OBRAS COMPLETAS

1> E D.ESTEBAN ECHEVERRÍA

ESCRITORES ARGENTINOS.

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OBRAS COMPLETAS

D. ESTEBAN ECHEVERRÍA.

TOMO S E fi l N D O

El Angel Caldo

B U E NO S AIRES

CABÍAS CAÍ¡ATAI.M;, EnrTort Imprenta y Ijbrork de MAYO, Moreno 241 Tuza Monserrat 18 7 0.

INDICE DEL TOMO It

El Ángel Caído.

Fáj infla Fragmentos de cartas del autor*..,. ,*.;-. 5 Primera Parte—Don Joan á una niña en su día. 9 Segunda « —El baile 63 Tercera « —Don Juan * 141 Cuarta « —Lances y percances 155 Quinta « —Amor en alba y ocaso 253 Sesta « -—Veinte años ...... 287 Séptima « —Una noche...... 343 Octava « —Visiones ... ; 375 Novena « —Otra noche 411 Décima « —Revelación 469 Undécima « —La glorieta del amor 499 Vita Nova 535 Notas 545 Montevideo, Enero de 18-14,

Le mando la primera y segunda parte del ÁNGEL CAÍDO. Estoy persuadido que el poema, cuando se pu­ blique, sublevará censuras de todo jénero: nada me im­ porta. El que tiene la debilidad de meterse á escribir, debe resignarse de antemano á sufrir todos los inconve­ nientes del oficio. Ninguna consideración me impedirá entrar de lleno, como lo he resuelto, en el fondo de nuestra sociabilidad. El Don Juan es un tipo en el cual me propongo con­ cretar y resumir, no solo las buenas y malas propen­ siones de los hombres de mi tiempo, sino también mis sueños ideales y mis creencias y esperanzas para el porvenir. Asi pues, tipo multiforme, Proteo ameri­ cano, lo verá Vd. reaparecer bajo otra luz y con distinto relieve, en otros poemas que tengo ideados. Angela es otro tipo compuesto de elementos sociales de nuestro país: me lisonjeo se hallará en él mucho de Americano. Gomo todas las almas grandes y elásticas, la de mi D. Juan se engolfará à veces en las rejionesde lo infinito 6 FRAGMENTOS DE CARTAS y lo ideal; y otras se apegará para nutrirse, á la materia ó al deleite. Asi representará la noble faz de nuestro ser— el espíritu y la carne, ó el idealismo y el materialismo; y probará alternativamente los placeres y dolores, las esperanzas y los desengaños, los éxtasis y deleites que constituyen el patrimonio de la humanidad. Y como nuestra sociedad es el medium ó el teatro donde esa alma debe egercitar su devorante actividad, esto me dará lugar para ponerla à cada paso en contacto con ella, pintar nuestras costumbres, censurar, dogmatizaré imprimir hasta cierto punto al poema un colorido local y Americano.

Montevideo, Junio de 1846.

El ÁNGEL CAÍDO está concluido. Pensé darle mas estension pero he vuelto como antaño à caer en hastío completo de versos y de pluma. Sabe Dios cuanto me durara. Ademas ¿para que escribir? para amontonar papeles en un cajón... .Seguro es que esta como otras producciones mías dormirán arrinconadas por tiempo indefinido. A los que viven en países mas felices les costará creer que tal sea en el Plata la situación de los que poscriptosse esfuerzan por enriquecer la literatura de su Patria. Y después no faltará quien moteje à los FRAGMENTOS DE CARTAS ï Americanos de esterilidad, ni quien atribuya à esa causa la insignificancia de su literatura. Para que la literatura adelante en un pais cualquie­ ra, no bastan hombres de ingenio; se requieren, ademas, ciertas condiciones de sociabilidad que todavia no han aparecido en América.—Otro tanto puede decirse de las bellas artes, de la industria y la ciencia. No vaya Vd. á imajinarse que he invertido años en escribir el ÁNGEL CAÍDO: ha corrido mas de uno sin acordarme de 61, y nunca he trabajado seguido arriba de dos meses; no solo por hábito, sino porque la asidua contracción al trabajo mental os imposible donde no se oyen continuamente mas que los ayes de las víctimas y las vociferaciones sangrientas de los tiranos y de los verdugos. El ANGEL CAÍDO es la continuación de la GUITARRA; pero entre uno y otro poema quedan en blanco algunas pajinas de viaje por Europa que no me determino à intercalar en la tercera parte de esta obra por muchas razones. Los principales personajes del ÁNGEL CAÍDO rea­ parecerán en el PANDEMONIO. Con este poema daré fin al vasto cuadro epíco-dramático en el cual me pro­ pongo bosquejar los rasgos característicos de la vida individual y social en el Plata, es decir, en las ciudades 8 FRAGMENTOS i>E CARTAS porque en las campañas, como vd. sabe, las costumbres son completamente diversas: no tardaré en agregar un apéndice ala CAUTIVA, haciendo una nuevaescursion por ellas. EL ÁNGEL CAÍDO

PRIMERA. PARTE.

D. Juau a una ulna en su itla

Virgen, ¿ cómo has perdido Tu aureola de inocencia ? Por qué de ángel caido La pena sufres hoy ? Por qué, si reverente Mi culto ayer te daba, Hoy triste solamente Mi compasión te doy ? EL ÁNGEL CAÍDO Pregúntalo al bosquejo De mi pincel; acaso De tu conciencia espejo Es demasiado fiel; Pregúntalo y sin duda A conocerme tarde, No en la apariencia muda, Aprenderás en él.

Si con la sangre mía i Oh Dios, posible fuera! La mancha lavaría Que empaña tu candor; Pues si te hubiese amado, Con la villana sangre La habría ya borrado Del mismo seductor.

Dichoso si vez una Regares estas hojas, Sembradas de congojas, Con lágrima feliz; Si al volver de tu dia La aurora, reaparece De tu frente hoy sombría líl plácido matiz. KL AIS GEL CAÍDO {{ Dichoso, si un consuelo Te lleva mi armonía, O si al orar¿ el cielo Piadoso vé tu afán*. Pero en mala fortuna Como en feliz, recuerda, Que sin reserva alguna Tu amigo soy, Don Juan.

¿ Qué haces aquí tan lejos de tu cielo ? En este valle de miseria y duelo, ¿Qué buscas, serafín? Por qué entre los mortales peregrinas? 3No temes que se roce en las espinas Tu túnica mas blanca que el jazmín ?

¿Te desterré el Señorf ó simpatía Sentiste alguna vez por la agonía Del humano dolor? O viniste de algun predestinado A sublimar la vida y su pecado Lavar con las purezas del amor?

Bien venido serás, huésped divino, Si à realizar benéfico destino El cielo te envió aquí; 12 EL ÁNfiEL CAÍDO Pero temo, que aliento de impureza Llegue á empanar la angélica belleza Que resplandece en ti. ¿ Qué te importan arcanos de la vida ? Mejor sería, si, que desprendida De esta rejion mortal, Â la tuya de luz te sublimases, Y desde allà benigno nos enviases Consuelo divinal.

No crecen, no, las peregrinas flores De tus santos y púdicos amores En terrenal jardin, Ni te van bien perecederas galas; Sacude el polvo de tus ricas alas, Y vete, serafín*

Puro como viniste alza tu vuelo Y llévame contigo basta ese cielo Donde brilla tu trono de carmín: Pasear quisiera en las etéreas salas. Llévame, serafín, sobre tus alas, Llévame, serafín.

El rumor de la tierra me molesta, Y el aire sujo respirar me cuesta; Anhelo ver espacio sin confín, EL ÁNGEL CAÍDO VA

Y bañarme en la lumbre que tü exhalas. Llévame, serafín, sobre tus alas, Llévame, serafín.

Se gozarán perpétuas alegrías, Y se oirán inefables armonías Allá donde velado el querubin Se ostenta de esplendores que no igualas. Llévame, serafín, sobre tus alas, Llévame, serafín.

Y dudas no habrá allí ni desengaños, Y el amor será eterno y sin engaños, Y el deleite y el bien no tendrá fin, Gomo este que tú, mundo, nos regalas. Llévame, serafín, sobre tus alas, Llévame, serafín.

Y el espíritu allá vasto y profundo Palpará vivo el universo mundo, Comprenderá sus leyes y su fin, Rodeados de las pompas de sus galas. Llévame, serafín, sobre tus alas, Llévame, serafín.

Pero i ah ! te ha divinizado La ilusión de mi deseo ! KL ANfiEL CAÍDO

Eres hija del pecado, Solo hechura terrenal; Aunque en tu forma tan bella, Con designio que no alcanzo. Sin duda viva centella Puso Dios angelical.

Y t« cerebro de carne Apetitos y pasiones. Mundanales afecciones Debes sin duda sentir; Y sintiendo ta la vida Rebosar en tus entrañas Querrás, como copa henchida Verterla en otra, y vivir.

Vivir simpática vida Como las otras criaturas, Y ¿aladear las dulzuras, Los sinsabores también, Vivir de la vida doble Del espíritu y la carne, Como la criatura noble Del mal probando y del bien.

Vivir, sí, y vivir es bello ! Sentir el humano gozo, KL ÁNGEL CAÍDO \:\ El mundanal alborozo, El tumulto y el afán; Y la risa y los dolores, Las pasiones y esperanzas, El deleite y los amores, Que los demás sentirán.

Vivir, si, y vivires grato Cuando vírjen todavía, Lleno de fe y simpatía, Late ardiente el corazón; Cuando ilusos caminamos, Inmortales nos creemos, Y como reyes tomamos De la tierra posesión; Cuando á la natura abrimos El sentido aletargado, Y el dulce sueño dormimos De la fugaz juventud; Cuando el deseo es indómito Y la pasión devorante, Y la voluntad gigante Tiene májica virtud.

Cuando racional conciencia De la vida no tenemos, EL ÁNfiEL CALDO Ni la luz de la esperiencia Nunca nos mostró lo que es; Y en nuestro candor sencillo Ciegos nos lanzamos y ágiles. Como ei fogoso potrillo Del verde campo al través.

Y por la senda mas breve Buscamos el bello enigma Lo que es por lo que ser dehe O nos revela el sentir; Y' á cada paso que damos Un escollo ó un abismo, Un desengaño encontramos Que nos hace maldecir.

Porque nay éntrelos que anid O siente virgen el alma, Y lo que enseña la vida Perpetua contradicción; Lucha horrible que desgarra, Confunde, irrita, atormenta; Lucha que imbécil fomenta La estraviada educación.

¿Pero si tú, i ángel sublime, De mis raptos inocentes i KL ANC. EL CA IDO

Tan temprano voraz sientes El deseo de vivir, Sí al empezar el camino Tan joven i ah I temeraria, Saber quieres tu destino, Sondar en tu porvenir ?

Óyeme un momento, y antes De poner el pié atrevida En el umbral de la vida Deten el paso, por Dios; No lleves, nó, todavía Tu alma virgen á ese teatro, Bello, que por ironía Llama el mundo y es caos.

Detente: íioy cuentas quince anos, Deja correr sin medida Para los otros la vida, Déjalos gozar sin fin; El saber de su esperiencia, ¿ Qué te importa à tí tan joven ? Guarda de ángel la inocencia, Tu candor de serafín.

Teatro es ese de comedia, De risa, sarcasmo y burla, EL ÁNfiEL CAIHO De drama horrible y tragedia Do reina el genio del mal; Babilonia, Pandemonio, Donde acuden figurantes Con sus caras de demonio De ángel, tigre ó animal.

Y embrionarios o de bulto, Tienen, van, suben, se arrastran, Luchan, hierven en tumulto Con tremenda confusion, Y donde actores y actrices. Amos, siervos y lacayos, Son igualmente infelices Y no saben lo que son.

Donde se oyen maldiciones, Y blasfemias y gemidos, Palmoteos y silbidos, Vivas y mueras también; Donde, entre ayes que horripilan, Troncos sangrientos, vampiros, Manos quo sangre destilan, Puñales, cráneos se ven.

Detente y mi voz escucha, Mi voz, amiga, y al mundo EL ÁNGEL CAIDU Deja en la embriaguez y lucha De su báquico festin. ¿ Qué te importa a tí ta ciencia Que nos revela la vida ? Guarda, virgen, tu inocencia, Tu candor de Serafín.

Guárdala, sí, y en las horas En que mi alma ilusa sueña,

Ven tu; candida^ halagüeña A alimentar mi ilusión; Ven à reanimar mi Yida, Mi fé y esperanza muertas, A dar bálsamo à una herida Que sangra en mi corazón.

Ven á inspirar á mi mente Santos, sublimes ardores, Y à mi pincel los colores De inspiración ideal; Ven que ya negro sudario, Prenda, regalo del mundo, Cubre mi alma, y solitario Lucho con genio infernal.

Pero ¡ ah ] vanamente te hablo No puedes oírme vos. KI A MI EL CAÍDO Porque llega á ti del diablo Mundo la mágica voz.

EL MUNDO

Ven, niña, que mis placeres Serán todos para tí, Si tú en cambio, dócil quieres Daime tu belleza á mí.

Para ti tengo galas Y joyas diamantinas, Y magníficas salas, Donde lucir podrás; Y reina de las bellas, De todos acatada, Como ninguna en ellas Tú sola reinarás*

Y los hombres à verte Acudirán ansiosos, Y humildes à ofrecerte Culto de admiración; Y con una sonrisa Tendrás á tu capricho Su voluntad sumisa, Siervo su corazón. KL ANGEE CAJOÜ Y en bailes y paseos Se llevará la palma. Conquistará trofeos Tu rnagjco poder; Y repetir tu nombre» Heridas, envidiosas, Oirás otras hermosas Que triunfaban ayer.

Y de galanes nuevos Regalos y homenages, Y gallardos mancebos Tendrás para elegir; Y aquel que por bizarro, Por bello otras codicien, Al yugo de tu carro Lo verás acudir.

Oyéme, niñaT¿qué haces, Para gozar nacida, Como perla escondida En el fondo del mar? Por qué dejas oscura Estéril consumirse, Tu gracia y hermosura En el desierto hogar ? YX ANOEL CAÍDO Desplega Crisálida l Tus rozagantes alas, Baja, aerea Silfida2 De tu palacio azul; A regalar tu aroma, Angel de los hechizos, Por el trasluz asoma De tu candido tul.

Sal, hechicera Ondina ' Del Plata, abandonando La gruta cristalina De tu fugaz niñez; Virgen de los amores, A probar de la vida, Ven, con los sinsabores La dicha y la embriaguez.

Ven, que preciosas galas Y diamantinas joyas, Y magnificas salas Yo tengo para tí; Y tengo mil placeres, Deleites que no sacian Oue te daré si quieres Darme tributo á mí. EL ÁNGEL CAÍDO

Y qué bello es el mundo á los quince años 1 Que arte tiene, qué acentos y qué amaños Para enlabiar el joven corazón I Cómo sabe inflamar la fantasía I Arrullar con angélica harmonia! Prodigar su ternura y bendición 1

I Qué amable y seductor cuando convida Con su copa de miel apetecida Gomo galán gentil I Cuando males y bienes ignoramos, Cuando al traves del prisma lo miramos De la edad juvenil]

Y hermoso es para tí porque fecundo Te guarda en sus entrañas esc mundo, Que no puedes ioh nina I comprender; Un tesoro de bienes inmortales, Que viste en tus ensueños virginales Y desearás con ansia poseer.

Vive, pues, niña, que la vida es bella, Y reir y cantar y gozar de ella Con alma virginal, Y deliquios tener de amor eterno, Y saborear soñando aquel tan tierno De la mente ideal, 24 KL Á^GEL CAI IK) Y COQ labio bendice de fé lleno El alba de este dia que sereno Te rie el porvenir; Tu frente bañan lisongeras brisas Y entre colores mágicos divisas Ese mundo dó empiezas á vivir.

Muy mal, niña, sentaría En tu rostro de quince años La triste melancolía Signo de oculto pesar: Rie y canta, alegre goza Mientras en el pecho tuyo La fé candida rebosa; Tiempo tienes de llorar.

¡Para oíroslos sinsabores, Las congojas y las dudas, Para tí las frescas llores De este sublunar jardin; Para tí solo la vida Con sus festines y danzas, Sus benditas esperanzas Sus sueños de oro sinfín. EL ÁNGEL CAÍDO 23 Pero escúchame que te amo, Y soy tu amigo; no acudas, Aunque meloso, al reclamo De ese mundo engañador; No le pidas su tesoro, Ni los bienes que te brinda; No rompas la tela de oro De tu ignorante candor.

Y cual si vieses, grotesca Representar y sublime, Alguna obra gïgantezca Del gran dramaturgo inglés; Y mil afectos contrarios Moviese en tí la acción viva De los personajes va ríos, La fortuna ó el revez.

Asi contempla de lejos Ufana el drama del mundo, Y sus cuitas y festejos, Su algazara y su tropel; Que aunque parezcan felices, Rían locos, canten ebrios, Son igualmente infelices Los que figuran en 6L EL A_\GEL CAÍ Dû

Y llora por sus dolores, Que simpatizar, criatura, Con la agena desventura, De ángeles es como vos; Pero aunque el mundo ä tu orgullo Ofrezca regia corona, No oigas su falaz arrullo, Deten el paso por Dios.

Detenlo, y deja a los otros Consumirse en las pasiones, La embriaguez y convulsiones De su báquico festin. Qué te importa á tí la ciencia Que nos revela la vida? Guarda, virgen, tu inocencia, Tu candor de Serafín.

Guárdalo, sí, y en las horas En que nri alma ilusa sueña, Ven tú, candida, halagüeña A alimentar mi ilusión; Ven á reanimar mi vida, Mi esperanza agonizante Y á dar bálsamo á una herida Que sangra en mi corazón. EL ÁNGEL CAIUO 27

Pero ! ah ! que en tu frente veo Viva señal de la lucha Del comprimido deseo, O de la pasión febril; ¿ Por qué, lánguidos tus ojos Y el color de tu mejilla, Alegre hoy, niña, no brilla Tu frescura juvenil ?

Por qué mustia tan temprano Flor peregrina del Plata, Si aun no ha podido el gusano Entre tu cáliz nacer ? Acaso el sol del estío Te despojó de lus galas, O el huracán en sus alas Llevó tu pompa de ayer?

Que tienes? algun fantasma Tu sueño anoche ha turbado ? No eres venturosa al lado De los padres de tu amor ? Sobre tí su almo cariño, Que tu solo bien anhela, Infatigable no vela Como un anjel protector ? EL ÁNGEL CAÍDO Si nada falta à tu dicha, ¿Por qué esa pálida sombra Sobre tu frente que asombra ? Qué escondes en tu alma, di? Dímelo que soy tu amigo, Y te quiero y siempre busco De tu candor el abrigo, Que me purifica à mí.

Amor 1 y ¿ será posible Que tu candidez tan pura La boca del hombre impura Se atreviera á profanar ? ¿ Será posible, por Dios, Que la paz de tus quince años, Con sus pérfidos amaños Haya logrado turbar ?

¡ El hombre ! ¿ sabes i oh niña ! Que en el casto ó virgen seno De la inocencia, veneno De muerte echa corruptor; Y con lengua almibarada, A la paloma infelice Que en sus garras tiene, dice: « Por tí me muero de amor » 1 CL ÁNGEL CAÍDO

¿Sabes, niña, por ventura, Lo que es amar en la vicia, Querer y no ser querida, Probar amor criminal ! Entregar el cuerpo y alma A devorantes caricias, El tesoro y las primicias üel pudor angelical?

I Sentir la fiebre insaciable, La incesante calentura, La agitación y locura De la primera pasión I Una esperanza infinita Concebir de amor eterno Y con ilusión bendita Cebar tierno el corazón ?

Tú no lo sabes sin duda, Que es trocar por un momento De feliz arroba mien fo, La joya de la virtud, Una corona lucida Que te da regio ascendiente, La esperanza mas querida De tu rica juventud. EL ÁNfiRL OAIllO La paz virginal de tu aima El reposo de tu sueño, La delectación y calma De tu tranquilo vivir; Y hacer para siempre al vicio Descorazonado y torpe, El inmenso sacrificio De tu honra y tu porvenir.

Que es dar el cielo, no sabes, Por el torcedor eterno, Devorante de un infierno Sin redención ni salud; Y cambiar por el delirio De una dicha transitoria Un paraiso de gloria De inefable beatitud.

No sabes que es, para tu alma Buscar perpetuos enojos, Lágrimas para tus ojos, Fiebre intensa y languidez; Fantasmas para tu sueno, Y para tu rostro alegre, En vez ele color risueño, Congojosa palidez. EL ÁNGEL CAÍDO 3| Guarda, niña, tu amor celeste y puro, Del halago carnal del vicio impuro, Tu corazón conserva virginal; Si no quieres probar á los quince años Del árbpí que produce desengaños, Fruto acerbo y mortal.

Guárdalo para aquel predestinado De tus sueños de virgen, que velado Misterioso te oculta el porvenir; Si no quieres romper inadvertida La copa del deleite que da vida, Ni terribles arcanos descubrir.

La dicha, el bien, es gloria que en idea Solamente en sus raptos saborea El alma henchida de esperanza y fé; Si gozar de esa gloria siempre quieres, No le pidas al mundo sus placeres, Ni preguntes el cómo ni el por quL

Si por florida senda tú caminas, l Por qué con ansia recoger espinas De la herencia común, Y perdiendo tu fe, la faz desnuda Del desengaño triste y de la duda Descubrir niña aún ? 3â KL ANGEL CAIUO Pronto, si, la veras, su faz impía Hacer burla, en sus horas de agonia Con sardónica risa^ al corazón; Cuando en la tumba del pasado abierta Caiga de tus quince anos mústica y yerta Una y otra ilusión.

De esos amorios vanos, Que apetecen otras bellas, Y de los ojos livianos Guarda niña tu candor; Porque cristal es que afea Y empaña el soplo mas leve, Flor que si se manosea Pierde el aroma y frescor.

Guárdalo como reliquia Para los tiernos amores, Para los santos rubores Del casto lecho nupcial; Y que el esposo, ó el hombre, Feliz que tu amor escoja, Intacto y puro recoja El tesoro virginal. EL ÁNGEL CAÍDO 'Xi Cierra prudente el oido Al arrullo lisongero, Al melodioso gemido De labios que brindan miel; No lo cebes ni acostumbres A los mágicos rumores De esos lindos picaflores Que traen en su pico hiél.

Tu corazón amuralla En santuario donde el vicio A profanarlo no vaya, Ni ver lo que esconde allí; Mira que insaciable vela Y al candor tiende acechanza*. Guárdalo, sí, con cautela De los hombres y de mí.

Porque yo también á veces Cuando veo alguna bella

Virgen y jovenf por ella Siento fuego criminal; Y prestigios en mi lucen Juveniles y atesoro Armonías que producen Alucinación fatal. 3ï EL ÁNGEL CAÍDO Y del vicio por la senda, Como aquel Don Juan famoso De la española leyenda, Busco incógnita mortal; Porque en mí como en todo hombre Existe en germen la idea Que concretó en ese nombre El ingenio colosal.

Y frenético, en delirio Gomo él busco en un abismo Del deleite el idealismo, Del placerla realidad; Y si hay allí para el alma. Después de haberlo sondado, Algun misterio encerrado, Algo mas que vanidad.

Busco nuevas emociones, Ideas que nadie alcanza, Vida, ceboá la esperanza, Que no tiene ya raiz; Y probando, asi, de todo Cuanto la mente concibo, Ver si alguna luz percibe Que lleve à region feliz. EL ANGEL CAÍDO 35 Busco olvidar lo pasado, No ver lo horrible presente, Embriagar el alma ardiente Con ponzoñoso licor; O en el labio de una virgen Beber esa vital aura Que purifica y restaura Adormeciendo el dolor.

Y maldiciendo otras veces Esa ilusión de un momento, Que enjendra remordimiento Y congoja y saciedad, Indolente y caprichosa Dejo resbalar mi vida, Por el camino fangoso Que trilla la sociedad.

Porque si necia comprime De las nobles facultades El ejercicio sublime, La libre, enérjica acción; Preciso es que se desborde, Y en el vicióse encenague, Y que inmensa se propague La general corrupción. EL ÁNGtL CAÍDO Y por pasatiempo entonces, Gomo el frivolo mancebo, Suelo también aquel cebo Que todos buscan querer; Y ardor intenso mintiendo, Con làbio do la ironia Asoma á veces riendo, Engañar à la mujer.

Y despues que ya rendida Ante mí, tierna la veo, Taciturna despedida, O adiós privado la doy; Porque la flaqueza suya Me desarma, ó menosprecio Victoria á tan poco precio, O sin ilusión ya estoy.

Pero tú amas, nina hermosa I Húmedos están tus ojos, Y marchita y cavilosa Tu alegre y candida faz: Guardarte i oh Dios ! no pucli Del dominador contagio, Y presa inesperta fuiste De la seducción falaz. EL ANf.EL CAÍDO Amor honesto y fogoso, Sin duda te habrá mentido Por el labio empalagoso De algun bastardo D. Juan; Y tú habrás creído, incauta, Porque tu lengua no miente, Que lo que te ha dicho siente Ese frivolo galán.

Galán sin duda, buen mozo, Casquivano y presumido, De esos que necio alborozo Irradiando siempre van; Que no sienten las espinas, De la senda, y en quien hallan Las miradas femeninas Poderoso talisman.

De esos que en lo nuevo cifran De su rica vestidura, En su audacia v su lindura Los medios de seducción; Que al hablar serio se ofuscan, No eslabonan dos ideas, Y el cebo tan solo buscan De la carnal sensación. KL A JNfi KL CAÍDO Hombres que la influencia doble Del espíritu y la carne No sienten, ni grande y noble El corazón palpitar; Reptiles de nuestra especie, Almas brutas que sin rango, De la materia en el fango Se arrastrarán sin cesar.

Y escojió Satan sin duda Lo mas vil para perderte, Para mas envilecerte Y mayor tu culpa hacer; Y á ese ser de alma rastrera Ciega, ilusa tu adoraste, Porque de él solo hechicera Pudiste la forma ver.

¿Cómo conocer al hombre, Si cuando el mal se previene La sonrisa de anjel tiene, De demonio el corazón ? ¿ Si al parecer tan activo Arde el fuego en su pupila, Si miel su labio destila De un fruto de bendición ? EL ÁNGEL CAÍDO Pobre paloma inocente ! ¿ Gomo al salir de tu nido Tan pronto, dime, has perdido La pureza virginal? Cómo en las garras caíste Del gavilán tan aprisa, Y despedazada fuiste Por su lacivia brutal ?

Se burló de tu cariño Para manosear infame Esa tu gala de armiño Que el cielo te regaló; Puso en el tuyo su labio, Que cuanto toca mancilla, Y en tu lozana mejilla Triste palidez brotó.

Pecaste, y sobre tu frente Está el sello del pecado, Y el candor inmaculado De tu sonrisa se fué; Y con asombro la lumbre De beatitud ya no veo, La inefable mansedumbre Que estático en tí admiré. EL ÁNGEL CAÍDO Aquel aroma divino Que tu belleza exhalaba Y el alma purificaba Y aquietaba el corazón; Aquella mística aureola Que la frente de una virgen De quince años arrebola, Le dá angélica espresíon.

Angel caído, perdistes Todas las galas del cielo, Y con harapos viniste A cubrir tu desnudez; Vil, mundana vestidura, Donde la lascivia torpe De tus formas la figura Buscará y ia morbidez.

Y al verte dirá, sin duda, Abriendo pupila avara: Hermosa es 1 quién devorara Las caricias de su amor 1 » Ella que antes, impotente, Subyugada se sentía Por el benigno ascendiente De tu virginal pudor. EL ANGEL CAÍDO 41 De lo que fuiste vestigio Apenas encuentro alguno; Perdiste, ángel, el prestigio Fascinador para mí: Como otras tantas mujeres Vulgar, destinada solo Al deleite carnal eres; Nada hallo ideal en tí.

Perdiste, sí, lo divino, Lo terrenal te ha quedado, Lo que el mundo depravado Suele mas apetecer; Bellas formas ! aquel cebo Que la estólida caterva Busca, codicia y observa Solamente en la mujer.

¿ Y que es ¡ oh Dios I esa tu obra La mas acabada y bella, Si encarnada no está en ella Pura, ideal perfección ? Estatua donde no hay vida Ni simpáticos latidos, Que hablar puede á los sentidos, No al alma ni al corazón. EL ÁNGEL CAIRO

Y eso hallarán, gentil forma Que estimule el apetito, Y al estatuario de norma Logrará servir tal vez; Seno turgente que anida Los dos ricos manantiales Del deleite y de la vida; Rosada y ebúrnea tez.

Ardiente y negra pupila, Azabachado cabello, Erguido y gracioso cuello Sobre espalda de marfil; Carnes que el vestido cubre, Pero que al travez redondas, Chispeando el ojo descubre, De la lujuria febril.

Pero no, aquel acabado, Vivo, harmonioso conjunto, Que nos bosqueja un trasunto" De la ideal concepción; No aquella alma en cuerpo de ángel Que en sublime arrobamiento Se adora como el portento Mas bello de la creación. EL ÁNGEL CAÍDO 43 Por las mundanas pasiones Renegaste tu destino, Que era ideales visiones Dulces sueños inspirar; Al corazón agitado Trasmitir tu santa calma, Y el duelo y cuitas del alma, Con tu vista disipar.

Y el afán y la tortura Del mundo y los devaneos Temprano, si, en tu locura Te condenaste á sufrir; Alzando el májico velo Que para tí todavía, Los misterios encubría. Los engaños del vivir.

Angel te vi, y hoy como otras, Criatura envilecida De inmundo lodo nacida Para pasto del dolor; Cebando, su carne impura En orgías y deleites, Para entregaría á la hartura Del gusano roedor. EL ÁNGEL CAÍDO

Rompió en ti el vicio nefando De Dios la obra mas perfecta, Y los ángeles llorando Estarán tu perdición; Porque hermana suya tu eras, Angel también que traía Bajo formas hechiceras Del cielo una bendición.

Por eso¿ sí, tan temprano. El Demonio que no duerme, Cándida paloma, inerme Te tendió el lazo fatal; Por eso en el labio inerte De mancebo sin entrañas, Puso el talisman de muerte De tu aureola virginal,

Angel ayer, tu cielo rememora, Hoy, mujer infeliz, tu culpa llora, Solo duelos te guarda el porvenir. Cediste à sus halagos y ya el mundo De su deleite vano el fruto inmundo Te regalo en la aurora del vivir. EL ANGEL CAÍDO 45 Llora y maldice el alba de este dia, Que tu inocente pecho bendecía, Cuando casto latiera y virginal; Porque ya, niña hermosa, en lo futuro, Vendrá cubierto del celage oscuro De una memoria para tí fatal.

Y sin embargo en el munäo Que poco ha tan bello viste, Ser dichosa tu pudiste, Esposa de hombre feliz; Y de los tuyos querida, Llenar tu noble destino Con plenitud de la vida, Siempre honrada en tu país,

Ser madre, y sohre tus hijos Derramar las bendiciones, Los inagotables dones De una fértil juventud; Y en sus corazones tiernos Sembrar la vivaz semilla De los principios eternos Del bien y de la virtud. KL ÁNGEL CAÍDO Enseñarles que los hombres Libres, hermanos, iguales Son por las leyes fatales De Dios y la humanidad; Y que ese dogma sublime Es el que ilustra á los pueblos Los regenera y redime, Les dá gloria y libertad.

Porque la voz de cariño t>e la madre, alecciona neto, En la cabeza del niño Echa profunda raíz; Y de ella brota fecunda Aquella santa doctrina, Que à ser bueno lo encamina, Grande, patriota y feliz.

Y el poder y la eficacia Tiene del verlo, y en ella La productora centella Está del divino amor; Porque el amor es la vida, O el espíritu invisible Que engendra de lo sensible El movimiento creador. EL ÁNGEL CAÍDO Y de tu prole dichosa Otras proles nacerían. Que en sus entrañas traerían Regeneración vital; Y la muerte, sí, con otros Del vicio que le ha perdido, Y que bebimos nosotros En la cloaca social.

Porque en mal hora nacimos, Y como hijos de una madre Con Yosotras recibimos La herencia de maldición; Herencia de desenfreno, De confusion y de crimen, Que inoculada en su seno Lleva otra generación.

Y en su ejemplo aprenderían Otras vírgenes y madres. Otras proles y otros padres La ley santa del deber; Y dichosa nuestra patria Grande entonces se alzaría: Y madre ó virgen seria Venerada la mujer ti ÁNGEL CAÍDO La mujer, sí, que al capricho De amoroso devaneo, Al deleite y al recreo Solo parece servir;

Y que á la frivola charlat A imaginar atavios, O á livianos amoríos Dá su indolente vivir.

La mujer, que solamente Reinar no debiera ufana Por el mágico ascendiente De su belleza y su amor; Sino por esas virtudes Que su natura ennoblecen, Y á la sociedad ofrecen La gala y prenda mejor.

La mujer, cuyo destino Es embellecer la vida, Llevar bálsamo à la herida, Derramar su caridad; Y fecundar con misterio El principio donde afirma La democracia su imperio, Su alto fin la sociedad. EL ÁNGEL CA IDO Porque ei hogar es santuario Donde inmaculado y vivo Arde el fuego primitivo De la perfección moral; Y el destino de la esposa Mas alto, es alimentarlo, Intacto y puro guardarlo Como cristiana vestal.

Y del hogar se difunde Invisible en las entrañas De la sociedad, y se infunde Ese fuego engendrador; Y mantiene su armonía, La anima y ía regenera, La ilumina en su carrera, La impele á estado mejor,

Y la mujer es el àngel A quien la tabla divina De salvadora doctrina Confió en su designo Dios; Y su lengua al hijo tierno La revela cariñosa, Y la humanidad gozosa Oye esa mística voz. EL ÁNfiFL CAÍDO Y renegaste, mujer, Gomo muchas ese rango Para arrastrarte en el fango De la corrupción común; Y al bosquejo de mi pluma Verás, tarde arrepentida, Lo que perdiste en la vida. Lo que ella te guarda aun.

Y à mi ilusión venturosa Quizá yo te hubiese amado, Porque también para esposa La mujer busco ideal; La que mi alma, mis sentidos Absorba, y de cuyo pecho Harmonicen los latidos Con los del mió fatal.

O mas bien yo no le busco, Espero sí que el destino Me la ponga en el camino Por do \agabundo voy; Y aunque desespero hallarla, Verla quisiera, y por siempre Regenerado, adorarla, No siendo ya lo que soy. KL ÁNGEL CAÍDO Öl Y unir en santo himeneo Todo mi ser à su ser, Su deseo á mi deseo, La suya á mi voluntad; Y realizando un destino Que concibe mi esperanza, Seguir juntos el camino Que lleva à la eternidad.

Y cuantas i oh Dios, tan bellas 1 Que con pasión me quisieron, Y no he sentido por ellas Sino ternura fugaz ! O amor, que por lo atrevido, Por lo ardiente, imaginaran Que el desamor ò el olvido No aniquilase jamás.

Porque el misterio de mi alma Ilusas no comprendieron, Ni tanmpoco consiguieron Penetrar mi corazón; Ni qué idea me movía,

Ni lo que buscaba en e!íaT Ni si mi amor nacería De fantástica ilusión. EL ÁNGEL CAÍDO i Cuántos pechos inocentes Que contaminó mi labio, Cuyos latidos ardientes Eran solo para mí I Y que en la ilusión bendita De su amor inmaculado, La vida me hubieran dado, Por vano amor que ías di.

Y yo ingrato al ardor suyo, Bompiendo el mágico hechizo Las menosprecié en mi orgullo Porque nunca las amé; Con aquel amor gigante, Amor intenso y febril, Amor loco y devorante, Que á los diez y ocho probé.

Y todas ellas pasaron Como visiones de un sueño, Y tan solo rae dejaron Tristeza y desolación; Reliquias^ prendas queridas, Que mil recuerdos despiei Lan, Hojas secas desprendidas Del árbol del corazón. EL ÁNf.EL CAÍDO I Perdon te pido, Dios mió ! Por tanta loca pasión, Perdón ! por tanto estravío De la ciega juventud. ¿ Por qué el amor no me diste De la mujer que imajino, De la que busco sin tino Como á un ànjel de salud?

¿ Porque esa mística perla No hallé en mi senda temprano? Por qué ¡ Dios mió ! esconderla De mi gigantesco amor ? Yo hubiera puesto en su frente Una corona de lauro, Tan bella y resplandeciente, Que no hubiera otra mejor.

Glorificado tu nombre Oh Dios I en tu hermosa hechura Y que prosternado el hombre La adorase como á tí. Entonces sí.. .. pero, fuera Pasiones locas de una alma Que nunca se desaltera; Dejadme en paz, huid de mí. ai KL ANfiEL CAÍDO Pero tú, puro, sublime, Parto de mi fanta&ía, Angel de luz y harmonía De un mundo sin realidad, i, Donde estás ? donde te has ido ? Qué opaca nube te mancha ? Cómo en el fango has caido Que huella la sociedad ?

Por sus pasiones mezquinas Tu destino renegaste, Que era ilusiones divinas Al espíritu infundir; En su horizonte nubloso Brillar como astro benigno Y al corazón borrascoso Tu santa paz trasmitir.

Probaste el fruto vedado, Saboreaste su dulzura, Y el acibar te ha quedado Pegado en el corazón; Acibar que su amargura Derramará en tu alborozo En tu deleite y tu gozo, En tu mas bella ilusión. EL ANGEL CAÍDO 5;j Lo probaste y un demonio Está en tu carne lascivo, Y on tus entrañas activo El atizará un volcan; Y en la noche y en el dia, Y en el sueño, y toda hora Mostrarà á tu fantasía Sombras que te agitarán.

Y tú ansiosa como nunca, Revoleándote en el lecho, Con hondo grito del pecho Llamarás al seductor; Y creerás acariciarlo, Estrecharlo, y sin acíbar En sus labios el almíbar Beber de su puro amor.

Y al despertar batallando Con la ilusión de tu sueño, Lo buscarás con empeño, Y preguntarás por él. Y se verán con asombro En tu rostro las señales De los insomnios fatales De ese tu cariño fiel. EL ALNGEL CAÍDO Y al cebo de tus caricias Él vendrá, y con voz mentida Te repetirá: «mi vida, Para adorarte aquí estoy.» Y pagarás con halagos, Ilusa tú, su desvio, Diciéndole: ¡amado mió I ¿Por qué no has venido hasta hoy î

Y después él se irá riendo De tu amor candido y puro, O te olvirá perjuro Para no verte jamás; Y la furia de los celos Se asirá de tus entrañas, Y entonce ¡ oh niña î sin velos Lo que es ese amor verás.

Y ojerosa y amarilla Gomóla planta sin riego, Te irás consumiendo al fuego De la pasión criminal; Y recordarás las noches, Y recordarás los dias, Y las santas alegrías De tu aurora virginal. EL ANÍÏEL CAÍDO 57 Y llamarás en tu alivio La muerte gue acaso te oiga, O sintiendo ya mas tibio El primitivo volcan, Abrirás el pecho tuyo Coqueteando y siempre bella, Entre muchos, al arrullo De otro frivolo galán.

Y ora frivola riendo, Ora frivola llorando, En el abismo cayendo Irás do no hay redención; Y obtendrás del mundo necio, A quien diste tu tesoro, Sonrisa de menosprecio Mirada de compasión.

Y el vicio al salir de casa Acechándote orgulloso, Al verte dirà: a allí pasa La que yo gozé feliz; » Y cada labio, sí, inmundo Te lanzara una ironía, Porque inexorable el mundo Castiga al que liace infeliz. EL ÁNGEL CAÍDO Porque iluminada y justa, Distribuye el galardón, El castigo ó el perdón Rara vez la sociedad; Por eso una voz del alma Nos dice consoladora*. «Hay un cielo que atesora Incorruptible equidad.»

Angel caido, un recuerdo Se asirá de tu memoria, El recuerdo de una gloria Que á gozar no volverás; Y las esperanzas tuyas Roerá mas inocentes. Tus deseos mas ardientes Como gusano voraz.

Y en derredor de tu almohada No vagarán halagüeños Los virginales ensueños, Con sus alas de zafir; Sino sombras de ojo hueco, De tez negra ô amarilla, O la horrible pesadilla Que hace los dientes crujir. EL ÁNGEL CA IDO íifl Y en el hogar con asombro Esa tu melancolía Verán, y de dia en dia, Marchitarse tu frescor; Ni lo alegrará como antes Tu vista, y sufrirá inquieto, Ansias y dudas punzantes, De tus padres el amor.

Porque tú retoño eres De su esperanza ya mustia, Fuente viva de placeres, De tierna solicitud; Y de tu vida ellos viven, En tu alegria se gozan, Y de tu aliento reciben Aura vital de salud.

Y à los que les preguntaren, Porque así tan consumida Estás y descolorida, No sabrán que responder; Por qué el secreto de tu alma No penetran ni imaginan, Cómo perdiste la calma Ni la alegria de ayer. EL ANGE!, CAÍDO Y tú, á llorar en ellecho Sola irás tu amor viudo, El,sólita rio despecho De tu criminal pasión ; Y lo llorarás eu vano Porque de pesar oculto, Vivo llevas el gusano Asido eu el corazón.

Porque temprano perdiste Tu fé candida de virgen, Y tu alma al delirio abriste De mundanal frenesí; Y la hermana de la fé, La esperanza hija del cielo, Veloz alzará su vuelo Para alejarse de tí.

Y ese primer desengaño Otro engendrara, y hoy uno, Mañana otro acerbo engaño Del vivir probando irás; Y de ellos la incertidumbre Brotará y la estéril duda, Y caminando sin lumbre Solo confusion verás. KL ANGEL C.UDO Gl Y con mirar agitado Te seguirà à todas partes, Y estará siempre á tu lado La Cavilosa inquietud; Y recordarás las noches, Y recordarás los días, Y las santas alegrías De tu albor de juventud.

Ayer para tu ilusa fantasía El universo todo era harmonía, Era un vasto y magnífico jardin, Fecundo solo en bien; y en él benditas Tus ilusiones de ángel infinitas No encontraban ni valla ni confin.

Hoy que el candor angélico has perdido. Ese tan bello Eden se ha convertido En solitaria y tétrica region, Porque eí primer deleite que has gozado Una espina en el alma te ha dejado, Un desengaño tu primer pasión.

Llorar antes tus ojos no sabían, Ni terrenales ansias conocían, Ni de donde, si reina, nace el mal: KL AJNGEL CAÍDO

Esa lágrima que hoy su brillo empaña Te ha revelado una verdad estraña, Un dolor de criatura terrenal.

Mira en tí y el pasado rememora, Sonda en tu corazón, veras ahora, Àngel caido, lo que fuiste ayer; Y cuando vuelva el alba de tu dia, Mírate en lo pasado todavía, Pregunta al porvenir lo que has de ser.

Llora de ángel tu espléndida corona, Que si culpable el mundo no perdona, Hay en otro sin duda remisión; Llora tu primer culpa arrepentida, Que la bondad de Dios compadecida Recibirá tu lloro en espiacion* SEGUNDA PARTE.

El Italie.

Probó el fruto vedado y de improviso Perdió el ángel su bello paraíso, La inocencia del alma y el contento; Y sintió el escozor y abatimiento, Los insomnios febriles de la vida, Y hervir en sus entrarías virginales, Gon violencia hasta allí desconocida, Pasiones y esperanzas mundanales.

Pecó como otras, sí, frájil criatura, O el pecado fatal de su hermosura Yió con lúbricos ojos el hechizo, Y enlabió su candor, y caer la hizo EL ÁNGEL CA 11)0 En la red de su amor y en sus engaños;

Pecót càndida niña de quince años, Sin saber lo que hacia: parecióla El de sus sueños de ángel amoroso Joven que vio con su falaz aureola Y su amor le entregó puro y fogoso, Su inmaculada y virginal primicia; Y probó entonces la voraz delicia, Los deliquios, las ansias y dulzores De la tuna de miel de los amores.

Mas no creyó pecar; porque confusa, De la ley del deber, la luz infusa En su espíritu joven dormitaba ; Ni crer pudo tampoco que pecaba, Porgue creció, como el silvestre arbusto Blandamente mecido por la brisa, Sin conocer mas regla que su gusto, Por el amor mimado y la sonrisa De la madre y del padre: amor bendito Si en el alma de la bija con su orgullo Fecunda la virtud; pero maldito Si en caprichos la ceba y en orgullo, Porgue un ángel, del bien y aun de Dios mismo Estravía y despeña en el abismo* EL ÁNGEL CAÍDO Pero el hombre que amó con toda el alma Y del candor le arrebató la palma La traicionó por fin; y aquel punzante Dolor en su conciencia y su sentido Brilló como la luz que al navegante Ciego el rumbo revela que ha perdido* Pero era tarde ya, porque aunque mustia La mano fría de ignorada angustia, Arranque una ilusión, otra retoña, Y del deleite dulce en la ponzoña; Guando una vez el corazón la prueba Fácil su ardor y su esperanza ceba.

Despechada lloró, no arrepentida, Gomo se llora al empezar la vida En la edad juvenil; porque tan bella Tan misteriosa aun era para ella, Avesada á dar rienda á sus deseos Y á holgarse en caprichosos devaneos; Era para ella todavía el mundo En amor y esperanzas tan fecundo, Que olvidó lo pasado fácilmente Y se apegó à la vida mas ardiente.

Lloró, tal vez por su pasión burlada, Gomo la niña frivola y mimada EL ANGEL CAÍDO Contrariada en su gusto y sus antojos, Esas lágrimas blandas que en los ojos De la mujer se anidan y rebosan Gomo fuente si sufren ó si gozan: Fluyó quizá la exhuberante sàvia Del despecho por ellos y la rabia, Y en su candido brillo hubo desmayo; Pero luego del gozo asomó el rayo En sus ojos y pálidas mejillas Disipando importunas nubéculas Y aunque cierto escozor guardó consigo Su corazón burlado, y produjeron Honda impresión los ecos de su amigo, De D. Juan, en su espíritu; cubrieron La voz de su tremenda profecía El arrullo del mundo y alegría; Y todo por el mundo y sus placeres Olvidó como olvidan las mujeres. Seres frájiles, sí, que se fatigan De gozar ó sufrir; que un sentimiento Con efímera lágrima mitigan, O se quiebran cual músico instrumento Que su caudal de pesadumbre agotan Al recibir el golpe facilmento, Y como el leño, entre dos aguas flotan, Al capricho fugaz de la corriente: EL ÁNGEL CAÍDO

Proteos del sentir, cuya alma vida En su espansivo corazón se anida.

Siendo niña ademas, nada estraño era Que frivola en sentir como otra fuera En su tierra natal, donde no había En hombres ni en mujeres energía; Almas de fuego y 3e granito grandes Como su sol y sus nevados Andes, Caracteres erguidos como roca Que tempestades y huracán provoca, Ni robustas ni enérgicas pasiones Que engendran las Lucrecias y Catones; Porque sin luz alguna ni creencia, Caminaba del pueblo la conciencia, Y el móvil entre agentes tan distintos Era el solo interés y los instintos: Pueblo sin fe, para pensar pequeño, Grande un tiempo en Yalor y patriotismo Frivolo como el niño en la desgracia, Y que riendo de todo y de si mismo Valiente lucha y muere con audacia.

Y frágil niña, de enseñanza aviesa, ¿ Qué pudo ser en sociedad como esa, De alma egoista, irreligiosa y muda ? Que á lo bello y lo grande si saluda, EL ÁNGEL CAÍDO Siempre en el labio la ironía muestra, Y acude à combatir en la palestra Sin pasión ni virtud? qué á los que gimen Víctima inerme del triunfante crimen Da sonrisa y mirada indiferente ? Qué indignada á los ayes no se siento Del que tortura su bestial fiereza; Y soltar suele, ai contemplar con pasmo

Los cráneos ó los troncos sin cabeza f Horrible carcajada ó un sarcasmo ?

Su madre, á mas (jue en vida del esposo Dio que hablar á menudo á la malicia, Hoy viuda fresca y de talante hermoso Del mundo el aura y del placer codicia; Trasmite á la hija el pernicioso influjo*. Las miradas de todos con su lujo, Pretende avasallar, y en su locura, Si por habito necio acude al templo. Jamás aleccionó aquella criatura Con su palabra viva ó con su ejemplo.

Temprano, sí, la acostumbró á los mimos, (Dulces de la niñez, blandos arrimos) Que el corazón estragan, y florida Hacen la árida senda de la vida; Y díó cebo à sus frivolos caprichos. EL ANGEL CAÍDO

Temprano la hizo'oir su charla y dichos Sobro intrigas de amor y galanteos, 57; ci" Y prematuras ansias y deseos Despertó en su alma virgen y aquel blando Corazón de muger fué asi amoldando À sus vanos instintos y pasiones; Porque la madre que nos dá la vida Fecunda en nuestros tiernos corazones La simiente bendita ó maldecida. Temprano, sí, su gusto y sus sentidos Adiestró al tocador y al lucimiento Y à la moda y al ïujo y los vestidos, Y à solapar de su alma el sentimiento*. Y asi frivola, candida y tan bella, Sin un principio de moral fecundo Arraigado en el alma, ebria con ella La loca madre se lanzó en el mundo,

6 Quién pudo allí valerte, ángel caído, Para la dicha y la virtud nacido, Del buen camino, sin querer, desviado Y de peligro y seducción cercado ? Solo Dios y D* Juan que tu amigo era; Pero tú no lo oiste, lo olvidaste, Porque ciega en tu error, su voz severa Para tu gusto y perdición hallaste. KL ¿NGFL CAÍDO Don Juan en tanto, de la niña belfa Seguia fiel la luminosa huella Y aunque él pié en sus umbrales no ponia Su vida y pasatiempos conocía, Su móvil no era amor, sino un cariño Como el que inspira candoroso niño Huérfano acaso, ó pequeñuela hermana; Afecto puro que del cielo emana, O recuerdo inefable de pureza, De angélico candor; moral estudio, Culto santo y sublime à la belleza De la perfecta y divinal preludio. Porque el D.FJuan que pinto, aunque comoliombre En pasiones idéntico y en nombre, No es el hidalgo de Sevilla, ateo Que sacaron á luz con buen arreo Las de Tirso y Zamora audaces plumas,1 Ni el de Molier, Byron, Balzac ni Dumas,2 Ni el de Mozart harmónico y profundo a Que solo el genio de Hoffmán fecundo Pudiera interpretar, y su igual queda; Ni el de Corneiil, Zorriia, ni Esproneeda1— Todos hijos de un padre y parecidos En el rostro, la mente y los sentidos; Retoños vivos de robusto tronco De bulto acicalado á par que bronco; EL ÁNGEL CAÍDO 71 Piedras de un monumento de gigantes Que el sol verá de siglos muy distantes; Proteo sin igual que se transforma Sin que se altere su sustancia y forma, Almas y corazones que se engranan, Se funden, se completan y se humanan: Carácter que en uno se harmonizan Y gigantesco tipo simbolizan.5

De alma, de genio, educación distinta Es el D. Juan que caprichosa pinta Mi musa americana, independiente, Sin que emular por eso audaz intente La gloria de esas que primero acata» Nacido en este siglo, hijo del Plata, Participar debió de las influencias De su vida social y de su cielo, De las pasiones, vicios y creencias Que el sol de Mayo fecundó en su suelo. Y así lo encontrarás, lector curioso, En este y otros que trabajo ocioso, Porque el demonio de la gloria vana, Después de larga ausencia, una mañana Á visitarme vino nuevamente, Y brindarme tus lauros que no aprecio, Pues à el águila, al mono y la serpiente EL ANGEL CAÍDO Los repartes igual como buen necio. Y así lo sufrirás si es de mi agrado. Y mi caudal poético no fundo, Entre el cielo y la tierra vagabundo, Frivolo, veleidoso, enamorado, A veces vate y pensador profundo; Pero siempre el D. Juan

Y si lo viste tal en la primera Escrita por el mismo en la postrera ( Que no sé cual será) mas transparente, De bulto mas marcado y prominente Le bailarás en ideas y en acciones, En vicios, en virtudes y pasiones; Que así D. Juan, por desigual camino, Yá en pos de ía mujer, cuyo destino En tenebrosa noche todavía Envuelve el porvenir, y temeroso Se cumpla el vaticinio cjue en su día Gomo amigo la hiciera generoso.

Era una noche de solaz y holganza, Que à entremezclar venía los rumores Del placer y la música y la danza, A los lejanos ayes y dolores De un gran pueblo en tortura y agonía. El- AN G KL CAÍDO La turva en torao de la puerta hervía De una casa de estenso balconaje, Que daba abierta sin cesar pasaje A lujosos y alegres concurrentes Que á un gran baile acudían impacientes. Lo mas bello del pueblo y distinguido En dinero y en rango, reunido Se hallaba en sus magníficos salones, A estranjeros de todas las naciones Y oscura túrva de diversas gentes, En el traje à lo menos muy decentes; Y codeaba á la nueva aristocracia Con su sencillo y popular arreo, La audaz, niveladora democracia.: Que un gran baile en el Plata es jubileo.

D, Juan también, amigo del tumulto, O concurso de gentes cortesanas, Y sobre todo de mostrar su bulto Donde pudiese ver caras humanas, (Símbolo fiel del fabuloso Endriago),* Movido, á nias, por el instinto vago De lo nuevo que estímulo y aliento Infunde al corazón y al pensamiento, Y por otras quizás fuerzas ocultas Que circunspecto dejare sepultas, EL ÁNGEL CAÍDO

Al baile, como tantos, fue gozoso Para salir con fiebre y caviloso. Y era en efecto, sí, digno de verse De admirarse de cerca y conocerse, Porgue el oro j el arte, aunque estranjero Le labraron posada con esmero; Y si bien puedo, como autor prolijo Describirla y pintarla, no me place, Porque se oirá murmuración, colijo, Que mi noble propósito embarase, Y tuerza á su píacer mis intensiones. Asi, à parte dejando descripciones, Diré que en tanto que en diversas salas, Al vivo resplandor de cien bujías, Haciendo alarde de sus ricas galas, De su gracia, hermosura y pedrerías, Valsaban cien parejas y sonora La música fluía animadora; Y en tanto se paseaban impacientes Esperando su vez cien concurrentes,

Y se escurrían otros? se sentaban, Chismeaban al oido y sonreían En grupo, de este modo dialogaban Algunos mozos que valsar veian, Al paso que D. Juan y otros danzantes Modulaban la voz de los amantes. EL ANGEL CAÍDO

SALON DE BAILE—MÚSICA Y VALS

DON JIJAN [valsando]

Contigo yo ahora, mi vidaf quisiera Volar à la esfera de un mundo mejor; Tú el ángel serías que allá me llevase, Y mi alma anegase De dicha infinita, de eternal amor.

LOS MOZOS (En la puerta de una antesala. Música y

DON LUIS

Qué muchacha tan linda y tan graciosa ! I Qué bien valsa I Parece una silfída Con su trage de holán, que misteriosa Viene de amor á regalar la vida, Y su menudo pié, cuando alza el vuelo Apenas roza el alfombrado suelo»

ELLA (á Don Juan )

Mi amor no te bosta ? EL ANGEL CALDO

DON JUAN

Sí, sí, amada mía, Mas yo desearía no tuviese fin. ....

ELLA

Siempre en los estreñios..,. !

DON JUAN

Mis pasiones hondas Son como las ondas De mar que bullendo no encuentra connu.

ELLA

Tu pecho inconstante, voluble como ellas....

DON JUAN

Siguiendo tus huellas, quisiera volar, Mi anhelo es la fuente que nunca se agota, La dicha una gota Perdida en abismos de insondable mar.

MOZOS (idem)

2°.—Es la reina del baile, es la mas bella. .. . 3°.—¿ Y bailaste, Jacobo, tu con ella? tX ANGEL CAÍDO 77

2o.—¡ Imposible i si tocios Por sacarla á bailar se clan ele codos, Y ese juego de bobos no rae peta. 3°.— Y à mi me desairó; es una coqueta. Hasta la cuarta tengo compañero, Si no con mucho gusto, caballero, Me contestó, y del hechicero pico La sonrisa tapo con su abanico- Y sin duda sería el preferido Aquel zonzo tan vano y relamido Con quien vaizando rie y coquetea. 2°.—1 Y cómo se hincha el hombre y pavonea Ufano de su triunfo y su tesoro,.... 3°.— i Y quién es él? 2°.—» Un vellocino de oro.

JULIAN

Dicen que la corteja y hace gala..... 3°.—Se susurra algo mas 2°.— Que la regala 3°.— Y para que arda el fuego femenino No hay sebo como el oro

JULIAN

Desatino Si es rica, joven y ä pedir de boca EL ÁNGEL CAÍDO 3°.—Lo fué, pero la madre es una loca Que ha dado en la manía de enjoyarse, Mirarse al tocador y engalanarse; Y pretende que en labios juveniles Se beben onzas de diez y ocho abriles. I No la veis? allí está resplandeciente. 2<\—i Ah ï No es muy vieja, nó. ..,

JULIAN

Para tu diente ! 3o.—Y en torno de ella un picaflor voltario Susurra con amor, por ver si pica Las perlas de su espléndido rosario...... 2o.—O la miel de su pétalo que es rica*... 3o.—Vaya un gusto 1 2°.— De fruta sazonada. 3o.—Pero la de esa, chel.. .es sazón pasada, Porque de quince á veinte, sin disputa, Toca en sazón la femenina fruta; Después el sol la quema, el sabor pierde, La frescura y color, si no la muerde Ponzoñoso alacrán, duende en amaños. [Rien) 2o—Tienes, pillo, caprichos bien estraños. ¿A tí te agradarán los angelitos Que derraman pudor por los ojitos. Gomóla hija sin duda t Y quien es ella ? {/íicn) EL ANGEL CAJDO ¿ Cómo se liama al fin esa doncella ? 3o,—Pregúntaselo á Pedro, él bien lo sabe. 2°,—YcaUaba el zorrón 1 Vomite, acabe: ¿ Quién és, como se llama la bonita?

JULIAN

La del talante regio y los diamantes, Las perlas y sortijas ?

PE DUO

Angelita ! [Con aire de süslifaccion) El apellido no sabréis, tunantes.

D, LUIS

Angelita, por Dios, ¡ que lindo nombre J V es un ánjel sin duda. [Pedro ríe) 3o.— , .Pero al hombre Le han sonado muy bien esas letritasl 2°.—¿ Y á todo esto, Perico, la visitas? Parece que te han puesto alguna aldaba En la lengua hoy á tí

PEDRO

La visitaba... . EL ÁNGEL CAÍDO 30 _L.a visitó el zorrón, pero riñeron, Por cuestiones muy serias que tuvieron. [Rien

D. LUIS

í Qué lengua tan mordaz la de este loco I 3o.—El valse se acabó;— á tirar los dados. 2°.—Los dados del amor, que el tiempo es poco.

BASTONERO (en alta voz)

Contradanza, señores, los nombrados. [Se esparraman riendo.)

Y al eco aquel, como estrellas Que á un tiempo asoman, brillando Las pupilas de las bellas, En contorno del salon, Intimo gozo mostraron; Y las miradas volubles De los jóvenes llamaron Con cariñosa espresion.

Y ellos en grupo, dispersos Por la sala iban, venían, Y charlaban y reían, Preparándose á bailar; EL ÁNGEL CAÍDO O buscaban la escojida, Como se busca una perla Entre muchas escondida, De un magnífico collar.

Y unos nó y otros sí hallaron La compañera, y al punto Las parejas empezaron A colocarse de pié; Las miradas á gozarse Que se buscaron inquietas, Cada pecho à dilatarse De amor, esperanza y fé>

Y rebosa y se difunde Como una fuente, y con otro Este afecto se confunde Por un deseo común; O al manantial se repíega Al seno que le dio vida, Por que valla á encontrar llega Que no viera iluso aun.

Empezó, mundana ó pura, Sus fingidasesquivece s A desplegar la hermosura, Su arte magia ó seducción; EL ANGEL CAÍDO A las púdicas sonrisas, Las miradas cariñosas Y las palabras quejosas Que guardaba el corazón.

Empezaron à cruzarse Las reconvenciones tiernas, Los amores á inflamarse, Las pasiones á vivir; Con esos rayos latentes, Magnetismo que del alma7 Por las pupilas ardientes El amor hace fluir.

Empezaron los suspiros De ternura sofocados, Los requiebros malogrados, Los cariños y esquivez; El desahogo de los celos, Y las palabras furtivas, Y los candidos recelos Y la amorosa embriaguez.

El acecho y desconfianza De las madres y las lias, Y la alegre contradanza De la música al compas; EL ÁNGEL CAÍDO Y con matices distintos Las simpatías ocultas Y repulsivos instintos Á manifestarse mas,

Y los chistes y simplezas, Y las sonrisas burlonas, Porque nunca faltan piezas, De baile que hagan reir; YT los mancebos su garbo, Su talle y gracia las bellas, Las sin gracia su desgarbo, Empezaron á lucir.

Y las manos y cadenas Empezaron á cruzarse* Y los giros à enredarse, A deslizarse los pies; Y á escurrirse las parejas Gomo las mansas corrientes De arroyuelos diferentes Que se encuentran de través.

Y al compás de la armonía La columna de danzantes, En cadencia se movia Y valsaba en derredor; gi EL ÁNGEL CAÍDO Y de los trajes flamantes, De los ojos y las flores, Y las joyas y diamantes, Deslumhraba el resplandor.

Y empezaron a animarse Qe los mozos y las bellas Los rostros, y á reflejarse Los matices del placer; Y á brotar y fluir el gozo Como eléctrica corriente, Y el simpático alborozo Franco esplayarse y crecer,

Y asi con diversas tintas Los rostros manifestaban Las afecciones distintas Que cada alma anida en sí; Pero vagan, insensibles, Misteriosas las mas de ellas Y solo al ojo visibles Que salbe verlas allí.

En ese nítido espejo Del alma, donde aparece El vaporoso reflejo De las pasiones vivaz; EL ÁNGEL CAÍDO Que á veces su luz esquiva, Pero, aunque mudo, hablar suele Con elocuencia mas viva Que la palabra fugaz.

Pero allí pasiones hondas Acaso ocultas hervían, O en alma tierna nacían Con turbulento fervor; Y las virginales flores El candor y la pureza Y los púdicos rubores Perdían su almo frescor.

Porque del mundo el ambiente O las quema ó las marchita, O imprime en su blanca frente Enfermiza palidez; O acaba ese, que consigo Llevan, divinal encanto Que del hogar al abrigo Solo desplegan tal vez.

Ni en esa atmósfera impura Beber puede la aura rica Que alimenta y purifica El sentimiento moral; EL ANGEL CAÍDO Ni alli se nutre y se forma El corazón femenino A esa virtud, que de norma Sirve al régimen social.

Ni de su frívola boca Hijas, esposas ni madres» Oirán en embriaguez loca La voz del deber surgir: Verbo de luz que en el templo De la familia resuena, Y la regla y el ejemplo Alli engendra del vivir.

Y los impuros deseos, Los angélicos amores Y los locos devaneos, Cebo hallaban y solaz; O intrigas de amor se urdían Criminales que muy pronto De alguna familia irian A convulsionar la paz, • Y se contaban misterios Del hogar, lances ocultos, O muy por bajo adulterios, Locuras de juventud; EL ÁNGEL CAÍDO Y por dar pasto á la lengua, Por pasatiempo se echaba El deshonor y la mengua, Quizá sobre la virtud.

Y alti estaba la hermosura Rodeada de todos cuantos, Fascinadores encantos, Dios la dio y la sociedad; Cautivando corazones, Infundiendo mil deseos, O inefables ilusiones De amor y felicidad.

Y aquel ambiente de aromas Los sentidos embargaba, Y del ánimo alejaba La congoja y la inquietud; Y allí se gozaba riendo No sé que reposo activo O devaneo festivo De estimulante virtud.

Alli se vían las blondas. Con sus vestidos de tules, Su alba tez y ojos azules El blando pié deslizar; EL ÁNGEL CAÍDO Inspirando afectos tiernos, Pero lánguidos y flojos Como la luz de sus ojos. Como su vago mirar.

Y las de formas redondas, Turgentes; y las de negro Cabello esparcido en ondas, Por el cuello de marfil; Dç cuyas pupilas brotan Fascinadoras vislumbres Que dan delirio, y denotan Pasión honda, amor febril.

Y las morenas ardientes Con sus formas delicadas Que muestran nevados dientes Entre labios de carmin; Y aquellas cuya mirada De amor súplica parece, O la forma inmaculada Bosquejan de un serafín.

Y allí estaban con sus galas Con su lujo y su boato, En las magníficas salas, Coronadas de esplendor; EL ÁNGEL CAÍDO Alta, erguida la cabeza, Circundadas de vasallos, Las reinas de la belleza, Las predilectas de amor.

Y sobre todas, hay una Que domina y se levanta, De ágil y gallarda planta, De frente noble y real; Predestinada criatura, Tipo en espíritu y carne De americana hermosura, Pero no tipo ideal.

Sino viva imagen de esos Que poetizando crea En sus caprichos la idea, Bella estampa de mujer; Y nacarado pimpollo Del jardin de ía natura, Que en su pleno desarrollo Tendrá mas pompa que ayer.

Obra á quien la última mano Todavia ella no diera, Porque idealizar quisiera Su belleza y perfección; EL ANGEL CAÍDO

O que artiza lentamente Para que el poder divino El mundo, sí, reverente Glorifique en su creación.

Tipo en el cual nuevos rasgos Para aquellas formas puras De sus místicas figuras Tomar pudo Rafael; Tipo original de un mundo Desconocido á la Europa Que solo al lienzo, fecundo Trasladará su pincel.

Cuando el Arte, hoy en su Oriente, De sus colores se vista, O de su vida en la fuente Beba la alta inspiración; Cuando sublime y profundo, La grandeza y los prodigios Revele al antiguo mundo De otra civilización.

Entonce estas armonías, De una lira solitaria,

Se oirán como profecíasr De ese bello porvenir; EL ÁNGEL CAÍDO 91 Como esas voces profundas Vivas de un alma, que suelen En las Eras infecundas, Y ele tinieblas surgir.

Por que un pueblo como el hombre, Sin la luz de una creencia, Ciego, herido de demencia Marcha en horrible caos; Y estéril, seco, desnudo, Late su pecho cadaver; Sino hay para su alma mudo, En el universo un Dios.

Y sobre frente tan bella Bañada por la sonrisa, Se via como centella De íntimo escozor brotar, O de recuerdo importuno Como vaporosa sombra; Misterio que allí solo «no Pudo tal vez penetrar. EL ÁNGEL CAÍDO Y acaso en los vagos giros De la alegre contradanza, Se le escapaban suspiros De lo hondo del corazón, Que sofocaba su labio Avezado al disimulo, Por no Hacer á otros agravio Oá su conciencia traición.

Yen tanto, frivolo riendo, El incienso que la embriaga, Del mundo iba recibiendo Su femenil vanidad, Yen tanto que ella no oia Su íntima voz, y adorada Cual ninguna se creía, Nadando en felicidad.

Entre el cerco de mironas, Rezagadas de la danza, Feas, madres, solteronas Por bajo sin ton ni son; Aunque de aguda se precia, Andaba de boca en boca, Ora envidiosa^ ora necia, La mordaz murmuración. EL ÁNGEL CAÍDO Y aunque claro no se oia Su misterioso susurro, Quiza lo percibiria El que lo escuchase bien; O el que vocablos malignos, La espresion de las miradas, O fisiónenmeos signos Sepa descifrar también.

Y estas y otras maravillas Que no cuadran á mi intento, Frivolidades sencillas Que nadie nota jamás; Se escapaban entre risa A mironas que observaban, A danzantes que bailaban, De la música al compás.

MIRONAS

Ia.—¿ Ha visto usted doña Ines Que gracia tiene AngeJita ? 2a.—Es sin duda muy bonita, Muy airosa, y ¿ de dónde es, Que nunca en bailes la vi Ni tertulias ? EL ANGEL CAÍDO 1\— No es estraño, Complió diez y seis este año; Pero ella ha nacido aquí. Aunque de caudal, su padre, Que no era hombre de estos días, TUYO muy raras manías, Y reclusa con ia madre En casa siempre vivió.

2\—Y ha muerto su padre? K— , Sí. De pesadumbre ó disgusto. Por amor que fué de gusto De la niña. 2a,— Y ¿se halla aquí La madre? 1\— Pues no I 2a.— Quién es? Ia.—Alli està, pero no sota, Porque le hace la mamola Muy cumplido el Portugués, NOYÍO de la hija y muy rico, 2a,—No será por su dinero: EL ANGEL CAÍDO í)5

Pero aquel es Brasilero, ( fijándose en él ) Le conozco. Ia,— De Tampico, O del Brasil, todo es uno: Su tierra es el continente.9 2\—Y coma ella será ardiente. K—Pero tonto cual ninguno. a 2 ,—No importa, es jóven; galán. Ia.—Y muy feo. 2a.— Mas regala Ia,—Y de pródigo hace gala. 2a.—Porgue atonde toman, dan. 1^.—Doña Ana charla con él Alegre como estas pascuas, Y el Brasilero está en ascuas 2a.—Será por celos de aquel Que baila con Angelita. 1\— Recelará que lo emboben: El otro es gallardo joven. 2a.—Feo él 1«.— Ella coquetita. 2*.—Rival temible I 1&.— Talento. Tiene el otro, pero es pobre. 2a.—Aunque el mérito le sobre Se la llevará el jumento. EL ÁNGEL CAÍDO

Ia.—O ninguno en conclusion, Porque á cada cual su parte De son risita reparte, Y á nadie dá el corazón. Allá se va el Portugués A observarla mas de cerca. 2a,—Sí, y ala madre se acerca. . Ia—Su piscoiro el Cordovès. 10

La música en tanto sonora vertía Su rica armonía Por la vasta sala, bañada on fulgor. Las lindas parejas, de lujo flamantes, De gozo radiantes Bailaban, charlaban; todo era alegria, Murmullo, prestigio, delicia y amor.

PAREJAS .—UNA

Vida mia I si supieras Lo que te amo, no quisieras Hacerme tanto sufrir. Et ÁNGEL CAÍDO 97

ELLA

Ustedes saben decir Siempre cosas lisongeras, Pero amar

DON JUAN Guando te veo Con algun otro bailar, Reir y tu mano dar, La sangre me hierve......

ELLA Creo.

DON JUAN Y le quisiera matar.

ELLA

Por Dios i que zeloso eres I

DONJUÁN

Lo soy...... vv.

ELLA Mámanos observa Y te conoce, que quieres I EL ANGEL CAÍDO Preciso es mucha reserva, Y disimulo

DON JUAN

Placeres, Amor, no hay sin amarguras.

OTRA PAREJA

ELLA

Me hacen rabiar tus locuras.

EL

Esta me perdonarás, l No es verdad ? son imposturas, No la he querido jamás.

OTRA PAREJA

EL

Desprenderme no he podido De la otra sala.

ELLA

Y ¿ con quien La conversación ha sido ? EL AflttEL GAIMV

EL

Con mis primas. •..

ELLA

Va muy bien, Mucho se habrá divertido.

OTRA PAREJA

UN DANZANTE ( ai figurar )

Cómo ha bebido el ingles!

ELL\

¡ Qué pesado I

DANZANTE

No, señor I Por aquí*......

ELLA

¡ Que enredo !

INGLES

Yes 100 ÍL ANGEL CAÍDO

ELLA

Sentarse es mucho mejor*

OTRA

Jesus! no entiendo el francés.

OTRA

ELLA- Que torpe ! el pié me plantó.

OTRA Ah Jesus i qué grosería !

OTRA Oye, Juana, ya empezó La incivil algarabía De los (¡ríñaos

OTRA i Te pisó?

OTRA

ELLA [parasí) Jesus î que hombre tan cargoso. Machaca usted en hierro frió. EL ANGEL CAÍDO De ningún mozo me fio; Todos mienten......

O TREPARE JA

Sí, zeloso Estoy.

ELLA

Sin razón, bien mío. MIRONAS

Ia.—Y Erna en perpetuos saludos, Siempre rodeada áñ gringos,11 2a.—Gustará de sordos mudos, Para la danza tan rudos, Que retozan como pingos. '2

OTRA PAREJA

K—Aquel demonio de bisco Siempre absorto en la Angelita ! 2!\— Daria yo à la bonita De buena gana un pellizco. i*,—i Y al demonio? 2a.— Agua bendita EL ÁNGEL CAÍDO

La música en tanto, sonora vertía Su rica armonía Por la vasta sala, bañada en fulgor; Las lindas parejas, de lujo flamantes, De gozo radiantes, Bailaban, charlaban; todo era alegria Murmullo, prestigio, delicia y amor.

MIRONAS

Ia.—Che ! el carcamán está allí n Que cincuenta veces pasa Diariamente por tu casa; Mira que en amor aqui Hoy la fortuna anda escasa. 2a.—Nunca me hables de estrangero, Yo á mis paisanos prefiero, Porque mas finos y amables, Con talento y adorables Los encueníro

PAREJAS

LA VECINA ( â don Juan )

Zalamero ! ¿ Se agotó el vocabulario ? EL ÁNGEL CAÍDO 103

DON JUAN ¿ Creerá por fin que la adoro ?

LA VECINA Cuando escatime como oro Las perlas de su rosario, De sus labios el tesoro»

OTRA PAREJA

EL Afuera !

ELLA No: hay mucha gente.

EL Solo está el patio y oscuro; A la azotea !

ELLA Valiente! M A ver estrellas ?

OTRA

EL Sí, puro, Eterno es mi amor ardiente. EL ÁNGEL CAÍDO

ELLA

¿ Me ío juras ?

EL

Te lo juro

ELLA

No vayas á ser perjuro; No me engañes.

EL

¿ Lo podré, Angel mió?

ELLA

Bien seguro Que de pesar moriré.

OTRA PAREJA.

ELLA

Mi marido está allí, chito I No se puede; hablar bajito. .. Veremos EL ANGEL 0 AI DO JOS

EL

Y raiia mucho.

OTRÀ PAREJA,

ANGELA

Habla muy bien y lo escucho.

DON LUIS

Anda en amores de ojitoVb

ANGELA

Ah ! ah I qué amores son esos ?

1). LUS

Mirar, y ver y callar, Alguna vez suspirar, Tener el fuego en los sesos Y por los ojos hablar.

ANGELA

Qué gracia l amor muy estraño I Lindo amor î 106 EL ÁNGEL CAÍDO

DON LLIS

Desde Platon Se conoce esa invención Feliz, porque sin engaño Ese amor es ilusión. Amor santo, sin temores, Ni retribución ni afán; No asi el de esos picaflores Que halagan, pican las flores, Chupan la miel y se van.

DANZANTE [á A ngela al pasar)

Ese Porteño es un diablo;1B Siempre juega del vocablo; No le creas, Angelita

ANGELA

De miel tiene la lengüita*

DON LUIS

Cuando me h tivan, hablo, i Que chusco anda ese señor !

ANGELA Mi primo es EL ÁNGEL CAÍDO 107

DON LUIS

¿Y el Brasilero Que està con ojo avizor ?

ANGELA

¿ Se ha vuelto usted confesor ?

DON LUIS

Nó, pero de envidia muero.

ANGELA'

Embrollón ! es un amigo Que distingo

DON LUIS

Bien esta.

ANGELA

Por complacer à mamá

DON LUIS [para sí)

Que chasco I un sueño persigo.

ANGELA Sin duda usted me creerá. 108 EL ÁNGEL CAÍDO

OTttA PAREJA.

ELLA

No puedo entender, señor, Monosilábico amor

EL

Las espresiones me faltan

MIRONAS ( Observando à Angela y à don Luis )

2a.—Hablan mucho y con calor. d\—Y al Portugués se le saltan Los ojos ya 2a.— De furor.

La música en tanto, sonora vertía, Su rica armonía Por la vasta sala, bañada en fulgor; Las lindas parejas de lujo flamantes. De gozo radiantes, Bailaban, charlaban; todo era alegria, Murmullo, prestigio, delicia y amor. EL Á PÍO KL CAÍDO I

MIRONAS

K~Sin bailar tocia la noche ! No he visto baile mas zonzo 2a.—Se me ha retentado ün broche 1\—Ahora? 2a.— Nó, al bajar del coche, Ia.—Que te lo pegue tu Alonzo; Allí está. 2a- Pero no viene.,, . ¿Donde ? {vuelve â mirar ) Ia.— ¿Noves? 2a.— Cosa estraña! Se me ha entrado una pestaña En el ojo; me arde. .. ( restregándoselo} Ia. — ( riéndose ) Tiene Doña Ana hermosura y maña Como la hija. 2\— ¡ Que pareja I Dos mozos con una vieja Delante de mí; qué rabia l ia.—Tendrá la señora labia Para los dos \ qué te aqueja ! Los hombres son unos pillos. 2a.—Habrá ido á ver los destellos De sus ojos amarillos. .,. .• JiO EL ÁNGEL CAÍDO

K—No; que los tiene muy bellos 2y.—O la luz de sus anillos Y SUS diamantes., Ia.— Ello es Que Alonso y el cordovès La dan jarabe de pico, Para las viejas tan rico, Y vendrá á pedir después Perdón

2a.—(sofocada) Che I trae mi abanico*...

PAREJ A S.

PEDIÍO (En la cabeza de la columna) Me hechiza de usted la gracia.

ELLA (á la vecina)

¡ Que hombre tan zonzo I \ Qué audacia I La primer vez que me vé.

VECINA

Gallardo joven á fé !

ELLA

Pero hablando, Julia, sacia. EL ÁNGEL CAÍDO ff J

MIRONAS

Ia.—î Que contradanza tan larga j 2a,—Toda la noche en berlina,......

OTRAS

Ia.—Sé todo;.fuí su vecina 2a,—El hombre como se carga A la niña. |\— Aquel erguido, Lampiño, que en la cabeza A hacer la figura empieza, Fué 2a.- Sí. 1\— Su primer querido. 2*.—Buen mozo. K— Pero muy tonto. 2a.—Y ¿ habrá sido su postrero ? 1*.—Quinto ó sesto el Brasilero. 2\—Se van á encontrar muy pronto.

P ARE JAS.

PEDRO

Ufana de triunfos, caso No haces de mí, Angela, ya; EL ANGEL CAÍDO

Su veneno, sí, de paso, La lengua mia echará De tu deleite en el vaso.

La música en tanto, sonora vertía Su rica armonía Por la vasta sala, bañada en fulgor; Las lindas parejas de lujo flamantes, De gozo radiantes, Bailaban, charlaban; todo era alegria, Murmullo, prestigio, delicia y amor.

PAREJAS.

PEDRO {para si) Ya se acerca j está mas bella ! Sus formas se han desenvuelto, Y aun no só qué de mas suelto La encuentro que antes en ella Tenia el pudor envuelto.

ANGELA (á Don Luis) No me hable usted mas de ese hombre, Le aborrezco, no quisiera Ni verle ni oir su nombre EL ÁNGEL CAÍDO If3

PEDRO [á Don Luis) Allá vá mi compañera, Aunque la suya se asombre,...... (Formando alas con A ngelita) Como va Angelita ?

ANGELA Bien.

PEDRO La doy à usted parabién. (Con énfasis al oído de A ngelita) « En el Brasil hay diamantes, «Joyas y perlas flamantes... « Ojalá muchas te den: « Eso amas » [alto) Rueda y valsar.

MIRONAS.

{Las mismas (¡ue antes observaban á Don Luis yáA ngelita) Algo la ha dicho al pasar, Porque pálida se ha puesto Como una cera

ANGELA Ay Dios! presto Que me voy á desmayar H4 EL ÁNGEL CAÍDO

DON LI-IS ¿ Qué tiene usted, señorita ? Afírmese usted en mi brazo.

LA MADRE [levantándose y corriendo hacia A ngeliía)

Jesús 1 mi pobre Angelita ¡

(Cesa la contradanza y la música. Toda la sala se conmueve)

Se ha enfermado, {para sí) El bribonazo! ¿ Qué tienes, por Dios, hijita ?

{Don Juan, el Brasilero y los curiosos la rodean)

ANGELA

El corazón, ay i no sé, Me ahogo Mirones que la rodean i\— Nada será. %a.— La fatiga, ó el corsé. 3\—La ha dado un insulto ,7 4<\— i Qué!

EL BRASILERO

Tanto bailar, 6°,— Pasará. EL ÁNGEL CAÍDO H5 7°.—Pobre niña, quién creyera ! 8\—¿ Yla suéïen dar, señora, Estos insultos ?

LA MADRE

Sí; fuera, Niña, vamos

ANGELA Aire I

LA MADRE Ahora*

EL BUASILEKO Blanca está como una cera Y nunca ¡ oh Dios I tan bonita.

DON LUIS Oh 1 que angélica criatura I

DON JÜAN [para sí ) Pobre de tí ! con usura Pagando estàs la locura De tu niñez, Angelita. fe asió el mundo; la presa eres De sus frivolos placeres, HG üL ÁJNGEL CAIRO Y al coronarte su mano Te lanza infamia, villano, Como á otras tantas mujeres.

Y despues que tu hermosura Aje y goce hasta la hartura, Te arrojará de sus brazos, Hecho el corazón pedazos, Manoseada y toda impura.

Y al repentino, eléctrico accidente, Música y contradanza, de repente En el salon magnífico cesaron, Y en torno de Angelita se agruparon, Por idéntico afecto conmovidos Danzantes y mirones esparcidos; Yr las sonrisas del placer radiantes Borró por un momento en los semblantes La humana y generosa simpatía; Centella divinal que ¡a armonía Mantiene y aproxima los humanos, Y sociedad, familia, pueblos forma Si en amor se convierte ó se transforma.

Y admirando su gracia y su donaire, Pálida y cabizbaja á tomar aire, EL ÁNGEL CAÍDO 1-17 Compadeciéndola, salir la vieron, Y con inquietos ojos la siguieron Hasta desparecer; porque era bella, Era una estraña y celestial criatura Y brotaba y ííuia de toda ella No se qué mansecíumfire ö qué dulzura. Qué hechizo misterioso que imponía Amor, veneración ó simpatia; 'No se qué manso, oculto poderío Que sin querer robaba el albodrio; No se que resplandor que fascinaba Y estático el espíritu dejaba: Vivo, sin duda, y divinal destello, Que hiriendo la pupila y el sentido, El concepto mas puro de lo bello Despertaba en las almas escondido; Gomo la chispa en pedernal, latente, Al golpe del acero salta ardiente.

Y la vieron salir, y detras de ella Al Brasilero leal, como la huella Sigue el sabueso fiel del amigo amo, O acude velozmente ä su reclamo, Y empezó luego el natural murmullo. La crítica, y la charla sobre el lance Y cada paladar al gusto suyo, EL ÁNGEL CAÍDO A su maligno instinto ó à su alcance El caso acomodó, como lo exijen Las cosas de este jaez, buscó su orijen, Creyó encontrarlo, comentarios hizo, La agena ó su malicia satisfizo* Y si bien hubo sátiras y pullas Entre gentes tan altas como aquellas, Y disputas también pero sin bullas, Compasión generosa halló en las bellas, La mas beilade todas, Angelita, Que siempre noble el corazón palpita De la mujer, y al desdichado débil, Sino de su poder benigna gracia, Su lágrima consagra y su voz flébil, G de su dulce labio la eficacia*. Salvo cuando mordaz para su mengua En frivolos coloquios se deslengua; Pero en el baile aquel si acaso indigno Uno que otro locuaz labio maligno, De los pocos que alli la conocieron Su dardo le lanzó, cuando la vieron De repente tan joven y tan pura Deslumhrar con su espléndida hermosura, Aunque todos absortos la admiraron, Después del accidente se clavaron En ella sola las miradas todas; EL ÁNGEL CAÍDO La examinaron bien, como en las bodas Se lleva la atención la novia bella Que entre todas espléndida descuella; Y en la memoria suya quedó impreso Su nombre y las hablillas del suceso.

Y la madre y la hija, el Brasilero, Novio presunto, ó solo su galán, Y Pedro tan audaz como altanero, Su amigo fiel de corazón don Juan; Aquella noche de fatal memoria Una fama adquirieron parecida Al renombre olvidado ó á la gloria En el Plata al ingenio concedida. Y cada cual ó imbécil ó pedante, Se creyó con derecho en adelante Para echarles un tilde de desmengua, O su nombre manchar con sucia lengua; Sin que ninguno ó pocos encontrase, Que por su honra y su mérito abogase. Pero el vasto salon volvió como antes La música á mover, y unas cuadrillas, A bailar empezaron los danzantes Que se curan de amor y no de hablillas, Y el baile continuó, tanto en aquella Gomo en las otras salas, donde ardientes 120 EL ÁNGEL CAÍDO Siguieron sin pensar mas en la bella, Sus coloquios de amor los concurrentes. Porque toda materia al fin se agota, Y hablar sobre lo mismo al cabo cansa, Que es tirarse y volverse la pelota, Y variando de asunto se descansa. En tanto aquellos, de los mozos gala, Que visteis en la puerta de antesala Soltar con petulancia la maldita Para tildar, en salvo, á la Angelita, Y otros mas natos hijos de estos tiempos Amigos de solaz y pasatiempos, En apartada pieza que ofrecia Variedad de refresco al que quería, Y sentados en torno de una mesa, Buenos vasos tomaban de cerveza, Que dispone el espíritu á desbarro, O fumaban, ¿hartando^ su cigarro. Era de ver su chocarrrero gozo, La espansiva efusión de su alborozo, Era de oir su inagotable charla, Sus chistes y satíricos vocablos, Sus cuentos; se diria al observarla, Una junta de orates ó de diablos— Cuando Don Juan entró como cualquiera Que cigarro ó refresco apeteciera; ÉL ANGEL CAÍDO 121

Tomó una limonada yxmhabano Y se sentó à fumar de ellos cercano. Mientras turva de yentcs y vinientes Cruzaban, se paseaban ó bebían,

Dialogando en idiomas diferentes y Y en su cbarla los mozos proseguían.

j i'LIAN [hajo à don Lui$\

l Y con la bella, à ti, diablo, Gomo te fué ?

DON LUIS

Yo nunca hablo De mis cosas en amor.

JULIAN

En silencio, si, mejor Se acecha y tira el venablo; ¿Pero el síncope te vino A pedir de boca.,. .? EL ÁNGEL CAÍDO

DON LUIS

Que!

JULIAN

No cayó ni perdió el tino, Esa tu desgracia fué, Si no con gusto, imagino, Tu brazo la sostuviera

DON LUIS

Lo que yo saber quisiera Si algo injurioso la dijo (Señalando â Pedro) Aquel bruto, pues colijo Que suya la culpa fuera.

JULIAN

Hombre, quizá ! á su pedido Puse la figura aquella, Y al hacer alas con ella....

DON LUIS

Le vi inclinarse à su oído... EL ÁNGEL CAÍDO 123

JULIAN

Y palidecer la bella

PEDRO (alto)

Nada, amigos, las mujeres. Sin perderse en pareceres, Quieren golpe audaz y recio Y menospreciar al necio Que las dïce—un ángel eres. ¿ Qué tal 1 lo aprobáis ? me esplico ?

VARIOS Muy bien

OTROS

Bien

JUMAN

Cuando uno es rico, Buen mozo, apenas asoma, Dice:—esta quiero, y la toma Gomo el amigo Perico. Kl ÁNGEL CAÍDO

PEDRO

Mi láctica si enamoro Es prodigar el te adoro, Y en mis joyas y brillantes, Y mis vestidos flamantes Mostrar que tengo un tesoro.

JULIAN Y te va muy bien ?

PE DUO No hay linda Que apetezca y no se rinda, Y sin malgastar amor, Tiempo, palabras

JULIAN Primor ! Cojcs madura la guinda.

OTRO [á Pedro) íX te (lió alguna esperanza La bella en la contradanza ?

PEDUO Enojada se fingió, Pero muy pronto haré yo Se incline á mí la balanza. EL ÁNGEL CA I IK) 1

DON LUIS (bop à Julian)

Necio y audaz me parece, Y ella mucho le aborrece; Quizá su vista bastó A descomponerla

JULIAN

Ya verás si se esclarece (Alio y dirigiéndose á Pedro) Eso nunca puede hacer Desmayar á una muger Pedro que es dañino bicho. Algo al pasar la habrá dicho Duro, incisivo, á mi ver.

Y Don Juan mira, y el coloquio escucha Como el que duda y con lo cierto lucha.

TEDItO Nada, una broma, o zonzera Que no creí produgera Tanto estrago,•, * 126 EL ÁNGEL CAÍDO

JULIAN

¿ Y si es la niña Sensible ?

OTROS

Qué ! socaliña.

PEÖRO

Fingido todo aquello era,

JULIAN l Mas te ama ?

PEDRO Y lo que hay de cierto Es que me aborrece

OTROS

Che! Gomo si hedieras à muerto.

Y Don Juan se rebulle en el asiento Mira, se muerde el labio y oye atento. EL ÁNGEL CAÍDO 127

JULIAN

¿La causae

PEDRO

Por que cambié De rumbo y me fui à otro puerto,

JULIAN

Ingrato, ella te diría I

OTiïO

Y zelosa lloraría I

Y Don Juan, como herido é iudignado Trémulo el ceño frunce y agitado.

PEDRO

Mucho i qué ansias ! pero todo Pasaba en buen acomodo, Cuando averia yo volvía.

JtLIAN Que tonto has sido ! perderla 1 EL ÁNGEL OU DO

DON LUIS

Un ángel ! perder su amor*.. • • I

PEDRO (riendo)

Después de gozar la flor [Rien)

Y Don Jüan se incorpora; vá a lanzarse Rebosando en furor; vuelve à sentarse.

JULIÁN "

Encontrarse así una jjerla Y arrojarla 1

PEDRO May cien mejor.

JULIAN Imposible ! nó; como ella Ninguna en las salas vi, Y alliestá lo que descuella

VEDRO No me faltará una bella. EL ÁNGEL CA UK) 129

VAHÍOS

Fuiste un bobo í

PEMO Mi fortuna No se casa con ninguna; Y à mas, ella con sus zelos, Ansias, suspiros, desvelos, Por demás era importuna.

Y Don Juan mira á Pedro y circunstantes Con pupilas de fósforo chispeantes.

JULIAN

Ella tenerte á su lado......

PEDRO

Yo amplia libertad quería Por que otras nuevas tenía.,...«

JUL LAN

Y el nuevo es mejor bocado 130 EL ÁNGFL CAÍDO Y Don Juan muestra irónica sonrisa, Desprecio y como cólera indecisa.

PEDRO

No era vivir

OTRO

Mas Yolvia, Gomo pájaro, el travieso La fruta rica y escasa A picar

PEDRO

Luego à mas de eso, Cierto percance ó suceso, Me cerró por fin su casa.

JULIAN

Cual es? dilo

PEDRO

No lo digo EL ÁNGEL CAÍDO 1

Y Don Juan oye atento, y como flechas Sus miradas à Pedro van derechas.

PE nuo

De ahí su enojo conmigo. Sus desaires

JULIAN

¿Aque oculto, Como fantasma de bulto, Te avizoró algun testigo ?

PEDRO (bajando la voz y mirando de soslayo)

Algo mas

Y se inclina Don Juan, y sus sentidos Parece convertir quiere en oidos.

JULIAN Qué ¿ de tragedia El lance fué, ó de comedia ?

PEDHO [bajo) Su padre, una noche m EL ANGEL CAÍDO

DON LLIS

Cuento !

JULIAN

Sí, acaba

PEDRO A las doce y media.

JULIAN Te pilló

PEDRO

Sí, en su aposento.

Y se levanta Pedro, y rien unos, Y Don Luís queda atónito y algunos,

Y al oirlo, de repente Sus ojos relampaguearon Y saltó como serpiente Que al pasar huella un patán; Y en ademan de desprecio, ínter de pié se encararon Con pasmo, al rostro del necio Arrojó aquesto í)on Juan: EL ANGEL CAÍDO 133

Mentis, villano, mentis, En lo que torpe decis, Y os lo probaré si quieres» Si flojo ó cobarde no eres Gomo villano, y salís. Os llamáis ricos, decentes, De linage y pundonor^ Y en pago de puro amor, De criaturas inocentes, Echáis al barro el honor.

¡ Hombres sin alma ! robáis Déla inocencia el tesoro, Y después al mundo vais La joya á mostrar de ese pro, Y en vuestro timbre os gloriáis.

Y Pedro y los demás que oyendo están Miran estupefactos à don Juan.

Cobarde i infamia arrojar Sobre una débil mujer Que no os puede bofetear Ni su nombre defender, Ni sus injurias vengar 1 EL ANO CL CAÍDO

Vuelvo á decir que mentís \ Mi brazo os lo probara Ahora mismo si venís, (Señalando â Don Luis) Si no mañana, Don Luis Mi casa y nombre os dirá.

Y á finqu e sepals quien soy Y de mis palabras de hoy Llevéis memorias grabada, Gomo prenda mía os 3oy, Villano, esta bofetada.

Y se la dio en la cara y al instante Despareció con ojo fulminante Trazando arco de luz; y al golpe Pedro Cejó aturdido y vacilante arredro; Volvió en sí, todo fulo y azorado;x* Con el vestido y rostro ensangrentado; Lanzarse en pos de su contrario quiso; Pero amigos y estraños de improviso Lo rodean, lo calman y detienen, Por ver sí del escándalo previenen Los efectos ruidosos e infelices; Y echando sangre aun por las narices EL ANGEL CAÍDO De aquel sitio fatal lo arrebataron Y à su casa furioso lo llevaron. Pero alguno quiza de los presentes Al coloquio y sus raros incidentes La nueva propagó por los salones, Do se entregaban en dichosa holganza Ágenos de inquietud los corazones, A la embriaguez do amor y de la danza. Y aquel vago rumor, sin percibirse, Empezó á rebosar y difundirse, Y à tomar cuerpo como el sordo ruido Que la tormenta anuncia y el tronido; Y empezaron á hervir en las cabezas Equívocos de nuevo y sutilezas, Cuentos varios à fluir por la maldita Y el nombre á resonar de la Angelita, Hubo choque sin ñn de pareceres, Abogaron por ella las mujeres Y á Pedro con justicia acriminaron; Y aunque el arranque generoso loaron

De DonJuant en sustancia dedujeron, Ser debia el galán mas preferido; A zeloso furor lo atribuyeron, Y de audaz ganó fama y de aturdido. Pues lo noble y lo bello entre nosotros Si unos lo ensalzan lo envilecen otros, EL ANGEL CAÍDO Y al fin los mas, si sobretodo el hombre Nunca fué de pandilla y tiene nombre.

Porque apesar que allí, yivoy reciente, Presenció el altercado mucha gente Y algunos el orijen conocieron Lo contó cada cual à su manera, Y comprendiendo mal los que lo oyeron Tan diverso quedó, que el mismo no era: Y cada uno llevó para el proceso Distinto parecer sobre el suceso.

Y como el baile aquel era de aquellos De gran tono y espléndido aparato, Que se guarda recuerdo grato de ellos, Y el tiempo magnifica su boato; La tradición local, vivaz historia, Archivó y transmitió su fiel memoria, Y pasara talvez de padres á hijos Gon glosas y detalles bien prolijos.

Y al hojear esa pajina elocuente Que a efímeras hablillas dá renombre, El cronista de la época presente Manchado hallaba de Angelita el nombre. EL ÁNGEL CAÍDO Ahi tienes, niña, descifrado el mundo, El mancebo gentil de amor tesoro; A tu sediento labio, en cáliz de oro, El néctar ha ofrecido del vivir. Probaste al fin de su dulzura ardiente, Conoces ya de su embriaguez el dejo; De su deleite vano esa es la fuente Que ansiosa procurabas descubrir.

Ahí está con la pompa de sus galas, Haciendo ostentación de su belleza, En esas vastas y brillantes salas Irradiando alegria y esplendor, Ahí está como rey sobre su trono, Rodeado de su corte y sus lacayos, A cortesana turba de vasallos Repartiendo sus dones y favor.

Ahi tienes sus magníficos jardines, De sus hermosas flores la fragancia, Sus saraos y sus danzas y festines, Sus amores, su dicha y alto prez; Ahi están sus laureados favoritos Saboreando la fruta que les place, La que en polvo al trocarla se deshace, Aunque bella en frescor y lucidez. EL ANGEL CAÍDO

Obsérvalo, que su mirar fascina, Míralo bien, que su esplendor deslumhra, Que en su sonrisa la espresion divina Del hombre de tus sueños bailarás, Mira bien que fatal embaucamiento Produce y magnetiza con sus ojos, Y el corazón, el alma, el pensamiento Llevarte puede sin sentir quizas.

Pero ah I que es tarde ya por tu desdicha, Si su corona te abrasó la frente, Si su incienso dio vértigo á tu mente, De tu conciencia amortiguó la luz; Si cayó como plomo derretido Su néctar delicioso en tus entrañas Y en el febril letargo del sentido Rompió de tu alma el virjinal capuz.

Pobre mujer ! cuando ebria sonreías, Mecida por lös ecos y el arrullo De sus blandas y dulces armonías, Todo en él seducción, todo era ardid; Y al estrecharte de deseos Heno Al repetirte tierno «te idolatro» 1 Te envenenaba y desgarraba el seno Con su lengua dulcísima de áspid. EL ÁNGEL CAÍDO

Pobre mujer ! y candida tu nombre, Y tu amor le entregabas y hermosura, Como al feliz esposo virjen pura, Después de la cristiana bendición; Y entre tantos galanes que à porfía Rindieran homenaje á tu capricho Uno solo quizá se encontraría, Que deveras tedíese el corazón.

Pobre muger ! como invisibles dardos En tu efímero triunfo, iban cien lenguas, Cien miradas de jóvenes gallardos. La gala de tu sexo á escarnecer: Víctima coronada, entre el murmullo De tanto adorador nada sentías, Si no eí éxtasis vano de tu orgullo; Y asombrado te vi desfallecer.

Observa bien: dorada sepultura Es esc mundo que te halaga tanto; Alza el manto que cubre su hermosura Y un cadáver hediondo encontrarás: No hay vida en él para abrebar tu vida, Ni amor, ni fé, ni chispa de creencia; Pero ah ! que es tarde ya y arrepentida Pobre mujer, en vano llorarás.

TERCERA PARTE

Don Juan.

Era Don Juan un hombre enamorado Según dicho vulgar de agüellas jentes Que siempre su defecto ó su pecado Al prójimo atribuyen indulgentes, Y no ven, como el Sabio lo asegura, La viga en su ojo ni la mancha impura.

Pero yo que verídico ser debo Y aprendí sin querer su íntima historia, A contrariar esa opinion me atrevo, Y decir (si no es frágil mi memoria), Que si bien inclinado á las mugeres, Como buen hijo de Eva, y á placeres Pudo ser mas ó menos que los otros, EL ANGEL CAÍDO Enamorado no era en el sentido Que se dá à esta palabra entre nosotros Equivalente á zonzo y á Cupido. Porque hartos hay de tales individuos, Cortesanos de damas muy asiduos, Que andan como el rapaz siempre à la pista Con el arco y la aljaba bien provista; Y ah ! de los corazones femeninos Que no se armen de petos diamantinos. Y los hay que de todas se enamoran Cuantas acaso ven lindas ó bellas, Y en imäjen de lejos las adoran Sin que lo sepan ni sospechen ellas; Y rondan por su calle dilijentes Para dar á entender así á las jentes Que están de fiebre erótica perdidos Y serán si no son correspondidos. Así embriagando el ánimo al esceso Con tan dulce ilusión, pierden el seso, Y amados se imajinan, sin que acaso Ninguna de los pobres haga caso.

Y hay también de esos tiernos corazones Cuyo incesante afán, cuya tarea Es frecuentar magníficos salones Aunque importuna su visita sea; 1ÏL ÁNGEL CAÍDO

Para hacerse ostensibles? las hermosas Visitar en el teatro mas lujosas, Ir do van y con gran desembarazo Salidas al encuentro en el paseo Para llevar, si se lo dan, del brazo Como en triunfo su espléndido trofeo, Y que envidiosos su fortuna admiren Los que quieran mirarlos ó los miren.

Y otros hay, libertinos por instinto, Por vicio de la carne, que apetecen, Aunque mundano y vil, fruto distinto Y al Sátiro en lascivia se parecen, Y otros que de Platon siguen la idea Que es la misma en amor de don Quijote, Amantes de una linda Dulcinea Que el ánima les lleva siempre al trote.

Y como á tantos de diverso gusto Enamorados llaman, no hallo justo Tan claro nombre à mi don Juan se cliese. Aunque frágil también en amor fuese Porque cada hombre tiene sus pasiones, Sus instintos y ocultas propensiones, Su yó que es su natura, su organismo, Su vida, su alma, su cerebro mismo;— Fuerza, móvil fatal que lo conduce EL ÁNGEL CAÍDO Sello especial á su persona imprime, Y en sus estemos actos se trasluce Bello, innoble, ridículo ó sublime.

Así si enamorado don Juan era Debió serlo sin duda á su manera; Porque idea que nadie conocía Solo su ardiente corazón movía, De esas místicas y hondas que del alma Oscurecen la luz, turban la calma, Pero el vulgo y no vulgo, cuyo juicio Suele andar fuera de razón y quicio, Viéndolo entretenido en galanteos, En tertulias, visitas y paseos, Sin duda enamorado lo creía. De esos que su alto afán y su valía En conquistas de amor cifran ufanos Y en su maligno error lo confundía Con la turba de necios casquivanos.

Don Juan en tanto libre como el viento, (Que opiniones vulgares desdeñaba ) De un alto irresistible pensamiento La misteriosa incógnita buscaba, Cuando frivolo, escéptico, convulso, Obedecía á su fatal impulso, Y caminaba à realizar la vida EL AXGIÍL CALDO

Temerario quizá, como el que busca Una luz solitaria y escondida Entre tinieblas que la vista ofusca.

Idealista en amor, no habiendo hallado El tipo por su mente imaginado Que absorviese à su yó, tal vez iluso, Despechado, frenético, confuso Buscaba en el amor de las mujeres Alimento a la vida y la esperanza, Y probando amarguras y placeres Ver hasta dónde el sentimiento alcanza, Si sentir es vivir, ó si se agota Del corazón la vida gota á gota Como el vigor del cuerpo y su frescura; — Si halla descanso, refrigerio, hartura, Y otra mas bella, peregrina, y verde Nace en lugar de la ilusión que pierde. Porque aunque viejo asaz en desengaños, Fruto mortal de la mundana ciencia, „Como hombre de pasión y rico de años, No pudo recorrer de la esperiencia La escala que conduce al idealismo,

A la duda? á la muerte, al fatalismo; Y en su robusta inteligencia unidas, Las concepciones altas y atrevidas IM EL ÁNGEL CAÍDO Del sentimiento y la razón se hallaban, Y en los arranques de pasión supremos, Idealizando siempre se lanzaban A esplayarse y tocar en los estreñios.

Sintió muy joven por ía vez primera La pasión del amor correspondido, Y esa pasión que desdichada fuera Dejó en su corazón profunda herida, Un recuerdo vivaz; pero muy luego En el umbral del mundo puso ciego La planta varonil, y como hervía Su sangre juvenil con enerjía, Allí estímulo hallando fácilmente Lo pasado olvidó por lo presente*

Libre, dueño de sí, de sàvia llena Creció su juventud como la encina Que desafiando al huracán serena En los montes impávida domina. Tomaron vuelo así sin traba alguna . Los instintos de su alma, y se embriagaron En gozo mundanal porque oportuna La voz de la razón nunca escucharon; Porque es dulce el amar y ser querido, Y en esa edad el corazón henchido ËL ÀNGEL CAÍDO J47 Está solo de amor, y á sus pasiones Que nacen y voraz instinto tienen Cuadran bien las febriles emociones Que del deleite y del amor provienen. Cual náufrago bajel entre las olas Sin brújula feliz, divagaá solas Hasta que lo sumerje hecho pedazos El voluble elemento en lo profundo 0 la arroja con furia á los ribazos; Asi Don Juan que se engolfó en el mundo In esperto doncel, flotando ansioso De una en otra emoción, ora orgulloso Se gozó y satisfecho, ora burlado Sintió en su corazón despedazado Nacer un desengaño, y fué perdiendo El candor y la íé, hasta que el tremendo Piélago, que surcaba embrabecido, Lo hubo entre sus despojos confundido. Pero al fin la razón llamó á su puerta Y con secreta voz le dijo i alerta ! 1 Qué has hecho ? donde vas ? y abrió los ojos, Sin velo ya de alegres ilusiones, Y halló solo reliquias y despojos Dondequiera sembraron sus pasiones. Vio entonces que el amor es vanagloria, El deleite mundano vil escoria, EL ÁN(II:L CAÍDO Y humo, no mas, cuanto hasta allí demente Apeteció su corazón ardiente; Lloró el tiempo perdido, de sí mismo Se avergonzó, y echando á lo pasado Atónita mirada, vio el abismo De perdición ante él, desengañado. Asi Don Juan en sus primeros años Se apartó sia querer del buen camino, Probó placer, dolor y desengaños Pe rd ió la p az de 1 alma, bien di vin o ; Pero volviendo en sí, vio mas esperto Otro camino á su esperanza abierto. Diluso, entonces, dijo adiós al mundo, Dijo aáíos a sus vanas distracciones, Y dominado de pesar profundo Se concretó en su yo-,—de otras pasiones Mas altas que su espíritu nutria Sintió hervir la volcánica enerjía, Y amurallando con estoico orgullo À toda impresión tierna el pecho suyo, Pasó de uno à otro estremo y todo gozo O placer que embellece la existencia, Todo mundano v frivolo alborozo Miró con irrisoria indiferencia. Nadie amable como antes ni espansivo, Simpático, risueño ni festivo EL ÁNGEL CAÍDO

Desde entonces le vio, ni tomar parte En regocijo alguno ni recreo Con los que ayer siguieron su estandarte De vitla disipada y galanteo; Ni âsus amigos jóvenes unirse Para reir, pasear y divertirse; Y aunque miraron con asombro algunos Su cambio de vivir tan repentino. Nadie supo entre tantos importunos El ori jen fatal de que provino.

En tanto como hierve comprimida La lava en las entrañas del volcan. Asi en su corazón lleno de vida Las pasiones bullendo siempre estan» Como encontrase hastio y amargura En el fondo del cáliz deleitoso, Gozar y amar le pareció locura Indigno fin del hombre; y el fogoso Afán délas pasiones gue ajilaron Su ciega juventud y la estraviaron Procuró refrenar, y fácilmente Consiguió someterlas al potente Yugo de la razón. Asi temprano Entro su ardiente corazón lozano Y el mundo seductor, donde sin tino 'ISO EL ÁNGEL CAÍDO Buscó la dicha, un muro diamantino interpuso don Juan; y los reflejos Deuna luz inefable de esperanza, Vaga, infinita y de brillantes lejos Columbró en misteriosa lontananza. Qué buscaria en él que produjese Para su labio sazonado fruto, Que acerbo, frágil y falaz no fuese, U origen de pesar y eterno luto ?

Asi rodeado de aparente calma, Y con hondo vacio dentro el alma, Triste, incierto, vagaba y solitario. Qué hará ? dónde ? á qué fin 1 por qué camino Emprenderla jornada temeraria ? « Era fuerza vivir y su destino Realizar con valor sobre ía tierra, * Mientras robusto el corazón palpita, Mientras una ilusión el alma encierra O esperanza de bien nutre infinita,—» Dejó su hogar al fin, y déla ciencia Fué el tesoro à buscar su inteligencia Allà en la vieja Europa, donde ufano Ostenta su poder el jenio humano; Porque à su ardiente, joven fantasia Grande y digno trofeo parecía EL ÁNGEL CAÍDO Í5Ï La palma del saber; porque ínesperto Imaginarse pudo en esperanza Que la ciencia es el bien, la luz que al puerto Nos lleva de la dicha y la bonanza; Porque anhelan sus ojos ver el mundo. Su corazón sentir cuanto él convida, Su mente conocer, y en kf profundo Sondar de los arcanos de la Yida. Del Asía, cuna del saber humano, Del Ejipcio, del Griego y del Romano, De un siglo y àe otro siglo, ella la herencia Rica atesora de trabajo y ciencia; Allí al lado de ruinas y vestigios Sus fábricas el Arte alza moderno, De la industria se encuentran los prodijios, La gloria de la vida y el infierno. Allí la humanidad con sus pasiones, Sus miserias y locas ambiciones Hierve como una mar, blasfema, adora, Alza jigante voz, ruje, camina

Sin cesar batallandot rie y llora, Pujanza ostenta y concepción divina. Allí la obra del hombre palpitante De formas y de espíritu jigante, Do quíer con sus borrones aparece, Su nada muestra ó revolar parece 132 EL ÁNGEL CAÍDO Providencial designio; y allí asoma Á la luz del festín y de la orjía La corrupción soberbia de Sodoma Riendo beoda y blasfemando impía.

Estudiando, admirando en sus creaciones Del ingenio humanal las concepciones Consumió de su edad lo mas florido, Y en el deleite se gozó mundano Después su corazón enardecido; Viajó mucho, observó, midió su mano, Contempló colosales monumentos, Ruinas, vestigios, momias de ciudades Y teatros y palacios y portentos Labrados por el hombre en las edades; Yió el poder de los pueblos y las leyes, La grandeza y orgullo de los reyes.

Lo que aprendió en la escuela de los sabios, Lo que al estudio y reflexion debiera, Lo que oyó acaso de mundanos labios, Lo que en las viejas sociedades viera; Te lo diré, lector, sin duda alguna, En ocasión mas bella y oportuna; Porque no entra en hacer un viaje TN¡ variar tanto el primitivo tema, EL ÁSGEL CAÍDO i 53 Ni pialarte de bulto el personaje Varón de mi romántico poema. Volvió á su Patria joven todavía, Llena el alma de bellas ilusiones; La patria de su amor ya no existía, V encontró en lugar suyo horrenda orjía De feroces y estúpidas pasiones. Sus sueîios de idealista ¿ qué se hicieron ? Dónde tan pronto, sí, donde se fueron Las esperanzas suyas tan vivaces, Su aspiración al bien y à la grandeza, Las ambiciones de su mente audaces, Tanto afán y labor de su cabeza? Lloró el tiempo perdido, vio desnudas, Mil verdades entonces, harto amargas, Brotaron en su mente horribles eludas, Pasó en tribulación vigilias largas. Lo que pensó y sufrió en esa agonía Terrible del espíritu confusa, Las visiones que vio su fantasía También, lector, te contará mi musa, SÍ Dios le da como ilusiones vida: Será una voz del corazón perdida Ö una pajina mas de desengaños. ¿ Que hará? do irá Don Juan ? por qué camino? (Contaba à la sazón veinte y cinco anos) lai EL ÁNGEL 0Aï DO «—Era fuerza vivir y su destino Realizar con valor sobre la tierra, Mientras robusto el corazón palpita, Mientras una ilusión el alma encierra O esperanza de bien nutre infinita—» Y despechado en busca de emociones Su corazón salió, salió su mente, Salieron sus instintos y pasiones Como brota el raudal de viva fuente, Y en esa edad, con pensamientos tales, Benévolo lector, te lo presento, Por que hubo en su vivir cosas fatales> Porque lo exije el hilo de mi cuento. CUARTA PARTE.

Lances y percances

LA NIÑA

Qué horas son ?

EL CRUDO Las ocho dan; ¿Y sus mercedes no van Esta noche à la comedia ?

LA NIÑA No: anda à decir à don Juan Que venga á las once y media;— En su casa estará ahora: Corre. Ei. ÁNGEL CAÍDO

EL CRIADO Pero la señora Como está asi tan enferma, Tal vez, niña, no se duerma Antes de llegar esa hora, Y pobre de mí si siente Ruido en el patío.

LA NINA Oye, tente ! Llave pondrás á la puerta De calle en falso, y alerta ! Porque te echo agua caliente Si te duermes otra vez;— Y cuando entre, con los pies Rumor en la puerta harás De mi cuarto, y te me irás Para tu jaula después*

EL CRIADO Pero, niña, su mercé, Se espone y me espone á mí..,,

LA NINA Le quiero tanto*.. .1

EL ClUA»0 Ya sé* KL ANGEL CAÍDO

LA NINA

Pues bien? anda que yo aquí La respuesta aguardaré.

LA NIÑA [sola] Le amo tanto, sí por Dios ! Que al infierno bajada Si me dijese—alma mía Quiero me acompañes vos— Y con él me perdería. Hay para mí en su voz pura Tanto espíritu y dulzura, Guando me dice:—te quiero, Que oyéndola sin tortura Me estaría un siglo entero. Hay en ella libración De tan intensa expresión Que á lo hondo de mis entrañas Lleva emociones estrañas, Delicia á mi corazón. Pero, Agustín dice bien, Noto el peligro recien Si cuando abra y o mi puerta Oye mam á y se despierta, Yo me pierdo y él también. Pobre de mí ! inadvertida 158 EL ANGEL CAÍDO Kl reposo de mi vida Sin saber jugando estoy; Mas no importa si querida, Feliz como nadie soy.

Asi hilando esperanzas y temores De su secreto amor por vez primera, Candorosa, inespertaen lid de ameres Sigúela niña bella, ínter espera Su mensagero fiel; que á Don Juan ama

Con purat ardiente y primitiva llama; Con aquella pasión libre de engaños Que el corazón tan solo á los quince años Cuando late fogoso é inocente Al halago de amor encanto siente. Y como en su alma candida no había Ni calculo mundano ni falsía, Sospecharla no pudo en el que amaba Y el corazón y el alma le entregaba. Y don Juan la quería; mas voluble, Incapaz de pasión indisoluble, Casualmente la vio, la encontró bella, La habló de amor por pasatiempo acaso, Como acostumbran todos, y con ella Ni en lisonjas eróticos escaso EL ÁNOEL GAIIJO Uid Ni en melosas retóricas anduvo; La ocasión le ayudó, fortuna tuvo

Ponjue fingiendo y jugueteando al ve ría 7 Amor logró inspirarla fácilmente, Y acabó, como muchos, por quererla No con amor vivaz, pero sí ardiente.

Y la niña por cierto, merecía Un corazón mas tierno y mas novicio De esos que no ha estragado todavía Hálito alguno de mundano vicio; De esos que aman con fé, que se incorporan En espíritu y carne en el que adoran; Corazón inesperto y sin orgullo; Virginal, candoroso como el suyo:— Porque à mas de los quince y su frescura Rasgos tenia de inefable gracia, Espresion en su rostro de ternura, De pasiones ardientes y de audacia. Su talle era menudo y sus facciones Y su mano y su pié; pero torneadas, Perfectas en grosor y proporciones Las formas de su cuerpo delicadas. Castaño oscuro su cabello, y lleno, Todo un mimo de amor, su blanco seno. Sustentaba su cuello con nobleza HL ANfiKL CAÍDO

Una hermosa y artística cabeza Como solo Rafael pudo idearla, En cuja frente, acaso notaría Quien supiera frenólogo observarla, La recóndita luz que contenia. Su ceja era atezada y esprcsívos Sus ojos de gazela siempre vivos, Bajo el negro perfil de sus pestañas Arrojaban en sí luces estrañas Que al mirar vacilando producían Fascinación de amor, si en él ardian.

Asi adornada de prestigios tantos, Sin arte alguno de mundana escuela, Tan solo con su amor y sus encantos Cautivaba á Don Juan la linda Estela. Tanto abandono en su pasión había, Tanto espíritu á mas, tanta hidalguía, Tanto fuego y candor, que era imposible No ejerciera poder irresistible Sobre aquella alma, aunque voluble, ardien Asi Don Juan por verla, diariamente Frecuentaba su calle, do á honl cierta Siempre hechicera hallaba, siempre alerta La amorosa sonrisa de su dama;— Y burlando los celos de la mama, EL ÄiVfiEL I":A 11)0 Sus sospechas d,; beata algo importunas. Tener solía en horas oportunas Sus coloquios de amor, sus dulces cuitas, Sus misteriosas y nocturnas citas, Porque astuto el amor, buen acomodo Con sofismas y trampas halla à todo.

Asi entrambos con ánimo indolente Se dejaban llevar por la corriente De un amor sin objeto y peligroso, Aunque en deleite y beatitud sabroso, Sin pensar que pudiera por acaso Turbar su regocijo algun fracaso. Y cuadrando á merveille al frájil hilo Del fantástico cuento que tranquilo Voy regalando á frivolos lectores, Diré que en alas del fugaz deseo Subieron los eróticos ardores De don Juan á tal punto de apojeo Una noche de cita malograda (En que solo lo vieron las estrellas Y el negro confidente de su amada A la puerta esperar) que á la luz de ellas Compuso la siguiente serenata, Donde el ardor de su pasión retrata, (Se entiende aquella noche); porque vate ](Í2 KL ANGEL CAÍDO Era don Juan como cualquiera hoy Y espetar su rimado disparate Al público y su clama bien podía.

Coronada de estrellas La noche está sombría, Pero entre todas ellas La venturosa mia Ko veo desde aquí. Angel mió, despierta, Que velando á tu puerta Estoy solo por tí.

Descansas, inter velo Yo triste y agitado; Cuando tu vista anhelo, Tú escenta de cuidado Duermes soñando en mí. Alma mia, despierta, Que velando á tu puerta Estoy solo por tí.

Si como tengo vieras El corazón ahora, Sin duda oir me hicieras Tu voz consoladora la ÁNGEL CA J 1*0

Bálsamo para mi, Vida mia, despierta Que velando à tu puerta Estoy solo por tí.

Mas dulce que el arrullo De la paloma tierna. Así del labio tuyo, Fuente de amor eterno, El eco es para mi, Angel mió, despierta, Que velando à tu puerta Estoy solo por ti.

De la palabra aquella Tan armoniosa y bella, Que me electriza el alma Y mis pasiones calma, Vierte el hechizo en mi. Vida mía, despierta, Que velando á tu puerta Estoy solo por tí.

Por el amor movido De tu pupila negra La mirada encendida, Que el corazón alegra, i (Vi EL AN (JET. CAÍDO Lánguida llegue á mL Alma raía, despierta, Que Yetando à tu puerta Estoy solo por tí.

Que al menos tu sonrisa Me acaricie un momento, O como pura brisa Tu perfumado aliento Vague en torno dfe mí. Angel mío, despierta, Que velando à tu puerta Estoy solo por tú

Ábreme, que deliro, O niña 1 y pierdo el seso Por el tierno suspiro, Por el ardiente beso, Que guardas para mi. Vida mia, despierta, Que velando à tu puerta Estoy solo por tí.

Pero si virgen, tierna, primitiva La pasión de la niña creciendo iba, El amor de don Juan naturalmente EL Á\GGL CAÍDO K>í) Debia declinar como corriente Que repartida en diferentes brazos Se estiende por arenas y ribazos; — Y aunque tierno sin par cuando la vía, Guando apuraba sus ardientes besos, Cuando entregarse sin temor podía De la embriaguez de amor á los eseesos; Ya no era tan asiduo en sus visitas Ni en frecuentar su calle, ni á las citas Tan puntual como en antes, por razones De la índole fatal de sus pasiones.

Pero volviendo al cuento, interrumpido Por esta digresión cuyo sentido Comprenderán mas tarde los lectores Que gustan de internarse en pormenores; Digresión oportuna, porque en vela Quedó aguardando-la respuesta Estela, Y el mensagero fiel caminando iba A llevar su recado calle arriba, Al don Juan, cuyo hogar, no muy distante, Era en la calle misma hacia el levante:— Diré que llegó allí muy satisfecho El comensal de lengua asaz ladina, Como quien nueva trae de honra ó provecho Y sonando ha venido en la propina, EL AK fiE L CAÍDO

Al tiempo que don Juan como un cohete, De su casa salia muy paquete; ' Y cruzándole el paso como pudo, Sin temor que colérico le riña Con el sombrero en mano su saludo Le hizo habiéndole así:—

EL CRIADO Dice la niña Que vaya su mercó.

DON JIJAN l Te indicó la hora ? Hay novedad alguna? porque ahora No es posible....

EL CRIADO Después de la comedia A eso, me dijo, de las once y media, Si otra atención k su mercó no asalta.

DON .Il AN l Me abrirás tú la puerta ?

EL CRIADO Sí, señor» DON JIJAN {dándole dinero) Cuidado con dormirte ! iré sin falta. Guarda eso. KL A Mi El. CAÍDO

EL ClUADO Machas gracias ! y esta flor Manda también, y dice que ha estranado No haya por casa su morcó pasado.

DON JLAN l Estuvo inquieta ?

EL Citi A DO Mucho I y en la puerta Mas de dos horas me hizo estar alerta Y salía á mas de eso á cada instante A asomarse, y decía:—es un tunante l No pasara por mas que lo deseo Y andará visitando ó de paseo.

DON JUAN Zebsaesla chinita ! que hacer tuve

EL CRIADO Lo quiere á su mercé mas que á sus ojos,

DONJUÁN Yete ydila, que si hoy puntual no anduve, Iré luego á quitarla los enojos,

Y se fué el negro, alegre como vino. Y marchando despacio y caviloso Calle abajo don Juan siguió camino, EL ÁJiGEL CAÍDO Y se acerco à una puerta, receloso De que alguien lo observase, en cuya cumbre Flameaba de un farol la activa lumbre; Y con una mujer, que alli en acecho Parecía esperar, muy satisfecho Aunque mucho mas ella, repentina Trabó conversación YCesarina? —Al teatro van— ¿ No la hablaré esta noche ? —Se acaba de vestir y aguarda el coche.— ¿Salir no puede entonces? —i Imposible ! Contestó con sonrisa indefinible, Mirando hacia el zaguán, y al tiempo mismo, Pura como vision del idealismo, Una bella asomó; toda cubierta De galas y de joyas diamantinas, Que tras la hoja cerrada de la puerta Sus gracias quizo solapar divinas. Con la luz del farol gozarse pudo En su vista don Juan; y ä su saludo Contestó deslumhrado y sorprendido: ¡ Bendita la hora en que te quise, oh bella I —Por saludar á usted solo he venido; Me voy, mama me aguarda, replicó ella, EL ÀNGEL CAÍDO l(i

DON JUAN El coche aun no ha llegado, hablar podemos..,

CES ARPí A Caminar puede mama, y à pie iremos.

DON JUAN Tan lleno, oh Dios, que el corazón traía I

CESAIUNA Ya me llaman, adiós.

DON JUAN (dándole tina rosa) Me gustaria Ver en tu seno luego esta vellosa,

CESAIUNA Y a mí, que á engalanar alguna hermosa No vaya este jazmín.

DON JUAN [lomándola la mano i Seria agravio; Y esto beso ó tu mano de mi labio To asegurara que no, .. . Y al darlo ardiente Oyó rumor de pasagera gente Y un ay ! como de asombro dolorido Que helado le dejó, y el repetido Adiós de Cesar i na, que al momento EL ÁlNfiEL CAÍDO Despareció; y en brusco movimiento, Miró, hacia atrás tornando, y no distante Vio de Estela tos ojos rutilantes Y se echó á caminar todo confuso.

Y era elía, si? la que infeliz acaso A desengaño tan terrible espuso, La que poco antes le llamó, y al paso, Viendo infiel á don Juan liasta el esceso De imprimir á otra mano ardiente beso, De sorpresa y furor mal reprimido Lanzó aquel ay ! que lo dejó aturdido*

Era Estela la tierna y delicada, De cuerpo al parecer débil criatura, Pero de alma fosfórica y templada Para sentir de amor fiebre y locura. Del brazo con su mama iba á pasco, Ebria en sueños de dicha porque el criado Trajo nueva feliz á su deseo, Y su angélico espíritu engolfado Todo en amor, sin sospechar engaño, Cuando aleve el puñal del desengaño Hirió su corazón; empero pudo Reprimir su pasión, disimularla; Porque mostrar el corazón desnudo, Sentir honda pasión, manifestarla, EL ÁNGEL CAl DO 17 1

Revelarse cual es ante tos otros No es dado á la mujer entre nosotros; Sino inmoble sentir, sellando el labio Devorar sus congojas ó su agravio; Sufriendo á veces infernal suplicio Mostrar risueño rostro, y, por un vicio De absurda educación, las espansiones Mas fuertes sofocar de sus pasiones. Asi lo noble que su pecho siente Lo bello que su espíritu atesora, Lo puro, lo sublime, lo elocuente Que el hombre en la mujer bu&ca y adora; Lo que su imperio ensancha y asegura Poder irresistible a su hermosura Ella para su mal lo oculta diestra, Y en su labio, su rostro y su mirada Lo frivolo y lo vano solo muestra, Se envilece á sí misma y se degrada. Asi ama à veces y el amor que siente, No inspira al corazón que en ella ardiente

Lo buscaba espansivo1 y al encanto Sucede la tibieza y desencanto. Así desús auroras virginales Pierde la robustez y lozanía Probando crisis de pasión fatales, Pesares, desengaños y falsía, KL A \ Ci EL CAÍDO Su juvontud malgasta, y aunque bolla, Llora y maldice su fatal estrella. Asi no hallando loque al alma halaga El hombre en la mujer, frivolo embriaga Con incienso falaz su vano orgullo, O enlabia su candor con falso arrullo* Asi, aunque ïogre cautivar la vista Con su hermosura y gracia y sus vestidos, Rara vez asegura su conquista El alma avasallando y los sentidos.

Don Juan, en tanto apriesa, Cavilando en el lance y la sorpresa Poco à poco saliendo fué del susto, Y sintió evaporarse su disgusto À tal punto, que al fin atolondrado Varias veces soltó la risotada. Y pensado en Estela y Cesarina (Aquella noche á su ilusión divina) Llegó al teatro por fin de buen talante, Donde holgarse podrá libre y tranquilo, ínter no se me antoje en adelante Anudar de su historia el frágil hilo. Por que decir me place á los lectores

Amigos de internarse en pormenorest Que el teatro estaba como nunca bello EL ÁNGEL CAÍDO Y tan lleno de pueblo que no había Donde echar como, dicen, un cabello;— Hipérbole sublime en poesía, Que bendigo mil veces, porque á tientas Ensartando voy rimas como cuentas, Y en apuros tan grandes suelo hallarme Que no sé ¡ vive Dios I de qué agarrarme.

Inmenso era el concurso. En la cazuela* Estaban del amor las flores mustias, Solapando su hechizo con cautela; Lasque talvez eróticas angustias Procuran distraer, y las que flujo, Toniendo como todas por el lujo, Y las galas de moda, allí con ellas No pueden prestigiar como otras bellas; Y en los palcos estaban y balcones Las gentes de valer en patacones: El Pueblo en lo demás. Se distinguía Allila advenediza aristocracia Que funda en los talegos su valía, Como en todo concurso, ora en la gracia De sus trajes de moda, en lo lucido De sus galas y asiento distinguido; Y estrangeros de traje muy decente, Gente que acceso fácil doquier halla, KL ÁXC.EL CAÍDO Lo hablaba familiar, cosa corriente Dónele el troje hace gente á la canalla;— Cosa muy natural y muy sencilla, Y que á nadie por cierto maravilla, Do se quilata el mérito por oro Y se compra con él rango y decoro. Cosa en el teatro sobre todo justa Donde el lugar se adquiere por dinero Y el que quiere gastar lleva el que gusta

Como un hombre de prór valiendo cero, Y do cualquier imbécil, cualquier tonto Verdulero ó patán, sin labor, pronto Tiene el primer lugar. Y es la desgracia Fatal de la soberbia Plutocracia, Que á su palacio de oro donde impera Con orgullo tan necio y tan liviano, Subir puede sin título un malquiera Y reinar igualmente en soberano; Mientras que la alta silla, el regio asiento Que ocupa por sus otras el talento, Nadie escala con oro en plazo breve Ni admite nunca advenediza plebe. Bueno es que triunfe en teatros y festines, Donde se acata el fausto, y en el bade, Como después del rezo y los maitines En rico refitorio obeso fraile, KL ANO El, CAÍDO I 7 íí Poro que deje el encumbrado puesto Al ingenio sublime, aunque modesto; Que abra campo y salude reverente Cuando solo, entre tanta muchedumbre, Sin pompa mundanal, la noble frente Muestra bañada de divina lumbre. Porque Mayo al crear la Democracia Marcó para elevarse otros caminos, Y su Sol de la intrusa Aristocracia Pulverizó al nacer los pergaminos; Porque el labor del brazo y de la mente Solo ennoblece y dignifica al hombre, Y grande tan solo es quien noblemente Sabe gloria adquirir para su hombre.

Pero, á anudar la narración volviendo, El teatro estaba lleno porque entiendo No era noche de clásica comedia Ni saínete, ni canto, ni tragedia, Sinó de nuevo y lastimoso drama. Romántico en el fondo y en la trama. Porque en el tiempo aquel el Homantisma Su invasion habia hecho con fortuna, Y arrollado sin lucha el clasicismo Protección ni defensa hallaba alguna, Salvo el voto fugaz de algunos viejos EL ANGEL CAÍDO En letras y política cangrejos, Que con fríos sarcasmos y con pullas Cantaban sin querer las aleluyas Del Arte vencedor; y aunque no había, Entre la gente aquella que aplaudia Con igual entusiasmo à Víctor Hugo, A Parásito, á Zoilo v á Mendrugo. De criterio partícula ni par Le Para juzgar la inspiración del Arte, La espontanea ovasíbn del sentimiento Dar sabía al ingenio y al talento.

Lector, por lo antedicho no presumas Satírica intención; representaban No sé si obra de Schiller ó de Dumas La noche aquella, y en el lance estaban Mas terible del drama y mas patético, Y atronaba la escena actor frenético, Cuando don Juan entró:— todo el concurso Movido de terror con el discurso Y la acción y la voz , gesto y talante Del enérgico actor, vista anhelante Clavaba en él, y en palcos y balcones, Como en ofrenda digna á sus pulmones, Talvez alguna lágrima corría, O alguna bella el rostro se cubría EL ANC KL CALDO 177 Con el fino cambrai ó el aûanico; Y como el pecho de hombres y mujeres Para tanta emoción era ya chico, Sin andarse me tiendo en pareceres. Reventó en palmoteo el entusiasmo, Golpes de pié y bastón que daban pasmo, Y concluyó la escena de repente Saludando el actor muy lindamente.

Cayó el telón, y à divagar de suyo Empezó entonce el humanal murmullo, Y empezó de las bellas el ojeo Hacía el patio, y los guiños y saludos, Y maligno por bajo el cuchicheo, Y los dichos satiricos y agudos; La sonrisa asomó y en el momento La terrible emoción se llevó el viento. Don Juan que era del pueblo y se gozaba En mezclarse entre el pueblo y el tumulto, Y siempre la ocasión aprovechaba De ver del pueblo el jigantesco bulto Agitar como el Plata en los ribazos Sus miles de cabezas y de brazos, Desde el patio observaba lentamente El concurso de bellas con su lente. La luz viva, el arreo y compostura 178 EL ÁNGEL CAÍDO Daban prestigio tanto ä su hermosura Que era imposible estarse sin mirarlas, Y viéndolas de lejos, tentaciones No sentir criminales de adorarlas Como puras y angélicas visiones.

Angela estaba allí resplandeciente De hermosura, de galas y de flores, Remedando en candor y continente La virgen de los últimos amores. Su traje blanco como espuma leve De su tez se hermanaba con la nieve. Su trenza de azabache descendia Enroscada hacia atrás, y relucía Entorno á su lindísima cabeza, Como emblema de luz y de pureza, De perlas un rosario, y ele su frente, Realzando el candor y los hechizos Bajaban hasta el hombro suavemente En graciosa espiral sus negros rizos. Con la inefable lumbre que atesora, Con su tierno mirar, encantadora Brillaba su pupila; perohabia No sé qué palidez, qué vago sello De pena ó de fatal melancolía Sobre aquel rostro de mujer tan bello, KL AN(ïEL CAÍDO 17» Que auncpie ángel la adorase quien la viera Su compasión simpática la diera. Contenta, sin embargo, parecía Al hablar con algunos visitantes, Y con gracia inefable sonreía Y hacía donjuán, sus ojos anhelantes Como inquieta llevaba, harto á menudo, Como si allí su corazón desnudo Solo él con su congoja ver pudiese O el estado de su alma comprendiese, Y conociendo lo que fué y lo que era Su simpático amor la concediera.

Alli, mas que poco antes, Cesarina Parecía á don Juan mujer di vi na ; Porque animada de emoción risueña Su mirada de amor siempre halagüeña, Cuando esperar debia sus enojos, Encontraban mirándola sus ojos. Era blanquirosado su vestido, Al terso cutis de su rostro y cuello En color y frescura parecido; Semi rubio y poblado su cabello, Hecojido hacia atrás y lisamente, Perfilaba el contorno de una frente Algo estrecha y fugaz; de sus facciones 180 EL ANGlíL CAÍDO Regulares y finas el conjunto Era armónico y bello, aunque pasiones No revelase intensas, y el trasunto Bosquejaba de angélico reposo. Su talle y su ademan era garboso, Su sonrisa y mirar tenian gracia, Su hermosura de lejos eficacia, Porque de bellas formas revestida Candor á un tiempo respiraba y vida. En su turgente seno la vellosa, Regalo de don Juan, ella traía, Sin sospechar acaso candorosa Que á otra bella rival pertenecía Esa prenda de amor, que harto liviano, Caprichoso en amar puso en su mano;— Y ufana de su efímero trofeo Sonreía à don Juan, que inadvertido O por hacer lisonja á su deseo Llevaba en el ojal del frac prendido El jazmín que le diera. Y como cuadre Bien al caso decir lo que á la madre Le ocurrió preguntar, y lo que á la hija Le ocurrió responder, pongo aquí puntos A mi embrollada naracion prolija, Contando á mas (se entiende por barruntos) Algo de lo que hablaban entre dientes EL ÁNGEL CAÍDO i81 Algunos de los muchos concurrentes*

LA MADUË ¿ (Juién es aquel que desde hoy Mira tanto con su lente ?

CESAR1NA ¿Cuál, mama?

LA MA muí Aquel que un jazmín

Del cabo? en el fraque tiene, Alto, buen mozo.,..

CESAHINA De vista Le conozco me parece.. ..

Sít es el señor... .tan amable Que en el gran baile del jueves Tanto conmigo danzó,

LA M A Dit E Ya sé, le tengo presente.

CESAR IN A Después le he visto por casa Pasar repetidas veces, Y con mucha cortesía Me ha hecho su saludo siempre. EL ANOEL CAÍDO

LA MADRE ¿ Cómo sc llama ?

CESARIN A Don Juan Le oí nombrar

LA MADRE Sin duda es ese El mismo del bofetón Por la Angelita de enfrente, Que tanto ha dado que hablar.

CESARIÑA No, mama, no me parece; Ni le vi bailar con ella , Son hablillas de la gente.

ANGELA A lli està don Juan.

LA 11 ADRE l Te vio ?

ÁNGELA Y también nos saludó. .. . EL AN fi KL CAÍDO

LA M A 1)111! No lo notó !

LA AMlfiA Mucho lente Gasta en ol palco do enfrento.

ANGELA

Bella est no lo estrano yo.

LA AMIGA Vero también para aquí Sus miradas celia

ANGELA Si, Amigo nuestro le creo.

LA AMIGA Por eso parte de ojeo Te da como es justo a ti.

ANGELA Loca 1 padeces de engaño; Hace lo menos un año Que no pone en casa el pié.

LA AMlfiA 1*01 qué ? \ Kl ANGEL CAÍDO

ANGELA Capricho, nose, Ello es quG mucho le estrano.

MOZOS EN LA PLATEA.

1°.—Lo selecto de las bellas, Desde los quince à los veinte, Tenemos hoy. 2°.— Koto entre ellas Algunas lindas doncellas Duras de pelar 3°.— Al diente Io.—Sí; de treinta à veinticuatro Por allí algunas diviso 2o.—Bueno es estar sobre aviso. 4o.—Gracias á Dumas el teatro De Hurís es un paraíso. 3°.—Lo que puede solo el nombre De un romántico poeta ! Io.—Lo que puede una coqueta De bella forma y renombre Vista desde una luneta ! 2o.—Lo que puede en tentación Una bella entre pajizos Tintes ile luz ! KL ANC EL fAUK) 185 8°.— illusion! Mira, allí, on aquel balcon A el ángel de los hechizos» Eclipsando á los demás Con su prestijio, verás i0.—Cierto, y Angela se llama Como la heroína del drama. 3°,—¿ Angelizado ya estás? 2°.— Sinembargo, aunque tan bella, Noes, imagino, como ella Angel del cielo caído, Ni maravillosa estrella Que el pecado ha deslucido.

3o.—Dicen, (pero no respondo Y presumo mentirán) Que la picó el alacrán. 2<>.—No hay que meterse en el fondo De las cosas que dirán. 4.0.—Atià arriba, aside lejos Bellas todas me parecen , •i\—Como visiones que crecen De la luz á los reflejos. i80 EL ÁNGEL CAÍDO 2\—Mucho de eso tan lozano Fascinador y divino llévela manchas cercano 3.°—Feas hoy 4.°— Las imajino Hurís 4.°— ; Eres mahometano ? 3.°—Angeles de bienandanza Que manda benigno el Cielo Para disipar el duelo, Y derramar esperanza, Amor, deleite y consuelo.

2o.—Muy romántico estás hoy I 4o.—Si eso es serlo, yo lo soy. 3o.—Y caviloso te advierto. 4°.—Será porque en desconcierto Con la realidad estoy.

2°.— Sin saber cómo, olvidado De la tierra y do tí mismo, De un brinco te has remontado AÍ mundo ó cielo encantado Del erótico idealismo.

4°.—¡ Ráfaga 1 los enfermizos Somos al^o antojadizos. EL ANC] EL CA IDO i 87 2°.—Pero á ese Ciclo que veis Solo suben los rollizos. 4°.—¿Cómo asi? 2°,— No me entendéis ? Los de potosino engorde. I\—En esa opinion estraña Que heredamos de la España Contigo no estoy acorde; Porque lijereza y maña Para subir mejor es Que gordura y pesadez, 4°.—Muy cierto, 2°.— Has interpretado, Perucho, el significado De loque dije al revés. Yo sostengo, sin desdoro De nadie lo gue asegura Cervantes:— que no hay altura Que un asno cargado de oro Subir no pueda«— 1".— Locura ! Poderoso caballero Es sin duda, don dinero;— Pero yo al contrario, opino Que el amor que no es logrero Nose compra como el vino. i 88 EL ÁNGEL CAlÜÜ Como tú eres mercader Y hablas de tal el idioma, Pretendes, así por broma, Esa cuestión resolver Por el daca y por el toma

En especies convertido; Pero no hallo, aunque me gusta, Esa tu ocurrencia justa; Porque el amor bien sentido A guarismos no se ajusta.

4°,—Bien dicho. 2Ü.— Yo à la mujer No divinizo ni doy Estraordinario poder, Pues romántico no soy Ni tanpoco quiero ser.

Por eso la considero Tal cual es, frivola y vana, De carácter novelero, Y oyendo la voz primero De su inclinación liviana.

Por eso el oro sobre ella Tiene tanto poderío, Porque con oro una bella EL ANO EL CAÍDO Í80 Sobre las otras descuella Por su lujo y atavio.

Si no, buscad corazón A osos bellos angelitos Que en los amables ojitos Tienen oculto el harpon Para herir á los benditos ?

Y hallareis en lo esterior. Si sois pobres de su agrado, Coquetisino almibarado; Mas lo tierno de su amor Para los ricos guardado.

Algunas quizá, Julian, De evaporada cabeza Infatuadas soñarán Que con su amor y belleza Buen negocio hacer podrán.

Y aunque me produce horror No lo encuentro, amigo, raro, Hoy que invade con furor Hasta el imperio ele amor El mercantilismo avaro. 190 EL ÁNGEL CAÍDO Poro buen chasco se pegan Las pobrecillas criaturas, Si de tal modo se ciegan Que al rematador entregan Sus venales hermosuras.

Porque en nuestro pais contados Son los muy acaudalados, Y, esos, viejos ó muy brutos. 3°.—Y ellas los querrán enjuníos Y bien acondicionados.

2°.—Consagrarán á los santos Sus solterones encantos. 3o.—O tomaran por marido, Ya con ánimo aburrido, Ün vejestorio de tantos.

Y asilo hacen ¿Señoritas, Cortejadas de paquetes, No se han visto, muy bonitas, Matrimoniar con vejetes O con ánimas benditas ?

• I",—De los padres la codicia Las sacrifica á menudo. EL ANGEL CA 11)0 3°.—Eso tiene algo de rudo, 4°.—O su buena índole envicia El mal ejemplo, no dudo.

Io.—Si lejislador yo fuera De buen grado prohibiera Esas monstruosas uniones, Que si dan, es prole huera De raquíticos varones,

4o.—Es á un árbol que ha perdido La substancia y et calor Renuevo injertar nutrido. 3°.—Pero al fin, eso es mejor Que quedarse sin marido. i0.— Cierto. 2°.— i Cómo desazona Ver en lucida tertulia Una vieja solterona Haciendo el papel de Julia Con su marchita corona i

Siempre destilan agraz Del labio suyo, y se advierte Que murmurar es su fuerte. ...

3ot—Y tiene pico mordaz Para hacernos guerra á muerte. EL ÁNGEL CAÍDO 2°.—Se vengan, porque no hallaron Su amor bien correspondido, Porque el tiempo malgastaron, Y al fin de fiesta quedaron Sin amante y sin marido*

Estoy porque habrá mas de una De instinto especulador, Y también porque en ninguna, O en muy pocas, por fortuna, Se puede encontrar amor.

De ese amor puro y ardiente, Veraz, fino, acrisolado, Que brota espontáneamente Del corazón no viciado, Como el agua de una fuente.

Pues amor à uso del dia Es mera galantería. 3°.—Bravo, Juan ! De la cuestión Diste ya en la solución Después de tanta porfía.

K—Para el Romano y el Griego Amor era un niño ciego, Después pasó á ser un culto, KL ÁNfíia CAÍDO

Hoyos UQ tráfico oculto Con apariencias de juego. Do los que amantes se llaman Muy raros de veras se aman; Aparentan, fingen, mienten Una pasión que no sienten, Un fuego en que no se inflaman. Asi el hombre galantea, Finge amor enternecido Sabiendo que no es querido, Y la mujer coquetea Para pescar un marido. 2o.—Asi; el amor se calcula Gomo un negocio, á mîvei% Que lucro puede ofrecer, Y con su amor especula Como el hombre la mujer. Asi va todo muy bien, Se pasa el tiempo mejor, No hay fiebre, angustia, dolor. ., 3°.—Y de quién engaña à quién Es un saíneíe el amor. 4°.—Así, el amor descreído todo su encanto ha perdido Y es una muerta palabra 13 IÎL ÁNGEL CAÍDO Que en lo profundo no labra Porque no tiene sentido,

Y el rumor de la charla algo animada Al fin cubrió la orquesta y encarnada Apareció de nuevo en el proscenio La concepción del arte y del ingenio; Pero tan pobre de espresion y vida, Tan mal interpretada y peor sentida, Que ni el autor su hechura conociera Si de repente allí se apareciera, Sin embargo, á pesar de los actores, Las bellezas del drama percibía El pueblo, como eléctricos fulgores Que iluminan la atmósfera sombría; Porque la obra del genio, siempre bella, Como la obra de Dios vida destella Y vivaz lengua tiene, verbo ardiente Que llega al corazón y habla á la mente; — Como el cielo y la tierra, el mar y el viento, Con su bramido el Plata y sus espumas, Con sus mundos de luz el firmamento.

Si bien recuerdo la Anjela de Dumas Representaban, y la escena aquella Cuando por vez primera infeliz ella KL ÁNGEL CAÍDO 195 El aguijón terrible del pecado Siente en el corazón enervolado, Y sufre, y llora, y en dolor se abisma, Se avergüenza de todo y de si misma, A su Alfredo revela sus temores Y el seductor dulcificar procura De su amor criminal los sinsabores, Y ella èscîama con voz íntima y pürà: «Dices bien, la mujer dicha regala Y recoje vergüenza»—y él responde: «Vergüenza, Angela, nó ¿quien sabrá nunca Si hay un secreto que nuestra alma esconde ?»

Y al eco del actor, muchas miradas Por espontaneo impulso concentradas, Hacia el balcon de la Angelita bella Se volvieron sonriendo acusadoras; Don Juan también miróla, y confusa ella Se cubrió el rostro; entonce aterradoras Debieron parecerle y vio sin duda La mancha de su honor allí desnuda. Porque al oír su nombre algunas gentes Que el suceso del baile presenciaron U oyeron referir sus incidentes,

Acasotsín querer, lo recordaron, Y en la mirada suya fugitiva EL ANGËL CAÍDO

La dijeron con voz harto espresiva; «Perdida estás, mujer, tu mancha vemos, El secreto de ta alma conocemos.» Pero solo don Juan de los que había, Comprendió la satánica ironía De sn horrible espresion, y al observarlas Herido on lo profundo, aniquilarlas De un golpe apeteció, como si fueran De testigos que al rostro de su orgullo Echar infamia ó deshonor pudieran.

Gayó el telón, en tanto, y el murmullo Se esparramó de nuevo entre la genio. Don Juan entonces se salió impaciente Dominado de tristes aprehencíones, Y al corredor subió que á los balcones Estrecho paso dá, donde bullían Como en prensa los que iban y venían. A poco andar en torno de una puerta De un vacío balcon que estaba abierto, Encontró varios mozos que miraban A las bellas, reïan y charlaban Sin sospechar que nadie los oyese, Y como paso franco no tuviese Se detuvo y oyó sin circunloquio De s ti lengua mordaz este coloquio. KL A3GEL CAÍDO

o MOZO I .—Situación, palabras, nombre, Lance fatal ! todo ä pelo. ... 2°.—Mirarla tantos. .. .1 3* — Del baile Recordaron el suceso. 2o.—Pobre muchacha ! tan linda. .. . Io.—Pero la culpa de Pedro Solo fué, porque su lente Al palco espetó primero.

PEDRO No lo hice con la intención De que siguieran mi ejemplo. 3o.—Te agradecerá el servicio Como coquetilla, pienso.

No dudo 1 llevarse sola Tantas miradas á un tiempo ! 3°.—Pero mal le petarían Al zeloso Brasilero. Io.—Qué ! nó, si nuestro don Luis Ahora está en predicamento: ¿ Lo veis á su lado ?

PE DUO Si, Los aparentes son esos, KL ANGEL UI DO Mas don Juan es el querido Dichoso, pero encubierto. 1°.—Asi es, la noche del baile Salió á luz todo el misterio. 2°.—i Y está bella como nunca 1 3°.—Mejor me está pareciendo La de enfrente 1 que frescura ! 2o.—Yo por Angela me quedo. 3°.—Muger hermosa ! ¿ quien es ? Por primera vez (a veo En el teatro, y sus diamantes Revelan rango y dinero. 1».— Recien ha salido al mundo.

PEDRO Su padre es muy rico creo, Mas la joya es de don Juan.

LOS TRES ComoÎ vaya! acaba, Pedro.

TEDUO Pasando yo la otra noche Por su casa, miró à dentro, Y casualmente le vi Con ella hablando, en lo negro Del zaguán. EL ÁNGEL CAÍDO

LOS TRES A quien ?

VE DUO Repito L Qué á don Juan; y aun darla un —¿ Que don Juan es ese ?

DON JUAN Yó, El mismo que al señor dio Algo que volver debiera, Si honor y sangre tuviera Como cinismo mostró. Y el que os probará mañana Que otra vez villanamente Su lengua calumnia y miente,

PE DUO ¿Dónde?

DON JUAN Donde os diere gana.

PEDRO Sois demasiado insolente.

DON JUAN ;, Las armas ? 200 EL ÁNGEL CAÍDO

PEDRO Las llevaré, Y al amanecer iré A buscaros en la playa, Donde presumo que á raya Vuestra insolencia pondré.

DON JUAN Cuidado con olvidaros, Porque si llego ä encontraros Os escupiré en la cara, Y os diré impostor.

PEDRO Bien cara Lección antes pienso daros.

DON JUAN * Señores, lo habéis oído ! Al despuntar el albor Irá mañana el señor Á probar qne no ha mentido Como villano impostor.

Y se escurrió don Juan, medio azorados Dejando á los mirones que apiñados Estaban en redor, por entre todos EL ÀNGEL CAI no 201 Hernando con los brazos y ios codos, À á refrescarse el rostro y la moliera A la calle se fu« casi de un salto. Corta, sin duda, la pendencia fuera, Mas la cólera habló demasiado alto Y al rumor acudieron los oyentes, Y poco á poco se juntaron jentes; Y vino à apaciguar aquel desorden Un comisario guardador del orden, Porque orden, democracia y policía Son palabras que engendran armonía• Y empezó á deshacer á mojicones El tropel bullanguero de mirones, Y algunos se enojaron, y en la cara Le cayó un bofetón, y hubo algazara, Bullicio sin igual: y el sobre salto Se amparó de las bellas por asalto, Y arriba, abajo, et pueblo novelero, Sobre el caso y su origen indeciso, Empezó á zuzurrar como avispero Que algun zángano asalta de improviso. Una voz gritó ¡fuego!; á fuera el loco! Esclamó otra estentórea, y por tan poco Jigantesco el tumulto y el bullicio, Como agitado mar, salió de quicio Inundando los ámbitos del teatro; 202 IX ÁNGEL CAÍDO A tiempo que entre veinte ô veinticuatro Mozos robustos de bastón y Traque Bregaba el comisario como un jaque Por llevarse uno solo á quien de suyo Atribuía el desorden y el barullo. El ruido era infernal, las escaleras Bajaban y subían las chorreras De bullanguera ó de curiosa gente, De tímida, de floja ó de prudente. Azoradas las bellas, huian unas, Otras se desmayaban; tiples voces Gritos lanzaban de pavor algunas Capaces de ablandar almas íeroces; Y las olas de pueblo comprimidas Por puertas, corredores, y avenidas Se agolpaban, bullendo en cauce estrecho, Sin encontrar salida ni repecho.

Algunos vigilantes acudieron A dar, en tanto, al policial socorro, Y dispersar al punto consiguieron Aquel audaz y bullanguero corro, Y a unos tres que algo lerdos se mostraron Por cscusada puerta se llevaron. Porque mas dócil, ni mejor dispuesto A dejarse llevar por el cabresto EL ANC. EL CA IDO 2(Xi De quien tiene oro ó potestad reviste, Gomo el pueblo del Plata otro no existe: Ni altanero ni audaz otro ninguno Cuando modesto y sin poder alguno Humilia su brutal irreverencia El genio y la robusta inteligencia.

Y asomó, muy orondo, en el proscenio, Entonces un actor, bufo de genio; Miró, baciendo zalemas, bablar quiso, Y una salva de gritos reventando Contestó á su saludo de improviso. Pero impertérrito él, la voz alzando, «Señores, dijo, oidme:—no bay tal loco, Ni tal fuego en el teatro, ni tampoco Motivo alguno para ruido tanto; Una riña de dos sin fundamento La bulla ha orijinado y el espanto, Y á continuar el drama en el momento, Si se calma el barullo y los temores Y lo tenéis à bien, van los actores.» Y otra zumba de voces descompuesta Que amagó reventar, tapó la orquesta; Y continuó sordísono el murmullo Declinando por grados y de suyo, Y con un tercio menos del gentío 20\ EL ÂNC1EÏ- CAÍDO Que al principio lo vio de faz serena, Encarna3o otra vez, con su atavio, El nuevo drama apareció en la escena. Don Juan, en tanto, que oportunamente Del teatro salió, como era justo, Buscó donde olvidar alegremente La impresión de furor y de disgusto De aquella, al parecer, trajicomedia; Y antes de oir sonarías once y meífía, Con la sangre no ya tan agitada, Se encaminó de Estola á la morada. Al acercarse allí, se halló la puerta De calle solitaria y entreabierta- Un tanto la empujó y en el instante Asomó el centinela vigilante Con el dedo en el labio, y entre dientes Le habló á don Juan en términos siguiente^:

EL NEGItO

No se puede, la sonora Despierta està todavía.

DON JIAN ¿Como así? EL AMI EL CAÍDO 205

EL SEOBO Sc van ahora Varias visitas que había, Y el rosario reza.

DON" JUAN l A qué hora So acostará?

EL NEGKO No lo sé; Van luego á tornar el té Y como se halla asi enferma, Talvez desvelada esté Toda la noche y no duerma.

DON JIJAN i Y Estela ?

EL NEGHO Muy enojada Hoy de la calle volvió, Porque dice (qué seyój Que en conversación trabada Con la vecina lo vio.

DON JUAN Y i que mas dijo ? áfítí EL ÁNGEL CAÏIiO

KL NEGRO Que estaba Indispuesta para verlo, Que su morcé la engañaba Porque á otra enamoraba, Y que no puede quererlo*

PON JUAN Vete, y Jila quo aqui estoy, Que sin verla no me voy, Que quiero ahora esplicaiia, Para asi tranquilizarla. El fatal encuentro de hoy.

EL NEGRO Vuelva su mercó mas tarde, Mejor es

DON JUAN Nó; en el altillo* Que me esconda es mas sencillo...

EL NEGRO Y ¿si lo sienten? DON Ji'AN {dándole dinero) Cobarde Estàs como nunca, pillo: Toma £ amia. EL ANGEL CAÍDO

EL NEGRO Ella está aquí.

(DON JUAN viéndola) Estela ! ESTELA (apareciendo) Chito ! te oí Entra, y probarás sereno Una gota del veneno Que apurar me hiciste ámí.

Y se fué Estela, y diligente el criado, Caminando adelante con sigilo, Por el zaguán oscuro, algo azorado, Introdujo á donjuán casi de un hilo, Y lo llevó hasta el pié de la escalera, Que don Juan poco cauto y aturdido Salvar quiso con planta asaz ligera, Y sucedió que originara ruido, Dando contra el madero reciamente Su bastón, al asirlo velozmente; Buido fuerte, sin duda, que à tal hora Debió estrañez causar á la señora. Sin embargo, don Juan en el altillo Sin notar su imprudencia, como pudo EL ANGEL CA 11)0

Sereno se enfrascó todo hecho ovillo; V de sospecha y turbación desnudo, El sombrero y basto a poniendo á un lado, À esperar se sentó el momento ansiado En que abrazar pudiese à su querida, Sus temores calmar y sus enojos, Respirar en su labio aura de vida Y en la lumbre bañarse de sus ojos.

V estaba all i » a cavilar Se puso en cosas sin fin, Y una voz oyó gritar Gomo enojada:—Agustín ! Agustín!—y sin tardar Contestó el negro:—señora f

SEÑORA ¿ Qué no me oyes ? EL iv EG it o [presentándose] Aqui estoy. SE.ÑOUA ¿. Que ruido es ese? I:L ^E^,no Yo soy Et ANC. EL CA MO 20!) Que bajé y subí, y ahora À lender mí cama voy,

SEÑORA Y ¿ á qué bajaste ?

EL NEGRO Á llevar Una luz, porque no puedo Dormirme sin registrar El altillo

SEÑORA Tú con miedo 1 EL NEGRO Suelen ladrones andar.

SEÑORA l y echaste llave á la puerta De calle ?

EL NEGRO No, su mercó, Entornada pero abierta, Cuando la gente se fué Quedó; pero estuve alerta.

SEÑORA Y i rumor tú no has sentido ? 210 EL ÁNGEL CAIno

EL NEGRO Señora, el gato habrá sido * Persiguiendo algun raton.

SEÑOUA Pues á mí me ha parecido De pisadas y bastón. El patio registra y ven; Y tú, Maria, también Toma una luz y al altillo Sube, y examina bien, Porque este negro es un pillo.

A esto que don Juan oyó, Porque la señora habló Desde la puerta ele sala, Cuerdamente imaginó Que la cosa iba muy mala.

Y asi como estaba de gala vestido^ Peinado, de guantes, con fraque lucido Del negro en la cama sucia se tendió; — Y con concho * oscuro que encontró enrollado, Doblando las piernas, el cuerpo enroscado, De pies á cabeza todo se cubrió. EL ÁNGEL CAÍDO 211 La vasca María tomó su candela, Y un ay ! triste entonces resonó de Estela, Que à don Juan las fibras hizo estremecer. La vasca, algo astuta que estaba advertida, Subió la escalera con planta dormida Como quien fantasmas imagina ver.

Al pió la Señora que celos tenía, Alguna entruchada sin duda temía, Se puso á mirarla con ojo avisor. La vasca temiendo de internarse á dentro, Parada en la puerta del altillo al centro Miradas echaba llenas de pavor.

—¿No hay nadie?—No hay nada,contestó,señora —Mira bien, registra las barricas ahora, Alguno escondido quizá encontraras.— Don Juan del rebajo la cara sacando Señal la hizo entonces la mano agitando, Señal que decia:— no hay nadie detrás.

La vasca sonriendo, la vela en su diestra, Lo miraba dando femenina muestra De astucia y recelo, de audacia en mentir. —¿ Muchacha, en el fondo no descubres bulto? —No hay nada, señora, replicaba, oculto. Que aunque era de quince sabia fingir. 212 KL ÁNGEL CAÍDO

Y don Juan, alii tendido Sobre la mugrienta cama, Reprimir podia apenas La ruidosa carcajada Que en los carrillos le hervía, Al ver á la astuta vasca» Con la candela en la mano De pié y con risueña cara Mirándolo, responder: «Aquí, señora, no hay nada.» Y se le ocurrió la idea A la señora algo anciana, Algo obesa, y como tal Muy propensa à desconfianzas, De encaramarse pasito Por la escalera empinada, Y asomar en el boquete Del altillo cara infausta. La vasca se quedó inmoble Con su lumbre como estaba, Y sin resuello don Juan Arrebujado en la manta, —¿Conque no hay nadie ? esclamó, Y ese bulto de la cama, l Que cosa es ?—A ver, alumbra, Esa cobija levanta. EL ÁNGEL CAÍDO 213

Y á tirarla flojamente Empezó entoncesla vasca Del lado de la cabeza, Y don Juan á no soltarla. —¿ Qué no puedes levantar Esa cobija, muchacha ? ¿Me harás subir? á ver, pronto. Por aqui. Y de mala gana, Trémula, del lado opuesto Volvió Maria á tirarla; Y mí don Juan con los píes Como no pudo agarraría, Colgando como un muñeco En la mano de la vasca Salió el poncho encubridor De la maligna entruchada, Y el bulto del escondido Sin querer cayó en la trampa. Don Juan inmoble, acostado Permaneció como estaba, Y con su poncho y su vela María como embobada; Y la señora, bajando Con inalterable pausa, Soltó en enfático tono EL ÁNGEL CAÍDO

Estas terribles palabras- —Baje usted, que ya le he visto. Y soltando de las palmas Elcandelero y el poncho Se escurrió también la vasca, Oyendo, ó cjuizä no oyendo. Porque el miedo la embargaba. —Di á Estela que no se asuste, Que al fin todo ha de ser nada. Y clon Juan se quedó á oscuras Como al principio se hallaba. Lejos de alterarse, en tanto, Quieto se estaba en la cama» Keprimiendo á duras penas Bulliciosa carcajada, Hasta ver como ó por dónde La tormenta reventaba; Cuando oyó de la Señora Tronarla voz en la sala Y repetir-.— A gustin ! Agustín!— ven acá, maula !—* Se presentó el negro al punto Con su figura taimada; Mas sereno, y como furia De una oreja ella lo agarra, Me lo sacude, escíamando; EL ÀivflliL CAÍDO 2 —Yen acá, negro canalla, l Con qué tú eres alcahuete ? Ah, sí, bien lo sospechaba, Picaron, desde aquel dia En que te pillé la carta, Y me dijiste en la puerta Haberla hallado de casa. Todas, si, tus picardías Me pagarás; en la nalga Te haré pegar cuatrocientos Atado á un canon mañana. —Señora por Dios ! si yo No soy el culpado* -Calla. —Porque en el umbral dormido Me quedé y no he visto nada. —Embustero, picaron Como la maldita vasca ! Todos, todos me vendían; Confabulados estaban Contra mí; también Estela; Su honor i oh Dios ! tan sin mancha. Para quitarme la vida Este golpe me faltaba; Llámala, que venga aquí. —La niña va está acostada, 2-IC KL .OÍGEL CAÍDO Y se puso ájimotear La Señora llena de ansia. Y viendo entonces don Juan Que la tormenta arreciaba, Sin olvidar su sombrero TVÏ su bastón, en la sala De un brinco estuvo, y la dijo: «Silencio, señora, y calma, Si no quiere usted que sufra Mengua el nombre de su casa, Y óigame —¿Cómo silencio Imponerme (míen asalta Tan sin miramiento alguno El respeto de mi casa ? Si mi difunto viviera 1 Si hombre hubiese ! —Por Dios, basta De gritos, señora mía; La gente del teatro pasa, Y el sereno y los vecinos, Si usted habla en voz tan alta, Pueden oïry tendremos Un escándalo sin causa, Una escena en que el honor Saldrá de su hija á las tablas. EL ÁNGEL CAÍDO Siéntese usted, mi señora, Y escúcheme resignada, Porque nada se remedia Con inútiles palabras, Y el asunto aunque parezca, No es de trascendencia tanta.

Y don Juan la hizo sentar, Y mientras ella clavaba En él ojazos Inquietos, De pié prosiguió y con calma*. —Usted no ignora que yo Quiero á Estela y ella me ama. —Lo sospecho desde el dia Que al negro pillé una carta; Pero nunca imaginé Que mi Estela se olvidara Tanto de sí y cometiera Una imprudencia tamaña. Ya se vé, niña inocente Con tanto recato criada, No era difícil que usted A delinquir la arrastrara. —Si no ha habido tal delito Tal seducción de la incauta I Recuerde usted que fué niña, EL A:\GEL CAIJH) Que amó en sus quince y fué amada, Y que amor ni a los sesenta Salir suele de la infancia. —Losé. —Pues bien, como yo, Cosa por cierto no estraña, A su hija quiero, al pasar Noíé la puerta entornada, Y en el zaguán me colé Porque mi amor verla ansiaba. Al punto, como de gente Sentí ruido á mis espaldas, No hallé efugio, me asusté, Vi la escalera inmediata Y me enfrasqué en el altillo Temiendo que me pillaran Y que mi encuentro lugar Diese á hablillas temerarias, Con la intención de salirme Luego que el trance pasara. Esto es todo, este el motivo De tanto ruido y alarma, Justa sin duda en usted Que imajinaba. —¿ Y Estela nada sabía ? —No, ni nadie de la casa-. EL ÁNGEL CAÍDO Yo solo el culpado soy, Y por mi amorosa falta Dispuesto estoy a sufrir La pena que en mí recaiga. —Pero i por qué sí à usted tanto Mi Estela le interesaba No visitarnos ? —No sé; Lo he apetecido con ansia Pero encontrar no he podido Quien aguí me presentara. —\Ta lo está usted, cuando guste Puede venir á esta casa, Y mandar. —Señora mia î Colma usted mis esperanzas, í, Me perdona usted ? —Pues aó ! —i No dirá usted una palabra A Estela ! —No; lo prometo, Pero á condición que no haya En adelante recados, Ni billetes, ni celadas. Rica soy, hija no tengo Mas que mi Estela, á Djos gracias ! ¿20 EL ANÍÏEL CALDO Y concentrado està en ella Mi amor todo y esperanzas

Y en este tono el coloquio Siguió sobre cosas varias. Y dejando á la señora Con su persuasiva labia, Su talento y cortesía, Muy satisfecha y prendada . Se despidió prometiendo Volver muy pronto á su casa.

Y se salió don Juan, no como vino, Sino asaz caviloso, harto mollino; Y al pisar el umbral que iba á la calle Bañóle el rostro de un farol la lumbre, ün ah I de asombro oyó, el bizarro talle Notó de una mujer á la vislumbre, Y sin querer las suyas encontraron Dos pupilas hermosas que pasaron Arrojando de sí luz repentina. Reconoció confuso á Cesarina Que del teatro volvía, y á la mama KL ÁNGEL CAÍDO 22i Apoyada en el brazo de otra dama, Y al criado con farol, porque la noche Estaba tenebrosa; y el reproche, Harto espresívo^ aunque fugaz y muelo, Be su mirar y su ¡ ah 1 comprender pudo, Ko Tiendo ya en su frac la forma bella Del fragante jazmín que obtuve de ella, Y pensando en Estela y Cesarina, Cual nunca entonce á su ilusión divina, En las citas, encuentros y percances De aquella fatal noche, y duros lances; Ora grave, ora riendo, poco à poco Se fué á dar cavilando hasta el recinto; Lo que debo decir, aunque por loco Al don Juan de la crónica que pinto Tome el lector que nunca las honduras Sondará de sus sueños y locuras; Porque entre el fango material do vive La vida de ia mente no concibe.

El viento rey, el de furores grandes, Enjcndro de la Pampa y de los Andes,5 El pampero soplaba, con estruendo Las nubes de la atmósfera barriendo, Que en falange al huir como montañas Llevaban la tormenta en sus entrañas. 222 EL ANO EL C.UDO Lanzaua el Plata de las sups hondas, Bramando atronador, gigantes ondas Coronadas de espuma, contra el muro De piedras secular;—nada distinto Se percibía sino abismo oscuro; Horrísono impalpable laberinto. Todo ora noche, horror; del marinero De cuando eu cuando un eco lastimero Por el aire vagar triste se oía, O en las tinieblas centellear se vía' Una ÏU2 solitaria y vagabunda. Y esa talvez inquieta y tremebunda Agitación del Plata, ese murmullo, Era imájen de su alma turbulenta, Cuadraba bien el pensamiento suyo. Porque, según la crónica nos cuenta, Era don Juan romántico à su modo, Y buscaba con alma enardecida En el cielo, en la tierra, en el gran todo, Para sentir y realizar la vida. Impresiones profundas que el abismo Colmasen de su escóptico idealismo; Las buscaba en el mundo y la natura, Como las busca et potro en la llanura, El águila en los montes jígantescos Do reinan con su horror las tempestades, EL ANOEL CAÍDO 223

La gaceía en los valles pintorescos, El Leon en las vastas soledades, La tórtola en el bosque solitaria, El cenobita austero en la plegaría, ÈÏ avaro en el oro potosino, En impúdico labio el libertino, y cada cual según sus propensiones En cebar sus instintos y pasiones.

Asi entonces don Juan, quizá el olvido De congoja recòndita buscaba Donde el Plata soberbio embrabecido Con el pampero indómito lidiaba; Donde rumor humano nose oía, Y tinieblas y horror solo se via; Y contemplando estático y gozoso Aquel cuadro bellísimo y grandioso, Al Plata que en espíritu venera Apostrofó don Juan de esta manera.

Salve oh Plata ! en tu presencia Multiplicarse yo siento, Sublimarse mi existencia, Lo que hay de humanal en mi; Y ora quieta, ora iracunda KL AN (iEL CAÍDO

Se muestra, hirviendo la vida Rebasar en mí fecunda, Como rebosa ahora en tí.

Y toda vez que el pampero Sobre tus espaldas monta Y arrojar espuma fiero, Bramar te hace de furor, Y te azota, y tú soberbio, Tú indomable te agigantas Por millares Se gargantas Lanzando eco atronador.

Tú á mis ojos representas De la pasión y del hombre El afán y las tormentas Y la convulsion febril; Y el incesante murmullo Y el tesón infatigable, Y de su indómito orgullo La pujanza varonil.

Cuando ajilado te miro El corazón se me ensancha, Alegre y libre respiro De cuidado mundanal; Y todo olvido, y mi mentó KL ÁNGEL CAÍDO 22ü

En su inspiración sublime Abarca, concibe, siente Lo infinito y eterna!.

Acá en la tierra que piso No hallan aire mis pulmones, Solo entre fango diviso Las reliquias del no ser; Misteriosa y escondida Tú me revelas la fuente Del deleite y de la vida Que no tiene ni hoy ni ayer.

Esa inagotable fuente Que insaciables, delirando Mi corazón y mi mente Van buscando en el vivir; Cuya agua sola el abismo Insondable de pasiones Calmar podrá, que en mí mismo Palpitante siento hervir.

Oh 1 la tierra me fastidia (Ion sus mezquinos afanes, Con su miserable envidia, Con su odiosa ingratitud; £L ÄXfiEL CAÍDO

Con cl humo de su gloria Con sus frivolos amores, Con su ambición irrisoria, Con su mentida virtud.

Me fastidia la dulzura De su gozo y sus deleites, Que refrigerio ni hartura Jamás á mi labio dan; Todo cuanto loco en ella Apetezco y acaricio, Y hasta el beso de la bella Que busque con tanto afán.

Junto à tí mi pensamiento Algo tiene de divino, En todo ser y elemento Columbra el soplo de Dios; Y la vida de la muerte Surgir vé, harmónico el orden, Del aparente desorden, La luz vi va del caos.

Tu voz ¡ oh Plata estupendo! Gigantesca habla un idioma Que me deleita y comprendo, Oui1 nunca en el mundo oí; KL AN ma i:\UH) Hay cu ella una armonía Que mi espíritu apetece, ULI arrullo que adormece Loque hay de carnal en mí. i Quién pudiera, hermoso Piala, Cabalgar sobre tus ondas Y de tus entrañas hondas Lös misterios descubrir ! Y eu el raudo torbellino De la tormenta engolfarse, En su atmósfera bañarse Y de su vida vivir !

Me place con el Pampero Esa tu lidia gigante Y el incansable hervidero De tus olas a mis pies; Y la espuma y los bramidos De tu cólera soberbia, Que atolondran mis sentidos, Llevan á mi alma embriaguez. Y me place verte en calma Dormir, como suele a veces Dormitar tranquila mi aima O mi vida material: KL AN (S KL CA [DO Cuando la luna barniza Tu faz de plata, y jugan-do El aura apenas te riza La melena de cristal.

IVfe places, como el Océano, Tu rival en poderío Guando lo surcaba ufano En mi albor de juventud; Con el corazón de luto, Pero con alma nutrida De savia fértil de vida, De fe j sueños de virtud»

Me places, cual la llanura Con su horizonte infinito, Con su gala de verdura Y su vaga ondulación; Cuando en los lomos del bruto La cruzaba velozmente Para aturdir de mi mente La febril cavilación.

Y te quiero ¡ oh Plata I tanto Como te quise algun- dia, Porque tienes un encanto Indecible ¡»ara mi; KL ANCEL CAÍDO Torque en tu orilla mi cuna Feliz se meció, aunque el brillo Del astro de mi fortuna lamas en tu cielo vi.

Te quiero como el recuerdo Mas dichoso de mi vida, Gomo reliquia querida De lo que fué y ya no es; Como la tumba tío yacen Esperanzas, ambiciones, Todo un mundo de ilusiones (Jue vi en sueño alguna vez.

Oh Plata 1 al verte gigante Me agiganto, iluso siento La emoción y arrobamiento De un inefable placer; Y mi vida incorporarse, Con la tuya turbulenta, Y en inmortal transformarse Mi perecedero ser.

Si algo pedirte pudiera, Si me oyeses, en tus ondas Sepulcro encontrar quisiera, Mi cuerpo entregarte, sí: 2*40 la ASÍÏKL i:AUK)

Para que no viese el hombre Sobre làpida ninguna Jamás escrito mi nombre Ni preguntase quien fué.

Y don Juan en silencio nuevamente, Con el sentido estático y la mente Contempló el espectáculo sublime Que de terrestres ansias lo redime;

Y en alta noche ya? triste cual vino, De su lejano hogar tomo el camino. Todo era oscuridad; no se veía Luz alguna en las calles solitarias, Do enfrascándose el viento, ronco hervía Ecos formando v disonancias varias. Cuerdamente don Juan por media calle Se echó lalvez á andar, porque no encalle Su cuerpo en algún poste malhadado; Pero llevaba el ánimo tan lleno De honda cavilación, tan engolfado

Iba en su propio yo7 que ni del trueno Oyera el estridor, ni nada viera Aunque brillante luna apareciera.

Y don Juan caminaba á paso lento Cuando una voz que se llevara el viento— KL ÀNGEL CA11KJ 231 —t Quien va al Sereno ? repitió sonora; (Cosa poco común en aquella hora De la luz enemiga y de la gente.) Siguió don Juan camino, y de repente Sintió en un hoyo vacilar su pierna, Deslumhrados los ojos, y su cara Bañada por la luz de una linterna Que un hombre, asi gritando, le espetara. —i Quien va al Sereno? Mi don Juan mohíno, En si volviendo, respondió-.—Vecino 1 —¿Por qué al grito, Señor, no respondía? —Porque en tal noche solo el Diablo oiría, —¿lia perdido usted rumbo? Y el sombrero? Ese puñal? [viendo asomar el puño en su cintura) —¿Qué le hace? —Es sospechoso. —Sov un hombre de honor, un caballero; ¿No vé? no me conoce?—Y presuroso Se tocó el cráneo y estila mu:—olvidado El sombrero, el bastón se me ha quedado Sobre una piedra,—ioh, cabeza mía Î —Conmigo vendrá usted à la policia. —Yó? —Sí señor. —¡.Porqué? —Porque lenomo> UL A Niï EL CAÍDO Orden de conducir à quien hallemos Sospechoso, —No ámi. —Vendrá ustetj al punto. —No iré, eselamó don Juan. Serio el asunto Se iba poniendo ya: se ojo uñ silbido, Y acudió otro Sereno en el momento. —¿Me tomáis por ladrón ú hombre perdido? —No, señor, pero es la orden. —Cumplimiento Deben usiedes dar; alumbre, vamos, Dijo don Juan; no es justo que riñamos.

Y era justo sufriese tal desaire Don Juan aquella noche, porque su aire Sospecha at menos cuando infundirla, El chaleco y el frac suelto traía, Pálido el rostro, el pelo desgreñado Los ojos y ademan de hombre ajitado; Y visible delante en la cintura De un puñal la brillante empuñadura, Arma harto sospechosa al que ignoraba Que a don Juan á menucio acompañaba.

Ello es quo puso el pie en la policía, Y á una cuadra ó salon lo introdujeron EL ÁNGEL CAÍDO 2 Donde alojados por fortuna había Tres huéspedes que al verlo sonrieron; Mozos de buen humor, traje elegante De frac à la dernier, porte arrogante. Paseábanse à lo largo en charla viva, Tomando su buen mateG y dando al diente Sustancia de biscochos nutritiva, Cuando don Jüan entró improvisamente En la cuadra fatal donde el pecado De audaz en amorosas aventuras En noche de tormenta, y engolfado El ánimo en fantásticas locuras, Debia espiar; y á su saludo atento Contestaron los tres en el momento,

Esclamando: usted don Juan, ¿También enjaulado aquí ? Qué fortuna ! cómo asi? Y parabienes se dan Al verse juntos allí. WON JtAN Caballeros, ya que rengo, A hacerles visita vengo; Antes de todo un buen male Que me refresque el gaznate Y un cigarro que no tengo. KL A Nií Kl, CAÍDO

Porque algo malero soyT Tropecé, cansado csíoy, Hablar podemos despacio Y por for tu na en palacio Ustedes me hospedan hoy,

DON LUIS ¿Y á visitar sin sombrero ?

DON JLAN í Qué est rano es ¿en la antesala Debí dejarlo primero; Pen» notaran espero Que vengo en traje de gala,

DON ms Vaya un mato, y sin rodeo La aventura. .. .

DON JLAN De los tres Saber antes vo deseo; Pues la mía, según creo, Cuadrará mejor despues.

DON LLIS La nuestra es de poco bulto, Por nose qué audaz insulto la ÁNGEL CAÍDO 23 O O invención de unos malditos, Hubo en el teatro tumulto Y desaforados gritos.

À ver la cosa por mí Desde un palco yo salí, V entre las oías de gente Envuelto rápidamente Sin saber cómo, me vi.

Por zafarme hacia adelante Con ambos codos remaba, V como el tiempo arreciaba À un maldito vigilante Que por mi lado pasaba,

Se le antojó que yo fuera Uno délos promotores De aquella borrasca fiera, Y aunque grite que no lo era Me arreó como á los Señores.

Oué lindo ! una risotada JJon Juan' soltando, esclainó. A regalarse por nada En magnífica posada Venir como vengo yo ! 231) EL ÁNGEL CAÍDO

Y hallarme no imagine En tau buena com pan i a..

UN MOZO Pero cómo vino usted ? Por qué causa >

JDOÑ JUAN' Todavía Confieso que no lo sé,

A un Sereno, harto celoso De sus deberes sin duda, Le parecí sospechoso Por verme en tiempo lluvioso Con la cabeza desnuda.

Y con tan buen servidor Ko quibe riña trabar, Porque tengo por mejor Desafueros olvidar Que provienen de un error.

DON LUIS

¿ Y el sombrero y el bastón ?

DON JUAN Los dejé por distracción'. EL ANGEL (¡AUK) SW

L'N MOZO ïïubo en tonces aven t u ra, Lance do amor ?

DON JLAïV Travesura Solo de imajinacioru

Gomo es la loca de casa, Según Motaigne afirmó, Tuvo fiebre y se escapó, Rebullendo de la tasa Con la memoria y voló.

DON LLIS Yaya ! Singular olvido ! Salirse así, á cráneo herido En noche de temporal !

l'N MOZO Algo de amor habrá habido. Desventurado y fatal ?

DON JI;AN

Puede ser, algo de amor, Porque lo sucio tomar Como el borracho el licor, EL AN (¡IL CAU)O

Como naipe cl jugador, Como el devoto el altar.

Que hacer aqui de la vida Que en las entrañas rebosa? Cómo colmar la medida De ja mente enardecida De la pasión ambiciosa ?

¿A qné noble aplicación Se consagrara la acción, Donde la ignorancia necia La autoridad menosprecia Del genio y de la razón ?

I Donde la idea ó doctrina No se acata, sino el hombro, O la mas pobre y mezquina Se proclama peregrina Si lleva tal 6 cual nombre ? i D o nde se cía n o v a c í o n e s A intrusas reputaciones, Y a rastreros libelistas, O charlatanes solistas Honra, aplauso y distinciones? KL ANfiEL CAÍDO nao Preciso es hoy como ayer Vivir, casquivano ser, Suicidar las facultades O en locas frivolidades Su actividad distraer. Tomar á gotas venen o Para dormir mas sereno, Y las pasiones activas Y las esperanzas vivas Amortiguaren el seno.

DON LUS Cierto es don Juan, poro opino Que no está todo camino Cerrado para el talento, Y que obrar el pensamiento Puede aunque en teatro mezquino.

Y se puede el campo arar Con la paciencia del buey", Y la semilla sembrar Y con ella apacentar La flaca y mísera grey. La Patria., .,_,

DON JlAN Patria decís ! Si exisliuüi» tiempo foiiz, 210 1ÍL ÁNfiEL CAÍ HO

Si de ella gozaron oíros, Vision fué para nosotros De la edad tierna, don Luis.

La Patria de hoy es fulano Que tiene espada ó poder Y solo puede egercer Como rey y soberano, La facultad de querer.

Lo que hace á la de pensar, Discutir, raciocinar, Eso no, ni para qué; Nunca necesario fué Para alto puesto ocupar.

La patria es la rica presa Que el vencedor se disputa, Es ta codiciada fruta El galardón de la empresa Y la infame prostituta.

Cuando mas es la pandilla Que desecha, tilda, afea Toda doctrina 6 idea Que no se halle en su cartilla O no visía su lihrea. EL ÁNGEL CAÍDO %\{ Y con estúpido orgullo, Al talento independiente, Que nolo inclina la frente, Rechaza y al siervo suyo Patrocina solamente.

De qué sirve al ciudadano Manifestar su opinion, Si se hará contra razón Lo que quiera de ante mano La pandilla ó el mandón ?

La Patria bella de Mayo Que heredar feliz debimos, La que niños nacer vimos Al resplandor de su rayo, No existe, no, la perdimos.

Porque la Patria, á mi ver, El pueblo es, los ciudadanos, No esa turba de tiranos Advenedizos de ayer, Ignorantes como vanos.

Intrigantes sin creencia Que jamás han comprendido Lo que Mayo ha prometido, i« 242 KL ÁNGEL CAÍDO Cuja infecunda sapiencia Nada á la Patria ha servido.

Sofistas que al Pueblo adulan Para beberleel sudor, Y á la guerra lo estimulan Porque nutrirse calculan Con sangre suya mejor.

La Patria es Mayo ó la idea Que á su sol brotó inmortal; La grande y digna tarea Es trabajar por que sea Base del orden sociaL

¿ Cuándo asi nos lo enseñaron Esos insignes doctores? Cuándo así lo revelaron Esos especuladores, Al pueBío que gobernaron ?

La Patria, dice, soy yo Cada facción 6 caudillo, Y la Patria se acabo, (El negocio es muy sencillo) Si otros mandan y yo no. CL ÁNGKL CAÍDO 243 Cuando su decoro no aje Esc nuevo vasallage Ni impere egoísmo alguno, Y en su puesío cada uno, Para el pueblo se trabaje.

Me vereis, si, con calor Concurrir á ese labor De redención y progreso; Porque no hay Patria sin eso, Ni patriotismo ni honor.

Cuando se puedan destinos, Poder, conquistar y gloria Por legítimos caminos, Y la palma meritoria Ganar en noble victoria;

Me vereis en la palestra Donde el hombre libre muestra Su flaqueza ó su poder, Luchar hasta merecer Honra de la patria nuestra.

Pasémoslo^ en tanto, riendo Para no vivir llorando; La juventud malgastando, 244 EL ÁNGEL CAÍDO Y mil angustias sufriendo Para morir esperando.

Con lisonjera ilusión Emborrachemos el alma, Y à los que frivolos son En la honda tribulación Mostremos sonrisa y calma.

DON LUIS Pero algun servicio hacer A la patria en un empleo Se podrá

DON JUAN Escabelo ser De hombre mas alto en poder Nunca cuadró á mi deseo.

Ni me place hacer ensayo Del oficio de lacayo Para que en algo me tengan, Y aunque pitanzas no vengan Mejor sin libréame hallo.

Cuando niño, al bello nombre De la Patria deliraba, EL ÁNfiEL CAÍDO 2¿S Y apetecía ser hombre Porque iluso imajinaba Ganar para ella renombre.

En la edad de la razoa De servirla la ambición Âudaz y noble tuviera, Porgue pensé que esa fuera Del hombre la alta misión.

Entonce el campo observé De la lidia, y no encontré Puesto ninguno de honor Que admitiese lidiador De alta, incorruptible fe.

No sé si desgracia mía Fué ó si tarde llegaria; Mas resignarme debí, Y esperar, viviendo asi, Los albores de un gran dia. líien fácil me hubiera sido Como à tantos subir alio, O como víbora el nido Rastreando, poner de un salto La planta en él atrevido. 246 EL A.N fi EL CA J no Vociferar patriotismo, Adular los poderosos Y por caminos tortuosos, Para nutrir mi egoismo, Buscar puestos ventajosos.

Mas nunca ámí me tentaron Esas fáciles conquistas En que su instinto cebaron Las pasiones egoístas Que á la Patria desgarraron.

Pero tal hoja doblemos Si complacerme queréis, De mas grata cosa hablemos; A qui no hay cama, ya veis, Y estar en vela debemos.

Lo bueno es que á madrugar Mañana estoy obligado

l'N MOZO

Poco ei dia ha de lardar.

DON JVAiN

Purgaremos el pecado Mateando y sin murmurar. EL ANCiEL CAÍDO 247 En esto algunos ratones, Que tal vez emanaciones De buen biscocho olfatearon, Armando gresca chillaron De la cuadra en ios rincones. Al punto encima les fueron Y hubo risa y batahola, Porque agarrado trajeron Uno enorme de la cola Y horrible muerte le dieron.

Siguió la charla sin hiél Hasta que vino el albor, EÍ cigarro de papel, El mate, su amigo fiel, Con su apéndice, el amor.

Un comisario llegó Conocido de los cuatro; El asunto averiguo De don Juan y los del teatro Y la jaula les abrió.

Se salieron-.—Don Juan por el camino A ihm Luis, porque hiciera de padrino Uo lirio lo del duelo; convinieron, 248 EL ÁNGEL CAÏD0

Y à prepararse à casa entrambos fueron* Don Juan montó à caballo en un zebruno Temerario y fogoso cual ninguno, Poniendo ea el arzón sus pistoleras Provistas de pistolas bien certeras, En un bayo clon Luis de negra ¡frente, De ancha nariz y de resuello ardiente: Volvieron à juntarse, galoparon Y pronto al sitio de la lid llegaron. Nadie en la playa habia; ya la aurora Iluminaba el cielo y la pradera Y la voz de los pájaros canora Trinaba por do quier. Una carrera ínter Pedro llegaba se dispuso; Cuando á galope se acercó un ginete Y sin decir palabra en manos puso De don Juan, saludando, este billete*

Anoche lo he consultado Con un célebre Abogado. De los buenos el mejor; Quien melia dicho que las leyes Del tiempo de los virreyes Vedan duelos por amor. El ÁNfiEL CAÍDO 2

Sin quo lo atribuya á miedo, A mas efe esto yo no puedo Ä la cita concurrir Por un motivo muy grave; Tengo familia, usted sabe, Mucho y bello porvenir. Mejor será y mas prudente Que se arregle buenamente El negocio entre los dos, O delante de testigos Que oigan, zanjen como amigos La diferencia entre nos. Si culpable yo resulto Perdón para que haya indulto, Pediré á usted mismo allí; Si en vista de lo que oyeren Lo contrario decidieren, Me lo pedirá usted à mí. Ya usted vé que quiero paz, Que pendenciero ni audaz Ni provocativo soy; Y que aunque injuriado he sido No me vengo y todo olvido, Cuando en mi derecho estoy. Pedro ií. ,. . 2oO EL ÁNGEL CAÍDO Canalla ] imbécil I invocar las leyes Del tiempo de los siervos y los reyes ! Esclamó mi clon Juan, ardiendo en ira Y clavando la espuela á su caballo; I Cómo si fuera estúpida mentira La epopeya magnifica de Mayo I í Cómo si Dios en esos pergaminos, Pedazos de papel sin vida alguna, De América trazaran los destinos De un modo irrevocable j la fortuna ! I Cómo si rey el que vasallo fuera A su amo antiguo obedecer debiera ! î Miserable ! buscar en los doctores De la ley del honor sustentadores, Y escudar su cinismo y cobardía Con sofismas estúpidos del dia ! Así no hay freno alguno; asi se ultraja Lo que honra ha merecido, se acrimina, El mérito mas alto se rebaja, El honor y el buen nombre se asesina; Unos deprimen lo que ensalzan otros, Y en medio del anárquico desquicio Todo está confundido entre nosotros Virtud, talentos, ignorancia, vicio, Patriotismo, deber, maldad, justicia: Alza impúdica frente la malicia EL ANGEL CAIIlO Sin tener mineo acusador testigo, Porque evadirse puede á la venganza, Y sabe que jamás llega el castigo Donde la ley ni la opinion alcanza. Asi el hombre de honor, que inmundo O venal pluma injuria, el desagravio Que viciada le niega la opinion; En una onza de plomo ó una espada Buscar no puedo, y rie insolentada La maldad porque no halla represión.

QUINTA PARTE

Amor en alba y ocaso.

Triste cosa, por cierto es ser poeta, Idealizar las cosas de la vida, Y buscarlas asi con alma inquieta Como fuente de bien apetecida*. Soñar, idear mundanas perfecciones Sumido entre la sangre y la inmundicia, Y gemidos oyendo y maldiciones Y viendo omnipotente la injusticia. Y mas que triste deplorable cosa Es buscar lo poético en países Donde se pálpala materia prosa Por ojos, por oidos y narices; Y mas que deplorable es hoy, en eso Que el vulgo llama con razón locura, EL ASCiEL CAÍDO

Traer saturado y embebido el soso, Idealista por indole y natura. Y estéril debe ser, tarea ingrata Gomo ninguna en los dichosos climas Que baña y bañará el famoso Plata, La de artizar volúmenes de rimas, Y forma varia y espresion en ellas, Y vida dar á las visiones bellas, A lo que piensa ilusa, á lo que siente 0 imajina fantástica la mente.

Y lo digo, lector, no porque trate De usurear el laurel à ningún vate, De esos que ayer nacieron peregrinos Y gigantes se creen, por que pininos Empezaron á hacer en su Pegaso, IL el vulgo al ver el estupendo caso Esclama con razón:—¡ qué maravilla í 1 Qué primor para gente tan chiquilla I Ni porqué alzarme de rondón tampoco Con la fama de tal intento loco; Pues no soy mas que un rimador prosaico Que suelo hacer |>ara engañar ábobos De los que otros pensaron un mosaico O pepitorios de inocentes robos, O mas bien un parásito de cuenta KL ÁNGEL CAÍDO Ci ^ f

Declame la obra dol ingenia hechizo. Que de agena substancia se alimenta, 0 cigarra del campo ó pobre grillo Que como tantos de la nueva escuela Repitiendo me voy un estribillo Que cuando niño me enseñó mi abuela: Porque mas fácil y mejor es eso Que calentarse, meditando, el seso Para engendrar un tipo ó un conjunto En el fondo y la forma americano, O idea original cuyo trasunto Se lea en verso que firmó otra mano. Comolo oi decir, lector amigo, A un quidam ayer mismo, te lo digo; Quien logró persuadirme fácilmente Somos nosotros tan bonaza gente, De tan sano criterio que alabamos A todo bicho que cantar oigamos, Y que se adquiere fama de poeta Con mandaruna estrofa á la Gaceta O al teatro ( invención nueva ), alguna Loa1 Tan simétrica y larga como un boa; Y asi en estilo heroico y campanudo, Zurciendo vaciedades entre plagios, Sin trabajo del alma concienzudo Se conquistan del pueblo los sufragios, 256 EL ÁNGEL CA IDO Con tal que alguno de pulmón rollizo Y lo tengo por bueno y me complace Se dé estimulo así tan poderoso Al ingenio poético que nace Gomo por sí el arbusto vigoroso, A fin que crezca sin cultivo y luzca Los bellos frutos que feraz produzca. Y tengo por muy cierto [ si es que darte Puedo yo mi opinion en la materia ) Que con tal proceder medrará el Arte Y saldrá el pobrecillo de miseria, De la nada en que estuvo desde Mayo; Y habrá tanta creación en poesia Que leer un verso causara desmayo Y sordos quedarán á su harmonía; Y el público criterio; como es justo, Con ejemplo tan vivo y elocuente Afinando se irà en cosas de gusto Hasta quedar como hilo trasparente: Y el desenfreno de la plebe intrusa De vates sin estudio ni creencia, Parejas correrá con la confusa Demagoga política licencia; Y estúpido no habrá, no habrá perjenio Que no se crea un estupendo genio, Como no hay en política, ninguno EL ANO KL CA IDO 2o7 Por ignorante, estólido que sea, Que estadista, capaz, y hombre oportuno Para el poder y el mando no se crea, Y entrará en el Parnaso la anarquia, Que engendra monstruos y desquicio y muerte, Y como hacen los brutos mayoría Triunfará de los brutos el mas fuerte; Y tendremos tiranos como Rosas En las regiones del parnaso hermosas, Y en las letras mashorca y mashorqueros; Y poetas serán los carniceros, Los gauchos y estancieros literatos, * Y el lauro usurparán á los Doctores, Cuyo ingenio se funde en alegatos, De estadistas, de sabios y escritores. Y el estilo del grande Americano, De su archivero fiel y su Gacela En prosa y verso reinara de plano; Y marchará á perfección completa, Con gigantescos pasos en el Plata El arte y nacional literatura En hombros de Ja plebe iliterata Que se aplaude sin tino ni cordura. Porque en país donde se creé cualquiera Con derecho á escribir en verso y prosa, Querrán todos lucir en la carrera; l·7 258 P;L ÁNGEL CAÍDO Y suficiencia asâz para la cosa Tendrán como los Rosas, los Aranas, Los Angelis, Oribes y Macanas Para el Gobierno, el Arte y la milicia, El degüello y la prensa y la injusticia. Y ¿, quién tendrá la culpa de todo eso *?— El publico bonazo hasta el esceso, Frivolo en todo, que el respeto suyo A lo digno no da en su necio orgullo, Ni distingue entre tanta muchedumbre Que pisa audaz en la social palestra, Donde el ingenio está, donde la lumbre De la potencia racional se muestra: Y ante el poder del oro solamente Inclina humilde la altanera frente.

Por eso al empezar yo de mi cuento La parte quinta divagando á tiento, Triste cosa, me dije, es ser poeta, Idealizar ïas cosas de la vida Dò con un ditirambo en la Gaceta Se conquista la palma apetecida. Pero qué hacer, por Dios ?.. .mejor sería Dedicarse á ía gran filosofia. Dicen que los filósofos del mundo Contemplan inmutables lo profundo, EL ÁNGEL CAÍDO Con sangre fria, indiferentes miran Su miseria y la agena que conspiran Su sosiego à turbar y su reposo, y aunque mar de desdichas proceloso Los combata en redor, su orgullo estoico Tiene para sufrir valor heroico:

Mas sin negar lo que aseguran otros1 Yo pienso para mí que si por chico Un poeta no cabe entre nosotros, Que de todo tenemos caudal rico, Menos cabrá un filósofo, y por yerro Se andará por ahi en cuenta de perro. Preferible será déla milicia La carrera gloriosa tan propicia A la ambición de mando, pues la guerra El estado es normal de nuestra tierra, Y lo serà mientras la fuerza bruta Arrollada no caiga en la disputa, Y el pueblo á la razón solo obediente No aprenda á respetar la inteligente: Mas se requiere de fornido brazo Para dar en la carga un buen sablazo, De robusta salud; todo eso, amigo, Uno, aunque quiera, no lo trae consigo. Mejor será seguir otro camino. Dar el alma al demonio de la gula, ¿GO KL ÁNGEL CAÍDO Comer, beber del reforzado vi no, Que aunque embriague el estómago estimula; Holgarse, no pensar, y puerco impuro Hacerse como todos de Epicuro.3 Pero en eso se gasta, ah 1 sí, la plata 1 Ese es sin duda el vellocino de oro, Esa la voz al corazón tan grata, Ese el supremo bien, el bien sonoro. Adelante ! ¿Mas cómo? Ya se entiende, Comprar, vender lo que se compra y vende, Engañar, estafar, hacer su achura, Llamarse á quiebra cuando el caso apura; Renegar del pudor y la conciencia Para internarse en la fecunda ciencia De ganar patacones fácilmente: Y esa es ciencia difícil, trascendente! — Me haré abogado, al fin es un oficio. ¿YT el embrollo, la argucia y la chicana? Importa poco ese inocente vicio SÏ asi renombre y el vivir se gana. ... \

Esto y mas que nada hace con mi tema Cavilaba el don Luis de mi poema Yendo á ver á don Juan el mismo dia En que yo en mis adentro lo movia EL ÁNGEL CAIf>0

(De inspiración ó de materia escaso) Tan solamente por salir del paso, De la senda difícil y confusa Donde engañado me metió la musa, Porque ya ves, lector, harto sencillo, Pobrísimo es el fondo de mi asunto, Y engrosar debo el empezado ovillo Para hacer un poema del conjunto.

Joven de veintidós, poco profundo En la ciencia estrambótica del mundo, Concibiendo las cosas á su modo, Estraño, inesplicable hallaba todo; A lo mas natural ponía pero Y vencido pej él se amilanaba, O ante cualquier obstáculo, altanero, Presuntuoso de cólera bramaba. Poeta en el sentir, quizá amenudo Buscaba el bien que imaginarse pudo, Y tenia fogosas intenciones De lanzarse en la arena del combate Y espresar en armónicos renglones En verso audaz su inspiración de vate, Pero nutrido de criterio y gusto, Modesto por demás, talvez con susto Con temor indeciso la miraba, 262 KL ANGEL CAÍDO Porque ignorado el singular talento Ni provecho ni gloría allí ganaba Noblemente lidiando el pensamiento. Pasión à mas como ninguna ardiente Le dominaba ya, y en lo futuro Columbraba fantástica su mente Algo siniestro, aterrador y oscuro Donde estrellarse súbito podria La esperanza de bien que concebia. Así aprensivo, cavilando iluso, Al esconderse el sol, la planta puso En casa de don Juan y sin testigos Hablaban de este modo aml)os amigos.

DON JUAN ¿La quieres?

DON LUIS Ella me absorve, Me domina, me enloquece, Dicha inefable me ofrece; Sin su presencia, en el orbe Todo triste me parece.

DON JUAN

¿ Y te ama? KL ÁNGEL CAÍDO 263

1)0 >' LlIS

A veces lo orco, Porque asi me lo hace creer, O me alucina el deseo; Mas suelo dudas tener Horribles por lo que veo,

DON JUAN

Bien lo temí: el amor suyo, Ser no puede como ol tuyo, Vivaz, ardiente, infinito, Sino el frivolo apetito De su femenino orgullo.

Será amor á uso del día, Rico de galantería, Mas caprichoso y fugaz; O vana coqueteria Con lisonjero disfraz.

Amor que un mero incidente, Un consejo déla madre U otro galán diligente. Que á sus miras mejor cuadre, liará morir de repente. EL ANGEL CAÍDO Y tú el alma la darás, Y en ese albur jugarás El reposo de tu vida, Y en cambio solo obtendrás De amor la sombra mentida*

DON LUIS

Antes de amarla, creia Que en esa hechura tan bella Alma tierna Dios pondria, Y' un conjunto nos daria De perfecciones en ella.

Pero hoy, aunque una ilusión Dé aliento á mi corazón.. Temer suelo su presajio, \ aterrarme ante el naufragio De mi indómita pasión.

»ON -RAN

Dios, un ángel de hermosura Perfecta hizo esa criatura; Pero en la alba de la vida La sociedad descreída, Frívola, egoista, impura. EL ANGEL CAÍDO

Su alma inocente tornó, En su molde la vació; Y una belleza mundana. Para adoración liviana, De ese ángel puro formó.

Temprano aprendió á fingir En su escuela, y à encubrir Sus sentimientos mas nobles, Y con apariencias dobles Su bello rostro á vestir.

A buscar y apetecer Tan solamente el placer, Y al mundo y al tocador Dar de su edad lo mejor. Hoy viviendo como ayer.

À ser frivola en pensar, À ser frivola en sentir, Como niña juguetear Y la vida malgastar En coquetear y lucir.

Por eso al meloso arrullo De galán tanto, su orgullo Lisonjero halago cede, 260 EL ÁNGEL CXiDÖ Y el amor intenso tuyo Sentir, comprender no puede*

Y cuando estás á su lado Te sonríe cariñosa, Y el amor que te ha inspirado, Viéndote ä sus pies postrado, Sentir parece la hermosa.

Yen el mundo indiferente Te mirará porque allí Con incienso baladi Su orgullo ebrio, solamente Puedo idolatrarse à sí.

Y para humillarte mas También alli la verás Amable a los cortesanos De su belleza livianos Mostrar lisongera faz.

Y no es esa la mujer Que tú has debido querer, Porque frivola y coqueta EL ÁNflEL CAÍDO 267 Hará mucho padecer Tu corazón de poeta.

DON Ll'lS Tarde lo conozco ya: Lo quiso así mi destino.

DON JUAN Te compadezco,

DON LLIS Quiza, Es muy joven, tomará Fácilmente el buen camino.

DON JUAN Y ¿ cuáles tus miras son ?

DON LUS Conquistar su corazón; Después su mano.

DON JUAN Para osa Grande y difícil empresa Eres, Luis, muy pot>reton. No te querrá por esposo Aunque te acepte galán, EL ÁNGEL CAÍDO Y para vencer tu afán Rival asaz poderoso Será el oro de ua patán.

No te engañes-, de mujeres Acostumbradas al lujo, La bambolla y los placeres, Amor sin el alto influjo De los talegos no esperes.

Por la razón muy sencilla, Que lo que deslumhra y brilla Y hace andar al retortero La cortesana gavilla No se compra sin dinero,

DON LUIS Lo sé; pero ya he jurado Esa metal tan preciado Adquirir, y alguna vez Poner tanto oro á sus pies Como el mas acaudalado.

Y asi coqueta la quiero Con el alma, asila adoro Con su carácter ligero; Porque para mí el tesoro lis de la dicha que espero. Î:L ÁNGEL CAÍDO 209

DON JUAN Bravo, rai Luis, adelante I Quizá errada es mi opinion, Y tu amor perseverante Se corone al fin triunfante Con tan bello galardón.

Y el Brasilero ¿ rival No te parece fatal ? Es muy rico.

DON LUIS Nome asusta; Y ella á mi ver tanto gusta- Gomo yo de ese bagual.

DON Jl'AN Pero tan enamorado... 1 ¿No sabes que ese pecado Solo hoy dia lo comete El incauto mozalvete Becien ayer afeitado ?

DON LLIS Ya de broma?

DON JUAN Si; es mejor EL ÁNGEL CÀIDO Estos asuntos de amor Como chanceando tratarlos, Y por el lado mirarlos Del placer, no del dolor. De otro modo hacen sufrir Demasiado.

DON LUIS Tú á vivir En el mundo has aprendido, Mas también habrás gemido, Amigo, antes de roir.

Por eso aunque del amor Apeteces las locuras, No enamorarte procuras; Y gustar sin amargor, Si es posible, sus dulzuras.

DON JUAN Sistemático no soy Ni á regías eso se aviene Mas como acostumbran hoy Tomando el tiempo cual viene, Por ese piélago voy. Tal vez si me enamorase EL ÁNGEL CAÍDO 27 i De una dicha disfrutase Que gozar nunca he podido, Y el rumbo del bien perdido En una mujer hallase.

DON LLIS i Y Estela ?

DOS JUAN Que no la veo Hace mucho*

DON LLIS ¿Y Cesa riña ? ¿lía llegado al apogeo ?

DON JUAN Tocó, y al ocaso creo Rápidamente declina.

¿ Sabes que el carácter suyo Tiene algo del de Angelita? Frívola es y coquetita Con sus ráfagas de orgullo, Su presunción de bonita.

Sobre rais miras ayer Me escribió, y hoy un demonio Vino en forma de mujer Mi disposición à ver Balbuceando matrimonio.

DON Lirs ¿ Es posible?

DON JUAN Habrá creído Que yo soy un buen partido Por mí dinero y mi nombre, Y esclamado—de tal hombre Se puede hacer un marido-

Y como es hermosa y rica Se habrá dicho para sí: —Enamorado de mí Debe estar según se es plica; Su amor que me pruebe así.

Y como me dan disgusto Tales interrogaciones, Y para amarme no es justo Se me impongan condiciones Que al amor quitan el gusto;

Me reí, y á fin que veas, Tú, que estás enamorado, I'L ANGEL CAÍDO 373 La solución que yo be dado Al asunto, quiero leas La repuesta que ha llevado.

DON JUAN Á CESAMNA.

Te forjó á su querer mi fantasía Antes de conocerte, y deslumbrada Se imaginó que en ti descubriría Algo mas que belleza material; Lo busqué con la luz de mi pupila, Con el vivo poder de mí palabra, Con esa fuerza que electriza y tabra Como el hierro al mas duro pedernal.

No hallé de tu alma ia vislumbre hermosa Que la mia buscó para adorarte, No hallé en tu corazón fibra armoniosa Que resonara al eco de mi voz; Y ante los ojos míos fué perdiendo Su seductor prestigio tu hermosura, Y sin arraigo, mustia decayendo La ilusión de mi espíritu precoz.

Nunca la altura concebir pudiste De un cu lío no vulgar ui la nobleza, 27'l KL ANGEL CAiüO Aunque te envaneció, porque creíste Humilde adorador, contar en mi, Y en tu cariño entonces fui el primero, Y pronunciaste amor; pero era tarde: Irónico mi labio y lisonjero Amor ya no exhalaba para tí.

Tu cuerpo de Amazona los sentidos Gomo estatua bellísima subyuga. Mas la vida del alma y los latidos No revela de ardiente corazón; Si algo lo mueve es el incienso vano, El deleite que nutre al apetito; Nunca lo bello del sentir humano, Lo sublime, ideal de la pasión.

A los ojos del mundo, el sentimiento Sabes bien parodiar, y revestirlo De seductor disfraz por un momento, Con rasgos de pureza angelical; Pero el que observa bien luego percibe Lleno de desencanto y de tibieza, Cue en las entrañas tuyas no recibe Alimento esa chispa divinal.

Guarda, guarda tu amor para ese mundo Que idolatra tan ciego tu belleza, KL ÁNGEL CAIim 27 i) Él pondrá una corona en tu cabeza Ofrendas mil derramará à tus pies : Darle no puedo el homenaje suyo Ni tu vasallo ser; no pueäo en cambio Del amor mió recibir el tuyo Para mostrarte desamor después.

No eras tú la mujer que yo queria, La apasionada y tierna que buscaba; Un marido tu amor apetecía. Una quimera, un pasatiempo yo. Si fugaz ilusión gustarnos hizo Ün momento de bien, hoy nos advierte La fria realidad, que ya el hechizo Misterioso y feliz despareció.

Borra el recuerdo que á la pluma m i a Pudo inspirar esa ilusión tan frágil. Solo es hoy un sarcasmo, una ironía De tu belleza efímera, muger: Aniquila esa pajina, aunque muda, Elocuente espresion do un sentimiento Que no naciera para ti sin duda, Que no puedes probar ni comprender.

DON I.llS Duro es el golpe ! KL AX G KL GAI M.)

DON Jl AN A su amor De instinto especulador Será amarga esa verdad; Pero asi su vanidad Sabrá calcular mejor.

¡ Pobre do mí si estuviera Gomo estás, enamorado ! Ella el triunfo consiguiera Y á sus plantas humillado Llena de orgullo me viera.

Amar mucho á una muger Que por bella el mundo acata Es esclavo suyo ser, Y sin recompensa grata Torturas mil padecer.

Queda la charla hoy aquí; Te espera Angela quizás Muy inquieta.

DON w\> i Y quién á tii: Te acompañaré si vas Calleábalo. EL ANGKL CAÍDO 277

DON JUAN liemos, sí.

Y don Luis y don Juan como à las siete Conversando salieron debrazete. Era noche de invierno y no se vía Laz alguna en la atmósfera sombría Donde tormenta prócsima anunciaban Nubarrones tremendos que pasaban. Y á poco andar notaron no muy lejos La calle iluminada por reflejos De cirios y faroles y asaz gente En grupos caminando lentamente.

DON LWS Llevan para la Iglesia algun difunto.

DON JIAN Asi parece, Luis. (Y sintió al punto Don Juan hondo escozor)

DON LUS Esta semana Diariamente agonia ha repelido De mi vecino templo la campana.

DON MAN Te afligirá su fúnebre tañido. EL ANGEL CAÍDO

DON EUS Me aflige y me atolondra, y el buen cura Del mal que hace à los vivos no se cura, Y pretende aliviar asi el tormento Del que està agonizando.

Es un memento Del sepulcro es un eco moribundo Que de polvo y gusanos habla al mundo, Y nos repite así:—à vuestros amores, Vuestro deleite vano y alegria La hora fatal de luto y de dolores Les llegará también y de agonía.

Se aproximó, entre tanto, silencioso El fúnebre cortejo, y detuvieron El paso, y con respeto religioso Viéndolo desfilarse mantuvieron; Lucido y numeroso, indicio daba Que á persona de rango acompañaba,

Guatro hombres de semblante dolorido Conducían del brazo suspendido Un ataúd forrado en terciopelo Y con franjas de plato ribeteado; EL ANOEL CAIDO 271) Detrás un grupo que formaba el duelo Y en torno de él de cirios muchedumbre Derramaban espléndida vislumbre.

—Es una virgen inocente y pura, Dijo don Luisj su tumba lo revela. Quizá el amor causó su desventura. .. . —Don Juan ¿ no la conoces ?... es tu Estela.— (Respondió entonces con acento horrendo Un atezado rostro de Africano Por detrás de los dos apareciendo) —î Mírala bien: la asesinó tu mano !—

Don Juan quedó abismado y como herido De súbito estupor; todo absorvido, Mudo, inmoble don Luis; y la tormenta Tronando entonces reventó violenta,

i Pobre Estela ! murió; la indiferencia De don Juan la mató, la ingratitud; De la fiebre de amor á la violencia No pudo resistir su juventud. ; Cuántas mueren así, lindas como ella, De la virgen edad en el albor, Sin exhalar del pecho una querella Llevándose el secreto de su amor ! í'.ousumirseTas Yen hora por hora, 280 EL ÁSGfcL CAÍDO Al regocijo terrenal estrañas; Nadie conoce el mal que las devora, Qué lengua echó el veneno en sus entrañas. Alciones solitarios que iracunda La onda traga en su nido de repente; Tórtolas amorosas que á infecunda Viudez el plomo condenó inclemente; Almas frágiles, tiernas que han nacido Para amar con pasión, para sentir; Guando no ojén la voz de su querido Como un bien apetecen el morir. Con el recuerdo suyo se alimenta Algun tiempo su candida pasión; Pero, carcoma corrosiva y lenta, El recuerdo las roe el corazón* Estela era una de esas; perla rara Del sentimiento, mereció otro fin. Mereció quien sintiera, quien amara Como ella con candor de serafín. Aunque joven, buen mozo, y con la bella De su elección y agrado muy galán, No era el hombre á propósito para ella El idealista, cscéptico don Juan. Desde la noche aquella del conflicto, O mejor del altillo, en que la trama De sus amores se aclnrú, v convicto KL ÀNGEL CA WO 28 i De cuasi seducción ante la mama No quedó por milagro; y sano y salvo, Por mediación feliz de un duende calvo, (Pase la rima) ó por su maña artera Se escapó de la trampa en que cayera, A ve fia no volvió:—mas de un recado Le mandó Estela cou el negro criado, Con la vasca Maria ciento y uno; Pero don Juan no concurrió à ninguno. Escribióle después muchas y ardientes De esas cartas sencillas y elocuentes, Palpitantes de erótica ternura Que solo ¡a mujer concebir sabe Cuando de veras ama, y la amargura Siente en el corazón y el peso grave Del desengaño á un tiempo y la perfidia, Y con duda y despecho y amor lidia; Cuando se vé burlada en la esperanza Virginal y mas grande de su vida,- Y amando siempre, en su candor no alcanza Porque ya no os, como lo fué, querida. Conmovido don Juan con una sola Consoladora y tierna contestóla; Pero á verla no fué, ni dio respuesta À otras que le vinieron cu pos de esla. Vuese que ya 61. arrepentido larde. EL ÁNGEL CAÍDO En aque! corazón gue sobrado arde Alimentar el fuego no quisiese, Y que al despecho suyo obedeciese Con la duda en el alma como abismo, Al impulso fatal de su idealismo, O por fastidio ó mundanal cautela; Ello es que á verlo no volviera Estela, Y la amorosa pena que la acora En fiebre se trocó devoradora. Don Juan, en tanto, nada supo de ella Ni sus lagrimas vio ni su querella, Y como hombre mundano, entretenido En otros pasatiempos y creyendo Le olvidase por fin, la echó en olvido, Mientras olla por él se iba muriendo. La vista de su tumba le dio aviso Por decreto del cielo de improviso, Y la tremenda voz del Africano Cual rayo hirió su corazón mundano; Y entonces parecióle que salía De la tumba de Estela como un grito Lastimero que à todos conmovía, Su traición publicando y su delito.

Al otro dia henchida la cabeza De cavilar sombrío v de tristeza, EL ÁNGEL CAIDO 28H A una chacra se fué determinado l A vivir mucho tiempo concentrado. Terrible era para él, hombre idealista, Apasionado escéptico que andaba Con el alma empeñada en la conquista De incógnita mortal, esa que hallaba*. Algunas lioras de placer fugaces Y una tumba después de tanto afán ! ¿Dónde está el bien que persiguiendo audaces Por ese mundo sus pasiones van, Si ese bien se deshace entre sus manos ? ¿Esos los frutos son, esos arcanos Descubre el alma de esperanza henchida Cuando se empeña en realizar la vida? ¿ Desengaño y dolor, esa es la ciencia Que al corazón revela la esperiencia. ..? La esperiencia es la muerte, y la buscamos Para saber, sintiendo, que vivimos, Y cada paso que en su mundo damos Solo muerte y dolores descubrimos. ¿Dónde está el bien de ayer? Fue como gota De rocío fugaz en la garganta Devorada de sed; con ella brota. De ella nace eí gusano que la planta Del corazón corroe lentamente, La mortal decepción en nuestra mente, Ef, A3C.EL CAÍDO

Y esa sombría y anhelante eluda Que ve la nada por do quier desnuda,

Don Luis entanto, que recien empieza A saborear la vida, en su cabeza Lleva fé virgen; esa luz divina Que embellece la tierra, la ilumina Y en jardin la transforma destinado Al deleite del hombre y al agrado; Y con pasión cíe robustez nutrida Se consagra todo él á su querida. Si duda de su amor es un instante, Ni en la suya tampoco ni ser puede Esa duda fatal, desesperante Que de esperiencia racional procede, Sino el temor que nace de la idea De perder lo que se ama j se desea. Angela, porque el cielo lo ha dispuesto, Es su primer amor, y en ella ha puesto Todo el calor que el corazón inflama Guando está virginal; por eso si ama No es por cálculo alguno,- es porque siente Necesidad de amar,—muy diferente De su amigo don Juan, quien solo busca, Fatigado de libros y de ciencia, Kn el amor el vértigo que ofusca KL ÁXflEL i;A111U

La razón, y la duda on la conciencia, A su febril actividad sustento. A la mentej. à la carne, al sentimiento; Un Mm que entre arreboles se solapa Y cual sombra al asirlo so le escapa: A un tiempo la esperí encía dos lecciones Bien severas ha dado á sus pasiones.

Ambos amigos son: don Luis al cielo De la felicidad remonta el vuelo En alas de fogosa fantasía; Don Juan con sus arrobos de idealismo, Con su razón de escéptico sombría, La planta ha puesto al borde del abismo.

SESTÀ PARTE

VeEutc naos

La aurora que brilló sobre su cuna, Siempre nuncia de júbilo y fortuna, Ha vuelto à aparecerse fujitiva; Y en un dia tan clasico para ella Temprano deja el lecho, y pensativa Está en su tocador;—nunca mas bella. No la que visteis, virginal pimpollo De apariencia modesta y delicada, Sino la rosa en pleno desarrollo Con todo su esplendor engalanada. Sus formas regulares como en ondas Se dibujan mas bellas y redondas Bajo la blanca túnica de gaza Que entre graciosos pliegues las abraza. 288 KL ANííEL Í.AIUU En lo marmóreo de su rostro y cuello Resalta renegrido su cabello Bajando en espirales relucientes Hasta el hombro gentil;—blancas, turgentes, Como en su muelle nido dos palomas Asoman en su pecho aquellas pomas Manantiales de amor, vida y misterio Donde busca la sangre refrigerio.

Sobre blando cojín está sentada Cavilando quizá; tiene apoyada Sobre la mano diestra su mejilla, Su codo sobre el brazo de la silla, Inclinada la vista y la cabeza.— Un pensamiento amargo de tristeza Se trasluce en su rostro y embebida Al parecer la tiene;—de su vida Quizá recorre la fugaz historia. O un recuerdo fatal en su memoria Gomo fantasma tétrico ha surjido: Quizá quiere saber como ha vivido: Cuenta uno á uno sus mejores años Invertidos en frivolos placeres, Y la dicen los frios desengaños Con tristísima voz; «la misma no eres« Quizá su muerto padre rememora EL ANGEL CAÍDO Que amor tan entrañable la tenia, Y por primera vez calcula ahora El pesar que por ella sufriría. Ello es que rebosando el sentimiento En su pecho poco antes tan contento, Una lagrima entonces algo estraña De su tersa pupila el brillo empaña, Por su mejilla corre. En torno suyo Reliquias hay, en tanto, hay mil of rend; Que bien pudieran lisonjear su orgullo Y ser de dicha misteriosas prendas Para alma virginal; ricos olores, Sobre una linda mesa, lindas flores Regalándola están y hablando mudas De amor y de esperanza siempre viva, Traduciendo las ansias y las dudas De mas de un corazón que ella cautiva. Una camelia entre ellas se deshoja, Símbolo misterioso de pureza Y tal vez al mirarla se acongoja Porque lozana y pura en su cabeza Ya nadie podrá verla. No distante Está un albun riquísimo y flamante, Tesoro de bellísimas pinturas, De recuerdos de amor y de ternuras; Sus galas mas hermosas y vestidos áí)0 KL ANGEL CAÍDO Sus joyas y diamantes esparcidos Allí también están, estimulando Su gusto y su capricho, ó inspirando Pensamientos mundanos á su dueña: Allí en su tocador cuanto risueña Agradable la vida puede hacer De una joven y frivola mujer El oro y el amor han reunido Por regalarla el alma y el sentido. ¿ Porqué está triste pues ? Por qué destila Una lágrima ardiente su pupila ? Porqué en su pecho el sentimiento brota Y se resuelve en cristalioa gota 1

De su asiento, entre tanto, se levanta Y se dirije con graciosa planta Al espejo, y atónita se mira, Y déverse tan pálida se admira, Y se enjuga los ojos, y aun parece Dudar de lo pe entonces lo acontece. Y se \ue\ve á mirar, y al fin osclama: «Bella estoy todavía ! mas no quiero Que asi llorosa me sorprenda mama, Será para ella de muy mal agüero». Y un destello aparece de alegria En su rostro y se dice: — «hoy es mi dia; ÊL -ÁNGEL CAÍDO 291 Todos en casa sienten alborozo, Mostrarse debe en mi semblante el.gozo,» Se sienta entonce á preludiar al piano, Y en tono melancólico su mano Modula sin querer, y luego canta Con sonora y dulcísima garganta.

Amor es armonía De inefable pureza, Amor es alegria Sin nube de pesar; Amor es paraíso De gloria y esperanza, Que Dios destinar quiso Para quien sabe amar.

Amor es sueño de oro Que un àngëï nos inspira, Amor es el tesoro Que anhela el corazón; Amor es de dos vid#s Que andaban por el mundo Cansadas y perdidas, La misteriosa union. EL ANÄEL CAÍDO

Pensativa, en silencio nuevamente La bella se quedó por largo rato, En la espresion mostrando de su frente Interna ajitacion, y á su retrato Que alli estaba delante, una mirada Echó al cabo de angustia resignada- Una amiga entró entonces que venia À darla parabienes por su dia, Se besaron, cariños se dijeron Y en conversar así se entretuvieron.

ADELAIDA Pero cómo I ¿ tan temprano V ya sentada en el piano ?

ANC, EL A Te esperaba.

ADELAIDA Y aqui estoy, Mil parabienes t#doy. Venir antes no he podido Y tan de prisa he salido Que hasta en la mesa olvidado Mi ridículo he dejado; Pero muy triste te veo: ¿ lias llorado ? EL ÁNGEL CAÍDO

AiNGKLA Sí.

ADELEIDA ¿ Porqué?

ANGELA Una lágrima, no sé De esperanza o do deseo.

ADELAIDA i Qué lindas flores ! ¿son de hoy ?

ANGELA No, de ayer.

ADULAIDA Viéndolo estov, ¿ Apuesto que has lagrimeado Porque se te ha deshojado Esa camelia? tendrás Mas de una laego

ANGELA Quizas.

ADELAIDA Eres mimosa al esceso. 294 EL ÁNGEL CAÍDO

ANGELA

Pero lagrimear por eso Seria estraña locura. Un recuerdo de amargura Casi siempre en este día Brota en la memoria mía.

ADELAIDA i Será amor ?.

ANGELA Bien puede ser, Mas no Jo siento nacer.

ADELAIDA Me engañas

ANGELA No, un pensamiento Vino à turbar mi contento; La pérdida de mi padre.

ADKLA IDA Te quedo una buena madre Que te adora,..,

ANGELA Muy bien dices. KL AIS fi EL CAÍDO 295

ADELAIDA Conozco pocas felices Como tú, ., .

ANGELA Pero no creas, Aunque risueña me veas Que dichosa siempre soy.

ADELAIDA Con asombro lo he visto hoy.

ANGELA Mi padre, si, en este dia Siempre regalos me hacía De muchísimo valor, Para mostrarme su amor, Y el mió acaso fué ingrato. ...

ADELAIDA Qué idea !

ANGELA Y ese retrato Me regaló que allí vés, Y murió poco despuos; Por eso yo triste estaba Y lloré > EL AMiEL CAÍDO

ADELAIDA Lo adivinaba. Mas te debe consolar Que Dios lo quiso llevar A su gloria

ANGELA

Sia embargo, Ese recuerdo es amargo.

ADELAJDA

¿ Y ä hacerme llorar á mí Me has hecho venir aquí ? Voy entonces á dejarte. Hoy es día de alegrarte Y ensanchar el corazón Con amena distracción. ¿ El cariño de tu padre No vive entero en tu madre? Querida, mimada, no eres ? No te buscan los placeres ? Fso te admiran en Jas salas ? Joyas, vestidos y galas En abundancia no tienes ? ¿ Qué mas dicha, qué mas bienes Apeteces ? KL ÁNGEL CAIUO 2t)7

ANGELA Esas cosas Que parecen tan hermosas Cuya posesión envidian, No me llenan, me fastidian. Sé bien que adulada soy Cuando à las tertulias voy O en público me presento, Y en torno mió allí siento Ese estimulante arrullo Tanlisongero al orgullo,

Pero entre esos ruiseñores De tan melifluos rumores Que se brindan al deseo,

Querida miat no veo Sincero y veraz amor, Sino halago seductor, Melosa galantería; Y aunque grata íes sonría. Si no me inspiran desprecio, Los tengo en muy poco precio, Porque no descubro alli, Ninguno digno de mi; Y después de haber gozado t'on espíritu agitado EL ANGEL CAÍDO Esos halagos del mundo, Siento un vacío profundo En el corazón clavado.

ADEtAIDA

Pero eso que te sucede Tan estrano, nacer puede De no amar, querida mia, Y quizá el amor de un hombre Digno de tí y de ese nombre Tu corazón llenaría.

ANGELA

Dichosa como tú fuera Si ese rubí descubriera,

ADELAIDA ; Y Pereyra el BrasHero ?

ANGELA

Es muy uno y caballero. Me regala, adula y mima Y Mama en mucho le estima; Pero á pesar de todo eso, Mi Adelaida, te confieso Que no le puedo querer. ML ÁNGEL CAÍDO 299

A DEL MOA Mas su constancia invencible Quizá acabe....

ANGELA Nó, imposible, Nunca podrá suceder.

ADELAIDA i Y don Ricardo el Inglés?

ÁNGELA Hombre de caudales es, Nada mas.

AM; LA U) A ¿Yel Alemán?

ÁNGELA Un comerciante galán Pero al fin es estranjero, Y yo Adelaida prefiero A mis paisanos en todo; Por su talento y su modo Por su natural viveza, Por cierto aire de nobleza Y de altivez orgullosa Que llevan en toda cosa. KL ÁNGEL € A 11)0

Dicen, es verdad, que son De voluble corazón, Inconstantes; pero asi Mas me complacen à mí. .,, ;

ADELAIDA Soy de la misma opinion. El Ingles hombre muy frió, Decir no sabe «amor mió» Ni otras lisonjeras cosas Que suenan tan armoniosas, Ni tampoco el alemán; Y al lado de una, se están Horas enteras pegados Sin una palabra hablar, Y si no es para brincar Parecen petrificados.

ÁNGELA Y no hay nada mas moîesto Que estarse mirando el gesto De un hombre tétrico y mudo, Que un monosílabo crudo Cada media hora te suelta, Y en vez de alagar tu oido, Te lo deja medio herido Con su palabra revuelta. EL ANGEL GAtDO

ADELAIDA i Y don Luis?

, ANGELA Tiene talento Es buen mozo y muy atento Y yo gustosa le escucho.

ADELAIDA ¿ Te quiere sin duda mucho ?

ANGELA Y tal vez yo le quisiese Si una condición tuviese.

ADELAIDA ¿Cuales?

ÁNGELA No te la diré. ADELAIDA Tan reservada, ¿ y por qué ?

ÁNGELA Capricho, secreto à voces, ,. .

ADELAIDA ¿ Y entre tanto que conoces Que de ti gustan, ninguno 302 EL ÁNGEL CAÍDO

ííay entonces que te inspire Amor y por quien suspire Tu corazón?

ÁNGELA Solo hay uno A quien pudiera querer,

ADELAIDA l Cual es ?

ÁNGELA Lo has de conocer,

ADELAIDA ¿ Te visita ?

ÁNGELA No.

ADELAIDA l Su nombre ?

ANGELA Es un joven, es un hombre. *. . Siempre curiosa has de sor

ADELAIDA V tu reserva me abrnma. EL ÁNGEL CAÍDO

ÁNGELA En ese albun de su pluma Hay un recuerdo que has visto.

ADELAIDA Sin su firma, y yo persisto En que me lo digas.

ÁNGELA NÓ; Después que lo sepa yó.

ADELAIDA [abriendo el album) El buen humor ya te sobra, Me alegro, y ¿hay alguna obra, Nueva en tu album ?

ÁNGELA Varias creo.

ADELAIDA Tiempo bace que no lo Yeo.

ÁNGELA Ese paisaje nuevo és De un marino y buen francés.

ADELAIDA ¿ No luciste de él la conquisto? EL ANGEL CAlItO

ÁNGELA Loca, nó.

ADELAIDA. Esta es una yista De Martin García.,. }

ÁNGELA Si, Otras hallarás ahí. Ese tulipán tan bello, De un polaco ele cabello Rubio que pasó de viaje; Proscripto era y personaje.

ADELAIDA Está \ivo ÁNO.ELA Esa figura De muger, también hechura Del mismo.

ADELAIDA Belleza rara I Es la espresion de tu cara.

ÁNGELA Y ese magnífico ramo EL ÁNGEL CAÍDO 305 De ceibal y de retamo - Pintado en el Paraná.

ADELAIDA I Que hermoso i

ÁNGELA Mejor está, Porque el trabajo y las flores De nuestro pais son primores.

ADELAIDA ¿ Y en verso ?

ÁNGELA flojea: de cama Voy àver si salió mama; Hallaras trovas muy bellas De un vate nuestro, y entre ellas Algunas que van al alma Y en agitación ó calma La sumergen; poesía Que brota viva y ardiente, Como el agua de una fuente, Toda llena de armonía. [Se va)

i¡* 306 Ëf, ANGEL CAÍDO

EL ALBUM

I.

ADELAIDA {M)

¿Qué quieres? un recuerdo? Los mios son como hojas Ya secas ó amarillas que lleva el huracán; Tú buscas siempre-vivas, las mias son congojas, Son flores que marchitas y sin color están.

Mi lira yá está muda, no tiene una armonía, No hay brisa que la arrulle con sonto vividor; Ni un canto de esperanza ni un eco de alegria, Sus fibrasatesora n para inspirar mi amor,

II. La tierra es paraíso Para las almas puras Que en la alba de la vida Ha unido el santo amor; Benditas por el cielo Sin fatigarse marchan, Bebiendo la una en la otra Espíritu y vigor.

El ángel del consuelo De su camino aleja EL ÁNGEL CAÍDO 307 Las cuitas que acechando La dicha suya estén; Su aspiración es una, Y el fruto que las brinda Para nutrirse, ese àngel, Fruto es de amor y bien.

Predestinadas almas, No sienten el hastio Ni el triste desamparo De las que solas van; La copa de la dicha No se agota en su labio. Ni sienten los tormentos Del solitario afán.

ÍÏI.

Huérfanos de la Patria, proscriptos caminamos Sin saber si mañana la luz veremos de hoy, Si hallaremos almohada do reclinar la frente, O si del Plata oiremos el mágico rumor.

Felices si encontramos en Ta penosa marcha Quien nos haga una ofrenda de amistad ó de amor. Quien cambie con nosotros simpática mirada O nos dé al despedirnos un generoso adiós. 308 EL ANC EL CAÍDO

Dichosa tuque vuelves a respirar la vida Del aura embalsamada que tu cuna arrulló, Y llevas para alivio de congojosas "horas Tesoros de recuerdos como el que yo te doy,

ÏV.

Recuerdos de lindas flores Placen mucho al corazón, Y cuelen calmar dolores Cuando do puros amores Recuerdos floridosson .

V.

Ramo gentil de flores primorosas Tienes oh bella ! reunido aquí; Son ofrendas del alma misteriosas Consagradas à ti. Consérvalas como fos sueños de oro Que encantaron tu efímera niñez, Porque solo en la vida ese tesoro Se recoge una vez. Nacen después los mustios desengaños Donde sembraba la ilusión falaz, Y al tronco carcomido por los años Quedan esos recuerdos nada mas. KL ÁNGEL CAÍDO 301.1

VI.

El viento de la pampa cruzando velozmente Tiene para el proscripto magnético poder, Que perfumado llega con el aliento puro Del beso que á )a patria diera al pasar ayer. Envíale recuerdos si quieres oirsu canto, Simpáticas memorias de lo que fué su amor; Envíale esperanzas en alas del Pampero O acentos que le inspireu algo consolador.

El cisne alegre canta à orillas de su lago Donde bañarse puede nadando en libertad, Canta cuando lo arrulla la brigade los campos Do vuela à su capricho desde la tierna edad. Pero ah I del pobre cisne, si de su hermoso lago A la estrangera playa lo lleva el huracán; El canto melodioso se ahoga en su garganta, No encuentra ní gemidos para espresar su afán.

Los ecos de una lira en horas de tristeza Te hablaron un idioma querido al corazón, Y en la memoria tuya resuena todavía Con hechicero halago su tierna vibración. I Silencio l ya se han roto las cuerdas de esa lira, En torno de ella suena murmullo aterrador: ;^0 EL ÁNCEL IIÀIDO

I Silencio ! yá está muda, no tiene una armonía, Ni acentos de esperanzas ni cantigas de amor.

Recuerdos de la patria, venid, venid veloces, En alas del Pampero á refrescar mi sien; Yenid, traedme esperanzas, un hálito de vida, De amor y gloria ensueños, ia inspiración del bien.

H O JÀS S U E LTA S

I.

Te vi una noche, oh bella 1 Y no puedo olvidarte; No sé si adversa estrella Me llevó junto à ti; Bendita ella sería Si la memoria tuya Grato recuerdo un di M Me consagrase á mi EL ÁNO.EL CAÍDO Quizá ei tuyo latiera Como mi pecho ardiente Si decirte pudiera Lo que siento por tí; Quizá la lengua mia Para hechizarte i oh bella i Tuviese una armonía Que en otro mundo oí.

Mi corazón, en tanto, Guarda el secreto puro Como tributo santo Solo debido á tí. Dichoso si mi estrella Quiere que al fin eselame; Bendita noche aquella En que su rostro vi.

11.

Unos versos me has pedido Y yo darte no quisiera Un papel embellecido Con fugaz inspiración; Sino vivo, palpitante con su amor y sus pasiones KL ANGEL CA MO

Y sus locas ambiciones Mi agitado corazón. Tç daria toda el alma Si amar como yo supieras, Si tu corazón abrieras Al reclamo de mi voz, Te daria yo un tesoro De inestinguible ternura, Un bien mas alto que el oro Que me concediera Dios.

Te daria lo que nunca Podrá darte ningún hombre En mis cantos un renombre Que otras codicien quizá; Y palabras te diria Que no oirás de labio alguno: Si me amases te amaria Como nadie te amará.

Abre» pues, el pecho tuyo A mi voz que es Se consuelo, Ábrelo y verás el cielo Y sabrás lo que es vivir; Y escucharas armonías Que te embole*-en el alma, EL ÁNGEL CAIDO 3 i 3 Y probarás alegrías Que hoy no puedes concebir.

III.

De blanco tul vestida, Puro aroma exhalando Y espíritu de vida, En el baílela vi; Y al bañarme en su ambiente Purificada el alma, Tranquilo el pecho ardiente Como nunca sentí«

No sé si ángel seria De esos á quien ilusa Binde la fantasía De amor culto ideal; O si para dejarme Deslumhrado y confuso Solo ante mi la puso Un destino fatal.

Dichoso quien pudiera Gozarse en la mirada Divina, inmaculada Do aquel ángel de amor 1 3H EL ANGEL CAÍDO Quien en la lumbre pura De su negra pupila Beber logre ventura, Inefable candor) Por un halago tierno De suliecïucero labio, Mi alma á tormento eterno Daria sin temor. Y trocaría ufano Por la sonrisa suya, Glorias del mundo vano. Caricias de otro amor.

IV.

Sentir, amar, mirarte estático de gozo Tan solo sé, ángel mió, cuando á tu lado estoy Cautivo permanece mi espíritu del tuyo, Dichoso como nadie cuando te escucho soy.

No sé qué lumbre brota de tu pupila negra, No sé que magia tienes para hechizarme asi; No sé por qué á tu vista mi corazón se alegra Y en sentimiento puro rebosa junto á tí.

Quisiera ser el Angel de los deliquios tiernos Para inspirarte imágenes purísimas de amor, EL ÁNGEL CAÍDO 345 Para alejar de tu alma presentimientos tristes Y hablarte à todas horas de dicha sin dolor.

Quisiera ser el aura nocturna del estío Para vagar serena en rededor de tí, Y regalarte aromas, y refrescar tu frente Besando con mi aliento tus labios de rubi.

Quisiera ser la lumbre que tu pupila baña, Para tener en ella mi permanente hogar; Quisiera ser el aire vital que tú respiras Para en tu pecho y venas incorporado estar.

Pero ah I no soy el ángel ni el aura ni la lumbre Ni la mundana pompa me pertenece á mí; Mas tengo de ternura raudal inagotable, Tesoro de armonías guardado para tí.

ANGELA [Entrando De vuelta estoy 316 EL ÁNGEL CAÍDO

ADELAIDA l Y tu mama Como va t

ANGELÍ Sale de cama. Dice que eso es regalarse; Y alas once levantarse Suele ? y tu me habrás hojeado Todo el album y dejado Las tarjetillas revueltas ?

ADELAIDA

Eñ leer estas hojas sueltas Tan lindas me he entretenido,

ÁNGELA

Verlas tú sola has podido, Y mama.

ADELAIDA

Yo hubiera dado Por haberlas inspirado

ANGELA Qué, Adelaida? el corazón? EL ANGEh CA I »O

ADELAIDA Tienen tan bella espresion, Tanto calor y ternura 1 ¿Quien las hizo?

ÁNGELA No procura Lo conozcan y por esto Su nombre el autor no ha puesto; Aunque de gusto contrario Sus zonceras en el Diario Otros al punto publican; Y por cartel notifican A su dama, á todo el mundo Su amor ardiente y profundo.

ADELAIDA Pero tu eres muy feliz. Me has de decir al instante De quien son.

ÁNGELA Son de un tunante Joven llamado don Luis.

ADELAIDA Me sorprende; no sabia Que esa habilidad tenia. Hi8 KL ÁNGEL CAÍDO

t Cuidado no te lo roben 1 Siempre me gustó ese joven, Hoy mucho mas.

ÁNGELA La advertencia Me agrada, y sin mi licencia No vayas de él a prendarte De tal modo, que sin parte Al fin, ladrona me dejes.

ADELAIDA Bromista i el hilo bien tejes. IY veremos luego à Julia ?

ÁNGELA Esta noche.

ADELAIDA ¿Habrá tertulia?

ANGELA De amigos tan solamente. Algo indispuesta se siente, Hace algun tiempo mamá; Pero tu Enrique vendrá: Le mandaremos recado uuego á la dos con el criado. ¿ Quieres ? EL ANGEL CAÍDO :Vi9

ADELAIDA No quiero otra cosa; En el cielo estoy.

ÁNGELA Dichosa Me gusta verte á su lado.

(Una criada entrando con una caja en la mano. Esto, un criado, Señorita, A usted dejó.

ADELAIDA {tomándola} ¡ Qué mónita Caja !

ÁNGELA i Hermosa I ¿Qué traerá ?

ADELAIDA A venirte empiezan ya Los regalos; abre pues.

ÁNGELA Adivina de quién es. í, No te dijo nada el criado ? EL ÁNÍJEL CAÍDO

LA CRIADA Me la entregó sin recado.

ANGELA ¿ Quó podrá ser ?

ADELAIDA Una cosa,

ÁNGELA (abriendo) Dos camelias—una rosa Y otra blanca.

ADELAIDA

Para mí una.

ÁNGELA

A cual mas bella.

ADELAIDA

Ninguna Jamas he Yisto como esas: Son camelias de princesas.

ÁNGELA La rosada para tí, Y la blanca para mí. EL ÁNGEL CAÍDO ;ï

Hay à mas una tarjeta Àqui.

ADELAIDA

À vor ?

AKGELA

Dicha complotn. Melo dijo el corazón.

AELAIDA ¿Qué alegria, qué emoción Te salta al rostro J ¿ Es el nombre Misterioso de aquel hombre üe que hablamos ?

ANGELA {dándosela)

Mira, si. A i) t: LA IDA [ley endo^ «Sempreei mismo» dice aquí, Nada mas.

ÁNGELA Habrá omitido (Juizáei nombre por olvido, O no será para mí. 322 Et ÁN G KL CAIDO A la criada ¿Todavía aquí, curiosa? Yete ya, y si alguua cosa Para mí luego trajeren O hablar conmigo quisieren, Se lo entregarán á Mama, Diciendo estoy en la cama; Que ya me voy à vestir Porque à las doce á venir Visitas empezaran.

ÄßELA IDA Pero ¿ quién es el galán ?

ANGELA Tú le conoces,

A DELA lit A Tal vez. .. . Dime su nombre

Después Te lo diré: ¿qué vestido Me pondré hoy V

ADELAIDA El mas lucido Y el que te siente mejor. EL ÁNGEL CAÍDO MO

ÁNGELA

Tú escojeràs e\ color, Abundancia aqui tenemos; Y vistiéndome hablaremos Del hombre ese y de tu amor.

Veinte años cuenta ya, mucho ha vivido Si gozar es vivir y el pensamiento En mundanal placer embebecido Mantener siempre el ánimoy coutento. Si lo es dormir escento de cuidado? Y al despertar del lecho perfumado Dar estímulos gratos al deseo Con recuerdos del baile ó del paseo; Si lo es pasar en vanas alegrías Las horas fujitivas y serenas Y con ansia esperar las que tardías Vendrán también de dulcedumbre llenas.

Mucho*ha vivido sin sufrir la bella Mimada por el mundo y la fortuna. Que han concentrado al parecer en ella Su mirada de amor como en ninguna. Su corazón, empero, no ha nutrido ;iái EL ÁNGEL fl.\I DO Pasión vivaz alguna, aunque ha sentido Impresiones fugaces y probado, En su amor juvenil alucinado, Cuanta lisonja frivola ó acento Contribuye á estragar el sentimiento. Cuanto halago de amor ó dulce arrullo Puede cebar el femenino orgullo.

Como reina acatada por vasallos Sin dignidad alguna, ella lacayos Solo ha podido ver, á quienes debe Cuando mas de cariño osprosion leve O de agrado una efímera sonrisa; O entre el amor de tantos indecisa Se gozó en divagar cual mariposa Yotuble, antojadiza y caprichosa; O la lección fatal de sus quince años Mató la fé de su alma, y los engaños Llegó á temer del hombre y la falsía; O quizá de don Juan la profecía Lanzaba en su conciencia eco de alerta; O en la escuela del tiempo aleccionada Su razón femenina mas esperta Pudo echar soWe eí mundo una mirada.

Avezada entre tanto á su bullicio Que deslumhra el espíritu y lo ofusca, EL A ISO KL CAÍDO 32í>

Como quien cede al aguijón del vicio. Ella el mundo apetece, ella lo busca; Porque la admira, adula y lisonjea Dando á su corazón lo que desea, ¿ Qué le importan hablillas que ella ignora, Ni calumnias audaces de la envidia, Si se lleva entre tantas vencedora De la belleza el lauro en fácil lidia; Si reina sin rival, en torno suyo Vé humillado de todas el orgullo ?

Sin embargo, hay momentos en que su alma Reconcentrada en sí, siente un vacío, En que probando solitaria calma Columbra de su error el desvarío; En que apetece un bien que no ha gozado Mas sólido y real, y en que quisiera Tristísimos recuerdos del pasado Borrar de su memoria si pudiera.

Poro pasa todo eso por/ su mente Como rayo de luz rápidamente, Y aunque suspira, se entristece ó llora Vuelve a pisar la senda encantadora Donde feliz se deslizó su vida. V abí está ;. no la veis ? toda embebida 3âf> KL ANfiEL CA IDO

En realzar su gracia y hermosura Con galas rozagantes de frescura, Húmeda la pupila todavía; En cada cinta Q flor de su tocado Ingeniosa y fugaz coqueteria Se trasluce y un gusto refinado; Todo, armónico, bello y espresivo, Y parece haber puesto en cada cosa Un talisman oculto aquella hermosa.

Y voluble la charla, en tanto riendo, Entre las dos amigas va siguiendo.

ÁMELA Tengo alegre el corazón, Y este dia fué primero Para mi de mal agüero.

ADELAIDA \ una reconciliación Tal vez eso contribuya.

ANGULA Te has salido con la tuya.... Viene mama... .

\I>KL WI>A Ilion te aliñas. EL ÀNGEL CAÏ1)0 327

A NC. EL A Todo säbes.

LA MAMA, [entrando) Pero, ninas, l Que están solas aquí haciendo ï

ÁNGELA Mama, si me estoy vistiendo.

LA MAMA i Todavía ! y hace una hora, Que empezaste !

ANGELA No, señora, Kecieti la obra he comenzado. Primero hemos conversado, Y Adelaida, ya usted sabe, Tiene una lengua muy suave. .. .

-V DE LAIDA Y la tuya es un panal,

MAMA No lo hace, cierto, muy mal, Acompañada Angeliia. ÉL ÁNGEL CAÍDO

A MÍE LA A ver, mama, ¿estoy bonita*? El vestido me he estrenado He muselina bordado.

MAMA Te va muy bien.

ADELAIDA Es muy rico.

ÁNGELA Me aprieta algo,

MAMA ün poco chico Me parece de la espalda E^os pligues de la falda Tienen gracia,—está bien hecho, La bata se ajusta al pecho, Hábil es la modista esa,

A1H LA IDA ¿Doña Julia la Francesa ?

ANGELA Si. MAMA f!so cinlurnn rosado. .. . KL ÁNGEL CAÍDO 329

ANGELA Ñuevito es

MAMA Parece ajado.

ADELAIDA El azul mejor estaba.

ÁNGELA Me lo pondré.

MAMA Algo estrañaba En ti hoy..< -

ANGELA ¡Ah ! sí, los rizos: Los cabellos asi lisos, Ondean do graciosa mente, Dan nías relieve á la frente.

MAMA Es cierto.

ADELAIDA Aunque para mi rodo bien te sienta á ti. 330 KL ANGEL CAÍDO

ANGELA Pero no mejor que ä vos,

ADELAIDA Nos parecemos las dos. Entonces= .. .

MAMA Como dos guindas Se parecen en lo lindas, En lo frescas y vistosas.

ANGELA Y ¿ me han traído algunas cosas ?

MAMA Varios ramos y tarjetas...,

ÁNGELA ¿ Son lindas ? ¿ tienen violetas, Jazmines?....

ADELAIDA i Cuantas preguntas Tudas revueltas y juntas !

MAMA Te han traillo dos pajaritos Me Portugal, muy bonitos. KL A¡NfiKL CAIIH>

ÁNGELA ï Qué dicha ! yo quiero verlos, Sobre mi falda tenerlos, .. . ¿ Cómo son ? i blancos quizás ?—* Haga á Petrona traerlos.

MANA Luego, niña, los verás.

ANOKLA V <\á quien, mama, ha convidado ?

MAMA À don Luis tu enamorado, Al Español don Joaquin. .. .

i X qué, mama, ese arlequín Que solo sabe piruetas, Hablar de sí y sus pesetas, Monosílabos decir Y dar ganas de reir l'on su cara de saínete"?

\ csuti hombres de copete Por su dinero, es preciso Mandarles siempre el aviso: L>e no se enojan* KL AjVßFL CA 100

ANGELA Mejor.

•MAMA î Un rico siempre hace honor....

ÁNGELA ¿ Qué me importa su dinero Si es un simplón majadero ?

MAMA iNiña ! ÁNGELA ¿Dá algo de lo suyo?

M A M A Pero puede (lar. . . ÁNGELA Orgullo ! Vale mas un pobre ton De talento y discreción, Que cien de esos ricachones, 'Fundidos en patacones, Sin alma ni corazón.

MAMA Estás hoy muy habladora, ' Angela, y yerras. .. . EL ÁNGEL OAI DO

UNA ciuADA {entrando} ¡ Señora ! Abi eslau dos caballeros.

MAMA i Quién ?

CRIADA Parecen estrangeros.

ÁNGELA i No te dijeron sus nombres ?

C1U ADA Si creo, pero á esos hombres Nunca los puedo entender. ! MAMA á la criada) Oue á la sala entren, mnger. Niñas, vamos. .. .

ÁNGELA Mi tocado Todavía no he acabado.

ADELAIDA Yá luego listo á quedar.

ÁNGELA Voy a usted, mama. EL Á\fiEL 0 Ainu

MAMA [yéndose) Esperar No se hagan mucho ï cuidado !

ÁNGELA Que esperen, no me interesa Una visita como esa, Balbutir ú oir francés, O españolizado Ingles Que apenas tú y yo entendemos, Por largo rato tendremos; i Si fuera Italiano!

ADELAIDA [dándole el aban ico ) Toma !

ÁNGELA

Ese es musical idioma.

ADELAIDA Sin verte al fin no se irán; Bueno es que no se empalaguen

O que al mimos asi paguen Las instadas quo nos dan. EL ÁTVfíEL CAÍDO Media hora toda via se entretuvo De la mama recados desoyendo, Quien media hora por si también sostuvo Aquel puesto de honor à lo que entiendo, Conversando de asunto que es probable No fuera á las visitas agradable. Doña Ana en tanto demasiado hacía Por ser grata á individuos tan estraños Que hablaban ainglesada algaravia, Disparates y equívocos tamaños, Trabucando el sentido de las voces, Del modo, lector mió, que conoces Hacerlo puede el que de paso toma Una que otra palabra de un idioma, Y se va repitiendo como el grillo Por mangas ó por faldas su estribillo. Pero lo duro que en el caso habia Es que ella a veces esplicar debía La palabra ó la frase á esos señores Curiosos por demás 6 indagadores, Trabajo que amenudo echan sobre ella? De puro complacientes nuestras bellas: Pero de esto á pesar, aunque aburridos Como doña Ana estaban, decididos, Firmes en el sofá se mantuvieron, Hasta que entrambas niñas en la sala EL ANfiEL (AïL)O Con la risa en el labio aparecieron, De su belleza y lujo haciendo gala.

Y allí los dejaremos, lector mió. Porque en asunto tal me quedo frió, Sacando con su gracia encantadora Del apurado lance á la señora, Que sentada en su silla no atinaba A decir un vocablo y trasudaba. No es de dudar que la presencia suya A reanimar al punto contribuya La lengua y buen humor de las visitas, Que doña Ana se huelgue, y que charland Se diviertan también las señoritas Sastifechos al fin todos quedando* Pasó amable, jovial cual convenia, Regalos y visitas recibiendo, Parabienes sin fin lo mas del dia. La noche tertulianos fué trayendo Y entró con elfos aï saïon la holganza * ... Donde sonrió simpática la danza. No contare menudos pormenores Que ni poesía ni interés ofrecen, Pues no debe ocultarse á los lectores Que todas las tertulias se parecen; ÈL ÁNGEL CAÍDO

3 Diré solo que allí con su nobleza Reinó tranquila la, jovial franqueza, La elegancia y buen tono mas perfecto, Porque el concurso todo eréi selecto1 Sin ser como eu Los bailes numeroso, Murmurador j variado y bullicioso; Y aquel que pasatiempo apetecia Lo edconlftbä outifüuy büeM compañía. Allí la seducción vMbteiíjQfei?p; De su lengua de Yíbòra el beehizo, Ni su diente mostró ó^fanM#raf La calumnia ó la envidia roedora, Aunque ptóo Muy bien del mosquetero2 Acechando morder como acostumbra, Ella que siempre con mirar certero Del prójimo íás maculas columbra. Cantó Angela COK talla que *íli estaba Un duo del Ótelo de Rosiñi, Porque en el tiempo aquel aun no remaba El tierno y melancólico Bellini. Y del Cisne de Pesaro se oia Solamente en el Plata la armonía. Los aplausos llovieron y era justo Porque Angela tenia à mas de gusto Meliflua voz é irresistible encanto En la espresion del rostro y de su canto: 338 ÊL ÁNGEL €AIDO Parecía al que atento la observaba Que apasionada y tierna ella exhalaba, Por sus labios de purpura encendidos, Toda el alma en armónicos sonidos.

Luego entonar^ à instancias de doua Ana, Con emoción estática la oyeron La canción que cantó por la m a uaná Cuando tristes memorias la aflijieroa. Mucho k todos gustó, y corno nueva era Pidieron à una voz la repitiera: Angela complaciente repitióla. —¿Quién compuso esa música tan bella? Preguntó entonces no se quien. —Esnaola, Un elegante contestó por efia. —Su estilo es, bien se vé; solo èí podia Cosa tan buena hacer. —La poesía Es muy linda también y del poeta El pensamiento el músico interpreta, Traduce con lenguage peregrino. -Son dos musas gemelas que suspiran Porque en su Patria huérfanas se miran. ¿De quién los versos son? —De un Argentino» ÉL ÀNGEL CAÍDO ÍÍJí) No sé si el nombre suyo pronunciaron, Porque á bailar cuadrillas empezaron; Mas se puede saber por conjetura, Porque en el tiempo aquel se me asegura (Sin duda del actual muy diferente En que casi nos hace diariamente Revelación de un vate la Gaceta) Lo que mucho celebro—solo había Un músico en el Plata y un poeta, El que probablemente aceptaría La honra y lucro de tal, porque quisieron Dársela los que à tantos se la dieron; ,.- Sin que por esto en su conciencia el hombre, Gomo en voz alta aveces lo dijera, Se juzgase acreeàor à ese renombre, Galardón del ingenio que supera.

Ángela en tanto cpie Se nuevo lidia Con no sé que fatal presentimiento A Enrique y Adelaida con envidia Parecía mirar: un sentimiento A entrambos los domina, los absorve, De él solamente inspiración reciben, En él para ellos sé concreta el Orbe, Uno en el otro por su influencia viven. Nació temprano en ellos y se amaron, no EL ÁNGEL CAÍDO Y sus almas en todo armonizaron Gomo eólicas harpas cuando el viento Las arrulla amoroso con su aliento. Del hogar Adelaida en el retiro Creciendo en juventud, mundano ambiente No la embriagara, y el primer suspiro De su alma inmaculada, el mas ardiente, Para su Enrique fue y por él naciera Cuanto después su corazón sintiera. Las frivolas lisonjas no atizaron En ella nunca vanidad ú orgullo, Ni amoríos fugaces desfloraron El candor y la fé del pecho suyo; Que de pureza virginal henchido Solo sabe latir por su querido, Debian ser esposos y se amaban Con pasión virginal y cada dia Conociéndose mas, mas estrechaban El vínculo de amor que los unia.

Asi Angela esa dicha inalterable, Ese amor de dos almas inefable Envidiaba tal vez; ella que al mundo Aleccionada mal, inadvertida, El corazón ardiente y vagabundo, Dio frivola cinco años de su vida, KL ÁNGEL CATDÔ 341 Y siendo por el mundo tan mimada Con un amor igual nunca fué amada.

Felices ambas en edad crecieron Con cariño de hermanas se quisieron-. Pero a una y otra la llevó, la suerte; Por diverso camino hasta la muerte, Angela.no es feliz, aunque lo pudo Aunque parece serlo, y un vacio Lleva en el corazón y harto à menudo Columbra el porvenir algo sombrío. Adelaida se acerca al puerto manso De la terrena dicha y del descanso, Sin que recuerdo triste é importuno La asalte en horas de placer exentas, Sin el pesar de desengaño alguno Ni agitaciones vagas, ni tormentas.

SÉPTIMA PARTE

Una noche

Era una noche de verano; pura La brisa de la Pampa derramaba Sobre el Plata aromática frescura; La luna melancólica brillaba En la bóveda azul y transparente Barnizando la tierra suavemente Con blanquísima luz; vaga armonía Brotar de la natura parecía; Murmullos vividores ó latidos Con que habla, aun soñolienta, álos sentidos, De Dios, su omnipotencia, su grandeza, De la sublime y perennal beileza. Arriba lo infinito con sus mundos EL ÁNfíEL CAÍDO

Raptos divinos inspirando á el alma; Abajo sombra y luz, y vagabundos Ecos melifluos y silencio y calma.

Era una noche de esas que en el Plata, Para hacernos la vida un poco grata Parece derramar la Providencia Como una bendición; en la natura La vida rebosando, como esencia Entonces divinal, se esparce pura, En el aire se bebe, se incorpora En la sangre y la enciende y reanima, Y potencia vital, chispa creadora Al pensamiento infunde y lo sublima. Entonces el poeta vé visiones Colosales del cielo en las regiones, Oye su voz armónica, percibe El ruido de sus âlas y concibe, De la creación misterios y del hombre Que en la lengua mortal no tienen nombre. Enfonce en Ja natura incorporado Parece uno existir formando un todo, Y ella en uno vivir, y transformado En espíritu eterno el mortal lodo. Entonces se mitigan las angustias, Toman vigor las esperanzas mustias EL ÁNGEL CAÍDO 3'tO Del triste corazón; de los que se aman Los afectos simpáticos se inflaman Del pecho rebalsando y se confunden, Y en uno solo y eternal se funden. I Quién entonces si tuvo la fortuna De contemplar los cíelos y la luna De su querida al lado, no ha sentido Deleite sin igual, indefinido; Y Jo frágil del ser como abrumado Con emoción tan viva, no ha deseado Eternizar instantes como aquellos, Del inefable bien vagos destellos, Que asoman en la noche de la vida Su nada à revelarnos escondida ? Tiene entonces la voz de los amantes Tan eficaz poder, tanta dulzura, Que parece inspirarle por instantes Su irresistible magia la natura.

Y en una noche de esas que no alcanza La pluma à bosquejar, vivo traslado Del Eden prometido á la esperanza; En un patío espacioso y enlosado Con baldozas de mármol de Carrara Blancas y azules, de tersura rara, Sentados en magníficos sillones, 3í6 EL ÀNÍÏEL CÂI DO Bajo verdes, floridospabellone s De jazmin y de lianas y de rosas Cuyas ramas subi an muy frondosas, En fondo oscuro resaltando puras Se columbran dos jóvenes figuras. La una rasgos bellísimos ofrece De aspecto varonil,—la otra parece Con su vestido blanco una Silfida De la region del aire allí venida A recrearse un momento entre las llores. En silencio se están,—quizá rumores De los silfos volubles escuchando O la luna y el cielo contemplando, Quizá ebrios de aromas de jazmines O de inefable amor cual Serafines.

¿ Quién, al verlos alii; adivinarla Lo que entonces por su alma pasaría ? Lo que imaginan, sienten ó perciben En el mundo ideal do acaso viven ? Ello es que interrumpieron de repente Su silencio tranquilo y elocuente.

ELLA

1 Que bella noche ! embriaguez Trae al alma y un encanto Indecible. EI ANGEL CAÍDO

EL Muy bella es Sin duda, pero á mi tanto No me impresiona tal vez.

ELLA Lo estraño,

EL Zeloso soy, Y ya, ángel mio^ lo estoy De ese cielo, de esa luna Que el poder y la fortuna De encantarte tienen hoy.

Zeloso estoy de las flores Que te regalan olores, De esos melifluos sonidos Que te hechizan lo oidos Como ecos de ruiseñores,

Zeloso estoy de la brisa Que refrigera tu frente, Que se baña en tu sonrisa Y la faz tan dulcemente Te besa como indecisa. 348 EL ANG1ÏL CAÍDO

Zeloso está de todo eso, Angel mió, lo confieso. Mi corazón anhelante, Y de cuanto un solo instante Puede causarte embeleso.

Porque mi amor no quisiera Que nada te distragera Guando te estoy adorando. Cuando dicha tan entera Estoy contigo gozando.

No quisiera que hechizadas Me llevase tus miradas Esta noche con su cielo, Ni que burlase mi anhelo Con sus brisas perfumadas.

ELLA Las del labio tuyo son Mas dulces al corazón Que las de esta noche, y creo Que tu zeloso deseo De amor es inspiración.

EL Dudarlo, Anjeta, no debes. Las dichas suelen ser breves EL ANAËL CAÍDO 34Ü

Gomo durables las penas, Y para irse alas muy leves Tienen las horas serenas.

Por eso hoy que yo a tu lado Como nunca afortunado Gozo una dicha inefable. Quisiera hacerla durable, Eternal si fuera dado.

Por eso hoy que poderoso Me domina un sentimiento, Angela mia, zeloso Hasta del aire me siento Que te halaga cariñoso.

Y quisiera en armonía Tu voluntad y la mia Ver asi en noche tan bella, Y saber que en ambos ella Un sentimiento movia.

Porque rebosando en mi Un amor siento por ti Tan impetuoso y tan tierno, Que en la esfera de lo eterno Caber puede apenas, si. EL ANGEL íTAÍDO

ELLA ¿Y qué dirás si te digo Que esta noche me parece Tan bella, porque contigo Disfrutarla me acontece ?

EL Te diré cjue la bendigo.

ELLA i Y.quo su cielo admirando Y el aroma respirando De su brisa, en un amor Puro y de eterna! verdor También estaba pensando*?

EL Te diré que reverencio Esta noche que à una voz, Gomo mandado por Dios Con su elocuente silenció Nos inspiraba á los dos.

Al fin, Angela, has podido Comprender mi corazón: O mas bien he conseguido KL ÁNGEL CAÍDO 351

Lo mas tierno y escondido Mostrarte de mi pasión.

Mi amor es como la fuente De inagotable corriente; Es masjjuro que esta brisa Perfumada que desliza Sus alas sobre tu frente.

Mi amor es grande, infinito Como este azulado espacio Con sus mundos de topacio Donde Dios ha circunscrito Su magnifico palacio. ¿ Lo concibes ?

ELLA Lo concibo

EL ¿Lo sientes?

ELLA De él capaz soy,

EL Si compasión ya te doy, Si eres ángel afectivo EL ANOEC CAÍDO

Sácame de dudas hoy, ¿Lo quieres ?

ELLA

Te lo diré.

Ahora no, Angela, ¿ por qué ? ELLA Difícil és.

ËL Me asesinas. I No es el amor que imaginas, El que ideado por ti fué?

ELLA Sí, pero dudosa estoy.

EL ¿ Qué dudas has concebido ? ¿ Callas ? sé que pobre soy, Pero dos años te pido Para ser mas rico que hoy.

Para darte con mi mano, Con mi amor siempre lozano, Cuanto á tu capricho sea ÉL ANGEL CAÍDO 353 Mas grato, cuanto á lo Yäno, Del orgullo lisonjea,

ELLA Te engañas; no es la riqueza Lo que busco.

EL l Acaso nombre ? Pondré sobre tu cabeza, Rozagante de belleza, Una corona que asombre.

Te la haré de poesia, Y en cada acento profundo De mi alma, en cada armonía Se entenderá por el mundo Tu nombre y la pasión mia.

Y en el Piala á tu hermosura Daré la consagración Del canto sublime y puro, Y á Dios en ti adoración Como su perfecta hechura.

Seràs el cielo que mire, El benigno ángel que implore, El aliento que respire, EL ÁNGEL CAÍDO La divinidad que adorej El serafín que me inspire.

ELLA Tu amor, Luis, me bastaría.

EL Feliz soy.

ELLA Lo apetecía. UNA CRIADA (entrando) A usted la señora llama: Se ha enfermado.

ELLA í Pobre mama î

EL i Corta es la ventura mia !

Se despidió don Luis, llevando el alma Sumida en pavorosa incertidumbre: i Conquistó al fin la lisonjera palma Oes fugaz, aparente esa vislumbre De amor que ha percibido ?1 Habrá ella puesto Su corazón en hombre mas dichoso EL ANGEL CAÍ IX) $$S Y vacilante asomará por esto El decir en su labio cauteloso ? l Por qué no se esplicó ? ¿ por qué sus eludas Si las tuvo, para él quedaron mudas ? Pronunció, sin embargo, una palabra Toda llena de miel y de armonía

Que al recordarla el corazón le labra f Ella dijo; «tu amor me Bastaría.» Pero mafdice la fatal estrella Que le impidió sondar, buscar en ella La solución de duda misteriosa Que en sí envoi via esa palabra hermosa. Quizá el justo reproche de la mama (Pues todo forja à su querer el que ama] Pudo temer sin compromiso alguno Contraía con él si pedirla antes Consejo y parecer; y este oportuno Pensamiento sus ansias delirantes Calmando, aliento á su esperanza daba; Porque mucho doña Ana !e quería O à lo menos asi lo aparentaba. Ello es que su fogosa fantasia, Despues de dudas mil y reflecciones, Quedó embebida en gratas ilusiones, Y casi no durmió la noche aquella Cavilando sin fin, pensando en ella. EL ÁNí;EL CAÍDO Angelita al llamado tie la mama Acudiendo, entre tanto, conmovida, Como no lo esperaba, la halló en cama Mas enferma que nunca y abatida. Su mal qué atribuyeron los doctores A achaques de la edad, justos temores, Que nunca à la hija manifiestos hizo, Empezaba à inspiraria: la tristeza, De esquivo trato y de color pajizo, Deslustrando su lánguida belleza, Se mostraba en su rostro tiempo hacía, Y su tétrica sombra difundía . Por el hogar aquel, dos años antes Teatro de regocijos tan brillantes; Pero atribuíase con fundamento A la mala salud de la señora. Ese triste y oscuro retraimiento Que en sus umbrales se encontraba ahora.

Obraba á solas, sin embargo, en ella Otra causa infeliz á mas de aquella. Sus bienes que eran de valor crecido Cuando perdió á su próbido marido, Poco à poco se habian disipado En lujo y fausto inútil: à un quebrado Le tocó rica parte, y con presteza EL ANGEL CAÍDO 357 Entraba en sus umbrales la pobreza: El porvenir para ella era aterrante. ¿ Cómo el rango ante el mundo en adelante, Las necias sanidades del decoro Sostener sin los títulos del oro ? ¿ Cómo lucir en bailes y paseos Ni conquistar miradas ni trofeos ? ¿ Cómo su orgullo resignarse ahora A vivir pobremente y recatado, Después de haber con marcha triunfadora €orrido entre placeres regalado ? I Cómo sufrir del mundo el menosprecio Después desús lisonjas y su aprecio? ¿ Qué porvenir á su Angela la espera, Acostumbrada mal, joven, soltera? Sobre todo esta idea que envolvía Otras mil de colores macilentos, Su coraron mortificar debia. Su corazón de madre, y pensamientos Bien tristes la sujiere: asi llorosa, Solitaria las horas se pasaba, Y á veces su indolencia criminosa, Su disipada vida se increpaba: Pero ocultando á su Angela querida De sus acerbos males esta herida, Solo escapaba en su congoja mustia, 358 EL ¿NfißL CAÍDO Derramando de lágrimas reguero, Esta espresion de cariñosa angustia: « ¡ Que será de mi hijita si yo muero ! »

Y era cierto, porque ella acostumbrada Desde niña á una vida regalada, AI lujo y ä los frivolos placeres, (Escuela que se da á nuestras mugeres) A malgastar en chiches el dinero Sin saber adquirirlo ni guardarlo, Ni pensar si en el tiempo venidero Podria alguna vez necesitarlo. Compasión merecía: à su pobreza El tesoro fugaz de la belleza Le quedaba no mas que hubiera sido Sin duda de quilate muy.subido, Si puro de ella y virginal latiera El corazón que Dios la concediera. Pero estragado el sentimiento suyo, Sin la fé ni el candor de los quince años, Cebado en vicios de mundano orgullo, Lleno de prematuros desengaños; Viciado ya por el mortal aliento Que en la conciencia virginal contagia La semilla moral del sentimiento, Perdido habia su potente magia. EL ÁNGEL CAÍDO

Prestigios, atractivos esteriores La adornaban, es cierto, y poseía Todos esos talentos seductores Que ala muger de rango ó de valía En el pais se enseñan: en el canto Era maestra y tenia mucho encanto, Tocaba el piano bien, cuando bailaba Una siifida aerea remedaba, Entendia el francés regularmente, También el italiano, sobre todo Se mostraba en adornos exelente, Variado su arte, y singular en modo. Tenia, à mas, esa genial viveza, El perspicaz ingenio que prodiga Dei Plata á la muger, naturaleza, Y que á rendir la admiración obliga; Y todo esosabia que se aprende Frecuentando tertulias y salones Donde se va á gozar y se comprende Fastidiarán sesudas reflexiones. Era de genio amable y atractivo, Simpático, risueño y espansivo. Era, en suma, perfecta para et mumdo Mas no para el hogar republicano, * Dó h muger con su labor fecundo Engendra la virtud del ciudadano. EL ANGEL CAÍDO Superior, sin embargo, á muchos hombres En mérito real se revelaba, Lo que debo decir, aunque te asombres, Reflexivo lector, pues lo pensaba Y conviene lo sepas; porque he hallado Cada vez que en lo nuestro me he internado, Sin consultar ágenos pareceres, Que nos son superiores las mugeres, En muchos y bellísimos talentos, Virtud j elevación de sentimientos; Que á sus buenos instintos deben ellas Las prendas de su espíritu mas bellas, No á vosotros, sofistas charlatanes, De corazón y cerebro vacíos, Que labráis su congoja y sus afanes Su perdición y amargos descarríos: Y que siendo los hombres inferiores Ser no pueden perfectas ni mejores.

Criada para los goces materiales, Para ser agradable solamente, Su sentido moral, su alma inocente, Desde tiernos no fueron educados Para fines sociales y elevados. Crecieron como crece á la ventura Por el vital impulso que en si encierra EL ANGLOL CALDO El árbol en los campos sin cultura, Como todo lo que hay en nuestra tierra. Y asi, no putïo ser To que debía Para llenar el peculiar destino Que el creador y la Patria la imponía; Dechado singular, tipo divino De lamuger social por sus talentos, Sus virtudes y nobles sentimientos, Sino un ídolo vano embellecido Para hacerse rendir adoraciones, Que fascinando el alma y el sentido Con su vista inflamase las pasiones. Pero asi la educaron; no era falta De su buen natural si ella no supo De su sexo alcanzar la misión alta Ni evadirse al destino que la cupo: La sociedad perdida en su carrera Gomo inflexible iey se lo impusiera.

Mas llevemos la\ista á la señora Que conversa con su Angela querida, Y oigamos de su labio lo que ahora Tiene su alma convulsa y dolorida.

DOÑA ANA ¿Se fué don Luis? 362 EL ÁNGEL CAÍDO

ÁNGELA Mama, si, Y sus memorias le di.

DOÍÑA ANA Pobre mozo ! ¡ Es escelente ! Tiene talento, y ardiente Amor sin duda por ti,

ANGELA Me agrada que usted le alabe Porque io merece bien,

DOÑA ANA Pero antes que el mal se agrave Es preciso que se acabe Con él todo eso también.

ANGELA ¿ Qué, mama ?

PONA ANA Esos amores Que á nada han de conducir.

ANGELA Si me quiere, ¿ he de íingir Para enojarle desvios ? Si me habla, ¿ no le he de oir ? EL ÁNGEL CAÍDO

Si me gusta su talento, Si con sano corazón Nos estima, ¿habrá razón Para negarle de intento Cariño y estimación ?

DOÑA ANA No es necesario, hija rnia, Que te malquistes con él.

ÁNGELA Y coa amigo tan fiel, ¿ Acaso, mama, podría Hacer un falso papel?

DOÑA ANA ¿ Y le has hecho consentir Que le quieres?

ANGELA No recuerdo; Pero el ha podido cuerdo Fácilmente percibir No estamos en desacuerdo.

DOÑA ANA l Y cuáles sus miras son ? Tu esposo no puede ser. 364 EL ÁNGEL CAÍDO

ÁNGELA ¿ Porqué, mama?

DOÑA ANA Esa cuestión Fácil es de resolver Si piensas con refleccion.

ANGELA

Pues yo su esposa sería De buena gana,

DOÑA ANA Niña eres, Y no sabes todavía, De loque ves cada dia, Lo que te conviene y quieres.

ANGELA Me parece que no busca Conveniencias el amor.

DOÑA ANA Guando nos ciega el error Y la pasión nos ofusca Para escoger lo mejor. EL ÀN6EL CAÍDO 3G5 Óyeme Angela: tu ignoras Cómo vives y has vivido, 4 Y percibir no has podido La tristeza de mis horas, Lo que sufro y he sufrido. Preciso es que sepas hoy Que la abundancia pasada Se alejó de tu morada; Porque pobrísima estoy Y en tí sola esperanzada.

ANGELA l Por eso, mama, se aflige ? Mis alhajas venderemos Y asi nos remediaremos.

DOÑA ANA Nuestra situación lo exige: Mas luego consumiremos Ese recurso ¿ y cíespues ?

ANAELA Dios proveerá.

DOÑA ANA La pobreza En nuestra casa los pies 3Gtf ÉL ÁNGEL CAÚ>0 Pondrá y la amarga tristeza. Y tú no sabes lo que es

Ser pobre, porque te has criado En muy diferente estado; Y padecer escaceces Y no tener muchas veces Con que mandar al mercado.

ANGELA Debe ser triste.

BOÑA ANA Ademas, ¿ Resignarte tu podrás A no adornarte como antes Con tus joyas y diamantes Que en otras manos verás ?...

ÁNGELA Eso sí, mama....

DOÑA ANA i A vivir En pobre y modesto hogar, A no pasear ni lucir, Ni visitas recibir, Ni en las tertulias bailar. ..,? EL ANGEL CAÍDO i, A pasar obscuros di as Con ia costura en tu mano, Y no hallar como solias Tu "recreación en el piano O en fugaces alegrías ?

; A qué ahora indiferentes, Y quizá con compasión, Te miren las mismas gentes Que adulación diligentes Te daban y admiración ?

Porque has de saber, hijtta, Que ninguno adula al pobre, Lo corteja ni visita, Y aunque el mérito le sobre Muy poco interés exita.

ÁNGELA No es en verdad lisongera Perspectiva semejante.

DOÑA ANA Pues eso es lo que te espera Si remedio no pusiera Mi cariño vijilante. 3Ü8 EL ÁNGtiL CA] DO

ANGELA ¿Cual?

DOÑA ANA Casarte.

ANGELA Pero, mama, Preciso es antes querer Y también querida ser.

DONA ANA Un hombre hay que mucho te ama Y tú no has de aborrecer.

ÁNGELA ¿ Quiénes?

DOÑA ANA Pere ira ÁNGELA Sabia Que cariño me tenia, Mas no le quiero. DOÑA ANA Es tu error; Para casarse, hija mia, No es preciso mucho amor* ¿Te disgusta? KL ÁNGEL ÍUÏIK)

ÁNGELA Nó, amistad Le tengo; pero su edad Quizá de la inia es doble. .. .

DONA ANA Qué importa, sí rico y noble Uarátu felicidad?

ANGELA Pero sin amor casarse, Es, mama, sacrificarse.

DOÑA ANA Piensa en nuestra situación, Y que no es de despreciarse Hombre de su condición. Que no abundan, nó.

ANGELA feliz Hacerme |>uede quizá; Pero ¿ qué dirá don Luis A quien amo tabez ya, Y haré por siempre infeliz ? Si usted, mama, hubiera oido Con qué idioma tan sentido, Conque ternura me habló. 370 KL ÁNGEL CAÍDO

Conmovida como yò Quizá le hubiese querido.

DOÑA ANA l Qué te dijo ?

ANCrELA Tantas cosas Llenas de amor, que encantada,...

DOÑA AN4 Poeta es, no estraño nada*.. . Con palabras harmoníosas Te ha dejado trastornada,

ÁNGELA También dos años de espera Me pidió, porque pobre era.... Y entonces rico, podría.,,.

DOÑA ANA De nosotras, ¿qué seria Entre tanto ?—¡ Si él supiera La situación en que estamos J No pienses en eso; vamos ! Hija mia, y la ventura Que en tu mano está segura Locamente no perdamos. EL ÁNGEL CAlln» 37í Ya ves como estoy; me siento Muy enferma y abatida, Y tengo el presentimiento Que será corta mi Yida Gomo fugaz mi contento.

No quisiera, hija, morir Sin dejarte colocada^ Y tu incierto porvenir, En cada hora atribulaba, Viene mi ánimo á afligir.

ÁNGELA Mama, usted me hace llorar, i Por qué tan triste pensar ? Viviremos, si, las dos; No me ha de querer dejar Tan pronto huérfana Dios.

DOÑA ANA Un beso-,—no llores, pues-.

Decídete de una vezt Nuestra situación lo exige.

ANGELA Mama, usted mucho me aflige: Lo decidiré después. EL ANíiEL CAIJJO

DOÑA ANA No querrás darme un disgusto Que abreviará mi existencia,

ÁNGELA

No, mama, lo haré á su gusto.

DOÑA ANA

Pero no quiero, ni es justo Te hagas, hijita, violencia.

Hija y madre en silencio se abrazaron Y lagrimeando un rato se quedaron; Porque en tal situación consoladora La lágrima siempre es. Ál otro dia Tuvo un violento ataque la señora Que al médico alarmó como debia.

Desde entonce en su casa visitantes Ningunos recibió; solo la vieron Amigas ó parientes, y alarmantes Nuevas de su salud se difundieron, Don Luis no oyó la voz (aunque acudía Por un doble motivo cada dia) Del ángel de su amor; y sus temores EL ÁNGEL CAÍDO 373 Fueron tomando cuerpo, y como flores Sus bellas ilusiones decayendo, Y el brillante color de la esperanza. Que les dio tanto espíritu, perdiendo En mística y oscura lontananza.

OCTAVA PARTE

Visiones

En una chacra algo distante habita Solitario don Juan, desde que á Estela Para siempre perdió, y alli lo ajita Cavilación febril, y aguda espuela Clava en su corazón constantemente Una ansia vaga, indefinida, ardiente, Que el sueño de sus parpados repulsa Y al movimiento y á la acción lo impulsa. Huyo de las mundanas distracciones Para buscar reposo, y no lo encuentra; O por variar de teatro ó de emociones El corazón y el alma reconcentra Alli on la soledad, quizá sediento í>e recogida paz, a\ cabo de años 376 EL ÁNGEL CAÍDO De vivir disipado y turbulento, De ajitacion, de prueba y desengaños. Pero si, absorto en Dios, el cenobita Macerando su carne ya marchita, O ei filósofo austero aleccionado Por la razón y el tiempo, han encontrado Paz en la soledad; los corazones Enchidos de vigor j de pasiones Cuando á solas están, sufren de Ticio La agitación interna y el suplicio- Y aunque maestro don Juan en esperiencia Y en eso que los sabios llaman ciencia, Preciso es confesar que no tenia Aquella dosis de virtud completa Para ejercer la gran filosofia Ni vivir como santo anacoreta; Aunque ahunäaba para hacer su gusto Cuando à su idea ó su pasión cuadraba, En carácter enérgico y robusto Que obstáculo ninguno avasallaba.

Asi don Juan, en solitario asilo Quiere sustraerse al afanar mundano, Sentir, pensar y meditar tranquilo Con alma libre de deseo insano; Contemplar la creación, y en esa fuente EL ÀNtiËL CM in* 377 De vida inagotable y de hermosura Bañar su ser, purificar su rúente O misterios sondar de la natura, Pero hierve su sangre demasiado, Harto ha visto en el mundo, harto ha sentido, Y no puede olvidar, y del pasado Lleva el recuerdo á la memoria asido. Gusanos ¡ ah ! de ías mundanas flores. La sociedad del desengaño, el tedio Se pegaron á su alma, y roedores Lo acompañan do quier—¿ Cómo remedio Hallará, ni reposo su cabeza? A mas, naturaleza Privilegiada y en potencias rica, La suya se agiganta y multiplica Cuando se encierra en sí, ó cuando la impulsa De la pasión la voluntad convulsa, Y ansiosa siempre y nunca satisfecha, Nunca inactiva está, nunca descansa» Y aunque la oprima tempestad desecha Jamás de lucha y de afanar se cansa. Pero enjaulada en círculo pequeño, À devorarse sola condenada Gozar no puede de tranquilo sueño, Ni conquistarla palma ambicionada; La sociedad mezquina la comprime EL ÁNGEL CAÍDO

Tortura sin cesar sus facultades, Su vuelo audaz, su aspiración sublime, Sofoca sin querer y en liviandades Condena á malgastar la intensa vida Que guarda en sus entrañas escondida. Nacido para el bien, en otro clima Donde la fuerza intelectual se estima, Nutrirse pudo bien, desarrollarse Como el naranjo en trópicas regiones, Y en la arena social manifestarse Quizá en grandes y bellas proporciones; Pero en su patria, en la infecunda tierra Donde domina el crimen y la guerra No puede echar raiz, ni de bien fruto Dar para ella en tributo.

Asi natura de índole como esa Tan intensa y vivaz, que gime opresa, Cuando á solas se ve consigo misma En la atracción fantástica se abisma, En lo ideal se pierde; porque el vuelo De su vago infinito, ardiente anhelo Nada mundano y terrenal estorba, Porque objeto real no hay quien laabsorva, Ni la saque de si ni la impresione. Ni su ambición frenética corone, KL AMU KL «i ALDO

Pero esa aura harto viva para el hombre De regiones ideales y sia nombre Aspiró muctio tiempo, y febriciente En vértigo fatal cayó su mente, Y vio que en esa ilimitada esfera Para el ojo morta\ todo es quimera*

La ansia febril satisfacer de su alma El amor ya no puede ni la ciencia; Y proscripto ademas iqué noble palma, En digna y generosa competencia, Para su sien, qué lauro buscaria ? ¿ Qué objeto grande ambicionar podria, Si en su pecho no abriga la esperanza De obtener de su patria una alabanza ? Sí alli domina poderoso el crimen, Si en servidumbre sus hermanos jimen, Si bárbaro sofoca el despotismo, El genio, la virtud y el patriotismo, Y en sus playas el nuevo sol de mayo No muestra aun de redención el rayo ? Acerbo es su destino y cuando à solas Medita en él, terrífico y sombrío Debe hallarlo. Bajel entre las olas, Meteoro divagando en el vacio. Planta exótica en páramo infecundo, 330 EL ÁNÍÏEL CAÍDO Vida joven sin raíces en el mundo, Espíritu sin fé, pero idealista, Corazón que ha quemado como arista Cuanto toco, y frenético los lazos Del amor mas intenso hizo pedazos, Y se consume solitario ahora Como lava en el crater hervidora, Eso don Juan es hoy* Ese legado Le hizo la sociedad donde naciera, Ese caudal viviendo ha atesorado, En la escuela del mundo eso aprendiera, ¿ Qué le queda que hacer ? Cuanto ha probado, Cuanto ha visto en su rápida carrera Su joven existencia ha envenenado. Descarrió una pasión su edad primera. Después cerrando con orgullo estoico El pecho á las ternuras, en la ciencia Busco, bien joven, con tesón heroico El bien que idealizó su inteligencia, Y encontró vanidad. Luego en sí mismo La vida de su ser reconcentrando Con la duda fatal y el idealismo Su espíritu tenaz vivió luchando, Y casi halló la muerte: al fin la vida Rebosando en su sangre enardecida, Procuro sus ardores renacientes KL ÁNGEL CAÍDO 38-1

Refrigerar en las mundanas fuentes. Y ahi lo tenéis, ansiando todavía Lo que ha gozado ya, lo que concibe, Lo que no ha visto aun, lo que le hastía, Lo que ambiciona el hombre mientras vive. ¿ Qué le queda que hacer ? ¿ dónde la calma Hallará que apetece ? ¿ Cómo paede Esa incesante inspiración de su alma Sastifacer que à cuanto abarca escede, Y pide mas y mas luego que sacia La inestinguible sed que ia devora; Y nuevos mundos con increíble audacia Quisiera descubrir, cuanto uno esplora ?

Alti tiene de autores escojidos Biblioteca en idiomas diferentes, Y del saber humano allí esparcidos Estan los testimonios elocuentes* Pero de humana ciencia lo bastante Aprendió ya en Europa, y boy que lidia Fuera del mundo aquel su alma anhelante, La ciencia de los libros le fastidia, Voz de oráculos muertos le parece, No hay en ella la vida que apetece, La vida como el verbo enjendradora Que en acto, en otra vida se incorpora, EL ÁNGEL 0ÁÍ1K) O se trasforma en bien. ¿ Ni qué es Ja ciencia ? Donde está su poder tan decantado Para dar paz á el alma y la violencia Mitigar del dolor? Bien lo ha probado; Hoy vuelve à hacer la inútil experiencia. ¿Qué es la ciencia en su patria?,. .pero en eso, Meditando sin fin dia por dia, Se ha devanado tan sin fruto el seso, Que olvidarlo por siempre ya queria, Y no puede, y la fiebre y la tormenta De su alma y sus pasiones alimenta.

Asi para don Juan es un veneno La soledad campestre que ha elegido, Y un instante su espíritu sereno Alegre y satisfecho no ha sentido. Sin embargo, como ama á la natura Y la tiene ante si con su hermosura, Con su verdosa gala y con sus flores, Con sus aves y pájaros cantores; A veces ía contempla horas enteras Engolfando su vista en las praderas, En el cielo infinito, en el espacio Teñido de carmin ó de topacio; Ora triste revuelve en su memoria De lo que fué reliquias, negra historia Et ÁNGEL Í1AIDU :ÍH:Í

De su edad juvenil; ora ïa pluma Tomando, vacia en el papel amigo El hondo pensamiento que lo abruma, El doloroso afán que trae consigo. De su planta el rumor en alta noche, En el vasto salon de su morada, Se oye a menudo, y cuando el rubio coche Lanza el sol en la atmósfera nublada, Suele encontrar sus vigilantes ojos Fijos aun, como buscando inquietos Del horizonte en los celajes rojos, De la natura y Dios hondos secretos. Los que, entretanto, en los contornos viven Del hogar de don Juan, sencilla gente, Su esquivez solitaria no conciben; Y le ven con asombro diariamente Galopando salir, todo emponchado, En fogoso bridón azabachado De planta ligerisima y resuelta, Por el campo correr á brida suelta, Y dando al bruto con espuela brios Salvar lomas, cuchillas y bajíos: Lo ven, y se preguntan à menudo, i Dónde va este hombre de carácter rudo, De jenio uraño, si jamás visita \jena habitación? ¿Qué busca errante EIL ÁNffEL CAÍDO Por donde el bruto solamente habita ? Él mismo no lo salbe aunque anhelante A un interior, irresistible impulso Obedece frenético y convulso; Si la inacción lo mata, y placer baila En correr por el campo á su albedrio, Donde de agenas voluntades valla No rose de la suya el poderío ; En variar de horizontes y paisages Visitando selváticos parages, Y à fuerza de fatiga y movimiento. Atolondrar su activo pensamiento Y eso mismo que ahora, hacer solia De su querida patria en las llanuras, Cuando de su alma quebrantar queria La actividad^intensa, y amarguras Olvidar de la vida; pero es vano. Do quier consigo mismo, Lleva del tedio el vividor gusano; Hay, à mas, tanta vida en su organismo, Tanta en la aura del campo, que recolara Su vigor luego, y con doblado brío Vuelve á gastar la vida que le sobra En movimiento y cavilar sombrío. Y era una noche de verano—leda La brisa, murmuraba en la arboleda EL ANGEL CAÍDO De la espaciosa quinta que hermoseaba Lamansionde don Juan, y él agitado, Caviloso por ella se paseaba. En el diáfano cielo tachonado De diamantes de luz sin mancha alguna, Brillaba melancólica la luna Barnizando con tintes caprichosos La copa de los árboles frondosos, Y al traves de sus hojas y sus ramas • Derramando en eí suelo como escamas, O penachos ó mantas blanquecinas, En mil formas, sus luces argentinas. De cuando en cuando el amoroso arrullo O eí jemir de una tórtola se oia, O pamperina ráfaga el murmullo Del soñoliento Plata allí traia. Allí en vasto jardin, variadas flores Mezclan como respiro sus olores, Y de ese modo al claro de la luna Parece con misterio revelarse Sus congojas de amor y sü fortuna, O aromáticos besos regalarse; Y cayendo en el césped á millares Las aromas, mosquetas y azahares, El ambiente purísimo embalsaman Y vida en torno y embriaguez derraman. 386 EL ÁNGEL CAÍDO Y alli estaba don Juan, cual nunca inquieto, En mansion tan pacifica y tan pura, Llevando siempre un torcedor secreto, De la calma que reina en la natura Participando apenas. Si á su lado Entonces una bella hubiera estado

La vision de sus sueños de poeta? Quizá su corazón dicha completa, inefable deleite alli gozara; Quizá fuera feliz si un pensamiento De gloria y de ambición preocupara En noche tal su espíritu sediento; O si uno y otro bien à su alma ansiosa Diera la suerte que abatir lo quiso, Aquella quinta en noche tan hermosa Para él se trasformára en paraíso. Pero ah I que solo està cons igt» mismo Luchando como el angel del abismo Con su suerte fatal:—ah I que la tierra Donde viera la luz, savia no encierra Que pueda alimentar idea alguna De las grandes que en su alma tienen cuna..

Y don Juan cabizbajo iba y venia Por calle de naranjos muy sombría, Dó asomando la luna de repente EL ÁNGEL CAÍDO ;J87 €on lluvia de esplendor bañó su frente Y detuvo su pie, y à contemplarla Estático se puso, y mientras ella Sigue el curso que Dios quiso trazarla, La saluda don Juan y se querella. i Oh Luna, yo estoy solo y turbulento', Un corazón no mas y un pensamiento Tengo dentro de mi, que hirviendo à solas, Como del Plata las altivas olas, Se estrellan en la roca y la muralla O azotan sin cesar árida playa. Solo conmigo estoy, como la palma Del desierto arenoso combatida De inflamados y adustos huracanes; Y en la fuente de vida que hay en mi alma No puedo derramar, ni la medida De mi anhelo colmar y mis afanes. Tu, en tanto, iluminando vas la tierra Y la vida eternal que en tí se encierra A toda la natura comunicas. Reproduces con ella y multiplicas La existencia fugaz y los placeres De innumerables seres; Y el fuego todo de tu amor fecundo ËL ÁNGEL CAÍDO

Regalas generosa siempre al mundo, Y nunca se marchita tu frescura Ni desmaya jamas tu fortaleza, Ni envejece tu espléndida hermosura Ni declina tu luz y tu grandeza.

Î Oh Luna ¿que eres tú? De donde nace Sin agotarse nunca en tí la vida? Qué soplo animador, qué poder te hace Rodar, siempre rodar enardecida? ¿ Eres masa de vivido topacio insensible no mas, ó inteligencia Té dio quien te arrojara en el espacio En muestra de creadora omnipotencia? ¿ Anillo vivo por ventura tú eres De la inmensa cadena que à los seres Del Universo liga, y cual la mi a, Cual la de todo ser, en la armonia Tu existencia concurre del Gran todo ? Imposible—Eres grande y siempre viva Y ante ti ¿que soy yo?—Masa de lodo Animada por lumbre fugitiva Que un leve soplo apagará mañana; Pero quizá no es cierto, y mas lozana Brotará del no ser EL ANGEL CAÍDO 389

¿Esposa eres del sol consoladora, Y de su vida vives, y alimenta De vuestro amor la llama eojendradora La vida en cuánto existe, y cuanto alienta ? ¿ Eres ojo de Dios cuya pupila Sobre este mundo infatigable vela, Y con su luz benéfica y tranquila Lo conforta en su marcha y lo consuela? Todo esto debes ser, y yo criatura Mísera y solitaria en la natura Nada soy, nada puedo, aunque concibo, Siento, ambiciono cuanto mas poseo, Y solamente en la impotencia vivo Para nunca alcanzar lo pe deseo.

Yo te amo, Luna; entre la vida mia Y la luya hay simpática armonía, Hay no sé qué atracción ó qué misterio; Tú viertes en mi sangre refrigerio, Amortiguas la sed de mis pasiones, Y calmando su inútil desvario De gloria y de esperanza inspiraciones Infundes à mi espíritu sombrío.

Yo te amo, Luna; para el alma mia Herida do pesar é incertidumbre, EL ANGEL CAÍDO

Grata es tu natural melancolía, Tu silencio solemne y mansedumbre, Tu blanda luz—i Cuan bella me pareces Con tu corte de estrellas I—\ Cuántas veces He sentido una calma vividora Al saludarte i oh Luna ! como ahora, En medio de la mar de varios climas. En el norte y el sud—desde la popa De soberbios bajeles—en las cimas De los montes de América y de Europa, En el Tiber y el Sena y el Danubio, En la cresta del Etna y del Vesubio, En la orilla del Támesis—sentado Entre las viejas ruinas dó estampado, Cual místico sombrío caminante, Dejó la humanidad su pié gigante. I Cuántas te saludé gozoso, oh Luna, Como el astro feliz de mi fortuna I Pero hoy ya no es así; cuando te miro Acongojado por demás suspiro, Desfallecer en mí, vacilar siento Toda esperanza y fé y contentamiento.... Nunca en mi patria^ nó¿ nunca en el Plata La lumbre tuya me sonriera grata, Nunca me consoló. Corren mis.dias En monótonas, lentas, agonías, EL ANGEL CAÍDO

En estériles ansias: ni un deseo Ni una esperanza realizada vez, Y boy como ayer, como mañana acaso, Gomo cinco años ha, cuantas conciba Contigo se "Rundirán en el ocaso Para mas no nutrirse de aura viva.

Y solo estoy i oh Luna ! y te contemplo De pié bajo la bóveda del templo Magnífico que erige la natura Esta noche á tu espléndida hermosura, Y cual te vi, te veo rutilante Derramar de tu amor vivificante, El raudal vivo, perenal y eterno. Yo, entretanto^ estoy solo; ningún tierno Vínculo de afección y simpatia Une à criatura hermana el alma mía: Si me amaron, si me aman, ya murieron En mí las afecciones que existieron, Y helada al sentimiento y la ternura Mi alma esta sin arraigo en la natura. Sin embargo, mi sangre todavía Joven rebulle y vivida fermenta, Y ansio vivir, y la existencia mia Se consume inactiva y turbulenta; Y aire letal, mientras divago incierto, EL ANGEL CAÍDO

Envenena y abrasa mis pulmones, Y estoy como la palma en el desierto Batida de furiosos aquilones.

Don Juan en su arrogante desvarío De los árboles busca lo sombrío; Vaga entre ellos cual sombra macilenta, Y bajo el verde pabellón se sienta De una glorieta, al fin, donde flotantes En rizos como largas cabelleras Entrelazan sus ramas lujuriantes Varias plantas del trópico rastreras, Mezclando sus aromas y sus flores Diferentes en formas y en colores. Delante de su asiento hay una mesa De mármol de Carrara azul jaspeado: j Cuántos amantes, sí, en noche como esa Bajo ese pabellón se habrán sentado, Y de su dicha intensa, sus eternos Votos de amor, y sus suspiros tiernos, Solo testigo mudo, él habrá sido í Y taivez hasta entonce haya venido A visitarlo en hora semejante Un hombre solitario, una alma errante ! Sobre el mármol helado y reluciente EL ÁNGEL CAÍDO

Don Juan apoya la ardorosa frente Cuyas arterias con violencia laten; Después sobre los brazos la reclina Y permanece asi. Su cuerpo abaten Las pasadas vigilias, y declina El potente vigor de su cabeza

Un vértigo la embriaga, y soñolientosr Negros, confusos pasan con pereza Por ella colosales pensamientos. Aletargados yacen sus sentidos, Aunque sienten y ven adormecidos, Porque, al traves del velo que los cubre, De su espíritu el ojo penetrante Gomo confuso lo real descubre, Rememora, y se pinta lo distante.

Y estando así, por el espacio en torno Empezó à ver el pálido contorno De bultos femeninos que lo miran Con hechiceros rostros, y suspiran, Y se ocultan, y asoman con donaire Como místicas sílfidas del aire, Suelta y ondeante sobre tul de nieve La cabellera leve. Corre á asirlos don Juan, y se evaporan Como humo vano al soplo de la brisa, 394 EL ÁNGEL CAÍDO

Y vuelven uno auno y se incorporan, Y otra vez hechiceros los divisa, Y al quererlos asir, desaparecen, Dejando en su alma un escozor punzante^ Y luego ante su vista reaparecen Con sonrisa magnética y amante. Entonce helada, amarillenta y mustia La creación le parece ya sin vida, Y siente en su alma dolorosa angustia Como si fuera por la muerte herida. Eran Î ay î solo pálidas visiones De sus muertas antiguas-afecciones Que en forma viva à visitarlo vienen; Y aunque bien no las vé su fantasía, Para angustiarle el ánimo ellas tienen Magnético poder. Una armonia Como de arpas cólicas, serena Calmó un instante de don Juan la pena; Y el aire de repente Plateado y transparente Se puso, y las visiones peregrinas, Que buscaba don Juan, reaparecieron, Y él las reconoció—formas divinas, De mugeres que amó, que le quisieron Con amor entrañable y candor puro Y él. desamando traicionó perjuro*. EL ÁNGEL CAÍDO 395

Entonces le tocó una mano yerta Y su sangre quedara como muerta,

Y á pasar una à una comenzaron Por delante sus ojos, asi bellas Como eran cuando frágiles le amaron, Creyéndole en sentir tierno como ellas. Y una era Ada, otra Eloa y Josefina, Todas tres bellas silfidas del Sena, Con su ideal pasión, su alma divina, Con su voz y su canto de sirena: Mujeres, aunque no por la hermosura, Por la gracia, el hechizo y la cultura Sin igual en el mundo. Ada traía Pulsando, una arpa de melifluos sones Con que á don Juan embelezar solia Y la fiebre calmar de sus pasiones: Trigueña, de ojo vivido y rasgado, De forma aerea y pelo azabachado, Toda era corazón y fantasías, Y al eco de don Juan su alma afectuosa Se exhalaba en halagos y armonías; Y esa muger de otro hombre fué la esposa. Y oyó decir:—«Yo te amo todavia, Y arrastro à mi pesar una cadena; 396 EL ÁNGEL CAÍDO

En mi arpa hay para ti una melodia Que la angustia del ánimo serena*. Ven con tu amor ä consolar la mía.»

Eloa con su blonda cabellera Con su sonrisa injénua y placentera, Con su pupila zarca y su blancura De leche, parecía una criatura De mas alta rejión, àngel risueño, Tipo ideal de juvenil ensueño. Y al pasar dijo:—« Ven, no te me vayas, Yo me alimento y vivo de tu a mor; Estan muy lejos las risueñas playas Do modula su canto el Huiseñor.» —

Josefinat su porte era bizarro, De formas griegas y de talle esbelto, Belleza altiva que en su réjio carro Corre eí mundo con ánimo resuelto, Ojos avasallando y corazones, Para rendirse en alma á sus pasiones.

Y esa muger de otro hombre la esposa era? Y honor y dicha por dou Juan perdiera. ET, ANGEL CAÍDO

Y oyó decir;—«Tu me olvidaste, ingrato, Y yo todo por ti sacrifiqué: Mi amor criminal era, era insensato, Pero falso y perjuro el tuyo fué.» —

Y todas tres pasaron muy galanas Asidas de la mano como hermanas.

Y Erna luego, del Támesis umbrío, Pura, blanca vision del frío norte, Que cayó como gota de rocío, Sobre su alma voraz; de airoso porte, De rubias crenchas por la oreja en arco, De lánguida pupila y de ojo zarco* Y ella dijo al pasar:—«Peregrina ave En mi amoroso pecho te hice nido; Tu canto tierno, melodioso y suave Me enagenaba el alma y el sentido: Pero ay de mi 1 me la robaste un dia, Y te fuiste volando al mediodía. Y luego, Virgen de la bella Italia La candorosa en la pasión, Deidalia, De mirar suplicante henchido en lloro, M labio aproximando un pomo de oro, EL ANGEL CAÍDO

Triaca para el amor..,. Y al pasar dijo, El tétrico semblante Teniendo en don Juan fijo; « Para matar tu amor, ni esto es bastante. »

Y luego, adolecente todavía. Con su luciente, virjinal corona, La que adoró con ciega idolatria En su infamia precoz, jentíl Ramona; La que sonriendo palpitar hiciera Su joven corazón por vez primera, La que à amar le enseñó.—Tipo de gracia Ya desde la niñez y gallardia, De espíritu tenaz é increíble audacia Guando en su pecho ía pasión hervía:—* Corazón indomable y exaltado Emprendió la carrera desbocado, Y se abismó en el mundo en su delirio. ¡ Cuánta angustia sufrió í ¡ Cuanto martirio í En dos fuentes sus ojos se trocaron, Y á fuerza de llorar se disecaron. De esa muger lo separó el destino Y hallarla no volviera en su camino; Y al ver don Juan esa reliquia cara De la edad mas dichosa que gozara, EL ÁNGEL CAÍDO 399

Sintió en el yerto corazón movido De vida y de esperanza hondo latido. Y oyó decir:—«Quince años te he buscado, Y en el camino largo y trabajoso Belleza y juventud se me ha quedado Y traigo el corazón muy doloroso; Me voy à descansar;... .hasta otro dia: Tú eres joven y bello toda via.» Y luego loca, desgreñada, à Celia Con flores en la mano como Ofelia Para el yerto sepulcro de su amante, Y detras de ella el ojo rutilante De espectro descarnado y furibundo Con puñal en la diestra, y en el pecho Clavado otro puñal—Un ay 1 profundo .A herirle el corazón vino derecho, Y oyó decir:—«Conserva remembranza, Que hasta el infierno mismo y en el mundo Te seguirá terrible mi venganza.—»

Y luego Estela, candida paloma Que en el materno nido descansaba Y acechó el gavilán. La rica poma, Que con sonrisa amable la brindaba, Sin saber lo que hacia, pidió al mundo, Y hombre mundano se la dio don Juan; 400 EL ANGËL CAÍDO

Y la encontró sabrosa y lo profánelo Probó de la desdicha y del afán. Un crespón blanquecino la cubría, Y envuelta sn una nube parecía; Pero don Juan inquieto El crespón levantó, y de un esqueleto Vio el rostro amarillento y descarnado, Y en su asiento quedó petrificado. Y ella dijo al pasan—a Ven, amor mío, Yo te espero con ansia y sufro mucho— Todo está tenebroso, y hace frío; De tu planta el rumor velando escucho: Yen, que la fiebre me consume el alma; Traemeen tu labio refrigerio y calma,»—

Y otras mas, visiones puras, Imágenes del pasado, Y terrenales criaturas Que le tuvieron amor; Y él amó quizá de veras, Pero el destino dispuso Fuesen solo mensageras De fugaz dicha y dolor,

Y luego que una por una, Por el aire abrillantado ËL ÁNGEL CAÍDO 401 Con los rayos de la luna, Pasar las viera don Juan, Quedó un rato sumergido En espantosas tinieblas, Y de su ánimo afligido Creció ei convulsivo afán.

Y sintió entre férreos lazos Sus miembros, y parecióle Le arrancaban à pedazos Palpitante el corazón; Y estaba vivo, aunjue muerto Para sentir afecciones, Y le parecía yerto Lo vivo de la creación.

Y cual troncos de serpiente Vio luego aquellos pedazos En el suelo de repente Vivos saltando latir; Y el uno al otro buscarse Como imantados aceros, Para en su forma encarnarse Para volver á sentir.

Y en su horizonte rayaron Luego luces, y al momento EL AMGEL CAIDO

Sus pupilas recobraron El visionario poder; Y entre lumbres argentinas, De su fantástico sueño Las visiones peregrinas. Volvieron ¿aparecer.

Y allí, al claro de la luna, Las vio unirse como hermanas Que siguiendo igual fortuna Senda déla vida van; Ventre blanquísimos tules Vio lucir sus cabelleras, Sus ojos negros ó azules Con la virtud del imán.

Y hallarse y reconocerse Con la sonrisa en el labio, Y como cisnes moverse À flord e un lago en quietud; Y formar grupos pequeños, Y suspirar lagrimeando, Como quien recuerda ensueños De la piimer juventud.

Y luego una melodia Se derramó en el ambiente, EL ÁNÍ;EL CAÍDO V03 Llena de melancolía, Espresion tierna de amor; Y conoció aquel sonido, Eco de edad mas dichosa, Y quedó como absorbido Por su mágico rumor,

Y Ada era-, la vio pulsando Su arpa meliflua, y al panto Varias voces alternando Se pusieron á cantar; Y' don Juan su canto oía, Y la idea de sus trovas, Y su voz reconocía, Y su tierno modular.

Ven, ven americano, de cabellera riza, De renegridos ojos, de arrullo seductor, Yo te amo con delirio, me gozo en tu sonrisa, Voluble como la onda ¿por qué huyes de mi amor ? Ven, reclina tu frente Sobre la miaardiente, De las pasiones tuyas yo calmaré el ardor. v.i km VA, CAÍDO Para tí un beso guardo fresco como el rocío, Como el almíbar dulce, puro como el jazmín; Tu amor lo ha alimentado dentro del pecho mío: Al declinar la tarde te espero en el jardín. Allí hay místicas grutas Y delicadas frutas, Para tu sien, de ñores, perfumado cojín.

Si Dios allá en el Plata te dio felice cuna, Peregrinar te hiciera después el corazón; Si para tí esperanza no ha florecido alguna, El Sena es paraíso de la imajinacion. De amor allí te espera Perpetua primavera; Las artes y las ciencias glorificadas son.

Tu patria tiene brisas de la desierta pampa Que arrullaron los sueños de tu primera edad; Pero su pié sangriento la tiranía estampa Sobre su noble frente con bárbara impiedad: No hay aire, no, en su suelo Bastante para el vuelo De la águila, que es jenio de luz y libertad.

La Italia hermosa tierra, te brinda sus amores, Las obras colosales del jenio de Miguel; KL AN (ï KL CAÍDO ÏÍ)5

De sa Roma las ruinas, y artísticos primores Del Dante, del Correggio, Canova, y Rafael; Y en cada monumento Allí halla el pensamiento De inspiraciones grandes magnifico plantel.

El amor casto y puro es bálsamo de vida, Solo él tiene en la tierra consolador poder, Y refrijera y calma, y como fuente henchida Deleito hoy brinda al alma como brindaba ayer: No esconde, no, el acíbar Mezclado con su almíbar, Ni saciedad produce su vivido placer.

I • ll—w Tu corazón frenético, royéndose á si mismo. Mató sus afecciones en su ansia de vivir, Y sumido en tinieblas de solitario abismo La luz de una esperanza no puede descubrir: Como arenal sediento Consumió en un momento! Con labio febriciente pasado y porvenir.

Ama con féuna virgen, criatura descreída, Su mano jenerosa te llevara hasta Dios, En su inefable alientose abrevará tu vida. Se alejarán tus penas al eco de su voz: 40Ö EL ANO EL CAÍ J) O

Ama con fé y espera, Vendrá la primavera, Las esperanzas tuyas renacerán en pos.

Cual reina destronada, tu patria sierva jime, Mancillan los tiranos su honor y juventud; Pero quizá mañana reventará sublime El rayo que quebrante su abyecta esclavitud; Y reina otra vez ella Dará la palma bella. Sus galardones altos al genio y la virtud.

Prepara tu cabeza para las nobles lides Do su potencia libre desplega la razón; Te aguarda allí falanje de nuevos adalides; El sol va á levantarse de regeneración; En esa Era brillante Tu espíritu anhelante Realizara sus sueños de gloria y de ambición.

Alma febril levanta tu pensamiento al cielo, No hay aire, no, en la tierra, no hay sàvia para íí: Lo inagotable quiere, lo divinal tu anhelo, Perecedero, humano, falaz todo es aqui: Ya has visto acá y probado Cuanto al mortal es dado, La incógnita que buscas solo se encuentra allí. EL ÁNGEL CAÍDO

Cesó el canto y los májicos sonidos Que tuvieron absortos los sentidos De don Juan, y él miró sobresaltado, Y vio en el horizonte abrillantado, Al compas de una música sonora, Pero fúnebre, triste, punzadora, En círculo danzando las visiones De sus muertas, antiguas afecciones. Y sus túnicas blancas con el aire Se movían como alas en donaire, Y su planta sutil corria suelta. Pero i qué horror 1 en su cintura esbelta, En su mano jentil y brazo pulcro, Fétidos habitantes del sepulcro Ponen la seca, amarillenta mano, Descarnada mucho ha por el gusano, Y bailan, bailan al compas con ellas; Y con inmoble rostro y ojos quedos, Cóncavos, hondos, miran à sus bellas; Y pasan, pasan los huesosos dedos Por su sedosa cabellera ondeante, Como cuando ebrio el venturoso amante, Palpitando de amor, ternura y vida, En brazos acaricia á su querida. Y aquello horripilado don Juan mira, Inmoble como mármol y delira: 408 EL ÂNtïEL CAiaO

iJielo en su sangre corre, desespera Cual si morir por grados se sintiera, Y le parece oir como jemidqs. Mientras sigue la música y la danza, Y un ay ! en pos de otro ay I vagar perdidos, Y ecos tristes decir:—No hay esperanza. I Serà que algun espíritu á los muertos Haga salir de sus sepulcros yertos ? ¿No son ya de este mundo habitadoras Esas que amó beldades seductoras ? ¿Se habrán ya con la muerte desposado Todos esas tan jóvenes criaturas ? Dios lo sabe, reliquias del pasado, Sombras, no mas, fantásticas y puras Son ya para él, y aunque respiren vivas, Pasaron ya cual sombras fugitivas.

Entonces, entre nube como un monte Negrusca, que cubría el horizonte, Culebreó de un relámpago amarilla La subitánea luz. Claro y sereno Está el empíreo aun; la luna brilla Con su estrellado séquito: de un trueno Retumbó en lontananza el estampido. Don Juan electrizado y conmovido Uel letargo salió, y à paso lento, EL AJVUEL CAU)U ÍOÍ>

Con Ja cabeza auu vulcanizada, Herido el corazón y el pensamiento, El camino emprendió de su morada.

NOVENA PARTE.

Otra uoclic

Al noveno escalón algo cansado He llegado, lector, te lo confieso Después de haber sin tino divagado Por el árido campo que atravieso, Buscando con curiosa fantasía Para mi pobre musa poesía, Lo que equivale sin disputa alguna k. buscar habitantes eu la luna, En la desierta pampa cocoteros, En el cerro naranjos y palmeros, Perlas en el gran Plata*, àrdua tarea Que emprendí solamente con la idea üe hacer por tí algo que te fnera grato, KL AlVíïEL CAÍDO

Sabiendo que eres por natura ingrato. Gracias, no á lo poético que he hallado En la region que baña nuestro río, Sino al fluido nervioso que he gastado Calentándome el cráneo, lector mío; Fluido que como eléctrica corriente, Brotando viva del interno foco, Alimenta la vida inteligente Y se vá resolviendo poco à poco En vislumbre poética:—riqueza Que te regalo yo con la corteza Que apreciarla no sabes, ni ser grato Al que te dá lo suyo muy barato. Gracias digo, lector, á todo aquesto, El pié trémulo y flojo al fin he puesto En el noveno tramo ó cielo fluido A donde el vuelo remonté atrevido; Y como en éi el hilo de la trama De este poéma y lastimoso drama Se ha enredado algun tanto y yo con ella, Y como Icaro temo despeñarme Si las alas me abrasa una centella, Y temo no poder desenredarme Ni adelante seguir con firme paso, Gomo manda el honor en todo caso, Y en desenredo tal volverme loco; KL AN ti KL CAÍDO 413

Lector, por eso tu asistencia invoco, Te pido aliento, inspiración, ayuda Para salir del trance y de la duda.

No soy, ya ves, del número de autores Que aparentan desprecio à los lectores, Y por uno tener, se despepitan, Se desvelan y sudan y se agitan: No soy, te lo confieso, y verdad hablo. Si no pensara en ti, que favoreces Con tan buen corazón, ya hubiera al Diablo Arrojado la pluma cien mil veces, Y el italiano aquel dolce far niente SaboreaSo à mis anchas, largamente. Por tí solo, benévola me asiste La inspiración; de brío y de constancia Mi desidiosa péñola se viste, Mis nervios y mi cráneo de arrogancia: Al escribir te tengo en la memoria, Tu mirada gentil me vanagloria; Viéndote estoy en beatitud suprema Releer mi estrambótico poema, Estático una vez, otra llorando, Otra riendo feliz, ó suspirando; Y de tu gozo, gozo, y me deleito Pensando en mi poder cuando me afeito; El. Á fifi EL CAÍDO

En el poder magnético quo nu dia Sobre tí ejercerá mi poesía; Y de antemano el gu¿to saboreo De los aplausos tuyos, y mi gula Sabor tan esquL-ito ó mí deseo Tu pensamiento- enciende y estimula: Por eso Va mi Musa, lector, eres, Y te ruego me asistas si lo quieres.

Bien puedes sospechar que si sintiera Aguijón mas activo y mas picante, Caso de tí, Lector, ninguno hiciera, Te trataría como autor tunante: Por ejemplo, ambición de eso que fama, Gloria, renombre, autoridad se llama Eülas regiones cíonde habitan oíros; Pero palabras tales he aprendido, O me enseñaste tú, que entre nosotros No tienen ni sustancia ni sentido; Que Mammon vale mas que un titulado Glorioso, y tan solo es glorificado, Y que se hace de nombres y de gloria En el Plata indigesta pepitoria. Asi es que no me tienta ese vocablo Como cuando ara imberbe, antes quisiera Que de mi nombre lo borrara el diablo, KL ANGEL CAÍDO fc!5

Para vivir en paz, ó se lo diera A tantos que frenético lo buscan, A algun cofrade mió, ó á algun bicho De aquellos que en la Estigia se chamuscan O quieren en el Pindó ocupar nicho.

Porque ah l de aquel que de poeta obtiene Nombre en el Plata I Luego sobreviene De zánganos y avispas un enjambre Y à zuzurrar en su jardin empieza Y á picar de sus flores el estambre Yá chuparle su miel, y la cabeza Atolondrarle á un tiempo, y los oidos Con importunos y ásperos zumbidos. Y luego carga turba mendicante Sobre el pobre poeta, cual si fuera Un sastre que à medida del marchante La tiza mover debe y la tijera, ¿ Y à qué ? ¿A perdh le ? Sí: no como gracia Sino á hacerle el honor con mucha audacia De su importuna y singular visita; Y encargarle una endecha para un hombre Que murió, ó una dama ó criaturita Muy dignos de encomiarse, à cuyo nombre Quieren en prueba de dolor profundo Consagrar un recuerdo de este mundo; KL k^GÜl CA UK)

Acabando, ítal vez para animarlo Con recompensa tal y estimularlo) Por brindar el honor de la Gaceta, Allí en su misma cara al gran poeta.

Luego vienen los lindos picaflores A pedirle unas cánticas de amores Para vencer ó estimular con ellas El desden ó el ardor de sus doncellas. Luego los que festejan natalicio, Los que quieren pagar un beneficio, O adular al poder; los que una Loa Hallan siempre en el Teatro muito boa. Luego vienen muy lindos y dorados Esos libros en blanco fabricados Para tormento suyo, que regalan Con tan pródiga mano los babiecas, (Se entiende del amor), donde se igualan, Se mezclan y confunden hojas secas; Libros Sonde su píuma muy gustosa Suele depositar con hidalguía Un recuerdo, una ofrenda generosa De cariño, amistad ó simpatía, Y que estima sin duda en alto precio Porque saben las miran con aprecio. Y en suma, cuanto zonzo se imagina EL ÁNGEL CAÍDO il 7

Que el tintero del vate es la piscina Donde pueden mojar, beber, lavarse Todos sin ceremonia y refrescarse. Oh poética gloria ! Envidiable eres Acá, sin duda, en el plateado Rio I i, Qué mas honra y provecho ganar quieres i Oh vate ! en tu ambicioso desvarío?

Esto, en cuanto á la glorio, lector caro. ¿ Qué otro aguijón estimular podría? ¿La plata?es cierto; aunque no soy avaro Por oro trabajar me gustaría; Por cada verso aurífera guinea Recibir como Byron, y comprendo Debe ser agradable la tarea, Fortaleza inspirar, estro estupendo, Y concibo también de esos autores Que allà en la vieja Europa hacen primores, La vena tan activa y tan fecunda, Multiforme, estrambótica y profunda, Cuando contemplan el nervioso fluido, El sudor de su cráneo convertido En todo aquello que mas tienta al hombre, En oro, y en respeto, y en renombre* Pero, lector, à tu opinion me asocio, En todo para mí muy respetable, EL ÁNGEL CAÍDO

Que entre DOS escribir es mal negocio Y negocio ademas desagradable; Y por esto si escribo, no me inflama Cebo de oro, de plata ni de fama.

Solo me quedas tú, lector querido, Para dar à mi péñola alimento, A mis ocios un rato divertido, Calora mi abatido pensamiento, Hoy que otra vez he dado en la manía De escribir (no vil prosa),poesía. No me abandones, pues, note me apartes, Aunque de verso mío al cabo te hartes, Ya sabes que te tengo en la memoria. Te daré, si lo quieres, de mi gloria La mas hermosa parte, lamas rica. La que mas lisonjea y glorifica; Porque sin tí, en verdad, no alcanzo cómo Podrá nadie escribir, no digo un tomo, Ni medio, ni una pajina siquiera Concebida, se entiende, en la mollera.

Vuelvo, pues, à invocarte muy sumiso, Caro lector, que me eres tan preciso; Y à vosotras también, bellas lectoras, Que tan amables sois, tan seductoras, EL ÁNGEL (MIDO 41*J

Que anidáis en vuestra alma aquel destello Columbrador délo sublime y bello, Que lo sabéis sentir con pecho ardiente, Que lloráis, suspiráis tan tiernamente Cuando el vate que os ama y os recuerdn, Hábil os toca la sensible cuerda. Bellas, cuya sonrisa bastaría A infundirme poética armonía, Realizando con este y mas prestigios Del fabuloso Or feo los prodigios, Mi Musa hoy os invoca, porque el alma Sois de su inspiración y dais la palma,

A vosotros también, ilustres sabios, A quienes nombre, ilustración ya sobra, Hija de alto labor, de cuyos labios El éxito feliz pende de mi obra; Que á vuestras otras grandes y creaciones Debéis las estupendas ovaciones Que la Europa y la América os tributan, Y el público respeto y prepotencia Que una turba de intrusos os disputan Sin legítimos títulos de ciencia, Movidos solo por su audacia loca; Luminares del Plata, hoy os invoca Trémula de pudor, toda confusa, 420 EL ÁNGEL CAÍDO

En su carrera audaz, mi infantil musa. No la neguéis vuestro benigno fallo, Ni aniquiléis, por Dios, con aquel rayo Reprobación! aquestos juguetillos De mi musa inocentes y sencillos*. Ella no sabe mas ni mas le es dado. A subir donde estais ¿ quién será osado ? ¿Quién podrá disputaros en el dia La grande y natural supremacía Del ingenio, del arte, y de la ciencia, En que fundáis renombre y prepotencia ? ¿ No la reveían los escritos vuestros Quo el pueblo estudia y con razón venera ? l Qué son ante ellos los mezquinos nuestros? ¿ No es el lauro del genio que supera ?* ... Vosotros, pues, que el alto predominio Conquistasteis del mundo inteligente, Que sois reyes de barro, el patrocinio No me neguéis, por Dios! que imploro ardiente»

Doña Ana ha mejorado; ia alegria Se ha vuelto ä reanimar en sus hogares, Aunque en su faz se nota todavía El rastro del dolor y los pesares, Y aquella palidez y abatimiento. Nuncio del mal que amortiguando lento EL ÁNGEL CAÍDO

Vá en lo interno el principio Je la vida. Ä veces también Angela absorvida Parece en una idea algo molesta, Algo triste para ella; otras dispuesta Al regocijo frivolo como antes; Sin embargo en su casa visitantes No reciben aun; bay un motivo, Un misterio que el ojo siempre activo No ha logrado escrutar de los curiosos-. Cada uno se lo espííca a su manera Y hace sobre él comentos caprichosos, Sin que ninguno adivinar pudiera El motivo por qué en aquella casa Esiraño es hoy cuanto se observa y pasa. Hija y madre parece su recreo Hallaren el retiro solitario; Nadie como otro tiempo en et paseo Habitual para entrambas, casi diario, Ni en el teatro las vé hoy. Uno atribuye Aquel cambio de vida á la pobreza; Otro imagina que tan solo influye La salud de doña Ana y la tristeza; Este, que en la familia hay desacuerdo Y muy serios disgustos conjetura Por un lance de amor qvie calla cuerdo; Aquel dice por bajo, y asegura 432 EL ANGEL CAÍDO

Que un desliz, un misterio bajo capa De enfermedad supuesta se solapa. No falta quien murmure injustamente; Su retiro del mundo estrañez causa: No saben el por qué, y mas conveniente Es encontrarlo en deshonrosa causa; Porque halla cebo y diversion la lengua En lo que de otro la opinion desmengua.

Entretanto, solo Angela padece Por ese retraimiento calculado, Y monasterio triste le parece Su casa do el bullicio acostumbrado De visitantes no oye, ni el murmullo Alegre y vividor para su orgullo. Padece à mas, porque recien empieza A pensar seriamente en la grandeza Del sacrificio suyo, involuntario, Aunque fatal á un tiempo y necesario. Y á solas, triste, meditando en eso Se abisma y pierde, y se devana el seso Sin encontrar de salvación salida; Y sostiene una lucha enardecida En lo hondo de su pecho, y mas padece, Se consume, anlcjuïîay entristece. Mas luego se resigna, porque, ¿cómo EL ÁNGEL CAÍDO 423

Retroceder si su palabra ha dado ? Si la mama lo quiere, y es de plomo Su voluntad ? Si venturoso estado La guarda el porvenir ? Si su ley dura La impone inevitable desventura ? desistencia, es verdad, mucha no hizo ella» De frivolo carácter, veleidoso, Como buena hija y tímida doncella Al querer de la mama algo imperioso; Porque mugeres nuestras, ni resisten Ni quieren con indómita potencia. Y obedeciendo mansas se revisten De alta resignación y de paciencia, O se entregan llorando á su destino Y se consuelan gronto en eí camino* Sin embargo, aguardar ella quisiera Porque algo ardiente, alucinada espera;— Pero ya es tarde, si y su anhelo vano.

Doña Ana, aunque de su Angela percibe La estenuacion y palidez estraña, No penetra la causa ni concibe, Porque mundano cálculo la engaña, O halla bueno y fecundo en beneficio Ese Jel sentimiento sacrificio, Prostitución infame, autorizada 'i21 EL ÁNGEL CAÍDO

Por tendencia del tiempo depravada^ En que de la hija tierna á peso de oro La castidad se vende y el decoro. Y atribuye ese cambio à los pavores Que el pudor virginal esperímenta Cuando entre obscuros, místicos vapores El tálamo nupcial se le presenta, Vcandido, ignorante, aunque deseoso, Camina hacia él con paso temeroso. No la habla ya de asunto que acordado Por voluntad de entrambas ha quedado, Ni lo pone en cuestión, antes procura Lisongear, arrullar su fantasía Con el cuadro feliz de la ventura Que van prontoá gozar en compañía. La habla de joyas, bailes y paseos Y de tertulia en casa y de recreos Que nunca acabarán; y habiéndola ella De una existencia tan fecunda y bella Es realmente feliz, prueba un contento Sn corazón de madre inesplicable; Porque va á realizar el pensamiento Alas grato de su vida y entrañable, Ver à su tuja casada con un hombre Muy rico, de augusto y de buen nombre. KL ÁNGEL CAÍDO 42O

La dicha de Percira ya ha tocado El límite ideal, y en desvario Le tiene el corazón: ha conquistado. Después de tanto afán, tanto desvío» De aquel ángel rebelde el amor puro. Un sueño le parece, é inseguro Todavía el espléndido trofeo Que codició años tantos su deseo. «Ocho soles, se dice, y serà mía, Por siempre; sí.»—Mas luego á su esperanzo, Tan llena de calor y lozanía, Un siglo le parece esa tardanza.

Don Luis, en tanto, venturoso ignora Lo tramado contra él, lo que le aguarda; Porque aunque luz rio vé consoladora La pasión viva que en el pecho guarda, Y cada día mas vigor adquiere, Ilusiones cstrañas le sugiere; Mantiene en agradable incertidumbre Su ardiente corazón, y una vislumbre Misteriosa de dicha y esperanza Le deja traslucir en lontananza. ¿Porqué à Angela no vé? ¿Porqué aun le esquiva Una mirada suya fugitiva ? ¿ Por qué su rostro hechizador esconde ? KL A Niï EL CU DO i Por qué á las cartas suyas no responde ? Ni á el eco de su amor, cuando la llama? Quizá de noche al lado de la mama Como un ángel, benigno triste vela Defensar abrumada y de fatiga, Duerme de día y nadie la consuela, Ni escucha el eco de una voz amiga.— Así don Luis su corazón engaña Unas veces sombrío y receloso, Y otras aduerme la impotente saña De su âfesgeeho altivo y orgulloso:— «Esperemos,» se dice, y forzoso era; Pero ansioso esperando, desespera.

Otras, el cuadro de la noche aquella So goza en bosquejar su fantasía, En que con voz ya trémula soltó ella Aquel tierno—«tu amor me bastaría.» Y toda su alma, la ternura absorve De esas palabras llenas de donaire, Y aun le parece que su amor las sorbe Como esencia balsámica en el aire, Y las oye vibrar en sus oidos Y clavadas las lleva en los sentidos, Y las repite andando caviloso Cuando amorosa exaltación lo inunda, EL ÁNGEL CAÍDO

Y sobre ellas, artista caprichoso, El paraíso de su gloria funda.

Otras recuerda de don Juan su amigo El anuncio fatal, y despechado Ö llevando frenético consigo Infierno de pasiones agitado, De paso echando sobre objetos rojos Despavoridos y brillantes ojos; Vá, viene, ciego la ciudad recorre Sin probar ni descanso ni fatiga, Hasta que brisa de la mar que corre La fiebre de su espíritu mitiga.

Otras, tranquilo el ánimo divierte Con sueños juveniles de la vida. Su pasión primera es y la mas fuerte La (nie raiz mas honda y mas nutrida Tiene en su corazón, uno por uno Cortar podrán sus vigorosos tallos. Pero si vivo permanece alguno, Irán por ellos nutritivos rayos, Semejante á la savia que fecunda, Al foco interno do el calor abunda. Solo un golpe, unosolo de repente Aniquilar podrá su vida ardiente. EL ARGEL CAÍDO

La víspera del día señalado Ua lucido fatal, y preparado, En casa de doña Ana ya está todo. Adornan el salon muebles de Francia Deesquisita labor, y en su acomodo El buen gusto resalta y la elegancia Que en la señora y su hija era notable* El misterio por fin impenetrable De aquella reclusión se ha comprendido, La nueva del noviazgo se ha esparcido Con infalibles visos de certeza Por la ciudad con general sorpresa, Porque era inesperado: se sabía Que asidua corte á la Angelita hacia Pereira, es cierto; pero nadie en eso, Que no era nuevo y singular suceso. Paraba la atención: á mas, rivales Se suponía con razón tuviese, Jóvenes y de prendas mas cabales, Y nunca se creyó que él los venciese En tan bella conquista. En los salones A hablar se empezó mucho, y sus razones, Salpicadas de dichos muy picantes, Daban en contra y pro los opinantes. Eran gantes de viso, v nor un punto EL ÁNGEL CAÍDO 420

Interesaba a todos e 1 asunto, Que no era en sí trivial; porque en el Plata Un matrimonio es cosa que arrebata General atención, y da recreo Como un baile, un festin, un juvileo; Yo no sé si será por su rareza, O porque place tanto à la belleza Como mucho desplace á los varones, Cuya precaria vida en nuestra tierra La absorven y la gastan las pasiones, Los azares y angustias de la guerra.

Se decia en el Pueblo:—Es buen partido. Es un mozo muy rico y distinguido; Pero serà en suszelos un demonio Como buen brasilero. —Es matrimonio Muy desigual; cuarenta j cinco cuenta. ¿ Y ella cuantos tendrá ? —Camina á treinta. —Jesús 1 ni veinte y dos:—hemos andado En una escuela juntas. —Buen bocado Se lleva el brasilero:—es muy hermosa. Tiene el oro una magia prodijiosa; Todo lo allana. Í30 LT ÁNfiEL CAÍDO

—Vella repetia Que ni ápice de amor por él sentia. —Asi suelen decir cuando mas quieren; Me atengo al hecho. —El desengaño adquieren Ésas que coqueteando nos embroman Y el primer candidato luego toman. —Ha desairado à un joven de talento. —¿A don Luis?

—La han cortejado ciento. Pobre es para ella. —Apasionado estaba. Parecía que de él ella gustaba. —No lo prueba. En resumen se decía Que à la oración del venidero día En su casa debían desposarse; Y en seguida con baile muy rumboso El consorcio feliz solemnizarse Para hacerlo mas célebre y ruidoso. Y era esto cierto: mas don Luis que vive Solitario y aislado, y aprensiones Fatales y tristísimas concibe, Quedan fiebre à su sangre y sus pasiones, Nada ha sabido, ni temer pudiera EL ANC.KL CAÍDO W 1

Lo que jamás pensó que sucediera. Amador entusiasta, algo novicio, À mundanas falsías no avezado, No concibe el amor sin sacrificio Sin fé y abnegación; y aunque burlado, La estima demasiado y no se atreve  imaginarla pérfida y aleve, Ni en lo remoto à sospechar que sea Capaz \m angeï de traición tan fea.

Y á la verdad que en ella, mas que engaño Frivolidad se vë y coquetería; No ha calculado la estension del daño Que al que tanto la amaba causaria. Aquella noche que tan tierna estuvo Aloirlo, quizá alucinamiento, Exaltación en ella mas bien hubo Que espontanea efusión de un sentimiento De verdadero amor, cuya potencia Se agiganta en vigor con la violencia.

Mas que à su corazón, después parece Que resignada y débil obedece Al querer imperiosa de la mama, O à la voz del destino que la llama Adulador, y cede y no calcula 432 EL ÁNGEL CA mí)

Ni pesa su acto, y su ansia disimula. Angel caidpj cl ciclo la abandona A su suerte fatal, no i a ilumina; íïa preferido mundanal corona Arrojando deshecha la divina.

No lo ves ¡ oh muger !. .Tu ángel de guarda Alliestá solitario; el amor suyo Es amor salvador ansioso aguarda Una espresion simpàtica del tuyo, Un eco de tu voz en su desvelo Para llevarte á tu perdido cielo.

Pero es en vano ya. Don Luis espera Entre despecho y duda lisongera, Porque el consorcio convenido ignora; Pero al brillarla venidera aurora Heraldo de terribles realidades En su alma vino de congojas llena A concitar aquellas tempestades Que solo Dios ó un ataúd serena.

Jugó à un tiro de dado su destino; Mal albur le tocó, mala ventura. ¿ Queda para 61 de salvación camino ? ¿ Vengará la traición? EL ÁNGEL CAÍDO 43:)

—Frágil criatura, Descarriada muger, crimen seria, — ¿En su rival lo hará ? —Bien lo podría En duelo singular, mas no es culpado. —¿ Y si le mata quedara vengado? —Tal vez. —¿ Pero qué gana, si ha perdido El amor de ella ? —Gon certera bala Matará el que por otro ha concebido. —¿ Mas qué dirá la Sociedad que iguala Del hombre el sentimiento y las acciones Y ajusta á su medida irrazonable Las virtudes, los vicios y pasiones? i Absurda ley no le hallará culpable ? —Sí, es un loco, dirán, y condenado Será por criminal y desdichado. Esto piensa don Luis, y por su mente Pasa como su sangre, velozmente.

Cuando el ánimo incierto balancea, Teme, dada obtener lo que desea, Entonce está febril; pero descansa Cuando el objeto apetecido alcanza, O palpa lo real, ó de su engaño 43 i EL ANGEL CAÏDO

Rompe el prisma faíaz el desengaño, O su ardiente propósito consuma. Asi á don Luis la realidad lo abruma, Le dá resignación y aquella calma Del que marcha al patíbulo convicto Poniendo en Dios su corazón y su alma; Y lo que hará calcula en el conflicto, Hasta que en una colosal idea Concentrada la vida que lo inflama, Absorvido su espíritu—i qué sea i— Con gigantesca voluntad esclama.

La oración en los templos ha sonado f Y en casa de doña Ana ha penetrado Vividor movimiento y alegria; En su salon brillante como el dia Conversan varios hombres y señoras Ricamente vestidas, seductoras Por su belleza algunas y donaire. Allí Adelaida esta, la que yá oíste Hablar anteriormente, con cierto aire Enagenado al parecer y triste; Está junto á su Enrique, y ya es esposa Querida cual ninguna y venturosa. Allí Pereira, el novio afortunado De júbilo radiante, y à su lado KL ANGEL CAÍDO 4íU

Allí Angela también: en su semblante Algo pálido y mustio como errante Caviloso su espíritu se nota, Del gozo en él la irradiación no brota, Habla muy poco, aunque de cuando en cuando A Pereira escuchar parece atenta; Se diria que está como lidiando Por sofocar una emoción violenta. Hay, sin embargo, en su sonrisa pura Yo no sé qué simpática dulzura Que la dá mas poder y deslumhrado, Sumergido en un éxtasis sabroso, Tiene entonces al novio apasionado Que momentos después será su esposo.

Yen efecto doña Ana en el instante Con lujo engalanada, algo encendido Risueño en el salon mostró el semblante: Con joven sacerdote, yá vestido De albo sobrepelliz; se aproximaron Los novios á él llevados de la diestra Por los padrinos; luego se agruparon, Dando de interés grande viva muestra, Los parientes en torno y los amigos Que iban del acto aquel á ser testigos. El sacerdote abrió el libro sagrado: 430 EL ANÍi'ÉL CAlbÒ

La fórmula leyó. El novio tenía De emoción grata el rostro abrillantado; Angela mustia, y cabizbaja oía: Algo en el suyo misterioso anuncia.... La interroga á su vez; ella pronuncia Con apagada voz aquel si tierno, Voto de amor indisoluble, eterno Que la union de la carne santifica..., El sacerdote su importancia esplica. Conmovidos están los asistentes. Porque do quier la religion asoma Con sus símbolos santos y elocuentes Los mas rebeldes corazones ¡loma. Lágrimas à doña Ana se le saltan Dejúvilo y ternura; nadie sabe Qué emociones eléctricas asaltan La alma de la hija en situación tan grave, Nadie sabe si sufre ó se violenta Por mostrarse simpática y contenta; Quiza la madre esperta se ha parado Para infundirla espíritu á su lado.

Concluida está la ceremonia santa: Son esposos por mutua voluntad, Y en la tierra donde hay desdicha tanta Deben juntos buscar felicidad. EL ÀNGEL CAÍDO

Veremos sí es efímera, ó si dura Esa que á entrambos hoy sonríe pura.

Luego al salon donde sin traba alguna Charla alegre se inicia y oportuna, Traen refrescos ymaíe\os criados; Pasan horas asi, y de convidados Está muy pronto lleno*, parabienes Agradables sin cuento han recibido Los recien desposados, cuyas sienes Corona de lisonjas han ceñido. Gozarse mucho deben: lian tomado Todos parte en su dicha, y saludado De su nueva existencia los albores; Y Angela es mas feliz, ó lo parece, Aspirando el aroma de esas flores Que la lisonja efímera la ofrece.

La danza, en tanto, ondea por la sala Con su sonrisa alegre y con su gala, Con su talle gentil y su donaire, Con su mirar fascinador y su aire Melancólico y tierno algunas veces, Con sus púdicas, niñas esquiveces, Con el prestigio todo y seducciones Que halagan y estimulan las pasiones. EL ÁNGEL CAÍDO

Y Angela reanimada de repente Por su poder magnético se siente; El fresco rosicler en su mejilla, En su o|o ardiente de pupila negra Aquella chispa animadora brilla O simpático jubilo que alegra, En torno disipando lo sombrío Con mágico, invisible poderio. Nunca contenta como entonce ha estado Segim los que la observan, ¿Se ha olvidado Hoy que las auras del placer alienta, De todo ya la bella, ó lo aparenta ?

Natural era empero ^ tiempo bacía No probaba efusiones de alegría Su ánimo congojoso y oprimido-. Su pasión era el baile; hoy ha venido A visitarla en casa, y satisfecho Debe ensancharse y palpitar su pecho: La bella está con su querido ahora. La música, entretanto, tentadora Provoca al movimiento y á la holganza, Las parejas circulan, y ella danza Con gracia inimitable, y embebidos En la enbriaguez del valse sus sentidos, Su alma y su cuerpo están: en su sonrisa KL ÁNGEL CAÍDO 430

Radiante el placer brota; apenas pisa Su pié menudo el alfombrado suelo, Estrecho es el salon para su vuelo. Parece un cisne que con giro vago Riza la faz de cristalino lago; Y los ojos la siguen y se ofuscan Gonsu esplendor, y en remolino envuelta Se pierde de danzantes, y la buscan, Y reaparece la silfida esbelta, Al compás de la música sonora Desplegando su gracia encantadora. La cuadrilla gentil luego la llama, Después la contradanza; es incansable, En su elemento està; goza la mama Viéndola tan alegre, y adorable La encuentran los danzantes que en olvido Echan, harto obsequiosos, al marido* Con el ejemplo suyo se ha animado Mucho el baile, y las horas han pasado. Repleto está el salon: los concurrentes Por el patio y las piezas adyacentes Rebullendo circulan y se esplayan, Y espacio apenas los danzantes hallan. Angela del salon se ha desprendido, Después de tantas y abrumantes horas, 4'íO EL ÍNGEL CAIJ)Ü

Ansiando tomar aire. A su oido Yo no sé qué palabras tentadoras Un mensagero trae: vacila, duda Su alma un momento, y de temor cfesuuda O curiosa por que algo se imagina, A solitario cuarto se encamina Con un papel en mano; rompe el sello, La letra reconoce, y velozmente En él clavando su semblante bello, Leyó atónita, inmoble, lo siguiente.

Á ANGELA

Lo sé; ya eres feliz; ya considero Se habrán colmado los deseos tuyos: Voy á partir, y como amigo, quiero Darte mi parabién con un—adiós: — Quiero entre los raudales de harmonia, Las voces que festejan tu consorcio, Una esprecion mezclar de mi alegría, Un eco fugitivo de mi voz.

Quiero desde mi hogar felicitarte, Ya que te has olvidado, ó no has querido Que tome como tantos una parte EL ÁNGEL CAÍDO 414

En ventura tan grande para tí; Y lisongeartu femenino orgullo Quiero como tus nobles cortesanos, Porque un recuerdo de cariño tuyo Siempre como á ellos me envanece á mí.

Eres hábil, no hay duda: has calculado Muy bien para tu dicha; se conoce Que en la escuela que tanto has frecuentado Se ha formado tu virgen corazón. Has hallado el magnífico tesoro: Debe estar satisfecho tu egoísmo, l Qué importa lo demás ?—Honra y decoro, Vanas quimeras para el mundo son.

Esa es la bella y general doctrina Que rico fruto al paladar produce, La religion social que predomina, La que aprendiste tú en la sociedad: Tu ídolo santo es el placer mundano; Para teñera ese ídolo propicio Oro es preciso, y con ardor insano Buscas tú del placer la realidad.

Vender quisiste como vil ramera A precio de oro tu belleza rara; Has hallado feliz quien te lo diera: EL ANGEL CAIÍ>0

Yo solamente te ofrecía amor. Vas á entregar tu cuerpo á sus caricias, A sus besos impúdicos tu labio..., Y ol imbécil creerá que Tas primicias Gozando está de inmaculado ardor !

Creerá que de espontáneo sentimiento Hijos son tus halagos y ternuras, Que bebe en ellas el fogoso aliento De pasión primitiva y virginal; Y ebrio de amor, de dicha delirante, Te estrechará en su pecho., •. \ desdichado í Ni un latido amoroso en ese instante Serà para él del tuyo desleal.

No sabe que es falaz aun tu suspiro. Que nada tierno late en tus entrañas; Porque voraz y seductor vampiro, El mundo te ha chupado el corazón; No sabe que lia robado á tu belleza Su aroma divinal, su candor puro, Y dejado en tu frivola cabeza Vanidad solamente y presunción,

No sabe el infeliz que el pecho tuyo Un árido sepulcro es solamente, Y que en vano avariento el ojo suyo El ÁNGEL CAÍDO 443

Procurará sus fibras descubrir; No sabe que el gusano ha carcomido La flor del sentimiento en tus entrañas, Ni que tu alma, aunque joven, ha perdido La fe que alimentaba su vivir.

¿ Te acuerdas que cien veces me dijiste Que cariño ninguno le tenias? ¿Te acuerdas que otras tantas te reiste De sus transportes ele pasión por tí ? Pues bien, à ese que ayer escarnecía Tu vanidad mimada por el mundo» Habrás jurado amor con lengua impía, Muger, para engañarlo como á mí.

¿ Recuerdas como yó, la noche aquella Tan hermosa que estáticos nos tuvo ? Las efusiones de mi amor ante ella, Lo que tu labio entonces pronunció ? Recuerdas lo que tu alma apetecía, Lo que pasó por ella cuando tierna Me dijiste:—«Tu amor me bastaria»: Frase que en mi memoria se clavó ?

Mentiste entonce como habrás mentido En presencia de Dios y el sacerdote, Y con serena frente prometido 4 \ 4 FL i N G EL CAÏD0

Perpetuo amor, inalterable fé: En tu melifluo labio de sirena Vanas palabras son» no ecos del alma, Esas que como filtro que envenena Llevan fiebre mortal al que las crée.

Falsa muger, esfinge incomprensible, Rostro de ángel con alma de demonio. ¿ Te diera acaso ese poder terrible Para engendrar dolores Lucifer? I Por qué se muestra amable y tentadora La perfección divina en tu hermosura, Si propension maléfica y traidora Se oculta en tus entrañas de muger?

Frágil muger, de mística natura, O demonio encarnado en cuerpo de ángel, Un sarcasmo de Dios es tu hermosura, Su poder pone en duda divinal; i Por qué en tan bella y acabada forma Donde estampó con rasgos tan sublimes De lo ideal la incorruptible norma, No puso una alma en perfección igual ?

Hubieras tú en el mundo descreído Testimoniado la grandeza suya, Y en tu mortal carrera aparecido EL ÁNGEL CAÍDO US

Como un ángel de dicha y salvación; Hubieras hecho bendecir la vida, Santificando con tu amor á un hombre; Pero asieres, muger envilecida, Espíritu de muerte y perdición.

Para mi el porvenir y la existencia Bellos eran poco há, tal vez fecundos; Me has hecho blasfemar la providencia Y la vida temprano maldecir. Gracias te doy por eso que te debo En pago de mi amor; perdona si hora Tu regocijo à perturbar me atrevo, No pudíendo á tu boda concurrir.

Sin duda eres feliz; quisiera v.erte Gozar, reír al lado de tu esposo, Quisiera sin ser visto sorprenderte Colgando tu corona virginal; Y ver de tus pudores el desvío, De tu amor las primeras efusiones, l)etu esposo el ardiente desvarío. Las ternuras del tálamo nupcial.

Y en la embriaguez de amor que en tu sentido El deleite dulcísimo derrame, Un eco del sepulcro dolorido 44C KL ANGEL CAÍDO

Gomo súbito rayo hacerte oír; Para saber si ese eco conocía Ta corazón olvidadizo entonce, Y saber si io que era comprendía Aquel amor que aparentó sentir.

Ya basta, adiós: el ánimo turbado Tengo por congojosos pensamientos, Mis ojos escribiendo se han nublado. Una lágrima ha caido en el papel: Mira bien si lo quema; te lo advierto Porque ha dejado en mi mejilla rastro; Es la primera lágrima que vierto, Te la consagro como amigo fiel.

A Dios pluguiera que en licor como ese Gota à gota, cual plomo derretido, Todo el veneno abrasador saliese Que derramaste tú en mi corazón ; Cristalinos raudales te enviaria Como ofrendas à un ídolo de sangre, Y sereno y tranquilo pediría Al cielo para tí una bendición.

Vano es ya todo; en ambos el destino Puso sello fatal; nos encontramos; Yo me quedo cansado en el camino, EL ANGEL CAÍDO hVl

Tú marchas á buscar felicidad; Me contarás si la hallas en regiones Donde quizá á encontrarnos volveremos Adiós; al acabar estos renglones Mi espíritu estará en la eternidad. Luis

Angela concluyó la carta aquella Sin poder apartarlos ojos de ella. Pintar es imposible las estrañas, Las distintas, acerbas emociones Que moviera, punzando en sus entrañas Su orgullo y sus mas hondas afecciones, Aquel terrible inesperado acento De un condenado en la hora del tormento; Aquel grito sarcástico y profundo De amor y de despecho moribundo. Gomo abismada y casi sin sentido Cayó sobre un sofá» donde el marido, Con la carta en la mano acusadora, La sorprendió llegando de repente, Y lanzando mirada aterradora Que la incauta no viera felizmente,

A poco rato en et salon donde cita No volvió á aparecer la noche aquella, 448 EL ÀNGEL CAÍDO

Donde alegre la música y la danza Al gozo estimulaban y la holganza, Se esparramó el rumor desagradable De estar enferma la Angelita amable. Doña Ana corrió adentro: al punto yino, Dando de un accidente repentino, Nuevas algo alarmantes el esposo, Y en su semblante inquieto y demudado, En su lenguaje mismo trabajoso, Vivas muestras de espíritu agitado. Se ínterumjjip la danza y en corrillos Empezaron á hablar sobre el suceso, Aesplicarlo con términos sencillos, Achicarlo, abultarlo hasta el exeso, A buscarle un origen misterioso. No faltó quien dijera que el esposo Zelos tenía con razón, ardientes, De alguno de los muchos concurrentes. Quien pensase era solo estratagema De su amor impaciente, que aguardando Deleite celestial, dicha suprema, Debe andarle en el pecho retozando.

Doña Ana al fin se presentó en la sala Noticiando á la noble concurrencia, Que su Angela querida estaba mala EL ANGEL CAIRO 449 Y exigia reposo y asistencia; Por lo cual con bastante desagracio Se fueron los danzantes escurriendo Era lástima ! alegre y animado El baile à la sazón se iba poniendo.

Daban las dos, y en casa de doña Ana Todo estaba en silencio; parecía No hubiese retozado allí liviana La danza juvenil y la alegría, Y que al salir entrambas con presteza Hubiera entrado la fatal tristeza. Solos están: la mama y el marido Penetraron con ceño algo abatido De la bella Angelita al dormitorio; En la noche feliz del desposorio, Después del triste inesperado lance. Violento debió serles ese trance. Lo que entre ellos pasó; loque allí hablaron, Permaneciendo hasta la aurora en vela, Nadie pudo saberlo: lo guardaron En lo hondo de su pecho con cautela. EL ANGEL CAÍDO

Amaneció, y mientra allí la trama Se iba urdiendo tal vez de negro drama, Nótanseen otra casa hondos gemidos, Murmullo, confusion deestraña gente, Y de espanto ó dolor sobrecogidos, Muchos ojos mirando atentamente El cadáver de un joven que yacía Sobre lecho de sangre; destrozado Parte del cráneo lateral tenía, El cabello revuelto y erizado, Entreabiertos los párpados; inmoble La pupila do el fuego de alma noble Entusiasta brilló: sudario rojo Cubría al parecer aquel despojo; Todo era sangre allí; y del aposento Negra sangre encharcaba el pavimento. ¿Quienpudo derramarla?. .¿Un asesino?... No era de creer. ¿Un golpe repentino De imprevisión, ó en el delirio insano Rebelde contra sí su propia mano ? Bien pudo aquesto ser; pero en su frente Rastro fugaz de la pasión demente Que á esa alma impresionable dominaba Cuando el terrible golpe descargaba, El ojo inteligente no descubre; Sangre negruzca la barniza y cubre, EL ÁNGEL CM DO 451

Y en ella solo la espresion horrible De la violenta muerte está visible. La marca, empero, resaltaba impresa Del plomo en la pared, y sobre uaa mesa La pistola fatal que entre sus dedos Encontraron ya inmóviles y quedos, Y una carta «à don Juan» quien tiempo hacía Solo en el campo habitación tenía.,

Era don Luis, la víctima inocente De una pasión de amor, sobrado ardiente, Sobrado colosal; agitaciones En su cabeza sublevó infernales, Y reventando al fin en convulsiones Salió por sus arterias à raudales, Como revienta la encendida lava Que en el fondo del cráter fermentaba. Eso solo, que veis, inanimado, De una vida tao. joven ha quedado; De un porvenir tan bello y tan fecundo Ese sangriento y funeral despojo Que será pasto del gusano inmundo. 6 Por qué miro tan joven con enojo, Con desencanto estéril la existencia ? i Acaso sus funestas realidades Le reveló temprano la esperiencia ? EL ÁNfiEL CAÍDO

¿ Qué dolores sufrió, qué tempestades Naufragar, abismarse una por una Sus esperanzas vírgenes hicieron? Antes de aquella no sufrió ninguna, Vero tremendos sus embates fueron. Lo sorprendió soñando en bienandanza De un mundo queen idea lia descubierto, Xperdió et infeliz toda esperanza; Buscó en la eternidad seguro puerto.

Era de esos espíritus potentes Que nunca retroceden ni se paran, Y ansiosos, hijadeando y febricentes La idea ó realidad de que se amparan Con heroico tesón buscan, persiguen, Sucumben en su empeño ó lo consiguen. Estaba á mas, en esa edad robusta En que à limite humano no se ajusta El espansivo ardor de las pasiones, Y toman gigantescas proporciones Su apetito ó querer; en que una intensa, Dotada de poder y vida inmensa, Nos domina y arrastra omnipotente; En que parece para amar vivimos Y el ardor de la carne y de la mente Se resuelve en amor: solo sentimos EL ÁNGEL CAÍDO

Gloria, placer, felicidad, amando, Y esos bienes frenéticos buscando Fácilmente tocamos los estrenaos-. Asi se descarrió; no le acusemos* La turbación febril de su conciencia, ¿Quión puede calculará sangre fría? ¿Quién medir de su angustia la violencia ? Ella, es cierto, desleal no merecía Holocausto de sangre ni el incienso De ese amor puro, generoso, inmenso, Capaz de heroicidad y sacrificio; Pero para él, de corazón novicio, Esa muger tan frivola y mundana Fué un ángel de candor y de belleza, El tipo celestial en forma humana Del sueño juvenil de su cabeza. Conoció su error tarde, y despechado Mas que por ella, se quitó la vida Por verse de repente asi burlado En ilusión tan bella y tan querida. Se puso en rebelión contra sí mismo Su orgullo delirante, descubriendo Era error su fantástico idealismo, Quimera lo que anduvo persiguiendo* i Terrible decepción de una esperanza Tan viva y entrañable, que no alcanza ioi EL ÁNGEL CAÍDO

Ä reemplazar jamás otra ninguna, Y tocias las engendra, las auna.. I Guando ella de improviso sobreviene, El porvenir, la juventud ¿qué importa ? Si asidero en la tierra, ya no tiene Ni aura vivificante la conforta? Un cirujano entró, y como convulso Un músculo ó tendon notó en la herida, Y en sus arterias todavía al pulso Sintió asombrado palpitar la vida. ¿Noera cadaver aun ? Acaso aliento En su pecho tenia el sentimiento?... •

La nueva del suicidio que ha corrido Por el pueblo, entretanto, ha producido Fuerte impresión de espanto y estrañeza; Lo que era natural, porque en el Plata Solamente quien pierde la cabeza (Lo que es muy raro) ó el simplón, se mata. Y acaso porque pasan l·onavtta Los vivientes en él, y nada agita Su manso corazón y su alma estoica, O tienen fibra al sufrimiento heroica, Un escándalo horrible es un suicidio;— No so conoce Spkn,à ese fastidio EL ÀNGEL CAÍDO 455

Funesto de vivir, que à los franceses Hegalaron tiempo hace los ingleses. Es entendido, pues raros son esos Que á plomo se hacen refrescar los sesos; Mártires no hay ni penitentes bonzos Que á una idea sucumban como zonzos; — Porque no hay ni doctrinas ni creyentes Ni hasta ese punto apasionadas gentes. Todos muy quietecitos el amargo Cáliz apurar saben; sin embargo, El derecho de muerte unos sobre otros Tienen, sin suicidarse, entre nosotros Los hombres (reservando á las mugeres Para el deleite y frivolos placeres) Y ampliamente lo ejercen como es justo, Se matan y degüellan á su gusto* Columbrarse podrá por la doctrina Que en el Plata sobre esto predomina Como el suicidio de don Luis juzgaron, Lo que vieron en él y lo que hablaron. Pero el por qué, se indaga, y sus amores Salen á plaza; el matrimonio luego, De Angela la perfidia, y los furores De su amor propio despechado y ciego, Y asi todo se esplica y se vé claro El fondo mismo del suceso raro, 4ü6 KL ÁNGEL CAÍDO

Entonces los que al baile concurrieron La misteriosa causa descubrieron Que á interrumpirlo vino, y comenzaron A circular especies y comentos, Y las lenguas ociosas fabricaron Sobre esa base escandalosos cuentos* De Angela mucho padeció el buen nombre; La opinion con justicia la acusaba De haber vendido su hermosura ä un hombre. Su amor sacrificando y al que amaba; Y aun su desliz antiguo mas de un labio La echó en rostro también, en desagravio De la victima suya, que escribía A don Juan lo siguiente en su agonía.

A G ONÍA

Voy á morir: lo quiere mi destino. Todo lo he examinado: no hay camino Donde la planta mia no tropiece; Nada halagüeño el porvenir me ofrece. Contra un muro de bronce se ha estrellado Mi orgullo que corria desbocado Por quimérico mundo; r>etras estaba el paraíso eterno EL ANGEL CAÍDO 457

De mi imaginación con su fecundo Deleite sin igual—hallé un infierno. ¿ Porqué, por qué, Dios mió?—Porque no era Un ángel como yo me lo creyera, Sinó un demonio el que tomó nor guía En su rapto ideal mi fantasía; Demonio en forma de ángel, que sonriendo Con pudor virginal, me iba atrayendo Al lugar do se pierde la esperanza. .. . Ya estoy en él, y su poder me alcanza, Y la mirada suya me electriza Y me envuelve en sus redes y me hechiza, Me persigue äoguier, doquier me apremia... ¿ Demonio es ese, seductor, Dios mió 1,... O alguno de tus ángeles ? Blasfemia î Infernal debe ser su poderío. Lo estendió sobre mí para engañarme Para fingirme amor y traicionarme, Para vender su cuerpo; i horrible idea l La que tan pura vi, mancha tan fea i, Como echó sobre sí ?. •..

¿Podrán dos vidas, sin violencia alguna, Por el solo interés fundirse en una ?.... Para burlarse te marcó el Demonio EL ANGEL CAÍDO

Del amor y del santo matrimonio; Maldita estás, engendro de Gomorra. ,.. ¿ La infamia de esa union acaso borra, Lava una bendición?, ., .Santa seria Si le tuviese amor, si fuese pura El cielo como yo bendeciría Esa union de muger, aunque perjura; Pero asi sin amor \ on Dios eterno ! Es un pacto monstruoso del infierno.... Pudor, virginidad, castidad, ¿qué eres? * Qué sois vosotras, miseras mugeres. Si por oro trocáis lo que hay divino En vuestro frágil ser ?

Y si lo ama ? t imposible 1—no lo puede, No concibe el amor ni ai amor cede Corazón tan viciado como el suyo De mundanos instintos y de orgullo.... Me hubiese amado á mí, ámi que amaba Con pasión virginal, que la adoraba

Como se adora á Diost y todavía La amo. Qué digo ?. .. .nó deliro necio; Se ha envilecido mucho... .la desprecio; No era digna de mí. I Quizá la madre EL ANGEL CAÍDO 459

Torció su voluntad ! Vieja maldita l Quo la carcoma del dolor taladre Tu corazón hediondo donde habita Mundanal corrupción, y que nublado Siempre esté tu horizonte ! Has estraviado Ese ángel desde niño, y en su seno Inoculado el corruptor veneno; En vez de la virtud, en su alma pura Solo sembraste la simiente impura: De esa chispa de Dios, de la mas bella Obra de su creación, formar debiste Una esposa, una madre has hecho de ella Algo que el labio à pronunciar resiste, Un ser inesplicable una vil cosa Que ante Dios contra ti da testimonio, Y rasgos tiene en su natura odiosa De la muger, del ángel y el demonio. Imbécil, por el mundo renegaste Tu misión maternal, criatura abyecta La hechura del creaíor ô*espe<ïazaste, Que volverle debiste mas perfecta.

Mi cabeza es un horno; en ella opresos Parecen como plomo hervir mis sesos; Pronto reventarán, no sonó la hora; Cesará este latir demis arterias, 400 EL ANGlîl CAÍDO

Se calmará el ardor que me devora. Bello ora el mundo, sí; de sus miserias Fatigado ya estoy;—se rompió el velo Que las cubría para mi;—en su cielo, Solo tinieblas hay, noche profunda Que el alma, el corazón, todo me inunda. No lo creerán asi, ni comprenderlo Sabrán quizá los que del mundo gozan; Imbéciles no vén:—vo á conocerlo Aprendí mientras ellos se alborozan, l Insensatos !... .Seguid vuestro camino ! Yo por el mió voy... .no por el de otros; De mi no os ocupéis:—hay un destino Para cada mortal:—seguid vosotros.

Bella es la vida, sí, cuando potente Late el pecho feliz; cuando la mente Ocupar puede su sublime rango Y el yó ejercer su actividad fecunda, Libre y ufano; pero en este fango De sangre y corrupción que nos circunda,

Débil lidiando contra el mal sin frutot El hombre se anonada y queda el bruto;— EL ÁNC.EL CAÍDO 401

El hombre material aunque sensible. ... ï Existencia, por cierto, apetecible ! Y Ja Patria ¿dó está? Bella quimera De la dichosa juventud primera, Farsa horrible hoy no mas- vacío nombre Para engaño y traición. Ni patria, ni hombre. Uranias dó quier de nulidades; La sociedad que endiosa á la riqueza Desdeñando las nobles facultades, Ahogando el corazón y la cabeza. I Bella vida, por cierto ! Yo creía Que el rango de hombre ambicionar podria, Porque à mí como à todos esa herencia Concederme debió la providencia, t Mísero ! nio engañé; no lo quisieron Ï4OS que estaban en alto como reyes Porque antes se arrastraron y subieron Pisoteando los fueros y las leyes. Era para ellos el espacio chico Y dijeron—«aquí no suben otros, (El caudillo, el mandón, el procer rico) Nadie puede igualarse con nosotros; Abajo el que no quiera ser lacayo O el feudo tributarnos de vasallo: Soloá ese precio se conquista el nombre, 4«2 EL ANÍiEL CA IDO

El fuero activo y la nobleza de hombre.» Si á esto llamáis vivir, como reptiles Arrastraos á los pies de esa caterva De advenedizos de la suerte viles; De la vida del bruto que os reserva, Vivid, comed;—Sulátigoó desprecio Sufrid riendo con orgullo necio; No pensais ¿ Qué es la idea ? ahogad los males Con la embriaguez de goces materiales; De vuestra vida no miréis el fondo: Brutos, gozad!. .que en vuestro fango hediondo No quiero revolearme, y á esta vida . Doy por mejor, eterna despedida.

La juventud es bella, sin embargo, Porque grato es amar y ser querido ; Pero perdí su amor y del letargo Despertarme debí sobrecojido*. Perdí su amor, del corazón tesoro, Me lo ganaron con un poco de oro. Jugó el amor y el oro una partida, Ganó el primero,—justo—era materia; El placer material, eso es la vida, El amor humo, \o demás miseria. ¡ Sublime concepción de la criatura Hecha k imagen de Dios 1 EL ÁNGEL CAÍDO \

l Pero en balanza Poner mi amor con oro I La mas pura Substancia de mi ser ! Lo que no alcanza A concebir ni escudriñar la mente I Lo mas santo y divino que se siente ! Es horrible ! Es horrible !— Si supiera Lo que es mí amor. Si guilatar pudiera El valor de la joya que ha perdido; Del culto que la daba io escondido, Lo místico; lo santo, quizá en ella Lo impuro y mundanal se aniquilase, Y la afectuosa divinal centella Al soplo ardiente de mi amor brotase.

Pero ya será esposa; consumado El pacto del infierno habrá quedado, Y los demonios algazara impía Alzarán en su triunfo de alegría, Y llorarán los Ángeles, perdido, El que tan bajo de ellos ha caido Para entregarse en adulterio al mundo, Y la estará frenético gozando, Y abrazo entrambos se darán inmundo. 40% EL ÁNGEL CAÍDO

De embriaguez y deleite palpitando. Ceba, ceba, muger, no te fastigues, Con impúdicos besos su lujuria; Bien te los paga, esfuerza la mitigues.... Omisa no hagas al pudor injuria. .., Un beso tuyo, sí... .por uno tierno Ea orenda mi alma entregaré al Infierno. ¿ Me lo das ?.. t Oh I soy pobre, y tú venales Solo en eliabio tienes y carnales. Que asco me dan... .casarme he decidido Per esto joven, hoy: quisiera verle En mi boda... .la esposa que he escogido Es una virgen que se llama.. ..muerte: La estrecharé en mis brazos con misterio Para que dé ami sangre refrigerio.

¡ Qué pesado es el tiempo I ¡Cómo tarda Para quien de él la redención aguarda, El gozo y la quietud !—En mi cabeza Como una eternidad su mole pesa..,. i El tiempo I lo infinito I i Qué es la vida En esa eterna sucesión perdida Dédias y de noches?—Es un grano Impalpable de arena en el océano, Chispa de luz en el solar diluvio. En el espacio imperceptible efluvio. El, AN fi KL CAÍDO 4

Ése grano, ese efluvio, esa centella— ¿Quó valor tiene tin la creación?—ninguno-. Vor qué prendarse tan al vivo de ella ?.... Perderla hoy ó mañana, todo es uno. Cual me la dieron, pura, la devuelvo Sin mancha corruptora al increado, Cuando corlar el vínculo resuelvo Que á la carne la liga y al pecado.

Vero à la vida universal la mía So encadena por alma y sentimiento Y concurre del todo en la armonía Como el insecto vil; mi pensamiento Concreta en sí, refleja la natura Como foco vivaz, y á la criatura Racional como yo también mo liga El odio ó el amor que en mí se abriga: El misterio està ahí porque á la tierra, Como árbol colosal de hondas raices, Esta existencia ele dolor se aferra. Vero yo ni amo ni odio; los felices, Los vínculos robustos se rompieron. .. Cortáronme á raiz; el golpe dieron De hacha en lo vivo de la vida mía.... Mi corazón simpático, entre tanto, Todo en amor, en ese fuego ardía lid EL ANGEL CAÍDO

Engendrado!' del bien y de lo santo: Hoy ya no puede amar, ni halla quien lo ame, Ni quien consuelo en su dolor derrame; Huérfano está en el mundo como el niño Que al muladar arrojan: muy temprano Le llevó Dios el maternal cariño; Y al separarse de él, amor humano No le arranca una lágrima importuna, Ni à mí tampoco me darán ninguna 1.. . NÏ una lágrima i oh Dios !. . ni un rostro pulcro De virgen, ni una flor ä mi sepulcro! i Oh miseria la mia !* .1 Oh desamparo 1 Clemente Dios que la mirais, perdona, Si contra tí rebelde me declaro, El vinculo rompiendo que eslabona Mi ser á tu creación, pues de sí mismo Ella lo arroja y al no ser lo abisma.

He mentido: criatura hay en la tierra Por quien ardiente mi pupila llora; Todo el amor que el corazón encierra Por ella acaba de salir ahora.... I Una lágrima !— sí — nunca abrasara Mis ojos una vez, es la primera... . Jamas creí que en ellos asomara Signo de angustia y turbación tan fiera. . . . KL ANfiEL CAÍDO Í67

1 Perla es cristalizada à fuego lento En el vivo crisol del sentimiento !... . Se la mandé en la carta. Ora la bella Danza con el esposo y se divierte.,.. Qué loco fui ! Todo mi amor vá en ella, Por eso está en mi corazón la muerte.... I>ebe estarla leyendo muy de prisa. ... Tal vez vierta una lágrima, y el suyo Se conmueva por mí. Nó, la sonrisa Veo en su faz del satisfecho orgullo*.,, Soy su víctima ya: después serena, Estéril compasión dará ámi pena. .. . Oh muger infernal ! Para una tumba Sarcasmo horrible es ese: por él gracias, Gracias sin fin. El péndulo ya zumba.... Va à hablar de eternidad. .. . Todo falacias Fueron de la ilusión—maga sombría Trabúcala razón. La fantasía Angel mêla mostró, me la hizo bella, Fingióme amor, para perderme, en ella.... Todo mentira fué, todo aparato,... Yo el engañado fui, yo el insensato. ... I Diabólica ficción que aun me fascina ! S EL ANÍ;KL <;AI»O

Maldita sea la ilusión divina Que sueños inefables nos infundo, La esperanza dichosa que nos vela Nos esmalta el error y lo confunde, Lo mas sublime que nuestra alma anhela; Lo bello, lo ideal, esas visiones Que entre las luces de dorado prisma Deslumhran los sentidos y pasiones; El concepto que forma de sí misma La orgullosa razón; maldito sea El deleite, el amor con su arrebato Mas puro y virginal; cuanto recrea Alucina yarastra al insensato.

Maldición sobre ti, bella serpiente, Que el corazón me muerdes todavía; Me lo has deshecho ya. ... No; amor ardiente, Gigante, intenso, cual la angustia mía.

blasfemias I Basta, amigo; me despido De tí. Un adiós. La eternidad me aguarda.. Un sepulcro.. ; .Una lágrima te pido. ... Hecuerdo mío en tu memoria guarda.

LUIS. DÉCIMA PARTE

Revelación

Ánimas dan. .. .¿ No es esa la morada Do recibió feliz la desposada Noches antes al son de la harmonía Prendas santas de amor y simpatía ? ¿Cita alli no se dieron amorosa h a jo ven tud alegr e y bull icios a, Y la danza gentil y la hermosura, Rozagante de lujo y de frescura, Para viendo celebrar las bodas De la mas bella y mas feliz de todas ? i Qué hay en ella de triste? Porqué abiertas De esa morada ahora están las puertas, Y eiilutadas de sexos d jferenLes Entran y salen cabizbajas gentes ? Kl ANGEL CAÍDO

Qué esperan ? qué hacen en la vasta sala, Desnuda ahora de su rica gala, O por el patio en grupos esparcidos Esos hombres que en ella ayer se holgaban ? ¿ Por qué se oyen vagar como gemidos Donde los ecos del placer sonaban ? ¿ Por qué hablan bajo, ó taciturnos, tristes, Esos rostros esían que alegres vistes? Es que el dolor fatal tan de repente Tan de improviso entró en aquella casa, Que herida de estupor està esa gente Sin comprender aun lo que allí pasa. Es que en la noche del deleite bella, Sin haber de antemano prevenido, A los consortes olvidados de ella, Por regalo de nupcias ha traído La muerte un ataúd: y al brillo estraño Délos cirios en medio del salon Pupilas cien, sobre negruzco paño, Lo miran con simpàtica emoción. i Quién gue vio á los consortes pensaria Que su ventura tan fugaz seria ! i Quién pudo imaginarlo ! y ei esposo i Donde està? nadie sabe: es un misterio. i Y la esposa?—su acento lastimoso No se oye en el hogar do tanto imperio EL ÁMGEL HA IDO 47 i

Ejerció ayer no mas. La comitiva Va camina, entretanto, pensativa Y las hachas y velas y faroles Visten la oscuridad con arreboles Vacilantes de luz: la puerta toma El ataúd por fin; entre el concurso El rostro de don Juan pálido asoma, Y hacia el templo de Dios prosiguen curso. La casa de doña Xna está desierta, Una voz dentro gimoteando llora, Se cierra con rumor puerta por puerta, Y cual si nadie la habitase ahora Silencio sepulcral entra á ocuparla; Es que su dueña acaba de dejarla i- Para mas no volver, y quieta en tanto Mañana dormirá en el campo sanio.

Pocos días después, en una casa De dicha y de oro aï parecer escasa, Sobre el muelle colchón de una marquesa Una joven muger tranquila duerme: En su pálido rostro tiene impresa La marca del dolor que la irió inerme: Como ébano lustroso su cabello Por b almohada se estiende y por su cuello, Y por su seno, recojído en ondas, EL AN

Dejando traslucir el alabantrü De sus formas gentiles y redondas. Del carmin de su labio, apenas rastro Rosado se descubre, que diseña Una boca lindísima y pequeña. La cabeza gentil sobre la almohada Tiene medio inclinada, Un brazo descubierto, y sobre el pecho Una mano tan bella y tan graciosa Que parece queen mármol la hubiera hecho La inspiración del arte primorosa., .. Duerme por fin, al parecer tranquila, Después de largo afán;—y su pupila No empaña ese licor cristalizado En el crisol del pecho lacerado, Y durmiendo se olvida que ha sufrido. Estático donjuán embebecido La contempla de pié, por la abertura De blanca y trasparente colgadura, Y entre la media luz que el cuarto baña; Gozar parece de su sueño blando, Sentir el Ansia y la emoción estraña Que esperi men ta el médico observando Volver por grados, [»a I pitar la vida Que imaginó sin remisión perdida. I:L ÁNGEL CA mo

Al cabo de tros dias de delirio Y de insomnio y de fiebre y de martirio lía dormido por fin: Dios la ha salvado. «Pobre muger ¡ tan joven y tan bella ! Fuera dejar el mundo desolado Aniquilar denn soplo esa centella De la divinidad. Sí, todavía Dichosa puede ser, y en su camino Derramar esperanza y alegría, Todo el tesoro de su amor divino-. Dejémosla dormir,»

Y don Juan se ib:if Cuando aquella muger abrió los ojos; Unamirada lánguida, espresiva, Echó sobre don Juan: matices rojos En su rostro asomaron, y le dijo Teniendo el ceño en su semblante fijo.

ELLA Tú eres? á verme has venido ?... Agradecida te estoy.

DON JUAN Sabes que tu amigo soy. ELLA Siempre don Juan, lo he creído, Pero ya 47'i Kt, AN fi KL CAinO

DON .HAN Cómo va hov ? Cómo te hallas?

KLLA La cabeza So me anda, no se por qué, V como plomo me pesa; Pero mañana en calesa Salir á pasear podré. ¿ Me acompañarás ?.,..

DON JUAN Pues nú ! Mi mayor gusto será ese,

KLLA Pero si tal sucediese, ¿ No piensas tú como yo Que alguien celos concibiese ?

DON it AN Qué idea ! de eso no hablemos.

Dices bien; aqui en la cama Siéntate, conversaremos; noN ¡v\y {sesienta en hi cama) TÍMIDO que decirte. . .¿y mama? KL ANC EL CAIOO 475

Dónde está ? no viene á verme, Se olvidó también de mí ?

DON JUAN

lia velado mucho y duerme; Y á fin de que no se enferme Conviene que lo haga así,

ELLA

Este cuarto me disgusta, No es el mió, era mejor; Mi mesa y mi tocador Se han llevado, y no ine gusta Porque allihay cosas de amor.

Alli hay versos de don Luis; De mí estaba enamorado. Decirle no me era dado Que en mi corazón raíz Otro amor habia echado.

Secreto que no diré Sino á tí quizá algun dia.. •. Pero esa carta ¿por qué, Llena de amarga «ironia, Escribirme? bien lo sé; 47(> EL ÁNfil-L CAÍDO

Era infeliz como vo A tu oicio habrá llegado Dicen que á mí me hart casado, Y por eso me escribió Esa carta despechado.

Pero también me decía Que pronto se casaría, Con no sé qué virgen bella, Y que á su boda con ella Verme asistir desearía.

¿ Se habrá casado, don Juan ? Será mas feliz que yó? Por qué á mí esposo me dan, Por quien de amor el afán Nunca mi pecho sintió.

Un esposo, nó; una furia De pasión y de lujuria, f)e aspecto en cólera horrendo, Que por fa boca, rugiendo. Vomita espumosa injuria.

No consientan entre aquí; Ale horroriza. ... .á don Luis, sí; Descosa de vorlp esl.nv VA, ANC l·If, CA UK) 477

Para decirlo que soy Siempre la misma quo fui:

Quizá su amiga mejor. Desearía quo supiera Que si en mi pecho pudiera Caber de otro hombre el amor, Ese amor, el suyo fuera.

Pero ah ¡ recuerdo, ya sé; Es cotila muer te su boda: À acompañarle yo iré: El beso que ella le dé, Gomo á él, á mi me acomoda.

Piensan que Dios no me ha dado Corazón ni voluntad, Y quitarme lian in te atado, Porque débil me he mostrado, Para elegir libertad.

Y la muger aquella se incorpora Y so sienta en el lecho de repente, Y pupila febril, fascinadora Clava en don Juan, le mira tiernamen te Sonríe, al parecer rememorando, Y luego con dulzura sigue hablando. KL ÁNGEL CAÍDO

«Quieren robarme, si, io que no es suyo, Las dichas todas que anhelante aguardo; Necios, no saben que mi amor es tuyo Y acá en el corazón yo te lo guardo. No saben que yo te amo; es un misterio Que à nadie he revelado yo hasta aquí, Porque rni alma gimiendo en cautiverio Suspiraba don Juan solo por tí; Y lo ignorabas tú, y nunca venias, Y á mi anhelo y mis votos te escondías,

« ¿ Lo recuerdas, don Juan ? muy joven era Cuando nos vimos por la vez primera; Y una congoja ya turbado había El reposo de mi alma y la alegria. Tarde te conocí y me pareciste El ángel de mis sueños salvador, El que á mi pecho lacerado y triste El bálsamo traia de su amor.

(f Oye ! muy niña, un joven me sedujo Con falso halago, y ciega me condujo Donde no imaginara... .ese estravio, Que lloré yo y mis padres no fué mió; La educación, la edad, la inesperiencia, Necesidad de amar y ser amada, KL ANOEL GAÏhO 479

Abnegación ele uaa alma apasiona Ja. .,. Y el pérfido abusó de mi inocencia.»

«Oh I vosotros los hombres sois los reyes, Nosotras las esclavas, á quien leyes Injustas imponéis y caprichosas. Nuestra alma no educáis; frivolas cosas Nos enseñáis que puedan agradaros, Y culto nos rendis tan solamente Si deleite ó placer queremos daros. Viciais con vuestra lengua de serpiente Eijérmen de lo bueno Que puso Dios en nuestro amante seno, Y en pago de cariños y dulzuras Nos regaláis deshonra y desventuras, Para después con animo sereno Desecharnos impuras.»

«Cobardes, ofendéis à quien no puede Los agravios vengar que ha recibido, Y los relega á generoso olvido Guando à su ofensa la pasión escede. Frivolos, no pensais que hemos nacido Para esposas y madres, y que el cielo Dio la santa misión á nuestro celo De alimentar activo En el hogar el fuego 4-80 EL Á?í fi KL CAÍDO

De ia virtud sagrado, Y tal cual lo hizo Dios, inmaculado, De transmitirlo en nuestra prole vivo. Insensatos, si fragües oímos Vuestra engañosa voz, [torque sentimos Necesidad de amar, el amor nuestro Sacrificáis al egoísmo vuestro; O si vanas y frivolas, cautela Aprendiendo y astucia en vuestra escuela, Escucharos con gusto aparentamos Y el falso amor que nos brindáis os damos, Coquetas nos llamáis, y vuestra lengua Nos calumnia ofendida y nos amengua. Asi de la falsía O del orgullo y prepotencia vuestra Siempre víctimas somos, si no guía Algun ángel guardian la [danta nuestra.

Tú eres ese ángel para mí, y lo fuiste Algun tiempo. .. .pero a h I despareciste. ¿ Por qué fugaz como ave pasajera De mi vista tan pronto te alejaste? Por qué con tu palabra lisonjera Mi corazón ansioso no arrullaste ? Niña inesperta entonces, no sabia *jomo espresarte el gozo que sentía EL ANÍÏKL CAÍDO 48 i

Cuando llegaba á verte, ni escondidos Podia revelarte los latidos De mi pecho feliz cuando clavabas Tierna mirada en mí, .. .pero callabas, No me hablabas de amor, y á tu desvio Desmayaba la fé del amor mió.

« Después á solas cavilando en eso, Suspirando agitada hasta el esceso, —No me quiere, es en vano, me decía, Vano es que le ame yo; de otra mas bella Estarà enamorado es suerte mia: No tendré yo los atractivos de ella.»

«Escúchame en silencio, no te asombres — La sociedad, la educación nos veda Elejir para amar entre los hombres, Mostrar nuestra alma al que inspirarnos pueda Simpática afección; tomar debemos, Si el título de esposa apetecemos. El que nos dá el acaso ó nos pondera Con falso labio inclinación sincera. Asi á menudo una pasión sentimos Y escondida en el pecho la nutrimos Sin poderla mostrar, y nos acora , Nos enloquece ó mata roeáora.» TI 482 KL ANOEL CAÍDO

«A otra amabas ¿no es cierto? porque luego Te alejaste de casa y tu despego Fué creciendo por mí de dia en dia. Yo entretanto, don Juan, cuando os via En las tertulias dar à otras la mano Para bailar con ellas cortesano, Mas de una vez la vista y el sentido, Como herida de vértigo, he perdido-,

Y tút ingrato, de mí no te cuidabas Ni à bailar casi nunca me sacabas, Y feliz, satisfecha me creías Porque rodeada de hombres me veias,

a No me alegraba el animo todo eso Aunque hiciese lisonjas á mi orgullo: De esos galanes de salou sin seso, Ni corazón, el amoroso arrullo No alcanzaba à mover el pecho mío, Y sentia yo en él hondo vacio Cuando no estabas tú para llenarlo Y de gozo infinito enagenarlo: Tú entre tanto de mí no te acordabas Y al lado de otra de su amor gozabas.

« l Guardas cual yo recuerdo duradero De aquel baile, el primero que yo vi ? El mundo me acojió muy lisonjero, KL AjVfiEfi CAÍDO 48a

J l ero? don Juan, me desmaye por tí. ¿ Te acuerdas que en un día de mi santo, Dos camelias me enviastes !... me sentía De tristeza abrumada y de quebranto.... Vino mi padre á la memoria mía; Rememoré el pasado, en placer rico, Pero en amor estéril: parecióme Árido el mundo entonces y bien chico, Y me puse a llorar; pero llegóme Tu regalo, y al punto se alejaron Las sombras que mi espíritu agitaron.

« Yo era entonces dichosa para el mundo, Infeliz para mí, porque infecundo El placer sin amor me parecía; Porque en él solitario no encontraba Mi corazón el bien que apetecía; Porque entre tantos bienes me faltaba, Don Juan, el amor tuyo. Si supieras Cuántas cavilaciones lisonjeras, Cuántos sueños de dicha he concebido Pensando en ese amor I Ingrato has sido; Me juzgaste, don Juan, sin conocerme ; Me creíste coqueta y veleidosa, Frivola jara amar, antes de hacerme Oir tu palabra tierna y amorosa. 48i EL ANC.EL EAUX)

Yo, entre tanto, por ella suspiraba, Ebria de amor en sueño la escuchaba, Me imaginaba oiría de repente; Pero t pobre de mi ! tan solamente Era ilusión de mi ánimo exaltado; Tú enamorado de otras y querido Me negabas tu amor de mí olvidado.»

«Mi corazón, en tanto, enardecido, Entre los hombres para amar buscaba Algun hombre que á ti se pareciese, Y que el amor que yo me imaginaba En cambio de mi amor darme quisiese. Insensato busqué lo que no existe, Procuré vanamente alucinarme, Y meperdípor siempre*, tu pudiste Solo don Juan de perdición salvarme: Dios no lo quiso ó tú no lo quisiste.»

«Lo demás tú lo sabes; el arcano Te he revelado de la vida mia... . No te olvides de mí, dame tu mano; Adiós, adiós, don Juan; hermoso día Es este para mi, pues logro verte * Quiero dormir el sueño de la muerte.» EL AJNCiEL CAÍDO 485

Y la cabeza reclinó en la almohada, Sobre don Juan echando una mirada Toda llena de amor, cuya alma vida, Después de emoción tanta, desmayando, Se eclipsó entre los párpados rendida. Don Juan se quedó inmoble contemplando Un momento aquel rostro peregrino Do fascinado vio rápidamente Brillar algo de angélico ó divino; Y mudo al cabo, un ósculo en su frente Estampando, se fué. Todo asombrado Lo que jamás se hubiera imajinado Acababa de oir; le parecía Solamente ilusión de fantasia Esa revelación de la mas bella Criatura humana que encontró en su huella.

Era, empero, su YOZ, la voz tie su alma En el silencio oiday en la calma De la pasión en fúnebre momento; Candorosa espresando un sentimiento Una pasión recóndita y nutrida Con la sustancia pura de su vida. Era la voz de un angel que ha caido Brindando aun al corazón sediento El amor y el deleite apetecido BX AN (¡EL CAÍDO

Cou todo su espansivo arrobamiento. La voz era Inspirada De îa muger para él predestinada, Que pudo amar, si el hálito mundano, No la hubiera manchado tan temprano. Era el grito simpático y profundo, Lanzado ya como ironía al mundo, De Angela, de aquel tipo de hermosura Que veneró como ideal criatura.

Y alli está sobre el lecho de tormento, Víctima ya delmuticío corrompido, La que incensaba ayer como portento, Para dejarla el pecho carcomido De lepra y de dolor: allí está ahora, La fiebre delirante la devora, Y consume á su fuego lentamente La savia de su vida inteligente; Apenas hoy de su desdicha acerba Las confusas imágenes conserva. Sinembargo ha dormido y por momentos Su cabeza combina pensamientos De racional sentido. Es una lira Que ora discorde en convulsion suspira A impulsó animador, ora serena Hechicera y harmónica resuena. EL ÁNGEL CAÍDO 487

Podre muger ! ayer no mas esposa Idolatrada, rica y venturosa, Reinando sin rival por la belleza. Hoy herida de mil tribulaciones*. La guirnalda nupcial en su cabeza Se convirtió en melena de escorpiones. Su risa j su placer en amargura Su bello porvenir en desventura. De bien alto la mísera ha caido Arrastrando dos seres que ha querido En su caída fatal, sin que para ella Asome aun de salvación estrella. ¿Por qué fué tan efímera su gloria? Un misterio eso oculta que no intenta Mi pluma descubrir: hay quien la historia Toda del caso como vista cuenta; También como muy cierto, se asegura Que en la noche de boda con presura, Cerca de amanecer, salió el esposo Del hogar de la esposa-, hay quien le ojera Ante doña Ana y Angela furioso Gritar, bramar, como celosa fiera. No falto entre la gente indagadora, Quien le viera embarcarse en aquella hora. 488 EL Ai\GEL CAÍDO

Mientras io en antes referido pasa, Varias personas en vecina casa, Como es costumbre general hoy dia, Se cuentan novedades á porfía; Y variando sin tino el contrapunto Tocan en pormenores de mi asunto.

-MU GER Ayer estaba mejor, Pero dicen que hoy han vuelto A sangrarla.

HOMBRE Ese doctor Es un vampiro, y licor Gusta de sangre revuelto.

ML GEH l Cuántas veces la han sangrado?

HOMBRE Tres creo:

MUG ER \ Que iniquidad I La asesinan. EL ANC.¥A, CAïDO 489

HÜMtíUE Es verdad; De una junta lo ha ordenado La suprema autoridad.

OTRO Tiene fiebre cerebral,

OTRO Buen remedio es la sangria.

MUCER Mejor el Leroy seria.

OTRA Con tres tomas, de ese mal Se curó una amiga mia.

OTRA Dicen que asi que cayó A delirar empezó.

OTRA Loca está.

HOMBRE Serà posible !

M HCl ER No bay duda. 490 EL ANGEL CAÍDO

OTRA Golpe terrible La pobrecilía sufrió*

HtlGfiK î Pobre muchacha, tan bella ! Y tan feliz!

OTRA El marido La causa de todo ha sido,

HOMBRE ¿ Qué no era del gasto de ella?

DIUr.EK Parece.

HOMBRE Y qué ha sucedido ?

JMIKÏËR Dicen que al dar la oración Los casó el Padre Ramon.

110MBRE Era mas tarde; yo estaba, Y la novia no mostraba Rostro de satisfaction KL A 1\<Ï EL CAÍDO 491

Pero si mucho contento El Brasilero y doña Ana, Quien salió del aposento Con un joven de sotana Que bendijo el casamiento,

MUGEfE ¿Entonces no lo quería ?

HOMBRE Ignoro porque seria.

MUGER No es estraño; eso sucede A las niñas; estaria Muy conmovida.

HOMBRE Ser puede Si mi memoria fiel es El baile á las nueve y medin Comenzó: lo que después Pasó, no sé; ala comedia Yo me fui i\ eso de las diez.

MIJGER Pues bien; esto ha sucedido. Bailaban; desparecido 492 EL ÁNGEL CAÍDO

Ella habia dol salon, Y no la hallaba el marido Entre aquella confusion.

A buscarla en el momento Se salió alegre y ufano Y la pilló en su aposento Con una carta en la mano Del amante

HOMBRE Ha de ser cuento. Que algun maligno forjó.

MliGER Asi me lo aseguró Alguien que puede saberlo; Y me dijo, que ella al verlo Furioso, se desmayo.

OTRA Duro trance !

Olli A A mí me abisma.

HOMBRE Cierto ha de ser, porque he oido Que de un balazo el querido EL ANC!EL CAIDO 493

Se mató esa noche misma. Después de haberla perdido.

MUGER ; Que horror !

H O MBit E Vengarse querría De la infiel, ó delirante Su último adiós la enviaria.

OTRA Kra un joven estudiante De .gran talento.

MU GER Debía Estar muy apasionado.

HOMERE Es tan hermosa muger !

MUG ER Pero incapaz cíe querer; Amor tan acrisolado Nunca pudo comprender.

OTRA Una coqueta sin alma Y lujosa hasta el esceso UH KL ANGEL CAÍDO

Era no mas y por eso Le dan los hombres la palma De la hermosura

HOMBRE ¿Y que ocurrió despues del incidente De la maldita carta y del desmayo ?

MUGE« Üue el baile se acabó inmediatamente, Y reventando como oculto rayo La cólera feroz del Brasilero, Una escena terrible hubo primero Entre la madre, y la hija y el esposo, Quien à entrambas señoras insultara, Sin nada respetar, como un furioso; A su muger por último en la cara Pegando un bofetón.

OTRA 1 Bárbaro, necio! A su esposa tratar con tal desprecio.

HOMBRE Sabe Dios si la carta descubría \ïgo de criminal. EL ANÍ!Kl, CAÍDO 49ñ

OTRO Celos tendría, O la pasión tal vez lo enagenase, O estuviese en error.

MUGER Pero nunca ellos Autorizan insultos 3e esa clase.

OTÍVA Dicen que la arrastró por los cabellos Y que aun quiso matarla a puñaladas, Lo que estorbó la madre.

OTRA ¡ Horrible injuria !

HOMBRE Es otro Ótelo en la celosa furia.

MUGER 1 Qué hombre feroz i

HOMME Las cosas abultadas Muchas veces de lejos se presentan, Mas de cerca no son lo que aparentan. ; Quién puede ver lo que de noche pasa Entre cuatro paredes de una casa ? y EL ÁNfiEL CAÍDO

MUG ER Mentiras pueden ser, mas lo ocurrido No acusa á la muger sino al marido; Y grandes los insultos ser debieron Porque la madre y la hija al fin cayeron Desmayadas, y casi de repente La señora murió al día siguiente.

HOMBRE Estaba enferma.

MUGER Sí; pero a su vida Hizo ese golpe la mortal herida.

OTRA La humana resistencia sobrepasa.

HOMBRE ¿ Y que liaría después el Brasilero ?

MUGER Despareció esa noche de la casa, Y se ignora cual es su paradero,

HOMBRE Dicen que se echó al mar. EL ANGEL CAÏDO

MU GER Asi el maldito Habrá espiado bien pronto su delito.

HOMBRE Corre ya como cosa averiguada Que embarcado salió esa madrugada.

MtIGER Es suceso fatal; nunca se oyera.

HOMBBE Ello es que al funeral no concurriera De su suegra doña Ana, y que ninguno Su caraba vuelto à ver desde el consorcio.

OTRO El diablo eu. un momento hizo oportuno Una boda, dos muertes y un divorcio.

OTBO De Angela ¿que será?

MUGER Di: CASA Esperanza poca Parece dar de vidn: media loca, Cuando la madre estaba en agonia, La trajeron á casa de su tia, 498 EL ÄNfiEL CAIÍ)0

Que es mi vecina; era al caer la noche, Toda tapada en brazos ele dos hombres Bajar yo misma la observé de un coche.

HOMBRE Conoció los sujetos ?

MUfíER Sé sus nombres, Pero no los recuerdo Esta memoria mia í luego pierdo El nombre de las cosas: primo suyo El uno creo que es; bien parecido El otro, un joven alto, por su orgullo, Su talento y desman, muy conocido,

HOMBRE ¿No era don Juan?

MüGER El mismo.

OTBA \ Ese tunante Tantos males sin duda ha originado; Porque ha mucho oi decir era su amante, Y el hombre es para intrigas abonado. UNDÉCIMA PARTE.

L·a glorieta «leí amor,

Era una encantadora y placentera Noche de primavera. Como un globo de espléndido topacio Suspendido en el éter del espacio, El astro que endiosaron los amantes En los tiempos de fábulas brillantes, Vela sereno y su fulgor retrata En el cristal del soñoliento Plata. Todo en la tierra goza de descanso, Al parecer, inalterable y manso: No se oye humana voz; pero la vida Que dormita latente en la natura Hierve y se espande como fuente henchida 500 EL ÁNGEL CAlíiO

Por sus abiertos poros, y murmura, Y se exhala en armónicos sonidos En ecos y suspiros y gemidos, Y toda ella articula vagamente Lenguage misterioso y elocuente, Que absorve y enagenalos sentidos.

El aura inquieta, susurrando leve, Las hojas de los árboles conmueve, Acaricia las flores Del jardin, y zahumada en sus olores Divaga por la quinta solitaria, Cuyo silencio en horas semejantes No interrumpió jamás ni la plegaria Ni la sentida voz de los amantes.

Meses antes^ empero, en esa quinta Aguijoneado por intenso afán, En noche parecida á la que os pinta Mi pluma ahora, se paseó don Juan; Y vagó como sombra en sus jardines, Turbó su soledad con sus pasiones, Se engolfó de lo ideal en los confines, Vio sonando fantásticas visiones. Desde entonce en el vasto caserío De la chacra, en el campo, ni á caballo EL ÀNGEL CAÍDO 501 ¡a Su aspecto altivo y su mirar sombrío Ninguno ha vuelto á ver.

Pero hoy al rayo De la luna ¿ no veis ? A pasos lentos Por calle de naranjos corpulentos Dos bultos van del brazo; cosa estraña ! Hay quien en noche tal de aquella quinta Busca la soledad ? i No veis ? los baña Gon su esplendor la luna, y bien distinta Su forma y talle se trasluce erguido Como el vario color de su vestido. Yconversando van, y se detienen, Se miran con estático embeleso, Y el amor entrañable que se tienen, La emoción de sus almas en un beso Ardoroso se funde y prolongado.... Y hablando siguen con andar pausado. Las rosas, entretanto, y azahares Van cayendo á sus plantas á millares, Y perfuman su ambiente rail olores, Y la tórtola arrulla sus amores; Su frente orea et aura, y todo adula, Regala su pasión y la estimula* l Dónde van ? ¿ Quiénes son ?—muger es una Bella y joven, y al claro de la luna Ei ANGEL CAÍDO

Con su vestido de color de nieve Parece una ilusión del aire leve, A quien miseria terrenal no empaña: Su afortunado amante la acompaña.

Mas ya dejan la senda y entre sombra Se pierden de naranjos, por alfombra DB césped y azaíiares caminando: Algun rayo de lumbre penetrando Al traves de las ramas y las copas Deja entreveer sus blanquecinas ropas, O un ósculo de amor que brota ardiente De su labio espontáneo y mudamente; Y vuelven à ocultarse en lo sombrío Gomo entre juncos de apacible rio Dos cisnes al andar de la corriente. Y al cabo los hospeda una Glorieta Bajo su verde pabellón tejido De madreselva en flor y de mosqueta, Do cuelga el picaflor su aereo nido. i Amadores felices i Un deseo Un solo pensamiento los absorve, Gozarse el uno al otro en himeneo De espíritu y de amor; no hay quien lo estorbe. i Qué íes importa el mundo ? la natura Magnífica preside ä su ventura, EL ANGEL CAÍDO

La soledad campestre les da asilo; La noche con su luna y sus estrellas, Con su silencio místico y tranquilo, Siguiendo va sus amorosas huellas. La primavera adorna su morada Con verdes hojas y pintadas flores, Y perfuma con brisa regalada El tálamo nupcial de sus amores.

Gózaos^ seres felices; la desdicha No os acecha con ojos vigilantes, Nadie envidia ni turba vuestra dicha, Gozad de vuestro bien, finos amantes. Naturaleza á amaros os convida. Gozad 1 que harto se llora en esta vida. Bienio sabréis quiza ! i Sabe Dios cuantas Lagrimas derramasteis ya de angustia Antes que el cielo de venturas tantas Pudiese columbrar vuestra alma mustia ! En la glorieta están, adormecidos, Ebrios ya de deleite y absorvidos Uno en el otro como dos vertientes Que funden en un cauce sus corrientes. Sentados uno y otro, con el brazo Por la espalda tendido Se forman muelle y placentero lazo, 504 EL ÁNGEL CAJDO

Se toca de sus sienes el latido; Sus suspiros y alientos se confunden, Sus lánguidas pupilas se devoran Y en uno sus espíritus se funden Ai fuego del amor que en sí atesoran, Sintiéndose vivir. .f.Pero callemos, Con sus misterios al amor dejemos Y oigamos inter corren los instantes Lo que espresan sus labios palpitantes.

ELLA Eí ensueño dorado De mi vida, por fin se ha realizado, Y te lo debo á tí.

EL La estrella mia, Sin duda, fué quererte y llegó el día.

ELLA Pero tarde ¿ no es cierto ?

EL Algo tarde y cubierto De sombras importunas.

ELLA Para mi con tu amor no trae ninguna, V soy feliz ¿ Acaso tu no ío eres ? Ei, ÀNGEL CAÍDO SOÜ

EL Lo soy contigo si, mas, cómo quieres i Vivo está en la memoria lo pasado: Cuando te vi tarde era.

ELLA Antes pudiste amarme y ser amado.

EL Amabas à otro tú.

ELLA De tu alma fuera Esa ilusión, fatal á mi fortuna, Que hartóme ha hecho llorar. Oye, mi estrella Era hermana de aquella Que te sonrió en la cuna, Por eso pude imaginarme al verte Que à mi presencia un ángel te traia, Y haberte visto ya y reconocerte, Y el eco de ta voz me parecía El eco de una voz que dulce oyera Allà en los sueños de mi edad primera,

EL Si, pero nuestros astros se desviaron, Al buscarse uno al otro para unirse 506 liL ÁNGEL C\IDO

Y errantes por el muado divagaron, Aspirando sin fina descubrirse. La sociedad, bien joven, á tus plantas Tanto incienso arrojó, lisonjas tantas Que te llevaron vértigo al sentido Y por ella me echaste en el olvido.

ELLA No, nunca te olvidé porcpie te amaba. Alia en la sociedad do te buscaba Mi delicia era verte Y hacerme amar de tí; pero la suerte Dispuso lo contrarió, y vagabundo Mi corazón anduvo por el mundo Sin conseguir tu amor. Ese estravío, Que harto caro he pagado, no fué mío, Obedecí al impulso que me dieron, Pero al fin nuestros astros se reunieron Para no separarse,'y con orgullo Siento latir el tuyo Sobre raí pecho ardiente Y soy feliz ¿No lo eres Igualmente ? I Me amas, ó es vana la ventura mia ?

EL

;. Puedes dudarlo, mi ángel ? EL ÁNGEL CAÍDO S07

ELLA Si tal fuese, Si dudas de tu amor yo concibiese Muerta á tus pies caería; Pero me gusta de tu labio oirlo Para à solas gozarme en repetirlo.

EL Te a*mo, si, te amo. ...

ELLA l Cómo no has amado ? ¿ Cómo nunca amaras? dL ...

EL No me gusta Remover las reliquias del pasado; El porvenir

ELLA Su oscuridad me asusta.

EL ¿Por qué, ángel mió?

ELLA Desdichada he sido Después de haberme glorias prometido. KL ÁNGEL CAÍDO

EL

Nada temas, confia encí futuro: En !as entrañas de ese mundo oscuro, La esperanza y la vida Está para nosotros escondida: Lo presente ya no es, ni lo pasado. El porvenir es el país dorado, El pais de las glorías venideras . Do viven nuestros sueños y quimeras.

ELLA

Solemne es esta noche para mi I ¿No ves cuan bella ? ¿ No oyes el arrullo De la tórtola tierna por allí? ¿No escuchas el armónico murmullo De la natura que festeja ahora De nuestro amor la afortunada aurora ?

EL

Oyendo estoy la voz de la natura, Del aura y de la tórtola el gemido; Pero, mi ángel, tu amor y tu hermosura Me tienen el espíritu absorvido; Por ti, para tí sola pienso y siento, Y de tu vida vivo y me alimento. EL ANOEL CAÏDO 5

ELLA ¡ Bendito sea el Dios que tanto hechizo Dio á la tierra esta noche y al espacio, El Dios que para mi tan bello te hizo ! i No hallas que esta glorieta es un palacio Como no hay en el mundo? Aqui la vida Do quier late serena y escondida, Del cielo, el aire y de la flor se exhala, Y aromas y armonías nos regala; Y aqui estàs tú, mi bien.

EL Pero contigo, Contigo, Angela, estoy, maga hechicera.

ELLA Por eso yo quisiera Que este rústico abrigo En adelante apellidado.fuera Glorieta del amor.

EL A esta que ahora Te parece mansion encantadora, En tieniDo de congoja y turbaciones, La glorieta llamé délas visiones. EL ANC.EL CAÏDÜ

ELLA ; Por que, mï amor ?

EL Escucha: estando en ella, En una noche como aquesta bella, Con el ánimo triste y agitado Dormido me quedé, y délo pasado Rememoró mi ardiente fantasía La imagen cadavérica y sombría: Y vi pasar angélicos semblantes, Formas que conocí, que me sonrieron Con amor entrañable como en antes; Y del pasado en mi alma renacieron Deseos y pasiones siempre activas Que no echaron en tierra raices vivas. Y las vi luego escuálidas, cubiertas De blanquecino y fúnebre sudario, Con sus miradas cóncavas y yertas: Y yo estaba en la tierra solitario. Y una á una me hablaron vagamente De dichas y dolores que pasaron, Y al quererlas asir convulsamente Su forma de esqueleto me mostraron.

ELLA Sueño horrible, que anuncia algo funesto I EL ÁNGEL CAÍDO ¿>

EL De mi ánimo febril fué una quimern.

ELLA Tal vez presagio, para entrambos fuera.

EL No, ángel mió, no pienses mas en esto, Sueño era y nada mas, sueño es la vida. Hoy es de nuestro amor la alba lucida.

ELLA Dices bien, dices bien, y algo de eterno Debe tener un vinculo tan tierno, Que la noche y el cielo y la natura Bendicen hoy con su sonrisa pura. Solo estabas, no estaba yo contigo Para alejar de ti el sueño enemigo.

EL Si, ángel mió; el amor es lo infinito, Lo inmortal que anhelamos, lo bendito. Pero, sabes ?... .morir aqui quisiera. .. .

ELLA Morir solo ! ¿ y sin ti cómo viviera ? Morir l,... 512 EL ÁNGEL CAÍDO

EL La estéril y perpetua lidia De la vida hace tiempo me fastidia; Noble, alto fia en nuestro pais ahora No hallo á su actividad devoradora.

ELLA No eres feliz i

EL Contigo soy» mi amada; Pero temo reduzca el tiempo á nada Nuestra felicidad, y lo sentido No quisiera probar ni lo sufrido. Joven soy ademas, y haber tocado Al linde de la vida me parece, Y que vivir, sentir es escusado Si el alma no ha de hallar lo que apetece.

ELLA Entonces de vivir estás cansado ?

EL No lo se, puede ser. ¿ De qué la vida Sirve peregrinando, mi querida, Si Patria no tenemos Ni realizar gara ella el bien podemos ? ¿ De qué sirve vivir sin esperanza ? EL ÁNGEL CAÍDO 51 fi

ELLA Se vive para amar

EL Si, cuando alcanza La aspiración del alma y la medida A llenar el amor, bella es la vida; Pero cuando no basta, el pensamiento Sufre martirio lento Devorándose á sí.

ELLA Quizá, aunque tarda, Época grande el porvenir te guarda. Puede ser que asomando de repente El astro redentor, bañe tu frente En rayos de su gloria, y se levante Libre la Patria y la victoria cante. Para mí vive, en tanto, y del presente Gozemos.

EL Si, de dicha aquí completa Hemos probado juntos el sabor, Por eso en adelante esta glorieta Se llamará Glorieta del amor, 514 EL Á Niï EL CAIUO

Y dichosos su abrigo amantes otros Bendecirán tal vez como nosotros.

Y siguieron hablando los amantes De dichas que por siempre durarán*. Su voz ja conocéis, veces bastantes Los acentos del alma palpitantes De Angela habéis oido, y de don Juan. Un infortunio estraño ha presidido A la union de sus almas y han echado Al parecer recuerdos en olvido, O adormecido pronto y embriagado Con copa de deleite tentadores Pasados infortunios y dolores. La que visteis enferma en viudo lecho Con corazón y espíritu deshecho, La huérfana infeliz medio demente, Angela es esa, si; convaleciente, Herida de fatal melancolía, Tiempo hace que en compaña de su tía, Puso en la chacra el pié; alli la pureza, Del aire infundió pronto ásu belleza Todo el vigor, la magia y la frescura Que le robó una estraña desventura, Dando nuevo poder á aquel hechizo EL APÍGEL CAÍDO 5ÍÈ>

Que tan querida y desgraciada la hizo. Y alli à verla á menudo concurria Don Juan, y fué tomando dia á dia Cuerpo en ella el amor hondo y nutrido Que guardó tanto tiempo reprimido, Y alli entrambos se amaron; la natura Su soledad, sus brisas y sus flores, Su estimulante vida y su frescura Brindó profusamente à sus amores.

Mas i no es criminal ella ? el adulterio No la acusa do cruÍer por mas que esconda Su rostro de perjura en el misterio, O su conciencia ilusa no responda Al^grito del deber? ¿ Gomo tranquila Holgarse puede en brazos del amante Y su adúltero labio, palpitante, Amor jurando á otro hombre no vacila ? ¿ La muerte acaso el insoluble voto De su union congugal por siempre ha roto? O haciendo infiel su gusto Vengarse quiere del esposo injusto ? ¿Dónde Pereira está, aquel Brasilero De corazón tan iracundo y fiero ? i Cómo à la infiel, terrífica no asombra Su recuerdo, su imagen ó su sombra ? 51G KL ANGEL CAÍDO

Cuentan que el desdichado naufragara Después que de la tierra se alejara Donde el tesoro do su amor perdiera, La dicha, el bien que poseyera ufano, Y que apagó la inestinguible hoguera De su pasión frenética el océano. Y ella dueña de sí, joven, viuda, Sin sentir criminal remordimiento, Pudo entregar su corazón sin duda, Con espontanea fe y arrobamiento Al único mortal que amó en la vida, Creyendo ser en su ilusión querida,

Y allí están ¿ no los veis? medio dormidos En la glorieta del amor; rendidos* De la emoción al peso se han quedado; O ebrios por la narcótica fragancia Del jardin que hay en torno de su estancia Saborean un sueno regalado, Mezclando sus latidos, sus alientos, Su corazón y su alma y pensamientos. No los asalta alli cuidado alguno K\ á avizorarlos liega ojo importuno, Y disfrutan entrambos de un reposo Muelle, feliz, tranquilo y voluptuoso. EL AN fi EL CAiao 517

Sonriendo olla halagüeña En mundo ideal sueña Do gozará en compaña de su amante Inalterable amor, dicha incesante. Sombra ninguna pasagera cubre El porvenir dorado que descubre, Nile anuncia fatal presentimiento Fin precoz ásu amor y su contento. Pero don Juan, durmiendo, vé visiones Que lo angustian y soplan la tormenta En el tranquilo mar desús pasiones, Las visiones de faz amarillenta De forma aérea y túnica flotante Qae vio allí mismo en noche semejante.

Tollas las vé pasar > una por una, Al rayo amarillento de la luna, Melancólicas, tristes lagrimeando, Y azoradas mirar compadecidas La bella que á su lado está soñando En glorias perdurables y cumplidas, Como ellas inocentes las soñaron Cuando áese inquieto corazón amaron. Y luego oyó don Juan entre lamentos Divagar por el aire estos acentos. SIS EL ÁNGEL CAIDO

Paloma descarnada, Huye, desplega el vuelo^ Mira que vigilante Te acecha el cazacfor: Acógete á tu nido Donde la paz habita, Donde no alcanza el eco Del mundanal amor.

Su halago de serpiente Fascinador deslumhra, Da pábulo á los sueños De la imaginación; Pero ah l mentido y frágil Se vá con sus quimeras, Dejando de ponzoña Repleto el corazón.

I Pobre paloma incauta4 Caíste ya en el lazo Que tendió á tu inocencia Astuto el cazador; En vano desasirte Querrás cuando te apremié, Sintiendo en tus entrañas La garra del dolor. EL ANGEL CAÍDO 519

Recuerdos del pasado, Reliquias detenida, En forma ya de sombras, Hemos llegado aquí; Y mientras tú dormitas En brazos del deleite, Como ángeles de guarda Velamos junto átí.

Qué haces ? don Juan, despierta Del último letargo; Rompe el mágico hechizo De ese adúltero amor: Ya basta de locuras; Alerta, que implacable Te busca la venganza Con ceño aterrador.

Tu corazón ha muerto, Qué quieres ? Ya no hay YÍda, No hay agua en esa fuente Para tu sed voraz; Joven has consumido La savia que alimenta Del sentimiento puro La aspiración Vivaz. EL ANGEL CAIDÜ

Mira, observa á lo lejos Flamear de otro horizonte La bella perspectiva, La nueva claridad; Detrás de ese horizonte Está un mundo infinito, Incógnito y variado Como la inmensidad.

Aima peregrinante, Que infatigable buscas Reposo, bien y lumbre De una en Qtra region, Vuela: en las auras puras De un nuevo paraíso Refrescarás las alas De tu imaginación.

Y mas no oyó don Juan, y ante los ojos De su espíritu en sueño, circundado De aureola viva de matices rojos, El bulto apareciera agigantado De una muger de porte de amazona, Joven, viril, de espléndida belleza; Gorro frigio y sobre él una corona fcL AMÏEL CAlltÜ

De verde oliva lleva en la cabeza, Yen la diestra agitando una bandera Azul y blanca donde el sol impera* Su regía, noble, y magestuosa planta Rotas cadenas huella, y la garganta De un minotauro agonizante oprime; Su aspecto y su ademan era sublime: Luces vivas lo bañan; por las faldas Brotando de llanuras y de montes, Negra noche se esconde á sus espaldas, Entoldando lejanos horizontes. Y esa vision, de túnica vestida Blanca y azul, que le sonrie en sueño Con el tierno mirar de una querida Con deslumbrante y amoroso ceño, Era el imán, el ídolo de su alma, El bien, la gloria que buscara ansiosa, Era de su ambición la noble palma, Era su Patria libre y venturosa,

Y despertó don Juan sobresaltado Por intensa emoción de regocijo, Y hallándose con su querida al lado Al ponerse de pié—«vamos, la dijo : Noche tal y de tantas emociones, Si hay un destino, fué por él dispuesta, 322 EL ÁNTiiíL CAÍDO

Y debiera desde hoy llamarse aquesta, Glorieía del amor y las visiones. Ven, ángel mío»* Y al tenderla el brazo Irradió en la Glorieta un fogonazo, Una arma estalló cerca, y por su oido Pasó el plomo con áspero silbido. Angela un grito de terror lanzando Cayó sobre el asiento sinsentido, A tiempo que asomando, Dos pupilas de fuego en la Glorieta, Una voz esclamó: «—[Mal mi escopeta, Sirvió esta vez á la venganza mia I Para ti era esa bala; yo quería, Don Juan, partirte el corazón con ella, Y que viendo correr tu sangre impura, En tormento infernal, esa tu bella Diese al infierno su alma de perjura; Pero un puñal me queda y una espada.,,. i Qué pare tu demonio esa estocada I—»

Y súbito don Juan, el golpe fiero Sintiendo en la epidermis, del acero, Saltó sobre el contrario, con presura Tirando su puñal de la cintura; JKL ANGEL CAÍDO &Ï3

Y al grito tremebundo: «Paga tu crimen, asesino aleve» Se lo clavó del pecho en lo profundo. Vaciló el agresor, cual se conmueve Tronco herido á cercen por el hachazo De vigoroso brazo, Díó un ay ! con el acero en las entrañas, Su pupila arrojo luces estrañas, Y al fin, retrocediendo, al pié de un tronco Gayó exhalando un alarido ronco.

En silencio don Juan, ciego, aturdido, Por emoción violenta sacudido, Desfalleciente y casi sin aliento Tomó á Angela del brazo, y al momento, En situación de espíritu distinta, Como quien huye de algo que lo asombra, Lo aterra y lo persigue, entre la sombra Se perdieron entrambos de la quinta. El aura acusadores entretanto, Llevaba hasta su oido, vagabunda, Aquestos ecos de dolor y espanto De una alma vengativa y moribunda*. «—Muero amándote, infiel, .pacto de alianza, Angel de luz, con el demonio hiciste, Por eso has escapado ami venganza. ... 8i\ EL ÁNGEL O A 11)0

No había muerto yo como creóte, Como te lo hice creer.... la zana mía Con la tuya otra vida apetecía. ... Muger fatal i mi perdición has sido Y te amo aun.... j Oh furia de los celos I Otro me vengará, yo no he podido.... Se me va el alma por la herida... .i Cielos ! Perdou á esa infeliz. .. • Angel caído.... La sociedad labró su desventura, Vició el germen del bien en SÜ natura, Y poco à poco la llevó al abismo Do arrastrado por ella soy yo mismo.. „.»

Su voz se apaga, un hálito profundo Exhala y enmudece el moribundo Al pié del árbol: solo lo acompaña Silencio funeral; mientras la luna Derrama sus fulgores y no empaña La claridad del cielo nube alguna,

I^a noche pasó y corriendo días, Como el ángel hermoso y taciturno De las melancolías, Al caer el crespüsculo nocturno, Vagaba solitaria por la quinta Joven muger do blanca vestidura, EL ÁNGEL CXWO

De pálido semblante; negra cinta Dibujaba el perfil de su cintura Fina y gentil: su nítido cabello Como negruzca manta se estendia Por su espalda, sus hombros y su cuello, Y la blancura de su rostro bello Mas resaltar hacia. Su pupila chispeante, Su mirada, ora errante, Ora clavada alli, enagenamiento Revela y turbación del pensamiento; Y aquella vaga y misteriosa tinta. Que derrama en el bosque de la quinta La luz crepuscular y en la natura, Imprime la apariencia à su figura De un* a visio•• • n simpátic• a del cielo, Cuya alma abriga terrenal anhelo. Y luego lleva su mirada inquieta Y su lánguida planta á la glorieta, A la glorieta del amor en donde, Como la viuda tórtola en el nido De sus polluelos, rápida se esconde; Y alli como un armónico gemido, Espresion del dolor que la quebranta, Exhala su dulcísima garganta. 520 HL ANGEL CAÍDO

Amor es a r moni a De inefable pureza, Amor es alegria Sin nube de pesar; Amor es paraíso De gloria y de esperanza Que Dios destinar quiso Para quien sabe amar.

Amores de lo eterno Un sueño fugitivo, Amor es el infierno De la imaginación; Amor es la esperanza Que agonizando lenta A percibir no alcanza Rayo de salvación.

¿ Quién es esa muger ? i En ese asilo De amadores dichosos tan tranquilo, Qué va à buscar en hora como aquella? Quiénes? Novéis? Noadivinais?esella, Angela la infeliz;—busca à su amante, Lo busca en el lugar dó delirante Pasó con él de dicha horas enteras V oyó su voz y respiró su aliento. EL ÁNGEL CAÍDO 3i7

Pero ah 1 lo busca en vano: harto ligeras Se fueron esas horas de contento Que imaginara eternas su esperanza Llena de fé, de amor y de confianza; Harto breve pasaron: su querido Don Juan desleal de su presenciaba huido, Ha huido como el ave que buscando Va el calor y la luz de otras regiones; Al separarse de ella asi espresando De su alma las sentidas emociones.

ADIÓS

Felices ayer éramos mas que otros, Hoy desdichados como nadie somos; Un crimen se ha interpuesto entre nosotros, Un crimen nossepara,y ni aun asomos Podemos columbrar del bien soñado*. Ese crimen es mió y te ha vengado.

Adiós, bella y simpática criatura, Inefable vision, luz desprendida Del foco engendrador déla hermosura, Por siempre adiós; te doy mi despedida Melancólica, tierna, punzadora, EL ANGEL CAÍDO

De nuestro amor en la funesta aurora. Voy à seguir el áspero camino Que me señala incógnito destino Al traves del oscuro porvenir; Voy á ceder como hasta aqui, convulso, Al misterioso, irresistible impulso Del demonio que agita mi vivir.

Mi espíritu se goza en la tormenta, De la inacción se cansa y de la paz, De nuevas impresiones se alimenta Tiene de vida aspiración voraz. Mi corazón océano es sin fondo Que traga todo, y cuando mas lo sondo Me abismo mas, columbro, alcanzo menos Lo que contiene en sus profundos senos. A esta vida mortal traje esos dones Para vivir buscando vanamente Lasaciadora y límpida corriente Que refrigere y calme mis pasiones.

Tú con tu amor inmaculado y tierno Llenar tal vez mi aspiración pudiste, Porque algo Dios te diera de lo eterno, De lo puro ideal que acá no existe; Pero ah l cuando te vi, el primer latido EL ÁNGEL CAÍDO Sal)

De tu amor virjinal recien nacido, Tu suspiro primero, la mirada De tu pupila negra inmaculada, Muger, ya no guardabas para mí; Porque otro hombre ó demonio afortunado Me había ese tesoro arrebatado... . Y despechado me alejé de tí.

Mucho después lloraste, pero el llanto De tu dolor primero y tu quebranto Se secó en tus mejillas infecundo; Y al mundo te llevaron y en eí mundo Puso frivola planta tu belleza; Y el mundo con sus flores virginales Coronaba tu espléndida cabeza Para infundirte vértigos fatales Y el premio recoger de tu flaqueza.

Quise arrancarte al mundo y no me oíste, Porque el mundo falaz y cortesano Te llamó reina, y reina te creíste Entre los humos de su incienso vano, Y con su halago fementido, el mundo Al borde te llevó del precipicio Donde asaltada de dolor profundo El alma en convulsion pierde hasta el juicio. EL ÁMfiía CAÍDO

Mucho sufriste entonces, y quedaron Áridas tas pupilas, no lloraste, Y las angustias tuyas se trocaron En delirio febril... ,¿Por qué me amaste Guando debiste creer que no podia Mi corazón llenarse con tu amor ? Cuando ya el tuyo palpitado habia Bajo la mano audaz de un seductor ? ¿Por que en el infortunio me llamaste Y el secreto fatal me revelaste ? Fuera mejor callarlo, mejor fuera . Sofocar en el pecho el sentimiento Para que yo jamás por tí sintiera Pesar ni agitación de pensamiento; Fuera mejor morir cuando abrumaba Tu frente altiva el peso del dolor, Asi tu alma de nuevo no probara Desengaño terrible y punzador*. Fuera mejor buscar á lo sufrido En la region de paz perpetuo olvido.

Cuenta muger tus horas de alborozo, Cuenta las de dolor y las de gozo; • Las que juntos pasábamos ahora De inefable deleite, rememora; Pide en fln lo sentido, lo soñado EL ÁNGEL í,AU>0

En embriaguez erótica al pasado, Y verás que mejor te hubiera sido Morir entonces ó no haber nacido.

Fué tu estrella y la mia venturosa, Torció su marcha incógnito poder; Su union en dias de memoria odiosa Nos presagiaba á emtrámbos padecer: Vino pronto, sin duda breve plazo Para gozarse juntas se les diera, Y roto de su union el frágil lazo Una y otra prosiguen su carrera.

Yas à llorar muger, es tu destino Lágrimas en la tierra derramar, Porque en tu ser hay algo de divino Que acá no puede bienadanza hallar. Vas á llorar como lloraste un día, Cuando tu virgen, tierno corazón, Sonriendo con satànica ironia, Envenenó la torpe seducción. Yas á llorar como lloraste cuando Te condujo al altar el ínteres, Y del tálamo de oro, delirando, Pasaste al lecho de dolor después. EL ÁNGEL CAÍDO

Llora, muger, el fin de tus amores; La lágrima es como oleo que mitiga La herida de recuerdos punzadores. Llora sin fin, porque la mano amiga Que dio entonces consuelo à tus angustias, Recibiendo de ti amorosas prendas, Te trae raudal de pesadumbres mustias, No como en antes de cariño ofrendas.

Como tú yo he sentido y he sufrido, Y el mundo el corazón me ha lacerado Desde muy joven, si, mas no he gemido Ni una lagrima estéril ha empañado Mi pupila jamas: copa de asencio Voy à apurar como antes en silencio Porque te hago infeliz mas de lo que eres, Deseando para ti dicha y placeres.... Pero tú, muger fràgil, sin el llanto Morarías de angustia y de quebranto.

Por un acaso que maldigo ahora Te vi por vez primera encantadora, Gomo seven los limpios horizontes Al sol crepuscular, ó la natura, O la luna asomar sobre los montes, O el océano en calma y la llanura; KL ANGEL CAÍDO

Te vi con éí arroto y entusiasmo, Con la embriaguez y el pasmo Con que la mente observa todo aquello Do el creador de los mundos ha estampad El misterioso y refulgente sello De lo sublime, lo eternal y bello: Y entonce por tu amor inmaculado Mi alma al infierno mismo hubiera dado* Pero en mal hora fué, y funesta ha sido Mi vista para tí; no es culpa mia, Hay en mi ser un germen escondido, Un germen de dolor y de agonia, Que envenena ó devora cuanto toco, Cuanto amo ardiente y apetezco loco.

Predestinada para mí y nacida, Yo deslumhrado te creyera al verte; Porque fueses feliz diera la vida, Pero no puedo venturosa hacerte. Entre la tuya y la natura mia Pudo existir ese íntimo concierto, Esa union terrenal que el amor cria; Pero la vida, el mundo, el desconcierto, Pronto entre ellas pusieran Y con muro eternal las dividieran. Nuestras almas cruzaran de otro modo EL ANGEL í AIIK)

En insoluble y plácido himeneo, Esta region de nieblas y de lodo, Con un solo sentir, con un deseo, Y partieran Wmanas sus amores, Sus gozos, esperanzas y dolores.

Lo que soy sabes, sabes loque siento, No me acuses desleal, soy desdichado: Oponer debo à tan fatal evento Un corazón de bronce y resignado, Encubriendo mi luto, Darte de estéril compasión tributo,

Tomé tu amor, como la mustia planta Refrigerante gota de roció, Gomo la seca y túmida garganta En desierto arenal líquido frío. Gracias por la alegria que me diste Cuando te vi tan pura y virginal; Gracias por el amor que me tuviste, Por el deleite que gozar me hiciste Y à entrambos nos ha sido tan fatal.

Perdón, bella muger ó ángel caído, Por el nuevo dolor que en ti derrama El hombre que te tiene mas amor: Perdón y adiós; voy de esperanza henchido EL ÀNdÜL CAÍDO 535

Donde la Patria y el dolor me llama Al eco del clarín Libertador.

VITA NOVA

Despierta, alma mía 1 bastante has dormido, Bastante has ansiado quimérico bien, Bastante has sufrido, gozado, sentido, Bastante pensado, dudado también.

Bastante el deleite su almíbar te ha dado Mezclado con heces de hiél y dolor; Por rumbos diversos bastante has buscado Raudal de agua viva que calme tu ardor.

Bastante sin freno tus locas pasiones Corrieron tras sombra de dicha fugaz, Cruzaron abismos, de horribles visiones Vieron dormitando la amarilla faz.

Tus bellos treinta años, dime ¿ qué se hicieron? Dónde están ¿ qué has hecho de la juventud ? Donde están los bienes que se prometieron, Los sueños felices de gloria y virtud?

Cansada cien veces en medio al camino, Del cual no ha quedado ni el polvo en tus pies; EL A3GEL CAÍDO

Sin rumbo ni asilo, ni fé, ni destino, Solitaria ahora, desnuda te ves.

Despierta, alma mía, soberbia, potente, Desplega tus alas si anhelas vivir: Olvida: murieron pasado y presente: Si apeteces algo, mira al porvenir,

* El porvenir, océano es de vida Que fluye de los senos del creador, Donde podrá la tuya amortecida Bañarse y recobrar nuevo vigor. El porvenir, los gérmenes fecundos Trae de generación de nuevos mundos, De cosas y de enigmas y de eventos Que á tus ojos serán como portentos. El porvenir quizá para tí encierra Algo de lo ideal que acá en la tierra Buscaste con afán; copia de bienes, Libertad para el suelo de tu cuna, De gloria algun laurel para tus sienes, O almo asilo de paz y de fortuna.

Prepárate á la acción, rompe fos lazos Que te formó el amor en los regazos Muelles deia belleza, Para entibiar el brio y fortaleza EL ANGEL CAÍDO 537

De las nobles pasiones Que en tí fermentan como nunca ahora, Y á fuerza de enervantes sensaciones Adormecer su actividad creadora. Rómpelos otra vez, y entre el murmullo Del drama que comienza en torno tuyo, Entre el flujo y reflujo de la vida Busca algo digno de tu noble orgullo, Algo grande que cuadre á tu medida.

La inacciones veneno que aletarga, Muerte produce en agonia larga. Prepárate á la acción, la vida es ella; Ella es de Dios la vivida centella Que transformando el pensamiento en acto Anima engendradora ásu contacto; De ella tal vez reventará la fuente Del júbilo y del bien, cuya corriente Riegue fertilizando estas regiones, Do vivirán en paz dichosamente Otras generaciones Que nacerán de aquestas condenadas A consumirse en enojosa vida, O cual fieras sin ley encarnizadas A revolcarse en sangre fratricida. EL ÁNGEL CAÍDO

Oh ! si, la historia en alto lo pregona, La humanidad se educa y perfecciona Progresando sin fiü: como sus hijos Los hombres y los pueblos, tras prolijos Años de error y afanes, De dolor, de tinieblas y huracanes, Aprenden en su escuela Lo que ella como madre les revela, De Dios, de la creación, de las verdades Que eí genio ha descubierto en las edades; De las leyes del mundo, y déla ciencia Que al abismarse en el no ser los siglos Van dejando à los siglos en herencia. Y á la luz de su verlo los vestiglos, Los errores que ofuscan de la mente La aspiración sublime se evaporan; Caen ä sus píes los ídolos que acíoran Los pueblos obcecados de repente; El hombre vé lo que es: el mal, su imperio Pierde à medida que la mente humana Creciendo en perfecciones, un misterio Nuevo déla creación columbra ufana. El bien nace dó el mal solo esfendia Su noche de dolor y de agonia, Y el hombre, recibiendo el don divino, Lo bendice y se goza, porque alcanza EL ÁNGEL CAÍDO

A ver en misteriosa lontananza El enigma ideal de su destino, La tierra prometida á su esperanza* ¡ Alma mía, despierta ! La inmensidad del porvenir abierta Tienes de ti delante; Quizá ese bien que incierta Has buscado hasta aqui, no esté distante. Ya la YOZ dolorida De la patria vendida Por estúpido bando á los tiranos, Llama á sus nobles hijos y en los llanos Cruzando vengadora, los convida. Una Patfia de libres y de hermanos Debimos heredar; no lo quisieron Esa turba de insectos; prefirieron El fango y la inmundicia A las leyes, la Patria y la justicia. Infames, por estúpida impotencia Vendieron el honor y la conciencia: Traidores, por el dogma del cuchillo De Mayo y de su dogma renegaron; Imbéciles, trocaron El rango de hombres por la vil librea De lacayos ó seides de un caudillo De bárbara y de exótica ralea. EL ÁNGEL CAÍDO

Con su instinto de bruto No comprendieron, no, que dar á un hombr Sin genio, ni virtudes ni renombre, El poder absoluto, Es hacer mas que un Dios de una miseria De corrupción, de error y cíe materia; Porque el mismo hacedor de lo creado Obedece à las leyes que se ha dado.

De la razón y del creador blasfemos, Erijisteis un ídolo de barro En la ara de la Patria, y los estrenaos De la abyección tocando, como brutos Al yugo uncidos arrastráis su carro Para salvaros de su garra astutos.

Alma mia, despierta I y que al aliento De indignación violento Que bulle comprimido como la onda Allá en la Patria de tu amor, responia Tu aliento varonil. Pronto de Mayo, Libertadora como siempre fuera, La bicolor bandera Flameará con su sol, y ante su rayo Caerá para escarmiento Prdverizado esc ídolo sangriento, EL AJNGEL CAlüO 54-i

En tanto vigilante el campo esplora De la lucha fatal: ya el hierro cruje En la mano del pueblo vengador- De sangre hambriento-el minotauroruje; La ciega furia del encono inflama Sus instintos feroces, y á la guerra Civil concita Ï Guerra abonimable I Pero la voz del patriotismo esclama— «Es deber santo libertar la tierra Del tirano execrable, Para que viva en ella la simiente Del bien fecunda en libertad reviente.» I Qué bello para ti será ese dia i Qué grande, intensa, incógnita alegría, Alma mia, te espera I Aun hay para ti dicha, prersevera: Hay en la tierra vida y alimento Para nutrir tu aspiración y aliento. Justicia, Libertad, cívica alteza, Virtud, Inteligencia,—nombres vanos No serán, no, cuando á labrar ufanos La dicha de la Patria y la grandeza Se consagren sus hijos como hermanos. ¿ Qué te resta que hacer ?—el bien supremo Has buscado tenaz de estremo á estremo EL ÀNGEL CUIR)

De la esfera humanal, y no has gastada Ta anhelo de vivir ni tu potencia De aspiración sublime; lo has buscado En el amor, en la virtud, la ciencia, Contemplando reliquias del pasado» Eu la natura viva, entre el murmullo Del mundo y sus brillantes seducciones, En lo que siempre el ambicioso orgullo Estimula del hombre y las apasiones. Vano i alma mia I tu afanar ha sido: No has hallado el tesoro que buscabas: Delante de tus pa¿os siempre ha huido Como sombra ese bien que idealizabas. Tu inquieto corazón contentamiento No ha encontrado ni luz tu inteligencia, Ni vor a£ nutricio a tu sentimiento, Ni saciedad tu vivida potencia. Terrible decepción ! pero, entre tanto, Fuerza es sentir y realizar la vida V pensar y sufrir y probar cuanto Calmar pueda la sangre enardecida; Mientras latiendo el corazón robusto Vigoroso retoñe el sentimiento, O manjar el deseo halle á su gusto O ambicione velando el pensamiento. EL ANfiEL CAÍDO 5

Alma insaciable mía 1 Despïorta y entonando Un canto de alegria Lánzate de una vez, erguida y fuerte,

En la arena común% do batallando Se conquista un laurel ó noble muerte; Y Patria I Patria ! Libertad clamando, De una vida azarosa, pero nueva Los desengaños y emociones prueba*

SSTOT^A.»,

PRIMERA V A HTE.

t. Crisálida—Mariposa en embrión. 2. Silfida—Ninfa del aire. 3. Ondina—Ninfa de las aguas. A. Del (jran dramaturg o inglés—Shakespeare.

SEGUNDA PARTE.

t. Tirso de Molina y después Zamora fueron los que pri­ mero en España dramatizaron la leyenda de D. Juan Tenorio. En una y otra comedia se notan chiste, agudeza de ingenioT lances de efecto; pero aada incisivo y profundo, nada que reve­ le comprensión filosófica del caráeter de ü. Juan. Superfi­ ciales esbozos ó producciones embrionarias de un arle plás­ tico como casi todos los de la literatura española: en ellos no se descubre acción sicológica, afectos íntimos, ni pensamien­ tos filosóficos, sino la manifestación orgánica y brutal de la pasión. 3Ü 54í> KL ÁNGEL OAlfK)

2. Moliere y Tomas Corneille solo imitaron á Tirso y Za­ mora. Byron ha escrito sü D. Juan de fama universal, Bal­ zac «na novelada titulada «Elelixir do la larga vida», Dumas un drama de D. Juan de Maraña. 3. Si bien recordamos la obra de Corneille sirvió de libre­ to á la profunda partitura de Mozart que interpretó con admira­ ble y agudo ingenio Hoffman, en uno de sus cuentos fantás­ ticos tituladoD» Juan. 4. Después de los anteriores publicó Espronceda el «Es­ tudiante de Salamanca», y Zorrilla en los «Cantos del Trovador» «La tornera». Victor Hugo ha dicho: Faustes el espíritu, D. Juan la carne; y pienso se equivoca. Qué diferencia habría entonces entre D. Juan y el Sátiro de la fábula? D. Juan, á mi ver, significa en su mas alta espresion la idealización de la materia ó del deleite sensual. 5. Tipo—Lo mismo que modelo originado idea general personificada.—También conjunto armónico, ó idea ó forma original compuesta de los mas perfectos y sobresaltantes ras­ gos de otras distintas. Hay tipos físicos y morales. fL Endriago—Monstruo fabuloso nacido de hombre y mujer en cuyo rostro se notaban todas las facciones humanas y las de diversos animales. 7. Magnetismo—La acción magnética es indudable. Como la electricidad y el galvanismo, se manifiesta por fenómenos sorprendentes é inesplicables. Llámase fluido magnético el ajenie misterioso que los produce* Unos lo confunden con el fluido eléctrico, otros con el galvánico; pero aquel, dis­ tinto, parece residir y obrar solamente sobre el organismo hu­ mano. 8. Arte—Esta es una de las muchas palabras que circulan entre nosotros y entienden muy pocos. El autor, en su acepción geneial, comprende todo lo que la antigua escuela llamaba be- EL ANGEL CAÍDO 547 lias artes ó artes liberales,—la poesía, la música, las artes del dibujo y plásticas (que son el dibujo, la pintura, la arquitectura, la estatuaria etc) Pero como nuede decirse eon fundamen­ to que la poesia es la primera de todos las artes, la critica moderna casi siempre la denomina el arte, cuando la considera del punto de vista estético ó lo que lo mismo de su belleza artís­ tica* En las obras, pues, del arte hay belleza de fondo y de forma como en los seres humanos hay almas bellas y bellos rostros. El fondo de una obra de arte lo constituyen los pensamientos, las ideas generales ó sintéticas que envuelve. La forma re­ side en la versificación, en el lenguaje, en eí estilo, en la ar­ mazón ó estructura harmónica de sus pártese Si es una obra de arte predomina el primer elemento, resultarà una poesia pen­ sadora, incisiva que electrice el corazón y subyugue el alma, como ia poesia inglesa y especialmente la de Byron. Si por el contrario resalta el segundo elemento se tendrá una poesia que deslumbre con oropel los ojos, que arrulle eî oido, y ha­ blando á los sentidos, los embelese quizá un momento con su belleza esteríor como una hermosísima estatua: tal es á me­ nudo la poesia de Zorrilla, la de Arólas y casi toda la poesía es­ pañola. A esa poesia toda de forma ó que descuella por la for­ ma como el arle griego y romano, se ha dado el nombre de plástica y á la otra, en que vivo y palpitante resalta el fondo, el de romántica, sicológica, íntima; y últimamente Maronce- Ui, en sus anotaciones á Pellico,-el nombre de cormental - De ahicormentalismo; denominación que nos parece muy ade­ cuada. En la harmonia de esos dos elementos, es decir del fondo y de la forma, consiste la belleza ideal ó la perfección de una obra del arte. 9, Continente—Llaman asi los Orientales á la tierra del Brasil, y al oriundo de ella, Brasilero ó Portugués indistinta- meute. 10. Piscoiro—El querido 6 el amante. 348 EL AS GEL CAÍDO tí. Gringos—Apodo vulgar eon que se designa en el Rio de la Píala á los estranjeros que no son de origen español, 12. Pingo—Lo mismo que caballo. 13. Carcamán—Apodo vulgar que se aplica á los geno­ veses y en general á los italianos. 14. W^níeZ—Espresion de estrañeza y admiración, 15. A mores de ojito—Amores platónicos » 16. Porteño—El natural de Buenos-Aires. 17. Insulto—desmayo ó repentino accidente. 18. Todo fulo—Locución nacional. Lo mismo que azo­ rado y desencajado el rostro. Aunque no reconocemos al pueblo como legislador del idioma, creemos sin embargo, que en primer lugar el uso general y continuo, y en segundo el de los escritores de monía, son la autoridad única de legitima­ ción v sanción en esta materia.

CUA HTA PAKTE.

1. Paquete.—Lo mismo que vestido á la moda ó con ele­ gancia. Se aplica también á los pisaverdes. 2. Cazuela—Corredor, semicircular, contiguo al techo del teatro. 3. Altillo—Desván formado do tablas que suele haber en el pasadizo de entrada de las casas. 4. Poncho—Manta de forma cuadrilonga con una abertura en el centro para meter la cabeza. 5. Pampa—Las llanuras desiertas de Dueños Aires. Pam­ pero el viento de la pampa, 6. MaU —Especie de té, producto del Paraguay y del Bra­ sil, muy usado en el Rio de la Pío ta. De a h i, malvar y malero. EL ÁNGEL CAÍDO Ö40

QUINTA PARTE.

1. Loa—Versos encomiásticos que declama un actor antes de abrirse la escena. Fueron muy usados en los tiempos de auge del teatro español. 2. Los gauchos y estancieros literatos—Estanciero: el propie­ tario de una hacienda de pastoreo. Gaucho: el campesino que trabaja en ella á jornal. 3. Puerco de Epicuro—Dicho desconocido en nuestro idio­ ma, equivalente á libertino y sensual. Sin participar del fal­ so concepto sóbrela doctrina moral de Epicuro en que se fun­ da, lo usamos á falta de otro mejor para espresar nuestra idea. Lejos estamos tío ver en los habitantes de las ciudades del Plata epicúreos sistemáticos: no han llegado á tanta altura. El sensualismo grosero y brutal de Àrisûppo y de la escuela Cyrenaica puede mas bien considerarse predominante en sus costumbres; pero no como fruto de asociación ninguna de ideas, sino corno instinto y como resultado de ïa anarquia moral é intelectual en que han vivido desde principios de la revolución. 4. Chacra—Casa de campo destinado á siembras, distante de la ciudad. Hay jeneralmente en ellas una quinta ó plantío de árboles frutales y un jardín.

SESTA PARTE.

i. Martin Garda—Isla de la embocadura de los rios Paraná y Uruguay. 2, De ceibal y de retamo—Flores muy vistosas producidas 550 EL ÁNGEL CAIJJÖ por arbustos dol mismo nombre que se crian á las orillas de los mencionados rios, Z. Mosquetero—Llaman asi en el Rio de la Plata al conjun­ to de personas que se reúnen en las puertas y ventanas de una sala de baile, á ver y murmurar. INDICE DEL TOMO It

El Ángel Caído.

Fáj infla Fragmentos de cartas del autor*..,. ,*.;-. 5 Primera Parte—Don Joan á una niña en su día. 9 Segunda « —El baile 63 Tercera « —Don Juan * 141 Cuarta « —Lances y percances 155 Quinta « —Amor en alba y ocaso 253 Sesta « -—Veinte años ...... 287 Séptima « —Una noche...... 343 Octava « —Visiones ... ; 375 Novena « —Otra noche 411 Décima « —Revelación 469 Undécima « —La glorieta del amor 499 Vita Nova 535 Notas 545