SENADORES DISCUSION México, D.F., miércoles 27 de abril de 2016. Versión Estenográfica

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Tenemos ahora la segunda lectura del dictamen de las Comisiones Unidas de Justicia; de Derechos Humanos; de Gobernación; y de Estudios Legislativos, con proyecto de decreto por el que se expide la Ley Nacional de Ejecución Penal y se adiciona el Código Penal Federal.

Debido a que se encuentra publicado en la Gaceta de este día, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si se omite su lectura.

La Secretaria Senadora Ana Gabriela Guevara Espinoza: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si se omite la lectura del dictamen.

Quienes estén por la afirmativa, sírvanse levantar la mano.

(La Asamblea asiente)

Quienes estén por la negativa, sírvanse levantar la mano.

(La Asamblea no asiente)

Sí se omite, Presidenta.

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Secretaria.

Se concede el uso de la palabra al Senador Fernando Yunes Márquez, para presentar el dictamen a nombre de la Comisión de Justicia, en términos de lo dispuesto por el artículo 196 del Reglamento.

El Senador Fernando Yunes Márquez: Con su venia, señora Presidenta.

Señoras y señores Senadores: Hoy es un día en que este Senado de la República cambiará el paradigma del Sistema Penitenciario Mexicano.

Esta Cámara de Senadores dará el primer paso para cambiar la vida de miles de personas que se enfrentan todos los días a la oscuridad y a las sombras que implican nuestras cárceles.

La Ley Nacional de Ejecución Penal nació como una reserva de ley en nuestra Constitución el 18 de junio de 2008, se gestó en las propuestas de las Senadoras Pilar Ortega y Adriana Dávila; en las iniciativas de las Senadoras Angélica de la Peña, Cristina Díaz y , y en las ideas complementarias de los Senadores y Miguel Romo Medina.

Tres iniciativas que sirvieron…

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: ¡Permítame, Senador!

Pido, por favor, a la Asamblea poner atención en la presentación del dictamen que estamos discutiendo.

Continúe, Senador.

El Senador Fernando Yunes Márquez: Gracias, Presidenta.

Tres iniciativas que sirvieron de base y fundamento para el enorme trabajo técnico que este Senado realizó durante tres años.

Quisiera agradecer al Presidente de la Mesa Directiva del Senado, el Senador Roberto Gil Zuarth, quien encabezó junto con las Senadoras Angélica de la Peña, Cristina Díaz y Graciela Ortiz, los trabajos de dictaminación para lograr el proyecto de ley que hoy presentamos.

En la elaboración de esta Ley Nacional también participaron organizaciones de la sociedad civil y dependencias del gobierno federal, en especial la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional de Seguridad, Ia Setec.

Agradezco también al cuerpo técnico de las comisiones dictaminadoras.

El dictamen que se pone a su consideración sobre la Ley Nacional de Ejecución Penal consta de 207 artículos desarrollados en 6 títulos, así como 2 artículos que conforman su régimen transitorio.

De manera general establece las normas, principios y reglas para regular con base en los derechos de las personas sentenciadas las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva, así como la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolución judicial.

Establece también los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal y los medios para lograr la reinserción social.

Con este nuevo ordenamiento estamos modificando el modelo previsto en la ley que establece las normas mínimas sobre readaptación social de sentenciados, un ordenamiento jurídico que data de 1971.

Ese aleja este nuevo modelo de la vieja escuela penitenciaria de readaptación social para transformarse en uno de reinserción social.

Se establece claramente un sistema penitenciario que deja de ser el centro de convivencia y desarrollo de la delincuencia, o como comúnmente se dice: la escuela del crimen.

El presente dictamen se desarrolla sobre los cinco ejes de reinserción social que se encuentran establecidos en el artículo 18 de nuestra ley fundamental.

El respeto a los derechos humanos, el trabajo y la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte, estos principios constitucionales funcionarán como directrices del Sistema Penitenciario Mexicano, estar privado de la libertad no significa estar privado de la vida, de la igualdad y de la dignidad.

Este proyecto señala también que el desarrollo del debido procedimiento penitenciario ante las autoridades de ejecución y la actuación de los sujetos que intervienen en el de acuerdo a sus respectivos derechos y atribuciones se regirán por lo establecido en la Constitución, tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano sea parte y en esta ley.

En lo conducente a los estándares internacionales y por los principios de dignidad, igualdad, legalidad, debido proceso, transparencia, confidencialidad, publicidad, proporcionalidad y reinserción social, bajo este supuesto se sientan las bases para que se transforme en un sistema que asegure el cumplimiento de la pena de prisión sin menoscabo de la dignidad y desarrollo de las personas.

Uno de los aspectos más relevantes para generar el cambio de paradigma en el Sistema Penitenciario es, sin duda, el reconocimiento de la persona privada de la libertad como sujeto de derechos y no más como un reo o prisionero, todo ello conlleva una gran transformación en la operación de un complejo sistema penitenciario, es decir, el desarrollo de acciones jurídicas administrativas basadas en derechos que actúan como límites y bases para su funcionamiento.

Por ello, se establece que en lo relativo a la ubicación de las personas privadas de la libertad en un centro penitenciario, cualquier que este sea, se procederá de manera inmediata a una separación en la cual las mujeres compurgarán sus penas en lugares separados de los destinados a los hombres, tendrán acceso a derechos específicos de su género, así como de condiciones especiales de niñas y niños que nazcan en los centros penitenciarios.

Las personas procesadas y sentenciadas ocuparán instalaciones distintas y las personas en reclusión preventiva y de ejecución de sentencias por delincuencia organizada serán sujetas a medidas de seguridad especiales.

Se regula también lo relativo a las obligaciones de las personas privadas de su libertad, los derechos de las personas sentenciadas que gozan de libertad condicionada, así como las obligaciones de las personas sentenciadas que hayan obtenido alguna medida de libertad condicional.

Para lo anterior se establece la existencia de un plan de actividades que será diseñado con plena participación de la persona sentenciada en el que ya no será exclusivamente el trabajo el único incentivo que tenga para lograr su desarrollo o la obtención de beneficios, sino que por el contrario, este estará diseñado de acuerdo a su condición.

Es por esto que en el capítulo de trabajo se reconocen nuevas modalidades de empleo para que la persona privada de la libertad tenga la posibilidad de desempeñar una actividad productiva a través del auto empleo, a cuenta de terceros por contratación, o bien, a través de actividades productivas para fines del sistema de reinserción.

En este diseño normativo pueden encontrarse las diferentes opciones por las que una persona privada de la libertad puede optar de acuerdo a sus preferencias ocupaciones.

Otro punto relevante son los procesos de justicia restaurativa en los cuales podrán participar la víctima u ofendido, el sentenciado o la comunidad afectada con el objeto de identificar las necesidades y responsabilidades individuales y colectivas coadyuvando a su reintegración.

Finalmente, se brindarán servicios post penales con el objeto de fomentar la creación y promoción de espacios de orientación, apoyo y desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social y de capacitación de todas las áreas relacionadas con los ejes establecidos en la Constitución en razón de facilitar la reinserción social aunado a la promoción de la aceptación del externado.

De igual manera se establecerá una coordinación entre la Federación y las entidades federativas para el óptimo cumplimiento de los objetivos de la reinserción.

El Estado en su conjunto será responsable de la reinserción social de los sentenciados.

En esta ley se reglamenta también lo referido a los ingresos, visitas, revisiones personales y entrevistas en los centros penitenciarios, asimismo se regula lo pertinente a las revisiones en los mismos tales como las revisiones a las celdas, el registro de la revisión, sustancias u otros objetos prohibidos, el uso de fuerza, entre otros.

Uno de los aspectos destacables de esta ley es la figura de los observadores que fungirán como coadyuvantes en el respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad, lo cual implica un gran avance dado que no sólo los organismos proyectores de derechos humanos podrán ingresar a los centros penitenciarios para velar por los derechos, sino también la sociedad civil acreditaba experta en la materia.

Se regula también lo relativo a la salud y los servicios de atención médica dentro de los centros penitenciarios, así como de las actividades físicas y deportivas, la educación, la capacitación para el trabajo.

Se establece el modelo de libertad condicionada en el cual el juez de ejecución podrá conceder a la persona sentenciada el beneficio de libertad condicionada bajo la modalidad de supervisión con o sin monitoreo electrónico.

La ley contempla la libertad anticipada que consiste en que el juez de ejecución podrá determinar el beneficio de libertad que consistirá en la extinción de la pena de prisión y el beneficio de la libertad al sentenciado, siempre y cuando cumpla con ciertas condiciones.

Finalmente, el apartado de los artículos transitorios tiene como finalidad implementar este nuevo paradigma del Sistema Penitenciario Mexicano y establece una temporalidad de cuatro años para su implementación total.

Nuestras cárceles nunca más serán nidos de violación a los derechos humanos que nuestra Constitución garantice. Nuestras cárceles con esta ley dotarán de seguridad tanto a los internos como a la población en general y con ello evitaremos tragedias, como han sucedido en fechas anteriores.

Señoras y señores Senadores: El Estado constitucional cimienta su estructura en el respeto y garantía de los derechos humanos de todas las personas, nuestras cárceles son el reflejo de nivel cultural, democrático y social que tenemos como país.

Si México está cambiando, cambiémoslo en su conjunto.

Por su atención, muchas gracias.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senador.

Se concede ahora el uso de la palabra a la Senadora Angélica de la Peña Gómez, para presentar el dictamen a nombre de la Comisión de Derechos Humanos.

Tome nota la Secretaría del voto en contra del Senador Zoé Robledo, en el anterior dictamen, por favor.

La Senadora Angélica de la Peña Gómez: Con su venia, señora Presidenta.

Señoras Senadoras; señores Senadores: El proyecto de ley de ejecución penal que hoy ponemos a su consideración constituye el fruto del trabajo colectivo de más de tres años en que las Comisiones Unidas de Justicia; de Derechos Humanos; de Gobernación; y de Estudios Legislativos, nos dimos a la tarea de diseñar uno de los proyectos legislativos más trascendentes después de las reformas constitucionales en materia penal y de derechos humanos del 2008 y del 2011, respectivamente.

Con esta ley buscamos transformar radical y estructuralmente las bases sobre las que se sustenta el sistema penitenciario de nuestro país, y establecemos las directrices mínimas que habrán de seguirse a partir de su entrada en vigor para garantizar el cumplimiento del mandato constitucional que nos obliga a transitar del viejo enfoque de la readaptación social hacia el nuevo paradigma garantista de la reinserción social.

En este contexto, la promulgación de una ley única en materia de ejecución penal representa una oportunidad invaluable para transformar los parámetros de ingobernabilidad de los centros de privación de libertad en un Estado de derecho, garantizando que el régimen de internamiento sea llevado a cabo en condiciones de vida digna y segura para todas las personas, lo cual no sólo abona al respeto de los derechos humanos de quienes se encuentran privados de su libertad, sino también genera valiosos incentivos para que estas personas se reintegren en la sociedad en base a la reinserción social.

Actualmente, el internamiento deja en una situación de extrema vulnerabilidad a las personas privadas de la libertad frente a la discrecionalidad, la corrupción, la indiferencia, los abusos de poder y la falta de capacidad gubernamental para remontar el control de Estado y hacer frente a los autogobierno y cogobierno que prevalecen en prácticamente la inmensa mayoría de los centros de privación de libertad del país.

De acuerdo con lo documentado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a través del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, el sistema penitenciario nacional enfrenta una grave crisis derivada de la falta de una adecuada política nacional que atienda los grandes rubros que constitucionalmente se deben observar y cumplir.

Todas y todos estamos más que conscientes de esta situación y debemos asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde. Por lo tanto, el presente proyecto tiene como base fundamental establecer las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva, en la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolución judicial.

También, establecer los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal, así como regular los medios para lograr la reinserción social, siempre teniendo como base de los principios, garantías y derechos consagrados en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano forma parte.

Pretendemos dotar de herramientas a las autoridades competentes para generar condiciones de gobernabilidad, redefinir las facultades y asignar nuevas atribuciones para que los distintos órganos implementadores, así como mejor y agilizar los procedimientos y contenidos normativos que permitan a las distintas instituciones del Estado cumplir con sus respectivas responsabilidades constitucionales.

Entre los desafíos y para el respeto y garantía de los derechos de las personas privadas de libertad, se establece como primer lugar la necesidad de reestructurar y replantear la forma en que el Estado se constituye en garante directo de sus derechos.

La tutela de estos derechos humanos requiere de una sola ley que integre un verdadero parámetro de protección para las personas que se encuentran en estos centros de privación de libertad.

De igual forma, es responsabilidad de cada sociedad garantizar que la privación o restricción de libertad no cause más limitaciones a los derechos o a las condiciones de las personas que la viven, que aquéllas que la propia ley establece, o que sean consecuencia de la resolución judicial.

Es deber del Estado tratar justamente y respetar la libertad humana, garantizar los derechos humanos de las personas privadas de la libertad en virtud de una sentencia y colaborar con su reinserción a la sociedad una vez que haya cumplido con ésta.

Estamos convencidas y convencidos de la necesidad de articular una concepción holística del respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad, que parte de la siguiente premisa:

Las personas privadas de la libertad también tienen derechos y el Estado es su garante directo.

Comprender esta premisa no es fácil precisamente por el fracaso del Estado que no ha sabido otorgar las directrices para la reinserción de quienes cometen algún delito y lastiman a sus víctimas y también lastiman a la sociedad.

De ahí que nuestra principal preocupación haya sido desde el principio, la creación de un diseño legal cimentado en un sólido régimen de derechos y obligaciones, y en una adecuada interpretación del mandato constitucional relativo a la reinserción social como un fin y no como un medio.

Lo anterior significa, señoras y señores, un verdadero cambio de paradigma a partir del cual el sistema penitenciario debe organizarse sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte, como medios para lograr la reinserción a la sociedad de las personas privadas de su libertad como requisito indispensable para la restitución plena de derechos y libertades de las personas que hayan sido objeto de limitaciones precisamente a esos derechos y a esas libertades como consecuencia de una sanción penal.

Con esta ley damos paso a un marco regulatorio equilibrado y apropiado para la protección de los derechos humanos de las personas privadas de su libertad, procesadas y sentenciadas.

Fortalecemos los mecanismos de control por parte de los jueces de ejecución, y garantizamos la posibilidad de que las organizaciones de la sociedad civil y los organismos públicos nacionales e internacionales de protección de los derechos humanos, puedan ingresar y llevar a cabo visitas a los centros de privación de libertad a fin de poder constatar las condiciones de internamiento y coadyuvar en la vigencia y el respeto a los derechos de las personas privadas de su libertad.

En este sentido conviene tener presenta la gran cantidad de personas, casi el 40% total de la población penitenciaria, que se encuentran privadas de su libertad en calidad de procesadas, sujetas y víctimas del abuso de la prisión preventiva en nuestro país, y sin que hasta el momento se les haya dictado una sentencia. Eso es realmente un problema.

Muchas de estas personas, si el nuevo sistema penal tuviera los niveles de vigencia que todas y todos deseamos, podrían y deberían estar enfrentando su proceso en libertad.

Particular mención merece lo relativo al régimen de derechos de mujeres privadas de su libertad, especialmente el régimen de mujeres privadas de su libertad que viven con niñas y niños al interior de los centros penitenciarios.

En esta ley visibilizamos a las niñas y a los niños invisibles, e incorporamos derechos y procedimientos que deben ajustarse a su principio rector de sus derechos, que es el interés superior de la niñez.

Generamos un sistema de corresponsabilidad institucional que obliga a diversas autoridades a coordinarse para el cumplimiento de los objetivos de la presente ley, y definimos obligaciones precisas para que las autoridades penitenciarias en el ámbito local y federal, estén sujetas al control judicial y vean disminuidos los enormes márgenes de discrecionalidad e impunidad con que están acostumbrados a operar.

Al respecto es oportuno destacar que la autoridad penitenciaria estará obligada a mantener una base de datos de personas privadas de la libertad, con la información de cada persona que ingrese al sistema penitenciario.

Lo anterior de conformidad con lo que establece el Sistema Único de Información Criminal, definido en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La autoridad penitenciaria deberá mantener también un expediente médico y un expediente único de ejecución penal de cada persona que ingresa al Sistema Penitenciario.

De la misma manera, la autoridad penitenciaria estará obligada a establecer los registros fidedignos necesarios con información precisa respecto al Centro Penitenciario.

En cuanto a la intervención del Ministerio Público, en el procedimiento de ejecución penal, se le asigna la obligación de garantizar el resguardo del respeto a los derechos humanos de las personas que tengan interés en la ejecución de las sentencias y de las disposiciones legales relativas al cumplimiento de las mismas.

Cabe subrayar, que el Juez de Ejecución que es uno de los cambios más importantes en esta ley, dará trámite a los procedimientos que correspondan a la ejecución de sentencia para dar cumplimiento al fallo emitido por el Juez de Control o Tribunal de Enjuiciamiento en los términos establecidos por esta ley, por el código y demás leyes penales aplicables.

Se establece, el acceso a la formulación de peticiones administrativas ante la autoridad penitenciaria, por las personas privadas de libertad y aquellas legitimadas por la misma.

Es necesario señalar que dichas peticiones podrán impugnar hechos, actos u omisiones de las condiciones de internamiento.

De acuerdo con el principio del debido proceso, las peticiones se sustanciarán conforme a las reglas establecidas en esta ley, a fin de que en la autoridad penitenciaria declare la existencia de una afectación en las condiciones de vida digna y segura, en reclusión para las personas privadas de libertad o afectación a los derechos de terceras personas y, si fuera el caso, la subsanación de dicha afectación.

En el Capítulo de Procedimiento Jurisdiccional, se establecen las reglas del procedimiento, cómo participaran las partes y la regulación de cada etapa procesal.

Los criterios básicos durante las audiencias, así como los plazos para la resolución y ejecución de la misma.

Destacamos que el sistema por el cual se sustanciaran las acciones y recursos judiciales, será el Sistema Acusatoria y Oral y se regirán por los principios de contradicción, concentración, continuidad, inmediación y publicidad.

Finalmente y no por ello menos importante, es pertinente mencionar que se regula lo relativo al acceso a la salud y a la educación dentro de los centros penitenciarios, así como todo lo correspondiente a la promoción de actividades físicas, deportivas, culturales y laborales.

En suma, las Comisiones Unidas de Justicia; de Derechos Humanos; de Gobernación; y de Estudios Legislativos, ponemos a su consideración un dictamen que cumple a cabalidad con los altos estándares internacionales y refrenda la vigencia de una máxima garantista expresada de manera por demás correcta y oportuna por Luigi Ferrajoli, dice: “El derecho penal define lo que no está permitido lesionar, ni con el delito ni con la pena”:

Antes de solicitar de manera atenta su voto, a favor del presente dictamen, no quiero dejar pasar la oportunidad, en primerísimo lugar para mencionar el reconocimiento de nuestros secretarios técnicos, los cuatros de las cuatro comisiones.

Me parece que hicieron un trabajo realmente pertinaz, docto, serio, que es necesario distinguir y es necesario aplaudir.

No seriamos, en la conclusión de este dictamen, de manera efectiva, tan eficientes en la presentación y finalmente la consideración a partir de que pedimos su voto, sin el trabajo de nuestros cuatro secretarios.

También quiero agradecer la participación de distintas organizaciones no gubernamentales, de distintos expertos.

Particularmente le quiero dar las gracias al maestro Miguel Sarre, con mucho cariño.

A las madres de la Plaza Luis Pasteur, a México Evalúa, a Reinserta, A.C, a Documenta, A.C, Alto al Secuestro y a México SOS.

Muchas gracias a ustedes por su atención.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senadora.

Tiene ahora el uso de la palabra a la Senadora Cristina Díaz Salazar, para presentar el dictamen a nombre de la Comisión de Gobernación, en términos de lo dispuesto por el artículo 196 del Reglamento.

La Senadora Cristina Díaz Salazar: Con su venia, señora Presidenta del Senado.

Honorable Asamblea: El proceso de dictaminación de la Ley Nacional de Ejecución Penal ha sido uno de los más intensos e interesantes que hemos llevado a cabo en la Comisión de Gobernación.

El presente dictamen ha sido elaborado mediante un proceso de tres años en los que han intervenido organizaciones de la sociedad civil, mismas que mencionó oportunamente la Senadora Angélica de la Peña, por académicos destacados, expertos, autoridades de las diversas áreas del gobierno federal y la Conferencia Nacional Penitenciaria.

Quiero destacar que en este proyecto hemos trabajado desde el mes de marzo de 2013, primero en la construcción de una iniciativa entre los Senadores Roberto Gil, Presidente hoy del Senado; Angélica de la Peña y la de la voz.

Posteriormente convocamos a un proceso de discusión y análisis a través de mesas de trabajo donde hubo una gran participación de las organizaciones de la sociedad civil, y representantes de la Setec, de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Gobernación.

Secretarios Técnicos de las Comisiones Unidas de Justicia; de Derechos Humanos; Gobernación; y Estudios Legislativos, como es, Julio Rivera, Eduardo Muñiz, Luis Felipe Nava, Gabriel Delgadillo, y desde luego la participación de Jaime Rivera.

Así también la participación muy importante de los Senadores Roberto Gil Zuarth, Arely Gómez, Manuel Camacho, que en paz descanse, Benjamín Robles Montoya, Omar Fayad Meneses, María del Pilar Ortega, Luisa María Calderón, Angélica de la Peña, Graciela Ortiz, incluyendo a la de la voz.

A todos ellos, a todos los compañeros, Secretarios Técnicos y asesores, y a mis amigos Senadores reconozco especialmente su dedicación sobre este tema que es de la mayor trascendencia e importancia para México.

Quienes participamos de este proceso teníamos un fin común: la expedición de una ley que sentará las bases para el tratamiento de las personas privadas de la libertad, que modifique y enfoque los votos del régimen penitenciario actual: los vicios.

Con todo esto sabemos hoy el día, las condiciones de encierro de los centros penitenciarios que da lugar a violaciones sistemáticas a derechos humanos como consecuencia de los vicios en un sistema de cumplimiento de penas que privilegien encierro y obstaculice en desarrollo personal.

Ante esta realidad, y con la urgencia de cumplimentar el sistema de justicia penal construimos la Ley Nacional de Ejecución Penal.

Esta ley tiene por objeto establecer las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva en la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolución judicial condenatoria.

En ellas se establecen los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal, así como condiciones normativas que permitan una verdadera reinserción social de las personas privadas de su libertad.

Se establece claramente un sistema penitenciario que deje ser el centro de convivencia y desarrollo de la delincuencia comúnmente conocido como “escuela de crimen”.

Se sientan las bases para establecer un sistema que asegure el cumplimiento de la pena de prisión sin menoscabo a la dignidad y desarrollo de las personas sobre la base de los principios, garantías y derechos humanos.

Parta ello se prevé la homologación del procedimiento de ejecución con el fin de dar trámite a la ejecución de sentencias e iniciar con el cumplimiento al fallo emitido por el juez de control o el tribunal de enjuiciamiento.

Dicho procedimiento está regido esencialmente por los principios de debido proceso aunado a la implementación de protocolos emitidos por la Conferencia Nacional de Sistema Penitenciario con el fin de garantizar los derechos de las personas privadas de la libertad, permitiendo al Estado el cumplimiento de sus obligaciones de manera eficaz en esta materia.

La autoridad penitenciaria habrá de realizar un expediente de ejecución integrado por registros con información precisa y actualizada de la resolución no privativa de la libertad, las resoluciones que recaigan en las peticiones, los procedimientos judiciales y los documentos que tengan un efecto en la situación jurídica de la persona.

Entre los aspectos más relevantes para generar el cambio de paradigma en el sistema penitenciario están: el reconocimiento de la persona privada de la libertad como sujeto de derechos y no más como reo o prisionero, ya superado así en la norma constitucional.

Especialmente se desarrollan los cinco ejes de reinserción social:

Primero. Respeto a los derechos humanos.

Segundo. Trabajo y capacitación para el mismo.

Tercero. Educación.

Cuarto. Salud.

Quinto. Deporte.

Esto, para que las personas privadas de la libertad no sientan una merma mayor en su desarrollo, que aquella que derive estrictamente de la sanción punitiva.

Lo anterior, con la finalidad de generar un equilibrio entre la sanción y el establecimiento de una vida plena al cumplir la vida impuesta y reinsertarse en la sociedad.

Un cambio relevante en el sistema, es el establecimiento de un plan de actividades que será diseñado con plena participación de la persona sentenciada, de acuerdo con su condición, en el que el trabajo ya no será exclusivamente único incentivo que tenga para lograr su desarrollo o la obtención de beneficios.

Es por esto que en el Capítulo de Trabajo, se reconocen nuevas modalidades de empleo, para que la persona privada de la libertad tenga la posibilidad de desempeñar una actividad productiva a través del autoempleo, a cuenta de terceros por contratación, o bien, a través de actividades productivas para fines del sistema de reinserción.

Destaca un aporte fundamental en esta ley referente a las mujeres y, sobre todo, a quienes siendo madres tienen a sus hijos viviendo en prisión.

De acuerdo con los derechos de los niños y las niñas, se estableció que durante el tiempo que los hijos vivan con sus madres en los centros penitenciarios, la autoridad deberá proveerles de medios y espacios dignos para lograr su desarrollo y que no tengan una merma mayor en su crecimiento.

Esto, con el fin de proteger a los llamados “niños invisibles”.

Como uno de los puntos más sobresalientes de la presente ley, está el apartado relativo a la justicia terapéutica. Esto representa un beneficio de la sustitución de la ejecución de la pena, que determinará el juez de ejecución y tendrá como finalidad propiciar la rehabilitación e integración de las personas sentenciadas, relacionadas con el consumo de sustancias, bajo la supervisión del juez de ejecución logrando la reducción de los índices delictivos.

Otro punto relevante, es un proceso de justicia restaurativa, en los cuales podrá participar la víctima u ofendido, el sentenciado o la comunidad afectada, con el objeto de identificar las necesidades y responsabilidades individuales y colectivas, coadyuvando a su reintegración.

La ley contempla también la integración de servicios pospenales, con el objeto de fomentar la creación y promoción de espacios de orientación, apoyo y desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social y de capacitación, a efecto de facilitar la reinserción social, aunada a la promoción para aceptación de la persona externada.

Se prevé para ello, que la autoridad penitenciaria y demás autoridades corresponsables, firmen convenios de colaboración con instituciones del sector público y privado para prestar funciones relacionadas con los servicios pospenales y así canalizar a las personas liberadas y a su familia y facilitar su reinserción social.

Existirá, de manera importante una coordinación entre la Federación y las entidades federativas para el óptimo cumplimiento de los objetivos de la reinserción.

Destaco, que posterior al acuerdo de las comisiones, los presidentes de las mismas hemos acordado presentar un documento con modificaciones que no cambian sustancialmente el proyecto, pero que servirán para dar mayor claridad a los fines de las leyes.

Dichas modificaciones impactan de la siguiente manera:

En los artículos 3º y 7º, a efecto de integrar a la Secretarías de Gobernación y de Cultura, como corresponsables para los fines de esta Ley.

El artículo 6º, a efecto de que la autoridad penitenciaria procure la sustentabilidad de los centros penitenciarios.

El artículo 15, para modificar la aceptación de arraigo domiciliario o resguardo en propio domicilio.

Al artículo 22, es el efecto de esclarecer que la Policía Penitenciaria estará a cargo de la Policía Federal o de las instituciones de seguridad pública o de las entidades federativas.

El artículo 29, a efecto de que el Inegi realice la Encuesta Nacional sobre Personas Privadas de Libertad con cargo a su presupuesto.

Al 135, a efecto de esclarecer el procedimiento para la tramitación y resolución de la apelación.

A los artículos primero y segundo transitorios, a efecto de establecer con claridad el inicio de vigencia de la ley, a través de una implementación progresiva de acuerdo con las obligaciones de cada una de las áreas encargadas de ellos.

A los transitorios sexto y séptimo, a efecto de garantizar la adecuada implementación, de acuerdo con los presupuestos aprobados y subsecuentes que para ello se destinen.

Al transitorio octavo, a efecto de establecer un máximo de cuatro años para cumplir con la obligación de capacitación y formación de los operadores del sistema, así como de contar plenamente con la infraestructura para su debida implementación.

Al transitorio décimo, a efecto de adecuar el porcentaje de posesión de cannabis, sativa, indica o marihuana, de manera que el procedimiento de excarcelación proceda en razón de los acuerdos que en esta materia determine el Congreso de la Unión, derivado de las iniciativas que se han presentado por diversos legisladores y por el Poder Ejecutivo.

Se integra un artículo transitorio al resolutivo segundo del decreto, ya que se ha omitido el mismo.

Por lo anteriormente expuesto, estamos pidiendo a las Senadoras y a los Senadores, el apoyo para este presente dictamen.

Es cuanto, Presidente.

PRESIDENCIA DEL SENADOR LUIS SÁNCHEZ JIMÉNEZ

El Presidente Senador Luis Sánchez Jiménez: Gracias, Senadora Díaz Salazar.

Se concede el uso de la palabra a la Senadora Graciela Ortiz González, para presentar el dictamen a nombre de la Comisión de Estudios Legislativos.

Solicito a la Secretaría registre el voto a favor de la Senadora Itzel Sarahí Ríos de la Mora, en el dictamen relativo a la ratificación del Magistrado de Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

Aprovecho el espacio para saludar la presencia de representantes del Centro de Investigaciones Estratégicas, Sahib Quirán, de Turquía, quienes asisten a una reunión de trabajo con la Comisión de Reforma del Estado, invitados por el Senador José María Martínez Martínez, y por el Senador Patricio Martínez.

Sean ustedes bienvenidas y bienvenidos.

(Aplausos)

Adelante, Senadora Ortiz.

La Senadora Graciela Ortiz González: Muchas gracias, señor Presidente.

Vengo en nombre de la Comisión de Estudios Legislativos, a presentar, al igual que mis compañeros Presidentes de las Comisiones de Derechos Humanos, Angélica de la Peña; mi compañera Presidenta de la Comisión de Gobernación, la Senadora Cristina Díaz Salazar y, desde luego, del Presidente de la Comisión de Justicia, el licenciado Fernando Yunes, el proyecto de decreto por el que se expide la Ley Nacional de Ejecución Penal.

A mí me parece que éste es un momento, de contarse con la aprobación del Pleno de este Senado de la República, para que los Senadores y las Senadoras nos sintamos satisfechos.

Uno de los grandes debates en materia doctrinaria en derecho penal, ha sido en México la reinserción social, la rehabilitación de quienes en algún momento dado, por cualquier motivo, cometieron un ilícito, cometieron un delito y fueron juzgados y sentenciados, buscando con ello aplicar lo que el derecho establece, una sanción de pena corporal para aquellos quienes infringieron la ley.

Pero parte de nuestro sistema de derecho penal es que aparejada a la sanción, vaya también, lo que es más importante, la búsqueda de la reinserción de quienes cometieron un delito al concluir su pena para que puedan verdaderamente incorporarse a la vida social en mejores condiciones.

Y esto, por mucho que lo aprendimos en las facultades de derecho, quienes por ahí pasamos, la verdad es que la realidad nos muestra otra cosa, no hay reinserción social en México, y no la hay, porque aunque está establecida de manera doctrinaria, no tenía, el Estado mexicano y la sociedad misma, los instrumentos, los criterios jurídicos, la normatividad, la regulación apropiada para que esto se cumpla.

De tal manera que a mí me da muchísimo gusto estar el día de hoy haciendo la presentación de este cuerpo legal, que está a consideración de ustedes, porque me parece que dentro de los muy variados y múltiples aspectos positivos que integramos a esta Ley Nacional de Ejecución Penal, que por limitación de tiempo no voy a agotar en esta presentación y que además han sido ampliamente presentados por quienes ya me han precedido en la tribuna.

Solamente voy a referirme a algunas cuestiones que me parecen trascendentales para lo que estamos buscando aprobar a través del voto favorable de todos ustedes.

Esta ley tiene por objeto establecer las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva, en la ejecución de penas y también en las medidas de seguridad impuestas, como consecuencia de una resolución judicial, así como tiene también por fin, por objeto, regular los medios para lograr esto con lo que empecé mi participación, esto que es un anhelo y un deseo de toda sociedad, una verdadera reinserción social sobre la base de los principios, las garantías y los derechos consagrados en la Constitución, Tratados Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, y por supuesto en esta ley.

Es incuestionable que aquellas personas que están sujetas al cumplimiento de una condena, o bien, sujetas a proceso en espera de que se dicte la sentencia correspondiente, se encuentran bajo la tutela del Estado, y en este sentido, el Estado se encuentra en una posición especial de garante, y como tal, asume deberes específicos de respeto y garantía de los derechos fundamentales de quienes estén en esta condición, lo que trae consigo la responsabilidad especial, la necesidad de asegurar, de garantizar que la privación de la libertad sirva a ese propósito, de sancionar, pero también de reinsertar hacia la sociedad.

En observancia al artículo 18 de la Constitución, la ley que estamos proponiendo aprobar establece, a la luz de la reforma constitucional del 2011, en materia de derechos humanos, la organización, la administración y operación del Sistema Penitenciario sobre la base del respeto, justamente del respeto a los derechos humanos, el trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios idóneos no exhaustivos, pero sí idóneos para procurar la reinserción de la persona sentenciada a la sociedad, y buscar, en consecuencia, que no se vuelva a delinquir.

Es restituir la posibilidad de la persona de insertarse en la sociedad y también de darle la garantía a la sociedad de que a través de esta pena esa persona ha quedado reincorporada.

En este orden de ideas, disponemos en la ley que el desarrollo del debido procedimiento penitenciario ante las autoridades de ejecución se rija por principios que son fundamentales: los principios de dignidad, de igualdad, de legalidad, de debido proceso, transparencia, confidencialidad, publicidad, proporcionalidad y desde luego el de reinserción social.

Como ustedes saben, desde que se inicia la privación de la libertad, se suspenden o se restringen algunos de los derechos de los reclusos. No obstante, otros se conservan como el derecho a la vida y la integridad corporal, el derecho a la autonomía de la voluntad, a la dignidad personal, a la igualdad y a la no discriminación, los derechos de familia y aquellos relativos a la legalidad y a la seguridad jurídica.

En este proyecto que presentamos, incluso, se adquieren o se fortalecen otros derechos como el derecho al trabajo, el derecho a la capacitación para el trabajo, el derecho a la educación, a la protección de la salud y al deporte.

Y esta ley lo que busca es que no permitamos que a las personas en situación de cárcel, sin importar si ya han sido condenados o si todavía están esperando a que se les dicte sentencia, se les invisibilice, se les silencie o dejen de ser parte de la sociedad por su sola situación jurídica.

¿Cuántas veces estamos atentos, como sociedad, a todo el proceso que se sigue en el caso de una actuación delictiva?

Y una vez que han sido sentenciados, que han sido condenados, que han sido enviados a cumplir su pena corporal, realmente nos olvidamos de qué sucede con ellos y no nos importa y no queremos como sociedad saber qué sucede tras las rejas y tras las gruesas paredes de una cárcel.

Desde la perspectiva de que no basta con reconocer derechos en las leyes, en el proyecto nacional de esta Ley Nacional, se han establecido de manera puntual los mecanismos procesales y procedimentales, tanto administrativos como jurisdiccionales para protegerlos.

De tal forma que los centros penitenciarios no sean espacio de contagio del crimen, ni de violaciones a los derechos humanos, sino que se conviertan en sitios en los que se respeten los derechos humanos de las personas y se provea una alternativa real de reinserción a la sociedad.

Una oferta equilibrada de actividades asociativas y constructivas, y no aflictivas, favorece sin duda en el recluso un estilo de vida autónomo y respetuoso de la ley una vez puesto en libertad.

Más concretamente, la adquisición de competencias profesionales, experiencia laboral e instrucción, constituyen elementos fundamentales para esa reinserción apropiada de los reclusos tras su puesta en libertad.

Por ello, en el proyecto se establece, y lo quiero subrayar, el plan de actividades como la organización de los tiempos y espacios en que cada persona privada de la libertad realizará sus actividades laborales, educativas, culturales, de protección a la salud, deportivas, personales y de justicia restaurativa de conformidad con el régimen y organización de cada centro.

En cuanto a la ubicación de las personas privadas de la libertad se dispone, y ya se dijo aquí, lo subrayo solamente porque me parece que es de destacarse, que las mujeres compurguen sus penas en lugares separados de los destinados a los hombres, que las personas procesadas y sentenciadas ocupen instalaciones distintas y que las personas en reclusión preventiva y en ejecución de sentencia por delincuencia organizada, o sujetas a medidas especiales de seguridad, se destinen a centros especiales.

Esa graduación, esa gradualidad que se le da a quien comete un delito de acuerdo a la gravedad del mismo, me parece que es fundamental en la búsqueda de esa debida reinserción.

En este sentido, se establece lo relacionado con la clasificación de áreas dentro del centro penitenciario, los servicios, los protocolos, la atención médica, las mujeres privadas de la libertad con hijas o hijos, lo relativo a las personas privadas de la libertad por delincuencia organizada y aquellos que requieran medidas especiales de seguridad.

Tratándose de personas indígenas la educación que se les imparta deberá ser bilingüe y acorde a su cultura para conservar y enriquecer sus lenguas, y la instrucción deberá ser proporcionada por maestros o profesores que comprendan su lengua.

Sin embargo, también el derecho en esta ley reconoce que hay conductas mucho más graves que las otras y que, en consecuencia, deben de tener un manejo y un tratamiento diferente.

Estas conductas delictivas, aquellas que lastiman significativamente el orden social y la tranquilidad de las personas, por lo cual se ha buscado en otros ordenamientos de tipo penal la imposición de sanciones estrictas a aquellas personas que lesionen o pongan en peligro los bienes jurídicos más valiosos para el ser humana, en este proyecto de ley establecemos tajantemente, en consecuencia, que no gozarán de la libertad anticipada los sentenciados por delitos en materia de delincuencia organizada, secuestro y trata de personas.

El Programa de Justicia Terapéutica es un beneficio de la sustitución de la ejecución de la pena que determina el juez de ejecución por delitos patrimoniales sin violencia, cuya finalidad es propiciar la integración de las personas sentenciadas relacionadas también con el consumo de sustancias bajo la supervisión del juez de ejecución para lograr la reducción de los índices delictivos.

Establecemos, además, que en la ejecución de sanciones penales puedan llevarse procesos de justicia restaurativa para identificar las necesidades y responsabilidades individuales y colectivas, así a como coadyuvar en la reintegración de la víctima u ofendido y del sentenciado a la comunidad y la recomposición del tejido social que es lo que más nos importa.

Amigas y amigos Senadores: Yo quisiera concluir mi intervención agradeciendo profundamente, reconocimiento más que agradecer, el trabajo que han llevado a cabo las comisiones primigenias, sus mesas directivas y de manera muy especial los cuerpos técnicos que han colaborado para que el día de hoy podamos presentar ante ustedes lo que me parece es una ley que habrá de ser muy útil para lograr ese viejo anhelo que se dio en la discusión doctrinaria de lograr una verdadera reinserción social de quienes han delinquido.

Por su atención, muchas gracias.

(Aplausos)

El Presidente Senador Luis Sánchez Jiménez: Muchas gracias, Senadora Ortiz.

Solicito a la Secretaría registre el voto a favor del Senador José María Martínez Martínez, en el dictamen relativo a la ratificación del Magistrado de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

Como les fue anunciado ayer al darle primera lectura del dictamen, las Comisiones dictaminadoras entregaron una propuesta de modificación a los artículos 3, 6, 7,15, 22, 29, 135 y 153, y a los Transitorios Primero, Segundo, Sexto, Séptimo, Octavo y Décimo del proyecto de Ley de Ejecución Penal y la adición de un artículo transitorio Único de todo el decreto, mismas que someteremos a consideración.

El texto correspondiente está a su disposición en el monitor de sus escaños.

En consecuencia, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si autoriza que se integre al texto del dictamen.

La Secretaria Senadora Ana Gabriela Guevara Espinoza: Consulto a la Asamblea si autoriza que las modificaciones se integren al dictamen. Quienes estén por la afirmativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea asiente)

Quienes estén por la negativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea no asiente)

Sí se autoriza, señor Presidente.

El Presidente Senador Luis Sánchez Jiménez: Gracias.

En consecuencia, la discusión del dictamen será con las modificaciones a los artículos que fueron autorizados por la Asamblea.

Con fundamento en lo dispuesto por el artículo 197 del Reglamento, procederemos a los posicionamientos de los grupos parlamentarios, los cuales serán en orden creciente.

Por lo tanto, se concede el uso de la tribuna al Senador Carlos Alberto.

Esta Presidencia informa que se recibió el posicionamiento del Senador Carlos Alberto Puente Salas, a nombre del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, sobre el dictamen que nos ocupa.

El Senador Puente Salas se encuentra en una reunión en la Junta de Coordinación Política.

El posicionamiento se insertará en el Diario de los Debates.

Se concede ahora el uso de la tribuna a la Senadora , del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.

La Senadora Dolores Padierna Luna: En primer lugar, reconocer ampliamente el trabajo de las comisiones, principalmente de sus presidentas.

Ésta que estamos aprobando es una buena ley y a mí me da muchísimo gusto que se haya avanzado con el consentimiento de la gente. Se consultó a las organizaciones sociales, estuvieron los académicos, se consultó a las autoridades administrativas en varios niveles, se hizo un trabajo como se construyen las buenas leyes.

Mis felicitaciones a las presidentas, especialmente Angélica de la Peña.

De acuerdo a las cifras oficiales, la tasa de personas que se encuentran privadas de su libertad ha aumentado considerablemente en las últimas dos décadas, por ejemplo, en el año 2010 había 206 personas encarceladas por cada 100 mil habitantes. Cuando en 1995 tan sólo había 102 personas por cada 100 mil habitantes, es decir, que en apenas 15 años el número de personas internas se duplicó.

En este contexto habría que preguntarnos: ¿La situación en materia de seguridad, así como en materia de procuración e impartición de justicia ha mejorado?, ¿la población se siente más segura?, ¿la incidencia delictiva ha disminuido?

La respuesta, evidentemente, es no.

No es un secreto que en México durante años se ha practicado abiertamente o se ha puesto en práctica por parte del Poder Legislativo, desde donde se ha pretendido atender el problema recurriendo al derecho penal, al incremento de delitos y a las penas, solamente sin atender las verdaderas causas estructurales de la violencia y el crimen.

De acuerdo a los datos que se tienen disponibles enviar a una persona a la cárcel puede suponer, en no pocas ocasiones, empujarlos hacia una carrera delictiva ascendente. La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos ha señalado que cuando las cárceles no reciben la atención o los recursos necesarios su función se distorsiona, en vez de proporcionar protección se convierten en escuelas de delincuencia y comportamiento antisocial que propician reincidencia en vez de rehabilitación.

El proyecto de dictamen de Ley Nacional de Ejecución Penal, que se presenta, tiene grandes avances que permiten concretar el urgente y necesario cambio de paradigma del Sistema Nacional Penitenciario, pues permite transitar de un sistema obsoleto y violatorio de derechos humanos a un sistema que busca la rehabilitación de las personas privadas de su libertad en el marco del respeto a los derechos humanos.

El proyecto ha venido siendo trabajado desde el año 2013 y es resultado de la participación de Senadoras y Senadores, de la academia de representantes de la sociedad civil, del Poder Judicial de la Federación, de la Procuraduría General de la República, la Secretaría técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación de Justicia Penal, etcétera, así como el órgano desconcentrado para la readaptación social de la Secretaría de Gobernación, principalmente.

Sin duda, este dictamen representa un avance muy importante, aunque hay que advertir que las condiciones en las cuales se encuentran principalmente los sectores de vulnerabilidad a los cuales esta ley contiene, y las presidentas no se refirieron a ellos, y yo voy a enfocarme mejor a argumentar en el contenido que tiene esta ley en favor de los derechos y los principios de igualdad que tienen varios grupos sociales.

Uno de estos grupos es los grupos con discapacidad. La situación en la que se encuentran actualmente las personas discapacitadas, por ejemplo, las psicosociales o las inimputables, ya ha sido también señalada por el relator especial sobre Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles e Inhumanos y Degradantes, en su visita realizada a México en 2014, quien indicó que la mayoría de las personas con discapacidades que se encuentran en el sistema penitenciario no están en centros adecuados para su correcto tratamiento y que se albergan en sectores reducidos de las prisiones, en condiciones de insalubridad y hacinamiento, lo que agrava sus necesidades específicas de salud.

También hizo énfasis sobre la carencia de instalaciones, recursos y personal necesario para capacitarlos y brindar un tratamiento digno, pues se observó que las personas internas con discapacidad psicosocial, viven casi todo el día encerradas, a veces en aislamiento y en condiciones inhóspitas.

El dictamen aprobado en esta materia considera, en el artículo 4, que es de manera transversal, que:

Deberá respetarse el derecho a la igualdad en que se incluye la prohibición de la discriminación motivada, entre otras cosas, por las discapacidades.

Establece la obligación de las autoridades de velar para que en caso de que las personas con discapacidad o inimputabilidad, deban proveerse ajustes razonables al procedimiento cuando son requeridos, así como en el diseño universal de las instalaciones, para una adecuada accesibilidad.

Son elementos enunciativos que en sí mismos representan un avance muy importante para atender a la población penitenciaria en condiciones de discapacidad.

Faltará esperar que las autoridades penitenciarias en cada nivel de gobierno, implementen las medidas que dice esta ley y las conviertan en política pública concreta. Sólo así se garantizarán los derechos humanos de estas personas.

En relación a las personas de la comunidad lésbico-gay, en México seis de cada diez personas lesbianas, gay, bisexuales y transgénero recluidas en cárceles, han sido víctimas de diferentes tipos de abusos. Son los más vulnerables entre los vulnerables, advierte el informe de violencia contra las personas lésbico-gay, lesbianas, transgénero, elaborado por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.

De acuerdo al informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, a partir de la información oficial presentada por los Estados y las organizaciones de la sociedad civil en 25 países, incluido México, las personas lésbico-gay enfrentan un riesgo mayor de violencia sexual y otros actos de violencia y discriminación a manos de otras personas privadas de su libertad o del personal de seguridad.

El reporte informa que en los espacios de reclusión recurren abusos reiterados, pues los hombres gay y las mujeres trans pueden ser víctimas de servidumbre forzada por parte de otros internos, o son obligados a servicios sexuales.

En países como México, además, las mujeres trans regularmente son albergadas en pabellones para hombres.

En el dictamen aprobado en comisiones se hace un esfuerzo muy importante por incorporar de forma general el derecho a la igualdad y no discriminación, y señala de forma general la necesidad de tomar medidas para que nadie sea víctima de violencia, que tengan acceso a visitas y derecho a la salud, entre otras.

Sin embargo la población lésbico-gay y transgénero refiere que se tomen medidas específicas para garantizar sus derechos, lo cual correspondería a las autoridades penitenciaria de los tres órdenes de Gobierno:

Respetar la identidad de género en tanto que factor determinante para la ejecución de una pena carcelaria, evitando la encarcelación de personas trans en cárceles que guarden relación con su identidad de nacimiento y no la que la persona exprese.

Aplicar un sistema de clasificación que reconozca las necesidades especiales de protección de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales.

Tomar en consideración los deseos e inquietudes de las personas reclusas durante su alojamiento.

No ubicar a los reclusos homosexuales, bisexuales y transexuales en dormitorios o celdas junto con reclusos que puedan significar un riesgo para su seguridad.

Garantizar que no exista discriminación en la calidad del alojamiento dado a los grupos homosexuales, bisexuales y transexuales, entre muchas otras señaladas.

Finalmente, en el caso de las mujeres, en este dictamen se desarrollan medidas específicas que deberán adoptarse en el caso de las mujeres durante una visita de familia, o las mujeres que son madres, tengan derecho a recibir a sus hijos.

Hay medidas específicas que en general se debe de tomar en cuenta por el Sistema Penitenciario durante sus procedimientos. Más allá de si las mujeres son madres o no lo son.

Como la atención ginecológica y realización de estudios periódicos, a fin de prevenir enfermedades, como el cáncer cervicouterino y de mama.

El establecimiento de medidas específicas para prevenir la violencia sexual y mecanismos para la atención de los casos en que lleguen a presentarse, y asegurarse que la capacitación para el empleo no se fomente la reproducción de los roles de género, sino que permita generar las competencias necesarias para autoemplearse y generar recursos que le permitan mantenerse como las mujeres lo decidan.

Si apostamos a que el Senado o el Congreso de la Unión, legisle un marco normativo que sea acorde con los estándares internacionales en materia de derechos humanos.

Esta Ley de Ejecución de Penas o Penal es un buen ejemplo, podría ser está una buena ley, así la denominamos nosotros y nosotras en el PRD.

Esta es una buena ley, y tener una buena ley es algo de celebrarse.

Es cuanto, muchas gracias.

(Aplausos)

El Presidente Senador Luis Sánchez Jiménez: Gracias, Senadora Padierna.

Se concede ahora el uso de la tribuna a la Senadora Layda Sansores San Román, para dar el posicionamiento del grupo parlamentario del Partido del Trabajo.

La Senadora Layda Sansores San Román: Presidente, compañeras, compañeros.

Hasta el día de ayer pensé que iba a decir aquí las palabras más conciliadoras que hubiese pronunciado durante esta legislatura.

Estaba muy emocionada en el momento que se aprobó por unanimidad el dictamen.

Y me dice yo, no está ley bien puede convertirse en el recordatorio de que este Senado, sí es capaz de dictaminar leyes bajo un modelo incluyente en el que la sociedad civil estuvo siempre presente.

Un Senado que tiene la sensibilidad para hacer consensos más allá de siglas partidistas cuando se lo propone.

Y pensé que, incluso, habían resistido el último embate porque todavía en la víspera hubo el forcejeo con aquel fantasma que habita en los castillejos y que siempre se aparece en las vísperas de la aprobación de los dictámenes.

Pero se aprobó, y cuetes, fuegos artificiales, todos felices, las sociedades, las organizaciones civiles celebraban.

Pero antier llegó el fantasma en forma de Addendum, que no es más que un atropello a la investidura legislativa, como decían mis compañeras Angélica y Cristina.

Comenzó a discutirse desde el 2013, y Hacienda se aparece a puerta cerrada un día antes para dar el machetazo.

Deja claro que el gobierno de Peña, no está dispuesto a invertir un solo peso en su implementación, porque todas esas modificaciones que acaban de entrar que ustedes oyeron, al artículo no que sé qué, al artículo no sé cuándo y al transitorio.

Que nadie sabe ni de que se trata, no es más que decir, que no hay dinero para ley, y que se va a implementar hasta dentro de cuatro años, como quien dice, hágase la justicia y la Ley Nacional de Ejecución Penal, en los bueyes de mi vecino.

A Peña Nieto, no le interesan los derechos humanos y eso queda evidente, y es un cínico; entonces, saluda con sombrero ajeno, es que no podría mocharse unos dolaritos de esos que depositó, cash en los Panamá-Papers, porque todos sabemos que el señor de la Casa Blanca y el señor Higa, son dos personas distintas, pero sólo una verdadera.

Voy a votar a favor, como creo que lo harán mis compañeros, porque se valora el esfuerzo de varios años de quienes integran las comisiones.

El reconocimiento a quienes las encabezaron.

El Senador Gil no era aún Presidente de esta Cámara. Era el Presidente de la Comisión de Justicia.

Y a él le reconocen las organizaciones sociales que hizo la puerta grande para que entraran a dar sus puntos de vista y el Senador Yunes tuvo la sensibilidad de mantenerla abierta.

En esa ley hay párrafos completos que dejó plasmada la sociedad civil con su experiencia que fueron totalmente respetados.

Angélica de la Peña, Cristina Díaz que lograron armonizar sin prisas, sin fast track novedosos puntos de vistas encontramos.

Pero sobre todo voy a votar a favor, porque esta ley va a quedar como un testimonio de la fuerza, de la perseverancia de una sociedad civil organizada que pone toda su pasión para lograr sus objetivos, voto por esos Miguel Sarre, tan sencillo, siempre tan discreto que nadie cuanto él aporta, por lo que documenta, por México Evalúa, por Reintegra y cuántas organizaciones que aparecen en el marco de la ley dándole el crédito que merecen.

Hoy se multiplican en un acto de sobrevivencia ante gobiernos indiferentes a la justicia y a los derechos humanos, que a pesar de todo, sí tiene motivos para celebrar.

Varios son los logros que se esperan a partir de esa ley, aquí lo han dicho con mucha claridad todos mis compañeros, y voy a resaltar hoy que los penales que se convirtieron en los calabozos oscuros del medievo ya van a ser observados por ojos judiciales, que además van a tener músculo, eran de los aspectos que más interesaba a las organizaciones civiles; y van a tener también en los reclusorios los ojos de la sociedad civil, y los ojos del Inegi, no hay dinero, pero están los ojos por delante, y se tendrá un mejor sistema de información penitenciaria que será pública.

Todos sabemos, y aquí lo han dicho, los penales son mafias que están perfectamente coordinadas con las mafias de afuera, del gobierno, que tienen parceladas las cárceles, y donde cada quien cobra y se compra la parcela para después poder explotarla.

Es verdaderamente lamentable, porque además quienes pagan, son los más pobres.

Entonces, creo que esto es un avance, habrá que darle seguimiento, los recursos necesarios, los recursos siempre necesarios para que el fruto germine, pero uno le apuesta a que estas, a esta sociedad civil no claudica, y que finalmente se va a lograr el objetivo.

A esta sociedad civil que se mueve y que nos conmueve reiterarle nuestro reconocimiento, porque creo que, pues me siento muy desalentada de un gobierno decadente, siempre pienso en estos jóvenes, en estas organizaciones que surgen en medio de tanta oscuridad, se convierten en aurora que prometen, y son flor nacida en tierra árida.

Muchas gracias compañeros, y permítanme hacer un anuncio, no está aquí el señor Gil, espero que no va a votar, pero hoy sí hay que hacerle un reconocimiento, ha sido una lucha de los trabajadores de Fonatur, los más humildes de la Cámara, porque tuvieran un aumento en su salario, y lo van a tener por una gestión fundamentalmente de Gil, de la Mesa Directiva, de la Junta de Coordinación.

Sé que aquí todos participan y hay que agradecérselos y valorarlos esta sensibilidad, tendrán 8.6 de aumento, 500 pesos de vales, y algo que me parece muy importante, porque cada presidente ha aportado algo en su tiempo.

El Senador Cordero, les hizo el comedor para que no siguieran comiendo adentro de los baños.

El Senador Cervantes, les hizo los más lujosos y dignos vestidores que no tenemos ni los Senadores, y eso me llena de orgullo.

Pero, hoy, además de tener un nuevo comedor, van a tener comida por 5 pesos, podrán comer dignamente, creo que son pasos que se están dando y pues es una convocatoria, hay que tratarlos con mucho amor, creo que es tarea de todos a cada uno que encuentren en el camino el aliento para quienes con amor nos sirve.

Gracias.

El Presidente Senador Luis Sánchez Jiménez: Gracias, Senadora Sansores.

Se concede el uso de tribuna a la Senadora Pilar Ortega Martínez, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional.

La Senadora Pilar Ortega Martínez: Con su permiso, Presidente.

Compañeras y compañeros Senadores: Sin duda la Reforma Constitucional de 2008 que revolucionó el sistema penal en nuestro país, planteó un rediseño integral a nuestro sistema de justicia.

A partir de entonces, también tenemos que reconocer que la discusión legislativa en torno a este sistema se ha centrado fundamentalmente en los aspectos procedimentales desde la investigación inicial hasta el juicio oral pasando por los medios de impugnación.

Sin embargo, no ha sido así, en lo que constituye el último eslabón del sistema acusatorio.

No debemos olvidar que éste es justamente el de la ejecución de las sanciones penales y el de la reinserción social, puesto que la mencionada reforma reconoció, incluso, en su exposición de motivos y partes considerativas, dentro de la discusión legislativa, que no habían sido considerados los centros de privación de libertad como un rubro sustantivo o relevante, ni en las agendas legislativa, ni en las políticas de asignación de recursos, ni en la política criminal en lo general.

En ese momento, se reconoció también que las prisiones eran vistas como un gasto que siempre sería deseable evitar, y que dicha posición, además, ha provocado a lo largo del tiempo que las prisiones se conviertan en lugares donde sistemáticamente se violan los derechos humanos de quienes están ahí como internos.

Un escenario de inseguridad jurídica, un escenario de violación a derechos humanos.

En ese momento tan trascendental donde cambiamos el Sistema Penal Acusatorio, se reconoció que las prisiones han funcionado como espacios totalitarios y excluyentes, lo que permitía presuponer que no se lograba durante su estancia una verdadera readaptación social, por lo que en su lugar, se transitó a partir de esta reforma del 2008 a un nuevo objetivo consistente en lograr un reinserción social.

En diversos diagnósticos que ya se han señalado en esta tribuna, emitidos por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y que han servido como referente, respecto a la situación que guarda el Sistema Penitenciario de nuestro país, se han hecho visibles las deficiencias de los centros penitenciarios entre los que siguen destacando el hacinamiento, la falta de actividades laborales, la capacitación para el trabajo, la falta de personal de seguridad y custodia, así como la prevención y atención de incidentes violentos, la falta de un programa de prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria, falta de higiene, falta de manuales de procedimientos para el ingreso, traslado de internos, uso de la fuerza, visita íntima o familiar.

El último de estos diagnósticos emitido por la CNDH en 2015, refiere que ocurrieron dos mil 110 incidentes, de los cuales mil 142 ocurrieron en centros de reinserción social y 968 en centros federales de readaptación social.

En este esquema destaca que el acontecimiento violento con mayor número de incidencia corresponde a las riñas; en segundo lugar, a los desórdenes; en tercer lugar, homicidios; en cuarto lugar, abusos; quinto lugar, suicidios y; sexto lugar, motines.

En este entorno es que no podemos hablar de un sistema acusatorio si una reforma integral al sistema de ejecución de sanciones y a nuestro sistema penitenciario a través de una nueva concepción de este concepto de reinserción social que claramente quedó establecido en nuestra Constitución.

Como bien lo señala la exposición de motivos del presente dictamen, el nuevo modelo de justicia penal tiene como uno de sus principios fundamentales, el de democratizar la etapa de la ejecución de las sanciones penales, bajo la óptica del debido proceso penal y el respeto irrestricto a los derechos fundamentales de los sentenciados y de quienes están en estos centros de privación de libertad.

Siendo importante tener presente que este individuo, privado de su libertad, no deja sus derechos fundamentales por ingresar a un centro de esta naturaleza, puesto que éstos son inherentes a su persona, y hay que reconocer también, que es el Estado quien debe garantizar que esta persona, privada de su libertad, tenga, cuente con las adecuadas garantías y condiciones de vida, pues se encuentran bajo su custodia y bajo su responsabilidad.

Por tal razón, el 8 de octubre de 2013, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación, la reforma al artículo 73 constitucional, que mandata al Congreso de la Unión la expedición de una Ley de Ejecución de Sanciones única en todo el territorio nacional, bajo la premisa de la seguridad jurídica, de un procedimiento de ejecución de sanciones expedito, eficaz y eficiente, que reduzca la confrontación de criterios, que se aplique de manera uniforme en todo el país y en condiciones de igualdad para la persona privada de su libertad y demás intervinientes en el procedimiento.

Es por ello, que a casi tres años de distancia, se pone a consideración de este Pleno este producto legislativo.

Debiendo hacer también, un reconocimiento a los legisladores que participaron activamente en la elaboración de este dictamen, a los presidentes de la Comisión de Justicia, en su momento, al Senador Roberto Gil, y actualmente al Presidente Fernando Yunes; a la Senadora Graciela Ortiz, a la Senadora Angélica de la Peña y a la Senadora Cristina Díaz, que como Presidentas de las Comisiones Codictaminadoras participaron de manera activa en la elaboración del dictamen que finalmente se votó en comisiones.

Este decreto tiene por objeto establecer las normas que deberán observarse durante el internamiento por prisión preventiva, por ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas, como consecuencia de una resolución judicial.

Asimismo, el de establecer los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal y regular los medios para lograr la reinserción social.

Dentro de las principales aportaciones de esta ley, encontramos una regulación detallada a los distintos ejes sobre los que se desarrollará el Sistema de Reinserción Social, pasando por la educación, el trabajo, la capacitación, la salud, el deporte y el respeto a los derechos humanos.

También se establecen como principios rectores del Sistema Penitenciario, la dignidad, la igualdad, la legalidad, el debido proceso, la transparencia, la confidencialidad, la publicidad, la proporcionalidad y la reinserción social, por supuesto.

Se establece una prohibición absoluta para que cualquier interno pueda acudir ante las instituciones públicas y privadas y protección a derechos humanos, es decir, la prohibición va en el sentido de que no se impida el derecho de estos a acudir ante estas instancias de protección a derechos humanos.

Las mujeres privadas de la libertad tendrán acceso a los derechos específicos de su género, así como a condiciones especiales, para quienes son madres y en el caso de niñas y niños que nazcan dentro de los centros penitenciarios.

Se establece también la prohibición del tratado involuntario de mujeres embarazadas o de mujeres privadas de la libertad, cuyas hijas o hijos vivan con ellas en el centro penitenciario.

En el caso de las personas con discapacidad que se encuentren privadas de la libertad al momento de su ingreso, la autoridad penitenciaria estará obligada a proveer todos los medios necesarios, mismos que incluyen traductores e intérpretes para la debida comprensión de las normas disciplinarias del centro penitenciario.

La persona privada de su libertad podrá solicitar al juez de ejecución un permiso extraordinario de salida, cuando justifique enfermedad terminal, fallecimiento de un pariente consanguíneo en línea ascendiente o descendente en primer grado, cónyuge, concubino o socio conviviente.

En caso de personas sujetas a prisión preventiva, deberán cumplir con la resolución judicial privativa de la libertad en el centro penitenciario más cercano al lugar donde se esté llevando a cabo su proceso.

El centro penitenciario en todo momento deberá realizar a las personas privadas de la libertad, un examen médico, antes, durante y después del cumplimiento de una medida disciplinaria de aislamiento.

En el caso de aislamiento temporal, no será motivo de restricción o impedimento para la comunicación con el defensor. Asimismo las mujeres embarazadas y madres que conviven con sus hijas e hijos al interior del centro penitenciario, no les será aplicado este aislamiento.

Finalmente, quisiera des tacar el tema fundamental de la justicia terapéutica, misma que se constituye como un beneficio de la sustitución de la ejecución de la pena, por los delitos patrimoniales sin violencia que son cometidos bajo el influjo de una sustancia o con el fin de obtenerlas y cuya finalidad será propiciar la rehabilitación e integración de las personas sentenciadas bajo la supervisión del juez de ejecución para lograr la reducción de los índices delictivos.

Es por lo anterior, que el nuevo paradigma del Sistema de Ejecución de Sanciones y de Reinserción Social, constituye un tema que debe ser tratado desde una óptica integral, sobre la base de los principios que enarbolan el Sistema Penal Acusatorio.

Es por lo cual, nuestro grupo parlamentario del Partido Acción Nacional votará a favor del presente dictamen, ya que representa un paso importante en el debido proceso de ejecución penal, y es necesario en este sentido, hacer hincapié en que la ley impondrá diversas y variadas obligaciones a los operadores de este sistema, por lo que no basta la expedición de esta ley, sino que es necesaria una respuesta institucional de quienes tienen a su cargo el Sistema Penitenciario Mexicano, para que a partir de su actuación se cristalicen las bases y principios de esta ley, y es necesario también señalar que nosotros como legisladores tendremos también que vigilar el adecuado cumplimiento e ir realizando los ajustes o adecuaciones necesarias que el sistema requiera, con base en su aplicación.

Es por ello que hoy solicitamos a este Pleno el voto a favor del presente dictamen.

Es cuanto, Presidenta.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senadora.

Tiene ahora el uso de la palabra el Senador Ismael Hernández Deras, del Partido Revolucionario Institucional.

El Senador Ismael Alfredo Hernández Deras: Con su permiso, señora Presidenta.

El grupo parlamentario del PRI tiene claro que legislar hoy siempre es pensando en el futuro de México.

Nos queda muy claro que lo hacemos a partir de un diagnóstico serio, responsable de cada uno de los temas.

Y actualmente, los centros penitenciarios del país, tienen desafíos enormes de problemas añejos, rezagados y nuevos problemas por la nueva dinámica en que hoy vive la sociedad: sobrepoblación, falta de educación, falta de atención médica, falta de capacitación para el trabajo y para la vida, por mencionar solamente algunos de ellos.

De acuerdo a uno de los diagnósticos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en un estudio de 104 centros penitenciarios, existen deficiencias en la clasificación entre los procesados y los sentenciados. Además de esos 104, 92 se les identificó falta de actividades laborales, instrumentos adecuados para la capacitación para la vida, y reitero también, para el trabajo.

En esta identificación de la problemática, de los 104 de este estudio, 71 de ellos se detectaron la existencia de privilegios y la comisión de prácticas por parte del personal que podrían identificarse se vulnera la integridad de los reclusos y el ejercicio pleno de los derechos humanos y de las garantías individuales.

En este contexto, los Senadores del PRI no somos omisos, no somos indiferentes, al contrario, como partido en el gobierno dispusimos siempre la mejor buena voluntad para ir asegurando y provocar un marco jurídico que garantice respeto a los derechos humanos, que procure una verdadera reinserción social y que garantice también espacios para el desarrollo integral de las hijas y de los hijos de las mujeres en reclusión.

Nuestro sistema penitenciario sin duda que debe de aspirar a consolidar una organización efectiva relativa al tratamiento de los reclusos con dignidad, con igualdad, con legalidad y proporcionalidad para que realmente puedan tener una auténtica reinserción social.

Compañeras Senadoras y compañeros Senadores.

Sin duda que se han dado pasos importantes para la transformación de nuestro marco jurídico normativo en materia de derechos humanos en las reformas constitucionales del 2008 y del 2011, se sentaron bases importantes para un nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio.

Quedó atrás el modelo inquisitorio y se incorporaron mecanismos para asegurar el pleno goce de los derechos humanos como el control de la convencionalidad y el reconocimiento también.

En el PRI nos queda claro que los tratados internacionales que suscribe México son parte de la respuesta en esta nueva ley.

Continuamos como Estado mexicano dando respuestas a miles y a millones de familias mexicanas.

El cambio, sin duda, que es la marca provocada en éste y en estos años.

Se establecen normas que se habrán de observar durante el internamiento por prisión preventiva en la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de un resolución judicial, entre sus beneficios destaca que: prohíbe tajantemente la implementación de medidas disciplinarias que impliquen trato cruel, degradante e inhumano contrario al respeto de los derechos humanos de los reclusos y de las reclusas, además, protege, fomenta y asegura el principio del interés superior de la niñez a implementar condiciones adecuadas de vida y para recibir educación, atención médica especializada para las niñas y niños.

En el caso de las reclusas que viven con sus hijos, el nuevo instrumento jurídico instituye derechos específicos como recibir un trato adecuado pertinente y de calidad en la custodia, registro y salud para procurar un nivel de vida digno a los menores de edad, esto significa que ellos tendrán asegurados una atención médica obstétrico ginecológica y pediátrica antes, durante y después del parto.

El grupo parlamentario del PRI, sin duda, que votará a favor de esta ley debido que habrá de coadyuvar a la instauración de un nuevo régimen de seguridad pública y a innovar un sistema de reinserción social acorde con la realidad que vive México y a las problemáticas que hoy deberemos de atender para los mexicanos.

Votaremos en sentido afirmativo ya que con su instrumentación de esta ley también se armoniza nuestra legislación con los compromisos, reitero, que tenemos a nivel internacional y de tutela efectiva, del ejercicio también y disfrute de los derechos fundamentales de las personas privadas de su libertad.

En el PRI estamos convencidos de que la nueva ley está acorde a los principios, garantías y derechos garantizados en los tratados a nivel internacional y también, sin duda, de los que forman parte y se establecen en la Constitución general de los mexicanos, esta nueva ley es una nueva respuesta del Estado mexicano, de este Senado siempre pensando un cambio y una nueva ley con una gran sentido humano, la verdadera reinserción social por la que todos hoy en su aprobación, sin duda, mandaremos el mensaje del compromiso con los temas fundamentales que le preocupan a millones de familias mexicanas.

Enhorabuena a las comisiones y a los grupos técnicos y a todos y cada uno de los elementos de la sociedad civil que participaron.

México tiene una nueva respuesta del Congreso mexicano.

Enhorabuena.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senador.

Está a discusión en lo general el dictamen.

Tiene el uso de la palabra la Senadora Galván, para hablar a favor del dictamen, hasta por cinco minutos.

Al no encontrarse en el salón del Pleno, tiene la palabra el Senador Fidel Demédicis Hidalgo, a favor, hasta por cinco minutos.

Al no encontrarse el Senador, tiene la palabra el Senador Héctor Adrián Menchaca Medrano, para hablar a favor del dictamen.

El Senador Héctor Adrián Menchaca Medrano: Con el permiso de la Presidencia.

Velar por las condiciones de seguridad pública, los intereses de la nación y de la sociedad es una labor que todo Estado de derecho democrático debe respaldar y asegurar, bajo esa tesitura es necesario continuar los cambios que se han impulsado a través de diversas reformas a la legislación nacional en materia de sistema de justicia penal.

Para consolidar el desarrollo político, económico, social de la nación y la transformación del Sistema Penal en México se necesita trabajar integralmente en la armonización de la legislación, pero también en la instrumentación de la misma.

Para la transformación de las instituciones involucradas en el sistema de justicia es necesario contar con un modelo que contribuya a abatir la impunidad y la corrupción, esclarecer los hechos delictivos, proteger al inocente, reparar los daños causados por el delito y lograr una verdadera reinserción de los sentenciados.

Actualmente en el país existen 393 instalaciones penitenciarias con una capacidad instalada para albergar a poco más de 200 mil internos, por lo que se estima que existe una sobrepoblación nacional de 48 mil 907 espacios en 213 cárceles, lo que hace que las prisiones mexicanas sean centros de reclusión inhumanos.

Por lo anterior, el país necesita no sólo trabajar en leyes que garanticen un debido proceso, el sistema penitenciario también requiere de atender objetivos primordiales como la reinserción social, aunque estamos de acuerdo con el dictamen que se somete a consideración no queremos votar sin hacer una reflexión sobre el sistema penal de nuestro país.

La primera de las consideraciones tiene que ver con los fines de la pena, la pena no es para castigar, el fin de las sanciones penales, además de restaurar los derechos de las víctimas y ofendidos, es reinsertar a la sociedad a los sujetos activos de los delitos.

La distinción entre delincuente y sentenciado tampoco debe ser trivial. Al adoptar el término actual, la Constitución permite la posibilidad de que haya personas inocentes en los centros penitenciarios, de ahí que se debe buscar reinsertar a quienes, en efecto, se ha demostrado su culpabilidad en esa sentencia.

Para ello, además de valorar los casos donde resulta necesaria la prisión preventiva, se requeriría que todos los procesados en donde no exista cosa juzgada tengan plenos derechos políticos, puedan votar y ser votados.

Sabemos que en el artículo 38, fracción II de la Constitución, impide lo que aquí señalamos, pero también es verdad que el artículo 20 del mismo ordenamiento estipula la presunción de inocencia: “todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario”.

En este sentido, por qué alguien que se presume inocente se le limita en el goce de sus derechos políticos plenos. Me parece que la restricción constitucional del artículo 38, fracción II, es contraria a los derechos humanos y al propio artículo 20 de la Carta Magna, por ello es necesario mantener un debate serio acerca de que el sistema penal de nuestro país no tuviese un fin puramente punitivo y, en cambio, debiera velar para que los códigos penales regulen y promuevan las sanciones alternativas a la de prisión, y sólo por delitos sumamente graves debe sancionarse con reclusión a las personas.

De esta manera, la limitación de la prisión preventiva debe ser una excepción y no la regla general. Las personas deben tener en principio, como derecho, el poder ser juzgados en libertad, y salvo en el caso de los delitos graves a que se refiere el artículo 19 de la Constitución ser procesados en prisión.

En esta tesitura resulta una imperiosa necesidad revisar el catálogo de los delitos graves en la legislación adjetiva penal para reducir el número de delitos graves y dar mayores garantías al principio de presunción de inocencia.

A pesar de que la reinserción social del sentenciado es un criterio fundamental del mandato constitucional de nuestro sistema penitenciario no hay evidencia de que permita dar cuenta de que esto se esté cumpliendo.

En 2012, casi 16% de los sentenciados fueron reincidentes, lo que significa que su paso por los centros penitenciarios no los disuadió de cometer nuevos actos delictivos.

En algunas entidades federativas las cifras de reincidencia son notoriamente altas, la Ciudad de México, por ejemplo, reportó una tasa de reincidencia del 35.2%; en Colima y Yucatán las tasas fueron superiores a 20%, lo que significa que el sistema no está funcionando.

Resulta indispensable aprobar una ley para la reinserción social de los reos que haya purgado sanciones penales, para que al salir de prisión no se les impida el trabajo, la educación o la integración familiar. Por eso estimamos que el requisito que en la mayoría de empleos imponen para contratar a un trabajador, de exigir la carta de no antecedentes penales, es contraria a los derechos humanos.

Esta ley de ejecución penal tiene por objeto establecer las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva en la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolución judicial, así como establecer los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal y regular los medios para lograr la reinserción social.

Sin embargo, es necesario dejar constancia de que estamos en contra de cualquier privatización de los servicios que se presentan en los centros penitenciarios del país. El monopolio del Estado debe ser preservado y, en consecuencia, debe cumplir con su obligación frente a la sociedad.

El Estado tiene que brindar al interno adecuadas garantías y condiciones de vida, pues se encuentran bajo su custodia, no se puede eximir de la doble responsabilidad que tienen con la sociedad, hay que debe garantizar la reinserción del sentenciado, pero también dar la certeza a la población de que esa persona no volverá a delinquir y contribuirá a forjar el bien común para este país.

En este sentido, con base en las consideraciones que han sido expuestas, el voto del grupo parlamentario del Partido del Trabajo será a favor del presente dictamen, sin dejar en claro que nosotros votamos en comisiones un proyecto por unanimidad y en donde nos damos cuenta que se metió un addendum hace 24 horas, y les voy a leer el transitorio sexto como estaba, como lo votamos, y posteriormente a cómo va a quedar.

Transitorio sexto.- “La Cámara de Diputados, las Legislaturas locales y la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, deberán destinar los recursos necesarios para el desarrollo de las acciones que deban realizarse para la implementación de lo dispuesto por la presente ley, en términos de lo dispuesto por el artículo octavo transitorio del decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio del 2008”.

Y ahora va a quedar así:

Transitorio sexto.- “Las erogaciones que se generen con motivo de la entrada en vigor del presente decreto para el Poder Judicial Federal, las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, se cubrirán con cargo a sus presupuestos para el presente ejercicio fiscal y los subsecuentes. Asimismo, las entidades federativas deberán realizar las previsiones y adecuaciones presupuestales necesarias para dar cumplimiento a las obligaciones establecidas en esta ley”.

Ha sido un trabajo en donde reconozco a los presidentes de las comisiones, a sus equipos técnicos, a las organizaciones no gubernamentales, a la sociedad en general, pero con estas disposiciones nuevas que metieron, creo que no se va a poder lograr esta ley.

Los estados no tienen recursos, los estados están endeudados y ahora les cargan el financiamiento para llevar a cabo esta pura, blanca y noble ley que se elaboró con mucho trabajo.

Entonces se los dejo para que lo chequen.

Es cuanto, Presidenta.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senador.

Tiene ahora el uso de la palabra la Senadora Silvia Guadalupe Garza Galván, del Partido Acción Nacional.

La Senadora Silvia Guadalupe Garza Galván: Gracias. Con su permiso, Senadora Presidenta.

Quiero felicitar a los presidentes de las comisiones, la Senadora Cristina Díaz, Graciela Ortiz, al Senador Fernando Yunes, a la Senadora Angélica de la Peña y en especial a la Senadora Pilar Ortega, a todo su equipo de trabajo, su equipo técnico, pero también a los Senadores y Senadoras que conformamos estas comisiones, porque son muchísimas horas de trabajo y mucho tiempo dedicado.

Muchas felicidades por este dictamen.

También quiero agradecerles haber aprobado favorablemente mis reservas que presenté en comisiones.

El presente dictamen servirá para buscar terminar con la violencia, la corrupción, la tortura y los tratos crueles, degradantes e inhumanos que imperan en los centros penitenciarios.

Con la presente ley se establecen las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva, en la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolución judicial.

Se establecen los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal, así como regular los medios para lograr la reinserción social.

Todo lo anterior sobre las bases de los principios, garantías y derechos consagrados en la Constitución, tratados internacionales de los que el Estado mexicano es parte.

Pero necesitamos promover ante la Cámara de Diputados, dos de los recursos suficientes para que la presente ley no quede como letra muerta y se pueda garantizar que las mujeres compurguen sus penas en lugares separados destinados a los hombres; que las personas procesadas y sentenciadas ocupen instalaciones distintas; los derechos de las mujeres embarazadas o para aquellas internas que tienen sus bebés con ellas, atención médica, obstétrica, ginecológica, pediátrica y alimentación adecuada, por mencionar algunos.

El sistema penitenciario tendrá su base en el respeto de los derechos humanos, el trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para procurar la reinserción a la sociedad de la persona sentenciada, y procurar que no vuelva a delinquir.

En las instalaciones de los centros penitenciarios se deberá mantener la seguridad, tranquilidad e integralidad de las personas privadas de la libertad, del personal y de los visitantes, ejerciendo las medidas y acciones pertinentes para el buen funcionamiento de éstas. Y también deberán de ser sustentables.

Ya hay un centro penitenciario, por ejemplo, en Durango que está trabajando estás partes de ser sustentable y que es digno de mencionarlo como ejemplo.

El Juez de Ejecución podrá conceder a la persona sentenciada el beneficio de la libertad condicionada bajo la modalidad de supervisión con o sin monitoreo electrónico.

Es importante señalar, que dicho beneficio no podrá ser en delitos de trata de persona, delincuencia organizada.

Y adelanto que también la próxima Ley de Tortura debe por ningún motivo dar dicho privilegio.

El Juez de Ejecución podrá determinar el beneficio de la libertad anticipada que consistirá en la extinción de la pena de prisión y el beneficio de la libertad al sentenciado.

Se establece que la ejecución de sanciones penales pueda llevarse procesos de justicia restaurativa. En los que la víctima u ofendido, el sentenciado y, en su caso, la comunidad afectada.

El libre ejercicio de su autonomía participe en forma individual o conjuntamente de forma activa en la resolución de cuestiones derivadas del delito, con el objeto de identificar las necesidades y responsabilidades individuales y colectivas, así como coadyuvar en la reintegración de la víctima u ofendido y del sentenciado a la comunidad, y la recomposición del tejido social.

Por económica parlamentaria, Senadora Presidente, solicito sea inscrito en el Diario de los Debates el presente posicionamiento de forma completa.

Por su atención, muchas gracias.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senadora.

Se integrará al Diario de los Debates su intervención.

Ahora tiene el uso de la palabra el Senador Manuel Cárdenas Fonseca, para hablar a favor del dictamen.

El Senador Manuel Cárdenas Fonseca: Con el permiso de la Presidencia.

Hay que renovar votos.

Hay que recuperar la esperanza.

Sin embargo, haciendo un reconocimiento pleno al trabajo aquí realizado. Pareciera ser que donde todos son culpables, todos son inocentes.

Y me resisto a que esto, más allá de las múltiples bondades que ya fueron referidas por quienes me antecedieron en el uso de la voz y que las hago propias.

Hay cosas que a los mexicanos les preocupan en el día a día y que no alcanzan a entender el porqué de la situación que hoy estamos viviendo.

El dictamen no trae un diagnostico cierto o verdadero de ¿Cuál es el estado que guardan los centros penitenciarios?

Sí, que bueno, que con esta iniciativa nos estemos planteando un sinfín de eventos, de criterios y de conceptos que debíamos de haber tenido contemplados desde hace mucho tiempo y no a partir de la modificación del 1 constitucional y los Tratados Internacionales.

Yo espero que no sea letra muerta.

Yo espero que no se convierta en un gatopardismo en el tiempo y el espacio.

Ya se planteó aquí, dan cuatro años.

No tiene fuente de financiamiento.

Obligan a los organismos y a las dependencias obligadas a que hagan una readecuación programática y presupuestal del ejercicio del gasto, cuando ya de suyo, tanto en el orden federal como en el orden estatal.

Hay una presión al gasto enorme y hay un incumplimiento a la obligación legal de gasto en muchos otros conceptos.

Cuando advertí las modificaciones, aplaudí unas, como la del Décimo Transitorio, pero me preocuparon otras como que la Secretaría de Hacienda se exima de participar en los órganos que tenía contemplada en un principio el planteamiento de dictamen.

¿En dónde queremos parar?

Por un lado vemos que el orden del gobierno federal que es par como orden de gobierno, de los órdenes de gobiernos estatales y bien con competencias diferentes; a la hora que son concurrentes cae el tema de donde todos son culpables, todos son inocentes.

Ustedes lo viven en sus estados, a mí me pasó en Sinaloa, un secretario de seguridad pública, al que tuve que sacar en los periódicos, que yo le donaba el equipo bloqueador de señales de teléfonos móviles, batallamos 7 meses para hacerlo comparecer, y cuando compareció, dijo que hacía 6 meses se habían dado cuenta que estaba descompuesto, pero que con el presupuesto del año entrante, iban a comprar uno nuevo.

Eso es lo que lastima, la cadena de valor delincuencial no se va a resolver nada más diciendo, los queremos separados, por género, por edad, por clasificación de delito.

Advierto, mi reconocimiento al trabajo realizado, pero en el día a día, ¿qué pasa?

La disposición que tiene la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario conforme a la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, simplemente en este evento, de que sean empresas ajenas, autónomas para evitar la comunicación, siguen funcionando los mecanismos de comunicación con los que están internos, con los que están externos para recibir órdenes con mandas de trabajo, y en muchos de los casos qué pasa, insisto en el día a día.

Acabamos de tener un problema muy serio en el estado de Nuevo León, y linchan al gobernador.

Pero, alguien se preguntó ¿cuántos custodios hay ahí en ese penal del orden federal?

Y nadie dice nada.

O alguien se preguntó ¿quién es la autoridad competencial para determinar si alguien es apto o no para ser celador o administrador de uno de estos centros?

Es el orden federal, no son los órdenes estatales, no es el orden de los estados.

Pues más allá del planteamiento conceptual de este proyecto de dictamen que hoy someten a nuestra consideración y que estaremos a favor del mismo.

Muchos de ustedes fueron gobernadores, por qué quienes integran la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario no se ganan un voto de confianza de parte del legislativo, con pequeñas cosas y disposiciones que ya están y que son de aplicación obligatoria, no opcional, y no lo hacen, es evidente lo aquí reiterado, de que a pesar de que les den cuatro años, muy probablemente vivamos en el gerundio y en el transitivo, ando y endo, y nos lleve 10, 15, 20 años.

Sin embargo, no podemos ser omisos para no plantearnos un renovado voto de confianza. Simplemente lo que también habría que decirles a quienes estén en la ejecución, en la operación y en la cotidianeidad que quién de parte del Legislativo va a ser el órgano garante para que disposiciones que ya están, las cumplan, y para que si no las cumplen verdaderamente se les aplique sanción por negligencia, omisión o incompetencia.

Acaban de darle destino a más de 230 mil millones de los remanentes de las remesas y de las reservas, entre otros conceptos de las reservas internacionales, lo de la remesa, y a las entidades federativas no les tocó ni un centavo, porque la reforma a la ley de presupuesto no lo contempló, y eso que es parte de la renta nacional, debería de ser parta también de las entidades federativas, porque, disponer de la manera en que se dispuso quitando la posibilidad de fuente de pago, y generando la obligación de readecuación programática y presupuestal pudiéramos a estar en la eventualidad de que las entidades federativas se acusaran incompetentes con las finanzas públicas que hoy presentan, y ya no digamos la mezcla de presos, de recluidos o de sentenciados, y ya no digamos qué pasa con tantas fugas, de hace 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 y la de este año, y a la sociedad no se le dice con claridad quiénes están sujetos a proceso por incurrir en posibles conductas que pudieran tipificarse, inclusive, de delitos penales.

Voy a favor, en esta consideración.

Gracias. Muy amablemente me llaman al tiempo, estoy tratando de ayudar a que tengamos más tiempo para que lleguen a acuerdos en otros temas.

De esta suerte, a mis compañeros legisladores, a mis amigas legisladoras, les pido muy respetuosamente, jamás volver a apoyar una iniciativa por noble que parezca, si en la realidad que nos enfrenta no está participando la fuente de pago, porque de otra suerte, esto es mentira.

Muchas gracias.

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias.

Tiene ahora el uso de la palabra el Senador Marco Antonio Blásquez Salinas, del Partido del Trabajo, para hablar a favor del dictamen.

El Senador Marco Antonio Blásquez Salinas: Muchas gracias. Muy buenas tardes.

Suplico a la Presidenta de la Asamblea, me tenga la tolerancia correspondiente, debido a que en este posicionamiento voy a incluir la explicación de algunas reservas que presento al dictamen, lo que supongo, va a redundar en economía parlamentaria.

En primer lugar, me permito hacer un reconocimiento tanto a quienes presentaron las iniciativas como a los legisladores que nos entregaron a consideración este dictamen.

Es bien sabido, que una de las mayores injusticias en nuestro país, se registra en los reclusorios.

En opinión de la mayoría de la ciudadanía, en lugar de ser centros orientados a la reinserción social, se han convertido en auténticas escuelas del crimen. Desde ahí se planean y cometen delitos como la extorsión, por ejemplo.

Sobre el dictamen desde luego, coincido, en garantizar el respeto y observancia de los derechos humanos de las personas recluidas.

Sin embargo, creo que es necesario hacer ajustes a la ley que se nos plantea para garantizar que las condiciones propicias se den en la materia de la reinserción social.

No creo que con nuestros impuestos se deba suministrar a quienes infringieron la ley, artículos, por ejemplo para la recreación. Por ello, en un acto de elemental justicia y para mantener el equilibrio entre víctimas y victimarios, considero que debemos suprimir el concepto de gasto de recreación, que se nos propone en la fracción XXV del glosario contenido en el artículo 3.

Por otra parte, quiero decirles que en Baja California, estamos muy familiarizados con la importancia de los reclusorios. Contamos con uno de los reclusorios más conflictivos del mundo, el llamado Centro Penitenciario de La Mesa, también conocido como “El Pueblito”.

De ahí, que estoy bien consciente de que para mantener el gobierno de los centros a cargo de las autoridades penitenciarias y no propiciar que caiga en manos de las personas en reclusión, se deben tomar una serie de medidas contundentes.

A las personas en reclusión les debe quedar bien claro que están compurgando una pena, no son vacaciones. No tengo ningún inconveniente en que se reconozcan todos los derechos compatibles con dicha situación.

No obstante, veo que en el dictamen se nos propone un ordenamiento donde no está puesto el énfasis suficiente en los deberes de las personas en reclusión hacia la autoridad del centro. El personal penitenciario y sus compañeros también privados de la libertad.

Me preocupa, le voy a llamar de manera elegante, la debilidad de los preceptos relativos a las obligaciones de las personas recluidas, pues, lo que hemos visto en materia penal en este país, nos ha enseñado que así como se han de reconocer los derechos humanos de las personas en reclusión, también se deben establecer con toda claridad cuáles son sus deberes.

No olvidemos que en las cárceles hay homicidas, sicarios, violadores y asaltantes, entre otros, los cuales desde que se levantan y hasta que concilian el sueño, están pensando cómo apoderarse del gobierno del centro para continuar destruyendo las vidas de las personas y familias productivas.

Por ello, me permito poner a consideración de ustedes, una serie de modificaciones que enumero.

En el artículo 4, propongo que además de los principios plasmados, que sin duda benefician a las personas recluidas, se agregue el principio de responsabilidad para que los internos sepan que deben acatar las instrucciones, desde luego legítimas, que les dé la autoridad del centro, el personal de custodia y la plantilla técnica.

Me llama mucho la atención lo dispuesto en el último párrafo del artículo 9, en el sentido de que las limitaciones de derecho sólo podrán imponerse cuando se tenga como objetivo garantizar condiciones de internamiento dignas o seguras.

Creo que también se debe limitar el derecho a recibir visitas, a raíz de una infracción que haya cometido una persona en reclusión.

A diario, en todos los centros de reclusión del país, desde la más sencilla cárcel municipal que alberga una docena de personas, porque todavía hay centros de este tipo en el país, hasta los enormes centros federales, se libra una cruda batalla entre la autoridad y el personal del centro, por un lado, y las personas recluidas, por otro, que buscan imponer su negra voluntad.

Las autoridades tratan de imponer la voluntad de la ley con miras a lograr la reinserción social y los internos buscan hacerse del autogobierno para imponer su ley y violar derechos humanos del resto de la población.

En este contexto, a lo largo de los años, la experiencia ha mostrado que una herramienta eficaz para mantener el orden en los centros penitenciarios y evitar motines, homicidios o toma de rehenes, es el uso racional de la visita, en particular de la visita familiar.

El interno, y hay que conocer la sicología de éstos, y hay que hablar con quienes administran estos centros de detención y estos reclusorios, mide a las autoridades y comienza por faltas menores a los reglamentos. Si percibe que no hay ninguna respuesta por parte de la autoridad, entonces toma fuerza para cometer faltas mayores, y lo que es peor, para relacionarse con otros internos y apoderarse del control del penal, en perjuicio de los débiles.

Por ello, creo que debemos modificar el último párrafo del artículo 9, que no permite limitar derechos de los internos para el efecto de que se pueda suspender, hasta por una vez a la semana, la visita íntima o familiar, como resultado de la imposición de una medida disciplinaria.

El dictamen lo más que permite, muy amable el dictamen, es que se suspenda la visita por una hora.

Aproximadamente el 80% de los 207 artículos analizados y que integran la nueva ley, reiteran en diversos tonos, los derechos de las personas recluidas, y sólo en un precepto se habla de manera específica de sus obligaciones y ello sin que se establezca de manera clara cuál es la sanción por incumplimiento del reglamento.

Por ello, me permito proponer un último párrafo al artículo 11, a fin de que el incumplimiento tenga consecuencias, en particular el negarse a cumplir las instrucciones del personal del centro, lo cual pueda desde luego dar lugar a la aplicación de medidas disciplinarias.

Por otra parte, se establece como función de la autoridad penitenciaria el autorizar el acceso a particulares y autoridades. Creo que se debe agregar: “siempre y cuando cumplan con los requisitos para tal efecto”.

La relación de los familiares con la autoridad del centro, tiende a ser conflictiva. Por ello debe clarificarse que el acceso no es indiscriminado, sino que los particulares y visitantes deben, en principio, reunir requisitos para evitar que ingresen al reclusorio para planear o preparar y hasta cometer desde adentro nuevos ilícitos.

Un reclusorio, es una micro sociedad de alta explosividad. La violencia está latente a cada instante en los pasillos, talleres y patios. Quien lo contrario piense, no tiene la menor idea de lo que analiza. Por ello, la ley debe contar con un precepto similar al de la suspensión de garantías.

Si nuestra máxima ley, que es la constitución, contiene disposiciones para atender momentos críticos, por mayoría de razón, un ambiente altamente conflictivo, debe contener un precepto similar.

El reciente motín en el Penal de Topo Chico, nos hace abrir los ojos. Me parece que si dejamos la ley como viene en el dictamen, simplemente no se habría podido segregar a las cabecillas que lanzaron el motín; no se les habría podido poner un aislamiento, a menos que se siguiera un proceso en el cual hubiera abundancia de pruebas respecto de su conducta delictiva.

Quiero decirles que con mucho trabajo votaré a favor este dictamen, con mucho trabajo. Creo sencillamente que un centro de reclusión es materia de especialistas en la materia, es materia de personas que conocen, entienden y dominan lo que es, llamémosle como es: “Un Reclusorio”.

Un país que no educa, un país que no previene, un país que no se preocupa por la procuración e impartición de justicia, un país que no tiene justicia social no puede con leyes y disposiciones, reinsertar a quienes compurgan una pena.

Con mucha pena votaré a favor. Gracias.

(Aplausos)

La Presidente Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senador.

Tiene ahora el uso de la palabra el Senador Fidel Demédicis Hidalgo, del Partido de la Revolución Democrática, para hablar a favor del dictamen.

El Senador Fidel Demédicis Hidalgo: Muchas gracias, Presidenta. Con su venia.

Compañeros Senadores, compañeras Senadoras: Primero una sincera felicitación a mi compañera Angélica de la Peña, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, por este extraordinario trabajo.

Al compañero Yunes, Presidente de la Comisión de Justicia, y a todos los integrantes de la misma, por supuesto también a la de Angélica.

A la compañera Cristina, Presidenta de la Comisión de Gobernación, y a todos los integrantes.

A la compañera Graciela, Presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos.

Efectivamente, está demostrándose con esta ley que lo que señalaba Morelos era necesario para que surgiera una buena ley. Creo que esta ley se va a votar por unanimidad y va a ser de las pocas que se van a votar por unanimidad en esta estancia que tenemos en el Senado.

Morelos decía: “Que para que surgiera una buena ley, había que llamar a la Junta de Sabios” Es decir, a las personas que más conocieran sobre el tema, sobre la ley que pretendía construirse.

Aquí, ya más de uno mencionó los personajes que desfilaron en el Senado de la República para hacer sus aportaciones, para dar sus opiniones, para orientar el trabajo legislativo en un sentido que esta Ley Nacional de Ejecución Penal tuviera como su elemento motivador la defensa de los derechos humanos.

En ese sentido, en ese sentido, compañeros Senadores, compañeras Senadoras, los que están privados de su libertad, por ese hecho pierden algunos derechos, como sus derechos políticos, pero no pierden su estatus de derechos humanos, es decir, tienen derecho a la alimentación, y aquí se les garantiza; tienen derecho a la salud, y aquí se les garantiza; tienen derecho al trabajo, y aquí se les garantiza; tienen derecho a un trato digno, y en la ley se les garantiza.

Pero tenemos que decirlo, esta ley por supuesto que era urgente que se aprobara y era urgente que se aprobara porque todos sabemos que el Sistema Penitenciario está en crisis, ya aquí el Senador Blásquez menciona el caso de Topo Chico, bueno, ese es uno de tantos, en Morelos ha habido incontables fugas que se dan en colusión con los que ahí trabajan.

Esto plantea que el Sistema Penitenciario ahora tiene ese problema gravísimo de la corrupción, si no el Chapo Guzmán no se hubiese fugado, tiene el problema gravísimo de la violación sistemática de los derechos humanos de los que ahí están recluidos, el tráfico de estupefacientes, todo mundo sabe que ahí se vende droga, pero los responsables de erradicar este mal de los penales se hacen como que no ven y como que no oyen, por eso los autogobiernos que existen en los penales tienen éxito, porque hay complicidades vergonzantes entre estos criminales que ahí están y quienes de manera oficial dirigen los penales como directores o como miembros de la dirección de ahí y los responsables de los sistemas carcelarios a nivel estatal y a nivel nacional en abuso permanente del poder.

Yo voy a aprobar con mucho gusto y con mucho ánimo esta ley porque cuando menos en su espíritu pretende acabar con los vicios y conductas que hoy privan en todas las cárceles de nuestro país, sean federales o sea estatales, tutela los derechos humanos de las personas privadas de su libertad, reconoce a las personas privadas de la libertad como lo que son, seres humanos y se les garantiza ese estatus, que es una de las partes más importantes.

Todos sabemos que las cuestiones de salud en esos penales son infames y que efectivamente quien vino a mencionar aquí que si no se invierte en el tema de salud en los penales, esta ley puede terminar siendo una letra muerta.

Por eso es importante, y lo señalaremos más importante, que en el PEF debe de garantizarse el recurso concreto para este tipo de asuntos y en los presupuestos estatales exactamente lo mismo, garantizado el derecho a la salud, el derecho a la educación que va desde la alfabetización hasta ir concluyendo grados, hasta licenciatura, creo que eso es muy importante, no hay reinserción si no se tiene garantizado el derecho a la educación, y lo digo desde mi visión de educador.

La educación bilingüe para indígenas que ahí están recluidos, la oportunidad de aprender un oficio y que esta escuela del crimen que se dice que son las cárceles se vaya eliminando a partir de que los que están privados de la libertad tengan garantizado el derecho a la salud, tengan garantizado el derecho a la educación, tengan garantizado el derecho a la capacitación y a la formación en algún oficio, y tengan derecho al trabajo.

En el tema de los artículos transitorios, el artículo sexto, desde mi visión queda insuficiente como está planteado, no vamos a proponer reforma, solamente dejaremos para el Diario de los Debates desde nuestra visión como debe de ser.

Dice el sexto transitorio.- La Cámara de Diputados, las legislaturas locales y la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México deberán destinar recursos necesarios para el desarrollo de las acciones que deban realizarse para la implementación de lo dispuesto por la presente ley, es decir, algo ambiguo.

En la Ley General de Educación, cuando se hizo aquella reforma después del 92 se dijo: “y los maestros tendrán garantizado un salario profesional”.

Ese salario profesional jamás se alcanzó, se dijo: “y se asigna el 8% del Producto Interno Bruto para la educación, como lo mandata la UNESCO” y eso tampoco se ha logrado. El 1% para la investigación y eso tampoco se ha logrado, no hay garantía de que esto que está plasmado en el sexto transitorio se logre.

Por eso, lo dejamos ahí y creemos que lo más correcto es que en el PEF, y en los presupuestos estatales, esto quede perfectamente señalado.

El artículo 10, creo que en las condiciones que está nuestro país, con el 62% de la población con algún tipo de pobreza, con 30 millones de nuestros compatriotas en pobreza alimentaria, el beneficio de la libertad anticipada, sobre todo en un tema como es el robo famélico o el robo por hambre que no rebase los 80 salarios mínimos vigentes, bueno, yo creo que es un beneficio que ayudará a muchos que delinquieron porque tenían hambre y no les quedaba otra opción: o robaban o se morían de desnutrición.

Qué bueno que las comisiones, que ya señalamos, tuvieron a bien generar este beneficio de la libertad anticipada.

Y el otro tema, que tiene que ver con los consumidores de marihuana, también muchos están ahí porque no son traficantes o narcotraficantes, simplemente cayeron en un vicio, como es el alcohol, y ese vicio, los agarraron en un momento determinado y ese vicio los tiene en la cárcel.

Yo creo que se tiene que revisar de manera puntual cada uno de estos casos para que también no se vayan a dejar salir delincuentes.

Por último decirles compañeros Senadores, compañeras Senadoras, nada se cambia por decreto, se tiene que tener la voluntad política para impulsar las transformaciones que mandata esta ley. El Senado, lo queremos decir fuerte, ha hecho el trabajo en sus comisiones, en el debate aquí en el Pleno, y lo vamos a ver ahorita en la votación.

Corresponde ahora al Ejecutivo Federal y a los ejecutivos estatales de los estados tener la voluntad política para que las cárceles dejen de ser escuelas del crimen y se conviertan en centros de reflexión y reinserción social de quienes, por circunstancias de la vida, violaron la ley.

Y para que esto suceda estas personas privadas de su libertad tienen que empezar por ser tratados como lo que son, seres humanos.

Por su atención, muchas gracias.

(Aplausos)

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Senador Fidel Demédicis.

Informo a la Asamblea que el Senador Enrique Burgos, hizo llegar a esta Mesa Directiva el texto de su intervención, el cual estará íntegro en el Diario de los Debates.

Solicito a la Secretaría consulte a la Asamblea, en votación económica, si el asunto se encuentra suficientemente discutido en lo general.

La Secretaria Senadora Tapia: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si el dictamen se encuentra suficientemente discutido en lo general.

Quienes estén por la afirmativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea asiente)

Quienes estén por la negativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea no asiente)

Señora Presidenta, sí se encuentra suficientemente discutido.

La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Secretaria.

Se abre el registro para reservar artículos o para presentar adiciones.

Informo a la Asamblea que han quedado reservados los siguientes artículos:

Senador Marco Antonio Blásquez Salinas, artículos 3, 4, 9, 11, 13, 15, 16, 18, 19, 20, 22, 23, 30, 33, 39, 40 y 59.

Senador Zoé Robledo Aburto, artículo 36.

Senadora Martha Tagle, artículo del 169 al 189.

¿Algún Senador más que quiera reservar otro artículo?

Se cierra el registro de artículos reservados.

Háganse los avisos a que se refiere el artículo 58 del Reglamento para informar de la votación.

Ábrase el sistema electrónico de votación por cinco minutos para recoger la votación nominal del proyecto de decreto en lo general y de los artículos no reservados.

(Se abre el sistema electrónico de votación)

(Se recoge la votación)

La Secretaria Senadora María Elena Barrera Tapia: Señor Presidente, se emitieron un total de 114 votos a favor; cero en contra y cero abstenciones.

PRESIDENCIA DEL SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: En consecuencia, queda aprobado en lo general y los artículos no reservados del proyecto de Ley Nacional de Ejecución Penal y del Código Penal Federal.

Se concede la palabra al Senador Marco Antonio Blásquez Salinas, del grupo parlamentario del Partido del Trabajo, para referirse a los artículos 3, 4, 9, 11, 13, 15, 16, 18, 19, 20, 22, 23, 30, 33, 39, 40 y 59 del proyecto de decreto.

Tome nota la Secretaría del voto del Senador Emilio Gamboa, a favor del dictamen.

En virtud de que fueron explicadas por el Senador Blásquez Salinas, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si son de admitirse las reservas presentadas por dicho Senador.

La Secretaria Senadora María Elena Barrera Tapia: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si se aceptan las propuestas presentadas por el Senador Blásquez.

Quienes estén por la afirmativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea no asiente)

Quienes estén por la negativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea asiente)

No se aceptan las propuestas, señor Presidente.

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: Los artículos quedan en los términos del dictamen y se reservan para su votación conjuntamente con los demás artículos reservados.

Tome nota la Secretaría del voto de la Senadora Dolores Padierna, ¿A favor del dictamen?

A favor del dictamen.

Se concede ahora la palabra al Senador Zoé Robledo Aburto, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, para referirse al artículo 36.

Ruego a los señores Senadores y Senadores, no se retiren del salón de sesiones porque en breve tomaremos otra votación nominal.

El Senador Zoé Robledo Aburto: Muchas gracias.

Compañeras y compañeros Senadores: Primero, sin duda, yo soy de los que celebro ese dictamen, el trabajo de las comisiones de mucho tiempo, un trabajo puntual y esmerado.

Y lo celebro porque uno de los temas que era importante para Senadores, para Senadoras, para organizaciones de la sociedad civil, para mucha gente. Es el de los niños invisibles.

Los niños invisibles que son todos aquellos menores que o nacieron en la cárcel, o tienen menos de tres años y viven en la cárcel con sus mamás.

Hoy, en esta ley, hay un artículo el 36 que habla justamente sobre mujeres privadas de la libertad con hijas o hijos.

Eso ya los empieza a ser visibles.

Pero pensemos en esos 549 niños, le repito, la mayoría menores de tres años.

Que ahí están.

Que allí viven en los centros penitenciarios.

Que acompañan a sus madres que están cumpliendo condenas.

Ellos también reclaman derechos, el principal, el derecho de ser niños.

Reclaman nuestra solidaridad.

Reclaman y con justa razón, el derecho a ser felices.

El año pasado publicamos ese libro aquí en el Senado de la República, “El anuario de los niños invisibles”, que más que un libro es un anuario, como los que seguramente muchos de ustedes tuvieron en la secundaria, en la primaria.

Y lo retrata así como son, pequeñitos, inocentes que el destino les jugó la mala pasada de tener que empezar su vida sin conocer la libertad.

Y las preguntas al ver estos rostros y estos testimonios, son inevitables, ¿Cómo vive un niño en la cárcel?

Sabrá distinguir un niño, entre la libertad y la falta de ella, sentirá nostalgia por las rejas una vez que salga de allí, extrañará la libertad si no la conoce.

¿Cuáles serán sus sentimientos con la sociedad que lo puso en esa condición y muchas veces no le prestó los suficientes medios para su desarrollo en la etapa más importante, que es el desarrollo temprano?

Al leer algunos de los testimonios que están aquí, como el de Rodrigo que en un dibujo pone, ese niño soy yo, soy un monstruo de dos cabezas, es una cabeza con otra cabeza porque me voy a dibujar a mí mismo, gordito, es un monstruo, y el grande soy yo, porque me visto como monstruo, lo hice para que espante, para que espante, hice mis manos grandes.

Niños que no debemos de abandonar, y no los está abandonando este dictamen, sino que debo de decirlo, los toma en cuenta.

Por eso mi reserva es muy simple, lo único que plantea es una modificación al párrafo segundo, cuando dice, entre los derechos que tendrán las mujeres privadas de la libertad, que tienen hijos, a que su hija o hijo disfruten del más alto nivel de salud; creo que todos estarán de acuerdo con eso.

Hay una palabra que a mí me incomoda, dice: A que su hija o hijo disfrute el más alto nivel posible de salud. Posible de salud.

Miren, no hay más de 27 centros penitenciarios en donde pueden estar estos niños, poderles prestar los más altos niveles de salud, sería un momento alto y digno del Estado mexicano, proteger al más indefenso de los seres humanos que pueda haber quizá en México, y que es un niño, que está en la cárcel por circunstancias de la vida.

Hablaría muy bien de nosotros, para qué le ponemos que lo más alto posible, si es una cuestión presupuestaria, y ya hay un diagnóstico de la Cámara de Diputados que dice, cuánto podría costar prestarle servicios de salud, guarderías, en fin, todo lo que necesita un niño, y la verdad, que, pues no es tanto para el Estado mexicano, son 53 mil pesos al año, multiplíquenlos por los 539 niños, son cerca de 24 millones de pesos anuales, los gobiernos de los estados se gastan eso en dos días en publicidad gubernamental.

Entonces, creo que si quitamos la palabra posible hacemos un compromiso mayor, no dejarlos en la indefensión de lo que alcance, porque eso significa, posible, es lo que tengamos en Hacienda, los recursos que podamos otorgarles, para qué dejar esa mala señal, esa manchita en un dictamen que ha salido tan bien, que es tan noble, que ha alcanzado tantos consensos.

Pero eso no les pediría, quitemos la palabra posible, hagamos cosas extraordinarias por estos niños, no posibles, no chiquitos, no nos quedemos en lo chiquito, lo mínimo, vamos a lo mayor, no son muchos, son 500.

Si no podemos atender a estos niños, como si fueran nuestros hijos, entonces algo tenemos que replantearnos en nuestro papel de representantes populares.

Yo los invito, quitemos esa palabrita: “posibles” A mí me incomoda, espero que a ustedes también.

Al ser un tema muy relevante, por lo menos para mí, Senador Presidente, le pediría, con el apoyo de cinco senadores que haga esta votación de tipo nominal para que aparezca en la pantalla y voten todas y todos.

Les agradezco mucho, ojalá apoyemos a estos niños, y quitemos una palabra que no le hace daño al dictamen, y solamente establece el nivel y la envergadura de lo que queremos hacer con esa ley.

Felicidades nuevamente a las comisiones dictaminadoras.

Es cuanto, gracias.

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: ¿Hay cinco Senadores que acompañan la solicitud de votación nominal?

Ábrase el sistema electrónico de votación hasta por dos minutos para recoger la votación nominal sobre la admisión de la reserva presentada por el Senador Zoé Robledo.

(Se abre el sistema electrónico de votación)

(Se recoge la votación)

La Secretaria Senadora María Elena Barrera Tapia: Señor Presidente, derivado de la votación, del resultado de la votación, no se admite a discusión, señor Presidente.

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: El artículo 36 queda en los términos del dictamen y se reserva para su votación conjuntamente con los demás artículos reservados.

Se concede ahora el uso de la palabra a la Senadora Martha Tagle Martínez, para referirse a los artículos 169 a 189 del proyecto de ley, de los artículos 169 al 189, una disculpa.

La Senadora Martha Angélica Tagle Martínez: Gracias, Presidente.

Sin duda, no me puedo evitar sumar a los reconocimientos por el trabajo realizado en las comisiones unidas y a quienes estuvieron empujando este dictamen, que además es muy importante sacarlo en este momento justo un poco antes de la entrada en vigor del Sistema de Justicia Acusatorio.

Sin embargo, me parecía también muy importante poner en la discusión un tema que está incluido en este dictamen, y que forma parte, precisamente, de las discusiones que en el Senado no hemos dado y que, precisamente, porque no lo hemos dado, me parece que no debería de estar en el proyecto del dictamen de la Ley de Ejecución Penal, y me refiero al Capítulo de Justicia Terapéutica.

La política de prevención de riesgos y daños relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, así como la atención integral al uso nocivo o problemático de las mismas, no debería formar parte del catálogo de medidas penales.

En el discurso pronunciado por el titular del Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto, en la apertura de la Sesión Especial de la Asamblea General sobre el Problema Mundial de las Drogas, se propuso un decálogo a la comunidad Internacional, y en el punto 7 menciona:

Y cito: “El consumo de drogas debe atenderse esencialmente como un problema de salud pública, toda vez que constituye una amenaza para el desarrollo pleno de las personas, especialmente de nuestros niños y jóvenes. La adicción a las drogas debe atenderse con mecanismos de prevención y soluciones terapéuticas integrales, no con instrumentos penales, que criminalizan a los consumidores y dañan el desarrollo de su personalidad”.

Hasta aquí la cita de lo presentado por Enrique Peña Nieto en Nueva York.

Para el diseño de la política integral de atención a dependencias, se hace necesario revisar algunos conceptos: consumo o uso, abuso y dependencia. Son tres términos distintos.

El consumo per se, consumo o uso, abuso y dependencia son tres términos distintos. El consumo per se no es necesariamente abuso.

Según el Informe Mundial Sobre las Drogas 2015, más de una década, 10 consumidores de drogas es un consumidor problemático que sufren trastornos ocasionados por el consumo de drogas o drogo-dependencia, es decir, el usuario que no presenta consumo nocivo es mayor. Aunque el uso de una sustancia psicoactiva implica riesgos en mayor o menor medida, el consumo no necesariamente implica daños, por ende, tampoco implica uso nocivo, abuso o uso problemático.

Asimismo, aunque la dependencia a una sustancia psicoactiva implica riesgos, no necesariamente es un daño en sí. La dependencia es una condición orgánica de la persona que puede ser valorada en términos científicos y por supuesto médicos y terapéuticos.

La dependencia puede propiciar la repetición de un uso nocivo y por lo tanto representar un factor de riesgo adicional, pero con visión del organismo, no es por sí misma un daño y mucho menos una condición que amerite ser juzgada o tratada penalmente.

Al respecto, abunda la documentación en ciencias médicas y en ciencias antropológicas sobre la dependencia, en contextos terapéuticos controlados que brindan un beneficio significativamente mayor, que en el perjuicio o los daños que pueda haber relacionados con el uso necesario o no, y reiterado que genera la sustancia.

En fin, hay una serie de argumentos de por qué las drogas, el consumo de las drogas y el uso de las drogas no tienen que tratarse como un asunto penal, ni verse como una alternativa a la justicia.

Una modalidad de justicia terapéutica en nuestro país han sido los llamados tribunales para el tratamiento de adicciones. En el caso de México, en el Estado de Nuevo León, es un ejemplo de su implementación y los resultados no son muy halagadores.

De enero de 2009 a mayo de 2012 se admitieron 103 casos, 68 de ellos por uso problemático de alcohol, y la mayoría por violencia familiar y accidentes. En tres años y medio de operación sólo se registraron 18 egresos certificados del programa, sólo 18 personas.

Por lo anterior, es necesario contar con evidencia que sustente la viabilidad de poder implementar estos programas, antes de incluirlos en la legislación que posteriormente sentará los marcos para la definición de la política pública.

Por falta de tiempo no presentaré toda la reserva, pero le solicito al Presidente, pueda ser incluida en el Diario de los Debates.

Es cuánto.

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: En virtud de que las reservas fueron exhaustivamente expuestas por la Senadora Tagle Martínez, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si son de admitirse.

La Secretaria Senadora María Elena Barrera Tapia: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si se aceptan las propuestas presentadas por la Senadora Martha Tagle.

Quienes estén por la afirmativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea no asiente)

Quienes estén por la negativa, favor de levantar la mano.

(La Asamblea asiente)

No se aceptan las propuestas, señor Presidente.

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: Los artículos del 169 al 189 del proyecto de ley se mantienen en los términos del dictamen.

Agotadas la reservas, háganse los avisos a que se refiere el artículo 58 del Reglamento, para informar de la votación de los artículos 3, 4, 9, 11, 13, 15, 16, 18, 19, 20, 22, 23, 30, 33, 36, 39, 40, 59, 169, 170, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 177, 178, 180, 181, 182, 183, 184, 185, 186, 187, 188 y 189 del Proyecto de Ley Nacional de Ejecución Penal.

Ábrase el sistema electrónico de votación, hasta por tres minutos, para recoger la votación nominal, en los términos del dictamen.

(Se abre el sistema electrónico de votación)

(Se recoge la votación)

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: Tome nota la Secretaría del voto, en sentido afirmativo, de la Senadora Yolanda de la Torre.

Está abierto el sistema, Senador Flores.

La Secretaria Senadora María Elena Barrera Tapia: Señor Presidente, conforme a la votación, se tiene un total de 91 votos a favor; 3 en contra y cero abstenciones.

El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: En consecuencia, quedan aprobados los artículos 3, 4, 9, 11, 13, 15, 16, 18, 19, 20, 22, 23, 30, 33, 36, 39, 40, 59, 169, 170, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 177, 178, 179, 180, 181, 182, 183, 184, 185, 186, 187, 188 y 189 del Proyecto de Ley Nacional de Ejecución Penal.

Está aprobado en lo general y en lo particular el proyecto de decreto por el que se expide la Ley Nacional de Ejecución Penal; y se adicionan las fracciones XXXV, XXXVI y XXXVII y un quinto párrafo y se reforma tercer párrafo del artículo 225 del Código Penal Federal.

Se remite a la Cámara de Diputados para los efectos del artículo 72 constitucional.