MENSAJE SIN DESTINO Mario Briceño-Iragorry (Ensayo sobre nuestra crisis de pueblo) (1951)

(Mario Briceño-Iragorry, Obras Completas, Vol. 7. Ideario Politico Social I (Pensamiento Nacionalista y Americanista I. Edicones del Congreso de la República. Caracas-Venezuela. 1990. pp. 155-245)

Revista Cifra Nueva 77 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa A José Antonio Marturet, homenaje de aprecio y acendrada amistad.

Por hábito de historiador, yo estudio siempre el pasado. pero es para buscar en el pasado el origen del presente. para encontrar en las tradiciones de mi país, nuevas energías con qué continuar la obra de preparar el porvenir. Gil Portoul, en el Senado de la República

El primer desarollo de una conciencia autén- tica consistió en edifi car una conciencia del pasado. Kahler, Historia universal del hombre.

Muchas almas sencillas creyeron durante largo tiempo que la verdadera historia de Francia comenzaba en el año l de la República. Sin embargo los más infl exibles revolucionarios han renunciado a creerlo, y en la Cámara de Diputados. M. Jaurés ha declarado “que las grandezas de hoy están hechas con los esfuer- zos de siglos pasados. Francia no está resumida en un día ni en una época, sino en la sucesión de todos sus días, de todas sus épocas. de todos sus crepúsculos y auroras”. Le Bon, La Revolución Francesa.

Lo propio de la Historia está en los aconteci- mientos mismos, cada cual con su inconfundi- ble fi sonomía, en que se refl ejan los aconteci- mientos pasados y se perfi lan los del porvenir. Croce, La Historia como hazaña de la libertad.

78 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa PROLOGO primordial de que el país no haya logrado la madurez que reclaman los pueblos para Este ensayo vuelve a las cajas de sentirse señores de sí mismos. ¿No nos imprenta (como solemos decir quienes em- quejamos diariamente de la falta de respo- pezamos a escribir cuando la imprenta era ñsabilidad con que obran quienes asumen más arte que industria), para corresponder, cargos directivos sin poseer la idoneidad por medio de una nueva edición, a la soli- requerida? Pues justamente ello proviene citud con que el público lo ha favorecido. del desdén con que se miraron los valores Satisfactoriamente para mí ello representa antecedentes sobre los cuales se construye que el cuerpo de ideas sostenidas a través el dinamismo defensivo de la tradición. No de sus páginas, corresponde a una realidad considero el Pesebre navideño ni el Enano nacional, que interesa por igual a otros ve- de la Kalenda trujillano como factores de nezolanos. esencialidad para la construcción de un or- den social: miro en su derrota por el arbolito Escritores preocupados en el exa- de Navidad y por el barbudo San Nicolás, men de nuestros problemas han consigna- la expresión de un relajamieto de nuestro do en las columnas de la prensa su opinión espíritu y el eco medroso de la conciencia acerca de los temas que aborda mi MEN- bilingüe que pretende erigirse en signo de SAJE. Algunos han llegado a límites de ex- nuestros destinos. tremosa generosidad y encumbrada honra, otros han mostrado alguna disconformidad Para ir contra el pasado, o para con la manera de tratar yo ciertos temas. mirarlo sólo al esfumino de una pasión ro- mántica, algunos invocan sentencias carga- Quiero referirme fundamentalmen- das de gravedad, que en otros pueblos han te a la poca importancia que asigna uno de servido para condenar la pesada e infruc- los críticos a nuestra carencia de continuidad tuosa contemplación de un brillante preté- histórica como factor primordial de crisis, rito. En España, por caso, ¡cuánto gritaron para ubicar toda la tragedia presente en solo los hombres dirigentes contra la actitud de el problema de la transición de la vieja eco- introversión de su cultura! Allí el problema nomía agro-pecuaria a la nueva economía fue otro. Había allá una superabundancia de minera. Jamás me atrevería a desconocer el historia que impedía en muchos, por imper- profundo signifi cado que en nuestro proce- fecta deglución, tomarla como nutrimento so de pueblo tiene la presencia del petróleo de futuro. ¡Nosotros. en cambio, no hemos como factor económico y social, ni menos buscado en nosotros mismos los legítimos desconozco las ventajas de la nueva rique- valores que pueden alimentar las ansias na- za. En mi ensayo lo he apuntado claramen- turales de progreso. Cegados por varias no- te, y en él me duelo de que, por carencia de vedades, nos hemos echado canales afuera un recto y provechoso sentido histórico de en pos de falsos atributos de cultura, hasta la venezolanidad, hubiéramos preferente- llegar a creer más, pongamos por caso, en mente utilizado los recursos petroleros para las “virtudes” del existencialismo que en la satisfacer bajos instintos orgiásticos, antes fuerza de nuestros propios valores cultura- que dedicarlos a asegurar la permanencia les. fecunda de lo venezolano, y ello después de Se me imputa que, llevado por el haber olvidado ciertos compromisos con la aire del pesimismo, no presento caminos nación para mirar sólo a la zona de los in- para la solución de la crisis de nuestro pue- tereses personales. Cuando radico en lo his- blo. Claro que si se buscan programas políti- tórico la causa principal de nuestra crisis cos como remedio, no apunto nada que pue- de pueblo, no miro únicamente a los valores da tomarse por una posible solución. Pero iluminados de cultura que provienen del pa- tras lo negativo de los hechos denunciados, sado. Me refi ero a la historia como sentido está lo afi rmativo de la virtud contraria, y de continuidad y de permanencia creadora. más allá de la censura de ciertas actitudes, Pongo énfasis al decir que nuestro empeño cualquiera mira el campo recomendable. de olvidar y de improvisar ha sido la causa Con diagnosticar el elemento externo que

Revista Cifra Nueva 79 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa provoca un estado patológico, ya el médico errores de mis vecinos, que miro también señala parte del régimen que llevará al pa- por míos en el orden de la solidaria fraterni- ciente al recobramiento de la salud. Tampo- dad de la república. Entonces podrá hablar- co fue mi intención indicar caminos ni me- se de concordia y reconciliación cuando los nos fi ngir una posición de taumaturgo frente venezolanos, sintiendo por suyos los méri- a las dolencias del país. Modestamente me tos de los otros venezolanos, consagren a limité a apuntar lo que yo considero causa la exaltación de sus valores la energía que de nuestra crisis, sin aspirar a enunciarlas dedica, a la mutua destrucción, y cuando, todas, y menos aún proponerles remedio. sintiendo también por suyos los yerros del Tampoco me aventuro a considerar que es- vecino, se adelanten, no a pregonarlos com- toy en lo cierto cuando expongo las conclu- placidos, sino a colaborar modestamente en siones a que me conduce mi fl aca refl exión. la condigna enmienda. Sé que son otros los que, con autoridad de que carezco, pueden presentar las fórmulas Caracas, 15 de septiembre de 1951. reparadoras; mas, como me considero en el M.B-I deber de participar en la obra de investigar los problemas de la república, resolví pren- der la escasa luz de mi vela para agregarme, en el sitio que me toca, a la numerosa pro- cesión de quienes, ora a la grita, ora a la voz apagada, se dicen preocados por la suerte del país. Ya no es sólo el derecho de hablar que legítimamente me asiste como ciudada- no, si no una obligación cívica, que sobre mí pesa, lo que empuja un discurso. Siempre he creído necesario con- templar los problemas del país a través de otros ojos, y, en consecuencia, no me guío únicamente por lo que miran los míos. A los demás pido prestada su luz; y el juicio de mis ojos, así sea opaco ante los otros, lo ex- pongo al examen de quienes se sientan ani- mados de una común inquietud patriótica. Llamo al vino, vino, y a la tierra, tierra, sin pesimismo ni desesperación; sin propósito tampoco de engañar a nadie, digo ingenuamente lo que creo que debo decir, sin mirar vecinas consecuencias ni éscuchar el rumor de los temores. Ni busco afanoso los aplausos, ni rehuyo legítimas responsa- bilidades. Bien sé que los elogios no agre- garán un ápice a mi escaso tamaño, ni las voces de la diatriba reducirán más mi me- diania. Tampoco esquivo responsabilidades vistiendo vestidos postizos, menos, mucho menos, me empeño en hacer feria con los defectos de los demás. Aunque quedaran visibles en la plaza pública sólo los míos, yo desearía servir a una cruzada nacional que se encaminase a disimular, para mayor prestigio de la patria común, los posibles

80 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa -I- en Venezuela, desgraciadamente, hay, sobre todas las crisis, una crisis de pueblo1. Arturo Uslar Pietri, después de haber profesado brillantemente cátedra de -2- Literatura Hispano—americana, durante casi cinco años, en Columbia University, ha Esta tentativa de ensayo resultará regresado lleno de inquietud creadora a tra- a la postre, por lo que empiezo a ver, un bajar en el proceso cultural de nuestro país pesado caso de tautología. ¡Cuántas veces y, acaso animado del propósito de que se tendré necesidad de escribir la palabra y de le vea ausente de la política, promovió una exponer el concepto de crisis! investigación pública acerca de una presun- ta crisis literaria en Venezuela. Algunos es- Al asentar que padecemos una “cri- critores ya se han adelantado a dar opinión sis de pueblo”, no me refi ero al pueblo en sobre el caso. Yo he juzgado la oportunidad ninguno de sus valores corrientes de con- como propicia para responder una pregunta junto étnico, de sector social o económico, de más largo alcance, que diariamente nos o de unidad o modo de ser político. Para el formulamos quienes solemos refl exionar caso, más que el “pueblo político” (en sí sobre las necesidades y los dolores de la re- bastante informe), nos interesa el pueblo en pública. función histórica. Y justamente no somos “pueblo” en estricta categoría política, por Esto de las “crisis” parece ser tema cuanto carecemos del común denominador de permanente actualidad entre nosotros. Mi histórico que nos dé densidad y continuidad libro “El Caballo de Ledesma”, publicado de contenido espiritual del mismo modo en 1942 y que acaso Uslar Pietri haya leído que poseemos continuidad y unidad de con- en alguna de sus ediciones, está dedicado al tenido en el orden de la horizontalidad geo- tema de nuestra crisis, y de manera particu- gráfi ca. lar a lo que pudiera llamarse “quiebra de la cultura”. Creo haber escrito en alguna opor- tunidad que Venezuela, pese a su historia El Presidente López Contreras, en portentosa, resulta desde ciertos ángulos 1937, habló en forma más lata de una su- un pueblo antihistórico, por cuanto nuestra puesta “crisis de hombres”. Esto alarmó a gente no ha logrado asimilar su propia his- muchos, en especial a ciertos políticos que toria en forma tal que pueda hablarse de vi- se tenían a sí mismos como candidatos para vencias nacionales, uniformes y creadoras, los cargos de comando. En aquel tiempo me que nos ayuden en la obra de incorporar a permití argüir al ilustre ex-Presidente que la nuestro acervo fundamental nuevos valores crisis, más que de capacidades en sí, era de de cultura, cuyos contenidos y formas, por sentido de responsabilidad en los funciona- corresponder a grupos históricamente disi- rios públicos, muchos de ellos avocados, miles del nuestro, puedan adulterar nuestro por falta de examen de sus propios recur- genio nacional. sos, al ejercicio de funciones en las cuales no les era posible dar rendimiento alguno. En más de un libro y una revista Esta crisis sigue vigente, sin que haya visos extranjeros he leído elogios entusiastas para de que pueda remediarse. la obra de nuestros historiadores de ayer y hoy. Yo, así fi gure en el catálogo de quie- La crisis literaria cuya investiga- nes escriben historia en este país y por más ción ha promovido Uslar Pietri, existe de que sienta el orgullo de la atribución, no es- manera visible y audible, pero ella, aunque toy del todo conforme con tal entusiasmo. pudiera explicarse fácilmente, tanto por de- Cierto que en el pasado y en el presente se fi ciencia de recursos, como por la falta ge- han escrito muchos libros valiosos de his- neral de ligámenes entre el escritor y el am- toria —modelos entre ellos las historias biente nacional, no es sino el aspecto más de Baralt y Díaz y de Gil Fortoul—; cierto pequeño, quizá, de un fenómeno general: también que los gobiernos, lo mismo el del

Revista Cifra Nueva 81 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa General Juan Vicente Gómez como el de Quizás la manera de juzgar los hechos his- Rómulo Betancourt, se han preocupado por tóricos y la ausencia de una metodología el problema de la divulgación de nuestros que conduzca a un cabal y lógico examen fastos. Mas, en la mayoría de los trabajos de del pasado, capaz de dar contrapeso a la pe- historia nacional se ha dado, con marcadas ligrosa avenida de trabajos de índole histó- excepciones, notoria preferencia a una his- rica, producidos en razón de “tener la His- toria de tipo litúrgico y de criterio “calvinis- toria sus puertas abiertas al gran público”, ta”, con cuyo rígido esplendor se ha creído según anota Huizinga, ha contribuido po- compensar nuestras carencias sociales de derosamente a que nuestra colectividad no pueblo. haya podido asimilar uniformemente, para una función de fi sonomía y de carácter, los José Rafael Pocaterra, mostrando tesoros poderosos del tiempo y crear la con- mayor sentido histórico que muchos profe- ciencia histórica requerida como elemento sionales de la historia, ha escrito con tinosa de nacionalidad. precisión: “Hubo una época y una literatura histórica que asignaron mentalmente el alto Estoy perfectamente de acuerdo comando de las libertades a una clase que con quienes ayer censuraron una medida, venía del privilegio y vivía para el privile- en apariencia útil y patriótica, tomada por gio. Los que hemos estudiado en el libro las autoridades para evitar la circulación de vivo esa historia no escrita, creemos que cierta literatura argentina denigrativa del aún falta por escribirse, no los anales de los Libertador. Tal prohibición, en realidad, da patricios ni de los guerreros, no la época de la impresión de que nosotros estuviésemos los jefes insignes y de los subalternos que imponiendo en asuntos de historia una doc- corrían como perros cerca de las botas de trina “ofi cial”, que no se pudiera discutir. Es los jefes; sino la historia de los hombres”. decir, con dicha medida asumimos una ac- Esta circunstancia quizá sea una de las cau- titud semejante a la de la “policía histórica sas más pronunciadas de que nuestro pueblo que ejerce Juan Domingo Perón. En cambio, carezca de densidad histórica. Como colec- a esta alturas de tiempo, ya debiéramos ha- tividad siente poco el pueblo la sombra de ber adoptado, espontánea y uniformemente, su esfuerzo sobre los muros del tiempo. Le un “canon” histórico, no de creación ofi cial han enseñado sólo a verse como masa in- o policiaca, sino formado, repito, sobre es- forme que sirve de cauda disciplinada y su- tructuras ideales, arrancadas, a través de un frida a los mílites que hicieron a caballo las proceso sedimentario de generaciones, del grandes jornadas de la guerra. La historia fondo de nuestros anales. Contra ese “ca- bélica, que hasta hoy ha tenido preferencia non” popular, nacional, al cual corresponde- en la didaxia, ha sido para el pueblo vene- ría, como es lógico, una sensibilidad defen- zolano como centro de interés permanente, siva, chocaría todo propósito forastero de donde ha educado el respeto y la sumisión desfi gurar personajes y sucesos de nuestra hacia los hombres de presa. Porque nuestra historia. Como cuerpo provisto de robustas historia no ha sido los anales de los grupos defensas naturales, el organismo social re- que formaron las sucesivas generaciones, pudiaría por sí solo cualesquiera consejas sino la historia luminosa o falsamente ilu- que se opusieran a “su” verdad histórica, minada, de cabecillas que guiaron las masas sin necesidad de que se recurra, como fatal- aguerridas, ora para la libertad, ora para el mente hubo de recurrirse en el caso citado, despotismo. Ha faltado el ensayo que pre- a drásticas drogas de gendarmería. Insisto sente la obra del pueblo civil como factor en decir que ya debiéramos poseer un grupo de hechos constructivos, del mismo modo vigoroso y uniforme de valores históricos, como, para interpretar el valor conjugante logrados como fruto de una comprensión de la nacionalidad, han faltado las historias integral —de sentido colectivo— de nuestro parciales de las varias regiones que se jun- pasado nacional. A cambio de ellos, hemos taron para formar la unidad de la Patria. aceptado pasivamente una serie de premisas de tipo sociológico-político, aparentemente fundamentadas en una fi losofía pesimista,

82 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa erigida sobre una supuesta insufi ciencia vo- de los peruanos, que hasta hoy se quejan de cacional del venezolano para ejercicios de Bolívar, por haberlos convertido a la repú- repúblicas. blica democrática.

Lamentablemente andamos lejos No desdigo de que ciertos hechos de de gozar la recia posición constructiva que la vida de Bolívar se eleven a la luminosidad nos ponga en posesión de aquellos instru- del mito: el pelotazo al birrete del futuro Fer- mentos de educación cívica. Se rinde “culto nando VII, el juramento en el Monte Sacro, a los hombres que forjaron la nacionalidad el delirio en el Chimborazo, el salto sobre el independiente, pero un culto que se da la Tequendama, así estén en tela de juicio, dan mano con lo sentimental más que con lo re- contornos de efi cacia creadora a la fi gura del fl exivo. Nuestra misma devoción ofi cial por Padre inmortal. Sobre ello se escribirá siem- el Libertador podría decirse que fuera una pre con provecho para entender la singular prolongación de las fi estas de San Simón, voluntad del grande hombre. ¡Cuánto habría preparadas para agasajar en vida no sólo al lucrado la república con que se hubiera hecho héroe magnífi co de la libertad, pero también consigna de trabajo la frase que Bolívar lan- al poderoso dispensador de favores, o una zó contra José Domingo Díaz en medio de las repetición sin sentido de los funerales de ruinas del terremoto de 1812!; ¡Vencer a la na- 1831. Poco hemos hecho, en cambio, para turaleza! Jamás un forjador de pueblos les dio formar una teoría cjemplar de lo boliviano; mandamiento de mayor alcance. Moisés pasó como consecuencia de ello el admirable a pie enjuto el Mar Rojo porque tenía de su ensayo por medio del cual Santiago Key- parte los ejércitos de Jehová. Bolívar prometió Ayala nos presenta la vida estimulante de vencer desde una actitud humana la oposición un Bolívar sin fulgores de arcángel, no ha del universo a sus sueños de libertad. Si los ve- entrado de lleno en la didaxia de lo boliva- nezolanos hubiéramos tomado como lema de riano. También nos valemos del Libertador acción la consigna de Bolívar, otro habría sido para cubrir con los resplandores de su gloria el destino de nuestro pueblo. lo opaco y menguado de nuestra realidad cí- vica. Y como es Padre de todos, cualquiera -3- se cree con derecho de intcrpretar sus pen- samientos, y aun de ponerlos al servicio de Puede decirse que hemos tratado la intereses foráneos. historia de fuera con preferencia a las “razo- nes” y a los “sentimientos’ que movieron a La mayoría de nuestros compatrio- hombres y a hechos. Hemos visto más a la tas cuando exalta el pensamiento vulcánico liturgia de las efemérides que el permanente del Padre de la Patria, sólo mira la oportu- valor funcional de la historia como creado- nidad parcial de las circunstancias políticas. ra de actos nuevos. Hemos dado preferencia En Colombia, por ejemplo, como en Ecuador a la parte teatral de las circunstancias so- y Venezuela, los conservadores glorifi can, bre los propios fi nes y resultados de éstas. pro domo sua, al Bolívar de la Dictadura, A Miranda, a Bolívar, a Sucre, a Páez, a mientras los liberales lo motejan de tiranía, Vargas consagramos toda nuestra devoción sin refl exionar ambos en que aquella etapa cuando acaecen los ciclos cronológicos de del ciclo bolivariano fue apenas una fase del sus vidas. Después de haber exaltado has- multiforme y dialéctico obrar del héroe2. En ta la hipérbole histérica el mérito de sus la disputa sobre el tema de la conferencia existencias magnífi cas, seguimos la vida de Guayaquil, la mayoría se detiene en el cotidiana como si ninguno de los grandes valor del ofrecimiento o de la negativa de pensamientos de ellos valiera la pena de unas divisiones auxiliares, sin insistir lo su- ser tomado por empresa para lo común de fi ciente acerca de que se hubiera fi jado, con nuestro quehacer de ciudadanos. A modo retiro de San Martín, el destino republicano tan frívolo de entender el pasado, se suma de nuestro mundo indohispánico, expuesto un hecho fundamental, de raíces profundas, a las veleidades monárquicas del Protector, que ha llevado a la misma segmentación de con tan buen abono en la conciencia realista nuestra historia y a la creación, en conse-

Revista Cifra Nueva 83 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa cuencia, de zonas antagónicas e irreducti- recta comprensión dcia Repúblka, era pre- bles en nuestros propios anales. ciso remontar el tiempo para llegar hasta los prístinos momentos de la venida a nuestras Confundiendo tradición con invo- tierras de los primeros pobladores españo- lución, muchos han querido ir, en aras del les: y así vemos en 1824 a Domingo Navas progreso, contra los valores antiguos. Pri- Espínola, liberal de los de Tomás Lander, mero de estos casos lo constituye cierta ma- dado a reimprimir en Caracas la clásica nera, hasta ayer muy a la moda, de enjuiciar “Historia de la Conquista y Población de la nuestro pasado de colonia española. Se trata Provincia de Venezuela”, debida a la pluma de un criterio retardado, en el cual sobre- maestra de José de Oviedo y Baños. viven el odio contra España que provocó la guerra de emancipación y el espíritu de Fenómeno no sólo venezolano sfno crítica de la generación heroica hacia los americano, aquella posición ha servido, con propios valores que conformaron su vida lucro para fuerzas extrañas, como elemento intelectual. Lejos de que se puedan tomar al desfi gurativo de la historia general del conti- pie de la letra las opiniones de Sanz, de Be- nente indohispano. Silvio Zavala, campeón llo y de Vargas como condenación absoluta en México de la corriente contraria, me ma- de la cultura colonial, debieran verse como nifestaba en 1946 que había sido más fácil expresión de un espíritu de progreso, seme- en Venezuela que en su país abrir el proceso jante al que hoy nos anima cuando censura- de revalorización del período hispánico de mos las defi ciencias de nuestra educación. nuestra historia, y eso que allá hombres de Sin tal crítica, así ella sea dura e injusta, no la calidad de Justo Sierra jamás negaron los habría progreso en ninguno de los órdenes valores coloniales. sociales. ¡Desgraciado el joven que se limi- te a alabar servilmente las ideas y las formas La diatriba sin examen contra lo que le legaron sus inmediatos antecesores! formativo español y el repudio de nuestros tres siglos de colonia, han intentado desca- El odio que fue necesario de exaltar bezar la historia nacional. César Zumeta, como máquina de guerra durante la lucha egregio exponente del pensamiento vene- ciclópea librada por nuestros Padres con- zólano, acuñó, en momento de acritud po- tra la metrópoli peninsular, subsistió en la lémica, una frase que sintetiza el error de la conciencia nacional, por prenda de “patrio- escuela formada sobre tal diatriba y sobre tismo” durante mucho tiempo después de tal repudio. En su discurso de incorporación compuestas las paces entre la antigua Corte a la Academia Nacional de la Historia dijo y la fl amante República. Olvidados ciertos que “entre la República y la Colonia existe críticos de que el venezolano, más que con- un hiato semejante al que separa el Antiguo tinuación del aborigen, es pueblo de tras- del Nuevo Testamento”. plante y de confl uencia, cuyas raíces fun- damentales se hunden en el suelo histórico En cambio, cómo volvemos lós de España, creyeron que ganada la indepcn- ojos hacia la realidad colonial cuando inten- dencia política, habían sido echadas del te- tamos pruebas del despojo de gran. parte de rritorio patrio unas autoridades desvincula- nuestra Guayana, perpetrado por el impe- das históricamente de lo nacional nuestro, rialismo inglés, durante nuestro siglo XIX y consideraron, por lo tanto, de genuina republicano. De allá sí nos vienen entonces, calidad patriótica anchar hasta los propios junto con nuestra historia, los títulos de so- orígenes de la colectividad, el menosprecio beranía sobre un territorio conquistado por indiscriminado contra todas las formas y los hombres que generaron nuestra estirpe valores antiguos. de pueblo. Los partidarios de la “pausa” histórica debieran meditar acerca de que la Sin embargo, hubo quienes com- integridad territorial es consecuencia de un prendieron, cuando aún se escuchaban vo- proceso de comunidad que deriva del tiem- ces dispersas que pregonaban los caducos po sus mejores argumcntos de conservación derechos de Fernando VII. cómo para la y de resistencia.

84 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa El “hiato”, para admitirse en fun- -4- ción histórica, necesitaría presentarse acom- pañado de un cataclismo geológico o de un Buscar las raíces históricas de la asesinato integral, que hubiese borrado del comunidad es tanto como contribuir al vi- suelo nacional todo elemento humano de gor de los valores que pueden conjugar el continuidad. En historia, lejos de existir destino y el sentido del país nacional. Buen acontecimientos que pudieran catalogar- ejemplo de lo que valen como elementos de se como pasmos o silencios en el devenir integración los símbolos antiguos, lo pro- social, existen metástasis que explican la porciona el famoso fi lm soviético “Iván el presencia de procesos que sufrieron retardo Terrible”, que estuvo en nuestras salas de en su evolución natural. En historia no hay cine hace dos años y que ha reaparecido en cesura. Su ley es la continuidad. los días que cursan. Si descabezamos nuestra historia, Stalin, teórico excelente de la nacio- quedaremos reducidos a una corta y ac- nalidad, asienta en su ensayo “El Marxismo cidentada aventura republicana de ciento y el problema nacional”, que una nación no cuarenta años, que no nos daría derecho a es una comunidad racial o tribal, sino una sentirnos pueblo en la plena atribución his- comunidad de hombres, formada “histori- tórico—social de la pálabra. Y si para esos camente”, que posee territorio, economía, ciento cuarenta años admitimos la proce- idioma y psicología que le dan unidad. Por dencia de los varios procesos segmenta- ello, en sus planes para el robustecimiento rios, de caída y ascenso, que determinan de la unidad del pueblo ruso, entra este sis- los cognomentos partidistas de Federación, tema,- romántico y sentimental, de evocar Fusionismo, Regeneración, Reivindicación, lo antiguo como medio idóneo de crear vi- Legalismo, Restauración, Rehabilitación y vencias psicológicas que sirvan de pilares Segunda Independencia, habremos de con- para el imperio soviético. I esta lección nos cluir que lejos de ser una Venezuela en ca- viene nada menos que del país donde la re- tegoría histórica, nuestro país es la simple volución ha tenido su solar y su fragua más superposición cronológica de procesos tri- característicos, como para callar a quien bales que no llegaron a obtener la densidad pretenda motejar de retrógrados a los que social requerida para el ascenso a nación. exaltamos el valor de lo tradicional. Pequeñas Venezuelas que explicarían nues- tra tremenda crisis de pueblo. Sobre esta Nosotros, empero, que apenas apa- crisis se justifi can todas las demás, y se ex- recíamos como colectividad en formación, plica la mentalidad anárquica que a través cuando el nieto de Iván III ya daba forma de todos los gobiernos ha dado una caracte- al futuro y grande imperio zarista, nos em- rística de prueba y de novedad al progreso peñamos por romper a cada paso y con el de la nación. Por ello a diario nos dolemos más fútil razonamiento, la continuidad de de ver cómo el país no ha podido realizar nuestro pasado nacional. A más del preten- nada continuo. En los distintos órdenes so “hiato” existente entre la época colonial del progreso no hemos hecho sino sustituir y el período independiente, hemos intenta- un fracaso por otro fracaso, para lograr, do, según arriba ya apunté, hacer de nuestra como balance, la certidumbre dolorosa de historia de ayer y de nuestra historia de hoy que nuestra educación, nuestra agricultura, una serie de parcelas aisladas, semi-autóno- nuestra vitalidad, nuestra riqueza misma, mas y desprovistas, en consecuencia, de un viven una permanente crisis de inseguridad centro de gravedad que les dé consistencia y de desorientación. para resistir el oleaje de la historia universal. En una Venezuela que arranca del esfuerzo constante —errado o feliz— de diversas ge- neraciones, se ha querido ver porciones di- ferenciadas por los signos momentáneos de una política o de una moda de circunstan- cias. Lo que los historiadores y los políticos

Revista Cifra Nueva 85 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa de ayer y de hoy intentaron o intentan pre- duraderos serán los frutos de este progreso, sentar como cesuras derivadas de valores cuanto más fi rme sea la estructura de la tra- acomodaticios, no pasa de ser obra ligera e dición donde se fundamenten las institucio- interesada, las más de las veces con fi nali- nes creadas por el genio popular, producto dades demagógicas. a la vez de la sedimentación histórica de los valores espirituales que producen las gene- Traer al plano presente los valores raciones. antiguos para extraerles su contenido de fu- turo, no es negarnos a cumplir nuestro desti- Como próvida tierra que alimenta no de la hora. Cuando Luis López Méndez, la raigambre de los árboles, la tradición es refi riéndose a los Padres de la Independen- savia que sirve de nutrimento a la existencia cia, exclamó: “Aquellos hombres hicieron de las naciones. De la vida antigua arranca su obra, hagamos nosotros la nuestra”, no la obra del progreso nuevo. Del ejemplo, repudio el pasado como fuerza constructi- pleno o defi ciente, de ayer, viene la lección va, sino el infecundo conformismo de quie- fructífera para la hora presente. Por la tra- nes creyeron que ya todo estaba hecho por dición hablan los muertos que no quieren los antepasados. El sabía que nunca llega- morir, los muertos que aún mandan. Porque rá a nada un pueblo que se resigne a mirar si es cierto, según apunta Bright, que no se con tímido respeto la gloria que pasó. Sabía entra a las asambleas políticas invocandó él, además, que debe mantenerse intacto el el mérito de los antepasados, sino el pres- “hilo de oro” que une las generaciones, a fi n tigio actual labrado por nosotros mismos de hacer posible la superación constante de en función de individuos, en el orden & los aquella gloria. imperativos sociológicos, el mandato de los muertos tiene vigencia irrevocable. Del éxito y del fracaso antiguos, de la hora grávida de las conquistas cívi- Mas, no debe entenderse que la tra- cas y del momento menguado del retroceso dición sea una actituid estática y confonnis- tumultuario, de la crisis de los sistemas y ta, que convierta a los hombres nuevos ‘en del fl orecimiento de los grandes esfuerzos meros y necios contempladores de los valo- constructivos, de la alegría de la plenitud y res antiguos. La tradición es la onda creadora del dolor de la exhaustez, se ha venido te- que va del ayer al mañana, y sin consultarla, jiendo la misma e indivisible tela de la na- no crecerán para lo porvenir las sociedades. cionalidad. En ella caben, como elementos Hay quienes la adversan por confundirla a que interesa examinar para la explicación la ligera con el ánimo retrógrado y fanático de nuestra historia, el gesto de Vargas ante de ciertos temperamentos conservadores, la insolencia de Carujo y la actitud ambigua opuestos al espíritu de modifi cación progre- de Monagas frente al Congreso, la mentali- siva que cada generación está en el deber de dad progresista de Guzmán Blanco y la cur- realizar en orden el perfeccionamiento del va hacia el nuevo caudillismo qúe reabrió el legado trasmitido por los antecesores. Pero “legalismo” de Joaquín Crespo, momentos la tradición, lejos de impedir el avance de todos de una misma conciencia multánime, dicho espíritu, es el módulo que determina que expresa la agonía de un pueblo en busca su progreso. de caminos. Desdecir de la época colonial Los cortos espacios que marca un para hacer más brillante la epopeya de la régimen o un sistema político, no cuentan emancipación; desconocer los valores del para deshacer la continuidad histórica de caudillismo conservador pan ameritar los una nación. Por lo contrario, ésta es más avances del ciclo liberal; negar los hechos en sí misma cuanto menos se abulten, por positivos de la dictadura andina (integración medio de sistemas artifi ciales, los “modos demográfi ca de la nacionalidad, pago de la de ser” provocados por el tiempo y por las deuda exterior, supresión del caudillismo diferenciaciones que promueve el movi- cantonal, creación de la sanidad pública), miento de la cultura. I tanto más válidos y para que más brillen las conquistas cívicas

86 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa logradas después de la muerte de Gómez; Antonio Sifontes, desamparado por la jus- achicar la Universidad antigua para sólo ticia de los hombres, revive la raza de los dar estimación a la Universidad de Ernst libertadores, cuando apresa y castiga a las y Villavicencio, es manera inadecuada de intrusas autoridades británicas que querían interpretar y valorar nuestro pasado. Unos saciar la sed de expansión en nuestro terri- y otros períodos son signos de una misma torio guayanés. No se cierra un pasado con existencia colectiva, infl uida por el curso muros tan sórdidos que impidan el eco de las del progreso universal. En la investigación voces antiguas. I la fuerza de las voces nue- y valorización de los hechos históricos, urge vas acrece con el murmullo de las palabras buscar no las circunstancias que parece que viejas. En Estados Unidos, donde el progre- dividieran la trama de los sucesos, sino las so se ha afi ncado sobre el suelo de una bien razones que permitan ver los acontecimien- cultivada tradición, las consignas nuevas no tos que al bulto se contradicen, como ex- han borrado el eco de los mensajes de los presiones de la continuidad de la vida de los grandes constructores de la nacionalidad. pueblos. No sólo en plazas y avenidas asumen mar- mórea permanencia Washington, Hamilton Pretender fabricarnos una historia y Jefferson: ellos viven vida perenne en el a la medida de nuestras preferencias actua- discurso común del hombre americano. La les, desdeñando, al efecto, los hechos y los cultura joven no se desdeña en aquel gran personajes que contradicen nuestras incli- país de ceñirse a fórmulas antiguas y de naciones ideológicas, es tanto como ir con- contenido absoluto. Cuando en Columbia tra el propio sentido de la nacionalidad. Así University se doctoran los nuevos sabios como existe una comunidad solidaria en el que bloquean la estructura del átomo, oyen presente, que obliga a deponer diferencias los mismos cantos litúrgicos que fi jó para la cuando se trata de la defensa de los intere- pompa académica la constitución universi- ses comunes, de igual mudo, en el orden del taria colonial. pasado, existe una solidaridad moral que nos impone una actitud defensiva frente a lo -5- que ataque los.valores nacionales. Por cso, sin conciencia histórica no hay, como dije Por común denominador que sirva antes, sensibilidad para distinguir lo que de signo conjugante al caos humano que atente contra los intereses colectivos. se mueve en el continente norteamericano, han sido extraídos los valores de la histo- Defi nir una tradición y velar por su ria que ananca de la aventura de Christoph constante progreso, es deber de colectivida- Newport en 1607. No repugnan nuestros des que aspiran a robustecer su personali- “buenas vecinos” del Norte las peripecias dad en los cuadros de la historia universal. del coloniaje, más pobre y de menor empu- Tradición en este caso es fi sonomía, tono, je que las acciones de los aventureros espa- genio, carácter que diferencia a los grupos ñoles En su historia no olvidan, ni toman y les da derecho a ser tomados en cuenta de ello sonrojo, el arribo a Virginia por el como unidades de cultura. año de 1619, de un “barco procedente de Inglaterra con noventa muchachas casa- Cada hecho antiguo tiene su opor- deras, quienes fueron dadas por esposas a tuna valorización en el presente. Lo viejo se aquellos colonos que pagaron ciento veinte deshumaniza y prosigue como símbolo en libras por su transporte”. Es decir, el rela- lo que tenga de positivo. Del Negro Primero to de los orígenes de una sociedad puritana no miramos el analfabetismo y la violencia que se fundaba sobre una trata de blancas, vegetal: alabamos la expresión de su fe pri- realizada del modo más honorable. Pero el mitiva en la libertad. A Jorge Bello nadie le norteamericano cree ganar fuerza para la examina su corriente valor humano, para elaboración de nuevos y efi caces valores, presentarlo como símbolo de la dignidad de no sólo por medio de la asimilación de la la patria, cuando defi ende el pueblo de San historia forjada por los hombres que dieron Carlos del artero ataque alemán. Domingo comienzo a los establecimientos primitivos,

Revista Cifra Nueva 87 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa sino también por la incorporación de los (Se explica el caso de Fernando Ortiz por elementos de cultura de la vieja Inglaterra, carecer él, individualmente, de la perspecti- de donde aquéllós trajeron una razón y un va histórica necesaria para juzgar el pasado modo histórico de vivir. colonial de su país: su sensibilidad está viva aún para alzarse contra las formas políticas Nosotros, como secuela, según ya que vivió su juventud). En cambio, nosotros apunté, del odio feroz que promovieron las ya gozamos de una perspectiva de tiempo crueldades de Monteverde, Boyes, Zuazo- que nos permite mirar con serenidad y sen- la, Moxó y Morillo, hemos intentado borrar tido nacional hacia nuestro pasado hispáni- de nuestros anales la época en que nuestra co. colectividad fue parte del imperio español, para fi jar los soportes de la nacionalidad Destruido, aniquilado y felizmente en los hechos realizados por los grandes convertido en un mundo distinto, el antiguo patriotas que abatieron la contumacia co- imperio colonial de España subsiste como lonizadora de España. Como resultado de tema de odio, de menosprecio y de codicia esta arbitraria fi jación, nos hemos negado para el sajón. Y cuando este odio extraño a buscar la razón de nosotros mismos y se une incautamente con el odio retardado de nuestra propia lucha emancipadora en de quienes consideran patriótico mantener circunstancias y supuestos producidos en la enemiga nacional contra el mundo de las nuestro subsuelo pre-republicano. Alejados formas coloniales, los nuestros hacen suyos de una lógica viva que persiga en nosotros los elementos de los viejos enemigos de Es- mismos, es decir, en nuestro propio pasa- paña y se cierran a la comprensión de nues- do nacional, la sustancia moral de nuestro tro pasado. ser social, hemos sufrido una ausencia de perfi les determinantes. Como corolario, no Se alaba la cultura de franceses e hemos llegado a la defi nición del ‘pueblo ingleses, y se echa a un lado el recuerdo de histórico’ que se necesita para la fragua de las barbaridades cometidas por los corsa- la nacionalidad. rios que aquéllos armaban para destruir las ciudades hispánicas del nuevo mundo. Para Cerrados a la comprensión de esta equilibrar los resultados de la conquista tesis, por demás cargada de venezolanidad, —desinterés y desprendimiento del español hemos buscado símbolos extraños para ex- frente a la timidez y a la lentitud de otras plicar la misma explosión de nuestro pro- potencias— ningunas más efi caces que las ceso emancipador, y hemos aceptado, a armas de los hombres sin ley que venían a humos de amigos de la libertad, principios quemar nuestros asientos y a robar los ga- tan extraños como el que sostiene el cubano leones que conducían a Sevilla el fruto del Fernando Ortiz, al proclamar que la guerra trabajo minero; era criminal que el indio por nuestra liberación continental empezó y el negro trabajasen las minas a favor de en el canal de la Mancha, con la destrucción España, pero no era criminal vender aque- de la poderosa armada de Felipe II. Tanto llos negros ni matar a quienes trasportaban como adelantarnos a negar los valores de el fruto de aquel trabajo. Bien estuvo que nuestra colonia y entrar a lajustifi cación dicha moral tuviese defensores en la Corte de los piratas que destruyeron los asientos de Londres, donde se honraban piratas y ne- de nuestros antepasados españoles y detu- greros. Pero que del lado español y a través vieron fatalmente la curva del progreso de de tres siglos de reposo para el raciocinio, nuestros pueblos. haya historia nacional que adhiera a tal sis- tema ético, parece por demás descaminado. Sólo a una mente obcecada por un Aunque así parezca y pese a lo ilógico del menosprecio irredento hacia las formas de caso, muchos han renegado su origen cul- la política española, puede ocurrir la idea tural y han maldecido la sangre española de justifi car como benefi ciosa para nuestro corrida por sus venas. Hechos todo oídos mundo indohispánico, la obra vengativa de para recibir la leyenda del descrédito de Inglaterra y la labor asoladora de los piratas España, hallaron en la propia autocrítica

88 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa de sus hombres fuerza con que arrimarse Del mismo modo como no acepto a las tesis menospreciantes sostenidas por la “leyenda negra” forjada a la sombra de la los otros. Olvidaron muchos que mientras Torre de Londres, rechazo la “leyenda do- Francia, Inglaterra y Holanda galardonaban rada” de quienes alaban de la colonización a los asesinos y ladrones que destruían el española hasta la esclavitud y la Inquisi- imperio español, en el Consejo de Indias se ción3. escuchaban y atendían con profundo senti- Cuando he justifi cado en el tiem- do humanístico las censuras contra el sis- po la obra de nuestros mayores, es decir, tema de gobernar los reyes las provincias la obra de los peninsulares que generaron de América, formuladas por los juristas, los nuestras estirpes y fi jaron nuestros apelli- fi lósofos, los teólogos y aun por los mismos dos, he creído cumplir un deber moral con colonizadores españoles. el mundo de donde vengo. Si mis primeros cuatro apellidos procedieran de Barbados o En la recia tela de su vida institucio- de Jamaica, tal vez estaría lamentando que nal labró España el pespunte de su crítica. mis presuntos abuelos no hubieran logrado Tuvo el valor, que es tuétano y esencia de el dominio de Tierra Firme. I si doy mayor su historia, para proclamar las faltas de sus estimación a la parte hispánica de mis an- hombres y tuvo también sentido para irles cestros que al torrente sanguíneo que me a la contraria. Pudo errar, pero no buscó hi- viene de los indios colonizados y de los pócritas argumentos puritanos para ocultar negros esclavizados, ello obedece a que, los desaciertos de sus capitanes. Pudieron demás de ser aquélla de importancia supe- sus hombres haber sido arbitrarios con los rior en el volumen, tiene, como propulsora indios y haber desoído las pragmáticas que de cultura, la categoría histórica de que los los obligaban a servirlos en las encomien- otros carecen. Como el mío, es el caso indi- das. Esas críticas no fi guran en la historia vidual de la mayoría venezolana. de la colonización inglesa en Norteamérica, por cuanto allá no hubo encomiendas, en Jamás me ha movido la idea de razón de haber sido sacrifi cados los indíge- servir a una desentonada hispanidad, que nas, con quienes, tampoco, el inglés buscó pudiera adulterar nuestra característica la convivencia. En cambio, los crímenes de america1a. El gran árbol hispánico lo con- los conquistadores españoles, palidecen ante sidero idealmente dividido, en razón de la las barbaridades cometidas entre sí, en Nue- estupenda aventura realizada por el pueblo va Inglaterra, por los fanáticos pobladores español, no por la Corona de Castilla, du- que trasportaban al nuevo mundo los tintes rante el siglo XVI. Desde entonces hubo shakesperianos de la historia inglesa. “Toda dos Españas: la de Indias y la peninsular. la Europa, escribe nuestro gran Vargas, se La primera, formada por las masas popula- espantó de una intolerancia tan chocante, res que pasaron a América, a revivir para porque en ninguna parte se había visto ésta el futuro el espíritu de la libertad antigua, establecida como principio gubernativo de abatida en Castilla por los reitres de Carlos una manera tan fonnal y tan temible”. I; la otra, condenada por largos años a sufrir la quiebra provocada por el fanatismo de -6- los reyes y por la indolencia de los señores. Segundones e hidalgos arruinados guiaron No dudo del sincero patriotismo de la obra de las masas que vinieron a buscar los que juzgan nuestro pasado español a la aire para el espíritu y “cosa de comer” para lumbre de un criterio opuesto al que otros y el estómago, en nuestra América generosa. yo sustentamos y defendemos. Sólo he con- Buen ánimo supieron plasmar, para que al siderado desprovisto de humor eso de que se correr de tres siglos se produjera la mejor asiente que quienes hemos procurado hacer generación de hombres que ha visto nues- luz en el proceso hispánico de nuestro país, tro mundo. Si he exaltado lo exaltable que estamos promoviendo un regreso al antiguo hay en la obra de la colonia, lo he hecho por sistema colonial. Sería creer demasiado en cuanto en esa colonia cubierta de tinieblas, el poder de la evocación literaria. estaba forcejante una Venezuela que labra-

Revista Cifra Nueva 89 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa ba con refl exión y con pasión el instrumento va que explique los hechos y determine la de su libertad. I como juzgo que la historia causa de que convivan temas y sentimien- de una nación es tanto más vigorosa cuanto tos que al pronto parecieran contradecirse. mayores sean los factores de cultura que ha Por tal razón, el crítico de historia, lo mis- venido sumando el pueblo al compás de los mo que el sociólogo, debe poseer ventanas siglos, considero que nuestro país surgió a que le faciliten mirar a más de un rumbo, vida histórica cuando los españoles comen- y tratar, sin repugnancia, como positivos, zaron la conquista. Sé que algunos se des- ciertos valores que parecieran contradecir deñan de este origen, y prefi eren una vida el mismo progreso social, de igual modo más corta, que parta, con la libertad, del 19 como el fi siólogo estima ciertos tóxicos de abril de 1810. Esos, sobre negarse a sí que contribuyen a la defensa del organismo. mismos, niegan la fuerza de nuestro pasado, Precisa no olvidar que el mundo, como idea y para corregir su error debieran pensar que y como voluntad, jamás podrá representarse los historiadores ingleses, sabedores de lo por medio de monumento de un solo estilo, que es un proceso de colonia, aceptan que sino como construcción dialéctica donde ar- Bretaña surgió por primera vez a la luz de monicen las contrarias expresiones del pen- la historia y se incorporó al mundo civiliza- samiento y del querer humanos. do con la ocupación romana”. Los austra- lianos, al asumir la soberanía dentro de la Quizá el sentido litúrgico e indivi- comunidad británica, tomaron como día na- dualista que se quiso dar a nuestra historia, cional el aniversario de la llegada a la gran ha impedido que se fi jen las grandes estruc- isla de los primeros inmigrantes ingleses, y turas ideales en torno a las cuales pueda mo- no la fecha de fi jación del commonwealth. verse espontánea y fecundamente el mundo Con ello expresaron un propósito de arran- de la pasión y de la refl exión venezolana. car de las Islas Británicas el origen de su Sin que se logre esa fi jación de valores —no vida de cultura. Esa misma razón me lleva como conclusíones estáticas respaldadas o a buscar la raíz de la vida venezolana, no en impuestas por academias, sociedades pa- la selva que habitó el aborigen americano ni trióticas o cuerpos policiacos— sino como en la jungla de donde fue traído el esclavo elaboración común de una manera de obrar doliente, ambos conjugados con el español y de pensar, jamás se dirá que está cuajada dominador para producir nuestro vivaz y para su efectivo progreso nuestra nacionali- calumniado mestizaje; por lo contrario, he dad moral, más urgida de salvaguardias que creído preferible deshacer la ruta de los na- la propia extensión geográfi ca confi ada a la vegantes españoles y ver como nuestra, en nominal custodia de los cañones. trance de antepresente, la historia que desde los celtíberos sin data azotó con la fecunda Para que haya “país político” en su y constante marejada del mare nostrum— plenitud funcional, se necesita que, además marco de la más alta cultura humana— los del valor conformativo de la estructura de acantilados espirituales del vigoroso impe- derecho público erigida sobre una área geo- rio que se echó con Colón a la aventura ma- gráfi ca-económica, es decir, que además del ravillosa de buscar un mundo nuevo4. Estado, exista una serie de formaciones mo- rales, espirituales, que arranquen del suelo -7- histórico e integren las normas que unifor- man la vida de la colectividad. La existencia Para la formación de una concien- del “pueblo histórico”, que ha conformado cia nacional es necesario confi ar más en el el pensamiento y el carácter nacionales, por poder creador de las síntesis que en los fru- medio de la asimilación del patrimonio, tos aislados y severos del análisis. Si bien creado y modifi cado a la vez por las genera- necesitamos de éste, para hacer luz por me- ciones, es de previa necesidad para que obre dio del examen de los fenómenos sociales, de manera fecunda el “país político”. Se de nada, en cambio, valdrían sus resultados, requiere la posesión de un “piso interior”, si luego de disociados los términos del pro- donde descansen las líneas que dan fi sono- blema, no se lograse la fuerza constructi- mía continua y resistencia de tiempo a los

90 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa valores comunes de la nacionalidad, para personalismo, y al propósito de hacer racio- que se desarrolle sin mayores riesgos la lu- nal el proceso electoral para la conquista del cha provocada por los diferentes “modos” poder. El pueblo llegó a creer en ellos y se que promueven los idearios de los partidos agrupó en sus fi las. Fracasó “Acción De- políticos. Antes que ser monárquico o repu- mocrática”, cuando precipitadamente, con blicano, conservador o liberal, todo conjun- el apoyo militar, tomó los instrumentos del to social debe ser pueblo en sí mismo. poder. Mas, a pesar de tal fracaso, existe la conciencia de que son necesarios los parti- La crisis de nuestros partidos his- dos como únicos medios para hacer efecti- tóricos acaso derive de esta causa. Nuestra va la consulta popular de donde deriven las política anterior a 1936, había degenerado instituciones cívicas de la nación. Si están en política tribal. El viejo cacique que se en crisis, como consecuencia del paréntesis “comprometía” a sostener a un jefe. Tan de facto que atraviesa la República, ello se caprichosa fue la manera de verse la polí- explica también en parte por nuestra crisis tica, que cuando el General Juan Bautista general de pueblo, rémora permanente para Araujo, llamado el “León de Los Andes”, que no se haya desarrollado el sentido de pactó con Guzmán Blanco, su partido, es la institucionalidad y de la responsabilidad decir, el antiguo partido oligarca que desde sobre las cuales descansa la vida de los es- Trujillo dominaba a la Cordillera, se llamó tados. “Partido liberal guzmancista araujista”. Un galimatías sobre el cual se han fundado en Pese a que exista dicha crisis, ella nuestro país todos los sistemas personales no debe llegar hasta abolir toda fe en los va- de gobierno que ha sufrido la República5. lores populares y convertirnos en apóstatas de la república. De lo contrario, es preciso Sin embargo, el problema de los ir al pueblo y ayudarlo en la solución de sus partidos ha tomado carácter distinto a con- problemas, de ellos esencial, en el orden de tar de la muerte del General Gómez, ya que la política, el que se endereza al sincero, ho- el país quiere sistemas en lugar de hombres nesto, libre e igualitario ejercicio del voto. a quienes la fortuna o el azar convierta en Antes que asimos a las tesis pesimistas de dispensadores de honras y favores. Por su- quienes niegan al pueblo las posibilidades perada se ha visto la etapa en que los pro- de superar sus reatos, hagamos nuestra la fe nunciamientos militares se consideraron del insigne Vargas, cuando proclamó en la curados de su ‘pecado original por el éxito Sociedad Económica de Amigos del País, logrado en la conducción de los destinos el año de 1833, la siguiente consigna: “Los públicos”. Filosofía hedonista, grata a los pueblos todos tienen en sí el poder de ele- dictadores y a sus áulicos, sobre la cual es- varse a las más altas ideas, a las acciones tribaron nuestros viejos déspotas. Por eso ha más heroicas, al mayor esplendor, según la habido partidos circunstanciales, para ganar educación que reciban, las circunstancias elecciones, como las “Cívicas Bolivaria- en que se encuentren y las infl uencias bien- nas”; los ha habido creados desde el propio hechoras de sus gobiernos y de sus leyes. poder, para dar continuidad ideológica a un Si el clima y los otros agentes físicos de la sistema, de gobierno, como el Partido De- localidad modifi can el desarrollo primitivo mocrático Venezolano; los ha habido como de su gobierno, de su carácter moral y de expresión de programas marxistas, como su legislación, sin embargo, está infl uencia los Partidos Comunistas puros y como el puede ser, y siempre ha sido, dominada y Partido “Acción Democrática”; los ha habi- corregida por las instituciones y las leyes, do como sistemática de principios liberales, quedando desde entonces como un matiz como “Unión Republicana Democrática”, y que acompaña a un pueblo en sus estadós los ha habido como encauzamiento de una diversos de progreso, grandeza, decadencia, ideología social-cristiana, como el partido ruina”. “Copey”. Todos ellos han correspondido a un propósito de dar a la lucha política mar- co distinto al de los viejos métodos de mero

Revista Cifra Nueva 91 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa * tifi car nuestra indisciplina social. Nos han ** faltado hombres honestos que aprovechen el poder para contribuir al mejoramiento de Días atrás un amigo preocupado las masas. por los problemas del país, me envió un lar- go ensayo sobre temas indoamericanos y, “Respecto a la necesidad de las en especial, acerca del momento que vive elecciones, y consiguientemente del juego Venezuela; y como me instó a opinar en el de los partidos políticos, sólo cambiaré de caso, yo, glosando una grata conversación criterio cuando se me presente otra teoría con Darío Echandía, por entonces Ministro que explique mejor el origen y el fi n racio- de Gobierno de Colombia, le respondí en nal de los poderes públicos. Mientras tanto los términos siguientes: seguiré, con Lincoln, en la creencia de que ellos deben emanar del pueblo y ejercerse “Hubo una época bárbara en la his- por el pueblo, para benefi cio del pueblo. toria de las naciones, durante la cual el po- Es decir, seguiré creyendo en la democra- der se discernía a quienes tuviesen mayor cia liberal que forma, así hayan sido tantos destreza en descabezar hombres. La cul- nuestros reveses, el verdadero sustrato de tura marcó el tránsito a un estadio en que nuestro pueblo”. se adoptó como método de gobierno dar el poder a quienes pudieran contar mayor nú- De algunos sé que piensan diversa- mero de cabezas a su favor. Para ello era mente. Afi ncan ellos sus ideas en premisas preciso consultar a los hombres, y surgió con antecedentes históricos. Supersticioso el sistema electoral, existente en la práctica del derecho ajeno, respeto la honestidad que mucho antes de que Rousseau formulase su debe presumirse como numen de tales con- famosa teoría del Contrato Social. clusiones, hijas, a mi juicio, de fáciles ye- rros en el proceso de disociar circunstancias “En las monarquías absolutas, el tenidas como de rigor sociológico. Creo, en Poder se concretaba en el rey por medio de cambio, que la ausencia de partidos políti- una fórmula mágica, que estilizó el viejo cos ha ocasionado una de las más lamenta- concepto de los descabezamientos. Ciertos bles crisis en la vida de la nación. Fundados teólogos protestantes fueron muy adictos los gobiernos sobre compromisos persona- a la teoría del “derecho divino” de los re- listas con “los jefes” de turno, ha ocurrido yes, y olvidados del pueblo, hacían pasar de una dispersión de actividades, por el ascen- Dios al Rey, directamente, la función caris- so, violento e inconsulto, de los hombres al mática del Poder. Santo Tomás de Aquino, ejercicio de la función pública. Sin madurez por lo contrario, reconoció en el pueblo el para la crítica social, los benefi ciados en el intermediario entre la Omnipotencia y los escogimiento han procurado asegurarse, no agentes visibles del Poder. El jesuita Laí- por el desarrollo de una labor en provecho nez, en el Concilio de Trento, sostuvo que de la nación o de la mística del partido, sino “la fuente de todo poder reside en la comu- por medio de actos que mantengan en viva nidad, quien lo comunica a las autoridades”. complacencia a los superiores. De aquí el ¿I cómo se comunica racionalmente este incondicionalismo que ha sido una de las poder sin la consulta popular? Por ello yo grandes “virtudes” para el medro en nuestra creo en la procedencia del sistema electo- política. I como lo que se ha tratado es de ral, a pesar de sus imperfecciones. I aún en dar “colocación” a los amigos, se ha mirado algo más: creo en el pueblo de Venezuela, el lucro del destino, sin ver lo que gane el de quien sus dirigentes han aprovechado, a Estado. De allí la falta de selección y del todo lo largo de nuestra historia, la ignoran- descaro con que se hace, pongamos por cia y los demás defectos que sobre él pesan, caso, de un modesto talabartero un empina- sin que se hayan tomado en cuenta, para be- do funcionario consular. Por ello carece la nefi ciarlo, su natural inteligencia y buenos república de un elenco de funcionarios que instintos. Tampoco he creído en las razones se hayan preparado por medio de la fecun- pesimistas que muchos invocan para jus- da continuidad del servicio. Cada régimen

92 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa tiene sus “nuevos hombres”, que de llegar a tino social o cultural de nuestro pueblo. Sin aprender, no serán utilizados por la reacción mirar los balances favorables y los signos que provocarán los siguientes benefi ciarios positivos de las épocas anteriores, busca- del poder, y entonces sucederá que quien se mos hacer la tabla rasa para empezar una ejercitó, digamos por caso, para servicios nueva construcción. Por ello, de cambio en penitenciarios tenga que buscar colocación cambio, de modifi cación en modifi cación, como tractorista. A fuerza de estrenar hom- de sistema en sistema, de ensayo en ensa- bres, la República carece de fi guras directo- yo, hemos llegado, en el afán de borrar el ras, pero posee una larga y dolorosa nómina pasado, hasta frustrar nuestra genuina fi so- de estadistas frustráneos y una infecunda nomía nacional. La “revolución de octubre” categoría de ‘ciudadanos toeros‘ como los de 1945, afanosa de componer “lo corrom- llamó Rafael Seijas6. pido” anterior, habló hasta de una “segunda independencia”. Lo mismo habían hecho -8- todos los movimientos precedentes cuando tomaron el gobierno. Si leemos los discur- Bastante he repetido que la fi so- sos inaugurales de los ejercitantes del po- nomía” popular deriva de la capacidad que der, hallaremos que Venezuela ha nacido tenga la comunidad para asimilar los varios tantas veces como regímenes personalistas valores fundidos en el disparejo troquel de ha soportado. Nuestros gobernantes no han la historia; algo distinto de conocer de me- dicho como Luis XV: después de mí, el di- moria o de leída los anales antiguos. Asimi- luvio. Sin sentirse responsables de lo que lar el pasado es tanto como saberse parte de siga como consecuencia histórica de sus un proceso que viene de atrás, y proceder, actos, han visto al pasado para justifi car su en consecuencia, con el carácter y la fi so- ascenso a los nuevos comandos, y entonces, nomía que han surgido como determinantes en tono de augures y comparando el escaso del grupo. No es, según algunos entienden, puchero de ayer con el opulento banquete mirar fi jamente como lechuzas hacia las de hoy, han declarado: antes de mí era el tinieblas del tiempo y obrar “como hubie- caos. El discurso de Guzmán Blanco para ran obrado los viejos”. Asimilar la historia celebrar en 1874 el aniversario del 27 de es constituirnos en canales anchos y fi r- abril, pudo haberse pronunciado en cual- mes para que toda la fuerza antigua, más la quier conmemoración acciondemocratista nuestra, puedan tornarse fácilmente en futu- del 18 de octubre. “Yo no me presentaría ro. Tanto como crear nuevos imponderables aquí a recibir las felicitaciones de mis con- que den majestad a la nación. Sin la asimi- ciudadanos, decía el Ilustre Americano, si lación racional de la historia, el pueblo ca- no tuviera la conciencia de que he cumplido recerá del tono que le asegure el derecho de con mi deber y de que Venezuela unánime ser visto como una nacionalidad integrada. está satisfecha de los resultados de la Revo- Algo de magia o de religión reclamaron las, lución que me tocó presidir. Este día debe colectividades antiguas para obtener relie- conmemorarse como de los más gloriosos ve en la superfi cie del tiempo. Los caciques de la República, porque él ha asegurado la se creían con facultades para interpretar los tranquilidad general, no por sólo los cuatro signos. Los reyes dijeron haber recibido años pasados, sino por diez, por veinte, por de la divinidad la fuerza que los convertía cuarenta, y por la eternidad” en dispensadores de la justicia. Hoy, según . Erich Kahler, sólo queda la tradición como Lo mismo que proclamaron Guz- “religión profana” que sustituya la fuerza mán y Betancourt, lo sintieron o lo mintie- de aquellos poderes mágicos. ron Gómez y Castro, Crespo y los Mona- gas. Cada uno se creyó a su turno el mago Nosotros, lejos de perseguir fór- de Venezuela, y preocupados los magos y mulas que nos pongan en el dominio de las los brujos de cada comparsa en variar y me- fuerzas tradicionales, intentamos destruir de jorar a su modo el rostro de la patria, hemos raíz el estilo de vida de la comunidad, cada terminado por sufrir una fatal ausencia de vez que el azar nos permite infl uir en el des- perfi les determinantes. Creo que cualquiera

Revista Cifra Nueva 93 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa conviene conmigo en que sea ésta la peor de sino a la causa de la humanidad), también las crisis que sufre nuestro país. las autoridades vencedoras vieron con res- peto los homenajes que los sudeños rendían -9- a sus héroes caídos. Había allí la expresión creadora de un sentido de asimilación inte- José Martí, en su estiló amoroso, gral de la historia. No se miraba, para dibu- describrió desde New York, por junio de jar el cuadro nacional, a solo un concepto 1885, uno de los más bellos episodios de y a sola una tesis. A ésta se la obligaba al tolerancia y comprensión que pueda ofrecer deber del reverso, y para la síntesis fi nal — un pueblo civilizado. Se trataba de la fi esta donde gravitan las estructuras morales— se celebrada para honrar a los soldados caídos daba cabida a los mejores argumentos. de la en defensa de la vencida Confederación; es contradicción. El efecto de esta confusión decir, con anuencia del gobierno federal, se fecunda de valores, provoca el caso de que festejaba la memoria de quienes sostuvie- quienes no conozcan la historia de Estados ron la bandera de la secesión. La bandera Unidos, tomen la casa de Robert Lee, ubica- de la causa que intentó destruir la poderosa da junto al cementerio heroico de Arlington, Unión norteamericana. Semejante la fi esta, como la mansión de uno de los grandes for- con la diferencia de dimensión de los he- jadores de la Unión. “En otro país, comenta chos, a la que hubiera podido celebrar du- Martí, hubiera parecido traición lo que aquí rante el gobierno de Castro, en algún sitio se ha visto en calma”. de Venezuela, el General Manuel Antonio Matos, para honrar a los que cayeron heroi- Esta posición del norteamerica- camente en la Revolución Libertadora. no responde a una noción que arranca de su manera de ver el mundo en función de “La tolerancia en la paz es tan gran- síntesis constructivas. Tolerar que los ven- diosa como el heroísmo en la guerra. No cidos se unan para honrar a sus capitanes sienta bien al vencedor encelarse de que se muertos, es mostrar respeto al pensamiento honre la memoria de las virtudes del venci- y al querer ajenos, querer y pensamientos do”, empieza por decir Martí; y luego pinta, que en último análisis no son tan ajenos para dar marco ponderativo a la nobleza de como al pronto pareciera. Si admitimos los homenajes, cómo fue de brava la lucha la solidaridad de la comunidad, hemos de en que quedaron aniquiladas las fuerzas del aceptar nuestra relativa participación en los Sur, para que sobre su ruina defi nitiva se triunfos y en los errores de nuestros com- alzase el vigoroso edifi cio de la Unión, y pañeros de patria. Como personas podemos cómo hubo lágrimas de ternura para honrar de ellos diferir; como individuos, a la par a Jefferson Davis, anciano y terco jefe de la integrantes de una colectividad, somos par- abatida Confederación. cialmente responsables de sus actos. Tam- bién los derechos y las franquicias políticas La guerra de secesión fue para Es- nos son garantizados en proporción al grado tados Unidos algo tan duro como la propia de posibilidad de que los gocen los demás. guerra de independencia: basta recordar Aunque lo olvidemos, la comunidad ejerce que la recuperación de los estados del Sur secretos imperativos. costó un enorme esfuerzo de doce años. Sin embargo, lograda la Unión, que era el Puede decirse que ésta es una mani- propósito del Norte (antiesclavista, más por festación clara del conllevar necesario para competencia de mano de obra que por senti- ascender a las grandes creaciones sociales. mientos de humanidad), se buscó crear nue- Nada más lúgubre y pesado que la marcha vos valores que condujeran a mantener la de una comunidad totalitaria, donde no haya continuidad del pueblo histórico. I del mis- comprensión ni tolerancia para los valores mo modo como el país se dispuso a levan- contrarios y para las aspiraciones opuestas, tar a las márgenes del Potomac el fastoso y donde, por lo contrario, se imponga una monumento a Lincoln (único, tal vez, que fuerza que quiera la unanimidad del sufra- luchó, no por servir a la industria del Norte, gio de las conciencias. Cristo mismo, según

94 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa interpreta don Juan Manuel en viejo roman- Tomás Cipriano de Mosquera fue el ce, nunca mandó que matasen ni apremia- caudillo de la gran revolución que en Rio- sen a ninguno porque tomase la su ley, ca negro hizo de Colombia un tablero move- El non quiere servicio forzado, sinon el que dizo de autonomías. Rafael Núñez, liberal se face de buen talante e de grado”. antiguo, desairado más tarde por aquél, fue el artífi ce, con Miguel Antonio Caro, de la No huelga el repetirlo: para el jue- Constitución que en 1886 redujo a estado go armonioso y fecundo de las varias co- unitario la compleja y deshilvanada fede- rrientes que coinciden en formar el fondo ración colombiana. Uno y otro, Mosquera cultural de la comunidad, es de imperio que y Núñez, solemnes en los respectivos va- ésta comparta ciertos cánones’ que sirvan ciados de bronce, guardan las opuestas en- de sillería donde descansen los grandes y tradas del Capitolio de Bogotá. Uno y otro aún opuestos arcos que, sucesivamente, en se ignoran en su nueva vida de inmortales. función de progreso, van creando las ge- Podría decirse que se dan la espalda. Pero neraciones. Sin un sistema de valores que ambos están de pies, sobre los severos pe- guíe la refl exión y la pasión del pueblo en destales donde se expresa el homenaje que el proceso de realizar su destino, las inicia- les rinde la patria, en actitud de cuidar la tivas de los grupos pueden convertirse en integridad histórica de Colombia. I como factores anárquicos y disociadores, capaces no es éste el único ejemplo de convivencia de tornar la psiquis nacional en fragmentos póstuma de los valores antiguos, en plazas discontinuos, donde pudieran proliferar los y rincones vemos honradas las fi guras más chovinismos regionales. contradictorias: Miguel Antonio Caro, Ra- fael Uribe Uribe, Benjamín Herrera, Julio Arboleda. Las futuras generaciones segura- -10- mente miren, en sitios tal vez vecinos, los bronces de Darío Echandía y de Laureano Creo con Luis López Méndez “que Gómez. el nivel general de la inteligencia y aptitu- des del pueblo venezolano es por lo me- Como contraste venezolano a esta nos igual que el de la inteligencia de los actitud comprensiva de los colombianos, neocolombianos”. Sin embargo, parece que —tanto más laudable cuanto en el sustrato hubiera en Colombia un mayor sentido de social del país vecino se mueve una barba- asimilación de la historia y que. tuvieran rie destructiva que supera la nuestra—, en nuestros vecinos mayor comprensión para Caracas no se ha podido honrar aún la vigo- crear valores nacionales. rosa memoria de Guzmán Blanco, disímil y falto de lógica en muchos de sus actos, La más elocuente lección al res- pero de balance favorable para los intere- pecto me la dieron las numerosas estatuas ses del país. No se ha logrado ni trasladar y bustos que decoran parques, plazas y pla- sus cenizas al Panteón Nacional. Expatria- zuelas de las distintas ciudades de Colom- do aún por los odios de la política, diríase bia. Para el colombiano, el muerto parece que duerme su exilio en el Cementerio de deshumanizarse, a fi n de que se vea sólo Passy. Lejos de crear y completar símbo- en la ejemplaridad de sus grandes hechos. los, nosotros aplicamos la crítica negativa Los vicios y los defectos se van con él a la a nuestros hombres; y más nos place saber tumba, como expresión de lo corruptible que un compatriota ha fracasado, que es- que perece. A la Historia interesa apenas el cuchar una palma para sus bien logrados valor creador de las vidas. Pueden por ello éxitos. Nuestro egoísmo nos lleva a sentir estar pareadós los difuntos, así sus actos de como favorable a nuestra carrera pública, el vivos se hubieran contradicho abiertamente. descrédito de los venezolanos de ayer y de I si el muerto no tuviese aún los contornos hoy. Nos cuesta honrar a los otros. Apenas requeridos para su transformación en fi gura cuando la política del momento infl uyó para nacional, el homenaje que le rinden com- el homenáje oportunista, fueron erigidas es- pensa en aplausos la falla del coturno. tatuas a Antonio Leocadio Guzmán, a Eze-

Revista Cifra Nueva 95 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa quiel Zamora y a Juan Crisóstomo Falcón. En Bogotá, aun limpiabotas y pacotilleros Los Monagas y Páez, con bronces en Cara- ignorantes se inclinan orgullosos al paso cas, son mirados, no por jefes de partidos, del Maestro Sanín Cano; valiosos liberales sino como Padres de la Independencia. Si la saludan con respeto a Laureano Gómez, y demagogia y el oportunismo han reclamado furibundos chulavitas se descubren ante homenajes, se ha procedido, en cambio, a Eduardo Santos; en Caracas, recientemente, concederlos a toda prisa. Por eso Guzmán la insolencia de un chófer de plaza provo- Blanco tuvo estatuas en vida y a Gómez se có que un idiota agente de la seguridad pú- ofrecieron monumentos, destruidos por las blica condujese al Cuartel de Policía, entre turbas una vez muerto. A Leoncio Martínez palabras soeces, al Maestro Key-Ayala. La le otorgó el llamado “partido del pueblo” ho- humanidad física y la dimensión de los mé- nores ayer negados a Andrés Bello. En 1945 ritos de Francisco José Duarte son descono- se opusieron los “maestros” a festejar como cidos por más del noventa y nueve por cien- día suyo el aniversario del grande humanis- to de los caraqueños con quienes a diario ta, al cual antepusieron, como preferible, la tropieza el sabio matemático. Las dignísi- fecha reciente de instalación del gremio de mas esposas de los Presidentes Medina An- profesionales de la enseñanza primaria y se- garita y López Contreras fueron ultrajadas cundaria. A don Cristóbal Mendoza, primer por las fuerzas redentoras del octubrismo. ejercitante de nuestra suprema magistratu- Esta crisis es más de estudiarse y de ponerle ra independiente, se pensó en 1939 erigir remedio que la crisis literaria que inquieta una estatua en plaza caraqueña, como signo a nuestro ilustre Uslar Pietri. Acaso aquélla promisorio de la civilidad que dio forma a ayude a explicar la otra, si pensamos que al la primera república, y tal propósito chocó pueblo no se le ha enseñado a estimar el va- contra intereses de tipo cantonalista, que lor de los hombres que velan por su cultura cobraban a Mendoza su oriundez serrana7. y labran su tradición intelectual. De lo con- trario, aquellos sectores clamantes porque Aún los más distinguidos guerreros se les muestren signos orientadores, ven con y hombres civiles de nuestra vida republi- sorpresa cómo los hombres llamados a pro- cana no han sido vistos en función nacional poner caminos de altura, se destrozan entre sino en trance de servidores de un gobierno sí, en alarde enfermizo de exhibir vicios y partidista. Soublette y Gual, fi guras auste- defectos como el solo sustantivo válido de ras de Ja época heroica, sufren la ubicación la suciedad. Diríase que nuestro público pa- parcelaria que derivan del papel jugado en deciera de sarcofagia moral, y que, para sa- la política de partido. Si hay pereza para la ciarla, los escritores le ofrecieran cadáveres justicia mayor abandono y responsabilidad. por alimento literario. se abultan cuando se piensa que aquella no es acto aislado para satisfacer meros com- Todo ello sucede en razón de no promisos. Honrar a los hombres que, por haber alcanzado la conciencia venezolana medio de la consumación de actos nobles y las estructuras ideales que le permitan una creadores o por la aportación de ideas que síntesis capaz de servir a manera de tabla sirvieron al progreso moral o material del de valores para fi jar meta a las acciones país, forjaron nuestra historia, es mantener del pueblo, a causa de ello dispersas y de en vigencia, para la continuidad de la ac- menguado fruto. No ha asimilado el país ción, el mérito de las obras y la amplitud de el pro y el contra de los acontecimientos, los pensamientos ductores. Es sumar sím- felices o funestos, que realizaron los hom- bolós al patrimonio moral de la nacionali- bres antiguos, y por tal razón, carece de ele- dad. mentos críticos para sus juicios presentes. En verdad, la historia no ha realizado entre Aún más: el respeto popular de Co- nosotros su verdadera función de cultura y lombia hacia sus grandes hombres vivos, el pueblo vive aún en la linde mágica de la contrasta también con la delictuosa indi- liturgia de efemérides. ferencia que el hombre venezolano tiene para sus máximas fi guras representativas.

96 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa -11- do muchos que la igualdad se limita a ga- rantizar el derecho de identidad en las opor- En nuestra vida de pueblo tal vez se tunidades, se la ha tomado como “facultad haya opuesto a la adopción de una actitud para hacer todo lo que puede el vecino”, sin que facilite el proceso de disociar circuns- parar para ello mientes en que las más de tancias, para ir a una síntesis de cultura, el las veces ese todo está relacionado con una mismo espíritu anárquico que se abultó en légítima categoría de cultura. Considerados nuestro medio, como consecuencia de la por sí y antes sí los individuos como fuerzas conquista (y de su mal aprovechamiento a capaces de guiarse a sí mismos sin oír con- la vez), de una temprana y generosa con- sejos mayores, se ha producido el estado de ciencia igualitaria. autosufi ciencia que hace de cada venezola- no un candidato capaz de repetir, al recibir En ninguna parte del nuevo mun- una elección para cualquier cosa, discurso do infl uyeron tanto como en Venezuela los semejante al del tonelero de Nuremberg. I factores externos para modifi car al pobla- junto con esa autosufi ciencia presuntuosa, dor venido de ultramar. Trescientos años la anarquía deplorable que, oponiéndose de residencia americana fueron sufi cientes al fecundo trabajo de equipo, provoca esa para que el hombre nuevo de extracción his- especie de desagregación de la mente co- pánica y el propio peninsular pósteramente lectiva, de donde han surgido las formas llegado, adquiriesen una visión más univer- desequilibradas que dieron oportunidad a la salista de la vida y sintieran, como resultado intervención del “gendarme’ como garantía de los cruces sanguíneos, la justeza de los transitoria de orden. ideales igualitarios. La caprichosa estimativa de la La mayor repercusión que tuvieron igualdad ha promovido, también la crisis entre nosotros los sucesos de la Francia re- de jerarquía y la crisis de responsabilidad volucionaria —no sólo llegados en mensa- que tánto han contribuido al desajuste de jes teóricos a los hombres ilustrados, sino nuestro proceso social. Lo que un diplo- también hasta las clases bajas, en recados mático extranjero captó en 1911 para decir procedentes de los negros de La Española— que “en Venezuela nadie está en su puesto”, sirvió para dar nueva expansión de realidad ha llegado tener expresiones jamás previs- a la conciencia igualitaria que en nuestra tas. Entre nosotros cualquiera, en razón de pobre colonia había venido quebrantando la ausencia de categorías, sirve y se presta algunos privilegios de los mantuanos. (En para todo. La lógica de la historia, madre la ciudad de Trujillo, por ejemplo, se dio el de valores, ha sido sustituida por la magia caso, a fi nes del siglo XVIII, de dejar de ha- de las corazonadas y por la sufi ciencia que cerse en la parroquia la procesión del Santí- miente la audacia unida al conformismo simo Sacramento, por no atreverse a negar momentáneo. Justamente un país como el el cura lás varas del palio a cierta gente de nuestro, producto de una colonización po- “señalada infl uencia”, cuyas partidas bau- pular como la española, debió haber forma- tismales estaban inscritas en el libro desti- do una “minoría egregia”, que, de acuerdo nado a “esclavos y gente común”). con el concepto de Ortega y Gasset, con- tribuyese a que fuésemos “una nación sufi - La vocación igualitaria del criollo cientemente normal”. La formación de esa creció en razón del nivel doloroso y frater- “minoría egregia” no ha logrado posibilidad nal creado por la guerra a muerte, la cual, ni en nuestra Universidad, mero centro de junto con la devastadora guerra federal, instrucción y de técnica, donde poco se han forjó la democracia social que caracteriza a mirado los verdaderos problemas de la cul- nuestro país. tura. I cuando se ha intentado crear y mante- ner esa minoría rectora, ha sido sobre falsos Sin embargo, el goce de la igualdad supuestos económicos, que sirvieron y con- no ha correspondido entre nosotros a sus tinúan sirviendo de temas para empujar el verdaderos conceptos y alcances. Olvidan- huracán de las revoluciones. El mismo Bo-

Revista Cifra Nueva 97 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa lívar, expresión suprema de la justicia que de pensamiento describir en las planas de empieza por la propia casa, pese a haber los diarios los más aberrantes y asquerosos dado el ejemplo con el sacrifi cio de lo suyo, delitos, ni pintar, con enfermiza pasión, los hubo de tropezar en el Rosario de Cúcuta pormenores más hórridos de los crímenes. contra la contumacia de quienes, para ase- Olvidan quienes así proceden que la libertad gurar el disfrute de la riqueza, se opusieron reclama método y disciplina para ser fecun- a la libertad de los esclavos. Los señores del da y que la democracia impone normas para privilegio, sin refl exionar en que “no hay el digno juego de los derechos sociales. derecho contra el derecho”, asentaron que libertar a la esclavitud sin resarcir a los due- La anarquía indisciplinable y la ños, era un despojo que no podían legitimar desagregación mental que son reatos dolo- las leyes. Se liberaron, como transacción rosos de la sociedad venezolana, sumados a con el futuro, simplemente los vientres, y la carencia de vertebración moral ocasiona- prosiguió la injusticia hasta promediado el da por nuestra imperfecta asimilación de la siglo XIX, para sumar sus voces a nuevos historia, explican nuestra crisis de pueblo, reclamos de los indefensos contra los seño- causa y efecto de las otras crisis que tratan res del privilegio. En el propio caos de la de investigar los críticos: responsabilidad, guerra federal, se escuchaba, torcida por las jerarquía, urbanidad, literatura, libertad, pasiones, la voz de los derechos vulnerados economía, instilucionalismo....9 por la caprichosa “minoría” que gobernaba la tierra y el dinero. ¿I por qué no decir que la falsa es- -12- timativa de la igualdad, así ésta y la libertad se contradigan en algunos aspectos socia- Trasportado al orden de nuestra les, ha incitado la curiosa crisis que parecie- vida de relación exterior el tema de la crisis ra explicar el concepto erradizo de que sea de los valores históricos, damos con con- posible hacer todo aquello para lo cual no clusiones en que pocas veces se han dete- hay inmediata vigilancia o condigno castigo nido los alegres enemigos del calumniado policiacos, aunque la carencia de sanciones tradicionismo. Jamás me he atrevido a creer provenga de falta de responsabilidad de las que la nación sea un todo sagrado e intan- mismas autoridades? ¿En el mundo de la im- gible, construido detrás de nosotros por el prenta, pongamos por caso, no se ha llegado esfuerzo de los muertos, así éstos prosigan a confundir la libertad de pensamiento con infl uyendo en el devenir social. Considero la libertad de la injuria y de la procacidad? a la nación como fuerza humana que viene ¿No hemos visto, acaso, defendida la tesis del fondo de la historia y la cual nosotros de que las autoridades judiciales que oyen debemos empujar hacia el futuro. El hom- querellas contra los responsables de delitos bre en sí, nada más que como individuo, de imptenta “atentan” contra la libertad de vive en cuanto espera seguir viviendo, pero expresión?8 la conciencia del vivir le viene de la expe- riencia de haber vivido ya. Esta conciencia Filósofos y políticos tomaron ayer se agranda y se dilata cuando se refi ere a la por bandera de lucha ganar garantías para colectividad nacional. Puede decirse que el que el pensamiento se expresase sin trabas presente de los pueblos es apenas manera de orden religioso, político o fi losófi co. Tal de puente o de calzada por donde es con- es el origen de los derechos reconocidos por ducida la carga de futuro que gravita sobre las constituciones democráticas del mun- nosotros como obra y representación de un do al pensamiento escrito. En Venezuela, pasado. mientras se regatea el ejercicio de dicha ga- rantía, se concede impunidad a las publica- Río que viene de atrás, el pueblo, ciones que ejercen la industria de la noticia para su expresión fecunda en el área de una amarilla y que fomentan la vulgaridad y la nación, reclama símbolos que lo personali- insolencia disolvente. Porque jamás podrá cen. Por ello toda colectividad nacional, del considerarse como ejercicio de la libertad mismo modo como tiene escudo y bandera

98 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa que la representen, necesita signos morales Al aceptar la tesis disolvente que que le den perfi l en el orden universal de la hace surgir a nuestro pueblo de la impro- cultura. Tales signos sólo pueden formarse visación de sistemas políticos exóticos a la con los elementos que forja la historia a tra- hora de la independencia, rompemos con vés de una comunidad de gloria y de dolor. ello, también, la continuidad de valores que pudieron hacer de Iberoamérica una unidad Pues bien, ayer nosotros y los de- capaz de resistir las infl uencias de potencias más países de la América española sufri- extrañas. Lo que el pirata no obtuvo y lo que mos durante la minoridad colonial, el ata- ni la propia armada de Knowels logró hacer que aleve de las potencias enemigas de la en su ataque desesperado contra nuestros Metrópoli. El corsario, como ya he dicho puertos, lo pudo la disolución crítica que, insistentemente, fue el instrumento efi caz ampliando su radio, ha hecho del antiguo de que aquéllas se valieron para destruir mundo indohispánico, pese a las Cartas, los asientos hispánicos y para robar la ri- Conferencias y Congresos americanos, o a queza labrada por los mineros de España. causa de ellos mismos, un sistema de nacio- Hoy, por carecer de un sentido histórico nes desarticuladas, egoístas y recelosas las de continuidad, hemos llegado a ponderar unas de las otras, y en cuyo propio interior el mérito de quienes aniquilaban las ciuda- se mueven y contradicen fuerzas políticas des de nuestro mundo indohispánico y nos que, desde fuera, son animadas arteramente hemos hecho lerdamente a la tesis de los por quienes medran con el mantenimiento permanentes enemigos de España. Es decir, de la discordia suicida de nuestros pueblos hemos sumado a nuestro acervo concencial y repúblicas10. temas que van directamente contra nuestra razón original de ser como colectividad. -13-

Mientras el inglés y su descendien- En el campo doméstico, la falta de te en América permanecen fi eles al “canon” reacción histórica contra los valores extra- histórico de donde derivan su fuerza de pue- ños que desdicen los signos antiguos sobre blo, nosotros, por reacción retardada con- los cuales reposa nuestra primitiva razón de tra un coloniaje que concluyó hace ciento ser, reaparece cuando examinamos el nuevo cuarenta años, adherimos alegremente a las problema de la actual conquista eéonómi- tesis de quienes intentaron destruir los gér- ca. Si buscásemos, para interpretarlas, las menes formativos de nuestra nacionalidad. sombras del pasado, escucharíamos voces Juan José Churión, escritor festivo, llegó a aleccionadoras, que nos dirían cómo la re- ponderar de la manera más seria el presun- sistencia antigua contra la bandera invaso- to benefi cio que ‘hubiéramos derivado de ra, la hemos convertido en singular alianza que Walter Raleigh ganase la posesión de con los invasores nuevos. Venezuela. Casi como ponderar la presun- ta inexistencia de nuestra actual sociedad Basta ver, para prueba de lo dicho, hispanoamericana o como gozamos ante la cómo en el orden de la política económica idea de lo que “hubiéramos” podido ser si hemos pasado a la categoría de meros in- a nuestra abuela la hubiera desposado un termediarios de los mismos explotadores de hombre de mayor signifi cación que nuestro nuestra riqueza. Lo que nos da en oro el pe- modesto abuelo. En cambio, una puritana de tróleo (estiércol del diablo, según el funesto Maryland o de Nebraska regusta todavía las augurio de los guaiqueríes), lo devolvemos diatribas antiguas contra Felipe II y acepta en seguida, para pagar los artículos que por buenos los elogios que favorecen a Isa- importamos a fi n de balanzar nuestra defi - bel Tudor o a Oliverio Cromwell. La purita- ciente producción agrícola, y para abonar el na es fi el a lo suyo, y con ella todos los que precio de todo lo que traemos en orden a integran el mundo de su cultura. Nosotros, complacer nuestra disparatada manía de lo empero, continuamos leyendo a Forneron, superfl uo. (Para comprar, por ejemplo, cos- sin buscar el Felipe II que ofrece la nueva tosos caballos de carrera y las fruslerías que crítica de los Pfandl y los Schneider. reclama una vida alegre y presuntuosa).

Revista Cifra Nueva 99 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa Nos hacemos la ilusión de ser colec- rencia de directrices. (Las que hemos visto tivamente ricos cuando recibimos el jugoso poner en práctica, así se hayan presentado cheque expedido a nuestro favor, mas en se- como fruto de severos estudios, apenas sir- guida, como incautos niños que jugásemos ven para probar que a la crisis de la econo- a millonarios, lo endosamos para provecho mía se agrega, lamentablemente, la crisis de del propio librador11. Nos decimos ricos en los economistas). divisas, porque así lo anuncian los balances bancarios, pero lejos de aprovecharlas para En cambio, durante nuestro siglo fomento de lo permanente venezolano, las XVIII, cuando España a la lumbre de teo- invertimos a locas en benefi cio de la indus- rías económicas introducidas por los con- tria extranjera. Todo un proceso de depen- sejeros franceses de Felipe V, desfi guró la dencia económica que nos convierte en fac- vieja provincia venezolana y la convirtió en toría de lucro forastero12. factoría para benefi cio de la Compañía Gui- puzcoana, el pueblo, por boca de Juan Fran- Cuando éramos una modesta co- cisco de León, se alzó contra un sistema que munidad de agricultores y criadores, y aun descuidaba el cultivo y la producción de lo cuando fuimos una pobre colonia de Espa- que reclamaban sus necesidades, para mi- ña, nuestra urgente y diaria necesidad de rar sólo al acrecentamiento de la agricultura comer la satisfacíamos con recursos del exportable, sometida, al efecto, al rigor de propio suelo. Hoy el queso llanero ha sido los precios por aquélla impuestos. Tabaco, sustituido por el queso Kraft, la arveja an- café, cacao y añil fueron entonces lo que dina por el frijol ecuatoriano, la cecina de hoy es el petróleo en el juego de la rique- Barcelona por carnes del Plata y de Co- za. Se exportaba mucho, pero se obligaba al lombia, el papelón de Lara y de Aragua por pueblo a comprar a altos precios la mercan- azúcares cubanos, los mangos y cambures cía extranjera y aun productos cultivables de los valles patrios por peras y manzanas en la tierra. Por ello, la Guipuzcoana nada de California y aun el maíz que nos legó el sembró que pudiera ser traído en el fondo indígena, viene elaborado por los yanquis. de los llamados “galeones de la ilustración”. Sin embargo, esta menuda y espantosa rea- Sin embargo, la persistencia en la queja y lidad de decadencia y desfi guración nacio- en la oposición, dio al fi n la victoria a las nal, creemos compensarla con vistosos ras- tesis defensivas de los criollos. Se derrotó cacielos, armados con materiales forasteros; el sistema de la factoría cuando éramos co- con lujo de todo género, a base de productos lonia política. Los hombres de la república importados; y hasta con una aparente cultu- han abierto y aligerado caminos para el de- ra vestida de postizos. Como los asnos de sarrollo de nuevas factorías económicas. I la fábula no pudieron alumbrar el obscuro hoy, donde todo está intervenido, apenas la poblado, así fuesen cargados de aceite, no- moneda es libre pan que pueda regresar a su sotros soportamos colectivamente la carga lugar de origen13. de la luz para provecho de otros ojos. Nadie niega que hay un hecho fun- Ausentes de un recto y provechoso damental, unido al propio progreso de la sentido de la venezolanidad, estamos disi- civilización universal, en la génesis de la pando en banal festín los tesoros que po- crisis de crecimiento de nuestra riqueza. El drían asegurar nuestra propia independen- petróleo estaba llamado a cambiar la estruc- cia, si ellos, en lugar de ser destinados á la tura de la economía venezolana. Como ha feria de la vana alegría, con que se endosan de ayudarlo una racional extracción del hie- para el regreso a manos de los explotadores rro. Su explotación era necesaria desde todo extraños, se convirtieran, por medio de una punto de vista. El mal estuvo, no en que sal- acción honesta y responsable de los orga- tase el aceite, sino en la obnubilación que nismos encargados de la tutela del país, en ocasionó en muchos la perspectiva de una instrumental que levantase la producción brillante mejoría en las posibilidades indi- vernácula e hiciera aprovechables un suelo viduales de vida. Esta circunstancia hizo y unos brazos que nada producen por ca- que se pensara sólo en el interés personal de

100 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa los hombres que caminaban a millonarios, apareciendo al compás de modas importadas. y que se olvidasen los intereses del pueblo. La ola del mercantilismo angloamericano ha Desprovistos los políticos, los negociantes llegado a apoderarse de nuestros valores crio- y los abogados del sentido de responsabi- llos para sustituirlos por símbolos exóticos, lidad colectiva que hace fuerte a las nacio- ante los cuales se pliegan fácilmente los curio- nes, no cuidaron de defender lo permanente sos y pedantes imitadores de novedades. I así venezolano y abrieron todas las puertas a la Navidad no es hoy en Venezuela la antigua la penetración exterior. No vieron los ca- fi esta de los abuelos criollos. Es la fi esta de pitanes de esta obscura jornada, que junto los intrusos abuelos yanquis. Durante ella no con la adventicia riqueza que provocaría la se desean “Felices Pascuas”, como lo hacían marejada de divisas, vendrían los elementos ayer no más nuestros buenos padres; hoy se que destruirían nuestra autónoma tradición envían tarjetas con versos en inglés para augu- económica y nuestra fuerza moral de pue- rar “Merry Christmas”16. blo. I como si ello fuera poco, se prosiguió en la entrega de lo nuestro, hasta conceder Mientras en el Norte se consagra al capital extranjero la parte del león en el un jueves de cada noviembre como fi esta de benefi cio del agro y de industrias de mero “Acción de gracias” por el pasado y el pre- carácter doméstico14. sente del formidable y venturoso imperio del Tío Sam, y se come en tal día el pavo y la salsa de arándano, que recuerdan el re- -14- frigerio tomado por los Pilgrims Fathers al echar pie en tierra americana, nosotros Para vallar y remediar la desarti- desalojamos las costumbres de nuestros culación sucedida con la hipertrofi a de la mayores, para adoptar alegremente las que riqueza, poco se ha hecho, por si no nada, nos imponen los explotadores forasteros. en orden a defender los valores espirituales que mantengan nuestro perfi l de pueblo. La Si Jorge Washington resucitase en propia lengua, instrumento de lucha y de un “Thanksgiving Day”, hallaría en cual- conservación de la nacionalidad, se desfi - quier hogar americano abierta la vieja Bi- gura por la fácil y alegre adopción de inúti- blia de los mayores, junto al oloroso “tur- les palabras extrañas. Los mismos avisos y key” y a la “cramberry sauce” que de niño nombres de casas de comercio, dan un as- saboreó a la mesa de sus austeros abuelos pecto de disolución nacional a las ciudades. en Virginia. Sin ir al tcrreno de lo imagina- Los criollísimos obreros de la explótación ble: al viajero que visita la casa de Washing- petrolera empiezan a hablar una jerga ver- ton en Mount Vernon, en la fonda vecina, gonzosa. ¿I qué decir de la música exótica, alegres muchachas trajeadas a la moda de traída de las Antillas, con que ha sido susti- doña Martha, le sirven el mismo estilo de tuida nuestra vieja música romántica y que jamón con patatas que fue alimento diario desaloja nuestros propios aires folklóricos? del gran Presidente. Si Simón Bolívar re- ¿Qué sino contribuir al vértigo de la mente apareciera en noche de Navidad en la ale- y a acercar las víctimas a los manaderos de gre Caracas donde discurrió su infancia, la marihuana, pueden hacer rumbas, congas en el sitio del antiguo pesebre con el paso y mambos, del peor alarde antirrítmico?15 del Nacimiento, que arreglaba con devota diligencia doña María Concepción, encon- Pero hemos llegado todavía a más traría un exótico “Christmas Tree”, cubierto en nuestra inconsciente aventura de destruir de simulada nieve, y en vez del estoraque, la fi sonomía de la nación. Todos los años, en el mastranto, la pascuita y los helechos que los álegres días pascuales, veo con dolor, y lo daban fragancia campesina a la recámara, ven todos lo que sienten en venezolano, cómo hallaría verdes çoronas de fi ngido agrifolio la destrucción de nuestro acervo popular llega y gajos de muérdago extranjero. En lugar de hasta lo menudo que formó nuestro viejo espí- la hallaca multisápida, que recuerda la con- ritu. Lo antiguo, lo nuestro, lo que daba cierta junción de lo indio y lo español, y del fami- fi sonomía a nuestras costumbres, ha ido des- liar dulce de lechosa, le ofrecerían un sucu-

Revista Cifra Nueva 101 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa lento pavo, traído del Norte en las cavas del Creo que todo venezolano aspira “Santa Paula”. No oiría los villancicos que a que el desarrollo material de la patria no alegraron su niñez triste; le cantarían, en llegue a desfi gurar los valores que le dan fi - trueque, una melancólica “carol” aprendida sonomía. Si bien sabemos que físicamente en discos “Columbia”. I Bolívar redivivo en seremos simados en el polvo, aspiramos, en su Caracas nutricia, pensaría cómo su obra cambio, como colectividad, a seguir vivien- quedó reducida a emanciparnos de España do en los planos de la Historia. El sentido para que a la postre resultase la república histórico del hombre no es para mirar úni- atada a un coloniaje donde Amyas Preston camente al origen y a la formación de las tiene más derechos que Alonso Andrea de sociedades, sino para imponer una voluntad Ledesma. I Bolívar, tal vez repetiría dolori- de permanencia en el tiempo. El egipcio la do, ahora con mayor razón: Aré en el mar. extremó hasta lograr la momia como reto a lo perecedero. Pueblo que no aspira a per- -15- petuar sus signos a través de las generacio- nes futuras, es pueblo todavía sin densidad Las crisis que he venido pintando, histórica o colectividad ya en decadencia. se agudizan para nuestro país en razón de Pues bien, el sentido histórico de lo venezo- otro fenómeno de inmensa trascendencia lano debiera llevarnos, como expresión de social. dominio interior, a refl exionar acerca de la necesidad de que esa inmensa masa inmi- La situación desolada de la vida eu- gratoria —constituida en parte por núcleos ropea y el bajo tipo de salario vigente en de calidad social y cultural superior a la otras partes de América, han volcado sobre nuestra— se mezcle y se funda con la masa nuestra nación una intensa y continua onda nacional, no ya por medio de cruces sanguí- inmigratoria. neos, sino también por su participación en el acrecentamiento de nuestro patrimonio El carácter de este ensayo no es fundamental de pueblo. La posibilidad de para abordar ninguna crítica a los defectos este hecho lo prueba el ilustre y fecundo que pueda haber en la manera de recibirse fruto recogido como obra de la incorpora- y tratarse a los inmigrantes. Para mí en el ción en el siglo pasado de numerosos inmi- presente caso no existe sino el problema grantes europeos, cuyos apellidos son hoy de una gruesa población extranjera que se decoro de la patria venezolana: Dominici, suma a nuestras actividades y que generará Carnevali, Braschi, Adriani, Parilli, Paoli, una prole llamada a ser venezolana por mi- Jahn, Rohl, Berti, Saluzzo, Pietri, Boulton, nisterio de la ley. Spinetti, Chiossone, Pellín, Moller, Pardi, Dagnino, Chalbaud, Montauban, Penzini, Jamás he pecado de xenofobia, así Leoni, Sardi, Velutini, Razetti, Pocaterra, haya defendido siempre, aun con violencia, Wilson, Pizani, Uslar, Branger, Grisanti, los derechos de la venezolanidad. Conside- Fabiani, Semidei, Saturno, Murzi, D’Alta, ro una necesidad abrir posibilidades a los O’Daly, Massiani, Tagliaferro, Licioni, inmigrantes, del mismo modo que deben Consalvi, Brandt, Stelling, Biaggini, Barba- darse honorables garantías a los capitales rito, Paradisi, Provenzali, Flamerich, Salvi, extranjeros. Estos aumentarán la riqueza Luciani, etc. con que aquéllos nos ayudarán a poblar el desierto. Además, tienen ellos derecho, en Si el inmigrante, una vez adaptado medio de la catástrofe de sus patrias de ori- a nuestro determinismo ecológico, crece y gen, a conseguir nueva patria donde reha- prospera sin rializar la deseada simbiosis cer sus vidas. Pero ¿podrá nuestro pueblo, espiritual con el criollo, hay el riesgo de que sin riesgo de sus débiles y tan quebranta- se convierta en quiste, como el alemán de dos atributos nacionales, asimilar las masas la Colonia Tovar. Al extranjero que viene a nuevas? sumarse a nuestra economía de producción, no debemos pedirle únicamente una mejor agricultura o un artesanado de mayor cali-

102 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa dad, sino que, sobre de esto, se torne en ele- grande riesgo para el ejercicio del propio mento activo de nuestro proceso cultural. poder público; o prosperaría en grado emi- nente y con benefi cio de factores extraños, En país cuyo pueblo haya asimi- la desagregación que niega carácter a nues- lado de manera integral su propia historia, tra mente nacional. la tarea de absorber valores extraños es por demás hacedera17. -16- En Venezuela, en cambio, junto Nunca como al presente necesitó con la falta de un verdadero sentido históri- nuestro país de una atención mayor en el co, se abulta la ausencia del sentido geográ- examen de sus problemas de pueblo, por- fi co, que sirva de apoyo y de acicate para que nunca como ahora se hizo tan notoria dar área fi rme y dilatada a las realizaciones la crisis de sus valores sustantivos. Tampo- sociales. El venezolano no tiene la “pasión co jamás desde la edad heroica nuestro país del paisaje” que contribuye a que “se sir- se había confrontado con mayor número de va” en función de luz y de color el poder problemas a la vez. de la tierra nutricia. El venezolano pudiente conoce mucho mejor el paisaje alpino, la Uno tras otro se suceden en el exa- Costa Azul o los lagos canadienses, que las men de circunstancias los hechos de distin- llanuras de Guárico, las crestas andinas, las tos géneros que abultan las varias y conexas selvas guayanesas o las costas orientales. crisis que mantienen en paciente inquietud a La mayoría del venezolano capitaliza para la nación. Pretender que se resuelvan todas viajar, tal vez en busca de una seguridad, a la vez, es cosa necia por imposible; em- permanente o transitoria, que pocas veces le pero, pareciera que reclaman mayor y más ha sido garantizada plenamente en el país. fácil atención aquellos hechos que eviten el Alfredo Boulton, con su pasión por la luz y relajamiento de los valores fundamentales por color de nuestro suelo, fi gura entre las de la nacionalidad y que vayan a la forma- gratas excepciones a esta regla de evasión. ción de una conciencia de deber frente a las otras —inmensas— manifestaciones de Nuestro problema en este caso es de desequilibrio de la vida nacional. doble radio. Debemos remediar de una par- te nuestra crisis constante de unidad, y de la Ya volveremos sobre el tema de los otra, buscar centro de gravedad nacional a valores históricos, antes quiero detenerme las nuevas masas humanas que se juntan al en un hecho que da aspecto de paradoja a la orden de nuestra actividad demográfi ca. problemática del caso. ¿Cómo unirnos para la defensa de nuestro ‘canon” histórico y de Lo apuntado hacer ver que no es el nuestros intereses nacionales, cuando pu- del suelo ni el del rendimiento económico lulan las circunstancias que nos conducen en general el problema fundamental del in- a la feroz discordia? He dicho que subes- migrante. Su caso, más que para ser apre- timamos los valores comunes que podrían ciado en los balances de un libro mayor, uniformar nuestro genio de pueblo. Ello es es para juzgarse en el espacio social, tanto cierto, pero quizá la crisis de la igualdad, la desde el punto de vista de la crisis de creci- crisis de la presunción, la crisis del egoís- miento provocada en el mundo demográfi - mo, la crisis de la libertad, nos empujan fa- co (expuesto por ello a padecer fenómenos talmente a desconocer ese deber que viene hipertrófi cos), como desde el punto de vista de la Historia y nos llevan artifi cialmente a de una apreciación de valores subjetivos. la lucha descarnada, cruel, implacable que Si los nuevos hombres no son asimilados da apariencia contraria al estricto valor hu- por nuestro medio físico y por el suelo de mano del pueblo. Yo no sé si otros lo escu- la tradición nacional, advendrán situaciones chen, pero desde distintos ángulos sociales fatalmente difíciles. Proliferaría la anarquía percibo un angustioso reclamo de ir, no a la a que es tan inclinado nuestro genio domés- comedia de las palabras, sino a una efectiva tico; se constituirían minorías raciales, con concordia, que permita realizar el derecho

Revista Cifra Nueva 103 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa y dar su sitio a la justicia. (De ti, lector, es- trance permanente de olvidar y de servir. toy seguro que has auscultado el palpitar de Jamás hemos cultivado como método de nuestro pueblo y has tenido la certidumbre lucha el crimen político18, y a pesar de las de que le duele la tozudez con que sus me- arbitrariedades de los gobierrnos persona- jores y más ‘autorizados hijos se resisten a listas, nunca se ha puesto en acción como la humilde y fecunda refl exión que les abra sistema la venganza de sangre. Vivaz, no- las tinieblas de sus yerros). ble, confi ado, inteligente en grado sumo, resignado siempre, es masa que pide leva- Tornando al tema que sirve de fun- dura de calidad para que leude el pan de la damental motivo a este diálogo sin interlo- fraterna fi esta. Pero la levadura necesita una cutor determinado, diré una vez más que la pasión que le sume las virtudes requeridas Historia, tomada como disciplina funcional para hacer crecida la masa y para dar serie- y no como ejercicio retórico, tiene fuerza dad refl exiva a quienes han querido com- para elaborar las grandes estructuras que pensar la desgracia cuotidiana con el festivo hacen la unidad concencial del pueblo. So- ejercicio del chiste y de la burla. bre esa unidad de conciencia descansa el “canon” que da fi jeza a las naciones y evita Pasión excelsa de libertad echó a la relajación que provocaría en el genio na- nuestro pueblo fuera de casa por más de cional el sucesivo cambio de las condicio- quince años, para dar fi sonomía de repúbli- nes de vida. ca a la América española. Entonces creció en heroicidad y desprendimiento, y con Como realidad humana, la Historia, tan preciados lauros ganó sitio honorable ya lo he dicho, no sólo mira al pasado para en el concierto universal de las naciones. desenredar hechos y pulir tradiciones, sino Fue nuestra única gran pasión constructiva; también a la prosecución de los valores de mas, al regresar a las lindes de la vieja pa- la cultura. Un pueblo es por ello tanto más tria, lejos de seguir pensando con ideas uni- histórico cuanto mayor vigor y penetración versales, olvidó lo dinámico de su historia, en el espacio y en el tiempo han alcanzado olvidó los hechos sublimes de sus varones los “cánones” que conforman y dan unidad ilustres, y se dio a destruir en la disputa can- al genio colectivo. Nosotros, repito una vez tonal y caciqueril, los signos que debían de más, así poseyamos una historia cuajada de haberlo conservado unido para el rédito de hechos portentosos, que otras naciones en- su sacrifi cio. El brillo de la gloria —tan pe- vidian y aun intentan desfi gurar, no la hemos ligrosa como la desgracia— le hizo olvidar asimilado de manera que sirva como espina la sentencia renaniana, según la cual “la li- dorsal para la estructura del pueblo. Por eso bertad reclama un diario plebiscito”. Segu- nuestra colectividad carece de resistencias ro de haberla ganado para siempre, confi ó que le permitan luchar contra los factores su guarda a los mandones y creyó en la pa- disvaliosos que se han opuesto, ora por los labra interesada de los dirigentes de la cosa abusos de la fuerza, ora por los desafueros pública. Pobre de cultura, sólo prestó oídos de los demagogos, y permanentemente por a la voz altanera de los caudillos y gamona- la mala fe de muchos de sus mejores hijos, les, o a la palabra pérfi da e insinuante de los para que opte una conducta refl exiva que lo demagogos. Estos exaltaban su fe sencilla lleve, tanto en el orden interno como en la en las promesas; los otros lucraban con el relación exterior, a una recta concepción de complejo masoquista heredado de los abue- la libertad, de la dignidad y del poder. los esclavos. Fácil le fue cambiar el culto a Paéz por la veneración a Antonio Leocadio Pueblo lleno de excelentes cuali- Guzmán, y fl uctuando entre Guzmanes y dades primarias para la siembra de las más Páez de menor cuantía, ha pasado sus mejo- claras virtudes cívicas, el de Venezuela sólo res años olvidado de sí mismo, de su deber ha reclamado una generosa dirección. Aquí y de su historia. fundamentalmente no se odia; de lo contra- rio, el hombre venezolano, carente de con- Jamás pudo prestar oídos a la pala- ciencia colectiva para el delito, ha vivido en bra austera y ductora de los Fermín Toro y

104 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa los Cecilio Acosta. A Vargas dio espaldas, por servir a la república, y Roscio, Palacio cuando advirtió que Paéz estaba deshacien- Fajardo, Martín Tovar Ponte, Sanz, Vargas, do su comedia civilista. De haberlos escu- Michelena, Gual, Aranguren, Juan de Dios chado, habría advertido que los hombres Picón, Domingo Briceño, Espinal, Toro, de la inteligencia le señalaban por norma, Acosta, Seijas, López Méndez, Arévalo junto con los de la libertad, los signos de la González, dejaron mensajes destinados a justicia y del deber. Pero ni chillaban como tener eco y realidad en el futuro. En el fu- los demagogos que le ofrecían el inmedia- turo de ellos, que es el presente nuestro. El to cambio del orden social, ni lucían sobre pueblo no ha podido asimilar sus pensa- el pecho los encendidos alamares de los mientos del mismo modo como no ha asi- guerreros, que le aseguraban el hartazgo o milado la realidad integral de su pasado. En el botín como premio de la sumisión. Ello cambio, si meditase un poco, si lo ayudasen hizo que las palabras llamadas a ser guías a mirarse en sí mismo, ya que él es historia para la formación moral de la colectividad, viva que reclama voces que le faciliten su quedaran escritas en páginas inolvidables, genuina expresión, nuestro pueblo luciría la pero sin haber tenido a tiempo el poder ca- severa fi sonomía y el duro carácter que le rismático que las hiciera obrar en la con- legaron sus genitores. ciencia popular. Ayudar al pueblo es por ello nuestro Aquellos hombres, así aparezcan deber presente. A un pueblo que no está de- como sombras inconsistentes en un alegre bajo de nosotros, en función de supedáneo examen de nuestros anales, tambíén son para nuestro servicio, sino del cual nosotros, nuestra historia y acaso nuestra historia más somos mínima parte y expresión veraz. De- alta. No fueron menores, tampoco, que los bemos ayudarlo, no a que grite, como acon- grandes varones de pueblos poderosos. Sin sejan los demagogos, ni a qúe olvide sus comparar a Bolívar, genio solitario de la desgracias, como indican los conformistas guerra y profeta sin par de la realidad so- del pesimismo, sino a que refl exione sobre cial, ni a Miranda, fi gura de excepción en sí mismo, sobre su deber y su destino. el mundo de América y de Europa, yo pon- dría a dialogar con Jefferson a Juan Germán -17- Roscio y a Hamilton con Manuel Palacio Fajardo, y seguro estoy de que Franklin En momentos en que los grandes habría recibido con solaz la visita de José dirigentes de la política universal se ocu- Vargas. pan ansiosamente con el grave problema de la guerra, resulta una romántica paradoja Junto al prestigio y a la brillantez enfocar como tema la crisis de Venezuela. de los próceres que libraron las batallas de Mas, como el idealista, aun contra toda es- nuestra edad heroica, están estos hombres peranza, debe esperar en el triunfo de los silenciosos y humildes, próceres también, principios, se hace grato elaborar concep- que en traje civil delinearon nuestras ins- tos generosos, así puedan recibir mañana la tituciones democráticas. Mucho de lo que contradicción de la realidad. Bien compren- ellos pensaron tiene aún vigencia y mucho do que tener a estas alturas del mundo algu- de lo que enseñaron está aún por ser apren- na fe en los ideales desamparados, es tanto dido. El pueblo, fascinado por la gloria de como realizar estérilmente un heroico sacri- los héroes, siguió la lección que le dictaban fi cio. Sin embargo, hay necesidad de ejerci- los generales, y terminó por perder la vo- tar tal confi anza y de cumplir tal sacrifi cio. cación de resistir. Acaso de haberse ceñido Al menos para que se vea como una actitud a las normas de los ideólogos, hubiera sa- de espiritual rebeldía contra la quiebra de bido mantcner la altivez que permite a los valores que padece la cultura universal. débiles saborear la libertad. Al lado de la tragedia dolorosa de la política, devorado- Cuando se anunció la proximidad ra de voluntades y de virtudes, los hombres del milenario, el hombre de la alta Edad del pensamiento puro tejieron su empeño Media estaba saturado de fe y de temor re-

Revista Cifra Nueva 105 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa ligioso, para esperar la muerte, disciplinó la En medio de esta gran crisis de la carne y puso sobre la altiva cabeza la ceniza civilización universal, sigue, agrandada por humillante. aquélla, su curso fatal la crisis de lo priva- tivo venezolano. Mientras contemplamos la Este nuevo milenario encuentra al nuestra, vemos llegar hasta nosotros el olea- hombre en medio de una crisis espantosa de je amenazante de la guerra en gestación. Un fe. Están rotas todas las tablas de los valores deber de hombres nos obliga, sin embargo, morales; Cristo ha sido sustituido por Mam- a desechar toda actitud milenarista, para se- mon; y, de consiguiente, es al nuevo dios a guir discurriendo como si la nube cargada quien se rinde el último sacrifi cio. El lucro de tormenta fuese a pasar sin daño alguno ha quebrantado la lógica de la refl exión, y sobre nuestro destino. Debemos pensar en la política y la guerra se miran como felices nosotros mismos con fe entusiasta y con oportunidades de pingües ganancias19. empeño de salvación. Acontezca lo que aconteciere, la historia seguirá su curso y En julio pasado, mientras el Con- habrá una generación que recordará nuestro sejo de Seguridad de las Naciones Unidas dolor. A tantas crisis como azotan a nuestro discutía los problemas del mundo e invita- pueblo, no agreguemos la crisis de la deses- ba a los pueblos inermes y pacífi cos para peración y de la angustia, aunque sea ésta, ir, con las grandes potencias, a castigar la como dice Kierkegaard, buen instrumento agresión norcoreana, paseaba yo una tarde educativo de la posibilidad. Procuremos a por los parques newyorkinos de Riverside todo trance que nuestra agonía no sea para Drive. Las gentes sencillas allí reunidas, morir, sino para salvar el irrenunciable de- mostraban uniformemente en los rostros recho de nuestro pueblo a la libertad y a la iluminados la más intensa alegría, frente al justicia. espectáculo maravilloso de un excepcional crepúsculo, con cuyos encendidos colores EXPLICACIÓN alcanzaba mayor majestad la arquitectura de los rascacielos. Gocé yo también mi parte Este modesto ensayo de interpreta- de crepúsculo, pero pensé con grave tristeza ción de nuestra crisis de pueblo, no preten- en la guerra inminente y en la bomba funes- de ofrecer conclusiones categóricas. En él ta que pueda destruir mañana, en un minuto he querido recoger con apariencia de uni- de.científi ca barbarie, aquella soberbia ex- dad, diversos conceptos elaborados duran- presión del poder constructivo de la inteli- te el curso de algunos años de meditación gencia humana. Pensé en la inseguridad del acerca de nuestros problemas nacionales. destino del hombre y en la locura con que Por eso, quienes hayan leído mis anteriores ciertos intereses fi nancieros vocean la gue- trabajos, habrán encontrado en el desarro- rra como circunstancia favorable para acre- llo de estas páginas temas ya propuestos centar sus réditos. ¿I el mismo hotibre, me en aquéllos a la consideración del público. pregunté, que ha construido este inmenso También existen en archivos gubernamen- marco de audaces edifi cios como para hacer tales memorias en que fueron sometidos al más hermoso el cuadro de luz de las tardes juicio de las autoridades problemas aquí newyorkinas, juega a la muerte y expone esbozados. Con refundir dichas ideas y en- a la destrucción todo el esplendor de esta tregarlas a la discusión de quienes sientan maravillosa cultura de la comodidad? ¿Qué la misma angustia de lo nacional, he creído principios normativos guian la refl exión ingenuamente cumplir un deber de ciuda- confusa y contradictoria de estos seres ul- dana Acertadas o en yerro, estas refl exiones tra-civilizados, que después de haber cum- escritas a la rústica, pues son otros los que plido el máximo esfuerzo de la inteligencia, tienen el dominio de los temas aquí trata- provocan, en un arranque frankeisteniano, dos, sirven al menos para que se piense una que la cultura regrese a las tinieblas de la vez más en los problemas contemplados. barbarie, en lugar de pensar que esa cultura y esa comodidad deben extender el radio de Abunda el declarar que cuando su benefi cio humano?... critico lo nuestro no pretendo situarme en

106 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa el limbo de una pueril irresponsabilidad. 3Los dos contradictorios tipos de leyenda, pro- Míos son, más que las virtudes, los pecados vocados y mantenidos por la aplicación de con- venezolanos. Si huelgo cuando me siento ceptos extremistas en el juzgamiento de nuestro partícipe de la gloria tradicional de nues- pasado colonial, tienen su contrapartida en las tro pueblo, me siento también culpable en leyendas dorada y negra, con que se ha preten- dido a la vez adulterar la historia del proceso parte de los errores colectivos. Más aún. Lo emancipador. Para algunos Bolívar y nuestros glorioso lo fabricaron otros. En los reatos grandes próceres son personajes excusados de que impiden la marcha holgada del país, toda manera de crítica. Diríase que la reseña tengo acaso alguna parte, ora por silencio, de sus vidas, en la pluma entusiasta de algunos ora por condescendencia, tira por momen- historiadores, tiene más intención hagiográfi ca táneos intereses. Ya he dicho en otro lugar, que móvil de historia. Por el contrario, otros, fi e- que reconocerla, es saldar en parte nues- les al criterio colonista de José Domingo Díaz, tra deuda con las generaciones que vigilan mantienen la violenta incomprensión de la época nuestro ejemplo. Pecado es confi ar en el de la guerra. (Estos, claro está, no se cosechan generoso olvido de los otros, para intentar fácilmente en suelo venezolano, pero en ciertas porciones de América tienen vigencia y ganan exhibirnos como dispensadores de honras. aplausos). Para evitar los vicios que acarrean una Santiago de León de Caracas, en II de no- y otra leyendas, ora en lo que dice a la historia viembre de 1950. de nuestro periodo hispánico, ora en lo referen- te a la era de la emancipación, debe procurarse una posición de equilibrio que tanto nos aleje de Notas condenar sin examen la obra de la colonia, como de vestir arreos de ángeles a los Padres de la Re- 1El tema de la crisis literaria ha sido abordado pública, así como del riesgo de poner alas será- extensamente en artículos de periódicos y en fi cas alas conquistadores y desnudar toda virtud mesas redondas celebradas en la Asociación de a los hombres de la Independencia. Para lograr Escritores Venezolanos. Parece que los interesa- ese equilibrio, debemos empezar por convenir dos no se han puesto de acuerdo, y mientras al- en el error inicial que provocaron y continúan gunos, citando nombres de prestigio en nuestras provocando las banderías de tipo ideológico. De letras, niegan la crisis, otros han llegado a hablar otra parte, y es ésta materia en extremo sutil y de “literatura de crisis” , producto de una reco- delicada, un hipertrófi co sentimiento patriótico nocida impreparación y de una excesiva presun- lleva a muchos de nuestros historiadores a negar ción. Alguien, muy sutilmente, ha dicho que la a los otros escritores el derecho de ahondar y crisis proviene de un arbitrario intento de llamar hacer luz en la vida & los Padres de la Patria. literatura algo que no lo es, tal como si se impu- Argumento peligroso que, terminando en la dei- tase a una crisis de la Medicina, el desacierto de fi cación de los próceres, los aparta, con daño los yerbateros. de la ejemplaridad, de su humana posición de arquetipos sociales. Según los que así piensan, 2 Algunos venezolanos, consideran que los con- tuvimos una brillante generación de semi-dioses servadores colombianos son más adictos a la que engendró una enclenque prole de enanos, persona de Bolivar que los colombianos libera- incapaces de tomar por ejemplo sus acciones les. Ello es fruto de un juicio simplista: como heroicas (v. mi trabajo “La Leyenda Dorada”). los conservadores, alaban el Bolívar de la Dic- tadura, motejado por los liberales de desamor 4 Al ponderar, sobre los demás valores, el valor a los principios legales, los venezolanos, que hispánico, no desdigo de las posibilidades de entendemos y amamos a Bolívar de todos sus las olras aportaciones sanguíneas. En el español tiempos y sabemos explicar la contradicción considero una historia de que carecían nuestros aparente de su conducta política, llegamos a aruacos y caribes y de que eran ignorantes aun desconocer las lógicas reservas con que enjui- los mismos descendientes de la reina de Saba. cian los liberales el proceso fi nal de Colombia, En la oportunidad de comcotar en 1943 el libro y, de lo contrario, simpatizamos con.la posición “Familias coloniales de Venezuela”, del Embaja- conservadora que mira en Bolívar un patrón de dor español José Antonio de Sangronis, escribí: gobiernos de fuerza. Bueno es recordar que el “Nuestro problema étnico tropieza para su ex- partido conservador histórico de Colombia fue plicación con esta valla de linajes “puros’ y con fundado por un antiguo septembrista. el desasosiego que en muchos contemporáneos causa la ascendencia negra. En cambio, sino hu- biera este horror a la verdad, se vería, con prue-

Revista Cifra Nueva 107 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa bas fehacientes, cómo es incierta y falsa la teoría recomienda el estudio y el aprovechamiento racista que niega posibilidades de superación a de los valores tradicionales, se aconseja con nuestro pueblo por la fuerte aportación africana, ello una posición estática, capaz de impedir el Otras serían las conclusiones si quienes conocen progreso de las instituciones. Se mira hacia la el secreto de las genealogías venezolanas pusie- historia en pos de lo positivo y creador que ha ran en claro cómo mucha gente alardeante de fabricado el tiempo, y en búsqueda, además, de limpias y empingorotadas estirpes castellanas, las causas que invalidan el avance de determina- acaso han logrado singular brillantez intelectual das actitudes sociales. Muchas de nuestras fallas y predominantes dotes de creación social, en ra- de pueblo provienen de haberse desechado o zón de las sangres mezcladas que corren por sus de no haberse acabado cienos valores positivos fementidas venas azules. Algo de profunda sig- del pasado; otras, por lo contrario, derivan de nifi cación optimista sería el examen realista de habemos conformado defi nitivamente con situa- nuestros entronques raciales, algo que serviría a ciones disvaliosas provocadas por hábitos, usos disipar la ceniza de desfallecimiento que arrojan y costumbres que no hemos procurado indagar sobre nuestro porvenir los que se empeñan en para la debida superación. renegar de nuestro capital humano. Sorprenden- En Venezuela, desde viejos tiempos, ha adqui- te y alentador en extremo sería un examen de la rido plaza una categoría social que arranca del aportación negra a la intelectualidad venezola- hecho desnudo de gozar el individuo la llamada na. Quizá llegue la hora en que la absolución de “infl uencia política”. los prejuicios permita esta clase de indagacio- Hoy, aparentemente menos que ayer, así pervi- nes’ (“Bitácora”. Cuaderno 3, pág. 87. Caracas, va en formas a veces más graves, se ha juzgado mayo de 1943). título de mérito moverse dentro del radio de la esfera gubernamental, (Ser “cacho gordo” en 5Los grupos tribales, que en su forma semi-ru- los círculos de la política, según la jerga intui- ral constituyeron los nudos oligárquicos donde tiva del pueblo). Los estrados de La Viñeta, de radicó el principal apoyo que gozaron lo mis- Antímano, de Santa Inés, de Villa Zoila, de Las mo Guzmán Blanco que loan Vicente Gómez, Delicias y de Mirafl ores; las antesalas de los han tenido y prosiguen teniendo su correlativa Ministerios; las Casas de Gobierno de las pro- representación en los grupos oligárquicos de vincias; las salas de bandera de las guarniciones la capital (comerciantes, banqueros, abogados militares y aun el círculo exiguo del Jefe Civil y terratenientes), que han venido sucediéndose de Parroquia, han sido vistos como zonas de impertuibables desde Casa León y Patrullo has- privilegio, dignas de ser frecuentadas a costa de ta la época presente,si no sobre la vertebración cualquier sacrifi cio personal. Caminar hacia el de las mismas familias, ya que lo ha impedido logro de estas fránquicias, ha sido objetivo co- nuestra democracia social, sí validos de la fl e- mún del hombre venezolano, considerado tan- xibilidad con que el empingorotado grupo de to más hábil como político cuanto más fácil le benefi ciados se abre para meter en su cinturón sea lucrar con los benefi cios que garantiza una de hierro, a los nuevos representantes del po- buena amistad con los personeros en turno de la der económico. Si borrado de la memoria de autoridad. l.a política, enmarcada en los cuadros la gente, al menos los periódicos de la época cerrados de lo personal, no buscó el aire de la —testigos que no mancan— deben mantener el calle, donde lucieran las voces de las doctrinas recuerdo de la recepción apoteótica que la banca y de los sistemas, sino la artesanía dirigida a y el alto comercio tributaron al General Gómez infl uir en los de arriba, para asegurar ayuda al después de las fi estas del centenario de la batalla mayor o menor grupo de parásitos que han for- de Carabobo. El “caudillo de diciembre” parecía mado la clientela abigarrada de los trafi cantes en el momento de los homenajes la propia reen- de infl uencias. Para el buen éxito en esa política camación del Paéz victorioso a quien se rindió barata han sido armas efi caces la palabra insi- el rancio mantuanaje colonial. Uno y otro tuvie- nuante, el gesto zalamero, la actitud obsequiosa, ron en sus respectivos tiempos el privilegio de el ademán complaciente, la impudencia festiva, distribuir las bulas del perdón y los vales deja el compadrazgo de provechos, el criterio con- victoria, y ninguna otrra cosa ha buscado nues- formista, la voluntad dócil, la maniobra turbia, tra infecunda oligarquía, condenada hoy, como la insolencia valentona y la solidaridad en la consecuencia de su entreguismo, a lisonjear y artería. servir también los intereses del poder y del ca- La política dejó de verse, en consecuencia, como pital extranjero. una actitud moral puesta al servicio del pueblo o como oportunidad de contribuir a la ampliación 6 Ciertas inteligencias simplistas dan con fre- del radio de la prosperidad general, incluidos, cuencia en lá fl or de considerar que cuando se claro que sí, como función concomitante, el pro-

108 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa pósito dé lucimiento personal y la perspectiva Este examen podría aplicarse a otros paises de de un benefi cio honrado en la materialidad de América, y aun abultarse en algunos sus con- los provechos. La política, desprovista del senti- clusiones, pues no estamos nosotros a la zaga de do de solidaridad social y de responsabilidad na- ninguno en materia de moralidad política. Pero cional que debiera distinguirla, ha sido para mu- no debemos hacer el tonto consolándonos con chos un sistema encaminado a lograr cada quien los males ajenos. Quizá nosotros podríamos, su parcela de infl uencia en el orden de la repú- con mayor facilidad que otros, enmendar con blica. El gobierno ha de ser político, porque sabe éxito nuestros yerros, y optar caminos que nos mejor que nadie cómo un jeme de apoyo mide lleven a una política de altura, capaz de supe- más que una vara de justicia; el comerciante ha rar la crisis de categorías que ha colocado sobre de ser político para evadir impuestos, obtener todo mérito cívico o cultural el mérito de saber cupos, lucrar con el contrabando o jugar al estire medrar con la voluntad del régulo de turno. y encoja de los aranceles; el agricultor ha de ser político para tener garantizada la tranquilidad de 7El desdén para honrar a nuestros grandes va- la peonada o ver limpios los caminos por donde lores culturales y presentarlos al pueblo como transitan las recuas o los carros con el fruto de luminosos arquetipos, contrasta con la precipi- sus tierras. Cambiados la estructura de la eco- tación puesta en juego para rendir parias a per- nomía y el mismo régimen de la vida nacional, sonas aun de méritos comunes, si para el caso se también ha variado el curso de los métodos de mueven circunstancias de aledaño interés. Con infl uir, pero ha durado, como consecuencia de ello se rompe la lógica de las categorías y se nuestra peculiar conformación económica, el hace inválida la justicia. Basta, por ejemplo, ver concepto de que constituye un “ábrete sésamo” la facilidad con que se da el nombre de muertos el estar “bien con el gobierno”. medio sepultos, y aun de gente en su entero pe- El dilatamiento de esa posición solícita de in- llejo, a establecimienios y centros de enseñanza, fl uencias, ha dado tal preponderancia a la fuer- mientras duerme en el tincón del olvido la me- za del ofi cialismo que, a su lumbre diabólica, moria de esclarecidos constructores de la nacio- aparece vestido de certidumbre el dicho que en nalidad. En todo ello la refl exión creadora queda 1887 criticaba Luis López Méndez, y según el sustituida por el ímpetu de nuestro tropicalismo cual “nuestro pueblo es de los más fáciles de sentimental. Hasta en el área de la cultura somos manejar” Claro que es fácil manejar a un pueblo siempre el país de las corazonadas. cuyos hombres más conspicuos están ávidos de enajenar su voluntad a cambio de una cuarta de 8En el caso de las garantías políticas, juegan pa- infl uencia, así ésta, en numerosos casos, no sir- pel muy principal argumentos que derivan de va sino para presumir de “pesados”. Pero, como factores disvaliosos, con duras raíces henchidas agrega López Méndez, un pueblo no es para que de tiempo. En Venezuela, tierra de Libertadores, lo manejen, sino para “manejarse por si propio no ha prosperado la mística de la libertad, de la y no abdicar nunca sus derechos”. La historia seguridad y de la igualdad de responsabilidades, de nuestras viejas oligarquías no ha sido sino la sin las cuales las repúblicas estriban en tingla- historia de una persecución del mando o de su do de caña, salvo el paréntesis de gobierno del sombra, para benefi cio de intereses personales. ilustre Presidente Medina Angarita, el pueblo de Hoy ha variado la estructura de los grandes cen- Venezuela, aun en los dorados tiempos de Vas- tros económicos, pero ayer, y aun en el presen- gas, Soublette y Rojas Paúl, ha sido actual o po- te de la provincia, el juego se hizo en torno al tencialmente, un pueblo preso. De aquí deriva la cacique que mueve intereses aldeanos con pro- paradójica expresión de la “venezolana libertad mesas de inmediatos benefi cios. Mientras esa de estar preso” acuñada por Joaquín Gabaldón estructura subsista y la relación de intereses se Márquez. No se ha desarrollado jamás entre no- haga a base de infl uencias para cohonestar las sotros el profundo sentido de las garantías indi- leyes o para participar en la distribución de los viduales. Menos el sentido de solidaridad que negocios del Estado, los gobiernos mantendrán lleve a pensar cómo la arbitrariedad que indife- una fuerza capaz de conservarlas a su favor el rentemente vemos caer sobre el vecino, puede grueso de una aparente opinión. La verdadera mañana tocar a nuestra puerta. La discrectuna- opinión, en cambio, no se hará sentir en virtud lidad de los procedimientos ejecutivos, desfi gu- de tal interferencia, y los mismos hombres lla- rando la mentalidad común, ha servido para que mados a apersonarse de la necesidad de ir a un la administración de la propia justicia ordinaria sistema cónsono con el concepto de la repúbli- aparezca frecuentemente lastrada de los mismos ca, seguirán sonriendo y festejando a los “vivos” vicios de insensibilidad, y que los jueces, olvi- que saben aprovechar las situaciones. dados de antiguas consignas de equidad, miren al rigor más que a la justicia. “Jueces achacosos”

Revista Cifra Nueva 109 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa llamó a este género de funcionarios el certero Andrés Bello, no sin haber corrido el riesgo de Maestro Granada. Si a la verdad vamos, habre- llamarse Liceo Descartes, cuando se trató de mos de reconocer que los mismos instrumentos hacer política grata al Quaid ‘Orsay. ¿No se- legales han sido parle para esta desfi guración ría más respetable el instituto, si a su prestigio conceptual. Los Códigos de Policía, colidiendo de hoy, uniese el brillo de una lujosa tradición con las normas constitucionales, han reconocido en que aparecieran nombres de profesores y de en las autoridades ejecutivas facultad para im- alumnos que son blasón de la República? Cada poner sin juicio arresto hasta por quince días, y Ministro, como genio de la hora, ha arremetido la misma Constitución de 1947. tan celebrada contra los signos anteriores y ha echado las ba- en América, a la par que estatuyó el recurso de ses de una nueva estructura, que luego modifi ca Habeas Corpus, introdujo el inciso Alfaro Uce- el subsiguiente. Nuestra Universidad, en la rama ro, que consagró como método de represalias de las matemáticas, otorgó sucesivamente títu- políticas “la razón de Estado”. Por eso, algunos los de Doctor en Filosofía, Doctor en Ciencias humoristas que en nuestras Universidades han Exactas, Ingeniero, Doctor en Ciencias Físicas profesado cátedra de Derecho Constitucional, y Matemáticas a los graduandos en Ingeniería. se han llamado así mismos Profesores de Mi- Todo se intenta mudar, y en una reciente refor- tología. ma de la Escuela de Derecho, se quiso llamar “Memoria de graduación” a la clásica tesis de 9 Examinar uno a uno los varios factores incita- grado de nuestra Universidad. Lejos de modi- tivos del estado que he llamado “crisis de pue- fi carse la técnica de la tesis, y hacer de ella una blo”, sería tema para rebasar los modestos lími- verdadera expresión universitaria, se buscó de tes del ensayo que intenté ofrecer al público. Va darle otro nombre. Ya eso es progresar. Las es- nuestra crisis desde las más simples y naturales cuelas primarias, que estuvieron a principios de normas de la higiene doméstica hasta las encum- siglo, divididas en dos grados, llegaron a seis un bradas esferas institucionales, civiles y castren- poco más tarde y se llamaron graduadas com- ses, eclesiásticas y profanas. Cuando apareció la pletas y graduadas incompletas, más tarde se primera edición de este trabajo, se debatía en los multiplicaron los mismos grados y con ellos la estrados universitarios el problema de la crisis población y fueron llamadas escuelas concen- de la Universidad. Alguien promovió, después, tradas, hasta recibir más tarde la denominación un examen de la crisis de la Justicia. En el Ins- de grupos escolares y escuelas unifi cadas. Pero tituto Pedagógico, se ha debatido el caso de la como cada Ministro ha de dejar como recuerdo enseñanza en general. El examen de este pro- de su tránsito un nombre nuevo, ahora ha resul- blema, cada vez que es intentado, provoca un tado la “escuela periférica” en los barrios leja- caos irreductible, ya que entre nosotros el hecho nos. Tuvimos, también, un ensayo de escuela de haber pasado por un instituto de enseñanza rural urbana. (El adjetivo periférico ha pasado se considera título sufi ciente para opinar sobre al orden asistencial y al orden de los abastos, y enseñanza y aun para dirigir la educación. tenemos puestos de socorro periféricos y mer- cados periféricos). Junto con los nombres de los De nuevo se ha vuelto sobre el tema funda- planteles se mudan los programas, sin esperar mental del bachillerato, y se discute en tomo a que se juzgue su idoneidad. Hay una pugna a una corriente “pragmática” para el nuevo Li- y una emulación, no por servir a la causa de la ceo. Ocioso sería delenernos en una crítica de educación, sino en orden a mostrar cada profe- fondo, cuando basta presentar las meras líneas sor una técnica más avanzada. A veces resultan superfi ciales del problema, para que se aprecie los alumnos una manera de conejillos de Indias la falta de sentido con que hemos procedido en en que se experimentan nuevas fórmulas psico- el ordenamiento de nuestra educación. Desde el pedagógicas. Estos procedimientos favorecen a Código de Soublette, donde adquirieron cuerpo la postre el analfabetismo ilustrado que padece las ideas de Vargas, hasta los últimos estalutos, la república. han jugado un papel primordial, las simples pa- labras. Para probar nuestro desdén por la fun- 10 Los instrumentos creados por las diversas ción creadora del tiempo, basta ver cómo se asambleas y reuniones americanas parecieran han inventado y suprimido estudios y nombres, contradecir la desarticulación a que se hace re- creyendo cada quien, en su turno, ser el creador ferencia en el texto. Hay en realidad un sistema de la cultura. En Caracas, la vieja y prestigiosa americano, con normas convencionales de la Escuela Politécnica, se desarticuló para ser en amplitud y consistencia del Pacto de Río Janeiro parte absorbida por el Colegio Federal de Va- y de la Carta de Bogotá, pero tal unión, lejos de rones, que luego se llamó liceo Caracas, hasta expresar una simbiosis directa entre las nacio- recibir por último el egregio nombre de Liceo nes, se manifi esta como equilibrio mediatizado

110 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa a través de la voz y de los intereses de Washing- y hacen morisquetas”, escribía por 1939 Enri- ton. Es decir, nos hemos unido no para defender que Bernardo Núñez, mientras Gabriela Mistral, lo nuestro, como pensó Bolívar cuando convo- con voz tomada del dolor de la trágica profe- có el Congreso de Panamá (de éste originaria- cía, anunciaba “Estamos perdiendo la América, mente fueron excluidos Estados Unidos), sino jalón por jalón, y un día nos despertaremos de para servir una política que muchas veces, por nuestra confi anza perezosa sabiendo que las pa- si no las más, contradice sentidas aspiraciones labras “Chile”, “México” y “Nicaragua” ya no de los pueblos de abolengo hispánico. Jugando, son sino nombres geográfi cos y no políticos, en razón de la fuerza, con los intereses privati- que señalan grados de latitud y de longitud, fru- vos de cada país americano, el Departamento de tos y maderas diferenciados y una sola colonia Estado ha procurado imponer una uniformidad no más de “New York”). en el pensamiento político de las naciones no- Distan tanto de la coincidencia los intereses im- vicontinentales. Esto hizo que se recibiera con perialistas de Estados Unidos y los netos, altí- profunda simpatía la actitud de México, Guate- simos y eternos ideales cristianos, que no hace mala y Argentina en el seno de la IV Reunión mucho tiempo un alto y responsable funcionario de Consulta de los Cancilleres americanos; pues del Foreign Service americano me habló de lo al hacer reparos al proyecto de sobrecargar con benefi cioso que resultaría para la paz america- obligaciones militares, de tipo internacional, a na y para detener en el Nuevo Mundo el avance los países iberoamericanos, que nada tienen que sovietizante, lograr que los partidos comunistas hacer en el confl icto coreano, pusieron a salvo criollos se desvinculasen de Moscú y adquirie- el sagrado derecho de disentir de la autorizada sen autonomía nacionalista. Es decir, a juicio de opinión de Washington, que asiste, por gravedad aquél el problema de la lucha contra el comu- de soberanía y de cultura, a nuestro convulso nismo no radica en el comunismo per se, sino en mundo hispanoamericano. (Seguramente en el que pueda servir de instrumento expansivo a la fondo de otras Cancillerías americanas existió política del Kremlin. criterio igual al sustentado por los países disi- A Estados Unidos no importaría, pues, que His- dentes, pero los Cancilleres hicieron la vista panoamérica se tornase una serie de repúblicas gorda en atención a otros compromisos). Hoy se comunistas titoístas, siempre que le asegurasen invoca como fuerza de imperio moral para ani- éstas la libre explotación de sus riquezas. mar la búsqueda de elementos que robustezcan Los cristianos que no tengan “fe de barberos, el llamado “sistema americano”, la necesidad de descansadera en ocho reales”, según la expre- luchar asiduamente por la defensa de la civili- sión unamunesca, han de pensar de distinto zación cristiana de occidente, en que tan empe- modo y han de desglosar ambos problemas, para ñosos se exhiben los magnates norteamericanos. examinarlos en los respectivos planos diferen- Sin embargo, este problema tiene múltiples y ciales. Parece por ello más lógico no asociar a variados aspectos que sería preciso examinar y los fracasos del mundo capitalista y a las solu- graduar muy delicadamente, y que acaso aborde ciones que ofrece la locura dilusional que parece en ensayo que actualmente preparo. envolver a gran parte de nuestro propio mundo, Se ha intentado crear una confusión entre los in- el porvenir de una doctrina que, por poseer, tereses del capitalismo internacional y los altos como posee la Iglesia, la certeza de que contra y sagrados ideales de la civilización cristiana, ella no prevalecerán tas puertas del Infi erno, se amenazados por el comunismo ateo. Ambos pla- siente vencedora de los tiempos. Ella sabe, con nos, lejos de coincidir, se contradicen, ya que la frase de Tertuliano, que será eterno su destino, idea cristiana se distancia tanto del sistema ca- así viva “destituida de amparo en la tierra pere- pitalista como del ateísmo comunista (Cuando grina”. En el orden positivo, tiene el cristianis- los apóstoles llegaron a la Roma imperial, cuyas mo, aunque lo nieguen políticos de las calzas de autoridades y sacerdotes representaban el orden Laski, fuerza sobrada para seguir empujando los de la riqueza y del poder, buscaron a las masas bajeles de la esperanza; así pues, quienes, por plebeyas, que habían sido víctimas de aquéllos sentirse comprometidos a su defensa, se enro- y habían agitado a la vez “el orden de clases”, lan sin examen en los cuadros circunstanciales que pondera Juan Luis Vives en sus “Causas de y heterogéneos del anticomunismo de guerra, la decadencia de las Artes”, (Washington aspira debieran pensar más en la efi cacia de confi ar el hoy a la capilalidad profana del mondo occiden- destino de los pueblos, no a los desiderata de la tal). Tampoco coinciden, empero a la continua fuerza ya las manipulaciones del capitalismo in- se oponen, los intereses privativos de Estados ternacional, sino a un sistema pacífi co que dé en Unidos y los intereses de los países hispano- realidad sombraje a la justicia y haga más ancho americanos. (“ El gigantón en medio de enanitos el radio de la comodidad social. Antes que matar que ríen de vez en cuando, le quitan las botas hombres para alcanzar el equilibrio pacífi co del

Revista Cifra Nueva 111 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa mundo, podía dedicar E. U. a la satisfacción de 12 El costo de factura en 1948 de las importa- los desheredados alguna parte de los sesenta mil ciones de bebidas alcohólicas y espirituosas; millones de dólares ($ 60.000.000.000,00) que dulce y confi turas; perfumería y sedería, fue, le cuesta anualmente el pie mundial de la guerra. respectivamente Bs. 19.361.742; Bs. 3.699.050; Preferible es que aborte el monstruo, en cuya Bs. 7.712.308 y Bs. 60.321.591. “En 1938, dice destrucción puede mañana perecer la sociedad, recientemente “El Heraldo”, de Caracas, impor- a seguir alimentándole para que tome más vigor. tamos en artículos alimenticios treinta y cuatro Y el monstruo es el odio que entre los desafor- millones de bolívares; el año pasado —según tunados provoca la indiferencia y la avaricia de cálculos provisionales— llegamos a cuatrocien- los detentadores de la riqueza. Una justa política tos millones”. encaminada a sembrar en la sociedad la paz de Cristo, lograría lo que en balde prometen los ad- 13Juzgo que la obra máxima de Rafael Núñez ministradores de la máquina de guerra. no fue haber dado unidad política a Colombia, En Estados Unidos, cuyo bondadoso e ingenuo sino haber vencido la tesis del libre cambio, que pueblo no es responsable, sino víctima también, tan buen aliado tuvo en el liberalismo radical de de las combinaciones de los políticos y de los fl orentino González. El librecambismo tiene ex- negociantes, hay quienes, ante la presencia de celentes defensores en los tratadistas ingleses y los hijos muertos y de los hermanos inútiles, anglo-americanos, por cuanto es favorable a los piensan con estos mismos pensamientos, y en planes del imperialismo. La lucha de tarifas la fecha reciente un experto escribía: “The Uni- aconsejan sólo entre países de igual desarrollo ted States is confronted by a powerfull empire industrial. (Hay quienes sostengan que el da- of dangerously paranoid character, whom we rwinismo se produjo también para legitimar una cannot coerce, and against whose violence we desiguaidad humana que aligerase de escrúpu- are powerless to defend ourselves: “Los Estados los la conciencia de los puritanos complicados Unidos están padeciendo el poderoso infl ujo de en el comercio de esclavos. Podría hoy servir de un carácter peligrosamente paranoico, que no alijo a la conciencia de los demócratas yanquis podemos dominar y contra cuya violencia no- que ven con menosprecio a sus conciudadanos sotros somos impotentes para defendernos por negros). Sin barreras aduaneras, la industria nosotros mismos”. (“The Strategy of World War indígena de Nueva Granada había llegado a su III”, por Mayor General J. J. C. Fuller y Alexan- anonadamiento. Núñez, al defender el sistema der Mabane. American Perspectiva” Vol. IV; proteccionista, asentó las bases de la próspera 3— Summer 1951”). industria colombiana. Algunos, aparentemente guiados de una preocupación popular, hablan 11Recientemente los distinguidos jurisconsultos del benefi cio que representa para el pueblo la Manuel Octavio Romero Sánchez y Juan Penzi- mercadería barata que viene del Exterior, ya que ni Hernández, jamás motejados de ideas extre- los precios iniciales de éstas permiten competir mistas, estamparon, en la oportunidad de inten- con los altos precios de la producción indíge- tar una acción civil contra la rama venezolana na. De primera intención pareciera inobjetable del consorcio internacional American Tobacco este argumento, pero, para un juicio defi nitivo, Company, los siguientes conceptos: “... Así se se ha de mirar no sólo al interés presente del extrae y emigra la riqueza del país. Dólares que país, sino al porvenir de su riqueza. Para que aquí se multiplican y vuelan a otras tierras, de- enraice y tome fuerza la industria nacional (en jando miseros salarios y estelas de decepción y ésta no debe incluirse la industria de los semi- de desánimo ciudadano. I todo por el ansia de acabados), se requiere un pequeño y transitorio lucro de una compañía, como la Cigarrera Bigo- sacrifi cio, que bien puede hacer un país de mo- tt, que nada tiene de nacional, porque su capital, neda alta y altos salarios, y el cual se convertirá su dirección, sus sistemas, sus gerentes y altos mañana en rebaja de precios que vendrá a com- empleados son extranjeros. (Lo mismo podría pensar aquellos sacrifi cios, y en una radicación decirse de otras empresas similares, patrocina- venezolana de capitales y ganancias. das por ilustres nombres criollos. B. I). Jamás La industria, aun aquella en que se invierte ca- se ha visto ni cotizado en el mercado de valores pital extranjero que sea sometido a justas regu- nacionales una acción de esta poderosa compa- laciones distributivas, representa para hoy, o si ñía. Como los corsarios antiguos, esta forma de no para mañana, un valor permanente en catego- capital arriba al país, y, en las naves del cam- ría nacional. De lo contrario, el gran comercio bio, se lleva los frutos de nuestra mejor rique- distribuidor, así esté en manos criollas, obra, en za, olorosa a conquista y empapada en el sudor úllimo análisis, como mero agente de la indus- del trabajo estéril del hombre fuerte de nuestros tria extranjera y como enemigo potencial de la campos”. riqueza vernácula, cuando, en guerra de precios,

112 Revista Cifra Nueva Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa impide o detiene la producción de artículos de la del Exterior. I hasta el pan nos viene prefabrica- tierra. Una buena legislación proteccionista de- do del Norte! Y en latas ornamentadas de pala- biera mirar lanto a la materia arancelaria como bras inglesas, nos ofrecen hoy nuestros “buenos al régimen de las inversiones extranjeras, en lo vecinos” las humildes caraotas de la dieta popu- que dice a participar éstas en industrias ya ex- lar venezolana, como libelo de vergüenza para plotadas por los criollos, lo mismo que a la mon- nuestra ineptitud nacional. Mejor que estirar en ta de las utilidades liquidas que los exlranjeros el Exterior el pedestal de las estatuas de Bolívar, puedan sacar del país. seria buscar los medios de levantar los instru- mentos internos, ora morales, ora materiales, 14 Mi excelente amigo el escritor Alfredo Tarre que puedan garantizarnos la autonomía porque Morzi, en artículo publicado en “Panorama”, de Bolívar sacrifi có su existencia magnífi ca. Maracaibo, para comentar la primera edición Denunciar una vez más esta dolorosa realidad de este ensayo y después de obsequiarme ge- no creo que merezca califi cativo de pesimismo. nerosas frases de cálida amistad, me atribuye, Y enlazarla a la política del petróleo, no parece como digo en el prólogo, un criterio pesimista yerro, por cuanto la disolución producida en ra- que según él, no me deja estimar las ventajas zón de la hipertrofi a de nuestra riqueza, ha sido que para el Estado venezolano han constituido la causa del estado de conciencia que sirve de los altos presupuestos fi scales derivados de la raíz a nuestro actual sistema de vida, y el petró- explotación aceitera, y los cuales han permitido leo pudo extender su mancha grasienta a todo la realización de importantes obras de progre- lo ancho de los ojos nacionales, porque el país so. Si a ver vamos, los ingresos fi scales no son carecía de una vertebración histórica que le per- gracia que aminora la responsabilidad de los mitiese pensar en si mismo y en el momento, ya entreguistas de nuestra riqueza, sino legítima llegado, de que nos convirtiéramos en peligrosa participación del país en el fruto de sus reservas fuente de abastecimiento bélico mundial, mien- naturales, y para lograrse lo que hoy se recibe, tras los millones de barriles de la producción se ha necesitado la constante revisión que inició petrolera mantienen al pueblo en condiciones en política petrolera el ilustre Presidente Medi- lamentables de atraso. na Angarita el año de 1943. Nadie niega la ven- Y no sólo abrimos nuestras puertas para la inva- taja que la República ha podido derivar de las sión extranjera, sino que salimos fuera de nues- fuertes sumas que por regalías, impuestos, suel- tro territorio para asociarnos al despilfarro de dos, salarios y demás inversiones le ingresan en nuestra moneda. Hace pocas semanas los diarios razón del petróleo. En cambio, nadie se atreve a de la capital ponderaban la iniciativa tomada negar tampoco que la falta de sentido patriótico por la Línea Aeropostal Venezolana en orden a y la ausencia de espíritu de previsión han hecho efectuar vuelos que transporten nuestro, turistas de la abundancia venezolana un instrumento de a Barbados. Es decir, una empresa venezolana disolución nacional, propicio a la apertura de fomenta la evasión de nuestras divisas, a cambio caminos de corrupción y de molicie, que van de vender unos pasajes que debieran destinarse hasta sitios que obligan al buen callar de San- preferentemente al turismo interior. Bien podría cho. Gracias a la posibilidad de gastar a mano el Estado construir hoteles y carreteras de pe- abierta, se ha tirado el dinero al voleo, hasta ser netración, que hicieran agradables los viajes a el país una inmensa mina realenga que privile- las maravillosas regiones de nuestro litoral y del giados indigenas y forasteros (éstos con mayor interior, e intensifi car el turismo, que ya ha ini- provecho), procuran explotar a sus anchas. ciado hacia Barlovento la misma empresa. Ya corre por el mundo de la alegría la noticia de que en Puerto España, capital de nuestra antigua 15 Caracas presenció recientemente un doloroso provincia trinitaria, se establecerá un gran casino espectáculo de incultura y de negación de nues- como e1 de Montecarlo. Claro que si. Y de ese tros valores nacionales, cuando un grupo de mo- modo Inglaterra lo que no se puede llevar por zos, de nuestra “primera” sociedad destruyó los las vías toleradas del comercio, se lo llevará por alto-parlantes que en la Plazoleta del Obelisco, los caminos dudosos del azar, Dentro de poco en Altamira, difundían música popular venezo- saldrán nuestros alegres y despreocupados ricos lana. Ellos querían mambos, congas y rumbas. a gastar en el vecindario sus buenos bolívares, Plausiblemente las autoridades han sostenido su pues, como he dicho, donde todo está interveni- propósito de preferir nuestra música. do, lo único libre es la moneda. Mientras tan- to el campo no produce lo necesario, y la vieja 16 La producción en serie hace que los dibujos e pulpería de sabor nacional, donde se compraban historietas cómicas, cuyas matrices se preparan cosas del país para el diario sustento del pueblo, en Estados Unidos, resulten en extremo eco- está llena de frascos y de enlatados provenientes nómicos para las empresas editoras de diarios.

Revista Cifra Nueva 113 Julio-Diciembre 2009, Nº 20 Nueva Etapa Esto da cierto carácter de pesada uniformidad a cultivemos la injusticia, ni celebremos la des- un gran sector de la prensa de América. Algunas igualdad, ni menos aún sirvamos los planes que tiras, como las de Walt Disney, exhiben una de- buscan la esclavitud del hombre. Si hablamos licada sensibilidad, que hace honor a la cultura de una sociedad cristiana, vamos a la realización del pueblo americano, tanto como las mejores inmediata de las consignas de fraternidad, de revistas de sus grandes Universidades. Otras, en caridad y de justicia que forman la esencia del cambio, parecen dirigidas en los propios mue- cristianismo y ayudemos al prójimo a vivir en lles de Brooklyn, por aventureros con mentali- rorma tal que vea en nosotros la expresión rea- dad de gánsteres y por mozos de cordel. (Diríase lista de un mundo fraternal. Así vendría la paz que fueran una avanzada del ejército corruplor consentida y buscada por los mismos hombres, que tiene su cuartel general en Hollywood). No y no el armisticio impuesto como equilibrio de han parado mientes nuestras empresas periodís- las fuerzas voraces de los imperios. Así llegaría ticas en el riesgo que constituye este mercado la sociedad, por la sinceridad de su propia con- de dibujos. sin embargo, “El Heraldo” se vio re- ducta, a vestir la blusa listada del criminal a los cientemente en necesidad de dar excusas al pú- gánsteres de frac, que hoy reclaman sus honores blico por haber publicado inadvertidamente una y juegan arbitrariamente con su suerte. noticia gráfi ca que iba en descrédito de nuestro decoro histórico. 17 Seria lógico pensar que, con el fi n de robus- tecer los atributos que permitan la asimilación moral de las masas de inmigrantes, se intensifi - case en nuestros planteles primarios y secunda- rios el estudio de la Historia nacional. El camino aconsejado por un recto pensar. Sin embargo, he tenido la sorpresa de saber que se trata actual- mente de disminuir el programa de Historia en los institutos de secundaria, por considerarse una disciplina poco ‘formativa’. 18 Este trabajo estaba escrito dos días antes de perpetrarse el tenebroso crimen que poso fi n a la vida del Presidente Delgado Chalbaud. Lo ais- lado de este hecho, y la repugnancia con que ha sido visto por los propios enemigos de la vícti- ma, hacen que él no desmejore el concepto que merece nuestro pueblo. 19 Sorokim, de la Universidad de Harvard, ha hecho un análisis exhaustivo de las causas y proyecciones de las crisis que han quebrantado la actual sociedad universal, mas no ha logra- do una solución favorable que pudiera tomarse como camino hacia una actitud de general con- valecencia. Para encontrar salida a los proble- mas de nuestro mundo, sería necesario “que la gente comenzase un día a apartarse del presente, y en cierto sentido, a buscar el modo de des- aparecer de él”, según aconseja Maritain. Pre- cisaría, pues, dar espaldas al mundo de menli- ra en que vivimos. Para reconstruir los valores de cuya quiebra nos quejamos, sería necesario fabricarles una realidad que permitiese enun- ciarlos sin riesgo de proseguir, la abominable comedia de vivir el dúplice sistema que viste con altos signos un proceso social detestable. Si creemos en la justicia, en la igualdad y en la libertad como posibilidades normativas, no

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