Historia De Chile Desde Su Descubrimiento Hasta El Año 1575
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Alonso de Góngora Marmolejo Historia de Chile desde su descubrimiento hasta el año 1575 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Alonso de Góngora Marmolejo Historia de Chile desde su descubrimiento hasta el año 1575 Historia de todas las cosas que han acaecido en el reino de Chile y de los que lo han gobernado. Vicios y virtudes que han tenido desde el año de 1536 que lo descubrió el Adelantado don Diego de Almagro hasta el año de 1575 que lo gobierna el doctor Saravia, compuesta por el capitán Alonso de Góngora Marmolejo, natural de la villa de Carmona, dirigida al ilustrísimo señor licenciado don Juan de Ovando, presidente del Real Consejo de las Indias por su majestad del rey don Felipe nuestro Señor. Ilustrísimo señor: Si los acaecimientos grandes y hechos de hombres valerosos no anduvieran escriptos, de tantos como han acaecido por el mundo, bien se cree, ilustrísimo señor, que de muy poco dello tuviéramos noticia, si algunas personas virtuosas no hubieran tomado trabajo de los escrebir. ¿Quién tuviera noticia de los griegos acabo de tantos años, estando sus ciudades antiguas y valerosas por tierra y que casi no hay memoria dellas, mas de sólo las ruinas que dan a entender haber sido algo? Si tenemos entera plática de los grandes fechos de sus fundadores y valerosos capitanes, de que tan llenos están los libros de todas naciones, la causa, a lo que dice Salustio, autor grave, ha sido: en aquel tiempo, como se preciaban tanto de la virtud como hombres sabios, entendiendo que con la vida todo se acababa, procuraron escrebir todas las cosas que en su tiempo acaecían; de condición que aun casi menudencia alguna no dejaron, como parece por libros que de apotegmas andan intitulados y otros al mesmo propósito. Pues si V.ª S.ª vuelve los ojos a mirar y considerar los hechos de los romanos, en tanto tuvieron a los extranjeros que los escrebían, como a los mesmos ciudadanos que los obraban. Bien se entiende que los que a ellos les acaecían por el mundo, no sólo los hacían romanos, pues es cierto que en sus legiones llevaban muchos de otras naciones; defraudando la gloria para sí, no atribuyendo ninguna a los demás, dejaron la causa tan confusa, que lo que hallamos escripto aquello damos crédito: y como eran honradores de los que escrebían, halláronlos tales, que con su elocuencia mucha levantaron sus hechos en tanta manera, que las demás naciones los tienen por espejo y dechado; y si a otros honraron en casos grandes fué para más gloria suya, que al cabo ellos los vencieron y triunfaron de sus reinos. Y ansí pareciéndome que los muchos, trabajos e infortunios que en este reino de Chile de tantos años como ha que se descubrió han acaecido, más que en ninguna parte otra de las Indias, por ser la gente que en él hay tan belicosa, y que ninguno hasta hoy había querido tomar este trabajo en prosa, quise tomallo yo; aunque don Alonso de Arcila, caballero que en este reino estuvo poco tiempo en compañía de don García de Mendoza, escrebió algunas coses acaecidas en su Araucana, intitulando su obra el nombre de la provincia de Arauco; y por no ser tan copiosa cuanto fuera necesario para tener noticia de todas las cosas del reino, aunque por buen estilo, quise tomallo desde el principio hasta el día de hoy, no dejando cosa alguna que no fuese a todos notoria; aunque bien sé que dello como los demás escriptores no saco más de mi desvelamiento, solicitud y cuidado de recopilar lo pasado y presente por la mejor orden a mi posible; porque la malicia el día de hoy es mayor que nunca ha sido, y si algo ven mal ordenado, en aquello hacen pie y de lo de más murmuran, no teniendo atención, que no hace poco el que da lo que tiene. Mas como mi fin y deseo no sea cumplir con los tales detractadores, entiendo quel que fuere virtuoso lo bueno loará, y lo que no estuviere tal, enmendará. Con esta intinción quise llegar mi obra al cabo, entendiendo, muchos se holgarán de saber en el cabo del mundo gente desnuda, bárbara y sin armas sea tan belicosa, ardidosa y arriscada por la defensión de su tierra, como es la de esta provincia, y por darle el talento que merece, acordé este mi trabajo derigillo a V.ª S.ª para que debajo de su protección y amparo pueda pasar seguro por cualquier parte, tomándolo por bien empleado, pues es para dar a V.ª S.ª algún rato de entretenimiento en el tiempo desocupado que tuviere, porque de tierra tan ignota y que tantos años ha que la guerra en ella dura, se holgara. V.ª S.ª lo reciba como de servidor y aficionado, cuya ilustrísima persona Dios sea servido guardar por largos y bienaventurados tiempos con acrecentamiento de mayor estado como V.ª S.ª Ilustrísimo señor, verdadero servidor de V.ª S.ª ALONSO DE GÓNGORA MARMOLEJO. Capítulo primero Que trata de la descrición y tierra de Chile desde el valle de Copiadó, ques al principio y entrada, hasta la ciudad de Castro, último del reino Es el reino de Chile y la tierra de la manera de una vaina despada, angosta y larga. Tiene por la una parte la mar del Sur, y por la otra la Cordillera Nevada que lo va prolongando todo él; y habrá en esta distancia de la mar a la Cordillera, por unas partes diez y seis leguas, y por otras diez y ocho, y veinte por lo más largo y anal poco mía o menos. La Cordillera está nevada todo el año, y es tan brava a la aparencia de la vista, como lo es la que pasa y divide a Italia de la Francia y a Alemania de la Italia, y hay por ella valles que se pasan a sus tiempos de la otra parte, y anal la andan los naturales en sus contractaciones, y españoles la han pasado algunas veces para tomar plática de la tierra. Esta distancia que hay desde la mar del Sur a la Cordillera está poblada de indios, en unas partes más y en otras menos, conforme a la condición y dispusición de la tierra. Hay desde el valle de Copiapó hasta la ciudad de Castro trecientas leguas, todo poblado de naturales, y en esta longitud diez ciudades pobladas de españoles. La gente de este reino, es belicosa conforme a la costelación de cada ciudad en donde está poblada. Hay muchas minas de oro ricas por toda la tierra, y es la gente della de mucho trabajo, buen servicio y entendimiento, aunque bárbaros. Tiene muchos ríos, que corren desde la Cordillera Nevada a entrar en la mar del Sur, de mucha agua, en los cuales no se halla oro, mas hállase en otros ríos menores, en donde se saca. Son las mejores aguas que se cree haber en el mundo y más sanos; y es la tierra de tan buenos aires y tan sanos, que no se ha visto enfermar nadie por ellos. En unas partes llueve mucho los inviernos y en otras poco, conforme a los grados en que está la tal tierra; porque en trecientas leguas es cierto ha de hacer diferencia en unas partes más que en otras. Hay así mesmo por la Cordillera muchos volcanes por toda ella que echan fuego de sí de ordinario, y más en el invierno que en el verano, y muchos lagos al pie de los tales volcanes, y cerca dellos muchos metales de cobre, plomo, hierro, bronce, en grandísima cantidad. En unas partes se cría la comida, que son simenteras en el campo, con agua que sacan de los ríos y la llevan por acequias a regar sus heredades, como es en Santiago y ciudad de la Serena; en las demás del reino críase con agua llovediza. Es en parte tierra llana y en parte doblada de valles y cerros ásperos, aunque muy fructíferos, y es la gente muy suelta. Andan vestidos con unas camisas sin mangas y algunos traen zaragüeles: traen el cabello cortado por debajo de la oreja y por cima de los ojos. Es gente bien agestada, por la mayor parte blanca, bien dispuestos, amigos en gran manera de seguir la guerra y defender su tierra, para lo cual han grandísima obediencia a sus mayores, y tienen por orden cuando quieren pelear, y saben que extraños entran en sus tierras, ponelles en el camino ramos de un árbol, que los españoles llaman canela, y en ellos atravesadas flechas untadas con sangre; y cuando quieren servir y estar a lo que les mandaren, les ponen en el camino ramos de arrayán, dando por allí a entender la voluntad que tienen. Nunca jamás han peleado con españoles, que han sido infinitas veces, que primero no lo hagan saber y envíen a decir. Son grandes enemigos de españoles y de toda gente extranjera, y entre sí la gente más bien partida que hasta hoy se ha visto en las Indias. Cógese mucho trigo, cebada y todas las demás legumbres d'España se dan muy bien: danse las frutas y los árboles della mejor que en España; porques cosa de admiración la mucha fruta que produce, en especial en estas dos ciudades ques donde dicho tengo que se da en tanta abundancia; porque en las demás del reino, conforme al temple que tienen dan lo que se planta. Críanse buenos caballos, mucho ganado de toda suerte, lanas muchas y muy buenas colores para tinta.