Las-24-Horas-De-La-Pasión-De-Jesús
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Nihil obstat Pbro. Lic. José Gracián Ordaz Censor Eclesiástico Imprimátur Mons. G. Ramiro Valdés Sánchez Vicario General Ediciones en español: 1a. edición: Trani (Bari), Italia, 1997, nihil obstat, Mons. Carmelo Cassati, Arzobispo. 2a. edición: Guadalajara, 2006, imprimátur, Mons. G. Ramiro Valdés, Vicario General. 3a. edición: Guadalajara, 2010, reimprima tur, Mons. G. Ramiro Valdés, Vicario General. 15a Edición: Cd. de México, 2021 imprimátur, Mons. G. Ramiro Valdés, Vicario General. Traducción directa de los manuscritos de la sierva de Dios Luisa Piccarreta Dr. Salvador Thomassiny Compendio para la adoración y reparación al Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María. Edición y distribución en España: Basílica Nacional de la Gran Promesa. Templo Expiatorio del Corazón de Jesús. C/ Alonso pesquera, 10. 47002-Valladolid [email protected] Edición fuera de comercio: Ejemplar para la Adoración Perpetua Vol. 11, 10 de abril de 1913 "Quien piensa siempre en mi Pasión forma en su corazón una fuente, y por cuanto más piensa en ella, tanto más esta fuente se agranda, y como las aguas que brotan son aguas comunes a todos, así esta fuente de mi pasión que se forma en el corazón sirve para bien del alma, para gloria mía y para bien de las criaturas." Impreso en España por Imprenta Comercial, Motril. La Gran Promesa El día 14 de mayo de 1733 tuvo lugar la revelación: “REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES” El día 25 de septiembre de ese mismo año, recibe Bernardo del Señor una ratifi cación de la Gran Promesa: “Aquí, después de comulgar, oí una voz suavísima que me dijo: Pídeme lo que quieras por el Corazón Santísimo de mi Hijo, y te oiré y te concederé lo que me pidas, y, sin libertad pedí la extensión del reino del mismo Corazón de Jesús en España, y entendí se me otorgaba. Deseos de extender hasta el Nuevo Mundo el amor de su amado Corazón de Jesús”. En septiembre de 1731 comenzaba Bernardo de Hoyos (tenía 20 años) el estudio de la teología en el referido Colegio de S. Ambrosio, hoy Centro de Espiritualidad del Corazón de Jesús. Terminando su 2ª curso, conoce por vez primera el culto al Corazón de Jesús. El P. Cardaveraz, le pide desde Bilbao un favor que le brinda la oportunidad de leer el libro del jesuita francés P. Gallifet sobre este culto. Su lectura impacta profundamente a Hoyos, que se ofrece ante el Santísimo a cooperar cuanto le sea posible a la extensión de dicho culto. Unos días después, el 14 de mayo de 1733, fi esta aquel año de la Ascensión del Señor, acude Bernardo con los demás estudiantes al templo donde celebraba el Colegio la Eucaristía los días festivos, la hoy Basílica de la Gran Promesa; los estudiantes se situaban en el presbiterio, a los lados del altar. “Después de comulgar, refi ere Bernardo, tuve la misma visión del Corazón… rodeado con la corona de es- pinas y con una cruz en la extremidad de arriba… Dióme a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mí solo, sino que por mí las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad la consecución de nues- tros deseos y pidiendo está fi esta (del Corazón de Jesús) en especial para España, en que ni aun memoria parece que hay de ella, me dijo Jesús: “REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES” Escudos de España, Filipinas e Hispanoamérica (de la época) en la cúpula. SU SENTIDO Máximo Pérez S. J., moderno biógrafo del P. Hoyos ( “El Poder de los débiles, Edapor 1991) explica así el sentido de esta Promesa: “Lo que parece deducirse de todo el contexto es que, ni Bernardo ni mucho menos el mismo Jesús, intentaron hacer una competencia o campeonato entre “partes” o “naciones”. Lo que parece deducirse de esta gracia concedida a Bernar- do es lo siguiente: 1. Se trata de una gracia, no sólo para enriquecimien- to personal de Bernardo, sino para ser instrumento por cuyo medio Dios quiere dar a conocer a otros las riquezas del Co- razón de Cristo. 2. Bernardo de Hoyos tiene una misión similar a Santa Margarita María Alacoque: Lo que por medio de ella quiso realizar Cristo en su Iglesia, proporcionalmen- te es lo que Cristo quiere realizar, por medio de Bernardo en España y América. La Gran Promesa interpela, solicita, encomienda per- sonalmente al P. Hoyos a extender el reinado de Cristo es- pecialmente en España, en todo el territorio que constituía España en aquella fecha (1733): la España actual más Fili- pinas e Hispanoamérica. Así se quiere manifestar en las dos capillas dedicadas en la Basílica, una de ellas a Ntra. Señora de Guadalupe, patrona de Hispanoamérica, con la pintura de esta Virgen traída desde México por su arzobispo el 24-10-1951 y rodea- da por los escudos de las hoy veinte naciones hispanoameri- canas; y la otra, a Ntra. Señora de la Paz y del Buen Viaje, la Virgen de Antipolo, imagen traída desde Filipinas por el arzobispo de Manila el 27- 05-1951. SU ACTUALIDAD La Gran Promesa no tiene fecha de caducidad. Es hoy tan actual como en 1733. España y las naciones que han surgido de lo que entonces integraba España, representan hoy la mitad de la Iglesia. La Basílica de la Gran Promesa con el Centro de Espiritualidad del Corazón de Jesús y diversos locales de la Fundación civil “Emilio Álvarez”, vienen desarro- llando una intensa actividad litúrgica, pastoral, formativa, de espiritualidad y de atención caritativa que llega ya a toda la diócesis vallisoletana y a numerosas personas e instituciones fuera de ella. La misión que recibió el P. Hoyos, entendemos que es ahora a nosotros a quienes corresponde realizarla, como él hizo tan ejemplarmente, para seguir dando sentido y haciendo plena realidad la Promesa del Corazón de Jesús, que será siempre un compromiso especialmente abierto para los españoles y para los vallisoletanos. Extender el Reino de Cristo exige, hoy quizá más que entonces, aceptar ante todo sus reglas, sus valores, sus nor- mas, vivirlo, proclamarlo y ofrecerlo, contagiarlo, transmitirlo en todo nuestro entorno familiar y social. Para ello contamos ya hoy con la ayuda decisiva del beato P. Bernardo F. de Ho- yos (18-Abril-2010), que esperamos sea muy pronto elevado a la gloria de la canonización. Pbro. Julio de Pablos de la Esperanza. Rector de la Basílica de la Gran Promesa. A LAS ALMAS CON ESPIRITU DE ADORACIÓN ORIENTACIÓN PARA MEDITAR LAS 24 HORAS DE LA PASIÓN Queridos hermanos; Todo Cristiano, está llamado a imitar a Cristo, y para imitarlo, antes hemos de conocerlo, conocer cual fue su vo- luntad e intenciones de su vida y obras. En las 24 Horas de la Pasión, nuestro Señor, nos da a conocer cuál fue su voluntad e intenciones, es decir, que sufrió, para que sufrió y que reparó en cada sufrimiento. No se trata hermanos, de dar una lectura a la Pasión de Nuestro Señor, sino meditar, para ser conscientes, que Él mismo diseñó sus sufrimientos y que “Su Voluntad”, es poder reparar al Padre Eterno, de todos y cada uno de la mul- titud de pecados cometidos por el hombre y “Su Intención”, liberar sus almas de la condenación. Conocer a Cristo en su Pasión hermanos, significa ave- riguar que sufrió, para que sufrió y que reparó en cada sufrimiento, sólo así podremos unirnos con el e imitarlo, ha- ciendo nuestras su voluntad e intención. De este modo, pon- dré mi voluntad e intención junto a las suyas, y unidas, repetir su vida de Redentor. En Dios, hermanos, no existe pasado, presente ni fu- turo, sino un acto único continuo y por ello, ser conscientes que la pasión continua -no pasó- está pasando, y, al unirnos a Él, compartimos sus padecimientos y también los efectos de la reparación, y con ella, la liberación de las almas de la condenación. Como le dice Jesús, a la sierva de Dios, en el libro 11 párrafo 50 el 24 de marzo de 1913 …“Hija mía, a mi querida Mamá nunca se le escapó el pensamiento de mi Pasión, y a fuerza de repetirla se llenó toda, toda de Mí. Así sucede al alma, a fuerza de repetir lo que Yo sufrí viene a llenarse de Mí”. También en el libro 11 párrafo 82, el 4 de noviembre de 1914, le dice: “Hija mía, si tú supieras la gran complacencia que siento al verte repetir estas horas de mi Pasión, y siempre repetirlas, y de nuevo repetirlas, quedarías feliz. Es ver- dad que mis santos han meditado mi Pasión y han com- prendido cuánto sufrí y se han deshecho en lágrimas de compasión, tanto, de sentirse consumar de amor por mis penas, pero no lo han hecho así de continuo y siempre repetido con este orden, así que puedo decir que tú eres la primera que me da este gusto tan grande y especial, y al ir desmenuzando en ti hora por hora mi Vida y lo que sufrí, Yo me siento tan atraído, que hora por hora te voy dando el alimento y como contigo el mismo alimento, y hago junto contigo lo que haces tú. Debes saber que te recompensaré abundantemente con nueva luz y nuevas gracias, y aun después de tu muerte, cada vez que sean hechas por las almas en la tierra estas horas de mi Pasión, Yo en el Cielo te cubriré siempre de nueva luz y gloria”. La meditación de la Pasión Santísima de nuestro Señor Jesucristo produce bienes inestimables en quien la hace diariamente. Esta meditación enciende el alma de amor y gratitud; produce la verdadera y perfecta contrición de los pe- cados, esto es, el arrepentimiento no por temor a los casti- gos, temporales o eternos, sino por el motivo del puro amor a Dios; desapega de las cosas terrenas; aleja el pecado, el cual no puede subsistir con esta santa meditación; mortifica sin violencia y por vía de amor las pasiones; purifica el espí- ritu; infunde la ciencia y la sabiduría, suscita grandes deseos de perfección; fortifica al alma en el sufrimiento; aumenta de día en día la gracia santificante; acelera la perfecta unión con Dios..