Beyond Incarceration: Prison Literature and Political Subjectivation in Cold War Latin America by Federico Pous a Dissertation
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Beyond Incarceration: Prison Literature and Political Subjectivation in Cold War Latin America by Federico Pous A dissertation submitted in partial fulfillment of the requirements for the degree of Doctor of Philosophy (Romance Languages and Literatures: Spanish) in the University of Michigan 2014 Doctoral Committee Professor Gareth Williams, Chair Associate Professor Paulina L. Alberto Associate Professor Daniel Noemi Voionmaa, Northeastern University Associate Professor Gustavo Verdesio A Jenny, compañera de mi vida, y a las dos luces que hacen brillar nuestro mundo: Iris y Luna. ii Acknowledgements Me resulta difícil poner en palabras ocho año s de trabajo y experiencia de vida en la que esta disertación dio a luz. Surge de mi pluma, cierto, pero como resultado indescifrable de una confluencia colectiva de tantas y tantos, que se hace injusto reducirlo a un texto que se me hace corto. En parte porque esa huella colectiva está encarnada en toda la tesis, producto de conversaciones, clases, grupos de estudio, amistades, experiencias comunes, y tantos etcéteras. Y en parte, acaso, porque escribir y agradecer son dos actos efectivamente injustos y necesarios. En todo caso, las instancias que he decidido resaltar están teñidas de una memoria débil y una intuición precaria pero firme por lo que comúnmente llamamos amistad. I Mi agradecimiento infinito a Jennifer Bowles, compañera de mi vida, quien más allá de los miembros del comité ha sido la que más ha leído los borradores de esta tesis. Por el intercambio de ideas, la claridad de pensamiento, tus ideas siempre renovadoras y la garra luchadora que tenés. Pero sobre todo y en este caso puntual, Jenny, porque aguantaste toda la terqueza cotidiana de mis argumentos, las masticaciones de los huesos imaginarios, el delirio de los prelims, las lamentaciones latinoamericanas, las conferencias inoportunas, la ilegibilidad de mi escritura, el empuje, la investigación y la estrategia en la búsqueda de trabajo; y ya no sé cuantas cosas más. Estuviste ahí presente para vivir conmigo las decepciones y las alegrías de este proceso tan personal y que se ha hecho tan nuestro, que no puedo pensarlo sin vos a mi lado. Sólo espero estar ahí para vos, aunque tal vez no del mismo modo, con la incondicionalidad fundamental que ello requiere. iii II Agradecer parece una tarea sencilla, pues nos acordamos de los momentos felices o significativos, pero para mí también implica no sólo la dedicación y el compromiso de pensar en cada uno de los que formaron parte de este trabajo, sino también en la búsqueda de las palabras precisas que nos permitan cerrar este ciclo de la vida en la Universidad de Michigan y en Ann Arbor. Pues detrás de este texto hay otros tantos agradecimientos ya escritos (y por escribir) que me resultan imprescindibles. Me llegan los que escribió Ana Ros, que fue la primera en irse que me toco el corazón; los de su hermana Ofelia que, acuerdo contigo Ofe, no tenía ni una palabra de menos ni una de más, y que de algún modo fue la despedida más difícil que nos tocó las entrañas, tanto a Jenny como a mí, cuando apenas Luna había nacido y nos íbamos un año a Misiones; ese año en que Misiones caló hondo y se metió en nuestra alma para siempre. Y por supuesto los de Marcelino Viera, que recibí a orillas del río Paraná, en la frontera con Paraguay, donde vos Marce expresaste mucho mejor que yo la profunda experiencia de transformación que significó adentrarnos juntos en este mundo académico dónde constantemente estamos buscándonos uno al otro, hermano, para codificar las coordenadas de la tempestad y orientar el barco del pensamiento colectivo. III No sé de dónde nació todo, o tal vez sí podría rastrearlo, pero lo cierto es que toda esa energía colectiva que se dio al inicio del doctorado cobró el nombre de Tiresias y empezó a girar en torno a una pregunta común sobre qué diablos significa esto de vivir en la escuela graduada. Pero que fundamentalmente procuraba generar, con sus errores y aciertos, sus arrogancias y sus intenciones, la sensación de estar en comunidad. Y paralelamente, la llegada de nuestra hija Iris Luciana, luz de la mañana, que en cierto modo estuvo rodeada de esa efervescencia y que nos iv cambio la vida para siempre, a mí y a Jenny. Esos primeros meses de Iris fueron tal vez uno de los momentos más felices que recuerdo (a pesar del agotamiento de las noches sin dormir). Comunidad: esta palabra tan cara a la vida académica que no deja de escurrírsenos de nuestras manos; y que acaso cuando más la nombramos más se deshace, y cuando menos lo hacemos más nos alejamos de nosotros mismos. Sobre esa palabra, pusimos alrededor del espíritu de Tiresias una inquietud que indagaba la política, o lo político, como un elemento extra que no nos cerraba, pero que en la desorientación nos sirvió de guía a nuestras discusiones entre filosóficas y literarias, acaso proto-militantes y fundamentalmente intuitivas. Marce, desde ya, ha sido el compañero infatigable de esa búsqueda, y junto a Christian Kroll los tres echamos raíces en un proyecto que nos ha marcado a fuego en este largo recorrido que parece de nunca acabar. Pero no estuvimos solos, ni tampoco a nosotros pertenece únicamente. El apoyo de casi todos los estudiantes y casi todos los profesores fue crucial para que saliera la revista. Las charlas previas y continuas con Daniel Noemi y Kate Jenckes le ayudaron a dar forma. Maxime Foerster, quien otro podía ser, le puso el nombre al journal y el título al primer número. En esas primeras reuniones agotadoras estaba también en la cocina del proyecto Ofelia Ros y Mónica López, aportando cada una sus ideas y su trabajo. También formaron parte de las mismas las compañeras de promoción, Juliet Guzzetta, Marie Stoll y Elizabeth Shooltz. La llegada de Mara Pastor revitalizó el proyecto y le dio un empuje para que por fin saliera a la luz. Jenny me acompañó desde la casa, escuchando e intercambiando ideas en las interminables tertulias que foguearon este proyecto. Quisiera nombrar a todos y cada uno de los que echaron una mano en este primer envión de Tiresias, pero la memoria me falla. Recuerdo la última reunión antes de que saliera en diciembre de 2007, donde además de los ya nombrados creo recordar a Sebastián Díaz, Manuel Chinchilla, Megan Saltzman y Rachel Teenhalf. La lectura del primer número por v Cristina Moreiras y Jarrod Hayes fue fundamental para el lanzamiento. Mi agradecimiento profundo y sincero a todos los que formamos parte de esa aventura. IV Ahora sí el trabajo concreto de la “dissertation”. Agradezco al comité por la lectura de la tesis y las recomendaciones que hicieron a lo largo de estos años para darle forma, y formarme como intelectual en el campo de la literatura y los estudios culturales. Al chair, Gareth Williams, le estoy inmensamente agradecido por su mirada crítica y sus puntualizaciones precisas, por el apoyo a los proyectos colectivos de estudiantes y por su dedicación a formarnos que se expresó fuertemente en el acogimiento primero cuando puse un pie en el departamento y en el cuidado por guiarme y mantener la dignidad frente a las fauces del “mercado”. Fundamentalmente, Gareth, me quedo con tu visión de largo plazo, tu insistencia en el trabajo cotidiano y la importancia de la autocrítica que estuvieron presentes, aunque a veces no las veía, en las discusiones intelectuales que tuvimos (y no tuvimos), las cuales continué masticando en mi interior, a veces con dañina obsesión, a veces con productiva escritura, y que ahora toman otro sentido con el paso del tiempo. A Gustavo Verdesio le agradezco haberme guiado al programa cuando en una de esas casualidades de la vida, un amigo muy entrañable de ambos, Daniel Justel, nos puso en contacto apenas llegado al árbol. De algún modo, Gustavo, esa instancia se fue repitiendo a lo largo de todo el doctorado cuando en momentos de confusión o angustia supiste, en medio de los vinitos, las risas y las charlas uruguayo-argentinas, poner claridad a las situaciones y orientarme hacia elegir el mejor camino para mí. Espero haberte agradecido lo suficiente esas intervenciones claves para que hoy este aquí, escribiendo esto. A Daniel Noemi le agradezco esa paciencia infinita por escuchar y pensar a la par mía cada una de las escrituras, ideas y “volaceadas” que se me ocurrían. Del mismo modo que juega al racket (la metáfora es de vi Marce), Dani devuelve cada pelota para que tengamos en frente nuestro el mejor tiro, aun cuando no está jugando ese partido. Las diez páginas que escribiste para los exámenes preliminares fueron la inspiración para la re-orientación de la tesis. Igualmente podría decir con los proyectos colectivos de estudiantes en los cuales estuviste presente con la misma perseverancia y sutileza. Y espero decir lo mismo de las páginas finales que me mandaste sobre la tesis para seguir la conversación intelectual donde sea que estemos. Finalmente agradezco a Paulina Alberto su lectura precisa y atenta así como también sus devoluciones concretas que me permitieron orientarme y medir el alcance de lo que estaba haciendo (y deshaciendo) con este texto. La reescritura de las conclusiones, aunque veloces, resultó un buen trampolín para seguir elaborando la próxima etapa. Gracias por eso. En definitiva, les agradezco a todos por haber aceptado ser parte del comité, contribuir con sus ideas y sus intervenciones en la formación y escritura de este proyecto hasta el final. Además de los miembros del comité, agradezco a Cristina Moreiras, por quien guardo un profundo cariño y respeto, cuyas clases, conversaciones y mirada crítica me dieron la fuerza para confiar en mis pensamientos y me incitaron a ir más allá de ellos.