Prevista De Santiago
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y» íá"1 '.«•.■;.• i.'' ñ*'-;'- ' ■>; #fHfe An, }A{A^ te: PREVISTA DE SANTIAGO ÍÑ - - f Í:-AU'■■r*¿0*:A:y/-~::.-AA-:'A A- ■'.--■. Aaa T^* V ItáfrtíT EXIMIO POETA MEJIpANO -) LA REVISTA DE SANTIAGO LA REVISTA DE SANTIAGO mente lamentable que nuestro bello país de Chile haya permanecido como apar AÑO I NUM-1 tado, trabajando s!, pero en un aisla miento que difícilmente podrá ser fecun do. La PERIÓDICO LITERARIO ILUSTRADO publicación literario-ilustrada que hoy inauguramos está llamada á servir Sale á luz los Domingos de seguro vínculo entre el pensamiento chileno y el general pensamiento de América para que de una vez, conocidos y unidos todos los intelectuales, poda» DIRECTOR mos proseguir unánimemente la edifica ción del soberbio monumento de las Francisco Jvf . /.. Pontreras y modernas, verdaderas Letras America nas. I. La Revista dk Santiago, ante to servirá de á la Dibujos á la pluma de Emilio Dupré do, órgano juventud lite raria de nuestro país que marcha valien temente á la conquista del Ideal. II. La Revista de Santiago, además, Colaboración de distinguidos litaratos chilenos y se propone extender nuestras relaciones extranjeros. intelectuales á través de Latino-Améri ca y España, mediante la franca circula ción de sus ediciones en tales TARIFA países. III. La Revista de Santiago, por dará á conocer en nuestro Suscrición ur. fin, público por ano $ 5.00 los más celebrados literatos de Id. Europa por medio ario 2.50 y América, publicando colaboraciones Número suelto o. 10 suyas ó fracmentos de sus más hermosas Id. atrasado 0.20 obras como también sus retratos acom pañados de notas biográfico-bibliográfi» cas. acaso oficina: bandera 523. Empero, alguien preguntará: ¿Y vuestras tendencias y vuestra bandera literarias?— de no — ¡Oh! ningunas! Aparte NOTA. Toda comunicación debe ser dirigida al sotros tales ideas, convencidos como es Administrador, Bandera 523. tamos de que el «individualismo» es la única teoría de que puede razonable LA REVISTA DE SANTIAGO mente tratarse en este tiempo en que hasta los más conservadores empiezan á confudir el Arte Absoluto con el Arte SANTIAGO, AGOSTO IJ DE 1899 Libre. Y ahora ¡á la obra! A la obra sin vacilación ni temor, pues no pode mos menos de esperar (dado nuestros Portada propósitos) favorable acogida en nuestra amada Patria y en los demás países que En estos últimos diez cuando años, tan tienen el honor de poseer la lengua de ardiente de entusiasmo se soplo ha apo oro de Castilla! derado de la intelectualidad latino-ame lanzándola en ricana, la senda de la in La Dirección novación y del progreso, es verdadera I, A REVISTA DE SANTIAllo :s Nuestro íill>um «especio de causerie amena y sutil saturada de fragancias femeninas y de gracia gentil»; Manuel Gutiérrez Nuera toda esa larga serie, en fin, de creaciones jema les, vaporosas, inefables que llenaron los perió f 1895 dicos de su patria y las revistas de América de mas de doce años. •Vivía haciendo luz, como un sol., por espacio Su obra no tiene en la literatu NICANOR BOI.ET PK1U/J precedentes ra castellana. Quien en sus Poetas l'Jsjiai'tolrs ■ sostuvo que ya no los había en la penínzulai De tiempo en tiempo, á la manera de pro llevaba por cierto sangre gala. Su árbol genea digiosos fenómenos celestes, aparecen en el lógico florece en París. Sus progenitores se obscuro conjunto de la sociedad, ciertos hom llaman Theofile Gautier, TheodoredeBambille, bres que, elevándose sobre el nivel ambiente, Catulle Mendés. ¿Y qué era él sino un esqui- hacen primero converger en sí las miradas de sito caballero Luis X V que en los parques ga la multitud para llenar, á poco, todo el hori lantes madrigalisara al oido de las marquesi zonte con los generosos esplendores de su tas empolvadas, entre la risa blanca de los nimbo. Asi en el orden político, asi en el or mármoles y el vuelo hierático de los cisnes? den filosófico, así en el orden artístico. Uno «Su cuerpo era de Méjico —escribe Berisso — de estos hombres fué Manuel Gutiérrez Náje- su alma de París. Impregnóse su espíritu de ra. Lanzado á la brega de la lucha por la glo «parisina», á punto de que su producción se ria, allá en su hermoso país de Méjico, en un confundiría con la de un escritor francés si no tiempo en que el arte americano uncido al fuese por el tema local. En prosa, lírico ó lige yugo de romanticismo español, pobre y raquí ro un periodista boulebanlitr, en verso un in tico, no hacía sino languidecer, estancado en sigue bambillista en su mejor período». la taza de su propia estrechez; apartando con Vibrante, sensitivo y bueno, su espíritu en sumo tino de su paso los bequereanismos á la contró en la poética parnasiana así como uu moda de Juan de Dios Peza y los celebrados vaso de oro para la mirra de sus ensueños ga de Manuel esproncedismos Acuna, tuvo el ta lantes y piadosos que aún en sus horas más lento de la salvación comprender que y el negras,tienen ternuras de esperanzas. ¡Su me estaban en progreso la idea de la innovación, lancolía es tan dulce! Los poetas sombríos, co volviendo la mirada hacia el gran viento azul mo líaudelaire, y los neomísticos de los últi á la sazón de Francia. que soplaba En este mos cenáculos, que eu sus risas amargas y en hacia el mediodía del país, Parnaso, ese au sus lágrimas negras simbolizan toda la pesa gusto cenáculo, bajo cuyo pórtico triunfal, dumbre, toda la inquietud del temperamento coronado el broncíneo casco de por Minerva, finicecular no lograron subyugarle por mucho en su manto de la presidia, púrpura, áurea lira tiempo. En su obra, con haber muchos versos en la el maestro diestra, olímpico Lecoute de tristes hasta el llanto, no se escuchan acentos Lisie! seducida Deslumbrada, completamente como los del Nihilismo de Julián del Casal, su su alma vibrante ávida de luz y sensual, como her nano. El era, y lo fué siempre, un parna una flor de otofío, con los tesoros desconoci en siano, el sentido lato de esta pero las palabra; dos, los inverosí — — riquezas inauditas, lujos un parnasiano si es posible tan sujestivo, miles de los nuevos maestros no tuvo ya otra tan melancólico que, en verdad, no tenía nada idea había de que aquella que servir como de quevjr con el marmóreo é impecable Heredia. columna á su obra definitiva Justo Sie y que Su .ibra fué una flor, una gran flor, como rra, su ilustre prologista, encarna en esta dice Sierra; fué la maravillosa del '■•ase margarita gráfica: «pensamientos franceses en ver cuento de Mendés, cuyos pétalos deshojados sos he españoles,— aquí su divisa literaria.» debían hacer oimientos de dicha artística á Entonces vino el de su pleno apojeo pro tautos jóvenes de su patria y de todo Améri ducción como poeta, como como sus cuentista, ca,— seguidores. Sí, eso fué su obra, pero croniquier. sus preciosos aéreos versos llenos Dios sólo sabe lo que con el tiempo habría de besos y de rosas— «estrellas vivas engar llegado á ser. Más |ay! en la época más bella zadas en sus cristal»; miniaturas admirables de la existencia—á los treinta seis años de de artista y que en abanicos de — «pinta encaje y edad cuando la aureola del triunfo comen seda, y rodeados figuras paisajes deliciosos, de zaba á irradiar sobre su cuando las se infinito de frente, y ensueño»; la crónica lírica de su millas de sus ideas empezaban á resolverse en Conversación Dominiral, notas é impresiones gloriosas corolas, la Muerte, «la Pálida» A quien e. / ETV urv CR-OIVIO TTS- Niña de la blanca enagua que miras correr el agua y deshojas uno flor, más rápido que esas ondas, ñifla de las trenzas blondas, pasa cantando el amor. Ya me dirás, si eres franca, niña de la enagua blanca, que la dicha es el amor; mas yo haré que te convenzas, niña de las rubias trenzas de que olvidar es mejor! Manuel Gutiérrez Nájera. LA REVISTA DE SANTIAGO él cantara tan tiernamente en las estrofas Cuando tu vista doquier de plata de su Serenata, cumpliendo el tris Esas dulzuras irradie, te voto de los versos— «morir, y joven an No mires mejor á nadie, tes que destruya...» —enamorada talvez de su Si de nadie quieres ser: alma ultraterrestre, selló para siempre sus la Si no has logrado vencer bios de vidente con eLbeso fatal de las nupcias Tu indiferencia, no dudes eternas! Que, apesar de tus virtudes, La Revista de Santiago, al tratar de ele Serás verdugo tirano gir la fotografía de un talento americano para Que fabrica con su mano adornar la página de houorde su primer nú Muchos negros ataúdes. mero, no ha vacilado en optar por el pálido lírico mejicano que como nadie cantó el amor, Pero ¡qué... pobre cantor! las nieves, los ósculos y las rosas... Como siniestra corneja, ¡Homenaje! Vengo exhalando una queja ¡Jóvenes de Chile, compañeros de trabajo! En vez de un himno de amor. Saludad en este amable poeta uno de nuestros Entusiasta admirador ' futuros queridos maestros; leed sus brillan De tu extrema simpatía tes, cincelados versos, con entusiasmos de cre Deseo que en este día yente; imitad su piadoso ejemplo heroico y De tus hermosos natales edificante—¿no fué él un Santo de la religión Se derramen los raudales del Arte?—y derramad vuestras más bellas De una amante poesía. flores, vuestras más tiernas lágrimas sobre su precioso ataúd de joven y de artista: un ataúd Son tan altos mis anhelos todo azul—orlado de franjas sangrientas! De agradarte, Amiga mía, Que animoso robaría Francisco M.