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HISTORIAS PARA NUESTRO FUTURO YOTANTSI ASHI OTSIPANKI Narraciones autobiográficas de líderes Asháninka y Ashéninka de la Selva Central del Perú Editadas y compiladas por Hanne Veber HISTORIAS PARA NUESTRO FUTURO YOTANTSI ASHI OTSIPANIKI Narraciones autobiográficas de líderes asháninkas y ashéninkas de la Selva Central del Perú Compiladas y editadas por Hanne Veber Copenhague 2009 HISTORIAS PARA NUESTRO FUTURO Yotantsi ASHI OTSIPANIKI Copyright: Hanne Veber y el Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígneas Compilación y edición: Hanne Veber Diseño de tapa: Diseño interior: Jorge Monrás Revisión, corrección, notas aclaratorias y traductor de parte de los textos: Alberto Chirif Producción editorial: Alejandro Parellada Impresión: TAREA, Lima ISBN: 87-91563-21-6 ISSN: 0105-4503 Catalogación – Hurridocs (CIP) Título: Historias para nuestro futuro – Yotantsi ashi Otsipaniki Autor: Hanne Veber Número de páginas: 349 Idioma: castellano ISBN: 87-91563-21-6 Index: 1. Pueblos indígenas – 2. Perú – 3. Amazonía Área geográfica: Perú Fecha de publicación: 2009 GRUPO INTERNACIONAL DE TRABAJO SOBRE ASUNTOS INDIGENAS Classensgade 11 E, DK 2100 - Copenhague, Dinamarca Tel: (45) 35 27 05 00 - Fax: (45) 35 27 05 07 E-mail: [email protected] - Web: www.iwgia.org CONTENIDO Prólogo ........................................................................................................8 Introducción Introducción etnográfica Los asháninkas y los ashéninkas ...................................................................20 Narraciones autobiográficas de líderes asháninkas y ashéninkas Historia de Miguel Camaiteri Fernández ................................................. 56 Historia de Pascual Camaiteri Fernández .................................................110 Historia de Miqueas Mishari Mofat ............................................................126 Historia de Agusto Capurro Mayor ...........................................................174 Historia de Vicente Ñaco Chari ...................................................................196 Historia de Adolfo Gutiérrez Marín ...........................................................244 Historia de Bernardo Silva Loayza – Tyontyori .......................................262 Notas sobre los contextos históricos Notas sobre la historia colonial y la reconquista peruana de la Amazonía Central del Perú ...............................................296 Epílogo La poética de las historias de vida ..............................................................328 Glosario ..........................................................................................334 Bibliografia .....................................................................................340 Index .............................................................................................. 346 8 HISTORIAS PARA NUESTRO FUTURO – YotaNTSI ASHI OTSIPANIKI PROLOGO l 12 de mayo de 1987, después de que terminara la temporada de lluvia y de Eunos diecisiete meses de trabajo de campo etnográfico entre los ashéninkas, me fui de Oventeni, una colonización desolada en el centro del Gran Pajonal, una zona marginal de pastizales y de bosque tropical denso entre los ríos del Alto Amazonas en el Perú centro oriental. La región está habitada por unos 5.000 ashéninkas y menos de cien familias de colonos, principalmente radicadas en Oventeni. Junto con mi marido y mis dos hijos,1 procedí a pasar los siguientes meses en comunidades ashéninkas ubicadas en los afluentes del río Ucayali. Como una de dos antropólogos en el campo, coordinando dos estudios indepen- dientes sobre distintos aspectos del proceso de colonización y la adaptación de los ashéninkas a él, había aprendido un par de cosas sobre la forma de vida de los ashéninkas, basada en la horticultura de tala y quema, la caza y la recolec- ción. Lo que es más importante, había visto cómo los ashéninkas del Gran Pajo- nal se estaban organizando para hacer frente a las presiones de los colonos, prin- cipalmente inmigrantes andinos, y me di cuenta de la importancia de la organi- zación para una población indígena amazónica cuya vida cotidiana se veía aco- sada por la expansión de los colonos que estaban acaparando las tierras indíge- nas y beneficiándose del trabajo indígena.2 Si había ignorado la organización indígena antes de llegar al Gran Pajonal, al momento de partir me había convencido completamente de su centralidad. Las experiencias posteriores en el Ucayali con patrones abusadores, que virtualmen- te eran “dueños” de la policía local, y sus peones ashéninkas asustados dejaron esto bien en claro (ver Hvalkof 1998). Nos dimos cuenta de que miles de ashé- ninkas en el Ucayali vivían en condiciones de esclavitud de hecho en grandes haciendas controladas por patrones mestizos aliados con las autoridades locales, que se percibían a sí mismos como los amos del mundo, y que estaban bien posi- cionados para dictar sus propias versiones de la ley y el orden. Sin embargo, esta situación, que mantenía las relaciones de servidumbre establecidas durante el auge del caucho a fines de 1800, estaba destinada a cambiar, y concluyó hacia 1990, luego de la intervención de la organización nacional de pueblos indígenas de la Amazonía peruana, AIDESEP (ver la historia de Miqueas Mishari en este libro). En 1987, no obstante, la organización indígena era aún algo nuevo en el Gran Pajonal y apenas había comenzado en el Ucayali. Desde la perspectiva de la antropóloga, había todos los motivos del mundo para prestarle atención cercana y documentar su progreso. PROLOGO DE LA EDITORA 9 Mapa 1: El Perú contemporáneo 10 HISTORIAS PARA NUESTRO FUTURO – YotaNTSI ASHI OTSIPANIKI Los datos de campo que obtuve en el Gran Pajonal incluían una entrevista de historia de vida registrada en abril de 1987 con Miguel Camaiteri, un habitante ashéninka de Oventeni. En ese momento, había sido nombrado “secretario de defensa” de los ashéninkas del Pajonal, un estatus que se correspondía con sus esfuerzos por lograr que los ashéninkas del Pajonal se organizaran en comunida- des nativas. El estatus había sido formalizado por CECONSEC, la organización regional de los pueblos indígenas de la Selva Central, y garantizaba su legitimi- dad frente a las autoridades públicas. Al observar a Miguel Camaiteri en acción, llegué a conocerlo como un astuto organizador de talentos inusuales. A media- dos de los ochenta fue una fuerza motriz en la defensa de los derechos indígenas en el Gran Pajonal y en la promoción de la educación bilingüe para los ashé- ninkas del Pajonal. El acceso a la educación se limitaba a la escuela estatal en Oventeni y si bien los niños ashéninkas eran admitidos, pocos de ellos llegaban a completar la primaria. El director de la escuela, el cura católico local, Padre Mario, estaba firmemente convencido de que las personas indígenas sólo eran aptas para el trabajo manual y se aseguraba de que todos fueran concientes de esto. En lo que a él respectaba, ofrecerle educación a los ashéninkas era un des- perdicio absoluto de recursos. La mayoría de los colonos de Oventeni estaba de acuerdo con él. Por lo tanto, el establecimiento de escuelas bilingües en las co- munidades ashéninkas fue un proceso largo y dificultoso. Se había iniciado por el Instituto Lingüístico de Verano a comienzos de los setenta, más de una déca- da antes, había avanzado lentamente y frente a una gran oposición por parte de los colonos. Miguel Camaiteri promovió este proceso. Hacia comienzos de los ochenta, los ashéninkas del Pajonal estaban en con- trol de su propia organización, la OAGP, y Miguel se convirtió en su dirigente más notable. En 1987 tuve la sensación clara de que valdría la pena asegurarse de registrar la historia de vida de Miguel Camaiteri. Unos años después, Miguel estableció y tomó el mando del ejército de autodefensa de los ashéninkas del Pajonal, que ayudó a enfrentar y echar a Sendero Luminoso de la Selva Central a mediados de los noventa (ver la historia de Miguel Camaiteri en este libro). Pos- teriormente, en 1996, fue electo alcalde de Oventeni y del Gran Pajonal, y en 2002 pasó a ser regidor de Atalaya, la capital de la provincia del mismo nombre. Después de irme de Perú en octubre de 1987, tardé diecisiete años antes de poder regresar al campo y seguir la historia de Miguel. Durante casi una década, la guerra con Sendero Luminoso hizo imposible el trabajo de campo etnográfico en la región y para cuando se restableció la paz en la Selva Central, yo tenía obligaciones docentes y de investigación en la Universidad de Copenhague que exigían toda mi atención. Mientras tanto, mi marido tuvo el privilegio de ayudar a iniciar proyectos de titulación de tierras y un programa de salud que incluía a las regiones del Gran Pajonal y Ucayali (Hvalkof 2003). Esto le permitió mante- ner el contacto con Miguel y otros dirigentes indígenas, y de esta manera me mantuvo informada sobre las situaciones cambiantes en la región. Me informó PROLOGO DE LA EDITORA 11 que Miguel Camaiteri había pedido una y otra vez que regresara para terminar su historia. Apreciando la preocupación de Miguel, me embarqué en un proceso de solicitud de financiamiento para continuar con la entrevista biográfica que se había iniciado en 1987. En este proceso, algunos colegas me insistieron que de- sarrollara una perspectiva comparativa que incluyera a otros dirigentes además de Miguel Camaiteri. Finalmente, habiendo asegurado financiamiento del Consejo Danés de Estu- dios en Letras y Humanidades,3 regresé a Perú en agosto de 2004, ansiosa por continuar