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ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura C L X X X V 7 3 8 j u l i o - a g o s t o ( 2 0 0 9) 7 0 5 - 7 2 0 I S S N: 0 2 1 0 - 1 9 6 3 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA ACTOR-NETWORK THEORY AND TESIS DE LA TECNOCIENCIA THE THESIS OF TECHNOSCIENCE

Javier Echeverría Fundación Ikerbasque-Universidad del País Vasco Instituto de Filosofía y Red CTI/CSIC Marta I. González Instituto de Filosofía y Red CTI/CSIC

ABSTRACT: Actor-network theory and the analysis of technoscience RESUMEN: La teoría del actor-red y el análisis de la tecnociencia developed by Javier Echeverría (2003) have many features in com- desarrollado por Javier Echeverría (2003) presentan múltiples pun- mon, but they also diverge in a number of points. While the analysis tos comunes, pero también importantes divergencias. Mientras que of technoscience amounts to the attempt of classifying and charac- el análisis de la tecnociencia responde al intento filosófico de clasi- terizing the modalities of contemporary scientific and technological ficar y caracterizar las modalidades de práctica científico-tecnoló- practices, the set of methodological tools of actor-network theory gica contemporánea, el conjunto de herramientas metodológicas de brings to the forefront the disorder hidden behind the ordered image la teoría del actor-red trae al primer plano el desorden oculto tras of both contemporary and past technoscience. However, actor-net- la ordenada apariencia de la tecnociencia, la contemporánea y la work theory may be useful to describe the complex networks woven de épocas pasadas. Sin embargo, la teoría del actor-red se muestra by centres, institutions, universities, and companies, and útil para describir las complejas redes tejidas por centros de inves- their products in terms of natural and social order. In this paper, we tigación, instituciones, universidades y empresas, y los productos characterize actor-network theory as well as technoscience and we resultantes de las mismas en términos de orden natural y social. En identify how both, in spite of their differences, might benefit each este trabajo caracterizamos someramente tanto la teoría del actor- other. red como la tecnociencia, para identificar de qué modo ambas, pese a sus diferencias, pueden beneficiarse mutuamente. KEY WORDS: , technoscience, actor-network PALABRAS CLAVE: Estudios sobre ciencia, tecnociencia, teoría theory. del actor-red.

1. TEORÍA DEL ACTOR-RED Y TECNOCIENCIA: EL GIRO La revolución en los estudios sobre la ciencia y la tecnolo- HACIA LA PRÁCTICA EN LOS ESTUDIOS DE CIENCIA gía había aparecido ligada al imperativo de buscar la expli- Y TECNOLOGÍA cación del contenido de la ciencia en su “contexto social”. Una ideología política determinada, cierto interés econó- La teoría del actor-red (actor-network theory o ANT)1 se mico o algún arraigado prejuicio eran el tipo de factores origina en los años setenta y ochenta del pasado siglo XX que se rastreaban para explicar la génesis y legitimación de como un desarrollo en el dinámico panorama de los es- las teorías científicas. Para dar cuenta de la construcción tudios sociales sobre ciencia y tecnología del momento. de la naturaleza, defendía la revolución constructivista, La sociología del conocimiento científico de Edimburgo y es necesario apelar a la sociedad. Sin embargo, algunos Bath, la antropología de laboratorio y los nuevos enfoques autores se mostraron insatisfechos con esta “sociología en historia de la ciencia y la tecnología son el contexto de lo social” y argumentaron que el “contexto social” no en el que aparecen en París los primeros casos de estudio tiene una fuerza explicativa real; porque, al contrario de lo con la metodología del actor-red. (1988) y que se defendía y practicaba en Edimburgo o en Bath, lo Michel Callon (1986) analizan ejemplos tan variados como natural y lo social se “coproducen” mutuamente. Pasteur y las vieiras de la bahía de St. Brieuc para ofrecer las características de lo que John Law (2007)2 denomina Este cambio de rumbo tuvo como influencias, entre otras, la versión ortodoxa de ANT, aquella que se desarrolló fun- el estudio de los sistemas sociotécnicos desarrollado por damentalmente durante los años noventa. Thomas Hughes (1983), en el que elementos organizati- vos, políticos, científicos, tecnológicos... se combinan para tecnociencia para describir “todos los elementos vincula- conformar la arquitectura de un sistema tecnológico esta- dos a contenidos científicos, sin que importe lo sucios, in- bilizado; y la etnometodología de Alfred Shutz. El análisis esperados o extraños que parezcan” (1983: 168), tratando Nº 738 etnográfico de la ciencia, tal y como lo ensayaron Bruno de subrayar la multiplicidad de elementos y actores que

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA Latour y Steve Woolgar (1979/1986) no tiene ya ninguna concurren en la conformación del producto (“la ciencia y pretensión explicativa, sino tan sólo la de describir la acti- la tecnología”) y criticando la distinción interno/externo. vidad que científicos y tecnólogos desarrollan en sus labo- Muchos otros autores utilizan también la expresión “tec- ratorios y de la que surge nuestra concepción del “mundo nociencia” para insistir en la íntima relación entre la cien- real”, natural y social. Los etnometodólogos de la ciencia cia y la tecnología, y justificar un tratamiento conjunto, sostienen que no puede apelarse a intereses, fines y facto- especialmente si se ocupan de la ciencia y la tecnología res sociales en general para dar cuenta de nuestras teorías, contemporáneas. En particular, Javier Echeverría (2003) porque ellos mismos son también producto, y no causa, de ha desarrollado con detalle el concepto de “tecnociencia”, las mismas fuerzas que dan forma a las afirmaciones de oponiéndose a la idea latouriana de que toda ciencia es tec- conocimiento científico y, por tanto, a la “realidad”. nociencia y reservando la denominación para la evolución que tiene lugar a partir de los años ochenta del siglo XX Los estudios de laboratorio, sobre la base de los puntos más de la macrociencia (Big Science) que se había instaurado provocadores del programa fuerte en sociología del cono- al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La macrociencia cimiento científico de David Bloor (1976/1991), simetría surgida en la guerra fría, caracterizada por una profunda y reflexividad, se desarrollaron en varias direcciones. La simbiosis entre ciencia y tecnología, el establecimiento de teoría del actor-red fue una de ellas. El punto de partida la política científica y la financiación gubernamental, se es la denuncia de que las prácticas de los sociólogos del convertirá en el último cuarto de siglo en tecnociencia, conocimiento científico, lejos de adecuarse al principio gracias a las nuevas tecnologías de la información y las de la simetría, son profundamente asimétricas. No sólo comunicaciones y al mayor papel de las empresas privadas los sociólogos “tipo Edimburgo” tratan de forma asimé- en la promoción de la I+D+i. trica la naturaleza y la sociedad, suponiendo a la última como factor causal de la primera, sino que también tratan Las propuestas de Echeverría y la teoría del actor-red con- asimétricamente a los “actores” humanos y no humanos fluyen en su especial atención a la práctica científica. El del escenario científico-tecnológico. Todas las dicotomías programa fuerte y los primeros enfoques en sociología del (naturaleza/sociedad, sujeto/objeto, humano/no humano) conocimiento científico se centraron en el estudio de los son puestas en tela de juicio en un intento de superación factores sociales que influyen en la construcción del co- de la ideología de la modernidad. La tecnociencia se define nocimiento, y en cierta manera lo determinan, pero se como una red cuyos nodos están formados tanto por acto- interesaron menos por el estudio de la práctica científica, res humanos como por actores no humanos (instrumentos, al menos en su primera época. En los años noventa, algunos baterías, chips o cualquier otro componente tecnológico, historiadores, filósofos y sociólogos de la ciencia, como objeto físico o ser vivo). Las consecuencias de esta defini- Hacking, Franklin, Galison o Pickering, comenzaron a ocu- ción se exploran a través del análisis de cómo se forman parse de la actividad científica sin reducirla a la construc- y se sostienen tales redes. Según este enfoque, tanto los ción de conocimiento. Cabe decir que en los últimos años desarrollos científicos como los tecnológicos pueden ser se ha producido un giro hacia la práctica en los estudios de analizados en términos de luchas entre diferentes actores ciencia y tecnología, de modo que, aparte del conocimiento, para imponer su definición del problema a resolver (Latour, la praxis científica y tecnológica se ha convertido en un 1987; Callon, 1987). objeto de estudio igualmente relevante. En este giro hacia la práctica se encuadra también la teoría del actor-red, Aunque hasta el momento los sociólogos se habían ocu- cuya primera norma metodológica fue la de seguir a los pado de la ciencia y la tecnología como fenómenos relati- científicos e ingenieros en sus prácticas cotidianas. vamente independientes (aunque susceptibles en ocasio- nes de ser analizados con el mismo tipo de instrumentos Otra novedad radical de la concepción praxiológica, com- metodológicos), Latour utiliza explícitamente la noción de partida por la teoría del actor-red, es la de afirmar que la

706 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ciencia no sólo se hace en los laboratorios, sino en otros sariamente útil para describir las complejas redes tejidas muchos ámbitos. Además de investigar, los científicos con- por centros de investigación, instituciones, universidades temporáneos conforman equipos, gestionan recursos hu- y empresas, y los productos resultantes de las mismas en manos, económicos y tecnológicos, presentan proyectos en términos de orden natural y social. convocatorias competitivas, buscan financiación, intentan JAVIER ECHEVERRÍA Y MARTA I. GONZÁLEZ tener un poder institucional, tejen redes internacionales, A continuación nos ocuparemos de caracterizar somera- forman nuevos investigadores, difunden los resultados que mente tanto la teoría del actor-red como la tecnociencia, obtienen, tratan de incrementar los factores de impacto de para terminar identificando de qué modo ambas direccio- sus publicaciones, hacen lobby en los despachos y comi- nes de investigación, aun cuando presentan importantes siones donde se toman las decisiones de política científica, divergencias, pueden beneficiarse mutuamente. elaboran informes como expertos, etc. Restringir la ciencia contemporánea a la actividad investigadora en los labora- torios implica prescindir de otros muchos escenarios en los que se construyen redes de actores, y a los que también 2. TEORÍA DEL ACTOR-RED la teoría del actor-red ha prestado atención. Los estu- dios de la práctica científica, a diferencia de los estudios La teoría del actor-red es uno de los enfoques más novedo- sociales centrados en el conocimiento, tienen en cuenta sos y de más éxito en los estudios sobre ciencia y tecnolo- redes de actores mucho más amplias y complejas, en las gía desarrollados en el último cuarto del siglo XX. Intentar que no sólo hay científicos que investigan e instrumentos caracterizarla no puede hacerse sino traicionándola ya que, de investigación, sino también financiadores, inversores, si algo hemos aprendido de la sociología de la ciencia de gerentes, gestores, técnicos, evaluadores, administradores, los últimos treinta años es que toda representación trai- burócratas, divulgadores, periodistas científicos, diseñado- ciona su objeto, de tal modo que toda representación de res de imagen, expertos en marketing, asesores jurídicos la teoría del actor-red no puede ser sino una traducción, para gestionar las patentes y, en su caso, pleitear por al igual que toda representación de la ciencia y que el la propiedad intelectual del conocimiento, etc., así como proceso mismo de la ciencia en acción. Sucede, además, múltiples instrumentos de gestión y evaluación, que tam- que la teoría del actor-red es altamente maleable, revisable bién forman parte de la actividad científica. En suma: los y tiene una gran capacidad de transformación, con lo que estudios de la práctica científica se ocupan de un ámbito proponerse ofrecer un panorama definitivo de la misma mucho más amplio y complejo que los estudios de ciencia es una tarea destinada desde el comienzo al fracaso. Los y tecnología centrados en el conocimiento. Todo ello ha intentos de caracterización de sus propios protagonistas dado lugar a nuevas concepciones de la tecnociencia, en resultan erráticos. John Law (2003) entiende que la mejor las que se subrayan los aspectos praxiológicos, más que forma de hacer justicia a una exposición de la teoría del los puramente epistémicos o cognitivos. actor-red es a través de ejemplos, pero más adelante se en- cuentra preparado para ofrecer una definición amplia: “la Pese a sus puntos comunes, tratar de articular el trabajo teoría del actor-red es una familia diversa de herramientas sobre la tecnociencia contemporánea con la teoría del ac- semiótico-materiales, sensibilidades y métodos de análisis tor-red es una empresa arriesgada, aunque la recompensa que tratan todos los elementos de los mundos naturales y puede ser importante. Mientras que la idea de tecnocien- sociales como un efecto, generado permanentemente, de cia, tal y como ha sido desarrollada por Echeverría (2003), las redes de relaciones dentro de las que están ubicados” responde al intento filosófico de clasificar y caracterizar (Law, 2007). Por su parte, Bruno Latour estaba dispuesto en las modalidades de práctica científico-tecnológica con- 1999 a deshacerse de la propia denominación de la teoría, temporánea, el conjunto de herramientas metodológicas pero termina por volver a reivindicarla de forma entusiasta de la teoría del actor-red trae al primer plano el desorden recientemente (2005: 9). De algún modo, los proponentes oculto tras la ordenada apariencia de la tecnociencia, la mismos de ANT han participado en su extraordinaria evo- contemporánea y la de épocas pasadas. Sin embargo, al lución y han observado las transformaciones promovidas analizar la tecnociencia contemporánea, en el sentido de por otros, y en ese camino han dudado sobre la posibi- Echeverría, la teoría del actor-red ha de mostrarse nece- lidad de mantener la etiqueta para designar una teoría doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 707 homogénea para optar finalmente por preservarla, pero son sus intenciones y sus intereses. Mientras la negativa de no para designar una teoría homogénea, sino un enfoque, los teóricos del act-red a ofrecer una definición de actor ha una sensibilidad, un conjunto de principios metodológicos recibido a menudo la acusación de relativismo, al abrir de Nº 738 compartidos. este modo la noción de actor, ANT recupera de una forma

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA muy enfática la materialidad perdida en otros enfoques Quizá un intento de reunir las notas características de la recientes en sociología del conocimiento científico, y éste teoría del actor-red, al menos en su versión más ortodoxa es uno de los principales puntos de conflicto con ellos. de los años noventa, debería recoger las siguientes: Donde se apelaba a los intereses humanos para dar cuenta del modelado social de teorías y artefactos, los teóricos del – ANT no se trata de una teoría explicativa, sino descrip- actor-red narran de qué modo los diferentes actores (hu- tiva; manos y no humanos) van conformándose mutuamente, – el mundo natural y social son el producto de redes de definiendo y redefiniendo sus intereses en la interacción relaciones entre actores; a través de procesos de traducción, “enrolamiento” y mo- – estos actores son tanto humanos como no humanos; vilización, y obteniendo como producto la estabilización, siempre precaria, de una red. De esta manera, ni siquiera Frente a la sociología tradicional, que Latour llama “so- los actores están predeterminados antes de que la red ciología de lo social”, ANT es una “sociología de las aso- comience a funcionar (Callon, 1986, Law, 2007). ciaciones” (Latour, 2005: 9), que cuenta historias sobre cómo se originan, evolucionan y terminan las relaciones Dado que la teoría del actor-red está más interesada en entre actores. De hecho, cuando los científicos añaden el los “cómos” que en los “porqués”, su fuerza no radica tanto adjetivo “social” a algún fenómeno, están designando un en las exposiciones teóricas que pretenden resumirla o estado de cosas estabilizado. Por lo tanto, las explicaciones mostrarla, y que son tan diversas como sus propios au- en términos de “factores sociales” de, por ejemplo, una tores, sino en su puesta en práctica a través de casos de teoría científica o un sistema tecnocientífico, no explican estudio. De hecho, todos los intentos de caracterizar ANT realmente nada, y más bien ocultan los procesos a través no son sino ejercicios de seguir a los diferentes autores a de los cuales los diferentes actores y sus asociaciones han través de sus análisis de casos, del mismo modo que los logrado la estabilización de una red. ANT aborda esta tarea propios teóricos del actor-red siguen a sus actores a través sin pretender que sea posible identificar factores explicati- de los movimientos en los que se establecen relaciones vos y productos explicados. Su estrategia metodológica es entre ellos. la descripción de la dinámica de formación y estabilización de redes formadas por actores heterogéneos. A través de los casos de estudio es también posible rastrear la evolución de ANT en los últimos años. Con la entrada del Y es precisamente en la conceptualización y el tratamiento siglo XXI, diferentes autores comienzan a aplicar la teoría de los actores donde ANT introduce una de sus mayores del actor-red de forma heterodoxa a sus casos de estudio novedades: un actor no es un individuo (o una colectividad manteniendo, sin embargo, los principios metodológicos de ellos). El actor se define más bien por los efectos de sus básicos. En general, lo que John Law (2007) denomina acciones, de tal manera que un actor es cualquier elemento la “diáspora” de ANT se deriva de una descripción cada con el poder de “actuar” sobre otros, ya sea un científico, vez más compleja de las redes estudiadas. La movilidad y un ingeniero, un político o un líder de un movimiento so- ambivalencia de los actores, la pluralidad ontológica en cial, pero también una vieira, un barco, una bacteria, una los hechos construidos y, sobre todo, el énfasis en la per- rata de laboratorio, la bisagra de una puerta o un badén formatividad3, marcan los últimos desarrollos de la teoría colocado en la carretera para que los coches aminoren su del actor-red. velocidad. Frente a las teorizaciones habituales en ciencias sociales, ANT se caracteriza por una radical indetermi- Anne Marie Mol (2002), por ejemplo, ha descrito las prác- nación de los actores (Callon, 1998). Un actor puede ser ticas de diagnóstico y tratamiento de la arteriosclerosis, individual o colectivo, humano o no humano, puede enrolar concluyendo que las prácticas en diferentes contextos: en o dejarse enrolar y si algo no está previamente definido, la consulta de salud primaria, la sala de radiografía, la de

708 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ecografía o el quirófano, generan realidades diferentes de tratando de deshacer la diferencia entre la representación lo que es la enfermedad, cuya articulación es también una política y la representación científica. Los constructos del cuestión práctica. De algún modo, las prácticas producen conocimiento, argumenta Latour, constituyen una mezcla múltiples redes y, por tanto, múltiples realidades. Por su de política, ciencia, tecnología y naturaleza, son “híbridos”, parte, Vicky Singleton y Mike Michael (1993), trabajan- como “el calentamiento global”, “el agujero de la capa de JAVIER ECHEVERRÍA Y MARTA I. GONZÁLEZ do sobre el programa británico de prevención del cáncer ozono”, “los alimentos biológicos” o la “crisis económica”. de útero, han explorado las ambivalencias que tienen los Al difuminarse de este modo las fronteras entre las hu- actores respecto a las redes en las que se encuentran manidades, las ciencias naturales y las ciencias sociales, implicados: al mismo tiempo que trabajan en su mante- se requieren nuevas formas de entender el papel de la nimiento pueden manifestar reticencias sobre las mismas. ciencia en la sociedad. Mientras que “representar” significó En ambos casos se ven reflejadas las dificultades de domar siempre cosas muy distintas en el ámbito de la ciencia y el desorden y también queda patente que, en sus propias el de la política, Latour propone que la renuncia a enten- narraciones, los teóricos del actor-red no describen sim- der la verdad científica como representación fiel de los plemente la formación de redes tecnocientíficas, sino que hechos se complemente con la instauración en este nuevo con sus prácticas crean nuevas realidades y reinventan la parlamento de una representación política de la cosas. propia teoría. Los no humanos tienen derecho a ser representados por sus portavoces, lo mismo que los humanos, en una repre- ANT ha sido duramente criticada desde el propio campo sentación que sea lo más fiel posible a su complejidad y de los estudios de la ciencia. Una de las acusaciones fun- a sus inherentes incertidumbres. El “parlamento de las damentales es la de la esterilidad, e incluso el peligro de cosas” reivindica el papel de la negociación y los acuerdos conservadurismo, en este tipo de enfoques. Desestimar la parciales y revisables sobre lo que es real y sobre cómo apelación a la sociedad en explicaciones causales del cam- humanos y no humanos podemos vivir juntos. bio científico podría convertir esta clase de estudios socia- les en un ejercicio académico de salón tan insatisfactorio Michel Callon, sin embargo, se ha interesado fundamen- como las concepciones filosóficas y sociológicas clásicas talmente en la representación y el papel de los actores que pretenden sustituir. Si bien estos autores sostienen humanos no expertos en los problemas de la tecnociencia que la tecnociencia y la política son indistinguibles, tal en nuestros días. Callon y Rabeharisoa (2003) utilizan la revelación podría no tener ninguna consecuencia práctica, expresión “investigación en libertad” o “investigación sil- porque quien posee la verdad es aquél que consigue reunir vestre” (research in the wild) para distinguir la investiga- el suficiente poder para convencer al contrario de que ción llevada a cabo en los laboratorios o lugares acredita- tiene razón. Al abrir la caja negra de la tecnociencia quizá dos por sujetos expertos de la investigación de aquella que nos llevemos la sorpresa, augurada por Langdon Winner realizan grupos de ciudadanos sensibilizados o implicados. (1993), de encontrarla vacía y, como añadirían Collins y La investigación en libertad puede producir problematiza- Yearley (1992), encontrarnos a nosotros mismos impo- ciones que luego se extenderán en la investigación ordi- tentes. Sin embargo, la teoría del actor-red ha mostrado naria o aplicaciones novedosas de esta. La incorporación fructíferas potencialidades en el ámbito político, bien por de otros actores en procesos de aprendizaje social en los parte de autores de la “diáspora”, bien en los desarrollos que expertos y grupos de la sociedad civil cooperan en la más recientes de sus propios fundadores, como Bruno La- investigación tiene como resultado, según Callon, que la tour y Michel Callon. investigación y la innovación se transfieran de forma más natural a la sociedad. Rabeharisoa y Callon (2002) han Bruno Latour, que ha sido el principal objeto de crítica por analizado en profundidad estas formas de cooperación las posibles consecuencias relativistas de su enfoque des- en el caso de las asociaciones de pacientes, tomando a criptivo, ha reflexionado en su trabajo más reciente sobre la Asociación Francesa contra las Miopatías (AFM) como las implicaciones políticas de la teoría del actor-red. En We ejemplo del modo en el que la asociación produce cono- have never been modern (1993) introduce ya la discusión cimientos sobre la experiencia de sus asociados que al sobre “el parlamento de las cosas” que desarrollará más confrontarse con el conocimiento experto conllevan un adelante fundamentalmente en Politics of Nature (2004), aprendizaje mutuo entre ambos ámbitos. Otra novedad doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 709 que presenta el modo de actuar de la AFM no es sólo la do un híbrido entre ambas, la tecnociencia. Esta conver- colaboración entre expertos y legos en la producción de gencia entre ciencia y tecnología se ha producido en todas conocimiento, sino también la creación de infraestructuras las áreas de conocimiento, empezando por las ciencias Nº 738 que formalizan la interdependencia entre grupos diversos físico-matemáticas y las tecnologías de computación, y

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA de actores. Callon ha denominado “democracia técnica” a ampliándose luego a la biología, la medicina y las ciencias esta colaboración entre científicos y legos en la construc- sociales y humanas. Como resultado de dicho proceso, que ción del conocimiento, que tiene en los “foros híbridos” se ha desarrollado ante todo en los EEUU de América, la (Callon y Rip, 1991; Callon et al., 2001) una de sus herra- ciencia académica ha quedado subordinada a la ciencia mientas principales. Frente al “parlamento de las cosas” de posacadémica (Ziman, 2000) o tecnociencia, generándose Latour, en los “foros híbridos” se sientan actores humanos, una nueva modalidad de práctica investigadora, hoy en expertos y legos, para deliberar conjuntamente y tomar día dominante. decisiones en casos de incertidumbre o conflictos sobre el resultado de alguna acción tecnocientífica, entrando así Cabe distinguir dos modalidades de tecnociencia: la ma- ANT en diálogo con toda la investigación sobre participa- crociencia (Big Science), basada en grandes programas de ción pública en ciencia y tecnología que se ha desarrollado investigación financiados por instituciones gubernamenta- desde diferentes disciplinas y enfoques4. De este modo, la les y diseñados en función de objetivos políticos, estraté- teoría del actor-red, a través de sus múltiples versiones y gicos, militares y sociales; y la tecnociencia propiamente manifestaciones, se ocupa de los aspectos centrales y más dicha, en la que la inversión privada, la participación em- relevantes de la tecnociencia contemporánea. presarial, las expectativas de beneficio y las innovaciones en el mercado resultan determinantes para el desarrollo de Latour enumera tres criterios para incluir un análisis de los programas de investigación. Ambas tienen en común: la tecnociencia dentro de la teoría del actor-red. De los dos primeros, que incluya actores no humanos y que lo – la estrecha vinculación entre científicos, ingenieros y social no se use para explicar la estabilización de las redes, técnicos, que colaboran en proyectos y programas con- hemos hablado previamente. Resta el más interesante, el juntos; criterio que además, responde a las críticas de relativismo. – la creación de agencias o empresas tecnocientíficas para De acuerdo con Latour (2005: 11), un análisis podrá con- desarrollar dichos programas; pueden ser públicas, pri- siderarse ANT si su objetivo no es la deconstrucción, sino vadas o mixtas; en ocasiones adoptan la forma de con- la recomposición de lo social. ANT no ha de confundirse sorcios y alianzas entre organizaciones; con la crítica de las grandes narrativas, porque su objetivo – la importancia de la financiación de dichos proyectos, no es deconstruirlas o destruirlas, sino más bien compro- que sólo pueden ser desarrollados si se cuenta con recur- bar cuáles son las nuevas instituciones, procedimientos y sos humanos, materiales y técnicos adecuados; conceptos capaces de reconectar lo social. La concepción – la planificación de los objetivos propuestos y de las tareas praxiológica de la tecnociencia (Echeverría, 2003), de la a realizar para alcanzarlos; que nos ocuparemos a continuación, se centra precisa- – la subordinación de los objetivos clásicos de la ciencia mente en esa reconstitución de la ciencia y la tecnología a metas prefijadas por quienes establecen y financian las contemporáneas, con la aparición en escena de nuevos líneas prioritarias de investigación, lo que trae como con- actores, la puesta en tela de juicio de las fronteras entre secuencia que, en términos generales, el objetivo último de el dentro y el fuera de la ciencia, y un énfasis renovado la actividad tecnocientífica sea la innovación; en las prácticas. – la relevancia de la gestión de los proyectos, actividades y resultados; – la evaluación ex ante y ex post de los resultados pro- puestos y obtenidos, así como el seguimiento de los 3. DE LA CIENCIA A LA TECNOCIENCIA mismos; – la utilización de equipamientos tecnológicos complejos, Durante la segunda mitad del siglo XX la ciencia y la tec- tanto para la investigación como para la evaluación y la nología han experimentado un profundo cambio, generan- gestión. Conforme a la teoría del actor-red, dichos equi-

710 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 pamientos estarían dotados de agencia y en muchos ca- hemos de caracterizar la fase actual como algo nuevo, dis- sos son determinantes para la obtención de resultados. tinto de la ciencia burguesa común a Maxwell, a Franklin y a Newton, no podemos basarnos únicamente en una La macrociencia surgió en los EEUU en la época de la tasa de crecimiento” (1963: 50). Dejaba así abierta la vía

Segunda Guerra Mundial y se consolidó durante la gue- para distinguir la macrociencia de la ciencia no sólo por JAVIER ECHEVERRÍA Y MARTA I. GONZÁLEZ rra fría. La tecnociencia emergió en el último cuarto del su tamaño, sino también mediante criterios cualitativos siglo XX y está en plena expansión. Desde el punto de y culturales. vista de la financiación, la tecnociencia se caracteriza por la fuerte presencia de la inversión privada. Las tec- La mayoría de los estudiosos afirman que la macrociencia nologías de la información y la comunicación, así como emergió en la época de la segunda guerra mundial en las biotecnologías, son dos ejemplos relevantes de tecno- EEUU, particularmente en el ámbito de la físico-mate- ciencia. Así como algunas ciencias y técnicas estuvieron mática, representada por laboratorios y proyectos como estrechamente vinculadas a la sociedad industrial a lo el Radiation Laboratory de Berkeley, el Radiation Labo- largo del siglo XIX y buena parte del siglo XX, el desarrollo ratory del MIT, el proyecto ENIAC de la Moore School de de las tecnociencias se correlaciona con una nueva forma Pennsylvania y, sobre todo, el Proyecto Manhattan (Los de organización social, la sociedad de la información y el Álamos), el gran paradigma de la macrociencia inicial, conocimiento. La tecnociencia está basada en los lenguajes que condujo a la fabricación de las primeras bombas informáticos, que sólo son practicables si se dispone de los atómicas. La Big Science tuvo un origen militar y con- equipamientos TIC correspondientes y se saben usar ade- tribuyó decisivamente a la victoria de los EEUU en la cuadamente. La actual e-science ilustra bien ese profundo segunda guerra mundial. Pero la decisión clave consistió cambio en la práctica científica generado por las TIC: Web en impulsar la nueva estructura organizativa de la macro- 2.0 y ya 3.0, laboratorios en red, redes de excelencia, recur- ciencia durante la postguerra, conforme a la propuesta de sos compartidos, etc. Además, la actividad tecnocientífica Vannevar Bush (1945) al Presidente Roosevelt. Finalizado ha de generar innovaciones, y puesto que el éxito de una el conflicto bélico, el único país que estaba en condicio- innovación se comprueba en los mercados, las empresas nes económicas, políticas, militares e industriales para y agencias conforman una componente relevante de la impulsar la Big Science era EEUU. Algunos años después actividad tecnocientífica. la URSS se convirtió en potencia nuclear, desarrolló su propia macrociencia y tomó la iniciativa en la exploración espacial con el lanzamiento del primer satélite artificial, el «Sputnik» (1957). La competición científico-tecnoló- 4. EMERGENCIA DE LAS TECNOCIENCIAS gica entre las dos grandes potencias militares fue una EN EL SIGLO XX las características más significativas de la guerra fría y estuvo estrechamente vinculada a su rivalidad militar, En 1961, Alvin Weinberg propuso distinguir entre ciencia política, industrial e ideológica. y macrociencia (Big Science). Para que un proyecto fue- se considerado como macrocientífico era preciso que su En conjunto, esta primera época de la tecnociencia puede realización requiriera una parte significativa del producto ser caracterizada mediante los siguientes rasgos distinti- interior bruto (PIB) de un país5. Conforme al criterio de vos: Weinberg, la distinción entre ciencia y macrociencia es ante todo presupuestaria y depende de la inversión a a) Financiación gubernamental. Se financiaron grandes realizar en grandes equipamientos de investigación6. Poco equipamientos y macroproyectos de investigación, después, en su libro Small Science, Big Science, Derek de algo que estaba fuera del alcance de los medios eco- Solla Price (1963) amplió este criterio económico, preci- nómicos de las universidades y centros de investiga- sándolo y formalizándolo. Propuso un modelo matemático ción, salvo raras excepciones. Las grandes necesidades que justificaba la necesidad de incrementar considerable- militares suscitadas por la Segunda Guerra Mundial mente la financiación de la ciencia y sugirió que dicho fueron decisivas a la hora de incrementar el tamaño modelo cuantitativo no era más que un primer paso: “si de los proyectos y los medios de financiación. doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 711 b) Convergencia entre científicos y tecnólogos. Para el en la negociación y diseño de políticas científico-tec- desarrollo de esos macroproyectos se requerían gran- nológicas. Surgió así un nuevo tipo de acción científi- des equipamientos e inversiones, pero también equipos co-tecnológica: el diseño de políticas para la macro- Nº 738 de investigación multidisciplinares y de gran tamaño. ciencia. Su principal consecuencia fue la progresiva

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA La macrociencia trajo consigo la convergencia entre organización de sistemas nacionales de I+D. En suma, científicos, ingenieros y técnicos, que se plasmaba en la macrociencia implicó una estrecha vinculación de la práctica de los laboratorios y centros de investiga- la ciencia con el poder (político, militar, económico). ción. f) La agencia macrocientífica. Frente a los “hombres de c) Macrociencia industrializada. La macrociencia generó ciencia” de la época moderna, la macrociencia la hicie- una nueva modalidad de industria, luego denominada ron grandes equipos coordinados que integraban sus de I+D (investigación científica y desarrollo tecno- respectivos conocimientos y destrezas en un proyecto lógico). A la ciencia académica se le superpuso un común que tenía diversos tipos de objetivos (científi- entramado industrial, político y militar que modificó cos, tecnológicos, políticos, empresariales y militares). radicalmente la organización de la investigación. Así se El sujeto de la macrociencia devino plural e institu- estableció lo que se ha denominado “contrato social de cional, rompiéndose con el tradicional individualismo la ciencia”, entre científicos, ingenieros, políticos, mili- metodológico y desbordando el Royalist Compromise tares y corporaciones industriales. El informe de Van- que dio origen a la ciencia moderna, según el cual los nevar Bush (1945) suele ser considerado como el texto propios científicos determinaban las líneas de inves- fundacional de dicho contrato. Algunas instituciones tigación (Proctor, 1991). Las agencias tecnocientíficas de nueva creación (National Science Foundation, Los marcan las líneas estratégicas y los objetivos a las Alamos, National Institutes of Health, NASA, etc.) se comunidades científicas, aunque éstas mantengan un convirtieron en las principales agencias promotoras de grado de autonomía y libertad en los laboratorios. la nueva modalidad de ciencia. Ello permitía optimizar los recursos, que eran obtenidos a partir de convoca- g) Subordinación de los objetivos científicos. Los objeti- torias competitivas. vos de la macrociencia no son únicamente científicos, ni tampoco tecnológicos. Un macroproyecto científico d) Macrociencia militarizada. Muchos de los macropro- puede tener como uno de sus objetivos el avance en el yectos científicos tuvieron apoyo y financiación mili- conocimiento, o la invención de artefactos más eficien- tar, sobre todo en sus primeras fases de desarrollo. Por tes, pero sobre estos objetivos priman otros, que son tanto, fueron secretos, contrariamente a la tradición los que dan sentido a la financiación y desarrollo de los de la ciencia moderna, basada en la publicación de los grandes proyectos de investigación: mejorar la capaci- resultados de la investigación, aunque los resultados dad defensiva y ofensiva de un ejército, incrementar la de algunos de estos proyectos fueron luego transferi- productividad de un sector industrial, o simplemente dos a la sociedad civil. Las agencias de investigación aumentar el prestigio de un país, su nivel de seguridad militar promovieron también nuevos macroproyectos o su posición en los mercados internacionales. En el (sistemas de defensa, exploración espacial, energía nu- proyecto Manhattan, por ejemplo, a los científicos les clear, criptología...) con la participación de universida- interesaba calcular la masa crítica en un proceso de des y empresas. De esta manera, algunas instituciones fusión nuclear, cosa que lograron. Pero, por encima de militares se convirtieron en agentes muy relevantes ello, los diseñadores del proyecto pretendían disponer para la investigación científica y tecnológica7. de un arma de destrucción masiva que pudiera servir para ganar rápidamente la guerra o, ulteriormente, e) La política científica. La emergencia de la macrocien- como arma de disuasión ante eventuales ataques de cia es concomitante con la aparición de las políticas otras potencias. Los objetivos propiamente científicos de ciencia y tecnología. Algunos científicos de presti- y tecnológicos estuvieron subordinados a las metas gio dejaron los laboratorios y pasaron a gabinetes de de otra índole que habían definido los promotores y dirección y asesoramiento, convirtiéndose en expertos financiadores de dichos proyectos macrocientíficos.

712 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 En la década de los ochenta emergió la tecnociencia pro- investigación científica. A partir de los años ochenta la piamente dicha. El término “tecnociencia” fue propuesto en financiación privada de I+D superó a la pública, y des- 1983 por Bruno Latour, con el fin de “evitar la interminable de entonces ha seguido creciendo, hasta llegar al 70 % expresión ciencia y tecnología”. Latour planteó la pregunta del total de la inversión en I+D. Un proceso similar se

“¿quién hace ciencia realmente?” e intentó mostrar que la produjo en Europa, aunque más tardíamente. Desde el JAVIER ECHEVERRÍA Y MARTA I. GONZÁLEZ ciencia no sólo la hacen los científicos, criticando la dis- punto de vista de la financiación, la tecnociencia se tinción interno/externo. Otro autor que utilizó sistemáti- caracteriza por la primacía del sector privado sobre camente el término “tecnociencia” en los años ochenta fue el público. De hecho, la Bolsa comenzó a interesarse Gilbert Hottois (1991), partiendo de contribuciones previas por invertir en ciencia y tecnología, algo que no tiene de Stork, Barret, Salomon, Gros, Ladrière, etc. precedentes en la historia de la ciencia. Con este paso, los sistemas de I+D evolucionaron hacia sistemas de La convergencia progresiva entre ciencia y tecnología se I+D+i, siendo la innovación el objetivo último de la in- vio agudizada en los años ochenta por la emergencia, vestigación científica. Proliferaron pequeñas empresas desarrollo y progresiva expansión de las tecnologías de la de I+D, sobre todo en el ámbito de las nuevas tecno- información y la comunicación (TIC). El sistema tecnoló- logías. Algunas de ellas (Apple, Microsoft, Intel, etc.) gico TIC fue mediatizando cada vez más la investigación mostraron mucha mayor capacidad innovadora que científica, y no sólo en el ámbito de la física o la ma- las grandes corporaciones industriales de la posguerra. temática, sino también en biología, medicina y ciencias En conjunto, esta nueva política científico-financiera sociales. Particular importancia tuvo la convergencia entre consiguió que los porcentajes de financiación pública biología e informática, porque supuso un profundo cambio y privada de la investigación se invirtieran. La ma- de paradigma en las ciencias de la vida, que dio lugar a crociencia y la tecnociencia se distinguen entonces la aparición de la tecnobiología, o biotecnología, como claramente por su estructura financiera. habitualmente suele denominarse. b) Convergencia reforzada entre ciencia y tecnología. La tecnobiología se ha convertido en el canon de una Las relaciones entre ciencia y tecnología proceden de nueva modalidad de práctica científica. Puesto que la sociedad industrial y se vieron considerablemente también en el sector TIC se habían producido cambios reforzadas con la emergencia de la macrociencia. En similares, surgiendo a partir de los ochenta diversas em- el caso de la tecnociencia, la interdependencia entre presas tecnocientíficas que se convirtieron rápidamente ciencia y tecnología es prácticamente total. Si los tec- en líderes del sector (Apple, Microsoft, Intel, etc.), cabe nocientíficos pretenden producir nuevo conocimiento afirmar que junto a los proyectos macrocientíficos de y emprenden acciones científicas para ello (demostrar, financiación pública comenzaron a surgir diversas em- calcular, observar, medir, experimentar, etc.), dichas presas privadas dedicadas a la investigación tecnocientí- acciones son literalmente inviables sin apoyo tecno- fica, cuyos objetivos, además de producir conocimiento y lógico. Recíprocamente, las destrezas técnicas y las desarrollos tecnológicos, incluían la prioridad de generar innovaciones tecnológicas han de estar estrictamente innovaciones competitivas en los mercados. En suma, basadas en conocimiento científico, no sólo vinculadas durante las décadas de los ochenta y los noventa emergió a él, porque así se incrementa la eficiencia económica la tecnociencia propiamente dicha, cuyas características de las acciones tecnológicas. El propio diseño de los básicas son las siguientes: experimentos y de los proyectos de investigación cien- tífica es tecnológico, puesto que hay que enunciar pre- a) Financiación privada de la investigación. Desde el pun- viamente unos objetivos, precisar una metodología y to de vista presupuestario, se produjo un rápido creci- un plan de trabajo y prever los resultados que piensan miento de la financiación privada en I+D, gracias a una obtenerse, valorando su posible importancia y utilidad, liberalización de la ley de patentes y a una nueva polí- así como las expectativas de generar innovación. La tica fiscal en EEUU, que permitía desgravar el 25 % de ciencia es requisito de la tecnología y la tecnología de las inversiones privadas en I+D. Esa política acarreó un la ciencia, una hibridación que forma parte constituti- cambio radical del marco en el que se desarrollaba la va de la tecnociencia. doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 713 c) Empresas tecnocientíficas. La vinculación entre cien- lógica en relación a la URSS y que era preciso retomar cia, tecnología y empresa se intensificó a partir de los la colaboración entre científicos, ingenieros y milita- años ochenta, hasta el punto que la producción de co- res. Por tanto, el nuevo objetivo consistía en desarrollar Nº 738 nocimiento científico y tecnológico se convirtió en un tecnología militar, particularmente en el ámbito de las

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA nuevo sector económico, popularmente denominado TIC, los misiles teledirigidos, la microelectrónica, los de nuevas tecnologías, y técnicamente economía del láser, la inteligencia artificial, la robótica, los nuevos conocimiento. La obtención, gestión y rentabilización materiales y los nuevos sistemas de propulsión para de las patentes que resultan de la investigación en armas y barcos. Como resultado, las administraciones I+D+i pasó a ser una componente básica de la activi- Ford, Carter y Reagan comenzaron a aprobar nuevos dad tecnocientífica, tan importante como la investi- fondos para potenciar la investigación básica apli- gación misma. Además, surgieron nuevas modalidades cada a cuestiones de Defensa. El sector privado, por de explotación de la propiedad del conocimiento: li- su parte, también apoyó esta iniciativa, invirtiendo cencias de uso, franquicias, suscripciones de acceso y en universidades que tuvieran contratos con agencias conexión, etc. Por tanto, la gestión y el marketing del militares. conocimiento también comenzaron a formar parte de las actividades de las empresas tecnocientíficas. Se in- f) Planificación de la tecnociencia. Asimismo apareció trodujeron modelos empresariales de organización del un nuevo tipo de acción tecnocientífica: el diseño, trabajo y de gestión de la tecnociencia, muy distintos a discusión, aprobación, publicación y puesta en funcio- los de las comunidades académicas clásicas. Los inves- namiento de Planes Nacionales y Regionales de Ciencia tigadores científicos comenzaron a ser considerados y Tecnología, con la subsiguiente creación de agencias como trabajadores del conocimiento (Drucker, 1994). específicas para diseñarlos, impulsarlos, gestionarlos y evaluarlos. La instauración de dichos sistemas y planes d) Redes de investigación. Si atendemos al principal es- ha transformado la estructura de la actividad científi- cenario de la ciencia moderna, el laboratorio, la tec- co-tecnológica, al crear nuevos marcos o contextos de nociencia aporta cambios significativos. En el caso acción, por ejemplo los Programas Marco de la Unión de la macrociencia los laboratorios se convirtieron en Europea, o los Planes Nacionales y Autonómicos de factorías de producción de conocimiento. Con el salto I+D. La existencia de la tecnociencia pública depende ulterior a la tecnociencia, adoptaron la forma de labo- de esas políticas de ciencia y tecnología. ratorios-red, interconectados gracias a las tecnologías de la información. Frente al laboratorio aislado de la g) Tecnociencia y transformación del entorno. A diferen- ciencia moderna, surgieron los laboratorios coordina- cia de la ciencia moderna, cuyo objetivo principal era dos, que colaboran en un mismo proyecto y se dividen entender y explicar el mundo, la tecnociencia tiene las tareas a llevar a cabo. Otro tanto ocurrió con los como objetivo transformar el mundo, a pequeña o a proyectos de investigación, en los que suelen colaborar gran escala. Las tecnologías de la información y la co- diferentes equipos investigadores, empresas y países. municación han cambiado radicalmente las relaciones En conjunto, el atomismo institucional que caracterizó sociales, contribuyendo a generar una nueva moda- a la ciencia moderna se ha visto reemplazado por una lidad de sociedad, la sociedad de la información. De tecnociencia en red, con todas las consecuencias que este cambio se han derivado múltiples innovaciones y ello tiene para la organización de la actividad cientí- transformaciones sociales. Las biotecnologías permiten fica y para la práctica investigadora. modificar la estructura de la materia viva, generando nuevos tipos de genes, células y alimentos. Las na- e) Tecnociencia militar. A partir de los años ochenta la notecnologías operan a una escala todavía menor, la colaboración entre los científicos y militares volvió a escala nanométrica, pero su función no sólo estriba ser considerada como prioritaria en los EEUU, dándose en conocer los nanocosmos, sino también en modifi- por superada la crisis de la década 1966-76. Tras la carlos, generando nuevos materiales y nanopartículas guerra de Vietnam, el Pentágono comenzó a afirmar artificiales. Algunas tecnociencias también han teni- que los EEUU estaban perdiendo su supremacía tecno- do influencia a escala macrocósmica, por ejemplo la

714 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 energía nuclear, que ha suscitado la posibilidad de un detalle incidental, sino que ilustra otro rasgo distintivo invierno nuclear en todo el planeta, aparte de plantear de la tecnociencia del siglo XX. La informática y las el problema de los residuos. Otro tanto cabe decir del simulaciones constituyen las dos grandes novedades problema del cambio climático. En suma, la tecnocien- metodológicas del siglo XX, cuya irrupción, desarrollo

cia no sólo plantea oportunidades, también riesgos. y consolidación marcan el paso de la ciencia a la JAVIER ECHEVERRÍA Y MARTA I. GONZÁLEZ tecnociencia desde el punto de vista de los lenguajes h) La gestión de la tecnociencia. Se requiere organizar el formales y la metodología. trabajo tecnocientífico y gestionar los recursos dispo- nibles, no sólo a la hora de investigar, sino en todas l) Tecnociencia y sociedad de la información y el cono- las fases y contextos de la actividad tecnocientífica. cimiento. La macrociencia surgió en el marco de las El marketing y la propaganda son características es- sociedades industriales e implicó una industrialización pecíficas de la tecnociencia, por oposición a la ciencia del conocimiento científico. La tecnociencia, en cam- clásica. Esta característica convierte a algunos cien- bio, está vinculada a una nueva modalidad de sociedad, tíficos e ingenieros en empresarios y gestores del co- que ha empezado a configurarse en las dos últimas nocimiento. Los modelos de gestión del conocimiento décadas del siglo XX: la sociedad de la información y forman otra componente importante de la actividad el conocimiento. Hay muchas diferencias entre ésta y tecnocientífica, sea estatal o empresarial. la sociedad industrial, pero la más importante consiste en que la información y el conocimiento pasan a ser i) Tecnociencia y derecho. La actividad tecnocientífica una nueva fuente de riqueza y poder. Por ello, el co- está regulada jurídicamente en varias de sus fases y, nocimiento científico deviene un bien básico para las al desarrollarse en un mercado competitivo, da lugar a grandes empresas y agencias tecnocientíficas. numerosos problemas y pleitos jurídicos. Los términos jurídicos mediante los cuales se registra una patente en Las doce características anteriores permiten distinguir la las oficinas estatales correspondientes tienen impor- ciencia de la tecnociencia. Si, además, se tienen en cuenta tancia para el desarrollo ulterior de los proyectos y para los seis rasgos distintivos de la macrociencia antes mencio- el logro de beneficios. Por tanto, una empresa o agencia nados, el tránsito de la ciencia a la tecnociencia a lo largo tecnocientífica también tiene una componente jurídica del siglo XX queda suficientemente definido. relevante. Abundan los casos en los que los mayores éxitos de una innovación dependieron del acierto a la hora de registrar y comercializar las patentes. 5. PLURALIDAD DE ACTORES Y VALORES j) Tecnociencia y valores. Desde un punto de vista axioló- EN LA ACTIVIDAD TECNOCIENTÍFICA gico, en la actividad tecnocientífica intervienen diver- sos tipos de valores. Aparte de los valores epistémicos, La transición de la ciencia a la macrociencia cambió la técnicos y económicos (y en su caso militares), en la práctica científica al suscitar la colaboración activa en- actividad tecnocientífica están presentes otros valo- tre distintos tipos de profesionales: científicos, ingenieros, res: ecológicos, políticos, sociales, jurídicos, etc. Sien- técnicos, políticos, industriales y, en muchos casos, milita- do plural la agencia tecnocientífica y actuando cada res. Los macroproyectos de investigación se desarrollan a agente en función de su propio sistema de valores, los través de agencias tecnocientíficas (NSF, NIH, NASA, ESA, conflictos axiológicos son inexorables. etcétera) con una estructura compleja, que integra a varios tipos de agentes o actores, cada uno de los cuales tiene k) Tecnociencia e informática. La ciencia moderna se sus propios intereses, objetivos y valores. apoyó ante todo en las matemáticas, mientras que la tecnociencia requiere un formalismo adicional, la Este contrato social de la ciencia, como dicha convergencia informática. El gran auge de la informática y de las entre disciplinas y profesiones fue denominada, se conso- tecnociencias que se derivan de ella (cibernética, ro- lidó y se amplió con la emergencia de la tecnociencia en bótica, inteligencia artificial, telemática, etc.) no es un los años ochenta. Una empresa tecnocientífica, además de doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 715 científicos, ingenieros y técnicos, ha de incluir otro tipo de estratégicos y ha de atenerse a normas de conducta (secre- profesionales, concretamente gestores, asesores jurídicos, to, confidencialidad, disciplina estricta) que chocan con el planificadores y expertos en marketing y en organización ethos científico clásico. La utilidad social de los resultados Nº 738 del trabajo. También ha de contar con aliados en ámbitos de la investigación es otro de los valores a considerar en

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA político-militares y con entidades financieras de respaldo. muchos programas de financiación pública, así como el Es frecuente, además, que sea una empresa multinacio- respeto a determinados valores éticos y ecológicos, en el nal, con sedes y franquicias en varios países. Todos estos caso de que los proyectos a desarrollar planteen o puedan actores desempeñan tareas imprescindibles, aunque luego plantear problemas de índole moral o medioambiental. En sean los científicos de mayor prestigio quienes aparezcan suma, aparte del núcleo axiológico que guía las acciones como portavoces a la hora de hacer públicos sus logros, si tecnocientíficas, en el que ya surgen conflictos internos, la se opta por hacerlos públicos. El interior de la tecnocien- tecnociencia ha de tener en cuenta otros tipos de valores cia difiere radicalmente del interior de la ciencia, caso de (sociales, culturales, éticos, incluso religiosos) que también que se mantenga la distinción interno/externo a efectos limitan su campo de acción. analíticos. También cambia profundamente la relación de la tecno- Las acciones de cada uno de estos actores están guiadas ciencia con el público y la sociedad. En el caso de la ciencia, por sus propios sistemas de valores. Partiendo de la hipó- la relación entre las comunidades científicas y el público tesis (Agazzi, 1992 y 1999) de que las acciones humanas se establecía ante todo a través de la educación y la di- están guiadas u orientadas por valores, y que dichos valo- vulgación, siendo los propios científicos quienes acometían res permiten estimar qué objetivos son relevantes y cuáles ambas tareas. La paulatina irrupción y consolidación de la no, resulta que la actividad tecnocientífica está guiada tecnociencia ha cambiado radicalmente esa relación con el por una pluralidad de valores, estructurados en subsis- público, al haberse producido una crisis de confianza de los temas (Echeverría, 2003). Cada uno de los agentes que ciudadanos con respecto a la investigación tecnocientífica componen las agencias y empresas tecnocientíficas guía y, en particular, respecto a los informes de los expertos. sus acciones y estrategias en función de su subsistema Las relaciones entre la tecnociencia y las sociedades son propio de valores. Además, tanto las evaluaciones de los complejas, y a veces conflictivas. Algunas líneas de inves- resultados como las de los proyectos, acciones y objeti- tigación suscitan dudas, si no rechazo social. vos propuestos dependen de esa pluralidad de criterios de valoración, que se cumplen sucesivamente. Los valores Es preciso recordar la crisis de la macrociencia en los epistémicos (coherencia, precisión, rigor, adecuación em- años sesenta, puesto que fue el origen de los estudios CTS pírica, verosimilitud, etc.) han de ser satisfechos, pero eso (ciencia, tecnología y sociedad). La oposición en los EEUU no basta. Además, los desarrollos tecnológicos que surjan a la Guerra del Vietnam y a la investigación científica con de la investigación, o que la posibiliten, han de ser útiles, fines militares fue un primer ejemplo de esta pérdida de eficientes, robustos, rápidos, seguros, fiables e integrables credibilidad de la macrociencia, que cristalizó en el movi- en sistemas tecnológicos más complejos. Adicionalmente, miento de mayo de 1968. Otro tanto ocurrió en relación hay que estimar los costes de la investigación (recursos con la energía nuclear, que fue encontrando una oposición humanos, infraestructuras, material fungible), así como los creciente en la sociedad, y no sólo por el recuerdo de posibles beneficios económicos que pueden derivarse de Hiroshima y Nagasaki, sino también por el problema de ella (patentes, licencias); de lo contrario, las empresas tec- los residuos nucleares producidos por los laboratorios o nocientíficas no pueden atraer financiación privada para por los riesgos de accidentes en los reactores nucleares, desarrollar sus proyectos. También se requieren equipos algunos de los cuales formaban parte de los macrola- de gestión, expertos en marketing y asesores jurídicos. Por boratorios científicos y estaban ubicados en los campus último, dichos proyectos han de insertarse en las líneas universitarios. Algunas líneas de investigación comenzaron prioritarias de investigación, sean las de la empresa o las a ser consideradas como un peligro para la democracia, al definidas por las autoridades de política científica en sus estar al servicio exclusivo de organizaciones militares, y convocatorias de proyectos, acciones y programas. Por su ser opacas sus actividades y resultados. La militarización parte, la tecnociencia militar ha de responder a objetivos parcial de la macrociencia fue criticada desde múltiples

716 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 perspectivas, calando las críticas en la sociedad y llegando mayoritariamente la expansión del poder tecnocientífico a a algunos científicos y dirigentes académicos. sus países, sobre todo cuando ello implica dependencia y colonización tecnológica. Estas protestas tuvieron repercusión en un asunto que sería central en el debate de finales de los años sesenta y JAVIER ECHEVERRÍA Y MARTA I. GONZÁLEZ setenta: la exigencia de una mayor transparencia y control social y democrático de la investigación científica. Con ello 6. TECNOCIENCIA Y TEORÍA DEL ACTOR-RED: se incidía en uno de los pilares del contrato social de la ENCUENTROS, DESENCUENTROS Y ALIANZAS ciencia establecido a partir del informe Bush (1945), según el cual los científicos mantenían amplias cotas de libertad El análisis previo de la tecnociencia contemporánea pre- a la hora de elegir sus objetivos y líneas de investigación. senta muchos puntos de encuentro con la imagen de la En conjunto, cabe afirmar que en la década de los sesenta tecnociencia reflejada a través de la teoría del actor-red. se pusieron en cuestión algunos de los postulados princi- Aun cuando la definición de tecnociencia de Latour sea tan pales del sistema de I+D que había surgido tras la segunda laxa que englobe toda la ciencia-tecnología, su énfasis en guerra mundial. Con ello emergía un nuevo agente del la hibridación entre ambas, en la pluralidad de elementos sistema, la propia sociedad, y lo hacía de manera crítica. heterogéneos que contribuyen a su conformación, en el Desde el punto de vista axiológico, éste es el momento en papel determinante de las prácticas y en la disolución de que los valores sociales irrumpen con fuerza en la activi- las fronteras entre el dentro y el fuera permiten plantear el dad científica, introduciendo nuevos criterios de valoración valor de ANT como herramienta para arrojar luz sobre los de la tecnociencia. La crisis de la década 1966-76 fue procesos de producción de la tecnociencia actual. producto de la entrada de nuevos sistemas de valores, como los sociales, los ecológicos y los jurídicos, que hasta De hecho, los análisis ANT sobre episodios de tecnociencia entonces habían tenido un peso relativo muy menguado contemporánea tienden a enfatizar los rasgos característi- en medios científicos. A partir de esa época, comenzó a cos de ésta anteriormente definidos. Los trabajos clásicos ser indispensable la evaluación de los riesgos derivados de Michel Callon (1986b) sobre el destino del coche eléc- de la actividad tecnocientífica, dando lugar a un nuevo trico o de Bruno Latour (1996) sobre Aramis, el fracasado ámbito de actividad, al que las sociedades actuales son sistema de transporte público parisino, son dos casos en muy sensibles: la evaluación y las políticas de riesgo (López los que la tecnociencia se hace presente con todas sus Cerezo y Luján, 2000). notas definitorias de pluralidad de agentes y valores, finan- ciación privada, y objetivos extracientíficos que cumplir; En términos generales, cabe decir que la relación de la y en los que el fracaso en la estabilización de las redes ciudadanía con la tecnociencia se ha deteriorado en al- proyectadas ha de buscarse en las complejas interacciones gunos ámbitos, sin perjuicio de que también hay líneas de entre los elementos (humanos y no humanos) en juego. investigación e innovación que tienen un gran respaldo El reciente interés de Michel Callon (1998a, 1998b) por social, en particular en el caso de la tecnomedicina. En estudiar el comportamiento de los mercados económicos el fondo, se está expresando un cierto rechazo al nuevo a través de ANT puede ser también una buena muestra de y creciente poder tecnocientífico. El control social y la su utilidad en la aplicación a la tecnociencia. Y numerosos democratización de la ciencia (participación ciudadana en autores han recurrido a ANT para analizar los más variados el diseño y evaluación de la investigación) son dos de los episodios tecnocientíficos, desde defender el tratamiento lemas que aglutinan esas fuerzas sociales que antaño mi- ético de los tests genéticos comerciales (Williams-Jones, raban a la ciencia con admiración, y hoy contemplan a la B. y J. E. Graham, 2003) hasta dar cuenta del desarrollo tecnociencia con dudas crecientes8. En muchos casos, esa de los nuevos alimentos funcionales (Lehenkari, 2000). preocupación tiende a convertirse en rechazo, sobre todo La inminente aparición del International Journal of Actor- en aquellos países tecnocientíficamente dependientes, es Network Theory and Technological , dedicado al decir, que no cuentan con recursos humanos, financieros uso de ANT para explorar “los fenómenos sociotécnicos ni organizativos como para desarrollar sus propias políticas relacionados con la implementación y el uso de las tecno- científicas. No es extraño que sociedades enteras rechacen logías de la información y las comunicaciones”9 es también doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 717 otro indicio de las potencialidades de ANT para el estudio la letra pequeña de los casos de estudio seleccionados. de la tecnociencia. Esta nueva revista es una iniciativa de Entre una y otra, no obstante, es preciso realizar nume- la Information Resources Management Association, que ha rosas tareas de traducción para que su beneficio mutuo Nº 738 identificado que ANT constituye un marco descriptivo ha- pueda visibilizarse, dado que el lenguaje de los valores y el

LA TEORÍA DEL ACTOR-RED Y LA TESIS DE LA TECNOCIENCIA bitual utilizado por la comunidad de investigadores sobre foco preferencial en la agencia humana de la concepción TIC. En particular, todo lo relacionado con la innovación praxiológica chocan con la terminología, la metodología y distribuida y el trabajo colaborativo en las comunidades hasta la ontología de ANT. No obstante, si los valores no que desarrollan código abierto son campos de trabajo en se entienden como predeterminados de antemano y los los que ANT se ha aplicado de un modo iluminador (Tuomi, valores epistémicos se reconvierten en portavoces de la 2001). agencia material, la compatibilidad aparece como viable. Los últimos desarrollos de ANT, además, muestran, aparte Mientras que la concepción praxiológica de la tecnociencia de su maleabilidad como herramienta, sus potencialida- nos proporciona imágenes a escalas grandes y medias de la des para ocuparse de las cuestiones de poder, justicia e constitución de la tecnociencia contemporánea, la teoría inclusión que resulta imprescindible abordar en un análisis del actor-red resulta esclarecedora para analizar en detalle político de la tecnociencia.

NOTAS como no humanos en interacción generan los productos de la ciencia y 1 “Actor-network theory” (ANT) se ha la tecnología. La aproximación per- traducido tanto como “teoría de la formativa ha sido ampliamente utili- red de actores” como por “teoría del zada en los estudios sobre ciencia por actor-red”. La expresión inglesa per- autores como Bruno Latour, Donna mite ambas versiones en castellano, Haraway, Joseph Rouse o Andrew mostrando así la complejidad misma Pickering. de la idea que pretende captar la teo- 4 Otros enfoques derivados de ANT que ría. Preferimos, sin embargo “teoría prestan una especial atención a las del actor-red” porque, “un ‘actor-red’ implicaciones políticas de la tecno- es simultáneamente un actor cuya ciencia y a las cuestiones de justicia actividad es crear redes de elementos e igualdad, son los derivados de la heterogéneos y una red que es capaz intersección entre ANT y feminismo. de redefinir y transformar aquello Los trabajos de Vicky Singleton, Su- de lo que está conformada” (Callon san Leigh Star y son 1987: 93). No se trata del estableci- algunos de los ejemplos más relevan- miento de redes entre actores prede- tes de este encuentro. terminados, sino que ambos, actores 5 Weinberg (1961: 164). Véase también y redes, se conforman mutuamente Weinberg (1967). en procesos simultáneos en los que el 6 Este tipo de criterio para distinguir actor mismo funciona como red. la macrociencia se convirtió en es- 2 Law (1986b) también presentó en tándar. En el World Inventory of “Big aquel momento su caso de estudio Science” Research Instruments and fundacional, sobre el colonialismo Facilities editado en 1986 por el portugués. Congreso de los EEUU, se hablaba de 3 Aplicada a la tecnociencia, la perfor- macrociencia para aludir a grandes Recibido: 20 de julio de 2008 matividad narra el modo en el que las aparatos científicos que hubieran Aceptado: 1 de septiembre de 2008 prácticas de actores tanto humanos sido construidos con posterioridad a

718 ARBOR CLXXXV 738 julio-agosto [2009] 705-720 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2009.738n1047 1920 y que hubieran costado como Callon, M. (1998a): “Actor-network theory, Latour, B. (1987): Ciencia en acción, Barce- mínimo 25 millones de dólares, en the market test”, en J. Law y J. Hassard lona, Labor, 1992. dólares constantes de 1984. (eds.), pp. 181-195. Latour, B. (1988): The Pasteurization of 7 En 1955, el 80 % de las inversiones Callon, M. (ed.) (1998b): The Laws of the France, Cambridge (MA), Harvard

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