Una Tele En El Bolsillo
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Miguel de Aguilera Moyano Marco Meere (coords.) UNA TELE EN EL BOLSILLO La televisión en el teléfono móvil: contenidos, formatos, audiencias UNA TELE EN EL BOLSILLO LA TELEVISIÓN EN EL TELÉFONO MÓVIL: CONTENIDOS, FORMATOS, AUDIENCIAS Una tele en el bolsillo. (La televisión en el teléfono móvil: contenidos, formatos, audiencias). Miguel de Aguilera y Marco Meere (coords.) ISBN: 978-84-613-4049-1 Depósito Legal: © Los autores. © SEJ 435 y Kálida Producciones S.L. Diseño: Marina Pérez Oncala © Círculo de Estudios Visuales AdHoc Working Papers de la investigación “La industria de los contenidos audiovisuales ante su mutación digital. Búsqueda de las claves de decisión del nuevo consumidor” (proyecto de I+D+i desarrollado por Kálida Producciones y el Grupo de Investigación sobre Contenidos Audiovisuales Avanzados de la Universidad de Málaga, con la colaboración de investigadores de las universidades Politécnica de Valencia, Complu- tense de Madrid, Rey Juan Carlos y Sevilla). | innovcom Grupo de investigación en Contenidos Audiovisuales Avanzados Este proyecto de I+D+i cuenta con el apoyo de las siguientes instituciones: Esta obra está bajo una licencia Reconocimiento -No comercial- Sin obras derivadas 3.0 España de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/ o envie una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA. UNA TELE EN EL BOLSILLO LA TELEVISIÓN EN EL TELÉFONO MÓVIL: CONTENIDOS, FORMATOS, AUDIENCIAS ÍNDICE 1. Innovación, prácticas culturales y contenidos audiovisuales. Una introducción. 9 Miguel de Aguilera Moyano. 2.Nuevos modelos de representación audiovisual narrativa codificada en soportes 17 de movilidad. Francisco García García, Manuel Gértrudix Barrio, Maria Luisa García Guardia. 3. Entretenimiento móvil: de los contenidos de la industria a los contenidos del 41 usuario. Eulalia Adelantado. 4. Tendencias, formatos y características de los contenidos publicitarios para 69 móviles. Mª Ángeles Martínez. 5. Conocer a los usuarios: retos metodológicos ante las nuevas prácticas 89 comunicativas. Juan Menor Sendra. 6. La televisión en el teléfono móvil: experiencias y perspectivas de estudio. 109 Eddy Borges Rey, Luz Ortega Ruiz. 1. INNoVacIóN, PrácTIcas culTurales Y CONTENIDOS AUDIOVISUALES. UNA INTRODUCCIÓN Miguel de Aguilera Moyano Universidad de Málaga, [email protected] La televisión, qué duda cabe, se encuentra sometida a un intenso proceso de transforma- ción; como, por cierto, ocurre con los demás medios de comunicación –en otras palabras, con las demás industrias culturales- que hoy cabría llamar “tradicionales”. Pues tanto la TV como esos otros medios, cada uno a su manera, han desarrollado durante décadas una actividad comunicacional sólidamente asentada, entre otros elementos, en un modelo de negocio, en un dispositivo tecnológico, en unas formas narrativas –formatos, códigos, estrategias-, en una relación determinada entre los actores implicados, en unos cuantos modos de uso de los mensajes por los receptores –para los que han cumplido una serie de cometidos que les han resultado funcionales y satisfactorios. Así, en ese marco sólidamen- te instituido, los usuarios han mantenido durante muchos años ciertas prácticas que les han permitido vivir una gama de experiencias ritualmente vinculadas al medio televisivo y a diversas circunstancias vitales –construyéndose ciertos entornos simbólicos en aquís y ahoras concretos. Pero el sentido de esta práctica cultural –que durante años ha resumido la expresión “ver la TV”- ya no está hoy tan predeterminado. Pues no siempre está sujeta a contextos fijos, uni- da a tipos de circunstancia bastante estandarizadas y satisfaciendo sólo una gama reducida de funciones para los usuarios. Han cambiado las prácticas culturales, diversificándose para buena parte de la población (¿qué es hoy ver la tele?, ¿de qué TV hablamos –por ejemplo, del vblog, de la webtv-? ¿en qué pantalla la vemos –en la del televisor, la del ordenador, la del móvil, la de la consola-?). Han cambiado en cierta medida los contenidos –y en otra me- dida, la industria que los elabora. Ha cambiado la tecnología que soporta estos procesos de comunicación, afectando a la producción de los mensajes, a su distribución y a la recepción o uso de los mismos –que ya no descansa necesariamente en la recepción sincrónica de unos contenidos organizados en un flujo continuo. Y está cambiando el modelo de negocio en que se ha venido basando durante muchas décadas esta actividad económica. 9 | UNA TELE EN EL BOLSILLO. La televisión en el teléfono móvil: contenidos, formatos, audiencias | Y es que los contenidos sujetos a derechos de autor –base esencial, durante muchas déca- das, de la actividad de las industrias culturales, de su labor de “empaquetar cultura”- han estado tradicionalmente asociados a las especificidades impuestas por los diversos medios –a las formas instituidas para el desarrollo de su actividad comunicacional-, y delimitados por unas tecnologías que, en el marco de un determinado tipo de actividad productiva, fija- ban su soporte físico y su sistema de distribución. Pero la tecnología, como es bien sabido, está conociendo unas mudanzas de gran hondura, que afectan de manera muy relevante al ámbito cultural –hasta tal punto que hoy podemos estar viviendo una revolución en ese ámbito comparable con la que en su día representó la aparición de la imprenta. Para no en- trar en mayores precisiones cabe glosar estas profundas mudanzas tecnológicas aludiendo en términos generales a la digitalización, que ha separado los contenidos de los históricos confines a que estaban sometidos en su universo analógico, introduciéndolos en el mundo simbólico de las matemáticas, de las codificaciones numéricas, de los algoritmos alojados en el software. Lo que afecta, como antes apuntamos y es bien sabido, a los modos de producción y de difusión de esos contenidos pero también -y quizá sobre todo- a las formas de su reproducción y uso; pues, entre otras cuestiones, permite al usuario participar en la producción y manipulación de los productos culturales, acceder a ellos con gran facilidad, fijarlos por sí mismo en un soporte físico y escoger el mejor momento y lugar para su re- producción quebrando así ciertos condicionamientos históricos de la recepción –relativos al poder simbólico o al poder económico en la producción, circulación y reproducción de los mensajes, o relativos también al disfrute de los contenidos culturales sólo bajo determina- das circunstancias contextuales y formas rituales. Aunque quizá convenga subrayar aquí que los cambios tecnológicos no tienen lugar en abs- tracto, sino en escenarios históricos, en los contextos donde los seres humanos (vistos indi- vidual o colectivamente) viven. Dicho en términos sociológicos generales, las innovaciones tecnológicas se imbrican en un proceso de interacción con otros factores y agentes, lo que redunda en sus mutuas transformaciones así como en el cambio social. Las tecnologías se inscriben plenamente en un medio social; las líneas que sigue la evolución tecnológica obe- decen al despliegue de tendencias sociales, a las que se acomodan y al tiempo favorecen; sus aplicaciones sirven al desarrollo de acciones humanas. En este sentido, aunque ahora desde un punto de vista más comunicacional, tiene utilidad recordar las ampliamente di- fundidas tesis de Jesús Martín Barbero sobre las mediaciones (por las que ciertos colectivos sociales se apropian de las tecnologías y de los símbolos a ellas asociados); o también otras cercanas, como las que constatan el empowerment –adquisición de poder y quiebra, pues, del detentado por otros- que ha ido ganando la gente –tú, yo-, su capacitación para servirse 10 | Innovación, prácticas culturales y contenidos audiovisuales. Una introducción | de los medios (máquinas, símbolos, lenguajes) en su vida cotidiana. Ideas como distancia- miento crítico, trabajo cultural, prosumer, cultural open sourcing, entretenimiento 2.0 y otras semejantes se encuentran cada vez más presentes en el análisis cultural, ayudando a entender que el poder simbólico –también- llega al ciudadano, que con él crea usos y contenidos en su vida cotidiana, y con frecuencia los comparte. Unas y otras ideas, en todo caso, remiten a un contexto histórico en el que, entre otros elementos y circunstancias, se acumulan saberes comunicacionales –nuestra competencia para acceder, entender y crear comunicaciones en una variedad de situaciones contextuales- y medios técnicos que nos permiten llevar una gama de acciones a cabo (relacionarnos, entretenernos, conocer). En este marco, pues, surgen nuevos medios, se producen nuevos usos y modos de comuni- car. Que comprenden experiencias textuales de nuevo cuño, nuevas formas de organización y de desarrollo de la producción, nuevas modalidades de desempeño de las actividades pro- fesionales, nuevos modos de relación entre los usuarios y las tecnologías. en definitiva, está surgiendo un flamante modelo de comunicación, ligado a condiciones tecnológicas, factores sociales y prácticas culturales –pero también a la acción de las industrias culturales-; en el que cuestiones como la interactividad, la hipertextualidad, la digitalización, la virtualidad, la conectividad, la convergencia y la portabilidad, entre otras, constituyen alguno de los rasgos técnicos más notables del flamante sistema de medios que los humanos estamos creando para desarrollar nuestras comunicaciones –en el marco de una nueva cultura digi- tal y