RECERQUES DEL MUSEU D'ALCOI, 11 (1993), 89-107

Este trabajo pretende ser una reflexión sobre las relaciones entre el medio físico y el poblamiento humano del País Valenciano anterior a la implantación del Neolítico (ea. 500.000 - 7.000 BP). A partir de sus características fíiicas y estructurales se analizan aquellos ejes regiona- les, comarcales y locales que han podido vertebrar la comunicación regional y extraregional de los grupos cazadores-recolectores prehistóri- ' MEDIO F~SICOY cos. La incorporación a esta discusión de las características de los yaci- mientos y de los conjuntos faunísticos asociados, permiten vaEomr sus CORREDORES variaciones diacrónicas en relación con la ocupación de diferentes r NATURALES: entomos. Aquest treball pretén ser una reflexió sobre les relacions entre el NOTAS SOBRE EL medi físic i el poblament humd del País Valencia anterior a la implanta- cid del neolíttc (ea. 500.000 - 7.000 BP). A partir de les seues caracterís- POBLAMIENTO tiques físiques i estructurals, s'analitzen els eixos regionals, comarcals i locals que han pogut vertebrar la comunicació regional i extraregional PALEOL~TICO dels grups cagadors-recol~lectorsprehistdrics. Incorporar a aquesta dis- cussió les característiques dels jaciments i els conjunts faunístics asso- DEL PAIS VALENCIANO ciats, permet de valorar les seues variacions diacrdniques en retacid amb 4 l'ocupació de diferents entoms. 3 Physieal medium and natyal corridors: sonte notes on the paieolithie settlement in the valencinn country This piece of research is intended to be a reflection on the relations behveen the physical medium and the human settlement in the Valencian Country, previous ro the introduction of Neolithic (circo 500.000-7.000 BP). In accordance with their physical and structural features, we unaly- ze the regional, district area and local axes which have mude it possible to link the regional and extraregional communication of the groups of J. EMILI AURA TORTOSA* prehistoric hunters and gatherers. The addition of the characteristics of JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS the archaeological sites and their associated faunal whole to the present * discussion enable us to value their diachronic variations as related to the Ma. PILAR FUMANAL GARCÍA ** ocuparion of different environments.

El País Valenciano es, por su ya larga tradición de físicas y estructurales del territorio, aproximación a las investigaciones arqueológicas, una de las regiones penin- variaciones de la línea de costa y su reconstrucción, entor- sulares que concentran un mayor volumen de datos paleo- nos biofísicos y sus posibilidades de vertebración regional, ambientales y cronoestratigráficos sobre las últimas etapas distribución cartográfica de los yacimientos,...- con el fin del Cuatemario. Esta documentación ha sido utilizada fre- de realizar una primera aproximación a las caractensticas cuentemente desde una perspectiva secuencial, trazando del poblamiento humano anterior al proceso de Neolitiza- relaciones entre yacimientos arqueológicos a partir de la ción (ca. 500.000 - 7.000 BP). Con esa finalidad, buena identificación de similares procesos bioclimáticos o tradi- parte de los epígrafes considerados incluyen, en la medida ciones industriales. Los conocimientos acumulados de lo posible, un recomdo diacrónico en un intento de des- mediante este procedimiento constituyen la base de una tacar mejor los cambios ocumdos -si es que existen- a lo sólida secuencia regional, sobre la que indudablemente se largo del penodo analizado. sigue trabajando (Fumanal, 1986; Dupré, 1988; Badal, La misma estructuración del trabajo refleja ese carácter de 1990; Villaverde, 1992; Pérez Ripoll, 1992). aproximación inicial a un tema que, por si mismo y por sus El objetivo de este trabajo no es profundizar en estos derivaciones, tiene un indudable interés para el estudio de aspectos secuenciales. Más bien, pretende explorar aque- las sociedades cazadoras-recolectoras de la Prehistoria. llas variables externas a los yacimientos -características Desde esta perspectiva y partiendo de la base física y estructural de nuestro territorio, posiblemente la que menos variaciones ha experimentado a lo largo del periodo estudiado, se propone la existencia de una serie de ejes * Departament de Prehistoria i Arqueologia, Universitat de Valencia. vertebradores de entomos y medios ecológicos que poten- Avda. Blasco Ibáñez 28. 46010 -Val&ncia. cialmente han podido ser utilizados por los paleopoblado- ** Departament de Geografia, Universitat de Valencia. Avda. Blasco res de nuestro temtorio. Sobre esta base biofísica se anaii- Ibáñez 28,46010 -Valtncia. zan a continuación los datos sobre la distribución de los J. EMILI AURA TORTOSA - JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS - M" PILAR FUMANAL GARC~A

asentarnientos, describiendo algunas de sus características, compleja depresión derivada de un extenso campo de frac- la continuidad-discontinuidad de sus ocupaciones y el uso turas y flexiones (Arco de Valencia, Arco de Teruel- de los recursos que se deriva de sus conjuntos faunísticos. Almansa), que forma la cabecera del valle submarino conocido como Canal de Valencia entre la costa peninsular y las Baleares. Dentro de este dominio estructural el N y centro del País Valenciano (entre el río Sénia y el Turia), presenta una geometría tabular en la zona del Maestrat, con escasez El País Valenciano se integra en la fachada oriental de de formas plegadas. La fracturación de frecuente directríz la Península Ibérica, adoptando la forma de una franja rela- NE da lugar a la génesis de depresiones y pasillos parale- tivamente estrecha y alargada en sentido meridiano que los al litoral (IGME, 1977). presenta un frente costero de 450 km al Mediterráneo Los sectores de Gúdar y Espada significan un cierto Occidental. cambio en el estilo tectónico. El primero es un domo que Frecuentemente se alude a la dicotomía de sus rasgos en su centro ha sido elevado hasta los 2.024 m, (Peñarro- físicos reflejados en dos dominios contrapuestos: al W un ya), y al E aparece cortado por las fallas catalánides que marco montañoso con moderadas altitudes (Calderón crean un paisaje en graderío descendente hasta el mar 1.836 m, , 1.813 m, Mola d'Ares, 1.321 m, (Pérez Cueva et al., 1983). El segundo incluye varias uni- Aitana, 1.558 m), del que arrancan las arterias fluviales dades morfológicas: de N a S encontramos las depresiones que, entre un variado cotejo de medios sedimentarios (gla- de Llucena y del Millars, el macizo de Espadh, la depre- cis, abanicos, piedemontes, albuferas, marjales), configu- sión del Palancia y la Serra Calderona. ran al E una plana litoral en cuyo extremo predominan las Aún dentro de la influencia ibérica se extiende el área costas bajas y arenosas interrumpidas por tramos acantila- de Ademúz-Casinos, ubicada entre la depresión de Manza- dos de envergadura alta o media y formas abruptas. nera-Santa Cruz de Moya al N, la fosa de Teruel-Mira al Las estructuras de este ámbito geográfico pertenecen W, al S el anticlinal de Chelva y los llanos de Casinos. y en su totalidad al ciclo orogénico alpino, en el que la sub- las sierras de Espada y Calderona al E. Ofrece una disposi- placa ibérica, formada por un núcleo cratónico hercínico se ción amesetada en el conjunto de muelas de Alpuente y verá afectada por el acercamiento de Eurasia y Africa, puede considerarse como la prolongación de Javalambre. cuya colisión iniciará un régimen compresivo aproximada- En su entorno se encuentran pequeñas hoyas como la de mente a partir del Cretácico superior (- 80 m.a.). La Yesa y Alcublas. Tales reajustes dan lugar a las grandes unidades del relieve. Hacia el N se corresponden con las estribaciones 1.2. Las Cadenas Béticas orientales del Sistema Ibérico (rumbo NW-SE), que llegan a enlazar con el extremo S de las cadenas Catalánides. Un Este conjunto montañoso se alarga con dirección sector de direcciones tectónicas indecisas representado por WSW-ESE desde el Golfo de Cádiz hasta las costas meri- las elevaciones subtabulares del Mondúver-Caroig sirve de dionales del País Valenciano y se divide en dos grandes enlace con las zonas externas del conjunto Bético que dan unidades geológicas bajo un criterio paleogeográfico: las ya clara vergencia NE-SW a las tierras meridionales valen- zonas internas y las zonas externas (Vera, 1983). Sólo cianas. (Mapa 1). éstas últimas aparecen en el área valenciana (exceptuando un pequeño tramo al S donde afloran los materiales béti- 1.1. Los dominios Ibéricos cos). Al N el prebético se alarga desde los aledaños de Martos hasta el bajo Xúquer, limitado al S por la franja Esta cadena se extiende a lo largo de 450 km desde subbética que se extiende desde el Golfo de Cádiz hasta Burgos hasta la costa entre Castellón y Valencia. La depre- Alicante. sión de Calatayud-Teruel permite su división en dos Las fases de formación siguen varios períodos compre- ramas: la occidental o castellana (Guadarrama-Valencia) y sivos cuya última manisfestación importante ocurre al final la oriental o Aragonesa (Demanda-Maestrat). del Mioceno medio (Capote, 1978; Beets y De Ruig, La deformación compresiva se realizó en tres fases de 1992). Tras ello un nuevo régimen distensivo se detecta plegamiento separadas por el tiempo, de las que la última desde el Tortoniense al Cuaternario antiguo, momento en es de edad intrarniocena (Simón Gómez, 1984). Posterior- el que la región bética pasará a estar sometida a una ten- mente se dan dos periodos distensivos durante el Mioceno dencia compresiva más patente en su ámbito oriental. medio y Plioceno: el primero generó la fosa de Teruel y las Las grandes líneas estructurales acusan una actividad depresiones del Millars y del Palancia, así como un con- neotectónica como es el caso de la falla Cádiz-Crevillent, junto de sernigrabens paralelos a la costa que se integran el arco Xhtiva-Alcaraz (que separa el prebético del Sistema en el campo de fallas del Maestrat oriental; el segundo Ibérico), la falla de Jumilla-Xativa (entre el prebético deformó los domos de Javalambre y Gúdar. Ambos se interno y externo) y, siguiendo una dirección subparalela relacionan con el hundimiento de la Cuenca Valenciana, al mar, los accidentes de Pinós-Alcoi-Dénia, Novelda- MEDIO FISICO Y CORREDORES NATURALES: NOTAS SOBRE EL POBLAMIENTO PALEOL~TICODEL PAÍS VALENCIANO

Altea, Crevillent-Elx y la Falla de la Costa, responsable de elevaciones de carácter diapírico (García Femández, et al. la trayectoria actual mediterránea en ese sector. 1992) como Fontcalent o la Serra Mitjana. El paisaje generado es de relativa sencillez, a favor de Por último encontramos la comarca del Bajo Segura, pliegues y fallas normales, con anticlinales frecuentemente extremo meridional del País Valenciano. Bajo la influencia volcados y en champiñón. Se inicia al S de la provincia de del complejo accidente Cádiz-Alicante (Sanz de Galdeano, Valencia con la Serra Grossa-Creu-Requena, interpuesta 1983), esta zona muestra una tendencia distensiva (Cuenca entre el corredor de la Vall de Montesa al N y el sinclinal Payá, 1988), con ejes de hundimiento en Elx, Bajo Segura de Fontanars-Ontinyent-Albaida al S. y Orihuela-Torrevieja. Ello favorece una organización en El siguiente contrafuerte bético lo constituyen las sie- fosas y depresiones separadas por relieves antiformes y rras de la Solana-Filosa-Benicadell. Limita por el N con el horsts como los de Orihuela y Callosa. Estos materiales valle de Beneixama, corredor de Agres y la zona central de pertenecen a las unidades internas del sistema Bético la cubeta de Alcoi, continuando hacia el E con las creste- modeladas sobre roquedo triásico y destacan sobre la lla- rías de la Serra de la Safor. Mas al S el anticlinal de la nura aluvial del río. Serra Mariola confina el borde occidental de los valles de Cierra por el S el cerro anticlinal de Pujálvarez. En la Alcoi, flaqueados a su vez por el E con las sierras de costa, de tramos rectilíneos, formaciones del Cuaternario Almudaina, Alfaro, Carrasca y Migdia. Esta zona es más reciente están representadas por las dunas de Guardamar compleja y conecta hacia el mar mediante un sector de en la desembocadura del Segura y por espacios albufere- escamas tectónicas (Roselló y Bernabé, 1978), cerrado ños y salinas, como las de Santa Pola, Torrevieja y La conjunto formado por las sierras de la Gallinera, Vall d'Al- Mata. cala, y Vall d'Ebo (Marco Molina, 1990). En la costa, destacan unidades invertidas como el sin- 1.3. La plataforma continental valenciana clinal colgado del Montgó, o grandes pliegues seccionados en su charnela y parcialmente hundidos en el mar, repre- El Mediterráneo Occidental, donde se inserta la costa sentados en el tramo acantilado de la Nau; este frente lito- valenciana, es una cuenca joven (Rodríguez, 1982) cuya ral está compartimentado en bloques por fallas perpendicu- génesis, en sentido amplio, puede considerarse consecuen- lares, que han provocado la subsidencia de algunos tramos cia de la aproximación de las grandes placas europea y en los que se han instalado bahías estructurales como es el africana, en conjunción con el movimiento relativo de caso de Xhbia, la Granadella, Moraira o Altea. otras menores como la ibérica o la corsosarda, lo que di6 En las tierras meridionales va alterándose la disposi- como resultado la desaparición del antiguo Tethys. La ción del relieve hasta ahora descrito. Desde Villena - valle explicación de esta compleja evolución, como señalan de Biar se inicia el corredor del Vinalopó, cuyo trazado Serra y Riba, (1983), ha sido enfocada bajo dos puntos de NW-SE contrapone el rumbo general del plegamiento. Se vista: el primero se inclina por una génesis que parte de acopla a un afloramiento triásico formado por margas, una cuenca profunda, parecida a la actual, formada a fina- calizas y yesos del keuper donde profundiza el río que, en les del Mioceno; el segundo contempla la idea de una su curso bajo y tras atravesar el frente montañoso de las transformación reciente (Maldonado, 1989) a causa de una sierras de Crevillent, Negra y Tabaih, construye un amplio subsidencia más o menos contínua desde el Mioceno, pero abanico extendido radialmente hasta la costa, formando en acentuada durante el Pliocuatemario. su parte dista1 áreas lagunares y pequeñas zonas endorréi- La morfología de su plataforma submarina adopta tres cas. modelos de transición desde el continente a las llanuras Al E de dicho paso sucesivas depresiones y alineacio- abisales, que se denominan márgenes progradantes, inter- nes de cierta relevancia restituyen la dirección bética. A la medios y abruptos. Los primeros soportan un potente recu- Foia de Castalla siguen las sierras de Menejador, Plans, el brimiento de sedimentos pliocuatemarios que se acomodan sinclinorio de Aitana (1.558 m) y el anticlinal de Bkmia, a los accidentes del fondo y muestran una clara continui- que ya en la costa y continuando por el Morro de Toix cae dad lateral creando una topografía basa1 convexa y unifor- al mar en rotundo acantilado norteando la bahía de Altea. me. La acumulación de dichos materiales es el resultado Mas al S y a la altura del Vinalopó medio se suceden las de una subsidencia contínua por la sobrecarga que signifi- elevaciones del Sit, Maigmó, Serra de la Grana y, junto al ca el apilamiento deposicional. litoral, el Puig Campana. Los márgenes de tipo intermedio presentan una geome- La Serra Gelada (437 m) constituye un breve segmento tría escalonada que responde a la superficie formada por acantilado que se corresponde con el flanco meridional los bloques del basamento basculados y hundidos de forma fallado de una depresión sinclinal (Marco Molina, 1990) diferencial. Aquí, la cubierta sedimentaria es muy reducida que se hunde en el mar. Limita por el norte las playas que y la estructura del sustrato controla la morfología de los se extienden desde la Vila Joiosa hasta Alicante y se pro- fondos, favoreciendo la dispersión de los detritos que longan hasta el cap de Santa Pola. nunca ofrecen espesores importantes. Los márgenes abrup- Al S del Montnegre y del río Vinalopó el relieve se tos presentan un relieve en escarpe, y en tales casos las suaviza en la comarca del Camp d4Alacant,donde destacan cuñas deposicionales pueden estar totalmente ausentes. En J. EMILI AURA TORTOSA - JOSÉ FERNANDEZ PERIS - M' PILAR FUMANAL GARC~A MEDIO F~SICOY CORREDORES NATURALES: NOTAS SOBRE EL POBLAMIENTO PALEOL~TICODEL PA~SVALENCIANO los dos últimos casos cada ciclo eustático retrabaja y elimi- cisa franja mediterránea que se ve afectada tanto por mani- na la mayor parte de los depósitos formados en fases ante- festaciones frías responsables de ciertos episodios de relle- riores. no de los valles (Calvo et al. 1986; Fumanal, 1990) como Las plataformas progradantes, muy extendidas en nues- por períodos en los que se instala un ambiente subtropical tras costas, permiten la preservación del registro estratigrá- con formación de suelos rojos bien estructurados (Carrno- fico cuaternario. Esto es importante ya que los cambios na et al., 1989; Rohdenburg y Sabelberg, 1976), y proce- climáticos pleistocenos se reflejaron en la plataforma mari- sos de alteración importantes. Ambas situaciones propician na valenciana, sumergida en el Holoceno, pero que durante una respuesta morfogenética distinta, tanto en zonas inte- largos períodos quedó totalmente expuesta en los descen- riores como en la línea de costa. La dinámica fluvial pare- sos glacioeustáticos que pudieron alcanzar la isobata de - ce haber sido activa (Carmona, 1990; Segura, 1990; Butzer 130 m (Herman, 1989). Estas oscilaciones tuvieron una et al., 1983) aunque de forma intermitente y puntual, con- doble consecuencia: por una parte la traslación del nivel diciones que perduran y se constatan en la actualidad. Los marino sobre la superficie de los márgenes continentales mantos detríticos (frecuentes canchales acumulados al pie hizo migrar en el mismo sentido los ambientes sedimenta- de escarpes y cantiles hablan de procesos de gelifracción), nos propios de los medios de transición, (albuferas, Ilanu- rellenaron vaguadas y depresiones en momentos fríos sien- ras aluviales, etc). Por otra, la extensión de las áreas de do incididos por los cursos de agua en las fases interglacia- drenaje de los principales ríos experimentó alteraciones leslanaglaciales; ello se testimonia en yacimientos como cuya evaluación es difícil. Cova Negra de Xhtiva (Fumanal, 1986) o en el Tossal de En este sentido, la ecosísmica marina permite identifi- la Roca en la Val1 d'Alcalh (Fumanal, 1990), lo que di6 car formas correspondientes a superficies de erosión, cau- lugar a una formación de terrazas que han sufrido poste- ces fluviales excavados en momentos de bajo nivel eustáti- riormente un fuerte desmantelamiento. co y cuerpos sedimentarios acumulados en ambientes Los episodios sedimentarios de las cuencas de drenaje subaéreos. Como ejemplo, puede considerarse que el Cap pasaron por diversas etapas. Durante los períodos riguro- de Sant Antoni, al pie del Montgó, limita dos áreas de sos se producirá una activa meteorización en las zonas de comportamiento tectónico diferente (Rey y Somoza, 199 1; cabecera, con el consiguiente relleno de las cuencas altas y Fumanal et al., 1993): el área septentrional, dentro del encajonamiento de los talwegs en las áreas distales, bus- ámbito del Golfo de Valencia, está afectada por una subsi- cando una regularización de los perfiles longitudinales con dencia continuada, de tal forma que los desplazamientos relación a la nueva situación baja del nivel de base marino. marinos han proporcionado una geometría de superposi- Esta dinámica se refleja bien en las secuencias acumuladas ción continua de los cuerpos sedimentarios. La estratigra- en los actuales espacios marjaleños de Pego (Viñals, fía cuatemaria aparece bien conservada sobre la superficie 1991), Xabia (Fumanal et al., 1993) y Moraira (Fumanai y uniforme y sin grandes relieves, ligeramente inclinada mar Viñals, 1989). adentro (Viñals, 1991). Sus facies corresponden a paleosis- En cambio, a lo largo de las fases templadas, como la temas deposicionales mixtos, marinocontinentales, relacio- actual, se invierte la situación, reconociéndose un compo- nados con ambientes lagunares de aguas someras, cuyos nente de vaciado aguas arriba mientras avanza el límite restos aparecen ocasionalmente como viejos cordones marino hacia el continente, lo que da lugar a la formación cementados. de llanos aluviales costeros (Fumanal et al., 1993) y depo- En la zona meridional, el zócalo bético ejerce un papel sición de materiales finos en espacios que antes estaban en preponderante como controlador de la morfología superíi- situación de cuenca media, con un neto componente de cial. La actividad neotect6nica provoca el hundimiento transporte. Así pues, los sectores litorales son altamente escalonado de bloques (Rey et al., 1993), que dan lugar a sensibles ante las fluctuaciones climáticas: la posición del cubetas donde las unidades deposicionales cuaternarias se frente oceánico es totalmente subsidiaria de los episodios conservan de forma muy desigual, tanto en lo que se refie- cálidos/fríos del clima global y en el entorno mediterráneo re a su potencia como a su trazado horizontal. Este modelo se añade una importante variable que es la actuación neo- de margen intermedio se sigue más al S en el litoral de La tectónica, de fuerte significado en este espacio (Martínez Vila Joiosa cuya plataforma parece asimismo seccionada Gallego et al., 1992; Fumanal et al., 1993; Rey et al., con un descenso abrupto en graderío que llega a sumar un 1993). desnivel de 1 S00 m. Partiendo de los condicionantes físicos anteriormente mencionados, como es el bajo gradiente de la plataforma continental o el distinto comportamiento de los diferentes tramos litorales, nos encontramos con una franja variable que ocasionalmente queda emergida cobrando una arnpli- tud que puede llegar en los tramos tendidos a 15 km en las bajas glacioeutáticas, o bien un paisaje recortado, invadido Las variaciones climáticas cuaternarias, bien marcadas por el medio marino (Badal eral., 1991). en otras latitudes, quedan muy matizadas en nuestra inde- Todas las situaciones propias de los medios sedimenta- rios de transición (llanos aluviales, sistemas de restinga- una mayor extensión de zonas pantanosas o de marjal, albufera, glacis, conos aluviales) migran su posición y10 quedaría eliminada por la elección de una ruta más inte- asientan sus respuestas deposicionales de acuerdo con la rior. Esta misma circunstancia será válida para la variación ubicación variable de la línea costera mediterránea (Mateu de la línea de costa. La comunicación costa-interior es más et al., 1985). dificultosa que la litoral, en especial por el desarrollo mon- tañoso que, con directríz Ibérica (NW-SE) o Costero Cata- lana (NE), corta las vías de tránsito, reforzada además por una diferente altitud y la ausencia de amplias cuencas flu- viales que seccionen los macizos. La rambla de la Viuda y 3. LOS CORREDORES NATURALES el río Montlleó serían una pequeña excepción, como entra- da al Maestrat. El macizo del Desert de les Palmes (729 m) Las unidades estructurales que conforman la geografía divide los llanos litorales de -Orpesa y Caste- del País Valenciano imprimen una distribución en la geo- 11ó. metría de los relieves y una orientación en su trazado y Los corredores prelitorales nordvalencianos son tierras dirección que conforman un marco paisajístico específico. aplanadas, pero en los que difícilmente se encuentran Los cambios acaecidos durante el Cuaternario permiten extensiones homogéneas llanas que ocupen gran espacio. que consideremos dos medios con respuestas distintas: el Predominan los dominios solapados, adosados, etc. ámbito continental actual y el medio litoral en la zona de (Mateu, 1982). Del Ebro a la desembocadura del Millars, su plataforma interna. el relieve no presenta dificultades importantes para el trán- sito N-S, el cual se realiza paralelo a la costa a través de 3.1. El ámbito continental los dispositivos estructurales mencionados. En conjunto, las tierras septentrionales presentan una Se describen de norte a sur aquellos elementos del aceptable articulación N-S, paralela a la costa a través de medio natural que facilitan la comunicación biótica a tra- tres corredores naturales, a su vez paralelos o subparalelos vés del territorio, en oposición a otros que la dificultan. El y parcialmente articulados. La comunicación con el territo- estudio de sus características principales y de su ubicación rio interior (E-W) es difícil por la ausencia de elementos constituyen por si mismo un punto de partida en el ánalisis físicos de vertebración. Así, los ríos son por lo general, de las relaciones espaciales "hombre-territorio" tan impor- autóctonos, cortos y con fuerte pendiente, en cambio el tantes en todo estudio prehistórico. Presentamos una pri- valle del Palancia es una excelente vía de comunicación mera ordenación de los corredores naturales valencianos, hasta el área de Jérica. en la que se destaca los de mayor importancia (Femández Peris, 1990) (Mapa 2): CORREDOR DEL

GRANDES CORREDORES DE CONEXION REGIONAL La desembocadura del Ebro constituye un importante Corredor litoral del Baix Maestrat a La Marina punto de confluencia territorial a nivel de Península Ibéri- Corredor de Montesa ca. En su contexto regional articula tres áreas próximas: la Corredor del Vinalopó Cataluña interior, la Cataluña costera y el área septentrio- Corredor del Bajo Segura nal del País Valenciano. El curso ascendente del Ebro, comunica la costa con la Cataluña interior y occidental, CORREDORES DE CONEXION COMARCAL entre tierras aragonesas y el Montsant. En cambio, el Corredor del Palancia corredor litoral enlaza el bajo Ebro con el Camp de Tarra- Corredor del Turia gona y la Cataluña oriental. Hacia el sur estas áreas con- Corredor del Magre vergen a través de la estribación occidental del Montsih y Corredor de Cofrentes el río Sénia en tierras valencianas, en el llano litoral de Corredor de la Canal de Navarrés Vinarós-Benicarló que une el delta del Ebro con el tómbo- Corredor de la Vall d'Albaida lo de Peníscola. Este llano está formado por los aluviones Corredor de la Vall de Beneixama. de los ríos Sénia, Servol, Calig y rambla de Alcalh que a su vez enlazan la costa con las estribaciones montañosas 3.1.1. Corredores septentrionales del interior. Corresponde este corredor con la llamada Fossé Corresponden al sector comprendido entre el río Sénia Médian de Canerot y que Mateu denomina "Fosa Vilafa- y la Sena dlEspadh. A grandes rasgos presentan un trazado més--Tortosa". Es el mayor eje septentrional paralelo entre sí y con respecto a la línea de costa. La valenciano con un recorrido de unos 100 km y se sigue a comunicación por zonas llanas o de relieve suave es su través de las poblaciones de Sant Mateu, La Salzadella, componente principal, con ausencia de grandes barreras Coves de Vinromh, Cabanes y Vilafamés. Se halla enmar- montañosas y cursos de agua relevantes. La dificultad de cado por distintos relieves montañosos, al NW La Serrate- MEDIO FISICO Y CORREDORES NATURALES: NOTAS SOBRE EL POBLAMIENTO PALEOL~TICODEL PA~SVALENCIANO

PLANO TOPOGRAFICO DEL PAlS VALENCIANO

O eglaolitico Inferior v m-

1. Cova Tos6.1 d. la Fonl 2. El Pirur 3. Abdpo dd Bw. Cardln 4. San LU6 5. La1 hwnl.6 6. Cova Nogrm 7. Cova d. l. Petxim O. Covm d. Bdomor o. Puya Raja 10. Cova Foradl 11.Covmd.lrCoib. 12. Cova d. le6 C.laveni 13. Cova Wlo 14. Abdc dd Pasbr 15. Panda 18. El Sal1 17. Cwva .m Cochina 18. La Cm

tl Paleolitico su~erioc

19. Cova Mabltana 20. Cova dds 81aus 21. El Vdcl 22. Abdc d. la sonda v.dada 23. Cova dr les Malaeles 24. Cova dd Parp.116 25. Cova de les Meraveñes 26. Cova d.ls Ponr 27. Cava del BalT.nC BlünC 28. Cova d. les CdRS 29. Abdc de la WUla del Bubo

30. Cova Fosca 31. Estanys d'Almara 32. Cwvm d. la Cocina 33. El Cdlado 34. Abnc del Tossal de la Roca 35. Cova del Gowd 36.Cova de Sanla Maira 37. Cueva dd Lagtimal

AREAS DE DIFERENTE POTFNCIALIDAD BIOFIStCA

MUY BAJA

BAJA

MEDIA

ALTA J. EMILI AURA TORTOSA - JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS - M' PILAR FUMANAL GARC~A lla, El Turmell y El Caro; al SE El Godall, Serra Sola de CORREDOR DEL MILLARS Jana, Talaies de la Salzadella y de les Coves. Meridional- mente se presenta cerrado por el Desert de les Palmes El río Millars, con su desarrollo por tierras bajas, (Mateu, 1982). La transición entre el área septentrional de comunica el llano de Castelló con el interior. Hacia su la Serra del Desert de les Palmes y el llano de Castelló, curso medio, ya en zona de páramos, su cuenca deja de ser encuentra un más fácil paso a través del río Sec o de Caba- transitable y se encaja fuertemente; esto sucede aguas arri- nes, configurando el eje Cabanes-Pobla Tornesa-Bomol ba de las poblaciones de -Toga, a unos 300 m de para desembocar en el llano de Castelló. altitud y 30 km de la costa. Sus afluentes el Vilafamés y el Villahermosa o Llucena no llegan a vertebrar una comuni- cación con las tierras aragonesas del interior, presentando profundas gargantas.

La Serra d'Irta (537 m), contrafuerte adosado al mar dificulta la comunicación litoral hacia el sur que debe CORREDOR MILLARS-PALANCIA desarrollarse por su vertiente occidental, entre ésta y Les Talaies d'Alcala (403 m), para desembocar en el llano Comprendido entre las desembocaduras de estos dos Torreblanca-Orpesa. Las estribaciones de la Serra del ríos, se halla limitado al norte por los bloques de las sierras Desert de les Palmes dificultan la conexión meridional, de Vilafamés y Desert de les Palmes. El llano de Castelló que se muestra más cómoda a través del interior. Las sie- presenta una anchura máxima de 20 km. En el delta del rras de Irta y del Desert de les Palmes, últimos bloques del Millars la comunicación hacia el sur se estrecha y se reali- Baix Maestrat, originan una costa alta con pequeñas calas. za entre los últimos contrafuertes orientales de la Serra El presente corredor corresponde a la depresión Fossé de &Espada (sierras del Cid y Salt del Cavall) y el área de Alcala (Canerot, 1974) y según Mateu (1982) es una típica marjal (Estanys de Almenara). Esta es una vía histórica de fosa de orientación catalana, abierta al norte y cerrada al paso obligado, especie de "cuello de botella" (5-7 km de sur por el Desert de les Palmes. Presenta una escasa ampli- anchura), formado por pequeños bloques fallados (cerros tud y un recomdo en tomo a los 30 km. de y Almenara) que establecen la separación con el Las vías fluviales que sigue son la rambla de Alcala Baix Palancia; jalonado en época histórica por fuertes hasta el llano de Torreblanca prolongándose por los repla- baluartes defensivos (Almenara y Sagunt). La comunica- nos costeros. Los relieves que los limitan serían por el W ción con el interior es limitada y se circunscribe al área Les Talaies d'Alcala (Serra Valdangel), Els Murs, Serra septentrional de la Serra &Espada: Artana, y , a d'Orpesa y Serra de les Santes; por el E la Serra d'Irta. través del río Sec. En la vertiente sur de esta sierra sucede Transversalmente los cursos de ciertos ríos o ramblas esta- otro tanto con el río Belcaire: Val1 d'Uixó y Fondeguilla. blecen una posible comunicación entre los valles principa- les, de mayor recorrido. Tal es el caso del barranco de Bar- beguera, rio Sémol, barranco de 1'Aigua y rambla de Cer- vera-río Sec en el entorno de los llanos de Vinarós. A ello 3.1.2. Corredores centrales puede añadirse el esporádico recorrido de colectores mayores como la rambla Carbonera, río Montlleó, río de Corresponde al sector comprendido entre la Serra &Es- les Coves de Sant Miquel y río Sec. pada y el Mondúver. En este tramo los corredores natura- les interrumpen sus alineaciones paralelas a la costa para verse inflbenciados por direcciones tectónicas distintas, al CORREDOR DE L'ALT MAESTRAT erigirse el domo de Espada como un accidente montañoso que interrumpe el trazado anterior. La red fluvial disecta el Corresponde a la "Depresión Tírig-La Barona" de relieve encajándose en sentido NW-SE y las principales Canerot. Es un estrecho corredor que se articula según el arterias serían por el N el curso del Millars, accidentado y eje configurado por las poblaciones de Sant Mateu, Tírig, tortuoso, y por el S, el río Sec de Bomana y el pasillo del Albocasser y La Barona. Es el más serrano e interior y se Palancia. Hacia el S encontramos con similar dirección los halla prácticamente adosado a los más importantes contra- valles de los nos Turia, Magre y Xúquer. En sus cuencas fuertes orientales del Maestrat. Los macizos montañosos medias y bajas abren amplios espacios que con una direc- de y dificultan el tránsito hacia el sur. ción NW-SE permiten un acceso fácil a la llanura litoral a El corredor se acopla al valle de las ramblas Carbonera, través de las depresiones del Camp de Llíria, atravesado a de la Viuda y río Millars hasta la Plana de Castelló al S, su vez por las ramblas Castellarda y Escorihuela, barranco conectando por el N con el amplio llano de Vinarós. Los de Carraixet y Pla de Quart al S con el barranco de Balles- relieves que lo circundan serían al W la Serra de 1'Esparra- teros. El llano litoral con sus formaciones de restinga-albu- guera y Morral del Buitre, y al S las &En Garceran - Altura fera, vertebra el paso a la comunicación entre los dominios de la Contienda. del N y S del País Valenciano. MEDIO F~SICOY CORREDORES NATURALES: NOTAS SOBRE EL POBLAMIENTO PALEOLÍTICO DEL PAÍS VALENCIANO

CORREDOR DEL PALANCIA Siete Aguas a través de una orografía suave que queda cerrada por los relieves de las sierras Malacara (l.1 19 m) y Constituye la mejor aproximación natural hacia los Cabrera (804 m), creando el denominado portillo de páramos de Teruel y el bajo Aragón. Su recomdo ascen- Buñol, que salva un desnivel de 250 m. A pesar de que la dente discurre por un amplio valle (vega de ) que fosa de Siete Aguas representa actualmente el tránsito articula la comarca denominada . Presenta un entre la Meseta y la llanura valenciana, su buena accesibi- fácil recorrido hasta la población de Jérica, donde se enca- lidad es reciente, ya que hasta el siglo XIX no permitía el ja su cauce, a una altitud aproximada de 400 m y a unos 50 paso de carruajes (camino de las Cabrillas), el cual se rea- km de la costa. A partir de aquí, la profundización y ero- lizaba por el valle de Montesa (camino Real de Madrid). sión de su curso hace que la comunicación busque un camino alternativo por superficies de relieve suave hacia las cuestas del Ragudo, entre los páramos de El Toro (800 m) y la Sierra de Pina ( 1.401 m). El Ragudo es el único El río Xúquer presenta un recorrido por terrenos alu- elemento físico que dificulta la comunicación, con un des- viales de muy baja cota, desde su desembocadura hasta los nivel de 300 m, frente a los páramos de Barracas situados primeros contrafuertes montañosos, encajándose rápida- a 1.000 m. El "escalón" del Ragudo según Pérez (1988), mente a partir de la antigua población de Tous. Es un típi- constituye el final por el oeste de la macroestructura del co río mediterráneo de inaccesible tránsito terrestre. Su valle del no Palancia. Este se halla bien delimitado por las afluente el Magre, presenta una mejor comunicación hacia sierras d'Espadh al norte y Calderona al sur. el interior montañoso y área de la llanura de Requena- Utiel, aunque la orografía que lo envuelve, sierras Martés CORREDOR DEL PLA DE VALENCIA y Malacara, motivan su fuerte y sinuoso encajamiento. En conjunto se aprecia una contraposición entre la llanura de Abierto en todas sus direcciones, influye en un amplio Requena-Utiel con su prolongación en la fosa de Siete territorio al que vergen tierras interiores y el río Turia. En Aguas y la hoya de Buñol, ambas zonas no están articula- ciertas áreas la anchura es cercana a los 40 km, distancia das. Los afluentes del Magre -río Buñol, Millars, etc.- son precisa para encontrar la cota de 500 m. Se suele dividir en muy tortuosos y encajados. dos partes, aunque en realidad sean una sóla: al norte del Turia hasta el llano de Sagunt con la desembocadura del CORREDOR DEL VALLE DE COFRENTES río Palancia y al sur hasta el Xúquer y promontorio de Cullera, con la Albufera en medio. El llano de Valencia El valle de Cofrentes configura una comarca natural juega el papel de epicentro del óvalo central, sirviendo que recibe el mismo nombre o valle de Ayora, poblaciones como articulación nuclear del territorio valenciano (Goy y que delimitan sus extremos. De dirección N-S, abierto Zazo, 1974). hacia Almansa y la Mancha discurre a través de Ayora, Teresa, Jarafuel, Jalance y Cofrentes. Este corredor queda CORREDOR DEL TURIA totalmente cerrado al este por la plataforma del Caroig, que es seccionada profundamente por el Xúquer. Por el sur Al igual que el Millars, Palancia o Xúquer, presenta un se abren pequeñas comunicaciones hacia las superficies desarrollo NW-SE, propio de las directrices ibéricas en las erosionadas de Albacete, la principal es el corredor o caña- que se enclava. Desde la costa hacia el interior, entre los da de Jarafuel. A nivel físico es la conclusión de la llanura llanos de Llíria y Quart, transita por un amplio valle hasta de Almansa, situada unos 200 m mis alta que el extremo aproximadamente la población de Gestalgar, desde aquí norte del valle. Su recomdo aproximado es de unos 25 km. presenta profundas gargantas que imposibilitan su reconi- do. Este se efectua desviándose al norte (antiguo camino real de Chelva), tras superar el suave relieve del área Casi- CORREDOR DE LA CANAL DE NAVARRÉS nos-La Losa, ajustándose al desarrollo del río Túejar. El barranco del Prado y la rambla de las Roturas facilitarían Presenta unos 15 km de recorrido, una anchura media la comunicación hacia Titaguas, Aras de Alpuente y Santa de 3 km y una altitud en tomo a 200 m, se halla muy bien Cruz de Moya, para enlazar con el Rincón de Ademúz y delimitado y como venimos viendo en otros casos, perfec- los páramos de Teruel. En su conjunto no presenta un tamente enmarcado por relieves montañosos. Al N el eje cómodo ni fácil acceso hacia el interior peninsular, la oro- Solana-Charcúm (350 m) con el no Escalona en su base, al grafía general es abrupta. W el macizo del Caroig (400 m) y al E las montañas que separan de la fosa del Xúquer (Sumacircer, Montot, etc.). CORREDOR DE LA PLANA DE UTIEL Y FOSA DE Sobre este corredor se configura la comarca natural del SIETE AGUAS mismo nombre, ajustándose el poblamiento actual a la dirección del mismo (SE-NW): Estubeny, Anna, Chella, La llanura de Requena-Utiel concluye en la fosa de Bolbaite, Navarrés y Quesa. J. EMILI AURA TORTOSA - JOSÉ FERNANDEZ PERIS - M" PILAR FUMANAL GARC~A

3.1.3. Corredores meridoniales ocasionalmente semiendorréicos, que se extienden en la cabecera del Vinalopó. Por el W se accede a la Vall d'Al- Corresponden al dominio bético, donde de nuevo las baida, drenada por el río Clariano. direcciones estructurales van a dejar su influencia decisiva La Vall de Montesa es la comunicación más fácil y en los accesos entre valles. Una serie de ejes longitudina- natural entre las tierras castellanas y las centrales valencia- les de dirección SW-NE van a marcar las primeras vías de nas. Su anchura y suaves relieves han hecho de la misma comunicación natural de este sector. A su vez, ocasional- la gran vía de comunicación hacia el interior peninsular. mente, aparecen seccionados por los cursos fluviales en sentido perpendicular u ortogonal, hecho que proporciona o introduce esporádicos accesos intramontanos. CORREDOR DE LA VALL D'ALBAIDA

CORREDOR DE LA SAFOR-LA MARINA Este corredor viene configurado por el área deprimida enmarcada por las sierras Grossa y La Solana. El valle que Comprende el territorio litoral limitado por el Xúquer forma da nombre y estructura a la comarca natural de la al norte y la Serra del Benicadell al sur. La articulación Vall d'Albaida. Presenta un recorrido aproximado de 40 costera es clara y fácil en el contacto entre la llanura litoral km y 4 km de anchura media. En su extremo SW se halla y los primeros contrafuertes montañosos de las sierras abierto al corredor del Vinalopó, mientras que en el NE Corbera y Mondúver. En el centro del mismo se abre la está cerrado por el macizo del Mondúver y la Serra de depresión transversal de La Valldigna, fosa tectónica reco- Benicadell. En esta área el territorio, algo más deprimido, mda por el río Vaca. El corredor es ancho y bajo, penni- adquiere una morfología subcircular consecuencia de la tiendo la conexión con la canal de Montesa a través del erosión y drenaje en materiales blandos que configuran la valle de la Barraca o mejor bordeando la Serra de Corbera cuenca del río Albaida. Este se abre paso hacia el norte a por su vertiente septentrional (Favara, Llaurí, Alzira). Asi través de 1'Estret de les Aigües para enlazar con el Xúquer mismo, comunica perfectamente el bajo Xúquer con la en el corredor de Montesa. Hacia el E a través del río Ver- desembocadura del Serpis que, con clara orientación béti- nissa se accede a la costa. El recorrido en dirección SW, ca, permite el acceso desde la costa al interior hasta la parcialmente ocupado por el río Clariano, tributario del población de Vilallonga. Albaida, va adquiriendo altitud, de 250 a 600 m, para enla- En La Marina, el corredor discurre adosado a los con- zar ya en su extremo occidental con el corredor del Vinalo- trafuertes montañosos. La aparición de relieves como el pó. Montgó (762 m) en Dénia-Xhbia y La Llorenqa (443 m) en Benitatxell desvía el tránsito hacia el interior. Concluye ante la Serra de Bkrnia y el majestuoso Penyal d'Ifac (328 CORREDOR DE LA VALL DE BENEIXAMA Y LA m). Esta alineación montañosa se comporta como una HOYA DE ALCOI barrera natural transversal a la costa e imposibilita el fácil acceso, obligado hoy en día a través de la garganta del Este corredor se instala entre las sierras de Solana- Mascarat. Aquí concluye la buena accesibilidad que desde Benicadell al N y Salines-Fontanelles-Mariola al S. Cuan- Cataluña y tras enlazar con el óvalo valenciano, vertebra la do se examina el área de Alcoi, se aprecia la existencia de franja costera mediterránea. Toda una serie de pequeños fuertes relieves montañosos que enmarcan perfectamente ríos y barrancos se adentran hacia el interior montañoso: el espacio que se ha venido a denominar hoya de Alcoi. Girona, Xaló, Gorgos y otros. Esta misma situación se pro- Hacia el E el fácil tránsito queda interrumpido por el duce al sur de la Serra Bernia con el Algar-Guadalest, abrupto desfiladero del río Serpis o Riu d'Alcoi que se abre Sella-Gorga o Sec, todos ellos de difícil comunicación via- paso hacia la plana de Gandia entre las sierra de Safor y ria. Gallinera. Hacia el S las estructuras se complican y adop- tan direcciones diversificadas debido a un conjunto de sie- CORREDOR DE MONTESA rras: Alfaro, Serrella, Aitana, Ferrer y otras, surcadas por valles estrechos y pasos angostos que conectan dificultosa- La canal o valle de Montesa, recorrida por el río Ci- mente con los grandes corredores. Parece evidente, con la nyoles, articula la comarca natural de La Costera, abierta cartografía en la mano, que la mejor articulación comarcal al SW a la meseta manchega y al NE a la hoya de Xhtiva, del área se realiza hacia occidente para enlazar con el eje desde donde continúa con algunas dificultades por la fosa Bocairent-Beneixama-Villena por el que discurre el curso de La Valldigna hasta conectar con las actuales marjales alto del río Vinalopó. La ruta de conexión más cómoda costeras. La zona septentrional presenta pequeños ejes que parece situarse a los pies de los contrafuertes septentriona- proporcionan un posible paso hacia el interior. Se trata de les de la Serra Mariola con una circunvalación Alcoi- la rambla del Riajuelo y del curso bajo del Bolbaite-Sellent Cocentaina-Muro-Agres. Sin embargo no son descartables que permiten el acceso a la Canal de Navarrés. En su comunicaciones locales como la desarrollada a través del extremo occidental conecta con zonas de amplios glacis, río Polop. El eje Bocairent-Villena muestra un amplio y cómodo corredor de unos 40 km de recorrido. 3.2. El ámbito litoral: la frontera mediterránea y su evolución

CORREDOR DEL VINALOPÓ Durante el espacio cronológico que abarca el actual período interglaciar holoceno, la situación transgresiva de También denominado de Villena, enlaza en su cabecera la línea de costa conforma un paisaje formado por una con la meseta de Caudete-La Encina, de paisaje típicamen- menguada franja sedimentaria de cotas bajas a la que te manchego, y con la cuenca endorreica de Almansa y el enmarca un cinturón montañoso alineado en un espacio valle de Montesa. El medio Vinalopó es el que configura frecuentemente inmediato. Tal acera, como se ha visto, en realidad el corredor entre Villena-Novelda, mientras queda interrumpida ocasionalmente por los sectores acan- que el bajo Vinalopó corresponde al tramo Novelda, Asp y tilados. llano de Elx-Alacant. Este corredor se inicia en los núcleos La oscilación del nivel del mar cuaternario confiere un endorréicos de Villena-Biar para llegar al mar atravesando alto grado de variabilidad a este ámbito, lo que, durante perpendicularmente un conjunto de alineaciones montaño- largos períodos pleistocenos, pudo significar la existencia sas en sentido SE-NW: Salines, Onil, I'Ombria, 1'Argue- de un espacio de fácil tránsito para los grupos humanos nya, Sit, Crevillent, Tabaih, Aguiles. Al S los relieves prehistóricos. Los abundantes estudios sobre aspectos montañosos dejan de ser un obstáculo para el tránsito específicos de la paleogeografía cuaternaria señalan ciertas humano ya que la cuenca baja del Vinalopó conecta tendencias comunes en los resultados de la investigación mediante pequeños relieves intermedios -sierras de actual. Como se concluye en algunos trabajos de síntesis Orihuela y de Callosa- con la cuenca del bajo Segura que (Shackleton et al., 1984; Pirazzoli, 1987; Herman, 1989), prosigue en sentido meridiano con áreas llanas, salobres y situaciones interglaciares similares a las actuales han ido marjaleñas. El valle del Vinalopó es el mejor acceso desde sucediéndose con una periodicidad de 100.000 años apro- la Meseta e interior peninsular al Mediterráneo, a través de ximadamente, al menos durante los últimos 700 milenios. anchas cuencas con acusadas formas áridas y pequeños Numerosas terrazas marinas que se han reconocido a corredores que se adentran hacia el SW en territorio mur- cotas elevadas, y que en su momento parecieron claras evi- ciano. La cabecera del Vinalopó articula al E el corredor dencias de altos niveles oceánicos, han sido al parecer des- de la Val1 de Beneixama hacia la hoya de Alcoi. Más al S plazadas verticalmente por la activa neotectónica medite- y entre las sierras de Onil y I'Alguenya se entra en la Foia rránea, mientras que, en otros casos, depósitos coetáneos de Castalla, área semicerrada recorrida por el río Sec. se encuentran hundidos. Tales dislocaciones han podido comprobarse en áreas inmediatas al propio espacio geográ- fico aquí considerado (Fumanal et al., 1993; Viñals, 1991, CORREDOR DEL BAJO SEGURA Y CAMP Martínez et al., 1992). A su vez, los mínimos regresivos D'ALACANT costeros se sitúan entre las isóbatas de -120 1-130 m hacía el 18.000 BP, momento en que la temperatura de las Esta amplia llanura ve desembocar el Vinalopó y el aguas mediterráneas experiementa un descenso de entre 3- Segura, y se puede dividir en dos áreas: el llano de Alacant 4" C. y la Vega Baja. La primera, con pequeños cerros y anchura En el marco de las matizaciones precedentes, la topo- de 10 km, todavía participa de relieves montañosos con grafía que revela el estudio geofísico de la plataforma sub- escasa aportación aluvial de los modestos ríos Sec, Mont- marina en el litoral valenciano permite ciertas aproxima- negre, Rambujar, etc. La segunda, queda configurada por ciones sobre la zona que quedaría emergida durante los el campo de Elx y el Bajo Segura; es un punto de contacto mínimos eustáticos. Por una parte, destaca la extensión entre la huerta de Murcia y el campo de Elx donde la con- areal que se incorporaría a los medios continentales en fluencia de sedimentos del Segura y Vinalopó crean secto- forma de plataformas tendidas y escalonadas a partir de res pantanosos. Así pues, una zona alta y otra baja. La dis- saltos y desniveles ocasionales. Más amplias al N y S del posición de toda la zona queda configurada en torno al País Valenciano, su dimensión retrocede sensiblemente al Bajo Segura, área a la que vergen distintos territorios, S del óvalo de Valencia, alcanzando su mínima proyección montañosos (sierras septentrionales y occidentales) y lito- en los contrafuertes del Cap de la Nau. Por otra, se observa rales (llano de Alacant, área de Guardamar, etc.). que algunos sectores costeros actuales de relieve abrupto y El valle del Segura es la ruta que a través del eje ascen- perfíl rectilíneo, cuyas condiciones significan una interrup- dente Murcia-Totana-Lorca se dirige a la Alta Andalucía, ción en los actuales interzonales, añadirían a su fachada enlazando bien con el campo de Cartagena para adentrarse oriental vastas superficies de bajo o moderado gradiente en la Andalucía litoral. Mientras que por el N, el tramo (Mapa 1). litoral comprendido entre la Serra de Bernia y el llano de Todo ello permite considerar a un amplio sector litoral Alacant, es una zona donde los contrafuertes montañosos hoy sumergido como una verdadera zona de paso y de dificultan el tránsito, no existe pues un acceso viario hábitat, que quedaría expuesta y sería practicable durante cómodo. períodos prolongados del Pleistoceno. J. EMILI AURA TORTOSA - JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS - M" PILAR FUMANAL GARC~A

4. MEDIO FÍSICO Y cional y funcional en relación al medioambiente en el que se circunscribe, aunque para la mayoría de los casos no POBLAMIENTO HUMANO existen suficientes referencias. Junto a la orientación solar, el acceso a puntos permanentes de agua y la existencia de 4.1. Datos actuales materia prima, han sido utilizados reiteradamente como condicionantes físicos a la hora de describir la implanta- Los datos actuales sobre el poblamiento humano en el ción de los grupos sobre el territorio. En estos casos desco- País Valenciano son resultado de la interconexión de fac- nocemos en gran parte el régimen fluvial de la región tores diversos, más allá de la cronología, la forma e inten- mediterránea durante el Pleistoceno y las fuentes de apro- sidad en que este se produjo. La desigual tradición interco- visionamiento de materia prima, aunque la propia morfo- marcal en el estudio de estas etapas de la Prehistoria y la génesis de cuevas y abrigos, su ubicación generalizada profunda antropización a la que están sometidas constitu- sobre las cuencas y la presumible abundancia de materias yen elementos, más o menos recientes, que conviene asu- primas aconsejan relativizar también esta cuestión. mir. Otros factores de mayor alcance y de más difícil eva- Su altitud comprende situaciones diversas entre f O y luación se encuentran en los cambios paleogeográficos 1.000 m sobre el nivel del mar, tal y como refleja una registrados durante el Cuatemario. Entre estos cabría des- muestra seleccionada que ronda los 40 yacimientos, de los tacar por su implicación en la construcción de la morfolo- cuales 8 están situados al aire libre. Su distribución es bas- gía actual los procesos de denudación de vertientes y col- tante regular entre O y 500 m, perdiendo efectivos hasta matación de valles, así como las oscilaciones marinas alcanzar el techo mencionado. Esta disposición puede ser (Fumanal et al., 1993). relacionada con entornos topográficos genéricos, que se Tras estas generalizaciones que entran dentro de la organizan desde la costa y llanura litoral a la media monta- lógica común, conviene interrogarse si los datos actuales ña: pueden ser considerados representativos del poblamiento humano de nuestro temtorio durante el período analizado. - Un primer grupo se localiza por debajo de los 200 m La respuesta a esta cuestión no es fácil. Existen demasia- s.n.m., sobre los piedemontes de las primeras alineacio- dos vacíos en la distribución de los asentamientos como nes montañosas y laderas que dominan la llanura litoral: para considerar representativa la muestra actual, quizás se Blaus, Can Ballester, El Volch, Bolomor, Porcs, Penya estén rozando los mínimos en algunas comarcas privilegia- Roja, Foradh, Corb, Calaveres o Cendres. Dentro de esta das por la investigación -la Safor, la Marina Alta, l'Alcoih, misma cota, pero fuera del ámbito estrictamente litoral, el Comtat y pocas más-, pero aún en estas, persisten los en cuencas y valles del interior estarían: Cova Negra, sesgos referidos anteriormente. Asumiendo estas limitacio- Cova de la Petxina, La Coca y la Ratlla del Bubo, algu- nes, en las siguientes páginas se intentará sistematizar nos en el límite de la cota topográfica. En este ámbito aquellas pautas generales que, al menos, permitan un plan- cabría señalar la existencia de al menos dos yacimientos teamiento de la discusión. holocenos al aire libre -L'Estany dtAlmenara y El Colla- do- situados prácticamente sobre la misma línea de 4.2. Características de los yacimientos costa y en medios de restinga y albufera . - Otra agrupación se intuye entre los situados sobre los La práctica totalidad de los yacimientos paleolíticos y primeros valles interiores, con altitudes entre los 200- epipaleolíticos conocidos en nuestro territorio se sitúan 500 m s.n.m. y un fácil acceso a la llanura litoral: El bajo la protección de cuevas y abrigos. A esta excepción Pinar, Matutano, Parpalló, Barranc Blanc, Meravelles. escapan algunos localizados en tomo a cuencas endorrei- Otros como el Tossal de la Font, Barranco Carcalín, San cas, lagunas y marjales que aportan conjuntos materiales Luís, Las Fuentes, Gorgori o Cova del Barranc de I'ln- bastante heterogéneos. Se puede afirmar por tanto que el fern, participan de idéntica altitud pero se ubican en medio cárstico, tan frecuente en la cuenca mediterránea, áreas interiores, de orografía contrastada y distantes fue ampliamente utilizado como hábitat por los primitivos decenas de kilómetros de la costa. pobladores de nuestro territorio. - Un tercer grupo lo constituyen los situados por encima La orientación de cuevas y abrigos coincide casi siem- de los 500-600 m s.n.m. sobre morfologías de fuerte pre y está sujeta a las características de la propia alineación pendiente y con cotas superiores, en algún caso, a los montañosa en la que se inserta, por lo que esta variable no 1.000 m. en un radio de 5 km alrededor del yacimiento. parece ser determinante. Conviene relativizar elementos Dentro de esta agrupación cabe diferenciar los que toda- como la orientación al mediodía, la insolación, etc., de tan vía mantienen un relativamente fácil acceso a la llanura amplia difusión bibliográfica, pero sin llegar a olvidar la litoral -caso de Mallaetes- o sobre los llanos interiores existencia de algunos abrigos (y no cuevas) de escasa o -Cochino, Beneito o El Salt-, de los ubicados sobre nula visera, situados al raser y con buen reflejo de radia- entornos con frecuentes rupturas topográficas: Cova ción solar en sus paredes. Estas variables, en cambio, si Fosca, Tossal de la Roca, Santa Maira o Lagrimal. La pueden ser significativas a la hora de evaluar su uso esta- Cueva de la Cocina, situada por debajo de estas cotas MEDIO F~SICOY CORREDORES NATURALES: NOTAS SOBRE EL POBLAMIENTO PALEOL~TICODEL PAÍS VALENCIANO

ofrece características asimilables a este último grupo. De información y variabilidad. Los corredores, como espacios los yacimientos considerados sólo tres se sitúan por abiertos, constituyen no sólo los grandes ejes para la inte- encima de los 900 m s.n.m.: Cova Fosca, Cova Bernat rrelación entre grupos, también son el núcleo sobre el que de Fageca y Lagrimal. se organizan y renuevan los principales recursos explota- dos: los grandes ungulados migratorios. Una tercera variable a considerar podría ser el tamaño A partir del Paleolítico superior se produce un cambio de los asentamientos. Los datos sobre la superficie total notorio en la ubicación de los yacimientos, su localización ocupada que conserva restos de sedimentación o el área no parece ligarse estrechamente con el acceso a estas ejes protegida por visera y bóveda en el caso de cuevas y abri- y áreas de fácil intercomunicación. Los entornos ecológi- gos. podnan haber servido para medir las diferencias entre cos relativamente generalizados en los que se combinan yacimientos. Estos datos no son fácilmente procesables a ambientes ciertamente transicionales (p.e.: llanura litoral y partir de las referencias bibliográficas, por lo que hemos primeras estribaciones), característicos del poblamiento aplazado su tratamiento. Generalizando, presentan un aba- más antiguo, se ven ampliados considerablemente por la nico dimensional entre 10-500 m', valoración que depen- incorporación de las zonaciones mencionadas más arriba. derá principalmente de la consideración y delimitación Areas de topografía contrastada y recorrido complejo son correcta de sus superficies de ocupación. No obstante, se ocupadas progresivamente a partir del Paleolítico superior intuyen marcadas diferencias en el tamaño y recurrencias y otro tanto parece ocurrir con la misma línea de costa en la ocupación humana de los yacimientos que todavía -hasta donde la relatividad de los datos nos permite resultan complejas de explicar. En un trabajo anterior, intuir-. Esta extensión del poblamiento a entornos hasta mencionábamos la existencia de al menos dos grandes ahora no documentados fue progresiva espacial y cronoló- categorías genéricas, que evidentemente no explican la gicamente, en el sentido que parece ahondarse durante el variedad de situaciones y contenidos de los yacimientos Tardiglaciar y Holoceno. actualmente conocidos a partir del 35.000 BP (Aura y Esta nueva situación puede ser correlacionada con los Pérez Ripoll, 1992). La primera sería la conformada por procesos de cambio técnico, económico y cultural, en su aquellos asentamientos de dimensiones reducidas que ofer- más amplio sentido, desarrollados por los grupos cazado- tan bajas densidades de ocupación y se ubican en entornos res-recolectores del Paleolítico superior. Recurriendo a relativamente especializados. La segunda la componen los generalizaciones que son obvias pero que adquieren senti- yacimientos con ocupaciones más intensas y recurrentes a do en este contexto, cabe mencionar el mayor grado de lo largo del tiempo, localizadas sobre entornos desde los planificación que muestran los equipos industriales asocia- que es factible la utilización de ambientes más diversifica- dos al Hombre moderno con respecto a sus ancestros. dos. Sin incidir en los entornos y sus características, estas Igualmente, sus formas de utilización de los recursos, de dos categorías son igualmente válidas para los momentos implantación sobre el territorio y de integración señalan más antiguos del poblamiento. diferencias significativas. Resulta difícil analizar todos estos componentes a partir de la simple ubicación de los 4.3. Situación con respecto a los grandes ejes yacimientos, sin contar con datos referentes a las caracte- rísticas de cada ocupación. Pero, tanto la mayor densidad En el Mapa 2 se presentan las diferentes potencialida- de yacimientos como la ocupación de nuevos entornos des biofísicas del territorio, los corredores naturales y la coinciden en describir una importante transformación. distribución de los principales yacimientos paleolíticos y La distribución cartográfica de los yacimientos inclui- epipaleolíticos actualmente conocidos. Para su elaboración dos en el Mapa 2 señala importantes discontinuidades se ha tenido en cuenta la altitud, considerando igualmente intercomarcales en su densidad. Aún siendo una muestra, datos como las rupturas y gradientes orográficos, recons- que no el total de referencias actualmente conocidas, resul- trucción paleogeográfica. mapas geológicos, cartografía ta suficientemente indicativa la concentración de yaci- viaria histórica, etc. mientos que se produce en el interior del espacio delimita- La disposición de los yacimientos sobre los grandes do por dos importantes corredores: Canal de Montesa, ejes de comunicación natural que vertebran nuestro territo- Vinalopó y el Mediterráneo. La convergencia de estos dos rio proporciona algunos datos significativos. En los asen- ejes coincide con la que puede ser considerada la mejor vía tamiento~del Paleolítico antiguo -anteriores al 35.000 de comunicación con el interior peninsular, a través de la BP-, se constata una fuerte vinculación entre su ubicación Submeseta sur. El primero se articula prácticamente sobre y los corredores naturales, ajustándose la práctica totalidad el contacto entre el sistema Ibérico y el Prebético y supone a su desarrollo y trayectoria (Fernández Peris, 1990). La una importante ruptura en la orientación NW-SE marcada imbricación de los yacimientos antiguos sobre estos gran- por todos los ejes situados más al norte. Al S, además del des ejes es explicable como la óptima adaptación desarro- corredor de la Vall dlAlbaida, se disponen dos ejes más de llada por estos grupos frente a la variabilidad medioam- carácter comarcal: el que desde la cabecera del Vinalopó y biental, en un espacio biofísico que proporciona las máxi- la Valleta d'Agres conecta con la cuenca media del riu mas y únicas posibilidades de subsistencia: movilidad, d'Alcoi y el que desde el Alto Vinalopó se abre a través de la Foia de Castalla a su cabecera. Además de su acceso a relacionadas con los complejos musterienses o anteriores los grandes ejes y vertebración interior, las comarcas cen- y, tras hiatus de diferente duración, restos atribuibles al tromeridionales del País combinan diferentes zonaciones Paleolítico superior. Esta ruptura en la ocupación de los ecológicas, contando también con posibilidades de acceso yacimientos, independientemente de que pueda ser expli- a la costa desde el Serpis y la rambla Gallinera y con difi- cada también a partir de la existencia de procesos de reac- cultades mucho mayores a través del Girona y Gorgos. La tivación cárstica, coincide con la inexistencia de industrias combinación de todas estas variables pueden ayudar a transicionales Paleolítico medio-Paleolítico superior. La comprender la existencia del principal núcleo conocido de implantación de las tradiciones industriales del Paleolítico poblamiento paleolítico en el País Valenciano. Indudable- superior inicial tuvo posiblemente una dirección norte-sur, mente, su ya larga tradición arqueológica es otro compo- aunque sólo queda registrada por ahora en las comarcas nente que no conviene olvidar. centromeridionales del País Valenciano (Villaverde, 1992). 4.4. Carácter y recurrencia de las ocupaciones 1 11 111 1v v VI VI1 VI11 IX

Se ha mencionado ya el desigual grado de información Cova Fosca referente a las dimensiones y características físicas de los 4 7 Cova Maiuiano - yacimientos. Esta situación es ampliable a sus componen- Cova delr Blaie - tes básicos. Más allá de lo que es la descripción de su secuencia y atribución a alguna (S) de las tradiciones Can Ballener -m industriales reconocidas, no existen -salvo alguna excep- L'Esiany t ción- datos que puedan ser sistematizados. Mientras que Cueva de la Cocina los estudios tipológicos se encuentran ampliamente gene- Albufera d'hna ralizados, los de carácter paleoambiental son todavía limi- Cova del Volch tados y otro tanto ocurre con los de tipo paleoeconómico. Senda Vedada No disponemos de datos sobre las densidades de las dife- Cova Negra + rentes categorías de evidencias arqueológicas, paleofaunís- ticas o paleobotánicas. Asimismo, el reconocimiento de Cova de les Malles estructuras y el desarrollo de análisis microespaciales se Cova del Pqll6 encuentra en su fase de iniciación. Intentar establecer cate- Barranc Blanc gorías de yacimientos sobre este registro puede convertirse Cova del Llop en una simple disquisición teórica sobre los modelos desa- Cciva de les Meravelles C -C rrollados para otras áreas. Cova dels Porcs A pesar de esta situación, la simple observación de las C -,? sucesivas ocupaciones que muestran los yacimientos, Penya Rnja detectadas a través del análisis tipológico de sus materia- Cava Fofada + -C les, puede aportar algún elemento a la discusión. Conviene El Collado - explicitar que al referimos a ocupaciones nos referimos a Cova Bcncilo L las unidades xasi siempre litoestratigráficas- o en el peor Abric de la Falpuua - de los casos conjuntos materiales asimilados a una tradi- Cova Gorewi - ción industrial. No empleamos tal término en su sentido Tossal de la Roca e más restrictivo: ocupación sincrónica de corta duración Cova de les Calaveres t 7 --C que conforma un depósito unitario, puesto que el nivel de resolución de los datos lo hace inviable. Cova Sia. Maira 7 Para el análisis del carácter recurrente o discontínuo de Cova de les Cendfes - las ocupaciones se han considerado un total de 30 yaci- nieva Lawimni - mientos y nueve grandes unidades industriales y tempora- Arenal de la Virgen -C les: Industrias premusterienses y musterienses (1), Auriña- - Ratlla del Bubn - ciense (11), Gravetiense (111), Solutrense (IV), Solútreogra- Abric del Xaret - --C vetiense (V), Magdaleniense Antiguo (VI), Magdaleniense Superior (VII), Epipaleolítico Microlaminar (VIII) y Epi- Figura 1: Secuencias identificadas en un conjunto de 30 paleolítico Geométrico (a).La combinación de yacimien- yacimientos del País Valenciano. Unidades temporales y tos y unidades en una simple tabla de presencialausencia culturales consideradas: I= Industrias premusterienses y señala una baja continuidad en la ocupación de aquellos musterienses; 11= Auriñaciense; III= Gravetiense; IV= yacimientos que ofrecen evidencias anteriores a la presen- Solutrense ; V= Solútreogravetiense; VI= Magdaleniense cia del Hombre moderno. Sólo 5: Penya Roja, Beneito, Antiguo; VII= Magdaleniense Superior; VIII= Epipaleolí- Forada, Calaveres y Cova Negra, muestran ocupaciones tic0 Microlaminar y IX= Epipaleolítico Geométrico. Con la excepción de Parpalló y Mallaetes ningún yaci- '00 miento registra en sus depósitos una secuencia que abar- que desde el Paleolítico superior inicial al Magdaleniense Superior y Epipaleolítico. La observación de la tabla ante- riormente mencionada sugiere tres situaciones básicas 60 entre los yacimientos que ofrecen evidencias de ocupacio- nes recurrentes (Fig. 1). La primera es la definida por los 40 yacimientos que muestran ocupaciones más o menos suce- CapraCapnnaeSUS 20 Capredus sivas desde el Auriñaciense y Gravetiense al Solutrense- ~ervus Solútreogravetiense. Además de los dos ejemplos ya cita- Bossp o dos este sería el caso de Meravelles, Porcs, Cova Beneito, I 11 III IV v VI VII vi11 ~quussp Ratlla del Bubo y Cova del Sol o del Rollo. La segunda Unidades corresponde a las secuencias del Paleolítico superior final ~i~~~~2: ~~~~~~~~i~~relativas de las principales especies y ~~i~aleolítico:~agdaleniense Superior, E~i~aleolítico de ungulados. Las unidades temporales y culturales, así Microlaminar y Geométrico. Dentro de esta agnipación se como los yacimientos tenidos en cuenta para su elabora- aprecia una continuidad en la ocupación de algunos yaci- ción se incluyen en el cuadro 1. mientos que ya lo habían sido desde al menos el Solútreo-

gravetiense -caso de El Volci, Barranc Blanc, Parpalló y Unidades temporales y yacimientos iomiderados Mallaetes-, junto a otros que son de nueva implantación: Matutano, Blaus, Senda Vedada o el Tossal de la Roca. La Anos BP Neolitización tercera situación la constituyen aquellos yacimientos con 7.000 - Epipaleoiítico Caina industrias premusterienses y musterienses que, tras hiatus VI11 Geométrico Tossal de la Roca (ext) Lsgrimal nl Sta. Main 1II de desigual duración, registran ocupaciones leptolíticas: 9.000- a Solútreogravetiense en el caso de Cova Negra y Calaveres, Fosca m Tossal 1-11 "11 E 'paleolitiw ~atutmnb-la Sta. Mairn N Magdaleniense en Foradi de Oliva. 10.000 - J"rcmlaminar Mnll~ets Lagrimal IV

4.5. El uso de los recursos Matuiano IV-üc Blaw 1-n Las situaciones secuenciales que acabamos de describir VI Magdaleniense Parpalld MSM Superior Tdde la Roca IV-11 están acompañadas de algunas variaciones en los conjun- Cendrs I-IV tos faunísticos que quizás ayuden a comprender mejor sus

implicaciones. Con este fin se ha elaborado un gráfico en 14.000 - el que se representan las frecuencias de restos de las espe- cies básicas (Fig. 2). En el cuadro adjunto se ofrece la Magdaleniense Wrpalló MAM correspondencia entre unidades temporales, entidades Antiguo arqueológicas y yacimientos incluidos en cada una de las 16.000 - divisiones (Cuadro 1). A pesar de que los asentamientos Parpalló ofrecen tamaños, entornos y posiblemente usos diversos, IV solutreo- Mallaeles Gravetiense por lo que procedería un comentario más individualizado Cova Beneito que destacara estos aspectos, este resumen destaca sufi- 18.000- . cientemente las tendencias evolutivas de las principales Wl6 111 Solutrense Mallaetes especies de ungulados (Villaverde y Martínez, 1992; Aura Cova Beneito y Pérez Ripoll, 1992; Aura y Bernabeu, e.p.). A diferencia de lo que se considera para los conjuntos 21.000- faunísticos premusterienses y musterienses, los de edad I1 Gravetiense Mallacfes Paleolítico superior-Epipaleolítico son atribuidos en su Auriiiaciense Cova Beneilo mayor parte a la actividad cinegética del Hombre moder- 30.000 - no. Esta afirmación se sustenta sobre los bajos índices de carnívoros, la creciente especialización sobre determinadas especies e individuos y la identificación de abundantes Cova Negra I Complejos Mustericnscs Cova Beneito marcas y fracturas de origen antrópico. Tomando como El Salt punto de partida los conjuntos faunísticos asociados a los complejos musterienses se aprecia una continua pérdida de 128.000- efectivos de los grandes ungulados: el caballo y el gran bóvido. El mayor equilibrio entre especies que transmiten Cuadro 1: Unidades temporales y culturales y yacimientos los escasos conjuntos musterienses conocidos sufrirá un considerados para cada caso. importante desajuste a lo largo del Paleolítico superior. Su tos. No obstante, los cambios descritos en la utilización de resultado será el establecimiento de una marcada polariza- los recursos implicaron muy posiblemente una variación ción sobre dos especies básicas: la cabra montés y el cier- en los sistemas de asentamiento (Gamble, 1990). Los vo, tal y como demuestran los perfiles faunísticos de algu- entornos de explotación más generalizados que sugiere la nos yacimientos aunque en el procedimiento seguido que- fauna de las ocupaciones más antiguas transmiten formas dan difuminados bajo las tendencias generales. Ambas de implantación sobre el territorio basadas en movimientos especies son más accesibles desde un punto de vista cine- rotatorios sobre yacimientos similares que son cíclicamen- gético y menos móviles en sus desplazamientos que los te ocupados. Esta homogeneidad manifiesta signos de caballos o uros, conformando rebaños bastante estables cambio desde al menos el Magdaleniense, expresándose según la edad, sexo y estación. Junto a estas especies, el también en la composición de sus conjuntos faunísticos: en asno salvaje, rebeco, corzo y jabalí ofrecen una baja pre- unos casos fuertemente especializados sobre la cabra mon- sencia, experimentando los tres últimos cierto avance tés (Tossal de la Roca), sobre el ciervo (Matutano y Cen- desde fines del Tardiglaciar y durante el Holoceno. dres) o sobre ambos (Parpalló). Pero, quizás el elemento distintivo de la región medite- Algunos materiales recuperados en los yacimientos del rránea peninsular sea la elevada frecuencia de restos de último Pleniglaciar y Holoceno señalan que la integración lagomorfos con respecto a los ungulados. Su interpretación de estas redes de asentamiento regional pudo estructurarse global es compleja, aunque las marcas de manipulación sobre la relación costa-interior. La presencia de elementos antrópica y su fracturación sistemática avala su uso econó- ornamentales fabricados sobre moluscos marinos en yaci- mico desde al menos el Paleolítico superior; circunstancia mientos interiores señala esa dirección y otro tanto apun- que no es ampliable por ahora a los conjuntos asociados al tan los escasos datos disponibles sobre la estacionalidad de Hombre de Neandertal, en los que su aportación quizás las ocupaciones tardiglaciares (Bailey y Davidson, 1984; deba ser atribuida a una desocupación humana de las cavi- Davidson, 1989; Aura y Pérez Ripoll, 1992). Sin embargo, dades combinada con la intervención de rapaces y otros para el País Valenciano no existen yacimientos conocidos carnívoros (Pérez Ripoll, 1992; Guillem y Martínez, 1991 ; que aún situándose sobre la misma línea de costa actual Villaverde y Martínez, 1992). ofrezcan registros relacionables con la explotación de estas Estas tendencias generales pueden ser relacionadas con áreas con anterioridad al 7500 - 7000 BP (Fumanal et al., una reorientación de las estrategias económicas, que al 1993). Lógicamente, el que se desconozcan ocupaciones principio muestra cierta continuidad con respecto a de este tipo no supone su inexistencia, dada la amplitud e momentos anteriores pero que será claramente definida a incidencia de la transgresión holocena y sus consecuen- partir del 20.000 BP. El desarrollo de una caza especializa- cias en la conservación de yacimientos desde los que fuera da sobre ciervos y cabras monteses tuvo que realizarse factible la pesca y el marisqueo. A pesar de estas dificulta- mediante la elección de los enclaves apropiados para el des, los datos del Tardiglaciar y Holoceno inferior sugie- acceso a estos recursos y muy posiblemente implicó cam- ren una implantación de los grupos humanos sobre el terri- bios en la forma de implantación de los grupos sobre el torio más vertebrada, con campamentos de duración y fun- territorio. De hecho, los yacimientos que ofrecen ocupa- cionalidad diversas, según los entornos de explotación ciones correspondientes a la primera parte de la secuencia sobre los que se ubican. del Paleolítico superior ofrecen tamaños y conjuntos de categorías materiales similares; mientras que a partir del Magdaleniense superior se observa una mayor variación en el tamaño y categorías de materiales, llegando incluso a 5. VALORACIÓN FINAL ubicarse sobre entornos hasta ahora no documentados como las áreas superiores a los 800 m o la misma línea de El territorio valenciano muestra en la actualidad una costa. Esta situación, que requiere una mayor concreción, gran diversidad física y una notable variedad de paisajes puede ser relacionada con el grado de especialización / morfológicos manifestada en fuertes dualismos: litoral- diversificación que muestran los conjuntos faunísticos. interior, llanura-montaña, costa llana-acantilada, directri- Junto a la creciente especialización sobre la cabra montés ces ibéricas-béticas, etc.. Estamos ante un marco geográfi- y el ciervo cabe anotar también la diversificación observa- co complejo y no uniforme, que obliga a un estudio deta- da desde el Magdaleniense superior, originada por la signi- llado de sus variables físicas ante la posibilidad de albergar ficativa incorporación de recursos menores: aves, peces, diferentes o matizados nichos ecológicos susceptibles de moluscos o vegetales silvestres. ser utilizados conjunta o alternativamente por los grupos La coincidencia de estas tendencias diacrónicas descri- prehistóricos. tas por la fauna con las rupturas secuenciales señaladas en Desde la perspectiva del poblamiento prehistórico, las otro epígrafe quizás deban ser correlacionadas, aunque vías naturales de comunicación -los corredores en su sen- persiste un sesgo transcendental a la hora de acometer su tido más amplio- constituyen los principales condicionan- interpretación: la falta de un cuerpo de datos más sólido tes geográficos continentales del territorio. Sus caracterís- sobre el uso, duración y estacionalidad de los asentamien- ticas orográficas determinan su existencia e importancia, generalmente confirmada por una mayor o menor utiliza- meridional a través del campo de Cartagena. ción viaria. Su estudio permite afirmar que las tierras Junto a estos viales con una desigual proyección extra- valencianas se vertebran sobre un eje principal: la frontera regional, existe un reducido número de espacios abiertos, mediterránea y su fachada litoral. Este es el único elemen- resultado de la confluencia de importantes corredores natu- to geográfico de articulación global que unifica el territorio rales. Estas "áreas abiertas", construídas a partir de la con- y su organización medioambiental. Su importancia ha sido vergencia de los ejes más importantes, presentan una cierta expuesta desde diferentes líneas de estudio, todas ellas unidad medioambiental que contrasta con las zonas inte- coincidentes en un importante hecho histórico-geográfico: riores de orografía más escarpada y menor articulación el País Valenciano es un corredor adosado a relieves mon- viaria. Su estudio puede ser decisivo a la hora de recons- tañosos (Vilar, 1964; Tarradell, 1965; Aracil, 1980). truir los paleoecosistemas regionales y evaluar su uso por El tránsito por este gran eje costero es relativamente parte de los grupos prehistóricos. De norte a sur son: el fácil, si se realiza al pie de los primeros contrafuertes y delta del Ebre, el llano central valenciano, el altiplano bordeando las zonas pantanosas. Su desarrollo concluye en Vinalopó-Almansa y la Vega Baja del Segura. la actualidad en el denominado Tal1 de Mascarat, límite De lo anterior se desprende que tanto el eje costero meridional de su proyección, donde confluyen los relieves como las rutas que por una parte unen el corredor litoral montañosos de La Marina con sus acantilados y el mar. Baix Maestrat-Xúquer con el valle de Montesa y por otra, Este eje, el más importante del Mediterráneo peninsular, articulan el eje Vinalopó-llano de Almansa-canal de Mon- debió sufrir importantes cambios de extensión y morfolo- tesa, parecen constituírse en las vías de comunicación más gía como consecuencia de las variaciones del nivel de las importantes utilizadas por los grupos humanos prehistóri- aguas marinas, posibilitando en determinados momentos cos en el País Valenciano, tanto a nivel regional como para del Pleistoceno la existencia de un amplio corredor natural su conexión peninsular (Cataluña-Aragón y Castilla-Aada- de desarrollo N-S a lo largo de todo el litoral valenciano y lucía). que permitiría una buena comunicación con Cataluña y Sobre este escenario, la distribución cartográfica de los Murcia. En este sentido, ya se han comentado las significa- yacimientos paleolíticos y epipaleolíticos del País Valen- tivas modificaciones en el medio que se derivarían del ciano muestra importantes discontinuidades y vacíos que retroceso marino, especialmente en los parámetros de alti- pueden ser explicados por la interrelación de factores tud, traslación de los ambientes sedimentarios costeros y diversos. Las diferentes tradiciones de investigación com- adición de amplias superficies continentales. binadas con una conservación diferencial, derivada de En contraste con lo anterior, la comunicación costa- diferentes procesos morfogenéticos, son quizás su mejor interior (E-W) presenta mayores dificultades. De hecho, la marco explicativo. Pero, los resultados de la acción combi- mayoría de los corredores naturales valencianos pueden nada de estos factores de alcance global en la actual distri- ser considerados "áreas cerradas", sin llegar a superar un bución cartográfica de yacimientos arqueológicos se intu- ámbito comarcal, debido a que los elementos que poten- yen, pero se desconocen. Hasta la fecha, ningún proyecto cialmente podrían articular su interconexión son por lo de investigación ha abordado mediante prospecciones sis- general cuencas fluviales con fuerte pendiente y cauces temáticas a escala comarcal y local su incidencia y mecá- muy encajados, lo que lógicamente dificulta su recorrido. nica. La destrucción y10 cubrición de los asentamientos al Junto a esta caracterización global, dos áreas muestran una aire libre por causas naturales y antrópicas o la inundación gran complejidad en sus comunicaciones, derivada de su de las llanuras litorales durante las transgresiones marinas tortuoso relieve; una al norte, el Maestrat y otra al sur, las son referencias genéricas que conviene retener pero tam- sierras centro-meridionales (Alcoih, Comtat, Marinas). bién concretar. Ambas por estructura, litología, latitud, etc. son a su vez Esta causalidad, sin embargo, no explica suficiente- muy diferentes. mente las variaciones diacrónicas observadas en la ocupa- Sólo los valles de tres ríos muestran condiciones ción de diferentes entornos. El poblamiento anterior a la excepcionales de comunicación: Palancia, Vinalopó y presencia del Hombre moderno, localizado fundamental- Segura. El primero permite la comunicación del área cen- mente sobre los grandes ejes, muestra síntomas de cambio tro-septentrional, articulada de N a S sobre el corredor del al final del Paleolítico medio, produciéndose la ocupación Baix Maestrat y el eje costero, con el interior, hacia los de áreas y zonaciones más complejas desde un punto de páramos de Teruei. El Vinalopó a su vez articula un doble vista ecológico. Sus consecuencias en la reorganización de eje que constituye una vía de comunicación decisiva hacia los sistemas de asentamiento parecen manifestarse en una el interior y hacia el SE. Su cabecera, bien comunicada a doble dirección: ubicando sus hábitats en cueva sobre nue- su vez con la del Clariano, permite el acceso a la importan- vos entornos y manifestando importantes diferencias entre te vía de la Canal de Montesa, mientras que a través de su asentamientos -tamaño, número y recurrencia de ocupa- curso medio enlaza con la Vega Baja y el llano de Alacant ciones, componentes culturales y faunísticos, etc.-. Esta confluyendo con la desembocadura del Segura, que es la evolución es paralela a otras transformaciones tecno-eco- salida natural de la Alta Andalucía y Murcia al Mediterrá- nómicas y culturales, quedando registrada particularmente neo valenciano, e igualmente la conexión con el litoral en las comarcas centromeridionales. A partir de la presencia de poblaciones anatómicamen- BUTZER, K., MIRALLES, 1. y MATEU, J. (1983). Las crecidas medie- te actuales se constata la relación costa-interior, expresada vales del río Júcar según el registro geo-arqueológico de Alzira. Cua- demos de Geografía 32-33: 31 1-330. Valencia. fundamentalmente a través de objetos de uso ornamental. Ello sugiere un uso complementario de ambos entornos BEETS, C.J. y DE RUIG, M.J. (1992). 87 Sr186 Sr dating of corallina realizado directa o indirectamente a través de intercam- alga1 limestones and its implications for the tecnostratigraphic evolu- bios, aunque la utilización de los recursos marinos y litora- tion of the eastem Prebetic (). Sed. Geol. 78: 233-250. les con fines económicos no está documentada con ante- CANÉROT, J. (1974). Recherches géologiques aux confins des chdines rioridad al tránsito Pleistoceno-Holoceno. En este sentido, iberiques et catalanes, Espagne. Universitk Paul Sabatier. 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