EL UNIVERSO MUSICAL DE GERARDO DIEGO

CICLO DE MIÉRCOLES DEL 5 AL 19 DE MAYO DE 2021

201 EL UNIVERSO MUSICAL DE GERARDO DIEGO

CICLO DE MIÉRCOLES DEL 5 AL 19 DE MAYO DE 2021 e la excepcional pasión por la música de Gerardo Diego brotó una ingente producción poética, crítica y ensayística. Una producción cimentada en el bagaje musical de sus años formativos en Santander, Bilbao y y apuntalada en la privilegiada relación con la música y los músicos de su tiempo. DExcelente orador, insigne poeta y aventajado pianista, este ciclo de conciertos alterna lectura e interpretación para recorrer los pilares fundamentales del universo musical de Gerardo Diego, quien afirmó que: “Tres han sido los inventores del piano. El primero se llamó Federico Chopin. El segundo y el tercero, al mismo tiempo y por distintos caminos y con diversos resultados, Claudio Debussy y Alejandro Scriabin”. Fundación Juan March ÍNDICE

7 GERARDO DIEGO, POETA Y MÚSICO Antonio Gallego Gallego

Notas al programa Ramón Sánchez Ochoa

21 Miércoles, 5 de mayo EN TORNO A DEBUSSY Pascal Rogé, piano Daniel Albaladejo, narrador 35 Miércoles, 12 de mayo VIGENCIA DE SKRIABIN, MANERAS DE ESCUCHAR ESPAÑA Eduardo Fernández, piano Pedro Casablanc, narrador 47 Miércoles, 19 de mayo CHOPIN Y EL POETA Josep Colom, piano Joaquín Notario, narrador 62 Fuentes de las lecturas 68 Autores de las notas al programa Selección bibliográfica Ediciones anteriores de El universo musical de... Gerardo Diego, poeta y músico

Antonio Gallego Gallego

La relación de la Fundación Juan March neral; y, naturalmente, en lo referente a la con la música ha sido y es tan intensa, va- música, pues son bien conocidas y han sido riada y reconocida que no necesita ahora muy estudiadas sus relaciones con el arte ningún comentario más. Pero es también de los sonidos: pianista discreto, tuvo en muy temprana e insistente, y menos co- un género que solo él podía ejercer, el de la nocida, su relación con la poesía. Creada conferencia-concierto, uno de los medios en noviembre de 1955, la Fundación co- de darse a conocer y, también, de ganar- menzó muy pronto a otorgar los llamados se la vida, pues su sueldo de catedrático Premios March. El primer poeta en obte- de instituto y sus muchos hijos no le per- nerlo fue, en 1959, José Hierro, gran ad- mitían demasiadas alegrías económicas. mirador y amigo de Gerardo Diego, quien Así, por ejemplo, en el año 1977, dos años obtuvo al año siguiente el Premio March después de abrir la Fundación esta nueva a la Creación Literaria, mientras que su sede de la calle Castelló, interviene en el compañero de generación Dámaso Alonso catálogo de la exposición Picasso junto a obtenía el de Ensayo de Creación. A par- poetas como Alberti o Aleixandre y otros tir de entonces, fueron muchos los poetas escritores e historiadores del arte. Ese premiados, como ya reseñé en el “Posludio. mismo año presenta a Federico Mompou La poesía en la Fundación Juan March”, que cuando este interpretó al piano junto a publiqué en el primer cuaderno de la se- Montserrat Alavedra algunas de sus can- rie Poética y Poesía, el dedicado a Antonio ciones y el cuarto cuaderno de Música ca- Colinas, en 20041. Serie que sigue aún en llada, compuesto con una beca de la pro- activo. pia Fundación. Dos años después lo vemos Gerardo Diego siguió muy relacionado dando una conferencia titulada “Eduardo con esta institución, tanto en lo que con- Marquina, poeta” en el homenaje que se le cierne a la literatura como al arte en ge- tributó en su centenario…

1. Antonio Gallego, “Posludio. La poesía en la Fundación Juan March”, Poética y Poesía. Antonio Colinas, Gerardo Diego, 1954. Fotografía de Mario Lagos. Fundación Gerardo Diego, Santander. Madrid, Fundación Juan March, 2004, pp. 53-60.

6 7 Fallecido el poeta músico en 1987 sin ta quinta cuerda de la guitarra), Hilarión ver publicadas sus poesías completas, en Eslava y su Miserere, Ignacio Busca de las que tanto había trabajado, cuando al Sagastizábal y su Cantemos al Amor de los fin se editaron (Obras completas. Tomos Amores, Gerónimo Giménez y La temprani- I y II. Poesías, Madrid, Aguilar, 1989) la ca, Tomás Bretón y La verbena de la Paloma, Fundación le rindió un homenaje póstu- Isaac Albéniz y la Suite Iberia, Enrique mo en uno de sus ciclos musicales: del 7 Granados, , Joaquín al 28 de febrero de 1990 programamos un Turina, Óscar Esplá, Rodolfo y Ernesto ciclo de cuatro conciertos titulado Músicas Halffter, Joaquín Rodrigo, Ángel Mingote, para Gerardo Diego: cuatro recitales pianís- Gerardo Gombau, Muñoz Molleda, además ticos con algunas de las obras que él solía de la guitarra de Regino Sainz de la Maza, interpretar en sus conferencias-concier- el piano de Leopoldo Querol, la batuta de to, y para las notas al programa escogimos Ataulfo Argenta, el baile de La Chunga o algunos textos suyos; dos de ellos, el de- de Vicente Escudero o de María Rosa, el dicado a Manuel de Falla y el titulado “La cante de la Niña de los Peines; o las pro- noche y la música”, eran entonces inéditos. sas musicales de Adolfo Salazar y Federico Vuelve ahora a repetirse la experiencia de Sopeña, entre los españoles. Entre los ex- músicas que el poeta glosó en sus escritos, tranjeros suena el mismísimo Apolo con junto a poemas y otros textos del propio sus nueve musas, el tracio Orfeo, las peli- escritor, pero escuchados, no solo leídos. grosas sirenas (“sirenas tañen violas”), el Andrés Amorós Guardiola, Gerardo Cuaresma y la Semana Santa, en la Virgen Lo que quiere decir que la Fundación Juan rey David con su arpa, su hijo acordando Diego y Rafael Alberti en la inauguración de de agosto (¡el Misterio de Elche!) y en otras March sigue creyendo en la bondad y be- orquestas entre juicio y juicio (salomóni- la exposición Picasso en la Fundación Juan muchas festividades religiosas o en infini- lleza de lo que el poeta nos ofrece y nos co), la apacible Santa Cecilia… Y, ya con March, Madrid. 23 de septiembre de 1977. dad de fiestas populares. Suena la música suscita. Escucharemos ahora músicas de nombre y apellidos, Hans Sachs entre Archivo Fundación Juan March, Madrid. de la primavera (“que siempre era / la pri- Debussy, Fauré y Ravel (primer concierto), los Meistersinger, François Couperin el ma del violín la primavera”), la del verano Skriabin, Albéniz, Granados y Falla (segun- Grande, Georg Friedrich Händel, Johann (“Todo verano es el verano en equilibrio do), y Chopin (tercero). Me remito a las no- Sebastian Bach, Domenico Scarlatti, Jean- además del clave de Wanda Landowska o / de Do sostenido abrasador / de apuesta tas al programa de Sánchez Ochoa, uno de Philippe Rameau, Franz Joseph Haydn, el violín de Ida Händel. entre tenor / y soprano”), la del estío, que los mejores expertos en la cuestión, pero Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig Cantan y tañen muchas más gentes, no es lo mismo, la del otoño (“Ya vuelve el he de recordar que el mundo sonoro de van Beethoven, Franz Schubert, Felix unas tan ilustres como determinados án- otoño tirante a violonchelos”), y la del in- Gerardo Diego es mucho más extenso y va- Mendelssohn, Robert y Clara Schumann, geles (Maltiel, Uriel, Urján, Razías, todos de vierno (“sonata de hojas”, y no digo más). riado: reducirlo solo al piano es empobre- Fryderyk Chopin, Gioachino Rossini, Compostela) o incluso arcángeles (Rafael), Aquí se canta y se discanta en todo tiem- cerlo. Y ni siquiera está, es imposible, todo Vincenzo Bellini, Gaetano Donizzetti, los ancianos músicos del Apocalipsis (en po. A lo largo de todas las horas, inclui- su piano. Trataré de mostrar lo evidente. Giuseppe Verdi, Giacomo Puccini, Franz las arquivoltas románicas del Camino de das las canónicas, pues se canta tanto en Liszt, Richard Wagner (de Lohengrin a Santiago, como la de Santo Domingo en maitines como en completas. Y también MÚSICOS Parsifal), Giacomo Meyerbeer, Héctor Soria), los herreros armoniosos, los pasto- se decanta y anticanta (“y la abubi, bubi, Berlioz (tanto la Misa de Réquiem como res en Navidad, las serranas, y los chulillos, bobilla / no sabe nada, ni siquiera si canta En los poemas de Gerardo Diego suenan el Carnaval romano), George Bizet (su y todo el mundo que se precie. o anticanta”). notas de más de cinco docenas de músicos, Carmen, por supuesto, pero también Los Hay carmen y carmina (especialmente desde los juglares de Alfonso X el Sabio y el pescadores de perlas), César Franck, Gabriel ÉPOCAS. CANTARES Y BAILES cantarín, el jubilar), cantos, cantares, can- viejo amigo Martín Códax (el de las ondas Fauré, Claude Debussy (Nubes, L’après- tigas, cante, canturia (“la triste estrofa / de del mar de Vigo), a Francisco Salinas (el de midi, Iberia…), Sibelius y su fría Finlandia, En los poemas de don Gerardo suena la su eterna canturia”, le dice una vez al mar), Fray Luis), Vicente Espinel (el de la presun- Skriabin, Igor Stravinsky y su Petrushka, música en la Navidad, en el Carnaval, en la cantoría, Cantoria, canciones de cuna y del

8 9 pueblo, cantos tristes y triunfales y amoro- sos; al unísono o en capilla, cante grande y cante chico; la hermosa canta mirando (“tú cantas, decantas / derrumbos de espuma”) y hasta los ángeles son canoros. Hay sones muy diversos, aires y arias, coplas, tonadas, trovas, saetas, fados, habaneras, tangos, martinetes, siguiriyas, falsetas adornan- do bulerías, soleás o fandangos flamen- cos, hay cañas y polos… Hay, por supuesto, canto llano, tanto el viejo gregoriano como el nuevo (“No soy más que un juglar y este es mi canto llano”, afirma el poeta en una suerte de “mester de clerecía altisonoro”). Y hay canto melismático (los “melismas sostenidos por el viso / del loco amor que canta, canta, canta” del inolvidable ruise- ñor de mayo). Hay otros muchos cantores: el horizonte, por ejemplo, que canta un romance roto en cierta ocasión; y es que el paisaje es necesariamente acústico, y en él podemos y debemos escuchar armonías ve- natorias (la caza, pues pasan amazonas…), pastores que glosan al mirlo en sus coplas, campanas lejanas, vacas que rumian el sol (el astro, pero también la nota de la escala o gama), un piano en la sala de casa cercana, y hasta el gallo de la veleta canta… Cantan las brisas en los árboles el viejo tópico del “De los álamos vengo”. Y, si estamos olien- do el salitre, “¿cantan a son las olas las que cantan?”, se pregunta en verso inolvidable y casi reversible Diego ante el románico de San Juan de Amandi, a tiro de piedra de la asturiana Villaviciosa. Hay también mucho baile, mucha dan- za: danzas macabras, danzas de locos, de la muerte, druídicas… Y también suenan las de su tierra, es decir, picayos (de Viérnoles Gerardo Diego [sin o de San Vicente de la Barquera), romances fechar]. Fundación bailados (como el de la condesa de Ruiloba), Gerardo Diego, marzas, rondas de mozos… Están también Santander. las históricas: chaconas, folías (canarias

10 11 −folías malvasías−, sorianas, francesas, pianoforte (el de marca Pleyel o el de su altísimas del álamo y el chopo”), crótalos, un pozo); y en muy diferentes compases y las célebres “folías de España”), gigas, casa de niño, el Bernareggi) como el piano matracas y hasta “percusión de albarcas”; y (tres por cuatro o tres por ocho, de cuatro pavanas, gallardas, minuetos: “Danzad, más moderno. el armonio, y el acordeón, con sus lengüe- partes como el compasillo, de cinco partes danzad gallardas y minués, / que las flores En cuanto a los aerófonos están todos tas que balan batidas por el aire. como el del zorcico o como el que le sugie- envidian vuestros pies”, le dice a los seises los sinfónicos modernos de la familia de Supongo que alguno de los gramófonos re el traqueteo del tren…). Y en cuanto a la sevillanos, deliciosos danzarines; báilase la madera (“celestes leños”, les piropea que podemos escuchar en estos poemas tesitura o registros canoros, hay de todo, la danza prima que describiera Jovellanos, en una ocasión): flauta (con el “flautín (los marineros “oyen tocar la banda / en los como en botica: desde los sobreagudos a diversos fandangos (el del candil también, cegador”), oboe, clarinete y fagot; y la de roncos gramófonos”) era ya un electrófono, los infragraves, pasando por tiples, sopra- por supuesto), tarantelas, cachuchas, ma- los metales (“cobres”): trompas, clarines, para que no falte algún ejemplo de la nueva nos, contraltos (“desde el grave de contral- zurcas, rigodones y valses (“el vals llora en trompetas (tanto la de Jericó como otras modalidad organológica del siglo xx. Pero, to / hasta el soprano ultranube”), tenores, mi ojal”); y también la sardana, el chotis, más normales que no derriban murallas) a través del moderno artilugio y sus discos barítonos y bajos, ¿hay quien dé más? Pues la habanera (“la corchea con puntillo / en y tubas… Pero hay, además, zampoñas, (“cuando la noche toca su disco de gramó- sí: en ese amplio pentagrama de Gerardo mi habanera se mece”), el tango, muchas dulzainas, chirimías, caramillos, añafi- fono / y los pájaros cuelgan de los árboles caben todavía las sorpresas: “nuestros jotas (aragonesas de la Pilarica, navarras, les, cañucelas, pífanos, pitos (de feria, por mustios”), desde los discos de pizarra a los dúos sostenidos / volarán escoltándonos riojanas de Haro), pasodobles taurinos o ejemplo), cornetas (algunas saludan al tren elepés, hemos entrado en el reino de los / por el iturzaeta pentagrama telefónico”. flamencos, sevillanas, seguidillas, sigui- en los pasos a nivel, con banderas más o instrumentos mecánicos, entre los que se Además de lo ya señalado, hay en estos riyas… Y también, ya en clave urbana e menos “sinfónicas”), cornos, cuernos, gai- menciona la pianola con sus rollos de pa- poemas trinos y mordentes, y trémolos, infantil, las más fantásticas de las divas tas… y el majestuoso órgano. pel perforado, en muchas más ocasiones negras o corcheas con puntillo o sin él (“no de arrabal, como la danza de madama En lo que respecta a los membranó- el organillo, y alguna que otra vez la cajita te atragantes, corchea”), fusas y hasta se- Cachupín… En realidad, danza en el verso fonos, es decir, los parches (“ojo / oído al de música, uno de los símbolos sonoros de mifusas; hay diversas y enjundiosas cues- del santanderino prácticamente todo, has- parche”), “pieles” o “palillos”, hay timbales la niñez del poeta (“oro músico del erizo tiones tímbricas y cromáticas (“módulos ta la poesía, que baila el Carnaval en cierta diversos (el más original, el de la luna en cilindro”). cromáticos”, toma del frasco), enarmonías, ocasión. noche frígida, “timbal de oro y nieve”; pero Y con ellos forma Diego dúos, tríos, armónicos, gamas y escalas más o menos los “roncos timbales del mar” en el otoño cuartetos y quintetos, charangas, orquesti- normales o ignotas o remotas, modulacio- INSTRUMENTOS MÚSICOS no le andan a la zaga), hay tambor y atam- llas y orquestas, de cámara y sinfónicas… Y nes a los doce tonos, intervalos de muchos bor (el de Calatañazor soriano, cuando el hasta grupos instrumentales asiáticos, es- tipos (octava, cuarta…), diapasones (“El Suenan muchos en sus poemas. Entre los terrible Almanzor), hay tamboril y también cuchados en sus viajes y luego rememora- reglamento es diapasón en cascabel. / Qué cordófonos están todos los de la cuerda el levantino tabalet, hay pandero (el más dos, como el gamelán. Toda una lujuriosa bien suena y qué justo su rebato”, por si no moderna sinfónica: violín, viola, violon- ilustre panderetero, Pío Baroja, quien, se- y abigarrada selva de sonidos, difícilmente les quedaba claro a los taurófilos), arpe- chelo y contrabajo; y gigas, rabeles (pasto- gún Jaime de Atarazanas, cuando en un oso superable en el mundo de las letras, tanto gios múltiples (“arpegios indecibles”, por riles, pero también “el rabel de la abeja”) y se enfunda “baila al pandero de Hungría”); las hispanas como las extranjeras. ejemplo, o los que se trenzan y los que se guzlas; hay laúdes, tiorbas (aunque solo en hay adufe, panderete (el de Preciosa, la destrenzan), preludios, interludios y pos- un cuadro y afinándola: “Músico olvidado ilustre gitanilla cervantina) y pandereta… TERMINOLOGÍA Y SINTAXIS ludios, ritornelos, falsetas… Hay muchos acordando la tiorba”), vihuelas, guitarras Y entre los idiófonos hay campanas (es- tipos de acordes (el acorde de la muerte, (bien templadas generalmente: “y la lluvia pecialmente festivas las de Villamañán; Y todo ello unas veces en pianísimo y otras por ejemplo). Hay cadencias (“Oh impre- afina su guitarra enmohecida”) y mando- más dulces y melancólicas las de Soria), en fortísimo, unas muy despacio, otras en vista cadencia / a muerte o vida o sueño.”) y linas; hay salterios, arpas (la del rey David, esquilas (dulces y pastorales, por lo co- tempo más normal (Andante, Andante jus- cláusulas: “Porque ellos ven la bienaventu- la de Bécquer y otras muchas menos pol- mún) celestas (“y el aire suena / a celesta to, Andantino, Allegretto mosso como el del ranza / y la espejan en cláusula, en cadencia vorientas), liras más o menos apolíneas, de plata y arpa de oro”), xilófonos, marim- tiovivo colgante…) y otras veces Allegro / ofrecida al candor”, escribe refiriéndose cítaras (“sueños de cítaras”), zanfonas…; bas, platillos (“con el sol y la luna / se tocan molto, Presto (la tarantela), o Prestísimo, a los ojos de Mozart. Hay sostenidos (“na- también están el clavicordio, el clave (“cla- los platillos / y mis árboles bailan”), címba- Vivacísimo, Alegrísimo (“un poco de azul ranja inverosímil sostenido” es color de las vecímbalo”, afirma por dos veces nuestro los, cascabeles (“Pero, ¿quién se lo cuelga al de cielo / −vivacísimo, alegrísimo− / en- vidrieras de la catedral de Sevilla) y bemo- poeta) y, por supuesto, el piano, tanto el gato?”), sonajas (reales o bien “las sonajas tre las nubes de cieno”, afirma mirando les (“bemol morado suntuoso” es otro de

12 13 esos colores catedralicios sevillanos; “sobre las aguas los bemoles tiemblan”, dice en otra ocasión; hay consonancias y disonan- cias, bordones y notas pedal (“Al fin vino la noche / apoyando insensible su pedal”); hay de todo en esta tienda lírica tan bien provista: se hacen rubatos y portamentos, se toca con sordina (“sordina de otro hilo oscuro”). Se plantean en ella arduas cuestiones de melodía (melodía infinita; “melodía y risa y brisa”; etc.), o de ritmo (con sus múlti- ples clases, incluidos los pentápodos, verbi gratia: “y por mis dedos muerden y fas- cinan / todos los ritmos pares, impares y pentápodos”); y aunque no se desconoce el unísono (“hay un temblor de unísonos / en la llanura estrellada de los escondrijos”), se investiga la armonía con todo tipo de acordes, y también el contrapunto (“con- trapunto primoreado”, el de los cuatro ele- mentos), tanto el imitativo (canon, fuga de uno o de dos sujetos, invenciones a dos voces) como el que no lo es, y hay hasta un caso primerizo de canon cancrizans o del cangrejo, es decir, un poema reversible: el capricho “Capicúa”, de 1919. Se hacen poe- mas al estilo del allegro de concierto, o del tiempo lento de un concerto; se construyen a la manera de la sonata, y hasta se remeda el leitmotiv wagneriano trasladándolo a la música popular de la Noche de San Juan, grillos incluidos.

FORMAS MUSICALES

Ya que hablamos de estructuras musicales, cantatas, cavatinas (incluidas las del grillo Homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla están prácticamente todas, las antiguas y de rica rima: “frota –cri, cri– la delicia, / en 1927. De izquierda a derecha: Rafael las modernas. Hay, por orden alfabético, que en jaula con Don Quijote / purgarás tu Alberti, Federico García Lorca, Juan Chabas, alemandas, allegros de concierto, arabes- cavatina”), corales, conciertos con solista Mauricio Bacarisse, José M. Platero, Blasco cas, arias (instrumentales, aunque las más o sin él, cuartetos (“Cuatro arcos trenzan, Gazón, Jorge Guillén, José Bergamín, Dámaso son cantadas), baladas (lo mismo digo), cantan larga estela, / desgarran manos, Alonso y Gerardo Diego. Fundación Gerardo barcarolas, berceuses (o canciones de cuna), pies. Nadie se rinde”, afirma de los últimos Diego, Santander.

14 15 de Beethoven), estudios, fanfarrias, folías, chapúzate en músicas desnudas”), música del grillo? Suenan las abejas, las locas ciga- en obra tentadora”); temperar (“Sigamos fugas (con o sin preludios), gavotas con su “don supremo”, música del dromedario y rras, el bordón de la moscarda, el pesado afanosos / descubriendo, tensando, tem- doble o glosa, gigas, impromptus, inven- del otoño, música efímera y eterna, músi- moscardón; suenan élitros saltamontes, perando, tañendo / cada año nuestra nue- ciones (a dos voces), lieder, madrigales (a ca final de los creados, música que hierve abejorros; suena el insecto violín “y élitros va cuerda / de nunca oído timbre”); unani- cuatro unas veces, “entero e instantáneo” en sus cuevas divinas, músicas inaudibles, de agudísimos vibratos / claman sin fin al mar, por concertar (“Yo maestro de obras, en otra ocasión), el magnificat (con una música inerme, música instantánea, músi- Dios de las lombrices”. ¿Y qué decir de la / dirijo la orquesta. / Calculo los timbres, primorosa traducción del latín en sumiso ca lisa (y siempre riéndose, riéndose, como vaporosa psique, la traviesa mariposa tan /afino las cuerdas. / Yo unanimo a todos, verso castellano), misas polifónicas nor- la de “Teresa y el agua”), música loca, músi- zigzagueante y musical? / todos me obedecen, / me miran y tem- males o de difuntos, misereres (además ca sin nubes, música que obliga (el verso), No son los únicos animalitos que sue- plan / arcos y niveles”); valsear (“Parejas del de Eslava, hay un “miserere de tiniebla” música olvidada, música que no peca, o sin nan en Diego, verdaderamente inagotable, / de golondrinas valsean”); o vocinglerar y otros), momentos musicales, motetes, pecado, música prima, música y sueño… desde el punto de vista sonoro al menos. (“Canta un canario. / Vocinglera un pre- nocturnos (“barcarolas y nocturnos / para Hay música pintada, esculpida y edificada Los sapos silban “su motivo breve”; los ga- gón”); además de los puramente musica- amantes taciturnos”), óperas diversas, o arquitectónica. Y grabada, y fotografiada. tos miagan, mayan o maúllan, caballos que les como tañer, tocar, musicar, armonizar, pantomimas, pasodobles flamencos y tau- La música es el mar, los ríos, la lluvia, el valsean en el circo de su niñez… Sin olvi- concertar, cantar... rinos (a veces, como en Gallito, es la mis- agua, la brisa; y hay, por si todo lo anterior dar aquel coloquio tan musical del buey y Por si tuviera poco con todo lo anterior, ma cosa), poemas sinfónicos, polonesas, nos parece poco, alamedas músicas… Y si la pollina mansa esperando el nacimiento Diego juega con las sonoridades de letras, preludios (con o sin fuga), quintetos con de árboles hablamos hay, claro es, álamos divino. sílabas y palabras para imitar otros soni- dos violas (Mozart: “cinco arcos multáni- cantores, y sus hermanos, los chopos; pero dos, los del mar o los de otros instrumen- mes, unánimes, / y un solo ángel sin cesar también cantan tilos, pinos, sauces (como VERBOS Y SOLFEOS tos músicos, ya lo vimos. Y como si todo perdido.”) o con piano (Fauré: “mientras el el del lamento de Desdémona en el Otelo ello no fuera suficiente, de vez en cuando piano va fundiendo notas, / gotas de plata de Verdi), castaños de indias, robles, tama- ¿Y cómo olvidar verbos, inventados o no, solfea en sus versos, hace solmisación, azul celeste y fría”), romanzas con pala- rindos, cedros (“arpegiadores cedros y su como acompasar (“Me rindo y acompaso / caso único en las letras hispánicas… al bras o romanzas sin palabras, romances, ventalle”, cipreses, y no solo el de Silos), y y a soñar en tu pecho al fin me entrego”); menos desde la época del Cancionero de rondós, sinfonías, variaciones, villancicos, otros… Y si de pájaros estamos hablando, arpegiar (“Arpégiame, transpórtame, / sea Palacio. Sí, porque Gerardo Diego, en esta zarabandas solas o con sus dobles, zarzue- los hay innominados y mucho más con- yo todo tuyo, / tu arrullo”); diapasonar (“la peculiaridad que he denominado en mi las varias tanto del género chico como del cretos: además de jilgueros, mirlos más armonía / acordada, feliz, diapasonada”); antología “poema-partitura”, parece que otro… Realmente es difícil imaginarse una o menos chopinianos, alondras más o digitar (“¿Para qué digitar el pensamien- rompe y rasga pero, otra vez más, lo que forma musical que no haya sido explorada menos de verdad, y ruiseñores (el mismí- to?); flautar (”Y el flautar de la aurora que ocurre es que está muy bien informado y o al menos mencionada por Gerardo. simo Charlot-ruiseñor), veremos y escu- no huye”); foliar (“foliadas / euritmias” tiene la preparación (y la decisión) sufi- charemos golondrinas, tordos, canarios, dice del ángel “Razías”); glisar (“y mien- ciente para arriesgarse y llevar el agua a MÚSICAS DIVERSAS pardillos… Diego incluye otras aves más o tras van glisando los secretos / de con- su molino. Porque Gerardo Diego había menos cantarinas, imagen feliz de su mes- fesión por brazos y por ríos”); intervalar hecho más, y ya desde sus comienzos: no Hay también muchos tipos de música. ter: cuclillo, “un álbum de palomas”, hay (“Tu voz conduces, intervalas, bañas / solo solfeó en abstracto, sino algunas de Música acordada, música acostada, música gaviotas, y en una alborada soriana de julio en llanto”, le espeta Diego al mismísimo las melodías y motivos musicales extraí- alta (“las nieves perpetuas de la música”), podemos escuchar a las codornices (“Y sor Orfeo); martillar (“todo el cante de las dos de las obras que más le gustaban o que música alterada, música a cuatro manos, codorniz oblata / virgilizando su dáctilo. fraguas / martilla en ritmo caló”); modu- más tiernos recuerdos le traían: toques música azul (de catedrales en deshielo), / Pálpala, pálpala, pálpala.”). Y gallos, que lar (“El amplio mar, titán infatigable, / militares, canciones infantiles, pasodobles música o brama, música celeste, música cantan siempre, incluso los metálicos de modula sin cesar la triste estrofa / de su toreros, obras pianísticas, lieder vieneses, concéntrica (“dejándonos rodeados de la veleta, como dijimos. eterna canturía”); orquestar (La brisa… me sonatas para violín y piano… Luego le imi- concéntrica música / por sugestión del ¿Y cómo iban a faltar los rumorosos in- orquesta / tus flautas y tus cobres”); pul- taron otros poetas españoles, pero no con vuelo y del abismo”), música de mirada y sectos, en un poeta que afirmó tan rotun- sar (“pulsada sucesivamente, / respirada, su talento e insistencia. Realmente, no hay sonrisa, música de Dios o divina, música damente en el primer poema dedicado a tañida –y qué alta música– / por tu deseo quien dé más. desnuda (“cuelga tu vida como ropa inútil / Falla que el canto más perfecto es el canto

16 17 18 19 MIÉRCOLES 5 DE MAYO DE 2021, 18:30 En torno a Debussy

Pascal Rogé, piano Daniel Albaladejo, narrador

El concierto puede seguirse en directo en march.es, Radio Clásica (RNE) y YouTube.

21 Claude Debussy (1862-1918) Gabriel Fauré (1845-1924) Pagodes, de Estampes Impromptu nº 2 en Fa menor Op. 31

Lectura 1 Lectura 4 Fragmento de “En torno a Debussy” Fragmento de “El secreto de Gabriel Fauré” y de la conferencia “Preludio, Aria y Coda a Gabriel Fauré” Claude Debussy Jardins sous la pluie, de Estampes Gabriel Fauré The Snow is Dancing, de Children’s Corner Nocturno en Re bemol mayor Op. 84 nº8

Lectura 2 Lectura 5 Fragmento de “Un si bemol en la nieve” “Coda”, de Preludio, Aria y Coda a Gabriel Fauré

Claude Debussy Gabriel Fauré Préludes I (selección) Barcarola nº 4 en La bemol mayor Op. 44 Des pas sur la neige Les Sons et les parfums tournent dans l’air du soir Lectura 6 Fragmento de la conferencia “Preludio, Aria y Coda a Gabriel Fauré” Lectura 3 “A C. A. Debussy”, de Alondra de verdad Gabriel Fauré Preludio nº 9 en Mi menor Op. 103 Claude Debussy La Soirée dans Grenade, de Estampes Maurice Ravel (1875-1937) La Puerta del vino, de Préludes II Sonatina para piano Reflets dans l’eau, de Images I Lectura 7 Fragmento de “Ravel, rabel y el Rabelín”

Maurice Ravel Forlane, de Le Tombeau de Couperin

Lectura 8 Fragmento de “Ravel en Oviedo”

Maurice Ravel Une barque sur l’océan, de Miroirs

22 23 y se cayó al pozo. el último verso, “En esto…”, con puntos En torno a Debussy Y el nido suspensivos que dejan al lector ante la no le hallábamos. inminencia de algo a punto de suceder La lluvia abría su abanico tornasol. pero que no acaba de producirse, como En esto… ocurre con el arpegio ascendente de Mi mayor al final de la partitura, que, según El texto mantiene notables similitudes confiesa el compositor a Marguerite con “Jardins sous la pluie”, del cuaderno Long, bien puede anunciar la llegada de Estampes. Compuestas en 1903, sus tres un repentino rayo de sol. piezas son estrenadas al año siguiente Debussy se muestra aquí como un por el pianista Ricardo Viñes, gran di- maestro en el manejo de los mundos fusor de la música parisina del momen- cambiantes. Dos años después abre su Ramón Sánchez Ochoa to. En la primera de ellas, “Pagodes”, primer cuaderno de Images con otra Debussy emprende un viaje musical sutil evocación de los movimientos Oh música de claras columnas verticales, cado cuatro años después en Imagen, hasta el lejano Oriente, entre resonan- del agua. Inspirados en los reflejos de palacio transparente de giratorias lluvias libro situado en la vertiente creacio- cias de campanas, gongs o címbalos. árboles y plantas en un estanque, sus oloroso a resina de los bosques pretéritos, nista de su poesía. Emplea para ello notas pedal, superpo- “Reflets dans l’eau” alternan un tema a jirones de cielos azules, desgarrados. Tras regresar de un homenaje a siciones rítmicas, giros pentatónicos principal (con tres notas obsesivas, La Debussy tributado en el Ateneo de sobre las teclas negras del piano, dentro bemol, Fa, Mi bemol) con un segundo Gerardo Diego, Preludio, Madrid por Falla, Rubinstein y Ninon de un universo sutil y evanescente que, tema construido sobre la escala de to- Aria y Coda a Gabriel Fauré Vallin, el poeta vierte sobre una hoja en según afirma Vladimir Jankélévitch en nos enteros. El resultado es una imagen blanco las imágenes y emociones sus- un hermoso ensayo, le convierten en el temblorosa, de gran refinamiento ar- Por su manejo del oficio, su sentido del citadas por la escucha de su música. De músico del misterio. mónico y sensibilidad poética, que en matiz, su contención emotiva, el gusto este ejercicio de introspección resulta Al otro extremo del cuaderno se si- sus movimientos recuerda los destellos musical francés encuentra pronto res- un poema ambiguo, fragmentario, que túa la fuente de inspiración de “D’après de luz y las agitaciones del agua capta- puesta en la refinada sensibilidad de por su misterio ha merecido diversas Debussy”. En una tonalidad poco habi- dos por los pintores impresionistas en Gerardo Diego. A los trece años escu- interpretaciones de la crítica: tual en su obra, Mi menor, el composi- sus lienzos. cha por primera vez, en un recital ofre- tor propone en “Jardins sous la pluie” Músico de lo etéreo y lo cambiante, cido por el pianista Emil Sauer, una No hallábamos el nido. una estilizada evocación de los sonidos Debussy encuentra en la nieve otro de interpretación de “Clair de lune”, de la No le hallábamos. y rumores de unos jardines bajo la llu- sus elementos. “The Snow is Dancing” Suite bergamasque de Claude Debussy. La lluvia devanaba via. A través de una rápida sucesión de pertenece al cuaderno Children’s Corner, Desde entonces queda atrapado por su moaré de raso semicorcheas emplea dos melodías po- publicado en 1908 con una dedicatoria a los “arabescos, sensualidades, perfu- y cuchicheaba pulares francesas, Nous n’irons plus au su adorada hija Chouchou y un divertido mes, liturgias, encantos y símbolos” entre los verdes muslos de las hierbas. bois y Do, do, l’enfant do, dentro de una dibujo del propio compositor en la por- de una música que, con el paso del El nido estaba próximo. atmósfera flotante en que las formas y tada: un elefante sosteniendo un globo tiempo, deja una huella perdurable en No le hallábamos. los contornos se difuminan. Esta indefi- en forma de rostro infantil. Escrita en su poesía y su prosa. En su aproxima- Jugamos a las cuatro esquinas. nición se contagia al poema que, verso a Re menor, tonalidad asociada en su caso ción poética al compositor destacan Jugamos a la gallina ciega. verso, produce en el lector la sensación al silencio y la muerte, esta delicada pie- dos textos que, de maneras muy dis- Nos esponjábamos como sauces de que algo se le escapa, apenas insinua- za se abre en pianissimo, a la manera de tintas, apuntan a varias obras pianís- y picoteábamos el granizo. do a través de unos “cuchicheos”, el in- un pequeño estudio de semicorcheas, ticas. Escrito en 1918, el mismo año de No le hallábamos. quietante vuelo de un “pajarraco negro” del que apenas sobresalen unos motivos la muerte del músico, el primero es el Pasó silbando un pajarraco negro. o unos enigmáticos juegos infantiles quejumbrosos. Su evocación de los giros breve poema “D’après Debussy”, publi- El pequeñín no sabía volar bajo la lluvia. El misterio se acentúa en de los copos de nieve queda difuminada

24 25 en un paisaje vacío y melancólico que de el mencionado verso, el compositor PRELUDIO, ARIA Y CODA A El alma romántica de Fauré, que según finalmente se desvanece en el registro construye en sus páginas una suerte de GABRIEL FAURÉ el poeta convive con un espíritu clási- agudo del instrumento. lento y lánguido vals, que recuerda otro co, se mueve con soltura en este uni- Dos años después, el compositor verso del mismo poema: “Valse mélan- “Cauteloso arquitecto de colmena”, que verso. Situados en la línea de Chopin, presenta otra ingrávida evocación de colique et langoureux vertige !”. concibe el poema a la vez como “piel de sus trece nocturnos suponen, más que la nieve, “Des pas sur la neige”, en su El poema dieguino remite a otras emoción y hueso de artificio”, según una evocación musical de la noche, un primer cuaderno de Préludes. Al final de partituras. Tras sus “lentas Granadas” el soneto-prólogo de Versos humanos, ejercicio de introspección mantenido cada preludio, el autor desvela a través asoma la segunda estampa musical, Diego descubre tras la sutil y elaborada toda su vida a la manera de un dia- de unas palabras el punto de partida de “La Soirée dans Grenade”, en la que música de Gabriel Fauré la presencia rio íntimo. En una valiosa conferen- cada pieza. En sus escasos treinta y seis según afirma el poeta “Debussy ha de una sensibilidad cercana. Gran co- cia-concierto, “La noche y la música”, compases, “Des pas sur la neige” esbo- roto el frasco y se ha dejado embria- nocedor de sus preludios, nocturnos y ofrecida en el teatro Robledo de Gijón za un “fondo de paisaje triste y helado”, gar sensual, ilimitadamente, de los barcarolas, realiza a partir de los años en 1938, el poeta subraya “la aristocra- según una acotación de la partitura, sones y perfumes de la noche que gi- cuarenta una ferviente labor de divul- cia elegantísima” del creador de estos sobre el que apenas se elevan retazos ran en el aire suyo y de Baudelaire y de gación de su música que, según el bole- nocturnos, compositor que fluctúa en- de melodías. Diego queda abducido por su Andalucía soñada”. La pieza adop- tín de la biblioteca del Institut Français, tre dos exigencias, la expresión de una este Debussy de la nieve que, con míni- ta un sensual ritmo de habanera, con tras la conferencia “Fauré y los poetas”, afectividad contenida y el cuidado de mos recursos musicales, logra un pai- pedal de Do sostenido, sobre el que se le convierte en el “primer faureano de la forma: “Todo es aquí romántico, sí, saje sonoro de una soledad inefable: un elevan melodías de aire andaluz, con España”. pero también clásico, clásico de estar de “rallentando cinematográfico” de con- intervalos de segunda aumentada. A pesar de lo que su título pudiera vuelta, equilibrado y maduro”. tenida expresividad, solo comparable, El resultado es la recreación de una sugerir, los impromptus faureanos no Escrito en Re bemol mayor, una según afirma en el artículo “Un si bemol Andalucía imaginaria, de la que el tienen carácter improvisatorio. Son de sus tonalidades predilectas, el en la nieve”, al preludio del último acto compositor logra rescatar “la verdad obras plenamente acabadas, que de- “Nocturno nº 8” cierra el cuaderno de de Tristán. sin la autenticidad”, según la acertada latan un profundo y matizado sentido Un segundo poema delimita la fórmula de Manuel de Falla, es decir, del oficio. Uno de los más interpreta- lectura dieguina de Debussy. “A sin citar expresamente ninguna melo- dos es el Impromptu nº 2 en Fa menor C. A. Debussy” es uno de los sonetos día popular. Tras las “lentas Granadas” Op. 31, brillante composición de su musicales publicados en 1941 en Alondra del poema puede vislumbrarse otra primera etapa que despliega sobre sus de verdad. Sus versos conforman un cui- obra de inspiración granadina, pentagramas una tarantela de marcha dado paisaje visual, olfativo y sonoro, en “La Puerta del vino”, tercera pieza de impetuosa. el que los instrumentos de la orquesta la segunda serie de Préludes. Tras reci- Es sobre todo en los nocturnos don- se funden con títulos de partituras y bir una postal de Falla, Debussy regre- de el espíritu intimista de Fauré en- lugares cercanos al compositor. Desde sa al obsesivo ritmo de habanera para cuentra refugio. Hora romántica por el principio, el texto queda envuelto recrear con “bruscas oposiciones de excelencia, la noche brinda al artista en una compleja red de interferencias extremada violencia y de apasionada un momento de soledad y recogimiento poéticas y musicales. El soneto arranca dulzura”, según señala la partitura, los en el que, alejado de las preocupacio- con la traducción del conocido verso de contrastes de luces y sombras obser- nes del día, puede dar rienda suelta a Baudelaire que Debussy sitúa al final vados en la imagen. De esta manera, sus ensoñaciones y ansias de infinito. de su cuarto preludio para piano. “Les y sin haber pisado nunca suelo anda- Sons et les parfums tournent dans luz, consigue una de sus más logradas l’air du soir” es sin duda, en el plano páginas de inspiración hispánica, en Gerardo Diego, Preludio, Aria y armónico, una de sus obras pianísticas la que la caja de resonancia del piano Coda a Gabriel Fauré, Madrid, más atrevidas. Inspirándose en el poe- se confunde por momentos con una Alimara, 1967. Portada diseñada ma “Harmonie du soir”, del que proce- enorme guitarra. por Luis Seoane.

26 27 Huit pièces brèves Op. 84. Fauré propone décima barcarola, el primer soneto in- ridas, desprende un carácter sencillo canso de un concierto ofrecido por el en esta pieza intimista una evocación corpora el nombre del compositor en y espontáneo. En compás de 6/8, los compositor. Dura apenas unos minu- no tanto de la noche como del crepús- su cuarto verso: dibujos de semicorcheas de la mano tos, tiempo suficiente para intercam- culo, con lejanos toques de campanas, izquierda, sobre los que las negras de la biar algunas impresiones musicales por medio de una única melodía que La góndola, no sé, derecha superponen un efecto de 3/4, y dejar en una partitura una breve prescinde del episodio central con- es un fúnebre ensayo. recrean el incierto vaivén de una em- dedicatoria que el poeta colgará des- trastante. Diego queda rendido ante Delicia del desmayo. barcación mecida por el agua. El com- pués junto a su piano. Por entonces, el la mansedumbre y fluidez de estas Música de Fauré. positor despliega aquí su particular su- autor de Manual de espumas es ya un páginas, su nocturno preferido, según tileza armónica, a través de un marcado profundo admirador y conocedor de la confiesa en una conferencia-concierto En otro poema de la misma época, gusto por la alteración y el cromatismo obra raveliana, a la que con el tiempo ofrecida en la Institución Príncipe de “Preludio, Aria y Coda a Gabriel Fauré”, que confieren a la pieza una inestabili- dedicará, si no textos poéticos, al me- Viana, llevado por “la suavidad gene- rinde un estremecido homenaje al dad creciente. nos ingeniosos artículos y alusiones en rosa de sus irisadas modulaciones, su compositor francés. El texto adopta A diferencia de los nocturnos y las conferencias-conciertos. fluir eterno de arroyo de delicias, de una denominada “arquitectura musi- barcarolas, diseminados a lo largo de Es frecuente en la literatura musical aguas cambiantes y siempre las mis- cal” de carácter ternario: en las partes su extensa vida creadora, los nueve reunir bajo un mismo epígrafe a dos mas, y el cálculo exacto de todos sus extremas, la voz del poeta recrea su preludios de Fauré se concentran en personalidades en realidad muy dis- divinos afluentes”. vivencia de la música faureana, mien- los veranos de 1909 y 1910. Herederos tintas: Claude Debussy y Maurice Ravel. Movimiento, irisación, fluidez: las tras en el “Aria” central eleva un canto de los nocturnos de Chopin, aunque La interpretación dieguina resulta más propiedades del agua son también, para a la música en general. La escucha de la menos frecuentados por los intérpre- matizada y compleja. Ciertamente, una el poeta, los atributos de la música fau- obra de Fauré es aquí asimilada a una tes, constituyen sin duda la cumbre de parte del catálogo raveliano puede rela- reana. En sus barcarolas conviven am- experiencia límite: es un “instante de su producción pianística. Muestra de su cionarse con el impresionismo musical, bos elementos. De carácter más anima- prodigio”, que obra el milagro de abolir profundidad es el Preludio nº 9 en Mi como sucede con el cuaderno Miroirs, do y ligero que el nocturno, la barcarola el tiempo y a través de un “licor estigio” menor Op. 103. El compositor se pres- estrenado por Ricardo Viñes en un nace como una recreación sonora del sumerge al poeta en un “olvido espeso”. ta aquí a una sombría meditación que, concierto ofrecido en 1906 en la Société lento balanceo de una embarcación, a En un penetrante ejercicio de intros- en su “intensidad trágica” y su “atrevi- Nationale de Musique. Dedicada al pin- imagen de esas elegantes góndolas que pección, la vivencia musical es también miento técnico”, el poeta relaciona con tor Paul Sordes, su tercera pieza recrea surcan los canales venecianos. Mecida asimilada a un dolor difuso, sin “dón- los últimos preludios de Skriabin. En el movimiento oscilante de una barca por sus aguas cambiantes, la escena se de, cómo o cuándo”, a una “fragancia sus páginas reconoce el “alma estelar” sobre el océano, a través de un nuevo presta a momentos meditativos, mira- ciega” que escapa a toda tentativa de de un Fauré de senectud, al que a tra- tratamiento de la escritura pianística, das esquivas, confidencias amorosas al definición o, siguiendo con la sineste- vés de intertextualidades de la poesía en el que la armonía predomina sobre resplandor de la luna, entre otros ele- sia, “Algo que sabe o huele / a flor que del Siglo de Oro dedica el tardío poema la melodía, sin que esta última llegue a mentos de la imaginería romántica. masticando / en la lengua nos burla y “Andante”, inspirado en el tercer movi- perderse del todo entre las ondulacio- Diego vive a través de las barcarolas va volando”. Experiencia trascendente, miento del segundo Quinteto para piano nes sonoras. faureanas unas experiencias profun- asociada en sus versos a varias partitu- y cuerda Op. 115, que consuma su lectura Más allá de este gusto por los mun- das, reflejadas en varios poemas situa- ras, como esa barcarola que asoma al fi- religiosa de la música faureana. dos flotantes, el compositor francés se dos en la frontera entre dos mundos. nal del poema, cuando el poeta implora: le aparece al poeta, en el artículo “Ravel, Escrito en 1941, el soneto “Góndola ne- “Hazme, padre, la cuna / sobre las aguas RAVEL, RABEL Y EL RABELÍN rabel y el Rabelín” publicado en 1924 en gra” aparece tres años después en un sola, / amargas aguas de tu barcarola”. la Revista de Occidente, como un artista poemario ofrecido a su esposa, La sor- Dedicada a la esposa de Ernest Un breve encuentro con Maurice Ravel clásico o, mejor dicho, clasicista, que presa. Cancionero de Sentaraille, junto Chausson, la Barcarola nº 4 Op. 44 se quedará para siempre en la memo- con precisión científica mide “las líneas a otro texto de inspiración veneciana, inscribe al final de la primera etapa ria de Gerardo Diego. Se produce el esbeltas de sus graciosos partenones”, “Góndola blanca”, recuerdo de su via- creadora de Fauré. Escrita en La bemol 27 de noviembre de 1928, en el Teatro términos arquitectónicos que vienen a je de novios por Italia. Inspirado en la mayor, otra de sus tonalidades prefe- Campoamor de Oviedo, durante el des- subrayar la dimensión constructiva de

28 29 Maurice Ravel, Miroirs (París, res del pasado, que refunde elementos Demets, 1906), primera página de la tomados de la tradición con innovacio- “Alborada del gracioso” con dedicatoria nes propias de su tiempo. Esta comple- manuscrita de Ravel: “À Gerardo ja actitud creadora convierte a Ravel, Diego / Maurice Ravel”. Fundación a ojos y oídos de Diego, en un “nuevo Gerardo Diego, Santander. Horacio”, un perfecto “remozador” de músicas antiguas, que en ningún mo- mento cae en la tentación del pastiche. su música. En el mismo texto, Ravel es Un planteamiento similar aflora en Le asimilado a la figura del artesano que, Tombeau de Couperin, obra terminada a través de un impecable ejercicio de su en 1917. El compositor rinde en sus pá- oficio, produce un arte vigoroso y salu- ginas un doble homenaje: por un lado, dable, alejado de las ansias de infinito y a la escuela clavecinística francesa, en- el enfermizo gusto por la vaguedad de cabezada por el maestro Couperin, por los románticos. el otro, a los dedicatarios de sus seis Reflejo de este sentido del oficio es piezas, caídos en el frente durante la la Sonatine terminada en 1905. Desde Gran Guerra. su estructura tripartita, la obra acusa El cuaderno se organiza a la mane- un gusto arcaizante por la música del ra de una suite barroca, con “Prélude”, siglo xviii, dentro de una escritura de “Fugue”, “Forlane”, “Rigaudon”, fondo transparente en la que por mo- “Menuet” y “Toccata”. Dedicada a la mentos aflora una veta melancólica. memoria del pintor Gabriel Deluc, la En estos delicados paréntesis, el poeta tercera pieza, “Forlane”, está escrita advierte al que denomina como el “otro en Mi menor. Sobre compás de 6/8, su Ravel”: un creador sensible y sensitivo, diseño rítmico de corchea con punti- que algunas veces se despoja de la más- llo, semicorchea y corchea, despren- cara de la perfección y el virtuosismo de una elegancia antigua, rescatada para dejar asomar un rostro de insos- de la danza cortesana empleada por pechada ternura. La Sonatine arranca Couperin en el cuarto de sus Concerts con un primer movimiento, “Modéré”, royaux. La partitura entera destila un construido sobre una forma sonata con aire decadente, con rasgos de escritura dos temas, en Fa sostenido menor y La clavecinísticos, que el genio raveliano mayor. Le sigue un breve “Mouvement adereza con disonantes alteraciones y de menuet”, en Re bemol mayor, con un elaborado tratamiento de la armo- deliciosas inflexiones modales, para nía. Fruto de este proceder es un sabio concluir con un “Animé” en estilo de equilibrio entre tradición y moder- tocata, una suerte de perpetuum mobile nidad, entre memoria y creatividad, de sesgo virtuosístico. en que el propio Diego se inspiraría En la Sonatine se manifiesta lo que, para escribir su homenaje a Góngora, en un hermoso y penetrante artículo, “Fábula de Equis y Zeda”, una de sus Roland-Manuel denomina la “estética más desconcertantes aventuras poé- de la impostura”, es decir, el gusto rave- ticas, síntesis magistral de culteranis- liano por la relectura de los composito- mo y poesía creacionista.

30 31 Pascal Rogé, Daniel Albaladejo, piano narrador

Estudió en el Conservatorio de París entre otros. Cada temporada, dedica Nacido en Cartagena (Murcia), Daniel y recibió consejos de Julius Katchen más de cincuenta conciertos al Albaladejo comienza sus estudios y Nadia Boulanger. Pascal Rogé fue repertorio francés en Europa, Estados de interpretación en la Escuela premiado en el Concurso Georges Unidos, Nueva Zelanda o Japón y Superior de Arte Dramático de Murcia, Enescu y obtuvo el primer premio en recientemente ofrece recitales para trabajando con varias compañías el Concurso para piano Marguerite dos pianos o piano a cuatro manos murcianas como Cambalache Teatro, Long. A los diecisiete años se convirtió junto a su pareja Ami Rogé, con la Teatro de Papel y Arena Teatro. en artista exclusivo del sello Decca y su que ha realizado varias grabaciones En 1997 se establece en Madrid y interpretación de la obra para piano de de repertorio francés. Pascal Rogé es desarrolla su carrera en el ámbito compositores franceses se caracteriza presidente del jurado en la sección teatral en el Centro Dramático por su elegancia, belleza y fraseo de piano del Concurso internacional Nacional, Compañía Nacional de estilísticamente perfecto. Ha recibido de Ginebra e imparte docencia y Teatro Clásico, Noviembre Teatro y La dos premios Gramophone, el Grand clases magistrales con regularidad en Loca de la Casa, con directores como Prix du Disque y un Edison Award por Francia, Japón, Estados Unidos y Reino Eduardo Vasco, Juan Carlos Pérez de sus grabaciones de los conciertos de Unido. la Fuente, Natalia Menendez, Juan Ravel y Saint-Saëns y la integral de Mayorga, Ana Zamora, Carlos Aladro, Ravel, Poulenc, Debussy y Satie. Ha Guillermo Heras y Jose Bornas en actuado en las principales salas del títulos de teatro clásico como El castigo mundo y con las más importantes sin venganza, Un bobo hace ciento, El orquestas bajo la batuta de directores curioso impertinente, El condenado de la talla de Lorin Maazel, Mariss por desconfiado, Otelo y Malvados Jansons, Charles Dutoit, Kurt Masur, de oro y de teatro contemporáneo Sir Andrew Davis y Raymond Leppard como Reikiavik, La lengua en pedazos o Ay, Carmela. En el audiovisual ha participado en series de televisión y proyectos cinematográficos como Camera Cafe, Acusados, Hospital Central, Isabel, Amar es para siempre, Servir y proteger, Cuéntame cómo pasó o El Cid. En el año 2005 recibió el Premio Mejor Actor de Reparto por Camera Cafe de la Unión de Actores de Madrid.

32 33 MIÉRCOLES 12 DE MAYO DE 2021, 18:30 Vigencia de Skriabin, maneras de escuchar España

Eduardo Fernández, piano Pedro Casablanc, narrador

El concierto puede seguirse en directo en march.es, Radio Clásica (RNE) y YouTube.

35 Aleksandr Skriabin (1872-1915) Isaac Albéniz (1860-1909) Preludio Op. 9 nº 1 para la mano izquierda El Albaicín, de Iberia. Cuaderno III

Lectura 1 Lectura 5 Fragmento de “Vigencia de Scriabin” Fragmento de “Albéniz”

Aleksandr Skriabin Isaac Albéniz Sonata para piano nº 5 Op. 53 Castilla, de Suite española nº 1 Op. 47

Lectura 2 Lectura 6 “Alejandro Scriabin”, de Alondra de verdad Fragmento de “Albéniz”

Aleksandr Skriabin Enrique Granados (1867-1916) Sonata para piano nº 7 Op. 64, “Misa blanca” El pelele. Escena goyesca

Lectura 3 Lectura 7 Fragmento de “Scriabin” Fragmento de la conferencia-concierto “Manuel de Falla”

Aleksandr Skriabin Manuel de Falla (1876-1946) Vers la flamme Op. 72 Fantasia Bætica

Lectura 4 Lectura 8 Fragmento de “Vigencia de Scriabin” “Estética”, de Imagen, y fragmento de la conferencia-concierto “Manuel de Falla” Aleksandr Skriabin 5 Preludios Op. 74 Manuel de Falla Preludio nº 1. Douloureux déchirant Danza ritual del fuego, de El amor brujo (versión para piano del compositor) Preludio nº 2. Très lent, contemplatif Preludio nº 3. Allegro drammatico Preludio nº 4. Lent, vague, indécis Preludio nº 5. Fier, belliqueux

36 37 des del espíritu creador, enardecidas divina de su música y el cristal de la ca- Vigencia de Skriabin por el poder de la audacia. A la manera lificada, en las notas a su soneto, como de Liszt, Skriabin sustituye la tradicio- una “técnica perfecta”. nal división de la sonata en movimien- La dimensión espiritual aflora de tos por una sucesión de episodios de nuevo en la Sonata nº 7 Op. 64, “Misa distinto carácter, con pasajes virtuosís- blanca”. Terminada en enero de 1912, ticos que a través de trinos, trémolos y esta obra de gran densidad, con pasajes otros efectos acústicos, alcanzan el pa- virtuosísticos, viene regida por una ri- roxismo sonoro. gurosa matemática interna, de acuerdo En estas inclinaciones místicas del con la sección áurea. En su camino ha- Ramón Sánchez Ochoa compositor, influidas por varias doc- cia el éxtasis, el compositor despliega trinas orientales y acentuadas en sus sobre toda la extensión del teclado una En un concierto ofrecido por Arthur primero recuerda el universo sonoro años de Bruselas por la frecuentación armonía compleja, con acordes de hasta Rubinstein, el joven Gerardo Diego que- de Chopin, al que según afirma el poeta de los ambientes teosóficos, Diego en- seis notas, formados por cuartas justas da fascinado por el arrojo, la profundi- nadie se ha aproximado tanto como el cuentra un “efervescente filtro” de sus y aumentadas, que revelan una de sus dad, la fuerza expresiva de la música de ruso, si bien con “una exacerbación, un propias “necesidades de embriaguez” convicciones profundas: “la melodía y Skriabin, creador que desde entonces refinamiento, una tortura eslava, una espiritual, como confiesa en sus notas la armonía representan dos aspectos de permanecerá entre sus compositores libertad polirrítmica, una tristeza o un al soneto titulado “Alejandro Scriabin”. un principio único”. Pero es sobre todo predilectos. Reflejo de este temprano frenesí delirantes” que pronto definen Escrito en mayo de 1936, momento en en las páginas de Vers la flamme Op. entusiasmo son los preludios inter- un estilo propio. Por medio de grandes que su música no goza de la considera- 72 donde culmina esta aspiración a lo pretados en el “Curso de Historia de la saltos y rápidos desplazamientos sobre ción del público, este intenso y ardiente místico. Compuesto en 1914, este poema música de piano” impartido en Soria en el teclado, el compositor logra aquí sal- poema es publicado cinco años después musical es junto con la décima sonata 1921, junto con obras de Grieg, Borodín var las limitaciones de la escritura para en el poemario Alondra de verdad, junto una de sus últimas composiciones para y Músorgski. Muestra de su perdura- piano a una sola mano, en una magis- con otros sonetos de inspiración mu- piano de gran formato. Arranca con len- bilidad, el tardío artículo “Vigencia de tral lección de habilidad y conocimiento sical dedicados a Beethoven, Schubert, tos acordes, de los que surge un movi- Scriabin”, que medio siglo después ra- de las posibilidades del instrumento. Schumann y Debussy. miento sonoro de tensión creciente que, tifica su fidelidad a su música, frente a Los rasgos virtuosísticos se acentúan El poema contiene las claves de su a través de trémolos y acordes repeti- la indiferencia, cuando no la hostilidad, en sus sonatas para piano. En un mo- interpretación de Skriabin. Incide ante dos, desemboca en un resplandeciente mostrada por intérpretes y críticos. En mento de declive del género, Skriabin todo en dos aspectos: la dimensión clímax. la figura de Skriabin encuentra a un con- deja en su catálogo no menos de diez mística de su obra y las sinestesias en- El último Skriabin explora en sus tinuador de la música romántica que, sonatas que, junto con las de Prokófiev, tre sonidos y colores observadas en sus Cinco preludios Op. 74 las posibilidades llevado por su fuerte temperamento y dan un nuevo impulso al repertorio. páginas. De los títulos y acotaciones ex- abiertas por las escalas de diez sonidos, sus inquietudes espirituales, logra re- Compuesta en 1907, la Sonata nº 5 Op. presivas de Le Poème de l’extase, Poème combinadas con intrincados recursos novar el lenguaje pianístico, convirtién- 53 entronca con una obra sinfónica de ailé o Vers la flamme, Diego extrae deter- numerológicos. Como señala el musi- dose junto a Chopin y Debussy en uno de la misma época, Le Poème de l’extase, minadas palabras que como material cólogo Manfred Kelkel, el principio de los denominados “inventores” del piano. expresión de las ideas mesiánicas del poético introduce después en el cuerpo simetría preside la alternancia de for- Fruto del primer Skriabin es el compositor, que llegaría él mismo a del soneto. En “Alejandro Scriabin”, la mas binarias y ternarias en la partitura, Preludio para la mano izquierda Op. 9 proclamarse como Dios, identificando música queda situada en la frontera en- con un número de compases por pieza nº 1. Aquejado de una dolencia en la al sujeto creador con la conciencia di- tre dos mundos: “Sufres / de amor divi- de algún modo inspirado en la serie de mano derecha, Skriabin compone en vina universal. La sonata retoma como no, oh piano de delicias”, dualidad entre Fibonacci. En las innovaciones de este 1894 un díptico para una sola mano, in- epígrafe cuatro versos del citado poema lo místico y lo voluptuoso que conduce cuaderno intuye Diego una anticipación tegrado por un preludio y un nocturno. sinfónico: una llamada a las misteriosas a una confrontación entre Dios y el dia- de ciertas aportaciones de la Segunda De carácter intimista y melancólico, el fuerzas escondidas en las profundida- blo, entre el calor avivado por la llama Escuela de Viena y, en su último prelu-

38 39 dio, algo así como un “pórtico, punta fórmula, que “hacer música española tallantes, chispeantes y los granos se le ma aquí un juego propio de las fiestas extrema de un Finisterre romántico con acento universal”. Sus páginas des- desparraman a uno, al menor descuido, de carnaval y ciertos ritos de despedida hundido ya en el más luminoso océano”. prenden un aire rapsódico que funde los por el teclado abajo como joyas fulgu- de la soltería, a través de un tema recu- rasgos románticos con las exigencias rantes y estrepitosas. rrente en su obra, el hombre a merced ISAAC, EL GENEROSO de la estética nacionalista, dentro de un de las mujeres, también reflejado en sus tratamiento en ocasiones virtuosístico Hermosa descripción del planteamiento Disparates y álbumes de dibujos. Siguiendo las indicaciones de Felipe del piano, cargado de audacias armóni- artístico de Albéniz, cuya influencia so- Inspirándose en esta divertida esce- Pedrell en el manifiesto Por nuestra cas y pugnacidad rítmica. bre la música de Debussy o Granados su- na, Granados compone una pieza llena música, los compositores españoles Fechado en 1906, “El Albaicín” inau- braya después en su intervención, pues de gracia, de tono por momentos iróni- del cambio de siglo recorren de distin- gura su tercer cuaderno. Su título remi- “sin Iberia no tendríamos Goyescas”. co, con pasajes de gran dificultad téc- ta manera la senda del nacionalismo. te al antiguo barrio granadino, con sus nica: saltos en el bajo, octavas paralelas Albéniz, Granados y Falla proyectan a calles estrechas, sus contrastes de luces ENRIQUE GRANADOS en las dos manos, rápidas escalas ascen- través de su obra pianística una mira- y sombras, de los que Albéniz quedaría dentes que recrean los movimientos del da propia sobre lo hispánico, reflejo de prendido. Se abre sobre ritmo de bule- Todo creador ha de encontrar, en pa- pelele, acordes alternados en un final su personalidad creadora y las diver- ría, con una ingeniosa disposición de labras de Gerardo Diego, “el metal de apoteósico. En sus escasas reflexiones sas influencias recibidas, desde la he- manos superpuestas, que de inmediato su propia voz”. Tras cultivar música sobre el compositor, el poeta incide en rencia romántica a las corrientes neo- conecta con el imaginario andaluz. Se de salón de corte romántico, Enrique el desajuste cronológico observado en- clásicas, pasando por el movimiento eleva después una copla melancólica, Granados encuentra el metal de una tre su estilo musical y la sensibilidad de impresionista. dentro de un ambiente de fiesta jonda, voz propia en Goyescas. Publicada en su tiempo: El genio de Albéniz halla su ámbito con palmas y jaleos, recreada por medio dos cuadernos, con el subtítulo Los ma- natural en el piano. Si en sus primeras de una escritura por momentos guita- jos enamorados, esta obra maestra del re- Y así Enrique Granados, que había naci- composiciones acusa la influencia de rrística. Superposiciones de notas ex- pertorio pianístico es estrenada por el do para ser músico romántico, escribe las pequeñas piezas románticas, en su trañas, bruscos cambios de intensidad, propio compositor en 1911. El ciclo cons- su música treinta o cuarenta años des- segunda etapa profundiza en los domi- acciaccature, acentos en fortissimo, en ta de seis piezas inspiradas en cuadros pués del verdadero momento que le co- nios del nacionalismo. Muestra de ello contraste con delicadas melodías dupli- de Goya, a las que la versión operística rrespondía. Porque en Granados, antes es la Suite española Op. 47 compuesta cadas a la octava, producen en el oyente suma todavía otra página relacionada y enseguida a la vez que el músico nacio- en 1886. Su séptima pieza, “Castilla”, una envolvente sensación de hipnosis. con el pintor, El pelele, generalmente nalista español, latía un verdadero ro- lleva junto a su título una indicación, En sus escritos sobre el compositor interpretada en quinto lugar por los pia- mántico del piano capaz de hombrearse “(Seguidillas)”, que de inmediato en- destaca Diego la sensualidad, la rique- nistas, entre “Quejas o La maja y el rui- con los grandes músicos europeos del laza con la tradición hispánica. Escrita za, el colorido de la música de un “gran señor” y la balada “El amor y la muerte”. último período del romanticismo. Él es en compás de 3/4, con diseño rítmico generoso” capaz, según la fórmula de Gran amante de las artes plásticas, a la vez el Schumann o el Gabriel Fauré de corcheas y semicorcheas, se mueve Debussy, de tirar la música por la venta- Granados no deja de pintar y dibujar a español, y también nuestro Grieg. dentro de una atmósfera alegre y vivaz, na. En una conferencia-concierto sobre lo largo de su vida. Gracias a los buenos espoleada por un fuerte componente Manuel de Falla, ofrecida en 1938 en el consejos de su amigo Fernando Periquet MANOLO FALLA rítmico. Teatro Robledo de Gijón, define su arte ahonda en particular en el universo de Con Iberia alcanza una de las en estos términos: Goya, creador inagotable al que conside- A las coloristas visiones de España pro- cumbres de la literatura pianística. ra el “genio representativo de España”. El puestas por Albéniz y Granados sucede Publicados en París entre 1906 y 1909, Albéniz es todo exuberancia, explosión pelele se inspira en un cartón para tapiz la depurada mirada de Manuel de Falla. sus cuatro cuadernos recogen doce en su carácter como en su obra, en su destinado a la colección de Carlos IV en El gaditano es, para Diego, a la vez un impresiones musicales inspiradas en obra última, quiero decir, que es la ver- El Escorial. La escena muestra a cuatro modelo de hombre y ejemplo de artista, distintos lugares, bailes y fiestas de la daderamente genial. Su técnica está he- majas manteando a un pelele, sobre fon- al que consagra una parte esencial de su geografía española. La intención del cha de yuxtaposición, de acumulación y do de paisaje frondoso y cielo surcado obra: varios poemas, artículos y algunas compositor no es otra, según su propia agregación de pinceladas de color, es- por nubes blancas y grises. Goya reto- de sus más logradas conferencias-con-

40 41 Manuel de Falla, “Danza ciertos. En casi dos décadas de relación, mantenerla después en su repertorio. del fin del día”, de El amor desde una temprana carta de 1921 hasta Desde su mismo título, una alusión a la brujo (versión para piano la marcha definitiva del compositor a antigua provincia de la Hispania roma- publicada por Chester, Argentina, mantienen sobre todo un na, Falla apunta a Andalucía. En sus pá- Londres, 1915), primera contacto epistolar, con escasos encuen- ginas incorpora elementos tomados del página con dedicatoria tros personales. Momento inolvidable baile y del cante jondo, llevados por un manuscrita de Falla: “Para en la vida del poeta es su primer viaje a fuerte impulso rítmico y un tratamiento Gerardo Diego, / con Granada, con una visita de la Alhambra en ocasiones percusivo del piano cerca- mi afectuosa simpatía. guiada por el compositor, que para no a Bartók o Stravinsky. En su recrea- / Manuel de Falla / siempre queda reflejada en dos poe- ción del mundo andaluz recurre además Granada marzo 921 [sic]”. mas: “Falla en la Alhambra (Recuerdo a un uso extensivo de la modalidad, con Fundación Gerardo Diego, de 1925)”, de Vuelta del peregrino, y “Los choques de segunda que tratan de re- Santander. árboles de Granada”, recogido entre las producir sobre el teclado las inflexiones Hojas que cierran sus obras completas. microtonales del canto popular. En ma- En su primera carta, el joven poeta nos del gaditano, el piano se convierte manifiesta al compositor su profunda entonces en una suerte de guitarra, con admiración y le ruega que acepte la dedi- sus falsetas y rasgueos característicos. catoria del poema “Estética”, con vistas Tras interesarse por la obra en sus a una próxima publicación. Según con- cartas, Diego recibe del compositor un fiesa en sus líneas, este breve texto pro- ejemplar de la partitura, con correccio- gramático no tiene otra intención que la nes manuscritas y una dedicatoria fe- de “definir por imágenes mi concepto de chada en enero de 1923. Desde el primer la Poesía (tan unido al de la Música) tra- momento queda deslumbrado por sus tando de conseguir además el equilibrio, ásperas disonancias y la brillantez de su la fuerza y la pureza del ritmo”. De modo escritura pianística, por “la libertad de expreso identifica dos fuentes de inspi- los desarrollos, el estilo ornamental de ración del poema: “Mouvement”, tercera los arabescos pianísticos, la violencia pieza del primer cuaderno de Images de romántica de los contrastes, las obse- Debussy, y ciertos compases de El amor siones rítmicas prolongadas”, como re- brujo de Falla, en los que aprecia un “rit- cuerda en su conferencia-concierto del mo sencillísimo, binario y casi unitario” teatro Robledo. Detrás de sus páginas que se mantiene “deliciosamente mo- vislumbra a un compositor que se des- Manuel de Falla, Fantasia nótono”. El aludido pasaje pertenece a la pide de su Andalucía natal para aproxi- Bætica (Londres, Chester, “Danza del fin del día”, finalmente titula- marse a “la ascética y mística heroicas 1922), primera página con da “Danza ritual del fuego”, en la que el de Castilla”. Largo recorrido en el que dedicatoria manuscrita de poeta advierte una denominada “estéti- el Falla andalucista, rebautizado con el Falla: “Para Gerardo Diego, ca del grillo”, es decir, un marcado gusto ingenioso nombre de “Manolo Falla”, se / con toda mi simpatía y por la perfección y el sentido del ritmo. convierte en el Falla ascético del perio- / muy cordial amistad. / El ritmo es uno de los vectores que do granadino, creador que a partir de Manuel de Falla / Granada mueven la Fantasia Bætica. La obra entonces aspira al ideal de una música enero 923 [sic]”. Fundación es compuesta en 1919 por encargo de desnuda, tan desnuda como ese hombre Gerardo Diego, Santander. Arthur Rubinstein, que al año siguien- de “huesos mínimos” que asoma en el te la estrena en Nueva York, sin llegar a poema “Epitafio a Manuel de Falla”.

42 43 Eduardo Fernández, Pedro Casablanc, piano narrador

Galardonado con el Premio Ojo ORCAM u OCG, y con directores como Ha intervenido como actor en de la Fuente. En los últimos años, Crítico, Eduardo Fernández es uno Santtu-Matias Rouvali, Víctor Pablo producciones de teatro, cine y además de intervenir en series como de los pianistas más destacados de Pérez, François López-Ferrer, José televisión tanto en España, como en Cannabis para Canal Arte France o su generación a nivel internacional, Ramón Encinar o Antoni Ros Marbà. Francia e Inglaterra. Es licenciado Gunpowder para BBC y HBO, debe su siendo especialmente distinguido por Su discografía ha sido elogiada por en Bellas Artes por la Universidad popularidad a personajes televisivos la profundidad, madurez y singularidad las más prestigiosas publicaciones de Sevilla, donde comenzó a actuar como el arzobispo Carrillo en Isabel y de sus interpretaciones. Ha obtenido y nominada a los Premios ICMA, y en el Centro Andaluz de Teatro, con Juan Rueda en Mar de plástico, por los un gran éxito en salas como la recoge integrales como Iberia, las directores como Miguel Narros o que recibió el Premio de la Unión de Philharmonie de Berlín, la Filarmónica últimas piezas de Brahms, los 90 George Tabori. En 1993, en Madrid, Actores y el Premio Ondas al mejor de San Petersburgo, el Centro de Preludios de Scriabin, monográficos se incorpora al elenco del Teatro de actor de televisión respectivamente. Arte Oriental de Shanghái (SHOAC), sobre Paús o Zimmermann para sellos la Abadía, donde interpreta Fausto En cine destaca su interpretación en la Filarmónica de Luxemburgo, el como BIS, Warner, Naxos y Centaur. de Goethe o El señor Puntila y su la película B de David Ilundain por Centro Nacional de Beijing (NCPA), La prestigiosa Fanfare le consideró criado Matti de Bertolt Brecht, por la que fue nominado a los Premios la Filarmónica de Kiev, el Palau de la como el sucesor de Alicia de Larrocha. la que fue reconocido por primera Goya y recibió el Premio Sant Jordi de Música Catalana de Barcelona, el Palau Es Doctor en Humanidades, Artes y vez en 1998 como mejor actor en Cinematografía y las más recientes de Valencia, el Teatro Euskalduna de Educación. los Premios Unión de Actores. En Nieva en Benidorm de Isabel Coixet y Bilbao, la Maestranza de Sevilla, el 2013 fue invitado a actuar en el Libertad de Enrique Urbizu. Teatro de la Zarzuela, el Teatro Real, Théâtre de L’Odeon de París bajo la el Teatro Monumental y el Auditorio dirección de Peter Stein. En teatro Nacional de Madrid. En las recientes también destaca en El Rey Lear de temporadas Fernández ha colaborado William Shakespeare, Ruz/Bárcenas con orquestas como la OCNE, OSRTVE, (Fotogramas de Plata al mejor actor de teatro) o su última actuación hasta la fecha: Torquemada, basado en la tetralogía de las novelas de Galdós, adaptadas por Ignacio García May y dirigido por Juan Carlos Pérez

44 45 MIÉRCOLES 19 DE MAYO DE 2021, 18:30 Chopin y el poeta

Josep Colom, piano Joaquín Notario, narrador

El concierto puede seguirse en directo en march.es, Radio Clásica (RNE) y YouTube.

47 Lectura 1 Fryderyk Chopin “Preludio”, de Nocturnos de Chopin Nocturno nº 5 en Fa sostenido mayor Op. 15 nº 2 Fryderyk Chopin (1810-1849) Lectura 5 24 Preludios Op. 28 (selección) “Nocturno V”, de Nocturnos de Chopin Preludio nº 4 en Mi menor Preludio nº 3 en Sol mayor Fryderyk Chopin Preludio nº 22 en Sol menor Nocturno nº 11 en Sol menor Op. 37 nº 1 Preludio nº 23 en Fa mayor Lectura 6 “Nocturno XI”, de Nocturnos de Chopin Lectura 2 “Intermezzo I: El piano”, de Nocturnos de Chopin Fryderyk Chopin Fryderyk Chopin Nocturno nº 12 en Sol mayor Op. 37 nº2 24 Preludios Op. 28 (selección) Lectura 7 Preludio nº 7 en La mayor “Nocturno XII”, de Nocturnos de Chopin Preludio nº 6 en Si menor Preludio nº 11 en Si mayor Fryderyk Chopin Preludio nº 10 en Do sostenido menor Nocturno nº 14 en Fa sostenido menor Op. 48 nº 2 Preludio nº 13 en Fa sostenido mayor Lectura 8 Lectura 3 “Nocturno XIV”, de Nocturnos de Chopin “Intermezzo III: (En las Palmas de Gran Canaria)”, de Nocturnos de Chopin Fryderyk Chopin Fryderyk Chopin Nocturno nº 15 en Fa menor Op. 55 nº 1 24 Preludios Op. 28 (selección) Preludio nº 16 en Si bemol menor Lectura 9 Preludio nº 20 en Do menor “Nocturno XV”, de Nocturnos de Chopin Preludio nº 19 en Mi bemol mayor Preludio nº 14 en Mi bemol menor Fryderyk Chopin Preludio nº 24 en Re menor Nocturno nº 19 en Mi menor, Obra póstuma Op. 72 nº 1 Lectura 10 Lectura 4 “Nocturno XIX”, de Nocturnos de Chopin “Intermezzo IV: Preludios”, de Nocturnos de Chopin Fryderyk Chopin 24 Preludios Op. 28 (selección) Preludio nº 15 en Re bemol mayor, “Gota de lluvia” La segunda parte de este concierto reproduce la velada celebrada en el Ateneo de Soria el 22 de mayo de 1920.

En coproducción con el Festival Otoño Musical Soriano y la Fundación Gerardo Diego.

48 49 Preludio a Chopin

Ramón Sánchez Ochoa

Estoy oyendo y estaré oyendo siempre algunos textos son anticipados en el a este mirlo de esta tarde, de aquella recital-concierto ofrecido dos años aurora, a este uno y mismo federico después en Soria, el autor no se atre- mirlo, Purísimo Chopin, mirlo negro, ve a publicar estos versos de “poeta rosa y verde de mi eternidad. principiante” hasta 1963, bajo el título Nocturnos de Chopin. Paráfrasis román- Gerardo Diego, Estoy oyendo ticas. Incorporados a su Antología poé- cantar a un mirlo tica, reciben después tirada aparte bajo el título de Ofrenda a Chopin (1918-1962). La sensibilidad entre dos siglos de El proyecto nace de la “loca idea” de Gerardo Diego, atraído a la vez por la traducir a poesía la música de Chopin, tradición y la modernidad, se traduce como precisa el prólogo de su poemario: en unos gustos musicales difluentes, “Volviendo a mi trabajo parafrástico de que con naturalidad se mueven entre 1918, he de decir que mi propósito fue el legado romántico y las innovacio- el de decirme a mí mismo en voz baja nes de su tiempo. Entre sus indiscuti- lo que la música de los nocturnos me bles compositores de cabecera se sitúa sugería cuando la tocaba al piano”. En Chopin. Como rememora en el poema esta “peligrosa y prematura asomada “Intermezzo I: El piano”, su música pue- al mundo infinito de la música” se pro- bla de ensueño su infancia santanderi- pone además una “adaptación” de cada na y se convierte en confidente de sus poema a las “curvas, modulaciones y primeros amores y aventuras poéticas. armonías de la música”. Más que una Valses, mazurcas o preludios no dejan traducción, una glosa o una búsqueda Gerardo de regresar al atril de su piano, como a de la equivalencia poética, leídas en su Diego, su vida regresa el canto del pájaro del conjunto estas paráfrasis se muestran Nocturnos poema “Estoy oyendo cantar a un mir- como el resultado de un ejercicio de su- de Chopin, lo”, ese mirlo “distinto aunque el mis- gestión musical. Madrid, mo” que le devuelve el recuerdo de su El libro se compone de diecinueve Bullón, 1963. lejana infancia y la música de Chopin. poemas sobre diecinueve nocturnos de [Portada] Esta temprana inclinación aflora en Chopin, que el poeta trata de respetar unos poemas escritos en 1918. Aunque en su ingenuidad y frescura originales

50 51 cuando al fin se decide a publicarlos. plena libertad al compositor para or- y resignada melodía que años después toma de Varsovia por las tropas rusas, Realiza entonces mínimas modifi- ganizar de distintas maneras el mate- sería interpretada al órgano en la iglesia como también lo es el Estudio Op. 10 nº caciones: redacta de nuevo algunos rial sonoro. Desde los primeros versos de la Madeleine, durante los funerales 12, “Revolucionario”. poemas, como el “Nocturno X”, aña- de su cuarto “Intermezzo”, el poeta se del compositor. En el mismo registro Tras los preludios chopinianos adi- de estrofas a otros textos y separa sus pregunta: expresivo se sitúa el “Preludio nº 6”, con vina Diego la “soledad de amor, de ho- paráfrasis con cuatro intermezzi, a los sus notas repetidas sobre un acompa- rror, de éxtasis” de un alma atormen- que suma un extenso poema de cierre: ¿Qué preludiáis, preludios, por qué ñamiento de barcarola, que le valdrían tada, que en sus pentagramas confiesa “Estoy oyendo cantar a un mirlo”. Abre puertas junto al “Preludio nº 15” el título de sus “profundos secretos”, sus “fecundas además el libro con un “Preludio”, bre- brindáis entradas –veinticuatro tonos– “Gota de agua”. / semillas de infinitos”. Su interpreta- ve recorrido por la historia de la mú- a qué inaudibles músicas? Frente a estas piezas recogidas se ción al piano se transforma en una sica para teclado, desde los composi- sitúan preludios de gran agitación. experiencia extática que, de un modo tores barrocos a los románticos, que La génesis de los veinticuatro Preludios Tras las ondulaciones de semicorcheas que el poeta no sabría del todo explicar, culmina en la figura de Chopin frente Op. 28 es en parte desconocida. Iniciados del “Preludio nº 3”, el pianista Alfred le conduce hasta una “puerta sellada”, al piano. Los intermezzi desbordan el en París, algunos son terminados du- Cortot cree oír el incesante rumor de antesala del silencio. Un paraíso inal- marco estricto de los nocturnos para rante la estancia del compositor en un arroyo, inquietud que en el caso del canzable, maravilloso jardín de la mi- tratar otros temas: la infancia musi- Mallorca, en el invierno de 1838-1839. dramático “Preludio nº 10” se traduce tología griega, del que las manos del cal del poeta, algunos momentos de Poco después son publicados en París en una gran riqueza melódica y rítmica. poeta regresan con olor “a naranja / de la vida del compositor o sus preludios y Leipzig, siguiendo un riguroso ciclo Los inquietantes tresillos de corcheas, Hespéride, a zumo de grosellas, / a sar- para piano. Si el soneto “Intermezzo II: de quintas, con alternancia de los mo- con las dos manos situadas en el regis- mientos quemándose”. En Valldemosa” se inspira en un epi- dos mayores y menores. La diversidad tro grave del instrumento, convierten sodio real, en el “Intermezzo III: (En de estas piezas revela la versatilidad del al “Preludio nº 14” en un esbozo del PARÁFRASIS Las Palmas de Gran Canaria)”, el poeta genio chopiniano. Algunas conforman “Finale” de la Sonata nº 2, mientras el ROMÁNTICAS imagina el fantasma de Chopin vagan- pequeñas estampas sonoras, reducidas “Preludio nº 23” opta por otro reparto de do por el archipiélago, mientras con a su mínima expresión: así sucede con las tensiones sonoras: una ornamenta- La segunda parte del programa repro- “guantes de musgo” interpreta su mú- el breve “Preludio nº 7”, de solo dieciséis da melodía en la mano izquierda, acom- duce el recital-concierto ofrecido el 22 sica al piano. compases, una sencilla melodía sobre pañada por ondas de semicorcheas en de mayo de 1920 en el salón principal En tono filosófico, el “Intermezzo IV: ritmo de mazurca, o el “Preludio nº 20”, la derecha. del Casino de Numancia. Recién lle- Preludios” aborda el conjunto de sus que en sus trece compases apenas logra El desasosiego chopiniano se traduce gado a Soria, su primer destino como preludios y las intensas emociones que elevar una tímida plegaria. en ocasiones en una escritura de corte catedrático de Lengua y Literatura, el su interpretación suscita en el corazón Otros preludios ahondan en una virtuosístico. Es el caso del “Preludio joven poeta interpreta entonces seis del poeta. El preludio es en su origen atmósfera intimista, como el lento nº 11”, concebido como un pequeño es- nocturnos de Chopin al piano, mientras una composición introductoria, mu- “Preludio nº 13”, cercano a un nocturno tudio de tresillos para las dos manos, o Mariano Granados recita sus corres- chas veces de carácter improvisado, de profunda melancolía. Es el eterno del “Preludio nº 16”, en Si bemol menor, pondientes paráfrasis poéticas. Tras la que prepara la entrada de la pieza o la malestar romántico, ese mal du siècle con su vertiginoso torbellino sonoro. buena acogida del acto, entre febrero y suite de piezas que le siguen. Con los que aqueja a músicos y poetas, agrava- Los abanicos de corcheas del “Preludio mayo del año siguiente organiza un cur- compositores románticos, el término do en el caso de Chopin por varios fac- nº 19” recuerdan los seisillos de semi- so completo de “Historia de la música cambia de significado. Los preludios tores: su temperamento hiperestésico, corcheas del Estudio Op. 25 nº 1, con sus de piano”, en el que reserva una sesión de Chopin no preludian nada: son bre- la nostalgia de su lejana tierra natal o melodías de largo aliento dibujadas por entera a la música de Chopin, con una ves composiciones, situadas dentro los sufrimientos impuestos por la tu- la primera nota de cada tiempo. Sin cuidada selección de mazurcas, prelu- del gusto romántico por las pequeñas berculosis, enfermedad que cada día olvidar el “Preludio nº 22”, una suerte dios, polonesas y la marcha fúnebre de piezas, que se bastan a sí mismas para le aproxima un paso más a la muerte. de estudio rítmico, ni el apasionado su Sonata nº 2. crear un universo sonoro. Su estruc- Dentro de este mundo sombrío discurre “Preludio nº 24”, reflejo de la conmoción El creador del nocturno romántico tura no preestablecida deja además el “Preludio nº 4”, a través de una sobria que produce en Chopin la noticia de la es el compositor irlandés John Field. De

52 53 sus elegantes piezas de salón conserva los tritones, hasta que finalmente des- Invitación a Chopin las expresivas melodías de la pierta de su letargo. la velada a mano derecha, con amplios arpegios en Escrito en 1838, el Nocturno en Sol cargo de la mano izquierda, que enriquece des- menor Op. 37 nº 1 es publicado dos años Gerardo Diego pués con una elaborada ornamentación después, junto con otra pieza, bajo el en el Ateneo y distintas fórmulas de acompañamien- título “Los suspiros”. Chopin elige de de Soria, el to. Diseminados entre 1830 y 1843, sus nuevo una forma ternaria, con una sábado 22 de nocturnos se publican en grupos de dos melancólica melodía en las partes mayo de 1920. o tres, bajo distinto número de opus, a extremas, acompañada por sobrios Fundación los que se suman un nocturno póstu- acordes. En el tramo central recurre Gerardo Diego, mo y dos nocturnos no abordados por esta vez a una textura homofónica, a Santander. el poeta en sus versos. En el momento la manera de un coral a cuatro voces, de publicarlos, algunos editores se em- terminado por amplios calderones. El peñan en añadirles títulos fantasiosos, poema dieguino replica la arquitectu- a pesar de la reiterada oposición del ra de la pieza. En su primera sección compositor, como señalan sus airadas aborda el amor profano (asociado al cartas a su buen amigo Julian Fontana. modo menor), seguido del amor divi- Según el programa impreso por el no (relacionado con Mi bemol mayor Ateneo de Soria, el recital-concierto y su trinidad de bemoles), evocación arranca con el Nocturno en Fa soste- poética de esa “oración tocada en un nido mayor Op. 15 nº 2. Esta temprana órgano” de iglesia que el poeta percibe composición recibe en la edición lon- en los compases centrales del noctur- dinense de Wessel, junto con los de- no, para concluir con el triunfo final más nocturnos del opus, el discutible del amor profano. título de “Céfiros”. Chopin adopta aquí El Nocturno en Sol mayor Op. 37 una estructura ternaria, en la que des- nº 2, terminado en el verano de 1839, pliega una envolvente melodía ador- es quizás un recuerdo de la travesía de nada con florituras de carácter vocal, regreso de Mallorca con George Sand. muestra de su gusto por el bel canto. Chopin extiende aquí una lenta y am- El episodio central, “Doppio movi- bigua ondulación, tras la que puede mento”, acentúa el tono apasionado adivinarse una canción de cuna o una de la obra, antes de volver a un tema barcarola en compás de 6/8. A partir de inicial todavía más ornamentado. La este estímulo musical imagina Diego paráfrasis dieguina propone una lectu- una tierna égloga, diálogo amoroso en- ra mitológica de la partitura, con una tre Juan y María que pronto se convier- escena situada entre el nocturno y la te en amor imposible. Buscando una seis corcheas de cada compás, con pre- sodio central se asemeja a un recitativo, barcarola. En la oscuridad de la “noche “versión del compás en ritmo poético”, dominio de la acentuación ternaria. tras el que regresa la melodía inicial. La encantada”, el poeta imagina una nave el autor se presta en sus versos a un Publicado en 1841, el Nocturno en Fa paráfrasis dieguina edifica un poema sin remos, con un argonauta al timón, calculado juego de equivalencias entre sostenido menor Op. 48 nº 2 juega con sobre la Forma, con mayúscula, que se que surca “el infinito páramo del mar”. el compás empleado en el nocturno y una superposición entre el carácter le aparece al artista durante el proceso Perdido en sus ensoñaciones, el nave- la métrica del poema. El 6/8 de la par- binario de la melodía y los tresillos del de creación. Ni siquiera Chopin escapa gante no sabe si oye el embriagador titura se traduce en un verso de seis acompañamiento. Con sus lentos acor- a sus exigencias. En su música recono- canto de las sirenas o los bramidos de sílabas, que se corresponden con las des y quintillos de semicorcheas, el epi- ce el poeta a un creador romántico, que

54 55 vuelca sobre el pentagrama su angus- interpreta la indicación “obra póstuma” tiado mundo interior, pero también a como sinónimo de obra tardía, tras la un artista clásico, músico exigente que que cree escuchar “Los adioses de una encauza sus primeros impulsos a través vida que agoniza”: versión que mantiene de un cuidadoso manejo de la forma. años después al publicar su poemario, Minucioso proceso al que también el cuando sabe que se encuentra en rea- joven poeta se somete, como muestran lidad ante una pieza temprana. En este sus ejercicios matemáticos sobre múlti- caso, el punto de partida del poema no plos del número 4, tomado del compás es tanto la música del nocturno como su de 4/4 de la partitura, que le conducen paratexto, la mencionada indicación, de a 9 estrofas de 4 versos, con 36 sílabas la que el poeta extrae el núcleo temático por estrofa, dentro de un poema con un de su paráfrasis. En esta supuesta des- total de 36 versos. pedida del compositor no reconoce los El Nocturno en Fa menor Op. 55 nº 1, acordes trágicos de la marcha fúnebre compuesto en 1844, parece esconder de la Sonata nº 2, citada literalmente en más de lo que enseña. Se repite la es- el poema, sino algo “más triste”, “más tructura empleada en otras piezas: un íntimo”, un “llanto que a los bordes / del primer tema de ámbito reducido, sobre Misterio gime un alma en su agonía”: acompañamiento de negras, seguido de resignado lamento que desemboca en un “Più mosso” de gran expresividad, una lectura cristiana de la muerte de para volver a una melodía inicial que se Chopin. pierde en el registro agudo del piano. Hacia el final de su vida, al realizar Para concluir, seis largos acordes re- un balance sobre sus aproximaciones matados con la tercera de Picardía. El poéticas a la música, Diego reconoce poeta emprende esta vez una profun- el fracaso de su empresa. Abierta con- da reflexión sobre lo inasible. Presenta fesión que no viene sino a ratificar Invitación a a un Chopin preso de “una congoja sus primeras convicciones. Desde sus la velada a inédita”, “enamorado de algo que no tempranas paráfrasis de los nocturnos cargo de existe”, “extraña doncella” que a pesar de Chopin, el poeta intuye que la mú- Gerardo Diego de sus esfuerzos finalmente se le esca- sica es por esencia “intraducible a nin- en el Ateneo pa. Además de describir el inconsolable gún otro lenguaje” o, situándose en la de Soria, el llanto del compositor trata de recrear estela del pensamiento formalista, que sábado 22 de en su paráfrasis los “acordes turbulen- los sonidos no pueden “expresar nada mayo de 1920. tos” de la parte central del nocturno, a que no sea su propia sustancia sonora”. Fundación través de seis versos separados del resto Poco importa. Una y otra vez tratará de Gerardo Diego, del poema por blancos estróficos. acercar su poesía y su prosa al universo Santander. El Nocturno en Mi menor Op. 72 no de Skriabin, Albéniz, Granados, Falla, llega a publicarse en vida del composi- Fauré, Debussy o Ravel, entre otros tor. Se trata de una obra de juventud, muchos compositores, consciente de compuesta en 1827, que con sus tresi- que esa “música de claras columnas llos de corcheas delata todavía la gran verticales”, ese “palacio transparente influencia ejercida por los nocturnos de de giratorias lluvias”, finalmente se le Field. Al redactar su paráfrasis, el poeta escapará como agua entre los dedos.

56 57 Josep Colom, Joaquín Notario, piano narrador

Nacido en Barcelona, muchos Reconocido actor de teatro, cine y del Festival Internacional de Teatro músicos han influido e influyen en su televisión formado en el Laboratorio Clásico de Almagro, fue premiado evolución musical, especialmente el de William Layton, Joaquín Notario por toda su trayectoria sobre los compositor Joan Guinjoan. Ha ganado destaca por su trayectoria con la escenarios. En cine ha participado los concursos internacionales de Jaén Compañía Nacional de Teatro Clásico, en una veintena de largometrajes: y Santander y el Ministerio de Cultura donde ha intervenido en más de ha trabajado con David Trueba en Al de España le otorgó el Premio Nacional treinta montajes, como La discreta otro lado del mundo, Pedro Almodóvar de Música en 1998. Formado en la enamorada de Lope de Vega, dirigido en Julieta, Carlos Saura en El séptimo École Normale de Musique de París, por Miguel Narros; El anzuelo de día, David Trueba en Soldados de en Francia ha grabado la mayor parte Fenisa de Lope de Vega, dirigido Salamina, Pilar Miró en Tu nombre de sus álbumes con el sello Mandala por Pilar Miró; La vida es sueño de envenena mis sueños y Montxo con música de autores diversos como Calderón, dirigido por Calixto Bieito; Armendáriz en Las cartas de Alou, Brahms, Franck, Blasco de Nebra, Don Juan de Molière; Amar después entre otros. Cuenta, además, con un Mompou o Falla. Recientemente ha de la muerte de Calderón, dirigido largo recorrido en televisión, cuyos grabado en directo para RTVE un DVD por Eduardo Vasco y Premio Villa últimos estrenos han sido Amar es con el tercer concierto de Prokófiev y de Madrid; El alcalde de Zalamea para siempre (T9), Ana Tramel. El un disco con obras de Chopin, Debussy de Calderón, dirigido por Eduardo juego, Dime quien soy, La otra mirada, y Ravel para la serie Grandes pianistas Vasco y premio Universidad Antonio El accidente, La catedral del mar e españoles. Ha trabajado con muy Nebrija; y otro El alcalde de Zalamea, Isabel. buenos directores, con prácticamente dirigido por Helena Pimenta, con el todas las orquestas españolas y que obtuvo el Premio Max 2016 como ha actuado en recital y música de mejor actor de reparto. Sus últimas cámara en los principales festivales producciones con la Compañía y auditorios. Imparte regularmente Nacional de Teatro Clásico han sido clases magistrales por toda la El enfermo imaginario de Molière, geografía española y, en la actualidad, dirigido por Josep María Flotats, El ejerce la docencia en el Conservatorio castigo sin venganza de Lope de Vega Superior del Liceu de Barcelona. y La dama duende de Calderón, todas ellas dirigidas por Helena Pimenta. En 2017, en la cuadragésima edición

58 59 60 61 Fuentes de las lecturas

PRIMER CONCIERTO SEGUNDO CONCIERTO TERCER CONCIERTO

Lectura 1 Lectura 5 Lectura 1 Lectura 5 y 6 Lectura 1 Lectura 5 “En torno a Debussy” “Preludio, Aria y Coda a “Vigencia de Scriabin” “Albéniz” (1953), en Prosa “Preludio”, en Nocturnos de “Nocturno V”, en Nocturnos (Revista de Occidente, Gabriel Fauré” (1967), en (Arriba, 28/01/1973), en musical I: Historia y crítica Chopin, pp. 29-31. de Chopin, pp. 59-60. diciembre 1926), en Prosa Poemas musicales, Prosa musical I: Historia y musical, pp. 194-205. musical I: Historia y crítica pp. 435-436. crítica musical, pp. 187-189. Lectura 2 Lectura 6 musical, pp. 254-260. Lectura 7 “Intermezzo I: El piano”, en “Nocturno XI”, en Lectura 6 Lectura 2 “Manuel de Falla” Nocturnos de Chopin, Nocturnos de Chopin, Lectura 2 “Preludio, Aria y Coda a “Alejandro Scriabin” (conferencia-concierto, pp. 49-50. pp. 89-90. “Un si bemol en la nieve” Gabriel Fauré, conferencia- (Alondra de verdad, 1941), Gijón, 9 de junio de (Arriba, 3/01/1971), en Prosa concierto en la Institución en Poemas musicales, 1938), en Prosa musical I: Lectura 3 Lectura 7 musical I: Historia y crítica Príncipe de Viana” (21 de p. 426. Historia y crítica musical, “Intermezzo III: (En las “Nocturno XII”, en musical, pp. 262-264. marzo de 1947), en Prosa pp. 323-341. Palmas de Gran Canaria)”, Nocturnos de Chopin, musical I: Historia y crítica Lectura 3 en Nocturnos de Chopin, pp. 97-98. Lectura 3 musical, pp. 236-247. “Scriabin” (ABC, Lectura 8 pp. 93-94. “A C. A. Debussy” (Alondra 12/03/1949), en Prosa “Estética” (Imagen, 1922), Lectura 8 de verdad, 1941), en Poemas Lectura 7 musical I: Historia y crítica en Poemas musicales, p. 249. Lectura 4 “Nocturno XIV”, en musicales, p. 443. “Ravel, rabel y el Rabelín” musical, pp. 178-179. “Intermezzo IV: Preludios”, Nocturnos de Chopin, (Revista de Occidente, 13, Continuación de “Manuel en Nocturnos de Chopin, pp. 105-106. Lectura 4 julio 1924), en Prosa musical Lectura 4 de Falla” (conferencia- pp. 113-114. “El secreto de Gabriel I: Historia y crítica musical, “Vigencia de Scriabin” concierto, Gijón, 9 de junio Lectura 9 Fauré” (Música, 10, pp. 264-267. (Arriba, 28/01/1973), en de 1938), en Prosa musical “Nocturno XV”, en 1/05/1945), en Prosa musical Prosa musical I: Historia y I: Historia y crítica musical, Nocturnos de Chopin, I: Historia y crítica musical, Lectura 8 crítica musical, pp. 187-189. pp. 323-341 pp. 109-110. pp. 209-211. “Ravel, en Oviedo” (Arriba, 9/03/1975), en Prosa musical Lectura 10 “Preludio, Aria y Coda a I: Historia y crítica musical, “Nocturno XIX”, en Gabriel Fauré, conferencia- pp. 280-282. Nocturnos de Chopin, concierto en la Institución pp. 129-130. Príncipe de Viana” (21 de marzo de 1947), en Prosa musical I: Historia y crítica musical, pp. 236-247.

62 63 Gerardo Diego, “Nocturno XI”, de Nocturnos de Chopin (Madrid, Bullón, 1963), pp. 89-90.

64 65 Antonio Gallego Gallego, Ramón Sánchez Ochoa, musicólogo y académico musicólogo

Formado en los Conservatorios de asimismo es presidente de su comité Tras iniciar sus estudios musicales musicales. En 2013 obtiene el XIII y , y licenciado científico, y secretario del patronato con Danielle Brion prosigue su Premio Internacional “Gerardo Diego” en Derecho por la Universidad de de la Fundación Jacinto e Inocencio formación pianística y camerística en de Investigación Literaria con el ensayo Salamanca y en Arte por la Universidad Guerrero. Ha publicado numerosos el Conservatorio Superior de Música Poesía de lo imposible. Gerardo Diego y Complutense de Madrid, Antonio artículos, y dos docenas de libros. Entre de Valencia, donde obtiene los premios la música de su tiempo (Pre-Textos). En Gallego ha sido catedrático de ellos: Catálogo de obras de Manuel de de honor en Historia y Estética de la la misma editorial publica en los años Estética e Historia de la Música del Falla (1987); Manuel de Falla y El amor música. Llevado por sus inquietudes siguientes dos amplios volúmenes con Conservatorio Superior de Música de brujo (1990); El arte de Joaquín Rodrigo interdisciplinares se doctora en la Prosa musical del poeta. Es autor de la Valencia, y catedrático de Musicología (2003); Poemas musicales (Antología) de Filosofía por la Universidad de Valencia traducción española del Manifiesto del y subdirector del Real Conservatorio Gerardo Diego (2012) y Cachupinescas y Musicología por la Universidad de Futurismo, de F. T. Marinetti, reeditado Superior de Madrid. Ha sido director músicas. Ensayo breve sobre la París IV-Sorbona. Ha sido profesor de con ocasión de su centenario. del Departamento de Actividades cachupinería, y mayormente zarzuelera Música de cámara, Historia y Estética Culturales de la Fundación Juan March (2018). Hace unos meses publicó Galdós de la música en distintos conservatorios y director de la Escuela de Musicología en el Real. La ópera en sus narraciones valencianos y, desde 2018, es catedrático “Federico Sopeña” de la Universidad (Madrid, Teatro Real, 2020). de Historia de la música. Ha presentado Internacional Menéndez Pelayo, y en dos ponencias en congresos internacionales períodos distintos vocal del patronato y publicado artículos sobre la relación de la Real Academia de España en entre música y poesía en torno al Roma. Es académico numerario de la Veintisiete. Con distintos intérpretes Real Academia de Bellas Artes de San ofrece con frecuencia conferencias- Fernando y de la Real Academia de conciertos sobre temas poéticos y Extremadura de las Letras y las Artes. Es vocal del patronato de la Fundación Archivo Manuel de Falla, donde

66 67 Selección bibliográfica Ediciones de El universo musical de... (2012-2021)

Ana Benavides, Gerardo Diego y Sonia Gonzalo Delgado, “‘Más poéticas [I] [V] la música, Santander, Ediciones que pedagógicas palabras’: Gerardo EL UNIVERSO MUSICAL EL UNIVERSO MUSICAL Universidad de Cantabria, 2011. Diego y el curso de historia de la música DE ALEJO CARPENTIER DE BERTOLT BRECHT para piano en el Ateneo de Soria (1921)”, Introducción y notas al programa de Introducción de Miguel Sáenz y notas al José Luis Bernal Salgado, Manual de Cuadernos de Música Hispanoamericana, Carlos Villanueva programa de Juan Lucas espumas. La plenitud creacionista de nº 31 (2018), pp. 181-209. ENERO 2012 MAYO 2016 Gerardo Diego, Valencia, Pre-Textos - Fundación Gerardo Diego, 2007. Mario Hernández, “Pregerardo [II] [VI] Antediego: Ofrenda a Federico Chopin”, EL UNIVERSO MUSICAL EL UNIVERSO MUSICAL Gerardo Diego, Nocturnos de en José Luis Bernal (ed.), Gerardo Diego DE PAUL KLEE DE MARCEL PROUST Chopin, Madrid, Bullón, 1963. y la vanguardia hispánica (Actas del Introducción y notas al programa de Introducción de Jean-Jacques Nattiez y Congreso Internacional Iberoamérica y Eduardo Pérez Maseda notas al programa de Blas Matamoro Gerardo Diego, Poemas musicales España en la génesis de la vanguardia MARZO 2013 MAYO 2017 (Antología). Ed. de Antonio hispánica. Celebrado en Cáceres, del 11 al Gallego, Madrid, Cátedra, 2012. 14 de mayo de 1992), Cáceres, Universidad [III] [VII] de Extremadura, 1993, pp. 25-42. EL UNIVERSO MUSICAL EL UNIVERSO MUSICAL Gerardo Diego, Poesía completa. Ed. DE LA GENERACIÓN DEL 14 DE FRIEDRICH NIETZSCHE de Francisco Javier Díez de Revenga, María del Carmen Hernández Valcárcel, Introducción de José-Carlos Mainer y Introducción de Diego Sánchez Meca Valencia - Santander, Pre-Textos - “Poesía y música en los ‘Nocturnos de notas al programa de Jorge de Persia y notas al programa de Eduardo Pérez Fundación Gerardo Diego, 2017, 2 vols. Chopin’ de Gerardo Diego”, en VV. AA., ABRIL 2014 Maseda Estudios literarios dedicados al profesor MAYO 2018 Gerardo Diego, Prosa musical: I. Historia Mariano Baquero Goyanes, Murcia, [IV] y crítica musical; II. Pensamiento Universidad de Murcia, 1974, pp. 199-209. EL UNIVERSO MUSICAL [VIII] musical. Ed. de Ramón Sánchez Ochoa, DE THOMAS MANN EL UNIVERSO MUSICAL Valencia, Pre-Textos - Fundación Armando López Castro, “Gerardo Introducción y notas al programa de Blas DE GERARDO DIEGO Gerardo Diego, 2014 y 2015. Diego, músico y poeta”, Cuadernos Matamoro Introducción de Antonio Gallego Gallego Hispanoamericanos, nº 553- NOVIEMBRE 2014 y notas al programa de Ramón Sánchez Francisco Javier Díez de Revenga, 554 (1996), pp. 23-58. Ochoa “Música y poesía creacionista: MAYO 2021 Gerardo Diego, últimos años”, Ramón Sánchez Ochoa, Poesía de lo Ínsula, nº 642 (2000), pp. 21-23. imposible. Gerardo Diego y la música de su tiempo, Valencia, Pre-Textos - Antonio Gallego Gallego, “Gerardo ante Fundación Gerardo Diego, 2014. el piano”, en Ars et Sapientia. Revista de la Asociación de Amigos de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, nº 37 (2012), pp. 111-144.

68 69 CRÉDITOS Desde 1975, la Fundación Juan March BIBLIOTECA DE MÚSICA organiza en su sede de Madrid una La Biblioteca y centro de apoyo a la temporada de conciertos que actualmente investigación de la Fundación Juan March Los textos contenidos en este programa TEMPORADA DE MÚSICA está formada por unos 160 recitales está especializada en el estudio de las pueden reproducirse libremente citando la DE LA FUNDACIÓN JUAN MARCH (disponibles también en march.es, en humanidades, y actúa además como centro de procedencia. directo y en diferido). En su mayoría, apoyo a la investigación para las actividades Director estos conciertos se presentan en ciclos en desarrolladas por la Fundación. Su fondo Los conciertos de este ciclo se transmiten Miguel Ángel Marín torno a un tema, perspectiva o enfoque especializado de música lo forman miles de en directo por Radio Clásica, de RNE, y aspiran a ofrecer itinerarios de escucha partituras, muchas manuscritas e inéditas, grabaciones, documentación biográfica y march.es y YouTube. Si desea volver a Coordinadores innovadores y experiencias estéticas profesional de compositores, programas de escuchar estos conciertos, los audios estarán Sonia Gonzalo Delgado distintivas. Esta concepción curatorial de disponibles en march.es/musica/audios Alberto Hernández Mateos concierto, correspondencia, archivo sonoro de la programación estimula la inclusión de la música interpretada en la Fundación Juan Josep Martínez Reinoso plantillas y repertorios muy variados, desde March, bibliografía y estudios académicos, © Antonio Gallego Gallego la época medieval hasta la contemporánea, así como por revistas y bases de datos © Ramón Sánchez Ochoa Producción escénica y audiovisual tanto de música clásica como de otras bibliográficas. Además ha recibido la donación © Fundación Juan March, Scope Producciones, S. L. culturas. En los últimos años, además, de los siguentes legados: Departamento de Música promueve una intensa actividad en el Agradecimientos ámbito del teatro musical de cámara con la Román Alís ISSN: 1989-6549, mayo 2021 Fundación Gerardo Diego Salvador Bacarisse puesta en escena de óperas, melodramas, DL: M-30498-2009 Agustín Bertomeu ballets y otros géneros de teatro musical. Pedro Blanco Diseño: Guillermo Nagore Delfín Colomé ACCESO A LOS CONCIERTOS Antonio Fernández-Cid La Fundación ofrece la posibilidad de obtener Julio Gómez un número limitado de invitaciones para Ernesto Halffter asistir a conciertos y conferencias. Siete días Juan José Mantecón Ángel Martín Pompey antes de la celebración de un acto, de 9 a 12 Antonia Mercé “La Argentina” de la mañana, se podrá solicitar una o dos Gonzalo de Olavide entradas por persona. Un sorteo determinará Elena Romero la asignación aleatoria de localidades en el Joaquín Turina auditorio (no se distribuirán entradas para el Dúo Uriarte-Mrongovius salón azul). Si el número de solicitudes es menor Joaquín Villatoro Medina que el de asientos disponibles, la asignación de Ciclo de miércoles: “El universo musical de Gerardo Diego”, mayo de 2021 [notas al programa de Antonio Gallego y Ramón Sánchez Ochoa]. - Madrid: Fundación Juan March, 2021. la invitación será automática. Solo se permitirá PROGRAMA DIDÁCTICO la entrada a personas con invitación. La Fundación organiza, desde 1975, los

72 pp.; 20,5 cm. (Ciclo de miércoles, ISSN: 1989-6549, mayo 2021). “Recitales para jóvenes”: 18 conciertos Los conciertos de miércoles, sábado y didácticos al año para centros educativos de Programas de los conciertos: [I] En torno a Debussy: “Obras de C. Debussy, G. Fauré y domingo se pueden seguir en directo por secundaria. Los conciertos se complementan M. Ravel”, por Pascal Rogé, piano y Daniel Albaladejo, narrador; [II] Vigencia de Skriabin, march.es y YouTube. Además, los conciertos con guías didácticas, de libre acceso en march. maneras de escuchar España: “Obras de A. Skriabin, I. Albéniz, E. Granados y M. de Falla”, de los miércoles se transmiten además en es. Más información en march.es/musica/ por Eduardo Fernández, piano y Pedro Casablanc, narrador; [III] Chopin y el poeta: “Obras de directo por Radio Clásica de RNE. F. Chopin”, por Josep Colom, piano y Joaquín Notario, narrador, celebrados en la Fundación Juan March los miércoles 5, 12 y 19 de mayo de 2021. CANALES DE DIFUSIÓN RECURSOS EN MARCH.ES Siga la actividad de la Fundación a través de También disponible en internet: march.es/musica Los audios de los conciertos están disponibles las redes sociales: en march.es/musica durante los 30 días 1. Preludios (Piano) - S. XX.- 2. Impromptus (Piano) - S. XX.- 3. Nocturnos (Piano) - S. XX.- posteriores a su celebración. En la sección 4. Barcarolas (Piano) - S. XX.- 5. Música para piano - S. XX.- 6. Sonatas (Piano) - S. XX.- “Conciertos desde 1975” se pueden consultar 7. Suites (Piano) - S. XX.- 8. Música para piano - S. XIX.- 9. Preludios (Piano) - S. XIX.- las notas al programa de más de 4000 Suscríbase a nuestros boletines electrónicos 10. Nocturnos (Piano) - S. XIX.- 11. Narración – S. XX.- 12. Diego, Gerardo (1896-1987) – Crítica conciertos. Muchos de ellos se pueden disfrutar para recibir nuestra programación en e interpretación.- 13. Programas de conciertos.– 14. Fundación Juan March - Conciertos. en Canal March (canal.march.es) y el canal de march.es/boletines YouTube de la Fundación.

70 71 La Fundación Juan March es una institución familiar y patrimonial creada en 1955 por el financiero Juan March Ordinas con la misión de fomentar la cultura en España sin otro compromiso que la calidad de su oferta y el be- neficio de la comunidad a la que sirve. A lo largo de los años, las cambiantes necesidades sociales han inspirado, dentro de una misma identidad insti- tucional, dos diferentes modelos de actuación. Fue durante dos décadas una fundación de becas. En la actualidad, es una fundación operativa con progra- mas propios, mayoritariamente a largo plazo y siempre de acceso gratuito, diseñados para difundir confianza en los principios del humanismo en un tiempo de incertidumbre y oportunidades incrementadas por la aceleración del progreso tecnológico. La Fundación organiza exposiciones y ciclos de conciertos y de conferen- cias. Su sede en Madrid alberga una Biblioteca de música y teatro español contemporáneos. Es titular del Museo de Arte Abstracto Español, de Cuenca, y del Museu Fundación Juan March, de Palma de Mallorca. Promueve la in- vestigación científica a través del Instituto mixto Carlos III/Juan March de Ciencias Sociales, de la Universidad Carlos III de Madrid.

72 PRÓXIMOS CONCIERTOS DE MIÉRCOLES CONCIERTO EXTRAORDINARIO Clausura de la temporada 2020-2021

26 DE MAYO DE 2021 Iyestin Davies, contratenor Thomas Dunford, laúd

Obras de H. Purcell, R. de Vise, G. F. Händel, J. Dowland, G. Kapsberger y M. Marais

LA NOCHE DE SAN JUAN (SOIRÉES DE BARCELONE)

Ballet inédito de Roberto Gerhard con escenografía de Joan Junyer y coreografía de Antonio Ruz

DEL 23 AL 28 DE JUNIO DE 2021

COMPAÑÍA DE ANTONIO RUZ Antonio Ruz, dirección y coreografía Miguel Baselga, piano

Notas al programa de Diego Alonso, Idoia Murga y Mónica Tarré

Nueva producción de la Fundación Juan March y el Gran Teatre del Liceu

Castelló 77. 28006 Madrid Boletín de música y vídeos en march.es/musica Contáctenos en [email protected]