www.flacsoandes.edu.ec

COTO PAX I : ESPACIO SOCIAL Y CAMBIO POLÍTICO

Eloy Alfaro, Ana Marla Larrea Maldonado Galo Ramon Valarezo, Marla Fernanda Vallejo, Marjorie Viera ï' /'/ æ ' L.?'y / $ ■ * \ K â A » F K|r ^1 / 1 1 11 ¿/ n il «> ri. I V ^ t t r if 1 » i , y„ m f. fert i J *9L_ \ 1 f « 1 H « . ** * à » «ti tin... _ ! ^ \ 1 M W - n ■# i © CAMAREN - IEE, , 2007

Título: : espacio social y cambio político

Autores: Eloy Al laro, Ana María Larrea Maldonado, Galo Ramón Valarezo. María Fernanda Vallejo, Marjorie Viera

Eje temático: Desarrollo local con énfasis en la gestión integrada de los recursos naturales

Institución coordinadora: Instituto de Estudios Ecuatorianos -IEE-

Coordinación de eje: Antonio Gaybor

Edición: Angel Bonilla, Pablo Ospina

Diseño Gráfico: Verónica Avila / Activa Diseño Editorial

Fotos: Dennis García (retiro portada). Archivo IEE.

Impresión: Activa Diseño Editorial

Auspiciantes: COSETDE, Embajada Real de los Países Bajos

Organismo internacional asesor: l \ rERCOOPERA PION

CAMAREN: [email protected] / [email protected] Ave. Amazonas y Eloy Alfaro Edif. MAG 7mo piso, Quito, Ecuador, telf: (593-2) 2563 419 / 2563 485

IEE: [email protected] San Ignacio 134 y 6 de Diciembre INTRODUCCIÓN

UNIDAD i COTOPAXI AL DEBATE: 1740-2001 9 GALO RAMÓN

INTRODUCCIÓN 10

CAPÍTULO 1 EL CORREGIMIENTO DE LATACUNGA ENTRE 1740-1910 12 Ubicación y ambiente 12 Administración y pueblos del Corregimiento 15 De la crisis textil a los complejos “obraje-hacienda” 16 Los señoríos y parcialidades indígenas 20 El sistema hacendarlo en el siglo XIX 22

CAPÍTULO 2 LA MODERNIZACIÓN AGRARIA: 1910-1990 27 La diferenciación campesina 32

CAPÍTULO 3 EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO INDÍGENA 36 Indios sueltos e indios de hacienda y poder local 37 La organización de los indios de hacienda, la comuna y las organizaciones actuales 38 El avance sobre los gobiernos seccionales 41

CONCLUSIONES 42

BIBLIOGRAFÍA 44

COTOPAXI: BIBLIOGRAFÍA COMENTADA 1740-2001 47

ANEXO: PAUTAS PARA ESCRIBIR MONOGRAFÍAS LOCALES 51

UNIDAD 2 ESPACIO Y PODER EN TRES ORGANIZACIONES DE LOS DE COTOPAXI 59 MARÍA FERNANDA VALLEJO

INTRODUCCIÓN 60

CAPÍTULO 1 ESTRUCTURAS ELEMENTALES DEL ESPACIO EN EL COTOPAXI ANDINO (O LA MISMA HISTORIA MIRADA DESDE COTOPAXI) 64

CAPÍTULO 2 ESTRUCTURAS YARTICULACIONES DE PODER FRENTE A LA CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO: UNA MIRADA DE LA HACIENDA A LOS PODERES LOCALES (O LA HISTORIA DEL ESPACIO DESDE LA RESISTENCIA) 69 El continum obraje/hacienda como espacio para la persistencia de la indianidad 69 La “campesinidad” de la resistencia 70 La construcción del sujeto político a partir de la emergencia y acumulación de los sujetos colectivos 72

Cotopaxi al debate: 1740-2001 3 CAPÍTULO 3 U N ID AD 4 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL ESPACIO LOCAL A PARTIR DE LA REFORMA AGRARIA 75 Los páramos occidentales DE cotopaxi: “Lo andino, la hacienda y el desarrollo local” en la construcción de imaginarios y espacios 76 dinámicas sociales, historia agraria y conservación 123 ELOY ALFARO BIBLIOGRAFÍA 89

INTRODUCCIÓN 124 Definiciones previas 126 Corolario 128

U NID AD 3 CAPÍTULO 1 procesos DE ocupación DEL espacio Y LINEAMIENTos DE GEsTIóN CONFIGURACIÓN DEL PAISAJE PRODUCTIVO Y DEL ENTORNO NATURAL en el páramo del cantón saquisilÍ, provincia de cotopaxi 93 DE LA ZONA DE ESTUDIO 129 MARJORIE VIERA Los páramos occidentales de Cotopaxi 129

CAPÍTULO 2 DETERMINACIONES SOCIALES EN EL PAISAJE DE LAS ZONAS DE ALTURA DE COTOPAXI 135 Elementos para una discusión: etapas de ocupación de las zonas de altura de Cotopaxi 135 CAPÍTULO 1 EL PÁRAMO 94 CAPÍTULO 3 Caracterización general del páramo 94 Consideraciones generales del páramo 94 EL PÁRAMO UN ESPACIO SOCIO-AMBIENTAL DE VIDA 151 Recursos del páramo 95 Páramos: Mitos, Biodiversidad e Historia 153 Beneficios del páramo 95 Importancia ecológica del páramo 96 BIBLIOGRAFIA 163

CAPÍTULO 2 PROCESOS DE OCUPACIÓN DEL ESPACIO CON ÉNFASIS EN EL ESPACIO - PÁRAMO 97 Antecedentes 97 Las haciendas serranas a comienzos de la década de 1960 98 Ubicación del área de influencia dentro del contexto local 101 U N ID AD 5 Los desafíos del proceso de democratización en cotopaxi 167 CAPÍTULO 3 ANA MARÍA LARREA EL PÁRAMO EN LA ÉPOCA DE HACIENDA 103 Ocupación del páramo por poblaciones libres 104 INTRODUCCIÓN 168 Ocupación productiva del páramo en la época de hacienda 105

CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 4 DEMOCRACIA Y CONSTRUCCIÓN DE SUJETOS SOCIALES PARA EL DESARROLLO LOCAL 171 EL PÁRAMO A PARTIR DE LA REFORMA AGRARIA 106 Las democracias latinoamericanas 174 ¿Otra democracia ...es posible? 175 CAPÍTULO 5 Ciudadanía y participación 179 Democracia y ámbitos locales 181 EL PÁRAMO EN LA COMUNIDAD 109 Control del territorio en la comunidad 109 Crisis de fertilidad. Parcelación de tierra 109 CAPÍTULO 2 Nueva noción del hábitat 112 LA PROVINCIA DE COTOPAXI 183 Recuperación del ejercicio del poder 113

CAPÍTULO 3 CAPÍTULO 6 LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO MODELO DE GESTIÓN EN COTOPAXI 187 EL PÁRAMO COMO PARTE DE UNA GESTIÓN LOCAL 115 La construcción de un nuevo gobierno local 188 La Democratización 189 CAPÍTULO 7 Gestión para el desarrollo local 190 ESTRATEGIAS DE GESTIÓN PARA EL MANEJO SOSTENIBLE DEL PÁRAMO 116 Uso actual del páramo 116 CAPÍTULO 4 Estrategias de manejo sostenible del páramo 118 LOS DESAFÍOS DEL PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN EN LA PROVINCIA DE COTOPAXI LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO GOBIERNO LOCAL 192 El desafío de la escala 192 El desafío de la participación 198 El desafío de la institucionalidad 203 El desafío de la eficacia 206

CONCLUSIONES 209

BIBLIOGRAFIA 212

Cotopaxi: espacio social y cambio político Cotopaxi al debate: 1740-2001 5

?fesev\h\áó\A

Cotopaxi: espacio social y cambio político

¿Quién diría que desde los cerros helados del páramo occidental de la provincia de Coto­ paxi, desde las laderas húmedas y escarpadas de los Illiniza, desde aquellos rincones ári­ dos, empobrecidos y escondidos donde se ocultan los damnificados del proceso de moder­ nización, nacerían fuerzas sociales renovadoras de la política y la sociedad? ¿Quién hubiera apostado hace treinta años, cuando nacía el Movimiento Indígena de Cotopaxi en reuniones convocadas en casas destartaladas de Pujilí, que se convertiría en el cambio de siglo en el movimiento social más organizado y poderoso de la provincia?

Este libro aborda esa historia notable sin hacerse ilusiones falsas, sin idealizaciones inge­ nuas, sin hacer concesiones a los compromisos del momento. Es un libro que recorre el proceso histórico y político de los pueblos indígenas con los ojos abiertos. Pero tampoco está dispuesto a minimizar su significado ni a descalificarlo como un error o como un fracaso. Es un libro políticamente comprometido, moralmente alineado y críticamente or­ ganizado.

Para evaluar mejor el alcance, los límites y los obstáculos que se interponen entre los pro­ pósitos que se plantearon los actores sociales indígenas y su cumplimiento en la práctica de la política; es decir, entre el proyecto político tal como se lo imagina, y el proyecto polí­ tico tal como se perfila en medio de los cambiantes balances de fuerzas sociales; hay que salir de las oficinas, del estudio de las normativas y los reglamentos para volver la mirada a los cambios sociales que experimenta el mundo rural. No es la única perspectiva posible ni el único camino necesario. Pero es una vía privilegiada para entender las promesas y los desvarios de la oportunidad que el movimiento indígena dejó abierta para construir una sociedad mejor.

Este libro puede entenderse como una apuesta intelectual por un análisis que liga indiso­ lublemente lo político a lo social. Las dinámicas políticas tienen su autonomía, pero no son independientes. Hace falta mostrar los cordones umbilicales que las unen a los procesos sociales, culturales y económicos que viven los actores y que marcan su forma de ver el mundo, de entender los desafíos que le plantea su época, de situarse en las disyuntivas de cada coyuntura y de pesar las fuerzas y presiones que intervienen en cada decisión. El aná- Usis se concentra sobre todo en el mundo rural de las comunidades andinas del occidente de la provincia. Examina la historia agraria, identitaria y espacial de largo plazo; los univer­ sos simbólicos asociados a los páramos; las variadas formas del uso social de los entornos; las transformaciones ocurridas en la organización comunitaria y, finalmente, las apuestas políticas en el gobierno provincial comandado desde el año 2000 por el Movimiento Indí­ gena y Campesino de Cotopaxi.

La mayoría de textos fue escrita con ocasión de un proceso de formación local de dirigentes sociales y técnicos llevado a cabo en el año 2005; otros son producto de una colaboración especial de los autores. Fueron el resultado de una reflexión colectiva y de un esfuerzo por sistematizar aprendizajes, analizar críticamente la propia vivencia y confirmar un compro­ miso pobtico y personal. Los presentamos con modestia pero también con orgullo.

Pablo Ospina Peralta Director del Instituto de Estudios Ecuatorianos UNIDAD 1

Documento elaborado originalmente para el Programa de Conservación de la Biodiversidad, de los Páramos y otros ecosistemas frágiles del Ecuador - Cotopaxi, efectuado en convenio entre IEE y ECOCIENCIA. Noviembre de 2004 INTRODUCCIÓN

La presente es una reflexión sobre Un segundo problema tiene rela­ la historia de Cotopaxi, que busca ción con la identidad local. Si parti­ dialogar libremente con el pasado mos de la ¡dea de que lo local tiene desde preguntas que nos inquietan como espacio de referencia un terri­ torio más o menos cohesionado por en la actualidad, para intentar una factores económicos, sociales y cul­ comprensión más profunda de los turales; que generalmente tiene un problemas. La táctica histórica puede sistema de dominación local, con mostrarnos el origen, la continuidad una clase dominante identificable; o el cambio de varios procesos que en que sus habitantes tienen sentido la zona se discuten desde varias dis­ de pertenencia e identidad con ese ciplinas científicas. territorio; que tienen una economía local y elementos culturales que los Un taller realizado con el equipo del distinguen de otros espacios, enton­ IEE1 que trabaja en la zona, identificó ces nos preguntamos: ¿cuál es la clase dominante de este territorio, si cuatro temas que merecen una inda­ al parecer es una clase deslocalizada gación histórica: que reside en Quito? ¿Tiene el espa­ cio algún grado de cohesión social e El primero, es el problema de la gran identidad, si son visibles profundas desertización y erosión que soporta grietas étnicas y diferencias entre la cordillera occidental en la que se las pequeñas localidades y entre los ubican muchas de las actuales comu­ clanes indígenas? ¿La propuesta de nidades indígenas. El problema es la reconstrucción de la “identidad tan grave que ha puesto en serio panzalea” tiene algún afincamiento riesgo la viabilidad y sobrevivencia real o es una construcción reciente de las comunidades en ese ecosis­ que no tiene capacidad de arrastre tema. ¿Cuándo comenzó este pro­ del mundo indígena, menos de los blema? ¿Qué razones lo explican? no indígenas? ¿Cómo romper ese ¿Qué papel juega el reordenamiento mundo dualista y construir la inter- producido con la modernización culturalidad? agraria? ¿Qué prácticas lo han acele­ rado?, en fin, ¿cual ha sido la actitud El tercer problema tiene relación con de las comunidades indígenas frente la potencialidad de la propuesta indí­ al tema? Junto al tema de la deser­ gena para comandar el desarrollo tización aparece el tema del agua: local. La actual propuesta indígena ¿Cuándo comenzaron los problemas se basa en una convocatoria étnica de apropiación y disputa del agua? dualista que enfatiza la unidad indí­ ¿Cómo este tema es enfrentado en gena frente a lo mestizo; se arti­ los procesos de reforma agraria? cula sobre la estructura corporativa ¿Cuáles son las experiencias recien­ de las comunidades que controlan tes de organización para el control, desde esa estructura al brazo polí­ mejoramiento y la distribución? tico (Pachakutik) y procesan de esa forma la alianza con otras fuerzas sociales; y se maneja en medio de una negociación y conflicto de los 1 El taller realizado el 5 de octubre del 2004, clanes familiares que actúan como estuvo integrado por Ángel Bonilla, María Belén Cevallos, Ana María Larrea, Antonio redes locales. ¿Qué potencialidad Gaybor y Galo Ramón y alcance tiene el procesamiento

1 0 Cotopaxi: espacio social y cambio político corporativo de la sociedad indígena Sin duda alguna, las preguntas rea­ y de la mestiza? ¿Cómo se trabajará lizadas por ese equipo de reflexión y la interculturalidad en medio de otras que seguirán surgiendo, exce­ un discurso dualista? ¿Es posible y den de largo las posibilidades de deseable pasar a nuevas formas de estas páginas. Muchas de ellas tienen democracia basadas en los indivi­ una génesis mas bien coyuntural, en duos y no en las redes únicamente? la que otros estudios pueden aportar El cuarto problema tiene relación con con mayor propiedad. Sin embargo, la viabilidad de ese espacio econó­ este diálogo con el pasado intentará mico. Al momento, las propuestas discutir varias de las preguntas, sobre que se desarrollan desde los gobier­ todo aquellas que tuvieron su origen nos locales buscan administrar la entre 1740 y 1970, espacio temporal renta estatal (el 15% asignado), pero privilegiado por esta reflexión. no tienen capacidad para levantar más recursos locales, pero sobre En esos 230 años, Cotopaxi atravesó todo para provocar cambios estruc­ por dos períodos sobresalientes: (i) la turales, sobre todo en la tenencia de crisis de la producción textil iniciada las tierras planas, del riego, las finan­ zas, el gran comercio, la industria o en 1740, que se profundizó paulati­ la minería, entre otros. Por otro lado, namente y sin desaparecer del todo, Cotopaxi deja escapar demasiados dio paso al sistema hacendado que excedentes hacia otros espacios, se mantuvo boyante hasta 1910; y (¡i) especialmente aQuito.Entoncescabe una etapa de modernización agra­ preguntase: ¿Tiene viabilidad econó­ ria que arrancó con la instalación del mica el espacio de Cotopaxi o es un ferrocarril en 1910, para ¡r ganando proyecto por construir? ¿Es posible terreno de manera tortuosa mientras ir mas allá de la administración de la se mantenía el sistema hacendado, pobreza, es decir de las rentas esta­ hasta lograr una recomposición con tales que tienen los gobiernos loca­ les, para intentar reformas estructu­ la producción lechera en la década rales que afecten a la actual inequi- del 70. Los ajustes estructurales del dad económica? ¿Es posible juntar 90 y los procesos de desarrollo local la lucha por una equidad territorial, comandados por el movimiento indí­ con la equidad con los pobres, las gena, matizarán este proceso, que mujeres, las generaciones de jóve­ aún no presenta rupturas agudas. nes y niños, con los indios y buscar al La situación actual es como la de un mismo tiempo un desarrollo sosteni- huevo empollado a punto de reven­ ble en un espacio tan colapsado, que tar: la administración indígena del de otra parte tiene tal fuerza organi­ territorio puede abrir un cambio sus­ zada indígena, como en ninguna otra tantivo, al que estas páginas buscan provincia del país ? apuntalar.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 11 EL CORREGIMIENTO DE LA TACUNGA ENTRE 1740-1910

Ubicación y ambiente sierra norte húmeda y la sierra central más seca, debido a que, a la altura del paralelo uno de latitud sur, en En el siglo XVIII, lo que ahora es la Latacunga, se debilita la influencia de provincia de Cotopaxi, se conocía los dos dominios lluviosos, la cuenca como el Corregimiento de laTacunga. amazónica y la selva del Chocó; y (ii) La demarcación territorial que ahora en una transición transversal entre conocemos data de 1770, cuando la cordillera central alta, húmeda y se crea el Corregimiento de Ambato nubosa, y la cordillera occidental como parte de las reformas territoria­ menos húmeda, también alta, pero les que los Borbones impulsaron para con menor nubosidad, que al bajar hacer más eficiente su administración. a su flanco occidental, otra vez se Con la creación de Ambato, el Corre­ vuelve muy lluviosa. Esta doble tran­ gimiento de Latacunga limitaba, para sición fue captada por los observado­ utilizar una demarcación de la época, res de la época, como el padre Mario por el norte con Quito en el nudo de Cicala, un jesuíta italiano que caminó Tiupullo; al sur con el Corregimiento la zona de norte a sur, que notó adi­ de Ambato, en el lugar llamado puca- cionalmente un cambio del tipo de rrumi; por el oriente con el de Quijos; suelos, el impacto de las erupciones y por el occidente con los llamados del Cotopaxi, los cambios de la topo­ Colorados (Cicala, 1771:323). grafía y el poderoso influjo del viento, que son variables específicas de ese Desde el punto de vista ecológico paisaje: está situado en una típica hoya inte­ randina, que según un agudo obser­ A la altura de Tiupullo, Cicala des­ vador del siglo XVlll, “es un territo­ taca que al caminar por el camino rio que comprende y abraza las dos real pudo distinguir “bosqueci- famosísimas y altísimas cordilleras... llos y matorrales espesísimos... se Dichas cordilleras de altísimos mon­ camina (desde Machachi) como si tes contienen una extensión increíble se bordearan aquellas anchísimas de tierra, en sus inmensas faldas y faldas, muchísimas en número, una explanadas. Por ello, la extensión del pegada a la otra, que corren por un pésimo y fragoso paso llamado El territorio de laTacunga, desde Oriente Excomulgado hasta encontrarse con a Poniente (occidente) en línea recta la bajada, de poco menos de tres y altura también recta, no pasa de leguas y media. Cuanto más se aden­ sesenta leguas... De igual manera, la tra el viajero por aquellas faldas tanto extensión de dicho territorio desde más va sintiendo la rigidez del frío y el Aquilón (norte) al Austro (sur), no la molestia de los fuertes vientos, va más de dieciséis leguas y media” pues poco a poco va acercándose (Cicala:323). La zona está situada y al mismo tiempo descubriendo el en una doble transición, cuyas dife­ gran monte nevado Cotopaxi, que rencias, después de 1850, se han ido se encuentra situado de tal manera acentuando: (i) en el tránsito entre la que domina todas aquellas comarcas

1 2 Cotopaxi: espacio social y cambio político y faldas... Una vez que se llega al es muy seca por carecer totalmente borde donde empieza la larga bajada de agua” (lbid:335) de cerca de dos leguas, de pronto se presenta a la vista un ancho y dila­ La transición transversal también es tado valle de ocho leguas de longi­ observada por el jesuíta caminante. tud y más de diez, en algunos sitios, Nos señala que desde Tacunga hacia de anchura, muy ameno y delicioso. Por todas partes vense lugares y la cordillera occidental están situados comarcas esparcidas acá y allá entre los principales pueblos de Saquisilí, verdes florestas, algunas plantadas Pujilí, Tanicuchí, la poderosa hacienda en las orillas de los ríos, que se ven de La Ciénega y Cusubamba. En todas serpentear por aquellas llanuras, con ellas destaca la feracidad y fertilidad especial deleite de la vista”. de esas tierras “ para sembrar toda clase de granos y legumbres”. Conti­ Luego describe su paso por el centro nuando hacia el occidente, a 14 leguas del valle en el que ve “innumerables está Sigchos, que “es tierra cálida y huertos de manzanas, de amenos jar­ muy húmeda por las abundante llu­ dines y deliciosas haciendas”, hasta vias. Abunda en maíz y otros granos, llegar a la población de San Felipe y habichuelas”. Es una tierra caliente (hoy Salcedo) “muy fértil y bien culti­ en la que viven los indios “llamados vada, con hermosas fincas, huertas y Colorados”. Añade que “el camino jardines. Se dan abundantes cosechas hacia aquellas montañas y selvas es de trigo, cebada, maíz y habichuelas sobremanera difícil, fragoso, lleno de toda clase”. Al pasar el río de San de todo y peligroso por la gran can­ Felipe, comienza a notar la transición. tidad de víboras, serpientes y tigres: Destaca que “desde la citada comarca solo viajan por él algunos mestizos e sigue una cadena de pendientes fal­ indios de la Tacunga y de su territo­ das estériles, formadas por varias rio, tres meses al año: en abril, mayo colinas altas, que corren a lo largo de y junio; a veces en mayo, junio y julio, dos leguas y media. Al pie o base de según que la estación veraniega un estas pendientes y colinas se extiende año se atrasa, otro se adelanta” reco­ una gran llanura de la misma longitud nociendo la influencia de la corriente que las colinas, en cambio su anchura del El Niño en la variación de lluvias, es diversa: en unas partes es más de señalando que lo hacen “con el fin una legua; en otras partes menos, en de comerciar con los indios medio otras es de media milla. Toda la lla­ salvajes e incivilizados, en algodón, nura es arenosa, pero también hay pimienta seca, sal, arroz, bananos diversidad de arenas: en algunos horneados, achiote y otros productos sitios la arena es gruesa, en otros de clima caliente” (ibid: 329). Señala menuda, en unos pocos es arena fina que más abajo se ubica Angamarca y en muchos lugares es pedregosa, a que “siempre está cubierta de niebla causa de las grandes correntadas del espesa, y rara la vez se ve claro el sol” río San Felipe en todas la erupciones (ibid:33o). del monte Cotopaxi, las que siempre han inundado casi la totalidad de La influencia del volcán Cotopaxi es aquella llanura, por lo menos en la tan gravitante, que bien puede defi­ anchura de una buena milla: se han nirse a la zona como una región bajo llevado toda la tierra buena y fecunda el volcán. Otro jesuíta, el padre Juan dejando solamente la arena y las pie­ de Velasco, es particularmente pro­ dras...” (Cicala, 1771:332). Al llegar a lijo en mostrarnos la influencia del San Miguel señala que “esta llanura coloso, sobre todo en el siglo XVIII.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 Velasco da cuenta de ocho erupciones 341): Más allá de la veracidad de los entre 1532 y 1768, a las cuales debe signos, es notable la relación entre el sumarse la erupción de 1783, siete volcán y su gente, determinando el de ellas se dieron en el siglo xvill. Imaginarlo, la vida cotidiana, las deci­ De sus efectos destaca tres aspectos siones de futuro y los ciclos de crisis centrales: (i) los flujos de agua, cuyas de la zona. inundaciones en algunas oportunida­ des llegaron “hasta la plaza mayor de La presencia del viento es otra de las Latacunga, y tuvo rodeado todos los grandes variables duras de la eco­ cuarteles de las casas, entrándose a logía de la zona. Cicala señala que ellas por las puertas, y las rendijas, “la ciudad de la Tacunga y todo su dejando en las calles grandes pedro- territorio se halla excepcionalmente nes de hielo, arrancados al bajar por dominado por torbellinos y violen­ el cauce”, que destruyeron hacien­ tísimos vientos durante todo el año, das, ganados, molinos y las casas; un tanto menos fuerte en los meses (ii) la caída de cenizas, arena y piedra de junio, julio, agosto, septiembre grande y menuda a centenares de y octubre, a los que les llaman vien­ leguas a la redonda que destruyeron tos de San Juan. Son tan violentos e los cultivos, los árboles y las casas impetuosos (pues yo mismo los he “quedando sepultados profunda­ experimentado por varias veces), mente los sembrados, y esterilizán­ que además de levantar nubarrones dose la tierra por mucho tiempo”; y de polvo y de arena arrastran de los (iii) los terremotos asociados, como barrancos y llanuras de arena gruesa aquel de 1768, que llegó a sentirse como balines y balas de escopetas y Incluso en Quito (Velasco, To.lll:i6i). los lanzan por los aires a manera de A estos estragos del volcán, debe una copiosa granizada, por lo que sumarse el gran terremoto de 1797 es necesario viajar con mascarillas”. que asoló a la sierra central2. Según Aquí aporta un dato adicional: con­ Clcala, los terremotos se anunciaban sidera que los peores vientos se dan en Tacunga con señales Inequívocas: en la parte alta de la cordillera occi­ “la primera es el humo del Cotopaxl, dental en el camino a Sigchos. Relata esto es cuando lanza humo más de varios episodios de personas que lo ordinario: la segunda es cuando fueron arrebatadas con muía y todo, por la noche estando el cielo sereno en esas alturas (lbid:342). La presen­ se oyen truenos profundos como cia de grandes nubarrones de tierras de cañonazos pero muy lejanos: la muestran una activa erosión eólica, tercera y más segura es cuando dos ocasionada por la Introducción del o tres días antes se ven crecer los barbecho (tiempo de descanso de la pequeños pozos de agua que tienen tierra), que Incorporó la agricultura en sus casas, con agua turbia y hasta traída por los españoles desde su el borde: de ordinario el agua turbia lógica de estaciones marcadas, cues­ rebosa el borde del pozo, y la expe­ tión que dejó desprotegldo al suelo, riencia les ha enseñado que enton­ contrariando uno de los principios de ces el terremoto ha de ser extraordi­ la agricultura andina, la de mantener nariamente fuerte y violento (Clcala, siempre el suelo cubierto.

2 Stevenson que pasó 11 años después por Tacunga señala que “quedamos asombrados al ver los escombros causados por el terremoto de 1797; la iglesia y los conventos habían sido demolidos por completo, y sus restos estaban aún en el mismo estado al que habían sido reducidos por esta terrible convulsión de la tierra" (Stevenson, 1994:402)

Cotopaxi: espacio social y cambio político Sintetizando, Cicala señala que, con étnicos. En lo espiritual dependía del todas estas influencias, el clima “es Vicario del Obispo de Quito y de tres variado de acuerdo con la situación párrocos: uno de indios, otro de mes­ de las tierras y lugares: así, hay cli­ tizos y otro de españoles, que nos mas de pronto frígidísimos, como muestran el crudo dualismo étnico, Tiupullu, Cotopilaló, Callo..., y otros con el que manejaban una realidad menos fríos y más suaves como: la fuertemente polarizada. Tenía como Ciénega, San Felipe, Cusubamba, su ciudad principal el asiento de blan­ etc. Otros climas son templados y cos de Tacunga en el que vivían hacia tibios como: Molleambato, Nagsiche, 1790 unos cuatro mil blancos. Es una Tiubamba, San Miguel (en el actual ciudad grande “con las calles simé­ Ambato), otros finalmente son calu­ tricamente distribuidas y divididas, rosos, como: Sigchos y Angamarca”. anchas, largas y empedradas”. Junto Muestra los impactos del viento y de a la ciudad habían dos subvurvios, las erupciones sobre un territorio que el de los indígenas “los mítimas de todavía se deja ver fértil, húmedo, San Sebastián” y el Barrio Caliente ( pero frágil, sometido a una intensa de indios y mestizos) que fue dura­ erosión eólica. Ese equilibrio precario mente golpeado por las erupciones fue dramáticamente roto más ade­ del Cotopaxi. Juntos sumaban otros lante, por la modernización agrícola. cuatro mil habitantes. Esta relación En el siglo XIX, nuevos terremotos entre ciudad blanca y pueblo indio asolaron el área, el de 1802 que fue adjunto, servía en la colonia para que pequeño, y el de 1877 que golpeó los el asiento criollo tuviera la fuerza de intentos de modernización. En el siglo trabajo necesaria para mantener las XX, la cordillera occidental que alber­ vías y las edificaciones públicas, pero gaba a la mayor cantidad de gente ha al mismo tiempo, era el espacio de sido deforestada y las bases produc­ mayor contacto interétnico, entre los tivas casi han colapsado. La pérdida indios libres (no sujetos a las hacien­ de humedad es alarmante, hasta los das) y el pueblo de criollos. glaciares pierden 50 centímetros por año: la situación actual es realmente Los principales pueblos indígenas se dramática. ubicaban a lo largo del Camino Real y hacia la zona occidental. Este doble eje, norte-sur y centro-oeste, tenía Administración y pueblos una profunda raigambre histórica, y del Corregimiento obedecía a las condiciones políticas de una parte y ecológicas de otra. Desde el punto de vista político, los De acuerdo al manejo administrativo incas introdujeron un ordenamiento de la Audiencia de Quito, el territorio de los pueblos al rededor del Camino de la Tacunga tenía hasta 1770 un Real que pasaba a Quito, en tanto, la Corregidor, un Escribano Público y ecología favorecía los asentamientos un Alguacil Mayor. No tenía Cabildo, en las cordillera occidental, un poco como Riobamba por ejemplo, es más alejados del volcán y en la cordi­ decir, no tuvo durante casi todo el llera menos nubosa y húmeda. siglo XVIII una élite unificada que creara una “identidad local”, dejando La lógica de ordenamiento territorial este aspecto a lo que podían hacer incaica, no varió sustantivamente con las haciendas, los pequeños sistemas lahaciendatradicional,hastalosproce- de dominación local y los señoríos sos de modernización que se iniciaron

Cotopaxi al debate: 1740-2001 1 ^ en el siglo XIX. Por esta razón, en el El estado colonial construyó una Camino Real o cerca de él, se ubica­ fábrica de pólvora en Latacunga, y en ban nueve pueblos: Saquisilí, Pujilí y el Barrio Caliente los mestizos produ­ San Miguel con alrededor de cuatro cían camaretas para las numerosas mil habitantes cada uno; Cusubamba fiestas indígenas. En los diversos y San Felipe con unos dos mil sete­ pueblos se producía “trigo, cebada, cientos cada uno; y Toacaso, Alaquez maíz, papas, quinua, habichuelas y y Tanicuchí, con mil cuatrocientos frutales, ganado ovino y bovino” de cada uno. En los flancos occidentales cuya leche se fabricaba quesos. Ste- se situaban Isinlibí con unos dos mil venson, otro acucioso viajero anota setecientos, Chugchilán y Sigchos con que “casi todas las frutas que existen unos mil cuatrocientos cada uno; y son una variedad de cerezas silves­ en la parte más occidental, en la zona tres llamada capulí, la cual crece en caliente y lluviosa, lindando con los abundancia y constituye el principal “Colorados” se situaba Angamarca alimento de los indios cuando está con unos mil cuatrocientos. La pobla­ madura; existen además una pocas ción del Corregimiento era de 50.280 manzanas y algunos duraznos. El personas, de los cuales, el 75,63% nitro se encuentra en algunas partes eran indígenas, el 23,65% blancos, de la provincia y se manufactura una el 0,69% libres de varios colores y el considerable cantidad” (Stevenson, 0,03% esclavos negros3 a finales del (1808-28). 1994:403) siglo XVlll. En 1824 se creó el cabildo de Lata­ La economía del Corregimiento se cunga como un cantón de basaba en la producción textil, la con la Ley de División Territorial de la actividad agropecuaria y la produc­ Gran Colombia. Con la nueva ley de ción artesanal, reconociendo cierta División Territorial de 1851 junto con especialidad por pueblo. Los obrajes Ambato conformaron la provincia de ubicados en el valle central producían León. En 1860 se crea la provincia de telas, paños de lana y algodón, som­ , de manera que, en esa breros, tapetes, pellones y mantas. época se define el territorio actual, En Pujilí y en el Colegio de la Com­ pero todavía con el nombre de provin­ pañía de Jesús se producían objetos cia de León. Recién en 1938, se deno­ de cerámica (vasos, jarras, cubetas, mina provincia de Cotopaxi (Enoch, copas, tazones y jofainas) que goza­ 1981:299) en homenaje al volcán ban de mucha aceptación en toda la que ha pautado tanto la vida de sus Real Audiencia. También habían fábri­ pobladores. cas de cal que se vendía en Quito. En Saquisilí hay algunos molinos de semilla de nabo, cuyo aceite sirve De la crisis textil para cardar e hilar lanas para tejer a los complejos paños, bayetas, jergas y telas de lana, que tiene gran demanda y buen “obraje-hacienda” precio (tres escudos el jarro). En la zona caliente de occidente comen­ La crisis del sector textil que dinami- zaron a montarse trapiches para la zaba a la economía de la región cen­ producción de aguardiente de caña. tro norte de la Audiencia de Quito,

3 ANH, Q, Empadronamientos, Numeración de Corral y Narrío, 1783

Cotopaxi: espacio social y cambio político comenzóamanifestarseenlasdécadas algodón, con sombreros, aunque muy finales delsiglo XVII. Se trataba de una escasamente. Solamente se mantiene crisis de demanda del sector externo, vivo el comercio de tapetes, pellones que se complicó con factores inter­ y mantas” (Cicala:323). Otro efecto nos. El factor externo más importante de la crisis fue la migración de impor­ y decisivo, fue el decrecimiento de la tantes contingentes de indígenas de producción de plata en Potosí que al la región central a la sierra norte. De contraerse drásticamente entre 1701 y hecho, el 36 % de los habitantes del 175o4, redujo la demanda textil. Entre Corregimiento de Otavalo en 1720, los factores internos se considera que provenían de Riobamba, Ambato y los terremotos y epidemias que dis­ Latacunga5 (ANH,Q, Indígenas, C.37 minuyeron la disponibilidad de fuerza y 38). Se cerraron varios obrajes par­ de trabajo y golpearon la infraestruc­ ticulares y de comunidad (Browne, tura productiva, ayudaron a profundi­ 1984; Alchon, 1991; Tyrer, 1988; Ortiz zar la crisis. En la zona, las erupciones de la Tabla, 1977). Los únicos obra­ del Cotopaxi y los terremotos dejaron jes que pudieron sobrevivir fueron una inmensa destrucción; que adicio­ aquellos que pertenecían a grandes nalmente ocasionaron epidemias y complejos hacendados, que pudieron hambrunas. financiar su desplazamiento regional o competir con precios bajos. Frente a la crisis, muchos obrajeros lograron rearticular su mercado hacia Muchos obrajeros y hacendados los centros mineros de Nueva Gra­ vendieron sus propiedades, acosa­ nada que se encontraban en plena dos por la estrechez del mercado y expansión productiva (Melo:i979). C. por las deudas. Las evidencias nos Borchart establece que las Guías de llevan a la conclusión de que en el comercio despachadas desde Quito siglo XVlll, como consecuencia de la a la Nueva Granada aumentaron pro­ crisis se produjo una mayor concen­ gresivamente del 4 2,2% en 1787 al tración de tierra en la sierra centro 57,5% en 1795 y al 76% en 1818; en norte, especialmente en favor de las tanto, las guías que van al sur decre­ órdenes religiosas y grandes pro­ cieron del 3 ,7 % en 1787 al 2,5 % en pietarios que manejaban complejos 1795 hasta prácticamente desapare­ hacendarlos (diversas haciendas cer en 1819 (Borchart, 1988:292). con producciones distintas y com­ plementarias) y complejos obrajeros Sin embargo, ello ocurrió solo con que estaban articulados a haciendas parte de los productos: Cicala señala agrícolas que les daban soporte. Los que luego que languideció el comercio, catastros que se realizaron para el “al presente se trafica en la Tacunga cobro de alcabalas nos confirman la con pocas telas y paños de lana y mayor concentración de tierras6 *. En

4 En la década 1641 a 1650 se produjeron 589.824 pesos, producción que fue bajando hasta que en la década 1691 a 1700 sólo se produjeron 303.017 pesos (Assadourian, 1982:121) 5 El Corregimiento de Otavalo tenía 4.182 tributarios, de los cuales 1.517 eran forasteros (ANH, Indígenas, 37, 1720)

6 Hemos evaluado siete tipos de fuentes: Alcabalas, Visitas, Guías Comerciales, Relaciones Geográficas, Notarías, Libros de Haciendas e Informes de autoridades locales, de las cuales, el avalúo catastral para el pago de la Alcabalas, es la fuente más prometedora, porque permite conocer los propietarios y definir estratos por avalúo, que muestran los diversos tamaños e inversiones de una propiedad.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 1 1756 se contabilizaron en Latacunga que las reformas tributarias tuvieron 296 haciendas (Tyrer, 1976:432-33), éxito: el cómputo en quinquenios cuarenta y ocho años más tarde, muestra que a partir de 1774, hay un solo se contabilizaron 242 hacien­ incremento del 154%, de los ingresos das, cuestión que muestra el proceso anuales que llegan a su máximo tope de concentración de la propiedad. en el quinquenio 1794-99 (Borchart, 1988:299-311).

A partir de la segunda mitad del Para la imposición de estas nue­ siglo XVIII, sin que la sierra central se vas medidas tributarias se debieron haya logrado recuperar de su crisis, hacer censos de población más pro­ el estado colonial introdujo nuevas lijos; se redefinieron las categorías medidas fiscales, en el marco de las de indígenas, incluyendo a muchos denominadas “reformas borbónicas”7 que se consideraban mestizos en que profundizaron la crisis de ese la población tributaria; se cambió espado. Las reformas iniciales tuvie­ la burocracia local que comenzó a ron el propósito de elevar las recau­ cobrar directamente los tributos que daciones fiscales de la Audiencia, a en el pasado se arrendaban; se reeva­ través del monopolio de los estancos luaron las propiedades agrarias y se de aguardiente, pólvora y de tabaco, aumentó el número de los pequeños un ensanchamiento del número de contribuyentes. Las nuevas imposi­ tributarios y una mejor recolección ciones fueron resistidas con un ver­ del tributo, y la imposición de alca­ dadero ciclo de levantamientos. Entre balas a los productos y propiedades. 1700 y 1760 solo se registraron trece El impacto en la Tacunga fue directo: sublevaciones importantes; en tanto, el estado instaló fábricas de aguar­ entre 1761 y 1803 se registró un ver­ diente en la zona caliente, tratando de dadero reguero de 32 revueltas en la monopolizar la producción, obligando Real Audiencia8 **. Aunque los motivos a los productores locales a entregarle de las sublevaciones fueron diver­ miel y raspaduras. También el estado sos, y en ocasiones muy acotados a instaló la Real Fábrica de Pólvora en circunstancias locales, la mayoría de Latacunga que obligó a los indios de ellas tuvieron una clara motivación Tanicuchí, Saquisilí y Cusubamba a fiscal. En unos casos, los indígenas se trabajar en ella y compitió de manera sublevaron contra las numeraciones desleal con las pequeñas “fábricas de que buscaban elaborar una nueva cohetería y fuegos artificiales”, que base de tributarios y contra los tribu­ debieron cerrar en 1791, y a los arte­ tos; en otras se levantaron contra los sanos se les obligó a comprar la pól­ diezmos, curas, minas y hacendados; vora para su trabajo. Los datos de la y otras sublevaciones repudiaron las Real Caja de Quito, permiten concluir alcabalas y el monopolio estatal de los

7 Los Borbones accedieron a la Corona en 1713. Implantaron una serie de medidas administrativas y políticas para aumentar los ingresos a la Corona y contrarestar el declive económico de España: crearon nuevos virreynatos, introdujeron las intendencias en lugar de los Corregimientos, favorecieron una administración controlada más directamente por españoles cuestión que desplazó a muchos criollos, expulsaron a los jesuítas para tener mayor control de la iglesia, crearon milicias coloniales para controlar cualquier desorden y decretaron el libre comercio que produjo el despegue de varios puertos. 8 “27 en la Sierra CentroNorte 27, en la Sierra Sur 4 y una en el oriente. Ver una lista de sublevaciones en mi artículo “Los indios y la constitución del Estado Nacional” en "Los Andes en la Encrucijada, FLACSO, 1991:419-456

Cotopaxi: espacio social y cambio político estancos. La mayoría de los idearios la “numeración” que les impondría de las sublevaciones en la Audien­ nuevos impuestos. Sin embargo, tiene cia de Quito intentaron recuperar los varios ingredientes particulares: se señoríos étnicos que constituían su levantan contra un eventual reasen­ mayor experiencia histórica (Ramón, tamiento a Logroño, especialmente 1989; Moreno, 1995); otros buscaron de los jóvenes, cuestión que provocó recomponer “pactos” con el estado la activa participación de las muje­ colonial y las haciendas; algunas res. Se levantaron en defensa de sus solamente rechazaron los excesos ganados y de sus pequeñas chacras, sin desarrollar propuestas visibles, y que según se creyó serían confisca­ otras incluso llegaron a la autoliqui- das. Ello muestra la existencia de una dación étnica como medida extrema, pequeña economía familiar, tanto de sobre todo en las zonas marginales9. indios sueltos, como de aquellos que En la zona de Cotopaxi se produjeron trabajaban en los obrajes, a las que cinco sublevaciones, una de ellas de estaban dispuestos a defender hasta gran envergadura: una pequeña en la muerte. La sublevación mues­ 1746 en Sigchos y Toacazo protago­ tra una importante participación de nizada por los mitmajkuna, secun­ mujeres mulatas que trabajaban en dando el alzamiento de Juan Santos los obrajes. Tal alianza entre subalter­ Atahualpa realizado en el Perú; otra nos es novedosa, puesto que en otros en 1766 en Molleambato, San Miguel sitios, mas bien los negros y mulatos y Cusubamba, “contra el cobro de habían sido utilizados para reprimir tributos adelantados” que rompía a los indios. También se destaca el el ciclo de la economía étnica. En liderazgo de los mandos medios (un aquella ocasión se planteó la auto­ alguacil y alcaldes de comunidad) nomía del Señorío y se proclamó a que lideran a los indios sueltos y a un Hati; en 1771 se produjo la mayor los trabajadores del obraje estatal de sublevación en San Felipe contra la La Calera que fuera de los jesuítas, numeración; en 1778 los indígenas antes de su expulsión. El cacique, un urbanos de San Sebastián en Lata­ Sancho Hacho Pullupagsig, se man­ cunga protagonizaron una pequeña tiene alejado de los acontecimientos, escaramuza oponiéndose al traslado cuestión que muestra que el papel y de un cura amigo; y en 1797, con oca­ la actitud de los caciques del área se sión del terremoto, muchos indios de mantenía cercano a los españoles. De Cotopaxi se unieron a la rebelión con­ otra parte, es impresionante el coraje tra las aduanas y por la autonomía de y valentía de un indio joven, Lucas los señoríos dirigida por los indios de Guamán, que llegó a batirse hasta Riobamba10 con diez españoles, llamados en la zona “chapetones”. La violencia de El levantamiento de 1771 de San Felipe los acontecimientos en los que fue­ muestra comportamientos análogos ron masacrados, golpeados y lisia­ de los indios a otros observados en dos varios indios, entre ellos, varias la Audiencia: es un levantamiento, mujeres, denota un dualismo étnico en principio antifiscal, en contra de muy rígido".

9 Salomón, Frank, El shamanismo y la resistencia indígena en el Ecuador, Cultura 21, BCE, 1985, Quito. 10 Ramón, Galo, Los indios y la constitución del Estado Nacional, en Los Andes en la Encrucijada, 1991: 451-455 11 11 Para una descripción más pormenorizada de los eventos, ver, Moreno, Segundo, Sublevaciones Indígenas de la Audencia de Quito, 1995: 131-151

Cotopaxi al debate: 1740-2001 1 ^ Para inicios del siglo XIX, en 1804, el y en el eje transversal que unía Quijos 54% de los indios (4.515 de 8.282 en la amazonia con los flancos coste­ contabilizados) habían sido incor­ ños de los pueblos yungas (tsáchilas porados por las 242 haciendas de y otros). Por esta razón, la zona fue Latacunga, para un promedio de intensamente kichuizada, se coloca­ 18,7/hacienda. El porcentaje más ron mitmajkuna de alto rango, grupos alto de “indios sujetos”, estaba en de control militar y camayos que pro­ Cusubamba (76%), Pujilí (73%) y San ducían bajo el esquema de “archipié­ Sebastián (60%); en tanto los más lagos verticales”. De esa estructura bajos en Toacaso (36%), Isinliví (33%) antigua, quedaban fuertes vestigios y Sigchos (28%)12, lo cual muestra en el siglo XVIll: (i) habían mitmas que el avance de la hacienda sobre “ingas chinchaysuyos” y “cañares” los indios se produjo en la zona cen­ de elevado rango en Pujilí y Anga- tral del valle, tendiendo a desplazar marca; (ii) mitmas comunes en San a los indios sueltos a las zonas más Sebastián, Saquisilí y Alaquez (Gua- remotas y menos fértiles. Ello agrega mán marca y Chuquimarca); así como otra explicación a la degradación yanaconas en Alaquez y Angamarca ecológica de la cordillera occidental. (iii) camayos en San Felipe y varios Por su parte, también para ese año, grupos pertenecientes a Angamarca 1804, se contabilizan 27 obrajes en destacados a zonas como Ambato Latacunga (uno en Alaquez, siete en y Salinas; de Alaquez destacados Saquisilí, seis en Pujilí, dos en Cusu­ a Pusuquí y Pomasque en Quito; y bamba, uno en San Miguel y siete en de Cuzubamba a Pillara, en el típico San Sebastián) que en general siguen modelo de colonias a distancia; (iv) el patrón de distribución hacendaría, todavía era perceptible la organiza­ es decir que, funcionaba allí la ecua­ ción tripartita incaica (collana, payan ción obraje-hacienda, que constituye y cayao): habían grupos collana en una particularidad de Cotopaxi. El ele­ Cuzubamba, IsinlivíyAngamarca; gru­ vado número de obrajes, (más que en pos Urinsaya en Cuzubamba, Atunsi- Riobamba que en ese año tenía solo gchos en Sigchos y (v) habían grupos, once, que Ambato que solo tenía tres al parecer puruhaes, cuyos nombres y que Quito que tenía 12 chorrillos), se parecen mucho a los que estaban muestra que, por su cercanía a Quito en San Andrés de Chunchi, (Tuguán y y a Nueva Granada, la producción Patulán) que probablemente fueron obrajera de Latacunga sobrevivió a la movilizados también por los incas crisis, por tener mano de obra barata (ANH, Q, Cacicazgos). y un mercado cercano. En la colonia temprana, los caciques de Cotopaxi habían establecido fuer­ Los señoríos y tes relaciones de alianza con los parcialidades indígenas españoles (el poderoso clan de los Sancho Hacho), que les habría per­ mitido mantener algunos de sus pri­ Cotopaxi fue en el incario una zona vilegios. Ello explica que hayan gru­ importante, por situarse, como pos de Vagabundos y Forasteros en hemos dicho, en el eje longitudinal Pujilí e Isinliví al mando de señores del Camino Real que conducía a Quito étnicos locales; también indios de la

12 Udo Oberem: “Indios libres e indios sujetos a haciendas...", 1804-05, Pendoneros 20, 1981

2 O Cotopaxi: espacio social y cambio político Real Corona (es decir que tributaban o Munduquín, Yanacona, Guallasillí o directamente al Rey) en San Felipe; y Gualasí, Collana, Sicoto Cañar, Ipigua, el hecho de que los “yungas Colora­ Paliado, Ambato, Pujilí y Salinas. Ello dos”, es decir los actuales tsáchilas, es importante, porque, las identida­ habían sido colocados bajo la juris­ des de estos cacicazgos poscolonia­ dicción de los caciques de Sigchos. les tenían dos vertientes: la vertiente Sintetizando, para el siglo xviii, la territorial (residencia en uno de los zona tenía indígenas de siete proce­ trece pueblos) y la vertiente “red de dencias distintas (mitmas de elevado parcialidades”, de manera que, no rango y mitmas comunes de origen se adscribían a determinado pueblo, sureño), indios puruhaes y quiteños, sino a un territorio extenso compar­ indios “vagabundos y forasteros” de tido. Ello ayudó a crear, en nuestra diverso origen, los yungas colora­ opinión, una fuerte unidad del terri­ dos y los indios locales fuertemente torio kichwa de Cotopaxi. kichuizados, lo cual cuestiona una eventual identidad panzaleo, que de Entre 1700 y 1826, hay cuatro gran­ otra parte resulta de un equívoco de des familias que controlan las gober­ los arqueólogos13 **. Lo cierto era que, naciones de los diversos pueblos: los allí se estaba amasando una identi­ Sancho Hacho (en su variantes Pullu- dad kichwa sobre la base de clanes pagsig, Zamora, Espinar, Márquez familiares, que incluso intentaron o Narváez) que manejan los cinco captar, sin conseguirlo, a los llama­ pueblos (San Miguel, Pujilí, Saquisilí, dos Colorados. Alaquez y San Felipe); los Hati (en sus versiones Aja, Cañar) que manejan En el siglo XVlll, funcionaban aún las San Miguel, Isinliví, Tigualó, Toacaso redes de los antiguos señoríos. De y Sigchos; los Cando que controlan hecho, cada cacique tenía asiento Saquisilí, Muíalo y Angamarca; y los en una jurisdicción (en uno de los Chicaiza que se mueven en Anga­ trece pueblos) y cobraba los tributos marca y Pujilí. Junto a ellos, un con­ de “sus indios sujetos” que estaban junto de caciques menores como: los ubicados en el núcleo central y en Poinluisa, Tobanda de Angamarca; diversos pueblos. Los ejemplos más los Bastidas, Saragosín, Ruiz, Calaho- extendidos de este tipo de redes rrano, Suárez de Latacunga; Cáceres los podemos encontrar en los caci­ de Tanicuchí; Ambumala de Cusu- ques de Alaquez y Angamarca. Los bamba; Moncayo de Atunsigchos, caciques de Alaquez cobraban sus Toacazos y Colorados; Tandalla de tributos en las siguientes parcialida­ Alaquez; Caizatoa de San Sebastián; des: Narváez, Guamán Marca, Ylata, Salazar Cordones Betanzos Inga de Yanaconas, Sagra, Alón, Choasua, Pujilí (ANH; Q, Cacicazgos). Chuquimarca, Yanque, Collagua, Alaquez, Unache, Pusuquí y Pomaz- Con el ciclo de rebeliones del siglo que) situados en diversos sitios del XVlll, muchos “caciques de sangre” territorio local y extralocal. Lo mismo que habían liderado rebeliones en puede decirse de los caciques de los Andes perdieron el mando, cues­ Angamarca, que cobraban los tribu­ tión que se complementó con el tos de las parcialidades: Munduqui proceso de elecciones democráticas

13 Hace cuarenta años, en los 60s se debatió duramente sobre la ubicación de la etnia “panzaleo" a inicios de la colonia. Las investigaciones mostraron consistentemente que ella se ubicó al sur de Quito, en Machali, Aloag, Aloassí y Panzaleo, antes del nudo de Tiupullo.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 2 1 impulsadas por las reformas gadi­ presupuesto ha bajado al 12,85%, con tanas de 1809-1812. Sin embargo, lo cual los indios pierden peso econó­ en Cotopaxl, los registros históricos mico y político; el empréstito público muestran que hacia 1810-20 son las constituye un 13 % , cuya presencia mismas familias las que mantienen nos acompañará en toda la era repu­ el control, lo cual ratifica nuestra blicana hasta el presente en el que anotación de que se mantenía la es un verdadero dogal; y el 16 % res­ alianza con los españoles. También tante de varios ingresos burocráticos: es muy significativa la presencia de papel sellado, pólvora, ramos atra­ cacicas mujeres que litigan por man­ sados, temporalidades, entre otros, tener a sus hijos en las direcciones de un total de i ' 3 7 2 . 8 o o pesos14. Los caciquiles: las cacicas Chicaiza de señoríos se disuelven en pequeñas Angamarca, Cando Lazo de la Vega parcialidades y muchos jefes étni­ de Muíalo, Márquez Narváez Sancho cos se mestizan. Este mestizaje de Hacho de los cinco pueblos, Hati de los caciques locales, si creemos en el San Miguel y Titusunta Llamoca de increíblemente desordenado trabajo Pujilí y Saquisilí. Estas últimas son de Fernando Jurado, comenzó muy parte de poderosas familias regiona­ tempranamente en el siglo XVIl15. les que también manejaban la zona de los puruhaes. En verdad, las muje­ res eran la base de estos poderosos El sistema hacendarlo en clanes familares locales y regionales. el siglo XIX Los señoríos étnicos perderán funcio­ nalidad con la sostenida baja del peso Una impresionante y voluminosa del tributo en las rentas fiscales entre información recogida por Carlos 1830 y su abolición en 1857. La nueva Marchán sobre 131 haciendas de la composición de los ingresos del pre­ zona, que resulta una muestra muy supuesto estatal de 1858 recogida representativa, nos permite seguir la por Manuel Villavicencio, muestran evolución de la hacienda cotopaxeña importantes cambios: el ingreso por entre 1818 y 193o16. las aduanas de Guayaquil y Manta constituyen el 36,26% del ingreso La hacienda predominante es la dedi­ total, generados en su mayoría por cada a la actividad agropecuaria, tam­ las exportaciones de cacao, tabaco bién existen algunas haciendas trapi­ y balsa de la costa, complementadas cheras, como ladenominada“Malqui” con la exportación de cascarilla, som­ en Chugchilán de Juan Manuel Lasso breros y ropa de la sierra; los impues­ ubicada en la zona subtropical, y aún tos internos a la producción como los logran mantenerse en pie algunos diezmos, la sal, el aguardiente y las complejos de “obrajes-haciendas” alcabalas, pagados especialmente como el “Tilipulo” de José Modesto en la sierra constituían el 20,54%; la Larrea, el “Obraje” del General Isidoro contribución indígena, que anterior­ Barriga, el “Guaytacama” de Aparicio mente financiaba la mayor parte del Rivadeneira y Tobar, entre otros, que

14 Villavicencio, Manuel, Geografía de la República del Ecuador, CEN, 1984. 15 Ver, Jurado, Fernando, Sancho Hacho: orígenes de la formación mestiza ecuatoriana, s/f. ABYA YALA-CEDECO. 16 Ver, Marchán, Calos, La estructura agraria de la Sierra Centro.Nore, T.II, 1985

2 2 Cotopaxi: espacio social y cambio político producen para el mercado de Quito a distancia y solo tienen los mercados y el de Colombia. Alejandra Kennedy domésticos. Ello explicará el surgi­ y Carmen Fauria estudian uno de los miento de un sector modernizante de importantes complejos “obraje-ha­ terratenientes en la sierra, dispues­ ciendas” de la zona, que en silgo XIX tos a introducir cambios en las rela­ comprende: el obraje de Tilipulo, las ciones de servidumbre al interior de haciendas “La Compañía o Saquisilí, la hacienda. Guaytacama, las dos Cunchibambas (estas dos en Ambato). También se La hacienda se ha expandido a toda conectaban las haciendas ganade­ la zona occidental, incorporando las ras San Juan, Muíalo, Pasanche, La zonas altas y subtropicales. La infor­ Calera y Churupinto. La producción mación no es explícita en el caso de del obraje se orientaba en el siglo la cordillera central, aunque por el XIX a Popayán, producía artículos de aumento de propiedades, cabe ima­ lana hasta mediados del xix, para lo ginarse que su “conquista” era agre­ cual importó maquinaria en 1853. El siva. En las zonas altas de la cordi­ obraje aún subsistía en 1884, en que llera occidental, están registradas las sucumbe a la competencia extranjera haciendas de Guangaje de José Alva­ y se convierte en hacienda agrope­ rez y Torres, la de Tigua de los Here­ cuaria (Kennedy y Fauria: 1988:141- deros de Juan Pío Escudero, Sala- 220). malag del General Manuel Matheu y Herrera, hoy territorios muy degra­ Por su parte, las haciendas agrope­ dados; en el flanco externo, hacien­ cuarias podían subdividirse entre das como La Provincia; en Sigchos aquellas que producían básicamente haciendas como Silajo, Chínalo, Gua- cereales y las que producían princi­ yama y Magdalena, para mencionar palmente ganado y quesos, división las principales. El número de propie­ que será importante en los posterio­ tarios también ha crecido, para 1871, res procesos de modernización. Esta en la provincia de León hay 1.433 pro­ última actividad resulta la más renta­ piedades avaluadas en más de 200 ble, de acuerdo a una estimación rea­ pesos17. Ese crecimiento no se debe a lizada por un embajador francés, la la existencia de un activo mercado de actividad lechera (leche fresca y que­ tierras, sino a formas tradicionales de sos) lograba un 14 % de rentabilidad traspaso de la propiedad. De la docu­ sobre el capital invertido; le seguía la mentación referida, en los 112 años, producción de carne de vacuno que apenas se registran 118 compraventas lograba una utilidad neta del 6,9% directas (1,05/año), predominando del capital; y luego la producción las divisiones por herencia (77 testa­ agrícola de cebada, maíz, trigo y papa mentos) y 47 juicios de partición de que obtenía una utilidad neta del bienes. La figura más socorrida es el 5 % del capital (Saint Geuors, 1994: arrendamiento: en esos mismos años 160). La rentabilidad de las haciendas se registra 175 contratos de arrenda­ queseras resultaba de lejos la mejor miento (1,56/año), lo que muestra opción, en una época en la que las que la clase dominante “local” no haciendas han perdido sus mercados residía en sus predios, ni siquiera en

17 La provincia de León tenía dos cantones, el de Tacunga y Ambato, de manera que a este número de propiedades debe restarse las que pertenecen a Ambato. En todo caso, crecieron con relación a las 212 registradas a inicios del siglo.

Cotopaxi al debate: 1740-200 L 2 3 Cotopaxi. Tampoco la figura del arren­ en Latacunga. La lista es muy larga, damiento jugaba un papel moder- mencionemos a Manuel Larrea Jijón nizador de la propiedad, porque los que adquirió Mulinlibí en Cotopaxi en arrendatarios no realizaban ninguna 1796, José Carrión Velasco que com­ inversión, todo lo contrario, sobre­ pró la hacienda Alaquez en 1804... explotaban los predios y la fuerza de Este comportamiento es generaliza- trabajo, cuestión que se añade a las ble a buena parte de propietarios, razones de deforestación de la zona. razón por la cual la figura precapita­ Las localidades estaban controladas lista del arrendamiento fue la princi­ por poderes locales integrados por pal forma de manejo de esas unida­ pequeños terratenientes, arrenda­ des. Ello explica que no haya habido tarios de haciendas, los curas, los una real presión por crear un Cabildo tenientes políticos y los quilcas. local, que mas bien surgió tardía­ mente impulsado por la racionalidad Como hemos señalado, los propie­ estatal que creó este cuerpo interme­ tarios de las haciendas de Cotopaxi, dio a inicios del XIX, para administrar no crearon una verdadera clase domi­ ese territorio con mayor fuerza. nante local de carácter regional, sino pequeños sistemas de dominación Otra forma de ver esta conformación local. En ello incidieron varios hechos local de los pequeños sistema de notables: la cercanía a Quito, que dominación, es analizar las fiestas permitía que muchos integrantes de y los iconos religiosos. Los diversos la élite quiteña tengan haciendas en pueblos tienen iconos religiosos de Latacunga, o la posibilidad de que los carácter local: el Niño de Isinche, grandes hacendados locales se tras­ que está en la iglesia de la Hacienda ladasen a Quito, sin perder la propie­ de Isigche cerca de Pujilí; el señor dad de esas unidades. Los estragos de Cuicuno, que se encuentra en el producidos por las erupciones y los Santuario de Cuicuno y tiene devotos terremotos del siglo XVIII, alentaron de varios sitios; el señor de Macas o este tipo de proyectos. Cicala relata Maquitas, que está en la iglesia de que varias Ordenes Religiosas evi­ Poaló (pueblo de mestizos); el Cora­ taron construir sus escuelas de for­ zón de Jesús del Arbol, que está en mación o levantar grandes edificios una casa particular de Saquisilí; el en una zona tan inestable desde el señor de la Calera en Latacunga que punto de vista telúrico. Igual estra­ tiene devotos de su localidad, así tegia tuvieron varios hacendados. como la Virgen de la Merced llamada Por ejemplo, el hijo del Marqués de La Peregrina, alrededor de la cual se Maenza, que era dueño de dos gran­ organiza la fiesta de la Mama Negra des haciendas y un obraje, jamás resi­ que hoy en día es divulgada como la dió en la zona. Otro ejemplo es el del fiesta general de la zona; en Anga- Marqués de Miraflores que se tras­ marca existen tres imágenes del Niño ladó a Quito en 1751 (jurado, s/f:288). Jesús que cuentan con devotos parti­ Pero no solo los marqueses, también culares; la Mamá Natividad que está los hacendados menos encopetados: en una comuna de Saquisilí, y luego doña Rosa Carrión Velasco se tras­ pasó a la Casa Campesina; San Fran­ ladó a Quito en 1781, también Miguel cisco o Taita Pancho que tiene gran Carrión Quiñónez que vivía en Quito popularidad entre los indígenas; y en 1840, pero que fue incluso Corregi­ en las comunidades indígenas de dor de Latacunga (ibid: 331). Gente de Guangaje, Tigua y Zumbahua se hace la élite quiteña adquirió propiedades culto a la Rumi Cruz. Todos ellos son

Cotopaxi: espacio social y cambio político iconos locales, que dieron lugar a y tan temprano como 1833 debieron fiestas locales. acudir al naciente capital financiero bancario, para hipotecar sus predios. Una coyuntura particularmente difícil En la documentación revisada hemos que vivieron las haciendas y que contabilizado 93 hipotecas para el refleja su grado de vulnerabilidad, período mencionado, lo cual muestra fue aquella producida entre 1818 y que los terratenientes vivían endeu­ 1830, ocasionada por los combates dados hasta los huesos. En este caso, de la independencia. La economía se también el capital financiero jugó un desorganizó, el cambio del aparato papel parasitario que succionaba los burocrático central, las reclutas ingresos de los terratenientes que forzadas de ambos bandos, las usaban esos dineros para financiar requisiciones de vituallas y animales, otras actividades económicas o sus las deudas que tenían las haciendas gastos personales, sin desarrollar (denominadas “censos” en la época) procesos de modernización. y hasta la activa militancia en el bando independentista de muchos de El aspecto más significativo que revela los hacendados quiteños que tenían la documentación que comentamos, propiedades en la zona, conspiraron es la importancia que va adquiriendo contra la economía hacendaría. Los el acceso, manejo y posesión del hacendados de Cotopaxi pidieron agua. Este recurso que parecía sobrar una rebaja del interés de los censos en el siglo XVI11, comienza a escasear del 5 al 3 % , porque según decían que a partir de 1832, cuando aparecen los el gobierno español cuatro primeros contratos de uso de agua. Caldas en 1804-05, a diferen­ “ha procurado destruirlos y sepultar­ cia de las impresiones de Cicala que los (a los pueblos) en la más espan­ estuvo treinta años antes, habla de tosa miseria (y) que las grandes un valle árido que se mantiene mas haciendas que contiene este cantón bien de los obrajes: se hallan, como sucede en lo gene­ ral en la provincia, tan recargadas de “este pueblo (de Saquisilí) situado en principales acensuados que no cono­ medio de un arenal estéril, mantiene cen propietarios, sino unos inqui­ muchos indios, lo que le hace uno de linos que sacrifican su sudor y sus los mejores beneficios del obispado. desvelos en benéfico de los censua­ No ocupar estas manos la labranza, listas” (AN H,Q, Censos y Capellanías, sería luchar contra un suelo Ingrato; C.76:1821-23) pero la Industria le trae de todas partes la abundancia y las riquezas. Muchas de las haciendas no podían Ocupados en los obrajes de Tlllpulo, pagar las deudas de los tributos labran la lana de todos los partidos, de sus conciertos y aquellos que y ricos, hacen ver que un poco de compraron a crédito los bienes de Industria puede mantener millares temporalidades (expropiados a los de hombres sobre el suelo más árido jesuítas en 1767) tenían dificultades e Ingrato” (Caldas, en Manuel Miño, en pagarlos. En 1818 tres haciendas 1984:177). debían los tributos de sus conciertos, en 1819 otras tres, en 1820 subieron Los juicios de agua crecen en el trans­ a 8, igual número en 1821, llegando a curso del siglo. También aparecen 20 en 1822 y a 38 en 1823, para des­ contratos de apertura de acequias, y cender a 26 en 1824 (Marchán, 1985). contratos de servidumbre de aguas: Varias haciendas fueron rematadas entre i832y 1930 hemos contabilizado

Cotopaxi al debate: 1740-2001 2 5 43 juicios de este tipo, a un prome­ capacidad de retención de agua en dio de 0,43/por año, que revela una esos suelos. También puede deberse alta conflictividad. Aunque no tene­ a un crecimiento de la demanda porel mos una explicación exhaustiva del crecimiento del número de propieda­ problema, la falta de agua e interés des y de su uso irracional, tema que por su acceso, es un claro indica­ debe ser profundizado18. Tanto los dor de una disminución producida obrajes como las haciendas deman­ por la expansión de las haciendas a daban agua. la altura, que habrá disminuido la

18 Algunos estudiosos del clima han hecho notar que desde 1850 comienza un proceso de disminución de la humedad en los páramos ecuatorianos.

Cotopaxi: espacio social y cambio político LA MODERNIZACION AGRARIA: 1910-1990

Los intentos más tempranos de intentos modernizadores: “los últi­ modernización en la zona, fueron mos obrajes de ¡os alrededores de protagonizados por los dueños de Latacunga se cerraron y su expansión los obrajes. En 1833, José Modesto prácticamente terminó” según lo des­ Larrea firmó un contrato de “com­ tacó Saint Geours (1994,141) pañía” con Esteban Joleaud para “mejorar, adelan tar y perfeccionar las La modernización de las hacien­ manufacturas del obraje de Tilipulo”, das serranas se volvió a plantear en incorporando las máquinas necesa­ tiempos del boom cacaotero, entre rias que serían importadas de Chile. 1875-1930. Se lograron con mucho El proyecto fracasó. Años más tarde, esfuerzo crear ciertas condiciones en 1853 se logró la mecanización par­ favorables: un sector modernizante cial del obraje. Ello suscitó una fuerte de la clase terrateniente serrana dis­ impresión de un observador de la puesto a sustituir importaciones para época que comentó que abastecer con alimentos a la costa; un presidente de la República, Eloy “Hay dos de ellas -se refería a dos Alfaro, decidido a vencer los Andes fábricas- montadas en grande con con la construcción del ferrocarril en máquinas traídas de Europa, una en la zona más escabrosa del mundo. Por el valle de los Chillos -de Jijón- ...de fin el sueño se cumplió, el ferrocarril algodón y otra en Tilipulo... de lana. Todas las demás -añadía- son mon­ Quito-Guayaquil se terminó de insta­ tadas en pequeño y por así decir lar en 1908. Empero, se demostró que domésticas... (Lisbo, Miguel, En Ken­ ello no era todo lo que se necesitaba: nedy, et. al, 1988:205). poderosas fuerzas políticas acecha­ ban contra el proyecto modernizador. Sin embargo, el esfuerzo de conver­ tir a los obrajes en fábricas resultó En lasierra, elsectortradicionalistade modesto: debía enfrentarse a una la clase terrateniente, no tenía interés competencia cerrada con los produc­ alguno ni en el ferrocarril, menos en tos extranjeros, en condiciones de un la posibilidad de sustituir importa­ mercado pequeño. El principal incen­ ciones para abastecer a la demanda tivo de la modernización provenía costeña y a la ciudad de Quito que de la demanda de textiles del sur de experimentaba una ligera expansión. Colombia que estaba expandiendo su Se aferraban a la comodidad de man­ economía, pero sus demandas fueron tener el statu quo, la servidumbre finalmente cubiertas por los textiles en las haciendas, pero sobre todo, europeos: la golondrina de Tilipulo el control de los poderes locales, en no hizo un verano modernizador. los que la hacienda ocupaba el papel Como por obra de un dios reacciona­ central. Tampoco los grandes plan­ rio de las profundidades, un nuevo tadores costeños tenían interés en terremoto, el de 1877, puso fin a los la modernización, ni siquiera en el

Cotopaxi al debate: 1740-2001 ferrocarril. No tenían nada que vender tampoco fue posible con el boom a la sierra, sus ganancias no habían cacaotero, que pasó como los cien sido invertidas en ninguna industria, años de soledad de García Márquez, preferían importarlo todo bajo el sin dejar rastro alguno. cómodo discurso del libre comercio. Apoyar el proteccionismo que recla­ Entre 1925 y 1948, el Ecuador bus­ maban los modernizadores serranos, caba desesperadamente un nuevo les habría significado elevar el costo producto de exportación que lo colo­ de los bienes que importaban (hari­ cara nuevamente en los mercados, ya nas, textiles, zapatos, machetes, etc), que la alternativa industrializadora lo cual habría presionado por unos que tomaron otros países de la región salarios que no estaban dispuestos a les resultaba muy lejana. Las velei­ elevar (ibid:i48). dades modernizadoras, solo habían sido eso, pequeños fogonazos que no Con todo, el ferrocarril comenzó a fun­ lograron superar el carácter primario cionar y varios hacendados comenza­ de la economía, de las mentes y de los ron a transportar, desde 1910, leche intereses de los exportadores. Como fresca, quesos y ganado en pie a por obra del mismo diablo, el nuevo Quito y a la costa. Esas propiedades producto apareció: el boom bananero, en capacidad de articularse a esta que se expandió entre 1948 y 1965. coyuntura modernizadora, debían Con él se produjo una nueva oportuni­ reunir varios atributos: pertenecer a dad para modernizar a la producción hacendados modernizantes produc­ de la hacienda serrana. La demanda tores de ganado y leche, estar cer­ de leche se amplió en los mercados canos al ferrocarril para bajar costos y comenzó a incentivar la producción de transporte, tener en sus hacien­ hacendaría. Los terratenientes coto- das condiciones ecológicas favora­ paxeños, sin embargo, tampoco res­ bles. Pero sobre todo, debían estar pondieron a esa demanda, o lo hicie­ dispuestos a introducir una reforma ron muy tímidamente19. Un balance crucial en sus relaciones con los con­ del número de propiedades que se ciertos y huasipungueros: despren­ habían desprendido de sus huasipun­ derse de la mayor parte de ellos para gueros entregándoles tierras hasta Veamos los datos ampliar el área de pastizales. El estu­ 1959, máximo indicador de un cambio de entrega de huasi- dio de Arcos y Marchán en la zona de en las relaciones internas, mostró que pungos hasta 1959. Guaytacama, muestra que algo de ello fue muy modesto en Latacunga. esto comenzó a producirse en esa parroquia desde 1910, pero el grueso de haciendas no reunía condiciones PROVINCIA % HUASIPUNGOS % SUPERFICIE como las señaladas. Más aún, el ase­ Carchi 92,1 41.4 sinato de Alfaro en 1912 desbalanceó el precario empuje a favor de los tra- Imbabura 24.3 23.9 dicionalistas. La crisis de la exporta­ Pichincha 26,9 27.3 ción cacaotera, que comenzó a decli­ 6,6 nar desde 1914 y que se profundizó Cotopaxi 4.3 en 1925, desaceleraron el proyecto: TOTAL 100 la modernización del agro serrano, Fuente: Barsky, etal:i74-i75

19 Guaytama comenzó a vender leche fresca en cantidades apreciables desde 1936.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Mas bien fue la zona del Carchi y de A nivel de la unidad productiva, el Pichincha las que tuvieron un mayor desplazamiento de los cultivos tradi­ empuje para hacerlo: tampoco el cionales por los forrajes se operó por boom bananero obró el milagro, a dos vías: la expansión de las super­ pesar de que el gobierno de entonces, ficies dedicadas a los pastos y con de Galo Plaza, un prominente terrate­ la siembra de alfalfa, producto que niente modernizador propagandizó la requiere abundante riego (Breuer, leche como el símbolo de la alimenta­ 1993:8). También las grandes fincas ción de un pueblo desarrollado. realizaron una importante mejora genética del ganado e introdujeron Sin embargo, por fin el cambio se nuevas prácticas: inseminación arti­ produjo. Este llegó por la combina­ ficial, control veterinario, adición de ción de un poderoso impulso estatal alimentos minerales concentrados. y de la mano de producción de leche, Para 1978 ya se había producido la que se expandió desde el norte hasta modernización. Quintero señala que Latacunga. La presión estatal se ella se produjo bajo los siguientes canalizó a través de la Reforma Agra­ elementos: (i) en muchos casos terra­ ria de 1964, que tuvo un efecto muy tenientes regionales fueron despla­ significativo en la supresión de las zados por terratenientes de origen relaciones precarias (huasipungaje, comercial; (ii) se redujo la superficie yanapería y sistema de partidos). de las haciendas; (iii) disminuyeron la Esta vez, la presión sobre la tenen­ fuerza de trabajo interna; (iv) aumen­ cia de la tierra obligó a los terrate­ taron la superficie de pastos para la nientes a modernizarse, so pena de producción lechera, disminuyendo la perder sus propiedades. Al mismo producción de artículos tradicionales; tiempo, los terratenientes tradicio­ y (v) mejoró la gestión y la tecnifica- nales, especialmente los cerealeros ción de la empresa lechera. Al mismo y paperos, aprendieron de los moder- tiempo se produjo un acelerado cre­ nizadores que era posible separar las cimiento urbano, una mayor diferen­ tierras marginales, especialmente los ciación campesina, el surgimiento de páramos, para entregarles a los hua- nuevos tipos de población rural y un sipungueros y liberarse de una pre­ mayor rol de las unidades domésti­ sión interna que los acosaba. Ello les cas. De acuerdo a PRONAREG-ORS- permitió intensificar la producción en TOM (1980:112), las parroquias dedi­ las mejores tierras: planas, estables, cadas a la producción lechera eran: fértiles, regables y manejables: era la casi todas las de Latacunga y las llamada vía junker o modernización parroquias de Pujilí, Salcedo, Mulli- terrateniente. De hecho, el gobierno quindil, Saquisilí, Canitilín y la parte de las Fuerzas Armadas acompañó baja de Canchagua. a la Reforma Agraria con grandes incentivos para la modernización: lo No solo las grandes haciendas se dedi­ que no pudieron los dos booms en caron a la producción lechera, tam­ Cotopaxi, lo logró el nuevo modelo de bién las medianas e incluso los cam­ industrialización por sustitución de pesinos, que mejoraron su ganado importaciones, que de manera tardía criollo a través de cruzas e incorpo­ se implemento en el país.20 raron algunos cambios en su manejo:

20 Para 1978, en Pichincha y Cotopaxi se asentaban 28 de las 65 plantas procesadoras de Leche. El complejo Avelina-ILESA y la fábrica INDULAC, de acuerdo a Arcos y Merchán no vienen de capitalistas que acumularon en la agricultura

Cotopaxi al debate: 1740-2001 2 Q sogueo, producción de forrajes. En la una nueva zonificación de la provincia zona, la principal empresa p asteri­ en la que se conjugan variables zadora que se instaló fue INDULAC20, como: el grado de desarrollo capita­ que procesaba leche líquida hacia lista, la disposición de infraestructura 1987 el 28 % de la producción del productiva (riego, vías, electricidad, mercado. Sus principales proveedo­ parque industrial), el peso de la eco­ ras eran las grandes haciendas, que nomía campesina y de la etnicidad, la entregaban diariamente más de 500 presencia de relaciones salariales, las litros, es decir, tenían hatossuperiores características ambientales y grado a las 70 vacas lecheras. Como señala de urbanización. Ellos distinguen seis Breuer, es muy significativo que los zonas21: proveedores, en el caso de Indulac, son siempre los mismos en los 20 • Zona de mayor desarrollo capita­ años que él investiga, es decir tienen lista (A): integrada por el valle interan­ un carácter territorial. Este inmovi- dino norte (parroquias Guaytacama, lismo de la relación oferta-demanda, Tanicuchi, Pastocalle y Muíalo). Su no promovió ningún cambio adicional producción dominante es la lechera del inicial proceso de modernización, y las agroindustrias. Tiene riego de es decir, el proceso se estancó. Es ríos Punacunchi y Cutuchi; dispone de posible que los vínculos personales vías de comunicación (carretera pana­ entre la clase terrateniente, justifique mericana y ferrocarril; y una copiosa este comportamiento. En todo caso, red de caminos vecinales); tiene elec­ la modernización inicial provocó cua­ tricidad; parque industrial (tuercas, tro efectos devastadores: la ruptura Ecuatubex, Compac, Necchi) y empre­ de las complementaridades produc­ sas de madera. Junto a ellos hay un tivas entre las zonas altas y bajas al sector de campesinos minifundistas separar el páramo del valle; la mini- que ofrecen mano de obra barata a fundización de los campesinos, que las empresas, pero no todos encuen­ eran necesarios como fuerza de tra­ tran trabajo en la zona, deben migrar. bajo barata; un empleo relativamente Predominan las relaciones salariales; bajo de fuerza de trabajo, que adicio­ casi no se habla kichwa, es zona de nalmente no podía competir con los fuerte mestización. grandes abastecedores y la degra­ dación más acelerada del páramo, • Zona de mayor desarrollo artesa- sometido a procesos de producción nal (B): comprende el occidente del tradicionales. El estancamiento de la valle interandino. Es una zona que­ modernización por el inmovilismo de brada, tiene poco riego y los terrenos los abastecedores de leche, no jugó son arenosos. Producen cabuya y una ningún papel dinamizador para corre­ zona de gran minifundización. Tiene gir estas iniquidades. muchoscaminosvecinales(segundoy tercer orden) que se comunican con la De todas maneras, la modernización Panamericana. Se ha desarrollado la producida por la producción lechera, artesanía que se combina con la agri­ cambió la estructura de Cotopaxi. Una cultura familiar. La producción artesa- investigación realizada por el equipo nal explora ramas como: la alfarería de Marcelo Naranjo en 1983, elabora en El Tejar, La Victoria y El Calvario;

21 Hemos modificado el nombre de la zona D, llamada de enclaves, por "zonas precapitalistas, por corresponder mejor a la definición que se propone.

Cotopaxi: espacio social y cambio político totora (cestas, esteras) en Papana • Zona con relaciones precapita­ Sur; de reutilización del caucho listas (D): son zonas marginales en en Chan cerca de Latacunga y de las que subsisten relaciones preca­ artículos elaborados de cabuya. La pitalistas que mantienen sometida a producción agro-artesanal tiene una una población indígena por parte de fuerte vinculación al capital comercial. sectores mestizos que controlan el Se mantienen las mingas, las fiestas, poder, a través de relaciones tradicio­ la religiosidad popular, el vestido local nales. En ella se incluyen a Sigchos y y el kichwa. Empero hay procesos de Angamarca. Aquí se mantienen rela­ diferenciación y un acelerado cambio ciones de aparcería entre 700 blan­ cultural, por la vía de la influencia del cos y mestizos con unos cinco mil comercio. indígenas.

• Zonas de mayor influencia indí­ • Zona de colonización (E): Se gena (C): está integrada por varios localiza en la ceja occidental de la sitios que difieren en condiciones eco­ montaña. Es una zona subtropical lógicas, altura y calidad del suelo. No de reciente colonización. Se produce hay un proyecto exógeno de manera caña de azúcar, café y cítricos. No hay que las comunas se han rearticulado grandes latifundios, predominan las sobre sus propias formas organizati­ fincas de tamaño mediano. Hay una vas y por tanto hay cierta separación vía, la Latacunga-Quevedo, que sin de los factores estructurales de la embargo sirve a un pequeño sector zona (CAAP, 1981:11). Predomina la (La Maná, la Esperanza, Pílalo); en el presencia indígena en: Tigua-Guan- resto hay caminos de segundo y ter­ gaje, Zumbahua y los Páramos de cer orden. La mayoría de habitantes Sigchos que fueron latifundios de la proviene de la región interandina y iglesia que pasaron al estado, arren­ de algunas provincias de la costa. dadas a particulares y que mediante En Pangua se produce aguardiente, intensas luchas campesinas logra­ elaborado por pequeñas empresas ron obtener la tierra en tiempos de familiares. Solo en Ramón Campaña la reforma agraria; las estribaciones existen 2.000 trapiches ilegales. Fun­ de la cordillera cercanas al valle inte­ cionan complejas redes de comercia­ randino (lachahuango, jatun Tigua, lización, en donde la pequeña bur­ Allpamalag) que obtuvieron la tierra guesía de la zona urbana desempeña con enfrentamientos violentos, regis­ un importante papel. También se pro­ tra una menor minifundización, es duce naranja, café y cacao, que ven­ una zona indígena en la que se habla den a comerciantes que recorren los kichwa; y la zona de Cusubamba, caminos para comprar la producción. donde las haciendas iniciaron una incipiente modernización, se produjo • Zona Urbana (F): Corresponde una minifundización tardía y predo­ a las zonas urbanas de Latacunga, minan las relaciones salariales con Pujilí, Saquisilí y Salcedo. En estas la aplicación de la reforma agraria. zonas se concentran las actividades Algunos campesinos tienes posibi­ burocráticas-administrativas y las lidades de cierta acumulación, se actividades comerciales. Ello las rela­ habla kichwa y se mantienen muchos ciona de manera muy dinámica con elementos culturales indígenas. 22 Quito. Las zonas de Pujilí, Saquisilí y

22 Naranjo, Marcelo, Cultura Popular en el Ecuador, T.II, Cotopaxi, CIDAP, 1983

Cotopaxi al debate: 1740-2001 3 1 Salcedo son lugares de ferias sema­ Cotopaxi, se trató de un crecimiento nales y están articuladas por el capital de la región litoral con nuevos artícu­ comercial. También se realizan activi­ los primarios, un tímido aparecimiento dades artesanales a tiempo completo, de nuevos productos en la sierra que sobre todo cerámica en Pujilí22. no lograron masificarse y un pequeño crecimiento de la actividad porcina y ¿Qué pasó luego de esta primera gran avícola, que sin embargo, no lograron modernización de la zona entre 1987 cambiar el modelo lechero. En este y el 2001? ¿Se produjo una nueva sentido, se cumplió el vaticino de modernización en Cotopaxi, como Breuer de que, el modelo de oferta y ha acontecido en la Sierra Norte de demanda lechera por su inmovilismo, Pichincha e Imbabura? Los datos del no otorgaban dinamia al modelo. Sin último censo del 2001, nos plantean embargo, además de la ampliación de algunas respuestas: se produjo una la “Zona de Colonización” se modifi­ ampliación del 40% de la superficie caron las relaciones precapitalistas bajo UPA, de 324.947 has a 457.199, que existían en la zona D, de manera es decir se “colonizó” nuevos territo­ que cambió moderadamente el Mapa rios del flanco occidental; en la sierra trazado por el equipo de Naranjo en los cultivos de pastos y papa crecieron 1983. muy poco, en cambio se abandonó el trigo y aparecieron de manera muy modesta nuevos productos como el La diferenciación tomate de árbol y las flores; la verda­ dera ampliación se produjo en la zona campesina litoral, pero fue un cambio de expan­ sión, más que de transformación: Hacia 1920, cuando aún funcionaba creció en 8,4 veces la producción de el concertaje, comenzó una diferen­ fréjol, en 4,8 veces la de cacao, en 3,4 ciación incipiente de los campesinos. veces la de café, en 2,7 veces la de Aquellos conciertos que lograban maíz duro y en 1,5 veces de la banano. buena producción y precios altos de La producción de caña bajó en un 1 1 % sus productos, podían pagar al patrón y apareció una modesta producción sus obligaciones con dinero y dedi­ de palma africana y de maracuyá. carse más a sus parcelas. También Con esta ampliación, el balance gene­ pudieron comprar tierras al hacen­ ral en la provincia entre pastos culti­ dado (Arcos y Merchán, 1978:23) Es vados (77.127 has) y cultivos (89.652 posible como argumenta Quintero, has) se modificó ligeramente a favor recogiendo a Paola Silva, que estos de los cultivos. A nivel de la produc­ gérmenes de diferenciación campe­ ción pecuaria, los cambios no fueron sina se daban, puesto que el huasi- significativos: el número de vacunos punguero titular era una especie de creció 1,7 veces, el de porcinos, 1,97 “centro” sobre el que se agrupaban: veces, el de ovinos se mantuvo casi yanaperos, arrimados, arrendatarios, igual, apareciendo una importante partidarios y peones libres (Sylva, producción de gallinas (Censo Agro­ 1978:33-34). pecuario, 2001). Sin embargo, los verdaderos pro­ Nuestra conclusión es que no se pro­ cesos de diferenciación debían dujo realmente una nueva moder­ darse después de la reforma agra­ nización de la actividad agropecua­ ria, cuando los campesinos recibie­ ria en estos últimos años veinte en ron, también de manera diferencial,

Cotopaxi: espacio social y cambio político tierras. La tradición interpretativa de las familias y tenían menos de 3 esperaba dos posibilidades: una has. y el Salcedo Oriental que tenían diferenciación por la vía junker que mayor cantidad de tierras y lograban al privilegiar la modernización de “altos rendimientos en el cultivo de las grandes unidades, terminara papa, ajo, hortalizas e incluso gana­ proletarizando y disolviendo a las dería” (Chiriboga, 1985:103-104). comunidades. La otra posibilidad era En el Salcedo Central y Occidental la vía campesina de modernización, encuentra un importante proceso de por la cual, los campesinos lograran “semiproletarización”: una de cada convertirse en farmer. Sorprenden­ cuatro personas en edad de traba­ temente, ni lo uno, ni lo otro se dio: jar debe salir de la zona”. Entre los otra vez, la experiencia europea, de migrantes temporales, anota que, la que se extraían estas posibilida­ “el 78,2% de los que venden fuerza des, servía muy poco para interpretar de trabajo son jefes de familia”, a los países andinos. Se trataba, sin pero ello, curiosamente, les permitía duda, de un proceso muy complejo. que “una gran masa de campesinos La realidad se mostraba esquiva pueda permanecer en el campo” (Chi­ para las interpretaciones: si bien, riboga, 1985:104). Esta diferenciación era cierto que las diversas investi­ entre zona oriental y zona occidental gaciones encontraban importantes era extensible a toda la zona serrana diferencias territoriales, procesos de de Cotopaxi, seguía las condiciones proletarización incompleta denomi­ ecológicas previas y configuraba una nados “sub o semi proletarización”, división perversa del espacio. Otra grandes migraciones estacionales investigación mostró que los campe­ que producían cambios culturales en sinos pobres debían combinar una las personas y una combinación muy serie de estrategias para poder sobre­ amplia de estrategias de reproduc­ vivir: de 111 familias investigadas en ción social, también era cierto que, Guaytacama por Arcos y Marchán, a pesar de todos estos procesos, solo nueve vivían exclusivamente de los indígenas buscaban, sobre todo, la producción agropecuaria, en tanto reconstruir sus comunidades. las 97 combinaban la agricultura, la artesanía, el comercio y la venta de La reforma agraria consolidó una la fuerza de trabajo en las empresas clara diferencia territorial entre lo agrícolas de la zona y fuera de ellas que Chiriboga llama Sierra Norte (Arcos y Marchán:33). Familias con Empresarial (cuenca lechera entre menos tierra, combinaban también Carchi y Latacunga) y sierra cam­ sus estrategias acentuando la migra­ pesina (desde Latacunga al Sur del ción: en la comuna de Pilacumbí, que Ecuador); a tiempo que, remarcó la es una comunidad históricamente de diferencia entre un campesinado indios libres, frente a la escasez de mediano situado en la cordillera cen­ tierra en 1984, se vieron obligados a tral húmeda y comunidades indíge­ migrar a Quito: el 4 2 % de los jefes nas pobres ubicados en la cordillera de familia migran regularmente, lo occidental seca. Por ejemplo, Chi­ cual ha reorganizado la división del riboga encuentra que en 1985, los trabajo al interno de la familia (el campesinos de Salcedo, uno de los 81,9% de las mujeres se dedican a importantes cantones de Cotopaxi, la agricultura y sólo el 36,8% de los se habían diferenciado territorial­ hombres se dedican a esta actividad). mente: Salcedo Central y Occidental Una buena parte de los migrantes, el en que eran minifundistas el 97,15% 45,7% se dedican a la construcción.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 3 3 Otros venden su fuerza de trabajo de relaciones salariales. También principal era la reconstrucción de la comunera” no tanto de desarrollo, en las empresas locales. Es decir, la puede deberse a un acceso diferen­ comunidad, por lo que en verdad, las sino de sobrevivencia. Tampoco se modernización creó un amplio sector cial a tierras en el momento de la estrategias de diferenciación estaban trata de una comunidad homogénea. de oferentes estacionales de trabajo Reforma Agraria, como el caso de atravesadas por el comunitarismo, lo Sin duda, estas formas comunitarias, para Quito. Cotopilaló estudiado por Martínez: el cual nos permite hablar de “una vía incluyen también procesos asimétri­ 68,4% de los huasipungueros tenía comunitaria andina de sobrevivencia cos y permiten procesos de diferen­ Sin embargo, también hubo campe­ entre 5 y 18 has., o la diferencia entre y diferenciación campesina”23. Los ciación. Sin embargo, al inscribirse sinos que disponiendo de más tierra, arrimados que no recibieron tierra elementos de esa “vía comunita­ dentro de una lógica comunitaria, los pudieron emprender procesos más y los huasipungueros que si acce­ ria” son bastantes claros: funcionan procesos de diferenciación son mati­ campesinos: Martínez en un estudio dieron a ella; (iv) el acceso al riego, mecanismos de reciprocidad comu­ zados. La comunidad aparece, como de los años 80 en la cooperativa de el acceso a fuerza de trabajo (con­ nitaria para el acceso a la tierra. Sán­ ese espacio territorial de pertenencia Cotopilaló, formada por 70 familias tratación o movilización a través de chez Parga, mostró para el caso de e identidad, en el que conviven fami­ exhuasipungueros y exarrimados, mecanismos de reciprocidad cuando Salamag Chico, toda una estrategia lias de diverso nivel económico for­ encuentra dos cosas importantes, se tiene más tierras o grandes paren­ de parentesco para acceder y contro­ mando pequeñas redes de afinidad una fuerte vinculación al mercado a telas) y el modo de cultivo (arado a lar franjas de tierra por casamientos, y parentesco, que tienen relaciones través de la venta de papas que ha bueyes). En la zona también ha sido compadrazgos y por formas de reci­ jerárquicas atravesadas por un dis­ dado lugar al aparecimiento de un importante el modo de vida (ahorro procidad muy variados24. También el curso comunitario. Debe reconocerse grupo de comerciantes campesinos, personal, religión evangélica, elimi­ acceso a la fuerza de trabajo apela que, en la zona, las comunidades pero al mismo tiempo una baja pro- nación del licor y del priostazgo); y a instituciones comunitarias (maqui- mantienen un fuerte control de estos letarización: el 94 ,3% de los hombres (v) una diferenciación por comunas tamañachic, randimpak), al reparto procesos, y que ellos constituyen la y el 97,1% de las mujeres se dedica (entre aquellas que tenían tierras de la producción (chucchir o ración), base de su comportamiento corpo­ exclusivamente a la agricultura, aun­ comunales y la que no las tenían). que bien pueden incluir algún tipo rativo, que dio origen al proceso de que un 20,9% de ellos vende su fuerza De 7 comunas de Guaytacama, a de salario y comida, así como otras revitalización y organización étnica de trabajo a los otros. Solo el 5 ,7 % se mediados de los 70, tres poseían tie­ prestaciones (de animales de tiro, que es ahora perceptible, a pesar de dedican a la industria, construcción rras comunales y las otras cuatro no. reproductores e incluso préstamos la diferenciación y pauperización que y artesanía y apenas un 4 % de ellos Una tenía riego y las otras seis no (la económicos), que muestran una “vía vive la zona. son proletarios (Martínez, 1984:154). comuna Pupuna Norte del río Puman- Martínez considera que allí se estaba cuchi). También accedían al crédito produciendo una vía campesina de del Banco de Fomento para com­ desarrollo, “ cuyo primer éxito puede prar abono químico, utilizaban trac­ resumirse en: aumento de la produc­ tores alquilados y poseían ganado ción sin expulsión de fuerza de tra­ vacuno. Ellos producían leche que bajo (ibid:i7i). la entregaban a la pasteurizadora: empero, apenas representaba el 1% Tomando en cuenta todos estos estu­ de la leche que allí se procesaba). dios, habrían cinco factores de dife­ Muchos extendieron sus propieda­ renciación campesina: (i) una previa des a merced de campesinos arrui­ a la modernización, dada por las con­ nados que abandonaban el campo; diciones heterogéneas de los huasi- accedían a fuerza de trabajo asala­ pungueros (Buitrón establece que riada y habían convertido en apar­ habían huasipungueros con una y ceros a muchos campesinos (Arcos y media cuadras de extensión e ingre­ M archán). sos de 966,25 sucres y otros que tenían 6 a 7 has que satisfacían sus Sin embargo, estos estudios que necesidades, generaban excedentes recogen un proceso de diferencia­ y contaban hasta con 5 cabezas de ción real, olvidaban un importante ganado (Buitrón:35); (ii) la inserción detalle: estos procesos se daban en al mercado de ciertos huasipungue­ medio de familias indígenas que eran 23 Este tema lo desarrollé ampliamente en: Ramón, Galo, et.all, Comunidad andina y desarrollo ros, tal como los de Guaytacama; (iii) portadoras de elementos comuni­ endógeno, 1982, CAAP. la presencia, desde la reforma agraria, tarios andinos y que su estrategia 24 Sánchez, Parga, Estructuras de Parentesco e los Andes, Salamalag Chico, 1984: 154-216

Cotopaxi: espacio social y cambio político Cotopaxi al debate: 1740-2001 3 5 EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO INDÍGENA

El comportamiento político indígena indígena de Cotopaxi cayó drástica­ y su capacidad de Incidir en el rumbo mente al 38,3% y es minoritaria en de los acontecimientos depende de la provincia. Desde esa fecha, hay un dos factores: de su peso cuantita­ lento descenso hasta que en el 2001, tivo y de su capacidad cualitativa, es significa el 24,8%. Este descenso decir, su organización, su capacidad lento tiene que ver con la poderosa de movilización, generación de pro­ revitalización étnica que vivió la zona puestas, establecimiento de alianzas a partir de 1970, que sin embargo, no y de negociación. Desde el punto de ha sido suficiente para detener los vista cuantitativo, la población indí­ procesos de aculturación. gena de Cotopaxi que fue mayoritaria hasta finales del siglo xvill, había ¡do Sin embargo, la presencia indígena es descendiendo paulatinamente hasta importante en la zona, de manera que 1830 cuando se creó el estado nacio­ ha jugado y continuará jugando un Veamos los datos de población, antes de nal. Entre 1830 y 1950 se produjo un papel central en los procesos hacia el examinar el compor­ descenso significativo. Lamentable­ futuro. tamiento político: mente, no hay información disponible de la población en el período interme­ dio de esas dos fechas. Demasiado EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA EN COTOPAXI: tiempo en que ocurrieron muchos 1783-2001 cambios: la movilización compulsiva Años Total Indígena % Fuentes de población indígena para construir 50.280 38.027 75.6 ANH.Q.Numeración Corral las obras nacionales, realizada por 1783 y Narrío García Moreno entre 1860-70 y el pago en trabajo o “contribución sub­ 1825 67.856 55.814 82,3 Empadronamientos; Enu­ sidiaria” que cobraban los municipios meración de Vlllalengua, locales a los indios hasta 1895; la pér­ AGI, Q3810 412 dida de la capacidad de la hacienda 1950 165.602 63.426 38,3 INEC, Censo 1950 serrana de su capacidad de adscribir a los indios a sus predios y las migra­ 1962 192.633 68.259 35,4 INEC, Censo 1962 y Esti­ ciones masivas a la costa entre 1870 maciones Galo Ramón y 1930 en medio del boom cacaotero; 1974 236.313 72.460 30,7 INEC, Censo 1974 y Esti­ y el ataque a la servidumbre reali­ maciones Galo Ramón zado por la revolución liberal para 1982 28,2 INEC, Censo de 1982 y liberar a la fuerza de trabajo, entre 273-575 77-145 Estimaciones Galo Ramón 1916 y 1950. No es posible calibrar el impacto de cada una de estas gran­ 1990 286.926 81.016 28,2 INEC, Censo 1990 y Esti­ des coyunturas, pero juntas promo­ maciones Galo Ramón vieron una amplia movilización indí­ 1995 331.860 83-534 25,2 Estimaciones Galo Ramón gena fuera de sus comunidades que 00 fM produjeron en común, aculturación 2001 349.540 86.658 INEC, Censo 2001 y Esti­ y mestizaje. Para 1950, la población maciones Galo Ramón

Cotopaxi: espacio social y cambio político Indios sueltos e indios de acceso a tierras comunales o a cierta hacienda y poder local autonomía interna. Lo interesante de las parcialidades, es que, a pesar de La diferencia entre indios sueltos la brutal dominación en la que vivían, e indios de hacienda, clasificación fueron las que mantuvieron la idea que comenzó a usarse profusamente de “comuna” que sirvió luego como desde inicios del siglo XIX, no era una modelo de vida a los indios que rom­ división formal, sino que tocaba pro­ pían con la hacienda. fundamente a los comportamientos políticos, sobre todo, después de la Por su parte, los indios sujetos a supresión del tributo y de los grandes la hacienda, tenían una relación caciques. Los indios sueltos vivían en “mediatizada” con el conjunto del pequeñas parcialidades que debían poder local, por su relación directa relacionarse directamente con los con el patrón. Los estudios de diver­ poderes locales parroquiales: los sas haciendas nos muestran que, en tenientes políticos, registradores ofi­ el espacio hacendado se producían ciales y los tinterillos, los comercian­ relaciones de explotación y violencia, tes y chicheros, los curas, los hacen­ matizados por complejas relaciones dados, mayordomos y arrendatarios rituales que buscaban establecer de haciendas tomados como un “pactos” de convivencia entre indios conjunto, los rematadores de diez­ y hacendados (Ramón, 1987, Gue­ mos y en general todos los blancos rrero, 1991). Sin embargo, en el caso de los pueblos. Los “indios sueltos” de Cotopaxi, una buena parte de las estaban sometidos a un conjunto de haciendas eran manejadas por arren­ relaciones inequitativas y de abusos: datarios interesados en maximizar debían pagar el trabajo subsidiario los coeficientes de explotación de sus en dinero o fuerza de trabajo, eran trabajadores, antes que reeditar pac­ reclutados forzosamente para rea­ tos de continuidad, razón por la cual, lizar obras públicas; debían pagar estas relaciones adquirieron mayor los diezmos y arreglar las iglesias y dureza y violencia. La documentación cementerios; debían construir los recogida por Marchán, a la que ya nos “embarrerados” para los juegos de hemos referido anteriormente, mues­ toros en las fiestas de los pueblos; tra una serie de conflictos de “baja debían pagar coimas y multas a los intensidad”: siete juicios de cuentas tenientes políticos y registradores entre indígenas y arrendatarios, uno públicos; entre otras. Al perder a sus de ellos con maltratos físicos Tam­ grandes caciques, las parcialidades bién se constatan otros seis juicios debieron, como bien lo destaca Kim entre propietarios y arrendatarios; Clark, atraer al estado liberal como un despojo de tierra de un arrendata­ estrategia para manejar los abusos rio de la hacienda Cusigpe contra la del poder local. En muchos casos se comunidad, otro a los indígenas de apropiaron de ese discurso, lo combi­ Guangaje y otro más en Suritambo naron con aquello de ser “pobrecitos (Marchán, 1986). e ignorantes”, logrando en algunos casos frenar los reclutamientos forza­ Aparecen en la documentación refe­ dos y otras exacciones (Clark, 2004: rida una serie de nuevos conflictos: 120). En otras ocasiones, lograron cuatro juicios por abigeato entre 1856 negociar con los municipios locales el y 1884, atribuidos generalmente a pago del trabajo subsidiario en fuerza indígenas, cuestión que puede encu­ de trabajo a cambio de mantener el brir problemas entre las haciendas y

Cotopaxi al debate: 1740-2001 37 los indios sueltos. También dos jui­ El salto entre una conciencia por cios de servidumbre de tránsito, uno reclamar la vigencia del antiguo en 1888 y el otro en 1907, que reve­ pacto entre hacienda/trabajadores lan el control territorial y la presión y el reclamo de la tierra, tuvo varios hacendaría contra los indios sueltos. caminos. El pacto se rompió más fácil­ También son reveladores cinco juicios mente cuando la relación enfrentaba de aguas entre la hacienda y los pobla­ a trabajadores con arrendatarios, por­ dores de San Miguel, Guaytacama que estos últimos no tenían la legiti­ y Muíalo. En el caso de Guaytacama midad del patrón y además al sobre­ deben convenir en sacar una acequia explotar a los trabajadores rompían que sirva tanto al pueblo, como a la toda posibilidad de pacto aceptable. hacienda: estos problemas serán un Sobre esa ilegitimidad pudo trabajar típico tema de la modernidad. la izquierda para encontrarse con el pensamiento campesino. Por ejem­ plo, en la década de los 40, los cam­ La organización de pesinos de las haciendas de Cotopi- los indios de hacienda, laló y Razuyacu” relataron a los de la comuna y las CESA que estas haciendas de la Curia Metropolitana de Quito organizaciones actuales “eran arrendadas por el terrateniente Los indios sujetos a las haciendas Tapia Vargas, éste explotaba inmise- ricordemente a los huasipungueros; comenzaron a tener problemas agu­ éstos inclusive recibían castigos dos en los años 1930-40, especial­ y maltratos físicos... había imple- mente en las haciendas arrendadas. mentado un sistema de represión Es probable que estos problemas ya y terror con el objeto de mantener existieran antes, pero que se expre­ sumisos a sus trabajadores y extraer saran como conflicto público en esa mayor cantidad de renta de trabajo década, por el apoyo que el partido y productos. Ante esta situación, los comunista y la FEI les otorgaron. huasipungueros empiezan a orga­ Celso Rallos, un antiguo militante nizarse para “ver qué hacer ante los comunista me refirió su estancia maltratos del patrón”; se reúnen por primera vez en la casa del huasipun- en las haciendas de la Universidad guero Antonio Corrales (Cotopilaló) y Centraren SalamalagChico,Guangaje tras esta primera experiencia logran y La Provincia apoyando las luchas. realizar cada vez más reuniones. Lo más notable, más allá del apoyo A estas reuniones las denominan a las reivindicaciones indígenas, fue “juntas” y son el primer germen de el notorio desencuentro entre los las actuales organizaciones campe­ sueños de uno y de otro: “éramos sinas del área... Los representantes personas acostados en la misma de las “juntas” luego de la muerte cama, pero con distintos sueños”, violenta del huasipunguero Manuel acota Celso. En efecto, los indios Herrera en 1949 (muerte causada por maltratos físicos por parte del pedían en esos años “la entrega de terrateniente) viajan a Quito y se nuevos husipungos” a los hijos y contactan con la Federación Ecua­ arrimados, en tanto los comunistas toriana de Indios (FEI) ligada al par­ planteaban la subida de los salarios tido Comunista del Ecuador. La FEI y la formación de “koljoses” (coope­ se transforma en la asesora de las rativas rusas) para la producción de juntas para lograr algunas reivindica­ la tierra. ciones de los huasipungueros (fun­ damentalmente mejores condiciones

Cotopaxi: espacio social y cambio político de trabajo). Este proceso Juntas / tenían educadores del lugar, y era FEI, dura hasta 1966 aproximada­ vigilada por la misma comunidad... mente, año que los huasipungueros En el año 1977 la experiencia de esta acceden a la tierra y se empieza a comuna se traslada a la parroquia constituir las actuales formas organi­ Zumbahua, y nace la primera escuela zativas, las comunidades. Posterior­ en la comuna de Sarahusha.y aquí la mente, en la década de 1970 con la escuela también tiene su génesis para presencia de CESA y de otros agen­ contrarestar el poder de los cabeci­ tes externos (principalmente parti­ llas que habían surgido como heren­ dos políticos de izquierda), se gesta cia de los tiempos de la hacienda” la primera organización de segundo (Farfán y Martínez, 1993:134). grado que aglutina a las comunida­ des de base: Mushuc Patria (Patria El encuentro entre el pensamiento Nueva); esta organización es atacada progresista de la iglesia y el campe­ por el Estado y sus instituciones, por sinado se da en nivel de la cultura y lo partidos políticos de derecha, por en el propio idioma, lo cual permitía el poder local representado por los otra lectura del problema de la tierra: nuevos terratenientes (“cholocra- hacerlo desde la conciencia étnica. cia”) y por el párroco de Toacazo; la principal acusación que se hace a Pero adicionalmente, la iglesia pro­ Mushuc Patria es de comunistas y gresista buscaba romper la estruc­ revolucionaros. Afínales de la década tura de “cabecillas” que enfrentó a de 1970, los campesinos organizados la hacienda, así como, unir el tema alrededor de Mushuc Patria, deciden de la tierra con el “comercio justo” cambiar de nombre y, se constituye la y desarrollo”, dimensiones que no actual Unión de Organizaciones Cam­ estuvieron en la óptica de la izquierda pesinas del Norte de Cotopaxl, UNO- comunista. Era un camino difícil de CANC” (CESA, 1987:25-26). recorrer por los cambios que ello implicaba. No obstante, por la tena­ Otro camino, fue el explorado por la cidad de los activistas de la iglesia, iglesia progresista, que en Cotopaxi, el proceso logró formar educadores tomó como bandera la educación. En comunitarios bilingües reconocidos palabras de sus autores, el Sistema y crear el centro de educación media de Escuelas Indígenas de Cotopaxi, “Jatari Unancha”, en 1989. Esta expe­ SEIC, riencia influirá en el proceso nacional de construcción de la educación bilin­ “la experiencia nace en la zona de güe, pero tendrá dificultades para , en el páramo talvez más alto de la provincia de Cotopaxi... Por lograr los otros propósitos. los años 70 frente a un analfabetismo casi absoluto, cerca del 80% de esta El camino para el salto de la lucha por zona, la educación nace para dar res­ la tierra a la conciencia étnica, fue puesta a los procesos de desarrollo mejor interpretado por las organiza­ y liberación necesarios en un pueblo ciones de segundo grado apoyadas que se enfrentaba a la lucha por la por “algunas instituciones privadas” tierra, por un comercio justo y por la que crearon el Movimiento Indígena educación. En 1976 en la comuna de de Cotopaxi”, MIC. La reivindicación Guayuma existía un centro de alfabe­ del kichwa fue la base de la afirma­ tización bilingüe y luego en un punto Importante en la batalla por la tierra. ción étnica, tal como lo escribe Jorge Era una escuela diferente a las escue­ Guamán las hispano hablantes, valoraba la cultura, el idioma materno, los valo­ “estuvo por desaparecer el quichua, y res y decisiones eran comunitarios, los indígenas mas bien tenían recelo

Cotopaxi al debate: 1740-2001 3 9 de hablar el quichua en los vehículos, ser observadas por todos los miem­ La propuesta ha logrado movilizar, en ordenamiento territorial que permita no poder interpretar, peor en las ofi­ bros) y con alianzas corporativas (con el proceso de planeamiento provincial reconstruir las bases productivas cinas”, entonces “el 8 de diciembre las organizaciones campesinas de La a cerca de cuatro mil personas, que (manejo de suelo, cubierta vegetal y de 1981 nace la radio para el trabajo Maná, a las que se les pide un compor­ representan a numerosos actores agua) de la zona central y occidental; con la población indígena” (Guarnan, tamiento similar a las comunidades locales y de apoyo externo. El proceso segundo, una nueva propuesta de 1993:199). indígenas). Es decir que, la frontera ha permitido identificar áreas estra­ modernización que busque un pacto étnica se une, en cierta manera con el tégicas, políticas y un conjunto de con los empresarios, sobre todo de Obviamente, no solo fue radio Lata- corte rural/urbano, para lograr resul­ programas y proyectos. También se la sierra, para promover líneas que cunga la que aportó al proceso de tados positivos. Los líderes educados han formado técnicos locales y se ha generen mayor empleo local, para, por revalorización del kichwa, también en el sistema de educación bilingüe y consolidado el apoyo de los agentes esa vía y la de los impuestos locales, lo hizo la educación bilingüe y los otros, en el aparato formal, encabe­ de desarrollo que están dispuestos redistribuir los beneficios; tercero, propios evangélicos. La diferencia zan estos procesos, logrando contro­ a mantener su trabajo en el área. Es una combinación de los métodos de del MICC es que, a la par fue creando lar algunos gobiernos locales frente decir, se están creando condiciones participación corporativa, con formas estructuras organizativas de segundo a la atomización del mundo mestizo, para una nueva “gobernalidad local”. ciudadanas modernas, que adicio­ grado que ofrecieron una nueva pro­ que por carecer de una clase domi­ Sin embargo, aunque ya se cum­ nalmente, posibiliten pasar a un dis­ yección a las organizaciones comu­ nante unificada, no logran presentar plieron los primeros cuatro años de curso de la interculturalidad, más que nales y trabajó con los clanes familia­ un bloque unitario. Desde el punto gobierno provincial, no disponemos las opciones dualistas y las prácticas res que se incorporan al proceso con de vista de la táctica, la combinación de datos duros que muestren que la corporativas; y cuarto, la posibilidad todas sus redes. Se juntaron enton­ de las contradicciones clasista, rural/ administración de los gobiernos ha de desarrollar un pacto de reinver­ ces, estructuras modernas como las urbanas, comportamiento corpora­ logrado mayor equidad y eficacia. sión local con todas las fuerzas eco­ organizaciones de segundo grado, con tivo y liderazgo escolarizado, se ha nómicas que actúan en la zona, para comportamientos corporativos comu­ mostrado eficaz hasta el momento, La posibilidad de ir más allá de la crear una economía local. El proce­ nales y clanes familiares de antigua pero tiene limitaciones buena administración del 15 % de las samiento de la producción primaria, data: tal el encuentro que hizo posi­ rentas estatales, plantea una serie de especialmente costeña, parece una ble el surgimiento de un movimiento El problema más duro, es plantearse nuevos retos. De ellos resultan estra­ alternativa potente. Tal las expectati­ indígena en una zona colapsada, que el problema del desarrollo local. Por tégicos cuatro: primero, un nuevo vas para un cambio profundo. parecía destinada a la proletarización el momento, el movimiento indígena y migración definitivas. apuesta a una administración más equitativa y racional de las rentas estatales (el 15% que se entrega a El avance sobre los los gobiernos seccionales). El planea­ gobiernos seccionales miento participativo (provincial, can­ tonal y parroquial) busca una inver­ sión más equitativa en líneas como: El siguiente reto del movimiento educación, salud y saneamiento, indígena fue pasar de la conciencia fortalecimiento socio-organizativo, étnica a los temas del desarrollo y el desarrollo urbano, agropecuaria, poder local. El reto ha sido asumido comercialización, turismo, artesanía a través de la participación política y en la dimensión ambiental como formal en las elecciones para dispu­ campo transversal25. El consenso de tarse los poderes seccionales. Para los gobiernos locales, las organiza­ ello, el MICC negocia con sus OSGs y ciones sociales y los comités interins­ con los clanes familiares las candi­ daturas, buscando polarizar la con­ titucionales, buscan ser la clave de la coordinación, implementación, movi­ tradicción étnica (indios-mestizos), lización de recursos y vigilancia del promoviendo un voto corporativo (resoluciones comunales que deben proceso (ibid:13).

25 Ver, Plan Participativo de Desarrollo de Cotopaxi, Consejo Provincial, et.all, 2004

Cotopaxi: espacio social y cambio político Cotopaxi al debate: 1740-2001 4 1 CONCLUSIONES

Entre 1740 y la actualidad, Cotopaxi de una clase dominante extralocal, opinión, una nueva modernización, zonas precapitalistas, artesanales y ha atravesado por dos grandes perío­ generalmente ubicada en Quito, pero sino una mera ampliación de las ten­ de resistencia étnica. dos: el de la hacienda-obraje que se representada por arrendatarios que dencias anteriores. La modernización consolidó tras la crisis del sector tex­ tenían escaso compromiso con el que se produjo en la zona fue abso­ Lo más significativo del proceso fue el til entre 1740 y 1910; y un segundo desarrollo de la zona, por esta razón, lutamente inequitativa para los indí­ surgimiento del movimiento indígena período de modernización agraria, funcionaba un conjunto de pode­ genas que debieron agruparse en por diversos caminos, que permitie­ de la mano de la producción lechera res locales pequeños, que tampoco la cordillera occidental, sometida a ron pasar de una lucha por pactos hasta 1980 y a través de la expan­ lograron una propuesta hegemónica prácticas intensivas e inapropiadas justos con la hacienda a la reivindi­ sión a la zona subtropical occidental, para Cotopaxi. Por su parte, el mundo (quema del páramo, ampliación de la cación de la tierra, y de ésta a una desde entonces. En la actualidad se indígena, tras la crisis de sus cacicaz­ frontera agrícola a la altura, acciones conciencia étnica. La formación de preanuncia un posible nuevo período, gos y la consolidación de la hacienda- mecánicas contra la pendiente, cose­ organizaciones de segundo grado de que provisionalmente lo denomina- obraje, debió luchar o negociar en dos cha del abono orgánico animal para carácter local, llevó a una disputa de riamos de “redistribución indígena”, frentes: el de los indios libres con los venderlo fuera del ecosistema, mono­ los gobiernos locales, en los que han que ha comenzado, pero aún no tiene sistemas de dominación local; y el de cultivos de cereales por migración) tenido cierto éxito al movilizar alianzas el suficiente tiempo histórico para su los indios sujetos con sus respectivos se desertizaron rápidamente, sucum­ étnicas y corporativas. En este punto, evaluación. hacendados. Fue sin duda una lucha biendo a la intensa erosión eólica e el movimiento indígena se enfrenta por la resistencia, que aunque costó hídrica que siempre azotó a los sue­ al verdadero reto de lograr alianzas En cada uno de estos períodos es una importante mestización, permitió los. Por su inmovilismo, el proceso de interculturales de mayor envergadura posible reconocer algunos subpe­ el mantenimiento del referente comu­ modernización tendió a consolidar la y de una ciudadanía más democrá­ ríodos. En el período de la hacien­ nal, posibilitó acumular experiencia inequidad, no abrió oportunidades tica, buscar el desarrollo sostenible, da-obraje, podemos identificar tres en la relación con el estado y el dis­ de empleo masivo, tampoco dinamizó afectar la estructura inequitativa de subperíodos: el del predominio del curso liberal para usarlo a su favor y a su propio desarrollo, de manera la provincia y recuperar masivamente obraje sobre la hacienda entre 1740 y convertir a la hacienda en un espacio que se concentró en el valle regado, los ecosistemas afectados. ¿Será 1790; el del predominio de la hacienda de reproducción étnica. con estrategias productivas que hoy posible que este nuevo proceso nos sobre la producción obrajera entre resultan cuestionables. El proceso de lleve a un período de crecimiento más 1790 y 1870; y la consolidación de la El segundo período fue más activo. modernización creó un nuevo mapa racional, equitativo y sostenido de la hacienda entre 1870 y 1910, en la que Registró un subperíodo entre 1910 de distribución del desarrollo capi­ zona de la mano de los indígenas? Tal prácticamente desaparecen todos los y 1960 de tímida modernización de talista, desigual y heterogéneo, con es el reto. obrajes de la zona. En todos estos la hacienda, que buscaba el cam­ subperíodos, jugó un papel notable bio entre salidas tradicionales y de la influencia positiva o negativa del modernización. El cambio se preci­ mercado externo que fue el que defi­ pitó de manera rápida, entre 1960 y nió los períodos de auge o crisis del 1980, en el que la hacienda se moder­ obraje, su rearticulación al mercado nizó masivamente, adoptando, todas colombiano, la consolidación de la aquellas que pudieron hacerlo, la hacienda lechera y cerealera y su estrategia de producción lechera, por escasa articulación al auge cacaotero. la vía “junker”. El proceso de moder­ Sin embargo, también tuvo importan­ nización se estancó literalmente en cia central en la zona el factor telúrico, 1980, en estos últimos veinte años sobre todo las erupciones del volcán asistimos a una ampliación de la Cotopaxi que ayudaron a sepultar colonización e incorporación de la bajo sus ruinas los procesos de crisis zona subtropical y al abatimiento de provocados por el mercado. En todo las relaciones precapitalistas, pro­ este período, fue notable la existencia ceso que no representa, en nuestra

4 2 Cotopaxi: espacio social y cambio político Cotopaxi al debate: 1740-2001 4 3 BIBLIOGRAFÍA

Archivos

ANH, Indígenas, 37, 1720 ANH, Q, Cacicazgos ANH, Q, Empadronamientos, Numeración de Corral y Narrío, 1783; Empadronamientos; Enumeración de Villalengua, 1825 ANH,Q, Censos y Capellanías, C.76:1821-23 ANH,Q.Numeración Corral y Narrío

libros, revistas y artículos

Arcos, Carlos 1984 Espíritu de Progreso: los hacendados en el Ecuador del 900, Revista Cultura, BCE, Vol. VII, 19: 107-134, Quito.

Arcos, Carlos y Carlos Marchán 1978 Guaytacama y Cusubamba: Dos modalidades de Desarrollo de la Agricultura Serrana, Revista de Ciencias sociales, Vol.II, 5: 13-51, Quito.

Assadourian, Carlos 1982:121 El espacio peruano, IEP, 1982, Lima

Barsky, Oswaldo 1984 Reforma Agraria Ecuatoriana, CEN, FLACSO, Quito

Barsky, Oswaldo y Gustavo Cosse 1981 Tecnología y cambio social. Las haciendas lecheras en el Ecuador, FLACSO, Quito

Borchart, Cristiana, 1988 La Audiencia de Quito, Aspectos económicos y sociales, Pendoneres 23, IOA, 1998, Otavalo

Breuer, Toni, 1993 ¿“Agribusiness” estímulo al desarrollo?: el caso de la economía lechera en los Andes ecuatoranos, en Geografía Agraria, Vol 5, CEN,

CESA, 1987 Proyecto T:T:P: una experiencia de participación campesina, CESA-UNOCANC, 1987, Quito

Chiriboga, Manuel 1984 “La crisis agraria en el Ecuador: Tendencias y Contradicciones del Reciente Proceso”, en Louis Lefeber (Ed.) Economía Política del Ecuador, CEN, Quito: 91-132.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Cicala, Mario 1994 (1771) Descripción histórico-topográfica de la Provincia de Quito de la Compañía de Jesús, IGM, Aurelio Espinosa Pólit, 1994, Quito

Clark, Kim 2003 La formación del Estado ecuatoriano en el campo y la ciudad, 1895-1925, en Procesos 19, 2003, UASB, TEHIS, CEN, Quito

Guamán, Jorge 1993 La comunicación y la educación no formal, en Interculturalidad y Educación Bilingüe, COMUNIDEC, FIA, 1993, Quito

Guerrero, Andrés 1991 La Semántica de la dominación. Libri Mundi, Quito

INEC, Censo 1950;1962; 1974; 1982; 1990; 2001

Jurado, Fernando, S/f Sancho Hacho: orígenes de la formación mestiza ecuatoriana, s/f. ABYA YALA-CEDECO

Kennedy, Alexandra y Carmen Fauria Roma 1988 Obrajes en la Audiencia de Quito: Tilupulo, en Revista Historia Económica Ecuatoriana, No.4, 1988, BCE, Quito

MAG-Proyecto SICA, INEC 2001 III Censo Nacional Agropecuario

Marchán, Carlos 1986 Estructura Agraria de la Sierra Centro-Norte, T.II, BCE, Quito

Martínez, Luciano 1986 Articulación Mercantil de las Comunidades Indígenas de la Sierra Ecuatoriana, en Louis Lefeber (Ed.) Economía Política del Ecuador, CEN, Quito

Moreno, Segundo 1995 Sublevaciones Indígenas de la Audiencia de Quito, ABYA YALA, Quito

Naranjo, Marcelo (Coordinador) 1983 Cultura Popular en el Ecuador, TU, Cotopaxi, CIDAP

Consejo Provincial de Cotopaxi 2004 Plan Participativo de Desarrollo de Cotopaxi, Consejo Provincial, Cotopaxi

PRONAREG-ORSTOM 1980 Las Zonas Socio-Económicas Actualmente Homogéneas de la Sierra, en “Diagnóstico Socio económico del medio rural Ecuatoriano, T.II, Quito

Cotopaxi al debate: 1740-2001 Z(.5 Quintero, Rafael y Erika Silva 1991 Ecuador, una nación en ciernes, Colección Estudios, T:II y III, Quito

Ramón, Galo, et.al, Comunidad andina y desarrollo endógeno, CAAP, Quito.

Ramón, Galo, 1991 Los indios y la constitución del Estado Nacional, en Los Andes en la Encrucijada, FLACSO, Quito

Saint Geours, Yves, 1994 Economía y Sociedad. La Sierra Centro Norte, (1830-1875), en Nueva Historia, Vol.7, CEN, Grijalvo, Quito

Salomon, Frank, 1985 El shamanismo y la resistencia indígena en el Ecuador, Cultura 21, BCE, Quito.

Sánchez, Parga, 1984 Estructuras de Parentesco en los Andes, Salamalag Chico, 1984, CAAP, Quito

Stevenson, William 1994 Narración histórica y descriptiva de 20 años de residencia en Sudamérica, ABYA YALA, Quito

Sylva, Paola 1986 Gamonalismo y Lucha Campesina, ABYA YALA, Quito

Tyrer, Robson Udo Oberem: 1981 “Indios libres e indios sujetos a haciendas...”, 1804-05, Pendoneros 20, IOA, Otavalo

Velasco, Juan 1994 (1780) La Historia del Reino de Quito, T.III, BCE, Quito

Villavicencio, Manuel, 1984 Geografía de la República del Ecuador, CEN, Quito

Cotopaxi: espacio social y cambio político COTOPAXI: Bibliografía comentada 1740-2001

Esta bibliografía ha sido preparada contexto general de la crisis. para los estudiantes de desarrollo Moreno, Segundo, Sublevaciones Indígenas de la Audiencia local de Cotopaxi, del programa IEE- de Quito, ABYA YALA, 1995, CAMAREN. Tiene como objetivo ofre­ Quito. Uno de los aspectos cer una bibliografía comentada básica más importantes de la crisis sobre los principales trabajos que textil y de la imposición de las se han realizado sobre el área entre reformas borbónicas, fue el ciclo de levantamientos ocurridos en 1740 y el 2001. Aunque la bibliogra­ la Audiencia en el siglo XVIII. fía podría ser extensa, debido a que, El autor ofrece una descripción la zona de Cotopaxi o aspectos del detallada de cada levantamiento, contexto están en un considerable proponiendo adicionalmente, número de trabajos, se ha seleccio­ causas específicas, más allá de los temas económicos. El nado aquella que es imprescindible levantamiento de 1771 de en toda reflexión sobre el área. La San Felipe es particularmente bibliografía ayudará a los estudiantes relevante para el área de estudio. a preparar los trabajos derivados del curso y será una ayuda permanente 2. La formación de los para su ejercicio posacadémico en el trabajo práctico. Para facilitar la revi­ complejos obraje-hacienda sión de la bibliografía se la ha divi­ dido en temas que siguen un orden Kenned)’, Alexandra y Carmen cronológico, según los subperíodos Fauria Roma, Obrajes en la Audiencia de Quito: Tilupulo, históricos que ha atravesado Coto­ en Revista Historia Económica paxi en los tiempos señalados. Se Euatoriana, No.4, 1988, BCE, proponer 21 textos. Para cada mate­ Quito. A través de un estudio rial se ofrece una breve reseña sobre de caso, las autoras analizan la aquellos aspectos que trata cada formación y funcionamiento de uno los complejos jesuítas más texto y que son relevantes para el importantes del área, formado por área de estudio. varias haciendas agropecuarias que abastecían al obraje. Las autoras analizan sus intentos de modernización, su crisis en 1. Sobre la crisis textil del el siglo XIX y su transformación siglo XVIII en una hacienda agropecuaria a finales de ese siglo. Borchart, Cristiana, La Audiencia de Quilo, Aspectos económicos y 3 . La hacienda y la sociales, Pendoneres 23, IOA, 1998, economía en el siglo XIX Otavalo. Estudia la producción textil en la Audiencia de Quito, el auge en el siglo XVII y crisis del 1Ido Oberem: “Indios libres e indios siglo XVIII. Analiza las reformas sujetos a haciendas...”, 1804-05, borbónicas que impactaron en Pendoneros 20, IOA, 1981, Otavalo. el mercado de los textiles y en la Los indios fueron clasificados reorganización administrativa. en el siglo XVIII con relación El estudio permite analizar el a la sujeción a la hacienda, en

Cotopaxi al debate: 1740-2001 47 “libres” es decir que no eran y comunidades indígenas libres trabajadores de la hacienda, y en el contexto liberal. La autora en “sujetos”, que trabajaban muestra cómo las comunidades como conciertos en ella. Esta debieron atraer al estado e incluso distinción, en principio fiscal, apropiarse del discurso liberal porque estaba relacionada sobre para contener los abusos de los a través de quién debía pagarse el sistemas de dominación local. Un tributo, resultó fundamental en estudio similar hace falta para los comportamientos políticos. Cotopaxi. Oberem hace un balance del número de indios que estaban en una u otra condición al iniciar 5. La Modernización el siglo XIX, pueblo por pueblo, Agraria lo cual nos permite calibrar la situación de la hacienda y de los señoríos étnicos tras la crisis del Arcos, Carlos, Espíritu de Progreso: siglo XVIII. los hacendados en el Ecuador del 900, Revista Cultura, BCE, Saint Geours, Yves, Economía y 1984 Vol. Vil, 19: 107-134, Quito. Sociedad. La Sierra Centro Norte, Analiza las mentalidades de los (1830-1875), en Nueva Historia, terratenientes modernizantes que Vol.7, CEN, Grijalvo, 1994, Quito. estaban dispuestos a introducir Este artículo estudia de manera cambios en las relaciones internas específica a la región centronorte de la hacienda. Util para calibrar de la Audiencia de Quito (Quito- los debates en torno al tema. Riobamba). Analiza los aspectos clave que configuran la región, de Arcos, Carlos y Carlos Marchan, manera que permite entender a Guaytacama y Cusubamba: Dos Cotopaxi, dentro de su contexto modalidades de Desarrollo de en el siglo XIX. la Agricultura Serrana, Revista de Ciencias sociales, 1978, Vol. II, 5:13-51, Quite Estudio 4. La Formación del Estado pionero sobre los procesos de Nacional y las localidades modernización de haciendas de una localidad de la zona. Ofrece mucho material empírico Ramón, Galo, Estado y Localidades básico para analizar las diversas en el siglo XIX, en “El Desarrollo estrategias campesinas tras Local en el Ecuador, historia los procesos de ruptura con la y métodos, COMUNIDEC, hacienda. 2004, Quito El autor estudia la integración nacional en el siglo XIX, como un proceso de Barsk) ’, Oswaldo, Reforma negociación y conflictos entre el Agraria Ecuatoriana, CEN, aparato central, las regiones y las FEACSO, 1984, Quite El autor localidades. El análisis nos ofrece desarrolló una tesis controvertida, según la cual, el proceso de un contexto de los principales debates suscitados en el Ecuador modernización de las haciendas alrededor tema, cuestión que serranas, fue comandado por un permite ubicar a la localidad de sector modernizante de la clase Cotopaxi. terrateniente. La Reforma Agraria solo habría complementado ese proceso. Recoge mucha Clark, Kim, La formación del información estadística, útil para Estado ecuatoriano en el campo y calibrar los cambios en el agro la ciudad, 1895-1925, en Procesos serrano. 19, 2003, UASB, EEHIS, CEN, Quito. Es un trabajo muy útil para entender la relación entre Estado Central, poderes locales

Cotopaxi: espacio social y cambio político Ecuador, FLACSO, 1981, Quito. campesinas con los mercados La modernización de la sierra locales. ¿Era posible una vía norte del Ecuador se operó de la campesina de creación de mano de la producción lechera. pequeños farmer en Cotopaxi?. Los autores estudian los cambios Esta pregunta sigue vigente, tecnológicos, el papel del estado aunque ahora sabemos que el y los terratenientes modernos carácter comunitario de estas en estos proceso. Muy útil para economías cruza profundamente analizar los cambios en la llamada el tema, en aquel momento poco “cuenca lechera” que incluye al conocido. valle central de Cotopaxi. Quintero, Rafael y Erika Silva, Breuer, Toni, ¿"Agribusiness” Ecuador, una nación en ciernes, estímulo al desarrollo?: el Colección Estudios, T.TIylII, 1991, caso de la economía lechera Quite Aunque el estudio es muy en los Andes ecuatorianos, en amplio y ofrece un análisis de la Geografía Agraria, Vol 5, 1993, construcción nacional, nos parece CEN. Aunque el propósito es muy útil para los estudiantes estudiar los “agribusiness en el Tomo II en que se evalúa un país periférico, el estudio el proceso de modernización. aporta con una tesis central Sintetiza las diversas corrientes que caracteriza la actividad de interpretación (vía junker y lechera: un fuerte inmovilismo vía campesina), que se debatieron de la oferta y demanda lechera antes de los 90, en los que poco (relación empresas-proveedores) conocíamos de las comunidades que explica que, el dinamismo indígenas. inicial del primer momento de modernización se haya estancado. Naranjo, Marcelo (coord.), Cultura Clave para entender el carácter Popular en el Ecuador, TII, “inmovilista” de la producción Cotopaxi, CID \P, Quite Es muy lechera, que en nuestra opinión útil la evaluación del proceso de reclama un cambio. modernización realizado en la zona en 1983, que les permite Chiriboga, Manuel, La crisis levantar un mapa de caracteriza agraria en el Ecuador: Tendencias a las diversas microregiones, de y Contradicciones del Reciente acuerdo al grado de desarrollo, Proceso, en Louis Lefeber (Ed.) de la provincia. También realiza Economía Política del Ecuador, un estudio de las artesanías que CEN, 1984, Quito: 91-132. Los se producen en Cotopaxi, las procesos de modernización agraria ferias, la arquitectura, el vestido, suscitaron profundos cambios la cocina popular y algunas en las economía campesinas: manifestaciones de la música procesos de diferenciación, popular. empobrecimiento, migraciones, fracturas microregionales, Sánchez, Porga, Estructuras entre otros. El estudio ofrece de Parentesco en los Andes, información empírica sobre la Salamalag Chico, 1984, CAAP, zona de Cotopaxi muy útiles para Quite La antropología y la cotejarlos con estudios actuales. etnohistoria propusieron una lectura diferente de la Martine/, Luciano, Articulación diferenciación campesina. Ella se Mercantil de las Comunidades realizaba en un medio cultural Indígenas de la Sierra Ecuat oriana, andino de antiguo raigambre. De en Louis Lefeber (Ed.) Economía hecho, muchos de los procesos Política del Ecuador, CIN, 1986, económicos y sociales se Quite Otro de los cambios matizan por la presencia de esta suscitados con la modernización milenaria cultura. El estudio de las agraria, fue la vinculación estrategias de parentesco, muestra más activa de las economías que comunidades como Salamalag

Cotopaxi al debate: 1740-2001 Zj.^ Chico, en Cotopaxi, apuntaban 7. Monografías generales a reconstruir sus comunidades y a controlar la tierra desde redes parentales, generalmente Barriga López, Franklin, ignoradas por los clásicos estudios Monografía de la provincia de de diferenciación social. Muy Cotopaxi, 8 tomos, s f, Ambato. útil para matizar a los estudios Voluminosa y útil monografía económicos. sobre Cotopaxi, elaborada desde la visión tradicional de un hijo del lugar. Contiene abundante información sobre la geología, 6. El comportamiento orografía, religión, idioma, político indígena vivienda y vestuario, educación, aspectos culturales, filantropía, periodismo, costumbres, deportes, Ramón, Galo, El Regreso de los pintura, escultura, música, runas, COMUNIDEC, 1992, Quito. personajes, etc de la localidad. ¿Había algún proyecto político Muy importante para tener una tras los procesos de reforma autovisión de las pequeñas élites agraria, reconstitución de las locales. comunidades y construcción de las organizaciones mayor Zúñiga, Neptalí, Significación grado de coalición?. El autor de Latacunga en la Historia del muestra que se buscó reconstruir Ecuador y de América, 2 Lomos, un territorio étnico, al mismo 198C Es una mirada de conjunto tiempo que construir modernas de la historia de Cotopaxi, en la organizaciones para participar que busca el autor enmarcarla en la vida nacional. Clave para en la vida del país. Aporta con entender la politicidad indígena, numerosos datos de fuentes por detrás de los discursos y las primarias y directas del autor. Es acciones prácticas. de lamentar su enorme desorden.

Ramón, Galo, Cotopaxi al debate, 1740-2001, IEE-COMUNIDEC, 2004, (doc), Quiti ¿Por qué se desertizó la zona central y oriental de Cotopaxi en donde se asientan las comunidades indígenas?, ¿por qué no existe una clase dominante unificada en la zona?, ¿cuáles son los retos de la propuesta indígena para pasar de una conciencia étnica a comandar el desarrollo local?, son entre otras, las principales preguntas que de manera provocativa el autor lanza a los estudiosos de la región. Aporta con una importante información empírica para tratar los temas. Básico para los estudios locales de los asistentes al curso.

Cotopaxi: espacio social y cambio político PAUTAS PARA ESCRIBIR MONOGRAFÍAS LOCALES

El propósito de las pautas que a con­ Aparecieron entonces temas como: tinuación se establecen, es ofrecer la desertización de la cordillera occi­ a los estudiantes del Programa de dental, la identidad local, la poten­ Desarrollo Local del IEE-CAMAREN, cialidad de la propuesta indígena y la algunas guías para que puedan ela­ viabilidad económica de ese espacio. borar monografías históricas sobre Sin duda, pudieron salir más temas si las localidades, o aspectos especí­ ampliábamos y profundizábamos la ficos de ellas, como parte de su for­ reflexión. En tal caso, es importante mación. Aspiramos que estas pautas priorizar los temas y preguntas. también les sirvan en su desempeño profesional para continuar profundi­ La pertinencia de una pregunta, se zando el conocimiento de sus espa­ establece con relación a los estudios cios de trabajo. ya realizados. Por ello, es importante hacer una bibliografía de los princi­ pales trabajos realizados en el área. 1. La definición del tema Podemos escribir un comentario global, como el que hemos titulado Las realidades locales nos retan de mil “Cotopaxi: bibliografía comentada” y una maneras. El punto importante en el que establecemos los principa­ es precisar, el aspecto o los aspectos les avances que ya se han realizado que nos interesan indagar. Ordina­ sobre la zona de estudio. Este comen­ riamente, el aspecto que deseamos tario puede profundizarse realizando investigar se formula a través de una fichas bibliográficas e identificando pregunta relevante, pertinente y pre­ aspectos resueltos y no resueltos en cisa. Es tan importante su elección, la bibliografía consultada. Las fichas que muchos colegas piensan que en deben recoger párrafos literales sobre historia, una buena pregunta consti­ los temas q ue trata el autor. Los aspec­ tuye el 50 % de un buen trabajo. tos resueltos por cada autor, en cam­ bio son aquellos puntos que han sido La posibilidad de que una pregunta demostrados de manera consistente; sea relevante se define por su impor­ en tanto, es posible realizar preguntas tancia, es decir, cuando la respuesta que no fueron resueltas satisfactoria­ encontrada sirve para explicar temas mente, detectar vacíos o variaciones que interesan a la comunidad política que conozcamos a las conclusiones local. Por ello, se recomienda que que arriba el autor. Sintetizando, una los estudiantes, se reúnan o deba­ pregunta pertinente, es aquella que tan con miembros de la comunidad contribuye a esclarecer temas de la política local para establecer temas comunidad académica que ha estu­ que demandan una investigación. Por diado el área, o incluso la región, el ejemplo, para la investigación que la país o el problema en general. Se dice hemos titulado “Cotopaxi al debate: entonces que estamos trabajando en 1740-2001”, reunimos un equipo de la frontera del conocimiento, es decir, personas que trabajan en la zona agregamos a lo que ya se conoce nue­ para establecer preguntas relevantes. vos conocimientos, dudas, debates.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 Muchos optan por historias descons- puede ser histórica: en cada período truccionistas, en el sentido de poner de la historia debemos definir si esta­ en cuestión lo dicho para explorar mos hablando del mismo espacio nuevas explicaciones. Ello es posible territorial o de otro. y deseable, porque cada generación establece sus preguntas, urgencias y El otro aspecto, es la temporalidad. tiene sus propios ojos para interrogar Ordinariamente, los historiadores la realidad y el pasado. definimos eltiempo deinicioydelfinal que indaga la historia que escribimos. De otra parte, la pregunta debe ser Sugerimos establecer grandes hitos precisa, en elsentido de que su formu­ históricos, por ejemplo “la conquista lación sea directa, evite las ambigüe­ incaica”, “la independencia”, etc, que dades, llegue al corazón de los pro­ son momentos en que se acumulan y blemas. Muchos colegas consideran precipitan los cambios, para seleccio­ que este es un asunto crucial. Algu­ nar estos momentos. En tratándose nas veces no investigamos lo central, de estudios locales, como los que sino las excepciones, los ejemplos se realizarán en Cotopaxi, es bueno únicos, las tendencias secundarlas. contar con periodizaciones previas Una forma de precisar la pregunta es de la región o del país. La bibliografía referirla a un problema, un espacio y establece este tipo de periodizacio­ un tiempo determinados. nes que son fácilmente asequibles (Ver, por ejemplo La Nueva Historia, Vol.14). Debemos señalar que el esta­ 2. El espacio temporal y blecimiento del período no siempre territorial es un problema fácil: en la realidad social lo nuevo estásiempre mezclado con lo viejo y las rupturas no siempre Toda historia tiene un espacio y un son exactas. Siempre toda periodiza- tiempo. Su definición es crucial para ción será convencional, pero definir un historiador, es parte de la pre­ desde qué fecha hasta qué otra fecha cisión que debe tener el tema y la vamos a indagar la historia, siempre pregunta central que realizamos. El será necesaria. En las conclusiones espacio local, que es el tema que del documento “Cotopaxi al debate” aquí nos preocupa, ordinariamente se proponemos una periodización entre define por: la jurisdicción administra­ 1740-2004 que puede ser utilizada tiva (provincia, cantón, parroquia), el por los estudiantes. Regresaremos espacio que los actores definen como sobre este tema, en el momento de la local (un acuerdo de los actores sobre periodización de la historia local. qué entenderán por lo local, sea por la identidad, pertenencia o alianzas políticas), un ámbito económico, polí­ 3. El diálogo con las tico y de poder (el espacio donde fun­ ciona un sistema de dominación local fuentes reconocido por quienes allí viven); un espacio que contiene uno o más A diferencia de otras disciplinas elementos de identidad ( una cuenca sociales, en las que se establecen a hidrográfica, un territorio étnico o esta altura las hipótesis de trabajo, pluiriétnico). El espacio seleccionado los historiadores preferimos dialo­ puede variar en el tiempo. Por tanto, gar más con nuestras fuentes. Los la construcción del espacio también archivos históricos siempre guardan

Cotopaxi: espacio social y cambio político un conjunto de sorpresas, eviden­ cantón; (ii) las notarías que están en cias, elementos nuevos, que muchas los cantones y en la cabecera provin­ veces modifican nuestras impresio­ cial; (iii) los registros de nacimiento, nes iniciales. bautismo, defunción, confirmación y casamientos que están en la Curia Aunque el trabajo sobre las fuentes parroquial (del cantón o la provincia); puede ser infinito y cada vez, los his­ (iv) las Comisarías, Tenencias Políti­ toriadores hacen gala de ingeniosas cas o Jefaturas Políticas; (v) los regis­ aproximaciones, sin embargo, suge­ tros de la propiedad. Aquellos que rimos algunas ideas prácticas, para quieran hacerse un viaje a la capi­ el nivel en el que podemos trabajar. tal, los archivos guardan de manera Un buen truco que todos usamos, ordenada varios repositorios que se es identificar las fuentes que usaron puede consultar por provincia. Por otros autores que hicieron trabajo en ejemplo, el Archivo Nacional de His­ la zona o en temas similares, porque toria tiene series como “Indígenas”, ello nos permite revisarlas por nues­ “Cacicazgos”, “Tierras” y veinte más, tra cuenta, o buscar otras de igual que son insustituibles para el trabajo. o mayor potencialidad. Las fuentes Todas estas fuentes son públicas y es más inmediatas son las personas de posible revisarlas. También hay fuen­ la localidad. Sus vivencias, recuerdos, tes privadas, que en ocasiones es sueños y versiones pueden ser recogi­ posible acceder a ellas: los libros de das a través de la historia oral. Sugeri­ hacienda, los libros de los conventos, mos hacer talleres (con ancianos, con los archivos particulares, las cartas y mujeres, con adultos, con historiado­ correspondencia, los periódicos loca­ res locales) para tratar de indagar por les, etc. lo menos los últimos ciento cincuenta años de historia: cada persona ha También es interesante revisar las vivido un tiempo (digamos 50 años), monografías locales: todo un género ha escuchado lo que le contaron sus de ellas se escribió en la primera papás y abuelos, con lo que tenemos mitad del siglo xx. En Cotopaxi, por una historia de por lo menos un siglo ejemplo, las monografías de Barriga y medio. Para ello debemos organizar López y de Neptalí Zúñiga son de preguntas generadoras, mejor si lo consulta obligada. Los relatos de via­ hacemos con hitos o sucesos conoci­ jeros son siempre una ayuda impor­ dos, si examinamos fotografías, cua­ tante, ciertos informes de funciona­ dernos, revistas, periódicos u objetos rios estatales que estuvieron en la de cada época para avivar la memoria. zona (recuérdese que las famosas Esta información oral puede ser com­ Relaciones Geográficas son un com­ pletada, pero sobre todo ampliada pendio de esas informaciones). Entre en su horizonte temporal (más de los mapas importantes conviene citar ciento cincuenta años), usando otras aquellos que acompañan a las infor­ fuentes, sobre todo fuentes escritas, maciones o relatos de viajeros, el mapas, evidencias arqueológicas, Mapa de Maldonado del siglo XVI ll es etc. una fuente interesante, los mapas del IGM (desde 1936 hasta el presente). Las fuentes escritas que están a la La hemeroteca del Banco Central mano en toda parroquia, cantón guarda mapas valiosos, la biblioteca o provincia son generalmente las Aurelio Espinosa Pólit de Quito tiene siguientes: (i) las actas de cabildo, una serie de libros únicos, sobre todo que están en las alcaldías de cada del siglo XIX.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 5 3 Hay que revisar la estadística actual: para calificarla. Cuando hay opor­ los censos que se realizaron desde tunidad es mejor cotejar las fuentes 1950 (de población y agropecuarios), para lograr la mayor objetividad posi­ las encuestas de hogares, la informa­ ble, sobre todo en temas que pue­ ción económica del Banco Central, dan resultar controversiales, como etc. Por fortuna, la mayoría de estas los cálculos de la población, de la informaciones están disponibles en producción, o aquellos que implican el internet, de manera que no hay cierta subjetividad. Las fuentes que excusa alguna para no indagarlas de hemos recomendado, tienen la parti­ manera completa. Sugerimos mirar el cularidad de que ellas no se hicieron SISSE (Sistema de Indicadores Socia­ con el propósito de escribir historia, les) que ha sistematizado la informa­ por ello suelen tener cierta fidelidad, ción disponible en el Ecuador. aunque no olvidemos que muchas de ellas son oscuras y expresan siempre Uno de los problemas frecuentes el punto de vista de los que las ela­ que hemos encontrado a la hora de boraron, que ordinariamente tenían hacer estadística local, es el cambio una visión específica sobre el mundo. frecuente de las dimensiones terri­ Sobre todo, en un medio en el que la toriales de los espacios cantonales mayoría de indios, afrodescendientes y a veces provinciales. Recordemos y mestizos estuvieron excluidos de que en 1824 solo había 32 cantones todos los sitios en que se generaba y ahora hay 220, por tanto ha habido información, es muy difícil encontrar un proceso de división intensa. Si se sus voces. Aveces ellas están ocultas, quiere confeccionar una serie demo­ entre líneas, en medio de la voz ofi­ gráfica por ejemplo, debe siempre cial. Por ello están interesante buscar comparar territorios similares para fuentes nuevas, talvez declaraciones, poder calcular tasas de crecimiento, pequeñas historias que dejaron esas porcentajes, comparaciones entre voces ocultas. población urbana y rural, etc. Para ello, debe partir de la dimensión Una vez que ha reunido y leído las actual del cantón, parroquia y provin­ fuentes, el diálogo que se ha produ­ cia y seleccionar del pasado los datos cido con nosotros nos permite tener que correspondan a ese espacio. ideas distintas o más específicas de No siempre es posible hacerlo, pero las que partimos. Es el momento de generalmente, disponiendo la infor­ poner orden: ordenar las fuentes mación desagregada a nivel de parro­ como ordenar nuestro pensamiento. quias, no es difícil construir estas Cada fuente debe ser recogida en series. Una serie demográfica, de por fichas, en las que transcribimos con lo menos los últimos 200 años, es fidelidad (sin cambiar ni siquiera sus indispensable en nuestros trabajos. faltas de ortografía, para enfatizar la fidelidad con que debemos recoger­ Otro problema importante de las las), estableciendo su origen, el docu­ fuentes es su veracidad. Es impor­ mento que la contiene, el archivo, la tante saber quién hizo la fuente, con fecha, los autores. Podemos orde­ qué propósito, cuáles fueron sus narlas cronológicamente o por tema. informantes y los métodos que usó Hoy en día los métodos de almacenar para reunir la información, conocía la información han cambiado con las zona o lo hizo de paso, estuvo en el computadoras: podemos hacer una sitio o lo informaron, en fin siempre base de datos y hasta podemos apli­ es bueno poner en duda a la fuente carle un programa para ayudarnos a

Cotopaxi: espacio social y cambio político su sistematización inclusive, así se 5. Hipótesis y subhipótesis tratara de información cualitativa. Para ordenar nuestro pensamiento, Destacamos líneas atrás que, en es hora de establecer una subperio- muchas disciplinas, las hipótesis se dización. establecen al inicio de la investiga­ ción y se predeterminan los méto­ dos para demostrarlas, precisarlas o 4. La subperiodización negarlas. En historia ello, no siempre es posible, o mejor dicho, casi nunca. El diálogo con las fuentes nos permite Hay un mundo que no conocemos, reconstruir el proceso cronológica­ dependemos de las fuentes, de su mente, desde el principio al fin, como potencialidad, de su homogenei­ una novela lineal. El ordenamiento de dad, de tenerlas completas. Por ello, los procesos nos permite encontrar hemos preferido, establecer las hipó­ subperíodos, es decir, hitos inter­ tesis recién después de haber dialo­ medios que fueron relevantes en el gado con las fuentes y de establecer proceso. Por ejemplo en la historia nuestras subperiodizaciones. de Cotopaxi encontramos dos gran­ des períodos, uno, desde la crisis En cada subperiodización podemos textil, la sobrevivencia de un buen desarrollar preguntas específicas y número de obrajes, el fortalecimiento ensayar hipótesis concretas que las de la hacienda hasta su crisis; y otro, vamos a analizar con mucho cuidado. desde la modernización agraria hasta Por ejemplo, una sorpresa que hemos nuestros días. Sin embargo, en cada tenido en la investigación de la con­ período hubo subperíodos: en el pri­ solidación de la hacienda en el siglo mero, por ejemplo, podemos estudiar XIX en Cotopaxi es que los obrajes no específicamente la crisis textil, en desaparecieron, como casi toda la lite­ otro subperíodo el fortalecimiento de ratura historiografía ecuatoriana sos­ las haciendas, en otro la crisis hacen­ tiene. Ello nos plantea una pregunta daría, y así sucesivamente. obvia: ¿Por qué se mantuvo el obraje durante todo el siglo XIX? ¿Por qué Uno de los problemas que siempre incluso hubo intentos de modernizar­ tendremos es que, el proceso es múl­ los? ¿Por qué fracasaron estos inten­ tiple, es decir, por ejemplo, mientras tos y se hicieron tan parcialmente?. entraba en crisis la producción textil, Estas y otras preguntas solo pudieron también se producían las grandes salir en diálogo con las fuentes. Solo rebeliones andinas y al mismo tiempo en este momento podemos intentar habían erupciones y surgía una nueva respuestas a estas subhipótesis: por región en ia costa. Ello demanda un ejemplo, el obraje subsistió porque buen esfuerzo para conectar los siempre hubo una demanda desde hechos, encontrar explicaciones, así Colombia y el intento de moderniza­ optemos por exponerlos en subcapí­ ción respondía a la ampliación de ese tulos distintos: son los límites de la mercado. Una investigación exhaus­ narrativa, con los que todos debemos tiva debería rastrear en las fuentes la lidiar, lo cual resulta un reto por otro demanda colombiana y el comercio lado, placentero o decepcionante. para esa zona. En la pequeña mono­ grafía que escribimos no hemos ido tan lejos, aunque hemos recogido testimonios y evidencias de que ese

Cotopaxi al debate: 1740-2001 5 5 mercado existía, pero no lo hemos que finalmente se escriben. Pienso cuantificado. Allí está, desde otro que no hay que temerle, ni ponerle punto de vista, un vacío que futuras demasiadas cortapisas a la escritura. Investigaciones deben llenar, precisar Todos quisiéramos tener un Galeano e Incluso matizar. Otra vez, debería­ dentro para poder escribir nuestras mos recordar que, establecer buenas historias, que a veces resultan unos subpreguntas permite encontrar las ladrillazos en volumen y en discurso explicaciones adecuadas. trillado y aburrido.

Creo que es bueno pensar en nuestros 6. Certezas e eventuales lectores. Buscar comuni­ incertidumbres carnos con personas que tienen poco tiempo para leer, que tienen cosas más importantes y urgentes que Poco a poco los historiadores hemos hacer y que el recurso de la palabra ¡do abandonando la ¡dea Ingenua de escrita tiene sus límites, pero tam­ que nosotros escribimos la historia bién sus posibles encantos. Recupe­ verdadera. Tal pretensión es una inge­ rar el lenguaje local, la frescura de la nuidad delirante o una arrogancia sin palabra popular, evitar llenar nuestra nombre. Construimos ciertas certezas ignorancia con citas de otros hechas en medio de una mar de incertidum­ para otros contextos, ponerle pasión bres, y así avanza el conocimiento. a las ideas manteniendo la posición crítica, buscar cierta objetividad en Por esta razón, es aconsejable no nuestro alineamiento con las causas, abrir demasiadas interrogantes a las son entre otras recomendaciones que vamos a responder, o señalar con necesarias. humildad cuáles serán los temas que contestaremos y señalar los límites de nuestras propias respuestas. Un 8. Asuntos de rigor buen trabajo debería contestar de manera consistente algunas pregun­ tas clave y dejar abiertas otras tantas Finalmente algunos asuntos de rigor. para las investigaciones futuras. Primero hablemos de las citas de las fuentes. Ya dijimos que ellas deben ser transcritas tal y como ellas se pro­ 7. La redacción dujeron. Si queremos introducir un comentario, o una aclaración, hacerlo de tal manera que se note lo que es Una vez que tenemos armados nues­ nuestro de lo que es la cita original. tros períodos y subperíodos, las pre­ En el Ecuador, generalmente usamos guntas y las respuestas para cada junto o al pie de la cita la siguiente fór­ subperíodo, es hora de hacer el índice mula: las siglas del archivo, por ejem­ definitivo de nuestra exposición. En plo ANH,Q (Archivo Nacional de His­ ocasiones ya se ha elaborado antes toria de Quito), sección (por ejemplo, un índice tentativo, pero éste es un Empadronamientos), legajo (nombre mejor momento para hacer algo más del legajo), años y folios o páginas. definitivo, aunque por experiencia En el caso citado, se supone que hay propia, los acontecimientos, hasta un archivo ordenado que nos per­ los estados de ánimo del que escribe mite tal forma de consignar nuestra van creando en la pantalla las cosas cita. En los casos que se encontrarán

Cotopaxi: espacio social y cambio político en Cotopaxi, seguramente no habrán (Ramón, 2004: 25). Si se cita más de archivos ordenados, por lo cual es un texto del mismo autor que ha sido necesario nosotros introducir algún elaborado ese mismo año, se sugiere orden. Ello puede llevar incluso a usar el abecedario para ordenar los pequeños proyectos, como el de textos citados. Por ejemplo, (Ramón, montar un archivo por comuna, por 2004 a:25) si estamos citando otros parroquia, por cantón, en nuestras textos de este mismo autor elabo­ organizaciones, etc. rados en el año 2004. En la biblio­ grafía final, establecemos el año, el El otro problema es citar a los libros, nombre completo del texto, (la letra revistas y en fin textos elaborados por del abecedario si la hemos usado), la otros autores. A menudo no somos editorial, el año y el país (o la ciudad) rigurosos en ese punto. En Ecuador, en que fue editado. Si la cita corres­ para vergüenza de todos, muchos ponde a un artículo que está en un utilizan ideas de otros sin citarlos o libro, citar el libro colocando la pala­ lo hacen sin ninguna norma. Ello es bra (en). corrupción, en el primer caso, e igno­ rancia en el segundo. Les propone­ En la bibliografía es importante, mos una forma de cita, que se usa en comenzar por las fuentes primarias, estos tiempos: al lado o al pie de la luego por las fuentes secundarias (es cita, transcrita textualmente del autor decir los escritos de otros autores). tomado, escribir, el apellido, el año y En el documento “Cotopaxi al debate: la página en la que se encuentra el 1740-2001”, podemos ver una forma texto. Por ejemplo, “El camino para el de ordenar la bibliografía. salto de la lucha por la tierra a la con­ ciencia étnica, fue mejor interpretado Esperamos que estas recomendacio­ por las organizaciones de segundo nes sean útiles para realizar los tra­ grado apoyadas por “algunas ins­ bajos monográficos y que logremos tituciones privadas” que crearon el buenos resultados. Buena suerte en Movimiento Indígena de Cotopaxi” el trabajo.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 5 7 UNIDAD 2

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi

María Fernanda Vallejo*

*Documento elaborado originalmente como tesis para el Curso "Desarrollo Local con énfasis en la Gestión de Recursos Naturales", IEE - CAMAREN. Diciembre, 2003 INTRODUCCION

La historia política de un territorio es, sociales han identificado al territorio en última instancia, la historia de las como substrato y regenerador de su relaciones específicas entre espacio y cultura, sobre el que se insertan las poder. En este sentido, el espacio de dimensiones económicas y políticas la América hispana hasta el siglo XVIII de su existencia o de sus estrategias. fue el de las corporaciones y las jerar­ Ahí, los actores, sobre todo los loca­ quías étnicas y sociales. La crisis de la les, no se separan jamás del espacio monarquía, la irrupción del constitu­ que les originó o al cual se encuentran cionalismo moderno y la organización arraigados; esos fuertes vínculos pro­ de las nuevas repúblicas Inaugura un vienen de un proceso profundamente proceso que pertenece a la primera enlazado a través de flujos de infor­ hornada histórica de unos nuevos mación, que se establecen a partir Estados con vocación nacional. Lo del espacio social de referencia: pue­ cierto es, sin embargo, que el estudio blo, comunidad, barrio, ciudad, etc., de estos procesos se ha visto tradicio­ además de las redes interpersonales nalmente arrinconado en las mono­ y los lazos familiares. grafías canónicas sobre el tema. De esta manera, la construcción de El presente trabajo pretende abordar los territorios ha operado gracias a las la problemática del espacio, enten­ interacciones entre sujetos y activida­ dido como una construcción social des productivas, pero sobre todo, por cambiante en el que se expresan per­ la puesta en práctica de estrategias manentemente formas y relaciones operacionales que se apoyan sobre de poder. la cultura y la historia. Entre esas estrategias destacan: La movilización En las distintas formaciones socio- del “saber-hacer”, los fenómenos de espaciales ha estado históricamente aprendizaje colectivo, los modos o definido el papel que tienen los suje­ formas de cooperación y de asocia­ tos sociales en la construcción o ción entre los actores y las prácticas apropiación de su territorio. En toda de adaptación que se desarrollan en formación social, las categorías gené­ escala local. ricas de actores (locales y externos) interactúan en el espacio según sus El control de territorios y los recursos modalidades y en función de sus pos­ en él existentes constituye uno de los turas, que reflejan conjuntamente su soportes fundamentales en el ejer­ identidad propia y su posición en las cicio de poder. Una lectura en pers­ relaciones de clase o de grupos. pectiva de las dinámicas de configu­ ración de los territorios en función de En las sociedades modernas, los la ocupación, uso, explotación y acu­ actores sociales han vivido el territo­ mulación, podría permitir una com­ rio como un producto, un campo de prensión más adecuada de las estra­ acción y se han situado en él, sobre tegias de control del espacio de los todo a partir de su utilización econó­ distintos sujetos sociales que actúan mica; de la misma manera, los actores sobre él.

Cotopaxi: espacio social y cambio político El espado es pues, una instancia pro­ “El intercambio desigual es la forma ducida socialmente en función de la común que adopta el capital en el reproducción física y social, la apro­ tiempo y en el espacio, como una ley piación, explotación, intercambio del desarrollo que da cuenta de cier­ tos movimientos y permite explicar y manejo (control) de un territorio por qué las fuerzas productivas ope­ (Ospina 2003: iv); y por ello, es tam­ ran de forma dispar”1. bién campo de disputa. Esta defini­ ción supone, como hemos señalado, El capital entonces, por sí mismo una relación con el territorio, los suje­ construye relaciones sociales con­ tos sociales y el poder. tradictorias que se expresan en los espacios. En tanto producto social, el espacio está sujeto a la construcción de lo que El uso de estas categorías de análisis, Agudo (2000) denomina “representa­ sin embargo, no nos permite hacer ciones sociales” como formas parti­ una lectura detallada de las formas culares de construcción social, que sociales, discursos y relaciones que contribuyen a promover y orientar las subyacen el proceso de apropiación y acciones de los actores sociales (sus uso del territorio por parte de los dis­ posiciones y relaciones). Este ámbito tintos actores. Nos interesa indagar subjetivo que dota de historicidad al cómo se han dado los procesos de territorio y contribuye a la definición expropiación y resistencia, no sola­ de identidades, es el que nos interesa mente desde las dinámicas económi­ incluir en la comprensión de las rela­ cas, sino fundamentalmente ideológi­ ciones espacio-poder. cas, de constitución de los espacios.

Para definir la configuración espacial Recurriremos entonces, a algunos de Cotopaxi en las dos últimas déca­ elementos centrales de la definición das, es necesario entender las dis­ foucaultiana de poder que den cua­ tintas formas sociales de producción lidad a nuestra primera afirmación. constituidas de acuerdo a los reque­ La sujetividad, para Foucault, es una rimientos del desarrollo capitalista. creación del poder, puesto que de En tal virtud, incluimos una primera distintas formas, convierte a los seres forma fundamental de interpretar el humanos en sujetos. Los sujetos no poder: estamos ni completamente auto-de- terminados, ni completamente deter­ “el poder tiene la función de mante­ minados por el poder: los límites que ner las relaciones de producción y se nos imponen aunque sean repre­ una dominación de clase que favo­ rece su desarrollo, así como la moda­ sivos, nos brindan la posibilidad de lidad específica de la apropiación tener una identidad y la capacidad de la fuerza productiva que lo hacen para actuar, incluyendo la de resistir posible”. el poder que nos ha hecho serlo que

1 Héctor Mario Capraro, "Agricultura y Región” en Cuadernos de Economía Política 2, Universidad de Lujan, 1986.

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi somos. La resistencia y la transgresión reconfiguren sus estructuras y son posibles porque en las relaciones reorienten sus discursos en torno a la de poder no hay estados de completa concertación y a la capacitación téc­ dominación: el poder es en realidad nica como herramientas de desarro­ una red abierta, más o menos coor­ llo. Esto les permite la negociación de dinada, de relaciones. La resistencia recursos que progresivamente des­ es posible cuando el poder empuja aparecen del Estado y se distribuyen hacia sus limites2 desde las agencias de desarrollo.

Buscamos identificar a las federacio­ El presente trabajo, desarrollará su nes comunales (OSG), en su dimensión análisis, tomando como referencia de sujetos sociales, capaces no solo a tres organizaciones de segundo de generar respuestas ante las impo­ grado de Cotopaxi: UNOCANC, JATA- siciones del poder sino de construir RISHUN, UOPICJJ, constituidas en dis­ nuevas formas de poder en lo local. tintos momentos históricos en torno La conciencia de su entorno, y de su a diferentes ejes movilizadores. potencialidad transformadora sobre éste, como un proceso de aprendi­ Es en este marco que se producen zaje colectivo de las organizaciones, dos hechos fundamentales para fines grupos o comunidades, en términos del presente trabajo: por un lado, la de construir una visión de conjunto concreción de una contrarreforma sobre sí mismos, sobre sus intereses agraria y privatización del agro, y fines, y sobre los medios para alcan­ aupadas por la reacción terrateniente; zarlos de manera eficaz, los convierte y por otro, la emergencia del en sujetos sociales con capacidad de Movimiento Indígena como sujeto proponer (reflexionar, analizar, pro­ político interpelador del Estado, a raíz cesar la realidad) y ejecutar (decidir, del Levantamiento del Inty Raimy. transformar la realidad). En el primer caso, asistimos a un Mediante estas herramientas, trata­ golpe letal contra el más importante remos de entender cómo las orga­ intento de control territorial y de nizaciones de segundo grado van configuración de una lógica productiva experimentando transformaciones colectiva. Este intento se sostuvo en fundamentales en sus estrategias de las zonas en las cuales predominó supervivencia: desde la lucha por el una vía campesina de desarticulación acceso a los medios de producción, de la hacienda. pasando por ejecución de proyectos de desarrollo, hasta llegar a la venta En el otro caso, nos encontramos con de servicios ambientales o a la con- la confluencia de múltiples procesos certación sobre el manejo de recursos reivind¡cativos y la conjunción de naturales en los escenarios de poder proyectos contrahegemónicos rurales, local. Creemos que las estrategias de afincados en identidades étnicas y dominación y los discursos e imagina­ campesinas, capaces de enfrentar al rios construidos desde el poder han estado, ya no en sus formas locales, dado lugar a que las organizaciones sino como expresión hegemónica modifiquen sus proyectos políticos, nacional.

2 Dinerstein, Ana, "Subjetividad: Capital y la materialidad abstracta del poder (Foucault y el Marxismo Abierto) ', Primeras Jornadas de Teoría y Filosofía Política 21 y 22 de Agosto de 1998, Facultad de Ciencias Sociales, UBA Buenos Aires, versión en línea.

Cotopaxi: espacio social y cambio político ESTRUCTURAS ELEMENTALES DEL ESPACIO EN EL COTOPAXI ANDINO (o la misma historia mirada desde Cotopaxi)

Lo local se configura de acuerdo a las • El inicio de procesos de moderni­ pautas que van marcando las diná­ zación de las haciendas a través micas extractivas imperantes en los de la reducción del tamaño de las distintos momentos históricos y a las propiedades y la incorporación de posibilidades de articulación a las nuevas tecnologías para la pro­ mismas. En ese sentido, el territorio ducción. En Cotopaxi se activa local (y sus recursos) constituye el tempranamente una reestructura­ primer espacio de extracción en la ción de la propiedad de la tierra y lógica de acumulación del capital. La un mercado de tierras agrícolas. intensidad de esa extracción estará entonces, directamente relacionada La agroexportación bananera como con el nivel de articulación de los vehículo de articulación al mercado espacios y el modelo imperante en global, consolida definitivamente cada momento. este proceso modernizador. Latecnifi- cación de las haciendas impulsó fuer­ Como parte de una herencia de los temente la producción ganadera en siglos anteriores cuyas dinámicas los valles fértiles del callejón interan­ económicas permitieron una articula­ dino, que se fue extendiendo progre­ ción directa con mercados regionales sivamente a las unidades productivas a través de la producción textil-obra­ campesinas; y permitió la instalación jera, en el Cotopaxi andino se produjo de agroindustrias lecheras. Estas dos una cierta especialización orientada dinámicas aceleraron la moderniza­ a la producción agropecuaria para el ción de importantes zonas campesi­ consumo interno. La región se carac­ nas bajo su influencia y la reconfigu­ terizó por una alta concentración de ración de pueblos como Guaytacama tierras fértiles en pocas manos y la o Lasso, cuyos habitantes opta­ utilización de las tierras altas y pára­ ron por articularse como fuerza de mos como áreas de pastoreo y reserva trabajo o proveedores de servicios y de leña y agua. abastecedores de leche. Los campesi­ nos de los valles, encuentran grandes La liberación de fuerza de trabajo posibilidades de vinculación directa sujeta en las haciendas, presiona a al mercado, a través del monocultivo las élites terratenientes a desarrollar de papas, hortalizas o la producción algunas estrategias determinantes: lechera (véase Pachano,1986).

• La constitución de alianzas, sobre Las reformas agrarias, ejecutadas todo matrimoniales, con las bur­ a medias durante la segunda mitad guesías costeñas, que permiten la del pasado siglo y una predominante articulación financiera a la lógica estrategia junker de modernización agroexportadora. Esta estrategia agraria, fueron configurando el esce­ resultaría ventajosa durante la nario local como un espacio produc­ larga crisis de las exportaciones tivo subsidiario dentro de una econo­ de cacao. mía nacional orientada a la exporta­ ción. En ella de productos primarios,

Cotopaxi al debate: 1740-2001 donde el mercado interno se va cons­ la tierra para comunidades y peque­ tituyendo en el foco movlllzador de la ños propietarios”. (Ibarra y Ospina, producción hacendatarla 27:1994).

La presión campesina por las tierras De cualquier modo, los campesinos crece, la reforma agraria se vuelve acceden a tierras propias donde se un imperativo y da lugar en algunos replican, en malas condiciones, los casos a una vía campesina de recupe­ modelos de producción de alimen­ ración de territorios3, conviviendo con tos para el mercado interno y/o se estrategias junker de los terratenien­ desarrollan economías campesinas tes. Se acelera el desplazamiento de de subsistencia. En esas condiciones, la población indígena hacia las tierras creció paulatinamente la demanda altas y zonas de páramo. La moderni­ por la tierra, particularmente entre zación trae consigo una mayor seg­ los campesinos indígenas, que ven mentación social y económica, una aparecer y crecer sus formas organi­ apertura y dinamización del mercado zativas, en especial las OSGs, como de tierras. instancia de intermediación para el acceso a servicios y recursos. Durante las reformas agrarias, sus efectos desconcentradores de la tierra El boom petrolero, trajo la presen­ (particularmente en las zonas altas) cia de las agencias del Estado (BNF, incrementan la presencia de peque­ ENAC, ENPROVIT, Desarrollo Rural ñas y medianas posesiones. Conti­ Integral) con un proyecto moderni- núan y se profundizan las estrategias zador para el campo que consolida a de modernización de las haciendas. Quito como un enorme mercado de Entre ellas destacan la extensión de alimentos y de fuerza de trabajo, que las propiedades a través de la compra Cotopaxi puede abastecer. a pequeños campesinos, la maximi- zación de la productividad mediante Por otro lado, los terratenientes, la incorporación de maquinaria y habiendo conservado las tierras férti­ tecnología, la priorización de la pro­ les de los valles, se van especializando ducción pecuaria, la articulación a en la agroindustria -principalmente procesos agroindustriales y la vincu­ lechera- y en la producción agroex- lación estrecha con dinámicas econó­ portadora de flores, frutas y hortali­ micas nacionales de agroexportación zas. Estas actividades subvaloran la y mercados financieros. Esta diná­ mano de obra campesina circundante, mica determinaría la configuración concentran el agua de riego disponi­ de algunas poblaciones cuya econo­ ble y generan desechos contaminan­ mía y organización social se encuen­ tes en los suelos y los ríos. tran estrechamente vinculados a las haciendas. En este contexto, los recursos natu­ rales -en tanto recursos productivos- “Hasta la reforma agraria de 1964, han sido mayoritariamente objeto de puede caracterizarse a Cotopaxi como sobre explotación. Las actividades una provincia donde predominaba agroindustriales y agroexportadoras el sistema de hacienda, en el que se concentran el 8o%4 del agua de riego había producido un acceso limitado a disponible en la provincia, al tiempo

3 Un caso representativo es de las Cooperativas Cotopilaló, Rasuyacu Corazón, Rasuyacu Chiguanto, Mushuc Patria que conformarían la primera base social de la UNOCANC.

Cotopaxi: espacio social y cambio político que han provocado niveles insosteni­ dadera crisis ecológica, con procesos bles de contaminación del Río Cutuchi erosivos acelerados. Las áreas pro­ principal abastecedor de los sistemas tegidas por el Estado, en particular de riego en los Cantones Latacunga, la Reserva Ecológica de Los llinizas, Saquisilí y Salcedo. La inexistencia de sufren una intensa presión tanto en mecanismos de monitoreo y regula­ la zona interandina como en las estri­ ción de agrotóxicos en las agroempre- baciones de la cordillera6. sas, provoca un importante deterioro de los suelos y efectos nocivos para Resultainteresantemirareste proceso la salud de los/as trabajadores/as desde la perspectiva comunal. Desde (tanto en la región interandina como la perspectiva del poder, los campe­ en el subtrópico). sinos empobrecidos por el ajuste, se convierten en los principales La retirada del Estado favorece el agentes de la destrucción ecológica. protagonismo de las ONG's y agencias Sin embargo,a pesar de las políticas de cooperación, que concentran sus y discursos hegemónicos direcciona- esfuerzos de modernización en las das a debilitar la lucha por los medios poblaciones indígenas y en su incor­ de producción, el proceso de acumu­ poración al mercado. La influencia de lación de fuerzas del campesinado las iglesias, las ONG's y la educación indígena ha mantenido la disputa por bilingüe, permitiría la emergencia de el acceso al riego y el empleo ade­ cuadros indios con fuerte perfil tec- cuado del agua. También ha luchado nocrático, que asumirían posterior­ por el control sobre los ecosistemas mente el ejercicio de los gobiernos y bosques, principalmente de altura, locales. que se encuentran en territorios actualmente ocupados por las comu­ Las políticas de ajuste estructural, la nidades indígenas. clausura de la Reforma Agraria y la liberalización de los mercados de tie­ Junto con ellos, aunque fue parcial­ rras comunales, entre otros factores, mente abandonado por el movimiento han incidido en un acelerado avance indígena, la modificación de la estruc­ de la frontera agrícola y una insoste­ tura de la tenencia de la tierra es toda­ nible minifundización. Las áreas de vía una exigencia fundamental de las páramo de la cordillera occidental5 se comunidades para garantizar la segu­ encuentran amenazadas, sus fuen­ ridad alimentaria de su población. tes hídricas presentan una franca disminución. Existen cantones, como De ahí la persistencia de una agricul­ Saquisilí, que atraviesan por una ver­ tura que se resiste a abandonar un

4 El PPDPC, determina que la provincia cuenta con apenas el 20% del territorio con riego 5 Las lógicas productivas descritas, dan cuenta también de una diferenciación étnica del espacio, caracterizada por el desplazamiento de la población indígena hacia las tierras altas de la cordillera occidental, ejerciendo presión sobre el páramo y la reserva de los llinizas. Los valles fértiles de la hoya del Patate han sido ocupados por agroempresas y medianos propietarios, en su mayoría mestizos, plenamente articulados a los circuitos de mercado. La cordillera oriental presenta grandes haciendas (1000 fia o más según el PPDPC), medianos propietarios mestizos y áreas protegidas (Cotopaxi, Llanganates). 6 Existen esfuerzos desde el gobierno provincial por establecer políticas ambientales que enfrenten esta problemática, que se encuentran en un nivel bastante prístino. Algo parecido sucede en el caso de Saquisilí. Las pocas capacidades institucionales y las características actuales de la participación ciudadana, no presentan de momento, condiciones óptimas para abordar con eficacia el tema. Sin embargo, se encuentran en marcha dinámicas de negociación con el Estado nacional a fin de asumir competencias para la gestión ambiental.

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi patrón mínimo de autoconsumo y la de permanentes conflictos interco­ mediación de recursos del desarro­ munales. Aparentemente, las formas llo por parte de las OSG’s, para lograr agroempresariales de control de los pequeñas inversiones en conserva­ recursos y la presencia de un discurso ción de los suelos, manejo de pára­ del desarrollo, habrían resultado efi­ mos y reforestación. caces distractores de los campesinos, que no verían en ellas los verdaderos Tanto las características de las lógi­ rivales en la disputa por los recursos. cas productivas, como las huellas dejadas por éstas, permiten también Al mismo tiempo, sin embargo, la aproximarnos al tipo de relaciones resistencia campesina avanza hacia predominantes. la ocupación de los gobiernos locales como espacios simbólicos de poder. Por un lado, la hegemonía de las Esto y fortalece la mirada hacia den­ agroempresas, cuyos propietarios tro de sus los territorios como ejes no residen, ni tributan, ni participan movilizadores en aras del control (ya en las dinámicas de la provincia, ni no solo acceso) de los recursos. tampoco rinden cuentas al gobierno local. Sin embargo, sus economías La base del desarrollo local de Coto- articuladas a los mercados interna­ paxi sigue siendo fundamentalmente cionales o vinculadas a la dinámica agropecuaria. El acceso privilegiado nacional, determinan las relaciones de las agroindustrias al mercado finan- económicas y políticas internas. ciero centralista facilitan el desarrollo de una producción agroexportadora Por otro lado, las pequeñas unidades de flores y hortalizas, que convive con campesinas -mayoritariamente indí­ la producción lechera y que articula la genas-, que se han visto expresadas mano de obra campesina circundante. politicamente en las OSG's y el MICC, En los escenarios locales de Cotopaxi, que realizan esfuerzos permanentes casi no se generan instancias financie­ por constituir un poder contra hege- ras propias, la mayoría son sucursales mónico que les permita combatir su de la banca quiteña. Adicionalmente, creciente empobrecimiento. las agroindustrias y agroexportado- ras, tributan en Quito. La diferenciación étnica del espacio provocada por el proceso descrito en En síntesis, el espacio local queda párrafos anteriores, se expresa en una distribuido así: la cordillera occiden­ relación conflictiva entre los espacios tal, poblada de campesinos indíge­ de circulación -predominantemente nas, con insuficiente tierra; los valles mestizos- y los espacios de produc­ bajo el control de agroempresas y las ción campesina, mayoritariamente zonas circundantes a los valles, donde indígenas. Los primeros son el esce­ se produce un acelerado “amesti- nario de extracción de la renta local y zamiento” de los campesinos con el control de la capital. mejores tierras y buenas oportunida­ des de articulación al mercado; los La necesidad de acceso a los medios terratenientes, ahora agroindustria- de producción, fundamentalmente les, estrechan sus vínculos con Quito tierra y agua, constituye un factor (Latacunga) y Ambato (Salcedo).7

7 Este Cotopaxi andino, no guarda muchas relaciones con el Cotopaxi subtropical, tributario directo de Quevedo y Guayaquil, contribuyente importante, a través de grandes y medianas propiedades, de banano para la exportación.

Cotopaxi: espacio social y cambio político ESTRUCTURAS Y ARTICULACION ES DE PODER FRENTE A LA CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO: DESDE LA HACIENDA HASTA LOS PODERES LOCALES (o la historia del espado desde la reslstenda).

El rápido recorrido geohistórico hasta contrahegemónicas. Éstas configuran ahora realizado, da cuenta de los un largo y sumamente móvil tejido de procesos de acumulación de capital avanzada en el cual se fueron imbri­ desde los grupos hegemónicos, en cando cuidadosamente, acumula­ donde resulta evidente la subalter- dos identitarios, pequeños controles nidad del campesinado, particular­ espaciales construidos desde lo sim­ mente del campesinado indígena. bólico y estrategias productivas. Los escenarios descritos expresan espacialmente una larga y tortuosa Tendríamos entonces, en el marco transición hacia el capitalismo que de los hitos de construcción hege- habría de trazar las reglas de juego y mónca, procesos de resistencia sig­ marcar los campos de disputa en los nados por eventos subversivos y por que la resistencia desarrollaría sus la resignificación y funcionalización propios procesos acumulativos. No de las formas de poder. La resistencia expresa, sin embargo, los procesos tiene un fuerte asidero ideológico y dialécticos, confusos, que han impli­ una gran necesidad de sostener sus cado la construcción permanente de bases materiales de reproducción estrategias -viables o no, exitosas o aún desde la subalternidad. Para ello no- y el desarrollo de planteamientos recurre a dos elementos claves: la de potencial insurgente frente a la reafirmación de su existencia como avanzada del capitalismo. colectivo, de su organización comuni­ taria como fuerza básica y la confluen­ Una mirada campesina indígena de cia entre lo que podríamos llamar la la historia no sigue las mismas pau­ cultura de la intersubjetividad, con la tas delineadas por el proceso hege- cultura de la otredad (Ceceña, 1998). mónico. Aparecer más bien, como Planteamos por ello una historia una dinámica de permanentes idas y donde los escenarios de acumulación retornos como sujetos sociales (unas de poder se constituyen en espacios veces esbozados y otras, bien defini­ donde los recursos descritos se ejer­ dos) desde los enclaves locales hasta cen en aras de la construcción de con­ el Estado. Supondría un largo pro­ trapoder. ceso de identificación, conocimiento y reconocimiento de los dominantes, La hacienda, ese espacio nodal de la así como de los objetos y campos de acumulación terrateniente, ha sido disputa. también reducto para la reproducción india. Ahí donde la tríada del poder Desde esta perspectiva de la historia, religioso, civil, y poder económico la subalternidad juega con su poten­ concretaba el ejercicio de la domina­ cialidad de insubordinación, con su ción y la acumulación; la resistencia pequeña capacidad de competencia consolidó mecanismos de sujeción y económica y simbólica para generar reciprocidad que por un lado condicio­ respuestas, y en ocasiones, iniciativas naron el control absoluto de la fuerza

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi de trabajo, de los recursos disponi­ como sujetos que se constituyeron a bles y de los medios de producción; y, sí mismos en relación, en conflicto y por otro, mediante la resignificación en presencia de sus dominantes, y a permanente del corpus Ideológico partir de ello construyeron una iden­ dominante, impidieron la destrucción tidad propia. de la identidad cultural indígena. La primera y más larga figura de la Estudios etnográficos en distintos resistencia al poder, se va constru­ momentos han permitido acercarnos yendo en el escenario de la vida a la otra cara de la hacienda, aque­ cotidiana normada por la hacienda. lla que la muestra como un espacio Es aquí donde se libran las primeras donde los márgenes de movilidad batallas contra el enemigo inmediato, de ios sometidos son muy grandes. contra los efectos del poder, de ahí su Desde una lectura foucoltiana, los aparente anarquía (Tiscornia, 2003). campesinos indígenas, en tanto no Esto explicaría la heterogeneidad de fueron completamente designados, las sucesivas revueltas campesinas leídos, clasificados, significados, al interior de la hacienda, que, en tuvieron la posibilidad de desarro­ ocasiones afectaron exclusivamente llar y fortalecer una amplia gama de a los terratenientes locales mientras relaciones sociales intrahogar e inter­ que en otros momentos ponían en comunitarias (comunidades libres cuestión las estructuras mismas de la y comunidades sujetas)8 que burla­ hegemonía: la legitimidad del poder ron la aparentemente omnipresente estatal constituido blanco mestizo, mirada del poder de tres cabezas. De terrateniente, católico, expoliador.9 hecho, lo involucraban y ejercían pre­ sión sobre él. Además de las herramientas étnico- culturales y las sublevaciones violen­ Sostenidos en el ámbito de lo simbó­ tas, los escenarios locales estuvieron lico, los campesinos consagraron en permanentemente atravesados por los espacios festivos una suerte de una buúsquedade nuevos sognifica- “economía moral” que conminaba dos para los modelos productivos, y fuertemente a los dominantes a la una resistencia a la racionalización de práctica permanente de la reciproci­ la producción en las haciendas. dad y la redistribución. El manejo de socorros y suplidos como subsidios Según Thurner (2000), la transición dentro de la hacienda; la sistemática al capitalismo en las haciendas, fue recurrencia de hurtos y usos no auto­ permanentemente condicionada y rizados de los recursos existentes negociada por parte de los campe­ en el territorio; el uso de la media­ sinos, lo que puede verse como una ción de doble vía ejercida por kipus lucha histórica de “micropolíticas y regidores, cuya figura en realidad culturales”. El mismo autor considera fue constituida para el ejercicio de que el ejercicio de contrapoder cam­ la coerción y vigilancia, describen pesino expresado en el permanente de alguna manera a los campesinos asedio a la hacienda, determinó en

8 Véase Turner, 2000 9 La etnografía describe revueltas intra hacienda por maltratos o incumplimiento de los copromisos de reciprocidad, pasando por levantamientos en contra de impuestos, hasta sublevaciones como la de Daquilema que desconocen al Estado Terrateniente de García Moreno y reivindican la legitimidad de un gobierno de indígenas.

Cotopaxi: espacio social y cambio político gran medida los modelos de moderni­ ha logrado la permanencia de formas zación capitalista. Ese asedio devino colectivas de producción y circula­ en movilización política que interfirió ción, que se mantiene desconocido y en muchos procesos Junker de tran­ al margen de la norma y que, desde la sición, forzando vías campesinas de resistencia a la modernidad coaccionó disolución de la hacienda (Thurner, las estrategias terratenientes. Por 2000). otro lado, tenemos el escenario de lo formal, que encuentra en la normativa Las transformaciones generadas por del Estado y en las convenciones de la revolución liberal, significaron un la lucha de clases, herramientas para golpe duro para la gran propiedad acceder a los medios de producción. como modelo productivo. En su inte­ Las huelgas campesinas, la demanda rior y en su entorno, esta circunstan­ por el establecimiento de un régimen cia favoreció la configuración de un legal que regule el trabajo agrícola, la campesinado cuyas estrategias étni­ consecución de derechos laborales, cas de producción y circulación se la adscripción a los postulados mar- mantenían en cierta forma al margen xistas de las nacientes izquierdas o de las exigencias de incorporación la búsqueda de encuentros con las a la dinámica del capital. Al mismo luchas obreras, son algunas de las tiempo esta estrategia recurría a las manifestaciones de la configuración regulaciones modernizadoras ema­ de un movimiento campesino que nadas desde los escenarios naciona­ había rebasado las fronteras locales les, para resquebrajar el poder terra­ para ser mirado por el poder nacio­ teniente local. nal.

De este modo, los campesinos ape­ El Estado, por su parte, habría de laron a la legislación y disputaron desarrollar mecanismos para desacti­ en el ámbito formal la aplicación de var la disrupción dotando de estatuto leyes ganadas con la revolución libe­ jurídico a las comunidades campe­ ral, como el derecho a conservar tie­ sinas y estableciendo una “retórica rras comunales y zonas de pastoreo. de la legislación como discurso” (Itu- Es desde una identidad de clase que rralde, 1988). Es decir, buscó congelar emergen en movilizaciones violen­ los derechos en la norma. tas durante la crisis del cacao, en el mismo momento en que se producen Los períodos circundantes a las las primeras luchas obreras y urbano- reformas agrarias, particularmente la populares. Muchas de las estrategias primera, reivindican fuertemente la de asedio a las tierras están signadas incidencia de la lucha campesina en también por esta identidad. Se esta­ la redistribución de la tierra y el agua. blecen formas organizativas como los No obstante es cierto que la hege­ sindicatos campesinos, se resignifi­ monía impuso en última instancia can las comunas, se producen víncu­ una distribución desigual, viciada de los con la izquierda, que dan lugar a injusticias e irracionalidades. organizaciones políticas como la FEI, y posteriormente la FENOC, o la ECUA- La primera reforma agraria ubicó al RUNARI. medio rural como un campo de dis­ puta con tres frentes: el Estado (capi­ Encontramos dos campos simultá­ talista), los terratenientes (precapita­ neos de la disputa. Por un lado el listas), los campesinos (anticapitalis­ reducto cultural “precapitalista” que tas). En el centro de esta disputa, el

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi control de los medios de producción de la cultura nacional hegemónica” y la fuerza de trabajo. El saldo de ese (Iturralde,1988:51). enfrentamiento es una mixtura ambi­ gua que obligó a los campesinos a Esta situación produce un conglome­ optar por el control de las tierras por rado social que no se moderniza para sobre sus derechos laborales, a los formar pequeñas empresas agrícolas hacendados a tecnificar su produc­ y que se rehúsa a la descampesiniza- ción por sobre el control de la fuerza ción. De hecho, en los momentos de de trabajo, y al Estado, a la concesión crisis del capital, la unidad produc­ de derechos a través de la norma ante tiva campesina se torna un refugio de el fortalecimiento de un movimiento supervivencia. insurgente.

Sin embargo, una ley tan incompleta La construcción del sujeto y excluyente provocó para los años político a partir de la siguientes la agudización de la agita­ emergencia y acumulación ción y la violencia. El acumulado de la lucha campesina subvirtió el régi­ de los sujetos colectivos men jurídico, asumió plenamente el carácter de disputa política, y reivi- El “habitus” a partir del cual se va pro­ dicó para sí los derechos conculcados yectando y acumulando la resistencia más allá de la ley: “entre 1965 y 1970 hasta adquirir su propia subjetividad, fueron frecuentes en todo el país las primero como respuesta y después invasiones de tierras, el secuestro de como intento de avanzada frente al animales e instalaciones, la obstruc­ capital, incorporó en su lucha dos ción de caminos y cursos de agua y frentes importantes. Primero, la apro­ la resistencia al desalojo” (Iturralde, piación del conocimiento construido 1988: 65). por el otro, ya sea bajo la figura de educación, formación, o capacitación Luego de un proceso de fuerte repre­ (tecnocratización) y, segundo la cons­ sión y de pequeñas concesiones lega­ titución de un movimiento a partir les para desactivar la insurgencia, la de un sostenido proceso federativo. segunda reforma agraria se presen­ Proyectados desde una estructura taría entonces como el recurso más comunal, como núcleo duro de su acabado para concluir el asedio cam­ reproducción material e ideológica, pesino a las haciendas e incorporar a los campesinos indígenas fueron con­ los minifundios al desarrollo capita­ figurando federaciones para articular lista mediante una presencia estatal sus demandas y relacionarse, con el directa expresada en las agencias de Estado y los terratenientes, Este pro­ desarrollo rural integral. ceso organizativo también sirvió para encontrarse coyunturalmente con sus A pesar de estos condicionamientos, “aliados naturales” de clase, y sobre la resistencia logró esbozar formas todo, para dar cuerpo a la conforma­ campesinas de producción que fueron ción de movimientos regionales y a adquiriendo “una mayor autonomía la construcción de un movimiento respecto al control del suelo y la uti­ nacional. lización de la mano de obra familiar, agudizándose al mismo tiempo su De esta manera, los campesinos dependencia del mercado, la vincula­ indígenas, sus formas identitarias ción con el Estado y la participación y de organización devienen sujetos

Cotopaxi: espacio social y cambio político colectivos. En efecto, a partir de sus por el derecho a existir y pervivir en luchas fueron tomando “concien­ la diferencia fundamental frente al cia de sus condiciones materiales y proyecto de la modernidad y frente a simbólicas de existencia, que actúa la expansión del capitalismo. La plu- -en la representación-como elemento rinacionalidad pasa a ser el eje estra­ productor del cambio generando un tégico a partir del cual el movimiento comportamiento de sujeto histórico indígena articula su discurso, sus transformador” (Valero, 2000:1). prácticas, y sus organizaciones, frente a la sociedad” (Bonilla, 2003:2). Los ejercicios de contrapo­ der Surgidos de las prácticas en Sin embargo, este cambio sustancial las haciendas, se trasladaron implicó al mismo tiempo, la inversión al espacio de un Estado que hacía de de los procesos desde la perspectiva todo, aquiendemandaronademás.la del micropoder. Hasta ese momento, dotación de servicios básicos y el la figura de resistencia expresaba pri­ derecho de acceso a la salud y la mordialmente una dinámica reivindi- educación. cativa de respuesta a las estrategias de control hegemónico. A partir del Para fines de los años 1980, cuando levantamiento de 1990, el movimiento la opulencia del petróleo iniciaba indígena establece una estrategia su ocaso y cuando la reacción de la ofensiva: la hegemonía pasa enton­ burguesía terrateniente arremetía ces, a reconocer a su adversario y a contra cualquier saldo positivo de las codificarlo para desestructurarlo. reformas agrarias, el encuentro de las organizaciones andinas y amazónicas La década de inicio del ajuste estruc­ permite una particular confluencia tural, se encuentra con un movi­ de las luchas por tierras, territorios miento acrecentado, dispuesto a dis­ y derechos al reconocimiento de las putar el control del Estado, decidido otras identidades que convierten al a luchar por el poder: “La interpela­ creciente movimiento indígena en ción al Estado Nacional y la posibili­ sujeto político nacional. Era poten­ dad de constituirse en un movimiento cialmente capaz de liderar y articular aglutinador de sectores subalternos las luchas de los otros bloques con- inaugura una dimensión nueva en las trahegemónicos (Bonilla, 2003). Sin dinámicas organizativas: el acceso al embargo, no sería sino hasta 1990 poder; pero, al mismo tiempo otorga -precisamente cuando la dinámica un cariz diferente a la propuesta de del capital empezaba a demandar crítica radical al Estado, e incluso la la desestructuración de de los esta­ crítica radical al proyecto de “demo­ dos nacionales en aras de un poder cracia” que pretende imponerse monopólico global- que este sujeto desde las élites”. (Bonilla, 2003) político establecería un quiebre cua­ litativo fundamental en relación a su Tras su inserción definitiva en proceso histórico. el escenario nacional y lograr el reconocimiento del poder como Con el levantamiento del Inty Raymi, sujeto de derechos y participación, el movimiento indígena se erige como representando intereses definidos de “un sujeto político identitario y con las clases dominadas, el movimiento una única voz, la lucha por la pluri- indígena se involucra en el campo nacionalidad se convierte en la lucha de la democracia burguesa. El por el reconocimiento a la diversidad, movimiento expande sus frentes de

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi avanzada, y toma para sí el derecho de La crisis estructural a comienzos del colocar representantes en el aparato nuevo siglo, se encuentra con un institucional del Estado. Negocia movimiento aglutinador y expansivo, entonces -y alcanza- su participación de múltiples cabezas, copando todos directa en espacios de decisión, la los espacios, extendiendo sus estra­ creación de instancias de gestión tegias desde la insurgencia hasta la pública en ámbitos de educación, institucionalidad, arrinconando a las salud, y desarrollo dirigidas a los clases hegemónicas en un momento pueblos y nacionalidades indígenas. de alianzas debilitadas, interpelando Se transforma en sujeto ineludible de incluso, al nuevo poder global. Estos consulta para la definición de políticas avances significaron, sin embargo, al y finalmente, conforma una estructura mismo tiempo, renunciar al debate y partidaria que le permite participar construcción permanente de un pro­ en los escenarios electorales. yecto político efectivamente articu- lador de las otras subalternidades, El movimiento político, empieza efectivamente intercultural, conmi­ entonces a ocupar espacios de nado a responder coyunturalmente representación en el régimen político, las réplicas de las burguesías; signi­ que fueron ocupados históricamente ficó también descuidar los núcleos de en lo local por los terratenientes. acumulación en las bases y renunciar Estas instituciones políticas podían a la formación de cuadros de relevo ayuadar a ampliar los territorios, que garanticen la continuidad de la captar recursos para la redistribución, avanzada. tomar decisiones medianamente autónomas, es decir, eran una El movimiento indígena, ese tejido oportunidad de construir espacios gigante armado durante décadas de propios de poder local. Todo ello, sin acumulación, empezaba a mostrar renunciara losacumulados históricos, agujeros en su entramado, costuras a las estrategias subversivas inconclusas, por donde el poder generadas desde el movimiento reconfigurado y con cara de Estado social en aras del resquebrajamiento global encuentra posibilidades para hegemónico. la contraofensiva.

Cotopaxi: espacio social y cambio político EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL ESPACIO LOCAL A PARTIR DE LA RE FORMA AG RARI A

El largo recorrido planteado en este indígena únicamente a partir de sus trabajo ha tenido la pretensión de planteamientos étnicos. El mismo visualizar y entender, las respuestas movimiento empieza a mirarse desde que en Cotopaxi han generado las ese espejo distorsionado. Organizaciones de Segundo Grado, las estrategias de modificación de Entre tanto, en lo local, las OSG's asu­ sus lógicas internas y sus formas de men el desafío de la disputa cotidiana acceso a los recursos en un escenario del espacio y la representación. Los marcado por el progresivo desmante- terratenientes se “desvanecen” como lamiento de sus fuentes materiales la figura clara del poder a combatir. de reproducción. En su lugar, el Estado y sus múltiples instituciones establecen los térmi­ Al margen de las particularidades nos de la relación con el campesi­ de cada organización de acuerdo a nado. Las OSG's se verán abocadas sus contextos específicos históricos a demandar y negociar con éstas el y geográficos, en términos genera­ acceso a servicios básicos y la transi­ les éstas emergen como fruto de un ción a la modernidad, tratando en el proceso de acumulación organizativa intento de defender las conquistas de que se venía gestando en el marco la vía campesina, la permanencia de de las transformaciones agrarias en su otredad, la pervivencia del sentido el país. Casi todas las organizaciones comunitario de la vida, tan poco fun­ de la Sierra formaron sus cuadros y cional al capital. Finalmente, la cru­ fortalecieron sus procesos y deman­ zada civilizatoria -una vez retirado el das con el soporte de la Iglesia Libe­ Estado- es asumida por las ONG y sus radora y los partidos de izquierda. La discursos del desarrollo, que introdu­ clausura de las reformas agrarias y cen nuevos mecanismos de restric­ la consolidación de un proyecto neo­ ción ya no al acceso, sino al control liberal para el agro -con retirada del del espacio local y sus recursos. En Estado incluida-, la derechización de contra partida, las organizaciones la iglesia y el aparecimiento del dis­ refuncionalizan nuevamente su rol curso del desarrollo rural, van provo­ incorporando y resemantizando los cando transformaciones importantes nuevos discursos, agregando nuevas en las dinámicas organizativas. herramientas de negociación, funda­ das en la tecnocracia. A raíz de estos hechos, los estudios campesinos dejan de ser un tema Para el caso particular de la región relevante para la intelectualidad. La interandina de Cotopaxi, hemos inexorabilidad de la historia se vuelve seleccionado tres organizaciones unaverdad,lainjustadistribucióndela (UNOCANC, JATARISHUN y UOPICJJ) tierra y los recursos, es decir los temas con las que llevamos algún tiempo agrarios, quedan clausurados. La trabajando. A partir de esos tres sociedad nacional mira al movimiento casos trataremos de aproximarnos a

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi los distintos procesos de configura­ tencia. b) La hacienda por su parte, ción espacial después de la reforma ha dejado marcado en el imaginario agraria. campesino formas de entender el territorio, la propiedad, el uso de los Las tres organizaciones aglutinan recursos, los derechos y la posesión comunidades que ocupan diferen­ sobre los mismos, c) Finalmente, el tes pisos altitudinales, en donde se desarrollo trae sus propias formas desarrollan producciones agrícolas de entender estos mismos espacios y pecuarias diferenciadas. Las tres y construye los discursos de la con- disponen de extensiones territoriales certación, el manejo sustentable de significativas, que rebasan las deli­ los recursos naturales, y configura así mitaciones impuestas por la división nuevos espacios simbólicos. política nacional, es decir, se extiende más allá de los límites parroquiales, Estos tres ejes atraviesan transver­ e incluso cantonales de la provincia. salmente, tres momentos de cons­ Las tres se encuentran ubicadas en la trucción espacial a nivel local en la cordillera occidental y ocupan impor­ disputa por el control territorial. tantes extensiones de páramos, siendo las principales proveedoras Primer momento: El habitus de agua para riego y consumo tanto comunal, el campo del modelo para sus propios cantones como para hacendatario los colindantes Tratando de capturar espacialmente Estas organizaciones tienen adicio­ el período entre las reformas agra­ nalmente, la particularidad de rias, encontramos encapsulados haberse conformado en diferentes localmente los principales compo­ momentos históricos respondiendo a nentes de la microfísica del poder; las nuevas dinámicas de acumulación es decir, las maneras específicas en del capital, y a los distintos discursos que los terratenientes plantearon el de desarrollo que sobre ellas, se han control territorial y político, así como venido imponiendo. las formas de ocupación subalterna (resistencia-avanzada) del campesi­ nado. Lo andino, la hacienda y el desarrollo local” En el Corema i encontramos el en la construcción de patrón básico de organización espa­ cial hacendatario: un espacio local imaginarios y espacios con territorialidades definidas por los límites de la hacienda, dentro y Para entender las percepcio­ en torno los cuales, se configuraron nes del espacio y el territo­ territorialidades comunales de menor rio, manejadas desde las orga­ extensión, pero bastante definidas. nizaciones, nos planteamos revisar los elementos ideológicos Un modelo fundamentalmente endó­ construidos a partir de tres temas: a) geno cuyo conjunto se vuelve tri­ Las formas ambiguas, desarticuladas, butario y funcional a la formación subterráneas,deconcebirelespacio,el socioeconómica supra local; pero territorio y los recursos que persisten, que hacia adentro establece un en el mundo andino se reconfiguran conjunto de relaciones jerárquicas y constituyen potenciales de resis­ fundamentales para su reproducción

Cotopaxi: espacio social y cambio político y al mismo tiempo, para la acumula­ El gráfico también intenta explicar la ción campesina. intensidad de las interacciones comu­ nales intra y extra hacienda, que defi­ Las haciendas locales establecen nen al territorio como espacio de vida, vínculos sociales y económicos para como espacio vivido, ejercido, contro­ garantizar el autoabastecimiento. lado, negociado. De esta manera, las Hacerlo es estratégico para enfrentar haciendas y sus territorios se encuen­ la arremetida modernizadora y las cri­ tran atados a la dinámica comunal y sis o presiones externas. El espacio no solo a la inversa. Desde la subal- nacional, aunque existente, parecería ternidad, los campesinos también no tener presencia. manejan territorios y recursos, clara­ mente definidos en los límites comu­ Las comunidades campesino-indíge­ nales y difusamente configurados en nas se relacionan no a un poder esta­ su imbricación con el territorio de la tal centralizado y a sus instituciones, hacienda, donde el acceso a recursos sino a ámbitos económicos y de poder atraviesa por una permanente nego­ específicos, signados por la presen­ ciación con altas dosis de ritualidad. cia de las clases dominantes locales y dominados por el hacendado (Chi- Lo andino se expande acumulando en riboga, 1993). El régimen político se su interior las lógicas productivas y de ubica, se expresa y se ejerce dentro ocupación territorial de la hacienda. de la localidad, tiene rostro de cura, En una dinámica dialéctica, la comuni­ de teniente político; el presidente dad reproducesu universo simbólico e del Concejo, tiene nombre de hacen­ ideológico y las unidades campesinas dado. replican las prácticas hacendatarias, llegando incluso a competir con ellas

Corema i

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi en el mercado interno. El ámbito de la marco de las transformaciones del circulación comunltara -y en buena modelo se reproducen más menos parte también hacendatarla-, ocurre de manera similar en todas partes. de espaldas al capital (aunque no de La unidad espacial se fragmenta, los mercados)10. El territorio comunal aunque las interacciones permiten el se ordena de manera que resulta una mantenimiento de territorialidades réplica de la hacienda. más o menos definidas.

En el modelo graficado, la transver- Los campesinos acceden a la tierra y salldad y la inmediatez de la resis­ en cierta forma, a través de la repre­ tencia conceptuallzada por Foucault, sentación federativa (OSG's), man­ permiten al campesino una enorme tienen un control territorial a partir movilidad y ampliación de sus espa­ la propiedad comunal. Ese control cios al Interior de la estructura de resulta visible para este momento, y poder. Favorecen así no solo la lucha logra establecerse en tanto continúa por el acceso a los recursos, sino por el ejercicio de relaciones sociales y el derecho a la diferencia desde una simbólicas intercomunitarias (aun­ defensa de la colectividad. La vida que mediante canales parcialmente comunitaria pervive a los intentos de modificados), a las que se incorpora aislamiento (Olmo Brau, 2000). el sentido clasista otorgado a la lucha por la consecución de los medios de El modelo se resquebraja por las insos­ producción. Se amplían los espacios tenibles presiones externas procura­ de relacionamiento con formas orga­ das por la transición al capitalismo. nizativas extra locales. Se abre una coyuntura favorable para que, al interior de la estructura de La hacienda reduce sus territo­ sometimiento, se geste un proyecto rios, incorpora tecnología y nuevas propio de configuración espacial formas de relación laboral, más acor­ articulando los recursos existentes. des con su inserción definitiva al capi­ Las interacciones comunales seña­ talismo. Los terratenientes mantienen ladas, permiten la conformación de el control del régimen político local, y federaciones locales (OSG's) y las amplían sus espacios de representa­ figuras de la mediación de doble vía ción y regulación hacia las localida­ descritas en el capítulo 4, devienen des mayores. Las redes de relacio­ en agentes de representación y dis­ nes hacia adentro se debilitan casi puta de abajo hacia arriba, frente al por completo, mientras se amplían y estado y a los terratenientes11. diversifican las interacciones y alian­ zas con el espacio nacional. Paralela­ Segundo momento: Un mutilado mente el poder pasa a ser compartido proyecto de producción no con la institucionalidad del Estado capitalista... que irrumpe con su oferta de servi­ cios y tecnología para tratar de domi­ El segundo modelo se ubica en el nar un escenario desestructurado, resultado de las reformas agrarias, donde los campesinos deben quedar donde los patrones definidos en el sujetos al capital.

10 Véase Trujillo, Jorge, La Hacienda Serrana 1900-1930, IEE-ABYA YALA, Quito, 1986. 11 En lo simbólico, los roles conductores y de mediación de asignados durante la hacienda a regidores kipus son refuncionalizados, de modo que los primeros -guías espirituales y políticos- devendrían en cabildos, y los segundos -intermediarios letrados- en dirigentes de las OSG.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Las ciudades adquieren una nueva La UNOCANC y su vía campesina, se dinámcia, nuevas formas de vincu­ conforma durante este período. La lación de la oferta laboral, se refun- dinámica federativa parte de una cionaliza su rol como mercado local, subjetividad de clase recientemente transformándose definitivamente en adquirida. Bajo la figura de coope­ el espacio de extracción de la renta rativas agrarias, las primeras alian­ campesina para la reafirmación como zas productivas y territoriales serán territorio blanco-mestizo. capaces de aglutinar inmediatamente a las comunidades circundantes a Los componentes ideológicos andi­ quienes se apoyó en su proceso de nos y políticos campesinos, permiten recuperación de la tierra. Los apren­ por un momento, dibujar un espacio dizajes acumulados en la lucha, los donde las comunas, bajo la repre­ cuadros formados como clase, serán sentación de las o sg's , definen una una pieza clave para consolidar una organización descentralizada pero alianza colectivista que permita un articulada por la reciprocidad y redis­ mayor control espacial para enfrentar tribución de producciones colectivas el poder que se desplaza. y circulación no capitalista. Las tie­ rras, entregadas individualmente a El imaginario de la hacienda, sin familias y comunas, mantienen uni­ embargo, define la distribución del dad territorial puesto que pasan a espacio productivo comunal. Para formar parte de un conglomerado el caso de la UNOCANC, por ejem­ más o menos homogéneo que federa plo, las comunidades y cooperativas recursos, sistemas productivos, iden­ asumen los nombres de la hacienda tidades y demandas. o sus sectores, e inician producción

Corema2

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi 77 con especializaciones para el mer­ educación como nuevo recurso de cado y reductos de auto consumo. acumulación y resistencia, produce La hacienda hereda al campesinado al mismo tiempo ejecutores de la su forma de entender el territorio: modernidad. Los cuadros “ilustra­ aún contando con tierras marginales dos” se convierten en vehículos para y de mala calidad en algunas comu­ la introducción del paquete verde pro­ nidades, la producción agrícola se movido por el capital, el discurso de mantendría en las tierras bajas y los la producción individual para el mer­ páramos continuarían siendo territo­ cado y la sustitución de la insurgencia rio comunal de pastoreo, recolección para la obtención de nuevas tierras y área de reserva. Sin embargo, los por la figura mercantil de la compra. campesinos mantendrán una agricul­ El sujeto colectivo es presionado a su tura colectiva -y territorios destina­ formalización/ individualización. dos para ello-, hasta sucumbir a las presiones del mercado que los impul­ El discurso del desarrollo, se erige en san a la fragmentación interna y a la el nuevo poder ubicuo, más amplio, privatización. con rostros de mercado, de agencias estatales y de gobiernos locales con En un momento de construcción de un nombre terrateniente. nuevo espacio, en el que el campesi­ nado disputa el control territorial y la En síntesis, lo que pudo constituirse posibilidad de una agricultura autó­ como un modelo de producción noma, el poder ubica el escenario de contra hegemónico debió enfrentar disputa en el “desarrollo rural”. la presión de la incorporación al mercado y del discurso de la El Estado inicia una cruzada de suje­ producción privada y la modernidad ción campesina al capital, a través de (paquete verde, sobreexplotación de la oferta de modernidad, presionando recursos, monocultivo, privatización a las OSG's a reconfigurar discur­ de tierras). La insurgencia cede ante sos y estructuras que habían nacido las presiones de negociación y su para consolidar el control sobre las consagración legal (Ley Agraria de tierras recientemente adquiridas y 1994). Los derechos, sin haber sido para liderar un proceso productivo conseguidos a plenitud, se vuelven un no capitalista. De esta manera, el tema dado y por tanto, clausurado. Estado explota el rol mediador asu­ mido por estas organizaciones para Sin embargo, las recomposiciones transformarlas en responsables de la internas de las OSG's les permitieron consecución de servicios y asistencia mantener el acceso a los recursos pro­ técnica. ductivos y continuar la disputa por el control del espacio. La UNOCANC por La historia de la UNOCANC ilustra cla­ ejemplo, a pesar de su opción por el ramente este patrón: bajo el lema fortalecimiento de un discurso tecno- de “Tierra, justicia y libertad”, esta crático, mantuvo un discurso político, organización que acompañó las que fortaleció la interlocución e inci­ luchas campesinas por el control de dencia de la organización, como ejes los recursos productivos y la cons­ fundamentales de cohesión, identi­ trucción de derechos, experimenta dad y movilización. En cierta forma se una rápida trasformación funcional preservó el discurso, del control del que responde a un proceso de some­ espacio y los recursos. timiento al mercado. El acceso a la

Cotopaxi: espacio social y cambio político Tercer momento: los múltiples El rol mediador adquiere tal especia- frentes de la subalternidad lización, que separa las OSG's como estructura, de la organización terri­ El tercer momento describe la expan­ torial. Se vulneran -aunque no des­ sión del espacio nacional, la contrac­ truyen-, los mecanismos internos ción del espacio local y la fragmenta­ de decisión y consulta, con lo cual, ción del espacio campesino. El poder las tecnologías de disciplinamiento hegemónico nacional resulta ubicuo, se van introduciendo en la dinámica intangible, invisible. Bajo la forma de organizativa. Se sacrifica el control agencias de desarrollo estatal y no por la gestión del espacio. gubernamental, mercado ampliado o gobierno local, el capitalismo avanza El gráfico nos muestra propiedades y se posiciona en las lógicas producti­ agrícolas capitalistas vinculándose vas campesinas para determinarlas. directamente al mercado nacional. Algo similar se produciría en relación Desde la subalternidad, este hecho a la representación política: el domi­ significó abrir demasiados frentes. nio directo a través del gobierno local Las formas de acumulación espacial ya no es funcional ni necesario. En su del poder se van legitimando y defi­ lugar, las organizaciones campesinas niendo patrones de respuesta, mar­ ocupan el espacio descuidado como cados por la necesidad de reforzar las un nuevo mecanismo de acceso a instancias de representación, media­ recursos, servicios y herramientas de ción y negociación. redistribución local.

espacio Corema 3 nacional

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi El mercado incrementa la extracción productivos de las organizaciones no de renta y la dependencia campesina gubernamentales. de la producción externa. Los cen­ tros poblados rurales disminuyen su Aunque ese proceso le significó el dinamia, la población blanco mestiza sometimiento al discurso del desa­ se desplaza a urbes mayores, mante­ rrollo y su articulación desventajosa y niendo el control espacial de las ferias voluntaria a la dinámica del mercado, y la oferta de productos externos para también le permitió mantener y forta­ el consumo interno. lecer un discurso político campesino con identidad étnica, a partir del cual La primacía de la tierra individual por ha consolidado su red de relaciones sobre el territorio colectivo se torna intra e intercomunales y su legiti­ visible y hace imposible un ordena­ midad frente a las bases. Con estas miento productivo por parte de las herramientas ha podido posicionar organizaciones. La base material de su presencia dentro del Movimiento reproducción colectiva, se desestruc­ Indígena provincial y nacional. Por tura, aunque sus bases sociales y otro lado, no ha renunciado del todo simbólicas se mantienen y extienden. a la posibilidad de controlar sus terri­ El proceso federativo avanza y se con­ torios y acceder a las tierras privadas solida en los espacios provinciales y circundantes. nacionales. Finalmente, desde la sujeción al dis­ Este es el escenario en el cual emerge curso tecnocrático, ha mantenido la Jatarishun. A diferencia de la una presencia activa y directa en UNOCANC, su acumulado histórico no las comunidades y ha conformado parte de la lucha por la tierra, sino del cuadros propios, Todo esto le dota de discurso del desarrollo. Aunque la rei­ un mínimo margen de autonomía a vindicación de los derechos a la edu­ los procesos productivos a través de cación, salud, infraestructura básica y esfuerzos permanentes (no siempre sobre todo, a la otredad, son compar­ exitosos) de resemantización y politi­ tidos. La Jatarishun se constituye en zación de ese discurso. un territorio fragmentado con esca­ sos recursos en acelerado proceso de La Jatarishun por su parte, no ha degradación. logrado estructurar desde la edu­ cación un espacio de generación El mismo escenario al que se enfren­ de cuadros, ni políticos ni tecno- tan las dos organizaciones, provoca cráticos. La gestión del desarrollo respuestas distintas a partir de sus que asume, se vuelve por tanto, distintos acumulados históricos. completamente dependiente de las agencias no gubernamentales, La UNOCANC fortalece su capacidad Sin embargo, las redes de relacio- de mediación en aras de consolidar namiento andino continúan funcio­ un proceso educativo propio como nando y fluyendo de manera paralela, herramienta de resistencia y consti­ como si la mediación del desarrollo tución de nuevas formas de enfrenta­ funcionara como una suerte de pan­ miento al poder. Amplía la cobertura talla protectora. de infraestructura básica en las comu­ nidades; pero fundamentalmente, La historia de la Jatarishun, no regis­ direcciona con éxito sus esfuer­ tra procesos de lucha por la tie­ zos a la consecución de proyectos rra en la formación de esta OSG12.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Su constitución más tardía, respon­ visibles en momentos de crisis o ten­ dería a condicionantes históricas sión. distintos. Nacida con el impulso y a la luz de las herencias de la iglesia La Jatarishun vive, al mismo tiempo, de los pobres, en un escenario para la misma efervescencia del desarro­ entonces ya dominado por el dis­ llo que vivieron otras organizacio­ curso del desarrollo y sus agencias, nes y su desgaste progresivo, con la la Jatarishun resulta una especie de mayoría de OSG’s esto ha provocado hermana menor de las OSG’s. Expresa una profunda crisis de orientación y en su dinámica interna -y de alguna representatividad. Sin embargo, se manera, también en su estructura relaciona con los discursos del desa­ externa-, las paradojas dejadas por rrollo (género, producción, medio la salida de los discursos reivindi- ambiente, ciudadanía) de manera cativos clasistas y la entrada de las impermeable. No son asumidos, tam­ ONG’s. En su interior, los movimientos poco digeridos y procesados interna­ paralelos, autónomos, funcionan más mente para resignificarlos, aunque en activa e informalmente que las cons­ los peores casos devasten sus bases trucciones de la representación. materiales de reproducción social.

Sin embargo, parecería existir una El escenario trazado en el corema, lógica de funcionamiento de comuna gráfica con bastante aproximación lo (extendida), en donde la directiva que ocurre en Saquisilí. Con territorios del cabildo asume todo el peso del fragmentados y en medio de una cri­ gestionamiento hacia fuera y el orde­ sis ecológica, la organización encuen­ namiento del trabajo hacia dentro. tra en la captación del gobierno local, Lógica que devela el enorme abismo la posibilidad de expandir su espa­ existente entre las capacidades y cio de control y redistribución de aprendizajes generados por los pro­ recursos. cesos históricos comunales y las res­ puestas dadas a los requerimientos La ocupación de facto del territorio exteriores del “desarrollo” y la “ges­ urbano y de la institucionalidad de tión local” en los que la organización gobierno, no significa necesaria­ se ve inmersa tardíamente. mente el control del espacio y del poder. La experiencia de lajatarishun, La legitimidad de su representa­ evidencia una expansión viciada de ción no pasa exclusivamente por el debilidades previas. Entre ellas des­ modelo de desarrollo y sus condi­ taca la falta de formación ideológica cionamientos. Existe un conjunto de y proyecto político claro que impida prácticas y “hábitos”13 provenientes la reproducción de los vicios hege- de las estructuras comunales de inte­ mónicos y posicione una propuesta racción, que parecen funcionar de autónoma. La debilita también laño manera subterránea y que se vuelven consolidación de un control mínimo

12 Exceptuando Yanahurco, con una temprana vinculación a la FEI en la lucha por la tierra, pero esta comunidad y sus sectores pertenecían hasta hace algunos años a la LWOCANC, y sus dinámicas se corresponden más con las de esta organización. 13 Utilizamos estos términos debido a que, desde los niveles de inserción de Heifer, no se ha podido visualizar un sistema, una lógica en este funcionamiento, es posible que exista pero no se ha logrado una lectura suficiente que de cuenta de éstos, ni de los códigos, canales y redes que los sustenten.

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi del territorio y los recursos asignados mar, desde el Concejo y el CDC las a la organización así como la ruptura transformaciones estructurales que de los mecanismos de legitimidad se demandan.” que dan fuerza a la representación de la OSG. A ello se suma la falta de Los desafíos siguen siendo los mis­ cuadros propios que, han impedido el mos, y fueron señalados como impres­ control del nuevo espacio para conso­ cindibles para modificar las estruc­ lidar el proceso redistributivo. turas cantonales o cuando menos, sostener la presencia indígena. Mas, Desde la ocupación de la alcaldía por como si hubiésemos asistido a un parte de la Jatarishun hace ocho años, paréntesis temporal, las condiciones el escenario del poder local de Saqui- continúan siendo, en esencia, simila­ silí deja la impresión de un estado res. Lo curioso en este caso, es que de “tablas” permanente, en la lucha a pesar de que la Jatarishun no ha por el acceso pleno a los espacios de superado sus carencias ni asumido decisión. Aparentemente, la Jataris­ sus retos14, aparentemente tampoco hun no ha sido capaz de levantar una habría perdido espacios. sola propuesta cantonal de desarrollo ni ha respondido con la celeridad, efi­ El esquema presentado permite en ciencia o iniciativa suficientes frente unos casos, facilita en otros, pero a las propuestas de su alcalde. en ninguno impide, que la Jatarishun desarrolle un amplio abanico de rela­ Si revisamos lecturas de la Jatarishun ciones, que le permiten mantener y realizadas en los albores de la ges­ hasta posicionarse en otros escena­ tión india, encontramos señaladas rios. las mismas fortalezas y carencias que podemos distinguir ahora, siete La Jatarishun se las ha arreglado para años más tarde: contar siempre con representantes o delegados en instancias burocráticas atinentes, sobre todo, a los “temas “No obstante esta gran capacidad de indios” (dirección provincial de EBI, convocatoria y representación, así como su progresiva y ascendente pre­ salud indígena, tribunal electoral) y sencia en el escenario político local, ha peleado exitosamente su repre­ la Jatarishun mostraba débiles capa­ sentación en el MICC. Esta descrip­ cidades de propuesta ante la gestión ción, no considera la calidad de la municipal y una ausencia de iniciati­ representación que, desde una pers­ vas para desmantelar las estructuras pectiva convencional, no pasaría ni la tradicionales existentes”. más superficial evaluación analítica, menos aún política. Sin embargo , “Le queda aquí a la Jatarishun cum­ es necesario darle una lectura cuida­ plir un papel fundamental: dimen- dosa para explicar la importancia que sionar su nueva posición dentro de la correlación de fuerzas local y el la organización le otorga a esa repre­ espacio ganado y ocupado, para lle­ sentación, el tipo de resultados que var adelante más conscientemente, le proporciona, y la presencia perma­ las iniciativas de concertación pen­ nente de la Jatarishun en los escena­ dientes en el cantón, así como ani­ rios local y provincial. Recalco una

14 Baste mirar los roles asignados a la Jatarishun para la plena ejecución del plan cantonal de desarrollo, que sin ser ambiciosos, vistos ahora resultan excesivos para lo que puede asumir la organización.

Cotopaxi: espacio social y cambio político vez más que esa amplitud de repre­ de recomposición de fuerzas, dado sentación en los espacios políticos que las contradicciones fundamen­ se combina con una falta de cuadros tales del capital no han sido tocadas, políticos o técnicos, o de capacida­ por el contrario se han agudizado con des de propuesta. La diferencia con la la reapropiación de tierras, la expro­ UNOCANC es patente, puesto que esta piación del agua y la liberalización de última también disponen de una red mercados que presiona a una acele­ de relaciones y posiciones hacia fuera rada descampesinización. de su localidad, pero se esfuerza por explicitar la organicidad política de su En este escenario nace la UOPICJJ, adscripción a las mismas. despojada de los acumulados his­ tóricos de lucha, pero heredera de Vale señalar, que en este mismo un fuerte componente identitario. escenario planteado por el corema, Tratando de gestionar los recursos las redes de relaciones que histórica­ del desarrollo para utilizarlos en fun­ mente las comunidadesy organizacio­ ción de constituir ejes movilizadores nes han ido cultivando, se mantienen que contribuyan al control territo­ aunque se modifican parcialmente rial de sus bases, convivie con las en sus sentidos y funcionalidad. formas remozadas de explotación laboral de las agroempresas asenta­ Cuarto momento: la das localmente, mientras busca alter­ desmembración total de las nativas productivas para emancipar bases materiales e ideológicas de esa fuerza de trabajo. reproducción y la conciencia crítica como gestor nuevas posibilidades. Utilizando un esquema similar al tute- laje inicial de la Iglesia Católica en la El escenario trazado presentaría una conformación de las organizaciones avanzada agresiva del capital en su de segundo grado en los años 1970 e dinámica de acumulación extrema. inicios de 1980, aunque imprimiendo Un estado desmantelado, el mercado un control más riguroso, el PDA15 pro­ global empujando las puertas campe­ mueve a la UOPICJJ y consigue con ello, sinas y un movimiento indígena debi­ adicionalmente, revestir de “partici- litado por la cooptación de la repre­ pativos” sus proyectos de desarrollo. sentación política. El poderse desva­ Esta organización le permite controlar nece en lo local pero ejerce dominio los procesos de intervención, avala­ sobre éste desde lo global. El dis­ dos por figuras de consulta a la pobla­ curso del desarrollo se erige como la ción. herramienta ideológica fundamental dentro de los procesos de expansión La UOPICJJ nace en el marco del debi­ capitalista, cumple un rol desactiva­ litamiento de la Casa Campesina de dor de los acumulados movilizadores Pujilí y de un proyecto desarticulador de los sujetos colectivos, se encarga orquestado por Visión Mundial, para del ocultamiento de las contradiccio­ lo cual ha recurrido a la ejecución nes fundamentales que sostienen esa altamente condicionada de proyectos expansión, y amortigua los impactos de salud, educación y marginalmente, de la expropiación. Sin embargo, para de producción. Aunque sus bases la resistencia existen posibilidades cotidianamente enfrentan severos

15 Visión Mundial

Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi conflictos en torno al control y acceso El relacionamiento con otros actores a los recursos naturales, principal­ en el escenario cantonal, ha movi­ mente el agua, la UOPICJJ -carente lizado importantes esfuerzos de la de las herencias relvlndlcatlvas de su UOPICJJ. Progresivamente, la OSG, ha progenltora COJACAP-, no ha sabido venido tejiendo sus propias redes de o no ha podido levantar un discurso interacción con otras OSG, incluyendo aglutinador como representante de la misma cojacap. Esto le está per­ las demandas estratégicas de sus mitiendo proyectar una imagen autó­ comunidades. noma y posicionarse más firmemente en el concierto de organizaciones del El PDA, agencia financiera de las emer­ cantón e incluso de la provincia. gentes actorías evangélicas, encuen­ tra terreno fértil en la necesidad Existe latente una relación de hecho de representación existente en las con terratenientes cuyos predios se comunidades del Jatun Juigua (siem­ encuentran en el territorio de Jatun pre definidas con identidad propia al Juigua que, más allá de las interaccio­ interior de la COJACAP), para expandir nes bilaterales con las comunidades las fuerzas de esta tendencia. vecinas, está siendo vista por la uopi- CJJ como un tema que debe ser tra­ Otorgando todavía a los financia- tado y resuelto. Existe la aspiración mientos externos el poder de resol­ de las comunidades por acceder a la ver las demandas inmediatas de las posesión de algunas de estas tierras, comunidades de base y mirando a los al tiempo que circundan ideas de proyectos como un fin para la legi­ negociación extraídas desarticulada­ timación, la UOPICJJ ha establecido mente del nuevo discurso de “servi­ vínculos en condiciones subalternas, cios ambientales”. En todo caso, aun­ allanándose a los condicionamientos que recurrentemente circula el tema, de estas agencias. no se define aún con claridad, el enfo­ que y la posición política que regirá Por otra parte, la escisión de la COJA- esta relación en el futuro. Tampoco se CAP, esta todavía en proceso, sobre tiene una lectura sobre la posición de todo a nivel del imaginario de algunas los hacendados que permita vislum­ comunidades de base y de la estruc­ brar el peso que éstos le dan. tura dirigencial de la organización. Todavía están presentes vínculos his­ Por último, la UOPICJJ ha otorgado tóricos que se conjugan con resenti­ mucho peso a su vinculación con el mientos propios de la ruptura. Esto MICC. Siguiendo los procedimientos da lugar a una relación de conflicti- estipulados en sus normativas, la vidad pasiva, que se manifiesta en la UOPICJJ ha presentado su solicitud de “indecisión” de algunas comunidades pertenecer al MICC. respecto a su filiación organizativa y en la vigilancia permanente de la A pesar de las debilidades políticas COJACAP , especialmente en aquellos de sus cuadros y la gran dependen­ territorios todavía no definidos o en cia respecto al PDA, la UOPICJJ cuenta espacios comunes de intervención. en su espacio con ejes movilizadores Ejemplos que grafican esta vincula­ que no se pueden resolver exclusiva­ ción no resuelta, son la interacción mente desde los discursos del desa­ de las comunidades de Cuturiví o San rrollo y que se están convirtiendo Isidro. en un imperativo a ser asumido. Su desafío central es poder generar

Cotopaxi: espacio social y cambio político debates en torno a las problemáticas particular en el sector primario- no resueltas de agua, tierra y recur­ exportador. sos naturales, que susciten una toma de conciencia política en la organiza­ b) “Exclusión social creciente de los ción. La UOPICJJ se presenta como un campesinos pobres, e intensifica­ espacio con mucho potencial en la ción de problemas ambientales construcción de capacidades críticas resultantes de la elevada pre­ y propositivas. Es un sujeto colectivo sión social sobre la tierra, como en potencia. el agotamiento de los suelos, la erosión, la desertificación y el El territorio que ocupan las comu­ sobrepastoreo. nidades filiales a la UOPICJJ expresa todas las presiones materiales e ideo­ c) “Aumento de la presión social lógicas que se ejercen para desplazar sobre los ecosistemas naturales a los campesinos de su espacio. La remanentes, y en particular sobre extensión de páramo en manos de los bosques tropicales, los eco­ las comunidades de la organización sistemas marinos y de las Islas bordea las 6 mil hectáreas, de donde Galápagos, como resultado del proviene el agua que abastece a la incremento de la pobreza, el des­ población urbana de Pujilí y Salcedo, empleo y la inequidad social. y el agua para riego de todas las agroexportadoras y todos los peque­ d) “Debilitamiento estructural del ños agricultores de la zona baja. Estado y de su rol regulador ante los efectos negativos de las activi­ Es en este espacio donde vemos la dades económicas sobre el medio más injusta distribución del agua en ambiente, como la deforestación la provincia, donde se observan las de bosques tropicales y mangla­ prácticas más crudas de flexibiliza- res, y la construcción de vías y ción laboral, y donde se ejercen las megaproyectos en áreas frágiles más inescrupulosas formas de pre­ por parte de grandes empresas.” sión sobre la propiedad comunal y el (Larrea, 2001). control de recursos. Al mismo tiempo, constituye un escenario donde las prácticas clientelares y de desarti­ Conclusiones culación comunal provenientes del gobierno y las ONG's han logrado mejores resultados. El desafío actual para las tres organi­ zaciones, radica en la recomposición El territorio que se disputa la UOPICJJ, de las fuerzas internas, el retorno a es el que mejor expresa los impactos la disputa por el control de los recur­ ambientales y espaciales del modelo sos, la lectura crítica y resignificación de ajuste estructural, claramente del discurso del desarrollo. Temas definidos por Larrea: recurrentes como la soberanía ali­ mentaria, el manejo de páramos, o la agroecología -por ejemplo-, acu­ a) “Aumento de la presión econó­ ñados en el discurso del desarrollo mica sobre los recursos naturales, ponen en valor el trabajo, el saber y e intensificación de actividades la cultura campesinas. Ellos estable­ extractivas o cultivos de limitada cen como primera prioridad la propia o dudosa sustentabilidad, en reproducción, y colocan en el centro

Espacio y poder en tres organiza! iones de Los Andes de Cotopaxi del proceso productivo a la familia articulación estrecha entre las diri­ productora. Estos son los gérmenes gencias y las bases, proporcionan el de la conciencia de sí y para sí que escenario para fortalecer mecanis­ debe ser reconstituida en las organi­ mos permanentes de consulta y par­ zaciones ticipación para la toma de decisiones. Con ellos se revitalizan las bases sim­ El manejo del agua, la resolución de bólicas e identitarias que robustecen conflictos por adjudicación, el forta­ la conciencia de los sujetos sociales lecimiento de las organizaciones de y ponen en juego las capacidades de regantes, la distribución del riego, lectura política de la realidad y ges­ son ejemplos de temas que movilizan tión social de las organizaciones. fuertemente a las organizaciones. Aprender a hacer técnicamente ese El conocimiento práctico debe con­ manejo proporciona un cierto nivel de vertirse en plataforma para el cono­ poder, pero aprovechar ese proceso cimiento crítico y transformador. El de aprendizaje para darle un sen­ ejercicio concreto de prácticas resig­ tido de apropiación del recurso para nificadas contribuye a la acumulación la reproducción campesina, para el de poder en los sujetos, en tanto el empoderamiento de la organización desarrollo es usado para impulsar y para la defensa de sus medios de alternativas propias, cambios de producción frente a otros, modifica el mentalidades mediante el desmante- sentido de la movilización. lamiento de los discursos dominan­ tes, y la elaboración de propuestas Estos son los temas a politizar, son de las organizaciones en los procesos los espacios reactivadores de una locales desde las organizaciones.

Cotopaxi: espacio social y cambio político BIBLIOGRAFIA

Agudo, Ximena Tiempo, espacio y poder: las claves metadiscursivas del desarrollo sustentable, disertación preparada para el Encuentro de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Miami, marzo, 2000. Versión en línea.

Bonilla, Angel “Actores sociales Dara la gestión de los recursos naturales”. Gestión Social de los Recursos Naturales Módulo 5, Curso de Desarrollo Local con Énfasis en Manejo de los Recursos Naturales, CAMAREN/IEE compiladores, 2003, mimeo.

Ceceña, Ana Esther La resistencia como espacio de construcción del nuevo mundo, versión en línea de un trabajo presentado como ponencia en el seminario La sociedadmexicana frente al tercer milenio organizado por la Coordinación de Humanidades de la UNAM del 7 al 10 de septiembre de 1998.

Deler, Jean Paul Del espacio al Estado nacional, Biblioteca de Geografía Ecuatoriana, Ediciones del Banco Central del Ecuador, Quito, 1987.

Dinerstein, Ana Subjetividad: capital y la materialidad abstracta del poder (Foucault y el Marxismo Abierto), Primeras Jornadas de Teoría y Filosofía Política, 21 y 22 de Agosto de 1998, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Buenos Aires 1998

Dinerstein, Ana El poder de lo irrealizado. El corte de ruta en Argentina y el potencial subversivo de la mundialización, documento en línea, publicado en el Observatorio Social de América Latina (CLACSO, Rio de Janeiro), Septiembre 2001.

Field, Leonard “AsDectos Dolítico-sociales del maneio de los recursos naturales en la Cordillera Occidental de las Drovincias de CotoDaxi v Tungurahua”. en Estudios Rurales. Antología de Ciencias Sociales, Luciano Martínez compilador, FLACSO-ILDIS, Quito, 2000.

H. Consejo Provin- Plan Participativo de desarrollo de Cotopaxi, HCPC/MICC, 2002 cial de Cotopaxi

Ibarra, Hernán y Cambios Agrarios y Tenencia de la Tierra en Cotopaxi, Pablo Ospina Cuadernos de Investigación 3, FEPP, Quito, 1994.

Iturralde, Diego “Notas Dara una historia Dolítica del camDesinado ecuatoriano”, en Nuevas investigaciones antropológicas ecuatorianas, Lauris Mckee y Silvia Argüello, editoras, Abya Yala, Quito, 1988.

Larrea, Carlos Hacia un análisis ecológico de la Historia del Ecuador: hipótesis y propuestas preliminares Ecociencia, 2001, versión electrónica.

Luna, Milton “Estado: Regionalización Política del Ecuador 1800-1860”. en Revista Quitumbe, Dpto de Historia y Geografía PUCE, Quito, 1987

Cotopaxi al debate: 1740-2001 O ~ f Martínez, Cris Actorías y Sujetos Colectivos, 1998, documento en línea.

Mires, Fernando Entre el Estatismo y el Neoliberalismo, página virtual Discutiendo a Pierre Bordieu, documento en línea

MICC Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi-MICC. Historia y Proceso organizativo, Lourdes Tiban, Raúl Ilaquiche y Eloy Alfaro R. compiladores, Latacunga, 2003.

Núñez, Ana Los unos y los otros en la lucha por la apropiación del espacio, Ciudad Virtual de Antropología y Arqueología, recursos de investigación, congreso virtual 2000, documento en línea.

Núñez, Jorge y Historia y espacio en el ecuador, Casa de la Cultura Ecuatoriana Wilson Vega “Benjamín Carrión”,1998. editores

Olmo Brau, Carlos michel Foucault: poder, autonomía, rebelión, página virtual: Cuaderno de Materiales Filosofía y Ciencias Humanas, Madrid, 2000, documento en línea.

Ospina, Pablo “Esquemas para una breve historia del espacio ecuatoriano”, Historia del espacio módulo 2, Curso de Desarrollo Local con Énfasis en Manejo de los Recursos Naturales, CAMAREN/IEE compiladores, 2003, mimeo.

Pachano, Simón Pueblos de la Sierra, PISPAL-IEE, 1986

Quintero, Rafael, La Cuestión Regional y el Poder, Proyecto FLACSO-CERLAC edit. III, Biblioteca de Ciencias Sociales, Vol. 29, Corporación Editora Nacional, Quito, 1991.

Rainbow, Paul naturaleza Humana: Justicia versus poder. Documento en línea, s/f.

Tiscornia, Sofía “Relaciones de poder y dominación. La microfísica del poder”, en apuntes de Clases Teóricas, antropología Sistemática I: organización Social y Política, 2003, documento en línea.

Thurner, Mark “Políticas campesinas y haciendas andinas en la transición al capitalismo: una historia etnográfica”, en etnicidades, antología de Ciencias Sociales, Andrés Guerrero, compilador, FLACSO- ILDIS, Quito, 2000.

Trujillo, Jorge, La Hacienda Serrana 1900-1930, IEE-ABYA YALA, Quito, 1986

Valero, Alfonso “Sujetos Colectivos” en Diccionario Crítico de Ciencias Sociales, Madrid, 2000, documento en línea.

Valencia, Hernán, “Visiones del Desarrollo”, Introducción al Desarrollo Local Sustentable Módulo 1, Curso de Desarrollo Local con Énfasis en Manejo de los Recursos Naturales, CAMAREN/IEE compiladores, 2003, mimeo.

8 8 Cotopaxi: espacio social y cambio político Espacio y poder en tres organizaciones de Los Andes de Cotopaxi

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos

* Documento elaborado originalmente como tesis para el Curso “Desarrollo Local con énfasis en la gestión de los recursos naturales” lEE-Camaren. Diciembre 2003. EL PÁRAMO

Caracterización general con ellos. El 40% de la superficie está del páramo en comunidades indígenas y cam­ pesinas, el 40% es parte de áreas protegidas y el 20 % restante forma Desde el punto de vista ecológico, los parte de grandes haciendas3. páramos son ecosistemas tropicales de altura. Un ecosistema es tropical La altura típica, pero no fija, a la que cuando se halla entre los trópicos de empiezan los páramos ecuatoria­ Cáncer en el Norte y Capricornio en nos es de 3.500 msnm. En el sur del el Sur. En el Ecuador, si no hubiera la país los páramos empiezan a 3.000 sierra andina, la Costa se uniría con msnm4. el Orlente, y todo el territorio nacio­ nal sería una planicie callente. La res­ Los 10 tipos de páramos existentes a ponsable de la variabilidad es la Cor­ nivel nacional son: Páramo arbustivo dillera de los Andes, que genera una de los Andes, Páramo de Frailejones, especie de escalera en la cual cada Páramo de Pajonal, Páramo Herbáceo escalón es un ambiente diferente con de Almohadillas, Páramo Herbáceo condiciones biológicas y climáticas de Pajonal y Almohadillas, Páramo especiales.1 Pantanoso, Páramo Seco, Páramo sobre Arenales, Super Páramo, Super Luis Cañadas2 considera que el 1,8 1% páramo Azonal5. del país es páramo, en tanto que el Centro de Datos para la Conservación Para poder considerar una zona como y el Proyecto Ecociencia - TMI piensan páramo se necesitan dos condiciones que se acerca al 5 % . Una cifra pare­ básicas: ser tropical y estar en las cida ofrece el pronareg. alturas. Hay páramos en Venezuela, Perú, Costa Rica, Kenia y Nueva Gui­ Los páramos ocupan un área de nea6 7. La situación tropical y elevada 12.500 km2, están habitados por del ecosistema determina tres carac­ 500.000 personas y 5.000.000 más terísticas del páramo: Frío intenso están relacionadas indirectamente durante varias horas del día, alta

1 AGUILAR Mario, CHONTASI Rodrigo, MEDINA Galo, MENA Patricio. Manejo de páramos y zonas de altura. El Ecosistema páramo y su conservación. Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas IEDECA. CAMAREN, Quito Ecuador 2 OOO. 2 CAÑADAS, L, El Mapa Bioclimático y Ecológico del Ecuador. MAG -PRONAREG. Quito Ecuador 1983. 3 HOFSTEDE, Robert. La Geografía, Ecología y Forestación de Sierra Alta del Ecuador 4 íbid. 5 ECUADOR, Tierra Incógnita. Volumen 2. N" 8. Septiembre del 2000 6. AGUILAR, CHONTASI, MEDINA, MENA, Op. cit. 7 íbid.

Cotopaxi: espacio social y cambio político irradiación ultravioleta, baja presión elevarse los Andes y se adaptaron a atmosférica7. las condiciones agroclimáticas. Otras llegaron desde el norte. Algunas Frío intenso durante varias horas del vinieron desde las partes bajas del día debido a que la capa atmosférica occidente y del oriente, y otras desde es menos gruesa que en los ecosiste­ el sur8. mas bajos, por lo que la energía solar que entra vuelve a salir y no se genera Estas plantas se clasifican en cinco este “efecto invernadero” natural. El tipos: Penachos, rosetas gigantes, páramo es considerado un “desierto rosetas sin tallo, almohadillas y fisiológico”, porque aunque contiene arbustos. Estas plantas pertenecen mucha agua, ésta no está disponible a n o familias, 480 géneros y 4000 durante todas las horas del día. Las especies de heléchos, gimnospermas plantas pueden aprovecharla única­ y plantas con flores. Algunas de ellas mente a una determinada tempera­ son endémicas (un 60%). Se encuen­ tura, por lo que las plantas han desa­ tran animales de todos los tipos taxo­ rrollado características específicas nómicos 9. que les permiten sobrevivir, aseme­ jándose a las que se desarrollan en el Invertebrados (lombrices e insectos); desierto. Peces (truchas); Anfibios Qambatos, sapos, ranas); Reptiles (lagartijas); Alta irradiación ultravioleta, debido a Aves (cóndor andino, curiquingue, que la delgada capa de atmósfera no guarro, gavilán) Mamíferos (osos de funciona como un filtro de los rayos anteojos, venados, chucuris, lobos de ultravioletas que pegan en el páramo páramo, cuyes, llamas, alpacas, vicu­ con gran intensidad. Las pelusas y color ñas, cabras, ovejas, vacas). brillante de las plantas permite que los rayos UV se reflejen y causen menos perjuicio a su anatomía. Las plantas Beneficios del páramo deben aprovechar al máximo el poco calor que reciben y evitar el exceso de energía de los rayos solares. Los beneficios del páramo son múlti­ ples. El páramo es el hogar de familias Baja presión atmosférica, por esca­ indígenas, que viven en él. Es el lugar sez de oxígeno en el aire, la presión donde se vive su cultura mantenida de la delgada capa de atmósfera es a través del tiempo. Por otro lado, el menor que en las zonas bajas. páramo es donde se almacena el agua, se han valorado económicamente los recursos hídricos almacenados. Se estima que permiten recuperar 2.223 Recursos del páramo millones de dólares anuales para la economía del país, que representa Las plantas que crecen en los pára­ el 20 % del PIB. El 7 5 % del valor total mos tienen diversos orígenes. Unas anotado es el de la producción agrí­ estuvieron allí cuando empezaron a cola10 (ver cuadro 1).

8 ECUADOR, Tierra incógnita, Op. cit. 9. AGUILAR, et al, Op. cit. 10. ECUADOR, Tierra incógnita, Op. cit.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del cantón Saquisilí Cuadro i

PRODUCTOS ECONÓMICAMENTE SUSTENTABLES Y SERVICIOS AMBIENTALES

Productos Económicamente sustentables Servicios ambientales Manejo de alpacas Generación, retención y purificación del agua Producción de preñadillas y truchas Fijación y retención de carbono Centres de investigación aplicada Control parcial del clima Producción de chuquiragua Conservación del suelo Turismo de montaña Mantenimiento de la biodiversidad Producción de flores de páramo Control natural de pestes Producción de frailejones Dispersión de semillas y traslocación de nutrientes Producción de frutos de páramo Mitigación de inundaciones Pajonal Purificación del aire Producción de plantas medicinales Retención de nutrientes Producción de yagual Belleza escénica

Fuente: VEGA, E. y D. MARTINEZ. 2000. productos Económicamente Sustentables y Servicios Ambientales del Páramo. Páramo 4. GTP/Abya Yala. Quito

El páramo, entre otras funciones, del relieve. Esto brinda la ocasión cumple con el rol de regulador del a las masas de aire caliente carga­ agua. Es una esponja que almacena das de humedad, de ascender hacia agua en invierno y la libera paulati­ regiones atmosféricas más altas en namente. Sus suelos contienen más donde se hallan núcleos de conden­ del 200% de agua en relación al peso sación. Las lluvias en los páramos se seco. La explicación de este fenó­ presentan a lo largo de todo el año. meno es geológica, “la tierra forma un Las precipitaciones oscilan desde los gel de aluminio, vidrio y humus que 468,2 mm registrados en la estación se mantiene a temperaturas bajas, PachamamaTixán, provincia de Chim- misma que no se descompone rápi­ borazo a 3.600 msnm hasta 1.800 damente, por eso la tierra es negra y msnm en San Marcos, Pichincha a la contiene gran cantidad de carbono en misma altura. La estación Cotopaxi forma de raíces”11. Para este autor, es registra 1.147 mm a 3.560 msnm12. importante proteger la capa superfi­ cial (pajonales, almohadillas, arbus­ El 2,5% del total de agua del planeta tos, liqúenes), porque cualquier alte­ es dulce, del cual el 69% se halla en ración (quemas, sobrepastoreo) que glaciares, hielos subterráneos y nie­ impida que pase el agua, equivale a ves perpetuas y el 30% en aguas sub­ la colocación de un plástico. terráneas. “En 1950 las reservas mun­ diales de agua dulce eran de 16.800 Las precipitaciones en los páramos m3 por persona año, hoy se reducen provienen del movimiento vertical a 7.300 m3 y en solo 25 años podría de la atmósfera, a partir del desliza­ descender a 4.800 m3”.13 miento del aire frío por los declives

11 HOFSTEDE, Op. cit. 12 íbid. 13 íbid.

Cotopaxi: espacio social y cambio político PROCESOS DE OCUPACIÓN DEL PÁRAMO

Antecedentes disminución progresiva de la fertili­ dad del suelo. Esto, a su vez, provoca la disminución de la productividad La serranía ecuatoriana se caracte­ agrícola e intensifica la utilización rizó por la presencia de haciendas, productiva del páramo. que determinaron algunas formas de ocupación del espacio a través de la Las antiguas haciendas, ahora en historia. La hacienda serrana estable­ manos de comunidades, son áreas ció relaciones de producción preca­ de producción y vivienda. El páramo pitalistas, que incluyeron profundos comunal solo existe en algunas comu­ atropellos a la dignidad humana. nidades que accedieron a él durante Supuso el ejercicio del poder por un la Reforma Agraria. grupo hegemónico poseedor de los medios de producción. La ocupación Desde la Reforma Agraria la ocupa­ del espacio y el modelo tecnológico ción del espacio en el área de estudio del sistema hacendatario ha provo­ dependió de los cambios en el eco­ cado problemas ambientales y con­ sistema, de la demanda del mercado secuencias sociales de magnitud que de productos de consumo masivo, de incidieron en el comportamiento de la la escasez de medios de producción sociedad local y en el ordenamiento como tierra, agua y capital. En ese territorial. contexto, los ojos se volcaron hacia el páramo como un medio de producción El cantón Saquisilí fue un buen disponible, sin considerar su vulnera­ ejemplo de esta tendencia general. bilidad o sus beneficios ecológicos. La zona rural del cantón Saquisilí, estuvo constituida por haciendas, que luego del proceso de Reforma Agraria fueron entregadas a los tra­ Las haciendas serranas a bajadores como compensación por comienzos de la década de toda una vida de trabajo precario. 1960 En la actualidad, como resultado del modelo terrateniente, se evidencia un marcado deterioro de los recursos De acuerdo a Costales y Peñaherrera14 naturales. Aproximadamente el 50% la conformación de la estructura de la de suelo del cantón está erosionado. sierra ecuatoriana obedece a un com­ Hay escasez y/o ausencia del recurso plejo y poco estudiado sistema de hídrico, lo que a su vez ha ocasio­ incorporación de la fuerza de trabajo nado una serie de fenómenos socia­ indígena a los diversos mecanismos les como migración y otros como la creados por los colonizadores en el

14 COSTALES, A y PEÑAHERRERA. Historia Ecuatoriana. Quito Ecuador 1969.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 9 5 proceso de generación de exceden­ cas agropecuarias globales. Para esta tes. Este proceso desembocó, en el última fecha se puede apreciar (ver periodo republicano, en la hacienda cuadro 3) la elevada concentración de como eje estructurador de la socie­ la tierra, ya que el 0 ,3% de las explo­ dad agraria. Junto a la misma, y confi­ taciones con más de 500 hectáreas gurando una trama menor, coexistían poseía el 48 % de la superficie agro­ las comunidades (con origen en las pecuaria total. reducciones indígenas) y campesinos independientes. Las familias huasipungueras, según el censo de 1954, llegan a 19.700, Según Costales y Peñaherrera, hacia constituyendo solo el 7 % del total de la década de 1930, las propiedades de todos los tipos de familias existentes hasta 10.000 sucres de avalúo se pue­ en la sierra. En realidad, el aporte de den considerar campesinas y repre­ la fuerza de trabajo a las haciendas sentan el 2 3 % del valor total, contra provenía de un conjunto de traba­ 6 7% de las haciendas (ver cuadro 2). jadores de distinto tipo: yanaperos, Puede notarse el peso decisivo de la peones sueltos, arrimados. Por otra gran explotación (hacienda) en las parte, un sector importante de las provincias de Pichincha, Imbabura, tierras de la hacienda se explotaba Cotopaxi y . a través del sistema de arriendos y aparcería. Estos datos permiten tener una idea aproximada de la situación hacia 1934 Este conjunto de relaciones precarias ya que hasta el Censo Agropecuario de trabajo pueden esquematizarse Cuadro 2 de 1954, el país careció de estadísti­ así:14

PROPIEDADES DE LA SIERRA ECUATORIANA EN ESTRATOS POR MONTOS DEL AVALUÓ CATASTRAL 1934

Provincia Hasta 10000 sucres 10001 a 100000 1000018350000 3500018500000 +de 500000 su- Total sucres sucres sucres eres No, % N°, % N°, % N°, % N°, % N°,

Carchi 4085 5.9 261 5.0 27 4,8 3 3.8 3 3,4 4379

Imbabura 7439 10,8 275 5.3 55 9,7 7 8,9 14 16,1 7790

Pichincha 7535 10,9 903 17.6 293 51,7 55 69,6 54 62,1 8840

Cotopaxi 6429 9.3 438 8,5 64 11,3 6 7,6 7 8,1 6944

Tungurahua 12310 17.9 827 16,1 30 5,3 2 2,5 4 4,7 13173

Chimborazo 4211 6,1 739 14.5 64 11,2 5 6,3 1 1,1 5020

Bolivar 5583 8,1 387 7.6 8 1.4 . . . . 5978

- Cafiar 4218 6,1 271 5.3 9 1,6 - 3 3,4 4501

Azuay 11635 16,9 528 10,3 8 1.4 1 1,3 1 1,1 12173

Loja 5554 8 503 9.8 9 1,6 - _ - 6066

Total 68999 100,0 5132 100,0 597 100,0 79 100,0 87 100,0 74864

Fuente: Cesar Cisneros Cisneros. Demografía y Estadística sobre el indio ecuatoriano, Talleres Gráficos Nacionales, Quito 1948.

14 íbid.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Cuadro 3 NÚMERO DE EXPLOTACIONES Y SUPERFICIE, EN VALORES ABSOLUTOS Y PORCENTAJES, POR ESTRATOS DE SUPERFICIE. SIERRA ECUATORIANA, 1954 N°. de explotaciones Superfìcie Total TamaHos Número % Hectáreas 0//o Menos dei ha 83.714 32,2 40.400

De i a 5 ha 128.439 49.5 301.300 10,0

De 5 a 10 ha 22.443 8,7 154-700 5.1

De 10 a 20 ha 10.570 4,1 142.000 4,7

De 20 a 50 ha 7.722 2,9 220.000 8,0

De 50 a 100 ha 3-594 1,4 218.700 7,2

De 100 a 500 ha 2.868 0.9 471.100 15,6

De 500 a 1.000 ha 330 0,1 228.300 7.6

Más de 1.000 ha 389 0,2 1.243.900 41.1 Total 259.569 100,0 3.020.400 100,0

Fuente: COSTALES, A. y PENAHERRERA, P. Historia ecuatoriana. Quito (Ecuador), Talleres gráficos Nacionales, 1969.

• Relación con los “huasipungue- Junto a este modelo “clásico” de ros” o propios hacienda tradicional, debe recordarse • Relación con los “yanapas” que también existían haciendas sin • Relación con peones libres vinculaciones con las áreas de mini­ • Relacióncon arrendatarios y par­ fundio. Las comunidades indígenas tidarios despojadas de sus tierras y sujetas • Relación con campesinos mini- a una creciente presión demográ­ f un distas fica, con su escasa tierra erosionada

Cuadro 3 CLASIFICACIÓN DE LAS EXPLOTACIONES HACEN DATARIAS DE LA SIERRA ECUATORIANA, DE ACUERDO A LA PRODUCCIÓN Y LAS RELACIONES PRECARIAS DE PRODUCCIÓN (1954) r Huasipungueros r ~ Arrimados Producción realizada directamente a cuenta Peones libres Peones -__ del hacendado De recursos Yanaperos Hacienda < De servicios >1 r~ Producción realizada en tierra de la hacienda Huasipungueros por terceros Partideros L_

Fuente: Censo Agropecuario de 1954 Elaborado por: VIILARROELJeanneth. Caracterización de los Sistemas de Producción de la Cooperativa agrícola el Lindero y propuestas de desarrollo. Quito 2000.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí 97 y desnuda cayeron inexorablemente relaciones precarias en tres clases: a) en la órbita de la hacienda. Se formó desalojo de los precaristas en forma así un mercado marginal de trabajo coactiva, b) entrega de los huasi- sin aplicación de otras reglas que las pungos, y; c) acceso de precaristas a patronales, constituyendo el núcleo tierras tradicionales en poder de las central de un peonaje de reserva o de haciendas. masa de “partidarios”, mendicante de tierras de cultivo14. Según Báez15, la Ley de Reforma Agraria provocó modificaciones en la Según Costales y Peñaherrera esta estructura del país, pues la interven­ tipología depende de los siguientes ción significó que 912 mil hectáreas criterios: fueran legalizadas para 121 mil pro­ pietarios. Mediante la colonización, • Coexistencia de varias empresas 6 millones de hectáreas adicionales en una hacienda y carácter de su fueron entregadas a 124 mil propieta­ desarrollo rios, sin considerar ventas y herencias • Acceso por los campesinos a los que también han cambiado la estruc­ recursos de la hacienda. tura de tenencia. • Modalidad de pago a la empresa patronal Por otra parte, los terrenos adjudica­ dos por reforma agraria y coloniza­ ción han sufrido cambios debido al fraccionamiento. En la mayoría de los La Reforma Agraria casos por ventas o nuevamente por la intervención del Estado al aplicar nuevamente la Ley de Reforma Agra­ La estructura del agro serrano a fina­ ria. La aplicación de la Ley favoreció les de la década de 1950 fue funcional un cambio de actividad productiva de a las características de desarrollo de la agricultura a la ganadería, con el la sociedad ecuatoriana. Afirmar esto consiguiente aumento de la superfi­ remite a un brevísimo análisis de cier­ cie de pastos aunque no de sus ren­ tos aspectos del desenvolvimiento de dimientos. la economía ecuatoriana.

A partir de 1959 empieza un proceso donde algunos terratenientes dan por terminada la relación existente con los huasipungueros, básicamente sobre la base de la entrega de una parcela de tierra que podía ser o no el huasipungo ocupado por los cam­ pesinos.

Se pueden agrupar las iniciativas terratenientes de eliminación de las

15 BAEZ, Evaluación de la Reforma Agraria en el periodo 1 964 y 1994. Tesis de Grado. Quito Universidad Central del Ecuador. Facultad de Ciencias Agrícolas. 1997.

Cotopaxi: espacio social y cambio político cuadro 5 Ubicación del área de influencia COTOPAXI: POBLACIÓN POR CANTONES Y dentro del contexto local NÚMERO DE HACIENDAS EN 1923

Cantones Población % Número de % La apertura del ferrocarril Guayaquil haciendas - Quito en 1890, dinamizó la produc­ ción agrícola de la provincia de Coto­ Latacunga 64000 49.5 71 30,5 paxi, al introducirse pastos artificia­ Pangua 4500 3.5 . - les y ganado lechero de raza (Arcos Pujilí 28000 21,6 92 39.5 y Marchán 1978). Las haciendas de altura mantuvieron la práctica del Salcedo 23000 17.7 65 2 7,9

pastoreo extensivo de ganado bovino Saquisilí lKH)ooJ 7.7 5 2,1 con pastos naturales. Total 129400 100,0 233 100,0

En 1923 se efectuó un censo de pobla­ Fuente: Informe del Ministerio de Guerra, 1923 ción y una estimación del número de haciendas existentes en la provincia de Cotopaxi. Las haciendas se halla­ Cuadro 7 ban concentradas no solo en Lata- cunga sino también en Pujilí y en menor medida en Salcedo y Saquisilí, HACIENDAS DEL CANTÓN SAQUISILÍ HASTA i960 como se aprecia en el cuadro 5. Comunidades / sectores Haciendas

Las tierras baldías eran utilizadas Yanahurco Grande Hda. Yanahurco para el pastoreo de ovinos y bovinos, Tusualó Hda. Provincia lo que empezaba a afectar el suelo. Hda. Chilla La escasez de los recursos naturales Chilla Grande provocaba conflictos por tierra entre Salamalag Grande Hda. Salamalag comunidades (ver cuadro 6). Grande Chilla Pata Calera Hda. Chalgua

Fuente: Información primaria. Organización Jatarishun 2003

Cuadro 6

TIPOLOGÍA AGROECONÓMICA DE TIERRAS ALTAS EN COTOPAXI EN LA ÉPOCA DE HACIENDA

Tipo de Ubicación Características básicas tierras Tierras 3 000 - 3 800 • Predominantemente páramos con pastos naturales comunales msnm • Cambios de zonas de pastoreo a tierras de cultivo Sector oriental de • Pastoreo predominante de ovinos y secundariamente bovinos Latacunga, • Presiones para fragmentación y privatización de áreas Cantones comunales Salcedo; • Avance de procesos erosivos eólicos e hídricos Saquisilí; Pujilí y • Conflictos intercomunales por delimitación Sigchos y acceso a páramos • Conflictos intracomunales por manejo y uso del suelo • Antigua fragmentación de tierras de uso agrícola • Presión demográfica variable

Fuente: Tomado de Cambios Agrarios y tenencia de la tierra en Cotopaxi. Ibarra y Ospina 1994.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí EL PARAMO EN LA ÉPOCA DE HACIENDA

El agro latinoamericano vivió una de mano de obra: una a través de los época de monopolización de los huasipungueros y otra a través de medios de producción por parte de los denominados arrendatarios. Los la clase terrateniente, lo que a su vez huasipungueros disponían de canti­ provocó una escasez de los mismos dades de terreno de diferentes pro­ en el resto de la población. porciones de acuerdo a las relaciones que se establecían entre estos y el El modo de explotación del medio en hacendado; así existen rangos que el sistema hacendatario, se basaba van entre 1 y 30 hectáreas de terreno en la ocupación de los valles entre los y hatos entre 20 y 700 borregos. Algo 2.800 y 3.300 msnm para la produc­ similar ocurría con el grupo denomi­ ción agrícola especialmente de papa, nado arrendatarios. Como renta por haba y cebada, en tanto que las zonas utilización del espacio de la hacienda, altas entre los 3.300 y 3.600 msnm estos grupos sociales debían entre­ eran utilizados para el pastoreo de gar anualmente al menos el 20 % de grandes hatos de ovinos, bovinos y su hato16. equinos. En cuanto al trabajo, se conoce que Unaformadereposicióndelafertilidad un miembro de cada familia de hua- de los suelos con orientación agrícola sipunguero o arrendatario debía fue a través del abono de los animales. trabajar para la hacienda de lunes Estos eran trasladados diariamente a a viernes y los fines de semana en las áreas de pastoreo ubicadas en el las denominadas “faenas” que eran páramo y regresaban en las tardes a ciclos de seis horas, desde las 6hoo los lotes que serían utilizados para hasta las i2hoo. No se ha determi­ cultivos. Se permitía así el manteni­ nado con claridad si existía diferen­ miento de los niveles de nutrientes ciación en las jornadas de trabajo necesarios para la producción sin el entre los dos grupos, como ocurría en requerimiento de fertilizaciones com­ haciendas del norte de la provincia, plementarias. donde los arrendatarios o apegados a la hacienda (yanaperos) realizaban En Saquisilí las haciendas locales el 7 5 % del trabajo y los huasipungue­ manejaron su territorio de manera ros solo el 2 5 % 17. integral. Cada piso climático tenía su vocación productiva y su asigna­ Las funciones que desempeñaba ción de personal de campo. Así los cada trabajador también eran dife­ terratenientes utilizaron dos tipos renciadas. El primer grupo realizaba

16 Tomado de entrevista al señor Manuel Alomoto, comunero y concejal del cantón Saquisilí 17 MARTÍNEZ Luciano. De campesinos a proletarios cambios en la mano de obra rural en la Sierra Central del Ecuador Quito. Editorial El Conejo, 1984.

100 Cotopaxi: espacio social y cambio político labores de servicio doméstico tales Los productores andinos buscaban como limpieza y regadío, en tanto siempre conservar la armonía con el que los arrendatarios se dedicaban entorno y para lograrlo organizaban al cuidado de borregos y bovinos18. La la producción, el pastoreo y dejaban iglesia también recibía réditos econó­ zonas de chaparro para la recolección micos de este sistema precapitalista, de leña22. Parecería que el itinera­ puesto que tomaba de cada parcela rio técnico citado, también era utili­ (huasipungo) un surco de cultivo para zado por la hacienda, en diferentes su consumo particular19. volúmenes y espacios, puesto que el modelo terrateniente se ajustaba Alrededorde las haciendas, habitaban en cierto modo a las lógicas andinas. familias consideradas como “indios Esto permitió mantener las relaciones libres” que mantenían relaciones sociales necesarias para su reproduc­ de producción con el terrateniente, ción en el tiempo. caracterizadas por la utilización del espacio a cambio de la entrega de El sistema de agricultura en la zona parte de su producción agrícola y del baja y ganadería extensiva en el trabajo doméstico en labores agríco­ páramo, con permanente reposición las y pecuarias. de la fertilidad del suelo a través del abonamiento in situ, permitió el man­ Las poblaciones libres20 eran conside­ tenimiento de la calidad del suelo, radas “arrendatarios”. Mantenían sus la capacidad de reproducción del parcelas familiares para la producción ecosistema, el mantenimiento de los de alimentos y su hato de ovinos des­ recursos y la biodiversidad original tinadas al consumo interno y comer­ del páramo. cialización local. Los ovinos eran tras­ ladados diariamente por las mujeres Con el proceso de modernización del y/o niños hacia las zonas de pastoreo agro, impulsado por el Estado ecua­ en el páramo, y devueltos en horas de toriano, se produjo la introducción de la tarde a las chakras. maquinaria agrícola y todo el paquete de agroquímicos planteado por la Esta actividad permitía la reposición revolución verde. La modernización de la fertilidad del suelo, puesto que de la agricultura buscaba la especiali- los lotes abonados in situ por los zación de la producción, convirtiendo grandes o pequeños hatos de ovinos a las haciendas en productoras de eran utilizados para la producción de leche, cambiando la lógica andina cultivos. Los ciclos se iniciaban con donde predominaba el ciclo “cultivo - papa, luego haba, cebada y un ciclo reposición de fertilidad con animales de barbecho. Posteriormente se res­ - barbecho - cultivos” por un modelo tablecía los nutrientes del suelo y se tecnológico totalmente productivista reiniciaba la producción agrícola21. y extractivo. Bajo esta tendencia, los

18 ALOMOTO, entrevista citada. 19 íbid. 20 RAMON Galo. Visiones, usos e intervenciones en los páramos del Ecuador. En Páramos y Cultura. Serie Páramo 12. GTP/Abya Ayala. Quito. 2002 21 Tomado de entrevista al Dr. Miguel Viera 22 íbid.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del cantón Saquisilí 1 0 1 tractores fueron los pioneros en apo­ Entonces se produce una ruptura del yar la ampliación de la frontera agrí­ equilibrio mantenido ancestralmente cola hacia el páramo, cambiando el en el ecosistema andino, de donde sistema de abonamiento in situ por nace la actual crisis de fertilidad. la presencia de cultivos intensivos y pastizales.

102 Cotopaxi: espacio social y cambio político EL PARAMO A PARTIR DE LA REFORMA AGRARIA

El Ecuador y Latinoamérica se vieron la administración a un arrendatario influenciados por procesos sociales de apellido Tamayo25. Se reprodujo internacionales como la revolución entonces el modelo hacendatario tra­ cubana y la formación de células dicional de la serranía ecuatoriana. políticas que amenazaban con la eliminación radical del sistema hacen- El tamaño de la propiedad y el número datario. de animales variaba de acuerdo a diversos factores como por ejemplo En este contexto, el Estado ecua­ los acuerdos con el terrateniente toriano promovió la primera Ley de por la existencia de concubinatos Reforma Agraria y Colonización en y/o la presencia de descendientes 1964. Desde entonces se procedió a ilegítimos, lo que provocaba, que la entrega de tierras, aunque, en cier­ en muchas ocasiones, se produje­ tas ocasiones, también se produjeron ran “arreglos” puntuales a cambio entregas anticipadas de huasipun- de favores mutuos26. Otro factor que gos23, obedeciendo a lógicas inter­ determinada la disponibilidad de nas provocadas por la presencia de recursos era la voluntad de trabajo tecnologías modernizantes como el de cada familia, puesto que no había tractor que limitaba la necesidad de limite para el uso de la tierra. En mano de obra. La presencia de huasi- Yanahurco cada núcleo familiar deci­ pungueros era innecesaria. día sobre su capacidad de trabajo y de mantenimiento de hatos ovinos27. En el cantón Saquisilí se ubicaron las Estas lógicas provocaron una notable haciendas Salamalag, Chilla y Yana- asimetría en el acceso a los medios hurco, de propiedad de Alejandro de producción. Es muy difícil cono­ Gallo Almeida, terrateniente que tam­ cer la tenencia real de tierra de cada bién era propietario de las haciendas individuo en particular, puesto que se Tiobamba, Provincia, Guangajey Pata- definía en función de acuerdos con­ cocha24. El 30 de mayo de 1930, Gallo cretos que podían ser temporales y Almeida transfiere el dominio de sus dependientes de las buenas o malas propiedades a la Universidad Central relaciones e intereses entre las par­ del Ecuador, que a su vez entrega tes28.

23 GUERRERO, Andrés. Haciendas, capital y lucha de clases andina. Quito 1964 24 Tomado de entrevista a José Manuel Toapanta Vargas líder histórico del proceso de lucha por la tierra en el cantón Saquisilí, comunero de Yanahurco. 25 RAMÓN, Op. cit. 26 VIERA, entrevista citada. 27 TOAPANTA, entrevista citada. 28 \ II RA. entrevista citada.

Procesos de ocupación del espacio y lineamientos de gestión en el páramo del cantón Saquisilí 103 El proceso de entrega de tierras, hacia En cuanto a la distribución espacial las comunidades se facilitó al tratarse del territorio se cita el caso concre­ de haciendas de una entidad estatal to de la hacienda Yanahurco: bajo progresista31. la cota de los 3.400 msnm se sem­ braba cebada y lenteja putza, entre los 3.400 y 3.600 msnm se priorizó La lucha por la tierra se inició en 1965. el cultivo de papa, haba, cebada, Los trabajadores de las haciendas haba, melloco, oca, mashua y citadas, se unieron para pelear con­ pastos artificiales. Sobre los 3.600 tra los opresores, hasta que en 1972 msnm se ubicaron hatos de ovinos, se logró acceder a las escrituras32. bovinos, equinos y cerdos30, como Desde entonces se inició una época se visualiza en el gráfico 1. diferente, pues el derecho de propie­ dad permitió el acceso y control del territorio. La Universidad Central del Ecuador, estableció un acuerdo con los indios Paralelamente a este hecho, la Fede­ libres que habitaban alrededor de las ración Ecuatoriana de Indios FEI, enti­ haciendas, acordándose la entrega dad de tendencia izquierdista, formó de la tierra luego de doce años. Tal células políticas especialmente en acuerdo no se llevó a efecto sino poblaciones relacionadas con las hasta 35 años después, cuando se da haciendas Provincia y Yanahurco. Gráfico 1

31 VIERA, entrevista citada. Fuente: Tomado de entrevista a José Manuel Toapanta Vargas líder histórico del proceso de lucha por la tierra en el cantón Saquisilí, 32 ALOMOTO, entrevista citada. comunero de Yanahurco.

IO 4 Cotopaxi: espacio social y cambio político Se destacaron líderes como Francisco La estrategia de entrega de la tierra, Valente y Manuel Toapanta, quienes en Yanahurco en 1972 fue diferente. resaltan por su permanente lucha por El terrateniente no impuso la lógica la tierra33. de huasipungos y cada familia tenía acceso a la cantidad de tierra que El proceso también tuvo el importante pudiera trabajar y al hato ovino que apoyo de mestizos de la parroquia pudiera mantener, siempre y cuando Toacazo, quienes se empeñaron en trabajara de lunes a domingo en las terminar con el sistema hacendatario actividades colectivas de la hacienda desigual e inequitativo. Esto significó y pagara anualmente un borrego por persecuciones y encarcelamientos cada diez unidades para el uso de usados para mitigar el proceso inevi­ pastizales. Entonces, con la Ley de table de entrega de tierras34. Reforma Agraria, las diez familias de indios libres trabajadores de la Hay que señalar que la comunidad hacienda Yanahurco, se dividen en Yanahurco tuvo mucha relación con treinta y seis huasipungueros y reci­ los trabajadores de la hacienda Razu- ben las escrituras según la cantidad yacu, donde se formaron las Coope­ de tierra labrada o utilizada en bene­ rativas Razuyacu, Cotopilaló y Vicente ficio familiar. De este modo algunos León que actualmente son filiales de recibieron 1, otros 5,10, 20 y 30 hec­ la Unión de Organizaciones del Norte táreas de terreno36. de Cotopaxi, UNOCANC en la parro­ quia Toacazo, cantón Latacunga. Hay que señalar que no toda la Yanahurco, al momento, pertenece a hacienda Yanahurco fue asignada a la organización Jatarishun ya que de los trabajadores. Las tierras ubicadas acuerdo a la ubicación jurídico polí­ al noroccidente, que se hallan sobre tica pertenece al cantón Saquisilí. los 3.600 msnm, fueron vendidas a Esta separación se dio en 1996. Sin Amador Miño, con quien se produjo embargo, se debe señalar que el pro­ un conflicto en la década de 198o37. ceso histórico vivido por estos dos sectores fue emprendido bajo pers­ Aparentemente, algunos indios libres pectivas similares y bajo la misma y huasipungueros recibieron menos influencia política del momento. tierra que la manejada durante el período hacendatario. Esta disminu­ Al momento de la distribución de las ción en el acceso a la tierra debe ser tierras, los huasipungueros y arren­ motivo de profundo análisis, puesto datarios fueron ubicados en las zonas que de acuerdo a criterios de terce­ altas con parcelas más pequeñas, ros, la actual disponibilidad de recur­ rompiéndose la forma de producción sos es más limitada que en aquellos acostumbrada ya que se debió reubi­ tiempos38. car las áreas de cultivo y pastoreo hacia pisos más altos y más frágiles35.

33 VIERA, entrevista citada. 34 Ibid 35 íbid 36 TOAPANTA, entrevista citada. 37 íbid. 38 VIERA, entrevista citada.

Procesos de ocupación del espacio y lineamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí 105 EL PARAMO, DE LA COMUNIDAD A LA GESTIÓN LOCAL

Para acceder a las tierras de propie­ de segundo grado Jatarishun, en cuya dad de la hacienda, se constituyeron formación también tuvo su aporte la las comunidades siguiendo las reglas iglesia progresista. del Estado. De acuerdo a la Ley de comunas, debían disponer de tierra La iglesia católica, en efecto, tra­ de propiedad colectiva. Éstas se ubi­ bajó de manera intensa en Saquisilí caron en el área de páramo y fueron y formó la Pastoral Indígena, reclu­ utilizadas como en la época anterior tando jóvenes líderes con potencia­ especialmente para el pastoreo de lidades y desarrollando su capacidad ovinos. No obstante hay que recono­ de análisis a partir de la “Teología de cer que la comunidad como estruc­ la Liberación”. tura social existió ancestralmente, se mantuvo en la época de hacienda y se reconoce como tal en la actualidad Crisis de fertilidad, paralelamente a la institucionalidad legitimada por los organismos com­ parcelación de la tierra petentes. Los comuneros, en este período, iniciaron una nueva forma de A partir de la década de los sesenta ocupación del espacio, ubicaron nue­ se promovió el incremento de la pro­ vas áreas de producción, de vivienda ductividad. Esta línea de intervención y en algunos casos de conservación. fue impulsada por las universidades, ONGs y el Estado. Durante esos años Los nuevos comuneros consolidaron se difundió la denominada “Revolu­ su ocupación del territorio, consti­ ción Verde”. A partir de entonces, se tuyeron los espacios comunales y dio un cambio drástico en la forma de las áreas de producción colectiva. ocupación del espacio y los modos de Eso obligó a discutir intereses parti­ explotación del mismo. De acuerdo a culares dentro de un colectivo y una esta propuesta, se cambió el abono visión común. Todo ello resultó ser in situ por la fertilización química y una forma de recuperar su identidad. los policultivos por el monocultivo.

Posteriormente o paralelamente al Aunque este modelo tecnológico tuvo surgimiento de las comunidades, su auge, prontamente los resultados se presentó la necesidad de cons­ fueron nefastos, puesto que se aplicó tituir una forma organizativa mayor a suelos cansados y utilizados inten­ como parte de la institucionalidad sivamente en la época de la hacienda. local. Para ello aglutinaron sectores Al poco tiempo, pues, los nuevos homogéneos entre sí, con un origen comuneros se encontraron total­ común, intereses similares y una pro­ mente dependientes del mercado de puesta política orientada a mejorar transnacionales productoras de insu­ las condiciones de vida de la pobla­ mos agrícolas, y requirieron dinero en ción. En 1981 surge la organización efectivo para producir. Además, sus

Cotopaxi: espacio social y cambio político suelos ya no producían como antes conservada debido a algunos factores y la escasez de agua de riego agudi- externos que favorecieron un manejo zaba la crisis ambiental. más sostenible del páramo.

Los productores, poseedores de sabe­ Los trabajadores de la hacienda res ancestrales, sabían que lo único Yanahurco no fueron reubicados y que les ofrecía fertilidad para la pro­ mantuvieron la distribución espa­ ducción era el páramo y recurrieron a cial del territorio de acuerdo a la él como única forma de sobreviven­ lógica hacendataria ubicando los cia. Es así que en 1987, las comuni­ cultivos bajo los 3.600 y los anima­ dades del cantón Saquisilí dividen el les en el páramo. Se produjo una páramo de propiedad comunal e ini­ disminución del hato de ovinos de cian un proceso que resulta inverso propiedad individual por influencia de la Central Ecuatoriana de Ser­ al planteado en la “tragedia de los vicios Agrícolas, CESA. Lograron comunes”. Las parcelas individua­ mejorar la calidad genética de los les fueron incorporadas inmediata­ animales e incorporaron pastizales mente a la producción de papa, haba, mejorados bajo la cota citada para cebada, cebolla, pastos artificiales, el mantenimiento de los animales. rompiendo el equilibrio natural, con­ tribuyendo a la pérdida de biodiver- sidad y desecamiento de vertientes. La diferencia clave entre la época Esto no ocurrió allí donde no se había hacendataria y la época de surgi­ dividido el páramo. miento y mantenimiento de la comu­ nidad es la parcelación de la tierra, aunque la distribución espacial de los La evidencia de esta crisis, está en el sector de Chalgua, de donde pro­ cultivos sea la misma. viene el agua de consumo de la zo­ na urbana del cantón Saquisilí. Lo Los comuneros de Yanahurco se mismo ocurre en Toldohurco, pues­ sintieron agredidos ante la posi­ to que se han ubicado cultivos y bilidad de perder un recurso con­ pastizales junto a las vertientes, sin siderado común e históricamente ningún criterio conservacionista. asumido como de su propiedad: el páramo; y se movilizaron en contra Los frágiles suelos de páramo, que de Amador Miño, con el apoyo de la organización UNOCANC, cuando tienen buenos índices de fertilidad en era presidente Leónidas Iza, luego los dos o tres primeros ciclos de cul­ presidente de la CONAIE. Se produ­ tivo requieren un período de descanso jo una pequeña guerra civil. Hubo de al menos siete años para reponer agresiones por parte de militares, su capacidad de producción. Esto no policías y hasta mercenarios con­ ha podido asegurarse al no existir tratados. Finalmente Miño cedió espacio suficiente para el barbecho. y vendió el páramo de Tusualó El resultado es el aumento de áreas a (a comunidad de Yanahurco39, erosionadas o de potencial erosión. mismo que en la actualidad es de propiedad de la Asociación de Tra­ Esta situación no ocurrió en Yana- bajadores Autónomos de Tusualó, que a su vez son comuneros de hurco. El área ubicada sobre la Yanahurco. cota de los 3.600 msnm ha sido

39 Entrevista a Eduardo Iza. Miembro de PAFOREST, Equipo Técnico Local de la Organización UNOCANC.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí 107 se constituyeron en emblemas de Toacazo-Pastocalle (TTP) e institucio­ lucha. Los dirigentes orientaron sus nes privadas como ONGs. El DRI-TTP acciones a obtenerlos de cualquier incluyó programas de producción, fuente, sea el Estado u otras enti­ mejoramiento de la calidad genética Gráfico 2 dades de servicio social. El espacio de los animales y reforestación (des­ comunal ya no solo era el lugar de graciadamente con especies exóticas la producción y la convivencia con el como el pino), silos verdeadores para entorno, sino un espacio público que el mejoramiento de la calidad de la debía contar con servicios. semilla de papa, entre otros.

También se construyeron iglesias Este proceso de reconstrucción del 3600 católicas y evangélicas, cabinas de poder local conoció una nueva etapa msnm radio, casas de capacitación, viveros, cuando el movimiento indígena nacio­ centros de poscosecha, corrales (lla- nal creaba espacios y luchaba por rei­ mawasy). Cada uno de ellos se cons­ vindicaciones sociales y consideraba tituía en un espacio de poder, por lo necesaria su presencia dentro de la 3400 msnm que cada comunidad “beneficiaria” institucionalidad del Estado a través de proyectos entraba en disputa por de su participación electoral. el acceso a estos servicios. En este contexto, la organización indí­ Además de ello, durante las déca­ gena de segundo grado de Saquisilí, das de 1980 y 1990 creció una lucha Jatarishun, elige un joven dirigente reivindicativa por agua y tierra desde -miembro de la comunidad Chilla su cosmovisión (convivencia) y a la Grande- como su representante para vez como el espacio que les permite los comicios, y resulta elegido demo­ sobrevivir (producción). Esto exigía cráticamente como alcalde, rom­ luchar también por créditos, semillas, piendo el poder hegemónico de la y otros servicios quefueron obtenidos derecha y el poderío de los mestizos Por otro lado, en la década del setenta, de la densidad poblacional ha per­ a través de la presencia de proyec­ locales. etapa final de legalización de tierras mitido un ordenamiento adecuando tos públicos como el DRI Tanicuchí- en Yanahurco, surgió la necesidad de del territorio y un manejo sostenible hacer un control efectivo de la natali­ de los medios de producción. En este dad bajo el argumento de que si con­ caso puntual, el control de la natali­ tinuaba el incremento poblacional, dad es una estrategia de manteni­ las futuras generaciones no podrían miento de los recursos del páramo. acceder a la tierra obtenida por sus Para lograrlo también fue necesario ancestros. Se logró el objetivo de dis­ garantizar el acceso a los medios de minuir el número de hijos por familia, producción, el control del territorio y lo que a su vez ha permitido que la evitar la concentración de la tierra en comunidad disponga de la suficiente pocas manos. cantidad de tierra para el manteni­ miento de las unidades domésticas, puesto que la migración es mínima. Nueva noción del hábitat Además ha permitido la conservación de vastas áreas de páramo de propie­ dad comunal. A partir de la entrega de tierras cada comuna ha ubicado un centro comu­ Este argumento merece ser consi­ nal, la escuela, canchas deportivas, derado y estudiado, ya que en este viviendas, servicios de riego, luz eléc­ caso, parecería que la disminución trica y agua potable. Estos servicios

Cotopaxi: espacio social y cambio político Procesos de ocupación del espacio y lineamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí 109 ESTRATEGIAS DE GESTIÓN PARA EL MANEJO SOSTENIBLE DEL PÁRAMO

En ese marco, el páramo fue con­ parte de la población del cantón, sin siderado como un medio de pro­ influenciar en las decisiones políticas ducción funcional a intereses del poder local, nacional o global. particulares, pero sin descuidar el espacio colectivo. Así, en 1999, por Por tanto, la ausencia de políticas gestión del propio presidente de la para el manejo sostenible de los organización, luego de la elaboración recursos naturales, en la Jatarishun participativa del Plan de Desarrollo y/o en el municipio contribuyen al Local de la Jatarishun, el Proyecto de mantenimiento de la problemática Desarrollo de los Pueblos Indígenas y ambiental del cantón. Negros del Ecuador, PRODEPINE finan­ cia la adquisición de un tractor con A pesar de estas limitaciones, el pro­ el que se intensifica la incorporación ceso de participación ciudadana pro­ del páramo al uso agrícola y pecuario movido por la Ilustre Municipalidad sembrando pastizales artificiales. del cantón, ha considerado el tema del manejo de recursos a través de La organización justificó la acción con proyectos de forestación tomando el argumento de que se trataba de en consideración la futura escasez una estrategia de sobrevivencia que de agua de consumo humano. Sin incorporaba más rápidamente áreas embargo todavía no se enfoca el pro­ de páramo, intensificaba el uso del blema como asunto de interés público suelo e incrementaba los ingresos y prioridad local. familiares. Con ello aspiraban alcan­ zar el objetivo social básico de dismi­ La problemática ambiental y las posi­ nuir la migración. bles soluciones del cantón han sido traducidas en el Plan Participativo La crisis de fertilidad ocasionada de Desarrollo y de manera especí­ por el cambio tecnológico creció en fica en el área estratégica de Medio la década pasada y en ésta, salvo Ambiente y Desarrollo Sustentable, en el caso de algunas experiencias para su implementación paulatina. de manejo sostenible de los recur­ Para ello se creó el Comité Interins- sos a través de una propuesta de titucional de Medio Ambiente en manejo agroecológico de ecosiste­ el 2002, donde asisten actores del mas y agroecosistemas. En ellas se cantón, destacándose algunas ONGs han recuperado prácticas ancestrales y entidades estatales como el Minis­ de conservación de suelos, diversi­ terio del Ambiente. El Comité se pro­ ficación de cultivos, forestería, abo­ puso impulsar iniciativas sostenibles namiento in situ, entre otras. Estas a través de la elaboración de pro­ experiencias, sin embargo, estuvieron yectos con financiamiento externo, confinadas a la actividad de organiza­ puesto que el Municipio no cuenta ciones no gubernamentales que solo con presupuesto suficiente. pudieron afectar positivamente a una

110 Cotopaxi: espacio social y cambio político Uso actual del páramo colectivos, áreas de reforestación y áreas de conservación. En este caso La comunidad Chilla Grande ha no se ha producido una parcelación logrado mantener 50 hectáreas de total del páramo comunal lo que ha páramo comunal como espacio de permitido su conservación. conservación, en donde se aplican reglas internas de control social, lo Ambos sectores han logrado, a dife­ que a su vez han evitado su uso pro­ rencia del resto del cantón Saquisilí, ductivo y garantizan su sostenibili- conservar los recursos del páramo, dad. Desafortunadamente, el páramo sus vertientes de agua, su vegetación de Chilla Grande ha sido artificiali- arbustiva y arbórea, y hasta su fauna zado por la presencia de pinos, espe­ nativa. cies exóticas que han cambiado el equilibrio natural del ecosistema. No obstante, se han producido brotes de utilización insostenible del páramo, Otro caso a señalar es la situación del como quemas de pajonal, talas para páramo de la comunidad Yanahurco extracción de madera, pastoreo y el sector Tusualó que limita con el de ovinos, bovinos y burros. No se cantón Sigchos. Estos territorios fue­ trata de cambios bruscos del paisaje ron parte de las haciendas Yanahurco que perjudiquen irreversiblemente y Provincia, propiedad de la Univer­ el entorno natural. Sin embargo, el sidad Central. Como dijimos, el Par­ proceso de deterioro de los recursos tido Comunista formó células políti­ ha generado preocupación en los cas de la FEI, y promovió un plan de comuneros, observándose actitudes ordenamiento territorial que permi­ que promueven un cambio individual tió la utilización adecuada de áreas, y colectivo. observándose hasta ahora, un centro comunal, áreas de cultivo, pastiza­ Como se observa en el cuadro 8, les artificiales, áreas de pastizales existe una arficialización del páramo

Cuadro 8 PÁRAMO DE SAQUISILÍ. USO ACTUAL

Comunidades Extensión Utilización y sectores aproximada (ha) Pastoreo de bovinos (120), ovinos (800) y equinos (60), reforestación con plantas exóticas (pino), quemas de pajo­ Yanahurco Grande 1500 nal, tala de árboles para leña y áreas de conservación con pajonal y relictos de bosque andino Pastoreo de bovinos, ovinos y equinos, quemas de pajonal Tusualo 800 y tala de árboles para leña. Reforestación con plantas exóticas (bosque de pino de 9 Chilla Grande 5° anos) y pajonal de protección. Implementación de un Plan de manejo. Reforestación con plantas nativas y exóticas (yagual, quls- Salamalag Grande 25 huar y pino), ovinos en pastoreo y quemas de pajonal Chilla Pata Calera. Pastoreo excesivo de ovinos, reforestación con plantas 80 Sector Tiluncocha nativas (yagual) y producción de patos en ciénegas Total 2450

Fuente: Información primaria. Organización Jatarishun 2003

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del cantón Saquisilí 1 1 1 utilizándolo como área de pasto­ Estrategias de manejo reo comunal. Se puede afirmar que sostenible del páramo existe un sobrepastoreo, que excede la capacidad de carga del recurso. Coordinación y concertación entre actores y/o sujetos sociales En efecto, la organización Jataris- hun contaba en 1993 con 7.944 Una de las estrategias de manejo bovinos, en 583,9 hectáreas de pas­ sostenible del páramo del cantón tizales, existiendo un déficit forrajero Saquisilí es una coordinación polí­ de al menos 7.360,1 hectáreas de tica y operativa entre el Municipio, la pastos mejorados. Para este cálculo organización Jatarishun y todas sus suponemos que la cantidad óptima filiales. El Municipio debe tener una de forraje es 1 hectárea de pastizal participación descentralizada a tra­ por animal por año, sin considerar los vés del Comité de Medio Ambiente y 7.679 ovinos existentes. El exceso de Desarrollo sustentable. La Jatarishun animales ha provocado que los pára­ debe concentrar la voluntad política mos sean utilizados para el pastoreo, de las comunidades que disponen de sufran compactación por pisoteo, páramo en el cantón y construir de sobrepastoreo y pérdida de vegeta­ manera participativa una propuesta ción natural. concertada que permita un ordena­ miento territorial de los recursos del Entre la información proporcionada páramo. por el Censo Agropecuario del MIC (1993) y el diagnóstico participativo Esto implica identificar áreas de de la Jatarishun (1998), observa­ producción (truchas, alpacas), de mos una disminución del 50% de la amortiguamiento, de conservación población de bovinos, en tanto que de los recursos, de desarrollo del los ovinos se han incrementado en un ecoturismo. Por otro lado, se debe 655%. Esto ocurrió por la interven­ concertar una propuesta común con ción de proyectos de desarrollo que otros actores territoriales como la han ejecutado grandes programas de población urbana del cantón. Ellos mejoramiento genético de especies son los consumidores del agua que adaptadas a las condiciones climáti­ viene del páramo de la Jatarishun, cas andinas. especialmente de las comunidades Cuadro 9 Chalgua y 23 Manchadazo. Sería

ANÁLISIS HISTÓRICO DE LA PRODUCCIÓN posible un acuerdo entre actores GANADERA. JATARISHUN 2000 para que las comunidades se com­ prometan a conservar el agua y los Bovinos Ovinos consumidores se responsabilicen # # por desarrollar un sistema de incenti­ 1993 7-944 7-679 vos o compensaciones por el servicio

1998 370 7 50.312 prestado.

Fuente: Censo Agropecuario del MIC (1993) y el Diagnóstico En caso de que no existiese la volun­ Participativo Jatarishun (1998). tad de los actores territoriales urba­ nos, la institucionalidad municipal y la capacidad coercitiva de la Jataris­ hun pueden presionar y hacer cum­ plir el plan de manejo elaborado de manera participativa.

112 Cotopaxi: espacio social y cambio político Gráfico 3 MAPA DE ACTORES DEL CANTÓN SAQUISILÍ

Global

Nacional

Actor □ Relaciones no sólidas / Sujeto Social A Relaciones lineales ✓ Sujeto Político □ Relaciones en doble sentido Fuente: Actores del cantón Saquisilí. Marjorie Viera. Trabajo del Modulo Gestión Social de los Recursos Naturales. IEECAMAREN. 2003

Para visualizar el entorno del can­ para las comunidades. También se tón Saquisilí se presenta el mapa de debe buscar la manera de que todos actores en el gráfico 3. puedan dar a conocer sus intereses y preocupaciones respecto al proceso. Para garantizar la interacción ade­ cuada entre actores, la información Para la exitosa realización de accio­ generada como parte del proceso de nes, se debe tomar en cuenta a negociación entre actores y sujetos otros actores territoriales del can­ sociales debe ser traslada a los dife­ tón. Estos actores se agrupan en el rentes niveles. De este modo se ase­ Comité de Medio Ambiente y Desa­ gura una participación razonada de rrollo Sustentable, por tanto su cada uno durante el proceso. participación está garantizada. No obstante, la organización debe traba­ Se debe optar por formas alternati­ jar una apuesta política propia para vas de comunicación más accesibles la gestión de los recursos naturales.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí 113 Elaboración de propuestas ducción y las necesidades de conser­ vación de los recursos del páramo. Esta propuesta debe verse como un “manejo integral del territorio”, donde Las principales fases de diseño y busca un equilibrio entre los requeri­ construcción de esta propuesta son mientos de la población para su repro­ las siguientes:

Etapa preliminar

Zonificación de áreas de acuerdo a su uso potencial

En este punto se busca conocer las potencialidades de la zona de acuerdo a criterios técnicos como una herramienta para la toma de decisiones. Este trabajo debe realizarse con la participación de miembros/as de las comuni­ dades con disponibilidad del páramo y representantes de la Jatarishun.

Sensibilización a nivel de comunidades respecto al manejo sostenible del páramo

Este proceso debe ser paralelo al anterior. La sensibilización debe orientarse a miembros de la comunidad tomando en cuenta la diversidad de género y generacional así como los distintos intereses y necesidades individuales que forman parte del colectivo. El proceso debe, además poner énfasis en trabajar con niños y jóvenes, para lo cual se debe coordinar con las entidades educativas locales a través del Comité de Educación.

Elaboración participativa de planes de ordenamiento territorial

Finalmente el plan debe reflejar las opiniones técnicas y los requerimientos poblacionales para el sostenimiento a largo plazo de los recursos del páramo. Para esto se requiere un proceso de negociación y concertación entre acto­ res territoriales (urbanos y rurales), así como las voluntades políticas de los poderes locales, especialmente la Jatarishun y el Municipio.

Etapa de arranque

Institucionalización de la propuesta de manejo sostenible del páramo

El proceso de negociación debe institucionalizarse como política de la orga­ nización Jatarishun. También debe tomar la forma de una ordenanza munici­ pal, a fin de garantizar su permanencia en el tiempo.

114 Cotopaxi: espacio social y cambio político Etapa de implementación

Implementación de iniciativas productivas rentables amigables con el ecosistema, como la piscicultura y el manejo de alpacas

Esta propuesta se realizará en áreas específicas, apropiadas de acuerdo a su vocación. La implementación de proyectos productivos permite la conserva­ ción de los recursos del páramo y la generación de ingresos para las familias campesinas dependientes del ecosistema.

Ubicación de áreas de atractivo turístico como espacios espirituales y de recuperación de leyendas y tradiciones locales

Se pretende elevar la riqueza cultural de la zona y aprovecharla como parte de una propuesta de turismo ecológico que no afecte los recursos y permita obtener ingresos.

Realización de senderos ecológicos en áreas de atractivo turístico

Del mismo modo, la ubicación de áreas turísticas contempladas en el plan original puede contribuir a asegurar la conservación del ecosistema.

Recuperación y defensa de la agrobiodiversidad a través de la reproducción de especies nativas locales Se pretende recuperar las semillas locales utilizadas de manera ancestral que están desapareciendo por influencia del sistema de producción occiden­ tal.

Etapa complementaria

Promoción y difusión de la riqueza cultural andina y la biodiversidad local

Este aspecto debe ser abordado como una forma de dar a conocer las poten­ cialidades locales dentro y fuera del cantón, para lo cual deben concentrar acciones los actores y sujetos sociales territoriales.

Procesos de ocupación del espacio y lincamientos de gestión en el páramo del Cantón Saquisilí 115

UNIDAD 4

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación

Eloy Alfaro Reyes*

* Este artículo está basado en los resultados del proyecto de investigación “Sistematización de la Convención Ambiental de Cotopaxi”, “Cotopaxi en Minga”, IEE - Fondo Mlnk’a de Chorlavi Marzo 2005 INTRODUCCION

Este documento condensa procesos son la base para desarrollar procesos y experiencias de trabajo del autor, agroindustriales a los dos lados de en temas ambientales en relación la cordillera. En este trabajo nos pro­ con Organizaciones de Segundo ponemos entender las dinámicas Grado (OSGs) filiales al Movimiento agrarias de los últimos 6o años que Indígena y Campesino de Cotopaxi han determinado que esta área se (Micc), específicamente en el tema de encuentre en las actuales circunstan­ páramo. Esto siendo parte de equipos cias. Para lograr este objetivo, se han de trabajo en el Instituto de Estudios realizado talleres, grupos focales, Ecuatorianos (IEE) y en el Sistema entrevistas, revisión bibliográfica y de Investigación de la Problemática recorridos a fin de completar la infor­ Agraria en el Ecuador (SIPAE). Pero mación existente. sobre todo este documento es parte del interés investigativo del autor en A través de este esfuerzo se busca temas relacionados al entorno natu­ plantear elementos que sirvan para ral, población, cultura y política. entender aquello que desde la “his­ toria oficial” no lo podemos ver. Es La provincia de Cotopaxi se ubica en decir, las relaciones que se mantienen el centro del Ecuador. Es una pro­ por debajo de lo evidente y que están vincia netamente andina, aunque asociados con procesos de resisten­ territorialmente se encuentra en tres cia simbólica y cultural, que en la regiones: Costa, Sierra, Amazonia. De actualidad se concretan en el control Norte a sur se encuentra atravesada de territorios, y en ciertos niveles de por la cordillera de los Andes, que al autonomía, especialmente en la zona igual que en todo el país, tiene dos occidental de los páramos de Coto­ ramales: el occidental y el oriental. La paxi. Para entender mejor las impli­ cordillera occidental se diferencia de caciones que tiene la ocupación del la Oriental por ser menos húmeda, (lo páramo en la consolidación del espa­ cual hace que exista un determinado cio en Cotopaxi, especialmente en tipo de páramo), por tener una amplia ámbitos locales, creemos importante población -principalmente ¡ndígena- recurrir a la etnohistoria. Esta es un que la habita, por la propiedad de la instrumento (no el único, no por sepa­ tierra, que es básicamente minifun­ rado) que provee elementos ocultos o dio. vedados desde la historia oficial, que recurre a entender todo (incluso las Este documento busca, a partir de transformaciones locales del espacio recoger experiencias anteriores, y la cultura) solo a partir de la lógica poner en conocimiento la situación del capital, en desmedro de la lógica y socio ambiental y agraria actual de la historia local, que no siempre está una de las zonas andinas del Ecua­ dominada o no gira en torno a la diná­ dor, más afectadas por las condicio­ mica del mercado o del capital y que nes de desigualdad social y econó­ en algunos momentos recurre a la mica, pero además, zona de fuentes resistencia cultural para sobrevivir y importantes de recursos hídricos que desarrollarse. La información revisada

Cotopaxi: espacio social y cambio político que hace referencia a Cotopaxi y su para trabajar lo que podría ser una relación con el ámbito nacional, mira reconstrucción étnica de la historia las transformaciones sociales, econó­ de la provincia. micas, políticas y culturales producto de la ocupación del espacio, princi­ Planteamos que para entender el pro­ palmente a partir del papel que juega ceso de ocupación de Cotopaxi, es la hacienda serrana, su vinculación necesario acercarse a la realidad de con los procesos de agro exportación las zonas de altura y específicamente de la costa y mira también el papel de a lo que se conoce como páramos los grupos subalternos sin ninguna que son el espacio o territorio cultu­ especificidad. Se asume de entrada ral desde el cual se construye, refun- que fueron incorporados o que la cionaliza y otorga sentido a toda la lógica de mercado también les afecta identidad y cultura indias. Es desde el directamente. páramo que baja la cultura a hacerse presente en los centros poblados. De toda la información revisada, a Esto es claro en los levantamientos y parte de la Historia del proceso de acciones de protesta que se realizan constitución del Movimiento Indígena desde el inicio de la colonia. En el de Cotopaxi (MICC; 2003), no existe o páramo se conserva la cultura, desde no se conoce de análisis o estudios el páramo se resiste (comunidades de los actores desde los actores. Es libres). Es desde el páramo que se decir, la mayoría de autores consulta­ mira y se accede a los espacios de dos, trabajan a partir de lo que otros poder local. El páramo es el espacio dicen o a partir de las cifras nacionales de vida de la mayoría de dirigentes y y locales. Por ello creemos que hace líderes del movimiento indígena. Es falta completar la visión y el conoci­ un espacio de múltiples significados. miento de Cotopaxi, desde un pro­ ceso de reconstrucción etnohistórica. Debido a la amplitud geográfica, Algunos elementos que debería tener social y cultural del tema, este tra­ este acercamiento etnohistórico, bajo gira en torno a los saberes podrían incluir los aportes de Ramón “ancestrales”, entendiendo por al hacer un acercamiento a las fuen­ tales todos aquellos conocimientos tes, relatos y análisis de los cronistas sobre la naturaleza que han permi­ de los primeros siglos de conquista tido a través de la historia consolidar (Ramón 2004) o de las pautas que espacios de vida a las poblaciones plantea Dávalos (2004) cuando reco­ que habitan las zonas de altura de noce los libros de hacienda y las rayas Cotopaxi, principalmente el páramo. como formas de poder y de resignifi­ La forma como se accede a estos cación de espacios y cultura. También conocimientos o saberes es a través de es importante hacer una lectura más las percepciones, los modos de enten­ cultural, como lo que plantera Vallejo der la relación de los seres humanos (2003) en su estudio sobre algunas con naturaleza, que nos remiten nece­ OSGs de Cotopaxi, pero sobre todo sariamente a la cultura. Este trabajo hacer un recuento más pormenorizado es una síntesis del conjunto de ima­ tal como lo hace el MICC con sus ginarios (percepciones) que los habi­ antiguos dirigentes que dan valor a tantes del páramo de Cotopaxi han la oralidad como forma de transmi­ construido históricamente. sión de conocimientos (MICC; 2002). Estos pueden ser algunos elementos “Este pensamiento se concreta en y aspectos a ser tomados en cuenta una visión complementaria de la vida

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 119 y de los aspectos que la conforman, valles interandinos y páramos. Esta donde lo económico, social, polí­ definición es importante por que tico, cultural, de género, son parte ayuda a entender dónde empieza de un todo organizado, dinámico y el páramo. Desde la visión técnica/ articulado. La complementariedad científica se plantea que el páramo, de este pensamiento se refleja en es un ecosistema que empieza a los las concepciones que estos pueblos han desarrollado y conservan sobre 3.500 msnm (lEE/EcoCiencia; 2003). la naturaleza. Una característica para Según los habitantes de Cotopaxi, el entender este pensamiento es que la páramo empieza donde termina la forma como se concibe el equilibrio frontera agrícola, es decirse proyecta ambiental de las especies que en él al infinito, pues la frontera agrícola habitan, no tiene relación con la can­ cada vez se encuentra más arriba, tidad de especies animales y vegeta­ incluso en las cimas de las montañas. les que viven en un ecosistema sola­ En este caso el páramo ya no existi­ mente, sino con los efectos que los ría, aunque desde los técnicos, esto desequilibrios del ecosistema refleja se llamaría páramo intervenido. Una en las sociedades que viven o habitan en él. Un ejemplo concreto de esto es de las características del páramo es la relación directa de la desaparición la presencia de paja y de un clima de un anfibio como el jambato, espe­ característico (mucho viento, frío, cie andina que ya no se encuentra en humedad, etc.). Un elemento a tomar las montañas del Ecuador, con la dis­ en cuenta en Cotopaxi es que la minución de las lluvias y los caudales mayoría de comunidades indígenas de agua”. (Toapanta et al, 2004) se encuentra asentada por sobre los 3.000 msnm, lo cual configura a las alturas como un espacio cultural y de Definiciones previas vida muy importante. Entendemos como páramo, todo aquello que está por sobre la frontera agrícola (inde­ Entendemos las zonas de altura o pendientemente de la altura a la que “alturas” en Cotopaxi, como aque­ ésta llegue), por tanto entender la lla parte de la naturaleza y montaña vida en los páramos, no podrá refe­ sobre los 2.700 msnm. Esto puede rirse a la vida de los seres humanos incluir zonas de bosque, matorrales, en el páramo, pues el ser humano se

12 0 Cotopaxi: espacio social y cambio político encuentra en áreas agrícolas. Todo lo manejo, introducción de mejoras que se cultiva y está por debajo de agropecuarias, forestación, entre esta área es humano. Nos referimos otros. Todos estos aspectos respon­ por tanto a la parte no humana (sí den a una visión de este ecosistema social) del ecosistema y las diferentes que parte por valorarlo a partir del agua. Sin embargo como dicen los relaciones que tienen las personas habitantes de las alturas, el páramo con este espacio. es mucho más, es un espacio de vida...

“El páramo para nosotros es la vida, Por qué estudiar los no ve que de ahí sacamos para páramos y la cultura en comer, ahí crecen nuestros animales, tiempos de globalización ahí mismo vivimos, el aire es limpio, no hay ruido, nadie nos molesta y ahí mismo está lo que les vamos a dejar El páramo, desde que se enfatizó su a nuestros hijos” (dirigente UOPICJJ - función retenedora de agua, se ha 2004). convertido en un ecosistema estra­ tégico para el desarrollo económico Se requiere entonces mirar a este de las poblaciones que se encuentran ecosistema y todos sus componentes aguas abajo. Entonces es el agua lo -la biodiversidad, las sociedades que que le da su importancia y es el prin­ en él habitan- con otros ojos, menos cipio y el final de cualquier acción de hídricos, menos desde la lógica del desarrollo que se realice en él. Si en recurso y más desde la lógica del este ecosistema no se encontraran territorio/cultura, crucial en Coto­ las vertientes del líquido vital, su paxi. Podemos decir que la combina­ interés no resultaría estratégico. Así, ción entre la urgencia de conservar el los páramos se convierten en objeto ecosistema páramo y la visión hídrica indispensable para el desarrollo local que “pretende” hacerlo, llevan a la y nacional. Pero, ¿qué implicaciones funcionalización del discurso del sociales, culturales y económicas, capital en torno al control, conser­ tiene esta visión? vación, uso y acceso a un área de vida. Al hacerlo se pone en riesgo no La idea de escasez, construida desde solo la estabilidad misma del eco­ el poder, se convierte en argumento sistema, sino su entorno, pues está válido, para las poblaciones afecta­ comprobado que el mercado no es das, para defender, exigir y preocu­ un regulador “natural” y por eso parse por este ecosistema, la mayo­ ría sin ser partícipes de él, sin vivir en mismo está sujeto a otras leyes/inte- él, sin conocer sus particularidades, reses, que es desde donde funciona no por ello libres de responsabilidad. y opera. Este argumento construido desde una visión hídrica, tiene una serie de Como hipótesis general de este estu­ implicaciones para las poblaciones dio partimos de que la cordillera occi­ que viven o dependen directamente dental de Cotopaxi se encuentra en de él. Comprender esas implicaciones un proceso silencioso de cooptación, resulta primordial en tiempos de glo­ de control territorial, por parte de las balización. En términos de Desarrollo organizaciones indígenas que la habi­ la visión hídrica se concreta en una serie de aspectos técnicos, amplios tan. Es decir, un proyecto político his­ como manejo de cuencas, Servicios tórico que resiste, que se va constru­ ambientales, compensación, etc. yendo a través de imaginarios colec­ O más específicos como planes de tivos, con paciencia y con el tiempo.

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 2 1 Entonces en tiempos de globalización del debate es cuestionar el papel his­ CONFIGURACION DEL PAISAJE resulta pertinente estudiar la cultura tórico de la hacienda en el deterioro de los grupos subalternos, mucho actual del páramo y el papel de las más si a través de ésta se pueden organizaciones indígenas en la con­ PRODUCTIVO Y DEL ENTORNO encontrar mecanismos para frenar la figuración de lo que hoy conocemos arremetida del mercado. com o MICC. NATURAL DE LA ZONA DE ESTUDIO

La tercera parte hace un acercamiento Corolario “Nos encontramos frente a una región donde la ausencia a la visión ambiental y de conserva­ de condiciones para el cambio y los limitados cambios ción de las poblaciones que habitan que pueden tener en ella, gran parte de la población Este documento consta de tres par­ este espacio y la relación que tienen ha buscado, en el cambio geográfico y espacial la única tes: en la primera, se hace un acer­ estos conocimientos “ancestrales” posibilidad de cambiar. En este sentido la migración se camiento a los páramos occidentales con una tradición cultural -anterior a ha convertido en algo más que la búsqueda de trabajo y en nuevas oportunidades económicas: es una estrategia de Cotopaxi, su conformación social la colonia- que ha resistido a través desesperada de cambio” (Sánchez-Parga; 2002:13) y ambiental, a partir de su realidad del tiempo. La pregunta que subyace social, a fin de ubicar bien el área de en esta parte del estudio es hasta qué estudio. punto lo que conocemos como MICC, es en realidad el MICC o es el resultado La segunda parte hace un recuento de históricos procesos de cooptación Los páramos occidentales Históricamente esta zona presentó etno histórico de los procesos de ocu­ de territorios que se mantienen hasta de Cotopaxi procesos de erosión natural muy pación de los páramos de Cotopaxi, a la actualidad y que se consolidan con grandes; algunos cronistas del siglo través de épocas definidas. El centro el pasar del tiempo. XVII describen la geografía de la zona El área en cuestión abarca las zonas como un desierto (Ramón 2004). Field altas de la cordillera occidental de (2000), señala que la superficie afec­ Cotopaxi (provincia central de los tada por procesos erosivos es de 500 Andes del Ecuador con una fuerte km2. El mismo autor señala que según presencia de población indígena). De estudios de la ex ORSTOM, se deben norte a sur, desde el límite provincial considerar tasas de pérdida del suelo, con Pichincha hasta el límite con Tun- cercanas a 100 toneladas métricas por gurahua (ver grafico 1), todo lo que hectárea por año, en la zona de Guan- está desde y hasta los 3.000 msnm gaje, Tigua y Zumbahua. Obviamente iniciando en el valle del río Cutuchi, esto genera un rápido abandono de hasta las estribaciones que dan a la la agricultura en las zonas afectadas. costa, en el bosque húmedo tropical. En medio de este paisaje desalenta­ Políticamente incluye los cantones de dor encontramos espacios de vida Latacunga, Saquisilí, Sigchos, Pujilí, muy importantes, donde los proce­ Salcedo y parte de Pangua. sos erosivos, no se han consolidado. Por ejemplo, en los páramos al sur de La zona presenta una fuerte erosión Pujilí, que cubren una extensa área, natural producto de la agricultura entre Cusubamba, Cuturibí, Apahua y intensiva. “El impacto de las erup­ Angamarca. Esta es la zona donde se ciones cuaternarias del volcán Qui- encuentra la mayor cantidad de pára­ lotoa se demuestra en la presencia mos de la provincia. de suelos con aceptables y aún altos contenidos de nutrientes minerales, La característica de esta zona es que pero con una formación estructural es un ecosistema cuyas modifica­ extremadamente frágil. En aquellas ciones dependen ahora de la inter­ partes de estas tierras que están bajo vención directa de los seres huma­ agricultura encontramos graves pro­ nos incluso para su conservación. blemas de erosión” (Field 2000, 276). Cualquier proceso de recuperación o

122 Cotopaxi: espacio social y cambio político Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 123 I I C d o p i i l « L n i ( « Ptar«|acJ4i Ptar«|acJ4i « ( i n L « l i i p o d C I I ato* « ♦ l i 4 C AHiudrulK u r d u i H A s a p n a R i » i « 0« R » 3000 » R 0« i ' ZONAS DE ALTURA POBLADOSY EN COTOPAXI, SOBRE LOS 3.000m. zona andina con la costa de Cotopaxi.de lacosta con andina zona por transmitidos, genéricamente son m de la carretera.la de construcción la de partir a zona la en sobre estudios conocen se nofactor, de este laimportancia desconocer Sin la de conexiónla y principal acceso el la es Esta a zona. vía diootra dinámica la le que de LaManá, - Latacunga carretera 70, años los en construcción, princi­ El páramo. el en distribución semillas la de y mitos los ejemplo que zona, la en encuentran se que saberes de cantidad gran la conoce des­ se si imposible es conservación eine s h dd a atr e la de partir a dado ha se reciente, I ocasionados cambios y impactos los paisaje el en percibido cambio pal 4Ü-O0 - 4 4 4Ü-O0TOO - ssoa » 4700. o s - oo sa 3000- 3 3 TOO 3000- 3300 - 2700 • 3200 4000 W m v c V F 1400- 2000 2000 1400- 1400 - 7 O D (Kfj * b jk f K i( r « P 24 - vsl * l» s rv t-s n a C 700 - O Cotopaxi: espacio social y cambio político social y cambio Cotopaxi:espacio e irn ieecaaet y aún y diferenciadamente dieron se proceso del depende Latenencia tro. cen­ y sur norte, zona la en tenencia dación de este espacio. El efectomás El espacio. este de dación haciendas hay embargo, Sin familia. pormetros mar­ pocos de un minifundio cado hasta promedio, en ha. 3 a proble­ los otras, en que igual al dor, a d dsrbcó d l ter aún tierra la de distribución de mas esse dfclae e l consoli­ la en dificultades persisten Agrarias Reformas las gamonalismo. de efectos Los de formas persisten y representativas muy no pequeñas, 2 de varía pero particular, histórico la en diferencias existiendo persisten, Ecua­ del Andes los de zona esta En Dinámicasocio territorial AmbientaldeCotopaxi PMT. SIG-EcocienciaElaborado por: 2004 - Socio Monitoreo de SistemaFuente: Gráfico1 O Kilami IO perverso se dio con el desigual acceso indígena y con altas tasas de migra­ a la tierra: diferentes cantidades para ción temporal. Por el grado de ero­ poblaciones con iguales caracterís­ sión y escurrimiento de las aguas ticas, lo cual da cuenta que no hubo y por que muchas partes de esta un proceso de repartición de tierras zona reciben pocas precipitaciones (por debajo de los 500 mm/año) se concebido socialmente, sino que se trata de una zona con productividad actuó de acuerdo a la demanda y de agropecuaria extremadamente baja, acuerdo a la fuerza que tenía cada salvo en los lugares en los cuales hay actor al momento de solicitar la adju­ agua de riego, y de muy pocas opcio­ dicación. nes productivas”.

El gráfico i muestra la ubicación en Es la parte de la provincia donde se amarillo de las zonas que se encuen­ encuentra la mayor minifundización y tran sobre los 3.000 msnm. En Coto­ donde la frontera agrícola llega a las paxi, esto además permite ver la com­ cumbres de las montañas. Encontra­ pleja orografía de la provincia y tam­ mos comunidades como Apahua que bién tener una idea de la población se ubican en las cimas de la cordillera, respecto al recurso. siendo la más alta de toda la provincia (4.100 msnm). Es la zona de la provin­ cia que más ovejas tiene, manejadas Tres zonas de estudio generalmente de manera comunal o familiar. En la zona el riego es aún Esta extensa área de estudio, por una ilusión que no se cumple. Uno de razones de acceso a la información y los principales problemas es la falta por las particularidades geográficas, de tierra. Parte de la zona de estudio ambientales e históricas, fue seg­ ocupa áreas de amortiguamiento o se mentada en tres zonas: encuentra dentro de la Reserva Eco­ lógica de los lliniza. Para entender La primera que incluye Zumbahua, mejor la relación espacial y social de Pilaló, Angamarca y Guangaje, con­ la zona, hacemos un acercamiento a serva dinámicas propias que le con­ partir de la información recogida en el fieren características especiales. Es 2001, por miembros del MICC, a pro­ una zona de ocupación muy antigua, pósito de la realización del Plan de donde las prácticas culturales son la Desarrollo de la provincia. norma, así como son parte de una forma particular de administrar y ocu­ par el espacio. Es una de las zonas de la provincia con mayor población quichua. Las cinco parroquias más pobres del país se encuentran ahí. Corresponden a poblaciones indíge­ nas y no sobrepasan los 21.000 habi­ tantes (Sánchez-Parga, 2002). Field (2000; 276) describe así el paisaje de esta zona de los Andes...

“Las laderas que suben a la cor­ dillera desde los 2.800 msnm son en su gran mayoría secas, con una población rural predominantemente

Los páramos occ ¡dentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 125 fcí

■ ■

Recuadro 2 GUANGAJE: CARACTERIZACION

Está ubicada en la cordillera occi­ dental, a 55 km aproximadamente de la capital de la provincia, tiene 33 comunidades, entre jurídicas y sectores. Las comunidades, por la dispersión y la ubicación geográfica están agrupadas en dos OSGs. Tigua y Guangaje. El 10 0 % de la población es indígena bilingüe (castellano-Quichua). La mayor parte de la población vive de la agricultura en forma precaria, complementan sus ingresos econó micos con la migración temporal a ha significado importantes procesos las ciudades de Quito, Latacunga, y de empobrecimiento convirtiéndose otras, la zona de Tigua es conocida en un círculo vicioso: pobreza, migra­ nacional e internacionalmente por la pintura indígena. Las tierras tie­ ción, deterioro del entorno, migra­ nen una escasa capa arable, son de ción, más pobreza. origen volcánico, además, el mini­ fundio esta bien marcada. Están en “La población cantonal pasa de proceso de erosión hídrica y eólica, representar el 26,9% de toda la provincia en 1974 al 2 1 ,7 % en 1982 Recuadro i principalmente, por la presencia de y llega al 18,6% en 1990, mientras ZUMBAHUA, CARACTERIZACION fuertes vientos en la mayor parte del año y carencia de un manejo que el descenso de la población en los otros cantones apenas se altera. Está ubicado en la cordillera occidental a 66 km de distancia de la ciudad de Lata- adecuado de los recursos natura­ Entre 1982-1990, mientras la pobla­ cunga. En el territorio parroquial habitan el 10 0 % de indígenas, la principal acti­ les. Tienen dos únicas vías de acce­ ción urbana crece, la población de vidad económica es la agricultura y cría de animales mayores y menores. Tiene 21 so a la parroquia, los mismos que las parroquias de Pujilí disminuye organizaciones de base entre comunidades y barrios, están agrupados en una OSG. están en malas condiciones. del 88,8% al 84,3%, en el mismo La tenencia de la tierra está marcada por el minifundio en las comunidades cerca­ Elaboración: EAR/2005. período. Paralelamente las tenden­ nas a la Parroquia, mientras tanto en las comunidades de la zona alta cuenta con Fuente: informe de campo equipo PPDPC/2001/IEE-MICC cias en Pujilí indican un crecimiento tierras comunales que sirven para el pastoreo del ganado bravo. El principal centro del número de patrones y una dismi­ de comercialización es la feria local de los días sábados en la cabecera parroquial. nución de trabajadores por cuenta En la parroquia no existen sistemas de riego por la situación geográfica, y el esca­ propia” (Sánchez-Parga; 2002, 19). so recurso hídrico disponible. La producción se base en el cultivo de tubérculos y cereales, dependiente de la época invernal. Es la parroquia en donde inició la pro­ puesta de educación bilingüe en Cotopaxi, y posteriormente en el ámbito nacional, La segunda zona de estudio se cuenta en el momento con un sistema de educación completa que va desde el pre- encuentra en el cantón Salcedo e prímarío hasta la universidad. En la provincia es la única zona indígena que dispone involucra las parroquias de Mulalillo y de un hospital privado de prestigio, auspiciado por la cooperación MATOGROSSO, Cusubamba, ambas con una dinámica que cubre con sus servicios no solo a los habitantes de la zona sino también llegan de ocupación muy ligada al mercado de otros sectores de la provincia. Están iniciando la propuesta de manejo del eco- La migración en el cantón y en toda nacional. Se encuentran muy cerca de turismo en la laguna de Quilotoa, para mejorar sus servicios deben capacitarse en la parroquia es un problema que se dos cabeceras cantonales (Salcedo y el manejo de la actividad turística y promover la dotación de los servicios básicos visualiza fácilmente en la actualidad. Latacunga) y tienen mucha relación como luz, agua potable, vías de comunicación. Es un problema para el “desarrollo” con Ambato en la provincia de Tungu- de la misma, pues en lugar de favo­ Elaboración: EAR/2005. rahua. Su característica principal es Fuente: informe de campo equipo PPDPC/2001/IEE-MICC recer el aumento de la producción, que tienen canales de riego, lo que

126 Cotopaxi: espacio social y cambio político Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 127 Recuadro 3 CARACTERIZACIÓN Mulalillo

La parroquia compone de 17 comunidades a acepción del centro, de las cuales 8 son jurídicas. Culturalmen­ te, la población de la zona alta se identifica como indígenas, mientras en la zona baja están en proceso fuer­ te de aculturización. Siete pequeñas haciendas localizadas en la parte sur baja (10- 20 has) representan el latifundio, dedicado a la ganadería, agricultura y floricultura. El minifundio representa el 9 0 % del territorio parroquial con promedio de (1-2 has.) por familia. La zona baja con sistema de riego se caracteriza con culti­ vos de papas, maíz, arveja, fréjol, zapallos, pastos de alfalfa y plantas frutales. En cambio la zona alta tiene escasos caudales de agua para riego, dedicándose al cultivo de papas, cebada y forrajes de poca calidad. La población vive de la crianza de animales mayores y menores (bovinos, porcinos, aves, cuyes y conejos). Las dos floricultoras que se encuentra en la zona ocupan la mano de obra de la población joven y otro porcenta­ je migran a la ciudad de Ambato. Los principales lugares de comercialización son Salcedo y Ambato.

Elaboración: EAR/2005. Fuente: informe de campo equipo PPDPC/2001/IEE-MICC

les permite maximizar la producción. grandes extensiones de páramo que Muchas familias tienen ganado de está sometido a manejo para conser­ leche y acceden al páramo de forma var y desarrollar el ecosistema. comunal. Existen todavía algunas haciendas y medianas propiedades. A diferencia de la primera zona, las dos La mayoría de la población vive en las últimas tienen altos niveles de tecnifí- fronteras interétnicas, con muchos cación productiva, que se expresa en conflictos por esta misma razón. capacitación, crédito y comercializa­ El quichua no es hablado por la ción de diferentes fuentes, especial- mayoría. mentedeONGs. Laprimerazonaporel contrario habiendo recibido una serie La tercera zona está al norte de la pro­ de intervenciones, refleja la imposibi­ vincia. Es parte del cantón Latacunga, lidad del sistema de desarrollar áreas se encuentra en una zona estratégica, donde la inyección de recursos no es en el límite entre Cotopaxi y Pichin­ suficiente para modificar sus condi­ cha y se destaca la presencia de la ciones de desigualdad estructural. Es Reserva Ecológica los lliniza bajo la por ello que existen altos índices de administración del Estado a través migración, deterioro del suelo y pau­ del Ministerio del Ambiente. Tiene perización de la población. Como pro­ presencia de muchas haciendas, de ducto de la inequidad del sistema se mediana y gran extensión, así como observa la afectación directa al eco­ propiedades de campesinos que tie­ sistema, principalmente el páramo y nen extensiones entre 5 y 10 hectá­ ahora también el bosque. El conjunto reas y otros que se encuentran en pro­ pone en riesgo la provisión de agua cesos de minifundización. La mayoría para las zonas del “bajío”. Como de la población, aunque son indígena veremos, a pesar de esta realidad, en no habla quichua. La ubicación estra­ esta zona se ha desarrollado una de tégica en la que se encuentran, les las más importantes organizaciones permite dinamizar su economía a tra­ indígenas del Ecuador, el Movimiento vés de la ganadería de vacunos, ani­ Indígena de Cotopaxi, que hoy por males menores y la agricultura. Están hoy es la principal fuerza política de muy ligados a la plaza de mercado de la provincia con el 40 % de la aproba­ Saquisilí y Latacunga. Poseen riego y ción de la población (Ulloa; 2004).

Cotopaxi: espacio social y cambio político DETERMINACIONES SOCIALES EN EL PAISAJE DE LAS ZONAS DE ALTURA DE COTOPAXI

“Nosotros somos enseñados desde nuestros abuelos a vivir aquí, hemos nacido aquí. No queremos perder nuestra cultura. Somos como planta nativa. Porque la tierra además es propia. Somos propios y aquí vivimos más tranquilos, más sanos, en el campo. Aquí se puede mantener a los guaguas. También nos sentimos libres y no estamos encerrados. La naturaleza ha sido ponderada de nuestro abuelos, y nos han encargando que ¡a cuidemos para dejar a nuestros hijos. Tenemos propios animales y propias vertientes de agua. Y aunque no tenemos plata, comemos"

(comunero Jatarishun; IEE-EcoCiencia 2 0 0 2 )

Elementos para una Dado que no se dispone de sufi­ discusión: etapas de ciente información sobre los proce­ ocupación de las zonas de sos de ocupación de los páramos, altura de Cotopaxi más allá de los estudios a partir y desde la hacienda, podemos empe­ zar tratando de entender esta forma En círculos ambientalistas y de estu­ de ocupación. El proceso de conso­ diosos de la relación seres humanos lidación colonial español en el país, naturaleza, así como sectores intere­ se dio imponiendo la hacienda como sados en la problemática agraria, la forma de control del espacio y de sociología y antropología, se discute los medios de producción, incluida el origen del deterioro de los pára­ la mano de obra indígena que era mos del Ecuador, si éste se da como explotada y esclavizada, además la producto de la presión demográfica hacienda buscaba también demos­ reciente o si es la evidencia de un trar su poder hacia los indios con for­ proceso anterior de presión que no mas violentas de control. Todo esto fue visible hasta ahora. Esto implica implicó que se dieran procesos de también tener claro si la ocupación resistencia de algunos grupos indios. humana de los páramos es actual o Cuando la resistencia era individual, reciente. La pregunta es pertinente ésta consistió en la huida a lugares para entender diversos procesos que donde no se los pueda encontrar. han generado una determinada forma Muchos de estos lugares se ubi­ de uso, acceso y control de las zonas caban en los páramos. Estos gru­ de altura. Pero para estar claros en pos de indios rebeldes se llamaron lo que se quiere conseguir, vale ini­ indios libres, es decir no sujetos a ciar planteándose las preguntas una hacienda. Estos grupos también ¿desde qué época se debe considerar fueron alimentados por indios deste­ reciente? o ¿reciente respecto a qué? rrados de las haciendas, para que no Al respecto algunas reflexiones. sean mal ejemplo.

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 129 “A la par que se iba consolidando hacendaría. El despojo de tierras la propiedad hacendarla, se volvió comunales durante el siglo XIX y prin­ necesario generar mecanismos para cipios del XX, agudizó esta situación sujetar la mano de obra. Al respecto de arrinconamiento, concibiéndose se afirma que, para la época, habían el páramo, como “zonas refugio” dos situaciones límite por las cuales indígenas. Sin embargo ya entrado queda fijada la mano de obra en la el siglo XX, estas ’’zonas refugio” se hacienda: la una, claramente com­ constituyeron en sectores de pro­ pulsiva, a través del endeudamiento, ducción campesina donde se vivían descrito por Jorge Juan y Antonio procesos puntuales de moderniza­ de Ulloa para el norte de Quito; y la ción. La producción de este sector otra, cuando el concierto gana cierto se volcaba hacia el mercado interno poder de negociación para equilibrar a través de ejes de comercialización su producción o incluso, ampliar su locales” (FAO; 1995). acceso a recursos, a través del usu­ fructo adicional de un lote de tierra. Los páramos de Cotopaxi ya tenían En cualquier caso, terminan esta­ un poblamiento a la llegada de los bleciéndose economías campesinas conquistadores (Landázurl, 1995). dentro de las haciendas. (FAO, 1995) En efecto, había indios de poblacio­ Es decir, desde la llegada de los espa­ nes como Sigchos, que viajaban por ñoles se observa la necesidad de con­ motivos de comercio hasta Pasto servar a los indios en el territorio de la (actual Colombia). Un asentamiento hacienda, para que no huyan a lugares tradicional, incluso anterior a la con­ quista, es Angamarca la vieja, que es a donde no aporten a la economía. una “ciudad”, al igual que Sigchos, De la información revisada podemos asentada sobre los 3.000 msnm, que decir que conforme se avanza hacia el existe hasta ahora. Es decir, el pobla­ sur desde lo que hoy es Cotopaxi, se miento ya estaba ahí, por lo que se aprecia un aumento de comunidades requería que a través de mecanismos e indios libres, especialmente en Gua- de conquista se consolide el control randa. Esta es una característica de la de la población a fin de que sea útil sierra sur, es decir que un importante para los intereses productivos de la elemento a tomar en cuenta en la diná­ Corona. Con esta afirmación quedaría mica social, cultural, ambiental, polí­ en entredicho que los páramos ten­ tica y ecológica de la zona de estudio gan una ocupación “reciente” desde es precisamente la presencia de pobla­ ción india “libre”. Aunque se requieren mediados del siglo XX o a partir de las reformas agrarias, como sostie­ estudios complementarios, podemos nen algunos técnicos con poco acer­ afirmar que la ocupación de los pára­ mos tuvo también un sentido político camiento a la dinámica social de los de resistencia, pues ahí se ocultaron pueblos en resistencia. Pero además, con la información anterior, queda sectores poblacionales que desarro­ llaron y conservaron su cultura. claro que el interés de la hacienda era controlar el territorio paramero pues ahí se encontraban sectores de “Cabeseñalarque si bien el campesi­ la población, compuesta como aca­ nado no huasipunguero, organizado bamos de ver, por indios y comuni­ en comunidades, tenía acceso a la tierra, en cambio en la mayoría de dades “libres”. Como parte de esta casos se trataba de zonas ecológicas discusión, desarrollamos a continua­ de páramos, poco aptas para la agri­ ción una propuesta de las etapas de cultura, a donde fueron arrinconados ocupación de los páramos occidenta­ durante el proceso de consolidación les de la provincia de Cotopaxi.

130 Cotopaxi: espacio social y cambio político Etapas de ocupación en los requiere de un proceso industrial tec- páramos de Cotopaxi nificado, lo cual implica costos altos, mientras la sal mineral no requiere de Hacemos una breve descripción de procesos complejos. En el Ecuador la las etapas de copamiento de los pára­ sal mineral se procesaba, desde tiem­ mos de Cotopaxi, a partir de infor­ pos precolombinos y hasta la actua­ mación etno histórica, recogida por lidad, en dos lugares principalmente: diversidad de autores y entrevistas Salinas de Imbabura y Salinas de Bolí­ personales. var (existían otros lugares a lo largo de la sierra, pero no son muy relevan­ tes). Salinas de Bolívar es particular­ a. Sal y zonas de altura: los mente importante para lo que hoy es Cacicazgos, los Incas y la Colonia Cotopaxi, por la cercanía a la que se encuentra, pero además porque a tra­ La importancia de la sal se debe mirar vés de sus cordilleras, fue levantada no solo por los aportes a la dieta y la una importante ruta comercial, que salud de los seres que la consumen, se dirigía hacia la costa, la amazonia sino también en los aportes que ésta y el centro y norte de la serranía. provee para el desarrollo de las socie­ dades que la necesitan y la usan. En Cuando se habla de la sal de Sali­ lo que respecta a la salud, la sal se nas de Bolívar se requiere entender convierte en un elemento indispen­ el contexto de la época. Cotopaxi y sable para el desarrollo de nuestro principalmente Angamarca, ocupa­ organismo... “es conocido que la ron un lugar importante en relación gente de las sociedades agrícolas a la economía de la sal. Este tema es necesita añadir sal a su dieta diaria. vital para entender la consolidación El sodio y el cloruro que son esencia­ del espacio local y la dinámica que les para el normal funcionamiento del toma en diferentes épocas. La sal en cuerpo, no se encuentran en la mayo­ Cotopaxi fluía (no se conoce si aún ría de alimentos vegetales” (Pome- lo hace) a la orilla de un río de agua roy; 1986, 35). Cuanto más vegeta­ dulce, el río Patoa, y era recogida en riana es una dieta, más sal necesita el recipientes, para luego ser cocida en cuerpo. Dado que las cantidades de la casa o en mezcla con agua dulce sal requeridas por el cuerpo varían de para luego cocer directamente los acuerdo al clima, el nivel de esfuerzo alimentos. Básicamente se usa este y la alimentación, se puede afirmar, producto para el ganado. siguiendo a Pomeroy, que el nivel de sal requerido es una variable cultural, Para entender mejor la ocupación del más que fisiológica. espacio en Cotopaxi, es pertinente señalar la ruta que tomaba el comer­ En el Ecuador, la sal marina se pre­ cio de la sal. Aunque no conocemos senta como elemento determinante bien toda la ruta, sí sabemos porque en los procesos sociales solo a par­ se usó el Inga Ñan para ello. Una por­ tir de la segunda mitad del siglo XX. ción de la ruta de sal, es aquella que Surge industrializada y relacionada a saliendo desde Cusubamba, actual sectores de las oligarquías costeñas parroquia del cantón Salcedo, cru­ Pero en comparación a la sal mine­ zaba a través deCuturivíyYanahurco, ral, tiene muchas desventajas: no hasta llegar a las estribaciones de la contiene yodo y es perjudicial para cordillera y desde ahí hasta Anga­ la salud. Además su refinamiento marca. Esta ruta era especialmente

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 3 1 usada por la gente que comerciaba cordillera. Esto le da a este valle un en las actuales Ambato y Baños. Los carácter estratégico en términos de habitantes de esta parte del páramo control territorial, pues es la ruta más de Cotopaxi mencionan que en esta corta para llegar a la amazonia y a la zona hay un accidente geográfico costa, ahorrando tiempo. Cualquier que funcionaba como divisoria de tipo de autoridad que se desarrolle caminos: aquel que iba a Cusubamba en la zona vería a este valle como fun­ y aquel que iba a Simiatug. Este es un damental para consolidar poder. gran pantano, en el cual destaca un geiser, “que levanta el agua hasta 2 m Según Reichel-Dolmatoff (citado por de altura, pero nunca sale dos veces el Salomón 1980; 59), algunas de las agua del mismo lugar” O osé Toapanta razones para que no se haya dado 2004). Esta parte del páramo es cono­ una ocupación de territorios de valles cida como muy agreste y húmeda, por interandinos años antes de la llegada tanto, inhabitable. Quizá por eso en incaica al Ecuador, era la permanente esta zona se conserva una gran canti­ guerra entre cacicazgos, dad de páramos por comparación con toda la provincia. “la principal razón de ello sería la lucha por el control de las zonas La disponibilidad y cercanía de las agrícolas que varían desde tipos fuentes de sal tuvo también implica­ similares hasta tipos especializados de páramo; el comercio de ciertas ciones en la ocupación del espacio mercaderías privilegiadas como: oro, por parte de las poblaciones de la tejidos de algodón y sal”. provincia. Por ello la zona occiden­ tal de Cotopaxi ha sido ocupada la Según estos autores, zona occidental desde épocas pre- Incas (huellas Incas son los Pucarás “las zonas de valles sufrieron un ciclo que se encuentran en esta zona). Por vicioso de presión poblacional y de el contrario, la zona oriental tiene guerras locales, que hicieron difícil una ocupación más contemporá­ el surgimiento de centros de poder nea. Sobre esto creemos importante más o menos seguros y estables. tomar en cuenta lo que manifiesta Esto reforzó el carácter regional de los pequeños cacicazgos, cuyo eje Ramón (2004), pues no es sólo la político estaba bajo constante ame­ humedad (muchos pantanos - hume­ naza. El despliegue a las montañas, dales) o los riesgos volcánicos, los fue también seguido por la descen­ que condicionan negativamente la tralización, aislamiento cultural y ocupación territorial de la provincia. regionalismo”. No fueron esos factores lo único que determinó que casi no haya pobla- Es decir que en algunos valles interan­ miento registrado en los valles bajos dinos como el del río Cutuchi, no pesa­ como el valle del río Cutuchi, sino tam­ ron solamente los problemas cau­ bién la disponibilidad de los recursos sados por desastres naturales, sino y especialmente la sal. Sobre esto también los conflictos, pues sabemos hay que señalar que este valle es el que, no había un Estado que controle valle interandino más largo del país. todo. Este momento histórico coin­ En sus planicies se podría cultivar, cide con la llegada de los invasores como hasta ahora, gran cantidad de cuzqueños que controlan fácilmente productos. Es también el valle más la geografía de la sierra ecuatoriana. angosto, pues tiene una distancia de Pocos años después fueron reempla­ 130 km entre la cima de una y otra zadas por la corona española.

132 Cotopaxi: espacio social y cambio político Por otro lado, las zonas de altura no se traían productos como plátanos, fueron sólo el origen de la sal, sino plantas medicinales, camotes y otros. también su ruta de transporte. Las La producción de Salinas de Bolívar comunidades indígenas reconocen en el siglo XVI, según Pomeroy, “no que rebasaba de 300 a 500 toneladas anuales”. Estamos hablando enton­ “por donde mejor se camina en el ces de que los páramos fueron rutas páramo es por las cuchillas, así no importantes donde no solamente lle­ se da tanta vuelta, se camina mejor gaba gente del sur y el norte (incluso y siempre se ve el horizonte, para no Colombia), sino también para que perderse” (Julián Tucumbi, 2004). los pobladores locales se trasladen a otros lugares, como a Pimampiro, En términos políticos, más impor­ especialmente en busca de coca, tante que el control de las minas de (Landázuri 1995; 92), que era inter­ sal, es el control del comercio de este cambiada por la sal traída desde Bolí­ producto, en especial si era muy dis­ var. Era sal de buena calidad en com­ tante pues la distribución también paración a la de Salinas de Imbabura, estaba en manos de sectores pudien­ más amarga: “a Pimampiro acudían tes y nobles. Para concentrar riqueza indios de Carangue, Otavalo, Lata- en cambio se requería controlar las cunga, Sigchos, como también indios fuentes, pastos”. Las zonas donde se comer­ ciaba o circulaba sal, eran escenario “por consiguiente, control y mono­ polios tienen repercusiones diame­ de intercambios interétnicos muy tralmente contrarias a la explotación importantes, y de una gran movilidad multiétnica, es decir diferenciación de indios (a través de las zonas altas). en vez de integración” (Worrle 1999; ¿Qué clase de indios eran estos que 69). andaban libres, sin el control de una autoridad, sabiendo que en esa Sin embargo el control siempre fue época todos pertenecían a algún tipo difícil, pues para esto se requería de de forma de apropiación del trabajo? estructuras sociales fuertes como Es claro que eran indios libres. Estados y estructuras políticas con­ solidadas. Lo que se veía en el caso Este comercio que se mantenía aún de los salares de la provincia de Bolí­ en el siglo XX, era más dinámico antes var, es que había pequeños sectores y durante los primeros años de con­ organizados en cada región, los mis­ quista. Ramón (2004) señala que el mos que tenían sus propias formas Inga Ñan (camino del Inca) pasa a lo de control. Angamarca era uno de largo de Cotopaxi de norte asury tiene esos lugares, por ser paso obligado dos ramales, uno hacia el occidente y a quienes iban por la sal de Bolívar, otro al oriente. Aunque no tenemos desde y hacia la costa, desde y hacia la ubicación precisa de la ruta, pode­ el norte de la sierra. Meneses (1985 mos ver sus huellas en Angamarca, a citado por Worrle, 1999) señala que través de construcciones monumen­ hasta la década del 70 a la provincia tales, talladas en las cimas de las de Bolívar llegaban gentes de “Iba­ montañas (páramo) llamadas Pucará, rra y Otavalo, Quito, Tulcán, Pasto y que son fortificaciones militares y a traían a cambio de la sal, carne, maíz, la vez espacios rituales, desde donde papas, legumbres, leche y hasta ropa hay una amplia visibilidad. Estos se y zapatos”. Lo mismo ocurría hacia ubicaban en lugares que requerían la vertiente occidental, desde donde protección especial...

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 133 “hay dos churos aquí arriba y uno tierra por medio del sistema de con­ que ya está en la provincia de Bolí­ certaje y más tarde huasipungo. La var, desde ahí han sabido comuni­ hacienda de Zumbahua incluía tierras carse, para hacer guerra, no ve que en el subtrópico donde se cultivaba por aquí pasaba de todo, entonces caña de azúcar que se procesaba y se han sabido cuidar así” (Vichicela, comercializaba en un ingenio propie­ entrevista personal). dad de la hacienda. Los mayordomos trasladaban a los trabajadores desde Aún hoy existen comunidades que Zumbahua al subtrópico a cultivar, desarrollan actividades en torno a moler y transportar la caña. Estos estos espacios descritos, estas son viajes al subtrópico aún se recuerdan Chine y Churo Losan. Al parecer hay como una de las experiencias más duras de la época de la hacienda ya indicios que señalan que el control que los trabajadores eran vulnera­ del Inga Ñan era estratégico para las bles a accidentes y enfermedades” comunidades o grupos que se encon­ (Martínez, 2004). traban cerca. Caillavet (1982), citando las crónicas de Cieza de León, señala Tempranamente se veía que había que se conocen indios que “asalta­ dos tipos de hacienda, la una de la ban a los viajeros que transitaban por iglesia-Estado y la otra, particular o el camino real”, y que para controlar privada. Cada una tenía una forma estas rutas. La ocupación española diferente de acceder a los recursos. se hizo formando ciudades cercanas, Cuando las órdenes religiosas no que permitían el control de estos podían explotarlas “eficientemente” territorios. Como habíamos señalado, o tenían tierras no usadas, desarrolla­ las rutas del Inga Ñan estaban en las ron mecanismos mercantiles, como el zonas de altura y los asaltos que se arrendamiento, para aprovecharlas. realizaban dan cuenta que había Los arrendadores a su vez buscaban la un control de indios que cobraban maximización de los suelos (durante “impuestos” a quienes circulaban el tiempo que duraba el contrato). Por por ahí, especialmente si eran comer­ ello, en algunos casos ciantes o personas con recursos. Pero otro elemento que se puede recupe­ “usurparon parte del páramo y por rar y que sirve para entender la diná­ lo menos en dos ocasiones (1883 y mica de ocupación del espacio, es 1927) trataron de extender la frontera que para controlar a los grupos “alza­ agrícola en el páramo comunal, por­ dos” se fundaron ciudades españolas que las tierras vírgenes darían varios desde donde se podía proteger las años de rendimientos altos. En las principales rutas. Latacunga era una dos ocasiones las comunas defen­ de éstas. dieron el uso tradicional de la tierra” (Forster; 2000,78). b. La Hacienda Lo que deja ver esta cita es que había una presión por el páramo por ser “En 1639, Ia hacienda de Zumbahua un espacio que generaba rentabili­ es adquirida por compra por la orden dad inmediata, pero que a la vez se de los Agustinos que mantendrán la deterioraba al poco tiempo. Lo intere­ propiedad por varios siglos, convir­ tiéndose en proveedor de lana para sante es que la mayoría de haciendas el obraje de la orden religiosa cerca de la zona occidental de Cotopaxi de Latacunga. Esta hacienda apenas pertenecían a la Curia y su aprove­ manejaba efectivo. Los campesinos chamiento se basaba en el arrenda­ trabajaban a cambio de acceso a miento.

134 Cotopaxi: espacio social y cambio político Esta presión por acceder al páramo de variable importante para esclarecer la lascomunidadeslibres.porpartedelos presión que existe sobre este recurso. arrendatarios de haciendas de Estado, Otro aspecto a tomar en cuenta es la tiene varias lecturas. La primera, disminución de la presión sobre el que las tierras bajas se encontraban páramo de Cotopaxi, a partir de los con producciones poco rentables o procesos de colonización impulsados que su vinculación al mercado nacio­ por el Estado en la segunda reforma nal o global, demandaba mayores agraria. Esto afectó principalmente niveles de producción, a fin de estar en las áreas de ceja de montaña de acorde con la dinámica económica Sigchos, Angamarca y Zumbahua. del momento. La segunda, tiene que Con todo esto podemos afirmar que ver con la búsqueda de mano de obra la fuente de deterioro de los páramos y para ello se establecen acciones y las zonas de altura de Cotopaxi, es coercitivas y culturales como compa­ múltiple, y que ésta es el resultado de drazgos y otras como beneficios de diferentes procesos sociales, políti­ acceso a ciertos recursos ubicados cos y económicos, locales, nacionales dentro del territorio hacendario. Esto y globales, donde el uso que tuvo la dejaría en entredicho que el dete­ hacienda de esta parte de los Andes, rioro del páramo sea una cuestión por varios siglos, es importante. reciente. Detrás de esta afirmación se esconde la idea que “sólo” los indí­ Cuando la hacienda cambia su pro­ genas (dado el crecimiento demográ­ puesta productiva hacia la leche, fico), por haber recibido tierras altas empieza a necesitar grandes cantida­ en la Reforma Agraria, son respon­ des de sal para los animales, por lo sables del deterioro de este ecosis­ que la economía salera se dinamiza, tema, de la disminución de caudales se especializa, y entran nuevos acto­ de agua, y de la erosión. La hipótesis res a presionar por el control y uso de aquí es que la hacienda con su lógica este recurso. La sal que se obtenía en de maximización de capital -sumado Cotopaxi provenía de fuentes cuya a esto el uso permanente durante producción era mínima comparada a varios siglos, a través de diferentes Salinas de Bolívar. Sin embargo, cum­ mecanismos (ganadería, agricul­ plían un papel importante, al estar tura, etc.)- de las zonas de altura, es ubicadas en zonas de páramo, con también responsable de la situación poca influencia de la hacienda. Esto actual de los páramos. Es decir que lo posibilitaba que haya algunos nive­ que conocemos hoy, como páramos, les de autonomía, respecto a quienes es el resultado histórico de diferen­ controlaban este sector. Temprana­ tes formas de actividades humanas y mente, tener la posibilidad de acce­ naturales. der a fuentes de sal, debió significar un gran aporte a las economías de El deterioro del ecosistema existe las comunidades libres que la con­ y avanza aceleradamente. Sobre trolaban. Una dificultad de esta sal este tema sería pertinente pensar es su poca concentración, por lo que los efectos de la migración no sólo requiere de un necesario proceso de actual (internacional), sino aquella cocción para que se cristalice. que se viene dando al interior del país, desde inicios del siglo xx. La Las alturas por las que pasa la ruta de disminución de la tasa de crecimiento la sal, dan un aspecto de encierro por poblacional en Cotopaxi es evidente, los pequeños y escasos valles que por lo que se debe tomar ésta como se asientan entre altos farallones.

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 3 5 El actual pueblo de Angamarca ubicación específica se relacionaba ubicado en uno de esos valles, se la hacienda como centro en torno encuentra casi escondido. Este hecho al cual se mencionaban los puntos facilitó que se convierta en lugar de cardinales. La hacienda era también refugio de perseguidos de todas las desde donde se consolidaba el espa­ reglones. Ahí es donde se desarrolló cio de vivienda. La hacienda significó desde el siglo XVII uno de los peores también un espacio para entender ejemplos de gamonalismo en el Ecua­ el entorno natural. A su alrededor dor. Una particularidad de este lugar se construían todos los imaginarios. es que su origen blanco se relaciona En otro sentido “era el espacio de con familias de vascos exiliadas de la hacienda el que confería un sentido de España de la Inquisición, acusados unidad e identidad. La hacienda era la de brujería (Alfaro; 2004 b). comunidad y el patio de la hacienda era el lugar de la comunidad” (Cicero Para tener más claridad sobre la 2004). El patio de la hacienda y la situación, examinaremos el papel hacienda en sí, era el lugar desde que jugaron las comunidades libres donde se impartían órdenes, se inter­ dentro del complejo hacendarlo y en cambiaba, se santificaba la fiesta, se la consolidación y control de territo­ bautizaba, se adoctrinaba, pero tam­ rios y espacios que existen en la pro­ bién se castigaba, se violaba a muje­ vincia. Estas comunidades libres se res como mecanismo de sanción, con conformaban de muchas maneras, el fin de impartir “justicia”. entre éstas, por indios que huían de la opresión, por tener derechos histó­ Es decir, para las comunidades huasi- ricos que les permitían estar fuera de pungueras, la hacienda era el espacio un espacio hacendarlo. Indios deste­ para ejercer poder, pues pertenecer a rrados o forasteros que se ubicaban la hacienda dependía de una asigna­ en las zonas aledañas. Pero esta defi­ ción individual que hacía el patrón. En nición de libres, por no estar dentro la hacienda se perdían los derechos del espacio hacendado, no es la más antiguos y las formas de ejercer poder adecuada, pues estas comunidades se reducían al ámbito doméstico. tenían altos niveles de dependencia económica con la hacienda. En oca­ En cambio las comunidades libres siones vendían su fuerza de trabajo fueron más dinámicas, pero además a cambio de acceder a los benefi­ a través de Cédulas Reales y otro cios de la misma o tenían niveles de tipo de instrumentos legales, logra­ dependencia simbólica con el patrón. ron mantener niveles de autoridad En otros casos tenían una relación de basados en cacicazgos u otro tipo de conflicto abierto con la hacienda. autoridad ancestral que se mantuvie­ ron en algunos casos hasta mediados Las comunidades de hacienda, por del siglo XX. Estas formas de ejercer su parte, vivían dispersas, no tenían poder por parte de las comunidades una organización o un sentido de per­ libres, según Ibarra (2004), termina­ tenencia a una entidad formal reco­ ron con la puesta en vigencia de la ley nocida. Por ello la hacienda se con­ de comunas, que permitía, a los espa­ vertía en el centro alrededor del cual cios con algún nivel de autonomía, se organizaba el entorno natural y ser reconocidos por el Estado. espacial. Muchos relatos dan cuenta de que para entender al geografía De estas comunidades libres hay de un lugar o para dar cuenta de una varias en la provincia de Cotopaxi.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Destacan algunas muy antiguas de violencia de lado y lado, en la lucha como “Pilacumbí” que menciona por la tierra y por lo que ellos llaman, Ramón (2004, 20), o Apahua en las “la dignidad” pues “los gamonales partes más agrestes de la geografía querían tener a todos dominados y a cotopaxense y con un clima no muy nosotros también, por eso nos trata­ amistoso. Pero todas estas comuni­ ban como a lospeones de la hacienda, dades “libres” estuvieron ubicadas en queriendo que entremos a la iglesia zonas de páramo, por lo general con­ sin sombrero y sin alpargatas, o sea sideradas “inaccesibles” y por ello se querían que nos humillemos ante lo convertían en zonas de refugio para que ellos querían”. (Vichicela, entre­ los indios que huían de la hacienda. vista personal 2004) Algunas de estas estuvieron ligadas al comercio de la sal, que como ya El miedo al destierro que era una se dijo era un eje de control y poder. forma de control usada por el com­ Entre estas destacan las comunida­ portamiento gamonal de estos des de Pujilí como Cachi Alto y Bajo, hacendados, hizo que la mayoría de que llevan ese nombre (cachi = sal) comunidades se mantuvieran atados por estar junto al río Patoa. Lo intere­ a la tierra, unos con resignación, otros sante de esto es que estas comunida­ resistiendo, ante las atrocidades que des eran libres y además eran espacio se cometían. Se violaba mujeres de de recepción de indios que huían de las familias “rebeldes” los domingos otras zonas de la provincia, especial­ después de misa, a plena luz del día y mente de la zona de Tigua, Zumbahua en medio de la plaza pública, en la más y Guangaje. Un elemento a tener en absoluta impunidad. Esto era posible cuenta es que desde la comunidad sólo controlando todo el poder local de Cachi Alto, surge el proceso de (junta parroquial, teniente político, lucha por la tierra en Cotopaxi, en las comisario, cura, registrador de pro­ años 70, encabezada por Juan Rivera, piedad, etc.) a través de relaciones de primer presidente y gestor de lo que parentesco. En esta zona son conoci­ ahora se conoce como el Movimiento das las familias Montúfar, Sánchez, Indígena y Campesino de Cotopaxi Flores, Dávila que controlaban todo, (MICC). pues están hasta hoy emparentados.

En la zona de Angamarca, en la ruta Estas comunidades desarrollaron de la sal, de comercio, de abigeos permanentes acciones de resisten­ y de acercamiento intercultural, se cia ante la opresión, que a la larga encuentran dos comunidades que implicó tener niveles de autogestión son reconocidas por la población y organización. Ahora, ellos dicen, blanco-mestiza, como comunida­ “después de muchos años y tanto des que “se han hecho respetar” a hacer, se logró vencerles a los gamo­ fuerza de acciones de hecho que han nales”. En 1992 se ganó un juicio causado muertos, juicios, expropia­ de tierras a la familia Montúfar. Lo ciones y otras formas de conflicto. interesante de Chine y Churo es que Churo y Chine, son comunidades que se encuentran en las zonas altas de de acuerdo a la historia oral, han pro­ Angamarca, por donde cruza la anti­ tagonizado acciones de resistencia gua ruta de la sal, y espacialmente al gamonalismo, hasta entrados los controlan varios pisos ecológicos noventa. Cuando los procesos de en zonas altas, medias y bajas. Esto reforma agraria habían “terminado” les permitía tener acceso a produc­ en todo el país, seguían las acciones tos de distintos pisos ecológicos

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 3 7 llevados por comerciantes que desde recogido sólo en la memoria colectiva la costa o la sierra subían o bajaban, de los habitantes del sector. Se pro­ para Intercambiar con otros de la dujo la guerra por el páramo entre las sierra y amazonia. El control de esta comunidades que ahora se ubican en ruta permitió a estas comunidades Tigua, Guangaje, Poaló, siendo estas que haya cierto nivel de autonomía mismas poblaciones las que intervi­ frente al centro parroquial, que era el nieron en un hecho de confrontación lugar de los gamonales. Y esto tam­ que duró varias semanas, donde se bién permitió tener efectivos niveles produjeron varios muertos y heridos. de resistencia. En este caso, la lucha se dio por­ que los procesos de reforma agraria c. La República estaban por producirse y la falta de delimitación exacta de terrenos de A mediados del siglo XX, los páramos la hacienda Tigua (entregada déca­ occidentales de Cotopaxi se convier­ das atrás) sumada a la necesidad de ten en una de las zonas pioneras en el tierra de parte de las comunidades país donde se dieron procesos distri­ libres atizó el conflicto intra étnico, butivos de tierra. Fue el caso de que supuestamente se solucionaría con la entrega de tierras por parte del “la hacienda Tigua en 1945, que fue IERAC, pero no fue así. El conflicto y la vendida y entregada a los indios, aquí presión por la tierra se mantuvieron. hubo un intento de organización tipo Según la observación de campo, el cooperativa que fracasó. La hacienda conflicto se solucionó con estrategias se encontraba en las zonas altas y ya existía un proceso de ocupación de matrimoniales entre los beligerantes. esta zona, posteriormente las otras haciendas como la de la asistencia “en Tigua en los años cuarenta. Las social se entregó en 1965 y la otra, tomas de haciendas a menudo eran la de la universidad central en 1982” organizadas por partidos marxistas (UNORIG 1999). (tanto por el Partido Comunista del Ecuador, PCE, como por el Partido Martínez (2004) describe así el con­ Comunista Marxista Leninista del flicto que se presentaba en esa Ecuador, PCMLE, que trabajaron con época... intensidad en la zona). En algunos casos, como en Salamalac Chico, se “el proceso de reparto fue caótico y toma una hacienda y se reparte entre dio lugar a desigualdades económi­ los campesinos sin que medie nego­ cas y de poder. Estas desigualdades ciación y compra, debido a la influen­ reproducían relaciones de poder cia del PCMLE, que recomendaba a entre los peones y los mayordomos los trabajadores tomar las haciendas y entre familias de peones más o y desconocer el proceso de reforma menos poderosas que venían de la agraria. Una consecuencia de esta época de la hacienda”. estrategia es que la posesión de estas tierras quedó sin legalizar En todas las adjudicaciones, no se hasta muchos años después” (Mar­ entregó tierra a ningún indio arri­ tínez; 2004) mado o perteneciente a comunida­ des libres. Esto hizo que en tiempos Durante el primer siglo republicano, posteriores, a mediados de los años el acceso a los páramos y a las pobla­ 1960, se presione por los páramos ya ciones que se encuentran habitán­ entregados y en control de las comu­ dolo, quedaron bajo responsabili­ nidades, produciéndose un hecho dad de las haciendas. Siguiendo a

Cotopaxi: espacio social y cambio político Guerrero (2000; 9), cuando el Estado a partir de 1857. En Cotopaxi este ecuatoriano a mediados del siglo tipo de conflictos se presenta princi­ XIX, entregó a través de varias leyes, palmente en la zona de Angamarca, la administración, primero en forma donde las comunidades de Chine y explícita y luego implícita, de gran­ Churo, junto con otras menos com­ des poblaciones indígenas que vivían bativas, protagonizaron eventos de dentro de las tierras de hacienda, resistencia muy importantes. Una de las implicaciones sociales, étnicas, las formas de lucha de estas comuni­ políticas, económicas y ambientales dades fue demostrar que tenían un que tuvo esa acción fueron inmensas. tipo de control comunal y autorida­ Essto le daba al patrón un estatus des étnicas. El demostrar que se per­ político y de poder mayor por el cual tenece a un ancestro étnico, contrario este se convertía en el intermediario a lo que sucedía en tiempo de la colo­ entre los indios y el Estado. Guerrero nia, fue un instrumento de defensa de llama “administración de poblacio­ los territorios comunales. nes” a este sistema. Es decir, el Estado se desentiende de grandes segmen­ Esta parte de la historia requiere tos de población cuyas demandas también una lectura ecológica, pues pasan a través del filtro hacendario de lo visto en Angamarca, quedan o en muchos casos blanco mestizo. dudas sobre si el tipo de explotación Con ello, la administración del espa­ que generaba la hacienda se veía cio, concretamente el páramo, pasa solamente en la violencia usada o si por el mismo trámite, por lo que la ésta también se expresaba en el uso/ responsabilidad sobre lo que pasa en abuso del páramo “que pertenecía” el territorio de la hacienda (deterioro a las comunidades libres, con el fin o conservación) es responsabilidad de aprovechar al máximo las tierras privada. que no le pertenecían y así proteger o guardar las propias. Este es un punto El hecho de que el Estado se desvin­ a ser investigado y una historia ecoló­ cule del control del espacio andino, gica de la zona aportaría muchísimo dio pie a que se desarrollen proce­ en este sentido. sos de asedio al territorio comunal durante la segunda mitad del siglo d. La Reforma Agraria XIX. Siguiendo a Ibarra (2004) el ase­ dio consistió en deslegitimar el con­ A mediados de siglo XX el modelo trol comunal del espacio. Hasta esa hacendario tradicional (precapita­ época, se mantenían privilegios a las lista) entra en cuestión. Junto a la comunidades que tenían formas de presión social por la tierra, dio paso autoridad étnica (caciques, regido­ a la reforma agraria. Las grandes res, protectores de indígenas, etc). haciendas entregan las tierras prin­ Mediante algunas leyes se quiso eli­ cipalmente de altura a los antiguos minar este “privilegio”, pues el hecho huasipungueros, quienes pasan de que exista, impedía que accedan a administrar este espacio donde a la tierra otras personas. Otro meca­ estuvieron habitando por siglos. Sin nismo fue considerar a las tierras de embargo, el Estado no recupera la los páramos como “baldías” y con administración que fue entregada a la ello se dieron procesos de usurpa­ hacienda en el siglo anterior, quedán­ ción violenta de las tierras comuna­ dose este espacio, en el caso de Coto­ les. Otro mecanismo fue el remate de paxi, bajo la administración comunal las tierras de comunidades. Todo esto étnica y así se ha mantenido hasta la

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 3 9 actualidad. Es decir el Estado ha sido libres acceden a la tierra en la incapaz históricamente de tener una segunda reforma agraria, pues esta administración directa y real de estos tiene una intención de Incorporar a territorios de altura. Por eso no es tan otros sectores sociales que no eran errado lo que dicen los blanco-mesti­ parte de la hacienda. Sin embargo, zos de Cotopaxl: el páramo es de los la Inequitativa distribución de tie­ indios, en él viven los indios. rras, dinamizó la presión de comu­ neros libres por tierra y así muchos “Hay que establecer dos cortes que conflictos se agudizaron. Estas comu­ son claves para entender la Inten­ nidades siempre fueron más abier­ sificación del mercado de tierras. tas a la modernización y de hecho se Lo primero, la diferenciación de lo incorporaron al desarrollo capitalista que fueron haciendas de Iglesia y de manera más eficiente. En este sen­ haciendas del sector público (asis­ tido, Thurner (2000) plantea que las tencia social y universidades, cole­ haciendas facilitaban la reproducción gios). Estas haciendas eran arrenda­ das a familias terratenientes y pese de las prácticas culturales que pare­ a que su organización se asentaba cían tradicionales, por comparación también en el trabajo de huasipun- con las comunidades campesinas gueros y arrimados, la presencia libres. Según el autor, esto permiti­ temporal de los arrendatarios posi­ ría a los grupos terratenientes, man­ bilitó un creciente control indígena tener la mano de obra campesina en campesino, con la creación de nue­ un universo cada vez más aislado del vos huasipungos quienes exigirían país. Esto explicaría por qué en las más tarde la entrega de las unidades haciendas donde se conservaba de parceladas en buena parte a través ia manera más absolutamente pre­ de ventas a organizaciones cooper- caria el trabajo y la producción, fue tativas. El segundo corte se refiere a establecer una diferencia a través donde menos asedio se dio a la tierra de las estrategias de producción. del patrón, tanto de las comunidades Así desde comienzos de este siglo libres como de hacienda. en varias haciendas ganaderas de la sierra centro-norte se establecieron “La concesión de suplidos consti­ algunas innovaciones tecnológicas, tuía un instrumento para garantizar lo que llevó a una nueva reorganiza­ a la hacienda la disponibilidad gra­ ción espacial de las unidades. Para tuita de fuerza de trabajo. Por otro ello se unificó las tierras explotadas lado, cumplir con las prestaciones por las haciendas, en tanto que los de trabajo para pagar la deuda no huasipungueros fueron trasladados servía simplemente para “liberar” al a las tierras más altas y erosionadas, campesino de la deuda contraída, es decir se convirtieron en propieta­ sino que constituía la condición para rios de tierras que no entraban en endeudarse otra vez, es decir para la lógica de producción hacendaría. pedir y recibir suplidos, junto con la Dicha estrategia se hizo presente garantía de continuar con el uso de antes que las políticas estatales de los recursos de la hacienda”. (Cicero; Reforma Agraria” ( FAO; 1995). 2003:183)

En cierta medida a estas comunida­ Se debería estudiar el futuro de las des se les “aisló” del capitalismo, comunidades (libres o no) que ase­ del Estado, de la nación, de la misma diaron grandes haciendas de propie­ manera que se lo había hecho desde dad privada, una vez que se inició el la colonia. A propósito de esto hay proceso de reforma agraria y prin­ que mencionar que las comunidades cipalmente la colonización, que se

140 Cotopaxi: espacio social y cambio político constituyó en la válvula de escape de “Se hace colonización pero no se las grandes presiones que existían. afecta la gran propiedad. Las adju­ Pues lo que sí queda claro es que las dicaciones por reforma agraria hasta haciendas latifundistas en Cotopaxi 1973 llegaron a representar sólo el de propiedad privada, lejos de dismi­ 2,8% de la superficie agrícola. El total entre curia y haciendas del Estado que nuir, siguen en vigencia dando cuenta fueron expropiadas era de 258. Este de un proceso que buscó consolidar total benefició a 30.247 propietarios. el capitalismo. Las comunidades que estuvieron en la periferia de las haciendas (libres En este sentido es necesario tam­ y o mestizas), efectuaron su propia bién entender y estudiar a profundi­ reforma agraria, al buscar sus pro­ dad, cómo se dio la relación de estas pias alternativas productivas como la comunidades libres que tenían una compra de tierras de las haciendas, diferente concepción del espacio roturación de tierras de páramo y y la identidad, basado en criterios recuperación de tierras consideradas de ceja de montaña. (FAO; 1995) más colectivos que los que tenían las comunidades de hacienda. Este encuentro entre diferentes visiones Asistimos a un proceso que en los de poder, entorno ambiental, cultura, noventa se caracterizó por constan­ etc, ¿cómo se conjugó en el tiempo tes levantamientos indígenas como y el espacio para ir consolidando lo expresión de la oposición a las polí­ que ahora conocemos como el movi­ ticas de ajuste estructural que busca­ miento indígena ecuatoriano y en ban consolidar el modelo neoliberal, particular de Cotopaxi? ¿Qué papel donde la propiedad privada tiene jugó el entorno paramero en la conso­ mayor valor que el acceso y control lidación de esta propuesta? Estas son comunal de la tierra y los recursos. En algunas preguntas para profundizar Cotopaxi este proceso se caracterizó en el futuro. por un acentuado proceso de parce­ lación de tierras. En algunos casos eso ha significado la concentración e. Levantamientos indios y de tierras en pequeños y medianos ajustes estructurales. propietarios a través de la compra de tierras, así como la culminación de A mediados de los ochenta, las orga­ procesos comunales de administra­ nizaciones indígenas y campesinas, a ción del espacio. En este sentido es través de la coordinadora nacional de necesario estudiar más de cerca los tierras (que fue configurando lo que efectos de la crisis, los efectos del en 1986, se conocería como CONAIE), modelo y sus repercusiones en las protagoniza una serie de tomas y zonas de altura. Es en esta época que movilizaciones por la tierra. Cotopaxi la gente del páramo tiene un protago­ no fue la excepción y hubo conflic­ nismo nacional, pero el ecosistema al tos en varios cantones y parroquias que representan continúa un proceso de la provincia, como Toacaso, con de creciente deterioro. Este proceso la actual Unión de Organizaciones que da cuenta la cita anterior se con­ Campesinas del Norte de Cotopaxi cretó en la ley de desarrollo agrario de (UNOCANC), o en Salcedo, con la orga­ 1994 que surge de la Cámara de Agri­ nización ligada a la casa campesina. cultura de la primera zona e IDEA. Con Estas luchas tenían la particularidad esta ley se crea el INDA, se le asigna de buscar la afectación de predios de la responsabilidad de la adjudicación grandes haciendas privadas... de tierras, la solución de conflictos

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 141 con respecto a la tenencia y autoriza agraria significó la posibilidad de al Estado a vender tierras públicas. terminar con el estatuto comunal de Se establece que las concesiones de administración de los páramos, con­ uso de agua estarían necesariamente virtiéndolo en privado, lo que en sí ligadas a la propiedad de la tierra. explicaría el porqué de su vertiginoso “En esta ley se limitaron los causa­ deterioro. Es decir, no es solamente la les para expropiación de tierras a: numerosa presencia de población en mantenimiento de tierras ociosas por los páramos, sino la posibilidad de más de 3 años, utilización de formas privatizar el acceso y manejo lo que precarias de explotación; presión los deteriora. (El Estado no ejerce con­ demográfica en áreas adyacentes y trol ni es deliberante, ni legítimo, sino uso de prácticas que deterioren el sólo en las áreas protegidas). Con el ambiente. Con todo esto se logró que debilitamiento de la comuna, se cul­ los niveles de apropiación se bajen tiva y deteriora sin control. Recorde­ significativamente y que la expro­ mos que en esta zona ya había popa­ piación deba ser pagada en efectivo. Este nuevo cuerpo legal establece miento anterior y que incluso en las que haya desalojo a quienes partici­ últimas décadas la población de la pen en invasiones de tierras. Esta ley provincia (especialmente la rural) no promueve la parcelación de predios, ha crecido como el resto del país. la venta de tierras y la disolución de Sobre esto sería interesante conocer comunas y cooperativas de produc­ cuál es la situación de los páramos ción que han demostrado ser “inefi­ comunales en la actualidad después cientes”. El espíritu de la ley es el de de una década de vigencia de la garantizar la propiedad privada de la ley agraria. El gráfico 2 muestra las tierra. Pero la ley por sí sola no cons­ poblaciones de la provincia que se tituye una reforma integral como la encuentran sobre los 3.000 msnm. Y que se necesita para el uso y manejo eficiente de la riqueza ambiental”. se hace una relación de los páramos (FAO. 2002) que al año 2000 todavía se encontra­ ban como vegetación natural. Este Lo que demuestra la cita es que gráfico permite ver la relación de los el crecimiento poblacional de las principales asentamientos y la impor­ zonas de altura no es lo único que tancia de esta zona en relación con el explica el deterioro ambiental. La ley ecosistema.

142 Cotopaxi: espacio social y cambio político Gráfico 2 DISTRIBUCIÓN DE CENTROS POBLADOS EN LOS PÁRAMOS DE LA PROVINCIA DE COTOPAXI A

Límites cantonales Tipos de páramo Páramo de Pajonal Páramo Herbáceo de Almohadillas Páramo Pantanoso ■ ■ Páramo Seco Superpáramo Superpáramo Azonal

Elaborado por Proyecto Páramo/Ecociencia 2002 Tomado de lEE/Ecociencia 2002

p rotegida s F T Ift-tl R. El Boliche r r r \ p. u. eoiopaxi ! p. 11. L iifljinius I R. E- Ce» lIlBlte»

Gráfico 3

UNOCAL

UNOCANC TANICUCHI

JATARISHUN

UOPtC-POALO U N O C Il Latacunça UNQCAT UClChA La M ana >a ì\ à m u c u y CO JA CAP

UCICA UOPICJJ

COICC

UCICA

TUNSURAHIM

OSGS FILIALES AL MICC, PÁRAMOS Y ÁREAS PROTEGIDAS

Fuente: Sistema de Monitoreo Socio Ambiental de Cotopaxi Elaborado por: SIG-Ecociencia 2004-PM T.

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 4 3 EL PÁRAMO UN ESPACIO SOCIO-AMBIENTAL DE VIDA

En esta parte del documento intenta­ tienen relación ni se limitan por divi­ mos una radiografía del Movimiento siones administrativas, y su caracte­ Indígena y Campesino de Cotopaxi rística es la complementariedad, no (MICC) y para ello nos basamos en sólo territorial, sino también por el información de campo, observacio­ intercambio de productos de diferen­ nes, recorridos y diálogos mantenidos tes ecosistemas. con diversos dirigentes durante ios últimos años. Reconociendo su histo­ El gráfico 3 muestra cómo se encuen­ ria, es la de un movimiento con alto tran distribuidas las OSGs filiales del nivel de cohesión y desarrollo orga­ MlCCque tienen páramos, que son 17, nizativo, podemos decir que todavía y cuyo carácter es territorial. Por lo es una organización en proceso de general una OSGs es una parroquia. construcción y consolidación (social, Esta coincidencia no es fortuita, sino económica, política, territorial). Si se que tiene que ver con una perspec­ mira con detenimiento las provincias tiva del M ICC de ocupar espacios loca­ con mayor población indígena, se evi­ les primero y desde ahí proyectarse dencia una forma de ocupación del a construir gobiernos alternativos espacio basada en territorios étnicos, provinciales y nacionales, después. donde existe una forma de organiza­ Por ello es que las OSGs coinciden ción y decisión del espacio propia, con las parroquias. En estos casos, con poca dependencia del Estado la administración es compartida con central en temas administrativos. obvias tensiones y diferencias entre autoridades electas por la demo­ En Cotopaxi, las Organizaciones de cracia partidista y los dirigentes. En Segundo Grado (OSGs) filiales del Cotopaxi hay 43 parroquias urbanas micc ocupan el espacio sobre los y rurales y el MICC tiene 27 OSGs. 3.000 msnm a los dos lados de la cor­ Cada dos años se reúne el Congreso dillera occidental y se distribuyen de del Movimiento y se eligen autorida­ manera que cubren una extensa zona des y se aceptan nuevas organiza­ de la provincia, que en los actua­ ciones, como ocurrió en el Congreso les momentos es estratégica, por­ realizado en la ciudad de La Maná en que allí nace el agua para las zonas mayo del 2003, donde se aceptaron bajas. Nos referimos al ecosistema tres organizaciones nuevas, corres­ páramo. Lo que conocemos es sufi­ pondientes a parroquias periurbanas. ciente para afirmar que estamos ante Desde el año 2000, el criterio terri­ lo que podríamos llamar “corredores torial prima sobre el criterio gremial étnicos”. Se trata de espacios socia­ al momento de aceptar a una OSG. les donde la administración, gestión, Dentro del MICC se encuentra la Aso­ ocupación y visión del espacio corres­ ciación de Profesores Bilingües de ponden a una forma cultural diferente Cotopaxi, el único caso de este tipo. a la que se encuentra en otros espa­ Es decir que para ser miembro del cios geográficos. Estos corredores no MICC se requiere de alguna manera

* 4 4 Cotopaxi: espacio social y cambio político controlar un territorio específico, no Organización. Pero es evidente en el importa si en él existen diferencias imaginario colectivo de los dirigentes religiosas o de tendencia. Si se lo consultados y en la historia del movi­ controla, se puede ser parte.Es por miento (MICC, 2003). Dávalos (2004) ello que sectores de comerciantes, y Vallejo (2003), hacen referencia a mercaderes, federaciones de barrios una forma de pensar y construir pre­ y otros no son parte de esta organi­ sente en el mundo indígena, que se lo zación indígena. Cuando hacemos vive y se lo expresa semánticamente referencia a que el movimiento se y que sólo se lo ve en el transcurso encuentra aún en proceso de conso­ del tiempo, se convierte en material lidación, nos referimos a este hecho algo inmaterial. Podríamos decir que de la ocupación de territorios que son estrategias de control, a través de tienen como expresión concreta la la resistencia, que se van mostrando conformación de una OSG. de a poco con la ocupación efectiva de un lugar y esto les da un carácter Desde que el movimiento indígena a legítimo y permanente en el tiempo y nivel nacional, en el año 1996 ingresa el espacio. a la política electoral, en Cotopaxi se incrementa el número de OSGs, de las “El territorio se muestra como un 15 existentes hasta entonces, ahora complejo espacial que articula múl­ tenemos 27. El MICC en los espacios tiples relaciones sociales de distinto donde se encuentra ha desarrollado nivel activadas por intereses particu­ lares, de gobiernos locales que admi­ una estrategia de administración y nistran los recursos para la provisión manejo del territorio, con criterios de servicios, y diversidad de entida­ étnicos, lo que llamaremos “coopta­ des privadas que tienen fines eco­ ción”. Cuando hablamos de “coopta­ nómicos... en definitiva el territorio ción de territorios” en Cotopaxi, hace­ rural es un escenario multi actores mos referencia a una forma de admi­ cruzado por intereses particulares y nistración real y concreta del espacio colectivos” (Torres; 2004,3). desde, por y para los indios, que se encuentra desde los 3.000 msnm a los dos lados de la cordillera. La El actual movimiento es parte de un cooptación parte del criterio de que: engranaje que se construye histórica­ “quien mejor sabe lo que se necesita mente y que busca la cooptación de para nuestro desarrollo somos noso­ territorios para llegar a una adminis­ tros mismos, por eso buscamos que tración y control autónomo del espa­ el espacio donde estamos sea lo más cio, sin que esto signifique descono­ vivible. Nosotros lo hacemos posible”. cer el Estado Nación, ni la Democracia La cooptación tiene una raíz histórica como forma de administración social que se pierde en el origen de los tiem­ y política. Para que esta estrategia de pos, que pareció perdida en la colonia cooptación sea efectivamente posi­ y la República, hasta que se empieza a ble se requieren algunas cosas, entre cuajar a partir de la segunda reforma estas crear las condiciones sociales, agraria que permite el acceso a la tie­ políticas, organizativas y de poder rra de las comunidades libres. Esta a fin de llegar a niveles de control y estrategia de cooptación no es explí­ decisión sobre el espacio de forma cita, no se encuentra planteada como autónoma. El MICC persiste en la idea una de las líneas de trabajo del Con­ de controlar todos los espacios loca­ sejo de Gobierno o como parte de las les donde hay una OSG y no parará decisiones de algún congreso de la hasta conseguirlo.

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación *45 La administración del páramo en Coto- de zonas altas, medias y bajas (bos­ paxi está en las comunidades indíge­ ques) limita el deterioro del páramo, nas. Son ellas quienes deciden lo que pues al tener acceso a otros pisos se hace en esas tierras y se basan en ecológicos y recursos, disminuye la sus necesidades de sobrevivencia. El presión sobre él. cabildo de cada comunidad resuelve sobre el uso de las tierras comunales, la parcelación, la designación de los Páramos: Mitos, espacios para el pastoreo y el reparto Biodiversidad e Historia del agua. Regulan también las quese­ ras y otras actividades de producción que, como parte de su propia ges­ Partimos del planteamiento que los tión y a través de ONGs, han llegado páramos y las zonas de altura de a tener. Es importante anotar que el Cotopaxi, son un espacio socialmente Estado no tiene ingerencia en estos construido y que, como tal, responde espacios. En las actuales circunstan­ a un tipo de control/cooptación his­ cias, los actores sociales (organiza­ tórico de territorios a fin de consoli­ ciones) han rebasado a las autori­ dar un poder. Pero la cooptación del dades estatales responsables de los territorio, no es sólo el control social- temas ambientales en la provincia, político efectivo del espacio -como en lo que hace referencia a las deci­ el que tienen las organizaciones filia­ siones sobre el manejo y aprovecha­ les del MICC en la zona occidental de miento del espacio. En concreto las Cotopaxi- sino que se conforma com­ organizaciones indígenas y campesi­ plementariamente, con una forma nas, especialmente de la zona occi­ particular de ver el mundo. Hacemos dental, tienen un control de la zona, referencia a la cosmovisión andina y que se expresa en niveles autónomos sus diferentes formas de expresión de decisión efectiva y real, donde en Cotopaxi. Es cierto que este es un muchas de las autoridades locales no tema que generará muchas polémicas toman parte. Por tanto pensando en y que además levanta polvareda. Pero el MICC y sus áreas de influencia, los también es cierto que a partir de las tomadores de decisión no son sólo evidencias encontradas y de las fuen­ los que la ley considera como tales, tes revisadas, podemos afirmar que sino que hay otras dinámicas de con­ en la zona occidental de Cotopaxi, se trol del territorio (Alfaro; 2004,32). conserva una particular concepción del mundo que se refleja en diferen­ Sobre este tema hay que señalar que tes formas de entender, interpretar y la reforma agraria terminó con la posi­ acercarse al entorno natural. bilidad de acceder a distintos pisos ecológicos que era parte de la diná­ Los cuentos, historias o mitos más mica andina de control del territorio. comunes en el mundo andino de Ahora existe un control efectivo, inten­ Cotopaxi, como los del lobo, la lagar­ sivo y que resulta contraproducente tija, el zorro y el cóndor y la joven para el ecosistema, de un piso ecoló­ (el cóndor enamorado, muy popu­ gico, el páramo y las zonas de altura, lar en Tigua), son los mismos que donde se maximiza el uso del suelo, se encuentran en otras regiones del hasta deteriorarlo. En definitiva lo continente. Estos fueron ya recogidos que podemos afirmar partiendo de la y descritos en los Andes peruanos y experiencia de Angamarca, es que la bolivianos por diversos cronistas en administración y control de las tierras los siglos xvii y xvill, que señalaban

Cotopaxi: espacio social y cambio político que estas creencias eran muy comu­ “a partir del sueño el ser humano nes entre los indios de esta parte puede obtener mayor sabiduría del mundo (Arnold y Yapila; 1992). sobre su mundo social; en el mundo Lo interesante es que se menciona a andino se consideran como buenos, que avisan, que ayudan a saber lo los mismos personajes míticos y a los que nos va a pasar en lo posterior” mismos animales con modificaciones (Vokral; 1993, 206). en la trama, en lugares muy alejados unos de otros. Una lectura rápida de Como ejemplo se analiza en Rio- esto nos lleva a pensar: bamba, provincia de Chimborazo un sueño -común- entre tres mujeres, primero: que hay un pensamiento que relacionan los mismos animales o imaginario común en los países mencionados que se ha mantenido antes mencionados con una serie hasta ahora, Cotopaxi no está fuera de hechos en sus vidas. Al final los de esto. animales son avisos o prevenciones para cada una. Este puede ser un segundo la importancia y el peso de buen ejemplo de la presencia de una la oralidad en este tipo de construc­ estructura mental en las sociedades ciones sociales, que tiene una fuerza andinas del Ecuador y también un suficiente como para perpetuar y indicador de que hay saberes y expe­ sostener espacios de vida concretos; riencias sobre la naturaleza, que nos pueden dar pistas sobre los caminos tercero: el valor que debe tener la palabra en las intervenciones en este a seguir para los diferentes tipos de tipo de sociedades. Aunque esto se intervención, especialmente en lo reconoce, no ha sido totalmente valo­ que a conservación se refiere. Tam­ rado y asumido en las estrategias de bién pone en evidencia que hay una intervención; estructura social que se mantiene, en silencio, resistiendo y consoli­ cuarto que la sola presencia de este dándose, pero que se complementa tipo de expresiones culturales (mitos, con un control efectivo del espacio cuentos, visiones, sueños, iconogra­ con perspectiva de controlar poderes fía) son una evidencia de una estruc­ locales y regionales. tura social compleja que alberga este pensamiento, lo refuncionaliza, le da sentido y le otorga futuro. ¿Qué hay más allá de los mitos y las formas de entender la relación social quinto: La forma de ver y entender el entre la biodiversidad y las socieda­ espacio está condicionada por esta par­ des que las rodean? Lo que hay, es ticular forma de concebir el espacio. una forma de ver el mundo desde las sociedades que habitan un eco­ En definitiva en Cotopaxi, los cuen­ sistema, un mundo con sistemas tos mitos u otras formas de transmi­ clasificatorios y con construcciones sión oral, son también una forma de sociales y espaciales muy complejas. encontrarse con las experiencias y En Cotopaxi queda aún por analizar concepciones del mundo que se han en detalle este mundo, que de alguna transmitido a través del tiempo y que manera en este documento queda permiten, como dice el autor, mante- esbozado con elementos básicos. nery perpetuar un orden andino de las Lo ideal habría sido llegara definir una cosas. Pero no es solo laoralidad lo que clasificación de los animales y plantas permite poner en evidencia este tipo desde la lógica cultural de las alturas de estructuras mentales, sino también de Cotopaxi, lo que los biólogos cono­ los sueños, cen como taxonomía. Esto implicaría

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 4 7 un necesario esfuerzo por “recons­ tienen los animales domésticos truir” ese sistema complejo” desde la (vacas, borregos, caballos) en la colo­ estructura mental de la sociedad indí­ nización de áreas de páramo en Coto- gena actual de Cotopaxi, finalmente paxi. Estos son usados como pione­ podríamos llegar a tener algo como lo ros. Después de varios años de uso hecho en Bolivia... de un área como zona de pastoreo comunal, se incorpora como área de “El sistema taxonómico revela una cultivo y o vivienda. Aquí el tiempo es distinción primaria entre las amplias importante pues los animales mien­ categorías genéricas de las formas tras pastan, también devuelven mate­ de vida: de las aves y las bestias. Se ria orgánica al suelo, es decir la están distingue luego entre el sub género abonando para cuando se convierta de aves grandes y pequeñas, antes de clasificarlas sobre su lugar de ori­ en área de cultivo. El pastoreo sirve gen, como aves acuáticas y de climas para identificar las mejores zonas cálidos, lo mismo para las bestias”. de asentamiento, así por ejemplo, el (Arnold y Yapila; 1992,179). pastor mira la dirección del viento, las zonas más frías y aquellas donde Este tema queda como un desafío llega el sol con mayor intensidad, para el futuro. cercanía de agua, etc. Estos factores son determinantes para construir Mu rato rio (2000; 57) hace un acerca­ viviendas. Esta información climática, miento interesante a otra evidencia también es útil para decidir qué tipo que da cuenta de formas de entender de cultivos se debe hacer. Esto signi­ el pasado que se expresan en el Coto­ fica también que un área colonizada paxi de hoy. Las pinturas de Tigua, por los animales, no necesariamente serían, según la autora, etnografías e deba incorporarse como área de cul­ historias visuales que los grupos sub­ tivo o vivienda, “se quedan como alternos usan para reafirmar su identi­ áreas comunales” Oosé Toapanta, dad. Es decir, el lenguaje visual tendría 2004). igual valor que el discurso oral y escrito y la misma profundidad semántica. Según la ley de comunas, las áreas Haciendo una lectura más detenida de que son manejadas con criterios las imágenes de Tigua, esto implicaría comunitarios, no pueden ser de pro­ que existe una historia que se cuenta piedad privada, por tanto que haya un a través de la iconografía y que sirve proceso de parcelación en el páramo para conservar la identidad y perpe­ no necesariamente significa que el tuarla. En casos como los de Cotopaxi, páramo pase a propiedad individual, la revisión de las distintas formas, por sino que la comuna ha respondido las que se puede conocer una visión a la necesidad de tierra de las fami­ particular sobre el entorno (mitos, lias, concediendo porciones cuyo sueños, iconografía y otros más) son uso y acceso es comunal. Es decir, el mecanismo idóneo para cooptar el responde a una presión por el creci­ espacio y controlarlo, pues a través de miento demográfico, pero no signi­ estas formas de ver el mundo se per­ fica que estas tierras dejan de estar petúa la identidad y la cultura. en administración comunal, hasta que la comuna decida lo contrario. En Animales domésticos, propiedad y el espacio concedido por la comuna a ocupación del espacio de páramo una familia, el manejo es privado. La comuna no decide, pero la propiedad Es importante señalar el papel que del espacio es comunal. El cabildo

148 Cotopaxi: espacio social y cambio político de la comunidad decide sobre si se maneje y conserve este ecosistema entrega o no a una familia un espacio con unidad entre lo social y lo bioló­ de tierra. Por lo general, lo que se ha gico y que la comuna haya desarro­ visto en Cotopaxi es que el espacio llado un cuerpo conceptual que posi­ es escogido por una familia y la deci­ bilite dar respuestas a los problemas sión de entrega o no es del cabildo. que van surgiendo en lo cotidiano. Esta petición se presenta después de Dentro del páramo pudimos constatar que la porción que tenía una familia que el título de propiedad es sólo un ya no es suficiente para desarrollar instrumento que legitima el acceso la vida. Entonces la forma de acceder comunal a la tierra frente al Estado, al páramo es a través de la petición para lo cual las comunas lo usan sólo al cabildo, el cabildo dependiendo para defenderse de pretensiones de de la disponibilidad, hace la entrega. otras comunas o extraños y a la vez En comunidades de Pujilí se entrega posibilitar que ONGs vayan a trabajar 1-2 hectáreas en promedio, en Sal­ en estos espacios. Por lo demás, este cedo 3-4 hectáreas. En la tierra, ésta instrumento queda, contrariamente se va fraccionando por la herencia a lo que la visión capitalista pudiera que entregan las familias a sus hijos suponer, en mero documento. Ahí o nietos. Cuando esta ya no es sufi­ entra la propiedad en el ámbito de la ciente, se acude a demandar más tie­ cultura. rra comunal del cabildo. Este tiempo entre la petición de tierra y una nueva La distribución y entrega del páramo petición, en Cotopaxi está en prome­ se basa en reglamentos comuna­ dio de 10 a 15 años. les y no en reglamentos específi­ cos de páramo. De lo revisado, hay Otro tema de discusión en Cotopaxi muy pocos casos donde esto se da tiene que ver con la manera como las en términos de ecosistema, pues la comunas de páramo entienden la pro­ comuna mira todo el espacio dentro piedad. La propiedad se asienta en la de una forma de entender el mundo. cultura, es decir, es percibida como En la mayoría de casos el fracciona­ todo lo que involucra un ecosistema miento del páramo es resultado de determinado socialmente (físico, bio­ una decisión de toda la comuna. lógico, social, político, económico). La En la comunidad de Tigua Timba- propiedad es vista como todo sobre lo cucho, los comuneros decidieron que ellos y ellas colectivamente pue­ parcelar una porción del páramo, den y tienen control efectivo, que no donde la repartición era igual para tiene que ver solamente con el espacio todos, ponía en riesgo el ecosistema físico y aquello que se encuentra en él, y especialmente las fuentes de agua. sino incluso lo que está relacionado, Esto significó un debate en el cual se con el bienestar comunal/social/fami- planteaba la futura escasez de tierra liar. Esto lleva por ejemplo a que se y agua. Para entender este caso apro­ tomen decisiones como el que ningún piadamente, es importante conocer comunero pueda vender la tierra o cómo se empieza el cultivo y cómo que ninguna persona busque solucio­ se distribuye la tierra para la familia, nar los problemas en otro espacio que en la parcela designada. A lo largo de no sea la comuna. Esto se logra sólo la cordillera se puede observar que cuando la comuna tiene una estruc­ las porciones de tierra a las que se tura social fuerte que permite que se accede tienen una forma rectangular desarrolle y mantenga con unidad de (vertical y no horizontal). Esto tiene cuerpo. También depende de que se una razón de ser, pues lo que se busca

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 149 es que con el alargamiento del terreno los animales; se da también para que se pueda acceder a varios puntos geo­ animales identificados como peligro­ gráficos, al camino y al río, a la cumbre sos o considerados “negativos” des­ de la montaña y al bosque, etc. Con aparezcan y así reducir los peligros. ello pueden controlar varios micro cli­ mas o al menos disminuir los impac­ Este aspecto negativo del páramo tos de una helada. El terreno alargado responde a una visión muy ligada también posibilita acceder a varios a una construcción espacio/cultu- niveles de humedad en un mismo ral de género. Todo en la naturaleza espacio. Los animales de pastura por está genéricamente diferenciado. lo general se ubican en la parte alta En algunos sectores de Cotopaxi, del terreno, pero con frecuentes cam­ especialmente aquellos ligados a bios para aprovechar el abono. Se históricos procesos de hacienda de debe mencionar que en el terreno hay ganado bravo (Pujilí -UOIPICJJ-, Sal­ varios tipos de cultivo, acrecentando cedo -FECOS-, Angamarca), se con­ así la agrobiodiversidad. sidera que las tareas de las mujeres están más especializadas a las zonas Todas las áreas de páramo de Coto­ medias o bajas. En estas zonas los paxi se destinan para la producción mitos respecto a los peligros que agropecuaria, no hay espacios que corren las mujeres al acercarse a este sean solamente agrícolas, siempre ecosistema son mayores. Esto hace están en combinación con la ganade­ que las tareas de las mujeres estén ría. Lo que sí diferencia a unas áreas menos relacionadas con este ecosis­ de otras es el tipo de ganadería que se tema que en otras zonas de la pro­ practica: borregos, ganado de leche, vincia. Es decir, culturalmente se le o ganado bravo. Mientras haya gana­ confiere un carácter masculino a este dería existirá una forma de manejo ecosistema. Pero ¿qué tareas realizan muy cuestionada y muy perjudicial unos y otras? para el ecosistema. La quema es el mecanismo de las comunidades de Independientemente de en qué área altura para tener pasto fresco y tierno de Cotopaxi nos encontremos, se ha para los animales. Por tanto, ganado podido observar el importante papel y fuego son dos elementos que carac­ de las mujeres en la conservación y terizan a la colonización cultural de esparcimiento de semillas, especial­ zonas de altura. El problema de la mente de plantas medicinales muy quema es que no es selectiva, que no útiles cuando se tiene familia que hay manera de controlarla, a menos cuidar. Mientras se dedican al pasto­ que se produzcan lluvias. Las quemas reo, esparcen la semilla. Pero no es son periódicas, alrededor de una vez solamente el papel en la etnomedi- cada dos o tres años, cuando se inicia cina, sino también en la conservación el intiraymi. El fuego destruye todo y de especies que incluso han desapa­ después de un tiempo es poco proba­ recido en la naturaleza por quemas, ble que la biodiversidad del páramo erosión, por actividad del ganado. En se restituya. Por eso mismo no hay Angamarca, por ejemplo, la asociación una forma cultural de manejo del de parteras y curanderas reproducen fuego, pero sí una forma de enten­ las plantas “para tener con qué curar”. derlo, incluso una funcionalidad del El cómo hacerlo es transmitido familiar­ mismo dentro de las percepciones de mente. Ellas han logrado mantenerlas los habitantes del páramo. La quema en pequeños huertos que son ahora no es solo para que haya pasto para pequeños bancos en donde se pueden

150 Cotopaxi: espacio social y cambio político recuperar semillas. En ciertos lugares fuentes, quebradas que tienen la par­ donde las mujeres están encargadas ticularidad de ser machos o hembras. del ganado menor, también se ha visto También hay lugares sagrados. que se cuidan las plantas que sirven de remedio para los mismos animales. El Entre las características que hacen a cuidado y pastoreo del ganado bravo un lugar ser sagrado se encuentra su es una tarea de hombres y niños, así ubicaciónen un lugargeográficamente como la roturación del suelo para el central en relación a las comunidades. cultivo. En algunos casos, los hom­ Además, debe ser de alguna manera bres mayores se encargan del cuidado agreste: lluvia frecuente, viento de las ovejas y llamas. La mayoría de fuerte, mucho frío, etc. Otra caracte­ tareas de recolección en el páramo es rística es que haya reportes de haber realizada por niños y niñas así como detectado “cosas extrañas” como la por mujeres. Tanto hombres como pérdida de animales, la transmisión mujeres conocen los aspectos clave de enfermedades relacionadas al del clima en las alturas, el frío (del susto, mal viento o incluso abusos de cual pueden diferenciar varios tipos, mujeres y en menor medida de hom­ de lluvia, de helada, o seco), lo mismo bres. Las lagunas y lugares sagrados ocurre con la neblina, las nubes o los son vistas como lugares masculinos colores en el cielo. Estos conocimien­ donde sólo acceden los vaqueros y tos resultan esenciales al momento de los shamanes. En Cotopaxi muchos las siembras, las cosechas o labores mitos hacen referencia a los peli­ de labranza, cuidado de animales u gros que existen en ciertas lagunas otros. donde aparecen seres en forma de toro (PujilO o como duendes (Saqui- El mito como forma de silí) que se roban a las mujeres o las conservación y control del páramo. embarazan. El páramo y otros lugares agrestes, se consideran masculinos. Las montañas también son vistas “Los cuentos no solamente son rela­ de la misma manera y en algunas al tos durante o con referencia a distin­ parecer el cóndor se lleva a las muje­ tos contextos sociales y rituales. Los res (Tigua), en otras la tierra se traga actores están conscientes que cada cuento o canción que ellos relatan a la gente y a animales domésticos o cantan son parte de secuencias y que pasan o pastan en su entorno ciclos más largos; rapsodias de ver­ (Angamarca). Entonces, en ciertos sos hilvanados entre sí”. Amold y lugares con valores o reconocimiento Yapila; 1992,178. de género, se privilegia el acceso de hombres o mujeres al ecosistema. El mundo andino diferencia porgénero a los productos de la naturaleza y en ¿Cuál es la importancia de esto en especial a los accidentes geográficos para los páramos y su conservación? como las montañas. En el Ecuador, la El mito condicionad acceso a un eco­ Mama (madre) Tungurahua o el Taita sistema o porción de él, por ejemplo (padre) Imbabura. De igual manera, en Cotopaxi en los lugares sagrados se diferencia por género a la noche, el no hay quemas, el pastoreo es restrin­ día, a los factores del clima como calor, gido y en definitiva es un lugar que se frío, neblina, etc. En los espacios loca­ conserva en mejores condiciones que les se da la misma diferenciación a otros. Es también un lugar donde se los puntos relevantes de una región o puede encontrar especies de plantas micro región, hay montañas, lagunas, y animales que en otros lugares ya no

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 151 hay. En la provincia de Cotopaxi, los importantes pues son ellos los que principales mitos y leyendas están atraen la lluvia, anuncian su llegada y relacionados con animales y mon­ a través del croar, se anuncia la época tañas, entre los cuales destacan los de siembras o preparación del suelo. Llanganates, llinizas y el Cotopaxi. De estos anfibios destaca el extinto Una serie de pequeños cerros son “jambato” que para los shamanes era importantes para cada comunidad: el importante, pues cuando escaseaban Calquín, Yana Urco, el Padre Rumi en las lluvias se recurría a él para, con Saquisilí, pero también lagunas como leves golpecitos de dedo en el lomo, Quilotoa en Sigchos. obligar a que emita sonidos y así venga la lluvia. Para los ancianos que En Cotopaxi algunos reptiles y anfi­ habitan el páramo, la desaparición de bios del páramo son asociados con este animal es la causa del cambio seres malignos que se encuentran del régimen de lluvias y de otras con­ en la mitología andina. Destacan dos secuencias climáticas. tipos de lagartijas con las mismas características “maléficas” para la Respecto a los mamíferos, se conoce gente del páramo. Se dice que a algu­ que en Pujilí los lobos tienen la capa­ nas lagartijas les salen alas y pueden cidad de engañar a los humanos para saltar varios metros sobre el suelo. robarles los animales que cuidan, Otros dicen haber visto a lagartijas especialmente las ovejas. Se dice que con dos cabezas, con dos colas u los excrementos de estos animales otras deformaciones. Se tiene miedo enfermos son peligrosos para los cul­ a las lagartijas por cuanto estos ani­ tivos. Muchas historias tienen como males, cuando encuentran mujeres personajes principales al conejo, que con falda, se suben por las piernas es “vivísimo”, y a su tío, el lobo, que y algunas pueden llegar muy arriba. dejan distintas enseñanzas. Estos La mayoría de estos mitos o encuen­ personajes son recurrentes en Saqui­ tros fantásticos con animales defor­ silí, mientras que en la zona de Pujilí, mes, fueron relatados por hombres. las historias están relacionadas a las En cuanto a los anfibios resultan lagunas. El chucuri es visto como un

Cuadro i MITOS Y RITOS RELACIONADOS AL PÁRAMO DE ACUERDO A CADA ZONA

Mito y actividades rituales Objetivo para el que se hace Lugar: comuna, parroquia, cantón, Huacas Ofrendas para asegurar buena suerte en la Pujilí cacería. Limosnita al cerro Para tener buena casa y cosechas Apahua Cerro Santo Cristo Cerro sagrado Cumbijin/Salcedo Luna llena No se castra a los animales Pujilí Encontrar bolas de oro Inmortalidad y riqueza Pujilí Truenos Los cerros se están comunicando. Hay dos Angamarca pucarás (construcciones incas) Chine y Churo, que se encuentran uno frente al otro. Ofrendas a la Cruz del Era una cruz que orientaba a los Incas Pujilí camino Atocha Aumenta la producción Misa de rogativos Para pedir que vengan las lluvias Saquisilí y Tigua

Elaboración: Eloy Alfaro Fuente: grupos focales y entrevistas en varios momentos. 2002,2003,2004

I 52 Cotopaxi: espacio social y cambio político animal negativo pues se come los En este punto es pertinente la obser­ huevos de las aves de corral y tam­ vación de Field (2000), quien al ana­ bién el cerebro de los cuyes. Pero el lizar los aspectos políticos sociales peligro no radica en la capacidad de del manejo de la cordillera occiden­ comerse o no a otros animales, sino en tal de Tungurahua y Cotopaxi afirma que cuando entra a una vivienda para que “no existe un reconocimiento de comerse los huevos de las gallinas o que la destrucción de la capa vegetal los cuyes es señal de que alguien en podrá causar la desaparición de fuen­ la familia va a morir en los próximos tes de agua, simplemente porque en días. Para que eso no ocurra, la única la experiencia local esto no ocurre”. solución es matar al animal cuando Esto también se percibe con el suelo se encuentra en la vivienda, pero si y la avifauna, pues, en la observación eso no es posible, la última opción de campo, no se ha encontrado el cri­ es abandonar la casa prendiéndole terio de extinción en las sociedades fuego. El abandono inmediato de la ni en los vocablos nativos. Lo que si casa y el terreno, implica una serie de se nota en la semántica es algo pare­ consecuencias sociales, económicas cido a la migración para referirse a la y culturales para la familia, por lo que extinción, lo que significa que algún para evitar todo esto es mejor pren­ momento el animal o la planta que derle fuego a los lugares donde vive ahora no está regresará, que habrá este animal y así evitarse toda clase un retorno. de problemas. Ahí se encuentra otra relación social respecto al fuego y su Finalmente cabe señalar a manera función en la sociedad andina. de conclusión, que del territorio de las 14 OSGs que ocupan los páramos Respecto a las plantas, se conoce occidentales, surgen 78 ríos y 320 que algunas de ellas son usadas para vertientes de agua, la mayoría de ahuyentar a animales como el lobo, estas concesionados para uso en las felinos o el chucuri. También se dife­ zonas bajas. Los números dan cuenta rencia la utilidad de algunas por la de un potencial de control de territo­ oferta de madera o ser nido de aves rios y recursos importante, que no se que se pueden consumir. Respecto debe menospreciar a la hora de las

Cuadro 2 a los bosques no hay claridad y esto decisiones y más aún si se encuen­ quizá se deba a que la cultura andina tra en un proceso de consolidación no es una cultura forestal. territorial.

ANIMALES Y SIGNIFICADO SOCIAL EN COTOPAXI

Animal Significado Ubicación lobo Aullido de lobo, anuncio de muerte. Salcedo, Pujilí Verlo, el día va a ser malo para cazar. chucuri Alguien va a morir Pujilí, Poaló cóndor Se lleva a las mujeres jóvenes y las embarazadas, se Salcedo, Pujilí roba a los terneros y otras crías de animales. tres curiquingues Anuncio de muerte Angamarca, Tigua, Guangaje, Saquisiló jambato Buena suerte Pujilí lagartijas 0 culebras Mal augurio, embarazo no deseado Toda la provincia

Elaboración: Eloy Alfaro Fuente: grupos focales y entrevistas en varios momentos. 2002,2003,2004

Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 5 3 IEE - ECOCIENCIA: Diagnóstico Socio Ambiental de los Páramos de Cotopaxi 2002

LANDÁZURI; Cristóbal: Los Curacazgos Pastos Prehispánicos: Agricultura y 1995 Comercio, Siglo XVI. IOA

BIBLIOGRAFÍA MARTINEZ, Carmen: Los misioneros Salesianos y el Movimiento Indígena de 2004 Cotopaxi, 1970 - 2004. Ecuador Debate n° 63. 2004. Quito. CAAP ALFARO; Eloy: Quién pone el cascabel al gato: sistematización de la convención 2004 (a) ambiental “Cotopaxi en Minga” IEE/MINKA. MICC: Historia y proceso organizativo, Quito. IEE/MICC. 2003 2004 (b) La Sal, el Rucu Vaquero y la Resistencia: el Mito y la historia en la ocupación de zonas de altura de Cotopaxi. Hacer y entender la 2002 VI CONGRESO DEL MICC, Sigchos 2001, Plan de trabajo del historia desde los protagonistas. IEE/MINKA (documento borrador) MICC 2001 - 2005

ARNOLD; D y Yapita: MURATORIO. Blanca: Etnografía e Historia visual de una etnicidad emergente: El 1992 Sallqa. Dirigirse a las bestias en los andes meridionales. En: 2000 caso de las pinturas de Tigua. En: Desarrollo cultural y gestión Hacia un orden andino de las cosas. Hisbol. Bolivia en centros históricos. FLACSO-Ecuador.

CAILLAVET; Chantal: Los grupos étnicos pre hispánicos del sur del Ecuador según POMEROY; Cheryl: La Sal en las Culturas Andinas. Edit. Mundo andino las fuentes Etnohistóricas. En: Antropología del Ecuador. 1986 Memorias del primer Simposio Europeo sobre Antropología del Ecuador. S. Moreno compilador. Abya-yala. RAMÓN; Galo: Estado y localidades en el siglo XIX. En: El desarrollo local en el 2004 Ecuador, historia y métodos. Quito. COMUNIDEC. CICERO,Tiziana; Los “intermediarios buenos”: ideales teóricos, sobrevivencia y 2003 mercados. En: Ecuador Debate. N° 360. Quito: CAAP. Diciembre. SALOMÓN; Frank: Los señoríos étnicos de Quito en la época de los Incas. 1980 colección Pendoneros. IOA. DÁVALOS, Pablo: 2004 Movimiento Indígena ecuatoriano: Construcción política y SÁNCHEZ-PARGA. J: Crisis en torno al Quilotoa: Mujer, cultura y comunidad. epistémica. 2002 CAAP.

ECOCIENCIA: THURNER; Mark: Políticas campesinas y haciendas andinas en la transición al 1998 Encuentros: Relatos mágicos de la comunidad de Playa de Oro. 2000 capitalismo: Una historia etnográfica. Edi. FLACSO Esmeraldas - Ecuador. TOAPANTA J. Alfaro E. “yo vivo aquí” la experiencia del Movimiento Indígena de FAO: 2004 Cotopaxi en el manejo de Páramo y zonas altura. En: 1995 MERCADO DE TIERRAS EN EL ECUADOR: Estudio Integrado Iniciativas para el manejo de RR.NN de Cotopaxi N° 1. Quito. Regiones Litoral y Sierra. Roma Ecociencia

2002 Regularización de la tenencia de tierras: evolución, costos, TORRES, Víctor Hugo: Gobernabilidad territorial y movimientos sociales rurales en la beneficios y lecciones. El caso de Ecuador. Dino Frnacescutti.. 2004 subregión andina. RIMISP Departamento de cooperación técnica. ULLOA; Hernán: Una mirada a los últimos comicios electorales en Cotopaxi. FIELD; Leonard: Aspectos políticos - sociales del manejo de los recursos 2004 En boletín: Cotopaxi en Minga N°8. HCPC-IEE- EcoCiencia. 2000 naturales en la cordillera occidental de las provincias de Cotopaxi y Tungurahua. En: Estudios Rurales. Antología de UNORIG: Plan de Desarrollo Local: Unión de Organizaciones Indígenas Ciencias Sociales. FLACSO - Ecuador 1999 Rumiñahui - UNORIG.

FORSTER; Nancy: La adquisición de tierras por dos generaciones de comuneros en VALLEJO; María Ver artículo en esta publicación. 2000 la comunidad minifundista Santa Lucía Arriba, Tungurahua. En: 2003 Antología de estudios rurales: FLACSO, Ecuador VOKRAL; Edita: Entre el vampiro y la lagartija: Temores nocturnos femeninos GUERRERO Andrés, El proceso de identificación: sentido común ciudadano, 1997 contemporáneos y el orden andino. En: Ideología, cosmovisión 2000, ventriloquia y transescritura. En: Etnología, Ciencias de Sociales y etnicidad a través del pensamiento indígena en las américas. Antología. FLACSO - ECUADOR. Andrés Guerrero compilador. Biblioteca Abya-Yala, N° 44

IBARRA, Hernán: La comunidad campesino indígena como sujeto socio territorial WORRLE; Bernhard: De la cocina a la brujería. La sal entre indígenas y mestizos en 2004 Ecuador Debate N° 63. Quito. CAAP 1999 América latina. Edit. Abya Yala.

1 5 4 Cotopaxi: espacio social y cambio político Los páramos occidentales de Cotopaxi: dinámicas sociales, historia agraria y conservación 1 5 5 UNIDAD 5

LOS DESAFIOS DEL PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN EN COTOPAXI

Ana María Larrea Maldonado*

r Documento elaborado originalmente para el Curso de Especialización Superior en Desarrollo y Gestión Local de la Universidad Andina Simón Bolívar Febrero 2004 INTRODUCCIÓN

En los últimos años en el Ecuador, Es así, como en los últimos años en como en otros países latinoamerica­ el Ecuador encontramos un conjunto nos, el tema de la construcción de un de experiencias innovadoras de par­ nuevo tipo de democracia en el marco ticipación ciudadana tendientes a de procesos de desarrollo local ha la democratización de los gobiernos tomado especial relevancia. locales, a la generación de cambios en las estructuras de poder local (tra­ Frente a las políticas de ajuste estruc­ dicionalmente discriminatorias en tural que han traído como conse­ relación a aspectos de clase, género y cuencia la reducción del tamaño del etnicidad) y a la participación e invo- Estado, la privatización de los servi­ lucramiento de sectores diversos en cios públicos y el consiguiente desen­ la gestión del desarrollo local. tendimiento del Estado para generar e implementar políticas públicas, una El presente trabajo tiene como obje­ diversidad de actorías sociales han tivo analizar una de estas experien­ experimentado un proceso creciente cias: el proceso participativo impul­ de dinamización en su camino por sado en la provincia de Cotopaxi bajo constituirse en sujetos sociales con el liderazgo de un dirigente indígena. voz propia. “Se trata de examinar la forma en que la participación democrática de En este marco, el rol jugado por el actores sociales colectivos y de ciu­ movimiento indígena en el Ecuador dadanos individuales, contribuye a ha sido fundamental. Su irrupción cambiar las relaciones de poder que en el escenario político nacional con imperan en las localidades del país y la propuesta de construcción de un de esa manera a imprimir un conte­ Estado plurinacional y multiétnico, nido nuevo al proceso de desarrollo ha aportado significativamente económico y social local” (Bonilla y en los planteamientos para la cons­ otros, 2004: 3-4). trucción de un nuevo tipo de demo­ cracia y de Estado, que recoge una En las elecciones del año 2.000, el serie de prácticas ancestrales muy Movimiento Indígena y Campesino de presentes en la vida de los pueblos Cotopaxi, accede a la prefectura de indígenas. la provincia planteando la necesidad de construir un nuevo gobierno pro­ Para las organizaciones indígenas vincial basado en la democratización, los escenarios locales constituyen la generación de propuestas de desa­ un espacio privilegiado para avan­ rrollo local y la construcción de una zar hacia la democratización de la nueva institucionalidad pública. Esta sociedad y para la construcción de propuesta tiene como antecedente propuestas de desarrollo local sus­ principal la participación del movi­ tentare basadas en la participación miento indígena en los gobiernos directa de las organizaciones sociales municipales en varios cantones del (Cfr. CONAIE-RIAD-IULA, 1996). país y de la provincia, desde 1996.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Han transcurrido tres años en el pro­ Campesino de Cotopaxi para la ges­ ceso de gestión local alternativa en tión local, pues estos planteamientos la provincia de Cotopaxi, tiempo que son la base para realizar el balance permite realizar un primer balance. que propongo. Para realizarlo se tomará como refe­ rencia los cuatro principales desafíos Finalmente, la cuarta sección per­ de la participación ciudadana pro­ sigue dar algunos elementos para puestos por Gret y Sintomer (2002) al comprender mejor el proceso vivido sistematizar el proceso de presupues- en Cotopaxi a partir de los cuatro tación participativa de Porto Alegre, desafíos planteados: la escala, la que son: la escala, la participación, la participación, la institucionalidad y la institucionalización y la eficacia. eficiencia.

El trabajo está dividido en cuatro Si bien el antecedente inmediato de secciones. En la primera se realiza la propuesta de gestión alternativa una reflexión en torno a la democra­ de Cotopaxi, son las experiencias de cia, como marco general que permite los gobiernos municipales indígenas entender de mejor manera los plan­ impulsadas desde 1996, la gestión teamientos para impulsar una demo­ provincial plantea el desafío de la cracia de nuevo tipo a escala local. escala, como fundamental en el pro­ Algunas de las preguntas que intento ceso de democratización. El análisis responder en la primera sección son: de este desafío permitirá estable­ ¿Qué tipo de democracia hemos cons­ cer hasta qué punto es posible lle­ truido en el Ecuador? ¿Cuáles son sus var adelante un efectivo proceso de principales límites? ¿Qué plantean democratización en un territorio de las corrientes alternativas para la casi seis mil kilómetros cuadrados, construcción de una nueva democra­ marcado por la diversidad étnica, cia? ¿Bajo qué condiciones es posible geográfica, ambiental, socio-cultural la construcción de un nuevo tipo de y política. democracia? ¿Cuáles son los límites y potencialidades de la escala local Las experiencias exitosas de demo­ para construir procesos de democra­ cratización en el país se han carac­ cia más directa? terizado por abarcar territorios más pequeños, con poblaciones que osci­ En la segunda sección realizo una lan entre 7.000 y 50.000 habitantes. contextualización breve sobre la pro­ Si bien muchos de los cantones que vincia de Cotopaxi, sus característi­ han planteado una gestión local alter­ cas socio-económicas, su dinámica nativa han debido enfrentar el tema poblacional y sobre todo su proceso de la diversidad y la heterogenei­ organizativo. dad cultural, geográfica y ambiental; en Cotopaxi estos temas adquieren En la tercera sección hago un esbozo dimensiones mucho mayores. De ahí de las principales premisas plantea­ la importancia de reflexionar sobre el das por el Movimiento Indígena y desafío de la escala. Cabe preguntarse

Cotopaxi al debate: 1740-200 L 1 5 9 entonces, sobre los mecanismos y las ¿Cuáles son las posibilidades de modalidades necesarios para imple- continuidad del proceso en caso de mentar una gestión partlclpatlva en que cambie la correlación de fuerzas escalas mayores. Así también los políticas en la provincia? resultados que estas modalidades y mecanismos han arrojado. Al analizar las motivaciones de las poblaciones locales para involucrarse Para analizar el desafío de la en procesos partidpatlvos, una de las participación se partirá de un constataciones que se evidencian es análisis sobre las concepciones de la necesidad de que estos procesos la misma en el proceso. ¿Qué tipo de produzcan resultados concretos participación se plantea impulsar? que repercutan en el mejoramiento ¿Porqué es necesaria la participación de las condiciones de vida de los en el proceso? ¿Qué mecanismos grupos menos favorecidos. De ahí la e instancias se han generado necesidad de analizar la eficacia del para impulsar la participación? proceso partlclpatlvo en la provincia. ¿Cuáles son los resultados del ¿Hasta qué punto ha contribuido proceso partidpatlvo? El tema de a mejorar las condiciones de vida la participación además está muy de los grupos menos favorecidos? vinculado al tema de las actorías ¿Qué prioridades se han establecido del proceso. De ahí la necesidad de y quién las ha establecido? ¿Qué caracterizar estas actorías y analizar cambios se han dado en relación a los roles que cada una de ellas han una administración tradicional? ¿Qué jugado en la Iniciativa. ¿Cuáles rol ha jugado el Honorable Consejo han sido las relaciones entre estos Provincial en el desarrollo local? En actores? ¿Qué conflictos se han definitiva, se trata de analizar cuáles presentado y cómo se han manejado han sido los resultados del proceso los conflictos? en su conjunto en los ámbitos institucionales y sociales. La gestión alternativa en Cotopaxl ha generado una serle de instancias Este trabajo se inserta en una partlclpatlvas que están en proceso experiencia que tanto por su escala de ¡nstltudonallzadón. Es necesario como por la fuerza de sus propios entonces, realizar un análisis de las planteamientos puede aportar a tendencias presentesenlaslnldatlvas la construcción de propuestas de de ¡nstltudonallzadón: ¿Hada dónde cambio social desde una perspectiva apuntan estas tendencias?, ¿Con democratizadora, retroalimentando qué obstáculos se enfrentan?, ¿Qué a las actorías sociales involucradas potencialidades tienen a futuro? en el mismo y espera contribuir Los procesos de ¡nstltudonallzadón desde la reflexión y el pensamiento están vinculados con el tema de académico a un proceso social vivo y la sostenlbllldad del proceso, es en marcha. fundamental entonces, plantearse

Cotopaxi: espacio social y cambio político DEMOCRACIA Y CONSTRUCCION DE SUJETOS SOCIALES PARA EL DESARROLLO LOCAL1

En las dos últimas décadas América imponen a la sociedad en su conjunto Latina se ha visto hundida en la peor dos o tres aspirantes al poder. El voto crisis del último siglo, viviendo una deja de ser la canalización de una polarización social sin precedentes, voluntad y adquiere características una movilidad en descenso y la caída de rechazo, castigo o censura. de los estándares de vida de millones de personas. Todo esto ha ido acom­ En el Ecuador es evidente la crisis pañado, paradójicamente, con el cre­ de representatividad de los partidos cimiento de grandes fortunas en la políticos y la necesidad de los/as ciu­ región y con el advenimiento de los dadanos/as de buscar nuevos refe­ regímenes democráticos (Cfr., Petras, rentes. Sin embargo, la crisis de los 1998:13). partidos no da cuenta de la crisis de la democracia en su totalidad. Esta Aunque el sistema democrático no conlleva una serie de aspectos adi­ es el responsable de las profun­ cionales, de los que los partidos polí­ das desigualdades que enfrenta la ticos constituyen tan solo una de sus región, estas desigualdades sí dan aristas. cuenta que algo en nuestras demo­ cracias está fallando. Se trata de un Se habla de que los gobernantes elec­ círculo vicioso, de un lado, la inequi­ tos democráticamente representan el dad social obstaculiza el desarrollo y interés de la sociedad en su conjunto. una vida democrática plena, y de otro En realidad, en toda sociedad coexis­ lado, las democracias actuales como ten una serie de intereses contra­ están configuradas profundizan estas puestos y signados por el conflicto. Es condiciones de desigualdad. justamente el papel de la democracia dar cuenta de estos distintos conflic­ Quizá uno de los temas que más llama tos e intereses, generando debate, la atención al analizar la democracia discusión y posibilitando una toma actual, es el de la representatividad. de decisiones en la que las distintas La sociedad de mercado ha condu­ voces puedan expresarse. cido a mercantilizar casi todos los aspectos de la vida. La democracia se En el Ecuador, la lucha democrática degrada en el supermercado político rara vez tiene estas características. y los/as ciudadanos/as somos redu- Las decisiones se toman sobre la base cidos/as al papel de electores/as. Los del clientelismo, el pago de favores partidos políticos cada vez represen­ políticos y las presiones que ejercen tan menos a la sociedad y se convier­ los grupos de poder. La democracia ten en maquinarias electorales que ha pasado a ser un rehén del poder

1 En esta sección se recogen algunas de las ideas plantadas por la autora en el documento “Democracia, participación y nuevas institucionalidades para el desarrollo local”, del Módulo Gestión Social de los Recursos Naturales, Quito, CAMAREN - IEE: 6-24.

Cotopaxi al debate: 1740-2001 l 6 l económico y político para la canaliza­ un consumidor. El efecto fundamental ción de sus propios intereses. de este proceso es la despolitización de la vida social. Para Adrián Bonilla (s/f: 7), el déficit crónico de representación del régi­ Un ejercicio puramente institucio­ men político ecuatoriano se caracte­ nal de la democracia puede llevar a riza por: encubrir el reino del mercado y el cre­ cimiento de las desigualdades socia­ 1. La falta de participación ciuda­ les. dana en la toma de decisiones. “La concepción liberal de la demo­ 2. La falta de rendición de cuentas y cracia se limita a garantizar la libre la impunidad. elección de los gobernantes, sin preocuparse por el contenido de la acción de éstos” (Touralne, 2000: 71) 3. La crisis de ciudadanía. La política Las Instituciones públicas y los pro­ está signada por el clientelismo, cedimientos jurídicos se convierten, el patrimonialismo y las coalicio­ de esta manera, en medios para ase­ nes nacionales basadas en los gurar la dominación y el poder oligár­ lazos entre los partidos de Quito quico (Cfr., Ibíd.: 50.) y Guayaquil y caudillos locales en las provincias. La democracia entendida como un conjunto de normas y procedimien­ Todas estos problemas ¿dan cuenta tos, hace relación a la libertad de elec­ de una crisis de la democracia como ciones, la libertad de expresión, un sistema político? O ¿se trata de una adecuado funcionamiento institucio­ crisis en los sistemas democráticos nal que garantice la voluntad popular, latinoamericanos? etc. “La debilidad de esta concepción reside en que el respeto a las reglas Para Gabriel Cohn (2001 citado por del juego no impide que las posibi­ Amadeo y Morresi, 2003: 96) nos lidades de los jugadores sean des­ encontramos en un umbral civiliza- iguales si algunos de ellos disponen torio. El actual modelo civilizatorio de recursos superiores o si el juego propuesto por el capitalismo se ha está reservado para las oligarquías” agotado y está atravesando su fase (Ibíd..: 169.) De ahí que pocos demó­ de barbarie que se expresa en la cratas encuentren satisfactoria una “indiferencia estructural” por parte concepción puramente procesal de de los agentes centrales de la pro­ la democracia. En el caso de la demo­ ducción capitalista, que se manifiesta cracia ecuatoriana, el panorama es como la falta de responsabilidad res­ aún más dramático, pues ni siquiera pecto a los efectos sociales de su ha logrado garantizar el conjunto de accionar. Las empresas tienen todos normas y procedimientos mínimos los derechos, sin obligaciones. Son para el funcionamiento democrático. el centro para la toma de decisiones Los derechos, libertades y garantías fundamentales de la vida económica son violadas permanentemente. y social. La vida política se reduce a la lucha de los intereses privados. La Se espera que en la democracia se práctica política se ha privatizado, tomen decisiones de acuerdo a los viéndose reducida a un espacio de intereses de la mayoría o de la socie­ consumo de “mercancías políticas”. dad en su conjunto. Pero ¿quién El ciudadano se ha transformado en juzga estos intereses? El voto está

Cotopaxi: espacio social y cambio político determinado por la situación de los pues deja de lado las creencias y los electores, la gran mayoría de veces conflictos. La sociedad es vista como existe una inercia en el sufragio. Se un gran mercado, regulado por la ley vota por un partido por fidelidad o (Cfr., Ibíd.: 70 -71)- tradición. Los cambios en las opcio­ nes políticas no se basan en una Esta concepción descansa en el racio­ visión del interés general. El voto nalismo. La representatividad de la rechazo en muchas ocasiones prima elite dirigente está dada por la pre­ sobre el voto positivo, las elecciones ocupación por el bien público, desco­ se conviertan en la expresión de una nociendo los intereses y los conflictos sanción, antes que la expresión de que dinamizan la vida social. De este una preferencia (Cfr., Ibíd.: 169 -170). modo, la concepción liberal separa lo político de lo económico, dando Quienes hicieron triunfar la idea prioridad al tema de la gobernabili- democrática y el sufragio universal dad frente al de la representatividad. esperaban algo más: que se afirmara Un sistema democrático reconoce la la igualdad de derechos sobre la des­ existencia de conflictos de valores igualdad de recursos. Mientras la insuperables y el pluralismo cultural. sociedad civil está dominada por la Una sociedad culturalmente homogé­ desigualdad y los conflictos de inte­ nea es antidemocrática por definición rés; la sociedad política debe ser el (Cfr., Ibíd.: 71-73» 175)- lugar de la igualdad. “La democracia, entonces, tiene como meta principal “Así como la libertad de los antiguos asegurar la igualdad no solo de dere­ se basaba en la igualdad de los ciuda­ chos sino también de posibilidades, y danos, ... la libertad de los modernos limitar lo más posible la desigualdad está fundada en la diversidad social y de los recursos” (Ibíd.: 170). cultural de los miembros de la socie­ dad nacional o local. La democracia La concepción liberal de la democra­ es hoy en día el medio político de sal­ cia enfatiza la limitación de poder del vaguardar esta diversidad, de hacer Estado y sacrifica las otras dos dimen­ vivir juntos a individuos o grupos siones de la democracia (representa- cada vez más diferentes los unos de tividad y ciudadanía). Para ello separa los otros en una sociedad que debe también funcionar como una unidad” el orden de la razón impersonal que (Ibíd.: 176). corresponde a la vida pública, del orden de las creencias que se ubica “El espacio de la democracia no es en el plano de la vida privada. “No calmo y razonable; está atravesado cree en la existencia de actores socia­ de tensiones y conflictos, de movi­ les definidos a la vez por unos valo­ lizaciones y luchas internas, porque res y unas relaciones sociales. Cree está constantemente amenazado de en los intereses y en las preferencias uno u otro de los poderes que pen­ privadas y procura dejarles el mayor den sobre él” (Ibíd.: 177). espacio posible, sin atentar contra “La democracia no es una meta en los intereses y las preferencias de sí misma; es la condición institucio­ los demás” (Ibíd.: 70). Se basa en el nal indispensable para la creación principio de dar a cada cual el mayor del mundo por parte de unos acto­ espacio posible para su realización, res particulares, diferentes entre sí siempre y cuando no interfiera en la pero que producen el discurso nunca realización de los otros. Esta concep­ completado, nunca unificado, de la ción excluye la idea misma del poder, humanidad” (Ibíd.: 192).

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 163 De este modo, la democracia “antes proceso impulsado desde arriba por que ser un conjunto de procedimien­ las elites ilustradas del siglo XIX, y en tos, es una crítica a los poderes esta­ muchos casos resistido o tomado con blecidos y una esperanza de libertad indiferencia por la población. Existió personal y colectiva” (Ibíd.: 194). un divorcio entre los ideales republi­ Si no es consciente de este papel canos y el funcionamiento real de un de servicio a los sujetos sociales, la sistema político que arrastraba ele­ democracia se pone al servicio de los mentos coloniales (Cfr., Villavicencio, más poderosos, a través de una serie 2003:85). de arreglos institucionales y legales, para imponer su poder a una socie­ En el Ecuador, las diversidades fue­ dad que no hace nada para contra­ ron consideradas como un obstáculo rrestarlo (Cfr., Ibíd: 192). para el “progreso” y por consiguiente, las elites impulsaron un proceso de homogenización de los sectores sub­ Las democracias alternos, caracterizados como caren­ latinoamericanas tes de potencial político para plan­ tear o constituir una alternativa para pensar el país. De este modo, el naci­ ¿Qué factores han conducido a la cri­ miento de la república ecuatoriana sis de legitimidad de las democracias está signado por la exclusión de las latinoamericanas? ¿Se puede hablar mayorías en la construcción nacional de la existencia de una “democracia (Cfr., Ramón, 2003: 23 - 24). liberal” en nuestras sociedades? ¿Los principios de la democracia liberal La idea de emancipación del pueblo, alguna vez hicieron parte de la vida con la que se rompió los lazos colo­ democrática en nuestros países? niales, chocó con los hábitos políticos coloniales profundamente arraigados Las condiciones históricas que dan en las sociedades latinoamericanas. lugar al nacimiento de los Estados Emancipar empieza a adquirir el sig­ latinoamericanos marcan las diferen­ nificado de “civilizar” al pueblo de cias en el establecimiento de los sis­ su atraso y anarquía (Villavicencio, temas democráticos en el continente, 2003:86). en comparación con las democracias europeas. Los estados nacionales lati­ En Sudamérica el hiato histórico noamericanos se fundan en su lucha entre soberanía de la razón y sobe­ contra el orden colonial. No se trataba ranía del pueblo explica en alguna de fundar la república contra el régi­ medida los diagnósticos actuales de men monárquico, sino de obtener la “déficit de ciudadanía”. En el siglo independencia de las Coronas Espa­ XIX imperaba la idea de que el pueblo ñola y Portuguesa. De este modo, en no estaba preparado para regirse por el nacimiento de los pueblos latinoa­ un sistema republicano superior a su mericanos se enfatizó el aspecto uni­ capacidad. De ahí el intento de fundar tario más que los conflictos internos la república “desde arriba” (Cfr., Ibíd.: de las nuevas naciones (Cfr, Ramón, 81 - 82). 2003: 22). Actualmente en América Latina, la En América Latina, la formación de una república se propone de modo nega­ base de ciudadanos requerida para la tivo, no solamente por la presencia consolidación de la república fue un sistemática de dictaduras que la

Cotopaxi: espacio social y cambio político han quebrado, sino también porque espacio público y la acción política cuando existe el derecho, no existe para poder repensar una relación de hecho (Cfr., Ibíd.: 82). entre economía y política, donde la primera esté subordinada a la segunda, o sea, a las decisiones del ¿Otra democracia .. .es sujeto colectivo” (Amadeo y Morresi, posible? 2003:97). “En el debate actual de la filosofía y la teoría política, el republicanismo "La democracia seria una rerpresenta la afirmación de una acti­ palabra muy pobre tud ética en política, una voluntad de si no fuera definida por ¡os defensa del interés público frente al campos de batalla dominio de los intereses económi­ en los que tantos hombres y cos que hoy forman un verdadero mujeres combatieron por ella" 'cosmopolitismo del dinero', o bien, (T ouraine 2000: 19). la necesidad de fortalecer el Estado de derecho frente al arrasamiento de Frente a los límites de la democracia los derechos más elementales de los liberal, surgen una serie de plantea­ individuos, la defensa de la dimen­ mientos y experiencias que recupe­ sión institucional y del contrapeso ran algunos principios de la democra­ de poderes frente a la usurpación del cia republicana y subrayan el carácter espacio público de la república y a las emancipador de la democracia y de la nuevas formas de despotismo de fac­ política. Aparecen así nuevos adjeti­ ciones que dominan el mundo de la vos para la democracia: democracia política. Pero, asimismo, la apelación al republicanismo retoma la reflexión participativa, democracia delibera­ sobre las condiciones de formación tiva, democracia radical. Más que de una sociedad civil cívica, del domi­ un nuevo modelo de democracia, se nio del interés general frente a los trata de un conjunto de ideas en pro­ intereses particulares y del retorno ceso de construcción, nutridas por de un sujeto democrático participa- diversas corrientes de pensamiento. tivo” (Villavicencio, 2003: 88). Estos planteamientos miran a la democracia como un proyecto siem­ El aporte actual del republicanismo pre inacabado de democratización, “son los elementos filosóficos que caracterizado por el pluralismo y el dan base a la autonomía del sujeto, conflicto permanente. La política es a su capacidad de juicio y de acción precisamente el campo de los anta­ política y que muestran ... el vínculo gonismos, la convergencia de luchas indivisible de los derechos civiles, para articular diferencias. De ahí políticos y sociales para enfrentar el que la democracia sea la forma más problema de la democracia” (Ibíd.: radical de la política, por las posibili­ 89). El segundo aporte tiene relación dades que ofrece para generar meca­ con la confianza en el ciudadano para nismos para que las diferencias sean la defensa del interés público. Reapa­ expresadas, negociadas, reconocidas rece la idea del ciudadano virtuoso y debatidas. capaz de sacrificar su interés indivi­ dual por el bien común (Cfr., Ibíd.: 89 La profundización de la democracia, -90). pasa por la revalorización de la polí­ tica como lugar desde donde pen­ De este modo, la idea de ciudadanía sar la emancipación, “...fortalecer el ha vuelto a ser colocada en el centro

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi del debate. Frente a la concepción “Es entre la democracia procesal, liberal de ciudadanía, que supone que carece de pasión, y la democra­ un conjunto de derechos vividos en cia participativa, que carece de sabi­ forma pasiva, se plantea una respon­ duría, donde se extiende la acción democrática cuya meta principal es sabilidad con lo público asumida acti­ liberar a los individuos y a los grupos vamente (Cfr., Ibíd.: 88 - 89). de las coacciones que pesan sobre ellos” (Ibíd.: 21). Toda democracia es representativa. Para que exista representatividad, Dentro de esta concepción, el sujeto son necesarias dos condiciones. La es entendido como “el esfuerzo de primera, que exista una agregación transformación de una situación de la gran diversidad de demandas vivida en acción libre, introduce liber­ provenientes de actores sociales tad en lo que en principio se manifes­ muy heterogéneos. El conflicto entre taba como unas determinantes socia­ actores es la base más sólida de la les y una herencia cultural” (Ibíd.: 22). democracia. La segunda condición se La libertad se expresa “por la resis­ refiere a la necesidad de organización tencia a la dominación creciente del autónoma de los grupos sociales. poder social sobre la personalidad y Solo en el momento en que la acción la cultura” (Ibíd.). “La democracia es social defíne intereses sociales se el reconocimiento del derecho de los puede hablar de movimientos socia­ individuos y las colectividades a ser les (Cfr., Touraine, 2000: 79 - 81,88.) actores de su historia y no solamente a ser liberados de sus cadenas” (Ibíd.: Touraine propone rebasar la democra­ 33). De esta manera, la democracia cia deliberativa y la democracia parti- está al servicio de los sujetos, como cipativa para construir una democra­ seres creadores de su vida individual cia basada en la libertad del sujeto, y colectiva (Cfr., Ibíd.). es decir, en la resistencia a la domi­ nación. La democracia es vista de Mientras que la idea republicana de esta manera como el ejercicio de una democracia procura la unidad; la cul­ libertad positiva, dada por la lucha de tura democrática protege la diversi­ unos sujetos contra la lógica domi­ dad. La democracia republicana iden­ nadora de unos sistemas y no mera­ tifica libertad con ciudadanía, redu­ mente como una libertad negativa es ciendo en la práctica, al ciudadano decir como un conjunto de garantías a un consumidor político. La cultura institucionales: democrática en cambio, se centra en el sujeto y su capacidad de ejercer una práctica transformadora, identi­ “En contra de esta pérdida de sentido, ficando libertad con liberación. Den­ es preciso recurrir a una concepción que defina ia acción democrática por tro de esta concepción “el poder del la liberación de los individuos y de pueblo” adquiere una nueva conno­ los grupos dominados por la lógica tación, pues no significa que el pue­ de un poder, es decir sometidos al blo se siente en el trono del príncipe, control ejercido por los dueños y los sino que ya no haya trono (Cfr., Ibíd.: gerentes de sistemas para los cuales 23 - 26). De este modo, la democracia aquellos no son más que recursos” no se basa únicamente en leyes, sino (Touraine, 2000:19). sobre todo en una cultura política.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Verdesoto (2000: 86), define cultura de igualdad política (cada ciudadano, política como “la interacción entre un voto), para proponer la política del individuos y grupos que genera siste­ sujeto, como la acción transforma­ mas de valores y creencias acerca de dora de un orden desigual. las relaciones de poder, incorporados como sentido de la acción de los ciu­ Para entender la limitación del poder dadanos”. Es un espacio de “conflicto del Estado es necesario distinguir por el sentido de los comportamien­ Estado, de sociedad política y de tos dentro de coyunturas y procesos sociedad civil. Cuando el Estado se determinados. Los actores generan confunde con la sociedad política, se formas y contenidos culturales en la subordinan los intereses sociales a la política y en la acción social a partir acción unificadora del Estado. Cuando de la interacción”. se confunden sociedad política y sociedad civil puede crearse un orden El formalismo jurídico institucional político - jurídico que reproduce los usa los sistemas democráticos oli­ intereses económicos dominantes. gárquicamente, cerrando el paso del Por otro lado, esta confusión, lleva a poder político a las demandas socia­ que el Estado sea el único responsa­ les por poner en peligro el poder de ble de asegurar la gestión de la socie­ los grupos dirigentes. Mientras que dad. En ambos casos, la democracia el espíritu democrático es la fuerza no tiene lugar. La lucha democrática social y política que intenta trans­ se ubica en una sociedad política formar el Estado, de manera que autónoma, cuyo papel es la media­ corresponda a los intereses de los ción entre el Estado y la sociedad dominados. El Estado democrático civil, de modo que en última instancia reconoce el derecho de sus ciuda­ es la sociedad civil la que legitima al danos / as menos favorecidos / as Estado (Cfr., Ibíd.: 64 - 65). a actuar en el marco de la ley, contra un orden desigual del que el mismo La democracia es entonces, la cons­ Estado forma parte. De esta manera trucción de un poder y una repre­ el Estado democrático auto - limita su sentación de abajo hacia arriba (de propio poder y la democracia se con­ la sociedad civil, al sistema político; vierte en el control ejercido por los y del sistema político al Estado), sin actores sociales sobre el poder polí­ restar autonomía a ninguna de las tico (Touraine, 2000: 25 - 41). tres esferas. En este sentido se habla de poder del pueblo (Cfr., Ibíd.: 65). “La democracia no reduce al ser humano a ser únicamente un ciuda­ Es necesario, además, distinguir la dano; lo reconoce como un individuo esfera del Estado de la esfera de lo libre pero perteneciente también a público. Se entiende lo público como colectividades económicas o cul­ lo que turales” (Ibíd.: 28), en un esfuerzo de combinar unidad y diversidad, “es de todos y para todos se opone tanto a lo privado, que está volcado libertad e integración (Cfr., Ibíd.: para el lucro o para el consumo, como 27). En síntesis, Touraine parte del a lo corporativo, que está orientado a reconocimiento de una realidad en la defensa política de intereses sec­ la que imperan las desigualdades y toriales o grupales ... dentro de lo construye una propuesta de demo­ público puede distinguirse entre lo cracia en el marco de una sociedad estatal y lo público no estatal ... El inequitativa, rebasando el principio interés público no existe de forma

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi absoluta. Existe, en cambio, de forma existe una tendencia de “publifica- relativa, a través del consenso que se ción” de la acción social (lo público va formando sobre lo que constituye pasa a ser pertinente a la sociedad) una moral común” (Cunlll y Bresser, (Cfr., Ibíd.: 82 - 84). 1998: 31-35; citado por Verdesoto, 2000: 83). El ejercicio de la ciudadanía es una condición básica para la existencia En este sentido, el campo de disputa de la democracia. No puede hablarse para la orientación de la sociedad, de democracia sin la conciencia de con miras a construir lo que Cunlll y pertenencia a una colectividad polí­ Bresser denominan “la moral común” tica. Si los / as ciudadanos / as no se tiene lugar en el sistema político, que sienten responsables de sus gobier­ es además el espacio de construc­ nos, no puede haber ni libre elección, ción de lo que se ha dado en llamar ni representatividad (Cfr., Touraine, lo público no estatal. Mientras que el 2000: 99.) “La idea de ciudadanía da campo donde se generan los conflic­ a la de democracia un sentido con­ tos, las contradicciones, los intereses creto: la construcción de un espacio y lo corporativo, es en la sociedad propiamente político, ni estatal ni civil. mercantil” (Ibíd.: 108).

Se entiende lo público no estatal en La categoría de ciudadano pretende su doble dimensión, como control rectificar la desigualdad económica social y como forma de propiedad. en la igualdad política (un ciudadano, La primera acepción facilita la demo­ un voto), desde una perspectiva de cratización del Estado y la sociedad. homogenización. Al no reconocer La segunda acepción se refiere a las las identidades diversas existentes posibilidades de producción de bie­ en una sociedad, esta concepción nes y servicios colectivos por entes acentúa las desigualdades bajo una que no se ubican ni en el Estado, ni supuesta homogeneidad (Cfr., Ortiz, en el mercado, con miras al fortaleci­ 1998: 28; Verdesoto 2000: 87 - 88). miento de los derechos sociales y de Por consiguiente, para la construc­ los procesos organizativos (Cfr., Ver­ ción de un nuevo tipo de democracia desoto, 2000:81 - 82). es fundamental trabajar una nueva concepción de ciudadanía que reco­ La necesidad social de construcción nozca la diversidad social existente y democrática ha llevado a una reapro- las múltiples identidades de los suje­ placlón de lo público por parte de los tos sociales. sujetos sociales, con miras a ser pro­ tagonistas de la dotación de sentido Desde esta perspectiva, Santiago histórico de sus acciones. De esta Ortiz plantea una definición de ciuda­ manera, los sujetos sociales ingresan danía, basada por un lado en el reco­ en los espacios de disputa de senti­ nocimiento de la diversidad y por otro dos y orientaciones en la esfera del lado, en la doble articulación entre sistema político; contribuyendo de derechos fundamentales, derechos este modo a una redefinición de las específicos, individuales y colectivos, relaciones entre el Estado y la socie­ y responsabilidades. De este modo, dad. Es así como esferas que tradicio­ el autor define a la ciudadanía como: nalmente eran reservadas al dominio privado han pasado a constituirse “la comunidad de individuos diversos en esferas públicas; y por otro lado, e interrelacionados con capacidad

Cotopaxi: espacio social y cambio político de autodeterminación, participa­ “La participación es un aspecto ción y representación de intereses y esencial de la ciudadanía por cuanto demandas y en pleno ejercicio de sus afirma la autonomía de los actores derechos civiles, sociales y políticos ciudadanos en tanto titulares de individuales y colectivos, garantiza­ poder y en tanto mantienen respon­ dos por el Estado y con responsabili­ sabilidad con la comunidad social y dades hacia la comunidad de la cual política de la que forman parte. La forman parte” (Ortiz, 1998: 35). participación es el sentido originario de la democracia y es un elemento central para revitalizarla” (Ortiz, Ciudadanía y participación 1998: 32). Dado que en una sociedad conviven El origen de la noción de ciudadanía intereses contrapuestos y a veces esta íntimamente ligado al de partici­ antagónicos, los procesos participa- pación. En Grecia, donde nace la cate­ tivos pueden implicar una tendencia goría de ciudadanía, los / as ciudada­ liberadora y apuntar a procesos de nos / as eran las personas que tenían cambio social, o bien pueden con­ la responsabilidad de decidir y guiar vertirse en un puntal para sostener los destinos de la ciudad. Los / as ciu­ el orden establecido. Las corrientes dadanos / as eran los propietarios, más liberales, enfatizan el consenso que además tenían la palabra pública. para mejorar el sistema existente Con la constitución de los estados desde una visión de preservación del nacionales, surge la delegación de poder, que intenta ocultar los conflic­ poder como elemento de la demo­ tos sociales existentes, dotando al sis­ cracia representativa, que acarreó tema político de estabilidad. En este una despolitización de la condición sentido, Verdesoto (2000: 22) señala de ciudadano, delegando a través del que “una política de Estado de Parti­ sufragio, la toma de decisiones sobre cipación Social es una fuente inago­ lo público (Cfr., Ortiz, 1998:19). table de certezas, que desestructuran los conflictos desestabilizadores de la La ciudadanía funda el derecho de democracia”. Desde esta perspectiva, participar directa o indirectamente la participación se orienta a mejorar la en la gestión de la sociedad (Cfr., eficacia de la democracia o de los pro­ Touraine, 2000: 104). La participa­ cesos de desarrollo social (Cfr., Ortiz, ción pasa a ser una de las condicio­ 1998:23). Los ámbitos y temas de esta nes básicas para la construcción de visión instrumental de la participación la ciudadanía. Los / as ciudadanos / son aquellos que podrían calificarse as existen en cuanto se autodetermi- como “menores” es decir, aquellas nan, en cuanto son titulares de poder. decisiones que no suponen una modi­ Por consiguiente, la participación ficación en la correlación de fuerzas supone relaciones de poder entre para construir propuestas de cambios diversos actores, lo que necesaria­ profundos. Los temas fundamenta­ mente implica conflictos, a partir del les del mantenimiento del modelo de reconocimiento de intereses distin­ desarrollo vigente, por sus propias tos (Cfr., Ortiz, 1998: 36-38). De ahí implicaciones, no pueden ser discuti­ que la generación de un nuevo tipo dos dentro de esta perspectiva. de democracia, necesariamente des­ cansa en el fortalecimiento de la par­ Bajo una perspectiva de cambio ticipación como fundamento esencial social, la participación se encamina para la construcción de ciudadanía. a lograr el reconocimiento de los

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi más débiles por parte del Estado, construcción de sujetos sociales por promueve procesos de cambio en la la vía de la resistencia es fundamen­ cultura política, genera la construc­ tal, con el fin de lograr cambios pro­ ción de sujetos sociales autónomos e fundos en las sociedades en las que implica una reforma del sistema polí­ se insertan. tico. El sentido último de la participa­ ción democrática es garantizar una En este debate es clave la relación mayor equidad en la distribución de entre Estado y sujetos sociales. los recursos económicos y de poder. Cuando la participación es una ini­ En este sentido, los procesos partici- ciativa del Estado, se corre el riesgo pativos son decisivos para impulsar de cooptación de los sujetos socia­ un nuevo modelo de desarrollo (Ortiz les y de instrumentalizar el proceso 1998: 30; Verdesoto 2000:11 -12). participativo para alcanzar “la esta­ bilidad” democrática, ocultando las “El poder económico contradice el dis­ contradicciones sociales, económicas curso democrático” Qelin, 1995: 3 -5, y políticas existentes. Si la iniciativa citado por Ortiz, 1998: 25), pues por proviene desde abajo se preserva la un lado es evidente una exclusión eco­ autonomía de los sujetos sociales y nómica y por otro lado, se promueve se pueden generar importantes pro­ la participación política. En efecto, en cesos de fortalecimiento social y de sociedades marcadas por la inequi­ incidencia de la sociedad civil en la dad, la exclusión y la discriminación, toma de decisiones públicas (Cfr., los procesos participativos adquieren Ortiz, 1998: 24). características muy complejas, pues se observa la desigualdad económica Si realizamos un inventario de los y de poder de quienes intervienen. En procesos participativos de gestión los últimos años, se está impulsando local en el Ecuador, podemos ver, que la generación de una cultura del diá­ en los casos más representativos, la logo basada en la participación como participación ha sido impulsada por mecanismo para el manejo de conflic­ los gobiernos locales. En los casos tos de diversa índole. Sin embargo, de los gobiernos locales presididos si el objetivo último de los procesos por indígenas, si bien las autoridades participativos es la liberación, para han promovido la participación, ésta la generación de procesos de diálogo ha sido una práctica de larga data es indispensable un paso previo que en las organizaciones sociales que supone el fortalecimiento de los acto­ llevaron al poder a las propias auto­ res sociales más débiles -en términos ridades. Pese a que los gobiernos económicos y políticos- involucradas locales han sido los convocantes a los en el conflicto, de manera de paliar procesos de participación ciudadana, en alguna medida las disparidades la relación con las instancias partici- entre actores y asegurar que el diá­ pativas se ha caracterizado por una logo se desenvuelva en condiciones constante tensión en la búsqueda de de mayor equidad. mayor poder y autonomía de estos espacios. Sin duda, uno de los ele­ No obstante, es también necesario mentos más problemáticos para tener en cuenta que no todo conflicto conseguir esta autonomía es el tema puede ser manejado a través del diá­ de la sostenibilidad económica y la logo, pues existen conflictos estruc­ dependencia que estas instancias de turales cuyo carácter antagónico los participación ciudadana tienen frente hace irresolubles. En estos casos, la a los recursos públicos.

170 Cotopaxi: espacio social y cambio político Cabe preguntarse ¿por qué en ciertas de gestación de formas de construc­ localidades los procesos participa­ ción de una nueva democracia. tivos han logrado consolidarse y en otras no? ¿Qué es lo que asegura el No obstante, es fundamental la arti­ éxito de las iniciativas de participa­ culación entre estas propuestas de ción ciudadana? Si bien la voluntad democratización localylaconstrucción política de las autoridades locales ha de un proyecto contrahegemónico de sido una condición inicial fundamen­ mayor escala, pues existe el riesgo de tal para el impulso de los procesos que la democratización a escala local democratizadores a escala local en cubra la falta de una democracia real el Ecuador, no es suficiente. En las en el concierto nacional. localidades donde no ha existido una trayectoria participativa previa, fruto Las propuestas de democratización de las luchas de unos sujetos socia­ en el Ecuador han tenido un puntal les concretos, los procesos partici­ fundamental en la emergencia de pativos no han logrado cuajar, pese nuevas actorías sociales y políticas. a la “buena voluntad” de sus líderes. Para el caso que analizaremos (la pro­ De ahí que la existencia de un tejido vincia de Cotopaxi), la irrupción del social fuerte y autónomo es una de movimiento indígena en el escena­ las condiciones básicas para la gene­ rio político nacional, como un sujeto ración de procesos significativos de social emergente con capacidad pro­ participación ciudadana. positiva, organizativa y movilizadora, ha sido esencial (Cfr., Larrea y Larrea, La participación ciudadana es, pues, 1999:130). un proceso de doble vía en el que por un lado se genera y se alimenta Los planteamientos del movimiento la construcción de sujetos sociales y indígena en las últimas décadas han en el que por el otro, la calidad y el interpelado a la sociedad ecuato­ sentido de la participación supone la riana, evidenciando los procesos de existencia de un tejido social sobre exclusión, su falta de reconocimiento el que se asienta y al que retroali- a la diversidad, y el irrespeto más bru­ menta. tal a las culturas de pueblos que han sido relegados durante siglos. La pro­ puesta de construcción de un estado Democracia y ámbitos plurinacional y multiétnico y el reco­ nocimiento a los derechos colectivos locales de los pueblos indígenas profundizan los contenidos de un nuevo tipo de En el Ecuador, como en muchos paí­ democracia, en donde la pluralidad ses de América Latina, lo local ha sido y la interculturalidad son elementos el espacio privilegiado para la cons­ motores. Efectivamente, impulsar trucción de nuevas propuestas de una democracia radical implica poner democracia, ya que la relación entre al descubierto los profundos conflic­ autoridades y pobladores/as en la tos que implica para una sociedad escala local es mucho mayor. Lo local la convivencia de culturas diferentes ofrece entonces, un espacio cercano y generar propuestas en las que los de concreción de las nuevas propues­ valores diferenciados puedan encon­ tas de democratización de las socie­ trarse y construir un proyecto político dades, que debidamente articulado a liberador, que reconozca, respete y escalas mayores puede ser el ámbito potencie las diferencias culturales.

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 171 En el año 1995, el movimiento indí­ participativos para la toma de deci­ gena ecuatoriano decide incursionar siones sobre el desarrollo local (Cfr., orgánicamente en la disputa elec­ Larrea y otros, 2000: 3-4; Larrea y toral, considerando al espacio local Larrea, 1999:129). como estratégico en la perspectiva de construir desde abajo una nueva La construcción de una nueva demo­ forma de Estado Plurinacional. Se cracia pasa a ser entonces una forma plantea entonces poner en práctica más por parte del movimiento indí­ una democracia radical y participa- gena de disputar un sentido en la tiva, que tiene como objetivo funda­ construcción de un nuevo país, a mental la generación de cambios en través de la generación de nuevos las estructuras de poder local, tradi­ espacios públicos deliberantes que cionalmente excluyentes en términos promuevan el debate, la reflexión y la étnicos, de clase, generacionales construcción de sujetos sociales. y de género, a través de procesos

172 Cotopaxi: espacio social y cambio político LA PROVINCIA DE COTOPAXI

La provincia de Cotopaxi, ubicada Las zonas rurales son las de mayor en la región sierra centro del Ecua­ pobreza. Así, el 8 7% de la población dor, cuenta con 7 cantones y una rural y el 79 % de la población urbana alta diversidad geográfica, ambiental vive en condiciones de pobreza. Las étnica y cultural. De los 7 cantones, parroquias rurales de población indí­ 4 se ubican en la Sierra (Latacunga, gena son las mayormente afectadas Pujilí, Saquisilí y Salcedo), Sigchos por la pobreza, tal es el caso de Guan- comparte territorios entre la región gaje (100%), Zumbahua (100%) y serrana y la ceja de montaña de la Chugchilán (96%), Canchagua e Isin- cordillera occidental y 2 cantones liví (95%); en 3 de estas parroquias (La Maná y Pangua), ubicados en la (Guangaje, Zumbahua e Isinliví) la zona occidental de la provincia, per­ población indígena es del 100% (Cfr., tenecen a la zona subtropical y están SISSE 3,0). articulados a la región Costa. Exis­ ten 45 parroquias, 33 rurales y 12 A nivel organizativo, en Cotopaxi se urbanas. encuentra una de las organizaciones de tercer grado más fuertes del país, Cotopaxi es una provincia mayo- filial de la ECUARUNARl y de la conaie. ritariamente rural, con un 7 3 % de Se trata del Movimiento Indígena y población rural frente a un 2 7 % de Campesino de Cotopaxi (MICC). El población urbana. La población indí­ MICC ha jugado un papel muy impor­ gena representa el 29 % según los tante en el proceso organizativo datos del sis s e (3,0) y el 36 % según nacional, en los últimos levantamien­ las estimaciones locales (Cfr., HCPC, tos indígenas y en la estrategia elec­ 2002: 31). Los indígenas se ubican toral del Movimiento. Dirigentes del principalmente en Pujilí, Salcedo MICC ocupan actualmente la Presi­ y Saquisilí rebasando el 50 % de la dencia de la CONAIE y la Vicepresiden­ población total de estos cantones. cia de la ECUARUNARl. En los últimos En Sigchos representan el 4 1% y en levantamientos indígenas, la pobla­ La Maná y Pangua el SISSE (3,0) no ción mayoritaria que llegó a Quito fue registra población indígena. de Cotopaxi. Frente al tema electo­ ral, el MICC ha mantenido una de las Los índices de pobreza en Cotopaxi, estrategias más exitosas de toda la la ubican entre las provincias más sierra, constituyéndose a través de pobres del país, después de Bolí­ su brazo político (Pachakutik) en la var y Loja. De los 350.450 habitan­ primera fuerza electoral en Cotopaxi. tes de Cotopaxi, el 8 3% son pobres En 1996 logra acceder a la Alcaldía de y de éstos el 44% son indigentes Saquisilí; en 1997 un representante (Cfr., SISSE 3,0). De este modo, Coto­ del Movimiento es elegido para par­ paxi se ubica muy por encima de la ticipar en la Asamblea Nacional Cons­ media de pobreza en el país que es tituyente; en el año 2000, el MICC del 58%. consigue una nueva Alcaldía en el

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 1 7 3 Municipio de Sigchos y accede a la crédito a que un indígena ocupe tan Prefectura Provincial. Durante todas alto cargo de elección popular. las elecciones del período logra man­ tener una de las tres diputaciones Al acceder al gobierno provincial el asignadas a la provincia. Actualmente MICC se plantea “la generación de el Movimiento cuenta con 15 Conceja­ un nuevo modelo de gestión para el les Municipales, 2 Consejeros Provin­ desarrollo provincial que tiene como ciales y el 30 % de las representacio­ objetivo crear las condiciones para nes en las Juntas Parroquiales. pasar de una administración provin­ cial tradicional hacia la construcción El poder adquirido por el movimiento de un gobierno provincial, basado en indígena en Cotopaxi ha provocado la transparencia, la democratización y algunas adhesiones por parte de la gestión para el desarrollo de Coto­ la población mestiza. De hecho, la paxi” (HCPC, 2002:12). Este plantea­ votación que lleva a César Umajinga miento supone un cambio profundo a la prefectura, en un alto porcen­ en las prácticas tradicionales de ges­ taje proviene de la población mestiza tión. Sin embargo, el peso de estas asentada en Latacunga. La población prácticas, la cultura política del país mestiza que dio su voto por el líder en la que impera el clientelismo y los Indígena sembró sus expectativas en altos grados de discriminación étnica una nueva forma de gobierno provin­ en Cotopaxi hacen que la necesidad cial, pues en varios cantones del país, de legitimización del poder y la auto­ entre 1996 y el año 2000 se llevaron ridad, sean una constante dentro de adelante gestiones alternativas que la gestión provincial. Más aún si se pasaron a ser un referente también considera que la gestión se desen­ para los mestizos. vuelve en una cancha ajena para los pueblos indígenas y sus prácticas. Es Pese a ello, Cotopaxi continúa siendo frecuente entonces observar cómo una provincia signada por el conflicto las autoridades recurren “a las vie­ interétnico. De ahí que el reto para el jas reglas del juego para enfrentar la movimiento indígena de asumir por oposición, asumiendo estrategias de primera vez en la historia del país una innovación y repliegue acorde con los gestión provincial era enorme. Signi­ contextos específicos que se ven avo­ ficaba no solo implementar una pro­ cadas a enfrentar” (Larrea y Larrea, puesta que en otras localidades había 1999:130-131). sido exitosa, sino además romper una serie de prejuicios raciales que sin A inicios de la gestión, el MICC lideró beneficio de inventario censuraban al un interesante proceso de articula­ prefecto por el solo hecho de ser indí­ ción de iniciativas y propuestas ten­ gena. Se dudaba de su capacidad para dientes a generar espacios de mayor llevar adelante una gestión provincial participación de la sociedad civil eficiente, se cuestionaba su manejo cotopaxense en la toma de decisio­ del idioma castellano e incluso se nes sobre el futuro de la provincia, hablaba de sentir “vergüenza” por­ de reflexión sobre los contenidos del que un indígena represente a la pro­ desarrollo provincial y de asesora- vincia ante la sociedad nacional. En miento técnico - político a la nueva varias ocasiones, el Prefecto tuvo que autoridad provincial. mostrar sus credenciales en reunio­ nes nacionales, pues las autorida­ Uno de los primeros pasos que se dio des nacionales tampoco podían dar en este sentido fue la conformación

174 Cotopaxi: espacio social y cambio político de un equipo de apoyo externo a la dinámicas y prácticas institucionales Prefectura, conformado por represen­ conjuguen sus experticias, capacida­ tantes del MICC y personal de algunas des y recursos económicos frente a ONGs de Cotopaxi, que han estado una propuesta conjunta, implica un acompañando permanentemente los cambio en las lógicas tradicionales procesos políticos en el ámbito pro­ del desarrollo, rebasando el ámbito vincial. Este equipo fue avalado por de acción parcelado hacia dinámicas el Prefecto antes de su posesión. Se de gestión más integrales. Más aún definió que los roles fundamentales si se considera que la propuesta de de este equipo serían: Cotopaxi constituye la primera expe­ riencia de esta naturaleza en el país. 1. Asesorar técnica y políticamente la gestión provincial La apuesta al proceso participativo de Cotopaxi por parte de las ONGs cons­ 2. Apoyar la formulación de una pro­ tituyó un respaldo estratégico para la puesta de planificación participa- aprobación del proyecto en el seno tiva para la provincia y asegurar del Consejo Provincial (HCPC), quien a los mecanismos para su imple- su vez dio un aval político y compro­ mentación metió recursos humanos y económi­ cos para la iniciativa. 3. Establecer adecuados mecanis­ mos de comunicación y coordi­ La negociación permitió adicional­ nación entre el HCPC, el MICC, las mente cambios de actitud en el seno ONGs y otros actores sociales de del HCPC, donde en un inicio se pre­ la provincia sentaron resistencias a la participa­ ción del MICC en el proceso. Si bien Las primeras acciones del Equipo estas resistencias siguen estando de Apoyo Externo se centraron en la presentes, se ha logrado un recono­ generación de acuerdos para promo­ cimiento a las capacidades de nego­ ver el proceso de gestión alternativa ciación y gestión del MICC, así como de la provincia. Para lo cual, a través a su indiscutible peso político en la de distintas reuniones entre el MICC, provincia. el HCPC y las ONGs, se discutieron los principales contenidos de la gestión El PPDC fue diseñado durante el 2001, alternativa y se establecieron algunos con la participación de cuatro mil per- mecanismos para garantizarla. sonasy en Abrilde 2002 es presentado a la provincia, iniciándose entonces, el Con estos antecedentes, se diseña complejo proceso de implementación colectivamente una propuesta para del Plan bajo el liderazgo del HCPC y elaborar el Plan Participativo de del MICC. Se prioriza el tema ambien­ Desarrollo de Cotopaxi (PPDC). Esta tal y se inicia un trabajo para la gene­ propuesta es presentada a distintas ración de políticas públicas concerta­ ONGs y al Proyecto de Desarrollo de das. En Abril del 2003 se instaura la los Pueblos Indígenas y Negros (PRO- Convención Ambiental de Cotopaxi, DEPINE), quienes ratifican su compro­ que es “un espacio de diálogo, de miso de aportar económica y técnica­ consensos y definiciones que con­ mente para su implementación. De voca a organizaciones campesinas y esta manera se da un primer logro populares, organizaciones gremiales significativo, pues el solo hecho de y empresariales ONGs, instituciones que ONGs con distintas identidades, gubernamentales, universidades,

Los desafíos del proceso de democratiza! ión en Cotopaxi 175 gobiernos locales y regionales y a fin de orientar el proceso, fijando las LA CONSTRUCCION DE UN todos/as quienes quieren aportar al políticas generales para su imple- análisis de la situación de los recur­ mentación. El Comité de Gestión está sos naturales y a formular propuestas presidido por el Prefecto y cuenta con NUEVO MODELO DE GESTIÓN para mejorar su manejo” (HCPC, 2003: 3 delegados del HCPC (2 Consejeros y 2). En la Convención se discuten una el Director de Planificación), 3 dele­ EN COTOPAXI2 serie de propuestas de trabajo formu­ gados del MICC, un representante de ladas durante el año 2002 y se firma los Municipios, 2 delegados de las una carta de acuerdos que contempla Juntas Parroquiales y 2 delegadas de El Movimiento Indígena y Campesino 1996 y el año 2000, sientan las bases 43 puntos (18 políticas ambientales, las ONGs. En el año 2001, se crea el de Cotopaxi, al participar con candi­ para elaborar la propuesta de ges­ 18 estrategias de acción y 7 acciones equipo técnico de apoyo al proceso. dato propio para la Prefectura en el tión a escala provincial. específicas) en los temas: Legislación En el año 2003, se crea un Comité proceso electoral del año 2000, esta­ Ambiental, Recursos Naturales (Agua, de Seguimiento a los acuerdos de la blece un programa de campaña y de Es así como se plantea la generación Suelos y Páramos) y Calidad Ambien­ Convención Ambiental y las mesas de gobierno basado en las experiencias de procesos de cambio social basa­ tal. Actualmente se está trabajando trabajo temáticas. anteriores de gestión local del movi­ dos en la construcción de un nuevo en el seguimiento a los acuerdos de miento indígena, principalmente de gobierno provincial, la democratiza­ la Convención Ambiental a través de En el siguiente acápite se recogen aquellos cantones en los se había ción, y la gestión del desarrollo local, una estrategia de amplia participa­ los planteamientos iniciales sobre trabajado una propuesta alternativa con el fin de enfrentar la corrupción, ción social. los cuales se construye el proceso de de gobierno local. Las experiencias la exclusión y la falta de propuestas gestión local alternativa en Cotopaxi. vividas por los líderes indígenas en articuladas de desarrollo local que Fruto del proceso de gestión local Del análisis de estos planteamien­ Cotacachi, Guamote y Saquisilí entre permitan erradicar la pobreza. alternativa en Cotopaxi, se han gene­ tos, se intentará realizar un balance rado nuevas institucionalidades para del proceso y abordar los principales Gráfico 1 NUEVO MODELO DE GESTIÓN PARA EL DESARROLLO LOCAL el desarrollo local. En el año 2000, desafíos del mismo. se crea el Comité de Gestión con el

2 Las ideas presentadas en este acápite recogen los planteamientos de la autora en: “Democracia, participación y nuevas institucionalidades para el desarrollo local”, del Módulo Gestión Social de los Recursos Naturales, Quito, CAMAREN - IEE: 24 - 35 y “Gestión local alternativa en el Ecuador: Algunos elementos para un balance necesario”, Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik - Nuevo País, Memorias el Primer Congreso, Baños, 2001, Latacunga, 2002: 11 - 18.

Cotopaxi: espacio social y cambio político Cotopaxi al debate: 1740-2001 1 7 7 PILARES DE LOS GOBIERNOS LOCALES ALTERNATIVOS Gráfico 2

Rendición de cuentas Contros Social

Estos planteamientos se operativizan signadas por una fuerte corrupción, en una serie de acciones o procesos ser poco planificadoras y centradas como la rendición de cuentas, el ejer­ casi totalmente en la gestión urbana. cicio del control social, una distribu­ ción equitativa de los recursos, una Frente a esta realidad, el gobierno gestión basada en la planificación y local de Cotopaxi se plantea asumir el la priorización colectiva de obras, la rol de articulador del desarrollo local, organización de la demanda, el for­ generando participativamente políti­ talecimiento de las capacidades pro­ cas públicas. Asumir este nuevo rol positivas de las organizaciones y la implica una reestructuración de las elaboración de presupuestos partici- instancias del gobierno local, pues la pativos. actual estructura del Consejo Provin­ cial no responde a esta nueva lógica de gestión participativa. La constitu­ La construcción de un ción del equipo de apoyo externo a la Prefectura fue producto de esta nece­ nuevo gobierno local sidad. Sin embargo, es una instancia transitoria que deberá desaparecer Las administraciones seccionales en una vez que el Consejo Provincial el Ecuador se han caracterizado por logre implementar una estructura y ser proveedoras de servicios, abrir una dinámica de trabajo acorde con muy poco margen a la participación los procesos que está impulsando. ciudadana, basar su accionar en la En estos días el Consejo Provincial creación de redes clientelares, estar se ha planteado su reestructuración

1 / 8 Cotopaxi: espacio social y cambio político interna. Sin embargo, es un proceso se encarga del diseño de obras y inicial que deberá ser evaluado una la aprobación de planos, sin rea­ vez que se lo implemente. lizar análisis sobre la pertinencia e impactos de las obras dentro Los principales cambios en la insti- de una visión más general de lo tucionalidad del Consejo Provincial que implica el desarrollo local y guardan relación con los siguientes sus múltiples articulaciones. Sin aspectos: duda, la actual organización del Consejo Provincial no facilita que 1. El sistema de gestión: Implica pueda promover la generación de cambios en el ámbito administra­ políticas públicas para el desarro­ tivo y financiero, con la finalidad llo local. de contar con información ágil y oportuna que pueda favorecer la 4. En el sistema directivo: En el Con­ toma de decisiones, la rendición sejo Provincial de Cotopaxi se ha de cuentas y el control social. hecho un esfuerzo significativo por construir una interrelación 2. El sistema jurídico: Es necesario entre la población, las direccio­ realizar un inventario de las dis­ nes departamentales y las ins­ tintas ordenanzas y normativas tancias de decisión política. Para promulgadas por el Consejo Pro­ fortalecer un proceso de toma de vincial y los Municipios de la pro­ decisiones para el desarrollo pro­ vincia. A partir de este inventario vincial, es necesario sin embargo, será necesario armonizar la legis­ contar con sistemas de infor­ lación en las distintas escalas, mación y monitoreo del Plan de actualizar la normatividad exis­ Desarrollo que sirvan de insumo tente y generar nuevos cuerpos para la toma de decisiones y la legales de acuerdo a los desafíos generación de políticas públicas. contemporáneos que enfrenta la provincia y al nuevo rol de los gobiernos seccionales. Todo ello con el fin de alcanzar políticas La Democratización públicas concertadas entre los gobiernos locales y la población Frente a una forma de ejercicio del de la provincia. poder excluyente, el Consejo Pro­ vincial de Cotopaxi se planteó la 3. La estructura técnica de los democratización y la construcción de gobiernos locales: Debido al rol ciudadanía como uno de los pilares jugado por las administraciones de su accionar, poniendo en prác­ seccionales tradicionales, su tica mecanismos de información y estructura técnica no responde a consulta permanente a la población los planteamientos de un nuevo sobre algunas decisiones fundamen­ gobierno local. No se cuenta con tales. Es en este marco que se genera departamentos y talentos huma­ el proceso de planificación participa- nos especializados en la gestión tiva de la provincia y la Convención de los recursos naturales, en Ambiental de Cotopaxi. desarrollo humano, en promoción de la participación ciudadana, en La propuesta de democratización de planificación para el desarrollo, Cotopaxi nos remite al modelo de etc. La Dirección de planificación “énfasisenlascapacidadesendógenas

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 179 y en la participación”. En estos casos En el ámbito de la democratización se expresa una mayor preocupación se ha trabajado fuertemente en el por la producción hacia la demanda fortalecimiento del MICC; el ejercicio interna, apuestan por una gestión del control social, que en ocasiones pública inclusiva promoviendo para ha tomado características dramáti­ ello una democracia participativa cas, como el baño ritual realizado a basada en el respeto a las diversas un Consejero Provincial en el último identidades culturales (Cfr., Dávila y Congreso del MICC; y en la presu- otros, 1993: 34). puestación participativa, que aún tiene características incipientes. La La democratización constituye un apuesta fundamental del proceso de enorme reto, pues para que efectiva­ democratización ha sido la construc­ mente funcione es necesario contar ción de una nueva forma de gestión y con organizaciones sociales sólidas, de poder basados en la participación. generadoras de propuestas innova­ Se trata en definitiva de una nueva doras de desarrollo local, que parti­ forma de gobernar, obedeciendo los cipen en la toma de decisiones y que mandatos del pueblo que ha estado ejerzan un control social permanente. excluido de las decisiones fundamen­ Si bien el MICC cuenta con una serie tales durante siglos. de dirigentes/as formados/as que directa o indirectamente han apo­ yado el proceso de democratización Gestión para el desarrollo de la provincia, no se puede afirmar local que en las OSGs y organizaciones de base se ha superado el cllentellsmo. De hecho, una vez que el Prefecto se El tema del desarrollo local partici- posesionó recibió mil ochocientas patlvo surge a raíz de un cambio de solicitudes de obras provenientes enfoques del desarrollo rural, que en de las organizaciones comunitarias. un Inicio se basaba en una visión sec­ Se empezó entonces a trabajar en la torial (salud, educación, desarrollo organización de la demanda, dando agropecuario), luego pasaaunavisión un rol Importante a las OSGs y a las desde los actores, fortaleciendo sus Juntas Parroquiales para que discu­ capacidades. Finalmente desemboca tan colectivamente la pertinencia de en lo que se ha dado por llamar desa­ las obras que debería Impulsar la Pre­ rrollo local, que no es más que la con­ fectura. fluencia entre actores, escenarios y temas. Cuando se habla de desarrollo Se requiere además una mayor local, estamos entonces hablando de articulación entre los dirigentes y las un enfoque integral del desarrollo, un bases, pues muchas Organizaciones desarrollo con identidad, un desarro­ de Segundo Grado (OSG) se han con­ llo equitativo que tiene como centro vertido en un sistema de represen­ el ser humano. tación hacia fuera de las comunida­ des, en Instituciones especializadas La fuerza que ha tomado el tema en para dialogar con el mundo blanco - los últimos años se debe fundamen­ mestizo antes que Instituciones de talmente a que lo local es el escena­ consenso del heterogéneo mundo rio privilegiado para los procesos de Indígena (Cfr., Martínez, 1996: 117 - descentralización y gestión pública. 122). Puede permitir el desarrollo de una nueva democracia y el tratamiento

Cotopaxi: espacio social y cambio político del tema étnico (¡nterculturalldad). Es el medio ambiente, fortalecer la iden­ tal vez el espacio más idóneo para un tidad y la interculturalidad. desarrollo más sustentable y equita­ tivo y puede permitir un mayor con­ Para llevar adelante un proceso de trol social. esta naturaleza es necesario conside­ rar la dimensión política del desarro­ Los pueblos indígenas y organizacio­ llo local, que implica la politización de nes sociales han jugado un papel muy las demandas y reivindicaciones de la importante en este cambio de visión población con miras a construir suje­ del desarrollo, por un lado desde sus tos sociales. De ahí la articulación propias prácticas y concepciones más entre (agestión deldesarrollo localyel integrales del desarrollo y por otro proceso de democratización. “De este lado, debido a su participación polí­ modo, el desarrollo local no se limita tica en los ámbitos locales. a la configuración de la materialidad del sujeto, sino que además supone La gestión para el desarrollo local evidenciar y visibilizar los conflictos implica la construcción colectiva de y tensiones, a partir de procesos per­ un proyecto de desarrollo integral manentes de reflexión que posibilitan para la localidad, tomando en cuenta la concienciación y construcción de las cinco dimensiones del desarrollo ciudadanía. Esta propuesta cuestiona local: el poder, articulando el debate teórico con la construcción de sentidos, de • Desarrollo económico local discursos, de imaginarios concretos, prácticos, experimentales” (Dávila y • Desarrollo social otros, 1993: 32).

• Dimensión ambiental Dentro de esta perspectiva, el nuevo Prefecto de Cotopaxi al iniciar su • Desarrollo político y socio organi­ gestión se plantea impulsar el desa­ zativo rrollo económico local priorizando la inversión en riego, con un claro apoyo • Dimensión cultural a las pequeñas economías campesi­ nas; la vialidad con el fin de facilitar La gestión para el desarrollo local la integración de la provincia y apoyar tiene como objetivos: dinamizar las la comercialización de los productos; economías locales, fortalecer las y actividades relacionadas con el organizaciones sociales a través de la ambiente, particularmente la foresta­ participación ciudadana, favorecer la ción como mecanismo para conservar equidad y el mejoramiento de la cali­ los suelos e incentivar una produc­ dad de vida de la población, proteger ción sustentable.

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi LOS DESAFÍOS DEL PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN EN LA PROVINCIA DE COTOPAXI

La gestión de los gobiernos locales tión pública frente al peligro de ser para las autoridades indígenas y las copiados institucionalmente por el organizaciones sociales que promo­ poder. Guarda relación además con la vieron su elección, entraña múltiples necesidad de autonomía e institucio­ desafíos. En este trabajo analizare­ nalización de los espacios de partici­ mos aquellos relacionados con el pro­ pación ciudadana. ceso de democratización, tomando como referencia las entradas de aná­ Finalmente, el desafío de la eficacia lisis planteadas por Gret y Sintomer permite reflexionar sobre los resulta­ (2002) para el caso de Porto Alegre: dos concretos de los procesos parti- Escala, participación, institucionali- cipativos. zación y eficacia.

El desafío de la escala contempla dos riesgos, el primero el confinamiento El desafío de la escala de las propuestas democratizadoras a la escala local. Es decir, el hecho En el ámbito intralocal de que los procesos democratizado- res locales sean una forma de encu­ A escala provincial, el peso de los brir la falta de democracia a escala intereses económicos, de los grupos nacional. El segundo riesgo hace de poder y los intereses gremiales relación a que muchos de los proble­ es mucho más evidente que a escala mas locales requieren para su solu­ cantonal. Plantear una propuesta de ción de interveciones nacionales, lo desarrollo, con una apuesta política que puede generar desmotivación de clara hacia las poblaciones menos las poblaciones locales para partici­ favorecidas de la provincia, significó par en los procesos democratizado- de hecho enfrentar estas fuerzas, en res. un contexto de alta discriminación étnica. El desafío de la participación hace referencia a las posibilidades reales Para las élites provinciales el hecho de participación de los grupos exclui­ de que un indígena sea la autoridad dos en sociedades marcadas por la máxima de la provincia es una ver­ iniquidad estructural. güenza. Desde los partidos políticos tradicionales existe un claro inte­ El desafío de la institucionalización rés de desprestigiar la gestión del está marcado por la relación entre las prefecto, como un mecanismo para estructuras del estado, en este caso recuperar los espacios de poder que el gobierno local, y los movimientos han ido perdiendo. Gran parte de los sociales. Expresa el problema de las medios de comunicación de la provin­ posibilidades reales de incidencia de cia han estado tradicionalmente liga­ los movimientos sociales en la ges­ dos a estos sectores.

Cotopaxi: espacio social y cambio político De ahí que el desafío de la escala, es visto como la posibilidad de acceso implicaba para el nuevo Prefecto a recursos a los que anteriormente Provincial en primer lugar mostrar la era sumamente difícil recurrir. Como capacidad suficiente para adminis­ se mencionó anteriormente, durante trar la provincia, capacidad que era el primer mes de gestión del Prefecto, cuestionada de entrada por las élites llegaron al Consejo Provincial mil locales y los partidos políticos tradi­ ochocientas solicitudes de “obras” cionales. desde las Parroquias, Organizaciones de Segundo Grado y distinto tipo de Uno de los puntales para enfrentar asociaciones, lo que da cuenta por un este desafío fue el Plan de Desarro­ lado de la gran cantidad de demandas llo, pues en las administraciones y las altas expectativas de las pobla­ anteriores se había intentado llevarlo ciones locales frente a la Prefectura y adelante, sin éxito. La capacidad de por otro, de que la gestión provincial la nueva administración de plantear seguía siendo vista desde una pers­ una propuesta coherente, técnica­ pectiva clientelar con un rol de pro­ mente bien estructurada, negociarla veedor de obras y no como un arti- y conseguir el apoyo financiero para culador del desarrollo local. Una de ¡mplementarla, fue sin duda un ele­ las primeras decisiones que se tomó mento gravitante para enfrentar la fue que no se recibirán oficios para oposición inicial. obras, si éstos no eran el resultado de una discusión al interior de las Juntas Las tensiones existentes y la nece­ Parroquiales y OSGs, en las que se sidad de consolidar una propuesta realizara un proceso de priorización con amplio apoyo poblacional en la de necesidades. Esta estrategia tenía provincia, provocaron que se plantee como objetivos promover el asocia- fuertemente que si bien el Prefecto tivismo, los procesos de reflexión y es indígena y se debe al movimiento, discusión sobre el desarrollo y orga­ el nuevo gobierno provincial sería nizar la demanda. Desde entonces, un gobierno que defendería los inte­ se priorizó la escala parroquial para reses de la provincia, un gobierno la gestión de la provincia. para todos y todas. Sin embargo, en los discursos del Prefecto Provincial El desafío de la escala fue central en es recurrente su enlace y articula­ el debate para la operativización de ción con el MICC, a quien considera la propuesta de planificación partici- “el padre” del proceso. De hecho, la pativa y también se decidió partir de relación orgánica del Prefecto con el la escala parroquial, lo que implicó un Movimiento, a diferencia de muchas trabajo de micro diagnóstico muy por­ otras autoridades cantonales y pro­ menorizado. Para el MICC era funda­ vinciales, ha fortalecido a la Prefec­ mental esta entrada, que si bien com- tura en su lucha para enfrentar la plejizaba y suponía un tiempo mayor oposición y negociar firmemente en en el trabajo de diagnóstico, signifi­ momentos difíciles, sobre todo por la caba la posibilidad de multiplicar los alta capacidad de convocatoria a las niveles para ampliar la participación. organizaciones indígenas con la que cuenta la autoridad indígena. Quizá la principal limitación que se tuvo que enfrentar por partir de la Desde las organizaciones indígenas escala parroquial fue la de superar locales, el hecho de contar con uno de las visiones microlocales existentes sus representantes en la Prefectura, en las parroquias y plantear una

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi reflexión desde lo parroquial con una contrahegemónico de desarrollo. Un perspectiva de provincia. Para ello, puntal importante para enfrentar este fue necesario un trabajo de retroali- desafío fue el tejido social existente mentación permanente por parte del en el MICC, la legitimidad de los/as Equipo Técnico Local en las discu­ representantes parroquiales, canto­ siones parroquiales. Pese a ello, los nales y provinciales y su compromiso resultados de los diagnósticos parro­ de replicar los planteamientos, apues­ quiales muestran una preeminencia tas y estrategias hacia niveles micro de la visión microlocal. Superar la - locales. Se optó entonces por privi­ visión parcelaria del desarrollo y asu­ legiar las representaciones existentes mir una perspectiva de provincia, en en la provincia, aunque ello implicaba la que en ocasiones, se debe poster­ una disminución de la participación gar la resolución de necesidades a directa. El principal límite de esta nivel sectorial y formular propuestas opción fue el trabajo a nivel urbano más globales e integradoras, ha sido debido a la poca tradición organiza­ un desafío para las organizaciones de tiva de este espacio3, a las resisten­ la provincia. De hecho, en el proceso cias de los sectores urbanos tradicio­ de formulación del Plan Provincial se nales de la provincia de involucrarse evidenció la dificultad de reflexionar en una propuesta impulsada desde con las organizaciones más allá de las esferas y organizaciones rurales e los ámbitos microlocales. indígenas y el ámbito de acción emi­ nentemente rural de los Consejos Pro­ Una vez sistematizados los diagnósti­ vinciales del país. cos parroquiales se realizaron talleres cantonales en los que se presentaban En el año 2001, a partir de los resul­ los resultados de los diagnósticos tados del Plan de Desarrollo, se ini­ parroquiales sintentizados en una cia un trabajo para la elaboración del matriz cantonal y se trabajó a partir presupuesto participativo y nueva­ de matrices FODA las líneas estraté­ mente, se privilegia la escala parro­ gicas, las visiones y los valores. Se quial, realizando un primer ejercicio realizaron paralelamente talleres de presupuestación participativa con con especialistas por ejes temáticos, las Juntas Parroquiales. En el 2002, conjugando la entrada territorial con la entrada parroquial se conjuga con entradas temáticas. Esta estrategia la escala cantonal, tan solo en los permitió superar en gran medida cantones que abren posibilidades de las visiones microlocales desde las participar en la propuesta. Se realiza parroquias, generando propuestas entonces los presupuestos partici- cantonales y provinciales. pativos en los cantones de Saquisilí y Sigchos, en los que se discuten las Otro aspecto importante, que cruza asignaciones presupuestarias del el desafío de la participación y de la Consejo Provincial para estos canto­ escala, hace relación a los niveles de nes y las asignaciones de los Munici­ representación en el proceso parti- pios. Es interesante en este sentido el cipativo y la necesidad de identificar trabajo articulado hacia el desarrollo actores relevantes con peso provincial, local de las esferas cantonales y pro­ que permitan consolidar un modelo vinciales. Para el resto de cantones

3 De los 7 cantones de la provincia, tan solo Latacunga cuenta con una federación de barrios, las parroquias urbanas no eligen a sus representantes y no existe organización provincial alguna que aglutine a los pobladores urbanos.

I 84 Cotopaxi: espacio social y cambio político se sigue trabajando directamente con Lo extralocal: Articulación de la las juntas parroquiales. escala provincial con la nacional

Pese a la incorporación de dos canto­ “La articulación entre nes en el proceso de presupuestación ¡o local y lo nacional, constituya quizá el mayor participativa no se puede hablar aún reto que deben enfrentar de una articulación de las propuestas los gobiernos locales que de desarrollo local, ni siquiera en la pretenden desarrollar escala cantonal, pues en los ejerci­ nuevas modalidades de cios de presupuestación participativa gestión del desarrollo" (Larrea y Larrea, 1999: 131). sigue imperando la visión micro local. Son las demandas de las parroquias las que imperan y la necesidad del En todos los momentos del proceso Prefecto y del MICC de afianzar las participativo surge el problema de relaciones con las organizaciones de cómo trabajar lo extralocal, pues base. En el caso de la presupuesta­ existen una serie de planteamientos ción participativa a escala cantonal desde las organizaciones sociales que priman además las relaciones de los tienen relación con políticas públicas Alcaldes con sus bases sociales. Las a escala nacional. La participación lealtades primordiales pesan más que de la provincia en el G-8 y su relación la necesidad de generar propuestas con el CONCOPE (actualmente el Pre­ integrales de desarrollo local. Esto se fecto Provincial es Vicepresidente del evidencia en el distributivo de obras CONCOPE) abren posibilidades intere­ para la provincia, donde no existen santes de trabajo en este tema. Sin grandes inversiones, sino más bien embargo, no se cuenta aún con una una cantidad de pequeñas obras con estrategia clara hacia estos espacios. el afán de satisfacer al mayor número El G8 se ha convertido en un espacio de pobladores/as. para la discusión de ciertas obras comunes a las 8 provincias, antes Quizá el intento más significativo de que en un espacio de discusión sobre trabajar una propuesta de políticas políticas nacionales y Cotopaxi no públicas a escala provincial ha sido ha podido incidir para cambiar esta el proceso de la Convención Ambien­ lógica. En cuanto al CONCOPE, uno de tal de Cotopaxi. Aunque el rol de las los temas fundamentales de discu­ actorías externas en este proceso fue sión en el momento actual es el refe­ gravitante, se han dado los primeros rido a la descentralización. Ésta es pasos para actuar sobre la escala vista como un proceso de transferen­ provincial desde una perspectiva de cia de competencias y se han iniciado construcción de políticas públicas las negociaciones para la descentra­ ambientales y de superar las visiones lización ambiental. Sin embargo, las clientelares del desarrollo local. discusiones se han circunscrito al tema administrativo, sin mayor discu­ El principal desafío en relación al pro­ sión sobre el sentido y las apuestas ceso llevado adelante en el marco que un proceso de descentralización de la Convención Ambiental es el de supone. generar las alianzas necesarias a nivel de la institucionalidad del gobierno Las dificultades de articulación entre provincial para que los planteamien­ la escala provincial y la nacional dan tos generados se conviertan en políti­ cuenta de un tipo particular de cul­ cas públicas efectivas. tura política presente en la provincia,

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 1 8 5 que se ha expresado no solamente en la justicia y la paz. Mientras que el las dificultades de superar las visio­ Paro Provincial demandaba el cum­ nes microlocales durante el proceso plimiento de acuerdos firmados por de planificación del desarrollo pro­ el Presidente de la República para la vincial, sino también en las articula­ construcción de obras significativas ciones entre el Movimiento Indígena en Cotopaxi. La unión de ambos plan­ y Campesino de Cotopaxi y los espa­ teamientos les restó fuerza política. cios nacionales en los que éste par­ ticipa. El analizar la realidad local y Para los integrantes del MICC no es extralocal considerando únicamente conveniente separar la esfera orga­ los elementos de la propia provincia nizativa de la política, pues existe el es una constante en el MICC. En este temor de perder la direccionalidad sentido cabe recordar los conflictos política del Movimiento, corriendo vividos en el Congreso de Pachakutik el riesgo de que éste deje de ser un nacional en el 2001, en el Congreso espacio democrático donde las Orga­ de la CONAIE en el mismo año y en la nizaciones de Segundo Grado tomen ruptura de la alianza entre Pachacutik las decisiones fundamentales para y el Partido Sociedad Patriótica en el el movimiento. La participación de 2003. La débil articulación entre las personas que no están ligadas al pro­ escalas provincial y nacional en parte ceso organizativo es vedada dentro puede ser explicada por la existencia del movimiento bajo el argumento de dentro del MICC de una cultura polí­ la representación. La palabra de los tica profundamente autocentrada. individuos, por no representar a sec­ tores organizados, pierde valor. Cotopaxi es la única provincia en el país donde el movimiento polí­ La fuerza con la que cuenta el movi­ tico (Pachacutik) no cuenta con una miento en la provincia ha sido gra­ estructura diferenciada del Movi­ vitante en la decisión de evitar cual­ miento Indígena y Campesino, lo quier tipo de alianzas con otros par­ que trae constantes problemas en tidos o sectores. De ahí que en todos el relacionamiento con otros actores los procesos electorales, el MICC haya sociales y políticos tanto dentro de la participado solo. Esto nos lleva a pre­ provincia, como en la escala nacional. guntar en qué nivel de constitución En varias ocasiones, el Prefecto ha de sujeto social se encuentra el MICC. pasado a ser el vocero del MICC en las Mario Unda (2002, citado por Dávila disputas nacionales, lo que ha dado y otros, 2003: 32), propone diferen­ lugar a una superposición de roles y ciar niveles en la constitución de los a mezclar aspectos organizativos con sujetos: aquellos vinculados a la gestión pro­ vincial. El ejemplo más significativo En un primer nivel, los sujetos remi­ en este sentido fue el juntar las últi­ ten su acción a su entorno con una mas movilizaciones indígenas a raíz percepción general de los conflictos del atentado contra el Presidente de que giran en torno a su constitución, la CONAIE, con el Paro Provincial de no visualizan los elementos exter­ Cotopaxi. Cada una de estas protes­ nos, por tanto es aún innecesaria una tas tenían orígenes y planteamientos estrategia de alianzas. muy diferentes. Las movilizaciones indígenas cuestionan al poder consti­ En un segundo nivel, los sujetos tuido con una serie de planteamien­ sociales recogen intereses particu­ tos sobre la democracia, la dignidad, lares que engloban a determinados

Cotopaxi: espacio social y cambio político grupos, desde una perspectiva gre­ hace una alianza con las organizacio­ mial. Ya existe la necesidad de gene­ nes amazónicas y logra acceder a la rar encuentros puntuales y alianzas Presidencia de la CONAIE. El acceso a concretas con otros sectores subal­ los espacios organizativos nacionales ternos. es muy valorado por el movimiento, sin embargo, no existe una propuesta En un tercer nivel, los sujetos se pro­ programática desde el conjunto del ponen la construcción de un proyecto movimiento provincial para trabajar de mayor escala que promueva la la escala nacional. Esta falta de pro­ equidad social, en donde las alianzas puesta se evidenció en el momento estratégicas son un elemento funda­ de decidir la participación electoral m ental. del Pachacutik con candidato a la Presidencia de la República. Las dis­ En este marco, se podría afirmar que putas internas producto de toda esta el MICC se encuentra en un proceso historia de conflictos dieron lugar a de transición entre el primero y el establecer una alianza con el Partido segundo nivel de constitución como Sociedad Patriótica para la Presiden­ sujeto social, ya que si bien recoge cia de la República, que finalmente una serie de reivindicaciones étni­ triunfó en la contienda electoral. cas y culturales, que en ocasiones tienen características gremiales, aún Una vez que se rompe la alianza entre no está interesado en establecer una Sociedad Patriótica y Pachacutik, el estrategia de alianzas que le permi­ MICC decide que mantendrá a sus tan multiplicar su propuesta hacia representantes en los cargos a los que otros sectores y nutrirse a la vez de había accedido, mientras que todas planteamientos para la construcción las otras provincias del país acatan de una plataforma política más global la resolución del Ejecutivo Nacional e inclusiva. La tendencia en el MICC de Pachacutik de renunciar a estos de analizar el conjunto del país par­ puestos. El argumento esgrimido por tiendo de la fuerza con la que cuenta el Movimiento fue que no era el Presi­ el movimiento a nivel provincial es dente de la República quien los había muy marcada, sin considerar que la nombrado, sino que eran las propias realidad de Cotopaxi, no necesaria­ bases del movimiento quienes eligie­ mente es la del país. ron a sus representantes. Ellos ocu­ paban estos cargos gracias al ejerci­ El MICC ha vivido una serie de proce­ cio directo de la democracia. sos conflictivos en los ámbitos nacio­ nales debido a su autocentramiento. Los planteamientos sobre la democra­ En el Congreso de Pachacutik del cia directa y la necesidad de consulta 2001, el MICC lidera la salida de un permanente a las bases se mezclan grupo importante de organizaciones constantemente con las necesidades que estaban en minoría, quedando de construcción de la materialidad de excluidos de la conformación del los sujetos sociales. En el momento Ejecutivo Nacional del Pachacutik y en que la estrategia política electoral dando inicio a un proceso de perma­ del movimiento se subsume a estra­ nente cuestionamiento y confronta­ tegias de generar empleo y promover ción con las autoridades nacionales. redes clientelares, los planteamien­ tos de democratización pasan a ser el Esta tendencia se revierte en el Con­ bello ropaje que contribuye a repro­ greso de la CONAIE, en el que el MICC ducir la cultura política dominante,

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi sacrificando las posibilidades de de la participación democrática es construcción de un proyecto político garantizar una mayor equidad en la liberador. distribución de los recursos econó­ micos y de poder. De este modo, el Finalmente, pudo más la presión del proceso participativo en Cotopaxi es movimiento nacional que los plantea­ visto como un medio para impulsar mientos de Cotopaxi y el MICC pidió a un nuevo modelo de desarrollo. Lo los funcionarios públicos nombrados político entonces, adquiere un carác­ por sus organizaciones, renunciar a ter central en la propuesta. sus cargos. Bebbington y Perrault (2001: 74) Sin embargo, la reserva moral con la plantean que en las áreas donde las que cuenta el movimiento es suma­ estructuras sociales son más verti­ mente alta y explosiona a partir del cales y están basadas en relaciones atentado contra el Presidente de la autoritarias y los niveles de confianza CONAIE, al punto de intentar impe­ son bajos, la capacidad ciudadana dir la entrada del Presidente de la para la acción colectiva también es República a la provincia en medio del baja y el acceso y control sobre el proceso de negociación del Paro Pro­ Estado y el mercado son débiles. vincial y de movilizar a más de cinco Inversamente, en aquellas áreas mil indígenas en las últimas acciones donde las relaciones son horizonta­ de protesta. Parecería que la tónica les, están basadas en la confianza y del movimiento está marcada por su los valores compartidos, los niveles fuerte capacidad movilizadora y los de participación en las organizacio­ esfuerzos de parar las lógicas de cop- nes sociales son mucho más altos, tación de las que son objeto frente a existe mayor relación entre el estado, momentos de reflujo y de adaptación el mercado y la sociedad civil. Coto­ a las dinámicas dominantes. paxi se ubicaría en el segundo grupo debido a la presencia del MICC, una de las organizaciones indígenas más El desafío de la poderosas en la sierra ecuatoriana. De hecho, la presencia del MICC en participación la provincia ha sido un puntal funda­ mental para llevar adelante el proceso El proceso de gestión local alterna­ participativo. tiva en Cotopaxi parte de un énfasis en las capacidades endógenas y en No obstante, la relación entre el capi­ la participación. Se concibe a la par­ tal social acumulado por las organi­ ticipación como un mecanismo para zaciones y su incidencia en procesos lograr el reconocimiento de los más significativos de cambio social no es débiles por parte del gobierno local una relación directa, mecánica, ni y construir sujetos sociales autóno­ inmediata. Como ya lo observamos mos capaces de generar propuestas, en un artículo respecto al proceso de ¡nterlocutar con su gobierno y ejercer Saquisilí: el control social. De ahí que la partici­ pación sea un elemento nodal para la “Uno de los desafíos más relevantes reforma del sistema político y el paso radica, sin duda, en lograr el paso de una administración tradicional a desde el discurso relvlndlcatlvo de un gobierno local, construido desde la participación ciudadana hacia el la propia sociedad. El sentido último Impulso de procesos concretos de

Cotopaxi: espacio social y cambio político participación y concertación de intere­ organizaciones de peso en la provin­ ses de los diversos sectores (incluidos cia, discriminó fuertemente la partici­ los sectores urbanos mestizos) en la pación de las mujeres. planificación y gestión del desarrollo local. En contextos como el de [Coto­ Para paliar en alguna medida esta rea­ paxi], caracterizados por una alta seg­ lidad, se optó por realizar un trabajo mentación ¡nterétnica, este desafío conlleva la necesidad de articular dife­ dirigido a discutir las iniquidades de rentes lógicas y prácticas de acción género en la provincia en todas las que respondan a diversos requeri­ fases del proceso y a realizar una mientos y demandas marcados por serie de reuniones exclusivamente culturas políticas también diversas” con las organizaciones de mujeres (Larrea y Larrea, 1999:130). de manera que sus percepciones, problemáticas y demandas puedan Para ello es necesario el fortaleci­ estar presentes en el Plan, pese a su miento de las capacidades de gene­ participación porcentual minoritaria ración de propuestas, negociación dentro del proceso. y toma de decisiones, no solo de las federaciones, sino también de las La participación del MICC en el diseño propias comunidades de base, con un de la propuesta de planificación, en énfasis en el fortalecimiento de su rol el Comité de Gestión y en el conve­ político. Es necesario que las distin­ nio interinstitucional, no solamente tas actividades que realizan las orga­ como “proveedor de información” nizaciones se articulen y permitan sino como conductor del proceso, construir un capital para mejorar su suscitó varias reacciones por parte de posición y su poder en los escenarios los Consejeros Provinciales. locales e incidir en los espacios de toma de decisiones en las distintas Una primera reacción hacía referencia escalas (Cfr., Bebbington y Perreault, al doble rol del MICC en la provincia: 2001: 74). como movimiento político - electo­ ral y como organización social. Los Como se dijo al analizar el desafío de Consejeros Social Cristianos cuestio­ la escala, la estrategia nodal fue mul­ naron que “un partido político” sea tiplicar los niveles de participación cogestorde la propuesta de planifica­ partiendo de la escala parroquial. ción participativa, evidenciando una Frente al desafío de la calidad de la vez más los inconvenientes de la falta participación, se privilegió la interlo­ de diferenciación entre la estructura cución con actorías representativas organizativa y la estructura político - de la provincia y con representantes electoral dentro del movimiento. legitimados por estas actorías; cons­ truyendo una pirámide participativa, El segundo cuestionamiento, rela­ lo más cercana a las parroquias. cionado con el anterior, era que el Plan de Desarrollo era visto desde Si analizamos la participación por los Consejeros de oposición como sexos, la existencia del “censo social” un Plan de los indios para los indios, es evidente. En el proceso de planifi­ antes que como el documento rector cación participativa, el 6 2 % de los del desarrollo en la provincia. Esta participantes son hombres, frente visión fue constantemente rebatida a un 38 % de mujeres. De hecho, en todos los espacios públicos con la estrategia de privilegiar la parti­ el argumento de que el Plan Provin­ cipación de representantes de las cial, no es el Plan para la gestión de

Los desafíos del proceso de democratiza! ión en Cotopaxi Consejo Provincial, sino que cons­ Por parte del MICC, el argumento para tituye el documento rector para el defender su legitimidad en la toma desarrollo de toda la provincia. En de decisiones de asuntos provincia­ este sentido, el rol del HCPC consiste les reposa en el derecho a la parti­ en coordinar las propuestas gene­ cipación y en el cuestionamiento a radas desde la población con las los mecanismos de representación distintas instituciones presentes en de la democracia liberal. Bajo este Cotopaxi, favoreciendo la articulación argumento, las autoridades electas entre oferta y demanda. por votación universal deben acatar los planteamientos de quienes los Pese a estos cuestionamientos, la han elegido. El MICC se ve a sí mismo propuesta fue aprobada por unanimi­ como el vocero de estos planteamien­ dad en el seno del Consejo y se emi­ tos, bajo el cuestionamiento de la dis­ tió una ordenanza provincial para la tancia existente entre representantes creación del Comité de Gestión, como y electores, debido a que es la ins­ máxima instancia para la conducción tancia provincial de mayor organiza­ del proceso. ción social y a que constituye la base social de apoyo del Prefecto. La relación entre las autoridades elec­ tas desde Pachakutik y el MICC no ha Un caso relevante en el que se estado libre de tensiones permanen­ expresó esta tensión fue en enero del tes. Desde el MICC existe un fuerte 2003, cuando una mayoría de oposi­ sentimiento de que sus represen­ ción al Prefecto logro copar todas las tantes deben acatar “los mandatos” Comisiones del Consejo Provincial, del Movimiento y cualquier decisión contando para ello con la votación de importante debe ser sometida a dis­ uno de los Consejeros de Pachakutik. cusión de las bases. Las autoridades La Asamblea del MICC decidió por una de Pachakutik por su parte reclaman parte “castigar” al Consejero por su el derecho a tomar decisiones con actuación, exigiendo la alternatibili- mayor libertad. dad inmediata y sometiéndolo a un ritual de purificación bajo los pre­ Esta tensión adquiere mayor relevan­ ceptos de la justicia indígena; y por cia y es fuente de conflictos más hon­ otra parte, participar en la siguiente dos, frente al pleno del Consejo Pro­ reunión ordinaria del pleno del Con­ vincial, pues el proceso participativo sejo, para exigir a los Consejeros ha generado un mayor poder del Pre­ rever su decisión. La presión social fecto frente al Consejo, fortaleciendo en la sesión del Consejo obligó a los al ejecutivo local, quien se relaciona Consejeros a reestructurar las Comi­ directamente con los espacios par- siones. ticipativos. Para paliar de alguna manera esta tensión el Prefecto ha El principio de revocabilidad automá­ invitado a los Consejeros a participar tica de los mandatos por las bases en las reuniones con la población. No como un mecanismo efectivo de con­ obstante, el argumento de que las trol social ha sido plenamente asu­ decisiones deben ser tomadas por mido por el MICC, aunque no por las el Consejo, como organismo legítimo autoridades electas desde el Movi­ de representación popular y autori­ miento. Pese al castigo ritual ejercido dad máxima de la provincia, recono­ sobre el Consejero de Pachacutik y a cida por las leyes ecuatorianas, sigue todas las presiones para conseguir siendo gravitante. su renuncia, esta autoridad sigue en

190 Cotopaxi: espacio social y cambio político su cargo con el apoyo del propio Pre­ el equipo técnico de interpelar a las fecto, bajo el argumento de que si se instituciones con los planteamientos le revoca el mandato, Pachacutik per­ de las organizaciones sociales bajo la dería la Vicepresidencia del Consejo y necesidad de articular las ofertas ins­ les dejaría en una posición de mayor titucionales a las demandas poblado- debilidad para las negociaciones al nales desde la perspectiva de organi­ interior del cuerpo colegiado. zación de la demanda.

El MICC ha liderado en varias ocasio­ En el trabajo relacionado con la Con­ nes procesos importantes de ren­ vención Ambiental, el mayor desafío dición de cuentas y control social a tuvo que ver con las posibilidades de sus autoridades, contando con toda las organizaciones sociales de generar la disposición de éstas últimas de propuestas que puedan ser objeto de someterse al proceso, aunque no ha políticas públicas. Los límites de las logrado hacer efectivas las resolu­ organizaciones en este sentido son ciones tomadas, demostrando que evidentes. Por otra parte, era necesa­ la “buena voluntad” de las actorías rio construir los argumentos necesa­ sociales y de las autoridades no es rios para defender las propuestas de suficiente en el ejercicio del control políticas públicas frente a los grupos social. En la práctica lo que ha suce­ económicos y de poder que se verían dido es que las autoridades presen­ afectados por la implementación de tan sus informes a las organizacio­ estas políticas. Para ello, el tema de nes, que a su vez, presentan una serie la democratización de la información de reclamos que no necesariamente fue fundamental. Se partió enton­ tienen relación al informe de las auto­ ces de la necesidad de fortalecer las ridades, se generan ciertos acuerdos, actorías sociales más débiles -en a los que no se da seguimiento. Es términos económicos y políticos- de necesario, por consiguiente generar manera de paliar en alguna medida instrumentos específicos para que las disparidades entre actorías y ase­ el proceso de rendición de cuentas y gurar que el diálogo se desenvuelva control social pueda ser más efectivo. en condiciones de mayor equidad. Esto necesariamente debe ir acompa­ ñado de la generación de capacidades Para analizar los procesos de flujo y locales para conducir los procesos, reflujo vividos por el MICC durante aplicar los instrumentos y construir los últimos años y particularmente nuevas herramientas y metodologías en su articulación con el gobierno de trabajo, desde las especificidades provincial, proponemos partir de la de cada espacio local. inserción de las organizaciones en el campo de juego de la gestión local. El optar por una partcipación basada Comprender a la gestión local como en el peso y representación de las un “campo”, implica definirla como actorías supuso además abrir un “una red o configuración de rela­ espacio a las instituciones públicas ciones objetivas entre posiciones” y gremiales de carácter provincial. El (Bourdieu y Wacquant, 1995: 64), en desafío mayor frente a esta estrate­ la que diversos actores se relacionan, gia fue el de evitar que las lógicas y expresan diversos intereses, ocupan voces institucionales y los intereses posiciones de fuerza, construyen gremiales primen sobre las propues­ identidades y significados cultura­ tas de las poblaciones locales. En les, luchan por la conservación o la este sentido se hizo un trabajo desde transformación de las relaciones de

Los desafíos del proceso de democratice ion en Cotopaxi 191 poder al interior del propio campo y para el MICC ha sido fundamental en en su articulación con los procesos su lucha por consolidar su posición externos. Como lo señala Eguiguren, en el escenario provincial, poniendo mediante el concepto de campo social en marcha estrategias flexibles de “se puede entender el proceso de acuerdo a los distintos momentos desarrollo como un espacio de con­ políticos que se ha visto avocado a flicto construido socialmente o como enfrentar. La producción del discurso un suelo que sustenta una lucha de de la democracia participativa pasa fuerzas entre los distintos actores a ser una las “armas” con las cuales que juegan en el campo” (Eguiguren, se lucha, se disputan espacios y se 1995:46). construyen representaciones y signi­ ficados de lo social. La noción de “campo” no puede ser entendida al margen del concepto de En las prácticas concretas, en las capital que define y delimita las rela­ que intervienen actores concretos ciones de los actores en un campo en escenarios locales concretos, la determinado. Para Bourdieu, un gestión local constituye también capital “es el factor eficiente en un un campo de conflicto y de disputa campo dado, como arma y como (Eguiguren, 1995: 30) en el que se apuesta; permite a su poseedor negocian contenidos y se generan ejercer un poder, una influencia, “discursos de verdad” en función de por tanto existir en un determinado las propias relaciones de poder. Como campo” (Bourdieu y Wacquant, 1995: lo afirma Foucault, las relaciones 65). de poder implican al mismo tiempo resistencias, las cuales son efectivas En un contexto de segmentación inte­ precisamente en los puntos en los rétnica, lasestrategiasdelmovimiento que el poder se ejerce y al igual que el indígena de Cotopaxi, sus dinámicas poder, estas resistencias locales pue­ de flujo y reflujo en tanto instancias den dar lugar a estrategias globales de representación o gestión, respon­ (Foucault, 1979:171). den a las condiciones objetivas y a los esfuerzos campesinos por mejorar En este sentido, las identidades su posición en el “campo de fuerzas colectivas construidas en la dinámica actuales y potenciales” (Ibíd..: 68) organizativa del movimiento indígena que constituye la gestión local. Es en los contextos locales y en el campo en este campo de fuerzas en donde de juego de la gestión local, se expre­ las comunidades y organizaciones san también en la construcción de un indígenas construyen identidades discurso de verdad, que recurriendo colectivas diferenciadas y replantean a elementos simbólicos presentes en las relaciones de poder en los esce­ la cultura local, contribuyen a generar narios locales. Independientemente cierta normatividad en las prácticas del éxito o fracaso de los proyectos sociales, orientadas a legitimar a la que impulsan, el campo de la ges­ organización y a fortalecer el sentido tión local y los discursos generados de pertenencia de sus asociados. Las en él desde los diversos actores, han identidades construidas potencian la sido incorporados y utilizados por las realización de acciones colectivas y comunidades y organizaciones como motivan la participación de los aso­ un capital para mejorar su posición y ciados en las mismas, lo cual a su vez su poder en los escenarios locales. El refuerza estas identidades. tema de la democracia participativa

192 Cotopaxi: espacio social y cambio político Se trata de un “juego” en el que rol, convocando a reuniones “ñukan- chikpura” (entre nosotros) cuando se “los jugadores pueden jugar para trataba de cuestionar aspectos rela­ incrementar o conservar su capital, cionados con las orientaciones políti­ sus fichas, conforme a las reglas tác­ cas del proceso. Cabe señalar que el ticas del juego y a las necesidades de equipo de apoyo externo en un inicio reproducción tanto del juego como estaba conformado por líderes indíge­ de las apuestas. Sin embargo, tam­ nas reconocidos en la provincia y que bién pueden Intentar transformar, en parte o en su totalidad, las reglas son parte del MICC. Su fuerte filiación inmanentes del juego” (Boudleu y con el movimiento daba lugar a que Wacquant, 1995: 66). en momentos difíciles, el equipo de apoyo externo asuma en coordinación En el caso de la construcción del con el MICC un rol político, muy nece­ poder local en Cotopaxl se está Inten­ sario, para orientar la gestión provin­ tando modificar las reglas del juego, cial, dejando de lado el rol del Comité a través del proceso participativo. Sin de Gestión, que al ser un espacio más embargo, en muchas ocasiones es plural generaba desconfianza por necesario recurrir a las viejas reglas parte del movimiento. Bajo el lema para no perder las apuestas. de “la ropa sucia se lava en casa” el Comité de Gestión fue perdiendo el rol de orientador del proceso. El desafío de la institucionalidad El equipo de apoyo externo generó resistencias al interior del cuerpo de Consejeros y el Plan de Desarrollo El proceso participativo de Cotopaxi pasó a ser visto como lo que hacen ha venido acompañado de la crea­ “los indios”. ción de nuevas institucionalidades: El Comité de Gestión, el Comité de Una vez concluido el proceso de Seguimiento a los acuerdos de la planificación participativa el equipo convención ambiental y las mesas externo se desestructuró porque sus de trabajo ambientales. Pese a los integrantes por mandato del movi­ esfuerzos realizados por varias ins­ miento pasaron a ocupar dignidades tituciones y actores sociales, estos de gran importancia para la organi­ espacios aún no cuentan con un nivel zación (una diputación provincial y de institucionalización que les per­ la dirección nacional de un proyecto mita generar un dinamismo propio. financiado por la Unión Europea).

El Comité de Gestión fue creado a par­ Se conformó un nuevo equipo de tir del proceso de Planificación parti­ apoyo externo que ha cumplido un rol cipativa y ha tenido distintos nive­ técnico importante pero no ha sido les de dinamismo de acuerdo a las capaz de darcontinuidad al rol político coyunturas que ha vivido. Al inicio de desempeñado por el equipo externo la gestión era el espacio en el que se que le precedió. Sin embargo, goza tomaban las decisiones fundamenta­ de mayor reconocimiento por parte les relacionadas con el nuevo proceso de la institucionalidad del Consejo de gestión. Sin embargo, conforme Provincial (Consejeros y funcionarios) avanzó el proceso de planificación y ha logrado incorporar institucional­ participativa, el equipo externo de la mente al Consejo Provincial en el pro­ provincia asumió para sí mismo este ceso de difusión e implementación

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 1 9 3 del Plan Participativo de Desarrollo Pese a que el proceso de la Conven­ de Cotopaxi. ción fue aprobado por unanimidad en el seno del Consejo Provincial, ha A partir del segundo momento del habido dificultades para que el Con­ proceso (la implementación del Plan) sejo apruebe la ordenanza ambien­ el Comité de Gestión ha jugado un tal. El principal argumento por parte rol operativo y ha logrado reunirse de los Consejeros es que requieren periódicamente. Sin embargo, la par­ asesoramiento, pues muchos de los ticipación de los Consejeros de opo­ temas planteados por la ordenanza sición se ha perdido junto con el peso les son ajenos; lo que ha supuesto político que tenía inicialmente esta un fuerte proceso de capacitación instancia. al cuerpo colegiado sobre los temas ambientales. Durante el proceso preparatorio de la Convención Ambiental se consti­ Otra dificultad vivida por el Comité de tuyeron mesas de trabajo por entra­ Seguimiento a los acuerdos de la Con­ das temáticas (legislación ambien­ vención Ambiental es la diversidad de tal, agua, suelos, páramos y calidad expectativas y planteamientos de sus ambiental). La gran mayoría de estas miembros. Al interior del Comité exis­ mesas están conformadas primordial­ ten posiciones que instrumentalizan mente por instituciones gubernamen­ el proceso, en términos de verlo como tales y no gubernamentales, excepto un campo para la generación de recur­ la mesa de páramos en la que la par­ sos hacia las instituciones miembros. ticipación del MICC ha sido decisiva. Estos planteamientos conviven con Los equipos de trabajo se constitu­ visiones más procesuales que ven a yeron con altas expectativas sobre la Convención como la posibilidad de la posibilidad de generar políticas plasmar el modelo participativo en ambientales para la provincia, expec­ un área concreta y generalmente olvi­ tativas que tuvieron su punto máximo dada en la gestión de los gobiernos en marzo del 2003, cuando se realiza seccionales. la Convención Ambiental. Pese a los desniveles existentes entre las distin­ En relación al proceso de reestructu­ tas mesas, en todas las áreas temá­ ración interna del Consejo Provincial ticas se generaron acuerdos que es se ha avanzado poco. Se ha logrado necesario llevarlos a la práctica. realizar un trabajo articulado entre el Equipo de Apoyo Externo, el Prefecto Una vez realizada la convención y los funcionarios provinciales. A ambiental se conformó un comité nivel interno se ha asumido el Plan de de seguimiento a los acuerdos cuyo Desarrollo y se ha logrado difundirlo. nivel de funcionamiento todavía es No obstante, a nivel directivo (Con­ incipiente. El dinamismo de las mesas sejeros provinciales) todavía existen de trabajo a futuro dependerá en gran resistencias para plantear un desa­ medida del rol que pueda cumplir el rrollo articulado e integral para la Comité de seguimiento a los acuer­ provincia. Muestra de ello es la forma dos de la Convención Ambiental. El de configurar el distributivo de obras, trabajo del Comité en el último año en la que los planteamientos del Plan se ha centrado en la promulgación de son secundarios. la ordenanza ambiental de Cotopaxi que recoge los planteamientos de la En varios momentos se discutió la Convención. posibilidad de crear una instancia

194 Cotopaxi: espacio social y cambio político amplia y permanente de participa­ a los temores que suscitan una posi­ ción ciudadana a escala provincial. ble pérdida de poder del MICC como De hecho el Prefecto convocó a una espacio privilegiado de interlocución Asamblea Provincial en medio de la con el gobierno provincial. coyuntura de posible privatización de las Empresas Eléctricas y la Asamblea Frente a la imposibilidad de contar se pronunció en contra de la privati­ con un espacio más amplio de par­ zación de ELEPCO (Empresa Eléctrica ticipación ciudadana, el MICC ha de Cotopaxi). Sin embargo, esta asumido el rol de representación de Asamblea no fue pensada como un los sectores sociales de la provincia, espacio permanente de participación generando dificultades semejantes ciudadana. a las vividas por la indiferenciación del espacio político del organizativo. Frente a los incumplimientos por Quizá una de los mayores problemas parte del Gobierno Nacional a los en este sentido es la pérdida de auto­ acuerdos firmados por el Presidente nomía del espacio organizativo. De en la Sesión Solemne por el aniversa­ hecho las autoridades electas inciden rio de la provincialización de Cotopaxi fuertemente en la toma de decisiones en abril del 2003, el Prefecto provin­ del movimiento e incluso ejercen la cial convoca a fines del 2003 nueva­ vocería del mismo. En el último Con­ mente a la Asamblea Provincial. Esta greso del MICC, realizado en Sigchos Asamblea está conformada por todas en mayo del 2003, la injerencia de las autoridades actuales y anteriores las autoridades en la conformación de la provincia, de acuerdo a la Ley del nuevo Consejo de Gobierno fue de Régimen Provincial. Se trata de evidente. Se trataba de conformar un espacio reivindicativo tradicional. un Consejo de Gobierno a la medida En este espacio el Prefecto logra una de las autoridades, lo que ha debili­ gama de alianzas con sectores polí­ tado enormemente las relaciones del ticos, empresariales y sociales de lo MICC con las organizaciones naciona­ más diversos. En febrero del 2004 se les y con sus propias bases. Si a ello inicia el Paro de Cotopaxi junto a las se suma la arremetida del gobierno movilizaciones indígenas de todo el nacional de desarticular a las orga­ país que cuestionaban las políticas nizaciones indígenas a través de del gobierno nacional. políticas clientelares, el panorama es desalentador. Sin embargo, el capital Más allá de las reivindicaciones acumulado por el movimiento y sus coyunturales y de las exitosas alian­ reservas morales y programáticas zas logradas por el Prefecto, en Coto­ están haciendo lo suyo para frenar paxi no ha sido posible impulsar un estos intentos, como se ha eviden­ espacio permanente de participación ciado en las movilizaciones indíge­ ciudadana que oriente la gestión pro­ nas y sociales del mes de febrero de vincial. Desde el MICC existe un recelo 2003. muy fuerte a abrireste espacio debido

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 195 El desafío de la eficacia principales hambrunasque ha sufrido la humanidad y llegan a la conclusión de que en ningún país con régimen democrático se ha experimentado En 1990, en las elecciones hambrunas. De cierta manera y bajo para el Congreso Brasileño, ciertas condiciones, la democracia, al un obrero de Paraná al reconocer y estar constituida por el llegar a la urna, devolvió su papeleta electoral y dijo: conflicto político, bloquea la posibi­ "Renuncio a este supuesto lidad de que las diferencias de clase derecho que es incapaz de se traduzcan en desigualdades en liberarme del hambre’’ la toma de decisiones, posibilitando (C itado por P etras, 1998: 14, de una redistribución del poder social. M ichael Stott, 1990: 8A). Es necesario analizar cuáles son las características del sistema político Al analizar las motivaciones de las que permiten llegar a estos fines y poblaciones locales para involucrarse qué tipo de cambios requiere el régi­ en procesos particípateos, una de las men democrático para posibilitar la construcción de sujetos sociales constataciones que se evidencian es generadores de cambios sociales sig­ la necesidad de que estos procesos nificativos” (Larrea, 2003: 5). produzcan resultados concretos que repercutan en el mejoramiento de En Cotopaxl, el solo hecho de que los las condiciones de vida de los grupos Indígenas hayan accedido al gobierno menos favorecidos. Como lo señaló local ha supuesto una serie de cam­ un compañero del MICC en mayo del bios en las relaciones sociales y de 2002, al realizar una evaluación del poder dentro de la provincia. Un espa­ proceso de planificación participativa cio, como el Consejo Provincial, que en la provincia: “Todo esto es muy anteriormente estaba vedado a las interesante compañeros, pero de la organizaciones, se ha transformado democracia no se come”. en un “gobierno de puertas abiertas a la población”. Esto se refleja también Sin embargo, es necesario indagar físicamente. Antes del 2000, exis­ qué implica el mejoramiento de las tía una puerta siempre cerrada, que condiciones de vida. Desde una visión impedía la entrada de las personas al integral, en ello confluyen cambios en despacho de los Consejeros y del Pre­ las condiciones materiales de exis­ fecto. Lo primero que hizo la nueva tencia con aquellos referidos al plano autoridad indígena fue eliminar esta superestructura!. “Desde esta pers­ puerta. Ahora el Consejo Provincial pectiva, los procesos de radicaliza- está siempre lleno de campesinos, ción de la democracia, en sí mismos, indígenas y pobladores. Frente a esta generan cambios en las condiciones decisión, no faltaron las reacciones de de vida, en el ámbito de la participa­ la oposición que argumentaba que el ción política y la construcción de suje­ Prefecto está transformando al Con­ tos sociales” (Cfr., Larrea, 2003: 5). sejo Provincial en Casa Campesina. "... la ¡nstitucionalidad democrática No obstante, si analizamos el desafío brinda condiciones favorables para facilitar procesos de cambio social de la eficacia es necesario indagar y mejoramiento de las condiciones hasta qué punto la nueva gestión pro­ de vida, como lo comprueban Amar- vincial ha propiciado la generación de tya Sen y Jean Dreze (1989) en su relaciones de mayor justicia, y equi­ estudio sobre el hambre y la acción dad. En este sentido es clave pregun­ pública. Ellos hacen un análisis de las tarse ¿Aquién sirve el nuevo gobierno

Cotopaxi: espacio social y cambio político local?, ¿Cuáles son sus apuestas fun­ Para el distributivo del 2003 se repite damentales?, ¿Ha logrado conver­ el ejercicio incorporando la presu­ tirse en un articulador del desarrollo puestación participativa en dos can­ local? tones (Saquisilí y Sigchos). Pese a los esfuerzos de incorporar a la pobla­ Uno de los instrumentos de política ción en las decisiones presupues­ que permite contestar de alguna tarias, los ejercicios realizados son manera estas preguntas es el distri­ aún incipientes. No se cuenta con butivo de obras o proforma presu­ las capacidades necesarias para lle­ puestaria. La falta de experiencia de var adelante un proceso de reflexión las nuevas autoridades en la gestión más profundo sobre las prioridades pública dio como consecuencia que parroquiales y cantonales desde una el primer distributivo (para el año perspectiva más integral del desa­ 2001) se realizara siguiendo la tradi­ rrollo. Existe la tendencia de realizar ción. Los Consejeros antigüos lidera­ el mayor número de obras, aunque ron el proceso dando poco margen a éstas sean poco significativas para el las nuevas autoridades de incidir en desarrollo local. El criterio que impera él. La forma tradicional de establecer para medir la eficacia es el número de el presupuesto era en base a “cuotas obras, sin considerar su pertinencia, políticas”, cada Consejero hacía sus ni su impacto. “pedidos” que eran plasmados en el distributivo, sin mayor discusión Las grandes obras de vialidad y riego sobre la pertinencia e impacto de las han sido objeto de negociación con obras planteadas, menos aún sobre el gobierno nacional y han quedado la necesidad de apoyar propuestas postergadas, pese a la fuerte presión articuladas de desarrollo provincial, ejercida desde la provincia hacia los desde una perspectiva estratégica de ámbitos nacionales. De ahí que no se establecer prioridades y plasmarlas pueda hablar de impactos significati­ en programas y proyectos. vos en términos del mejoramiento de la calidad de vida de la población de A fines del año 2001 se impulsa la Cotopaxi. propuesta de presupuestación parti- cipativa para el distributivo del 2002, A nivel de generación de políticas si bien aún no se puede hablar de públicas, los esfuerzos más signifi­ la construcción de un programa con cativos se han centrado en el tema prioridades claramente establecidas, ambiental, con los límites ya señala­ existe un intento de generar mayor dos en los acápites anteriores. equidad en las asignaciones presu­ puestarias partiendo de una perspec­ Las inversiones realizadas por parte tiva territorial. Se realiza un cuadro del Consejo Provincial para impulsar de asignaciones por cantones con­ los procesos de participación han sido siderando su población, sus niveles mínimas, gran parte de estos proce­ de pobreza y de necesidades básicas sos han sido financiados por institu­ insatisfechas. En base a los primeros ciones externas debido por un lado resultados del Plan de Desarrollo, se a los obstáculos jurídicos existentes decide priorizarobrasdevialidad para en el país, (la legislación vigente no los cantones de la zona subtropical y contempla este tipo de inversiones) y obras de riego para los cantones del por otro a la tendencia a desvalorizar área andina. los posibles impactos de los procesos participativos bajo el discurso de que

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 1 9 7 es más importante realizar inversio­ ción de una base programática y polí­ nes en proyectos concretos que diri­ tica de construcción de futuro. girlas hacia procesos en los que no se tiene asegurado un resultado tangi­ En este marco, es necesario plan­ ble. La tensión entre las necesidades tearse una estrategia de doble inmediatas y el invertir recursos en entrada, teniendo en cuenta el largo procesos de largo plazo se convierte y el corto plazo. Es decir, generar de esta manera en gravitante para la paralelamente respuestas concretas formulación de estrategias democra- a necesidades específicas, recoger tizadoras de desarrollo local. las experiencias emblemáticas para que puedan servir de base para la De hecho, la participación implica un implementación de políticas públi­ proceso de largo plazo que supone la cas de largo aliento, y trabajar con un construcción de sujetos sociales capa­ horizonte de largo plazo que supone ces de generar propuestas que pue­ la construcción de sujetos sociales y dan tener significado en el plano de lo de un proyecto político de carácter concreto y que apunten a la construc­ liberador.

198 Cotopaxi: espacio social y cambio político CONCLUSIONES

1. El proceso de democratización propuestas, genera aprendizajes, en la provincia de Cotopaxi tiene sus avanza y retrocede, genera innovacio­ antecedentes en las luchas del movi­ nes y reproduce prácticas tradiciona­ miento indígena provincial y nacional. les, promueve alternativas de cambio No se trata de un proceso que inicia y se repliega en prácticas que sirven en el 2000, sino que se nutre y es la a los intereses dominantes, parti­ expresión de la irrupción del movi­ cipa en la institucionalidad pública e miento indígena dentro de los esce­ impulsa procesos de resistencia en narios nacional y locales como suje­ un constante flujo y reflujo. tos sociales que buscan constituirse en sujetos políticos. Las experiencias En el Movimiento Indígena de Coto­ de gestión local en las prácticas con­ paxi se condensan, pues, simultá­ cretas de los distintos procesos loca­ neamente la estrategia política de les constituyen una de las vertientes ingreso al sistema político y la estra­ a través de las cuales, el movimiento tegia opuesta de deslegitimación del indígena apuesta a la construcción mismo régimen. Es necesario recor­ de planteamientos y estrategias pro­ dar que en enero del 2000, el movi­ gramáticas en su afán de constituirse miento indígena llamó a desconocer como sujeto político. Los desafíos, a las autoridades electas y a destituir avances y limitaciones del proceso los tres poderes del estado. Partici­ en Cotopaxi deben ser analizados en pación electoral y movilización social. este marco. Ampliación de los cauces democrá­ ticos de la participación electoral y 2. El tejido social existente en la pro­ agudización del ataque frontal a un vincia, que se expresa en la fuerza régimen desprestigiado. Crítica radi­ del MICC, ha sido el puntal para la cal a la institucionalidad excluyente generación de una nueva propuesta y participación ordenada dentro de de gestión provincial. Sin embargo, la las reglas de juego del régimen ins­ relación entre este capital acumulado titucional. Integrarse y contestar son y los efectos concretos que puede elementos de la misma estrategia y generar hacia procesos de cambio de la misma comprensión de la situa­ social y mejoramiento de las condi­ ción política. ciones de vida de los grupos menos favorecidos no es unidireccional, ni directo. 3. Las posibilidades de construcción de sujetos sociales y políticos son El mismo proceso de gestión pro­ sumamente complejas en un contexto vincial alternativa es un campo de marcado por condiciones estructu­ lucha no solo hacia fuera, sino tam­ rales adversas como la exacerbada bién hacia el interior del propio movi­ concentración de poder económico y miento. En esta lucha permanente, político. La escala local ofrece posibi­ el movimiento va construyendo sus lidades interesantes de construcción

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 199 de sujetos y de generación de pro­ común escuchar al Prefecto que él El hecho de que representantes del también su peso político, su capaci­ puestas históricamente coherentes gobierna para toda la población de movimiento sean autoridades de dad para expresar una voz, otrora no de cambio social. Sin embargo, tam­ la provincia y no solamente para los toda la provincia, en un contexto de escuchada, unos planteamientos dis­ bién corre el riesgo de confinar a indígenas. Esta afirmación está sig­ alta discriminación étnica, ha permi­ tintos y una cultura también diferente. estas actorías emergentes a la propia nada por el conflicto étnico de larga tido no solo evidenciar la presencia Cultura que empieza a ser visibilizada escala local, reduciendo su campo de data en el país. Cabría preguntarse si de una población indígena y campe­ hacia muchos sectores que preten­ acción y limitando sus posibilidades un gobierno supuestamente inscrito sina significativa en la provincia, sino dieron desconocerla por siglos. de cambio, de reflexión crítica y auto­ en el proceso de construcción con- crítica hacia contextos mayores. En el trahegemónica puede gobernar para caso de Cotopaxi este riesgo se agu­ todos/as. El discurso inclusivo no diza por la preminencia de una visión toma en cuenta los conflictos sociales microlocal y absolutamente autocen- y la lucha de clases, lo que también se trada por parte del MICC. Esta visión refleja en una gestión provincial que ha dificultado la generación de arti­ no ha logrado invertir las prioridades, culaciones coherentes con la escala afirmando los intereses de las clases nacional. populares y poniendo al Estado al ser­ vicio de aquellas. El acceso indígena A nivel interno, las dificultades arriba al gobierno provincial da cuenta de señaladas, no han permitido la cons­ un cambio en las relaciones de poder trucción de nuevas actorías sociales dentro de la provincia, pero aún no y políticas en la provincia. El confina­ se puede hablar de un cambio en las miento de la palabra, la representa­ estructuras de poder. ción y la dinámica provincial por parte del MICC refleja una cultura política 4. Si bien las posibilidades de gene­ particular fruto de un proceso de rar alianzas y construir nuevas acto- exclusión de varios siglos. De ahí que rías sociales en la provincia han sido las posibilidades de generación de débiles, para el MICC la participación alianzas dentro de la provincia sean directa en la toma de decisiones sobre muy bajas. El MICC reclama para sí la gestión pública ha permitido confi­ mismo toda representatividad social gurar un “discurso de verdad” gracias en la provincia. De hecho es el sujeto al cual las organizaciones indígenas social de mayor representación en y campesinas han incursionado en Cotopaxi, sin embargo, su palabra la diputa del poder. El discurso y las no necesariamente expresa la voz de prácticas de participación directa otras poblaciones también relegadas pasan a ser de este modo un capital y excluidas. Más allá de la adscripción con el que se cuenta en la confronta­ étnica, es necesario trabajar en la ción política. construcción de un programa político contrahegemónico aglutinante en el En el marco de una concepción de la que confluyan los diversos sectores sociedad como un espacio de con­ subalternos; plantear una estrategia frontación de intereses, y por consi­ para incorporar y movilizar a los acto­ guiente de lucha de poder marcada res potencialmente afines, superando por el conflicto permanente, la demo­ el temor por parte del movimiento cracia participativa, tiene el mérito indígena a perder el liderazgo. de ofrecer posibilidades para la visi- bilización de estos conflictos y per­ Sin embargo, en el momento de acce­ mitir que a través de la deliberación der al gobierno provincial, el MICC se y la confrontación entre contrarios se ve avocado, a través de su Prefecto genere un proceso de toma de decisio­ a impulsar un discurso inclusivo. Es nes a favor de las grandes mayorías.

2 0 0 Cotopaxi: espacio social y cambio político Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 201 BIBLIOGRAFIA

Amadeo, Javier y Morresi, Sergio 2003. “Republicanismo y marxismo”, Borón, Atilio (Comp.), Filosofía Política Contemporánea: Controversias sobre civilización. imperio v ciudadanía. Buenos Aires: CLACSO.

Bebbington, Anthony, y Perrault, Thomas, 2001. “Vidas rurales y acceso a recursos naturales: El caso de Guamote”, en: Bebbington, Anthony y Torres, Víctor Hugo (ed.)., Capital social en los Andes. Quito: Abya Yala, Comunidec.

Bonilla, Adrián, s/f. “Ecuador”. En C. Arnson. The crisis of democrática governance in the Andes. Latín American Program.

Bonilla, Ángel y otros, 2003. Gestión Social de los Recursos Naturales. Módulo 5 del Eje de formación Desarrollo Local con énfasis en la gestión de los recursos Naturales, Quito: CAMAREN - IEE (en imprenta).

Bourdieu, Pierre y Wacquant, Lo'ic, 1995. Respuestas por una Antropología Reflexiva. Editorial Grijalbo, México.

CONAIE-RIAD-IULA, 1995 Descentralización, gobiernos locales v participación de las organizaciones campesinas e indígenas. Quito: RIAD.

Dávila, Ménica y otros, 2003. “Desarrollo local, democracia y construcción de sujetos sociales”, Quito: monografía presentada en el curso de especialización superior Desarrollo y Gestión Local, UASB, Centro de Investigaciones CIUDAD, mimeo.

Eguiguren, Amparo, 1995. La Teoría de la Práctica Aplicada a la Interpretación del Desarrollo Rural. El Caso de la Unión de Organizaciones Campesinas del Norte de Cotopaxi. FLACSO, Tesis de Maestría, 1995.

Foucault, Michel, 1979. Microfísica del Poder. Ediciones de La Piqueta, Madrid.

Gret, Marión e Ives Sintomer, 2002. Porto Alegre: Los desafíos de la democracia participativa. Quito: Abya Yala, Centro de Investigaciones CIUDAD.

Honorable Consejo Provincial de Cotopaxi, 2002. Plan Participativo de Desarrollo de Cotopaxi. Cotopaxi, HCPC, MICC, APN, IEE, CONAIE, Cruz Roja Suiza, FÚNDEAL, Heifer Ecuador, Plan Internacional, PRODEPINE, SWISSAID.

Honorable Consejo Provincial de Cotopaxi, 2003. Cotopaxi en Minga. Cotopaxi, HCPC, APN, CONCOPE, Heifer

2 0 2 Cotopaxi: espacio social y cambio político Ecuador, IEE, Instituto Superior Aereonáutico, Ministerio del Ambiente, Plan Internacional, SWISSAID.

Larrea, Ana María y Larrea, Fernando, 1999. “Participación ciudadana, relaciones interétnicas y construcción del poder local en Saquisilí”, en: Hidalgo, Mauro y otros, Ciudadanías emergentes: Experiencias democráticas de desarrollo local, Quito: GDDL, RIAD, ABYA YALA, COMUNIDEC, TERRANUEVA, IEE, APN.

Larrea, Ana María y otros, 2000. “Desarrollo local: Experiencias, tendencias y actores”, Quito, mimeo.

Larrea, Ana María, 2002. “Gestión local alternativa en el Ecuador: Algunos elementos para un balance necesario”, en: Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik - Nuevo País, Memorias del Primer Congreso. Baños, 2001, Latacunga: MUUPP - Cotopaxi, MICC, IEE, APN.

Larrea, Ana María, 2003. “Democracia, participación y nuevas institucionalidades para el desarrollo local”, en Bonilla, Ángel y otros, Gestión Social de los Recursos Naturales. Módulo 5 del Eje de formación Desarrollo Local con énfasis en la gestión de los recursos Naturales, Quito: CAMAREN - IEE (en imprenta).

Martínez, Luciano, 1996. “Organizaciones de Segundo Grado, Capital Social y Desarrollo Sostenible”, en ICONOS No. 2, FLACSO, Quito.

Ortiz Crespo, Santiago, 1998. Participación Ciudadana. Análisis v propuestas para la reforma del Estado. Quito: ACJ / Universidad Andina Simón Bolívar.

Petras, James, 1998. América Latina: Pobreza de la democracia v democracia de la pobreza. Rosario: Homo Sapiens Ediciones.

Ramón, Galo, 2003. “Estado, región y localidades en el Ecuador (1808 - 2001)” en Báez, Ospina y Ramón, Historia del Espacio en el Ecuador. Módulo 2 del Eje de formación Desarrollo Local con énfasis en la gestión de los recursos Naturales, Quito: CAMAREN - IEE (en imprenta).

Sen, Amartya y Dreze, Jean, 1989. Hunger and Public Action. Oxford: Clarendon Press.

Sistema Integrado de Indicadores Sociales (SIISE), Versión 3.0.

Touraine, Alain 2000. ;Oué es la democracia?. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Verdesoto Custode, Luis, 2000. El control social de la gestión pública. Quito: CEPLAES, Abya-Yala.

Villavicencio, Susana, 2003. “La (im) posible república”. En Borón, Atibo (Comp.), Filosofía Política Contemporánea: Controversias sobre civilización, imperio v ciudadanía. Buenos Aires: CLACSO.

Los desafíos del proceso de democratización en Cotopaxi 203 Este libro se imprimió el mes de octubre de 2007 en los talleres gráficos de Imprimax, Ecuador. ' " y ' A t EL CONSORCIO CAMAREN

Es un sistema de capacitación para el manejo de los recursos naturales renovales, ejecutado a través de un consorcio de entidades publicas y privadas.

LA CAPACITACION

La capacitación CAMAREN se base en un proceso que parte de las expe­ riencias y la práctica, reúne enfoques teóricos, nuevas propuestas metodo­ lógicas, tecnológicas y herramientas de gestión. Combina los conocimien­ tos científicos y prácticas tradicionales, profesionales e institucionales y aspira a que las nuevas propuestas se inserten en el espacio institucional, para asegurar la sostenibilidad de la capacitación. Este proceso parte de una construcción colectiva, enriquecida por el proceso metodológico de validación, ejecución y retroalimentación.

FINALIDAD, OBJETIVOS Y ESTRATEGIAS DEL CAMAREN

El Consorcio se propone contribuir al manejo sostenible y equitativo de los recursos naturales renovables en el país, en términos sociales, econó­ micos, teóricos y ecológicos.

El objetivo central es consolidar un sistema interinstitucional de capad tación incluyen la construcción colectiva, el diálogo de saberes y la bús queda de equidad.

LOS MIEMBROS DEL CONSORCIO CAMAREN

Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF) Centro de Capacitación del Campesinado del Azuay (Cecea) Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (Cesa) Centro de Reconversión del Austro (Crea) Cooperativa de Asistencia y Recursos al Exterior (Care) Fondo Ecuatoriano Ropulorum Progressio (Fepp) Fundación para el Desarrollo y la Creación Productiva (Fundes) Instituto de Estudios Ecuatorianos (IEE) Ministerio del Ambiente Red Agroforestal Ecuatoriana (Rafe) Universidad de Cuenca Universidad Nacional de Loja

Schweizeriiche Eldgenossenschaft Confédération suisse Confídérazione Svi««ra Confederariun ívizra

Agancia Suiza para al Desarrollo Instituto de y la Cooparadón COSUDC______Estudios Ecuatorianos