Historia De La Finca
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HISTORIA DE LA FINCA En la entrada del nuevo cortijo de la Dehesa San Francisco, en el suelo, se encuentran unas iniciales D A en hierro y una fecha 1894. ¿A quién se refieren estas iniciales? A mediados de 1800 vivían en Higuera de la Sierra cuatro hermanos apellidados Rincón que tenían varias decenas de miles de hectáreas en distintas fincas repartidas entre los términos de Santa Olalla del Cala, Cala, Zufre, Higuera de la Sierra y Aracena. Así eran propietarios de El Membrillo, El Cuervo, San Francisco, Pan de Pobre, Los Castillejos, El Encinar, Matasalas, la Corvera, La Nava, La Noria, El Puerto de La Nava, el Bezo, Aguafria, La Noria de Zufre, Monte Rincón, Monte de Domingo Muñoz, Lo Álvaro, el Vaquero y muchas más que desconozco en Higuera de la Sierra, Zufre y Aracena. Uno de ellos se casó con una señora apellidada Rufo y tuvieron dos hijas, Sebastiana Rincón Rufo y Manuela Rincón Rufo. Sebastiana se casó con su tal vez pariente Manuel Mª Rufo Rufo y Manuela con Antonio Duque Acemel, (DA del hierro de San Francisco) ambos maridos naturales de Zufre. Foto, Sebastiana Rincón Rufo, alrededor de 1880. 1 2 Foto: Manuela Rincón Rufo alrededor de 1880. Estas señoras Rincón heredaron de su padre las siguientes fincas: Manuela Rincón Rufo heredó El Membrillo, El Cuervo, San Francisco, Pan de Pobres, todo ello en el término de Santa Olalla, Monte del Rincón, Monte de Domingo Muñoz, Sierra de olivos y la casa de la Calle del Pozo, todo ello en el término de Zufre. A Sebastiana Rincón Rufo le correspondió Matasalas y el Ollero, Corvera baja, La Nava, La Noria de la nava y Los Castillejos. Estas fincas no tenían ningún cortijo, tan solo diversas majadas para cochinos con una pequeña nave para comida al lado. Así Sebastiana se hizo construir el cortijo de La Nava, cerca del camino de Santa Olalla a Zufre y en el centro de su finca. Manuela se construyó igualmente el cortijo de San Francisco, eligiendo para emplazarlo un lugar de su finca en el que existía una roca y desde donde se veía a lo lejos el cortijo de La Nava. Así por las tardes Manuela se sentaba en esa roca y podía ver a su hermana Sebastiana en La Nava. Cuando estas señoras murieron, las fincas pasaron a sus hijos en el caso de Manuela y a sus sobrinos en el caso de Sebastiana, al no haber tenido esta descendencia directa. 3 Foto, en primer término el antiguo cortijo de San Francisco y al fondo el cortijo de La Nava. Foto tomada desde El Risco del Cuervo alrededor de 1970. Manuela Rincón Rufo y Antonio Duque Acemel tuvieron cinco hijos, Eloísa, Manuela, Sebastiana, Francisco (mi abuelo) y Alejandro. Eloísa Duque Rincón, se casó con Carlos Rufo Suarez y no tuvieron hijos.. Manuela Duque Rincón, que se casó con Francisco Duque Rufo de la otra rama de los Duque de Zufre y tampoco tuvieron hijos. Foto, Manuela Duque Rincón y Francisco Duque Rufo el día de su boda. Finales XIX. 4 Sebastiana Duque Rincón, se quedó soltera. Foto, Sebastiana Duque Rincón, foto de finales del siglo XIX. Francisco Duque Rincón, que se casó con Josefina Calderón de Cire (mis Abuelos) que fue notario en Cádiz y Sevilla Foto, Francisco Duque Rincón, El Notario (Mi abuelo), alrededor de 1920. 5 Alejandro Duque Rincón que se casó con Ramona Hidalgo Suarez y fue médico en Zufre. Foto, Alejandro Duque Rincón, Médico de Zufre, alrededor de 1910. Estos fueron los Duque Rincón que heredaron las fincas de su madre Manuela y de su tía Sebastiana. Así las propiedades de Manuela se repartieron entre sus hijos de la siguiente forma: El Membrillo pasó a Alejandro Duque Rincón. El Cuervo y 2/5 de la sierra de olivos de Zufre a Eloísa Duque Rincón y su marido.. San Francisco a Manuela Duque Rincón y su marido Francisco Duque Rufo. Pan de Pobres a Francisco Duque Rincón. Los 3/5 restantes de la sierra de olivos de Zufre, así como la casa de la calle del Pozo, el monte del Rincón y el monte de Domingo Muñoz, pasaron a Sebastiana Duque Rincón. Las propiedades de Sebastiana Rincón se repartieron entre sus sobrinos así: 1/3 de los Castillejos a Alejandro Duque. La Corvera baja a Eloísa Duque Rincón y su marido Carlos Rufo. La Noria y 1/3 de los Castillejos a Manuela Duque Rincón y su marido Francisco Duque Rufo. Matasalas y el Ollero a Francisco Duque Rincón. La Nava a Sebastiana Duque Rincón. El último tercio de Los Castillejos pasó a Ramona Rufo, sobrina de Sebastiana Rincón. 6 Como Eloísa, Sebastiana y Manuela Duque Rincón mueren sin descendencia, sus fincas pasan a sus hermanos Francisco (El Notario) y Alejandro (El Médico). Así, Francisco Duque Rincón (El Notario) hereda de su hermana Eloísa, El Cuervo y la Corvera Baja. Las propiedades de Manuela Duque Rincón y Francisco Duque Rufo pasan; a Alejandro Duque Rincón San Francisco y La Noria; y el tercio de los Castillejos a Francisco Duque Rincón. Las propiedades de Sebastiana Duque Rincón pasan; a Francisco Duque Rincón la Nava y los 3/5 de la sierra de olivos de Zufre; y a Alejandro Duque Rincón la casa de la calle del Pozo en Zufre, el monte del Rincón y el monte de Domingo Muñoz. Así toda la finca queda en manos de Francisco y Alejandro Duque Rincón excepto 1/3 de los Castillejos que como dije antes pasa a Ramona Rufo, sobrina de Sebastiana por parte del marido. Posteriormente Alejandro Duque Rincón venderia El Membrillo. 7 Francisco Duque Rincón (El Notario) y Josefina Calderón Fernández de Cire, mis abuelos, tuvieron seis hijos: Foto, familia Duque Calderón, de izquierda a derecha: Antonio, Manuel (mi padre), Manuela (Nela), Josefina Calderón, Francisco, Fernando, Francisco Duque, Josefina. Foto alrededor de 1921. Francisco Duque Rincón conserva las fincas, a las que une, mediante compra que realiza a José Duque Rufo, Vallebarco, conociéndose ya toda la finca como “La Nava del Notario”. Por su parte, Alejandro Duque Rincón (El médico) se casa con Ramona Hidalgo y tienen cinco hijos, Manuela, Ramona, Blasa, Alejandro y Antonio Duque Hidalgo, que heredaran las fincas de San Francisco, La Noria de la Nava y las casas y huertas de Zufre, junto con La Noria de Zufre. A la muerte de mi abuelo Francisco Duque Rincón (el Notario), heredan la finca sus hijos, repartiéndose de la siguiente manera: Matasalas y el Ollero para Antonio Duque Calderón, El Cuervo y 1/3 de Vallebarco para Manuel Duque Calderón (mi padre), Pan de Pobres y los Castillejos para Francisco Duque Calderón, La Corvera baja y la sierra de olivos de Zufre para Josefina Duque Calderón, los 2/3 restantes de Vallebarco para Fernando Duque Calderón y La Nava para Nela (Manuela) Duque Calderón. 8 A la muerte de mi tía Nela, Manuel (mi padre) adquiere La Nava, pero cuando su hermano Fernando quiere vender sus 2/3 de Vallebarco, Manuel le vende La Nava a su hermano Antonio y compra los 2/3 de Vallebarco poniéndolo a nombre de sus hijas (mis hermanas) Luchy, Fina y Concha Duque Alvarez. Posteriormente Josefina vende la sierra de olivos de Zufre y la Corvera Baja, comprando esta última finca Mª Dolores Martín de Oliva, viuda ya de mi tío Antonio Duque Calderón. En este momento queda la finca así: Matasalas, el Ollero, Corvera Baja y La Nava propiedad de los herederos de Antonio Duque Calderón, El Cuervo y Vallebarco de Manuel Duque Calderón y sus hijas; y Pan de Pobres y los Castillejos de Francisco Duque Calderón. Todas estas fincas, junto con San Francisco y La Noria de la Nava propiedad de los herederos de Alejandro Duque Rincón, se llevaban bajo una única administración por mi padre, Manuel Duque Calderón, conociéndose como “La Nava del Notario”. Ello suponía alguna confusión ya que lindando con esta finca está El Puerto de la Nava, propiedad de Manuel Duque Domínguez, (este Duque es otro Duque distinto a nosotros y que no nos tocaba nada) que se la compró a nuestro pariente Manuel Rincón Rincón. 9 La finca de 1.214 Has. se administraba desde el cortijo de La Nava, en donde pasábamos largas temporadas, permaneciendo siempre cerrados los cortijos de San Francisco y Pan de Pobres. Guardo muy buenos recuerdos de esta finca, que en casa siempre llamábamos, “El Campo”. Nos íbamos muchos fines de semana al año con mis padres y varias muchachas, o bien en Navidad o en verano los años que había saca de corcho. Recuerdo el viaje, por supuesto por carretera pues la autovía no se inauguró hasta los años 2000, primero en un Seat 1400 y posteriormente en un Morris 1100. Duraba unas dos horas y siempre parábamos en Casa Mati, en El Ronquillo para tomar algo y estirar las piernas. En esa época nos podríamos cruzar a lo sumo, con una veintena de coches y camiones. La vida en el campo hasta los años 70 fue muy dura y penosa. Ya en los 70 los trabajadores comenzaron a tener posibilidades para comprarse una casa en el pueblo e irse a vivir allí, pero desde después de la guerra civil hasta esos años, no tenían más posibilidades que vivir donde le permitiesen, en alguna construcción del campo, normalmente en algunas de las naves de comida aledañas a las majadas de los cochinos que salpicaban la finca y los más afortunados en las casas de los guardeses de los cortijos de la Nava, San Francisco y Pan de Pobres, o en las casas de El Risco de El Cuervo o Vallebarco algo más grandes.