Entre España Y Ultramar. Niños, Epidemias Y Pandemias 2
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CUAdernos de historia1 de la pediatría española Número 20 · Noviembre de 2020 Entre España y ultramar. Niños, epidemias y pandemias 2 Grupo de Trabajo de Historia de la Pediatría y D o c u m e n t a c i ó n Pediátricas de la AEP Víctor Manuel García Nieto José Manuel Fernández Menéndez Juan José Fernández Teijeiro Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi Fernando Ponte Hernando Miguel Ángel Zafra Anta Elena Alonso Lebrero Óscar Girón Vallejo Edita: Asociación Española de Pediatría Aguirre, 1, bajo derecha, Madrid, 28009, Madrid Diseño y maquetación: [email protected] Número 20 noviembre de 2020 ISBN: 978-84-09-26449-0 3 ÍNDICE “Entre españa y ultramar. Niños, epidemias y pandemias” Prólogo Cristina Calvo Rey ......................................................................... Pág. 04 El tifus de Yersin José Manuel Fernández Menéndez ......................................................................... Pág. 06 Un mosquito, un virus y una va- cuna: la fiebre amarilla Juan José Fernández Teijeiro ......................................................................... Pág. 16 La viruela, “el Herodes de los niños” Pedro Jesus Gorrotxategi Gorrotxategi ......................................................................... Pág. 26 El sarampión Elena Alonso Lebrero ......................................................................... Pág. 36 Poliomielitis: ¿una enfermedad epidémi- ca de la civilización? Lo que aprendimos y lo que no Miguel Zafra Anta, Oscar Girón ......................................................................... Pág. 54 4 Prólogo Cristina Calvo Rey Presidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) s para mí un placer y un honor te de África. Protagonizó dos grandes escribir este prólogo del Cuaderno de pandemias, la primera en tiempos de la Historia de la Pediatría número 20. Justiniano y la segunda en el siglo XIV. PorE varias razones; en primer lugar por Más allá de la mortalidad que supuso, la oportunidad de felicitar a los autores me quedo con su contribución al avan- por su perseverancia y enorme traba- ce la medicina y de la vida en general jo, al haber realizado ya, nada menos y con esta frase final del autor que nos que 20 cuadernos que recogen la his- despierta la curiosidad. La peste negra toria de nuestra especialidad. En se- atravesó Europa, removió conciencias, gundo lugar porque coincide con mi modificó conductas, estimuló innova- incorporación como Presidenta de la ciones técnicas. ¿Sin peste negra no Sociedad Española de Infectología Pe- habría habido Renacimiento? diátrica y porque el tema no puede ser más oportuno en el momento en que vivimos inmersos en la pandemia CO- VID-19. Sin duda, una mirada al pasa- uan José Fernández Teijeiro nos ha- do y a las pandemias anteriores que bla de la fiebre amarilla. Esta enferme- nos han azotado, nos puede enseñar Jdad viral transmitida por mosquitos, mucho sobre cómo se afrontaron y aun no tiene un tratamiento efectivo, aprender de los errores y los aciertos pero sí una vacuna barata y eficaz. Y de la historia. Y por último y no menos a pesar de esto, continúa siendo un importante porque me lo pide Miguel problema sanitario en muchos países. Zafra, compañero y amigo con el que El autor realiza un recorrido histórico comparto una “historia común”, nues- de esta enfermedad, desde el descu- tros primeros pasos en el mundo de la brimiento del agente etiológico “un pediatría. agente viral”, hasta la transmisión de la infección por la hembra del mosquito Aedes aegypti y finalmente el descubri- miento de la vacuna por parte de Max mpezamos este maravilloso reco- Theiler, lo que le supondría el Premio rrido por la historia con la peste negra. Nobel de Medicina. Igualmente impor- Jose Manuel Fernández Menendez nos tante fue reconocer que no se trataba haceE un relato desde sus comienzos de una enfermedad infecto-contagiosa como enfermedad endémica, en zo- sino de una arbovirosis con lo que ello nas de Sudán, Eritrea, Etiopía, Ugan- conlleva de medidas higiénico-sanita- da, Kenia o Yemen, en los 2.500 años rias, lo que sin duda dificulta el control anteriores al siglo XIV; alcanzando me- de esta enfermedad a nivel mundial, a diante rutas comerciales territorios pesar de disponer de una vacuna efi- de Asia Menor, Oriente Medio y nor- caz. 5 edro Gorrotxategui nos regala un grandes lacras de la población infantil. precioso capitulo hablando de la virue- Miguel Zafra y Oscar Girón nos mues- la. Posiblemente una de las infecciones tran un recorrido por la historia de esta másP antiguas, que podría existir des- terrible enfermedad de la que tampo- de hace más de 10.000 años. Los ex- co hemos sido capaces de desprender- perimentos de Jenner en el siglo XVIII nos. Descrita también por primera vez darían lugar a la vacuna de la viruela, en tiempos del antiguo Egipto, vemos que con grandes esfuerzos fue final- como ha dejado huella en la sociedad y mente difundida y constituyó la base en el arte. Los autores profundizan en de la erradicación de la enfermedad las sucesivas epidemias, en el descubri- en 1977. Este hito en la historia de las miento de la vacunación por Salk y Sa- vacunas y en la historia de las enferme- bin, en los esfuerzos por luchar contra dades infecciosas son especialmente las secuelas y en la casi y tan ansiada emotivos para la pediatría dada su es- erradicación en nuestros días. Mi pa- pecial afinidad por los niños atribuyén- sión por los virus me siembra la duda. dole el sobrenombre de “Herodes de ¿Nos libraremos de las parálisis infan- los niños”. tiles? ¿O nuevos enterovirus llenaran el nicho cuando logremos erradicar la polio? Debemos permanecer siempre como no, el sarampión! Ele- vigilantes. na Alonso Lebrero nos deleita con la historia de esta enfermedad que por desgracia¡Y aún nos acompaña causando eleo estos párrafos y me doy brotes de gran morbilidad. Vemos en cuenta de la cantidad de lecciones que este capítulo como el sarampión pasa nos deja la historia. Y de entre todas, de ser un virus zoonótico a ser un vi- unaR inevitable. ¿Qué es común a todas rus exclusivamente humano, y como estas pandemias? ¿Que nos ha redimi- el concepto de enfermedad inevitable do en todas ellas? Sin duda, las vacu- y propia de la infancia, cambia gracias nas. Posiblemente el avance científico a la vacunación. La disminución de la más importante para la raza humana. mortalidad infantil y el infatigable tra- Tenemos la obligación de difundir esta bajo de los pediatras en pos de la va- parte de la historia de la humanidad cunación y el control de la enfermedad sobre todo en este momento en el que nos llevan a la inevitable reflexión de una nueva vacuna puede devolvernos la necesidad de extender la vacunación la normalidad y salvar millones de vi- para todos, en los países desfavoreci- das. dos y en las zonas en conflicto para evi- tar la mortalidad aún asociada a esta enfermedad. na gran reflexión y un gran aprendizaje que nos ofrecen los auto- res, que merece ser conocida por to- por último la polio. Otra de las dosU los pediatras. Y 6 El tifus de Yersin José Manuel Fernández Menéndez El consuelo es recordar que tras la Peste Negra, en medio de la desolación, milagrosamente brotó el Renacimiento. Rafael Argullol, Poema (II-III-2012) «Para el campo agua y sol, y guerra en Se- a unos kilómetros al este de Yalta, en la bastopol». Al igual que la Conchinchina y entonces genovesa Caffa (actual Feodosia; Pernambuco, en el imaginario colectivo, ni se sabe a qué país pertenece —de iure Sebastopol queda muy lejos. Pero, para Ucrania, de facto Rusia—) surgió el ger- ser precisos, queda en la península de Cri- men del que brotó el Renacimiento. mea, situada entre el mar de Azov y el mar Negro. La Horda de Oro ¿Lejos? Tal vez, no tanto. La guerra de Cri- mea (1853-1855), época en que parece se Surgió el germen , entendido germen con acuñó el ripioso pareado, ocasionó, por su significado de «principio u origen de desabastecimiento de trigo en los merca- una cosa material o moral». A mediados dos internacionales, que en España subie- del siglo XIV los gérmenes, en su acepción se el pan; guerra allí, huelgas y algaradas de microorganismos patógenos, ni esta- aquí. ban, ni se les esperaba. Miasmas y castigos divinos, eso era todo. Habría que aguardar Aun otros hechos trascendentes en nues- aún dos siglos hasta que en 1546 Girolamo tra vida cotidiana han tenido su génesis en Fracastoro publicase su obra De contagio- la cercana Crimea. Como es bien sabido, ne et contagiosis morbis en que expone su fue la guerra de Crimea, Florence Nightin- doctrina del «contagio animado», primera gale mediante, la que dio origen a la en- aproximación a la idea de que las enferme- fermería moderna. Fue en la aristocrática dades contagiosas podrían transmitirse a Yalta (Crimea) donde Stalin, Churchill y través de agentes infecciosos (seminaria). Roosevelt amañaron la desdichada com- Por increíble que parezca hasta bien en- ponenda que engendró la Guerra Fría. Los trada la segunda mitad del siglo XIX no se desgarrones que esos tres dirigentes infli- consolidó y aceptó la Teoría Microbiana. gieron al mapa de Europa siguen en parte sin zurcir. Los gérmenes acompañaron e infectaron a los humanos desde que apareció nuestra Todavía más. En el siglo XIV, en concreto especie. A partir del Neolítico mucho más. en 1346-47, también en Crimea, tan sólo Por centrarnos en la enfermedad que nos 7 ocupa, la Peste Negra, existen indicios que Central. Ya en el siglo XII surge uno de esos permiten aventurar que podría haber sido personajes únicos, capaces por sí mismos una enfermedad endémica, con brotes de alterar el curso de la historia: Gengis epidémicos recurrentes, en amplias zonas Kan (1162-1227). Bajo su caudillaje los de lo que hoy es Sudán, Eritrea, Etiopía, mongoles conquistaron con inusitada rapi- Uganda, Kenia, Yemen..., en los 2.500 años dez una inmensa extensión del continente anteriores al siglo XIV; desde esas regio- euroasiático, desde Siberia y el norte de nes, siguiendo rutas comerciales, habría China hasta el Cáucaso y la actual Ucrania.