Colección Colección Medio Ambiente Medio Ambiente Los Montes Comunales s e t en n o m

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A R U D A M E R T X E

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S E L A N U M O C

S E T N O M

S O L JUNTA DE EXTREMADURA Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio

JUNTA DE EXTREMADURA

Los Montes Comunales en Extremadura historia viva de nuestros montes

JUNTA DE EXTREMADURA

"Vamos, Sancho hijo —respondió don Quijote—, y en albricias destas no esperadas como buenas nuevas te mando el mejor despojo que ganare en la primera aventura que tuviere, y si esto no te contenta, te mando las crías que este año me dieren las tres yeguas mías, que tú sabes que quedan para parir en el prado concejil de nuestro pueblo."

Miguel de Cervantes . Don Quijote de La Mancha (Parte II, cap.X) Edita : Publicaciones de la CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RURAL, POLÍTICAS AGRARIAS Y TERRITORIO Avenida Luis Ramallo s/n - 06800 MÉRIDA http://www.juntaex.es

Autores : Eusebio Bermejo Bello / Juan Pedro Enrique Rabazo / Jesús García Pérez / María del Carmen Gil Durán / Juan Manuel Julián Hernández / Francisco Javier Martín Colome / Ana María Montalvo Frías / Soledad Pérez Lema / Jesús Ramos Medina / Juan Jesús Sánchez Alcón / Universidad Popular de Esparragosa de Lares

Fotos : Manuel Alfageme Benítez-Cano / Ayuntamiento de Monroy / Enrique Santiago Balbuena Gutiérrez / Francisco Miguel del Barco Collazos / David Blázquez Martín / Santiago Fraile Bueno / Jesús García Pérez / María del Carmen Gil Durán / María Gómez Pizarro / Manuel Alfredo González Guerrero / Andrés González Picado / Julio Grueso López / Juan Manuel Julián Hernández / Alfonso Jurado Varela / Ángel Prado Movilla / Fernando Javier Pulido Díaz / Jesús Ramos Medina / Juan Jesús Sánchez Alcón / Pedro Francisco Santos Sánchez

COORDINACIÓN TÉCNICA: Ana Mª Montalvo Frías Joaquín Polanco Noain Jesús Ramos Medina

COORDINACIÓN DE TEXTOS Y CORRECCIÓN DE ESTILO: Sara Espina Hidalgo Jesús Ramos Medina

DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Mª Carmen Regalado González

© De los textos: los autores

© De las fotografías: los autores

DEPÓSITO LEGAL: BA-000741-2018

ISBN: 978-84-8107-095-8

IMPRIME: Editorial MIC

Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la debida autorización. Los Montes Comunales en Extremadura historia viva de nuestros montes

JUNTA DE EXTREMADURA Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio

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ÍNDICE Página

PRESENTACIÓN ...... 13 PRÓLOGO ...... 15

INTRODUCCIÓN ...... 17

COMARCAS CÁCERES ...... 31 Caminomorisco (Sierra de Caminomorisco ) ...... 32 Casares de Hurdes (Dehesa de Casares ) ...... 34 Ladrillar (Comunal del Valle de Ríomalo ) ...... 36 Nuñomoral (Sierra de Nuñomoral ) ...... 38

Sierra de Gata ...... 41 Acebo (Dehesa Boyal de Jálama - Egidos de Acebo ) ...... 42 Cilleros (Dehesa Boyal ) ...... 44 Gata (Baldío Cabril - Egido Helechoso - Sierra ) ...... 46 Hernán Pérez (Majada y Bardal ) ...... 50 Hoyos (Moncalvo, Llanos y Lameros ) ...... 52 San Martín de Trevejo (Jálama ) ...... 54 Santibáñez El Alto (Dehesa Boyal ) ...... 56 Torre de Don Miguel (Egido - Monte y Sierra - Dehesa Boyal - Dehesa Aliseda ) ...... 58 Torrecilla de los Ángeles (Dehesa Boyal de Arriba ) ...... 62 Valverde del Fresno (Agachados - Besádiga - Fumadel - Lapachales - Condados - Salvaleón - Valdefornos - Valle de la Venta ) ...... 64 Villasbuenas de Gata (Peralejos - Dehesa de Piedra y Llanos de Doña Pascua ) ...... 68

Trasierra-Tierras de Granadilla ...... 71 Jarilla (Dehesa Boyal - Dehesa La Gallina ) ...... 72 Santibáñez El Bajo (Dehesa Boyal de Santibáñez El Bajo ) ...... 74 Villar de Plasencia (Dehesa Valle Navarredonda y Fresneda ) ...... 76

Ambroz ...... 79 Baños de Montemayor (La Olivilla - Mata Agotada - Mata Gatos - Montecillo - La Pellejera ) ...... 80 Casas del Monte (La Sierra ) ...... 84 Gargantillla (El Palancar ) ...... 86 Segura de Toro (Dehesa Peña Alta Municipal ) ...... 88 8

Página

Valle del Jerte ...... 91 Casas del Castañar (Dehesa Boyal de Casas del Castañar ) ...... 92 El Torno (Dehesa Boyal ) ...... 94 Valdastillas (Dehesa Boyal ) ...... 96

La Vera ...... 99 Aldeanueva de (Marradas del Coto ) ...... 100 Arroyomolinos de La Vera (El Baldío ) ...... 102 Cuacos de Yuste (Coto ) ...... 104 Garganta la Olla (Cotos y Entrecotos ) ...... 106 Guijo de Santa Bárbara (Coto ) ...... 108 Jarandilla de La Vera (Coto - Dehesa Boyal de Jarandilla de La Vera ) ...... 110 Losar de La Vera (Sierra - Robledo ) ...... 114 Tejeda del Tiétar (Dehesa Boyal ) ...... 118 Viandar de La Vera (Marradas ) ...... 120 Villanueva de La Vera (Labrado del Señor ) ...... 122

Valle del Alagón ...... 125 Aceituna (Dehesa Boyal y Hondo de Valdelacanal ) ...... 126 Calzadilla (Dehesa El Rebollar - Dehesa La Zarzuela ) ...... 128 Casas de Don Gómez (Dehesa Boyal ) ...... 132 Casillas de Coria (Dehesa Boyal ) ...... 134 Ceclavín (Dehesa Boyal ) ...... 136 Guijo de Coria (Dehesa Boyal ) ...... 138 Guijo de Galisteo (Dehesa Boyal ) ...... 140 Montehermoso (Dehesa Boyal ) ...... 142 Pescueza (Dehesa Boyal ) ...... 144 Portaje (Dehesa Boyal ) ...... 146 Torrejoncillo (Dehesa Boyal ) ...... 148 Valdeobispo (Dehesa Boyal ) ...... 150 Zarza La Mayor (Ejido Patero ) ...... 152

Monfragüe ...... 155 Jaraicejo (Dehesa Boyal de Jaraicejo - Egido Gansero ) ...... 156 Pedroso de Acim (Berrocal ) ...... 160

Campo Arañuelo ...... 163 Belvís de Monroy (Dehesa Boyal ) ...... 164 El Gordo (Dehesillas y Ventas ) ...... 166 Millanes de la Mata (Dehesa Boyal ) ...... 168 9

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Alcántara ...... 171 Alcántara (La Recobera - La Fraila - Cabezos ) ...... 172 Arroyo de la Luz (Dehesa Luz ) ...... 174 Casar de Cáceres (Monte del Casar ) ...... 176 Hinojal (Dehesa Boyal ) ...... 178 Malpartida de Cáceres (La Zafrilla ) ...... 180 Mata de Alcántara (Montosa y Giralda ) ...... 182 Monroy (Cerca del Radio - Parapuños del Águila - Términos de Abajo - Términos de Arriba ) ...... 184 Navas del Madroño (Dehesa Boyal ) ...... 188 Piedras Albas (Dehesa Boyal de Piedras Albas ) ...... 190 Santiago del Campo (Dehesa Boyal ) ...... 192 Talaván (Camacho - Dehesa Boyal ) ...... 194 Villa del Rey (Dehesa Boyal ) ...... 198

Miajadas-Trujillo ...... 201 Abertura (Dehesa Boyal ) ...... 202 Campo Lugar (Las Milaneras ) ...... 204 Conquista de la Sierra (Dehesa Boyal ) ...... 206 Garcíaz (Pasafríos ) ...... 208 Ibahernando (Dehesa Boyal Las Mezquitas ) ...... 210 Puerto de Santa Cruz (Dehesa Boyal ) ...... 212 Santa Cruz de la Sierra (Dehesa Pesqueruela ) ...... 214

Villuercas-Ibores Jara ...... 217 Alía (Dehesa Boyal ) ...... 218 Navalvillar de Ibor (Dehesa Valle de Ibor y Trasierra ) ...... 220

Sierra de Montánchez ...... 223 Aldea del Cano (Dehesa Boyal ) ...... 224 Arroyomolinos (Dehesa La Vera ) ...... 226 Botija (Dehesa Boyal ) ...... 228 Plasenzuela (La Jarilla ) ...... 230 Ruanes (Dehesa Boyal ) ...... 232 Salvatierra de Santiago (Dehesa Boyal ) ...... 234 Santa Ana (Dehesa Boyal ) ...... 236 Sierra de Fuentes (Dehesa Boyal Sierra de Fuentes ) ...... 238 Torre de Santa María (Dehesa Boyal ) ...... 240 Torremocha (Dehesa Boyal ) ...... 242 Torrequemada (Dehesa Boyal ) ...... 244 10

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BADAJOZ Tierra de ...... 247 Alburquerque (Baldíos de Alburquerque ) ...... 248 (El Chaparral ) ...... 250 (Dehesa Boyal ) ...... 252

Tierra de Mérida y Vegas Bajas ...... 255 La Garrovilla (Las Jarillas ) ...... 256 La Roca de la Sierra (Dehesa Boyal ) ...... 258

Vegas Altas ...... 261 Acedera (Baldío o Ejido - Dehesa Boyal ) ...... 262 Cristina (Dehesa Boyal de Cristina ) ...... 266 Madrigalejo (Dehesa Boyal ) ...... 268 Manchita (Dehesa de la Mancha ) ...... 270 Medellín (Sierra de Yelbes ) ...... 272 Orellana La Vieja (Ejido y Sevellar ) ...... 274

La Siberia ...... 277 Esparragosa de Lares (Ejido ) ...... 278 Helechosa de los Montes (Hojas Comunes Dehesa Boyal y Ejido - Hojas Comunes y Raña de Las Lagunas ) . . . 280 Herrera del Duque (Dehesa Boyal de Herrera del Duque ) ...... 282 Siruela (Dehesa Fernán Núñez - Dehesa Las Rañas ) ...... 284 Talarrubias (Dehesa Boyal - Ejido ) ...... 286

Llanos de Olivenza ...... 289 Alconchel (La Cobanada ) ...... 290 Almendral (Dehesa Boyal del Medio o En Medio ) ...... 292 Cheles (Dehesa Boyal La Coitada ) ...... 294 Nogales (El Novillero ) ...... 296 Táliga (Ejido ) ...... 298 Torre de Miguel Sesmero (Dehesa Los Espartales ) ...... 300 Villanueva del Fresno (Bienes Comunales ) ...... 302

Tierra de Barros ...... 305 Hinojosa del Valle (Ejido ) ...... 306 Palomas (Terrenos comunales) ...... 308 Santa Marta de los Barros (La Dehesilla ) ...... 310 11

Página

La Serena ...... 313 Esparragosa de La Serena (Dehesa Boyal Cien Fanegas ) ...... 314 Magacela (Dehesa Boyal de Magacela ) ...... 316

Sierra Suroeste ...... 319 Fregenal de la Sierra (Quiñones - El Mocho - Dehesa Boyal ) ...... 320 Jerez de los Caballeros (Dehesa Boyal ) ...... 322 Oliva de la Frontera (Campo de Oliva ) ...... 324 Salvaleón (Monte porrino ) ...... 326 Valencia del Mombuey (Baldío o Campos de Valencia ) ...... 328 Valle de Matamoros (Mata de Abajo - Mata de Arriba - Ejido ) ...... 330

Zafra-Río Bodión ...... 333 Atalaya (Dehesa Boyal ) ...... 334 La Morera (Dehesa Boyal ) ...... 336

Campiña Sur ...... 339 Ahillones (Dehesa Boyal - Ejido Patinero ) ...... 340 Fuente del Arco (Baldío de Valdecigüeñas ) ...... 342 Llera (Dehesa Las Mil y Quinientas ) ...... 344 Maguilla (Ejido Patinero ) ...... 348 Reina (Cerro del Castillo - La Zorrera ) ...... 350 Valencia de las Torres (Dehesa Boyal de Valencia de las Torres ) ...... 352

Tentudía ...... 355 Bienvenida (Dehesa de Propios ) ...... 356 Cabeza la Vaca (Sierra Pedrera ) ...... 358 Segura de León (Cerro Gordo ) ...... 360

BIBLIOGRAFÍA ...... 363

GLOSARIO ...... 373 12 13

PRESENTACIÓN

Conocer nuestro pasado es la mejor manera de evitar que se repitan los errores cometidos y de recordar nuestros logros más notables rescatándolos, en ocasiones, de las tinieblas del olvido.

La historia de los montes comunales es un claro ejemplo del manto de silencio y abandono en la que ha estado sumergida una realidad social que alimentó durante siglos a millares de familias, y que constituyó un modelo de explotación agroforestal con muchos rasgos innovadores.

Para conocer los orígenes de los montes comunales nos tenemos que remontar a la Baja Edad Media, época en la que se produce el proceso de repoblación y ocupación de tierras del actual territorio extremeño con motivo de la Reconquista cristiana.

Gran parte de la superficie eran terrenos destinados para el aprovechamiento libre y gratuito de los vecinos. Topónimos como dehesa boyal , ejido , baldío , suertes , etc. hacen referencia a la existencia de un aprovechamiento comunal en algún momento de la historia. Muchos han sido los procesos y vicisitudes por los que han pasado estos terrenos, desde desamortizaciones, patrimonializaciones, pérdida del uso comunal por parte de los vecinos, etc. Con todo, todavía hoy queda una amplia representación de esta forma de gestión de la tierra en nuestra Comunidad Autónoma, así como en el resto de España.

Gracias al proyecto LIFE+comforest , sabemos que actualmente hay 170 montes con aprovechamientos vecinales en Extremadura, que ocupan una superficie superior a las 150.000 ha, de las cuales aproximadamente 84.000 ha pertenecen a Montes Catalogados de Utilidad Pública , unas 43.000 ha se ubican en Zonas de Especial Conservación para las Aves (ZEPA), 52.000 ha se ubican en Zonas de Especial Conservación (ZEC) y unas 3.600 ha corresponden a Espacios Naturales Protegidos . La población de los municipios en los que se localizan estos montes supera los 170.000 habitantes.

Con este Catálogo de montes comunales y otros terrenos de titularidad municipal con aprovechamiento vecinal, la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio pretende dar a conocer, por primera vez, estos bienes comunales presentes en nuestra región, teniendo como objetivo poner en valor su gran riqueza y variedad, ya que forman una parte inestimable del dominio público forestal español.

Detrás de nuestros montes comunales hay una historia y una intrahistoria , una herencia recibida de nuestros antepasados, una forma de organización, de subsistencia y un modo de vida. En nuestras manos está poner los medios para conservar este legado y que forme parte de nuestro futuro.

Begoña García Bernal Consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio 14 15

PRÓLOGO

Conscientes de la necesidad de conocer y defender los montes comunales, desde esta Consejería con competencias en materia de medio ambiente se presentó ante la Comisión Europea un Proyecto LIFE+, con los objetivos de identificar y caracterizar los montes comunales de Extremadura, y que obtuvo la aprobación por la Comisión Europea bajo el título LIFE+Comforest . Identificación, caracterización y gestión forestal sostenible de los montes comunales en Extremadura (LIFE12 ENV/ES/000148) .

Puede decirse que existe un desconocimiento del concepto de monte comunal de forma generalizada entre la población y además, en algunos casos, por parte de los sujetos directamente vinculados a estos montes: entidades locales y vecinos. Los montes comunales son terrenos forestales que, perteneciendo a las entidades locales, el aprovechamiento corresponde al común de los vecinos. Este régimen especial les diferencia del resto de montes públicos, pues la gestión que les corresponde llevar a entidades locales -también al órgano forestal autonómico en el caso de montes comunales catalogados de utilidad pública- debe respetar el citado derecho del que gozan los vecinos.

Estos montes forman parte del dominio público forestal y por tanto son inalienables, imprescriptibles e inembargables, tienen una forma de explotación ligada al territorio y, correctamente gestionados, son susceptibles de ser sostenibles, pues en la mayor parte de los casos se aprovechan en régimen extensivo.

El derecho de aprovechamiento del que gozan los vecinos en este tipo de terrenos, lleva aparejado el acceso a la tierra de una forma menos costosa que la que comportan otros regímenes de propiedad, salvando así una de las más importantes dificultades a las que se enfrentan la ganadería y la agricultura extensivas, actividades indispensables tanto para la gestión y la mejora de las especies y los hábitats protegidos (objetivos de la Red Natura 2000), como para el mantenimiento de sistemas agrarios de alto valor natural y de las externalidades ambientales positivas que unos y otros producen.

La existencia de montes comunales en Extremadura es una realidad, como lo es la relevancia que algunos de ellos tienen en el modo de sustento de numerosas familias debido al peso relativo que aún conservan los aprovechamientos tradicionalmente comunales (pastos, cultivos y leñas). Éste es el caso de algunos montes comunales de gran extensión superficial. En estos municipios, el conocimiento de la naturaleza jurídica de estos montes, así como de los derechos y deberes de los vecinos (tanto por quien administra el monte como por quienes son beneficiarios de los aprovechamientos) son una garantía para la persistencia de esta forma de explotación y para la defensa de la demanialidad de la que goza este tipo de terrenos.

En contraste con la situación y características de estos montes comunales de gran extensión en los que, tradicionalmente, los vecinos del municipio vienen aprovechando y haciendo uso de estas tierras, existen otros montes de naturaleza comunal cuyo contexto de supervivencia es muy distinto. Éste es el caso de montes de pequeña extensión y/o pertenecientes a municipios donde situaciones como la despoblación de zonas rurales o el abandono de los aprovechamientos tradicionalmente comunales, han derivado en una ignorancia generalizada de la naturaleza jurídica de algunos de estos terrenos y de los derechos y deberes que afectan a los distintos actores locales. Estos hechos ponen a estos montes en riesgo de sufrir una patrimonialización irregular o cuanto menos en peligro de perder su carácter comunal (y con ello demanial), en caso de que la alteración de su calificación jurídica se llevara a cabo por el procedimiento legalmente establecido. Por tanto, para proteger, conservar y fomentar tanto el derecho de aprovechamiento que tienen quienes ostentan la condición de vecinos, como la demanialidad de la que gozan estos montes, conviene trabajar de forma integral y en varios ámbitos. 16

Por otra parte, se ha de tener presente que las posibles medidas encaminadas a conservar este sistema de gestión y uso de la tierra, de forma indirecta, tendrían efecto sobre otros sectores y materias como son la defensa del patrimonio forestal público, la fijación de población al territorio, la conservación de los espacios, la protección de especies, el mantenimiento de los sistemas agroforestales de alto valor natural,...

Corresponde a las distintas administraciones públicas adoptar medidas legislativas, de gestión y de fomento o estímulo. Las primeras, necesarias para adecuar el régimen jurídico de estos bienes a la realidad y las necesidades actuales, y las restantes, para garantizar la sostenibilidad de los recursos. Allí donde existen, es muy interesante el papel que en la gobernanza de estos territorios juegan las entidades de gestión y participación ciudadana -como son las juntas gestoras-, por lo que debiera fomentarse su creación en aquellos lugares que carecen de estos órganos de gestión.

Entre las dificultades a las que se enfrenta esta parte del demanio forestal, está la ausencia de documentos actuales acreditativos de su naturaleza comunal, pues no llega a una tercera parte (51 de un total de 170) el número de montes que, teniendo aprovechamientos vecinales, cuentan inscritos como tales en los inventarios de bienes municipales o en los registros de la propiedad. El dato referido a la superficie es de sólo 67.904 ha respecto de un total de 151.096 ha.

En manos de los ayuntamientos está adoptar algunas medidas en cumplimiento de sus funciones de organización, administración y defensa de los montes comunales, siendo de las más relevantes desde el punto de vista de la gestión, la promulgación y aprobación de ordenanzas municipales.

En cuanto a los tipos de paisaje presentes en los montes comunales, destacan por superficie ocupada las formaciones arboladas, especialmente las de tipo adehesado, ligadas a los aprovechamientos tradicionalmente comunales, fundamentalmente los de pastos, cultivos forrajeros de secano y leñas. De estos tres, es generalmente el ganadero -el de pastos- el que prima sobre el resto. El aprovechamiento de leñas, aunque suele ser el de menor importancia económica, es de esencial relevancia por su marcado carácter social dentro del ámbito rural en el que se desarrolla.

Desde un punto de vista medioambiental y socioeconómico, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los montes comunales es la falta de regenerado en áreas de dehesa, lo que podría poner en riesgo la persistencia de su sistema de explotación, produciendo un empobrecimiento de la capacidad ganadera y un cese en las producciones actuales. A resultas de esta pérdida en la capacidad productiva puede emerger la ausencia de interés para su aprovechamiento y el riesgo de sufrir la patrimonialización “irregular”, o cuanto menos el riesgo de perder su carácter comunal. También podría esperarse una pérdida de biodiversidad en estos casos.

Finalmente señalar que en los montes comunales de nuestra región existen otros aprovechamientos forestales como son los de corcho, resina, setas, etc. y que además, cada vez son más habituales nuevas formas de explotación y uso, como las concesiones u ocupaciones para instalación de plantas solares, los cultivos agrícolas de regadío, el paso de líneas eléctricas, la instalación de antenas y repetidores de telefonía, etc. y/o los ligados a la actividad recreativa y turística en el medio natural. Este escenario, a la vez que exige medidas de adaptación al cambio por parte de todos los sujetos implicados (administraciones y vecinos), ofrece nuevas oportunidades para la población local.

Este Catálogo nos ofrece la oportunidad de conocer de primera mano un patrimonio forestal de gran valor, desconocido, y que bien gestionado, se podría incorporar como un elemento primordial en el motor de la economía de muchas zonas de Extremadura y para una mejor conservación de su espacio natural.

Pedro Muñoz Barco Director General de Medio Ambiente 17

INTRODUCCIÓN

1.- Introducción

Por su gran extensión y singular historia, algunos montes comunales de Extremadura son muy conocidos tanto en el ámbito de sus comunidades locales como fuera de su entorno. Es el caso de montes como Los Baldíos en Alburquerque (7.500 ha), Campo de Oliva en Oliva de la Frontera (10.000 ha), Campos de Valencia en Valencia de Mombuey (5.700 ha), Bienes comunales en Villanueva del Fresno (5.300 ha ),...

Desde el año 2014, el Servicio de Ordenación y Gestión Forestal de la Dirección General de Medio Ambiente viene trabajando en el proyecto LIFE+Comforest . Fruto de ese trabajo y como medio de difusión de sus resultados y conclusiones, se elabora el presente Catálogo, a través del cual se dan a conocer también aquellos montes comunales de pequeña superficie y aparente menor reclamo.

2.- La propiedad forestal colectiva y la definición legal de monte comunal

En España, la propiedad forestal colectiva ha evolucionado en diferentes contextos y situaciones socioeconómicas según las distintas épocas históricas, originando una variada casuística y confusión en los conceptos, ocasionado sobre todo por la existencia de derechos “de propiedad” y “de uso y aprovechamiento” de los montes, que pueden no concurrir en la misma persona o titular.

A grandes rasgos, en nuestro país pueden diferenciarse dos tipos de propiedad forestal colectiva, una pública -dentro de la que están incluidos los montes comunales- y otra privada -en la que se incluyen los llamados montes de socios y los montes vecinales en mano común-.

Son montes comunales los que perteneciendo a las entidades locales, su aprovechamiento corresponde al común de los vecinos (art. 79 de la Ley 7/1985 Reguladora de las Bases del Régimen Local y art. 2 del Real Decreto 1372/1986 por el que se aprueba el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales). En estos casos, los vecinos se benefician directamente de los productos generados por el monte (leña, carbón, pastos, bellota, ramón, corcho, resina,...), correspondiendo al ayuntamiento las funciones de gestión de estos aprovechamientos..

Los montes comunales, por su régimen de aprovechamiento ordinario (colectivo y gratuito), no procuran renta alguna a las tesorerías municipales, a diferencia de los montes patrimoniales o de propios que tienen un aprovechamiento excluyente y oneroso. En ambos tipos, comunales y patrimoniales, la titularidad es de la entidad local administrativa pero sólo en los primeros, el aprovechamiento corresponde a los vecinos. Es posible que montes, inicialmente de carácter patrimonial adquieran naturaleza comunal por afectación tácita si se adscribieran a un uso comunal durante más de 25 años (art. 8 del Real Decreto 1372/1986, de 13 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales). 18

Muchos montes actualmente comunales, o que lo fueron en el pasado, podemos reconocerlos por la perduración de topónimos con clara referencia a aprovechamientos colectivos: dehesas boyales , ejidos , baldíos , suertes , sobrante s, etc.

El régimen comunal de un monte conlleva una serie de repercusiones en forma de derechos y obligaciones que conciernen a las partes, y que afectan tanto a la entidad local titular como a los vecinos del municipio, así pues, y sin perjuicio de las competencias que ostenta el órgano forestal autonómico en aquellos montes que, aparte de ser comunales sean catalogados de utilidad pública, le corresponde al ayuntamiento:

- Administrar, gestionar, conservar, mejorar y regular los aprovechamientos. Elaborar y publicar para ello las normas precisas y velar por su cumplimiento. - Proteger los montes (potestad de investigación, deslinde y recuperación de oficio). - Inscribir los montes en el Inventario de Bienes Municipales y en el Registro de la Propiedad . - Distribuir los beneficios obtenidos entre los vecinos y/o reinvertirlos en el propio monte. - Respetar la proporcionalidad en la adjudicación de los aprovechamientos. 19

Y les corresponde a los vecinos:

- El derecho a acceder a información relativa al aprovechamiento del monte comunal. - El derecho a acceder a los aprovechamientos comunales. - El derecho a formar parte y participar de juntas vecinales u otros organismos de gestión. - El derecho a participar en los beneficios que se obtengan en los aprovechamientos con rendimientos pecuniarios (venta de madera, corcho,...). - El pago del canon exigido. - Conservar el monte y cumplir los requisitos exigidos en las ordenanzas o por la costumbre. - El uso del monte sin perjuicio del derecho de terceros. - Responder de los daños causados en el monte por ellos mismos y por sus ganados.

3.- Origen y evolución histórica del aprovechamiento comunal en Extremadura

Edad Media

En líneas generales podemos asociar el origen de los montes comunales a la Baja Edad Media, época en la que se produce el proceso de repoblación y ocupación de tierras del actual territorio extremeño con motivo de la Reconquista cristiana.

Los primeros datos referentes a los montes comunales en Extremadura se remontan a los siglos XII-XIII, con la conquista del territorio extremeño por los reyes cristianos, Alfonso IX y Fernando III 1. Datos generados y recogidos de una interesante cantidad de documentos jurídicos (cartas pueblas, fueros, etc.) 2, donde se recoge información sobre la nueva organización territorial de estas zonas.

De estos asentamientos, surgen nuevos terrenos (dehesas, baldíos y ejidos) en los que los diferentes aprovechamientos realizados sobre los mismos se presentan como único medio de vida y sustento familiar para los nuevos pobladores.

El origen del concepto de bien comunal está en que la comunidad vecinal era la titular dominical de los bienes y destinataria del aprovechamiento, ya que los patrimonios locales eran auténticas propiedades colectivas de los vecinos. El concejo o asamblea de vecinos, cuando existía, sólo era un órgano gestor.

A partir del siglo XV, comienza a producirse un ligero incremento demográfico que trae consigo la roturación de los montes para poder alimentar a la población. Se puede observar ya en estos momentos como los concejos comienzan a regular diversas actividades en el ámbito de su jurisdicción por medio de ordenanzas.

1 Fernando III culminará este proceso de reconquista por el sector oriental y meridional de la región a partir de 1234, quien cederá el protagonismo de la toma de los últimos bastiones almohades a la Orden de Alcántara y, sobre todo, a la de Santiago. Según se iban incorporando territorios a los reinos cristianos, se hacía evidente la necesidad de repoblar estas tierras con la doble intención de habitar y explotar extensos territorios vacíos y de favorecer así su defensa ante posibles nuevos ataques musulmanes. Este proceso fue lento y se prolongó hasta bien entrado el siglo XIV. En Extremadura la repoblación la realizaron principalmente las órdenes militares y la nobleza. Serán estas órdenes militares quienes desde el punto de vista jurisdiccional controlen gran parte del territorio extremeño repoblándolo mediante el sistema de encomiendas.

2 El rey Alfonso VII otorga la primera Carta Puebla que conocemos en la actual Extremadura, concedida a Coria en 1183, aunque en determinados territorios de la Península Ibérica estos fueros o cartas se venían concediendo desde el siglo IX con las primeras conquistas cristianas en el norte de la Península. 20

Siglos XVI y XVII

Durante estos siglos, el aumento demográfico se acentuará y con ello, la presión sobre los recursos forestales será aún mayor, provocando una generalización de las roturaciones, sobre todo en terrenos de baldíos y realengos. Las ordenanzas recogen la degradación y presión que se ejerce sobre los montes. Entre ellas hay que destacar las continuas pugnas con los ganaderos, a quienes pronto se les responsabiliza de esta degradación. Aparecen muchas denuncias que obligan a los ayuntamientos a garantizar la sostenibilidad de los recursos mediante multas a los infractores. Los usos forestales comenzarán a regularizarse mediante licencias, sin embargo, el grado de cumplimiento de éstas no debió ser muy efectivo. No faltarán ordenanzas que intenten promover la reconstrucción de los montes mediante siembra o plantación de nuevos árboles.

Siglo XVIII

Se producen los inicios de una política centralista, en la que el Estado empieza a tomar conciencia de la importancia que tiene la conservación de los montes. También en este siglo se dan los primeros pasos para tener una fiscalidad centralizada, que culminará años más tarde en la Desamortización civil de 1855, aunque ya en estos momentos, y con la fórmula de tasación y venta en pública subasta, se realizarán la venta de las dehesas de las Órdenes Militares (1745-1786), la Desamortización de los jesuitas (1767) y la de Godoy (1798-1808).

En este siglo, pese al desastre bélico de la Guerra de Secesión y sus nefastas consecuencias económicas y demográficas en Extremadura, se produce, debido al talante reformador de la nueva dinastía reinante, los Borbones, un leve incremento de la producción agrícola causado, no tanto por la introducción de mejoras técnicas, como por las roturaciones de tierras en desuso. También la cabaña ganadera experimentó una levísima mejoría gracias a la supresión de los privilegios de la Mesta. Según el Catastro de Ensenada, de los 131 millones de reales que rentaba Extremadura, el 70% lo proporcionaban las actividades agrícolas y ganaderas.

Entre la época del Catastro de Ensenada (1749) y la Desamortización de Madoz (1855) se intensificarán las roturaciones -muchas de forma ilegítima-, los repartos de suertes, las ventas de la Corona y los municipios, y las usurpaciones de terrenos baldíos y concejiles por algunos vecinos.

Siglo XIX y el fenómeno desamortizador

Este siglo supone un gran retroceso en la conservación de los montes, como consecuencia de la Ley de Desamortización Civil de Madoz en 1855. Esta Ley nace con el objeto de sanear la maltrecha economía estatal, consecuencia del desastre económico que provocó la Guerra de la Independencia y la necesidad de sufragar la construcción del ferrocarril. Para afrontar estos gastos, el Estado pone a la venta gran cantidad propiedades públicas municipales, muchas de ellas con aprovechamiento comunal.

La desamortización en nuestra región tuvo unas consecuencias graves en el mundo rural y especialmente en los montes. El latifundismo en Extremadura lejos de desaparecer se acentuó. La Ley, que supuestamente pretendía un beneficio económico para la sociedad, produjo que los terrenos fueran acaparados por unos pocos, por lo que la propiedad no pasó a los colectivos sociales. Esta disposición exceptuaba, en principio, a los bienes comunales, por lo que muchos ayuntamientos tuvieron que acreditar su condición de terrenos comunales al amparo de la Ley de 1 de mayo de 1855 en la que se dice que “Los terrenos que son hoy aprovechamiento común, previa declaración de serlo, hecha por el Gobierno, oyendo al Ayuntamiento y la Diputación provincial, oirá previamente al Tribunal Contencioso-Administrativo, o al cuerpo que hiciere sus veces, antes de dictar resolución” . 21

A pesar de todo, se enajenaron frecuentemente bienes comunales y algunos ayuntamientos se quedaron sin propiedades. Ante la presión de los vecinos, algunos alcaldes solicitaron la exceptuación de algún monte, principalmente para su dedicación al pastizaje del ganado de los vecinos. Para formalizar el expediente de exceptuación, el ayuntamiento necesitaba el título de propiedad, por lo que muchos procedieron de manera inmediata a registrar las fincas y a pagar el 20% de la tasación de la finca exceptuada. Todas estas solicitudes fueron tramitadas por la Oficina de Exceptuación de la Dirección General de Propiedades y Derechos del Estado, en el Negociado de Exceptuaciones Civiles. En otras ocasiones, ante la imposibilidad de paralizar la desamortización, algunos vecinos se organizaron y compraron en las subastas dichos bienes formando sociedades.

Los datos de venta arrojan que entre 1836-1895 se enajenaron 26.451 fincas en la provincia de Badajoz y 15.640 en la de Cáceres siendo la extensión vendida de unas 800.000 ha. Muchos de estos montes pasarían a ser talados y posteriormente, dedicados a la agricultura. Para Linares Luján, entre los años 1855-1900 se privatizaron 382.388 ha en la provincia de Badajoz y 694.492 ha en la provincia de Cáceres. 22

Siglo XX y el final del proceso desamortizador

El final de este proceso desamortizador vendría de la mano de la reforma del régimen local en 1924, con la promulgación del Estatuto Municipal por José Calvo Sotelo. Con ello se volvía a apostar por la descentralización a favor del municipio, por lo que se deroga definitivamente las leyes sobre la desamortización de los pueblos, hecho que paralizaría la venta de montes por el Estado de forma generalizada.

Los montes comunales continuarán teniendo problemas a lo largo de los siglos XX y XXI entre los que destacan algunos como: la confusión entre montes de propios y comunales, la patrimonialización irregular por parte de los ayuntamientos, la ausencia de inventarios fiables de bienes municipales, la falta de actualización de la normativa, el abandono de los aprovechamientos silvopastorales destinados al autoabastecimiento, etc.

4.- Situación actual

Los trabajos llevados a cabo en el marco del proyecto LIFE+Comforest , han permitido saber que del total de los 170 montes con aprovechamiento vecinal (115 montes en la provincia de Cáceres y 55 en la de Badajoz), sólo 51 de ellos tienen documentación actual acreditativa del régimen comunal de los terrenos (28 en la provincia de Cáceres y 23 en la de Badajoz), aunque en los 119 montes restantes (87 en Cáceres y 32 en Badajoz) existen determinados aprovechamientos donde se exige tener la condición de vecino de la localidad para optar a su disfrute.

Por superficie , de las 151.096 ha que ocupan (93.840 ha en Cáceres y 57.256 ha en Badajoz) un total de 67.904 ha (18.421 ha en Cáceres y 49.483 ha en Badajoz) se corresponden con montes que cuentan con documentación que acredita su régimen comunal, mientras que 83.192 ha (75.419 ha en Cáceres y 7.773 ha en Badajoz) pertenecen a montes en los que existen aprovechamientos restringidos a quienes ostentan la condición de vecinos de la localidad, pero cuyo régimen comunal no está actualmente documentado.

La siguiente tabla refleja de forma esquemática lo expresado en los párrafos anteriores:

Situación actual Badajoz Cáceres Extremadura

23 montes 28 montes 51 montes Con documentación acreditativa del régimen comunal 49.483 ha 18.421 ha 67.904 ha

Con aprovechamientos vecinales pero sin 32 montes 87 montes 119 montes documentación acreditativa del régimen comunal 7.773 ha 75.419 ha 83.192 ha

55 montes 115 montes 170 montes Total 57.256 ha 93.840 ha 151.096 ha 23

Respecto de los tipos de paisaje , destacan por superficie ocupada las formaciones arboladas, especialmente las de tipo adehesado.

Formaciones vegetales en montes comunales de Extremadura

Bosque densidad media y alta Otras formaciones 23% 28%

Monte ralo con arbolado disperso Dehesas 16% 33%

En los sistemas adehesados, son incuestionables los beneficios que el arbolado aporta a los pastos herbáceos. Además, el arbolado juega un trascendental papel ecológico dentro de los sistemas de los que forma parte.

De la renovación del arbolado depende su perpetuación y, el modo en que se produzca esta renovación, condicionará la composición, estructura y evolución de la nueva masa.

Cerca del 40% de la superficie ocupada por formaciones arboladas en montes comunales de Extremadura tienen nula regeneración y, aproximadamente el 70% de la superficie adehesada presenta problemas de regenerado arbóreo, siendo la dehesa la formación que mayor superficie arbolada ocupa (más del 50%) en los montes comunales de Extremadura.

Los motivos que provocan los problemas de regenerado en los montes comunales son, en la práctica totalidad de los casos, las más que identificadas causas que provocan los problemas de regenerado en el sistema dehesa: el sobrepastoreo, los laboreos periódicos indiscriminados, el aprovechamiento exhaustivo de la montanera, los desbroces no selectivos, etc, siendo la forma de uso y gestión que se hace de los recursos el origen de dichos problemas.

Las consecuencias derivadas de la falta de regenerado en los montes comunales son y serán, en la mayoría de los casos, las mismas que la falta de reclutamiento arbóreo provoca en la dehesa, poniéndose en riesgo la persistencia del sistema de explotación, produciendo un empobrecimiento de la capacidad ganadera y un cese en las producciones. Asociada a la degradación productiva se puede originar una merma en la biodiversidad. También a resultas de la pérdida de la capacidad productiva es posible que emerja la falta de interés para su aprovechamiento y el riesgo de sufrir la patrimonialización “irregular”, o cuanto menos el riesgo de perder su carácter comunal. 24 25

Son una excepción los montes comunales en los que existe un correcto manejo del ganado y de los pastos , hecho que resta rentabilidad a las explotaciones agroforestales existentes en ellos. Es generalizada la carencia de infraestructuras (cerramientos, abrevaderos,...) suficientes para realizar una adecuada gestión del ganado y un correcto manejo de los pastos, como lo es también la sobrecarga ganadera.

También de forma general, el aprovechamiento de leñas en montes comunales proviene de la ejecución de podas sobre el arbolado. Es habitual encontrar vestigios provocados por podas innecesarias o no justificadas, demoras en la ejecución de las podas de formación o guiado, la no correcta elección de las ramas a cortar, la no acertada selección de herramientas, podas abusivas y abuso de podas, incorrecta ejecución del corte, ausencia de medidas preventivas para evitar la transmisión de patologías por medio de las herramientas y la ausencia de medidas para evitar la entrada de agentes dañinos a través de las heridas. La mayor parte de estas actuaciones se deben a la falta de formación y conocimientos específicos por parte del personal que ejecuta las podas.

Salvo excepciones, la actividad agrícola llevada a cabo en los montes comunales de Extremadura es accesoria y vinculada a la actividad ganadera, tratándose básicamente de cultivos forrajeros de secano, cuyo fin último es el de servir como recurso alimenticio para el ganado criado en extensivo. Las especies utilizadas en estos cultivos suelen ser cereales de invierno (trigo, cebada, centeno, avena, triticale,...) y leguminosas forrajeras (trébol, veza, tremosilla,...), sembradas en monocultivo o en mezcla. Los cultivos normalmente se hacen en rotaciones más o menos periódicas y largas (cada 3 o 4 años) y los terrenos sobre los que se asientan pasan, entre tanto, por todos o algunos de los estados de rastrojo, posío y barbecho.

Allí donde existe aprovechamiento agrícola, escasean o no existen buenas prácticas agrarias , lo que produce una merma cuantitativa y cualitativa sobre los recursos suelo, agua, aire,... dificultando la conservación de hábitats naturales y especies de fauna y flora salvajes.

5.- Propuestas para su persistencia

Los ayuntamientos, en cumplimiento de las funciones de organización , administración y defensa de los montes comunales, pueden y deben:

- comprobar y procurar, la correcta inscripción de los terrenos en el Inventario de Bienes Municipales, en Catastro y en el Registro de la Propiedad. - comprobar la existencia y en su caso promover la aprobación de ordenanzas municipales actualizadas, de modo que se regulen los distintos aprovechamientos existentes. - comprobar y promover formas de gestión y aprovechamiento que respeten el derecho legítimo del que gozan los vecinos sobre los recursos generados por los montes. - procurar las suficientes infraestructuras para una correcta gestión y aprovechamiento de los recursos. - fomentar la creación de entidades de gestión y la participación ciudadana en la toma de decisiones ligadas a los montes comunales del municipio.

Por otra parte los vecinos -actores principales de este escenario-, a quienes les corresponde el aprovechamiento por derecho, deben concebir este tipo de terrenos como una fuente de recursos pasada, presente y futura, teniendo en cuenta el principio de sostenibilidad, pues una visión limitada a corto plazo unida a la idea de obtener el máximo rendimiento, sin ninguna duda compromete la persistencia de los recursos. 26

Con objeto de conseguir explotaciones con menores costes de producción, y por tanto más rentables, conviene que el pastoreo se lleve a cabo siguiendo una planificación integral de dicha actividad, se dote a las explotaciones de infraestructuras suficientes y, en ciertas ocasiones, se realicen trabajos de mejora de pastizales. Para ello es trascendental que gestores y ganaderos conozcan, entre otras cuestiones, las características de los principales tipos de pastizales existentes en el monte en cuestión (especies que lo integran, producción, fenología,...); las características de los distintos tipos de ganado susceptibles de aprovechar los recursos (formas de aprovechar los pastos, rusticidad, dependencia de insumos, tendencia ramoneadora,...); los posibles sistemas de pastoreo; las cargas ganaderas admisibles en cada zona del monte y época del año y las posibles formas de mejora de este recurso.

Conviene que la ejecución de las podas sea llevada a cabo únicamente por personal especialista, correctamente formado y experimentado, lo que no es impedimento para que todos los vecinos del municipio puedan ser beneficiarios/receptores de los productos o de las rentas que se generan por el aprovechamiento de este recurso. A la hora de gestionar, planificar y llevar a cabo la poda del arbolado, es importante tener claro: cuáles son los objetivos y la justificación de la poda; cuál es el tipo de poda que conviene realizar; cuáles son los criterios técnicos y las prescripciones legales que les afectan; cuáles son las herramientas más adecuadas para la poda en cada caso; cómo se debe realizar el corte y qué cuestiones se deben evitar, pues los errores que se cometen en este sentido y las malas prácticas ocasionan un perjuicio tanto al monte como a la comunidad de vecinos. 27 28 29

En la ejecución de los trabajos agrícolas conviene llevar a cabo medidas que persiguen evitar o minimizar los efectos negativos que pueden inducirse sobre el suelo, los recursos hídricos, la flora y la fauna, prestando especial atención a los aspectos y las fases relacionadas con la reproducción y cría de las especies silvestres. En este sentido, conviene tener presentes las medidas que se pueden adoptar en los trabajos asociados a cada una de las distintas etapas o fases del cultivo, como los trabajos de preparación del terreno, de siembra y de siega o recolección. También conviene tener en cuenta otras posibles medidas que, no estando directamente asociadas a estos trabajos, pueden ser importantes para evitar impactos y afecciones negativas.

En cuanto al sistema de dehesa , recientes trabajos de investigación apuntan la dudosa sostenibilidad del sistema tal y como se gestiona en la actualidad, y señalan la necesidad de adoptar medidas políticas y económicas a grandes escalas. Esto sería posible desarrollando sistemas de uso de la tierra que mantengan mezclas de hábitats -a escalas de finca y paisaje-, mediante rotaciones de uso que incluyan el abandono temporal, de forma que se asegure la viabilidad económica de la rotación de áreas con alta diversidad pero nulo reclutamiento del arbolado, con áreas de baja diversidad donde se produce el reclutamiento, por ser preferibles frente a la adopción de medidas a escala local, basadas en la regeneración artificial o asistida, las cuales anulan los procesos de selección natural y, en general, no restauran la estructura demográfica de las poblaciones.

La idoneidad o conveniencia de las diferentes estrategias y técnicas ( regeneración natural / regeneración artificial ) que a escala local se vienen adoptando, dependerá de la situación de partida, pues cada una de ellas presenta ventajas e inconvenientes.

Para cada caso concreto se debe evaluar la necesidad de actuar, identificar las zonas de actuación prioritaria y hacer un estudio económico de la inversión necesaria (o en su caso de la pérdida de rentas) y de la capacidad económica para intervenir. En este sentido cobran especial importancia las ayudas que conceden las Administraciones Públicas.

La ordenación de fincas explotadas mediante el sistema de dehesa deben compatibilizar el aprovechamiento ganadero con la conservación y renovación del arbolado, llevándose a cabo de tal modo que el hecho de tener que renunciar a parte de la renta que proporcionan los pastos no suponga un alto sacrificio económico para los vecinos beneficiarios del aprovechamiento, pues de lo contrario percibirán el arbolado y su regenerado como elementos competidores con el aprovechamiento ganadero -cuando en realidad existe un beneficio mutuo-, percepción ampliamente extendida en la actualidad y que lleva a la fosilización del arbolado y al progresivo empobrecimiento de los pastos, y por ende a la pérdida en la capacidad ganadera de muchas dehesas.

Una vez analizada y contextualizada (origen histórico, localización, superficie, principales formaciones vegetales, valores naturales, usos y aprovechamientos pasados y presentes,...) la existencia en nuestros tiempos de montes comunales y otros montes de titularidad municipal con aprovechamiento vecinal, ha llegado el momento de plasmarlos por primera vez en un Catálogo, dándolos así a conocer y permitiendo que todos puedan apreciar y valorar la singularidad que posee este Patrimonio Forestal Público en Extremadura .