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EL LINAJE DE LAS SOMBRAS Piero Ramos Rasmussen EL LINAJE DE LAS SOMBRAS © Piero Ramos Rasmussen Contacto: https://web.facebook.com/pramosrasmussen © Editorial Dorada Apokalypsis Jr. Arica 152 – La Perla – Callao 04 Teléfono: (511) 925224821 Contacto: [email protected] Ilustraciones: © Lucho Rossell Contacto: https://web.facebook.com/Lucho.Rossell Dirección editorial, diagramación y cuidado de edición: Mary Ann Agurto Fotografía del autor: Doris Zapata Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2017-09013 Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización expresa y escrita de la editora y el autor. Impresión: Imprenta VP de Regina Martínez Águila de Rubio Av. Bolivia 148 tienda 2161 Segundo Nivel - Centro Comercial Centro Lima RUC 10077834732 Primera Edición, julio 2017 Tiraje 300 ejemplares IMPRESO EN LIMA - PERÚ EL LINAJE DE LAS SOMBRA Entre los músicos, a Dalí Ramos, Julio Bringas, Sebastián Palomino y Alfredo Aramayo; y las bandas Lo Ultraterrestre y Detrás del Sol. Entre los maestros, a Domingo de Ramos, Pablo Ávila Oré y Ricardo Sumalavia. Entre los amigos, a Mary Ann Agurto. PIERO RAMOS ENTRE EL HERMANO LOBO Y EL INFIERNO El novel poeta Piero Ramos Rasmussen nos entrega un nuevo libro o para ser preciso, dos en uno. Uno de poesía y otro de narraciones. En este tiempo en que los géneros parecen desaparecer y que las técnicas y los temas se entremezclan, ya nada parece lo que es, sino se desenvuelve en un todo, en un haz de sucesos que registra todo lo que ve, siente o padece. Este libro así lo demuestra, entrecruzando prosa y versos. “El Linaje de las Sombras” es el enfrentamiento entre dos hermanos bíblicos, Caín y Abel recreados en un ambiente actual, donde el desierto es un paisaje hostal tan hostil que es un personaje más en una lucha titánica, contra -no solo- la naturaleza en sí, sino contra la propia naturaleza del hombre con todas sus miserias y virtudes. La primera entrega “Caín” es tal vez la metáfora de un mundo moderno, por un lado, donde están los pobres de la tierra y los grandes magnates que explotan en clave capitalista a los esclavos de hoy, con ropaje de un discurso democrático, un discurso hegemónico castrante como el neoliberalismo que nos imponen las grandes corporaciones. En estas páginas se respira el apocalipsis, el diluvio y la hoguera. En la sección narrativa que lleva por título “Los Perdedores” son relatos de corte fantástico enrevesados con historias de vampirismo y monstruos que conviven con los hombres y que alegorizan un mundo subterráneo donde las apariencias son tan engañosas que al final los monstruos son más humanos, benévolos y juiciosos que los seres humanos. Aquí el hombre es un lobo aterrador que destruye, corrompe y asesina por el 9 poder, la lujuria y el deseo. Los cuentos “Los Perdedores” y “Sierra de Dios” así lo demuestran en engranaje con otros relatos cortos que conforman esta parte del libro. En la última parte del libro llamada “Galerías de Espejismos”, Piero Ramos cambia de tono con respecto a “Caín”, su voz se vuelve erótica y gótica, se aleja de la luz y encuentra en la oscuridad el sitio ideal para amar y trasgredir el cuerpo de la amante. Y bajo ese signo, el desamor y el amor se abren como una crisálida oscura y obsesiva que el poeta registra como una pesadilla que está presente, que le impide tender puentes para conformar una relación reciproca y así llegar a la plenitud. Pero nada de eso ocurre, es todo lo contrario, el paraíso no está en la tierra ni en el más allá, sino que es un constante infierno. En suma, tenemos un libro más complejo y elaborado que sus anteriores entregas. El poeta está en búsqueda de su propio registro personal y lo está logrando a pasos agigantados, conforme nos va dando más novedades, como este libro que el lector tiene en sus manos. Domingo de Ramos 10 CAIN NATURALEZA Alumbra el grito de sangre De un Edén perdido A extender las alas como cuervos Por espejismos luminosos Para perdernos entre laberintos de ceniza Buscando una palabra Capaz de segar un horizonte. ¿Qué nos esclaviza al yugo del sol? Los caballos del invierno extinguirán La lumbre en su galope a tropel. El hombre sin alas arrastrará sus pies Se perderá en ígneos desiertos Receloso envidiará la libertad de las aves. Es la misma marca de los hijos de Adán Aquel río subterráneo que inunda el valle A la sombra de los gigantes. Los animales respiran contaminados Por la altivez del destino, esa niebla De sólo una parte de la aldea Que asfixia a los menos agradecidos. Mientras un hermano emerge en el oasis El otro es tragado por arenas movedizas Y su cadáver se levanta en forma de roca Con la que tiñe el suelo imparcial. Las cadenas gritarán Con la vejez de las horas Vendrá el eclipse a posarse Sobre los labios de los justos. 15 ATAQUE En esta noche lóbrega De espinas que incrustan La piel de las quimeras El lobo arrasará con sus garras La piel de las ofrendas: Caín cegando los gritos de Abel Desangrado el desierto. El primer grito era suficiente, pero nació Uno más hondo para desatar la tormenta. Cuanto odiamos es cuanto conocemos Desde la lactancia hasta el funeral. Oyes el clamor de los frutos desperdiciados Mientras aplastas un cuerpo contra las rocas No hay vuelta atrás. La luna se deshiela Por el riachuelo fértil de un cuerpo agonizante Con heridas abiertas infestadas de insectos Que trepan al cielo como una marea escarlata. El rumor del silencio silbará su melodía Nadando en el agua pantanosa del destierro. La hoguera es una noria girando en el límite De donde no habrás de volver. 16 EVOCACIÓN Contemplo arenas movedizas entre mis manos Como una corriente desesperada, un espiral, Mientras la noche tañe sus campanas. Allí se oye la canción del cactus: “Las espinas son tatuajes que recuerdan lo que somos” El impasible camello arrastra su joroba al río Imaginario que confunde con un abismo. Dentro de su vientre yace una cría muerta Que alumbrará en un océano de sombras El viento sopla una hoja que arde en la fogata Crujiendo como el pecho de los alacranes. En las rocas, clama la sangre del hermano, Se eleva humeante hasta formar tormentas Que se precipitan sobre los olivos. 17 LA ÚLTIMA OFRENDA A Pattsy El hombre regresó del campo cuando el cielo ya estaba negro y vacío. Su mujer lo esperaba angustiada en la puerta. ¿Y qué tal? Todo mal. Está muy molesto. Pero no es nuestra culpa. Apenas nos alcanza y aun así le proveemos lo mejor de nuestra cosecha. Él le ha dado frutas y vegetales, dos bueyes, cinco gallinas y un becerro dijo mirando en dirección a la colina, donde se erguía la enorme granja de su hermano. Hubo un silencio. Después, la abrazó y comenzó a llorar. Va a castigarnos. No es posible exclamó indignada. No solo es eso. Nos quitará la luz. Y será muchísimo más duro. Y se quedaron sin luz de la noche a la mañana. En la oscuridad, continuó trabajando la tierra, pero esta no dio frutos. El poco ganado que podría criar en la pobreza empezó a morir. Sin embargo, juntó un par de becerros que se dispuso a ofrendar. Vaya sorpresa se dio al comparar lo suyo con un festín de frutos y una veintena de animales de granja entregados por su hermano. Eso no fue lo peor. El cielo se puso rojo aquella noche y muchos rayos cayeron sobre la tierra. Uno de ellos sobre su casa de esteras. Cuando retornó, no soportó la ansiedad al ver el cuerpo destrozado de su mujer. Asediado por una locura satánica, Caín se dirigió a la colina para acabar con su afortunado hermano. 18 ESPOSA Niña peligrosa Que en gemidos te rebelas Como las olas encimando las balsas Contra las reglas sordas de Jehová. Por ti en este pecado, en este adulterio En esta justa de ser del mismo cauce Renuncio a los anillos de mis dedos Y me pierdo en el incesto de la noche, En el ritual desolado de los herederos. El signo es nuestro látigo con espinas. La fruición el ardor aceptado bajo la piel Cuando con un vestido de seda visitas la tienda De la recámara donde te padezco. Por oscuros montes las sombras aguardan A los caminantes gemebundos del desierto. Un rojo resplandor nos depara el alba En tanto crece en tu vientre la semilla de Enoc. * * Después de que Caín tuvo coito con su esposa, ella quedó encinta y dio a luz a Enoc. Entonces se ocupó de edificar una ciudad y llamó la ciudad con el nombre de su hijo (Génesis 4:17). 19 LAS RUINAS DE ENOC I Han temblado las piedras, caído el temporal Crecido la maleza con la premura del musgo Que nace en el vientre de los techos infértiles Sucediéndose nubes, truenos y lluvias Desbordadas en casas alargadas por los suelos Socarradas como el sol del Oriente a las dos de la tarde, Hora mundial del almuerzo, la sangre y las bombas. Me he levantado a ver al fantasma del pasado Dar vueltas perdido entre oasis tan reales Como el adiós de un joven en un aeropuerto Trágico como una tarde en Ammán, Ángel que arderá en las corolas de las flamas Entre espejismos y arenas movedizas. Somos esclavos del linaje de la guerra. El sol es una metralla que apunta, dispara Y derrama el cáliz en cuencas subterráneas. Hombres tortuga arrastran sus caparazones Con antorchas formando pilas de humo negro Hasta no dejar un solo sueño sin cremar.