SENADORES DISCUSION México, D.F., Miércoles 27 De Abril De 2016
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SENADORES DISCUSION México, D.F., miércoles 27 de abril de 2016. Versión Estenográfica NOTA: ESTE DOCUMENTO SE PUEDE VISUALIZAR EN EL ARCHIVO PDF LIGADO. EN CASO DE NO VISUALIZAR EL ARCHIVO LIGADO FAVOR DE SOLICITARLO AL CORREO ELECTRONICO [email protected] Tenemos ahora la segunda lectura del dictamen de las Comisiones Unidas de Justicia; de Derechos Humanos; de Gobernación; y de Estudios Legislativos, con proyecto de decreto por el que se expide la Ley Nacional de Ejecución Penal y se adiciona el Código Penal Federal. Debido a que se encuentra publicado en la Gaceta de este día, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si se omite su lectura. La Secretaria Senadora Ana Gabriela Guevara Espinoza: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si se omite la lectura del dictamen. Quienes estén por la afirmativa, sírvanse levantar la mano. (La Asamblea asiente) Quienes estén por la negativa, sírvanse levantar la mano. (La Asamblea no asiente) Sí se omite, Presidenta. La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: Gracias, Secretaria. Se concede el uso de la palabra al Senador Fernando Yunes Márquez, para presentar el dictamen a nombre de la Comisión de Justicia, en términos de lo dispuesto por el artículo 196 del Reglamento. El Senador Fernando Yunes Márquez: Con su venia, señora Presidenta. Señoras y señores Senadores: Hoy es un día en que este Senado de la República cambiará el paradigma del Sistema Penitenciario Mexicano. Esta Cámara de Senadores dará el primer paso para cambiar la vida de miles de personas que se enfrentan todos los días a la oscuridad y a las sombras que implican nuestras cárceles. La Ley Nacional de Ejecución Penal nació como una reserva de ley en nuestra Constitución el 18 de junio de 2008, se gestó en las propuestas de las Senadoras Pilar Ortega y Adriana Dávila; en las iniciativas de las Senadoras Angélica de la Peña, Cristina Díaz y Roberto Gil Zuarth, y en las ideas complementarias de los Senadores Omar Fayad y Miguel Romo Medina. Tres iniciativas que sirvieron… La Presidenta Senadora Rosa Adriana Díaz Lizama: ¡Permítame, Senador! Pido, por favor, a la Asamblea poner atención en la presentación del dictamen que estamos discutiendo. Continúe, Senador. El Senador Fernando Yunes Márquez: Gracias, Presidenta. Tres iniciativas que sirvieron de base y fundamento para el enorme trabajo técnico que este Senado realizó durante tres años. Quisiera agradecer al Presidente de la Mesa Directiva del Senado, el Senador Roberto Gil Zuarth, quien encabezó junto con las Senadoras Angélica de la Peña, Cristina Díaz y Graciela Ortiz, los trabajos de dictaminación para lograr el proyecto de ley que hoy presentamos. En la elaboración de esta Ley Nacional también participaron organizaciones de la sociedad civil y dependencias del gobierno federal, en especial la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional de Seguridad, Ia Setec. Agradezco también al cuerpo técnico de las comisiones dictaminadoras. El dictamen que se pone a su consideración sobre la Ley Nacional de Ejecución Penal consta de 207 artículos desarrollados en 6 títulos, así como 2 artículos que conforman su régimen transitorio. De manera general establece las normas, principios y reglas para regular con base en los derechos de las personas sentenciadas las normas que habrán de observarse durante el internamiento por prisión preventiva, así como la ejecución de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolución judicial. Establece también los procedimientos para resolver las controversias que surjan con motivo de la ejecución penal y los medios para lograr la reinserción social. Con este nuevo ordenamiento estamos modificando el modelo previsto en la ley que establece las normas mínimas sobre readaptación social de sentenciados, un ordenamiento jurídico que data de 1971. Ese aleja este nuevo modelo de la vieja escuela penitenciaria de readaptación social para transformarse en uno de reinserción social. Se establece claramente un sistema penitenciario que deja de ser el centro de convivencia y desarrollo de la delincuencia, o como comúnmente se dice: la escuela del crimen. El presente dictamen se desarrolla sobre los cinco ejes de reinserción social que se encuentran establecidos en el artículo 18 de nuestra ley fundamental. El respeto a los derechos humanos, el trabajo y la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte, estos principios constitucionales funcionarán como directrices del Sistema Penitenciario Mexicano, estar privado de la libertad no significa estar privado de la vida, de la igualdad y de la dignidad. Este proyecto señala también que el desarrollo del debido procedimiento penitenciario ante las autoridades de ejecución y la actuación de los sujetos que intervienen en el de acuerdo a sus respectivos derechos y atribuciones se regirán por lo establecido en la Constitución, tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano sea parte y en esta ley. En lo conducente a los estándares internacionales y por los principios de dignidad, igualdad, legalidad, debido proceso, transparencia, confidencialidad, publicidad, proporcionalidad y reinserción social, bajo este supuesto se sientan las bases para que se transforme en un sistema que asegure el cumplimiento de la pena de prisión sin menoscabo de la dignidad y desarrollo de las personas. Uno de los aspectos más relevantes para generar el cambio de paradigma en el Sistema Penitenciario es, sin duda, el reconocimiento de la persona privada de la libertad como sujeto de derechos y no más como un reo o prisionero, todo ello conlleva una gran transformación en la operación de un complejo sistema penitenciario, es decir, el desarrollo de acciones jurídicas administrativas basadas en derechos que actúan como límites y bases para su funcionamiento. Por ello, se establece que en lo relativo a la ubicación de las personas privadas de la libertad en un centro penitenciario, cualquier que este sea, se procederá de manera inmediata a una separación en la cual las mujeres compurgarán sus penas en lugares separados de los destinados a los hombres, tendrán acceso a derechos específicos de su género, así como de condiciones especiales de niñas y niños que nazcan en los centros penitenciarios. Las personas procesadas y sentenciadas ocuparán instalaciones distintas y las personas en reclusión preventiva y de ejecución de sentencias por delincuencia organizada serán sujetas a medidas de seguridad especiales. Se regula también lo relativo a las obligaciones de las personas privadas de su libertad, los derechos de las personas sentenciadas que gozan de libertad condicionada, así como las obligaciones de las personas sentenciadas que hayan obtenido alguna medida de libertad condicional. Para lo anterior se establece la existencia de un plan de actividades que será diseñado con plena participación de la persona sentenciada en el que ya no será exclusivamente el trabajo el único incentivo que tenga para lograr su desarrollo o la obtención de beneficios, sino que por el contrario, este estará diseñado de acuerdo a su condición. Es por esto que en el capítulo de trabajo se reconocen nuevas modalidades de empleo para que la persona privada de la libertad tenga la posibilidad de desempeñar una actividad productiva a través del auto empleo, a cuenta de terceros por contratación, o bien, a través de actividades productivas para fines del sistema de reinserción. En este diseño normativo pueden encontrarse las diferentes opciones por las que una persona privada de la libertad puede optar de acuerdo a sus preferencias ocupaciones. Otro punto relevante son los procesos de justicia restaurativa en los cuales podrán participar la víctima u ofendido, el sentenciado o la comunidad afectada con el objeto de identificar las necesidades y responsabilidades individuales y colectivas coadyuvando a su reintegración. Finalmente, se brindarán servicios post penales con el objeto de fomentar la creación y promoción de espacios de orientación, apoyo y desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social y de capacitación de todas las áreas relacionadas con los ejes establecidos en la Constitución en razón de facilitar la reinserción social aunado a la promoción de la aceptación del externado. De igual manera se establecerá una coordinación entre la Federación y las entidades federativas para el óptimo cumplimiento de los objetivos de la reinserción. El Estado en su conjunto será responsable de la reinserción social de los sentenciados. En esta ley se reglamenta también lo referido a los ingresos, visitas, revisiones personales y entrevistas en los centros penitenciarios, asimismo se regula lo pertinente a las revisiones en los mismos tales como las revisiones a las celdas, el registro de la revisión, sustancias u otros objetos prohibidos, el uso de fuerza, entre otros. Uno de los aspectos destacables de esta ley es la figura de los observadores que fungirán como coadyuvantes en el respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad, lo cual implica un gran avance dado que no sólo los organismos proyectores de derechos humanos podrán ingresar a los centros penitenciarios para velar por los derechos, sino también la sociedad civil acreditaba experta en la materia. Se regula también lo relativo a la salud y los servicios de atención médica dentro de los centros penitenciarios, así como de las actividades físicas y deportivas, la educación, la capacitación para el trabajo. Se establece el modelo de libertad condicionada en el cual el juez de ejecución podrá conceder a la persona sentenciada el beneficio de libertad condicionada bajo la modalidad de supervisión con o sin monitoreo electrónico. La ley contempla la libertad anticipada que consiste en que el juez de ejecución podrá determinar el beneficio de libertad que consistirá en la extinción de la pena de prisión y el beneficio de la libertad al sentenciado, siempre y cuando cumpla con ciertas condiciones. Finalmente, el apartado de los artículos transitorios tiene como finalidad implementar este nuevo paradigma del Sistema Penitenciario Mexicano y establece una temporalidad de cuatro años para su implementación total.