Santiago Chelala
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El Antihéroe Vida de Carlos de Alvear (1789-1852), prócer argentino olvidado Santiago Chelala TESI DOCTORAL UPF / 2017 DIRECTOR DE LA TESIS Dr. Josep María Delgado DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES A mis amados hijos, Benjamín y Juana, luz de mis días iii Agradecimientos Si hubiera una aristocracia en la Argentina, Emilio Ocampo de seguro formaría parte de ella. Su árbol genealógico trepa en forma directa hasta Carlos de Alvear por el lado de su familia paterna y hasta Juan Manuel de Rosas por el lado materno. Sin embargo, también es un trabajador incansable, excelente buceador de archivos, generoso con su tiempo y su trabajo, y sin lugar a duda, es la persona que más sabe sobre Carlos de Alvear en la Argentina, y probablemente también una de la que más conoce sobre ese tumultuoso y confuso primer período de nuestra independencia. Sin esa generosidad esta tesis no hubiera sido posible. Mi primer y más grande agradecimiento es para Emilio Ocampo. El Dr. Josep María Delgado, director de esta tesis doctoral, confió desde el primer día en un proyecto que apenas había germinado, se interesó por el tema y me brindó la libertad necesaria para encarar el trabajo con mis propios tiempos. Los profesores Juan Carlos Garavaglia y Jorge Carrión fueron solidarios con sus consejos. Mi hermana Jazmín y mi cuñado Xavier resultaron inmejorables anfitriones durante el tiempo que viví en Barcelona. Y como siempre me acompañaron las sabias palabras de Jorge Lebas y Julio H. G. Olivera: sin ellas nada de esto hubiera sucedido. Mis padres, Juan Antonio Chelala y Rita Grabowiecki, sufrieron mis ausencias y viajes a España en momentos donde la salud los debilitaba y, lejos de retenerme con ellos cuando más lo necesitaban, me animaron a seguir adelante. Mi esposa, Natalia Rodríguez Ávila, leyó los primeros borradores del texto y me acompañó en varias travesías y búsquedas de archivos, en ocasiones con más resignación que entusiasmo, y tomó bajo su exclusivo cargo tareas domésticas que debieron ser compartidas. Durante los cuatro años que duró la investigación que aquí presento nacieron mis dos hijos. No fueron pocas las madrugadas de lectura o escritura después de acostarlos, ni los días en que estuve demasiado ocupado o cansado para jugar con ellos. Es por esta razón que esta tesis está especialmente dedicada a Benjamín y Juana, con el deseo de que conozcan un poco más de sus raíces y la ilusión de que en su vida busquen siempre la verdad. v Resumen La presente tesis conforma la primera biografía completa de Carlos de Alvear, uno de los líderes de las luchas por la independencia de la naciente Argentina. Como objetivo secundario se analiza la manera en que aparece la figura de Alvear en la historiografía nacional. También se analizan las consecuencias actuales de una interpretación de la historia argentina que tiene a José de San Martín como único padre de la patria y condena a sus opositores circunstanciales al olvido y al más duro juicio por parte de la historia oficial. No se trata entonces de una mera biografía, sino que en forma simultánea esta investigación se pregunta por qué no ha habido hasta ahora ninguna biografía completa de un hombre que realizó aportes trascendentales a la Nación desde las más altas responsabilidades, civiles y militares. Concluimos que este descuido es potenciado por un uso político de la historia, en cuyo sostén argumental se encuentra la idea maniquea de hombres extraordinarios que defienden al pueblo y se enfrentan con enemigos malvados, cuya caricatura se forma de acusaciones de pertenencia a una elite extranjerizante, inescrupulosa y contraria al interés nacional. Abstract This thesis is the first complete biography of Carlos de Alvear, one of the leaders of the struggles for the independence of Argentina. A secondary objective is to analyze the way that Alvear appears in national historiography. It also analyzes the current consequences of an interpretation of Argentine history that has José de San Martín as the only father of the country and condemns his circumstantial opponents to oblivion and the hardest judgment on the part of official history. Then, it is not a mere biography. This research asks why there has been no complete biography of a man who has made transcendental contributions to the Nation from the highest civil and military responsibilities. We conclude that this neglect is boosted by a political use of history and by the idea of extraordinary men who defend the people and combat evil enemies accused of belonging to an unscrupulous elite who is against the nation. vii Prólogo No se debe permitir que nos cambien el pasado. Ricardo Piglia, Respiración artificial. Escribo este prólogo el 9 de julio de 2016, mientras en mi país se festeja el bicentenario de la independencia. He observado al menos cinco documentales en televisión al respecto y leído los principales diarios de circulación nacional. En ninguno de los relatos de supuestos historiadores y especialistas siquiera se nombra a Carlos María de Alvear. Al mismo tiempo, existe una enorme coincidencia en la mención de los nombres que forjaron la nueva patria: San Martín, Belgrano, Pueyrredón, Güemes. Y antes que ellos Moreno, Castelli, Monteagudo. Hay quienes hacen mención a personajes menos conocidos para el saber popular, como Hipólito Bouchard o Juana Azurduy. Nada escucho ni leo sobre Alvear. Tengo entonces la impresión mientras escribo este prólogo que la tesis que aquí presento adquiere más vigencia que nunca. ¿Por qué ninguna alusión a quién sentó las bases de la independencia liderando la insurrección de octubre de 1812, la Asamblea de 1813, expulsado a los realistas de Montevideo en 1814 y dirigiendo los destinos de la Nación como Director Supremo hasta 1815? Alvear fue sin lugar a duda una de las personas más importantes e influyentes entre el período que va de la Revolución de Mayo de 1810 a la declaración de la independencia en 1816. Es por esta razón que, en tiempos del bicentenario, creo también que cobra pleno sentido el subtítulo de la tesis: El prócer olvidado. En el plano más personal, esta tesis contradice casi veinte años de mi formación académica anterior. Contradice a muchos de mis mentores, a decenas de libros que leí y con los que me formé. Rectifica mis propios planes trazados cuando hice las valijas y fui a estudiar a ix Barcelona. Niega también mis creencias previas sobre muchos temas, y la de muchos de mis compatriotas y amigos. Aun así, me dispuse a escribirla. Y lo hice porque es la única explicación lógica que encontré entre un pasado silenciado y un presente con cuotas de irracionalidad. Entre una historia infantil y una realidad teñida de fantasías y relatos. Solo habré cumplido mi objetivo si permite trazar al término de su lectura algunos puentes entre ambas dimensiones. En diferentes ámbitos de mi trayectoria profesional me ha tocado ver el esnobismo aplicado a la política y el carpetazo: cuando se saca uno o dos antecedentes fuera de contexto de una persona para descalificarla por completo. Es un método más viejo que la escarapela (en este caso, literalmente). Existe una visión bastante compartida de la historia argentina. La que aún hoy sostiene que Rivadavia fue un traidor a la patria porque pidió un préstamo a Inglaterra. La que se enorgullece hasta inflar el pecho de la pobreza en la que murió Belgrano. Esta visión, sin embargo, se encuentra con una paradoja a la hora de juzgar otro tipo de endeudamiento o defender el enriquecimiento de líderes en la modernidad. Siempre rechacé las etiquetas, pero si me apuran prefiero considerarme una persona de izquierda. ¿Qué quiere decir eso en el siglo XXI? No lo sé con certeza. Puedo decir que me enorgullezco de mis lecturas de Tomas Moro, Marx y sus continuadores de donde tomé quizás una de las máximas que intento aplicar en mi vida cotidiana: no considerar a las personas como objetos de uso. Las personas no son mercancías. Esta obviedad es cada vez menos frecuente en un mundo donde las puertas que se abren y el trato que nos otorgan los demás dependen cada vez con menos excepciones de nuestra tarjeta de presentación. Donde todo luce efímero y lo único que parece importar son los éxitos materiales, humanismo es una etiqueta que me incomoda menos. Liberal sí me molesta. Liberal como sinónimo acotado de neoliberal, porque los males que sufrió mi país en las últimas décadas pueden atribuirse en alguna medida a las políticas neoliberales y su cosmovisión del mundo, en particular a la idea subyacente de que el fin justifica los medios. Por ese motivo no son muchos los que se atreven a gritar a viva voz su liberalismo. Y sobran aquellos que acusan de liberal a cualquiera y bajo cualquier circunstancia con el solo objeto de desprestigiarlo. Hecha esta aclaración, del todo innecesaria si no fuera escrita en una Argentina partida, soy consciente de que esta tesis puede ser leída como una tesis liberal. Por su tema, por sus críticas, por algunas de sus conclusiones. En realidad, solo es liberal si se hace una lectura en diagonal, si se extraen pedazos al voleo, si se la hojea con esnobismo. En este prólogo quisiera pedirle a usted, querido lector, que por favor no lo haga. xi Sumario Agradecimientos ................................................................................................................................ v Resumen ........................................................................................................................................... vii Prólogo .............................................................................................................................................