El Doctor Centeno / Benito Pérez Galdós
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
BENITO PÉREZ GALDÓS EL DOCTOR CENTENO Estudio preliminar, edición y notas de Isabel Román Román [TextosUex] El doctor Centeno Colección TEXTOS UEX 15 BENITO PÉREZ GALDÓS El doctor Centeno Estudio preliminar, edición y notas de Isabel Román Román Cáceres 2018 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Edición digital de la 1ª edición impresa de 2008 © Isabel Román Román (edición, estudio preliminar y notas), 2018 © Universidad de Extremadura, para la 1.ª edición Edita: Universidad de Extremadura. Servicio de Publicaciones Plaza de Caldereros, 2, 2ª planta. 10071 Cáceres (España) Tel. (927) 257 041; Fax (927) 257 046 Correo electrónico: [email protected] http://www.unex.es/publicaciones I.S.B.N.: 978-84-09-03866-4 I.S.S.N.: 0214-7106 Edición digital: Dosgraphic, s. L. Índice Estudio Preliminar ............................................................... 11 Parte I I. Introducción a la Pedagogía .......................................... 105 II. Pedagogía ....................................................................... 149 III. Quiromancia ................................................................... 229 Parte II IV. En aquella casa .............................................................. 293 V. Principio del fin ............................................................. 361 VI. Fin .................................................................................. 409 VII. Fin del fin ...................................................................... 463 9 Estudio preliminar En el cierre del manuscrito de la novela, el autor deja anotadas las fechas de la composición de El doctor Centeno: enero-marzo de 1883. Muy poco después, en mayo, la novela aparecía editada en dos tomos separados por un corto intervalo de tiempo, ya que en el final del segundo volumen figura «mayo de 1883». Según comentario de Clarín en carta a Galdós fechada el 24 de junio de 1883, en menos de tres semanas ya había una reedición del tomo I, anticipándose a la salida del segundo tomo, lo que le parece algo insólito en España (Cartas a Galdós: 212-213). La Editorial La Guirnalda volvió a imprimir la novela ese mismo año, y en 1886 y 1888 se lanzarían sendas reedicio- nes, con las mismas planchas litográficas y sin corrección de erratas. La edición en dos tomos responde al manuscrito, que indicaba «Fin del tomo primero», «Fin del tomo segundo», y establecía un orden correlativo de los capítulos, pero cada uno de los dos volú- menes de 1883 se presentó de modo independiente, y por tanto la paginación del tomo II no era consecutiva de la del I. El precio habitual de cada tomo era de dos pesetas en 1883, según vemos en la publicidad que encabeza el tomo II de El doctor Centeno en su primera edición, pero ya en el año siguiente se vendían los dos conjuntamente, al precio de 6 pesetas. Ortega Munilla, director de El Imparcial y gran amigo de Gal- dós, pidió al novelista «capillas» de El doctor Centeno –como había hecho con El amigo Manso el año anterior– para editarlas en «Los lunes de El Imparcial», pero ante la desidia del autor, fue el editor quien le envió un tomo ya impreso del tomo I, que Ortega comenta elogiosamente en el periódico del lunes 28 de mayo, declarando al tiempo su impaciencia por «leer el segundo tomo anunciado para dentro de breves días». En este mismo número publica bajo el epí- grafe «Fragmentos», y con el título «El héroe», los párrafos iniciales de la novela. Dadas las fechas, no sería raro que la distribución del 13 Isabel Román Román tomo II comenzase ya entrado junio. En carta a Galdós, Ortega reafirma su entusiasmo y el aprecio por los tipos creados (Felipe y sus amigos, don Pedro y sus luchas secretas con la tentación, doña Isabel…). Tal vez percibió en la semblanza dedicada a la dama una unidad constructiva «redonda», ya que le ofrece a Galdós incluir en El Lunes de El Imparcial el fragmento dedicado a la tía de Miquis, lo que finalmente, por cierto, no pudo hacer (Cartas del Archivo de Galdós, de la Nuez y Schraibman: 198-200). El cierre del tomo I anuncia el siguiente volumen, pero lo que argumentalmente se anticipa es poco fiable, pues se atribuye a las ensoñaciones de Miquis: «Todo se presentaba a sus despabilados ojos con fortísimas tintas y limpios contornos: la gloria artística, el triunfo del más atrevido de los dramas, dichosos lances de amor y fortuna, degustación de placeres desconocidos, poesía y realidad, todo lo veía vivo, corpóreo, de carne, de sangre y de hueso, encarnado en seres humanos, con voz y figura que él plasmaba en su imaginación creadora». El lector se enfrentará entonces a un problema de «gran- des esperanzas» y a la posibilidad de que estas se cumplan o no. El narrador sólo se atribuye a sí mismo el cierre metaliterario, incluso autorial, apuntando el protagonismo que la historia de Miquis va a adquirir, y el desarrollo de la relación amo-criado: «En los capítulos siguientes veremos las hazañas de estos dos niños. En vez de un héroe ya tenemos dos». Tres capítulos de los cuatro que contiene la Parte II se titulan «Principio del fin», «Fin» y «Fin del fin», como si se nos diese un final dividido en tres partes o etapas, que corresponden a los peldaños que baja en su decadencia física, moral y espacial Miquis. Como veremos más adelante en nuestro comentario del manuscrito, Galdós dudó mucho sobre la división de esta materia del final de Miquis. ¿CICLO NARRATIVO, TRILOGÍA, NOVELA INDEPENDIENTE? Para Clarín, El doctor Centeno daba origen a una serie que continuaba en Tormento, en la que el autor procura, más que en los 14 Estudio preliminar Episodios Nacionales, «imitar el movimiento natural de la vida, tanto individual como social». Galdós, a juicio de su contemporáneo, se encontraba con alientos para una tarea tan ambiciosa, y por ello «ha venido a parar en una nueva serie que empieza en El Doctor Centeno y no se sabe dónde parará» (Clarín, Ensayos sobre Galdós, «Tormento»: 105-109). El doctor Centeno, Tormento y La de Bringas forman, a juicio de críticos como G. Gullón, que ha ofrecido una excelente perspec- tiva de estas novelas (1970-71), un ciclo narrativo. Pueden ser leídas como obras autónomas, ya que la trama y la estructura es diferente en cada una, pero también nos incitan a una lectura de la trilogía completa, en la que existe continuidad argumental, sucesión temporal y participación de unos personajes recurrentes. Las tres forman un grupo de obras vinculadas por el marco temporal que abarcan, con datos históricos precisos que llegan hasta septiembre de 1868, muy bien integrados en la ficción. Sin embargo, las fechas en las que se enmarcan los relatos no siguen la cronología de la composición de las novelas: los hechos narrados en El doctor Centeno corresponden a 1863 y el primer semestre de 1864, mientras que la primera de las Novelas Contemporáneas, La desheredada, ofrece un relato ambientado en 1874 y 1875. Las cronologías de la diégesis de las novelas se inauguran con El doctor Centeno, y se continúan con el marco temporal reflejado en Tormento (1867-68) y en La de Bringas (1868). En El doctor Centeno y Tormento se percibe el aumento de la tensión prerrevolucionaria, que desem- boca en la Gloriosa. Septiembre de 1868 es el tiempo histórico que pone fin a La de Bringas, donde la tensión popular culmina con la conspiración de Prim que dio lugar a la expulsión de la reina. A partir de aquí, el resto de las llamadas «Novelas contemporáneas» se enmarcarán ya en el período postrevolucionario. La relación entre El doctor Centeno y la siguiente novela, Tormento, es particularmente estrecha, y se preanuncia en el cierre de nuestra novela de 1883, cuando Ido del Sagrario anticipa lo que va a ocurrir en Tormento: «Y ahora que nombro a don Pedro, diréte que ya ese hombre no es hombre; es una bestia. La familia está desorganizada; cada cual tira por su lado; la madre parece que ha 15 Isabel Román Román caído poquito a poquito en la mala costumbre de echar unas siestas después de comer… Ya en mis tiempos gustaba de lo añejo. Mar- celina, entregada a la embriaguez del fanatismo, pasa todo el día en la iglesia, borracha de rezos, y don Pedro… ¡Oh! Ese merece capítulo aparte, y si tenemos rato libre, te he de contar los horrores que sé, y hacerte ver los pasos del incierto camino por donde marcha nuestro maestro sin ventura…». ¿Se deben leer seguidos al menos El doctor Centeno y Tor mento? Como afirma Ribbans (1993: 503) ya en la propia época de Galdós habría dos tipos de lectores: aquellos que conociendo El doctor Centeno esperaban ansiosos su continuación, y otros que llegaban de nuevas a Tormento, con la expectativa de una historia que se explicase a sí misma. Sin embargo, los guiños al lector fiel son continuos. En Tormento, Felipe es personaje secundario, aunque con una actuación relevante en la trama, cuando impide el suicidio de Amparo. Por fin su lealtad y buen sentido parecen premiados con un buen amo, el indiano Agustín Caballero. Y cuando termina esta novela, el niño no vuelve a aparecer en la narrativa galdo- siana, aunque su trayectoria parece orientada hacia la madurez y la honradez. La apertura de Tormento coincide con el cierre de El doctor Centeno: también en forma teatral, los mismos interlocutores José Ido y Felipe dialogan años después, y con su nueva conversación proveen de información sobre lo ocurrido en el lapso de tres años. Las hermanas Sánchez Emperador ahora son huérfanas y en torno a ellas existe un secreto que Ido susurra a Felipe, sin que el lector obtenga más que intriga sobre ese misterio.