Las Representaciones Femeninas Del Paleolítico Superior
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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/266553875 MUSSI M. 2012. Las representaciones femeninas del Paleolítico Superior. In: Arte sin artistas. Una mirada al Paleolítico. (Catalogo de la exposición). Alcalá de Henares: Museo Arqu... Chapter · January 2012 CITATIONS READS 0 804 1 author: Margherita Mussi Sapienza University of Rome 186 PUBLICATIONS 1,666 CITATIONS SEE PROFILE Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Paleolithic art of Italy and beyond View project Variability in past mountain vegetation ca 1.7 Ma and (O.9-0.7 Ma) Ethiopie View project All content following this page was uploaded by Margherita Mussi on 07 October 2014. The user has requested enhancement of the downloaded file. Las representaciones femeninas del Paleolítico Superior Margherita Mussi Università di Roma "La Sapienza" I ntroducción Al final de Pleistoceno, cuando se desarrollan las culturas del Paleolítico Superior, el clima es significativamente más frío que el actual en toda la Tierra y además sufre numerosas variaciones. Los grupos humanos se adaptan con flexibilidad a los repetidos cambios de su entorno, que además presenta diversidades de un extremo a otro de Europa y en toda Eurasia. Durante lo que se ha convenido en llamar el Máximo Glaciar se produce una ruptura muy importante: es una fase extremadamente fría, que produce tales modificaciones en el medio natural, que la vida de los cazadores-recolectores se hizo imposible en toda la parte septentrional del continente. Los grupos humanos que viven a más de 50º de latitud Norte prácticamente desaparecen –no existen más que unos pocos restos arqueológicos al Norte de la latitud que hoy ocupa París– y los que sobreviven se refugian más al Sur. No será hasta mucho más tarde, hacia 14000 años a. C. en el Oeste de Europa y algunos milenios antes en otras partes del continente, cuando los territorios que habían sido abandonados durante largo tiempo, comiencen a recorrerse y a ocuparse de nuevo. Algunos miles de años después, con el deshielo de los casquetes polares, los grupos humanos prehistóricos llegan a Escandinavia. Esos dos grandes periodos –anterior y posterior al Máximo Glaciar– se caracterizaron por múltiples diferencias en todo el repertorio arqueológico, y especialmente en las representaciones femeninas. En la presentación siguiente, seguiré, pues, un orden que tiene en cuenta esta impor - tante dicotomía. La cronología se basará en las dataciones de C-14, corregidas (o mejor dicho, calibradas), para hacerlas corresponder con los años reales del calendario. Se ha reconocido, en efecto, que el C-14 da unos resultados que son sistemáticamente demasiado recientes en relación con las fechas establecidas por otros métodos. Por tanto, es necesario aplicar ciertos pará metros de corrección y ese resultado final es el que tendremos en cuenta aquí. 419 Margherita Mussi LAS REPRESENTACIONES FEMENINAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR torso de bisonte, de perfil, que continúa verticalmente en una pierna humana; luego, rodeando el colgante de roca, se aprecia una segunda pierna, separada de la primera por un triángulo púbico que muestra el detalle del surco vulvar. Se trata, desde luego, de una figura femenina cuya representación se desarrolla alrededor de la roca. Siendo mitad humana mitad animal, lo correcto es definirla como una criatura teriógina. La complejidad de esta figura teriógina indica unas creencias y una mitología que hoy día solo podemos reconocer que existió aunque, en ningún modo, aprehender su significado. Sería inútil querer proponer una clave de interpretación para un mensaje dejado sobre una pared hace decenas de miles de años. Es más correcto, más respetuoso con el pasado y con el punto de vista científico no decir más que aquello que de hecho se puede comprender: nos encon tramos con la representación de una realidad que no corresponde con la vida cotidiana sino con un mundo en que los seres animales y los seres humanos no pertenecen a categorías diferentes e incompatibles, donde hay posibilidades de tránsito de una a otra, donde existen criaturas mixtas. A lo largo de las decenas de miles de años siguientes, los testimonios arqueológicos EL ANTrOPOMOrfO DE LA CuEvA ChAuvET (f rANCiA ), viSTO DESDE DOS áNGuLOS DiSTiNTOS (C LOTTES , 2001). fotos: Y. Le Guillou, © Ministère de la Culture, france. evocarán esta realidad en movimiento, rica en símbolos hoy olvidados. Por este motivo, el tér - mino empleado será siempre criatura, ser o cualquier otra terminología neutra. En cuanto a algunos otros antropomorfos, cuyo sexo no ha sido determinado por carecer de detalles ana - Antes del Máximo Glaciar tómicos precisos, como son ciertas estatuillas de marfil halladas en Alemania, no podemos La génesis excluir que estén relacionadas con el mundo masculino. Aunque resulta muy evidente que En el continente europeo, el arte mobiliar y parietal aparecen repentinamente hace 40000 son las criaturas femeninas las que poseían una particular importancia, hecho subrayado por años, al mismo tiempo que la industria lítica del Auriñaciense. Desde el principio, las repre - las representaciones de determinados detalles: en ciertas grutas, sólo se representa el sentaciones animales dominan masivamente la escena, aunque aparecen también algunas triángulo pubiano o la vulva, grabados en profundidad o realizados en bajorrelieve. representaciones antropomorfas. A menudo no se puede determinar con seguridad su sexo pero, en determinados casos, puede afirmarse categóricamente que se trata se criaturas El desarrollo pleno femeninas: una estatuilla de marfil, sin cabeza, de nalgas planas y senos voluminosos, des - Existen un mayor número de representaciones femeninas en los sitios datados entre 30000 cubierta en la gruta de hohle fels, en Alemania; una figurita recortada en una plaqueta de y 25000 años a. C. La industria lítica de este periodo es la del Gravetiense, y es corriente esquisto, con un brazo levantado y un solo seno, encontrada en Galgenberg, un campamento llamar a estas figuras “venus gravetienses”, aún cuando nada tienen que ver ni con venus u prehistórico al aire libre, cercano al valle del Danubio, en Austria; y la más extraña de todas, otras diosas de la Antigüedad clásica, ni con un ideal de belleza. Conocidas desde hace más al fondo de la Cueva Chauvet, en francia, una pintura en negro sobre dos caras de un de un siglo, y consideradas a menudo típicas de todo el Paleolítico Superior, no pertenecen, saliente rocoso semejante a una estalactita (Clottes, 2001). De entrada no se ve más que un sin embargo, más que a una fase muy concreta de este último. Son definidas, frecuentemente, 420 421 Margherita Mussi LAS REPRESENTACIONES FEMENINAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR con expresiones tales como “diosas de la fecundidad”, lo cual es completamente arbitrario. Efectivamente, este exitoso término se introdujo en el vocabulario común cuando aún se sabía muy poco sobre el mundo de los cazadores-recolectores. Por aquel entonces, se confun - día su ideología con la más propia de los pueblos agrícolas y ganaderos, para quienes un número elevado de hijos que un día cultivarán la tierra y conducirán los rebaños, supone una forma de riqueza. La situación de los cazadores-recolectores que viven de los productos naturales de la tierra es muy diferente: se trata de pequeños grupos, del orden de 20-25 personas como máximo, con una densidad de población muy baja, por debajo de 1 habitante por km 2 o incluso de 1 persona por cada 100 km 2. Obviamente, los recursos necesarios para la vida se encuentran también poco concentrados, y sobre todo no hay que agotarlos si se quiere posteriormente regresar y encontrarlos de nuevo. Para sobrevivir, la primera exigen - cia es conocer profundamente todo lo que es utilizable y comestible, ya sean alimentos de origen animal o vegetal; como estos están presentes en diferentes estaciones y en un territorio variado (maduración de frutos salvajes, migraciones de animales), es necesario des - plazarse con frecuencia, llevando consigo todo lo necesario para las actividades cotidianas, evidentemente sin la ayuda de ningún animal doméstico de carga. una mujer que tuviera hijos cada dos años, como sucede habitualmente en las sociedades agrícolas, debería cargar, además de su equipaje, 1 o 2 niños que no supieran apenas caminar, y todo ello pudiendo estar de nuevo encinta. Se ha calculado que, si tuviese un hijo cada dos años, esta mujer habría de transportar una media de 17 kg anuales suplementarios durante diez años. Y solo 7,8 kg de más al año si los nacimientos tuviesen lugar cada cinco años (Lee, 1972). No es extraño que en la época de de los cazadores-recolectores la tasa de natalidad fuese baja y que los nacimientos se espaciasen varios años. Esto convierte en improbable la teoría de una evo - cación sistemática de la fecundidad de la mujer en el Paleolítico. Las representaciones femeninas del Gravetiense han aparecido en una gran parte de Europa, desde francia a italia, de Alemania y Austria a la república Checa y Eslovaquia, y hasta en ucrania y rusia. Se han encontrado también mucho más lejos, en Oriente, en Maltá y en Bouret’, cerca del lago Baikal, donde la forma de preparar el utillaje lítico es distinta a la del Gravetiense. Sin embargo, no han aparecido en la Península ibérica. Están elaboradas en piedra blanda o en marfil, o incluso en barro cocido, como en Dolní v stonice. Siempre de pequeñas dimensiones, ě “v ENuS ” GrAvETiENSES DE BALzi rOSSi (i TALiA ): A-P OLiChiNELA . Calco: M. Mussi ; B- E L rOMBO . pueden pesar solo unos gramos y excepcionalmente más de 400, lo que las hace fácilmente Calco: M. Mussi ; C-L A MONjA . Calco y ©: P. Bolduc, Montreal (Mussi et alii , 2004) . 422 423 Margherita Mussi LAS REPRESENTACIONES FEMENINAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR transportables. En ocasiones se encuentran representadas sobre las paredes de cuevas o abrigos pudiendo entonces ser un poco más grandes, como en Cussac, Dordoña (francia).