Programación Octubre 2014 Las Mujeres De Mi Vida Segunda Semana De Cine Portugués Monstra
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Programación octubre 2014 CICLOS Las mujeres de mi vida Programador invitado: Elvio E. Gandolfo Durante todo el mes Segunda semana de cine portugués Del jueves 2 al domingo 5 Monstra Festival de animación de Lisboa en Buenos Aires Del jueves 9 al domingo 12 ESTRENOS ¿Y ahora? Recuérdame De Joaquim Pinto Viernes 10, 17, 24 y 31 de octubre a las 21:30 Tropicalia, de Marcelo Machado Sábados 11, 18, 25 de octubre y 1 de noviembre a las 22:00 El escarabajo de oro, de Alejo Moguillansky y Fia-Stina Sandlund Sábados 18, 25 de octubre y 1 de noviembre a las 20:00 Barroco, de Estanislao Buisel Domingos 19, 26 de octubre y 2 de noviembre a las 18:00 CONTINÚAN Mauro, de Hernán Rosselli Jueves 16 y 23 a las 21:00 Seré Millones, de F. Krichmar, O. Neri y M. Simoncini Sábados a las 18:00 La Ballena va llena de D. Santoro, J. C. Capurro, P. Roth, J. Cedrón y M. Céspedes Viernes a las 20:00 ----- CONTACTOS DE PRENSA Guadalupe Requena | [email protected] | T +54 (11) 4808 6507 Fernando Bruno | [email protected] | T +54 (11) 4808 6516 [email protected] CICLO Las mujeres de mi vida Programador invitado: Elvio E. Gandolfo — Durante septiembre y octubre Cuando me propusieron programar un mes de cine en MALBA con un tema central, contesté de inmediato: “las mujeres de mi vida en el cine”. Lo limité en general a las actrices, aunque entró una directora (Doris Dorrie). Me tuve que atener a una lista de títulos disponibles y por eso no están ni Nicole Kidman, ni Claudia Cardinale, ni Ursula Andress, ni Olga Zubarry. Pero alcanza y basta. En general “la mujer de mi vida” como concepto tiene que ver con un “chip” (valga la metáfora tecnológica) que se enciende por motivos tan múltiples y demoledores o fugaces como las caras, estaturas, profesiones ficticias y momentos imaginarios de las que sí estaban y entraron. Alguna podría ser la mujer de su vida que uno quisiera tener al lado en el preciso momento en que los apaches cargan contra nuestra carreta de colono. Otra, la fiel amiga que supo ir más allá que cualquiera (en ese sentido jamás elegiría como mujer de mi vida a Grace Kelly –meramente una princesa- en vez de Thelma Ritter, en La ventana indiscreta). En muchos casos, en cambio, es el misterio: algo se mueve, y esa cara, esa voz (¡Graciela Borges!), esa certeza (¡Jamie Lee Curtis!), ese carisma en pequeño (¡Geneviève Bujold!), esa forma única de caminar, respirar o hablar (¡Jeanne Moreau!) se graban y no se borran más de la memoria. Además están Nastassia Kinski, María Vaner, Toni Collette, Victoria Abril, Gloria Grahame, Isabella Rossellini, Jacqueline Bisset, Simone Simon, Jean Peters, Janet Leigh, Sissy Spacek, Samantha Morton, Gena Rowlands, Valerie Kaprisky, Maruschka Detmers, Romy Schneider, Fanny Ardant, Julie Christie, Jitsuko Yoshimura y Kioko Kishida. ¿Pueden decirme qué más quieren de la vida? Películas: Alicia en las ciudades (Alice in den Städten, Alemania-1974) de Wim Wenders, c/Rüdiger Vogler, Yella Rotländer, Lisa Kreuzer, Edda Köchl, Ernest Boehm, Sam Presti. 110’. Yella Rottländer, de 9 años, delgada e independiente, es arrojada sola por una madre inestable en el viaje de vuelta a Alemania de un fotógrafo harto de USA (Rüdiger Vogler). La extraña pareja resulta inolvidable. Alice desintelectualiza por completo la película y deshace expectativas (dentro y fuera del film), con la contundencia peculiar de las niñas aun no arruinadas del todo por la escuela primaria. La bella última toma (aérea) no resuelve nada: deja vibrando el tono lírico y poderoso de lo que se vio hasta ese momento. Hombres (Männer..., Alemania-1985) de Doris Dörrie, c/Heiner Lauterbach, Uwe Ochsenknecht, Ulrike Kriener, Janna Marangosoff, Dietmar Bär. 99’. Aquí la mujer no es la actriz, sino la directora. Las películas de Doris Dörrie que pude ver me intrigaron o deslumbraron (en especial la gran comedia Sabiduría garantizada). Después la descubrí como gran narradora, alemana, precisa y sorpresiva (uno de sus mejores cuentos ocurría en Los Ángeles, ciudad de puros autos). Más adelante vi cómo combinaba fotos y textos en “Krauts” (alemanes), un número especial de la revista Granta. En algún momento de décadas pasadas podría haberme casado con ella, pero no llegué a conocer su voz, dato imprescindible. París, Texas (Alemania / Francia, 1984) de Wim Wenders, c/Harry Dean Stanton, Nastassja Kinski, Dean Stockwell, Aurore Clement, Bernhard Wicki, Hunter Carson. 147’. Nastassja Kinski es el núcleo inmóvil (trabaja en un “peep show”) de esta road movie, una auténtica película de padres (Harry Dean Stanton y Dean Stockwell). Clima puro, no solo del relato sino de una época (música de Ry Cooder). Algo (por suerte poco) de esa época (y esta película) envejeció mansamente. Nastassja Kinski aparece en el último tramo y sigue intacta, incluyendo el encanto silencioso, o la voz y los gestos inolvidables, cuando habla. Pocas veces las llanuras norteamericanas se filmaron mejor (cortesía de Röbby Müller). La ciénaga (Argentina-2001) de Lucrecia Martel, c/Mercedes Morán, Graciela Borges, Martín Adjemián, Leonora Balcarce, Silvia Baylé, Sofía Bertolotto. 103’. A lo largo de décadas Graciela Borges fue una presencia y sobre todo una voz (incluso la Voz) invalorable del cine argentino. La demostración definitiva es esta película de madurez donde la estrategia de la directora la muestra a pleno, en un pantano social norteño trágico o grotesco en la primera visión, y cargado de humor negro salvaje en la segunda, una vez desactivados los núcleos de temor. En este año cortazariano hay que recordarla, además, como la bella Mujer Mala o Loca de Circe. Tres veces Ana (Argentina-1961) de David José Kohon, c/María Vaner, Luis Medina Castro, Alberto Argibay, Walter Vidarte, Carlos Alberto Usay, Lautaro Murúa. 115’. María Vaner, con algo de ícono trivalente, aparece en tres historias cortas que van in crescendo (“La tierra”, “El aire”, “La nube”), con la pericia y latido para narrar las calles y los interiores de Buenos Aires de David José Kohon (tanto tiempo después un tesoro aun medio oculto del cine argentino de los ’60). Si cada episodio funciona en su tono, el último logra pisar el terreno resbaladizo de lo fantástico con eficacia notable. El casamiento de Muriel (Muriel’s Wedding, Australia-1994) de P. J. Hogan, c/Toni Collette, Bill Hunter, Rachel Griffiths, Jeanie Drynan. 105’. Toni Collette es joven, gorda y difícil de olvidar en su primer gran éxito, una comedia ácida tan australiana como ella misma, donde la música de Abba inunda todo. Al fin logra huir del pueblito donde era una nada y se va a Sydney. La propia Collette pasó a Hollywood, donde se convirtió en la cara reconocible con agradecimiento tanto en la madre de Sexto sentido, y la hermana de En sus zapatos, como en el eje de la familia disfuncional de Pequeña Miss Sunshine, o la “script-girl” de Hitchcock. Trenes rigurosamente vigilados (Ostre sledovane vlaky, Checoslovaquia-1966) de Jiri Menzel, c/Václav Neckár, Josef Somr, Vlastimil Brodsky, Vladimír Valenta, Alois Vachek. 93’. La adaptación de una novela clásica checa de Bohumil Hrabal mezcla el orgullo de ser empleado ferroviario de un joven aún virgen, la llegada de los nazis, y la traumática iniciación sexual. En impecable blanco y negro, con mezcla de humor melancólico y cínico, la precisión de las imágenes inunda todo con una mezcla de promesa sexual (o sensual) y muerte. Una gran explosión final llega como el tan demorado orgasmo. Ordet (Dinamarca-1954) de Carl Theodor Dreyer, c/Henrik Malberg, Emil Hass Christensen, Preben Lerdorff, Birgitte Federspiel. 126’. Un clásico absoluto y despojado, de una seriedad casi aterrorizante, parece narrar enfrentamientos religiosos o tensiones con el integrante loco (o místico) de una familia. Pero todo termina dirimido en el cuerpo de una mujer embarazada que primero muere, y después vive, mezclando tragedia y milagro por partes iguales. Ella, el paisaje, el montaje, acceden a un plano pocas veces alcanzado por el cine, antes o después. Hay que tener coraje para soportar la secuencia final. Átame (España-1989) de Pedro Almodóvar, c/Victoria Abril, Antonio Banderas, Francisco Rabal, Loles Leon, Julieta Serrano, María Barranco. 101’. Victoria Abril (actriz porno) establece una relación víctima / dueño, sadismo / masoquismo, amor / odio secuestrada por Antonio Banderas. Su rostro siempre está al bordo del asombro y la violencia, pero también sabe calcular sus posibilidades. En colores, con Paco Rabal haciendo contrapunto “honesto”, muy física en sus golpes y movimientos, Abril sabe llevarle el argumento buñuelesco a Almodóvar. A esta altura ella empezaba a ser un ícono nacional, cultural, español. Los sobornados (The Big Heat, EUA-1953) de Fritz Lang, c/Glenn Ford, Gloria Grahame, Lee Marvin, Jocelyn Brando, Alexander Scourby, Carolyn Jones. 90’. Gloria Grahame primero es la bella y fastidiada amante de un asesino, después una auténtica gárgola de dos caras, según la mitad que se mire. La imagen de ese rostro dura poco, pero pesa mucho en el recuerdo. “Cine negro” duro y descarnado, con un Glenn Ford decidido a luchar hasta el fin, y un Lee Marvin joven y más malo que nunca. En menos de una hora y media, es una película violentamente americana y alemana a la vez, sobre todo en la cruda figura metafórica del rostro de Grahame. Testigo fatal (Blue Steel, EUA-1989) de Kathryn Bigelow, c/Jamie Lee Curtis, Ron Silver, Clancy Brown, Elizabeth Pena, Louise Fletcher. 102’. Además de la actriz, Jamie Lee Curtis, hay una directora admirable. Bigelow recorrió una y otra vez territorio masculino tan eficazmente que terminó por arrebatarle el Oscar a su “ex”, James Cameron. Drama policial exagerado, en formato de gran producción, es fascinante ver a Jamie Lee Curtis vestida con un traje de agente policial: en ella suena a refinado disfraz semiporno.