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DIRECTOR FUNDADOR CONSEJO HONORARIO Charles Hale † Jean Meyer Yuri Afanasiev † Universidad de Iowa Universidad de Humanidades, Matsuo Kazuyuki DIRECTOR Luis Barrón Moscú Universidad de Sofía, Tokio Carlos Altamirano Alan Knight JEFE DE REDACCIÓN Editor de la revista Prisma Universidad de Oxford David Miklos (Argentina) Seymour Lipset † Pierre Chaunu † Universidad George Mason CONSEJO EDITORIAL Institut de France Olivier Mongin Adolfo Castañón Jorge Domínguez Editor de Esprit, París Antonio Saborit Universidad de Harvard Daniel Roche Clara García Ayluardo Enrique Florescano Collège de France Luis Medina Secretaría de Cultura Stuart Schwartz Rafael Rojas Josep Fontana Universidad de Yale Mauricio Tenorio Universidad de Barcelona Rafael Segovia DISEÑO Y FORMACIÓN Manuel Moreno El Colegio de México Natalia Rojas Nieto Fraginals † David Thelen Universidad de La Habana Universidad de Indiana CORRECCIÓN Luis González † John Womack Jr. Pilar Tapia El Colegio de Michoacán Universidad de Harvard .ISTOR es una publica ción trimestral de la División de Historia del Cen tro de In ves tiga ción y Do cenc ia Econó mi cas (CIDE). .El objetivo de ISTOR es ofrecer un acercamiento original a los aconteci mientos y a los gran des de bates de la historia y la actua lidad internacio nal. .Las opiniones expresadas en esta re vista son responsabilidad de sus au to res. La reproduc ción de los tra bajos necesita previa autoriza ción. .Los manuscritos deben en viar se a la Di visión de Historia del CIDE. Su presen tación debe seguir los atri butos que pueden observarse en este número. .Todos los artículos son dictaminados. .Dirija su correspondencia electrónica a: [email protected] .Puede consultar ISTOR en internet: www.istor.cide.edu .Editor responsable: Luis Barrón. Centro de Inves tiga ción .ISSN: 16651715 y Docencia Eco nó micas, .Impresión: IMDI A.C., Carretera México Suiza 23 bis, Toluca 3655 (km 16.5), Colonia Portales, Lomas de Santa Fe, C.P. 03300, México, D.F. 01210, México, D.F. .Suscripciones: .Certificado de licitud Tel.: 57 27 98 00 de título: 11541 ext. 6091 y contenido: 8104. email suscripciones: .Reserva del título [email protected] otorgada por el Indautor: email redacción: 042000071211550100102 [email protected] Portada: Aros olimpicos. ISTOR, año XVII, número 65, verano de 2016 ISTOR, palabra del griego antiguo y más exactamente del jónico. Nombre de agente, istor, “el que sabe”, el experto, el testigo, de donde proviene el verbo istoreo, “tratar de saber, informarse”, y la palabra istoria, búsqueda, averi gua ción, “historia”. Así, nos colocamos bajo la invocación del primer istor: Heródoto de Halicarnaso. 3 Fernando Segura M. Trejo, Río de Janeiro, del fútbol a las olimpiadas 2016: Tejidos históricos, presente y legado DOSSIER 21 Jean Saint-Martin, Pierre de Coubertin y los primeros Juegos Olímpicos de Atenas 1896 43 Michaël Attali, Valores y utilidades: Un caso de conciencia para el deporte 59 Fausto Amaro, Los Juegos Olímpicos y la metrópolis carioca: Campo deportivo y medios en Río de Janeiro, 19801910 71 Masaru Ikei, Estocolmo 1912 y la participación de Japón 81 Isami Romero, Destinos similares: Hayato Ikeda y Tokio 1964 95 Raúl Nivón-Ramírez, México 68: Una agenda de investigación 109 Haruko Hosoda, Unas olimpiadas para el pasado, el presente y el futuro: La historia de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 123 Alejandro Tavella, Argentina y el oro olímpico de basquet en Atenas 2004: La generación dorada 137 Adriana Islas Govea, No sólo los varones obtienen coronas de laurel: La inserción de las mujeres en los Juegos Olímpicos y su participación en el fútbol 145 Oscar Barnade, El rugby en los Juegos Olímpicos 153 Fernando Segura M. Trejo y Sergio Levinsky, Lionel Messi y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 NOTAS Y DIÁLOGOS 161 Julia Hang, Natación olímpica, tecnología y fascinación: Entre la flotabilidad de los nadadores y el ahogo de los ideales olímpicos 171 Manuel Dueñas, Ciclismo olímpico colombiano: Los esperados frutos de un proceso COINCIDENCIAS Y DIVERGENCIAS 177 Jean-François Diana, ¿Qué valor se atribuye a la información deportiva en los medios? El caso de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 185 Axel Elías, Entre la modernidad y la tradición: La gimnasia artística frente a la mediatización y la cultura de consumo en el siglo XXI 193 Rafael Soares Gonçalves, Las chicas del vóley: Un panorama del voleibol brasileño VENTANA AL MUNDO 203 Luiz Fernando Rojo, Construir y expandir los cuerpos: El basquetbol en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 213 Gilmar Mascarenhas, Río de Janeiro 2016: La ciudad en movimiento RESEÑAS 225 Juan Silvera, El oro negro brasileño: Adhemar 229 Belen Nassar, Corazón de Leona: Hockey femenino en Argentina 233 CAJÓN DE SASTRE 241 COLABORADORES PRESENTACIÓN Río de Janeiro, del fútbol a las olimpiadas 2016 Tejidos históricos, presente y legado Fernando Segura M. Trejo ío de Janeiro, agosto de 2016, albergue de la primera cita en Sudamé Rrica en 120 años de Juegos Olímpicos de verano en su edición XXXI. La historia de los juegos modernos se asocia, invariablemente, con la tran sición entre el siglo XIX y el XX —como lo mostrará el historiador Jean SaintMartin—, el recorrido por el siglo XX y las primeras décadas del actual milenio —tal como lo plasmarán los autores de este número. Pasadas las ediciones de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, la expectativa por los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 aparece en escena, en un contexto donde vale la pena detenerse para apuntar algunas cuestiones que formarán parte de la historia que se escribirá en el futuro. Istor, revista editada por la División de Historia del Centro de Investiga ción y Docencia Económicas desde el año 2000, pretende situarse en la preparación de las olimpiadas 2016 recurriendo al pasado a partir de dife rentes componentes y matices históricos, tanto de los juegos mismos como de las configuraciones sociales, deportivas y geográficas de Brasil y de Río de Janeiro en particular. Capital de la colonia desde 1763, Río de Janeiro recibió a la corte portu guesa en 1808 tras la invasión de Napoleón a Portugal y se convirtió, luego de la Independencia, en la capital del Imperio del Brasil. Con la proclama ción de la República en 1889, pasó a ser capital de ésta hasta 1960, cuando la sede de los poderes federales se mudó a Brasilia. En lo referente a las manifestaciones del deporte en su suelo, la ciudad hospedó dos ediciones de la Copa Sudamericana, antecedente de la Copa América. Primero en 1919, cuando el estadio de Fluminense, en el barrio de Laranjeiras, zona de la aristocracia carioca de la época, sirvió como fla 3 FERNANDO SEGURA M. TREJO mante escenario con su capacidad para 18 mil personas.1 Ya para la edición de 1922, el recinto fue ampliado para 25 mil espectadores como parte de las celebraciones del centenario de la Independencia de Brasil. El depor te, el fútbol en particular, se unió a los festejos del joven país.2 Unos años después, el Novo Estado comandado por Getúlio Vargas se dio a la tarea, a inicios de la década de 1930, de impulsar el fútbol, profesionali zarlo y construir un parque de estadios públicos. La política pública del de porte, llevada adelante por la Confederación Brasileña de Deportes, tuvo en aquellos años al fútbol como protagonista. El poder político identificó en su práctica y en la manera de ser acompañado masivamente un vector impor tante para el fomento del patriotismo.3 El prominente tercer puesto en el mundial de 1938 en Francia, con una actuación deslumbrante en cuanto al nivel de juego4 y transmitida a Brasil por radio, hizo redoblar la apuesta en cuanto al fomento y al porvenir. Por eso se hicieron muchos esfuerzos para conseguir la atribución del mundial, incluidas negociaciones y tensiones con Argentina, otro aspirante a organizarlo. Tras el restablecimiento de las citas deportivas interrumpidas por la Segunda Guerra Mundial,5 Brasil fue anfitrión del mundial de fútbol y Río de Janeiro fue su sede central, para la cual se construyó el mayor estadio del mundo: el Maracaná. Aquella cita es recordada por la derrota de Brasil en el último partido frente a Uruguay como la tragedia del Maracanazo. Sin embargo, el legado tuvo un efecto demostrativo en otros planos.6 El país mostró al mundo su capacidad organizativa. Se utilizaron, además del Maracaná, los estadios de Porto Alegre, Recife, Curitiba, Belo Horizonte y el Pacaembú en São Paulo. Brasil no pudo ser campeón, pero fue el equipo más goleador y vistoso7 a lo 1 G. Mascarenhas, Entradas e bandeiras, a conquista do Brasil pelo futebol, Río de Janeiro, Edito ra da UERJ, 2014, p. 15. 2 Sobre este campeonato de 1922 y los festejos del centenario, el lector puede consultar a J.M. Caquinha Malaia, M. Drumond y V. Andrade de Melo, “Celebrando a nação nos grandes grama dos: o Campeonato SulAmericano de Futebol de 1922”, História, Questões & Debates, año 29, núm. 57, juliodiciembre, 2012. 3 G. Mascarenhas, op. cit. 4 P. Dietschy, Histoire du Football, París, Perrin, 2010. 5 P. Dietschy: “¿Globalizando el fútbol? La FIFA, Europa y el mundo del fútbol no europeo: 19121974”, Istor, núm. 57, 2014. 6 G. Mascarenhas, op. cit., p. 133. 7 S. Leite Lopes: “The People’s Joy Vanishes: Meditation of the Death of Garrincha”, en P. 4 Río de Janeiro, del fútbol a las olimpiadas 2016: Tejidos históricos, presente y legado largo de la competencia. Con el tiempo, el país se convirtió, en efecto, en un país de fútbol.8 La consagración en el mundial de Suecia 1958, la apari ción del joven Pelé,9 el título en Chile 1962 y el tricampeonato en México 1970 lo subieron al podio.