La Razón De Estado España Moderna
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SALVADOR RUS RUFINO Universidad de León JAVIER ZAMORA BONILLA Universidad de León PERE MOLAS RIBALTA Universidad de Barcelona XAVIER GIL PUJOL Universidad de Barcelona Mª ÁNGELES PÉREZ SAMPER Universidad de Barcelona LA RAZÓN DE ESTADO EN LA ESPAÑA MODERNA Publicaciones de la REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS Valencia, 2000 Edita: Real Sociedad Económica de Amigos del País Valencia, abril 2000 Depósito legal: V. 1.161 - 2000 Artes Gráficas Soler, S. L. - Valencia ÍNDICE Pág. ——— Presentación de R. Francisco Oltra Climent .............................................. 1 Prólogo de Antonio Mestre Sanchis ........................................................... 3 SALVADOR RUS RUFINO y JAVIER ZAMORA BONILLA: La razón de Estado en la Edad Moderna. Razones sin razón .............................................. 5 PERE MOLAS RIBALTA: La razón de Estado y la sucesión española ........... 27 XAVIER GIL PUJOL: La razón de Estado en la España de la Contrarrefor- ma. Usos y razones de la política .......................................................... 37 MARÍA DE LOS ÁNGELES PÉREZ SAMPER: La razón de Estado en la Espa- ña del siglo XVIII: la expulsión de los jesuitas ...................................... 59 III IV PRESENTACIÓN N estas palabras de presentación del ciclo “La Razón de Estado en la EEspaña Moderna”, me es muy grato poner de manifiesto la enorme sa- tisfacción que supone para la Real Sociedad Económica de Amigos del País la interesante y fructífera colaboración que durante los últimos años se viene pro- duciendo entre el Departamento de Historia Moderna de la Facultad de Geo- grafía e Historia de la Universidad de Valencia, Estudi General, y nuestra So- ciedad Económica. Esta colaboración se ha materializado en distintos ciclos de conferencias en los que se ha reflexionado, a través de ponencias y posteriores coloquios, sobre temas como: “La Inquisición española”, “La idea de España en la edad moder- na”, “La Ilustración española”, etc., ponencias que han sido publicadas poste- riormente por la RSEAPV, con una excelente acogida por parte de todos los socios. Hoy iniciamos un ciclo sobre “La Razón de Estado en la España Moder- na”, en el que pretendemos reflexionar sobre las “razones” que justificaron de- cisiones y actuaciones de las clases dirigentes de aquella época (monarquía, clero, nobleza, militares, etc.) y que, sin lugar a dudas, condicionaron el futuro de nuestro país, imprimiéndole una dirección histórica de no retorno, cuyas al- ternativas sólo caben en las reflexiones hipotéticas de lo que hubiera podido ocurrir en caso de que aquellas “razones” no hubieran aconsejado determina- das “decisiones”. Partiendo de la premisa fundamental de que el “Estado de Derecho (De- mocrático y Social)” es necesario, vamos a estudiar, pues, las “luces y sombras” de una etapa importante de nuestra historia, pero no sin antes formular unas preguntas: ¿Cuántas violaciones de derechos humanos se han hecho realidad en base a las “razones de Estado”, antes y ahora? ¿Pueden las “razones de Estado” no sólo en la España de aquel momento sino en la España actual, y en el resto de los países, justificar delitos contra los ciudadanos a título individual o contra la Humanidad? 1 Y si hablamos desde la Globalización, no sólo debemos hacer esta refle- xión en cada uno de los países sino desde la Sociedad de Naciones. En mi opi- nión, la ONU y otras instituciones a nivel mundial, deberán tener un papel más preventivo que curativo, más activo, y sobre todo más eficaz, y aquí es donde cobran sentido las preguntas siguientes: ¿Qué es prioritario, el Hombre o la Institución? ¿En beneficio de qué o de quién se demoran decisiones vitales para todo un pueblo? ¿Qué intereses ocultos impiden una ayuda preventiva que podría evitar la catástrofe posterior? ¿El honor de la Institución?, ¿el Or- denamiento Jurídico Internacional? Hay que ser muy cautos pero hay que abordar los problemas derivados de resolver mal estas preguntas, porque ello da origen a abusos y corrupciones, no sólo económicas sino políticas, que pue- den hacer sentir vergüenza a las generaciones presentes y futuras. Iniciamos, pues, este ciclo con el deseo de que las aportaciones de los Profesores-Ponentes luzcan por sus aportaciones y por el esclarecimiento de las preguntas antes formuladas. Con ello habremos colaborado a una refle- xión profunda sobre las luces y sombras de una etapa importante de nuestra historia. R. FRANCISCO OLTRA CLIMENT Director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País 2 PRÓLOGO ONTINUANDO la colaboración entre la Sociedad Económica de Amigos del CPaís de Valencia y el Departamento de Historia Moderna de la Universi- tat, las conferencias pronunciadas en el año 1999 estuvieron centradas en el análisis de la Razón de Estado en la Edad Moderna, dentro de la Historia de España. Pensamos que era conveniente una exposición inicial del problema de fondo. Por eso buscamos un profesor de Filosofía del Derecho que diserta- ra sobre “El Derecho natural y la razón de Estado en la época moderna”. El Dr. Salvador Rus, que ha escrito en repetidas ocasiones sobre la introducción del estudio del Derecho Natural en las Universidades españolas, expuso con brillantez las coordenadas filosóficas del problema. No bastaba una exposición teórica. Era necesario buscar ejemplos concre- tos en que se manifestó la aplicación de la Razón de Estado en la política espa- ñola. Escogimos tres momentos. El Prof. Xavier Gil Pujol expresó las “Razo- nes de Estado en la España de la Contrarreforma”. Otro ejemplo, éste en el siglo XVII era el problema de la sucesión a la corona española a la muerte de Carlos II. Así el Prof. Pere Molas Ribalta, disertó sobre “La Razón de Estado y la Sucesión española”. Finalmente, había otro momento clave para entender el problema del siglo XVIII, en tiempos de Carlos III. En consecuencia, la Prof.ª Mª Ángeles Pérez Samper estudió “La Razón de Estado y la expulsión de los jesuitas”. Tres momentos distintos y un mismo problema. Por mi parte, agradezco, en nombre del Departamento de Historia Moderna, a los profesores que nos deleitaron con su exposición –así como la colaboración de la Sociedad Eco- nómica de Amigos del País– y espero que sus trabajos puedan servir para un mejor conocimiento de nuestra historia. ANTONIO MESTRE SANCHIS Departamento de Historia Moderna 3 4 SALVADOR RUS RUFINO JAVIER ZAMORA BONILLA Profesores de Filosofía del Derecho Universidad de León LA RAZÓN DE ESTADO EN LA EDAD MODERNA. RAZONES SIN RAZÓN 1 1 Este trabajo no es más que una exposición a los alumnos de Historia Moderna de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia. Los autores no pretendieron en ningún mo- mento hacer un estudio exhaustivo de las distintas tesis sobre la razón de Estado vertidas en los distintos ámbitos culturales y políticos. En este breve trabajo pretendemos poner de relieve unos gruesos brochazos sobre esta controvertida noción que tuvo tanta importancia en la teoría política europea entre los siglos XVI y XVIII. Un trabajo interesante con una bibliografía muy completa es el de H. Münkler, “Staatsräson und politische Klugheitslehre”, en Pipers Handbuch der politischen Ideen. Neuzeit: Von den Konfessionskriegen bis zur Aufklärung 3, München-Zürich, Piper, 1985, pp. 23-72, aunque los autores discrepamos de algunas de las opiniones de H. Münkler. Reciente- mente E. Fernández García ha publicado un sugerente estudio sobre este tema, en el que aborda distintas facetas desde el punto de vista histórico de la razón de Estado y hace una prospectiva de la misma en la España contemporánea: Entre la razón de Estado y el Estado de Derecho: La raciona- lidad política, Madrid, Dykinson, 1997. URANTE el siglo XVI en Europa, hubo una eclosión del pensamiento políti- D co. Así, en Italia se hablaba de la razón de Estado, esto es, de su eficien- cia política (Maquiavelo, Guicciardini y Botero); en Francia, de la doctrina de la Soberanía de Bodino y de las doctrinas de resistencia monarcómacas; en Es- paña, de la renovación del Derecho Natural y de Gentes en la Escolástica tar- día; en Inglaterra, de la construcción del ideal político en la Utopía de Tomás Moro; en Holanda, a través de Justo Lipsio, se desarrolló una teoría política que tuvo una gran influencia en toda Europa; en Alemania se preparaba una revisión de la filosofía política de Aristóteles por Ph. Melanchton y J. Camera- rio. Las razones para que esto sea así son obvias: en España, el colonialismo y el problema de la legitimidad de la conquista de los territorios americanos provo- caron una nueva apreciación de las relaciones interestatales o internacionales. En Italia, la desaparición de las ideas imperiales en las ciudades del norte y la dinámica propia del incipiente capitalismo comercial pusieron en marcha la nueva legitimación de estas ciudades-estado mediante el mantenimiento o con- servación del poder y la eficiencia político-económica (ya no basada en las ideas ético-teológicas). En Francia, las guerras religiosas –con su punto culmi- nante en la noche de San Bartolomé– amenazaron la unidad estatal, basada en la existencia de un rey, una creencia y una ley. Debido a la escisión religiosa ya no servía la legitimación divina del rey, la concepción medieval que identifica- ba a éste como el guardián del Derecho; debía añadirse a la soberanía un indis- cutido principio de legitimación interconfesional, y el rey se vio obligado al establecimiento de un nuevo Derecho para mantener la unidad estatal. La de- bilidad de los diferentes estamentos sociales produjo la afirmación del poder real sin más límite que el impuesto por él mismo. Y así nos situamos ante el desarrollo de la razón de Estado como instrumento de la acción política. 7 1. INTRODUCCIÓN Toda idea política tiene como base un fundamento antropológico o, si se prefiere, metafísico. El concepto de “Razón de Estado” nace de una concep- ción negativa de la naturaleza humana. Para los defensores de la razón de Esta- do el hombre es un ser depravado, incapaz de buenas acciones si no es forzado por la necesidad, es decir, si no está convencido de que un buen comporta- miento le traerá más ventajas que uno degenerado.