Literatura 6
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INFIERNOS DEL PETRÓLEO NOVELA El Bicho Gardo Ediciones La Luna Infiernos del Petróleo INDAUTOR REGISTRO PÚBLICO No. 03-2008-120412033300-01 © D.R. Edgardo José Argáez Valencia © D.R. 2008, Ediciones La luna Impreso en México. 2 INFIERNOS DEL PETRÓLEO NOVELA El Bicho Gardo FOMENTO CULTURAL ATSI Ediciones La Luna 3 NOTA DEL AUTOR En esta obra, todos los siniestros narrados sucedieron realmente, sin embargo, las fechas, tiempos o épocas, han sido modificadas de la realidad en beneficio de la continuidad de la historia, y tanto los personajes, como los nombres y las situaciones que viven los mismos, son completamente imaginarios. Cualquier similitud con alguien del pasado o del presente, es puramente accidental y no se le debe identificar con ninguna persona o situación real. 4 PROEMIO 5 6 Proemio En la actualidad… Una fila de hombres camina entre la selva, todos vestidos con ropas de algodón color caqui, cruzan con dificultad la brecha cubierta de vegetación. Se desplazan lento, al ritmo de sus botas y del golpe de machete de quien los encabeza. La lluvia apenas ligera y pertinaz de cuatro meses sin parar, los mantiene en la completa humedad, a pesar de la cubierta de plástico, que a manera de capa porta cada uno. No utilizan los tradicionales impermeables, porque estos los harían sudar demasiado, debido al tremendo calor de esa jungla tropical. Al final del camino, el pantano les cierra el paso. Quién los dirige, consulta un plano y la lectura de un scanner GPS, para identificar las coordenadas geográficas del 7 lugar donde se encuentran y marcar la ruta que van a seguir. Después de verificar el instrumento, señala en dirección de un islote en la ciénega. Se ven las caras y el que guía da el primer paso para introducirse en el aguazal pestilente. Una mano súbitamente lo detiene y en silencio, le indica con el índice tembloroso, una liana sobre el lugar donde tendrían que pasar. El reflejo de unos anillos de color, rojo, negro y anaranjado, de una pequeña y venenosa serpiente coralillo, fueron descubiertos por el brillo, al contrastar en el fondo gris de las nubes. Con mucha cautela, utilizando la vara que le venía sirviendo de bordón al caminar, el guía la pasa lentamente por debajo del reptil, permitiendo así, que se enredara en ella. Cuidadosamente la desprende de donde se encuentra y la coloca a un lado del camino. Un pequeño golpecito a uno de los anillos, hizo que la víbora iniciara su reptar hacia los matorrales, perdiéndose en la selva. Años atrás, un simple corte de machete hubiera acabado con ella, ahora se les protege, ya no hay tantas como antes. Al meterse el hombre en el agua, el ruido del chapoteo, hace que un lagarto sobre un tronco, se aviente al agua. Nada con rapidez retirándose del grupo de hombres. Prefiere alejarse del peligro a enfrentarse al humano y la escopeta calibre 12 que uno de ellos porta como protección. Seguramente, con anterioridad, ya tuvo algún enfrentamiento con esta especie de seres superiores… Uno a uno, se introducen en el pantano, sienten como las botas se hunden en el fango y cada vez se les dificultan más los movimientos. El agua les llega a la cintura. Sobre los hombros y sus cabezas, llevan las mochilas con alimentos y enseres necesarios para sobrevivir en esta región. También cargan el equipo y la dinamita 8 requerida para efectuar el trabajo. Se trata de una cuadrilla de exploración geológica. Buscan petróleo. Harán pruebas de sismología, intentando comprobar nuevos yacimientos del período Jurásico. Con grandes dificultades, pudieron atravesar el terreno lacustre hasta alcanzar la tierra firme del islote. La lluvia fina en su interminable chipichipi, les impide ver a la distancia y, la oscuridad de la tarde que termina para dar comienzo a la noche, anuncia la llegada de la neblina. Apresuran el paso hacia un par de casuchas abandonadas, las que fueron divisadas por el guía desde lejos, para ser utilizadas como posible resguardo al mal tiempo. Al llegar se dieron cuenta de un letrero tirado en el piso entre la hierba. Seguramente fue arrancado por el viento. Indicaba, con mucha dificultad para ser leído, el nombre escrito con pintura ya muy deteriorada, de lo que hace mucho tiempo fue aquel sitio: “Campamento de exploración Xibalbá” y a su lado derecho, aún podía distinguirse el escudo de la petrolera. Alguien del grupo, recordó haber leído, que ese nombre maya tenía por significado: lugar de las piedras calientes, el infierno de los mayas… donde las piedras son los mismos demonios. Al tratar de acondicionar el lugar, encontraron entre cajas de cartón abandonadas, unas cuantas hojas manuscritas. Era una vieja y maltrecha bitácora personal, ¿o acaso, se trataba de un resumen de vida?, o tal vez… ¿por qué no pensar, en el borrador de un libro? No hubo manera alguna de definirlo correctamente. Por lo escrito, seguro era de alguien con mucha experiencia, que trabajó en las diferentes ramas de la prospección, extracción y refinación del petróleo. Sin embargo, de todo lo encontrado en el lugar, fue lo único que realmente llamó la atención a 9 quienes ahí se encontraban, de las ruinas de aquél campamento olvidado, en plena zona de pantanos de la región del istmo. La letra débil y temblorosa de quién lo escribió, así como lo expresado en las notas al margen y en los espacios entre líneas; denotaba que el autor, podría haber sido una persona cercana a los noventa años de edad. Pareciera a los ojos de quienes leyeron el manuscrito, que lo ahí descrito, en su momento reflejó de algún modo, el estado de ánimo, las inquietudes, los miedos y las experiencias tenidas en los avernos petroleros, especialmente en aquellas horas de emergencias y siniestros sufridos, así como en la lobreguez de la selva, desiertos, mares y en la vigilia de los largos turnos de madrugada en las instalaciones industriales, cuando la mente se separa del hombre y éste, actúa de manera intuitiva. Lo plasmado ahí, era sin duda… Los infiernos del petróleo. Sin embargo, faltaba la primera hoja, donde se supone, debía aparecer el nombre del autor de la bitácora. Alguien la arrancó desde mucho tiempo atrás, o simplemente se desprendió por el manejo en el tiempo. Por más que se buscó en los archivos, no se le pudo jamás identificar, pero lo escrito allí se transcribe a la letra y con ello, las citas bibliográficas, dichos y comentarios manifestados en las notas al margen, todas por su mismo puño y tinta. Las notas para facilidad de identificación fueron numeradas, conforme éstas aparecieron en el escrito. Aparentemente no guardan relación directa con lo dicho en la bitácora. Tal vez fueron anotadas fortuitamente, tal y como se le ocurrieron o a lo mejor, en base al estado de ánimo que vivía en esos 10 momentos, cuando fueron escritas… Y así decían: Nota 1. Del Génesis. Al tercer día… “ <<… Dijo Dios: Produzca la tierra vegetación… Y así fue. La tierra produjo… hierbas…, y árboles… Y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció.>>…” Posteriormente, al quinto día… “ <<… creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente… Y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció>>…” Y al sexto día… “ << …las alimañas terrestres… y las bestias… Y vio Dios que estaba bien. Y atardeció… y ... >>…” Por consecuencia, en el transcurso de los tiempos de dicho sexto día; cuando para dar paso a la creación del hombre y su hábitat, tuvieron que morir las hierbas, los árboles, los monstruos marinos, las alimañas y las bestias terrestres… y transformarse por la temperatura y la presión, de los tiempos previos a ese amanecer. Entonces fue cuando se creó el petróleo y el hombre. Y así satisfecho, Dios decidió descansar al día siguiente. El séptimo. 11 Nota 2. Del Apocalipsis. “… bajó fuego del cielo y los devoró”. Nota 3. Del poema Suave Patria de Ramón López Velarde. El niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo. Nota 4. Del Apocalipsis. Y el diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre. Nota 5. Del dicho popular petrolero. Ante tantas imprudencias, sin acontecer el siniestro… No cabe duda alguna…, Diosito es petrolero. 12 Nota 6. Del Apocalipsis. Y el mar devolvió los muertos que guardaba. La muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego Nota 7. Del dicho popular en la industria del petróleo. No importa lo que se haga, ni las tonterías que se cometan. Los petroleros son Guadalupanos y la virgencita los cuida. Nota 8. Del dicho popular de los refinadores de petróleo. No pasa nada… Aviéntate que no hay vidrios. 13 Nota 9. De una verdad aceptada en el gremio petrolero. El accidente catastrófico, nunca es producto de una gran estupidez… sino de una serie de pequeñas tonterías. Nota 10. Del refrán de seguridad industrial. Más vale un minuto de análisis… que un minuto de silencio… Nota 11. Del refrán campirano Dios cuida a los animalitos del campo… 14 Nota 12. De la “ reflexión del petrolero” en la Rosa Blanca de B. Traven “… ¿Qué nos importan los hombres? Lo único que cuenta es el petróleo. Sí, el petróleo. Gracias señor, por tu infinita bondad: Amén”. Nota 13. Del poema Oportunidad de José Argenval Sueño tener la ocasión de cambiar al mundo, pero no puedo. Para hacerlo, necesito ser alguien y si fuese alguien, no tendría que transformarlo, … él me seguiría. 15 ₪ Varios meses después, el silencio del pantano fue mancillado. El sonido de un helicóptero bajando en el campamento, hizo voltear la cara a los que se encontraban ahí.