Rasgos De La Feminidad Poscolonial Dictados Por El Patriarcado Y
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1086 Rasgos de la feminidad poscolonial dictados por el patriarcado Rasgos de la feminidad La mujer del melodrama de la época de oro del cine mexicano tuvo que ser versátil poscolonial dictados por el para poderse restringir y amoldar a los reque- patriarcado y planteados rimientos del patriarcado. Tuvo que disfrazarse por vergüenza; tuvo que masculinizarse para por el cine mexicano de obtener respeto; tuvo que prostituirse para la época de oro sobrevivir; tuvo que fingir para conservar su matrimonio; tuvo que engañar para conseguir Nataly Guzmán Velasco* lo que quería; y tuvo que dar la vida para te- ner dignidad y reconocimiento. La lógica de sus esquemas de comporta- miento no solo definió a personajes de gran carga dramática, sino que también planteó y reforzó las conductas socialmente aceptables, “Hay calidades de mujeres, y mujeres de calidad”. y censuró las actitudes reprochables de la Tito Junco, en Que Dios me perdone (1947) feminidad rural y citadina. El cine mexicano de la época de oro es una de las muestras más representativas de lo que la sociedad pa- triarcal, a manera de advertencia y moraleja, ha intentado establecer como los cánones de comportamiento que van directo a formular esquemas de dominación cultural de género, vigentes aún en estos días. La importancia de su estudio reside en el hecho de que la indus- tria cinematográfica de México fue por muchos años la fuente más importante de importación cultural y de entretenimiento para América Central, así como para Latinoamérica. Desde esta perspectiva, el “otro” es la mujer desde el “deber ser”, el eslabón de identidad automático que la mujer alcanza cuando es capaz de censurar en sí misma aquellos com- portamientos inadmisibles. Y esa es básica- mente la curiosa apreciación que se representa en estos filmes: el juez más severo de la mujer es ella misma, no la sociedad; la aceptación * Catedrática del Departamento de Letras, Comunicación y Periodismo, UCA. Correo electrónico: nguzman@ comper.uca.edu.sv. Volumen 62 Número 709-710 Estudios Centroamericanos eca Rasgos de la feminidad poscolonial dictados por el patriarcado 1087 o el rechazo de la sociedad viene por añadi- muy legítimo deseo: visitarla, satisfacer sus dura. Es ella quien aparentemente regula su caprichos, mostrarla orgullosamente ante los comportamiento, quien es responsable por amigos, tanto más si es atractiva. ¿Qué vale sus decisiones. El sistema de dominación más la dignidad de una mujer ante tus millones? efectivo es el que cada persona es capaz de ¿Pueden ellos saber si tengo un espíritu que autorreproducir creyendo que las decisiones vibra?... Acepto. Seré tuya; pero guárdate de son propias y no inducidas. El control social pedirme que te quiera”. es autoinflingido, ya que buscar la libertad, la María Félix, en Que Dios me perdone (1947) independencia y la realización fuera del núcleo familiar es solo una fiebre pasajera e ilusoria. Las mujeres de la cinematografía mexica- na de la época de oro no se ven a sí mismas Este artículo intenta analizar cómo el pa- con sus propios ojos, sino con los ojos de la ternalismo determina, uniformiza, reconfigura sociedad. Las reglas aceptadas o rechazadas y/o anula la identidad femenina a través de por el colectivo se reflejan en sus diálogos y procesos culturales de vigilancia social (propia en sus actitudes. La condenación propia viene y externa), donde la mujer que no se adapta antes de la condenación pública o familiar. debe morir, quedarse sola en la más absurda de El rechazo social viene por añadidura, aun las miserias morales o esperar a autorreformarse cuando ellas piensan que un buen cambio de para llegar a merecer un mejor destino. La gran vida, léase matrimonio, puede dejar atrás todo pantalla y la televisión se transforman en los su “pasado”. escaparates donde todos pueden observar qué le sucede a las mujeres que no optan por una Esta actitud no es más evidente en la ca- vida decente, a qué artimañas recurrir para vivir baretera o en la femme fatale que en la mujer de manera plena, cómo el recurso de la bondad común. Todas ellas siempre tienen algo de lo perseverante es el que todo lo puede, cómo que podrían avergonzarse, y esa vergüenza es la mentira puede ser perdonada si es para inherente al hecho de ser mujer, es el elemen- encontrar la realización de la familia, y cómo to motriz que la restringe de ir más allá de lo la verdadera y única libertad de la mujer es la socialmente aceptable o que, por el contrario, felicidad de sus seres queridos. ¿Cuánto de esto la lleva a transgredir esos límites. ¿Qué la de- ha cambiado sustancialmente en la sociedad en tiene? ¿Qué la hace ir más allá? La vida tiene los últimos 65 años? ¿Qué tanto el cine refleja que venir con accesorios incluidos: una familia la realidad? ¿Por qué en la recreación de ciertos la detiene, un esposo también. Pero si está roles culturales hay menos ficción de la que se sola, estará definitivamente perdida. piensa al considerar el cine y la televisión como meros productos de entretenimiento? 1.1. La cabaretera o mujer de la calle Para la realización de este estudio se toma- De cabareteras hay toda una variedad: las ron en cuenta aquellas películas que permitan ficheras comunes, las rumberas y cantantes, abordar los elementos críticos propuestos antes; las ficheras buenas y las dueñas de los caba- es decir, materiales cinematográficos producidos rets. En general, “buenas” en sentimiento o entre la década de los años cuarenta e inicios no, estas son mujeres sin familia y sin hogar, de los sesenta. También se tomará en cuenta mantienen relaciones con el hampa y son a aquellos autores que hayan publicado es- básicamente “cartuchos quemados” que tudios sobre géneros fílmicos basados en este deambulan noche a noche en el antro. Se contexto. les califica de “manchadas”, “perdidas” o de “venenosas”, entre otros apelativos. Sus estilos 1. Prototipos de mujer, mensajes y de vida varían de acuerdo al tipo de cabaret al actitudes que pertenecen, ya sea una simple cantina de “Eres un hombre acostumbrado a comprar arrabal o un night club exclusivo. Sin embargo, todo; ahora quieres comprar una mujer. Es ese estilo de vida es solo un factor superficial, eca Estudios Centroamericanos Volumen 62 Número 709-710 1088 Rasgos de la feminidad poscolonial dictados por el patriarcado pues tanto su alma vacía y su final trágico se que la culpa es de ella por haber sido quien anuncian constantemente. fue, y de su pareja, por haberla sacado inge- nuamente de un antro de perdición. Desde el punto de vista de la mujer de la calle, el pasado no se puede borrar ni con el Sin embargo, aparte de estos casos raros en presente. Intentar “salir” del mundo de la ca- los que los hombres rectos son momentánea- lle solo las hace más infelices. El boleto para mente “hechizados” por la mujer de la calle, salir de la mala vida siempre es un hombre los personajes masculinos frecuentemente tie- bueno, la contraparte del tipo de hombres que nen claro que una cosa es la mujer con la que las han explotado, un amor puro y redentor, se van a casar, y otra, todas las “muchachas” casi paternal; pero aquí hay dos posibilidades que se conocen a lo largo de la vida; y viven igualmente nefastas: o alguien alguna vez le bajo este precepto conservando una identidad contará su pasado al hombre bueno que las única, sean hombres de profesión y de hogar, redimió, o este, si lo conoce de antemano, u hombres de la calle envueltos en actividades constantemente vivirá con la espina de que ilícitas. Los hombres no se “esconden” para su mujer ha sido de muchos, y un día ya no vivir su vida, a menos que sean gangsters o podrá vivir con ese sentimiento que terminará traficantes que deben tener una pantalla en por avergonzarlo. caso de ser padres de familia. En cambio, a las mujeres que son de la calle les está vedado Hay historias en las que los testigos de tener una familia. Incluso para tener contacto la conducta inapropiada de las mujeres son con la sociedad deben jugar con dos roles di- amigos o conocidos de las parejas de estas, y ferentes para ser aceptadas. Viven una doble su rol consiste en pedirle a la mujer que por vida y tienen claro que de no ser así la gente dignidad elemental de su parte confiese su las despreciaría con un rencor insufrible. pasado y deje al hombre seguir adelante para que pueda encontrar una mujer digna. Hay En Angélica (1952), la protagonista, una fi- historias en las que es la propia mujer de la chera de club nocturno de poca monta, afirma calle quien, aunque nadie sepa nada de su que los domingos le gusta salir a confundirse pasado, se sentirá incómoda ante la presencia entre la gente “normal”, a lugares donde nadie de los conocidos de su pareja. la conoce, para salir un poco del sitio inmundo donde el destino la enterró. Le gusta ir a par- En la película El vestido de novia (1957), ques de diversiones a soñar que es una madre la protagonista constantemente se atormenta joven que pasea a sus hijos en cochecito y que pensando que algún amigo de su marido la les compra dulces de algodón. Corre la suerte reconocerá, pues cualquier hombre pudo ha- de tener un rostro impecable y angelical. No ber sido cliente suyo en el prostíbulo-cabaret sucede lo mismo con las “mujeres marcadas”. donde trabajaba. No importa si su apariencia En los filmes Hipócrita (1950) y Piel canela incluso es ahora más discreta o si sus senti- (1953), las protagonistas tienen cicatrices en la mientos son tan genuinos como los del resto cara, rostros mitad hermosos, mitad desfigura- de damas de la sociedad a la que ahora per- dos.