165-COM-2014 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a Las Nueve Horas Cuarenta Minutos Del Veintisiete De Noviembre De Dos Mil Catorce
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165-COM-2014 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve horas cuarenta minutos del veintisiete de noviembre de dos mil catorce. VISTOS en competencia negativa suscitada entre la Jueza Segundo de lo Civil y Mercantil y la Jueza Primero de Menor Cuantía, ambas de esta ciudad, para conocer del Proceso Declarativo Abreviado de Indemnización por Daños y Perjuicios, promovido por el licenciado BENJAMIN M. M., en su carácter de Apoderado General Judicial del a señora ROSA VILMA M. R., contra el señor HUMBERTO T. M. conocido por HUMBERTO T. y por HUMBERTO M. VISTOS LOS AUTOS; Y, CONSIDERANDO: I. El licenciado BENJAMIN M. MA., en la calidad mencionada, presentó demanda de Proceso Declarativo Abreviado de Indemnización por Daños y Perjuicios, la que fue asignada al Juzgado Segundo de lo Civil y Mercantil de esta ciudad en la cual en síntesis MANIFESTÓ: Que la señora Rosa Vilma M. R. es propietaria de un terreno de naturaleza rústica situado en la jurisdicción de Guazapa, el que con rumbo sur colinda con la propiedad del señor Humberto T. M. conocido por Humberto T. y por Humberto M., quien es del domicilio de Guazapa. Manifiesta la parte actora, que el problema con el demandado, consiste en que los árboles plantados en su propiedad han causado daños materiales por segunda vez a la propiedad de la demandante, ya que el demandado no poda las ramas salientes de los árboles que caen sobre la propiedad de la señora M. R.. Asimismo expresa la parte actora, que su poderdante ha tratado de pedirle de buena manera al señor T. M. que podara o talara los árboles, ya que éstos son un peligro para las personas que viven dentro de la casa, no obstante ello el demando hizo caso omiso a tales peticiones y fue en agosto de dos mil trece, que cayó un árbol de gran tamaño en uno de los dormitorios, destruyéndole por completo el techo de la casa, polines, vigas y algunos artículos que conforman el menaje de la casa. La demandante optó por citar al demandado a una audiencia conciliatoria en el Juzgado de Paz de Guazapa, en la cual se ofreció a pagar la cantidad de TRES MIL DÓLARES en cuotas mensuales de VEINTICINCO DÓLARES, lo que no fue aceptado por la demandante ya que no cubre el daño causado en su totalidad. La parte actora expresa que en la presente demanda el daño emergente asciende a un total de DOS MIL DÓLARES; en virtud de lo expuesto el actor pide que en sentencia definitiva se declare la existencia de los daños y perjuicios causados en el patrimonio de su mandante debido a la negligencia por parte del señor T. M. II. La Jueza Segundo de lo Civil y Mercantil de esta ciudad, por auto de las nueve horas veinticinco minutos del veintidós de mayo de dos mil catorce, agregado a fs. 22 en lo medular de su resolución EXPUSO: que la cantidad reclamada en la demanda no supera los Veinticinco mil colones o su equivalente en dólares, y siendo que el Decreto N° 705 de creación de los tribunales de menor cuantía es una normativa especial que no ha sido derogada por el CPCM, según lo dispone el Art. 705 CPCM, por tanto los tribunales con competencia para conocer de los asuntos civiles y mercantiles que no excedan de veinticinco mil colones o su equivalente en dólares son los Juzgados Primero y Segundo de Menor Cuantía del decreto antes citado; en virtud de ello la referida juzgadora se declara incompetente en razón del territorio para conocer del presente proceso. III. La Jueza Primero de Menor Cuantía de esta ciudad, por auto de las nueve horas del veinticinco de junio de dos mil catorce, agregado a fs. 26 y 27 en lo esencial SOSTUVO: que tanto la demandante como el demandado son del domicilio de Guazapa, departamento de San Salvador, por lo que dicho tribunal no es el competente para conocer por razón del territorio de conformidad a lo establecido en el Art. 30 numeral 1° CPCM, en razón de ello la referida funcionaria declara improponible la demanda presentada y ordena remitir el proceso a esta Corte. IV. Los autos se encuentran en esta Corte para dirimir el conflicto de competencia suscitado entre la Jueza Segundo de lo Civil y Mercantil y la Jueza Primero de Menor Cuantía, ambas de esta ciudad. La Jueza Segundo de lo Civil y Mercantil de esta ciudad se declara incompetente en razón de la cuantía, argumentando que la cantidad reclamada no sobrepasa los veinticinco mil colones o su equivalente en dólares; por otro lado la Jueza Primero de Menor Cuantía de esta ciudad se declara incompetente en razón del territorio, manifestando que tanto demandante como demandado son del domicilio de Guazapa, departamento de San Salvador. Analizados los argumentos planteados por ambas funcionarias se hacen las siguientes CONSIDERACIONES: Previo al análisis de fondo del expresado conflicto, es menester señalar que en la sentencia de competencia 60-COM-2014, se sostuvo en síntesis que la Corte Suprema de Justicia es la entidad competente para conocer de todos los conflictos de competencia entre jueces con arreglo al Art. 182, at. 2ª Cn, en relación a los Arts. 27 y 40 CPCM. De forma que los conocerá indistintamente a razón del criterio que el juzgador considere aplicable para abstenerse de conocer el caso. La solución jurídica adoptada en el precedente representa la forma de trabajo que se ha venido siguiendo desde siempre. Esta decisión es el resultado de una interpretación conforme a la Constitución de las disposiciones legales aplicables al conflicto de competencia y especialmente del Art. 45 CPCM. Ésta ha sido la norma aplicada al caso y trata de los conflictos de competencia por razón objetiva (materia y cuantía), grado y función. En la sentencia se las engloba con la expresión “Falta de competencia por razón distinta al territorio” y a manera de ejemplo, en el caso de la falta de competencia objetiva y grado, produce las consecuencias siguientes: 1.) Rechazará la demanda por improponible. 2.) Pondrá fin al proceso. 3.) Indicará a las partes el competente para conocer del asunto. Mediante el seguimiento de esa interpretación que llamamos “legal”, se llega a consecuencias jurídicas que pudieren reñir con la Constitución. Por eso se adopta la interpretación conforme a la Cn. y se rechaza la meramente legal. Por ello, se esbozó que la improponibilidad, como un rechazo de la demanda, si fuere empleada sin moderación, obstruye el acceso a la justicia. Y se dijo: “cuando se rechaza una demanda, por improponible, bajo el argumento que un reclamo no está expresamente contenido en una norma, en cuyo caso el juez debió integrar el Derecho y no eximirse de resolver; o también se rechaza la demanda bajo el argumento de existir cosa juzgada, cuando en verdad previamente sólo hubo una improponibilidad inicial de la demanda y no un juzgamiento del asunto controvertido mediante sentencia (definitiva). De modo que, estos asuntos relatan el riesgo procesal que constituye el conjuntar el análisis de la falta de competencia con la improponibilidad de la demanda en perjuicio del usuario que desea disfrutar del Acceso a la Justicia.” El riesgo procesal mencionado se incrementa cuando sin suficiente discernimiento el juzgador aplica la improponibilidad que viene combinada con la falta de competencia sin reparar en las consecuencias en perjuicio de los justiciables. Por eso se aclara que el Art. 45 CPCM, tratándose de la falta de competencia por razón objetiva o grado, el juez rechaza la demanda por improponible, poniendo fin al proceso e indicando a las partes el juez competente para conocer su reclamo, tal improponibilidad no puede, lógicamente, constituir una cosa juzgada material. Ésta, por su naturaleza jurídica, impide que el asunto pueda volver a intentarse. Por el contrario, el legislador ha dispuesto que las partes estén habilitadas para presentar su demanda ante el juzgado competente, es decir, a litigar su derecho donde corresponde. En todo caso, la interpretación debe favorecer el Acceso a la Justicia, salvo, por supuesto, de verdaderas razones que vuelvan inviable conocer la demanda y por tanto ésta sea improponible. Así las cosas, mediante el precedente mencionado esta Corte, en representación del Estado y en cumplimiento de sus obligaciones nacionales e internacionales para facilitar el goce al derecho de la protección jurisdiccional, se dedicó a proporcionar argumentos conforme a la Constitución que remueven los obstáculos que pudieran surgir al Acceder a la Justicia. En la actualidad, se considera que el precedente es el medio idóneo para garantizar el Acceso a la Justicia, de acuerdo al estadio jurisprudencial y del Derecho en nuestro país. Que para reforzarlo es necesario que una autoridad central, la Corte, tenga la función de establecerlo. Por tanto concluyó: “1°) Los pronunciamientos que el Juez debe dar sobre la base del Art. 45 CPCM no lo eximen de enviar el proceso ante el juez específico que estime competente. [---] 2°) El Juez que reciba el proceso enviado por otro juzgador, si a la vez se considerase incompetente deberá remitirlo a la Corte. [---] 3°) La Corte es la competente para conocer de los referidos conflictos.” Expuesto tal precedente, y para el caso que nos ocupa, es menester advertir que en el liberlo, la parte actora categóricamente establece que el demandado señor Humberto T. M., es del domicilio de Guazapa, departamento de San Salvador. Al respecto, para determinar la competencia territorial conforme la regla general establecida en el Art. 33 CPCM, tomando en consideración el domicilio del demandado, es menester remitirnos al Decreto Legislativo N°262, del veintitrés de marzo de mil novecientos noventa y ocho, publicado en el Diario Oficial N°62, Tomo 338, del treinta y uno de marzo de mil novecientos noventa y ocho, por el cual se modificó la estructura de los Tribunales establecida en la Ley Orgánica Judicial, en el cual se ha dicho que al Juzgado de Primera Instancia de Tonacatepeque, corresponde conocer de los asuntos civiles de los municipios entre otros, de Guazapa, asimismo, el Decreto Legislativo N° 372, del veintisiete de mayo de dos mil diez publicado en el Diario Oficial N°100, Tomo 387, del treinta y uno de mayo de dos mil diez, de igual modo señala que dicho municipio territorialmente le pertenece al Juzgado Segundo de lo Civil y Mercantil de San Salvador.