LA ECUACION TOPONIMICA PAELONTIUM/BELONCIO Asentamientos Fortificados En Piloria, Asturias
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LA ECUACION TOPONIMICA PAELONTIUM/BELONCIO Asentamientos fortificados en Piloria, Asturias ENRIQUE ARNAU BASTEIRO Ante la inexistencia en el Concejo de Piloria de conjuntos instrumentales que pudie- ran atribuirse al período castrerio, es preciso mirar el tema desde otro ángulo, que pueda proporcionar una clara perspectiva y una definición lo más nítida posible del fenómeno que significa la aparición de las estructuras fortificadas que existen sobre el terrenol. Tal inexistencia conduce a manejar un concepto que permita arrojar alguna luz so- bre el territorio ya que, además, ni excavaciones ni hallazgos en superficie han sido realizados en Piloria. CASTRO nos indicará, entonces, un asentamiento fortificado pero sin matices culturales o cronológicos absolutamente precisos. Esta amplia defi- nición ha de ser válida puesto que el conocimiento del mundo cultural de las estructu- ras investigadas ha de venir de la mano del estudio de las formas de habitación, los artefactos, la epigrafía, las fuentes clásicas... y son estas referencias con las que no contamos en Piloria. Las más cercanas noticias de la cultura material castreria deben ser buscadas en El Pico el Castro de Caravia y en el Picu Castiellu de Siero donde ambas estructuras han sido excavadas y cuentan por tanto, con suficientes materiales arqueológicos. Sin embargo y a pesar de estos problemas iniciales, es posible intentar una defini- ción del territorio de Piloria en la Edad del Hierro desde otros puntos de vista ya que, como es lógico, puede ser ubicado geográficamente en el mapa de los asentamientos fortificados de Asturias y contamos con una cita clásica que desde la obra de Ptolo- meo habla de la capital de los Luggones, PAELONTIUM, identificada mediante ecuación toporŭmica con Beloncio, pueblo de la montaña del Concejo de Piloria. La ecuación toponímica PAELONTIUM/BELONCIO Se viene citando en la bibliografía con relativa frecuencia la identificación de la capital de los Luggones, PAELONTIUM, con el lugar de Beloncio. Lejos de intentar esclarecer el terna y ante la ausencia de restos castrerios sobre el terreno -restos que deseaba J. M. González2- la ŭnica intención de las líneas siguientes es recoger y orde- nar algunas de las ideas que sobre la cuestión están publicadas, integrándolas en el ámbito de las estructuras que el citado autor consideró poblados o asentamientos for- tificados de la Edad del Hierro dentro del Concejo de Piloria3. 137 Una valoración actual del terrend que ocupan Beloncio y Arenas de Beloncio ha cle ser positiva topográficamente ya que ambos caseríos, prácticamente unidos, están si- tuados en un cordal que domina ampliamente el cauce del río Piloria hacia el Este, la sierra del Pino y las estribaciones de las sierras de Pesquerín y Bedular bordeando por el sur el curso fluvial más importante del Concejo. En sus lados sureste y noroeste dos ríos enmarcan el lugar: el río de la Marea y el río de Les Cuerries; ambos en el fondo de valles que domina la prolongación de la sie- rra de Grandasllanas, que hacia el suroeste cierra la actual ubicación de Beloncio. Arqueológicamente existe una cita que describe el hallazgo y excavación de unas tumbas en lo que hoy es campo de la iglesia parroquial de Beloncio 4. Hemos podido ver un fragmento de cerámica que corresponde a un borde de vaso o tinaja pequeria con decoración peinada de fuerte incisión y en buen estado. Sin la pieza para su estudio es imposible establecer una clasificación/valoración de tal fragmento, ni tampoco intentar asimilarlo al período castrerio. Asimismo se recogieron algunos topónimos que en Asturias tienen relación con estructuras tumulares o castreñas. Todos pertene- cen a Beloncio y a Arenas de Beloncio, y, como ha ocurrido en varias .ocasiones al inten- tar asociar los topónimos a estructuras arqueológicas sobre el terreno, la prospección no dio Tesultado o las dificultades propias de la orografía y vegetación asturianas impi- dieron el acercamiento al sitio buscado. Quedan pues reflejados como dato: BELONCIO ARENAS DE BELONCIO El Cien-ón La Huerta'l Castru El Cierru Fuerte Castiellu El Muradal El Cierrón La Corrada De todas las fuentes que pueden ser consultadas para el conocimiento del territo- rio astur antes de la era -Herodoto, Floro, Avieno...- sólo un autor, PTOLOMEO, hace referencia a la tribu de los LUGGONES5 y a su capital PAELONTIUM. La cita completa es una lista de ciudades localizadas con sus grados y minutos geográficos, dentro de un territorio que Ptolomeo denomina ASTURIA6. Lo primero que llama la atención es que una serie de ciudades se citen con sus tribus y se localicen geográficamente de una manera que parece exhaustiva. Desde un comentario a Floro, Roldán Hervás7 da una explicación de lo que signifi- ca la atribución de una capital a las tribus del territorio de los astures. Para este autor el hecho podría interpretarse como una política de urbanización que facilitase el control de las relaciones con dichas tribus y una posterior centralización, después de la paz, de las riquezas por las que combatieron los romanos durante diez arios en el Norte peninsulars. La misma idea podría estar detrás del índice de ciudades que Ptolomeo cita minu- ciosamente, localizándolas, en el territorio por él llamado Asturia. Es evidente ade- más, que esta política de centralizar los territorios de las tribus en una ciudad situa- da en el llano -caso de Asturica Augusta, antiguo campamento- y unir los n ŭcleos de población con vías fijas de comunicación, desbarataba la defensa que proporcionaba a sus habitantes la geografía quebrada de Asturia trasmontana y, a la vez, facilitaba la romanización del territorio. De todas las ciudades citadas son a ŭn algunas las que la investigación actual no ha identificado geográficamente; en nuestro caso se viene apoyando desde Schulten9, 138 MAR CANTABRICO LEON Looaltzación de Paelontium/Beloncio. con pocas opiniones en contral°, que Paleontium corresponde a Beloncio. La crítica ac- tual parece inclinarse por la realidad de esta ecuación toponímica respaldándose entre otras cosas en los hallazgos epigráficos de la zona que se considera antiguamen- te habitada por los Luggones. Así por ejemplo, la lápida ASTVRU.ET LVGGONV delimitaría, si aceptamos la procedencia que le da Diego Santos 11, un territorio a la izquierda del Sella en el cual Astures y Luggones tendrían cierto paralelo indicándo- se aquí mediante la conjunción latina ET. Sin tal conjunción LVGGONV nos indicaria exclusivamente que dentro de los astures nos referimos a los Luggones12. Este texto coloca a los Luggones en un plano de importancia y de cohesión interna de gran relevancia. Así, un dato que podría indicar tal unidad en el tiempo, son las menciones que El Biclarense y San Isidoro dan sobre RUNCONES y RUCCONES, re- cordando la expedición del rey suevo Miro en 572 y la pacificación de la Asturias oriental por Suintila, entonces general de Sisebuto, contra los ruccones13. Otro de los textos epigráficos que menciona luggones es una lápida aparecida en Grases (Villaviciosa) dedicada a un dios Tabalieno .OVI O T AB A L IAENO L VGGO N I ARGAN TICAENI H AEC.MON P OSSIERVN su importancia viene dada por serialar a los LVGGONI ARGANTICAENI como de- dicantes; es verosímil que arganticaeni nos indique de qué Luggones se trata 14. A este respecto es conveniente serialar que actualmente en la falda de la Sierra del Pino o Cuesta Cayón, en su vertiente sur, se localiza el topónimo ARGANDENES y que ha sido descrita, coincidiendo con él, una estructura que sus descubridores consideran de tipo castrerio15. Si la lápida que menciona a los astures y a los luggones puede considerarse como un hito territorial que, por su localización actual, nos arrojara luz sobre los límites geográficos de influencia de esta tribu, pocos más son los datos a los que podemos acu- dir si queremos delimitar aquel área para excluir otra localización de Paelontitim que no sea la sugerida por Schulten. El nombre de la tribu o gente comentada aparece en las fuentes de los siguientes modos • LVGGONV16 . LUNGONES17 . LVGGONI ARGANTICAENI18 140 y se da la coincidencia que actualmente existe en términos del Concejo de Siero una parroquia que lleva por nombre LUGONES. El profesor Martín Sevilla opina que queda fuera de toda duda el origen del topó- nimo desde el gentilicio LUGGONI y plantea su etimología desde LUG-GON-I, ar- guyendo que el primer elemento LUG- tendría que ver con el teónimo céltico LUGUS19; el segundo elemento -GON- llevaría un significado "HIJO, DESCEN- DIENTE" por lo que el gentilicio LUGGONI aludiría al pueblo que lo llevara como "HIJOS DE LUGUS". Merece también comentario la aludida forma de la lápida de Grases, LUGGONI ARGANTICAENI. Dejando aparte el problema de la ausencia o presencia de conjun- ción -comentado en otra lápida- es preciso fijarse en ARGANTICAENI, ya que tal como nos ha Ilegado induce a pensar que dentro de los Luggones existían los Arganti- caenos. Un primer comentario indicaría que arganticaeni pertenece a los hidrónimos del sustrato lingŭístico indoeuropeo de raíz ARGANT-2° con significado "PLATA"; lo que indicaría segŭn su etimología una explotación de plata por parte de grupos de astures de lengua indoeuropea prelatina, tal vez céltica. Es verosímil también que ARGAN- TICAENI sea el étimo originario del actual topónimo ARGANDENES21. Estas precisiones vienen a colación puesto que en el lugar de Argandenes se ha que- rido ver una estructura castreña. El reconocimiento repetido del tugar no induce a pensar en la existencia real de tal estructura; sí son reconocibles una serie de restos sobre el terreno, pero no pueden ser incluidos en la definición que al principio de estas líneas dábamos: castro, asentamiento fortificado; teniendo en cuenta además que al- guno de los fragmentos de cerámica recogidos in situ son por sí solos inclasificables si aceptamos la perduración hasta época medieval de formas y colores en cerámicas no decoradasn.