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Ministro de Hacienda Cristóbal Montoro Romero Subsecretario de Hacienda Francisco Uría Fernández Secretario General Técnico Francisco Javier González Ruiz Subdirector General de Información, Documentación y Publicaciones Gerardo Bustos Pretel Subdirectora General Adjunta de Información, Documentación y Publicaciones Cándida Pérez Clemente Dirección del proyecto Gerardo Bustos Pretel Asesoramiento histórico Agustín Torreblanca López Autoría de contenidos José Luis Sampedro Fernando Alos Merry Val Dirección de equipo de colaboradores Cándida Pérez Clemente Equipo de colaboradores Isabel Fernández-Bravo Gómez-Díaz José del Valle Rojas Angel Vena Serrano Pilar Martínez Sidera José Fernando Durán Hernández M.ª José Brasero Cid Fotografía José Vicente González Martínez Cubierta Carmen G. Ayala Datos técnicos Formato: 24 x 32 Composición: Dos columnas Papel: Interior: CreatorIvory de 150 grs. Cubierta: Tapa dura en cartón n.º 3 forrada en tela Sobrecubierta CreatorGala de 150 grs. Tintas: Interior: 4/4 Sobrecubierta: 2/0, tintas metalizadas Encuadernación: Tapas duras Golpe seco en portada Sobrecubierta con solapas NIPO: 101-03-067-0 ISBN: 84-476-0576-0 Edición y Distribución: Ministerio de Hacienda Secretaría General Técnica Subdirección General de Información, Documentación y Publicaciones Centro de Publicaciones Plaza del Campillo del Mundo Nuevo, 3 28071 Madrid. Tel.: 91 506 37 40 / Fax: 91 527 39 21 Depósito Legal: M-52386-2003 Autoedición y Publicidad, S.A. TRES SIGLOS DE HISTORIA () se convertirán en cinco. En el XIX el número de l régimen ministerial español, entendido Departamentos aumentará a ocho. En el XX la Ecomo la forma en que se organiza el cifra se incrementará hasta los dieciséis actuales. gobierno de la Nación y en como se articula con No obstante, la necesidad de establecer un régi- la Administración General del Estado, tiene su ori- men propio para la administración del Fisco, de gen en el reinado de Felipe V, hace ya tres siglos. los recursos financieros que permitan funcionar al Su andadura no estuvo falta de dificultades en país, se siente pronto. La cartera de Hacienda los orígenes. Resultaba harto complicado implan- existe con personalidad propia desde 1703. tar un nuevo modelo de gobierno para un país en el cual aún no se había desarticulado el régimen La Hacienda Pública es el verdadero nervio del polisinodial de los Consejos, sistema ya ineficaz Estado, como gustaban decir los tratadistas del para el siglo XVIII, pero cuya maquinaria tardó ramo, y soporte del esfuerzo de cualquier gobier- más de un siglo en desmontarse. no por alcanzar el progreso y el bienestar del país. Las circunstancias críticas en que se desenvuelve la El incipiente régimen ministerial exige la especia- misma a lo largo de nuestra historia contemporá- lización de los asuntos de gobierno, encomen- nea han obligado a sus responsables a figurar dándoselos a una persona que será responsable entre los protagonistas destacados de nuestra his- de la misma y que a la vez será rectora de la ins- toria, debido a la trascendencia que han tenido titución encargada de la administración de ese muchas de sus decisiones. Entre los titulares de ramo. Nacen las instituciones del ministro y del Hacienda están el Marqués de la Ensenada, el de Ministerio, éste último como instructor de la políti- Esquilache, Martín de Garay, Canga-Argüelles, ca diseñada por el primero. López-Ballesteros, Mendizábal, Mon, Santillán, Madoz, Figuerola, Echegaray, Cánovas del Castillo, En un primer momento (entre 1700 y 1703), una Mateo-Sagasta, Fernández Villaverde, Cobian, Car- sola persona será la responsable de todos los ner, Negrín, Larraz, Navarro Rubio y, finalmente, ramos de la Administración y del Gobierno. Al Fernández Ordóñez. poco, e inspirándose en las reformas administra- tivas francesas coetáneas, los asuntos del Los trescientos años que alcanza este libro no Gobierno requieren de una especialización y han sido fáciles ni pacíficos para la historia de la deben ser tratados en Gabinete: nace el Consejo Hacienda Pública. Se inicia el periodo estudiado de Ministros y los distintos ministerios. Al princi- con una guerra civil e internacional: la Guerra de pio, en 1703, serán dos. A lo largo del siglo XVIII Sucesión, que no finaliza hasta 1713. Se viven a 5 MINISTROS DE HACIENDA DE 1700 A 2004 lo largo de esa centuria otros conflictos exterio- Hoy día vivimos un periodo de estabilidad con res. Ya en la siguiente se producen convulsiones una Hacienda Pública equilibrada que contribuye sociales tan trascendentales como la Guerra de la al desarrollo de nuestro país. Un proceso que vio Independencia, las Guerras Carlistas, la Revolu- su cenit en el 2001, cuando por primera vez en la ción de 1868 y la pérdida de los territorios ame- historia de la democracia española, un año se ricanos y ultramarinos. El siglo XX, tras una breve saldaba sin déficit público. Afortunadamente, ese etapa de superávit, vendrá marcado por la Gue- hito histórico ya no lo es, en la medida en que rra Civil. Todo este periodo continuado de crisis ese escenario de estabilidad ha sido mantenido bélica y de largas y duras postguerras provocan en 2002 y 2003. Sin duda alguna, la eliminación una situación de dificultades financieras perma- del déficit público y las buenas perspectivas de nentes. La labor de muchos ministros de Hacien- mantener el equilibrio de las finanzas públicas en da será la lucha contra el déficit y por el sanea- los próximos años mejoran las condiciones de miento del Tesoro. financiación de las familias y de las empresas y dan confianza a los agentes económicos. Desde mediados del siglo XVIII hasta nuestros días la Hacienda Pública ha seguido un proceso Desde luego, la situación actual cobra todo su de continuas reformas. Algunas veces radicales e valor desde la perspectiva histórica que aporta incluso arriesgadas: desamortización, contratos este libro. Máxime, habida cuenta de que los res- de empréstitos a intereses abusivos cuyos efec- ponsables de la Hacienda Pública que se han tos negativos sólo pudieron ser paliados institu- sucedido desde 1703 hasta la fecha han sido cionalizando la deuda pública. Otras, más sose- personas de muy variada condición e ideología. gadas, han perseguido un sistema financiero Quizá eso proporciona un especial interés, no estable mediante el control presupuestario, una carente de atractivo, a una visión de conjunto de contabilidad rigurosa y un proceso de reforma tri- su labor como la que aquí se ofrece. butaria prácticamente constante. El ministro de Hacienda () 6 INTRODUCCIÓN () Pero si el siglo XVIII resultó agitado, el XIX fue dra- a tarea de recopilar las biografías y los retra- mático hasta la tragedia en muy numerosas ocasio- L tos de los hombres que han estado al frente nes. La Guerra de la Independencia, de 1808 a del Ministerio de Hacienda en España en los tres 1812, supone, tras la crisis que culminó en el motín últimos siglos es un reto de notable envergadura, de Aranjuez y la forzada abdicación de Carlos IV, la que se ha asumido con la conciencia de que la difi- cristalización de unos conflictos ideológicos que cultad estaba más que compensada con el interés arrastraba España desde que vivió, como vecina derivado de la realización del proyecto. implicada, la Revolución francesa de finales de la centuria anterior. La restauración fernandina no La dificultad estriba en muy diferentes aspectos. sosegó los espíritus, nuevamente alterados con los De una parte, el periodo estudiado resulta cierta- cambios del Trienio Liberal (1820-1823). La expe- riencia finalizó con la intervención exterior de la San- mente largo, trescientos años. Discurre, además, ta Alianza, actuada mediante los Cien Mil Hijos de por un período nada pacífico de nuestra Historia. San Luis. Como recuerda el ministro de Hacienda en sus palabras del prólogo, nuestra crónica se inicia Al fallecer Fernado VII, en 1833, se inicia un proceso prácticamente coincidiendo con los inicios de la político de profundos cambios contestados por los Guerra de Sucesión. Una contienda que durante tradicionalistas. Tal situación de origen nada menos trece años enfrentó a los españoles entre sí con que a tres guerras civiles, que ensangrientan el sue- la participación interesada de numerosas poten- lo español hasta 1876, solapándose con otros cias extranjeras, más empeñadas en turbios inte- varios conflictos, todos de inusitada violencia: desde reses económicos (a los que no escapaba el los altercados de 1834 con las matanzas de religio- comercio de esclavos en América) que en discu- sos hasta la revolución de 1868, la Gloriosa, inicio siones de derechos dinásticos de los diferentes del llamado Sexenio Democrático. Un sexenio príncipes en litigio. durante el que España pasó por la Monarquía Ama- deísta, la I República, el intento cantonalista hasta El resto del siglo XVIII no es ciertamente pacífico desembocar, en diciembre de 1874, en la Restaura- ni en política exterior ni en los acontecimientos ción borbónica en la persona de Alfonso XII. domésticos. Baste recordar, por ejemplo, la caída del ministro Squilache como ejemplo puntual de Con Alfonso XII se abre uno de los pocos periodos las turbulencias políticas que sacudieron periódi- de cierta estabilidad, al menos aparente, rota, ya camente a nuestra sociedad en aquellos años. fallecido el rey, con las dramáticas jornadas del 98 7 MINISTROS DE HACIENDA DE 1700 A 2004 en que se liquidaron los restos de nuestro Imperio. Orry y a italianos como el antes mencionado La dictadura del general Primo de Rivera evidencia Squilache, que eran más impopulares por las unas contradicciones en el sistema, que estallan en medidas que adoptaban o las campañas que 1931 para llegar, cinco años después, a la escisión contra ellos orquestaban sus enemigos políticos total de España en dos zonas con sendas organi- que por haber nacido en territorios foráneos. zaciones estatales paralelas entre 1936 y 1939. Tal situación hace necesario reseñar la existencia Como es lógico, en un periodo tan dilatado de simultánea en nuestro territorio de dos titularida- tiempo, y con una Historia política tan agitada des diametralmente opuestas en las respectivas como la que solamente hemos esbozado, nos administraciones de la Hacienda Pública.