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ISSN: 2529-9808

Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval Núm. 8 presente Medieval: elpasado y socialesdelaHistoria Debates ymitospolíticos Revista deHistorialaFIM Núm. 9,1 er semestrede2020 Nuestra Historia

Revista de Historia de la FIM

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Nuestra Historia: Revista de Historia de la FIM

ISSN: 2529-9808 • Edita: Fundación de Investigaciones Marxistas • Equipo coordinador: Manuel Bueno Lluch, Francisco Erice Sebares, José Gómez Alén y Julián Sanz Hoya • Con- sejo de Redacción: Irene Abad Buil, Eduardo Abad García, Juan Blanco, Manuel Bueno Lluch, Sergio Cañas Díez, Francisco Erice Sebares, Cristian Ferrer González, Sergio Gálvez Biesca, Juan Carlos García-Funes, Luz García Heras, José Luis Gasch Tomás, David Ginard i Féron, José Gómez Alén, Patricia González-Posada Delgado, Fernando Hernández Sánchez, Gustavo Hernández Sánchez, José Hinojosa Durán, Mélanie Ibáñez Domingo, José Luis Martín Ramos, José Emilio Pérez Martínez, Guillem Puig Vallverdú, Víctor Santidrián Arias, Julián Sanz Hoya, Javier Tébar Hurtado, Julián Vadillo Muñoz, Santiago Vega Sombría • Diseño de portada: Francisco Gálvez • Diseño del interior y maquetación: Manuel Bueno Lluch • Imagen de portada: Detalle de miniatura de las Cantigas de Sta. María (Biblioteca del Monasterio de El Escorial) • Envío de colaboraciones: [email protected] • Administración: c/ Olimpo 35, 28043, Madrid. Tfno: 913004969. Correo-e: administracion@ fim.org.es • DL: M-3046-2017. Nuestra Historia

Revista de Historia de la FIM

Número 9

Primer semestre de 2020 Índice

Editorial Número 9 Consejo de Redacción de Nuestra Historia 7

Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente Presentación Gustavo Hernández Sánchez 11

Del modo de producción germánico al modo de producción campesino. Nuevos enfoques materialistas para la Primera Alta Edad Media peninsular: propuestas desde la arqueología Carlos Tejerizo-García 17

¿Paisajes de guerra o paisajes del poder? Conflictos en los castillos de la cuenca del Duero a partir del registro escrito (siglos IX-XII) Daniel Justo Sánchez 37

La Reconquista: construcción de un mito identitario. Usos políticos y discursivos de un concepto anacrónico Andrea María Ordóñez Cuevas 55

La gran mortandad de 1348. Sobre el mito y la realidad (conocida) de la Peste Negra en España Guillermo Castán Lanaspa 73

Debates El Archivo de la Fundación Felipe González: la privatización del Patrimonio Documental Sergio Gálvez Biesca 95

Entrevista David Ruiz ante el espejo, radiografía de un historiador con historia Ramón García Piñeiro 123

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808 Índice

Nuestros Documentos

Introducción Javier Tébar Hurtado 143

Intervención parlamentaria de Marcelino Camacho en la discusión sobre el proyecto de Ley de Amnistía Marcelino Camacho Abad 147

Lecturas Centenarios para debatir y reflexionar Ernesto Gómez de la Hera 151 Viver é tomar partido: memórias, de Anita Leocadia Prestes Marcos Cesar de Oliveira Pinheiro 156 Memoria roja. Una historia cultural de la memoria comunista en España, 1931-1977, de José Carlos Rueda Laffond Jordi Sancho Galán 161

Comunistas en tierras de olivos. Historia del PCE en la provincia de Jaén 1921-1986, de Luis Segura Peñas Miguel Ángel Peña Muñoz 165 Por qué las mujeres disfrutan más del sexo bajo el socialismo, de Kristen Ghodsee Nerea González de Arriba 169 En el laberinto. Las izquierdas en el Sur de Europa (1968-1982), de Andreu Mayayo y Javier Tébar Cristian Ferrer 174

Las flores y los tanques. Un regreso a la Primavera de Praga, de Luis Zaragoza Eduardo Abad García 179 Érase una vez el eurocomunismo. Las razones de un fracaso, de Andrea Donofrio Michelangela Di Giacomo 183 Sota els peus del franquisme. Conflictivitat social i oposició política a Tarragona. 1956-1977, de Cristian Ferrer Nadia Varo Moral 186

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808 Índice

Encuentros «Sociedades y Culturas. Treinta años de la Asociación de Historia Social». IX Congreso de Historia Social Sergio Cañas Díez 189 Dos encuentros sobre el Trienio Liberal a las puertas de su bicentenario Sergio Cañas Díez 200

«Memoria del exilio español en Argelia» Julián Vadillo Muñoz 208 «X Encuentro Internacional de Investigadorxs del Franquismo» Pablo Alcántara Pérez 211

Memoria «Escuelas con Memoria»: El programa educativo del instituto navarro de la memoria César Layana Ilundain y José Miguel Gastón Aguas 217

Santiago Álvarez: Homenaje y memoria de un comunista universal Xabier Ron Fernández 233

Vivir de pie. Francisco Ortiz Carmona, un compromiso inquebrantable de lucha por la libertad Juan Carlos Marín Sánchez 239

Autores (Dossier y Debates) 247

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808 Editorial

Número 9

Consejo de Redacción de Nuestra Historia

Una pandemia global ha irrumpido en nuestro mundo cotidiano, poniendo de manifiesto con extrema virulencia las bases materiales en que necesariamente se desarrollan las sociedades humanas. Al lado del pesar por las múltiples vidas perdidas y el temor por la nueva crisis económica que ha provocado el covid19, esta nueva situación nos está obligando —o nos debe obligar— a repensar nues- tro mundo y los fundamentos en que se basa nuestra organización social [1]. Existen pocas ideas tan arraigadas en el sentido común dominante como la del progreso. Por más que se haya venido cuestionando desde la historiografía, la filosofía, las ciencias sociales, la narrati- va del progreso forma parte casi de for- ma natural de la percepción del devenir histórico de las sociedades occidentales. Pese a las recurrentes crisis económi- cas, pese a las devastadoras guerras que condenan a pueblos enteros a la muer- casi decimonónica del progreso, asociado te y la miseria, ha persistido una com- a la ciencia, la técnica y al desarrollo eco- placiente confianza en una concepción nómico. Cómo no, también a la globaliza- ción, entendida casi siempre en términos 1.– Un análisis agudo sobre el impacto del covid19 en de intercambio mercantil y de movilidad la economía global y en cómo la epidemia ha mos- de las poblaciones, dentro del estricto mar- trado las debilidades del sistema en David Harvey, «Políticas anticapitalistas en tiempos de COVID-19», co de una competencia capitalista que, le- en ctxt, 25.3.2020, https://ctxt.es/es/20200302/ jos de estar desregulada, está férreamente Politica/31496/coronavirus-anticapitalismo- mediada para asegurar los intereses de las neoliberalismo-medidas-covid19-david-harvey- grandes corporaciones y de las finanzas es- jacobin.htm (publicado originalmente en Jacobin, https://jacobinmag.com/2020/03/david-harvey- peculativas. De ese modo, cuando los gurús coronavirus-political-economy-disruptions). mediáticos al uso hablaban de los retos de

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la globalización, se referían casi siempre a tas: pequeñas inyecciones de gasto keyne- la descarnada competencia mercantil y al siano para que las economías occidentales control de los flujos migratorios, sin - ape no se hundan del todo y que prosiga el mar- nas espacio para los riesgos medioambien- co neoliberal como si nada hubiera cambia- tales —apenas parcheados de cuando en do. Ciertamente, la sensibilidad colectiva cuando con grandes cumbres propagan- en defensa de la sanidad pública y de la in- dísticas— ni para la reflexión a cerca de las vestigación vinculada a la salud puede su- bases sistémicas sobre las que se sostiene poner un cierto freno a las tendencias pri- la existencia de la humanidad sobre el pla- vatizadoras. Cabe congratularse también neta. Tanto es así que la palabra de moda de las medidas sociales que están buscando para la gestión política en la era neoliberal paliar los efectos de la crisis económica so- sobrevenida desde finales del siglo XX es la bre la mayoría trabajadora. Las izquierdas de gobernanza, un término que evoca más propugnan el incremento de la inversión la gestión administrativa en el marco de un pública, asegurar escudos de protección sistema inamovible que la política en tan- social, reformas fiscales progresivas, una to que espacio de debate sobre cómo deben reindustrialización sobre bases ecológicas organizarse las sociedades, desechando así y sociales, atender a los cuidados como eje la capacidad de imaginar y proponer cómo de las políticas públicas, todas ellas pro- construir unas nuevas bases materiales, so- puestas loables y sensatas frente a la emer- ciales y culturales para la humanidad. gencia [2]. Pero, más allá de ello, no se divi- La pandemia ha puesto en cuestión to- san alternativas, con una formulación neta das estas confianzas e inercias, desafiando y una capacidad de penetración cultural en las seguridades establecidas y mostrando nuestras sociedades, que sean capaces de las precarias bases sobre las que se sostie- plantar cara al capitalismo neoliberal que ne nuestro desarrollo. La crisis económica niega la capacidad democrática de edifi- desatada a partir del derrumbe financiero car un sistema al servicio de la vida y las de 2007, que dio lugar a más de un dece- necesidades de las personas. Sin embargo, nio de depresión con graves consecuencias resulta urgente, inaplazable, edificar esta sociales, ya debería habernos puesto en alternativa revolucionaria. Como historia- alerta sobre los peligros de dejar el funcio- dores e historiadoras, no podemos predecir namiento del sistema económico global en el futuro, pero el pasado nos muestra con manos de los ciegos intereses especulativos crudeza que las crisis más graves pueden y de la lógica del lucro a corto plazo de una constituir el inicio tanto de largas etapas estrechísima oligarquía. Lejos de ello, las de depresión y retroceso social, como de la promesas iniciales de embridar a un capita- construcción de fases de desarrollo sobre lismo desbocado y de potenciar una cierta bases nuevas. Todo ello depende siempre, intervención que moderase su excesos, fue- en el marco de las condiciones dadas, de las ron rápidamente desechadas y sustituidas mujeres y los hombres que construyen su por políticas de rigor mortis presupuestario, propia historia. recortes sistemáticos en la sanidad, la in- Cuando estábamos finalizando la com- vestigación y los servicios públicos, y re- posición de este número, nos ha golpeado trocesos sistemáticos en los derechos de la clase trabajadora. 2.– En esta línea va, por ejemplo, el Programa de Recons- trucción Horizonte País planteado por Izquierda Unida, No parece que en esta ocasión se estén mayo de 2020, disponible en https://izquierdaunida.org/ planteando recetas sustancialmente distin- horizontepais/.

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la triste noticia del fallecimiento de Ju- dossier del presente número a la Historia lio Anguita, una de las personas que más Medieval, constituyendo este nuestro pri- hizo en nuestro país por razonar esta idea mer monográfico centrado en un momento de la necesidad de una alternativa real al anterior al siglo XIX. neoliberalismo. Julio tuvo una indudable El dossier Debates y mitos políticos y so- importancia en el esfuerzo por rearmar el ciales de la Historia Medieval: el pasado pre- pensamiento y la acción política de la iz- sente, coordinado y presentado por nuestro quierda española, ha sido parte fundamen- compañero Gustavo Hernández Sánchez, tal de su historia, y por eso hemos querido reúne un conjunto de aportaciones que po- dejar constancia en este editorial de nues- nen de manifiesto la renovación de algunos tro pesar por su fallecimiento y del recono- de los grandes temas del medievalismo y cimiento por su aportación. En el próximo permiten ofrecer claves para la reflexión número intentaremos ofrecer un artículo sobre el diálogo entre presente y pasado. en su memoria, siempre desde el análisis Así, por ejemplo, los últimos tiempos vie- crítico que postuló como una necesidad in- nen mostrando la persistencia y la revita- eludible en cualquier proyecto de transfor- lización de viejos mitos nacionalistas, al mación social. servicio de concepciones ahistóricas que presentan a las naciones como entes lar- * * * * * gamente preexistentes, convirtiendo la historia en campo de batalla de unos mitos El presente número de Nuestra Historia nacionalistas contra otros. Frente a ello, se está orientado, precisamente, a ampliar opone una historia rigurosa, fundada en el foco de nuestra mirada. En esta revis- un utillaje metodológico plural, de la que ta siempre hemos creído en la necesidad constituyen un buen ejemplo los trabajos de una Historia que atienda a todos a los reunidos en este dossier. fenómenos y los enfoques tanto políticos En el mismo, Carlos Tejerizo-García nos como sociales, económicos, culturales y propone atender a las herramientas que la medioambientales, partes inseparables de arqueología provee para un análisis mate- la realidad social en sus diferentes perio- rialista de la Primera Alta Edad Media ibé- dos históricos. Hasta ahora hemos prestado rica, a través de categorías como «modo de una atención prioritaria a la historia polí- producción campesino», útil para interpre- tica y social del siglo XX, en especial a la tar la vida de las comunidades campesinas historia de la clase trabajadora, del pensa- en la transición de la Antigüedad a la Edad miento marxista y del movimiento comu- Media. A continuación, Daniel Justo Sán- nista, pero no hemos dejado de considerar chez analiza la relevancia de los castillos necesario ampliar el angular de los temas y como símbolo de control social del territo- los periodos tratados por la revista. Tanto si rio, en concreto en el valle del Duero duran- nos referimos a las épocas y las edades en te los ss. IX a XII, siempre partiendo de la que habitualmente se encasilla —sin duda compleja y conflictiva realidad política del alguna, en demasía— la producción del co- Medievo peninsular. Se trata de una cues- nocimiento histórico, como a los temas y tión que cabe relacionar con los mitos so- los cruces con las ciencias sociales afines, bre la «historia de España», en concreto el sea que hablemos de la economía, la socio- de la «Reconquista», que Andrea Ordóñez logía, la ciencia política, la antropología. Cuevas estudia a partir de la evolución Esta vocación explica que dediquemos el conceptual e historiográfica de esta no-

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ción, que a partir del siglo XIX se desarrolló El habitual apartado de Lecturas pre- como parte del imaginario nacional, en el senta la novedad, en este número, de es- especial del vinculado al nacionalismo uni- tar dedicado especialmente a trabajos re- tarista y católico. Finalmente, el artículo de lacionados con el movimiento comunista Guillermo Castán nos permite aproximar- y su entorno, en su sentido más amplio. nos a una pandemia de la época, como la Comenzamos por las memorias de nuestra fue la Peste Negra, planteando una crítica a colega Anita Leocadia Prestes, destacada la idea de la «gran mortandad de 1348» en historiadora brasileña a la que dedicamos que cuestiona el grado de impacto de esta la entrevista de nuestro primer número. peste en la península ibérica, en especial en Asimismo, aunque no nos ha sido posible la Corona de Castilla. cubrir todas las novedades que hubiéramos A continuación, el apartado Debates nos deseado, comentamos estudios dedicados permite saltar a un pasado mucho más cer- a la memoria roja en España, el comunis- cano cronológicamente, directamente vin- mo en tierras jiennenses, las mujeres en culado a las controversias sobre el acceso los países del socialismo real, la Primavera a los archivos y las políticas públicas so- de Praga, las izquierdas en el sur europeo, bre el patrimonio documental en España. el eurocomunismo, así como la oposición Sergio Gálvez nos presenta una razonada antifranquista del PSUC y de la clase tra- crítica sobre la privatización de este patri- bajadora catalana. Por su parte, Encuentros monio que supone el lanzamiento y el mo- presenta una panorámica sobre el último dus operandi del Archivo de la Fundación Congreso de Historia Social, dos recientes Felipe González, que burla todas las con- encuentros dedicados al Trienio Liberal, un venciones y las normas sobre la protección congreso sobre el exilio español en Argelia pública de los archivos de interés social en y el X Encuentro de Investigadoras e Inves- nuestro país. tigadores del Franquismo. Retomamos en este número la Entre- En este número, la sección de Memoria vista, en este caso dedicada a un reputado nos ofrece un interesante artículo sobre el historiador del movimiento obrero y de la programa educativo del Instituto Navarro España contemporánea como David Ruiz, de la Memoria (escrito por César Layana y con quien dialoga Ramón García Piñeiro. José Miguel Gastón), un texto en recuerdo Y precisamente en este terreno histórico, y homenaje del destacado dirigente gallego Nuestros Documentos fija su atención en la del PCE Santiago Álvarez (por Xavier Ron intervención parlamentaria de Marcelino Fernández) y un artículo dedicado al com- Camacho en la discusión sobre el proyec- promiso por la libertad del militante comu- to de la Ley de Amnistía, con una presen- nista y antifranquista jiennense Francisco tación a cargo de Javier Tébar que pone de Ortiz Carmona (a cargo de Juan Carlos Ma- manifiesto la necesidad inexcusable de en- rín Sánchez). tender históricamente el contexto en que Esperamos que estos contenidos sean de se dio esta ley. vuestro interés y podáis leerlos con salud.

10 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 7-10 Dossier

Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

Gustavo Hernández Sánchez Coordinador de Fedicaria

Que la historia es un campo de estudio que vincula poder y saber es algo que po- cos investigadores e investigadoras, a estas alturas, se atreven a cuestionar. Más bien, los debates teóricos en el siglo XXI se re- lacionan con las cuestiones que tienen que ver con el régimen de producción del conocimiento en la denominada era de la «postverdad». En efecto, en el presente, la cuestión de la verdad y la producción de conocimiento en nuestro campo de estudio guardan una relación más cercana con la ética que con la objetividad. De tal manera que se hace preciso trabajar a partir de la elaboración de historias autorreflexivas (a Batalla entre musulmanes y cristianos, la par que autocríticas) que denuncien los miniatura de las Cantigas de Sta. María «usos ideológicos de la objetividad» con el (Biblioteca del Monasterio de El Escorial). objetivo de poder «expresar y transmitir puntos de vista [1]» basados en la honesti- haciendo verosímiles las tesis nietzschea- dad científica. Si bien no todos estos- de nas del «eterno retorno». Así, el historiador bates son tan novedosos como aparentan italiano Enzo Traverso (2016 [2011]) define y, del mismo modo, existen determinadas con buen tino la historia como «campo de preocupaciones historiográficas que, como batalla» y considera que la fecha de 1989 en la política, siempre terminan por volver, abre unas coordenadas histórico-culturales nuevas desde las que la escritura de la his- * 1.– Keith Jenkins, ¿Por qué la historia? Ética y posmoder- toria debe ser re-pensada. Y eso es lo que nidad, México, Fondo de Cultura Económica, 2006. p. 58. tratamos de hacer en este caso. En efecto,

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 11-16 11 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

no es que los historiadores y las historia- de revitalizar los estudios marxistas hacia doras no alcancemos consensos, sino que espacios en los que el enfoque neoliberal cada presente revisita su pasado, haciendo mayoritario desde los años noventa has- cierta la propuesta de Walter Benjamin de ta la actualidad ha hecho, si no olvidar, al que la historia no es solamente una cien- menos sí apartar u ocultar del foco de in- cia, sino también una «forma de rememo- terés historiográfico mayoritario. Hace no ración» (Eingedenken) del pasado [2]. demasiados años, el marxismo suponía una En esta ocasión, a diferencia de otros herramienta de estudio fundamental en las dosieres de la revista Nuestra Historia, nos preocupaciones de publicaciones de prime- centramos en la historia de la Edad Media, ra línea, situándose en la vanguardia de los si bien quizá también sería conveniente que principales debates, de los que uno de sus el campo de estudio de lo que entendemos espacios más prolijos fue la historia medie- por historia comience a borrar y desdibu- val. Parecen lejanos los años en los que el jar periodizaciones y cronologías que poco estudio de los «modos de producción» inun- o nada tienen que ver con la comprensión daba páginas y páginas y suponía una de las más amplia de los «procesos históricos», los inquietudes fundamentales de la literatura cuales guardan sus propias lógicas internas, medievalista. Si bien, tal y como destaca el al margen de los corsés de los departamen- artículo de Carlos Tejerizo-García, el mar- tos universitarios y de la historiografía es- xismo incluía también sus propios espacios pecializada más tradicional. Se trata de un de olvido, centrándose la mayor parte de proceso que llevará su tiempo pero que es- sus trabajos principalmente en el debate en toy seguro de que con el tiempo continuará torno a la transición del feudalismo al ca- modificando la producción historiográfica, pitalismo [3]. Discusión esta a la que le suce- esto es, el régimen de producción de ver- día el «debate Brenner» en la década de los dad, así como su divulgación, para adaptar setenta, recogido en la también prestigiosa la academia y las publicaciones científicas a revista Past & Present [4]. Este debate fue ca- los nuevos regímenes de historicidad, más tegorizado en su momento como «uno de acordes con los tiempos que corren. los debates históricos más importantes de Siguiendo estas breves reflexiones preli- los últimos años [5]»; de manera que ha que- minares, bajo el título «Debates y mitos po- dado tipificado como uno de los hitos más líticos y sociales de la Historia Medieval: el importantes en la evolución de la historia pasado presente» se engloban una serie de social hasta nuestros días. Eran secunda- aportaciones que tienen el objetivo de ac- rias, no obstante, las aportaciones en tor- tualizar, a través de diversas herramientas no a las transiciones del mundo antiguo al metodológicas que van de la arqueología a la crítica textual e historiográfica, algu- 3.– Fundamental en la historia de la historiografía es la nos de los grandes temas del medievalis- obra clásica de Rodney Hilton (ed.), Transición del feuda- lismo al capitalismo, Barcelona, Crítica, 1977, en la que mo ibérico y europeo. Me congratula asi- se recogen las aportaciones del «debate Dobb-Sweezy», mismo enormemente abrir y presentar de sostenidos en la revista Science & Society en los años este modo, esta joven publicación que poco cincuenta del siglo XX. a poco va asentándose y ganando adep- 4.– Los cuales cierran el ciclo del debate iniciado en la tos, hacia nuevos temas, con la esperanza obra anteriormente citada. 5.– Traducido de Trevor Aston y C.H.E. Philip, The Brenner 2.– Enzo Traverso, La historia como campo de batalla. Inter- Debate: Agrarian Class Structure and Economic Development pretar las violencias del siglo XX, México, Fondo de Cultura in Pre-Industrial Europe, Cambridge, Cambridge University Económica, 2016, p. 28. Press, 1985, p. VII.

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modo de producción feudal, cuestión abor- para la península ibérica, es el de la idea de dada por el trabajo también clásico de Perry «desierto estratégico del Duero», que hacía Anderson [6]. La falta de fuentes escritas fue referencia a un hipotético despoblamien- probablemente uno de los motivos funda- to de la cuenca de este río durante el siglo mentales de este olvido. Pero mucho ha llo- VIII, tras la ocupación musulmana del te- vido desde entonces, especialmente para la rritorio peninsular. Idea que poco a poco la arqueología, la cual se erige en nuevo cam- arqueología, así como nuevas investigacio- po de estudio que se ha ido desprendiendo nes, ha ido descartando. Nos referimos al progresivamente de la categorización de debate en torno a las tesis de Claudio Sán- ciencia auxiliar de la disciplina histórica. chez-Albornoz [7], desarrollado durante los De este modo, Carlos Tejerizo-García es años ochenta del pasado siglo y precedido capaz de hacer un alegato para la recupe- por lecturas críticas de las fuentes escritas ración de un enfoque materialista de la Pri- del periodo configuradas como auténticos mera Alta Edad Media peninsular, en el que clásicos, tales como los trabajos de Ramón viejos conceptos como el de «modo de pro- Menéndez Pidal [8]. En este sentido, el artí- ducción germánico», los cuales se vincula- culo de Daniel Justo Sánchez destaca que ban a un materialismo que no terminaba de la identidad militar de los castillos en esta encajar su andamiaje teórico con la reali- área es inherente a su propia existencia, dad material (evidencia arqueológica), apa- sin necesidad de que fuera protagonista de recen transformados en la posibilidad de ningún conflicto bélico. Se constituyen así estudiar las comunidades campesinas en la estas edificaciones, vinculadas al poder po- transición de la Antigüedad a la Edad Me- lítico, avanzando en el tiempo, ya en Plena dia a través de nuevas categorías como la Edad Media, en un símbolo de control social de «modo de producción campesino», más del territorio y no necesariamente en un en consonancia con los nuevos enfoques elemento militar defensivo. De este modo, arqueológicos. Una posibilidad, asimismo, la confección del territorio peninsular, así no sólo de devolver al marxismo vigencia, como la frontera entre al-Ándalus y los rei- sino de incluirlo dentro del estudio de las nos cristianos del norte, especialmente en «clases subalternas», siguiendo la estela de la meseta del Duero, no sería una línea co- los autores marxistas británicos y de las re- herente y continua, sino un área marginal flexiones de Antonio Gramsci como uno de de difícil control e incluso hostil a cualquier los lectores y actualizadores más originales dominio exógeno. En efecto, el espacio pe- de la obra de Marx, tras la revitalización de ninsular durante la Edad Media fue una los textos del italiano en los años sesenta realidad política muchísimo más comple- del siglo XX. ja e históricamente más rica y cargada de Otro de estos temas sobre los que se pro- matices y zonas grises, más allá de la lucha dujeron multitud de querellas historiográ- de «moros contra cristianos». Los intermi- ficas, y el cual representa todo un clásico tentes conflictos entre los reinos de León y de Castilla de los siglos XI y XII también

6.– Perry Anderson, Transiciones de la Antigüedad al feu- dalismo, Madrid, Siglo XXI, 1979 (ed. original inglesa de 7.– Sintetizadas en trabajos como Claudio Sánchez-Albor- 1974). Esta cuestión tuvo su eco en nuestro país en las noz, Despoblación y repoblación del valle del Duero, Buenos aportaciones conjuntas de Abilio Barbero y Marcelo Vigil, Aires, Instituto de Historia de España, 1966. Sobre los orígenes sociales de la Reconquista, Barcelona, 8.– Véase, Ramón Menéndez Pidal, «Repoblación y tradi- Ariel, 1974; y La formación del feudalismo en la Península ción en la cuenca del Duero», en Enciclopedia lingüística Ibérica, Barcelona, Crítica, 1978. hispánica, vol. 1, Madrid: CSIC, 1960, pp. XXIX-LVII.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 11-16 13 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

motivaron y fomentaron la construcción de sión de los reinos cristianos [10]. No obstante castillos, especialmente en la frontera en- estas versiones más verosímiles, esta idea tre ambos reinos que, aunque cambiantes, está todavía muy presente en el ámbito de siempre tuvieron como foco central los es- la divulgación de la historia como los cu- pacios entre los ríos Esla y Pisuerga, terri- rrículos escolares y libros de texto, entre torio de frontera no sólo hacia el sur, entre otros. No obstante, como comentábamos al civilizaciones, sino de conflictividad inter- inicio de estas páginas, estos viejos temas na e intereses políticos y económicos en los retornan en el siglo XXI para alimentar el reinos del norte. Elementos todos ellos que discurso político de las derechas nacional- definen la diversidad y pluralidad de la pe- populistas, alimentando viejos fantasmas nínsula ibérica en la Edad Media. De mane- que relacionan inevitablemente el pasado y ra que se hace preciso tratar de comprender el presente, no sólo de la Edad Media, sino y explicar por qué este proceso histórico, de los peores acontecimientos de lo que complejo y multiforme, de expansión de historiadores como Hobsbawm definieron los reinos cristianos, sigue pesando tan- como «era de las catástrofes» y que com- to sobre la mentalidad colectiva en nues- prenden el periodo que va desde el inicio tro país, hasta el punto de que hispanistas de la Gran Guerra hasta el final de la- Se tan prestigiosos como Henry Kamen hagan gunda Guerra Mundial. Sobre la evolución preciso destacar en una entrevista reciente y las vicisitudes historiográficas de este al diario El País que «no hubo Reconquista. concepto se ocupa la aportación de Andrea Ninguna campaña militar dura ocho siglos» María Ordóñez Cuevas. Toca a la historio- al hablar de su último trabajo La invención grafía, como muy bien señala esta autora, de España [9]. Critica de este modo las tesis y a los investigadores y a las investigadoras del nacionalismo hispano más conservador honestas, estar alerta para rebatir interpre- en relación a la vinculación del mito políti- taciones falaces de nuestro pasado que pre- co de la fundación de la nación española en tenden hacernos volver a los pasajes más torno a la «Reconquista» en la Edad Media, ominosos de la historia reciente de nues- pero extensibles a otros acontecimientos tro país. La propuesta es clara, se trata de que van desde la Antigüedad hasta 1812, un concepto originado en el siglo XIX que pasando por el reinado de Isabel I de Casti- muy pronto se insertó en el imaginario co- lla y Fernando II de Aragón. lectivo y que expresa un contenido político Es esta otra de las preocupaciones de muy claro, el cual permitió al nacionalismo las que se ocupa este dossier, articulada en centralizador y católico oponer una idea de torno a la idea de «Reconquista», cuya pro- España unitaria y predestinada desde sus puesta ha estado vinculada en nuestro país orígenes frente a las tentativas periféricas desde el siglo XIX, pero especialmente en y programas políticos federales. Mientras el XX, y de forma más machacona duran- que en el presente, lo mismo que sucedió te la dictadura franquista, al mito funda- durante la dictadura franquista, sirve para cional de la nación española, junto con la legitimar una nueva ola de nacionalismo Monarquía de los Reyes Católicos. Algunos conservador. La historia se configura en autores marxistas se ocuparon en su día de este punto como un campo de estudio ca- desmentir este mito y divulgar una inter- paz de servir al debate ideológico de mayor pretación alternativa del proceso de expan-

10.– José María Mínguez Fernández, La Reconquista, Madrid, 9.– Henry Kamen, La invención de España, Madrid, Espasa, 2020. Alba Libros, 2005.

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El triunfo de la muerte, 1562-1563, Peter Brueghel El Viejo (Fuente: Museo del Prado).

actualidad a través de argumentos científi- ca [11], en el que se resalta la parquedad de cos, pero sobre todo de honestidad investi- fuentes fehacientes para afirmar que este gadora, así como a deshacer mitos que tie- fenómeno afectase de manera tan signifi- nen una intencionalidad política perversa, cativa al territorio peninsular, y más con- puesto que la historiografía ha rebatido y cretamente a la Corona de Castilla. A través cuestionado reiteradamente este concepto de un análisis cuantitativo sostiene que re- que no se corresponde con la mentalidad sulta difícil afirmar la existencia de cifras medieval ni aparece como tal reflejado en tan elevadas como las que se han manejado las fuentes. y advierte sobre la aceptación acrítica de Finalmente, el artículo de Guillermo modelos explicativos a expensas de la rea- Castán Lanaspa introduce una interesan- lidad concreta de cada espacio. Advertencia te crítica a una idea ampliamente acepta- autocrítica que sirve también para prevenir da como fue la «gran mortandad de 1348» frente a los moldes teóricos que intentan y el impacto de la Peste Negra en España, hacer que todo encaje, incluidos los de la demostrándonos que el campo de estudio propia tradición marxista. de la historia es susceptible de nuevos en- En definitiva, todas estas cuestiones foques y revisiones capaces de reformular presentadas en este dossier hacen preciso, ideas ampliamente aceptadas. Se trata de un resumen de su trabajo publicado recien- 11.– Guillermo Castán Lanaspa, La construcción de la idea de la peste negra (1348-1350) como catástrofe demográfica temente por la Universidad de Salaman- en la historiografía española, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2020.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 11-16 15 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

tal y como destaca Raimundo Cuesta en un Media, como en esta ocasión, sino las gran- interesante ensayo, «pensar nuestro pre- des transformaciones que marcan los cam- sente en términos críticos [12]», tanto a nivel bios históricos, el devenir, como el paso de historiográfico como socialusos ( públicos la Edad Antigua a la Edad Media, o este otro del pasado). Pues, a pesar de las transfor- periodo a la Edad Moderna, y, finalmente, maciones en la concepción del tiempo que la modernidad comprendida en un tiem- impregnan el espíritu de nuestra época, el po largo. Lograr rigor científico e interés campo de estudio de la historia tiene to- emancipatorio es el primer paso para ayu- davía la capacidad de influir en los imagi- dar a la formación y el enriquecimiento de narios colectivos: «de ahí la insoslayable una conciencia histórica crítica, desde la vertiente subjetiva y polémica de toda mi- que esperamos a contribuir en la publica- rada histórica [13]». Y de ahí también la im- ción de la revista Nuestra Historia, abrien- portancia de volver la mirada hacia otros do espacios de conocimiento y debate en periodos históricos, descargada esta de torno a múltiples periodos y problemáticas cualquier prejuicio teórico, no sólo la Edad historiográficas.

12.– Raimundo Cuesta, La venganza de la memoria y las paradojas de la historia, Salamanca: Lulu, 2015, p. 75. 13.– Op. cit. p. 101.

16 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 11-16 Del modo de producción germánico al modo de producción campesino. Nuevos enfoques materialistas para la Primera Alta Edad Media peninsular: propuestas desde la arqueología

From the Germanic mode of production to the peasant mode of production. New materialist approaches to the peninsular Early Middle Ages: suggestions from Archaeology

Carlos Tejerizo-García Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Resumen

La Alta Edad Media ha sido, en líneas generales, un período poco abordado desde el punto de vista del materialismo histórico. Desde las perspectivas más evolucionistas, este momento histórico no encajaba dentro de las narrativas convencionales, por lo que se uti- lizaron categorías ad hoc como la de «modo de producción germánico». Sin embargo, a medida que las investigaciones sobre este período fueron aumentando, esta categoría se mostró cada vez como menos útil. A través de algunos ejemplos provenientes del registro arqueológico, el presente trabajo tiene el objetivo de reflexionar sobre la capacidad teórica y analítica del materialismo histórico para abordar un complejo período cuyas resonancias llegan hasta la actualidad.

Palabras clave: materialismo histórico; Primera Alta Edad Media; modo de producción; sociedades campesinas; Estado.

Abstract

The Early Middle Ages has been, in general terms, a period hardly approached from the point of view of historical materialism. From an evolutionary perspective, this historic period did not fit within the conventional narratives, so ad hoc categories —such as the «Germanic mode of produc- tion»— were used instead. However, as research on this period increased, this category became less and less useful. Through some examples from the archaeological record, this paper aims to reflect on the theoretical and analytical capacity of historical materialism to delve into a complex histori- cal period whose repercussions reach to the present.

Keywords: historical materialism; Early Middle Ages; Mode of production; peasant societies; State.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 17 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

Introducción: el «olvido» marxista de la afirmar que la Primera Alta Edad Media si- Primera Alta Edad Media* gue siendo un terreno muy poco transitado y debatido desde posicionamientos abierta- El período histórico comprendido entre mente marxistas. el final del Imperio Romano en Occidente y La falta de un debate estructurado den- la progresiva implantación de las relaciones tro del marxismo sobre la Primera Alta de producción feudales —período al que a Edad Media en Europa Occidental ha tenido partir de ahora denominaré como Primera como consecuencia un doble proceso que Alta Edad Media [1]— no ha tenido especial podemos denominar su «desontologiza- predicamento entre la historiografía mar- ción» y su subalternización. Por un lado, se xista. Se trata de un fenómeno más o me- genera un vaciamiento de unas particula- nos extensible a la Edad Media en su con- ridades y problemáticas históricas propias, junto pero que ha impactado especialmente y por otro, su dependencia con respecto a en este período. Si bien, como veremos, en otros procesos históricos. Así, desde este el contexto de los debates marxistas so- punto de vista, este período ha sido reitera- bre las «transiciones», algunos historiado- damente contemplado o como epítome del res como Perry Anderson, E. A. Thompson mundo antiguo/clásico romano —de ahí, o Domingo Plácido reflexionaron sobre el por ejemplo, el surgimiento del concepto de paso del mundo antiguo al feudal desde la «tardoantigüedad» desde la tradición an- conceptualización del materialismo histó- glosajona [2]— o como una especie de nebu- rico, podemos considerar que este momen- losa protofeudal que tenía en su interior el to histórico fue «olvidado» por la tradición germen de lo que sería el mundo de las re- marxista. Como excepción, y escrito preci- laciones de servidumbre posterior. En cual- samente como una reacción a este olvido, quiera de los dos casos, se trataba de un pe- se encuentra el monumental trabajo de C. ríodo que desde la óptica del materialismo Wickham Framing the Early Middle Ages histórico no cabía, o no interesaba, explorar (2005), que permitió una reconsideración en sí mismo, sino en dependencia de los materialista del debate sobre el fin del Im- otros. Este vacío ontológico fue llenado en perio Romano en el Occidente europeo. Sin ocasiones mediante categorías y etiquetas embargo, y a pesar de que han pasado casi instrumentales que no hacían sino funcio- década y media desde ese trabajo, podemos nar como un parche teórico para los proble- mas que se creían verdaderamente esencia- * Este trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto «Agencia campesina y complejidad sociopolítica en el les, como era el surgimiento del feudalismo noroeste de la península ibérica en época medieval» —y, en última instancia, la emergencia del (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, capitalismo—. Este es el caso de catego- AEI/FEDER UE HUM2016-76094-C4-2-R), del Grupo de rías como, por ejemplo, «modo de produc- Investigación en Arqueología Medieval, Patrimonialización y Paisajes Culturales / ErdiArokoArkeologia, Ondaregintza ción germánico», «sociedades germánicas» eta KulturPaisaiakIkerketaTaldea(Gobierno Vasco, IT1193- o «protofeudalismo». Categorías y marcos 19) y del Grupo de Estudios Rurales (Unidad Asociada conceptuales, la mayoría provenientes del UPV/EHU-CSIC). marxismo de corte más determinista —o 1.– Esta denominación sigue las propuestas de la estructuralista si se quiere—, que poco ayu- historiografía francesa; cf. Anne Nissen-Jaubert «Le haut daban a entender ni el período en sí mismo, Moyen Âge», en Alain Ferdière, François Malrain, Véronique Matterne, Patrice Méniel y Anne Nissen-Jaubert (eds.), 2.– El uso de este concepto se atribuye al trabajo de Peter Histoire de l’agriculture en Gaule, Paris, Éditions errance, Brown, The world of Late Antiquity: AD 150-750, Londres, 2006, pp. 141-197. Thames and Hudson, 1989.

18 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 Del modo de producción germánico al modo de producción campesino... Carlos Tejerizo García

ni el proceso de transición hacia el modo de despoblación de la «España vaciada». En úl- producción feudal que estas categorías tra- tima instancia, y en términos teóricos, este taban de explicar. período nos permite poner a prueba con- Sin embargo, una lectura atenta de este ceptos fundamentales dentro del materia- período nos permite entender su relevan- lismo histórico como son, por ejemplo, los cia tanto en términos historiográficos como modos de producción o la teoría del Estado. en términos ideológicos no solo como mo- Si bien desde el materialismo histórico mento histórico en sí, sino también en su podemos afirmar que este período ha sido relevancia para la constitución de los mar- «olvidado», desde una perspectiva más ge- cos políticos y económicos actuales. Así, es neral, y paradójicamente, se trata de un en esta Primera Alta Edad Media cuando, período que ha vivido una auténtica reno- por ejemplo, surgen los primeros Estados vación historiográfica en las últimas dos que posteriormente conformarán la geopo- décadas. A ello han contribuido no sólo los lítica euroasiática o, también, cuando el esfuerzos particulares de investigaciones cristianismo se impuso como la religión/ y equipos de gran prestigio, sino especial- ideología principal de prácticamente todo mente el desarrollo de la arqueología como el territorio europeo. Más aún, es en este metodología para el análisis de las socieda- período en el que no pocos movimientos des de la Primera Alta Edad Media, especial- del nacional-populismo actual construyen mente para reivindicar la figura del campe- sus identidades e idearios políticos [3]. Un sinado. Así, en las últimas dos décadas, y fenómeno que, por cierto, tiene un largo re- asociado al desarrollo del sector inmobilia- corrido histórico. No hay que olvidar que la rio en grandes partes de Europa occidental, ideología franquista, en la creación de una se han excavado miles de contextos de este narrativa histórica legitimadora, tuvo en el período que, junto con un desarrollo teórico reino visigodo y en la Reconquista dos ba- y metodológico, han supuesto una auténtica luartes históricos para la justificación tan- revolución en el análisis de la Primera Alta to del centralismo político de la Dictadura Edad Media. Es por ello, y por mi propia ex- como de la Guerra Civil en tanto que Cru- periencia académica, que aquí nos centra- zada [4]. Pero el interés de este período no remos en las aportaciones provenientes de se agota solo en cuestiones puramente his- la arqueología como uno de los principales toriográficas. Igualmente, la Primera Alta factores de renovación de la historiografía Edad Media, desde una atenta mirada críti- medieval. ca y materialista, se presenta como un labo- El objetivo de este trabajo es hacer algu- ratorio histórico de primer orden para en- nas reflexiones en torno a la reconsidera- tender fenómenos de gran actualidad como ción de la Primera Alta Edad Media desde las migraciones, la emergencia y extensión un punto de vista materialista. Para ello me del campesinado en Europa Occidental o la centraré en algunos ejemplos provenientes de la península ibérica, si bien en muchos

3.– Para una síntesis general de estos temas ver Chris casos podrían extenderse más allá de las Wickham, The inheritance of Rome: a History of Europe from fronteras peninsulares. El trabajo se dividirá 400 to 1000, Londres, Penguin, 2009. en tres partes. En primer lugar, desarrollaré 4.– Carlos Tejerizo García, «Arqueología y nacionalismo en la idea del «olvido» de la Primera Alta Edad (el) movimiento: apuntes sobre la arqueología de época Media por parte de la historiografía marxis- visigoda durante el segundo Franquismo». Arqueoweb: revista sobre Arqueología en Internet 17, (2016), pp. 144- ta a través de una crítica a la categoría de 162. «modo de producción germánico» y sus de-

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 19 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

rivados, como «sociedades germánicas». En Estas dos soluciones al problema no eran segundo lugar, desarrollaré algunos temas excluyentes entre sí, tal y como plantearon que permiten entrever las complejidades en su momento A. Barbero y M. Vigil en sus del período así como la potencialidad del conocidos trabajos conjuntos, tanto Sobre uso de categorías provenientes del mate- los orígenes sociales de la Reconquista (1974) rialismo histórico para su comprensión. En como El feudalismo en la Península Ibérica este sentido, se desarrollarán brevemente (1978). Estas propuestas de los dos clási- los temas del fin del Imperio Romano, la cos autores nos servirán para ejemplificar emergencia de las sociedades campesinas conceptualmente estas dos tendencias. En altomedievales y la cuestión del Estado estos trabajos, los autores planteaban que post-romano. Finalmente, se apuntarán al- el paso del modo de producción antiguo al gunas conclusiones en torno a la relación modo de producción feudal en la península de la Primera Alta Edad Media, la teoría ibérica tuvo desarrollos distintos según el marxista y su validez actual. tipo de sociedad en el que se producía esta transición y su estructuración social previa. El modo de producción germánico: una Así, en aquellos territorios peninsulares en solución de compromiso los que se había producido una mayor im- plantación del Imperio Romano, «el peso de Dentro del esquema evolutivo de los mo- la producción se iba desplazando del tra- dos de producción tan recurrido en ciertas bajo esclavo en el sentido estricto hacia un corrientes del materialismo histórico, el campesinado dependiente instalado en los período entre el fin del Imperio Romano en grandes latifundios» [6]; el antiguo sistema occidente y la implantación del feudalismo, de patrocinio (patrocinium) dio paso pro- o lo que es lo mismo, el paso entre una lógi- gresivamente —y a golpe de legislación y ca económica basada en el esclavismo y otra legitimación socio-política— al sistema de basada en las relaciones económicas per- dominio (dominium). Es por esta razón que sonales y de vasallaje, quedaba en un pro- los autores afirmarían la presencia de un blemático limbo conceptual. Un limbo que feudalismo, si bien incompleto, ya duran- pocas veces se confrontó de forma explíci- te el período visigodo. Por su parte, en los ta, salvo en el contexto de los debates sobre territorios del norte peninsular, allí donde las transiciones que, desde los años 50, fue el poder romano —y, por consiguiente, las una constante del debate histórico marxis- relaciones esclavistas y de patrocinio— no ta, si bien este se centró fundamentalmente se habían implantado, este proceso se pro- en la cuestión de la transición del feudalis- duciría a partir de la desintegración de las mo al capitalismo [5]. La resolución de este relaciones de parentesco, que caracteriza- problema desde las coordenadas evoluti- rían a estas sociedades gentilicias. vas marxistas se realizó desde dos marcos Esta segunda solución al problema del distintos: o bien se implantaría un modo paso de las sociedades antiguas a las feuda- de producción transitorio o, directamente, les ha sido especialmente exitosa entre los no existía tal solución de continuidad y se historiadores del período, y comúnmente pasaba directamente del uno al otro en un asociado a la presencia de un «modo de pro- proceso de larga duración histórica. ducción germánico» que llenaba el hueco

5.– Articulado sobre todo en torno al libro The transition from Feudalism to Capitalism, Londres, Verso Edition, 1978; y 6.– Abilio Barbero, y Marcelo Vigil, El feudalismo en la pe- al denominado «debate Brenner» de finales de los años 70. nínsula Ibérica, Barcelona, RBA coleccionables, 2006, p.21.

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entre unas y otras. El modo de producción plicar el desarrollo social —siempre desde germánico fue definido originalmente por el esquema evolutivo engelsiano— de aque- Marx dentro de los Grundrisse (1857-1858), llas sociedades más allá de las fronteras si bien su desarrollo conceptual se debe a del Imperio Romano. De hecho, dentro del Engels, cuya formulación más acabada se esquema desarrollado en El origen de la fa- encontraría en pasajes bien conocidos de El milia... sería precisamente el contacto con origen de la familia, la propiedad privada y el Estado romano y la progresiva incorpo- el estado (1884) [7]. Este modo de producción ración de la propiedad privada de la tierra se caracterizaría principalmente —y grosso la que llevaría a este modo de producción modo— por el carácter colectivo de las rela- a entrar en contradicción, transformarse ciones sociales de producción —esto, es, la y desaparecer definitivamente. Un proce- propiedad colectiva de los medios de pro- so de «síntesis» que sería luego retomado ducción— y la estructuración social a través por otros autores. De nuevo, P. Anderson lo de sociedades gentilicias de campesinos describe del siguiente modo: «La larga sim- libres (Gemeinfreie) cuyas decisiones se to- biosis de las formaciones sociales romana y marían en asambleas colectivas en las que, germánica en las regiones fronterizas había en su caso, podría existir la figura de un jefe colmado gradualmente el abismo que exis- tribal. Una caracterización sintética la po- tía entre ambas, aunque todavía subsistiera demos encontrar en el libro de P. Anderson en muchos aspectos importantes. De la co- Transiciones de la antigüedad al feudalismo lisión y fusión de ambas en su cataclismo (1974), en el que afirma, retomando la ca- final habría de surgir, en último término, el racterización que de estas sociedades haría feudalismo» [9]. E.A. Thompson en su trabajo The early Ger- Este esquema es el que, en gran medi- mans (1965): da, prevaleció en la historiografía marxis- ta para explicar el período entre la caída «Entre ellos imperaba un modo de produc- del Imperio Romano y la implantación de ción primitivo y comunal. La propiedad las relaciones feudales de producción. Si privada de la tierra era desconocida y to- bien la categoría de «modo de producción dos los años los jefes de las tribus decidían germánico» no tuvo mucho éxito en tanto qué parte del suelo común habría de ser que denominación específica en la historio- arada y asignaban las diversas porciones a grafía peninsular, el uso de otras similares los clanes respectivos, que cultivaban y se como «sociedades germánicas», «socie- apropiaban los campos de forma colectiva. dades gentilicias» o «relaciones de paren- Las redistribuciones periódicas impedían tesco» venían a cubrir el mismo proceso grandes diferencias de riqueza entre clanes histórico [10]. Proceso cuya síntesis vendría y familias, aunque los rebaños eran propie- a ser que, una vez desaparecido el Estado dad privada, y constituían la riqueza de los romano, sustentado en el modo de produc- principales guerreros de las tribus» [8]. ción esclavista, y la introducción en Europa occidental en general y la península ibérica Este modo de producción, en tanto que en particular de «inmigrantes» germánicos, tipo ideal, se gestó originalmente para ex- 9.– Ibid., p.109. 7.– Ver, sobre todo, el capítulo 8 del libro titulado: «La 10.– Ver, por ejemplo, los trabajos de C. Estepa y de D. Plácido formación del Estado de los germanos». en el volumen editado por ambos sobre Transiciones en la 8.– Perry Anderson, Transiciones de la antigüedad al antigüedad y feudalismo, 1998, editado por la Fundación feudalismo, Madrid, Siglo XXI, 1997. p.105. de Investigaciones Marxistas.

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estos impondrían unas relaciones de pro- falsos problemas como el de las síntesis ducción basadas en la propiedad colectiva y culturales [13]. Esto es algo que caracteri- las relaciones de parentesco, formalizadas zó tanto al materialismo histórico como a institucionalmente en el Estado visigodo. otras corrientes de análisis histórico, y que La desarticulación de estas lógicas produc- interpretaban este período en términos de tivas serían las que, por una vía u otra, da- contraposiciones entre una cultura roma- rían lugar al feudalismo. na y una cultura germánica. En su vertiente Como ya se comentaba, esta categoriza- más idealista, este debate se dirimía en dis- ción del período presentaba enormes pro- cusiones de corte etnicista, y en último tér- blemas tanto conceptuales como metodo- mino idealistas, en el que el mayor o menor lógicos, lo que explica en gran medida que peso de una de estas culturas determinaría desde el marxismo no se prestara mucha la interpretación histórica [14]. Dentro del atención al mismo. Entre estos problemas marxismo, la discusión se centró en los pro- quizá el más evidente es la cuestión del cesos de síntesis entre un modo de produc- determinismo y de la teleología, crítica co- ción antiguo y de un modo de producción mún a las posturas más específicamente es- germánico que darían lugar a diferentes tructuralistas del materialismo histórico [11]. versiones de un modo de producción feudal. Visto como un proceso lineal cuyo fin era el Finalmente, un tercer problema con esta surgimiento «inevitable» de las relaciones forma de conceptualizar la Primera Alta de poder feudales, en muchas ocasiones es- Edad Media está relacionada con los pro- tas relaciones determinaban su propia gé- blemas empíricos. Básicamente, desde las nesis. Así, cualquier elemento desde el que coordenadas del materialismo histórico de se pudiera advertir la presencia de elemen- corte evolutivo, los datos no encajaban bien tos feudalizantes, tales como la adscripción con el modelo teórico. Esto es especialmen- de los productores a la tierra o la consta- te visible en el registro arqueológico. La au- tación de relaciones personales, eran seña- sencia de un corpus de documentos signifi- lados como evidencias de este momento de cativo para abordar el período hizo recaer transición de tipo germánico. Del mismo lentamente el peso en el creciente volumen modo, ciertas lecturas de las revueltas ba- de datos provenientes de la Arqueología. gaúdicas que caracterizaron la quinta cen- Así, la exhumación de numerosos cemen- turia en la península ibérica se hacían desde terios con ricos ajuares, la excavación de el punto de vista de las contradicciones del suntuosos ámbitos urbanos como los de sistema antiguo en su conversión al modo Mérida, Recópolis (Zorita de los Canes, de producción feudal [12]. Un ejemplo más de Guadalajara) o Barcelona, o la aparición en profecía autocumplida; profecías muy ca- el registro de un número cada vez mayor de racterística de las visiones más determinis- asentamientos rurales estables generaba tas del materialismo histórico. incompatibilidades cada vez más insalva-

Un segundo problema derivado de esta 13.– Cf. especialmente Carlos Estepa. «Las transformaciones conceptualización fue la generación de sociales en la periferia del mundo romano: ¿una nueva formación del Feudalismo?», en Carlos Estepa y Domingo 11.– Gerald A. Cohen, La teoría de la historia de Karl Marx. Plácido (eds.), Transiciones en la antigüedad y feudalismo. Una defensa, Madrid, Editorial Pablo Iglesias, 1986. Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 1998, pp. 12.– Aunque con matices, esta sería la visión que se 69-82. desprendería de este fenómeno en El feudalismo... de A. 14.– Por ejemplo Peter Heather, Empires and barbarians, Barbero y M. Vigil. Londres, Macmillan, 2009.

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bles entre el registro empírico y los marcos «El estudio de los paisajes y asentamientos teóricos del materialismo histórico. rurales en la Edad Media puede entenderse Estos factores conceptuales, sumados como un estudio de la sociedad a partir de a otros de tipo historiográfico, como es el una evidencia concreta, material, pero tam- descenso en la popularidad del marxismo a bién inmaterial, pues determinados valores partir de los años 80 como marco teórico, culturales se insertan en esa evidencia. De explican que este período no haya recibi- todas formas, el papel del registro material do mucha atención. Esto no quiere decir, es fundamental en este tipo de análisis. La ni mucho menos, que no haya habido pro- consecuencia es que la arqueología se con- puestas e interpretaciones de corte mate- vierte en una fuente básica, frente al tra- rialista sobre este período en las últimas dicional desdén con el que se la ha tratado tres décadas. Como propone C. Wickham, desde el medievalismo» [16]. una de las peculiaridades del marxismo es que, si bien es un marco teórico utilizado de El desarrollo en Europa occidental de las forma muy extensa, este no se hace explíci- leyes relativas a la gestión del patrimonio to [15]. Lo que no ha existido en este tiempo y el surgimiento de una rama específica son propuestas teóricas de interpretación de la arqueología cuyo objetivo era preci- de este período en una explícita adhesión samente esta gestión tuvo la repercusión, a los presupuestos teóricos, metodológicos inesperada, de renovar por completo la y políticos del materialismo histórico. De historiografía altomedieval. Este proceso nuevo, habría que mencionar algunas ex- ha sido bautizado como un «giro arqueoló- cepciones, como es el ya mencionado Fra- gico» por autores como J. Escalona o como ming... de C. Wickham o The state and the una «revolución silenciosa» por otros como tributary mode of production de J. Haldon J.A. Quirós y B. Bengoetxea [17]. Quizá este (1993), por poner algunos ejemplos sobre- último sea más adecuado, dado que impli- salientes en este sentido. Es precisamente ca un carácter silencioso, casi desconocido, en este tipo de corriente historiográfica y para aquellos que no se encontraban en el en estas contribuciones en las que nos apo- núcleo académico de estudios arqueológi- yaremos para hacer algunas consideracio- cos altomedievales. De hecho, todavía sigue nes sobre las posibilidades de aplicación del siendo muy complicado establecer diálogos marco conceptual del marxismo para la Pri- entre los propios académicos dedicados al mera Alta Edad Media a partir de algunos estudio de la Primera Alta Edad Media des- ejemplos provenientes de la arqueología al- de los documentos y desde la arqueología, tomedieval en la península ibérica. debido a muchos factores de orden histo- riográfico y conceptual [18]. Sin embargo, el Más allá de la transición: problematizar desarrollo de esta arqueología de la Prime- la Primera Alta Edad Media. Propuestas 16.– Iñaki Martín Viso, Asentamientos y paisajes rurales en desde la arqueología el occidente medieval, Madrid, Editorial Síntesis, 2016. p.11. 17.– Julio Escalona Monge, «The early Castilian peasantry: Escribía I. Martín Viso en una reciente an archaeological turn?». Journal of Medieval Iberian síntesis sobre el poblamiento rural de época Studies, 1 2, (2009), pp. 119-145.; Juan Antonio Quirós medieval en Europa que: Castillo, y Belén Bengoetxea Rementeria, Arqueología III. Arqueología Postclásica, Madrid, UNED, 2010. 15.– Chris Wickham, «Aproximaciones marxistas a la Edad 18.– Miquel Barceló. «Prólogo», en Miquel Barceló (ed.), Media, algunas cuestiones y ejemplos», Nuestra Historia 6, Arqueología medieval en las afueras del «medievalismo». (2018), pp. 91-107. Barcelona, Crítica, 1988, pp. 9-17.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 23 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

ra Alta Edad Media es ya una realidad, y ha políticas y económicas [21]. Centros políticos modificado por completo la manera en la y económicos que, en el Imperio Romano, que nos aproximamos a este período [19]. incluirían la ciudad de Roma, el norte afri- En este apartado exploraremos de forma cano o Asia Menor, periferias como las islas breve algunos temas que nos permitirán británicas o semi-periferias como grandes entender el alcance de estas nuevas aproxi- zonas del interior de la península ibérica. maciones desde la arqueología así como las Un imperio-mundo que fue capaz de man- potencialidades del materialismo histórico tenerse, como una unidad, hasta el siglo V para interpretar el período, con la preten- d.n.e. y, en tanto que imperio bizantino en sión de alejarnos de miradas evolutivas y su parte oriental, hasta el siglo XV d.n.e. deterministas. Estos temas serán la cues- El fin de este imperio-mundo en- Euro tión del fin del Imperio Romano a través de pa occidental ha sido un objeto central de las villas tardoimperiales, el surgimiento las discusiones desde que la Historia se de las nuevas sociedades campesinas post- constituyó como ciencia durante los siglos romanas y la cuestión del Estado. XVIII y XIX. Al calor del auge de los nacio- nalismos centroeuropeos y de la búsqueda El fin del Imperio Romano y la cuestión de las de una historia patriótica para los nuevos villas tardoimperiales Estados-nación, el fin del Imperio Roma- no se convirtió en un tema de estudio muy El Imperio Romano puede considerar- popular, sobre todo tras las magna obra de se como uno de los mayores imperios de la E. Gibbon, The decline and fall of the Roman historia europea, no tanto por su extensión Empire (1776). Desde entonces, son infini- geográfica —los imperios británico, español dad las obras que han abordado este pro- o mongol fueron mucho más extensos terri- blema histórico, fundamentalmente desde torialmente hablando— sino por su longe- dos ópticas principales, tal y como definió vidad y su efectividad. Además, es el único, el historiador británico B. Ward-Perkins [22]. como nos recuerda C. Wickham, que llegó a Por un lado, una visión «continuista» que dominar todas las costas del Mediterráneo, subrayaría los aspectos de continuidad del estableciendo uno de los imperios comer- Imperio Romano en los posteriores Estados ciales pre-modernos mejor estructurados [20]. germánicos, herederos políticos, económi- Se trataría uno de los ejemplos más acaba- cos y sociales del mundo romano. Por otro dos de lo que I. Wallerstein conceptualizó lado, una visión «rupturista» que vería en como «imperio-mundo», es decir, unidades las llamadas «invasiones germánicas» un políticas y económicas de gran extensión punto de no retorno con respecto al pasa- con un territorio definido y controlado en do romano, del que no quedarían más que el que se genera una distribución geográ- algunos restos simbólicos en la forma de ri- fica de las tareas, dividiendo el territorio tuales o leyes de limitada efectividad en el entre centros, periferias y semi-periferias nuevo mundo post-romano.

21.– Immanuel Wallerstein, El moderno sistema mundial 19.– Alfonso Vigil-Escalera Guirado, «Los últimos 30 años I. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía- de la arqueología de época visigoda y altomedieval», mundo europea en el siglo XVI, Madrid, Siglo Veintiuno, en Juan Antonio Quirós Castillo (ed.), Treinta años de 1979. Arqueología Medieval en España. Oxford, Archaeopress, 22.– Bryan Ward-Perkins, «Continuists, catastrophists and 2018, pp. 271-294. the towns in northern italy». Papers of the British School at 20.– C. Wickham, The inheritance of Rome. Rome 65, (1997), pp. 157-176.

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En la actualidad existe un cierto con- cipales elementos de la economía imperial senso en la necesidad de aunar las princi- romana desde sus inicios fue la estrecha pales aportaciones de estas dos corrientes, articulación campo-ciudad que permitió la precisamente en aras de darle una entidad redistribución de la producción agraria. Un ontológica propia a este período, y no tanto tipo de producción que, lentamente, gene- en dependencia del mundo inmediatamen- ró una concentración de propiedades por te anterior o al inmediatamente posterior. parte de las élites que durante el siglo IV Más aún, y como ha subrayado C. Wickham, d.n.e. se retroalimentó por el declive de la dos aspectos deben ser tenidos en cuenta ciudad como centro económico. El proceso a la hora de abordar esta problemática: en en términos prácticos es sencillo: en vez primer lugar, los diferentes procesos de te- de invertir el surplus en la ciudad, se pre- rritorialización que caracterizan al mundo ferían mantener y expandir las residencias post-romano; en segundo lugar, que el pro- rurales. Un proceso impulsado además por ceso de desintegración del Imperio Romano el centro político del imperio y que gene- no debe entenderse como un proceso pre- ró importantes cuotas de corrupción y es- decible e inevitable [23]. De hecho, y como ha peculación [25] pero también una creciente afirmado el historiador británico, ninguna desigualdad social con las consiguientes persona del año 400 podría haber previsto tensiones sociales, que tuvieron en el cam- los acontecimientos que sucederían. Así, po uno de sus escenarios más significativos, en los términos conceptuales desarrollados como ocurre, por ejemplo, con las revueltas por Bob Jessop, tratando de superar el de- bagaúdicas [26]. Es este proceso de concen- terminismo causal, habría que analizar la tración de propiedades el que permitiría «necesidad contingente» de la desintegra- sustentar económica, social, política y sim- ción del Imperio Romano [24], esto es, partir bólicamente la construcción de las grandes de la imposibilidad de determinar tanto la villae bajoimperiales, que se convertirían no forma en el que la multiplicidad de cadenas solo en un centro económico sino también causales que condicionan cada coyuntura en las residencias de la élite económica so- se combinan e interactúan, como los resul- bre las que invertirían su capital económi- tados que resultarán de estas combinacio- co a modo de representación de su poder nes e interacciones. El Imperio Romano no [Imagen 1]. Villas que habría que entender, estaba destinado a caer —una visión idea- por tanto, en su dimensión económica, en lista—, sino que la conjunción de una serie tanto que grandes propiedades latifundia- de factores materiales internos a su lógica rias complejas, como en su dimensión sim- económica, que pueden ser potencialmente bólica, como representación de una élite analizados, terminó por causar su desinte- que decide reinvertir sus excedentes aquí, gración. Un elemento de gran interés que nos 25.– El edicto de precios de 301 ha sido leído como un permite analizar de forma compleja este intento del centro administrativo para acabar con la especulación sobre el precio de ciertos productos. Pablo proceso de desarticulación del Imperio Ro- Cruz Díaz Martínez, Clelia Martínez Maza, y Francisco mano en términos materialistas es el final Javier Sanz Huesma, Hispania tardoantigua y visigoda, de la villa tardoimperial. Uno de los prin- Madrid, Istmo, 2007. 26.– Víctor M. Sanz Bonel, y Gonzalo Lázaro García. «La 23.– Chris Wickham, Framing the Early Middle Ages, Oxford, problemática bagauda (siglo V d.C.) en el valle del Ebro. Oxford University Press, 2005. Reflexión historiográfica» Homenaje a Don Antonio Durán 24.– Bob Jessop, State theory: putting the capitalist state in Gudiol, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1995, pp. its place, Cambridge, Polity, 1990. 741-762.

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[Imagen 1] Reconstrucción de la villa romana de La Olmeda (Fuente. villaromanalaolmeda.com).

probablemente en compensación por una con un alto grado de detalle estos grandes disminución de la inversión en las ciudades. complejos. Muchos de ellos tendrían sus orí- Dentro del esquema del imperio-mundo genes en los siglos inmediatamente poste- romano y del reparto de tareas económicas riores a la conquista romana de la península que antes se ha mencionado, las dos me- ibérica en tanto que materialización de los setas peninsulares se convirtieron en zo- procesos de colonización del campo dentro nas privilegiadas para la extensión de estas de la lógica del nuevo imperio-mundo. Sin grandes propiedades cuya materialización embargo, sería en el siglo IV d.n.e., como más evidente fueron los grandes complejos parte del proceso anteriormente menciona- residenciales de las villas tardoimperiales, do de concentración de la propiedad, cuan- si bien habría que incluir también todos los do se amplían y se convierten en los gran- edificios de los dependientes y trabajadores des edificios que los caracterizan. Sin duda, de las villas [27]. Así, en este territorio se en- una parte de las élites sociales del momen- cuentran algunas de las villas más significa- to hizo un gran esfuerzo en convertir estas tivas, como podrían ser La Olmeda (Saldaña, estructuras en auténticos monumentos de Palencia), Almenara de Adaja (Valladolid) o representación social, consecuencia de su Carranque (Toledo), por mencionar algunas importancia social y económica. de las más conocidas de la historiografía Este entramado rural tendría un mo- peninsular. mento final que podemos datar, a partir El desarrollo de la arqueología rural en del registro arqueológico, hacia mediados la última década nos ha permitido historiar del siglo V. Un proceso de cierta larga du- ración que ocuparía a dos o tres generacio- 27.– Alexandra Chavarría Arnau, «Villas en Hispania nes y que, gracias a los mejores estudios durante la Antigüedad Tardía», en A Chavarría Arnau, Javier Arce y G P Brogiolo (eds.), Villas Tardoantiguas en estratigráficos realizados en villas como el Mediterráneo Occidental. Madrid, CSIC, 2006, pp. 17-35. las mencionadas La Olmeda o Almenara de

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Adaja o como en las villas de Horta da Torre documentaron recientemente la construc- (Fronteira, Portugal) o Vilauba (Banyoles, ción de distintas unidades domésticas con Girona), puede ser dividido en tres grandes estructuras de piedra en los espacios de la etapas de transformaciones, que si bien son antigua villa. excesivamente lineales para la casuística El final de las villas tardoimperiales se- concreta, son un útil marco de referencia [28]: ría uno de los testimonios más directos de Una primera fase, que se puede datar las profundas transformaciones que afecta- aproximadamente entre finales del siglo IV rían a todos los órdenes de las sociedades y el primer tercio del siglo V [29] en el que se en la transición entre el tardoimperio y la realizan importantes transformaciones en Primera Alta Edad Media en relación con la la planificación arquitectónica y funcional desestructuración de la economía imperial de las villas, con una gran importancia de romana. El abandono progresivo, pero muy las estructuras productivas, que empiezan a rápido en el tiempo —en menos de dos o amortizar algunos espacios domésticos. Un tres generaciones—, de las villas tardoim- caso muy particular podría ser el de la villa periales es la consecuencia material de un de Navatejera (Villaquilambre, León), don- proceso de gran calado estructural: la crisis de se construyó un horno en el extremo no- definitiva de la gran propiedad latifundiaria roriental de la villa, que amortizarían algu- romana y, con ella, la crisis de uno de los nos espacios anteriormente residenciales. elementos vertebradores de toda la lógi- Una segunda fase, datada en torno a me- ca económica del imperio-mundo romano. diados del siglo V, dependiendo del caso Estos procesos serían el final, pues, de una concreto, en el que la villa es finalmente forma de estructurar las relaciones sociales abandonada. Este sería el caso, por ejemplo, y económicas, que será sucedida por otro de La Olmeda, donde el material cerámico marco estructural en el que tendrán que in- documentado apuntaría a esta fecha como sertarse tanto las élites económicas como momento definitivo de abandono de la villa las clases subalternas. En este proceso uno en tanto que propiedad latifundiaria. de los sujetos principales a los que la ar- Una última fase, a partir del abandono queología permite dar una voz particulari- efectivo de las villas en el que el espacio fí- zada es el campesinado. sico de la villa es, en ocasiones, reutiliza- da por otro tipo de poblamiento y con otro tipo de funcionalidades distintas. Uno de El campesinado altomedieval como un sujeto los usos más comunes sería el de espacio con historia cementerial de las comunidades aldeanas altomedievales, como ocurriría, por ejem- Hasta muy recientemente, el campesi- plo, en la villa de Aguilafuente (Segovia). nado de la Primera Alta Edad Media era un Por otro lado, uno de los ejemplos más in- sujeto sin historia. Si bien existen un sig- teresantes de este proceso sería el de la villa nificativo número de trabajos clásicos —y de Vilauba (Banyoles, Girona), en la que se excepcionales— que abordan las relaciones sociales entre señores y campesinos duran- 28.– Alexandra Chavarría Arnau, El final de las villae en te la Edad Media, como son aquellos de G. Hispania (siglos IV-VII d.C), Turnhout, Brepol, 2007. Duby o de M. Bloch, estos acababan en úl- 29.– A. Chavarría extiende más en el tiempo estos procesos timo término excesivamente mediados por de cambio, si bien desde una perspectiva peninsular, «entre mediados del siglo III y a lo largo de los siglos IV y la visión impuesta por los primeros sobre V fudamentalmente»; Ibid. los segundos a partir de la documentación

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escrita. Es más, dada la manifiesta escasez trazaremos tres elementos de discusión: el de documentación para los siglos inmedia- surgimiento de la red de aldeas y granjas, tamente posteriores a la desintegración del la caracterización socio-económica de es- Imperio Romano en Occidente —que tuvo, tos grupos sociales y la propuesta del modo como consecuencia un descenso de la es- de producción campesino elaborada por C. critura tanto en términos institucionales Wickham. como de estatus social [30]—, los estratos más Una idea que estaba bien asentada en la bajos de la sociedad prácticamente des- historiografía es que la aldea medieval sur- aparecían de los relatos históricos, vistos gía en estrecha conexión con el desarrollo desde una perspectiva que podemos califi- de las relaciones feudales [32]. La sujeción car como «miserabilista». Tanto el propio del campesinado a la tierra fue una de las campesinado como sus prácticas sociales o claves del modo de producción feudal y la sus hábitats eran analizados comúnmente aldea era su materialización más visible. como prolegómeno al mundo feudal y ca- Estas aldeas eran entendidas como núcleos lificado con términos como «protoaldeas», más o menos concentrados de unidades do- «sociedades móviles e inestables» o «há- mésticas con una cierta idea de territoriali- bitats miserables» [31]. El campesinado al- zación y sometidas al poder de algún señor tomedieval se convertía, así, en una de las que extraía las rentas de estas comunida- sociedades sin historia de las que hablaba el des. Esta idea no está completamente erra- antropólogo Eric Wolf. da, y efectivamente, no cabe duda de que Sin duda, uno de los grandes avances que uno de los grandes «éxitos» del feudalismo ha proporcionado la arqueología en las últi- fue la sujeción del campesinado a la tierra, mas dos décadas con respecto a los estudios de la que producía aquella renta que sería altomedievales ha sido el de proporcionar posteriormente extraída. Lo que no era del una ingente cantidad de datos sobre este todo cierto, y la arqueología está mostrando campesinado así como de metodologías de forma reiterada en toda Europa occiden- cada vez más densas para analizarlos. Una tal, era la caracterización del proceso his- auténtica arqueología del campesinado al- tórico de este fenómeno. En otras palabras, tomedieval que, desde el punto de vista del la arqueología ha permitido historiar con materialismo histórico, puede proporcio- un alto grado de detalle tanto a las propias nar elementos clave no sólo para entender sociedades campesinas de la Primera Alta mejor el papel de este grupo social en este Edad Media como a sus hábitats. período, sino también para profundizar en Así, el surgimiento de las primeras al- la propia concepción ontológica del cam- deas post-romanas podría datarse ya en la pesinado, así como de realizar una crítica a quinta centuria [33]. A lo largo de todo el cen- conceptos como el de modo de producción. tro peninsular —y, posiblemente, de prác- En la última década la cantidad de trabajos ticamente toda la península ibérica— se publicados sobre este tema es sencillamen- documentan, en muchas ocasiones estre- te inabarcable, por lo que aquí únicamente 32.– Así se puede encontrar, por ejemplo, en Pierre 30.– Cf. Chris Wickham, The inheritance of Rome, cap. 2. Bonnassie, Vocabulario básico de la historia medieval, 31.– Ver, por ejemplo Luis A. García Moreno, «El hábitat Barcelona, Crítica, 1983. rural disperso en la Península Ibérica durante la Antigüe- 33.– Alfonso Vigil-Escalera, Los primeros paisajes dad tardía (siglos V-VII)», Antigüedad y Cristianismo. Arte, altomedievales en el interior de Hispania. Registros sociedad, economía y religión durante el Bajo Imperio y la campesinos del siglo quinto d.C., Bilbao, Universidad del Antigüedad Tardía VIII, (1991), pp. 265-273. País Vasco, 2015.

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[Imagen 2] Silos de almacenamiento del sitio de Carratejera, en Segovia (Fuente: Strato S.L.).

chamente vinculadas a las villas tardoim- aldea, se expande por el territorio a lo lar- periales, nuevos tipos de poblamientos no go de las siguientes dos centurias. Para ini- conocidos hasta entonces. Poblamientos cios del siglo VII d.n.e. podemos afirmar basados en la articulación de distintas uni- que gran parte del interior rural de la pe- dades domésticas materializadas en es- nínsula ibérica, así como otras zonas bien tructuras construidas, en gran parte, con conocidas arqueológicamente del noroeste materiales perecederos y formatos rehun- peninsular, se articula en torno a una red didos, un tipo de estructuras extraña a lo conectada de granjas y aldeas [35]. Los datos conocido para todo el período romano. Una al respecto son contundentes. En territo- estructura particularmente interesante que rios como la cuenca del Duero o la cuenca «aparece» en este período son los silos de del Tajo se localiza alguna de estas formas almacenamiento, estructuras excavadas en de poblamiento cada 2-4 kilómetros. Al- el suelo donde, gracias a los análisis de los gunos de los contextos mejor excavados restos que se localizan en su interior, sabe- y conocidos, caso de la aldea de Gózquez mos se guardaba el excedente productivo (San Martín de la Vega, Madrid), El Pelíca- de cada unidad doméstica [Imagen 2] [34]. Este nuevo tipo de poblamiento, que 35.– La diferenciación entre una aldea y una granja, podemos calificar sin problema como una en términos arqueológicos, viene determinada por la aparición en el registro de una o dos (granja) o más (aldea) 34.– Alfonso Vigil-Escalera, Giovanna Bianchi, y J.A Quirós unidades domésticas. Cf. Alfonso Vigil-Escalera, «Granjas y Castillo, Horrea, Barns and silos. Storage and incomes in early aldeas altomedievales al norte de Toledo (450-800 d.C)». medieval Europe, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2013. Archivo Español de Arqueología 80, (2007), pp. 239-284.

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no (Arroyomolinos, Madrid), Can-Gambús tivas, con herramientas y formas producti- (Sabadell, Barcelona), Navalvillar (Colme- vas muy localizadas y vinculadas a las es- nar Viejo, Madrid) o La Mata del Palomar pecíficas condiciones geográficas de cada (Nieva, Segovia) nos permiten caracterizar territorio [37]. Formas productivas en las que estas aldeas a partir de la yuxtaposición de a juzgar por el registro arqueológico —so- distintas unidades domésticas que ocupa- bre todo, el registro bioarqueológico basa- rían un terreno propio (una parcela) y en do en el estudio de los restos orgánicos de la que los cementerios —no tanto las igle- huesos, semillas o pólenes—, predominaría sias, ya que no aparecen de forma signifi- la integración entre una ganadería funda- cativa en los contextos rurales hasta bien mentalmente estante y una agricultura avanzado el siglo VIII o IX d.C.— funcionan diversificada [38]. Esto no es contradictorio como espacios de creación de identidad co- con la presencia de algunos registros que munitaria [Imagen 3] [36]. Aunque los datos mostrarían indicios de una cierta especia- son todavía muy escasos, cabe pensar tam- lización dentro de la diversificación, basada bién en la presencia de amplios espacios de fundamentalmente en las potencialidades aprovechamiento comunal, que posterior- económicas microrregionales y la adapta- mente serían uno de los principales ele- ción de estas sociedades al medio ambiente mentos de conflicto entre los señores y las haciendo un uso intensivo de los recursos comunidades aldeanas. En otras palabras, locales. La norma general muestra la diver- es en el período inmediatamente posterior sificación como estrategia económica, diri- a la desintegración del Imperio Romano de gida a combatir la variabilidad y los factores occidente cuando se observa arqueológica- de estrés y riesgo a los que se ven someti- mente la emergencia de un nuevo tipo de das estructuralmente las economías de tipo poblamiento que hegemonizará los paisajes campesino, como son la climatología, las hasta la progresiva implantación de, ahora rapiñas o las epidemias, y que permitiría no sí, la aldea feudal nucleada. solo producir lo suficiente para la supervi- Pero la arqueología puede ir mucho más vencia sino también para el potencial pago allá. ¿Qué tipo de sociedades vivían en es- de rentas a agentes externos. tas aldeas? ¿Cómo eran sus formas de pro- Estos datos chocan de lleno con la tradi- ducción y sus relaciones sociales? Si bien cional caracterización del modo de produc- los análisis densos son todavía escasos, y ción germánico tal y como desarrollamos al además todos ellos apuntan a dinámicas inicio. Ese modelo teórico, basado en las re- territoriales y locales muy dispares, sí que laciones de parentesco, la propiedad comu- se puede ofrecer una cierta idea sobre las nal de los medios de producción o la extre- formas de vida y la economía de estas co- ma militarización social, no parece encajar munidades. En líneas generales, nos encon- con el hecho de que práctica toda la mate- tramos con sociedades con un desarrollo rialidad disponible para analizar las aldeas ciertamente escaso de las fuerzas produc-

36.– Alfonso Vigil-Escalera, y J.A Quirós Castillo, «Un 37.– Chris Wickham, «Productive forces and the economic ensayo de interpretación del registro arqueológico», logic of the feudal mode of production». Historical en J.A Quirós Castillo (ed.), El poblamiento rural de época Materialism 16, (2008), pp. 3-22. visigoda en Hispania. Arqueología del campesinado en el 38.– Alfonso Vigil-Escalera, Marta Moreno García, Leonor interior peninsular. Bilbao, Universidad del País Vasco, Peña-Chocarro, A. Morales Muñiz, L. Llorente Rodríguez, 2013 ; Carlos Tejerizo García, Arqueología de las sociedades D. Sabato, et al., «Productive strategies and consumption campesinas en la cuenca del Duero durante la Primera Alta patterns in the Early Medieval village of Gózquez (Madrid, Edad Media, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2017. Spain)», Quaternary International 346, (2014), pp. 7-19.

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[Imagen 3] Planta del yacimiento de Gózquez. Fuente: J. A. Quirós Castillo (ed.), El poblamiento rural de época visigoda en Hispania. Arqueología del campesinado en el interior peninsular,

y granjas altomedievales, leída en conjunto, económica lejos de la acumulación de apunta hacia una economía compleja de valor en términos capitalistas [40]. tipo campesino basada en la unidad domés- • No existiría una desigualdad institu- tica como agente principal de la produc- cionalizada y permanente dentro de ción. Ante esta evidencia, autores marxistas las aldeas, si bien podría darse dentro como C. Wickham, J. Banaji o J. Haldon han de las propias unidades domésticas propuesto otras herramientas conceptuales en, por ejemplo, la distribución de ta- para analizar este período. Bajo mi punto reas por géneros. de vista, uno de los más interesantes a la • Las fuerzas productivas tendrían un hora de explorar en el futuro sería el mo- bajo desarrollo y desalentaría la espe- delo del primero en torno al denominado cialización. modo de producción campesino [39]. Partien- Una caracterización que, evidentemente do de autores como M. Sahlins, E. Boserup, con matices —como buen modelo teórico—, C. Meillassoux o, indirectamente, de A.V. encaja muy bien con la realidad empírica Chayanov o T. Shanin, el autor británico ca- existente. Esto no quiere decir, ni mucho racterizaría este modo de producción a tra- menos, que no existan problemas en la vés de los siguientes elementos: conceptualización teórica, que ya han sido • La unidad doméstica sería la unidad brillantemente expuestas por distintos au- básica de producción, caracterizada tores [41]. Sin embargo, en tanto que modelo por un alto nivel de control sobre el teórico basado en el materialismo histórico, proceso económico. • En estas unidades no se produce más 40.– A.V. Chayanov. «On the theory of non-capitalist de lo que es necesaria para su repro- economic system», en Daniel Thorner, Basile Kerblay ducción, lo que A.V. Chayanov deno- y R.E.F. Smith (eds.), The theory of peasant economy. Manchester, Manchester University Press, 1966, pp. 1-28 minó el balance trabajo-consumo, 41.– Una de las críticas más sofisticadas en Jairus Banaji, que implicaría la noción de una lógica Theory as History: Essays on Modes of Production and Exploitation, Leiden, Brill, 2010. 39.– C. Wickham, Framing the Early Middle Ages, cap.9.

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es especialmente útil para, en primer lugar, fuerzas y relaciones de producción» [42]. confrontar la realidad empírica que se ex- Sin embargo, la elaboración teórica so- trae no sólo de la arqueología, sino también bre el Estado apenas ha sido desarrollada de la documentación escrita; y en segundo para la Primera Alta Edad Media. Dentro del lugar, generar modelos teóricos complejos paradigma del «modo de producción ger- sobre un período difícil de encajar en mol- mánico» y sus derivados, se entendía que en des excesivamente rígidos. En este sentido, este período predominaban las relaciones unas de las cuestiones más importantes es de tipo personal en el ámbito de lo político, la del encaje de las élites sociales así como por lo que el Estado, o era una institución del papel del Estado en la reproducción de nominal, o simplemente carecía de rele- los sistemas de dominación propios del pe- vancia a la hora de reproducir las formas ríodo. de dominación y de explotación, exclusi- vamente vinculadas a las relaciones señor- El problema del Estado campesino. De nuevo, hay que mencionar la existencia de algunas notables excepciones, La cuestión del origen y carácter del como sería el mencionado trabajo de John Estado ha sido uno de los temas centrales Haldon, The state and the tributary mode dentro del materialismo histórico. La vin- of production, en el que sugería el uso del culación entre el surgimiento del Estado y concepto de modo de producción tributario el nacimiento de la propiedad privada fue para caracterizar las formas de dominación el eje central de la discusión de Engels en previas al capitalismo, desafiando con ello El Origen de la familia... generando con ella el propio concepto de feudalismo. Por su una de las líneas de trabajo más fructíferas parte, C. Wickham en su Framing... propo- y estimulantes en los estudios marxistas. nía la caracterización del Estado a partir de Sin embargo, estas líneas se han vinculado su capacidad de extracción de impuestos, fundamentalmente a la caracterización y diferenciando con ello «Estados débiles» y estudio del Estado en el capitalismo, siendo «Estados fuertes». En cualquier caso, queda muy escasas las investigaciones que abor- claro que todavía existe un amplio campo daban la cuestión de los Estados precapi- de estudio dentro del marxismo para de- talistas en términos teóricos. Entre ellas, sarrollar la cuestión del Estado tanto en la quizá una de las más elaboradas es la de G. Primera Alta Edad Media como, más gene- Therborn, dentro del denominado marxis- ral, en términos conceptuales. mo analítico, en torno a la comparación de Para ello, junto con Á. Carvajal, conside- las formas de dominación —incluido el Es- ro que una estimulante vía de trabajo po- tado—, en su trabajo ¿Cómo domina la clase dría ser el análisis del Estado altomedieval dominante? Aparatos de Estado y poder es- a partir de las consideraciones teóricas he- tatal en el feudalismo, el socialismo y el ca- chas por N. Poulantzas y la reelaboración pitalismo. Therborn sugería en este trabajo del sociólogo británico B. Jessop [43]. Así, la que los marxistas han hecho «siempre caso omiso del carácter de clase del aparato del 42.– Göran Therborn, ¿Cómo domina la clase dominante? Estado», proponiendo un modelo que «no Aparatos de Estado y poder estatal en el feudalismo, el debe partir de la problemática funcionalista socialismo y el capitalismo, Madrid, Siglo XXI, 1979. p.30. del papel del Estado en la reproducción del 43.– Estas consideraciones están basadas en la comunicación «Teorizar el Estado en las sociedades pre- capital, sino de las relaciones entre las cla- capitalistas: una aproximación desde el marxismo a las ses antagónicas, según las determinan las sociedades altomedievales» presentada en el Congreso

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historiografía altomedieval ha abordado la que respecta al estudio de la Alta Edad cuestión del Estado –de manera explícita Media, esto nos obliga a considerar las o implícita– bien como un elemento dado, relaciones entre las distintas faccio- bien como el resultado de un proceso ne- nes de los grupos dominantes y entre cesario de complejización política. Fren- estas y los grupos subalternos. te a estas propuestas, situar el problema • Llama a considerar las iniciativas con- de la reproducción del Estado en el centro cretas detrás de los procesos de arti- del análisis permite desnaturalizar los pro- culación de esos marcos instituciona- cesos históricos que dieron lugar a la con- les. formación de los Estados altomedievales y • Propone una aproximación a los mar- atender a los condicionantes e iniciativas cos institucionales desde sus efectos que en cada momento determinaron su y no desde sus presupuestos como vía desarrollo, lo que más arriba se categorizó para desvelar su orientación estraté- como la «necesidad contingente». El segun- gica y su contribución a la reproduc- do de esos elementos se corresponde con ción de las relaciones de dominación. la noción de que el Estado, como el capital, • Esto último permite un análisis diná- es una relación social. Dicho en otras pa- mico del Estado como recurso político labras, N. Poulantzas caracteriza al Estado lejos de una visión puramente instru- como una condensación material de las re- mental, al tiempo que llama a con- laciones de clase y de las contradicciones siderar de qué manera se integraba de una determinada formación social [44]. como parte del horizonte de expecta- Esta propuesta de N. Poulantzas fue par- tivas y condicionaba la acción de dis- ticularmente desarrollada por Bob Jessop, tintos grupos sociales. quien desde los años ochenta ha elaborado Bajo este marco teórico es posible abor- lo que ha dado en llamar la Aproximación dar de forma compleja la cuestión del Esta- Estratégica-Relacional (SRA) al estudio del do altomedieval así como realizar lecturas Estado capitalista [45]. De forma muy sintéti- mucho más sutiles y en clave materialista ca, esta propuesta se definiría a partir de los del registro arqueológico. Aquí únicamente siguientes elementos: expondremos un ejemplo concreto, en rela- • Como otros autores marxistas, el SRA ción al análisis arqueológico de las llama- llama a situar histórica y socialmente das «necrópolis visigodas» como reflejo de el estudio del Estado. la acción del Estado —o mejor dicho, de los • Sitúa en el centro del análisis la dia- grupo dominantes que controlaban el po- léctica de las relaciones entre los dis- der estatal— y la articulación con respecto tintos grupos sociales así como de su las comunidades locales. Estas necrópolis, materialización institucional; en lo datadas entre los siglos VI y VIII d.n.e. y caracterizadas por la presencia de objetos

Internacional «Karl Marx (1818-2018): Crítica de la calificados como «germánicos», como bro- Economía Política» celebrado en Bilbao entre el 1 y el 3 de ches de cinturón o fíbulas para la sujeción marzo de 2018 así como en el libro Álvaro Carvajal Castro, de la ropa, han sido tradicionalmente re- Bajo la máscara del regnum. La monarquía asturleonesa en lacionadas con las invasiones germánicas León (854-1037), Madrid, CSIC, 2017. que siguieron a la caída del Imperio Roma- 44.– Nicos Poulantzas, Estado, poder y socialismo, México [46] D.F., Siglo XXI, 1979. no [Imagen 4] . Es decir, estos objetos eran 45.– Bob Jessop, State power. A strategic-Relational Approach, Cambridge, Polity Press, 2007. 46.– Jorge López Quiroga, Arqueología del mundo funerario

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la muestra de grupos de gentes procedentes de Germania que, en un consciente y volun- tario intento de defensa de su identidad ét- nica, transportaron estos objetos por todo el occidente europeo. Sin embargo, los recientes avances ar- queológicos han permitido vincular gran parte de estas necrópolis con contextos fundamentalmente aldeanos [47]. Dicho de otra manera, parece que fueron campesinos quienes fueron enterrados con estos obje- tos. Objetos que contrastan fuertemente con el resto de la cultura material, como es la cerámica, la arquitectura doméstica o las herramientas de trabajo, caracterizados por cadenas tecnológicas mucho más sen- cillas. Más aún, estos objetos parecen úni- camente representar a un reducido grupo de individuos dentro del ritual de la comu- nidad aldeana. Por ejemplo, en la necrópolis del yaci- miento de Gózquez, con un número to- tal de 356 enterramientos, estos objetos se localizan únicamente en el 3,3% de las [Imagen 4] Necrópolis de Cacera de las Ranas, Aranjuez (Fuente: Zona Arqueológica, tumbas. Más aún, análisis de tipo químico 8: La investigación arqueológica de la época y de procedencia han demostrado que es- visigoda en la comunidad de Madrid., 2006). tos objetos, fabricados en talleres muy es- pecializados del sur peninsular y no tanto significación de los objetos para su correcta de Germania, recorren unas distancias muy interpretación. grandes antes de ser amortizados como ele- De esta manera, nuestra propuesta se mentos funerarios, mientras que los obje- articularía en torno a contextos en el que tos de uso común, como la cerámica o los unos personajes concretos serían capaces alimentos, tienen unos recorridos normal- de acumular objetos de prestigio en térmi- mente de tipo local. Es fundamental, por lo nos de capital económico y simbólico. Ob- tanto, entender la escala y espacialidad de jetos extraños a los contextos en los que los procesos analizados [48]; los contextos de son utilizados —las aldeas anteriormente descritas— y que significarían política y so- en la Península Ibérica, Madrid, La Ergástula, 2010. cialmente a sus portadores en las ceremo- 47.– Carlos Tejerizo García, «Etnicidad, identidad y poder en la meseta norte durante la Edad Media: reflexiones nias de enterramiento. La hipótesis desde desde la Arqueología», en Juan Antonio Quirós Castillo un análisis estratégico-relacional es que y Santiago Castellanos (eds.), Identidad y etnicidad en estos objetos agenciarían a ciertos perso- Hispania. Propuestas teóricas y cultura material en los siglos najes vinculados con las escalas supraloca- V-VIII. Bilbao, Universidad del País Vasco, 2015, pp. 221-238. 48.– Julio Escalona Monge, «The Early Middle Ages: a scale-based approach», en Julio Escalona Monge y Andrew Ages. Exploring landscape, local society, and the world Reynolds (eds.), Scale and scale change in the Early Middle beyond. Turnhout, Brepols, 2011, pp. 9-30.

34 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 Del modo de producción germánico al modo de producción campesino... Carlos Tejerizo García

les de poder, como es el Estado visigodo, en vendría determinada por una escasez de un contexto de desarrollo de sus aparatos textos escritos como re-presentación de las durante la sexta y séptima centuria, para le- élites del momento y, en consecuencia, de gitimar su posición dentro de la comunidad la propia Historia [49]. Si no hay élites que aldeana a través de un intercambio y amor- escriban, no hay registro escrito. Si no hay tización de objeto de prestigio. Se trataría, registro escrito, no hay reflejo de las élites. por tanto, de un proceso, similar al descrito Si no hay ni uno ni otro, no hay Historia, o como el «don» de M. Mauss dentro de una esta se transforma en oscura. economía sustantiva que persigue atar sim- Desde un materialismo histórico de cor- bólica y políticamente a las comunidades te evolucionista y estructuralista se trató de aldeanas con los poderes supralocales den- llenar este hueco en el análisis aplicando tro de una ideología y simbología de tipo algunas categorías, en ocasiones de forma «germánico» asociado al Estado visigodo. muy mecanicista y ad hoc, como fueron la Una propuesta hipotética que no solo per- de «modo de producción germánico» y sus mite entender mejor el registro arqueológi- derivados. Sin embargo, estas categorías co, sino vincularlo con unas formas de pro- se han mostrado cada vez menos útiles a ducción y de reproducción específicas del la hora de interpretar y explicar histórica- momento histórico así como el papel que el mente una realidad empírica cada vez más Estado y sus aparatos jugaban a la hora de abultada. En este proceso historiográfico mantener las pautas de dominación. ha sido determinante la progresiva apor- tación de la arqueología como auténtico Por una mirada materialista de la renovador de los estudios sobre la Prime- Primera Alta Edad Media ra Alta Edad Media. Como hemos tratado de evidenciar a lo largo del trabajo, desde Comenzaba este texto con una llamada este tipo de categorías se hace muy difícil de atención sobre un cierto olvido de la re- interpretar correctamente, por ejemplo, el flexión teórica marxista sobre el período que desmantelamiento del sistema latifundia- se desarrolla entre el desmantelamiento del rio tardorromano, la emergencia del cam- Imperio Romano de Occidente y la progre- pesinado post-romano o el papel del Estado siva implantación de las relaciones sociales en cuanto relación social que posibilita la que caracterizaron al feudalismo. Un olvido reproducción del modo de producción. Los que, en cierta medida, alimentó una subal- datos cada vez encajaban menos en una ternidad que lo transformó en un período teoría cerrada y simplificadora, por lo que, bisagra entre lo que estaba por morir (el en la línea de E.P. Thompson, era necesario mundo antiguo) y lo que estaba por nacer revisar la teoría [50]. (el mundo feudal). Visiones e interpretacio- nes de corte idealista llenaron este vacío, y 49.– Chris Wickham, Framing the Early Middle Ages... que hicieron de distintos elementos cau- 50.– «La investigación de la historia como proceso, sales —sea la etnicidad, la síntesis cultural como acaecimiento o «desorden racional», implica nociones de causación, de contradicción, de mediación romano-germánica o el cristianismo— los y de organización sistemática de la vida social, política, deus ex machina de un período injustamen- económica e intelectual. Estas nociones elaboradas te calificado de «edad oscura». En el fondo «pertenecen» a la teoría histórica, sufren un proceso de de esta edad oscura, y como bien apuntó C. refino mediante los procedimientos de esta teoría y son pensadas en el pensamiento… Cada noción, o concepto, Wickham, se encuentra otra interpretación surge de compromisos empíricos, y por muy abstractos elitista e idealista. Así, esta denominación que sean los procedimientos de su interrogación de sí

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 35 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

En este trabajo hemos defendido que Por ejemplo, una lectura atenta del proceso una posición materialista es no solo útil de desintegración del Imperio Romano de sino necesaria para la correcta interpre- Occidente permite una aportación de gran tación de fenómenos tan complejos como interés sobre el concepto de modo de pro- la desarticulación de la lógica económica ducción, en la estela, por ejemplo, de los romana o la caracterización del campesi- trabajos de J. Banaji. Así, desde las «abstrac- nado post-romano. Así, y tomando como ciones formales» que suponen categorías ejemplos algunos de los principales deba- como el «modo de producción germánico» tes actuales dentro de la historiografía de la aplicadas de forma rígida, se trataría de la Primera Alta Edad Media, se ha tratado de construcción en clave histórica de las «tra- ofrecer algunas reflexiones sobre cómo el yectorias complejas» que toman las formas materialismo permite penetrar en el regis- de producción y dominación en cada mo- tro empírico de forma que cuestiones como mento histórico. En este sentido, el modo las formas de dominación, la confrontación de producción campesino tal y como se ha social o las bases materiales de este mo- desarrollado es una vía —quizá no exclusi- mento histórico cobren un sentido estruc- va— muy estimulante de aproximación al tural, pero a la vez contingente. Bajo la idea mundo rural de este período. Otro ejemplo de la necesidad contingente anteriormente de cómo un análisis materialista de la Pri- expuesta, lo que se abre es una perspecti- mera Alta Edad Media puede aportar al de- va compleja que requiere huir de plantea- bate teórico es la cuestión del Estado. Así, mientos lineales y unidireccionales. frente a las visiones reduccionistas que en- Como se comentaba al principio, una mi- tienden el Estado como una creación mo- rada compleja desde el materialismo histó- derna, se trataría de entender las formas rico sobre la Primera Alta Edad Media per- concretas y las bases materiales en las que mite también una revalorización del propio el poder estatal se impone, se hace legible [51] período, en ocasiones injustamente denos- y permite la reproducción del sistema [52]. En tado. Así, este período nos permite estable- definitiva, se trataría de generar categorías cer un «laboratorio histórico» para cuestio- y aproximaciones útiles que nos permitan nes de gran actualidad, como es la cuestión realizar el ejercicio de distanciamiento con del desmantelamiento y el papel del Estado respecto al pasado de los vencedores del o la constitución de las sociedades campe- que hablaba Walter Benjamin y pasar así «a sinas. Del mismo modo, nos permite revisar la historia el cepillo a contrapelo» de forma algunos conceptos clásicos del marxismo. que podamos, al mismo tiempo, interpretar el pasado y entender mejor el presente [53].

misma, debe ser llevada de nuevo a confrontación con las propiedades dadas de los datos empíricos, y ha de asumir su defensa ante jueces atentos del «tribunal de 51.– James C. Scott, Seeing like a state: how certain schemes apelación» de la historia. Una vez más, se trata de una to improve the human condition have failed, New Haven, cuestión de diálogo, en el sentido más crítico. En el sentido Yale University Press, 1998. de que una tesis (el concepto, o hipótesis) es puesta en relación con su antítesis (conocimiento histórico), lo cual 52.– Clyde W. Barrow, Critical Theories of the State: Marxist, puede llamarse la dialéctica del conocimiento histórico»; Neomarxist, Postmarxist, Madison, University of Wisconsin Edward P. Thompson, Miseria de la Teoría, Barcelona, Press, 1993. Crítica, 1981. p.74. 53.– Walter Benjamin, Iluminaciones, Taurus, Madrid, 2018.

36 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 17-36 ¿Paisajes de guerra o paisajes del poder? Conflictos en los castillos de la cuenca del Duero a partir del registro escrito (siglos IX-XII)

Landscapes of war or landscapes of power? The conflicts in the castles in the Duero Basin from the written sources (9th-12th centuries)

Daniel Justo Sánchez Universidad de Salamanca

Resumen

El registro escrito de los siglos IX al XII muestra una Cuenca del Duero en la que los castillos destacan como lugares de importancia para la afirmación del poder sobre el te- rritorio. En este trabajo se propone una visión general de la aparición de estos espacios fortificados en distintos contextos de conflicto armado a partir de las fuentes escritas. El objetivo principal es valorar su papel y encontrar transformaciones de su identidad militar en los conflictos entre al-Ándalus y los reinos cristianos, y en los surgidos entre y en el interior de estos últimos.

Palabras clave: Cuenca del Duero, castillos, poder, conflicto, Alta Edad Media

Abstract

The written sources of the period from the 9th to 12th centuries show the Duero Basin as an area where castles stand out as places of importance for the affirmation of power over the territory. This article proposes a general view of these fortified spaces in different contexts of armed conflict as seen in written sources. Its main aim is to analyse their role and look for transformations concer- ning their military identity, both within the fights between Al-Andalus and the Christian kingdoms and in those that arose between and within the latter.

Keywords: Duero Basin, castles, power, conflict, Early Middle Ages

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 37-54 37 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

La fortificación de nuevos espacios y la Con una trayectoria de los espacios forti- adaptación de sitios fuertes utilizados en ficados tan cambiante a lo largo del tiempo épocas anteriores han sido actos realizados y heterogénea en cada momento específico con frecuencia por las sociedades pasadas. ¿a qué nos referimos cuando hablamos de Dentro del elenco de refugios heredados castillos? La disparidad en la definición es del pasado, los castillos son la más evidente una de las causas de la divergencia a la hora herencia de época medieval. Poseemos tes- de explicar la función y el papel de la ar- timonios muy variopintos que atestiguan quitectura defensiva. Esta debe responder la importancia de los asentamientos forti- al contenido y alcance que los vocablos po- ficados en el pasado. Algunos son rastrea- seen en la actualidad, así como a los límites bles en la memoria colectiva, por ejemplo, específicos que tuvieron en momentos con- la que acompaña a los orígenes del nombre cretos del pasado. Es preciso, por lo tanto, de Castilla, con el que actualmente cono- definir los conceptos que se estudian a par- cemos a las dos mesetas interiores de la tir de unas realidades sucesivas y de acuer- península ibérica. Otros beben directamen- do con el sentido que tuvieran en cada épo- te de testimonios de individuos y colecti- ca, a fin de no incurrir en anacronismos [4]. vos que conocieron la actividad de lugares Las definiciones que la investigación como los castella tutoria donde, según el histórica ha aportado para los castillos son obispo y cronista Hidacio, se refugió parte muy numerosas. Algunas se centran en su de la población del interior del noroeste morfología y su viabilidad para guarnecer peninsular ante los ataques suevos del siglo soldados [5]. Otras subrayan su función de V [1]. El mismo historiador hispanorromano residencia aristocrática o como espacio en llamaba Couiacense castrum al lugar que el que se ritualiza el modo de vida de un resistió los embites del visigodo Teodori- grupo social determinado [6]. También hay co II en 457, donde ahora se conservan los autores que subrayan su papel en tanto restos bajomedievales del castillo [Imagen símbolo proyectado del poder, o sus capaci- 1] [2]. Un abismo separa la realidad vivida dades defensivas y ofensivas en el contexto por Hidacio y las obras en piedra que se al- de conflictos armados [7]. zaron en la Baja Edad Media sobre algunos oteros castellanoleoneses, pero ambas res- 4.– María Isabel Pérez de Tudela y Velasco, «La arquitectura pondieron a la común inquietud de fortifi- militar como símbolo y emblema de las realidades car el paisaje y recibieron en su momento el medievales», en La fortificación medieval en la Península Ibérica: Actas del IV Curso de Cultura Medieval. Seminario. [3] nombre de castillo . Centro de Estudios del Románico. Aguilar de Campoo, 21- 26 de septiembre de 1992, Aguilar de Campoo, Centro de 1.– Hidacio, «Continuatio Chronicorum Hieronymianorum Estudios del Románico, 2001, pp. 11-17. ad. a 468», en Richard W. Burguess (ed.), The Chronicle of 5.– Mario Jorge Barroca, «Do Castelo da Reconquista al Hydatius and the Consularia Constantinopolitana. Two con- Castelo Românico (Séc. IX a XII)», Portvgalia, Nova Série XI- temporary accounts of the final years of the Roman Empire, XII (1990-1991), p. 91; Luis de Mora Figueroa, «Arquitectura Oxford, Oxford University Press, 1993, p. 81. militar cristiana de la Edad Media española: estado de la 2.– Ibidem, p. 179. cuestión», en II Congreso de Arqueología Medieval Española, Madrid, Comunidad de Madrid, Dirección General de 3.– José Miguel Novo Guisán, De Hidacio a Sampiro. Los Cultura, 1987, p. 53. castros durante la época visigoda y la primera reconquista, Lugo, Servicio de Publicaciones, Diputación Provincial de 6.– John Goodall, The English castle, 1066-1650, New Ha- Lugo, 2000 desarrolla un estudio sobre el tema centrado ven, Yale University Press, 2011. p. 4. en el registro escrito de la etapa tardoantigua y altome- 7.– Oliver Hamilton Creighton, Early European castles: ar- dieval, en el que compara con la imagen típica del castillo istocracy and authority, AD 800-1200, Londres, Bloomsbury, bajomedieval. 2012, p. 27.

38 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 37-54 ¿Paisajes de guerra o paisajes del poder? Conflictos en los castillos... Daniel Justo Sánchez

[Imagen 1] Castillo de Valencia de Don Juan (León) (Fuente: fotografía del autor). En este trabajo proponemos una defi- urbanas, iglesias fortificadas, y elementos nición basada en la aproximación meto- secundarios de defensa o vigilancia. dológica a través del registro escrito, pero El castillo es indisociable de su identidad es necesario valorar también la diversa militar, al menos si se pretende entender realidad material que presentan las forti- sus funciones dentro de las sociedades que ficaciones. De esta forma, por castillo en- lo construyeron y utilizaron. La cuenca del tendemos todo aquel emplazamiento al Duero de los siglos IX al XII será nuestro que la documentación escrita se refiere, campo de pruebas para analizar las distin- aunque sea de forma ocasional, con distin- tas formas de acción militar que afectaron a tas variantes de los términos castro, castillo, estos puntos fuertes, en función de los da- castrillo u oppidum. Estos sustantivos sirven tos aportados por el registro escrito. Parte para referirse a elementos similares, pero de la identidad militar del castillo se aprecia heterogéneos, tanto de forma sincrónica en menciones indirectas, que van más allá como diacrónica. Desde el punto de vista de su participación en acciones bélicas. Un material, el castillo es una manifestación ejemplo son las prestaciones militares que física del poder, en forma de edificación o pivotan en torno a algunos castillos, reflejo conjunto de edificios construidos siguien- del dominio social ejercido desde este que do parámetros de fortificación, funcional permite entenderlos como nodos donde se o decorativa. Se ubican, generalmente, en centralizaron recursos y se perpetuó la su- lugares elevados de forma natural o ar- premacía de un grupo social. Partimos de la tificial respecto a parte o al conjunto del hipótesis de que la identidad militar de los paisaje circundante. Esta forma de definir castillos es inherente a su propia existen- el objeto de estudio sirve para limitarlo y cia, sin necesidad de que fuera protagonista escapar del estudio específico de murallas en ningún conflicto bélico.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 37-54 39 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

Consideramos que el periodo históri- De igual modo, hemos considerado que co seleccionado es óptimo para analizar la cuenca del Duero es un área apropiada los castillos desde la perspectiva expues- para el análisis que nos proponemos porque ta, pues su construcción y empleo se inte- su historia durante los siglos medievales se graron en un entramado social en el que la caracteriza por la existencia de fronteras guerra se imbricaba de manera notable [8]. cambiantes, que tradicionalmente han ser- La autoridad aristocrática que comenzó a vido para explicar la creación, utilización y desarrollarse en la Alta Edad Media se di- abandono de los castillos de la región. Tras rigió hacia una naturaleza tremendamente la destrucción del reino visigodo de Tole- personal, con características definitorias do, la conquista islámica de la penínsu- del grupo social y reforzada a través de la la ibérica provocó una crisis de poder que violencia, fuera esta amenazada o real [9]. Se supuso la desvinculación de la submeseta trató del ascenso de una categoría social norte respecto a cualquier poder central [13]. diferenciada, que materializa en el casti- Las autoridades andalusíes que formali- llo sus privilegios de residencia, la expre- zaron su poder en la península ibérica no sión de su pujanza económica y política, y pudieron o no quisieron controlar esta re- el símbolo de su poder; aunque de mane- gión, especialmente después de las revuel- ra desigual a lo largo del periodo medieval tas bereberes de la segunda mitad del siglo y en función de las zonas [10]. En origen, la VIII. El emergente poder astur no domina- relación entre castillos y aristocracias no ba tampoco la zona, que sin duda mantenía era tan directa como lo será desde la Ple- contactos en ambas direcciones [14]. La de- na Edad Media, cuando ambos elementos construcción de las fuentes documentales conformen el paisaje típico de la Europa con una mirada retrospectiva permite tener feudal [11]. El estudio de los castillos desde una visión, aunque sea parcial, de los acon- una perspectiva que evite el choque frontal tecimientos que tuvieron lugar en la cuenca entre las aproximaciones revisionistas y los del Duero durante esa centuria. A partir de defensores de la funcionalidad militar pue- ese momento, la frontera entre al-Ándalus de ayudarnos a penetrar en las sociedades y la meseta del Duero no sería una línea co- medievales sin caer en la tentación de sim- herente y continua, sino un área marginal plificar sus propias realidades [12]. de difícil control y, a veces, hostil a cual- quier dominio central exógeno [15]. 8.– Francisco García Fitz, Ejércitos y actividades guerreras en la Edad Media europea, Madrid, Arco Libros, 1998, p. 9. tion», Medieval Archaeology, 51-1, 2007, pp. 83-102, con- Sobre la integración de estos postulados en el estudio de testadas en Oliver Hamilton Creighton y Robert Liddiard, la península ibérica altomedieval véase Amancio Isla Frez, «Fighting Yesterday’s Battle: Beyond War or Status in Cas- Ejército, sociedad y política en la península Ibérica entre los tle Studies», Medieval Archaeology, 52-1, 2008, pp. 161-69. siglos VII y XI, Madrid: Ministerio de Defensa, CSIC, 2010. 13.– Iñaki Martín Viso, «Colapso político y sociedades p. 228. locales: el Noroeste de la península ibérica (siglos VIII- 9.– O. H. Creighton, Early European castles, p. 15. IX)», Reti Medievali Rivista, 17, 2, 2016, pp. 335-369. 10.– André Debord, Aristocratie et pouvoir: le rôle du 14.– Julio Escalona Monge, Sociedad y territorio en la château dans la France médiévale, París, Picard, 2000, p. 221. Alta Edad Media castellana: la formación del Alfoz de Lara, 11.– Sobre la evolución de la aristocracia medieval, la Oxford, B.A.R, 2002, pp. 75-77. complejidad de su denominación, cambiante a lo largo 15.– Julio Escalona Monge, «Aproximación a un análisis del tiempo, y su relación con ciertos elementos prácticos y comparativo de la territorialidad en los Siglos IX-XI: el simbólicos véase Esther Pascua Echegaray, Nobleza y caba- Territorium Legionensis y el Condado de Castilla», en José llería en la Europa medieval, Madrid, Síntesis, 2017. Ignacio de la Iglesia Duarte (ed.), Monasterios, espacio y 12.– Este largo debate puede sintetizarse en las reflexio- sociedad en la España cristiana medieval: XX Semana de nes de Colin Platt, «Revisionism in Castle Studies: A Cau- Estudios Medievales. Nájera, del 3 al 7 de agosto de 2009,

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Con el debate sobre la despoblación o no ganización social del espacio ayudó a in- de la zona superado, la explicación sobre tegrar las variables de control estratégico, la expansión del reino de Asturias hacia la instalación humana y aprovechamiento del Meseta ganó en complejidad [16]. Ha cobra- territorio. La integración de estos espacios do protagonismo la adaptación de los dis- políticos en el proyecto político de la mo- tintos actores políticos a las condiciones narquía (primero asturiana y luego leone- locales, la creación de redes con respecto a sa) pudo realizarse a través de pactos o me- elites y aristocracias y la implantación pro- diante el empleo de la fuerza. Estos marcos gresiva de formas de dominio complejas [17]. teóricos constituyen, en el estadio actual Al mismo tiempo, la lectura de la expansión de la investigación, unas herramientas muy regia hacia el sur como un proceso de or- completas desde las que entender el térmi- no populare de las crónicas y documentos Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2010, p. 282. de la época [18]. 16.– Nos referimos al debate en torno a las tesis de Sán- Los castillos pudieron jugar un papel im- chez-Albornoz, sintetizadas en trabajos como Claudio Sánchez-Albornoz, Despoblación y repoblación en el Valle portante en estos procesos como centros de del Duero, Buenos Aires: Instituto de Historia, 1966. La in- poder desde los que controlar y explotar el vestigación desarrollada desde los años ochenta del si- territorio, a modo de centro nuclear de una glo pasado, aunque precedida por lecturas críticas de las población en formación o de espacio defen- fuentes escritas del periodo como Ramón Menéndez Pi- [19] dal, «Repoblación y tradición en la cuenca del Duero», en sivo para una ya existente . Las tesis de Enciclopedia lingüistica hispánica, vol. 1, Madrid, CSIC, 1960, José Avelino Gutiérrez González, principal pp. XXIX-LVII, han conseguido, especialmente a partir del activo de la investigación monográfica so- desarrollo de la investigación arqueológica, desterrar el bre castillos en el Reino de León, han se- debate y abrir un campo de posibilidades interpretativas, todavía con espacios por explorar. guido esta línea interpretativa. Señalaba 17.– Sin ánimo de exhaustividad, algunos trabajos fun- este autor que la edificación de castillos en damentales para entender el aumento de la complejidad época altomedieval al sur de la Cordille- en estos estudios son Iñaki Martín Viso, «Organización ra Cantábrica obedeció a una iniciativa de campesina y dominios políticos en la cuenca del Duero la monarquía ovetense, especialmente en altomedieval», Sociedades Precapitalistas, 7-2, 2018; I. Martín Viso, «Colapso político»; Carlos Estepa Díez, tiempos de Alfonso III, por construir tres Estructura social de la ciudad de León (siglos XI-XIII), León, líneas defensivas sucesivas escalonadas Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1977; entre el borde sur de las montañas, la Me- Carlos Estepa Díez, «Configuración y primera expansión seta y el río Duero. A pesar de que también del reino astur. Siglos VIII y IX», en Francisco Javier Lomas y Federico Devís (eds.), De Constantino a Carlomagno. jugaron un papel en la articulación del po- Disidentes, heterodoxos, marginados, Cádiz: Universidad blamiento y la jerarquización del espacio, de Cádiz, 1992; José María Mínguez Fernández, «Poderes el avance de la frontera habría supuesto el locales en el espacio central leonés durante el periodo abandono de algunos de estos lugares des- astur», Arqueología y territorio medieval, Anejo 2 (2009), pp. 199-214. Hacen una lectura arqueológica trabajos como pués de quedar superada su función defen- José Avelino Gutiérrez González, «Sobre los orígenes de la siva con el avance de la frontera; símbolo sociedad asturleonesa: aportaciones desde la arqueología del territorio», Studia Historica. Historia Medieval, 16 (1998), 173-197. Se centran en la configuración del poder 18.– J. M. Mínguez Fernández, «Poderes locales» y J. regio temprano Álvaro Carvajal Castro, Bajo la máscara del Escalona Monge, Sociedad y territorio, pp. 78-79. «regnum». La monarquía asturleonesa en León (854-1037), 19.– José Ángel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, «La Madrid, CSIC, 2017 y, desde una perspectiva centrada en repoblación del Valle del Duero en el siglo IX: del yermo los elementos simbólicos, Víctor Manuel Aguirre Cano, estratégico a la organización social del espacio», en La construcción de la realeza astur: poder, territorio y Actas del Coloquio de la V Asamblea General de la Sociedad comunicación en la Alta Edad Media, Santander, Editorial Española de Estudios Medievales, Zaragoza, Departamento de la Universidad de Cantabria, 2018. de Cultura y Educación, 1991, pp. 15–39.

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también de que no eran espacios óptimos la Alta Edad Media en la Cuenca del Duero para la habitabilidad [20]. nos permite ver los castillos como espacios Los intermitentes conflictos entre los relevantes, más allá de su papel bélico en las reinos de León y Castilla de los siglos XI y luchas cristiano-musulmanas, esta complejidad XII también motivaron la construcción de en las relaciones de poder nos permite hablar de castillos, especialmente en las fronteras conflictosque superan la mera lucha fronte- entre ambos reinos que, aunque cambian- riza entre reinos. tes, siempre tuvieron como foco central los Nuestra pretensión es hacer una revisión espacios entre el río Esla y el Pisuerga [21]. general de las distintas formas de conflicto Se trata de un periodo mucho mejor do- militar en las que participaron los castillos cumentado que el anterior y, por lo tanto, de la cuenca del Duero a través del regis- es posible analizar los actores políticos tro escrito. Se aportará una visión parcial, y los lugares implicados en los procesos pues para completar la explicación histó- históricos del momento con mayor nivel rica de estas fortificaciones sería necesario de detalle. Pese a la aparente unidad que abordar todas las funciones documentadas, muestra la pertenencia de un lugar a uno tarea inabarcable, al menos si se desea dar u otro reino, se trata de un tiempo marca- una visión de conjunto que compruebe las do por la heterogeneidad en las formas de diferencias en la larga duración. Al mismo poblamiento, en la situación jurídica de las tiempo, somos conscientes de que este en- comunidades e individuos y en los pode- foque se desvincula de la Arqueología, cuya res fácticos presentes en cada zona [22]. Si la información es fundamental para com- complejidad en las realidades políticas de prender las funciones de los castillos en la sociedad medieval, a pesar de la escasez de 20.– José Avelino Gutiérrez González, «La implantación intervenciones intensivas en buena parte feudal y las fortificaciones en los orígenes del Reino de la geografía estudiada [23]. de León», en Pedro Luis Huerta Huerta (ed.), Actas del IV Curso de Cultura Medieval: La fortificación medieval 23.– Ya J. A. Gutiérrez González, Fortificaciones y feudalis- en la Península Ibérica. Centro de Estudios del Románico, mo abordó el tema desde una perspectiva arqueológica, Aguilar de Campoo, 21-26 de septiembre de 1992, Aguilar lo que le permitió hacer diferentes clasificaciones tipoló- de Campoo, Fundación Santa María La Real, Centro de gicas de las fortificaciones leonesas. Es interesante des- Estudios del Románico, 2001, pp. 81–101, pp. 89-91. tacar las interesantes reflexiones de los últimos años, de 21.– José Avelino Gutiérrez González, Fortificaciones y feu- las que es buena muestra Juan Antonio Quirós Castillo, dalismo en el origen y formación del Reino Leonés (siglos «Defensive sites of the Early Middle Ages in North West IX-XIII), Valladolid, Universidad de Valladolid, 1995. Spain», en Landscapes of Defense in Early Medieval Europe, 22.– Así lo han puesto de manifiesto las diversas lectu- Turnhout, Brepols, 2013, pp. 303-309. Conviene destacar ras regionales que se han hecho del periodo, por ejem- estudios locales y regionales que sitúan a los espacios plo, Mercedes Durany Castrillo, La región del Bierzo en los fortificados como foco de análisis, especialmente, Juan siglos centrales de la Edad Media: 1070-1250, Santiago de Antonio Quirós Castillo, «L’eccezione che conferma la Compostela, Universidad de Santiago de Compostela y regola? Incastellamento nella valle dell’Ebro nel X secolo: Universidad de León, 1989; José María Monsalvo Antón, il castello di Treviño», Archeologia Medievale, 38 (2011), «Frontera pionera, monarquía en expansión y formación pp. 113-136 y el reciente estudio Catarina Tente, «No de los concejos de Villa y Tierra: Relaciones de poder en smoke without fire. Burning and changing settlements in el realengo concejil entre le Duero y la cuenca del Tajo (c. 10th century central-northern Portugal», en Niall Brady y 1072 - c. 1222)», Arqueología y territorio medieval, 10, 2003, Claudia Theune (eds.), Settlement change across Medieval pp. 45-126; Pascual Martínez Sopena, La tierra de Campos Europe: Old paradigms and new vistas, Sidestone press, occidental: poblamiento, poder y comunidad del siglo X 2019, pp. 395-403, que huye de la explicación basada en al XIII, Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1985 y la guerra abierta entre el reino asturleonés y al-Ándalus Carlos Manuel Reglero de la Fuente, Espacio y poder en para abordar los cambios de poblamiento en la zona la Castilla medieval: los Montes de Torozos (siglos X-XIV), del Alto Mondego desde una perspectiva de conflicto y Valladolid, Diputación Provincial de Valladolid, 1994. cambio social.

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La documentación escrita donde hemos con el que contamos para el conjunto de rastreado el papel de los castillos dentro de la Meseta del Duero entre los siglos IX y los distintos conflictos armados posee una XII. En líneas generales, conviene apun- naturaleza diversa. No pretendemos hacer tar que la conservación y transmisión de una revisión de las fuentes disponibles para buena parte de esta información se movió estudiar el periodo, por lo que nos limita- por los intereses de cada una de las insti- remos a marcar sus tipologías. En primer tuciones eclesiásticas que la almacenaban. lugar, hemos manejado las ediciones de va- Esto provocó una selección premeditada rias crónicas latinas elaboradas dentro del de textos, además de la presencia de inter- periodo estudiado, desde algunas ligadas al polaciones y falsificaciones motivadas por entorno regio [24] hasta otras relacionadas unas aspiraciones legitimadoras que en- con poderes de escala regional o local [25], contraban en el soporte documental una lo que nos permite apreciar los conflictos de sus mejores armas. Al mismo tiempo, narrados a diferentes escalas. Estas cróni- la tendencia general en toda la cuenca del cas encuentran un paralelo en los textos Duero es el aumento del volumen de in- histórico-analísticos árabes producidos en al- formación conforme avanza la cronología Ándalus, de los que hemos manejado las tra- que estudiamos. Ambos factores, selección ducciones de algunos fragmentos del Mu- documental y desigual registro conserva- qtabas, con el que Ibn Hayyan transmitió la do, dan como resultado que la informa- obra historiográfica de las épocas emiral y ción aportada del periodo esté sesgada y califal [26], y para el estudio específico de las requiera de una rigurosa labor de crítica campañas de Almanzor, el texto más tardío documental. del Dikr Bilad al-Andalus [27]. Es necesario hacer un último aviso, pues Las posibilidades de profundizar en el la mayor parte de las noticias sobre las for- estudio de la sociedad del periodo aumen- tificaciones de estos espacios llega a partir, tan a través del rico corpus documental de menciones escuetas e indirectas, de la relación de determinado castillo con tie- 24.– Juan Gil Fernández, José Luis Moralejo, y Juan Ignacio rras y territorios, especialmente en actos de Ruiz de la Peña Solar, Crónicas asturianas, Oviedo, Univer- sidad de Oviedo, 1985 (En adelante, según las diferentes transmisión de bienes. Son escasas las refe- versiones utilizadas: Albeldensis o, de las Crónicas de Al- rencias a la propia estructura del castillo y fonso III: Rotensis, Ovetensis y ad Sebastianum); Justo Pérez a los detalles de la actividad militar allí de- de Urbel, Sampiro, su crónica y la monarquía leonesa en el sarrollada [28]. No obstante, la combinación siglo X, Madrid, CSIC, 1952; Antonio Maya Sánchez, Chroni- ca Hispana saeculi XII. Pars I. Chronica Adefonsi Imperatoris, del conjunto del registro escrito manejado Turnhout, Brepols, 1990 (En adelante: CAI). nos permite conocer distintas facetas de la 25.– Antonio Ubieto Arteta, Crónicas anónimas de Sahagún, identidad militar de los castillos de la me- Zaragoza, Anubar, 1987 (En adelante: CAS). seta del Duero y la participación de algunos 26.– Ibn Hayyan, María Jesús Viguera y Federico Corriente de ellos en conflictos de distinta índole en- (eds. y trads.), Crónica del califa Abdarrahmán III An-Nasir tre los siglos IX al XII. entre los años 912 y 942 (al-Muqtabis V), Zaragoza: Anu- bar, 1981 (En adelante: Al-Muqtabis V); Ibn Hayyan, Emilio García Gómez (ed. y trad.), Anales palatinos del Califa de Córdoba Al-Hakam II, por Isã Ibn Ahmad Al-Rãzi: (360-364 H. - 971-975 J.C.), Madrid: Sociedad de Estudios y Publica- ciones, 1967, (En adelante: Al-Muqtabis VII). 27.– Luis Molina Martínez, «Las campañas de Almanzor a la luz de un nuevo texto», Al-Qantara, 2, 1 (1981), pp. 210- 28.– J. A. Gutiérrez González, Fortificaciones y feudalismo, 263 (En adelante: Dikr). p. 10.

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Los castillos de la Cuenca del Duero de que los espacios de fricción se movieran en los conflictos entre al-Ándalus y los hacia espacios más meridionales. reinos cristianos Diversos fragmentos de las crónicas elaboradas a finales del siglo IX permiten El paradigma de la Reconquista [29] y de la subrayar el papel que jugaron los castillos guerra entre musulmanes y cristianos en la en la integración territorial y social de la península ibérica fue, durante largos años Cuenca del Duero dentro de las estructu- de estudio, el marco de fondo en el que se ras políticas del reino de Asturias. Sin em- encuadraban las investigaciones sobre ac- bargo, entre las noticias que nos hablan de ciones militares en la Cuenca del Duero. El los conflictos que enfrentaron a los dis- relato que las Crónicas Asturianas aportaron tintos poderes cristianos con la autoridad sobre las campañas dirigidas por Alfonso I y andalusí destacan las que hacen referen- su hermano Fruela, que sirvió de base para cia a las campañas militares dirigidas por las tesis de la despoblación, ha sido puesto el poder cordobés, emiral en el siglo IX y en duda en por diferentes frentes, pero sirve califal en el X. La Crónica Albeldense men- para conocer el papel que los castillos juga- ciona algunos castillos en su relato de las ban en la geografía política de la Cuenca del campañas emirales de los años 878-883, en Duero [30]. Quizás no tanto en la cronología las que al-Mundir, hijo del emir Mohamed que se atribuye a las campañas —media- I, fue su principal protagonista. En una de dos del siglo VIII— como en el contexto de sus primeras campañas documentadas, la elaboración de los textos, más de cien años del año 878, se dirigió al entorno de León posterior [31]. Tanto las crónicas latinas como y llegó al castillo de Sublancio (Villasaba- las árabes narran distintas acciones arma- riego, León) [Imagen 2], donde Alfonso III das desarrolladas en este contexto geográ- esperaba con un ejército suficiente para fico entre los poderes andalusíes y los rei- que el hijo del emir decidiera retirarse [32]. nos cristianos. En ocasiones, los diplomas Cinco años más tarde, al-Mundir volvería también se hacen eco de estos eventos, a Sublancio, pero esta vez Alfonso III había aunque generalmente de forma indirec- decidido guarecerse en León y lo que en- ta. Estos conflictos no son suficientes para contró en el castillo fueron tan solo casas explicar por completo la identidad militar vacías [33]. Esta referencia sirve para obte- de las fortificaciones de la región, pero no ner un atisbo de la materialidad que debía pueden dejarse de lado, pues son una pieza tener el sitio, más cercana a la imagen de importante en la geopolítica de la Cuenca un poblado fortificado en altura que a la de del Duero durante la Alta Edad Media, antes una edificación defensiva diferenciada del núcleo de población. 29.– Sobre la posibilidad de seguir empleando el término y la situación actual de un debate aún encendido véan- 32.– Albeldense, c. XV, p. 12. Sobre esta campaña y su con- se los trabajos presentados en Carlos de Ayala Martínez, textualización en la política de Alfonso III véase J. M. Mín- Isabel Cristina Ferreira Fernandes, y J. Santiago Palacios guez Fernández, «Poderes locales», p. 206. Ontalva (eds.), La Reconquista. Ideología y justificación de la 33.– «nicil in ipso castro preter uacuas domos inuenit», Guerra Santa peninsular, Madrid, La Ergástula, 2019. Albeldense, c. XV, p. 13. Sobre este episodio véase 30.– Rotensis, p. 13 y Ovetensis-ad Sebastianum, p. 13. Mínguez Fernández, José María. «La nueva ordenación del 31.– Julio Escalona Monge, «Family Memories: Inventing poblamiento en la cuenca septentrional del Duero en los Alfonso I of Asturias», en Isabel Alfonso, Hugh Kennedy y inicios de la Edad Media», Aragón en la Edad Media, 14- Julio Escalona Monge (eds.), Building legitimacy. Political 15, 2 (1999), pp. 1027-1046, p. 1029 y Martín Viso, Iñaki. discourses and forms of legitimation in Medieval societies, «Pervivencias y cambios en la territorialidad en la Meseta Leiden, Brill, 2004, pp. 223-262. del Duero Occidental (siglos IX-X)», en prensa.

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[Imagen 2]. Ubicación del castro medieval de Sublancio (Fuente: fotografía del autor). Estas acciones del poder cordobés con- último tercio del siglo IX [36]. Uno de los ob- tra Sublancio son tan solo un capítulo de jetivos primordiales para estas expedicio- las campañas que al-Mundir y su general nes fueron los espacios donde la presencia Abohalit dirigieron contra los reinos cris- del poder asturleonés o de grandes poderes tianos entre los años 882 y 883 [34]. Es nece- magnaticios de índole regional se mani- sario entenderlas en un contexto político festaba con mayor intensidad, es decir, los más complejo, en el que intervenían tam- centros en los que se basó la integración te- bién campañas punitivas contra poderes rritorial de la Cuenca del Duero [37]. muladíes de la Marca Superior [35]. Diversas Sublancio no es el único castillo que se interpretaciones de estos episodios los han menciona en los relatos de estas campañas. visto, desde la perspectiva andalusí, como La penetración de las tropas musulmanas una prueba de la capacidad que el Estado en los espacios occidentales de la Meseta emiral tenía para realizar incursiones, in- del Duero no fue la primera vía que reco- cluso en contextos de duras coyunturas in- rrieron las huestes andalusíes ni en la cam- ternas como la que vivió al-Ándalus en el paña de 882 ni durante la del año siguiente. El cronista de la Albeldense cuenta como, en 34.– Véase Claudio Sánchez-Albornoz, «Las campañas del el transcurso de la primera de estas campa- 882 y del 883 que Alfonso III esperó en León», Archivos ñas, las fuerzas comandadas por al-Mundir Leoneses: revista de estudios y documentación de los Reinos Hispano-Occidentales, 45-46 (1969), pp. 169-182. Aporta 36.– Eduardo Manzano Moreno, La frontera de al-Ándalus una visión de estos conflictos como parte de una guerra en época de los Omeyas, Madrid, CSIC, 1991. a gran escala entre el poder emiral y el reino astur de 37.– Álvaro Carvajal Castro e Iñaki Martín Viso, «Historias Alfonso III, pero sigue siendo, a día de hoy, la explicación regionales de la repoblación: Los reyes asturleoneses y las más desarrollada del fragmento. ‹políticas de la tierra› en el oeste de la meseta del Duero», 35.– Abohalit se corresponde con el Abu Jalid Haxim ibn en Pablo de la Cruz Díaz Martínez, Fernando Luis Corral, Abd al-Aziz de los textos árabes, Alberto Cañada Juste, e Iñaki Martín Viso (eds.), El historiador y la sociedad: ho- «Los Banu Qasi (714-924)», Príncipe de Viana, 41, 158-159 menaje al profesor José M.ª Mínguez, Salamanca, Ediciones (1980), pp. 5-96, pp. 55 y 59. Universidad de Salamanca, 2014, 39-52.

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[Imagen 3:] Castillo y población actual de Castrojeriz. (Fuente: fotografía del autor). y Abohalit se dirigieron a las fortalezas de seguido el año anterior, en dirección al río Cellorigo (La Rioja) y Pancorbo (al norte de Cea pasando por el castro de Coyanza (Va- Burgos) después de haber pasado un tiempo lencia de Don Juan, León) [40]. No parece que en la Marca Superior. El relato de las cam- las huestes cordobesas atacaran el lugar, pañas nos informa del fracaso de las tropas de hecho, podría conjeturarse que estaba andalusíes en su intento de tomar ambas bajo su control, aunque parece más proba- fortificaciones, pero no así del paso hacia la ble que los poderes existentes en la zona, Meseta. Castrojeriz (Burgos) [Imagen 3] fue prácticamente silenciados en este tipo de el primero de los espacios meseteños a los relato cronístico, hubieran entablado rela- que se dirigieron las fuerzas musulmanas. ciones con el hijo del emir. Pero no puede Munio Núñez decidió abandonar el sitio, rechazarse tampoco el empleo de Coyan- pues este no estaba debidamente fortifica- za como mera referencia geográfica a un do [38]. Castrojeriz no fue ocupado, pues un punto destacado de la región. En todo caso, año después, en una descripción muy simi- queda claro que Coyanza no fue un objetivo lar de la ruta seguida por las tropas musul- preferente, a diferencia del monasterio de manas, la fortaleza estaba fortificada [39]. Sahagún, atacado en el transcurso de esta La presencia de Castrojeriz como un retirada. Los castillos mencionados en es- punto fuerte, de forma similar a lo que su- tos pasajes son escasos y se repiten, lo que cedía con Pancorbo y Cellorigo, no impidió hace pensar en la escasez de puntos con a los andalusíes moverse por terreno ene- la relevancia política suficiente como para migo con facilidad, pues recorrieron duran- ser atacados en estas campañas y mencio- te unos meses prácticamente toda la cuen- nados en las crónicas. El objetivo de estas ca del Duero septentrional de este a oeste. acciones militares no era la toma de casti- De hecho, tras eludir el enfrentamiento en llos, pues en ese caso carecería de sentido León y encontrarse con las casas de Su- el abandono de fortificaciones a merced del blancio vacías, al-Mundir decidió regresar enemigo y la retirada de este apenas se lle- al sur por una vía distinta a la que habría ga a uno de estos lugares. Es probable que la ocupación de un lugar central, de una isla 38.– «Castrum quoque Sigerici ob aduentu Sarracenorum Munnio filius Nunni heremum dimisit, quia non erat aduc 40.– «non tantum ad Legionem non uenit, sed et uiam strenue munitus», Albeldense, c. XV, p. 13. preteriti anni nullatenus arripuit nec Estoram flubium 39.– «Dehinc castellum Sigerici munitum inuenit», Albel- non transcendit, sed per castrum Coianca ad Ceiam iterum dense, c. XV, p. 13. reuersi sunt», Albeldense, c. XV, p. 13.

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de autoridad, tuviera sentido si esta pro- nas muestran la importancia que los casti- ducía la obtención de botín y representa- llos tenían a inicios de esta centuria como ba una victoria simbólica, que debilitara la objetivos de campañas. Tal es el caso del autoridad astur sobre unos espacios en los castillo de Quintialubel, sin localizar, que que apenas estaba cristalizando y reforzara saquearon las tropas astures a la vuelta de la imagen del emirato [41]. una de sus campañas en el sur [44]. Sin embar- Estas interpretaciones encajan con una go, debemos avanzar algo más en el tiempo visión de la guerra en la Cuenca del Duero para encontrar una de las acciones militares que va más allá de la disputa por el terri- que mejor ilustran el interés de los poderes torio. El emirato de Córdoba no mostró el del norte por conquistar las fortificaciones mismo interés por controlar la región que se andalusíes de la Cuenca del Duero, situa- advierte en las políticas astures, pero sí se dos sobre todo en la Frontera Media [45]. Se sirvió de ella como objetivo de unas campa- trata del asedio al castillo califal de Gormaz ñas destinadas a fortalecer su posición en la (Soria) en 974, que los textos árabes descri- geopolítica peninsular y a un reconocimien- ben como una acción combinada del conde to de su superioridad. Estas acciones milita- de Castilla, el conde de Monzón y el rey de res deben definirse con términos como razia Pamplona, todos reconociendo la autoridad o algazúa, aceifa si hablamos de las estiva- superior del rey de León, Ramiro III, quien les, que las enmarca dentro de un tipo de con solo trece años estaba bajo la tutela de guerra caracterizada por el ataque rápido a su tía Elvira [46]. El evento se saldó con la de- los puntos centrales de poder y la búsqueda rrota de las tropas cristianas, pero sirve de de botín, en una combinación de objetivos ejemplo para ver un cambio de tendencia económicos, militares y diplomáticos [42]. en el significado militar que tendrán los Los castillos se integraban en este sistema castillos presentes en las acciones bélicas como centros de poder relevantes —aunque de las crónicas a partir de ese punto. a menor nivel que las ciudades— dispersos Mientras tanto, el poder cordobés tam- en el territorio más que como nodos en una poco había cesado en sus cabalgadas hacia red planificada de defensa fronteriza. el norte, una vez pacificada la situación in- El poder emiral no pudo o no supo con- terna con el alumbramiento del califato. Un tener la expansión cristiana, que desde ini- ejemplo de estas acciones es la narración cios del siglo X bascularía definitivamente de las campañas contra la Beira Interior hacia el sur en una evidente declaración de portuguesa, transmitida por Ibn Hayyan, intenciones simbolizada en el aumento del que además nos sirve para comprobar la peso de centros políticos como Zamora o ampliación territorial que había vivido el León [43]. Algunas acciones militares cristia- Reino de León. El ataque a las fortalezas de

41.– Esta lectura de que las campañas omeyas no tuvie- ran como objetivo el control territorial de la Meseta norte, eventos que sabemos que ocurrieron en cronologías sino golpear los núcleos que jalonan la expansión cristiana, distintas. puede verse en J. Escalona Monge, Sociedad y territorio, p. 77. 44.– J. Pérez de Urbel, Sampiro, p. 14. 42.– F. García Fitz, Ejércitos y actividades guerreras, pp. 46- 45.– Esta franja se extendía desde la zona del Alto Ebro 47 y A. Isla Frez, Ejército, sociedad y política, pp. 135-140. hasta la vertiente meridional del Sistema Central, Eduar- 43.– La narración que Sampiro hizo, a inicios del siglo XI, do Manzano Moreno, La corte del califa. Cuatro años en la de la repoblación de Zamora, Simancas, Dueñas y Tierra de Córdoba de los omeyas, Barcelona, Crítica, 2019, p. 207. Campos (J. Pérez de Urbel, Sampiro, p. 14) es representativa 46.– Al-Muqtabis VII, pp. 257-258. Todo el desarrollo de de esta expansión territorial, aunque debe manejarse con esta acción bélica ha sido magistralmente tratado en E. cuidado porque la crónica sitúa en un mismo momento Manzano Moreno, La corte del califa, pp. 226-229.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 37-54 47 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

Trancoso y Ortigueira se saldó con la des- al-Andalus cuando, tras atacar Astorga, se trucción de una de ellas, si bien no se es- anota que Almanzor regresó con botín y pecifica cuál [47]. La descripción del evento cautivos después de conquistar muchos muestra, a lo sumo, una ocupación preca- castillos [51]. El pasaje se asemeja a la expo- ria, que posiblemente se limitó al saqueo, la sición que, antes de narrar el renombrado quema del lugar y su abandono. ataque a Santiago de Compostela de 997, La fortaleza de Trancoso sería atacada de hace la crónica de Sampiro, donde subraya nuevo en época de Almanzor [48], momento, la capacidad destructiva de estas acciones por otro lado, en el que se documentan las militares contra ciudades, castillos, monas- más numerosas acciones militares andalu- terios, iglesias y palacios [52]. Más allá de las síes contra castillos en la Cuenca del Due- fuentes historiográficas, la exposición pre- ro. Aunque el número exacto de campañas via al acto jurídico en un diploma de 1023 del «todopoderoso chambelán» [49] sigue del monasterio de Santiago de León sirve siendo un tema sin resolver, no cabe duda como reflejo de la misma evidencia, pues de que este fue particularmente elevado, en unos términos casi apocalípticos narra especialmente en las últimas dos décadas la indefensión de castillos, aldeas y ciuda- del siglo X. Dejando de lado las numerosas des ante las embestidas de Almanzor [53]. La acciones militares que Almanzor dirigió movilización de unos recursos bélicos ini- contra otros espacios cristianos peninsula- gualables en ese momento provocó el reco- res y el norte de África, los objetivos de sus nocimiento de la hegemonía andalusí por campañas fueron, generalmente, lugares parte de los distintos reinos cristianos [54]. centrales del Reino de León y espacios de Hubo castillos en la Cuenca del Due- poder emergente. Entre sus ataques a cen- ro que sirvieron, durante los siglos IX y X, tros importantes como Zamora, Astorga, como centros importantes que capitaliza- Cuéllar, Salamanca, Simancas o Sepúlveda, ron la integración territorial de la región algunos citados como ciudades; se mencio- en los marcos de poder de los espacios cris- nan castillos que parecen tener un carác- tianos del norte, pero no con el objetivo de ter secundario, como Baños de Ledesma o establecer una defensa fronteriza eficaz Toro [50]. Estos dos niveles de asentamiento ante al-Ándalus. Los poderes cordobeses se observan claramente en la trigésimo pri- dirigieron algunas de sus campañas a de- mera campaña que nos narra el Dikr Bilad bilitar estos puntos fuertes y a apropiarse de un botín que, dado su carácter de cen-

47.– Al-Muqtabis V, pp. 257-258. Hemos tenido la ocasión tros eminentes —aunque sin una edilicia de desarrollar un análisis más amplio de estas campañas especialmente monumental—, podía estar y de su contexto en Daniel Justo Sánchez, «Poder, territorio concentrado en estos lugares [55]. La Histo- e identidades en la expansión del Reino de León sobre el valle del Duero. Los castillos del interfluvio Távora-Côa en el siglo X», en Noelia Hernández Gutiérrez, Javier Larrazabal 51.– Dikr, p. 232. Galarza, y Rodrigo Portero Hernández (eds.), Arqueología en 52.– J. Pérez de Urbel, Sampiro, p. 30. el valle del Duero. Del Paleolítico a la Edad Media, Valladolid, 53.– «non ciuem, non uicus, non kastellis, eis non remansit Glyphos Publicaciones, 2018, pp. 537-552, pp. 547-548. ad eius deuastatione», José Manuel Ruiz Asencio, Colección 48.– Dikr, p. 231. documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230). III 49.– Tomando una de las formas con las que se le deno- (986-1031). León, Centro de Estudios e investigación «San mina en Ana Echevarría Arsuaga, Almanzor, un califa en la Isidoro», 1987 (En adelante CDCL3), doc. 803. sombra, Madrid, Sílex, 2011, obra fundamental para cono- 54.– A. Echevarría Arsuaga, Almanzor, p. 153. cer al personaje y su contexto. 55.– Así se puede extraer de las menciones a castillos 50.– Dikr, pp. 230-231. como espacios de concentración de tributos, pero es es-

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ria de al-Ándalus de al-Kardabus atribuye alternativos al trono en momentos de de- a Almanzor unos dramáticos lamentos por bilidad del monarca reinante o coyunturas no haber devastado los espacios cristianos particularmente difíciles [57]. Se trataba de y haberse dedicado a ocupar y guarnecer unas tensiones inherentes de un sistema en fortalezas. A pesar de que no deben exa- el que el dominio regio era desigualmente gerarse su utilidad para exponer una reali- reconocido en las distintas regiones, donde dad histórica concreta, ilustran la toma de existían grupos aristocráticos con alta auto- fortalezas del general andalusí como una nomía y estrategias políticas propias, lo que estrategia distinta a la que habían seguido provocaba que contribuyeran de manera di- los poderes cordobeses hasta la fecha [56]. El versa a las dinámicas políticas [58]. Algunos descenso hacia el sur de la frontera con al- de estos episodios, valga por caso los que Ándalus posterior a la desintegración del se desarrollaron en época de Alfonso III, no califato y, especialmente, tras la caída de mencionan la participación de ningún cas- Toledo en manos cristianas en el año 1085, tillo [59]. Además, en ocasiones la aparición provocó que la actividad documentada de de estos sitios es posterior a la resolución los castillos de la Cuenca del Duero desapa- del conflicto o parte del final de este [60]. Por reciera de este tipo de conflicto. Sin embar- último, como sucediera con el apartado an- go, este no había sido el único papel militar terior, los castillos que aparecen en estos que habían jugado los castillos hasta ese momentos son tan solo una pequeña mues- momento, ni se corresponde con el conjun- tra del total. Esta presentación sirve para to del periodo estudiado. ilustrar con ejemplos una de las coyunturas en las que podían verse inmersos, pero no Insurrecciones, incursiones y centros se pretende generalizar a la totalidad de los de poder: los castillos de la Cuenca del asentamientos fortificados de la Cuenca. Duero en las luchas de poder de los El empleo de un castillo como punto reinos cristianos fuerte desde el que levantarse contra un monarca se puede observar en la actuación Debido a su inseparable naturaleza de de Gonzalo Vermúdez, quien se alzó contra centros de poder e identidad militar, los castillos de la Cuenca del Duero se vieron 57.– Paul J. Fouracre, «The incidence of rebellion in inmersos en numerosas luchas intestinas the early medieval West», en Kate Cooper y Conrad por conseguir mayores cuotas de poder, Leyser (eds.), Making early medieval societies, Cambridge, Cambridge University Press, 2016, pp. 104-124; Una visión que, en ocasiones, llegaron a la acción ar- general para el Reino de León puede verse en Mariel mada. Las rebeliones de la Alta Edad Me- Pérez, «Rebelles, infideles, traditores. Insumisión política y dia fueron una vía que los actores políticos poder aristocrático en el Reino de León», Historia. Institu- siguieron para mejorar sus condiciones ciones. Documentos, 38 (2011), pp. 361-382. particulares en los repartos de poder, con 58.– Álvaro Carvajal Castro, «The monarchy and the elites in early medieval León (ninth-eleventh centuries)», Journal frecuencia mediante su apoyo a candidatos of Medieval Iberian Studies, 7, 2 (2015), pp. 232-248. 59.– Amancio Isla Frez, «Nombres de reyes y sucesión al pecialmente ilustrativa la referencia, en 998, a una serie trono (siglos VIII – X)», Studia Historica. Historia Medieval, de bienes regios custodiados en el castillo de Luna (Los 11 (1993), pp. 9-33, p. 18. Barrios de Luna, León), CDCL3, doc. 581. 60.– Por ejemplo, en el episodio del levantamiento con- 56.– Ibn Al-Kardabus, Felipe Maíllo Salgado (trad. y ed.), tra Ramiro II de Fernán González y Diego Muñoz en 943, Historia de Al-Andalus. Madrid, Akal, 2008, pp. 85-87. Sobre cuando este último fue encerrado por orden regia en el esta estrategia de Almanzor véase A. Echevarría Arsuaga, castillo de Gordón (Los Barrios de Gordón, León), J. Pérez Almanzor, p. 159. de Urbel, Sampiro, p. 23.

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[Imagen 4] Vista general del crestón rocoso donde se hallan los escasos restos conservados del castillo de Luna, atravesado en la actualidad por la presa del embalse de Los Barrios de Luna (Fuente: fotografía del autor). Vermudo II desde el castillo de Luna [Ima- castillo no se incluyó entre las posesiones gen 4] [61]. Son útiles para ilustrar este epi- del magnate que fueron confiscadas, lo que sodio dos documentos que se elaboraron significa que la propiedad de este por parte con motivo de las donaciones efectuadas del monarca no constituía una realidad que por Vermudo II y su esposa, Elvira, y lue- se hubiera puesto en duda. go por esta sola una vez viuda, de los bie- La actuación del delegado de la cate- nes confiscados al rebelde [62]. La expresión dral de León en el castillo de San Salvador «reuellauit cum nostro castello que uoga- de Curueño (Santa Colomba de Curueño, tur Luna», extraíble de ambos documentos, León) a inicios del siglo XI presenta una manifiesta el juego de autoridades en torno situación similar. Este había apoyado en al castillo. Su propiedad aparece reafirma- una rebelión a García Gómez, lo que llevó da por parte del monarca, sin embargo, la al rey a confiscarle el castillo, según infor- autoridad delegada en el momento del le- ma la exposición de un original del archivo vantamiento está en manos del magnate. El catedralicio leonés datado en el año 1012. Precisamente, este documento nos sitúa en 61.– Sobre la coyuntura concreta de este episodio y de otras dificultades del reinado de Vermudo II véase José Ma- el momento de la devolución del castillo a nuel Ruiz Asencio, «Rebeliones leonesas contra Vermudo la catedral de León, tal y como había sido II», Archivos Leoneses: revista de estudios y documentación entregado con motivo de la coronación de de los reinos hispano-occidentales, 45-46 (1969), pp. 215- Alfonso V [63]. Es posible que en el desarrollo 241. 62.– CDCL3, doc. 581 y Manuel Lucas Álvarez, Tumbo A de la Catedral de Santiago, Santiago, Cabildo de la Catedral y 63.– CDCL3, doc. 707. La entrega del castillo en 999 se Seminario de Estudios Gallegos, 1998, doc. 90. documenta en CDCL3, doc. 588.

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de la revuelta el rey se viera en la tesitura nicas Anónimas de Sahagún nos aportan de tomar San Salvador por la fuerza, pero información sobre la participación castral no poseemos una prueba clara de aque- en distintas escalas de conflicto. llo. De hecho, si observamos la naturaleza La más amplia de estas escalas es la de del dominio ejercido por la sede leonesa los enfrentamientos directos entre Alfonso sobre San Salvador de Curueño como una I y sus rivales políticos del reino de Castilla delegación regia, la confiscación se habría y León. Una mención genérica a la partici- efectuado de manera legítima. El monarca pación de los castillos en estos momentos tenía la capacidad de retirar ese dominio podemos obtenerla de la apelación a que en situaciones de rechazo a su autoridad, Alfonso I abandone tierras leonesas sin siempre y cuando pudiera llevar la acción buscar refugio en castillo o fortaleza al- a la práctica. La devolución del dominio so- gunos, que la primera crónica de Sahagún bre el castillo jugaría, entonces, un papel de atribuye a los nobles de Astorga en el año restauración del statu quo, pues suponía la 1110 [66]. Se trata de un reflejo de la cosmo- aceptación por parte del receptor de la au- visión social, que atribuía a los castillos un toridad regia. valor de refugio. Pero, al mismo tiempo, el Los relatos sobre luchas de poder en el fragmento permite apuntar un valor militar interior de los reinos cristianos aumentan añadido a los castillos como base de opera- en su nivel de detalle, al menos en lo refe- ciones en tiempo de guerra, como puntos rente a los castillos, si abordamos el estudio fuertes en territorio en disputa. Su control, de las crónicas del siglo XII. En este tiempo si se mantenía en el tiempo, posicionaba vemos cómo las fortificaciones se vuelven, a su controlador en una mejor condición más que nunca antes, «polos de atracción para las negociaciones de los repartos de de guerra» [64]. Un contexto específico en el poder [67]. Un ejemplo concreto es el del que esto se vuelve evidente es en los rela- castillo de Cea (León) entre 1112 y 1113, tos sobre las tensiones entre Urraca I y des- cuando la reina Urraca, aliada con el abad pués su hijo, Alfonso VII, con Alfonso I de de Sahagún, expulsó a los partidarios del Aragón [65]. En este contexto, fuentes como rey aragonés que se habían hecho fuertes la Chronica Adefonsi Imperatoris o las Cró- allí [68]. En este fragmento se menciona la fi- delidad que los cercados en Cea procesaban

64.– En la afortunada expresión utilizada en Ermelindo hacia el rey de Aragón, pero este no llegó Portela Silva y María del Carmen Pallares Méndez, «De la a intervenir, lo que nos lleva a pensar en función de los castillos en el tiempo y los espacios de la complejidad de las relaciones políticas Diego Gelmírez», en Pablo de la Cruz Díaz Martínez, Iñaki integradas en el conflicto y en la variedad Martín Viso y Fernando Luis Corral (eds.), El historiador y la sociedad: homenaje al profesor José M.a Mínguez, de actores políticos implicados. De hecho, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2013, 189-204, un posiblemente sea adecuado combinar esta estudio monográfico en torno a la función de los castillos a partir de la Historia Compostelana. 66.– CAS, p. 24. 65.– Sobre el conjunto de los reinados de Urraca I y Alfon- so VII véanse María del Carmen Pallares Méndez y Erme- 67.– La Chronica Adefonsi Imperatoris aporta una referen- lindo Portela Silva, La reina Urraca, San Sebastián, Nerea, cia, datada en 1127, que ilustra muy bien esta intención de 2006 y Manuel Recuero Astray, Alfonso VII: (1126-1157), control por parte de Alfonso I de Aragón, cuando este pre- Burgos, La Olmeda, 2003. Las complejas relaciones polí- tendió fortificar diversos castillos de las zonas castellana ticas del momento son tratadas en la reciente obra Sonia y riojana, CAI, 1, 9 y CAI, II, 19. Vital Fernández, Alfonso VII de León y Castilla (1126-1157). 68.– CAS, p. 34-35, nótese en el fragmento la ambigua con- Las relaciones de poder en el centro de la acción política y ducta de los burgueses de Sahagún, seguramente influida social del «Imperator Hispaniae», Gijón, Trea, 2019. por la ideología contraria a ellos perceptible en la crónica.

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mención cronística de Cea con la referencia castillos y ciudades, marchándose privados indirecta que obtenemos de un diploma del de señorío y honor [71]. El fragmento, a pesar monasterio de Sahagún, en cuya data del de que utiliza la fórmula común aplicada en 22 de enero de 1113 se menciona a Sancho esta crónica a los actos de levantamiento Juanes «reuelato in Ceia» [69]. La visión es- contra el monarca, nos sirve para apreciar pecífica de las situaciones locales nos per- cómo el control de los castillos, aunque fue- mite ver el conflicto que gira en torno a la ra delegado, tenía rasgo de reconocimiento posesión de castillos como puntos fuertes político y su pérdida impactaba en la posi- en distintas escalas y, con ello, entender la ción ocupada por un determinado individuo complejidad de las relaciones políticas del en las relaciones de poder. A continuación, momento, en las que intervienen actores la crónica describe la reacción del hermano muy diversos, no solo los reyes y las reinas. de Pedro González de Lara, Rodrigo, quien En estos contextos de fuerte inestabi- se levantó contra Alfonso VII y provocó una lidad política los cambios de fidelidades y campaña en la que el rey tuvo que tomar di- la complejidad en las relaciones políticas versos castillos fortificados [72]. El conflicto se perciben con claridad. Obtenemos un se solventó con la entrega de los castillos ejemplo de esta situación en el desarrollo y honores de Rodrigo González de Lara al del intento que el seguidor del rey arago- rey, pero, a diferencia de lo sucedido con su nés Giraldo —llamado Diablo por la Cróni- hermano, la petición de misericordia regia ca de Sahagún— hizo por tomar el castillo le permitió reintegrarse en los repartos de de Cea, una vez recuperado por la reina poder de la monarquía. Urraca. El aragonés fue capturado junto a Un nuevo episodio de conflicto armado otro traidor, anónimo, del que se dice que lo tenemos, también en 1130, en la insu- unos días antes había recibido un castillo rrección de Pedro Díaz en Valle de Mansilla por parte de la reina y nombrado alcaide. La (León) y de Jimeno Íñiguez en Coyanza [73]. reina, que recluyó un tiempo en prisión a La narración de ambos episodios se hace de Giraldo, mandó cegar al traidor [70]. Más allá forma paralela, pero con mayor detalle en de la nueva acción bélica registrada en Cea, el caso de la primera fortificación, a la que nos interesa ver el papel que juegan los cas- el rey Alfonso VII envió al conde Rodrigo tillos en las relaciones políticas de la reina Martínez y a su hermano Osorio. Ambos y otros individuos poderosos, que poste- riormente podrían actuar en contra de los 71.– CAI, I, 22. Sobre la correspondencia del lugar de intereses del poder regio. la captura con Palenzuela en vez de Palencia, el sitio tradicionalmente admitido en la historiografía, véa- Si avanzamos a los primeros años del rei- se Julio Escalona Monge, «Misericordia regia, es decir, nado de Alfonso VII, esta situación se apre- negociemos: Alfonso VII y los Lara en la ‹Chronica cia con mayor precisión. En 1130, la captura Adefonsi imperatoris›», en María Isabel Alfonso Antón, de los condes Pedro González de Lara y Bel- Julio Escalona Monge, y Georges Martin (eds.), Lucha política: condena y legitimación en la España medieval, Lyon, trán de Risnel, su yerno, en Palenzuela, se Ens Editions, 2004, 101-152 p. 110. Además, este trabajo saldó con la entrega por parte de estos de sus aporta un análisis pormenorizado de las relaciones políticas entre el monarca y los distintos individuos 69.– José A. Fernández Florez, Colección diplomática del Mo- levantiscos de la aristocracia, especialmente los Lara, en nasterio de Sahagún (857-1300). T. IV (1109-1199), León, Cen- la crónica de tiempos del emperador castellanoleonés. tro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1991, doc. 1187. 72.– CAI, I, 22-23. 70.– CAS, p. 63. El relato cronístico agrava las acciones 73.– CAI, I, 19-21 y CAI, II, 19. En este segundo fragmento de este traidor atribuyéndole actos vejatorios contra una se alude a las relaciones que Pedro e Íñigo mantuvieron iglesia, cuya puerta había pateado. con Alfonso I de Aragón.

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prepararon un asalto a la fortaleza em- el lugar y dejar aisladas a las tropas que se pleando maquinaria de asedio y guantele- encontraban en su interior. Oriol García, el tes que se saldó con el derribo de las mura- partidario de Alfonso I de Aragón que se en- llas del perímetro, provocando la sumisión contraba al mando de la defensa de Castro- de Pedro Díaz a la misericordia regia [74]. La jeriz, entregó la fortaleza tras seis meses de crueldad con la que la crónica describe el asedio, junto a Castrillo y Herrera de Valde- trato dispensado por Rodrigo Martínez ha- cañas, lo que muestra el papel de Castroje- cia los vencidos, de la que Pedro Díaz con- riz como castillo principal en un territorio siguió escapar al rendirse directamente al al que se ligaban otros puntos fuertes. Se rey [75], es el motivo al que alude el relato trata del pasaje que, en la Chronica Adefonsi historiográfico para explicar la inmediata Imperatoris, introduce el final de la guerra entrega de Coyanza por parte del levantis- entre Alfonso I «el Batallador» y Alfonso co Jimeno Íñiguez. Puede que se trate de un VII, con el que daba comienzo, en palabras recurso empleado por el cronista para en- del cronista, un periodo de prosperidad que salzar la justicia del rey por encima de la no había conocido el reino desde la muerte acción privada de los magnates, pero sirve de su abuelo. para conocer las distintas alternativas con En definitiva, el registro escrito del siglo las que se contaba para hallar salida a estos XII dejó constancia del protagonismo de los episodios de conflicto. castillos en las disputas entre los distintos Como hemos visto, la situación de los reinos cristianos que intentaron controlar castillos como centros de poder impor- el territorio de la Cuenca del Duero y de tantes en las relaciones políticas convivía cómo estas disputas de mayor escala daban con la existencia de conflictos armados que cabida a conflictos que deben entenderse afectaban directamente a los espacios for- en una escala más reducida, pero conectada tificados, en operaciones que aumentaron con el conjunto. La muerte de Alfonso VII y en complejidad técnica y que se describen la nueva división de los reinos de Castilla con mayor detalle que en tiempos anterio- y León dará origen, de nuevo, a un escena- res. Un ejemplo es lo sucedido en el casti- rio de disputas y conflictos por el territo- llo de Castrojeriz asediado por Alfonso VII rio, en el que los castillos jugarán un papel en 1131 [76]. Como si del sitio de Alesia por fundamental, manifestado claramente en Julio César se tratara, el rey empleó una los tratados de paz y acuerdos fronterizos fortificación construida ad hoc para cercar de Fresno-Lavandera (1183) o Tordehumos (1191) [77]. Su papel como moneda de cambio 74.– F. García Fitz, Ejércitos y actividades guerreras atribu- ye a mediados del siglo XII el momento en el que la re- entre los poderosos y como instrumento lación entre fortificación y tecnología de asedio y asalto, para asentar el dominio sobre el territorio tradicionalmente inclinada hacia la defensa, comienza a se combinan con su utilidad militar para decantarse en favor de las segundas. convertirse en escenarios primordiales de 75.– Podríamos hacer alusión, aunque a modo de conjetu- la política. ra, a una posible rivalidad entre Rodrigo Martínez y Pedro Díaz. Esto integraría en estos conflictos una escala menor a la de los nobles que apoyaban la opción de Alfonso I de 77.– J. A. Gutiérrez González, Fortificaciones y feudalismo Aragón frente a Alfonso VII frente a los que apoyaban la interpretó las disputas fronterizas entre los reinos de Cas- posición del recién ascendido al trono castellanoleonés. tilla y León en el siglo XII como uno de los contextos fun- Sobre Rodrigo y Osorio Martínez véanse Simon Barton, The damentales en los que cabe entender la fortificación de aristocracy in Twelfth-century León and Castile, Cambridge, numerosos castillos, especialmente de las zonas centrales Cambridge University Press, 1997, pp. 271-272 y 294-295. de la Cuenca del Duero y del área central de la Cordillera 76.– CAI, I, 24-26. Cantábrica.

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Conclusiones cialmente en los espacios en disputa entre diferentes estructuras políticas superiores. Los numerosos castillos que pueden do- La evolución de las fuentes a lo largo del cumentarse a partir del registro escrito en la periodo, más cargada de detalles en la des- Cuenca del Duero son difícilmente clasifi- cripción de los conflictos políticos confor- cables dentro de una única tipología, ya sea me se llega al siglo XII, permiten ver una esta morfológica, funcional o de los proce- evolución en el rol que jugaron los castillos sos históricos que llevaron a su creación y en el interior de las formas de hacer la gue- explican su actividad. Algunos de estos es- rra, posiblemente relacionada con una evo- pacios fortificados tuvieron protagonismo lución en la propia concepción del castillo. en las acciones armadas que atravesaron Sin embargo, tal y como apuntamos en tan amplia región durante los tiempos de los inicios de este trabajo, las conclusiones mayor capacidad bélica de al-Ándalus, en de un abordaje al estudio de los castillos los que el ataque y saqueo de lugares cen- desde el punto de vista militar tan solo trales de la región servía al doble objetivo pueden parciales. La comprensión de las de debilitar el creciente poder de los reinos funciones que los castillos tuvieron para cristianos al sur de la Cordillera Cantábrica los distintos grupos humanos de la Cuenca y como expedición propagandística a ojos del Duero no puede obtenerse únicamente cordobeses. El devenir histórico del califato a partir de analizar su rol militar, ni siquie- y la formalización política de los espacios ra en conflictos específicos. La cantidad de de la Meseta del Duero, plenamente inte- lugares representada en coyunturas arma- grados en las estructuras de los reinos de das es pequeña y tan solo forma parte de Castilla y León, junto al traslado al sur del todo un conjunto de menciones, directas e Sistema Central de los espacios de fricción indirectas, a la labor de distintos castillos entre musulmanes y cristianos, provocó un como núcleos articuladores del territorio a cambio notable en las noticias de las que distintas escalas, centros a los que se diri- disponemos para los castillos de la región. ge la fiscalidad y desde los cuales se ejerce El relato de los conflictos que se desarro- justicia y puntos de referencia en el paisa- llarán en la Cuenca del Duero durante los je. La historia de todos y cada uno de los siglos XI y, sobre todo, XII, muestra una di- castillos de la Cuenca del Duero no puede ferencia importante en la cosmovisión que explicarse para los siglos medievales de se tenía del castillo. Estos lugares habían manera simple, a partir de grandes narrati- dejado de ser espacios de poblamiento que, vas y discursos historiográficos que los in- a modo de lugares centrales, servían como tegren como elementos de un sistema de- hitos de un poder escasamente formaliza- fensivo de gran escala. Esas explicaciones, do; para convertirse en protagonistas ma- más cercanas a estrategias geopolíticas de teriales de un sistema en el que un grupo fortificación modernas y contemporáneas, social dominante se identificaba con el rol no se corresponden con una heterogenei- militar. Por ello, el ejercicio del poder sobre dad de funciones, de poderes y de moti- un castillo suponía un reconocimiento ma- vaciones en su creación, transformación y yor en las relaciones políticas y, al mismo abandono, que parece ser la norma domi- tiempo, un control territorial vital, espe- nante en este caso.

54 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 37-54 La Reconquista: construcción de un mito identitario. Usos políticos y discursivos de un concepto anacrónico

The Reconquista: the creation of an identity myth. Political and discursive uses of an anachronistic concept

Andrea María Ordóñez Cuevas Doctoranda de la Universidad Autónoma de Madrid

Resumen

En el siglo XIX se crea el concepto de Reconquista que se integra en la mentalidad española. Durante las décadas siguientes se significa progresivamente con un conte- nido político muy claro que permitía al nacionalismo centralizador y católico oponer la idea de una España unitaria y predestinada desde sus orígenes frente a las tentativas periféricas y los programas políticos federales. En los últimos años el panorama político español ha recuperado gran parte de este discurso político para legitimar una nueva ola de nacionalismo conservador. Sin embargo, la historiografía ha debatido y cuestionado reiteradamente este concepto puesto que no se corresponde con la mentalidad medieval ni aparece reflejado en las fuentes.

Palabras clave: Reconquista, Edad Media, historiografía, nacionalismo, restauratio.

Abstract

The notion of Reconquista began to enter the Spanish mentality in the 19th century. In the fo- llowing decades, its growing political content allowed Spanish Catholic nationalism to counterpose the idea of a Spain predestined from its origins to be unitary to peripheral attempts and federalism. In recent years the Spanish political scene has recovered much of this political discourse to legi- timize a new wave of conservative nationalism. However, historiography has repeatedly debated and questioned the concept since it does not exist in medieval mentality nor is it reflected in the sources.

Keywords: Reconquista, Middle Ages, historiography, nationalism, restauratio

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 55-72 55 Dossier: Debates y mitos políticos y sociales de la Historia Medieval: el pasado presente

Introducción tionado en el ámbito historiográfico [4], el concepto de Reconquista, aparece íntima- Decía Julio Caro Baroja que «la mentira, mente ligado a la historia peninsular, como poética y retóricamente hablando, resul- si de un dogma se tratase. Desde el currícu- ta más justa que la verdad escueta y que, lum escolar hasta la prensa contemporánea de acuerdo con lo indicado antes, inclu- se continúa haciendo referencia implícita so parece más verosímil que la verdad, ya o explícita a un concepto que tradicional- que mediante ella, los actos se redondean, mente se ha entendido como el proceso los dichos se perfeccionan, las personas de expansión de la «España» cristiana en importantes salen más airosas o mejor detrimento del mundo musulmán [5]. Poco caracterizadas» [1]. El pasado ha sido, es y o nada ha preocupado a los grandes pro- será una fuente de legitimación para mo- motores de este término, entre los que se delos políticos e ideológicos de toda índole. encuentran algunos representantes de los Más allá de la veracidad del conocimiento grupos políticos más reaccionarios, que las histórico, de sus obvias limitaciones y de la fuentes medievales no hagan referencia al- incapacidad del ser humano para acceder a guna a esa «reconquista», sino que, al inten- esa «verdad», es el relato y sus protagonis- tar definir el proceso de expansión frente tas quiénes —gracias a las instituciones y al mundo islámico lo más habitual sea en- debido a sus intereses— perduran en la me- contrar los términos restauratio o salvatio, moria colectiva construyendo una imagen cuya connotación está más cerca del provi- del pasado que, imaginada [2], otorga cierta dencialismo que de la planificación militar satisfacción a aquellos sectores que han y desde luego muy alejadas de una suerte elaborado y difundido el relato. de identidad nacional o patriótica. Discursos que en ocasiones han alcan- La mayor parte de los medievalistas con- zado tanto éxito que se han transmitido al cuerda en afirmar que este enfrenamiento conjunto social favoreciendo la creación de entre cristianos y musulmanes tuvo mucho una identidad colectiva que descansa, entre más de oportunismo que de estrategia. En otras cosas, sobre la creencia de que ese pa- aquellas ocasiones en las que el propósito sado «común» es lo que define y garantiza del enfrentamiento se articuló siguiendo el la existencia de la nación en sí misma. La argumentario religioso lo hizo en términos Reconquista es uno de esos relatos exitosos de guerra santa, de cruzada o de restaura- que por su actualidad y reiteración se man- tio [6]. El avance cristiano respondió funda- tiene como debate vivo tanto en el mundo 4.– Un resumen extenso y documentado sobre el debate [3] académico como en el discurso político . historiográfico existente, sus defensores y los distintos A pesar de haber sido duramente cues- puntos de vista se puede encontrar en la obra de Francisco García Fitz, La Reconquista, Granada, Editorial Universidad 1.– Julio Caro Baroja, El mito del carácter nacional. Medita- de Granada, 2010. ciones a contrapelo. Madrid, Seminarios y Ediciones, (1970 5.– Ibid. p.11. (1ª ed. 1968), p. 47. 6.– En relación con el desarrollo de la guerra santa en 2.– La idea de que los estados nación son construcciones la península ibérica destacan notablemente los trabajos imaginarias al servicio de los poderes nacionales la del grupo de investigación dirigido por Carlos de Ayala desarrolla Benedict Anderson, Comunidades imaginadas, Martínez que han publicado varias obras colaborativas al Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2006. respecto en los últimos años, entre las que cabe destacar 3.– Alejandro García Sanjuan, «La persistencia del discurso una de las más recientes, Carlos de Ayala Martínez, nacionalcatólico sobre el medievo peninsular en la Santiago Palacios Ontalva, Patrick Henriet (dirs.), Orígenes historiografía española actual», Historiografías: revista de y desarrollo de la guerra santa en la península ibérica, historia y teoría, 12, (2016), pp.132-153. Madrid, Casa de Velázquez, 2016.

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La rendición de Granada, de Francisco Pradilla y Ortiz, 1882 (Fuente: Senado de España).

mentalmente a las necesidades —y opor- radigmático que a través de la propaganda tunidades— que coyunturalmente fueron política se significa como acto fundacional apareciendo en los márgenes de expansión del reino. Esta clase de mitos aparecen con entre los diversos espacios. Así, en época gran asiduidad en la Edad Media y podemos de debilidad islámica, especialmente tras la rastrearlos en la mayor parte de la Europa descomposición del califato y la pérdida de occidental, baste pensar en ejemplos como poder por parte de almohades y almorávi- el rey Arturo, Brian Boru o los taumatúrgi- des, los reinos cristianos peninsulares fue- cos reyes de Francia. ron capaces de ampliar significativamente En las siguientes páginas trataremos de su territorio, mientras que en momentos de presentar brevemente los motivos por los fortaleza islámica las fronteras retrocedie- cuáles el concepto de Reconquista ha resul- ron significativamente en favor del bando tado tan útil en el paradigma político del musulmán. siglo XX, cuáles son sus fundamentos y ba- La justificación teórica y discursiva de ses y cómo se han utilizado para favorecer estos enfrentamientos beberá de la tradi- el discurso político de lo que se ha venido ción providencialista para poder legitimar a denominar «nacional-catolicismo [8]». Una su expansionismo, convirtiendo el con- flicto en un castigo divino. Permitiendo la analizado por Claude Lévi-Strauss, «Le temps du mythe», creación de lo que se ha venido a denomi- Annales, E.S.C. 26, (1971), concretamente en las pp. 534-535. nar entre los investigadores un «mito de los 8.– En relación con el nacional-catolicismo y su orígenes [7]», un acontecimiento o hecho pa- desarrollo en la España del siglo XX se puede consultar la obra de Jordi Muñoz Mendoza, La construcción política de la identidad española: del nacional catolicismo al 7.– El concepto de mito de los orígenes viene definido y patriotismo democrático, Madrid, Centro de Investigaciones

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doctrina que se sirvió de algunos persona- bélica, política o electoral era necesaria jes y hechos emblemáticos para justificar y para defender «nuestra frontera» frente a la legitimar tanto el conflicto bélico como la alteridad [10]. Y qué mejor proceso histórico «identidad española» entre los que destaca que una lucha secular frente a un enemigo el ensalzamiento de figuras como Pelayo, el extranjero, invasor y herético para favore- Cid o los Reyes Católicos y acontecimientos cer un discurso nacional, cristiano y liberal como la batalla de Covadonga, las Navas de que se enfrenta a una profunda crisis eco- Tolosa o la toma de Granada. Por último, in- nómica y estructural y que se ve obligado a tentaremos plantear qué significado tenían reformularse teóricamente. estos elementos en su contexto y cómo la El cuestionamiento de fondo no deriva contemporaneidad ha forzado los límites tanto en la adecuación más o menos proble- del relato historiográfico, mitificando o in- mática del concepto de Reconquista como cluso falseando ciertos hechos con la inten- descriptor del periodo medieval, puesto ción de favorecer un determinado programa que, aunque anacrónico, algunos sectores ideológico que logra hacerse hegemónico a de la academia consideran adecuado para través de las instituciones, el urbanismo, la resumir y concentrar el análisis de los en- propaganda y la cultura popular. frentamientos bélicos entre cristianos y musulmanes en la península ibérica [11]. Construir identidad a través del Si no que reside sobre los usos políticos e lenguaje: el concepto de Reconquista ideológicos que han marcado el desarrollo y significación del propio término [12]. El relato hegemónico sobre el que se Tal y como demuestra Martín Ríos Salo- fundamenta el concepto de Reconquista se ma en numerosos artículos, el concepto de lo debemos al esfuerzo consciente y conti- nuado que hicieron los historiadores y polí- 10.– Eloy Benito Ruano, De la alteridad en la Historia, Madrid, Real Academia de la Historia, 1988. ticos decimonónicos cuando se plantearon 11.– Existen diversas posturas al respecto representadas la necesidad de dotar de contenido al Esta- por investigadores como Derek Lomax, Thomas Deswarte do-nación, partiendo de la construcción de o Abilio Barbero y Marcelo Vigil, cada línea interpretativa una identidad común que debía fundamen- focaliza sobre un aspecto a destacar, aunque en su tarse sobre el pasado compartido [9]. mayoría exponen ciertas reticencias a poder interpretar todo el periodo de manera uniforme. A partir de hechos significativos del pa- 12.– Sobre esta cuestión existe una amplísima bibliografía, sado y de la mitificación de figuras recono- entre la que destaca la mayor parte de la producción cibles se formaliza el discurso patriótico historiográfica de Martín Ríos Saloma, cuya tesis doctoral cuyo objetivo era favorecer los intereses La Reconquista en la historiografía hispana: revisión y de la burguesía liberal consolidados a tra- deconstrucción de un mito identitario. (Siglos XVI-XIX) era precisamente un análisis de los usos que se habían vés del control de la opinión pública. Para dado a este concepto y que desde su publicación le ha lograr la colaboración del pueblo debían permitido desarrollar una prolífica labor investigadora al configurar una mentalidad común capaz de respecto incluyendo la publicación de dos monografías y transmitir la idea de que la participación numerosos artículos (2005, 2007, 2008, 2011, 2017). Otros investigadores, especialmente entre aquellos dedicados al estudio del mundo islámico en el medievo también Sociológicas, 2012; y con una perspectiva historiográfica a han cuestionado duramente la tergiversación histórica Stanley G. Payne, El primer franquismo, 1939-1959. Los años que se ha hecho del proceso para legitimar determinados de la autarquía, Madrid, Temas de Hoy, 1999. programas políticos destaca el libro de Alejandro García 9.– Rafael Núñez Florencio, «La construcción de la Sanjuan, La conquista islámica de la península ibérica y la identidad española: símbolos, mitos y tipos», La Albolafia: tergiversación del pasado: del catastrofismo al negacionismo, Revista de Humanidades y Cultura, 5, (2005), pp. 171-190. Madrid, Marcial Pons, 2013.

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Reconquista, no aparece ligado a la histo- Partiendo de la construcción de una ria medieval hasta finales del siglo XVIII y identidad fundamentada sobre la oposición será durante la centuria siguiente cuando a una alteridad, la idea tradicional de un las Historias Nacionales otorguen la carga «nosotros» que se enfrenta a un «ellos», se ideológica y legitimista a este término. En- crea una relación de interdependencia en- tre ellas destaca la Historia de España desde tre la religión y la localización geográfica; los tiempos más remotos hasta nuestros días la nación y el catolicismo se convierten en de Modesto Lafuente publicada en 1850, en pilares básicos de la identidad patriótica. cuyo discurso preliminar el autor define la Una nación cuyo origen histórico reduce, Reconquista como un «esfuerzo gigantesco» simplifica o elimina las diferencias y disen- que permitió salvar la España cristiana de siones internas de los núcleos cristianos en la «irrupción sarracena» [13]. Aprovechando favor de una lógica estatal y centralizada. esta nueva significación del movimiento En esta lógica histórica y continuista la expansivo cristiano incorporó nuevos deta- «invasión» islámica supone un paréntesis, lles y reflexiones sobre los acontecimientos un obstáculo que debe ser superado para medievales que no aparecían en las fuentes reforzar y fortalecer la identidad nacional. anteriores como una teórica independencia La propia oposición conceptual entre astur con respecto a los pobladores previos invasión islámica y (re)conquista cristiana —romanos y godos— que permitía conver- se encuentra en el centro del eje de trans- tir a Asturias en la cuna impertérrita de la misión de la Historia Nacional. La invasión nación española [14]. entendida como una ocupación ilegítima Menéndez Pelayo refuerza esta idea en del territorio peninsular atenta contra los las décadas siguientes, resumiéndola de valores tradicionales y su legítimo gobier- manera precisa en el epílogo de su Histo- no. La Reconquista, en cambio, se presen- ria de los heterodoxos españoles en el que ta como una epopeya heroica de salvación afirmaba «Si en la Edad Media nunca de- nacional, de defensa de los valores patrió- jamos de considerarnos unos, fue por el ticos y de la cristiandad [16]. Dialécticamen- sentimiento cristiano, la sola cosa que nos te la fuerza opositora entre ambos tér- juntaba a pesar de aberraciones arciales, a minos es significativa y permite crear un pesar de nuestras luchas civiles, a pesar de discurso nacional que —remontándose a la los renegados y de los muladíes» [15]. Ligan- resistencia de Pelayo en las montañas as- do en apenas una frase la identidad espa- turianas— configura una España unitaria, ñola con el cristianismo, una identificación un destino predeterminado que termina anterior, incluso, al sentimiento patriótico de configurarse en su máximo esplendor y que se encuentra en la raíz misma del ser con el matrimonio de Isabel de Castilla y español. Fernando II de Aragón como responsables últimos de la culminación del proceso re- 13.– Modesto Lafuente, Historia general de España desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, Madrid, conquistador. Imprenta de F. P. Mellado, 1850, p. IX. La correlación entre la conquista mi- 14.– Martín Ríos Saloma, «De la Restauración a la litar y la identidad cristiana se transmitió Reconquista: la construcción de un mito nacional (Una siguiendo una lógica romántica y naciona- revisión historiográfica. Siglos XVI-XIX)», En la España medieval, 28, (2005), pp. 379-414. 16.– Eduardo Manzano Moreno, «La construcción histórica 15.– Marcelino Menéndez y Pelayo, Historia de los hetero- del pasado nacional», Juan S. Pérez Garzón, La gestión doxos españoles, Madrid, Consejo Superior de Investigacio- de la memoria: la historia de España al servicio del poder, nes Científicas, 1992 (1ª ed. 1880-1882), p. 1443. Barcelona, Crítica, 2000, pp. 34-62.

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lista hasta el siglo siguiente [17]. Amparada refuerza esta concepción nacional de un por algunos de los grandes y reconocidos proceso que considera transcendental en la académicos de la época se consolidó como conformación de la conciencia histórica de un dogma historiográfico. Colaboraron la nación. Llegando a afirmar que la Recon- activamente con esta concepción figuras quista fue «clave para la Historia de España» como Ramón Menéndez Pidal cuya labor puesto que «Ninguna nación del viejo mun- investigadora y producción historiográfica do ha llevado a cabo una aventura tan difí- nos han permitido tener acceso a un sin- cil y tan monocorde, ninguna ha realizado fín de fuentes recopiladas junto a su esposa durante tan dilatado plazo de tiempo una María Goyri. empresa tan decisiva para forjar su propia Menéndez Pidal consideraba que ni tan vida libre» [20]. siquiera la invasión y presencia islámica se- Esta formulación historiográfica sirvió cular logró borrar de la memoria hispánica como fuente de inspiración al nacional -ca- el sentimiento de pertenencia a una iden- tolicismo para construir toda una formula- tidad común que se reflejaba en la unidad ción retórica en la que se asociaban algunos nacional. De alguna manera la ocupación aspectos de este proceso con el enfrenta- había servido para fortalecer la conciencia miento bélico y algunos de sus protagonis- patriótica y aunar los esfuerzos de los rei- tas, en especial Pelayo y el Cid, con el líder nos medievales para recuperar el «suelo pa- del movimiento. trio». En sus escritos la Reconquista se fun- A pesar de las reticencias y el debate damenta sobre cuatro grandes pilares: la existente en la academia [21], la noción de conciencia patriótica, la unidad de España, Reconquista sigue presente en las institu- la participación colectiva y popular y, por ciones, el debate político, la cultura popu- último, la unión entre el proceso militar lar y los temarios escolares. Un concepto de recuperación territorial y la defensa del probadamente manipulado con una pre- cristianismo a través de un catolicismo mi- tensión nacionalista centralizadora cuyo litante que defendiera los valores patrios [18]. objetivo último era dotar de significación De una manera semejante actúa otro de política a la unidad de España. Una unidad los grandes representantes de la academia que difícilmente podía sustentarse en un española de inicios de siglo, Claudio Sán- contexto político complejo y conflictivo se chez Albornoz, cuya prolífica producción sustenta entonces sobre la Historia. historiográfica sigue siendo objeto de dis- [19] cusión entre los investigadores . En la La exaltación nacional-católica y el misma línea que la producción pidaliana nacionalismo centralizador: mitos, cabe destacar su obra Los orígenes de la Na- símbolos y referentes medievales ción Española. El Reino de Asturias en la que El concepto decimonónico se populariza

17.– Martí Ríos Saloma, «Restauración y Reconquista y difunde de manera significativa gracias al sinónimos en una época romántica y nacionalista (1850- esfuerzo simbólico y propagandístico del 1896)», Mèlanges de la Casa de Velazquez, 35 (2), (2005), Franquismo y del partido del régimen. A pp. 243-263. 18.– Ramón Menéndez Pidal, Los españoles en la Historia, 20.– Claudio Sánchez Albornoz, España, un enigma histórico, Espasa, Madrid (1991 [1947]), pp.172-176. Edhasa, Barcelona, 2000, (1ª ed. 1956), pp. 723- 726. 19.– Destaca especialmente su obra Orígenes de la 21.– Un debate que ya plantearon en 1965 Abilio Barbero Nación Española. El Reino de Asturias, Instituto de Estudios y Marcelo Vigil Abilio, Sobre los orígenes sociales de la Asturianos, Oviedo, 1972. Reconquista, Urgoiti Editores, Pamplona, 2012 (1ª ed. 1965).

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través de las instituciones políticas y educa- expansión cristiana en la península [23]. tivas se difunde toda una lógica discursiva Entre estos elementos simbólicos des- que permite que el proceso de Reconquista se taca el aprovechamiento de acontecimien- estudie, enseñe y transmita como un hecho tos y referentes medievales como fuente homogéneo, continuo y premeditado según de inspiración patriótica. De los múltiples el cual «España» habría surgido gracias a la ejemplos existentes cabe destacar de ma- resistencia cristiana en Covadonga y se ha- nera significativa la mitificación del - rela bría conformado definitoriamente durante to de Covadonga y la toma de Granada, así los ocho siglos siguientes hasta culminar como el uso partidista y discursivo que se gloriosamente un 2 de enero de 1492 [22]. hizo de figuras como Pelayo, el Cid o los Re- Con un simple término se consiguen li- yes Católicos, entre otros. gar dos realidades diversas: la «nación es- La Reconquista se convirtió en fuente pañola» y el «catolicismo», la unión de am- de inspiración para las tropas sublevadas bos aspectos conforma los pilares básicos y en alegoría del enfrentamiento entre los del Estado contemporáneo, heredero de valores de la «verdadera» España frente a un heroico proceso de liberación y unifica- la deriva republicana. Intelectuales como ción frente a la opresión islámica. A par- Enrique Esperabé Arteaga, rector de la tir de esta idea se desarrolla una intensa y Universidad de Salamanca, que publicó en prolífica campaña de adoctrinamiento que 1939 una obra titulada La guerra de recon- marca la agenda propagandística del fran- quista española que ha salvado a Europa del quismo durante los años posteriores a la comunismo; o Enrique Herrera Oria, funda- victoria militar. dor de la Asociación Católica Nacional de Contando con la colaboración de una Propagandistas, que entre sus múltiples purgada academia y con las instituciones obras de carácter didáctico-histórico escri- bajo control el Franquismo —mediatizado a bió en 1943 una Historia de la Reconquista través del partido del régimen— lleva a cabo de España contada a la juventud. Epopeya de una profunda labor de apropiación simbóli- siete siglos. Estos son únicamente dos ejem- ca que le permite controlar y utilizar el rela- plos de la extensa producción bibliográfica to histórico como fundamento legitimador que durante el Franquismo tuvo como tema del nacional-catolicismo. Con la intención central la Reconquista. de rentabilizar la Historia el régimen glo- Esta apropiación mítica del pasado se rificó y ensalzó algunos hechos históricos puede rastrear también en el ámbito urba- que se consideraban relevantes en la cons- nístico. El gobierno franquista promovió la trucción del espíritu nacional. Un discurso creación de monumentos de corte históri- programático que será respaldado por los co en diferentes ciudades españolas con el investigadores, silenciando e ignorando objetivo de reforzar el discurso identitario. aquellas voces discordantes, como la de Ra- Entre ellas destaca el conjunto estatuario fael Altamira, que planteaban una interpre- conocido como «El espíritu del Cid» cons- tación mucho más compleja del proceso de truido en Burgos en el año 1955 por orden de Francisco Franco para ensalzar la figura de Rodrigo Díaz de Vivar como ejemplo y 22.– Juan Pablo Dalgalarrondo, «La invención de una referente para las nuevas generaciones al nación. La Edad Media en la «nación» franquista (1936- 1939)», en XI Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. San Miguel de Tucumán, Universidad de Tucumán, 23.– Rafael Altamira y Crevea, Historia de España y de la 2007. civilización española, Barcelona, 1909, vol. I.

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Inauguración de la estatua del Cid, de Juan Cristobal Rodríguez de Quesada, en Burgos, con presencia de Franco, 23 de julio de 1955 (Fuente: Archivo Municipal de Burgos).

que dedicó estas palabras en el discurso de es también resultado de las construcciones inauguración: retóricas del siglo XIX con las que colaboró Ramón Menéndez Pidal al dedicarle gran «El Cid es el espíritu de España. Suele ser parte de su labor investigadora. Tal era su en la estrechez y no en la opulencia cuan- compromiso con la figura cidiana que dedi- do surgen estas grandes figuras […] Este ha có su luna de miel a recorrer la ruta del Cid. sido el gran servicio de nuestra Cruzada, De este viaje y de su investigación posterior la virtud de nuestro Movimiento: el haber nació en 1925 una de sus obras más recono- despertado en las nuevas generaciones la cidas, La España del Cid [25]. En ella proyecta conciencia de lo que fuimos, de lo que so- el enfrentamiento entre las dos identidades mos y de lo que podemos ser» [24]. peninsulares, cristiana y musulmana, la vic- toria del Cid en Valencia le convierte en el Este discurso, además de encumbrar la representante máximo del espíritu nacio- figura cidiana, que la historiografía ha des- nal. Rodrigo Díaz de Vivar, en palabras del mitificado de manera reiterada, plantea la propio Menéndez Pidal «reafirmó la unidad necesidad de utilizar la historia como re- hispánica, arrogándose la representación curso retórico para crear identidad entre integral de ella para recobrarla tal como el los sectores más jóvenes de la población. rey Rodrigo la perdió toda [26]». Puesto que es en la conciencia de un pa- El personaje despertaba tanto interés sado común y compartido donde reside la que incluso se planteó una adaptación ci- proyección hacia un futuro glorioso. nematográfica que no llego a culminarse, La imagen del Cid como héroe nacional

24.– Discurso de Francisco Franco el 24 de julio de 1955, 25.– Ramón Menéndez Pidal, La España del Cid, Madrid, en la inauguración del Monumento al Cid Campeador en Espasa Calpe, 2 vols, 1929. Burgos. 26.– Ibid. p. 636.

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quedando el proyecto en manos de Samuel tador y la construcción de la unidad nacio- Bronston. El estudio americano eligió a nal. Un proyecto iniciado en las montañas Charlton Heston como protagonista y la asturianas que finaliza gloriosamente con producción contó con el asesoramiento del la toma de Granada por los Reyes Católicos propio Menéndez Pidal y con el interés de dando comienzo a la época de mayor es- Franco que se aseguró de que la cinta fuera plendor de la nación. En palabras de Falan- rodada en España y de que el héroe fuera ge Española, Isabel y Fernando, mediante tratado como merecía. A pesar de sus im- su matrimonio y conquistas habían alum- precisiones históricas la película fue estre- brado el «imperio español, porque se dan nada con bastante éxito en 1961. todas las características propias: estado Otro de los grandes personajes encum- fuerte, poderío, autoridad, expansión terri- brados por la propaganda franquista será la torial, cultura propia y fuerza vital para im- figura de Pelayo, considerado por la histo- ponerla […]». Esta significación imperial y riografía nacionalista como el primer mo- universalista servía como base para la difu- narca «español». Tanto la españolidad de sión de la cultura española más allá de los Pelayo como su categorización como rey límites temporales, ideológicos y físicos. han sido rechazadas por la historiografía. Este imaginario imperialista se conso- Al margen de estas consideraciones el ré- lida con la apropiación simbólica de cier- gimen publicó una revista infantil titulada tos elementos asociados a los monarcas Pelayos en la que se instaba a los niños a católicos [28]. Tanto el emblema del partido, emular las hazañas de caudillo asturiano, compuesto por el yugo y las flechas, símbo- identificado a su vez con Franco. Además, los personales de Isabel y Fernando, como en 1964 se inaugura en Covadonga un mo- el escudo nacional, constituido a partir de numento realizado por Eduardo Zaragoza, ciertos elementos que recuerdan a las ar- en cuya base podemos leer una inscripción mas conjuntas de los Reyes Católicos es- tomada del ciclo cronístico de Alfonso III tablecidas en 1475 tras la Concordia de que reza: «Nuestra esperanza está en Cristo Segovia, son plasmaciones visuales de esa que este pequeño monte será la salvación proyección unitaria que habría comenza- de España». Este monumento fue elegido do a finales del siglo XV y que culminaría en abril de 2019 por Santiago Abascal, líder con la victoria en la Guerra Civil. Entre las de VOX, como sede de inicio de su campaña inclusiones ajenas al emblema medieval se electoral [27]. Tanto la figura de Pelayo como encuentra el nuevo lema nacional «Una, la Reconquista han sido una constante en grande y libre» que es quizás el elemento los discursos de la formación política, aren- que más contradicciones supone con la po- gándose en reiteradas ocasiones la misión lítica de unión dinástica llevada a cabo por de culminarla. los monarcas, puesto que en ningún caso Por último y quizás como ejemplo más pretendieron nunca una unión territorial significativo encontramos la asociación en- o física de sus dominios, únicamente con- tre la culminación del proceso reconquis- sagraron sus esfuerzos a garantizar su po-

27.–«Abascal apela al «simbolismo» de Pelayo 28.– Daniel Ortiz Pradas, «‘Tanto monta’ Apropiación de en Covadonga», La Voz de Asturias, https://www. los símbolos e imagen de los Reyes Católicos durante el lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2019/04/12/ franquismo», en Francisco J. Moreno Martín, El franquismo abascal-apela-simbolismo-pelayo-covadon y la apropiación del pasado: el uso de la historia, la ga/00031555083703799236199.htm 12 de abril 2019, arqueología y el arte para la legitimación de la dictadura, (consultado: 2 de enero 2020). Madrid, Editorial Pablo Iglesias, 2017, pp. 253-269.

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Estatua de Pelayo de Eduardo Zaragoza, Covadonga, 1964. (Fuente: Wikipedia Commons).

derío compartido. Una unión dinástica que XV, pensado especialmente para reforzar la Fernando estuvo más que dispuesto a rom- figura de Fernando en Castilla construyen- per cuando a la muerte de Isabel contrajo do la conocida frase «tanto monta, monta segundas nupcias con Germana de Foix con tanto, Isabel como Fernando», puesto que el objetivo de dotar a Aragón de un here- Isabel no tenía ningún poder en la Corona dero varón. De haber sido fructífero el ma- aragonesa a excepción de los que le corres- trimonio del rey católico con la princesa pondían como esposa del monarca reinan- navarra el destino de ambos reinos habría te. Sin embargo, la expresión se populari- vuelto a separarse. Sin embargo, la propa- zó y terminó asociándose en el programa ganda nacionalista tiende a omitir aquellos nacionalista con la unificación definitiva detalles que suponen una ruptura con res- de España. Esta idea ha generado una con- pecto al discurso nacional y unitario que se ciencia de unidad territorial tan poderosa intenta transmitir. que numerosos políticos han afirmado rei- Un tratamiento similar recibe el monu- teradamente que «España es una nación mento «Tanto monta» dedicado a los Reyes de cinco siglos» en referencia a esa teórica Católicos e inaugurado por el dictador en unificación territorial lograda por los Reyes Valladolid en 1969 con motivo del V Cente- Católicos. A pesar de que desde la historio- nario de su matrimonio. La máxima, tomada grafía es impensable hablar de «naciones» del lema personal de Fernando de Aragón, entendidas en sentido contemporáneo an- fue aprovechada políticamente por Elio tes del siglo XIX como queda demostrado Antonio de Nebrija como parte del progra- en la obra de Benedict Anderson. ma legitimador de los monarcas en el siglo Estos son sólo algunos ejemplos en los

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que se puede observar un uso partidista del generación tras generación adecuándose a relato historiográfico decimonónico creado las necesidades contextuales e ideológicas y difundido como fuente de legitimación de de cada periodo. los valores del régimen. Que sirvió, además, La producción cronística del medievo como base para generar una conciencia de peninsular, aunque sostiene y reitera algu- alteridad entre cristianos y musulmanes nos topos, es abundante y diversa, introdu- que pudo extrapolarse al enfrentamiento ciendo aquellas modificaciones que consi- entre el bando republicano y sublevado ge- dera necesarias, eliminando, sustituyendo nerando una suerte de identificación mani- e incorporando diferentes versiones, pasa- quea que se vio favorecida por las políticas jes y relatos de acuerdo con sus propósitos. anti-comunistas y la difusión del denomi- Uno de estos grandes temas reiterados en nado «terror rojo». la historiografía medieval tiene que ver con De esta manera el régimen obtuvo un los orígenes del poder cristiano en la pe- doble beneficio del discurso reconquista- nínsula. Nos referimos en concreto al relato dor, por un lado la creación de una concien- de la Batalla de Covadonga que se configura cia identitaria en la que el nacional-catoli- como un mito originario a través del cual cismo, garante de los valores tradicionales, se legitima la monarquía astur-leonesa, la religión y la patria lograba imponerse y un episodio que aparece también ligado salir victorioso frente a la «anti-España»; al contexto navarro y portugués, mientras por otro, establecer una serie de paralelis- que en el mundo aragonés y catalán el mito mos históricos entre las principales figuras de los orígenes varia acercándose al mundo del periodo medieval y el jefe del Estado franco y a la creación de la Marca Hispánica además de convertir a estos personajes en en tiempos de Carlomagno. referentes evocativos con los que identifi- No es casual que en un contexto de carse, a los que aspirar. construcción de un nuevo poder político fundamentado sobre la existencia de una La restauratio medieval: génesis, nación unitaria se recurra al relato astur- desarrollo y difusión de un mito leonés, obviando las realidades periféricas. de los orígenes Este «castellanocentrismo» se reivindica ya en la Edad Media, pero no se convierte en El aprovechamiento de la Historia con un hecho hasta el siglo XVIII, cuando los fines propagandísticos o legitimadores no Decretos de Nueva Planta impuestos por es una innovación contemporánea. Tanto Felipe V hagan efectiva la centralización en la Edad Media como en los periodos an- administrativa. No resulta extraño que en teriores el relato histórico mitificado ser- los siglos XIX y XX ante un clima de inesta- vía como fuente de legitimación del poder bilidad política en la que los nacionalismos político y religioso. La creación de obras periféricos ganan importancia se recurra a literarias al servicio de este fin puede ras- un relato castellano para reforzar las posi- trearse hasta la génesis misma del conoci- ciones unitarias frente al federalismo. miento histórico. Durante la Edad Media La batalla de Covadonga se magnifica en se desarrolla y prolifera un género literario el discurso cronístico con claros objetivos creado para este fin, la cronística. Las au- políticos. Sirviendo como fuente de legiti- toridades políticas y religiosas se valieron mación de los monarcas del reino de León de estas obras para difundir sus proyectos, a través de pilares como el providencialis- que fueron transmitiéndose y copiándose

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mo, la victoria y la sangre [29]. Sin embargo, ninsular, especialmente en el reino de León se trata de una construcción muy posterior y, posteriormente, en Castilla. La victoria al acontecimiento histórico en sí mismo. militar, cuya magnitud también ha sido Según las fuentes la batalla tuvo lugar en el cuestionada por los investigadores [30], sirve 722, sin embargo, las primeras referencias como aliciente para iniciar nuevas campa- escritas por población cristianas sobre el ñas bélicas y se presenta como uno de los proceso de conquista y ocupación islámica fundamentos del poder monárquico. La ca- de la península ibérica se encuentran en la pacidad de conducir los ejércitos del reino Crónica Mozárabe del 754 y en algunos tex- a la victoria militar será un argumento de tos islámicos del mismo periodo. En ellas excepcional fuerza a la hora de fortalecer apenas se mencionan los hechos de Cova- la posición del rey dentro del marco insti- donga y cuando lo hacen se considera una tucional [31]. Los epítetos relacionados con simple escaramuza sin importancia provo- esta militarización del poder político se cada por un astur rebelde. Habrá que espe- sucederán durante todo el periodo, apare- rar más de un siglo y medio para encontrar cerán reyes «conquistadores, magnos, ba- referencias explícitas a este proceso enten- talladores», ensalzados por su capacidad dido como una suerte de castigo divino por para combatir a los enemigos del reino, de los pecados cometidos por los godos. manera particularmente significativa si se El conocido como ciclo cronístico de Al- trata de musulmanes. fonso III es la primera fuente que conoce- Para reforzar la magnificación retórica mos en la que se presenta la batalla de Co- del relato se elaboró todo un argumenta- vadonga como un mito de los orígenes. Este rio según el cual la victoria se debía a la relato cumple un doble propósito, justificar intervención de Dios. Una perspectiva pro- la creación del reino y reforzar la existencia videncialista que tendrá especial importan- de una dinastía gobernante encabezada por cia para la legitimación de la monarquía, Pelayo. De esta forma la figura de Alfonso puesto que los reyes pasan a presentarse III aparece doblemente legitimada, por sus como «elegidos» de la divinidad para cum- orígenes como descendiente del caudillo plir con una misión salvífica, casi mesiáni- astur y como elegido de la divinidad para ca en ocasiones. Se trata de un argumento completar el proceso de restauración y pur- excepcional y difícilmente cuestionable en gar los pecados cometidos por los godos. un contexto altomedieval, ¿quién puede te- Covadonga se convierte así en el núcleo ner mayores derechos que los elegidos por de un relato que se transmite reiterada- Dios? Esta perspectiva aparece claramente mente y sin apenas modificaciones durante en la Crónica Profética, en la que Alfonso la mayor parte de la historia medieval pe- III se representa como el valedor divino destinado a salvar a los cristianos del cas- 29.– En torno a la construcción discursiva de la batalla tigo recibido por los pecados de los godos. de Covadonga como recurso legitimador del reino de Asturias, véase Alexander, P. Bronisch, «Ideología y realidad en la fuente principal para la historia del Reino 30.– Autores como Luis García Moreno, «Covadonga, de Asturias: el relato de Covadonga», en Ignacio Ruiz de realidad y leyenda» Boletín de la RAH, 194, (1996), pp. 353- la Peña, Cristianos y musulmanes en la península ibérica: La 380. guerra, la frontera y la convivencia. XI Congreso de Estudios 31.– Sobre el desarrollo ideológico y político de las Medievales, 2007, Madrid, Fundación Sánchez Albornoz, monarquías altomedievales destaca la obra de Carlos 2009. pp. 67-110; y Arsenio Dacosta Martínez, «Relato y Ayala Martínez, Sacerdocio y reino en la España Altomedieval: discurso en los orígenes del reino asturleonés», Studia Iglesia y poder político en el Occidente peninsular, siglos VII- Historica: Historia medieval, 22, (2004), pp. 153-168. XII, Sílex, Madrid, (2008).

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El rey tendrá la misión de restaurar el rei- expansión del espacio astur-leonés [35]. El no y salvarlo de la amenaza sarracena. La marco de actuación y redacción es inme- intervención divina es determinante en el jorable para los intereses del monarca, no enfrentamiento, y antes incluso de que los sorprende que se elija su figura como repre- cristianos puedan iniciar la ofensiva Dios sentante profético de la culminación de esa aniquila a sus enemigos [32]. Tanto las cifras, misión salvífica que acompañaba al reino como el relato del enfrentamiento ofrecen desde su creación. claras reminiscencias bíblicas, de manera Uno de los elementos que con más asi- que puedan establecerse paralelismos en- duidad se ha utilizado en el contexto con- tre el origen del reino astur y las grandes temporáneo es lo que Claudio Sánchez batallas veterotestamentarias [33]. Albornoz describió como neogoticismo, un Dentro de este enclave legitimista y pro- planteamiento que se encuentra en el cen- videncialista destaca la figura de Alfonso tro de un profundo debate entre los me- III, monarca bajo el cual se redactan las dievalistas. Según este planteamiento, los crónicas, y que se presenta como el elegido reinos cristianos creados tras la conquista para restaurar el reino de los godos: «[…] islámica serían herederos del reino de To- dicen que se restaurará el reino de los go- ledo y su destino providencial sería restau- dos por este príncipe nuestro [...] el glorio- rar este espacio político y salvar España. so don Alfonso, reinará en tiempo próximo A partir de la elaboración neogoticista se en toda España» [34]. Es la primera vez que desarrolla uno de los grandes topos de la un texto peninsular utiliza el concepto de cronística peninsular: la pérdida de Espa- restauratio para referirse al enfrenamiento ña. Un recurso literario creado para justi- entre cristianos y musulmanes. Este térmi- ficar el enfrentamiento militar y la expan- no está profundamente relacionado con la sión cristiana que se convierte en el gran perspectiva providencialista a la que hacía- argumento del nacionalismo patriótico mos referencia y se entiende perfectamente para construir la idea de que la Reconquista si lo situamos en su contexto de redacción. había sido planeada y proyectada desde los Alfonso III, tras superar ciertos problemas orígenes mismos de los núcleos cristianos internos al comienzo de su reinado, logra con la conciencia de pertenencia a una co- asumir una posición de autoridad, mientras munidad dispersa cuyo destino era reunirse que, a finales de ese mismo periodo, el emi- de nuevo. rato entra en crisis permitiendo una rápida Si bien es cierto que tanto el ciclo cro- nístico de Alfonso III como otras obras posteriores hacen referencia a esta salva- 32.– Michael Schulze Roberg, «La mitificación bíblica de ción de España [36], se utiliza únicamente la historia: los árabes y la batalla de Covadonga en la como recurso retórico con la intención de Crónica de Alfonso III», Clara E. Prieto Entrialgo, Arabes in patria Asturiensium, Oviedo, Universidad de Oviedo, (2011), 35.– Para cuestiones sobre el periodo histórico consultar p.39-51. José I. Ruiz de la Peña, El reino de León en la Alta Edad 33.–Esta cuestión ha sido estudiada por Francisco J. Media, vol. 3. La monarquía astur-leonesa de Pelayo a Alfonso Zabalo Zabalegui, «El número de musulmanes que VI (718-1109), León, Centro de Estudios e Investigación atacaron Covadonga: los precedentes bíblicos de unas «San Isidoro», 1995. cifras simbólicas», Historia, Instituciones y Documentos, 31, 36.– El tema aparece en la cronística castellana de manera (2004). pp. 715-728. reiterada desde el siglo IX hasta el XV, pero también en 34.– Juan Gil Fernández y José I. Ruíz de la Peña, Crónicas la cronística aragonesa, especialmente en las conocidas asturianas: Crónica de Alfonso III, Crónica Albeldense, Ovie- como Grandes crónicas catalanas y en la portuguesa, do, Universidad de Oviedo, (1985), p. 262. heredera de las formas y modelos de origen castellano.

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fortalecer un determinado programa mo- en la lógica altomedieval, un rey que no es nárquico apropiándose del enfrentamiento capaz de liderar a sus tropas no puede go- para imponerse sobre las demás realidades bernar [40]. Los personajes categorizados de políticas [37]. manera semejante a Pelayo se encuentran En este marco de construcción discursiva en diversos ejemplos internacionales como la historicidad del relato se pierde en favor Brian Boru, arquetipo político de la monar- de la relevancia simbólica. La victoria mili- quía irlandesa construido doscientos años tar, aunque menor según las demás fuentes después de su muerte para legitimar a sus del periodo, es un hito de gran importancia descendientes [41]. en la construcción ideológica del reino de En cuanto a su consideración como pri- Asturias y se consolida como un referente mer rey de España, es prácticamente im- identitario en la cronística durante los si- posible de rastrear en las fuentes. La do- glos siguientes. Tanto es así que en el siglo cumentación regia previa a la redacción XVI Ambrosio Morales incorpora al relato de las crónicas es escasa, pero en ningún la idea de que los restos del propio Pelayo caso aparece acompañado de la nomencla- descansan en Covadonga [38]. tura habitual en el mundo monárquico [42]. Para reforzar este planteamiento se cons- Lo más habitual es encontrar asociado a truyen personajes antagónicos que personi- su nombre el cargo de prínceps, entendido fican las dos posturas enfrentadas. Oppa, como primus inter pares, es decir, un elegido representante del poder religioso, se somete por la comunidad para dirigirlos en tiem- a la autoridad musulmana simbolizando la pos de dificultades. La primera referencia a traición, mientras que Pelayo se presenta un rex en el periodo se encuentra en la obra como un héroe salvador, capaz de enfrentar de Beato de Liébana asociada a Maurega- a las tropas islámicas y salir victorioso. to [43]. Y la titulación no se hace permanen- La creación de un personaje como Pe- te hasta bien entrado el siglo X durante el layo, al margen de su historicidad, cumple reinado de Ordoño II. La consideración más un cometido ideológico de importancia que aceptada para estos personajes es su aso- permite vincular a la monarquía con el régi- ciación como caudillos militares, es decir, men político anterior y reforzar la función con una función esencialmente bélica y no militar de los monarcas. Pelayo es, primero monárquica [44]. y ante todo, un magister militum, un líder [39] 40.– Sirva como ejemplo de la importancia del caudillaje militar . Una característica indispensable en el mundo altomedieval la retirada de los derechos monárquicos de Sancho «el Craso» obligado a abandonar el trono hasta ser capaz de dirigir a sus tropas en combate. 37.– Los orígenes del neogoticismo y su repercusión se desarrollan y analizan en la obra de Adolfo Besca 41.–La obra se puede encontrar publicada por James Marroquín, Orígenes hispano-godos del Reino de Asturias, Henthron Todd, J. Gogadh Gaedhel Re Gallaibh: The War of Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2000. the Gaedhil with The Gaill, Londres, Rolls Series, Longmans, 1867. 38.– Ambrosio Morales, Corónica general de España que continuaba Ambrosio de Morales, coronista del rey nuestro 42.– Susana Cabezas Fontanilla, Nicolás Ávila Seoane. señor don Phelipe segundo de este nombre, Alcalá de «La intitulación en la documentación regia: de Pelayo Henares, 1574. a Alfonso IV» en Alfonso García Leal, Ramón Gutiérrez González, Clara E. Prieto Entrialgo, MC Aniversario de la 39.– Arsenio Dacosta Martínez, «Notas sobre las crónicas muerte de Alfonso III y de la tripartición del territorio del ovetenses del siglo IX: Pelayo y el sistema sucesorio en Reino de Asturias, Oviedo, Trabe, 2010, pp. 263-312. el caudillaje asturiano», Studia Histórica: Historia Medieval, 10, (1992), pp. 9-46; y «¡Pelayo vive! Un arquetipo político 43.– Obras completas de Beato de Liébana, Madrid, BAC, en el horizonte ideológico del reino asturleonés» en 1195. Espacio, tiempo y forma, ser. 3, 10, (1997), pp. 89-135. 44.–C. Ayala Martínez, Sacerdocio y reino... pp. 115-128.

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La discusión sobre la figura de Pelayo El Cid responde a un modelo de cons- ha sido una constante en la historiografía trucción discursiva semejante. La creación medieval. Durante el primer franquismo y de su figura literaria tiene una escasa co- con el apoyo de la obra de Claudio Sánchez rrespondencia con el personaje histórico. Albornoz se mantuvo la idea de que había Sin embargo, el Cantar de Mio Cid se confi- sido un líder de la resistencia visigoda res- gura en el siglo XIII como el gran referente ponsable de las primeras victorias frente a épico de la literatura castellana [47]. En un las autoridades islámicas [45]. Sin embargo, contexto coyuntural en el que los otros es- medievalistas como Barbero y Vigil cues- pacios de su entorno están generando una tionaron seriamente esta identificación amplia producción caballeresca, Francia considerando que era imposible e improba- tenía a su Roldán, el Imperio a Sigfrido e ble asociar a Pelayo con la monarquía goda, Inglaterra a Arturo y sus caballeros. Cas- siendo más posible que estuviera ligado a tilla se incorporó a esta tendencia con una las élites astures y resignificado posterior- amplia producción literaria que no abarca mente con fines legitimistas [46]. únicamente la figura del Cid, sino también La figura de Pelayo como mito heroico se a otros héroes como Fernán González; in- haya intrínsicamente ligada a la Batalla de cluso la monarquía copió esta tendencia y Covadonga. Se sustentan mutuamente en se presentó como protagonista de sus pro- una construcción argumental en la cual Co- pios poemas épicos —es el caso del Poema vadonga necesita de un líder providencial de Almería redactado al servicio de Alfon- que salve España de la amenaza islámica, so XI. mientras que Pelayo necesita una victoria El ensalzamiento de Rodrigo Díaz de Vi- para poder ser reivindicado como líder. Esta var como héroe castellano se inserta en una vinculación pretende convertir el relato en lógica didáctica y moralizante que tiene un mito de gran fuerza legitimadora en el como objetivo el desarrollo de referentes y que se combinan diversos elementos que prototipos virtuosos que puedan servir para resumen las características deseables en un la legitimación de la nobleza y para reivin- gobernante. dicar su posición en un contexto en el que A partir de la categorización de Pelayo el poder monárquico tendía a reforzarse y el como héroe carismático, entendiendo el feudalismo se retraía limitando las funcio- carisma en el sentido planteado por Max nes de la aristocracia y reduciendo su capa- Weber, se pueden realizar una serie de ex- cidad de intervención [48]. Los relatos sobre trapolaciones que servirían a los propósitos el Campeador proliferaron en la Castilla de programáticos del nacional-catolicismo. Si los siglos XIII y XIV, el poema fue prosifi- Dios ha elegido a Pelayo en defensa de la cado junto a otros relatos en la cronística Iglesia se puede considerar entonces que alfonsí e incluso en el siglo XIV se redac- su pueblo en la medida en que participa y ta una obra, bastante tardía para el género, contribuye a la victoria militar es también sobre la juventud del personaje conocida parte de ese plan providencial de salvación de España. Y sus herederos, encarnados en los miembros del movimiento, no serán si 47.– Alan D. Deyermond, El Cantar del Mio Cid y la épica no los sucesores de este plan secular. medieval española, Barcelona, Sirmio, 1987. 48.– Ana M. Rodao, «Reflexiones en torno a la didáctica (a través) de la ficción medieval», Marta Haro Cortés, 45.– C. Sánchez-Albornoz, España, un enigma… Literatura y ficción: estorias, aventuras y poesía en la Edad 46.– A. Barbero y M. Vigil, Sobre los orígenes… Media, Vol. 2, Valencia, PUV, 2015, pp. 809-821.

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como Las Mocedades de Rodrigo [49] que sir- ballerescos, así como los retazos de huma- vió como fuente de inspiración de la obra de nidad que demuestra le convierten en un teatro de Guillén de Castro en el siglo XVII. personaje accesible y deseable cuya corres- La fuente más antigua que se conoce so- pondencia puede ser buscada y enseñada. bre el héroe castellano es una crónica bio- Como hemos visto, el uso literario de gráfica, la Historia Roderici o Gesta Roderici los acontecimientos históricos, su ensalza- Campidocti, redactada muy a finales del si- miento y mitificación no es una innovación glo XII. Se considera que esta obra es la más contemporánea. Ya en época medieval la historicista de cuantas se conservan sobre Historia se utilizaba y manipulaba con fi- el Cid y que pudo servir como base para la nes políticos e ideológicos. Los monarcas redacción del propio poema. A partir de los peninsulares, al igual que el resto de auto- datos obtenidos en esta obra se pusieron en ridades europeas, elaboraron una serie de cuestión los hechos narrados por el cantar recursos retóricos y legendarios que les per- de gesta. Permitiendo a los investigadores, mitían reforzar su proyecto legitimador. La tanto historiadores como filólogos y litera- sangre, las hazañas heroicas, las victorias tos, recrear un esquema biográfico más cer- militares, la pertenencia a una dinastía o un cano a la realidad histórica y reconstruir la linaje plagado de grandes figuras heroicas y genealogía del Cid. Estos estudios permiten la elección divina fueron sustancialmente acercarse a lo que pudo ser la figura histó- importantes para el fortalecimiento y man- rica, reconstruyendo sus hazañas y permi- tenimiento del poder monárquico. Entre la tiendo desmitificar aquellos episodios más nobleza también se construyeron grandes novelizados como la jura de Santa Gadea figuras heroicas, destacables por sus virtu- que convierte a Alfonso VI en un personaje des y valores caballerescos, especialmente casi tiránico, el enfrentamiento con los in- a partir del siglo XII y con una remarcable fantes de Carrión o la victoria en Valencia incidencia en los siglos XIII y XIV, puesto tras su muerte. que se convertirán en los protagonistas de Estos hechos sin ser veraces se entien- un sinfín de obras de carácter didáctico- den perfectamente si se insertan en la ló- moralizante. gica nobiliaria, en la que la aristocracia se Figuras como Pelayo, Alfonso III, Fer- resiste a ceder sus espacios de poder, re- nando III sirvieron como prototipos del sulta útil construir la imagen de un héroe monarca «ideal» que fueron imitados en los capaz de forzar la voluntad regia y obligar siglos posteriores. Acontecimientos como al monarca a cumplir su voluntad. El pre- Covadonga, las Navas de Tolosa o la Bata- cio de su acción es el destierro, pero sirve lla del Salado fueron mitificados y ensalza- también como excusa para iniciar un viaje dos para mayor gloria de sus protagonistas, que le convertirá en leyenda, reforzando sirva como ejemplo el Poema de Almería de nuevo el papel de la nobleza como líder que ensalza la figura de Alfonso XI. Héroes bélico, cuya colaboración es imprescindible como Roldán, el Cid o los caballeros de la para garantizar la seguridad de la corona y leyenda artúrica permitieron a la aristocra- su victoria frente a los enemigos del reino y cia sentirse también protagonista del relato de la fe. El halo de misticismo que le rodea, histórico y de la defensa del reino. su carisma y sus incuestionables valores ca- Un proceso semejante se da en la prác- tica totalidad de los mitos y héroes nacio- 49.– Matthew Bailey, Las Mocedades de Rodrigo: estudios críticos, manuscritos y edición, Londres, University College nales. Construidos en diferentes periodos of London, 1999. y por diferentes razones todos responden

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a las necesidades discursivas del poder he- ciegamente en la veracidad de los hechos gemónico. Sus usos y manipulaciones se- narrados, al igual que ocurre en el mundo rán una constante en la construcción de los contemporáneo, la Historia en su vertien- espacios políticos, puesto que configuran te más popular, educativa e institucional se argumentos y referentes excepcionales que escribe —casi— siempre al servicio del po- inspiran y alientan al pueblo en la culmina- der. No es extraño por tanto que los histo- ción de los obstáculos a los que se enfrenta riadores nacionalistas y románticos del XIX el reino, la nación o la patria. incorporaran algunos de los elementos de las fuentes medievales a sus grandes obras Conclusiones de historia nacional dotándoles de un sen- tido de Estado, una intencionalidad y una Resulta obvio que la mayor parte de es- continuidad que convierte a la nación es- tos elementos utilizados por la cronística, pañola en una suerte de destino manifiesto la propaganda y la literatura épica para en- proyectado y configurado ya en las monta- salzar una serie de valores, características ñas asturianas del siglo VIII. Y esta cons- y virtudes deseables y reproducibles son de trucción retórica fue el caldo de cultivo naturaleza literaria. Creados para cumplir perfecto para el desarrollo de gran parte del con un propósito político: sentar las bases marco simbólico del franquismo, desde los de la legitimación de las diferentes reali- emblemas institucionales hasta el urbanis- dades que se van desarrollando en el con- mo, de las altas esferas de la academia a la texto peninsular desde la Edad Media hasta cultura de masas. la época contemporánea. La historicidad se La fuerza difusora y propagandística de desvanece en favor de la argumentación, la este relato permite que aún hoy en día las veracidad de los hechos pierde peso para referencias a Pelayo, Covadonga o el Cid fortalecer los elementos simbólicos, el re- sean fácilmente reconocidas por el con- lato se presta al servicio del discurso. La junto social. Por ello, cuando los partidos historia se postra al servicio de la hegemo- políticos utilizan la Reconquista en sus dis- nía, puesto que se narra a tal efecto, el de cursos ya sea como elemento retórico «La favorecer la construcción de una identidad Reconquista no ha terminado» [50] o simbóli- colectiva fundamentada sobre la conciencia co empezando sus campañas electorales en de grupo y la oposición a la alteridad. Crear Covadonga, organizando manifestaciones una «comunidad imaginada», el mito origi- o visitando determinados monumentos, nario en la Edad Media, la nación españo- son perfectamente conscientes de la carga la en la contemporaneidad, que sirva a los ideológica y significativa a la que hacen re- propósitos de las clases dominantes. ferencia y la utilizan deliberadamente para Sin embargo, es importante recordar que forzar una respuesta social que cumpla con la Historia para ser correctamente leída y los objetivos programáticos del nacionalis- analizada debe ser entendida en un sentido mo conservador. Reforzar la existencia de crítico, cuestionando la intencionalidad que una «España» nacional, católica, centrali- trasluce tras la elaboración retórica y dis- cursiva. Entender las motivaciones y premi- 50.– Declaraciones del Secretario General de Vox el 2 de sas de las que parte, para evitar caer en la enero de 2020 con motivo de la celebración del aniver- manipulación mediática e institucional. sario de la toma de Granada. ABC, 2 de enero de 2020, https://www.abc.es/espana/abci-ortega-smith-asegura- No debemos caer en la ingenuidad de reconquista-no-terminado-202001021657_video.html pensar que los autores medievales creían (consulta: 2 de enero 2020).

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zada y homogénea frente a las tentativas crítica y analítica del conocimiento históri- separatistas, la inmigración, los movimien- co que se aleje de las mitificaciones y apo- tos sociales o el laicismo que atentan di- logías diversas, que comprenda y analice rectamente contra los principios y valores los procesos y estructuras en su contexto fundacionales que estaban ya presentes en específico, tratando de acercarse a la men- el origen mismo de la nación española. talidad de cada periodo. Evitando los pre- Desde el mundo académico, tanto en la sentismos, los anacronismos y las falsifica- investigación como en la divulgación his- ciones deliberadas. En definitiva, combatir tórica debemos, por responsabilidad inte- desde el mundo intelectual los malos usos, lectual, tomar conciencia de cuáles son las abusos y manipulaciones que desde las ins- estrategias discursivas utilizadas por las tituciones, la cultura popular, la educación instituciones políticas y ofrecer una visión y la política se hacen de la Historia.

72 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 55-72 La gran mortandad de 1348. Sobre el mito y la realidad (conocida) de la Peste Negra en España

The great death of 1348. On the myth and reality of the Black Death in Spain

Guillermo Castán Lanaspa Doctor en Historia

Resumen

La historiografía española acepta desde hace relativamente poco tiempo, por influencia de la historiografía europea, que la epidemia de 1348 afectó gravemente a toda la penín- sula ibérica, pese a la escasez y parquedad de las fuentes existentes, sobre todo en la Corona de Castilla; pero graves pérdidas súbitas de población chocan con la persistencia de los conflictos bélicos coetáneos, con la revolución fiscal y con la coyuntura económi- ca. Así que no es posible aceptar cifras tan elevadas como las que se han manejado. Se concluye con la idea de que el problema debe ser revisado superando las contradicciones que los estudios especializados presentan entre sí, estableciendo cautelas respecto a la aplicación acrítica de modelos explicativos elaborados en otros contextos muy diferentes y evitando la mera deducción y la analogía como herramientas principales para explicar la evolución de las sociedades.

Palabras clave: Edad Media; España; Peste Negra; crisis del siglo XIV.

Abstract

Spanish historiography has only recently accepted, due to the influence of European historiog- raphy, that the epidemic of 1348 severely affected the entire iberian Peninsula, despite the scarcity and paucity of existing sources, especially in the Crown of Castile; but serious sudden population losses collide with the persisting armed conflicts, with the fiscal revolution and with the economic situation. Therefore it is not possible to accept figures as high as those that have been used. The article concludes that the problem should be reviewed by overcoming the contradictions that specialized studies present, taking special precautions with regard to the uncritical application of explanatory models developed in other very different contexts and by avoiding mere deduction and analogy as the main tools to explain the evolution of societies.

Keywords: Middle Ages; Spain; Black Death; 14th-century crisis

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Planteamiento de la cuestión. Un nes anteriores [1]. Introducción muy difícil modelo marxthusiano de la crisis y lenta entre los historiadores seglares (la bajomedieval* expresión es de fray Hebrera) que, en sus historias nacionales o locales, rechazan a Al repasar las aportaciones que, des- menudo dar más relieve a la epidemia de de mediado el siglo XX, se han hecho so- 1348 del que sus fuentes les permiten (o sea bre la epidemia de 1348 en España, resulta muy poco, o nada, especialmente en Cas- curioso observar que, a pesar de la falta de tilla), a la vez que conceden importancia a documentación, nuestra historiografía ha otras epidemias y calamidades, anteriores o aceptado como un hecho establecido que posteriores, de las que tienen noticia. [2] En la incidencia del morbo ocasionó casi por el siglo XVIII los ensayistas sobre la pobla- todas partes una auténtica catástrofe de- ción, bebiendo de los arbitristas anteriores, mográfica cuyas secuelas afectaron a todo relanzarán la idea de la catástrofe de 1348 el tejido social y económico. Pero salvo en con la intención de relativizar sus efectos unos pocos casos muy locales que no se sobre la población, cuya debilidad achacan pueden extrapolar, en ninguno de los te- a razones sociales. Algunos historiadores rritorios peninsulares es posible cuantifi- de cuestiones especiales (singularmente de car las víctimas, por más que para Cataluña la medicina) y otros recogerán este mensa- se hayan hecho estimaciones catastróficas je que, de todos modos, sólo se reflejará de desde el primer momento. La falta de da- forma excepcional en nuestros historiadores tos en Castilla no ha impedido que desde seglares del siglo XIX y principios del XX. el siglo XVI se insinúe primero, y se vaya Doblado este siglo, al hilo de la renovación afirmando lentamente después, la idea de historiográfica entrará de Europa la tercera que una verdadera hecatombe ha ocurrido gran corriente que abrirá definitivamente casi por todos los lados. las puertas a la idea de la catástrofe demo- La idea de que la epidemia de Peste gráfica causada por el morbo; los trabajos Negra de 1348 produjo una gran catás- de Postan, Carpentier, Biraben o Bois, entre trofe en la península se fue construyendo otros muchos, en el marco de una explica- lentamente en nuestra historiografía (a ción sobre la crisis de la Baja Edad Media, la que era ajena) en los siglos XVI y XVII constantemente citados, verán sus conclu- a través, fundamentalmente, de los frailes historiadores de sus propias órdenes, que 1.– Narraciones que se repiten a lo largo de siglos llegan- importan y aplican aquí las narraciones do hasta la edad contemporánea; con frecuencia resue- que para otros lugares de Europa escribían nan las voces de Homero, Sófocles, Tucídides, Procopio… Así es como se ha podido decir que la descripción de la sus correligionarios allende los Pirineos peste de Marsella de 588 hecha por Gregorio de Tours con todos los ingredientes del horror ya vale perfectamente para describir la de 1720 en la misma visibles en las crónicas europeas del siglo ciudad hasta en los detalles. XIV, deudoras, a su vez, de otras narracio- 2.– Se ha tratado de explicar esto aludiendo al concep- to de Historia predominante en la época, la historia de los reyes, de la política y de la guerra; pero este mismo * He abordado en profundidad esta cuestión en La cons- concepto no ha impedido que en otros países europeos trucción de la idea de la Peste Negra (1348-1350) como ca- la epidemia sea tratada con gran amplitud y dramatismo tástrofe demográfica en la historiografía española, Ediciones ya desde los propios contemporáneos que la vivieron (Vi- Universidad de Salamanca (en prensa). Ahí me remito para llani, Venette, Cantacuceno o Boccaccio por citar sólo a una mayor precisión sobre los temas que se abordan en algunos de los más conocidos); y conviene recordar que este artículo y otros conexos que no es posible tratar por el cronista Ayala tenía 16 años en 1350, edad más que la limitación del espacio disponible. suficiente para conocer qué pasó en su país.

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Detalle de El Triunfo de la muerte, Peter Bruegel el Viejo, 1562-1563 (Fuente: Museo del Prado).

siones directamente aplicadas en España modelo explicativo (entre Malthus y Marx) sin pruebas suficientes que las respalden. de la depresión bajomedieval (larga dura- Pues, en los últimos cincuenta y prime- ción) en el que los distintos factores se in- ros sesenta del pasado siglo, la influencia de tegran en un todo dinámico en torno a la la gran historiografía europea se va colando cuestión que se considera central, la lógica por los intersticios de la esclerotizada uni- interna de un sistema (feudalismo) que se versidad franquista para eclosionar, en los agota desde el último tercio del siglo XIII; años setenta, con una formidable pléyade pero como los diferentes factores no siem- de investigaciones que venían a satisfacer pre aparecen o se integran con facilidad en la necesidad perentoria de abrirse a Europa todos los territorios, a veces se fuerza su y sacudirse el yugo de la singularidad de una presencia aun cuando la documentación España aislada por la dictadura de las gran- no lo autorice, y, al querer cerrar el círcu- des corrientes de pensamiento europeas [3]. lo (crecimiento-depresión-recuperación), La historiografía europea elaboró un queda en evidencia que los factores rele- vantes se yuxtaponen de manera contra- 3.– Para el debate en Cataluña puede consultarse Gaspar dictoria, perdiendo el artefacto toda fuerza Feliu, «La crisis catalana de la Baja Edad Media: estado de explicación racional. de la cuestión», Hispania, 217 (2004), pp. 435-466, y Luis Y es que un modelo es un constructo le- Vones, «Sobre el debate de las repercusiones económicas y sociales de la llamada crisis de la Baja Edad Media’ en los gítimo del pensamiento hipotético-deduc- territorios de la Corona de Aragón», en Ferdinand Seibt y tivo que, basado en el conocimiento amplio Winfried Eberhard (eds.), Europa 1400. La crisis de la baja de una realidad, situándose un paso por en- Edad Media, Barcelona, Crítica, 1993, pp. 225-245. Una cima de ella, sirve para explicar de forma excelente síntesis de la crisis bajomedieval en los reinos hispanos se debe a Enric Guinot, La baja Edad Media en los coherente, integrada y holística una reali- siglos XIV y XV. Economía y sociedad, Madrid, Síntesis 2003. dad social y su dinámica; tiene una funcio-

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nalidad explicativa y la capacidad de orien- recursos existentes podían sostener. Expli- tar la mirada de los investigadores, pero cación mecánica y puramente economi- no puede sustituir al trabajo de campo, al cista que no tiene en cuenta la estructura, conocimiento de la realidad concreta obje- organización y dinámica social, ni las rela- to de análisis. Los modelos no son fórmu- ciones de poder y de dependencia, que son las, no dicen cómo era y cómo evoluciona fundamentales en el estudio de las socieda- un grupo humano en concreto; y máxime des. Poco después, Guy Bois resume y siste- cuando las teorías y prácticas cuantitativis- matiza las tesis que viene defendiendo des- tas, al acercar a los historiadores a la Eco- de su importante trabajo sobre Normandía nomía, han acercado a los economistas a la (de 1976), afirmando que la Peste Negra fue Historia, los cuales, muy amigos de modeli- «un desastre demográfico sin precedentes zar para no volar tan a ras de suelo, acaban que casi todo el mundo cifra entre el 30% y proponiendo (e imponiendo a menudo) sus el 40% en 1348-1349, afectando a la pobla- modelos en los que el ceteris paribus sue- ción europea en su conjunto», pues pocas le ser un elemento básico. Pero las socie- regiones quedaron relativamente a salvo; dades, los grupos humanos, las realidades las consecuencias, dice, se ven por todos los sociales, son diversas, plurales, cambiantes, lados en forma de subidas salariales y me- dinámicas, y difícilmente se dejan encorse- didas como decretar la obligatoriedad del tar. Los modelos teóricos son necesarios, trabajo, la reacción feudal, la caída brutal sin duda, permiten pasar de la descripción de la producción, del consumo y de los in- a la explicación, remontar el vuelo para te- tercambios…aunque no sea la responsable ner una perspectiva coherente, integral, e directa de una depresión que había comen- iluminan el imprescindible (y pesado) tra- zado tiempo atrás [4]. bajo empírico, pero no son fórmulas que se Precios y salarios, oferta y demanda, pro- puedan aplicar sin más; y, desde luego, los ducción y consumo en el seno de una eco- historiadores sabemos que, para explicar nomía monetarizada (eso dice el autor de cómo es y cómo evoluciona la realidad so- Normandía) como factores decisivos para cial, de ceteris paribus nada de nada. entender la crisis en una sociedad precapi- En 1974 Pounds publicó una síntesis talista donde no existe el libre mercado, la para Europa cuyos ingredientes fundamen- mano de obra no es una mercancía de libre tales tienen que ver con la superpoblación contratación y el binomio producción-con- a finales del siglo XIII, ocupación de todas sumo se desarrolla mayoritariamente en el las tierras susceptibles de ser cultivadas, seno de comunidades locales cuya máxima agotamiento de recursos por rendimientos preocupación es el autoabastecimiento. decrecientes en espacios marginales, apa- Este esquema teórico (y práctico cuando rición de los frenos malthusianos… «Como se convierte en una receta) tuvo una enor- resultado de un incremento ilimitado de me incidencia en la historiografía española la población, sin ningún avance técnico a pesar de que no es aplicable tal cual a las paralelo, se alcanzó irremediablemente la sociedades hispánicas, subpobladas, don- superpoblación». Los frenos malthusianos de no hay quiebra del modelo extensivo (sobre todo la Peste Negra de 1348-1350) de producción por la abundancia de tierras «aparecieron inexorablemente en una po- blación demasiado numerosa para los re- 4.– Norman J.G. Pounds, Historia económica de la Europa medieval, Barcelona, Crítica, 1981 (1ª ed. 1974). Guy Bois, cursos disponibles». Como consecuencia la La Gran Depresión medieval: siglos XIV-XV. El precedente de población europea se redujo al nivel que los una crisis sistémica, Valencia, PUV, 2003, pp. 91-98.

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sin colonizar y donde no se ha constata- ciones extremas en algunas comarcas) va- do –aunque sí se ha imaginado- una súbi- rios de sus componentes: ni superpoblación ta quiebra demográfica que pudiera haber tan agobiante, ni desequilibrio estructural equilibrado en un breve lapso de tiempo el tan nítido y permanente en relación a los supuesto desfase estructural en el binomio recursos potenciales disponibles, ni súbitas población-recursos. quiebras demográficas tan espectaculares Sea como sea, lo cierto es que los com- por terribles, ni recuperaciones tan asom- ponentes esenciales de este modelo, que brosas por lo rápidas en muchas zonas. Por aspira a explicar la dinámica social en el no insistir en que este modelo no encaja largo plazo (desde la segunda mitad del en la mayor parte de las tierras hispanas, siglo XIII a la primera mitad del XV gros- pues la baja densidad de población general so modo), son superpoblación, desequilibrio y la disponibilidad de inmensos espacios estructural nítido y sostenido en relación que repoblar tanto en Castilla como en la a los recursos disponibles, quiebras demo- Corona de Aragón, nos sitúan muy lejos de gráficas espectaculares por terribles (que la sobreexplotación y, por ende, de la quie- vienen a restablecer el equilibrio), y recu- bra de la lógica interna del sistema feudal peraciones asombrosas, por lo rápidas, en (otra cosa es la necesidad de adaptaciones muchas zonas. Quiebra, pues, de la infraes- a las nuevas realidades sociales que se van tructura económica (fuerzas productivas, abriendo camino por entonces). relaciones de producción) que arrastra a la Si se fuerza, el modelo se convierte en superestructura político-jurídica y cultural. un artefacto sin capacidad explicativa; así, Materialismo histórico como receta para resulta muy difícil compaginar magnitudes construir una historia social y económica, extraordinarias de víctimas con el nota- también política, explicativa y coherente, ble crecimiento urbano en un breve lapso como mandan los cánones, aunque se des- de tiempo y en un mismo espacio, tenien- cuide el principio elemental que exige aná- do en cuenta que ese crecimiento urbano lisis concreto de la situación concreta. Pues procedería de migraciones desde el campo muchas investigaciones locales, a lo largo y circunvecino. Por ejemplo, en una sociedad ancho de la península, han tratado de des- rural como la gallega no se pudo producir cubrir en la documentación conservada es- a la vez, como se ha afirmado, una gran y tos elementos o al menos indicios de ellos, general mortandad, un crecimiento urbano y cuando no se encuentren se supondrán, notable (comerciantes y artesanos) y una de modo y manera que el modelo explicati- importante corriente migratoria del campo vo cuadre y sea de aplicación en cualquier (arrasado por la epidemia) a la ciudad [5]. lugar que se estudie. Las historias generales de España de esos En mi opinión, este modelo solo puede años, como la de García de Cortázar, ano- ayudar a explicar la dinámica social de la península en esa época si, de acuerdo con 5.– Ester Boserup, Población y cambio tecnológico. Barcelona, las fuentes conocidas y el conjunto de los Crítica, 1984, explica que, con carácter general, el abasteci- miento urbano hasta el siglo XVIII provenía de los campos estudios realizados sobre la evolución eco- cultivados en un radio de entre 7 y 15 kilómetros, por lo nómica, la urbanización, la fiscalidad, la que, con baja densidad de población, el límite de la urbani- historia militar, etc., se rebajan sustancial- zación se alcanza pronto. Ella calcula que por cada habitan- mente con carácter general (la diversidad te urbano (no agrícola) se necesitan aproximadamente diez campesinos, de modo que a mayor número de urbanitas realmente existente de situaciones locales mayor número de campesinos circunvecinos se necesita (si aconseja no negar la posibilidad de situa- no hay un abastecimiento constante del exterior).

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tan que en el último tercio del siglo XIII, en Pues, como ha resumido Guinot, las no- una situación próxima a la superpoblación, ticias que tenemos de Castilla (de Navarra se alcanza «el fin del ciclo de roturaciones y la Corona de Aragón hay mucha más in- económicamente rentables y socialmen- formación) sobre la epidemia de 1348-1350 te permisibles»; la respuesta inicial de los son comentarios puntuales de la crónica y señores a esta crisis, es resistirse a elimi- de textos de carácter económico (que se- nar «el viejo juego de relaciones de pro- ñalan abandonos, pérdidas, retrasos en pa- ducción», lo que suscita graves tensiones gos, falta de mano de obra…), referencias sociales y, con el concurso de condiciones abstractas e indirectas del estilo la grand climáticas adversas, el inicio de las crisis mortandad que era entre las gentes, y las alimentarias, sobre todo en Castilla, reite- medidas tomadas en las Cortes de 1351 rándose las voces que aluden a pobreza y (que se interpretan como respuestas a la despoblación en un marco de violencia es- mortandad). Noticias, pues, muy limitadas, pecialmente destructiva; en esta situación de modo que en realidad se puede pensar, la terrible Peste Negra vendrá a agudizar las dada también la gran diversidad del reino, tensiones originadas por la pretensión de en un muy probable impacto bastante di- los poderosos de mantener las relaciones ferente entre regiones castellanas e incluso sociales existentes mediante la coerción y dentro de ellas [8]. el enfrentamiento con la monarquía [6]. Julio Valdeón, y con él otros muchos his- Tierra llena y debacle demográfica a toriadores, fue matizando sus conclusiones mediados del siglo XIV. ¿Qué dice la a lo largo de las numerosas publicaciones historiografía? en que afrontó esta cuestión, y, tras pasar revista a los escasísimos testimonios di- Muchos autores afirman que las zonas rectos existentes sobre la peste de 1348 en objeto de su estudio presentaban, tras una Castilla y reconocer que a menudo otros larga etapa de crecimiento, claros síntomas factores son también esenciales para expli- de superpoblación en la primera mitad del car la situación, afirmaba que «insistir en siglo XIV; así es que suelen aventurarse (no las dificultades puede conducir a engaño, hay respaldo documental) unas cifras muy pues todo parece indicar que el impacto de elevadas que contrastan vivamente con las la “gran depresión” fue menor en Castilla y muy inferiores posteriores conocidas (nor- León que en otras partes de Europa», y aña- malmente a través de censos fiscales), lo de que se ha magnificado el significado real que dibuja un panorama de fuerte depresión de las pestes en el contexto general de la a mediados del siglo XIV, tras la gran epide- crisis del siglo XIV [7]. mia, y una posterior etapa de recuperación desde final de ese siglo, si no antes, y du- 6.– José Ángel García de Cortázar, La época medieval, Ma- rante el XV, a veces exageradamente rápida drid, Alianza, 1973, pp. 376 y ss. Puede consultarse también (teniendo en cuenta lo que sabemos del cre- José Luis Martín, La Península en la Edad Media, Barcelona, Teide, 1976, pp. 604 y ss., o Emilio Mitre, La España Medie- cimiento natural de estas poblaciones y de val. Sociedades. Estados. Culturas, Madrid, Istmo, 1979, pp. los movimientos migratorios), desde luego 280 y ss. con importantes contrastes regionales. 7.– Julio Valdeón, «La Edad Media: origen y consolidación Pero este mundo peninsular lleno, con de León y Castilla», en Agustín García Simón (ed.), Historia unas cifras de población tan elevadas como de una cultura. I. Castilla y León en la Historia de España, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1995, pp. 199-294 (especialmente pp. 257-262). 8.– E. Guinot, La baja Edad Media..., pp. 165-166.

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inseguras, plantea graves problemas a la Explica Feliu [12], comentando las cifras hora de explicar la evolución demográfi- de Nadal para Cataluña, que el dato que se ca de las diversas sociedades hispánicas suele manejar para el año 1300 (500.000 durante la segunda mitad del siglo XIV y habitantes) es una propuesta basada en la principios del XV [9]. El mundo de contradic- estimación de la población máxima que ciones, al menos aparentes, que dibuja la podría mantener el Principado en el siglo conjunta consideración de las aportaciones XVIII (se supone que es el tope de la po- historiográficas en diversos campos (demo- blación medieval, el mundo lleno al que se grafía, historia militar, economía, fiscali- refiere en varias ocasiones), que se calculan dad…), invita a tomar con mucha cautela la unas pérdidas por diversos avatares, espe- idea de la superpoblación (al norte del Due- cialmente hambrunas, del 5% entre ese año ro y del Ebro, se entiende, porque grandes y 1347, y que la Peste Negra de 1348 se lle- extensiones del sur permanecen vacías), lo varía a un 20% más, de modo que la cifra que, por cierto, también permite abordar la de 1347 la han calculado sumando un 25% mortandad de 1348 desde una perspectiva a la que arroja el censo de 1359-1360 (cál- mucho menos dramática que la habitual. culo que no tiene en cuenta el crecimiento Monteano [10], que resume una amplia natural acumulativo de la población). Con bibliografía anterior (Zabalo, Carrasco, esta apriorística (y prudente) asignación de Berthe…), afirma que en vísperas de la epi- víctimas de la Peste y la consiguiente opti- demia Navarra es «un mundo lleno y famé- mista propuesta de 500.000 habitantes en lico»; 60.000 fuegos (270.000 habitantes) 1300, se construye un punto de partida de- hacen que «los campos navarros estén su- mográfico cuyo devenir, para desembocar perpoblados»; y ello aun a pesar de graves en las cifras más seguras de censos poste- incidencias previas muy negativas, como riores (293.000 en 1381 y 224.000 en 1497), las hambrunas y carestías de 1300-1318, descabala todos los cálculos, pues además 1328-1330 y 1333-1336. Navarra, dice, ja- de que no se tiene en cuenta el crecimien- más ha estado tan poblada como en vís- to natural de la población desde 1300 hasta peras de la Peste Negra. Puesto que para 1348, hace necesario incrementar el balan- 1366 se habla de 18.219 fuegos, (82.000 ce de pérdidas globales tanto en 1348 como habitantes), puede calcularse la magnitud en la larga duración [13]. del descalabro demográfico entre ambas Para el Reino de Aragón, José Ángel Ses- fechas, descalabro que todavía no se habría ma califica de carente de base y de rácana superado en 1570, cuando se habla de unos la cifra comúnmente aceptada de 200.000 180.000 habitantes [11]. ba de unos 100.000 navarros en vísperas de la epidemia, 9.– Por ejemplo, las cifras sobre la población de la Corona dato que rebajaría considerablemente el extraordinario de Castilla varían enormemente según los autores, pues de la mortandad que se viene difundiendo. Julio Valdeón y García de Cortázar habla de 4,5 millones en 1300, Lade- José Luis Martín, La Baja Edad Media peninsular. Siglos XIII ro de 4 millones, y los cálculos de Iradiel son de unos 3 al XV. La población, la economía, la sociedad, Madrid, Espa- millones. Cuando las cifras difieren tanto es porque en sa-Calpe, 1996, (capítulo dedicado al Reino de Navarra). realidad se sabe muy poco. 12.– Gaspar Feliu, «La crisis catalana de la Baja Edad 10.– Peio J. Monteano, Los navarros ante el hambre, la peste, Media: estado de la cuestión», Hispania, 217, 2004, pp. la guerra y la fiscalidad. Siglos XV y XVI, Pamplona, 1999; y 435-466 «La Peste Negra en Navarra. La catástrofe demográfica de 13.– Como los puntos de partida y la incidencia de la Pes- 1347-1349», en Príncipe de Viana, 222, 2001, pp. 87-120. te Negra sobre la población catalana se formulan a modo 11.– De cualquier manera las cifras no dejan de ser discu- de hipótesis más o menos verosímiles, las propuestas va- tibles, de modo que, más prudentemente, Valdeón habla- rían según los autores, a veces de forma considerable.

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habitantes en vísperas de la Peste Negra, También en la Corona de Castilla, al pues estudios de ciudades y comarcas su- norte del Duero, se ha creído observar ese gieren, dice, una población notablemente mundo lleno con el que el modelo europeo más numerosa, tanto que quizás sobre 1320 arranca su dinámica para explicar la crisis. hubiera alrededor de 450.000 habitantes. Si en Galicia se ha hablado de sobrepobla- Cifra tan optimista que, para desembocar miento rural, en tierras de Álava se habría luego en los 250.000 de 1495, (procedente alcanzado tempranamente la condición de del fogaje general ordenado por las Cortes mundo lleno, próximo a la superpoblación, de Tarazona, generalmente considerado hacia 1340, y en Salvatierra y la Llanada como fiable), hay que aceptar unos descala- oriental alavesa parece que ya en 1257 ha- bros demográficos sin precedentes, no jus- bía una densa ocupación del espacio. Y se tificados por la historiografía. La evolución habla de villas superpobladas en tierras gui- conocida de la población aragonesa solo se puzcoanas en vísperas de la Peste. También puede explicar reduciendo considerable- para Asturias se ha aventurado una cifra mente el punto de partida del autor. Pero de población muy elevada por las mismas la idea de un mundo lleno a mediados del si- fechas, pues aunque no existe documen- glo XIV ha alcanzado ya tal difusión que los tación para poderse pronunciar, se afirma autores la encuentran ahí donde miren; así, que debía estar en esta época densamente también para Huesca se habla de desajuste poblada, como se deduciría del gran núme- entre producción en retroceso y población ro de feligresías y parroquias, de modo que que ha alcanzado prácticamente sus máxi- se podría hablar, en el momento álgido, de mos; desajustes que allanarán el terreno entre 250.000 y 300.000 habitantes. Mun- para que la Peste Negra provoque un graví- do lleno, pues, cuya población se va a ver simo descalabro entre unas gentes ya muy hondamente afectada por una diversidad debilitadas. Descalabro que, sin embargo, de factores como los que afectaron trágica- no se produce entre los moros de la aljama mente a la Corona de Castilla. oscense, cuya población se mantiene bas- Pues como postula el modelo europeo, tante estable a caballo de la gran epidemia. muchos historiadores afirman que tam- Parece que cuando se encuentra documen- bién en la península los frenos malthusia- tación concreta las escandalosas cifras de nos, la Peste Negra primordialmente, junto mortandad no pueden mantenerse [14]. con las graves hambrunas y las constantes violencias, vinieron a reponer el equilibrio 14.–José Ángel Sesma, «Sobre los fogajes generales del perdido en esas tierras llenas entre una pro- Reino de Aragón (siglos XIV-XV) y su capacidad de refle- ducción menguante y una población que jar valores demográficos», en José Ángel Sesma y Carlos desbordaría los límites tras una larga eta- Laliena (coords.), La población de Aragón en la Edad Media (siglos XIII-XV). Estudios de demografía histórica, Zaragoza, pa de crecimiento sin trabas. Y suelen ci- Leyere, 2004, pp. 23-53. Carlos Laliena y María Teresa Iran- tarse fuentes verdaderamente impactantes, zo, «Huesca en la Baja Edad Media: crisis y recuperación como algunos cronicones que hablan de (siglos XIV-XV)», en Carlos Laliena (coord.), Huesca: Historia dos tercios de muertos, la Crónica de Pe- de una ciudad, Huesca, Ayuntamiento de Huesca, 1990, pp. 132-159 (p. 146). Pero la idea de un mundo lleno y ren- dro IV, en la que el monarca estimaba que dimientos agrícolas decrecientes no puede aplicarse al en sus reinos las bajas podrían llegar a ¾ conjunto de la Corona de Aragón empeñada por entonces en repoblar Valencia y Mallorca. Ángel Conte, La aljama es tan seguro que la población descendiera en la medida de moros de Huesca, Huesca, Instituto de Estudios Altoara- en que sistemáticamente se viene aseverando» (p. 156). Lo goneses, 1992, señala que la aljama tendría en 1294 550 mismo se deduce de varios estudios con fuentes diversas habitantes y en 1356 540, de modo que concluye que «no en otros lugares.

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partes, otros documentos, singularmente «compatibles con una trayectoria de creci- de la Corona de Aragón y de Navarra, y las miento más elevado de la economía euro- noticias procedentes de Europa, que desde pea»; pues considera que a escala general el inicio estimaban inauditas mortandades solo puede hablarse de crisis demográfica, (crónicas y autores aseguran que apenas se «pues cuanto más se investiga más se des- salvaron diez de cada mil personas), cifras cubre la gravedad de la fractura en los terri- extraordinarias que no pueden ser tomadas torios europeos y peninsulares, con cifras literalmente pero que han estimulado a al- superiores a las de síntesis», que hablan del gunos historiadores del siglo XX a pensar 30% de la población. Y aunque en algunas que tales mortandades han ocurrido real- zonas la catástrofe sería todavía mayor, «se mente a nivel general, aunque no haya me- trata solo de una de las variables a tener dio de comprobarlo [15]. en cuenta y probablemente no de las más Una verdadera hecatombe, una tragedia importantes» [16]. sin precedentes que, sin embargo, tendría Pero la realidad es muy diversa, de modo también, según se argumenta, efectos po- que conviene abordar la cuestión por regio- sitivos abriendo paso a todo un mundo de nes. nuevas oportunidades para el futuro, inme- En Navarra, explica Berthe, en 1346- diatamente aprovechadas por los supervi- 1347 los campesinos mueren de hambre, vientes (concentración de la propiedad en casi siempre con toda su familia; estamos manos del sector más dinámico del cam- ante «la crisis alimentaria de un país agota- pesinado, abandono de tierras marginales, do en sus recursos y en estado de superpo- abundancia de pastos y aumento de la ga- blación». Un mundo lleno cuyo modelo ex- nadería, incremento de la productividad y tensivo de crecimiento se colapsa por esas del nivel de vida, aumento significativo de fechas ante el descenso de la productividad la demanda de una variedad de productos, (ley de rendimientos decrecientes), y acosado nuevos estímulos para el crecimiento…). por los malos tiempos, las pérdidas de cose- En este sentido, Iradiel afirma que la expli- chas y las calamidades climáticas. Por tanto, cación de la crisis se centra hoy en un con- cuando llegue la gran epidemia, invadiendo junto de transformaciones estructurales todo el reino, va a provocar una espantosa sangría humana; sangría que vendría a su- 15.– En el Cronicón Conimbricense, publicado en el tomo marse a la, quizás mayor, provocada pre- XXII de La España Sagrada, se lee: «Era de MCCCLXXXVI an- nos por S. Miguel de Setembro acompezou esta pestilençia, foi grande mortaldade por lo mundo, asi que igualmente 16.– Paulino Iradiel, «La crisis bajomedieval, un tiempo morreron as duas partes das gentes…» De forma parecida de conflictos», en José I. de la Iglesia Duarte, Conflictos se expresa la crónica de Alcobaça: «Era MCCCLXXXVI fuit sociales, políticos e intelectuales en la España de los siglos generalis pestilencia per toto mundo in qua mortui sunt due XIV y XV. Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2004, partes hominum». En septiembre de 1350 el obispo de pp. 13-48. Pero no resulta fácil aceptar que la pérdida del Lugo fray Pedro López de Aguiar afirma que por la peste 40% de la población sea una inmediata oportunidad para no se encuentran curas disponibles (y por lo que dice casi el desarrollo de ninguna sociedad, pues más bien da la tampoco parroquianos): «…propter pestem et mortalitatem impresión, como a menudo se ha argumentado, de que que supervenit, propter quam tam clericorum quam etiam una catástrofe de tal magnitud desarbolaría los mecanis- parochianorum fere due partes in nostra diocesis perierunt.» mos e instituciones sociales, de modo que las posibles Y el Cronicón Gerundense afirma: «Anno MCCCXLVIII fuit ventajas que se enuncian tardarían mucho tiempo en ha- maxima mortalitas hominum et mulierum taliter quod ex cerse evidentes. Y por otro lado, en la península ocurre lo peste perierunt in ista diocesi Gerundae et etiam provintia contrario de lo que dice Iradiel: cuanto mejor se conoce Tarrachone duae ex tribus partibus hominum et mulierum». un territorio, menor es la mortandad aceptada; así ocurrió Muchos historiadores advierten de la imposibilidad de en Gerona y en Mallorca, por ejemplo, donde Guilleré y aceptar literalmente las informaciones de estas fuentes. Santamaría rebajaron la cifra de 2/3 a menos del 20%.

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viamente por la hambruna, pues Monteano demográfica se achaca al incremento de la afirma, imagino que hiperbólicamente, que mortalidad, implícita en muchas de las pe- «cuando llegó la peste en algunas comarcas ticiones de rebajas fiscales, que se refieren navarras quedaba ya muy poca gente por a factores como repetidas hambrunas, vio- matar». Las conclusiones del autor son que lencias y guerras. Y sobre todo la peste, pro- entre 1347 y 1350 desaparecen la mitad de tagonista indiscutible, dice Vaca, de la quie- los navarros, que, con los siguientes epi- bra demográfica de Castilla en la segunda sodios catastróficos (en 1362-63 un nuevo mitad del XIV, pues, aunque poco sabemos brote epidémico acaba con un quinto de la de ella, la gran epidemia de 1348-1350, do- población total, y hay nuevos episodios en cumentada de manera genérica en casi toda 1382, 1400, 1411 y 1421), en 1427 serían la la Corona de Castilla, bien pudo provocar cuarta parte de los que eran en 1346; es- pérdidas del 25% o del 30%, cifras elevadí- tamos, concluye Monteano, ante «el récord simas, pero inferiores a las aceptadas para de todos los declives demográficos regis- Europa [19]. Pero la situación difiere también trados en la Europa de la época» [17]. considerablemente en los diversos espacios En Castilla, la gran escasez de datos e de la Corona de Castilla. informaciones directas privilegia el uso de En relación a Galicia, Portela, que mar- fuentes indirectas y el estudio de lo que se có el tenor de las investigaciones durante consideran consecuencias económicas y muchos años, cree que la peste, que se cebó sociales provocadas por la epidemia, como con Bayona del 25 de julio de 1348 al 1 de los despoblados, reiteradamente citados enero de 1349, pudo provocar dos tercios como prueba y que hace tiempo estudió de fallecidos, como recoge el Cronicón Co- Cabrillana para afirmar una fuerte quie- bra demográfica en el obispado de Palencia desigual según las comarcas. Para Ángel Vaca, «Recesión que, probablemente, «podría con cautelas económica y crisis social de Castilla en el siglo XIV», en extenderse a las diócesis leonesa y burgale- Las crisis en la Historia, Salamanca, Ediciones de la Univer- sidad de Salamanca, 1995, págs. 33-55, este estudio sobre sa, vecinas suyas y de características simi- los despoblados palentinos, a pesar de ser reiteradamente lares», o sea a prácticamente toda la zona citado, carece del mínimo rigor exigible y sus conclusio- norte de la Cuenca del Duero. Las actas de nes no son aceptables. Carlos Reglero de la Fuente, «Los las Cortes de Valladolid de 1351 han sido despoblados bajomedievales en los Montes Torozos: je- rarquización del poblamiento y coyuntura económica». En también consideradas como prueba de los Edad Media. Revista de Historia. Universidad de Valladolid, estragos que la epidemia causó en la Co- 1 (1998), págs. 183-218, razona una crítica definitiva a las rona de Castilla [18]. De modo que la crisis tesis de Cabrillana. Sobre el contenido de las actas de las cortes de 1351 y su valor como testimonio de los estra- 17.– Maurice Berthe, Famines et épidemies dans les cam- gos de la epidemia de 1348 en Castilla, he realizado un pagnes Navarraise á la fin du Moyen Âge, París, S.F.I.E.DI, análisis minucioso en mi obra citada en la primera nota 1984. Las referencias de Monteano, en nota 11. Una crítica de este artículo. a las cifras extraordinarias de mortandad facilitadas por 19.– Ángel Vaca, «La quiebra demográfica en Castilla en estos y otros autores puede verse en Guillermo Castán y la Baja Edad Media. ¿Realidad o ficción virtual?», CHE, Salvador Dueñas, «Revisión de la incidencia de la Peste LXXVI, (2000), pp. 63-98. Aquí, tras la pregunta retórica, Negra (1348) en Navarra a través de un modelo matemá- el autor se reafirma en su tesis de que en Castilla, en la tico de población», Studia Historica. Historia Medieval, 24 Baja Edad Media, se produjo, como en el resto de Europa, (2006), pp. 275-314. una quiebra demográfica precedida de una larga fase 18.– Nicolás Cabrillana, «La crisis del siglo XIV en Castilla: de ascenso continuado. Faltan datos, reconoce, pero es la peste negra en el obispado de Palencia», Hispania, 109 indudable. Hay que hacer notar que no es lo mismo un (1968), págs. 245-258. Aquí el autor afirma que la zona importante descenso demográfico en la larga duración llana debió estar superpoblada en vísperas de la peste, que una súbita, traumática, pérdida elevadísima en unos y acepta una incidencia del 25% o quizás más, aunque meses a causa de una epidemia.

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«Flagelantes en Doornik, Tournai», miniatura de Chroniques et annales de Gilles le Muisit, 1349 (Fuente: Biblioteca Real de Bélgica)

nimbricense, algún documentoy algunas Similar parece la situación en algunas cifras de estudios europeos [20]. Pero fuera zonas al sur del Sistema Central, donde de alguna noticia aislada (Estepar, en Bur- sabemos por muy pocos testimonios que gos, Villalobos, en Zamora, Palencia, y San también apareció la Peste Negra (Badajoz, Felices de Gallegos, en Salamanca) hay du- Toledo, Écija, Arjona, Gibraltar), aunque en das sobre las secuelas del morbo en amplias muchas de ellas no dejó huellas en la docu- zonas meseteñas, como en el propio Burgos mentación conservada. Y se ha podido de- (donde con datos del Cabildo se ha llegado cir que nada se sabe de su paso por Sevilla a poner en duda la existencia misma de la o de sus consecuencias en Murcia, donde crisis), Valladolid o León; y los detallados se conocen episodios posteriores mucho estudios sobre despoblados en diversas zo- más graves. Y, en fin, aunque conocemos nas al norte del Duero o sobre la población muy mal la incidencia de la Peste Negra en en Soria, Segovia, Ávila y Salamanca no au- el reino nasrí, se ha llegado a afirmar que torizan a hablar de debacles demográficas. la población granadina debió registrar un descenso brutal por su causa, sin añadir 20.– Ermelindo Portela, La región del obispado de Tuy en más precisiones. los siglos XII al XV. Una sociedad en la expansión y en la Este panorama es el que alentó a muchos crisis. Santiago de Compostela, El Eco Franciscano, 1976. historiadores a estimar que la afectación Cita por ejemplo un documento de la zona de Bayona en del interior peninsular fue muy inferior a la el que se lee que «despoys de esto que veera ao mundo tal pestilencia et morte ennas gentes que a mayor partida dellas que sufrieron las regiones levantinas, aun- eran ffinadas…». que otros muchos rechazan la idea porque

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no ven razones objetivas para que unas zo- dos terceras partes de la población» [22]. nas se infectaran gravemente y otras no [21]. En el Cronicón Gerundense puede leer- En 1977 Vicente Bielza de Ory, en una se: «Anno MCCCXLVIII fuit maxima morta- obra de conjunto sobre la población de Ara- litas hominum et mulierum taliter quod ex gón, recogió que, tras la expansión de los peste perierunt in ista diocesi Gerundae et siglos XII al XIV, la segunda mitad de este etiam provintia Tarrachone duae ex tribus siglo cambia completamente de signo por- partibus hominum et mulierum») [23]. Dos ter- que se quiebra la tendencia alcista; variadas cios, pues, de muertos en las diócesis de son las causas, pero subraya especialmente Gerona y de Tarragona que Carmen Bat- la epidemia de Peste Negra de 1348, cuya lle aceptará para toda la Cataluña Vieja y gravedad extraordinaria fue ya evaluada extenderá a Barcelona, que, dice, sufrió la por Pedro IV: bien pudo llevarse ¾ de la po- pérdida de casi dos terceras partes de su blación. Bielza comentó entonces que esta población. En fin, Girbal, que, dice, no ha cifra parece exagerada y que seguramente logrado encontrar evidencias de estos he- la epidemia ¡solo! eliminó la mitad. Queda chos en los archivos a pesar de sus esfuer- así establecido, de la mano de la Crónica de zos, argumenta que ataques a los judíos se Pedro IV y de Zurita, en tanto que máximo produjeron en muchas partes, de modo que difusor de la misma, que el Reino de Ara- bien pudieron ocurrir también en Gerona, y gón sufrió una catástrofe sin precedentes los relaciona con la epidemia que en 1348 en 1348. En 1959 Tilander ya había consi- «convirtió a nuestra ciudad en un pavoro- derado que la regulación de precios y sala- so cementerio, matando dos terceras partes rios realizada en las cortes de Zaragoza de de los habitantes de este obispado». Como 1350 (también se hace en otros reinos por se ve, ante la ausencia de documentos y los mismos años) tiene una causa evidente, «la gran peste de la que fueron víctimas las 22.– Gunnar Tilander, Fueros aragoneses desconocidos pro- mulgados a consecuencia de la gran peste de 1348, en Le- ges Hispanicae Medii Aevi, IX. Estocolmo, Offset-Lito 1959. Resulta fascinante ver cómo las cifras de mortandad que 21.– Con tan escaso bagaje, afirma Vaca, no es posible es- facilitaron documentos de la época, como el Cronicón Co- tablecer ni siquiera la presencia de la epidemia en mu- nimbricense y otros similares, son aceptadas sin mayores chas comarcas, razón por la cual algunos historiadores dificultades 600 años después por autores del siglo XX; creen que Castilla fue menos afectada, pero él no duda y, por cierto, con razones mucho más endebles, pues los del pronunciado descenso de la población debido a múlti- cronistas de la época y los frailes historiadores aceptan ples causas entre las que la peste contaría en primer lugar, la realidad de tales apocalípticas masacres porque saben como se dice en las Cortes de 1351. Vid. Ángel Vaca, «La de la gravedad de la ira divina, que es proporcional a la Peste Negra en Castilla. Aportación al estudio de algunas maldad y la monstruosidad de los pecados del género hu- de sus consecuencias económicas y sociales», Studia mano (per le nostre inique opere, da giusta ira de Dio, expli- Historica. Historia Medieval, vol. II, nº 2 (1984), págs. 89- caba Boccaccio), lo que resulta coherente y entendible en 107; y «La Peste Negra en Castilla. Nuevos testimonios», la mentalidad de la época; mientras que algunos autores en el vol.III (1990), pp. 159-171. En un espléndido trabajo, contemporáneos aceptan las mismas desoladoras cifras Molénat afirma que a partir de 1349 la ruina en los porque conocen la gravedad de las medidas humanas que campos toledanos se ve por todas partes y, aunque no hay hubieron de tomarse, como la regulación de precios y sa- testimonios directos que achaquen los abandonos a la larios, decisión terrenal y provisional (solo estuvo en vigor peste, conociendo el itinerario que recorrió en la península dos años en la Corona de Aragón) ya tomada en varias se puede suponer que también la zona centro sería afectada ocasiones anteriores y en otros lugares, que ya trató de antes de marzo de 1349, desmintiendo enfáticamente «esa implantar Diocleciano en el Bajo Imperio y que, por cierto, misteriosa inmunidad de la Meseta a la peste» que algunos tampoco es un invento de este emperador. han querido ver. Vid. Jean Pierre Molénat, Campagnes et 23.– Ramón de Abadal, España cristiana, crisis de la reconquis- monts de Tolède du XIIe au XVe siècle, Madrid, Casa de ta, luchas civiles, Tomo XIV de la Historia de España dirigida Velázquez, 1997, especialmente pp. 287-317. por Menéndez Pidal, Madrid, Espasa-Calpe, 1966, prólogo.

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pruebas que avalen la idea, se recurre a un pueda perder traumáticamente más de un ejercicio tan arriesgado como el de suponer tercio de la población sin padecer inmedia- que aquí ocurrió lo mismo que ocurrió allá, tas consecuencias gravísimas en muchos por analogía, en un ejercicio deductivo de campos de la vida social. imposible validación. Y en cuanto a las ele- Y sin embargo, muchos estudios regio- vadísimas cifras que aportan cronicones y nales han puesto de manifiesto que la eco- documentos coetáneos, ya Pierre Vilar ad- nomía experimentó una evolución positiva virtió: «No retengamos las cifras de mor- tras el paso del morbo, cuando la población talidad propuestas por los viejos autores: no había tenido aún tiempo de recuperarse nueve décimos, tres cuartos, dos tercios de mínimamente. Es cierto que el abandono la población. Tales proporciones, aun posi- de tierras marginales y la concentración de bles localmente, no pueden tener significa- las más productivas en menos manos pudo ción general…» [24]. incrementar la productividad, elevar el ni- vel de vida de los supervivientes, reanimar Economía, fiscalidad y guerra en la la demanda y alentar con ello la producción segunda mitad del siglo XIV. ¿Una artesanal y el comercio, pero no es menos evolución al margen de la demografía? cierto que el nivel de desarrollo técnico y de los intercambios de la época vinculan muy Llama la atención que una catástro- directamente producción y fuerza de traba- fe demográfica como la que se admite por jo, demanda interna y consumo, de modo doquier, especialmente en Navarra y en la que, como se quejan los hidalgos en las Cor- Corona de Aragón, no fuera seguida de un tes de Valladolid de 1351, la falta de mano inmediato periodo de desconcierto social, de obra dejaría los campos yermos y las ren- de caos administrativo y de crisis general tas tenderían inexorablemente a la baja. profunda, a pesar de que ya hemos men- Sin embargo muchos estudios han pues- cionado que algunos autores piensan que to de relieve que ya desde 1350 el cultivo de las consecuencias de la Peste Negra fueron la vid se extiende y adquiere una mayor im- poco relevantes en el devenir de las socie- portancia en muchas zonas, a pesar de sus dades [25]. Pues no parece evidente que se requerimientos de trabajo intensivo, y la incrementada producción de vino alimen- 24.– Carmen Batlle, La crisis social y económica de Barce- lona a mediados del siglo XV, Barcelona, CSIC, 1973, vol.1, ta un comercio, también de exportación, p. 53, donde afirma también que el número de muertos atendiendo una demanda solvente al pare- fue extraordinario tanto en el campo como en la ciudad, cer no mermada por las mortandades que aunque luego explica que Barcelona mantuviera tras la se aceptan por doquier. Esto ocurre en Gali- catástrofe el número de fuegos previo por la inmigración desde el campo. Enric Claudi Girbal, Los judíos de Gerona, cia, donde, además, se afirma que «las ricas Gerona, Imprenta de Gerardo Cumané, 1870, p. 21. Más ciudades y villas tanto del interior como del adelante varios autores, entre ellos Guilleré, desmienten litoral viven plenamente el auge comercial este literario apunte de Girbal. Pierre Vilar, Cataluña en la que entonces se extendía por el reino»… España Moderna .I. Introducción. El medio natural y el medio histórico, Barcelona, Crítica, 1987 (3ª ed., p. 252). auge de ciudades como Bayona, Coruña, 25.– Desechando por tanto el argumento principal que Ribadeo, Tuy, Ribadavia, Pontevedra… y so- sobre su paso por la península habían proporcionado bre todo Santiago, ciudades prósperas a lo los historiadores hasta hace poco, a saber, que, a falta largo y ancho del territorio, costeras o inte- de pruebas y testimonios directos suficientes, se puede conocer la importancia de la epidemia por sus secuelas económicas y sociales, por la grave crisis que provocó (tie- vagando de acá para allá, alza extraordinaria de salarios rras abandonadas, descenso de la producción, multitudes y de precios…).

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riores, gracias al comercio de artículos no 1348 no rompió la continuidad y pudo ser solo de primera necesidad, al vigor de sus un nuevo resorte para el desarrollo, y que cofradías de mareantes, sus astilleros o sus ni el morbo ni las otras calamidades agota- relaciones con el exterior [26]. ron al país, lo que es muy difícil de aceptar También en Navarra, donde en 1348 la si la Peste Negra hubiera acabado en unos exportación de vino por Puente la Reina meses con la mitad de la población navarra se incrementa el 400% respecto al año an- y con otro 20% unos años después [27]. terior, y en los años siguientes, cuando se En 1348 los condes de Flandes otorgan ha dicho que la peste se había llevado a la a los mercaderes cántabros un estatuto mitad de los navarros, las cifras se mantie- que los equipara con la Liga Hanseática, nen en niveles altos y medios en relación alcanzando con ello la Hermandad de las a los previos a la epidemia. Más allá de los Marismas su apogeo, de modo que es bas- vaivenes de la producción agraria en una tante evidente que la epidemia no paralizó comarca, importa ver que la capacidad de una actividad mercantil que ya practicaban exportación no solo no ha mermado en la desde el siglo XIII y que se vio muy favore- comarca de Puente la Reina, pues tampo- cida, especialmente con Bretaña, Flandes y co lo ha hecho en Tudela, Laguardia y Via- Normandía, durante la Guerra de los Cien na (que producen y venden mucho más), y Años, coyuntura que aprovecharon los ma- que tampoco lo ha hecho la capacidad de rinos cántabros y vascos (y también los ma- consumo de los compradores, que proce- llorquines traficando con armas). Y no pue- den fundamentalmente de Guipúzcoa y de de olvidarse que desde los inicios del siglo Álava. Producción y consumo que se sitúan XIV el comercio de la lana va despegando durante la epidemia y después en los nive- hasta convertirse en un negocio fundamen- les habituales anteriores, y que solamen- tal para los puertos cántabros. Y en el País te experimentarán una caída considerable Vasco el siglo XIV, el siglo de la crisis y de cuando conflictos bélicos interrumpan las la Peste Negra, presenta un mayor núme- relaciones comerciales. También la minería ro de nuevos núcleos de población que el y la industria siderúrgica navarras experi- siglo XIII, tradicionalmente considerado de mentan avances desde fines del siglo XIII, expansión; en Guipúzcoa se fundan cinco y parece que el verdadero cambio de tenden- entre 1347 y 1383 [28]. cia de las actividades mineras del norte de Navarra se sitúa en el reinado de Carlos II, 27.– Fermín Miranda García, «El mercado exterior del vino desde 1350, con importantes incrementos en Puente la Reina (Navarra) a mediados del siglo XIV». en la producción. De modo que Mugueta ha En María Isabel del Val y Pascual Martínez (dirs.), Castilla y el mundo feudal. Homenaje al profesor Julio Valdeón. Vol. I, podido afirmar que «no cabe duda de que Valladolid, Universidad de Valladolid, 2009, págs. 539-550. la segunda mitad del siglo XIV continuó Íñigo Mugueta, «La primera industrialización en Navarra: siendo un periodo de auge de la actividad las ferrerías en la Baja Edad Media», en Huarte de San Juan. siderúrgica». Así es que, parece, la peste de Geografía e Historia, 16, (2010), págs. 9-58 (especialmente 11-23); y «Mercados locales e industrias rurales en Navarra (1280-1430)». En Germán Navarro y Concepción Villanueva 26.– Cfr. Antonio Rodríguez González, «Pedro I de Castilla y (coords.), Industrias y mercados rurales en los reinos hispá- Galicia», Boletín de la Universidad Compostelana, 64, (1956), nicos (siglos XIII-XV). Monografías de la Sociedad Española pp. 239-276. Antoni Capmany, Memorias históricas sobre la de Estudios Medievales, nº 9. Murcia (2017), págs. 145-174. Marina, comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona, 28.– Cesáreo Fernández Duro, La Marina de Castilla, Ma- Tomo III, Madrid, Imprenta de Antonio de Sancha, 1792, drid, El Progreso Editorial, 1894. Javier Garay Salazar, pp. 24-25, menciona el buen estado de la marina en los 1296-1996. VII centenario de la Hermandad de las Marismas, puertos gallegos. Castro Urdiales, Ayuntamiento de Castro Urdiales, 1996,

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Auge que no afecta solo a las zonas ma- lieve el complejo programa de creación de rítimas, pues Valdeón afirma que el notable infraestructuras para el fomento del comer- desarrollo de Valladolid en los siglos XIV cio interior e internacional (construcción y XV es producto de una expansión prác- de alhóndigas, alcaicerías y atarazanas en ticamente ininterrumpida, cuyo motor está las principales ciudades del reino, y man- en su función política, en una agricultura tenimiento y mejora de las vías de comu- y ganadería para abastecimiento local, el nicación, incluyendo puertos secundarios) auge de algunas ramas de la artesanía, es- puesto en marcha por los grandes reyes pecialmente las relacionadas con el con- nazaríes de mediados del siglo XIV (Yusuf sumo suntuario de la nobleza (joyeros, I y Muhammad V), al punto que a este siglo plateros, armeros, esmaltadores…), y un XIV lo denomina el gran siglo nazarí, cuan- comercio en crecimiento debido a las ferias do su economía se vio dinamizada por una y a la presencia de comerciantes extranje- demanda exterior cuyos ecos llegaron al úl- ros. En Burgos las rentas del cabildo no vie- timo rincón del reino [29]. ron cambios bruscos, y solamente se pue- En fin, la producción artesanal castella- de anotar una mala coyuntura entre 1340 na estaba en consonancia con el nivel de y 1368, pero no acusada y mucho menos urbanización y se realizaba en pequeños catastrófica. La conclusión es que no hubo talleres locales, de modo que, dice Guinot, caídas fuertes de las rentas urbanas a lo lar- hablar de una crisis del mundo del trabajo go del siglo, lo que resulta esclarecedor. Por y de la producción manufacturera castella- lo tanto, razona Casado, si los canónigos no na en el siglo XIV parece, cuando menos, se vieron afectados por la crisis y no puede exagerado; y no parece tampoco que los in- hablarse de la catástrofe demográfica que tercambios hayan entrado en colapso, pues se insinúa para Castilla ya que todas las ca- David Igual, con la perspectiva más amplia sas se mantuvieron alquiladas, parece que que otorga el estudio del comercio interna- «la crisis del siglo XIV en Burgos debe ser cional, al que no ve tan desconectado de las repensada». Y más teniendo en cuenta que actividades mercantiles internas, replantea tampoco se aprecian caídas en los ingresos la dominante visión pesimista acerca del procedentes de los judíos o por portazgo de desarrollo de Castilla en la baja Edad Me- leña, bancos de las carnicerías y similares; dia [30]. Así es que se trata de una crisis que y también las rentas de molinos y huertos cuanto más se profundiza en su estudio evolucionaron de forma parecida, de modo más desvaída se presenta. que tampoco puede hablarse aquí de aban- dono de campos como producto de la gran 29.– J. Valdeón «Valladolid en los siglos XIV y XV», en Historia de Valladolid, II. Valladolid medieval. Valladolid,

crisis agraria y demográfica.En Murcia Men- Ateneo, 1980, págs. 87-111. Hilario Casado, «¿Existió la jot aprecia entre 1330 y 1355 una etapa de crisis del siglo XIV? Consideraciones a partir de los datos «crecimiento demográfico, recuperación de la contabilidad de la catedral de Burgos», en Mª Isabel agrícola y desarrollo de la industria pañe- del Val y P. Martínez, Castilla y el mundo feudal. T.III, pp. 9-25. Denis Menjot, Murcie castillane. Une ville au temps ra». También para el reino nazarí, que al de la frontière (1243-milieu du XVe siècle), II, Madrid, Casa parecer sufrió de manera extraordinaria la de Velázquez, 2002, págs. 1116-1124. Adela Fábregas, epidemia, Adela Fábregas ha puesto de re- «La vida económica del sultanato nazarí en su vertiente comercial», en Historia de Andalucía. VII Coloquio. Granada, pp. 89 y ss. Beatriz Arízaga, El nacimiento de las villas gui- Universidad de Granada, 2009, págs.81-101. puzcoanas en los siglos XIII y XIV: morfología y funciones ur- 30.– David Igual, «¿Crisis? ¿Qué crisis? El comercio banas, San Sebastián, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones internacional en los reinos hispánicos», Edad Media. y Publicaciones, 1978. Revista de Historia, 8 (2007), pp. 203-223.

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Para Cataluña Furió afirma que la- di Y si para Valencia Enrique Cruselles námica conocida y los datos disponibles cree que se deben volver a evaluar los efec- relativos a cuestiones como el comercio, tos de guerras, hambrunas y pestes sobre la industria textil, la construcción naval, la economía, «pues la sociedad valenciana la moneda y las demás estudiadas por los se hallaba en una fase de crecimiento, so- especialistas, no son, ciertamente, los de bre la cual esos fenómenos repercuten de una economía en crisis, de modo que en manera más marginal que la que ha esta- conjunto, y a pesar de todo, el XIV es to- blecido la visión más catastrofista del si- davía un siglo de crecimiento. Así, aunque glo XIV», algo similar se ha estudiado para Vilar concede bastante importancia a unas Mallorca, donde, dice Lluís Tudela, tras una epidemias que desde 1348 hicieron des- etapa de inestabilidad que se prolonga de aparecer muchas explotaciones agrarias, 1341 a 1349, ya desde finales de este año, y también afirma que la economía urbana se con más claridad desde 1351, coincidiendo mantuvo, como muestra el apogeo del gran con la nueva guerra con Génova, la reacti- comercio hasta mediado el siglo XV. Y a ni- vación económica de las islas se muestra vel global los primeros signos de desequi- evidente por la pujanza del comercio ma- librio y debilidad no aparecen hasta 1380, rítimo. Así es que desde la segunda mitad de modo que la crisis aparece con toda su del siglo XIV se inicia una fuerte expansión crudeza a mediados del siglo XV, alcanzan- manufacturera (textil lanar especialmen- do el punto culminante con la guerra civil. te) que se incrementa en la primera mitad La Barcelona de 1380 a 1420 sigue siendo del XV; y a despecho de conflictos e inse- un gran centro comercial cuyos avatares guridades, se observa ya en los años cen- hay que verlos más en factores internacio- trales del XIV una intensa actividad en los nales que internos; de modo que la grave- intercambios comerciales, especialmen- dad de la crisis de la ciudad –el gran motor te aunque no solo con el Norte de África. del Principado- «no hay que buscarla en la Así es como tras la ampliación del muelle peste ni en la agitación campesina sino en de Mallorca, en 1356 Pedro IV pide que se la pérdida de competitividad de los paños construya una nueva dársena cubierta ca- catalanes en el mercado internacional» y paz para veinte galeras [32]. en las intervenciones sobre precios, sala- En fin, baste este somero e incompleto rios y valor de la moneda que se realizan repaso para argumentar que el hipotético tratando de superar la situación. El desen- impacto gravemente despoblador de la epi- cadenamiento de la crisis se produce entre demia complica mucho poder explicar de 1425 y 1450, cuando es visible el descenso forma coherente la coyuntura económica, de la población barcelonesa (casi un siglo las repoblaciones tardías del País Vasco, de después de la Peste Negra), la falta de mano de obra y el bajón de la producción en todos de marjales o zonas boscosas y en la repoblación por los sectores [31]. catalanes, especialmente, de las Baleares y de las costas valencianas; así es que estem lluny de qualsevol «sostre 31.– Antonio Furió y Ferrán García-Oliver, «Temps de malthusià», del món ple de que parlen alguns historiadors. dificultats (1348-1400)», en Ernest Belenguer (Dir.), Al contrari… Història de la Corona d’Aragó. Vol. I. L’època medieval 32.– Enrique Cruselles, Los mercaderes de Valencia en la (1137-1479), Barcelona, Edicions 62, 2007, pp. 245-286. Edad Media, Lleida, Milenio, 2001, p. 43. Lluís Tudela, «Les Los autores afirman que en la Corona de Aragón, todavía activitats ecònomiques a la primera meitat del segle en pleno crecimiento a mediados del siglo XIV, el debate XIV. L’etapa del rei Jaume III de Mallorca», en Jaume III de sobre el agotamiento del modelo de expansión no tiene Mallorca i el seu temps. Palma, Documenta Balear 2017, sentido, como se ve en la incesante actividad colonizadora págs. 51-81.

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«Entierro de víctimas de la peste en Tornai», miniatura de Chroniques et annales de Gilles le Muisit, 1348 (Fuente: Biblioteca Real de Bélgica).

la Andalucía Bética y otras zonas, y este tra- recaudación mediante la reorganización y yecto de crecimiento económico que ya ex- creación de nuevos impuestos y maneras pusieron (pero sin Peste Negra) los trabajos de gestionarlos, se inicia precisamente a de autores muy anteriores como Sempere, mediados del siglo XIV, justamente cuan- Capmany, Fernández Duro y otros. do otros historiadores sitúan descalabros La evolución de la fiscalidad en las co- demográficos, descensos de población sin ronas peninsulares desde mediados del precedentes. Y para Castilla, Sempere y siglo XIV es un factor esencial cargado de Guarinos destaca la riqueza en el reinado significado político, económico y, también, de Pedro I visible en la fuerza naval, el te- demográfico. Podría suponerse que, tras soro real o los ingresos fiscales; en cuan- una catástrofe demográfica como la que se to a lo primero señala que en la guerra con presume, la recaudación se hundiría, y sin Aragón el castellano movilizó una armada embargo los datos, allí donde se han podido de ciento veintiocho buques en total, casi obtener, señalan exactamente lo contrario. todos suyos y construidos en sus dominios, Tal pareciera que la recaudación fiscal sea además del poderío naval de los vascos, que una variable independiente de la cantidad por entonces rivalizaban con Inglaterra por de pecheros, de la base imponible creada el dominio del mar; y para la magnitud del por la fuerza de trabajo. tesoro real cita a la crónica, y añade que« la En efecto, tanto en Navarra como en la mayor parte de su tesoro fue producto única- Corona de Aragón, territorios mejor co- mente de los justos derechos que el Reyno le nocidos por la conservación de fuentes pagaba», un reino en el que circulaba «gran esenciales, la revolución fiscal que va a cantidad de oro y plata gracias a la multitud conducir a incrementos extraordinarios de de compras y ventas que se hacían y la gran

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extensión del comercio, industria y rique- registrados en la Europa de la época [34]. za de los particulares», datos que parecen En Aragón, la crónica de Pedro IV nos incompatibles con un desastre demográfico informa de que en 1348, con una epidemia general [33]. desatada que mataba a 300 personas diarias En relación al Reino de Navarra, Eloísa en Valencia y en Zaragoza y en plena guerra Ramírez afirma que la avalancha de ayu- civil (conflicto con las Uniones aragonesa y das de diverso tipo se inicia en el reinado valenciana), las cortes conceden al monar- de Carlos II, desde 1350, y su aumento ya no ca el impuesto de la moneda, que, sorpren- se detendría, de modo que llegaron a super- dentemente, «hicimos recoger luego por ponerse las de un año con las del siguiente, nuestros comisarios en todos los lugares de perdiendo así este impuesto (directo, que dicho reino bajo la forma de la costumbre». tasa la renta de cada ) su carácter ex- Sorprendentemente porque se concede un traordinario. Una primera ayuda se carga impuesto extraordinario que se cobra, apa- sobre los labradores en 1352, de nuevo en rentemente, sin incidencia especial digna 1355 y otra en tres años en 1356. La totali- de mención por todo el reino: ni reduccio- dad del reino concede en 1358 otras 30.000 nes por mortalidad ni dificultades de cobro libras. La siguiente se concede en 1362, con por ausencia de los pecheros, y con una ad- ocasión del conflicto con Aragón, en el mis- ministración fiscal que obviamente no esta- mo año en que se ha calculado una nueva ba desarticulada, como a veces se ha dicho. gran mortandad del 20% de la población; Para terminar la campaña contra la en 1363 se concede una más de 15 sueldos Unión valenciana, el rey reúne un gran por fuego y otra al año siguiente muy ele- ejército de mil doscientas capellinas y hasta vada (46.800 libras) para gastos de guerra. quince mil sirvientes y se aprovisiona abun- Y a partir de ese año las ayudas se solici- dantemente gracias a las grandes y buenas tan anualmente, llegando incluso a aprobar cosechas que, por lo visto, pudieron reco- más de una por año. Además de estas ayu- gerse a pesar de las circunstancias (es habi- das, Carlos II introduce una imposición del tual leer que en otros lugares las cosechas 5% (el veinteno) sobre las mercancías, tasa a modo de alcabala que se impone a la tota- 34.– La fiscalidad navarra ha sido objeto de numerosos es- lidad del reino en 1361 (gravando la sal); a tudios desde hace años, facilitados por la gran riqueza del partir de ese año se gravarán todas las com- Archivo de Comptos. Cfr. Francisco Javier Zabalo, «Algunos datos sobre la regresión demográfica causada por la peste pra-ventas en Navarra, lo que aportó a la en la Navarra del siglo XIV», en Miscelánea ofrecida a José corona unos ingresos elevadísimos. De modo María Lacarra. Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1968, que los especialistas navarros hablan de au- págs. 485-491. Y del mismo La administración del Reino de téntica fiebre fiscal de un Estado perceptor, Navarra en el siglo XIV, Pamplona, Universidad de Nava- rra, 1973. Eloísa Ramírez Vaquero, «Hacienda y poder real pues estas imposiciones, en teoría extraor- en Navarra en la Baja Edad Media. Un esquema teórico», dinarias, conviven con las ordinarias y con Príncipe de Viana, 216 (1999), pp. 87-118. Íñigo Mugueta, las cargas señoriales, de manera que la po- «Estrategias fiscales en el Reino de Navarra (1349-1387): blación campesina de este reino pirenaico el Estado perceptor», Iura Vasconiae, 6 (2009), pp. 219-264. Las rentas señoriales también se incrementan de forma se vio muy especialmente gravada. Y todo considerable, pues el obispo de Pamplona reconoce una ello cuando, según Monteano, estamos ante subida de más del 50% entre 1344 y 1350, y el monasterio el récord de todos los declives demográficos de Oliva alcanza su máximo en 1355. A la vista de estos datos parece oportuno preguntarse quién paga en Nava- 33.– Juan Sempere y Guarinos, Historia del luxo y de las rra tales imposiciones y quién genera la riqueza, la base leyes suntuarias de España, I, Madrid, Imprenta Real, 1788, imponible que se grava con tanta intensidad en tiempos págs. 131 y ss. de desgracia sin parangón.

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no pudieron recogerse por la gran mortan- peste mató a la mitad de los aragoneses en dad y la huida de los campesinos); además, poco más de un año. las tropas saquean las huertas y alquerías Manuel Sánchez, uno de los mejores próximas a Valencia, que estaban llenas de conocedores de la historia de la fiscalidad víveres… Y, en fin, en 1356 se recauda entre en Cataluña, afirma que apenas concluidos real y eclesiástico de Aragón otra los conflictos con las Uniones aragonesa ayuda extraordinaria con motivo del matri- y valenciana y la Peste Negra, ya en 1349 monio de la infanta Juana y de la campaña Pedro IV obtiene 20.000 libras para hacer sarda; la ayuda se recaudó sin especiales frente al desafío de Jaime III, iniciando así aspavientos y, comenta José-Luis Martín, una escalada de subsidios, cosa que hasta «se gastó en salarios a caballeros, en la com- entonces no había ocurrido; esta dinámica pra de caballos que el aragonés regaló al rey impositiva se presenta como el preludio de de Sicilia, en el pago de concesiones gracio- lo que sería normal después de 1350. Las sas… y en pagar los vestidos y la fiesta de la Cortes celebradas en Perpiñán en 1350- infanta, en obras en el palacio de la Aljafe- 1351 conceden una impositio generalis so- ría, aparejo de algunas naves y liquidación bre el cereal, el vino, la carne y los tejidos, de algunas deudas del monarca». Enormes indirecta, pues, afectando tanto al realengo sumas, pues, para gastos suntuarios que como a los señoríos de nobles y eclesiásti- se recaudan tras la epidemia sin aparentes cos; evidentemente la confianza en las po- problemas, al punto que las sucesivas reu- sibilidades de una recaudación eficaz por niones de las cortes aragonesas tuvieron estos conceptos implica la existencia de como motivo esencial la recaudación ex- una economía normal en funcionamiento y traordinaria, que llegaría a convertirse por un consumo elevado, parámetros incompa- regular en ordinaria [35]. tibles con una reciente reducción de la po- Una interpretación sin prejuicios de este blación del tenor de la que se predicaba [36]. conjunto de datos seguramente nos haría Pero es que, además, el brazo real ofrece concluir que, aunque indudablemente la al monarca entre 1353 y 1356 305.000 li- peste visitó Aragón, no fue lo suficiente- bras, cantidad ciertamente impresionante; mente intensa ni extensa como para alterar el autor concluye que, solamente en año y la vida cotidiana (en tiempos de guerra), el medio, «las ciudades y villas catalanas pa- cobro de impuestos, la recolección de las garon 4.200.000 sueldos barceloneses, can- cosechas, el abastecimiento de ejércitos tidad casi equivalente al doble de los ingresos numerosos, las acciones bélicas…, de modo de la Tesorería real en toda la Corona en esos que no parece sostenible la idea de que la mismos años». Y a ello se deben añadir las 500.000 libras en dos años que conceden las

35.– José Luis Martín, «Cuentas de la ayuda ofrecida a Cortes de Monzón. Es cierto que para tales Pedro el Ceremonioso por los Prelados y ciudades de pagos se recurre a la deuda pública, pero es Aragón (1356)», en id. , Economía y sociedad en los reinos obvio que compromisos y empréstitos tales hispánicos de la Baja Edad Media, II, Barcelona, El Albir, 1983, pp. 285-293. Esteban Sarasa, «Los aragoneses en 36.– A. Furió y F. García-Oliver, «Temps de dificultat», la proyección mediterránea de la Corona. Sobre Cerdeña afirman que entre los indicadores de crecimiento que se en 1356», en La Mediterrània de la Corona d’Aragó, segles observan en la segunda mitad del XIV figura el hecho de XIII-XVI», Valencia, PUV, 2005, pp. 201-208, donde el autor que el mercado de artículos de consumo no ha perdido afirma que los aragoneses no solo pagaban mucho, sino el dinamismo de antaño, y tampoco el ritmo de las también a gusto (lo que es francamente raro, dadas las importaciones y de las exportaciones (pp. 247-248); ello, circunstancias) por su identificación con los objetivos de desde luego, cuadraría más con esta impositio generalis la monarquía. establecida en 1351.

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Ilustración de La Biblia de Toggenburg, 1411 (Fuente: Kupferstichkabinett). presuponen una posibilidad razonable de Jaime III) y que Cateura ha puesto de ma- pagar y de cobrar. Y según Ortí la ciudad de nifiesto: 800.000 sueldos en 1349; 356.360 Barcelona soporta unas imposiciones entre en 1351; 915.000 en 1353; y 1.097.647 en 1353 y 1359 de prácticamente el doble de lo 1354. Casi tres millones de sueldos en es- que se pagaba en la década de 1340 y casi tos cinco años para gastos de guerra, que, diez veces más de lo que se pagaba a finales además, se recaudarán por la vía de impo- de la década de 1320 [37]. sición indirecta municipal, lo que implica También resulta muy difícil compaginar previsiones optimistas y confianza en el los estragos de la epidemia en Mallorca y buen desenvolvimiento económico (pues el enorme esfuerzo fiscal que realiza preci- grava alimentos, transacciones comercia- samente entre 1349 y 1354, esfuerzo desti- les, circulación de bienes y personas…), y nado a gastos de las guerras del momento que fueron adelantados mediante créditos (Cerdeña, Génova, invasión de la isla por privados que luego costó devolver, al pun- to que las nuevas e importantes exigencias 37.– Manuel Sánchez (ed.), Fiscalidad real y finanzas urba- fiscales de 1355 (otros 500.000 sueldos) se nas en la Cataluña medieval, Barcelona, CSIC, 1999. Manuel Sánchez, «La evolución de la fiscalidad regia en los países tendrán que afrontar recurriendo por pri- de la Corona de Aragón (c.1280-1356)», en Europa en los mera vez a deuda pública [38]. umbrales de la crisis (1250-1350), Pamplona, Gobierno Y en cuanto a la actividad militar, baste de Navarra, 1995, págs. 393-428, entre otras muchas contribuciones del autor. P. Ortí Gost, Renda i fiscalitat en 38.– Pau Cateura, «La guerra de Cerdeña y las finanzas una ciudat medieval: Barcelona, segles XII-XIV. Barcelona, municipales: la deuda pública de Mallorca (1355)», en La CSIC, 2000, págs. 221 y 638. Mediterrània de la Corona d’Aragó, pp. 209-223.

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señalar que, como se sabe, es permanente tro con el apoyo de Aragón y de compañías en todos los reinos peninsulares, tanto por de mercenarios extranjeros que también guerras civiles como por enfrentamientos sembraron el terror y la destrucción por entre ellos, y que exige movilizaciones ex- donde pasaron. traordinarias y gastos elevadísimos, a la Ya hemos señalado que en Aragón, para vez que causa desastres sin cuento por las terminar la campaña contra la Unión valen- tácticas de tierra quemada. En los años de ciana, el rey reúne un gran ejército de mil la epidemia Alfonso XI dirige una amplia doscientas capellinas y hasta quince mil sir- movilización militar en la campaña de Gi- vientes, cifra extraordinaria y más tenien- braltar, frente a cuyas murallas murió de do en cuenta que la Unión moviliza otros peste en 1350; campaña que dejó arruinado tantos y que, siendo ya muy complicado en un reino que arrastraba desde hace tiempo tiempos normales, en tiempos de epidemia una situación calamitosa. Y, proclamado parece altamente improbable [41].Y, acaba- Pedro I, la gran nobleza díscola se subleva das las guerras de las Uniones, comenzaron a sangre y fuego, provocando un verdadero los conflictos en el Mediterráneo (desde desastre por doquier [39]. En 1356 estalla el 1350 a 1356), que enlazarán sin solución largo conflicto con Aragón (la guerra de los de continuidad con la guerra con Castilla. dos Pedros) cuyas funestas consecuencias Capmany, por ejemplo cita las enormes en todo el territorio, y singularmente en movilizaciones y dispendios que provocan las zonas de frontera entre ambos reinos, las campañas sardas y el enfrentamiento han sido suficientemente puestas de re- con Génova: preparativos bélicos y guerras lieve por la historiografía [40]; guerra que se en varios frentes a la vez, gastos enormes, convertirá en civil cuando Enrique de Tras- nuevos impuestos, cobros anticipados, ma- támara trate de destronar a su hermanas- tanzas y destrucciones… conforman un pa- norama que no nos parece compatible con 39.– Al poco tiempo de recibir la corona Pedro I tuvo que lo que simultáneamente se suele afirmar. sufrir la sublevación de grandes nobles, entre ellos sus hermanastros, encabezados por don Juan Alonso de Albur- Así, en 1349, en plena epidemia, se arma- querque; un cronista lo describe así: «…tan grandes bolli- ba en Barcelona una escuadra de galeras, cios e escándalos ovo en el reyno, que grand tiempo ovo para lo que se favoreció el alistamiento de que mayor non fuera, pues los rebeldes reúnen a grandes voluntarios; en 1351 se rompen las treguas gentes de a pie e de a cauallo…e estos debates duraron bien tres años», cuando el monarca, con mucha gente de con Génova y se apresta una flota de 30 ga- armas concentrada en Tordesillas se dirige a tomar Toro, leras, para lo que Cataluña ofreció nuevo donde estaban sus hermanastros y otros rebeldes. Pedro donativo; al año siguiente para la campa- es apresado con engaños, pero cuando logra escapar or- dena al reino que acudan en su ayuda «todos los omes de 41.– Manuel Colmeiro, Historia de la Economía Política en veinte años arriba e de sesenta años ayuso…» de modo España, Madrid, Librería de Ángel Calleja, 1863 explica que que se encendieron unas guerras civiles que abrasaron la relación hombres armados-población es normalmente España igne et gladio. El cronista no advierte, además, de 1:8. Así es que estos 16.200 reclutas implicarían unos dificultades ni para el reclutamiento ni para los abastos 130.000 habitantes (sin contar los que recluta la Unión, necesarios de unos y otros. Vid. Crónica de España, CODOIN, que se cifran en 19.000). En torno a 1350 se ha supuesto tomos 105 y 106, Madrid, 1893. para el reino de Aragón una cifra menor de habitantes. Y 40.– María Teresa Ferrer i Mallol, «La frontera meridional solo por contextualizar, dicen Livet y Mousnier que para valenciana durant la guerra amb Castella, dita dels dos un país como Inglaterra, con quizás más de tres millones Peres», en Pere el Ceremoniós i la seva época, págs. 245- de habitantes en 1348, una movilización de entre diez mil 357, y también Mario Lafuente, «Aproximación a las y quince mil combatientes resulta ya exagerada. Véase: condiciones de vida en Daroca y su entorno durante la George Livet y Roland Mousnier, (Dirs.), Histoire Générale guerra de los dos Pedros (1356-1366)», en Stvdivm. Revista de l’Europe. T. II. Europe du debut de XIVe siécle à la fin du de Humanidades, 15 (2009), págs. 53-87. XVIIIe siècle, París, PUF, 1980.

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ña de Cerdeña se arman sesenta buques de campesinas, tierra quemada y masivas mo- guerra y se adelantan las contribuciones de vilizaciones de tropas que, aparentemente tres años; en 1354 el propio monarca enca- al menos, no se resintieron de la hecatom- beza una nueva expedición a Cerdeña con be causada por la epidemia que simultá- «más de trescientas velas que llevaban pa- neamente se acepta. ¿Cómo compaginar sados veinte mil combatientes a bordo»; en todo esto? 1356 nueva expedición de 47 galeras, para lo que Barcelona contribuyó con cien mil Conclusión escudos y siete galeras… [42]. Y para el caso de Navarra, Fernández Evolución económica, fiscal y militar, de Larrea recoge datos de movilizaciones pues, de las coronas de Castilla y de Aragón de tropas que se dirigen a Normandía, en y del Reino de Navarra, con datos que aporta defensa de los intereses del monarca, en el una extensa bibliografía y que podrían mul- verano y también en noviembre de 1353, en tiplicarse y que, aparentemente, conviven 1355 y en 1357 (más de 3.100 hombres en de forma plácida en nuestra historiografía las dos últimas expediciones); y quizás sor- con otros que afirman la existencia de una prenda también saber que, tras haber per- catástrofe demográfica de proporciones co- dido la mitad de su población en la crisis de losales (que se va matizando en los últimos 1347-1350 y otro veinte o treinta por cien- años), lo que quizás nos remite al espléndido to en la crisis de 1360-63 según el propio aislamiento con que a veces trabajan los his- autor cita, los efectivos militares navarros toriadores especializados, ajenos los unos a movilizados alcanzaron, con ocasión de la las aportaciones de los otros. guerra con Aragón en julio de 1362,« la ci- Parece, pues, que estamos todavía muy fra más alta de toda la Baja Edad Media», a lejos de haber avanzado significativamen- saber, 3.290 hombres [43]. te en ese camino de la construcción de En fin, como se ve, una permanente ac- una historia marxista, una historia de la tividad bélica por doquier altamente des- totalidad de una formación social, sobre la tructiva, con sus secuelas de enormes dis- que el gran maestro Pierre Vilar reflexionó pendios, desarraigo de miles de familias hace ya años [44].

42.– A. Capmany, Memorias históricas sobre la Marina. 43.– Jon Andoni Fernández de Larrea, Guerra y sociedad en Na- varra durante la Edad Media, Bilbao, Euskal Herriko Unibertsi- tatea, 1992, pp. 41-75 especialmente. Y del mismo, El precio de la sangre. Ejércitos y sociedad en Navarra durante la Baja Edad Media (1259-1450), Madrid, Sílex, 2013, especialmente págs. 93 y 111. Los datos de este autor ponen en cuestión 44.– Pierre Vilar, Historia marxista, historia en construcción. claramente las cifras de mortalidad navarras en 1348-1349. Ensayo de diálogo con Althusser. Barcelona, Anagrama, 1974.

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El Archivo de la Fundación Felipe González: la privatización del Patrimonio Documental*

Sergio Gálvez Biesca Iberoamerican Institute of the Hague-IIH

«Siempre que se nos ha dado auiso que en po- sucede, además, resulta infrecuente que se der de herederos y testamentarios de algunos haga referencia al trabajo de sus profesio- ministros nuestros, que an fallecido, an que- nales, al valor de estos centros para el fun- dado papeles concernientes a sus cargos y cionamiento de la Administración General officios, hemos mandado por cedulas nuestras del Estado (AGE) o al avance de la investi- hazer diligencia en cobrarlos, y en virtud de- gación histórica en sus salas de consulta. llas se an cobrado muchos. Y poque conuiene Si los archivos son noticia suele ser, justa- que esto se vaya siempre continuando, man- mente, por lo contrario: el descubrimiento damos al dicho secretario Diego de Ayala y al de algún papel que tendrá un mísero hueco dicho Antonio de Ayala, su hijo, y a los que en un medio durante no más de 24 horas, la despues dellos succedieren en el dicho cargo desaparición o destrucción de documentos que cada uno en su tiempo tenga particular o alguna suculenta historia muy al estilo cuidado dello, y que viniendo a su noticia en estadounidense pero en versión española. cuyo poder huuieren quedado y estuuieren Los archivos constituyen un sector es- qualesquier escripturas y papeles de ministros tratégico infravalorado política, cultural y nuestros, que ayan fallecido, hagan la diligen- presupuestariamente. El cuerpo de archi- cia conueniente en cobrarlos, para lo qual les veros ha interiorizado y naturalizado esta mandaremos dar los recaudos necesarios». situación. Probablemente haya callado du- rante demasiado tiempo en relación a la Instrucción para el Gobierno del Archivo de vulneración sistemática de las normas y los Simancas (año 1588) reglamentos sobre la custodia y conserva- ción del Patrimonio Documental por parte Introducción de los altos cuadros de la Administración. Un conjunto de argumentos y razones Excepcional es la ocasión en que se habla avalan tal posición. Primero, porque care- públicamente de los archivos. Cuando esto cen de medios y fuerza para imponer una adecuada política de gestión documental. * Este artículo forma parte del Proyecto de Investigación Y, segundo, porque se es consciente que la «Historia, Memoria y Sociedad Digital. Nuevas formas de transmisión del pasado. La transición política a la demo- vida administrativa es muy larga dentro de cracia» (RTI2018-093599-B-100MCIU/AE/FEDER, UE). una función pública en la que perduran de-

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terminadas redes clientelares y lagunas de administración que los hubiera conservado, impunidad [1]. generado o reunido ordene el traslado de Representativo de lo expuesto ha sido el tales bienes a un Archivo público, sin per- caso de los «papeles» de la Fundación Feli- juicio de la responsabilidad en que pudiere pe González (FFG). Una entidad privada ca- haberse incurrido» (artículo 54.2). pitaneada por el ex—presidente del Gobier- Más alarmante resulta la inacción de la no, quien ha conseguido vender —después Administración y sus responsables. Artícu- de una poderosa campaña de marketing— lo 4 de la LPHE: como un mérito político, profesional y cul- tural la puesta a disposición de su archivo «A los efectos de la presente Ley se entien- personal. La mayor parte de la clase polí- de por expoliación toda acción u omisión tica, junto con la práctica totalidad de los que ponga en peligro de pérdida o destruc- medios de comunicación, han acogido de ción todos o alguno de los valores de los forma positiva dicha iniciativa. Escasas han bienes que integran el Patrimonio Histórico sido las voces que han criticado la pavoro- Español, o perturbe el cumplimiento de su sa instrumentalización de este Patrimonio función social. En tales casos la Adminis- Documental público que, en realidad, nun- tración del Estado […] en cualquier momen- ca debería haber salido —en su mayor par- to, podrá interesar […] la adopción con ur- te— del complejo de La Moncloa. gencia de las medidas conducentes a evitar ¿Por qué indicamos esto? Aunque más la expoliación […]. [L]a Administración del adelante se explicará con mayor profun- Estado dispondrá lo necesario para la re- didad, en lo básico, obedece al incumpli- cuperación y protección, tanto legal como miento de nuestra legislación consolidada. técnica, del bien expoliado». Con la Ley 16/1985, del Patrimonio Histórico Español [LPHE] en la mano —firmada por Este tipo de casos afectan gravemente el propio Felipe González como Presiden- a la imagen pública, de por sí desconoci- te del Gobierno— la lectura de su artículo da, de los archivos. Por tanto, corresponde 49.2 y, en concreto, de su artículo 54.1, es preguntarse: ¿es el Archivo de la Funda- concluyente: «Quienes por la función que ción Felipe González (AFFG) un caso ex- desempeñen tengan a su cargo documen- cepcional o más bien constituye la norma tos a los que se refiere el artículo 49.2. de común entre ex—presidentes, ministros y la presente Ley están obligados, al cesar en demás altos cargos? Frente al permanente sus funciones, a entregarlos al que les sus- argumento de que se trata de un «archivo tituya en las mismas o remitirlos al Archivo personal» o que existen lagunas jurídicas que corresponda». —débiles pretextos— esta forma de actuar Nos movemos en un terreno que roza la tiene profundas raíces históricas dentro de ilegalidad cuando no la supera. Más cuan- la Administración. do desde la FFG se ha reconocido la gestión El ejemplo más cercano lo constituye de material clasificado. No existe jurispru- la Fundación Nacional Francisco Franco y dencia consolidada, a lo que se suma que la su particular archivo. O, inclusive, lo que LPHE tan solo indica como sí se demostrase acontece con los archivos de altos jerar- «retención indebida […] dará lugar a que la cas franquistas en la Universidad de Nava- rra [2]. Lo que queda probado es una forma 1.– En este sentido, es más que recomendable la lectu- ra de Andrés Villena Oliver, Las redes de poder en España. Élites e intereses contra la democracia, Madrid, Roca, 2019. 2.– Un estado de la cuestión actualizado en, Luis Cas-

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institucionalizada de proceder que guar- AFFG constituye un caso prototípico en lo da conexiones con el «Modelo Español de referente a los archivos de los ex—presi- Impunidad» [3]. Déficits democráticos que dentes del Gobierno. Caso que presenta, a enlazan también con nuestro particular su vez, un conjunto de novedades en torno modelo postransicional —ahora en decli- a la privatización del Patrimonio Documen- ve— pero que, en cualquier caso, han pa- tal público. De cara a su análisis se propone sado bastante desapercibidos [4]. Perviven el siguiente esquema: primero, se examina- «pactos de silencio» más poderosos que el rá la delicada cuestión de la «legitimidad de habitualmente mencionado [5]. origen»; segundo, se analizarán las limita- La normalización y naturalización de es- ciones y contradicciones del argumentario tas formas de proceder no solo generan se- de la FFG; y, tercero, se repasarán los silen- rias dificultades en la agenda investigadora, cios, las denuncias, pero también los apo- sino que cuestionan principios constitucio- yos a la puesta en marcha del AFFG. nales sobre los que se sustenta el Estado social y democrático de Derecho. No es un La cuestión de la legitimidad de origen: asunto menor. Evidenciándose, a la par, el no hay debate largo camino por recorrer en comparación con otros países de nuestro entorno. Numerosas han sido las maniobras di- Este artículo tiene por fin responder a suasorias de la FFG para sortear el debate en numerosos interrogantes desde una triple torno a la posibilidad legal de que puedan perspectiva interdisciplinar: primero, desde gestionar Patrimonio Documental público el campo de la archivística y el estrictamen- esta o cualquier otra entidad privada: des- te legal; segundo, desde la perspectiva his- de que se trata de documentos personales toriográfica; y, por último, desde la historia y privados, pasando por la importación de pública del presente. Un artículo que es fru- una tradición inexistente en España como to de una investigación de campo desarro- serían los archivos presidenciales, hasta llada desde 2018 en el Archivo Central del alegar cuestiones de Seguridad Nacional Ministerio de la Presidencia, en el Archivo para justificar lo injustificable. General de la Administración (AGA) y en No cabe ningún tipo de debate. Es la otras unidades de la Administración. única certeza en esta particular historia. El Nuestro objetivo es explicar como el grueso de la documentación que hoy ma- neja la FFG —con carácter público, original tro Berrojo, «Fondos Públicos desaparecidos, destruidos o privatizados», en Antonio González Quintana, Sergio y clasificado— nunca pasó por el Archivo Gálvez Biesca y id. (coords.), El acceso a los archivos en Central del Ministerio de Presidencia. A la España, Madrid, Fundación Francisco Largo Caballero / finalización del mandato de Gobierno de Fundación 1º de Mayo, 2019, pp. 233-262. Felipe González (1996) tal fondo documen- 3.– Equipo Nizkor, La cuestión de la impunidad en España y tal salió de forma no legal del complejo de los crímenes franquistas, Madrid, Equipo Nizkor, 2004. La Moncloa a diferentes espacios [6]. Escasos 4.– Véanse Carme Molinero y Pere Ysàs, La transición. Historia y relatos, Madrid, Siglo XXI, 2018; y, en concreto, son los testimonios de este acontecimien- Sophie Baby, El mito de la transición política: violencia y to: junto con lo aportado por Antonio Ro- política en España, Madrid, Akal, 2018. Y, de forma concreta, dríguez para la desaparecida revista Tiempo Bartolomé Clavero, España, 1978: la amnesia constituyente, conviene detenerse en el pormenorizado Madrid, Marcial Pons, 2014. 5.– Una última aportación clave en, Roldán Jimeno Aran- 6.– Se desconocen los destinos por los que pasó la docu- gurén, Amnistías, perdones y justicia transicional: el pacto de mentación hasta su instalación en la sede de la FFG en la silencio español, Arre (Navarra), Pamiela Argitaletxea, 2018. calle Fuenterrabía, nº 2 en Madrid.

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relato de José Díaz Herrera e Isabel Durán [7]. No hay debate. Ahora bien, la cuestión De esta forma, se asistió a un proceso de de la legitimidad de origen ha condiciona- privatización de este conjunto documental. do el resto de las actuaciones de la FFG. Lo Lo que la propia LPHE denomina «expolia- que no ha sido obstáculo para la utilización ción». Un cambio de titularidad que comen- e instrumentalización de este Patrimonio zó en el mismo momento en que fue extraí- Documental histórico en la búsqueda y ob- do buena parte del fondo documental del tención de réditos políticos y mediáticos. AFFG de lo que hoy se denomina el Sistema Una fundación que tampoco ha tenido repa- de Archivos de la Administración General ro alguno en presentarse como el adalid de del Estado, para transmutar su titularidad la transparencia y que, además, ha preten- de pública a privada y situarse en el extra- dido auto—caracterizarse por los siguientes rradio del Sistema Español de Archivos [8]. conceptos: responsabilidad, accesibilidad, ¿Ha fallado el sistema? Por supuesto. empatía, rigor, intergeneracional, innova- Nada nuevo. Lo mismo ha sucedido con el ción, compromiso [11]. resto de ex—presidentes y altos cargos ante la impotencia de los responsables de los ar- El argumentario de la Fundación Felipe [9] chivos . Operaciones que se han llevado a González cabo con discreción y secretismo. Sin ape- nas dejar huella documental o gráfica [10]. Durante años, en los mentideros de la Vi- lla y Corte de Madrid se habló sin disimulos 7.– «Cuando Felipe González abandonó el palacio de La Moncloa en 1996, recopiló toda la documentación que de los papeles del AFFG. No faltó quien per- consideró interesante de sus 14 años de presidente del juró que había tenido acceso a los mismos Gobierno y se la llevó a casa. Antes de cargar esas decenas gracias a ciertos contactos. Documentación de cajas tomó la decisión de que todos y cada uno de esos que guardada en los estantes de un chalet papeles fueran fotocopiados y que dichas copias queda- sen depositadas en el recinto presidencial para que nadie revelaría no pocos secretos. Sin embargo, le acusara de llevarse información sensible. De las copias nadie lo manifestó de forma pública ni por no se ha vuelto a saber nada y supuestamente están al- escrito como sí sucedió con Charles Powell macenadas en alguna estancia del complejo monclovita». en relación al archivo del ex—presidente Antonio Rodríguez, La Fundación Felipe González echa « [12] a andar», Tiempo, 1786 (2017), pp. 33-34. Y, José Herrera Leopoldo Calvo—Sotelo . Díaz y Isabel Durán, Pacto de silencio. La herencia socialista Detengámonos en este singular episodio que Aznar oculta, Madrid, Temas de Hoy, 1996, pp. 117-118. que saltaría a la prensa. «Recuerdo que Cal- 8.– Véanse el artículo 3.1 y el artículo 3.2.c) del Real vo Sotelo en su día quiso donar sus pape- Decreto 1708/2011. les al Estado, pero le pusieron tantas trabas 9.– Más allá de lo que contó en su día Alfonso Guerra— que desistió», recuerda Powell. Continúa: Dejando atrás los vientos. Memorias (1982-1991), Madrid, Espasa, 2006, pp. 26-27— sobre su llegada a La Moncloa; «Es increíble que en España no exista un otro tanto sucedió con José María Aznar —Noticia, «El equipo de Aznar borró los archivos informáticos de bién ha contado con la colaboración y el testimonio de Presidencia antes de irse», El País, 12 de diciembre de trabajadores de estos centros, quienes han confirmado 2004— José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy — esta forma de proceder y otras informaciones vinculadas. Noticia, «Moncloa se deshace de archivos en las horas Por razones lógicas se guarda su anonimato. previas al traspaso de poderes», eldiario.es, 1 de junio de 11.– Véase: https://www.fundacionfelipegonzalez.org/ 2018. No obstante, el caso más sobresaliente ha sido el del construir/#nuestrahistoria (consulta: 12 de abril de 2020). propio Zapatero quien no dudó en utilizar documentación Nota del autor: todas las referencias electrónicas han sido clasificada del Banco Central Europeo en sus memorias: consultadas y revisadas en esa misma fecha. El dilema: 600 días de vértigo, Barcelona, Planeta, 2013. 12.– Charles Powell, «Leopoldo Calvo Sotelo: corrigiendo 10.– El autor ha consultado diferentes archivos ministe- el rumbo de una democracia amenazada», Revista de riales sin localizar testimonio documental alguno. Tam- Occidente, 336 (2009), pp. 41-58.

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Willy Brandt con Felipe González y Txiki Benegas durante el XXVII Congreso del PSOE. Madrid, diciembre de 1976 (Foto: Pablo Juliá, fuente: Archivo de la Fundación Felipe González).

procedimiento reglado para que se puedan Patrimonio Documental de cara a contex- depositar esos papeles en una institución tualizar la puesta en escena de la FFG. del Estado. Es terrible». La falta de volun- Su presentación pública fue preparada tad política y la burocracia de la Adminis- concienzudamente entre un reducido gru- tración no ayudan pero, de nuevo, se elude po de colaboradores de Felipe González. la cuestión de la legitimidad de origen y de La primera noticia de su existencia coinci- cómo llegaron esos papeles al «semisótano» dió con la publicación en el BOE —Orden de la casa del ex—presidente. Un archivo ECD/1971/2013— de su inscripción en el que finalmente recaló en la Fundación de la Registro de Fundaciones un 25 de octubre Transición Española. de 2013 [14]. Entre los fines de la Fundación El tratamiento de tal noticia fue el habi- se subrayó, en primer lugar, el siguiente: «El tual —«Los detectives de la Transición» se estudio, la elaboración, recopilación, siste- tituló— señalando como también algunos matización y puesta a disposición del archi- afortunados habían consultado el Archivo vo documental, bibliográfico, fotográfico, de Adolfo Suárez [13]. Un archivo al que la fa- audiovisual y en cualquier otro soporte de milia ha puesto un alto precio para vender- la trayectoria personal, profesional, política lo al Estado. Conviene tener presentes estos e institucional…». antecedentes típicos de la privatización del No fue hasta julio de 2018 —cinco años

14.– Noticia, «Felipe González crea una fundación 13.– Marta Fernández, «Los detectives de la Transición», El dedicada al estudio de su figura», elconfidencial.com, 25 País, 15 de abril de 2018. de octubre de 2013.

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después— cuando la FFG presentó su gestor garantizar una correcta gestión documen- documental online para acceder a la primera tal. Tercero, para presentar las causas y los tanda de la documentación publicada. Lla- motivos por los que una fundación privada mó entonces la atención la potencialidad no puede gestionar una parte relevante de de una mercadotecnia poco usual en Es- nuestro Patrimonio Documental. paña. No faltaron, de forma previa, las ex- clusivas y filtraciones a El País. Lo que nos El supuesto carácter personal/privado de la advierte de una singular forma de entender documentación y la destrucción del principio y gestionar el Patrimonio Documental. Por de procedencia lo demás, no hubo medio de comunicación que no diera cobertura a tal acontecimien- Lógicamente la cuestión de la proceden- to. Con una nota característica incluso para cia se ha tratado de ocultar por parte de la aquellos medios que defienden un periodis- FFG en todas y cada una de sus actuaciones. mo crítico: ni uno solo se interrogó sobre No está de más recordar como en archivís- la procedencia de la documentación y su tica la norma fundamental es el respeto al posible uso por parte de una entidad priva- principio de procedencia «que establece que da [15]. A través de exclusivas, reportajes —o, los documentos producidos por una institu- mejor dicho, publirreportajes— entrevistas, ción u organismo no deben mezclarse con noticias… se terminó por transcribir el ar- los de otros» [16]. Principio que se perdió al gumentario de la FFG. mezclarse documentos públicos producidos Un argumentario que, en un país como Es- en el ejercicio de sus funciones como Presi- paña, con el nivel de influencia y credibili- dente del Gobierno con los generados en su dad que todavía conserva la figura de Felipe actividad política. González, y para quien la cuestión de la ges- Un inicial punto de partida, a partir del tión y conservación del Patrimonio Docu- cual la FFG no ha tenido reparo alguno en mental histórico constituye un mundo des- considerar todo este conjunto documental conocido, resulta del todo convincente. A como un archivo personal constituido por fin de cuentas, ¿cuántos ex—presidentes del más de 500.000 documentos. Una ingente Gobierno han puesto en la red «su» archivo? cifra inclusive para un ex—presidente del A continuación se presentan las cin- Gobierno. co grandes líneas de argumentación de la El 12 de julio de 2018, un día antes de su FFG. Examinaremos, detenidamente, una gran presentación pública, la FFG publicó por una. Primero con el objetivo de verificar un extenso dossier de prensa: «Memoria si sus objetivos formales concuerdan con Cívica: el archivo de una época. Archivo sus fines reales. Segundo, analizaremos si Fundación Felipe González» [17]. Significati- la FFG se encuentra capacitada legalmen- vas fueron sus primeras palabras: «Felipe te y cumple los requisitos mínimos para 16.– Subdirección General de los Archivos Estatales, Dic- 15.– Fundación Felipe González, «Nota de prensa. El Ar- cionario de Terminología Archivística, 2ª ed., Madrid, Minis- chivo de Felipe González se abre al público», Madrid, 13 terio de Cultura, 1995. de julio de 2018 [https://www.fundacionfelipegonzalez. 17.– Fundación Felipe González, «Dossier de pren- org/abre-archivo-fundacion-felipe-gonzalez/]. Por lo de- sa. Memoria Cívica: El archivo de una época. Archi- más, Noticia, «Felipe González, a tumba abierta: el expre- vo Fundación Felipe González», Madrid, 12 de ju- sidente entrega al público sus fotos y cuadernos persona- lio de 2018 [https://s1.fundacionfelipegonzalez.org/ les», theobjetive.com, 12 de julio de 2018; Noticia «Felipe wp-content/uploads/2018/07/2018-07-12-Dosier- González hace públicos sus archivos y documentos perso- presentacio%CC%81n-Archivo-Felipe-Gonza%CC%81lez. nales», elindependiente.com, 11 de julio de 2018. pdf].

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González, a través de su Fundación, es el (supuestamente) se llevó de La Moncloa [18]. primer expresidente del gobierno español Ni un dato aportó la FFG al respecto en el que pone a disposición de la ciudadanía sus registro del Censo—Guía de Archivos de Es- archivos y documentos personales». Queda, paña e Iberoamérica [19]. pues, evidenciado el proceso de privatiza- En el mencionado dossier de prensa se ción de toda la documentación que generó reconoce como «este es un archivo que es- como servidor público durante su mandato taba disperso y que no estaba organizado en la Presidencia del Gobierno. ni clasificado con un criterio uniforme». En El debate no es nuevo pero está servi- otro documento de la propia FFG —Abierto do. ¿Cuál es la frontera jurídica a la hora de por obras [20]— nos explica cómo esta misma considerar el carácter público o personal documentación —sin especificar nada más— de la documentación que se genera duran- estaba localizada «en distintas sedes». te el desempeño de un cargo público? Ahí Al respecto no pocas pistas aportaron está el artículo 49.2 de la LPHE en donde dos reportajes publicados en tres días —en- se concretan los elementos conforman el tre el 12 al 15 de julio de 2018— por parte Patrimonio Documental. En ningún caso del periodista Javier Rodríguez Marcos para es aceptable que se falsee la realidad cuan- El País y El País Semanal, respectivamen- do se afirma que se procede así «porque no te [21]. En formato de exclusiva, el blanquea- existen referentes, ni regulación concreta miento de la legitimidad de origen primó sobre archivos presidenciales a nivel nacio- frente a cualquier otro tipo de análisis. En nal». Prosigue: «Al contrario, nos encontra- el segundo de ellos —«Los papeles secretos mos un marco jurídico muy complejo y, en de Felipe González»— el periodista trans- ocasiones, ambiguo y poco claro respeto a cribió, de forma acrítica, el argumentario de pautas y procedimientos archivísticos». Nos la FFG: «Cada presidente de la democracia situamos ante una clara adulteración de la se llevó sus papeles al dejar La Moncloa. realidad. Al contrario que los documentos genera- Se ha considerado como personal do- dos por los ministros […] los de Presidencia cumentación claramente pública. Es decir, permanecen en manos de su titular». Lí- aquella relacionada con la actividad y fun- neas más adelante recogió el testimonio de ción como Presidente del Gobierno. De la la hija de Felipe González, María González misma forma, se debe prestar atención al Cuadro de Clasificación del AFFG dividido 18.– Al respecto, Esther Cruces Blanco, «Documentos, traspasos de poder y archivos: La documentación de la en cinco grandes fondos. La segunda divi- Presidencia del Gobierno», Archivamos: Boletín ACAL, 108, sión de fondo se titula «Actividad Política» (2018), pp. 12-15. con una serie documental que responde al 19.– Véase: http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/ título de «Presidencia». archivodetail.htm?id=1734973. Registro en una base de Bien es cierto que podría pensarse que datos institucional en donde se afirma que se trata de un archivo de «titularidad privada». En términos básicos, todos y cada uno de los papeles que se ge- la acción es comparable a cuando la Iglesia Católica neraron en aquel tiempo han terminado en inmatricula una propiedad privada ajena en el Registro la FFG. No es así, tal y como veremos más de Bienes. adelante. Ahora bien, desconocemos cual- 20.– Véase: https://archivo.fundacionfelipegonzalez.org/ quier dato y noticia sobre la posible des- es/inicio/abierto-obras.do. trucción de documentación. Menos sobre 21.– Javier Rodríguez Marcos, «El primer archivo presidencial español, un empeño de su hija», El País, 12 de julio de 2018; el cómputo global de la documentación que Javier Rodríguez Marcos, «Los papeles secretos de Felipe González», El País Semanal, 15 de julio de 2018.

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quien impulsó la FFG, reconociendo como Lucía Palacios y Dietmar Post le pregunta- en la inicial fase se «puso a recopilar pape- ron, por enésima vez, «si tenía la intención les dispersos por media España entre loca- de escribir sus memorias». Quien conozca les del PSOE y casas particulares». Con este mínimamente la trayectoria del ex—presi- procedimiento de recopilación documental dente bien sabe su posición [24]. Al parecer se perdió el principio de procedencia. el propio Post insistió en su idea y a partir Junto con los considerables daños oca- de ahí todo se desató: «Esa entrevista y ese sionados al Patrimonio Documental pú- correo electrónico sirvieron como palanca blico, hay un factor no considerado: el po- para iniciar una reflexión sobre el legado de tencial riesgo de pérdida y de problemas de los expresidentes del gobierno y de la docu- conservación que pudo haber sufrido esta mentación generada tanto como Presiden- documentación. te del Gobierno como durante el conjunto de su actividad pública». No constituye un La importación de una tradición: los archivos punto de arranque fuerte aunque puede ser presidenciales convincente. ¿Cómo abordar la cuestión de la legiti- En España no existe tradición alguna midad de origen? Importando una tradición. de archivos presidenciales, pese a que José Hay documentos que delatan. Es el caso de Luis Rodríguez Zapatero barajó momentá- «Los archivos presidenciales. ¿Qué es un ar- neamente tal posibilidad [22]. Sin embargo, chivo presidencial»? [25]. A pesar de su apa- la FFG no ha tenido mayor inconveniente a rente carácter didáctico presenta el nodo la hora de pretender importar una tradición fundamental del argumentario de la FFG. ajena al Sistema Español de Archivos. La Después de glosar el sistema estadouni- razón que explica esta iniciativa es doble: dense se detiene en el contexto internacio- esquivar determinados problemas jurídicos nal. «La mayoría de naciones se decantan y presentarse, al mismo tiempo, como un por regular los documentos presidenciales modelo innovador. dentro de una ley general de archivos, pero Para que todo esto funcione, es decir, ad- otros desarrollan una legislación específi- quiera una potencial capacidad de convic- ca». A falta de una Ley de Archivos se en- ción hasta transformarse en una posición cuentran en vigor la LHPE y un reglamento hegemónica cultural —en términos gram- de archivos. Cubren cualquier vacío legal scianos— es necesario la construcción de que es a lo que apunta el documento de un relato fundacional —cierto o no— que forma no directa. Prosigue: «Respecto a su justifique la necesidad y funciones a desa- gestión, unos países han creado sistemas rrollar la FFG. definidos, con archivos de la presidencia Un relato que se puede localizar en su […]; otros, sistemas genéricos, con simple- propia página web —Nuestra historia. La gé- mente, archivos […]; y otros, como Estados nesis de la Fundación [23]— o en la ficha del 24.– «Siempre me ha interesado mucho más el futu- Censo—Guía de Archivos de España e Ibe- ro que el pasado. Por eso me he negado, y me sigo ne- roamérica. En 2011 después de grabar una gando, a escribir mis memorias» volvió a afirmar, Felipe entrevista a Felipe González, los cineastas González, «Aprender del pasado, aportar al futuro», en Fundación Felipe González (ed.), Palabras de vuelta. Cartas 22.– Marta Fernández, «Los detectives de la Transición», El de los ciudadanos al presidente, Madrid, Fundación Felipe País, 15 de abril de 2018. González, 2019, p. 25. 23.– Véase: https://www.fundacionfelipegonzalez.org/ 25.– Véase: https://www.fundacionfelipegonzalez.org/apr construir/#nuestrahistoria. ender/#losarchivospresidenciales.

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Asistentes a un mitin de Felipe González en Sevilla durante la campaña de las elecciones generales de octubre de 1982 (Foto: Manuel Sanvicente - Archivo Histórico de CCOO de Andalucía) Unidos, con un modelo mixto con un siste- ¿Un «extendido error de concepto»? tal ma coordinador de las bibliotecas presiden- y como expuso Gerardo Bustos [26]. El asunto ciales». A España no se la nombra. Ni por su tiene bastante mayor enjundia. Veamos un puesto al Archivo Central del Ministerio de conjunto de consideraciones. la Presidencia. 1.— Es directamente falso que toda la do- No obstante, lo más peligroso viene a cumentación de la Presidencia del Gobier- continuación: no carezca de carácter público, o incluso «administrativo» en algunos casos y, por lo «En España, la documentación que afecta tanto, se encuentre fuera del Sistema de Ar- a la Presidencia del Gobierno, al carecer de chivos de la AGE [27]. La Presidencia del Go- carácter administrativo, ha quedado al mar- bierno, ¿se encuentra al margen de la Ley gen de las normas y las prácticas que rigen 39/2015 —antes Ley 30/1992—? Cabe recor- la conservación de la Administración Ge- dar, ante tanto recoveco lingüístico, como neral del Estado. Por ello, buena parte de la documentación generada por los distintos 26.– Gerardo Bustos, «Los documentos públicos tienen presidentes del gobierno de la democracia dueño», legaltoday.com, 18 de julio de 2018. 27.– Véanse las entradas sobre «documento administrativo» en España, al no ser archivos públicos, per- de, José Ramón Cruz Mundet, Diccionario de archivística (con manecen en su ámbito privado». equivalencias en inglés, francés, alemán, portugués, catalán, euskera y gallego), Madrid, Alianza, 2011, pp. 147-148.

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la primera función del «Presidente» es diri- Otro tanto cabe decir del Capítulo dedicado gir «la acción del Gobierno» —artículo 2.1. a «De la infidelidad en la custodia de los do- de la Ley 50/1997—. Más pública función no cumentos y de violación de secretos» y, en hay. En cualquier caso, quien debería deter- concreto, el artículo 413 [29]. minar la tipología del archivo y la natura- En otras palabras, la importación de una leza de este conjunto documental sería el tradición foránea no exime a la FFG de su Archivo Central del Ministerio de la Presi- responsabilidad jurídica ante el proceso dencia o en su defecto la Comisión Superior de expoliación y posterior privatización de Calificadora de Documentos Administrati- una parte fundamental de nuestro Patrimo- vos (CSCDA). No una fundación privada. nio Histórico. Evidentemente nos encontramos ante 3.— Lo que roza la simulación total de otra maniobra disuasoria. Como argumen- cualquier parecido con la realidad es que tó Noelia Vicente Castro a partir de la de- se afirme que un archivo de Presidencia no finición de la RAE de cargo público, «la es un «archivo público». No termina ahí el documentación que genera en el ejercicio documento: «La importancia histórica, po- de sus funciones es documentación públi- lítica y social de los archivos presidencia- ca en base a la regulación mediante la Ley les queda clara con solo enumerar el tipo 16/1985». Incidiendo: «Se trate de docu- de documentos que pueden integrarlos». mentos oficiales o de notas que contengan ¿Cuáles son? «[D]ocumentación privada; información acerca de las deliberaciones en documentación generada en el ejercicio de la toma de decisiones sobre asuntos oficia- la actividad política, en cargos públicos y en les que, aunque pueda parecer en un princi- la Presidencia; documentación tras el cese, pio que carecen de valor administrativo, sí al margen de la creada como cargo público tienen un importante valor testimonial» [28]. […]». Ni siquiera se oculta el carácter públi- 2.— Por lo demás, en 1996 año 0 del pro- co de la documentación. ceso de expoliación estaba vigente el Decre- to 914/1969, de creación del Archivo General ¿El primer archivo de un Presidente del de la Administración Civil, claro respecto del Gobierno abierto al público? procedimiento administrativo y del ciclo vi- tal de la documentación. En 2013, cuando En el citado dossier de prensa se afirmó se constituyó la propia FFG, estaba en vigor con un presunto toque de inocencia: «cree- el RD 1708/2011 en donde se regula Sistema mos que es la primera vez que esto se hace Español de Archivos y el Sistema de Archi- en España o, de momento, no hemos en- vos de la Administración General del Esta- contrado otros referentes». La consigna de do. ser el primer archivo presidencial se ha re- Se han citado los artículos 4, 49.2 y 54.1 petido constantemente. Hasta el punto de de la LPHE. Afinemos este punto concreto, que el periodista Javier Rodríguez Marcos pues, es obligado recordar los artículos 253 tituló la primera de sus piezas: «El primer y 254 de la Ley Orgánica 10/1995 del Códi- archivo presidencial español, un empeño de go Penal en torno a «apropiación indebida». su hija». ¿Estamos ante el primer caso de un ar- 28.– Noelia Vicente Castro, «El debate sobre los archivos presidenciales. Los documentos del expresidente Felipe 29.– Fundamental resulta consultar, Jesús María Gar- González», Archivamos: Boletín ACAL, 109 (2018), pp. 15- cía Calderón (dir.), «El Ministerio Fiscal y la defensa del 17, quien, además, habló de los riesgos potenciales de la Patrimonio Histórico. La defensa de la cultura como valor «fuga de nuestro capital documental». constitucional», Revista del Ministerio Fiscal, 5 (2018).

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chivo personal de un Presidente del Gobier- Sin olvidarnos de la valiosa documentación no, un Presidente del Consejo de Ministros que conserva el Archivo General de Palacio o un Jefe de Estado en la España Contempo- sobre Francisco Franco —que custodia la ránea que puede consultarse? No es así. Por «Casa Civil» mientras que en el Archivo Ge- ejemplo, se han conservado prácticamente neral Militar de Ávila se encuentra deposi- íntegros los archivos de Antonio Maura y tada la «Casa Militar»— o la documentación Gabriel Maura Gamazo. Son accesibles en la presidencial relativa a la II República. Fundación Antonio Maura. A sumarse las iniciativas de instituciones En este sentido, conviene resaltar los es- privadas que han conservado importantes fuerzos realizados desde la transición a la archivos personales: Universidad de Nava- democracia por el Ministerio de Cultura y rra, Fundación Universitaria Española, la ya otras entidades públicas. Acciones que pue- citada Fundación Transición Española, o el den verse reflejadas, en buena medida, en el caso de la Fundación Hullera Vasco Leone- Fondo de Archivos Personales y Familiares sa, que custodia —aunque actualmente con del Archivo Histórico Nacional para los si- dificultades para el acceso— el archivo de glos XIX y XX: Antonio Cánovas, Juan Prim, Arias Navarro. Diego Martínez Barrio, Emilio Castelar, Ni- ¿Desconocimiento o falseamiento de la ceto Alcalá—Zamora, así como el más cono- realidad? La primera es una hipótesis be- cido de todos, el de Manuel Azaña. Dentro névola pero con otra lectura: resultaría de la red de Archivos Estatales también se preocupante que quien gestiona la FFG no localizan en el Archivo de Nobleza no pocos conociera estos antecedentes. La segunda otros fondos de relevantes políticos durante tiene mayor encaje con nuestro marco in- el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX [30]. terpretativo: el intento de «vender» como Sin salirnos de esta red existe un centro innovadora tal iniciativa y de paso blan- representativo de las peripecias de un alto quear la ilegitimidad de origen de sus fon- número de archivos de políticos españoles dos documentales. ¿No hubiera sido más republicanos que se vieron afectados por la fácil aclarar que se trata del primer ex—pre- Guerra Civil y la posterior represión fran- sidente del Gobierno del actual periodo de- quista: el Centro Documental de la Memo- mocrático que pone a disposición «su» ar- ria Histórica. El ejemplo por antonomasia chivo personal y además online? lo constituye una copia del archivo de Juan En realidad, la única gran novedad es Negrín. Igualmente pueden localizarse ar- que una Fundación de la relevancia de Te- chivos personales relevantes en archivos lefónica haya accedido a colaborar y a sub- provinciales y locales. Una pequeña mues- vencionar el gestor documental de archivo tra: el Archivo Histórico Provincial de León personal de un ex—presidente del Gobier- custodia la mayor parte del archivo perso- no. En 2016 aportó más de 250.000€, según nal de Claudio Sánchez—Albornoz. las cuentas que ha publicado en su web la De la misma forma, hay que citar la rica FFG [31]. También resultan inéditas las consi- como amplia colección de Archivos Priva- 31.– Véase: https://www.fundacionfelipegonzalez.org/ dos de la Real Academia de la Historia: Ra- pdf/cuentas-anuales-2017/. Por lo demás: Fundación Feli- món María Narváez, Eduardo Dato o Álvaro pe González, «Nota de prensa. Fundación Telefónica apoya Figueroa Torres —Conde de Romanones—. el ARCHIVO de Felipe González», Madrid, 29 de noviem- bre de 2018; Fundación Felipe González, «Nota de prensa. 30.– Véase: https://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/ Fundación Telefónica continúa apoyando el ARCHIVO de areas/archivos/mc/archivos/nhn/fondos-documentales/ Felipe González», Madrid, 11 de febrero de 2020. Véase: cuadro-de-clasificacion.html. https://www.fundacionfelipegonzalez.org/noticias/.

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derables donaciones recibidas por personas como la protección de la intimidad, la ley de físicas y jurídicas en base a lo publicado en patrimonio o el derecho a la información, el documento «Información sobre ingresos por citar algunos casos». de la Fundación Felipe González (2013— 2018)» [32]. Comencemos por un hecho de extrema Lo expuesto nos lleva a nuevos inte- gravedad: el reconocimiento implícito de rrogantes. ¿La FFG es el modelo del futu- que el AFFG conserva documentos clasifi- ro? ¿Una fundación privada sostenida con cados y con datos de especial protección. grandes donaciones y convenios de colabo- Es verdad que se deja caer sin querer hacer ración con multinacionales? O, por el con- mucho ruido e incluso restándole impor- trario, ¿es un modelo minoritario y destina- tancia. do a casos específicos? Sean cual sean las ¿Una entidad privada gestionando do- posibles respuestas, estas iniciativas priva- cumentos clasificados? ¿Desde cuándo el das no solo cuestionan el sistema público Centro Nacional de Inteligencia (CNI) —o el sino que invisibilizan iniciativas como las antiguo Centro Superior de Información de del Portal de Archivos Españoles (PARES) la Defensa (CESID)— a través de la Oficina entre otros muchos casos. de Seguridad Nacional se dedican a clasifi- car documentación de un archivo personal Gestión de documentos clasificados y con privado? datos de especial protección En este proceso lógico de deducción para cualquier archivero la siguiente pregun- ¿Qué circunstancias se concitan en este ta es: ¿por qué no han actuado de oficio la caso que lo convierte en «excepcional»? En propia Oficina de Seguridad Nacional y la el dossier de prensa de julio de 2018 se po- Agencia Española de Protección de Datos día leer: Personales (AEPD)? Dos organismos que se «Poner en marcha un archivo es siempre caracterizan, justamente, por su rigor y pro- un proceso complejo, pero en este caso lo fesionalidad. es mucho más. En primer lugar, porque no Visto lo visto no causa estupor que para existen referentes, ni regulación concreta justificar la anonimización o disociación sobre archivos presidenciales a nivel na- —traducido en término prácticos: censu- cional. Al contrario, encontramos un marco rar— no de datos concretos sino de párra- jurídico muy complejo y, en ocasiones, am- fos y paginas completas de los diarios de biguo y poco claro respeto a pautas y pro- Felipe González o de su correspondencia, cedimientos archivísticos. No existe en Es- la FFG afirme que es «como consecuencia paña, por ejemplo una ley de plazos para la de la aplicación de las distintas leyes que desclasificación de materias y, además, hay conforman el marco jurídico regulador so- que conciliar todas estas cuestiones con la bre accesibilidad y régimen jurídico de los legislación sobre derechos tan importantes documentos, como por ejemplo la Ley de Seguridad Nacional o de Protección de Da- 32.– Véase: https://s1.fundacionfelipegonzalez.org/wp- content/uploads/2019/06/DONACIONES-REALIZADAS- tos». ¿Párrafos enteros censurados en base VF2018.pdf. Entre los pocos nombres de donantes que a la Ley de Secretos Oficiales o la Ley de se han conocido se encuentra uno de «matrimonios más Protección de Datos Personales? No es ve- ricos de Latinoamérica […] [l]a pareja Sigman-Gold aporta rosímil. desde 2015 una partida de 50.000 euros anuales a la fundación monclovita». Antonio Rodríguez, «La Fundación ¿Por qué esta censura? ¿Secretos de Es- Felipe González echa a andar». tado? O, en una lectura más probable del

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asunto, ¿las habituales miserias políticas? opacidad a la hora de ejecutar su proyecto Si se repasa la documentación con detalle, de gobierno. las partes censuradas corresponden a cuan- En este intento de blanquear que una do se puede intuir la toma de decisiones o entidad privada pueda conservar documen- cuestiones que pueden llegar a ser incómo- tación clasificada y, a su vez, banalizar su das frente a la tarea hagiográfica de la FFG. contenido concurren todo un conjunto de Mal concuerda lo anterior con la reivin- límites jurídicos, políticos y éticos que ha dicación de la FFG de basar su actuación en traspasado la FFG. Regresamos al primero el «acceso universal» y la «difusión activa». de los artículos de Javier Rodríguez Marcos Por el contrario, su actuación se ha guiado (12 de julio de 2018) en donde se recogen por una arbitrariedad absoluta. Primero, no unas declaraciones de Rocío Martínez— se ha hecho público un mínimo inventario Sampere —directora de la FFG—: por un del total de la documentación que conserva. lado, juega a la confusión y, por otro, evi- Segundo, se desconocen los objetivos, fines dencia —o pretende evidenciar— un desco- y condicionantes de la política de apertu- nocimiento considerable de la legislación ra de determinadas «series documentales». vigente: «Nuestro objetivo es colgar todos Tercero, no puede verificarse si los criterios nuestros fondos en la web. Los límites los para anonimizar y disociar se ajustan a la pone el Congreso de los Diputados y el Par- normativa o no. lamento Europeo». De su propia cosecha el En toda esta historia coexiste, además, periodista afirma: «insiste en aclarar que un nivel de cinismo considerable. Fue pre- hay documentos que, por haber sido clasi- cisamente en la época del Ejecutivo de Fe- ficados en su día, es decir, hace años por el lipe González cuando se aprobó el mayor Consejo de Ministros, nunca han formado número de modificaciones de la Ley de Se- parte del archivo de Felipe González, sino cretos Oficiales en tiempos democráticos. de los de Presidencia o de la Administra- Modificaciones que no fueron publicadas ción». Efectivamente, aunque se olvida de en el BOE: Acuerdo del Consejo de Minis- mencionar un pequeñito detalle sobre el tros, de 28 de noviembre de 1986, por el que que hablaremos en el siguiente epígrafe. se clasifican determinados asuntos y materias De la misma forma, en el segundo de los con arreglo a la Ley de Secretos Oficiales, am- artículos de Javier Rodríguez Marcos pue- pliado por Acuerdos del Consejo de Minis- de leerse: «El expresidente afirma no tener tros de 17 de marzo y 29 de julio de 1994; más reparos que los legales a la hora de pu- Acuerdo del Consejo de Ministros de 16 de blicar su archivo». Señalando líneas más febrero de 1996, por el que se clasifican de- adelante: «Aunque Felipe González insiste terminados asuntos y materias con arreglo a en que, si de él dependiera la desclasifica- la Ley de Secretos Oficiales [33]. ¿Por qué se ca- ción de los documentaros, su criterio sería racterizaron estos acuerdos? Por seguir en- «muy amplio»» [34]. En esas mismas páginas, dureciendo y afinando tal normativa pre— previamente, José María Maravall —Vice- constitucional. ¿El objetivo? Incrementar la presidente de la FFG— había defendido la difusión de cualquier documento, clasifica- 33.– Consúltese el compendio legislativo de, José Rafael do o no, sin base jurídica ninguna. Rojas Suárez (ed.), Rosana de Andrés Díaz (coord.), Elisa ¿Qué tienen en común Martínez—Sam- Avilés Betegón y María Teresa Piris Peña (recops.), El Siste- ma de Archivos del Ministerio del Interior: normativa, 3ª ed., 34.– Significativo de lo expuesto fue lo que contó, Rafael corr. y aum., Madrid, Secretaría General Técnica del Minis- Moreno Izquierdo, «El día que ‘Isidoro’ sedujo a los espías terio del Interior, 2015. de Suárez», El País, 22 de septiembre de 2019.

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pere, Maravall y González? Ninguno tiene González ha encontrado un terreno abona- la Habilitación Personal de Seguridad de la do gracias a la impunidad de la que disfruta Oficina Nacional de Seguridad del CNI. Ni la Fundación Francisco Franco en esta ma- siquiera Felipe González debería tener ac- teria [37]. ceso a esta documentación clasificada una ¿Qué señala la legislación de Secretos vez que ha abandonado el poder. No existe Oficiales? Estamos ante una problemáti- ningún mandato —incluido el RD 405/1992, ca que desborda la teórica inexistencia de de 24 de abril, por el que se regula el Estado una «[l]ey de plazos para la desclasifica- de los Ex Presidentes del Gobierno— que lo ción de materias clasificadas», en tanto, habilite para tal función. se busca desviar nuevamente el centro de ¿Tan grave es lo que se está afirmando? atención [38]. La Ley fundacional de Secretos Primero, es obligado detenerse en los con- Oficiales —Ley 9/1968— fue contunden- dicionantes para la obtención de la citada te acerca de las obligaciones y límites en Habilitación. La web de la Oficina Nacio- tal materia (artículo 9.1). Otro tanto suce- nal de Seguridad es extremadamente clara, dió con su normativa modificadora —Ley transparente y precisa: «¿Quién puede acce- 48/1978—. En su artículo 8.a) se lee: «Sola- der a información clasificada? Solo aquellas mente podrán tener conocimientos de las personas que tengan ‘necesidad de conocer’ «materias clasificadas» los órganos y las esa información en concreto […] que estén personas debidamente facultadas». Por si en posesión de una habilitación de seguri- esto no fuera suficiente el artículo 4 de su dad del grado adecuado y que estén auto- reglamento —Decreto 242/1969— es preciso rizadas por sus superiores jerárquicos» [35]. al respecto de las «violaciones de la protec- Para obtener la acreditación hay que pasar ción de las materias clasificadas». Otro tanto por un complejo proceso de investigación sucede con el artículo 5 —sobre el «extravío de cada solicitud, que gestiona el nombra- de documentos o material»— el artículo 28 do organismo público pudiéndose alargarse —«Destrucción de material clasificado»— y varios meses. el artículo 34 —«Calificación de las faltas Interesante resulta leer la última versión disciplinarias y administrativas»—. del reglamento «Normas de la Autoridad Legislación en mano volvemos al peren- Nacional para la Protección de Información ne argumento de la FFG sobre la tantas ve- Clasificada». En dicho documento se seña- ces citada Ley de Seguridad Nacional. Lla- la como dentro de su ámbito de aplicación mada que, si bien tiene su conexión con el entran aquellas «entidades públicas o pri- mundo cinematográfico estadounidense, vadas que manejen o tengan acceso a la in- resulta infructuosa ya que la Ley 36/2015 formación clasificada nacional» [36]. ¿Entran no dice absolutamente nada al respeto. En aquí las fundaciones? Si fuera así, ¿podría gestionar la FFG documentación clasifica- 37.– En primer lugar, consúltese, Javier Otero, «Los secre- da? No. Sin embargo, la Fundación de Felipe tos de Estado en poder de la familia Franco», Tiempo, 1792 (2017), pp. 12-19. E, igualmente, Noticia, «El Gobierno exi- ge a la Fundación Franco que devuelva 30.000 documen- 35.– Véase: https://www.cni.es/es/ons/que_es_la_infor- tos del dictador que mantiene en su poder», infolibre.es, macion_clasificada/. 20 de noviembre de 2018. 36.– Centro Nacional de Inteligencia. Oficina Nacional de 38.– Véase, Eva Moraga Guerrero, «Información y acceso: Seguridad. Autoridad Delegada para la Seguridad de la Secretos Oficiales y la Ley de Transparencia y acceso a la Información Clasificada, Normas de la Autoridad Nacional Información Pública», en Antonio González Quintana, Ser- para la protección de la información clasificada, Madrid, Mi- gio Gálvez Biesca, Sergio y Luis Castro Berrojo (coords.), El nisterio de Defensa, 2018, p. 29. acceso a los archivos en España, pp. 42-56.

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su artículo 2 dedicado al ámbito de aplica- praxis, tanto en la gestión documental como ción se lee: «esta ley será de aplicación a las en lo relativo a la conservación de material diferentes Administraciones Públicas y en clasificado y documentos con datos de es- los términos que en ella se establecen, a las pecial protección. Todo ello sin que los or- personas físicas o jurídicas». ganismos responsables hayan actuado. Metáforas aparte sobre la seguridad na- cional, la tan repetida transparencia ni está Tratamiento archivístico, política de difusión ni se la espera en relación a una cuestión y agenda investigadora fundamental: ¿cuáles son las medidas de seguridad del centro? Hablamos de conser- En pocas ocasiones, una entidad priva- vación preventiva pero también de algo más da que gestiona un archivo ha dispuesto relevante: la custodia de documentación de unas condiciones objetivas tan favora- clasificada en una entidad privada en donde bles para realizar su labor. De hecho, a nivel se desconoce cualquier tipo de información de la FFG existen pocos casos análogos en sobre si cumple con los requisitos mínimos nuestro país [40]. de seguridad, prevención de catástrofes y Financiada, en buena medida, por la Fun- otros elementos anexos que son obligados dación Telefónica, ha adoptado como ges- en los edificios públicos que guardan mate- tor documental el software DIGIARCH de la rial clasificado similar [39]. empresa DIGIBÍS. Una empresa tecnológica No nos olvidamos de la AEPD. Ni menos ligada a la Fundación Ignacio Larramendi de la Ley Orgánica 3/2018. Entre los obstá- con larga experiencia en este tipo de pro- culos jurídicos que hoy dificultan el acceso yectos. En una nota de prensa la empresa a la documentación, junto con la normativa reconoció haber trabajado con «documen- que acabamos de analizar, se encuentra la tos oficiales» [41]. estricta aplicación de la normativa de pro- Por otro lado, la empresa seleccionada tección de datos personales y ahora garan- para el tratamiento archivístico fue SIBA- tías digitales. Sencillamente, desconocemos DOC. Su responsable, la bibliotecaria Sol los criterios de la FFG. Sorprende que la Ugarte, en una entrevista en el portal archi- AEPD, siempre tan atenta a actuar de oficio, voz.es al ser preguntada sobre la cuestión de no haya prestado atención a este asunto, al la legitimidad de origen contestó: «Me temo menos, de cara a averiguar si se ha infrin- que aquí voy a ser políticamente correcta. gido la normativa en el proceso de expolia- SIBADOC ha realizado un trabajo de pro- ción y posterior publicación de este Patri- ceso técnico—archivístico […]. El resto de monio Documental. Todavía más cuando temas en relación al origen o la propiedad hablamos de «datos de especial protección». de la misma se escapan del papel técnico e A saber, los anteriormente tipificados como instrumental que hemos tenido en este pro- «datos especialmente protegidos» en el ar- tículo 7.2 de la Ley Orgánica 15/1999 rela- 40.– Por ejemplo es la única entidad privada española a la que se la ha invitado a participar en el Archivo Mun- tivos a la «la ideología, afiliación sindical, dial del Ártico. Noticia, «El lugar del Ártico donde Felipe religión y creencias». González y el Vaticano guardarán sus archivos 500 años», La suma de estas evidencias genera du- elconfidencial.com, 10 de febrero de 2019. das fehacientes en torno a posibles malas 41.– Fundación Felipe González, «Nota de prensa. El Ar- chivo de Felipe González, implementado en DIGIARCH», 39.– Véase, José Enrique Simonet Barrio, Recomendaciones Madrid, 12 de julio de 2018 [http://www.digibis.com/no- para la edificación de archivos, 2ª ed., Madrid, Subdirección ticias/blog/232-archivo-de-felipe-gonzalez-implementa- General de Archivos Estatales, 1997. do-en-digiarch.html].

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yecto […]» [42]. Contestación tipo que resume mente entre funciones de carácter público tanto el espíritu emprendedor neoliberal y las de carácter privado o profesional […]», así como la clásica «estrategia del mal me- concluye la propia Alonso [43]. nor». El hecho objetivo es que una empresa privada está gestionando una parte signifi- ***** cativa y sensible del Patrimonio Documen- tal con material clasificado y datos de es- El segundo aspecto que ha de examinarse pecial protección. Una circunstancia que no —y que se encuentra ligado al anterior— es es nueva dentro de la Administración, pero la reiterada consigna de la política de difu- que en el asunto que nos ocupa se escapa a sión activa y transparente. Parte hemos ade- cualquier tipo de auditoría pública. lantado. Tanto en el ámbito público como La FFG no ha cesado de repetir como su en el privado no hay lugar a la «presunción trabajo «se ha realizado a partir de los es- de inocencia» en los proyectos descripti- tándares y normas pautadas por la comu- vos. Responden siempre a una cuestión es- nidad archivística internacional». Mal casa tratégica de la organización o a un interés esta voluntad profesional con los fines y particular. Entran aquí en juego también objetivos públicos y no públicos de la FFG. las políticas de difusión. En lo que respecta ¿Por qué? a la FFG es evidente la interrelación entre Desaparecido el «principio de proceden- proyectos de descripción, exclusivas perio- cia», tal y como explicó Henar Alonso, este dísticas y la búsqueda de una rentabilidad tipo de proyectos pueden llegar a terminar política—histórica en torno a la promoción en la construcción de «colecciones temáti- de la figura de su Presidente. cas particulares, con acceso pautado y diri- «En España tenemos una gran tradición gido en función de los intereses casi propa- archivística, pero quizá se ha puesto más gandísticos de los patronos […]». En el caso el énfasis en acumular documentos que en que nos ocupa se ha intentado realizar algo difundirlos; nosotros apostamos por clasi- semejante a los «archivos presidenciales» ficar bien de una forma progresiva lo que pero quedándose «a mitad de camino entre consideramos valioso y lo ponemos a dis- lo personal y lo institucional, provocando posición del público» afirmó Rocío Martí- un totum revolutum». nez-Sempere en la exclusiva que ofreció en Estamos ante el enésimo efecto motiva- julio de 2019 la FFG a La Vanguardia, junto do por la cuestión de la legitimidad de ori- con El País, con ocasión de la segunda tanda gen y en donde ha resultado determinante de documentos publicados [44]. Más allá de la primacía de criterios no técnicos: «De sus lecciones sobre las prácticas archivísti- tratarse de un verdadero archivo privado, el del ciudadano Felipe González Márquez, 43.– Henar Alonso, «Las cartas del Presidente», Archivamos: cabría esperar una organización de sus fon- Boletín de ACAL, 3 (2019), pp. 16-18. En ese mismo número dos con las típicas divisiones de Documen- véase: Fundación Felipe González, «La correspondencia del Presidente. Cartas en el archivo de Felipe González», tos Personales y Documentos de Función, Archivamos: Boletín de ACAL, 3 (2019), pp. 12-15. A pesar y, dentro de estos últimos distinguir clara- de la expectación que generó este artículo el mismo no se salió —ni una coma— del argumentario oficial de la FFG. 42.– Entrevista, «‘Lo ideal es rodearse de buenos aliados’: 44.– Luis Izquierdo, «Las cartas inéditas de los ciudadanos Entrevista a Sol Ugarte, fundadora de SIBADOC», archivoz. a Felipe González», La Vanguardia, 6 de julio de 2019; es, 25 de julio de 2018 [https://www.archivozmagazine. y, José Andrés Rojo, «Gorbachov a Felipe González: ‘Hay org/es/lo-ideal-es-rodearse-de-buenos-aliados-entrevis- mucho nerviosismo y todo puede explotar’», El País ta-a-sol-ugarte-fundadora-de-sibadoc/]. Semanal, 6 de julio de 2019.

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Felipe González y Helmut Kohl en la Alhambra de Granada, noviembre de 1993 (Foto: Pablo Juliá. Fuente: Archivo de la Fundación Felipe González).

cas en España —y convendría que leyera la documentos. Cuadernos escritos por Feli- Instrucción para el Gobierno del Archivo de pe González que cubren buena parte de su Simancas de 1588 [45]— lo deja bien claro: la mandato al frente del Ejecutivo de la nación política de descripción se fundamenta en lo (1982—1993). ¿Se han publicado todos? que se considera valioso. ¿Ha existido una selección previa? ¿Hasta ¿Cuál es el grado de confiabilidad que dónde llega la transparencia proclamada? transmite la FFG? Sin entrar a cuestionar Sin instrumentos de control públicos la idoneidad archivística de convertir cada y publicados —sobre todo en relación a la tanda de apertura de series documentales documentación (supuestamente) expoliada en un acontecimiento mediático, ya es ca- de La Moncloa— todo queda reducido, en la sualidad que en todos y cada uno de los ca- práctica, a un acto de fe. No hay posibilidad sos la trayectoria de Felipe González haya ninguna de escrutinio. Son dudas razona- salido reforzada sin prácticamente ninguna bles sobre todo cuando Felipe González en crítica a su gestión. la segunda de las piezas de Javier Rodríguez Sucedió en julio de 2018 con la publi- Marcos indicó: «Hace poco he descubierto cación de la serie documental denomina- que tengo 10 a 15 cuadernos más». da «Cuadernos de notas» conformada por Sucedió también en julio de 2019 [47]. Fe- noventa expedientes [46]. En torno a 3.000 chivo de Felipe González se abre al público», Madrid, 13 45.– Instrucción para el gobierno del Archivo de Simancas de julio de 2018 [https://www.fundacionfelipegonzalez. (año 1588), Madrid, Dirección General de Bellas Artes y Ar- org/abre-archivo-fundacion-felipe-gonzalez/]. chivos, 1989. Publicación que incluyó el estudio clásico de 47.– Fundación Felipe González, «Nota de prensa. La co- José Luis Rodríguez de Diego. rrespondencia del presidente», Madrid, 3 de julio de 2019 46.– Fundación Felipe González, «Nota de prensa. El Ar- [https://www.fundacionfelipegonzalez.org/la-correspon-

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cha en que se hizo «accesible además la historia». Al menos, se han recuperado 500 colección de correspondencia nacional, cartas «que otros tantos españoles de base internacional y de cartas ciudadanas, re- le enviaron al secretario general de los so- cibidas entre 1974 y 1996» [48]. La serie se cialistas». Fue tal la relevancia que otorgó encuentra dividida en dos fracciones: 1) la FFG a esta documentación que creó una «Cartas de líderes nacionales e internacio- colección facticia con «42 cartas de líderes nales»; 2) «Cartas escritas por ciudadanos políticos nacionales e internacionales, y 39 anónimos». En torno a 10.000 documentos cartas escritas por ciudadanos anónimos». publicados. Para resaltar dicha colección se ha confi- En la primera fracción documental se gurado dentro de la web de la Fundación informó de cómo se habían catalogado 82 un espacio independiente —cartasalpresi- expedientes: «49 corresponden a líderes dente.org— y se ha editado un libro —Pa- internacionales» y los «33 restantes co- labras de Vuelta. Cartas de los ciudadanos al rresponden a los miembros que, a lo largo Presidente—. de las cuatro legislaturas y siete Gobierno Ilustrativo de todo lo expuesto fueron de Felipe González, sí escribieron cartas al varios de los capítulos de Palabras de Vuel- presidente» [49]. Suponiendo que no hayan ta. Revelaron un conjunto de preocupantes existido vacíos intencionados, todavía así, cuestiones hasta el punto que iniciamos resulta llamativo la ausencia de cualquier una investigación en el Archivo Central del misiva de José Luis Corcuera —entre otros Ministerio de la Presidencia, en el Archivo tantos posibles ejemplos— o el escaso nivel General de la Administración y en Presi- de intercambio de cartas con Alfonso Gue- dencia del Gobierno. rra o Manuel Chaves. En el capítulo de presentación firmado ¿Qué decir de las cartas escritas por par- por la propia FFG —«Palabras de vuelta (o te de ciudadanos a Felipe González tanto cómo recuperar la memoria cívica)»— se como Secretario General del PSOE como vertieron una serie de afirmaciones cuando Presidente del Gobierno? Sin duda constitu- menos chocantes. Después de alabar el valor yen una fuente fundamental para una histo- de la carta desde diferentes puntos de vista, ria social desde abajo. Según datos de la FFG la transición del «paradigma analógico al más de 100.000 personas escribieron a Feli- paradigma digital» y explicar el proceso de pe González como Presidente del Gobierno. recuperación documental, se indicó como el Como recogía Luis Izquierdo para La «grueso de las cartas de la etapa de la pre- Vanguardia «[l]a cantidad es ingente, in- sidencia no aparecía». Indicando líneas más abordable y lamentablemente la inmen- adelante: «Según lo que hemos podido ave- sa mayoría de ellas se han perdido para la riguar, este gran grupo no se ha conservado (1983 a 1993), nadie reparó a lo largo de los dencia-del-presidente/]. años en que un día podían ser una fuente 48.– Junto con lo ya apuntado, Noticia, ««Querido presi- histórica de información interesante». dente»: las cartas inéditas a Felipe González de sus mi- nistros», El Mundo, 6 de julio de 2019; Noticia, «Críticas De forma previa, se había dicho como de Solchaga, ‘errores de Boyer… El archivo económico de «[s]e han conservado un grupo importan- Felipe González», lainformacion.com, 11 de julio de 2019. te de cartas desde 1976 a 1982 y también 49.– Por cierto, ¿qué mejor ejemplo de documentos públi- desde 1993 a 1996, varios meses después de cos que el de unos ministros escribiendo a un Presidente que Felipe González perdiera las elecciones del Gobierno sobre asuntos de gobierno en su mayor parte? Pueden localizarse numerosos signos de validación: desde en marzo de ese mismo año. Estaban dis- registros de entrada o salida a logotipos institucionales. persas, escondidas entre un sinfín de cajas,

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mezcladas en muchos casos con documen- sobre el que se sustentó, las motivaciones tos de otro tipo». Ningún otro dato ni razón y casuísticas por las que escribían al Pre- se ofrecieron. sidente del Gobierno y las respuestas ofre- A continuación se afirmó: cidas resultan de enorme interés. Hoy día sigue funcionando dicho servicio. Afirmó «Sería muy necesario un marco normativo el propio Serrano como «hay constancia claro y procedimental, un diseño de políticas de más de 100.000 registros personales co- públicas fuertes acompañadas de dotación rrespondientes a la etapa del gobierno del que permitieran establecer procedimientos presidente González», lo que «seguramen- sistemáticos para la gestión y difusión do- te permite sostener que, entre 1983 y mayo cumental desde un punto de vista integral, de 1994, debieron recibirse más de 200.000 dando también valor a estos documentos escritos […]» [52]. ‘raros’ y complejos, que tanto incomodan a ¿Qué motivos explican la desaparición los que trabajamos con archivos». de este conjunto documental datado entre 1983 a 1993? ¿Por qué esas precisas fechas? No faltó, por supuesto, la correspondien- Constituye una cuestión no resuelta. Ante te autopublicidad engañosa: «Es la primera de avanzar, queda demostrado como Felipe vez en España (y quizá en el mundo) que González (supuestamente) se llevó docu- se pública un corpus documental de este mentación producida hasta de una Subdi- tipo» [50]. Un vistazo por los archivos presi- rección General. denciales tan elogiados les hubiera despe- En agosto de 2019 comenzamos una in- jado cualquier duda. vestigación en el Archivo Central del Mi- En extremo aclaratorio también fue el nisterio de la Presidencia con tres líneas capítulo de José Enrique Serrano —uno de de trabajo paralelas. La primera de ellas se los hombres fuertes del equipo de González centró en averiguar qué había sucedido en en La Moncloa y quien llegó a ser, breve- relación a este grupo documental. De for- mente, jefe de su Gabinete (1995—1996)— ma previa, revisamos su Cuadro de Clasi- en donde explica la intrahistoria de este ficación y los dictámenes de la CSCDA[53]. fondo desaparecido [51]. En 1982 Roberto Mediante un correo electrónico del 12 de Dorado —primer director de Gabinete de agosto se preguntó «si la Subdirección Ge- Felipe González y quien a su marcha no neral del Servicio de Comunicación con los dejó rastro documental— pondría en mar- Ciudadanos (1983—1993) había transferi- cha «un Servicio de Comunicación con los do algún tipo de documentación». El 19 de Ciudadanos que años más tarde, en 1989, agosto desde el Archivo Central del Minis- se consolidó al adquirir el rango orgánico terio de la Presidencia se contestó: «hemos de subdirección general». La historia insti- hecho una búsqueda en los instrumentos tucional, el procedimiento administrativo de descripción de los que dispone el Archi- vo Central y no hemos encontrado referen- 50.– Fundación Felipe González, «Palabras de vuelta (o cómo recuperar la memoria cívica)», en id. (ed.), Palabras cias a dicha Subdirección, ya que el Archivo de vuelta, pp. 18-21. Central no ha recibido transferencia de la 51.– Sobre sus funciones e influencia resulta imprescin- dible leer, Antonio Garrido y María Antonia Martínez, «El 52.– José Enrique Serrano, «La línea caliente de la Mon- poder en Moncloa: el jefe de Gabinete del presidente del cloa: una experiencia», en Fundación Felipe González Gobierno», Revista Española de Ciencia Política, 48 (2018), (ed.), Palabras de vuelta, p. 117. pp. 73-102, en donde se recoge documentación inédita de 53.– Véase: http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/archi- gran relevancia. vodetail.htm?id=37054.

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mencionada Unidad» [54]. En este contexto sobresale un vacío que Por consejo del propio Archivo Central llama poderosamente la atención: la ausen- de Presidencia escribimos al Departamento cia de una estrategia con el fin de generar de Comunicación con los Ciudadanos de- políticas de alianza con los historiadores e pendiente del Gabinete de la Presidencia investigadores profesionales con el obje- del Gobierno. El 20 de agosto realizamos to de promocionar líneas de investigación. una solicitud de acceso fundamentada en Un vistazo por su Patronato confirma como el Capítulo II de la Ley 19/2013. El 29 de sus intereses no están orientados en esta noviembre, tres meses después y superado dirección: un solo historiador, José Álvarez el plazo legal de contestación, se nos infor- Junco [56]. Conocido profesional quien, por mó de que habían «leído con atención» la cierto, no tuvo reparo alguno en afirmar en solicitud: el segundo reportaje publicado por Javier Rodríguez Marcos: «En España los políticos «Al respecto, le indicamos que la informa- han tenido tradicionalmente un sentido pa- ción que precisa no obra en nuestro poder trimonial del Estado […]. Hasta la hoja en la ya que en cumplimiento de la Orden de que escriben se paga con los impuestos pero 14 de marzo de 1997 por la que se modifi- ellos creen que les pertenece». Ni siquiera can y suprimen ficheros automatizados de Santos Juliá, uno de los mayores especialis- datos de carácter personal, regulados por tas en la historia del PSOE, se atrevió a pisar Orden de 26 de julio de 1994 y de la Orden este terreno pantanoso. PRE/3077/2005, de 3 de otubre, por la que se El panorama no es nada halagüeño para crean y suprimen diversos ficheros automa- los investigadores de esta época: a una me- tizados de datos de carácter personal ges- dia anual de 10.000 documentos publica- tionados por el Ministerio de la Presidencia dos online se tardará casi cincuenta años en fue suprimida» [55]. poner a disposición el medio millón de do- cumentos que componen teóricamente el La respuesta resulta parcial e incomple- fondo del AFFG. Más o menos en 2070. Otro ta. No termina de contestar a muchos inte- obstáculo en la agenda investigadora sobre rrogantes: primero, no hace referencia a la la época socialista y que explica, en parte, documentación en papel ni a ningún perio- su falta de despegue. Bien puede hablarse do cronológico; segundo, no queda, en ab- de la cronificación de una crisis historiográ- soluto, claro de donde han salido, por tanto, fica en torno a este tiempo histórico. Crisis los datos proporcionados por Serrano; y, motivada, en buena medida, por la tradicio- tercero, se cerró elegante pero formalmente nal dificultad de acceder —con excepciones la posibilidad de obtener cualquier otro tipo contadas— a esta y al resto de las fuentes de información. primarias básicas sobre dicha época [57].

56.– Véase: https://www.fundacionfelipegonzalez.org/no- sotros/. ***** 57.– Al menos véanse, Sergio Gálvez Biesca, «La «extraña» derrota del movimiento obrero», en id. (coord.), La clase tra- bajadora, después del Estatuto de los Trabajadores y sus refor- 54.– Correo remitido al autor por el Archivo Central del mas. Dossier monográfico Papeles de la FIM, 26/27 (2008), Ministerio de la Presidencia el 19 de agosto de 2019. pp. 83-116; id., Modernización socialista y reforma laboral 55.– Correo remitido al autor por el Departamento de Co- (1982-1992), Tesis Doctoral, Universidad Complutense de municación con los Ciudadanos del Gabinete de la Presi- Madrid, 2013; y, id., La gran huelga general. El sindicalismo dencia del Gobierno, el 29 de noviembre de 2019. contra la «modernización socialista», Madrid, Siglo XXI, 2017.

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La situación tampoco se presenta nada Por lo demás, hay que citar el desco- esperanzadora cuando se analiza fríamente nocido fondo del Ministerio Portavoz del la contracara de esta historia: la documen- Gobierno que se transfirió desde el Archi- tación que no salió de La Moncloa y que sí vo Central del Ministerio de la Presidencia llegó al Archivo Central del Ministerio de al Archivo General de la Administración la Presidencia. ¿Qué ha llegado? ¿Se puede en 1990 (Registro General de Entrada 963 consultar? Lo primero que nos advirtieron / IDD 9.04), relativo a los «Acuerdos y re- desde el Archivo Central fue como «la docu- ferencias de prensa. Consejo de Ministros mentación generada por el Gabinete de Fe- (1983—1988)» compuesto por 96 cajas y lipe González (1983—1996) ya se transfirió otras 9 con «Actas y referencias de prensa. al Archivo General de la Administración» Comisión Delegada de Asuntos Económi- en el año 2012 [58]. cos» con varias fracciones de serie no com- La consulta en el Archivo General de la pletas entre los años 1983—1988 [60]. Administración resultó clarificadora: la La última línea de trabajo en el Archivo transferencia del Ministerio de Presidencia Central del Ministerio de la Presidencia co- (Registro General de Entrada 1145) esta- menzó con el estudio de los reales decre- ba compuesta por 15 series documentales. tos sobre la estructura orgánica básica del Prácticamente ninguna de ellas cubría el Ministerio de Presidencia, de cara a realizar marco temporal completo de actuación del un posible registro de los organismos pro- Ejecutivo socialista. Son considerables tam- ductores y sus funciones [61]. En base al Re- bién los vacíos temáticos. Sobresaliendo, en

su mayor parte, el contenido de documen- sobre la actividad parlamentaria (1988-1994)»; «Peticio- tación administrativa. En suma, 83 cajas nes de audiencia con el Presidente del Gobierno (1987- para un total de cuatro legislaturas, siete 1995)»; «Correspondencia con Presidentes y otras auto- ejecutivos y casi catorce años de mandato. ridades de las Comunidades Autónomas (1990-1996)»; «Documentación relativa a la celebración de los Consejos A lo que se añade otra dificultad habi- de Ministros (1992-1996)»; «Expedientes sobre la cele- tual. No se trata de un fondo con acceso di- bración del V Centenario del Descubrimiento de América recto, inmediato y libre. Numerosas son las (1983-1992)»; «Expedientes sobre Relaciones Exterio- marcas de confidencial y reservado y el pe- res (1989-1996)»; «Expedientes sobre la celebración de los Juegos Olímpicos Barcelona´92 (1991)»; «Informes riodo transcurrido desde la finalización de elaborados por los Departamentos ministeriales (1990- los expedientes no supera, en ninguno de 1996)»; «Expedientes sobre la participación de España los casos, los cincuenta años que estable- en el Consejo Europeo (1985-1996)»; «Expedientes sobre ce el artículo 57.1c de la LHPE. Así pues, se la participación de España en la UE (1985-1996)»; «Co- rrespondencia (1985/1990-1996)»; «Expedientes de par- requiere de un informe de acceso por parte ticipación de España en Cumbres Internacionales (1983- del siempre atento Servicio de Referencias 1995)»; «Expedientes de viajes oficiales del Presidente del AGA [59]. del Gobierno al exterior y de visitas de Jefes de Estado a España (1983-1996)». 58.– Correo remitido al autor por el Archivo Central del 60.– Archivo General de la Administración, «Transferencia Ministerio de la Presidencia el 12 de agosto de 2019. del Ministerio Portavoz del Gobierno (1983-1988)», Regis- 59.– Archivo General de la Administración, «Transferencia tro General de Entrada 963. Año 1990. Sig. AGA 52/6632- del Ministerio de Presidencia. Fondo: Oficina del Presiden- 52/6856. te del Gobierno. Secretaría Particular», Registro General 61.– En primer lugar, véase su registro en PARES de Entrada 1145. Año 2012. Sig. AGA 64/03739-64/03822. [http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/ Fondo compuesto por las siguientes series documenta- autoridad/50808?nm] junto con el artículo de referencia les: «Documentación relativa a la crisis del Golfo Pérsico de, María Concepción Contel Barea, «El Archivo de la Pre- (1990-1991)»; «Anteproyecto y proyecto de Ley de Pre- sidencia del Gobierno», Studia Historica. Historia Contem- supuestos del Estado (1986, 1988, 1989)»; «Expediente poránea, 6-7 (1988-1989), pp. 169-195.

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gistro General de Entrada de fondos docu- quid pro quo que no fructificó de cara a com- mentales —como principal instrumento de pletar su colección documental [64]. consulta— se comprobó como en su mayor Junto con lo recién expuesto hay que in- parte la documentación que se transfirió al cidir en cómo parte de las series documen- Archivo Central era de carácter administra- tales conservadas en el Archivo Central del tivo, técnico y jurídico (expedientes de per- Ministerio de la Presidencia están valoradas sonal, expedientes económicos, informes, por la CSCDA [65]. En base a la amplia como iniciativas parlamentarias, elaboración contradictoria normativa sobre el acceso, normativa…) y procedía de la Secretaría la mayor parte no son de libre acceso [66]. En General Técnica, Subdirección General de cualquier caso, no supone una «restricción Control Técnico, Registro General... total» sino «parcial». Pero incluso emplean- A sumarse, lógicamente, la generada por do la Ley 19/2013 para obtener un acceso la Comisión Delegada de Asuntos Econó- parcial y anonimizado a determinados ex- micos —cuyas deliberaciones son reserva- pedientes, resulta enormemente complica- das— y, por supuesto, por el Secretariado do en la práctica cotidiana obtenerlo final- del Gobierno quien custodia las actas del mente. Consejo de Ministros. Un par de apuntes al Una práctica condicionada por un con- respecto. Primero, a pesar de que no se sue- junto de factores. Primero, un elemento que len servir las actas no están clasificadas. El se suele olvidar con demasiada frecuencia: Consejo de Transparencia y Buen Gobierno la anomalía de que un Archivo Central con- se ha manifestado hasta en cuatro ocasio- serve documentación histórica como con- nes en esta línea [62]. De hecho, la mayor par- secuencia del colapso del sistema archi- te de la información contenida en las actas vístico en España. Los archivos centrales, se publicaba en la Sección de Disposiciones además, no se encuentran obligados a dis- y Acuerdos del Consejo de Ministros en el poner de salas de consulta. Segundo, la ar- BOE [63]. Lo que sí se encuentran clasifica- dua elaboración que conlleva el trabajo de das son las deliberaciones del Consejo de disociación/anonimización con unas plan- Ministros en base al artículo 5.3. de la Ley tillas siempre mermadas. Tercero, junto a la 50/1997. legislación sobre el acceso de uso común, se Precisamente a este conjunto docu- añade otro paso normativo en este caso: la mental hizo referencia Martínez—Sampere Orden de 24 de abril de 1997, por la que se cuando afirmó como «por haber sido clasifi- regula el acceso al Archivo Central de la Pre- cados […] nunca han formado parte del ar- sidencia [67]. Una vez presentada la solicitud chivo de Felipe González». Todo un detalle por su Sede Electrónica —lo que conlleva que no saliera de La Moncloa. Se le olvidó, disponer de unos conocimientos ofimáticos, eso sí, mencionar cómo desde la FFG se lle-

gó a solicitar una copia de esta documen- 64.– Véase nota 10. tación. Todo ello a través de un intento de 65.– Dictámenes: 10/2014, 47/2014, 81/2017. 66.– Un análisis actualizado sobre la cuestión en, Antonio 62.– Véanse las resoluciones B/0288/2015, B/0366/2017, González Quintana, «El acceso a los archivos: las reco- B/0088/2019, B/0243/2019 en: https://www.consejode- mendaciones internacionales y la situación española», en transparencia.es/ct_Home/Actividad/Resoluciones/reso- id., Sergio Gál vez Biesca y Luis Castro Berrojo (coords.), El luciones_AGE.html. acceso a los archivos en España, pp. 17-41. 63.– Serie dictaminada y valorada por la CSCDA: 6/2014. 67.– El resto de la legislación aplicable puede consultarse Dictamen consultable en: http://www.culturaydeporte. en su Sede Electrónica: https://sedempr.gob.es/es/con- gob.es/cultura/areas/archivos/mc/cscda/inicio.html. tent/acceso-los-fondos-del-archivo-central.

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de un certificado digital, identificarse y -fir Institucionalizado el Modelo Español de mar un trámite administrativo— se elabora Impunidad ni siquiera extraña ya el carac- un expediente de acceso desde el Archivo terístico silencio que suele predominar por Central del Ministerio de la Presidencia que parte de determinados agentes e institucio- debe resolver, positiva o negativamente, el nes en relación a estas cuestiones menores. Secretario General Técnico. Pese a que pue- Pero perviven silencios que, por acción u de percibirse como un obstáculo en el acce- omisión, resultan cómplices. Por ejemplo, so nos encontramos ante un procedimien- tal y como ha sucedido con la mayor par- to administrativo garantista pensado en el te de los partidos políticos o los medios de usuario, que aunque complique la solicitud, comunicación generalistas. Excepcionales, a la postre, habilita una vía de recurso. Ga- de hecho, han sido los reportajes en medios rantías que no se ofrecen con el envío de un alternativos en donde sí se han podido es- correo u otras formas de comunicación con cuchar otras voces [69]. la Administración. A nivel académico ha vuelto a funcionar Evidentemente este conjunto de condi- el mecanismo habitual del silencio de lo cionantes no constituye el mejor aliciente políticamente correcto. En un gremio que para el estudio de la época socialista. Aun- publica centenares de artículos anuales, al que todavía está por analizar el impacto que calor de la producción en cadena que im- tendrá la documentación publicada hasta el pone la ANECA, ni un solo texto de análi- momento por la FFG, las dudas detectadas sis ha podido localizarse. Tampoco ninguna en torno a su tratamiento archivístico, el asociación profesional —empezando por predominio de criterios políticos antes que la Asociación de Historia Contemporánea académicos—profesionales en la política de (AHC)— se ha manifestado al respecto. difusión y el escaso interés en promocionar Bien es verdad que el asunto de la FFG líneas de investigación sobre este periodo o es altamente problemático: apenas ha con- alrededor del propio Felipe González —ca- citado muestras de apoyo por parte de his- rente de una biografía política de tal nom- toriadores. Entre los pocos que se han posi- bre— dibujan un escenario a medio—largo cionado se encuentra Abdón Mateos quien poco o nada alentador. no dudó en «felicitar la iniciativa de la Fun- dación del ex—presidente del Gobierno». De silencios cómplices, apoyos Propuso que «desde el Ministerio de Cultura esperados y esperables y denuncias o desde el Senado se dotaran de presupues- limitadas tos para digitalizar y hacer accesibles en la Red los archivos personales de dirigentes Si observamos la trayectoria de Felipe políticos de la España actual». Concluyendo González antes, durante y después de su como «[d]ebería ser la iniciativa pública la época al frente del Gobierno, el tema de su que centralizara el acceso a estos archivos archivo aparece, a ojos de propios y extra- privados de personalidades públicas» [70]. ños, como un asunto sin relevancia. Más cuando se lo compara con determinados González. ‘Tuve que decidir si se volaba a la cúpula de comportamientos privados o ciertas decla- ETA. Dije no. Y no sé si hice lo correcto’», El País. Domingo, 7 de noviembre de 2010. raciones en medios de comunicación en es- 69.– Miguel Muñoz, «España, un país lleno de documentos [68] tos últimos años . públicos en manos privadas», cuartopoder.es, 28 de julio de 2019. 68.– Entre centenares de ejemplos: Entrevista, «Felipe 70.– Abdón Mateos, «El archivo de Felipe González y el

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Dentro de la campaña de marketing de la El 18 de septiembre de 2018 llegó la res- FFG hubiera podido esperarse una larga lis- puesta —entonces con Pedro Sánchez como ta de apoyos: desde compañeros del Partido Presidente del Gobierno—. Rozó lo esper- y del Gobierno, periodistas, académicos, en péntico: suma, los «soportes intelectuales» clásicos del socialismo español. En la página web de «En nuestro país no existe una normativa la fundación tan solo se recogen cinco ava- específica que regule los fondos documen- les expresos y que se limitan, en la prácti- tales de los ex Presidentes del Gobierno, ca, a los «suyos»: José María Maravall, Rosa entendiendo por estos los documentos Conde, Pablo Juliá, Jonás Fernández y Àn- relativos a su figura como Presidente o al gels Barceló [71]. ¿No se quiso o no se pudo ejercicio de su presidencia, como pudieran contar con más firmas? ser discursos, fotografías, archivos audiovi- En medio de tanta indiferencia hay que suales, diarios, correspondencia personal, resaltar la fundamentada batería de pregun- apuntes, etc.». tas que realizó la ex—diputada Eva García Sempere del Grupo Parlamentario Unidos En la práctica un copia y pega —con al- Podemos el 26 de junio de 2018 —tres se- gún retoque ligero— del argumentario que manas antes de la primera presentación—: puede localizarse en la propia web de la FFG. De este modo, el Gobierno dejó negro «¿Considera el Gobierno que es correcto que sobre blanco su manifiesta dejación de fun- la documentación generada por un expresi- ciones y obligaciones al respecto. dente en el ejercicio de su función sea ges- En una contundente nota de prensa de la tionada y custodiada por una entidad pri- Sección Estatal de Comisiones Obreras en vada? ¿Tiene constancia el Gobierno de la el Ministerio de Cultura y Deporte, fechada existencia de documentación clasificada en un 15 de julio de 2019, se habló de cómo tal la Fundación Felipe González y de que esa «respuesta debería formar parte de una an- documentación, en su caso, está custodiada tología del disparate administrativo». Aña- adecuadamente? ¿Qué conocimiento tiene diendo: el Gobierno sobre el tipo de documentación generada por los distintos expresidentes «CCOO en el MCD no encuentra explicación españoles en el ejercicio de sus funciones y de por qué ni la Subsecretaría del Ministe- que permanece en su ámbito privado? ¿Qué rio de Presidencia, ni la Dirección General datos tiene el Gobierno sobre documen- de Bellas Artes a través de la Subdirección tación clasificada que está custodiada por General de los Archivos Estatales han pues- entidades de carácter privado? ¿De qué en- to en marcha los mecanismos legales para tidades se trata? ¿Se va a tomar alguna me- solicitar la recuperación de estos fondos de dida para que la documentación generada modo inmediato». por expresidentes del gobierno se gestione y custodie de acuerdo al Sistema Español de ¿En qué posición deja la respuesta del Archivos?» [72]. Gobierno a los responsables de los siste- mas archivísticos públicos y, en particular, acceso a la información», elobrero.es, 11 de julio de 2019. 71.– Véase: https://www.fundacionfelipegonzalez.org/aprender/. apenas visibilidad mediática: Noticia, «IU quiere saber si 72.– Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de entre los archivos que custodia la Fundación Felipe Gon- los Diputados, 12 de septiembre de 2018. Pregunta escrita zález hay información clasificada como secreta», eldiario.es, Congreso nº 184/35218 [congreso.es]. Una iniciativa con 2 de julio de 2018.

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Felipe González durante la presentación de su archivo (Foto: Javier Lizón, fuente: Público). al cuerpo de archiveros del Estado? Desde Pero, al menos, a nivel asociativo han de su- CCOO se señaló: «La Administración Gene- brayarse los posicionamientos de dos rele- ral del Estado cuenta con cuerpos de per- vantes asociaciones profesionales. sonal funcionario altamente cualificado y El mismo 13 de julio de 2018 la asocia- dedicado a la gestión, desarrollo y difusión ción Archiveros Españoles en la Función de los archivos públicos. Facultativos, ayu- Pública (AEFP) criticó estos hechos califi- dantes y auxiliares constituyen la base so- cando como «irregularidad legal que la Fun- bre la que se sustenta la transparencia y la dación Felipe González conserve documen- memoria de nuestra Administración» [73]. tos generados por el expresidente cuando Llegados aquí, ¿qué han manifestado los ejercía una actividad pública no privada». más directamente afectados? En el mundo No era la «primera vez» que esto sucedía, de los archivos también ha predominado un remarcando, a la vez, la vulneración de la silencio generalizado. Excepcional ha sido LPHE [75]. Meses más tarde la Asociación de cualquier manifestación pública institucio- Archiveros de Castilla y León (ACAL) publi- nal como la que realizó Juan Ramón Rome- có un manifiesto abierto a la firma bajo el ro —director del Archivo Histórico Nacio- título: «Cinco compromisos por el valor de nal— en una entrevista: «‘Felipe González los Archivos». En un tono duro incidió: decidió llevar su archivo a una fundación esponsorizada por Telefónica’, afea» [74]. Transición documentada está en riesgo’», infolibre.es, 4 de 73.– Sección Estatal de Comisiones Obreras en el Minis- agosto de 2019. terio de Cultura y Deporte, «Nota de prensa», 15 de julio 75.– Noticia, «Los archiveros rechazan que la Fundación de 2019. Felipe González conserve documentos públicos», elbole- 74.– Entrevista, «Juan Ramón Romero: ‘La memoria de la tin.com, 13 de julio de 2019.

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«[…] Siguen siendo frecuentes las noticias que legitiman y legalizan a la postre— estas sobre el borrado de equipos informáticos, la formas de proceder. destrucción de ficheros o la desaparición de En juego no está solo la gestión y la con- expedientes en instituciones de nuestro país servación de nuestro Patrimonio Documen- con fines ilícitos […] así como la cesión de tal, sino todo un conjunto de principios que documentos de autoridades y cargos públi- dan forma y contenido al Estado social y cos a fundaciones o entidades privadas. Ello democrático de Derecho que acabamos de supone detraer del ámbito de control y ser- mencionar. Más todavía cuando estos pro- vicio a la sociedad que proporcionan los ar- cesos de privatización de nuestro Patrimo- chivos una información que, por definición, nio Documental cuestionan el carácter uni- es pública o constituye patrimonio, atentan- versal del Sistema de Archivos de la AGE. do así contra la transparencia, la memoria No se trata tan solo de las consecuen- social y los derechos de la ciudadanía [76]. cias heredadas de la transición española. El asunto viene de bastante más atrás: de una Todos estos elementos expuestos cons- cultura de la impunidad que sustentada en tituyen el caldo de cultivo perfecto para la la discrecionalidad y en el patrimonializa- continuación impune de este tipo de prác- ción de lo ajeno —el denominado «fenóme- ticas que afectan gravemente al Patrimonio no Gollum»— se incardina en las raíces del Documental español. ¿Qué más debe pasar funcionamiento de parte de la administra- para que el Gobierno, la Administración o ción española. Prácticas reforzadas por el el Poder Judicial actúen? Sin olvidarnos del franquismo, pero también por la ausencia CNI o la AEPD y otros tantos actores que se de cualquier tipo de iniciativa al respecto han puesto de perfil. ¿Habrá que esperar a en tiempos democráticos y en donde, en que suceda algún tipo de desastre en el cen- momento alguno, se han promocionado há- tro, un robo o una filtración de documen- bitos de gestión documental consustancia- tos? ¿Cuál es límite de lo tolerable y permi- les a una cultura democrática, responsable sible en un Estado social y democrático de y transparente. Derecho? ¿Se atisban cambios en una perspectiva a corto—medio plazo? No es descartable Entre el «principio de legalidad» y el en una coyuntura en que la crisis de repre- «principio de realidad». A modo de sentatividad y legitimidad del sistema de- conclusiones mocrático constituye una realidad política y social. Dependerá como siempre de la co- Si quienes tienen la responsabilidad po- rrelación de fuerzas. En concreto, de la ca- lítica así como la autoridad legal no actúan pacidad que demuestren las organizaciones ante casos como el del AFFG, en donde con- políticas, académicas, sindicales, profesio- curren situaciones manifiestas de irregula- nales —incluyendo aquí a las entidades re- ridad e ilegalidad, la conclusión no puede lacionadas con la defensa de los Derechos ser otra que negativa. La solución no pasa Humanos y las políticas pro—acceso y pro— por naturalizar una situación radicalmente transparencia— de cara a introducir sus rei- injusta y que, además, genera todo un con- vindicaciones en la agenda política. junto de hábitos que normalizan —a la par Ahora bien, la privatización del Patrimo- nio Documental público —no nos engañe- 76.– Asociación de Archiveros de Castilla y León, «Cinco compromisos por el valor de los archivos» [http://www. mos— por entidades privadas se encuentra acal.es/index.php/5compromisos]. en la parte más oculta del iceberg que no se

120 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 95-121 El Archivo de la Fundación Felipe González: la privatización del Patrimonio... Sergio Gálvez Biesca

ve bajo el mar para la mayoría del conjunto XX. Estamos aproximándonos a un tiempo social. Lo anterior, pese a que la gestión pú- de cambio estructural sin que pueda adivi- blica de este mismo Patrimonio constituye narse su resolución final. Lo único que ha un sector estratégico tanto para garantizar quedado evidenciado es como el denostado el funcionamiento cotidiano de la Admi- Estado—nación ha recobrado su protago- nistración así como para preservar nuestra nismo. Toca, pues, preguntarse: ¿asistire- memoria e historia democráticas. mos a un cambio de paradigma que cues- Todas estas lecciones pueden extraerse tione este viejo «principio de realidad» que de lo que ha sucedido y, probablemente, se- siempre se nos presenta como de «sentido guirá sucediendo con la FFG. Su argumen- común»? tario, precisamente, está enfocado a que Un tiempo nuevo en donde no es obli- aceptamos ese «marco global de […] [una] gado recuperar y reintroducir nuevas—vie- historia acomodaticia del presente» como jas prioridades en defensa de lo público en nos advirtió el profesor Josep Fontana en la citada agenda política. Una de ellas, sin su último libro [77]. Es decir, se nos invita — duda, sería la de repensar y reordenar las como meros espectadores sin posibilidad políticas públicas relacionadas con la ges- de crítica— a aceptar el asentado «principio tión documental, la transparencia y el acce- de realidad» de la estrategia del mecenazgo so a la información. neoliberal del que hace gala la citada fun- Una reactivación de este tipo políticas dación: la política del mal menor. públicas que podría comenzar con el AFFG Error histórico incalculable sería acep- para extenderse al resto de ex—presiden- tar esta premisa. Más lo sería dejar todo al tes y futuros ex—presidentes y demás altos arbitrio de estas iniciativas privadas. Con cuadros de la Administración. Un proyecto ese toque benefactor tan prototípico de las de futuro que debería pasar por garantizar políticas sociales caritativas impulsadas su devolución al Estado —tras un estudio por las élites y las grandes corporaciones y previo del fondo documental en su conjun- que parecen retrotraernos a principios del to— depurar responsabilidades en su caso, siglo XX. avanzar en la redacción de una Ley General «Todo es política» dijo Thomas Mann. E, de Archivos y asegurar —con todos los re- ideología, añadimos. Si una lección puede cursos que fueran necesarios— el correcto extraerse de la crisis del COVID 19 —que funcionamiento del Sistema de Archivos de coincidió con la redacción de este texto en la AGE. pleno confinamiento— es la quiebra del pa- Reintegrar en la esfera de lo público lo radigma neoliberal vigente desde finales de expoliado podría ser un primer paso ejem- la década de los años 70 del pasado siglo plar y ejemplarizante.

77.– Josep Fontana, Capitalismo y democracia, 1756-1848. Como empezó este engaño, Barcelona, Crítica, 2019, p. 155.

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Entrevista

David Ruiz ante el espejo, radiografía de un historiador con historia

Introducción, entrevista y notas a cargo de Ramón García Piñeiro Dr. en Historia Contemporánea por la Universidad de Oviedo

David Ruiz González nació en Susilla, una pequeña localidad del sur de Cantabria limítrofe con la Lora burgalesa, en 1934, año convulso a cuyo escrutinio y exégesis dedicó los mejores años de su vida. A prin- cipios de los cincuenta del siglo pasado, cuando cualquier destello de inquietud in- telectual era cercenado antes de brotar por la miseria, el integrismo moral y el miedo inoculados en el cuerpo social por una gue- rra destructiva y un vencedor revanchista, cursó estudios de bachillerato en Santan- der. En la segunda mitad de la década in- gresó como estudiante en la Universidad de Valladolid, donde se licenció en Historia y, sin solución de continuidad, recibió su bau- tismo como investigador. Tal vez sorpren- da que dos constantes de su trayectoria, la percepción crítica del pasado que late en nuestro presente y el principio kantiano, inspirado en una locución de Horacio, del sapere aude, cristalizaran precisamente en la rancia urbe asomada al Pisuerga, infla- mada por la retórica imperial, los principios políticos tradicionales y la coreografía fas- David Ruiz (Foto: Luisma Murias). cistizante que informaban al régimen vi- gente, pero es que, si cabe destacar un ras- Entre la levítica ciudad castellana y la no go distintivo en la biografía de David Ruiz, menos empingorotada «Vetusta» de Clarín, este no es otro que haber sido escrita con «sin olvidar» la fugaz y estimulante estadía renglones trazados a contracorriente. en tierras algecireñas, como el propio en-

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trevistado rememoró con nostalgia en una o las mentalidades colectivas [4]. En una ins- de sus escasas evocaciones autobiográfi- titución como la académica, lastrada por la cas, experimentó, dados sus antecedentes, egolatría infatuada de no pocos directores una impredecible y fructífera mutación [1]. de departamentos y catedráticos, sugirió Aunque no procedía de un contexto fami- objetos de estudio, estimuló vocaciones in- liar y sociológico marcado por la lucha de vestigadoras, recabó ayudas económicas de clases y se había formado académicamente todo tipo y dirigió numerosas tesinas y te- en un entorno universitario representati- sis, procurando en cada caso que el aprendiz vo del integrismo franquista, en la década no se extraviara en el laberinto del proceso de los sesenta tuvo la osadía de componer investigador [5]. Vista en perspectiva, cabe un paradigmático relato sobre la formación entrever una impalpable homogeneidad en y evolución del movimiento obrero astu- la producción historiográfica asturiana del riano entre la industrialización y la II Re- último medio centenar de años, que algún pública, por el que fue distinguido con el observador atento ha etiquetado como «es- premio extraordinario de Doctorado [2]. El cuela de Oviedo», en la que subyacen rasgos nutrido público que asistió al acto acadé- distintivos como la honestidad profesional, mico de lectura y defensa de la tesis, en su el rigor metodológico y el compromiso éti- mayoría hijos y nietos de una clase obrera co que David Ruiz inculcó a sus discípulos. hasta entonces estigmatizada, celebró con Sin embargo, su paso por la institución contenida emoción que el doctorando les académica asturiana distó de estar exento restituyera la dignidad de un pasado hasta de sobresaltos. Pese a su irreprochable de- entonces proscrito y mutilado en un esce- dicación a la actividad docente y su acre- nario tan solemne como el Aula Magna de ditada solvencia investigadora, no tardaría la Universidad de Oviedo [3]. en ser objeto de una inicua persecución La presentación de su tesis doctoral en por parte de los gestores de la institución 1968 coincidió con su designación como universitaria cuando el régimen de Franco profesor interino de Historia Contemporá- agonizaba. El episodio más turbio de esta nea de la Universidad de Oviedo, otro co- cacería se materializó al comienzo del cur- metido en el que le cupo la condición de so 1973-74, cuando fue expulsado de la Uni- pionero. Como responsable del Departa- versidad ovetense, de la que estuvo aparta- mento de Historia Contemporánea, realizó do por motivos ideológicos hasta 1977. En una selección meritocrática de sus colabo- la más genuina tradición macartista, no se radores y ayudantes, con los que pretendió podía tolerar la presencia de un comunista abarcar todos los aspectos que concurren en un claustro universitario. Le sustituyó en el proceso histórico, incluidos ámbitos inicialmente el histriónico y exaltado mi- hasta entonces desdeñados o ignorados por litante carlista Jesús Evaristo Casariego, la historiografía, como el social, el cultural relevo que cabe encajar en el marco del re- pliegue integrista y represivo experimen-

1.– David Ruiz, «Trayectoria un tanto accidentada», 4.– Julio Antonio Vaquero Iglesias, «El Historiador cohe- Cuadernos de Historia Contemporánea, vol. 27, 2005, pp. rente y el profesor implicado», La Nueva España, 12 de 115-120. abril de 2018. 2.– «David Ruiz», en Gran Enciclopedia Asturiana, vol. 12, 5.– Hasta 2002 dirigió 42 tesinas y 15 tesis doctorales. Silverio Cañada Editor, Gijón, 1970, p. 289. Ignacio Peiró Martín y Gonzalo Pasamar Alzuria, Dicciona- 3.– Ramón García Piñeiro, «Un hito historiográfico», La rio Akal de historiadores españoles contemporáneos (1840- Nueva España, 12 de abril de 2018. 1980), Akal, Madrid, 2002, p. 547.

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tado por el régimen entre las muertes de obrera de 1934 en objeto de estudio predi- Carrero Blanco y Francisco Franco. Regresó lecto, no hubo periodo del siglo XX que le como profesor adjunto por oposición con fuera ajeno. Pasó revista a las dos prime- la restauración democrática, pero tuvo que ras décadas en sus ámbitos político, social esperar casi una década, hasta 1986, para y cultural en la aportación que realizó para acceder a la cátedra. Tras un breve paso por la Historia de España publicada por Labor el decanato de la Facultad de Geografía e a principios de los ochenta, en la que, bajo Historia y un epílogo como emérito entre la coordinación de Tuñón de Lara, figura- 2004 y 2008, concluyó su vinculación a la ron los historiadores más prestigiosos del institución académica en el año citado en momento. Analizó el impacto de la crisis de último término. 1929 en un trabajo publicado por la revista Si como profesor renovó la tradición Hispania del CSIC en 1968, con el que salió pedagógica de la Institución Libre de En- al paso de un vacío historiográfico. Realizó señanza, a la que dedicó dos trabajos pu- un estudio del último cuarto del siglo XX blicados en Estudios sobre Rafael Altamira y en La España democrática, editada por Sín- Claves de la Razón Práctica («Rafael Altami- tesis, en el que examinó tanto el proceso ra y la extensión universitaria de Oviedo» y político como la evolución social de España «La memoria de Clarín en el Oviedo fran- entre 1975 y 2000. Como prolongación de quista»), como investigador se centró en el su pionera recapitulación sobre la dicta- estudio de los siglos XIX y XX en Asturias, dura franquista, publicada en 1978, abordó con dedicación preferente a la insurrección en un análisis sectorial el marco jurídico obrera de 1934. En el ámbito regional, com- e institucional del régimen. De esta etapa binó la realización de síntesis divulgativas destacan, en particular, sus aportaciones de largo recorrido, como su Asturias con- al conocimiento de la respuesta obrera, así temporánea, con estudios monográficos de como al de sus fuentes de conocimiento, periodos concretos («La crisis del Antiguo vertidas en «De la supervivencia a la nego- Régimen», «La Segunda República» y «La ciación: actitudes obreras en las primeras Guerra Civil en Asturias»), incorporados a décadas de la dictadura», «De la pasividad obras colectivas. En el marco cronológico a la conflictividad colectiva: evolución y de los siglos XVIII y XIX realizó análisis es- arraigo de actitudes obreras bajo el régi- pecíficos sobre el impacto del reformismo men de Franco» y «La oposición sindical en borbónico en las infraestructuras, las acti- el franquismo: dispersión y territorializa- tudes de la nobleza asturiana ante el pro- ción de las fuentes». ceso industrializador, las repercusiones del Tanto el alborear del comunismo en Es- desastre del 98 en Asturias y las posiciones paña («Escépticos y creyentes ante la re- doctrinales de la oligarquía regional du- volución: los primeros viajeros españoles rante la Restauración («Alejandro Mon o el al país de los soviets»), como la trayecto- posibilismo católico de la Restauración»). ria del PCE («De la guerrilla a las fábricas» En «La represión en la periodización de la o «Los obstáculos de la unidad de acción dictadura franquista: la experiencia astu- en España»), de sus principales dirigentes riana», demostró que cabía recurrir a con- («Escritos juveniles de Santiago Carrillo») o ceptos distintos a los económicos para deli- el movimiento sociopolítico que los comu- mitar etapas dentro del régimen de Franco. nistas impulsaron bajo el franquismo («Las Pese a su especialización en la II Repú- Comisiones Obreras, movimiento sociopo- blica por haber convertido la insurrección lítico»), fueron examinados por David Ruiz

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con un distanciamiento crítico que des- pal accionista era el empresario Francisco miente a quienes le han etiquetado de his- Javier Sitges, rechazó un artículo sobre la toriador al servicio de una ideología. Con evolución de Asturias entre el Antiguo Ré- una perspectiva más amplia, levantó acta gimen y la Guerra Civil que previamente le de la trayectoria de la clase trabajadora es- había encargado para conformar el tomo pañola durante la pasada centuria en «Las octavo de una lujosa historia regional en huelgas industriales en la España del siglo diez volúmenes editada a principios de la XX: acontecimientos y estadísticas» y «Del década de los ochenta. La discrepancia se obrero consciente al currante posmoderno: dirimió en un pleito que se prolongó du- las clases trabajadoras en el siglo XX». A rante más de tres años y se sustanció en las citadas referencias bibliográficas habría los tribunales de justicia, donde la empre- que añadir sus dos monografías sobre la re- sa editora arguyó que el texto presentado volución de Octubre de 1934, insólita mo- adolecía de la calidad exigible para ser pu- vilización social a cuyo estudio y divulga- blicado. Sus argumentos fueron rebatidos ción se ha consagrado durante toda su vida. ante el juez por historiadores de recono- «Apuntes sobre octubre de 1934», «Octu- cido prestigio, como Tuñón de Lara y Juan bre de 1934. La Revolución de Asturias», José Carreras, catedrático de la Universidad «Introducción a Octubre de 1934», «Clase, de Zaragoza, quienes resultaron más con- sindicatos y partidos en Asturias (1931- vincentes a la hora de acreditar que en el 1934)», «Paradojas del octubre de 1934» y veto subyacían motivos ideológicos, por «Contra la República y por la revolución: la lo que el editor fue condenado a publicar insurrección obrera de 1934» son círculos la obra o a indemnizar al demandante. Da- concéntricos en torno a un objeto de estu- vid Ruiz declaró que se había supeditado la dio en el que ha alcanzado por méritos pro- publicación a que se omitieran datos y se pios la distinción de especialista más repu- modificaran valoraciones vertidas sobre tado. Dada la amplitud y diversidad de sus grupos e instituciones, y llegó a concretar focos de atención, sorprende que no haya que, en particular, molestaban algunos de proporcionado una reflexión sistematizada sus enjuiciamientos del papel de la institu- sobre la disciplina, el oficio del historiador ción monárquica [6]. y la historiografía, aunque también en esta Como destacó el periodista Faustino parcela ha dejado algunas perlas aisladas, Fernández Álvarez, David Ruiz encarna la como «La difusión del conocimiento histó- figura del intelectual comprometido, pero rico en la crisis del franquismo» y, más re- no ya con una opción política determinada, cientemente, «De Núñez de Arenas al plu- ni con la clase social sobre la que ha gra- ralismo metodológico. Todo en menos de vitado su producción historiográfica, sino un siglo». contra la miseria moral de quien abusa Al margen de su producción historio- de su poder o de quien no se rebela con- gráfica, cabría destacar en David Ruiz la tra la opresión, ya sea por cobardía o por defensa sin titubeos que en todo momento incapacidad para percibir la sumisión [7]. El realizó, no tanto de sus intereses particu- compromiso militante que adquirió en el lares, como de la deontología profesional, contexto de la dictadura franquista, por el aunque para ello tuviera que hacer frente 6.– «La editorial Ayalga condenada a publicar un libro de a personajes e instituciones poderosas. Su historia que había rechazado», El País, 11 de junio de 1984. inamovilidad en este terreno quedó paten- 7.– Faustino Fernández Álvarez, «A fondo con David Ruiz», te cuando la editorial Ayalga, cuyo princi- La Nueva España, 8 de junio de 1980.

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que estuvo dispuesto a sacrificar su propia salido a la palestra en defensa de toda cau- carrera profesional, dimanó antes de un sa que estimara justa y se ha comprome- principio ético que de un impulso político. tido con cualquier iniciativa que estimara Por el mismo motivo, desde Clarín hasta beneficiosa para sus semejantes [8]. Por eso, Alborá, ha promovido numerosas publica- quienes hemos disfrutado de su magisterio ciones, clandestinas o no, ha colaborado en y nos hemos iniciado a su lado como inves- un sinnúmero de periódicos y revistas, ha tigadores, no podemos ocultar el respeto y participado gratia et amore en cuantos ac- admiración que le profesamos, de los que tos de índole cultural ha sido requerido, ha esta entrevista es un testimonio.

8.– Francisco G. Orejas, Guía de la cultura asturiana, Silverio Cañada editor, Gijón, 1980, p. 224.

Entrevista

[R.G. Piñeiro] Los docentes solemos En la universidad vallisoletana y en una estar obsesionados con la pretensión de ciudad tan poco estimulante como la caste- identificar los estímulos que despiertan llana consumaste tu particular tránsito de las vocaciones, los cuales pocas veces res- la adolescencia a la madurez, tanto perso- ponden a un patrón definido, ni genético ni nal como intelectual. ¿Detectaste a orillas ambiental. En tu caso, ¿cuándo descubris- del Pisuerga algún estímulo aleccionador te que el de la «historiofilia» se había que favoreciera el proceso? ¿Existía entre inoculado en tu organismo? ¿La «infec- el profesorado algún verso libre que no se ción» fue fruto de una revelación o se fue dedicara a cultivar la mística del pasado im- abriendo paso como esa fina que em- perial o que no concibiera la docencia como papa con parsimonia? un ejercicio de exaltación patriótica? ¿Te- nían cabida en las aulas las miradas retros- [D. Ruiz] Fue fruto de una sostenida y pectivas que no tuvieran por objeto explíci- pacífica infección que en el último bienio de to la glorificación de las gestas del pasado? la II Guerra Mundial me fue inoculada en el ámbito familiar, principalmente por un tío La capital del Pisuerga era ya entonces, por recién salido de la cárcel de Santoña, a la que motivos bien acreditados, «Fachadolid», como le llevó su fidelidad a la República. En mi in- posteriormente sería conocida en el nomen- terés por el desarrollo del conflicto también clátor político de la pre-Transición. Un dato colaboró, en cierta manera, el maestro de la simbólico: a la mayoría de la ciudadanía en escuela primaria, un superviviente de la de- absoluto le sorprendía que su vecino Filemón puración franquista, quien me colocó en el Arribas, catedrático de la Facultad de Historia pupitre más cercano al mapa de Europa, des- y alcalde de la ciudad en los años cincuenta de el que pude seguir con cierta comodidad del siglo XX, caminara por el centro de la ciu- las operaciones militares hasta la entrada de dad vestido de falangista cuando se dirigía a los rusos en Berlín, suceso que me causó una impartir sus clases de Epigrafía y Diplomática enorme satisfacción. después de presidir los plenos municipales.

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El dictado de apuntes y la casi carencia elección del objeto de estudio respondió al de recomendaciones bibliográficas fueron la deseo de satisfacer una inquietud personal norma predominante del profesorado que o fue un peaje de obligado cumplimiento impartió la mayoría de las asignaturas de la propio de un tiempo en el que, más allá del especialidad, todas ellas en horario matutino. reformismo borbónico, la Historia como Bien es cierto que algunos no se irían de rosi- disciplina se precipitaba en un abismo tan tas, ya que, durante las prolongadas estancias turbulento como refractario al conoci- vespertinas en la Biblioteca de la Facultad, el miento sistematizado? descubrimiento de las fuentes bibliográficas de donde obtenían los apuntes era un ejerci- No tuve opción de elegir la temática de la cio de los más festejados por el alumnado. tesina. Me la impuso el catedrático Vicente ¿Cómo eran los planes de estudios en el Palacio Atard unos días después de manifes- segundo lustro de la década de los cincuen- tarle mi predisposición: «en el Archivo de Si- ta? En materias como Historia Moderna y mancas -me dijo- le esperan media docena de Contemporánea de España, ¿se abordaba gruesos legajos de la época de Carlos III so- el siglo XIX? ¿Con la puntilla del desastre bre la construcción de las primeras carreteras del 98 se bajaba el telón de la historia o se en España». Habida cuenta de que no tenía incorporaban también contenidos del si- otra opción según la normativa de la época, glo XX para que tuvierais una percepción me vi obligado a volcarme sobre los docu- más nítida tanto de la magnitud de la caí- mentos inmediatamente antes de instalarme da como de la resurrección experimentada en Bilbao, donde obtuve mi primer trabajo tras la Guerra Civil? como profesor interino en el Instituto Miguel de Unamuno. La posterior presentación de la Los programas de las dos Modernas, Uni- tesina en Valladolid brindó a los asistentes al versal y de España, los solían explicar al com- acto el insólito espectáculo de la primera con- pleto, no así las contemporáneas. En el caso troversia historiográfica entre dos de los tres de la Universal, aunque la finiquitaban en miembros del tribunal, uno de ellos vinculado 1945, ni el catedrático ni el profesor adjun- al Opus Dei y el otro a la escuela de Ramón to dedicaron una sola clase a la Comuna de Menéndez Pidal. París y a la Revolución Rusa. Con más cau- tela y sectarismo se abordaba la contempo- Se escenificó una de esas expresiones de ránea española, cuyo estudio concluía con el pluralismo limitado o contraste de parece- «desastre del 98», no sin antes presentar el res, en expresión más castiza, esgrimido por asesinato de Cánovas como el causante del Juan Linz para demostrar que el régimen de desastre colonial y del comienzo de un com- Franco no fue un sistema totalitario, sino plejísimo proceso que culminaría en los años autoritario. ¿Recuerdas cuál fue el motivo treinta con la proclamación de la II República concreto de discrepancia entre el pidalista y la Guerra Civil, temáticas que, obviamente, y el opusdeísta? tampoco figuraban en el programa. Juan Linz no había aparecido aún en es- Debutaste como investigador con una cena. La controversia se limitó a la presencia tesina sobre las comunicaciones entre en la tesina de una cita laudatoria de Enciso Castilla y el Cantábrico bajo el reinado de Recio, que figuraba en el tribunal, sobre «la Carlos III, realizada bajo la dirección de moderna escuela historiográfica de la Univer- Vicente Palacio Atard y Enciso Recio. ¿La sidad de Navarra».

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Durante tu estancia en Simancas, ¿coin- en la que destacaba Pierre Vilar, tratáramos cidiste con algún hispanista de los que se de contactar con Miguel Artola, José María documentaron en el gran archivo valliso- Jover y el exiliado Tuñón de Lara, discípulo letano empleando una metodología que se a su vez de Vilar en la Sorbona. En este últi- situaba en los antípodas de sus colegas cas- mo caso, la posterior publicación de «El mo- tellanos? ¿Estabais al corriente de las líneas vimiento obrero en la historia española», re- de investigación, enfoques metodológicos señable aportación historiográfica, sirvió de y debates historiográficos que se estaban ejemplo y estímulo a quienes compartíamos planteando más allá de nuestras fronteras o un similar planteamiento teórico y metodoló- el paternal manto de la autarquía también gico de la disciplina. os preservaba de ese tipo de desviaciones? Entre 1958 y 1962 recibiste el «bautismo No coincidí con ninguno, ya que para do- de fuego» como docente en dos centros de cumentar la tesina mi estancia en el archivo bachillerato: el Instituto Masculino de Bil- fue breve, pero con anterioridad sí nos llegó bao -ahora Miguel de Unamuno- y el Insti- a la Facultad la noticia del paso por Siman- tuto mixto de Algeciras. ¿Conservas algún cas de Fernand Braudel, entonces cabeza de recuerdo de tu primera experiencia profe- fila de la segunda generación de Annales, así sional? ¿Con qué tipo de alumnado te en- como de algún otro hispanista de la misma contraste y cuáles eran sus expectativas? nacionalidad. Circunstancia que no fue apro- ¿Cómo era el profesorado? En ciudades tan vechada por ninguno de los profesores de distantes y dispares, como Bilbao y Alge- nuestra especialidad para invitarlos a con- ciras, ¿detectaste expresiones de disenti- ferenciar. ¿Avergonzados por desconocer (no miento político, aunque no pasaran de la por rechazar) la revolución historiográfica mera «oposición de salón», ya fuera en co- promovida un cuarto de siglo antes al otro rrillos, mentideros, tertulias o cenáculos? lado de los Pirineos por Marc Bloch y Lucien Febvre? Era el sentimiento dominante entre Contra lo que podría parecer, el profesora- el alumnado ávido de novedades matriculado do y alumnado de mis dos primeros escenarios en la facultad vallisoletana de los años cin- laborales me dejaron recuerdos imborrables. cuenta del siglo pasado. Se encontraban situados, efectivamente, en los antípodas de la península, pero las ana- Cuando Josep Fontana reconoció ante logías predominaban sobre las diferencias Manuel Sacristán que había tenido tres para bien. En las dos ciudades, los Institutos maestros, este le recomendó que no se lo compartieron el prestigio de la enseñanza dijera a nadie, porque en España eso no es- pública sin interferencias ajenas. En la sala taba bien visto. En tu etapa de formación de profesores del Miguel de Unamuno, donde como investigador, ¿no reconoces más guía predominaba el humor a raudales, a diferen- que el autodidactismo o, por el contrario, cia del austero y jesuítico colegio de Deusto, tuviste algún historiador de cabecera? en absoluto era conocido el manifiesto funda- cional de ETA, aparecido a finales de julio de Como el autodidactismo nos horrorizaba 1959, y nadie hablaba euskera. Ello no impi- y los profesores de la Facultad de Valladolid dió que, 20 años después, José Miguel Beña- fueron incapaces de seducirnos con sus sa- rán Ordeñana, un jovial y aplicado alumno de piencias, es lógico que, coincidiendo con el Geografía de España durante mi primer año descubrimiento de la historiografía francesa, de estancia en el Instituto, se convirtiera en

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«Argala», el dirigente de ETA asesinado en de la Guerra Civil que permitió atisbar una 1978 por el Batallón Vasco Español. fisura en el aparentemente berroqueño ré- En el Instituto de Algeciras, situado en la gimen franquista. Como el PCE se encargó parte alta de la ciudad, donde no llegaban los de divulgar urbi et orbi, Asturias retomaba ruidos del tráfico portuario, que ya era inten- su condición de faro del movimiento obre- so, era modélica la atención que al Centro le ro español. ¿Influyó este inesperado y em- dispensaban el municipio de la ciudad y los blemático desafío, así como la reconocida padres del alumnado. Tanta que, entre otras tradición combativa del proletariado astu- atenciones, durante las mañanas de algunos riano, en la elección de tu nuevo destino? sábados el propietario del cine de la ciudad En absoluto influyó el movimiento -huel nos obsequiaba al conjunto de profesores y guístico de 1962, que seguí desde Algeciras alumnos con la asistencia a estrenos de pe- a través de la emisora británica que emitía lículas de calidad. Recuerdo que «12 hombres sin interferencias desde la cercana colonia de », de Sidney Lumet, fue la primera. Gibraltar. No influyó, pero sí logró reafirmar- Por otro lado, la voluntariosa vinculación al me en el interés por investigar el Octubre del Centro del conjunto del alumnado no impidió 34, un tema ausente en el programa de la li- que la directora amenazara erróneamente de cenciatura y tratado de modo superficial por expulsión a un grupo de alumnos al completo. los primeros hispanistas anglosajones que Mi implicación en la defensa del citado grupo, publicaron monografías sobre la Guerra Ci- el 4ºC, concretamente, al que impartí la cla- vil, como fueron los casos del británico Hugh se de Historia, me reportaría la satisfacción Thomas, primero, y el norteamericano Ga- de verme homenajeado por ellos medio siglo briel Jackson pocos años después. después en el mismo Instituto en el que com- partimos aula. Un apunte singular más sobre Deduzco, por tanto, y casi lamento, que la composición del alumnado algecireño tuvo el radical cambio de rumbo que imprimiste como referente la matriculación en el Institu- a tu trayectoria investigadora en el tercio to de dos vástagos de la linajuda familia del medio de la década de los sesenta precedió duque de Lerma, afincada en las cercanías a que respiraras el polvo del carbón asturia- de la ciudad, a los que impartí docencia en el no, tan cargado de convulsiones sociales, último año de Bachillerato. Todavía recuerdo como románticamente supuse, pero, una como, al finalizar la clase sobre el latifundis- vez instalado en la «martirizada» ciudad de mo agrario, uno de ellos me pidió la palabra Oviedo, donde todavía supuraban las heri- para sentenciar que, gracias a la irrupción de das de la insurrección obrera, ¿por qué re- los tractores y las cosechadoras, los siervos de nunciaste a tu pretensión inicial? la gleba ya no eran jornaleros de la tierra. La causa del aplazamiento de la investiga- En 1963, por concurso de traslados, te ción sobre Octubre del 34 no fue otra que la incorporaste al cuadro docente del enton- inaccesibilidad de las fuentes archivísticas so- ces denominado Instituto Femenino de bre aquel acontecimiento. De ahí que entonces Oviedo, en el que, bajo la actual denomi- optara por volcarme en los antecedentes de nación de Instituto Aramo, se te tributó un aquella insurrección obrera, documentándo- reciente homenaje. Cuando tomaste pose- me para ello en el abundante fondo bibliográ- sión de la plaza, aun no se habían extingui- fico que encontré en la Biblioteca de la Univer- do los ecos de la huelga del año anterior, la sidad (por cierto, fondo salvado del incendio primera movilización obrera desde el final de la misma registrado durante el 34) y en el

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hemerográfico que acababa de ser reunido en cibido por las autoridades, sino como una la Hemeroteca de Gijón, en la que, por cierto, provocación, al menos como un desafío? se encontraba la colección completa del mag- nífico periódico «El Noroeste», portavoz oficio- Juan Uría, efectivamente, figuró como di- so del reformismo asturiano, como principal e rector de mi tesis doctoral por no existir la inestimable referencia documental. Esta tarea especialidad de Historia en la Universidad de me ocupó durante cuatro años, desde el verano Oviedo, donde, según la normativa vigente, de 1963 hasta el otoño de 1967, fecha en la que debía presentarla por haber realizado en ella presenté los resultados de mi tesis doctoral. los cursos de doctorado. Pero, en la práctica, Sin otros estudios que sirvieran de pa- mi vinculación académica fue mayor con Mi- radigma, excepción hecha de los pioneros guel Artola, entonces catedrático de Historia trabajos de Casimir Martí y Josep Termes Contemporánea en la Universidad de Sala- sobre el anarquismo y la I Internacional, manca. Cierto fue que, pese a no incluir dentro ¿pudiste plantearte sin cortapisas un con- del marco cronológico el controvertido Octu- tenido tan original y subversivo porque la bre del 34, como era mi pretensión inicial, la cátedra de Enseñanza Media te proporcio- previa confrontación obrero-patronal del pro- naba una independencia de criterio que ceso industrializador asturiano que en la tesis distaba de estar al alcance del investiga- se estudiaba resultó novedosa. En particular dor universitario al uso, siempre obligado para las organizaciones obreras de la región, a adular al superior jerárquico del que de- que, tras haber promovido la última gran pendía su instalación académica? huelga contra el régimen de Franco, de la que salieron derrotadas, tuvieron una compen- Pues sí, la diferencia existente en los es- sación inesperada e inmediata: la salida a la tatus del profesorado de la enseñanza media superficie de las primeras Comisiones Obre- y la universitaria era entonces abismal. La ras, germen de un original movimiento social y explicación no era otra que el mérito: la ma- sindical que llegará hasta nuestros días. yoría del profesorado de los institutos había realizado oposiciones a cátedras y adjuntías En la nota preliminar a la primera edi- en concursos de ámbito nacional, que se ce- ción de tu tesis doctoral, escrita en febrero lebraban en Madrid; no así en las universi- de 1968, reconoces que observaste la re- dades, donde la mayoría de las plazas eran comendación del historiador francés Jean ocupadas por profesores interinos designa- B. Duroselle, quien aconsejaba, cuando se dos digitalmente por los catedráticos de la analizan acontecimientos cercanos en el asignatura, que además tenían el privilegio tiempo, «interrogar a los actores que toda- de disponer de profesores ayudantes. vía viven». ¿Cómo fue tu debut en la histo- ria oral? ¿Qué testimonios recabaste, cómo Como director de tu tesis figuró Juan te recibieron los interrogados y qué uso hi- Uría Ríu, un reputado medievalista que, ciste de sus aportaciones? además de cronista oficial de Oviedo y de Asturias, fue Premio Francisco Franco del Infortunadamente tuve escasas posibilida- CSIC en 1948. Dada su especialidad, su po- des de beneficiarme de testimonios orales por sición académica y su trayectoria personal, motivos obvios: las organizaciones obreras ¿no le pareció descabellada una propuesta asturianas figuraron entre las más reprimidas de investigación tan distante de sus focos por el régimen de Franco de principio a fin, no de interés, cuyo contenido podría ser per- solo en la inmediata postguerra. Aún en los

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tecnocráticos tiempos de la «dictablanda», No hubo dificultades insuperables en la que a su moderna manera abrieron los «Ló- composición del tribunal. Como de los cin- peces» a comienzos de los sesenta, el recelo co miembros, solo a los dos procedentes de de los presuntos informantes ante los escasos universidades distintas a la anfitriona, en historiadores interesados en recabar su tes- este caso la de Oviedo, se les abonaban los timonio era muy elevado. Por otra parte, los desplazamientos y la estancia, yo me limité a exiliados aún vivos, escasos ellos, solían an- proponer a Artola y a Seco, los más actua- teponer sus intereses personales a la trasmi- lizados en la temática de la tesis. Los tres sión de información valiosa para los historia- restantes figuraron en el tribunal por ser los dores, lo que pude comprobar con el dirigente únicos historiadores que eran catedráticos de socialista Andrés Saborit, con el que pasé dos las edades Media y Moderna, respectivamen- tardes en Ginebra en 1966, ciudad en la que te, en la especialidad de Geografía e Historia acababa de escribir un libro titulado «Astu- que se acababa de implantar en la Universi- rias y sus hombres». Por su parte, el también dad de Oviedo. Obviamente, la obtención del dirigente socialista, asturiano él, Teodomiro doctorado me sirvió para ejercer de inmedia- Menéndez, a quien visité en Madrid, donde to como profesor interino de la Edad Contem- vivía casi clandestinamente protegido por el poránea, compatibilizando el horario en la periodista Emilio Romero, director del perió- Universidad con el del Instituto. dico falangista «Pueblo», omitió informarme sobre los problemas de la organización sindi- La lectura y defensa de tu tesis doctoral cal ferroviaria a la que perteneció. No así del se efectuó el 28 de octubre de 1967 ante un rencor que le profesaban sus compañeros de expectante y nutrido público que desbordó partido de la capital asturiana, donde tenía el el aforo del Aula Magna de la Universidad domicilio, «por vestirse en Montes», una mo- de Oviedo, arremolinándose en el patio del derna tienda situada en la calle más céntrica claustro. Más allá de las limitaciones pro- de Oviedo y destinada a proveer de la última pias de un acto académico de esta naturale- moda británica a la clientela masculina más za, ¿te percataste de la brecha que abrías en distinguida de la ciudad. una institución tan integrista como la Uni- versidad al dignificar dentro de su recinto Con tu tesis afrontaste el doble reto de un pasado tan proscrito como la trayectoria introducir la contemporaneidad en la in- del movimiento obrero asturiano? vestigación académica universitaria y, den- tro de ella, asignar a la clase obrera la condi- Pues sí, no la esperaba en absoluto, pero ción de sujeto principal del relato histórico. celebré la presencia obrera procedente de las ¿Cómo asimiló tan insólito planteamiento cuencas mineras y de Gijón en el patio cen- un tribunal compuesto por un medievalista tral de la Universidad de Oviedo, sobre todo como Eloy Benito Ruano, procedente de la por el respeto que mostraron a la institución, Brigada Político Social, un especialista en que en su inmensa mayoría pisaban por vez la administración colonial como Bartolomé primera. Circunstancia que también sería re- Escandell y dos investigadores como Mi- conocida por los miembros del tribunal du- guel Artola y Carlos Seco Serrano, cuya mi- rante la comida que, siguiendo la tradición, rada se había proyectado preferentemente compartían con el nuevo doctor tras finalizar sobre los orígenes de la España contempo- el acto académico. ránea, en el primer caso, o sobre las élites políticas del siglo XIX, en el segundo? Conviniste la publicación de tu tesis con

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Ciencia Nueva, una iniciativa editorial sur- gida al amparo de la «Ley Fraga de 1966», entre cuyos hitos figura haber publicado ese mismo año de 1967 una obra temprana de Marx, Formaciones Económicas Precapi- talistas, con un sugerente y aleccionador estudio introductorio de Hobsbawm. Sin embargo, la obra fue editada finalmente en 1968 por Amigos de Asturias, una asocia- ción cultural pluripartidista en la que con- fluyeron las personalidades más represen- tativas de la oposición al régimen, que tú has equiparado a la Asamblea de Catalunya y yo he caracterizado como un precedente de la Junta Democrática. ¿Quiénes fueron los promotores de Amigos de Asturias y con qué fines? ¿Por qué iniciaron con tu obra una aventura editorial que no tuvo conti- nuidad? ¿Afectó esta circunstancia a la dis- tribución, difusión o repercusión académi- ca de tu tesis?

Amigos de Asturias fue, efectivamente, una iniciativa del PCE, a la que se sumaron otras organizaciones emergentes de la región, como los demócratas cristianos, el Frente de Liberación Popular (conocido por el acróni- mo «Felipe») y la Unión Sindical Obrera. Se- gún me informaron los «peceros», todas ellas secundaron la publicación como una forma compartida de solidarizarse con el antifran- quismo de la clase obrera. Que la iniciativa editorial tuvo éxito me lo confirmaron los de- rechos de autor, ya que los gestores de la mis- ma me liquidaron por la venta de casi 4.500 ejemplares, el doble que la segunda edición, publicada en 1984 por la editorial Júcar. La prensa asturiana recogió la lectura de la tesis de David Ruiz señalando la gran Dado el contenido de la obra y su pre- asistencia de público (La Nueva España, 29 visible difusión, ¿no puso la censura fran- de octubre de 1967). quista reparos a su publicación? mera década del siglo XX, muy anticapitalis- Efectivamente, autorizó la publicación, tas ellos, que encontré en el archivo municipal pero con solo un reparo: la supresión de me- de Mieres e incorporé al apéndice documental. dia docena de manifiestos del SOMA de la pri-

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de la Brigada Política y Social, me concediera el pasaporte. No sin antes advertirme sobre la nefasta compañía que suponía tratar con un historiador rojo exiliado en Francia. Así y todo, en los años que siguieron hasta el final de la dictadura, el número de jóvenes historiadores licenciados en la Facultad de Oviedo que acu- dieron a los Coloquios de Pau no dejó de crecer. Muchos de ellos víctimas también del policía citado, que uno de los años pidió a sus cole- gas de la frontera –en uno de los retornos el jefe de los mismos me comunicó su desinterés en cumplir la orden, ya que le impedía asistir al partido de fútbol que jugaba la Real Socie- dad- que nos requisaran libros adquiridos en Francia y prohibidos en España. Profesional- mente, la experiencia de los Coloquios de Pau constituyó un éxito rotundo, como lo prueban las publicaciones a que dieron lugar durante el decenio que se prolongó su celebración.

Más allá de la nueva dimensión episte- mológica y metodológica que los encuen- tros de Pau proporcionaron a la discipli- Primera edición de su tesis doctorial (Amigos na, tuvieron la virtud adicional de poner de Asturias, 1968). en contacto a contemporaneístas aislados En 1969, cuando no se organizaban con- y desperdigados por universidades espa- gresos, jornadas o coloquios sobre la histo- ñolas con colegas exiliados que se venían ria reciente de España, te adheriste a la ini- desenvolviendo en un contexto académico ciativa de Manuel Tuñón de Lara de celebrar y político diametralmente opuesto. ¿Ad- simposios de esta índole en la Universidad quiriste entonces consciencia de tu sinto- de Pau. ¿Cómo te llegó la convocatoria, qué nía procedimental con la mejor tradición reflexión te suscitó y qué valoración haces de la escuela histórica francesa, no tanto de aquella experiencia? con la corriente alentada por Bloch, Febvre y Braudel desde la revista Annales, como La presentación de la tesis me permitió, con la vertiente de inspiración marxiana efectivamente, ejercer la docencia en la Uni- que conducía desde Ernest Labrousse hasta versidad; su publicación, la ocasión de con- Pierre Vilar o ya llegaste a los encuentros tactar con Tuñón de Lara, quien me invitó a pertrechado con este bagaje teórico? participar en la puesta en marcha -junto a un reducido grupo de historiadores franceses- de Sobre la notoria incidencia en este país los Coloquios en la Universidad de PAU. Aún de la Histoire de L´Espagne de Pierre Vilar, recuerdo que, para asistir a la reunión funda- aparecida en Paris en 1947 y superclandesti- cional, logré sin apenas problemas que Clau- na en España hasta finalizar la dictadura, ca- dio Ramos, el influyente comisario franquista bría decir que precedió durante años el cam-

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bio historiográfico provocado por Annales. En ocasión de haber sido el primero en incor- el contexto de los coloquios de Pau comparti- porar la épica insurreccional del octubre rá espacio con el estructuralismo de la escue- asturiano a la historiografía contemporá- la, si bien con mayor presencia de Vilar que nea mediante la redacción de una mono- de Braudel. En cualquier caso, los coloquios grafía solvente. ¿Qué valoración te mere- sirvieron, no solo para favorecer los contactos ció la publicación de La comuna asturiana con los historiadores franceses, sino también de Bernardo Díaz Nosty en septiembre de entre los españoles, hasta entonces enclaus- 1974? ¿Superó esta obra cortapisas que trados en sus universidades. te parecían infranqueables o confirmó tu impresión de que no se daban las condi- En uno de aquellos coloquios, creo que el ciones propicias para abordar un objeto de celebrado en 1972, presentaste tus «Apun- estudio tan singular? tes sobre octubre de 1934», publicados al año siguiente dentro de la obra colectiva Mi colaboración en Tiempo de Historia titulada Sociedad, política y cultura en la Es- se debió a una petición de urgencia, excesi- paña de los siglos XIX y XX. Fue tu primera vamente periodística, que me hizo Eduardo aproximación a un reto que te venía obse- Haro Tecglen, director del semanario Triunfo, sionando desde que en 1963 te instalaste la revista legal más leída por los antifranquis- en Asturias: explicar de forma cabal por tas, para el primer número de una nueva re- qué fue el escenario de la revolución obrera vista, que no tuvo la misma fortuna. Más sa- más importante del siglo XX en Europa, ex- tisfactoria fue la implicación de Ayalga, una cepción hecha de la bolchevique, y por qué nueva editorial asturiana dirigida por José fue protagonizada por una organización Antonio Mases, al que encarecí la idea de edi- que se había caracterizado hasta entonces tar la repercusión teatral del Octubre del 34, por su praxis reformista. escrita en Argelia por el joven Albert Camus, publicación que tuvo una excelente acogida. Pues sí, efectivamente, el cambio estra- En relación con el libro publicado en 1974 tégico de los socialistas asturianos al finali- por el periodista asturiano Díaz Nosty, solo zar el primer bienio republicano se me reveló me cabe reconocer que recogió prácticamente como el principal problema a despejar histo- todos los sucesos del trágico episodio acaeci- riográficamente tras concluir la tesis de licen- do en la región 40 años atrás, desenmasca- ciatura. Un episodio apenas percibido por los rando el subjetivismo que caracterizó a sus autores de los múltiples relatos posteriores, colegas del franquismo, empeñados en pre- volcados exclusivamente en la acción subver- sentar la revolución asturiana como la prin- siva de los sublevados y en la violenta repre- cipal causante de la sublevación militar de sión gubernamental que le siguió. julio de 1936, como la primera batalla de la Guerra Civil española. En 1974 te replanteaste el proceso re- volucionario en un artículo publicado en La estimulante experiencia de los Colo- el primer número de Tiempo de Historia, quios de Pau sirvió de contrapunto a tu ac- revista fundada por el irrepetible Haro cidentada, por no decir turbulenta, relación Tecglen, y en 1977 repensaste el aconte- con la Universidad en este primer lustro de cimiento en tu introducción a Rebelión la década de los setenta. El prólogo de tu en Asturias, de Albert Camus, publicada estigmatización se escribió cuando optaste, por Ayalga, pero por el camino perdiste la en competencia con Ignacio Olaechea, a la

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agregación de Historia Contemporánea. El curso 1967-68. ¿Cuáles fueron las razones presidente del tribunal, el gijonés Luis Suá- de tu expulsión de la Universidad? ¿Reci- rez Fernández, a la sazón director general biste alguna expresión de solidaridad tanto de Universidades e Investigación, maniobró dentro como fuera del ámbito académico? para que la plaza quedase desierta pese a que, como reconoció tu contrincante, cum- Solidaridad mucha, explicación por parte plías con holgura los requisitos para obte- de la máxima autoridad universitaria ove- nerla. ¿De qué tipo de subterfugios se preva- tense ninguna. Cuando se la pedí al entonces lió tu antiguo profesor de Historia Medieval rector José Caso, catedrático de Literatura, se en la universidad vallisoletana para vetarte? limitó a informarme de haber cumplido con su deber de obligada obediencia a la orden Nunca imaginé que una relación conven- ministerial. Respecto a la solidaridad reci- cional entre profesor y alumno durante la bida, como acabo de indicar, fue excelente. licenciatura, como fue la mía con el medie- Estuvieron a mi lado la mayoría de los profe- valista Luis Suárez, se transformara con el sores reunidos en la Junta de la Facultad, los paso del tiempo en una persecución personal estudiantes, que congregados en asamblea a mi carrera profesional [1]. Me pareció increí- convocaron una huelga, y un reducido grupo ble que, años después de concluir la licencia- de periodistas, que lograron incluir la noticia tura, valiéndose de su condición de director de la expulsión en varios diarios, entre otros general de Universidades en el Ministerio de el regional «La Voz de Asturias», que fue el Educación franquista, el medievalista citado primero en dar la noticia, y «La Vanguardia» se autodesignara presidente del tribunal de de Barcelona, que fue el último. En cualquier Historia Contemporánea para la agregación caso, fuera del ámbito académico las reac- de la Universidad de Oviedo, a la que yo me ciones habidas tras la expulsión fueron las presentaba. Mayor aún fue mi asombro cuan- predecibles, a favor y en contra, a tono con do, al finalizar el último ejercicio, sin motivo la crispada situación política vivida entonces que lo justificara, consiguió que la plaza que- en todo el país en vísperas de la muerte de dara desierta. Franco.

La infamia tuvo su corolario en el otoño La publicación de tu tesis por Amigos de de 1973 cuando el medievalista, que más Asturias te puso bajo el radar de los diri- tarde se convertiría en biógrafo de Fran- gentes no obreristas del PCE, organización co, promotor de la fundación que lleva su por la que sentías una creciente simpatía nombre y presidente de la Hermandad del desde el viraje experimentado con la po- Valle de los Caídos, ordenó que no se te re- lítica de «Reconciliación Nacional» por su novara el nombramiento anual de encar- activismo contra la dictadura, sostenido en gado de la agregación de Historia Contem- solitario en casi todos los frentes de lucha. poránea de la Universidad de Oviedo, que ¿Fue su inequívoca condena de la interven- venías desempeñando sin tacha desde el ción soviética en Checoslovaquia, que puso término a la «Primavera de Praga», la que 1.– En una breve semblanza de Luis Suárez precisó que disipó tus últimos recelos y te indujo a asu- «dictaba los apuntes sin apoyatura de guion alguno, mir un compromiso más activo con la or- ejercitándose en un increíble alarde memorístico de ganización? ¿Cómo y cuándo adquiriste la asimilación de los temas de oposición». David Ruiz, «Las contrabiografías del diccionario biográfico español», condición de militante? Atlántica XXII, nº 16, 2011, p. 45.

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Efectivamente, la «Reconciliación Nacio- nal» acordada por los comunistas en junio de 1956 supuso una conmoción política en la España de Franco. Ampliamente difundida por Radio España Independiente, emisora de los comunistas, en la Universidad de Valla- dolid, donde yo me encontraba entonces, la noticia llegó a los pasillos de la facultades y colegios mayores. Nunca olvidaré que fuera un compañero de curso, Julio Valdeón -futuro medievalista, hijo de un maestro de Olmedo asesinado por los franquistas el 19 de julio de 1936- quien por aquellas fechas me invitó a su domicilio vallisoletano, donde vivía con su madre, a escuchar de forma clandestina la Pirenaica. Sobre la posterior incidencia de la «Prima- vera de Praga» en mi vida política, solo me cabe responder afirmativamente: aquel -epi sodio me llevó, efectivamente, a secundar de forma activa la política del PCE, colaborando principalmente en el sector de las «Fuerzas de la cultura», principalmente de la mano de José Ramón Herrero Merediz, un abogado gijonés, máximo responsable entonces de la organización asturiana tras haber purgado con varios años de cárcel por su compromiso antifranquista. Mitín del PCE en Llanes, a la izquierda David Ruiz, en el centro, con traje, José Manuel Nebot, junio de 1977 (Fuente: Fundación Juan La supeditación de tu ingreso a la eman- Muñiz Zapico - CCOO de Asturias). cipación del PCE de la tutela soviética no te impidió, previamente, compartir la tác- liberación y cómo encajaba el régimen que tica del «entrismo», promovida por Stalin la contestación fuera protagonizada, no ya en 1948. De hecho, no tuviste reparos en por unos obreros desarrapados, sino nada aplicarla en la corporativa Asociación Pro- menos que por ilustres catedráticos? vincial de Catedráticos de Asturias, cuya dirección «copasteis» en 1967 con una Las acciones que emprendimos tras la de- candidatura encabezada por el gijonés Pin tención de Pin Torre en absoluto las referen- Torre Arca, cabeza visible de la intelectua- ciamos con el «entrismo» estaliniano. Éramos lidad comunista organizada en Asturias. muy pocos y nuestras manifestaciones de Coincidiendo con el Estado de excepción protesta fueron muy comedidas: se limita- decretado el 22 de abril, fue detenido el ron a acudir individualmente a la Comisaría presidente de la asociación, quien perma- a pedir de manera cortés, aunque con cierta neció en comisaría durante diez días. ¿Qué contundencia verbal, la liberación del deteni- acciones emprendisteis en demanda de su do. Esta modalidad de protesta nos permitió

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conocer el diferente trato recibido de la poli- porcionaba el Club Cultural de Oviedo, he- cía, no solo por no ser obreros como la mayo- redero del Club Juvenil Picasso, otro espa- ría de los detenidos, sino por ser tan funcio- cio de libertad construido a contracorriente narios del Estado como ellos. Por vez primera el 1 de abril de 1969. Consta en una reseña tuve entonces la percepción de que las rígi- de La Voz de Asturias que al año siguiente das posiciones adoptadas por el ya afamado pronunciaste en su sede de la calle Palacio Claudio Ramos, comisario jefe de la Brigada Valdés una conferencia titulada «El pen- Política y Social que parecía obsesionado por samiento de Althusser», del que por aquel incrementar su currículum, en absoluto eran tiempo no sé si compartías su determinis- compartidas al completo por el resto de sus mo estructuralista «en última instancia». compañeros de trabajo. ¿Qué recuerdos reseñables conservas del acto y de tu implicación en la programación En el Oviedo de principios de los seten- cultural del Club? ¿Qué reflexión te merece ta, las mentes preclaras que gravitaban en tu asidua colaboración como conferencian- la órbita del PCE, dicho sea sin sarcasmo, se te con las sociedades culturales que proli- integraron en la «célula de Milicias», así de- feraron entonces por toda Asturias? nominada por establecer su residencia en la calle Milicias Nacionales, donde se encon- Como acabo de apuntar, el Club Cultural traba el estudio del fotógrafo José Manuel de Oviedo, promovido y gestionado por la cé- Nebot. ¿Quiénes integraban la célula y en lula «pecera» de Milicias, la única existente qué conciliábulos estabais inmersos? entonces en la ciudad, no fue un invento sin- gular: formó parte de la estrategia del par- Pues sí, la célula de Milicias la componía- tido, que plagó de asociaciones culturales el mos, además del fotógrafo citado, José Tro- centro de Asturias a finales de los sesenta. De teaga, empleado de la Caja de Ahorros, Julio todas ellas ha rendido exhaustiva cuenta re- Murillo, profesor de la Alianza Francesa, y cientemente Benigno Delmiro Coto [2]. El Club dos profesores de la Universidad, el catalán de Oviedo no alcanzó los más de 2.000 socios Manuel Julivert, de la Facultad de Geología, y que llegó a tener Amigos de Mieres, pero sí un yo mismo. Además de beneficiarnos de la re- par de centenares muy activos, los suficientes cepción de información sobre la actividad del para competir sin problemas con el mortecino Partido en el extranjero, en la España clan- Ateneo oficial de una ciudad en la que la fide- destina y en Asturias, la actividad de nuestra lidad al régimen estaba muy consolidada. Mi célula ovetense en absoluto era tan arriesga- participación en el Club se limitó a la coordi- da como las de las cuencas mineras y alguna nación de los ciclos de conferencias, a la pre- otra de Gijón. Nos limitábamos a evaluar las sentación de los conferenciantes y a ejercer de tomas de posición sobre problemas laborales, moderador de los coloquios. Era en estos don- estudiantiles y culturales surgidos en la ca- de una «versión aburguesada» de la agitación pital, donde, además velábamos por el buen y propaganda del Partido solía hacer acto de funcionamiento del Club Cultural de Oviedo, presencia, toda vez que aprovechábamos la que controlábamos. ocasión para difundir los estudios marxistas aparecidos más allá de los Pirineos, franceses También desplegaste entonces una no principalmente. desdeñable actividad como intelectual

comprometido y agitador de conciencias 2.– Benigno Edelmiro Coto, La rebelión de la cultura en As- desde la plataforma tolerada que os pro- turias frente al franquismo, KRK, Oviedo, 2019.

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Has tenido que convivir desde entonces trayectoria historiográfica como la principal con el epíteto de «historiador comunista», expresión de tu compromiso social? peyorativamente esgrimido contra ti como un oxímoron, como si este tipo concreto de Durante el franquismo nunca secundé adjetivación ideológica, pero no ninguna los compartimentos estancos que a modo de otra, descalificara al portador para elaborar coartada ensayaron algunos colegas. Cuando un producto historiográfico honesto y rigu- llegó la democracia renuncié a la actividad roso. ¿Has tenido que extremar la asepsia y política y continué el compromiso social que la objetividad de tus publicaciones por este implicaba secundar la apuesta, exceptuando motivo? la forma monárquica del Estado, por los va- lores de la Constitución de 1978. No por de- Nunca tuve necesidad de ello. La afilia- terminismos de clase, ni de partido —no me ción al PCE como consecuencia de la políti- desafilié, pero me desentendí tras la crisis de ca de reconciliación nacional y la Primavera Perlora, que partió en dos al PCE, al que seguí de Praga interfirió en mi actividad docente, votando—, sino por considerar que era lo que pero en modo alguno me pasó factura como de nosotros esperan los mejores conocedores investigador. Al contrario, cabría afirmar, me de nuestro oficio en la democracia. Y de otras facilitó investigar episodios relegados por la mil maneras también los ciudadanos de a pie historiografía tradicional protagonizados cuando continuamos secundando la lucha por las organizaciones obreras en una región contra las injusticias. como Asturias, donde la lucha de clases al- canzó el mayor protagonismo del país. Una En octubre de 1978 retornaste a la Uni- confrontación social protagonizada, además, versidad como adjunto numerario, en un por unas organizaciones obreras entre las contexto marcado por la masificación de que figuraban los comunistas, los mismos que la institución académica y las turbulencias antes de julio de 1936 no estuvieron a la al- propias del reciente cambio político. En tura de la política de reconciliación nacional esta etapa convulsa e incierta, configuras- preconizada dos décadas después. te el departamento de Historia Contempo- ránea y, durante un mandato incompleto, Más allá del apriorismo de enjuiciar una ejerciste de decano en la Facultad de Geo- obra intelectual no por su contenido, sino grafía e Historia. ¿Qué objetivos te marcas- por una adscripción ideológica determina- te en ambos cometidos? da, has compaginado desde muy pronto tu faceta como historiador con un inequívoco Tuve y tengo la sensación de que me volqué compromiso social, más que activismo polí- en prestigiar tanto el Departamento como la tico propiamente dicho, que te ha converti- Facultad de Geografía e Historia recién esta- do en un símbolo referencial de la izquierda blecidos con los limitados recursos que tenía asturiana, tan ayuna como la española de a mi alcance en una Universidad que, hasta figuras y pensadores que contribuyan a for- entonces, como las del resto de España, había mar opinión. ¿Conviene que las facetas de privilegiado los viejos estamentos minorita- historiador y activista queden desdobladas rios sobre los colectivos. Obviamente, la meta y separadas en compartimentos estancos o, no era otra que tratar de convertir los estu- por el contrario, se refuerzan y retroalimen- dios de Historia de la Universidad de Oviedo tan cuando se comunican entre sí? Dicho en una modesta vanguardia de los existentes en otros términos, ¿se puede considerar tu en la España del momento.

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Tu vuelta a la Universidad coincidió con pleito que le planteé por incumplimiento del la publicación de una monografía sobre la contrato. dictadura franquista en Ediciones Naran- co, que el año anterior había puesto en cir- Coronaste tu particular cursus honorum culación un estudio sobre la oposición al académico en 1986 con el acceso a la cá- franquismo firmado por Pierre C. Malerbe. tedra universitaria ante un tribunal en el ¿Quién impulsó este proyecto y por qué no que volvieron a figurar los profesores Mi- tuvo más recorrido? guel Artola y Carlos Seco. Defendiste tu candidatura con una revisión del octubre Que la editorial Naranco, propiedad de español de 1934, publicada por Labor con una empresa constructora ovetense que el título Insurrección defensiva y revolución había prosperado bajo el régimen de Fran- obrera, donde incorporaste revisadas al- co, me encargara los dos primeros estudios gunas reflexiones precedentes, como la sobre la dictadura aparecidos en el país al que presentaste sobre la clase obrera, los poco tiempo de finalizar la misma, además sindicatos y los partidos en Asturias en el de causarme una sorpresa agradable, me su- simposio dedicado a La insurrección de oc- puso, obviamente, un reconocimiento. Que el tubre de 1934 en España, celebrado en la proyecto no continuara, se debió a motivos Universidad de Oviedo coincidiendo con el empresariales, que aún desconozco. En cual- cincuentenario de la revolución. ¿Pudiste quier caso, la aparición de ambos estudios, despejar la incógnita de si nos encontrába- de carácter introductorio sobre todo el mío, mos en presencia de «una insurrección para fueron los primeros publicados en español prevenir, una rebelión para restaurar o una sobre el poder y la oposición al régimen de revolución para cambiar»? Franco. Sí, pero solo parcialmente, por no disponer En 1974 publicaste Asturias contempo- aún de las fuentes archivísticas al completo, ránea (1808-1936) en Siglo XXI y, en 1981, principalmente las relacionadas con el brusco con varios colaboradores, revisaste y actua- cambio registrado en la dirección del socia- lizaste esta apretada síntesis para la misma lismo tras la derrota electoral de noviembre editorial con la adición de una selección do- de 1933 por un centro derecha que en absolu- cumental y la ampliación del marco cronoló- to actuó como extrema derecha en su primer gico hasta 1981, pero no figuras en el elenco año de gobierno. Las fuentes que testimonia- de autores que por aquel tiempo redactaron ron la monopolización del poder del partido, la Historia de Asturias editada por Ayalga. ¿A del sindicato y de las juventudes por el grupo qué obedeció esta incomprensible omisión? «largo-caballerista», que antes de la llegada ¿Seguían vigentes a principios de los ochen- de la República, con la excepción del sector ta los vetos ideológicos del pasado? liderado por Indalecio Prieto, había apostado por colaborar con la dictadura de Primo de Pues sí, persistían en libros de divulgación Rivera. Las mismas fuentes que, en 1934, in- y lujo como el que promovió el entonces presi- formarán del largocaballerismo que en enero dente, opusdeísta él, del consejo de adminis- se desentendió de la masacre de los socialistas tración de «Asturiana de Zinc», propietaria austriacos, en mayo de la masiva moviliza- de la editorial. El contencioso finiquitó con la ción de los jornaleros castellanos y andaluces recompensa económica que debió satisfacer- contra el Gobierno del centro derecha y hasta me la editorial al perder ante los tribunales el de la formación de las Alianzas Obreras que

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Homenaje a David Ruiz en el cincuenta aniversario de la publicación de su tesis doctoral, Oviedo, 12 de abril de 2018 (Foto: Fundación Juan Muñiz Zapico - CCOO de Asturias).

no fueron hegemonizadas por los compañeros XXI, de Historia de Comisiones Obreras socialistas de probada fidelidad. Incluidas las (1958-1988), que tuvo dos ediciones y en la de Asturias, las mejor organizadas. Largo Ca- que colaboramos nada menos que 26 auto- ballero, el máximo líder del sindicato socialis- res. De aquella experiencia en la Fundación ta hasta 1934, que también lo fue del partido, 1º de Mayo nunca olvidaré el entusiasmo por nunca visitó la Asturias republicana. la puesta en marcha de la misma de Agustín Moreno, entonces alto dirigente de la orga- Tal vez tu última aportación como pio- nización, y la vinculación laboral a la Fun- nero fue fundar y dirigir la sección de His- dación de José Babiano, recién doctorado en toria de la Fundación 1º de Mayo, cometi- Historia, que se prolongará hasta hoy. do que asumiste en comisión de servicios entre 1990 y 1994. ¿Cuáles fueron entonces En 2008, coincidiendo con tu definiti- tus principales ejes de actuación como di- va jubilación como profesor emérito, pu- rector y de qué logros concretos te sientes blicaste Octubre de 1934. Revolución en la más satisfecho? República española, obra de madurez sobre «la revolución más anunciada de todos los Mi cometido principal en ella no fue otro tiempos». Tras una larga espera, brindaste que el de crear un archivo de la Federación, a tus lectores, no solo una paradigmática integrado por los existentes en cada una de reflexión de la movilización social a la que las uniones regionales. Y efectivamente, tras dedicaste los mejores años de tu vida, sino la contratación en cada una de ellas de jó- también un hipnótico relato en el que la venes historiadores entonces desemplea- originalidad metodológica y la complejidad dos, el objetivo se logró. Prueba de ello sería argumental iluminan el objeto de estudio la publicación en 1993, en la editorial Siglo con una mirada poliédrica y omnicompren-

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siva. Un trabajo como el citado, ¿compen- Desde hace décadas, y más aún después de só tanto esfuerzo intelectual y dedicación? la jubilación, me ha resultado fácil pasar de ¿Tuvo la acogida y el reconocimiento que etiquetas por vivir los cambios en un entorno se merece? de fidelidades críticas, pero reconfortante. A ello han contribuido, afortunadamente, las Antes que esfuerzo intelectual y dedicación decenas de ex alumnos con los que todavía exigida para su finalización, confieso que, tras me relaciono, en especial a los que he dirigido su publicación, después de finalizar una lar- trabajos de investigación. Me doy por satisfe- ga espera, casi agónica, por la accesibilidad cho y reconocido con el afecto que nos une, la a las fuentes, me he sentido liberado: haber complicidad y su compromiso social, del que finiquitado el estudio de la, hasta hoy, última me siento copartícipe. revolución obrera de Occidente me ha permi- tido cumplir el compromiso adquirido tras mi Dado el reconocido magisterio de tu tra- llegada a Asturias en septiembre de 1963. yectoria docente, el rigor metodológico de tu producción historiográfica y la coheren- El 12 de abril de 2018, coincidiendo con cia de tu compromiso social, incluso en las el cincuentenario de la publicación de tu más críticas coyunturas, ¿nunca has tenido tesis doctoral, se te tributó un merecido la tentación de culminar tu legado intelec- y emotivo homenaje en el IES Aramo de tual con una reflexión sobre el oficio del Oviedo, en el que estuviste flanqueado en historiador y la utilidad de la Historia como la mesa por profesores de secundaria. Dos nexo entre el pasado y el futuro? meses antes, el 15 de febrero, la Universi- dad de Oviedo reconoció públicamente los Nunca, efectivamente, tuve esa tentación méritos de Juan Ignacio Ruiz de la Peña, ca- mientras estuve en activo. Desde que me llegó tedrático de Historia Medieval fallecido en la jubilación me interesó más, pero todavía mayo de 2016, en una solemne ceremonia me encuentro en el trance de conocer previa- que finalizó con la exhibición de una pla- mente, para ponerme a ello, las ya numerosas ca conmemorativa dispuesta en el aula 20 publicaciones del gremio sobre las temáticas del aulario A. Sin ánimo de poner en tela de aparecidas en la última década. La impresión juicio la pertinencia de este reconocimien- hoy predominante apunta a que el oficio, ade- to concreto, que la prensa caracterizó como más de haber consolidado el estudio riguroso «deuda saldada», ¿no tienes la impresión de del pasado para avanzar en el conocimiento que la institución académica, que tanto has del presente, incorpora el objetivo de interve- contribuido a dignificar, te ha sentenciado nir profundamente en él con la vista puesta con una versión actual, pero más abyecta en el inmediato futuro. Los efectos provoca- por injusta, de la damnatio memoriae roma- dos, ya en este siglo, por la desigualdad glo- na? ¿Sigue vigente el viejo remoquete de bal no son ajenos a la aparición de la última «historiador comunista»? ruptura metodológica de la visión del pasado.

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«…que los trabajadores dejemos de ser extranjeros en nuestra propia patria»

Javier Tébar Hurtado Universidad de Barcelona

Esta pieza documental es una interven- tía para los presos políticos y denunciaban ción parlamentaria del diputado comunista la violación de los Derechos Humanos. La Marcelino Camacho Abad (La Rasa, Soria, oposición la incorporaba como un signo de 21 de enero de 1918-Madrid, 29 de octubre identidad propio. Una todavía incipiente ar- de 2010) con motivo de la discusión sobre ticulación de la unidad de la oposición con- el proyecto de Ley de Amnistía que tuvo tribuiría de manera decisiva a principios de lugar el 14 de octubre de 1977. Es un tex- la década de los setenta a la organización to breve, pero de una carga histórica nada de campañas y la extensión de las protestas menospreciable. Sobre los procesos de am- en pos de la reivindicación de la amnistía nistía política en España, los precedentes política, expresando una continuidad con históricos más inmediatos se remontan a la política de Reconciliación Nacional que los convulsos años treinta. Finalizada la el PCE había aprobado en 1956. Entre 1974 Guerra Civil, las autoridades franquistas y principios de 1976, las protestas vincula- no aprobaron amnistía alguna que benefi- das a la petición de amnistía se constitu- ciase a los derrotados del conflicto, lo que yeron en la matriz de un ciclo de protesta decretaron de manera continuada fueron que se prolongó hasta finales de la década indultos generales y medidas de gracia. De- y que fue protagonizado por la ciudadanía, fender la amnistía política constituyó una a través de diferentes grupos de activistas cuestión irrenunciable para la oposición antifranquistas, de asociaciones civiles y de antifranquista desde el fin la guerra, inter- la iglesia católica. Este proceso se retroa- pretada en función de sus estrategias por limentaba y convergía con los conflictos el conjunto de las fuerzas de una oposición laborales, por cuanto éstos fueron, con alti- política dividida. Décadas después, la rei- bajos, uno de los principales motores de los vindicación de la amnistía traspasaría, cada cambios durante la transición política. vez más, las estrictas fronteras de la oposi- Cabe señalar que es posible que este sea ción organizada que iba ampliando su base un documento conocido o muy conocido social, y concitó una mayor unanimidad en por los especialistas, aunque tal vez no se la sociedad, entre grupos de intelectuales, haya difundido tanto como a veces se pien- profesionales y segmentos de unas «nuevas sa. Sobre todo, esta intervención de Cama- clases medias» que reclamaban una amnis- cho en el Congreso de los Diputados duran-

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Manifestación de los trabajadores de ISA por la amnistía y por un sindicato democrático. Sevilla, marzo de 1976 (Fuente: Colección del Archivo Historico de CCOO Andalucía).

te la primera legislatura de la democracia Minoría Comunista del Partido Comunista española ha sido con frecuencia olvidado, de España y del Partido Socialista Unifica- tanto en los aspectos relacionados con su do de Cataluña», confundiendo a Marcelino contenido como en particular las aristas del Camacho con otro diputado, Blas Camacho contexto en el que se produjo. La interven- Zancada, miembro del Partido Popular. ción del dirigente sindical y político comu- Pero más allá de esta cuestión, Marceli- nista está recogida en el Diario de Sesiones no Camacho en su intervención pidió a los del Congreso de los Diputados, número 241, diputados constituyentes la aprobación de correspondiente a la Sesión Plenaria nú- aquel texto de Ley de Amnistía, definiéndo- mero 11, celebrada el viernes 14 de octubre se a sí mismo como un «militante obrero» y 1977, en el marco de la discusión sobre la asegurando que sentía orgullo de defender- Proposición de Ley de Amnistía formulada lo. Aquel discurso, visto con perspectiva y conjuntamente por los Grupos Parlamen- situándolo adecuadamente en su contexto, tarios de Unión de Centro Democrático, contiene un relato sobre el pasado de lu- Socialista del Congreso, Comunista, Mino- cha contra la dictadura, sobre el presente ría Vasco-Catalana, Mixto y Socialistas de incierto que entonces se vivía —el tránsito Cataluña. A día de hoy, en el Diario de Se- desde aquel régimen dictatorial longevo— siones se mantiene una errata notable, a la y también sobre un proyecto de futuro para que con frecuencia no se alude, de manera la democracia en España. Que fuera él quien que en letra impresa se lee que interviene hiciera la intervención en el Congreso como «El Sr. Camacho Zancada en nombre de la representante del grupo comunista ya tenía

144 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 143-146 Presentación Javier Tébar Hurtado

de por sí un particular significado. Precisa- socio-profesional, por otro lado, que en lí- mente por ser uno de los dirigentes desta- neas generales se ha mantenido a lo largo cados de las Comisiones Obreras que el Tri- del tiempo hasta la actualidad. bunal de Orden Público había condenado, El obrero fresador llamado Marcelino el 27 de diciembre de 1973, a veinte años de Camacho, el mismo que había sido «en- prisión. Es decir, que a su condición de líder carcelado, perseguido y despedido muchas obrero aunaba la de expreso político. veces y durante largos años», era quien El debate que en aquella fecha estaba te- daba su apoyo a una Ley de Amnistía de- niendo lugar en el hemiciclo del Congreso mocráticamente elaborada y decía hacerlo de los Diputados pretendía ampliar la Ley «sin resentimiento». Tal como reconocía, la de Amnistía parcial de 30 de julio de 1976, defensa de aquella amnistía general repre- en realidad un segundo indulto, después sentaba para él un triple honor, por su con- del concedido el 22 de noviembre de 1975 dición de militante obrero y miembro de por el recién nombrado Juan Carlos I y pre- la minoría comunista en el Congreso, pero sentado como un homenaje a la memoria también por estar incluida en aquella ley la del dictador fallecido, que, en palabras del amnistía laboral. A partir de su defensa de entonces presidente Adolfo Suárez, «se ha- un proyecto para mirar al futuro y situar en ría pasar por amnistía». el horizonte una transición a la democracia En el curso de la sesión parlamentaria como posibilidad y anhelo, reflexionaba so- celebrada el 14 octubre de 1977, Camacho bre el significado de la lucha obrera contra desde la tribuna se autodefinió como «un la dictadura y sobre cuáles habían sido las miembro de un partido de trabajadores ma- motivaciones de los hombres y mujeres que nuales e intelectuales, de un viejo militan- se comprometieron por vías distintas y de te del Movimiento Obrero Sindical, de un diferentes maneras en la conquista las li- hombre encarcelado, perseguido y despe- bertades en nuestro país. Lo resumía expre- dido muchas veces y durante largos años». sando el deseo de conseguir entre todos «de Este viejo militante obrero, que contaba una vez que los trabajadores dejemos de ser entonces con 59 años de edad, era un fre- extranjeros en nuestra propia patria». De sador, un trabajador metalúrgico tal como esta manera, se adoptaba un punto de vista aparecía reflejado en su ficha de diputado. moral, el que Camacho había adquirido a lo No está de más recordar que de los 350 di- largo de su experiencia, como trabajador y putados elegidos en las elecciones genera- que le hacía considerar que «el mundo no les del 15 de junio de 1977 que conforma- estaba bien hecho, es decir, que no está a la ban las Cortes Constituyentes, Camacho medida de los más débiles». [1] era uno de los 31 diputados de procedencia Finalmente, la Ley 46/1977 se aprobaría trabajadora, ya fuera industrial o agrícola, al día siguiente del debate mantenido en repartidos entre las candidaturas tanto del el Congreso, el 15 de octubre, entrando en PCE como del PSOE. Ciertamente, un nú- vigor el 17 de ese mismo mes, una vez pu- mero menor fue el de las mujeres que ocu- blicada en el BOE. Conviene recordar hoy, paron un escaño en el Congreso, tan sólo por diferentes razones, que aquella fue una 21. Los representantes de aquellas Cortes Ley que no contó con la unanimidad de la constituyentes, desde el punto de vista pro- Cámara: de 317 votos emitidos, finalmen- fesional, eran de forma mayoritaria hom- 1.– Manuel Vázquez Montalbán: «Marcelino Camacho o el bres y juristas, economistas, profesores, sentido de la historia», en Marcelino Camacho, Confieso maestros y licenciados, una composición que he luchado. Sevilla, Atrapasueños, 2015, p. XI.

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te, fueron favorables 296, dos en contra, 18 fuera de la amnistía a «amigos, patriotas, abstenciones y uno nulo. Obtuvo el apoyo trabajadores de uniforme, [que] no puedan de los parlamentarios de UCD —el partido disfrutar plenamente de esta alegría» y, por en el Gobierno—, PSOE, Partido Socialista otro lado, «no discutiendo el problema que Popular, PCE-PSUC, la Minoría Vasco-Cata- afectaba a los llamados «delitos de la mu- lana y el Grupo mixto. Por su lado, Alianza jer», fundamentalmente la figura penal del Popular, al margen del discurso del caos de adulterio, para la que el grupo comunista en su representante Martínez Carro, no plan- julio de aquel mismo año había hecho una teó ninguna cuestión específica, y, como se propuesta que no prosperó en el Congreso. ha advertido, la paradoja es que la amnistía Ante esto, el dirigente obrero planteaba laboral, inasumible poco tiempo antes, no que tanto una como la otra eran asignatu- recibió ni un voto en contra, sino que fue ras pendientes que cabría que se discutie- aprobada por la suma de la unanimidad y la sen en un futuro de manera urgente para abstención. El diputado vasco Francisco Le- repararlas de manera justa. tamendia Belzunce, el único representante Dada la controversia actual sobre la Ley de Euskadiko Ezkerra, un partido todavía de Amnistía, esta es una cuestión que no no legal, recordó los límites de la «amnistía parece estar cerrada adecuadamente, sin pactada» pero se abstuvo, añadiendo unas que ello conduzca a afirmar que la norma palabras razonando que «dado que la en- se hizo a la medida de las fuerzas conserva- mienda no ha podido presentarse por razo- doras, porque esto no fue así. La obstaculi- nes formales, comprendiendo que Grupos zación frente a la amnistía la protagonizó Parlamentarios de luchadores de izquierda aquel sector de la derecha más íntimamente se han visto enfrentados a problemas que conectada a los valores y la cultura política les han obligado a aceptar un proyecto que del franquismo. No obstante, la bipolaridad no es de amnistía total y lo comprendo; en la concesión de la amnistía merece por dado que en todo caso esta amnistía total parte de la jurista García Arán algunas con- es un triunfo de todos los pueblos del Esta- sideraciones pertinentes: en primer lugar, do español, del pueblo vasco, de los mine- que en el artículo 1º de la Ley la «intencio- ros asturianos, de los trabajadores del ba- nalidad política» incluye intencionalidades rrio de Vallecas y de los braceros andaluces, distintas, las de los antifranquistas orien- no votaré en contra, me abstendré, y pido tadas al cambio de sistema político y, por el de estos grupos de izquierda presentes en contrario, la de los agentes y responsables el Parlamento una comprensión a mi pos- del régimen, orientadas a todo lo contrario, tura». es decir, a la conservación y perpetuación Juzgar aquella ley con la mirada de hoy de la dictadura. Por consiguiente, cabría es estéril; lo es tanto como justificarla en formular más adecuadamente la cuestión el presente como inamovible dada su per- como la aplicación de dos amnistías, «am- fección para resolver un problema de largo nistías asimétricas», aplicadas a víctimas y alcance como es la impunidad. Por eso es victimarios, que fueron objeto de los pactos necesario subrayar que el propio Camacho de la transición. era bien consciente de que la aprobación de aquel texto «en aras de ese consenso y de la realidad», decía refiriéndose a la correlación de fuerzas del escenario político, mostraba sus propios límites. Por un lado, dejando

146 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 143-146 Intervención parlamentaria de Marcelino Camacho en la discusión sobre el proyecto de Ley de Amnistía*

Marcelino Camacho Señor Presidente, señoras y señores Di- tos cuarenta años de dictadura, la amnistía putados, me cabe el honor y el deber de ex- es una política nacional y democrática, la plicar, en nombre de la Minoría Comunis- única consecuente que puede cerrar ese pa- ta del Partido Comunista de España y del sado de guerras civiles y de cruzadas. Que- Partido Socialista Unificado de Cataluña, remos abrir la vía a la paz y a la libertad. en esta sesión, que debe ser histórica para Queremos cerrar una etapa; queremos abrir nuestro país, el honor de explicar, repito, otra. Nosotros, precisamente, los comunis- nuestro voto. tas, que tantas heridas tenemos, que tanto Quiero señalar que la primera propuesta hemos sufrido, hemos enterrado nuestros presentada en esta Cámara ha sido preci- muertos y nuestros rencores. Nosotros es- samente hecha por la Minoría Parlamen- tamos resueltos a marchar hacia delante en taria del Partido Comunista y del PSUC el esa vía de la libertad, en esa vía de la paz y 14 de julio y orientada precisamente a esta del progreso. amnistía. Y no fue un fenómeno de la ca- Hay que decir que durante largos años sualidad, señoras y señores Diputados, es el sólo los comunistas nos batíamos por la resultado de una política coherente y con- amnistía. Hay que decir, y yo lo recuerdo, secuente que comienza con la política de que en las reuniones de la Junta Democrá- reconciliación nacional de nuestro Partido, tica y de la Plataforma de Convergencia, ya en 1956. sobre todo en las primeras, se borraba la Nosotros considerábamos que la pieza palabra «amnistía»; se buscaba otra pala- capital de esta política de reconciliación bra porque aquella expresaba —se decía— nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo algo que los comunistas habíamos hecho, podríamos reconciliárnoslos que nos había- algo se identificaba en cierta medida con mos estado matando los unos a los otros, si los comunistas. no borrábamos ese pasado de una vez para Yo recuerdo que en las cárceles por las siempre? que he pasado, cuando discutíamos con al- Para nosotros, tanto como reparación gunos grupos que allí había de otros compa- de injusticias cometidas a lo largo de es- ñeros de otras tendencias —que después al- guna vez se han reclamado a tiros— estaban * Intervención de Marcelino Camacho Abad, como repre- también en contra de la palabra «amnistía». sentante del Grupo Parlamentario Comunista, en la Sesión Recuerdo también un compañero que Plenaria del Congreso de los diputados celebrada el 14 de octubre de 1977. Fuente: Diario de Sesiones del Congreso. ha pasado más de veinte años en la cárcel: Transcripción de Manuel Bueno Lluch. Horacio Fernández Inguanzo, a cuyo ex-

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Marcelino durante su intervención en el debate parlamentario el 14 de octubre de 1977 (Foto: RTVE).

pediente se llamó «el expediente de la re- nuestros muertos y nuestros rencores, y conciliación» y que fue condenado a vein- por eso, hoy, más que hablar de ese pasado, te años en 1957. Cuando Monseñor Oliver, queremos decir que la minoría comunista Obispo auxiliar de Madrid, nos visitaba en se congratula del consenso de los Grupos 1972 en Carabanchel, y le hablaba del año Mixto, Vasco-Catalán y Socialista, y hubié- de reconciliación que abría la Iglesia, Ho- ramos deseado también que este fuera un racio le decía: «Si quiere ser consecuente acto de unanimidad nacional. la Iglesia con la reconciliación, debe pedir Todavía yo pediría a los señores de Alian- también en este año la amnistía, ya que lo za Popular que reconsideren este problema. uno sin lo otro es imposible». Y le explicaba Nosotros afirmamos desde esta tribuna que que él había sido condenado a veinte años ésta es la amnistía que el país reclama y como dirigente del Partido Comunista de que, a partir de ella, el crimen y el robo no Asturias, precisamente por la amnistía, y pueden ser considerados, se hagan desde el que su expediente se llamó «el expediente ángulo que sea, como actos políticos. Por de la reconciliación». eso hacemos un llamamiento a nuestros Hoy podríamos citar más compañeros colegas de Alianza Popular de que recon- aquí: Simón Sánchez Montero y tantos sideren su actitud en este acto que debe otros, que hemos pasado por trances pa- ser de unanimidad nacional. En esta hora recidos, pero hoy no queremos recordar de alegría, en cierta medida, para los que ese pasado; hemos enterrado, como decía, tantos años hemos pasado en los lugares

148 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, p. 147-150 Intervención parlamentaria de Marcelino Camacho en la discusión... Marcelino Camacho

que sabéis, lamentamos que, en aras de ese nuestro país es que después de un periodo consenso y de la realidad, amigos, patrio- de represión, después de la huelga de 1917 y tas, trabajadores de uniforme, no pueden la represión que siguió; después de octubre disfrutar plenamente de esta alegría. Desde del treinta y cuatro y la represión que siguió, esta tribuna queremos decirlo, que nos les cada vez que la libertad vuelve a reconquis- olvidamos y que esperamos del Gobierno tar las posiciones que había perdido, siem- que en un futuro próximo puedan ser re- pre se ha dado una amnistía laboral. Yo he paradas estas cuestiones y restituidos a sus conocido —mi padre era ferroviario en una puestos. estación de ferrocarril— que en 1931 toda- También a las mujeres de nuestro país vía ingresaban los últimos ferroviarios que queremos indicarles que si hoy no se dis- habían sido despedidos en 1917. cute este problema, que si en esta ley fal- La amnistía laboral, pues, está claro que tara la amnistía para los llamados «delitos es un acto extremadamente importante, de la mujer»: adulterio, etc., les queremos conjuntamente con la otra. Si la democracia recordar que el Grupo Parlamentario Co- no debe detenerse a las puertas de la fábri- munista presentó una proposición de ley ca, la amnistía tampoco. Por eso el proyecto el 14 de julio que creemos que es urgente de ley que vamos a votar aquí tiene, demás discutir y que vamos naturalmente a dis- de la vertiente humana y política, otra so- cutir. Pero, es natural, señoras y señores cial y económica en nuestro país. Diputados, que tratándose de un militante Francia e Italia, al salir de la II Guerra obrero, en mi caso, si hablaba antes de que Mundial, para abordar la reconstrucción era un deber y un honor defender aquí, en nacional y la crisis, necesitaron el apoyo y nombre de esta minoría, esta minoría po- el concurso de la clase obrera. Días pasados lítica y general, para mí, explicar nuestro los representantes del arco parlamentario voto a favor de la amnistía, cuando en ella dieron los primeros pasos en esa vía; la am- se comprende la amnistía laboral, es un tri- nistía laboral será el primer hecho concreto ple honor. en esa dirección que marcan los acuerdos Se trata de un miembro de un partido de de la Moncloa. No hay que olvidar que sali- trabajadores manuales e intelectuales, de mos de una dictadura en medio de una gra- un viejo militante del Movimiento Obrero ve crisis económica y que todos estamos de Sindical, de un hombre encarcelado, per- acuerdo en que hay que ir al saneamiento seguido y despedido muchas veces y du- de la economía y a la reconversión nacio- rante largos años, y además, hacerlo sin nal también, que esto no es posible sin el resentimiento. concurso de los trabajadores, que hay que Pedimos amnistía para todos, sin exclu- llevar por ello este espíritu de la Moncloa sión del lugar en que hubiera estado nadie. al hecho práctico concreto de esa realidad. Yo creo que este acto, esta intervención, Señoras y señores Diputados, señores esta propuesta nuestra será, sin duda, para del Gobierno, lo que hace un año parecía mí el mejor recuerdo que guardaré toda mi imposible, casi un milagro, salir de la dicta- vida de este Parlamento. dura sin traumas graves, se está realizando La amnistía laboral tiene una gran im- ante nuestros ojos; estamos seguros de que portancia. Hemos sido la clase más reprimi- saldremos también de la crisis económica, da y más oprimida durante estos cuarenta que aseguraremos el pan y la libertad si se años de historia que queremos cerrar. Por establecen nuevas relaciones obrero-em- otra parte, lo que nos enseña la historia de presariales y si un código de derecho de los

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Estudiantes cuelgan una pancarta por la «Amnistía total» en el centro de Sevilla en junio de 1977 (Foto Manuel Sanvicente - Archivo Histórico de CCOO de Andalucia).

trabajadores las garantiza; si conseguimos diferentes formas, de todos los pueblos y de una vez que los trabajadores dejemos de de todos los trabajadores de España. Con ser extranjeros en nuestra patria. Sí, amnis- la amnistía la democracia se acercará a los tía para gobernar, amnistía para reforzar la pueblos y a los centros de trabajo. La am- autoridad y el orden basado en el justo res- nistía política y laboral es una necesidad peto de todos a todos y, naturalmente, en nacional de estos momentos que nos toca primer lugar, de los trabajadores con res- vivir, de este Parlamente que tiene que vo- pecto a los demás. tar. Nuestro deber y nuestro honor, señoras Con la amnistía saldremos al encuen- y señores Diputados, exige un voto unáni- tro del pueblo vasco, que tanto sufre bajo me de toda la Cámara. Muchas gracias.

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Centenarios para debatir y reflexionar*

Ernesto Gómez de la Hera Associació Catalana d’Investigacions Marxistes

Estos cuatro libros son el producto de las jornadas organizadas, entre diciembre del 2015 y noviembre del 2017 para conme- morar el centenario de unos hechos prota- gonizados por personas que, antes de 1917, apenas podían ser unas pequeñas notas a pie de página en los libros de historia y se convirtieron, en unos días que estremecie- ron al mundo, en dirigentes de masas mul- titudinarias y estuvieron a punto de hacer cambiar de base todo nuestro planeta. Convocados por la Asociación Catala- na de Investigaciones Marxistas (ligada al PSUCviu), Fil Roig, Espai Marx y la editorial El Viejo Topo, veinte estudiosos (Antoni Luchetti Farré, Anna Sallés Bonastre, Adrià Llacuna, Soledad Bengoechea, Steven Forti, Giaime Pala, Jordi Torrent, José Gutierrez- Álvarez, Xosé Manuel Carril Vázquez, Ma- nel López Esteve, Joaquim Sempere, Carlos Taibo, Isabel Benítez, Francisco Erice, Raul Valls, Guglielmo Carchedi, más los cuatro editores de los libros) compartieron y de- batieron con un numeroso público sus co- lecciones para el presente. Ahora, gracias a nocimientos sobre la materia, así como sus El Viejo Topo, todo ello está a la disposición de un público mucho más amplio. * Reseña conjunta de: Alejandro Andreassi (coord.), Crisis y Cada uno de los libros editados repro- revolución. El movimiento obrero europeo durante la guerra y la revolución rusa (1914-1921), El Viejo Topo, 2017; Joan Ta- duce, con las correcciones introducidas por falla (ed.), La revolución rusa de 1917 y el Estado. Del consejo los autores, las ponencias correspondien- de comisarios del pueblo a la NEP (1917-1921), El Viejo Topo, tes a cada una de las sesiones celebradas. 2018; Ramón Franquesa (ed.), Hablemos de imperialismo La primera sobre el primer intento, Zim- hoy, El Viejo Topo, 2018; y José Luis Martín Ramos (coord.), La Gran Guerra y la Revolución. Orígenes de la Internacional merwald, de los socialistas no colaboracio- Comunista, El Viejo Topo, 2019. nistas para retomar los contactos rotos por

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actual debilidad de sus epígonos, la conti- nua ola de odio que, a la menor ocasión, los voceros de todas las oligarquías del planeta agitan contra la Revolución Soviética. Pasando a lo concreto comentaremos algunas de las reflexiones que se nos ofre- cen, por supuesto teniendo en cuenta que otros lectores puedan tener otras, o discre- par de estas. Pero esto es lo bueno del caso: estos cuatro libros y sus autores no pre- tenden agotar la cuestión, sólo pretenden ayudar a un debate que, cien años después, continúa siendo vital para el porvenir de los humildes. Los análisis sobre el Imperialismo si- guen de cerca la obra de Lenin y su validez presente, pero dedican un amplio espacio a cuestionar lo que sobre la materia dijeron, hace ya unos años, Toni Negri y Michael Hardt, algo que hoy (y más con la emergen- cia sanitaria) está ya bastante desacredita- do. Guglielmo Carchedi desmonta lo que, la guerra. La segunda sobre el concepto de en realidad, es un paradigma de la ideolo- Imperialismo, desde que fue acuñado hasta gía como falsa conciencia y contextualiza ahora. La tercera acerca de la Revolución de cómo la debilidad de la tasa de ganancia es Febrero y las otras crisis políticas europeas el talón de Aquiles del capitalismo. desencadenadas en los años de la guerra. Los textos referidos a las crisis políti- La cuarta, lógicamente, se refiere a la única cas surgidas en otros países europeos, en que desembocó en una revolución social y a torno a 1917, son muy desiguales. Por una los primeros años del Estado nacido de ella. parte tenemos el del profesor Martín Ra- Las posiciones de los autores, cuya tra- mos referido a España, donde no sabemos yectoria se explica al final de cada libro, son que admirar más ¿la certera valoración de diferentes, como diferente es su aproxima- lo que era aquel régimen decadente, hecha ción al tema e, incluso, la atención que le en tan pocas líneas? ¿el análisis exactísimo han venido prestando a lo largo de sus es- de las verdaderas intenciones de todas las tudios. Todo ello hace que, como suele su- fuerzas en liza? ¿la desoladora conclusión ceder en este tipo de libros, no todos los ar- de la total falta de mimbres para que hu- tículos tengan el mismo nivel e interés. Sin biera una ruptura democrática, a falta de embargo todos suscitan las ganas de pensar una revolución política y social? Algunos y de profundizar más en el tema. Y esto es otros se ciñen demasiado a algún aspecto suficiente para justificar la publicación y puntual, o se centran en algún personaje la lectura de estos libros, pues se trata de concreto, perdiendo así la oportunidad de un tema que no se ha acabado y que sigue captar todas las facetas de una realidad tan marcando profundamente nuestra contem- convulsa y marcada por el desarrollo de la poraneidad, como lo demuestra, pese a la guerra mundial. En lo tocante a Alemania

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se hecha en falta una mejor valoración de lo que supuso el que durante los últimos meses de existencia del II Reich, este y la Rusia Soviética mantuvieran relaciones di- plomáticas. Esto, aparte de otras cosas, sig- nificó que el SPD tuviera muchísima mejor información sobre lo que realmente suce- día en Rusia (información que, vía prensa, también le llegaba a Rosa Luxemburg a la cárcel). Naturalmente lo que pensó Rosa Luxemburg sobre ello (publicado años des- pués por Paul Levi) es aún muy usado, tan- to a favor como en contra. Sin embargo no se suele parar mientes en las conclusiones que sacó el SPD, conclusiones totalmente antirrevolucionarias (aquello de la época de «querer, más que la revolución, un segu- ro para la revolución») y que fueron las que marcaron toda su política posterior, inicial- mente en el invierno de 1919 y luego en los años pardos de ascenso del NSDAP. Es verdad que el paso de la mayoría del USPD, en Halle, al KPD hizo de este un partido de las tesis de Lenin y las de M.N. Roy y como masas que podía competir con el SPD. Pero estas últimas fueron también incorporadas. la escisión política del socialismo alemán, Por más que nunca se aplicaran a la revo- además de llegar tarde, nunca alcanzó a los lución China en 1925-27, aunque el propio sindicatos que siempre respaldaron sin fi- Roy estaba sobre el terreno, si bien ya en suras al SPD. camino hacia su definitivo alejamiento del El nacimiento de la Internacional Co- comunismo. munista es narrado con precisión y breve- Por lo que respecta a los primeros pasos dad, incluidos todos sus antecedentes. Se de la Rusia Soviética, los autores subrayan distingue perfectamente la diversa natura- con acierto el aspecto campesino de la re- leza del I Congreso (mera fundación) y del volución, natural en un país masivamente II (la verdadera organización, aunque no campesino y en el que fueron estos, en- se profundiza en la cuestión trascenden- cuadrados en el Ejército Rojo, quienes ga- tal de los 21 puntos y la cesión de Lenin naron la guerra civil. Casi ningún socialis- ante una redacción que iba más allá de lo ta había sido capaz de ver esto, aunque la que él deseaba). No obstante falta aquí el carta a Vera Zasúlich y el prólogo de 1882 estudio de un aspecto fundamental de la a la edición rusa de El Manifiesto Comunista IC. Esta fue la primera organización autén- muestran que hubo uno que sí lo percibía. ticamente mundial, no por sus proclamas, Igual que lo percibió Lenin desde sus «Dos sino por haber conseguido llegar realmente Tácticas» en 1905 y de aquí su empeño per- a movilizar organizadamente a las masas manente en defender la alianza obrero- extra-europeas. Hubiera estado bien dedi- campesina. A la ruptura de esta alianza se car algún espacio al famoso debate entre dedica el brevísimo artículo de Joaquim

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realidad es que esa «doctrina» se constru- yó a través de los avatares de la época. Le- nin no pensaba más que dos cosas sobre el asunto: cómo podían usarse las tensiones nacionalistas en provecho de la causa pro- letaria y como los partidos obreros debían oponerse con rotundidad a cualquier opre- sión existente, lo que incluía, claro está, a las basadas en la pertenencia identitaria. Por eso sus referencias en la Europa Occi- dental no pasaron nunca de defender a Ir- landa (como, tras algunas dudas iniciales, hizo siempre Marx) y de aplicar a la Bélgi- ca ocupada (no a valones o flamencos) el derecho de autodeterminación. En cuanto a lo que pasó en el imperio zarista, todas las «independencias» fueron el resultado de la sustitución de las tropas rusas por las alemanas. Cuando estas se fueron, en el otoño de 1918, sólo habían aniquilado a los revolucionarios en Finlandia, los países bálticos y Polonia. En los demás lugares las pequeñas élites periféricas, activadas por la caída del zarismo, fueron barridas por los Sempere, aunque quizá peque de «petrifi- «blancos», lo que dejó el campo abierto a car» las posiciones de Trotski, quien (por la solución de la URSS, cuando el Ejérci- más que esta sea una opinión particular) to Rojo venció. El segundo capítulo sobre jamás hubiera lanzado una «Tercera Revo- este asunto permite contemplar claramen- lución» como la que se lanzó en 1929. Del te esta realidad aplicada a la Georgia men- mismo modo que Bujarin no era un repre- chevique. Un estado satélite de las fuerzas sentante de una imposible fracción campe- británicas en el Cáucaso, que se desmoronó sina, aunque pudiera sospecharse esto por cuando estas, seguramente forzadas por lo su famoso: «Enriqueceos» (la cucharada de que estaba sucediendo en Turquía (el úni- alquitrán en el barril de miel, según arguyó co estado que consiguió romper el tratado Stalin en su defensa). que le aplicaron los vencedores de la guerra Dados los tiempos que corren, pues ob- mundial y sustituirlo por otro más equita- viamente cada tiempo y lugar ve distintos tivo), abandonaron sus posiciones. Lenin se puntos de contemporaneidad en la His- limitó a ordenar al Ejército Rojo que ocu- toria, no es extraño que se dediquen dos para este vacío. Por lo que hace a lo sucedi- interesantes capítulos a la destrucción te- do al año siguiente, todos los bolcheviques rritorial del imperio zarista y su casi total que intervinieron en él eran georgianos y restauración posterior en la URSS. El pri- la intervención de Lenin, el único ruso que mero de esos capítulos trata de hacer en- actuó, se limitó a defender el segundo prin- trar la conducta bolchevique por un cauce cipio (la oposición a toda opresión) del que prefijado por la doctrina leninista. Pero la hablamos antes.

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Lógicamente no podía faltar tampoco la tamente contra el poder soviético fueron voz de quienes, desde posiciones anticapi- ilegalizados, como los SR de izquierda tras talistas, tratan de responder a la pregunta su intento de golpe de estado en el verano de (perdón por la paráfrasis) ¿cuando se de 1918, lo que no impidió que el dirigente jodió la Revolución? El más destacado, por chequista Blumkin (el asesino directo del su rigor y coherencia intelectuales, es Car- embajador del kaiser en Moscú) fuera más los Taibo, quien afirma que eso ya estaba tarde perdonado y siguiera su carrera en la inserto en la propia matriz del bolchevis- OGPU, aunque solamente hasta que su en- mo. Y no cabe duda de que muchas de las cuentro con Trotski en Büyükada hizo que opciones tomadas en aquellos turbulentos Stalin ordenara su fusilamiento. años nacían de una anterior toma de parti- Naturalmente también están quienes do. Lo que ocurre es que esta toma de parti- tratan de descubrir el descarrilamiento do, de Lenin y sus correligionarios, pasaba revolucionario en acontecimientos poste- por el convencimiento de que la revolución riores. A veces tan posteriores como lo de era imprescindible y sus daños, que no se hablar de la «inhibición soviética» en la les ocultaban, eran inferiores al daño per- defensa del pueblo de Vietnam. Por más manente que suponía para muchísima más que esto nos deje en la ignorancia de cono- gente la continuidad de lo existente. Este cer con qué armas antiaéreas se derribaba convencimiento moral es, o debería ser, la a los B-52 o cuál era el motivo de que los base de la actuación de todos los revolu- gringos minaran el puerto de Hai Phong. cionarios verdaderos. Los bolcheviques sa- Lo curioso es que estos razonamientos in- bían que, más allá de las proclamas, tenían tentan obviar que una de las principales que construir una sociedad que funcionara críticas iniciales al bolchevismo, y una que para millones de personas y no parece que se demostró muy certera con el paso de los sus oponentes de izquierdas fueran muy años, figura en el Informe de la Delegación conscientes de esto. Por poner un ejemplo, Siberiana: el análisis de Trotski sobre el II basta leer los avatares literarios de Grigori Congreso del POSDR. Puede que la razón Mélejov para conprender la imposibilidad sea que mencionar eso obligaría a explicar de que la «majnóvshina» resolviera ese muchas cosas sobre la trayectoria política desafío. Quizá por esto la mayoría de esos de Trotski y por ello es más fácil recurrir oponentes acabaron en las filas bolchevi- a Rosa Luxemburg, ya que su asesinato le ques. Salvo los pocos que hicieron el viaje impidió profundizar, como sin duda hubie- contrario hacia la reacción. O el caso, triste ra hecho, en sus valoraciones sobre la Ru- en lo personal, de Mártov, amigo de Lenin, sia Soviética. que siempre había sido más periodista que Para finalizar esta reseña nada nos pa- dirigente político y que nunca traicionó sus rece mejor que referirnos a la brevísima convicciones socialistas no bolcheviques, aportación de Antoni Luchetti a la faceta pero que se quedó sin campo de juego. Por cultural de la revolución. El obsequio que lo demás la dureza de las decisiones bolche- nos hace de un fragmento del «Lenin» de viques se atemperó siempre a la oposición Mayakovski permite entender lo que supo- encontrada, desde las lágrimas de Kollon- nía la revolución mejor que muchos argu- tai ante el vacío que le hicieron al hacer- mentos. Y debería azuzarnos para conocer se cargo de su Comisariado a las medidas más a Mayakovski, tal vez empezando por militares frente a quienes lanzaron la gue- esa pequeña joya que es su poema al pasa- rra civil. Y sólo quienes se colocaron abier- porte soviético.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 151-155 155 Viver é tomar partido: memórias, de Anita Leocadia Prestes*

Marcos Cesar de Oliveira Pinheiro Universidade do Estado do Rio de Janeiro

En Viver é tomar partido: memorias, la historiadora brasileña Anita Leocadia Pres- tes narra su trayectoria vital, desde su na- cimiento en una prisión en el Berlín de la Alemania nazi, pasando por los dramas fa- miliares y por las vicisitudes de su militan- cia comunista, hasta su carrera académica como estudiosa de la historia del Brasil republicano y del movimiento comunis- ta internacional, en particular, la historia del Partido Comunista Brasileño (PCB) y la trayectoria política de su padre, Luiz Car- los Prestes (1898-1990), el principal líder comunista brasileño en el siglo XX. El libro no es exactamente una autobiografía, sino un relato memorialista en el que momen- tos importantes de la historia mundial se mezclan con la narrativa de sus vivencias personales. El libro consiste en una presentación de la autora, once capítulos, anexos (con ma- terial inédito), fuentes consultadas, refe- rencias bibliográficas, índice onomástico, escritura de estas memorias respira objeti- además de una rica colección de fotogra- vidad histórica, al contar con los resultados fías, muchas de ellas inéditas para el pú- de las investigaciones realizadas por la au- blico, divididas en dos «cuadernos» entre tora, en los últimos cuarenta años, sobre la las páginas de la obra. Además, presenta historia de vida de sus padres, los comunis- una edición gráfica esmerada por parte de tas revolucionarios Luiz Carlos Prestes y la editorial Boitempo. Al mismo tiempo, la Olga Benario Prestes (1908-1942), la histo- ria del PCB y de la Internacional Comunis- * Reseña de: Anita Leocadia Prestes, Viver é tomar partido: memórias, Sao Paulo, Boitempo, 2019. Traduccion de José ta (IC), con sensibilidad, sin tonos apelati- Gómez Alén. vos, para exponer los dramas, las luchas, la

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clandestinidad, los exilios, la solidaridad y la liberación de Anita de las garras del na- los afectos recibidos y dados por ella. zismo, una gran victoria para la solidaridad En los primeros capítulos, la autora re- internacional. trata las historias de su infancia, a partir de Los detalles de la Campaña Prestes rela- los recuerdos que le contaron la tía Ligia, tados en las páginas del libro y la secuencia su padre, sus familiares, compañeros y ami- de los acontecimientos, después de la sali- gos, así como sus propios recuerdos. Como da de la Alemania nazi, harán que el lector afirma Daniela Mussi en la solapa del libro, entienda por qué la autora, Anita Prestes, es el «testimonio de una vida extraordina- se considera hija de la solidaridad interna- ria […] investido de la sensibilidad que en cional. De hecho, desde su nacimiento, la ocasiones está ausente en los libros de me- forma en que Anita se va integrando en el moria de las izquierdas». mundo está marcado por dos aspectos a lo Dadas las circunstancias de su naci- largo de su vida: la solidaridad, un principio miento, Anita Prestes ya nació como un entre los comunistas que fue fundamental bebé famoso. Después de la derrota de los para ella, y el anticomunismo, imponién- levantamientos antifascistas de noviembre dole condiciones que nunca fueron favora- de 1935, en Brasil, sus padres fueron arres- bles desde su más tierna infancia. tados en marzo de 1936 y separados para Los aspectos relatados de su infancia y no verse nunca más. En el séptimo mes de adolescencia no son cosas pintorescas o cu- embarazo, septiembre de 1936, Olga Be- riosidades para distraer a los lectores, sino nario Prestes, junto con otra comunista que son elementos de la formación de un alemana, Elise Ewert, fue embarcada por sujeto histórico, de una persona, que se in- la fuerza rumbo a la Alemania nazi, con la volucrará en la lucha por un mundo mejor justificación del gobierno brasileño para la para todos, a pesar de los sacrificios per- extradición de los dos de que eran «agitado- sonales, entendiendo, por ejemplo, que el ras comunistas». Aislada e incomunicada, martirio de su madre, asesinado en la cá- Olga fue llevada a la prisión de mujeres de mara de gas del campo de concentración de Bernimstrasse, donde el 27 de noviembre Bernburg (en abril de 1942), una víctima del de 1936 nacía su hija, Anita Leocadia, cuyo fascismo entre miles de otras, «debe servir nombre era un homenaje de Olga a dos mu- de ejemplo para que no permitamos que se jeres fuertes: Anita Garibaldi y Leocadia repitan tales horrores» (pág. 26). La forma- Prestes. ción de Anita está marcada por la historia Desde la detención de sus padres, Pres- de las mujeres de la familia, que ejercieron tes y Olga, se puso en marcha la Campa- una enorme influencia en su vida: su ma- ña Prestes para la liberación de los presos dre, Olga Benario Prestes, su abuela pater- políticos en Brasil, liderada por Leocadia na, Leocadia Felizardo Prestes y sus tías Prestes, la abuela paterna de la autora, y su Clodilde, Eloiza, Lucía y Ligia, en especial hija menor Lygia. Cuando la extradición de esta última, que, en ausencia de Olga, se Olga y Elise fue de conocimiento público, la convertiría en su verdadera madre por el campaña se extendió a las dos prisioneras. resto de su vida. Y con el nacimiento de Anita, la campaña A lo largo de la narración de los recuer- tuvo una mayor repercusión, porque aho- dos de Anita Prestes, su historia personal ra se trataba de salvar la vida de una niña. se entrecruza, en muchos puntos, con los La influencia de la repercusión mundial de acontecimientos históricos internacionales la Campaña Prestes daría como resultado y los nacionales de algunos países, como

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Brasil, México y la Unión Soviética. La Cam- de sensibilización de la opinión pública a paña Prestes y su liberación de la Alemania favor de la derogación de la prisión preven- nazi fueron parte de la lucha antifascista en tiva que afectaba a los dirigentes comunis- las décadas de 1930 y 1940. Los años de exi- tas y, en primer lugar, a su padre, secretario lio en el México del General Lázaro Cárde- general del PCB. Anita habla de la relación nas, aunque rodeados de la solidaridad de política con Luiz Carlos Prestes, sobre la es- compañeros y amigos, como el propio Cár- trecha convivencia en los últimos 32 años denas, Tina Modotti y María Luisa Carnelli, de la vida de su padre (1958-1990), aconse- la vida cotidiana fue de aislamiento por di- jando con frecuencia su actividad política. versas circunstancias, como relata Anita. El Así, pudo conocer de cerca el pensamiento impacto de la Segunda Guerra Mundial so- y seguir las actitudes políticas de un perso- bre la continuación de la Campaña Prestes naje histórico, cuya participación en la vida y el mantenimiento de la correspondencia política brasileña y también internacional con los padres de Anita, que entonces es- que coincide con el «corto siglo XX» defini- taban encarcelados, la madre en el campo do y analizado por Eric Hobsbawm. de concentración de Ravensbrück en Ale- Además de la condición de hija de dos mania, y el padre prisionero del gobierno exponentes del movimiento comunista de Getúlio Vargas en Brasil, condenado a internacional, Anita trató de recorrer su 46 años y 8 meses de prisión. La victoria propio camino como militante de base del sobre el nazifascismo, la liberación de su PCB, consciente de que no le pertenecía el padre en abril de 1945 y el encuentro con prestigio de ser hija de quien era. En lugar él, por primera vez, en octubre del mismo de disfrutar del prestigio proveniente de año, cuando Anita llega a Brasil. El proceso sus padres, siempre buscó ser digna de la de democratización de Brasil en la inme- historia de vida de ambos, es decir, ser una diata posguerra, el corto periodo de legali- comunista revolucionaria. De forma que dad del PCB y la vida en familia. La Guerra Anita participó activamente en el movi- Fría, la separación forzada de la familia, la miento estudiantil universitario, en su con- clandestinidad, el exilio en la Unión Sovié- dición de estudiante del Curso de Química tica (1951-1957), en que Anita relata lo que Industrial en la Universidad de Brasil (ac- experimentó en la escuela y en la sociedad tual Universidad Federal de Río de Janeiro- soviética de la época. UFRJ), vivió intensamente los convulsos Anita reconstruye su trayectoria de una momentos en el Brasil de los años 1960 y persona nacida en cuna comunista. Las eta- 1970, desempeñando diversas actividades pas de su vida no se van narrando de manera políticas legales y clandestinas, entre ellas, mecanicista de causa y efecto, sino dentro el trabajo de educación política junto a las de la realidad efectiva, dinámica, en la que organizaciones políticas del estado de Sao se toman decisiones, se realizan análisis en Paulo (1969-1973), y más adelante procesa- un esfuerzo por entender esa realidad, al da y condenada en ausencia por la justicia mismo tiempo, condicionada por circuns- militar de la dictadura. Pues ante el riesgo tancias históricas ajenas a su voluntad. de ser torturada, asesinada o «desapareci- A su regreso a Brasil, en noviembre de da» si era capturada, había tenido que mar- 1957, Anita comienza, de hecho, su inser- charse al exilio a la Unión Soviética, donde ción en el movimiento comunista, ingre- ya se encontraba su padre desde 1971. Su sando oficialmente en el PCB en 1959. Des- llegada a Moscú sana y salva fue vista por pués de su llegada, participa en la campaña todos como una victoria contra la dictadu-

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ra, logrando escapar de la represión policial en sus actividades políticas. Luiz Prestes en Brasil. dedicó los últimos años de su vida, hasta En el exilio, Anita aprovechó la oportu- que murió el 7 de marzo de 1990, a difundir nidad para volver a estudiar en el Instituto sus ideas, especialmente entre los trabaja- de Ciencias Sociales de Moscú, donde ya dores y los jóvenes y a participar en la vida había realizado el curso de marxismo-leni- política nacional, con el objetivo de contri- nismo (1966-1968), tratando de contribuir buir a la creación de las condiciones propi- a definir mejor las tareas de la revolución cias para el surgimiento de organizaciones brasileña en aquel momento. En octubre de efectivamente revolucionarias habilitadas 1975, defendió su tesis doctoral en Econo- para guiar las transformaciones necesarias mía Política, titulada «El capitalismo mo- para la llegada del socialismo a Brasil. nopolista de Estado en Brasil y sus particu- En medio de las turbulencias derivadas laridades», bajo la dirección de Anastácio de la crisis con el PCB, Anita comenzó a Mansilla. Durante este nuevo período en profundizar en el estudio de la situación Moscú, Anita paso a formar parte del Co- del país, la historia del PCB y a preocupar- mité Central (CC) del PCB y vivió de cerca se por preservar la memoria de su padre. la instigación de los desacuerdos entre el Inició, en los años de 1980, su inserción en secretario general, su padre, y la mayoría el mundo académico, defendiendo una te- del CC. En el capítulo 10 de sus memorias, sis doctoral sobre la Columna Prestes en la Anita va relatando de manera concisa y de- Universidad Federal de Fluminense (UFF) el tallada, el conflicto cada vez más acentua- 29 de noviembre de 1989, bajo la dirección do entre las posiciones de Prestes y las de de la profesora María Yedda Leite Linhares la mayoría de CC, culminando en la ruptura y contando con la valiosa colaboración del de ella y su padre con el PCB, cuyos motivos historiador marxista Ciro Flamarion San- fueron explicitados, entre otros materiales, tana Cardoso. La Columna de Prestes fue en un artículo de Anita titulado «¿A qué he- el momento culminante del llamado «te- rencia deben renunciar los comunistas?», nentismo» de los años de 1920, reuniendo que tuvo amplia repercusión, y en la «Carta un ejército guerrillero de aproximadamen- a los comunistas» de Luiz Carlos Prestes, te 1.500 hombres y mujeres, que lucharon lanzada al final de marzo de 1980, que in- contra el poder oligárquico establecido en mediatamente repercutió en las páginas de Brasil, en el que destacaba el liderazgo de la gran prensa. Luiz Carlos Prestes al frente de la Colum- De vuelta a Brasil, en 1979, cuando el 28 na Invicta, a la que prestaría su nombre. La de agosto se promulgó una amnistía, y con tesis de Anita sobre la Columna Prestes fue la crisis experimentada por el PCB traspa- premiada en 1990 por la Casa de las Amé- sando las fronteras del partido, Prestes, en ricas, reconocida institución cultural de la «Carta a los comunistas», denunció el Cuba, en la categoría «Ensayos». reformismo de los dirigentes del PCB, su A partir de la década de 1990, Anita pasó abandono de los objetivos revolucionarios a ejercer, por medio de concurso público, del Partido Comunista, su traición a los el cargo de profesora de Historia del Bra- intereses de la clase trabajadora. Duran- sil, primero en la UFF y luego en la UFRJ. te los primeros años después de regresar Durante estos años de trabajo en la uni- a Brasil, aparte de sus actividades profe- versidad, desarrolló investigaciones rela- sionales, para garantizar la supervivencia, cionadas con el tenentismo, la historia de Anita continuó colaborando con su padre los comunistas brasileños y, en particular,

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la actuación política de Luiz Carlos Prestes. en Brasil» (pág. 268-269). A partir del con- Escribió varios libros y publicó capítulos de cepto de intelectual orgánico propuesto por libros y artículos en revistas académicas y Antonio Gramsci, Anita Prestes es una in- en periódicos y revistas. Sus últimos libros telectual militante, comprometida con los publicados fueron la biografía política de «de abajo» y que lucha por transformacio- su padre, titulada Luiz Carlos Prestes: un nes radicales de la sociedad expresando los comunista brasileño (2015), una narración intereses de los sectores sociales revolucio- biográfica sobre su madre, a partir de la do- narios o potencialmente revolucionarios. cumentación de la Gestapo, llamada Olga El título Viver é tomar partido, frase del Benario Prestes: una comunista en los Archi- poeta y dramaturgo alemán Christian Frie- vos de la Gestapo (2017), y el presente libro drich Hebbel retomada por el intelectual de memorias, publicadas en 2019, todas por italiano Antonio Gramsci, resume una vida Boitempo Editorial. de militancia, que nunca ha sido indife- Con la entrada en la universidad como rente y siempre se posicionó frente a los profesora y el reconocimiento como his- acontecimientos. Cualquiera que conozca a toriadora, la militancia comunista, en pa- Anita Prestes sólo como el «famoso bebé», labras de la propia Anita, asume «la forma hija de Prestes y Olga, y /o como historia- de lucha ideológica contra la falsificación dora y profesora universitaria, se sorpren- (promovida por la historia oficial al servicio derá al leer sus memorias. Una vida intensa, de los dueños del poder) de la trayectoria llena de aventuras, marcada por las perse- revolucionaria de Luiz Carlos Prestes y de cuciones dirigidas contra los comunistas y, los comunistas brasileños, y contra las ten- en particular, contra su padre y su familia. dencias de carácter reformista burgués pre- Pero también es una vida marcada por la sentes en gran parte de las políticas adopta- solidaridad humana y rodeada de amor. das por las fuerzas que se dicen de izquierda

160 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 156-160 Memoria roja. Una historia cultural de la memoria comunista en España, 1931-1977, de José Carlos Rueda*

Jordi Sancho Galán Universitat Autonònoma de Barcelona - CEDID

Aunque memoria e historia aparezcan de forma recurrente como sinónimos, am- bos, como ejercicios de recuerdo —de re- «volver» al pasado— y, muy especialmente, en los últimos tiempos, en forma de memo- ria historia, sobra decir, no son lo mismo. Mientras la primera hace referencia a una construcción social del recuerdo, la segun- da lo hace a una disciplina, a un método de análisis de ese mismo pasado. La memoria histórica, por lo tanto, haría referencia a una construcción social del pasado colec- tivo, expresado en el presente en forma de conmemoraciones, memoriales, lugares de memoria, etc., y con pretensiones de per- manecer en el futuro. Por lo que, en con- secuencia, en la medida en que la memoria colectiva —y también la individual— es un constructo social, es un objeto histórico e historiable. No solamente como un ele- mento cultural, con el que un grupo social se explica a sí mismo, sino, también, como un elemento performativo del devenir histórico de ese grupo, en tanto en cuan- do, conforma su identidad e influye en su moria —o mejor dicho las memorias—, en actuación. Es este objeto histórico, la me- el que José Carlos Rueda Laffond centra su análisis del Partido Comunista de España, * Reseña de: José Carlos Rueda Laffond, Memoria roja. Una en Memoria Roja. Una historia cultural de la historia cultural de la memoria comunista en España, 1931- 1977, València, Publicacions de la Universitat de València, memoria comunista en España, 1931-1977. 2018, 508 pp.. Un trabajo en el que, a lo largo del estudio

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de cuatro décadas, recorre la articulación internacional, especialmente, comparando paralela y siempre compleja entre historia recurrentemente el uso de la memoria he- y memoria por parte de los comunistas es- cho por parte de los comunistas españoles pañoles. Es decir, el uso de la historia en el con el de los partidos comunistas del entor- relato memorialístico y político comunista no, en especial, el Partido Comunista Fran- y como este se (re)elabora y se altera o no cés y el italiano, así como el de la Unión So- en el tiempo, como en función del contexto viética. Cabe destacar, además, la exactitud va iluminando y oscureciendo elementos con la que Rueda Laffond intenta situar en del pasado en el discurso del presente. cada momento tanto el estado de la cues- Memoria Roja pretende analizar desde tión como el marco teórico utilizado, lo que una amplia gama de imaginarios, símbo- hace de Memoria roja un trabajo de referen- los, rememoraciones, políticas de recuerdo cia ineludible, también en lo teórico, para o evocaciones del pasado tanto colectivas el estudio de la memoria más allá del Parti- como individuales —de sus militantes y de do Comunista. Sin embargo, esa exhaustiva sus dirigentes—, las distintas claves pre- dedicación a la teoría, sobre todo en la pri- sentes en la configuración de la memoria mera parte, puede llegar a resultar también, comunista española en el período de tiem- en algunos momentos, extenuante, cortan- po circunscrito entre la Segunda República do en exceso el propio relato. y la Transición. Aunque el tiempo central Esta comparación entre los diferentes del estudio, el que realmente se analiza partidos comunistas toma especial rele- con detenimiento, va desde la Guerra Ci- vancia, por ejemplo, al acercarse al fenó- vil hasta los años sesenta. Centrándose, de meno estalinista, sin el que, para Laffond, hecho, en dos grandes momentos, 1936- «no pueden entenderse muchas de las es- 1939 y 1956, la Guerra Civil y la Política de trategias de codificación de las narrativas Reconciliación Nacional. Para ello se sirve de memoria del PCE durante un prolonga- de una amplia gama de fuentes tanto pri- do lapso de tiempo». De hecho, considera, marias como bibliográficas, tanto nacio- además, que el PCE no llegó a afrontar real- nales como internacionales, a partir de la mente un proceso de análisis a fondo sobre cuales, Laffond estudia, en primer lugar, las el fenómeno estalinista, especialmente, por formas en las que se «fabrica una historia lo que se refiere al culto a la personalidad. oficial». Lo hace, analizando todo un con- Así, aunque Stalin desaparecerá de la me- junto de propaganda asociada a ese discur- moria oficial del partido, buena parte de las so ya sea en forma de biografías, películas, prácticas asociadas al fenómeno como «la documentales, carteles, conmemoraciones, mística del partido, el culto a determinadas etc., que participan en la construcción sim- figuras —particularmente Pasionaria—, o la bólica de memoria y que el autor se detie- conciencia de sacrificio» permanecerán en ne a analizar pormenorizadamente. Lo que el tiempo. constituye alguno de los elementos más La segunda parte del libro se centra, en interesantes del libro, que en algunos mo- cambio, en el discurrir histórico de esta mentos pueden llegar a recordar, metodo- memoria o memorias, a partir de una hipó- lógicamente, ciertos pasajes de Melancolía tesis central: la guerra civil como matriz de de Izquierda de Enzo Traverso. memoria comunista desde su estallido en Además, en esta primera parte, resulta 1936 y durante todo el periodo que anali- también de interés la voluntad constante za el libro. Algo que para Rueda Laffond no de situar la memoria del PCE en el contexto cambiará la Política de Reconciliación Na-

162 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 161-164 José C. Rueda, Memoria roja. Una historia cultural de la memoria comunista... Jordi Sancho Galán

cional, aunque se realice en 1956 una relec- Es, sin embargo, a partir de 1963-1964 tura de la guerra y sus consecuencias. Pero cuando el trabajo empieza a realizar un esta continuará siendo un elemento deter- análisis más apresurado, especialmente en minante en la identidad y en la memoria comparación con el pormenorizado relato comunista. A lo que sí afectará la Política hecho hasta el momento. Si bien es cierto de Reconciliación Nacional, en cambio, que el autor avisa, desde un inicio, que su será a la memoria guerrillera. análisis de la memoria comunista se res- Así, para el autor, la experiencia de 1936- tringirá en exclusiva al PCE, por lo tanto, 1939 proporcionó «un vector discursivo y dejando fuera tanto de los partidos comu- sentimental que acabó por erigirse en co- nistas de las nacionalidades históricas como lumna vertebral y gran aglutinante del re- las diversas escisiones o visiones alternati- lato de memoria comunista», lo que estaría vas del comunismo. Sorprende que mien- directamente relacionado con el antifas- tras en el periodo anterior tanto el Trotskis- cismo y con la lucha contra Franco, como mo, como las diferentes (re)elaboraciones, elemento básico de la identidad comunista especialmente de la Guerra Civil, manteni- en España. Esta visión se basaría en la cua- das por las diversas corrientes comunistas lificación de la Guerra Civil como una «lu- en el exilio se han analizado en detalle. A cha dotada de cualidades morales y épicas partir de 1963 no entra en los nuevos deba- inexorablemente ligadas a una lógica ex- tes aparecidos en el seno del movimiento plicativa de la violencia (guerra justa), del comunista internacional y del PCE. Sola- patriotismo (una guerra de independencia mente en el caso del enfrentamiento entre nacional contra el invasor) y de empodera- la dirección del PCE y Fernando Claudín y miento popular (una guerra con naturale- Federico Sánchez (Jorge Semprún), entra za revolucionaria susceptible de alterar el en uno de los aspectos menos conocidos orden socioeconómico)». Al mismo tiempo, del debate, como es la memoria de la Gue- esta visión de la guerra civil se vehicularía rra Civil y del papel de la Internacional Co- a partir del antifranquismo como elemen- munista, que se suma a las críticas hechas to básico de la identidad compartida por por «los FF» al PCE. los comunistas españoles, de la conforma- Esta ausencia de las memorias alterna- ción del «sujeto comunista». Volviéndose tivas está en parte justificada, como dice el las identidades comunista y antifranquista propio autor, porque los cismas aparecidos prácticamente sinónimos. Por lo que, para en el partido en 1964 y después entre 1967 el autor, «la lucha contra Franco actuó de y 1970, «no respondieron a divergencias so- manto integrador donde situar las mani- bre cómo interpretar el pasado lejano, sino, festaciones propias del modo de ser comu- entre otros aspectos, al rechazo que susci- nista y resaltar valores como la lucha por la taba la política de reconciliación nacional libertad y contra las desigualdades, la con- o a los alineamientos internacionales del ciencia social, la capacidad de sacrificio, la PCE». Pero ello no quiere decir que en estos fortaleza, la fidelidad, el temple o la ejem- debates, al igual que en 1968 —especial- plaridad moral, entendiendo siempre como mente a partir de Checoslovaquia, aunque criterios normativos que deberían moldear no solamente—, no se hiciesen (re)elabora- al individuo y definir al colectivo». La me- ciones memorialistas e históricas del pasa- moria de la guerra civil, por lo tanto, es el do para la construcción de los nuevos rela- elemento principal de los que se analizan tos, en los que, igualmente intervienen la en el libro, hasta los años sesenta. mayoría de los elementos analizados antes

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y con la misma intensidad que había ocu- do hacer un análisis de la memoria comu- rrido en el período anterior. Muy probable- nista desde toda una amplia diversidad de mente, la velocidad que toma el análisis a prismas, además, de la amplia cronología partir de mediados de los sesenta y hasta estudiada, haría imprescindible unas con- 1977, a lo que se dedica solamente un epí- clusiones. En segundo lugar, y realmente logo, aunque ciertamente extenso, estará menos importante, pero la gran diversidad motivada por una cuestión de espacio, pero y el interés de la bibliografía utilizada ha- comparándolo con el análisis hecho de todo cen que se eche en falta una bibliografía el período anterior, no puede más que dejar final, obligando al lector a adentrarse en al lector con cierta sensación de vacío, de más de una ocasión en una autentica odi- falta de elementos. Aunque, en cambio, al sea entre la multitud de páginas ya leídas igual que del resto del trabajo, es especial- buscando la primera vez en la que se ha ci- mente interesante la documentación utili- tado una obra. zada, sobre todo, la correspondencia entre Memoria Roja es, en definitiva, un - ex Carrillo y Ballesteros en la primera parte de traordinario trabajo que sabe encarar con la Transición. rigurosidad y con toda su complejidad las Seguramente son también consecuencia numerosas aristas que componen la rela- de esa falta de espacio algunos elementos ción del PCE con su historia, con la historia que, aunque formales, no pueden dejar de y con el uso memorialístico que el partido echarse en falta, especialmente, en una hará de ella, (re)elaborando las memorias obra como esta destinada mayoritariamen- oficiales del partido. Un meritorio trabajo, te a un público académico. En primer lugar, del cual, el principal elogio que se le puede la densidad y la diversidad de elementos hacer es, al mismo tiempo, la principal crí- analizados desde las perspectivas más va- tica, deja con ganas de más. Especialmente riables y realmente, de forma ejemplar en la a medida que se va acercando al final de la parte central de la cronología, consiguien- cronología anunciada.

164 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 161-164 Comunistas en tierras de olivos, de Luis Segura*

Miguel Ángel Peña Muñoz Profesor de Secundaria y Sección de Historia de la FIM

El Partido Comunista de España es uno de los principales protagonistas colectivos del siglo XX patrio. El año pasado la Uni- versidad de Jaén editó el libro Comunistas en tierras de olivos. Historia del PCE en la provincia de Jaén 1921-1986. Este estudio de ámbito provincial viene a sumarse a otras historias provinciales, de la que hoy es la federación más numerosa del PCE: la anda- luza. Los comunistas andaluces cuentan en varias provincias con monografías sobre su historia; es el caso almeriense con El opti- mismo de los desesperados. Historia del PCE en Almería (1922-1939) de Antonio Ramí- rez Navarro, publicado en 2016; o cordobés que, desde hace más de un cuarto de siglo, cuenta con la obra de Francisco Moreno Gómez La última utopía. Apuntes para la historia del PCE andaluz, del ya lejano 1995. Sin embargo, Comunistas en tierras de olivos ofrece de partida una novedad con sus ho- mólogas almeriense y cordobesa. Mientras estas concluyen con la Guerra de España, la Tal vez otra característica es la propia obra jienense ofrece una historia global del autoría de la obra. En el caso del libro Co- PCE desde su fundación hasta la creación munistas en tierras de olivos el autor no es de Izquierda Unida, ofreciendo un relato un historiador de profesión, lo cual no quita continuado desde la crisis de la Restaura- a esta obra méritos como trabajo historio- ción hasta el final de la Transición, pasando gráfico. Luis Segura Peñas nace en 1955 en por la Segunda República, la Guerra y toda la localidad jienense de Torres. Licenciado la dictadura franquista. en Derecho y con estudios en Teología por la Universidad de Granada. Bibliotecario de profesión, desempeña su labor como Jefe * Reseña de: Luis Segura Peñas, Comunistas en tierras de olivos. Historia del PCE en la provincia de Jaén 1921-1986. , de la Sección de la Biblioteca de la escuela Editorial Universidad de Jaén, 2018, 489 pp. Politécnica Superior de la Universidad de

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Jaén, en el Campus de Linares. Luis Segura ciendo un nexo entre la historia general y la es a su vez un destacado cuadro del Partido historia local en poblaciones para las que la Comunista en la provincia. Su compromiso historia obrera debería conformar parte de social comenzó en la Hermandad Obrera de su patrimonio histórico. Acción Católica (HOAC), movimiento al que La estructura del libro consta de dos par- estuvo vinculado entre 1972 y 1980. A par- tes bien diferenciadas; seis capítulos y un tir de este último año se afilió al PCE, del conjunto de material anexado. Cabe reseñar que ha sido miembro de los comités anda- que la introducción del libro forma parte de luz y federal. En su extenso cursus honorum la numeración de los capítulos del libro. destaca haber sido secretario provincial del Los capítulos coinciden con los periodos PCA en Jaén, cuestión que le facilita en la de la historia de España. Si bien, el Capí- obra que estamos reseñado haber podido tulo 2, que agrupa los diez primeros años acceder a un conocimiento de la historia de historia del PCE, agrupa la crisis de la del PCE no sólo a través de los documentos Restauración, el primorriverismo y los años sino también por la vivencia militante de republicanos en paz, a partir de aquí cada hombres y mujeres del Partido. capítulo obedece a un periodo histórico es- Merece la pena destacar que el libro está pañol; Guerra Civil, posguerra, el desarro- prologado por Ernesto Caballero Castillo, llismo, el tardofranquismo y la Transición y histórico militante comunista cordobés los primeros años del régimen de 1978. De que es uno de los protagonistas de la obra, esta forma, el autor, aunque sea de una for- ya que desempeñó tareas en la provincia de ma implícita, relaciona la política del PCE Jaén durante la clandestinidad. Ernesto Ca- con el contexto histórico-político. ballero es autor de varios libros en los que Otro aspecto a comentar sería la propia se puede seguir la historia del comunismo estructura de los capítulos que responde cordobés en la segunda mitad del siglo XX; al siguiente esquema: una explicación del se tratan de sus memorias escritas en dos contexto político del que trata el capítulo volúmenes; Vivir con memoria (2011), La para a continuación explicar la política del democracia inconclusa (2015), además de PCE en el momento; para finalmente expli- libro Rafael Martínez Ruiz y Ana Claro Fuen- car el desarrollo del actuar político del Par- tes: Forjadores de la Libertad (2012), sobre tido en la provincia condicionado por ese la biografía de este matrimonio de comu- contexto social y esa línea política. nistas cordobeses. El primer capítulo (2 en la numeración La obra cuenta con una doble facultad en el libro) lleva por título «El PCE en la como es por un lado ofrecer una historia provincia de Jaén entre 1920 y la Guerra global del comunismo jienense durante dos Civil»; como su propio nombre indica ver- tercios de siglo, que como dijimos más arri- sa sobre el origen del PCE en el contexto ba la convierten en única en comparación internacional de la Revolución Rusa y pe- a las obras homólogas de otras provincias ripecias en la familia socialista en debate andaluzas. Otra característica de este tra- tercerista. A partir de ahí se exponen los bajo es el vínculo que ofrece del contexto primeros años del PCE en Jaén, durante el nacional con su aplicación no sólo ya en primorriverismo y los dos bienios republi- ámbito provincial sino aterrizando en la canos. Dentro de este periodo se contempla historia del comunismo en algunas locali- la importancia del IV Congreso y su aplica- dades como Andújar, Torredonjimeno, Li- ción en la provincia, así como los meses de nares, Úbeda o Martos entre otras, estable- existencia del Frente Popular.

166 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 165-168 Luis Segura, Comunistas en tierras de olivos. Historia del PCE en... Miguel Ángel Peña Muñoz

El siguiente capítulo, «El PCE en Jaén la legalización», desarrolla el periodo que durante la Guerra Civil», vemos el papel transcurre entre la caída del comité pro- jugado por el partido en lograr el fracaso vincial en 1970, la reconstrucción de dicha del golpe de estado, junto a otros elemen- estructura con la colaboración de la estruc- tos como la escasa presencia militar en la tura homóloga cordobesa, hasta la legaliza- provincia. Creación y evolución de las mi- ción del partido en 1977. El autor nos pone licias de Jaén. La presencia en Jaén durante en conocimiento el trasvase de militantes la guerra de tres poetas comunistas com- del PSOE se produce en el periodo, y que prometidos en el conflicto, como son Pedro supondrán la incorporación de cuadros lla- Garfias, José Herrera Petere y Miguel Her- mados en el futuro a jugar un papel signi- nández. Experiencia de la PSU y el golpe de ficativo en la política tanto del PCE como Casado. de IU. Mención aparte merece el impulso El capítulo ordenado con el número 4, que desde la militancia comunista se da a «La guerrilla del PCE en Jaén. Reconstruc- dos importantes instrumentos en la lucha ción y represión del Partido entre 1939 y antifascista; el sindicato de las Comisiones 1956», versa en dos aspectos cruciales en Obreras y la Junta Democrática. el PCE de la década en los años cuarenta El último capítulo, «El PCE en Jaén des- como son por un lado la lucha guerrillera, de 1977 la creación de IU: La Constitución, con el consiguiente trabajo de los enlaces, el bipartidismo y la política de convergen- y por los propios intentos de reorganiza- cia», transcurre en la década que va desde ción del Partido, en un contexto —y este la legalización del PCE a la creación por es el tercer aspecto tratado— de represión parte de este de Izquierda Unida. En este contra el comunismo, y por extensión de capítulo se estudia la lucha por la autono- las organizaciones derrotadas en la Guerra, mía de Andalucía, un proceso con un im- por parte del fascismo español. Mención a portante componente de clase. Se pone en parte merece la política antifranquista de la conocimiento del lector el arraigo que el Unión Nacional Española. PCE tenía en el momento de la Transición Continúa la organización de esta obra que se ve reflejado en los resultados de las con el capítulo que trata sobre «El PCE elecciones, especialmente las municipa- en Jaén, desde el final de la guerrilla has- les que se producen en esa etapa. Se trata ta 1970»; esto es, durante el desarrollismo la política del Partido en el esos primeros en un periodo marcado por dos hitos; dos años de democracia en cuanto a política caídas de los comunistas de la provincia sindical, agraria o de género; pero merece en 1961 y 1970. Se trata del desarrollo del destacar relacionadas con la huelga general partido en Jaén tras el giro táctico. En este de 1985 y contra la OTAN y que coinciden periodo destaca la figura del prologuista de con la puesta en marcha por parte del PCE la obra, que en parte del periodo jugó un de la política de convergencia, que el PCA, importante papel para la organización jae- federación andaluza del PCE surgida en nera. También son tratados en el capítulo la 1979, concretará en Convocatoria por An- relación con la provincia de Radio España dalucía, antecedente de lo que en el ámbito Independiente (La Pirenaica), así como la nacional será Izquierda Unida, punto final influencia jienense en el exilio y la emigra- del capítulo, el cual termina esbozando el ción en este periodo. «enredo» —en expresión del autor— que el El capítulo 6, «El PCE en Jaén duran- PCE e IU han tenido desde el momento de te el tardofranquismo y los años previos a la creación de esta última, al convertirse de

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facto esta última en un partido, «Cuando bal en el sentido de ofrecer un recorrido la estrategia de un partido es otro partido, por buena parte de la historia del Partido nos encontramos ante un enorme sinsen- Comunista (queda pendiente la historia tido político y organizativo», terminando del PCE posterior a la fundación de IU). el libro con la pregunta de si el PCE será Pero global también en el sentido de no capaz de salir este enredo y construir un ser una historia de la estructura del PCE, movimiento político y social que sea hege- sino que aterriza en las organizaciones mónico en la sociedad española, dejando al locales, así como en un conjunto de or- tiempo la respuesta a esa pregunta. ganizaciones surgidas como consecuen- El libro se cierra con una serie de ane- cia de la política de los comunistas o xos, que en conjunto ocupan setenta en la que estos fueron parte fundamen- páginas —de las casi cuatrocientas no- tal como son el caso sucesivamente de venta de la obra—. El Anexo I se trata de CGTU, Alianzas Obreras y Campesinas, la un conjunto de breves biografías sobre JSU, Socorro Rojo Internacional, CCOO, dirigentes comunistas, naturales de la la Junta Democrática hasta finalizar en la provincia o no, que están relacionados creación de Izquierda Unida-Convocato- con la historia del comunismo jienense. ria por Andalucía. El Anexo II se trata de una colección de Otro aspecto reseñable es la vincula- biografías de militantes comunistas de- ción, en doble dirección, entre las provin- tenidos y encausados durante la dicta- cias de Jaén y Córdoba. Militantes cordo- dura franquista; el último de los anexos beses como los jarotes Miguel Caballero reproduce tres documentos; el primero y Ernesto Caballero (tío y sobrino) y Ne- de ellos firmado por Miguel Caballero mesio Pozuelo, así como Rafael Urbano Vacas sobre el PCE de los años veinte; el (este último como encargo que se le hace segundo de Nemesio Pozuelo, Secretario al Comité Provincial de Córdoba tras la Provincial del PCE en 1936, sobre la su- caída de su homólogo jienense en 1970) blevación fascista; y el último de los tres jugaron un papel decisivo en el PCE de documentos reproducidos reproduce el Jaén en distintos momentos de su exis- texto de dos hojillas sobre la Jornada de tencia. Por otro lado, clave fue el papel en Reconciliación Nacional de 1958. Córdoba de las milicias populares de Jaén El libro está construido sobre el uso de en las semanas posteriores del golpe de fuentes bibliográficas, así como la con- estado de 1936. sulta de documentos en diversos archivos La obra de Luis Segura un modelo para (del PCE; del Comité Provincial del PCA estudios sobre el PCE por las razones ya en Jaén; el Histórico Provincial de Jaén; dichas. Estamos ante un libro recomen- el de CCOO de Andalucía, los municipa- dable para quién quiera conocer la histo- les de Linares y Andújar; el del Juzgado ria del PCE en la provincia de Jaén y en Togado Militar 23 de Almería y el General Andalucía (e incluso a quien, interesado e Histórico de la Defensa). Dentro de la en la historia del siglo XX de la provin- bibliografía como de las fuentes docu- cia andaluza o en la historia general del mentales nos encontramos con varias de PCE más allá de los límites geográficos). carácter testimonial. Además el autor ha hecho pública su in- Este libro nos ofrece una historia glo- tención de realizar algún estudio sobre la bal de la Historia del PCE en Jaén. Glo- historia comarcal del PCE en la provincia.

168 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 165-168 Por qué las mujeres disfrutan más del sexo bajo el socialismo, de Kristen Ghodsee*

Nerea González de Arriba Universidad de Oviedo

Este libro se enmarca dentro del repun- te de publicaciones contra la tendencia del neoliberalismo sexual que exalta la libre elección y la diversidad en base a teorías posmodernas, que se acoplaron a las lógicas del mercado, focalizadas en cambios en el plano individual y dejando de lado las críti- cas estructurales capitalistas. La autora nos recalca desde el principio una declaración de intenciones de lo que el lector se va a en- contrar en las sucesivas páginas: «un alega- to, asentado en referencias históricas, sobre que el capitalismo no regulado es malo para las mujeres y si adoptamos algunas ideas del socialismo la vida mejorará». El sistema capitalista históricamente asentado en re- laciones patriarcales ha controlado y repri- mido la sexualidad a través del Estado, los códigos y leyes que limitan los derechos re- productivos de las mujeres o simplemente mediante la falta de recursos para planes de educación sexual. La explotación capitalista impone restricciones materiales inmensas para una sexualidad más libre: la precarie- dad laboral, la dificultad de la conciliación En contraposición con esta lógica neo- laboral condicionan y limitan la sexualidad liberal, la autora nos rescata de la memo- sobre todo de las mujeres. ria los inmensos avances históricos para la emancipación femenina que se lograron en la URSS. Se trata de ir sumando relatos que * Es reseña de: Kristen Ghodsee, Por qué las mujeres disfru- rompan con la visión extendida de que la tan más bajo el socialismo, Capitán Swing, 2019, 220 pp. Revolución Rusa y las repúblicas socialistas

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fueron un fracaso para la emancipación fe- colocado a las mujeres en una dependencia menina por estar supuestamente cargados económica respecto a los hombres, en tan- de prejuicios masculinos. El proceso revo- to que las ha discriminado de ciertos pues- lucionario en sus primeros años permitió tos de trabajo y cuando acceden al mercado grandes avances para la emancipación de laboral son utilizadas como mano de obra las mujeres, fomentando la independencia barata con salarios más bajos, al considerar económica y mejora de las condiciones la- que los hombres «valen más» y por eso se borales, la conciliación laboral y familiar. les paga más. Mientras que en los estados Se impulsó una socialización de los traba- socialistas intentaron contrarrestar la dis- jos domésticos, tratando con ello de liberar criminación contra las mujeres ampliando a las mujeres de esa doble carga del hogar la oportunidad de empleo, y quitando las socialmente impuesta, en pro de su inde- restricciones para ocupar cualquier puesto pendencia como trabajadoras que las ha- de trabajo. En la práctica siguió existien- ría más libres para poder decidir sobre sus do la división sexual por género, ya que las relaciones sexuales. Pero también, se hace mujeres sobre todo fueron empleadas en el referencia a las dificultades que hubo, como sector público o en trabajos «feminizados» la obstinación masculina y las desigualda- como el textil. En base a esa experiencia so- des entre sexos que no se lograron socavar cialista, la autora hace un llamamiento en estructuralmente. Sitúa en el punto de des- contra de pedir la beneficencia de los em- encuentro la consolidación del estalinismo presarios y su condescendencia en pro de la en la URSS y la regresión de derechos que igualdad de las mujeres. Aboga por presio- significó para las mujeres. nar a los líderes políticos a que den algún En las sucesivas páginas, divididas en tipo de garantía por el pleno empleo y las seis capítulos temáticos, se entremezclan mejoras sociales con la expansión del sector las anécdotas personales, testimonios de público. mujeres que vivieron en diferentes repú- En el segundo capítulo aborda el tema blicas socialistas, con referencias a grandes de la maternidad y el sometimiento que personajes históricos y su labor política, supone para las mujeres en relación a la como Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollon- «discriminación estadística» y a las leyes tai, o Clara Zetkin. Este libro no pretende de la oferta y la demanda: como las muje- ser un ensayo teórico acerca de las cuestio- res tienen mayor tendencia a dimitir (por la nes de clase en el feminismo, ni tampoco un difícil conciliación laboral) los empresarios alegato a favor del cambio revolucionario; las pagan menos. Al pagarlas menos, es más simplemente es una defensa de cómo abor- probable que en una pareja normativa sea dar mejoras económicas para la clase traba- la mujer la que renuncie a su vida laboral, y jadora supone una sustancial mejora para no el hombre, en pro de los cuidados de los acabar contra las discriminaciones y abu- hijos. Así se establece el circulo vicioso del sos a los que se ven sometidas las mujeres. capitalismo y el sometimiento de las muje- Como la misma autora señala es «un libro res en base a la maternidad. Por ello, aboga de iniciación», no es ni un tratado teórico ni por la intervención estatal en estos temas metodológico sobre la impronta del femi- poniendo como ejemplo los apoyos colecti- nismo y socialismo. vos a la crianza que se dieron en los estados El primer capítulo aborda la desigualdad socialistas. Alude en primer término a las laboral que sufren las mujeres. A través de diferentes regulaciones legislativas a favor la explicación de cómo el libre mercado ha de las bajas por maternidad, así como a las

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campañas que animaban a los hombres a cía controlada por las mujeres, porque éstas cumplir más activamente con su parte del generalmente tienen menor deseo sexual. trabajo doméstico y ser padres más activos. Obviamente esta teoría ha sido duramente Estas políticas no desafiaban en sí los roles atacada por la misoginia intrínseca a ella, de género, y ante la obstinación masculina, pero también tiene muchos seguidores en las repúblicas socialistas prefirieron poner una cultura individualista y materialista el enfoque en la sociabilización de los tra- como la estadounidense. Básicamente ar- bajos domésticos y los cuidados infantiles gumenta que en las sociedades tradiciona- a través de guarderías y escuelas infantiles les el precio del sexo es más alto al vetar públicas. el acceso a las mujeres a la vida política y En el tercer capítulo aborda el tema del económica, es decir, cuando las mujeres no liderazgo y la presencia de mujeres en pues- tienen que ofrecer su sexo para «sobrevivir» tos de decisión, situándose a favor de las las relaciones sexuales se vuelven más fá- cuotas, pero sobre base la de una ideología ciles. En contraposición, en sociedades con igualitaria y en contra del capitalismo que altos niveles de igualdad de género, con una distribuye el poder basándose en modelos fuerte protección de la libertad reproducti- competitivos y en las ideas de la meritocra- va y con sólidas redes de protección sexual, cia y la ley del más fuerte. Es decir, no es las mujeres apenas tienen que preocuparse un llamamiento a que las mujeres ocupen de qué precio alcanza el sexo en el mercado puestos de trabajo para explotar a otras per- abierto. En estas circunstancias, el modelo sonas, sino puestos de trabajo de relevancia de la teoría de la Economía sexual prede- como, por ejemplo, Nedezha Krupskaya, vi- ciría que la sexualidad femenina dejaría de cecomisaria de Educación entre 1929-1939, ser una mercancía vendible. El capitalismo las famosas Nachthexen (las brujas de la mercantiliza todas las relaciones socia- noche) o la política comunista rumana Ana les. En este apartado desarrolla y ensalza Pauker. Con la ejemplificación de diferentes la labor política de las mujeres comunistas mujeres comunistas relevantes elabora una por la emancipación sexual de las mujeres defensa de las cuotas impuestas para cargos y los avances que se lograron al respecto, políticos, consejos de administración y las sufriendo un significativo retroceso con el empresas públicas, considerando que apli- estalinismo al situar a las mujeres dentro cadas correctamente tienden a una eficacia de las formas tradicionales del matrimonio notable a la hora de incrementar en número para el levantamiento de la URSS como po- de mujeres en el poder. tencia industrial. Por ello, insiste una vez En el cuarto capítulo aborda específica- más en la intervención del Estado sólo en mente el tema de las relaciones sexuales y el sector público, para que las dinámicas de el poco disfrute de las mujeres para elegir la Economía sexual sean socavadas garanti- libremente su sexualidad debido a la de- zando las libertades individuales. pendencia económica de los varones. Pri- En el siguiente capítulo, aborda las teo- meramente, trata las teorías de la economía rías expuestas anteriormente, fundándose sexual, en que el sexo es un recurso femeni- en los estudios que se hicieron antes y des- no para el intercambio social en las interac- pués del crucial año 1989 en los países so- ciones heterosexuales. Las mujeres venden cialistas sobre las formas de vivir la sexua- su sexo como un mercado y los hombres lo lidad en ellos. Esas investigaciones estaban compran con recursos no sexuales, ya que motivadas por la preocupación ante la caída la idea básica es que el sexo es una mercan- de la tasa de natalidad, por lo que sólo se

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centran en las relaciones heteronormati- son más insatisfactorias e individualistas vas. Expone una serie de datos, testimonios, lo que nos lleva a saciar ese vacío personal estudios en la RDA, Hungría, Polonia, Che- consumiendo más productos materiales: la coslovaquia y Rumania, que sugieren que alineación social es rentable. Por ello, es un el apoyo social que se desplegó a favor de paso de resistencia abogar por medidas pú- la independencia económica de las muje- blicas que favorezcan que dediquemos más res fomentó ciertas políticas, aunque no se tiempo a querernos y apoyarnos más y me- aplicaran plenamente. Aunque en parte se jor. promovieran para apoyar objetivos de de- Es un libro útil para recordar que los es- sarrollo económico, tuvieron como conse- tados socialistas se asentaron sobre una cuencia una mayor facilidad para abando- concepción revolucionaria de la lucha con- nar relaciones insatisfactorias, a diferencia tra la explotación y las opresiones. En este de las mujeres en países capitalistas. Basán- sentido, es una lectura que amplía el cami- dose en esa memoria histórica realiza una no por recuperar la cuestión de clase en los crítica a las actuales condiciones laborales debates teóricos sobre la emancipación fe- precarias que suponen tal nivel de agota- menina, pero tiene sus peligros al enfocarlo miento físico y emocional que no compensa sobre todo en una especie de Guerra Fría, mantener relaciones amorosas sin compen- sobre la realidad de las mujeres estadouni- sación individualista, e invertir en ellas los denses frente a la experiencia socialista. Es cuidados necesarios que nos llevarían a re- un relato por la moderación política, aleja- laciones «más francas, más auténticas, y en do siquiera de la transición gradual al socia- definitiva mejores». lismo, que opta por la adaptación pragmá- En el sexto y último capítulo aborda el tica a los marcos vigentes del sistema o los tema de la ciudadanía política, pero con- intentos de recuperar un Estado de Bienes- textualizada sobre todo en el clima político tar perdido. Tiene un sentido muy limitado de EEUU y las pasadas elecciones de 2016. y reduccionista, restringido a la lucha por La autora se sitúa a favor de gobiernos pro- medidas económicas, como la sanidad uni- gresistas que supuestamente favorecerán versal o salario mínimo, necesarias pero in- cambios legislativos a favor de los intereses suficientes. Se pierde sentido de totalidad al de la clase trabajadora, ensalzando a figuras resto del mundo en el que la izquierda pro- políticas como Bernie Sanders o a los mode- gresista se ha mostrado que no es alternati- los políticos de los países nórdicos. Defien- va para la toma de poder de la clase trabaja- de que los intentos de estados apoyados en dora. Además, se echa en falta una carga de el marxismo-leninismo fueron necesarios análisis sobre dichos Estados de Bienestar para que el capitalismo desarrollara mejo- como una realidad excepcional y delimitada ras sociales, como los programas del Estado en el tiempo en un puñado de países en con- del Bienestar. Aunque considera que los es- texto de la fase imperialista del capitalismo. tados socialistas fracasaron por su «autori- Si no se desarrolla esta cuestión se limita la tarismo», se deben extraer lecciones de sus compresión de la relación entre opresiones ideas colectivistas y romper con el rechazo y explotación como parte de una totalidad. instintivo que la propaganda del capitalis- Es un libro, por tanto, de iniciación para mo ha vertido sobre cualquier tipo de polí- aprender de las experiencias del pasado so- ticas basadas en sus experiencias. El capita- cialista y de sus prácticas avanzadas que lismo mercantiliza las relaciones sociales y intentaron arrancar a las mujeres del aisla- con ello nuestras relaciones sexo/efectivas miento en el hogar, en favor de su inserción

172 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 169-173 Kristen Ghodsee, Por qué las mujeres disfrutan más del sexo bajo el... Nerea González de Arriba

laboral y en la esfera pública en pro de un cha por una sexualidad libre no es algo se- mayor disfrute libremente de sus relaciones cundario, ni ajeno a la lucha de clases, sino afectivas. Al fin y al cabo, nunca está de más parte de un mismo combate por una socie- toda aquella lectura que insista en que la lu- dad emancipada.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 169-173 173 En el laberinto. Las izquierdas en el Sur de Europa (1968-1982), de Javier Tébar y Andreu Mayayo*

Cristian Ferrer Universitat Autònoma de Barcelona La segunda década del siglo XXI que re- cién acabamos ha estado marcada por la irrupción de novísimos movimientos so- ciales. Surgidos como reacción a las sali- das ofrecidas a la crisis económica de 2008, estos movimientos han tenido una notable capacidad por condicionar la agenda públi- ca y, además, han permitido insuflar nueva vida a las ideas históricas de emancipación de la izquierda en una serie de países. El 2015 fue, en concreto, un año trepi- dante para la izquierda europea. En enero, un partido a la izquierda de la socialdemo- cracia gobernante durante décadas ganó las elecciones legislativas en Grecia. En no- viembre, el socialista António Costa alcan- zaba un inédito pacto parlamentario con el Partido Comunista Portugués y el Bloco de Esquerda cimentado en un programa anti- austeridad para Portugal. A finales de año, había 71 diputados de izquierda alternativa —el 20% de los escaños y el 24% del voto popular— en las Cortes Generales españo- bía llegado para quedarse en España. las. El adelanto electoral en 2016 y la for- Acontecimientos similares se sucedie- mación de Unidas Podemos, que obtuvo en ron en otros países de la Europa del sur. En conjunto unos apoyos similares, parecía in- Francia, donde el Partido Comunista había dicar que un nuevo espacio político aupado jugado un papel crucial en la resistencia por un ciclo de movilización ciudadana ha- antifascista y a lo largo de la IV República, después de años de travesía del desierto, pa- * Reseña de: Andreu Mayayo y Javier Tébar (coords.), En el laberinto. Las izquierdas en el Sur de Europa (1968-1982), recía estar de nuevo en disposición de ser Granada: Editorial Comares, 2018, 125 pp. una fuerza de gobierno. Un Partido Socia-

174 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 174-178 A. Mayayo y J. Tébar, En el laberinto. Las izquierdas en el Sur de Europa... Cristian Ferrer

lista comprometido con las políticas neo- que logró renegociar los límites de gasto liberales y reducido a la irrelevancia parla- con la Unión Europea y reactivar las econo- mentaria erigía la France Insoumise —una mía con una política tímidamente expan- amplia coalición de comunistas, socialistas siva. de izquierdas, ecologistas y movimientos Decía Eric Hobsbawm que los historia- sociales— como el principal referente de las dores libramos nuestra batallas actuales (maltrechas) izquierdas galas. con trajes de época. O dicho en otros tér- Distinta era, ciertamente, la situación en minos, que las preguntas que formulamos Italia, el país que durante medio siglo contó a nuestro pasado están siempre mediati- con el Partido Comunista más grande e in- zadas por nuestras preocupaciones pre- fluyente de todo Occidente. Pero ni la crisis, sentes. Con el marco de fondo descrito, la ni la austeridad, ni las numerosas protestas Fundación Cipriano García de Comisio- que recorrieron la península cristalizaron nes Obreras de Catalunya y L’Observatori en nuevas fórmulas políticas desde las que Europeu de Memòries de la Universitat de reinventar la izquierda. Barcelona impulsaron una jornada inter- Y aunque el bienio 2015-2016 fue, en tér- nacional de debate sobre las izquierdas en minos generales, un periodo de avances in- la Europa meridional en los años setenta, discutibles de las izquierdas, también fue- en colaboración con la revista Segle XX, el ron años en que sus límites quedaron más Centre d’Estudis sobre Dictadures i Demo- crudamente al descubierto. La Comisión cràcies de la UAB y el Museu d’Història de Europa, el Banco Central y el Fondo Mone- Barcelona. El objetivo implícito era claro: tario Internacional lograron torcer el brazo qué puede decirnos el anterior ciclo histó- a Syriza en Grecia —pese a la gran movili- rico inaugurado en 1968, y que cerró con la zación que supuso el referéndum contra el salida neoliberal a la crisis de modelo eco- memorando de la Unión Europea en 2015—, nómico —con ramificaciones en lo político, que se vio impelida a aceptar los estrechos lo social y lo cultural— en los años setenta, marcos de actuación dictados por la Troika. sobre nuestro propio presente. En España, la entente de las izquierdas al- Andreu Mayayo y Javier Tébar, coordina- ternativas —Podemos e Izquierda Unida— dores del libro resultante de aquellas jor- parecía no bastar para realizar un sorpasso nadas, denominan al movimiento que pa- al PSOE, que se entendía como un paso ne- rece dibujar la izquierda en los años setenta cesario para sacar a la derecha de la Mon- como una parábola. Una línea ascendente cloa y dar un giro de 180 grados a las po- seguida por su propia caída. Del inicio de líticas económicas y sociales. La izquierda un ciclo de movilización social y política, francesa, por otro lado, mostraba cómo de con el 68 como fecha emblemática, a su imprescindible era ir más allá del logrado agotamiento en los primeros años ochenta, adelanto electoral a los socialistas, puesto marcados por el inicio de la contrarrevo- que el malestar social o se canalizaba desde lución neoliberal. La clausura histórica de la izquierda o la ultraderecha ocuparía ese toda una época que en nuestro presente se lugar, por no mencionar las posibilidades nos antoja similar, con un claro agotamien- de recomposición del establishment des- to de la gobernanza neoliberal al que quizá de el liberalismo de raíces tecnocráticas. El le siga el comienzo de un nuevo tiempo de único país que presentó éxitos —modestos, ascenso de alternativas fundamentadas en pero éxitos al fin y al cabo— fue Portugal la justicia social y ambiental. con su pacto parlamentario de izquierdas, El cuerpo del libro está dividido en seis

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capítulos, que corresponden a cinco casos política (1973-1976)— y otro ciclo de mo- nacionales —Italia, Francia, Grecia, Portu- vilización en el que cristalizaron las re- gal y España— y una visión panorámica so- novadas exigencias sociales en el llamado bre las izquierdas en el marco de la Europa «77 italiano». Sangiovanni destaca que las del sur. Éste último es el que abre el libro y consecuencias de la crisis económica nun- va firmado por Geoff Eley. En él, el catedrá- ca fueron plenamente comprendidas por tico de la Universidad de Michigan aborda el PCI y que ello le imposibilitó canalizar las adaptaciones tanto tácticas como estra- la mayor parte de las demandas emergen- tégicas de socialistas y comunistas en el sur tes en el contexto de riesgo para la demo- de Europa. Esto es, el camino que recorrie- cracia italiana durante la «estrategia de la ron los partidos socialistas en Italia, Francia tensión». La política de austerità propues- y España desde el socialismo mediterráneo ta por Berlinguer, entendida como una vía —como un proyecto que rechazaba ser cali- para cambiar las bases fundamentales de ficado como socialdemócrata— hacia la mo- la economía y más extensamente de la so- deración programática, en buena medida ya ciedad, fue respondida por los nuevos mo- desde el gobierno. E, igualmente, el aggior- vimientos sociales de 1977, que pasaron a namento eurocomunista que los partidos reivindicar el consumo como un derecho. comunistas de Italia, España y en menor Ello revelaba una ruptura cultural profun- medida Francia adoptaron como un proce- da en el campo de la izquierda, en el que la so de adaptación programática a una situa- autoidentificación fundamentada en el tra- ción social, económica y política en trans- bajo era rechazada radicalmente como un formación. Una situación caracterizada por elemento constitutivo de la identidad indi- múltiples crisis: de modelo productivo (for- vidual. El nuevo mundo laboral, fragmenta- dismo), de pautas culturales (irrupción del do, terciarizado y precario, era una realidad consumo de masas), de las identidades co- que estaba pasando inadvertida al PCI, lo lectivas (pérdida de centralidad del «sujeto» que el autor sostiene que fue crucial para clase obrera industrial), etc. Para Eley, la ne- que fracasara una alternativa de izquierdas cesidad de adaptación a estas nuevas reali- en Italia. dades —que se tradujeron en el surgimiento En términos similares explica Xavier de nuevos movimientos sociales (feminis- Vigna los años setenta en Francia, caracte- mo, ecologismo, de juventud)— propiciaron rizados por la crisis del movimiento obre- que socialistas y comunistas buscaran nue- ro tradicional y el surgimiento de nuevos vos mimbres desde los que articular una po- movimientos sociales, situación que alteró lítica de izquierdas que fuera más allá de la el equilibrio de fuerzas entre socialistas y defensa de los intereses de una clase obrera comunistas. Vigna rastrea la maduración cada vez más atomizada. de actitudes desafiantes en el mundo labo- Andrea Sangiovanni firma el segundo ral de las grandes empresas del neocapita- capítulo, dedicado al caso italiano. El texto lismo contra el orden científico del proceso se mueve entre dos grandes fases de mo- productivo. Los intentos de subversión del vilización sociopolítica, la iniciada en el orden fabril por parte de los trabajadores «largo 68» (1968-1973) —seguida por un no cualificados —entre los que destaca la período de transición durante el que sur- presencia de sectores subalternos como las gieron nuevos actores políticos y sociales, mujeres o los inmigrantes— apenas conta- se conformaron nuevas demandas y se ex- ría con la adhesión del sindicato CGT, ma- perimentó con nuevas prácticas de acción yoritario en el sector industrial, entre cuyos

176 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 174-178 A. Mayayo y J. Tébar, En el laberinto. Las izquierdas en el Sur de Europa... Cristian Ferrer

cuadros predominaban los militantes del —o precisamente por eso mismo—, no con- PCF. Para Vigna, situaciones de esta natu- siguieron disputarle al PASOK, que ocupa- raleza —como otros que señala en el ám- ba un amplio espacio entre la izquierda ra- bito del movimiento ecologista, estudiantil dical y la socialdemocracia, el liderazgo de o antimilitarista— revelaban la incapacidad la izquierda. de los comunistas para acomodar las nue- Manuel Loff y Álvaro Cúria sintetizan el vas demandas a su programa político (cen- desarrollo del fértil campo de la izquierda tralmente obrerista, pero que no atendía a portuguesa desde la última etapa de la dic- los cambios experimentados en el mercado tadura dirigida por Marcelo Caetano, duran- de trabajo ni en el interior de la propia cla- te la cual se aceleraron procesos de cambio se obrera), lo que se tradujo en crecientes estructural iniciados en la postguerra mun- tensiones entre la izquierda parlamentaria dial y que estuvieron mediatizados por el y los movimientos sociales. Contrariamen- empantanamiento de las guerras colonia- te, a diferencia de Italia, sería el refundado les en Angola, Guinea y Mozambique. Son e ideológicamente más dúctil Partido So- tres los actores políticos analizados en el cialista el conseguiría devenir una referen- contexto abierto por la revolución de 1974: cia común para segmentos de estos nuevos comunistas, izquierda radical y socialistas, movimientos sociales (así como entre nue- siendo los primeros a los que mayor espacio vas clases medias urbanas y tecnocráticas), se les dedica. Contrariamente a lo que otras lo que le erigiría en el elemento central del historiografías han venido sosteniendo, gobierno de izquierdas formado en 1981. para Loff y Cúria la política del PCP durante Distinto es el caso griego que abordar el periodo revolucionario se habría carac- Magda Fytili, en el que se da cuenta de la terizado por su búsqueda de una vía propia evolución sociopolítica del país heléni- —nacional— distinta al eurocomunismo y co desde el final de la Guerra Civil (1946- a los postulados de la URSS. Una política 1949) hasta los últimos años ochenta. Sin que ubicó al PCP como un eje fundamental embargo, el grueso del capítulo se centra de las alianzas político-sociales durante la entre 1974, cuando colapsó la dictadura de revolución y que le habría permitido —a di- los coroneles, y 1981, año en que un parti- ferencia del resto de casos analizados en el do radical que prometía el socialismo —el libro— seguir jugando un papel importante PASOK— empezó a gobernar el país. Entre en el periodo postrevolucionario y hasta la medio, años de hegemonía de una derecha actualidad. De las izquierdas radicales lu- renovada que se alzó con el poder bajo la sas se destacan sus similitudes con otros máxima «o Karamanlís o los tanques», du- casos europeos, a pesar de lo distinto de rante los cuales, sin embargo, el espacio po- sus contextos, teniendo en su haber lograr lítico de la izquierda pudo recomponerse. radicalizar periodos del proceso revolucio- La ruptura de la principal organización de nario, pero mostrando grandes dificultades la izquierda helena, los comunistas, dividi- para mantenerse en el nuevo contexto de- dos desde 1968 entre un sector más hetero- mocrático-liberal. Por último, se resalta la doxo radicado en el interior y otro más fiel habilidad de los socialistas por acercarse y a los postulados moscovitas mayoritario en distanciarse del PCP en distintos momen- el exilio, dificultó que el KKE pudiera ju- tos, mostrándose ambiguos a la vez que sus gar un papel relevante en los años setenta. máximos valedores durante el periodo re- Pese a la moderación que ambas facciones volucionario, y logrando congeniar apoyos protagonizaron durante los años sesenta entre la pequeña burguesía urbana y rural,

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los trabajadores no sindicados al norte del gable a la del PCE entre las bases del PSOE Duero y los profesionales liberales. y su mayor capacidad para atraer la compli- Por último, Carme Molinero expone la cidad de sectores diversos de la sociedad, lo aparente paradoja que llevó al PCE de ocu- catapultaron en el principal referente de la par un papel central en el antifranquismo, izquierda y, tras la implosión del PCE y de a su práctica desintegración a inicios de los la UCD, a ser el único partido con capacidad años ochenta. Una evolución diametral- de gobernar durante toda la década de los mente opuesta a la del PSOE, que de entrar ochenta. en la década de los setenta con una orga- En términos globales las aportaciones nización atónica y un espacio ideológico originales de los distintos autores son esca- disputado por múltiples partidos socialistas sas y la perspectiva comparativa —excepto de ámbito regional, pasó a lograr en 1982 en el texto de Eley, que tiene explícitamente la mayoría parlamentaria más amplia de la ese propósito— es inexistente. La introduc- historia reciente de España. Y aunque sería ción sirve de nexo de unión de reflexiones sencillo caer en la tentación teleológica a no siempre concordantes en sus interpreta- la hora de explicar este proceso, Molinero ciones. Sin embargo, una de las principales resalta su condición contingente, en la que aportaciones del libro es ofrecer una visión nada estaba escrito de antemano. Como sintética y actualizada de diversos casos también se destaca en los casos de Italia y nacionales, de los que no abunda bibliogra- Francia, la autora da una gran importancia fía en castellano. Un elemento en el que el al contexto económico y a sus sociales que texto de Fytili aporta valor añadido al lector empezaban a dejarse sentir a finales de los medio, que pudiéndose manejar en italia- setenta —muy particularmente, el paro. Sin no, francés y portugués, no tiene el griego embargo, no todo es achacado a procesos entre sus lenguas de lectura habituales. En estructurales, sino que las decisiones polí- definitiva,En el laberinto es una síntesis ex- ticas desarrolladas por socialistas y comu- celente sobre el devenir de la izquierda en nistas durante aquel periodo (alianzas polí- la Europa del sur durante la década de los ticas, actualizaciones ideológicas y cambios setenta, que tiene en su haber la colabora- orgánicos) así como sus contradicciones ción de sus principales investigadores. Un y dificultades. En particular, se resalta las espejo en el que la izquierda actual no pue- dificultades del PCE por congeniar -la cul de dejar de mirarse, sea con añoranza de un tura de participación de sus militantes en tiempo de fuertes movimientos sociales y un contexto de institucionalización, lo que de radicalización ideológica, sea con volun- acarreó severas críticas de la base militante tad de conocer mejor cómo un tiempo de a sus direcciones que, eventualmente, des- enormes expectativas de transformación garraron el partido. Por el contrario, la au- social en un sentido progresista acabaron sencia de una tradición militante homolo- alumbrando cuatro décadas de hegemonía neoliberal.

178 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 174-178 Las flores y los tanques. Un regreso a la Primavera de Praga, de Luis Zaragoza* Eduardo Abad García Universidad de Oviedo Durante el pasado 2018 se cumplieron cincuenta años de 1968. La celebración del quincuagésimo aniversario de un año tan relevante y polifacético ofrecía a la comu- nidad académica la oportuna excusa que otorgan siempre las efemérides para poder reflexionar a fondo sobre los momentos más trascendentales de nuestra historia. Sobre todo, porque dichas conmemoracio- nes deberían actuar dentro de la academia, al menos teóricamente, como potentes revulsivos que sirvieran para fomentar la investigación. La ciencia histórica podría haber aprovechado para superar los viejos clichés historiográficos, por otra parte, muy abundantes en lo que se refiere a los acon- tecimientos ocurridos durante ese año, y profundizar en todos los aspectos más desconocidos y de largo alcance que esta importante fecha ha tenido para lo que se ha venido a calificar como la «Historia del Presente» o «Historia Actual». Sin embargo, lo cierto es que este aniversario en concre- en 2018, ya que la UNED, adelantándose a to no ha traído consigo toda la producción cualquier posible conmemoración, organi- científica que se pudiera esperar para una zó a finales de 2017 unas jornadas titula- efeméride de tanta altura. No obstante, das «Mayo del 68 y las dictaduras del sur de sí que se han producido tres importantes Europa» con una muy buena presencia in- eventos con motivo de este aniversario que ternacional. Durante el propio 2018 se rea- es necesario resaltar. lizaron otros dos importantes congresos. El primero de ellos ni siquiera se celebró Uno de ellos se celebró en la UAB bajo el * Reseña de: Luis Zaragoza, Las flores y los tanques: Un re- título de «68’s». Este congreso coorganiza- greso a la primavera de Praga, Cátedra, 2018, 487 pp. do con varias universidades francesas tuvo

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el acertado objetivo de resaltar los rasgos sentido el libro de Luis Zaragoza, Las Flores comunes de los diversos fenómenos del 68, y Los Tanques. Un Regreso a la Primavera respetando su amplia diversidad geográfi- de Praga supone un salto cualitativo en los ca y social. Sin embargo, mención especial estudios de la crisis de Checoslovaquia al tuvo el congreso realizado en la Universi- convertirse en el primer estudio riguroso y dad de Oviedo en el mes de octubre bajo el monográfico sobre este fenómeno publica- título «La crisis del movimiento comunista do en castellano. El autor, que aparte de su internacional. 50 aniversario de la crisis de faceta como historiador trabaja como pe- Checoslovaquia». Por primera vez histo- riodista en Radio Nacional, cuenta con una riadores e historiadoras de varios países se notable trayectoria investigadora, centrada reunían para abordar de forma monográfi- especialmente en el papel de la radio como ca las consecuencias de la crisis de Checo- instrumento de lucha social y política. En slovaquia en agosto de 1968. Este congreso este sentido, destaca su tesis doctoral sobre resultó relevante, precisamente, porque Radio España Independiente (REI) leída en profundizaba en un acontecimiento bas- 2007, que dio lugar a la aparición en 2008 tante marginal dentro de la producción his- de su libro Radio Pirenaica: la voz de la espe- toriográfica española, pero que encierra un ranza antifranquista. Continuando con ob- enorme potencial para la comprensión de jeto de estudio, además de varios artículos, multitud de fenómenos y transformaciones también publicó en 2016 Voces en las som- producidos en el movimiento comunista e, bras. Una historia de las radios clandestinas. incluso en el conjunto de la izquierda, du- Las Flores y los tanques comienza con un rante décadas. interesante prólogo en el cual ya se vislum- En cuanto a la producción escrita la bra la profundidad del texto ante el cual cuestión no distaba de estar mucho mejor. nos encontramos. El autor comienza re- Las publicaciones en castellano sobre este flexionando sobre la complejidad que rodea acontecimiento siempre han resultado bas- a los procesos de construcción de diver- tante escasas y la mayoría de ellas conta- sas memorias colectivas sobre la crisis de ban con décadas a sus espaldas. Además, el Checoslovaquia: «¿Quién recuerda la Pri- clima de Guerra Fría en la cual fueron es- mavera de Praga? ¿Quién conoce siquiera critas favoreció la existencia de una rigidez lo que hay tras la alocución ‘Primavera de inadmisible desde una perspectiva histo- Praga’?» Esta cuestión es importante y apa- riográfica crítica y rigurosa. En todo caso, recerá reflejada a lo largo de todo el libro, pasados 50 años desde aquellos aconteci- que se aleja de la construcción de un relato mientos no existía una buena síntesis que estrictamente descriptivo. No hay que ol- desentrañara todas las facetas de la inva- vidar que estos hechos, fueron catalogados sión de Checoslovaquia. Pareciera como si por otros autores, por ejemplo, Pierre Nora, 1968 se redujese, una vez más, al omnipre- como trascendentales para la geopolítica sente mayo parisino, mientras que el resto europea y especialmente para la configu- del mundo o no aparecía o lo hacía de for- Pasado y Presente, 2018. Richard Vinen, 1968. El año en que [1] ma muchísimo más secundaria. En este cambió el mundo, Barcelona, Crítica, 2018. Ramón González Férriz, 1968. El nacimiento de un nuevo mundo, Barcelona, 1.– No obstante, algunas publicaciones recientes sí que Debate, 2018. Abdón Mateos y Emanuele Treglia (coords.), reflejaban una visión mucho más plural de 1968: Joaquín Las convulsiones del 68. España y el sur de Europa, Madrid, Estefanía, Revoluciones. Cincuenta años de rebeldía (1968- UNED, 2019. Carme Molinero, Ricard Martínez i Muntada, 2018), Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2018. Antonio Elorza, Brice Chamoleau (eds.), 68s. Congreso International. Actas, Utopías del 68. De París y Praga a China y México, Barcelona, Barcelona, CEDID-UAB, 2019.

180 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 179-182 Luis Zaragoza, Las flores y los tanques. Un regreso a la Primavera... Eduardo Abad García

ración de la izquierda a largo plazo, lo que desarrollo del fenómeno de la «Primavera facilitó que fuera englobado dentro de su de Praga», la cual, paradójicamente, co- categoría de «acontecimiento monstruo» [2]. menzó en el verano de 1967. El autor des- Por lo tanto, es importante tener en cuenta cribe correctamente el origen de este mo- que los hechos que aquí se narran tuvieron vimiento en las élites, de entre las cuales un impacto posterior, que se canalizó por intervendrían tres grupos: escritores, es- medio de la memoria de diversos colectivos tudiantes y el sector reformista del Partido en lo que devino un elemento simbólico de Comunista de Checoslovaquia. A partir de gran importancia en la cultura comunista, enero de 1968 fue este partido el que inició un auténtico «lugar de memoria» [3]. un nuevo rumbo, impulsando la construc- La obra parte de la necesidad de supe- ción de un modelo de socialismo distinto a rar las visiones reduccionistas que limitan lo que hasta ese momento era la norma en los acontecimientos de este año principal- el bloque socialista. Tan sólo en esta segun- mente al mayo francés y se adentra en otra da fase, que comenzaría con la destitución realidad mucho menos conocida y estudia- de Antonín Novotný a comienzos de 1968, da. 1968 fue un año crucial también en el la ciudadanía comenzó a implicarse más centro de Europa y el libro de Luis Zaragoza activamente. Otra cuestión significativa consigue realizar un excelente análisis de del libro es el enfoque defendido. Lejos de este fenómeno. La obra está estructurada otras interpretaciones excesivamente pro- en cuatro partes que van narrando la his- pagadas durante décadas, el autor defiende toria reciente de Checoslovaquia teniendo que el socialismo en Checoslovaquia go- como nudo central la crisis de 1968. La pri- zaba de un notable respaldo, no sólo entre mera parte, titulada «Las semillas», parte de funcionarios del partido o el ejército, sino, la formación del Estado Checoslovaco tras especialmente, entre grandes segmentos la I Guerra Mundial hasta 1960. Primero se de las clases populares. En ese sentido, las realiza un sugestivo recorrido por las pri- ansias de cambio que embriagaron a la po- meras cuatro décadas de existencia de este blación se orientaban hacia la mejora y el Estado, el cual atravesó varias etapas muy perfeccionamiento del sistema socialista diferentes. De un sistema parlamentario li- y no hacia su destrucción. Sin embargo, si beral a un sistema socialista, pasando por algo recoge el libro con gran acierto es la varios años de ocupación nazi. Después se dificultad de encasillar a los distintos per- realiza un repaso por el quinquenio 1962- sonajes que intervinieron en esta coyuntu- 1967, especialmente importante por ser un ra. Estos hechos estuvieron marcados por la periodo donde se recrudecieron algunos complejidad de su desarrollo y por la ambi- problemas que ya se habían ido gestado an- güedad de muchos de sus actores. Ya desde teriormente (el estancamiento económico, los primeros meses surgieron entusiastas el problema eslovaco, la represión a deter- admiradores y detractores de esta expe- minados sectores del partido comunista, riencia, lo que colocó al gobierno reformis- entre otros). ta en una enrevesada situación. Por una La segunda parte recibe el título de «Las parte, algunos sectores minoritarios de- Flores» y se centra específicamente en el fendían que la reforma debía acabar con el papel central del partido comunista y des- 2.– Pierre Nora: «L’evévénement monstre», Communications, nº18, 1972, pp.162-172. montar aspectos importantes del sistema 3.– Pierre Nora: «La aventura de Les lieux de memorie», socialista. Otros sectores, desde posiciones Ayer, nº32, 1998, p. 32. antagónicas, alertaban de que el proceso de

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reformas provocaría una contrarrevolución occidentales, muchos de los cuales vieron que acabaría con dos décadas de socialis- en estos hechos el motivo para ir desmar- mo en el país. Además, la Unión Soviética cándose críticamente de la Unión Soviética. y otros países del Tratado de Varsovia, in- Además, en Checoslovaquia aparecieron tentaron ejercer una tutela de este proceso, algunas posiciones radicales y se extendió lo que tensionaba aun más la posición del un sentimiento de antisovietismo entre gobierno, presionado por todos los flancos. sectores de la población. Especial atención Sin embargo, pocos eran los que se atre- requiere todo este proceso, donde los ante- vían a aventurar el dramático desenlace riores protagonistas de la «Primavera» aca- de los hechos. El 21 de agosto de 1968 las baron protagonizando su desmontaje. En el fuerzas militares del Tratado de Varsovia caso de Alexander Dubček durante un bre- intervenían en la Republica Socialista de ve periodo de tiempo, pero en el de Ludvík Checoslovaquia, poniendo fin al programa Svoboda, durante bastantes años más. de reformas impulsado por la dirección del Esta obra es, sin duda alguna, el mejor partido comunista de dicho país. Esto es trabajo publicado hasta la fecha sobre la cri- precisamente lo que se narra en la tercera sis de Checoslovaquia. Por una parte, cubre parte del libro, titulada «Los tanques». Es- un notable vacío historiográfico y por otra, tos graves acontecimientos supusieron un lo hace desde el rigor y la perspectiva crítica. punto de inflexión dentro del movimiento No obstante, en ocasiones el autor confía en comunista internacional. Como bien refle- exceso en algunos trabajos elaborados en el ja Luis Zaragoza, aunque la operación fue periodo de la Guerra Fría. El nocivo peso de militarmente un éxito, políticamente fue la sovietología se deja notar especialmente un fracaso. No solo porque traicionaba los en algunos episodios relacionados donde se acuerdos firmados entre los distintos paí- vuelven a mencionar algunos clichés sobre ses del Tratado de Varsovia para buscar una el papel de la URSS durante este conflicto. salida política al conflicto, sino porque se El pesado legado de esta perspectiva afecta hizo a espaldas de todos los checoslovacos. negativamente a la cosmovisión general de Ni tan siquiera los sectores más ortodoxos esta compleja crisis, donde conceptos como estaban realmente informados de lo que la «doctrina Breznev» fueron acuñados por iba a pasar. Además, una intervención mili- una escuela de politólogos anticomunistas tar de estas características dio argumentos cuya producción teórica estaba enfocada al a los sectores más anticomunistas y dejó al combate ideológico contras las alternativas socialismo más cuestionado que antes. A al sistema capitalista. Sin embargo, esto no partir de este momento ya nada volvió a ser quita el hecho de que nos encontramos ante igual, ni dentro ni fuera de Checoslovaquia. una publicación que debería convertirse en Por otra parte, el autor concede especial un manual de cabecera sobre la historia importancia al proceso de construcción de del país centroeuropeo. Su autor ha narrativas del pasado a modo de justifica- utilizado una perspectiva seria y rigurosa ción que son realmente sobresalientes. para desentrañar con una excelente prosa Por último, la cuarta parte lleva por tí- las distintas etapas de este fenómeno. De tulo «Los surcos» y en ella se realiza un tal manera, que este libro constituye una recorrido por la primera etapa del proceso excelente investigación sobre un episodio de «normalización» que tuvo lugar tras la de la historia reciente que desgraciadamente invasión. Las crisis, divergencias y conflic- había caído en el olvido. tos estallaron en los partidos comunistas

182 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 179-182 Érase una vez el eurocomunismo. Las razones de un fracaso, de Andrea Donofrio*

Michelangela Di Giacomo Doctora por la Università di Siena

Andrea Donofrio, profesor de Historia del Pensamiento Político de la Universidad Complutense de Madrid, ha decidido, en este largo ensayo de casi quinientas pagi- nas, dedicar su atención a un tema, el del «eurocomunismo», que ha gozado de un vívido interés por parte de muchos histo- riadores italianos y españoles por lo menos desde el comienzo de los años 2000. Después de haber quedado cubierto du- rante una larga temporada por el polvo del olvido —que ha coincidido en larga par- te con la crisis del comunismo mundial—, aquella tentativa de los años setenta de darle nuevo vigor al comunismo democráti- co de Europa occidental ha vuelto a ocupar la escena de la historiografía internacional. Durante largos años, pues, el acerca- miento teórico de los partidos comunistas italiano, español, francés (y también ja- ponés y australiano) ha sido considerado como un intento fallido, un fracaso anun- ciado e inevitable que habría empujado a estos partidos a volver pronto sobre sus pa- ruptivo ocurriese para obligarles en cam- sos (la así llamada teoría del «arroccamen- biar la piel de una vez por todas. to» del segundo Berlinguer), quedándose a Desde la mitad de los años 2000, sin em- la mitad del vado, como Napolitano definió bargo, esta apresurada forma de liquidar el a ese período, a la espera de que algo dis- tema ha quedado marginada y muchos han buscado en el eurocomunismo las raíces de * Reseña de: Andrea Donofrio, Érase una vez el eurocomunis- evoluciones políticas posteriores a la caí- mo. Las razones de un fracaso, Madrid, Tecnos, 2018, .434 pp. da del muro de Berlín. La propensión fue

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entonces la de considerar los años setenta de reunir un panorama bastante amplio de casi como un momento dorado de aciertos los múltiples análisis que se han realiza- teóricos. Básicamente, bajo dos categorías do, tanto en la década de los setenta como opuestas, que subrayaban la autenticidad en los años recientes, y de presentarlos al del pensamiento comunista occidental — lector en un lenguaje claro, aunque no sim- con el intento de culpabilizar a quienes, plificador. Se quedan todavía en la sombra a finales de los años ochenta, abandona- aspectos en los cuales quizás habría que ron esa auto-referida superioridad moral, profundizar a la hora de emprender una abandono considerado como el inicio del nueva investigación sobre el tema a día fin de la centralidad de los partidos comu- de hoy y que tan solo quedan esbozados nistas en sus respectivas esferas electora- (como, por ejemplo, la cuestión de su re- les— o que, más bien, identificaban dentro cepción desigual entre distintos países de de esas teorías los rasgos de un giro hacia la área europea o de las relaciones con otros socialdemocracia que —si hubiera sido lle- partidos y otros aparatos estatales) y esbo- vado adelante y no abandonado con el final zados, en muchos casos, con referencia a de los años setenta— habría llevado a los bibliografía de segunda mano, básicamen- partidos comunistas a mantener un papel te traducciones de anteriores trabajos de importante sin necesidad de abdicaciones. análisis. Japón y Australia son nombrados Sirva todo esto para decir que de «euro- muy ocasionalmente y se despachan muy comunismo» ya se ha hablado y estudiado rápidamente las posiciones adoptadas en mucho en los últimos quince años y que, sin EEUU, al tiempo que se echan en falta refe- embargo, merece la pena seguir trabajando rencias al mundo de las socialdemocracias. el tema para entender qué fue lo que carac- Igualmente, por ser un libro que declara su terizó a aquella época y qué la distinguió de voluntad de enmarcar el eurocomunismo las que vinieron —y quizás para entender «en el contexto europeo de los años seten- un poco mejor al presente. El libro de Do- ta» y en relación «con la política adoptada nofrio, pues, se coloca en este marco como por el resto de partidos políticos naciona- una labor de resumen de todo lo dicho has- les» (p. 17), se deja sentir la ausencia de ta ahora, de forma muy ordenada y clara y, Portugal y de Grecia en el planisferio que se probablemente, muy útil al lector que quie- toma en cuenta. Tampoco hubiera sobrado ra acercarse al tema sin tener de él mucho alguna distinción más a la hora de compa- conocimiento previo. Se basa largamente en rar España con los demás países europeos, trabajos bibliográficos asentados, muy bien tanto en lo político como en lo económico, conocidos y de matriz ideológica diversa, y y hasta en lo que se refiere a los sistemas en una bastante amplia lectura de la prensa, electorales. aunque en su mayoría procedente del inte- La disposición de los capítulos reco- rior del movimiento comunista. Quizás sea rre en etapas ordenadas la etimología del por la formación más politológica que his- nombre «eurocomunismo», sus principios, tórica del autor que se haya optado por no sus antecedentes factuales y teóricos y recorrer a fuentes de archivo que están dis- llega hasta describir los momentos fina- ponibles desde hace muchos años, a las que les de coincidencia de visiones de los tres tampoco se menciona mucho en las notas. partidos comunistas. El autor les recono- Todo esto conlleva que en el libro no se ce ciertos méritos por comprender «la ne- presenten teorías ni hechos novedosos o cesidad de renovarse, de postularse como desconocidos. Sin embargo, tiene el mérito camino de salvación de la izquierda en

184 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 183-185 A. Donofrio, Érase una vez el eurocomunismo. Las razones de... Michelangela Di Giacomo

Europa occidental y oriental» (p. 400). De tarea adquiere desde la introducción un ca- hecho, se concentra durante casi la mitad rácter de urgencia «dada la ausencia de tra- del libro en disolver las principales críticas bajos objetivos en torno a ese movimien- que se le hicieron a lo largo de los años al to» (p. 17). En los últimos capítulos, por lo eurocomunismo, tachado a menudo de no tanto, el autor se plantea demostrar cómo ser nada más que un espejismo y una es- la falta de una teoría política clara, de un trategia subitánea, para eviscerar el largo programa político totalmente desplegado recorrido que —desde Gramsci a través de y de un acuerdo real entre los tres líderes Togliatti, de Rosa Luxemburgo hasta Pra- protagonistas de esos años acabaron con ga— había sembrado las semillas para dar empujar al fracaso del experimento. Sin a luz un proyecto explícito de comunismo abrazar la tesis de que estaba destinado democrático, adaptable a las condiciones desde el principio a no cumplir con las es- reales del mundo «avanzado». En segun- peranzas, deja a entender, sin embargo, que do lugar, se le reconoce cierta habilidad en fue un periodo que se cerró bruscamente y captar y reavivar las débiles esperanzas de que se desarrolló de una manera menos efi- miles de militantes (que se alejarían de los caz de lo que habría podido ser imaginado partidos comunistas una vez caídas estas por los mismos líderes que lo habían inven- ilusiones). Por ese camino, contestando a tado. Ya desde hace unos años, hay quien una pregunta que se le queda en el aire al va buscando un nexo entre la estrategia lector, se hubiera podido quizás intentar eurocomunista y lo que vino después, pre- una reconstrucción desde el punto de vista guntándose si aquella había permanecido de los militantes comunes y no tan solo de inacabada o ya clausurada, o si se trasmutó dirigentes e intelectuales; o sea, buscando en algo nuevo pero bajo rasgos distintos en huellas del debate sobre el eurocomunismo los años siguientes. Como quedan aún por en la secciones de los tres partidos. estudiarse muchos aspectos de un periodo En su larga segunda parte el libro pre- del que a veces nos parece saberlo todo, tende presentar «las razones de un fraca- es muy probable que este libro sea un útil so», tanto por cómo fueron descritas pre- punto de salida para quienes, en el futuro, viamente por investigadores, analistas y quieran matizar e investigar la cuestión del dirigentes, como por las que se forjaron eurocomunismo en sus aspectos hasta aho- autónomamente, en opinión del autor. Esta ra desconocidos.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 183-185 185 Sota els peus del franquisme. Conflictivitat social i oposició política a Tarragona. 1956-1977, de Cristian Ferrer

Nadia Varo Moral Doctora por la Universitat Autònoma de Barcelona

Cristian Ferrer González ha elaborado una historia de los movimientos sociales durante el tardofranquismo que nos per- mite acercarnos a los hacedores del cam- bio político en España. Parte del PSUC para analizar cómo su acción en los movimien- tos sociales permitió construir una nueva cultura progresista y democrática y, en de- finitiva, una alternativa al franquismo. El autor afirma que quiere asumir «una perspectiva holística que asume el anti- franquismo como algo indesligable de la sociedad en que nace y sobre la cual su ac- tuación cobra sentido» (p. 27). En efecto, Cristian Ferrer inicia su libro con un muy buen análisis sobre cómo Tarragona se convirtió en un núcleo industrial, con un gran número de inmigrantes que se instala- ron en sus afueras, en núcleos barraquistas o viviendas de autoconstrucción. Analiza cómo vivía la clase obrera, asumiendo la clase como una formación social y cultural (p. 62), describiendo cómo estos inmigran- La primera parte se centra básicamen- tes se reconocieron como un «nosotros», al te en el desarrollo del movimiento obrero compartir sus experiencias vitales en ba- desde los años cincuenta en Tarragona. El rrios como Bonavista o Torreforta. autor asume que el PSUC es el vector prin- cipal del antifranquismo y parte de su docu- * Reseña de: Cristian Ferrer González, Sota els peus del franquisme. Conflictivitat social i oposició política a Tarrago- mentación para analizar el surgimiento del na 1956-1977, Tarragona, Arola Editors, 2018, 403 pp. movimiento obrero en Tarragona. La obra

186 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 186-188 C. Ferrer, Sota els peus del franquisme. Conflictivitat social i oposició... Nadia Varo Moral

permite entender el desarrollo de CCOO en mentarlas, sino que trató de influir en las las principales zonas industriales del país ya existentes, aunque no siempre dedicó la y también analizar cómo evolucionó la or- misma atención a todos los sectores. ganización en las «periferias» (p. 170). Esta Por otra parte, la comparación entre los comparación con Tarragona resulta muy principales núcleos industriales y Tarrago- interesante para entender que no hubo un na permite constatar que debates de gran único modelo de desarrollo. trascendencia y con repercusiones organi- Tenemos un ejemplo en las Comisiones zativas no siempre llegaron a todas partes. de Barrio. Éstas fueron muy importantes Así, por ejemplo, el debate que se produ- en Tarragona, ya que la debilidad inicial de jo entre 1968 en Barcelona sobre si CCOO las comisiones de fábrica hizo que las Co- debía centrar su acción en las fábricas para misiones de Barrio de desarrollaran antes, evitar la represión o si, por lo contrario, de- hacia 1967. Lamentablemente, no se expli- bía hacerla más abierta, no tuvo excesiva ca su funcionamiento detalladamente. Sí transcendencia de Tarragona en aquellos que se explica en profundidad la formación momentos. Resulta interesante constatar posterior de las comisiones de fábrica y de cómo los contextos locales pueden alterar la Comisión Obrera de Tarragona, pero el las cronologías habituales en las historias autor renuncia a analizar por qué las tra- del movimiento obrero durante la dictadu- bajadoras del textil y el tabaco -que organi- ra franquista. El diálogo entre lo local y lo zaron protestas- quedaron al margen de las estatal permite sopesar las variables que CCOO de Tarragona durante los años se- condicionaron el desarrollo de los movi- senta (p. 156). Esta renuncia puede deber- mientos sociales en diferentes contextos. se a la utilización de la documentación del La segunda parte del libro se inicia en PSUC como fuente principal, cosa que pue- los años setenta. Continúa dando un papel de resultar un tanto peligrosa para adquirir central al movimiento obrero, pero analiza una visión verdaderamente holística de los también la aparición y el desarrollo de otros movimientos sociales. La combinación con movimientos sociales y de las políticas de fuentes orales, por ejemplo, podría hacer unidad antifranquista del PSUC. En el mo- más comprensible la conflictividad en em- vimiento obrero, la represión a inicios de presas donde el PSUC no tenía presencia, la década fomentó el debate en torno a la así como la actividad de personas que for- sindicalización y el paso a la clandestinidad malmente no eran consideradas militantes de CCOO, que se había vivido muy intensa- comunistas pero que tenían vínculos con el mente en la Gran Barcelona años antes. Este PSUC. Para valorar el alcance de la imbrica- debate acabó provocando la aparición de ción de un partido en las protestas sociales otras organizaciones dentro del movimien- es conveniente tratar de entender protestas to obrero, entre las que destacó Plataformas en las que participaban personas a las que Anticapitalistas. Sin embargo, las dificulta- no se las consideraba parte de la organiza- des organizativas no influyeron en la con- ción, aunque podían tenerla como referen- flictividad, que continuó creciendo. te; así como el papel de personas vincula- El autor analiza detalladamente conflic- das a otro tipo de movimientos o culturas tos en la empresa química IQA, la empresa políticas, como eran las organizaciones textil Valmeline y la construcción. En el caso católicas obreras. Las protestas sociales, del Valmeline (1974) resulta muy interesante pese a todo, siguieron existiendo durante por el análisis del amplio repertorio de pro- el franquismo. El PSUC no sólo trató de fo- testa de las huelguistas y de la solidaridad

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con éstas. El conflicto acabó adquiriendo un Cataluña y también las Comisiones de Ba- carácter cívico, hecho de gran relevancia en chilleres. El desarrollo de la política unita- una huelga protagonizada por mujeres, ya ria en Tarragona ocupa un papel destacado que estas huelguistas cuestionaban profun- en el estudio, en el cual las memorias, en- damente el arquetipo del obrero masculino trevistas y documentación del PSUC permi- como protagonista de las huelgas. Se con- ten observar come se fue tejiendo una red virtieron en un símbolo movilizador que no antifranquista que permitió construir una victimizaba ni masculinizaba a las trabaja- alternativa al franquismo. doras, a diferencia de lo que sucedió en mu- El libro acaba con un análisis de los re- chos conflictos coetáneos (p. 304). sultados de las elecciones legislativas de El conflicto de la construcción, entre junio de 1977, donde los partidos vincula- 1975 y 1976 responde a un contexto dife- dos a la Asamblea de Cataluña obtuvieron rente, después de la muerte de Franco, en el el 65% de los sufragios en Tarragona. El cual el autor analiza profundamente cómo PSC(c)-PSOE quedó como primera fuerza, influyó el «plebiscito de la calle» sobre la de manera que la influencia política y so- continuidad de la dictadura o la implemen- cial del PSUC durante los últimos años del tación de un verdadero cambio político en franquismo no quedó reflejada en los resul- España y Tarragona. Las necesidad del PSUC tados electorales (p. 357). de combinar la movilización social con los En definitiva, Cristian Ferrer ha escrito acuerdos y concesiones necesarias para rea- una sólida monografía sobre la influencia lizar una política unitaria con otras fuerzas del PSUC en el desarrollo de los movimien- antifranquistas resultan una variable muy tos sociales durante el franquismo, en la importante para entender este conflicto. cual siempre está presente el contexto so- Además, la represión y los esfuerzos de las cial en el que éstos se desarrollaron y cómo autoridades antifranquistas para frenar la se produjo este proceso en los principales movilización y la solidaridad también son centros industriales catalanes y españo- analizados de una manera muy sugerente, les. Tiene una aspiración holística, aunque que nos permite comparar con otras locali- el enfoque y el uso de las fuentes provoca dades catalanas donde la represión policial ciertos puntos ciegos, sobre todo durante llevó a importantes huelgas de solidaridad. los años sesenta. No obstante, cabe señalar Ferrer también estudia detalladamen- que resulta una monografía muy pertinente te el desarrollo del movimiento juvenil en para entender cómo el desarrollo del anti- Tarragona, con sus diferentes ámbitos de franquismo no fue homogéneo y qué facto- sociabilidad, las Juventudes Comunistas de res lo condicionaron.

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«Sociedades y Culturas. Treinta años de la Asociación de Historia Social». IX Congreso de Historia Social*

Sergio Cañas Díez Instituto de Estudios Riojanos

Del 7 al 9 de noviembre de 2019 tuvo lugar en la Biblioteca de Humanidades de la Universidad de Oviedo (Campus del Mi- lán) el IX Congreso de Historia Social or- ganizado por la Asociación de Historia social (AHS). Agrupación que, por partida doble, tenía motivos de celebración en tan- to que principal impulsora de estos con- gresos precisamente cumplía tres décadas de existencia y de exitoso trabajo. Lo que quiso conmemorar con una nueva edición de un congreso que, siguiendo su idiosin- crasia, tiene una periodización multianual. Esta asociación que en la actualidad supera los 200 asociados, viene organizando des- de hace tres décadas diferentes encuentros en donde la nota común es, además de la propia vinculación con la historia social, estar abiertos a la participación de inves- tigadores versados en cualquier época de estudio. Lo cual para quienes estamos versados en una época concreta de la his- toria supone una novedad y una sorpresa, Así como es marca de la casa publicar en no estando acostumbrados a escuchar, leer distintos formatos (papel o CD-ROM) las y debatir con historiadores que se ocupan contribuciones que en forma de comunica- de periodos alejados y distintos al nuestro. ciones y conferencias se dan en los congre- sos y otros textos historiográficos siempre * Oviedo, 7-9 de noviembre de 2019. vinculados con la historia social.

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En esta ocasión el noveno congreso de del condado asturiano de Toreno durante la AHS puso el acento en la relación entre el Antiguo Régimen, incidiendo en la re- la sociedad y la cultura, estructurándose lación entre la religiosidad y la paliación en torno a cinco ejes temáticos: historia de la pobreza estructural de los pobres. F. y memoria de los movimientos sociales y M. Martín, trató los aspectos sociales de la políticos, espacios de la producción y vida expedición revolucionaria del famoso gue- cotidiana, género y sexualidades, cultu- rrillero español Xavier Mina a Nueva Es- ras, formas de consumo y espacios de la paña en 1817, donde además de hacer una alimentación, y, cultura popular, ocio e reflexión historiográfica sobre el particular industrias culturales. Asimismo, una de analizó la composición de la tropa que se las actividades extraordinarias programa- adhirió a su causa liberal en un momento das también estuvo vinculada con el com- de triunfo de la contrarrevolución a ambos ponente social de la cultura no exento de lados del Atlántico. J. D. Portero presentó ocio, como lo demostró la visita a un lagar un estudio sobre el Movimiento de Reuni- asturiano donde se pudo disfrutar de buena ficación Española en Puerto Rico, país que sidra y de la cocina asturiana en la espicha pese a orbitar en torno a EEUU en sus rela- (tradición gastronómica asturiana también ciones exteriores no cuenta con ciudadanos conocida como espichu) que tuvo lugar a estadounidenses de pleno derecho, dando continuación. Una magnífica ocasión para lugar a una corriente cultural hispanófila confraternizar con todos los compañeros y que, sin embargo, no se traduce en un na- amistades que nos dimos cita en la lluviosa cionalismo político mayoritario. N. Sola- ciudad de Oviedo y conocer nuevos colegas. na, disertó sobre la teoría del intelectual El primer día tuvo lugar, tras la clásica y krausista español Gumersindo de Azcárate protocolaria apertura del congreso, la pri- acerca de los derechos sociales, así como de mera conferencia a cargo de Santiago Cas- su implicación institucional y práctica po- tillo, a la sazón uno de los organizadores, lítica frente al Instituto de Reformas Socia- quien hizo un balance con forma de ameno les que presidió hasta su muerte en 1917. repaso de la actividad desarrollada por la Descubriendo una posición intermedia y AHS a lo largo de sus tres decenios de anda- liberal reformista en torno a la cuestión so- dura y esfuerzo. A reglón seguido, se pasó cial de finales del siglo XIX y principios del a debatir y comentar las 13 investigaciones siglo XX, donde la armonía entre las clases, que conformaron la primera sesión: Histo- el asociacionismo y la implicación activa de ria y Memoria de los Movimientos Sociales toda la sociedad eran sus claves de pensa- y Políticos, bajo la presidencia de Francisco miento y actuación. Erice. En esta mesa se presentó un intere- J. L. Agudín presentó una comunicación sante proyecto de investigación sobre los sobre el semanario jaimista El Cruzado Es- movimientos sociopolíticos de la historia pañol en las postrimerías de la dictadura reciente de Canarias, a cargo de M. Suá- de Primo de Rivera, una empresa que trató rez, N. García y J. M. Brito, donde además de paliar la falta de prensa tradicionalista de presentar el propio trabajo se reflexionó en Castilla la Nueva y la inactividad de la sobre la importancia y dificultad de crear dirección del movimiento en esas fechas, y archivos que conserven materiales para co- que terminó declarándose en rebeldía por el nocer las memorias colectivas subalternas. ingreso de integristas y mellistas en el seno J. Díaz, expuso las claves de su estudio re- del movimiento tradicionalista así como ferido al patronato «benéfico y asistencial» por el dilema sucesorio de la época que

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volvió a disgregarlo de nuevo. Por su par- poráneo. A continuación H. González pre- te, S. Sánchez presentó un estudio sobre la sentó una comunicación sobre la historia sociabilidad republicana asturiana desde la de la CNT durante la Transición, donde di- Revolución de 1868 hasta la I Guerra Mun- ferenciando entre la Historia y la Memoria dial ocurrida en espacios abiertos. Descu- analizó cómo la memoria del anarcosin- briendo en su estudio las formas de relación dicalismo sobre la Transición ha llegado a informales dadas en el seno del movimien- calar entre la propia historiografía, hasta el to republicano con el fin de reforzar lazos punto de evidenciar un relato grupal cons- y dar expresión de su opción política en el truido tiempo después y alejado de la rea- campo y en la ciudad, y demostrando como lidad histórica, siendo un caso práctico de actividades puramente políticas como ma- construcción de la memoria que ha pene- nifestaciones y mítines se dan la mano con trado en la propia historia. E. Sánchez trató actividades de ocio como romerías y paseos la crisis que azotó al PCE en 1964 y que lle- en aras de reforzar los vínculos republica- gó a dividir a la izquierda española entre las nos. La comunicación de I. Mallada se refi- tesis de Claudín y de Semprún, siendo am- rió a la recuperación de la historia oral de la bos expulsados del seno del partido con la guerra civil española de 1936, concluyendo connivencia de de Carillo, entonces Secre- que el uso de fuentes orales ha enriqueci- tario General. Un acontecimiento que más do el discurso historiográfico dotándole de allá de la importancia que tiene dentro de datos y emociones difícilmente reemplaza- la historia del propio comunismo español, bles por otras fuentes históricas y por ende también reflejó parte de un discurso del haciendo más complejo la investigación so- PCE que posteriormente sirvió para legiti- bre la Guerra Civil Española. Un trabajo en mar la Transición y el Régimen del 78. En clara sintonía con el de N. González sobre último lugar, R. Carbajal reflexionó sobre el el uso de fuentes orales para el estudio de la personalismo obrero en las sociedades ac- industria textil asturiana desde 1960 hasta tuales, entendido como la concentración de la actualidad y el papel de las trabajadoras, todas las personas que defienden a la clase pues gracias a la entrevista ha podido en- trabajadora en situación de opresión capi- contrar elementos de reflexión nuevos que talista, valorando los retos y oportunidades resitúan el papel de la mujer en la industria que esta forma de entender la realidad a y la lucha obrera inherente a ella. caballo entre el socialismo tradicional y el J. Navarro centró su estudio en la vida cristianismo obrerista, tiene en las socieda- y obra del influyente militante anarquista des del siglo XXI. Higinio Noja Ruiz. Maestro, literato, pe- La segunda sesión, presidida por José riodista, ensayista y pensador anarquista Sierra, tuvo como eje temático Los espacios orientado a la importante faceta cultural y de la producción y la vida cotidiana. Mesa propagandista del movimiento ácrata pa- en la que tuvimos el placer de intervenir. trio pero que no rehuyó de la acción. Un De nuevo con una concurrencia alta, los 12 ejemplo de biografía que desde finales del trabajos allí presentados, dieron paso a un XIX y hasta los últimos años de la dictadura interesante debate entre el presidente, que de Franco sirve para personificar las distin- actuó como lector crítico de todos los tra- tas opciones militantes del anarquismo his- bajos, y los diferentes investigadores que pánico en esa época y sirve para ilustrar de bien aclararon alguna duda, respondieron manera heterogénea la significativa cultura alguna crítica o, en general, agradecieron el del movimiento libertario español contem- gran trabajo hecho por el profesor Sierra a

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la hora de leer y valorar sucintamente su in- pañola, entre 1852 y 1936. Trabajo a medio vestigación. En cuanto su contenido, Juan- camino entre la historia local y la micro- jo Martín abrió la tarde con un interesante historia que demuestra como el cambio de trabajo sobre el trabajo de las nodrizas de modelo productivo tuvo trascendentales y expósitos en Castilla en los siglos XVIII y colosales efectos políticos, sociales, cultu- XIX, demostrando unas características co- rales, artísticos y urbanísticos más allá de munes a todas ellas: origen rural y campe- los meramente económicos sobre el terri- sino, y salario bajo pero complementario torio y sus moradores, donde la burguesía de una economía familiar de subsistencia. industrial fue, progresivamente, la pieza Situación que el liberalismo no mutó en lo clave en todos los órdenes de la vida en esencial, siendo una actividad administra- clara competencia con la burguesía pro- da por los hombres, bien fueran clérigos y pietaria rural con quien rivalizaba en aras alcaldes encargados de su esmero y moral, de detentar el poder en esa época. Si bien o de sus maridos, administradores de sus no tenían mayor inconveniente en unirse salarios. Por su parte Mª Soledad Gómez para frenar los avances y reivindicaciones presentó una comunicación sobre las car- del movimiento obrero surgido en esos melitas descalzas de Santa Ana en Córdoba momentos, auspiciando el asociacionismo a finales del absolutismo, analizando- ma empresarial, sectorial y católico, igualmen- gistralmente el orden y uso de los espacios te que los hombres trataban de controlar cenobíticos femeninos donde se entremez- las reivindicaciones feministas, ya fueran claban lo público y lo privado, lo religioso y patronos o trabajadores, dándose un doble lo profano, la casa y la calle. E. Velasco ana- sometimiento por razón de clase y género. lizó el mundo del trabajo de los aprendices E. Velo trató su trabajo sobre las redes segovianos durante el siglo XVIII, relacio- de solidaridad femenina durante la Guerra nando la remuneración de los aprendices Civil y el franquismo en el barrio barcelo- con el proceso productivo gremial general nés del Poble Sec. Un lugar especialmente en el Setecientos y concluyendo formaba obrero y reivindicativo. Atendiendo tanto a parte del concepto de «economía moral» sus muestras en el espacio público como el preindustrial. privado, más allá de los encorsetados mo- Igualmente preocupado por el trabajo de delos de feminidad de la dictadura fran- los más jóvenes, Martín Iturralde presentó quista encontramos estrategias de super- una comunicación sobre la percepción so- vivencia y ayuda mutua en el hogar, en el cial del trabajo infantil en el siglo XIX. A edificio de viviendas y en calles y comercios través del caso de su empleo en la indus- que las mujeres tuvieron, desarrollaron y tria barcelonesa y los distintos postulados ejercitaron para ayudarse. Continuando legales del liberalismo, se infiere que la con el estudio de los espacios periféricos e mayor atención a la educación y la inter- industriales de grandes ciudades españo- vención estatal de la infancia española no las, Sergio Cuartero presentó una investi- era tanto erradicar el trabajo infantil como gación sobre la industrialización de Getafe que el trabajo recuperase su, perdida, fun- en Madrid desde fines del XIX hasta 1936. ción moral anterior. Un tema parcialmente Una perspectiva que además de explicar el ligado con el que investigó Sergio Cañas, desarrollo industrial de la periferia capita- relacionado con la industrialización de Ca- lina sirve para constatar las similitudes y lahorra, ciudad riojana y capital histórica diferencias entre el centro y sus suburbios. de la industria de conservas vegetales es- Idéntico planteamiento que el realizado

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por Rafael Buhigas para el barrio madrileño campesinado para participar en la colecti- de las Cambroneras si bien desde el Sexe- vidad, la oposición de otros sectores obre- nio Democrática hasta el fin de la dictadura ros, incluso cenetistas, la falta de prepara- de Primo de Rivera, y con la particularidad ción intelectual de muchos impulsores y el de ser un barrio asociado, negativamente, individualismo mal entendido. Por último, con los gitanos y el desorden aún cuando su Raúl Carbajal presentó un estudio sobre la trabajo demuestra no presentó diferencias influencia del enfoque filosófico Ciencia- estructurales sustanciales con otros casos Tecnología-Sociedad en la Revolución cu- suburbanos. Rubén Pallol se centra en el bana de 1959 y en el pensamiento de su mí- estudio urbano de Madrid en el primer ter- tico líder, Fidel Castro. cio del siglo XX, concretamente en el de- La conferencia de esta segunda mesa sarrollo normativo ante la nueva realidad fue dada por José Luís Oyón. Estudioso de de choque entre la clase media urbana, el los barrios barceloneses que en esta oca- ocio popular y el control del espacio públi- sión presentó un soberbio trabajo sobre la co donde realidades como el ejercicio de la suburbanización de la clase obrera barce- prostitución generaron situaciones de «pá- lonesa desde la Guerra Civil hasta el final nico moral» y debates en torno a la regula- de la dictadura de Franco. Un análisis cuyas ción del comercio sexual y el orden social bases son la inmigración, el espacio urbano en su conjunto. y la militancia política. Tradicionalmen- Guillermo Marín dio a conocer el caso te, en las primeras décadas del siglo XX, el de la Sociedad de Socorros a Enfermos de obrero barcelonés era un inmigrante veni- la fábrica de Heráclio Fournier de Vitoria, do desde otros puntos de España empleado una realidad que surgida en 1883 todavía como peón no cualificado que se asienta en se mantiene en la actualidad y que el autor la periferia de Barcelona, en los barrios de interpretar como paternalismo empresa- Sans, el Besós, Nou Barris, etc., mientras el rial, por un lado, y como un éxito del aso- taller y la fábrica conviven con zonas re- ciacionismo vitoriano, por el otro lado. En sidenciales de la burguesía así como en el penúltimo lugar, Miguel Asensio se ocupó degradado barrio obrero urbano del centro de explicar la revolución anarcosindicalis- de la ciudad el obrero natural barcelonés ta producida durante la Guerra Civil del 36 conviva con la clase media urbana. Al mis- en el espacio rural del País Valenciano, me- mo tiempo, el extrarradio con malas condi- diante el estudio de caso de la colectividad ciones estructurales y de infraestructura se de Pedralba impulsada por la CNT. Además conformó con barracones precarios en don- de ser novedoso en tanto en cuanto la Re- de pequeñas casas de 20 m2 se alineaban en volución Española de 1936 es un tema fre- torno a un largo pasillo, siendo lo normal cuentemente olvidado en torno al sempiter- la cohabitación y compartir el alquiler y no debate intelectual de las «Dos Españas», el baño entre familias y paisanos venidos trabajos así demuestran la impronta moral desde los mismos lugares. Eran lugares físi- que el anarquismo histórico dio a la revo- camente aislados del centro urbano donde lución social, mediante la colectivización estaban entonces los centros de trabajo, sin de la economía como forma de alternativa comercios ni servicios cercanos, en donde política revolucionaria. Asimismo también frecuentemente se produce un radicalismo presenta sus límites y frenos históricos, político con altas cuotas de militancia —en donde sobresale la propia situación bélica, torno al 80%— en la CNT y en la FAI de los el papel regulador del Estado, la coerción al años 30.

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Durante la dictadura, esta población usando vías claramente reformistas. Para se duplica merced a la recepción de nue- los años 80 esta tendencia continua si bien vos emigrantes y la oferta de empleo en la el voto, a partir de las primeras elecciones industria barcelonesa, dándose un boom democráticas, es favorable al PSC. urbanístico que conforma el área metro- La tercera sesión, Género y Sexualida- politana de Barcelona. Aproximadamen- des, tuvo lugar el viernes por la mañana y te el 75% de los trabajadores barceloneses estuvo presidida por Rosa Cid. Quien ade- vivían entonces en las periferias, donde el más de coordinar también explicó que los urbanismo presentaba la misma tesitura estudios sobre las mujeres coincidieron en que antes de la guerra civil: los problemas el tiempo con la creación de la AHS, que ya de hacinamiento conviven con la auto- desde sus primeros pasos cobijó trabajos de construcción de casas, la cohabitación para investigación donde el generó se demostró compartir gastos, lo que redunda en un em- como un sujeto útil para el análisis histó- peoramiento de las condiciones de vida en- rico mientras debates entre género o clase tre 1940-1950. Solo a partir de entonces y irrumpían y se disputaban el protagonismo fruto de la política urbanista de la dictadu- de la historia. No obstante de valorar posi- ra, se crea una nueva periferia que da lugar tivamente estos avances, se debe tener en a los distritos obreros y los cinturones me- cuenta que los estudios de género no están tropolitanos. Entonces domina el régimen enfocados exclusivamente en la mujer si de propiedad entre los trabajadores frente bien en la práctica es frecuente se margine el casco histórico de Barcelona que man- a los hombres y el estudio de las masculi- tiene la preponderancia del alquiler. Los nidades. A continuación, Mª José Fuente hogares bajan de 6 a 4 habitantes medios a tomó la palabra para exponer su estudio pesar de que son pisos pequeños, si bien su- sobre las raíces medievales en la construc- ficientes y mayores que los de la época an- ción sociocultural del rol femenino ya fue- terior. Además también el equipo domésti- ran señoras o vasallas. No sin antes dedicar co mejoró cuantitativa y cualitativamente. su intervención al profesor Fontana (RIP) Razones por los que se interpreta se vivía para agradecerle su humildad en su maes- en una precariedad relativa, pues los defec- tría. Fundamentalmente durante el Medie- tos de una rápida y barata construcción, la vo el rol femenino es ser madre y tener des- inexistencia de infraestructuras de barrio cendencia, si bien es una herencia anterior (colegios, ambulatorios, centros de trabajo, es en estos momentos históricos cuando se carreteras, calles asfaltadas), continúan es- legitima por leyes. Estas normativas que tando en niveles de los años 30. Con todo, permean lo moral, lo literario y religioso, el hecho de poder acceder a la propiedad tratan de orientar a los géneros para que crea arraigo entre las familias trabajadoras se complementen armónicamente: el hom- así como comunidad gracias al desarro- bre debe ocuparse de la guerra y la política llo del asociacionismo de barrio. Se busca mientras que la mujer debe procrear. In- la apropiación del barrio, siendo entonces cluso las mujeres intelectuales de la épo- cuando la militancia política pasa a ser ma- ca asumen su «debilidad» física y mental yoritariamente favorable al PSUC: ya no se frente a los hombres, al menos pública y busca la autogestión de los servicios típica formalmente, en lo que parece un recurso del anarcosindicalismo y del anarquismo, estilístico que se va imponiendo para evitar sino que mediante las asociaciones se bus- ser atacas por los hombres por razón de su ca hacer demandas ante el Ayuntamiento, género y que el clero aprobase sus escritos.

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Cuestión contradictoria la del clero por mentablemente, conocido, lo cierto es que cuanto ya San Agustín declaró el sexo como el inicio de las campañas de denuncia de lo más impuro de la humanidad y Grego- los ataques sexuales de sacerdotes contra rio Magno declaró pecado el placer sexual, menores fue a la altura de 1880 una nove- pero la sociedad necesitaba de la prácti- dad en el panorama social nacional —favo- ca sexual para la supervivencia, y terminó recido por la libertad de imprenta liberal por imponer un calendario sexual de cara de 1883— que tuvo repercusiones fuera de a que su función fuese regulada y estricta- nuestras fronteras. Para los partidos mayo- mente social más que ociosa. Algo contra lo ritarios se trataba, sin negar esos hechos, de que lucharán muchas sectas heréticas que, un tema del pasado, sin prestarles mucha como los cátaros, creen que el placer carnal importancia en la misma medida que ini- no puede ser pecado aunque desagrade a cialmente se trató de casos europeos. Para Dios y se posicionan contra el matrimonio los partidos minoritarios era una muestra cristiano. Y que pese a la vigilancia no será evidente de las consecuencias de una mo- observado muchas veces ni dentro ni fue- narquía nacional-católica. Pero a medida ra del clero, como es notorio. En todo este que se destaparon casos entre el clero es- marco interpretativo también hay cuestio- pañol, el nivel de la polémica entre católi- nes de clase, pues los estamentos tenían cos y no católicos y entre partidarios de la definidas unas funciones especiales según monarquía y de la república, alcanzó altas se fuera señora o vasalla. En ese sentido la cuotas. Máxime cuando muchas veces no se aristocracia tenía que ser más castas por ra- trató solo de noticias aparecida en prensa, zón de su posición social, mientras que las sino que también se reproducían chanzas, plebeyas eran más libres de usar su cuerpo poemas y canciones populares de tinte an- para el disfrute o el comercio: razón por la ticlerical. Las consecuencias de esta polé- que algunos padres de la Iglesia, como San mica sociocultural no siempre encauzada Agustín, transigieron con la prostitución en los límites de la razón, el derecho y la en tanto en cuanto era un hecho inevitable ciencia fueron el origen de distintos mitos que cumplían un rol social. En otro orden socioculturales que llegaron hasta la se- de cosas, también hablar mucho, ser «par- gunda década del siglo XX: la creencia de lanchina» era visto como un defecto fe- que la pederastia era contagiosa, que los menino no admisible para la nobleza. Esta niños eran el «sexo débil» y las víctimas construcción tiene su cénit en el siglo XII eran inservibles para servir en la milicia, cuando se corona a la virgen María como trabajar e incluso tener descendencia… En modelo femenino, y en caso de las mujeres general la prensa republicana destacó que que sobresalían por su valor como Juana de el clero abusador era traidor a la patria por Arco, se les admite por su función salvado- violar el celibato y seguir las disposiciones ra aunque tenga atributos masculinos. pontificias mientras lo protegía la Corona, Por su parte Francisco Vázquez expu- así como traidor a la religión por cometer so una novedosa investigación que lleva a violaciones. En líneas generales toda la cabo sobre «el nacimiento del cura pede- imaginería que los hechos dieron de sí se rasta» durante La Restauración, dentro de presentaba para contraponer la República las luchas culturales que Iglesia y la prensa francesa, donde no se toleraban abusos, con republicana y anticlerical llevaron a cabo la Monarquía española que hacía lo contra- en esa época. Aunque en la actualidad sea rio, según la posición republicana. No sien- un problema más o menos, y siempre la- do raro que se presentase al cura violador

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deshumanizado y animalizado y se usase veces tenidos fuera del matrimonio, eran al una retórica que mezclaba el melodrama mismo tiempo víctimas de una moral que a la hora de presentar los casos de abusos condenaba las relaciones sexuales extra- infantiles con la épica del pueblo manifes- matrimoniales como culpables de un cri- tándose en contra. Al calor de los primeros men de importantes dimensiones sociales movimientos de protección de la infancia, y colectivas. Siendo los «bastardos» y los surgen dos líneas antagónicas donde el cura «expósitos» las principales víctimas de la aparece como el enemigo biológico de cla- intolerancia social y cultural. C. Mutos se se y la escuela neutra (no religiosa) aparece centró en su trabajo en explicar las infraes- como un vivero de terroristas en potencia. tructuras sociales de la provincia de Girona Tras estas conferencias, se dio paso a la «en el largo siglo XIX», donde al tiempo en presentación de comunicaciones. Si bien que el Estado liberal se ocupó de los más no directamente sino a través de las inter- desfavorecidos también se generó socio- venciones de los investigadores desde su culturalmente un relato que criminalizaba sitio. En gran medida se trató de trabajos a quienes crecían en hospicios y materni- sobre la historia antigua. Así pudimos co- dades. Siguiendo en la contemporaneidad, nocer el trabajo de C. Rubiera sobre la es- R. Irisarri hizo una clara exposición sobre clavitud infantil en la antigua Roma, basa- la evolución de la identidad femenina en da en el análisis del grupo social, el género el siglo XIX, analizando las repercusiones y la edad. J. Guantes presentó su investiga- sociales que tuvieron los discursos médi- ción sobre la leyenda romana de la heroína cos y eclesiásticos para reforzar un ideal de Cloelia, personaje excepcional que a pesar virtud femenina común, pero sin embargo de ser mujer llega a ser clave en la funda- abierto a la progresiva incorporación de la ción del pasado, mítico y glorioso, romano mujer en el ocio, la educación y el trabajo en tanto en cuanto alcanza virtudes mas- merced a los cambios de la sociedad liberal. culinas y se presenta como modelo para Por su parte R. Ureña presentó un estudio la juventud romana. L. González reflexio- comparado entre la literatura consumida nó sobre la capacidad del culto de la diosa por las mujeres parisinas y asturianas en el Juno —deidad de las matronas— para ser- ámbito privado durante el siglo XIX, con- vir como herramienta para crear discursos cluyendo que la novela y las lecturas reli- sobre la feminidad bajo un código de com- giosas eran las materias predilectas por las portamiento. B. Méndez puso de relieve la mujeres de ambos lados de los Pirineos. En visión que Plutarco tuvo en su producción penúltimo lugar, M. J. Espuny y O. Paz ex- historiográfica sobre las mujeres de Espar- pusieron las bases de su investigación so- ta, creando un estereotipo femenino atem- bre las Bases de Trabajo de los jurados mix- poral bastante idealizado que sirviera de tos durante la II República española. Para ejemplo a las mujeres romanas. Avanzando la misma época, C. Guillén cerró la mesa en el tiempo, S. Hanicot-Bourdier anali- presentado un estudio comparativo entre zó el tratamiento jurídico-social que tuvo la concepción de la sexualidad femenina en en Vizcaya durante los siglos XVII-XIX la II República y en la dictadura de Franco, los crímenes «esencialmente femeninos» donde el progreso republicano, al menos como el infanticidio y el abandono de ni- teórico y legislado, y el camino hacia la li- ños, demostrando que dentro de la moral bertad y preocupación pedagógica sobre la católica tradicional las madres que asesi- sexualidad de los años 30, involucionó con naban o abandonaban a sus hijos, muchas la llegada del franquismo cuando se creó

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un prototipo de mujer alejada de la libertad por la Universidad de Oviedo, disertó sobre sexual, sometida al hombre y al ámbito do- la cultura popular y su incidencia históri- méstico y apática frente al estímulo sexual. ca. Dado que lo hizo en lengua inglesa, nos La cuarta sesión fue la última a la que disculpamos de antemano por si en nuestra pudimos asistir, pues el resto de programa comprensión mutamos en algún punto su se celebró en sábado y muchos de quienes discurso o interpretamos de manera propia vinimos de fuera tuvimos que regresar a sus palabras. Comenzó explicando como nuestros lugares de residencia. Titulada en los últimos 60 años desde el punto de Cultura Popular, Ocio e Industrias Cultura- vista material se han hecho contribuciones les y presidida por Adrian Shubert, comen- importantes a la historiografía desde la li- zó con dos ponencias magistrales a cargo teratura, sobre todo entre la historiografía de Peter Burke y Jorge Uría. El segundo hizo italiana y norteamericana, lo que ha propi- un repaso sobre el interés y estudio de la ciado un importante diálogo entre la cultu- cultura dentro de la historiografía espa- ra popular y la alta cultura. Donde Thomp- ñola contemporánea. Comenzando por el son, que salía por vez segunda en la misma materialismo histórico que minusvaloró la mesa, supuso un refuerzo importante de cultura como parte de la superestructura tales avances intelectuales por derivar esas histórica hasta que en los años 90 se logra aportaciones a la historia social e incorpo- superar esa barrera, potenciando estudios rar sus avances al estudio de la clase social. culturales en la historia social gracias a No obstante, en España se han producido la incorporación de investigaciones jóve- diferencias entre la historia social y la his- nes con nuevas perspectivas apoyados en toria cultural, tomadas y trabajadas como si la escuela marxista británica. No obstan- fueran dos entes separados. Un hecho que te, no se trató de un camino recto ya que diferencia, en líneas generales, a la histo- cuando Fontana introdujo a Thompson se riografía española frente a la hecha en otros recibió de forma parcial (sobre todo por la lugares donde se toma por igual y donde la noción de construcción de clase mediante historia de la cultura es también historia la experiencia) y tarde, lo que provocó que social. Uno de los principales hitos que ha la historiografía española llegase al resul- producido esa interpretación integradora, tado final sin pasar por el desarrollo. Hecho ha sido el estudio de la vida cotidiana me- que deriva actualmente en tener una his- diante el análisis de la cultura popular con toriografía cultural descompensada frente temas de microhistoria, historia subalterna a otros enfoques sociales, habiendo poco e historia de los vencidos. Además, para de- material aunque sobresaliente como los mostrar la validez del estudio de la cultura trabajos de Justo Serna y Anaclet Pons, si como parte del estudio social trazó un es- bien ha influido en estudios políticos y de quema contemporáneo entre la alta cultura culturas políticas. Con todo, los retos a los burguesa (caracterizada por la música clá- que nos enfrentamos en el futuro es la fal- sica, la importancia del individuo y los li- ta de integración de las aportaciones de la bros) y la cultura popular proletaria (carac- historia cultural, afinar mejor y dedicar más terizada por la música urbana o folclórica, estudio a la cultura popular, y el relevo ge- la importancia del colectivo y los comics). neracional con investigadores que se hagan Un esquema viable para la historiografía nuevas preguntas y tengan otros intereses. española en tanto en cuanto ha dejado tra- Peter Burke, nombrado un día antes del dicionalmente el estudio cultural-popular inicio del congreso doctor honoris causa en mano de la antropología, que sin em-

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bargo se enfrenta a los mismos retos que J. Fernández quien presentó una comuni- la historiografía internacional: la idea de cación sobre la prensa y el asociacionis- cultura es demasiado vaga (pensemos en mo asturiano en Cuba durante el siglo XX, conceptos coloquiales como «cultura de donde cultura y ocio se daban de la mano las armas», «cultura corporativa») para ser como forma de mantener la identidad as- usada y encontrar un término alternativo turiana entre los emigrantes y sus familias. es problemático, existen asimetrías dado G. J. Cueto, disertó sobre el control del ocio que es más fácil encontrar miembros de la obrero en Cantabria mediante el desarro- élite con gustos populares que viceversa, llo de prácticas deportivas en las empresas y se debe evitar asumir acríticamente los durante el siglo XX. M. Rodríguez hizo lo términos de «cultura» y «popular» siendo propio analizando el uso del teatro como conscientes de las conexiones entre sus herramienta de toma de conciencia obrera distintos componentes. desarrollada mediante una actividad lúdi- En cuanto a las comunicaciones presen- ca entre 1890-1914, poniendo el foco en las tadas a esta mesa, J. Velasco introdujo el representaciones celebradas con motivo sistema de comunicación y propaganda en del 1º de mayo en Cataluña. P. Berriochoa el Antiguo Régimen y su construcción del demostró la complejidad del debate social prototipo de musulmán, en el que tomando generado en torno a la prohibición de una elementos coyunturales reales y mezclán- práctica tradicional vasca, el toro ensogado, dolos con imágenes anteriores, se termina en 1902 en San Sebastián, siendo motivo de por distorsionar la realidad al presentar graves incidentes y disturbios. Rebeca Vi- una visión tópica al mismo tiempo alimen- guera y José Miguel Delgado expusieron las tada desde el poder y desde abajo. P. Fer- claves de su estudio sobre Rioja Industrial, nández presentó el proyecto del marqués revista riojana que entre 1920-1969 acom- de Santa Cruz de Marcenado para crear pañó al desarrollo industrial y económico un diccionario universal en el siglo XVIII. de la provincia de La Rioja, fijándose tanto J. San Andrés analizó en su comunicación en el análisis artístico y cultural de la publi- la transformación del espacio urbano en la cación como en su relación con la historia España liberal durante el reinado de Isabel sociopolítica del siglo XX. Cerró la mesa y II. A. Artola explicó con su comunicación el segundo día de congreso el trabajo de Ja- los espacios de sociabilidad popular du- vier Martín-Antón, sobre el estudio de los rante la industrialización de Tolosa, para cineclubs en España durante el franquismo el periodo de 1840-1936. Focalizándose en como forma espontánea, primero, y regula- la taberna, la sidrería, las sociedades y los da, después, de difundir la cultura cinema- billares, como lugares multifuncionales en tográfica en España. donde se permite el control social local y Lamentablemente, el último día de ce- la politización de las masas populares. U. lebración del congreso que incluía una in- J. González, planteó un estudio de la pren- teresante mesa redonda entre Peter Burke, sa en Gijón durante la Restauración, don- Pascal Ory, Adrian Shuber y Jorge Uría sobre de siendo un municipio considerado como la idealización cultural de la sociedad rural, «ciudad roja» por la historiografía sin em- así como las conferencias de M. A. Pérez y bargo había un importante núcleo católico Pascar Orly dentro de la última mesa, Cul- minoritario, que gracias a la prensa tuvo un turas, Formas de Consumo y Espacios de la destacado espacio propio urbano. La prensa Alimentación, presidida por Cecilia Díaz, asturiana también fue el tema elegido por a la que se presentaron 7 comunicaciones,

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cayó en sábado por lo que fuimos muchos L. B. García, De la producción doméstica a los que no pudimos participar por los hora- los procesos de internacionalización en la rios de los transportes públicos y las obli- industria de la sidra asturiana y El sector gaciones familiares. No obstante, dado que lácteo en la Asturias contemporánea. J. A. tampoco todos las comunicantes pudieron de Con, «Buena para escanciar, buena para darse cita en Oviedo ofrecemos a continua- pensar». Elementos para el análisis de las ción una lista de aquellos trabajos y autores atribuciones culturales y patrimoniales da- que no pudimos escuchar pero cuyos traba- das a la sidra en la Asturias contemporá- jos están recogidos en las actas del congre- nea. Inés Antón, Un reportero con paladar: so: Ramón Arnabat, Los ateneos y la cultu- Antonio González Pomata y la gastronomía ra popular en la Cayalunya contemporánea alicantina en el siglo XX, y E. Afinoguéno- (1834-1938). Daniel Almazán, Mercantili- va, Una gastronomía de película: el turismo zación del día de Reyes a través de los for- y la modernización del sistema alimenticio mularios industriales desde finales del siglo en el cine desarrollista español. XIX hasta la actualidad. L. Álvarez, Comen- Las 56 comunicaciones presentadas po- salidad, ritualidad y conflicto en la Asturias drán ser leídas en las actas del congreso rural del siglo XVI. Amalia Castro, Historia editadas por Santiago Castillo y Jorge Uría, y evolución de la miel de palma chilena: de a quien agradecemos la ingente labor desa- producto típico a industrial (1550-1941). rrollada.

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 189-199 199 Dos encuentros sobre el Trienio Liberal a las puertas de su bicentenario*

Sergio Cañas Díez Instituto de Estudios Riojanos

Anticipándose unos meses al doscientos aniversario del inicio del Trienio Liberal (1820-1823), la segunda fase de la Revolu- ción española del siglo XIX según lo inter- pretaron tanto la historiografía liberal como el propio Marx durante el Ochocientos, dos encuentros internacionales celebrados en Italia y España han comenzado una tarea historiográfica que sin duda alguna tendrá sus correlatos a lo largo del presente año en España, Europa y América. Pues lejos de tratarse de un hecho únicamente espa- ñol, debemos entender que la revolución de 1820 fue un ciclo revolucionario que si bien originado en España rápidamente se extendió por la Italia preunitaria (Nápoles y Piamonte), Portugal e Hispanoamérica (como respuesta al absolutismo monár- quico y la crisis del Antiguo Régimen en el Atlántico y el Mediterráneo. Es por ello por lo que entre las universidades italianas de Salerno y Federico II de Nápoles se convo- có un seminario de investigación titulado: 1820-21. Revolución global, desarrollado y está desarrollando, frente a lo que queda del 23 al 25 de octubre de 2019 en ambas por hacer. Y aunque en su origen no fuera ciudades. Su meta fue exponer y debatir una convocatoria internacional, lo cierto es diferentes líneas de investigación de cara que la nutrida presencia de historiadores a hacer un balance de lo que se ha hecho hispanohablantes (de España, Colombia y Perú) rivalizó de cerca con la participación * «1820-21. Revolucione globale. Sminario di ricerca», de colegas italianos. Provocando que indis- Nápoles-Salerno, 23-25 de octubre de 2019; y «Congreso Internacional El Trienio Liberal. Balances y perspectiva», tintamente se usaran ambas lenguas en los Zaragoza, 6-7 de noviembre de 2019. debates.

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Como es característico de los eventos texto constitucional), en el caso de los libe- dirigidos magistralmente por el profesor rales, y entre liberales y conservadores, en Carmine Pinto (Universidad de Salerno), el el caso de quienes apostaban por respetar modo de trabajo fue en todas las mesas de- los poderes tradicionales del Antiguo Régi- dicar unos minutos para que cada investiga- men. En último lugar, D. Marino introdujo dor expusiera de forma oral las claves de su el derecho de petición en el Parlamento na- trabajo, para que a continuación un coordi- cional de las Dos Sicilias entre 1820-1821. nador de mesa hiciera una lectura crítica de Derecho ejercido mediante una junta de las comunicaciones escritas previamente gobierno articulada a nivel local y provin- enviadas. Finalmente, se dejaba un espacio cial en comunicación con las Cortes, que si para que otros autores hicieran las pregun- bien indica el interés social por la política tas o realizasen los comentarios que fuesen también fue un modo de limitar el alcance pertinentes en relación al desarrollo temá- democrático del primer liberalismo italia- tico de cada mesa. Un método con el que no, al frenar con ello la participación de la particularmente nos sentimos cómodos y masa y la participación de las regiones y los pensamos es bueno para que todo trabajo ayuntamientos en el debate político. sea considerado por igual, y cada investi- A continuación, tuvo lugar la sesión gador tome nota de las luces y las sombras coordinada por la profesora Ivana Frasquet de sus textos, trabajos que debe consultar (Universidad de Valencia) que bajo el títu- antes de publicar, etc. Si bien, como todos lo de «El mito y el antimito», dio lugar a la saben también las conversaciones mante- presentación de tres trabajos que explica- nidas en pasillos y comedores son intere- ron cual fue la visión de la Europa del nor- santes en ese sentido aunque se desarrollen te y del este frente al ciclo revolucionario en contextos mucho más informales. mediterráneo. A. D´Alessandri se centró en La primera sesión, «Parlamento e Insti- las implicaciones de 1821 en el sudeste de tuciones», estuvo coordinada por el profe- Europa, analizando la lucha nacional griega sor Marco Meriggi (Universidad Federico II contra el imperio Otomano y las revueltas de Nápoles). En ella participaron M. S. Cor- acaecidas en el este del continente, si bien ciulo quien analizó los cambios y la adap- en el caso de Grecia tomaron como mode- tación de la Constitución Española de 1812 lo constitucional el franco-americano más en los debates parlamentarios de Nápoles que el español de 1812 y el componente re- entre 1820-1821. Demostrando que así ligioso fue destacado. G. Grieco hizo lo pro- como el texto gaditano fue importantísimo pio con el papel del Imperio Británico y las para el desarrollo constitucional italiano, revoluciones de 1820 demostrando como no por ello cabe hablar de una mera copia en ese espacios europeo la valoración de las ya que sufrió un proceso de adaptación en revoluciones se hizo en función de sus pro- diversos aspectos. A continuación, E. Gar- pios intereses geoestratégicos, sobresalien- cía Monerris expuso su trabajo sobre el Par- do en el caso británico que su mayor y casi lamento durante los inicios del Trienio Li- única preocupación fue mantener a salvo beral, donde se puso en práctica la elección su imperio comercial. Es por ello por lo que de diputados mediante sufragio universal no apoyaron las revoluciones pero tampoco masculino indirecto quienes se dividieron las atacaron. Por su parte, M. Alvargonzá- entre doceañistas (moderados y partidarios lez expuso la visión que la élite intelectual de la Constitución de 1812) y veinteañistas británica tuvo de la revolución española, (radicales y partidarios de crear un nuevo centrándose en los compañeros ingleses

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de Torrijos en su estancia en la Universidad de Fernando VII solo cabía la alternativa de de Cambridge entre 1827-1831. Si bien en la vía revolucionaria. Con todo, en 1820 el todo momento estos jóvenes universitarios republicanismo no fue seguido salvo casos ingleses apoyaron las tesis revolucionarias particulares de los exiliados y mantuvo su españolas, lo cierto es que tan solo uno impronta peyorativa, sobre todo en Espa- de sus colegas financió y apoyó al general ña y en menor medida también en Italia, español en su infructuoso intento por ter- si bien sobretodo era una opción apoyada minar con el absolutismo de Fernando VII, por los exiliados. Su radicalismo a la hora costándole la muerte. El resto fue mode- de no aceptar una fórmula mixta (la refor- rándose con el tiempo en materia política, ma constitucional de la Corona) hizo que y posteriormente formaron parte de la élite sus opositores también se movieran en un de la Inglaterra victoriana. En el debate ge- rechazo frontal de sus tesis. No obstante, nerado tras la realización de esta mesa, se la creación de regímenes republicanos de- concluyó que las revoluciones en tanto que mostró que su programa de reformas era cambios políticos y culturales generan mi- más ambicioso que la mera consecución de tos y antimitos, y que paradójicamente la una monarquía constitucional. liberal Inglaterra y la Rusia zarista tuvieron Seguidamente, tuvo lugar la cuarta se- diferentes filias y fobias para mantener sus sión dedica al estudio de las revoluciones respectivos imperios, haciendo que Rusia en el Atlántico. Coordinada por Luigi Mas- apoyase la lucha nacional griega, en gran cilli (Universidad Oriental de Nápoles), aquí medida por el factor religioso, y que Ingla- destacaron las comunicaciones de J. Escric, terra prefiriera a los Borbones en Italia y la titulada «El impacto de las revoluciones disgregación federal de las colonias espa- europeas en el antiliberalismo iberoameri- ñolas en América. cano (1820-1822)» y el trabajo de de N. So- La tercera sesión estuvo coordinada por brevilla, «Civilism and Militarism, from the la profesora Renata De Lorenzo (Univer- Revolutionary Atlantic to the Andes». Gra- sidad Federico II de Nápoles), y se desen- cias a estos trabajos pudimos contraponer volvió en torno al problema del exilio. En el triunfo del liberalismo dado en las colo- ella expusieron sus investigaciones A. Bon- nias americanas durante 1820-1823, fren- vini, quien trató la geopolítica mundial en te al fracaso de los intentos europeos que el exilio posterior a 1820 dominado por el significaron una vuelta al absolutismo. Con liberalismo radical y el anti-borbonismo, P. todo, la comunicación mantenida entre la Gentile, quien analizó el exilio piamontés, y jerarquía clerical española y mexicana per- V. Ferrari, quien disertó acerca de los exilia- mite comprobar el temor que se vive en la dos italianos en Francia y Gran Bretaña. Lo Iglesia por el «contagio revolucionario», más destacado de sus comunicaciones fue dado que a ambos lados del océano se ve comprobar la existencia de liberales hispa- la revolución «como una peste» nacida en noamericanos republicanos, tendencia mi- Francia a finales del siglo XVIII y la consti- noritaria entre el liberalismo español radi- tución de 1812 se tiene como una mera co- cal en esa época, que ven Europa como un pia de su homóloga francesa. Por otro lado, viejo continente absolutista y lo contrapo- a medida que se conformen las diferentes nen con las repúblicas nacientes del joven repúblicas americanas independientes de continente americano. En suma, llegando a España, también son apoyadas por absolu- la conclusión, acertada desde un punto de tistas como vía desesperada para cortar sus vista histórico, que frente al absolutismo lazos con la metrópoli constitucional. Lle-

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gando el caso en que también en el México parte, en mi trabajo comparé la recepción independiente se legisla la confesionalidad que tuvo en Italia, Portugal y la América católica del Estado, si bien aquí se respeta independiente la regulación constitucional el patrimonio económico de la Iglesia a di- de la religión iniciada por la Constitución ferencia del caso español. Otro de los gran- española de 1812, destacando las asimila- des cambios que las revoluciones america- ciones y las reformulaciones nacionales, nas del XIX traen consigo tienen que ver así como destaqué que entre los partidarios con el aspecto civil-militar, pues la milicia del absolutismo y del liberalismo existió un compuesta por ciudadanos armados que tercer partido compuesto por eclesiásticos se emplean como soldados tuvieron mejor que formalmente transigían con el nuevo prensa que los Ejércitos profesionales, en orden y sus prácticas pero que en el fondo tanto en cuanto lo primero representa en eran partidarios de la tradición, dándose los el imaginario colectivo a los ciudadanos, al primeros casos paradójicos en el uso de he- pueblo de un territorio. Ello produce que rramientas de la modernidad por parte del así como en el siglo XVIII civil es lo opuesto clero para combatirla. Si bien en el debate a clerical, a partir del siglo XIX civil sea lo posterior las críticas fueron positivas por las contario a militar. conclusiones a las que llegaron estos tra- La antepenúltima sesión, titulada «Men- bajos, sin duda alguna la recomendación de talidad y Compromiso político», estuvo integrar nuevas lecturas (sobre todo en cla- coordinada por el profesor Emilio Gin (Uni- ve de historia comparada) antes de publicar versidad de Salerno) actuando como lec- las investigaciones, hace que esta metodo- tora la investigadora Laura di Fiore (Uni- logía de trabajo cobre sentido. versidad Federico II de Nápoles). En ella Las últimas mesas temáticas, realizadas participó A. Cañas, con una comunicación a caballo entre Salerno y Nápoles, dieron titulada: «Gloriosos y honorables: la men- cabida a los estudios familiares y de grupo, talidad política interna entre los militares donde A. Caruso profundizó en los vaive- antes y durante el Trienio Liberal en Es- nes de la familia Balbo, nobles partidarios paña», J. Lorenzini, quien expuso su aná- de la independencia italiana, después del lisis sobre las élites militares de la Europa cambio del régimen y las revoluciones de Mediterránea entre 1815-1830, y S. Cañas, 1796 y 1821 y su adaptación a la política, a la sazón autor de estas líneas, que analizó la y P. Matarazzo analizó la cultura política situación de la Iglesia española en el Trie- revolucionaria, patriótica y constitucio- nio Liberal en perspectiva internacional. nal napolitana entre 1820-1821. El broche Tratándose de temas clásicos como son el del seminario lo puso la mesa dedicada a papel del Ejército y de la Iglesia en la revo- la reacción. Coordinada por los profesores lución de 1820, no obstante las propuestas Marco Meriggi (Universidad Federico II de revistieron de originalidad en los dos pri- Nápoles) y Carmine Pinto (Universidad de meros casos, subrayando A. Cañas la men- Salerno), participaron en ella L. Terzi y V. talidad de los militares españoles y el esta- Barra, quienes expusieron la actividad con- do del Ejército tras la invasión napoleónica, trarrevolucionaria dada en Nápoles en 1821 centrándose en los conceptos del honor y la acentuando el papel de la junta de escruti- gloria, y subrayando Lorenzini la dualidad nio electoral y los intendentes partidarios creada entre los partidarios de la restaura- de los Borbones. ción absolutista y del cambio político, ya Ya en Italia algunas voces indicaron la fuese revolucionario o reformista. Por otra dificultad en que se encuentran los estudios

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con una mayor presencia de historiografía española. En el fondo aunque se tratase de dos encuentros diferentes, el hecho de que distintos proyectos de investigación de las universidades de Zaragoza, Valencia y Sa- lerno hayan mantenido una estrecha cola- boración entre sí, invita a tratarlos conjun- tamente en este texto. Y es que, como la organización de este congreso internacional expuso, si bien el Trienio es una importante etapa de los ini- cios del mundo contemporáneo y fue estu- diado con profundidad por la historiogra- fía española entre la muerte de Franco y la Transición- baste recordar, como se hizo por Carlos Forcadell en la apertura del con- greso, los clásicos trabajos de autores de la talla de Alberto Gil Novales y Josep Fon- tana, tristemente ya fallecidos-, pasado el tiempo «no han sido muchos los historia- dores que han seguido dedicando su aten- ción a un período clave en la forja de la po- sobre el siglo XIX, dado que no hay muchos lítica, la sociedad y la economía españolas historiadores especializados en época con- contemporáneas». Una idea que en líneas temporánea inclinados a su estudio, y la globales expusieron las personas encarga- falta de interés político y gubernamental das de la presentación y apertura del con- en España por conmemorar el bicentenario greso, los profesores Carlos Forcadell (Ins- del Trienio Liberal e impulsar actividades titución Fernando el Católico y Universidad culturales en tal sentido. Hecho que con- de Zaragoza), Pedro Rújula (Universidad de trasta con lo ocurrido entre 2008 y 2012 Zaragoza) e Ivana Frasquet (Universidad con el bicentenario de la Guerra de la In- de Valencia). No obstante, el hecho de algo dependencia y la Constitución de 1812. En más de 60 historiadores (42 comunicantes, esta ocasión, sin que sirva de precedente, 10 conferenciantes más los propios organi- cabe subrayar que la Academia va por de- zadores), se dieran cita, merece mantener lante de la sociedad. Y en tanto que parte una razonable esperanza en que el siglo de la sociedad se puede inferir que ésta XIX encuentra cierta permeabilidad entre va por delante de la política. Una serie de distintas generaciones de investigadores. cuestiones verificadas en el Congreso In- La riqueza temática y la calidad de los tra- ternacional El Trienio Liberal (1820-1823). bajos presentados invitan a pensar que es Balances y perspectivas, celebrado en Zara- una tendencia reversible. goza los días 6 y 7 de noviembre de 2019, El congreso, estructurado en sesiones donde muchos participantes y organiza- donde ponentes y comunicantes –coordi- dores del encuentro anterior volvimos a nados por autores consolidados- se turna- encontrarnos para debatir, si bien presen- ron para intervenir, comenzó indagando tado distintos temas en torno al Trienio y en el tema de la historia política e institu-

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cional. Presidida por Pedro Rújula, prime- en España y las diferencias entre contrarre- ro Emilio La Parra explicó las diferentes volución y antirrevolución. Seguidamente, opciones teóricas que tuvo Fernando VII Álvaro París hizo lo propio con la milicia para intervenir ante el triunfo del sistema nacional desde una perspectiva transatlán- constitucional, y las razones que le llevaron tica comparando Europa y América. Grego- a actuar como lo hizo, traicionando su jura- rio Alonso fue el coordinador de las comu- mento constitucional y tratando de volver a nicaciones siguientes: M. Alvargonzález: ejercer su poder absoluto. Desafortunada- «Torrijos y el Trienio Liberal»; V. Barra: «La mente Ignacio Fernández Sarasola no pudo revolución liberal del Atlántico al Medite- intervenir, por lo que no expuso las claves rráneo: la Carbonería y los levantamientos de su conferencia titulada: «Las interpreta- de 1820 en el reino de Nápoles»; S. Cañas: ciones de la Constitución de Cádiz duran- «La línea del Ebro como frontera política y te el Trienio Liberal». Otra especialistas en militar (1820-1823)»; A. Cañas: «El impacto el periodo como Encarna García Monerris de la ley constitutiva del ejército de 1821»; se encargó de coordinar el apartado de las S. Carcellén: «Revolución, antirrevolución comunicaciones que fueron las siguientes: y contrarrevolución. El Trienio Liberal A. Bonvini: «Trienio liberal-Patriotismo en Lleida»; C. G. Hernández: «W. Walton global. G. Avenzzana y la lucha contra la (1784-1857). De la revolución a la contra- Restauración entre Europa y América»; N. rrevolución durante el Trienio Liberal»; F. Alonso: «El Trienio Liberal que vivieron J. Díez: «Ocupación militar, vacío de poder, los hermanos Martín y Faustino de Garay»; represión: la Junta Provisional de Gobierno S. Bustos: «Una tentativa de abolición del y el restablecimiento del absolutismo»; y N. régimen señorial en la España del Trienio: Sobrevilla: «Creando ejércitos de ciudada- consideraciones sobre la ley de señoríos nos en los Andes (1820-1823)». de 1821»; J. C. García-Reyes: «Un proyec- En otro orden de cosas, la tercera sesión to de salud para el estado decimonónico: el se dedicó a la historia económica y social. código sanitario durante el Trienio liberal Juan Pan Montojo y Juan Luis Simal pre- (1820-1823)»; E. Lecuona: «Memoria histó- sentaron su trabajo conjunto sobre la fisca- rica y tradición jurídico-liberal. Un balance lidad del Trienio y la reordenación política de los estudios de Historia del Derecho so- de las financias internacionales durante bre el Trienio». A. Pierre: «La concesión de 1820, y Jordi Roca hizo lo propio frente a títulos de Castilla por actividades políticas la sociabilidad durante el periodo de 1820- durante el Trienio»; J. Saldaña: «Poder lo- 1823. Javier Ramón fue el coordinador de las cal, politización y aprendizaje. De la Guerra comunicaciones aceptadas en esta mesa: S. de la Independencia al Trienio Liberal»; D. Álvarez, «Puerto Rico entre <> y San Narciso: «Monarquía, liberalismo y la el azúcar: tensiones coloniales en el Trienio cuestión ceremonial en el Trienio Liberal»; Liberal»; C. Franco: «Administración se- y J. Tribaldos: «Crisis dinásticas: abdicacio- ñorial en tiempos de revolución liberal: el nes, regencias, restauraciones e instaura- marqués de Lazán»; A. Hamer: «El impacto ciones en el siglo XIX español». económico negativo del Trienio Liberal en La segunda mesa dedicada a la historia las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena militar, la guerra civil y la contrarrevolu- y Andalucía»; D. Martykánová: «Luces de ción, la presidió el profesor Gonzalo Butrón, España: las <> durante el quien dio la palabra a Ramón Arnabat para Trienio constitucional»; D. Moreno: «Muje- que disertase sobre el movimiento realista res en lucha: nuevos espacios de feminidad

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en el Trienio Liberal»; F. J. Solans: «Política D. J. Feria y C. Ramos: «Libros, ciencia y y religión durante el Trienio Liberal»; J. R. legislación durante el Trienio Liberal»; J. Royo: «Los expedientes de secularización Esteban: «De buen cristiano a buen ciu- de religiosos en el Trienio Liberal»; y F. Va- dadano. Los primeros impresos políticos ras: «La manifestación estudiantil en Hues- vascos»; D: Marino: «Escribir la nación. La ca del 2 de diciembre de 1820». percepción de la Constitución de Cádiz por Seguidamente, la penúltima sesión giró la población de las Dos Sicilias»; D. Martí- en torno al continente americano y la his- nez: «Dios, Patria, Rey y Constitución. Las toria de la política internacional en otros defensas del sistema constitucional en los espacios mundiales. Bajo la presidencia de sermones del clero liberal durante el Trie- Ivana Frasquet, M. Ternavasio explicó la nio»; J. Roca: «La imagen del liberalismo implicación del Trienio Liberal en el Río de exaltado a través de los refugiados fran- la Plata en perspectiva transatlántica así ceses en España»; A. Rodríguez: «Miradas como Maurizio Isabella expuso un estudio hispanoamericanas al constitucionalismo comparado de las revoluciones mediterrá- español: una aproximación desde la pren- neas: España, Italia y Grecia. Las comunica- sa»; y R. Serrano: «La licencia de impren- ciones coordinadas por José Saldaña fueron ta en España desde la perspectiva vaticana las siguientes: «J. Escrig: ¿Al margen del bi- (1820-1825)». centenario? Contrarrevolución e indepen- Destacamos también que dentro del con- dencias en Iberoamérica»; N. N. García: «La greso se presentó el libro coordinado por P. diputación provincial de la Nueva España»; Rújula dedicado a la figura del historiador I. García de Paso: «Del Ilocos gaditano al aragonés e investigador clave del Trienio, Emperador de Manila: constitucionalismo, Alberto Gil Novales, Los mundos del histo- revolución y contrarrevolución en las Fili- riador (1930-2016), y tuvo lugar la conferen- pinas (1814-1823)»; J. García: «El Trienio cia que dio el famoso hispanista, maestro Liberal en Filipinas; F. M. Martín: Actores e de maestros así como de jóvenes investi- intereses entre Cortes e Imperios. La comi- gadores, Gérard Dufour. Igualmente, tuvo sión diplomática española en México (1822- lugar una mesa redonda con mucha carga 1823)»; L. Martínez: «Pugna política en un internacional coordinada por Ivana Fras- territorio de frontera: la ciudad de Monte- quet, en la que participaron los profesores video en 1820-1824»; José G. Rigau: «El fin Carmine Pinto, Natalia Sobrevilla y del Trienio Liberal en Puerto Rico»; y A. J. Ternavasio, que debatieron sobre el presen- Santos: «El trienio constitucional y la lucha te historiográfico latinoamericano frente al por el poder político en Cuba (1820-1823)». bicentenario de las revoluciones de 1820. La última sesión se centró en la historia En general se trató de un encuentro muy cultural, la prensa, la literatura y la opinión concurrido entre investigadores de diferen- pública. Presidida por Justo Serna, Elisabel tes coordinadas temáticas, generaciones y Larriba analizó la prensa del Trienio mien- espacios geográficos. Muy bien coordinado tras que Jesús Martínez explicó el desarro- y organizado y destacable por la calidad y llo de la cultura oral y la cultura impresa variedad de las aportaciones en torno al durante el mismo periodo. Raquel Sánchez mismo tema. Lo cual ya demuestra que fue la historiadora encargada de coordinar queda mucho por decir y conocer sobre el las comunicaciones: A. J. Esperón: «La re- Trienio Liberal. Además, próximamente se semantización del <> y su editará una obra que recogerá las investi- engarce en la prensa del Trienio Liberal»; gaciones allí expuestas y debatidas, por lo

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que animamos a todas las personas intere- que todo lo quiebra o por el afán, la audacia sadas en su consulta que lean los diferentes de unas personas que cabalgan la ola, que trabajos. Ya sea desde la perspectiva his- sobrevuelan las corriente, que superan las toriográfica o meramente sociocultural, lo resistencias. O por todo lo contario: ante cierto es que se tratará de un libro comple- los cambios revolucionarios, algunos faná- to y actualizado sobre el Trienio. Y es que ticos e idealistas que obstinan en oponerse como concluyó Justo Serna tras el final del a la corriente y al progreso de los tiempos congreso: «Hay momentos y episodios en […] La política no siempre es rutina, ni co- la vida y en la historia en que los asuntos modidad muelle. De aquellos exaltados, de ordinarios dejan de marchar según lo previ- aquellos moderados y de aquellos reaccio- sible. Así fue en 1820. O por un cataclismo narios hemos heredado».

Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 200-207 207 «Memoria del exilio español en Argelia»*

Julián Vadillo Muñoz Universidad Autónoma de Madrid

Entre los días 20 y 23 de octubre del pasado año 2019, se celebró entre las ciu- dades de Argel y Orán el seminario con el título «Memoria del exilio español en Ar- gelia». Acompañado por una exposición, el seminario fue coordinado por el profesor Bernabé López García y por la investiga- dora Eliane Ortega, bajo la organización de la Embajada de España en Argelia, el Insti- tuto Cervantes en Argel y Orán y apoyado por la Université d’Alger 2 y la Université d’Oran 2. Haciendo un repaso a las temáticas, en El encuentro sirvió para poner encima esta primera sesión dedicada a los españo- de la mesa las distintas investigaciones y les en Argelia, el investigador Juan Ramón trabajos que se vienen desarrollando para Roca, habló de las «Tipologías de las mi- la recuperación de las actividades de los graciones españolas en Argelia», donde a españoles en su exilio del Norte de África, través de datos de archivo y bibliográficos una parte menos trabajada y conocida del reconstruye algunos episodios de las mi- exilio republicano de 1939. Una pléyade de graciones españoles a Argelia desde el siglo investigadores argelinos, españoles y fran- XIX. Por su parte, el investigador y profe- ceses, entre otros, que vienen desarrollan- sor Farid Sahbatou realizó una interesante do su labor investigadora en este campo. exposición sobre cómo la prensa argelina Las exposiciones se desarrollaron entre reflejó la Guerra Civil española, reconstru- las dos grandes ciudades argelinas, lo que yendo las noticias de un periódico como hizo que la diversidad del público fuese Oran Republicaine. Una manera de entender mayor. El día 20 comenzó el seminario en cómo se entendió el conflicto bélico espa- Argel, donde tras las palabras de inaugura- ñol desde las páginas de un periódico de la ción y las intervenciones de las autoridades colonia francesa. Por su parte los profesores académicas y diplomáticas, se comenzó con e historiadores Emilio Sola y Julián Vadillo la exposición de los trabajos. se acercaron a la realidad de los anarquistas exiliados españoles en Argelia. Mientras el * Argel - Oran, 20-23 de octubre de 2019. profesor Emilio Sola lo hizo desde la de-

208 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 208-210 «Memoria del exilio español en Argelia» Julián Vadillo Muñoz

fensa que los anarquistas hicieron del cer- parte, Juan Manuel Roca repitió en Orán vantismo en un lugar donde el escritor de la conferencia que había ofrecido en Argel El Quijote estuvo cautivo, Julián Vadillo re- haciendo un recorrido gráfico por esas mi- construyó la historia de la CNT exiliada en graciones y complementando la exposición Argelia, desde la llegada de sus militantes de Latroch. Por su parte, Juan Martínez Leal en 1939 hasta la independencia de Argelia nos acercó a la salida de los españoles tras en 1962. La reconstrucción del movimiento la Guerra Civil, y como los distintos barcos socialista correspondió a la ponencia pre- que van saliendo de los puertos mediterrá- sentada por el profesor e historia de Eloy neos van llegando a los destinos de Bizerta Martín Corrales, que a través de fuentes (Túnez) y Orán, destacando el Stanbrook primarias relató las actividades del PSOE como el mítico barco que llegó a las cos- en Argelia. Por último, en esta sesión, los tas argelinas. Por su parte, la investigadora profesores Joan Lluis Monjó y Ángela Rosa Wafa Elfekair nos ofreció un adelanto de su Menacho, ofrecieron una interesante po- investigación doctoral con un importante nencia sobre las pervivencias e intercam- trabajo sobre el centro de internamiento bios lingüísticos que se dieron entre los es- número 2 en Orán, uno de los primeros uni- pañoles y las poblaciones autóctonas, como versos concentracionarios de los españoles fue el desarrollo del patuet. en la zona. En el bloque dedicado a vivir en Argelia Posteriormente se realizó una mesa re- tras la Guerra Civil y hasta la independen- donda que bajo el título «Antifranquismo cia, la mesa de exposición tuvo dos ejes. en Argelia», contó con la participación de Por una parte, investigadoras como Nadia Emilio Sola, el profesor Larbi Belazzouz y Bouzekri, que nos acercó a la memoria y César Gomáriz, el nieto del último cónsul el silencio de los españoles en Argelia, así republicano en Orán. Una mesa diversa, como las visiones que algunos de ellos tu- donde se habló más de las experiencias que vieron respecto a la independencia argelina del antifranquismo propiamente dicho. de 1962, hasta los testimonios de exiliados El congreso se cerró el día 23 de octu- o hijos de exiliados, como fue el caso de bre con una mesa sobre el exilio español Gerardo Bernabéu. Aquí destacamos tam- en Argelia, donde hubo una nueva combi- bién la aportación que Eliane Ortega hizo nación de investigadores/historiadores con sobre la represión y los distintos campos de testimonios del exilio. Entre los investiga- concentración en Argelia donde fueron re- dores destacaríamos a Daniel Moñino, de cluidos miles de españoles en el tiempo que la Universidad de Almería, que a través de los medió entre 1939 y 1943. datos obtenidos en su grupo de investigaciones Las siguientes sesiones se trasladaron a nos ofreció los resultados de los andaluces que Orán. El primer bloque de conferencias ver- tuvieron que exiliarse a Argelia y como lo hi- só sobre las memorias de las migraciones cieron, haciendo una tipología de los mismos y y el exilio en Argelia. En esta mesa, el in- sus ideologías. Por su parte, la profesora Saliha vestigador Alfred Salinas disertó en francés Zarroukhi, una de las mejores conocedoras del sobre como Orán se convirtió en una tie- campo de concentración de Djelfa, nos trasladó rra de asilo para los españoles que huyeron hasta la realidad de ese campo de concentración de la represión franquista. Por su parte, el valiéndose de la obra del escritor y dramatur- historiador Djamel Latroch habló de las go Max Aub, que estuvo allí internado y donde geografías de las migraciones españolas en escribió su famoso Diario de Djelfa. En este Argelia, remontándose al siglo XIX. Por su grupo de investigadores destacamos tam-

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bién al profesor Bernard Sicot, uno de los Hay que destacar que el seminario se mejores conocedores de Max Aub, que nos desarrolló en un ambiente magnífico y que trasladó a su nuevo trabajo de investigación sirvió para comprobar como las investiga- sobre dos españoles que se exiliaron en el ciones sobre el exilio español en el Norte Magreb colonial: Antonio Blanca y Antonio de África está en plena efervescencia. La Gassó Fuentes. A estas fuentes de investi- Université d’Alger, la Université d’Oran y gación se unieron los testimonios de Yenia la Université de Mostaganem tiene un im- Camacho, hija de Marcelino Camacho, que portante número de alumnas y alumnos habló sobre la memoria del exilio comunis- que están realizando estudios de postgra- ta en Argelia en base a las vivencias del que dos y tesis doctorales relacionadas con la sería posteriormente dirigente de CCOO. Y, temática española. El nivel de castellano nuevamente, Gerardo Bernabéu, que pudo era altísimo entre os asistentes y solo una completar su exposición de sus visiones de pequeña parte del seminario se desarrolló exilio, centradas más en el anarquismo, ya en francés. que en su conferencia de Argel se tuvo que En los fastos de conmemoración del 80 retirar por problemas de salud. El cuadro aniversario del exilio español era necesario lo completó, nuevamente, Eliana Ortega sacar del ostracismo a esa parte de los es- que nos hizo un mapeo de los lugares de la pañoles que estuvieron en el Norte de Áfri- memoria del exilio español en Orán desde ca, sobre todo en Argelia. La prueba se ha 1939. pasado con nota y ahora solo queda esperar El congreso se cerró con unas palabras la publicación de los trabajos y que sea el de los coordinadores y del cónsul español inicio de una recomposición de otra parte en Orán. oculta de la historia de nuestro país.

210 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 208-210 «X Encuentro Internacional de Investigadoras e Investigadores del Franquismo»*

Pablo Alcántara Pérez Universidad Autónoma de Madrid

El pasado mes de noviembre, los días del 13 al 15, se celebró en la Universidad de Valencia, el X Encuentro Internacional de In- vestigadoras e Investigadores del Franquismo. Este encuentro, que se lleva celebrando des- de 1992, es la segunda vez que se realiza en esta universidad, siendo la anterior en 1999. Esta última edición fue organizada por el Departament d’Història Contemporània de la Universitat de València y por la Fundació d’Estudis i Iniciatives Sociolaborals (FEIS) de CCOO-PV, con la colaboración de la Conselleria de Innovación y Universidades. En él participaron historiadores de pres- tigio. No sólo de la UV, como Ismael Saz, sino también de otras universidades, como Carmen Molinero y Pere Ysás de la Univer- sidad Autónoma de Barcelona, Ana Cabana y Daniel Lanero de la Universidad de San- tiago de Compostela, Montserrat Duch de la Universitat Rovira i Virgili, Gutmaro Gómez de la Universidad Complutense de Madrid, Alberto Gómez, José Babiano y Javiér Té- en 10 mesas temáticas, en la que participa- bar, de los archivos de CCOO de Valéncia, ron centenares de personas. También hubo la Fundación 1º de Mayo y la Fundación de presentaciones de libros y una ruta por la CCOO de Catalunya, respectivamente, que Valencia del franquismo. coordinaron las mesas del congreso junto Los asuntos tratados en las diferentes con jóvenes investigadores, doctorandos de mesas de debate fueron bastante diversos. universidades españolas y extranjeras. Se Las mesas no estaban divididas por cro- presentaron un total de 83 comunicaciones nología, sino por los asuntos a abordar. Se discutió sobre instituciones políticas de la * Valencia, 13-15 de noviembre de 2019. dictadura, violencia política, la represión,

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oposición y movilización social contra el aparecen una serie de escritos de este «cura régimen, la acción política colectiva del obrero» valenciano, militante antifranquis- movimiento obrero, la cuestión de la mujer, ta, que fue detenido y preso durante la dic- las relaciones internacionales, la economía, tadura. En estos textos analiza la historia del la cultura, los medios de comunicación, la movimiento obrero en Valencia durante la II educación y universidad durante los 40 años República, el Franquismo y la Transición, que duro la dictadura. También sobre cues- el sindicalismo, la figura de Vicente Blasco tiones muy de actualidad como la memoria Ibañez, la lucha de los cristianos progresis- histórica, el uso de la memoria en política tas, etc. y el estudio del franquismo en la educación Tras la inauguración del Congreso hubo secundaria y en la Universidad. Las comuni- tres mesas: «Les dimensions exteriors del caciones trataron sobre diferentes épocas, franquisme: relacions internacionals i pers- desde exposiciones sobre los primeros años pectives (post)colonials» —«Las dimensio- de la Guerra Civil hasta el tardofranquismo nes exteriores del franquismo: relaciones e incluso los primeros años de la Transición. internacionales y perspectivas (post)colo- Durante los debates tras las exposiciones, niales»—, «Economia i condicions de vida» en las mesas había desde expertos conso- —«Economía y condiciones de vida»— y lidados en dichas temáticas hasta personas «Cultura i mitjans de comunicación», —«Cul- que estaban empezando sus investigacio- tura y medios de comunicación»—. La prime- nes o tesis doctorales. ra de las mesas estaba coordinada por Toni En la inauguración del evento, participa- Morant, de la Universitat de Valencia y Rosa ron varios de los miembros del comité or- Pardo, en la Universidad Nacional a Dis- ganizador, como Ismael Saz o José Alberto tancia. Se discutieron comunicaciones que Roda, así como representantes de la Uni- trataban temas como las relaciones entre versidad y del gobierno de la Comunidad la España franquista y Cuba y la URSS (por Valenciana. Se explico en qué iba a consistir parte de los comunicantes Katia Figueredo el congreso, las líneas fundamentales que Cabrera, de la Universidad de Salamanca y se iban a tratar, la necesidad de divulgar lo Georgy Filatov de la Historia Universal de la que se iba a exponer esos días, la impor- Academia de Ciencias de Rusia) los vínculos tancia de dicho Encuentro para expertos y entre la diplomacia de EEUU y los partidos la sociedad en general y la satisfacción por políticos españoles en la Transición, la di- el trabajo previo realizado antes para que plomacia franquista en EEUU (por parte de se consiguiera a llevar a buen puerto dicho Sergi Gómez Aldana de la Universitat de congreso. También el primer día se presen- València y Moisés Rodríguez Escobar de la tó el libro Reactionary Nationalists, Fascists Universidad de Salamanca) . En esta mesa se and Dictatorships in the Twentieth Century: llevaron nuevos estudios sobre como en la Against Democracy (Palgrave Studies in Po- España franquista ya había habido relacio- litical History), editado por Ismael Saz, Zira nes con la URSS, los debates sobre si EEUU Box, Toni Morant y Julián Sanz, en el que ha participado o no en el proceso de cambio varios expertos analizan los diferentes tipos político en España, etc. En la segunda mesa, de fascismos y nacionalismos reaccionarios, coordinada por Teresa Ortega de la Univer- como un análisis comparativo y como cultu- sidad de Granada y Francesco D’Amaro de la ras políticas transnacionales. El segundo día Biblioteca del Congreso se trataron nuevas se presentó el libro Crónicas obreras de Ra- perspectivas sobre cuestiones como el turis- miro Reig, editado por Pere Beneyto, donde mo en la España franquista. Desde el punto

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vista local, como el trabajo de José Antonio franquista y sus mitos en los filmes La paz García Barrero de la Universitat de Barcelo- empieza nunca (1960) y Un puente sobre el na. Sobre la formación del mercado de tra- tiempo (1964)». Finalmente, sobre la visión bajo en Baleares tras el boom turístico en cambiante que hubo sobre la Monarquía los 60. La cuestión del turismo y la Guerra durante la Transición a través de la televi- Civil, estudio de Carlos Larrinaga de la Uni- sión, Federico Bellido Peris de la Universdad versidad de Granada o la Dirección General de Valencia, «La transición televisiva de un de Turismo, por parte de Carmelo Pellejero rey. De la monarquía del 18 de julio al ‘pi- Martínez y Marta Luque Aranda, ambos de loto del cambio’», entre otras interesantes la Universidad de Málaga. También la cues- ponencias. tión de género como la cuestión del matri- Al día siguiente hubo tres mesas por la monio y la excedencia forzosa, por parte de mañana y al mediodía: «Institucions i políti- María Jesús Espuny Tomás de la Universitat ques de la dictadura» —«Instituciones y po- Autònoma de Barcelona. líticas de la dictadura», «Violència, repres- La tercera mesa coordinada por Marta sió i control social», —«Violencia, represión García Carrión de la Universidad de Valen- y control social»— y «Actituds socials: dels cia y Aintzane Rincón, de la Universidad del recolzaments a l’oposició», —«Actitudes so- País Vasco, se trataron temas relacionados ciales: de los apoyos a la oposición»—. En con la prensa, el cine, literatura y televisión. la primera de estas mesas, coordinada por Para entender la representación de la cla- Mercedes Peñalba de la Manchester Metro- se obrera en una serie de películas tuvimos politan University, Julián Sanz de la Univer- la comunicación de Javier Riquelme, de la sitat de València e Ismael Saz de la Universi- Universidad de Valencia «Representaciones tat de València, se trataron cuestiones como de la clase trabajadora en el cine español la política sociolaboral del franquismo, con (c. 1967-1979). Para ver la importancia de el trabajo de José Antonio Abad Labrador de los premios literarios para el franquismo, la Universitat de València sobre la política Gabriela De Lima Grecco, Universidad Au- sociolaboral del régimen a través de las Ma- tónoma de Madrid,: «Premios del Espíritu: gistraturas de Trabajo en Valencia o los ini- los Premios Literarios oficiales durante el cios de los seguros sociales, con el estudio Primer Franquismo». Para conocer la re- de María Jesús Pérez Espí del IES Josep de presentación del género y de una de las es- Ribera. Los orígenes del fascismo español, tructuras más importantes del franquismo a través del estudio de Amara Rubio Gómez relacionada con la educación de la mujeres, de la Universidad de Valladolid sobre las la Sección Femenina, María Dolores Molina derechas castellanas y leonesas durante la Poveda y Carmen Sanchidrián Blanco de la Segunda República Española (1931 —1936). Universidad de Málaga, «La Sección Feme- Cuestiones nuevas como el estudio sobre los nina y la educación de las mujeres vistas a orígenes de la Dirección General de Seguri- través de NO-DO». Para saber más de la re- dad por parte de Guillermo Sáez Aznar de presentación de la Guerra Civil durante la la Universidad de Zaragoza, la hegemonía dictadura y los cambios de ensalzamiento cultural franquista a través de la tradición, de la contienda a la importancia de la «paz» por parte de César Rina Simón de la Univer- que, supuestamente, trajo el franquismo, sidad de Extremadura. Estudios diversos en Igor Barrenetxea Marañón, de la Universi- los que se explica como el franquismo cons- dad del País Vasco, «La contienda española truyó su sociedad a través de sus políticas en el cine de los años 60: el nacionalismo laborales, las tradiciones, la religión, etc.

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La segunda, coordinada por José Babiano, En la tercera mesa coordinada por Ana de la Fundación 1º de Mayo, Gutmaro Gó- Cabana y Daniel Lanero, de la Universidad mez, de la Universidad Complutense y Vi- de Santiago de Compostela y Carmen Mo- centa Verdugo, de Florida Universitaria, se linero, de la Universidad Autónoma de Bar- trataron cuestiones relacionadas con la re- celona, se trataron cuestiones como la mo- presión franquista, la violencia política con- vilización contra la represión, las actitudes tra la mujer durante la dictadura, las cárce- sociales ante la violencia política, el papel les, el castigo contra diversas organizaciones de ciertos sectores sociales que participaron políticas y colectivos sociales, en periodos en la represión, las asociaciones culturales y que iban desde la Guerra Civil hasta el ecua- algunos acontecimientos históricos que su- dor del franquismo. Un peso destacado tuvo pusieron un punto de inflexión para la opo- la violencia contra la mujer en la dictadura, sición al régimen de Franco. En esta mesa con las exposiciones de Tamara López Fer- se expusieron trabajos de carácter local, nández «Aunque me cueste la vida. El aborto microhistoria o trabajos biográficos, como en el Partido Judicial de Lugo (1945-1960)», los de Xabier Buxeiro Alonso, de la Univer- María Covadonga Fernández Fernández «A sidade de Santiago de Compostela, «Denun- la sombra. La experiencia de las presas po- ciantes y acusadores. Un estudio sobre la líticas en las cárceles de posguerra franquis- colaboración social con el aparato judicial tas: La Prisión Provincial de Oviedo», Aldara golpista», que se centraba en la localidad Cidrás Fuentes de la Universidad de Santia- de Ribadeo en Galicia, el de Lázaro Miralles go de Compostela, «La mujer como sujeto Alted, de la Universidad de Granada, «Re- de violencia y transmisora de memorias en sistencias y solidaridad en el Albaicín de la guerra civil española. El caso de Ponte- Granada durante el primer franquismo», el vedra (1936 — 1939)», Laura Bolaños Giner de Gloria Román Ruiz, de la Universidad de de la Universidad Complutense de Madrid, Granada, «Entre la resistencia y el colabo- «Mujeres caídas en la capital: prostitución racionismo: Las actitudes socio-políticas de clandestina en Madrid (1939-1956)» o Ana un doble confidente en la posguerra mala- Bascary Peñas, del IES Octavio Cuartero de gueña», Jose Luis Sancho Lluna, de la Uni- Albacete, «Lágrimas y barro. Mujeres repre- versitat de Valéncia, «El exilio interior: re- saliadas en Villarrobledo durante el primer publicanismo y reaccionarismo en Manuel franquismo». También hubo trabajos de tipo Cervera Pomer (1915-1998)» o Conchi Ló- local, como el de Claudio Hernández Burgos, pez Sánchez, de la Universidade de Santia- de la Universidad de Granada, «Diseñando la go de Compostela, «El ¿azar? de la violencia geografía franquista: el control de la vida co- golpista. La conformación de la retaguardia tidiana en el primer franquismo. Una visión en la zona golpista a través de un estudio desde la provincia de Granada (1936-1953)», familiar». También se presentaron traba- o vinculado a los grupos de oposición como jos relacionados con el género como los de el de Juan José del Águila Torres, «La repre- Raúl Mínguez Blasco, de la Universidad del sión judicial de los socialistas en la década País Vasco, «Religión, género e historia oral. de los cincuenta». En esta mesa faltaron al- Una aproximación a las actitudes sociales gunos trabajos relacionados con los años del de las mujeres católicas durante el franquis- tardofranquismo, donde la dictadura utilizó mo» y Jose Candela Ochotorena, «La mujer también la represión política y el control so- en la cultura popular del franquismo», o cial contra aquellos que se oponían al suso- con la represión hacia diferentes sectores dicho Estado español durante la dictadura. sociales y las actitudes de estos ante dicha

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violencia, como los de Francisco J. Leira- obrer i acció col·lectiva» —Movimiento obre- Castiñeira, de la Universidade de Santiago ro y acción colectiva»—. En la primera mesa de Compostela, «Las medidas de coerción se trataron cuestiones novedosas, que no se del ejército golpista contra sus combatien- han tratado con profundidad con la histo- tes y sus actitudes sociopolíticas. España, riografía reciente, como el Servicio Univer- 1936-1939» o José Carlos Martínez Gálvez, sitario de Trabajo, tratado por Daniel Cana- del IES Pino Montano de Sevilla, «¿De la les Ciudad de la Universidad de Zaragoza, misma madera?: oposición, consenso y co- sobre los documentales en la época fran- laboración ante la violencia franquista en el quista sobre la Universidad y la sociedad, suroeste peninsular». más allá del NODO, con el estudio de Josep Por la tarde hubo dos mesas más: «Iden- Casanovas Prat y Joan Soler Mata, ambos titats» —«Identidades»— y «Memòria del de la Universitat de Vic, sobre la represión franquisme» —«Memoria del franquismo»—. y la Universidad de Barcelona durante el La primera, coordinada por Zira Box y Vega estado de excepción de 1969, con el estu- Rodríguez-Flores, de la Universitat de Vá- dio de Jordi Sancho Galán de la Universitat lencia, trataron cuestiones como las polí- Autònoma de Barcelona, o sobre la radica- ticas de género en el franquismo, como el lización estudiantil y la creación de la Uni- texto de Uxía Otero-González de la Univer- versidades Autónomas, con el trabajo rea- sidade de Santiago de Compostela, o el de lizado por Paulí Dávila Balsera y Luisa Mª Beatriz García Prieto, de la Universidad de Naya Garmendia, de la Universidad del País León, sobre la prensa franquista leonesa y el Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. En la modelo de mujernacionalcatólica. También segunda mesa, coordinada por coordinada sobre los modelos de mujer, como el estudio por Monserrat Duch, de la Universitat Ro- de Álvaro Álvarez Rodrigo de la Universitat vira i Virgili y Pere Beneyto, de la Universi- de València, sobre la estrella de cine Ampa- tat de Válencia. Se expusieron textos sobre ro Rivelles. También sobre el control de la las CCOO y la represión por parte de la BPS, Iglesia sobre el ocio, con el texto de Ángela como el que expuse con el título «El viejo Pérez del Puerto de la Universidad Autóno- zorro y el nuevo topo: la Brigada Político ma de Madrid. La segunda, coordinada por Social y la represión a Comisiones Obreras Alberto Gómez de la FEIS-CCOOPV y Javier (1967-1973)», donde analicé sobre como Tébar del Arxiu Històric CONC, sobre los el Tribunal Supremo, la policía intentó re- estudios de la ESO sobre la dictadura, con primir el movimiento obrero antifranquis- el trabajo de José Carlos Mancha Castro de ta. En la mesa había trabajos dispares, que la Universidad de Sevilla, sobre los archivos iban desde los años 50 hasta la Transición. y el estudio de los trabajos forzados, con el Se analizo la transmisión de los valores del estudio de Josep Màrius Climent i Prats de movimiento obrero de la II República y la la Universitat de València, sobre los luga- Guerra Civil a los trabajadores antifran- res antifranquistas que hay en la ciudad de quista (a través de la comunicación de Jes- Válencia, con el trabajo de Lucila Aragó Ca- sica Nogueira Castro, de la Universidade de rrión. Se debatieron cuestiones sobre como Santiago de Compostela, «El «nuevo» movi- ciertos aspectos del franquismo no se tratan miento obrero en Galicia en el franquismo a en clase. través de sus militantes. ¿Comunidades de Al día siguiente se celebraron las dos memoria o comunidades de olvido?», la re- últimas mesas: «Educació i universitat» presión contra el movimiento obrero en al- —«Educación y universidad»— y «Moviment gunos sectores concretos, con el estudio de

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Mayka Muñoz Ruiz, del Archivo de Historia mostrar que, si bien grandes temas de la dic- del Trabajo de la Fundación 1º de Mayo, «La tadura franquista ya han sido tratados por represión del movimiento obrero en Ban- anteriores investigadores, aún quedan mu- ca durante el tardofranquismo: el caso del chos temas por analizar y de los cuales hay Banco Popular», la evolución del socialis- mucho debate: la cuestión de la mujer en mo en algunas zonas del país y en épocas el franquismo, la violencia política a nivel como la Transición, a través de los trabajos local, el papel de ciertos cuerpos represivos de David Ginard i Féron, de la Universitat (como la BPS) en la represión del franquis- Rovira i Virgili, «El socialismo balear bajo mo, el papel de los medios de comunicación el franquismo (1936-1975)» y Gerard Cintas en la cultura política del régimen y en el Hernández, «La transició sociològica del so- paso de la dictadura a la democracia, la im- cialisme espanyol en els 70»), sobre los «cu- portancia de otros movimientos sociales en ras obreros», con el análisis de Neus Baena la lucha antifranquista, más allá del movi- Gallardo, de la Universitat Rovira i Virgili, miento obrero o estudiantil. Uno de los as- «¿Católicos intocables y parroquias invio- pectos más positivos de las jornadas fue la lables? Sobre la persecución y la represión participación de investigadores de renom- del catolicismo obrero por parte del Estra- bre y estudiosos de la materia en las mesas, do franquista en Cataluña. 1951-1977», los que aportaron mucho al debate, ayudando sindicatos agrarios durante la Transición y a profundizar en ciertos aspectos. Respecto la movilización en comunidades eminente- a esta cuestión, sí que hubiera sido intere- mente rurales en esos años, con los ensayos sante que hubiese habido alguna mesa re- de Arnau Zapata Tarín: «Conciencia de pro- donda sobre temas transversales a todas las tagonismo y voluntad de acción propia: el investigaciones, en la que hubieran partici- sindicato de la Unió de Llauradors i Rama- pado estos historiadores de prestigio como ders del País Valencià durante la Transición, se hizo en el I Congreso Internacional: Terri- a partir de la comarca de Requena-Utiel» y torios de la memoria. El franquismo a deba- Diego Ruiz Panadero, de la Universidad de te que se celebró en noviembre de 2017 en Castilla La Mancha, «¿Apatía y desmoviliza- la Universidad de Valladolid, y que hubiera ción? Cuenca como símbolo de la protesta enriquecido las investigaciones de jóvenes social en el mundo rural durante la transi- doctorandos. Pero la verdad es que salimos ción a la democracia (1976-1979)». En estos muy satisfechos de este congreso porque trabajos se resaltó la importancia de la tra- puso en contacto a diversos investigado- dición oral a la hora de transmitir culturas res, de varias universidades o localidades, políticas, como analizó Jessica Nogueira, la que estudian temas parecidos y ponen en evolución de actores políticos como los so- común sus aportaciones. Sobre todo fueron cialistas, como expusieron David Ginard o muy enriquecedores los debates, algunos de Gerard Cintas, la importancia de resaltar a los cuales aparecen plasmados en este artí- los curas obreros como factor importante de culo. Un punto también a favor de la organi- lucha contra el régimen o las comunidades zación fue que se colgaron en la página web rurales en su lucha por la democracia, como del Encuentro las comunicaciones, para así atestiguaron Neus Baena o Diego Ruiz. conocer las aportaciones de los comunican- Este décimo encuentro de investigadores tes y poder leerlas para debatir. Ahora es el del franquismo fue una constatación más momento de que lo debatido, investigado y de la relevancia sobre los estudios del fran- concluido en estas mesas salga a la luz para quismo en la historiografía actual. Permitió conocimiento de toda la sociedad.

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«Escuelas con Memoria»: El programa educativo del Instituto Navarro de la Memoria

César Layana Ilundain y José Miguel Gastón Aguasz Instituto Navarro De La Memoria

Apunta Raimundo Cuesta en su obra día entenderse que la idea de un progreso Los deberes de la memoria en la educación ilimitado hubiese transmutado en una ca- que «el deber de recordar constituye toda pacidad igualmente ilimitada de destruc- una filosofía moral de nuestro tiempo y un ción? Y, aunque esta pregunta tardó mucho verdadero programa educativo para hacer más tiempo en ser formulada, ¿cómo era verdad el imperativo adorniano: ‘la exi- posible que muchas personas corrientes gencia de que Auschwitz no se repita es la hubiesen colaborado activamente con ese primera de todas las que hay que plantear horror? Sobre esas cuestiones profundas se a la educación’» [1]. Y es que la realidad de cimentaba la convicción de que algo así no los campos de exterminio en particular, y debía volver a ocurrir, pero sí podía volver a de la terrible inversión de violencia ejerci- ocurrir. Se fue abriendo paso así la idea de da principalmente, aunque no en exclusiva, que la educación no podía volver la espal- por los regímenes fascistas y fascistizados da a este dilema y debía contemplar entre que se generalizaron en la Europa de los 30 sus tareas la promoción de una conciencia y 40, situaba a la humanidad ante nuevos crítica respecto de estas experiencias de retos e interrogantes. ¿Cómo había sido terror. De esta manera, numerosos países posible que en la culta y avanzada Europa europeos fueron incluyendo actuaciones hubieran triunfado ideologías tan profun- educativas explícitas para abordarlas, entre damente deshumanizadoras? ¿Cómo po- las que destaca por su fuerza la visita de los lugares de la memoria y del horror.

1.– Raimundo Cuesta, Los deberes de la memoria en la En cualquier caso, no todo abordaje edu- educación, Barcelona, Octaedro, 2007, p. 66. La cita es de Adorno, Th., Educación para la emancipación, Madrid, cativo de temáticas relacionadas con la me- Morata, 1998, pag. 79. moria contribuye a la renovación didáctica, 2.–Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las ni favorece necesariamente el pensamien- víctimas del nazismo de España. to crítico del alumnado. En este sentido,

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la mera incorporación al currículo de uno a las experiencias que se desarrollaron en o varios enunciados referidos a la memo- Navarra en las últimas décadas, antes de ria no garantiza su adecuado abordaje en el introducirnos en el programa educativo en aula. Por su parte, la apuesta por la elabo- torno a la memoria impulsado por el Go- ración de contenidos curriculares basados bierno de Navarra en los últimos años. en relatos ya cerrados, en que el papel del alumnado queda reducido a consumidor- La experiencia navarra receptor, es una vía generalmente poco fecunda. Las experiencias de Francia y La introducción de la memoria históri- Alemania, especialmente, con una cultura ca como contenido educativo contaba con cívica y ciudadana más madura, invitan a precedentes que conviene recordar y re- preguntarse por los riesgos de la rutiniza- conocer. Algunas experiencias más aleja- ción de actividades como la visita a lugares das en el tiempo han dejado escaso rastro de memoria, que, pese a ser espacios pri- documental, como es el caso de las acti- vilegiados de transmisión de la memoria, vidades realizadas en el CPEIP Ezkaba, de puede ser ineficaz si no se acierta a poner- Antsoain, o en el instituto Askatasuna BHI, los a dialogar con el alumnado. Hay inves- de Burlada, en torno a la fuga del Fuerte de tigaciones que advierten de la facilidad con San Cristóbal, en el monte Ezkaba, bajo el que el alumnado capta qué discurso se es- impulso de docentes relacionados con la pera de él en torno a determinados lugares asociación memorialista Txinparta. Otras y conceptos, y es capaz de reproducirlo sin acabaron siendo editadas, como las impul- que haya operado en él una reelaboración sadas en el IES Estella, con la elaboración personal crítica [2]. de la unidad didáctica El sueño del tío Sebas: En el caso del Estado español, las difi- la república y guerra española [3], o experien- cultades han sido mayores debido al escaso cias de investigación desarrolladas en el aprecio por la memoria crítica del pasado instituto Lekarotz BHI [4]. tras la muerte del dictador. La cultura po- Probablemente también tuvieron lugar lítica de la Transición hizo hincapié en las iniciativas particulares o de departamentos ideas de consenso y reconciliación, lo que de las que han quedado difusas referencias. significó postergar la reflexión cívica sobre Conocemos mejor las experiencias puestas la represión franquista y sus consecuen- en marcha a comienzos del presente siglo, cias. Las administraciones educativas no cuando se produce un resurgimiento de la abrieron espacio curricular para el abordaje cuestión memorialista en Navarra al hilo de esta cuestión. Las experiencias se vieron del fenómeno que se estaba produciendo circunscritas al profesorado más compro- en otros lugares. Buena parte de esas expe- metido y a los grupos de renovación pe- riencias se aglutinaron en torno al Institu- dagógica. Nos referiremos a continuación to Gerónimo de Uztariz (IGU), que convocó en 2001 un Seminario sobre Didáctica de

2.– Nicole Tutiaux-Guillon, «Mémoires et histoire scolaire la Historia, en el que se abordaron diversas en France: quelques interrogations didactiques», Revue française de pédagogie, 165 (2008), pags. 31-42. El cuestiones relativas a las reformas educa- propio Cuesta (pag. 66-67) advierte del uso pedagógico «superficial y perverso» a que se prestan temas ominosos 3.– Los recursos didácticos asociados a la unidad pueden como el del Holocausto o la guerra civil española, si consultarse en el sitio web http://tiosebas.educacion. quedan reducidos a un espacio de consumo de ocio navarra.es/sitioweb%20espanol/pag2pdf.html. cultural, perdiendo su capacidad educativa y su dimensión 4.– Varios autores, Zubieta 1931-1936. Errepublika eta interpretativa del presente. 1936ko gerra Baztan-Bidasoan, Ed. Luma, 1995.

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Encuentro Intergeneracional en el Parque de la Memoria de Sartaguda,10 de abril de 2019 (Fuente: Instituto de la Memoria - Gobierno de Navarra).

tivas, los materiales didácticos de ciencias contenidos relacionados con la guerra civil sociales o las bases para una didáctica crí- y el franquismo. Surgió así en el seno del tica basada en la problematización del pre- Seminario de Didáctica de la Historia del sente. Cuatro años después, en septiembre IGU el proyecto «Gogoan», que aglutinó a de 2005, se celebró el Congreso Internacio- cerca de una veintena de profesores y pro- nal de Historia Fuentes Orales y Visuales: fesoras de Secundaria de diferentes institu- investigación histórica y renovación pedagó- tos navarros. En algunos casos se trató de gica, organizado por Fedicaria, el Seminario experiencias individuales, pero en otros de de Fuentes Orales, el IGU y el Departamen- proyectos asumidos por el respectivo cen- to de Geografía e Historia de la Universidad tro educativo y su departamento de Cien- Pública de Navarra. Un congreso donde se cias Sociales, Geografía e Historia. Esta pretendía que didáctica e historiografía experiencia de renovación pedagógica per- entrasen en diálogo permanente, así como mitió aproximarse a la memoria de las ge- que el alumnado se pudiese enfrentar al uso neraciones más mayores (abuelos y abuelas y elaboración de fuentes históricas, lo que del alumnado), que pasaron a ser conside- le podría permitir tomar parte activa en los rados como sujetos históricos por sus nie- procesos de construcción del conocimien- tos y nietas, en una fecunda iniciación a la to. De aquel congreso surgió la iniciativa de «historia desde abajo» [5]. poner en marcha una experiencia colabo- 5.– El proyecto fue presentado en un dossier sobre «Me- rativa para desarrollar proyectos didácticos morias y motivos educativos de una guerra civil», de la basados en el uso de fuentes orales en los revista Aula de innovación educativa («El Proyecto Gogoan:

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Otras experiencias interesantes de este ria, creado en mayo de 2018. Durante estos período fueron los conciertos en acústico años se ha puesto en marcha una vasta pro- del grupo de rock Barricada en diferentes gramación articulada en torno a cinco ejes institutos de la geografía navarra, en que prioritarios: la localización e identificación interpretaron canciones del disco «La Tie- de asesinados y desaparecidos tras el golpe rra está sorda», que gira en su conjunto en militar de 1936; los actos de reconocimien- torno a cuestiones relacionadas con la me- to y reparación de víctimas y familiares; la moria histórica; o los encuentros de alum- retirada de simbología franquista y demo- nado con familiares de represaliados para cratización del espacio público; la identifi- compartir sus experiencias. cación y protección de los principales luga- En noviembre de 2014, el IGU organizó res de memoria; y un programa educativo una jornada de reflexión didáctica bajo el denominado «Escuelas con memoria» [7], título «¿Cómo se enseña la Guerra Civil y que pretende la promoción, en los centros el franquismo?», con notable éxito de pú- educativos de todas las etapas de la ense- blico, en la que se presentaron diferentes ñanza obligatoria, de proyectos y activida- experiencias didácticas en torno a la me- des relacionados con la memoria. moria llevadas a cabo en centros educati- Una de las características principales del vos navarros, que pusieron de manifiesto programa radica en que se concibe como un que ya no se estaba ante un fenómeno ex- espacio de encuentro y de diálogo de las po- cepcional, sino que comenzaba a tener una líticas públicas de memoria, que confluyen, presencia significativa en las aulas y, lo que siempre que es posible, con las propuestas era más relevante, que despertaba un inte- educativas. En este sentido, acciones de rés creciente. calado como las exhumaciones de perso- El paso a la consolidación y progresiva nas asesinadas y desaparecidas, la inves- generalización de estas experiencias se vio tigación sobre los procesos de vulneración favorecido por el cambio político produci- de derechos humanos o el reconocimiento do en 2015, basado en un acuerdo progra- y dignificación de los lugares de memoria mático entre cuatro formaciones políticas cuentan con la participación del alumnado progresistas, en el que se recogía por pri- que, después de un trabajo preliminar en mera vez la puesta en marcha de políticas sus respectivos centros docentes, dialoga públicas de memoria. Esto tomó cuerpo con técnicos e investigadores, familiares y ese mismo año con la creación, dentro del testigos, y lo hace además con frecuencia Departamento de Relaciones Ciudadanas e en los propios lugares donde se cometieron Institucionales [6], de la Dirección General los actos de limpieza política y represión de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, tras el golpe militar de 1936 o en aquellos en cuyo seno se organizó una Sección de que los recuerdan. Este anclaje enlaza con Memoria Histórica, que se convirtió en el la tradición más renovadora de la didácti- germen del Instituto Navarro de la Memo- ca de las ciencias sociales, que se propone problematizar el currículo y abordar en las un intento de renovación pedagógica a partir del uso de las fuentes orales y visuales en la enseñanza de las cien- 7.– Un balance reciente de las políticas públicas de cias sociales», Aula de innovación educativa, 157 (2006), memoria desarrolladas en el período 2015-2019 en José pags. 22-26; VVAA, Recursos y estrategias para estudiar Miguel Gastón Aguas y Carlos Gastón Aguas, «Memoria ciencias sociales, Barcelona, Grao, 2010, pags. 83-89. histórica y compromiso institucional: el Instituto Navarro 6.– En la actualidad, Departamento de Relaciones de la Memoria», Studia Histórica. Historia Contemporánea Ciudadanas. 37 (2019), pags. 79-106.

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aulas problemas sociales relevantes, y par- vehiculan a través del Plan anual de Forma- te de una concepción de la enseñanza de ción y los Centros de Apoyo al Profesorado las ciencias sociales que establece como (CAP), dependientes del Departamento de finalidad más relevante la educación de la Educación del Gobierno de Navarra, con el ciudadanía democrática [8]. En este sentido, que el Instituto Navarro de la Memoria tie- es indudable la necesidad de aproximar a ne abiertas vías de colaboración. Se preten- las generaciones más jóvenes a las aporta- de con ellas promover una actualización de ciones más relevantes de la historiografía la práctica docente, desde la introducción sobre la represión franquista registradas en de estrategias metodológicas innovadoras las últimas décadas, que ponen en cuestión en las que cobre protagonismo la transmi- representaciones del pasado muy extendi- sión de la memoria en diferentes soportes. das en la sociedad española. Para que ese Se trata, por tanto, de reflexionar sobre la conocimiento histórico no se encapsule importancia de la memoria como herra- como un contenido curricular desconecta- mienta de aprendizaje educativo; de cono- do, es necesario promover el pensamiento cer las políticas públicas de memoria y las crítico y el compromiso con una educación experiencias desarrolladas en otros territo- basada en el respeto a los derechos huma- rios; integrar los lugares de memoria en el nos, que permita aproximar al alumnado ámbito educativo; compartir experiencias al terrible legado que han dejado aquellos educativas en las que la memoria se haya procesos históricos durante décadas y cu- convertido en el eje vertebrador; y producir yas consecuencias llegan hasta el presente. materiales propios, adaptados a la realidad Es aquí donde se aprecia en su justa medida de cada centro, mediante la utilización de el valor de la transmisión intergeneracio- diferentes tipos de fuentes. nal que se pretende promover en los en- Durante los últimos cuatro cursos aca- cuentros con familiares y testigos, cada vez démicos, se han propuesto una serie de más escasos en cualquier caso. seminarios y cursos de formación para el El programa «Escuelas con Memoria» se profesorado, en los que se ha pretendido estructura en torno a tres grandes ejes de facilitar la actualización tanto científica acción: la formación del profesorado; las como didáctica con el fin de que se proyecte actividades con el alumnado, tanto en el hacia un trabajo en red por parte de los cen- seno de su propio centro educativo como en tros que participan en el programa. Sin afán intercambio con alumnado de otras escue- de abordar una descripción pormenorizada las e institutos; y la creación de una red de de los contenidos de cada oferta formativa «Escuelas con Memoria», a la que los centros (disponible, por otra parte, en el blog de educativos decidan adherirse para desarro- recursos educativos que mantiene el Insti- llar sus propios proyectos memorialistas. tuto Navarro de la Memoria en la dirección En lo que se refiere a la formación del http://memoriahistorica.educacion.nava- profesorado, las propuestas formativas se rra.es), conviene referirse a los hilos con- ductores que han guiado el diseño de estos 8.– Ramón López Facal y Víctor M. Santidrián, Los «conflictos sociales candentes» en el aula», IBER. Didáctica de las programas. Téngase en cuenta que ha sido Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 69 (2011), pags. 8-20; necesario conciliar, en la medida de lo po- Joan Pagès y Antoni Santisteban, «Una mirada del pasado sible, los intereses del profesorado más fiel al futuro en la Didáctica de las Ciencias Sociales», en Una al programa y que ha participado en todos mirada al pasado y un proyecto de futuro. Investigación e innovación en didáctica de las Ciencias Sociales. Barcelona, o la mayoría de los cursos ofertados, y los Universitat Autònoma de Barcelona, 2014, pags. 17-41. de aquellos docentes que se aproximan por

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vez primera; así como los diferentes grados nado en torno a la memoria y la promoción de proximidad con la cuestión de la memo- del pensamiento crítico. Queremos subra- ria. Eso implica que se hace un esfuerzo por yar que se pretende promover experien- renovar ponentes, enfoques y experiencias cias, a partir de la utilización de diferentes propuestas, aunque los temas abordados lenguajes. Estas experiencias adquieren sean recurrentes. Así pues, a partir de una sentido siempre y cuando la participación reflexión sobre el fascismo y la simbología en ellas esté avalada por un trabajo de re- dictatorial que todavía perdura en el es- flexión previo en el centro por parte- tan pacio público (afortunadamente cada vez to de docentes como del alumnado. Pode- con menor presencia gracias a la presión mos diferenciar dos tipos de propuestas: ciudadana y la acción de gobierno y enti- unas están pensadas para ser desarrolladas dades locales), se ha buscado un acerca- en el marco de un centro educativo, aun- miento a los lugares y los itinerarios de la que pueden significar también la salida del memoria como espacios privilegiados para alumnado a realizar determinadas visitas; el quehacer educativo, a través de diferen- y otras se han diseñado por el Instituto Na- tes lenguajes y manifestaciones artísticas, varro de la Memoria para la participación y el uso de herramientas diferentes para simultánea de alumnado de varios centros. su trabajo educativo. En la medida en que Comenzaremos por estas últimas. el propósito último es capacitar a los y las Decíamos antes que el programa se docentes para el desarrollo de proyectos de concibe como un proyecto transversal que centro en torno a la memoria, se ha inten- permita conectar al alumnado con los prin- tado combinar también los cursos de ma- cipales ejes de las políticas públicas de me- yor carga teórica con seminarios en que el moria. Un ejemplo paradigmático de esta profesorado conozca y utilice herramientas apuesta lo constituye la marcha Las botellas metodológicas y tecnológicas, como la geo- de la Libertad – Askatasunaren botilak. Esta rreferenciación, la edición básica de video, marcha rememora la fuga del fuerte de San la grabación de entrevistas sobre memoria Cristóbal, en el monte Ezkaba (próximo a oral, etc. Este fue el propósito principal del Pamplona), el 22 de mayo de 1938. En ese seminario sobre rutas y lugares de memoria penal se hacinaban más de dos mil presos realizado el pasado curso 2018-2019, en el procedentes de toda la geografía española, que se buscaba que el profesorado partici- de los que 795 tomaron parte en la huida, pante desarrollase una experiencia piloto con el objetivo de ganar la frontera fran- en sus respectivos centros para el diseño cesa. Aunque el plan, preparado minucio- de rutas locales de memoria, con el apoyo samente durante largo tiempo, tuvo éxito, de sistemas de información geográficos, la la noticia llegó rápidamente a las autorida- investigación en la base de datos del Fon- des, que prepararon un amplio dispositivo do Documental de la Memoria Histórica para la persecución. 206 presos fueron ase- de Navarra y la grabación de videos como sinados arbitrariamente en los lugares don- forma de plasmar, por parte de los propios de fueron capturados, otros cientos fueron alumnos y alumnas, las investigaciones detenidos y únicamente tres consiguieron realizadas. cruzar la frontera. En 2018 se inauguró el Un segundo eje del programa «Escuelas sendero de gran recorrido GR225, que re- con Memoria» ha sido el diseño y desarro- crea el recorrido realizado por Jovino Fer- llo de una serie de experiencias educativas nández, uno de aquellos tres que alcanza- que favorezcan la sensibilización del alum- ron la ansiada libertad (en su caso, por la

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Marcha «Las botellas de la libertad», junio de 2018. (Fuente: Instituto de la Memoria - Gob.de Navarra). localidad bajonavarra de Urepel, en terri- encuentra la mayor fosa exhumada de fu- torio francés), a partir de un proyecto im- gados asesinados. En enero de 2016 fueron pulsado por el Gobierno de Navarra con la exhumados allí los restos de 16 fugados, va- participación de los promotores de la idea y rios de ellos de edades similares a las de los grupos de voluntarios. jóvenes que participan en la marcha. La se- La marcha Las botellas de la Libertad – gunda jornada, ya con otros participantes, Askatasunaren botilak se realiza por grupos recorre la cuarta y última etapa de la GR225, de escolares de varios centros (aproxima- entre Sorogain y Urepel. Es algo más corta, damente 400 participantes, tanto en la edi- de 9’8 km., pero con un fuerte desnivel, e ción de 2018 como en la de 2019, ya que por incluye el paso de la frontera, rememoran- razones logísticas es difícil ampliar el nú- do la gesta de Jovino Fernández. mero), que recorren dos de las cuatro etapas La experiencia se concibe como un pro- de que consta la GR225. La primera de ellas yecto multidisciplinar a desarrollar en el parte del propio Fuerte, donde se realiza un centro, en el que cabe integrar contenidos acto inicial de memoria y motivación de la de diferentes asignaturas. Así, preparar actividad, en la que se recuerda el sentido adecuadamente una marcha montañera que tiene la marcha que van a realizar, se encaja en el currículo de Educación Física; escucha el testimonio de varios familiares analizar los ecosistemas que se atravie- allí presentes, se lee algún poema y se es- san supone incluir contenidos de Ciencias cucha una explicación histórica sobre las Naturales y de Educación Ambiental; re- terribles condiciones de vida de los presos memorar aquella gesta colectiva, de trági- y sobre la fuga que protagonizaron. Esta co final, protagonizado por centenares de jornada se realiza sobre el recorrido de la hombres huyendo de sus perseguidores en primera etapa, que tiene 14’8 km, y une el penosas condiciones concierne a diferentes Fuerte con la localidad de Olabe, donde se disciplinas: Historia, Filosofía, Ética o tam-

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bién a lenguajes más ligados a las Artes, ya rán hasta el destino deseado. Allí en Ure- que al final de cada etapa se realiza un sen- pel, gracias a la colaboración de su ayunta- cillo acto de memoria, protagonizado por miento, quedan depositadas como testigos el alumnado, en el que presenta la creación de esta rememoración. Para estas familias, preparada en cada centro: una canción, un la marcha tiene un enorme valor emocio- poema, un texto, una danza… nal, reparador y reivindicativo, ya que sus Este trabajo previo se complementa con familiares presos, perseguidos como de- las explicaciones de investigadores, guar- lincuentes en su día, hoy son reconocidos das forestales, miembros de asociaciones por sus valores y por las penalidades que memorialistas, así como de vecinos de la sufrieron, y se convierte en contenido edu- zona que en su niñez fueron testigos de cativo de primer orden para la reflexión del aquel acontecimiento. Y también, con un alumnado sobre los horrores del fascismo. protagonismo destacado, con el testimo- Así lo destacaba, en su emoción, Ana Fer- nio de familiares de presos que participa- nández, hija de Jovino, nacida en el exilio ron en la fuga, como los de Andrés Zudaire, y residente en Francia, cuando decenas de Manuel Martínez Estrada, José Garmendia jóvenes le acompañaban en el último tramo (todos ellos asesinados) o del propio Jovino del recorrido de su padre. Fernández. Además de compartir su me- En ocasiones, el trabajo no termina con moria con el alumnado, aportaron fotogra- la marcha, sino que el proyecto puede ir fías, textos, cartas…, que, introducidas en más allá, con creaciones que se convierten las botellas que dan nombre a la marcha, a su vez en materiales de referencia para son portadas por alumnos y alumnas hasta la sociedad en la que viven estos jóvenes. Urepel. El simbolismo de las botellas vie- Un ejemplo es el excelente trabajo lleva- ne dado por que en las inmediaciones del do a cabo por alumnado del IES Ochoa de Fuerte se construyó un cementerio para in- Olza, de Pamplona, que elaboró un cuento humar a todos aquellos presos que morían en formato kamishibai, de origen japonés, allí por enfermedad o penalidades. Junto a y un documental (https://www.youtube. sus cuerpos, entre las piernas, se enterraba com/watch?v=hTwChAGQ4iI), que mere- también una botella con una anotación so- cieron un accésit en Eustory, un concurso bre su identidad. Ese cementerio fue exhu- de historia para jóvenes que se desarrolla mado en varias fases a iniciativa de la aso- en veinticinco países europeos. ciación Txinparta y la Sociedad de Ciencias Otra experiencia relevante de encuentro Aranzadi, en lo que constituye la exhuma- intergeneracional del alumnado con fami- ción más grande acometida en Navarra. De liares de víctimas tiene como marco el prin- igual manera, este espacio ha sido objeto cipal lugar de memoria de Navarra (y uno de recuperación en el marco de varios cam- de los principales del suroeste europeo), el pos de voluntariado juvenil, con el objeto Parque de la Memoria de Sartaguda. Desde de consolidarlo como lugar de memoria. El nuestra óptica, los lugares de memoria son símbolo de las botellas, por tanto, va aso- espacios privilegiados para el trabajo edu- ciado a los presos, y se ha utilizado en esta cativo en torno a la cuestión que nos ocupa, marcha como símbolo de memoria: esas y, como podrá verse en estas páginas, ocupa botellas portan elementos de la identidad un lugar destacado tanto en la oferta for- de aquellas personas que soñaron con al- mativa del Instituto Navarro de la Memoria canzar la libertad, que no lo lograron, y que como en la propuesta de actividades para ahora estos alumnos y alumnas acompaña- los centros. Por ello, consideramos en su

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Visita del alumnado de Ezkaba Ikastetxea a la exhumación de Leranotz, 22 de mayo de 2018 (Foto: Patxi Cascante). momento que era importante plantear una Una de las experiencias que más impacto experiencia más ambiciosa, que permitiera tiene en el alumnado es el de la visita a una el encuentro de jóvenes de diferentes cen- fosa común durante su exhumación por el tros educativos con familiares de represa- equipo técnico de la Sociedad de Ciencias liados de diferentes localidades navarras y Aranzadi. Estas visitas permiten entrar en con el propio parque. El 10 de abril de 2019 contacto directo con el drama de los des- se realizó la primera edición, en la que par- aparecidos, escuchar a los testigos cuyo ticiparon cerca de 350 alumnos y alumnas testimonio ha sido clave para la localiza- de varios centros educativos navarros. El 1 ción de la fosa, a los familiares de las per- y 2 de abril de 2020 tendrá lugar la segunda sonas que pudieran estar inhumadas en edición. La jornada se inicia con el encuen- esa fosa, a miembros de las asociaciones de tro con familiares y continúa con activida- memoria histórica, así como la explicación des como talleres de poesía y de expresión científica del equipo técnico encargado de plástica, representaciones teatrales a par- la exhumación. Este conjunto de intercam- tir de la puesta en escena de los testimo- bios confiere una profunda significación a nios de los familiares que participaron en la experiencia, como ha subrayado el pro- las exhumaciones tempranas navarras, allá por 1979, y la realización de un recorrido experiencia puede consultarse en el capítulo «Se memorialista en una de las localidades na- lo llevaron. Nunca más lo hemos visto». Sartaguda. varras más represaliada [9]. Transmisiones de la memoria», firmado por José Miguel Gastón, César Layana, Nuria Ricart y Jordi Guixé, en la obra coordinada por Iratxe Momoitio: Arte, memoria y espacio 9.–. Una descripción y análisis pormenorizado de la público, Granollers, Ayuntamiento, 2020.

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fesorado participante, que destaca cómo, familiares de personas represaliadas, y las a pie de fosa, ante los restos esqueléticos conferencias y proyecciones, en las que que se han revelado, se comprende en to- participan investigadores y documentalis- das su extensión el impacto humano de la tas. Estas actividades pretenden, ante todo, limpieza política desatada tras el golpe mi- aproximar al alumnado a las investigacio- litar de julio de 1936. Durante los últimos nes más recientes a escala local y de comu- cuatro años, han sido varios centenares los nidad en torno a la memoria sobre la vio- alumnos y alumnas que han tenido la opor- lencia desencadenada tras el golpe militar tunidad de participar en una exhumación, de 1936, pero también del franquismo y la tras un trabajo previo en el aula que les ha Transición (es el caso del material didáctico permitido contextualizar adecuadamente sobre los sucesos trágicos de los Sanfermi- la experiencia. Habitualmente ha partici- nes de 1978, por ejemplo). Estas propuestas pado alumnado de 4º de ESO o de los dos tienen, en muchos casos, la virtualidad de cursos de Bachillerato, pero también ha ser la primera aproximación que un centro habido visitas de otras etapas educativas. educativo hace a la cuestión de la memo- De hecho, una de las experiencias más in- ria, porque lo que suelen servir como toma teresantes, que creemos no tiene preceden- de contacto con el programa «Escuelas con tes, fue la visita que realizaron escolares Memoria». de 6º de Educación Primaria, procedentes Dentro de esa oferta se plantean también del colegio público Ezkaba LHI, de la loca- visitas, ya fuera del centro educativo, a lu- lidad de Antsoain, una de las localidades gares de memoria. Lugares que recuerdan ubicadas en las laderas del monte Ezkaba, y hacen memoria, en su gran mayoría, de donde se ubica el Fuerte de San Cristóbal. los procesos de represión y violencia des- La visita tuvo lugar el 22 de mayo de 2018, encadenados tras la sublevación militar de precisamente el día en que se conmemora- julio de 1936. Lugares que en la actualidad ba el ochenta aniversario de la fuga, en la se pretende convertir en espacios para la re- exhumación de dos presos en la localidad flexión crítica sobre los procesos de vulne- de Leranotz, a unos 20 kilómetros al norte ración de derechos humanos y para la pro- de Pamplona. La experiencia con alumnado moción de una cultura de paz y convivencia. más joven fue muy rica, gracias al comple- Hasta la fecha las que concentran mayor tísimo trabajo realizado previamente por demanda son las que afectan a dos de los sus profesores y profesoras, lo que demues- espacios más significativos: el Parque de la tra que el trabajo educativo en memoria Memoria de Sartaguda y el penal del fuer- puede ser incorporado en todas las etapas te de San Cristóbal, en el monte Ezkaba, en educativas. este último caso con la particularidad de A los centros educativos se les oferta que su gestión depende, todavía hoy, del también un amplio conjunto de actividades ministerio de Defensa. Pero el desarrollo y recursos para utilizar en sus proyectos de de iniciativas de asociaciones y entidades centro en torno a la memoria, y enrique- locales, y del propio Gobierno de Navarra, cerlos así. Algunas de esas actividades ya ha permitido que el panorama actual sea tenían precedentes, y la labor del Instituto mucho más amplio y rico, en especial des- Navarro de la Memoria ha sido la de faci- de la aprobación de la Ley Foral 29/2018, de litar su gestión y los contactos. Es el caso, Lugares de Memoria Histórica de Navarra. por ejemplo, de las charlas y mesas redon- La ley establece, en este orden de cosas, la das con asociaciones memorialistas y con responsabilidad del Instituto Navarro de la

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Memoria en la protección, señalización y di- la escuela e IES y de la asociación Memo- vulgación de estos espacios, con una espe- riaren Bideak, se instaló una placa, un panel cial atención al ámbito educativo. Por ello, informativo y se llevaron a cabo una serie desde el presente curso escolar 2019/2020 de actividades (entre ellas, una exposición se ha abierto a los centros una oferta de sobre el trabajo forzado) en el centro edu- excursiones que pretende agrupar en una cativo. Evidentemente, no se trata de que única excursión la visita a varios lugares las excursiones se realicen necesariamente más o menos próximos. Es el caso de tres así, y es cada escuela o instituto la que de- espacios ubicados en la Cuenca de Pamplo- cidirá qué visita se ajusta más a sus intere- na, como son el Alto de las Tres Cruces de ses en función del trabajo previo realizado. Ibero, el Parque de la Memoria de Etxauri Lo que se trata, en definitiva, es de articular o el Memorial de las Fosas de la Sierra del una oferta que permita sugerir iniciativas y Perdón [10], que comparten la característica abrir pistas. común de haber sido lugares donde se ase- La propuesta de la Ikastola Garcés de los sinó a decenas de personas, provenientes Fayos, de Tafalla, por poner un ejemplo, en su mayor parte de sacas realizadas en va en esa línea. Durante el pasado mes de la Prisión Provincial de Pamplona desde el marzo, se ha implementado una propuesta verano de 1936 hasta la primavera de 1937. educativa de centro en torno a la memoria Otra excursión propuesta es la que visita del 36 en el que han participado los depar- dos lugares similares a los anteriores, como tamentos de Euskera, Lengua, Inglés, His- son la Tejería de Monreal o el Memorial toria y Filosofía. Sus actividades, diversas: «Loiti, cementerio clandestino», al oriente proyección del documental Desafectos, so- del territorio, que se complementa bien con bre trabajos forzados durante el franquis- la visita a la carretera que une las poblacio- mo; la exposición sobre Ezkaba; charlas nes de Igal (Salazar) y Vidángoz-Bidankoze con expertas; un proyecto de investigación (Roncal), que fue construida por los llama- sobre la represión en Navarra, en general, y dos esclavos del franquismo. En esta obra, sobre Tafalla en particular; la elaboración la asociación Memoriaren Bideak erigió un de poemas y canciones… Todo formando monolito, y en 2018 se inauguró la recrea- parte de un proyecto que culminará con la ción de un barracón de los utilizados para participación en la jornada del Parque de alojar prisioneros, que se llevó a cabo en un la Memoria de Sartaguda, a celebrar a co- campo de voluntariado juvenil internacio- mienzos de abril, a la que ya se ha aludido. nal promovido por el propio INM. Se trata La oferta se completa con otras posibi- de un proyecto a nuestro entender muy in- lidades que se han estudiado con agentes teresante, en el que ha convergido el traba- de diferentes territorios. Así, por ejemplo, jo en común de la asociación memorialista, se trabaja conjuntamente con el Museo de las diferentes entidades locales del valle de la Paz de Gernika para preparar una ex- Salazar y el Gobierno de Navarra, comple- cursión que contemple la visita al propio mentando así una actuación anterior en la museo y también al Cinturón de Hierro escuela de Roncal, lugar en el que fueron de Bilbao; se contempla la visita a la ruta alojados los primeros prisioneros, y donde, Orwell en Huesca o al frente del Ebro; o al con la participación del ayuntamiento, de campo de concentración de Gurs (Francia), donde estuvieron confinados, entre otros

10.–La información sobre todos estos lugares de memoria miles de personas, más de 400 exiliadas y puede consultarse en la web http://fosas.navarra.es. exiliados de origen navarro en su huida del

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terror franquista. Esta última visita se lle- plona, el INM ha programado varias obras va a cabo en relación con la asociación Te- de teatro que tienen como denominador rres de Memoire y de Lutte, de Oloron Sainte común el abordaje de la memoria de los pa- Marie, y ha dado lugar a intercambios es- sados traumáticos europeos del siglo XX. colares de varios centros con el Lycée Jules En este sentido, nos parece de gran impor- Supervielle, también de Oloron. El alumna- tancia contextualizar la violencia vivida en do procedente de Navarra visita el memo- el 36 en Navarra, donde ni siquiera hubo rial del campo de Gurs y el monumento a frente de guerra, sino una limpieza política los guerrilleros resistentes antifascistas, y, perfectamente diseñada para la eliminación a su vez, los alumnos y alumnas francesas de la oposición política y social. No se trata conocen en su viaje algunos de los lugares de un proceso local, de razones endógenas, de memoria más relevantes de Navarra, en como tantas veces se ha pretendido argu- especial los ya mentados Parque de la Me- mentar, sino que se entiende en la lógica moria de Sartaguda y Fuerte de San Cristó- de la exclusión aplicada por los regímenes bal en Ezkaba. También se han programado fascistas y fascistizados de la Europa de los visitas a partir de propuestas emanadas de años treinta y cuarenta. Pero es cierto que los centros participantes, como la que cur- esa violencia ancla sus raíces en la destruc- saron dos institutos de Pamplona al des- ción en masa que se desató en la I Guerra tacamento penal de Bustarviejo (Madrid). Mundial; y también lo es que las prácticas Hay que hacer constar, en todo caso, que genocidas gestadas en ese siglo (si bien con consolidar intercambios entre centros es- antecedentes claros en el colonialismo de- colares resulta más complicado por el es- cimonónico) han tenido continuidad con fuerzo organizativo y la reciprocidad que posterioridad en diferentes conflictos de exige a quienes participan en ellos. Una vía geografías muy diversas. Se pretende, por interesante se plantea a partir de progra- tanto, suscitar una reflexión más amplia mas europeos, como Erasmus o eTwinning, que llegue a los procesos de vulneración que posibilitan recursos, plataformas y he- de derechos humanos que se producen en rramientas de comunicación a escala euro- nuestros días: conflictos armados, exilios, pea, que pueden resultar de utilidad para refugiados… son conceptos que continúan sustentar proyectos sobre memoria, como siendo de plena actualidad y, por ello, ele- se verá más adelante con la experiencia del mentos centrales para el análisis a la hora IES Navarro Villoslada, de Pamplona. de construir nuevos modelos de relaciones Asimismo, a los centros que participan sociales más justos, democráticos y respe- en el programa «Escuelas con Memoria» se tuosos con los derechos humanos. les ofrece una serie de recursos para uti- Las representaciones programadas tie- lizar en el desarrollo de sus propias pro- nen sesiones vespertinas dirigidas al pú- puestas. En muchos casos, no se trata de blico en general, pero también otras ma- recursos educativos concebidos exprofeso tutinas dirigidas específicamente a centros con esa finalidad, sino que se convierten educativos. En este caso, el objetivo es que en tales desde la transversalidad del pro- el alumnado que asiste a las funciones haya grama con respecto al resto de políticas de preparado previamente los contenidos que memoria a la que nos hemos referido con se trabajan en la obra teatral y que, tras anterioridad. ella, haga un trabajo de síntesis y reflexión Uno de estos recursos es el teatro. En co- final en tornos a los procesos sobre los que laboración con el Teatro Gayarre de Pam- versan. Se proporciona para ello materiales

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Marcha «Las botellas de la libertad», junio de 2018 (Fuente: Instituto de la Memoria - Gob.de Navarra).

didácticos, en unos casos elaborados por nes existentes entre conflictos aparente- la propia compañía o sus colaboradores, mente tan alejados tanto cronológica como cuando se trata de proyectos que tienen una geográficamente. Para preparar la obra, se clara vocación educativa; o unidades didác- encargó a un equipo docente del instituto ticas elaboradas para el abordaje de los con- Iturrama BHI, de Pamplona, la elaboración tenidos curriculares planteados en la obra, de una unidad didáctica que, desde el tra- organizados no en torno a la secuencia bajo cooperativo del alumnado, situado cronológica tradicional que habitualmente como protagonista principal de su proceso plantea el currículo, sino en torno a las te- de aprendizaje, facilitara la aproximación a máticas planteadas por la obra de teatro. esos procesos históricos y la reflexión sobre Así ocurrió, por ejemplo, con la progra- ellos. Esta unidad fue incorporada por una mación de la obra de teatro Donde el bosque serie de centros escolares, que la desarrolla- se espesa [11], que da cuenta de procesos de ron total o parcialmente, y se ha convertido vulneración de derechos humanos desde en el germen de una unidad didáctica en la guerra civil española a la guerra de los torno a la memoria del golpe militar, gue- Balcanes, pasando por la II Guerra Mun- rra, exilio, resistencia y campos de concen- dial, poniendo de relieve las interconexio- tración, titulada Memoria de Libertad, pre- sentada en marzo de 2020. Esta unidad no

11.– Esta obra, dirigida por Laila Ripoll y Mariano Llorente se ha concebido a la manera de productos y representada por la compañía Micomicón, fue concebida en el transcurso del proyecto europeo Unsettling similares que pretenden la transmisión de Remembering and Social Cohesion in Transnational Europe un relato más o menos cerrado en torno a (UNREST), con la participación del CSIC y de varias los procesos y acontecimientos estudiados. universidades europeas. Se representó en Pamplona los Desde nuestra experiencia docente previa, días 13 y 14 de diciembre de 2018 con la asistencia de cerca de 2.000 alumnos y alumnas de 4º de ESO y 1º de no somos partidarios de la elaboración de Bachillerato. un material de esas características. Además

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de los problemas asociados a la uniformiza- Otro recurso que se ofrece a escuelas e ción de los relatos en torno a pasados trau- institutos es la asistencia a exposiciones máticos cuando las memorias son plurales, programadas por el INM. Nos encontramos desde una concepción de la didáctica que nuevamente ante una propuesta que no respeta la autonomía de los centros para el está dirigida únicamente al público escolar, desarrollo de sus proyectos educativos, se sino que está abierta a la ciudadanía. Las trata de proporcionar materiales curricu- temáticas de estas exposiciones son varia- lares abiertos, en que el protagonismo re- das, y se pueden referir a ámbitos cronoló- cae en los alumnos y alumnas, que deberán gicos y geográficos diversos. Por ejemplo, construir su propio conocimiento a partir en 2017 se programó la exposición Destellos de las fuentes, de las indicaciones del profe- en la oscuridad, del fotoperiodista catalán sor o profesora y de la reflexión compartida Ricardo García Vilanova, que recoge sus fo- con su grupo de compañeros y compañeras. tografías de la guerra de Siria en las que se Porque no se trata de renovar únicamente refleja el horror de la guerra. La exposición los contenidos, sino también sus abordajes. se acompañó de dos sesiones dentro de un En el caso de Memoria de Libertad, se trata curso de formación dirigido a docentes en de un proyecto de investigación en que los torno al uso de la imagen como recurso alumnos y alumnas, asumiendo la perso- educativo para el trabajo en memoria. En nalidad de una investigadora, deberán re- 2019 se ha programado la exposición Ase- construir el periplo vital de una mujer que sinando por convicción. Aktion T4. Programa conoció la represión y el exilio, así como de eutanasia nazi, que recoge las políticas plantear nuevos horizontes, basados en la eugenésicas del régimen nazi y el extermi- igualdad, la tolerancia y la justicia social, nio de las personas con discapacidad. En por los que transite la sociedad que desean este caso, como novedad, se incorporaron construir y consolidar. a la exposición lenguajes que permitieran Del éxito de estas propuestas habla el su visita por personas con cualquier tipo de hecho de que hayan asistido a ellas más discapacidad. Otras exposiciones hacen re- de 4.000 escolares. Durante el curso 2019- ferencia a cuestiones más relacionadas con 2020, dos son las obras programadas. Por la memoria histórica de Navarra, y han sido una parte, Barro, de la Joven Compañía, diseñadas por el propio INM. Así, Ezkaba contextualizada en la I Guerra Mundial, 1938-2018 fue diseñada dentro del pro- que reflexiona sobre las experiencias co- grama de actuaciones para la conmemora- munes de un grupo de jóvenes, unos fran- ción del ochenta aniversario de la fuga de ceses, otros alemanes, que, más allá de los Ezkaba, dentro del denominado Proyecto conflictos nacionalistas que los llevan a Ezkaba. La exposición, inaugurada en Pam- enfrentarse en el campo de batalla, ven su plona en mayo de 2018, ha recorrido desde futuro destrozado por los intereses de las entonces más de una veintena de localida- élites políticas. Por otra, Vencidos, de Iluna des de la geografía navarra, y ha sido visita Producciones, un grupo navarro, que plan- por decenas de escuelas e institutos que, de tea la historia de una mujer, Juany, cuya una forma u otra participan en el programa vida entera está ligada a la represión vivida «Escuelas con Memoria». En 2019 fue inau- en la niñez y padecida en su familia, a su gurada Lur Azpian – Bajo Tierra. Exhuma- condición de mujer y exiliada económica ciones tempranas en Navarra, que da cuenta en los años sesenta y a las relaciones entre del movimiento social surgido en Navarra olvido y memoria. durante la Transición para la recuperación

230 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 217-232 «Escuelas con Memoria» El programa... César Layana Ilundain y José Miguel Gastón Aguas

de los cuerpos de las personas asesinadas curso de formación en el propio centro en durante la represión del 36. el que ha participado casi una veintena de Para el desarrollo de los proyectos por docentes de diferentes especialidades y ha parte del alumnado, los centros educativos desarrollado proyectos como el Txoko de la cuentan también con una serie de recursos Memoria, unas jornadas sobre cómics o el institucionales que permiten trabajos com- desarrollo de itinerarios memorialistas en plejos de investigación. Es el caso de la base Pamplona. El IES Navarro Villoslada parti- de datos del Fondo Documental de la Memo- cipa en un proyecto eTwinning titulado TO- ria Histórica de Navarra (http://memoria- TEM: Totalitarismos y Memoria, en el que to- oroimena.unavarra.es), que recoge cerca de man parte institutos de Portugal, Francia y veinte mil registros de personas que sufrie- Austria, además de este centro pamplonés. ron algún tipo de represión en Navarra, o el El proyecto pretende que todo el alumnado Mapa de Fosas (http://fosas.navarra.es), en participante comparta las respectivas me- el que se recoge la información actualizada morias y pasados traumáticos del contex- sobre las fosas del territorio. Como ya se ha to del período de entreguerras y II Guerra explicado en el apartado referido a la for- Mundial. El IES Sarriguren, también de la mación del profesorado, ha habido acciones capital navarra, ha realizado asimismo una formativas con el profesorado en que se ha apuesta en el presente curso académico por trabajado monográficamente la utilización desarrollar proyectos interdisciplinares en de estos recursos en el aula. torno a la memoria en alguno de sus cursos Decíamos al inicio que el programa te- de ESO, en la línea de lo explicado para la nía tres grandes ejes de acción. El tercero Ikastola de Tafalla. y último constituye, además, el horizonte Por su parte, el IES Valle del Ebro, de Tu- final de todo este proyecto: la creación de dela, ha firmado un convenio de colabora- una red de «Escuelas con Memoria». Esta- ción con el INM para impulsar actividades mos convencidos de que la consolidación de investigación histórica en el marco del del programa vendrá dada no sólo por la Bachillerato I+ que se ha implantado en ese implicación del profesorado más militante centro de la localidad ribera. Las investiga- en materia de memoria, sino por la apuesta ciones que ha abordado el alumnado han de los centros por convertirse en «escuelas girado en torno a la presencia de varios con memoria». Por ello, se ha trabajado en tudelanos en el campo de concentración un convenio con el departamento de Edu- de Gurs y a las exhumaciones tempranas cación, que es el competente en esta cues- en la Ribera tudelana. En este último caso, tión, para formalizar un vehículo de adhe- las alumnas encargadas de la investigación sión al programa por parte de los centros. han conseguido documentación escrita y Ese convenio, ya ultimado, se está difun- gráfica de colecciones particulares que ape- diendo por escuelas e institutos, con el pro- nas era conocida, y han conseguido arrojar pósito de ponerlo oficialmente en marcha más luz sobre un proceso insuficientemen- en el próximo curso 2020-2021. En reali- te estudiado hasta la fecha. De hecho, las dad, se trata de dar un soporte administra- dos alumnas investigadoras y su profesor tivo común a experiencias que, de facto, ya han publicado un artículo [12] que pretende están en marcha en algunos centros educa- tivos. Así, por ejemplo, el IES Mendillorri, 12.– Leire Ardoiz Jiménez, Inés Fernández Garijo y Pablo Ijalba Pérez, «Por una Memoria Histórica Europea: el caso de Pamplona, ya se ha definido como es- de las exhumaciones tempranas en España del año 1979», cuela con memoria, ha sacado adelante un Revista de estudios europeos, 75 (2020), pags. 365-377.

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poner de manifiesto la necesidad de definir tral del proceso de aprendizaje, siempre una Memoria Histórica Europea verdadera- acompañado por un profesorado formado mente inclusiva, integradora y transversal, científica y pedagógicamente. Un alumna- que no sólo aborde el origen de la Unión do que camine hacia la consecución de una Europea en el contexto de los totalitaris- auténtica ciudadanía democrática, don- mos y de la Segunda Guerra Mundial, sino de la memoria del pasado traumático se que contemple los casos nacionales de vio- convierta en uno de los faros de su viaje. lación de los derechos humanos en proce- Memoria crítica hacia todos los procesos sos represivos. Se trata, por tanto, de un de vulneración de los derechos humanos; ejemplo de una investigación a escala local memoria crítica hacia quien plantea una que permite reflexionar sobre fenómenos regresión permanente con la insana inten- de carácter más universal. ción de seguir perpetuando las desigual- dades y los desequilibrios sociales. Alum- Horizontes nado en constante proceso de formación compartiendo experiencias a través de la No queda sino avanzar renovando o re- gestación y consolidación de una red de gresar siendo revisionistas. «Escuelas con «Escuelas con Memoria» que llegue a tras- Memoria» es una realidad y una apuesta pasar nuestros límites administrativos au- estratégica de futuro, sobre todo si de for- tonómicos, ya que al campo no deberían talecer una sociedad basada en la toleran- ponérsele puertas. En un mundo globali- cia, el respeto a los derechos humanos, la zado como el actual, impulsar este tipo de solidaridad y la justicia social se trata. «Es- intercambios educativos, tomando la me- cuelas con Memoria» que, a partir de una moria crítica como germen de transforma- problematización del presente, se planteen ción, contribuirá a asentar las bases de una renovar didácticamente la práctica docen- sociedad diferente, mucho más equitativa, te, otorgando al alumnado el papel cen- más solidaria y más justa.

232 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 217-232 Santiago Álvarez: Homenaje y memoria de un comunista universal

Xabier Ron Fernández IESP Ames / CIRP En tiempos de confinamiento

Sexta semana de confinamiento causa- do por el SARS-COV-2. Se dice pronto. El Estado de Alarma, antesala —en algunos aspectos de suspensión de derechos de ciu- dadanía— de los Estados de Excepción tan queridos por Franco, nos hace vivir encerra- dos y tiranizados por el espectáculo de los medios de comunicación. Bajo el dominio de una cierta , resurgen las delacio- nes de balcón, práctica bien alentada por los franquistas en su persecución de los «rojos». Uno puede pensar que en este clima as- fixiante es imposible que la escritura brote, pero, nada de eso, adquiere un valor tera- peútico profundo y balsámico. Y para ello, nada mejor que dialogar con el libro ho- menaje a Santiago Álvarez y animar a que lectores y lectoras conozcan mejor a quien fue uno de los más destacados dirigentes del PCE [1].

1.– Peña-Rey Bouzas, Manuel (coord), Homenaxe a Santiago Álvarez (1913-2002). O libro dos amigos, camaradas e ad- Santiago Álvarez durante la Guerra Civil miradores, Santiago de Compostela, Partido Comunista de (Fuente: buscameenelciclodelavida.com). Galicia, 2019 [384 páginas]. El libro fue coordinado y pro- logado por Manuel Peña-Rey Bouzas y cuenta con un epí- No se puede hacer Historia sin Memoria logo de Xesús Alonso Montero, y, aunque no figure en los créditos, queremos citar expresamente a Isabel Peña-Rey, que puso todo su empeño durante el verano de 2019 para Es lugar común en los debates historio- que este proyecto viese la luz. Indicar que el Fondo San- gráficos el hecho de marcar que Historia y tiago Álvarez está en la Fundación 10 de Marzo. Está for- Memoria no son lo mismo, pero tenemos el mado por unas 70 cajas que contienen un total de 15.314 convencimiento de que sin Memoria no es documentos que se catalogan en seis secciones temáticas. Todo está digitalizado y a disposición de los investigado- posible hacer Historia. La subjetividad de la res, según nos informa Noemí Castro Blanco (pp 40-41). primera persona que recuerda, a pesar de

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las lagunas, a pesar de los desvíos, nos per- do elegido como Secretario General [5]. mite, en no pocas ocasiones, restituir y res- Nunca las raíces tuvieron tanta impor- catar fragmentos olvidados de la Historia. tancia como con Santiago Álvarez: su aldea Al leer las Memorias de Santiago Álvarez de San Miguel de Outeiro (Vilamartín de pisamos las escurridizas baldosas de unas Valdeorras, Ourense) le situa en el mun- circunstancias históricas que fueron terri- do rural y campesino, en la puerta de sali- blemente adversas. En el libro-homenaje da hacia Castilla, y es este contexto, como que sirve de base para este texto contamos confirma él mismo en sus Memorias [6], el con estas dos vertientes: la historiográfica, que explica que, desde muy joven, se impli- bien representada por las notas biográficas cara en política —se hace comunista con 17 de Víctor Santidrián [2]; la memorial, encar- años— y que tomara conciencia de la dura nada por los testimonios de sus amistades vida del campesino en las siegas de Castilla y camaradas y por sus propias memorias [3]. a las que acudió entre 1928 y 1935. El diálogo entre ambas vertientes es enri- El asalto al poder de los golpistas, el 18 quecedor y necesario para el historiador [4]. de julio de 1936, lo coge justo en Madrid, a Cuando hablamos de un autor se suele donde acudiera para asistir al Comité Cen- decir que la vida y la obra pueden leerse tral de PCE. Desde ese momento, Santia- de manera separada. No sucede lo mismo go Álvarez se hacer valer y destaca por su cuando se trata de un personaje de rele- arrojo. Su activismo le lleva a crear las Mi- vancia política: su vida es su obra y vice- licias Populares Gallegas, auspiciadas por versa. Eso es lo mejor define al comunista Manuel Rodríguez Castelao, uno de los pa- Santiago Álvarez. La sintética pero deta- dres del nacionalismo gallego y, sin duda, llada biografía de Santidrián nos deja ver la personalidad cultural más reconocida de que estamos ante un hombre coherente y Galicia. A lo largo de su vida, estas dos figu- de profundas convicciones comunistas. La ras mantendrían una fluida relación y una cuestión nacional y la situación del campo interesante correspondencia [7]. fueron dos de los grandes temas de militan- Santiago Álvarez destacó en su papel de cia de Santiago Álvarez, pero también de Comisario Político del Ejército Popular por estudio y análisis. Sin duda, la particulari- su dedicación y por realizar con acierto la dad de estos temas en Galicia le hizo perse- tarea de mantener elevada la moral de las verar en la creación del Partido Comunista de Galicia. Santiago Álvarez viviría la cul- minación (1965-1968) de un largo proceso 5.– En 1973 sería reelegido y siguió hasta que en 1979, dentro de la tercera reelección, dimite y deja la secretaría que concluyó en lo que fue su primer Con- para adentrarse con tesón en el mundo de la escritura y greso en París, en diciembre de 1968, sien- sus memorias. 6.– «Uno de los factores que más han influido en mi con- versión al comunismo ha sido el cariño que siempre he sentido por las gentes trabajadoras de mi tierra, de las 2.– Víctor Manuel Santidrián Arias, «Notas para unha bio- cuales me considero parte integrante» (p. 154), vol. I: «Ju- grafía imprescindible: Santiago Álvarez Gómez (1913- ventud e infancia (1920-1936)» (pp. 147-171). 2002)» (pp. 23-39). 7.– Por eso nos congratulamos de que el libro-homenaje 3.– «O libro dos amigos, camaradas e admiradores» (pp. incluya una selección de su libro Castelao y nosotros los 51-142); «Escolma de textos» (pp. 147-376). comunistas (1984), que sirve para deshacer ciertas teorías 4.– Véase Astrid Erll, Memoria colectiva y culturas del re- preconcebidas y que llegaron hasta nuestros días, distor- cuerdo. Estudio introductorio, Bogotá, Ediciones Uniandes, sionadas por la cerrazón ideológica y partidaria, muy lejos 2012, pp. 1-45 sobre la importancia del diálogo entre dis- de lo que ejemplificaron con sus actos Santiago Álvarez ciplinas cuando hablamos de Memoria. y Castelao.

234 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 233-238 Santiafo Álvarez: Homenaje y memoria de un comunista... Xabier Ron Fernández

Santiago Álvarez con Dolores Ibárruri y Enrique Líster en Brunete, durante la Guerra Civil, julio de 1937 (Fuente: Archivo Histórico del PCE).

tropas [8]. Estuvo en las principales batallas to a ir a donde se le pide que lo haga. Solo de la contienda bélica y siempre bajo las así se explica que volviera del exilio cuba- órdenes de otro comunista gallego ilustre, no (1940-1944) en año tan peligroso como Enrique Líster (5º Regimiento, 11ª Divi- 1944 [9]. La reconstrucción de los lazos de los sión). Al hilo de esas batallas conocemos comunistas, la agitación y la propaganda también la importante tarea de la Alianza eran tareas necesarias, pero muy peligrosas de los Intelectuales Antifascistas para la y, consecuencia casi inevitable, Santiago Defensa de la Cultura, en donde estuvo en Álvarez es detenido el 25 de agosto de 1945 contacto con lo mejor de la cultura repu- y, después de las torturas y de un Consejo de blicana: Miguel Hernández, Rafael Alberti, Guerra sacudido por la presión internacio- María Teresa León, José Bergamín... Pero, nal, es condenado a 18 años de cárcel y no a como todos sabemos, a inicios de febrero pena de muerte. Estuvo en la cárcel de Lo- de 1939 llegan las órdenes de retirada y el groño, incomunicado en su celda 8, hasta el 9 de febrero nuestro protagonista entra en 21 de noviembre de 1951 cuando lo mandan Francia por el Col de Bañuls. al penal de Burgos, que contaba con la me- A partir de esa fecha, y hasta 1978, lleva jor organización interna a cargo del Partido, la vida de un hombre del Partido: dispues- claro, en donde estaría hasta el 10 de enero

9.– Circunstancias que nos cuenta en el vol. III: «El Exilio, 8.– Estos hechos forman parte del vol. II: «Guerra Civil y su la 2ª Guerra Mundial y el regreso a España (1936-1945)» tarea como comisario Político (1936-1939)» (pp. 173-223) (pp. 225-255).

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de 1954 [10]. Después, se iniciaría su segundo rar como referencia de aprendizaje. En los exilio, otra vez en Cuba, y otros países en 43 testimonios que figuran en el libro, vere- función de las necesidades del partido [11]. mos que se anuncian múltiples detalles de Los regresos a España se verían sacudidos quien fue el primer Secretario del Partido por nuevas estancias en la cárcel (dos veces Comunista de Galicia [13]. en 1976..., una vez muerto el Dictador) [12]. Los atributos de su personalidad, entre El relato memorial se nutre también de los que destacan por la insistencia, su tenaz anécdotas, que introducen en ocasiones autodidactismo, su «nobleza de espíritu», matices sobre lo que pensamos recordar. Lo su capacidad para dialogar y su gran capa- anecdótico puede elevarse a categoría de cidad de trabajo. universal. Lo anecdótico puede ser testimo- Su honesta entrega al ideal de comunis- nio de eso que se denomina microhistoria y mo como «esperanza» para la emancipa- que, en determinados momentos, ha sido la ción del ser humano. Su denodada lucha —y historia que pasa desapercibida. Cuando el sacrificios personales— por la libertad y la historiador se enfrenta a la reconstrucción democracia, por la dignidad de la memoria memorial debe disponer de diferentes tipos republicana. Su capacidad para mediar en- de textos y discursos: autobiográficos, his- tre las diversas tendencias que se abrían en toriográficos, jurídicos, políticos, periodís- el interior del Partido. ticos,... pues la tarea de Hacer Historia con Su profunda relación con el entorno en rigor y seriedad no es tarea fácil. el que nació, Valdeorras, y con la cuestión ¿Cómo nos recordarán las personas que nacional, consciente de que Galicia era una nos han conocido? ¿Por nuestros actos nación. La relación con diferentes intelec- solo? ¿Por nuestra forma de ser? ¿Se per- tualidades gallegas: Alejandro del Valle, derá la perspectiva ante lo políticamente Blanco Amor, Castelao, Celso Emilio Fe- correcto y solo se hablará bien de uno? ¿No rreiro, Isaac Díaz Pardo, Florencio Delgado existirán los matices? No se trata de hacer Gurriarán, Lorenzo Varela, Neira Vilas, Paz hagiografía —tampoco lo contrario, la crí- Andrade, Rafael Dieste, Ramón de Valen- tica infundada— sino tan solo de entender zuela, Uxío Novoneyra, Xesús Alonso Mon- por que podemos decir que Santago Álva- tero, etc. rez es una de los personalidades históricas Lo complejo y duro que es ser militante, que el sistema educativo debería incorpo- y las consecuencias que tenía —por su ca- rácter clandestino— no solo para los mili- 10.– Estos acontecimientos vienen narrados en el vol. IV: tantes, sino para sus familias. Sin embargo, «La tortura, la pena de muerte y los años de cárcel (1945- 1954)» (pp. 257-285). Sin duda, una de las más emotivas y como ponían de manifiesto los periodistas que nos da tesimonio de «como resistí esos años encerra- de la Transición, le caracterizaba, al igual do y solo, sin que me haya vuelto loco» (p. 277). que a Marcos Ana, la ausencia de rencor y 11.– Son los años del vol. V: «La lucha sin cuartel, los años de victimismo. de exilio y clandestinidad (1954-1972)» (pp. 287-315) y vol. VI: «La lucha por la libertad y la democracia (1962- 13.– Algunos de estos testimonios (como Vicente Álvarez 1983)» (pp. 317-351). Areces, David Álvarez Carballido, Camilo de Dios o Xosé 12.– «Empiezo a escribir en la prisión de Carabanchel, de Neira Vilas), por desgracia, han fallecido desde que se Madrid, en que me hallo encarcelado, una vez más, en este definieran los objetivos de este libro-homenaje y su cul- verano de 1976» (p. 149). En una celda nace la redacción minación. Sirva, por lo tanto, esta reseña para honrar la de los 6 volúmenes que componen sus Memorias y que memoria de los camaradas que nos han dejado y que han publicó Ediciós do Castro entre 1985 y 1997, año en que entregado lo mejor de sus vidas para luchar por el ideal Santiago Álvarez es homenajeado en el compostelano del comunismo, a pesar de las duras y adversas circuns- Teatro Principal. tancias.

236 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 233-238 Santiafo Álvarez: Homenaje y memoria de un comunista... Xabier Ron Fernández

De izda. a dcha., de pie, I. Gallego, J. Semprún, E. Líster, D. Ibárruri, S. Carrillo, A. , F. Romero Marín, J. Moix y M. Delicado; agachados: G. López Raimundo, F. Claudín, T. García, R, Mendezona y Santiago Álvarez durante el VI Congreso del PCE, celebrado en Praga en enero de1960 (Fuente: Archivo Histórico del PCE).

El empeño en la creación y puesta en trascendentales no solo para Santiago Ál- marcha del Partido Comunista de Galicia y varez sino para la Historia de Galicia y de la compleja vida durante el postfranquis- España. Con este libro revivimos el dolor y mo. La importancia de la distribución de la tragedia, no solo de la Guerra Civil, sino Mundo Obrero (PCE) y A Voz do Pobo (PCG) del exilio republicano, del trato inhumano como información alternativa a la propa- brindado por Francia, confinando en Cam- ganda franquista. Su distribución suponía pos de concentración a miles y miles de re- un verdadero peligro para la integridad fí- publicanos y dejándolos morir de hambre sica de los comunistas, muchos fueron tor- y frío (casi medio millón había entrado en turados y conocieron la cárcel por hacerlo. Francia). Pero también asistiremos a bos- La legalización del PCE (6 de abril de quejos de las diversas discusiones que sa- 1977), la decepción de las primeras eleccio- cudieron la vida interna del PCE y PCG, sin nes del 15 de junio de 1977 y la dificil trave- descartar la aun actual controversia sobre sía del PCG en democracia. la consideración que el Partido tiene de los La importancia de París para el PCE y errores del pasado, véase, principalmente PCG para adoptar las decisiones de actua- la naturaleza del estalinismo. ción en el interior. Los 6 volúmenes que conforman las Me- En cada uno de los volúmenes extracta- morias de Santiago Álvarez no son accesi- dos nos encontramos con acontecimientos bles, por eso, es importante poder disponer

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De izda. a dcha. Santiago Álvarez, José Unanúe y Simón Sánchez Montero, durante su salida de la cárcel de Carabanchel el 4 de agosto de 1976, tras la aprobación del decreto de amnistía (Fuente: Archivo Histórico del PCE). de lo esencial de las mismas en un solo vo- ner el recuerdo significa reinterpretarlo y lumen. Así, le llegará mejor al gran público y actualizarlo» [14], pero nosotros diríamos que eso, hoy, es más necesario que nunca: el tér- debemos tener cuidado al hacerlo y que sea mino «comunista» vuelve a adquirir sus ro- siempre con el rigor de la argumentación pajes de diablo con rabo en las redes de unos y de las nuevas pruebas que permitan tal medios entregados a la miseria intelectual y reinterpretación y actualización. En caso social de la extrema derecha en todo el Es- contrario, caeríamos en el revisionismo, tado. Necesario es que se conozca la vida y que tantas altas cotas negativas está al- acciones de quienes más lucharon para que canzando en nuestros días. Pero actualizar pudiésemos llegar a un estado de democra- también puede ser sinónimo de mantener cia, aunque no, ciertamente, la que hubie- viva la memoria de personas como Santia- ran deseado, tambaleada como está por los go Álvarez siendo dignos herederos de su vientos huracanados del capitalismo salvaje. compromiso y de su lucha por el ideal co- Dice Gabriel Amengual que «mante- munista y la emancipación del ser humano.

14.– Gabriel Amengual, Mantener la memoria, Barcelona, Herder, 2018, p. 38.

238 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 233-238 Vivir de pie. Francisco Ortiz Carmona, un compromiso inquebrantable de lucha por la libertad

Juan Carlos Marín Sánchez Universidad Complutense de Madrid La localidad jiennense de Begíjar con- taba, durante el primer tercio del siglo XX, con un movimiento obrero fuertemente or- ganizado. Prueba de ello son la fundación de la Sociedad de Agricultores «La Razón» —adscrita a la UGT— en 1913, o de la Agru- pación Socialista un año después. Muchos de sus miembros acabaron en la cárcel tras la Huelga General de 1917 [1], año en el que el PSOE local ya contaba con representa- ción en el ayuntamiento en un momento en el que dicho partido contaba apenas con 26 concejales en toda Andalucía [2]. Duran- te este periodo, el campo andaluz vivió un elevado grado de conflictividad social que, irremediablemente, estaba ligado al pro- blema de la tierra, su propiedad, acceso y condiciones en las que se trabajaba. Buena parte de las reivindicaciones buscaban me- jorar las pésimas condiciones económicas y sociales de la población jornalera caracte- rizadas por el paro, el hambre y la miseria: en 1920, se secundaba en la localidad una

1.– Santiago de Córdoba, Andadura hacia la libertad. Docu- mentos para la historia de la UGT de Jaén, Jaén UGT-Unión Foto facilitada por la familia. Provincial de Jaén, 2007, p.73. 2.– Francisco Acosta, «Experiencias políticas de republica- huelga convocada en varios municipios de nos y socialistas en la construcción de una cultura demo- la provincia para exigir mejoras salariales. crática en Andalucía», en Salvador Cruz, Andaluces contra En este estado de cosas, no resultaría ex- el caciquismo. La construcción de una cultura democrática en la Restauración, Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, traño pensar que la experiencia revolucio- 2012, pp. 23-48. naria de 1917 en Rusia abrió una ventana

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de esperanza entre la población obrera: los que condenaba a la miseria a quienes for- votos de la Agrupación Socialista de Begí- maban parte de su entorno más inmediato. jar, representada por Virginia González en La proclamación de la República el 14 de el Congreso Extraordinario de 1921, conta- abril de 1931 trajo consigo la esperanza de bilizaron a favor de la integración del PSOE ver cumplidos los anhelos de una reforma en la III Internacional [3]. El mismo Ramón agraria que contribuyera a solucionar los Lamoneda, nacido en dicha localidad, invi- problemas del campo que, especialmente en tó por carta a unirse al recién creado PCOE Andalucía, estaba ligado a la concentración a sus paisanos de la Agrupación Socialista, de tierras en pocas manos, el alto índice de señalando «los duros castigos que la demo- paro o las pésimas condiciones laborales de cracia burguesa habían infligido a pueblos la población jornalera. Unas expectativas como Begíjar» como argumento para unirse que parecieron no cumplirse: en marzo de a la táctica de la Internacional de Moscú [4]. 1932, una comisión de Begíjar encabezada Fue este contexto el que vio nacer a por el alcalde se reunía con el Ministro de Francisco Ortiz un 22 de agosto de 1919 en Trabajo Largo Caballero para exponerle la Begíjar y, sin el cual, nos sería muy difícil situación que se vivía en el campo ante la comprender en su totalidad su trayectoria falta de trabajo [6] y, en septiembre de 1933 posterior. La difíciles condiciones econó- se convocaba una huelga indefinida en la micas hicieron que apenas tuviera oportu- localidad que se prolongó durante sema- nidad de asistir al colegio durante su niñez nas [7]. Con 4.239 habitantes según el censo y, más aún, de acceder a estudios superio- de 1930, la localidad despuntaba como uno res. Pese a ello, aprendió a leer y escribir y de los principales focos de lucha sindical de alcanzó una notable formación política y la provincia de Jaén en este periodo. cultural gracias, en buena medida, a que la Fueron años en los que Francisco tra- Casa del Pueblo construida en 1931 contaba bajó principalmente como jornalero entre con una biblioteca que, desde entonces, se el olivar y los cereales. Desde muy joven erigió en un verdadero centro cultural local empezó su implicación política en las or- para la formación de la militancia socia- ganizaciones obreras afiliándose a UGT y lista y ugetista [5]. Lejos de grandilocuentes reivindicando la mejora de las condiciones elaboraciones teóricas que en ocasiones se laborales. Su hermano Pedro fue encarce- descubren poco prácticas, Francisco forjó lado en 1934 como consecuencia de una un aprendizaje político desde la cotidiani- huelga de jornaleros [8]. También se afilió a dad de la lucha diaria, desde la experiencia las Juventudes Socialistas el 4 de febrero de de sufrir en primera persona las injusticias 1936, poco antes de producirse el triunfo de un sistema económico, político y social del Frente Popular y de la creación de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). En 3.– Luis Segura, Comunistas en tierra de olivos. Historia del esta organización ocupó la Secretaría de PCE en la provincia de Jaén. 1921-1986, Jaén, Universidad de Jaén, 2018, pp. 34-36. Cultura del Comité Local, una responsabi- 4.– Ramón Lamoneda nació en Begíjar en 1892 y fue uno lidad que denotaba su curtida formación de los dirigentes que abandonó el PSOE en 1921 ante política y madurez pese a su juventud. la negativa de unirse a la Internacional Comunista. Más tarde regresó al Partido Socialista y, en 1936, sería elegido Secretario General de dicha organización. Carta fechada 6.– La Voz, 31 de marzo de 1932. el 28 de abril de 1921, facilitada por Izquierda Unida de 7.– Democracia, 8 de septiembre de 1933; La Libertad, 24 Begíjar. de septiembre de 1933. 5.– S. de Córdoba, Andadura hacia la libertad, p.73. 8.– L. Segura, Comunistas en tierra de olivos, p 430.

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Cabecera del expediente penitenciario de Francisco Ortiz Carmona abierto en la Prisión Provincial de Jaén (Fuente: Archivo Histórico Provincial de Jaén). Unos meses después del estallido de la Cabe destacar también que su hermano Pe- guerra civil, con tan solo diecisiete años, dro formaba parte del Comité Provincial de Francisco se enroló voluntariamente en las la citada organización juvenil ocupando la filas del Ejército Popular de la República Secretaría de Agitación y Propaganda pri- hacia febrero de 1937. Quedó encuadrado mero y la Secretaría Sindical después, desde en el Batallón «Pablo Iglesias», que forma- las que mantuvo contactos con destacados ría parte a su vez de una 25 Brigada Mixta dirigentes como Ignacio Gallego o Santia- asentada durante los primeros meses de go Carrillo [11]. Finalizada la Guerra Civil con guerra en la provincia de Jaén y que des- la victoria franquista el 1 de abril de 1939, pués tendrá un carácter itinerante en fun- Francisco fue encarcelado en la Prisión de ción de las necesidades militares de otras Partido de Baeza (Jaén), en la que permane- unidades ante la situación estática que vi- ció un total de trece meses. Allí compartió vió el frente jiennense durante buena parte presidio con su hermano, fusilado el 1 de del conflicto [9]. Durante este periodo, ade- marzo de 1940 en las tapias del cementerio más, fue alumno de la escuela de Cuadros de la misma localidad, hecho que sin duda «Juan García» en Jaén, uno de los órganos le dejó una profunda huella. creados por las JSU para realizar activida- Años especialmente duros los de la pos- des de formación militar, física y cultural [10]. guerra, especialmente en una provincia

9.– Carlos Engel, Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la República, Madrid, Almena, 1999, pp. 39-40. 584,35,10, Centro Documental de la Memoria Histórica 10.– «Señas de los distintos alumnos de la Escuela de (en adelante, CDMH). Cuadros Juan García». Sección Político-Social Barcelona, 11.– L. Segura, Comunistas en tierra de olivos, p. 143.

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como la de Jaén, que no impidieron la reac- La sentencia se falló el 13 de octubre del tivación de la lucha contra la dictadura: en mismo año. A Francisco se le imputó un de- 1942 el PCE ya contaba con cierta estructura lito de rebelión militar por la organización orgánica en la clandestinidad y, para 1944, del Partido Comunista en la clandestini- se constituía el Comité Provincial y núcleos dad, ejercer la jefatura del Comité Local y el de militantes comunistas organizados en reparto de propaganda contra la dictadura distintos municipios. Uno de ellos fue Be- franquista [15]. Las penas impuestas fueron gíjar, que contaba ya con una considerable considerablemente elevadas: los principa- militancia antifranquista articulada en tor- les líderes provinciales fueron condenados no al Comité Local del PCE cuyo Secretario a muerte y, en el caso de Francisco, la pena General era, precisamente, Francisco [12]. impuesta fue la de treinta años de prisión. El grupo tuvo su principal enlace a tra- Permanecería aún unos meses en la Prisión vés del Comité de la vecina localidad de Provincial de Jaén hasta que, en octubre Linares, importante núcleo minero, y sus de 1946, se ordenó su traslado a la Prisión actuaciones principales consistieron en el Central de Burgos [16]. Una decisión de las reparto de propaganda y la recaudación de autoridades franquistas que, en sí misma, pequeñas cantidades de dinero destinadas a constituía una condena añadida en tanto ayudar a los presos políticos y sus familias. que suponía alejarlo más de 500 kilómetros Una labor política nada desdeñable aten- del lugar de residencia de sus familiares y diendo a las circunstancias en las que se de- seres queridos. sarrolló, frente a un Estado franquista que Las condiciones en dicha prisión fueron contaba con un aparato represor perfecta- realmente pésimas y de una dureza extre- mente engrasado, y en las que las personas ma. Hambre, frío, enfermedades, torturas, involucradas demostraron sin duda un gran y todo tipo de calamidades que merma- coraje y valentía si tenemos en cuenta que, ron seriamente la salud de los detenidos, con ello, ponían en riesgo sus vidas. situación que en distintas ocasiones fue En el mes de julio de 1945 fue desarti- denunciada por ellos mismos a través de culado el Comité Provincial de Jaén como medios como la elaboración de un boletín consecuencia de las detenciones efectuadas de Mundo Obrero desde la propia cárcel [17]. por la Guardia Civil en varios municipios. El Francisco compartió penurias con algunos día 26 de ese mes sería detenido Francis- de sus paisanos y camaradas que también co, junto a algunos de sus camaradas, «por habían sido detenidos y juzgados junto a él estar afiliado como Jefe de un Grupo del en 1945, publicándose incluso noticias en Comité de Ayuda del Socorro Rojo» según las páginas del mencionado boletín sobre consta en el informe de la Guardia Civil [13]. la situación de Begíjar en estos años gra- Ingresó entonces en la Prisión Provincial cias a las cartas que recibían de familia- de Jaén y, unos días después, comenzó a instruirse el Consejo de Guerra contra él y Prisión Provincial de Jaén: Exp.42758, Archivo Histórico otras cuarenta y cuatro personas en la cau- Provincial de Jaén (en adelante, AHPJ). sa 687/45 [14]. 15.– «Causa contra Francisco Ortiz Carmona», Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC): 12.– L. Segura, Comunistas en tierra de olivos, pp. 216-218. Exp.1000/1949, CDMH. En este expediente existe copia 13.– «Expediente de Francisco Ortiz Carmona», 1945, de la sentencia del Consejo de Guerra 687/45. Dirección General de la Guardia Civil: Leg.423,Exp. 42220. 16.– AHPJ, Expediente Penitenciario nº 42758. Archivo General de la Administración (en adelante AGA). 17.– Mundo Obrero. Suplemento local del Penal de Burgos, 14.– «Expediente procesal de Francisco Ortiz Carmona», 8 junio de 1947.

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Participación de la agrupación comunista de Begíjar en la manifestación por la autonomía andaluza del 2 de diciembre de 1979 en Jaén (Foto: Miguel Ruiz, fuente: Facebook).

res [18]. Fue probablemente la cárcel en la por el Tribunal Especial para la Represión que el PCE estuvo más y mejor organizado de la Masonería y el Comunismo durante durante la dictadura franquista, puesto que su propia estancia en prisión por «delito de allí recalaron buena parte de sus líderes y comunismo», que finalizó con el sobresei- militancia, circunstancia que permitió a miento de las actuaciones [20] . Francisco continuar su formación y trabajo Permaneció en prisión hasta el año 1959, político en una situación de extrema difi- cuando pudo acogerse a los beneficios pe- cultad demostrando que, pese a lo sufrido, nitenciarios del Decreto de 25 de julio de aún quedaban energías para la lucha anti- 1954, cumpliendo así casi la mitad de la franquista. Ello le permitió también esta- pena impuesta [21]. Ese mismo año, los ecos blecer contactos con camaradas de otros de la llamada «Huelga Nacional Pacífica» puntos del país que se revelarán de gran convocada por el PCE el 18 de junio se deja- utilidad años después para la reconstruc- ron sentir en su localidad natal, aunque con ción del partido [19]. Como muestra de hasta un alcance limitado [22]. Un regreso marca- qué punto llegaban las ansias represoras do, como es natural, por una gran emoción del franquismo, podemos señalar también el procedimiento abierto contra Francisco 20.– «Causa contra Francisco Ortiz Carmona», Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC): Exp.1000/1949, CDMH. 18.– Mundo Obrero. Suplemento local del Penal de Burgos, 1 21.– L. Segura, Comunistas en tierra de olivos, pp. 221. de julio de 1947. 22.– Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del PCE, 15 19.– Entrevista realizada a AGS. 28 de diciembre de 2019. de julio de 1959.

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entre sus familiares, que volvían a tener co en noviembre de 1975. Fue precisamente con ellos a aquel joven muchacho encarce- Francisco Ortiz uno de los elementos más lado con solo 25 años y que regresaba con destacados en este periodo de reorganiza- 40 [23]. Poco después pudo casarse y conti- ción, todavía en la clandestinidad, gracias nuó trabajando como jornalero durante los a los contactos que todavía seguía mante- siguientes años, principalmente en la reco- niendo con algunos camaradas desde su lección de la aceituna y marchando como paso por la cárcel o la guerra civil, como fue vendimiador a otros puntos de la geografía el caso de Ignacio Gallego, figura clave en española como La Mancha. la reconstrucción del PCE en la provincia Durante los años sesenta se asistió, en de Jaén durante estos años. De esta forma, la provincia de Jaén y el sur de España en para cuando se produce la legalización del general, a un espectacular proceso de emi- PCE el 9 de abril de 1977, el partido afronta gración de miles de personas hacia otras en Begíjar la nueva etapa tras décadas de zonas del Estado español y del extranje- clandestinidad con una fuerte implantación ro huyendo de las pésimas condiciones de bajo el liderazgo de Francisco [27]. Apenas vida existentes. Pero también fue una eta- dos meses después se celebraron elecciones pa marcada por una tímida pero creciente generales en España después de cuarenta y reactivación de las protestas obreras en la un años y los datos así lo avalaron: el PCE provincia de Jaén, exigiendo no solo mejo- cuadruplicó en la localidad el resultado de ras laborales sino también atravesadas por la media estatal, consiguiendo el segundo un fuerte antifranquismo. Así, las huelgas mejor porcentaje de votos de la provincia en el campo se convirtieron en el método de Jaén con un 38,25% de los votos [28]. de presión más recurrente por parte de los Dos años después se celebrarían las pri- jornaleros en sus demandas [24]. En el caso de meras elecciones municipales tras la apro- Begíjar, se tiene constancia de que duran- bación de la Constitución de 1978. Pese a te los años sesenta estaba activo el Comi- las dudas iniciales mostradas por Francis- té Local del PCE, aunque no hemos podido co, que en ese momento contaba con se- constatar el papel que pudiera desempeñar senta años y partidario de una renovación Francisco en esta etapa [25]. En 1968 sufrió en los liderazgos para dar entrada a perso- la pérdida del que había sido camarada y nas más jóvenes, encabezó la candidatura compañero de tantas luchas, Miguel García del Partido Comunista para la alcaldía. Su Vilches, con quien además compartió años carta de presentación, décadas de impeca- de prisión en Burgos [26]. ble lucha antifranquista y por los derechos La actividad del Comité Local del PCE de la clase trabajadora, habiendo pagado en Begíjar tuvo un considerable impulso a un alto precio por ello como atestiguaba su partir del atentado contra Carrero Blanco condición de preso político durante quince en diciembre de 1973 y, como es natural, la años. Con estos ingredientes, el resultado muerte del propio dictador Francisco Fran- fue espectacular: el PCE consiguió, con un 57% de los votos, siete de los once conce- 23.– Entrevista realizada a MON. 28 de diciembre de 2019. jales de la corporación [29]. El 19 de abril de 24.– Ana Belén Gómez, «El lento despertar de la conflic- tividad obrera en la provincia de Jaén durante el tardo- 27.– Entrevista realizada a AGS. 28 de diciembre de 2019. franquismo», en Revista de estudios regionales, 90, (2011), 28.– Fuente: Ministerio del Interior. pp. 131-153. 29.– Luis Garrido, Cuarenta años de ayuntamientos demo- 25.– L. Segura, Comunistas en tierra de olivos. 271-273. cráticos en la provincia de Jaén (1979-1983), Jaén, Instituto 26.– Información española, 1 de julio de 1968. de Estudios Giennenses, 2019, p.37

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1979 fue investido alcalde su pueblo, Be- para la tercera edad, un consultorio médi- gíjar, con 9 votos favorables (consiguiendo co, la construcción de un nuevo colegio o así el apoyo de otros grupos políticos) [30]. una biblioteca municipal. Francisco volvía, treinta y cuatro años des- También se impulsaron medidas de mar- pués, al mismo edificio en el que había pa- cado carácter simbólico. Una de las prime- sado unas horas como detenido en 1945, ras impulsadas como alcalde fue el cambio pero en esta ocasión como alcalde. Poco en la denominación de calles para que estas después lo visitaría el Secretario General estuvieran acordes al nuevo tiempo demo- del PCE, Santiago Carrillo, para darle la crático iniciado en 1977. Fue así como la enhorabuena en persona. Plaza de Generalísimo dio paso a la Plaza Cuando comenzó su etapa como alcalde de la Constitución y la Avenida de Falange a se encontró ante sí con un panorama en el la Avenida de Andalucía. También desapa- que, literalmente, estaba todo por hacer. recieron del callejero los nombres de mili- Dada la precaria situación en que se encon- tares golpistas como Mola, Yagüe o Carlos traban algunos de los servicios más básicos, Haya, que fueron reemplazados por los de estos se convirtieron en una de las priori- Antonio Machado, Federico García Lorca o dades del primer equipo de gobierno local la Libertad. elegido democráticamente en más de cua- En las actas plenarias de su periodo renta años. Alumbrado público, suministro como alcalde se puede rastrear el proceso de agua potable en algunas zonas donde autonómico andaluz por la vía del artículo aún no existía, asfaltado y pavimentación 151 de la Constitución, que contó siempre de calles, alcantarillado, instalación tele- con el apoyo del PCE y el PSOE, o la rei- fónica, etc. son algunas de las obras que se vindicación de la mejora de las condiciones realizaron bajo su mandato para conseguir de los trabajadores del campo y otros sec- mejorar estos servicios. tores. Se aprobó también conmemorar cada Francisco fue conocido, no sin cierta año el Día Internacional de la Mujer el 8 de sorna, como el de la boina y el bocadillo en marzo y se declaró al municipio como zona el Gobierno Civil de Jaén, institución a la desnuclearizada el 20 de octubre de 1983, a que acudía frecuentemente en busca de la vez que se pedía un cambio en el modelo conseguir vías de financiación para algunos energético hacia uno basado en las ener- de sus proyectos. Provisto de un bocadillo gías renovables. y con su inseparable boina, llegaba a pasar En las elecciones municipales de 1983 horas esperando a que el Gobernador se revalidó su victoria, continuando como reuniera con él, quien en ocasiones rehuía alcalde hasta 1987. Durante sus ocho años hacerlo y solo cedía ante su insistencia [31]. de mandato se caracterizó siempre por Gracias en buena medida a esto, fue como su cercanía a la ciudadanía y un talante consiguió que el municipio se dotara de dialogante, consiguiendo que buena par- servicios públicos como una guardería mu- te de sus medidas fueran aprobadas por nicipal, instalaciones deportivas, un hogar un amplio consenso y contando siempre con el respeto de sus adversarios políti- 30.– «Acta de la sesión de constitución del nuevo cos. También es de resaltar la honradez, Ayuntamiento el 19 de abril de 1979», Libros de Actas, Caja honestidad y compromiso con la sociedad 30, Archivo Municipal de Begíjar. Todas las referencias a su labor de gobierno están extraídas de los mismos libros de quien, como alcalde, se asignó una re- de actas. tribución por sus funciones equivalente 31.– Entrevista realizada a AGS. 28 de diciembre de 2019. al Salario Mínimo (19.200 pesetas men-

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suales) y que renunció al mismo en el mo- tes del Comité Central del PCE para darle su mento de su jubilación pese a ser mayor último adiós. Una bandera roja con la hoz que aquella. y el martillo del Partido Comunista cubrió Francisco Ortiz Carmona falleció en no- su féretro [32], siendo despedido por sus ca- viembre de 1987, pocos meses después de maradas entre los sones de La Internacional dejar la alcaldía. Años de lamentables con- puño en alto, que rindieron así homenaje a diciones en prisión habían hecho mella en este infatigable luchador por la libertad. su salud: tenía entonces 68 años, de los cuales quince los había pasado en prisión «[…] la historia del mundo obrero y la con- en dos etapas. Su entierro fue un acto mul- secución de beneficios sociales no es más titudinario, al que asistieron —además de que la lucha permanente en defensa de sus familiares como es lógico— cientos de ca- reivindicaciones utilizando todas las fuer- maradas y vecinos e, incluso, representan- zas de presión necesarias» [33]..

32.– Entrevista realizada a AGS. 28 de diciembre de 2019. 33.– Intervención de Francisco Ortiz Carmona en el Pleno del 6 de febrero de 1984, Libros de Actas, Caja 30, AMB.

246 Nuestra Historia, 9 (2020), ISSN 2529-9808, pp. 239-246 Autores Secciones: Dossier y Debates

Guillermo Castán Lanaspa. Catedrático de Instituto jubilado y doctor en Historia. Autor de numerosas publicaciones de enseñanza de la Historia, Bibliotecas Esco- lares y de Historia Medieval de España, entre las que destacan Política económica y poder político. Moneda y fisco en el reinado de Alfonso X el Sabio (2000); y La cons- trucción de la idea de la Peste Negra (1348-1350) como catástrofe demográfica en la historiografía española (2020). Es autor igualmente de la novela histórica titulada El orden de las cosas (2017).

Sergio Gálvez Biesca. Doctor en Historia Contemporánea. Miembro del Cuerpo de Archiveros del Estado. En la actualidad forma parte del Equipo de Investiga- ción del proyecto Historia, Memoria y Sociedad Digital. Nuevas formas de transmisión del pasado. La transición política a la democracia (1975-1986) - HISMEDI. [RTI2018- 093599-B-I00 MCIU/AE/FEDER, UE]. Entre otras colaboraciones y membresías es investigador del Ibero American Institute of the Hague así como forma parte de la Section on Archives and Human Rights on the International Council on Archives (SAHR-ICA). Entre sus últimas publicaciones se encuentran La gran huelga general. El sindicalismo contra la «modernización socialista» (Siglo XXI, 2017) y la co-coordi- nación de la obra colectiva El acceso a los archivos en España (Fundación 1º de Mayo / Fundación Largo Caballero, 2019).

Gustavo Hernández Sánchez. Doctor en Historia Moderna por la Universidad de Salamanca. Premio Extraordinario (2017). Profesor de Secundaria en la Escuela Pública. Coordinador de Fedicaria y del Grupo de Estudios Culturales A. Gramsci. Investigador colaborador del Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas (IEMYR) de la Universidad de Salamanca (GIR «Historia Cultural y Universidades Alfonso IX») y del Centro de I&D sobre Direito e Sociedade de la Universidade Nova de Lisboa. Autor, entre otras publicaciones, de Ser estudiante en el periodo Barroco (Fundación Española de Historia Moderna, 2018).

Daniel Justo Sánchez. Investigador contratado predoctoral en la Universidad de Salamanca, donde realiza su tesis doctoral dedicada al estudio de los castillos en el reino de León entre los siglos IX y XII. Sobre esta temática ha publicado al- gunos trabajos, en los que ha profundizado en comparativas regionales del papel de las fortificaciones en la articulación del territorio y como símbolos de poder (un ejemplo en «Castillos, castros y fortalezas durante la expansión del reino de León. Poder y funciones en la montaña leonesa y el interfluvio Távora-Côa (siglos X-XI)», Studia Historica. Historia Medieval, 2018). Es graduado en Historia y más- ter en Estudios Avanzados e Investigación en Historia, forma parte del grupo de investigación ATAEMHIS (Antigüedad Tardía y Alta Edad Media en Hispania) y

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compagina su labor profesional con la codirección del programa de radio divulga- tivo «Historias de Bolsillo».

Andrea María Ordóñez Cuevas. Graduada en Historia y máster en Estudios Medievales Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid, máster en For- mación al Profesorado por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente compagina la realización en la UAM de su tesis sobre el pensamiento político y la literatura para la legitimación de la monarquía en los reinos hispanocristianos con su trabajo como profesora de secundaria y la colaboración en proyectos de innovación docente en la Universidad Complutense de Madrid. Ha participado en varios seminarios y congresos además de publicar artículos y capítulos de libro, siendo su publicación más reciente «Didáctica del concepto de España» en Aurora Rivière (coord.), Hacia una enseñanza de la Historia renovada (ACCI, 2020).

Carlos Tejerizo-García. Licenciado en Historia por la Universidad de Salaman- ca y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Actualmente es investigador postdoctoral en la Universi- dad del País Vasco, donde obtuvo su doctorado con una tesis sobre la arqueología del campesinado altomedieval en la cuenca del Duero. Desde 2017 está llevando a cabo un proyecto en torno a la arqueología de la represión franquista en el no- roeste de España. Sus publicaciones más recientes incluyen The Iberian Peninsula between 300 and 850. An archaeological perspective (Amsterdam University Press, 2018) y Arqueología de la dictadura en Latinoamérica y Europa (BAR International Series, 2020).

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