La Herencia Del TAMBO JAZZ
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La herencia del TAMBO JAZZ Por Luis Carlos Pérez Índice Prólogo…………………………………………………………………..4 Introducción……………………………………………………………..5 Antecedentes del tambo jazz………………………………………………7 Inicios y desarrollo del tambo jazz………………….……………………..12 Evolución del jazz panameño……………………………………………18 Desarrollo del jazz actualmente en Panamá………………………………20 Análisis musicales Bases rítmicas utilizadas en el tambo jazz y jazz panameño, heredadas de África y Europa hacia Panamá, las Antillas, el Caribe y sur de Estados Unidos……………………………………………...…. 21 Análisis musical de antecedentes del tambo jazz ……………………....…… 34 Análisis musical de composiciones de tambo jazz…………………...………. 36 Conclusión …………………………………………………...………… 48 Fuentes …………………………………………………...…..………… 49 Prólogo Estudiaba mi primer año en la Facultad de Bellas Artes y por curiosidad fui al Paraninfo de la Universidad de Panamá para ver el reconocimiento que le hacían a Víctor Boa, de quien no sabía mucho en aquel momento. Entré, me senté en la tercera fila y observé a este anciano de larga barba blanca, afeitada en un candado, elegantemente vestido en un traje sastre y corbata, con un gorrito bebop, sentado al piano. El decano de Bellas Artes, en ese entonces Néstor Castillo, contaba al micrófono la trayectoria de Víctor Boa. El homenajeado tocaba el piano mientras hablaban de él, como si tocar fuera más urgente e importante que los elogios que recibía. Eso me impactó, esa necesidad de improvisar y de hacer música aún en ese momento. Ese mismo año, 1997, volví al Paraninfo para el lanzamiento del libro Expresiones musicales de Panamá, de Noel Foster, también desconocido para mí en aquel entonces. Al final de la presentación, Foster se acercó al grupo de jóvenes donde me encontraba, y nos habló de la importancia de conocer la historia de los músicos y de la música de Panamá. ¿Un sabio consejo o un presagio? Yo tenía entonces 18 años, apenas comenzaba a soñar con una vida profesional en el jazz y estaba sediento por saber más. Cuando salía del aula universitaria, seguía buscando información, consejos, clases y músicos activos en el jazz de los cuales aprender. Veintidós años después, me lanzó en esa búsqueda de la historia de la que me habló Foster, y me tropiezo con su libro como uno de los pocos registros de un género que parece olvidado, pero que aró el camino para las experimentaciones de los músicos panameños de jazz de hoy. Al preparar esta investigación, hubiese querido poder entrevistar a Víctor Boa, pionero del tambo jazz, y que me mostrará sus partituras, esas que se dan por pérdidas; y también hubiese querido conversar con Clarence Martin, sin cuyo trabajo no habría nada que contar hoy. Como en toda investigación, uno termina conociendo más de sí mismo en el camino. En el curso de esta, descubrí que el padre de mi primer profesor de música, el profesor Earl Greaves, director de la banda musical del Instituto Episcopal San Cristóbal, fue el pianista de jazz panameño Carol Greaves. Así se van hilando los cabos, pues el profesor Greaves me presentó el jazz cuando nos mostró un arreglo para banda de A Night in Tunisia. Aquel arreglo nos llamó la atención. Notamos que la partitura decía que el autor era Dizzy Gillespie y logramos conseguir un CD de él para escuchar como sonaba el jazz. En el disco, notamos que el pianista era panameño, Danilo Pérez, y decidí que lo tenía que conocer. La oportunidad se dio en el festival juvenil Jamboree, donde ciertamente escuchar las lecciones de Danilo Pérez fue la señal que marcó mi camino hacia el jazz, y un recorrido extenso de aprendizaje. He buscado los últimos vestigios, testigos y registros de una parte de la historia de la música panameña, el tambo jazz, con el afán de que no se pierda y de que la conozcan los músicos que hoy y mañana seguirán experimentando nuevas formas de fusionar su presente con su pasado, su identidad con la de otros, lo local con lo foráneo. Seguramente crearán nuevas expresiones creativas del tambo jazz o géneros totalmente diferentes que harán también parte de la historia musical de Panamá. Esta investigación se presenta en el marco de los 500 de la Ciudad de Panamá, porque la capital del país vivió grandes momentos de jazz entre 1930 y 1950, con orquestas locales tocando diariamente, con más de 20 salas dedicadas al jazz y grandes figuras internacionales, como Duke Ellington y Ella Fitzgerald, presentándose en suelo panameño. La música es la expresión de la cultura del país, sobre todo, de su gente. Por eso parte de esta fiesta de 500 años es rescatar ese primer jazz con sabor panameño y registrar su legado para que se transmita a las próximas generaciones. Introducción “Tambo jazz es la mejor manera de definir un jazz panameño”, asegura el sociólogo, educador y activista Gerardo Maloney sobre esa corriente musical que surgió a finales de los años cincuenta y a la cual se le dio nombre en la década del sesenta, y que se desarrolló entre orquestas de jazz y músicos con un bagaje musical que iba mucho más allá del jazz, pasando por el calipso, el son, la tamborera y otros ritmos. Esa amalgama musical y cultural que enriquece la música local, y el jazz en particular, es única de Panamá. Si bien iremos descubriendo similitudes de Panamá con otros centros musicales del continente americano, Panamá es peculiar porque tiene influencia musical simultánea de muchos mundos. Como en ningún otro lugar aquí llegaron ritmos antillanos, afrocubanos y del sur de Estados Unidos, aquellos que bajaban desde Nueva Orleans, y todos estos ritmos se combinaban con la africanía musical panameña. El resultado es único. Talento musical, músicos sumamente versátiles en su capacidad de ejecución, fusiones inesperadas, algunas como el tambo jazz, aún no han sido analizadas a fondo musicalmente, y un bagaje que todavía hoy está tejiendo juegos y fusiones singulares en las nuevas generaciones. A lo largo de la historia del jazz internacional, Panamá ha dado al mundo nombres que ya están escritos en los libros de historia del jazz como Luis Carl Russell y el pianista Danilo Pérez. Esta investigación se asienta sobre esta peculiaridad geográfica de Panamá que la hace única musicalmente, para adentrarse en el tambo jazz. No hay una definición común del término. Algunos consideran que es específicamente la mezcla de jazz con tamborera; para otros es la mezcla de ritmos panameños en general con el jazz, es decir, mucho más que tamborera. Los hallazgos de esta investigación demuestran que había mucho más que fusión con lo folclórico panameño en el tambo jazz. Lo cierto es que el tambo jazz es jazz panameño y registrar sus inicios y desarrollo es recoger parte de la historia del jazz de Panamá. El tambo jazz es un movimiento musical que une culturas con la fusión de elementos de la música del Caribe, las Antillas y la música popular panameña, inspirada en el folklore local, de 1950 y 1960. Este movimiento trae música y músicos a Panamá como centro de exposición cultural regional, y a la vez exporta músicos panameños a escenarios internacionales, quienes con su lenguaje musical particular contribuirán a la historia del jazz y al concepto del global jazz, es decir, al jazz como un género musical que toma elementos de todas partes del mundo. Esto último es algo muy natural para los músicos panameños que se mueven bien dentro del swing, de la música afroantillana y afrocubana, además del folklore panameño. Más allá de su riqueza musical, el tambo jazz favorece al desarrollo humano y marca sociológicamente al país, pues rompe barreras socioeconómicas, raciales y culturales en Panamá, fomentando un ambiente de creatividad, unión y búsqueda de la excelencia artística. Para el saxofonista panameño Reginald ‘Reggie’ Johnson, el tambo jazz es un estilo musical popularizado en la década de 1960 por el pianista, organista y compositor panameño Víctor ‘Boa’ McRae. Johnson, quien tocó en varias agrupaciones dirigidas por Boa, cuenta que este músico experimentaba escribiendo arreglos con frases de swing y líneas de jazz, en medio de temas de tamborito panameño. El fallecido baterista y miembro del grupo de Boa, Noel Foster, en su libro Expresiones musicales de Panamá (Editorial Universitaria, 1997), indica que el nombre “tambo jazz” proviene de la palabra “tambor”, para hacer referencia a los tambores folklóricos panameños de origen africano - el pujador, repicador y la caja-, y al género musical panameño “tamborito”. Esto unido al jazz, el género musical proveniente de Norte América. Foster, en su libro, define el “tambo jazz”, como la unificación de las melodías y ritmos folklóricos panameños con los ritmos y estructuras armónicas del jazz norteamericano. El sociólogo Gerardo Maloney, quien produjo y dirigió el documental Tambo Jazz (GECU) en 1993, explica que el tambo jazz no es una corriente musical en sí, es la definición de un jazz panameño, en donde están elementos del folklore, del Caribe, europeos y el propio jazz estadounidense. Estas fueron las diferentes definiciones que le dieron al tambo jazz músicos y conocedores del jazz que llegaron a escucharlo en vivo. El análisis de las composiciones de tambo jazz dentro de esta investigación ha encontrado los diversos estilos de este movimiento. Se encontraron composiciones con secciones en ritmo de swing, tamborera, típico, soul, calipso y/o son montuno en un mismo tema. En algunas composiciones, aparecen melodías panameñas acompañadas de diversos ritmos afrocaribeños y afro estadounidenses como el soul, swing o son. En las partituras de tambo jazz de Víctor Boa, Clarence Martin y el saxofonista Reggie Johnson aparecen indicaciones de ritmos panameños con las palabras ‘típico’, ‘tambor’ o ‘tamborito’. Por ejemplo, el tema de Víctor Boa Tambor moderno (bajo cuyo nombre él escribió en la partitura ‘tambo jazz by Víctor Boa’) lleva una melodía basada en la tamborera panameña.