Universo Tucumano Nº 37 – Setiembre 2019

Universo Tucumano N° 37

Setiembre / 2019 ISSN 2618-3161

Los estudios de la naturaleza tucumana, desde las características geológicas del territorio, los atributos de los diferentes ambien- tes hasta las historias de vida de las criaturas que la habitan, son parte cotidiana del trabajo de los investigadores de nuestras Instituciones. Los datos sobre estos temas están disponibles en textos técnicos, específicos, pero las personas no especializadas no pueden acceder fácilmente a los mismos, ya que se encuentran dispersos en muchas publicaciones y allí se utiliza un lenguaje muy técnico.

Por ello, esta serie pretende hacer disponible la información sobre diferentes aspectos de la naturaleza de la provincia de Tucumán, en forma científicamente correcta y al mismo tiempo amena y adecuada para el público en general y particularmente para los maestros, profesores y alumnos de todo nivel educativo.

La información se presenta en forma de fichas dedicadas a espe- cies particulares o a grupos de ellas y también a temas teóricos generales o áreas y ambientes de la Provincia. Los usuarios pue- den obtener la ficha del tema que les interese o formar con todas ellas una carpeta para consulta.

Fundación Miguel Lillo CONICET – Unidad Ejecutora Lillo

Miguel Lillo 251, (4000) San Miguel de Tucumán, www.lillo.org.ar

Dirección editorial: Gustavo J. Scrocchi – Fundación Miguel Lillo y Unidad Ejecutora Lillo Claudia Szumik – Unidad Ejecutora Lillo (CONICET – Fundación Miguel Lillo)

Diseño y edición gráfica: Gustavo Sanchez – Fundación Miguel Lillo

Imagen de tapa: Ejemplar de boliviensis, Ruta Provincial 307, cerca de «El Indio», camino a Tafí del Valle, Tucumán. Fotografía: Aldo Rubén Andrada

Derechos protegidos por Ley 11.723

Tucumán, República Argentina

 A. R. Andrada: Begonia boliviensis, alaituya

Alaituya Begonia boliviensis

Aldo Rubén Andrada Fundación Miguel Lillo

Clase Equisetopsida Orden Familia Begonia boliviensis D.C. (1859)

as Yungas, también llamadas en Argentina selvas Tucumano-Oranense, son selvas de neblina o selvas nubladas vinculadas a la cordillera de los Andes, que se extienden desde Venezuela hasta el noroeste de Ar- Lgentina entre los 400 y 3000 m snm (ver fascículo 2 de Universo Tucumano, sobre ambientes de Tucumán). Durante el verano, entre los arbustales de las laderas húmedas de este ambiente, se asoman hermosas flores color salmón a escarlata intercaladas con gráciles hojas delgadas y asimétricas; son plantas de Begonia boliviensis (Fig. 1), una especie típica de regiones montañosas del noroeste argentino (NOA). Entre las plantas con flores (grupo denominado Angiospermas), Begonia es uno de los géneros con mayor diversidad específica, ya que posee más de 1600 especies (Jacquez y Mamede, 2005). El género está integrado por hierbas, arbustos y pequeños árboles que habitan en regiones tropicales o subtropicales de América, Asia y África. El género Begonia fue descripto por el naturalista, botánico y zoólogo sueco Carl Von Linneo en 1753 (ver la biografía de este autor y su sistema de Clasificación en el fascículo 1 de Universo Tucumano) en honor a Michel Begon (1638-1710) gobernador

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Figura 1. Plantas de Begonia boliviensis con flores color escarlatas muy vistosas creciendo entre los arbustales de una ladera. Fotografía: Aldo Rubén Andrada. francés de Canadá y mecenas de botánicos. Por otro lado, en 1859, el botánico suizo Alphonse De Candolle, quien al comienzo de su formación académica se especializó en estudios jurídicos para luego abandonarlos por la botánica, fue quien realizó la primera descripción de Begonia boliviensis en base a material proveniente de Bolivia, como su nombre lo indica (De Candolle, 1859).

 A. R. Andrada: Begonia boliviensis, alaituya

Nombre común

Las se conocen vulgarmente como «alaituyas o alantuyas», este úl- timo término en el dialecto boliviano significa «flor silvestre» (Apaza, 2012), aunque algunas especies se mencionan comúnmente con el nombre «flor de azúcar». Begonia cucullata es llamada comúnmente como «agrial».

Descripción

Es una hierba perenne de tallo principal tuberoso (es decir que forma un tubérculo que crece bajo tierra) mientras que su parte aérea contiene las flores y hojas, alcanzando una altura de hasta 1 m. Sus hojas alternas (es decir cuando crecen una por cada nudo de una rama) están dispuestas en dos filas a lo largo del tallo (Fig. 2), alargadas y asimétricas de aproxima- damente 9-15 cm, del mismo color verde en ambas superficies y márgenes con pequeños lóbulos redondeados y dientes. Tiene flores masculinas y

Figura 2. Begonia boliviensis. Hojas alternas dispuestas en dos filas a lo largo del tallo. Fotografía: Aldo Rubén Andrada.

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Figura 3. Begonia boliviensis. a) Flor masculina. b) Flor femenina. c) Fruto con tres alas, una de ellas notablemente de mayor tamaño. d) Semilla reticulada. Fotografías: Aldo Rubén Andrada. femeninas. Las masculinas tienen 4 tépalos (se dice de las hoja modifica- da del color de los pétalos) y sus estambres (es decir, los órganos florales masculinos que contienen los granos de polen) se agrupan parcialmente adoptando forma de columna (Fig. 3a), las flores femeninas se caracterizan por presentar 5 tépalos y tres estilos (es decir, el órgano femenino en forma de prolongación que generalmente se encuentran en el centro de la flor) espiralados y alargados (Fig. 3b), sus frutos exhiben tres alas triangulares y cuando están maduros y secos, una de ellas es notablemente más larga que las otras (Fig. 3c). Cada fruto puede contener más de mil semillas re- ticuladas y elipsoides pequeñas, de aproximadamente 0,3 mm de longitud (Fig. 3d) (Perera, 1994).

 A. R. Andrada: Begonia boliviensis, alaituya

Distribución, hábitat y fenología

Esta alaituya es bastante común entre los 700 y 3000 m de altura, en las laderas húmedas de re- giones montañosas del NOA, en las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán. En esta última provincia hay registros de su presencia en los departamentos de Trancas, Burruyacú, Tafí Viejo, Lules, Famai- llá y Montero. Begonia boliviensis es nativa y se distribuye hasta la región meridional de nuestro vecino país Bolivia (Smith y Schubert, 1941; Pe- rera, 1994). Aunque es típico que sus partes aé- reas emerjan de las grietas entre las rocas de las laderas (Fig. 4a), donde sus semillas encuentran refugio y las condiciones adecuadas para germinar y crecer, en las zonas más húmedas es frecuente encontrarlas como epífitas encima de los troncos y ramas de diferentes especies arbóreas (Fig. 4b). La floración se produce entre los meses de enero a marzo, en coincidencia con los períodos de ma- yores precipitaciones; mientras que desde fines de enero hasta el mes de abril (este último es cuando descienden las precipitaciones y comienzan a se- carse sus partes aéreas) se visualizan con claridad sus frutos secos, que se abren en la unión entre las alas y la parte central del fruto, haciendo posible la liberación de sus semillas que son dispersadas por el viento. Distribución de Begonia boliviensis en Argentina y Tucumán. En color las pro- vincias y departamentos Usos donde ha sido registrada la especie. Begonia boliviensis está entre las alaituyas más utilizadas como plantas ornamentales. Las carac- terísticas de sus atractivas flores y delicadas hojas fueron de gran interés para los horticultores, siendo ésta una de las plantas preferidas como re- servorio genético para la obtención de híbridos (surgen del cruzamiento o reproducción de individuos de distintas especies), entre los que podemos mencionar a la Begonia llamada Kimjongilia, una de las plantas populares por excelencia en Corea del Norte (Ju y Gang, 1998). En Argentina y países limítrofes, la flor de azúcar B. cucullata o «agrial» es utilizada como antiin- flamatorio y remedio contra anginas (Scarpa y Rosso, 2009). Además, las comunidades que habitan la selva andina argentina utilizan alaituyas como B. boliviensis y B. micranthera durante la celebraciones religiosas, como por

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Figura 4. Begonia boliviensis. a) Planta creciendo entre las rocas. b) Planta epífita creciendo sobre una rama. Fotografías: Aldo Rubén Andrada.

ejemplo la «Yerra» (año nuevo o comienzo del año ganadero) y la Pascua (Hilgert, 2004).

Categoría de conservación

No se encuentra en la lista de especies amenazadas de la base de datos de IUCN (International Union for Conservation of Nature).

 A. R. Andrada: Begonia boliviensis, alaituya

Bibliografía

Apaza, G. C. 2012. Tesis doctoral: El español de Bolivia. Contribución a la dialectología y a la lexicografía hispanoamericanas. Universidad de Salamanca, España. 439 p. Burkart R., N. Bárbaro, R. O. Sánchez y D. A. Gómez. 1999. Ecorregiones de la Argentina. Administración de Parques Nacionales, PRODIA. 43 p. Cabrera, A. L. 1971. Fitogeografía de la República Argentina. Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica 4: 8–11. De Candolle, M. A. 1859. La Famille des Bégoniaceés. Annales des Sciences Naturelles, Botanique, Serie 4: 93–149. Hilgert, N. I. 2004. Las plantas en las festividades religiosas de la selva andina argentina. Société suisse des Américanistes 68: 37–49. Jacquez E. L. y M. C. H. Mamede. 2005. Notas nomenclaturais em Begonia L. (Begoniaceae). Revista Brasileira de Botânica 28: 579–588. Ju P. H. y A. C. Gang. 1998. Kimjongilia – The King Flower has Appeared and Spread Abroad. Pang Hwan Ju; An Chol Gang (eds.). Pyongyang, Corea. Lennaeus, C. V. 1753. Begonia. Species Plantarum 2: 1056. Perera, T. C. 1994. Begoniaceae. En: Flora del Valle de Lerma. Aportes Bo- tánicos de Salta. Serie. Flora 4: 1–10. Scarpa G. F. y C. N. Rosso. 2019. Etnobotanica histórica de grupos criollos de Argentina IV: identificación taxonómica de las plantas y análisis de datos medicinales del Chaco húmedo provenientes de la Encuesta Nacional del Floklore de 1921. Bonplandia 28: 5–42. Smith L. B. y B. G. Schubert. 1941. Revisión de las especies del género Begonia. Darwiniana 5: 78–117.



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