La Escuela Rural Federal En Un Pueblo Afrodescendiente De La Costa Chica De Oaxaca
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La Escuela Rural Federal en un pueblo afrodescendiente de la Costa Chica de Oaxaca. Erick Fuentes Horta.1 Resumen El presente artículo narra vicisitudes del proceso de establecimiento de la Escuela Rural Federal en la comunidad afrodescendiente de Collantes durante la década de 1930, periodo en el que comienza a consolidarse el proyecto educativo nacional, caracterizado por su gran difusión a nivel territorial y por aplicar políticas de carácter sociocultural con el objetivo de integrar económica y culturalmente a la población del país al contexto nacional para consolidar el Estado posrevolucionario. Se centra particularmente en las actividades que el maestro rural realizó para establecer y consolidar la escuela rural, donde el maestro y la misma escuela representaron ser una novedad para la comunidad. Collantes y su población Collantes es una localidad costera que se encuentra a veinte kilómetros al sur de la cabecera municipal de Santiago Pinotepa Nacional, de la cual depende administrativamente.2 A escasos kilómetros de las playas del Océano Pacífico se encuentra el pueblo afrodescendiente de Collantes, dentro de la húmeda planicie costera y a un costado de las aguas del río La Arena. Municipio de Santiago Pinotepa Nacional. 1 Escuela Nacional de Antropología e Historia. 2 De acuerdo con el Conteo de Población y Vivienda 2005, Collantes tiene con una población total de 2,167 habitantes. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. De acuerdo con historiadores y antropólogos la población afrodescendiente de la Costa Chica,3 región dentro de la cual se encuentra ubicado el pueblo de Collantes, llegó en diferentes momentos y circunstancias luego de haberse fundado en esa región la primera villa de españoles en 1522 por Pedro de Alvarado (véase: Aguirre Beltrán, 1989; Martínez Gracida, 1883, 1907; Takahashi, Hitoshi, 1981; Atristáin, 1964). Por otro lado, de acuerdo con los viejos de Collantes,4 fue entre 1820 y 1830 cuando llegaron las primeras familias afrodescendientes que dieron origen al pueblo. Según su historia oral, con la llegada de un español llamado Manuel Collantes, 5 de quien se toma el nombre del pueblo, se establecieron las primeras familias afrodescendientes como trabajadores libres, para explotar tierras de la finca La Guadalupe, propiedad del español Cosme del Valle (Rojas, 2007).6 Desde ese momento y tras la instalación de una desmontadora de algodón a finales del siglo XIX,7 la oferta de trabajo en las tierras de la finca La Guadalupe fungió como imán que atrajo a diferentes familias, quienes emigraron de otros pueblos afrodescendientes (Estancia Grande, Tapextla y Santo Domingo Armenta en Oaxaca; Ometepec y Cuajinicuilapa, en Guerrero) para instalarse más cerca de la costa, donde había trabajo en la siembra y cosecha de algodón. […] aquí nací […] Mi mamá pues de Santo Domingo Armenta, eran negros de los Corcuera. Ya mi papá era de Ometepec, de por allá de Guerrero […] mi abuelo era de Santo Domingo, de por allá de los Corcuera […] Se vinieron cuando ya comenzó a trabajar esta máquina. Ya toda la gente se recargó para acá, pacá se vinieron todos a vivir. Si pues, con eso. Aquí tenían todo, había dinero, había todo, decían Collantes, ándenle, pacá, pacá toda la gente […].8 3 La región de la Costa Chica es un espacio continuo que se sitúa sobre la franja costera del Océano Pacífico, entre los puertos de Acapulco, en el estado de Guerrero, y Santa María Huatulco, en el estado de Oaxaca. En el estado de Oaxaca comprende los municipios de Jamiltepec, Juquila y Pochutla. Las condiciones fisiográficas diferenciadas posibilita que existan diversos pisos ecológicos (Ziga, 2004; 13). 4 En la localidad se llama así a las personas de la tercera edad, quienes saben y narran la historia del pueblo. Ante preguntas sobre el pasado de Collantes es común que los collanteños contesten que los viejos de Collantes, que ya son pocos, son los que saben. 5 El nombre de Collantes se hace oficial en el periodo posrevolucionario. Documentos del AHSEP de 1926 se refieren a la localidad como la ranchería o cuadrilla de Collantes. Durante el periodo revolucionario en la región, entre 1911 y 1916, se refieren a esta localidad como la “Finca la Guadalupe”, o “Guadalupe”. 6 Información recompilada por el Comité de Cultura de la Casa del Pueblo de Collantes, presidido por Leoncio Rojas. 7 En 1870 el estadounidense John A. Smith, sería el mayor productor de algodón en la región de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. Dentro de una extensión de 125 000 hectáreas, el hacendado instaló 11 desmontadoras de algodón, desde Nexpa, Guerrero, hasta Jamiltepec, Oaxaca, donde dio trabajo, en tierras prestadas, a población mayoritariamente afrodescendiente, sin cobrarles o aceptando una cantidad simbólica por la ocupación de la tierra, pero obligándolos a vender la fibra a sus agentes o dependientes; provocando que los pueblos negros nunca pudieran alzarse con las cosechas y partir hacia otras jurisdicciones, quedando, desde entonces, sujetos a la tierra (Aguirre Beltrán; 1989). 8 Conversación con Victoriano Ayona, febrero de 2010. Ruinas de finca Guadalupe, 2010. En su interior se encontraba la máquina desmontadora de algodón. Foto del autor. En 1916, el pinotepense Darío Atristáin, en una relación sobre datos estadísticos y geográficos de Santiago Pinotepa Nacional, informaba al señor Gral. Brigadier Juan José Baños, que la finca La Guadalupe, con desmontadoras de algodón, fábrica de aceites y jabones y criaderos de ganado mayor, ubicada en lo que hoy es Collantes, seguía funcionando a pesar de las incursiones de las “chusmas zapatistas” (Atristáin; 1964:11), gracias a la defensa que de ella hacen los pobladores; quienes, “de raza negra”, forman la mayor parte de la tropa de resistencia en el distrito, debido, señalaría Don Darío Atristán, “tanto por su carácter belicoso y el gusto por la portación de armas, cuanto porque cuando las cosechas se pierden, no tienen ya qué cuidar, y de soldados están en su elemento y tienen asegurada la subsistencia” (Ibíd.). Durante mucho tiempo y debido a su cercanía con Puerto Minizo, la finca La Guadalupe, desde su establecimiento a principios del siglo XIX, ofreció trabajo a varias generaciones de familias afrodescendientes, hasta que dejó de funcionar entre 1955 y 1960.9 Por tal razón, se entiende hoy en día 9 En el Puerto Minizo se embarcaba la pluma de algodón, carne de res deshidratada, jabón, azúcar, gaseoso, entre otras cosas, para llevarlas al Puerto de Acapulco. Asimismo, ahí llegaban por barco mercancías para venderse en los pueblos circunvecinos como la por qué varias personas de la tercera edad señalan haber trabajado en la finca desde jóvenes, además de realizar labores domésticas y trabajo agrícola de autoconsumo. Los hombres dedicados a la siembra, cosecha y elaboración de pacas de algodón, así como el transporte de las mismas hacia Puerto Minizo, y la labor de carga y descarga de los barcos con diferentes productos de la región. Entre las mujeres las actividades eran las tareas domésticas, el acarreó de agua, salitre, cuidado de los menores de edad. En la finca no cesaba el movimiento, donde hombres y mujeres, también despepitaban el algodón con las manos, hacían jabón, cuidaban el ganado y se encargan de los cocotales. Se vivía bien, había de todo, se ganaba dinero y a veces no había en qué gastarlo, por lo cual se guardaba o se enterraba.10 PUERTO MINIZO, 1928. (Pérez Sánchez,2009). Por tal motivo, cuando la escuela pública llegó al pueblo de Collantes en la década de 1930 y aunque los maestros insistieran en el carácter obligatorio de la educación primaria, la labor en el aula se vio obstaculizada por el hecho de que para los padres era necesario que los niños trabajaran, ya sea despepitando algodón, en labores domésticas y/o agrícolas; además la alfabetización era poco atractiva debido a la falta de coherencia práctica con la vida de la costa. No obstante, la labor del maestro no se limitó al aula escolar, sino que desarrolló acciones más amplias que facilitaron la aceptación de la escuela entre los afrodescendientes. manta, mandiles, casimires, prendas de vestir, de mujer, de hombre, calzado, sombreros, etc. Conversación con Evencio, febrer o de 2010. 10 Conversación con Victoriano Ayona y Griselda Bacho, febrero de 2010. II. El establecimiento de la Escuela Rural en Collantes En un informe oficial de la tercera década del siglo XIX, un maestro da noticia de las catorce Escuelas de Primeras Letras que estaban establecidas en los principales pueblos del distrito de Jamiltepec, como Juquila, Tututepec, Huazolotitlán, Tetepec, Mechoacán, Chayuco, San Lorenzo, San Juan Colorado, Pinotepa de Don Luis y Pinotepa del Estado, (hoy Santiago Pinotepa Nacional). A estas escuelas, “mal servidas”, asistía principalmente población mestiza y eran mantenidas por los padres de familia y por la municipalidad.11 La presencia de la población afrodescendiente en estas no fue algo generalizado, ya que esta población habitaba principalmente en rancherías o cuadrillas cerca de la costa, en localidades apartadas de las cabeceras municipales y donde no era común que hubiera escuelas públicas durante el siglo XIX.12 Debido a que a partir de la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1921 (SEP), los censos escolares e informes oficiales que realizaban los maestros rurales se utilizaba la categoría “raza” para clasificar a la población escolar a la que se daría instrucción y, por otro lado, que los maestros e inspectores de la región costa de Oaxaca distinguían a la población en tres razas: mestiza, de “raza mixteca” y “negros”, de “raza negra” o “raza africana”, podemos saber que se estableció una Escuela Rural Federal en Collantes y entre su población afrodescendiente a principios de la tercera década del siglo XX, casi cien años después de que se documentó el establecimiento de la Escuela de Primeras Letras que daba instrucción a los mestizos en las principales ciudades rurales de la región, como Santiago Pinotepa Nacional y Santiago Jamiltepec.13 Ante la pregunta sobre el nombre de algunos profesores que atendieron la escuela del pueblo, los viejos de Collantes mencionan constantemente el nombre de un maestro: Elías Alarcón Díaz.