La Flora Del Sistema Ibérico: Estado Actual De Nuestros Conocimientos Y Perspectivas De Futuro
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Flora Montiberica 10: 20-30 (IX-1998) LA FLORA DEL SISTEMA IBÉRICO: ESTADO ACTUAL DE NUESTROS CONOCIMIENTOS Y PERSPECTIVAS DE FUTURO Gonzalo MATEO SANZ Depto. de Biología Vegetal. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad de Valencia. RESUMEN: Se presenta una panorámica resumida sobre la flora de la Cordillera Ibé- rica, atendiendo especialmente a los grupos corológicos de las especies de plantas vascula- res, los endemismos, los aspectos históricos, la bibliografía fundamental y las perspectivas de futuro. SUMMARY: A brief review about vascular flora of the Cordillera Ibérica (NE Spain) is presented, with special emphasis on the chorologic, historic and bibliographic aspects. INTRODUCCIÓN EL MEDIO FÍSICO Acabando ya el siglo XX podemos El Sistema Ibérico es un largo macizo constatar que son muchos los trabajos que montañoso, de unos 500 km, que enlaza se han efectuado y publicado sobre la con la Cordillera Cantábrica en el área del flora de la Cordillera Ibérica, debidos a Alto Ebro y desciende hacia el sureste especialistas de diferentes épocas, centra- hasta encontrarse con las estribaciones dos en grupos taxonómicos muy variados subbéticas que penetran por el sur de la o en diferentes partes del territorio. Con provincia de Valencia y norte de Alicante ello el nivel de nuestros conocimientos (montañas diánicas). puede resultar aceptable en su conjunto, Por el norte tiene al Ebro como princi- aunque todavía quedan muchas localida- pal frontera, por el este el mar Mediterrá- des, e incluso amplias comarcas, muy neo, por el sur las indicadas montañas insuficiente conocidas en lo que atañe a la subbéticas y por el interior una imprecisa mera exploración botánica; a lo que aña- y suave transición hacia los grandes llanos dir la inconclusa tarea del análisis porme- de la Meseta castellana, así como a las norizado de las recolecciones depositadas primeras estribaciones orientales del Sis- en los herbarios y la consiguiente pro- tema Central, que la divide en sus dos puesta de las numerosas subespecies o mitades: castellano-leonesa y castellano- microespecies que han pasado desaperci- manchega. bidas en los mismos durante años. Desde el punto de vista administrativo afecta, por tanto, a las comunidades de Valencia, Cataluña, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla-León y La Rioja. Más 20 G. MATEO: La flora del Sistema Ibérico: estado de nuestros conocimientos y perspectivas ... concretamente a las provincias de Valen- SUSTRATOS cia, Castellón, Tarragona, Cuenca, Teruel, Zaragoza, Guadalajara, Soria, La Rioja y En cuanto a los sustratos, en los tra- Burgos; a lo que podrían añadirse peque- mos noroccidentales predominan los ños fragmentos de otras limítrofes. terrenos silíceos por sus partes altas, sobre todo cuarcíticos, que son sustituidos por RELIEVE calizas y arcillas o margas básicas en las partes bajas. En las zonas centrales y Como condicionantes del medio físico orientales el predominio corresponde a los para su flora se puede destacar la existen- sustratos básicos, sobre todo calcáreos, cia de un relieve que, sin dejar de ser con abundantes afloramientos de margas, importante, se queda a las puertas de lo yesos, arcillas, etc.; aunque no faltan que podría haber sido un gran macizo importantes afloramientos silíceos, tanto montañoso, ya que son muy reducidas las cuarcíticos (Montes Universales, Sierra de áreas que superan los 2.000 m de altitud y Vicort, etc.), como de areniscas rojas no se alcanzan los 2.500. Ello frena a triásicas (sierras de Talayuelas y Boni- cientos de táxones propios de alta mon- ches, sierras Calderona y de Espadán, taña, sobre todo eurosiberianos, que se etc.). detienen en los cercanos y paralelos Piri- neos. BIOCLIMAS El punto más elevado es el Moncayo (2.316 m), en el límite entre Zaragoza y Las consecuencias a nivel de pisos Soria; después va el monte riojano de San bioclimáticos (RIVAS-MARTÍNEZ, Lorenzo (2.271 m), los sorianos Picos de 1987) se concretan a la existencia de un Urbión (2.223 m) y la Sierra Cebollera muy limitado horizonte crioromediterrá- (2.168 m), en el límite entre Soria y La neo, en las escasas cumbres que superan Rioja. En la parte burgalesa (Sierra de la los 2000-2100 m en el área noroccidental, Demanda) destacan los altos de San Mi- al que sigue un extendido piso oromedite- llán (2.132 m) y Neila (2.049). Todos rráno por las altas sierras que sobrepasan ellos se sitúan en la zona noroccidental de los 1550-1600 m. La mayor parte del la Cordillera, que se convierte así en la territorio se ubica en el piso supramedite- más fresca y húmeda. El área oriental rráneo, que desciende en la zona hasta los dispone de dos únicas elevaciones por 850-1000 m, mientras que el piso meso- encima de los 2.000 m, que son los altos mediterráneo se sitúa en los llanos a pie turolenses de Javalambre (2.020 m) y de monte del área manchega y valle del Gúdar (2.019 m), pudiendo destacarse Ebro así como en las sierras medias cata- además los Montes Universales de Alba- lano-valencianas, cuyas partes inferiores rracín (Caimodorro, 1.920 m), la Serra- (por debajo de 450-600 m) se adscriben nía de Cuenca (San Felipe, 1839 m) y el ya al piso termomediterráneo. macizo de Peñagolosa (1.813 m). Los ombroclimas varían desde el hi- El área oriental y la occidental, que perhúmedo de algunas de las partes altas suelen calificarse como iberolevantina e del área noroccidental, con precipitacio- iberoatlántica, pueden separarse aproxi- nes de 1000 a 1300 m, hasta el semiárido madamente por la carretera N-II, entre de las partes bajas del valle del Ebro y Guadalajara y Zaragoza, la cual busca los Turia, con precipitaciones de 250-350 relieves menos acusados que se sitúan mm; aunque los predominantes son el entre ambas mitades. subhúmedo de las zonas serranas medias y 21 Flora Montiberica 10 (1998) el seco en las áreas periféricas o poco acceden sobre todo vía Sistema Central. elevadas. Entre ellos cabe destacar Digitalis thapsi, Pinguicula lusitanica, Linaria saxatilis, ELEMENTOS etc. Otros muchos táxones presentan una BIOGEOGRÁFICOS distribución bastante más limitada, te- niendo su área principal o total en partes Consecuencia de estos condicionantes de esta Cordillera. geográficos es la aparición de una flora En tal situación encontramos, en lo con predominio del elemento mediterrá- que se refiere a este área iberoatlántica, neo, seguido a cierta distancia de una algunos endemismos que afectan a am- nada despreciable presencia de especies plias zonas de la misma, como pueden ser eurosiberianas o bien euroasiáticas o Saxifraga platyloba, Biscutella segurae, circumboreales con óptimo eurosiberiano Narcissus eugeniae, etc. En el caso más en el Viejo Mundo. extremo se tratará de táxones de distribu- Entre estas últimas destacan plantas ción muy local, como Androsace rioxana propias de los bosques caducifolios cen- del macizo de San Lorenzo, Rubus urbio- troeuropeos, como Fagus sylvatica, Acer nicus del macizo de Urbión, Armeria campestre, Veronica officinalis, etc.; otras bigerrensis subsp. microcephala del de medios húmedos o turbosos, como Moncayo o Sideritis camarae de la Tierra Drosera rotundifolia, Carex pilulifera, de Cameros. Carum verticillatum, etc.; las que proce- den de las altas cumbres alpino-pirenai- * IBEROLEVANTINOS: Resulta cas, como Aster alpinus, Gentiana acau- particularmente copioso el número de lis, Scutellaria alpina, etc. Mención endemismos distribuidos a lo largo de la aparte se puede hacer al colectivo de zona oriental mediterránea de la península óptimo atlántico o lateatlántico, especial- Ibérica. Muchos ocupan un territorio mente asociado a las formaciones de bastante amplio dentro de dicho área, es el brezal, con especies singulares como caso de Euphorbia minuta, Dictamnus Erica vagans, E. cinerea, E. australis, hispanicus, Teucrium gnaphalodes, Silene Daboecia cantabrica, etc. mellifera, etc. Entre las mediterráneas vemos un im- En bastantes ocasiones se muestran portante contingente de circunmediterrá- exclusivos o predominantes en la zona de neas, sobre todo en las partes de clima la Cordillera Ibérica, aunque igualmente más suave: Rhamnus alaternus, Quercus ocupando amplias extensiones de la coccifera, Rubia peregrina, Rosmarinus misma: Teucrium expassum, Astemisia officinalis, etc. A ellas hay que añadir el assoana, Aster aragonensis, Thlaspi ste- amplio colectivo de las mediterráneo- nopterum, etc. occidentales: Juniperus thurifera, Erina- En situaciones ya más particulares en- cea anthyllis, Salvia lavandulifolia, etc. contramos los endemismos locales, que se Pero el grupo que entendemos de mayor presentan en áreas bastante limitadas. interés es el de los elementos endémicos. Podemos destacar como grupos más cla- ros en tal situación: * IBEROATLÁNTICOS: Es grande Manchego-alcarreños. Exclusivos el número de endemismos del amplio área del área suroccidental de la Cordillera, en iberoatlántica, con óptimo en el área los tramos continentales de las cuencas mediterránea del cuadrante noroccidental altas del alto Tajo y Júcar, más los llanos de la Península. En este territorio se sitúan de la Mancha o La Alcarria que enlazan en las partes más occidentales, a donde suavemente con ellos. Encontramos aquí: 22 G. MATEO: La flora del Sistema Ibérico: estado de nuestros conocimientos y perspectivas ... Antirhinum microphyllum, Biscutella Espadánicos. De las sierras litorales alcarriae, B. hozensis, Linum salsoloides, de la zona meridional de Castellón y norte Thymus lacaitae, etc. de Valencia. Son especies a destacar: Bi- Conquense-Albarracinenses. Que scutella calduchii, Centaurea