"BIBLIOTECA DEL HOGAR"

Joya~ Li te17a17ias

EN VERSO

LIBKQ }'OIUUDO CON POESIAS DE LUS -'LAS H.1!;~m(BRAOUS POKTAS DE CASI TODOS LOS PAISES DKL Mt'l'fDO. A RREGJ.A.DO POR

LAZARO P A VIA

,a

MÉJICO IMPRENTA DE EDUARDO DUBLAN CALLl!JON de 57 NUM. 7. 1901 Esta obra ea propiedad del editor. Los derechos reservados. INTRODUCCION

'l11 E aqui un libro que es para nosotros el joyel de las ~{ bellezas que ha producido el alma del poeta, labo­ rador del pensamiento, artifice sublime que con el fiat de la inspiración hace del cosmos de la idea los mundos del sentimiento. Este joyel está preparado por el corazón, i por lo mis­ mo carece del valor material que dan la grandeza i la munificencia, que tanto merecen, a la vez que del cariño, las alhajas preciosas que contiene. Cada una de esas preseas ha deslumbrado á nuestra mente con el brillo fastuoso del genio, i han caldo en nuestra alma con la sonoridad ideal de perlas delicadas en la ánfora misteriosa del recuerdo. 1 recuerdos pedimos para . En el grato festin de la Naturaleza, la luz i el calor, la harmonia i la cadencia han formado ese atavio deslum­ brante, llevado por la musa cuando las recepciones de la Augusta Primavera en sus palacios floridos, guarda­ dos por el Príncipe Abril, en las soires calurosas del Es­ tío, cuando la niña amada luce sus esbelteces entre los pliegues :vaporosos de la muselina, i en las veladas de In­ vierno, cuando al amor de la chímenea hojeamos el libro favorito, o compartimos nuestras afecciones.con los seres queridos. ti INtRODUCCIÓN

A semejanza de las piedras preciosas que duermen en el engarce, allá en la obscuridad del boudoir o del dor mitorio, después de un baile en el que dieron más her­ mosura a la espiritual dama; como entre las últimas lu­ ces de la orgía palidecen con los rostros esas joyas que son la de las mujeres libertinas, así, ignoradas quizá por el tiempo i la distancia, quedarian las produc­ ciones del extro si alguien, de cuando ea cuando, no las recogiera para amenidad de la inteligencia, ilustración del pensamiento i confortabilidad del espíritu. Porque el poeta es el privilegiado que tiene en su pa­ leta todos los tonos de la creación i en su lira todos los sonidos, para hacer del verso el lienzo que impresione i el canto que conmueva. 1 nosotros venimos recogiendo esas joyas perdidas an­ tes que el olvido triunfe de ellas. Múltiples son las manifestaciones del genio, como múl, tiples las sensaciones de la vida que las inspiran; muchas de ellas están acopiadas en 'este volumen, i como un de­ ber de compiladores sinceros, vamos a descubrir al lec­ tor cuáles son las impresiones que han dejado en nues­ tro ánimo i el por qué las escogimos. No pudiendo dedicar esta labor a todas las composi­ ciones, lo haremos con las que figuran en primer tél'mi­ no, dejando que el mérito de cada una sea apreciado por el que las leyere. Nuestrajustificacióll serán las impresiones que ya nue­ vas, ya repetidas, experimente quien paladee tan delica­ dos trabajos literarios que han tenido la autorización de la prensa nacional i extranjera. ** * Aquí está el viejo romancero .... ¿no le veis? va a la Cámara o discurre con paso lento por el boulevard, con el sombrero gacho empolvado pordescllído, arrebujado en INTRODUCCIÓN t supaletó, C~lll la bufalllla que engaña e\'ítar las pulmonías i en la faz el gesto tle octogenario, pero un gesto lleno de sonrisa abnegada, de esas sonrisas que se burlan del pe­ so de los años i que dan iras á la muerte, porque la muerte quiere siempre lágrimas, Ah! va el que en la juventud fué llltll"itorio de la Di­ rección del tabaco estancado, i para que se le anticip a­ ra una cantidad con que pasa?' la Noche Buena, exten­ dió el siguiente documento i no en papel sellado:

«Para cenar i pasear, para vino i para excesos, he recibido SEIS PESOS de Don Miguel COl'tazar,»

Es quien en luchas aciagas para la patria distrajo el hambre del soldado con su ingenio i con su verba; es el salvador de la República en la personalidad del gran J uárez, haciendo terciar los fusiles en puntería centra el noble pecho del Presidente indio, al solo, al mágico ín• flujo de su acento, Es el historiador en la cátedra, qu,-"llol'aba al narrar los infortunios del suelo en que nació, Es, en lo más genuino de su carácter, el cantor de las proezas del pueblo, cl inspirado de la musa callejera, que vivirá en los tipos i en las COBtulllbl'CS que detalló en sus versos, Viejo ya, COlUO quien no teme ningún castigo para mo­ rir aislado, sin amor, porque supo inspirarlo i merecer­ lo, que amor es la patria i por ella luchó, halla poco dis­ tante del sepulcro una mujer que le sonrla en el hogar, i para conquistarla no la cngaií9., le canta AMOR DE VIE­ JO, que es: -Como una colcha que abriga el Cllf:rpo 8 INTRODUCCIÓN

sin fatigarnos en el invierno, de poco costo, de mucho peso, de color firme para el mal tiempo, asi es, muchacha, ni más ni menos, 1 as! llega a tener en sus chocheces unos ojos i un cuerpo esbelto contra toda la grita de cien mil pilluelos, i as! la gloria le dió sus dones en las postrimerias de la existencia. Merecido lo habia. ¡Ai de aquellos que por doquiera van dejando la nieve INTRODUCCIÓN 9 de los años i que ateridos bajan a la tumba sin el calor de un pecho amante! Guillermo Prieto murió dejando una viuda que le llo­ re con los parientes, con los discípulos i con la patria agradecida. El amor hace más grande su memoria.

** * El Pdncipe de las letras en América, el poeta viril que pasa sereno por entre las tempestades humanas, el que cincela el blok olímpico para modelar monumentos de arte grandiosos, Salvador Diaz Mirón, no necesita apo­ logistas. ¿Quién no ha participado de su filosofía en Los Parias i El Desertor, en Redemtio la duda i la espe­ ranza cuando exclama?:

.Llegué a desesperar .... ¿Adónde iba Por el rudo peñón cortado a tajo? ¡lIIiré al cielo i estaba mui arriba!

La cima con su vértigo me atrajo; Torné la faz a la transpuesta hondura, Vi la tierra i estaba mui abajo!

Imploré con fervor ... i me detuve Observando con pasmo que mi ruego Se condensaba al derredor en nube;

I algo como una lágrima de fuego Brilló en e~e vapor, germen de estragos,l I dijo a mi dolor convulso i ciego:

.Yo soi el numen de tus sueños vagos; Yo soi la llama de la zarza ardiente; Yo soi la estrella de los reyes magos; 10 INTRODUCCloN

y o Boi la RedenCión .• 1 eco rugiente Se levantó del valle, i parecia Como rumor de mar .. . . 1 alcé la frente 1 puse el pie en la,nube que partía.»

Todas las amarguras tienen sus consuclos, i las de Diaz Mirón lo hallaron en un romanticismo atenuado con su carácter i asi se entrega al amor sin dejarse dormir en el regazo de la mujer amada cuando la lucha le reclama; se deja llevar de su egregia musa por el campo i por los mares, sin darse a la molicie i aun alli se le ve, sin dome­ ñarse, cantar en magistrales estrofas las luchas de la na­ turaleza. Los Preludios, composición en décimas, que no desde­ ñaría en firmar Núñez de Arce, lo revela: .Los árboles al sentir la ráfaga, se doblegan, i tal parece que bregan por desprenderse i huir. Caos de plata i zafir que la vaga niebla esfuma, las olas entre la bruma hierven, se encrespan, batallan, i son volcanes que estallan en explosiones de espuma.» Tormentas en el campo i tempestades en la mar, como lasque rugen en el alma del bardo veracruzano, hecha para combatir los grandes dolores i disipar las triste­ zas. ASÍ en su corazón noble para las afecciones se al­ zan los aludes del desengaño, Sill doblegarlo; así las tor­ mentas del destino l,~ a.gitan sin hacerle perder la poten­ cia en Sil dominio. El poeta descubre en los mas delicados tonos la clari" dad fosforescente que rasga por momentos aquel cuadro: TNTRODUCCION 11

"Fulgurante culebreo que rasga el negro capuz;­ Trémula grieta de luz que simula un parpadeo; repentino centelleo que fascina i amedrenta,­ el relámpago revienta, i, a los ojos del pavor, es un gesto de furor en la faz de la tormenta:.

Tan original descripción sugestiona i encanta; se ve, se siente lo que ha visto i sentido el poeta, no con la. mi­ rada del que contempla aterrado un relámpago i con la percepción vulgar de aquella luz, sino con el don privi­ legiado del genio, del que dice: (Soi la larva que procura, en su cárcel azarosa, convertirse en mariposa i esmaltar el aura pura. Soi la linfa siempre obscura que ama el sol canicular, porque quiere arder, brotar del pantano que la estanca, transformarse en nube blanca, ser espléndida i volar.> El libro .Melancolías i Cóleras,. que e&tá para ser da­ do a la estampa, ha de traernos el recuerdo de la cárcel de Veracruz, d¡mde vimos a Diaz l\1irón enfermar del cuerpo por las pésimas condiciones higiénicas de aquel establecimiento, nunca del espíritu que, como siempre, resistió erguido aquella prueba. Melancólico sin aba­ timiento, se le vió a la puerta de la prisión, sentado en el sillón de vaqueta, dando sus quejas intimas i sin alarde 12 INTltODUCCION al hermoso cielo de su tierra, a las aves del parque, al ambiente tropical que sabe las confidencias de las olas para contarlas a los palos mulatos «i a las palmeras; co­ lérico se paseaba por "el pequeño cuarto del Alcaide, co­ mo león enjaulado, mas siempre divagando esas cóleras con sus amigos i sus libros, esperando que llegara, co­ mo llegó, el día de la vindicación. El libro en cuestión acaso sea. un desahogo; para los ad­ mira.dores de Diaz Mirón será la querella del amigo aquilatada en esa misma admiración. Reproducimos las estrofas que fueron dedicadas a Chucho Valen zuela i que dan idea de la grandiosidad del libro: .Al chorro del estanque abri la llave; pero a la pena i al furor no pude ceñir palabra consecuente i grave. Pretendo que la forma ceda i mude; i ella en mi propio gusto se precave, i en el encanto i en el brillo acude. Afeites usa i enjoyada viene...... ¡Sólo a esplender i a seducir aspira, como en la noche i en el mar Selene! ¡Es coqueta en el duelo i en la ira del supremo rubor!. ... ¡No en vano tiene! curvas i nervios de mujer la lira! ¿Qué mucho, ¡ues? A encono i a quebranto dejo el primor que les prendi por fuera; i en la. congoja. i en la saña, el canto resulte gracia irónica i artera: el iris en el glóbulo del llanto i la seda en la piel de la pantera.> ....'" De D. Justo Sierra damos la «Agonia de Cleopatra,> so- INTRODUCCION 13

neto que modela un bronce de la reina con una voluptuo­ sidad que se desprende de los lienzos i de los mármoles que inmortalizaron a la matrona. El maestro prepara la agonía en las cuartetas, i termina: -Yivh' aunque sea esclava, grita . . . . 1 a su aposento entra de pronto Octavio . . . . Con breve movimiento ella se cubre el cuerpo con la purpúre>t falda, recobra, con horrible dolor, regia postura i expira i queda rígida, pero elegante i pura. Entre sus pechos duerme ·el áspid de esmeralda> De -Los Trofeos,> tres sonetos que D. José M. de He­ radia hizo en francés, D. Justo hizo versión castellana, lográndose con tan valioso trabajo que -Los CONQUlS­ TADOREII,> «En las Montmias D.ivinas. i -Banco de Co­ ral. hagan participe del mérito de Heredia a Justo Sierra. Las huestes conquistadoras, ávidas de oro, se embar- • can en el puerto de Palos i las carabelas cruzan el mar en pos de la riqueza. D. Justo traduce as! los tercetos de aquel soneto: -De noche, mientras esperan ver épicas auroras, las olas de los trópicos fosfóreas i sonoras de mágicas visiones bordan sus sueños de oro: o ante sus carabelas yolando a las conquistas, miran del océano surgir en al~o coro, RO}¡l'e ignol'R"los cielos estrellas nunca vistas.'

La~ de .Las Illuutañas Divinas» como sIgue:

011' creeré en el aire inmaculado i puro, sonar el eco inmenso de un grito de hombre libre.>

En cuanto a '«Banco de Coral,> no resistimos al deseo de darlo aqui íntegro para que el lector vaya impresio­ nado desde la introducción respecto a tan delicado tra­ bajo. Helo aquí: .EI sol bajo del agua alumbra ¡extraña aurora! la selva de abisinios corales caprichosos, que mezcla, en los abismos de sus calientes fosos, el animal prollfero i la viviente flora. De cuanto la sal tiñe i el iodo negro dora, musgos, algas, anémonas, erizos espinosos, con la sombría púrpura de adornos suntuosos la pálida madrépora del fondo se colora. De su esmaltada escama velando el fuego puro, navega un pez enorme entre el ramaje obscuro, bajo el cristal inmóvil, del banco por la falda; pero de un golpe brusco, su aleta incandescente temblar hace en la ola azul i transparente un súbito relámpago de nácar i esmeralda .• Se ha dicho que Justo Sierra no habia querido publi­ car la anterior versión, alegando que la hizo en su ju­ ventud i temeroso que fuera criticado; pero los Redacto­ res de .La Revista Azul> la hurtaron i la dieron a luz, con lo cual nos proporcionaron el placer de hacerla figu­ rar en este libro.

** * Rubén Darío, el evolulio nista literario de la América que sin sacrificar la idea a la forma, produce estrofas ae INTRODUCCION 15 acabada estructura, hace guerra-sin cuartel a la poesia femenil i cada estancia de sus versos es un proyectil apro­ vechado para el triunfo:

_Nada más tÚste que el titán que llora, hombre-montaña encadenado a un lirio, ' que gime, fuerte, que pujando implora, victima propia en RU fatal martirio,'

I así aconseja cómo ha de ser el poeta de la época.

-Bravo soldado con su casco de 01'0 lance el dardo que quema i que desgarra, que embista rudo como embiste el toro, que clave firme como el león, la garra.

Cante valiente i al cantar trabaje, que ofrezca robles si se juzga monte; que su idea en el mal rompa i desgaje como en la selva virgen el bisonte.>

1 sin embargo, ese gladiadol' deja la clava i le ofrece a un niño un juguetito literario que es una filigrana:

«Un verso nuevo i gentil I metálico i sonoro: Un precioso anillo moro QU,e puliera el esmeril; Una rosa, del abril Que dentro el pecho atesoro: Una perla en concha de 01'0 Llena de aroma sutil; Pues que tu lengua interpreto Idioma de luz i miel, Te daria, niño inquieto: 0, envuelto en esto papel, 16 INTRODUCCION

Un diamante hecho soneto Para que juegues con él..

De seguro que como los juegos de los niños, el soneto dejará muci).os sueños deliciosos en la mente de la niña obsequiada.

:;* :le .

Decir algo del· Cantol' del Hogar, es repetir lo que ya se ha dicho de él, no tan sólo en su patria, sino allende los mares, donde ha cincelado en diferentes idiomas aquel legado de sus hijos que le inspiraran en la infancia las ternezas paternales, de las que Peza ha dado edificante ejemplo, Margot fué siempre su predilecta, quién lo duda, i cree­ mos, pOI' lo mismo, halagarle si reproducimos, entre otras de sus composiciones, la que le dedicó en su pri­ mera comunión, Cada estrofa anuncia un jirón de sen­ timiento a nuestra alma. Diéramos gustosos todos los que pudiel'an prenderse en esos versos; pero a no poder hacerlo por el corto espacio de que disponemos, lo hare­ mos con algunas de las estancias:

<¡Oh dichosa Margot! luz i consuelo De mi alma enferma, triste i dolorida; Hoi vas a recibir el pan del cielo, El pan de la verdad i de la vida.

Alma limpia de culpas i pesares; Blanca flor de candor i de inocencia, Te coronas la frente de azahares Porque es blanca cual ellas tu conciencia.'

¡Consuelo grande es en los contratiempos de la vida tener una hija tan buena! INTRODUCCION

Ese amor da abnegación i alienta en la jornada de la vida. Por eso el padre de Margot cuando la vió comulgar I:ayó de rodillas i oró, oró a pesar de sus dudas:

~I a mi tornas los ojos i yo siento, Viendo en ellos dos gotas de rocio, Que en tan hermoso i celestial momento Me dices: 'Por ti imploro, padre mio.>

1 ál comprenderlo me conmuevo tanto Que en medio de mi duda negra i frIa, Te respondo en silencio con mi llanto, 1 me arrodillo, i rezo, Margot mia.»

¿Qué unción suprema no experimentarla el poeta vien­ do velado de blanco el rostro de la niña, nimbado con la luz de I(,)s cirios i las nubes del incienso, como él sabe describirlo, sobre todo en el momento en que el sacerdo­ te lleva a sus labios puros la hostia eucaristica? Con· razón desborda su inspiración i exclama para ter _ minar aquel recuerdo santo:

,El órgano i las voces se callaron, 1 del sol matinal a los reflejos Por el azul espacio se elevaron Los alados cantores a lo Irjos.

Quedó solo el altar i jJ{ar.qot vino A verme, i me halló alegre i satisfecho, 1 vi en su rostro el resplandor divino Deun ser que abriga a Dios dentro del pecho. Me besó con unción tan casta i pura 18 INTRODUCCION

Que me llenó de paz, de fe, de calma; ¡As! deben buscarse allá en la ~ltura Los que ya viven del amor del alma.>

Desde aquella primera comunión han pasado los años; el cantor del hogar se ha cubierto de nueva gloria, pero el santuario de sus hijos ha cambiado mucho. El hubie­ ra querido, de fijo, hacer imperecederos los dias de aque­ lla infancia que tan gratos fueron a su musa; pero, ¿quién detiene la marcha del tiempo que todo se lleva? Sólo el recuerdo, ese compañero fiel del alma, estará siempre con Juan de Dios Peza para consolarlo de SUR penas. AMOR DE VIEJO

Como una colcha que abriga el cuerpo sin fatigarnos en el invierno, de poco costo, de mucho peso, de color firme para el mal tiempo, asi es, muchacha, ni más ni menos, · eso que llaman amor de viejo.> Como una copa de Jerez seco que se nos brinda tras el puchero, i .eritona briosa mentes i nervios i nos dispone grata al contento, sin aturdirnos ni enloquecernos, i que mil Y8CeS 20 JOYAS LITERARIAS

ordena un médico que siempre busca sanos efectos, asi es, .muchacha, ni más ni menos, ceso que llaman amor de viejo.> Como butaca de holgado asiento donde se tiende cómodo el cuerpo, ·i en que mecidos . con vaivén lento nos entregamos a dulces sueños, medio en letargo, medio despiertos, viendo a la tierra, siempre apacibles, siempre contentos, asi es, muchacha, ni más ni menos, ceso que llaman amor de viejo.> Dicen que gustan botines nuevos, mas se prefiere calzado viejo; éste fué siempre de aquel consuelo; son buenos vinos los más añejos. Rai muchas coplas, ¿cuántos Romero~? JOYAS LITERARIAS 21

Hai mil pinturas en grandes lienzos; pero el artista de genio i estro en Rafael busca vivos modelos .... El sol es chocho, ítem los cielos, la verdad tiene cielos sin cuento, i chitón, boca, porque blasfemo . . .. Mas tú que tienes tan gran talento, tan lindos ojos i erguido cuerpo, oye .... no dudes, te canto el credo; deja que griten cien mil pilluelos .... I abre, muchacha, tu ardiente pecho .a eso que llaman amor de viejo .• GUILLERMO PRIETO.

MELANCOLIAS y COLEI~AS

Al chorro del estanque abri la llave; pero a la pena i al furor no pude ceñir palabra consecuente i grave. 22 JOYAS LITERARIAS

Pretendo que la forma ceda i mude, i ella en mi propio gusto se precave, i en el encanto i en el brillo acude.

Afeites usa i enjoyada viene .... ¡Sólo a esplender i a seducir aspira, como en la noche i en el mar Selene! ¡Es coqueta en el duelo i en la ira del supremo rubor! .... ¡No en vano tiene curvas i nervios de mujer la lira!

¿Qué mucho, pues? A encono i a quebranto dl'jo el primor que les prendi por fuera; i en la conguja i en la saña, el canto resulte gracia irónica i artera: el iris en el glóbulo de llanto i la seda en la piel de la pantera. SALVADOR DÍAZ MIRÓN.

REDEMTIO

Llegué a desesperar .... ¿A dónde iba Por el rudo peñón cortado a tajo? lIIiré al cielo i estaba mui arriba!

La cima con su vértigo me atrajo, Torn~ la faz a la transpuesta hondura, Vi la tierra i estaba mui abajo!

I a la mitad de la pendiente dura Do el fragoroso alud bota o resbala, Dudé entre la vergüenza i la locura. JOYAS LITERARIAS 23

1: un gran buitre al pasar me hirió con su ala 1 oré, sabiendo que el incienso sube A excelsitudes que el condor no escala.

Imploré con fervor .... i me detuve Observando con pasmo que mi ruego Se condensaba alrededor en nube. 1 algo como una lágrima de fuego Brilló en ese vapor, germen de estragos, 1 dijo a mí dolor convulso íéiego:

«Yo soí el numen de tus sueños vagos; Yo soi la llama de la zarza ardiente; Yo soí la estrella de los reyes rnago~;

Yo soí la Redención .• 1 eco rugiente Se levantó del valle, i parecía Como rumor de mar .. . . 1 alcé la frente 1 puse el pie en la nuue que partia. SALVADOR DíAZ MIRÓN.

PRELUDIOS'.

1

Los árboles, al sentir la ráfaga, se doblegan, í tal parece que bregan por desprenderse i huir. Caos de plata i zafir que la vaga. niebla esfnrna, JOYAS lITERARIAS

las olas entre la bruma bierven, se enCI'espan, batallan, í son volcanes que estallan en explosiones de espuma,

Fulgurante culebreo que I'&sga el negro capuzi­ trémula grieta de luz que simula un parpadeo; repentino centelleo que fascina i amedrenta,­ el relámpago revienta, i, a los ojos del pavor, es un gesto de furor IIn la faz de la tormenta,

Desde el fondo del follaje, plañidera algarabía responde en la. sinfonía del viento í del oleaje, al trueno, fragor salvaje, que rueda, retumba, aterra, cual si en formidable guerra titanes de férreos bralilos¡ rompieran en mil pedazos el cielo sobre la tierra,

II

Al influjo creador, el firmamento es abismo, el planeta es cataclismo i el espíritu es dolor. En mi i a mi alrededor, palpita el astro que hiere. , ,. JOYAS LITERARIAS 26

J, voz de cisne que muere, mi acento crepuscular canta i llora, i es al par Te Deum i Miserere.

Soi la larva que procura, en su cárcel azarosa, convertirse en mariposa i esmaltar el aura pura. Soi la linfa siempre oscura que ama el sol canicular, porque quiere arder, brotar del pantano que la estanca, transformarse en nube blanca, ser espléndida i volar.

Soi la cumbre cuyo anhelo es mover un cráter roto, i, en medio de un terremoto, lanzar su erupción al cielo. Soi el aterido suelo en que el nuevo abril germina, soi la rama que se inclina, mientras un pájaro en ella mira con ansia una estrell~ i despliega el ala i trina.

III

En las garras del dolor, el hombre, que es polvo vil, se eleva .... como el reptil asido por el condor. El fuego exterminador trueca la arena en cristal, 26 JOYAS L1'fERARIAS

i, de la goma oriental, áspera i acre resina, hace la esencia divina queperfllma el ideal. El numen, vÍl·tud suprema que el mundo insulta i aclama, es una llama, i la llama resplandece, pero quema. Bajo un sublime anatema, el genio, foco i crisol, sube, .envuelto en su arrebol, hasta el zenit de la gloria, i, luminar de la historia, sufre el tormento del sol.

fleres-faros que, al lucir, tenéis por fuerza que arder, cumplir eon vuestro deber, alumbrad hasta morir. Luchad por el porvenir, alzados sobre la insidia, que no triunfa, que no lidia, ni es grande el que se levanta sin sentir bajo su planta el pedestal de la envidia. No hai en el campo una flor que, sin un huésped voraz, sea, en el aura fugaz, el aroma i el color. Agresivo mediador que ese doble halago her.hiza, el insecto se desliza .... JOYAS LITERARIAS 27

i, en su misión errabunda, devora, pero fecunda; mata, pero inmortaliza.

El iris, claro dosel, tras la borrasca violenta; después de la lid sangrienta, la corona de laurel. ¡Oh humanidad! ¡Oh Israel! El bien prometido es cieÍ·to; mas Canaan es un huerto a donde no ha de llegar quien no sepa atravesar el Mar Rojo i el desierto. SALVADOR DiAz MIRÓN.

LA AGONIA DE CLEOPATRA

Debe morir la reina, ¡Ludibrio de la plebe de Roma! Nunca. Dadle las flores misteriosas: el áspid verde esgrime su dardo entre las rosas i asciende al tibio seno .... La reina morir debe.

Muerde .... la reina sufre; en áUreo cáliz bebe vino inebriante .... En vano . . " ¡Vivir quiere, dIosas! Igneo torrente quema sus venas voluptuosas .... Nadie la escucha . . . . Brilla casta en el cielo Febe.

Vivir aunque sea esclava, grita ... , 1 a su aposento entra de pronto Octavio .. ' . Con breve movimiento ella se cubre el cuerpo con la purpúrea falda, . 28 JOYAS LITERARIAS

recobra, con hOl'l'ible dolor, regia postura, i expira i queda rlgida, pero elegante i pura. Entre sus pechos duerme el áspid de esmeralda. JUSTO SIERRA.

DE "LOS r~rROFEOS"

LOS CONQUISTADORES

.. Cual huyen los neblles de los nidos natales negros de sangre, hastiada de orgullo i de ruina, la turba de voraces a Palos se encamina i al mal', ebria de ensueños heroicos i I)rutales,

SUB naves van en busca del rei de los metales, el que en Cipango oculta maravillosa mina, hasta que sus entenas el viento alicio inclina del misterioso mundo de ocaso en los umbrales.

De noche, mientras esperan ver épicas aurol'8s, las olas de los trópicos fosfóreas i sonOraS de mágicas visiones bordan sus sueños de oro;

o ante sus carabelas volando' a las conquistas, miran del océano surgir en almo coro, sobre ignorados cielos estrellas nunca vistas.

EN LAio; MONTAÑAS DIvnlAS

¡Azules hielos, picos. de mármol gl'is, granitos, soplo del ventisquero que al pirenáico seI¡Q Jo1:'AS LITERARIAS

arranca i tuerce i quema el trigo i el centeno; selvas llenas d-e nidos i de ecos infinitos!

¡Sordas cavernas, valles que antaño los proseritos buscaban, de la regla servil rompiendo el freno, i disputando al águila i al lobo su terreno; lagos, torrentes, negros abismos, sed benditos! -- Huyendo de la ergástula i la ciudad altiva aquí el esclavo Géminus alzó un ara votiva a los sagrados montes, de libertad seguro.

Yo en -estas cimas claras, mientras mi pecho vibre, oir creeré en el aire inmaculado i puro, sonar el eco inmenso de un grito de hombre libre.

BAXCO DE COKAL

El sol bajo del agua alumbra ¡extraña aurora! la selva de abisinios corales caprichosos, que mezcla, en los abismos de sus calientes fosos, el animal prolifero i la viviente flora.

De cuanto la sal tiñe i el iodo negro dora, musgos, algas, anémonas, erizos espinosos, con la sombria púrpura de adornos suntuosos la pálida madrépora del fondo se colora.

De su esmaltad'a escama vdando el fuego puro, navega un pez enorme entre el ramaje obscuro, bajo el cristal inmóvil, del banco por la falda; pero, de un golpe brusco, su aleta incandescente temblar hace en la ola azul i transparente un súbito relámpago de nácar i esmeralda. JOSÉ MARÍA DE HEREDIA. JUSTO SIERRA, 30 JOYAS LITERARIAS

BOUQUET.

Un poeta egregio del pals de Francia que con versos áureos alabó el amor, formó un ramo aromático, lleno de elegancia en su sinfonía en blanco mayal'.

Yo por ti formara, Blanca deliciosa, el regalo lírico de un blanco bouquet, con la blanca estrella, con la blanca rosa que en los bellos parques del azul se ve.

Hoi que tu celebras tus bodas de nieve, (tus bodas de virgen con el sueño son) todas tus blancuras Primavera llueve sobre la blancura de tu corazón.

Cirios, cirios blancos; blancos, blancos lirios; cuellos de los cisne~ , margarita en flor, JOYAS LITERARIAS 31

Galas de la· espuma, ceras de los cirios i estrellas celestes tienen tu color. ·Yo al enviarte versos, de mi vida arranco la flor que te ofrezco, blanco serafln. ¡Mira cómo mancha tu corpiño blanco la más pura rosa que hai en mi jardin! RUBÉN DARlo.

LO QUE YO TE DARlA

Un cestillo de blancas azucenas donde una mano leve coloque entre harmonias i rumores roclo trasparentej un rayo misterioso de la luna empapado en el éter; un eco de las arpas que resuenan i el corazón conmueven; un beso de un querub en tus mejillas; algo apacible i leve, i escrita sobre la hoja dé albo lirio una rima deBécquer. RUBÉN DARlo. JOrAS LíTERAltlAS

UN SONETO PARA BEBE

Un verso nuevo i gentil 1 metálico i Bonoro: Un precioso anillo moro Que puliera el esmeril; Una rosa, del abril Que dentro el pecho atesoro: Una perla en concha i oro Llena de aroma sutil; Pues que tu lengua interpreto, Idioma de luz imiel, Te darla, niño inquieto: O, envuelto en este papel Un diamante hecho soneto Para que juegues con él. RUBÉN DAR10.

ESTROFAS

Nada más triste que el titán que llora hombre-montaña encadenado a un lirio, que gime, fuerte, que pujando implora, vlctima propia en su fatal martirio. Hércules loco que a los pies de Onfalia la clava. deja i elluchal' rehusa; héroe que calza femenil sandalia, yate que olvida la vibrante musa. JOYAS LITERARIAS 33

¡Quién desquijara los robustos leones, hilando esclavo con la débil rueca, sin labor, sin empuje, sin acciones, puños de fierro i aspera -muñeca! No es tal poeta para hollar alfombras por donde triunfan femeniles danzas; que vibre rayos para herir las sombras, que escriba versos que parezcan lanzas. Relampagueando la soberbia estrofa, BU surco deja de esplendente lumbre; i el pantano de escándalo i de mofa que no lo vea el águila en su cumbre. Bravo soldado con su casco de oro lance el dardo que quema i que desgarra, que embista rudo como embiste el toro, que clave firme como el león la garra. Gante valiente i al cantar trabaje, que ofrezca roble si se juzga monte; que su idea en el mal rompa i desgaje como en la selva virgen el bisonte. Que lo que diga la inspirada boca suene en el pueblo con palabra extraña; ruido de oleaje al azotar la roca, voz de caverna i soplo de montaña. Deje Sansón de Dálila. el regazo: DAlila engaña i corta los cabellos. No pierda el fuerte el í'ayo de su brazo Por ser esclavo de unos ojos bellos. RUBÉN DARtO. .34 JOYAS LITERARIAS

A RAOUL MILLE

¡Ya puedes como padre darte tOllO! Si un rei le da su trono al primer chico, Ya de tu hogar feliz hai en el trono Un principe heredero, en gracia rico. Ya para el porvenir tienes un hombre 1 hoi le dirás mirándolo en la cuna: e¡Soldado de mi amor! guarda mi nombre, Ama a tu madre i ama mi fortuna .• Capullo de tus tiernos ideales, Estás con su inocencia embebecido, 1 al calor de tus besos paternales Conversa con los ángeles dormido. ¿Ves la sonrisa que en sus labios vaga? Es que el regazo maternal lo engríe, Ya le dan cuanto busca i ya lo paga Como pagan los Angeles: sonríe. ¡Con qué placer sorprendes el hoyuelo Que agracia su mejilla i se lo tocas! 1 frente a hechizo tal rompen el vuelo La admiración i las caricias locas. cEs hermoso i robusto í bien formado;. el ya claro revela sus enojosj' el a falta de palabras se ha empeñado En decir cuanto quiere con los ojos!. e¿Pero el be·bé es de carne? no! ¡de armiño! 1 ¡qué bien nos entiende! Absorto queda. JOYAS LITERARIAS 35

J en ell'egazo de su amor el niño Duerme feliz entre plumón i seda.

Su santa madl'e i tú, con regocijo Lo miman de la noche a la mañana; jAí! a padres asf, Dios en un hijo Les da una bendición en forma humana.

¿I la tierna hermanita esta celosa Al ver un invasor en su regazo? Ese que mira tan 'poquita cosa. Nuevo galán la llevará del brazo.

Será su fuerza, su sostén, su escudo, 1 a la vez un celoso impertinente Que tendrá que mirar con ceño rudo Al primer rondador que se presente.

Tus hijos crecerán nobles i buenos En la dulce mansión que los abriga; Bésalos en mi nombre a labios llenos 1 que Dios los proteja i los bendiga. JUAN DE DIO!) PSZA.

LA BANDERA MEJICANA

Al grave redoblar de los tambores, Marcando el paso con marcial donaire, La tropa marcha, desplegando al aire La enseña nacional de tres colores. Mira, madre-prorrumpe un rapazuelo Que ciñe diez abriles por guirnalda- 36 JOYAS LITERARIAS

Una perla, un rubi i una esmeralda, ¡Qué engaste más hermoso bajo el cielo! Calla, niño, ¡no sabes lo que dices! El verde, el blanco, el rojo, se han unido Para escudar la tierra en que has nacido, Donde libres i en paz, somos felices. El verde es el laurel de la Victoria; El blanco, del honor limpia azucenaj' 1 el rojo es ¡ai! la sangre que en la arena Regó el martirio i consagró la gloria. ¡Es la bandera! mírala; confío En que al seguir su inmaculada huella Sabrás luchar i sucumbir por ella: ¡Todo tu corazón dale, hijo mio! JUAN DE DIOS PEZA.

SOLO ASI

En la tranquila noche callada, Entre los rayos de la alborada, En los matices del arrebol, En las tinieblas, en los fulgores, Entre las olas, sobre las flores, En cuanto baña la luz del sol; Tu sombra busco, tu imagen sigo, En todas partes vives conmigo, Mujer o estrella, sombra o ficciónj 1 como vivo para adorarte Fuera preciso para olvidarte Que me arrancaran. el corazón. JUAN DE DIOS PEZA. JUYAS LITERARIAS 37

EN MI BARRIO

Sobre la rota ventana antigua Con tosco alféizar, con puerta exigua, Que hacia la obscura call1'ja da, Pasmando al vulgo como estantigua Tallada en piedra, la santa está.

Borró la lluvia los mil colores, Que hubo en su manto i en su dosel; y recordando tiempos mejores, Guarda amarillas i secas flores De las yerbenas del tiempo aquel.

El polvo cubre sus aureolas, Las telarañas visten su faz, N adie a sus plantas riega amapolas, 1 ve la santa las calles solas, La casa triste, la gente en paz.

Por muchos años alli prendido, Unico adorno de tosco altar, Flota un guiñapo descolorido, Piadosa ofrenda que no ha caido De las desgracias al hondo mar.

A arrebatarlo nadie se atreve; Simbolo antiguo de gran piedad, Mira del tiempo la marcha breve, 1 cuando el aire lo empuja i mueve, Dice á los añ<;ls: pasad, pasad.

¡Pobre guiñapo que el aire enreda! 4 JOYAS LI'i'ERAÍmS

¡Qué amarga i muda lección me da! La vida pasa, i el mundo l'ueda, 1 siempre hai algo que se nos queda De tanto i tanto que se nos va,

Tras esa virgen de obscura piedra Que a nadie inspira santo fervor, Todo el pasado surge i me arredra; Escombros míos, yo soi la yedra; ¡Nidos desiertos, yo fui el amor!

Altas paredes despostilladas Cuyos sillares sin musgos vi, ¡Cuántas memorias teneis guardadas! Níveas cortinas, jaulas doradas, Tiestos azules, , " ¡no estaía aquí!

En mi azarosa vida revuelta Fui de esta casa dueño i señor; ¿Do está la ninfa, de crencha suelta, De grandes ojos, blanca i esbelta, Que fué mi encanto, mi fe, mi amor?

¡Oh mundo ingrato, cuántos re"eses En ti he sufrido! la tempestad Todos mis campos d\'jó sin mieses, , ,. La niña duerme bajo cipreses, Su sueiío al'l'ulla la eternidad.

¡Todo ha pasado! ¡Todo ha caído! Sólo en mi pecho queda la fe, Como el guiñapo descolorido Que a la escultura flota prendido .... ¡Todo se ha muerto! ¡todo 'se fué!

PenO ¡qué amarga, profunda huella JOYA S UTERARIAS 39

Llevo en mi pecho!. , " ¡Cuán triste estoi. , . , La fe radiante como una estrella, La casa alegre, la niña bella, El perro amigo, , " ¿Dónde están hoi? ¡Oh calle sola, vetusta casa! ¡Angostas puertas de aquel balcón! Si todo muere, si todo pasa, ¿Por qué esta fiebre que el pecho abrasa No ha consumido mi corazón?

Ya no bai macetas llenas de fiores Que convirtieran en un pensil Azotebuelas i corredores ... , Ya no se escucban frases de amores, Ni hai golondrinas del mes de abril,

Frente a la casa la cruz cristiana Del mismo templo donde rezó, Las mismas misas de la mañana, La misma torre con la campana Que entre mis brazos la despertó,

Vetusta casa, mansión desierta, :\Iirame sólo volviendo a ti. .. , Arrodillado beso tu puerta, Creyendo, loco, que aquella muerta Adentl'o espera pensando en mi JUAN DE Dws PEZA, 40 JOYAS LITERARIAS

:M:ARGOT

¡Oh, dichosa Margot! luz i consuelo De mi alma enferma, triste i dolorida; Hoi vas a recibir el pan del cielo; ¡El pan de la verdad i de la vida! Alma limpia de culpas i pesares; Blanca flor de candor i de inocencia; Te coronas la frente de azahares Pues es blanca cual ellos tu conciencia. Sobre tu pura inmaculada frente Albo crespón me vela tu mirada, Oual vela las estrellas en Ori811te El pálido fulgor de la alborada. 1 entre el humo que exhala el incensario, Frescas como dos rosas tus mejillas, Repasando las cuentas del rosario Ante el altar te postras de rodillas. Suena solemne el órgano sonoro Que acompaña vibrante la campana; Cantan a Dios las monjas en el coro 1 entra al templo la luz de la mañana. 1 se mezclan los cánticos süaves Al salir por la ojiva de colores, Con los cantos agrestes de las aves, 1 los sanos efluvios de las flores. Todoes luz, i esperanza i harmonía, Todo respira bienestar i calma, JOYAS LITERARIAS 401

Porque amanece en el espacio el di a, 1 en tu vida, Margot, el sol del alma. Como blancas palomas agrupadas Del blblico Jordán en las riberas, Del saclosantoaltar sobre las gradas Estás tú con tus tiernas compañeras. ¡Qué expresión en los ojos! ¡qué sonrisa Tan llena de humildad, tan pura i franca! ¡Con qué divina unción rezas la misa, 1 sientes acercarse la hostia blanca!

Es el momento celestial i ansiado; Trémula, absorta, levantando el velo, Recibes en tu boca el pan sagrado, Al Verho oculto en el ma.njar del cielo.

1 oyes en tu redor, en los jardines, En el coro, en el templo, en las alturas, Cómo cantan alados serafines El triunfo eterno de las almas puras. 1 a mí tornas tus ojos i yo siento Viendo en ellos dos gotas de rocio, Que en tan hermoso i celestial momento Me dices: «por ti imploro, paqre mio.'

1 al comprenderlo me conmuevo tanto Que en medio de mi duda negra i fria, Te respondo en silencio con mi llanto 1 me arrodillo i rezo, Margot mili.. Señor, le digo a Dios en mi plegaria, Devuelve al corazón la fe perdida; La fe que hoi es errante procelaria En las recias borrascas de mi vida. 42 • JOYAS LITERARIAS

Las playas de este mar no tienen faro; Ya zozobra la barca en que navego, 1 soi el solo i el constante amparo De tiernos seres que a tu amor entrego. Cuida al ángel que trémulo se agita Al recibirte con fervor profundo; No dejes que mi dulce Margarita Sufra lo que su padre en este mundo. Dendlcela, Señor, i oye clemente Esa plegaria en que la fe destella, Ella es pura, es feliz, es inocente 1 hoí has entrado en comunión cou ella. Lo que no sé decirte ella lo dice 1 para mi te pido lo' que ansia, Tu mano al bendecirla, me bendice 1 en este instante la plegaría es mía.'

El órgano i las voces se callaron 1 del sol matinál a los reflejos Por el azul espacio se elevaron Los alados cantares a lo lejos. Quedó sólo el altar i Margot vino A verme i me halló alegre i satisfecho; 1 vi en su rostro el resplandor divino De un ser que abriga a Dios dentro del pecho. Me besó con uución tan casta i pura Que me llenó de paz, de fe, de calma; ¡Asi deben besarse allá en la altura Los que y~ "iven del amor del alma! JUAN DE DIOS PlilZA. JOY,lS LITERARIAS 43

HIMNOS SALV AJES

En vano ocultas las sangrientas garras bajo la piel de oveja; lo que tocas lastimas o desgarras, i rojos rastros tu impaciencia deja. Antes hermoso-la melena al aire i los ojos de lumbre- me paresiste en el brutal desgaire con que hollaste a tu victima en la cumbre. f?a selva resonaba con tu acento; i ar par de tu rugido, en las trémulas ráfagas del viento, vibraba ledamente su gemido. ¡Ah! cómo hundiste la cabeza hirsuta en sus carnes abiertas!. ... Lluvia de sangre salpicó, en la ruta, la alfombra doLle de las hojas muertab! Bajo el verde toldo de los sauces, con épicos enojos, la sacudiste en tus enormes fauces, regando estremecido sus despojos. Bostezaste de hartura; i vi en tu boca del sol a los urentes rayos--en el licor que te sofoca­ una hoguera cogida con los dientes. Después, alzada la monstruosa testa desafiando todo JOYAS LITERARIAS

i echándote, a la hora de la siesta, en tu lecho triunfal de sangre i lodo.

Te arrullaban el sueño, del torrente los hórridos bramidos, i las ramas mecidas reciamente, despojándose de hojas i de nidos.

En la profunda soledad ignota, en tu sangrienta charca, eras la bella i triunfadora nota; de las selvas el único monarca ....

Vuelve, vuelve a tu bosque solitario; que no es gentileza en tu robusta mano el incensario, ni en tu carácter firme la vileza. León naciste en guájara sombría; allá busca tu imperio i serAs como el sol en pleno día .... la voz del huracán es tu salterio.

Deja la estrofa desmayada i flébil que hoi al éxito entonas, al cortesano adulador i débil, ajeno a luchas, triunfos i coronas. No te deshont'es más con torpe anhelo bajo la piel de oveja; levanta tus rugidos hasta el cielo, al viento libre la melena deja. Sólo eres bello al esgrimir las garras i hechos lumbre los ojos; sólo eres bello asi, cuando desganas i riegas palpitantes los despojos ... . JOYA.S LITERARIAS 45

Ve; que te aguarda en la feral caverna que el bejucal encubre la hembra bronca, la salvaje tierna que el celo agita al comenzar octubre.

Desentume tus musculos de acero, con ronca voz te llama el árbol que se rompe al soplo entero de la deshecha tempestad que brama.

Emprende hacia las se¡vas el camino; ya se esparcen las hojas .... i las bellotas del vetusto encino; i las fl'Utillas del madroño, rojas ....

Irguese el pino pensativo i grave' que asombra la montaña; empieza el viaje presurosa el ave; el pastor abandona la cabaña:

Va en bnsca de las abras escondidas huyendo de la nieve que avanza por las cumbres ateridas, cubriendo el suelo con su copo leve. Se escucha de las águilas el grito; en sus rápidos vuelos, se lanzan como en pos del infinito, al limite brumoso de los' cielos. Cruza, a las veces, timido venado la senda abandonada, poco a !'loco, avisor, i adelantado al ruidoso tropel de la manada. Cualquier rumor insólito le asusta, i emprende la huida JOYAS LITERARIAS como hostigado por mordente fusta, como flecha del arco desprendida. Del ancho arroyo por el cauce seco muge el toro salvaje con recia voz que le devuelve el eco: mezcla extraña de amor i de coraje. Es un himno de notas misteriosas en la quietud del monte, la existencia secreta de las cosas a la luz espectral del horizonte. Muere el sol en un vórtice de fllego; i al ver aquella pira alza Naturaleza en son de ruego los más hondos sonidos de su lira. Suena gárrulo el vicnto en la espesura, i del verde oleaje del negro robledal, vuelve a la altura i deshace en los cielos el celaje. Asciende un vaho, refre.scante ¡vivo, de la yerbosa alfombra; es un espasmo el beso fugitivo de la luz moribunda i de la somhra. Se enruborece el último reflejo en la efímera nube .. . . Del recogido ánimo perplejo a Dios, vibrante la plegaria, sube. La noche surge, envuelta en sus creSpOll€S, de la barranca umbría, i flotan en las cimas los jirones de la deshecha clámide del día .. . . JOYAS LITERAR1AS 47

La bondad es el germen de las cosas; el cielo centellea cuajado de astros. blancas mariposas que vuelan en la luz que parpadea . . .. La ciencia crece. pero el bien naufraga .... Vuelve. vuelve a tu bosque solitario. ¡Oh, rei de las inmensas soledades! que en su misterio, cuando el sol se apaga, la tierra se convierte en incensario de un dios que no conocen las ciudades! JESÚlj E. VALENZUELA.

UROR

Desde un peñon que coronó de liquen la mano de la Flora del Ajusco contemplo el Sol, agonizante rojo, morir entre las ondas de su sangre. Profundo es el silencio en la montaña; bajo los cedros el fulgor se cierne, manchando a trechos el tapiz de yerba; allÁ en e1 fondo, láminas de oro, han lanzado los lagos sus relámpagos. i la luz vacilante en los celajes fugitivos ql\e cubren con sus tules las blancas cimas, rómpese en matic<:ls. Entreabre su párpado de plata Vésper, i el arco de· la luna treme en el cristal del aire. ¡Ah! No toda la luz se ha ido. En espectral reflejo fosfol'ece la atmósfera del Valle 48 JOYAS LITERARIAS

cual sí brotara en repentiua magia del centro de las cosas, i la Noche avanza i tiende trémula los brazos. Oh! Sombras que han surgido de la efimera ilusión de las nupcias imposibles ¿quiénes sois? ¿qué quereis? ... Sobre la margen del torrente se os mira desplomadas en un abrazo inmenso de deseo, retorciendo los tallos de los Iiríos. ¿Hai ansia aún en vuestro pecho, roto por todos los desastres de la vida, de perdurar sobre la tierra, abierta por surco extraño que se nutre i vive con la sangre servil de vuestros cuerpos? ¡Qué! ¿Saben todavía esos vencidos suspirar i besar? ¡Oh! viles, viles criaturas sin patria i sin refugio, amasando la carne necesaria -esclava vil-a las enormes fauces de la Opresión .. . . La Noche entre su seno ¡ay! parece no obstante-los suspiros, los besos i las lágrimas de gozo, recoger de esos lúbricos ilotas unidos en un solo ser, en una bestia de Apocalipsis de los sexos .... 1 ríe la corriente entre las guijas, i empieza a murmurar la fronda, i suena el arrullo en los nidos, i los astros se abren como pétalos de mistico azahar sobre el lecho de la margen de tallos rotos i estrujadas flores; i en un instante, hasta mis ojos brillan cnallos de un fauno en la espesura grata. Oh, Dios! 1 tú nos ves .... i tú nos juzgas. Todos éramos cómplices .... Entera .JOYAS LITERARTAS 49

la gran Naturaleza, de mi e~piritu; los indios, de las flores i los astros; las brisas, del torrente i de los nidos; el crepúsculo largo i persistente, del afán de vivir i prolongarse en el Espacio i en el Tiempo; i todo víctima de la Lei que tú nos diste cuando animaste en el Edén el lodo _de la reproducción, eterna i triste.

JESÚS E. VALENZUELA.

NIOBE

Es una tragedia-perdida-de Eskylo: En el campo yermo, triste i solitario, ha vaciado su arco rudo, Sagitario; i Niobe procura postrím.el' asilo sentada en la tumba de sus hijos mncrt0s, callada, la testa por un velo oculta a los horizontes mui largos i abiertos, donde el Sol sus rayos trémulos sepulta. Sobre aquel sepulcro, trágica, callada, en los vespertinos fulgores indertos, la madre está sola, mui sola, sentada, empollando ¡oh dioses! a sus hijos muertos!

JERÚS E. VALENZUEI,A.

5 50 JOYAS LiTERARÚ.S

EL ANGELUS El ángel del Señor anunció, Maria ...•

Cuando en torno miró, ya estaba sola; en su doliente pecho como una inmensa ola alzáronse la pena i el despecho; llevó las manos a los negros ojos, sacudió con dolor la blanca frente; en tanto que en el término del día naufragaba la luz, entre los rojos océanos de fuego de Occidente. Las lágrimas amargas que vertía, los suspiros que a veces exhalaba en su seno la tarde recogía. Era la hora del misterio hondo, la claridad colgaba aún en sus picachos los crespone$j i del obscuro fondo la onda de la noche se elevaba al toque sacrosallto de Oraciones. -El Angel del Señor> .... entre sus labios murmuró la plegaria, huyendo luego •..... No pudo levantar el dulce ruego, sintió en la.beca todos los resabios de la boca de él, boca de fuego. jEra una niña tan sencilla i pura! jsiemp re le vió con tanta confianza! Surgió como una hostia en lontananza la luna deslumbrante de blancura. JOYAS LITERARIAS 51

Lo recordaba .... ni¡¡os, persiguieron, ¡aH símbolo quizás de su esperanza, la misma mariposa en la espesura; juntos lloraron, juntos sonrieron al través de sus lágrimas, rocio que bañaba el jazmín de sus mejillas al tornar regocijo los enojos, no hubo entre ellos jamás tuyo ni mío; del torrente en las ásperas orillas la coronó una vez de lirios rojos. ¡Cuánta inocencia la niña encierra! ¡~ué diáfanos i puros sus anhelos, sobre la verde. alfombra de la tierra, bajo el toldo esplendente de los cielos! .Anunció a Maria •.... i ya no pudo seguir porque aquel beso le sellaba el capullo de lirio de la boca, i puesta de rodillas sollozaba. Creyó mirar en apartada roca la sombra de su madre a la indecisa luz moribunda que el espacio irisa, pero se desvanece si la invocll. ¿Iba a volverse loca? .... ¡Mamá! ¡Mamá!' clamó. De la campana repetia el acento entre los montes. • Llena eres de gracia.> Alzóse ufana i miró los inmensos horizontes.

Vórtice de 01'0 la fulgente grana hablase tornado en el Oeste franjeado por ráfagas de plomo; lenta .palidecía el áurea veste de la luz espectral en las alturas; i volvió a la ol'ación la niña, como el náufrago se ase entre las olas 52 JOYAS LITERARIAS

al lei'ío que se ofrece en las llanuras del mar, con Dios i con la muerte a solas,

.Ave .... Ave, ~raría, 11 ena eres de gracia,> repetía. • EI Señor es contigo,> la campana dijo con voz solemne a sus oídos.

Ella cayó de hinojos entre las sombras de la noche arcana, comprimiendo del pecho los latidos, llenos de luz i lágrimas los oj OSi sin duda iba a venir por la mañana! Era ,huérfana i pobre . ... estaba sola, él era bueno, amábale por eso; i estalló por sus labios una ola que le quemó .la boca; era aquel beso. Pero sintió el placer de los placeres serpear PQr sus venas, al escuchar como rumor, apenas, -Bendita tú entre todas las mujeres.>

-Bendito el fruto de tu v ient~e> .... Un grito se escapó de su boca contraida. Una estrella radió en el infinito; al mirarla cayó desvanecida . .. . í piensa que la noche tiene garras, que una boca se pega con la suya, oye chocar salvajes cimitarras i que clama una voz: Tómala, es tuya!

Cuando ella volvió en sí, miró hacia'arriba i contemplando del Amor la estrella, sintió que' su alma virginal se iba, i que el alma de madre entraba en ella. JOYAS LITERARrAS 53

r pue~ta en pie, de e~paldas al pa~ado, roto de su pureza el blanco broche, alzó la frente con dolor callado; i silenciosa i triste, pero erguida, como el mundo en ,las sombras de la noche, rH~llt~tró en las tinieblas de la vida.

JESÚS E. VALENZlTEI.A.

A TI.

Lloras en tu dolor i yo me río i no quieres unir, como yo anhelo, bajo el mismo crespón, el mismo duelo .. .. que es el tuyo de amor, de amor el mio. Me consideras vanidoso i frio. Tú alzas en tu dolor la vista al cielo; mientras la bajo yo mirando al cielo .... i asi vamos los dos por el vacio. r no obstante; debieras, en la obscura soledad en que estamos, con mi risa confundir cariñosa tu amargura en un impulso genel;oso i santo: que hai más desesperanza en mi sonrisa que en el raudal inmenso de tu llanto.

JESÚS E. VALENZUELA. JOYAS LITERARIAS

SALAM11BÓ.

¿Qlle nos separa, dices, un abismo? ¿Que es imposible nada entre 103 dos? ¡Ah! no hai abismos cuando se ama tanto! ¡Para volar tiene alas el Amor! Yo he leido contigo aquella escena deJa trágica i dulce Salammbó, en que a Matho se entrega tremulante, en cuerpo i alma como al mismo Dios, AIIi el manto de Tánit es la dicha porque es malla tejida pOl' Amor, , , , Matho es feliz i Salammbó dichosa, ¿por qué huyes de Matho, Salammbó? Las estrellas miraron desde el cielo por la entreabierta tienda aquella unión • e iluminaron la cadena de 01'0 rota entre la penumbra por los dos, , , , En medio del ejército enemigo de la torva Cartago levantó un himno epitalámico la vida; para Hamllcltr, de triunfo i de dolor, Del lJárbal'o i la mistica doncella el manto de la diosa recogió suspiros de placer i de esperanza, bajo el hálito ardiente de Moloch, 1 el guerrero genial la vez postrera, dell'eposo sintiéndose el calor, descansó sobre el seno de diamante de la trágica i dulce Salammbó, Ella coge el pllñal paril infeJ'il'le, JOYAS LITERARIAS 55 nueva Judith, el golpe con valor; pero, al moverse el héroe, la cuchilla de sus trémulas manos se escapó, En sus venas corda intenso fllego i l"ibraban sus nervios, dulce són pl'oduciendo en el alma enamorada, nueva lira que el bárbaro pulsó . .. . La fuga, entre las llamas del incendi(l, de la púnica errante del amor; i Matho, sin el manto i sin su amada, cual la cadena roto el corazón. En los horrores de la roja sombra, de la matanza al hórrido clamor, como el guerrero con fragor de bronce so bre sus armas lánguidas cayó .. : . 1 la brisa, en la tienda, enloquecida al girar, repitiendo en derredor, con un eco de fúnebre rep,roche, ¿por qué huyes de Matho, Salammbó? Luego la muerte trágica de ambos . . , . ¡Ai! todo te leí con emoción que temblaba en mi voz entrecortada por suspiros i lágrimas de amor .... Tú me miraste con los ojos fijos, por ellos se asomó tu cOl'azón, i Jos mios clamaron, anhelantes, ¿Por qué huyes de Matho, Salammbó?

JESÚS E. VALENZCELA. 56 JUYAS LITERARIAS

~ TRIPTIOO

1 Dijo el bufón: .Señor,:de tu armadura Despójate al tornar de la cruzada, Mas no busque tu frente fatigada De BU pálido seno la blandura;> .Teme al vino que en copa cincelada Ella brinda a tu sed; teme a la impma 1 a ese fulgor de su pupila obscura Que parece en amores anegada! • • Orlana te odia! Fementida Cae en tus brazos a tu amo\' ajena 1 la traición bajo su pecho anilla .. . .• Calla el bufón i en él silen'cio suena Triste como una eterna despedida La serenata de ternura llena .. . .

1I

La panoplia en la sombra centellea 1 erizada de aceros vengadores Se ofrece del feudal a los furores Para que el crimen castigado sea! Clara noche nupcial! Noche de amores! Eros enciende luminosa tea; Mas la desgracia surge i aletea Nublando tus I'strellas i tus flores .... ! JuYAS L1TI!:RARIAS 57

Brílla el puñal que la tiniebla ignota Con relámpago vivo desbarata .... Un ¡ai! de muerte en el silencio brota 1 de la luna entre el fulgor de plata Deja escapar también su última nota De angustia i de pasión la serenata .... III Empapa su gloriosa cabellera En el fulgor lunar la castellana 1 en el mármol de gótica ventana Llena de angustia i de pavor espera. Tiembla i presiente la desgracia arcana Cuando escucha a sus pies, en la pradera, De su lebrel la queja lastimera, Triste i profunda como queja humana ... . Sobre un charco de sangl'e que fulgura, De su lebrel el pavoroso aullido Vibra de horror entre la noche obscura. 1 cree la castellana, en su locura, Oir al desplomarse sin sentido La serenata llena de ternura . . .. ! JosÉ JUAN TABLADA.

A DIOS A BOHE~IIA cAu paya de l'amour"mi­ scrable et splcndlde .•

La negra gitana, la maga sombrla, Polvoso i ajado su manto real, 58 JOYAS LITRRARrAS

Cuando yo dejaba la ergástula impia Agresiva i hosca se alzó en el umbral.

Era una paloma i era una pantera, Miraba mi huida con negro furor, I al par que briJIaba su pupila fiera Temblaba en sus labios un beso de amor. Mientras que a lo lejos Bruma.rio leñaba Para las veladas de un Invierno atroz, Me habló del pasado; i a la vez cantaba La pasión, i el odio rugia en su voz. Me habló del pasado, del sol que moria Cuando al vernos juntos, con ritmo triunfal, Cantaron al paso de tanta alegria Los genios del bosque su marcha nupcial; La góndola negra i el lago de plata Por donde cruzamos temblando de amor, Dejando las notas de la serenata, Dejando una estela de lirios en flor; Las pálidas albas, tras de los excesos Profundos i ardientes, cuando la senti Deshojando flores i sembrando besos Sobre de mi rostro, llegar hasta mi .... ; Todos los amores, todas las venturas, Con honda nostalgia su canto evocó!. ... Mas cual los cipreses de las sepulturas Sobre aquel pasado mi olvido se alzó. Sobre el cielo rosa del áureo paisaje Levantó su cono sombrIo i fatal I no conmovieron su duro follaje Las ondas de aquella brisa musical. JOYAS LITERARIAS

Quiso ellaabrazarmc i esquivé su halag"; Quiso detenerme, más le dije: atrás! Senti en el doliente crepúsculo vago Su triste partida; i no la vi más ....

¡Tanhauser despierta! la impura montaña De Venus, no arroja sus sombras en él, Un nimbo glorioso lo cerca i lo baña 1 brota en sus sienes un verde laurel.

¡Boaemia! ya dejo tus sitios fatales; Ya no soi un siervo; soi un paladin . ... ! Ya tiende a lo lejos sus domos triunfales 1 eleva las torres de sus catedrales Mi Ensueño en las sombras del negro confin .

•JOSÉ JUAN TAnLADA.

BALADA DE LOS OJOS

En el minueto, entre las blondas Miré lucir tu talón rojo .. .. Ah! la sonata de Scarlatti Que celebró tus dulces ojos! 60 JOYAS LtTERARTAS

Un pabellón allá en Versalles 1 en el marfil del clavicordio, Tú, con rondós i madrigales, Rimando el dúo de tus ojos! Allá en el Parque de los CiervM De egregios árboles sonoros Brillando una alba entre tus labios 1 un sol poniente entre tus ojos .... Grana i marfil en tu sonrisa, En tu abanico nácar i oro, Satin i encajes en tus batas, 1 astros i sombras en tus ojos .... Watteau, Boucher, Fragonard, Grellzr, Con su pincel galante todos, Copiaron rosas en tus risas 1 azules lirios en tus ojos! La Pompadour te dió sus trajes, Lenotre las fuentes i los kioskos Del parque obscuro en que lucieron Como luciérnagas tus ojos . . .. ¡Ah, la marmórea lechería, 1 los boscajes penumbrosos, 1 aquella noche en que postrado Miré los astros en tus ojos .... ! Desalterando mis amores Bebí con besos silenciosos, Zumo de guindas en tus labios .. . . Gotas de luna entre tus ojos ... . ,. '". Luego la roja guillotina Sobre tu cuello i el tesoro JOYAS LITERARIAS 61

De tu albo seno ensangrentado, I el velo turbio de tus ojosl Luego Sansón crispó su mano Sobre tus blondos rizos de oro I tus dos párpados cayeron Como el sudario de tus ojos!

ENVío.

Blanca princesa, azul pastora! Nuestros amores suntüosos En el Trianón de los recuerdos, En el Versalles misterioso, No han muerto aún; aunque tu cuello Corte el verdugo i alce torvo Sobre el azul, como un trofeo, Tu testa real de nieve i oro .... Pues sobre el hacha i el cadalso, Sobre la muerte i sobre el rojo Sangriento abismo en que caíste, Brilla la gloria de tus ojos!

JOSÉ JUAN TABLADA.

PLENILUNIO EROTICO

Como deja el Sahib a la Odalisca Después de haberla amado­ Inerte i sin color en los divanes Del sombrfo serrallo- Aquel sol de las tardes estivales, 6 62 JOYAS LITERARIAS

En que envuelve en el 01'0 de sus rayos A la flor i a la virgen, el que besa El seno i el nectario, 1 llega a Ía penumbra de los parques Como furtivo Sátiro Para besar la desnudez ollmpica De las diosas de mármol; Aquel sol de las tardes del estio De sus caricias de mujer cansado Dejó a la Luna, pálida i tendida En el lecho de sombras del espacio ..... De la vencida Luna La noche es el boudoir capitoneadoj Cuelgan los terciopelos de la sombra Profundos i enlutados, 1 mientras van cayendo las estrellas Como lluvia de flores en el tálamo La Luna exhala tibios i calientes Perfumes de mujer en el espacio. Después ..... -¡Amada mia, No interrumpas las notas de mi canto 1 deja que te cuenten mis estrofas Las magnificas nupcias de los astros .... ! ¡Oh Amada! musa de pasión! los versos Desmayan cn tu trémulo regazo, Deshojadas están las margaritas 1 se inclinan los lirios en sus tallos ..... Deja que caiga el polen de mis besos En las húmedas rosas de tus labios! Desmaya soñolienta la pupila De la luz en el globo de alabastro, Se avivan los aromas de tu cuerpo En el ambiente cálido .....• Tú tienes la beiIeza de la Luna JOYAS LITETARIAS 63

1 yo el fuego del Sol ... . Tras de mi canto Quiero verte rendida i desmayada En tu lecho de negro palisandro, Como el sol de las tardes estivales De áureas caricia3 i de besos cálidos, Dejó a la blanca Luna En el lecho de sombras del espacio!

JOSE JUAN TABLADA,

LAS MONTAÑAS ÉPICAS

1

Cuando clarea, o ya cuando atardece, se destacan informes a lo lejos como una sombra azul, que a los reflejos del crepúsculo gris se desvanece.

Mas su contorno gigantesco crece festonado por árboles añejos que se erizan cual ásperos cadejos, cuando el día triunfante resplandece.

1 en la noche, los áridos peñones, las vértebras enormes del coloso, sus empinados riscos i cl'estones,

semejan, en bosquejo tremebundo, el esqueleto rígido i monstruoso de un muerto sol, o de un podrido mundo. 64 JOY 4S LITERARIAS

11

Contempladas de cerca, repentino asombro se apodera de la mente i en los nervios i músculos se siente circular el pavor de lo divino.

Ni el blando helecho ni el robusto encino predominan en la áspera vertiente, ni fulgura en las cumbres castamente la blanca nieve del paisaje andino.

Sus arrugas de piedra, sus picachos donde el hierro incrustóse en rojas vetas i plantó el jaramago sus penachos,

aparecen cual hachas formidables, titánicos puñales i saetas, lanzas ingentes i ciclópeos sables.

III

¿Por qué muestra tan épica figura esa enorme cadena de montañas? , , , , Sus formas terrorfficas i extrañas sólo Dios modeló, no la ventura.

Bajo su prodigiosa arquitectul'a se guarecen palacios i cabañas, fructifican los tl'Ígos i las cañas i el abundoso manantial murmura.

1 allá, sobre las cumbres de granito, las águiJas indianas siempre alertas, bajo el dosel azul del infinito, JOYAS LITERARIAS 65

guardando están de nue&'I;ro honor las puertas, al ultraje cerradas i al delito, • la esperanza i al amor abiertas.

MANUlDL Josm OTHÓN.

LA MUSA

Yo la flauta de Pan en la espesura de la selva encontré. Donéla al griego cantor de Dafnis, que al ferviente ruego de Virgilio, cedióla con premura.

La heredó Garcilaso, i de su obscura mansión Chénier la arrebató, mas luego tinta en sangre fué a hundirse en el sosiego perdurable de horrenda sepultura.

¿Cómo pudiste tú, con fe serena, arrancarla de allí? ... Mas fuera agravio hoi el almo trinar de Filomena.

¡Castiga al mundo decadente i sabio! anda, pastor .. " devuélveme la avena melificada por tu dulce labio.

MANUE[. JosÉ OTHÓN. 66 JOYASLITERAIÚAS

PAGANAS.

1

PULCRERRIMA DEA Del mar de Chipre en la risueña oriIIa, blonda, al través de la rosada bruma, aparece flotando entre la espuma de Citeres la virgen sin IJ.lancílla. Es blanca la color de su mejilla, como del cisne de Estrimón la pluma, tiene el fulgor de la belleza suma i de las gracias la expresión sencilla. Estático el Olimpo adora en ella i se siente feliz. De polo a polo un himno Pan enamorado entona. Toca en la playa la gentil doncella, i a su palacio de marfil Apolo la lleva j ciñe su imperial corona.

JI

A UN TRADUCTOR DE HORACIO. Ya de Gliceris la mirada ardiente, -de las blondas pestañas bajo el manto, hizo latir tu corazón, i en tanto probaste el agua en la Castalia fuente. Viste bañarse en la húmeda corriente faunos i ninfas con divino encanto, i en el triclinio resonó tu can 'o, coronada de pámpanos la frente. JOYAS LITERARIAS 67

Al acre jugo de las vidas nuevas en ánfora pagana mezcla ahora sangre de Pau i leche de Afrodita .... ¡Verás qnú versos en el canto elevas, pues ya bu tu flauta rústica i SOllora la divina Alma Génitrix palpita.

MANUEL JOSÉ OTHÓN.

HIMNO DE LOS BOSQUES

1 En este sosegado apartamiento, Lejos de cortesanas ambiciones, Libre curso dejando al pensamiento, Quiero escuchar suspiros i canciones. ¡El himno de los bosques! Lo acompaña Con su apacible susurrar el viento, El coro de las aves con su acento, Con su rumor eterno la montaña. El torrente caudal se precipita Al hondo cauce, con fLlrol' azota Las piedras de su lecho, i la infinita, La estrofa ardiente de su seno brota. ¡Del gigante salterio en cada nota El salmo inmenso del amor palpita!

JI Huyendo por la selva presurosos Se pierden de la noche los rumores. 6S JOYAS LlTER!RlAo

Los mochuelos a ¡;u antro van medrosos A esconderse, i exhalan los alcor es Sus primeros alientos deleitosos. Abandona mis párpados el sueño, La llanura despierta alborozada; Oon su semblante pálido i risueño La vino a despertar la madrugada. Del Oriente los blancos resplandores A aparecer comienzan. La cañada Suspira vagamente; el sauce llora Oabe la fresca orilla del riachuelo, 1 la alondra gentil levanta al cielo Un preludio del himno de la aurora. La bandada de pájaros canora Sus trinos une al murmurar del río. Gime el follaje temblador; colora La luz los campos, la8 montañas dora 1 a los lejos blanquea el ca!¡erío. 1 va creciendo el resplandor í crece El concierto a la' vez. Ya los rumores 1 1011 rayos de luz hinchan el viento, Hacen temblar el éter, í parece Que en explosión de notas í colores Va a inundar a la tierra el firmamento.

III

Allá tras las montañas orientales, Surge de pronto el sol, como una roja Llamarada de incendios colosales, 1 sobre los abruptos peñascales Ríos de lava íncandescente arroja. Entonces de los Ilancos de la sierra Bañada en luz, del robledal obscuro, JOYAS LITERARIAS 69

Del espantoso acantilado muro Que el paso estrecho a la hondonada ciel'l'a; De los profundos valles, de los lagos Azules i lejanos 'que se mecen Blandamente del aura a los halagos, 1 de los matorrales que estremecen Los vientos , ... dé las flores, de los nidos, De todo lo que tiembla o lo que canta, Una voz poderosa se levanta De arpegios i sollozos i gemidos. Bala el ganado que a los pastos llevan Silbando los pastores. Mansamente Pasan los bueyes i mugiendo abrevan En las Ifmpidas ondas de la fuente. Bajo el espeso bosque de rafces Que el tronco de las ceibas ha formado, Grita el papán i se oye en el sembrado El triste cuchichear de las perdices. Mezcla aquí sus ruidos i sus sones Todo lo que voz tiene; la corteza Que hincha la sabia ya, crepitaciones, Su rumor misterioso la maleza 1 ei clarín de la selva sus canciones. 1 a lo lejos, mui lejos, cuando el viento Que los maizales apacible orea Sopla del Septentrión, se oye el acento 1 algazara que, locas de contento, Arrojan las campanas de la aldea ... . Es que también se alegra i alboroza El viejo campanario. La mañana Con húmedas caricias lo remoza; Sostiene con amOl' la cruz cristianll. Sobre la humilde cúpula; su velo Para cubrirlo tienden las neblinas Como cendales que le presta el cielo, 10 JOYAS LITERARIAS

1 en ·torno de la cruz las golondrinas Cantan, girando en caprichoso vuelo. IV Oigo pasar bajo las frescas chaclts Que del sol templan los ardientes rayos, En bandadas los verdes guacamayos, Dispersas i en desorden las urracas. Va creciendo el calor. Comienza el viento Las alas a plegar. Entre la fronda, Lanzando triste i gemidor acento, La solitaria tórtola aletea, Suspenden los saúces su lamento; Calla la voz de la caíiada honda, 1 un vago i postrer hálito menea Las ámeas puntas de la espiga blonda. Entonces otros múltiples rumores Como un enjambre zumban a mi oido; El chupamirto vuela entre las flores; Sobre las ondas de cristal fuudido Cae el escarabajo de colores; }Iientras que la libélula temblando Va sobre los cristales bumdores Sus alas sutilisimas vibrando. El limpio manantial gorgoritea Bajo el pefiasco gris que le sombrea; Corre sobre las guijas murmurando, Lame las piedras, los juncales bafia 1 en el lago se hunde. La espadafia Se estremece a la orilla susurrando, 1 la garza morena se pasea Al son del agua cariñoso i blando. V Ya sus calientes hálitos la siesta Echa sobre los campos. Agostada JOYAS LITERARIAS '!l

Se duerme la amapola en la floresta 1, muerta, la campánula morada Desprende el tallo de la roca enhiesta. Pero en la honda selva estremecida No dejá aún de palpitar la vida: Toda rltmica voz lo manifiesta. N o ha callado una nota ni nn ruido: En el espacio rojo i encendido Se oye a los cuervos crascital', veloces La atmósfera cruzando, i la montaña Devuelve el eco de sus roncas voces. Las palomas arrullan en el nido: Entre las hojas de la verde caña Se escucha el agudisimo zumbido Del insecto apresado por la araña. Las ramas secas quiébranse al ligero Salto de las ardillas; su chasquido A unirse va con el golpeo bronco Del pintado i nervioso carpintero Que está en el árbol taladrando el tronco; 1 las ondas harmónicas desgarra Con desacorde son el chirriante Monótono cantal' de la cigarra. Corre por la hojarasca crepitante La lagartija gris; zumba la mosca Luciendo al aire el tornasol brillante, 1 agotando su crótalo sonante Bajo el breñal la víbora se enrosca. El intenso calor ha resecado La savia de los árboles; cayendo Algunas hojas van, i al abrasado Aliento de la tierra evaporada, Se revienta la crústula crujiendo. -En tanto yo, cabe la margen pura, Del bosque por los sones anuJlado, 72 JOYAS tI1'ERARtAS

Cedo al 8uefio embriagante que me enerva I hallo reposo i plácida frescura Sobl'e la alfombra de tupida hierba. VI Trepando audaz por la empinada cuesta 1 rompiendo los ásperos ramajes, Llego hasta el dorso de la abrupta cresta, Donde forman en himno a toda orquesta Los gritos de los pájaros salvajes, Con los temblores del pinar sombrío Mezcla su canto al viento, la hondonada Su salmodia, su alElgre carcajada Las cataratas de lejano rio. Brota la fuente en la escondida gruta Con plácido rumor, i acompasada, Por la trémula brisa acariciada, La selva agita su melena hirsuta. Esta es la calma de los bosque.s; mu(','e Blandamente la tarde silenciosa La azul i blanca i ondulante i leve Gasa que cubre su mirar de diosa. Mas ya Aquilón sus furias apareja 1 su pulmón la tempestad inflama, Ronco alarido i angustiosa queja Por sus gargantas de granito deja La montaña escapar; maldice, clama, El bosque ruge i el tOl'rente brama, 1 de las altas cimas despeñado, Por el espasmo trágico rom pido, Rueda el vertiginoso acantilado Donde han hecho las águilas su nido I su salvaje amor depositado. I al mirarle por tierra destrüido, Expresión de su cólera sombria, JOYAS LITERARIAS 73

Aterrador i lúgúbre graznido Unen a la tremenda sinfonía, Bajo hasta la llanura; Hinchado el rlO' Arrastra en pos peñascos i. troncones Que con las olas encrespadas luchan En las entrañas del abismo frio Que parecen hervir, palpitaciones De una monstruosa víscera se escuchan, Retorcidas ralces, al empuje Feroz, rompen su cárcel de tel'fOllflB, Se desgaja el espléndido follaje Del viejo tronco que al rajarse cruj(~ , El huracán golpea los peñones, Su última racha ent¡'e las grie"tas zumba, 1 es su postrer rugido de coraje El trueno que, alejándose, ¡'etumba Sobre ~I desierto i lóbrego paisaje. vn

Augusta ya la noche se avecina Envuelta en sombras, El fragor lejano Del viento, aún estremece la colina 1 las espigas del trigal inclina Que han dispersado por la tierra el grano. Siento bajo mis pies trepidaciones Del peñascal; entre su quiebra obscura, Revuelto el manantial, ya no murmura, Salta garrula<;lor a borbctones, .Son las últimas notas del concierto De un día tropical. En el abierto Espacio del Poniente, un rayo de 01'0 Vacila i tiembla. El valle efitá desierto 1 se envuelve en cendales amarillos Que van palideciendo.-Ya el sonoro 7 74 JOYAS LITERARIAS

Acento de la noche se levanta. Ya empiezan melancólicos los grillos A preludiar en el solemne coro .... ¡Ya es otra voz inmensa la que canta! Es el supremo instante. Los ruidos 1 las quejas, los cantos i rumores Escapados del fondo de los nidos, De las fuentes, los árboles, las flores; El sonrosado idilio de la aurora De estrofas cremesinas que el sol dora; La égloga de la verde pasto da; La oda de oro que al mediar el día De púrpura esplendente se colora; De la tarde la pálida elegía 1 la balada azul, la precursora De la noche tristísima i sombría .... Cual bandada de pájaros errando Fueron a guarecerse a la campana De la rústica iglesia, que lejana Se ve, sobre las lomas descollando. 1 en el instante místico en que al cielo El Angelus se eleva condensando Todas las harmonías de la tierra, El himno de los bosques alza el vuelo Sobre el lago, colina, valle i sierra; 1 al par de la expresión que en su agonía La tarde eleva a la divina altura, Del universo el corazón murmura Esta inmensa oración: ¡Salve María!

MANUEL JoSÉ OTHÓN. JOYAS LITERARIAS 75

LA MUERTE DE ]ESUS

Sobre el Calvario en que la cruz bendita La sangre pura del Creador gotea, La tempestad su cabellera agita 1 el relámpago livido serpea.

Al pie del monte en infernal marea, Un pueblo bulle que blasfema i grita; 1 aquell~ sangre que caliente humea, Su rabia aumenta i su furor excita . ... El orbe se estremece en lo profundo, Del templo entonces se desgarra el velo, 1 en ese instante en bienes tan fecundo, ¡Un Dios! expira en nuestro pobre suelo, La faz cambiando del precito mundo, 1 las puertas abriéndonos del cielo.

M. LARRAÑAGA 1 PORTUGAL.

POLICROMIA

Mi tristeza es azul, como Océano que en apacible tarde se corona de espumas de alabastro. En el lejano campo de mis recuerdos, ella enton~ 76 JOYAS LITERARIAS

la balada nostálgica i querida, ¡la tristeza es azul, sobre mi vida! Mis ensueños son 'perIa, como el cielo cuando la luz vencida desfallece del crepúsculo vago. Sutil velo que flota distendido i palidece esfumándose al fin. Alas de raso tienen mis sueños de color de Ocaso .. Mi amor, cándido amor, a la azucena puede acaso afrentar. Limpia blancura de los mármoles guarda. Es la serena radiación de la luna por su albura en las noches de enero. ¡Plumón leve mi amor, cándido amor, color de nieve! Mi alegria esplende como el oro. Es un rayo de sol sobre el espacio diáfano i transparente. Aureo tesoro de luces i de tinta que al topacio pudiera dar. Ignivoma seduce, que mi alegria es oro cuando luce. Color de aurora son mis ilusiones como el pudor de vfrgenes. Fragantes pétalos de una rosa. Entonaciones de las mejillas nácares triunfantes. Matices con que el dla se colora. Mis ilusiones sou color de aurora. El violeta a mis dudas dió sus tintas ignotas i severas. Mortecinos parpadeos de estrellas, casi extintas en los lejanos piélagos endrinos. Lobregueces extrañas de agua muda. ¡Así, color violeta, así es mi duda! JOYAS LITERARIAS 7'7

Deslumbradora púrpura, mis celos que sangrientos batll.llan. Sus fulgores son vislumbres de fragua. Rojos velos que envolvieron las ascuas. Son las fiores de una adelfa satánica que esplenden. ¡Mis celos en la púrpura se encieden!

El' dolor como acero centellea del alma en la panoplia. De armadura que herida por la luz relampaguea tiene el torvo color. Siniestra y dura arde su claridad que maravilla. ¡Mi dolor, como acero luce i brílla.

'l'odo cuanto hay de negro ébano y sombra en la callada noche. Ala espantable de buitre apocaliptico que asombra. Asi mis odios son, como insondable sima de los espíritus de Harmodios. ¡Negros como la noche son mis odios!

MANUEL LARRAÑAGA 1 PORTUGAL.

DEUNLIERO

PARA ELLA

1 Yo naci para reír; en vano el sol baña en sus oros mi cabeza. Soi gentil-hombre del dolor humano 7t1 JOYAS LlTERARhS

i envuelto voi al insondable arcano en el manto imperial de mi tristeza. Nunca supe de bien; supe de dolo, de frio i soledad; mi ser remeda la noche pertinaz que cubre al polo. Dejadme con mi angustia, estoi tan solo! Sí me quitan mi angustia, qué me queda!

JI

Me quieres, bien lo sé; piadosa i franca desciendes a mi mal con hero!smo i ah!, do todo es negro, tú eres blanca: florecita de nieve en la barranca i estrellita de paz en ! Me quieres, bien lo sé; pere me espanta pensar que mi existencia es tan obscura que tu almita de luz, tu almi1;a santa, negra se volverá con sombra tanta por querer que amanezca en mi negrura! Cómo amaste el invierno siendo Flora! cómo amaste el desierto siendo broche! cómo amaste el erial, ave canora! cómo tú que eras lampo de la aurora pudiste enamorarte de mi nochel Dios lo sabe; El te trajo a mi morada, señaló a nuestro amor la selva obscura í hoí que penas en medio a la jornada, yo reclino tu frente inmaculada en el hombro inmortal de mi ternura

III 1 el cielo prueba nuestro amor; el gozo se alejó gorjeando de tu reja dende el sol alumbró tanta alborozo, JOYAS LITERARIAS 79

i hoi ya tú no erés más que un gran sollozo i yo ya no soi más que una gran queja. Cuántas dichas ayer en nuestra escena! pero el ala de Dios cubrió el sagrario i sin pieda-d de ti que eres tan buena, te clavó en el madero de la pena, te trocó en virgen cita del calvario! Mas qué impota! el tormento es soberano dispensadol' de gloria i de belleza; . mi estrellita, mi flor, dame la mano i vayamos envueltos al arcano en el manto imperial de mi tristeza.

AMADO NBlRVO.

EGLOGAS

I

EL AMADO. ;1 00 acercas por fin! cuando temprana la luz llueve su rosa en los alcores, i al mirarte venir, cantan diana los páj~ros, las fuentes i las flores. Si supieras .... mañana tras mañana, lIin temer del invierno los rigores, salian á esperarte a la ventana, como novias inquietas, mis amores!

LA AMADA. Cuánto tardo en besarte! los abrojos atormentan mi paso, dulce dueño, 80 JOY AS LITERARIAS

i siento de llegar tales antojos, que.·por verte más pronto, con empeño, delante de mis pies corren mis ojos, delante de mis ojos va mi sueño!

EL AMADO.

Cual rayito de sol, tibio i tiente, penetra tu mirar hasta mis huesos i su lumbre disipa todos esos presagios de terror qué hai en mi mente.

LA AlIADA.

Cual banda de palomas, impaciente, como enjambre de párvulos traviesos, del nido de mi boca huyen mis besos al cielo misterioso de tu frente.

EL AMADO.

¿Ves? ya tiembla la luz en las montañas: son acaso tus ojos dos sibilas que me anuncian el sol?

LA AMADA. ¿Por qué lo extrañas? Mui pronto, en nuestras pláticas tranquilas, verás anochecer en mis pestañas, verás amanecer en mis pupilas!

II

El, POElTA. Vendimieras rollizas, os conjuro· por lo que más ameis .... otro momento JOYAS LITERARIAS 81

dejadla reposar en su aposento de cañas i de arcíllas, inseguro. Mui ardua fllé la noche: Amor es duro velador i la sombra su elemento. ¡Que duerma! no golpeéis con ritmo lento la frágil palizada de su muro . ... Dejadll1 reposar, caterva amiga: asi el buen San Isidro hinche la espiga, os dé para la Pascua novios fieles, . cuaje toda heredad de oros opimos, i de néctares nutl'a los racimos i de vino sabroso los toneles.

LAS VENUIMIERAS. Dejémosla dormir; ácaso en breve nuestros novios acudan a la cita, i en cortejo vayamos a la ermita coronadas de pétalos de nieve.

EL POETA. Dejadla por piedad que el sueño' pruebe; furtivo es el placer, ruda la cuita .... Mañana os seguirá, de mañanita, por collados i oteros su pie leve!

DESCRIPCIÓN.

Alejándose van las v~ndlmieras en medio de los oros de las eras, i se pierden, por último, a lo lejos, el eco pastoral de sus canciones, el azul de sus luengos pañolone~, i el rojo de sus vivos zagalejos.

AMADO NERVO. 82 JOYAS LITERA.RIAS

MOSAICOS VIEJOS

1

Golondrina de bronce, refugiada en la torre mayor de la parroquia, la campana, en la fresca madrugada,

Rebujada en el manto de merino que su rostro mirifico recata, acude a misa, del hogar vecino, la beata.

Pálida de fervores como un cirio, éonsumida del celo que la abrasa, cual pasa una visión por un delirio, as! pasa.

Va temblando de amores a la mesa en que el manjar divino se divulga; tan sólo Cristo-Rei sus labios besa si comulga.

II

El impur0 que amó sus formas, que siguió su huella, rondó BU reja i escaló su muro, la vió imposible .... .i se mató pOI' ella. JOYAS LITERABlAS ~------Confinada la campana en su cúbico aposento, me parece una monja emparedada, porque su charla disipó al convento.

1 la hermosa, humillándose al pie del presbiterio, finge, al surgir bajo de nave umbrosa, un misterio que brota de un misterio.

De hinojos, todo en ella los éxtasis provoca, todo en ella es arcano: hasta sus ojos! todo es pálido en ella: hasta su boca!

III

Apunta el alba virgiuaJj afila sus rayos rosa i nácar la mañanaj en la torre que rasga la tranquila atmósfera, entintada de 01'0 i grana, canta: gloria in excelsis una esquila i llora: miserere una campana .. . . En tanto, bajo el domo, donde brota la luz, se besan Cristo i su devota.

AMADO NERVO. 84 JOYAS LiTERARIAS

A UNA MUERTA

Lo esperaba hace tiempo: me lo dijo el fuego que brillaba en tu pupila, semejante a los fuegos que en las noches sobre las tumbas brillan,

El eco de tu voz cuando me hablabas de imposibles soñadas alegrías, con su cadencia fatigada i triste también me lo decia,

Me lo dijo a su vez el desconsuelo lleno de abnegación de tu sonrisa cuando amor te jUl'aba, i cariñosa creer en mi amor i mi lealtad fingías,

¡Pobre alma noble i resignada, el mundo cruzaste en vano mendigando dichas, como en vano en las tal'des del invierno busca un rayo de solla golondrina!

Fué para tí fugaz la primavera; JSU última margarita no te engañó al decirte deshojlLda que el amor en la Merra era mentira!

Ve a descansar, materia, en el sepulcro; Ven, espirítu, a mí; ven i adivina que es mi amor de ultratumba i que por eso aquí no te quería, JOYAS LlTERARIAS 85

Ven: que enlazadas con sutiles lazos vagar tu alma podrá junto a la mia a la hora en que sus cálices las flores abren al beso de nocturnas brisas.

Ven a enseñarme mientras doi al sueño el cuerpo que han rendido las fatigas, el mistico sendero que conduce de esta vida mortal a eterna vida.

1 pueda mi alma ahi, cuando en la tumba duerma mi arcilla en paz, hallar la lira que en el triste saúz del desengaño colgué en silencio cuando tú partiasl

JosÉ PEÓN DEL VALLE

ONDINAS

Los que en las noches han detenido la-incierta planta en las orillas de quietos lagos buscando ansiosos frescura i calma, cuentan que entre las brumas que se levantan de las linfas azules, han visto absortos girar en anchos circulos, mujeres blancas ... . Que enlazadas las manos i al cielo vueltas las fr~tes pálidas, desap-arecen ~lo cuando acaricia con su beso, a las ondas, la luz del alba. S 86 JOYAS LlTERARtA8

No son delirios vanos de los viajeros, esos fantasmas que habitan en los lagos, i pOl" las noches al impulso del viento girando pasan. ¡Son de mujeres muertas sin ilusiones, las tristes almas . . .. espíritus de aquellas que amaron mucho sin ser amadas, i, que desde otros mundos, a llorar vienen, sobre las mustias flores de BU esperanza.

JOSÉ PEÓN DEL VALLE.

NADERIAS

La noche de la ausencia Tiende sobre los dos su manto negro. ¿Cuándo la aurora lucirá en Oriente? ¿Cuándo su luz recobrará mi cielo?

¿Sabes por qué tan triste te parece De la paloma el lánguido arrullar? Porque es como el adios del que se aleja. Para nunca tornar!

JOSÉ PEÓN DEL V ALLliI. JOYAS LITERARIAS 87

DEL LIBRO DE LOS SALMOS

¡Señor! ¡Señor! ¿Por qué Jos que me dañan como el acridio en mi redor pululan i en mi tenaces sin piedad se ensañan i mi espíritu débil atribulan? Oye mi alma un acento que le grita: <¡Para ti todo es mal, todo es miseria . . . . ni en Dios encontrarás la paz bendita que Dios quiso negarle a la materia!. ¡Es mentira, Señor! Tú eres mi amparo; alivias Tú mi coraz6n herido i guardo mi fe en Ti, como el avaro guarda el oro en sus arcas escondido. En mAs de una ocasi6n aislado i triste te hablé, enturbiada mi pupila en llanto, í amoroso, Señor, -;1 mi viniste desde la cumbre de tu Monte Santo. 1 me dormí tranquilo -í sin angustias, i olvidé mi .congoja i místemores, i al despertar haHé mis fiores mustias trocadas todas en fragantes fiores. t:res Tú la salud; eres la roca que se opone tenaz al mar bravío: jayúdame en la lid i de mi boca aparta el cáliz del dolor, Dios mio!

JosÉ PEÓN DEL VALLE), 88 JOYAS LITERARIAS

LUIS XIV

(RAMAS GALANTES)

1 ¿Quieres ohome, gentil amiga, alegres charlas, cuentos de amor, los devaneos, los devaneos que hubo en la corte del buen Rei Sol? JI Ven a mi lado, la noche es clara, lOira cuán brilla la Cruz del Sur, las Tres Marias, las Tres Marias, i, sobre todo, cuán brillas tú! III ¿Quieres, amiga, que te describa las regias fiestas que hubo en TrianóD, que hubo en Versalles, que hubo en Versalles, que hubo en el Louvre i Fontainebleau? IV Qué hermosa que eres, ! tus negros ojos me hacen pensar que allí la noche, que allí la noche tiene .sus fuentes de obscuridado V PueSo oo o Luis XIV fué un rei mui bello, enamorado, bloavo i galin, JOYAS LITERARIAS 89

i estaba loco, i estaba loco por la marqnesa de Moptespán, VI Qué ojos, ¡Dios santo! los que tenia la idolatrada del buen Rei Sol; para lucirlos, para lucirlos dabll el Rei fiestas en su Trianón, VII 1 entre los claros de una arboleda se organizaba presto un minué i el rei bailaba, i el rei bailaba, bailaban todos después del reí. VIII Luego perdíanse las parejas en las umbrías de un olivar, , , , ¡Mira qué alegres, mira qué alegres van Luis XIV i la Montespán! IX Cuántas palabl'as almibaradas, cuántas promesas dulces de amol', i cuántos besos, í cuántos besos resonal'Ían en el Trianón! X OL! si tú hubieras vivido entonces, te habría hablado de amor el Rei, Tú eres tan bella, tú eres tan bella, tú eres tan bella cuan galante-él. Xl Quizá si hubieras correspondido a las ternezas del buen Reí Luis; 90 JOYAS LITERARIAS

i entollces pobn', i entonces pobrp, pobre marqueFIt í pobre de mí ...

XII Ven a mi lado, gentil amiga, mira cuán bril~a la 'Cruz del Su., las T!'es Marias, las Tres Marias, i sobre todo cuán brillas tú!

CLFMENTE PALMA,

DOLORA

Pálida como el cirio Que la mano de nácar oprimiera, I blanca i mustia cual marchito lirio Que el aquilón azota en la pradera; Abismada, sumisa, reverente, El pensamieno fijo En Dios, bajo un hermoso crucifijo, Inclinabas la frente. , . , Acerquéme al lugar en que te hallabaF, 1 observé-al acercarme-que gemías, 1 que al Cristo clamabas En medio de la angustia que sufrias, , , , 1 dije'para mí mientras rezabas: Pobre mujer! Te abaten los rigores Ineludibles del dolor humano, La pena es redención, Fuerza es que llores, ¿Qué virgen no ha sufrido sus dolores? JOYAS LITERARIAS 91

¿Qué bella flor no tuvo su gusaDo? Dolorosa! Levántate del suclo-,- Si el hondo sufrimiento te acobarda Ausentes la esperanza i el consuelo, La fe del mártir en tu pecho guarda. Quien no lleva la cruz, no gana el cielo. VICENTE DANIEL LLORENTE.

STELLA MATUTINA

Con estremecimiento voluptuosos despertó la riente madrugada, la cabellera rubia destrenzada i envuelta entre cendales vaporosos.

Circulan calosfrios misteriosos por la sierra i el valle i la hondonada, i allá . ... en el florestal, la orquesta alada puebla el aÍl'e de trinos deleitosos.

Alborea: en las ondas de la fuente algo esplende magnifico, algo azoga el opaco cristal de su corriente;

mientras la estrella matinal, que boga en los profundos mares del Oriente, en áurea i viva claridad se ahoga.

JUAN B. DELGADO. JOYAS LITERARIAS

AVE FElEE

Van creciendo en el Orto los fulgores de una cárdena luz, i todo enciende: el plumaje del pájaro que hiende el espacio con timidos temblores; la gota de rocio, que en las flores -esmalte de cristal-la noche prende, i la fontana que sus linfas tiende produciendo al rodar blandos rumores,

De-pronto el sol, cual llamarada roj a, sus ósculos imprime a la amarilla faz del cielo en las ráfagas que arroja; i el firmamento ruboroso brilla, como al beso furtivo se sonroja de una virgen la pálida mejilla.

JUAN B. DlIlf,GADO.

FRIO

CANTO BOHEMIO

La tarde era triste, la nieve cala, su blanco sudario JOYAS LITERARIAS liS

103 campos cubría; ni una ave volaba, ni oíase rumor. Apena en la nieve dejando su huella, pasaba muy triste, mui pálida i bella, la niña que ha sido del valle la fior. Llevaba en el cinto BU pobre calzado; su hermano pequeño que marcha a BU lado le dice:-¿No sienten la nieve tus pies? -Mis pies nada sienten­ responde con calma- El frío que yo siento lo llevo en el alma: i el frío de la nieve más duro no es. 1 dice el pequeño que helad e tirita: Más fdo qué' la nit've, ¿cuál es, hermanita? ¡No hay otra que pueda decirse mayor .. .. ! Aquél que de muerte las almas taladre; aquél que en el alma me puso mi madre, el dia que a mi esposo me unió sin amor. 94 JOYAS LITERARIAS

AVES

Niñez! qué hondo recuedo arrancas! Era un alero mi corazón, poblado siempre de aves blancas cuando en mi cielo nacía el sol. Exuberancia, vida, firmeza, todo lo trajo la juventud: ¡ai! pero huyeron de su belleza las blancas aves de la pureza como espantadas de tanta luz!

1 fué más tarde, de aromas suaves, árb"01 umbroso mi corazón, donde cantaban azules aves cuando en mi cielo subía el sol. El sol se puso; vino la obscura í eterna noche de mi dolor, i se perdieron en la espesura las harmoiJías de mi ventura, aves azules de la ilusión.

Sol de mi cielo, ya no me alegras! Es templo en ruinas mi corazón, lúgubre nido de aves negras entre la sombra de mi dolor. Un misterioso rayo de luna, pálido í débil hilo de luz, esta tiniebla sólo importuna. ¡Que no se apague! . . " es mi fortuna, es un recuerdo de juventud. JOYAS LITElURI.AS 95

¡Oh tiempo! D~jo las puertas francas; veloz penetra, que si es verdad que todo arruinas, que todo arrancas, cual las azules, como las blancaR, las aves negras te llevarás.

LUIS G. URBINA.

ESPERANDO

Desde que el sol por el Oriente asoma i derrama en el mundo su tesoJ'o hasta que tras la loma hunde sus rayos de oro; junto a la choza rústica, sentada, sin apartar la vista del sendero, la esposa enamorada aguarda al compañero, i cuando su opulento cortinaje Jeja caer la noche en lontananza, ella mira el paisaje henchida de esperanza. Vuelve a la alcoba al fin: la luz flllciende i exclama viendo hacia el sitial vacio: <¡quizá ya el monte asciende, ¡quizá ya pasa el rlo!. i con el alma a la esperanza abierta, aguardando al amante compañero, regresa hacia la puerta a mirar el sendero.

LAURA MÉNDEZ DE CUBlNCA. 96 JOY.AS I.ITER.ARUS

EL SUERo DE LA ABEJA

c Presto se aleje -11. la noche triste, I el alba matinal, t'n su ropaje de color de rosa, ~cl mundo envolverá; el sol glorioso de los rayos de oro besará el loto azul, í la nlvea corola de los lirios inundar¡\. de luz .• Tal clamó en sueños la feliz abeja dormida en una fior, cuando con tosca garra un elefante, al pasar, la aplastó.

LAURA MÉNDEZ DE CUI!INCA.

POESIA INDIA

TUS OJOS Son tus ojos los arcos, tus miradas las flechas, el amor el arquero: yo, la herida gacela.

TÚ 1 YG Tus ojos 80n como la flor de loto de inmaculado azul; JOYAS LITElURlAS 91

Tus dientes, cual capullo de jazmines, lirio del Ganges, tú. Si tu cuerpo torneado i peregrino hizo de fiores Dios, ¡Por qué una piedra te encerró en el pecho en vez de corazón! LAuR MÉNDEZ DE CUENCA.

ASONANCIAS

La idea en el cerebro está dormida; al temblor de los nervios se despierta, i enciende la paleta del artista con suaves tornos de fulgor de estrella. La poder9sa concepción anima el pincel del artista cuando crea, i con eximias correcciones pinta en el fondo del lienzo la belleza. Ah! imperturbable la belleza brilla, mientras la turba abigarrada llega, i sin saber por qué, unos la admiran; otros no la comprenden, lá desprecian.

SIXTO MORALES.

REALIDAD

Como oro no da el talento, un sabio de alto renombre, 9 98 JOYAS LITERARIAS

con profundo sentimiento, afirma que el pensamiento es la desgracia del hombre.

Un joven, a quien tritura desventurada pasión, suele decir con ternura que la mayor desventura es el tener corazón.

Un mendigo, al que inclemente el mundo niega un mendrugo, se pone a exclamar doliente que en el estómago siente el hacha de su verdugo.

1 yo mirando ondular tus formas esculturales; como he resuelto cruzar la vida sólo en el mar de las puras realidades;

Gomo nada me sonroja, porque de todo prescindo, hallo mi mayor congoja en llevar sangre tan roja i ver tu busto tan lindo.

RJllNATO MORALlIIS. JOYAS LITERARIAS

COQUETERIA POSTUMA

Poned me, antes que crucen mis despojos del piélago del mundo las orillas, un poco de carmln en las mejillas i una s&mbra mui débil en los ojos.

Porque quiero en mi lúgubre morada -como el lejano dla de ventura en que él se enamoró de mi hermosura-­ yacer eternamente sonrosada.

No me envolvais en fúnebre sudario, por Dios, vestidme aquella blanquecina vestidura de tenue muselina que avariento guardó mi relicario.

A esa querida túnica de armiño no liai otra gala que mi amor prefiera, pues consagrada fué por su primera inefable mirada de cariño.

No me pongais cojines recamados: poned mi almohada de sutiles blondas i sobre ella formad gráciles ondas con mis cabellos finos i dorados.

Esa almohada en la amorosa noche vió descansar mui juntas nuestras frentes, i en las góndolas vió de los ardientes besos de nuestros labios el derroche. 100 JOYAS LITERARIAS

En fin, dejad sobre mi nfvea mano que numeró las selvas matutinas, el rosario de cuentas opalinas bendito en roma por el Santo Anciano.

Yo lo desgranaré allá en los siniestros paises del no ser. ¡SUS labios pios dijeron veces mil sobre los mios las dulces Aves i los Padres Nues.tros!

BARTOLO:l1Él CARBAJAL 1 ROSA!!.

BANDADAS

Cada cráneo es un nido; son las aves que en él nacen i viven, las ideas; i sus alas veloces, la palabra hecha discurso, página o cadencia.

Cada cráneo es un nido; por sus bordes los pájaros revueltos aletean, .. buscando el aréo de la frente humana para salir a recorrer la tierra.

Los cerebros son nidos; en sus senos Dios infunde el calor, i la materia, por el divino aliento fecundada, de pensamientos i de luz se preña.

Aves de todos climas i plumajes en esos nidos bullen i gorjean i forman una música grandiosa con raros sones de distintas c-q,erda!j, JOYAS LITERARIAS 101

La jaula de esas aves, es el mundo; las poblaciones, sus g'igantes selvas; las razas, sus colores diferentes; la humanidad, el árbol donde vuela!;!.

En lugar -de ascender todas cantando a lo Supremo en espiral inmensa, como bandada milagrosa i g¡'ande que a Dios aclama en infinitas lenguas,

en bélicas legiones se dividen i en contrarias falanges se dispersan, haciendo campo de su eterna lucha, a la esfera rodante. del planeta.

SALVADOR RUEDA.

EL COHETE

Lanzóse audaz a la región so'mbrla, i era, al hender el céfiro sonante, un surtidor de fuego palpitante que en las hondas del cielo se envolvía.

Viva su luz como la)uz del di a, resplandeció en los aires fulgurante, cuando la luna en el azul radiante como rosa de nieve se entreabria.

Perdióse lUJlgo su esplendor rojizo, siguió después cual raudo meteoro, ¡ al fin surgió como candente rizo; 102 JOYAS LITERARIAS

paró de pronto-su silbar sonoro, i tronando potente, se deshizo en un raudal de lágrimas de oro,

SAL~ADOR RUEDA.

ESTAMBRES 1 PISTILOS

Bajo el velo del ,agua transparente impregnada de rayos luminosos, estambres i pistilos pudorosos se citan para amarse en el ambiente.

Atravesando el liquido luciente asómanse los tallos amorosos, i a los himnos del viento rumOrOSOS la desposa la luz resplandeciente.

A la vez en las frondas escondidos ¡cuántas dlllces escenas misteriosas entre los bosques formarán los nidos!

El lento desplegarse de las rosas, el crujir de los granos, los latidos .. , . ¡Oh concierto invisible de las cosas!

SALVADOR RUEDA. JOYAS LITETART.AS 103

ULTIMA HOJA

Se fueron ya del alma adolorida En parvadas mis blancas mariposas; Están tristes los cielos de mi vida r se secaron mis fragantes rosas. Está muerto el ensueño. Ya no arde El sol que en mi tiniebla abrió su broche, Para la dicha i el amor es tarde 1 se acerca la noche.

Pero aún tengo la fe, la fe bendita, Que en mi fúnebre sombra se levanta, La que le dice a mi dolor: medita 1 a mi tristeza: canta.

1 surgen mis estrofas, i su vuelo Se tiende a tu belleza soñadora 1 van de mi-que soi el hondo duelo A ti-que eres la aurora.

¡Oh, dichosos mis versos si en tus rizos Plleden plegar las alas intranquilas, Cantar a tu bondad i a tus hechizos 1 empaparse en la luz de tus pupilas.

Que busquen de tu vida en los reflejos El trémulo fulgor de la mañana 1 que duerman .... La aurora está mui lejos 1 la noche cercana.

FRANCISCO M. DE OLAGuíBEL. lO.! JOYAS LITERARIAS.

DESPOES DE UN VALS

Tras de la)eda roja del abanico leve Donde sus crisantemas desparramó el Japón, Entreabre el encanto de su corola breve ~ TllS Labios, como ardientes flores de tentación,

Como una luz de oro tu cabellera llueve SobrOe el marmóreo seno con viva in'adiación, Tras de la seda roja del abanico leve Donde sus crisantemas desparramó el Japón,

1 asi, al vaivén del ala que ritmica se mueve, Ya velas de tus ojos la azul fascinación, Ya asoma como un alba tu faz de rosa i nieve Tras de la seda roja del abanico leve '", Donde sus crisantemas desparramó el Japón.

FltANCISCO M, DE OLAGuíBIIlL.

RIMAS DE ODIO

Anhelé que mis manos se crisparan en redor de tu cuello i exprimieran la savia de tu vida como pulpos hambrientos; pero de las tinieblas de la noche JOYAS LITERARIAS 105

vi surgir un espectro, i una voz escuché que me decia: -.No profanes 108 celos.> .Morir cual mi Desdémona no debe «quien se arrastra en el cieno .• 1 se perdió después en las tinieblas el fantasma de Otelo.

Anhelé que rompiera mi cerebro el proyectil candente, para que el corazón al fin cesara de latir para siempre; pero de las tinieblas de la noche • surgió una voz doliente: era la de otro espectro que decia: -«No profanes la muerte! .Bien pude yo morir por mi Carlota: «mas tú morir no debes.» 1 se perdió .también en las tinieblas el fantasma de Werther.

iVIANUEL PUGA 1 ACAL.

INMORTALES

1

Sobre la blanca piedra de tu fosa, intenté que el al'tifice grabara un dístico, no más, que eternizara de nuestro aJllor la bistoria dolorosa. 106 JOYAS LITERARIAS

Dos versos nada más; pero tan tristes que sollozar hicieran con su doliente rigidez de bronces, i en su ritmo a los pósteros dijeran lo mucho que lloré cuando partiste i lo mucho que SUfl'O desde entonces. Quise, en fin, que esos versos-vibraciones que se clavaran como agudos dardos en todos los humanos corazones, me hicieran inmortal entre los bardos; que surgiera la gloria apetecida de la misma desdicha de perderte. i que el dolor que me causó tu muerte diera a mi nombre perdurable vida. Fué vano aquel intento i producir no pude ni una nota: mi lira estaba rota, sin luz mi pensamiento. 1 es que hai inmensidades que en el verso caber nunca han podido, i un- gemido jamás cual mi gemido ha vibrado al través de las edades. No puede darme voz la poesía para cantarte i obtener la palma; porque encerrar en ella debería la ternura infinita de tu alma i la inmortal tristeza de la mía.

II '

¿En dónde esU, oh muerte, tu victúria.? El Eclesici,ticcl.

El'a una tlor: por eso la agostaste: era un astro: por eso lo extinguiste; JOYAS LlTIHt..\RIAS 101

era un ángel: por eso lo volviste al cielo i en la tierra me dejaste. Ya tu obra nefanda consumaste: . ella es.tá muerta al fin i yo estoi triste; de nuestro amor, ¡oh muerte! no triunfaste. Flor, el perfume de su alma pura Impregna para siempre mi existencia; astro, las sombras de mi noche obscura disipa con perenne refulgencia; I ángel, vela pOI' mi desde la altura i guia i fortalece mi conciencia.

III

Primero, cuando el dolo\' mi corazón desgarraba, tenian llanto mis ojos i sollozos mi garganta, i se secaban las flores de tu tumba con mis lágrimas. Después, del dolor agudo la exacerbación pasada,­ derramaba menos llanto, pero más en ti pensaba, i aquellas flores se abrían más frescas i más lozanas. 1 es que, para tu recuerdo, mi muertecita adorada, no quieres el homenaje" ; que se evapora i que pasa, sino el imperecedero, el Inmortal: el del alma. 108 JOYA.S LITRRA.RIAS

IV

.... to sI eep .... per chance to dream .... Shakespe"re. Cuando pasa del dia la incesante, la fatigosa brega, i hace la noche que a las almas baje la calma i a la tierra las tinieblas; IIsl como se puebla el firmamento de nítidas estrellas, en el solaz reparador del sueño, de recuerdos mi espíritu se puebla; i como en todos ellos apareces, tú, mi adorada muerta, surge tu imagen pura, indeficiente, i de todo mi ser se enseñor~a. Entonces desaparecen de tal modo la sombra i la tristeza, la realidad cruel de mi abandono, la realidad terrible de tu ausencia, que juntos recorremos los lugares en que estabas contenta, nos vamos a sentar bajo los árboles que agitaban ayer sus hojas trémulas sobre tu frente de ángel pensativo, i oyeron mis ternezas, i siento que hasta mi llega el suavisimo perfume de tus flores predilectas. Por eso, amada mia, amo las noches .... ¡hasta la noche eterna! l por eso dormir quiero desde entonces el sueño de que nunca se despierta. La incógnita cruel de la otl'a vida no turba mi conciencia; JOTAS LITER.iRIAS 109-

porque en el fondo de la tumb~ fria yo creo que se duerme i que se sueña. Soñar! esa es mi única esperanza i será la postrel'a: un sueño interminable, ~nte mi alma hará también eterna tu presencia! v Envuelve una tristfsima penumbra todos mis pensamientos, como la que, a la hora del crepúsculo, envuelve los objetos. No es la dantesca obscuridad a donde no llega ni un rellejo: \ es noche que comienza lentamente a descorrer sus velos, pero que ha de acabar por sepultarme "en el profundo abismo de lo negro. ¿Sabes por dónde ha entrado esa penumbra a mi pobre cerebro, i por qué no podrá, cual no ha podido, desvañecerla el tiempo? Entró por mis pupilas, alma mía, Ilntró en aquel momento en que, cuando la muerte te arrancaba el suspiro postrero, tljaste en mí los ojos, para darme con la última mirada adios eterno. Siempre me será cara esa penumbra, que es un triste recuerdo de tu postrer instante, i que del mio es un seguro présago. Viene de ti .... que mi existencia inútil siga entenebreciendoj que me hunda al fin en la profunda noche 10 no JOYAS LITERARIAS

en que te hundiste, i luego, si la luz brilla, brille para ambos, o los dos en la sombra descansemos!

VI Bajé al rincón más profundo de mi corazón incrédulo, i con sorpresa indecible lo hallé convertido en templo; templo qué es, como todos, obra de dos arquitectos: del Dolor, que es inmortal, i del Amor, que es eterno. Como una gruta encantada formó su altar el primero, cuajando en estalactitas las lágrimas que vertieron mis ojos cuando partiste para retornar al cielo; i el Amor puso tu imagen, de aquel altar en el centro, viva, con la intensa-vida de una virgen del Correggio. En ese altar se celebra . el oficio del recuerdo, dla i noche, sin cesar, i por las naves del. templo vaga, aromándolo todo, mi tristeza, como incienso. Una vez más de la tumba el insondable misterio, ligó con lazo de luz lo eflmero con lo eterno; porque al dejarme en el mundo, como último consuelo, JOYAS LITERARIAS 111

le diste una religión a mi corazón incrédulo.

MANUEL PUGA 1 ACAL.

EN LA SOMBRA

Cayó mi amor sin tu celeste arrullo como herido cóndor, mirando al suelo; el destino tal vez, quizá tu orgullo lo hizo Redazos i cortó su vuelo!

Surgió en medio del mal' el arrecife, i en su pasión arrebatado i ciego, ¿qué pudo hacer el altanero esquife Bino estrellarse i sumergirse luego .... ? El mal' amenazado por la nube pérfido con sus ondas nos atrae: ¡qué inefable fruición si el alma sube, - mas qué anonadamiento cuando cae .... ! 1 no impetra descanso en su congoja, ni esquiva los combates del destino, lai! que también la marchitada hoja se llega a enamorar del torbellino: ... !

Quise luchar, i con la fe que safva encender en la obscura lejanía, la blanca estrella que predice el alba i el alba de oro que precede al dial

1 hoi que me obligas a que al fin deserte siH ol:¡tenel' ~n lauro ni una palma, 112 JOYAS LITERARIAS

mi eterna rebelión contra la suerte sacude con más impetus el alma!

Sigame tu recuerdo por. doquiera; yerto en el mar de mi pasado flota: del último combate, es la bandera izada aún en la muralla rota.

Pero sacuda al fin mi pensamiento este imposible amor, mistico i santo, como el sepulcro que abandonll al viento la mustia yedra que le dió su encanto .... !

ANDRÉS AIlROYO DE ANDA, JR.

SANGRE DE HEROES

Sobre la brecha, sobre los campos, la sangre heróica se derramó; gritó la gueITa; los paladines temblar sintieron su corazón, i cúerpo a cuerpo, sin miedo espurio, lucbar supieron por el honor~ i en las ciudades i en las praderas la sangre heroica se derramó; en cada almena i en cada torre lluvia de plomo, cruel azotó, ¡del Anáhuac en las montañas !lin una bala no hubo Un peñón! JOYAS LIT~RARIAS llll

Tod08 108 pechos se enardecieron, el campesino dejó la hoz, el artesano dejó la sierra, todoslucharon·cou'1'e i valor, i con murallas de cQrazones siempre escudaron su pabellón, ¡santa muralla jamás destruida ni con eluyo cruel del cañón! La brecha, el muro, la aldea, el campo, todo la heroica sangre inundó, i sin embargo no te conmueves, i aún no desciendes, fuego de sol!

Libertad santa, quieres más sangre, quieres más vidas, vibre tu voz! i en los combates i sacrificios a que nos llame la lei de Dios, verás la ruina, mas no oÍl'ás nunca, nunca la imbécil palabra: No! Baja a la tierra, ven a la Patria, ven a los pueblos, celeste don; tiemble el perverso, la hez, la escoría, azota al crimen, rayo de Dios! Libertad santa, para obtenerte exige, exige del corazón sangre i más sangre i abnegaciones, mil sufrimientos i sacrificios, ah! pero irradia, génesis, sol!

ANDRÉS ARROYO DÉ ANDA, JR. 114 JOYA.S LITElURIAS

AISLAMIENTO

El que las cumbres de la vida escala cuando soberbio el vendaval se agita, una bandera que despliegue su ala para no ser vencido necesita!

Un nido alegre en la encantada fronda que cuando atruene la tormenta el cielo, diga al alción que expira sobre la 9nda: ven hacia mi sin amainar tu vuelo!

1 ese nido, ese lábaro, esa enseña es tu amor santo que en mi alma late, por quien mi roto corazón aún sueña caldo entre las iras del combate.

Porque contigo renació mi alma i mi cariño entumecido i yerto, cual la esperanza al contemplar la palma nace en del desierto.

i hoi, "desprendido del pasado obscuro veo en tus ojes la estrella de la aurora, i a "su fulgor primaveral i puro mi corazón de nuevo se enamora.

Quiere ser tuyo i trasponer la valla que nos divide, i mi pasión ansia surgir de nU6\'O cual la luz que estalla e incendia el cirIo al despertar el dial JOYAS LITERAR1AS- íl5 ~ _._---' , -' ~-- 1 poner a tus plantas los amores que abrigue aún en la agitada brega, i que sean para ti todas las fiores que da el amor al que su fe le entrega.

Mas ¡ai! es tanto el desaliento i frio que aa sentido mi mente aletargada, que me pregunto a veces en mi 'hastlo en medio de mi lóbrega jornada:

Este súbito amor que sentir creo e~ de la noche en q u~ mi fe delira la aurora celestial de mi deseo o el último fulgor de un sol que expira?

Oh! no lo sé; pero quizá la enseña que veo agitarse en la empinada cima, no es el lábaro augusto del que sueña, no es la bandera que en la lucha anima ....

Mano amiga tal vez compadecida agita su pañuelo allá en la costa, al ver cómo mi nave destrüida se interna en la región desconocida al rudo soplo que mi ensueño agosta .... !

ANDRES ARROYO DE ANDA, JR.

¡SALVE, ORETA!

Fuego latente que en mis venas corres, incendia en sacra indignación mi plectrf', i agitase la lava en los volcanes, 116 JOYAS LITERARIAS

i rasgue el rayo el nubarrón siniestro i la estruendosa tempestad conmueva las .más altivas rocas en su asiento, al ver tanta maldad i tanta infamia, al ver entre el baldón i el vilipendio cómo el humano corazón consiente que el águila perezca tras los hierros, que absorba la tiniebla los meteoros i quela fuerza esté sobre los pueblos! ¡Oh, Creta, Creta, radiación sublime, constelación de soles giganteos, -auroras, nimbos, tempestades, astros­ gloria, grandeza, majestad i genio! La sangre derramada en los combates, en los combates legendarios~ épicos, la sangre que fecunda los laureles i corona de luz a los guerreros; ~u fe, tu abnegación, tllS herolsmos, tus entusiasmos al 011' el bélico clarln que grita al luchador: ¡avanza!· i que dice al caldo: ¡te venero! Ah, nada respetaron! vil cadena han arrojado a tu abatido cuello i la maldad en erupción infame aniquiló tus glorias i ardimientos; volcán que estalla i carboniza al águila que en él detuvo el poderoso vuelo!

Mas ya se agita vigoroso el germen i se cubre de pompa el árbol seco, i el sol se eleva gigantesco i libre i surge el rayo en el airado cielo; despiertan los leones i se cubren ciudades i montañas de guerreros; i al palpitar los corazones nobles, JOYAS LITERARIAS 117 palpitan con tal rabia i ardimiento, que hacen temblar el campo del combate, que hacen temblar la bóveda del cielo! 1 ¡Oh G¡'ecia! clama la sublime Creta, haciendo oír su voz al mundo eutero; ¡oh, madre Grecia, la sublime madre, rompo mi yugo, mis grilletes quiebro, i en brazos de mis hijos redimidos sangrienta, pero indómita me yergo, i al través de las brumas de este océano que ha teñido de púrpura el acero, llamándome hacia ti, Grecia sublime, como aurora lejana te contemplo! 1 se enardece el pueblo en su heroísmo, i tiemblan en sus criptas nuestros muertos al oir el rodar de los cañones, al sentir el pisar de los guerreros que entre las ruinas i la brecha humeante i entre la sang¡'e noble de su pecho, la sangre que corriera en las Te¡'mópila6, lit sangre luminosa de los griegos, han de elevar la 1ibertad subIlme, Hostia sacra ante todo el universo! 1 flota al aire el pabellón glorioso i estallan por doquier los himnos bélicos, i la justicia i el derecho brillan ' de las huestes de Creta en los !l.cel'~s; i el león se agita i forcejea i pugna (le todo un monte bajo el rudo peso al agitarse Creta, noble.i grande, bajo la garri'Ci'uel del turco abyecto; i hasta el último pecho se enardece por arrojarse en el combate recio i destruir a la vez hacha i verdugo, trono i Bastilla, nubarrón i fuego! 118 JOYAS LITERARIAS

1 en tanto conspirais, viejas naciones -tigres que acechan solamente al ciervo­ favoreciendo al yatagán infame i aniquilando al corazón helénico! Vosotrlts que lIevais los pabellones de la justicia i libertad del pueblo; vosotras que brílIais en el pasado cual la via-láctea, de la sombra en medio!

Ah! sois vosotras la de antigua gloL'ia que al gl'ito del honor, en ira ardiend(l, lanzai. como torrentes desbordados cien batallones arrasando imperios, cuando estallan las nubes i volcanes, i vacilan los tronos en su asiento i vuela el triunfo sobre el globo, raudo, torciendo rumbos i borrando pueblos?

Sois vosotras las épicas nacicmes, las que os mostrais, el antifaz depuesto? Sois la ambición bl'Utal que oprine al mártir i protege al verdugo en sus excesos? Las que arrojar quereís con vuestl'as Ufanos, velando de rubor al firmamento, volcanes de traición i de perjurio, sobre el cóndor al emprender el vuelo, i entre bosques de espadas i relámpagos i enU'e las nav:es que sacude el piélagQ azotar con un látigo de rayos la frente centelleante del derecho? , , , , Creta será! Preponderal!te i libre en el luchar quebrantará sus hierros i la sangre de luz de las Termópilas ha de lavar su prestigioso suelo, i los laureles brotarán en torno del paladin que combati(> sereno, JOYAS LITERARIAS 119 en tanto que en sus criptas se estremezcan de júbilo sagrado los que fueron! Lleno de glorias surgirá radiante junto a la madre Grecia, libre un pueblo; ha de hundirse cadáver la tiniebla al ver al sol en el oriente espléndido!

Cuando se rompa el equilibrio i choquen los astros todos con fragor inmenso, i los suelos volcánicos del mundo igneos estallen con horror tremendo, i la sombra obscurezca el horizonte i suenen los clarines del guerrero, i retumbe el cañón torvo i tel'l'ible haciendo estremecer al universo, i falte suelo para abrir sepulcros i para hacer espadas falte acero, 1 vacilen los tronos i el oleáje cambie poderes i destruya cetros, i los odios i cóleras i enconos i la ruin ambición-leones de fueg'o por tanto tiempo contenidos-rompan todas sus vallas.con furor, rugiendo como el alud al descender del monte cuando se funden con el sol los hielos; i desde el Rhin glorioso i legendario extienda sus serpientes el incendio hasta {as cimas del Ural de nieve, ante el pavor del continente nuevo, entonce, en la penumbra de la imensa conflagración final de los ejércitos, después de la expiación devastadora que lave el crimen del manchado suelo; de tanta ruina, usurpación i fango, de tanta sangre, conmoción i fuego, 120 JOYAS LITERA.RIAS

ha de verse serena i deslumbrante, eucaristica i blanca, hasta los cielos subir imaculada la Justicia en apoteosis aUroral i eterno; iris de paz en la tormenta airada, astro polar en el oleaje recio!

I al abrirse los nuevos horizontes i encadenarse sobre el mar los vientos, al surgir las auroras presentidas besando a Canaán tras el desierto, en medio de esos nimbos i alboradas, en la harmonia universal, eterno ha de verse el lucero de los Magos que ilumine el Belém de nuest¡·o anhelo, ha de reconocerse el inmutable pensamiento de Dios sobre los puehlos!

ANDRÉS ARROYO DE ANDA, JR.

ESO E~ES

. Céfiro alado entre ardorosa aren&, Yedra que abraza doblegada palm\\; Llanto de nube en moribunda rosa, Eso eres en mi alma. Reguero de astros en la noche obscura, En nebuloS'o dia sol ardiente; Iris de paz en tempestad bravía, Eso eres en mi mente. Inspirador de mis estrofas blancas, Enamorado cisne que suspira; JOYAS LITERARIAS 121

Harmonía, víbrilcíón, luz i poesía, Eso eres en mi lira. Céfiro, yedra, lágrima de nube, Reguero de astros, sol de mi ilusión; Iris de paz, i vibración, eso eres Aquí en mi corazón.

LUISA GODOY.

¿SABE-S POR QUÉ TE QUIERO'(

¿Sabes por qué te quiero? porque diste Irradiaciones de astro a mis tinieblas; Porque d,e ensUeños mi cerebro pueblas, Rei de mi corazón. Porque lleva tu frente soñadora, 'Tu frente 15lanca, inmaculado lirio, La luminosa huella del martirio, La dia,.dema de luz. POI'que en el crudo invierno de mi vida Siembras albeantes i amorosas flores, 1 tl'ansformas mis ayes de dolores En estrofas de amor, Porque al soñar en ti, nace el arco iris Que colora el abismo de mi duelo; Mi espíritu, buscándote, va al cielo, ¡Se pierde en lo ideal! Irradiación, ensueño, flor i estrofa, 11 122 JOYAS LITERARIAS

Mi espiritu del tuyo necesita; AI'co iris que ilumina a tu proscrita, No te vayas sin mi. ... !

LUISA GODOY.

DESENCANTOS Y ESPERANZAS.

¡,Valc esta vida acaso, la pena e.le vivir? (W).

El mundo es una ~ucha, la vida una contienda, El corazón i el alma en lucha ta,n tremenda Viven, que nunca encuentran la bendecida paz; El corazón anhela el goce que lo mata, El alma agonizando, en esta vida ingrata, Suspira por un algo que no hallará jamás.

La virgen inocente que cuida de sus flores Anhela respetuosos i púdicos amores '1 sueña con los santos placeres del hogar; Después une su suerte al hombre a quien adora 1 ¿halla la dicha? nunca! Espina punzadora Encuentra entre las flores del nítido azahar.

La cariiíosa madre que con afán prolijo Trabaja i aun mendiga para llevar al hijo Que forma su ventura, un miserable pan; Su amor i su esperanza la parca airada trunca, Matando con el hijo las dichas que ya nunca En este mundo ingrato en su alma anidarán. JOYAS LITERARIAS 123

Se va el doncel ardiente corriendo en pos de gloria, Conquista míllaureles, alcanza la victoria 1 vuelve presuroso su premio a reclamar: És una hermosa niña que le ha jurado amores; "Mas luego se deshojan de su ilusión lasO fiares Al ver a su adorada con otro en el altar.

El rudo campesino envidia al potentado, 1 a veces el monarca se juzga desdicha

Desde la tierna infanda hasta la edad caduca, El sabía, el literato, el que jamás se educa, Batallan como atletas en este mundo cruel. El ignorante dice: si yo hubiera estudiado ...... El sabio con su estudio aún más decepcionado Solloza en'tre tinieblas, maldice su laurel. y todos, todos gimen bajo el gigante peso De la existencia amarga, i el corazón opreso Por duelos í pesares no puede ya luchar, Pues son las esperanzas fugaces mariposas, Las dichas son perfumes de delicadas rosas 1 el desengaño el soplo que llega a disipar.

1 nadie encuentra el goce jamás en este suelo, Por eso dice el alma cuando contempla el cielo: Allá están mis delicias, aquí está mi sufrir; Tabor no haí sin Calvario, sin lucha no hai victoria, Sollozo desterrada, mi patria está en la gloria, Su posesión bien vale la pena de vivir.

LUISA GODOY. 124 JOYAS LITERARIAS

ORO~OS

CREPUSCULO.

Lasolemne plegaria vespertina vibra en la calma de la tarde muerta, i siente el alma la impresión inciel·ta de un sueño delicioso de morfina.

El murciélago deja la ruina al ver que avanza la penumbra alerta, jen la ranura sOQre el muro abierta se acurruca la alegre golondl'ina.

La flor de la esperanza abre su broche, se piensa en la ilusión que tanto tarda i en la novia gentil que nos aguarda,

mientras que un heraldo de la noche Vésper fulgura,-un azahar de raso en la gloria sangrienta del Ocaso.

ALBORADA.

Un haz esplendoroso de matices surge con explosión en el Oriente, i fustiga a la techumbre transparente dejándole sangrientas cicatrices.

Cantan en los ramajes sus felices dúos de amor las aves tiernamente, JOYAS LITERARIAS 125

i la azullejania del Poniente se inunda en vagas claridades grises,

Espía en los capullos Primavera, la luz en trozos de iris se resuelve en el terso cristal de la vidriera; se oye en las fl'ondas U!la regia salva i en el umbral de tu balcón te envuelve en apoteosis inmortal el alba!

EDUARDO J, GORRillA,

RIMAS NEGRAS

Huelen a juventud todos tus versos, canta, canta, poeta -me dijeron ayer-cuando mi musa hallaba amor en tus pupilas negras, i miré que el aplauso su camino llenó de rosas frescas, i en muchos labios de doncellas núbileR olla vibraCión de mis ende~has, i en las pAginas limpias de los Albumes se acurrucó friolenta la nilía caprichosa, la muchachita histérica! 1 después, , , ,una noche, , , , -Ya apenas en la vieja memoria conservo, como una reliquia, el triste recuerdo- fui a buscar el olvido, un olvido, muy grande, sin término, 126 JOY A.S LITERARIAS

de tus ojos, carbunclos :;in mancha, de tus labios, capullos abiertos, al fangal do las fiores del vicio desabrochan eus pálidos pétalos, i miré fulgurar el champagne con suaves reBejos, i en los ojos relámpagos áureos, ¡ en las bocas lascivias i besos. 1 bebí, bebí mucho .. . . Mas siempre, al conjuro eficaz del recuerdo, surgia tu imagen sobre el fondo sin luz del cerebro. Quise entonces que el labio contara las ternuras de amores inmensos, a una rubia de senos de nieve i pupilas azules de cielo, i el labio muy bajo le dijo con miedo la canción más henchida de amores que brotó sollozante del plectro. Mas ella me dijo ·con tono burlesco: -No prosigas, por Dios, me parecen mui tristes tus versos i siempre las lágrimas alteran mis nervios; si alcanzar mis caricias pretendes, tu cabeza descansa en mi pecho, olvida a tu musa i dame tus besos! ¿Respondi? No lo sé ... . iSi e:J. el alma un puñal me clavaba su acento! .... Del salón me alejé pensativo, en el pecho llevando un anhelo de llorar por mi amor desgraciado i mis versos dolientes i enfermos .. .. JOYAS LITERARIAS 127

1 pensando en las dichas ausenteo i en tus frases de amor de otros tiempos, lloré, lloré mucho, . por tu amor, por mi fe, por mis versos, en tanto que el alba con sus tenues fulgores primeros, con un leve crepúsculo de oro tamizaba el azul de los cielos.

EDUARDO J. CORREA.

ORO~OS

EN JUNm

La extensa milpa del maizal sin grano moviéndose a compá,s, rítmicamente, dentro la faja de un azul luciente del cordón de los :nontes soberano.

En el diáfano cielo de verano ni un celaje de gasa tl'ansparente, no más el sol magnifico, esplendente, monarca altivo del cerúleo océano. Para calmar los apetitos de hembra que su organismo aviva el sol de plomo, la cabra se restrega entre la siembra ....

1 entre la milpa que empapó la lluvia, cual sola gala del pesado cromo, fulgura el oro de una espiga rubia, 12~ JOYAS LITERARIAS

EN NOVIEMBRE.

En el silencio la ciudad descansa i cual responso en funeral osario, ensaya en el grietoso campanario el buho su fatldica alabanza. Muerta la luna por el cielo avanza, i el alma con pavor extraordinario de su amargura inmensa en el sagrario eleva la oración de la esperanza.

Opaca a las estrellas tenue niebla, el gallo anuncia el alba en la cabaña, de vagos tintes el zafir se puebla ....

t en un violento estremecer de luces el nuevo sol desde el Oriente baña relieves rotos i oxidadas cruces.

EDUARDO J. CORREA.

DEL PASADO

Después de mucho tiempo, esta mañana, cuando la lluvia lenta descendla i el cielo gl'Ís en la extensión lejana be~llr a la planicie parcela,

volvl a verte gentil en la ventanA, cO .no la noche blanca de aquel dla en que tus labios rojos cual la grana me dijeron temblando que eras mla. JOYAS LITERARIAS 129

Al mirarte volviero).! muchos viejos re~uerdos de venturas ya remotas, i al verme dé tu amer siempl'e tau lejos, sentl celos i 'i=abia de la lluvia que acariciaba cou sus finas gotas el 01'0 limpio de tu trenza rubia,

EDUARDO J, CORREA,

ROJM:ANTICA

¡Engendro de pasión i de inconstancia, amor que siempre cUd.ndo tornas dejas en la memoria mla esa fragancia suave i querida de las cosasvilljas!

Te aguardo siempre con afecto i ausia i me pongo a llorar cuando te alejas, porque si tú te vas, luego a mi estancia vuelve la angustia con tus tristes quejas.

Sólo el recuerdo de la breve historia de tus caricias, del dolor m'3 salv:a, ¡oh mi novia tan casta cuanto bella; mas, ¡ai! que tu recuerdo en mi memoria brilla como al nacer la luz del alba, el fulgor apagado de una estrella!

EDUARDO J. CORREA. 130 JOY AS LITERARIAS

FLOR NEGRA

¡Qué pálido estaba el muerto, qué pálido I qué sombrio, el muerto aquel que en el río hallaron cerca del puerto! Pude, al contemplarlo, ver entr~ sus dedos crispados, unos cabellos dorados, luengos como de mujer. Pude también descubrír al observar su cartera, esta frase lastimera: me olvidaste .... hai que morir! pensé llorando en tu olvido, i se me escapó un gemido de impotencia i de dolor. Por eso hoi al recordar tu ingratitud traiCionera, pienso en aquella cartera i as! principio a cantar: ¡Qué. pálido estaba el muerto, qué pálido i qué sombrío, el muerto aquel que en el 1'10 hallaron cerca del puerto!

JULIO FLORES. JOYAS LITERARIAS 131

¿EN QUE PIENSAS?

Dime: cuando en la noche, taciturna, la frente escondes en tu mano blanca, i oyes la triste voz de la nocturna brisa que el polen de-la flor arranca;

Cuando se fijan tus brillantes ojos en la plomiza clámide del cielo .... i mustia asoma entre tus labios rojos una sonrisa helada como el hielo.

Cuando en el marco gris de tu ventana lánguida apoyas la cabeza rubia .... i miras con tristeza en la cercana calle, rodal' las gotas de la lluvia.

Dime: cuando en la noche te despiert3s i hundes el codo en la almohada i lloras .. i abres entre las sOlJ.lbl'as las inciertas pupilas, como el sol, abrasadoras.

F.n qué piensas? en qué? .... Pobre ángel mio, ¿piensas en 11l1estro amor despedazado ya, como el junco al impetu bravlo del torrente que salta desbordado?

¿Piensas tal vez_ en las azules tardes en que, á la luz de tu mirada ardiente, mis ojos indecisos i cobardes posábanse en el mármol de tu frente? 182 JOYAS LtTERARIAS

¿O piensas en la hojosa enredadera bajo la cual un tiempo te veía peinar tu ensortijada cabellera al abrirse los párpados del dla? ¡Quién sabe! .... no lo sé; pero imagino que en esas horas de aparente calma, percibes mucha sombra en tu camino;. sientes muchas tristezas en el alma! Mas .... otro amante extinguirá tu frio; yo sé que tu pensar no será eterno: mañana vivirÁs en pleno estío .•.. i yo, con mi calor . ... en pleno invierno!

Jur,IQ FLORE!!.

FLOR NEGRA

Mañana, cuando al cabo Yo duerma entre la obscura Tierra, mi sueilo negro, Lejos, tal vez, de las benditas tumbas, Debajo de las zarzas polvorosas, l . de las hierbas húmedas; Cuando ya el imposible de la muertp, -Piélago sin orillas-nos desuna, Piélago sordo a todos los lamentos, Maldiciones i súplicas; Mañana cuand!l llores, Mañana cuando sufras, Cuando mires caer tus ilusiones JOYAS LITERARIAS 133

Como en invierno las corolas mustias, 1 el tiempo haya surcado Tu semblante de arrugas, Si oyes hablar de mis tristezas hondas 1 de mis hondas dudas, 1 acaso veas mis versos, Vasos de melancólicas ternuras Que acerqué hasta tus labios Flin hacerte apurar su linfa turbia; Ah! si entonces te acuerdas De mi, i entre tus mamas diminutas 1 blancas, doblas la abatida frente Al peso de tu llanto i de tu angustia, Di, ¿ no es verdad"que exclamarás-¡Dios mio Por qué no me impregnó de sus ternuras? Por qué no comprendi lo que callaba?- Por qué no lo amé nunca?-

JULIO FLORIIIS.

RUMBO A AMERICA

Cuando la tajante prora De la nave, el mar hendia, 1 la de Oriente señora Luz, al Ocaso se hundia; Por tristes cavilaciones Mi mente inquieta i turbada, Mirando la mar salada, Soñé con estas regiones .... Limpio cielo i sonrientej Moles de inmenso granito 12 JOYAS LITERARIAS

Elevando al infinito La nevada i pura frente; Valles de fresco .verdor Al pie de montes 1 breñas 1 en sus entrañas las peñas Atesorando valor; Lagos de mansa blandura Que corrientes amamantan; Arboles que se levantan, Dando vértigos su altura; Peces de lindos colores Entre las inquietas olas; I, a la orilla, sus corolas Humedeciendo las fiores .... Obscureciéndose el dia, Loca la turbada mente, Un mundo as1, transparente, Pintaba a mi fantasia. De aquel sueño desperté Soñando en la inmensidad, iI he visto, cuando llegué, Más bella l!l realidad!

JOSÉ VIDRIO.

ESFINGE

Yo so! como esas olas gigantescas Que so1:>re el lomo enorme Del .monstruo azul se agitan i retuercen I van rodando sin saber a dónde. . Yo sol como esas negras tempestades JOYAS LITERARIAS 185

Que obscurecen el orbe; 1 como inmensas furias desgreñadas Lloran mientras los ámbitos recorren; Yo soí como esos rudos huracanes, Que en las obscuras noches Lanzan hondos quejidos lastímel'os En las arcadas de los anchos bosques .... Yo no sé qué pesares espantosos El corazón me roen, 1 a un mismo tiempo el alma me engrandecen r hacen que gima i me retuerza i llore. r sin embargo, ante el alegre mundo, Que mi alma no conoce, Rio i me apropio la frialdad que ostentan Las estatuas de bronce.

JULIO FLORES.

NUPCIAL

Señorita Primavera, Venga usted, que ya la espera La. corona de azahar! La tl'isteza al mundo agobia: ¿No es usted la blanca novia Que se viene a desposar? Llegue presto a los alta.res Ooronada de azahares. Esa frente juvenil, Esperando ya se inquieta El romántico poeta, 136 JOYAS LITERARIAS

Caballero mes de abril. La de mejillas de nieve, La de cintura tan leve Como tallo cimbrador, La de labios encendidos, La de los ojos dormidos Por el sueñ\) del amor. ¡Oh sublime inspiradora! Sus miradas son auro¡·a, Sus mejillas rosicler, Sus sonrisas ansia loca 1 los besos de su boca Tempestades de placer. El arroyo i la cascada A la núbil desposada Vienen himnos a entonar, Hai murmurios, hai aromas, 1 se arrullan las palomas En el viejo palomar. La capilla se engalana, Está fresca la mañana Como un ramo de jazmin; Ella viene, la doncella, Toda blanca, toda bella, Como rubio serafin. La campiña está de fiesta 1 las aves de la orquesta Ya preludian su canción, Las abejas vienen todas A la misa de las bodas Que repica el esquilón. Arde el sol en la mañana Como una hostia soberana Sobre el cielo de zafir: B¡;illa el solio como un astro 1 una mano de alabastro JOYAS LITERARIAS 131

Va la unión a bendecir. Golondrinas, mariposas, Venid todas presurosas .I\l griridiQso festival; Dadle ramos de azucenas I claveles i verbenas Para el tálamo nupcial. Preludiad vuestros alegros, Golondrinas de ojos negros, De plumaje tornasol; Entonad canciones hondas, Ruiseñores de estas frondas Empapadas por el sol. Que pefumen las violetas I que arranquen los poetas Dulces notas al laúd, Primavera se desposa, La princesa veleidosa De radiante juventud. Es un mozo verdadero El apuesto caballero, Caballero medioeval, Al que prefiere la dama, Por su escudo, por su filma; Por su porte señorial. Venga usted, que se le espera, Señorita Primavera, En las gradas del altar; ¿No es usted, oh virgencita, La graciosa señorita Qne Sfl viene a desposar?

JosÉ FLORES. 138 JOYAS LITERARIAS

~UZBEL

Del infernal abismo, con estruendoso vuelo Rasgando la tiniebla, surgió Satán: queda Ver otra vez la comba donde se espacia el dla, Ver otra vez su patria, ver otra vez el cielo! Murió durante un siglo; cuando colmó su anhelo 1 recordó el proscrito que allá no volverla, Con honda pesadumbre la formidable i fda Cabeza hundió en el polvo del calcinado suelo. Después . ... lanzó un sollozo que pareció un rugido, 1 yerta, azul i amarga, pugnó una gota en vano Por no salir del ojo del gran querub caldo: Crujieron valle i cumbre, i otero i bosque i llano, Porque la gota aquella, buscando inmenso nido, Formó, al rodar, la mole del pérfido océano! JULIO FLORES.

VORREI MORIR

Quiero morir cuando al nacer la aurora Su clara lumbre sobre el mundo vierte, Cuando por vez postrera me despierte La caricia del Sol abrasadora. Quiero, al finalizar mi última hora, Cuando me invada el hielo de la muerte, JOYAS LITERARIAS 139

Sentir que se doblega el cuerpo inerte Inundado de luz deslumbradora.

Morir entonces! Cuando el Sol naciente Con su fecundo resplandor ahuyente De la fúnebre noche la tristeza;

Cuando radiante de hermosura i vida, Al cerrarme los ojos, me despida Con un grito de ámor Naturaleza!

JUANA BORRERO.

SOL 1 NIEVE

¿Ves ese viejo tronco que la nieve con su manto cubrió? ... Bajo el frio sudario que lo envuelve conserva su vigor! Cuando torne la tibia primavera, •. a los besos del sol, su desnudo ramaje ha de cubrirse de florido verdor.

As! tu alma, aunque parezca muerta, conserva su calor, i para florecer le bastaría el fuego del amor ....

¡Oh corazón ardiente de mi amado que prematuro invierno amortajó, 140 JOYAS LITERARIAS

sé tú el arbol cubierto pOI' la nieve i yo el rayo del Sol. JUANA BORRERG.

LOS ASTROS

En la callada noche, cuando la sombra extiende sobre la tierra muda su velo misterioso, i arriba, en las alturas del éter anchuroso sembrado de luceros el firmamento esplende; Mi alma soñadora que al infinito asciende, escucha, sumergida en éxtasis dichoso, hablar a las estrellas su idioma cadencio!o, tan dulce, que tan sólo mi espiritu lo entiende. A mis oídos llega desvanecido i flébil el eco de esas voces como el murmullo débil que una dulzura vaga, indefinible, encierra. De su prisión terrena mi espiritu se evadE", i un inefable goce mi corazón invade, sintiéndome mni I~.ios de la mesquiq.a tierra!

JUANA BaRRERO.

EN EL TEMPLO

Se llena de crey~ntcs el templo solitario i a los acordes graves del órgano sonoro, JOYAS LITERARIAS 141 se mezclan en la atmósfera serena del santuario la.s voces cristalinas que vibran en el coro.

Entre las blancas nubes que arroja el incensal'Ío miro con las pupilas nubladas por el lloro que el sacerdote humilde de pie junto al sagrario entre las manos puras eleva el cáliz de oro. 1 así como el incienso que ante la imagen flota impregna de sutiles perfumes el ambiente, perfuma tu recuerdo mi mente visionaria;

1 de mis labios trémulos i suplicantes brota tu nombre idolatrado que vibra dulcemente mezclado con las frasel! que forman mi plegaria!

JUANA BORRERO.

LOS~OLINOS

Allá se vé . . o' de la vecina aldea Las-burladoras aspas de molinos Girando arrebatadas i sin tino, Con fe que impulsa i rabia que jadea ....

Una estrofa en las aspas volsejea, Lanzando al cielo el cántico divino Del hombre triunfador sobre el destino 1 del viento enfrenado por la idea!. ... Cuando entre las penumbras de la tarde Miro allá .. o. los molinos donde en vano Vn gran beso de sol palpita i arde. 142 JOYAS LITERARIAS

Espero ver que de las aspas brote Sobre fiaco rocín, con lanza en mano, El tipo espiritual de Don Quijote!. ...

JosÉ S. CHOCANO.

IRAS SANTAS

Mientras haya en la cúspide un tirano, Mientras haya en el antro un prisionero, Mientras en la ciudad quiera el guerrero Hacer lo que en la breña i en el llano;

Mientras no se alce el pueblo soberano, Yo, hecho Job de este inmundo estercolero, He de cantar las rabias que el acero Siente al hallarse entre la recia mano.

1 cual mano que rueda cercenada, Prendida siempre al puño de la espada, Bregando seguiré siempre con ira .... ' 1 logrando aplastar a los perversos, Les hundiré en la cárcel de mis veraos, 1 como rejas les pondré mi lira!

JosÉ S. CHOCANO. JOYAS LITERARUS 143

ESQUIVEZ

Recoge la cascada de tus rizos i tus manos aleja de las mlas, porque nada me dicen tus hechizos, ni yo puedo ofrecerte lo que ansías. ¡Ciñe a otro cuello tus amantes brazos! Antes de que se acerque mí partida, anhelo desatar todos los lazos que me unan a las cosas de la vida. ¡Resignado me siento con mi suerte! sé lo que el mundo en su recinto encierra; mas, no quiero, en la hora de mi muerte, llevarme ni un recuerdo de la tierra. ¡Culpa rita no es! Jamás acierto a domeñar los males con que lucho, ¡quizás yo ténga:el corazón ya muerto de haber amado, en otro tiempo, mucho! Brinda tu amor al alma que te adora, i no temas lanzarme tu reproche; ¡en ti reinan los rayo(de la aurora, pero en mi, las)inieblas de la noche! Ya di a la juventud nii despedida! Perdí el ardor de mis primeros años, i me alejan del campo de la vida sueños de artista i hondos desengaños. Nimbada de radiosas claridades vives, como las diosas, en los cieloB j"' 144 JOYAS LITERARIAS

yo vivo en las abruptas soledades, como viven los osos en los hielos.

Deja que en mi Tebaida misteriosa suspire por mis dI as halagüeños, como en húmeda celda tenebrosa lloran los monjes sus difuntos sueños.

Ansia de perfección mi ser consume, aunque me rindo en lodazal infecto, como al hallar las flores sin perfume desfallece entre abrojos el insecto.

Deténgome en mitad de mi camino, porque la voz de tu pasión me extraña, cual se detiene el triste peregrino un pájaro al 011' en la montaña.

¡Otros te ofrezcan del amor la palma, yo en los abismos del pesar me hundo, i sólo guardo en lo interioI'\del alma la nostalgia infinita de otro mundo!

JULIA N DEL CASAL.

GALATEA

En el seno radioso de su gruta Alfombrada de anémonas marinas, Verdes algas i verdes cOl'alinas, Galatea, del sueño el-Men disfruta. JOYAS LITERARIAS li15

Desde la orilla de dorada ruta Donde baten las ondas cristalinas, Salpicando \le brumas diamantinas El pico negro de la roca bruta. Polifemo extasiado ante el desnudo Cuerpo gentil de la dormida diosa, Olvida su fiereza, el vigor pierde; 1 mientras permanece absorto i mudo, Mirando aquella piel color de rosa, Incendia la lujuria su ojo verde.

JULIÁN DEL CASAL.

TROPIOAL

¡Oh vieja selva, nido de la sombra! Cuál se solaza el alma en tu frescura sobre tu muelle alfombra, bajo tu dombo inmenso de verdura! En ti el génesis late; en ti se agita la sabia creadora; eres arpa salvaje, vibradora, donde la vida universal palpita.

Los árboles, pilastras de tu arcada, se retuercen leprosos en la inmensa hondonada, i muestran vigorosos, cual guerreros pendones de gigantes en ancho campamllnto, U 146 JOY AS LITERARIAS

sus blancas barbas que l'emece el viento; i el río, entre los antros pavorosos, donde ruedan las aguas turbulentas al chocar en los altos pedrllgones, salta en recios turbiones, i ruge cual si fueran las Tormentas cabalgando en los negros Aquilones.

En la ribera, entre silvestre ortiga, picoteitndo están las garzas blancas, i con el verde pasto a la barriga los toros mueven sus lucientes ancas. Es la cálida hora del bochorno; el sol quema i enerva, i canta la cigarra entre la yerba i el suelo emerge un hálito de horno.

Se ven del tigre entre el fugal las marcas, i en la vaga, penumbra entre las quiebras, junto a las negras charcas yacen aletargadas las culebras. Remolinean vil'genes efluvios; el humo de la rosa, azul i blanco, sube de la montaña por el flanco; i alzan las cañas sus airones rubios, cual penachos de indigenas triunfales; i traen a la vega, bulliciosos, los vientos tropicales, el ruido de los plátanos hojosos i el lejano rumor de los maizales.

1 en la playa desierta sobre la seca arena, perezosos, cual negros troncos, con la jeta abierta, descansan los caimanes escamosos JOYAS LITERARIAS 10

En la cercana loma, en un recodo del camino, asoma feliz pareja de labriegos.

Ella es alta i núbil, fornida i bella, de ojos negros i ardientes, i de roja boca virginea, i de apretado seno que forma curva en la camisa floja; i él, atlético i lleno de juventud i vida, musculoso, con muñecas de recia contestura, hechas,-como muñecas de coloso­ de alguna raza extraña, para domar el poh'o en la llanura, para tumbar el roble en la montaña. 1 esa feliz pareja al fin se pierde entre la selva enmarañada i verde.

ISMAEL ENRIQUE ARCINIEGAS.

A MI MADRE

No fuiste una mujer, sino una santa que murió de dar vida a un desdichado, pues salí de tu senO delicado como sale una espina de una planta.

Roi que tu dulce imagen se levanta del fondo de mi lóbrego pasado, el llanto está a mis ojos asomado, los sollozos comprimell mi garganta. 148 JOYAS LITERARIAS

1 aunque yazgas trocada en polvo yerto, sin ofrecerme bienhechor arrimo, como quiera que estés, siempre te adoro,

Porque me dice el corazón que has muerto por no oirmegemir, como ahora gimo; por no verme llorar, como ahora lloro,

JULIÁN DEL CASAL,

E:A.FIZ

Entre la verde espesul'a, vibrando al compás sonoro de un arroyo que murmura, llena de encanto i dulzura se oye una flauta de oro,

Es la de Hafiz, el cantor de la purpurina rosa i del vino embriagador, quien, en brazos de una hermosa, entona endechas de amor;

endechas apasionadas que nos hablan de placeres, de frondosas enramadas, de bellisimas mujeres con magnéticas miradas;

de esquift.ls-nidos flotantes de juveniles arnantes- que van dejando al pasar JOYAS LITERARIAS 149

sobre el azulado mar una estela de diamantes;

de copas resplandecientes henchidas de rojt>s vinos, de murmuradoras fuentes, de frescos labios rientes i senos alahastrinos.

Termina el canto de amores Hafiz, con que humilla el coro de los tiernos ruiseñores, i arroja al césped de flores su dulce flauta de oro.

Besa después a 'su amante en los labios carmesíes, i escancia en copa brillante Ifmpido néctar fragante de espumas i de rubíes.

En el vaso del poeta, leve mariposa inquieta, sepulta sus regias galas, i en el vino, la indiscreta pierde sus radiantes alas.

De la onda de plata i fuego libra al insecto el cantor i, por alas de color, da a la mariposa luego dos pétalos de una flor.

l, símbolo del divino vate del amor i el vino, alegre la mariposa, 150 JOYAS LITERARlAS

desde el vaso cristalino vuela al pecho de la hermosa.

l\IANL'EL REINA.

LA GOTA DE SANGRE

Sentados en la gótica ventana Estábamos tú i yo, mi antigua amante; Tú de hermosura i de placer radiante, Yo, absorto en tu beIJeza soberana.

Al ver tu fresca juventud lozana, Una abeja lasciva i susurrante Clavó su oculto dardo penetrante En tu seno gentil de nieve i grana.

Viva gota de sang.·e transparente Sobre tu piel rosada i hechicera Bl'iIJó como un rubí resplandeciente.

Mi ansiosp labio en la pequeña, herida Estampé con afán .... ¡Nunca lo hiciera, Que aquella gotlt envenenó mi vida!

MANUEL REINA. JOYAS LITERARIAS 151

NOCHE BUENA

Risas, placeres, el altar dorado, que canta ise recrea en torno de la blanca chimenea; el vals alegre, rítmico i alado, El corazón valiente del soldado, henchido del recuerdo de su aldea; i el champán que en la copa centellea; de cristalina espuma coronado.

Dos infelices, la tormenta, el frio; el niño abandonado que suspira triste i glacial; la voz atronadora del hondo mar colérico i bravío, i la campana, que, cual férrea lira; ya parece qlte canta, ya que llora!

MANUEL IhllNA.

1 '

MUSA DEL POLO

Te quiero helada .... ¡Cierra tus pupilas Bajo la frente de impasible bielo, Con esa languidez en que sé duermen Las estrellas del Invierno. , .. 152 JOYAS LITERARIAS

Si tiemblas junto a mI, que no reclame Tu vibracion el pago de mis besos, Ten frio .... mucho frlo . ... hasta que sientas . ·Ccingelárseme el cuerpo!

Lo helado busca a Dios. . . . ¡Mira la blanca Túnica del volcán tocando al cielo; Mira las lobregueces misteriosas Del húmedo convento! Oye el gemido que angustioso lanza En yerta alfombra el proletario enfermo; Ese copo; esa música de nieve N o la recoge el suelo .. . . !

Ten f!'io .. . . mucho fdo . . .. ya pasaron Las caricias labradas en el fuego; N o temas acercarte como un día Que valor fué tu miedo . ... ! Unamos nuestras almas como se unen Dos pulmones del manto del invierno; La muerte-primavera que no acaba­ Nos brinda un sol mui helIo:

Un pedazo de mármol parecido A un pedazo de luna i un reguero De estrellas las llamitas azuladas Que despiden los huesos . ... !

E. GONZÁLEZ LLoRcA. JOYAS LITERARIAS 153

EL MONSTRUO ARTISTA

El tigre se arrojó sobre el apóstol, en él clavó la poderosa garra, lamió su sangre, trituró sus huesos i esparció por la arena las entrañas. iI Nerón, admirándolo, re la, prorrumpiendo en feroces carcajadas!

El león se arrojó sobre la virgen, que, desnuda i temblando, sollozaba; rompió su pecho, dl\sgarróle el vientre i devoró la sangre con las lágrimas. iI Nerón, azuzándolo, reia, prorrumpiendo en feroces carcajadas!

El fuerte gladiador cayó vencido; mas en el .podium. le negaron gracia i, jave César! gritando, en el robusto cuello se hundió la fulgurante espada! jI Nerón, aplaudiéndolo, reía, exhalando feroces carcajadas! ....

Nerón es cruel; pero me aterra menos cuando, viendo la arena ensangrentada i martirios i crímenes, prorrumpe en feroces e inicuas carcajadas, que cuando, al son de la vibrante lira, celebra a Roma convertida en lla,mas!

F.. GONZÁLEZ LLGRCA. 154 JOYAS LITERARIAS

LA PEONZA

Desnudándose, gira presurosa En el duro i pulido pavimento; ¡Cuántas vueltas, erguida, en un momento Da con agitación vertiginosa!

Silba, escarbando la bruñida losa, 1 enredada en los átomos del viento Pierde al fin su orgulloso movimiento Para quedar en la palestra, ociosa. ¿Imitarla? Jamás .... ! Vivid, humanos, Con la hermosa pasión de las esferas Hacia quienes se elevan vuestras manos; No ceseis de brillil1', matad quimeras: ¡Nunca es el fuego pasto de gusanos, Ni la luz corrupción de las hogueras!

E. GONZÁLEi LLoReA.

PAZ ANIl\LE

Hasta apurar las heces del veneno he bebido en mi cáliz la amargura, i aún puedo levantar la frente pura J a4n e;iste en mi espíritu algo bueng. JOYAS LITERARLÁS 155

Me han arrojado sin piedad el cieno i mi alma no ha perdido su blancura, aún tengo fe para escalar la altura sin miedo al rayo, i sÍn temor al trueno!

POI' eso-aunque la pena me devora Í el malvado con saña me escarn~ce- Jamás mi !ir;!. compasión implora; ¡qué me importa el dolor si me engrandece cuando sé que en la frente pensadora un puñado de lodo resplandece! ...•

E. GONZÁLEZ LloRcA.

ORINES

Allá en la gruta~ al pie de la montaña, Sobre un tapiz de rotas calavsras, Se halla el rei poderoso de las fieras Soñando con el monte i la"cabaña. Tiembla la luz del sol cuando lo baña Con sus dulces caricias postrimeras, 1 en el velo sutil de enredaderas El aire teme provocar su saña. De"pronto hiere su imperial oido Con las dulzuras plácidas del eco, Un meláncolico i fugaz balido ...... Llena su talla en tenebroso hueco, 1 se envuelve lanzando un rugido De la melena en el dorado fleco ...... ! Lejos ya del rigor de la metralla, Sin compañero en su veloz huida, 156 JOYAS LITERARIAS

Rompe el corcel la ensangrentada brida Medio desecha por la cruel batalla. En el campo tranquilo todo calla Contemplando del sol la despedida . Sólo la tierra con fragor trepida Cerca del foso i junto de la valla! Ai fin se rinde el animal cansado; Lanza un gemido su ardoroso pecho I se postra en el suelo acolchonado ...... ¡El hilo de su crin, antes deshecho Por el soplo del aire, le ha formado Un mullido cojln para su lecho ...... ! Rápido va cruzando la llanura En alas del vapor omnipotente, El ómnibus de hierro i agua hirviente A cuyo paso el riel se hunde i fulgura. Mece su pompa en la atrevida altura Que le brinda la fábrica del puente, Asi como la esconde sordamente En las entrafías de la peña dura. Sin cesar lo acompafía en ese vuelo De la llanura a la empinada cumbre El humo que vomita con anhelo ...... ¡Asl fué la israelita muchedumbre Buscando audaz el prometido suelo Con un monte divino por techumbre ..... Tiende su cauda el volador corneta En medio de la bóveda estrellada, En la sombra del cielo es una espada I en la noche del alma es un profeta. Pluma tal vez de celestial poeta, Es la gota de luz que lleva atada Hermosa tinta. que con fiel plumada Astros detrama i a la sombra reta! Ignorando la mistica faena Que provoca en el báratro del mito JOYAS LITERARIAS 157

Sigue su curso sin temor ni pena; Creyente ciego de glorioso rito, Unge con el vapor de su melena La bóveda de un templo: ¡el infinito!

E. GONZÁLEZ LLoncA.

ALBORADA

Nace la aur~ra, espll'ndida de luz i de alegria, alumbra el horizonte la claridad del día, i entre fulgores ígneos súrge radiante el Sol. Las'nubes replegándose despejan el éspacio, los campos se coloran de grana i ' de topacio, bordando la esmeralda que cubre la extensión. Sus aromados pétalos abren las gayas flores, revuelan en bandadas los pájaros cantores, alegres entonando conciedo matinal. Las mariposas mltltiples de primorosas galas, libando miel ansiosas baten sus leves alas, inquietas recorriendo el rico forestal. 14 158 JOYAS LITERARlAS

Naturaleza plácida al dulce amor convida: mi corazón amante do la pasión se anida, con entusiasmo late a impulsos del placer. Buscan mis ojos ávidog la luz de tu mil'ada, que es para mi alma loca la célíca alb.orada, la aurora esplendorosa de un gl'ato amanecer. ¡Ven, seductora Angélica, amor de mis amores! descogeremos juntos las odorantes flores para ceñir tu frente que es lampo de eandor. En confidencias intimas por fll ameno huerto de l'osas i jazmines i de arrayán cubierto, á nuestro gozo amante daremos expansión. Ya la corriente rápida del murmul'ante rio, siguiendo embelesado en loco desval'io, de nuestro amor hablando con entusiasmo i fe; Ya por lo más recóndito de la floresta umbría, estrechamente muda tu mano con la mia, en deleitosa plática podremos reCOrrer. JOYAS LITERARIAS 159

Nuestra pasión jurándonos i en amoroso exceso cambiando nuestros labios un beso i otro beso, nos mirarán las aves languidecer de amor. Ven, seductora Angélica, tu celestial mirada es para mi Illma loca la luz de la alborada; ven, que ya majestuoso se eleva el almo Sol.

RM'AEL NÁJERA.

ROMANCERO DE LA INDEPENDENCIA

ATOTONILCO

Clara, tibia, deliciosa se presento la mañana; el horizonte encendido con resplandores de gualda, i el cielo azul, festonado con grumos de nubes blancas, como flotantes crespones que fingen formas extrañas. De los álamos frondosos se desprenden en parvada!! cardenales i gorriones, pitirrojos i calandrias, que dando trinos al-viento ¡Jan regocijo a las almas. 160 JOYAS LITERARIAS

El zumbar de las abejas que sin descanso trabajan, se mezcla con el chirrido pertinaz de las cigarras i el melancólico canto de la amorosa torcaza. Cuelgan de los naranjaleH como racimos de nácar aromosos azahares; , i se mecen las naranjas r¡ue pomas de oro parecen entre ramas de esmeralda; i se perfuma el ambiente i los sentidos se embargan con el olor del tomillo, el ajenjo i la retama.

Dando vuelta a una ladera, ele un cerro bajo la falda, que campanillas azules i rojas flores esmaltan, se descubre pueblo humilde formado de agrestes casas, con sus pareeles de adobe ligeramente blanqueadas, con cercas de palopique i con eubiertas de palma; i la iglesia, si pequeña, graciosa i bien decorada, con cimborrio de azulejos i torre esbelta i gallarda.

Es Atotouilco el grande que se encuentra esa mañana de fiesta, según parece, porque se hallan en la plaza JOYAS LITERARIAS 161

sus honrados moradores reunidos i en algazara, con cohetes prevenidos, i en la torre, de atalaya, v-arios mozos en acecho observando lo que pasa.

De repente a las esquilas muchas manos esforzadas se aprestan, i los repiques de bulliciosas campanas, los cohetes i los gritos de la multitud compacta anuncian que algo mui grato en Atotonilco pasa. Es que el Cura de DoloreR, en jefe de la cruzada, llega al Pueblo, con su pueblo que crece como avalancha. Las mujeres a las puertas se asoman regocijadas, a los lugares más altos los muchachos se encaraman, surcan el aire cohetes, i los vivas i las cámaras i los alegres repiques de las alegres campanas.

Sobre alta i robusta mula modestamente enjaezada, sin arneses militares, ni distinciones jerárquicas, el padre Hidalgo va ::.l frente de muchedumbre entusiasta, radiante de regocijo si bien de provista de armas. 162 JOYAS LITERARIAS

Son coutados los fusiles, las pistolas mui escasas, a.lgún mosquetón mohoso, alguna .escop~ta usada i como recuerdo histórico una que otra bocamarta. Los chuzos de los serenos, machetes, cuchillos, dagas, hondas i sacos de piedras, palos, tarecuas i lanzas. Muchos sin mas armadura que su camisa de manta, ni más armas quc sus manos i el santo amor a la patria. Hombres, mujeres i niños con el alma emocionada van en busca de la muerte en defensa de su causa

A la derecha de Hidalgo con apostura-bizarra, sobre un alazán soberbio de bella i ma.rcial estampa, con militares insignias Don Ignacio Allende marcha; i a la izquierda, en un retinto andaluz de pura raza, con uniforme vistoso se ostenta Don Juan Aldama Luego que entran en el pueblo el entusiasmo se exalta, atruenan el aire gritos jubilosos ¡entusiastas, i corren por las mejillas de regocijo las lágrimas. Llegan los nobles caudillos JOYAS LITERARIAS 163 hasta el centro de la plaza, con el concurso del pueblo que sin cesar los aclama. Hidalgo i sus compafiero& de los caballos se bajan, i a la iglesia se encaminan a elevar a Dios sus almas. Después que concluye Hidalgo su fervorosa plegaria invocando de los cIelos el triunfo para su causa, saca de su viejo marco la hermosa Guadalupana, que era del creyente pueblo la joya má.s estimada. Con entusiasmo creciente la coloca en una lanza i cual paladión glorioso sale con ella a la plaza.

eHijos,> les dice a las gente~ atentas a sus palabras: -la gloria excelsa del triunfo nos cubrirá con sus alas, vamos a romper los grillos que apdsionan a la patria, a libertarnos del yugo con que nos doblega España, a vivir sin amo implo que como a bestias nos trata, i a conquistar los derechos que siendo nuestl·os nos faltan.> e Esta es la gloriosa enseña que nuestras vidas ampara, ella nuestra únic~ reina, ella nuestra soberana, 164 JOYAS LITERARIAS

la que del pueblo que sufre ha de remediar las ansias, i con sublimes victorias coronará nuestras al'mas .• • Sea nuestro grito de guerra ¡Viva la Guadalupana! i que muera el mal gobierno que con rigor nos maltrata!. -¡Viva, prorrumpen mil voces de entusiasmo electrizadas, i el pueblo de Atotonilco se agrega a la caravana.

Sube Hidalgo a su montura, sube Allende i sube Aldama i salen regocijados entre vivas i algazara, llevando a la Virgen india como enseña sacrosanta, llenos de valor los pechos, llenas de fuego las almas, i en busca de la victoria se dirigen a Celaya, 189!). RAFAEL NÁJERA.

INVERNAL

¡ Oh seductora Nice, mi dulce i casto dueño! Tú, cuyo acento blando es tan sonoro i tierno JOYAS LITERARIAS HI5 como de la calandria el rítmico gorjeo. Tú, que la brisa impregnas con tu aromado aliento de rosas i jazmines, encantador remedo. Tú, que en el alma viertes efluvios de consuelo, irradiaciones blancas i fúlgidos destellos. Tú, que eres en mis horas de amargo sufrimiento estrella de inis noches, delirio de mis sueños, ensueño de mi vida i vida de mi aliento; Ven a mi hogar, ya es hora de que el verje! dejemos, donde arl'asante sopla el iracundo cierzo. Ya cubre con su manto el aterido invierno, los montes i 198 valles, los bosques i los huertos; la nieve embullonada i el transparente hielo, mataron los follajes, quemaron los helechos, i con sudario blanco como argentado velo desde la roca enhiesta al valle i al sendero, todo, ¡Nice del alma!. lo tienen ya cubierto. Ven, ¡gloria de mi vida! huyamos del invierno, 166 JOYAS LITERARUS

i a la mansión de amores que para ti conservo, asidos de las manos i alegres penetremos, Alll, al calor amante de su sabroso fuego, sentada en mis rodillas, teniendo sobre el pecho los ondulantes bucles de tu sutil cabello, i estando confundidos mi aliento con tu aliento, te contaré las penas que cuando no te veo circuyen mi existencia de abrumador tormento, Te hablaré de los goces que para ti deseo, de la esperanza bella que en la ilusión conservo, de que se acerquen pronto 108 venturosos tiempos que en mi deli¡'iQ amante con impaciencia espe¡'o, De mi pasión que crece como voraz incendio desde que vi tus ojos i pel'cibi tu acento, i tus palabras dulces en celestial concierto hirieron mis oidos con vibración del cielo, Alabaré las gracias de que eres un portento í ¡cuánto son a mi alma queridos tus ¡'ecuerdos! JOYAS LITERARiAS 161

Repetiré mil veces con expresivo acento las frases amorosas que forman tu embeleso; renovaré sumiso mis fieles juramentos, lo mucho que te adoro, como de amores muero, que eres mi luz, mi gloria, mi encanto i mi embeleso. 1 cuando ya no tenga para ti, j dulce dueño! nuevas frases mi boca, nueva luz mi cerebro, ni suspiros más hondos mi lacerado pecho, para ofrecerte ufano la flor de sus ensueños, te abrazaré anhelante i con delirio intenso pondré sobre tus labios mis amorosos besos, Después, cuando en Oríentll den'ame el Sol su fuego para alegrar los campos i revestir los huertos; cuando la primavera nos muestre sus renuevos, Favonio sus halagos i sus ca ricias Céfi ro; cnando abran las gardenias su cáliz, de ámbar lleno, las rosas sus corolas i embalsamado el vi en to se pueble de cantores alado~ ¡ligeros 168 JOYAS LITERARIAS

que arrullen los sentidos con celes~ial concierto, entonces, solo entonces saldrás, ¡mi dulce dueño! Pero mientras doliente su faz oculte el cielo i cubra las campiñas un manto ceniciento, tú pasarás amante bajo amoroso techo, las inclementes iras del aterido invierno.

RAFAEL NÁJERA.

ADORACION

Como en un relicario precioso incrustado en el fondo del alma, de tu imagen divina conservo las helénicas formas grabadas. Eres tú en mis noches insomnes la que grato consuelo derrama, aliviando mis penas agudas i calmando mis intimas ansias Eres astro que alumbra mi cielo, eres rayo fulgente del alba, eres toque de gloria que anuncia dlas mejores de dicha soñada. Blanca antorcha de luz inefable, grato faro de dulce esperanza, JOYAS L1TER.1RIAS 169

ramillete de olimpicas florcs que embriagantes perfumes exhalan. Voz de música dulce i sentida cuyas notas deleitan el alma, i despiertan dormidas quimeras i pasiones fogosas exaltan. En mi cielo de sueños dorados eres ángel de nítidas alas que por senda florida me lleva del supremo deleite a la estancia. Eres ave de mágicos trinos que consuelan mis horas amal'gas, amuleto que avaro atesoro como perla en estuche de nácar. Eres tú la reliquia más bella que mi pecho fanático guarda, donde no la profanen del mundo las impias falaces miradas . • *~ Para amar esas gracias excelsas i adorar esa imagen sagrada, tiene luces de aurora mi mente i vibrantes acordes mi arpa. Tienen grato perfume mis flores, i mi boca sentidas palabras, i mis labios sus besos de fuego, i tiernisimos ayes mi alma. Tiene ritmo la sangre hervorosa que candente mis venas abrasa, i suspiros dolientes mi pecho, i mis ojos raudales de lágrimas. AIll mudo i feliz te contemplo de rodillas, mi fe se agiganta revereñte, i humilde te invoca i te eleva fervientes plegarias. Porque tú eree el Dios qu~ venero, 15 no JOYAS LITERARIaS

la deidad que mi~ labios aclaman, i a quien culto exaltado i ardiente mi alma altiva, sumisa consagra. Yo te adoro! No hai ser en la tierra, ni en las ondas brillantes del agua, ni en el !impido azul de los cielos, ni en la gloria al creyente tan grata, que merezca ese culto ardoroso que tu ideal hermosura demanda, que anhelante germina en mi pecho i rendido mi amor te levanta. Porque tú eres mi sola delicia, mi ilusión, mi placer, mi esperanza, mi delirio, mi fe, mi ventura i mi llOica gloria soñada.

RAFAEL NÁJERA.

UNA VICTIMA MAS

Sociedad, sociedad, que del orgullo te dejas conducir hasta el abismo, i si es culpable algím humano tuyo eres su juez i su verdugo mismo. ¿Quién eres tú que juzgas sin conciencia, sin más lei que la lei del poderoso, para burlar del mártir la dolencia i lanzar el desprecio al andrajoso? Ayer tu mano, de amistad emblema, estrechaba la mano de un amigo, i hoi lanzas sobre él vil anatema porque la suerte le volvió mendigo. JOYAS LITERARIAS 171

Una mujer, ayer en tus sa.lones vió del mundo la luz por vez primera; fué reina de tus locas ambiciones i la haces mártir hoi porque es ramera. Por el mar de la vida navegaba sin l'umbo fijo i sin polar estrella; tu caprichoso antojo la guiaba i tu exigencia siempre iba con ella. Del doméstico hogar formó el encanto cual tierna madre i abnegada esposa, fué de sus hijos el modelo santo i de su esposo la hechicera diosa; pero una vez, en tu delirio insano, ebria de gozo i con placer profundo, con sacrilego afán, tu indigna mano tomó a esa diosa. , .. ji la arrojó en el mundo! Desierto está el hogar.... aún tibio el lecho .... ¡una infeliz familia abandonada que contemplás con aire satisfecho, burlando su dolor tu carcajada! I la infeliz mujer que ya contrita de volver al hogar tiene esperanzas, recurre a ti, pero ¡ay! ¡está maldita! quiere ser limpia, i lodo más le lanzas. Huyeron de su rostro las cQlores, mas no huyó de su alma la pureza, vaga sola en el mundo i sus dolores la obligan a inclinar hoi la cabeza. Si en sus pálidos labios hai sonrisa es porque el hombre la compró a buen precio, que no puede reir quien se desliza por un mundo de burlas i desprecio. Buscó en tu seno redención i apoyo ia sus lágrimas fuiste inexorable; a su arrepentimiento fuiste escollo: si ella adúltera fué, ¡tú eres culpable! 172 JOYAS LITERARIAS

¡Ya sucumbió ... . ! de un hospital el lecho fué el último consuelo de su vida: consumado por fin está tu hecho, tu infame voluntad está cumplida. ¡Una víctima más .... ! era ramera; el desprecio tan sólo merecía. ¿A sus restos llorar? ¡loca quimera! mató su ser el fuego de la orgía, Piensa así sociedad, viste tus galas, celebra triunfo tal que has conseguido, el ángel del hogar quedó sin alas i al rigor de tu lei ha sucumbido. Nuevos mártires caigan a tu influencfa, no hallen a tu justicia nunca abrigo, que si hoi vives en medio la opulencia, ¡mañana, sociedad, serás mendigo! LUIS C. DE SAN MARTíN,

DE NOOHE

1 Son las sombras la cámara negt'a donde van a llorar los recuerdos, i los astros son cirios que alumbran al pasado que yace en un féretro; vagarosas las auras remedan los perfumes de mil pebeteros, las luciérnagas son almas tristes, los meteoros suspiros de fuego, i el lejano horizonte es la tapia 4e un tranquilo i feliz cementerio. JOYAS LITERARIAS 173

II En las nupcias supremas del alma, cuando amor la prepara su lecho, como lámpara blanca la luna vela entonces los m[sticos sueños. Las estrellas son pálidas damas que envidiosas i tristes huyeron,

80n las brisas azahares que embriagadj 108 insectos de luz son deseos, i la vóbeda azul es la estancia en que duermen Julieta i Romeo.

LUIS C. DE SAN MARTíN'.

ROMEO 1 JULIETA

(ANTE UN LIENZO)

¡Que bien entre la sombriL agonizante Se destaca la pálida alborada Reflejando en el rostro del amante La pupila bl'illante De la siempre rendida enamorada. ¡Qué bien lucen las frondas sus ramajes, Ocultando la histórica ventana, En tanto que despiertan los mirajes Allá entre los celajes De la primera luz de la mañana!

Cual jirón de esa luz tenue, indecisa, Se juntan los amantes rostros pálidos. 1'14 JOYAS LITERARIAS

1 sellando de amor una sonrisa, Un beso entre la brisa Junta i confunde aquellos labíos cálIdos. Por el muro invisible se resbala La brefiosa, fragante enredadera; Va a descender Romeo por la escala, La alondra agita el .ala 1 Julieta impaciente desespera. Es hora de partir, ya la alborada Su luz asoma en el dormido Oriente 1 pronto el Sol rasgando la enramada A la aurora su amada Castas caricias le dará ferviente.

Un beso, el postrimero de aquel dia, Pl'eludia el trino i el rumor suave, Roba un aliento tibio la ambrosia 1 allá en el nido pia A stís hijuelos, despertando, el ave.

'I a la noche siguiente, el mismo anhelo, La misma escala puesta en la ventana, Entre las frondas despertando el cielo 1 el amor en desvelo Diciéndose otra vez .hasta mmiana. >

Es ese cuadro, Elena, un grato enBlleño En que dejó tu juventud sus galas; Que el arte arrulle.de tu mente el sueño r que, siempre risueño, No pliegue el ángel del amor sus alas.

LUIS C. DE SAN MART1N. JOYAS LITERARIAS 175

RONDEL

Campanita de la iglesia, De la -iglesia de mi barrio, Que a misa llamas doliente Desde el alto campanario; Campanita de la iglesia, De la iglesia de mi barrio.

Entre frondas i sepulcros En el viejo camposanto, Tu tañer recoge el viento, 1 antes que en eéos vagando Vayan a morir tus sones En los nidos o en los. antros, Te acaricia la mañana, Te abrillanta el sol dorado, 1 de hoja en hoja tu acento, De grieta en gl"ieta tu canto Se dilatan, dando vida 1 el sueño eterno arrullando Sobre frondas i sepulcros, En el viejo camposant,o.

Las aves su ritmo alegran Con tu s6n acompasado, 1 las ruinas se entristecen Al herir de tu badajo; Es que las unas despiertan 1 están las otras soñando; Es que !ln la rama vetusta Un nuevo plumón se ha alzado JOYAS LITERAtl.US

1 en la vieja tumba anidan Más hambrientos los gusanos. ¡Canta, campauita, canta, Doliente- ,..-misa -llamando! Las aves sil ritmo alegran Con tu són acompasado! Eres la misma que un dla Gemiste, a mu~rte tocando, Mientras los hombres feI:o~es, Los hombres del camposanto, Después de bajar el féreti·o Fueron tierra amontonando, 1 al olvidar la faena, COJII. melancólico canto Perdiéndose entre el ramaje .... Entre las sombras marcharon. En el féretro, mi madre, Mi dolor, entre los cá.nticos, En las ramas mis suspiros, En las sombras, mi quebranto .... ¡Eres la misma que un día Gemiste, a muerto tocando! Yo despedí los despojos De aquel ser idolatrado Cuando de niño, ignoraba Del mundo todo el engaño; Yo volví a casa mui triste, Yo volví a casa llorando, 1 me dormi sobre el lecho Por mi madre abandonado; Al clarear la mañana, Cuando tú a misa llamando, Despertabas a las frondas, Las ruinas i los santos, Huérfano me de~pertaba JOYAS LITERAR~AS U'l

Entre lágrimas pensando ... , 10 despedí los despojos De aquel sér idolatrado!

Como hermosa lejanía De mi novia el traje blanco Se elevaba tras las tapias Del vetusto camposanto, Cuando muertos mis anhelos 1 perdidos mis encantos Vine a llorar mis pesares, Vine a llorar mis quebrantos, Cabe el sepulcro de aquella Que me dejara llorando, Cabe la tumba grietosa Desde la que viera en lampos, Como hermosa lejania De mi novia el traje blanco, Después, regué aquella huesa Con nuevas gotas de llanto, Con lágrimas de imposibles, Con raudales sobrehumanos, 1 ví, sobre aquellos murós Del vetusto camposanto, Perderse las ilusiones, Esfumarse mi pasado Cuando ya el alma tenía Los sentimientos agostados, 1 l'egaba aquella huesa Con nuevas gotas de llanto! Hoi que en pos del imposible Vaga mi espíritu errando, 1 me duermo con anhelos 1 me despierto soñando, Tus sonidos me aletargan, 1'18 JOYAS LITERARUB

Tu tañer despierta mi ánimo, 1 ya no tocas a muerto, Que estás a misa llamando; Te da la aurora SUB galas, Te besa el sol con sus rayos 1 alegras con tus acentos El antiguo vecindario. Ya puedes con tUB tañidos Despertar nidos i antrOs Roi que en pos del imposible Vaga mi espll'Ítu errando. Canta, campanita, canta Desde el alto campanario; Tú tienes para mis penas De consuelo rico bálsamo: En los mundos imposibles Con los que sueña mi ánimo, Cuando retorna mi espiritu 1 se adormece letárgico, Cuando te besa la &urora 1 el sol te da el primer rayo, 1 me despiertas, a misa Dolientemente llamando, Me olvido de los pesares, Me olvido de los engaños, Con la esperanza que tengo De llegar al camposanto! .... ¡Canta, caropanita, canta, Desde el alto campanario! .

LUIS C. DE SAN MARTíN. JOYAS LITERARIAS

CONFITEOR

Vengo haci~ ti con alma reverente, Como el marino en los revueltos mares Que va tras de la estrella refu.1gente .... Como se acerca al pie de los altares Rebosando amarguras el creyente. Caigo a tus pies dejando en el pasado Todo mi atroz mortal remordimiento: Amarte sin cesar fué mi pecado, 1 al darte corazón i pensamiento, Espil'itu i materia te he entregado. Confieso que en las luchas de la vida, Cuando rendido el corazón estaba, Calmaste los dolores de mi herida 1 fuiste la esperanza prometida Para mi pobre fe que agonizaba. Confieso que seguimos el camino Esperando la luz de la mañana, 1 que yo, desolado peregrino, Aproveché del mundo el torbellino 1 te alejé de amiga caravana. Confieso que después de hacerte mía En medio de la noche de mi alma, Me sorprendió letal melancoIfa, 1 presa de mi eterna nostalgia, Buscó lejos de ti mi amor la calma. Confieso que después, cuaÍldo he tornado Mi vista a la tristisima jornada, 108 JOYAS LITERARIAS

Si tus bellos encantos no he olvidado, Mártir de los recuerdos del pasado Espero en el camino la alJorada. Que en esta horrible noche en que me muer". Alejado de amiga caravana, Si confieso, mujer, cuánto te quiero, Aguardo sólo el matinal lucero Con que alumbre mi tumba la mañana. Bendiciendo los lazos terrenales Puede quedar aislada en mi camino Mi cruz entre peñascos i breñales .... 1 perderse mi tumba en los zarzales, Cual corresponde a un pobre peregrino. Pues tú, siguiendo el escabroso viaje, Sin recuerdos tal vez i sin creencia, No mirarás el postrimer celaje Al prenderse en mi fúnebre paraje Que señale mi lóbrega existencia.

LUIS C. DE SAN MA.RTíN.

CREPÚSCULOS Y SIESTAS.

Ilai el germen dol bien en tus entrafiU, Te hice dado quizá porque eres buena; La inquietud"se interrumpi én lu montarla! (;uando el1e6n sacude su melena. qUJRINO OBD.&I. Surgió en mi corazón el celo implo, inquietóse mi calma, i presa de inclemente desvarlo surgió la frase i lastimé tu alma. JOYAS LITERARIAS 181

Tú en cambio, devolviste por agravios, por iras, por enojos, los besos ardorosos de tus labios i las lágrimas puras de tus ojos.

*'" * JamAs olvidaré de aquellas horas la lucha despiadada, i sI otra vez, por mi destino, lloras, recuérdalas también, prenda adorada. Ellas serán atroz remordimiento mientras dure la vida, i dará lenitivo el pensamiento & los bordes abiertos de la herida.

Ven, i al hogar que inflama la memoria, del amor bajo el techo, repasemos las hojas de la historia que en lo intimo guarda nuestro pecho. Son páginas trazadas con ventura que no ha borrado el llanto; son recuerdos de dicha i amargura que dejara el cariño sacrosanto.

1 Te acuerdas, la mañana voluptuosa mi pobre hogar heria cual si fuera la imagen candorosa de la primera novia que tenia. Al borde de mi lecho te sentabas como un ángel bendito, 16 182 JOYAS LITERARIAS

i en tu rostro seráfico llevabas resplandores de luz del infinito.

JI

El Sol en su esplendor la tiel'raardiente con su fuego bañaba, i era sofocador el tibio ambiente, l Natura, gozosa, se extasiaba.

Sonó tu voz en el jardln desierto, refulgió tu mirada, i despertó mi corazón ya muerto, 1 halló mi pobre alma su morada.

III

~ntre las sombras de la noche espesa, sin ruido ni temores, nuestro amor ha dejado su grandeza entre áuras, i pájaros, i flores.

IV

El lago dilataba su corriente, la ribera jqué estrecha! por limite tenlamos nuestra mente, por ideal el alma satisfecha. '

En el lugar más solo i apartado de aquel sitio florido evocamos las sombras del pasado i dimos rienda suelta a nuestro olvido. JOYAS LITERARIAS 188

v

La augusta soledad de la mon~aña, de amor la compañera, el silencio de plácida cabaña, la alegre sementera,

lIitios fueron también donde tus penas junto a, las penas mías guardan el dulce bien con que enajenas i alU moran pasadas alegrías,

VI

Los efluvios de luz de la mañana, del Sollos tibios rayos, parecen al entL'ar por la ventana de una mística virgen los desmayos, Recuerdo de la última jornada de dos almas viajeras, descanso de la vida atribulada, ensueño de las mágicas quimeras,

VII

Cuando el viaje termine i arl'Íbemos sin penas ni temol'es donde unidos por siempre viviremos, ¡qué dichosos serán nuestros amores!

Por albergue tendremos el espacio donde la luz habita, i en el extenso, sideral palacio, ~~estras a,lma,s tendrán amante cita~ 184 JOYAS LITERARIAS

Ven, dame el néctar de tus rojos labios, enjuga ya tus ojos, perdona de mis celos los agravios, de mi amor no castigues los enojos,

que harto es llevar por pena el pensamiento mientras dure la herida, i tener por atroz remordimiento el recuerdo que dura nuestra vida.

LUIS C. DE SAN MARTíN.

ABROJO

Le vi apurar la copa i en el embozo sepultar la cara, i reir con la risa del imbécil i declamar nervioso sus estancias. Vi rodar lentamente sobre su rostl·o la candente lágrima hasta caer al vaso cristalino, i vaciar llanto i vino en BU garganta.

Después, yo le segula por la obscura calleja solitaria; escuché sus rabiosos anatemas i el vibrar dc sus locas carcajadas. JOYAS LITERARIAS iS5

La sombra se ejltreabria ante su paso incierto, i avauzaba el extfaño beodo envuAlto por la grau noche callada.

1 se detuvo al fin .... tenia enfrente de su vista, una casa . . . • sus manos apoyáronse en lo(frios hierros de una ventana. 1 se encendió la noche; vi en la reja chocar la frente pálida del beodo cantor, i en mis oídos una vez más vibraron sus estancias.

Las sombras emprendían sus caprichosas danzas; chocaban las estrellas en el cielo, cabalgaban el viento mil fanfarrias ...• 1 éramos dos, no uno, dos, los ebrios de tan triste jornada; uno, ebrio de vino i de ternura, otro, de compasión i de nostalgia!

De la acera enJas losas, al pie de la ventana, cay6 al fin el beodo, cara al cielo, fija en él la pupila dilatada. 1 me acerqué; tenia sobre el pecho las dos manos crispadas, un haz de resplandores en 108 ojos i un abismo de sombras en el alma.

AURELIO GONZÁLEZ CARRASOO. 1M JOYAS LI'1'EkAfiUS ---~~~------~~.,,~

LAUS VENERISL,

Propicia a los transporte~ que maduró el desed, rasgando el velo obscuro de tu lJoi'ada ausencia, como deidad que abre su alma a la clemencia, en mis amantes brazos rendida al fin te veo. ¿Qué sol, capullo anémico, vivificó tu sayia? ¿qué omnipotente fuerza te devolvió a mis brazos? ¿qué experta mano pudo desanudar los lazos a tu actitud de. diosa tranquilamente sabia? ¡Al fin te miro! Vuelves como en lejanos días, temblando de impaciencia por el supremo instante; al fin mis brazos ciñen tu cuerpo deslumbrante, las rosas de tus senos al fin van a ser mla~, ¡Ya estás vencidal Al cabo rindióse tu altiveza como una flor augusta que entrega al viento su alma; ya sacrificas todo por el amor: la palma de tu hermosura, el lirio triunfal de tu pureza. ¡Ah, sí! desciende, arroja tu veste impenetrable, para sentir el beso de las pasiones locas í truéquense en dos flamas voraces nuestras bocas ante el altar glorioso de nuestro dios afable.

¿Quién como yo, pudiera, Magnánima, ofrecerte los frutos del deseo, la copa de ambrosía? ¿quién como yo, ser tuyo, bajo la tiranía de los intensos goces más fuertes que la muerte? JOYAS LlTEllARIAS es,

Desnuda de alma í cuerpo, tu desnudez transforma mi amor en torvo anhelo. Más que el perfume suave d. tulnocencia franca, más que tu risa de ave, amo la pompa lirica de tu inviolada forma. Princesa ayer, hoí reina, tu imperio empieza ahora: opaluquin mi espalda para tu gloria ofrece, 1 d~1Dis besos locos, en que el amor 110rece, . ulla diadema para tu frente triunfadora. 1 ya que entre mis brazos he visto al imposible rendirse a mis caricias, frenético i sensual, idólatra creyente, yo expiraré impasible, enclavado a tu cuerpo como a una cruz carnal. AURJ!lLIO G. CARRASCO.

EN EL TROPIOO

Ascua llameante que en lo azul se inflama ~l sol enciende sus miradas hondas, 1 al beso ardiente de su luz, recama Con 1I0res nuevas Iasgreíl.udas fronda;¡, La savia cruje en la lepl'osa rama, 1 mientras mueve el manantial sus onjas, La espiga rubia del trigal derrama Sobre los campos sus guedejas blondas. En el rigor da la enervante siesta Ha1 roces de alils i rumor de orquestaj 1 desde el valle hasta la excelsa cumbre, 188 JOYAS LITERARIAS

Todo lo envuelve el infernal bochorno Como el aliento abrasador de un horno Que abre sus fauces bostezando lumbre.

BENITO FONTANIDS.

EN EL REDONDEL

La lidia va a empezar. Desde la valla El eco enorme de la turba suena Como un aullido que el espacio atruena Cuando la nota del clarin estalla. La delirante multitud acalla Sus roncos gritos, i su ardor refrena Al ver a un diestro que al pisar la arena Va a dar principio a la infernal batalla.

Llega el espada; en la brutal refriega Doma del toro la cabeza erguida; La bestia humana hasta el delirio llega

Cuando la fiel'a, agonizante, arroja Por la abertura de la humeante herida Chorros de sangl'e palpitante i roja.

BENITO FONTANB8. JOYAS LITER.ml.A.S 189

EXOELSIOR

Bardos: romped las liras, con que ufanos hoi cantais al .-\mor. ¿No veis que llora la Patria, aquella madre que os implora el yugo sacudir de los tiranos?

Es hora de luchar. Cesen los sones 4e las musas eróticas. La calma desterrad de los nobles corazones; i suplan a los cánticos del alma, los himnos de las grandes redenciones.

Ya en el nuevo horizonte empiezan a radiar los nuevos dias; i la luz que on las sombras se abre paso, va hundiendo del Olvido en el ocaso la noche de las viejas tiranfas.

Que el Sol de Libertad radiante alumbre desde el Oriente, donde nace i brilla, a la avasalladora muchedumbre que sube victoriosa hasta la cumbre, después de hacer pedazos la Bastilla!

Bardos: romped las liras i que vibre tan sólo la canción de los aceros; que el grito universal del Pueblo libre sea un hirÍmo en los siglos venideros. Reemplacen las metrallas a las notas;. reemplacen a las liras las espadas; 190 JOYAS IJTilBABIAS

i levantad con vuestras liras rotas frente al templo del Bien, las barricadas. ¿No mirais de la Pati'ia los quebrantos? Pues buscad en la lucha la victoria; que más hermosos surgirá.n los cantos en el arpa gigante de la Gloria!

EMILIO GALLEGOS DEL CAMPO.

HOJA DE ALBUM

Artista i so~ador, vengo a cantarte bajo la 60mbl'a de tu hogar risueño, no la canción romántica del Arte, sino el trémulo canto del Ensueño. Yo, que miro el amor sobre tu frente, mi voz levanto aquí, porque es mi enseña quemar la mirra de mi verso ardiente ante el ::.Itar de la mujer que sueña. 1 tú eres soñadora! En tu mirada hai algo que subyuga a sus hechizos: esos dulces fulgores de alborada, bajo la espesa noche de tus rizos. Hoi en el débil canto que te envio, la nota del placer tendrá su arrullo; pues si es pálido i triste por ser mio, \'lB brillante i ale$re por ser tUyO, JOYAS LITERARIAS 191

Tuyo, porque eres tú quien me lo inspira; porque al surgir el eco sobrehumano, comprendo que estas notas de mi lira .an impulsadas por oculta mano. Deja que el trovador lance al olvido el tristesón de sus canciones viejas; i levante su canto, enternecido, entre arpegios i lágl'imas i quejas. 1 de la historia de sus hondas penas, te cuente las escenas, una a una, mientras radian hermosas las serenas noches de cielo azul i blanca luna! ....

EMILIO GALLEGOS DEL CAMPO.

GOTAS DE LLANTO

Sufrió mucho; las horas de su vida Tuvieron la amargura 'de los mares, 1 del bullicio huyendo entristecida Como paloma herida A solas devoraba sus pesares. Por no causar a los demás agravios, De todos ocultó su desventura, 1 hasta en sus horas de intima amargura Asomaba a sus labios Una dulce sonrisa de ternura. 192 JOYAS LITERARIAS

Tuvo la fe del justo; en su agonía Jamás al mundo le pidió consuelo, 1 cuando más la pena la oprimía Sus lágrimas vertía Con los ojos clavados en el cielo. De todos admirada, la perfidia Del mundo respetó su pesar mudo, 1 en la virtud que le sirvió de escudo Ni el áspid de la envidia Hincar el diente venenoso pudo. De su alma la bondad fué de igual suerl.e, Al incienso, que dando su perfume En blanquísimas nubes se convierte 1 suR aromas vierte En el mismo carbón que la consume. ¡Oh bondad, oh virtud tan bendecida! ¿De qué nos sirve vuestra lumbre pura Si colocadas en la capa obscura Do se filtra la Vida Destilais solamente la amargura? ¿A qué del bien seguir por los caminos Si los hemos de hallar de abrojos llenos? ¿A qué seguir, oh pobres peregrinos, Si por raros.destinos El dolor es corona de los buenos?

De ese modo al llegar al camposanto, Por su dolor i su virtud pensaba, Sin mirar que entretanto Sobre el negro ataúd que la encerraba . En las gotas de llanto La inmensidad del cielo reflejaba. F. RIVASFRABB. JOYAS' LITERARIAS 193

RIJM:A.

Por cada beso tuyo, me decia, se eUciende un astro en la región vacla! 1 entonces no cre! sus frases bellas porque pensé que hubieran en un día faltado cielos i sobrado estrellas. Más tarde:-¡Cada lágrima vertida mata un astro!-me dijo conmovida. 1 no crei sus fl'ases de quebranto, porque pensé que hubieran en mi vida faltado estrellas i sobrado llanto. Muerto ya el corazón, comprendo ahora de aquella alma sensible i soñadora las palabras de amor o de reproche, pues de mi triste vida en el derroche, yo tuve noches de color de aurora i tengo auroras de color de noche,

F. UIV AS FRAD:S.

MUSTIA

Doliente virgen pá !ida, de palidez de cera, Enferma flor que alumbra con su fulgor de plata, La luna en la alta noche. A ti la muerte artera 17 194 JOYA.S LITEIURrAS

Te mata con sus ósculos, Sus ósculos de hielo, i a mi tu amor me mata.

Me mata, porque te amo, me mata porque un dia Cuando la muerte el hilo de tu existencia corte, Oculta ya la estrella que me sirvió de gula, Seré perdido náufrago Del mar de las pasiones, sin brújula i sin norte.

Escucha: cuando mueras, cuando remonte el vuelo Tu espiritu a su patria, la de las almas puras, Desciende hasta mi espiritu cansado i sin consuelo, En alas de los átomos De IUll de las estrellas, i calma mis torturas.

Tú me traerás de lo Alto mi vieja fe perdida, I llevarán tus alas, dulce ánima viajera, Mis locos pensamielltos a lIIansión de los espíritus, Doliente virgen pálida, de palidez de cera ......

Cr,1MACO SOTO DORDA.

P]3JRFUMES

I

Los perfumes son almas errabundas Que fiotan en el aire, son las almas De las edades muertas i las cosas Que en el olvido duermen sepultadas. JOYAS LITERARIAS 195

Cuántas vecee, en horas de alegria, Cuando el placer en nuestras venas canta, En medio de una fiesta, o en los brazos De la mujer amada, El alma fugitiva de un perfume Se acerca hasta nosotros i nos habla Con la voz del recuerdo i nos refiere Alguna historia trágica, Una historia de negras desventuras 1 de tribulaciones i de lágrimas.

Entonces se estremecen En nuestro pecho fibras ignoradas, 1 el enfermizo corazón se queja, Se queja como el arpa abandonada Si al favor de las sombras, las dormidas Cuerdas hiere un insecto con sus alas.

Los perfumes son almas errabundas Que flotan en el aire; son las almas De las edades muertas i las cosas Que en el olvido duermen sepultada~.

Cuántas veces, en horas de tristeza, Cuando el dolor nuestra existencia embarga, Vienen a hablarnos de placeres idos Esaseri-antes fugitivas almas: Es que el viento nos trae En sus inquietas ráfagas, El mágico recuerdo De alguna historia misteriosa i rara De fe i amor, miradas i sonrisas 1 promesas i ensueños i esperanzas

Entonces se estremecen 1S6 JOYAS IJTEBARIAS

En nuestro pecho fibras ignoradas, 1 el corazón palpita i canta. i de 1 vibra como el arpa que, pulsada Por joven trovador, en alta noche Suelta al viento su alegre serenata.

11

¡Oh perfumes! ¡Oh almas errabundas, Venid del viento en las inquietas ráfagas 1 tracdme los mágicos recuerdos De aquella historia misteriosa i ral'a De fe i amor, miradas i sonrisas r promesas i ensueños i esperanzas, " .. ¡Oh perfumes! ¡Oh almas errabundas! Volad, volad hasta mi hermosa pálida, 1 contadle en sus horas de fatiga Mi vieja historia trágica, Esa historia de negras desventuras 1 de tribulaciones i de lágrimas.

CLÜIACO SOTO BORDA,.

SUENO

He soñado que, en mis brazos, con mis besos te adormía. Era un bosque perfumado. , , . Se escuchaba de las aguas el murmurio; tú eras mia, yo era tuyo! JOYAS LITEBARIA.S 197

Toda trlÍmula i miedosa, no te he visto más hermosa que esa tarde, sobre el musgo recostada .... ¡Breves horas de embelesos! ¡cuánto fUego en tu mirada, en tus manos i en tus besos! He soñado que en el bosque, sobre el musgo perfumado, toda trémula de goce, la pasión tu seno henchia .... que me hablabas con la plácida dulzura del arrullo, que eras mia, que era tuyo!

A. MAURET CAAMAÑO.

MEDITANDO

Sobre el blanco papel corre la pluma, dando vida a Blis ansias i dolores; en el bt'lcaro azul, la fior perfuma; i lejos, en el mar, la vana espuma es el remedo fiel de mis amores! ¡Cuánto oculto dolor hai en las cosas! El pecho más feliz lleva escondido, como un dardo fatal, el sufrimiento; 108 castos sueños i las blancas rosas, siempre serán i han sido suei'ios i rosas que se lleva el viento! ¡El corazón humano! Ese insondable arcano 198 JOYAS LITERARIAS

lleno de sombras i de luces lleno: almibar i veneno, que oculta en los abismos de su seno más tempestades que el terrible océano! 1 el cerebro que piensa i que batalla, i la idea que estalla cuando el poeta-cóndor se levanta .. , . Todo es amargo si el por qué se inquiere: una estrofa que canta es Un sollozo' que en el alma muere! Amores i placeres, como vienen de frivolas mujeres, dejan, cuando se van, sombra i hastío; todo es mentira, todo: hasta la pura gota de rocio cae en el polvo i se convierte en lodo! La rosa más gentil i purpurina oculta siempre punzadora espina! Así también el recatado seno, alli do la virtud su faz retrata, guarda una gota de letal veneno que llena de embl'iaguez . ... pero que mata! El que mira a la altura, preñado el corazón de noble anhelo, ese . ... lleva un tesoro de amal'gura para gana¡'se alguna vez el cielol

A. l\IATlRPJT CAAMAÑO. JOYAS LITERARIAS 199

ANHELO

¡Perdón si te ofendi! ¡dobla las manos! Soberbia frase sorprendió a mis labios, 1, cual nacen reptiles en pantanos, De mi boca brotaron los agravios Impetuoso es mi amor. Como la ola, . Se yergue en un segundo i avasalla, I luego que a la dulce dicha inmola, Sobre la peña del desdén estalla.

Ya ves, yo siempre pido, ¡nunca imploro! I sólo a ti mi corazón se entrega, Narra sus cuitas i descubre el 1101'0, Cuenta sus ansias, te bendice i ruega. ,., ,

Ha! el germen del bien en tus entrañas; Te hice daño quizá porque eres buena: ¡La quietud se interrumpe en las montañas Cuando el león sacude su melena! J:spara mi tu alma como el nido Donde el ave feliz contempla el cielo: ¡Perdóname, mi bien! ¡siempre he sabido Agradecer un poco de consuelo!

QUIRlNO ORDAZ, 200 JOYAS LITERARIAS

IDEAL

Yate suefio con la rubia Cabellera destrenzada, Paseando por los ricos Corredores de la Alhambraj Ya te sueño voluptuosa, En los brazos la guitarra, PunWando con donaire Los acordes de la danza, Que ora evoca los recuerdos De las novias olvidadas, 1 las horas de ventura 1 las. muertas esperanzas. Que ora enciende los cariños Que cual aves, en bandadas, Al volar dulces endechas Van rimando con sus alaB. ¡Oh, mi niña misteriosa! ¡Oh, mi bella virgen pálida, Sólo existes en mis sueños Que en las noches soiitarias, Como tlmidos amantes Se acurrucan en mi almaj Yo te adoro, pues retiras A los lúgubres fantasmas Que al cruzar mi obscura senda Rilenciosos me acompañan; Yo te adoro, pues que avivas D{~ mi e~Jl¡ritu 1:1. llama JOYAS LITE~ARIAS 201

Que es amor, ¡amor sublime! I BU luz, es luz del alba. Eres tú la que en el mundo De mi ensueño, dulce me habla::; De otros goces, de otras dichas A los mortales extrañas; Eres tú la que l'isueña Si mi soledad me espanta, Se acerca i me dice quedo: . -No estás solo, ¡calla! ... . ¡calla!. ¡Oh, visión encantadora, Intangible niña pálida! Yo te ofrendo mis canciones, lIIis canciones son plegarias; Son los ramos de inmortales Que te arrojo cuando pasas Sonriendo, con la rubia Cabellera destrenzada.

QUIRINO ORDAZ.

BUITRES

Los buitres en bandadas, silenciosos en el azul del étel' agitaban lentamente, con ritmo acompasado sus reuegridas alas. Naturaleza toda era el l'eiiejo en el dia estival, de ardiente fragua, parece que pesara sobre el mundo una mortuoria lápida. 202 JOYAS LITERARIAS

Bajaron al festln, las carniceras aves siniestras de punzantes garras, a destrozar de moribunda bestia la palpitante entraña.

Entonces recordé, con odio intenso, con el odio profundo de mi alma, la turba miserable de los buitres que a mi patria desgarran. LUIs lIIARTíNEZ MARCOS.

BARTRINA

Penetró en los secretos de la cienda buscando la razón de lo creado, i el último porqué, jamás hallado, le arrebató la paz de su existencia. Al crimen fustigó. La vil conciencia de ese mundo social envenenado con nectar de placer, miró asombrado, al comprenderlo toda su experiencia.

Su corazón, su corazón de niño desgarró en las contiendas de la vida, arrancándole el mal profundo llanto. En el cielo buscó paz i cariuo a su alma de dolor estremecida entre los ritmos de sublime canto.

LUIS MARTíNEZ MARCOS. JOYAS UTERARIAS 203

¡SIEMPRE ADIOS!

¡Adiós i siempre adiós! Desde la cuna ¡Cuántos séres amamos i nos dejan! . . .. Los genios i los ángeles se alejan Asidos de los rayos de la Luna.

Luego nos arrebata la fortuna Corazones que al nuestro se asemejan 1 ojos que en nuestros ojos se reflejan Cual astros en la pálida laguna.

Hai en todo una triste despedida: El celaje se va, la ola rueda. Huye el ave i marchitase la rosa. En medio de un ¡adiós! cruza la vida, 1 un último cariño, si nos queda, Nos dice ¡adiós! a orillas de la fosa.

JOSEFA MURII,LO.

PAISAJE INDIO

EL PLATANAR Impasible i compacto l'egímiento tendido en las cañadas i laderas, JOYAS LITERARIAS

luce el bosque triunfal de sus banderas, que en sus manos alegre agita el viento. Convidando al amable esparcimiento están las verdes matas altaneras, que se cargan de frutas tempraneras, del encendido trópico al aliento. Un sol canicular deja tefiido el verde platanar con tintas rojas en el lienzo del aire estremecido. Mientras, buscando alivio a sus congojas, el rudo caporal duerme rendido al plácido susurro de las hojas.

VICENTE ACOSTA.

A M. STÉPHANE MALLARMÉ.

POI' las tinieblas silenciosas vuela sonoro el pensamient.o, viajero errant.e de tediosas excelsitudes, con un lent.o volar de raudas mariposas dentro del lóbrego elemento, donde agoniza aún el lamento con sumisiones pavorosas; hacia lo eteruo huye el instante, alma del tiempo entre pavesas, chispa nublada i fulgurante JOYAS IJTERABJAS 206

arde en su seno palpitante i hasta las noches más espesas lanza al relámpago triunfante,

BALBINO DÁvALos,

A HIDALGO

Allá en Dolores, cuidando el templo, sirviendo a todos de vivo ejemplo por sus virtudes i caridad, era un anciano de alma de acero que en fausta noche 8e dijo:-Quic¡'o pal'a mi Patria la Libertad! 1 pone en planta su pensamiento; hacia la torre marcha violento, febril, convulso, por la emoción; el bronce suena i ese tañido de los patriotas llega al oído como el emblema de redención,

1 aquel anciano, con voz potent!', tan poderosa que el Continente al escucharla se estremeció, de un sentimiento patrio animado, a quienes fueron a su llamado a que estas frases les dirigió:

-e Lánguidos pasan los tristes aTíos; sólo torturas i desengaños sufre el patriota, porque se ve 18 206 JOYAS LI'l'ERARlAS

cuanos esclavos escarnecido. Pues, donde quiera, le sigue el ruido de la ·cadena que lleva al pie.

En vano el cielo con sus celajes, en vano el campo con sus paisajes, oasis le fingen primaveral; para el que sufre, para el que llora, no tiene efluvios de luz la Aurora: todo ve negro como su inal.

Hijos-exclama-ved mi bandera; seguir (te siervos ya mengua fuera, pues no debimos serlo jamás. Quien sufrir quiera de esclavo el yugo, o aquel que tenga miedo al verdugo, que no me siga: ¡quédese atrás!' 1 aquellos hombres de aliento llenos, en el peligro firmes, serenos, como Cuauhtemoc su antecesor queriendo libre mirar su tierra, a Hidalgo siguen en son de guerra gritando:-c¡muera el conquistador!.

Igual que el viento que airado zumba, como el torrente que se derrumba con los fragores de tempestad, as1 se lanzan a la refriega, que alcanzar quieren tras esa brega, lo más preciado: «¡La Libertad! •

El tiempo pasa; llega la calma, más que honda pena deja en elllJma ver que si libres, hoy se nos ve, a costa ha sido de la existencia JOYAS LlTERARUS 20T

de aquél Patl'icio: ¡La Independencia que nos legara su muerte fué! ¿Que ha muerto, dije? ¡Dije mentira! porque ese Mártir que el pueblo admira, en nuestra historia vive inmortai. Le consagramos el pensamiento, i le erigimos un monumento con nuestras almas por pedestal. Al ver sus hechos, quiero, en mi anhelo, a .las alturas tender el vuelo como en mil giros sube el condor; i, allf, con letras claras i bellas, grabar con soles i con estrellas: .Miguel Hidalgo, Libertador,>

Que sus hazañas al mundo asombren, que se descubran cuando le nombren, con sentimiento de admiración, los pueblos todos; i que su gloria, ofusque espléndida ante la Historia las de Bolívar i Napoleón,

*'" * ¡Oh pueblO! Tú, que otras veces, de crudas guen'as en los reveses luchar supiste con fe i valor, si el caso llega, que el extranjero que quiera hollarnos, te encuentre fiero, que antes que todo tienes honor,

Si alguien te insulta, no haya clemencia, si alguno quiere la independencia que te dió Hidalgo desmoronar, 208 JOYAS LITERARIAS

sacude el yugo con férrea mano; que sepa el mundo que el mejicano, cuando le ofenden, sabe matar. lilas, entre tanto, sigue corno ercs: puebla las aulas i los talleres, que en las calderas silbe el vapor, que nuestra patria grandiosa sea, i. siempre libre, flo.tando vea nuestra bandera: la tricolor.

FERNANDO LUNA y DRUSINA.

CREPUSCULAR

Trenza el sol su cabellera Tras la informe sel'l'ania, Cae una gasa sombría Sobre el valle i la pradera. Una nota plañidera Apaga el himno del día, r en la vaga lejanía Tenue claridad impera! El viento glaciallevallta Los dolientes epicedios .... La mente en ensueños arde. r el alma es lira que canta Sus melancólicos tedios Con las notas de la tarde!

FRANCISCO MEDINA. JOYAS LITERARIAS' Z09

MI PALIDA

La virgen que los ojos'soñadOl;eÍl Admiran en mis lienzos ideales No i'e~a en las vetustas catedrales Ni danza en los alegres corredores; No juega enamorada con las fiores, Ni escucha tras las puertas ojivales Las zambras de las guslas orientales O el canto de los viejos trovadores. La virgen de mis lienzos, aletea Donde el bajel sin mástiles estaba; Murmura donde el ábl'ego vocea, Palpita donde choca la metl'alla, Sonde donde el rayo centellea 1 duerme sobre el campo de batalla, FRANCISCO DtAZ Sn,YEjRA,

NATURALEZA

Oh! gran naturaleza, cómo encanta i cautiva tu belleza! Cómo encuentran los genios trovadOl'es, Ilndos temas que inspiren 8US cantare/! en tu cielo, tus bosques i tus flores, en tus montes, tus valles i tus mares! 210 JOYAS LlTERAIUa.S

En ti encuentra un alivio cl desgraciado, un suspiro el que duerme en una fosa, un pedazo de tierra el desterrado i un ángel de consuelo el que solloza! ¡Oh! gran naturaleza, cuánto puede tu encanto y tu bell~za! Cuando alumbras el mundo con tus teas, los pájaros entonan sus cantares. empiezan a humear las chimeneas, i principia el labor en los hogares. En las tardes serenas i amorosas, bajo un sol de purísimos matices, en sus lechos de rosas se aduermen las hermosas amantes i risueñas i felices.

1 cuando recogiendo tus fulgores, te reclinas soberbia, enamorada, en tu lecho de estrellas, . entonan los nocturnos trovadores sus canciones más bellas, al pie de la ventana de su amada.

SAMUEI, FERNÁNDEZ MONTALVA.

REALIDAD

Grabé tu nombre en el árbol que nos cubrió con BU fronda, JOYAS LITERARIAS 211

fresca cabellera blonda que cobijó nuestro amor, Volví tras de luengos ail.os i en<;ontré al árbol robusto i, en él, tu nombre veñttsto: ¡tu nombre que el tiempo ahondó! Grabé tu nombre en la cumbre de la azulada montaña, la que a nuestra gris cabaña con su mole protegió. Regresé tras mucho tiempo, i en la violácea cima, tu nombre estaba, cual rima que la ausencia no empolvó. Grabé tu nombre en la roca donde a cantal' te sentabas mientras la onda contemplabas o la ígnea puesta del sol. Torné tras de larga ausencia, i hallé tu citra en el bloque: del mar el continuo choque a borrarla no alcanzó. Grabé tu nombre en mi pecho 8Il un rapto de cariño, cuando te juré, cual niño, firme i eterna pasión. Nos separamos .... Curioso, hol lo busco, i ..... ya no existe: i el olvido, moho triste, del corazón lo borró!

¡Al! Todo, todo lo frio, lo que no adora ni siente, :¿12 JOYAS LIrElURlAS

guardó tu nombre riente; ¡llombre que escribiera yo! Sólo el único voluble fué el corazón todo fllego de quien te am.ó, te ami) .ciego, i .no olvidarte juró .... : !

FRANCISCO MOSTAJO.

BAJO LAS FRONDAS

Su obstinado silencio me produjo tan abrumante i angustiosa pena que mis labios al fin enmudecieron, pendiente mi alma de los labios de ella. Marchábamos la una junto al otro, del bosque secular bajo la fresca sombra de los frondajes i oprimía su grácil mano con mi mano tl'émula. La habia dicho: -Magda: ¿Acaso ignoras, <ó no quieres pensar en lo que encierra

Magda irguióse fijando en mi sus ojos, con fiereza, i en mi fiel corazón sentí clavarse el doloroso acero de una flecha.

AURELIO G. CARRASCO

ESFUMATO

Amanece; brota el astro De cabellera radiante; Rai botones de alabastro Con lágrimas de diamante. ¡';nvuelve el festón de yedra La luz, cual dorada lluvia, 1 bajo el ftontón de piedra Sonrie la niña rubia. La brisa el penacho mueve Con sus ondas olorosas; Abren sus alas de nieve Las inquietas mariposas. Van los perfumes dispersos Por la ¡mel·ta de la estancia, 214 JOYAS LITElU.RUS

1 el bardo recoge versos Llenos de luz i fragancia, Entra al camarín la aurora, Trina el ángel modelado, 1 el viento llora que llora En el alféizar calado, , , , .. , Anochece; la tristeza Extiende sus negras alas, 1 gime Naturaleza Sobre sus hermosas galas,

Canta la flébil corriente Estrofas hondas i bellas; Huele a rosas el am»iente 1 palpitan las estrellas, Es la noche claro-obscura, Tibia, dulce, americana, 1 la niña blanca i pura Tiembla tras de la persiana, Un rayo de luz medroso, Un eco que tiembla i nombra, Un diálogo cariñoso, 1 luego la negra sombra., . , ,!

Después, la lira en la mano, Canta el bardo su espel'anza, 1 adentro gime el piano 1 solloza·.la romanza . . , ..

HONOBATO BAlUUDBA, JOYAS LITERARIAS 215

SIN ALMA

Me lo contó un amigo: al escucharlo no derramé una lágrima; pero en el fondo de mi ser se hacia pedazos mi pobre alma. Contóme los detalles, ignorando el mal que me causaba i yo tuve que oirlo todo, todo, palabra por palabra. ¿Cuánto duró el martirio? ¡Quién lo sabe! . La noche me ocultaba i mi amigo no vió sobl'e mi rostro la agonia de mi alma. ¿Vivi yo aquella noche? No lo creo. Sólo sé que a la luz de la mañana me vi al espejo i me quedé espantado al ver sobre mi rostro retratada la expresión del que ha muerto i aún respira, del que aún vive i ya tiene muerta el alma.

JosÉ DE LA VEGA SERRANO.

A UNOS· OJOS

Negros, dulces, brillantes, soñadores, Como los ojos, de árabe· gacela, 21. JOYAS LITERARIAS

Tus ojos son, do un mundo se revela De incomprensibles dichas i de amores ... Noche que alumbran y¡vidos fulgores; Obscuro mar donde la luz riela De un astro refulgente que se vela En ignotas esferas superiores; Dormido, te.l'so, misterioso lago; Nozturno golfo do inmortal sirena Su canto elev~ misterioso i vago;

Abismo constelado .... donde lanza Su vu'alo el alma de zozobra llena 1 de terror divino i de esperanza!

NUl\IA P. LLONA.

ENLUTADA PARA FEDERICO A, GUTIBRREZ.

Cuando la luna, muestre su disco, obscurecido por densa nube, piensa en mi alma que está enlutada con las tristezas que por ti sufre,

Cuando la aurora pálida alumbre en las mañanas de'obscura niebla, piensa que todas mis esperanzas están nubladas, están ya muertas.

Cuando las fiores abran su broche a las caricias de la mañana; JOYAS LITERARIAS 217

piensa que el ave, triste, sombrla, abrió sus alas en mi cabaña.

Cuando se oculte tras la alta cumbre el astro l'egio,alto, sombrlo .... piensa que muere también mi espll'itu qué el cierzo helado dejó aterido. Cuándo la noche tienda su manto i pase luego graznando el buho, piensa que es la hora del sufrimiento, piensa que esa ave trac un augurio ... 1 cuando,cscuches lento quejido de alguna bronca, triste campana, piensa que huyeron mis ilusiones i por ti mi alma quedó enlutada ....

¡'~DUARDO DIEZ DE MEDINA.

EL ULTIMO REDOBLE

1789 Era un pobre tambor de cazadores, un león por el arrojo i la fiereza, q.ue en las filas del águila francesa luchaba por destruir los invasores.

Del combate en los épicos fragores, con herida mortal en la cabeza, redoblaba al cantar la Marsellesa, excitando a los bravos luchadores. 19 218 JOYAS IJTElU,RlA.S

El enemigo avanza, i ya un prusiano veloz pasando en su corcel guerrero, de cruel sablazo le cortó una mano...

La diestra fué; pero con gesto noble irguió él la frente moribundo. i fiero, i con la izquierda continuó el redoble!

FROILÁN TUROIOlJ.

NOCTURNO

Al seno de la sombra precipita Su carro el Sol; el horizoRte arde, 1 surge, como blanca margarita, La voluptuosa estrella de la tard('.

Melancólica i lenta la nebUna De la cálida tierra se levanta, Vuelve al nido la dulce golondrina 1 entre los juncos el zentzontle canta. Los nocturnos l'umores se conciertanj l<:¡¡tl'emecen los álamos sus frondas, t Bonoros los céfiros despiertan Leves rizando las dormidas ondas,

En el húmedo azul, fosforescentes Las luciérnagas brillan i se apagan Misteriosas i pálidas dementes; Almas en pena que en silencio vagan, •.. JOYAS LITIilIURIAS 219

¡Cómo rie el cristal' de la laguna, Las gardenias en flor vierten su aroma l esplendorosa i e.lida 1I~ luna Sobre la nieve del voleAn asoma! lEs del amor la hora deseada! ¡Oh virgen que a mis ojos te presentas l de la luna en el fulgor bañada Tu encantadora desnudez ostenta!!! ¡Oh Musa del amor, desciende, inspira La eterna estrofa que mi amada anhela!' .. ¡El himno del amor brota en mi lira 1 en el perfame de la noche vuela!

ENRIQUE FERNÁNDl!IZ GRANADOS,

SOÑ"ANDO

Duerme Lucrecia en perfumado lecllo Que ilumina el fulgor de su inocencia, En tanto que sus manos sobre el pecho Parece que detienen su existencia, Su hermosa, cabellera la anebuja Como eusedoso i delicado manto, 1 en sus bellas facciones se dibuja Una sonrisa de supremo encanto. Un traje tenue i vaporoso encubre La nieve de sus carnes cinceladas, 1 al través de las gasas se descubre J¡a olímpica belIez/l dI! las hadas. 220 JOYAS LITERARIAS

Reposa i sueña. Con misterio ondula Por su semblante en deliciosa calma, Un deUdo amoroso que circula Como corrientes de pasión en su alma. Mas de pronto se agita, i despertando De su grato sopor con ansia loca, Un beso siente que le está quemando La viva fior de su encendida boca!

DOMINGO MONGE ROJAS.

LA ALBORADA

EL BESO DE CLEOPATRA

Cleopatra soñó. ¡Soñó en un beso! ¡Ella habia besado tantas bocas! Pero faltaba a su amoroso exceso la mayor ansia de sus ansias locas. Besó la frente del mendigo anciano, i la mejilla de la esclava impura, i el sacro pie del idolo, i la mano sacerdotal; mas siempre en su locura aDsiaba un beso de sonoras alas que volase al azur, como primicia de un placer nuevo de supremas galas, disuelto en el temblor de una caricia ....

1 una noche soñó que en el desierto su alma era un huracán.:Barriendo .arenas su alma voló sobre el libro abierto, como un suspiro rt\ptáll'c:¡\i'é á.peh~~ nace en e.l corazón cu-ab'á.tiVlii ll'Aml1éi't·ó 1 huracán se sentla. ¡Oh \¡'11~ fi.~V). J tan de!ceñida i tan flotante áqüEilflf que se soñaba ver! Su vestidura' iba quedando en ráfagas tras ella, cuando, de pronto, tropezó .... Sus ojos, incendiados de amor, vieron al frente una cabeza enorme, en cuya. boca palpitaban los últimos despojos de una sonrisa de expresión doliente en una muda contracción de roca. 1 sonrió también; porque el exceso del visionario amor delicias finge; i se acordó de que soñaba un beso, ji besó la cabeza de la Esfinge!

Cuando abriendo BUS párpados de selia pasó, vuelta a la vida, su mirada, i vió de esclavos la ceñida rueda que velaban·su sueño, enamorada de su alma de huracán, tendió la mano i arrancóle al que hallara más cercano la vigilante i retadora espada. Irguióse reposada blandamente; miró a todos después; i bajo el peso de su pereza, doblegó la frente; i se dejó caer desfalleciente, murmurando al caer: ¿Quién quiere un beso? Los esclavos se vieron un instante; mas, cop. el rostro pálido i sorpreso, uno irguióse, dió un paso hacia adelante i dijo:-Yo. La , r\li~~ 1 ,Ij.~zÓ ,un grito, el {P)~!? r d,~ l~ ' ~eraque ha encontrado supresa. .aUln. Después .... Fu!i todo un sueño. Dió la reina la espada al vil precito que el beso le pidió.'-:No hai condeDado a morir. ¡Muere i lograrás tu empeño! Luego el verdugo con veloz de8treza decapitó al esclavo. 1 sonriente quiso ver Cleopatra la cabeza. Pasó todo aquel sueño por su mente, i ansiólo realizar; entre sus manos cogió aquella cabez.a en su ansia loca; pensó en el beso de BUS suenos vanos; i estampó un beso en la sangrienta boca ..... 1 volvióse a dormir, ya que el exceso del visionario amor delicias finge .... jI soñó nueva vez con aquel beso que le dió a la. cabeza de la Esfhige!

J OSB SANTOS Cn;OCANO.

MEDALLON

Bajo ell'ico dosel de tu cabello tu semblante moreno i sonrosado es un suave crepúsculo bañado por el pálido nAcar de un destello. Hermanas lo apacible con lo bello JOYAS LITERARIAS 228

i ostentas la dulzura i el agrado con que tiende, al sentirse acariciado, el cervatillo ti mido su cuello . . Sangre de rosa por abril nacida en tus mejillas difundír parece una savia magnifica de vida, bajo cuya virtud gltrminadora tu alma de virgen a la par tj.orece como un botón de pétalos de aurora. JUSTO A. FAOIO.

LA COPA DE AJENJO

Eu el fondo del verde amarillo que cambia en destellos desde el pálido rosa al dorado i al rojo de fuego, según hiere la luz caprichosa mi copa de ajenjo, todo un mundo de ideas emerge! sube a mi cerebro i al pasar por el prisma que forman alli mis recuerdos se difunde en camhiantes de luces asi descompuestos: de un color muí rosado los unos! los otros mui negro; es morado si pienso en mi padre que lloro hace tiempo, verde aquello que fué mi esperanza, azules mis celos, 224 JOYAS LITElUBUS

rojo vivo el coral de tus labios que son mi tormento, blanco i puro sí pienso en tu frente donde hai uu lucero que eclipsando la luz de tus ojos fulgura sereno i alumbrando tu rostro de nacar lo convierte en cielo ......

¡Oh! qué hermoso es mirar los cambiantes, los vivos destellos de esa luz que se quiebra en el fondo del verdoso ajenjo! ¡Oh! qué dulce es beber de esa copa que enciende el cerebro! De esa copa que lleva al olvido, que pl'OTOCa el sueño i hace ver todo, todo en la vida tras de los reflejos que produce la luz cuando hiere la copa de ajenjo. C. SÁNClIEZ-ARÉV ALO.

1 DIJO EL HEI ....

ORIENTAL

Mi amada es hermosa como un princesa; sus ojos son verdes como yedra húmeda, i ea pAlida i blanca como un lirio enfermo, JOYAS LITERARIAS ·225

i su boca es rojalcomo fior de~púrpura, Incienso oloroso i mirra de Arabia en ánforas de oro. quemé en mi palacio, i rosas de Esmirna de aroma enervante derramé en mi lecho real de a.labastro,. • Princesa,-le dije,-descansa en uii lecho de alabastro i oro, florida de rosas" 1 entré"" i más dulce que el nardo de Persia floreció en mis labios la flor de su boca, Mi amada es hermosa como una princesa; sus ojos son verdes como yedra húmeda, i es pálida i blanca como un lirio enfermo, i su boca es roja como flor de púrpura.

ALEJANDRO PARRA,

CUANDO ME DEJES

Cuando llegue la hora infortunada De darnos la postrera despedida 1 separes mi vida de tu vida Para dejarla huérfana i aislada; Cuando dejes a mi alma enamorada En la penumbra del recuerdo hundida 1 ya no beses más mi entristecida Frente, para animarme en la jornada; Acuérdate sin pena ni ama¡'gura Que yo arrullé tu sueño de paloma Con amor, con idólatra ternura. 1 si es que el llanto a. tu pupila asoma, JOYAS LlTElURIA.S

Piensa también que te dejé tan pura Como la dalia que el verjel aroma.

F:llÍRNANOO CELADA.

LA SIESTA

!\ludo el paisaje; la feraz campiña Que el monte desaliña Extiéndese impotente i majestuosa, Mudo el arroyo; aletargada o muerta Parece que desierta La tierra toda, bajo el sol, reposa. Nada interrumpe la solemne calma; Colúmpiase la palma; Al grave peso del bochorno oscila El alto pajonal, pero sin ruido; Tan sólo algún ladrido Rompe el silencio en la extensión tranquila. Todos buscan la sombra; los zarzales Entre los matorrales Donde el aire caldeado es más liviano, El soberbio masUn la que proyecta El rancho en linea recta, 1 en la enramada rústica el pa.isano. ¡Qué sosiego enervante, qué agonia Sucede al medio dial Enflaquecido, inmóYil,' extenua.do, Aqul un pabaIlo des(l&,nsan4o apenas JOYAS LITERARIAS 22t

De sus rudas faenas Al aro del palenque está amarrado. Si alguien al ver el bruto lo observara Acaso imaginara Que, mirando la tierra que han hendido Sus ya cansados cascos, tristes quejas O memorias añejas Lo tienen hondamente sumergido: AlU, hambriento aun en sueños, un sabueso Guarda a su lado un hueso, 1 más allá en un campo de g1'amilla El ganado indolente ya dormita; Ni una rama se agita En el bosque, en el llano i la cuchilla. Ya no trinan las aves, ni se asoma La silvllstl'e paloma; Pero de pronto el atrevido hOl'nero Alegrando las horas del descanso Desciende hasta el remanso O canta desde el nido al sol de enero. 1 sentado a la sombra de la parra, Rasgueando la guitarra, Entona un triste débil como un ruego, Cual si temiera con su voz gastada Despertar la nidada Que sueña en el alero, un pobre ciego! Tal vez recuerda la escarpada cuesta Que, durante la siesta, Recorrió alegre su niñez mezquina; El ombú junto al rancho, en la tapera La verde enredadera, O el I\rido peñón que el Iilol calcina. 228 JOYAS LITERARIAS

Mientras en torno suyo o entre las ramas De ceibos i retamas, Girando con monótono zumbido, Un mallgangá ocioso e indiferente Como el que nada siente Interrumpe aquel canto dolorido. 1 vuelve a dominar la augusta calma; Colúmpiase la palma; Al grave peso del bochorno oscila El alto pajonal, pero sin ruido; Ni un lastimoso aullido Rompe el silencio en la extensión tranquila. En tanto allá, en lontananza, donde Parece que se esconde Entre cel'r08 de piedra agreste Ulonte, Cruzado par arroyos i cañadas, 1 en ásperas quebradas Corta i limita el diáfano horizonte; Allá, de tiempo en tiempo se levantan, Se ciernen i adelantan Avidos cuervos, i hacia la maleza Van buscando la presa apetecida, Que, en la tenaz partida, Apenas uno acaba ya otro empieza!

MARíA H. SABBIA 1 ORIBE.

MUERTE DE OFELIA

La rubia cabellera desceñida; Yertos los labios¡ i los ojos bellos, JOYAS LITERARIAS 22V

Sin la chispa amorosa de la vida, Sin la sublime luz de sus destellos. En el lecho de ricas vestiduras Blancas como la nieve, se dormia, 1 presa de terribles amarguras Su pobre corazón se estremecia. Ruedan sus ilusiones destrozadas Hasta el fondo del negro desconsuelo . ... As! las tristes flores deshojadas, Hoja tras hoja arrastra el arroyuelo. Es que viene la muerte i torva i fria El alma hiere de la virgen bella, 1 en lecho virginal, ya en agonía, Aún delira, con Hamlet, la doncella. Las llores que ella amó ya están marchitl\s, Muerta está su ilusión i su ventura; Mustias i sin color las margaritas Caen al fondo de negra sepultura. ¡Es Ofelia durmiendo entre la.s flores, La de sonrisa virginal doliente, Es Ofelia soñando en sus amores, Es Ofelia dormida etel'llamente!

SALVADOR BRAMBILA I SÁNCHIilZ.

DESPERTANDO

La gasa del crepúsculo incoloro al beso de la luz se desvanece, i el gárrulo maizal que el aura mece 20 230 JOYAS LITERA.RUS

es verde mal' con oleaje de oro. De su pico de miel vierte el tesoro la turba alada, i por doquier parece que al nuevo sol la tierra se estremece i alza a los cielos su inefable coro. ¡Qué alegre i remozado el nuevo dial ¿Cuándo será que al despertar no vea la pobre humanidad en guerra impia, Al error que merodea, a la calumnia desalmada i fria, i a la duda, suplicio de la. idea .... ? JosÉ I. NOVELO.

INVOCACION

No niegues, adorada Musa mia, tu divino consuelo i tus favores

al alma a quien templada en los doloresj abra&& el sol i el desaliento enfda. Aparece ante mi como aquel día primero de mis jóvenes amores, i tu falda blanquísima con flores modestas i olorosas atavía. Tú la que besas con pasión mi frente en horas de entusiasmo o de tristeza, publica, ¡oh Musa celestial i ardiente! Tu amor a Dios, tu culto a la belleza, alma del arte i tu cariño ingente a la madre inmortal, Naturaleza. l\IANUEL JoSÉ Ol·eóN. JOYAS LITERARIAS 231

DEL LIBRO DE LOS RECUERDOS

¡Cuántas veces mirando las azules ondas del mar romperse en 108 cantiles, me hablaste del amor que despertaba en tu divino corazón de virgen! Ouando yo desgranaba mis cantares en el misterio de las tardes grises, iban hasta tu alma descendiendo como una larga procesión de cisnes, despertando fugaces resonancias en el abismo de tu alma triste! ... .

¿Recuerdas?. " Contemplábamos el astro de oro, en la corva inmensidad hundirse; i al sondar mis pupilas los misterios de tu mirada celestial de virgen, contemplé muchos astros que en tu alma vertian la opulencia de sus tintes; i vi la caravana de mis besos como una larga procesión de cisnes, que despertaban dulces resonancias en tu divino corazón de virgen!. ...

1 al probar la delicia de tus labios rojos, como sangrienta flor de cdmen, sentí dotar en mi alma la plegaria de Ins ondas que azotan los cantiles! .. . .

RAFAEL MARTtNEZ RUBIO. 232 JOYAS LITERARIAS

LO QUE DICEN TUS OJOS

Ojos de ángel, esplendentes, tan hermosos i elocuentes, tan amantes para mi: vuestro idioma el alma sabe, porque Amol' me dió la clave i mui presto lo entendf. Oh! ¡cuán grato, mi adorada, el fulgor de tu mirada a mi ardiente corazón! ¡Cómo alivia mis enojos lo que dicen esos ojos, manantiales de ilusión! Ellos dicen que en la vida tu esperanza es fior, henchida de perfume embl'iagador, i tus lágrimas, bien mio, son las ¡Jerlas del rocio en las hojas de esa fior. Ellos dicen que tú sueñas ilusiones halagüeñas en un cielo de placer. Me revelan las ternuras, los afanes, las locuras que son alma de tu ser. Ellos dicen que me amas, que me buscas, que me llamas, JOYAS LITERARIAS 2SS que en mi piensas nada más, que soí toda tu alegria, que eres mfa, ¡sólo mfa! i que no me olvidarás. Yo por eso los adoro; son mi encanto, mi tesoro; ¡otros ojos no hai asi! Es mi dicha contemplarlos, i besados .. . . i besarlos con ardiente fl'enesi! ¡Cuál recuerdo el primer día en que vi, gacela mia, de tus ojos el fulgor! ¡Cuán clemente el cielo quiso conducirme al Paraíso en las alas del amor! Desde entonces mis luceros, son tus ojos hechiceros que me dan aliento i fe, como el faro de la playa al marino que desmaya porque en alta mar se ve. Mi ventura cifl'o en ellos; i si miro sus destellos en quietud i en tempestad, serán cantos mis clamores, i mi sombra claridad! FELIPE N. CASTILLO. JOYAS LITERARIAS

FUNERAL

Los cuatro embozados En hondo silencio A la última, tierna morada, Llevaron al muerto. Con picos i azadas Cavaron el suelo, 1 ya abierta la fosa, el cadáver Colocaron dentro. Los picos al hombro, Concluido el entierro, Se alejarc>n los cuatro embozados En hondo silencio; Ni cruz ni epitafio Por señas pusieron, jI no hubo siquiera una lágrima jI yo era el muerto! Después no hallarla Ninguno mili restos .... ! jAi, nunca permitas se cumpla, Dios mio, Tan lúgubre sueíio! ISAIAS GAMBOA.

TONOS

DESTRUCCION. Lueve i torna a llover .... en los cristales Que la racha invernal con furia azota, JOYAS LITERARIAS 236

Resuena el golpe de la turbia gota Como ruido sonoro de timbales. 1 simula figuras espectrales La negra nube en la región ignota, Mientras una ave con el ala rota Va buscando su nido a los sauzales. Un rayo con su luz amarillenta La negrura del piélago ilumina En la horrible inquietud de la tormenta; Luego la chispa presurosa baja 1 el corazón de la robusta encina En su explosión de furia, quema i raja! Pero rayos i frio, i lluvia, i viento, No penetran al nido de tu estancia, 1 tu talle, modelo de elegancia. Estrecho en la embriaguez de mi contento. Sobre tu ebúrneo pecho que atesol'a Un tierno corazón donde yo reine, Deja apoyar mi frente soñadora; Mientras hundes tus dedos de azucena Como aromado i marfilino peine En el fondo sin luz de mi melena ... . !

AURELIANO RAMOS.

HIMNO MATINAL

Se oye el rumor suavísimo i lejano del mar que exhala endechas gemidoras i las cañas de azúcar cimbradoras rompen en dulce música en el llanto. Sus hojas mueve el plátano tozano, !SI JOY AS LITERARIAS

se estremecen las palmas vibradoras, el gallo anuncia las primeras horas, bulle el torrente bajo el cielo indiano. Abre el aura cantando harmoniosa de blancas nubes los flotantes linos, i al asomar el Bol la faz gloriosa, ante el himno de amor que lo saluda cual ave herida que olvidó sus trinos, sólo mi alma permanece muda. MERCEDES MATAMOROS.

REMEMBER

Allá en el fondo del cementerio, junto a la barda ruinosa i húmeda, entre las cruces hechas pedazos, esta la losa de aquella tumba. ¡Es un paraje tan solitario! nada su calma perfecta turba i a los que muertos alli descansan, ninguno flores les llevan nunca. De aquella piedra, nombres i fecha, el tiempo borra con mano ruda i entre las grietas, verdoso musgo como una lepra, formó la lluvia .... Yo sé la historia de la que duerme bajo la losa de aquella tumba; yo sé la fecha que se ha borrado, conozco el nombre que el musgo ocuIta. Ha mucho tiempo que en una tarde JOYAS LITERARIAS 237

(¡era una tal'de llena de bruma!) ví abl'Ír la fosa, bajar la caja mientl'as del cielo caía la lluvia, Era la caja de raso blanco llena de flores, , , , (¡Flleron las' últimas!) i en medio de ellas, ¡pobre azucena! dormía por siempre la niña pura, ¡Qué horrible escena! ¡Jamás la olvido! Aún veo las rosas, la blanca urna bajar al fondo de aquella (osa llena de cieno, lúgubre, inmunda, Cayó un puñado de tierra i luego, cayeron otros, , " i otros; la tumba 8e rué llenando, i al fin quedaron fiores i caja por siempre ocultas, ...

Entre las cruces hechas pedazos, junto a la barda que se derrumba, está la piedra llena de musgo, que, como lepra, formó la lluvia.

OCTAVIO BARREDA,

DE AYER A ROl

1 Al pie del rosal que altivo se levantaba en tu huerto, dando sus lozanas fiores a los aires rico incienso, una tarde, al sepultar 238 JOYAS LITERARIAS

.el sol su rayo postrero, enamorados i alegres hicimos UII juramento.

II Al pié del rosal que hoi miro de amarillas hojas lleno, vengo a llorar, i las lágrimas niega a los ojos mi pecho. l es que al dejar esta vida para remontarte al cielo, mi corazón, que era tuyo, como el rosal quedó seco.

CARLOS CANO.

ELBASTON

Ha cruzado la extensa avellida que sombrean acacias i fresnos, i apoyado en la vara nudosa con trabajo camina el abuelo. No dirige la vista a las ramas al 011' en las ramas gorjeos, ni se fija en la turba de niuos que en grupos alegres anima el paseo. En profundas tristezas absorto, se adelanta mirando hacia el suelo donde el sol meridiano ha tendido leonados tapices con manchas de fuego. De repcnte, del corro en que giraD, JOYAS LITERARIAS 239

al ver al anciano se apartan 108 nietos, i entre risas sonoras avanzan hacia él con los brazos abiertos. Los recibe gozoso, los besa, i parecen fundirse en el beso las guedejas de oro del niño con las crenchas de plata del viejo. Este calla, i aquél, impaciente, en un vivo i audaz movimiento, arrancando el bastón de sus manos monta en él i se aleja corriendo. ¡Oh poesía sutil de las cosas, al mirar esta escena te siento! . ... ¡Lo que al viejo le sirve de apoyo, a los niños les sirve de juego! FRANCISCO A. DE ICAZA.

POETA-RE!

(PARA r,A CORONACIÓN DIiI CAMPOAMOR.)

¿Coronado Campoamor? ... A fe que es gran bizarrla. De darle un trono, sería el cáliz de alguna flor. Para él, perfume i color; son los cármenes sus salas; del iris lleva las galas, i, como gasa luciente. la frágil i transparente 240 JOYAS LlTERAIUAS

filigrana de sus alas, ¿Qué sabe de cetl'O o leí quien solo vivió entre fiol'es? ¿firmará versos de amores la austera pluma del rei?, , , , Ese de la áulica grei delicias mil atesora, Su labio cortes enfiol'a aunque, punzador, maltrate; i tiene acentos de abate su fabla murmuradol'a, A una chica alegre i fl'esca tal COl'ona hacer le toca: chica que lleve en la boea una canción picaresca, ¿La corona? .. . Pintoresca, de olientes ramos espesos; hecha por labios traviesos con mil rosas encendidas: rosas ardientes, nacidas en el rosal de los besos, Que esa chica, cuando suba, lleve al trono labios rojos, i, pendidos en sus ojos, luminosos grllUos de uva, Muestré su pecho que incuba dulce i ritmica parvada; como una endrina cascada caigan 8US rizos sedeños, i entre los labios l'Ísueños sangre la roja granada; 1 que el reí tenga una corte do su alado verso de oro JOYAS LITERAR1AS 241

beba el melifluo tesoro: morenas de regio porte i palideces del Norte. Vuelen canciones, a guisa de mal'iposas; de prisa corran las ninfas a verlas, regando sartas de perlas en explosiones de risa, Tal sea: jovial mansión; de Apolo el r~gio estandarte; todos 108 fieles del Arte elevando su oración, al son de la lira, cl son del aplauso que la anima; la luz dorando la cima, muí lejos de alli el encono. ¡Así mandará en su trono el viejo reí de la rima!

SANTIAGO Anni'ELLo H.

PERFIL

Dejas vagar tu delicada mano sobre el teclado de azabache i nieve, í de la estancia por el aire leve vuelan las notas del sonoro piano. En el fondo un espejo veneciano reproduce tu talle airoBo i breve, 21 242 JOYAS LITERARIAS

como el junco que rltmico se mueve a impulso de las brisas del verano. Tristes las teclas de azabache giJIlen cuando en ellas la ardiente luz reflejas de tus pupilas negras como el crimen.

1 dan las teclas blancas hondas quejas, de envidia, si tus dedos las oprimen, i de pesar, cuando tu mano alejas.

JosÉ MARíA DE PEREDA.

UNA CARTA

Empapada en mis lágrimas la pluma más bien que con la tinta del tintero, te escribo este papel que es mensajero de la inmensa tristeza que me abruma. Ha tiempo que mi vida se con8um~ . como la esencia débil en el vaso, como en la flor exánime el perfume, como la luz del sol en el ocaso. Lejos de ti, mi bien, pasan las horas silenciosas, monótonas, sombrías: tú acaso eres feliz, tú acaso ignoras lo interminable de las penas mias. Por beber del martirio hasta las heces la carta en que me robas mi tesoro mil veces la leí, i otras mil veces borré sus caracteres con mi lloro. JOYAS LITERARIAS 243

Tal vez, al escribirla, te dijiste, será su amor tan frágil como el mio, i la luz de mis sueños extinguiste en el denso nublado de tu hastio. Nardos, reliquias del amor perdido, contra mis labios, con delirio opresos, una nieve os heló, la del olvido, i una fiebre os quemó, ¡la de mis besos! No os volverá la juventud perdida el daros de mis lágrimas el riego; las gotas de mi llanto no dan vida, las gotas de mi llanto son de fuego. Vivo en las ruinas de la edad dichosa, como la triste i solitaria hiedra que se abrasa, angustiosa i afanosa, del pardo muro a la agrietada piedra. De ese amor, al que llamaste eterno, no pudo ser más breve la existencia .... Como a las flores, lo mató el invierno, el crudo invierno de tu ingrata ausencia! Las cartas que guardé, como se guardan la8 prendas que nos diera el ser amado, voi a entregar al fuego, para que ardan, como arde el corazón que has destrozado. Adiós; el ave en su desierto nido agoniza al dolor de su abandono; en cambio de mi amor, me diste olvido .... yo en cambio de tu olvido, ¡te perdono!

CAH~lEN DE FLORES 2U: JOYAS LITERARIAS

PENUMBRA

Ha caido la tarde. En la arboleda De la plazuela sosegada i triste, La oxidua luz, que al termfnar remeda Fulgores de oro, a los ramajes viste.

El lugar quedó solo; los rosales, Metiéndose, mezclaron sus aromas 1 en la fuente, los diáfamos cristales Sonaron como arrullo de palomas.

Borráronse de aristas i de alturas De claridad los últimos destellos 1 a los vaivenes de las auras puras Las frondas enlazaron sus cabellos. Aguardaba la hora de la cita Con los ojos clavados en la reja .... Proseguian las horas su infinita Marcha tediosa, sin oír mi queja.

Asi esperando con ingente anhelo, Que llegara la hora de ventUl'a, Brillaron las estrellas en el cielo Mientras la tierra se tornaba obscura.

1 seguf contemplando la ventana, Entretenido en mudo soliloquio, Hasta que, allá a lo lejos, la campana Anuncióme la hora del coloquio. JOYAS LITERARIAS 24.5

Como en un cuadro de Rembrandt, nimbada De luces i de célica hermosura, La angelical imagen de mi am\\da Destacóse de pronto en.la negrura. 1 allá, en su estancia, do mi mente mora, 1 al mágico conjuro de su man1l, Desperezóse i se escuchó sonora La música apacible de su piano .... Al través de las hojas-«bayaderas A sempiternas danzas condenadas.­ Temblaron de la luna las primeras Ondas de luz, suaves i argentadas. En blanda languidez adormecido Mientras'la luna por el cielo avanza, Vagar sorré, en alas del sonido, Por las olas de UI; mar sin esperanza. Difundió lentamente la sonata Rebosando ternura i sentimiento, Como una arrulladora serenata De las arpas eólicas d('l viento .... 1 de la muerte la caricia yerta Sentí que me arropaba con su manto . . , . La vida entonces me gritó:-¡despierta! 1 hallé mi rostro humedecido en llantol

1 era que al menguarse la harmonía Muriendo cual tristlsimo lamento, El dulce piano interpretado habia De Weber el postrer pensamiento . ... !

CARLOS FERNÁNDIi1Z BLANCO. 2(6 JOYAS LITERARIAS

EL 1 ELLA

-Calla,-le dijo-i en sus labios puso la suave yema de sus dedos rOjos; -sin que lo digas tú, lo he comprendido en la expresión de tus amantes ojos., Ella de pronto retiró la mano, como asustada de su amante exceso, i llena de vergüenza, pues el joven le dió en sus dedos encendido beso. El, a su vez, quedóse como absorto, 1 ella, entre tanto, le esquivó los ojos; i ruborosa i timida, mordíase con secreto plactÍr los dedos rojos!

ROMÁN MA YORGA RIV AS.

RELIQUIAS

En un rincón por todos ignorado Conservo yo tus cartas, Como a la sombra de apagados vidrios Las fiores de los trópicos se guardan. Alli ocultas están, i tOdavía Se encuentran anudadas Con el listón azul que en otro tiempo JOYAS LITERARIAS

Quité yo mismo de tu frente blanca; Ese liRtón azul ata una historia De amor i de esperanzas .... ¡Aa! se ataron al unirse ardientes Con jirones del cielo nuestras alma»! Me quieres como siempre; tu retrato De tu firmeza me habla: El, cariñoso me asegura en sueños Que tu martirio a mi dolor iguala. Cuando lo paso por mis labios oigo Como que dice:

FRANCISCO DE ALBA.

NEBON

Arden en los jardines opulentos como antorchas los mártires cristianos; aplauden los serviles cortesanos ebrios de sangre i de licor sedientos. Hinchan las flautas los nocturnos vientos, 248 JOYAS LITERARIAS

alzan las copas de marfil las manos, baña la luz los pórticos cercanos, óyense carcajadas i lamentos. Bajo un dosel asiático tendido, mira Nerón, de púrpura vestido, la festival esplendorosa i fiera; i, arrojando bostezos desdeñosos, pasa los dedos finos i nerviosos sobre la rubia piel de su pantera.

JUAN RAMÓN MOLINA.

:M:ISAS

BLANCA

Lanza su alegre i plácido tafiido La campana del templo refulgente, 1 el Amor, de 01'0) blanco revestido, Se muestra en el altar resplandeciente. Su luz pálida vierten los blandones, -Los cirios i las lámparas serenas, 1 juntan al Oral' mis ilusiones Sus manos como puras azucenas. El oloroso)ncienso se consume, 1 unido con sus vagas espirales Se eleva de las rosas el perfume r el rumor de mil cantos celestillles. En el suntuoso nicho, casta i bella Resplllndece la virgen sacrosanta, JOYAS LITERARIAS 249

1 por besar su fimbrina sube a ella El ruego que devoto se levanta. Hacia su rostro pálido i risueño Vuelve el ministro la mirada pura, 1 le ofrece la hostia del ensueño 1 el cáliz que contiene la ventura. 1 cuando con las manos temtlorosas Ttlma el copón i majestuoso avanza, Suben las ilusiones fervorosas A recibir el pan de la esperanza. NEGRA

El templo silencioso se reviste de un sudario de negras colgaduras, 1 red.obla la campana, lenta i triste Reviviendo las muertas amargura~. En el altar desnudo i solitario Prende la sombra su crespón sombrío, 1 el recuerdo-muriente lampadario-­ Oscila de la nave en el vacío. Un viento gélido i lustral estira Las llamas de los fúnebres blandones, 1 se alza en medio la enlutada pira Donde yacen mis bellas ilusiones. Blasfeman i maldicen en el coro Los desengaños i las penas juntos, 1 unidos del harmonium con el lloro Se oyen los tristes salmos de difuntos. La devota oración los labios cierra, 1 en el recinto obscuro que abandona, 250 JOYAS LITERARIAS

Indigna de piedad yace en la tierra Derribada del nicho la M:ldona. 1 el odio, el sacerdote más sangriento, De antifaz, tÍn su fuda loca i rara, Apuñalea el santo sacramento, 1 vierte el rojo vino sobre el ara.

EFRÉN REBOLLEDO.

, LAGRIJ\;1AS

Cuando en la feda de la carne humana tu mercenario amor no alcance precio, i 108 que ayer ansiosos, fascinados, bajo tu pie su corazón pusieron, i regaron con 01'0 tu camino, i de pel'las sembraron tus cabellos, se alejen de tu lado sin mirarte i con burlas respondan a tus ruego¡r, cuando tiendas la mano temblorosa del mendigo, en la puerta de algún templo, i tus amantes de tu rostro ajado aparten su mirada con desprecio; cuando el hambre te muerda las entrañas i el fr{o te penetre hasta los huesos, acuérdate de mi, ven a mi lado .... ¡Verás entonces cómo yo te quiero! Tu hambre no saciaré; mi hogar tampoco calentará tus ateridos miembros; será mayor mi caridad contigo. JOYAS LITERARIAS 251

Te daré la quietud, el bien eterno, que es la ausencia del mal; nunca ta pena volverá a enrojecer tus ojos negros, ni la punzante espina del pasado podrá turbar tu venturoso sueño. Rozaré con mis labios tus mejillas, de negras ropas vestiré tu cuerpo, de esperanzas tu espíritu abatido, te enseñaré a l'ezar como yo rezo, pondré una cruz bendita entre tus manos i mi cuchillo clavaré en tu pecho,

F. TRISTÁN LARIOS.

En mis mejores dias, mis amigos innúmeros en torno de mi mesa agrupáronse, i alegres escanciaron mi vino en copas de oro. En la revuelta orgía a mi me prodigaron sus elogios; fui entonces yo el sabio, el admirable, i mis torpezas aplaudieron todos. 1 pasaron los aftos, i la miseria me rodeó, i el rostro me volvieron aquellos que en un tiempo me estrecharon la mano cariñosos. Pero aún quise reunirlos; mi pobre mesa les brindé gozoso; 252 JOYAS LITERARIAS ------.------queda compartirles mi pobreza, mi pan amargo compartir con todos. Mas ninguno ha venido, la desgracia me obliga a verme solo. ¡Qué tarde, Santo Dios, me has enseñado a ser falso i traidor como los otros!

RAFAEL MEDINA.

EL SEPULTURERO SIMON

Eutcrraron por la tarde a la hija de Juan Simón, i era el buen Juan en el pueblo el único enterrador. El mismo, a su propia hija al cementerio bajó; él mismo labró la zanja, murmurando una oración. 1 llorando como un niño del cementerio salió, con la espuerta en una mano i en el hombro el azadón. Al verle le preguntaban: -¿De dónde vienes, Simón? 1 él, enjugando sus ojos, contestaba a media voz: -Soi enterrador i vengo de enterrar mi corazón.

FRANCISCO GARA8. JOYAS LITERARIAS 253

MI LUGAR

En las alturas, ebúrneas galas D,e oro i topacio, de seda i tul¡ En. la llanura, blancas zagalas, Mariposillas de luengas alas 1 el gran Océano del aire azul.

Tras las montañas, sol esplendente; Tras las florestas el ale11 1 entre las rocas de la pendiente, La linfa pura, la casta fuente, Las flores rojas como el rubí.

Sobre la alfombra verde i chillona Que por doquiera su,ogir se vé. Lágrimas fdas de Aura llorona ComQ brillantes de la corona más opulenta de las musmé.

Brisas rientes, crujir de espuma, Gratos efluvios de naranja!, 1 entre las ondas de tenue bruma, Los suaves cantos, la regia pluma Del chupamirtos i del turpial.

¡Nada se mece como esa palma! ¡Nada se yergue como ese mar! ¡No hai otra cosa que llene mi alma, Como la inmensa, la augusta calma De las llanuras de mi lugar! 22 264 JOYAS LlTBlUBUS

Edificante caleidoscopio Donde Dios muestra su eterno amor, Sueño de Oriente de mirra i opio!. .. . íCuán débilmente tus lineas copio!...... ¡Pobres pinceles .. . ¡tl'iste pintor! . . ,

Alll, a la sombra de esas palmeras Pasar mil sueños felices vi, Trisqué por lo alto de esas laderas, Por la pendiente de esas cantE'ras, r 011 E'l perfnmc de ese aleli¡

Vi esos peñascos que el mar azota Con proyectiles esmeraldinos, Vi esos manchones de alba gaviota Sobre las ondas, cual suave nota Dc ritornelos ultramarínos;

Vi en e80S montes desvanecerse La luz carminea del áureo Reí, Vi esas florestas estremecerse, 1 01 el balido que al recogerse Lanza invariable la mansa greí.

Hoi, cuando siento dentro del alma El jugo amargo de algún pesar, Viene a mis ojos la augusta calma, La linfa pura, la erguida palma De las llanuras de mi lugar.

FERDU DII: ES IIA~ . JOYAS LlTEBABUS 265

FLOR DE SEPULCROS, ,'.

Flor de sepulcros, bija de sombras, madre de penas, Dame esa sangre, savia de muer fe, que hai en tus venas. Yo de mí f¡'ente, cuna sin lumbre, sin alegrías, Te dare en cambio las insondables melancolias, No hai sol que encienda sus explosiones en mis mirad.s, Ni con tus mieles las mariposas celebran fiesta. No vierten riego para tu cáliz las alboradas Ni dan perfume las pasionarias de mi floresta. Dentro la copa, bruñido nácar que el talle esmalta, Tienes la vaga, lánguida esencia que a mi mé falta. Yo cual de fértil, rica vertiente, gota de oro Para tu cáliz en mis pupilas tengo un tesoro. 1 asl en las horas crepusculares de nuestro inviel'nQ Llenas de duelo\ lle~as de sombras, lleqas de frio, Tú i yo seremos en nuestro dulce consorcio eterno ~Iantoi consuelo, tú mi perfume, yo tu roclo: .

MARtA EUGENIA VAZ I FERREIRA.

A JUAREZ

Con el lema inmortal del espal'ta~o, desplegaste ante Europa tus pendones, cuando a tu patria, con marciales sones, P,landóslls huestes imperial tirano. 256 JOYAS LITERARIAS

La int!>gridad del mundo americano tú salvaste, asombrando a las naciones, con tus fieles indómitas legioneR, i el poder de tu esfuerzo sobrehumano. ¡r el Monarca cayó, Su Corte impura, fué desecha por ti i escarnecida, al borde de infamante sepUltura. ¡Oh, Juárez, tú eng¡'andeces a la Historia, porque encarnas a Méjico en tu vida, porque encarnas tus hechos en la gloria!

TEOBALDO ELtAS CAMPANeRo.

LA CASA DESIERTA

En las noches del invierno, tan obscuras, tan heladas Se destacan en la sombra las paredes derrüidas Del hogar en donn!> fueron las simpftticas vela(las, I las dulces languideces de las horas extinguidas. ¡Cuántos años han pasado! i en la vipja chimenea Do los leños derramaban claridad amarillenta, No se miran ya reunidos los muchahos de la aldea, Escuchando las historias de Aladino i Ccnicienta. Ya no cruzan por el aire los rumores de algún canto, Arrullando el sueño de alguien que en la cuna está dormido, I en la lóbrega morada, con su clámide de nieve, Ha sentado sus dominios i su corte el Rei Olvido. A los últimos fulgores de la tarde moribunda, Una ráfaga se escurre por los claros de la puerta, JOYAS .LJ'I'ERA RUS 21'11

1 parece, en su carrera, caprichosa ¡vagabunda Ir eantando los dolores, los dolQres de una muerta. LA VIO FAVEr..A.

MELODIA

En la copa sutil de Bohemia ponde el vino en burbujas estaIJa, Nivea perla entre rojos rubies Cayó de tus ojos, temblando, una lágrima. Da la copa gimieron los bordes Produciendo harmonias extrañas, 1 en el vag·o rumor de la fiesta Errantes suspiros cruzaron la estancia. ¿Qué pasó por tu frente al instante? ¿Qué retluerdos vibraron en tu alma? ¿Qué apagó'la sonrisa en tus labios 1 el lúbrico fuego veló en tu mirada?

Del pas~do en la bruma indecisa, Como un muerto, rasgó su mortaja 1 acudió a tu memoria dormida Mi amor, cual lloroso, doliente fantasma. Torcedor de tus horas alegres En tu dia feliz sombra trágica, Era. yo que surgí en tu conciencia 1 alcéme de pronto, gritándote: ¡infame! LEOPOLDO DiAz. 258 JOYAS LITERARIAS

AMOR

Ni por un año, ni por un dia, madre,-me dijo, te dejaré: siempre a tu lado, madre querida, toda mi vida me quedaré. Cuando yo crezca, madre, no pienses que tu cariño llegue a oll'idarj que mi ternura, mi amor de niño, en culto al hombre sabrá trocar. La Muerte oyóle i al vei' mi dicha, de amor tan puro celos sintió: i en una noche ¡noche sacrilega! ¡ai! de mis brazos lo arrebató!

CECILIA ZAot. JOYAS LlTEBABlAS 269

LA DESPEDlDADE LARECIEN ~ASADA

(DlII Y1CTOR RUGO) Ama Ii. aquél que te ama: la ventura con él encu.entra. iAdiós! Sé su tesoro. Ya lo fuiste tú el nuestro; en la futura familia ve a encontrar nueva terilura .... ¡Llevas la dicha i me dejaste eÍ)loro! Aqui se te retiene; alli, hija mla, so te espera. Mujer, hija i esposa o ángel, tu deber toma por guia. Una sonrisa a nuestro hogar envla . . " Df'ja en él una lágrima preciosa. ANGEL LASSO DE LA VEGA,

=c- . ,. - .X' DESDE EL LLANO

iDios sólo sabe si podré algún día 'l'repilr las cumbres i pulsar el arpa! Olega"io V. Andrade. Celeste ihspiraciÓn, numen divino que en torno de mi sien bates las alas, arrástrame en tu loco torbellino, envuelto en los fulgores de tus galas! Levantame al pefl.asco en que blandt>a los corvos yataganes de sus plumas el cóndor que en las nubes se pasea­ cosaco de 109 aires i las brumas. ~6Ó J(WAS T,ITFRARr·s

Yo quiero en los columpios dcl vaclo el vértigo sentir de los planetas; i rodar con e.~traílo desvarío entre éhaudo turbión de los cometasL . .. ¡Arriba! hacia la luz! a las altul'as! más allá de esas blancas nebUlosas que velan con sus nitidas alburas los áureos camarines .de las dioBa~! Eléveme a las cúspides tu vuelo, i alumbra con relámpagos de gloria, las que ocultan sus frentes en el cielo, las que surgen del alma i de la historia!

GIilRMÁN GARetA HAMILTON,

GRECIA

(o MAGNA lIIATER) ¡Oh, qué placer tan puro sentiría si pudiera, con verRosinmortaleo, cantar mi amor a ti, fuente fecunda de noble inspiración-¡patria del Arte! i si el conjuro de mi tosca lira a estas regiones virgenes lograse trasladar, con el coro de tus Musas, tus sagradas i olimpicas deidades! Coronado de mirtos i laureles i revestido de purpúrea clámide, hiciera resonar con dulce acento JOYAS LITERARIAS 251

la flauta del dios Pan por el boscaje .... i entre eróticos himnos presidiera, a la sombra de añejos quebrachales, la danza de tus Sátiros i Faunos con tus Ninfas graciosas i tus Náyades. Sueño que al beso de mi sol de mayo, del Plata entre los liquidos raudales, emerge Venus de la nívea espuma, sublime en su be\leza incomparable- i \101'0 de placer i me estremezco en medio de mi sueño, delirante, porque, cual be\la la beldad resurge, miro en mi patria resurgir el Arte. Entonces tu cincel ¡oh Praxiteles! cuando esa Venus inmortal se alzase, volvería, con mármol argentino, a modelar su desnudez brillante: mientras Cupido, con sus flechas de 01'0, por nuestras villas, pueblos i ciudades iría, en honra de la diosa excelsa, en vez del Interés, formando hogares. Entonces-como un Dios-volviera Homero a desbordar su inspiración gigante i Píndaro a brindar, cual ricas perla~, sus ollmpicas odas inmortales: volverían, Tirteo con sus cantos incitando a los griegos al combate, con sus alegres yambos Anacreonte i Safo con sus dáctilos vibrantes. Amo. Grecia, tu genio, como Byron, i quisiera, en mis días, contemplarte, en una inmensa conjunción de glorias con la patria d(\ Mármol i de Andrilde; 262 JOYAS LlTERAlUA8

i creo, en mis delirios, con Zenea, que mis hermanos, en virtud i en al'te, sobre tu suelo idolatrado han muerto, bajo tu suelo idolatrado yacen! lA veces imagino que es Atenas nuestra noble i gloriosa Buenos Aires! Miro en su seno, en el altar de Themis,· los áticos Arcontes venerables i escucho en el Areópago vibrando con los preceptos de Solón, la frase sabia i viril de Sócrates severo execrando las torpes liviandades. Miro, como en la patl'ia de Temistocles, el ejem.plo doquier de hazañas grandes; ¡el escudo de Aristides sin mancha i el credo de Platón sin un ultraje! Miro forjando sobre el Monte Himeto a las abE'jas de oro sus panales i en el recinto augusto de Minerva el triunfo de las Ciencias i las Artes, Pienso escuchar, en la tranquila noche, ~~I Ponto Euxino los IllurmuIlos graves \ de la:s ond~s clans del !liso ~I dulce resonar de los cristales; llle parec~, en mis bellas ilusiones, ~ontelll:plar el Acrópolis gigante . \ ver, como pasmosa maravillll:, el pórtico de Júpiter alzarse. . Bueiío ver el Pentélico lejano ¡:onvertido en un bloque de los Andes, i que surco las ondas del Egeo de nuevos Argonautas en las naves; ~~e en las noc~es ~e Wan.~ i de Crbele~\ JOYAS LITERARIAS 263

entre pastores, como Cloe i Dafne, los idilios de Teócrito recito i vivo, Grecia, en ti, con tus deidad'ea!

Ante ese sueño de mis horas gratas i entusiasmado con bellezas tales, el triste cuadro, que amargó mi vida, miré, por un momento, disiparse: ¡DO veo a Grecia por el Turco hollada con mengua de egolstas i cobardes, ni pienso que es un pueblo de fenicios el pueblo de Moreno i de Lavalle!

¡Todo Cué sueño de mi mente local ¡Vano delirio de mi amor al Arte! Grecia, cual reina destronada i triste, sobre ell!epulcro de sus glorias yace; mientra's la Patria, cuya gloria anslo, da rienda a los instintos materiales i desprecia a sus hijos que queremos ceñirla con laureles inmortales!

JOSÉ CIBILS,

EN EL CREPÚSCU LO

La tarde melancólica desciende 1 una oración nost'lgica murmur&¡ VéJpero asoma i trémulo se enciende cual pupila de luz sobre la altura. JOYAS LITERARIAS

¡Guántos recuerdos para mi queridos acuden a mi mente soñadora! .... Asi mi corazón en sus latidos expresa lo que siente i lo que llora.

Todo aumenta mis ansias, . todo adquiere ante mi vista aterradora calma, i ese triste crepúsculo que muere tiene mucho del tinte de mi alma.

Me trae en su vaivén la brisa leda que refresca mis sienes ardorosas, el dulce rumorear de la arboleda i el süave perfume de las rosas.

Todo está en la tristeza sepultado: no presta el cielo su esplendor risueño, i aqutll amor que fué desventurado no dejó ni el aroma de su sueño.

¿Quién habrá de decirle que están lejos todas mis esperanzas-mustias flores-JI .... De la tarde 11. los pálidos reflejos ... . sólo hallo sin querer nuevos dolores.

No vuelve como en tiempos de fortuna a quebrarse en su frente soñolienta el rayo silencioso de la luna, ni besará su rizo el aura lenta. No encontraré la voz con que llamarla: me envolverá en HU seno noche horrenda; la buscaré incansable, i no he de hallarla, ni a darle alcanzaré mi última ofrenda. No 4e de verla, i a veces imagino que asl sobrellevado de tristeza, JOYAS LITERARIAS 265 la encontraré otra vez en mi camino con su mismo pudo)' i su belleza,

Sel'á como visión, vi~ión alada; su celestial mirada he de sentirla; he de besar su frente inmaculada i tendré voluntad para seguirla. Ma8, vendrán a seguir nuevos pCSllrl'.', dl'jarán las heridas más abiertas, i las flores que están en sus altares las nallará sin el perfume ¡muertas. 1\ unque en vano mi voz siempre la. nombra i creo verla con sus mismas galas, i me parece oír entre la sombra como un sereno movimiento de alas. Mas la novia está: lejos; vive ausente soñando con la luz su alma tranquila; como pálida estrella tristemente en el azul purísimo cintila. Oigo un eco lrjano que me llama i que vibrando en mi interior persiste; mi corazón enfermo ya no ama .... ¡Oh, q\llÍ triste crepúsculo .... qué triste .. .. ! MANUEL S. CONSUFlGRA.

RÁPIDA

Muere el sol. La IUlla asoma de lo infinito colgada, i a la luz de su mirada 23 266 JOYA.B LITERAlUAB

se va blanqueando la loma. Dobla la tierna paloma bajo el ala su cabeza; por la intrincada maleza pasa la brisa jugando i el valle se va poblando de misteriosa tristeza. A lo lejos, lastimero, repite el eco un balido; la calandria desde el nido reclama a su compañero. De un rancho bajo el alero vaga una sombra perdida; de blanco cendal vestida, eu la soledad que pasma semeja incierto fantasma que abandona la otra vida. Cual vaporosa ilusión el fantasma sube i llega; de nuevo en sombra se anega i resurge a la visión. La diáfana aparición sus blancas alas abriendo, baja una senda corriendo perseguida por la luna, que al borde de una laguna la mira llegar gimiendo. La superficie dormida del agua tersa retrata. como un espejo de plata su sombra descolorida.­ Luego, en brusca sacudida la 16grima 8e estremece; JOYAS LlTERAlUAS 267

BU cristal S6 desvanece marcando discos i espumas i como un manto de brumas el fantasma desparece! Resuena un triste lamcuto por la campiña callada, que de quebrada en quebrada vuela a repetir el viento. Su rumoroso concento desde el llano a la cuchilla, cuenta la historia sencilla de amores infortunados, traidoramente pagados con deslealtad y mancilla!

ORO~)IÁN C. l\loRAToRlo.

FLOR DE :HOCA

Hai una !lor que vive entre las rocas, de suaves, melancólicos colores, bañada por las aguas i los vientos i expuesta del estio a los rigores. No tiene nada que le preste sombra, ni quien aspire su fragante esencia ...... El águila i el buitre solamente conocen su existencia. Pero ella, con la faz vuelta hacia el cielo, resignada a la suerte que le toca, ve J'~I!~r "Hlchos soles i al fin queda ltiuerta sobre la roca, 268 JOIAS LITERARIAS

Esa flor nunca contemplarla pude sin sentir mi pupila humedecida, recordando las almas desoladas que nacen en las rocas de la vida. A nadie importa su tenaz angustia, ni nadie sabe sus ideales santos ...... los eco¡¡ de sus ay es los apaga el mundo con sus cantos. Perdidas en la inmensa muchedumbre,. sin fe, sin esperanza: . . . abandonadas ..... resisten noblemente sus dolores i mueren olvidadas.

ENRIQUE ltIVERA.

AHASVERO

Ya uo podla andar: agonizante · J eBús, al peso de la cruz vencido, tentó buscar apoyo, compungido, en la piedra de Ahasvero, un,breve instante. 1 alzándose éste, fiero i arrogante, dijo a Jesús con tono enfurecido: -¡Impostor! Quita allá; yo te despido. Il'guióse el Cristo i, con la voz tronantc,

mirando de ito en ito al ruin Ahasvel'o, así le habló:-Mi nacimiento un dla llelataste ante Herodes, i boí que muero, II)P. a1'l'ojas de tu hogar con mnno impla, JOYAS LITERARIAS 269

¡Bien! Voi a andar; mas para siempre quiero sea eterna tu marcha 1 tu agonla.

A. BELISARtO CALLE.

DANTON

Co.n la cabeza erguida, bien e J'guid~, paseó su genio entre la turbá huraña; como un alud rodó por la montaña, i aplastó la montaña en su calda!' .. ..

Su palabra profética i bruiiida la. libertad cantó. iNada la empalia!. .... Porque hasta el crimen la grandeza entralia en la roja epopp,ya de su vida.

¡Audacia i más audacia! La meseta del cadalso trepó. Era el atleta que 8J morir, con un gesto soberano:

<¡Verdugo!. .... dijo con viril fiereza, enseñarás al pueblo mi cabeza . •. ... Esa cabeza que aplastó un tirano!.

FRANClI'C() A. Um.

VELUr.r UMBRA

Era el instante somnoliento i triste De abrumadora calma, 270 JOYAS LITERARIAS

Cuando brotllll los astros en el cic:)¡~ 1 todas las congojas en el almal El Sol, mas que candente, enrojecido Como un disco de grana, T~ñ¡a con sus igneos resplandores De las sombras la mustia car~vana,

Las perfumadas brisas de la tarde, Lo azul de la colina Que a lo lejos del río se esfumaba Como al través de pálida neblina;

Aquel rumor, las vocingleras notall Del ave en el follaje, El remanso de trémulas ondinas, La insólita grandeza del paisaje .... ,

'rodo; perfiles, sombras i colores, Tranquilidad, misterio, Vib¡'aba en lo más intimo del alma, Como vibran las cuerdas de un salterio:

Som'ela la página celeste Con su primer estrellaj Era dulce el murmurio de las ondas t fresco el aire de la tarde aquella; Pero ni voz, ni luz, ni panorama. Mi espiritu embebla, Como el supremo don de tu hermosura llajo la mustia claridad del dla, Tú, para mi, gentili encantadol'a Como la flor !primera Que desata sus pétalos de raBO Comenzando a bullir la Primavera; JOYAS LITEBARlAS 271

Tt>nlas el encanto irresistible De una virgen hebrea, Tan casta como el lirio de los valles, 'tan purA. como el fuego de la Ideal 1 eran bajo la nieve de tu ü'ente, Dos luceros tus ojos, Tus mejillas, jazmines entreabiertos; r ardientes como el Sol, tus labios rojos. Tan negra como el ébano rodaba Graciosa i hechicera Por tus contornos griegos, alma mla, La red de tu abundosa cabellera. De pie sobre la barca juguetona, la diosa parecias De aquellas infinitas soledades Pobladas de perfumes i harmonlas. ¡Oh, suprema beldad! Luz de mi ocaso, De mi dosel estrella, Como ninguna cariñosa i pura, Como ninguna cariñosa i bella; Ven, i verás, cómo en la isla santa, Sin pesares, ni hastio, Será un lazo de tlores la existencia 1 un solo ser tu corazón i el mio.

EUGENIO C. NOÉ. 2t2 JOYAS LITERARIAS

TROPICAL

Desata, oh ninfa, de tu veste el velo i brlndame el festla de tus hechizos, 80bre un lecho de glauco terciopelo con' guirnaldas de lotos i citisos. Mira cual brillan i su ritmo alteran las blancas ondas que mi pecho toca: son dos magnolias que temblando esperan la mariposa ardiente de m(boca. Arrullen nuestro sueño de ventura las_ wills, del remanso en las malezas, mientras vibran del bosque en la espesura 108 ósculos de Pan a las faunesas. Las mieles de tus besos, gota a gota, quiero beber en búcaro de grana, i ver cuál rueda i en tus hombros flota el oro que en tu frente se devana. Colúmpiame en tus bra.zos de alabastro, i tu caricia de nereida sea el beso de la linfa con el astro, ,,1 éxtasiR de Marte i Citereal

GBRMÁN GARetA IlAMII.TON. JOYAS LITERABlAB

TODAVIA ..... !

.Jamás te olvidaré,»-me repetia De mi abrazada, delirante, loca; Avivando los besos de su boca Aquella hoguera que en mi pecho ardla! Pero el hielo del tiempo, dia tras dia Cayendo al corazón,-como en la roca El mar bramando con fiereza choca Hasta vencer la indiferencia fria; AsI triunfó de su pasión; i cuando Al recordar su agravio la maldigo, ¡Desdichado de mil-clamo llorando; Es que siento sus besos, es que sigo Estrechado con fuerza al seno blando, 1 quiero maldecida .. . . i la bendigo!

UnALDo RAM6~ GUERRA.

UNA LEYENDA

Sonó la hora solemne del mistedo, El ángel de las sombras S6 aproxima, J cansadas, las aves, a sus nidoR netornaTJ on confusa algl\l'l\hla. 274 JOYAS LITERARLAS

Espanto i soledad! Las sombras negl'as Unas a otras se empnjan i se apiñan En el fondo callado de los bosques, Dolnde los tigres tienen sus guarida" 1 arrimado a la cruz de la montaña, Manando sangre de la abierta herida, Yace un audaz conquistador de América Ceñido de su espada todavia.

Junto al soldado, que abatido i tríste, Sus ojos negros en el cielo fija, Solloza una mujer, joven i bella, En cuyo rostro la inquietud se pinta. E6 la púdica Inés, la esposa tierna Del valiente Rodrigo de Castilla, (¿ue, herido en el combate de Chapal'l'a~, En la cumbre de Paltas agoniza.

-c Voi a morir; ¿i cuál será tu suertc, Oh noble compañera de mi vida!. Exclama con dolor el castellano, 1 hacia su esposa la cabeza inclina.

-.No temas, le contesta InlÍs; no llores, Porque hai un ángel bueno que yigila A la mujer que llora atribulada I en la divina Providencia fía.'

• Yo tengo a Dios que, desde su alto trOllO, Bendice el infortunio i lo mitiga;. 1, ocultando sus lágrimas, pretende Ante el esposo aparecer tranquila. Mas de repente asorda la montaiía El sonido salvaje (le l/loa equipas,. JOYAS LITElURUS 275

1 Rancio-Rancio i sus tenientes llegan Del encumbrado Paltas a la cima. -c¡Rodl'igo, por piedad, huyamos presto!' Medio demente la española, grita, Buscando protección en el esposo Tendido en tierra, con mortal herida.

-c¡Matadios!. dice el jefe de los indios. Mientras Rodrigo, con tenaz porfia, L~vantarse del suelo intenta,en vano, Pretendiendo luchar como otros di as.

¡Hora de angustia i de ansiedad suprema! Furiosos los salvajes se aproximan .... 1 de súbito Inés toma la espada 1 se yergue al combate apercibida.

Noble heredera de español marino Ahogado en sangre, en Trafalgar, un rHa , Va a proteger al indefenso esposo, Va a defender su honor, más que su vida.

Golpe tras golpe, sin cesar, descarga Por las nocturnas sombras protegida; Mas de la lllna un importuno rayo Revela, al cabo, que es mujer quien lidia. En el salvaje se despierta entonces, l'a;'lt prestarle fllerza i valentía, Esa pasión audaz, irresistible, Que a Troya i Grecia convirtió en cenizas,

1 ardiendo en inf~rnal concupiscencia, Entre sus brazos rlgidos cautiva El jlvaro a la hermosa castellana Que, con nerviosa convulsión, se agita. 21& JOYAS LITERARUS

-<¡Villanos, apartad!. con ansia loca Exclama Inés, por el dolor vencida, 1 vuelve a forcejear, i se retuerce Desesperada, pero siempre altiva. ¡No hai compasión! El bárbaro caudillo Con su rico botín ya se encamina Al fondo misterioso de las selvas Ignotas, solitarias i sombrlas. ¡No hai compasión! El indio se prepara A descender del monte a la honda sima; Pero también es español Rodrigo, 1 sabrá defenderse mientras viva. Al grito de la esposa desgraciada, Vendando con la mano la ancha herida, Junto a la cruz, con ademán sereno, Rodrigo apunta a la mujer querida, I al descargar el salvador disparo, Con gozo escucha el ¡aí! de la agonía De su inocente Inés: que muchas vece!! Herir el corazón es dar la vida.

RJIlMImo ROMERO LJIlÓN.

AL SON DE 'LOS REMOS ....

Era creyente el pobre enamol'adoj i al saber la traición de su Graciala, escéptico barquero-el Desengafio­ haclale cantar amargas penas. JOYAS LITERARIAs 27'l

<¿De qué nos sirve amar en esta vida, si los seres qu(amamos son sirenas, i al escuchar su voz-la del Engaño­ desdichados naufragios nos recuerdan? . Condúceme, barquero, lejos de esta ribera;. i no el canto:engafioso a escucha(te detengas . . ¿D(qué nes sirve amar en esta vida, si, anunciada en el alma la tormenta, el Amor en su barca-la Esperanza~ empieza a vacilar i desespera? ...• Aléjame, barquero, de esta playa siniestra¡ no sea que zozobre tu barca, en la tormenta .. . . ¿De qué nos sirve amar en esta vida, si, náufrago el Amor, sólo nos queda en el alma un cadáver-el Recuerdo- i en la mente un fantasma-su silueta? .. .. Condúceme, barquero, a la:isla desierta ... . all( donde el~ Olvido sepulta las tristezas!. ...• . . . . Mientras ~as ilusiones, temblorosas, gemian de la lira entre las cuerdas, as(eantaba el pobre enamorado al saber la traición de su Graciela. MIGUEL !\l. LUNA.

24 218 JOYAS LITERARIAS

IRIS

Cual jirones de tules i encajes, blancas nubes el cielo florean 1 el espacio insondable hermosean, al formar caprichosos paisajes . . Los confusos é ioquil'tos celajes que los rayos del sol colorean, a los ojos i al alma recrean. coo variados i bellos mirajes. Ouando el sol moribundo se inclina i el crepúsculo sombras desata, tristemente la tarde declina .... 1 al sentir en su broche las fiores una lluvia de perlas de plata, surge el arco ele siete colores.

FLORIilNTINO ALCORT4.

ELANCIANO

En esas almas que ell'ecuerdo orea Con las visiones tristes del pasado, Hal temblores de cráter apagado 1 una explosión de sombras en cada idea, JOYAS LITERARIAS 279

La ilusión, mariposa que aletea, No 8e acerca a ese cáliz marchitado .. . . Roto está el prisma del ideal soñado; Muertas las ansias que el delirio Cl'ea, ¡Dolorosa inisión! La frente el'guida En que la humana vanidad se escuda, En luchas de titán cayó vencida. 1 astro tal vez en la batalla ruda, Camina hacia el ocaso de la vida Vagando en IRS tinieblas de la duda.

CLA' O-OBSCURO.

EN PRIMAVERA

Éste es el campo de esmeralda ¡oro, mi rústico verjel, el perfumado lecho de hojas verdes con auras del EdéD; la fuente cristalina, las palomas de pico azul i sonrosa.dos pies, el son del rlo i los follajes trémulos de que te hablaba ayer., . ,

Ayer ... , ¿te acuerdas!' empañaba el cielll siniestra lobreguez: ¡una noche sin astros, alma m'.a, nuestro pasado fué! Empapadas las alas de rocio volamos juntos por primera ve'l 280 JOYAS LITERARIAS

al perfumado lecho de hojas verdes con aurasjdel Edén. Uoí. . .. mira el cielo que la aurora baflá. de suave rosicler; mi amor tiene:alas, mi ventura flores (anullos:el verjel, porque en el campo de esmeralda ¡oro con mi paloma de rosados pies allego musgo para el nido i canto como cantaba ayer.

JUAN C. ROSSIiIL.

LA CAZA. DEL TIGRE.

(DEL NATURAL) El fiero tigre de afelpada cola Que agita con nervioso movimiento Por la selva intrincada, húmeda i sola, Cruza con paso majestuoso i lento.

Detiénese de pronto: el espinazo Enarca liaeia la (',ola con pereza, Estira rígido el nervudo brazo, Abre las grandes fauces ¡bosteza.

Recobra su actitud: con regulares Pasos avanza i con mirada altiva: Huge, i tiemblan los troncos secnlar(\.~ De la ignorada selva primitiva, JOYAS LITERARIAS 281

Ha olfateado la presa: Alegre ondula Su· cola con vaivenes de abanico: Fuego en sus venas de tit~D. cireula, t con-placer reiAmese.el hocico. Trota, iCl'ujen ál peso de su planta Las hojas que arrancó la muerte· i~ia, De la desnuda rama donde canta Alegre el ave saludando al día.

De una planicie sobre el verde manto Medio desnudo el cazador espera: Contempla al tig¡'e sin temor ni espanto, 1 es una fiera enfrente de otra fiera.

Con una piel ele oveja por escudo 1 por arma un puñal de fina hoja, El diestro cazador medio desnudo Al tigre aguarda que sobre él se arroja. La lucha emprenden con soberbio embate 1 nuevo impulso p9r momentos toma! ¡No presenció más bárbaro combate Sobre la arená de sus circos, Romal En el blanco vellón, el tigre fiero Las garras clava con ardor, sin tino, Mientras el ágil cazador, su acerO Hunde en la piel pintada del felino. Al fin el tigre en el desnudo brazo Clavar su garra formidable pudo: La sangre lo enardece i de un zarpazo Arranca al diestro cazador su escudo, Éste tiembla de espanto, i aturdido Cree que ha llegado su postrer instante; 282 JOYAS LITERARIAS ------_._-----~- Pero el l'lldo animal, de muerte herido, Rueda cabe a la piel agonizante. Nada en el bosque secIIlar se agita: No ha! para el vencedor verdes coronas, Ni aplaude el César, ¡¡.lla plebe grita, Ni sueflan con sus besos las matronaa!

MÁXIMO SOTO H.ALL .

• IN DICE.

P~g8.

INTRODUCCIóN • • . . • • • ...... \'- ';.¡J.' ...... Amor de viejo ••.•• :0'.. .-... /."y. . P..•. . . . ., ...... • • . . 19 Melancollas i cóleras .. ... ~ " Po ¡~ . ~...... 2 [ Redemtio .•...•.•...... !I...... 22 Preludios ...... ¡,1 ...... 23 La agonla de Cleopatra .... :J: ~ . ~~ .... , ...... 27 De "Los Trofeos" ..... ~',:l~/~ 'y" ... /...... 28 Bouquet ...... ~ . .... ~...... 30 Lo que yo te daría ...... iL...... ¡~ ...... • .. .. . 3 [ Un soneto para bebé ...... ~I • • .•. •.• !I. . . • • . • . . . • . • • • • . • • . 32 1 1 Estrofas ...... 1 ...... 1 ...... 3z A Raoul Mille ...... r.- .D : .?~;.; ...... 34 La bandera mejicana ...•... Jl . . . • •...... •• . . . . . 35 Sólo así...... !I ...... 36 En mi barrio ••••••...... ~ ...... 37 Margot...... !l ...... : .:.. . : O~ . ; ...... 40 Himnossalvajes ..... T~ .t(tJt.;oV~ ...... 43 Uror .•...... !l . ..•...... 47 Níobe ...... ll...... 49 El Angelus ...... ' .f.I ...... 50 A ti . • .• ...... •...... !I...... 53 Salammbó ...... '.:.,:..' ~ n' 1.\ ', ' . ',' • . • • • . • • • •• ••• •••• • 54 Trlptico ...... ~,,:J:- . I ~ ...... 56 Adiós A bohemia ...... " ...... 57 Balada de los ojos ...... ' ! ...... •...... 59 Plil'óti \1 . 6 en unloer co ...... :.: 1p. ¡ .. ¡...... 1 Las montallas épicas ..... t:rtM:>Y...... 63 La musa ...... i.\ ••• • ••• • • •• ••• ••• • • •••• ••• • 65 Paganas ...... ~ ...... 66 JI íNDICE:.

' \ . PágA. ü1l:,..; 67 ~~::e~~: ~~: ;e~~~u.es . ~ ~. . :~~ .+~ : ~ : fcd~ ::: :: 75 ;Policromia ., ' , , , , . , ...... /¡ ... " .... 75 De un libro. ' ' (~".. NQ{M¡>=l ..... ' . . . . 77 Eglogas . ... ',' . . .. , ...j l ...... ,... 79 Mosaicos viejos ... '...... : ..... (' , .... ~ .. rfr ' ...... •.• 82 A una muerta, .... . ::r•. .p~ .. tW. :.~...... 84 Ondinas ...... '! .. ' ...... 85 Naderías ...... 1.1 ...... l!6 Del Libro de los Salmos . i r' ••.• ~ I, • . , ''':j ". •• . ••• , •• :...... l!7 Luis XIV ...... C(Q:m.~ ' J· I~~< .. ¡ k 'A' ~u.; ...... 88 Dolora...... ¿ \ ~.; ~Jí , ..1' v .. ¡~¿ h- . 4'>:<:";1-< < ...... : • ... 90 Stella matutina ., 1.oNv'<\.. B-.. DJ.~G ...... Ave Febe ...... ". \1 ...... " ...... 92 Frío ...... ' ¡.' O'; · ' .:1lt\..M .. .I?i~ .. , ...... , .... 92 Aves" .. " J"Ú.·~ ...... ' ...... 94 Esperando ...... ~ .~, M ~ A. .. ~ ...... 95 El suefio de la abeja ...... H ...... 96 Poesía india .. , ...... , . . ~;,; ...... 96 Asonancias ...... ·EJ f.h¡ ')'~M' ,...... 97 Realidad ...... ¡~. ']J'W\~...... O·; '.'J.' 97 Coquetería póstuma .l??~",~" , .... ~-!.. 99 Bandadas ...... $~ . .. " ...... 100 El cohete...... " .. A ...... ~J .. " ... 101 Estambres i pistilos ...... ~''' . '' I .... ~L. .. . 102 Ultima hoja...... ~ 'M ' : " f . • •.•• , 1°3 Después de un vals ... . .r: .:: .. ,...... ' 104

Rimas de odio ..... iYl ,-o • ('M3~¡.. '1 ' . ' , .' .' 104 Inmortdes ., ... , .~. ·A'\l...... l' .. A.' • 'f •...... En la sombra . .. ' .. ,. ',,'" ,1,. ~e. ,N-.~. J:(',. 111 Sangre de héroe5 ." H."." ...'! , ...... ~I .....tI ..... " .. 112 Aislamiento ...... , . . .ti ...... (l ...... ! l..... '.1 ••.• , ... . 114 'Salve Creta! l! 11 11 11 115 Esocr~s ...... : ...... t;;.~~:.~~: .:':::.::::: 120 ¿Sabes por qué te quiero? . . . .1' ...... 1./...... 121 122 ~:::n:sa.~t~~.i.~spe.r~~.z.as ~ ~~ / ~ ~ . ~~ ~::::: . :::: ~ :::: 124 Rimas negras ...... H ..... ,...... J25 . f~DICE. 111

./ . Pág•. .cromos ...... ~:-.,\ :. ~.. ,...... 127 Del :pasado ...... '.1 ...... " ...... •.... •. _. •.. '. , 12:; 'Romántica ... ' ...... ~ I ...... , ...... , .. . 129 J'lor negra...... ; .... "!F '(¡ ; " 't'-l'~ -~;,.' ...... , ... .. , .... 130 ¿En qué pIensas. ". , .~ .. C ~:"... , ... ,...... 131 Flor negra .. : '...... ~ . ij (L ~ ...... , , , , ...... ,. 13 2 Rumbo a Amenca ...J;...... ~ ...... 133 134 135 138 gi:;~:~2S. .. ·... ··.. . 13 8 Solinieve ...... ~ ...... ,.,.'! ...... 139 Los astros, ...... u, . ' ...... 1.' ...... , ...... •. 14° En el templo, ' . . . . . , ..~ ... , ...... ~ ...... 14° Los molino • . . . . , . , ~. S~...... 141 Iras s.antas ...... ~~. -{J'- ' f ' .l~··í '1" .... \1 . .. .f'r ...... 142 EsquIVez ...... -:-'.~ . . ~.~...... 143 Ga-Iatea ...... {~...I! .... ;(;.:;.;~ .... ~: .. ~ ...... 144 Tro~ical...... ".::. :;r~z;.;~~~"' " 145 147 ~;~~~~~~ ~ .. '.: ... .. ':~: ·. R~~i. ·.·.::: :· ·.::::: 148 ~a gota de sangre ' .... 'i¡' .. ,. ,...... ~( ,, .. .. . _..... ,.. ' .. IS° !\loche Buena, ...... 1:.. . -r.::" :,·~·U_;; .~ ...... 15 1 Musa del polo . . . , ... :. ~. !1 ~~~ , , ...... ' .. '" 15 1 El monstn¡o artista .. 11 . •. . •• ¡~ ...... '\ .. , ...... 153 154 ;:z~::~:· ::: : : : . : : ,(1 .'" .'. '.\( .. ' '.: : : : : :1.'; : : : : : : . : . : : : : : : : 154 Crines ...... 't.>~/r..~" . .,!~...... \.1...... 155 Alborada ...... I .~ .I\(~ . ~ ...... : ...... 157 Romancero de la Independellc;a . . '! ...... •...... , .... ' . . 159 Invernal ... , .. , ...... , ...... 1\ • • .••.•...... ••.. • • 164 Adora~i~n ...... 4-' . ~~ .. e .)l ...... \\1 '.' 10.V ... . 1 6 ~ Unavlcllma más M+. , .. ..- . f4 .. ~ . J!~~ . .... ,. 17° 1 11 De noche ...... '\ ..... 1 . . . ." .. . . !' ...... 17 2 Romeo i ]ulieta ... .11 . • . ,. !I. _. .1.' . . '1 1/ 173 Ronde! ...... 1) 1' .. _ . I~ .. . ..I~ ...... '! 175 Confiteor ...... I! 11 ,,/, 1/ 179 C,epúsculos i siestas JI. '. ·Ii.: :·,~i .· , ·. ··, ·!i.·.·.... '.1. ISO VI tNDlCE.

Abrojo ..••...... ~. ~ . .~ ...... ~~: Laus veneris! ...... 1.1...... 1...... -" ...... 186 En el trópico...... B . .f.:~...... 187 En el redondel ...... ¡;::; .. ·~~·tCll ~ ..:., .. U· G~ " 188 Excelsior ..•...... ?,'('fIt; .. . . rJ::"r'''' ...... "'~;r-' .. 1))9 Hoja de álbum ...... ~ ..ry.. RI;, ... .~. '1:" ~'.I .. ... 1<)0 Gotas de llanto ...... •.. 7.-. • . . .. .~ .. ::r~~ ...... 191 Rim~ ...... "f) / . •11 ...... ~ :;t,; ' l:/I~. :. 'j" .... 193 Mustia ...... .~~ . ~ ...... 196 ,Meditando ...... ti ..... el.I ...... A(~ 'J U,..:.' •. .• ...... 197 Anhelo ...... ~.~4...... 199 Ideal ...... ~ .. ; . .i L .. ¡ ( . . 1(. ;,:.,; ::.. ...¿ ... 200 Buitres ...... ,~,.s. .'~j. J1""". IM~ . .. . . 201 Bartrina ...... ;.:;,~ U_o . ~... . :" /'1 ...1)...... 20% ¡Siempre adiós! ...... r¡,.~ "'í ~ ~ .Ii'! . . . . •• . . . • • . 203 Paisaje indio . •• ..• . .. . . 1/., ~. ' ..... (+.~. ~+~...... 203 A M. Stephane. Mallar~~ ..' .. .5 'J' ,;l(M)1")· . S' ...... • . .~04 AHidalgo .•..•... . Y.~ ..~ ..\f .. ~.~ . 205 Crepuscular ...... ~.~~4q • . .. ~~... , ..~ ...... 208 Mlp· á! 1'd a ...... é. .. .. :~- .. 1T ..v~ l:b,:J' /JI. .. (5, .. . ~"" .. V 2°9 Naturaleza . ..• , • ..~~ .!:..~~ ...... 209 Re~lidad ...... ~~. -;,:. M".. 1J:-1~A ...... 210 BaJo las frondas . .... ~ . . ..- •. .~ ...... 212 Esfumato ...... : . . T ..... O".. Q~...... 213 Sin alma ...... i1:'~ ..-4 . W..y~$.eM.-A~. . •.• 215 A unos ojos ...... ~ . 1'~ ...~ : ...... 215 Enlutada ..... : . .." .. . ~. J?i.~k. M~,~216 Ell1ltimo redoble .. . y,: .. ~. .... T~~ ...... 217 l\octurno ...... • d:,.' . ~~... ' .. t5 k v ...... 218 Sollando ...... ~.rr~~ ...... ~s ...... 219 La alborada ... . ,J ~ J..:5~ ' . ~...... 220 Medallónd •.:.: . . . "r-:16~' A;.,. n• 'A'''''il· ··· '" ... 22% L a copa e aJenJo ...... 1\1;;)..~ .. ¡.::v. ...~ ...... 223 1 dijo el Rei ...' ...... :.J1\flJ . l ' ~ )' ~ . .. '