SIEMPRE TRIUNFA EL AMOR Nihil Obstat P. Ismael Ojeda Vic
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SIEMPRE TRIUNFA EL AMOR Nihil Obstat p. Ismael Ojeda Vic. Provincial O.A.R. Imprimatur Mons. Salvador Piñeiro Vicario General de la Arquidiócesis de Lima Ángel Peña O.A.R. Lima – Perú 1998 NUNCIATURA APOSTÓLICA EN EL PERÚ El Padre Ángel Peña, OAR, nos regala otra preciosa publicación sobre el tema: «Siempre triunfa el Amor». Como es su costumbre, nos proporciona una serie de reflexiones sobre aspectos centrales del misterio cristiano y lo hace, en forma vivencial, sencilla y directa, ofreciéndonos un alimento espiritual sólido y al mismo tiempo atrayente y de fácil asimilación. Se trata de una “sapida scientia”, una ciencia sabrosa, de una teología que se hace experiencia espiritual concreta. En el año del Espíritu Santo, la obra del P. Peña es aún oportuna. El “Amor” es el centro del Cristianismo; es, pues, la prueba de nuestra pertenencia a Jesucristo. Si salimos de este centro, salimos del Cristianismo: si no tengo el “Amor” no pertenezco a Cristo. El presente volumen llevará mucha luz a las personas que deseen redescubrir la fuente de su relación vital con Dios y estimular las motivaciones profundas de su testimonio cristiano. Felicitando al autor, hago votos por una amplia difusión de estas páginas. FortunatoBaldelli Nuncio apostólico INDICE GENERAL PRIMERA PARTE: EL AMOR Dios te ama. El amor es un don de Dios. Amor verdadero 5 Amar es sonreír. Amar es servir. Amar es compartir 16 Amar es agradecer. Amar es orar 22 Amar como a nosotros mismos. Amar a cada ser humano 27 Crecer en el amor. Obstáculos para el amor 34 El pecado destruye. El amor sana. El gran enemigo 46 La vida eterna. La muerte eterna. El infierno 55 El Purgatorio. El cielo. Experiencias 62 SEGUNDA PARTE: MEDIOS PARA AMAR La Iglesia Católica. María, Madre del amor 70 Madre de los pecadores. Madre de la pureza 77 La comunión de los santos. El ángel de la guarda 81 Las imágenes religiosas. Ofrecimiento con amor 83 El sufrimiento. Oración y Eucaristía 87 El Espíritu de Amor 96 TERCERA PARTE: BUSCANDO EL AMOR Caminos equivocados. Jesús es el Camino 102 Rectificando el camino a) Sor Inmaculada de Jesús 107 b) S. Agustín 108 c) Manuel García Morente 110 d) Sergio Peña y Lilio 111 e) Bernard Nathanson 113 Dios siempre perdona. Reparación del mal 114 Historias de amor. La fugacidad de la vida 118 Un arrepentido 122 IV PARTE: APOSTOLES DEL AMOR Víctimas de amor 125 Bta. Isabel de la S. Trinidad 128 Sta. Margarita M de Alacoque 130 Sta. Faustina Kowalska 135 Sta. Teresita del Niño Jesús 141 Vble. Josefa Menéndez 158 EPILOGO INTRODUCCIÓN Éste es un libro que trata sobre el amor. Pero no del amor egoísta, de quienes buscan en los otros su propio interés. Se trata del amor puro y espiritual, que vive en el fondo del alma y que no necesita del placer para existir. Hay muchos que hablan de amor y usan y abusan de esta palabra para referirse casi exclusivamente al amor y placer sexual. Pero el amor limpio y sincero, que da sentido a toda la vida, es un amor, que viene de Dios y vive en el corazón. Sin él nada tiene sentido y nadie podría ser feliz. Sin amor, el mundo sería un caos profundo, lleno de violencia, de odio y de muerte. Sin él, nuestra vida estaría vacía y sin luz, porque nos faltaría Dios, que es Amor. Y sin Dios y sin amor ¿para qué sirve todo el dinero y todo el oro del mundo? ¿Habrá valido la pena haber vivido aquí sin amor para seguir una eternidad de muerte, de oscuridad, de desesperación y de tristeza total? El amor es vida, es luz, es alegría en nuestro caminar. El amor eleva el alma y el mundo hacia Dios y lo transforma. El amor es Dios, viviendo en nuestro corazón. Ama y ama siempre. “Ama y haz lo que quieras “, decía S. Agustín. Ama y serás feliz. Este libro lo he escrito, pensando en aquellos que desean progresar y crecer en el camino del amor. Para aquellos, que no se quedan estancados en su “buena vida”, sino que aspiran a acercarse cada vez más a la fuente del amor, que es Dios. Para vosotros, que deseáis amar a Dios y a los demás con toda el alma. A vosotros os dedico este libro con mis mejores deseos de santidad. “Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros” (2 Co 13,13). NB .- Cat se refiere al Catecismo de la Iglesia Católica. MA, MB, MC a los Manuscritos A, B, C de Sta. Teresita, seguidos del número del folio original y UC a sus Últimas Conversaciones. Al citar el diario de la Sta. Faustina, colocamos primero el N° del cuaderno y, después, el número de la página del Diario original. A, dice relación a la Autobiografía de Sta. Margarita Ma. de Alacoque; MS a la Memoria escrita a la M. Saumaise y Fr a sus fragmentos autobiográficos. C a las Cartas de los santos en referencia. PRIMERA PARTE EL AMOR En esta primera parte, vamos a profundizar sobre el sentido del amor. ¿Qué es amar verdaderamente? ¿Cómo crecer en el amor? El amor es un regalo que Dios nos da para ser felices y para hacer felices a los demás, y no podemos guardarlo en el frío cajón de nuestro egoísmo. Amar es darse y darse uno mismo. Pero empecemos, primero, hablando del Amor de Dios, fuente y origen de todo nuestro amor y de nuestra vida misma. DIOS TE AMA En esta época de grandes descubrimientos, es lamentable que muchos hombres no hayan descubierto el amor de Dios en sus vidas. Quizás creen de una manera abstracta y teórica que Dios es Amor, que Dios ama a otros, pero no han descubierto que Dios los ama a ellos personalmente. Quizás creen que son demasiado pecadores o que son demasiado poca cosa para que Dios pueda preocuparse de ellos. Y, sin embargo, Dios los ama, a pesar de sus pecados, con un amor infinito y personal. Sí, Dios te ama a ti también y no necesitas cambiar para que te ame. Él te conoce por tu nombre y apellidos y ha pensado en ti desde toda la eternidad. Pero me imagino que me dices: Y si me ama ¿por qué me castiga? ¿Por qué se llevó a mis seres queridos? ¿Por qué no me escucha, cuando le pido algo? ¿Por qué todo me sale mal? ¿Por qué me hizo así? Yo quisiera ser Dios para responderte a todas tus preguntas, pero no puedo. Solamente te diré que El te ama, aunque no lo creas. Y te ama a ti en particular. Tú no eres para El un número más entre los millones de hombres que viven en el mundo. Tú no eres alguien demasiado pequeño para que se acuerde de ti. Tú eres su hijo. ¿Acaso no te da la vida todos los días? O crees que tienes derecho a ella? ¿No sientes su amor a través de las flores, del sol que te ilumina, del aire que respiras o del amor de tus seres queridos? Es triste que vivas y mueras sin saber que Dios te ama, pero más triste aún será, si vives y mueres sin amar, porque tu vida no tendrá sentido. Lo sepas o no, Dios te ha creado por amor y para amar. Sólo amando podrás realizarte plenamente como persona. Sólo el amor dará vida a tu alma y serás de verdad hijo de Dios. ¿Estás dispuesto a creer que Dios te ama? Ojalá puedas unirte a todos aquellos que dicen con S. Juan: “Nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es Amor” (1 Jn 4,16). Piensa en Jesús. Él es el más grande transformador de la historia y de la vida de los hombres. Su camino no es violencia, sino amor. Él nos enseñó con su vida la más grande y hermosa verdad que jamás el mundo entero había podido conocer: Dios es Amor. Sí, el Nombre de Dios es Amor. Y te ama desde toda la eternidad. Desde siglos y siglos, antes de que el mundo existiera, cuando no existía el tiempo, antes del primer día en los millones de años de edad del Universo, antes de que existiera la noche y de que el sol brillara sobre el firmamento azul, Dios te amaba y soñaba contigo y te acariciaba en su Corazón. Dios te esperaba con infinito amor desde la profundidad y el silencio de la eternidad. Y Dios llenaba con su amor aquel vacío inmenso y pensaba en ti. Y creó el mundo para ti... Un mundo maravilloso de flores y cosas bellas.Y, después, te escribió un extraordinario libro de amor en la Biblia para guiarte por el camino de la vida. Y, cuando llegó la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo Jesús para salvarte. El día en que fuiste bautizado, se alegró en su Corazón de Padre y pudo decirte con alegría desbordante: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy” (Sal 2,7). ¿No lo sabías? Quizás puedes hacer como aquel papá que, el día del bautismo de su hijito, se acercó a él y le dijo al oído: “Dime cómo es Dios, porque yo ya me he olvidado”. Y, sin embargo, El te sigue amando. Por eso, escucha atentamente sus Palabras: “Yo te he amado desde toda la eternidad” (Jer 31,3). “Yo nunca te dejaré ni te abandonaré” (Heb 13,5). “No tengas miedo, porque yo estoy contigo” (Is.