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La doble transición peronista en los ochenta: democracia y renovación de los peronismos en Neuquén

The double Peronist transition at the eighties: democracy and peronisms’ renewal in Neuquén

Gabriel Rafart [email protected] Grupo de Estudios de Historia Social. Universidad Nacional del Comahue (GEHiSo)

Resumen El artículo analiza la dinámica del peronismo partidario durante la década de 1980 a partir de su experiencia en la provincia de Neuquén. El proceso conocido como reno­ vación peronista está inscripto en el primer tiempo de transición democrática. Reno­ vación y transición no solo cuentan en su contemporaneidad, también en una dinámica “sistémica”. En ese sistema se destacó un peronismo de provincias en ten­ sión con la “partidización” de sus organizaciones, entre ellos su mundo sindical. El caso de Neuquén suma la presencia dominante del Movimiento Popular Neuquino, fuerza provincialista de sesgo neoperonista que condicionó negativamente el desem­ peño del peronismo oficial provincial. Simultáneamente, el MPN vivió un proceso de renovación de características semejantes al del peronismo y distinta resolución. Du­ rante la transición el peronismo provincial cuenta con una dirigencia renovadora si­ milar a la de otras provincias. Ese sector, a pesar de conducir el PJ neuquino desde 1983 hacia fines de 1986, produce una decisiva ruptura, dando lugar al nacimiento del partido Justicia, Democracia y Participación –JDP–. A partir de entonces, el sis­ tema de partidos provincial sumó una nueva criatura ampliando la familia peronista.

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JDP es un caso excepcional en la renovación peronista nacional, por su temprano cisma, sosteniéndose en el tiempo como un partido autónomo.

Abstract The article analyzes ’s dynamic during the time of the eighties from its ex­ perience in the province of Neuquén. The process named peronisms’ renewal occu­ rred at the starting of the democratic transition. Renewal and transition not only count in its contemporaneity, also in a ‘systemic’ dynamic. In this system Peronism provinces stood out, in tension with the ‘partisanship’ of their organizations, inclu­ ding their union world. Neuquén’s case adds the dominant presence of the Movi­ miento Popular Neuquino (Popular Movement of Neuquén), which is a provincialist neo­peronist orientated force that negatively conditioned the performance of provin­ cial official Peronism. Also the MPN went through a process of renewal similar to the one that Peronism suffered with a different resolution. During the transition the pro­ vincial Peronism had a leadership similar to the ones in other provinces. Despite the fact that this sector was leading the in Neuquén from 1983 until late 1986, it breaks, resulting in the creation of the party Justicia, Democracia y Partici­ pación, (Justice , Democracy and Participation). After that, the provincial parties’ system added a new member to the Peronist family. JDP is an exceptional case in the national Peronist renewal, due to its early break, holding in time as an independent party.

Palabras clave Neuquén – Peronismo renovador – Neoperonismo – Transición democrática – Polí­ tica provincial

Key words Neuquén – renewed Peronism – Neoperonism – Democratic transition – Provincial policy

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Introducción: las provincias, un res, electores y elecciones. Ello generó tablero más en la transición nuevos y más abundantes estudios sobre las particularidades provinciales2. En Los primeros estudios sobre la transi­ gran medida ese enfoque comenzaba a ción democrática expusieron dar cuenta de las transformaciones ex­ imágenes de un país íntegro que avanza­ perimentadas en la democracia argenti­ ba hacia una democratización cargada na desde su restauración en 1983. Se de incertidumbres. Ciertamente, se revelaba una creciente territorialización asumía que esa transición política era un del mundo político, entendida como re­ proceso de alcance difícil aunque unita­ sultante de su simultánea desnacionali­ rio, gobernado por una sincronización zación y disgregación (Leiras, 2007).3 casi perfecta. Predominaba una común fórmula explicativa para lo ocurrido en Seguidamente se impusieron los cada escala, sobre todo la local: en gran análisis sobre el desempeño democrático medida las provincias resultaron “sobre­ en términos de “calidad democrática” y determinadas” por los sucesos naciona­ “democratización”, reforzando las visio­ les. Aun así se entendía que la liberali­ nes de lo particular. Con ello se desa­ zación política que impuso el régimen gregó aún más el campo de estudio. La militar hacia fines de 1982, más el idén­ escala pasó a lo municipal o en un tér­ tico año cero de las elecciones nacionales mino equivalente hacia lo “subprovin­ y provinciales –simultáneas del 30 de cial”. Sin duda, muchas de esas octubre de 1983–, sumaban algo más investigaciones abordaban las “disonan­ que un mismo punto de partida. Frente a cias” entre las instituciones a escala fe­ ese proceso global y sincrónico las pro­ deral y las provinciales. Todos esos vincias podían exponer ciertas particula­ enfoques ayudaron a “estilizar” aún más ridades respecto a la constitución de sus la idea de una democratización como un fuerzas políticas, la aritmética de las proceso complejo tanto cualitativo como elecciones locales, la construcción de las cuantitativo. candidaturas a gobernador, las adhesio­ nes a las formulas nacionales y, una vez Lo cierto es que en la inicial ima­ conocido los resultados electorales, gen que propusieran Guillermo O`Don­ eventualmente destacar continuidades y nell y Philipe Schmitter (1988) acerca de rupturas respecto al período preceden­ la existencia de múltiples tableros donde te1. se juegan varias transiciones, ya estaba planteada la dimensión provincial, aun­ Más adelante surgió un cambio de que no su desarrollo analítico. Las piezas mirada al analizar detenidamente la del formato federal del régimen institu­ construcción de las estructuras de­ cional constituyeron un tablero más de mocráticas en cada porción del país fe­ la transición. De allí el desafío de pensar deral. La nueva perspectiva produjo la transición política en cada provincia, importantes trabajos, mayormente des­ tanto desde un enfoque comparatista, de el campo de la ciencia política. Se im­ como prestando atención a algunos de puso entonces la idea de trabajar lo sus actores que conforman la extensa fa­ “subnacional”, en términos de territoria­ milia política del peronismo. Es que, lización / provincialización de la vida tanto a nivel nacional como provincial, política. Consecuentemente se aborda­ los peronismos afrontaron un complejo ron las provincias con sus partidos, líde­ proceso de transformación. En ese cam­

Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 33 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco bio se inscribe el proceso conocido como de sucesión por la muerte de su funda­ Renovación partidaria. Sin duda, la dor y la necesidad ocupar el liderazgo Renovación Peronista constituyó “siste­ vacante. Sin duda, las dificultades resul­ ma” con la transición. Es en ese sentido taron mayores para un movimiento que la dinámica de la situación neuquina político de sesgo carismático (Mustapic, ofrece un caso especial en que transición 2002). Si bien esa herencia cuenta para y renovación dentro del mundo peronis­ su cultura política también el nuevo ta arrojó un resultado distinto respecto período abierto que ya dejaba atrás el al conjunto regional patagónico y nacio­ “polo organizativo carismático”, donde nal. la centralidad y autoridad de Juan Perón era indiscutible (Mackinnon, 2002). A continuación se destaca el primer momento de la transición en Neuquén. En gran medida, los años de la El análisis se centrará en el desempeño transición democrática volvieron a poner del peronismo provincial y el nacimiento en tensión, de similar manera al tiempo de una nueva agenda para este agrupa­ fundacional del peronismo, el lugar de los miento político, que luego dio lugar a la trabajadores en la organización partida­ renovación local. En un segundo aparta­ ria. Lo mismo ocurrió respecto a las ta­ do se presenta el momento en que esa reas de los políticos profesionales. En renovación produce la ruptura y el naci­ definitiva, si el peronismo debía lidiar miento al Partido Justicia, Democracia y con una vieja imagen de partido de los Participación. Asimismo se expondrán sindicatos o transformarse en una ma­ algunas particulares del otro y más po­ quinaria más flexible para ganar eleccio­ deroso integrante de la familia peronista nes y canalizar las trayectorias de los neuquina –el Movimiento Popular Neu­ políticos profesionales. quino– que, si bien no tuvo un desenlace crítico, afrontó novedades que pueden Aquella tensión hizo que la dirigen­ ser inscriptas dentro de aquellas preten­ cia sindical pusiera empeño en asegurar siones más generales de renovación par­ su preeminencia como “columna verte­ tidaria visto para el peronismo bral” del movimiento, queriendo asumir provincial. Finalmente, el artículo ofre­ el control del partido. Efectivamente, cerá conclusiones tentativas, destacando desde ese sector se quiso superar la si­ la importancia de abrir un campo de es­ tuación de vacancia y de liderazgo ausen­ tudios sobre la temática. te con herramientas políticas heredadas del tiempo en que en la Argentina predo­ minó la democracia entrecortada (Quiro­ Año 0 de la democracia electoral ga, 2003). La baja “densidad” insti­ y el peronismo oficial tucional de las estructuras justicialistas dificultó una salida ordenada para los pe­ La convocatoria a elecciones generales ronistas. Se sumó la ausencia de reglas de fines de 1983 encontró al Partido Pe­ claras respecto de los vínculos entre sin­ ronista con una larga trayectoria de dicatos y partido peronista (Levistky, triunfos incuestionables, siempre que se 2004). De allí que los jefes sindicales pe­ tratara de contiendas libres y sin pros­ ronistas entraron a la arena política junto cripciones. Sin embargo, ese mismo pe­ a otros sectores “movimentistas” con el ronismo, después de 1974, enfrentaba el propósito de bloquear la posibilidad de doble desafío político de superar la crisis una rutinización organizativa para el pe­

34 Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 ISSN 2347-081X http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos ronismo. Procuraron evitar la “partidiza­ vamente en Neuquén, igual que en otras ción” del “movimiento” y con ello la provincias, el peronismo no solo afronta construcción de una democracia de par­ la construcción de candidaturas, tam­ tidos que muchos actores de la transi­ bién cuestiones que serán parte de la ción proponían. En gran medida cierta agenda futura del complejo proceso que tradición estaba de su parte: un “tercio” llevará a la Renovación. Uno de ellos fue del movimiento le pertenecía a la rama canalizar el nuevo activo de militancia sindical4. Dicha estrategia fue relativa­ conformado por grupos que se movilizan mente exitosa ya que la sindicalización durante el último capítulo de la dictadu­ partidaria permitió incidir en la nomina­ ra militar. Profesionales, intelectuales, ción de los candidatos a presidente y vice artistas, jóvenes, se sumaron a un pro­ por el justicialismo. La fórmula Luder­ ceso de liberalización política, sobre to­ Bittel fue impulsada por Diego Ibáñez y do en la ciudad de Neuquén. Muchos se Lorenzo Miguel, responsables de las po­ habían nucleado alrededor de un vasto derosas estructuras de petroleros estata­ movimiento de derechos humanos cuyo les y metalúrgicos. De allí que, como centro era la Iglesia neuquina bajo el bien señala Steven Levitsky, el PJ que obispado de Jaime De Nevares. Sumaba emerge de la dictadura militar se pre­ el activismo vecinalista y universitario. sentaba como un “partido de base sindi­ Una parte de esa nueva militancia pro­ cal de facto”. vincial participó en la construcción del radicalismo alfonsinista y de otras fuer­ Esa estrategia se expandió sobre zas, mayormente de izquierdas, convo­ las estructuras del peronismo “federal” cados por un fuerte discurso anti de las provincias5. En Neuquén la diri­ dictatorial. Otros, en cambio, se acerca­ gencia peronista contaba con un número ban por primera vez al peronismo atraí­ importante de gremios, mayormente fi­ dos por una nueva camada de líderes liales nacionales, si bien de poco peso y que ofrecían un mensaje favorable a la escaso número de adherentes. Por otro justicia social y a los derechos humanos. lado, había organizaciones sindicales, al­ Sin duda, la voz del joven abogado Oscar gunas en fase fundacional. Fue el caso de Massei resultó por demás atractiva, los empleados de la administración pú­ marcando incluso diferencias de tono y blica y docentes provinciales que revita­ contenido respecto a una parte de la di­ lizan su vida sindical con nuevas rigencia local y también nacional. Una entidades6. Solo dentro del campo de la tercera vertiente de esa novel militancia producción se destacaba el sindicato de adhirió al Movimiento Popular Neuqui­ los petroleros estatales SUPE, con sede no. Desde ese sector surgió una corrien­ en Plaza Huincul, con más de 5.000 afi­ te de opinión que buscó también res­ liados y poderosos recursos7. Muchos de ponder a los desafíos democráticos para los dirigentes de estos sindicatos locales un partido provincial que contaba con buscaron incidir en el proceso de reorga­ similares rituales y prácticas, además de nización partidaria y definición de las una fórmula igual de carismática que el candidaturas para la contienda del 30 de peronismo. octubre de 1983. A diferencia de otros peronismos Simultáneamente, el peronismo de provincia, la figura de Massei logró provincial enfrentó otros problemas que mayor visibilidad frente a la restante di­ dieron paso a nuevas tensiones. Efecti­ rigencia que se presentó conciliadora

Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 35 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco ante el régimen militar en retirada, espe­ ciones sociales. Todos fueron interpela­ cialmente cuando este anuncia la volun­ dos tanto por las viejas identidades y tad de condicionar la democracia emer­ prácticas heredadas del pasado reciente, gente reafirmando su imagen de salva­ también por aquellas que pretendían ca­ dores de la disolución nacional y en nalizar los desafíos de una agenda más particular con la política de autoanmistía abierta que proponía el primer capítulo para sus cuadros represores.8 De hecho, de la transición democrática. bajo el protagonismo de esa nueva diri­ gencia, junto a otros sectores de la políti­ En esta ciudad, bien destaca Vi­ ca neuquina, Massei y sus seguidores se cente Palermo (1988) en uno de los pio­ manifiestan abiertamente contra aquella neros estudios sobre la cultura política medida del gobierno militar participan­ del período, se estaba generando una do de las masivas manifestaciones que se suerte de “izquierda democrática” que realizaron en la ciudad de Neuquén.9 decide disputar el espacio peronista. En ellos hubo una mayor preocupación por Para el año 83 Massei es un abo­ pensar la construcción de una democra­ gado laboralista que asesora a sindica­ cia de partidos y ciudadanos. Es cierto tos. Había colaborado antes con el que el propio Massei y otros dirigentes bloque de diputados peronistas de la le­ por momentos radicalizaron su discurso gislatura provincial del período entendiendo al peronismo como un 1973/1976. Su compromiso estaba a to­ “proyecto revolucionario antioligárquico no al de muchos abogados de la rama y antiimperialista”. Lo hicieron frente a del derecho laboral formados en los contrincantes que insistían en los patro­ años sesenta y principios de los setenta. nes clásicos del relato peronista, a favor Ellos daban carnadura al sesgo “laboris­ de la conciliación de clase y de un orga­ ta” del peronismo junto al sindicalismo nicismo conservador centrado en un li­ de la “resistencia e integración” que na­ derazgo excluyente. ció luego de la caída del primer peronis­ mo (James, 1990). Aquella presencia, Cuando hacia mediados de 1984 que asumió un izquierdismo distante de tomó impulso el proceso de renovación las organizaciones volcadas a la violen­ peronista a nivel nacional, el peronismo cia armada, formaba parte de la heren­ provincial conducido por Massei ya se cia de Massei y de los grupos que había impuesto sobre al sector tradicio­ lograron acompañarlo en ese primer nal del partido comprometido nacional­ tiempo de transición. Además, como mente con los “mariscales de la derrota”. bien fue señalado por varios autores, Como ya se señaló, la principal fortaleza quizás lo más importante para esta nue­ de estos sectores estaba en sus estrate­ va militancia fuera el descubrimiento gias venidas desde el mundo sindical y del papel de la política como un campo de quienes disponían los “sellos” gre­ en conflicto lejos del unanimismo pen­ miales10, además de los delegados nor­ sado por el peronismo clásico (Aboy malizadores que respondían a una Carlés, 2001). misma cultura política de esa dirigencia política, mayormente anclada en la pro­ En definitiva, en Neuquén se consti­ vincia de . tuye un colectivo de dirigentes dentro del mundo partidario provincial, lo mismo El “descubrimiento de la política que en la vida sindical y de las organiza­ democrática” del peronismo provincial

36 Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 ISSN 2347-081X http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos logró su mayor tensión durante el proce­ que pudieron desarrollar una campaña so de elecciones internas para dirimir más ordenada y prolongada. El 75 % del candidaturas provinciales y definir la je­ padrón de afiliados peronistas concurrió fatura partidaria. El resultado de esa a las urnas. Massei se impuso holgada­ contienda se definió con el triunfo de la mente sobre las otras dos listas, con más fórmula encabezada por Massei y secun­ del de 60 % de los sufragios. Las faccio­ dada por Luis Novoa, un hombre que si nes derrotadas llevaron en sus nóminas bien pertenecía al SUPE local no estaba a figuras que respondían mayormente al alineado con la conducción nacional del sector local ortodoxo ligado a la inter­ sindicato dirigido por Ibáñez. En el ar­ vención partidaria que, a su vez, dis­ mado de las otras candidaturas –sobre ponían del apoyo de la conducción todo a diputados provinciales– hubo lu­ nacional del PJ13. Después de ese triunfo gares para los derrotados. la fórmula ganadora inició el agitado ca­ mino a las elecciones generales provin­ Aquellas elecciones internas del PJ ciales. neuquino fueron precedidas de una in­ tensa y masiva campaña de afiliación. Para las elecciones de aquel año 0 Frente a otros escenarios provinciales Neuquén, igual que la mayor parte de los resultó por demás modesta, ya que el distritos, produjo su propio mundo de número final de adhesiones para el PJ comités y unidades básicas. En ellos se local fue de solo 7.000. Muy lejos queda­ concentraron los nuevos adherentes y ron del peronismo rionegrino con más los viejos que ofrecían su pedagogía de cuatro veces ese número11. A pesar de política con los rituales y prácticas de las ello los peronistas superaban al radica­ anteriores campañas. La mayor parte de lismo neuquino con sus 4.600 incorpo­ los partidos se volcaron a las calles con raciones. Sin embargo, ambas fuerzas una militancia voluntaria y esforzada, políticas estuvieron muy lejos de las con sus visitas y caminatas a los barrios, 37.000 afiliaciones obtenidas por el volanteadas mano a mano, además de la MPN. Estos últimos superaban en adhe­ organización de masivos mítines públi­ siones a las restantes agrupaciones polí­ cos. La participación de los jóvenes fue ticas de todas las provincias patagó­ decisiva. El peronismo contaba, en gran nicas12. medida, con el capital de la nueva mili­ tancia. Esta debió luchar por ocupar los En junio de 1983 fue ratificada la espacios públicos, fundamentalmente fórmula Massei­Novoa. Compitió contra frente a la poderosa maquinaria desple­ la nómina encabezada por Ángel Rome­ gada por el Movimiento Popular Neu­ ro, quien fuera candidato a gobernador quino. También los radicales desarro­ de la Provincia en 1973. Una tercera lista llaron una activa campaña. Efectiva­ presentó a José Camacho, dirigente de mente, la ciudad de Neuquén fue centro menor relevancia. Los comicios internos, del mayor mitin público realizado por el después de varias postergaciones, se rea­ radicalismo en toda la Patagonia. El 15 lizaron el 21 de agosto. Como ocurrió en de octubre Raúl Alfonsín convocó a una el resto de los distritos, el peronismo de multitud superior a los 15.000 asisten­ Neuquén realizó su contienda interna tes. En la ocasión, Antonio Mucci del varias semanas después que la llevada a Movimiento Nacional de Renovación cabo por el radicalismo. Esta situación Sindical fue su compañero de tribuna. otorgaría mayores ventajas a la UCR ya Ambos insistieron en denunciar la exis­

Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 37 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco tencia de un pacto militar sindical que paña del peronismo provincial que, a daba ventajas al peronismo. El tema es­ pesar de la ausencia de una figura na­ taba en boca de la mayor parte de los di­ cional relevante, reunió según los cro­ rigentes radicales nacionales y provin­ nistas cerca de 20.000 personas. Desde ciales. Resultó su principal arma discur­ el atril los candidatos por el peronismo siva de campaña.14 provincial marcaron su compromiso con el tiempo democrático y de denuncia a Ciertamente, aquel tema marcó las todo lo realizado por el régimen militar. últimas jornadas previas a las elecciones Siendo esa movilización la más impor­ generales del 30 de octubre, animando tante que realizara alguna fuerza política las viejas rivalidades entre peronistas y regional, alimentó las expectativas del radicales con muchos enfrentamientos triunfo peronista. callejeros. La dirigencia peronista local debió enfrentar aquella parte de la cam­ Las elecciones del 30 de octubre de paña nacional, mientras le resultaba 1983 se desarrollaron bajo el signo de difícil articular un discurso de oposición una gran asistencia electoral. El 87 % de al MPN, que hizo todo lo posible por los empadronados asistieron a los comi­ provincializar la competencia electoral. cios. En toda la región patagónica fue Frente al MPN, el partido encabezado contundente el triunfo de Alfonsín. Sin por Massei reafirmaba su identidad pe­ embargo, en Neuquén obtuvo uno de ronista. En cambio, en la batalla discur­ caudales más bajos, con cerca del 45 %. siva sobre los otros contrincantes, quie­ Asimismo, la fórmula nacional del PJ ob­ nes insistieron en la complicidad del tuvo menos sufragios que la UCR. Con peronismo nacional con los militares, apenas el 22 % de los votos, la mitad de lo planteó una defensa cerrada de la demo­ logrado a nivel nacional. Los votos obte­ cracia y de dura crítica hacia el régimen nidos igualaban en número a la cantidad en retirada. de asistentes al acto de cierre de cam­ paña. Mientras tanto, los candidatos a El peronismo neuquino presentó electores presidenciales por el MPN su­ uno de los discursos más aguerridos y de maban 28 %. En Neuquén, el MPN, pos­ compromiso con los derechos humanos tulando por tercera vez a , frente a la mayoría de los peronismos ganaba las elecciones superando el 55 % provinciales. Además, sus candidatos de los sufragios. Radicales y peronistas asumían que la palabra siempre estuvo terminaron casi empatados tanto en la acompañada por una destacada presen­ elección a gobernador como en la corres­ cia en las calles y el acompañamiento de pondiente a diputados provinciales. Para los distintos pronunciamientos contra el esta última se debió convocar a nuevos régimen militar. De allí que fueran capa­ comicios solo en una mesa electoral para ces de realizar una de las movilizaciones saldar aquella paridad15. La elección más importantes de la región, que pa­ complementaria otorgó ganador al PJ, rangonaba a la del cierre del radicalismo quedándose los peronistas con la minoría en ocasión de la presencia de Alfonsín. legislativa. Sin duda, esas primeras elec­ Anteriormente, los peronistas habían ciones en Neuquén alejaban a la provin­ realizado un acto con 6.000 asistentes cia de las preferencias nacionales. con motivo de la presencia del candidato a vicepresidente Deolindo Bittel. Mayor Pasado el capítulo electoral de fines fue la convocatoria en el cierre de cam­ de 1983, el peronismo neuquino derro­

38 Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 ISSN 2347-081X http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos tado debió lidiar con las diferencias en peronista cabalgó sobre el proceso cono­ su interior entre quienes se identificaron cido como Renovación. Este afectó a la como renovadores y los verticalistas, así totalidad del mundo peronista. también entre los seguidores de la fórmula que resultó triunfante con Mas­ a) Renovación del peronismo oficial sei y Novoa a la cabeza y quienes estaban alineados con el derrotado Nievas. Esto La Renovación fue una “cuestión de pro­ último revelaba un tipo de conflicto de vincias”, aunque su mayor proyección fue sesgo localista que excedía los límites del de alcance nacional. Tuvo entre sus prin­ propio peronismo. Esa fuerza política cipales protagonistas a varios peronismos debió disputar el espacio de lo nacional, que resultaron triunfadores en sus terri­ popular y local frente al MPN que había torios provinciales. Partió de una autode­ ganado las elecciones y retornaba al go­ nominada “Liga de gobernadores” que bierno provincial. El partido provincia­ encabezaron y Carlos lista también era parte de la familia Juárez, desde La Rioja y Santiago del Es­ peronista. tero. En ese origen, lo ganadores dieron cuenta de la doble tensión de un partido que se propuso resolver el problema de la Los peronismos en renovación construcción de una conducción legitima, En la provincia de Neuquén desde la dé­ vacante desde la muerte de Juan Perón. cada de 1960 hubo una aguda disputa al­ Junto a ello trataron de darle estabilidad rededor de la identidad peronista. organizativa a un peronismo en crisis. Transcurridos veinte años, el oficialismo Antes de la derrota electoral nacional a del PJ seguía reclamando de manera ex­ manos de Raúl Alfonsín, pero por sobre cluyente esa identidad. En cambio, el todo después de ocurrida, muchos diri­ “otro peronismo” provincial contenido gentes entendieron que la imposición de dentro del Movimiento Popular Neuqui­ una dirección en manos de Estela Martí­ no contó con un doble juego para una nez resultaba por demás provisoria y sin definición que los llevara a regresar al futuro. La naturaleza confederal del pero­ tronco peronista como ocurrió con otras nismo tampoco garantizó una reorganiza­ formaciones surgidas después del derro­ ción ordenada para enfrentar los desafíos camiento de Perón. En principio nunca de ser oposición, aunque generó oportu­ desconoció su pertenencia original al nidades para que los peronismos provin­ mundo peronista, ubicándose por mo­ ciales triunfantes consolidaran una mayor mentos en línea similar a las partes que cuota de poder dentro de la frágil estruc­ conformaron el peronismo federal. Si­ tura nacional. Esa dirigencia siguió apos­ multáneamente, procuró reforzar su tando a las ventajas que ofrecía la flexi­ sentido de autonomía, constituyéndose bilidad de su organización. De allí que en una pieza clave del sistema de parti­ convergieran hacia los gobernadores jus­ dos provinciales. Asimismo, sus dirigen­ ticialistas otros peronistas que en sus ca­ tes señalaban que su trayectoria e sos habían sido doblemente derrotados, identidad debía ser evaluada por la eje­ tanto en las disputas por la nominación de cución del programa de justicia social y candidatos y jefatura partidaria como en su interpelación exitosa de los sectores las elecciones de sus distritos. populares, además de su extrema defen­ sa de los intereses provinciales. Por otro El caso de Neuquén se colocaba en lado, aquella disputa por la identidad una situación distintiva respecto al con­

Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 39 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco junto, porque tempranamente resultó un anunció la constitución de un frente partido “renovado”, sin que con ello ce­ electoral junto a la Democracia Cristina rrara su tiempo de “transición”. Aun así, y el Partido Intransigente. Ambos agru­ el peronismo neuquino era una fuerza pamientos partidarios acompañaron si­ fuera del gobierno. Sólo contaba con la milares experiencias ocurrida en otros minoría parlamentaria y muy escaso po­ distritos provinciales. der en los ejecutivos locales. Por si fuera poco, los sectores internos que habían Antes de la ruptura, la dirigencia sido desplazadas por Massei sostuvieron del peronismo neuquino había partici­ sus posiciones con recursos y voluntad pado en los distintos congresos naciona­ de recuperar la conducción partidaria. les donde los renovadores trataron de imponer sus posiciones con éxito varia­ Transcurridos tres años de las elec­ do. Massei no solo era cabeza de un par­ ciones generales de 1983, el sector que tido que tempranamente pudo comandaba Massei, a pesar de algunas mostrarse desde el lado de la Renova­ deserciones, continuaba al frente del ción. Además contaba con la ventaja ob­ Partido Justicialista neuquino. Había tenida por alcanzar una banca de triunfado en las sucesivas contiendas Diputado Nacional en 198516. La figura que se llevaron a cabo para la nomina­ de Massei incrementaba su prestigio, ción de candidaturas y cargos partida­ sumándose como par entre los líderes rios. Contando con semejante capital de nacionales del espacio renovador. Efec­ manera intempestiva, Oscar Massei y tivamente participó de una suerte de una porción considerable de los cuadros conducción colegiada aunque informal de dirección del PJ neuquino decidieron del sector junto a De la Sota, Carlos romper con la conducción nacional, para Grosso, Antonio Cafiero, entre otros. luego abandonar las filas partidarias Desde ese lugar privilegiado, Massei en­ provinciales y fundar una nueva organi­ tabló conversaciones con varios referen­ zación. Nacía de esa manera el Partido tes nacionales del espacio renovador. Justicia, Democracia y Participación en Según los dirigentes locales recibió apo­ la primera quincena de noviembre de yos para el camino de distanciamiento 1986. respecto al oficialismo nacional. Aun así, ninguno de los otros jefes renovadores La ruptura del peronismo neuqui­ fue tan lejos en su experiencia de dife­ no ocurrió cuando los renovadores de renciación fundando una nueva entidad Córdoba formalizaban una fractura den­ partidaria. tro del PJ provincial, aunque sin ofrecer una alternativa fundacional. Aun así los Ese proceso rupturista se aceleró conducidos por Juan Manuel De la Sota, ante la disputa con aquellas fuerzas que igual que los neuquinos, recurrieron a seguían respondiendo a los sectores na­ similares términos utilizados por los re­ cionales contrarios a la Renovación. De novadores de la provincia de Buenos Ai­ hecho al momento del rompimiento el res. Estos habían dado un paso decisivo partido afrontaba un avanzado proceso por fuera del peronismo oficial cuando de fragmentación interna con media do­ enfrentaron exitosamente al sector de cena de grupos en pugna17. De allí que Herminio Iglesias en las legislativas na­ hacia mediados de 1986 algunos sectores cionales de 1985. A los días de confor­ alineados contra Massei lograron que la mada la nueva entidad neuquina se dirigencia nacional nominara un “vee­

40 Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 ISSN 2347-081X http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos dor” para el PJ neuquino. El detonador Nada con los cómplices del Plan Austral, de esa decisión había sido el rechazo de nada con los que se burlan del pueblo los renovadores locales a dirigentes sin­ mandando a vía muerta la ley del divor­ dicales ligados a Lorenzo Miguel. Fue cio. Nada queremos sobre el blanqueo, entonces que la conducción local del PJ punto final, ni leyes de olvido”.18 consideró que debía enfrentar una vir­ tual intervención. La situación no era La deserción de Massei y los suyos muy distinta a lo ocurrido con el pero­ animó viejas rencillas y, por sobre todo, nismo cordobés donde se impuso la in­ reactivó el discurso tradicionalista de tervención del dirigente ortodoxo sus opositores que venían exigiendo la Alberto Serú García. Para intervenir el intervención. Un dirigente de la CGT PJ neuquino se convocó al diputado na­ local y miembro de las 62 Organizacio­ cional Alberto Melón, un dirigente pro­ nes fue preciso: “Estamos contentos veniente de Buenos Aires sin bases porque se fueron los zurdos”. territoriales pero con un pasado que lo ligaba a Guardia de Hierro y al Comando b) El otro peronismo neuquino de Organización. Desde antes de 1983 el sistema de parti­ Antes que arribara Melón a la pro­ dos de Neuquén contó con al menos dos vincia, la dirigencia reunida alrededor de peronismos. El MPN es una parte de ese Massei apuró su salida del PJ. En la se­ sistema por su origen neoperonista. Este gunda semana de noviembre dio naci­ había nacido en la necesidad de encau­ miento al nuevo partido. Además del zar en la provincia la participación elec­ núcleo original de cerca de cincuenta in­ toral de los peronistas frente a la tegrantes, varios de ellos miembros de la proscripción que se impusiera sobre el conducción partidaria y del congreso del movimiento conducido por Juan Perón PJ junto a dos diputados provinciales, se entre los años 1955 y 1973. sumaron al nuevo proyecto partidario dirigentes del interior de Neuquén y sec­ Como parte de los neoperonismos tores del sindicalismo de ATE provincial provinciales, el MPN tuvo dirigentes que y del gremio docente, entre otros. fundaron su legitimidad de origen en su pertenencia a la elite política del pero­ El documento que expuso los moti­ nismo histórico (Tcach, 1995). De allí vos de la renuncia partidaria marcaba su que la estrategia fundacional de esas distanciamiento del PJ nacional. “Re­ nuevas entidades promovió la continui­ nunciamos a estructuras caducas que dad de muchos liderazgos provinciales han negociado y siguen negociando to­ de la etapa anterior al arribo de Juan do, desde la sangre de nuestros mártires Perón a la escena nacional. Asimismo, el hasta la esperanza de nuestro pueblo”. camino elegido por muchos dirigentes Lo mismo ocurrió respeto al nuevo giro de provincias durante la década de 1960 que ha tomado la política nacional a par­ permitió, por un lado el relanzamiento tir de 1985, retomando el discurso ague­ de la etapa “fundacional” del Partido Pe­ rrido de la frontera que significó el ronista. Ciertamente retomaba el inicial primer momento de la transición. Sos­ apoyo a Perón que se dio desde una coa­ tenían entonces los animadores del nue­ lición basada en una estructura confede­ vo partido: “No queremos nada con los ral. Por otra parte, ese proceso consolidó dueños del aparato y los sellos vacíos. liderazgos construidos sobre el final del

Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 41 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco primer ciclo peronista o contemporáneo a presentarse en 1987. La disputa por la a la creación de las nuevas estructuras. candidatura a gobernador para ese año puso en tensión un proceso en marcha Sin duda, el reforzamiento de las que es contemporáneo a la Renovación construcciones provinciales del peronis­ peronista. mo se dio a pesar de contar con una con­ ducción centralizada, mayormente Efectivamente, esto ocurrió desde debido a que adoptó un modelo de orga­ la temprana creación del Movimiento de nización interna que replicaba las divi­ Acción Política (MAPO), una línea inter­ siones provinciales. Con ello se creó un na que apuraba la renovación partidaria espacio fértil para el surgimiento de lí­ y asumía el compromiso de la moderni­ deres provinciales que en ese nivel zación del sistema representativo vigen­ podían ejercer el mismo tipo de control te en la provincia. Desde ese que se le atribuía a Perón en el ámbito agrupamiento de dirigentes, parte del nacional (Mustapic, 2002). El Movi­ partido provincial se colocaba en la mis­ miento Popular Neuquino fue una de ma frontera que el peronismo renova­ esas organizaciones que nacieron para dor. Su programa general asumió un eludir el esquema prohibicionista im­ similar lenguaje de la renovación y tran­ puesto desde la caída de Perón, además sición. El sector se propuso una mayor de reencauzar una dirigencia sin oportu­ democratización, participación y vitali­ nidades.19 dad partidaria, además de poner en dis­ cusión la viabilidad del liderazgo Para el Movimiento Popular Neu­ carismático. Esto último afectaba la quino la contienda electoral de 1983 se construcción carismática del MPN asen­ presentó en gran medida como un mo­ tado en el fuerte protagonismo de Felipe mento político más, de reafirmación de y Elías Sapag. un sentido parroquial de la política. Disponía de experiencia electoral. Asi­ Aquella disidencia interna canali­ mismo contaba con un doble liderazgo zada con la aceptación de la competencia encarnado en las figuras de Felipe y intrapartidaria se institucionaliza tem­ Elías Sapag. En ese año 0 de la demo­ pranamente. Sin embargo, ese proceso cracia electoral argentina los hermanos nunca tuvo actores rupturistas. Al me­ Sapag, a través de su partido, dieron nos durante la década del ochenta y por seguro que en las elecciones habría principio de los noventa fue tutelado por una actualización plebiscitaria de sus los mismos líderes carismáticos que se pasados triunfos. El MPN había ganado cuestionaba. las tres contiendas realizadas en la pro­ vincia desde 1963. Desde ese año Felipe Desde 1983 hasta 1993, año de la Sapag accede por primera vez al gobier­ muerte de Elías Sapag, los dos hermanos no provincial. Luego ocupó la goberna­ mayores consolidaron un doble lideraz­ ción durante la última etapa de la go. Elías, considerado el más peronista, “Revolución Argentina”. También era una suerte de “canciller”, privile­ triunfó sobre el candidato peronista en giando las relaciones con el peronismo 1973. El 30 de octubre de 1983 el MPN nacional y la institucionalidad federal. A volvió a ganar las elecciones provincia­ partir de diciembre de 1983 lo hizo des­ les. La falta de un esquema reeleccio­ de su banca en el Senado Nacional. Esa nista impidió que Felipe Sapag volviera presencia se volcó a la apropiación de

42 Textos y Contextos desde el sur, N° 4, Vol II (2), julio 2016 ISSN 2347-081X http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos recursos diferenciados para desarrollar Conclusiones tentativas una suerte de Estado Benefactor con La ruptura dentro del peronismo neu­ ciertas capacidades de inclusión para quino encabezada por Oscar Massei de­ una población escasa y dispersa. Tam­ be ser analizada como el desenlace de un bién para marcar su distancia con el proceso de diferenciación iniciado en el “centralismo porteño” con un potente primer trayecto de la transición de­ discurso federalista. Éste se tradujo en mocrática de los años ochenta del siglo la aplicación de un doble juego: por un pasado. Asimismo, desde aquella lado de negociación y apoyo al peronis­ fórmula planteada por Vicente Palermo mo legislativo y de “chantaje legislati­ sobre una cultura política neuquina fa­ vo”, que en ocasiones fue de bloqueo y vorable a una “izquierda democrática”. rechazo a iniciativas clave hacia el radi­ Ciertamente, aquel peronismo provincial calismo durante la vigencia del gobier­ y otras fuerzas políticas contaban con no de Alfonsín20. Además Elías Sapag una gramática discursiva y práctica polí­ tuvo un rol decisivo como dirigente del tica presente antes de que se desplegara partido. Fue su titular hasta el año la nueva frontera que significó el esce­ 1986. A partir de entonces esa jefatura nario de la transición, en el que juega un fue honoraria. Mientras tanto Felipe re­ rol decisivo el triunfo de Raúl Alfonsín. sultó el jefe partidario en los hechos ya Parte de ese cuerpo de ideas y prácticas que su posición de gobernador permitió debía su historia a la cultura política de conducir una estructura en condiciones los setenta, siendo renovado con las de iniciar los rasgos propios de un Par­ nuevas militancias. Otras pertenecen al tido de Estado. nuevo momento que propone un relan­ zamiento de la “idea” de democracia. De A partir de aquel triunfo de 1983, allí que sus consecuencias rebasan al el MPN se desarrolló a modo de un sis­ peronismo. Sin duda, esas fuerzas loca­ tema político en sí mismo. Además, les estaban en condiciones de pensar la consolidó una dinámica interna que in­ organización partidaria desde diferen­ corporó la lógica de las coaliciones. En ciadas “sensibilidades democráticas”. ese sentido, dio carta de ciudadanía a Éstas comprendieron aquel mundo en diversas “partes” para un eficaz desem­ reforma, que por momentos radicalizó peño competitivo que con cierta flexibi­ aspectos de la democracia en su formato lidad conceptual constituyó un “sistema liberal. La idea era contar con algo más de partidos” en sí mismo. En ello el par­ que una maquinaria al servicio de la tido provincial nunca perdió aquella competencia electoral. De allí que algu­ morfología que estaba en el origen y de­ nos actores consideraron que todo debía rrotero del peronismo. El MPN aceptó ser refundado. El nacimiento de Justicia, la competencia relativamente abierta Democracia y Participación, desde el que, sin rupturas definitivas, le permi­ tronco peronista fue parte de esa doble tió resolver el problema más delicado trayectoria. de toda organización que procura su permanencia en el tiempo: la sucesión En cambio, con el MPN, otro inte­ de sus liderazgos. De allí que la expe­ grante de la familia peronista neuquina, riencia renovadora del MAPU resultó hubo una disputa que logró canalizarse canalizada adecuadamente sin generar sin rupturas. Para el mismo tiempo de rupturas decisivas como sí ocurrió con nacimiento del partido JDP, el MPN el peronismo oficial. promovió un cambió a favor de un lide­

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razgo menos carismático. Efectivamente, abordajes integrales, sobre todo de alcance finalizado el mandato de Felipe Sapag en comparativos. Un texto que asume ese de­ 1987, un “cuadro técnico”, Pedro Salva­ safío es de nuestra autoría junto a Francisco tori21, se impuso como candidato a go­ Camino Vela (2012). Centrado solo en la bernador, ocupando la titularidad del norpatagonia debe mencionarse la compila­ ejecutivo provincial por los siguientes ción de artículos hecha por Orietta Favaro y cuatro años. Todo ocurrió bajo la tutela Graciela Iorno (2010). del doble liderazgo de los Sapag. Conse­ cuentemente dejaba en “tránsito” el de­ 3 En el marco del proceso de desnacionaliza­ safío de una renovación partidaria que ción del sistema político argentino y de terri­ había sido puesta en marcha temprana­ torialización del sistema de partidos, los mente. Si bien la facción interna del MA­ espacios provinciales o subnacionales han PU se mantuvo vigente durante los años adquirido una nueva dimensión convirtién­ que siguieron, aunque sin lograr conmo­ dose en objetos privilegiados de estudio a la ver la estructura partidaria, su programa hora de explicar los procesos políticos más volvió a ser actualizado frente a una reciente de nuestro país. De ahí la expansión transición peronista que perdía impulso de trabajos sobre los sistemas políticos en las luego de la resolución de la interna par­ provincias; abordando entre otros temas: el tidaria a favor de Carlos Menem en análisis de la organización y competencia 1988. Su programa de “democratización” partidaria subnacional; y el estudio de los fue recuperado en el próximo recambio regímenes y reformas electorales provincia­ gubernamental provincial por quienes les. Consultar las obras de Calvo y Abal Me­ acompañaron la candidatura a goberna­ dina (h) (2001), Calvo y Escolar (2005) y dor de Jorge Sobisch.22 Aun así, a partir Abal Medina (h) (2007). de 1991, el derrotero de estos sectores se vio frustrado por el nuevo giro político 4 Esta forma de pensar el partido peronista se de la tercera administración provincial dio en el período en que Juan Perón desde el encabezada por Sobisch. gobierno canaliza sus apoyos políticos. Efec­ tivamente, entre los años 1947 y 1950, luego de ensayar diversas alternativas, los peronis­ Notas tas se organizaron en “ramas” –política, sin­ dical y femenina–. Este esquema fue una 1 Marcelino Maina afirma que “los procesos de respuesta al “desafío de crear un formato or­ transición a la democracia nacionales sobre­ ganizativo que pudiera contener la diversi­ determinan las dinámicas provinciales de dad social y política” (Mackinnon, 2002). «invención» democrática, en segundo lugar las provincias pese a esa inicial condición de­ 5 Ciertamente, desde fines de 1982 ese mundo finen ritmos y características propias en sindical de provincias se planteó la conquista cuanto a la construcción de la democracia en de un “peronismo federal”. Las elecciones sus ámbitos territoriales” (2013). internas del año siguiente promovieron can­ didaturas a gobernador y vice de varios sin­ 2 Se debe destacar que entre los historiadores dicalistas u hombres cercanos a ellos. Tal los que trabajan “historias” de provincias –iden­ casos de Herminio Iglesias en Buenos Aires, tificada muchas veces como “regional”–, el José María Vernet en Santa Fe, la candidatu­ tiempo de la transición y los actores involu­ ra de Alejo Simó a vicegobernador en Córdo­ crados en ella, comenzó a interesar reciente­ ba, entre otros. Lo mismo ocurrió para mente, sin que se puedan hallar suficientes conformar los primeros lugares de las nómi­

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nas para los cuerpos legislativos, igual que “¿Qué fuerzas armadas quiere el Justicialis­ con las candidaturas a intendentes de las ciu­ mo?”, reunió un conjunto de afirmaciones dades más importantes. genéricas que carecieron de toda condena al carácter represivo del régimen militar. Ese 6 Entre los años 1981 y 1984 la vida sindical de informe llevaba la firma del interventor del los trabajadores públicos provinciales sufrió PJ Alberto Nievas. varios cambios. Se dieron procesos de reali­ neamiento y rupturas, algunos acompañando 9 A partir de mayo de 1983 una parte del pero­ las líneas de ruptura en el gremialismo na­ nismo provincial se volcó a las calles en re­ cional. Otras de factura local. Entre las situa­ pudio a la política del régimen militar sobre ciones nuevas surge un nuevo gremio sus intentos de auto amnistía. Mientras tanto impulsado por varios delegados de UPCN la conducción oficial local publica una solici­ que sufrieron duras sanciones por parte de la tada en el Diario Río Negro bajo el título conducción normalizadora impuesta en el úl­ “Quo Vadis, Buscad la verdad bajo el camino timo tramo de la dictadura. Con ellos nacía la de la realidad. La verdad nos hará libres”. Su filial neuquina de ATE. La otra entidad que contenido refería a aspectos clásicos del an­ se funda un año antes fue la Asociación de ticomunismo del peronismo, además de ha­ Trabajadores de la Educación de Neuquén. cer un llamado a la inmediata conciliación Las nuevas entidades contaban con dirigen­ entre militares y civilidad. tes ligados a distintas corrientes dentro del peronismo, la mayor parte era contestataria 10 El tema de los sellos sindicales refiere al uso a las posiciones tradicionales. Además de los que hicieron dirigentes de las 62 organiza­ peronistas hubo dirigentes ligados al Partido ciones locales de la representación de varias Comunista, al Partido Intransigente, la De­ entidades gremiales. Estos contaban solo co­ mocracia Cristiana, entre otras expresiones mo “sellos” ya que figuraban como gremios políticas. inscriptos en la CGT provincial, pero con es­ caso número de afiliados y sin representa­ 7 El sindicato de la construcción (UOCRA) fue ción local. Eran filiales virtuales de entidades muy importante en el período, debido ma­ nacionales sin sedes físicas a nivel provincial. yormente a la expansión de las grandes obras de hidroelectricidad. Sin embargo sus diri­ 11 Para aquella campaña de afiliaciones el pe­ gentes se alejaron tempranamente del mun­ ronismo neuquino estuvo lejos del PJ rione­ do peronista con una conducción de grino que resulto el más numeroso de los izquierda clasista. patagónicos, sumando 33.000 afiliados. Algo similar ocurrió con el radicalismo de esa 8 De hecho ese peronismo reunió diversos provincia, con 15.000 adherentes. El pero­ equipos de profesionales para elaborar pro­ nismo de Río Negro contaba con una ins­ puesta sobre diversos temas, entre ellos la cripción a sus filas equivalente al 15 % de los cuestión militar. A principios de junio, cuan­ habilitados en esa provincia para votar. do aún no estaba decidida la interna partida­ Frente a ellos, los peronistas neuquinos ria y la campaña política hacia las elecciones podían dar cuenta que solo contaban con el 5 generales aún no había comenzado, se difun­ % de los 130.000 electores provinciales. dió un documento presentado por dirigentes del peronismo local ante el Congreso de Pro­ 12 El MPN no solo era el partido con mayor nú­ fesionales y Técnicos Justicialistas realizado mero de afiliados de los cinco distritos de la en Buenos Aires, reunido a principios de ju­ Patagonia, superaba en número de efectivos nio de 1983. El documento, bajo el título a otros de mayor historia en las provincias de

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regiones del norte y Cuyo argentino. Efecti­ mayoría de quince legisladores. vamente, su plantilla de adherentes era ma­ yor a las del Bloquismo sanjuanino o a 16 En las primeras elecciones de renovación de Vanguardia Federal de Tucumán, ambos con diputados nacionales ganada por el radica­ cerca de 22.000 afiliaciones, igual que el Mo­ lismo a nivel nacional, por la provincia de vimiento Popular Jujeño con sus 15.000 ad­ Neuquén acceden a la Cámara baja un di­ hesiones, el Partido Renovador de Salta, putado por el radicalismo, otro por el MPN y 12.000 o el Movimiento Federalista Pampea­ el tercero por el peronismo. Massei, obtiene no con más de 7.300 fichas. En 1983 el MPN cerca del 24 % de los sufragios. Ese desem­ solo fue superado por los 66.000 afiliados peño electoral resulto apenas superior que el del autonomismo correntino. de 1983.

13 La intervención del Partido Justicialista de 17 Además de la conducción y el Congreso parti­ Neuquén se inició a fines de 1982. Su inter­ dario, mayoritariamente bajo la conducción ventor fue Alberto Nievas, quien luego consti­ de Oscar Massei, el peronismo provincial tuye lista como candidato a vicegobernador de podía mostrar otros cinco grupos de relativo Angel Romero, viejo dirigente tradicional del peso. El ex interventor de la primera etapa peronismo neuquino. La participación de Nie­ Nieva, que recibía el respaldo de Lorenzo Mi­ vas en la lista “Lealtad Peronista” fue cuestio­ guel, otro sector que estaba próximo a ellos nada por su falta de imparcialidad en la tarea que respondía a las 62 organizaciones locales de interventor­normalizador. Semejante cues­ y a la CGT, un tercer actor del Peronismo Re­ tionamiento llevó a la renuncia del apoderado volucionario. Sumaba, una expresión local de legal del PJ por considerar “que el mandato Federalismo y Liberación con su referente na­ de la intervención no es político sino reorga­ cional Carlos Menem y un último, llamado nizativo”. Aún derrotado Nievas continuó en­ “quedantista”, aunque renovador, conducido cabezando el sector contrario los renovadores. por el diputado provincial Oscar Parrilli.

14 Los candidatos locales hicieron lo propio. La 18 Diario Río Negro, 10 de noviembre de 1986 denuncia del pacto se transformó en un dis­ “El documento”, General Roca, pág. 15. positivo discursivo eficaz ya que “constituyó simbólicamente al peronismo en el lugar de 19 Los partidos Unión Popular de Buenos Aires, la repetición, de lo imposible, de lo inviable, Tres Banderas y Movimiento Popular de va­ al tiempo que ponía al radicalismo del lado rias provincias, fueron parte de esta expe­ de la garantía –que la sociedad argentina pa­ riencia. En Río Negro y otras provincias tuvo recía reclamar– de la ruptura con el pasado, el nombre de Partido Blanco. Parte de estos de la garantía de que ciertos hechos de ese temas fueron desarrollado en otros escritos pasado que se trataba de dejar atrás no suce­ en coautoría con Lisandro Galucci. diera «nunca más»” (Rinesi y Vommaro, 2007, pp. 429). 20 Por ejemplo, los votos en el Senado de la Na­ ción de Elías Sapag y su compañero de ban­ 15 Debía establecerse quien resultó el segundo cada resultaron decisivos para medidas clave en caudal de votos para luego repartir las de la administración de Alfonsín. El proyecto bancas del parlamento provincial. De acuer­ de democratización sindical –conocido como do al esquema heredado de la ley Saenz Peña Ley Mucci– cayó por su voto negativo en el y refrendado por los constituyentes de 1957, Senado Nacional. El proyecto de ley de reor­ se le otorgaba un bloque de diez diputados al denamiento sindical ingresa a la Cámara segundo mientras el vencedor obtenía una Baja a la semana de constituida la legislatura

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nacional en 1983. Fue aprobado en ese recin­ mo de Córdoba 1983­1987”. En Astrolabio, to y rechazado en marzo del año siguiente en número 4, Universidad Nacional de Córdoba el Senado. Elías Sapag fue clave en la caída http://www.astrolabio.unc.edu.ar/articulos/part del proyecto, ya que con su eventual voto idospoliticos/articulos/closa.php afirmativo se llegaría a una situación de em­ pate –22 a 22– lo que no ocurrió. El senador Favaro, Orietta y Graciela Iuorno (2005). “His­ del MPN había participado de varias nego­ toria reciente de la Norpatagonia argentina”. ciaciones que no prosperaron para que su vo­ Buenos Aires: La Colmena. to se sumara al oficialismo. – (2010). El Arcón de la Historia Reciente en la 21 Desde mediados de la década del sesenta Sal­ Nortpatagonia. Buenos Aires: Biblos vatori fue parte del Consejo de Planificación y Acción para el Desarrollo del Neuquén Gaudio, Ricardo y Héctor Domeniciconi (1986). (COPADE). Ocupó varias áreas del gobierno “Las primeras elecciones sindicales en la transi­ provincial durante los gobiernos de Felipe ción democrática”. En Desarrollo Económico Nº Sapag. Este último junto a su hermano Elías 103. Buenos Aires. IDES. promueven a Salvatori candidato a goberna­ dor para enfrentar a Luis Jalil impulsado por Ferrari, Marcela (2013). “La lucha por el espacio: el sector renovador del MAPU. Jalil perte­ el peronismo entre los mariscales de la derrota y necía, igual que los Sapag, al núcleo funda­ los albores de la renovación. En Revista SAAP dor del MPN. http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_ serial&pid=1853­1970 22 Jorge Sobisch ocupó la intendencia de la ciu­ dad capital entre 1983 y 1987. No logró ser James, Daniel (1988). Resistencia e integración. precandidato a gobernador en 1987, pero sí en Buenos Aires: Sudamericana 1991. En ese año, impulsado por el sector del MAPU, se impuso en la interna partidaria de­ Leiras, Marcelo (2007). Todos los caballos del rrotando a Luis Sapag, hijo de Felipe. Sobisch rey. Buenos Aires: Prometeo. logró el acompañamiento de Elías Sapag, lle­ vando a uno de sus hijos en la fórmula. Para Levitsky, Steven (2004). “Del sindicalismo al esa contienda los hermanos Sapag dieron por clientelismo: la transformación de los vínculos finalizado el liderazgo compartido de más de partido­sindicatos en el peronismo, 1983­1999”. dos décadas de vida del MPN. En Desarrollo Económico Nº 173. Buenos Aires. IDES. Bibliografía – (2005). La transformación del justicialismo: Aboy Carlés, Gerardo (2001). Las dos fronteras del partido sindical, al partido clientelista, de la Democracia Argentina. Rosario: Homo 1983­1999. Buenos Aires: Siglo XXI Sapiens. Mackinnon, Moira (2002). Los años formativos Arias, María y Raúl Garcia Heras (1993). “Caris­ del partido peronista. Buenos Aires: Instituto Di ma disperso y rebelión: los partidos neoperonis­ Tella­Siglo XXI tas”. En S. Amaral y M. Plotkin (comp.), Perón: del exilio al poder. Buenos Aires: Cántaro. Macor, Darío y César Tcach (eds.) (2003). La in­ vención del peronismo en el interior del país. Closa, Gabriela (2006). “Crisis, renovación parti­ Santa Fe: UNL. daria y transformaciones políticas en el peronis­

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