Diagnostico De La Situacion De Las Mujeres
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DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES AFRODESCENDIENTES DE LA COSTA DE OAXACA CIESAS 2011 DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES AFRODESCENDIENTES EN LA COSTA DE OAXACA CIESAS-Pacífico Sur Coordinación: Dra. Paola María Sesia Equipo de Investigación: Antrop. Mara Dolores Alfaro Antrop. Karla Ruiz Oscura Mtra. Adriana Zentella Chávez Oaxaca, Oaxaca, Diciembre 2011 ÍNDICE 1. Antecedentes, justificación y planteamiento del problema 2. Objetivos del diagnóstico 3. Contexto regional y universo de estudio 4. Marco teórico 5. Metodología 6. Análisis cuantitativo 7. Contexto municipal 8. Análisis situación mujeres 9. Talleres de diagnóstico participativo 10. Conclusiones 11. Bibliografía citada 12. Anexos 2 ANTECEDENTES, JUSTIFICACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Elaborar un diagnóstico sobre la situación de las mujeres afrodescendientes de la Costa de Oaxaca constituye un gran reto por diversas razones. En los últimos años, organizaciones civiles y de base, académicos y organismos internacionales se han interesado en visibilizar a las poblaciones afrodescendientes en distintos países de América Latina;1 ejemplo de ello es el haber declarado la UNESCO el 2011 Año Internacional de los afrodescendientes. Sin embargo y a diferencia de otros países latinoamericanos, en México existen vacíos fundamentales, ya que la población afrodescendiente no tiene un reconocimiento constitucional o jurídico como grupo social colectivo diferenciado,2 ni presenta rasgos culturales, identitarios o lingüísticos que los separen de manera marcada del resto de la población mayoritariamente mestiza del país; esto, a diferencia de los pueblos indígenas. Se desconoce además el número de la población que se autoadscribe como tal, y es apenas un fenómeno incipiente el surgimiento de un movimiento social y político colectivo en la región que reivindica raíces históricas y socioculturales afro, y que podría (o no) en un futuro desembocar en demandas colectivas de reconocimiento identitario propio y de un estatus étnico diferenciado. El peso abrumador del pasado indígena, el sistema de valores asociado con el indigenismo, la presencia preponderante del mestizo en la sociedad mexicana --debido al proceso acelerado del mestizaje desde la Colonia-- y el miedo a admitir la existencia del racismo, han limitado el reconocimiento de la presencia africana en México.3 Para 1 Término empleado a partir de la Conferencia Internacional contra el Racismo y la Xenofobia (Durban,2001), citado en Hoffman (2006) 2 La Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Oaxaca, aprobada por el H. Congreso del Estado el 17 de junio de 1998, es la única en la materia y en el país, que reconoce a las “comunidades afromexicanas” en la composición étnica y plural actual del estado. 3 “La naturaleza tabú del tema ha sido determinante para suprimir la aceptación abierta de la negritud así como para subvertir cualquier esfuerzo de investigación…además el tema de la diferenciación racial amenaza algunas de las premisas fundamentales que operan en las democracias raciales como la de México…donde supuestamente todos son iguales sin importar la raza y cualquier discriminación se entiende como producto de las diferencias de clase... la mayoría de las democracias raciales 3 muchos de los especialistas en el tema, lo anterior ha resultado en su negación histórica en la conformación del estado multicultural, constituyéndose en uno de los pilares del debate actual en torno a su reconocimiento. Lo anterior ha tenido consecuencias en el registro oficial de población negra o afrodescendiente. Durante la Colonia y posteriormente en el siglo XIX se hicieron varios censos y padrones para conocer las características de la población y se supone que a partir de la Independencia se prohibió la práctica de clasificar “racialmente” (Correa y Velázquez, 2007). Sin embargo, como muestran estos autores quienes hallaron un censo de 1890, precisamente de un municipio de la Costa Chica de Oaxaca, el criterio racial se siguió utilizando.4 Durante el siglo XX, las estadísticas oficiales sólo distinguen a la población indígena, bajo el criterio del idioma –hablantes de lengua indígena—y es sólo hasta el último censo del 2010 que se suma a este criterio el de la autoadscripción. De tal forma que los afrodescendientes han quedado invisibilizados en el resto de la población registrada y/o declarada no indígena. Asimismo, para las organizaciones sociales de la región de la Costa que buscan el reconocimiento de la población afrodescendiente, su registro por medio de la autoadscripción se ha convertido en una prioridad.5 Sin embargo, aún queda por verse si las mismas poblaciones afrodescendientes—o algunos sectores específicos entre ellas— logren o quieran apropiarse plenamente de estas demandas sociales y políticas en los años venideros; dependiendo de los beneficios sociales, económicos y/o políticos que pueda aportar el constituirse en un movimiento colectivo, con fronteras identitarias marcadas frente a las poblaciones mestizas e indígenas de la región. latinoamericanas destacan el alto nivel de mezcla racial de sus poblaciones”(Vinson III y Vauhhn, 2004:16). 4 En este censo referido para el municipio de Pinotepa Nacional, las autoras señaladas, encontraron que se distinguen 4 razas: indios, negros, mestizos y blancos (Correa y Velázquez, 2007:81) 5Desde el 2003 diversas organizaciones de la región en alianza con académicos se propusieron avanzar en este aspecto y este año se comenzó a levantar un censo en la zona que incorpora el criterio de autoadscripción. También en octubre de este mismo año, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) inició un proceso de consulta en diversas localidades con la misma finalidad. 4 En lo que respecta a los estudios sobre la población negra en México, éstos también se han visto limitados por la invisibilidad histórica a la que fue sometida, así como al papel fundamental del indigenismo en la construcción de la política identitaria nacional centrada en el mestizaje de la mayoría y la diferenciación étnica de los grupos, comunidades y regiones indígenas del país. Los primeros trabajos “formales” aparecieron en los años cuarenta, y hasta hoy en día, y comparativamente con las investigaciones sobre los diversos grupos indígenas del país, siguen siendo escasos. No obstante, estos trabajos--principalmente de corte histórico, antropológico y etnográfico--constituyen la base del abordaje adoptado por la investigación en el tema en los últimos años.6 Los trabajos más enfocados en elaborar un marco conceptual y metodológico para la investigación de la población negra actual, plantean un tema central y complejo, que es el de la identidad; tema en donde aún no existe un consenso en cuanto a su definición “étnica” y a las categorías identitarias.7 Estos trabajos, lejos de conducirnos a premisas generales o a categorizaciones “nominalistas (cf. Hofmann, 2006), sugieren el acercamiento a los contextos locales y regionales específicos donde se producen y reproducen las condiciones objetivas y subjetivas imbricadas entre sí en su construcción; y en el cual es posible observar las diversas expresiones identitarias (individuales y colectivas) que diferencian o asemejan a las poblaciones afrodescendientes de/a otros grupos sociales no negros, en espacios y situaciones concretas. 6 Ben Vinson III y Bobby Vaughn en su libro Afroméxico ofrecen un panorama detallado sobre el desarrollo de las investigaciones de la población negra en México hasta nuestros días, sustentado en una amplia bibliografía. 7 Odile Hoffmann, por ejemplo, se pregunta “si el concepto de ‘etnicidad’ es el más adecuado para dar cuenta de las dinámicas identitarias actuales de las poblaciones negras o morenas y cuáles son los actores y los discursos que lo utilizan en ese sentido…ya que las poblaciones afromexicanas parecen estar menos interesadas en definir su ‘calidad étnica’ que denunciar la discriminación de la cual son objeto y reclamar el reconocimiento de su identidad ‘mexicana’ cuestionada con frecuencia por sus conciudadanos” (Hoffmann,2006:104). Esta autora propone que la reivindicación de su diferencia puede ser interpretada de manera más apropiada en términos de identidad colectiva más que étnica. 5 En este sentido, es necesario subrayar que, en el caso de las poblaciones afrodescendientes de la costa de Oaxaca, éstas al igual que las indígenas, viven en las áreas rurales y urbanas de mayor pobreza y rezago social del estado. Problemáticas comunes en cuanto a bajos niveles de educación, acceso limitado a servicios de salud, escasos ingresos, desempleo y migración, entre otras, las sitúan dentro de los sectores de población en condición de mayor vulnerabilidad social y económica. Y como ha sido documentado en el ámbito indígena, en estos contextos las condiciones de desigualdad e inequidad entre hombres y mujeres se pueden acentuar y lograr expresarse en múltiples formas de subordinación, discriminación y hasta violencia ejercidas contra éstas.8 Particularmente, en el caso de la región de la Costa Chica, subyace una estructura social, económica y política altamente jerarquizada y polarizada, con fuertes raíces históricas (por ejemplo el caciquismo, que tiene como base la concentración del poder económico y político en un reducido sector de la población) pero también como resultado de procesos más recientes asociados al modelo de desarrollo neoliberal y a la globalización. Es en este espacio donde, en ciertos contextos locales específicos, las desigualdades de clase, género