Cátedra De Lengua Muysca Restablecimiento
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Cátedra de lengua muysca Restablecimiento Instituto Caro y Cuervo Bogotá, Julio de 2015 Justificación ¿Cuál es el estado actual de la lengua muysca?, ¿Es una lengua muerta o extinta?, ¿hay hablantes del muisca en la actualidad? Estas son apenas algunas de las preguntas que comúnmente nos hacemos los interesados en la lengua. Este curso pretende hacer una introducción a la historia del muysca, mostrando su relación con las demás lenguas chibchas del país y ofreciendo una breve introducción a su fonología, morfología y sintaxis. En este sentido, el Instituto Caro y Cuervo se propone continuar el primer curso realizado en el país sobre una lengua indígena americana; La Cátedra de Lengua General del Nuevo Reino de Granada, dictada por primera vez en Santafé en el año de 1582 y que representa el primer antecedente de estudios lingüísticos en el territorio colombiano. Objetivo general ● Enseñar los aspectos lingüísticos e históricos más importantes de la lengua muysca de Bogotá a los muiscas de los cabildos de Bosa y Suba. Objetivos específicos ● Ofrecer un panorama de la historia de las fuentes primarias de la lengua muysca y su Cátedra de Lengua General del Nuevo Reino de Granada. ● Realizar una introducción en los últimos estudios de fonología de la lengua. ● Ofrecer una introducción al contenido y la naturaleza de las fuentes primarias. ● Mostrar la clasificación de la familia lingüística Chibcha. ● Establecer la relación que existe entre el muysca y las demás lenguas chibchas. ● Introducir al estudiante en los avances de morfología del muysca. ● Mostrar algunos aspectos de sintaxis de la lengua. ● Guiar la elaboración de un cartilla para la enseñanza de la lengua escrita. Metodología La Cátedra tendrá como principal objetivo la presentación de los últimos estudios realizados sobre la lengua muysca, a cuarenta (40) integrantes de los cabildos distritales de Suba y Bosa. Inicialmente se presentará una sesión inaugural en las instalaciones del Instituto Caro y Cuervo o en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, para posteriormente trasladarse a los escenarios que los cabildos dispongan, con sesiones de tres (3) días a la semana, durante cuatro (4) meses, o hasta completar 100 horas de clase. La selección de los cuarenta (40) participantes será realizada por los cabildos de las dos localidades, quienes también elaborarán el perfil de los participantes teniendo en cuenta sus propios criterios e intereses. La inscripción, carnetización, elaboración de diplomas y demás diligencias estarán también a su cargo. Las lecciones de la Cátedra serán dictadas por un experto en la lengua y deberán contar con la participación activa de todos sus integrantes, quienes además de atender a su propio aprendizaje, deberán tomar atenta nota de las lecturas y lecciones para que en grupos elaboren los talleres que se entregarán al finalizar cada uno de los módulos y que constituirán en suma el material de una cartilla que pretende ser el primer paso la creación de una política lingüística. Adicionalmente, la cátedra contempla dos espacios para el Encuentro de Saberes, con el ánimo propiciar el intercambio, la discusión y reflexión de los nuevos y antiguos conocimientos de la lengua. Al final de la Cátedra la cartilla será diagramada por representantes de las comunidades con apoyo del Instituto Caro y Cuervo para su posterior publicación en un formato físico o digital. Marco teórico Breve historia de la Cátedra En 1581, ante el éxito que había tenido la fundación de la Universidad de Lima, pero especialmente por la Institucionalización de la Cátedra General de la lengua de los Indios del Perú (es decir, el quechua), fue recibida en Santafé una Cédula Real que "ordenaba a la Real Audiencia instituir una Cátedra de la lengua General en el Nuevo Reino de Granada"... "Primeramente os mandamos que en la parte y lugar cómodo de esa ciudad elijáis el sitio y lugar más dispuesto para leer la dicha cátedra y preveréis en ella la persona más inteligente de la lengua general de los dichos indios, a la cual señalareis competente salario" . "Ytem, rogamos y encargamos al arzobispo de ese Reino y a demás obispos del distrito de esa Audiencia y a los cabildos, sede vacante y a los prelados de las órdenes, que no ordenen de orden sacerdotal, ni den licencia para ello a ninguna persona que no sepa la lengua general de los dichos indios y sin que lleve fe y certificación del catedrático que leyere la dicha cátedra; de que ha cursado en lo que se debe enseñar en ella por lo menos un año entero, que se entiende desde el día de San Marcos (25 de abril) hasta la cuaresma siguiente (miércoles de Ceniza[?]) que comienzan las vacaciones, aunque el tal ordenante tenga habilidad y suficiencia en la facultad que la Iglesia y sacros cánones mandan, pues para el enseñamiento y doctrina de los dichos indios lo más importante es saber la dicha lengua, pues como está dicho mediante esta diligencia se descarga nuestra conciencia y la de los dichos obispos y prelados, y se sigue el bien espiritual de los dichos indios" (Archivo General de Indias, Santafé 234). El 23 de diciembre la Real Audiencia ordenó que se colocaran edictos para la oposición de la Cátedra, es decir, la selección de los aspirantes; fijando como plazo un mes para presentarse ante el secretario Francisco Velásquez y declarando como lengua General del Nuevo Reino, la que se hablaba en los valles de Bogotá y Tunja (Esto podría interpretarse de dos formas: o se declararon como generales dos lenguas distintas, o se creía que la lengua de Bogotá y la de Tunja eran las mismas). Además de demostrar que tenía buena fama, buenas costumbres y ser de sangre limpia, el Catedrático: "...Estaría obligado a dictar su cátedra todos los días laborales a cuantos quisieran asistir, sin cobrarles pensión ninguna, en dos sesiones diarias: la primera de 7 a 8:30 a. m. y la segunda de 1 a 2:30 p. m.; 3.ro estaría obligado a examinar a cuantos se presentasen en virtud de lo dispuesto en las ordenanzas y a dar el certificado correspondientes a quienes hallase ser hábiles en la lengua, sin cobrar derechos ningunos; 4.to tendría la obligación de elaborar un método o gramática de la lengua y un vocabulario, para que quienes quisieran pudieran copiarlos; 5.to Puesto que el fin de la institución de la cátedra era el bien de los naturales, los cuales acudían de los repartimientos vecinos a Santafé a contratarse por turnos para servir y a los mercados, tendría obligación el catedrático de celebrar todos los domingos del año y en los tres primeros días de la pascua y en las cinco fiestas principales de nuestra Señora, una misa por las intenciones del Rey y por la conversión de los naturales. La misa se celebraría en la Catedral a las 8 a. m. a ella estarían obligados a asistir los indígenas presentes en la ciudad, y en ellas les predicaría y enseñaría la doctrina cristiana en su lengua. También habría de enseñarles la doctrina cuando estaban juntos con el administrador , antes de distribuirlos para los servicios que venían a presta y cuando se les juntaba para el pago de sus salarios; 6.to La Real Audiencia se reservaba el derecho de modificar estas disposiciones cuando lo creyese conveniente y el catedrático debería entonces sujetarse a las nuevas condiciones". El Padre Gonzalo Bermúdez se presentó el 22 de enero de ante el secretario Francisco Velázquez, para aspirar a la Cátedra, luego de que hallasen pasado más de dos meses sin que se presentara otro candidato. Así pues, el 5 de marzo de 1582, fue nombrado Gonzalo Bermúdez Catedrático de la lengua. Mientras que se señalaba la casa en que funcionaría el Colegio de San Luis, se le ordenó dictar la Cátedra en la Catedral, lugar al que al día tomaría posesión de su cargo ante varias personas. Sin embargo, como se anotó atrás, luego de instaurada la Cátedra para ordenarse los sacerdotes debían poseer un certificado del Catedrático de la Lengua General en el que se diera fe de los conocimientos en la lengua de los Indios. Esto generó suspicacias entre los religiosos doctrineros, quienes iniciaron un proceso para detener la Cátedra e impedir que se le pagaran los servicios al Padre Bermúdez. "En este sentido presentaron petición ante la real audiencia, a nueve de Julio de 1582, Fray Pedro de Azuaga, provincial de los Franciscanos, Fray Juan de Ladrada, provincial de los dominicos, y Juan Antonio Vázquez, Prior del convento de San Agustín. En ella alegaban que no se podía exigir el conocimiento de la lengua general a los doctrineros: 1.o. Porque no había tal lengua general sino multitud de dialectos diferentes, uno para cada Valle, todos muy difíciles y que no podían ser reducidos a escritura y menos a gramática; 2.do que tales dialectos eran sumamente pobres en vocabulario, carecían de palabras técnicas cristianas como Cristo, Caridad, Gracia, Contrición, penitencia, etc., o tenían expresiones deshonestas a ellas términos como la de encarnación, virginidad, etc., por los que sería menor inconveniente obligar a los indios a aprender el castellano; 3.ro lo más importante para la evangelización es saber el latín y la teología, y no hablar la lengua de los indios, pues lo mismo ocurrió en España con los moriscos, a quienes se enseñó el castellano en las escuelas de los frailes, y curas para poderles explicar suficientemente las verdades cristianas; 4.to los que saben la lengua son muy pocos, y no tienen ni la ciencia ni la experiencia pastoral suficientes para dedicarse al delicado misterio de la evangelización; 5.to finalmente, si se ejecuta lo ordenado sobre la exclusión del oficio de doctrineros de los que no sepan la lengua de los indios, tendrán que regresar a España la mayoría de los religiosos, lo que significa grave perjuicio para el erario real del que continuamente se están sacando grandes sumas de dinero para pagar los gastos de viaje de los religiosos que se envían a las misiones y para atender a la construcción de iglesias, pago el vino para la misa y aceite para la lámpara del Santísimo, etc.