa, 2011).

En mayo de 2002 se celebró otra Cumbre, ahora en Madrid, con los Jefes de Estado y de

Gobierno de la UE y de América Latina, en el cual se comprometieron a avanzar en la asociación estratégica birregional basada en la Declaración y el Plan de Acción adoptados en la de Río. En dicha Cumbre las prioridades de acción de la relación UE-América Latina fueron establecidas por la Comisión Europea a través de una Comunicación al Consejo y al Parlamento. En ella se define como objetivo principal del ámbito político la promoción de

121 los DDHH, considerada como un elemento clave de la política exterior de la UE y piedra angular de la relación entre ambas regiones (Maihold, 2007).

El 28 y 29 de mayo de 2004, se realizó una Cumbre entre América Latina y la UE en Guadalajara. El contexto internacional con el cual se llevó a cabo esta reunión no difirió de la de Madrid. Temas como la cohesión social, el fomento de los DDHH, la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente se vieron opacados por el tema de seguridad como resultado de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 (Quevedo, 2007).

A pesar de las diversas Cumbres y Acuerdos para reforzar las relaciones entre América Latina y la UE, se generó una fragmentación política. Si bien a inicios de la década de 1990 había ciertos elementos comunes donde la mayoría de los países de la región transitaban hacia la democracia y coincidían en la necesidad de reinsertarse en el escenario internacional, dicho contexto se transformó frente a la idea del intervencionismo. Al momento de aplicar un balance y un análisis de las relaciones birregionales entre América Latina y la UE se debe tomar en cuenta las radicales transformaciones estructurales producidas en el sistema internacional desde el comienzo del siglo XXI (Grabendorff, 2014).8

Tras lo anterior, a mediados de los años 2000; los gobiernos de América Latina se volvieron más defensivos ante el intervencionismo y empezaron a cuestionar la autoridad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos conforme criticaba proyectos nacionales de infraestructura como el de Ecuador y Brasil, las restricciones a la libertad de prensa de países pertenecientes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), y la militarización de la lucha contra el narcotráfico de Centroamérica y México (Bonilla, 2012).

Ante tal contexto, Venezuela se fue orientado hacia un régimen cada vez más autoritario; de hecho, su relación con el sistema interamericano se deterioró hasta el punto de su retiro de la

OEA en abril de 2017. El ex representante de Venezuela ante OEA, Samuel Moncada, señaló que su país se retiraba de dicha organización debido a tres razones: la violación a su soberanía refiriéndose al artículo 1 de la Carta de la OEA de no intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros; la segunda razón fue por una resolución

8 Cabe destacar, que tanto la UE como América Latina tienen prioridades y urgencias propias a sus intereses, lo que de alguna manera ha desviado la atención prioridad de la asociación estratégica. En el caso de la UE se enfrentó a la incorporación de nuevos países a la misma. Ambas regiones presentan asimetrías muy marcadas que no terminan de cumplir con los requisitos económicos y políticos (Cóvolo Y Rodríguez, 2013).

122 promovida por México a Estados Unidos para que toda Latinoamérica y pagara el muro a través del proyecto de ley 18-13, que ordena imponer un impuesto de cinco por ciento a las remesas que los inmigrantes envían a sus familias en América Latina; y la tercera razón fue el supuesto fraude del 3 de abril del 2017 en la OEA, cuando se aprobó una resolución contra Venezuela sin contar con los 18 votos necesarios (Telesur, 28 de abril de 2017).

El 10 de enero de 2019, la OEA rechazó reconocer a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela para el periodo 2019-2025 (OEA, 2019). Por otra parte, el 5 de enero de 2020 la OEA señaló mediante un comunicado que reconocía a Juan Guaidó como autoridad legítima de Venezuela así como a su gabinete (OEA, 2020). Cabe mencionar que el 31 de enero del mismo año el régimen madurista no autorizó la visita de una delegación de la Comisión

Interamericana de Derechos Humanos argumentando que Venezuela ya no pertenece OEA (Infobae, 31 de enero 2020).

Tras lo anterior, Uzcátegui señala que, aunque casi ningún gobierno de América Latina cuestiona los principios de democracia y DDHH abiertamente, su incapacidad para observarlos en un contexto de deterioro del Estado de derecho los ha puesto en posiciones defensivas (Uzcátegui, 2013).

Con dicho panorama junto con otros factores llevó de alguna manera al relativo alejamiento entre la UE y América Latina. Por el lado latinoamericano, una ola de elecciones llevó a gobiernos de izquierda al poder tal y como se muestra a continuación:

Cuadro 9. El giro a la izquierda de países latinoamericanos: 1999-2019

País Presidente Años Néstor Kirchner 2003-2007 Argentina 2007-2015 Cristina Fernández Bolivia Evo Morales 2006-2019 Luiz Inácio Lula da Silva 2003-2010 Brasil Dilma Rousseff 2011-2016 Chile Michelle Bachelet 2006-2010 Ecuador Rafael Correa 2007-2017 Honduras Manuel Zelaya 2006-2009 Nicaragua Daniel Ortega 2007-2019 Tabaré Vázquez 2005-2010 Uruguay 2010-2015 José Mujica Venezuela Hugo Chávez 1999-2013 Fuente: Elaboración propia a partir de Carreño (2018).

123 En efecto, la radicalización del país sudamericano durante el mandato de Chávez se caracterizó por una política exterior encaminada a debilitar lo que él veía como imperialismo estadunidense, con el cual asociaba a la UE y a los gobiernos españoles encabezados por el Partido Popular. Apoyado por los grandes recursos petroleros de su país, el 14 de diciembre de 2004 Chávez creó el ALBA con Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y demás de países del Caribe (Cóvolo y Rodríguez, 2013).

Bajo dicho tenor, Ruano señala que América Latina se dividió en, al menos, tres grandes grupos que exponían niveles muy distintos de interés por el proyecto que la UE había estado ejerciendo desde los años noventa. Por una parte, se encontraban los países comprometidos con el libre comercio, como Colombia, México, Perú y Chile; y por el otro, estaban los países con una posición más proteccionista, como en el Mercosur, y, más allá, se situaban los miembros del ALBA, que proyectaban su modelo de integración posliberal (Ruano, 2018).

Cabe destacar que hoy en día la UE no cuenta con un acuerdo con Venezuela. Sin embargo, de 2007 a 2013 la UE dirigió al sector privado el 50% de todos sus fondos destinados a

Venezuela, al buen gobierno, la democracia y DDHH (Oyarzún, 2018). Por otra parte, el 5 de agosto del 2017 el Mercosur suspendió a Venezuela por tiempo indefinido tras la petición de los países miembros de dicho bloque hacia el gobierno de Maduro de desmantelar la Asamblea Constituyente y restauración de la democracia del país sudamericano. En dicha fecha el embajador de Brasil, Aloysio Nunes, señaló en una conferencia de prensa en Sao Paulo que los países fundadores, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil, decidieron asignar la cláusula democrática, es decir, el Protocolo de Ushuaia, la cual permite la imposición de sanciones incluso de tipo comercial y económico a los países en los que se rompa el marco institucional (Mercosur, 2017).9

La crisis venezolana comenzó a tener repercusiones a nivel internacional desde el 2017, no solo por la suspensión del país sudamericano por parte de Mercosur, sino también el 11 de

9El Protocolo de Ushuaia fue un firmado por los países miembros fundadores del Mercosur: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay en 1998 y ratificado por Venezuela en 2005. A partir de dicha fecha se ha consolidado como una herramienta esencial dentro del bloque regional para que un país se convierta en miembro del Mercosur, debe aceptar todos los requisitos establecidos en el reglamento. El documento, apoyado por todos los países firmantes, está dirigido a mantener un compromiso democrático por parte de los Estados pertenecientes al Mercosur. Según el artículo 1 del tratado, la plena vigencia de las instituciones democráticas es condición esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados miembros (Mercosur, 2017).

124 noviembre del mismo año la UE siguió la línea de diversos actores internacionales que ejercieron acciones frente al conflicto venezolano, al adoptar sanciones selectivas hacia el gobierno de Maduro, que consistieron en un embargo de armas y equipos destinados a la represión interna y una base jurídica para la inclusión selectiva de personas en la lista de sancionados.

Por otra parte, América Latina no representa una región prioritaria para casi ninguno de los países miembros de la UE, solo España y Portugal le concede un trato preferencial por tener excolonias en dicha región. Pero los recursos que este país destina a la ayuda de América Latina son inferiores a los de otros países donantes. Por otra parte, Alemania, Francia e Italia privilegian a África Subsahariana. Holanda concentra su ayuda en algunos países asiáticos y en África Subsahariana. Dentro de América Latina, las prioridades relativas son las subregiones de América central y andina. Cabe destacar que los intereses de la UE están dirigidos a países más cercanos a su territorio (Gana, 1993).

No obstante, la propia UE tiene sus propios desafíos como la crisis humanitaria de los refugiados de Siria, los nacionalismos y la salida del Reino Unido. Mientras, en América Latina, se deteriora la situación venezolana y se propagan las crisis políticas económicas, sociales en diversos países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Honduras, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, etc. Cabe destacar que recientemente en materia de salud, la pandemia del Covid-19 afecta a ambas regiones, tanto la UE como América Latina enfrentan importantes desafíos en el ámbito de salud pública y sus posibles consecuencias económicas a causa de dicha contingencia.10 La UE toma decisiones y acciones a favor de sus prioridades, realidad que resulta común desde la perspectiva realista, en donde los países ejercen su política exterior a favor del interés nacional y en el caso de la UE los países miembros hacen lo propio. Por tanto, y dejando de lado a España y Portugal, como ya se ha mencionado anteriormente América Latina no representa una región prioritaria y, mucho menos, Venezuela, que no cuenta con un ningún acuerdo comercial. Sin embargo, es importante analizar las acciones de la UE ante la crisis venezolana y el impacto de las mismas pese al

10 EL brote de enfermedad por coronavirus “COVID-19” fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019, semanas después dicho brote se convirtió en una pandemia extendiéndose a lo largo de los países en todo el mundo. En el mes de marzo del 2020 Italia y España (países pertenecientes a la UE) han pedecido un número importante de muertes a causa del COVID-19 incluso llegando a susperar las cifras reportadas por China (OMS, 2020).

125 contexto señalado con el objetivo de entender el proceso de su accionar y el por qué (Oyarzún, 2018).

3.2. Las acciones de la Unión Europea ante el conflicto venezolano (2017-2019)

La UE incrementa su presencia como actor internacional desde su creación en 1993 y se desarrolla con una acción exterior e identidad diferenciada al resto de los actores globales. Si bien los Estados miembros de la UE pueden buscar intereses individuales, también es cierto que tienen intereses en común. En este sentido, la UE de alguna manera en determinados temas ha logrado ser un actor unitario en sus asuntos internacionales y en sus diálogos políticos con terceros países, donde suele presentar una voz única en el exterior, respaldada sus instituciones como la PESC o la SEADE y la figura del Alto Representante para la gestión de las relaciones internacionales.

No obstante, la UE es una construcción complicada y llegar a un consenso respecto a ciertas posturas es difícil porque se necesitan unanimidad para conseguir acuerdos; debido a que los veintisiete países miembros tienen una cultura, historia e intereses de distinta índole, y ello resulta un desafío propio de dicha Unión.

Por otra parte, como ya se ha señalado anteriormente, en pricipio la UE cimienta su política exterior en acciones con valores compartidos de naturaleza liberal, representados en la democracia y la protección a los DDHH a través de diversos instrumentos. En el caso de la crisis venezolana la UE ha ejercido una serie de acciones a través de comunicados oficiales, sanciones dirigidas al gobierno de Maduro y la creación de un Grupo de Contacto. Cabe señalar que de alguna manera dichas acciones han generado un escaso impacto en el contexto venezolano en donde la discrecionalidad y prioridades de los asuntos europeos dejan a un lado la atención en Venezuela a pesar del grave problema en que se encuentra el país. No obstante, la UE ha manifestado diversas críticas al gobierno venezolano de Maduro mediante diversas declaraciones y acciones (Arellano, 2019).

Tras lo anterior, desde el 20 de mayo de 2018 las elecciones presidenciales confirmaron la presidencia de Nicolás Maduro. Al respecto, cabe destacar que sólo una minoría de venezolanos participó en dichas elecciones, las cuales fueron criticadas de fraudulentas por

Estados Unidos, la UE, los países del Grupo de Lima y otros, por haber excluido a la mayoría

126 de los partidos de oposición y no cumplir con los mínimos estándares de pluralidad democrática (Ayuso y Gratius, 2018).

Según los datos oficiales de la Comisión Nacional Electoral, Maduro se impuso con el 67,8% sobre su contrincante Henri Falcón que obtuvo un 20,9%, seguido por Javier Bertucci con el 10,8%, candidato sorpresa de último momento. La diferencia con todas las elecciones anteriores del chavismo fue la enorme tasa de abstención en donde la propia cifra oficial de participación del 46% revela que un 54% de la población venezolana decidió no votar (Ayuso y Gratius, 2018).

Ante dicho escenario, la UE consideró que las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela en mayo de 2018 no fueron ni libres, ni limpias, ni creíbles, y adolecieron de falta de legitimidad democrática, y que el país necesita con urgencia un Gobierno que verdaderamente represente la voluntad del pueblo venezolano (Consejo Europeo, 2018).

Frente a ello, el 22 de mayo de 2018, el Consejo Europeo formuló una Declaración mediante un Comunicado de prensa, el cual la Alta Representante, Federica Mogherini, destacó que proceso electoral, celebrado el 20 de mayo en Venezuela tuvo el mayor índice de abstención de las últimas décadas en unas elecciones presidenciales en el país. Así también instó al gobierno venezolano a liberar a todos los presos políticos y a tomar medidas para cumplir íntegramente con la Constitución del país y crear las condiciones que permitan a las partes políticas y sociales desempeñar un papel activo en la resolución de los problemas con lo que se enfrenta el país sudamericano. Por otra parte, se señala en la Declaración la necesidad de restablecer el proceso democrático, así como la importancia de que Venezuela obre en pro de una solución política verdaderamente negociada (Consejo Europeo, 2018).11

En respuesta a la anterior Declaración, el 23 de mayo del 2018 el gobierno de Venezuela rechazó el Comunicado de UE respecto a elecciones de 20 de mayo, mediante un documento en el que se señaló lo siguiente:

La República Bolivariana de Venezuela espera que la UE mantenga el apego indispensable al Derecho Internacional, al principio de no intervención en los

11 El 23 de mayo 2018 los líderes del G7 de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido, los Estados Unidos y la UE adoptaron una declaración conjunta en la que rechazaron el proceso electoral que desembocó en las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el 20 de mayo de 2018. (Consejo Europeo, 2018).

127 asuntos internos, el respeto a la soberanía y a la libre determinación de los Pueblos, al tiempo que invita a los países e instituciones europeas a desarrollar una relación respetuosa y de cooperación integral con Venezuela, el Gobierno Bolivariano y sus instituciones (Vicepresidencia de la República Bolivariana de Venezuela, 2018). Con respecto a lo antes señalado, en la evolución actual de las relaciones internacionales y el derecho internacional, el principio de no intervención ha quedado en la práctica reducido a los intereses propios de cada nación, a ningún país le conviene exponer sus malas prácticas ante la comunidad internacional. Las injerencias en temas políticos y económicos de países poco receptivos con gobiernos de carente democracia, alta corrupción, impunidad y la violación a los DDHH, generan de cierta manera argumentos con las propias herramientas del derecho internacional, como el principio de la no intervención con el fin de segur ejerciendo sus intereses (Barrios y Bisbal, 2019).

Otra acción que ha ejercido la UE ante la crisis venezolana va más allá de las Declaraciones oficiales, por ejemplo, las sanciones dirigidas a los colaboradores de Nicolás Maduro en las que destacan: vicepresidente, jefes militares de diversos departamentos, mandatarios del

Concejo Electoral, entre otros. De igual forma desde el 13 de noviembre de 2017, la UE adoptó diversas sanciones como restricciones a la exportación de armas, a los equipos utilizados para la represión interna, a la asistencia técnica y financiera, a la tecnología o software destinados al monitoreo e interceptación de Internet y de las comunicaciones telefónicas en redes móviles o fijas por el régimen venezolano (Consejo Europeo, 2017).

En este tenor, el 22 de enero del 2018 el Consejo Europeo impuso sanciones en materia de congelación de activos, la prohibición de poner fondos a disposición de los responsables de violaciones graves de los DDHH y la represión de la sociedad civil y el libre tránsito en territorio europeo dirigidas a siete funcionarios con cargos oficiales. Entre los funcionarios sancionados se destaca a Diosdado Cabello, vicepresidente de la Asamblea Nacional Constituyente (Consejo Europeo, 2018).

Al respecto, Ayuso y Gratius señalan que una de las pocas coincidencias entre la UE, Canadá y Estados Unidos, es la estimación de la situación en Venezuela y las acciones que ejercen frente a la crisis. Dichos actores aplican sanciones selectivas e “inteligentes” contra miembros del Gobierno venezolano, básicamente en restricciones financieras y, en el caso

128 de la UE, además un embargo de armas. Por su parte, el Gobierno de Trump fortaleció las sanciones al limitar la venta y los activos de petróleo en Estados Unidos el 5 de agosto de 2019. Canadá, igual que Argentina y Brasil, retiró su embajador de Caracas para protestar contra las elecciones fraudulentas (Ayuso y Gratius, 2018).

Lo anterior evidencia que en la crisis venezolana las sanciones inteligentes ejercidas por la

UE, también van acompañadas de otro tipo de medidas restrictivas en ámbitos económicos y diplomáticos como las de Estados Unidos y el Grupo Lima. Si bien la UE no pretende perjudicar a la sociedad en general, las sanciones económicas de Estados Unidos afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad y por ende a sus DDHH. En este sentido, Venezuela recibe medidas restrictivas que descontrolan no solo al gobierno sino a la población.

El 28 de mayo de 2018 el Consejo Europeo hizo un llamamiento para que se celebraran nuevas elecciones presidenciales de conformidad con las normas democráticas internacionalmente reconocidas y el orden constitucional venezolano. También pidió medidas restrictivas adicionales, selectivas y reversibles, que no perjudiquen a la población venezolana (Consejo Europeo, 2018). Dentro de las conclusiones señaladas se distinguen las siguientes:

1. Los últimos acontecimientos en Venezuela han alejado aún más la posibilidad de una solución constitucional negociada que garantice el respeto de la democracia, el Estado de Derecho y los DDHH 2. La UE reitera la necesidad de que se reconozca y respete la función y la independencia de todas las instituciones elegidas democráticamente, en particular la Asamblea Nacional, la liberación de todos los presos políticos, el respeto del Estado de Derecho y de los DDHH y las libertades fundamentales. 3. La UE desea seguir comprometida con todas las partes interesadas en Venezuela y reitera su amistad y apoyo al pueblo venezolano. La UE está dispuesta a ayudar a encontrar una salida democrática a la crisis pluridimensional actual, a través de una negociación seria y orientada a la obtención de resultados, llevada a cabo de buena fe, que incluya a todos los actores políticos venezolanos pertinentes. A tal fin, la UE aumentará su proyección diplomática con todos los actores nacionales, regionales e internacionales pertinentes, reconociendo especialmente los esfuerzos de los socios latinoamericanos y caribeños que han ofrecido su asistencia y apoyo al proceso de superación de la crisis en Venezuela (Consejo Europeo, 2018). Con respecto a la conclusión número tres antes señalada, cabe recordar que la relación de la

UE con América Latina y otras regiones se caracteriza y fundamenta en el diálogo y el

129 reconocimiento de principios y valores comunes, asociados con la promoción y la defensa de la democracia, de los DDHH (Ulloa, 2011). En este sentido, la crisis venezolana representa para la UE una prueba para velar por sus preceptos liberales frente al resto de los países latinoamericanos y del resto de la comunidad internacional.

Bajo este tenor, el 3 de junio del 2018 el Parlamento Europeo celebró un debate sobre la diáspora migratoria venezolana, en el cual los eurodiputados pidieron al Consejo Europeo ayuda y solución política para los países de la región a los que emigran los venezolanos, (El País, 3 de julio de 2018).

Por otra parte, el 25 de junio 2018 el Consejo Europeo añadió a once personas que ocupan cargos oficiales a la lista de personas sujetas a sanciones por violaciones de los DDHH y por socavar la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela. Esta decisión se tomó a raíz de las mencionadas elecciones del 20 de mayo de 2018, en las cuales el Consejo argumentó que no fueron libres ni imparciales y cuyo resultado no merecía credibilidad alguna.

Cuadro 10. Funcionarios venezolanos añadidos a la lista de sanciones por la UE el 25 de julio de 2018

No. Funcionario Cargo 1 Aissami Maddah Vicepresidente de Economía y ministro para Industrias y Producción Nacional 5 Delcy Eloína Rodríguez Vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela Gómez 6 Elías José Jaua Milano Ministro del Poder Popular para la Educación 8 Freddy Alirio Bernal Director del Centro Nacional de Mando y Control de los Comités Rosales Locales de Abastecimiento y Producción 4 Iván Hernández Dala Jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar 3 Jesús Rafael Suárez Chourio Comandante general del Ejército Bolivariano 9 Katherine Nayarith Vicefiscal general Harrington Padrón 7 Sandra Oblitas Ruzz Vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral 2 Sergio José Rivero Marcano Inspector general de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana 10 Socorro Elizabeth Rectora del Consejo Nacional Electoral Hernández Hernández 11 Xavier Antonio Moreno Secretario general del Consejo Nacional Electoral Reyes Fuente: Diario Oficial de la Unión Europea (25 de junio de 2018). Véase en: https://eur-lex.europa.eu/legal- content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32018D0901&from=EN

Entre las medidas previstas figuran la prohibición de viajar y la inmovilización de bienes (Consejo Europeo, 2018). Al respecto, los actos jurídicos, con los nombres de las personas afectadas, se publicaron en el Diario Oficial el 25 de junio de 2018. Algunos ejemplos de los

130 actos cometetidos por los dichos funcionarios para socavar los DDHH y la democracia se señalan en el siguiente cuadro:

Cuadro 11. Ejemplos de causas por las que los funcionarios venezolanos se hicieron acreedores a las sanciones de la UE

Fecha de Nombre Datos de identificación Motivos inclusión Es responsable de socavar la Ministro del Poder democracia y el Estado de Elías José Jaua Popular para la Derecho en el país por su papel 25.6.2018 Milano Educación dirigente en la institución de la Asamblea Constituyente ilegítima. Es responsable de socavar la democracia mediante la Director del Centro manipulación, con fines Nacional de Mando y electorales, de la distribución de Control Freddy Alirio alimentos de los CLAP entre los de los Comités Locales Bernal votantes. Además, como 25.6.2018 de Abastecimiento y Rosales Comisario General del SEBIN, es Producción (CLAP) y responsable de las actividades que Comisario General del incluyen graves violaciones de los SEBIN DDHH, como la detención arbitraria. Es responsable de las actividades Vicepresidenta del del Consejo Nacional Electoral Consejo que han menoscabado la Nacional Electoral Sandra Oblitas democracia en Venezuela, en y presidenta de la 25.6.2018 Ruzza particular al facilitar la institución Comisión de Registro de la Asamblea Constituyente Civil ilegítima y manipular el proceso y Electoral electoral. Fuente: Elaboración propia a partir de Diario Oficial de la Unión Europea (25 de junio de 2018).

Respecto al cuadro anterior, el 15 de octubre del 2018, en una reunión de los Ministros de

Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo, el gobierno de España propuso cambiar las sanciones por diálogo con Venezuela, justificando que las sanciones ocasionaban mayor presión y resultaban poco eficaces (El País, 10 de diciembre de 2012).12

Esta postura representó de alguna manera un viraje en el accionar de la UE ante la crisis venezolana. En este sentido, el evento ocurrido el 15 de octubre de 2018 en el cual Ministros de Asuntos Exteriores de la UE durante un almuerzo con la Alta Representante, trataron la

12 Santiso destaca que la prevención de conflictos, el impedimento del deterioro de gobernabilidad y las repuestas al desgaste de la democracia representan desafíos complejos para las políticas de la ayuda, al respecto se requiere de estrategias adecuadas para fomentar y fortalecer dichas situaciones. En este sentido el diálogo político se ha transformado en un instrumento para promover democracia y prevenir conflictos (Santiso, 2002).

131 situación de Venezuela enfatizando que la crisis solo podría abordarse a través de un proceso político y acordaron estudiar la posibilidad de crear un grupo de contacto que pudiera facilitar dicho proceso. Diez días después, el Consejo de Europeo señaló lo siguiente:

La UE sigue convencida de que la solución a la crisis actual solo puede ser democrática, política y pacífica, y rechaza cualquier iniciativa que pudiera comprometer más aún la seguridad de la región. Por lo tanto, la UE subraya su compromiso de utilizar todos los instrumentos políticos de que dispone para contribuir a alcanzar tal solución y buscar, en colaboración con otros socios internacionales y regionales, el modo de crear las condiciones para un proceso político significativo encaminado a una salida pacífica a la crisis actual (Consejo Europeo, 2018). Sin embargo, pese a la propuesta y la posibilidad de la conformación un Grupo de Contacto, el 6 noviembre del 2018 el Consejo Europeo aplazó por un año las sanciones hasta el 14 de noviembre de 2019, justificando dichas medidas por el continuo deterioro de la situación en Venezuela. Así también, el Consejo señaló que las medidas coercitivas eran específicas, flexibles y reversibles, debido a que se han concebido de forma que no dañen a la población venezolana (Consejo Europeo, 2018).

En otro orden de ideas, el 10 de diciembre del 2019 inició el segundo mandato de Nicolás Maduro. Dos días antes de la toma de posesión del presidente venezolano, el grupo europeo encargado de los asuntos latinoamericanos (COLAC) celebró una reunión, en la que España, junto con el respaldo de Grecia y Portugal, sugirió que sería conveniente asistir a dicha toma de posesión con un nivel de representación inferior al de embajador. El argumento español fue que Europa no podía perder completamente la relación con un país al que le unen lazos históricos, culturales y económicos. No obstante, el 9 de enero del 2019 España no envió a nadie. El motivo fue que consideraba más valioso mantener la unidad europea en este terreno, que desmarcarse de sus socios en un asunto sensible (El País, 10 de enero de 2019).

De acuerdo con lo anterior, el accionar exterior de la UE, muchas veces se combina con los intereses propios de sus Estados miembros. Prueba de ello es que el destino de la ayuda va fundamentalmente dirigido hacia países que son candidatos a la adhesión de diversas zonas de Europa y las antiguas colonias de los Estados europeos. En este sentido, el argumento español para asistir a la toma de posesión de Maduro, fue para no perder los lazos históricos, culturales y económicos que forman parte de los intereses nacionales de la propia España,

132 además de que en Venezuela viven aproximadamente 167,000 españoles como una condicionante de la relación bilateral (La Vanguardia, 4 de febrero de 2019). Sin embargo, dentro de dichos intereses existen prioridades, las cuales se reflejan en la política en común que de alguna manera se exige a los países miembros por el hecho de pertenecer a una entidad geopolítica.

Bajo este contexto, el 10 de enero 2019 el Consejo Europeo emitió una Declaración ante el nuevo mandato del presidente Maduro en Venezuela a través de la entonces Alta Representante, la cual señaló lamentar profundamente que se haya hecho caso omiso de su llamamiento para que se celebraran nuevas elecciones. Así también instó al presidente venezolano a reconocer y respetar la función y la independencia de la Asamblea Nacional, como institución elegida democráticamente, a liberar a todos los prisioneros políticos, a respetar el Estado de Derecho, los DDHH y las libertades fundamentales y a hacer frente de inmediato a las acuciantes necesidades de la población (Consejo Europeo, 2019).

Cabe destacar que la autoproclamación de Juan Gerardo Guaidó Márquez como presidente encargado de Venezuela el 23 de enero de 2019, generó una división en la comunidad internacional y lo mismo ocurrió con los países miembros de la UE. Al principio de dicho suceso el 25 de enero del 2019 la UE con iniciativa del gobierno español exigió a Maduro nuevas elecciones en un plazo de ocho días, o de lo contrario habría un reconocimiento al autonombrado presidente interino Guaidó (El Tiempo, 4 de febrero de 2019).

Finalizado el plazo emitido por la UE, España y otros 18 países13 firmaron una declaración conjunta de apoyo y reconocimiento a Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional venezolana. Sin embargo, Italia, Grecia e Irlanda optaron por no reconocer al líder opositor, al considerar que no había sido elegido legítimamente para ocupar el cargo de presidente de Venezuela (Forbes, 2 de febrero de 2019).

Respecto a lo anterior, el reconocimiento en un principio no se dio por parte de la UE como bloque, debido a que Italia se opuso al reconocimiento. El veto italiano de desconocer tanto a Guiadó como a Maduro, de alguna manera impidió en su momento el reconocimiento

13 Junto con España, Portugal, Alemania, el Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Francia, Hungría, Austria, Finlandia, Bélgica, Luxemburgo, República Checa, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Suecia y Croacia fueron los firmantes de la Declaración conjunta para el reconocimiento de Guiadó (El Tiempo, 4 de febrero de 2019).

133 general europeo porque las decisiones de política exterior en el Consejo de la UE deben ser tomadas por unanimidad.

Ante la exigencia de la UE hacia Maduro para realizar nuevas elecciones, el 25 de enero del 2019 Maduro además de rechazar el ultimátum señaló que dicha acción era una declaración insolente, argumentando que el presidente español, Pedro Sánchez, no fue electo por votación popular (NTN 24 América, 25 de enero de 2019).14

Al día siguiente de dicho evento, el 26 de enero de 2019 la Alta Representante de la UE emitió otra Declaración sobre las manifestaciones populares masivas en Venezuela y señaló la represión por las autoridades venezolanas y la violencia indiscriminada. Asimismo, mencionó que la UE condenaba dichas acciones y reiteraba su apoyo incondicional a la Asamblea Nacional (Consejo Europeo, 2019).

Para finales de mes, el Parlamento Europeo reconoció a Juan Guaidó como legítimo presidente interino de Venezuela, y solicitó a la Alta Representante, Federica Mogherini, y a los gobiernos de los Estados miembros, que se sumaran al reconocimiento del líder opositor. La propuesta de dicho reconocimiento fue impulsada por los eurodiputados españoles Esteban González Pons, Ramón Jauregui y Javier Nart, y fue aprobada por una mayoría de 439 votos a favor, frente a 104 en contra, con 88 abstenciones (El Mundo, 31 de enero de 2019).

Ante la decisión del Parlamento Europeo de reconocer como presidente interino a Guaidó, los Ministros de Asuntos Exteriores de la UE decidieron establecer el Grupo de Contacto

Internacional (GCI) junto con países latinoamericanos. La Alta Representante Federica Mogherini señaló el objetivo de digo Grupo de la siguiente manera:15

El objetivo del GCI que será coordinado por la UE será, en primer lugar, tener un marco de tiempo limitado 90 días para promover un entendimiento común y un enfoque concertado entre los actores internacionales clave sobre la

14 El éxito de la moción de censura contra Mariano Rajoy, le permitió a Pedro Sánchez ser presidente del Gobierno de España en junio de 2018, siendo el séptimo jefe de Gobierno del período democrático actual. La moción de censura en España es un procedimiento establecido en el artículo 113 de la Constitución española de 1978 que permite al Congreso de los Diputados retirar su confianza al presidente del Gobierno de España y forzar su renuncia. En España la moción de censura es constructiva y tradicional (El País, 25 de mayo de 2018). 15 En el Grupo de Contacto participan la UE y ocho de sus Estados miembros (Alemania, España, Francia, Italia, los Países Bajos, Portugal, el Reino Unido y Suecia), y varios países de América Latina: Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay (Consejo Europeo, 2019).

134 situación en Venezuela, apuntando a un resultado pacífico y democrático para la crisis. El grupo ayudará a generar confianza y crear las condiciones necesarias para que surja un proceso creíble de acuerdo con las disposiciones pertinentes de la Constitución de Venezuela. Los resultados del GCI serán revisados después de 90 días de su creación, y se terminará en ausencia de progreso suficiente (Consejo Europeo, 2019).16 Las acciones del Parlamento Europeo y la de los Ministros de Asuntos Exteriores reflejan de alguna manera las grandes divisiones dentro de la UE. Mientras que los eurodiputados, por mayoría, reconocieron a Guaidó, los Ministros de Asuntos Exteriores crearon un GCI, en un contexto en donde países miembros se posicionaron a favor, en contra o abstención. En este sentido, los Estados de la UE tienen una voluntad política y una capacidad de maniobra aún muy débiles para llevar a cabo su propia política y en consecuencia les resulta más difícil ejercer una política exterior común. Al ser la UE cada vez más grande y multicultural, son mayores los riesgos de una inestabilidad europea a la hora de tomar decisiones internas y externas.

Otra de las acciones que ejerció la UE ante la crisis venezolana fue la asignación de otros cinco millones de euros para ayuda humanitaria a Venezuela a través de la Comisión Europea el 5 de febrero del 2019. Así también en dicha fecha, la Comisión anunció la inauguración de una oficina humanitaria comunitaria en Caracas para atender las necesidades de los venezolanos afectados por la crisis socioeconómica en el país (El Nacional, 5 de febrero de 2019).17

Por otra parte, el GCI, celebró su primera reunión en Montevideo el 7 de febrero de 2019. En los asistentes hicieron un balance de la situación venezolana y discutió cómo se podría ayudar a encontrar un camino pacífico hacia la celebración de nuevas elecciones presidenciales con todas las condiciones y garantías necesarias de conformidad con la Constitución Venezolana.

16 El Secretariado del Grupo de Contacto es proporcionado por la UE. Contempla tres fases: Primera fase: construir entendimientos entre sus miembros y contactos con otros actores interesados. Segunda fase: a) relacionarse con actores nacionales relevantes para identificar sus demandas y expectativas, b) identificar la vía para la construcción de confianza, y c) promover medidas concretas de construcción de confianza. Tercera fase: si el desarrollo precedente lo permite, apoyar un proceso creíble de transición (Nikken, 2019). 17 Cabe destacar que la La Comisión Europea fue el mayor donante a las organizaciones externas (OMS. UNICEF, CARITAS, Médicos del Mundo, Cruz Roja Noruega, entre otros) que trabajan dentro de Venezuela en desde el 2017 La Comisión Europea ha enviado ayuda humanitaria a Venezuela desde 2016. Dicha institución se enfoca en proyectos para mejorar el acceso a alimentos y la nutrición, el agua, la higiene y el saneamiento para los ciudadanos. Alguna de sus donaciones de la Comisión se llevó a cabo en junio del 2018 con 35 millones de euros y en diciembre del mismo año con 20 millones de euros (BBC, 28 de febrero de 2019).

135 Así también se enfatizó que las libertades fundamentales y los DDHH de todos los venezolanos deben ser respetados. El GCI reconoció que la crisis humanitaria se agudiza cada día y afecta a millones de venezolanos y expresó su compromiso de movilizar más asistencia en áreas de necesidad y coordinar su entrega, en contacto con el Representante Especial Conjunto de

ACNUR y OIM, Eduardo Stein (Consejo Europeo, 2019).18

En respuesta a la reunión del GCI en Montevideo, el 8 de febrero del 2019 desde el Palacio de Miraflores Maduro manifestó ante los medios internacionales lo siguiente:

No estamos de acuerdo con el contenido de este documento. Rechazamos la parcialización y la ideologización del grupo de contacto de la UE. No escuchan la verdad de Venezuela, ustedes están sordos ante la verdad de una Revolución Bolivariana con 20 años de patrimonio democrático y solo tienen el guión de la derecha extrema y se han dejado llevar (Europapress, 8 de febrero de 2019).

Sin embargo, Maduro mencionó estar dispuesto para recibir a cualquier enviado del GCI y establecer contacto. Tras lo anterior, cabe señalar que una de las causas por las que la crisis venezolana empeora día a día, es debido a la falta de receptividad política del presidente venezolano provocando una mayor vulneración de los DDHH. No obstante, el déficit de voluntad política de un gobierno muchas veces es utilizada para proteger sus propios intereses, esto tomando en cuenta que Maduro gobierna un país con enormes reservas de petróleo y recibe apoyo de Rusia y China.

Un ejemplo de lo anterior se presentó el 17 de febrero de 2019, con la expulsión por parte de Maduro de cinco eurodiputados del Partido Popular que visitaron al país sudamericano para realizar varias reuniones, entre ellas una con Juan Guaidó (RTV, 18 de febrero de 2019).19 Un día después, el Ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, consideró que España y el resto de la UE debían tomar medidas para romper las relaciones diplomáticas con Venezuela, en represalia por que el régimen de Nicolás Maduro no permitió la entrada del referido grupo de eurodiputados (La Voz de Galicia, 18 de febrero de 2019).

18 En la primera reunión del GCI se señaló que, a través de los copresidentes del mismo Grupo, se tratará con los contactos necesarios y actores venezolanos relevantes, así como con socios regionales e internacionales con el objetivo de establecer las garantías necesarias para un proceso electoral creíble, dentro del plazo más temprano posible y permitir la entrega urgente de asistencia de acuerdo con los principios humanitarios internacionales (Comisión Europea, 2019). 19 Los eurodiputados que fueron expulsados por Maduro el 17 de febrero de 2019 fueron: González Pons, Paulo Rangel, José Ignacio Salafranca Sánchez; Gabriel Mato Adrover (RTV, 18 de febrero de 2019).

136 El 24 de febrero 2019 el Consejo Europeo emitió una nueva Declaración a trávez de la Alta Representante. En ella se señaló que la negativa de Maduro a recibir ayuda internacional desconocía la urgencia humanitaria y provocaba tensión, disturbios, actos de violencia y un incremento del número de víctimas, en particular en las zonas fronterizas. Así también la Alta Representante dirigió unas palabras a las fuerzas policiales y de seguridad venezolanas para que dieran muestras de contención, evitaran el uso de la fuerza y permitieran la entrada de la ayuda humanitaria (Consejo Europeo, 2019).

El 2 de marzo 2019 el Consejo Europeo emitió otra Declaración a través de la Alta Representante en la que insistió en que cualquier medida que pudiese poner en peligro la libertad, seguridad o integridad personal de Juan Guaidó, representaría una gran escalada de las tensiones y suscitaría la firme condena de la comunidad internacional. Por último,

Mogherini señaló que la UE seguiría observando atentamente los acontecimientos en cooperación con los miembros del GCI y demás socios regionales e internacionales (Consejo Europeo, 2019).

A comienzos de marzo del 2019, empezó a crecer una serie de tenciones y críticas por parte de funcionarios de la UE y Venezuela. El día 3, Beatriz Becerra, vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y eurodiputada, expresó mediante un Twitter su compromiso con la ruta de transición de Guaidó (El Nacional, 3 de marzo de 2019).

Por otra parte, dos días después la embajadora de Venezuela ante la UE, Claudia Salerno, criticó la supuesta extrema incoherencia del bloque europeo asegurando que no existe crisis humanitaria sino un estrangulamiento económico por las sanciones de Estados Unidos (La Prensa, 5 de marzo de 2019). Así también, Salerno criticó a España de usar la crisis venezolana para metas electorales del Gobierno de Pedro Sánchez, en donde las políticas intervencionistas de Estados Unidos podrían incidir en los resultados de las elecciones en España (Hispantv, 5 de marzo de 2019).

En el mismo tenor, el miércoles 6, el Gobierno de Maduro acusó y expulsó de Venezuela al embajador alemán Daniel Kriener por tomar partido a favor del líder opositor, Juan Guaidó

(DW, 11de febrero de 2019). Ante ello, al día siguiente la UE emitió una Declaración en la cual condenó con firmeza la expulsión del diplomático germano en Caracas y manifestó su

137 total solidaridad con el país teutón, señalando que dichas medidas obstaculizan la labor diplomática, aumentaban tensión y dificultaban una salida política a la crisis (Consejo Europeo, 2019).

Ese mismo día de dicha Declaración, Jorge Arreaza, canciller de la República Bolivariana de Venezuela, a través de su cuenta Twitter, exigió que: “[…] la Unión Europea recupere el equilibrio y reconsidere sus posiciones de permanente interferencia en nuestros asuntos internos, su clara alineación con la estrategia de agresión de Washington y su apoyo a los actos inconstitucionales de la oposición extremista” (Twitter, @jaarreaza, 7 marzo 2019).20 Mientras tanto la Comisión Europea aumentó la ayuda de emergencia en 50 millones de euros, ante el agravamiento de la crisis económica y social en Venezuela (Comisión Europea, 2019) sin que las tensiones se detuvieran.

El día 28 de marzo de 2019, la Contraloría del gobierno de Maduro inhabilitó a Juan Guaidó para ocupar cargos públicos por 15 años ante el argumento de haber usurpado funciones que no le correspondían (ABC, 28 de marzo de 2019). Frente a dicho contexto, el Consejo Europeo emitió una Declaración oficial, en la cual se señaló como decisión ilegal sancionar a Guiadó.

Por ello Mogherini enfatizó que UE apoya plenamente a la Asamblea Nacional y pidió que se respete las prerrogativas de la Constitución y la inmunidad de todos sus miembros, incluido Guiadó (Consejo Europeo, 2019).

En este orden de acontecimientos, el 8 de abril 2019 los ministros de Relaciones Exteriores de la UE intercambiaron opiniones sobre Venezuela y discutieron el resultado de la segunda reunión del GCI del 28 de marzo celebrada en Quito. En donde acordaron intensificar el trabajo, facilitar el acceso humanitario y crear las condiciones para elecciones presidenciales libres, justas y transparentes (Consejo Europeo, 2019). El mismo día del encuentro, el canciller español, Josep Borrell, señaló la urgencia de la crisis en Venezuela y criticó la lentitud del GCI (NTN 24 América, 8 de abril de 2019).

El 30 de abril 2019, el Consejo Europeo emitió una Declaración mediante la Alta Representante Federica Mogherini, mencionando que sólo puede haber una salida política,

20 Véase en: https://twitter.com/jaarreaza?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1103637786 865864711&ref_url=https%3A%2F%

138 pacífica y democrática para las múltiples crisis que enfrenta el país sudamericano, rechazando cualquier forma de violencia y pidió la máxima moderación para evitar la pérdida de vidas y un aumento de tensiones (Consejo Europeo, 2019).21

A principios de mayo, el GCI se reunió en San José, Costa Rica. Con la intención de abordar los acontecimientos más recientes de Venezuela por lo que se enfatizó la necesidad de avanzar en una solución pacífica y democrática hacia nuevas elecciones presidenciales (EITB,

6 de mayo de 2019). Días después, el 13 de mayo Guaidó instó a la UE mediante su cuenta de Twitter que aprobará nuevas sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro y así presionar su salida del poder (EITB, 13 de mayo de 2019).

Tras las acciones señaladas anteriormente, está claro que las diversas Declaraciones emitidas por la UE generan poco impacto ante una crisis tan profunda y con un gobierno poco permeable. Sin embargo, uno de los países que no pertenece a la UE y que logró cierta receptividad de Maduro fue Noruega. A mediados de mayo en un comunicado, el país nórdico informó haber realizado contactos preliminares con representantes de los principales actores políticos venezolanos, con el fin de fungir como mediador en un nuevo ciclo de negociaciones entre el gobierno venezolano y la oposición en búsqueda de una solución (CNN, 27 de mayo de 2019).

Con respecto a lo antes mencionado, el 18 de junio 2019 el Consejo emitió una Declaración sobre el apoyo al proceso auspiciado por Noruega. La Alta Representante solicitó a todas las partes interesadas venezolanas que participaran en el proceso de buena fe y que arreglaran el terreno para el éxito de éste, a través de medidas concretas destinadas a fomentar confianza, así como la liberación de los detenidos. De igual forma se dispuso apoyar la puesta en práctica de los resultados de este proceso y si así lo solicitaran las partes, seguir ayudando a las personas necesitadas, en plena conformidad con los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia (Consejo Europeo, 2019).

21 Cabe destacar que en el marco de las Declaraciones de la UE ante la crisis venezolana; el 5 de mayo de 2019 Federica Mogherini viajó a Cuba para reunirse con el canciller Bruno Rodríguez. Durante una conversación, el canciller cubano le reiteró a Mogherini que la isla apoyaba al presidente Maduro, en contraste con la mayoría de los países del bloque europeo, que reconocían a Guaidó como presidente legítimo (El Clarín, 5 de mayo de 2019).

139 Para julio, la Alta Representante, en nombre del Consejo, amenazó al gobierno de Maduro con imponer nuevas sanciones si no se generaban resultados concretos en las pláticas entre gobierno y oposición realizadas en Barbados para buscar salidas a la grave crisis política, auspiciadas por Noruega (Consejo Europeo, 2019). El mismo día, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, publicó a través de su cuenta en Twitter, su rechazo a las advertencias de la UE sobre nuevas medidas contra su país (Twitter, @jaarreaza, 16 de julio de 2019).

Tiempo después, el 27 de septiembre de 2019 el Consejo Europeo decidió aplicar nuevas medidas selectivas contra siete integrantes de las fuerzas de seguridad e inteligencia venezolana , implicados en torturas y otras violaciones graves de los DDHH y relacionadas con la muerte del capitán Acosta Arévalo.22 Así también, la Alta Representante expresó su preocupación por la suspensión temporal de las conversaciones de Oslo e instó a las partes de nueva cuenta a continuar con negociaciones serias, integradoras y dignas de crédito, basadas en el programa ya acordado y señaló que la UE está dispuesta a contribuir y fomentar condiciones que posibiliten este proceso, a través del GCI (Consejo Europeo, 2019).

En relación a lo anterior, cabe destacar que tanto Noruega y la UE priorizan como herramienta fundamental en su política exterior el diálogo político. La diferencia entre ambos actores ante la crisis venezolana, reside en dos aspectos; el primero de ellos es que Noruega al no pertenecer a la UE logró de algún modo que Maduro accediera a que dicho país fuera el mediador de las conversaciones con la oposición venezolana, debido a la neutralidad que representa y el no haber tomado partido ni por Maduro o por Guiadó. El segundo aspecto, es que la UE tomó partido por Guaidó, y desde ese momento, Maduro reaccionó de manera desafiante y cerrada ante el bloque de países europeos y su propuesta de diálogo con el GCI.

22 Rafael Acosta Arévalo fue uno de los militares venezolanos detenidos por su supuesta implicación en una conspiración contra el gobierno de Nicolás Maduro que falleció el 30 de junio de 2019 bajo tratos de tortura en custodia de las autoridades venezolana (CNN, 30 de junio de 2019). Los siete integrantes de las fuerzas de seguridad e inteligencia venezolana sancionados por la UE son: Rafael Antonio Franco Quintero (Agente del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), Alexander Enrique Granko Arteaga (Director de la División de Asuntos Especiales de la Dirección General de Contrainteligencia Militar), Hannover Esteban Guerrero Mijares (Jefe de Investigaciones de la Dirección General de Contrainteligencia Militar), Alexis Enrique Escalona Marrero (Jefe de la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo), Carlos Calderón (Comisario y director general del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), Rafael Ramón Blanco Marrero (Director adjunto de la Dirección General de Contrainteligencia Militar), Néstor Blanco Hurtado (Mayor de la Guardia Nacional Bolivariana) (Diario Oficial de la Unión Europea, 27 de septiembre de 2019).

140 Esta situación ocasionó, entre otras cosas, que el accionar de la UE a través del GCI causara menor impacto en su objetivo de buscar diálogo político ante la situación venezolana a diferencia de Noruega.

Bajo este tenor, el 1 de noviembre 2019, el GCI emitió una Declaración, en la cual se señala lo siguiente:

En un momento en que las conversaciones facilitadas por Noruega están suspendidas y no hay signos de un proceso político serio hacia una salida pacífica y democrática de la crisis en Venezuela, el GCI recuerda que el "status quo" no es una opción. Los costos para la población de la continua erosión de la democracia y el estado de derecho, la represión política, las violaciones de los DDHH y las malas condiciones de vida, así como el impacto sin precedentes en la región, son insostenibles. El GIC hace un llamado a los actores venezolanos para que pongan el interés de la nación por encima de otras consideraciones y regresen a una negociación creíble, representativa y seria sobre la base de la agenda original y de las últimas propuestas presentadas bajo la facilitación noruega. La crisis sistémica no se resolverá sin elecciones democráticas, sin el respeto de los derechos de la Asamblea Nacional, y sin el retorno a un sistema independiente de controles y contrapesos (Delegación de la Unión Europea, 2019). Tras ello el Consejo prorrogó las medidas restrictivas contra Venezuela hasta el 14 de noviembre de 2020 dejando en claro que:

El Consejo estableció medidas restrictivas específicas sobre Venezuela el 13 de noviembre de 2017, que incluían el embargo de armas y de equipos para represión interna, así como la prohibición de viajar y la inmovilización de activos a dieciocho individuos (siete desde el 22 de enero y once desde el 25 de junio de 2018) que ocupan cargos oficiales y que son responsables de violaciones de los derechos humanos y de socavar la democracia y el estado de Derecho en Venezuela. Estas medidas tienen por objeto contribuir a promover la adopción consensuada de soluciones democráticas para garantizar la estabilidad política del país y permitir a Venezuela atender a las acuciantes necesidades de la población. Estas medidas específicas son flexibles y reversibles, y se han concebido de forma que no dañen a la población venezolana (Consejo Europeo, 2019).23

Con respecto a lo anterior, las sanciones restrictivas que ha ejercido la UE hacia algunos funcionarios del gobierno venezolano de alguna manera sirven para expresar el malestar

23 Entre las medidas se incluye el embargo de armas y equipos destinados a la represión interna, así como la prohibición de viajar y la inmovilización de bienes a 25 personas incluidas en la lista que ocupan cargos oficiales y son responsables de violaciones de los DDHH o de socavar la democracia y el estado de Derecho en Venezuela (Consejo Europeo, 2019).

141 sobre lo que ocurre en Venezuela ante la comunidad internacional, pero no ayudan a buscar soluciones al deterioro del Estado venezolano. Tal vez para ser efectivas, deberían estar acompañadas de incentivos (económicos mediante cooperación y acuerdos; o diplomáticos a través del diálogo y la mediación) y ser consultadas con la sociedad civil.

En cada Declaración emitida por la UE hacia la situación venezolana señala la necesidad de una solución electoral presidencial; sin embargo, ciertas acciones como: el reconocimiento de Guiadó, las sanciones hacia el gobierno venezolano y los diferentes discursos del ex Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de España, Josep Borrell, en contra del régimen madurista, han ocasionado que Maduro perciba a la UE como un “enemigo”.

Independientemente cabe aclarar que algunas de las principales acciones que la UE ha ejercido hacia la crisis del país sudamericano se han destacado por ser medidas proactivas, medidas propositivas y sanciones, las cuales se señalan en el siguiente cuadro:

Cuadro 12. Principales reacciones de la UE (sanción, medida proactiva, medida propositiva)

Fecha Acción de la UE hacia la crisis venezolana Tipos de medidas 13/11/2017 El Consejo adopta sanciones selectivas hacia el gobierno de Maduro, que consisten Sanción en: un embargo de armas y equipos destinados a la represión interna y una base jurídica para la posible inclusión selectiva de personas en la lista de sancionados. 28/05/2018 El Consejo hace un llamamiento al gobierno venezolano para que se celebren Medida nuevas elecciones presidenciales. proactiva 25/05/2018 El Consejo añade a once personas que ocupan cargos oficiales a la lista de personas Sanción sujetas a sanciones por violaciones de los DDHH y por socavar la democracia en Venezuela. 3/06/2018 La Comisión anuncia un paquete de 35 millones de euros para la crisis venezolano. Medida propositiva 6/11/2018 El Consejo acuerda prorrogar hasta el 14 de noviembre de 2019 las medidas Sanción restrictivas. 7/12/2018 La Comisión asigna un paquete de ayuda de emergencia de 20 millones de euros Medida a la crisis venezolana. propositiva 25/01/2019 La UE con iniciativa del gobierno español exige a Maduro nuevas elecciones en Medida Venezuela en un plazo de ocho días, o de lo contrario habría un reconocimiento al proactiva autonombrado presidente interino Guaidó 31/01/2019 Los Estados miembros de la UE acuerdan crear un Grupo Internacional de Contacto Medida con algunos países de América Latina. propositiva 31/01/2019 El Parlamento Europeo reconoce a Juan Guaidó como legítimo presidente interino Medida de Venezuela, y solicitó a la Alta Representante Federica Mogherini, y a los proactiva gobiernos de los Estados miembros, que se sumaran al reconocimiento del líder opositor. 5/02/2019 La Comisión asigna cinco millones de euros para ayuda humanitaria a Venezuela. Medida propositiva

142 2/03/2019 El Consejo emite una Declaración en la que advierte que cualquier medida que Medida ponga en peligro la libertad, seguridad o integridad personal de Guaidó proactiva representaría tensiones y condena de la comunidad internacional. 7/03/2019 El Consejo anuncia una Declaración en la que condena que Maduro haya instado Medida al embajador de Alemania en Caracas a abandonar el país. proactiva 4/04/2019 El Consejo Pública una Declaración en la que rechaza la decisión de la Asamblea Medida Nacional Constituyente de retirar la inmunidad parlamentaria a Juan Guaidó. proactiva 18/06/2019 El Consejo formula una Declaración en la que señala el agravamiento de la Medida situación política y humanitaria en Venezuela y hace hincapié en la necesidad de propositiva una mayor coordinación entre todos los actores internacionales. 27/09/2019 El Consejo añadió a la lista de sanciones a siete miembros de las fuerzas de Sanción seguridad e inteligencia de Venezuela. 11/11/2019 El Consejo prorroga las medidas restrictivas contra Venezuela por un año, hasta Sanción el 14 de noviembre de 2020. 21/12/2019 El nuevo Alto Representante, Josep Borrell, en nombre de la UE, emite una Medida Declaración y hace un llamamiento a las partes venezolanas a que participen en propositiva una negociación creíble, representativa e inclusiva y se comprometan a apoyar estos esfuerzos, en particular a través del Grupo Internacional de Contacto. Fuente: Elaboración propia a partir de Consejo Europeo (2019).

3.3. El viraje del gobierno español ante la crisis venezolana y el actual escenario con Josep Borrell como Alto Representante de la Unión Europea

A diferencia de la mayoría de países miembros de la UE, España orienta su atención hacia América Latina por razones históricas, coloniales y culturales. En este sentido, la política exterior española ejerce decisiones que le permiten estrechar vínculos de cooperación y evitar el rompimiento de relaciones con sus ex colonias con el objetivo de hacer crecer sus intereses comerciales y geopolíticos.

Como se indicó de forma previa, con la adhesión de España y Portugal en 1986 a la entonces Comunidad Económica Europea, América Latina comenzó a tener una mayor presencia en la agenda europea, tendencia que se fortaleció en los noventa, cuando se puso fin a las dictaduras en casi toda la región, abriendo oportunidades favorables a la institucionalización de las relaciones, promoción y defensa de los DDHH y de la democracia (Blanc, 2015). Por ejemplo, en 1990 la cláusula democrática fue introducida a solicitud de Argentina con la suscripción del Acuerdo Marco de Cooperación Comercial y Económica con la CEE y posteriormente dicha cláusula se ejerció con los distintos países y subregiones latinoamericanas (Oyarzún, 2018).

Sin embargo, más allá de España y Portugal, la UE es un conjunto de veintisiete países que ha tenido que dar atención prioritaria a otros temas lejanos a América Latina. Por ejemplo: la crisis del euro entre 2010 y 2016, las tensiones con Rusia a raíz de la guerra en Ucrania en

143 2014, la crisis migratoria en 2015-2016 y las negociaciones referentes la salida del Reino Unido del Brexit, desde el 25 de noviembre de 2018 hasta su salida el 31 de enero del 2020 (Ruano, 2018).

Ahora bien, como ya se mencionó, España mantiene vínculos históricos y coloniales con Latinoamérica, pero ¿qué sucede en el caso particular de Venezuela? Desde que el chavismo entró al poder en Venezuela, las relaciones con España han pasado por diferentes matices entre el distanciamiento y el acercamiento (Rojas, 2015).

La primera etapa se centró dentro de la segunda presidencia del conservador José María Aznar del Partido Popular en España (2000-2004), la cual coincidió con los primeros años de la presidencia de Chávez 1999-2004. Dicha etapa representó trascendentes cambios electorales, constitucionales, políticos e institucionales en Venezuela, así como de tensión, crisis y conflictos entre el chavismo, la oposición y la comunidad internacional (Mansilla, 2015).

Con Aznar, se desataron situaciones muy tensas como las demandas españolas por la extradición de presuntos miembros de la organización terrorista vasca Euskadi Ta

Askatasuna (ETA) radicados en Venezuela, algunos de ellos incluso vinculados con el proceso bolivariano (Cuevas, 2017). El caso de mayor tensión fueron las acusaciones del gobierno chavista hacia Aznar, de supuestamente colaborar con Estados Unidos y de estar detrás de la organización del golpe de Estado de abril de 2002 contra Chávez (Mansilla, 2015). Cabe destacar que, España y Estados Unidos fueron los primeros países en reconocer al gobierno provisional dirigido por Pedro Carmona Estanga entre el 12 y 13 de abril, horas después del golpe de Estado (Hernández, 2016).

La segunda fase coincide con la presidencia del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2004-2011. En este periodo las relaciones del gobierno chavista con España tuvieron altos y bajos. Se realizaron importantes alianzas con empresas españolas a cuenta de la extracción de petróleo venezolano. No obstante, uno de los peores momentos en las relaciones entre dichos países fue el desencuentro en la Cumbre Iberoamericana de 2007, cuando el entonces Rey de España Juan Carlos le dijo a Chávez “¿Por qué no te callas?”; el presidente venezolano había criticado duramente al expresidente español José María Aznar, al que llamó fascista en varias ocasiones. Ante ello, José Luis Rodríguez Zapatero trató en su turno de

144 reclamarle su actitud a Chávez, quien constantemente lo interrumpía, hasta que el monarca responidó con la multicitada frase (El Plural, 3 de octubre de 2018).24

Un tercer periodo inició con el retorno al poder del Partido Popular al gobierno español del conservador Mariano entre 2011 y 2018, el cual coincidió con la muerte de Chávez (2013) y posteriormente la entrada de Maduro al gobierno de Venezuela. Dicha etapa reflejó de alguna manera cierto distanciamiento bilateral, en gran medida propiciado por las prioridades emanadas por cada gobierno. En este sentido, la crisis económica y política en ambos países obligó tanto a Rajoy como a Maduro a priorizar los asuntos internos (Rojas, 2015). Sin embargo, Rajoy criticó y mostró preocupación ante los medios de comunicación por la represión del gobierno venezolano, así como también tuvo receptividad por las demandas de diversos sectores opositores venezolanos para la liberación de diversos líderes políticos, como el ex alcalde Leopoldo López, actualmente en prisión y acusado de instigación a delinquir y daños a la propiedad pública (El Nuevo Herald, 30 de enero del 2018).25

El cuarto ciclo entre las relaciones España-Venezuela, representa cambios importantes que de alguna manera han marcado y pueden seguir impactando aún más en la actual crisis venezolana. Tras el éxito de la moción de censura contra Mariano Rajoy y la designación del socialista Pedro Sánchez Pérez Castejón como presidente del Gobierno español en junio de 2018. Cabe destacar, que este gobierno significó para España un retorno al socialismo de izquierda (Cuevas, 2017). Ante dicha situación, la postura frente al conflicto venezolano se tornó hacia la vía diplomática y el diálogo político.

Ante ello, durante el gobierno de Sánchez, Josep Borrell Fontelles ostentó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores de España desde junio de 2018 hasta noviembre de 2019. En el marco de las acciones de la UE hacia la crisis venezolana, como se señaló en el anterior apartado del presente capítulo, el 15 de octubre del 2018 en una reunión de los Ministros de

Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo, fue el mismo Josep Borrell quién planteó

24 En esta etapa, el proceso socialista y de nacionalización en Venezuela lidereado por Chávez. Generó que el banco español Santander le vendiera al gobierno de Chávez su filial por 750 millones en julio del 2009 (El Mundo, 22 de julio de 2009). 25Cabe destacar que, durante el gobierno de Rajoy, Alfonso María Dastis Quecedo fue el Ministro de Asuntos Exteriores desde el 4 de noviembre de 2016 hasta el 1 de junio de 2018. Por otra parte, en esta etapa, España aceptó en 2013 la apertura de un Centro Cultural y de Diversidad de Venezuela en Madrid (El País, 13 de julio del 2013).

145 cambiar las sanciones por diálogo con Venezuela, justificando que las sanciones ocasionaban mayor presión y resultaban poco eficaces (El País, 10 de diciembre de 2012).

La propuesta de Borrell de cambiar las sanciones por el diálogo, influyó de alguna manera en la creación de GCI, debido a que dicho Grupo es el medio por el cual la UE ejerce el diálogo político hacia Venezuela. Por otra parte, durante el proceso de la autoproclamación Guaidó como presidente interino de Venezuela, el gobierno español fue el que sugirió que la UE exigiera a Maduro nuevas elecciones en un plazo de ocho días, o de lo contrario habría un reconocimiento a Guaidó. Así también, la propuesta de reconocer a Guaidó en el Parlamento Europeo, fue impulsada por eurodiputados españoles. En este sentido, es claro que España representa un país importante que influye de alguna forma en las diferentes acciones hacia América Latina y es este caso hacia Venezuela, a través de su representación en las diferentes instituciones de la UE debido a que busca proteger sus intereses económicos, políticos y culturales con dicho continente.

Ante dicho contexto, como se indicó en ocasiones previas, Josep Borrell Fontelles, ex Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español, ocupa hoy en día el cargo de Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común y vicepresidente de la Comisión Europea, desde el 1 de diciembre de 2019 en sustitución de Federica Mogherini. Ante ello, tiene la tarea de configurar y llevar a cabo la política exterior de seguridad la UE, mediante, la PESC y la PCSD (Consejo Europeo, 2019).26

Cabe señalar que el Consejo Europeo nombra por mayoría cualificada con el acuerdo del presidente de la Comisión, al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Así mismo, el Alto Representante es nombrado para un periodo de cinco años en el que ejerce la función de vicepresidente de la Comisión Europea, preside las sesiones del Consejo de Asuntos Exteriores y asiste al Alto Representante el Servicio Europeo de

Acción Exterior (SEAE) (Consejo Europeo, 2020).

26 Según el Consejo Europeo, desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009, el Alto Representante es también vicepresidente de la Comisión Europea con el objetivo de establecer una mayor coordinación y garantizar la coherencia en la política exterior de la UE, debido a que la Comisión Europea tiene importantes responsabilidades internacionales como el comercio, el desarrollo, la política de vecindad y la ayuda humanitaria. La combinación de esas funciones pretende garantizar la compatibilidad y la coherencia de las actividades de la UE a nivel mundial (Consejo Europeo, 2020).

146 Con respecto a los párrafos anteriores, el hecho de que el español Josep Borrell sea el actual

Alto Representante de la UE, puede impactar en la política exterior del bloque europeo hacia

Venezuela. En tal sentido, la UE podría tener mayor diálogo, participación y atención hacia la crisis venezolana, si se toma en cuenta las diversas propuestas que Borrell ejerció en su cargo como Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español en las reuniones del Consejo Europeo de Ministros hacia el tema venezolano.

De igual forma, Borrell puede orientar de alguna manera, el accionar de la UE coordinando los instrumentos de política exterior, como un mayor diálogo político y crear consenso entre los Estados miembros de la UE para prestar atención hacia toda América Latina, una de las prioridades geopolíticas para la propia España. Del mismo modo, poder velar por la crisis venezolana con mayor participación en debates sobre cuestiones de política exterior en instituciones europeas como el Parlamento Europeo, y en las reuniones internacionales con los diferentes organismos internacionales como la ONU.

Al respecto, Molina y Simón señalan que las facultades otorgadas al Alto Representante a lo largo de diferentes Tratados le permiten un papel clave con potencial para ser uno de los más influyentes de la UE. El Alto Representante tiene autonomía y diversas prerrogativas especiales como: asistir a los Consejos Europeos y muchos recursos administrativos, en los que destaca la dirección del SEAE. Así también, el Alto Representante cuenta con la asistencia de la Comisión y el Consejo Europeo y un gabinete de once miembros, que viene casi a doblar en tamaño a los equipos de los comisarios (Molina y Simón, 2019).

El 9 de diciembre del 2019, en una reunión del Consejo de Ministros de Exteriores de la UE, Borrell declaró que es necesario abordar la actualidad que se vive en América Latina y aseguró que la situación de dicho continente es aún más crítica, con tensiones en Bolivia, Chile o Venezuela (El Nacional, 9 de diciembre de 2019).

De hecho, se realizó una entrevista en Madrid por parte del periódico “El País” por las periodistas, Lucía Abellán y Claudi Pérez, al ministro español un mes antes de que ejerciera su cargo como Alto Representaste de la UE, en donde señaló en dicha entrevista que el GCI fue gracias a la insistencia española; no obstante, el referido funcionario destacó que este Grupo no ha sido suficiente y que se ocupará a fondo porque puede acabar convirtiéndose en

147 una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo. Así también, puntualizó lo siguiente:

Hay que preguntarse por las causas profundas, que también tienen que ver, nos guste o no, con los efectos económicos que tienen las sanciones que Estados Unidos impuso a Venezuela. ¿Por qué no utilizar los recursos financieros venezolanos en el exterior, que han sido bloqueados por Estados Unidos? Si el coste de cambiar el régimen de Maduro es provocar una hambruna en Venezuela. A mí me han criticado porque me he opuesto a que la UE adoptara sanciones que afectaran al pueblo de Venezuela. Me voy a seguir oponiendo. Hemos sancionado a dirigentes venezolanos, pero a diferencia de Estados Unidos, Europa no ha aplicado sanciones económicas globales, que solo empobrecerán más (El País, 4 de noviembre de 2019).27 Por otra parte, el 21 de diciembre del 2019 se emitió la primera Declaración de Borrell, como Alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, sobre la crisis venezolana. En dicha Declaración reiteró que para la UE:

solo puede alcanzarse una solución política y pacífica si se respeta íntegramente a la Asamblea Nacional, único órgano elegido democráticamente en Venezuela, y si sus miembros pueden ejercer libremente sus prerrogativas constitucionales. Solo la vía democrática resolverá de forma duradera la crisis venezolana y pondrá fin al sufrimiento de la población. La organización de unas elecciones presidenciales libres y creíbles con observación internacional y el restablecimiento democrático de las instituciones de Estado, entre ellas el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia, son esenciales a fin de hallar una solución duradera para Venezuela. En particular, es de vital importancia que la Asamblea Nacional cree un nuevo CNE independiente y transparente, plenamente inclusivo y equilibrado en su representación y composición. La UE hace un llamamiento a las partes venezolanas a que participen en una negociación creíble, representativa e inclusiva y se comprometan a apoyar estos esfuerzos, en particular a través del Grupo Internacional de Contacto. La UE seguirá observando la situación y expresa su disposición a recurrir a los instrumentos a su disposición para promover la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos, lo que incluye medidas selectivas que no perjudiquen al pueblo venezolano. La UE también mantendrá su asistencia y estudiará nuevas medidas para aliviar la crisis humanitaria en Venezuela (Consejo Europeo, 2019). Cabe señalar, que el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad tiene facultades de enorme valor para avanzar con una acción exterior dotada de mayor visibilidad e influencia hacia América Latina y en especial en el caso

27 Véase en: https://elpais.com/politica/2019/11/02/actualidad/1572715163_776486.html

148 Venezuela. Sin embargo, en la práctica, la falta de unanimidad en el Consejo, las diferencias estratégicas entre Estados miembros, las prioridades económicas y geopolíticas de los países más fuertes dentro de la UE, podrían generar que el cargo de Josep Borrell solo desempeñe un papel representativo y diplomático sujeto a los intereses de las potencias europeas y en consecuencia una carente atención hacia la crisis venezolana. Ante ello, los preceptos liberales que promueve la UE en su acción exterior, tales como los DDHH y la democracia, quedarían en la retórica y no en la práctica.

A inicios del 2020 se suscitaron una serie de acontecimientos que generaron nuevos panoramas en el accionar de la UE (en especial España) ante el contexto venezolano. El primero se suscitó el 15 de enero cuando Nicolás Maduro durante un discurso en la Asamblea

Constituyente en Caracas invitó a la ONU y a la UE a nombrar una delegación para observar las elecciones legislativas previstas para el presente año. En el acto, estuvieron presentes representantes de alto nivel de sus países aliados: Cuba, Rusia, Irán, China y Nicaragua (El País, 15 de enero de 2020).

Poco después, el 19 de enero el líder opositor, Juan Guaidó, comenzó una gira internacional, en una sola semana visitó a Colombia, Reino Unido, Bélgica, Suiza, Francia y España, en donde se reunió con mandatarios y funcionarios de diversos gobiernos. Ante ello, los líderes europeos abrieron espacio en su agenda para recibir y reafirmar su reconocimiento a Guaidó como presidente interino de Venezuela (Infobae, 19 de enero de 2020). De igual forma, Guaidó acudió a Davos, Suiza, para participar en el Foro Económico Mundial representando a Venezuela. En dicho evento mantuvo encuentro con los jefes de Gobierno de Alemania, Angela Merkel; Austria, Sebastian Kurtz; Grecia, Kyriakos Mitsotakis; y Holanda, Mark

Rutte (CNN, 15 de febrero de 2020).28

Algunos de los mandatarios europeos que recibieron al líder opositor venezolano fueron: el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el Primer Ministro de Reino Unido, Boris Johnson; la canciller de Alemania, Angela Merkel; los primeros ministros de Países Bajos y

28 Algunos de los mandatarios europeos que recibieron al líder opositor venezolano fueron: el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el Primer Ministro de Reino Unido, Boris Johnson; la canciller de Alemania, Angela Merkel; los primeros ministros de Países Bajos y de Grecia, Mark Rutte y Kyriakos Mitsotakis; el canciller de Austria, Sebastian Kurz; el Alto Representante de la UE, Josep Borrell (BBC, 23 de enero de 2020).

149 de Grecia, Mark Rutte y Kyriakos Mitsotakis; el canciller de Austria, Sebastian Kurz; el Alto

Representante de la UE, Josep Borrell (BBC, 23 de enero de 2020).

Cabe destacar que el presidente español, Pedro Sánchez, no recibió personalmente a Juan Guiadó durante la gira internacional que el líder opositor realizó en Europa, en su lugar, se reunió con la Ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya. Dicho hecho, formó parte de la tensión que se generó tras la publicación del periódico español ABC, sobre la vicepresidenta del régimen madurista, Delcy Rodríguez, y su ingreso de manera secreta a territorio español el 20 de enero tras aterrizar en un avión de la compañía de vuelos privados Sky Valet en la terminal ejecutiva del aeropuerto internacional, Adolfo Suárez de

Madrid. El mencionado medio informativo señaló que, burlando las sanciones de la UE, Rodríguez (que viajaba de Caracas a Estambul) se encontró en territorio europeo con José Luis Ábalos, ministro de Transportes español, considerado uno de los dirigentes de la máxima confianza del presidente Pedro Sánchez. En dicho encuentro, al parecer, Rodríguez realizó una llamada telefónica con el presidente español exigiéndole que no recibiera a Guiadó, que sacara a Leopoldo López de la embajada española en Caracas y que ayudara a que la empresa Repsol siguiera en Venezuela (ABC, 20 de enero de 2020). Poco después, el 6 de febrero durante una rueda de prensa en Barcelona, el gobierno español desmintió al periódico asegurando que nunca existió tal llamada telefónica (Informe 21, 6 de febrero de 2020).

No obstante, el 7 de febrero, Jefferson Beltrán Neira, Subdirector Programa “La Noche” que se transmite por el canal de televisión RCN de Colombia y NTN 24 internacional, realizó una entrevista al director adjunto del Diario ABC de España, Ramón Pérez Maura, en la cual el reconocido periodista español señaló que:

Sánchez es el que miente porque está dispuesto a hacer lo que sea con tal de mantener el apoyo de sus aliados para permanecer en la presidencia. A pesar de que hace un año, uno de los primeros dirigentes internacionales en reconocer a Guaidó fue Sánchez, este suceso que le vino muy bien para no identificarse con la izquierda radical. Sin embargo, hoy en día, Sánchez a necesitado del apoyo de su coalición con Unidas Podemos, un partido español de extrema izquierda financiado durante muchos años por el régimen chavista y por Maduro, y, a dicho partido no se le puede permitir a atacar a sus grandes mentores y promotores, por lo tanto, el cambio de Suarez ha sido radical al no tomarse tiempo en su

150 agenda para recibir a Guiadó como muchos mandatarios europeos lo hicieron (NTN 24, 7 de febrero de 2020). Con respecto a lo antes mencionado, cabe puntualizar que desde el 25 de junio de 2018 la vicepresidenta del régimen madurista, Delcy Eloína Rodríguez Gómez, fue parte de los once funcionarios venezolanos que el Consejo Europeo añadió a la lista de sanciones inteligentes por violaciones de los DDHH y por socavar tanto a la democracia como al Estado de Derecho en Venezuela (Consejo Europeo, 2018).

Tras la supuesta entrada de Delcy Rodríguez a territorio español, la oposición parlamentaria española de conservadores del Partido Popular y liberales de Partido Ciudadanos instaron a la creación de una comisión de investigación. No obstante, el 11 de febrero Borrell señaló que la Comisión Europea no puede iniciar un procedimiento de infracción contra España y argumentó que “los países son los encargados de aplicar y verificar las sanciones en sus jurisdicciones y no los eurodiputados”, así también, el citado mandatario indicó que, si surge una posible violación, es el Estado miembro el que debe investigar y determinar si eso ha ocurrido. Por último, también enfatizó que el SEAE está en contacto con los países para asegurar que las sanciones se apliquen de forma homogénea y sin ningún tipo de distinción (Informe 21, 11 de febrero de 2020).

De ser verdad el reciente escándalo del gobierno español, puede resultar contradictoria la posición UE ante la crisis venezolana debido que este suceso demostraría que los intereses políticos de España están por encima de las medidas que la UE ha ejercido en su conjunto para velar por los DDHH y la democracia en el país sudamericano. Por otro lado, se genera -a fin de cuentas- la duda sobre sí realmente Borrell se desempeña como jefe de la diplomacia europea ante la Eurocámara o como exministro de Pedro Sánchez.

151

Conclusiones

Desde la creación de la UE como un actor global en 1994, surgió en paralelo el desafío de una política exterior común, capaz de hacer frente a la necesidad de los países miembros que la conforman de proyectarse de mejor manera y coherencia en el entorno global. Ello a la luz de que la UE de alguna forma ha logrado desde 1951 (con la CECA) constituir el proceso integrador más avanzado a nivel mundial. Hoy en día la UE es un actor único en la sociedad internacional, con importante presencia en foros internacionales y en diversos ámbitos multilaterales y bilaterales.

Cabe destacar que la política exterior de la UE representa un modelo sui generis porque no es la de un Estado-Nación común, sino más bien, es la mezcla de diversos intereses, identidades, culturas, historias y capacidades de los países miembros representados en la PESC. Ante ello, resulta un desafío tomar una decisión unánime en el marco de la política exterior de la UE.

Por otra parte, la UE ejerce en su acción exterior los preceptos liberales basados en la protección y promoción de los DDHH y la democracia como un factor clave en su protagonismo dentro de la comunidad internacional, a través de instrumentos de política exterior como la cooperación internacional al desarrollo, el diálogo político y las sanciones en terceros países.

Dichas herramientas son ejercidas por la UE mediante condicionalidades positivas (incentivos) y negativas (sanciones). Bajo este tenor, la ampliación progresiva de las relaciones exteriores de la UE desde la posguerra y hasta el día de hoy, se proyecta hacia países y regiones con relaciones coloniales e intereses políticos de unos u otros Estados miembros. Ante ello, la proyección de la UE se ha hecho global, pero con una jerarquización de prioridades desde la perspectiva geopolítica, económica y de seguridad, en donde los

DDHH aparentemente no son tan prioritarios como suelen expresarlo.

En este sentido, las consideraciones geográficas en el ámbito de la condicionalidad con los países receptores pasaron a formar parte de la política exterior de la UE a la hora de estrechar vínculos políticos o económicos. Como se analizó previamente en el primer capítulo con los casos de Nicaragua, Camboya, Egipto y Libia, es claro que la UE trata con discrecionalidad y contradicción a sus países socios, por razones que no siempre están relacionadas con

153 consideraciones de DDHH y democracia. Ello evidencia el término referido por Tomasevsky

“correlación a la inversa”, que consiste en que la UE otorga algunas veces mayor ayuda e incentivos en lugar de sanciones a países que vulneran los DDHH. Ante ello, se puede distinguir que muchas veces la discrecionalidad con la que actúa la UE hacia países cercanos a su territorio puede resultar adaptativa a diversos intereses y no esencialmente a los DDHH.

Tras lo anterior, el accionar de la UE ante la crisis venezolana resulta fundamental analizar debido a que no existe importantes vínculos de cooperación en materia comercial o política entre ambos actores, pero sí existe un contexto de violación a los DDHH y una carente democracia por parte del país sudamericano, en el cual la UE ha buscado a través de diversas medidas velar por dichos preceptos. Sin embargo, en la práctica el accionar europeo se ha tornado de diferentes matices que han hecho dudar si realmente el objetivo de la UE es mitigar el deterioro de la democracia y los DDHH en territorio venezolano o simplemente aparentar que se hace algo.

Las diversas acciones que la UE ha ejercido hacia la crisis venezolana desde 2017 hasta 2019, generan una serie de cuestionamientos del porqué dicha entidad geopolítica pone atención a un país a pesar de no tener importantes vínculos con ésta. No obstante, las respuestas a dichas dudas se pueden encontrar en varias causas. El primer factor puede estar en el consumo interno que la propia Unión necesita para que se piense que se está haciendo algo por los

DDHH ante su propia sociedad, ya que de lo contrario resultaría un problema de críticas y una falta de credibilidad hacia sus gobernantes, representantes e instituciones. La segunda causa es la existencia de un régimen en DDHH en el que hay un conjunto de normas, instituciones y tratados internacionales a los que la UE pertenece y ante ello debe entrar al “ruedo”. El tercer elemento lo encontramos en la obligación jurídica que la propia UE tiene dentro de sus tratados e instituciones de promover y proteger los DDHH y la democracia. Por último, el cuarto agente tiene que ver con las directrices que los actores internacionales alinean cuando existe un conflicto, en este sentido dependiendo de la ideología y valores en la que el actor se encuentre dependerá su postura y el bando de países con los que se alineará.

En el caso de Venezuela existe la falta de unanimidad de la comunidad internacional en un ambiente de polarización a la hora decidir y ejercer acciones en el país sudamericano. Por un lado, encontramos a países como Cuba, China, Rusia, Turquia, Iran y Nicaragua, entre otros,

154 que apoyan al gobierno de Maduro y por otra parte encontramos a Estados Unidos, la UE y los países latinoamericanos pertenecientes al Grupo Lima que han ejercido medidas de poco impacto para presionar al régimen de Maduro.

No se puede negar que Venezuela está viviendo la peor crisis de su historia, como resultado de un modelo político basado en el socialismo del nuevo milenio, en medio de un clima de conflictividad y polarización, situación que empeora de cara a la propagación del Covid-19. Tomando en cuenta los factores político, geopolítico y energético, el contexto venezolano ha adquirido dimensiones a nivel internacional, en la medida en que la crisis se va intensificando. En este sentido, algunos países se involucran más debido a las consecuencias regionales como el éxodo venezolano, mientras que otros toman posturas acompañadas de interés geopolítico hacia al país sudamericano, así también, existen naciones que reaccionan con cierta indiferencia debido a las prioridades de sus propios intereses nacionales.

Cabe destacar que las relaciones entre América Latina y la UE se remontan a varios siglos de historia compartida desde las conquistas de las potencias europeas. Ante ello, se han creado vínculos culturales económicos y sociales que se reforzaron con ingreso de España y Portugal a la hoy UE desde 1986. Así también en los años ochenta América Latina comenzó a abrazar los principios de democracia y DDHH como parte de sus propias transiciones de regímenes totalitarios al retorno de la democracia. Tras el paso de los años, dicho contexto coincidió en aquel momento con el fin de la guerra fría y la conformación de la UE, que estaba justamente en pleno proceso de instrumentar la recién estrenada PESC, establecida en el Tratado de Maastricht de 1992.

No obstante, América Latina no representa una región prioritaria para casi ninguno de los países miembros de la UE, salvo para España y Portugal, quienes le conceden un trato preferencial por tener excolonias en dicha región. La mayoría de las veces la UE toma decisiones y acciones a favor de sus prioridades, realidad que resulta común desde la perspectiva realista en donde los países ejercen su política exterior a favor del interés nacional y en el caso de la UE a favor de los intereses nacionales de sus países miembros, los cuales en su mayoría Venezuela no representa una prioridad.

Así también, no existe una PESC suficientemente coherente, que combine de forma ajustada seguridad, intereses económicos y planteamientos normativos en materia de protección a los

155 DDHH y democracia, de manera afin a los intereses de sus Estados miembros. El mayor desafío de la Unión consiste en utilizar todos sus instrumentos de política exterior de forma coherente y consecuente, transmitiendo un mensaje unificado y verosímil dirigido a los terceros países como Venezuela.

La UE ha ejercido una serie de acciones ante la crisis venezolana con medidas que ponen de manifiesto la complejidad de intereses domésticos e internacionales de los países miembros, debido a que esta entidad geopolítica no es una organización ágil ni generadora de consensos inmediatos debido a la falta de unanimidad frente a temas como los que se abordan en esta tesis. Ante ello, ha sido imposible eludir que, en los más de veintisiete años de existencia de la UE, sus Estados miembros no han sido capaces de sobrepasar el nivel de las soberanías nacionales para alcanzar una política exterior verdaderamente común.

De hecho, en el proceso de reconocimiento de Guaidó como presidente interino de Venezuela a principios del 2019, no se dio por parte de la UE como bloque, con el veto italiano, de no reconocer ni a Guiadó ni a Maduro, impidió en su momento un reconocimiento general europeo.

Así también, las acciones del Parlamento Europeo y la de los Ministros de Asuntos Exteriores reflejan de alguna manera las grandes divisiones dentro de la UE a este respecto. Mientras que los eurodiputados, por mayoría, reconocieron a Guaidó el 31 de enero del 2019, los

Ministros de Asuntos Exteriores promovieron un GCI, en un contexto en donde los países miembros se posicionaron a favor, en contra o simplemente se abstuvieron. En este sentido, los Estados de la UE tienen una voluntad política y una capacidad de maniobra aún muy débiles para llevar a cabo su propia política y en consecuencia les resulta más difícil ejercer una política exterior común. Al ser la UE cada vez más grande y multicultural, son mayores los riesgos de una inestabilidad europea a la hora de tomar decisiones internas y externas.

Por otra parte, la UE ha experimentado “pérdidas” sensibles a lo largo de su evolución, que han mermado de alguna forma su valor como socio estratégico y proyección internacional como la reciente salida del Reino Unido el pasado 31 de enero de 2020. Pese a dicho contexto, la UE con sus propios problemas, desafíos y como unidad geopolítica de 27 países ha tenido que generar posturas concretas hacia el régimen sudamericano mediante el ejercicio de la

156 PESC. Las principales medidas que la UE ha ejercido hacia la situación venezolana, se distinguen en tres categorías:

1) Las medidas propositivas: que reflejan la búsqueda del diálogo político a través de la creación del Grupo de Contacto Internacional y por la donación de millones de euros destinados a diferentes instancias para la ayuda humanitaria venezolana. 2) Las medidas proactivas: que representan en las diversas Declaraciones que señalan la necesidad de una solución electoral, el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y las Declaraciones de advertencias sobre la integridad y seguridad del líder opositor al régimen de Maduro. 3) Las sanciones: que consisten en el embargo de armas y equipos destinados a la represión interna, la prohibición de viajar y la inmovilización de activos a una lista jurídica selectiva de personas que ocupan cargos oficiales en Venezuela.

Tras lo anterior, cabe señalar que desde la perspectiva del constructivismo las estructuras sociales se componen de tres elementos esenciales: los entendimientos intersubjetivos normativos, los recursos materiales y la práctica (Bravo y Sígala, 2016). En el contexto venezolano en relación con la UE, los entendimientos intersubjetivos son la manera como los países pertenecientes a la UE perciben y califican el comportamiento de los dirigentes políticos en Venezuela, en la que se resalta la falta de democracia y la violación a los DDHH.

Los recursos materiales se reflejan a través de su política exterior con la PESC al promover los DDHH y la práctica se concluye en las sanciones que se ejercen hacia el gobierno de Maduro.

Asi también una de las principales contribuciones del constructivismo es problematizar las identidades y los intereses de los actores internacionales. En este sentido, los constructivistas afirman que dichas características son variables socialmente construidas, que dependen del contexto histórico y cultural en que estén insertos (Bravo y Sígala, 2016). La UE y el régimen madurista tienen un contexto histórico y una perspectiva del concepto de DDHH y democracia diferente, por tal motivo la identidad es única de cada lado y se caracteriza por intereses constrastantes.

En este tenor, cabe destacar que Juan Guiadó al ser reconocido por 54 países en el mundo de los cuales 26 son miembros de la UE (Euronews, 20 de febrero de 2020) genera una situación

157 que junto a las sanciones ejercidas contra el gobierno venezolano, han ocasionado que

Maduro genere una perspectiva de que la UE es un “enemigo” y de alguna forma sea vuela poco receptivo hacia las peticiones de dicho organismo.

Sin embargo, desde la perspectiva del liberalismo institucional las instituciones internacionales, mediante tratados internacionales, mecanismos de colaboración, así como instrumentos de política exterior, pretenden influir en la conducta de sus actores, fomentando y fortaleciendo la cooperación entre sí (Prado, 2016). De alguna manera el reconocimiento del líder opositor, la creación del GCI y las sanciones hacia el régimen de Maduro por parte de la UE resultan ser instrumentos que buscan influir en la situación actual del país sudamericano, para generar y fortalecer nuevas relaciones positivas a futuro, mismas que se plantean para el momento en que termine el escenario actual de tensión generado por el mandato de Nicolás Maduro.

Desde una visión realista, los DDHH solo prevalecen en las relaciones económicas en cuanto más importante es un país en términos de comercio, mercado, petróleo, energía nuclear y proximidad geográfica (Hazelzet, 2001). Con base a lo anterior, Venezuela cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo y es considerada como uno de los exportadores más importantes de tal combustible (Gallegos, 2016). En este sentido, si bien algunos actores como Estados Unidos y los países latinoamericanos pertenecientes al Grupo Lima pueden tomar en cuenta sus recursos naturales, la cercanía geográfica y vínculos comerciales como factores de interés detrás de sus acciones a favor de los DDHH desde la lógica realista, el caso de la UE no es de la misma manera, ya que Venezuela se encuentra muy alejada en términos geoestratégicos y no depende de su petróleo, ni cuenta con vínculos comerciales.

Por otra parte, España juega un papel fundamental en la política de la UE hacia Venezuela desde su adhesión a la Comunidad Económica Europea en 1986, debido a que este país ibérico orienta su atención hacia América Latina por razones históricas coloniales y culturales. De ahí que, ante el actual contexto venezolano, España figure como un factor clave de análisis dentro del accionar de la UE hacia la crisis del país sudamericano.

Por ejemplo, durante el primer gobierno de Pedro Sánchez, Josep Borrell Fontelles que ostentó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de España desde junio de

158 2018 a noviembre de 2019 planteó cambiar las sanciones por diálogo con Venezuela, justificando que las sanciones ocasionaban mayor presión y resultaban poco eficaces.

Otra muestra de la influencia española en el contexto venezolano, se presentó durante el proceso de la autoproclamación de Guaidó como presidente interino de Venezuela, el 25 de enero de 2019 el gobierno español fue el que sugirió que la UE exigiera a Maduro nuevas elecciones en un plazo de ocho días, o de lo contrario habría un reconocimiento hacia el líder opositor. Así también, la propuesta de reconocer a Guaidó como presidente de Venezuela en el Parlamento Europeo, fue impulsada por eurodiputados españoles el 31 de enero de 2019.

Por último y contrariamente a las posturas anteriores de España, las recientes noticias en enero del 2020 sobre el ingreso de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez a territorio español pese a las sanciones de la UE y la supuesta llamada telefónica que realizó con el presidente español, Pedro Suárez, en la que exigía que no recibiera personalmente a Guaidó, son algunos ejemplos de que España representa una importante injerencia en la relación UE- Venezuela.

Ante dicho contexto, Borrell, quien funge como el Alto Representante de la UE, tiene facultades de enorme valor para avanzar con una acción exterior dotada de mayor visibilidad e influencia hacia América Latina y, en especial, en el caso Venezuela. Sin embargo, en la práctica, la falta de unanimidad en el Consejo, las diferencias estratégicas entre Estados miembros, las prioridades económicas y geopolíticas de los países más fuertes dentro de la

UE, podrían generar que el cargo de Josep Borrell sea solo representativo quede sujeto a los intereses de las potencias europeas derivando en una falta de atención hacia la crisis venezolana. Ante ello, los preceptos liberales que promueve la UE en su acción exterior, tales como los DDHH y la democracia, quedarían únicamente en la retórica.

Al respecto, desde la perspectiva liberalista institucional, Salomón, siguiendo a Keohane, explica que la cooperación no siempre equivale a armonía, ya que esta exige una total identidad de intereses. Ante ello la cooperación solo puede tener lugar en situaciones en las que hay una mezcla de intereses conflictivos y complementos. En tales contextos, la cooperación tiene lugar cuando los actores ajustan su comportamiento a las preferencias reales o previstas de los demás. Por dicha razón, la cooperación no es necesariamente adecuada desde un punto de vista moral (Salomón, 2002).

159 Tras lo anterior, la falta de suficiente cooperación, la fragmentación y la contradiccion a nivel mundial de las diversas acciones ejercidas por las organizaciones internacionales, países y la

UE hacia el régimen de Maduro no han impactado de manera positiva en el ámbito de los

DDHH. Así también, el accionar de algunos actores de la comunidad internacional ante la crisis venezolana, cuestiona si realmente los DDHH forman parte de la agenda internacional al tomarse en cuenta que, pese a las acusaciones de violaciones a los DDHH, hoy en día

Venezuela forme parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU desde el 17 de octubre del 2019.

Por otra parte, las sanciones restrictivas que ha ejercido la UE hacia algunos funcionarios del gobierno venezolano de alguna manera sirven para expresar el malestar sobre lo que ocurre en Venezuela ante la comunidad internacional y dentro del país mismo, pero no ayudan a buscar soluciones concretas al deterioro del Estado venezolano. Tal vez para ser efectivas, estas sanciones tendrían que estar acompañadas por incentivos (económicos mediante cooperación y acuerdos; o diplomáticos a través del diálogo y la mediación) y ser consultadas con la sociedad civil.

A medida que se cierren los mercados económicos y financieros de los Estados Unidos y de la UE y aumente la presión exterior hacia Venezuela, la situación empeorará, y esto impactará el incremento del éxodo venezolano hacía en otros países latinoamericanos.

Por dicha razón, las sanciones se han convertido en un instrumento de política exterior poco eficaz en el ámbito de los DDHH, debido a la falta de receptividad política del gobierno sancionado respecto a la presión exterior, lo que evidencia la situación actual que atraviesa Venezuela, de manera que entre mayor presión externa ejercen los actores globales como la

UE, la voluntad política de Maduro se cierra más y se vulneran los DDHH.

Lo anterior incitó que el gobierno español propusiera en su momento mayor diálogo político en lugar de sanciones hacia Venezuela y que se materializó con la creación del Grupo de Contacto Internacional.

En este contexto, pareciera que Venezuela seguirá siendo un régimen con pocas posibilidades de volver a ser una democracia liberal, debido a que, a pesar de la crisis humanitaria, y otros sucesos, Maduro mantiene un apoyo político dentro y fuera del país mediante el respaldo de

160 China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Turquia e Iran, entre otros países; gracias a la política exterior que ejerció Chávez en su momento al relacionarse con países no alineados a Estados Unidos. En este sentido, el apoyo económico y político de dichas naciones conferido a Caracas ermiten de alguna forma que el mandato Madurista se sostenga en el poder.

El asunto venezolano ha adquirido dimensiones internacionales en un contexto que, más allá de defender los DDHH en el país sudamericano, deja ver que los intereses geopolíticos y económicos son prioritarios en el accionar de los países hacia la crisis venezolana. Aunque, la situación en Venezuela abarca diferentes ámbitos, pareciera que el tema político entre Maduro versus Guaidó y el éxodo venezolano que perjudica a terceros países desata mayor atención, que el continuo deterioro de los DDHH de la propia sociedad venezolana.

La crisis venezolana se exacerba en todos los sentidos, hiperinflación, desabastecimiento, desnutrición y hambre que incrementa el éxodo venezolano en búsqueda de su sobrevivencia, alimentos, medicamentos y empleo en un contexto de crisis política y la violación a los DDHH. Ante dicho contexto, la actual pandemia del Covid 19 puede exacerbar las condiciones del país sudamericano.

Desde el 11 de noviembre del 2017 la UE siguió la línea de diversos actores internacionales que ejercieron acciones frente al conflicto venezolano, al adoptar sanciones selectivas hacia el gobierno de Maduro, que consistieron en un embargo de armas y equipos destinados a la represión interna y una base jurídica para la inclusión selectiva de personas en la lista de sancionados hasta optar por la vía del diálogo mediante la creación del GCI. No obstante, la crisis humanitaria en Venezuela sigue siendo una realidad que ha socavado las verdaderas prioridades del gobierno venezolano, de la comunidad internacional y de la propia UE que minorizan los DDHH.

En esta investigación se analizó el tema del accionar de la UE en materia de DDHH ante crisis venezolana, situación que hasta principios del 2020 sigue estando presente y sujeta a diversos cambios. Por dicha razón, los efectos más representativos de los diversos instrumentos de política exterior que ha ejercido la UE a través, de las sanciones hacia gobierno de Maduro, las declaraciones oficiales y el diálogo a través del GCI siguen en proceso ante el conflicto venezolano y no han surgido impactos concretos. Por otra parte, esa investigación no logró abarcar a grandes rasgos el análisis sobre las reacciones de Maduro ante las medidas de UE,

161 debido a que el régimen madurista no tiene importantes vínculos con dicha entidad a diferencia de Rusia o China, por ello las reacciones del líder venezolano ante el accionar de la UE fueron de poco interés y escasas, por lo que se puede señalar que la eficacia de tales acciones al momento actual, son limitadas.

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