Cultura Popular De La Comunidad De Calatayud, Tomo II
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Portadas montadas (trazadas) 23/8/06 10:31 Pagina 3 C M Y CM MY CY CMY K Compuesta CULTURA POPULAR DE LA COMUNIDAD DE CALATAYUD JOSÉ ÁNGEL URZAY BARRIOS CULTURA POPULAR DE LA COMUNIDAD DE CALATAYUD Arquitectura popular, tradición oral, fiestas y costumbres de la comarca II CENTRO DE ESTUDIOS BILBILITANOS INSTITUCIÓN «FERNANDO EL CATÓLICO» * COMUNIDAD DE CALATAYUD Calatayud 2006 Publicación n.º 90 del Centro de Estudios Bilbilitanos Puerta de Terrer 50300 CALATAYUD (Zaragoza) España Tlf.: (34) 976 885 528 - Fax (34) 976 885 630 e-mail: [email protected] y n.º 2.645 de la Institución «Fernando el Católico» (Excma. Diputación de Zaragoza) Plaza de España, 2 50071 ZARAGOZA (España) Tlf. (34) 976 288 878/9 - Fax (34) 976 288 869 e-mail: [email protected] http://ifc.dpz.es FICHA CATALOGRÁFICA URZAY BARRIOS, José Ángel Cultura popular de la Comunidad de Calatayud. Primera Parte / José Ángel Urzay Barrios.—Calatayud: Centro de Estudios Bilbilitanos de la Institu- ción «Fernando el Católico» y Comunidad de Calatayud. 544 p. : il. ; 24 cm. ISBN: 84-7820-863-1 (o. c.) 84-7820-865-8 (vol. II) 82-32 2.ª Edición © José Ángel Urzay Barrios. © De la presente edición: Centro de Estudios Bilbilitanos de la Institución «Fernando el Católico» y Comunidad de Calatayud I.S.B.N.: 84-7820-863-1 (Obra completa) I.S.B.N.: 84-7820-865-8 (Tomo II) Depósito Legal: Z. 104-07 Imprime: TALLERES EDITORIALES COMETA, S.A. Ctra. Castellón, Km. 3,400 – Zaragoza AMarisol EL ALTO JALÓN Incluimos en esta amplia zona fronteriza con Castilla las localida- des que se extienden desde la depresión de Ariza hasta Bubierca. A diferencia del resto de la comarca, el paisaje es predominantemente llano hasta las hoces de Alhama. Reina el cereal en los campos, ampliados por los efectos de la progresiva concentración parcelaria, que ha cam- biado radicalmente el paisaje tradicional de siglos. El río Jalón, que nace en Esteras, fertiliza una vega estrecha, que per- mite cultivos de clima más benigno conforme penetra en Aragón. Recibe por su margen izquierda tres afluentes en esta zona. El río Nájima, con cabecera en el pueblo soriano de Bliecos, recoge sus aguas en el embalse de Monteagudo de las Vicarías, riega el tér- mino de Pozuel y desemboca en Las Tres Piedras, en el paraje de La Alber- quilla del término de Monreal. El río Henar, que nace en Almazul, ha recibido históricamente tres nombres en su corto recorrido: Deza, Henar y Argadir, éste último a su paso por Embid. Argadir es un hidrónimo de origen árabe. Aguas arriba de Embid hay un manantial llamado precisamente Argadil, que prestó su nombre al río, seguramente por el copioso caudal de sus aguas. Fue un río que movió molinos harineros tanto en su tramo soriano como en Embid, donde hubo dos de ellos. El Henar discurre por la hoz que ha labrado en el anticlinal calcáreo, después de recibir las aguas en Soria del humilde Peñalcázar. El río Monegrillo es conocido en su tramo superior como El Rega- tillo. Recibe su nombre, Monegrillo, de un despoblado medieval, del que casi no quedan restos visibles. Numerosos pueblos de esta zona estuvieron vinculados al mar- quesado de Ariza, que extendía su jurisdicción sobre seis localidades: Alconchel de Ariza, Bordalba, Cabolafuente, Embid de Ariza, Monreal de Ariza y Pozuel de Ariza. Fueron famosas las alteraciones de Ariza, enfrentamientos de los vasallos con sus señores, que acarrearon plei- tos continuos, fuertes represiones e incluso la muerte del señor por efecto de un arcabuzazo. De Monreal era Gonzalo Pérez, padre del famoso 7 JOSÉ ÁNGEL URZAY BARRIOS Antonio Pérez, ambos secretarios de Felipe II, enfrentados con los Pa- lafox. Pertenecieron hasta los años cincuenta del siglo pasado a la dióce- sis de Sigüenza todos los pueblos del marquesado, Torrehermosa y Sisamón. Todavía es fácil detectar en estas localidades costumbres reli- giosas y devociones propias de la diócesis castellana, como son el culto a San Pascual Bailón y a Santa Librada, o el protagonismo de las Mozas del Señor en Semana Santa. También los edificios religiosos presentan modelos castellanos en bastantes casos. La construcción de la vía férrea Madrid-Zaragoza, el MZA, en el siglo XIX, cambió la fisonomía del valle central de la comarca y revitalizó su economía. Más tarde se inauguró la línea Valladolid-Ariza, que conec- taba desde Valladolid la línea del Norte (Madrid-Irún) con la de Madrid- Zaragoza. Recorrer la comarca del Alto Jalón es sentir la cercana Castilla en el paisaje y en muchas de sus tradiciones. Sus pobladores se sienten profundamente aragoneses, pero la influencia de la cultura mesetaria es palpable. Desde Malanquilla hasta Cimballa, en toda la línea fronte- riza, los mutuos influjos entre Castilla y Aragón siempre han sido muy fuertes. Los castillos de varias localidades guardan historias y leyendas de luchas y pactos entre castellanos y aragoneses, recogidos en la tra- dición. Los indicadores de una cultura popular diferenciada del resto de la comarca, además de los ya señalados, son numerosos: el adelanto de pingar el mayo a la madrugada del Domingo de Pascua; la implanta- ción de la limonada, que probablemente se extendió por el resto de la comarca desde este ámbito geográfico, debido a la influencia castellana; la colocación del Judas; el cantarete que se daba a los recién casados. Con- forme nos alejamos de la periferia, a partir de Cetina y Alhama, todos los rasgos castellanos se van diluyendo. También la organización social apunta características propias, como la ladra o el ganado de la obligación, de los que ya hemos hablado. Nos sorprende también agradablemente en casi todos los pueblos del Alto Jalón el interés por la educación y las escuelas, que llevó a la construc- ción en los principios del siglo pasado de magníficos edificios escola- res, todos ellos anteriores a la guerra civil. Conserva los mejores con- juntos de bodegas de toda la comarca, hecho que viene explicado por la extensión de la vid en sus términos, cuyo vino tinto era exportado a las vecinas localidades de Soria y Guadalajara, que se surtían de los caldos aragoneses. 8 CULTURA POPULAR DE LA COMUNIDAD DE CALATAYUD, II 1. GRANJA DE SAN PEDRO A la Granja de San Pedro sólo entran desde la autovía viajeros des- pistados que confunden la pedanía con una granja avícola. Este case- río, perteneciente al término de Monreal de Ariza, aparece en algunos documentos como Granja de San Pedro o Villa de Santa Isabel. Per- teneció durante siglos al monasterio de Santa María de Huerta, que la vendió. El último dueño de la heredad, que comprendía casas y cam- pos, tanto en la vega como en el secano circundante, fue Vicente Laforga. En la finca particular vivían el mayordomo, renteros, pastores y peo- nes. Parte de la posesión fue vendida antes de la guerra civil. Compra- ron entonces las tierras parceladas agricultores de los pueblos de alre- dedor y también familias de Iruecha y de Mochales, que se bajaron a vivir a la Granja para cultivar la tierra adquirida en los años de la República. De esta forma, lo que históricamente había sido una finca particu- lar se fue convirtiendo en un pueblo, que empezó a crecer hasta alcan- zar aproximadamente cien habitantes, unos veinte vecinos, pequeños propietarios agrícolas. Se trajo la luz en los años cincuenta, se constru- yeron escuelas, otro cementerio, nuevas casas y el agua corriente llegó en los años ochenta. Todo gracias a los esfuerzos de los vecinos de la Granja. En los años sesenta se inició el proceso inverso de despoblación hasta el momento actual, en que sólo queda una familia. Hace unos pocos años la Fundación Federico Ozanan construyó una granja escuela en una finca donada por unos particulares, los Santander Bailón, ahora vacía, sin utilidad alguna. En verano todavía vuelven sus antiguos poblado- res, que conservan las casas, a pasar unos días de descanso. El trabajo agrícola que antes desarrollaban varias familias, lo saca adelante ahora una sola persona. La Granja tiene cosas interesantes. La pequeña iglesia contiene la imagen del Cristo del Jalón. La leyenda habla de una riada que arras- tró un Cristo desde Santa María de Huerta, Jalón abajo, hasta depositarlo en la Granja, en cuya iglesia se venera actualmente. La iglesia era la antigua capilla de la casa de campo, comprada también por los nuevos pobladores, entregada al obispado para que se pudiese celebrar misa los domingos y festivos. Desapareció el viejo peirón de San Pascual Bai- lón, pero se está reconstruyendo otro con nuevos materiales a la entrada del casco urbano. La Granja tiene dos cementerios; el viejo, en lo alto de un cerro, pequeño, íntimo, con tres únicas tumbas, y otro nuevo, en una vaguada, construido porque el otro no se pudo ampliar. Quedan bue- nos edificios y restos de las antiguas casas de los peones. Hace años se instaló una granja de vacuno en las afueras. Junto al pueblo hay varios repetidores de antenas. Muy Cerca está la ciudad romana de Arcóbriga. Todas las familias salieron adelante, si bien a la larga se vieron obli- gadas a emigrar. Cultivaban remolacha, cáñamo, cereal, manzanas rei- netas y peras de Don Guindo. Las mujeres estriaban las manzanas en 9 JOSÉ ÁNGEL URZAY BARRIOS el pueblo. Muchos compradores adquirían la manzana en flor, por la cali- dad de la fruta. En las noches de invierno las familias se agrupaban para esmotar el maíz. Recuerdan un río tan limpio que las mujeres cogían el agua del Jalón muy de mañana, antes de que se enturbiase. La Granja de San Pedro ha estado siempre más relacionada con Santa María de Huerta que con Monreal.