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Dos meses, guion de largometraje de ficción

sobre el amor romántico en el siglo XXI

Daniel Castañeda Molina

Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador social,

énfasis audiovisual

Directora: Viviana Gómez Echeverry

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Comunicación Social

Bogotá, 2018

Artículo 23 del Reglamento:

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.

Bogotá D.C., Colombia

21 de mayo de 2018

Marisol Cano Busquets

Decana de la Facultad de Comunicación y Lenguaje

Pontificia Universidad Javeriana

Estimada decana:

Presento ante usted el trabajo de grado titulado ‘Dos meses, guion de largometraje de ficción sobre el amor romántico en el siglo XXI’ como requisito para optar por el título de Comunicador

Social con énfasis en Producción Audiovisual.

Cordialmente:

______Daniel Castañeda Molina

Bogotá, 20 de mayo de de 2018.

SEÑORA MARISOL CANO BUSQUETS DECANA DE LA FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

Reciba un cordial saludo. Mi nombre es Viviana Gómez Echeverry, profesora de hora cátedra de la Carrera de Comunicación Social, énfasis de Producción Audiovisual. Actualmente me desempeño como asesora del Trabajo de Grado del estudiante Daniel Castañeda Molina.

Por medio de la presente certifico que el Trabajo de Grado titulado “Dos meses, guion de largometraje de ficción sobre el amor romántico en el siglo XXI” satisfactoriamente con los requerimientos para ser entregado a la Facultad y evaluado por un lector. Se trata de un producto audiovisual, un guion de largometraje de ficción, con su respectivo trabajo teórico.

Por su atención, muchas gracias.

Atentamente,

VIVIANA GÓMEZ ECHEVERRY Profesora CC: 38.554.874 TEL: 3138842018 [email protected]

A los faroles de mi vida: a mi madre, a Liz, a mis amigos.

Gracias a quienes me apoyaron y aguantaron en este largo proceso.

A Viviana por mantenerme siempre en rumbo.

Tabla de contenido

Introducción…………………………………………………………………………………… 1

Objetivos………………………………………………………………………………………. 5

Capítulo 1: El mito del amor romántico………………………………………………………. 6

Capítulo 2: El amor contemporáneo……………………………………………………….…. 24

Capítulo 3: Construcción del guion………………….……………………………………...... 48

Conclusiones……………………………………………………………………………….…. 64

Referencias……………………………………………………………………………..…….. 68

Anexos………………………………………………………………………………….…….. 78

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Introducción

El amor es un tema que me ha interesado personalmente desde hace mucho tiempo debido a mi encierro emocional y social generado por una depresión clínica y ansiedad social. En mi vida he tenido un interés constante por saber cómo surgen y cuál es el funcionamiento de las relaciones interpersonales, en especial el amor de pareja o, como se entenderá en este trabajo, el amor romántico. Con esto hago referencia a las relaciones amorosas fuera del contexto familiar y que son resultado de una atracción física y emocional entre dos personas, lo cual las lleva a sumergirse en un idilio en que dichos humanos comparten sus mejores y peores momentos y se impulsan el uno al otro de formas que no puede conseguir ninguna amistad.

El amor romántico se encuentra presente en un gran número de instancias sociales, permeando hacia las industrias culturales y, específicamente, en una de mis pasiones personales: el cine. El séptimo arte se transformó en un medio de aprender acerca del amor a través de narrativas, comportamientos y emociones transmitidos desde la pantalla hacia mi cotidianidad.

Por ejemplo: regalar detalles para descrestar a una mujer, como Richard Gere en Mujer Bonita

(1990), o el descubrir que mi pareja es al mismo tiempo mi mejor amiga, al igual que Meg Ryan y Billy Crystal en Cuando Harry conoció a Sally (1989).

En esta educación audiovisual he reconocido que las formas de representar y entender el amor cambian dependiendo del año de la realización de las películas, con el fin de reflejar los ideales de la sociedad en aquella época. Por ello, las películas románticas han cambiado en ciertos aspectos y no es lo mismo retratar el amor en 1957, como el caso de Algo para recordar, de Leo

McCarey) que en 2013 (como en Ella, de Spike Jonze). El primer largometraje presenta el amor como una institución cuyo fin es el matrimonio, y perjudicar dicha unión puede ser la causa de

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infortunios para los enamorados. En el caso de la película de Jonze, los límites del amor traspasan incluso lo físico - el romance se da entre un humano y una inteligencia artificial - y se presentan parejas inestables, que van y vienen entre relaciones y que no aspiran a llegar al matrimonio.

La idea de hacer un guion de largometraje para este trabajo de grado también tiene que ver con el estado del género romántico en Colombia, el cual carece de un representante de gran escala como lo tienen países como Estados Unidos (La La Land, Casablanca, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, por mencionar unas pocas películas), Francia (Amélie, de Jean-

Pierre Jeunet) o España (Tres metros sobre el cielo, de Fernando González Molina). Con esta historia busco crear una película con la que una generación colombiana joven se pueda identificar y establecer un nivel de relación con la imagen y la narrativa de una forma similar a como se hace en estos países y explorar ciertas cuestiones de lo que implica tener una relación en el siglo XXI, tiempo en el que vivo. Por ejemplo: ¿cómo cambia el romanticismo en una época digital caracterizada por ubicuidad e inmediatez? ¿Es la forma en que amamos hoy similar a la de nuestros padres o nuestros abuelos? ¿Es el matrimonio la meta de todas las relaciones? o tal vez ¿qué se puede perdonar y qué no en una relación de pareja?

Este trabajo de grado presenta la primera versión del guion Dos meses, un largometraje de ficción de dramático que cuenta la historia de Natalia Andrade, una mujer de 28 años que busca el amor romántico en su vida. Después de tener varios intentos y no conseguir lo que anhela,

Natalia usará la aplicación móvil Tinder para buscar pareja. Ahí conoce y a Andrés Felipe

Urrego, un empresario de 31 años que tiene todo lo que ella busca en su vida romántica a excepción de una característica clave: él es un hombre casado. Frente a la decisión de cultivar un amor que nace desde esa imperfección o abandonarlo, Natalia emprenderá un viaje personal en el

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cual descubrirá cómo su concepto de amor es defectuoso. Ella comprenderá que el amor romántico de la actualidad se encuentra relacionado directamente con el amor propio y que es necesario cultivarlo para poder generar un lazo fuerte tanto con uno mismo, como con el enamorado.

En la trama de Dos meses se evidenciará cómo Natalia, nuestra protagonista, es una persona que ha crecido con un ideal de amor más tradicional, semejante a lo que se evidenciaba en principios de siglo XX con la noción de que la meta de una relación romántica es que la pareja se case. Esta percepción de Natalia chocará con nuevas concepciones del amor romántico que se explorarán en este trabajo, en las cuales se deben tener en cuenta la inmersión del capitalismo, una serie de movimientos culturales y sociales durante la segunda mitad del siglo XX, la expansión de un entorno digital a partir de la creación de internet y la introducción de las aplicaciones móviles para conocer gente. Lo anterior modifica la forma en la que los seres humanos nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos, lo cual permea en la construcción y sostenimiento de relaciones interpersonales.

En un principio se presentarán los objetivos generales y específicos con los que empezó este trabajo. Posteriormente se encuentra el primer capítulo de este trabajo, el cual expondrá una concepción tradicional del amor romántico como un concepto cultural desde la aristocracia

(entendida como el “amor cortés”), hacia una construcción cultural que permea los medios de comunicación entre los siglos XIX y XX, y cuya alta recepción en la sociedad nos permite hablar de un mito del amor romántico.

En el segundo capítulo se pondrá a tela de juicio el mito y se cuestiona si este se puede sostener en el contexto del siglo XXI en una cultura que está codificada étnica, social, cultural y tecnológicamente de una manera muy diferente a como se concibió el mito. Al final de esta

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sección, se entenderá si el mito se encuentra vigente y de qué maneras se pueden dar las relaciones de amor romántico en la sociedad del siglo XXI, las cuales se agruparán bajo la concepción de amor contemporáneo.

El tercer capítulo estará dedicado a la construcción del guion, en el cual se presentarán storyline, sinopsis y argumento de la historia, acompañadas de perfiles de los personajes que caracterizan la obra. Para la inspiración de ellos se recurrirá a una serie de entrevistas con jóvenes de edades similares o cercanas a los protagonistas para poder aterrizar las nociones teóricas entendidas en los anteriores capítulos en una serie de acontecimientos “reales” y que, al adaptarlos a la historia, puedan otorgar al público un mayor nivel de identificación y una catarsis poderosa. Como anexo, se presentará las transcripciones de las entrevistas realizadas.

Los anteriores capítulos teóricos darán pie al guion Dos meses, el cual presento como trabajo de grado para la carrera de Comunicación Social, énfasis audiovisual. Este guion de largometraje se encuentra en el documento anexado, titulado Dos meses, guion de largometraje, Daniel Castañeda Molina.

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Objetivos

General

Escribir un guión de largometraje de ficción que cuestione la existencia del mito del amor romántico en las relaciones románticas actuales, con el fin de presentar una noción de amor más cercana a la que se presenta en un contexto contemporáneo.

Específicos

● Comprender el mito del amor romántico y la forma en que la industria del cine lo

representa y reproduce.

● Realizar una aproximación a la noción del amor romántico en un contexto

contemporáneo actual.

● Crear un argumento y perfiles de personajes que reflejen el concepto de amor

contemporáneo.

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Capítulo 1: El mito del amor romántico

El amor romántico es un concepto que se ha idealizado durante la historia de Occidente. Esta noción trata de una atracción física y emocional entre dos personas, un hombre y una mujer, que los lleva a establecer una relación de pareja. Dicha etiqueta incluye una expresión constante de afecto a través de besos, caricias y otras demostraciones; y la realización conjunta de actividades en las cuales hombre y mujer tengan un entretenimiento junto como pareja: ir a cine, comer, hacer deporte. Esta relación romántica es más fuerte que una relación de amistad, ya que en la primera existen elementos de pasión, intimidad, compromiso y compañerismo que trascienden a la segunda.

Podemos encontrar cómo este sentimiento ha permeado la cultura popular en elementos del día a día como la publicidad, la literatura, el cine, la televisión y la música. Sobre este último elemento, Ed Sheeran, Adele y Andrés Cepeda son tan sólo los últimos artistas destacados en una larga tradición musical que incluye géneros tan diversos como el pop, el bolero, la salsa, el rap y el merengue, por mencionar unos pocos. Esta idealización del amor puede condicionar la forma en que interactuamos como humanos ya que los humanos, como expone Herrera,

“aprendemos a relacionarnos bajo unas pautas muy determinadas por las costumbres, prohibiciones, tabúes, creencias, prejuicios, etc. de la sociedad a la que pertenecemos” (2013).

A las reglas y costumbres que generan ciertos imaginarios en la sociedad - hasta el punto en que podemos hablar de un “ideal” de lo que es el amor romántico - se les denomina en conjunto como “el mito del amor romántico”. En el transcurso de este primer capítulo, se explorará de dónde proviene esta idealización del amor romántico, cómo se propaga en la sociedad Occidental

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y cómo el mito ha sido apropiado por los medios audiovisuales, específicamente el cine y televisión.

Este estudio del amor romántico se da en el contexto de las industrias culturales, concepto introducido en un principio por Horkheimer & Adorno (1988) y que corresponde a la creación de sectores económicos que comercializan las expresiones culturales de las sociedades capitalistas.

Dichas manifestaciones se generan desde las tradiciones de la clase media, cuyos comportamientos son apropiados por las industrias mencionadas y se convierten en un instrumento de entretenimiento masivo. Como lo menciona Illouz, la cultura “opera como un marco dentro del cual la experiencia emocional se organiza, se define, se clasifica y se interpreta.

Los marcos culturales [...] ofrecen símbolos y escenarios culturales para que adquieran un carácter de comunicatividad social” (2009, p. 21). Estas prácticas se encuentran inmersas actualmente en lo que se entiende como la economía naranja, un sector emergente en la economía mundial en el que entran en juego las tecnologías de la información y la comunicación

(TIC) junto a la asimilación de un mundo globalizado y se manifiesta en “audiovisual, libros y publicaciones periódicas, música fotograbada, juegos y juguetes, artes escénicas y espectáculos, educación cultural, creación publicitaria, artes visuales, creación, diseño y patrimonio cultural.”

(Rojas, 2015).

El origen del mito

Una de las condiciones en las que se basa la cultura occidental es la monogamia, condición en la cual un individuo tiene una única pareja fija, establecida desde una condición sexual que se relaciona con la crianza de los hijos que tenga con la pareja. Según Fisher (1996), esta condición

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es rara en los mamíferos ya que sólo un 3% de su clase se empareja, y lo hacen únicamente cuando se requiere tanto del macho como la hembra para criar a un niño, lo que sucede en la especie humana. Con la evolución de la forma de caminar hacia la bipedestación y la introducción del sedentarismo en la vida de los primeros homínidos, se modificaron varios aspectos de la vida humana, como por ejemplo la supervivencia de las comunidades (Ko, 2015).

En ellas se presentó la necesidad de que el hombre fuese el encargado debido a su condición física,de la caza de animales y la supervivencia de su comunidad, mientras que la mujer se encargaba principalmente de la manutención de las crías y de la recolección de cultivos. Dichos roles condicionan una unión inicial entre macho y hembra que desemboca en el amor romántico.

Además, el hecho de que se entienda como una relación entre sexos opuestos desde la antigüedad limitará la concepción del amor a una condición que sólo se puede presentar entre hombres y mujeres.

La trascendencia de la monogamia desde un ámbito sexual y reproductivo hacia el romántico se da “con la expansión del córtex cerebral humano más de un millón de años atrás, [cuando] nuestros ancestros empezaron a construir una serie de emociones reproductivas, añadiendo sentimientos complejos al igual que rituales culturales y creencias sobre atracción, apego y desapego.”1 (Fisher, 1996). De tal manera, hombres y mujeres establecen relaciones románticas dentro de sus comunidades a partir de un acercamiento mutuo que les otorgaban dichas necesidades reproductivas, a partir de las cuales se formaba un vínculo fuerte que se podría determinar como amor en un estado primitivo.

Una de las primeras menciones de esa monogamia se encuentra el discurso presente en los diálogos de Platón, precisamente en el diálogo El Banquete (1871). En él, Aristófanes presenta

1 Traducción propia de: “With the expansion of the human cerebral cortex more than a million years ago, our ancestors began to build upon this core of primal cyclic reproductive emotions, adding complexity of feeling as well as cultural rituals and beliefs about attraction, attachment, and detachment.”

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un relato en el cual Zeus, el dios con mayor poder sobre las divinidades del Olimpo, creó tres tipos de seres: masculino, femenino y andrógino2. Este último tenía las cualidades de hombre y mujer a la vez y estaba unido no sólo por el amor que se tenían las dos partes entre sí, sino también por el ombligo, por lo cual tenían cuatro brazos y cuatro piernas. Debido a ello los andróginos se percibían como seres superiores y decidieron irrumpir en el Olimpo, un espacio que es prohibido para los humanos. Como castigo, Zeus los separó y los obligó a rondar por el mundo sin su otra mitad, lo que crea un sentimiento de soledad en la persona y es lo que explicaría, según este relato, el por qué el ser humano está en una búsqueda constante de “su otra mitad”, aquella que mediante su amor lo haría sentirse como un ser completo.

El amor romántico como institución y como un ideal en la sociedad nace a mediados del siglo

XII, período en que se da lo que se conoce como amor cortés. Sus primeros indicios, según

William Reddy (2012), se dan en las canciones de los trovadores franceses (troibaritz para las mujeres y troubadours para los hombres), quienes hablaron del fin’amors, el “verdadero amor”, el cual motivaba al amante a superar cualquier apetito o deseo sexual que lo dominara para concentrarse exclusivamente en el amor. Esta clase de amor no se trató nunca en ningún ensayo, por lo cual Reddy lo define a partir de sus exploraciones de la literatura, la música y las artes decorativas que no caían en el dominio religioso, el cual censuraba todas las nociones de sexualidad en la época. Por ello el autor al describirlo dice que “uno podría llamar al amor romántico del siglo XII una especie de religión sombra, una religión con sus propios textos, rituales y devociones, pero que no se proclamaba a sí mismo como una.” (2012, p. 38).

La literatura se convierte en un elemento que masifica ciertos ideales en la sociedad occidental debido a cómo se acomodan ciertas nociones en textos accesibles al público. Desde El

2 Aunque este es un referente muy popular a la hora de hablar del origen de “la media naranja”, es interesante ver que Platón menciona la creación de los andróginos al mismo tiempo que aquellos hombres y mujeres que no fueron separados.

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arte de amar de Ovidio, relato que se dedica a explicar cómo tener relaciones y cómo conseguir mujeres en el Imperio romano, lo que se evidencia desde su frase inicial, la cual anuncia: “si en la ciudad de Roma alguien no conoce el arte de amar, que lea mis páginas y ame ilustrado por mis versos” (s.f., p. 2)3. Ovidio atribuye su conocimiento de las peripecias del amor gracias a un don de la diosa Venus, quien confía en él la experiencia del amor con el fin de guiar sus enseñanzas. Una de ellas dice:

Si la mujer por un sentimiento de pudor no revela la primera su intención, se conforma a gusto

con que el hombre inicie el ataque. Excesiva confianza pone en las gracias de su persona el

mancebo que espera que la mujer se anticipe al ruego. (Ovidio, s.f., p. 15).

A través de la historia se encuentran diferentes expositores de ciertos ideales románticos que se encargan no sólo de posicionar una normalización de la monogamia y la heterosexualidad en

Occidente, sino que además elevan la condición de estar enamorado a algo que trasciende la vida del ser humano y lo lleva a hacer actos anormales y en contra de su voluntad. Uno de los más significativos se encuentra en Grecia con el relato de Helena de Troya, una mujer de la que se dice que causó una guerra. Diversos autores griegos usaron la Guerra de Troya como un escenario para sus historias con la excusa de la excepcional belleza de Helena para el enfrentamiento entre Esparta y Troya. En varios textos (entre los cuales se destacan fragmentos de La Ilíada y La Odisea, de Homero) se relata cómo Menelao, rey de Esparta, ganó la muy apetecida mano de Helena en un concurso pero Paris, príncipe de Troya, la convenció de escaparse con él a su tierra y ser amantes, provocando la ira de Menelao. Este fue a recuperarla, con el apoyo de diferentes regiones de Grecia, a partir de un asedio continuo de diez años y que resultó exitoso para los griegos (National Geographic, 2012).

3 Se dice que se escribió justo al principio del calendario gregoriano, pero las ediciones consultadas no tenían una fecha en común, muchas incluso no se atrevían a destacar un año en particular.

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Otras historias de amor recordadas en la literatura son las de Eloísa y Abelardo y de Tristán e

Isolda. Pedro Abelardo fue un intelectual, filósofo y monje francés que se enamoró de Eloísa, una joven 22 años menor que él, a quien raptó de su familia y embarazó, razones por las cuales su amor tuvo un final trágico. Su historia es recordada a día de hoy gracias a la recopilación de las cartas que se escribieron los enamorados y que exploran la pasión que se tenían el uno al otro y los miedos de su idilio prohibido, cuyos amantes reposan en tumbas contiguas. Escribe

Abelardo: “Mas bella es Eloísa, mas hermosa, mas puro el color de sus mejillas que la derecha y candida azucena” (Historia y cartas auténticas, s.f., p. 16). La segunda pareja cobra importancia en la Edad Media, aproximadamente entre los siglos X-XII (no existe certeza de una fecha exacta de su leyenda), lo que los situaría en medio del amor cortés. Tristán e Isolda tuvieron un amor que luchó contra todas las barreras que se le presentaron: venenos, guerras, hasta dragones dependiendo de la versión que se consulte. La excepción a la regla es la muerte, que les llega a ambos al mismo tiempo, cuando Tristán fallece e Isolda se da cuenta de que no puede vivir sin

él. En 1865, Richard Wagner escribe una ópera a partir de una de las adaptaciones de este romance, lo que llevó a que se popularizara aún más en Europa y se les reconoce como una pareja trágica con mucha fama.

Tal vez la historia de amor más famosa en la literatura es la de Romeo y Julieta, del dramaturgo William Shakespeare (1957)4. A través de su obra teatral el autor nos presenta el relato de dos jóvenes de familias enemigas, los Capuleto y los Montesco, que lucharán contra la enemistad histórica de sus familias para consumar su amor. Lo que se presenta en ese caso es una noción del primer amor que es capaz de luchar contra todo lo que se le imponga, sin importar las consecuencias, un amor que se suele asociar a la juventud. Hoy en día esta historia de Romeo y

4 Fecha original de publicación. Para este trabajo se referencia la edición publicada en 1966, traducida por Pablo Neruda..

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Julieta se ha adaptado a cine tanto en forma directa (retratando la obra de Shakespeare con diálogos, personajes y contexto similares, tal y como sucedió con Romeo y Julieta de George

Cukor en 1936) como indirecta (se mantiene el estatus de los personajes principales como amantes de orígenes opuestos o en conflicto, pero se cambian los nombres de los personajes y el contexto espaciotemporal de la historia, como es el caso de Amor sin barreras de Robert Wise y

Jerome Robbins en 1961).

En la sociedad victoriana (siglo XIX en Inglaterra, bajo el mando de la reina Victoria) el amor romántico heterosexual era apreciado por la comunidad como un elemento vital para el individuo ya que, según comenta Illouz:

A través de él las personas aprendían a conocer no sólo a su pareja, sino su propio yo. Funcionaba

como un modelo de expresión auténtica, aunque restringida, del mundo interior de los sujetos, a

la vez que constituía un medio para alcanzar la perfección espiritual, como lo demostraba la

asociación constante del discurso romántico con los valores y las metáforas de la religión (2009,

p. 54).

Gracias al inicio de la circulación de revistas en aquella época, se masifica la noción de amor y permitió la creación de un imaginario colectivo que se podría asemejar a una experiencia trascendental, en la cual el alma se llevaba más allá de sus límites a partir de la adoración del otro (Illouz, 2009). Estas revistas se encargaron de exponer a la luz pública comportamientos que ya se efectuaban en la clase media de la época y se empiezan a asociar ciertos comportamientos románticos - besos en público, contacto sexual externa a la reproducción, por ejemplo - con la felicidad y una nueva meta del individuo para destacarse en sociedad.

En el contexto colombiano se puede ver la novela María de Jorge Isaacs, una de las obras más reconocidas de la literatura nacional que hereda varias de las características costumbristas del amor cortés. Escrita en 1867, relata la historia del amor prohibido y desdichado de Efraín y su

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prima María en una hacienda del Valle del Cauca en una época en la que el feudalismo heredado de los españoles estaba concluyendo en Colombia. Debido a su éxito nacional e internacional - la novela tuvo buen recibimiento de inmediato y fue traducida en otros idiomas como ninguna otra novela hasta el momento - María tiene un lugar importante en la historia cultural del país. Como lo dice la experta literaria Luz Mary Giraldo: “ [María] es la historia universal de un amor fatídico e imposible, pero narrada desde este continente con un lenguaje literario exquisitamente escrito, poético, visual, musical y sensual” (Revista Semana, 5 de junio de 2017).

A principios del siglo XX, antes del boom latinoamericano que se destacó principalmente en la prosa, Pablo Neruda y Mario Benedetti escribieron poemas que, en su momento, estaban vinculados en parte con varias causas políticas, pero que hoy se encuentran impregnados en el imaginario romántico del continente. El chileno escribió el muy citado poema Poema #20, pero también se destacan obras como Poema #15, en la cual se declama:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía. (Neruda, 2013, p. 91)

Del uruguayo Benedetti un ejemplo es Lo que necesito de ti, el cual empieza con una plegaria de afecto: “No sabes cómo necesito tu voz;/necesito tus miradas/aquellas palabras que siempre

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me llenaban,/necesito tu paz interior;/necesito la luz de tus labios/!!! Ya no puedo... seguir así

!!!/...Ya... No puedo” (Poemas del Alma, s.f.).

Más adelante, en la sección Cómo vender el amor, se explorará la popularización del amor en el contexto capitalista a principios del siglo XX, tiempo en el cual se mercantiliza la noción de amor que se ha descrito hasta el momento. Pero, antes de ello, es importante enumerar las características claves que componen dicho mito del amor romántico.

Características del mito y representaciones en el cine

El mito del amor romántico, como lo conocemos hoy, está conformado por varias características que Herrera nombra como “sub-mitos”, divisiones de este ideal de amor que han sido usados con frecuencia en el cine.

El primer “sub-mito” es el de la media naranja, según el cual cada ser humano es un ser incompleto, que necesita de otra persona (y de su afecto) para sentirse completo. Esta característica en particular es originada por los escritos de Platón mencionados previamente, los cuales se admiran hasta el día de hoy como una concepción de lo que debe ser el amor romántico. Podemos encontrar largometrajes como (500) Días con ella (2009), en el que Tom, el protagonista, está tan enfocado en el encontrar a su otra mitad que, cuando esto no pasa con la mujer que parecía ideal, deja un hueco muy difícil de sanar en su vida. Incluso en Oriente se encuentra una versión de este mito en la leyenda del hilo rojo, según la cual “un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper” (Correia

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Nobre, 17 de julio de 2015), razón por la cual en esa concepción de amor se encuentra también un amante destinado a estar con un ser humano en específico.

Lo anterior también se popularizó mucho en los cuentos de hadas, en los cuales existe la presencia de un “príncipe azul” para cada “princesa rosada” como un eufemismo para cada miembro de la pareja destinado a estar con alguien más. Tal vez el mayor ejemplo de este es el que se da en La Cenicienta (1950)5, en la que existía sólo una mujer en todo el reino a la que le cabía la zapatilla de la mujer que enamoró al príncipe. Esto posiblemente sea una consecuencia de lo que comentaba Reddy acerca de las canciones de los trovadores del amor cortés, en las cuales se establecía una serie de roles para cada género según el cual “las mujeres eran encerradas en roles de relativa dependencia [y] los hombres eran encajonados en roles de feroz independencia, combatividad, susceptibilidad sobre su honor y una lealtad incuestionable a sus gobernantes.” (2012, p. 25).

El segundo mito es el de la exclusividad, muy relacionado con el anterior. Según este, sólo existe una persona en el universo que nos haga sentir “completos”. Esta persona es aquella a la cual se referencia en las películas como “el amor de mi vida”, “la única persona” o “el amor verdadero” que se ve por ejemplo en películas familiares como Shrek 2 (2004), donde la trama gira alrededor de una pócima para la belleza que sólo funciona si es bebida por el amor verdadero y tiene efectos secundarios cuando este amor no es consensuado por las dos personas.

El mito de la fidelidad se encuentra vinculado directamente con el de la exclusividad cuando propone que, después de encontrar a ese amor único, se le debe ser fiel únicamente a esa persona en todos los ámbitos sexuales y románticos. Esta es la representación de la monogamia que se impuso social y biológicamente al ser humano y que permea el mito, condenando a la infidelidad

5 La Cenicienta es originalmente un relato folclórico europeo que ha tenido múltiples versiones a través de la historia. Pero, como es el caso también de Blancanieves y los siete enanitos o La bella y la bestia, la versión cinematográfica de Disney se convierte en el referente más inmediato del relato.

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como un acto imperdonable que fractura relaciones. Un ejemplo de ello es la película Mujeres al ataque (2014), en la cual una mujer descubre que su novio la engaña con dos parejas más jóvenes y, en un acto de rebeldía, se une con las dos mozas para emprender una venganza contra el hombre infiel debido a sus acciones en contra de la monogamia.

Después se encuentra el mito de la perdurabilidad o de la pasión eterna durante la relación, según el cual los sentimientos de esa fase de “luna de miel”, que abarca los primeros meses de la relación y se caracteriza por una exuberante felicidad en la que el amor parece no tener barreras, dudas, o conclusión; supuestamente deben durar para siempre. Esto se materializa en los votos del matrimonio, cuando la pareja promete “amarse para siempre como si fuese el primer día”, hasta que ambos (ni siquiera uno de los dos, tienen que ser ambos) fallezcan. En Diario de una pasión (2004), uno de los dos miembros de la relación valida el sentimiento romántico puro cuando su pareja tiene alzheimer en la vejez y se olvida de todas las experiencias de la juventud idílica. De tal forma, él se encarga de recordarle a ella todos los días ese momento de pasión tal y como fue el día en que se enamoraron y así mantiene vivo ese sentimiento. El cine también es el escenario ideal para la noción de que “el amor lo puede todo”, otra rama de este sub-mito, a partir del cual el amor es capaz de superar todas las barreras impuestas: problemas de convivencia, dolores, muertes, engaños, entre otras. En Bajo La Misma Estrella (2014), el amor entre los protagonistas es tan fuerte que logra trascender la muerte producida por el cáncer de uno de los enamorados.

El matrimonio es tal vez uno de los mitos más importantes en este ideal. Como lo presenta

Herrera, existe la “creencia de que el amor romántico-pasional debe conducir a la unión estable de la pareja, y constituirse en la (única) base del matrimonio (o de la convivencia en pareja).”

(2003, p. 49). La concepción del matrimonio como meta también se relaciona a la Iglesia

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católica, la cual introduce desde los tiempos de Jesús la noción de que el matrimonio es un escenario para la procreación y la crianza de los hijos. Actualmente el matrimonio es una institución social reconocida en la comunidad occidental y que se encuentra vinculada a una serie de estructuras económicas. Esto se encuentra reflejado en las industrias audiovisuales (más que todo las telenovelas) en las que las historias de amor de los personajes principales, después de las extremas peripecias a los que son sometidos para enamorarse, culminan en un matrimonio: por ejemplo en Betty, la fea (1999) o Hasta que la plata nos separe (2006). Además, este mito se encuentra vinculado a una celebración especial, en la que hay una serie de tradiciones que van desde el vestido blanco de la novia6, el ramo de rosas que bota al casarse, los padrinos, hasta la recepción después del evento, que se debe realizar en una iglesia para mantener su estatus en el mito del amor romántico7.

También existe el sub-mito del libre albedrío, según el cual “nuestros sentimientos amorosos son absolutamente íntimos y no están influidos de forma decisiva por factores socio-biológicos- culturales ajenos a nuestra voluntad” (Herrera, 2013, p. 50). En este sentido se puede entender la existencia de los cuentos de hadas y relatos de amor tradicionales, en los cuales el sentimiento de amor es tan importante que ignora las demás circunstancias. Esto se puede determinar como una razón “extra” por la cual el mito del amor romántico supera todas las barreras. Romeo y Julieta es un ejemplo de cómo el amor ignora incluso las relaciones de enemistad de dos familias que han sido enemigos mortales por generaciones y el amor “puro” e ininterrumpido es el primordial.

6 La popularidad de esta tradición proviene del matrimonio de la reina Victoria en el siglo XIX, la figura pública de mayor reconocimiento en usar el color blanco en su matrimonio. También se dice que proviene del hecho de que el color blanco significa la virginidad de la pareja antes de casarse y, por ende, era una mujer “pura” o “digna”. 7 Por ejemplo, las celebraciones en notarías no se establecen como un sentimiento romántico de por sí. Es cuando se realiza un giro dramático que progresa la relación de los protagonistas que se le infunde el cariño, por ejemplo cuando la pareja tiene pocos recursos económicos y afirma que su amor es más grande que cualquier ceremonia y que por eso el camino más indicado es el de tener una ceremonia “privada” con los familiares y amigos más cercanos en donde se hace el registro de la unión matrimonial. De todas formas, en este caso se sigue cumpliendo el requerimiento de formalizar la relación a través del matrimonio.

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Una característica importante que no menciona la autora es la represión de la sexualidad y su simplificación. En el mito del amor romántico no cabe la presencia de la relación sexual como un método de unión entre los enamorados debido a que, entre otros factores, este elemento de la vida es censurado a los menores de edad, lo que permite en las industrias una creación de entretenimiento que apela al público general. Sobre el universo cinematográfico de Marvel

Comics, la mayor franquicia internacional de Hollywood al momento de escribir este trabajo, el crítico de cine David Ehrlich comenta que estas películas

son emblemáticas de una cultura de blockbusters en la cual un cierto grado de castidad es la

norma. En un tiempo en que los desesperados estudios están confiando en el éxito de películas

muy infladas con el fin de seguir a flote, el costo de estos gigantes inevitablemente dicta su

contenido, requiriendo que las películas apelen no sólo al sector demográfico tradicional de 18-34

[años], pero también niños más jóvenes, adultos mayores y - tal vez más importante - las personas

de todas las edades que trabajan en el buró de censura de China8.9 (2017, p. 1).

Así vemos cómo son aceptados ciertos aspectos de la vida contemporánea en torno al amor, como el matrimonio como punto de llegada de una relación, la institución de una familia compuesta de madre-padre-hijos, los roles de género impuestos a ciertas edades, las posibilidades socioeconómicas de estudio y trabajo. Todo esto trabaja en la construcción de unas prácticas que se convierten comunes e institucionalizadas cuando son adoptadas por el cine, la televisión, la radio y las demás industrias culturales, que se estudiarán a continuación..

8 En los últimos años China se ha convertido en el mercado internacional que otorga mayores ingresos a las películas estadounidenses. Para darle más oportunidades a las películas locales, el gobierno chino, a través de su comité de censura, permite el estreno de un número muy limitado de películas que cumplan sus estrictas reglas. 9 Traducción propia de: At a time when desperate studios are relying on the success of overly inflated event titles in order to stay afloat, the sheer cost of these juggernauts inevitably dictates their content, requiring the films to appeal not just to the traditional 18-34 demographic, but also younger kids, older adults, and — perhaps most importantly — the fine people of all ages who serve China’s censorship bureau.

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Cómo vender el amor

Después de tener claras las reglas que conforman el mito del amor romántico, es fácil reconocer las formas en las que las industrias culturales reproducen esta noción con un fin puramente económico. Para ello, se analizarán cuatro plataformas comerciales: música, literatura, publicidad y audiovisual, esta última entendida como la aglomeración entre cine y televisión.

Como consecuencia de los cambios en los horarios de trabajo a las ocho horas diarias y domingos libres a principios del siglo XX, se manifiesta una necesidad de ocio en las horas no laborales que llenan principalmente los medios mencionados, y apoyados en una labor publicitaria que masifican comportamientos y ciertos elementos de la vida cotidiana. Esta cultura de masas se encarga de presentar a un público general sentimientos que se codifican en la vida privada como lo es el romance y los retrata en imágenes (dibujos, fotografía o video) que generan mayor aceptación en el público. Como lo menciona Illouz:

“Lo que es nuevo no son los sentimientos per se, sino la creciente visibilidad de la conducta

romántica, como los besos y el contacto sexual sin coito, en los espacios públicos, con frecuencia

opulentos y glamorosos, representados mediante una herramienta ubicua y colectiva: los medios

masivos de comunicación.” (2009, p. 57).

La publicidad se apropia del amor romántico y descubre que es un buen elemento del cual engancharse para tener mayores ganancias. Así se comienza a ver cómo ciertos productos, en un principio objetos del hogar, son usados para fomentar la longevidad de los matrimonios, o también cómo para los anuncios de alimentos se presenta a una familia comiendo en una mesa con sonrisas en sus rostros, o incluso una malteada consumida por una pareja adolescente agarrada de la mano. De tal manera, el amor romántico se asocia con distintos valores presentes

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en el mito que se describían anteriormente pero trasciende a comprender sensaciones como la felicidad o la opulencia, como se daba en el caso del amor cortés. Illouz (2009) argumenta que las industrias culturales trabajan para destacar tres elementos inmersos en el amor romántico y que desembocan en beneficios para ciertas industrias: los bienes de lujo, que generan cierto estatus de opulencia y elegancia; la intimidad, obtenida a través de citas de pareja en espacios limitados como los restaurantes; y los viajes a hoteles o lugares “exóticos”. Este requerimiento de ciertos bienes en las relaciones se encuentra tan impregnado que incluso se nota cómo se encuentran reconocidas canciones como Detalles de Óscar D’León, que en su letra dice: “y tienes que estar pendiente de los detalles./Sácala, llévala al cine,/cómprale un ramo'e [sic] flores,/báñate junto con ella/[...] Háblale pero con mucha dulzura,/dale amor porque ella merece/que la trates asi.” (1991, pista A4).

La canción romántica es un calificativo que se le puede aplicar a todos los géneros musicales, desde el rock hasta el pop, pasando por la salsa, el merengue, la cumbia y el vallenato. A través de los años, la música ha reproducido los valores que se expusieron en la sección anterior, los cuales trascienden el ritmo, el tempo y el género del intérprete, incluso permaneciendo presentes en las canciones actuales.

El bolero es uno de los géneros más exitosos en hispanoamérica, lo cual se refleja en la admiración masiva de los vinilos (LPs) de artistas como Julio Jaramillo, Agustín Lara y el trío

Los Panchos. Estos últimos popularizaron la canción Contigo aprendí (1966), la cual relata experiencias que son idílicas en las relaciones del mito del amor romántico, cuando comenta que

“contigo aprendí/ que tu presencia no la cambio por ninguna./ Descubrí que puede ser un beso ser más dulce y más profundo,/ que puedo irme mañana mismo de este mundo/ si las cosas bellas ya contigo las viví.” (Los Panchos, canción A5). Dicha capacidad transformativa del amor en el

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individuo enamorado también se puede evidenciar en la salsa, cuando Rubén Blades y Willie

Colón le cantan a una mujer:

Por el amor aprendí que todo es alegría

Porque llegaste tú y alumbraste el alma mía con tu luz

Y ahora me siento dichoso, todo me parece hermoso

Si estás junto a mí

Hoy sé que es así

Y puedo vivir del amor,

Sin pena, ni dolor

Y hoy puedo vivir sin pensar que voy a llorar. (1982, canción 1).

La música refleja constantemente una necesidad del ser humano de ir más allá de sus límites y dejarse llevar por la “increíble” emoción que provoca el amor en el individuo que ha sido expuesto. Así, como lo dice la canción Aunque sea poco de Voz Veis (2003), se estaría dispuesto a sobrepasar la barrera económica, alegando que las palabras y sentimientos son más importantes que el dinero (Castillo, pista 11), afirmando el sub-mito del amor que lo supera todo, que propone Herrera. El merengue, un género bailable y cuya energía se ve beneficiada por la emotividad de las canciones románticas, también explora las barreras que supera el amor cuando uno de sus exponentes más emblemáticos, Juan Luis Guerra, escribe en Me enamoro de ella el dilema que presenta un enamorado de un estrato inferior a su objeto de amor (1987, canción B1).

El matrimonio no se puede quedar atrás en las representaciones románticas. En una de las canciones urbanas de mayor éxito en los últimos años en la juventud, Nicky Jam y Silvestre

Dangond le cantan al amor en su canción Cásate conmigo y manifiestan que el matrimonio es el elemento que le hace falta a la relación “el amor no se acaba/el amor se transforma y se queda en el alma [...] Cásate conmigo/después de tanto tiempo/si estamos juntos es el destino” (2017) y

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nombran uno de los elementos más importantes para el funcionamiento de esta institución, y es el hecho de que en el matrimonio, los amantes también deben ser el mejor amigo del otro.

La exclusividad en el amor se encuentra implícita en la mayoría de las canciones gracias a la inserción de pronombres como “tú” o “usted”, los cuales limitan el objeto de amor de la composición a una única persona. Aunque también son necesarias frases como las de All of me, considerada como una de las canciones más románticas de esta década, cuando dice “todo de mi ama todo de ti, todas tus perfectas imperfecciones. Dame tu todo, yo te daré mi todo, tú eres mi final y mi comienzo.”10 (John Legend, 2013, canción 6). Estos versos dejan claro el rasgo de exclusividad que se tienen los amantes el uno al otro, gracias a lo cual se darán todo de sí el uno al otro.

El británico Ed Sheeran, uno de los artistas pop más exitosos en la actualidad, escribe constantemente acerca del amor y en su último éxito, Perfect, deja en claro la percepción de la media naranja que es constante en la representación del mito del amor romántico. Sheeran canta:

“I found a love for me/Darling just dive right in/And follow my lead [...] I never knew you were the someone waiting for me/'Cause we were just kids when we fell in love”11 (2017, canción 5).

En dichas frases demuestra no sólo el compromiso que tiene frente a su enamorada, sino que se dedica a demostrar cómo el amor puede durar años, incluso desde la etapa de la niñez.

Un caso curioso es el del dúo mexicano de pop Jesse y Joy, quienes en su disco ¿Con quién se queda el perro? (2012) incluyeron una canción que explícitamente habla de los anhelos que provoca el mito en varios individuos de la sociedad, el hecho de que querer buscar una relación

“como la tienen los demás”. En la canción Me quiero enamorar se imaginan las distintas etapas

10 Traducción propia de “all of me/ loves all of you/all your perfect imperfections/give your all to me/I’ll give my all to you/you’re my end and my beginning” 11 Traducción: “encontré un amor para mí. Cariño, sólo sumérgete y sígueme [...] Yo nunca supe que eras ese alguien que me estaba esperando. Éramos sólo niños cuando nos enamoramos.”

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de lo que es el amor romántico y el sentimiento que genera en ellos la carencia de este elemento vital para la sociedad occidental:

Puedo imaginar pero no sé cómo se siente

Que el mundo se detenga cuando acaricia mi piel

Que las manos del reloj no giren si no está presente

Dicen que es tan suave, dulce y fluye como miel

¿Cuánto tiempo tardará?

¿O no es para todos? ¿Por qué de mí se esconderá?

¿Dónde está?

Quiero amar y sin pensar entregarlo todo

Quiero que mi corazón intercambie su lugar con el de alguien especial

Quiero despertar, te quiero encontrar y me quiero enamorar (2012, canción 12).

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Capítulo 2: El amor contemporáneo

El contexto en el que vivimos actualmente (al que se le denominará como “contemporáneo”) es uno totalmente distinto a aquel en el que se generó el mito del amor romántico del que se entró en detalle en el anterior capítulo. Para comprender cómo es el amor de hoy, debemos entender las condiciones que rodean a cada miembro de la relación.

La era actual se ve caracterizada por la introducción de dos elementos socioeconómicos: la segunda modernidad y el capitalismo tardío. El primer concepto proviene de Giddens, el cual vincula su razonamiento junto al surgimiento de la individualización del ser humano (Tenorio

Tovar, 2012). El inglés argumenta que dos de sus principales características son el dinamismo, referido a la rápida velocidad en la que se modifican comportamientos humanos, y la reflexividad, evidenciada en una creciente confianza del individuo para poder examinar su cotidianidad y realizar decisiones en relación a la proliferación del individualismo y la construcción de un yo y un estilo de vida alrededor de este. El capitalismo tardío se puede entender desde los planteamientos de Illouz, quien explica cómo se encuentran, entre las características de este:

el predominio de los sectores económicos de servicios e información, el desplazamiento

del consumo y la producción en masa por el consumo especializado y la producción

flexibilizada [...], la importancia central del estilo de vida en los agrupamientos de clase,

la fragmentación de la clase obrera y el crecimiento extraordinario de las esferas del ocio

y la cultura. (2009, p. 32).

Es importante aclarar también que la mayor influencia en la sociedad contemporánea es la creación del internet. Este sistema de redes tiene sus orígenes en 1969 con al ARPANET, pero es

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a principios del siglo XXI que esta tecnología es introducida a las casas a través de las computadoras personales (PCs) e influencia los procesos de la cotidianidad. Dicha influencia se basa principalmente a partir de las modificaciones en la velocidad del día a día y que Paul Virilio denominó como dromología (Bástidas Urresty, 2016). El filósofo comprende que el tiempo real se ve alterado gracias a los avances tecnológicos y la sociedad se acopla a nuevas formas de concebir su día a día en relación a tiempos y distancias e introduce las sensaciones de ubicuidad, instantaneidad e inmediatez en los seres humanos.

Es en este siglo XXI que se delimita el amor romántico contemporáneo del que se va a discutir en este capítulo, ya que es el período que reúne todas las características que se han venido desarrollando en el siglo XX en términos socioeconómicos y se complementan con la revolución tecnológica del internet y los dispositivos móviles, que cambia también el pensamiento de los seres humanos frente a tiempo, espacios, cotidianidad e interacciones, lo cual tiene consecuencias en el desarrollo emocional de cada persona.

La concepción del amor que se estudiará en este capítulo se vincula a la generación de los

Millenials o Generación Y como punto de partida y se transfiere también hacia la Generación Z.

Aunque un consenso sobre unas fechas exactas, se puede delimitar a los millenials a partir de un rango de personas nacidas entre la mitad de la década de los 80 y la mitad de la década de los 90, casi llegando al año 2000 (Wells, 2015). Después de aquellos años es que estamos hablando de la Generación Z, la cual sigue desarrollando capacidades tecnológicas heredadas de los millenials. Entre las características principales de esta generación se encuentran la natividad digital, la preocupación por tener un espacio de trabajo agradable, la idea de conocer distintas partes del mundo, el desagrado a los empleos de largo plazo, comodidad con la

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instantaneidad, desacralización de ciertas instituciones, preocupación por causas ambientales y sociales y una dedicación al crecimiento individual (IDx, 2017), por mencionar unas pocas.

Hay dos autores con gran influencia en las perspectivas actuales del amor romántico: Bauman y Giddens. El primero presenta el libro Amor Líquido (2003), en el cual expone una posición franca y un poco fatalista acerca de la fragilidad de las relaciones de hoy, mientras que el segundo habla sobre los múltiples factores que pueden permear con la ilusión que mencionaba

Herrera de que el amor lo puede todo.

Como lo decía Herrera (2013), vivimos en una sociedad occidental que se encuentra en la búsqueda constante del amor romántico. Según Bauman (2003), este afán es un elemento negativo. La rapidez con la que buscamos y generamos vínculos amorosos desemboca en una nueva forma de comprenderlos. Para el autor hoy no se pueden concebir las relaciones como se hacía en épocas anteriores, sino que toca hablar de conexiones y de redes. Así como son de rápidas en su concepción, tienen la misma característica para finalizarse. La fragilidad de las relaciones actuales genera una serie de ansiedades que se ven reflejadas en su texto.

Estas conexiones se ven enmarcadas en la concepción de la modernidad líquida de Bauman, en la cual premia la cantidad por encima de la calidad. Es por esto que, tal vez a través de un proceso inconsciente, la humanidad se encarga de moverse constantemente entre conexiones con el fin de acumular experiencias sentimentales. Estas no se convierten en relaciones debido a la precariedad con las que son iniciadas y por el hecho de que están construidas para que no se pueda desarrollar el amor a profundidad, diferente a como se entiende en épocas anteriores y en el mito del amor romántico. Incluso los seres humanos nos convertimos en seres capaces de amar más de una vez en la vida.

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Las conexiones se construyen de tal forma que sean fáciles de desanudarse porque, como menciona el autor al parafrasear a un psicólogo sin nombre: “al comprometerse, por más que sea a medias, usted debe recordar que tal vez esté cerrándole la puerta a otras posibilidades amorosas que podrían ser más satisfactorias y gratificantes” (Bauman, 2003). Esto obliga a eliminar la concepción del matrimonio, del “hasta que la muerte nos separe” ideal por estar pensando constantemente en distintas oportunidades de conseguir una relación exitosa.

Al ser reducido el componente temporal, se evidencia una exigencia menor para componer una relación. Todo, como es recurrente en la filosofía de Bauman, es debido a la necesidad de mantenerse en movimiento hoy y, esto desemboca en que “el conjunto de experiencias definidas con el término <> se [haya] ampliado enormemente” (Bauman, 2003), y que esta sea tratada con mucha levedad. Hay una perspectiva de amor en la actualidad que se relaciona con la escuela, en el sentido de que el amor es una experiencia de la cual aprendemos. El amor se puede entender entonces como una destreza acumulativa y se observará a la siguiente conexión establecida como una experiencia más placentera si la persona ha tenido múltiples parejas previamente.

Otro de los enfoques del amor que presenta Bauman es el obsesivo. Al amar, según él, la persona transporta mucho de sí hacia su pareja, incluyendo sus inseguridades. Esto presenta nuevas formas de entender el amor según el autor:

El amor implica el impulso de proteger, de nutrir, de dar refugio, y también de acariciar y mimar,

o de proteger celosamente, cercar, encarcelar. Amar significa estar al servicio, estar a disposición,

esperando órdenes, pero también puede significar la expropiación y confiscación de toda

responsabilidad. (Bauman, 2003)

Herrera también muestra este aspecto de los celos como uno importante para entender el romance actual. Estos se presentan como una respuesta “natural” del ser humano cuando se han

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implementado culturalmente valores como el de la monogamia. Tampoco ayuda el hecho de que la posesión de la pareja cree ansiedades en el otro y se cree la necesidad de recibir amor

únicamente de aquella persona, y ese otro sólo puede otorgar amor a uno mismo. Como lo menciona la autora, este factor puede crear mucha inestabilidad en una relación.

Los celos pueden, en su vertiente negativa, perjudicar una relación, porque las personas celosas

tienden a estrechar la vigilancia sobre el compañero o la compañera y porque se reduce la

confianza mutua de la pareja. Por otro lado, sin embargo, los psicólogos creen que los celos

pueden servir para que el compañero desconfiado vuelva a confiar en su pareja gracias a

declaraciones de fidelidad y afecto, lo que pueden contribuir a la durabilidad de la relación. Sin

embargo, también pueden ser señal de que la relación está fallando y la persona puede tener

miedo a [...] quedarse sola” (Herrera, 2013).

Bauman continúa discutiendo lo que representan las relaciones a largo plazo. Según el sociólogo, ambos miembros mantienen claro los conceptos de conexiones y redes en el amor y conscientemente entran a las relaciones con la mentalidad de que no sean a largo plazo. Es por eso que cada promesa realizada en algún momento de pasión será fútil. La inseguridad se vuelve un factor destacable en este aspecto y se muestra como un arma de doble filo con la fragilidad de estas relaciones por lo que el otro puede abandonar el compromiso en cualquier momento.

Por lo anterior, la comunicación se convierte en un elemento crucial en las relaciones. En el caso de establecer conexiones, es importante que ambos comprendan la fragilidad en la que están y que sus acciones lo reflejen. Bauman presenta que la falta de comunicación, y no sólo en este aspecto es la principal causa de rupturas en las parejas.

Es importante presentar también lo que son las dos principales perversiones de las relaciones para este autor. La primera, inspirada en los escritos de Knud Lógstrup, refiere a la exageración de la mutua adulación, ignorando todos los posibles temas de conversación difíciles con palabras

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“dulces” para el oído del otro. La segunda perversión está directamente relacionada con el elemento obsesivo/posesivo, y es el querer cambiar a las personas de lo que “son en realidad”.

Esto desemboca de dos posibles vertientes. La primera se relaciona con el miedo de perder al otro y, por ende, una necesidad de convertirlo en una parte inseparable del ser quien ama. Lo explica Bauman diciendo que

Todos los amantes quieren dominar, extirpar y limpiar la irritante alteridad que los separa del

amado; la separación del amado es el miedo más intenso del amante, y muchos amantes llegan a

cualquier extremo por exterminar de una vez por todas al espectro de la despedida. (Bauman,

2003).

El otro origen de esta perversión entra en el deseo de encontrar a una persona “igual que uno”, relacionado de cierta forma a la ilusión de la media naranja y encontrar esa persona “igual a uno”. Así, al cambiar al otro, es posible que esta persona sea igual a uno y así se pueda mantener la relación por un tiempo más largo. Teóricamente, claro está.

La forma de comunicarnos hoy a través de los teléfonos es explicada por Bauman a partir de la velocidad actual y la necesidad de respuesta instantánea de la pareja, a partir de la cual no se admite el silencio en la relación porque “el silencio es exclusión” (Bauman, 2003). De la misma forma, los celulares nos permiten estar actualizados de múltiples conexiones al tiempo, sin importar la condición de distancia debido a que esta elimina las presiones encontradas previamente en las relaciones no digitales.

No podemos hablar de relaciones sin tener en cuenta el sexo. Durante el siglo XX se presenta una serie de cambios que afectan la posición de las mujeres (desde su aceptación en la jornada laboral, pasando por el movimiento de las sufragistas en Inglaterra) y que entre la década de los 50 y los 60 entró en una etapa considerada como la revolución o liberación sexual. En este período de tiempo se presentaron una serie de factores que gradualmente modificaron ciertas

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nociones que llevaron a la proliferación de las relaciones sexuales por motivos placenteros y sin entrar a temer el contagio de enfermedades de transmisión sexual, entre estas acciones se ve la introducción de la penicilina en la medicina, los estudios realizados por Masters y Johnson o la invención de “la pastilla del día después” y otros anticonceptivos (Francis, 2013).

Hay un cambio, entonces, en la forma de observar , entender y realizar el acto sexual, este se desliga de su rama reproductiva (Bauman considera el tener hijos como una carga emocional) y se le ha impuesto una carga placentera muy grande. Debido a que es el único aspecto de la relación que para cumplirse totalmente necesita del otro, resulta ser lo que más se acerca a la

“relación pura”, a la pasión sin condiciones. Eso sí, la condición de excitación física continúa siendo la dominante, más allá de la metafísica. Por ello, toda condición sexual es aceptada, son pocas las perversiones no aceptadas (zoofilia, necrofilia). Incluso, se felicita en la actualidad la cantidad de parejas por encima de la calidad de las relaciones sexuales, en este sentido funciona igual que en la parte sentimental de las relaciones: más es mejor.

Un punto muy importante de Bauman se presenta en la forma de entender el concepto central de amar a alguien más, fundamentado en la máxima bíblica de “Amar al prójimo como se ama a uno mismo”. Según el autor “lo que amamos en nuestro amor a uno mismo es la personalidad adecuada para ser amada. Lo que amamos es el estado, o la esperanza de ser amados. De ser objetos dignos de amor, de ser reconocidos como tales, y de que se nos dé la prueba de ese reconocimiento” (Bauman, 2003). Esto invierte el concepto original, nos muestra que debemos ser amarnos a nosotros mismos para poder amar a alguien más.

Giddens no mantiene una propuesta fatalista como Bauman, sino un acercamiento más comprensivo, y más esperanzador para aquellas personas que creen en el amor romántico, acerca de cómo se componen las relaciones actuales. Tenorio Tovar (2012) recopila los postulados del

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autor inglés y lo aplica a un contexto latinoamericano con el fin de entender el amor enmarcado en la segunda modernidad. En aquel romance actual - llamado amor confluente por el autor - intervienen “tanto factores individuales relacionados con la afectividad y las emociones, como factores estructurales, establecidos por la sociedad, que varían según la época, la clase social, la cultura y el ideal del amor.” (Tenorio Tovar, 2012).

Una de las características más importantes de ese amor confluente es el cambio en los roles de género. En este contexto emocional se propone a la mujer como un ser igual al hombre, debido a que ambos son capaces de enamorarse con la misma frecuencia e intensidad. Así, tanto el hombre como la mujer se ven obligados a cultivar afecto en una relación, lo cual

“desfeminiza” el amor en cierto punto12. En esto ayuda también el hecho de que Giddens comparta que el concepto del sexo desligado de la procreación y se enfatice más el placer conjunto:

En la actualidad [la sexualidad] es considerada un factor fundamental en la evaluación de la

pareja y ha adquirido un rol cada vez más relevante tanto en la formación como en la perduración

de la pareja, así como en la construcción de la identidad personal. (Tenorio Tovar, 2012).

Las parejas actuales del amor confluente, desde el punto de vista de Giddens, comprenden el amor romántico como un sentimiento que implica compañerismo, donde cada integrante debe apoyar al otro y más que proveer un amor incondicional implica “ser el mejor amigo de la pareja” al mismo tiempo que mantienen una relación romántica, lo cual compromete “confianza, respeto, estar de acuerdo en las cuestiones cotidianas, tranquilidad y comprensión [...], tener o ser una buena compañía, entretenimiento con la pareja y la comprensión de [...] las necesidades del

12 De cierta forma el amor romántico es entendido como un elemento femenino debido a la necesidad de mostrar amor a través de afecto, lo cual encaja en los estereotipos de género. Así, los hombres son los “fuertes y fríos” de la relación, mientras que las mujeres son “delicadas y cálidas”, por lo cual a ellas se les asigna históricamente como el sexo que más se relaciona al romance.

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otro.” (Tenorio Tovar, 2012). Esto implica una satisfacción de las exigencias laborales, económicas, sentimentales y sexuales mutuas.

Esto da pie a un elemento muy importante en la filosofía de Giddens y es la construcción del proyecto personal de cada integrante de la pareja. Cada ser es una persona única con sueños, metas, objetivos, fines que quiere conseguir. Debido a que se rompen hoy en día las expectativas labores que se asocian a cada género - que los hombres sean los que trabajan y las mujeres sean amas de casa - se ve la necesidad de apoyar al otro en lo que necesite. Aún así, el trabajo de

Tenorio Tovar expone que las mujeres mexicanas sienten que la igualdad en su totalidad se encuentra lejos, y que muchos hombres siguen siendo tradicionales, no están dispuestos a cambiar esta condición.

El cambio de roles se encuentra directamente relacionado con lo que cada uno busca en las potenciales parejas. Tenorio Tovar nos muestra cómo hoy entre los valores que se prefieren se encuentran la capacidad de entablar conversaciones, el compartir gustos personales o el interés que se muestra por la satisfacción sexual del otro (Tenorio Tovar, 2012). Esto demuestra una importancia mayor de la comunicación en la relación, como lo mencionaba Bauman, capaz de destruir cualquier relación. La confianza en el amor confluente se convierte en un elemento directamente relacionado a la comunicación, asociado a la cantidad de información que se proporciona. No necesariamente se tienen que contar todo entre los enamorados y, a menos de que se esté hablando de un aspecto inquebrantable o que atente a la integridad de la relación, se tolera en las parejas la presencia de uno que otro secreto debido a que cada miembro es un ser que tiene una gran parte de su vida independiente del otro.

Giddens expone también un aspecto muy importante de lo que compone las relaciones románticas. El amor confluente presenta una característica muy importante y es que depende

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mucho del contexto en que se encuentra cada uno de los integrantes de las parejas. Así, aunque las historias de amor que se muestran tradicionalmente en la industria de Hollywood (guiadas por el mito) quieren transmitir la existencia de un amor que supera todas la barreras, no es posible entenderlo así porque, como lo menciona Tenorio Tovar:

Las relaciones personales no son típicamente formadas de manera que sean placenteras, sino que

dependen también de lo económico, lo práctico y otras circunstancias materiales y sociales. Muy

pocas relaciones, incluso aquellas de amistad, son simplemente de “aprecio mutuo, conocimiento

y entendimiento (2012, p. 38).

En sus encuestas realizadas en el contexto latinoamericano, Tenorio Tovar pone en tela de juicio lo que propone Giddens y llega a la conclusión de que el amor romántico se presenta como una construcción idílica que puede entrar en conflicto con las experiencias personales de amor de los seres humanos:

[Actualmente] observamos cómo la palabra “amor” se va desmarcando en el imaginario de los

entrevistados de la “costumbre”, la “carga” o el “destino”, para configurarse como parte de una

elección personal, desligada en gran medida de factores externos a la pareja, y sustentada en las

cualidades personales, individuales, de sus miembros” (2012, p. 39).

Vale la pena destacar que estas condiciones de libertad sexual mencionadas previamente nos permiten hablar de relaciones más allá de las heterosexuales. Al conocer y aceptar mejor los cuerpos y deseos individuales, una persona se encuentra cada vez más con herramientas para poder desarrollar una identidad sexual compleja y divergente del canon de la sociedad occidental. Dependiendo del nivel de conservatismo en cada nación, una persona se puede declarar abiertamente como homosexual o bisexual y construir su ideal de amor romántico modificando el aspecto sexual.

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También entran a colación nuevas formas de entender las relaciones románticas y sexuales que se asemejan un poco a lo que afirma Bauman y que se describió anteriormente al hablar de relaciones “frágiles” o “conexiones” en las que ambas personas son conscientes de la condición en la que se encuentran. Por ello se puede hablar de relaciones como los “amigos con derecho”, una forma de relación que se basa en su totalidad en una interacción sexual, desligada de los sentimientos románticos y de esa característica de confianza que se encuentra muy presente en

Giddens, y el valor comunicativo que propone Bauman es direccionado a la comunicación de un placer sexual mutuo.

Una tendencia que ha cogido fuerza en las últimas décadas es la de las relaciones no- monógamas consensuales (CNM, por sus siglas en inglés), un conjunto de relaciones polígamas en las cuales todos sus miembros son conscientes de la presencia de múltiples personas en sus relaciones. Hutzler, Giuliano, Herselman y Johnson (2016) destacan que las más populares son: swinging13, una pareja que comparte su experiencia sexual con otras parejas con la presencia y aprobación mutua; relaciones abiertas, cuando la pareja busca individualmente otras personas con las cuales pueda tener una relación sexual sin la intervención de la pareja original; y el poliamor, en el que un individuo puede tener múltiples relaciones románticas en simultáneo con la aprobación de cada uno de sus pretendientes. De las mencionadas el poliamor es la más cuestionada socialmente debido a que plantea una modificación al status quo de las relaciones románticas en Occidente al introducir la poligamia, mientras que las otras dos se mantienen en un acto sexual y “sin compromiso”, incluso es posible ver cómo el swinging se puede usar para justificar matrimonios que han “perdido esa chispa” en su relación. Es posible ver que

“individuos en relaciones poliamorosas (comparados a aquellos en relaciones monógamas) [son] percibidos como: (a) más frecuentes en promiscuidad, prácticas sexuales sin protección e

13 Traducido como “intercambio de parejas”, aunque suele aplicarse más que todo la palabra swinging o swinger.

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impulso sexual; (b) con menor integridad y moralidad y (c) con mayores capacidades comunicativas y extroversión.”14 (Hutzler, Giuliano, Herselman & Johnson, 2016. p. 6). De tal manera es entendible cómo las CNM todavía están en la periferia de las relaciones románticas, pero poco a poco van ganando terreno en el imaginario cultural de lo que es aceptado en el gran concepto del amor.

Aplicaciones y páginas web: un nuevo atajo para el afecto

El desarrollo de nuevas tecnologías es una característica particular de este contexto contemporáneo. Diferentes aspectos de la sociedad se han visto modificados a partir de la llegada de internet y los dispositivos móviles: el correo electrónico ha reemplazado a las cartas escritas a mano, despegar.com hace expendible a los agentes de viaje y un teléfono inteligente hoy en día puede reunir cámara, calculadora, navegador web, reproductor musical y calendario en un mismo instrumento. Dichas tecnologías han llevado a una modificación del tiempo en diversos procesos del día a día que desembocan en una introducción de la instantaneidad en la cultura, una búsqueda de información y respuesta a nuestros impulsos casi de inmediato. Así, si quiero saber por ejemplo cuál es el páramo más grande del mundo, podría saberlo en este mismo momento con una búsqueda rápida a través de Google (es el páramo de Sumapaz).

Estos cambios también tienen consecuencias en los rituales del amor romántico del siglo XXI.

El ritmo de vida acelerado que trae la instantaneidad nos lleva a una búsqueda de una satisfacción más instantánea a la hora de encontrar a una posible pareja que cumpla con el ideal de amor que se plantea cada individuo. En respuesta a esa necesidad de afecto rápido han surgido

14 Traducción propia de: “individuals in polyamorous relationships (compared to those in monogamous relationships) were perceived as being (a) higher in promiscuity, unsafe sexual practices and sex drive; (b) lower in trustworthiness and morality and (c) higher in communication skills and extroversion.”

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una serie de metodologías no digitales, así como aplicaciones y páginas web para agilizar el cortejo romántico y conocer una posible pareja y evitar la soledad (Lee, 2016). A través de los años se ha intentado reducir este proceso de emparejamiento a partir de los matrimonios arreglados, citas a ciegas organizadas por un conocido en común, avisos en periódicos, speed dating15 o, en el caso de una relación sexual, a través de la prostitución.

Los escenarios digitales se convierten en protagonistas también al conocer a las personas. No se discrimina a quien comience su relación por alguna aplicación o página web, estas se convierten necesarias para aquellas personas tímidas, se disminuye la presión de los encuentros sociales. Como lo afirma Bauman, esos “usuarios que recurren a los encuentros on-line pueden darse cita sin riesgos, con la certeza de que siempre pueden volver al mercado para otra ronda de compras” (2003) es decir, volver a otra conexión rápidamente.

La aplicación más representativa de las citas online, y la que hoy en día es un emblema a la hora de hablar del romance y sexo en internet, es Tinder. Fue creada en 2010 por Sean Rad,

Justin Mateen, Jonathan Badeen y Ramón Denia y tiene renombre internacional, uno de sus momentos más destacados es su uso masivo en los Juegos Olímpicos de Sochi por parte de los atletas (Baker, 21 de febrero de 2018). Parte de su éxito se relaciona con su sencillo funcionamiento: cada usuario escoge las características de las parejas que le gustaría conocer

(sexo, edad y un rango de distancia) y la aplicación le presenta al usuario los perfiles acorde a los gustos escogidos. Si al usuario le gusta la persona que ve según la foto, desliza el dedo a la derecha (swipe right); si no, lo desliza a la izquierda (swipe left). Además, tiene la opción de ver más fotos de la persona y una corta biografía antes de tomar la decisión si así lo desea. Si una

15 Una modalidad de citas que consiste en una reunión de hombres y mujeres en un lugar. Ahí, se establecen conversaciones uno a uno con un miembro del sexo opuesto por tiempo limitado. Posteriormente, suena una alarma y uno de los interlocutores se traslada hacia un nuevo pretendiente.

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persona deslizó su dedo a la derecha y la otra persona hizo lo mismo, se genera un match16 entre los dos y pueden escribirse mensajes, algo que la aplicación únicamente permite con el match.

La interfaz de Tinder se caracteriza por su diseño que, no sólo es sencillo para los usuarios, sino por reducir las interacciones entre personas como un asunto binario e irreversible. La aplicación explota la inmediatez de los últimos años - generada por los avances tecnológicos y la reducción de ciertas distancias y tiempos - cuando presenta perfiles de usuarios uno detrás del otro con poca información, no más de cinco fotos y una corta biografía. De tal manera se evita la creación de una cercanía entre los usuarios e incluso, como lo comentan David y Cambre, puede que se piense en aquellos usuarios a los que se les hizo swipe a la izquierda como información, y no como seres humanos (2016). Los autores incluso afirman que el concepto de intimidad se ve modificado a través de la aplicación gracias a “la ubicuidad, inmediatez y aceleración de la conexión previstos por Tinder” (David & Cambre, 2016, p. 1), lo que ayudaría a que el romance

(entendido tanto en relaciones casuales como sexuales o relaciones a largo plazo) estén presentes en el cerebro de una persona 24/7, por medio de los dispositivos digitales.

Debido a su lugar en el imaginario común como una aplicación para mantener relaciones casuales, la cantidad de conexiones obtenidas se convierte en un elemento importante para sus usuarios. Tener match con muchas personas indica que un usuario es atractivo, reconocido y que tiene disponibilidad de parejas en cualquier momento en especial en momentos de tristeza emocional, que es cuando se incrementa el uso de Tinder (Bernal Mor, 2017). Incluso, como

David y Cambre mencionan (2016), se puede influenciar el swipe de otros usuarios con el fin de obtener un alto número de match con múltiples usuarios. Poner imágenes sonriendo, con mascotas, evitar estar acompañado con amigos o personas del mismo sexo o de parejas actuales o pasadas se convierten en acciones a evitar en la creación de perfiles (GQ, 4 de noviembre de

16 Se podría traducir como “emparejamiento”, aunque al hablar del Tinder se prefiere el uso del término original.

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2015), conductas que no sólo se cierran a las aplicaciones web, sino que se usan en todas las redes sociales, lugares en donde los usuarios suelen mostrar la mejor versión de sí mismos

(Alpert, Perotti, Sivertson, O'Keefe y Adler, 1 de noviembre de 2017).

Según las experiencias personales de Johanna Arroyave (2016), periodista del portal de entretenimiento y cultura pop de la red de medios de Caracol Shock.co, en la aplicación, es posible identificar seis tipos de personajes que uno se puede encontrar en Tinder: el poeta, quien se esfuerza demasiado en decir frases lindas para conquistar; el creativo, aquel que usa frases de otros medios, principalmente canciones, para conquistar; el chistoso, quien hace comentarios jocosos para “romper el hielo” en la conversación, el stalker miedoso, quien busca el historial de su pareja en otras redes sociales además de Tinder; el que va al grano, una persona que está en

Tinder sólo para sexo y desde el primer o segundo mensaje se lo hace saber a su pareja; y el intenso el cual, cuyo nombre describe muy acertadamente, escribe demasiados mensajes a su pareja y no reconoce cuando es ignorado. Gracias a la diversidad de personas que uno se puede encontrar en la aplicación, se le entiende coloquialmente como un “McDonalds del sexo”

(Shakk, 19 de septiembre de 2013)

Aunque es la más reconocida, Tinder no es la única aplicación o página web para conocer personas. También se encuentran Happen, eHarmony, Match.com - una de las primeras páginas de citas que se popularizó, junto a OkCupid-, Chatroulette, Bumble o Adopta a un man, cada una con algún detalle que las diferencia de la otra, pero que tienen el mismo fin. También se encuentran en los últimos años un gran número de aplicaciones que están enfocadas a ciertos nichos únicamente, como por ejemplo Grindr (exclusivamente para homosexuales), Sweatt (para personas a las que le gusta ejercitarse), Lime (enfocada en personas perezosas), Hotline (usada por aquellos que prefieren hablar por teléfono en vez de enviar mensajes de texto), Cuddli (para

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geeks exclusivamente) o Hater (une a las personas a partir de las cosas que odian). (Mashable

Daily, 20 de diciembre de 2017).

Gracias a ello es posible decir que existe una aplicación para cada posible interés que un usuario pueda tener, y que este universo digital es uno que vale la pena considerar al hablar de las interacciones románticas y sexuales del siglo XXI.

Nuevas representaciones del amor en las industrias culturales

En las industrias culturales todavía se ve un amplio aprecio a ciertas nociones tradicionales del amor romántico. Varias de las canciones mencionadas en el anterior capítulo fueron realizadas durante el siglo XXI y, como se describió, se presenta una noción conservadora de los valores presentes en el amor romántico. Incluso la emergencia de artistas exitosos a nivel internacional como Andrés Cepeda, Fonseca, , Adele, Ed Sheeran, Taylor Swift o

Sin Bandera, por mencionar unos pocos, han interpretado canciones que hablan de amor y desamor usando conceptos como el matrimonio y la fidelidad.

Pero en ese panorama de cultura pop conservador se encuentran múltiples propuestas que evidencian una diferenciación en la forma de entender y demostrar el amor romántico en una pareja. El R&B (rhythm and blues) por ejemplo es un género que se populariza en los Estados

Unidos en la década de los 80 gracias a su unión al funk y herencia del género disco y que se popularizó gracias a canciones románticas de las agrupaciones Boyz II Men, Stevie Wonder y

Whitney Houston. En ese género también se presenta un auge de las canciones con índoles sexuales sin insinuaciones y doble sentidos liderado por Marvin Gaye y su canción Sexual

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Healing (1982), la cual habla abiertamente de una invitación sexual a su pareja, la cual fue un gran éxito en los Estados Unidos.

En sus versiones más contemporáneas, este género se encuentra con la presencia de artistas como Frank Ocean, un joven californiano que expresa abiertamente su bisexualidad en su canción Bad Religion (2012) del disco channel ORANGE, nominado al premio Grammy - el más exitoso de la industria musical americana - como mejor álbum del año. Otro caso es The

Weekend, quien consigue hibridar el género con el pop y creando canciones como The Hills

(2015) y Wicked Games (2011), la primera la cual discute la aceptación de una relación netamente sexual por parte de un hombre y una mujer; la segunda canción habla acerca de una relación con una prostituta que se sabe que puede fracasar, pero que él busca el afecto en ella porque necesita cariño.

En Latinoamérica se presenta una revolución con la entrada del reguetón17, un género musical que nace a partir de adaptaciones de distintas culturas, en especial la puertorriqueña, del reggae jamaiquino. A principios del siglo XXI, este género se inserta en Colombia y especialmente en

Medellín, ciudad cuna de artistas de talla internacional como J Balvin, Maluma y Nicky Jam.

Este género es popular en los jóvenes debido a que, gracias a su ritmo, es fácil de bailar en las discotecas y otras situaciones de fiesta, además de tener letras pegajosas. Pero estas letras no son necesariamente aptas para todo público:

La gran mayoría de estas canciones tienen contenidos fuertes y utilizan un léxico erótico donde la

mujer se presenta como un objeto sexual. Este concepto de mujer refuerza la cultura machista en

el medio y la promueve entre la población más joven, que es precisamente la más vulnerable y la

que menos formación tiene para hacer una lectura crítica de los contenidos. (Ramírez Noreña,

2012).

17 Aunque es conocido coloquialmente como , la Real Academia Española prefiere el uso de la palabra ‘reguetón’.

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No es difícil encontrar en las canciones más populares del género lade las nociones que expone Ramírez Nordeña. Desde sus comienzos, en canciones como (2005) cuando se le menciona a una mujer que “no me importa que usted sea mayor que yo/hoy la quiero en mi cama/y no malinterprete mi intención/es que no aguanto las ganas” (Wisin &

Yandel, , Héctor El Father, Baby Ranks & Tony Tun-Tun); pasando por Nova &

Jory con Daddy Yankee cuando dicen “Y dale aprovecha que aqui estoy/después de hoy quizás no se dará otro chance [...] no quiero tanto solo te pido una noche” (2011) o “Yo te busco de noche, te saco a pasear en el coche/te quito el broche, ven y hagamos un derroche/dale aprovecha el chance, duro hasta que te canse” (2011); y llegando a una de las canciones más populares de los últimos años en Bonita de Jowell & Randy con J Balvin: “Y esto no para hasta que estés sin conciencia/hay que perder la paciencia y que sueltes las piernas/hoy vamos a meterte, chula tu tienes/esa adicción que me pone y me tiene ” (2017).

Incluso se refleja este contenido sexual en su baile significativo: el perreo. Este, según

Samponaro, “simula el acto sexual de los perros, con la hembra bailando en una posición sumisa por debajo del macho, quien la domina desde atrás.”18 (2009). De tal forma, esta externalización de un acto íntimo como es el sexo se introduce en la cotidianidad y ayuda a la desacralización de la sexualidad al transformarla en algo banal, de lo que se puede hablar, cantar y bailar sin la mediación de alguna institución reguladora, como en tiempos pasados pudo haber sido la Iglesia, por ejemplo. A nivel internacional también cumplen una labor en este asunto géneros como el hip hop y el trap. El primero tiene una amplia trayectoria y se pueden destacar temas como Let’s talk about sex (1990), Drunk in love (2013) o Blame game (2010), canciones las cuales describen las dificultades de establecer relaciones sexuales, pero hablando abiertamente del tema

18 Traducción propia de simulates the sex act between dogs with the female dancing in a submissive position beneath the male, who dominates her from behind

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y entendiendo la complejidad más allá del erotismo. El trap latinoamericano continúa de los temas del reguetón en sus letras, lo cual se evidencia en la que puede ser la canción más popular del tema: Cuatro Babys (2016) de Maluma, Noriel, Bryant Myers y Juhn.

Dicha transformación de la sexualidad ayuda a que se pierdan ciertos tabúes a la hora de hablar del tema y en la identificación de ciertos valores en la vida relacionados con el sexo, como el reconocimiento de unos gustos particulares o unas necesidades a la hora de hacer el acto sexual. Lo anterior puede ser una razón por la cual, como se ha evidenciado durante este capítulo, el sexo se presenta no sólo como un tema de conversación clave de las parejas, sino también como un requerimiento que debe cumplirse para poder establecer una relación sexual sana.

Estas canciones también sirven como comunicadores de distintos modos de entender las relaciones, siendo el caso más representativo la canción Felices los 4 (2017), del artista colombiano Maluma. Este éxito, que acumula 1200 millones de reproducciones en Youtube y

450 millones en Spotify, presenta en sus letras la historia de una relación abierta, en la que hay un componente sexual y romántico a la vez que rompe con la concepción monógama de la pareja romántica. El intérprete se muestra contento con la condición de su relación cuando dice: “si conmigo te quedas o con otro tú te vas, no me importa un carajo porque sé que volverás. Y si con otro pasas el rato, vamos a ser feliz, vamos a ser feliz, felices los 4.” (Maluma, 2017).

La televisión es un medio que no se queda atrás en su representación de nuevas narrativas y nociones románticas. Gracias a la introducción de la televisión por cable y servicios de suscripción como Netflix, la oferta televisiva ha aumentado drásticamente, lo que lleva a que las cadenas creen contenidos originales con el fin de atraer audiencia. Estos contenidos les permiten representar el amor tanto en modelos tradicionales que conservan valores de familia y

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matrimonio (como por ejemplo las relaciones presentes en Modern Family, 2009), así como propuestas nuevas que buscan reflexionar la “cruda” realidad del amor romántico, u otras perspectivas distintas acerca del tema.

En el caso de Netflix, dos series que hablan explícitamente del amor romántico son Master of

None (2015) y Love (2016). La primera, creada por Aziz Anzari y Alan Yang, trata acerca de la búsqueda de Dev, un actor de 30 años de ascendencia hindú que intenta buscar el amor mientras prospera en su vida profesional en la Nueva York actual. Durante el transcurso de la serie vemos distintos elementos de los que se ha hablado en este trabajo: las múltiples parejas sexuales, las aplicaciones de citas y el apoyo al proyecto de vida individual de cada miembro de la pareja. En la serie se entiende el amor romántico como una noción con la que nos criamos y anhelamos como seres humanos, pero en la que se encuentra un choque entre las expectativas y las experiencias.

Love es una serie creada por Judd Apatow y Lesley Arfin que examina una relación entre dos personas (Mickey y Gus) que no son capaces de ver que no son perfectas individualmente, y encuentran en el otro un refugio de su imperfección. En el transcurso de su enamoramiento, se descubre que Mickey es una adicta al amor y al sexo y que eso afecta las relaciones con sus pretendientes debido a su extraña forma de apegarse a ellos. Es un punto de vista interesante entender el amor como algo a lo que se puede volver adicto una persona, ya que se puede intuir en el amor romántico un elemento adictivo y que puede originarse en ese choque entre las expectativas del amor romántico y “el mundo real”.

En el tema de parejas que no están hechas para estar juntas también se encuentra You’re the

Worst (2014) de FX, sobre dos seres autodestructivos y que saben que son malas personas, las cuales se atraen. En el caso de esta serie, nos encontramos con personajes que no suelen ser

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retratados en películas o series de romance y a los que se les otorgan arcos narrativos acorde a sus personalidades particulares y las dificultades que estas cargan a la hora de buscar el afecto de otro ser humano. El primer caso es el de Gretchen quien está diagnosticada con depresión clínica, enfermedad mental con demasiadas consecuencias que diariamente afectan el autoestima de ella y hacen que piense que no es digna de recibir amor. El otro personaje que vale la pena destacar en este sentido es Edgar, un veterano que fue a la guerra de Afganistán y se enfrenta día a día con estrés postraumático, condición que hace que le cueste vivir el día a día y dificulta sus relaciones con los demás. Ambos personajes tienen momentos en los que se enamoran de alguien más, pero creen que por su estado mental no se merecen el afecto de otras personas. Esa es una idea que se reproduce también en la película Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky, en la cual se menciona la frase “aceptamos el amor que creemos merecer” (2012), la cual ejemplifica el papel que juega el autoestima a la hora de buscar amor. Tanto en el largometraje como en el seriado se presenta que el camino de estos personajes defectuosos para llegar al amor romántico es complicado y muy diferente a unos cuentos de amor “tradicionales”, pero que es posible.

Últimamente se ven varias películas que luchan con la idea de las expectativas presentes en el amor romántico y cómo estas chocan con la “realidad”, entendida como una situación distinta a la que anhelaban. En cuestión de sexo, un ejemplo reciente es Lady Bird (2017), la cual mostró el hecho de perder la virginidad - que en las películas americanas, especialmente de los 90 y de principios de los 2000 se entendía como un ritual para entrar a la “adultez”, como en American

Pie (1999) - como un acto intrascendente y que es el primero de muchos coitos de mala calidad que encontrará una persona en su vida. Esto genera un choque emocional fuerte en su personaje

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y la lleva a entender que la pérdida de la virginidad no es un asunto de amor y cuentos de hadas como se lo habían imaginado ella y sus amigas.

Siguiendo con esta perspectiva “realista” del amor romántico vale la pena contemplar la película (500) Días con ella, la cual tiene diversas escenas que comparan explícitamente las

“expectativas” y “realidades” de las relaciones románticas. También se encuentra la saga “Antes de...”, compuesta de las películas Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes de la medianoche (2013), dirigidas por Richard Linklater y protagonizadas por Ethan Hawke y

Julie Delpy. Esta trilogía nos muestra el romance que florece entre Jesse, un americano, y Céline, una francesa, quienes se conocen un día en un tren en Viena. Entre cada largometraje se encuentra una diferencia de 9 años tanto narrativa como en su realización, tiempo en el cual los actores y autores tienen un crecimiento físico y emocional que se refleja en los personajes y sus narrativas. En Amanecer nos encontramos con unos jóvenes que encuentran en el amor una noción idílica que les causa estabilidad en un momento en el que se espera que escojan un rumbo laboral, por lo cual el romance se convierte en un eje muy importante y del que se espera mucho.

En Atardecer, Jesse y Céline se reencuentran y entienden que no todo lo que ellos pensaban acerca del amor es cierto, lo que los lleva a tener nuevas perspectivas y entender que el amor romántico es un elemento complicado cuya recompensa emocional es enorme. En Media noche ellos ya están en sus 40s y se encuentran que las responsabilidades de una vida adulta pueden ahogar el sentimiento romántico casi en su totalidad, gracias a lo cual Jesse y Céline se cuestionan acerca de cuándo perdieron el rumbo de sus metas amorosas.

Las anteriores películas tienen un punto de vista que se podría considerar un poco cínico, lo cual es producto de la racionalización del amor que menciona Illouz. Ella afirma que los seres humanos son más conscientes del amor romántico y tienen la capacidad de auto reflexionar

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acerca del rol de este en sus vidas. Ser crítico del amor romántico en la cultura popular no significa abandonar la búsqueda de afecto en la vida, sino que representa entender este sentimiento como algo más complejo, tal y como lo presenta Sara Valencia:

Romper el mito [del amor romántico] no es sólo que no queden juntos, sino que le muestren (sic)

al espectador otra forma de contar historias. No significa dejar de creer en el amor, significa dejar

de verlo de la manera en que lo queremos ver, como en las “verdaderas” películas de amor

romántico. Es verlo de una manera más sana y humana, con todos los defectos y virtudes que trae.

(2016).

Entre esos defectos y virtudes se encuentra lo que afirmado por Giddens al hablar del apoyo al proyecto de vida de cada miembro de la relación. La presencia del capitalismo y la construcción de una pasión enmarcada en un contexto laboral (ejemplificado por la ya muy repetida frase “trabaja en algo que te apasione”) llevan a la presencia de prioridades individuales más allá de una relación romántica. La La Land (2016) es un ejemplo clave en este caso, ya que en el largometraje ganador de seis premios de la Academia se presenta una pareja que encuentra el amor y logran superar casi todas sus dificultades a partir del afecto mutuo. Es en la realización de un proyecto personal que se encuentra la barrera que termina la relación, debido a que cada uno se dio el soporte que el otro necesitaba para seguir en sus vidas personales y con eso era suficiente y no con el sentimiento puro, como se evidencia en la última secuencia de la película.

Entre las concepciones nuevas de amor se comprende la inclusión de personajes LGBTI, los cuales suelen ser representados como un personaje secundario con motivo de burla a partir de situaciones y rasgos desarrollados de forma peyorativa, como en la película colombiana Diástole y sístole (2000). Dos ejemplos aclamados críticamente de los últimos dos años son Luz de luna

(2016) y Llámame por tu nombre (2017). La primera, dirigida por Barry Jenkins, muestra el descubrimiento sexual de un joven homosexual afroamericano en los Estados Unidos. Dicho

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largometraje fue celebrado por la sensibilidad con la que se aproximó al tema y recibió el premio de la Academia a Mejor película del año. El segundo largometraje, dirigido por Luca

Guadagnino, nos muestra cómo un joven en 1983 está seguro de su identidad y se enamora de un hombre mayor que él. Narrativas de ese tipo suelen ser aplicadas sólo a hombres blancos heterosexuales en películas comerciales de Estados Unidos, generalmente en el género de la comedia.

La tecnología se convierte también en una nueva herramienta narrativa disponible para los guionistas y les ayuda a diversificar sus relatos. Uno de los primeros intentos de conseguir esto fue en la comedia romántica Tienes un e-mail (1998), la cual presenta la historia de dos personas de negocios que son enemigos en su trabajo, pero que se enamoran a partir del uso de su correo electrónico, algo novedoso para el momento. Podría tomarse como un precedente para el largometraje francés Amor.com (2017), el cual presenta a un viudo de 75 años que descubre los sitios de internet y usa a su yerno en su búsqueda de conquistar a una joven de Bélgica. Ambos largometrajes presentan el internet desde la comedia como un elemento nuevo en las relaciones románticas, el cual es poco convencional y genera muchas dudas a la hora de usarlo, pero presenta resultados positivos para sus personajes.

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Capítulo 3: Construcción del guion

Inspiración y creación de la historia

Para la creación de la historia se recurrió a los motivos personales aludidos en la introducción en relación a la curiosidad frente a la construcción de las relaciones amorosas de hoy en día.

Desde esa intención personal se sigue la idea de Aronson (2000), quien propone que el guionista

“intenta analizar qué fue precisamente lo que [le] hizo comprometer a esta idea - para que pueda construir la intensidad personal en el guion”19 (p. 81), con el fin de que la pasión que impulsa a iniciar este trabajo sea lo que me guíe como escritor y no perder el rumbo.

El amor contemporáneo en el que se comprenderá la historia es una mezcla entre las concepciones vistas en el anterior capítulo. Se sigue el ejemplo de Illouz en el personaje principal, Natalia Andrade, al ser ella una persona que se cuestiona la noción de amor que le ha sido inculcada. Durante el largometraje, ella entra en un proceso de reflexión acerca del rol del amor romántico en su vida personal, apoyada en sus amigos y familiares que tienen una concepción similar.

Uno de los elementos particulares del universo amoroso de Dos meses es la presencia de la aplicación Tinder como el catalizador de la historia. Natalia, desesperada de tener decepciones románticas cuando conoce personas de forma “tradicional”, encuentra en la aplicación una plataforma nueva para adentrarse al mundo amoroso. En dicha plataforma ella encontrará plasmada la concepción de Bauman de las relaciones como conexiones, al ver que casi la

19 Traducción propia de: “try to analyze what precisely made you commit to this idea - so that you can build personal intensity into the script.”

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totalidad de usuarios de Tinder está en la búsqueda de conexiones en vez de relaciones, que sean fáciles de romper y que tengan el menor impacto emocional en el individuo.

Para el final de la trama, Natalia tendrá un arco de transformación en relación a su concepción del amor romántico y comprenderá lo que presenta Giddens al hablar de amor confluente. Más que todo, ella analiza la parte en la que cada miembro de la relación romántica tiene que desarrollar un proyecto de vida tanto propio como conjunto. Ambos elementos deben ir de la mano y, como lo ve Natalia, ella está dejando de lado su construcción personal por la preocupación de tener relaciones amorosas. Así, Natalia se da cuenta de la importancia del amor propio tanto en la vida amorosa como en la vida personal.

Esa búsqueda del amor propio se introduce bajo lo que Mckee (1997) llama el deseo inconsciente. Este es una necesidad que tiene el personaje en las narrativas audiovisuales que no es evidente en un principio en él o ella, sino que se manifiesta en el transcurso de la trama y se le revela al personaje. De tal manera, la historia se construye de tal manera que la narrativa del amor propio sea introducida de forma natural en la historia. El relato a contar se marcará bajo lo que McKee denomina como la Minitrama, una estructura narrativa que cumple con una historia ejecutada a partir de la simpleza y economía en la que no todos los interrogantes planteados se logren responder, pero sí hay una satisfacción emocional en el relato y el público se siente satisfecho de la conclusión. También se destaca la presencia de una protagonista pasiva como

Natalia quien lucha con un conflicto externo (las relaciones amorosas) que da pie a un conflicto interno (la falta de autoestima y amor propio). Además, no se sigue a Natalia en exclusiva durante todo el relato, ya que habrá momentos en que el largometraje se torne hacia la perspectiva de Andrés Felipe (el enamorado de Natalia) para poder entender su punto de vista y complejizar el relato narrativamente.

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Para la escritura del guión se siguió en un principio el concepto de Aronson de conocer el género en el que se está trabajando para tener claros los requerimientos de estos y que la audiencia no se sienta traicionada por el guionista. El género escogido fue el drama, en específico el drama romántico, para lo cual se estudiaron varios referentes audiovisuales

(algunos de los cuales están referenciados en este relato) y se destacó una lista de puntos en común a partir de los cuales estructurar una trama general: el momento especial de conocimiento de la pareja, el desagrado inicial o el clímax que determina si la pareja sigue junta o no, por ejemplo.

En la creación de los personajes de la historia se usaron experiencias personales, testimonios obtenidos a través de entrevistas y la teoría del eneagrama de Riso y Hudson (s.f.). Esta última clasifica a los seres humanos en nueve posibles personalidades variables, es decir, una persona que sea un Cuatro20 o un Ocho en su base, podría adaptar comportamientos de otros eneatipos como consecuencia de ciertos estados emocionales o alteraciones en su propia vida. Riso y

Hudson entienden que una persona es un ser complejo y que no se puede encasillar en una sola personalidad, por lo que destacan que cada eneatipo tiene unas “alas” (o ramificaciones) hacia los otros grupos, o eneatipos, cercanos. Por ejemplo, en un eneatipo Seis están presentes también rasgos de los grupos Cinco y Siete, aunque siguen predominando las características del Seis.

Las entrevistas21 fueron realizadas a personas de edades cercanas y una personalidad similares a la de la protagonista, Natalia. El énfasis en ella se debe a que, como protagonista de la historia, es uno de los elementos de mayor cuidado para la audiencia ya que esta “necesita caminar cada paso con el protagonista y cada paso tiene que llevarlos (al igual que el protagonista) en una dirección específica” (Aronson, 2000, p. 43). Por ello, se consideró como vital el entender desde

20 Cada uno de los tipos se nombra a partir de un número del Uno al Nueve y viene con un apodo que resume a gran escala su caracterización. 21 Las entrevistas completas se encuentran como anexos del trabajo.

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perspectivas ajenas a la del escritor la naturaleza de Natalia de una forma honesta para el espectador. Todas las mujeres entrevistadas coinciden en un concepto de amor que proviene, como se ha construido el mito, de la popularización de obras de las industrias culturales, siendo las más influenciables las películas.

Después de considerar los anteriores factores se establecieron los perfiles para los tres personajes clave en la relación romántica que se está trabajando en el largometraje, Natalia y

Andrés Felipe:

Perfil de Natalia Andrade.

Es una mujer de 28 años delgada, mide 1,73 metros. Tiene el pelo negro, liso, sin extensiones y ojos color café. Actualmente es diseñadora jr. del departamento gráfico de una agencia de publicidad en Bogotá, aunque estudió arte en la universidad de Los Andes. Ella consiguió ese empleo con la ayuda de su mejor amiga Andrea, quien sí es publicista y la recomendó intensamente cuando vio que la agencia necesitaba a una persona creativa para su departamento de diseño.

Natalia dibuja desde su infancia, empezó como un pasatiempo en momentos de aburrimiento durante o después del colegio, cuando no veía televisión. En un principio dibujó a su familia y las cosas que encontraba a su alrededor mientras encontraba su estilo artístico. Ya en la adolescencia es posible notar cómo su estilo se tornaba hacia lo que se podría denominar como

“bizarro” o “raro”, evidenciado en personajes no humanos.

Suele pensar en los demás antes que en ella, lo cual hace que Natalia no haga las paces con sí misma en varios aspectos emocionales. Ella es una persona incapaz de ocultar sus emociones hacia los demás desde lo no verbal, pero si uno le pregunta acerca de lo que siente, es posible

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que lo niegue pero no sólo por un asunto de desconfianza, sino porque ella no se ha reconciliado con sus sentimientos. Estas confrontaciones emocionales suelen ser fructíferas para su arte, el cual suele centrarse en personajes que no se sienten contentos consigo mismos y sienten que algo les falta, que están buscando la paz interior de cierta manera o se sienten como forasteros en su entorno. Dichas características las muestra en sus dibujos de seres no humanos con atributos exagerados tales como un ojo chueco, piernas extremadamente largas o pelo no uniforme, por ejemplo. Son personajes que se diferencian de su entorno gracias a sus características únicas, aunque no las ven como elementos para distinguirse y aportar a los demás, sino para aislarse y entenderse a sí mismos como seres defectuosos, al igual que Natalia. Incluso tiene un personaje que admira mucho y al cual le trabaja mucho pero nunca siente que está perfecto, que siempre tiene algo en lo que le puede trabajar; ese personaje, al que ella le dice cariñosamente “bicho raro”, es el reflejo de ella en sus dibujos. Tal vez, en un futuro lejano y cuando esté terminado, ella piensa hacer una novela gráfica alrededor de dicho personaje, medio el cual le intriga mucho y en el que le gustaría incursionar si la oportunidad se da, aunque es algo de lo que no se encuentra segura.

Es una persona introvertida, no suele abrirse a otras personas con facilidad, primero tienen que abrirse a ella y demostrarle que son dignos de confiar. Esto no proviene desde un deseo de

“probar” a las demás personas para ver quién es digna de su interacción, sino de una inseguridad personal a la hora de comunicarse con los demás. No es una persona de muchos amigos, pero es muy cercana a las personas en las que confía. Una de esas es su mejor amiga, Andrea. Además de conseguirle el trabajo, ellas tienen una larga trayectoria de amistad que nace en la universidad, cuando empezaron se conocieron por una casualidad, pero encontraron en la otra una mujer que les daba un apoyo y una colaboración que tanto anhelaban. Son un poco opuestas, Natalia es

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introvertida y Andrea extrovertida, la primera ve películas independientes, la segunda se duerme si no “pasa algo” en los primeros 10 minutos y le encanta ver cine de terror; pero esas diferencias no interrumpen la amistad entre ellas, sino que se nutren mutuamente como seres humanos.

Otra persona en la que confía mucho es su hermano mayor Guillermo, quien le lleva cuatro años. Es su familiar favorito, su compinche desde la infancia, la persona a la que le mostraba sus dibujos y le daba una opinión honesta, cuando la elogió no sólo era porque son hermanos, sino porque veía en ella un verdadero talento artístico. Ella se junta con los él y su esposo Alejandro sin sentirse incómoda ni violinista, cada domingo se ven para almorzar y ven una película que ellos consideran “tonta” para poder reír, desconectarse de los problemas y compartir un momento en familia.

Natalia es una mujer de pasiones. Cuando encuentra algo que le llega al alma se obsesiona y crea un vínculo emocional que no sabe explicar con palabras. A través de sus dibujos es capaz de expresar mejor cómo se siente y cuál es su naturaleza. La música que escucha actúa también como un indicador de cómo se siente en un momento en particular y se evidencia en la forma en que se mueve cuando la oye. En el baile y en el dibujo ella encuentra un refugio personal frente a una sociedad abrumadora y las barreras a las que se enfrente.

En lo profesional es muy dura consigo misma. Ella es una persona cuyo arte nace de su vida personal y se obsesiona mucho con la noción de que no es una persona perfecta y le cuesta mucho ver cómo ella es capaz de notar sus imperfecciones como persona y como artista constantemente, aunque le cuesta trabajar para cambiar lo que ella considera como defectos.

Natalia es consciente de que tiene muchas cosas que aprender antes de llegar a donde quiere profesionalmente y, en ese proceso de aprendizaje, sabe que tiene que tomar distintos trabajos que no le fascinan, pero que le darán lo necesario para vivir y no perder del todo sus habilidades

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artísticas. No le gusta hacer trabajos relacionados con su arte porque siente que estar bajo el comando de alguien más le restringiría la creatividad y no tendría lugar para desarrollar su esencia. De vez en cuando Natalia se pone reflexiva y se pregunta si está tomando el camino correcto para su desarrollo profesional y duda de si en verdad está trabajando en su pasión, pensamiento el cual le puede generar tristeza y ganas de estar sola.

Según la teoría del eneagrama, ella hace parte del eneatipo Cuatro, denominado “El artista”.

Una de sus características más importantes es la falta de autoestima que se tiene el Cuarto.

Natalia se siente insegura de sí misma en muchas ocasiones y eso actúa como una barrera para poder desarrollarse como persona y llegar a donde quiere.

Desde pequeña ella ha visto películas de toda clase junto a su hermano Guillermo, con quien vio en todo lo relacionado con Disney y una programación televisiva de principios de los 2000 dirigida a niños o a públicos generales. Esta educación cultural no sólo le ayudó a crear un vínculo importante con su hermano en la infancia y que cuida hasta el día de hoy, sino que le mostró a Natalia lo que era un romance tradicional, enmarcado en el mito del amor romántico.

En el cine, la televisión y la radio ella se encontró con una serie de romances que supera todas las dificultades, a personas que encontraban en el otro razones para mejorar como personas y que complementaban los posibles defectos y dificultades del otro. El romance que ella encontró en esa época es uno que la ha marcado durante toda su vida y, aunque no lo haga conscientemente, ella está buscando su propio príncipe azul.

Según lo que ella comenta, Natalia no se encuentra en una relación seria por decisión propia, porque los hombres que se encuentra son, en sus palabras, unos “bobazos” que no la aprecian.

Está segura de que es heterosexual y sabe que en su vida quiere una relación seria con quien pueda apoyarse emocionalmente, que la pueda ayudar a comprender quién es como persona y

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apoyarla en su vida emocional y profesional. Ella siente una carencia afectiva que no la encuentra en su familia, en sus amigos o en el sexo casual, y sus problemas de autoestima llevan a que busque los demás las cosas que siente que carece. Como le comentan Riso & Hudson, las personas del eneatipo de Natalia “suelen enamorarse de personas cuyas cualidades admiran o desean para sí mismos, y luego acaban envidiando, resentidos, a la persona amada justamente por tener esas cualidades” (s.f., p. 150). Dicha razón es la causa principal de que no encuentre un hombre con el que ella quiera compartir su vida y sus experiencias.

Natalia era más cercana a su papá, el cual falleció cuando ella era adolescente y dedicaba sus tardes y noches a mimar a sus hijos mientras su mujer hacía de ama de casa y logró mantener la herencia familiar. Debido a ello, Natalia no tuvo que trabajar mucho en su vida y pudo dedicarse a absorber todo lo que pudo en cine, música y en su propio arte. A veces siente que es una persona muy consentida y que ella no cabe en el modo de vida de su familia, en el cual los objetos de valor toman una gran importancia, así como las marcas de ropa y el último celular de alta gama. Natalia está en un punto de independización económica desde que vive sola, ya que siente que no debe depender de su madre para vivir y que está muy mayor para eso e intenta ser cuidadosa con sus gastos, incluso en su apartamento se ven pocos objetos más allá de los

“necesarios”.

Cuando está triste ella: es pasiva dentro de su casa, dibuja, se queda sentada viendo Netflix hasta la madrugada, no duerme bien, come mucha chatarra o pide domicilio, cancela los pocos planes que tiene y se inventa una mentira, hace publicidad, cambia algo en su casa (no se termina de sentir cómodo en ella), está pegada a su teléfono, de mal humor.

Cuando está feliz ella: escucha música, baila mientras hace alguna otra cosa, cocina para sí misma, dibuja, sale a caminar si hay sol, se toma un café en su casa viendo hacia la ciudad al

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tiempo que dibuja, no le pone mucha atención al teléfono, cumple con sus obligaciones, lee alguna novela gráfica o literatura.

Perfil de Andrés Felipe Urrego.

Tiene 32 años, es acuerpado, mide aproximadamente 1,83 metros y tiene ojos de color verde claro. Tiene pelo corto, castaño y porta una barba bien arreglada que combina con una impecable presentación personal.

En la clasificación del eneagrama él entra en el tipo Tres: “el triunfador”, aquel grupo de personas que busca ser aceptado, valioso y deseado por los demás. Por ello es un hombre que sabe que tiene que trabajar por sí mismo y proyectar hacia los demás una imagen de éxito a partir de sus logros. El trabajo es un eje importante en su vida y siente que debe ser el mejor siempre en lo que hace y, si fracasa, nadie se tiene que enterar y él corrige sus errores con disimulo.

Aunque el dinero es un factor importante en su vida, Andrés Felipe no lo ve como el eje central de su éxito, sino que esto último lo entiende como la percepción positiva que los demás tengan de él y el resultado de jornadas de trabajo duro.

Su eneatipo Tres se presenta en un estado medio, grupo que se destaca porque “temen que no se fijen en ellos a menos que sean sobresalientes o tengan un gran éxito, [...] se autopromueven

[sic], son competitivos y arrogantes para ocultar su secreto estado de necesidad.” (Riso &

Hudson, s.f., p. 129).

Andrés siente que tiene que dar un paso por delante de lo que ha hecho Rodrigo, su padre, en cuya empresa cervecera (La Cachaca) se encuentra en este momento no por una razón familiar, ya que su contratación no fue idea de Rodrigo, por más que en la cervecería no haya sido vista

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como tal. Por ello, Andrés tiene que luchar todos los días contra la noción de que está en La

Cachaca por una cuestión de nepotismo, sino por mérito propio. Él escoge no renunciar a su puesto porque tiene el deseo de demostrarle a su padre cómo se puede destacar en un entorno que este controla en su totalidad, lo que le daría a Andrés más “puntos” con su padre.

La relación entre Rodrigo y Andrés ha sido tensa durante toda su vida. Rodrigo fue una persona emprendedora, quien tuvo que buscar su propio éxito a las malas y luchando desde una posición económica menor a la que se encuentra en este momento, la cual es muy exitosa.

Rodrigo ha sido una persona que busca que su hijo sea igual de exitoso a él y le impuso una carga profesional a su hijo, a quien forzó a estudiar una carrera “que dé plata, de algo que se pueda vivir bueno”. Andrés y su mamá no eran muy cercanos, se hablaban y se trataban bien, pero para él su mamá no era una persona en la que pudo confiar mucho. Al ser hijo único él no tuvo en su familia cercana una persona que lo apoyase emocionalmente, lo que aportó al desarrollo de su personalidad y a esconder sus debilidades.

Siguiendo la teoría de Riso y Hudson, entendemos que Andrés Felipe no se cierra a las características del eneatipo tres, sino que tiene características de los tipos dos y cuatro a partir de las respectivas “alas”. Del Dos adhiere características de su estado medio en la forma en la que busca “eliminar cualquier característica que les obstaculice el ser deseables, pues piensan que su valor viene de la capacidad de atraer e incluso encandilar a los demás. En resumen, desean gustar y ser admirados” (s.f., p. 126). Del dos también adapta la capacidad de preocuparse por los demás y ayudarlos en los que sea posible, por más que se relacione a una necesidad de que lo admiren a él. Andrés busca que las demás personas lo admiren a él a partir de sus buenas acciones e intenciones, las cuales puede hacer de forma altruista si consigue preocuparse mucho por esa persona.

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El ala hacia el Cuatro de él se muestra de forma “sana” con la forma en la que ella se concentra en el trabajo y busca que este sea no sólo sobresaliente, sino algo de lo que puedan extraer un placer. Él es una persona competitiva no sólo con los demás sino consigo misma, lo que lo lleva a veces, dependiendo del reto, a escoger el camino más difícil para superarlo y sentirse bien con su éxito.

Está casado con Silvia, a quien conoció en el mismo gimnasio al que suele ir. Tuvo una conexión con Silvia a partir de muchos gustos similares y se empezaron a hablar cada vez más y más, generando una confianza en ella como una persona que es muy atractiva y que puede hablar de las cosas que le gustan, principalmente superficiales. Andrés sintió lo que pensó que era

“amor verdadero” al conquistarla por sus gustos mutuos y porque ella se mostró muy entregada a la relación, algo que él asoció a su personalidad “magnética”.

Presionado por su padre, quien para su edad ya estaba casado y le recuerda a su hijo constantemente el valor de una familia, Andrés se casa con Silvia. Personalmente, él no se encuentra interesado en tener hijos, siente que sería una característica que lo ataría en la vida.

Aún así, y para darle el gusto a Silvia, ellos adoptan un perro que escogió ella y que él llamó

Rocky, según él “para que tenga un nombre fuerte”. Llevan un año y diez meses de matrimonio y

Andrés tiene dudas constantes de si su relación va por el lado correcto, no siente la intimidad que a él le han inculcado que es parte vital del matrimonio. En busca de ese afecto que carece su relación, él ha engañado varias veces a su esposa intentando ser disimulado por respeto a Silvia, aunque sus relaciones clandestinas no han sido serias y eso lo llevó a Tinder. En su interior tiene tendencias conservadoras en los roles de hombres y mujeres en la relación, razón por la cual convence a su esposa de convertirse en un ama de casa, y por la que no se toma en serio el emprendimiento de ella.

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Cuando se compromete hacia algo, ya sea a un trabajo o a una persona, suele dar todo de sí mismo para que su objetivo se cumple. En el caso de las personas, Andrés cuida mucho a las quienes que son cercanos a él y se preocupa por sus necesidades y que se sientan bien en todo momento, en especial cuando estén juntos. Aunque puede parecer que lo hace para su propio ego, consigue ser una persona honesta, dedicada y altruista con aquellos que consiguen ganar su corazón y le hagan ver que no es sólo comprando objetos materiales a los demás (algo que suele hacer cuando no está comprometido con el otro y quiere ganarse un respeto superficial) que se cultiva una relación afectiva.

Es fanático del cine de acción y comedia y del reggaetón, su película favorita es Duro de matar y su artista favorito en este momento es Maluma. Él es una persona extrovertida a la que le gusta salir de fiesta y tomar una buena cerveza acompañado su grupo de amigos de su colegio, el cual conserva intacto hasta el día de hoy y se ven con frecuencia, algo que lo enorgullece mucho.

Intenta verse a menudo con ellos y son de las pocas personas que mantiene muy cercanas a él.

Cuando está triste él: Se escuda en su trabajo, no deja que los demás lo vean triste por lo que no usa sus redes, tiene en Tinder una forma segura de llamar la atención con desconocidos

(chatea con sus match, pero no se deja ver), busca a sus amigos para que lo animen.

Cuando está feliz él: un día decide darse el lujo de almorzar en un buen lugar, muestra su felicidad a los demás, publica en sus redes sociales, si está feliz por alguien más es capaz de dejar de admirarse a sí mismo por el otro un momento, es mucho más productivo en su trabajo.

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Storyline

Natalia, una mujer que busca el amor romántico en su vida, duda de su forma de entender el amor cuando se enamora de un hombre casado que conoce por Tinder.

Sinopsis

Natalia es una mujer de 28 años que trabaja en una agencia de publicidad, pero su pasión es el dibujo. Después de decirle a su mejor amiga Andrea lo insatisfecha que se encuentra con el amor romántico y los hombres que ha encontrado en su vida, crea un perfil de Tinder en el que se conecta con Andrés Felipe, un cliente de la agencia. En una cita, Natalia descubre que él está casado. Ellos se acuestan, pero Natalia corta la relación ahí. En un concierto se reencuentran, y

Andrés Felipe le pide dos meses para dejar a Silvia, su esposa, a lo que Natalia accede.

Andrés Felipe se convierte en un eje importante para Natalia, la apoya emocional y profesionalmente, en especial cuando Natalia renuncia a su frustrante trabajo. Él le muestra una convocatoria para ilustradores en Canadá con que pueda inscribir a un personaje en el que lleva trabajando desde hace un tiempo. Silvia ve que su esposo se encuentra distante desde hace un tiempo y no quiere tener sexo con ella, por lo cual decide sorprenderlo con un viaje a Cali para su segundo aniversario. En el viaje ellos vuelven a enamorarse y reanudan el sexo en su relación.

Con la ayuda de Andrea, Natalia reconoce que debe trabajar por sí misma antes que preocuparse por una relación con un hombre casado. Andrés Felipe le confiesa a Natalia que el dilema de si tener hijos o no ha afectado su relación y el sexo, y Natalia le pide hablar las cosas con su esposa antes de tener una relación con ella. Silvia sospecha que su esposo es infiel y le

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pide un tiempo. Andrés Felipe le dice a Natalia que terminaron, y reanudan su relación. Ambas mujeres descubren que Andrés Felipe les mintió. Silvia lo deja y Natalia se gana la convocatoria de ilustración. Natalia abandona a Andrés Felipe, se siente herida de que le haya mentido otra vez, y se va a Canadá a continuar con su arte.

Argumento

Natalia es una mujer de 28 años que tiene relaciones casuales o de una noche, pero anhela conseguir una relación romántica seria. Devastada por no lograr su objetivo, es convencida por su mejor amiga Andrea de abrir una cuenta de Tinder. Aunque en un principio Natalia encuentra hombres que sólo quieren sexo, la aplicación la conecta con Andrés Felipe, el nuevo cliente de la agencia publicitaria en la que Natalia trabaja.

Andrés Felipe la invita a tomar cerveza y todo va bien hasta que Natalia descubre la marca de un anillo en su dedo y ve en su celular una foto con otra mujer. Después de un intento de darle celos a Andrés Felipe, él y Natalia van a la casa de ella y tienen sexo. Natalia decide concluir la relación debido a que no quiere estar con un hombre casado.

Natalia sigue usando la aplicación, pero se siente incómoda con ella y con los hombres que le aparecen. En un concierto, Andrés Felipe salva a Natalia y Andrea de los abusos de algunos amigos y ofrece llevarlas a la casa. En el trayecto, él besa a Natalia y se vuelven a acostar. Al día siguiente, Andrés Felipe le pide un período de dos meses a Natalia para solucionar su divorcio con Silvia, a lo que ella accede. Mientras tanto, Andrés Felipe la inspira en su trabajo artístico y le presenta una convocatoria internacional que busca nuevos creadores y nuevos personajes. Él le dice que considere enviar a Reprimator, un personaje que Natalia creó y en el que trabaja en sus

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ratos libres. Natalia renuncia a su trabajo y, en un momento de vulnerabilidad, recurre a Andrés

Felipe para apoyo emocional por encima de Andrea.

Silvia nota que Andrés Felipe está distante a la hora de tener sexo y lo ve apartado de ella.

Para solucionar sus problemas, ella lo sorprende con un viaje a Cali con motivo de su segundo aniversario de matrimonio. Ahí, ellos recuerdan el inicio de su relación, acuden al sentimiento que los enamoró por primera vez y vuelven a tener sexo. Andrés Felipe le promete hacer lo posible por solucionar sus errores en pro de la relación.

Natalia nota la felicidad de Andrés Felipe en su viaje y decide ignorarlo por un momento. Ella le cuenta a Andrea de la relación con Andrés Felipe, y su amiga le recomienda que empiece a trabajar por sí misma, que no puede dejar que su dependencia del amor la vincule con hombres que la van a decepcionar. Además, Andrea le comenta que tiene que empezar a preocuparse por sí misma.

Natalia encuentra un trabajo diseñando escenografías y personajes en una empresa de videojuegos en donde conoce a Santiago, su nuevo compañero de trabajo. Una noche en la que no tiene inspiración para dibujar, Natalia descubre un evento de novela gráfica y decide ir sola.

Allá se encuentra a Santiago y empiezan a hablar acerca de sus gustos en común por la ilustración, pero dejan claro que no quieren una relación romántica, sino de trabajo y compañerismo. Santiago la motiva a trabajar en El Reprimator para la convocatoria.

Andrés Felipe intenta contactar a Natalia y consiguen cuadrar un encuentro en el que ella le pide que hable con Silvia y le recuerda de su promesa de los dos meses. Además, Andrés Felipe reconoce que el tema del sexo es lo que lo está separando de Silvia, debido a que él no quiere tener un hijo con ella. Natalia le pide que hable con su esposa y sea honesto con ella, que solucionen sus problemas antes de intentar una relación con ella. Silvia nota que su esposo está

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apartado y tienen una discusión en la que ella le comenta que sospecha de que le está siendo infiel. Ella decide vivir con sus papás por unos días. Andrés Felipe le comenta a Natalia que ya terminó con Silvia, e inician su relación formalmente. Natalia le regala un retrato a Andrés

Felipe en el que estuvo trabajando en secreto.

Natalia hace envío de su personaje a la convocatoria y está teniendo una participación activa en su trabajo de forma creativa, se ve que está contenta. Una noche, después de cenar con

Andrea, ella pide un Uber hacia su casa sin ver quién es su conductor. Al montarse al carro,

Natalia descubre que Silvia es su conductora. Natalia descubre que Silvia sigue con su anillo de matrimonio puesto y le comenta que se tomó un tiempo con su esposo, mientras solucionan las cosas. Al llegar al edificio de Natalia, Silvia vomita y Natalia la invita a subir a su apartamento para cuidarla. En la habitación, Silvia descubre una copia del retrato de Andrés Felipe y reconoce a su esposo. Silvia se va triste del apartamento y, días después, llega con enojo a sacar sus cosas de su apartamento. Andrés Felipe le pide que se quede, pero Silvia le confiesa que está embarazada, y que no quiere tener un hijo con un hombre que la engaña.

Andrés Felipe va al apartamento de Natalia a sanar su amargura, pero al llegar Natalia le reprocha el hecho de que él le haya mentido de nuevo y decide terminar la relación. Natalia revela también que se ganó la convocatoria y que se va a Canadá a estudiar y trabajar. Andrés

Felipe le pide que se quede, pero Natalia lo rechaza y se convence de preocuparse por ella misma antes que en relacionarse con un hombre. Natalia parte hacia Canadá con la conversación con

Andrés Felipe borrada de su teléfono y una sonrisa en su rostro.

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Conclusiones

En el comienzo de este trabajo se presentó una noción de amor romántico que era tratada como un ideal al cual una persona debía llegar para conseguir felicidad que desemboca en la construcción del mito del amor romántico, y los sub-mitos que lo componen y que se convierten en reglas. Al contrastarlo con la noción del amor contemporáneo expuesta en el segundo capítulo, es posible ver que la noción de lo que puede ser el amor romántico se expande. Las

Generaciones Y y Z, debido al mundo en el que viven, son capaces de usar su capacidad de racionalización para nutrir el amor romántico, sin desvincularlo al entorno individual de su vida.

Así, si un hombre quisiese tener una relación casual, basada principalmente en la atracción física y el sexo, puede trabajar con su pareja para hacer que esta sea positiva para los dos. Al igual que dos mujeres que se enamoren y quieran crear un proyecto de vida juntas. El amor contemporáneo que se presenta en este trabajo es uno que se fortalece cuando ambos miembros (o más si estamos hablando de relaciones de poliamor) comprenden no sólo el amor individual y propio de cada uno, sino que también se comunican adecuadamente y tienen expectativas acordes a su realidad.

Aunque las industrias culturales siguen presentando narrativas relacionadas al mito del amor romántico con un fin de entretenimiento, es posible ver narrativas audiovisuales y sonoras que proponen perspectivas distintas del amor romántico. Estos relatos, ya sea en películas, series, libros o canciones, no renuncian a la idea del amor romántico como un elemento importante en la sociedad, sino que generan una reflexión a partir de su rol. Así, películas como Antes del atardecer presentan discusiones y desacralizan dicha admiración hacia el amor romántico, sin abandonar los efectos y necesidades de los seres humanos de establecer contacto con los demás.

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Dicho contraste se ve en Dos meses, donde se presenta a una mujer que duda con una concepción de amor basada en el mito después de reconocer que la ausencia de un romance como el que idealiza está afectando su vida personal. Después de ser introducida a las aplicaciones digitales, un actor nuevo en las relaciones contemporáneas, es que Natalia es capaz de reflexionar acerca de su lugar en el amor romántico.

Al final del largometraje es que se representa el concepto de amor confluente que reseña

Giddens en una de sus facetas más importantes: la necesidad de cultivar un afecto individual, una especie de amor propio. Este es un punto en común con Bauman, quien también reconoce que hay un vínculo entre la individualidad y el amor romántico. Según el sociólogo polaco, en nuestra escogencia de pareja romántica se busca una persona que refuerce nuestra capacidad como seres humanos y ayude al autoestima.

También es importante destacar el proceso creativo que se relaciona con la creación de un guion de largometraje de ficción. Fue de gran importancia para el guion realizar una documentación teórica acerca del concepto del amor romántico. Dicha documentación se buscó a partir de una multiplicidad de fuentes, sin desvincularse del territorio de las industrias culturales y específicamente el cine, medio en el cual se está trabajando. También se buscó una vinculación con personas “reales” a través de conversaciones con personas de edad similar a Natalia, con el fin de crear un protagonista fuerte y que se relacione con el público. Este fue tal vez el punto de mayor aprendizaje en el trabajo, ya que la experiencia de realizar un texto audiovisual de más de

90 páginas implicó una exigencia mayor a la acostumbrada hasta el momento. Desde el tiempo requerido para su realización, pasando por el nivel de documentación que requiere el tema, la necesidad de pensar en sub-tramas e ir más allá de un cortometraje, proceso al cual estaba

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acostumbrado durante la carrera. De tal manera, escribir un largometraje implicó un desafío profesional más grande, el cual requirió reunir lo aprendido durante este período universitario.

En Dos meses es posible evidenciar la forma en la que una generación se relaciona con el amor romántico desde su cotidianidad, desde las concepciones que permiten hablar de relaciones

“serias” y “casuales” dependiendo del contenido sexual, hasta cómo reconoce en las aplicaciones móviles una nueva forma de establecer conexiones casuales. El entorno romántico que se muestra en el guion no abandona el amor como una necesidad del ser humano, pero sí propone nuevas formas de entender lo romántico en tiempos de individualismo, inmediatez y globalización como lo es el siglo XXI. Al representar audiovisualmente no sólo el modo de vida de una generación sino además su concepción del amor romántico, es posible reconocer a Dos meses como un elemento de valor en la industria del cine en Colombia.

Se cumplieron los objetivos planteados al principio de este trabajo al lograr la creación de un guion de largometraje que confronta la noción del mito del amor romántico con nuevas perspectivas en torno a las relaciones de pareja, representadas por Natalia y la búsqueda de amor que imparte en su vida. En cuanto a los objetivos específicos, se pudo realizar un resumen de cómo las industrias culturales están encargadas de reproducir un ideal de amor romántico, el cual incluye una serie de normas particulares para su funcionamiento. Además, se presentaron unos cambios en la forma de comprender el amor romántico a partir de cambios socioeconómicos en

Occidente, lo que llevó a que culturalmente se pensaran nuevas formas de entender y entablar las relaciones interpersonales. A partir de ello, es posible extender las reglas y nociones de lo que implica estar en una relación romántica, expuestas en conjunto como el amor contemporáneo. La meta final de los perfiles se cumplió con la documentación y exploración a la hora de investigar la naturaleza de los personajes con las distintas técnicas de documentación.

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A nivel personal también se consiguieron logros importantes, al poder responder varias de las dudas planteadas en la introducción. Entender el funcionamiento teórico de las relaciones románticas, ver las razones por las cuales unas tienen éxito y otras no y conocer historias de amor ajenas, ayudaron a realizar una exploración personal. Dicha introspección llevó a un aprendizaje grande, en el cual pude reconocer errores y valores acerca de lo que han sido mis relaciones románticas. Pero no sólo eso. El trabajo de creación de Dos meses y la escritura del guion en sí consiguieron reevaluar el papel del amor romántico en mi vida, lo cual no significa que deje de ser un elemento importante (sigue siendo un elemento sustancial en mi vida personal), pero sí aprendí que el sentimiento de amor por sí solo no es suficiente y que existen muchas facetas en mi vida, como el amor propio que encuentra Natalia en el tercer acto.

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Anexos

Entrevista a Camila Juliana Soriano Wilches

Estudiante de Comunicación Social, 23 años. Tiene una visión del amor romántico muy similar a Natalia, la protagonista del largometraje. Ha experimentado un choque fuerte entre un ideal del amor romántico y sus experiencias personales con lo que se puede denominar como la

“realidad”:

¿En este momento estás en alguna relación romántica?

No. No, ahorita estoy sola. Si, después de cinco años, ya estoy sola. La última relación que tuve, o sea, como mi novio de toda la vida, fueron cuatro años. Terminé con él en abril del año pasado, y después salí con otra persona, y ya eso fue en agosto que finalizó. Y ya.

A esa persona de los cuatro años, ¿dónde la conociste?

Yo a Óscar lo conocí en el colegio. Nuestras hermanas estudiaban en el mismo curso y eran muy amigas, después terminaron muy peleadas [risas]. Pero eran de la misma promoción, y a través de ella fue que nos conocimos. Óscar es un año , nos conocimos cuando él tenía 12 y yo tenía 13. Y ya, así fue como yo lo conocí, eso fue.

¿Empezaron como amigos?

Sí, y poco, porque mi mamá no me dejaba. Yo fui de esas que no salía en la casa mucho, no tenía amigos en el barrio, nada. Fue muy la época Messenger22, como que uno llegaba a la tarde del colegio y allí hablaba uno hasta bien tardísimo y hablábamos mucho. Y fue por ahí y empezó

22 Aplicación para computadores de mensajería instantánea. Una de las primeras formas de comunicación por internet para aquellos nacidos en la segunda mitad de la década de los 90.

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así como amigos pero yo siempre le gusté mucho. Y yo era súper displicente con él, pero mala , era mala mala mala, era súper pasada con él. Es más, me acuerdo que una vez me llevó una sorpresa, tenía un curso en las tardes y me enteré por mi prima, que ella era muy amiga y se hablaba con él; me enteré por ella que él iba a llegar al lugar donde yo tenía clase en mi curso, y

él iba a llevar como una cosa sorpresa ahí. Y yo para las sorpresas no soy muy buena, tengo varias experiencias con ellas y no, yo creo que depende mucho de la persona, obviamente. Pero entonces eso fue lo que pasó esa vez, yo fui muy displicente con él y le dije como “ay yo no quiero nada”. Mucho tiempo después, él todavía tenía la carta que me iba a llevar ese día, que era una carta de esas grandes [risas] y me dio mucha risa y mucho pesar. Y ya. Pero sí fue muy amigos muy niños. Como que en ese tiempo nos dejamos de hablar, eso fue en Octavo y nos hablábamos muchísimo. En Noveno nos dejamos de hablar, pero así de que nos hablábamos de

“¿hmm?” de vez en cuando. Y después… después en… ¿cuándo fue? En Décimo nos volvimos a hablar mucho y así fue como- Mentira, fue en Noveno que nos hablábamos muchísimo. En

Décimo nos dejamos de hablar y en Once nos volvimos a hablar y fuimos muy muy amigos de nuevo y me pidió el cuadre en Agosto 4, me acuerdo muchísimo. En Once, ya fue en Once. O sea que fuimos amigos por mucho tiempo en el colegio y ya en Once fue cuando… ¿cuando qué?

Cuando me propuso que fuéramos novios. Que fue muy tierno porque me dio un cubo de rubik todo desarmado y le había escrito cosas con Sharpie entonces para leerlo bien, tocaba armarlo. Él era muy muy creativo conmigo y siempre fue muy dulce y muy detallista, cosa que yo nunca era con él.

¿Nunca?

Obviamente con el tiempo fueron surgiendo los detalles, pero casi siempre él era el que tenía esa iniciativa, yo no tanto.

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¿Detalles como cuáles?

Por ejemplo cuando me dijo que fuéramos novios, o sea el 4 de Agosto del 2012, fuimos a una fiesta y él me dijo “tenme acá” y me dio un cigarrillo. Él no fumaba y yo dije como “¿y ahora qué? No sea bobo”, entonces yo le dije “ay, tenlo tú” y él dijo “no, tenlo”. Entonces cuando yo lo cogí y le di la vuelta, y yo vi, lo volteé y ahí estaba todo el tabaco y adentro estaba un papelito enrollado. Y yo sacaba el papelito, y en el papelito había un mensaje… cosas así. Ese tipo de cosas muy muy importantes. Con el tiempo a mí me fueron surgiendo, pero a mí me costaba mucho más. Digamos que a mí y hasta mucho tiempo después, o sea no era muy efusiva con él - de ir en la calle y ser super amorosa con él, no - ni estando con gente de confianza, cero.

Muy difícil para mí.

¿Sólo con él o en general?

No, con él. Sí porque yo he salido con otras personas… Bueno, durante la relación que yo tuve con él salí con otras personas porque es que ahí viene lo loco que es cuando él se fue a

Ecuador. Pero… sí, a mí me cuesta. Yo he salido con otras personas y he notado que con algunas nada, me fluye mucho, con otras un poco, con él sí me costó muchísimo. Igual nuestra relación yo siento que fue muy de niños, entonces crecimos juntos y eso fue bonito, entonces ese cambio eventualmente se dio. Yo al principio no era muy abierta, pero después se dio.

Entonces me decías antes que él se fue a Ecuador.

Sí. Nosotros nos cuadramos en Agosto de 2012, yo entré a la universidad el primer semestre de 2013 y él prácticamente al año de habernos cuadrado, como 15 días después más o menos de nuestro aniversario, él se fue para Ecuador. Y se fue a estudiar la carrera, a estudiar ingeniería de sonido. Y yo fui una de las que más lo apoyé, muchísimo muchísimo, su mamá le ponía muchos peros y yo sí al contrario fui la que más lo apoyé, sabiendo lo que igual iba a pasar, sabiendo que

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podía perder la persona que en el momento para mí era como lo más increíble del mundo. Pero yo siempre lo apoyé porque para mí si hay algo que está claro es que lo individual, por más de que uno comparta mucho con la pareja, lo individual predomina mucho. Como que uno no tiene que dejar de ser uno o volverse mejor dicho dos pegotes ahí porque se pierde como esa esencia de ser uno. Entonces yo dice como “sí, nosotros tenemos cosas en común”, sonábamos con hacer muchas cosas juntos, viajar a muchos lados, pero también yo siempre tuve en cuenta que yo quiero que él haga, estudie lo que él quiera, cumpla sus sueños porque para mí algo que sí me cuesta mucho en esa relación y en cualquiera es tener a alguien mío a costa de sus sueños. O sea si me dice - será [sic] mujeres para que sea lo más romántico del mundo que “me quedé acá por ti”. Para mí no, para mí es una carga, una carga que usualmente, me va a pesar muchísimo, y que siento que va a llenar a esa persona de rencor y de reproches. Si algún día nos peleamos, si algún día terminamos él me dice “pero no, mira yo me quedé acá por ti” y yo quería, yo a toda costa eso lo quería evitar. Entonces claro, él se fue pero nosotros estábamos muy muy muy muy enamorados y en ningún momento dijimos “vamos a intentar una relación a larga distancia”, no.

Pero lo que dijimos fue un acuerdo, que esos acuerdos siempre terminan… siendo muy pailas.

Porque ya me ha pasado muchas veces, esos acuerdos igual siempre las cosas se confunden… bueno. El acuerdo era: si él… O sea, él se iba. Nosotros nos seguíamos hablando (porque nunca dejamos de hablarnos), como muy amigos, “pero si tú vienes, o sea si nos vemos y tú no tienes a nadie, y yo no tengo a nadie, y nos seguimos queriendo, pues salgamos”. Y eso fue durante cuatro años, ya después de un momento como de tres años fue que [dijimos] “esto es una bobada”, porque seguimos y actuamos como una pareja. Entonces él venía y salíamos, pero salíamos con amigos [ininteligible], familia, viajar. Era como una relación con todas las de las ley, o más bien muy convencional. Entonces pues ya como que maduramos y dijimos “hay que

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reconocer que esto es una amistad”, y como en los primeros años dijimos eso entonces yo tuve la libertad de salir con varias personas. ¿Qué más? No, eso fue más o menos así, de lo que se fue.

Yo le terminé antes de cumplir los cinco años y… de los cuatro años que duramos juntos, podría decirse que tres, tres y medio fueron a distancia. Mentira, no, cuatro porque nosotros íbamos a cumplir cinco años. Tres años y medio de esos cinco fueron a distancia.

¿Quién fue el que terminó la relación?

Yo. Fui yo. Porque… Eso fue muy curioso, precisamente hace un año - me voy a poner emocional - hace un año para estas fechas, o sea como el viernes que corresponde de esta semana, hace un año; yo estaba viajando a Ecuador… sí, hoy exactamente. Estaba viajando a

Ecuador a sorprenderlo a él porque yo cumplo el 8 y él cumple el 11, y a darle de sorpresa de cumpleaños esos días, y pues compartirlos juntos. Y yo siento que, como ese semestre fue el que más compartí con él, o sea yo fui, él vino al Estéreo Picnic23, fue como… volvió a venir después del Estéreo a Semana Santa, fue algo así. Compartimos mucho y... fue esa última vez que compartimos mucho, pero fue de para arriba y para abajo. Sí, eso fue en Semana Santa. Para arriba, para abajo, hablamos un montón y fue súper divertido y yo estaba súper enamorada en ese momento. Yo lo que dije fue “¿es esto lo que yo quiero?” Y ahí fue cuando yo dije “ya no más”.

Porque era una relación que estaba construida desde lo extraordinario, y eso es lindo, o sea.

Claro, yo le contaba a la gente de mi historia y ellos eran “wow, increíble, cuatro años y siguen juntos” y sí, sentíamos muchas cosas el uno con el otro, pero a la vez esa cuota de cotidianidad no existía. Por lo general las relaciones son cotidianas y pasa algo extraordinario que las reviva, pero lo nuestro era algo extraordinario todo el tiempo, y lo que la arruinaba era la cotidianidad.

Entonces, digamos que en ese momento yo me dije “no, yo quiero otra cosa”, yo sentí que fui muy muy feliz, pero pospuse varias veces mis prioridades. Mucho. Como que yo al principio en

23 Festival de música realizado a las afueras de Bogotá

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algún momento dije “no, yo quiero terminar esto”, pero yo lo veía a él muy solo allá y muy triste entonces yo decía “no, él necesita mi apoyo, mi compañía”. Y claro, yo siento que no me costó en ese momento, pero yo si pospuse varias veces mis necesidades y dije “no, este es el momento”. Y puede que ahorita esté sola y lo que sea , pero si yo estoy con alguien yo sí quisiera construir eso, como esa cuota de cotidianidad porque hace falta. Porque yo sentía que sí, que nos conocíamos… él conoce mucho de mis mañas, de mis gustos, pero había cosas del día a día que no se podían compartir: él no conocía a mis amigos, a los más importantes, sino los del colegio.

Yo sentía que era una relación bonita, pero que se había quedado en una etapa que era de colegio, como de ese primer amor bonito, pero que yo quería otra cosa. Entonces por eso yo soy la que decide terminar la relación estando bien, porque no estábamos mal, él no fue que me haya hecho algo, yo no le hice nada. Y pues sí, eso fue. Ahí fue cuando ya le terminé y él se cuestionó mucho de “¿cómo así?, pero si estábamos bien” y yo le dije que sí, que estábamos bien, pero que desde hace tiempo yo venía… eso a mi me daba por etapas, que yo decía “uy, ¿esto será o no será?, pero que yo me calmaba”. Pero fue un pensamiento tan insistente que yo dije “lo tengo que hacer, esto se tiene que acabar sí o sí”, pase lo que pase y créeme que yo todavía lo pienso:

“juepucha, será que yo dejé ir a la persona”... o sea, yo siento que Óscar era mi camino seguro, muy muy seguro. Era esa persona a la que decía “viajemos” y nos íbamos a viajar, era una persona con la que yo me podría ir a vivir, tener hijos y trabajar juntos, porque además a mí me gustaba mucho trabajar con él, hacíamos un súper equipo. Yo veía con él todas las posibilidades.

Y a veces siento como “uy, dejé esa zona segura”. No me arrepiento, pero a veces pienso como

“¿qué tal yo no vuelva a encontrar eso con nadie?”, y eso a veces no me preocupa pero pienso

“pucha… puede que no”

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¿Qué te hace pensar que no?

No es que sea como pesimista en el tema. Puede que sí lo encuentre, pero a la vez es esa incertidumbre de puede que no, puede que sea una de esas cosas que pasen una vez. Voy a salir con mucha gente, voy a conocer mucha gente: sí lo creo. Que me voy a enamorar: sí, tal vez. O sea yo creo que todo eso va a pasar, pero yo no sé si vuelva a llegar a mi vida algo tan grande.

Créeme que yo he sentido cosas, no de sentimiento, porque yo creo que he sentido cosas mucho más grandes que por Óscar; pero sí creo que esa seguridad de construir, de alguien para construir camino, de pronto no llegue, de pronto sí. O la pregunta es también cuándo. Porque yo creo que con Óscar, él regresaba y máximo pasaban dos años y nos íbamos a vivir juntos o algo así.

Ahorita en el panorama eso no está. Y también digo “uy, ¿hasta cuándo?”, no sé, eso es muy incierto. Pero no me arrepiento.

¿Tú crees que uno se enamora una sola vez en la vida?

No, yo no creo porque siento que yo me he enamorado más de una vez. Entonces no creo que sea una cosa de una sola vez en la vida. Sí creo que lo que yo tuve con Óscar pasa una vez en la vida, que es ese amor muy inocente, porque nosotros no habíamos tenido antes pareja y nada, y es esa persona con la que uno conoce todo: qué es ese cariño, qué es una terminada, qué es el dolor y también qué es la alegría. Y eso pues yo sí creo que pasa sólo una vez. Que uno se puede enamorar sí, yo siento que puede pasar muchas veces, pero como en ese grado de… y no sé, esa certeza de decir “yo con esa persona me caso” yo creo que pasa pocas veces, eso sí.

¿Para ti qué es estar enamorado?

Uff… A ver. Yo creo que estar enamorado es como estar preocupado por otra persona, como de “uy, ¿qué estará haciendo?”, las cosas que le gustan. Mmm es un empezar a querer compartir más con esa persona. Porque uno comparte mucho con los amigos, con la familia… Cuando uno

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está enamorado uno quiere compartir más con esa persona. Creo que es también mucho gusto físico, para mí esa química es súper importante. Que haya como esa chispa de coqueteo que no hay con un amigo cualquiera, y que yo creo que influye en ese enamoramiento. A ver,

¿enamorarse qué más es? También quieres conocer a la persona y uno saber que no es perfecta, yo creo que todo el mundo tiene defectos, pero cuando uno está en una relación, lo que dice es como “todo el mundo tiene defectos, pero los tuyo los puedo aceptar, los puedo manejar”, porque sí hay gente con la que uno dice “no, está esto y esto y yo no le jalo y fin”. Entonces yo sí creo que a uno le gusten hasta esas cosas, o no le tiene que gustar lo feo de la persona, pero que uno no lo tome como una causal para descartarlo. Entonces no sé, te gusta… no sé, acostarte hasta tarde y a mí súper temprano - ejemplo, porque no es así - pero que uno pueda conciliar con eso.

Sí, yo creo que hace parte enamorarse, uno aceptar esas cosas.

¿Qué tanto influye el amor romántico en tu vida? ¿Influye en algo?

Pues… yo creo que influye mucho. Digamos ahorita pues de la relación que yo terminé en

Agosto, te confieso que fue mucho más importante que la de Óscar, para mi. Porque fue esa gota de cotidianidad, ese algo que yo no tenía. Y claro, vivir esa tusa a uno lo pone a pensar mucho, como que se vuelve algo cotidiano no de “ay, ¿conseguiré a alguien?”, sino de preocuparse por esa persona, saber cómo está. Porque con esa persona no he cortado el vínculo del todo: hablamos, salimos, tenemos relaciones. Entonces creo que, si tú me preguntas ese lugar que tiene el amor en mi día a día, yo hoy te digo que es un lugar grande. No de decir como “me quiero casar”, no de esas cosas sino de “quiero compañía, quiero o me preocupo por esa persona” y creo que en general para mí ahorita el amor sí cobró mucha importancia que cuando yo estaba con

Óscar. Con Óscar yo sí creo que lo vivía pero por temporadas, cuando él se iba yo era muy independiente y yo me lograba concentrar. Obviamente había momentos en los que yo lo

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extrañaba muchísimo, por ejemplo en su cumpleaños o un viernes por la noche que uno dice

“juepucha, estoy acá sola y con mi novio en otro lugar”. Pero era como mucho más práctica en ese sentido. Y si algo siento ahora, es como que pienso más en ese tema y soy más sensible a ese tema y no me molesta, si algo fue cómo entenderlo, porque como que “juepucha, esto que no me importaba tanto, ¿por qué ahora importa tanto?”. Pero creo que he ido en ese camino aceptando que sí, no está mal, que de pronto en este momento a mí sí me gustaría salir con alguien.

¿Tú te consideras a ti misma una persona romántica?

No, no, romántica no. No creo. [risas].

¿Por qué?

Pues bueno, romántica no en el sentido de la palabra. Pero si tú me dices a mi algo romántico, lo relaciono con ello de ser… como cursi, detallista. Sí me gusta estar atenta a las personas, me gusta tener detalle con las personas, pero no es algo que yo diga [la entrevistada suspira] “ay, el amor”. O sea sí y no, o que yo tenga esa ilusión de mi príncipe azul, no. Yo creo que hasta podría ser muy feliz con alguna persona que diga ahorita “no quiero un compromiso serio”, pero quiera compartir. Algo que me gusta mucho es compartir no sé, una buena lectura: “mira, encontré esto, mira estas fotos tan chéveres, encontré una película”. Siento que mi romanticismo es muy intelectual, como que si lo pones en cosas de hechos y cursilerías, siento que a mí esto me desconecta. Siento que esas sorpresas que le hacen a la gente de un cuarto lleno de bombas y rosas… bueno, yo no digo nada porque ahora digo “no me gusta”, no sé si de pronto un día me lo hagan y yo diga “ay, tan bonito”. Pero si tú me dices eso, a mí no me genera ese sentimiento romántico, pero digamos que tú me sigas como “oye mira, encontré esta lectura y pienso que te puede gustar”. Esas cositas me nutren mucho y yo pienso que ese es el romanticismo que a mí me gusta, despertarme con un mensaje que sea como “léete esto, mira esta cosa”. A mí ese

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romanticismo me gusta, y en ese sentido yo sí me consideraría romántica. También me gusta serlo en regreso [sic]: “mira, me encontré estas fotos y pensé en ti”. Cosas así, podría ser que sí.

En ese sentido convencional de la gente de “ay soy romántico” no, creo que no.

¿Te gustan las películas románticas?

Veo películas románticas, sí sí sí, claro. Veo de todas.

¿Qué películas románticas te gustan?

Yo creo que la que más me gusta es El círculo del amor se rompe. Esa película me cambió, hasta escribí una columna sobre eso. Yo siento que esa [película] es una visión más cercana de lo que yo entiendo del amor. Me acuerdo mucho que yo cerraba ese texto, esa columna diciendo “el amor existe, sí, pero no ese amor que nos han vendido de que todo es perfecto. En el amor pueden llegar las enfermedades, pueden llegar las desilusiones” y entonces yo sí creo que esa película se acerca a mi visión. A mí me encantan las comedias románticas, obviamente. Pero esa película se acerca a esa visión más aterrizada de lo que yo entiendo por amor, me acuerdo mucho que yo escribí ahí que el amor verdadero sí existe, pero ese amor también se quiebra, se rompe y hay veces que se va. Puede que sea verdadero, pero se va.

¿Esa es la belga de los dos músicos...?

Sí, la de dos músicos de country, que es una película belga, que la niña se enferma.

Yo me salí de esa película.

¡¿Te saliste?!

Sí pero porque mi mamá tiene el mismo cáncer de la niña y recién se lo habían diagnosticado, entonces no he sido capaz de verla.

No, muy duro. Esa película es muy dura. Una película que me encanta, que la vi hace poquito en esta tusa que tuve se llama Medianeras. La amo, ¿la has visto?

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No.

Está en YouTube, es muy buena. Mírala porque además es una comedia muy inteligente. Es argentina y tiene un gusto estético como Tati24, es una cosa que no es cualquier comedia romántica, pero que termina siendo una comedia romántica con un buen guion. A mí me gustó muchísimo muchísimo y tiene unas frases muy bonitas, entonces digamos hay una que es como

“¿cómo saber a quién estoy buscando si no sé lo que estoy buscando?”, que es como lo que creo que a uno le pasa. Que hay veces cuando uno encuentra a alguien, que por eso se aferra mucho:

“juepucha, encontré en ti todo lo que busco, entonces no te vayas”. Y pues, te lo digo otra vez, uno queda como “¿dónde voy a encontrar a alguien que tenga todas esas cosas que uno busca?”.

Esas películas son de géneros muy diferentes pero a mí me conectan mucho.

Ahorita decías algo sobre “ese amor que nos venden”. ¿Tú qué entiendes sobre eso?

¿Qué piensas al respecto?

Pues es bonito, yo no te voy a decir mentiras. Porque es bonito precisamente eso, que uno le digan mentiras. Porque es bonito que a uno le digan que las cosas duran para siempre y el amor lo puede todo. Y no, el amor no lo puede todo, porque yo lo he vivido. “El amor lo puede vencer todo”: no, a veces no, a veces al amor le gana la humanidad. Entonces que “el amor puede vencer la distancia”, sí, puede ser por un rato, pero en una relación de cuatro años en la que había amor, porque sí, no lo dejé de amar, pero ya no, y el amor no fue suficiente. Entonces yo creo que eso que nos dicen es muy bonito y uno se lo cree porque uno quiere creerlo, uno quiere creer que el amor lo puede todo. Pero no puede. De verdad que no. Alguna vez yo salí con una persona que me pedía que le diera una oportunidad y lo intentaba y lo intentaba pero en ese caso yo no quiero, y ese no quiero es un imposible. Eso por un lado. Una persona con la que salí, que tiene

24 Director de cine francés reconocido por sus comedias, las cuales poseen un estilo particular desde su construcción de la imagen y el sonido. Entre sus películas más reconocidas están Playtime, Mi tío y Las vacaciones de Mr. Hulot.

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una enfermedad, no pudimos salir más. Él me dijo: “tengo que tomar otro camino”. Entonces el amor no lo puede todo, y eso a uno le cuesta mucho aceptarlo. Porque duele, duele mucho.

Entonces ahí sí creo que de lo que dicen y nos venden me gusta y me gustaría que fuera real, pero soy muy consciente de que no es así, porque lo he sentido.

¿Y tú crees que la gente, en general, es consciente de eso?

Sí, yo creo que la gente es consciente, pero todos preferimos mentirnos. Entonces yo creo que, no sé, la niña que está con un patán cree en el fondo que eso es amor, porque quiere creer en eso de “esto se puede”. Pero en el fondo yo creo que le duele, le duele a esa persona. Y yo creo que el amor, cualquiera, incluso la relación más sana, duele en algún punto. Duele porque uno se involucra mucho.

Me interesa saber algo de lo que decías antes de las personas que saliste mientras estabas con Óscar. ¿Cómo se dio eso?

Yo estando con Óscar yo salí con… ¿unas tres personas? ¡No, era un a relación abierta!

[risas]. Uno de ellos pues fue Davo, que yo salí un momentico con él, pero la cosa se enredó porque yo no quería más. Y entonces eso se enredó muy grande porque uno no quería estar sin el otro, pero yo lo quería como amigo y él me quería como algo más. Y ese ha sido el problema de nuestra vida, nosotros nos hablamos, él ya se fue a hacer su práctica, hablamos mucho pero hay un punto en el que es una barrera. Yo no podría salir con él todos los días porque para mí es mi amigo, pero para él soy otra cosa, entonces como que de ahí, lo diferencio muy bien. Eso fue con

él y surgió en primer semestre, pero fue una cosa recurrente en la carrera, como que algo nos conectaba. Óscar lo odia, lo odiaba muchísimo, ambos se odian mutuamente. Pero ya yo me deshice de los dos [risas], “deshice”. Creo que como de esos cuentos que tuve, el de Davo fue el más enredado. Yo lo defino bien con una frase que yo le dije a él, que es que yo lo puedo querer

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mucho y yo lo puedo querer cada día más y más, pero siempre lo voy a querer de la misma forma, es decir, como amigo. Es verdad, cada día lo quiero más, en la misma posición. Y yo con

él aprendí que uno no tiene que forzar el sentimiento, si uno no quiere, no quiere, porque en algún momento yo sí tuve una relación formal con él cuando yo terminé con Óscar. Yo lo vi en mi cabeza como “esta persona hizo A, B, C y D por mí, entonces no veo por qué no”, entonces fue algo muy racional y no funcionó. Yo siento que a esto uno le tiene que poner cabeza, pero tampoco puede ser como “esta persona hizo algo por mí, entonces lo voy a premiar”, entonces no termina siendo una relación con uno sino para esa persona. Esa fue una. Salí con otra persona, un estudiante de medicina de acá. Con él fue súper bonito pero con él llegué a un punto que… él era más confrontativo y a sí me dijo como… Yo a toda persona que se me acercara le decía, si alguien me preguntaba si tenía novio yo decía: “no tengo novio, pero sí estoy muy enredada con una persona”, contaba todo esto y la gente me decía - algunos, porque no fue el único - “yo entiendo eso y de todas formas voy a salir contigo”. Yo siempre fui muy transparente con eso, nunca nunca nunca lo oculté. Pero claro, llegó un punto - eso también lo descubrí - en el que la gente se cansa, entonces tú dices “sí sí claro, de una” y lindo y divertido y todo, pero después llega un punto en que la persona exige algo más. Y en ese punto era cuando yo les decía “no”, porque por más que yo saliera con ellos y los conociera más, en mi corazón siempre ganaba

Óscar, siempre, era impresionante. Conocí muchas personas y muchas formas de ser, pero en mi corazón siempre ganaba esa. Con él salí y en un momento llegó esa confrontación en la que no me dijo “[Óscar] o yo”, pero sí me dijo “yo me voy” y eso pues fue duro, pero en medio de todo yo dije “bueno… vete”. Somos muy amigos… es muy curioso, con todas mis ex-parejas hemos tenido una buena relación, todo quedó muy bien, tanto que ayer todos, incluyendo el noviecito

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que tuve en Octavo por una semana, me saludan como un sol, súper bien. Y eso me gusta porque no me gusta dejar asuntos pendientes. Por eso, chévere. ¿Y qué otra persona así...? No, eso fue.

¿No habías dicho que tres?

Sí, sí, eso estaba pensando. Pero no. Pues cuando me fui de intercambio, pero los intercambios no valen, uno conoce gente [risas]. Sí, ¿no? Fueron dos personas: una fue muy rata, el otro me quiso mucho mucho mucho, era menor que yo, a mí me gustan hombres menores, me gusta salir con menores, no sé por qué, pero me gusta mucho. No sé, tal vez me gusta el colágeno

[risas]. No sé, me gustan mucho los hombres menores. En dos ocasiones he salido con hombres mayores, como un año, no mucho, la verdad. Yo no creo que serviría para salir con alguien mucho mayor que yo, no serviría.

¿O sea que un sugar daddy no?

No, no, yo soy autosuficiente. Además que ni siquiera esa edad, sino alguien que tenga 30… no. No creo, es mucha diferencia para mí. Ah bueno, lo otro sí fue como muy sutil, me acuerdo que fue en… 2015, como las últimas semanas del semestre. Ahora somos como mejores amigos y como que nos enredamos y después yo dije como “no, ¿qué fue esa locura?”, yo lo quiero como amigo, pero entonces no se me hace mandarlo a la friendzone25 así como tan

[bruscamente]. Y vinieron las vacaciones y yo dije como “calladita” y no le volví a hablar, él tampoco me volvió a hablar. Nos volvimos mejores amigos y un día retomamos el tema y yo le dije: “oye, ¿qué pasó?” y me dijo “no Cami, pues yo te mandé a la friendzone” y yo [dije] “uy, yo también”. Creo que funciona mucho cuando las dos personas lo hacen, porque nosotros pudimos ascender a una gran gran gran amistad, de verdad una amistad muy bonita. Pero yo creo que eso no habría sucedido si uno de los dos hubiera querido otra cosa. Porque digamos que si él

25 Zona del amigo. Término coloquial para cuando se rechaza a un pretendiente amoroso para considerarlo en cambio como un amigo

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hubiera querido una relación o yo, y hubiéramos estado desincronizados pues… Eso no lo considero como una relación, sino como algo bonito que me enseñó que bueno, hay personas con las que surge algo parecido a amor pero no, la verdad es que están destinados a ser grandes amigos. Y ya. Ay mentira, hubo una persona, eso fue relativamente reciente… ¿2016? Y él me rompió el corazón porque fue deshonesto. Fue deshonesto y yo en su momento le dije “no, no voy a salir contigo por Óscar porque esto está creciendo mucho y para mí Óscar es muy importante”, entonces yo tomé esa distancia. Y él por orgulloso, cuando yo lo busqué más adelante, porque de verdad no lo quería dejar ir y en ese momento me dijo que prácticamente lo que me había dicho era falso. Y eso a mí no me gusta, es deshonesto con él y conmigo: con él porque se está diciendo mentiras, sí me quiso, y después me enteré que simultáneamente estaba saliendo con otra persona, una persona conocida mía. Y fue muy chistoso porque yo sí soy… mira, yo algo que tengo muy presente es que puede ser el hombre más lindo del mundo, pero a mí ante todo prima la relación con las mujeres. Entonces yo no soy de las que se pone brava - como pasó en este caso - con ella por salir con él, no. Me pongo brava es con él. Porque es muy bobo ponerse brava con ella, porque no lo hacía de mala onda, como que fuera mi pareja y ella se metiera. Y fue muy chistoso porque nosotras nos contamos todo, nos hablamos todo, nos dijimos

“qué tonto es” y las dos nos abrimos de ahí y ya. Eso es lo que debería ser. Yo procuro no buscar que “ay, ella me lo robó” y no se qué, él se fue y ya. Entonces me dolió mucho porque sentí una conexión especial con él y me dolió después porque lo negó todo. Eso fue.

¿En alguna de esas relaciones pensaste que le estabas “poniendo cachos” a Óscar?

No por lo que te digo del acuerdo que yo tenía con Óscar. La única vez, que yo digo que eso fue ser infiel, fue estando con Óscar, antes de que él se fuera para Ecuador, que fue cuando me di un beso con Davo. Eso fue, y a él le dolió mucho. Y ahí fue que entendí que “no, juepucha uno

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tiene que ser muy transparente con las personas”. Pero, después… es que es tan complejo, Dani, porque ese último que te contaba que me partió el corazón, yo si pensé que “de pronto esto está mal”. Pero yo sólo le hablaba, eso que hablaba mucho, mucho, mucho, pero nunca me llegué a dar un beso con él. Nunca. Hubo un día en que todo se descontroló y nos íbamos a dar besos y de todo y yo le dije “no, yo no puedo porque yo tengo una persona a la que yo quiero y no la voy a lastimar”. Él me dijo: “a mí no me importa [Óscar], pero sí me importas tú, y si esto te va a lastimar, entonces mejor no” y yo dije sí, que yo sé lo que es lastimar a una persona que uno quiere mucho, y eso fue sólo con un besito, entonces imagínate con otra cosa. Y yo sí aprendí que es mejor decirle a una persona “no, chao” o a la pareja con la que uno está que mejor adiós.

Pero ahí sí porque eso lastima mucho. Sólo digo que si, fue un desliz, tenía 18 años. Pero sí, soy anti-cachos. Puedo entender las relaciones abiertas porque uno se puede ver enredado en ellas, pero… cachos no.

Sobre esa relación que me dijiste que terminó en Agosto, ¿cómo te sentías tú después de ese bagaje emocional de tu relación con Óscar?

En este momento me alegra que haya terminado porque pues, imagínate que no estaba sola hace cinco años es mucho, y volverme a encontrar conmigo mismo fue muy duro, de mucha ansiedad. Pero, ¿la pregunta iba dirigida a cómo me sentía emocionalmente?

Sí, a cómo se siente pasar de una relación de cinco años a otra ya más corta

Pues… yo me sentí bien. Yo creo que porque yo ya había cerrado mi ciclo con Óscar pude empezar otra cosa. Y creo que como yo ya estaba vinculada emocionalmente de él, yo pude construir algo más. Entonces no me sentí en ningún momento cargada ni comparar [a los dos].

Yo siento que emocionalmente me sentí muy muy bien, y él era esa gota de cotidianidad que yo estaba buscando.

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Para ti, hoy en día, ¿es posible estar en una relación romántica seria a largo plazo?

Sí. Sí, yo sí creo.

¿Cómo?

Pues es que hay muchos tipos de relaciones, yo las he tenido, las he vivido. Creo que, digamos, una relación abierta puede funcionar si las dos personas son honestas. Igual ahí hay un punto en que la gente se lastima porque sí es difícil. Pensémoslo por el lado convencional… pareja normalita. Yo diría que sí es posible porque es un tema de compromiso, si tú te quieres comprometer con esa persona, pasa. ¿Qué es lo que pasa? Que yo siento que ese es un problema en nuestra época, que la gente no quiere comprometerse, nos da susto el compromiso y cuando la gente ve la cosa muy grande, se apabulla. Lo digo porque yo lo viví con mi hermana, que mi hermana tuvo una relación de diez años. ¿Te acuerdas de Ficción Experimental? Y cuando la cosa iba para “esto está muy serio, hagamos una vida juntos” él dijo que no.

¿Por qué crees que nos da miedo?

En los casos que yo he visto es porque: 1. a la gente le da miedo sacrificar esa individualidad, porque es todos los días despertarse con alguien. Y otro que la gente cree, es que los sueños no se pueden crear en pareja. Mira, yo fui al matrimonio de un amigo mío del intercambio, él tiene

25 y ella también. Y yo le preguntaba: “Matías, ¿no te da susto ya casarte y esto es tan grande?” y él me dijo “sí”. Y algo muy curioso fue algo que dijo el padre de la misa: “si al final tú conoces a la persona que te gusta en muchos sentidos, no es una excusa decir que quiero viajar o quiero conocer el mundo, porque uno lo puede hacer al lado de una persona”, y lo que Matías me explicaba es que “yo siento que sí, yo quiero viajar y estudiar, porque nosotros no vamos a tener hijos ya, pero yo siento que esas cosas las puedo hacer con ella en mi vida: viajar, tener amigos, yo no la veo a ella como un obstáculo”. Y yo siento que eso es muy bonito. Lo que te digo, yo no

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sé si yo lo encuentre, pero me parece bonito cuando uno lo encuentra porque sí, hay miles y miles de personas allá afuera, pero encontrar una con la que me guste compartir y con la que a ti no te vean como un obstáculo - porque ahí le terminan a uno que porque “ay, es que no voy a poder viajar” - y si tú me ves como un obstáculo, pues chao. Pero, qué bonito que la persona que uno encuentre lo vea a uno como una posibilidad, una posibilidad de construir. Entonces la gente no sé, como que le da susto y la gente quiere viajar, salir y cosas así y yo también, a mí me encantaría, y yo creo que lo haré sola o acompañada. Pero si yo encontrara a alguien con quién viajar, que me acompañara, no tendría problema. Sí siento que la gente cree que el compromiso te va a quitar vida y como lo he visto en algunas parejas es todo lo contrario, viven incluso más felices. Pues yo los he visto así. Entonces sí creo que es posible una relación así porque lo he visto. ¿Que yo lo pueda lograr? No sé, porque sí me parece complejo encontrar esa persona a ese nivel de confianza, que uno pueda decir “bueno, contigo construyo vida”... no sé.

Sobre el amor a través de internet, ¿crees que es posible?

Yo creo que se puede. Mi hermana conoció a su novio actual, una relación muy muy estable y muy bonito él, muy guapo y muy chévere, porque yo decía “ahí sólo entra gente desesperada y guisa”. Pero no, ella ahorita tiene una relación súper estable y lo conoció por Tinder por error, porque le descargaron la aplicación y ella dijo como “bueno, miremos”. Y mira Dani, así fue. Mi hermana toda boba, como por bromear, estábamos viendo una serie toda boba y decía como

“hijuemadre, ¿será que uno ahora necesita ayudita [sic]?” y la descargó y ahí conoció una persona chévere. Lo que pasa es que ahorita ella está como ocupada y él también, pero yo sí creo que es posible conocer gente bonita por ahí.

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¿Y tú crees que es igual a conocer a alguien frente a frente?

Pues yo no creo que sea igual, porque igual está mediado por un aparato y no se ve lo físico de primerazo. Pero Dani, en esta época que todo está muy mediado por eso, uno igual puede decir que es válido. Si tú y yo hablamos acá en persona, y lo hacemos por Whatsapp26, el contenido es el mismo. Claro, hay persona que le dan más importancia. Como toda mi relación

[con Óscar] estuvo mediada por Whatsapp, yo lo terminé odiando. Lo odiaba odiaba odiaba porque mi relación era por ahí y por Facetime, pero igual yo digo que Tinder trasciende, no se queda por ahí, tú conoces la persona en físico. Entonces se puede pero claro, hay diferencias, lo físico no está de primerazo, pero en general, creo que se puede si uno no es cositero [sic] y uno dice como “bueno, no veo por qué no” entonces se le hace.

Entrevista a Ana María Aranguren

Mujer de 25 años, de Bogotá. Consultora en Fundación Corona y la Universidad del

Rosario. Lleva casi cuatro años de relación seria con un hombre que conoció a través de internet:

Quería ver entonces si me puedes contar por favor tu historia de amor.

Hace tres años y ocho meses estoy con mi novio. Nosotros somos producto del amor en la modernidad realmente. Nos conocimos hace... como cuatro años y medio por medio de una página de internet - en su momento porque hoy en día ya es una aplicación - que se llama adoptaunman.com. Empezamos toda esa historia porque yo acababa de llegar de España y allá eso está como que está de moda y la gente como que está “¿qué es eso?”, “¿para qué sirve?”, y una noche nos reunimos con mis amigas del colegio y dijimos como “no, pues probemos a ver

26 Aplicación de mensajería instantánea para móviles.

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qué tal” y bla bla bla. Y apostamos entre todas quién haría el perfil entonces creamos un perfil como falso con todas mis amigas que lo administrábamos [sic] todas y el otro sí ya era mío mío a ver qué pasaba. Entonces empezó todo como un experimento social. Pero después entonces yo empecé a hablar con muchos muchos chicos, entonces yo empecé a hablar y uno ahí se da cuenta que hay gente de todo tipo, gente muy loca, gente como que sólo te va a decir “quiero sexo y ya”, hay gente que sí se interesa por conocer otras personas y ahí fue cuando yo conocí a mi novio.

¿Cómo se llama?

Se llama Cristian Muñoz. Nosotros empezamos a hablarnos hace aproximadamente cuatro años, exactamente como en febrero. Empezamos a hablar hablar hablar por ahí y en marzo dijimos “no, pues conozcámonos”, y en la Semana Santa y entonces nos citamos, nos citamos en el Crepes de Las Aguas. Y pues obviamente yo les conté a mis amigas, les dije como “miren, voy a estar con este chico que conocí así y así, llevo tanto tiempo hablando con él, nos vamos a ver en tal parte”. O sea digamos que cuando uno se va a arriesgar a conocerse en un sitio pues así de internet uno debe avisarle a personas que son cercanas a uno por si pasa algo. Entonces ahí digamos que yo les dije a todas “voy a estar en tal día, a tal hora y en tal lugar” para que sepan todas.

¿Cuánto tiempo llevabas hablando con él antes de verse?

Llevábamos hablando como mes y medio, más o menos. Pero hubo como un click porque yo iba hablando con mucha otra gente pero no, había gente muy demente que decía como “no por

Dios, qué miedo”

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¿Como qué?

Cómo decirte, como que ya empezaban a meterse por el lado de la política y la religión y esas cosas, y uno era como “oye no”, como que esos temas son complicados, pues para abordarlos hay mucha tela que cortar. Entonces bueno, así nos citamos y nos conocimos esa primera vez y ya desde ahí como que empezamos a salir ya formalmente. Pues empezamos como amigos pero después ya empezamos a salir y salir por ahí pues lo que quedaba de marzo, abril, mayo, junio, duramos cuatro meses saliendo y ya el primero de julio él me pidió que yo fuera su novia y yo le dije como que sí, que de una. Pero pues yo como que al principio no le daba como mucha credibilidad a la relación, yo decía como “no, eso va a durar seis meses, qué bobada, que eso no va a ser como nada trascendental”. Pero llevamos ya tres años y ocho meses juntos, estamos muy contentos, hemos hecho muchos planes, hemos hablado de matrimonio, y pues crear una familia y ya asentarnos, pero pues por la edad, yo tengo 25, él tiene 27, pues como que uno se va perfilando qué espera de una persona. También pues hemos vivido los cambios de terminar la universidad y pasar a la vida laboral, cuando yo he tenido un trabajo y él no, cuando él ha tenido un trabajo y yo no. O sea, hemos vivido todo un proceso de una pareja común y corriente, no te voy a decir que en un principio es fácil porque las diferencias uno como que, pucha, aprende y piensa “no va a valer la pena, no va a valer la pena” pero pues hasta hoy yo digo “sí, vale la pena”. Y es una experiencia bastante cuestionante pero es chévere, y pues lo bonito también es encontrar a alguien que te corresponda en el proceso y si sí chévere, y si no pues hay más peces en el mar, no pasa nada. Y esa es mi historia.

¿Y tú tenías alguna percepción de esas páginas [de citas]?

Digamos que al principio me daba mucho miedo porque yo decía como “qué tal te salga un psicópata por ahí”, por allá te salga un acosador. Pero pues a la larga no, digamos que yo la usé

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primero en España y conocí gente, pero pues no fue lo mismo que la experiencia que tuve acá.

Allá como que no me importaba nada porque estaba en un momento de la vida muy distinto a acá. Como que allá nadie te conoce, no importa, como que estás más libre a correr riesgos; mientras que acá tú dices como “no, tengo una vida, tengo una reputación, una cosa y que tengo que pensar bien qué voy a hacer” y pues igual uno sigue teniendo el susto de “qué tal me salga un loco por allá” o que digamos las fotos no correspondan con la realidad, que también suele suceder.

¿A ti te ha pasado?

No, nunca me ha pasado.

¿Ahorita en qué trabajas?

Ahorita yo soy consultora en Fundación Corona y en la Universidad del Rosario.

¿Y Cristian?

Él ahorita está empezando carrera académica ya como tal en la Militar, a partir de su tesis de maestría. Primero fue profesor y cuando terminó de ser profesor dijo “no, yo ya quiero hacer mi maestría” y ahí entró a la militar y ahí está en ese proceso de construir vida académica y quedarse en ese sector.

¿Cómo fue eso que decías de pasar de la vida estudiantil a la laboral?

Bueno, fue porque nosotros cuando nos conocimos él ya estaba para graduarse, le quedaba un año, y a mí me quedaban dos años. Entonces yo entré a la pasantía y él terminó su tesis de pregrado y luego empezó a trabajar. Y cuando yo estaba por terminar la pasantía él empezó a trabajar, entonces ese año estuvimos así acomodando los horarios, porque en la universidad te puedes ver a la hora que tú quieras, puedes salir, puedes quedar. Pues es diferente cuando trabajas porque tienes que cumplir un horario y entonces tienes reuniones todo el día y no puedes

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chatear entonces por ejemplo todo el día, es como el mensajito de “buenos días” y ya, y hablamos a la hora de almuerzo o al momento en que no tenga que estar en una reunión súper enfocada. Pero cuando tienes jornadas de trabajo enteras como que uno apenas dice “buenos días” y ya a la hora del almuerzo como “¿estás bien? ah, sí, ah, bueno” y así a la hora que sales del trabajo es realmente cuando puedes hablar con más calma, con más tranquilidad, pero de resto como que la relación también se pone a prueba en esas etapas. Entonces cuando uno no tiene trabajo también la cosa se pone difícil porque de amor no se vive únicamente, eso es una cosa que uno tiene que tener en la mente muy claro, uno tiene que saber que una cosa es amarse, que es un sentimiento per se, pero eso se alimenta de muchas otras cosas. Digamos de poder estar en las mismas condiciones económicas y si no se está entonces poderse apoyar en ese momento, y si no te puede apoyar entonces uno dice como “oiga, ¿para dónde vamos?”.

Digamos más cuando ya has hablado de matrimonio y de una familia, porque una cosa es como cuando uno tiene una relación por tenerla o porque sea, pero otra cosa es cuando tú dices “no, esta es la persona con la que yo quiero organizarme”, pues las discusiones toman otro nivel, que tú ya valoras y empiezas a poner las cosas en la balanza: ¿será que sí? ¿será que no? Es muy diferente.

Y esa idea de matrimonio, ¿de dónde viene?

De ambos. Nos hemos correspondido tanto que somos como “chévere compartir la vida juntos”, pero pues digamos para que nosotros nos casemos, pensando racionalmente y dejando como al lado el sentimiento que existe, pues sí queremos estar en un punto de equilibrio y estabilidad laboral un poquito, para que ambos podamos ya independizarnos tranquilamente y no estar como “me casé y me vuelvo donde mis papás”, no no no. Eso no nos cabe en la cabeza. Si

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nos independizamos pues nos fuimos, nos casamos y nos fuimos ya a hacer nuestro hogar con nuestras reglas, nuestros recursos, ese tipo de cosas.

¿Cuánto tiempo llevan hablando de eso?

Como dos años. Pero bueno, nos ha ayudado el ambiente [risas] porque muchos amigos de nosotros se están casando, están teniendo hijos, entonces uno empieza como “ay, ¿será que nos casamos?”. Como que el entorno que nos rodea nos empieza a hacer esa serie de preguntas, o a decir como “¿será que estamos cómodos así como estamos?” Como que uno empieza a mirar todas esas cosas.

¿Y tú personalmente crees en el matrimonio y el amor a largo plazo?

Sí claro, yo creo en el matrimonio. Que no es una empresa fácil, sí, no es fácil. El que te diga que el matrimonio es fácil, es un mentiroso, porque son dos personas conviviendo, dos personas con personalidades totalmente diferentes, que a la larga tienen el reto de aprender a convivir y eso no es fácil. Incluso los papás de uno pueden llevar veintitantos [sic] años de casados, treinta años, lo que sea, y siguen teniendo discusiones. Eso es un conocimiento todo el tiempo de esa persona.

Pero se puede.

Pero se puede, claro.

¿Y cómo crees que se puede?

Pienso que es como cuestión de paciencia y perseverancia. Tú sabes hasta dónde puedes dar.

El día en que sabes que no puedes dar más, acaba esa vaina porque no funciona. El día en que tú te sientas ahogado en una relación, ese día ya. Si algún día dejaste de ser tú mismo, chao. Como que todas esas cosas son las que empiezan a resquebrajar el matrimonio, o ya algo que digamos mucha gente dice la infidelidad. Hay gente que la perdona, hay gente que no está dispuesta, eso

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depende. Depende mucho de cómo sean las personas que están en esa unión y cómo valoran el sentimiento y lo que se ha construido con los años en conjunto.

¿A ti qué te gusta de Cristian?

De Cristian me gusta que es súper detallista, siempre está pendiente de mí. Si salgo muy tarde de la oficina me dice “ya voy por ti y te llevo a la casa, no te preocupes”, o si voy para clase de danza árabe por ejemplo me dice “es que yo siempre te quiero ver bailar” y me espera y nos vamos juntos. Es muy detallista y muy cariñoso, eso lo hace para mí una persona que me complementa, y es muy soñador entonces eso me ayuda, porque yo a veces soy como la parte más “aterrizada”, lo llamo a la realidad y le digo “oye no, despiértate porque no podemos seguir así”. Pero es una persona que es opuesta a mí en muchas cosas y eso me ayuda a mí también porque me equilibra. Por ejemplo, yo soy súper impulsiva, él es más tranquilo, es como “no mira, las cosas por el lado bueno, no te exasperes”, en cambio yo soy súper explosiva; entonces es como esa parte contraria a mí. Digamos que físicamente me encantan sus manos, no son grandes pero son muy finas. Tiene barba. La verdad lo quiero así como es él.

¿Y esos opuestos no generan conflicto?

Claro, al principio fue conflictivo. Porque incluso de formación profesional somos muy diferentes: él es ingeniero, yo soy politóloga. Entonces todo lo ve como súper cuantitativo, dentro de una cajita, en cambio yo soy como los sueños, “vamos a hacer lo mejor, vamos a salvar a la humanidad, podemos mil cosas”. Entonces la política es un tema que entre los dos no tocamos porque a él no le gusta, entonces es aprender a conciliar esos opuestos. En un principio era difícil, pero pues ahora ya sabemos cómo es cada uno y lo llevamos bien.

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Entonces ahorita que estamos en elecciones no tocan ese tema para nada.

[Risas] O nos reímos del asunto, yo le digo como “mira, yo ya tengo esto y voy a votar”, él es muy charro porque dice como “voy a votar por el candidato que tenga el nombre más chistoso”, yo le digo como “qué te pasa, no seas irresponsable” y entonces ahí se cierra la discusión y no hablamos y ya. Y fin del asunto.

Y esas características que me describiste ahorita, ¿eso tú lo notaste cuando lo empezaron a hablar en la aplicación?

Claro. Yo pienso que las palabras también emiten emocionalidades. Si uno está tan conectado con la otra persona yo creo que uno puede percibir en cómo escribe la persona su estado de

ánimo, si está feliz, si está triste, si está bravo, si te está coqueteando, si no te está coqueteando.

Como que todas esas cosas realmente yo creo que uno las puede percibir en un escrito. Lo que pasa es que para llegar a ese grado de percepción yo creo que debe haber un grado de conexión muy fuerte con la idea de lo que puede ser esa persona, porque realmente al principio es una idea, está por allá en un abstracto porque tú le puedes poner cara con una foto, pero eso no te ayuda porque no es tangible, no es algo que tú estés tocando o viviendo en este plano terrenal, sino que es en la web. Igual creo que en la web aguanta todo, tú puedes decir lo que quieras y aguanta todo lo que tú quieras decir, pero pues la realidad ya es otra cosa. Digamos que nosotros fuimos muy transparentes todo el tiempo, creo que por eso ha funcionado.

A eso iba, porque digamos que si una amiga te cuadra una cita, por ejemplo, uno ya tiene una idea clara de lo que es esa persona, pero ¿cómo hace uno para conectarse con una persona que conoce en internet?

Es una idea. Lo que te digo, yo creo que eso es una idea, un imaginario que uno tiene y lo confirmas o lo niegas cuando ya tienes a la persona en frente. Pero yo sí pienso que el escrito

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transmite muchas emociones, te permite sentir cosas, obviamente, porque si no uno no vería tantas historias de tanta gente que conoció personas así, o lo que sea.

Volviendo a esa aplicación [adoptaunman.com], ¿ustedes generalmente conversaban todo el día? ¿Cómo era esa interacción?

No, mira. En ese momento (imagínate cómo ha evolucionado esa página a convertirse en una aplicación) pues era cuando yo tenía un computador al frente, porque estos estos smartphones de estos últimos cinco años - ni siquiera, los últimos tres o cuatro años - no… en ese momento yo tenía un Blackberry, la conectividad del internet era un desastre, no era igual a hoy de buena que tú puedes acceder a cualquier página. No, me tocaba esperar a llegar a la casa para abrir el computador... O sea como que había más emoción y más expectativa, hoy en día tú puedes entrar a la aplicación en cualquier momento y digamos que no sé si eso pierda la magia o no. Apenas nosotros ya empezamos a salir y nos cuadramos dijimos “pues, desactivemos esa vaina”, y no la hemos vuelto a usar. Entonces no sabemos digamos cómo ha evolucionado desde la última vez que usamos nuestros perfiles, no sabemos nada de eso. Y pues uno ahí empieza a ver cómo esos cambios tecnológicos, tú ves cómo en cuatro años eso evolucionó un montón. Ya hoy en día es una aplicación más robusta, hay como mil más y las posibilidades han aumentado, tú lo puedes ver por género, por comunidad. Mejor dicho, un día de estos quién sabe qué pueda pasar. Pero sí, al comienzo era la expectativa de llegar a tu casa y ver si te había llegado un mensaje o no de esa persona. Además que uno puede ser egoísta en ese entonces en la aplicación porque tú puedes reservar a esa persona y bloquearla para que nadie hable con ella por un día.

¿En serio?

Y yo lo hice, y después él lo hizo conmigo como muchas veces. Entonces como que uno empieza a generar cosas de exclusividad de alguna manera. Entonces como “eres mío, no vas a

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hablar con nadie más”, como que “voy a hacer todo lo posible para conquistarte”, como que todas esas cosas empiezan a sumar. Entonces sí, yo pienso que eso es lo único raro cuando tú lo puedes tener en el teléfono, que pues es todo el tiempo. En cambio aquí tienes que esperar a llegar a tu casa, después de seis horas, y escribir un mensaje y si esa persona no ha llegado [es hasta] la noche, que es cuando todo el mundo está en su casa y uno puede sentarse. Eso requiere de paciencia, paciencia y expectativa, realmente.

¿Cómo eran esas personas que te encontrabas allá en la página?

Muchos, primero, buscan sexo. Entonces [decían] “no, tú estás divina”, lo de siempre. Como

“¿por qué tan bonita y tan sola?”. Entonces yo decía como “¿qué te pasa?, ¿tú quieres conocer gente o qué?, si quieres tener sexo para eso hay muchas otras cosas”. Entonces como que esos yo los iba descartando. Después entonces estaban los que comenzaban con sus rayes [sic] de la política, entonces uno era como “ay no, pa’ pelear tiempo me sobra, vivo de esto porque mi profesión es esta, yo no voy a ponerme a pelear contigo sin argumentos”. Chao. Y así, como que tú encuentras personas que sí les importa como la persona, el ser como tal, el sentimiento, pues es diferente. Y así pues encontré a mi novio.

¿Tú crees que hay prejuicios de la gente cuando se enteran que uno conoció a su pareja por internet?

¡Claro! Obviamente. El prejuicio o motivo de burla o curiosidad, como esas tres posibilidades. Socialmente hablando, yo soy más sociable que mi novio, y eso al principio también nos costó mucho porque yo tengo muchos círculos de amigos y conocidos de diferentes etapas de la vida y generaciones. Entonces por ejemplo, tu hermano es uno de esos [risas]. A

Alejo lo conocí por Dani y todo su grupo, pero Dani y yo éramos amigas del colegio y pues Dani era más chiquita que yo, entonces como esos amigos chiquitos de ese combo. Tengo a mis

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amigos grandes grandes, o sea son los que se graduaron mucho antes que nosotros y pues nos hicimos amigos por cosas de la vida y porque a mi se me facilita más por mi forma de ser entenderme con la gente que es mucho mayor que yo. Mis amigos de carrera, mis amigos del colegio. En cambio él tenía como del colegio sus dos amigos de toda la vida, en la universidad era un grupo muy chiquitico y no había más para él. Entonces me decía “pero tú conoces un montón de gente, siempre que salimos me encuentro con alguien”, entonces yo le dije “tienes que entender que esto no va a cambiar y que yo soy así” y él fue como “bueno, sí”. Y yo también entendí que él es un poco introvertido, entonces ya empezarlo [sic] a incluir en mis círculos pues era complejo pero, a la larga lo logró y ahora pues se habla con amigos míos con los que hubo empatía y bien. Pero pues eso. Entonces todo el mundo empieza a hablar de sus relaciones, entonces nos pasó en un baby shower como hace un año. Entonces “no, que nos conocimos en la universidad, que no se qué” y después “ay, ¿y ustedes qué?” y nosotros como “no, pues nos conocimos por internet” y todos “¿cómo así? no, ¡cuéntanos!”. Como que hay mucho morbo con el tema, [decían] “¿y no les dio miedo entonces?”, como las mismas preguntas que tú más o menos me has hecho. Pues uno parte del principio de la buena fe, tú verás a qué te arriesgas, a qué dices que sí y a qué no. Digamos que ese también es el otro punto, cuando uno va a correr un riesgo saber a qué está dispuesto, hasta dónde está dispuesto a llegar y a qué no. Y pues digamos, no cuestionar nunca lo que uno es, los valores que uno tiene, si esas cosas empiezan a cuestionarte [sic] eso, salte de ahí.

¿Ustedes ahorita viven separados?

Sí, él en su casa y yo en la mía, pero sí nos vemos los fines de semana, entre semana a veces.

Depende.

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¿Qué planes hacen ustedes comúnmente?

Vamos a cine, vamos a comer. Uy, nos gusta comer mucho [risas]. Al principio de la relación, cada ocho días, probamos un restaurante diferente. Pero nos gusta comer rico, entonces eso vale mucho. A veces vamos a mirar obras de arte, a mí me gusta eso, pero él ha aprendido a conciliar, entonces vamos a museos a tardear, o a la casa, que vamos a ver una película, pidamos comida.

Depende, a veces viajamos. Nos gusta salir de paseo los fines de semana y volver.

¿Tú has creído en el amor toda en tu vida?

Sí, a pesar de todo, de que mis papás tuvieron una crisis muy tremenda. Digamos que yo no he dejado de creer, pero el concepto de amor sí sigue mutando. Porque una cosa es cuando uno es chiquito con ese idilio y “ay, tan hermoso como el concepto muy romántico”. Pero a medida que tú ves, el amor madura y cambia. Digamos que en mi relación yo puedo decir lo que ha pasado también, pero eso se lo he visto más que todo en las de mis papás porque cuando tú eres pequeño, como que es el idilio de los corazones y las rosas, todo lo que te ponen en los libros y las películas entonces claro, tú siempre te imaginas que la relación va a ser perfecta. Pero cuando tú la vives y te das cuenta que son dos personas totalmente distintas que están buscando un punto en común, ahí es donde empiezas tú a cuestionarte y a decir como “oiga, esto no es como tan romántico, no es como en las películas, como en los libros”, o sea todas esas cosas. Entonces por ejemplo, yo lo digo más por mis papás, que el amor madura y cambia. O sea al principio, pues en el noviazgo siempre decían que súper enamorados y se casaron, y después en el matrimonio como que vivieron muchas cosas en las que hubo crisis y en las que mi mamá se cuestionó muchas veces si amaba a mi papá. Y mi papá también a mi mamá. Y eso es válido, hay momentos en que uno puede cuestionarse [sic] esas cosas. Pero digamos, ahorita que yo tengo una pareja, la relación de mis papás cambió otra vez. Mejor dicho, parecen novios otra vez.

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Entonces yo pienso que es una etapa, cuando tú terminas de criar a tus hijos, cuando terminas toda esa parte es momento de volver a la pareja. Entonces tú ya sabes que vasa a entrar en un proceso de envejecimiento en el que necesitas una compañía. Si estás casado y tienes la fortuna de luchar y resistir, porque además es lo que ellos han aprendido de sus papás, entonces esa lucha y es persistencia puede transformarse y puedes empezar a sentir otras cosas o reavivar sentimientos que uno diría como “no, ya estamos viejos entonces no vamos a volver a enamorarnos. Y no. Realmente cambia y yo hoy los veo hoy en día y mis papás parecen novios otra vez. Llevan 27 años de casados y 10 que duraron de novios, o sea llevan 37 años juntos y han podido estar. Entonces cuando uno tiene ese tipo de referentes uno dice “claro, puedo creer en el amor, pero tengo que tener como salvedades de que las cosas no van a ser fáciles, que hay problemas, que hay que saber solucionarlos, que hay que saber luchar, y no necesariamente salir corriendo después del primer problema.

¿Tú crees que hay una persona única destinada para cada uno de nosotros?

Yo creo que sí, pero llegas a conocer otras que te ponen a tambalear como en ese “sí existe sólo una persona”, porque tú puedes resultarle [sic] atractiva a una persona así tengas novia o esposa. Pero está en ti el decir “me atrevo a… o conservo lo que tengo y no lo cambio por estas y esas razones”. Y gente uno va a conocer toda la vida, pero si tú sabes que esa una te corresponde, no vas a buscar otras. Yo creo que es eso.

¿A ti qué películas de amor te gustan? ¿Te gustan las películas románticas?

Sí, me encantan. Mira yo no pago por ir a ver terror, así de simple. Te puedo ir a ver acción, romance también. Pero así que yo diga que me encanta: El diario de Bridget Jones, todas sus películas. Me he reído, he llorado, todo lo que quieras. Hay muchas, es que son demasiadas. Me gustan las románticas, claro, eso no tiene discusión.

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¿Algunas vez las has comparado con tu vida?

No, uno tiene que ser muy objetivo en la vida. O sea, película es la película, la vida es la vida.

Punto. Querer inventar una relación idílica no tiene sentido.

¿Tú qué cosas crees que le perdonarías a tu pareja y qué no?

Esa es una pregunta muy difícil porque perdonar es una cosa que es compleja. Y me haces acordar de una cosa que decía el cura en el matrimonio de una de mis mejores amigas del colegio. Él nos decía “hay tres cosas que tú tienes que decirle a tu pareja: te perdono, te quiero y te pido permiso para”. Entonces yo creo que perdonar es un acto del ser. ¿Hasta dónde estás dispuesto a perdonar? Eso depende de uno. Entonces yo en un momento decía que una infidelidad es imperdonable, pero después yo empezaba a hablar con mi mamá porque uno de los asuntos por los que mis papás pelearon fue por eso y yo decía “¿tú cómo lo perdonaste?” Ella me decía “pues porque yo lo sigo queriendo y es algo que podemos subsanar, si pasa otra vez y me entero pues sí, chao. Una segunda oportunidad sí, pero una tercera, jamás”. Yo en cambio era más radical yo decía “nunca jamás perdonaría en la vida una infidelidad porque bla bla...” Yo me pongo a pensar y digo que es posible que a veces la infidelidad se de porque tú no tengas algo en tu relación o se esté perdiendo algo o que no lo tienes. Pero si no lo hablas a tiempo, eso es lo que te hace caer en eso, en buscar cómo suplirlo. Somos animales, somos seres de necesidades.

Yo ahora digo que no hay nada imperdonable, matar sí es imperdonable, pero de resto tú sabes qué vas a soportar y qué no de acuerdo a lo que estés viviendo en tu relación. Entonces es subjetivo, pero sí es bonito pensar en esas cosas, en el “te perdono, te quiero y permíteme hacer tal cosa” sin que todo se vuelva en función de la otra persona. Creo que es eso.

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Entrevista a María Paula Rodríguez

21 años. Estudiante de Comunicación Social. Es usuaria frecuente de la aplicación Tinder y actualmente se encuentra en una relación complicada con una persona que conoció por ahí.

¿Estás en este momento en una relación?

Sí...

¿Por qué lo dices en ese tono?

Porque no es una relación de novios, pero tampoco es una relación de amigos.

¿Amigos con derecho?

Es que no sé, no le tengo nombre a lo que pasa con esta persona.

¿Por qué?

Como que no se han dado las circunstancias, a los dos nos gusta la compañía del otro, pero no tenemos ninguno de los dos el tiempo de dedicarnos tanto el uno al otro como para hacer una relación formal.

¿Cómo se conocieron?

Nos conocimos por Tinder [risas].

¿Hace cuánto usas Tinder?

Yo lo uso… es muy curioso porque yo me acuerdo que lo uso desde los 17. Porque ese año

[2013] me parece que salió o se volvió popular, no sé, y yo la descargué. Y cuando la descargué qué tristeza que, como tenía 17 años, no me salía gente mayor de 18 años, entonces tengo ese recuerdo como muy fresco. Y la desinstalé porque fue como “yo no quiero salir con un pelado de

14”. Creo que cuando cumplí los 18, como dos meses después, la volví a instalar y ahí la tengo.

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¿Y la usas mucho?

Depende de a qué te refieres con “usar”. En cuanto a abrirla y mover de derecha a izquierda

[El entrevistador asiente] de vez en cuando. La última vez pudo haber sido… ¿hace ocho días?

Yo creo. Pero antes de eso de hecho la abrí porque me salió una notificación de que no me salía hace mucho tiempo y que se me iba a desactivar el perfil y dije como “no” y me puse a “jugar”

[risas].

¿Tienes algún momento particular en el que uses Tinder? ¿Cuando estás aburrida?

Mmm… Sí, es cuando estoy aburrida, y más en la universidad que en mi casa, porque en mi casa como que conozco el barrio entonces nunca me sale nada interesante [risas].

Este hombre con el que estás ahorita, ¿es el primero que te encuentras en Tinder?

No, el segundo.

¿Cómo fue el primero?

Fue hace yo creo que yo tenía 18, entonces fue hace 2, 3 años. Estaba… O sea, me acuerdo mucho que fue después de una fiesta, en la mañana siguiente que no amanecí en mi casa, amanecí en otra casa, y me dije “vamos a abrir Tinder”. Y lo abrí y empecé a hablar con esta persona. Y es algo muy curioso que a veces en Tinder uno no pasa de siete mensajes, como

“hola, ¿cómo estás?”, “¿bien y tú?”, “bien, ¿qué haces?” y nada, y se vuelve todo como aburrido y te dejan de hablar. Entonces creo que eso depende mucho de cada persona. Entonces esta persona, como que tuvimos buena conversación y desde ese día como que hablamos muy seguido, como todo el día todos los días por dos semanas. Y él vivía muy cerca a mi universidad, entonces un día me dijo que nos viéramos en un café que queda cerca a la universidad y yo dije

“bueno, es un espacio que yo conozco, no es como peligroso, es un ambiente público, es por el día… está bien”. Y terminé yendo y nos conocimos en un café. ¿Te sigo contando de la cita? [El

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entrevistador asiente]. Está bien. Entonces ahí la cita ya es un poco irrelevante frente a Tinder porque ya eso depende de cómo uno se lleva con la persona. Pues con esta persona nos llevamos bien, dio la casualidad de que era el cumpleaños de un amigo de él y llegó la novia del amigo y empezamos a hablar los tres y fue como una situación muy tranquila porque no me sentía tanto presionada [sic] por él, porque también trajo a alguien más y me sentí más calmada. Y ya, después de eso yo creo que salimo unos... ¿dos meses? Sí, dos meses. Él no es de Bogotá, entonces él se fue en vacaciones de final de año (nos conocimos a inicios de semestre) y él se fue en vacaciones de mitad de año y como que las cosas se enfriaron mucho cuando él se fue a su ciudad y yo me quedé acá. Entonces ya no hablábamos tanto, poco a poco dejamos de hablar, luego cuando ya nos íbamos a ver acá él me dejó plantada y yo lo mandé a la mierda. Y ya, así se acabó esa relación.

¿Tú tenías ese miedo de que te iba a pasar algo si te veías con él al principio?

¡Claro! Sí, eso es algo que uno tiene muy presente. Digamos que Tinder tiene una cosa de que uno está conectado a Facebook, que tú dices “ay, se puede conectar a redes y si tiene más de tres redes es posible que esta persona sea un ser humano de verdad y no me vaya a secuestrar, violar y matar”. Pero entonces igual a uno siempre le da algo porque puede ser un perfil falso y uno ve perfiles falsos. Uno abre Tinder y uno ve una foto que obviamente es de Google Maps buscada.

¿Cómo sabes tú eso? ¿Cómo identificas un perfil falso?

Es que… digamos que hay varias cosas. Que no tenga una biografía, o que no tenga cosas escritas, que tenga una sola foto, que la única foto sea un poco pixelada, pero sea como

“profesional”, ¿si me entiendes? Como una foto copiada y descargada y pegada que tiene las características de ser una foto profesional, pero cuando la ves, tiene la calidad de ser un emoji.

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Entonces son como las banderas rojas que uno ve. Y que también no esté conectado a otras redes sociales, o sea que no tenga Instagram conectado y esas cosas.

¿Cómo te hablas tú con cualquier persona que te sale cuando haces un match?

¿Quién habla primero? ¿Qué se dicen?

Antes de eso, de lo que hablábamos antes del secuestro y estas cosas, también cabe destacar que con Tinder no fue la primera vez que me conocí por alguien por internet. Yo primero me conocí por Facebook con… ¿dos personas?

¿Que te agregaron a Facebook?

Sí, sí. Yo estaba chiquita, creo que tenía como 14. Y me agregaron dos amigos, los dos eran amigos, me agregaron a mí. Y uno me empezó a coquetear, a “caer”, quien dice. No se dieron las cosas porque nunca tuve tiempo de verme con él en tres semanas que hablamos y preciso me habló el otro y sí me pude ver [risas]. Entonces dañé una amistad. [risas]. Igual con esa persona yo creo que salí unas dos veces porque yo era chiquita, yo tenía como 14 años (yo creo), y obviamente no le dije a mis papás que me iba a encontrar con un desconocido por redes sociales.

Entonces la primera vez que nos vimos fue muy dramático porque mis papás me pillaron, entonces yo le dije a una amiga como “no, vamos al centro comercial, vamos a cine, yo me voy a ver con este man, me dejan en la puerta y ya”. Entonces mi amiga estaba como desconfiada,

[decía] “no marica, yo no quiero hacer eso”, y yo “ya tranquila que no va a pasar nada”. Y estábamos en el cine y mi amiga me habla por Whatsapp: “que su mamá me llamó, que yo no sé qué, si ve en lo que usted me mete”. Luego ella me llamó a mi y yo estaba en el cine, me tocó salirme del cine, tocó irme a mi casa, mi mamá después me regañó, de qué estaba haciendo.

Digamos que en las redes sociales hay mucho tipo de personas, y es muy probable que uno se termine encontrando con la persona que uno está hablando, pero también muy probable que no.

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Y sí, yo era muy chiquita y a mí me pudieron secuestrar, o sea eso no es… Claro que lo que uno hace siempre es verse en sitios públicos, centros comerciales, no como en parques y cosas así, porque los parques sí pueden ser peligrosos, lugares encerrados... Bueno, me decías que cómo era cuando uno habla con alguien por Tinder.

Sí.

Digamos que yo no soy mucho de iniciar la conversación, más que porque soy mujer o ellos hombres y deben iniciarla, sino yo no lidio bien el rechazo, entonces cuando alguien no me contesta me siento como muy insegura. Entonces prefiero “no, pues si esta persona me habla, entonces yo le respondo”, entonces no suelo ser la primera que escribe, pero no por ser mujer.

Porque sí es algo que me decían de “ay, la mujer sí puede dar el primer paso” y sí, solamente que yo no porque a mí me da pena y soy muy insegura al respecto, entonces sí es como no. Entonces, cuando uno inicia una conversación, suelo esperar a que la otra persona me hable y sí, la conversación suele ser muy básica, lo que te digo. “Hola”, “hola”, “¿cómo vas?”, “¿bien y tú?”,

“¿y en dónde estudias?”, ta ta ta y tu tu tu. Y, si uno ve intereses en común, la conversación sigue, si no, pues no. Creo que va como hasta ahí. La mayoría de conversaciones creo que no han pasado de… ¿siete mensajes? Incluso hasta dos. Te las mostraría, pero hace… después de la relación fallida con la anterior persona, yo eliminé mi perfil. Entonces lo volví a crear y lo tengo, pero no tengo las conversaciones que tenía antes. Y entonces cuando algo no se da yo elimino las conversaciones, en este momento literal sólo tengo como una, y literal va como en un “hola”, porque a veces la aplicación simplemente se queda como en uno mirar el escaparate de la gente que hay en la aplicación. Como la familia Miranda, que mira y mira, pero no compra.

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Cuando son de dos mensajes no más, ¿por qué se queda ahí?

Creo que también es una cosa de la aplicación, no sé si es como yo la tengo configurada, pero a mí no me llegan notificaciones como [sucede] en Whatsapp, que llega la notificación y no te deja de molestar esa notificación. Sino que a veces uno no se da cuenta de que le llegó el mensaje y uno contesta tres días después y la otra persona tres días después entonces si no hay como el interés de los dos, no suele haber mucho tiempo.

¿Para ti qué es un swipe right y un swipe left?

Pues creo que la aplicación es obviamente muy superficial. Entonces lo que uno mira primero es si a uno le parece atractiva esa persona, Entonces, digamos, la belleza es algo muy subjetivo, lo que realmente puede ser muy atractivo para mí no puede ser atractivo para otras personas.

Pero también hay unos estándares de belleza. Entonces uno puede ver que hay ciertos atributos que uno encuentra especialmente atractivos en una persona: la sonrisa, los ojos, la postura, el tipo de foto, si la persona está sonriendo, si ya se acopla a mis estándares personales de si a mi me gustan altos, pelinegros, bajitos, monos. Yo creo que es eso. Entonces para mí, lo que yo veo primero, es que la persona sea atractiva. Y depende en el momento en el que estoy, digamos si solamente estoy aburrida tindereando, simplemente estoy viendo las fotos y si la persona es atractiva le doy que sí y ya.

¿Y sólo con la primera foto que te aparece en el perfil?

Para que sea la primera tiene que ser Adonis, marica [risas].

[Risas] ¿Entonces pasa raramente?

Sí, raramente. Sí ha pasado, pues no sé cuándo… Y ahora Tinder tiene una cosa rara que no deja ver los últimos match, sino como los últimos 15, entonces no sabría decirte como “ay, con este sí fue de una”. O preciso una persona que me parece muy muy atractiva desde la primera

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foto… Incluso me pasa, que digo que sí, hago match y ahí si miro el perfil y hay más fotos y esas fotos no son lindas, entonces ya quedo como “oh, rayos”.

¿Y cómo decides en cambio que “no, ni por el carajo le digo que sí a este man”? ¿Se basa sólo en el atractivo?

Pues es chistoso… Cuando es el sí, el que sólo sea atractivo puede ser más fuerte. Cuando es que no, hay muchos factores que te pueden decir que no. Pues claro, el primero es “no, esta persona no me parece atractiva”, “esta persona tiene varias características físicas que yo no encuentro atractivas, tiene el pelo largo y a mi no me gustan los tipos de pelo largo, entonces no”. “Tiene un nombre feo”, porque eso es algo que yo miro. Si se llama Esneider, no. Digamos que casi que es una escalera, te llega un perfil y lo primero que miras es si es atractivo o no. Si no te gusta, ya le das que no. Si no te parece tan atractivo, miras el nombre y vas mirando la información: “ay, estudia, que no estudia, que el man trabaja en la escuela de la vida entonces no”.

¿La escuela de la vida? [Risas] ¿Sale mucho?

¡Sí! Y uno se pone a ver y son sólo perfiles de fiesta fiesta fiesta entonces tú dices como

“tampoco”. Tinder es una aplicación casi que para tirar, pero uno sí termina conociendo a personas. También este es el tipo de personas con el que yo no me quiero juntar, ni siquiera para solamente tirar, yo no quiero tirar con ese tipo de personas. Entonces independientemente de si es con Esneider, pues no, porque es una aplicación superficial, es lo más superficial que hay.

¿Tú usas la aplicación solamente para relaciones casuales y ya?

No. Yo sí prefiero salir con la persona, pero ya es como un asunto de seguridad. Tanto seguridad de que “quiero estar segura de mí”, igual si tú te vas a acostar con alguien vas a tener una intimidad con esa persona. Para mí sí es importante saber quién es esa persona, no tanto

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como estar enamorada y que yo diga que lo amo, no. Pero tampoco me siento cómoda con la idea de acostarme con cualquier desconocido. Entonces creo que es como eso. Pero por ejemplo el primer chico que te comentaba era una relación totalmente física, primero salimos varias veces, vimos que éramos compatibles y que nos gustábamos, que teníamos buena química, pero al momento de hablar los dos no era una buena relación, como quien dice, una relación. Como que te llevas bien con esa persona, pero no da para más. Entonces da la casualidad de que esta persona sí era una relación netamente sexual, pero no era de una sola noche. Pero sí fue con fines sexuales y nació en Tinder.

Ya saliendo un poco de Tinder, ¿tú qué te encuentras buscando en este momento en términos de romance? ¿Cómo te ves a ti misma en este entorno del amor romántico?

Yo creo que el amor es una definición que cambia mucho generacionalmente, el amor de nuestros papás no es el mismo de nuestros abuelos y no es la misma idea que uno tiene. Entonces yo creo que el amor que hemos visto es uno más cercano a uno idealizado por películas o series, donde vemos que dos personas se complementan completamente y son… ninguno de los dos es perfecto pero se complementan y sacan lo mejor del otro. Entonces yo creo que esa es la idea que yo tengo de amor, yo no busco un príncipe azul sin defectos, yo busco un príncipe con defectos que complemente los míos, que quiera mis defectos y que yo pueda querer los defectos de esa persona. Entonces digamos que esa es la idea, que es un poco idealizada, del amor que yo tengo.

Otra cosa es que también el amor es una construcción personal que también tiene mucho que ver con nuestros padres, lo que vimos de nuestros padres y nuestros abuelos. Por ejemplo, mis papás se separaron cuando yo era muy chiquita, entonces yo no tuve como esa construcción de familia homoparental (mamá, papá, niños) porque ellos se separaron cuando yo tenía dos años y medio, casi tres, entonces yo no vi a mi papá mucho tiempo. Luego con mi mamá nos fuimos a vivir con

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mis abuelos y entonces mis abuelos tienen una relación muy… no violenta, pero sí pesada entre ellos. Ellos pelean todo el tiempo, son muy agresivos con el otro verbalmente, pelean todos los días. Digamos desde muy chiquita yo supe que mi abuelo tenía moza en la cuadra, entonces son cosas que yo sé que eso me raya un poco en cuanto a relaciones de pareja, entonces yo no soy muy dada… O sea, yo sí tengo mi idea de amor, quién quita que de pronto un día yo entre a un café y hable con alguien y esa sea la persona y tengamos una relación muy bonita, yo no descarto eso. Pero no es algo que yo busque constantemente porque es casi como un sueño que uno dice “de pronto no es tan real”. Entonces un busca cosas más reales, uno busca relaciones físicas y de amistad y compañerismo que son más fáciles de lograr y uno las tiene más aterrizadas. Entonces creo que esa sería mi caso personal. Entonces yo no he tenido relaciones de novio normales, yo he tenido dos relaciones, uno novio, pero era un novio de colegio que eso no es un novio. Y las relaciones que yo he tenido ya grande en la universidad han sido de amigos, realmente, pero no he tenido ningún tipo de relación de novio, así que tú digas “este es mi compañero con el que yo me apoye y yo lo apoyo a él y así nos llevamos uno con el otro”.

Entonces creo que eso es algo personal mío.

¿Crees que hoy en día se puede dar una relación seria a largo plazo?

Sí, sí, sí. Sí, yo sí creo que una relación seria y a largo plazo se puede dar. Pero yo creo que más que se pueda o no dar, es más que las personas busquen eso. Yo no me siento en la confianza de decirte “quiero pasar el resto de mi vida con una persona y tener una casa y formar una familia” porque no siento que pueda confiar en esa persona. Pero vemos que también las relaciones actualmente son muy fugaces, entonces como que no hay ese romanticismo al que nosotros estamos acostumbrados por series y películas, entonces vemos una cosa loca como si las dos personas fueran un solo ser, y no vemos un tipo de relación madura de dos personas

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adultas que simplemente se acompañan el uno con el otro y se apoyan, pero no de una manera como… Sí, yo creo que pueden existir este tipo de relaciones. Pero no creo que yo tenga alguna, y creo que deben ser dos personas muy especiales para que tengan una relación a largo plazo, porque tienen que ser dos personas que busquen relaciones a largo plazo, que sean felices de esa manera y que ahora uno también tiene esa idea de que uno tiene que enfocarse en ello. Entonces si termino formando una familia y me caso y tengo un hijo, entonces a mí se me divide la vida en dos. Entonces ya no puedo concentrarme en mi trabajo, sino que también tengo que concentrarme en mi familia. Lo que también pasa es que nuestra generación es una que se da mucho al trabajo, entonces estamos buscando cómo vivir solos, cómo mantenernos y estar en una relación tal vez no sea la mejor manera de hacerlo. Porque también es eso, uno puede ver la relación como una inversión para tener una mejor estabilidad, pero también es una forma de sacrificar mi propio tiempo para dárselo a alguien más. Entonces lo que te digo, sí creo que se puede dar, pero tienen que ser dos personas que estén dispuestas a hacerlo. Creo que es difícil que en esta sociedad existan estas dos personas, en especial a mi edad. Yo creo que de pronto más grandes y eso cada vez como que el tiempo sube un poquito más, entonces antes [era] “ay no, espero a los 30 para casarme” o “no, mejor a los 40, no, mejor entre 40 y 50 encuentro a la persona adecuada”. Entonces se va subiendo un poquito más el momento para casarse, entonces creo que es eso.

¿Y tú te ves a ti como misma como una de esas personas en algún punto de tu vida?

No.

¿Por qué?

No me veo a mí misma sacrificando de mi tiempo para dárselo a alguien más por amor.

También yo soy una persona muy desconsiderada que yo espero que la otra persona me de

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mucho de su tiempo, pero yo no. Entonces yo sé que no es algo normal, no puedo esperar que alguien me de la mitad de su tiempo si yo no estoy dispuesta a darle la mitad de mi tiempo. Y yo no estoy dispuesta. Digamos que esa es una cosa, y otra cosa es algo que viene implícito en las relaciones a larga distancia y es el tener hijos, y yo no quiero tener hijos. Entonces digamos que yo encuentro esta persona, y esa persona quiere tener una relación a larga duración pero quiere tener hijos, entonces es muy probable que este tipo de personas que quiera tener una relación larga y estable quiera una familia. Pero entonces yo no quiero tener hijos, no quiero una familia, entonces eso... no me imagino a alguien que quiera estar en una relación larga y no quiera formar una familia, porque casi que es el objetivo de la relación larga.

¿Tú crees en el matrimonio?

No. Pero lo que te digo eso es… Sí, por mi familia. En mi familia, no sólo mis papás sino mis abuelos, mis tíos, mis a ver… sí mis tíos. De los.. dos, tres tíos directos que tengo, dos se han separado, mis dos tías se han separado por maltrato o diferencias, mi otro tío no se ha separado, pero dentro de la familia sabemos que no es una relación buena. O sea sabemos que uno está engañando al otro o sabemos que, en el caso de uno se retiró de trabajar por apoyar a… por tener hijos en la familia, entonces depender económicamente de la otra persona también es complicado porque eso te quita mucho poder en la relación. Y cuando una persona se encuentra en una posición de poder diferente a la otra se opone a ella, sea cual sea. Entonces empieza a exigir cosas que esa persona trae la plata, entonces es esa persona que debe escoger lo que se compra o no se compra, que sean cosas para los dos. Entonces yo creo que es eso. La única relación estable en mi familia son [sic] de unos tíos que viven en unión libre, y ya viven desde 14 años en unión libre. Entonces los dos viven juntos, nunca se casaron porque los dos venían de dos divorcios diferentes, nunca se casaron y están bien, son de los que menos pelean - o sea no digo que no

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peleen pero sí, son de los que menos pelean. Yo creo que también es esa situación mía de mi familia, no ha habido un matrimonio realmente exitoso, y la pareja exitosa que hay no está casada. Entonces creo que tengo mucho esa idea en mi cabeza de te casas y te cagas la relación, entonces el día que te cases ya los dos, como que se vuelve un cuadrado, una rutina y ya no pueden salir de ahí.

En cuanto a las series, películas, libros o canciones de amor: ¿a ti te gustan? ¿Te

“comes el cuento”?

Mmm… No soy de películas románticas. Nunca me han gustado, pocas son las que me han gustado…

¿Cuáles?

Es chistoso, me acuerdo de… ¿La boda de mi mejor amigo? Creo que se llama así.

Sí.

Sí, con Julia Roberts. Me acuerdo de una con Sean… no, no es Sean Connery… Matthew

McConaughey, que está él con Anne Hathaway… que el man es un perro de mierda y se da cuenta que la secretaria es el amor de su vida… y La La Land. Entonces son películas de amor, pero son películas de amor infructuoso o tóxico. A mí las películas de amor amor no, yo no puedo con [Diario de una pasión], no puedo con esas películas en las que se aman incondicionalmente y los dos se aman y tienen que luchar por su amor porque se aman… No, no puedo con ese tipo de género.

¿Y canciones de amor?

De hecho sí [risas], sí soy muy romantiquera [sic] en las canciones. Y eso es algo que le extraña mucho a la gente que me conoce, porque es como “pero qué onda contigo” [risas].

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¿De cuáles canciones te acuerdas ahorita?

Mmm es que yo crecí mucho con música de planchar, entonces yo sí soy de Reik, Camila,

Kudai y yo los puedo escuchar como así… son como canciones de amor puberto, que es ese amor que es muy fuerte e infructuoso. Entonces sí, creo que va por ahí.