,Biblioteca del Futbol Ecuatoriano -I Area de ca.ndela Futbol y literatura

Int roducci6n y selecci6n de textos: Raul Perez Torres

FLACSO QUITO . EMAAP-QIOUITO LG)QLCOMERCIO E. C UAO O r< DlstrltoMelropolilano 1...._ ...... ,..."'... """"' _ _ La Biblioteca del Fútbol Ecuatoriano es un juego en equipo, en el que han participado muchas personas e invtituriones

ENTIDADES GESTORAS Facultad Latinoamcrir ana de Ciencias Sociales (FLACSO-) Municipio do! Disrriro Metropolitano de Quito (MDMQ) Empresa MUUlClp,1 de Agua Potable y Alcantarillado (EMAAP-Q) Diario El Comercio

EDITOR Y COORD[NA[)O[~ GENERAL Fernando Carrión

EDITORES Raúl Pérez Torres, Volumen 1 Kinto Lucas, Volumen 11 Pablo Samaniego, Volumen III Fernando Carrión, Volumen IV Fernando Carrión, Volumen V

AUTORES

Volumen 1 Demetrio Aguilera Malta, Jorge Andrade, Fernando Arias, Fernando Artieda. Carlos Béjar Portilla, Roberto Bonafont, Andrés Carrión, Fernando Can-ión, Mareelo Cevallos. Edgar Allan Garc ía. Paúl Herman, Patricio Herrera, Kintto Lucas, Galo Mora,Juan Carlos Morales, Pablo Lucio Paredes, Raúl Pérez Torres, Juan Reyes Daza, Edmundo Ribadeneira. Carlos Ríos Roux, Antonio Rodríguez, Carlos Rodríguez CoH, Abdón Ubidia, Sócrates Ulloa. Humberto Vacas Górnez.

Volumen Il Vicente RommeI Berrezuera B., Roberto Bonafont.jacinto Bonilla Prado, Fernando Can-ión, Ricardo Cachón, Otón Chávez, Martha Córdova Avilés, Francisco Febres Cordero, Washington Herrera, Alfonso Laso Ayala,Alfonso Laso Bermeo. Kincro Lucas. Esteban Michelena, Alejandro Moreano. Blasco Moscoso Cuesta.Vito Muñoz, Jaime Naranjo, Pepe Navarro Guzmán, Fernando Ona. Cabriela Paz y Miño,Jorge Ribadeneira Araujo, Martha Cecilia Ruiz, Ricardo Valconcellos, Mauro Velásquez.

Volumen 11I Víctor Aguilar. Macarena Busramante. Fernando Carrión, EdwardJiménez, Kevin jirnénez.jaime Naranjo. Pablo Lucio Paredes, Pablo Samaniego, Juan Sarmiento,Wilson Ruales, Sandra Vela.

Volumen IV Pe-nando Busramante, Fernando Carrión. Simón Espinosa Jalil, Xavier Lasso,jaime Naranjo, Carlos Melgarejo. Carlos Ríes Roux. Pedro Santos. René Vallejo.JavierVelásquez Villacis.

Volumen V Isabel Carrera. Fernando Carrión. Patricio Falconí,Ariruma Kowii,Jaime Naranjo, Xavier Ponce C. Carlos Pontón, Daniel Pontón,Jenny Pontón, Simón Espinosa Cordero,Jacques Ramirez, Francisco Rhon.

EQUIPO DE TRABAJO Milagros Aguirre: Entrevistas Manuel Dammert Guardia: Asistente Editorial El Comercio: Porografias Alicia Torres: Edición Gonzalo Estupiñán: Asistente Editorial Antonio Mena: Diseño y Diagramación Leonidas Molina: Administración Jaime Naranjo: Estadísticas

Fotografías: Archivo Diario El Comercio Impresión: Imprenta Mariscal

ISBN SERIE: 978-9978-67-122 ISBN: 978-9978-67-114-6 ©FLACSO Sede Ecuador La Pradera E7-174 YDiego de Almagro TeJf.: (593-2)3238888 Fax: (593-2)32379ó0 [email protected] wwwflacso.org.ec Quito, Ecuador Primera edición: diciembre de 2006 lndice

Presentacion 9

Pr6logo £1 futbol como hecho social total 11 Fernando Carrion M.

I. Y el arbitro dijo

Toda cancha pasada fue mejor ...... 21 R aul Perez 'Torres

II. Ar ea de candela

Una pelota, un suefio y diez ce n tavos 35 Demetrio Aguilera Malta

Segundo tiempo ...... 37 Carlos Bejar Portilla

Cuando m e gu staba el fu tbol 41 Raul Perez 'Torres

Lej ano circulo del cielo (Fragme nto) 45 Jorge Velasco Mackenzie

£1 terremoto y el rey 49 Edwin Ulloa

£1 pase internacional 57 Socrates Ulloa

Outsider ~ ...... 65 PaUl Herman p z

Área de candela

"El fútbol jamás ha impuesto una Gambetas para un poema 69 Marcelo CelJallos EntrelJista aJorge Enrique Adoum

La clasificación . 73 IV Fuera de juego (Despejand. Patricio Herrera El barrio El Batán y su estadio Anselmo queria ser futbolista 77 Carlos R{os Roux Antonio Rodríguez Qué es el mundial sin Maradol "Canción, poemas y fútbol" 79 Raúl Pérez TOrres EntrelJista a Margarita Laso Yo jugué en una Liga de fan~ Raúl Pérez Torres 111. La barra brava Aquí yace un hombre bueno Fotografia de Spencer en la peluqueria . 89 Raúl Pérez TOrres Calo Mora Nosotros . El crack . 95 Abdón Ubidia Edmundo Ribadeneira Cosa de pelotas Cabeza mágica . 103 Edgar Allan Carda Carlos R{os Roux El fiítbol como práctica de idel Una zancadilla en el césped 105 Fernando Carrión Juan Carlos Morales Los que se van . La hora de la verdad 107 H,¡mberto Vácas Cómez Fernando Arias Conversando con Don Blasco J Una vuelta alrededor del alma 123 Andrés Carrión Roberto Bonqfont "El fútbol es un retrato mejorado, El fiítbol sólo es vida. Nada más 125 EntrelJista aJuan Manuel Rodrígue:z Pablo Lucio Paredes V Pitazo final Goles y recuerdos 129 Carlos Rodr(rtuez Coll Se busca un 10 para una picha! Papa Aucas, pasión y sombrero 139 Fernando Artieda Jorge Andrade Bibliografia . El campeonato en los graderios . 143 Juan Reyes Daza El ABC del fútbol Fernando Carrión Una historia de magia y goles ...... 149 Kintto Lucas Cine, literatura y fútbol

BIBLIOTECA DEL FUTBOL ECUATORIANO - I Futbol y lite ratu r a

"EI fi/tbol jamas Ita impuesto una corriente de pensamiento" 153 Entrevista aJorge Enrique Adoum

IV. Fuera de juego (Despejando al viento)

El barrio E1 Batan y su estadio Olirnpico Atahualpa ...... 159 Carlos R ios Raux

Que es el mundial sin Maradona 161 Rau! Perez Torres

Yo jugue en una Liga de fantasia 163 R aul Perez 'TO rres

Aqui yace un hombre bueno 167 Rillil Perez Torres

Nosotros 171 Abdon Ubidia

Cosa de pelotas 173 EdgarA llan Garda

El futbol como practica de identificaci6n colectiva ...... 177 Fernando Carrion

Lo s que se van ...... 183 Humberto Vaca s Gomez

Conversando con Don Blasco Moscoso: Ese futbol qu e hipnotiza 185 A ndres Carrion

HEI Jutbol es un. retrato mejorado del pals " 191 Entrevista aJuan Manuel Rodriguez

V. Pitazo final

Se busca un 10 para una pichanga de angeles ...... 197 Fernando Artieda

Bibliografia ...... 199

El ABC del futbol 203 Fernando Carrion

Cine, literatura y futbol 235

AREA DECAND ELA:R.1TBOL Y L1T ERATURA

RIBL! TECA Di l NI L ECUATORIAN O - I Fa ografía de Spencer en a peluquería

Galo Mora

A h, los retratos, histo riados, deben pasar por filtros qu e, Construidos COH materia de otro bajo la premisa de trascendencia o in te­ Tiempo, rés social, casi siemp re terminan en el Documento de un olvido distinto baúl de la nada y las polillas, salvo qu e y más ceriera. interven ga en su favor algú n víncul o de potestad y señorío, co mo lo expresaba D ario j ararnillo Agude lo Fou cault:" ... la co nversión de la mem o­ ria en historia se remite a las relaciones de pod er" . a conmemoración de cualquier N o to do es subterfugio, por for tu na , suceso tien e la astucia de conver­ po rqu e las pared es hablan. D et rás de L tir en rito e historia juzgada lo insulsos títulos de bachiller o licen cia­ que, en su génesis , fue pasión humana. do, qu e cubren humed ad , hollí n o C uando se fija en el tiempo, a través de moho, aún reposan los espíritus de los mo numentos, obeliscos o mausoleos, la m ayo res, siluetas som brías de las fotos memoria es capaz de desvirtuarse a sí de las parej as de otro tiempo, qu e a tra­ misma generando materia inanimada, vés de sus furtivas miradas exigen tan adusta y embustera , caldo de cultivo de sólo miseri cordia para volve r a vivir. interpretaciones o lam entos y, la mayorí a ¿Vive en algún lugar del un iverso la de las veces, co rpó reos recipientes de memoria de las fotografías? bronce para el estiérco l de avecillas y Quizá los ag ujero s ne g ros sea n palom as. Quizá la co nfirmac ión de lo sol am ente m andas de fotógrafos uni­ expresado se manifieste en el mismo versales que anhela n revelar, en roj os­ escudo republicano, encabezado por un curo, el inútil paso del tiempo, la ago­ cónd or, el mayor de los carroñeros vola­ biante lista de desaparecidos, la teme­ dores. rosa ficc ió n de los difuntos. Un libro , un a serie foto estática y " La fotografía representa ese mome n­ hasta un telegrama de co ndo lencia, al ser to tan sutil en qu e, a decir verdad, no soy

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ARfAD ECANDEl..i, nrrsory UTERATURA Galo Mora

sujeto ni objeto, sino más bien un sujeto amantes. Un altanero, vaso en mano, que se siente devenir objeto: vivo enton­ dice, refiri éndose a las elecciones uni ver­ ces una mic ro-experiencia de la muerte sitarias: "Los estudiantes de Derecho (del paréntesis): me convierto verdadera­ cree n qu e sólo ellos tienen derecho. mente en espectro. El fotógrafo lo sabe También tenemos derecho los de perfectamente, y él mismo tiene miedo Agronomia" . Frente a él se ubi ca, con sus (aunque sólo sea por razones come rcia­ espirales de humo, el viejo profesor esco­ les) de esta muerte en la cual su gesto va lar que "fuma para frotar el tiempo". a embalsamarme (...) Diríase que, aterra­ En el portal de enfrente, un a mujer do, el fotógrafo debe luchar tremenda­ golpea el alfeñique sujeto de un gancho. mente para que la fotografía no sea la Se le va la vida en ese aj etreo en el que muerte". ' la melcocha es una lombriz melada que Ante ese ámbito iconográfico que se irá alargando con cada porrazo. Parece reuma a la gente en bautismos, aniversa­ que quisiera matar insectos invisibles. El rios, paseos, y, más tarde, credenciales, óxido del clavo de 12 pulgadas y el sud or cédulas y carn és con los rostro s de los de la viej a ayud an a colorear el confite, hijos, me pregunto sobre el destino del que más tarde, será devorado por mucha­ retrato que tramaba la histo ria de mi chos que degustarán la golosina, mientras adolescencia, la qu e singularizaba en su ésta les produce portentosas caries a sus imagen el delirio de esa edad perdida: dientes de leche.C uando el espejo desde ¿Dónde fue a parar la fotografía de que la observo se mueve, la mujer danz a Alberto Spencer que presidía los afeites y su poll era colorada zigzaguea hasta des­ en la peluquería de la infancia? dibuj arse, como si fuese ensalmo. La Peluquería Palmolive está situada D on Segundo Meza, el peluquero, en la Calle Bolívar, a pocos pasos de la afila su navaja en la cincha de cuero que Sociedad Obrera Primero de Ma yo, tiene sobre el aguamanil. Ha puesto claustro de algazara y alcohol. petróleo sobre la vieja duel a para dar una Los señores de lustre bordean la bronceada apari encia de limpieza. D e su esquina para no acercarse a la cantina de mandil extrae un a pequeña bro cha, mez­ Tranquilino, viejo despensero que "da de cla el agua tibia co n la sosa cáustica y me beber al sediento" a condición de que embadurna el pescuezo. Por la nuca cho­ nadie se burle de su cara de chanfle. rrean gotas espumosas que, mezcladas Unos toman agobiados por las deudas, con el sudor porquerizo, dibujan en el otros por las infid elidades de esposas y cuello el map a de Sudaméri ca. El ribete de la camisa tiene rastros de cebo añoso. Roland Barthes; La cámara Lúcida; Notas sobre la El barbero saluda al gui tarrista, el Maes­ fotografía; Barcelona; Gustavo Gili (Fotografía); Barcelo na; 1980; p.p. 46-47 . tro Santa M aría, que con centrado en

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BIBUOTECA DEL fUTBOL ECL.:ATORJANO . I Fotografía de Spencer en la peluquería semi-fusas no contesta su aten cio ri, contra el Botafogo de la esquina, el pelu­ entonces, dejándome prendido en el ca­ quero le da la bendición y de paso lo bello la raedera, sale hasta la puerta y baña con agua sucia . Él se encomienda exclama: ¡Qué te pasa, pues huevón! más bien al retrato que descansa en la Regresa y me dice el emblema que pare­ mesa, entre menjurjes, desinfectantes y ce ser marca de fabrica: "Vas a quedar co­ peinillas. Es la instantánea de Alberto mo novio", bajo la antigua costumbre de Spencer, jugador del Everest, transferido rasurar casi a pelo a cualquier compromi­ hace un año al Peñarol de . sario. Da vueltas al asiento hasta que éste Toda la página de la revista está dedicada quede a la altura de sus brazos. Los giros al goleador ilustre. Viste traje largo y sus causan náusea. Hay que apoyarse en la flamantes mocasines se ven apenas cabecera del sillón y no fijarse demasiado cubiertos por pantalón de doble basta, en el cristal de enfrente. El agua jabono­ con campanas de 28 centímetros. Todos sa produce escozor y hace cerrar los ojos. los clientes celebran y conversan sobre el Es el barrio de San Sebastián, nombrado tema. Spencer tiene un balón marca así en honor al mártir cristiano, patrono "Soria" entre las manos que apenas apoya de los atletas. en una camisa blanca con dos líneas Por llevar la contraria, práctica coti­ horizontales y rombos fucsias. La lámina diana de los pobladores, casi nadie es tiene la siguiente inscripción: Alberto atleta en esta barriada. Ocasionalmente, Spencer: un ecuatoriano,Vice Campeón por las discrepancias con los vecinos de Mundial de Fútbol. Al fondo los grade­ El Sagrario, jurisdicción vecina, se orga ­ ríos de madera, la pista atlética terrosa y nizan contiendas. La Memoriosa recibía un sol que descuidado y cobarde apenas cartas que le informaban de tales sucesos, ilumina la fotografia y la cancha. cuando ya había abandonado esta tierra La foto de Spencer es del tiempo del de sequías con olor a timalina. ovalita. De cuando a uno lo llevaban a " Las disputas consuetudinarias se han montar un burro de viruta o aserrín, le resuelto con un partido de fútbol", escri­ ponían un birrete y ¡zas!, el flash en la be el tío Iván, "los unos desfilaban con carótida, como dicen los locutores, des­ camiseta amarilla y sin calzoncillo, los pués, las burlas en el jardín de infantes. otros verde , pero el culo" dice la misiva. La gran fotografia enmarcada en cua­ El hijo del peluquero Meza juega en tro palitos caob a hace gala de la incursión el mismo equipo que mi hermano de Alberto Spencer en el fútbol urugua­ mayor. El Club se llama "Rayo Rojo". yo. Su club es el Peñarol de Montevideo, "Hola cholito", dice, con lástima. Él pasa llamado alguna vez Central cada quince días por la misma rasurada Railways Cricket Club. Debe su nombre del padre. Próximo a salir para el juego actual, según una versión, al italiano

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ÁREA DECANDELA FUTBOl y I l fEI{'\IlJRA Galo Mora

Pedro Corsa, nacido en Pignarol, y el uso cionado ecuatoriano, a jugar en el coloquial de la palabra habria generado la Círculo Deportivo Everest. deriva ción. Otra interpretación indica Que su debut internacional frente al que el nombre se debe al inmigrante Deportes Tolima fue esplendoroso, así Pedro Pignarolo, que era el dueño de los como el gol de palomita que marcó para terrenos donde se jugaba al fútbol , la Liga Deportiva Universitaria de Quito gente decía entonces "vamos a jugar al cuando el equipo quiteño venció dos a campo de Pign arolo, más tarde converti­ uno al Botafogo de Garrincha, Nilton, do en Piñarol, y finalmente, Peñarol. No Didí y Zagalo. importa mucho la génesis del nombre, Que había quedado de goleador en el para los clientes lo que interesa es que campeonato uruguayo. gracias al equipo mirasol, Spencer es Que era mejor cabeceador que ahora una personalidad universal, vinien­ Kocksis, lo que era decir bastante, pues se do como viene, de un pueblo infeliz. decía que el húngaro era la mejor cabe­ Los protagonistas de la charla en la za de Eu ropa despu és de Churchill. peluquería hacen menos mortificante la Que no tuvo compasión con su ex ­ trasquilada. En las silletas desvencijadas, equipo y le metió cinco goles en el 9 a 1 forradas con un cuero que alguna vez del Peñarol al Everest, en la disputa de debió ser de color café y que ahora . muestran una apariencia menos correosa Que su hermano Jorge es el rey del y más descolorida, se han instalado los autogol, es decir, un espléndido goleador, pocos jugadores que hay en la ciudad y pero a la inversa. algún comentarista espontáneo. Cuenta Que Pepe Sasía, el gran delantero, cada uno una historia diferente que va amenaza a quien tenga intención de dar ilustrando la vida de Spencer. a Spencer diciendo: "Cuidado, porque Que es el hijo ilustre de Anc ón, pue­ gracias a él comemos todos". blo que acogi ó a la Anglo Ecuadorian Todas aquell as señales que identifica­ Oild Fields, compañía que de ecuatoria­ ban al naciente mito con los voceadores na sólo tenía el sudor de sus entrañas. de su magnificencia serían, con el tiem­ Que su padre, Don Marcos Spencer, po, signos orgullosos de una nacionalidad oriundo de Jamaica , era incansable en el en ciernes.A la distancia no importaba ni trabajo y en la cama. Tuvo trece hijo s, siquiera que fuese moreno. Los coros Alberto el penúltimo. Alberto quedó ebrios que cantaban Angelitos N egros, lo huérfano a los nueve años. hacían con tal certidumbre y enton ación Que ya despuntaba en el club Andes, que Spencer debe haber escuchado el de Ancón, desde el cual lo llevó su her­ eco pomposo y adulón de sus compa­ mano Marcos, también jugador y selec­ triotas en el lejano Montevideo.

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BlBL,OTEU. [)EL FIJ 1BOL ECUATORI¡lN O . I Fot ografía de Spencer en la pelu quería

Cuando lo conocí, en un a emisión de un programa de televisión, Alb erto Spencer había dejado la práctica profe­ sional del fútbol. Se retiró, sin partidos de despedida ni ostentaciones, en otra can­ cha lejana, en Brasil, tras enfrentar, vesti­ do con la casaca tri color del Ecuador a los equipos de Portugal e Irlanda. El corazón empezaba entonces a jugarle malas pasadas, y el tic tac exacto de la gacela oscura repiqueteaba sincopado, como esas dan zas etío pes con las que, segurame nte, despidi eron hasta dejar en las galeras a los esclavos africanos qu e poblaron las tierras ame ricanas. En uno de esos negrerías se embarcó, forzada­ mente, el bisabu elo de Spencer, que entonces, ant es de llegar a Jamaica se lla­ maría Kambiré o Kokor é, onomatopéyi­ M áximo artillero del campeonato co blasón qu e los colonizadores pisotea­ urugu ayo de 1961 , 1962, 1967,1 968, Al­ ron hasta ren ombrarlos con sus propios berto Spence r jamás aceptó la oferta de apellidos esclavistas, como ese universal nacion alizarse uruguayo, aunque esa de­ de Cassius M arcellus C lay, que a fuerza cisión le costó no jugar nunca un cam ­ de islamismo, co nvicción y orgullo étni­ peonato mundial. co, obligó al mundo a recon ocerlo como Spe nce r nacid o el 6 de dici embre de Muhammad AJí , hombre grande al que 1937, declararía al periodista Alfon so Norman M ailer co nsidera ba el más inte­ Laso Bermeo :" De An cón no ten go sino ligente de los Estados Unidos de Nor­ gratos recuerd os, sobre la arena de sus teamérica. playas aprendí a jugar al fútbol y qu izá la Spencer alzó también su voz en los inmensidad de su paisaje me hizo soñar magros episodio s de las batallas fratricidas. siempre con marcar muchos go les en Junto a su hermano , puntero estadios inmensos llenos de gente entu ­ izquierd o peruano, declararían a la siasta" . Revista Estadio : "D uele, porque somos Gra tos recuerdos, reconstruidos coti­ hermanos. Ninguna vida se puede perder dianam ente, entre sueños y frentazos, sin por lo más absurdo qu e puede vivir el anacronismo utilitario, con las memorias mundo, un a guerra". episódicas que habitan en las biografías y

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ÁREA DECANDt LP: nn BOLv UTlRAll lM Galo Mora

la lucidez encanada de galardones y a la muerte del peluquero jamás se retretas. encontró vestigio de la fotografía. Se En la Peluquería Palmolive se fraguan habló de hurto o indiferencia, de frialdad otro tipo de contiendas. Una pareja de y abandono, pero lo cierto es que nunca novios asiste, ceremoniosamente, al volvió a aparecer aquella lámina. recorte de cabello que deberá hacerse el ¿Sería capaz de evadir el tizón, el agua prometido. Mientras rapan al humilde o el olvido? consorte me parece ver, entre la bruma, Woody Allen, que alguna vez habló mis propias sorrmolencias enamoradas, de fútbol diciendo: "las únicas competi­ acontecidas no lejos de allí, en otra bar­ ciones genuinas son las que se hacen en bería . las pistas y los terrenos de juego", logra, Recuerdo, enlagunado quizá, de pal­ en su película Broadway Danny Rose, pitar violento, arrítmico, con volteretas que los protagonistas escapen de las cin­ de anacruza, al enamorarme, poseso ado­ tas, vuelen a otros continentes, enamo­ lescente, de aquella muchacha rubia de ren, multipliquen sus propias sombras y anteojos, hija de un peluquero, que enjuicien toda verdad en el laberinto de nunca regresó a ver los asombrados ojos su libertad; quizá por ello, aquella estam­ míos que seguían la serpentina de su pita de Spencer no ha regresado, porque falda tableada camino del Colegio La seguramente está en alguna peluquería Inmaculada. ¡Ay amor por vez primera!, oriental, entre las ruinas de Constanti­ amor con luces galopantes. nopla, haciendo creer a un niño que "La memoria es un telescopio que todo tiempo es siempre el mismo. apunta hacia el tiempo", decía Proust, y Ahora debo salir hacia el trabajo, toco por la mirilla rumorosa me parece ver a mi cabeza y froto el mismo empeine que Don Meza, el fígaro pueblerino, que tras el peluquero Meza me tatuó en el cogo­ ser desalojado de la casa en la que insta­ te. Al mirar mi rostro en el espejo obser­ ló su gruta de recuerdos, guarda el ropa­ vo al que fui y al que no pude ser. Uno je, los utensilios de tonsurar y entresacar, de los dos se ríe. En los pliegos del agua y con cuidado, en una: valija donada por se hicieron las primeras fotografías de la la compañía de aviación Panagra, coloca tierra. Camino y silbo preguntándome: la estampa de Alberto Spencer. ¿Quién enlodó el charco, en el que con ¿A dónde iría a parar aquella imagen? mi madre, nos miramos por primera vez? Guardarropas y armarios del antiguo taller fueron subastados en media calle y Eskeletra, 2002

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BIBUOTfCA DEL fUTBOL EOJATQillANO ~ I