Flora Montiberica 10: 20-30 (IX-1998)

LA FLORA DEL SISTEMA IBÉRICO: ESTADO ACTUAL DE NUESTROS CONOCIMIENTOS Y PERSPECTIVAS DE FUTURO

Gonzalo MATEO SANZ Depto. de Biología Vegetal. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad de .

RESUMEN: Se presenta una panorámica resumida sobre la flora de la Ibé- rica, atendiendo especialmente a los grupos corológicos de las especies de plantas vascula- res, los endemismos, los aspectos históricos, la bibliografía fundamental y las perspectivas de futuro.

SUMMARY: A brief review about vascular flora of the Cordillera Ibérica (NE ) is presented, with special emphasis on the chorologic, historic and bibliographic aspects.

INTRODUCCIÓN EL MEDIO FÍSICO

Acabando ya el siglo XX podemos El Sistema Ibérico es un largo macizo constatar que son muchos los trabajos que montañoso, de unos 500 km, que enlaza se han efectuado y publicado sobre la con la Cordillera Cantábrica en el área del flora de la Cordillera Ibérica, debidos a Alto Ebro y desciende hacia el sureste especialistas de diferentes épocas, centra- hasta encontrarse con las estribaciones dos en grupos taxonómicos muy variados subbéticas que penetran por el sur de la o en diferentes partes del territorio. Con provincia de Valencia y norte de Alicante ello el nivel de nuestros conocimientos (montañas diánicas). puede resultar aceptable en su conjunto, Por el norte tiene al Ebro como princi- aunque todavía quedan muchas localida- pal frontera, por el este el mar Mediterrá- des, e incluso amplias comarcas, muy neo, por el sur las indicadas montañas insuficiente conocidas en lo que atañe a la subbéticas y por el interior una imprecisa mera exploración botánica; a lo que aña- y suave transición hacia los grandes llanos dir la inconclusa tarea del análisis porme- de la Meseta castellana, así como a las norizado de las recolecciones depositadas primeras estribaciones orientales del Sis- en los herbarios y la consiguiente pro- tema Central, que la divide en sus dos puesta de las numerosas subespecies o mitades: castellano-leonesa y castellano- microespecies que han pasado desaperci- manchega. bidas en los mismos durante años. Desde el punto de vista administrativo afecta, por tanto, a las comunidades de Valencia, Cataluña, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla-León y . Más

20 G. MATEO: La flora del Sistema Ibérico: estado de nuestros conocimientos y perspectivas ... concretamente a las provincias de Valen- SUSTRATOS cia, Castellón, Tarragona, Cuenca, , Zaragoza, Guadalajara, Soria, La Rioja y En cuanto a los sustratos, en los tra- Burgos; a lo que podrían añadirse peque- mos noroccidentales predominan los ños fragmentos de otras limítrofes. terrenos silíceos por sus partes altas, sobre todo cuarcíticos, que son sustituidos por RELIEVE calizas y arcillas o margas básicas en las partes bajas. En las zonas centrales y Como condicionantes del medio físico orientales el predominio corresponde a los para su flora se puede destacar la existen- sustratos básicos, sobre todo calcáreos, cia de un relieve que, sin dejar de ser con abundantes afloramientos de margas, importante, se queda a las puertas de lo yesos, arcillas, etc.; aunque no faltan que podría haber sido un gran macizo importantes afloramientos silíceos, tanto montañoso, ya que son muy reducidas las cuarcíticos (, Sierra de áreas que superan los 2.000 m de altitud y Vicort, etc.), como de areniscas rojas no se alcanzan los 2.500. Ello frena a triásicas (sierras de Talayuelas y Boni- cientos de táxones propios de alta mon- ches, sierras Calderona y de Espadán, taña, sobre todo eurosiberianos, que se etc.). detienen en los cercanos y paralelos Piri- neos. BIOCLIMAS El punto más elevado es el Moncayo (2.316 m), en el límite entre Zaragoza y Las consecuencias a nivel de pisos Soria; después va el monte riojano de San bioclimáticos (RIVAS-MARTÍNEZ, Lorenzo (2.271 m), los sorianos Picos de 1987) se concretan a la existencia de un Urbión (2.223 m) y la Sierra Cebollera muy limitado horizonte crioromediterrá- (2.168 m), en el límite entre Soria y La neo, en las escasas cumbres que superan Rioja. En la parte burgalesa (Sierra de la los 2000-2100 m en el área noroccidental, Demanda) destacan los altos de San Mi- al que sigue un extendido piso oromedite- llán (2.132 m) y Neila (2.049). Todos rráno por las altas sierras que sobrepasan ellos se sitúan en la zona noroccidental de los 1550-1600 m. La mayor parte del la Cordillera, que se convierte así en la territorio se ubica en el piso supramedite- más fresca y húmeda. El área oriental rráneo, que desciende en la zona hasta los dispone de dos únicas elevaciones por 850-1000 m, mientras que el piso meso- encima de los 2.000 m, que son los altos mediterráneo se sitúa en los llanos a pie turolenses de Javalambre (2.020 m) y de monte del área manchega y valle del Gúdar (2.019 m), pudiendo destacarse Ebro así como en las sierras medias cata- además los Montes Universales de Alba- lano-valencianas, cuyas partes inferiores rracín (Caimodorro, 1.920 m), la Serra- (por debajo de 450-600 m) se adscriben nía de Cuenca (San Felipe, 1839 m) y el ya al piso termomediterráneo. macizo de Peñagolosa (1.813 m). Los ombroclimas varían desde el hi- El área oriental y la occidental, que perhúmedo de algunas de las partes altas suelen calificarse como iberolevantina e del área noroccidental, con precipitacio- iberoatlántica, pueden separarse aproxi- nes de 1000 a 1300 m, hasta el semiárido madamente por la carretera N-II, entre de las partes bajas del valle del Ebro y Guadalajara y Zaragoza, la cual busca los , con precipitaciones de 250-350 relieves menos acusados que se sitúan mm; aunque los predominantes son el entre ambas mitades. subhúmedo de las zonas serranas medias y

21 Flora Montiberica 10 (1998) el seco en las áreas periféricas o poco acceden sobre todo vía . elevadas. Entre ellos cabe destacar , Pinguicula lusitanica, Linaria saxatilis, ELEMENTOS etc. Otros muchos táxones presentan una BIOGEOGRÁFICOS distribución bastante más limitada, te- niendo su área principal o total en partes Consecuencia de estos condicionantes de esta Cordillera. geográficos es la aparición de una flora En tal situación encontramos, en lo con predominio del elemento mediterrá- que se refiere a este área iberoatlántica, neo, seguido a cierta distancia de una algunos endemismos que afectan a am- nada despreciable presencia de especies plias zonas de la misma, como pueden ser eurosiberianas o bien euroasiáticas o Saxifraga platyloba, Biscutella segurae, circumboreales con óptimo eurosiberiano Narcissus eugeniae, etc. En el caso más en el Viejo Mundo. extremo se tratará de táxones de distribu- Entre estas últimas destacan plantas ción muy local, como Androsace rioxana propias de los bosques caducifolios cen- del macizo de San Lorenzo, Rubus urbio- troeuropeos, como Fagus sylvatica, Acer nicus del macizo de Urbión, Armeria campestre, Veronica officinalis, etc.; otras bigerrensis subsp. microcephala del de medios húmedos o turbosos, como Moncayo o Sideritis camarae de la Tierra Drosera rotundifolia, Carex pilulifera, de Cameros. Carum verticillatum, etc.; las que proce- den de las altas cumbres alpino-pirenai- * IBEROLEVANTINOS: Resulta cas, como Aster alpinus, Gentiana acau- particularmente copioso el número de lis, Scutellaria alpina, etc. Mención endemismos distribuidos a lo largo de la aparte se puede hacer al colectivo de zona oriental mediterránea de la península óptimo atlántico o lateatlántico, especial- Ibérica. Muchos ocupan un territorio mente asociado a las formaciones de bastante amplio dentro de dicho área, es el brezal, con especies singulares como caso de Euphorbia minuta, Dictamnus Erica vagans, E. cinerea, E. australis, hispanicus, Teucrium gnaphalodes, Silene Daboecia cantabrica, etc. mellifera, etc. Entre las mediterráneas vemos un im- En bastantes ocasiones se muestran portante contingente de circunmediterrá- exclusivos o predominantes en la zona de neas, sobre todo en las partes de clima la Cordillera Ibérica, aunque igualmente más suave: Rhamnus alaternus, Quercus ocupando amplias extensiones de la coccifera, Rubia peregrina, Rosmarinus misma: Teucrium expassum, Astemisia officinalis, etc. A ellas hay que añadir el assoana, Aster aragonensis, Thlaspi ste- amplio colectivo de las mediterráneo- nopterum, etc. occidentales: Juniperus thurifera, Erina- En situaciones ya más particulares en- cea anthyllis, Salvia lavandulifolia, etc. contramos los endemismos locales, que se Pero el grupo que entendemos de mayor presentan en áreas bastante limitadas. interés es el de los elementos endémicos. Podemos destacar como grupos más cla- ros en tal situación: * IBEROATLÁNTICOS: Es grande Manchego-alcarreños. Exclusivos el número de endemismos del amplio área del área suroccidental de la Cordillera, en iberoatlántica, con óptimo en el área los tramos continentales de las cuencas mediterránea del cuadrante noroccidental altas del alto Tajo y Júcar, más los llanos de la Península. En este territorio se sitúan de la Mancha o La Alcarria que enlazan en las partes más occidentales, a donde suavemente con ellos. Encontramos aquí:

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Antirhinum microphyllum, Biscutella Espadánicos. De las sierras litorales alcarriae, B. hozensis, Linum salsoloides, de la zona meridional de Castellón y norte Thymus lacaitae, etc. de Valencia. Son especies a destacar: Bi- Conquense-Albarracinenses. Que scutella calduchii, Centaurea paui, C. sa- afectan sobre todo a la Serranía de guntina, Dianthus multiaffinis, Erodium Cuenca, Montes Universales y territorios aguilellae, Galium idubedae, Helianthe- adyacentes. Podemos indicar aquí: Arme- mum asperum subsp. willkommii, H. ma- ria trachyphylla, Biscutella atropurpurea, rifolium subsp. glabratum, Jasione man- Santolina ageratifolia, Saxifraga latepe- sanetiana, Leucojum valentinum, Minu- tiolata, Thymelaea subrepens, Thymus artia valentina, Teucrium angustissimum, leptophyllus, etc. etc. Centroaragoneses. Que se presentan Setabenses. De las sierras litorales de en la zona media del valle del Ebro y sus la mitad meridional de la provincia de Va- afluentes. Es el caso de Biscutella bilbili- lencia y norte de Alicante. Es un territorio tana, Boleum asperum, Centaurea linifo- muy rico, en el que aparecen numerosos lia, C. pectinata, Limonium viciosoi, Mo- táxones de interés, como: Antirrhinum ricandia moricandioides subsp. cavanille- valentinum, Arenaria pseudarmeriastrum, siana, Sideritis spinulosa, Thymus losco- A. valentina, Armeria alliacea subsp. sii, etc. alliacea, Biscutella dufourii, B. montana, Maestracenses. De las sierras orien- Centaurea rouyi, C. spachii, Chaenorhi- tales situadas entre Teruel y Castellón. num tenellum, Cirsium valentinum, Ero- Pueden mencionarse: Astragalus semper- dium saxatile, Genista valentina subsp. virens subsp. muticus, Centaurea pinae, valentina, Iberis carnosa subsp. hegel- Dianthus turolensis, Erodium celtiberi- maieri, saxatilis subsp. valentina, Leu- cum, Helianthemum origanifolium subsp. canthemum gracilicaule, Limonium co- molle, Leucanthemum maestracense, frentanum, Sarcocapnos saetabensis, Sca- Petrocoptis pardoi, Thymus godayanus, biosa saxatilis, Sideritis sericea, Silene etc. diclinis, Teucrium homotrichum, T. thym- Valenciano-tarraconenses. Propios ifolium, Thymus piperella, Verbascum de las sierras litorales valencianas y áreas fontqueri, etc. limítrofes. A destacar: Biscutella steno- phylla, Erodium sanguischristi, Cytisus heterochrous, Galium valentinum, La- SITUACIÓN ACTUAL thyrus tremolsianus, Salvia valentina, Satureja innota, Sideritis tragoriganum, Nuestros conocimientos sobre la flora etc. de la Cordillera se encuentran a un nivel Javalambrenses. Afectando al ma- medio o medio-alto, con algunas zonas cizo turolense de Javalambre. Con Erysi- estudiadas de modo muy exhaustivo mum javalambrensis, Oxytropis javalam- mientras otras apenas han sido recorridas brensis, Sideritis javalambrensis, etc. más que de modo superficial. En todo Tortosinos. Del macizo de los Puertos caso los estudios detallados se han venido de Tortosa-Beceite. Se puede incluir aquí: efectuando en los últimos años y muchas Antirrhinum pertegasii, Arenaria viridis, veces apareciendo en trabajos inéditos o Armeria fontqueri, Biscutella fontqueri, de escasa difusión por lo que sus resulta- Centaurea caballeroi, C. podospermifo- dos no son siempre recogidos en obras de lia, Salix tarraconensis, Thymus willkom- síntesis. mii, etc. El retraso histórico en el conocimiento de esta flora resulta notable. Si partimos

23 Flora Montiberica 10 (1998) de 1753, fecha de la publicación del Spe- 1920-29 ...... 57 cies Plantarum de Linneo, vemos que en 1930-39 ...... 39 el resto del siglo XVIII no llegamos a 1940-49 ...... 40 localizar ni diez publicaciones que afecten 1950-59 ...... 64 a la flora de esta zona, concretadas a al- 1960-69 ...... 66 gunas aportaciones de Asso para Aragón 1970-79 ...... 127 y Cavanilles para Valencia. 1980-89 ...... 664 En el siglo XIX, época en que por toda 1990-98 ...... 517 Europa, e incluso en el mundo menos desarrollado, se van completando las Como puede comprobarse, el nivel re- floras nacionales y regionales; casi toda sulta muy bajo en el primer tercio del España, pero más concretamente esta siglo y se mantiene así en el período de zona permanecen en un nivel muy super- posguerra hasta la llegada de los años ficial de exploración y escasean las refe- setenta, en que se nota un primer impulso, rencias bibliográficas, de las que cuesta debido a la creación de nuevos departa- encontrar más allá de 100-120, la mayoría mentos de Botánica en el país y de nuevas bastante breves o anecdóticas; a excep- revistas botánicas. Sin embargo el salto ción de algunos trabajos de más peso, espectacular se da en los años 80, en que debidos a M. Willkomm, F. Loscos y J. se multiplica por quince el rendimiento de Pardo o a C. Pau. las décadas de la primera mitad del siglo, El siglo XX comienza con un estilo al amparo de la consolidación de las ins- continuista respecto al anterior, es decir tituciones universitarias y editoriales que con trabajos escasos, debidos más bien a promueven los trabajos mencionados. individualidades aisladas, como C. Pau, o Desde finales de esta década se nota algunos de sus discípulos y colaboradores, una clara crisis en la promoción de los como P. Font Quer, T.M. Losa, Sennen o estudios botánicos, especialmente en lo los Vicioso. Los resultados cuantitativos que afecta a líneas de investigación como que detectamos en nuestra base de datos la que aquí mencionamos, lo que ha signi- bibliográfica, presentados por décadas, ficado, si no un bajón de productividad, al son los siguientes: menos un freno en lo que atañe al número 1900-09 ...... 43 de trabajos publicados.. 1910-19 ...... 34

Revista Nº Trabajos Nº Último Media Anales Jard. Bot. (+ Inst. Cav.) 418 55 7'6 Collect. Bot. (Barcelona) 107 22 4'7 Fontqueria (Madrid) 76 49 1'5 Lagascalia (Sevilla) 67 17 3'9 Lazaroa (Madrid) 65 17 3'8 Flora Montiberica (Valencia) 59 09 6'5 Bol. Soc. Aragonesa Cien. Nat. (Zaragoza) 53 36 1'5 Acta Bot. Malacitana (Málaga) 35 22 1'6 Bot. Complutensis (+ Trab. Dep. Bot.) 34 21 1'6 Bol. Soc. Esp. Hist. Nat. (Madrid) 33 95 0'3 Butll. Inst. Catal. Hist. Nat. (Barcelona) 28 64 0'4 Actas Soc. Esp. Hist. Nat. (Madrid) 27 29 0'9 Estud. Mus. Cien. Nat. Álava (Vitoria) 25 09 2'7 Folia Bot. Miscel. (Barcelona) 24 10 2'4

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Stvudia Botanica (Salamanca) 21 15 1'4 Candollea (Ginebra) 20 52 0'4

De todos modos, la presente década unos buenos totales y rendimiento; aun- mostraría un mayor descenso si no hu- que los artículos que nos afectan se con- biera sido por el impulso debido a la pri- centren en áreas limitadas, sobre todo en mera revista específicamente dedicada a la provincia de Burgos. los estudios florísticos en el Sistema Ibé- En cuanto al factor geográfico pode- rico, Flora Montiberica, en cuyos 9 pri- mos deducir el nivel de conocimientos meros volúmenes se pueden contabilizar sobre la flora de cada provincia afectada a 59 artículos sobre este tema. partir de la misma base de datos que he- Para hacernos una idea de las aporta- mos mencionado antes, donde indicamos ciones aparecidas en las diferentes revis- la o las provincias sobre las que se dan tas periódicas que incluyen trabajos de datos en cada artículo aparecido en la investigación sobre temas de esta espe- bibliografía. Naturalmente los porcentajes cialidad, presentamos un cuadro (ver pag. no suman cien, ya que muchos artículos anterior), con revistas que ofrecen 20 o afectan a varias provincias. Podemos ver más artículos donde se añaden datos sobre que no hay diferencias demasiado impor- la flora de alguna parte del Sistema Ibé- tantes entre provincias, así la de más rico. Se especifica el nombre de la revista, artículos (V) no llega a doblar a la de el número de artículos seleccionados (N), menos (Lo). También hay que destacar el total de números aparecidos (T) y la que este cuadro no revela de modo claro media de artículos por volumen (N/T). el conocimiento de la flora de un territo- De esta tabla se pueden deducir mu- rio, ya que algunas abundan referencias chas cosas. En primer lugar que la revista de cierta extensión y detalle (Cu), mien- de Botánica con mayor peso específico tras que para otras hay muchas notas resulta ser Anales del Jardín Botánico de breves o referencias bastante marginales Madrid, ya que el número de artículos (V). Los resultados son los siguientes: extraídos supera diez veces la media las restantes, consiguiendo además ser la Provincia Nº % del primera en rendimiento medio por volu- Trabajos Total men. Valencia 604 33'4 En un buen nivel de productividad to- Teruel 544 30'1 tal se sitúa un segundo grupo en que se Castellón 516 28'6 sitúan Collectanea Botanica, Fontqueria, Zaragoza 440 24'4 Lagascalia, Lazaroa, Flora Montiberica y Burgos 415 23'0 el extinto Boletín de la Sociedad Arago- Guadalajara 413 22'9 nesa (Ibérica) de Ciencias Naturales, Soria 405 22'4 todos ellos aportando unos 50-100 artí- Cuenca 358 19'8 culos al total; aunque a nivel de producti- La Rioja 341 18'9 vidad sobresale Flora Montiberica, al acercarse a la de los indicados Anales. En cuanto a estudios de síntesis, que Un tercer grupo se mueve entre 20 y afecten de modo exhaustivo a una provin- 35 artículos, con niveles moderados o cia o comarca son de destacar: bajos de rendimiento. Podría destacarse BURGOS: aquí otra joven revista, como los Estudios (FUENTES, 1979; TARAZONA, 1983), del Museo de Ciencias Naturales de Sierra de Neila (NAVARRO, 1986), La Álava, que con sólo 9 volúmenes aporta Lora y Páramo de Masa (GALÁN, 1990).

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LA RIOJA: Primer catálogo florístico Tejera Negra (CARDIEL, 1987), catálogo provincial (ZUBÍA, 1921), Flora de La provincial actualizado (CARRASCO & Rioja Baja (CÁMARA, 1940), Pteridófi- al., 1987). tos (MEDRANO & al., 1982), Sierra CUENCA: Notas sobre la flora de la Cebollera (MENDIOLA, 1983), Sierra de Serranía de Cuenca (A. CABALLERO, la Demanda (TARAZONA, 1983; NA- 1941-46), estudio detallado de la serranía VARRO, 1986; MEDRANO, 1987), (G. LÓPEZ, 1976), Alcarria conquense Sierra de La Hez (MEDRANO & BÁS- (COSTA TENORIO, 1978), sierras de CONES, 1985), zona árida de la región Mira y Talayuelas (MATEO, 1983), flora (ESPUELAS, 1986), sierras de Castejón, de las lagunas (CIRUJANO, 1995). Camero Nuevo y Moncalvillo (ME- TERUEL: Primer catálogo flora ara- DRANO, 1988), interfluvio Iregua-Leza gonesa (ASSO, 1779), segundo y tercer (MEDRANO, 1989), sierras de Demanda catálogo de Aragón (LOSCOS & PAR- y Cameros (MEDRANO, 1994). DO, 1863, 1866-67), Tratado de las plan- SORIA: aproximación a un catálogo tas de Aragón (LOSCOS, 1876-86), ca- provincial (VICIOSO, 1942), plantas de tálogo de Torrecilla de Alcañiz (PARDO, los alrededores de la capital (MONTSE- 1902), sierras de Gúdar y Javalambre RRAT, 1948), ampliación del catálogo (RIVAS GODAY & BORJA, 1961), soriano (SEGURA, 1969) y notas detalla- noroeste de la provincia (MOLERO & das posteriores (SEGURA, 1973-1988), J.M. MONTSERRAT, 1983), cuenca de Sierra del Almuerzo (GRANZOW, 1982), Gallocanta (J.M. MONTSERRAT & GÓ- Sierra Cebollera (MENDIOLA, 1983), MEZ, 1983), Sierra de Albarracín (BA- Sierra de Alba (ZABALLOS, 1984), RRERA, 1985), Sierra de Cucalón (FE- Sierra del Almuerzo (BACHILLER, RRER, 1986), Puertos de Beceite (RO- 1985), Sierra de Urbión (NAVARRO, VIRA, 1986), comarca del Jiloca (MA- 1986), NW de la provincia (BUADES, TEO, 1988-1997), catálogo florístico pro- 1987), Macizo del Moncayo (ESCU- vincial (MATEO, 1990), claves y am- DERO, 1992), catálogo provincial (SE- pliación al catálogo (MATEO, 1992). GURA & al., 1998). TARRAGONA: Puertos de Tortosa ZARAGOZA: Primer catálogo de (FONT QUER, 1915, 1917; ROVIRA, flora aragonesa (ASSO, 1779), segundo y 1986; TORRES, 1989). tercer catálogo de Aragón (LOSCOS & CASTELLÓN: Macizo de Peñago- PARDO, 1863, 1866-67), Tratado de las losa (VIGO, 1968), Flora dels Països plantas de Aragón (LOSCOS, 1876-86), Catalans (BOLÒS & VIGO, 1984-95), suroeste de la provincia (MOLERO & Sierra de El Toro (AGUILELLA, 1985), MONTSERRAT, 1983), cuenca de Gallo- Sierra Calderona (CRESPO, 1989), valle canta (MONTSERRAT & GÓMEZ, del río Monleón (FABREGAT, 1989), 1983), Sierra de Herrera (FERRER, manuales de flora valenciana (MATEO & 1986), Macizo del Moncayo (ESCU- CRESPO, 1990, 1995, 1998), Villafranca DERO, 1992). del Cid (PITARCH, 1992), Sierra de Pina GUADALAJARA: Primera aproxi- (RIERA, 1992), Alto Mijares (ROSE- mación al catálogo provincial (S. CABA- LLÓ, 1994), Alto (FABRE- LLERO, 1926), Sierra de Pela (MAYOR, GAT, 1995), La (TIRADO, 1965, 1975), La Alcarria (RON, 1970), 1995), Bajo Maestrazgo (VILLAES- comarcas de Tamajón y Valdepeñas de la CUSA, 1998), Sierra (De la FUENTE, 1982), Alto Tajo VALENCIA: Sierra de Corbera (MAZIMPAKA, 1982), comarca de Si- (BORJA, 1950), Sierras de Martés y Ave güenza, (LLANSANA, 1984), hayedos de (FIGUEROLA, 1983), Sierras del Boque-

26 G. MATEO: La flora del Sistema Ibérico: estado de nuestros conocimientos y perspectivas ... rón y Palomera (PERIS, 1983), Flora dels totalizado hasta ahora 90 táxones por un Països Catalans (BOLÒS & VIGO, 1984- procedimiento muy similar al anterior. 95), primer catálogo florístico provincial Por su parte el Institut d'Estudis Ca- (MATEO & FIGUEROLA, 1987), ma- talans viene editando un volumen anual nuales de flora valenciana (MATEO & del Atlas corològic de la flora vascular CRESPO, 1990, 1995, 1998), Sierra de dels Països Catalans, que incluye una Malacara (LAGUNA, 1995), La Safor parte significativa del territorio de la (SORIANO, 1995), La Plana de Utiel- Cordillera Ibérica en su tramo oriental Requena (GARCÍA NAVARRO, 1996), entre el Ebro y la provincia de Alicante. el Rincón de (MATEO, 1997). Los volúmenes salidos, que son siete, incluyen algo menos de un tercio del total de las especies a cartografiar. PERSPECTIVAS DE Por nuestra parte hemos iniciado re- FUTURO cientemente una serie sobre cartografía de la flora del Sistema Ibérico, también sobre Sin duda, el proyecto que más ha cuadrícula de 10 x 10, de la que tenemos aportado al conocimiento de la flora del en prensa dos primeros artículos con los Sistema Ibérico en los últimos años ha géneros Saxifraga y Santolina. El núme- sido Flora Iberica (CASTROVIEJO & ros de puntos aportados resulta bastante al., 1986-97), que sigue en marcha y aún mayor que las cartografías habituales al quedan por aparecer más de los dos ter- enriquecerse con las anotaciones de nues- cios de los 21 volúmenes previstos. La tros cuadernos de campo, donde las refe- parte más oriental del territorio se ve rencias son 5-10 veces más amplias que también afectada por la importante Flora las habidas en la bibliografía y herbarios. dels Països Catalans, (BOLÒS & VIGO, 1984-95) de la que solamente falta por aparecer el volumen de Monocotiledó- BIBLIOGRAFÍA neas. Nada desdeñables han sido las aporta- AGUILELLA, A. (1985) Flora y vegetación de la Sierra de El Toro y Las Navas de To- ciones de los proyectos de cartografía de rrijas. Tesis doctoral. Universidad de Va- la flora que afectan a la zona, que también lencia. se encuentran en sus comienzos y siguen ASSO, I.J. (1779) Synopsis stirpium indigena- en marcha. Por un lado el de mayor ám- rum Aragoniae. Massiliae. bito, el Atlas Florae Europaeae (JALAS BACHILLER, D. (1985) Contribución al & SUOMINEN, 1972-86), que cartografía estudio de la flora y vegetación de la Sie- toda Europa sobre retículo UTM de 50 rra del Almuerzo (Soria). E.T.I. Forestales. km de lado. A nivel de la Península Ibé- Madrid. rica completa y con cuadrículas de 10 km BARRERA, I. (1985) Contribución al estudio de la flora y vegetación de la Sierra de Al- de lado tenemos la veterana serie de barracín. Tesis doctoral. Universidad Asientos para un atlas corológico de la Complutense. Madrid. flora occidental, que ha venido publi- BOLÒS, O. de & J. VIGO (1984-95) Flora cando Fernández Casas en la revista dels Països Catalans. Ed. Barcino. Barce- Fontqueria, con 24 fascículos que com- lona. prenden 757 táxones. Más reciente es la BORJA, J. (1950) Estudio fitográfico de la paralela serie de Cartografía corológica Sierra de Corbera. Anales Jard. Bot. Ma- ibérica, editada por diversos autores en la drid 9: 361-477. revista Botanica Complutensis, que emite BUADES, A. (1987) Contribución al estudio de la flora vascular del noroeste de la series más cortas de mapas, habiendo

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28 G. MATEO: La flora del Sistema Ibérico: estado de nuestros conocimientos y perspectivas ...

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