Regiones y Desarrollo Sustentable 11

El Colegio de , A. C. Regiones y Desarrollo Sustentable

Consejo editorial

Lawrence Altrows (Ryerson Polytechnical University) Lourdes Arizpe (CRIM-UNAM) José Luis Calva (IIE-UNAM) Gonzalo Castañeda Ramos (UDLA-Puebla) Gustavo Garza Villareal (El Colegio de México, A. C.) Bernard Lafayette (Rhode Island University) Collette Le Cour Grandmaison (Universidad de París) María Luisa Torregrossa (FLACSO) Allen M. Prindle (Otterbein College) Ryzard Rózga Luter (UAEM) Brígida Von Mentz (CIESAS) Víctor L. Urquidi (El Colegio de México)† Úrsula Oswald Spring (CRIM-UNAM)

El Colegio de Tlaxcala, A.C.

Mtro. Raúl Jiménez Guillén Presidente Dra. María Elizabeth Rosa Zamora Ramírez Secretaria General Dra. Mercedes B. Arce Rodríguez Directora General de Vinculación y Extensión Mtro. Bertoldo Sánchez Muñoz Director General Académico Mtro. Guillermo Aragón Loranca Director de la Revista

Regiones y Desarrollo Sustentable Julio-Diciembre, 2006 Núm. 11 Índice1

Presentación

Emma Zapata Martelo, Blanca Suárez San Román, Mercedes B. Arce Rodríguez 7

Artículos

De Tlaxcala a Estados Unidos y Canadá: migración internacional ilegal y autorizada Blanca Suárez San Román y Emma Zapata Martelo 15

Enfoques teóricos sobre adaptación, ajuste y transculturización de los migrantes Mercedes B. Arce Rodríguez 45

Causas y factores que posibilitan la migración externa de Tlaxcala José Dionicio Vázquez Vázquez y Martha Romero Hernández 57

La emergencia de la teoría de redes como proceso epistemológico para comprender la migración ante la nueva política de seguridad nacional en Estados Unidos Martha Romero Hernández y Adrián González Romo 89

“Fue bien. Él sí regreso”. Migración indígena en Veracruz. El caso de totonacos del municipio de Coyutla Ma. de los Ángeles Muñoz González y Estela Casados González 103

Remesas en grupos domésticos de Tenanpulco, Puebla Hilda Jenny Barrios Escobedo, Emma Zapata Martelo, Pilar Alberti Manzanares, Beatriz Martínez Corona y Blanca Suárez San Román 117

Políticas públicas y control de la reproducción: mujeres mixtecas en ambos lados de la frontera Hiroko Asakura 141

 Número coordinado por la Dra. Mercedes B. Arce Rodríguez. México ¿Un país de tránsito? Latinoamericanos bajo el neoliberalismo rumbo a Estado Unidos María de Gloria Marroni 153

La frontera sur de México y sus mujeres migrantes: las trabajadoras domésticas guatemaltecas en Tapachula, Chiapas Luisa María Arredondo de la Torre 167

Documentos

Cambiando perspectivas. De la gestión de flujos a la construcción de políticas de migración con enfoque de desarrollo 191

Foro social Mundial de las Migraciones: Declaración de Rivas Viernes 7 de julio de 2006 217

Declaración. El Muro de la Vergüenza. Declaración sobre inmigración por Héctor Flores, Presidente Nacional de LULAC 3 de enero de 2006 221

Declaración de Piriápolis. Migraciones: un mundo sin muros por un de- sarrollo sostenible para todas y todos 3 de noviembre de 2006, Uruguay 225

Reseñas

La perspectiva teórica en el estudio de las migraciones. Roberto Herrera Carassou (2006). Siglo XXI Editores, México. pp.230 José Dionicio Vázquez Vázquez 237

El país transnacional migración mexicana y cambio social a través de la frontera. Marina Ariza y Alejandro Portes (2007). Instituto de Investiga- ciones Sociales. UNAM, México. pp. 712 Laura Elena Garza Bueno 243

“Ilusiones, sacrificios y resultado. El escenario real de las remesas de emigrantes a Estados Unidos”, en Blanca Suárez y Emma Zapata Martelo (Coord.) (2004). Milagros y mucho más realizan las mujeres indígenas y Campesinas. 2 volúmenes, Hermes Editores, México Mercedes B. Arce Rodríguez 247 Abstracts in English

Résumés en Français. 253

Aceptación de manuscritos en Regiones y Desarrollo Sustentable 257 Los trabajos firmados son estrictamente de responsabilidad personal de los autores 261

Regiones y Desarrollo Sustentable es una publicación semestral de El Colegio de Tlaxcala, A. C. ISSN 1665-9511

Presentación

Emma Zapata Martelo, Blanca Suárez y Mercedes B. Arce Rodríguez

La migración internacional continúa siendo hoy en día la asignatura pendiente en la agenda del gobierno mexicano, lo mismo en la parte que se refiere a la frontera sur como a la extensa frontera norte; a las históricas y nuevas regiones expulsoras que cada vez in- corporan numerosos contingentes de hombres y mujeres, provenientes de prácticamen- te casi la mayoría de los 2,440 municipios que conforman el territorio nacional; que salen en busca de mejores oportunidades de empleo y de ingreso, enfrentando el desaliento y falta de políticas de atención a sus demandas en su país de origen, y resistiendo las medi- das cada vez de mayor endurecimiento en el control fronterizo, cuando no las redadas en suelo norteamericano para su expulsión. Por ello resulta, obligatorio continuar aportando elementos documentales que abonen acerca del fenómeno de la migración en todas sus dimensiones.

El Colegio de Tlaxcala, A. C. decidió integrar un volumen dedicado a los estudios que acerca de la migración se han desarrollado en algunos estados del centro-sur del país, con el propósito de documentar e identificar las distintas condiciones que observa la migración internacional, y los efectos en los distintos ámbitos de la vida de los grupos domésticos, que participan, incorporándose como migrantes o asumiendo otros roles en los lugares de origen. Los trabajos aquí reunidos abordan –desde muy distintos enfoques y miradas– la migración, las motivaciones, efectos y cambios que en los diversos entornos sociales se registran, lo mismo en términos de los que pretenden llegar al “otro lado”, las y los que trabajan en la Unión Americana y los que se quedan.

En esta ocasión, la revista presenta una recopilación de artículos elaborados por co- laboradoras del Grupo Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza (GIMTRAP), or- ganización de la sociedad civil, y otros productos del quehacer de investigadores de El

 Profesora-Investigadora de Desarrollo Rural. Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo, Estado de México ([email protected]).  Coordinadora del Grupo Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza GIMTRAP, A.C. (gimtrap@prodigy. net.mx).  Profesora-Investigadora y Directora de Vinculación de El Colegio de Tlaxcala, A.C.

 Colegio de Tlaxcala, lo cual nos permite exhibir una de las actividades académicas de importancia para estrechar las relaciones entre nuestra academia y la sociedad civil mexi- cana. El colegio está trabajado por ampliar las redes de trabajo, tanto nacionales como internacionales, con vistas a lograr una más estrecha colaboración con los actores sociales y políticos del país y del extranjero. Esperamos que este número pueda ser de utilidad no sólo en el ámbito académico, sino para otras instituciones del estado y de la sociedad en general.

El primer trabajo, De Tlaxcala a Estados Unidos y Canadá: migración internacional ilegal y autorizada, de Blanca Suárez San Román y Ema Zapata Martelo, aborda el tema de la emigración en el estado buscando sus antecedentes socio-históricos y económicos en las diferentes etapas de su desarrollo durante el siglo pasado, destacando que el estan- camiento y contracción de las actividades agropecuarias que siempre dieron sustento a la economía estatal, aunado a los insuficientes y tardíos intentos de industrialización, han generado un proceso migratorio tanto interno como externo y bajo diferentes modalida- des, que se ha venido incrementando desde los años 40, para ganar un fuerte impulso en las décadas 80 y 90, produciendo cambios en las estructuras familiares de varias regiones del estado. La revisión global de los procesos de migración en Tlaxcala permite a las auto- ras, no solamente aportar una visión general muy completa, sino que además, señalar los temas que aún están por estudiarse y que debieran abordarse en otras investigaciones.

Bajo el título de México ¿un país de tránsito?, Marroni examina el significado que como puerta de entrada tiene la frontera mexicana para los emigrantes de diversas nacionalida- des del sur del continente americano, que transitan por el territorio nacional para ingresar a Estados Unidos de manera clandestina. Afirma que la frontera sur representó hasta hace muy poco un espacio de análisis que los estudios migratorios prácticamente ignoraban, y ésta solamente interesaba a México como el país receptor de los migrantes centroameri- canos, pero en la medida que se transforma en un territorio de paso hacia Estados Unidos, adquiere relevancia en la discusión de los asuntos migratorios y, sobre todo, en la exigen- cia por parte de Estados Unidos de contener los flujos a ese destino.

Marroni destaca el papel de América Latina, primero como receptor de importantes contingentes de migrantes provenientes de otros continentes, y posteriormente, refiere a los más recientes movimientos poblacionales, en donde los países latinoamericanos pa- saron a formar parte de importantes corrientes masivas de migrantes hacia Estados Uni- dos. Al respecto señala que los hispanos se están convirtiendo en “chivos expiatorios” para justificar el endurecimiento de las políticas migratorias que ha instrumentado Estados Unidos y pese a que a los latinos se les quiere presentar como un problema, cuando en realidad son parte de la solución, ya que son estos trabajadores latinos quienes satisfacen la demanda de un mercado que no es cubierto por la población nativa. Al final la autora deja abierta una serie de interrogantes que sin duda evidencian la ausencia de defini- ciones por parte del gobierno mexicano para los nacionales, y deja muy clara la posición de apoyo y respaldo al gobierno de Estados Unidos, al establecer mecanismos de mayor

 vigilancia (pero también muchos de corrupción) que propician el rechazo a muchos lati- noamericanos que pretenden atravesar México para llegar a Estados Unidos.

Mercedes Arce hace una reflexión teórica sobre los procesos de adaptación, ajuste y transculturación en los cuales se insertan los migrantes una vez asentados en el nuevo lu- gar de residencia. Un primer elemento es la situación de estrés por la necesidad de migrar que es compensada con mecanismos de defensa que las y los individuos desarrollan para insertarse en las nuevas situaciones. Identifica los factores que agravan la situación del migrante: dificultades para comunicarse tanto con la familia, en el lugar de origen, como con las personas, en el país de residencia. La pérdida de contacto con los seres queridos, con su ambiente físico-familiar, interrupción de la cadena socio-familiar, falta de apoyo emocional y pérdida de raíces culturales. Para analizar la adaptación retoma a varios au- tores, entre ellos a Eisenstadt, cuando la define como la capacidad efectiva para reali- zar exitosamente funciones sociales inherentes a la estructura social del nuevo país. Sin embargo, la autora señala que el proceso es mucho más complejo, ya que resulta de las características individuales, sociales, históricas, tanto del país expulsor como del receptor. Por lo tanto, es difícil proponer un modelo único porque hay que contemplar múltiples variables, no sólo psicológicas sino también sociales. Otro elemento importante que se incluye en el análisis, son los estadíos en la adaptación del migrante que algunos autores mencionan, y que se pueden traducir en procesos de transición. Las expectativas que los migrantes tienen también tendrán influencia en el proceso. Éstas resultan de los medios masivos de comunicación, conversaciones con otras y otros compañeros que comparten sus experiencias positivas y en algunos momentos inventadas o exageradas. Mercedes Arce indica que –desde la psicología– el análisis de los procesos migratorios ha tenido limitaciones debido al enfoque funcionalista que prioriza conflictos culturales, desarrollo de la personalidad e identidad étnica. Muchos de estos estudios dejan de lado los aspec- tos relacionados con el medio, fundamentalmente el impacto de los factores económicos, sociales y políticos en la subjetividad individual y colectiva de los inmigrantes. Este tema es más tratado por los sociólogos que estudian la importancia de ciertas condiciones so- cio-económicas, sobre todo al analizar las decisiones de emigrar y la selección del lugar a donde dirigirse. Las diferencias de sexo, educación, actitudes, aptitudes, el arraigo a sus lugares de nacimiento, las relaciones familiares y las amistades, tendrán una interacción, psicológicamente particular y difícil de generalizar. Por último, aborda el término trans- culturación que permite entender cómo los migrantes integran un sistema, el cual no es una suma mecánica, acumulada de elementos incorporados durante la interacción, sino una conjugación dinámica de factores que dan como resultado una nueva realidad cultural para ellos.

En los últimos años, la migración se ha convertido en fenómeno masivo que se extien- de a zonas que no habían participado de este proceso. Este es el contenido del artículo elaborado por Hilda Jenny Barrios-Escobedo y colaboradoras, cuyo título es Remesas en grupos domésticos de Tenampulco, Puebla. Entre las causas del fenómeno está, la conti- nua demanda de empleos para trabajadores mexicanos en los Estados Unidos, y entre los factores estructurales de expulsión, mencionan la entrada del país al Tratado de Libre

 Comercio (TLC), el retiro del estado de la inversión social, la crisis de la economía mexica- na, escasez de tierra, violencia rural, pocos recursos para producir, abandono del campo, la ausencia de políticas públicas hacia ese sector y la introducción de nuevas tecnologías. Si bien el estado de Puebla participa del proceso migratorio desde hace muchos años, Tenampulco sólo se inserta en éste hace ocho años. Esta situación hace muy interesante el trabajo, ya que documenta nuevas áreas de expulsión.

Las autoras realizan el análisis comparando grupos domésticos que reciben y no reci- ben remesas, y la información la obtienen entrevistando a mujeres de los mismos. Com- parten éstas bajos niveles de escolaridad, que les limita para acceder a empleos mejor remunerados, familias con pocos hijos, y recursos insuficientes para mejorar las condicio- nes de vida. Debido a que los recursos en la zona son limitados, la migración se convierte en una de las pocas alternativas, y los recursos que se generan a partir de ésta son la meta de quienes se deciden a emprenderla. Recursos que se convierten en remesas para los y las que se quedan en la comunidad rural. Pero quienes lo hacen deben pagar sumas muy elevadas para pasar la frontera, estos costos limitan los viajes frecuentes a Tenampulco. A pesar de las remesas que llegan a algunas de estas familias, las condiciones económicas en general continúan siendo precarias. Los recursos de los grupos que los reciben sólo permiten la sobrevivencia. Además, la ausencia y largas permanencias en los lugares de destino repercuten en situaciones de angustia, soledad y tristeza.

En el artículo de María de los Ángeles Muñoz y Estela Casados se presenta una primera aproximación sobre la migración internacional llevada a cabo por indígenas totonacos, que integran la región del Totonacapan y que se localizan en los municipios de Coyutla y Espinal, al norte del estado de Veracruz; las características de la migración indígena hacia los principales puntos del país, y cómo fue que ésta tomó la ruta hacia Estados Unidos, en un proceso migratorio que no tiene más de ocho años, pero que ha comenzado a trastocar los estilos de vida de la población indígena de la región; sobre todo de las y los más jóvenes, quienes comienzan a mirar hacia el norte a fuerza de escuchar los relatos de aquellos que han regresado de la Unión Americana. En las tres comunidades que docu- mentan las autoras, logran mostrarnos las distintas caras de la migración internacional, tanto legal como ilegal, de varones o mixta, de jóvenes y adultos, el abandono o el regreso de la pareja, la desintegración o fortalecimiento de las familias, la alegría por iniciar nue- vos proyectos familiares y comunitarios, a la vez que se experimenta la tristeza y el temor ante las sombras más amenazantes que provoca el éxodo: el virus del papiloma humano (VPH) y el VIH-SIDA.

Afirman Muñoz y Casados que, paulatinamente, en dichas comunidades, comenzaron a tejerse incipientes redes que han permitido que cada vez más totonacos se trasladen con éxito para trabajar hasta diversas ciudades de Estados Unidos, con ciertos puntos de coincidencia: son varones y jefes de familia, con objetivos de estancia bien definidos: la construcción de la casa familiar y/o saldar adeudos contraídos en la comunidad de origen. Los efectos en su calidad de migrante legal o ilegal marca una diferencia. Para el que cuenta con documentos, indican las autoras, significa aproximarse a una estructura

10 gubernamental que, hasta cierto punto, facilita el tránsito (tanto a Estados Unidos y Ca- nadá) y da la sensación de seguridad a los familiares del migrante, así como a éste último; mientras que para el migrante ilegal implica buscar los servicios de quienes trafican con personas. Pero en ambos casos, la percepción de la población totonaca, respecto a las remesas, al parecer ha variado en la medida de la evaluación que sobre el dinero recibido se tiene, cuando se consideran los gastos corrientes de las familias receptoras y los costos de los proyectos familiares (la construcción de vivienda, negocios o la educación de las hijas e hijos), y se agregan los gastos producto de la estancia del migrante en el país re- ceptor (pago al coyote, hospedaje, alimentación, transporte, esparcimiento, alcohol). Pero la preocupación e inquietud mayor para los que se quedan en las comunidades es la pro- pagación de las enfermedades de transmisión sexual entre las parejas de los migrantes, aspectos acerca de los cuales habrá que seguir investigando.

Hiroko Asakura, a partir del análisis de las políticas públicas y control de la reproduc- ción, examina la experiencia de las mujeres mixtecas en ambos lados de la frontera en la localidad de Santa Cecilia, distrito de Silacayoacan, Oaxaca, abordando su historia mi- gratoria y las acciones individuales de control de la reproducción, que se articulan con la intervención de distintas instituciones. Al cancelarse las contrataciones del Programa Bra- cero (1964), comenta la autora, aumentaron el número de migrantes sin documentos. En 1986, con la emisión de la IRCA (Immigration Reform and Control Act), muchos migrantes obtuvieron la residencia legal en Estados Unidos y también se abrió un programa de re- unificación familiar que permitió el traslado de las esposas e hijos/as de los migrantes; sin embargo, siguieron migrando en forma circular, ahora con sus esposas e hijos. A mediados de los noventa nuevas medidas migratorias se agudizaron, lo que incrementó también el costo del traslado, y las familias debieron quedarse en Estados Unidos, cada vez por más tiempo. En Estados Unidos, las mujeres ingresan en el mercado laboral y realizan una do- ble jornada. Después del trabajo asalariado, destinan horas a quehaceres domésticos y al cuidado de sus hijos/as. El marido entretiene a los/as niños/as mientras ella prepara la comida, eso se considera una “gran ayuda”. Combinar las viejas tareas –trabajo doméstico y cuidado de los/as hijos/as– con el trabajo remunerado plantea un nuevo problema. Ya no pueden tener “todos los hijos que Dios mande”; ahora hay que controlar el número y el espaciamiento entre ellos. Las mujeres que permanecen en el pueblo también tienen que pensar en el número de hijos/as. No saben cuándo cruzarán la frontera y no es fácil hacerlo con muchos/as hijos/as, por el costo del traslado y el coyote, y también porque tendrán que conseguir a alguien que los/as cuide mientras ellas trabajan fuera del hogar. En ambos lados de la frontera han aparecido nuevas necesidades con respecto a la repro- ducción. Las mujeres necesitan controlar sus embarazos para adecuarse al estilo de vida que ha generado la migración transnacional. En este contexto se reflexiona acerca del control de la reproducción y de las políticas públicas en ambos lados de la frontera.

El trabajo Causas y factores que posibilitan la migración externa en Tlaxcala, cuyos auto- res son José Dionicio Vázquez y Martha Romero, aborda la migración en una comunidad de Tlaxcala, desde lo micro a lo macroestructural. Para analizar las causas parten del enfo- que marxista, y para las condiciones microestructurales del funcionalismo de Talcott Par-

11 sons. Enfatizan factores que intervienen partiendo de la visión de Ravenstein, trabajada y revisada por autores actuales, donde proponen analizar la migración, tanto desde los factores de origen como aquéllos ubicados en los espacios de destino. La teoría que guía el trabajo es la de la Modernización de Germani, que postula las dos dimensiones macro y micro, entendiendo la migración como consecuencia y resultado. Según los autores, deben considerarse factores objetivos y subjetivos. Los hechos que determinan la migra- ción los ubica Germani en la historia de las relaciones de producción (económicas), la de- pendencia estructural hacia las metrópolis, la emergencia de polos de desarrollo, falta de empleo en países subdesarrollados, migración agrario-urbana, niveles salariales menores en las áreas de expulsión. En este contexto intervienen también condiciones ambientales, como erosión, contaminación, entre otros. El análisis empírico lo realizan en la localidad de San Pedro Tlalcuapan del municipio de Santa Ana , Tlaxcala. La migración se dirige en gran parte hacia Oxnard, California. El trabajo se complementa con datos documentales que toman en cuenta causas, factores y consecuencias que posibilitan la migración internacional. Se incluyen además historias de vida de varios informantes.

La hipótesis general que guía el trabajo afirma que las causas que posibilitan la migra- ción (la que obliga al individuo a conseguir un mejor empleo) son económicas, y los facto- res ambientales intervienen para incidir en el fenómeno, de tal manera que las personas que migran están impelidas a hacerlo bajo causas y factores que provocan un desajuste en sus vidas. Según lo expuesto, en Tlaxcala existen las condiciones para que se siga re- produciendo la migración internacional, garantizando al mismo tiempo la decisión de migrar de quien aún no lo hace.

El documento que se incorpora a este volumen forma parte de las agendas temáti- cas preparadas por Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide Social, A. C.), donde la materia migratoria y las políticas públicas son el centro de la discusión. En las reseñas se presentan dos libros que abordan de manera exhaustiva los cambios recientes en la migración mexicana, sus efectos sociales, económicos y culturales más relevantes.

12 Artículos

De Tlaxcala a Estados Unidos y Canadá: migración internacional ilegal y autorizada1

 Blanca Suárez San Román Emma Zapata Martelo

Resumen

Los cambios que se registran en Tlaxcala, en sus municipios y comunidades, no pueden dejar de ser vistos desde la ubicación geográfica que tiene el estado, su acceso a impor- tantes redes de comunicación, que brindan una posición relevante –tanto al tránsito de personas como al de mercancías– y por supuesto, su cercanía a la Ciudad de México y al estado de Puebla. En este trabajo se aborda al estado como el espacio vivo en donde confluyen aspectos históricos, económicos y sociales, donde se analiza de manera breve cuáles han sido las características que prevalecen en los distintos periodos del desarro- llo del estado, de las grandes haciendas pulqueras, reparto agrario, fragmentación de la tierra, estancamiento de las actividades agropecuarias, proceso de industrialización; y a partir de ellos, identificar los flujos migratorios en sus diferentes modalidades, así como los cambios que se observan en la organización de las familias tlaxcaltecas.

Algunos datos históricos del estado de Tlaxcala

El estado de Tlaxcala es el que menor superficie tiene en el territorio nacional, de ahí que históricamente su función estratégica no radicara en su potencial económico, sino en su posición geopolítica. Ubicado cerca de la capital de la República, había sido desde la épo- ca colonial una de las principales vías de acceso al valle central desde las costas del Golfo. Primero fueron los caminos de herradura y posteriormente el ferrocarril, que cruzaban de un lado a otro. Al gobierno federal le interesaba garantizar, en esa región, un tránsito flui- do y libre para las mercancías, personas y ejércitos. También albergaba un gran número

 Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio: “El impacto de la migración en las muje- res y sus familias en el municipio de Hueyotlipan, Tlaxcala. ¿Una estrategia de sobrevivencia?”, que desarrollaron las autoras durante 2007, en el marco del Programa de Coinversión Social del Instituto Nacional del Desarrollo Social y del Grupo Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza, A. C.; en dicho proyecto colaboraron: Rocío Rosas Vargas y Rosa Lázaro Castellanos.

15 de pueblos indígenas que convivían con varias haciendas importantes (Rendón Garcini, 1993).

Durante el porfiriato el gobernador Próspero Cahuantzi, quien a partir del 15 de ene- ro de 1885 asumiría siete veces y de manera sucesiva la gubernatura de su estado para sumar 26 años y 4 meses en el poder, pensó que el progreso significaba inversión de capitales privados y crecimiento industrial, convertidos en prioridades de su gobierno, muy acorde con el pensamiento de la dictadura porfiriana. La multiplicación de fábricas textiles y en menor grado otras industrias de variada índole, dan cuenta de este plan del gobierno de finales del siglo XIX y principios del XX. El origen rural e indígena de este go- bernante le dio ciertos conocimientos que supo aprovechar para manejar los problemas campesinos del estado, basándose en juegos de equilibrio con los hacendados y caciques de los pueblos, que le permitieron tener una situación política muy estable. En 1891 de- claró a Tlaxcala libre de terrenos baldíos. El cambio de siglo coincidió con una serie de coyunturas que mostraron la fragilidad del sistema de consensos. Destacan las protestas de pequeños propietarios pero no estuvieron ausentes las de los grandes agricultores (Rendón Garcini, 1993).

Este periodo es identificado por algunos estudiosos de Tlaxcala como la “época dora- da prerrevolucionaria” en la que se reconoce un importante crecimiento, tanto en la fabri- cación de textiles de algodón como en la producción de pulque. Las haciendas y ranchos manejaban la mayor parte de la tierra cultivable, los granos básicos y también el cultivo del maguey. “La fuerza de trabajo se componía de peones acasillados complementados con “semaneros eventuales”, trabajadores contratados procedentes de otras comunida- des que trabajaban en la hacienda durante la semana y al final de ésta regresaban a su casa” (Sánchez, 1974; Farrell, 1977, citado por Binford et al, 2004:22).

Para Rendón Garcini (1993:131), la élite rural tlaxcalteca fue bastante reducida y con fuerza limitada, en tanto que la cantidad de medianos y pequeños propietarios fue cre- ciendo, aunque con poder reducido. La escasez de recursos los colocó en posición vul- nerable y difícil para negociar ante las políticas fiscales y agrarias del gobierno, que por una parte revaluaba sus terrenos y aumentaba los impuestos y los colocaba en riesgo de perder sus bienes; por otra toleraba las posesiones colectivas y comunales, además ofre- cía financiamiento y los protegía de ciertas arbitrariedades.

La prosperidad de las haciendas no se tradujo en mejores niveles de vida para la po- blación. A la inconformidad con las condiciones de vida, se agregaría el descontento ante la situación política, por la imposición de las autoridades que los hacendados propiciaban en los Ayuntamientos.

 Esta postura fue iniciativa de un grupo de hacendados del estado y recibió apoyo del gobernador (Rendón Garcini, 1993).

16 El número de pequeños y medianos propietarios tlaxcaltecas debió ser más elevado de lo que las estadísticas indican, por ello no puede hablarse de acaparamiento de la tierra por un pequeño grupo de hacendados. La posesión como tal, fue bastante fraccio- nada y con intenso movimiento, sin que esto quiera decir que no existieran propietarios que poseían grandes y buenas tierras, frente a otros que las tenían reducidas y pobres (Rendón Garcini, 1993).

Una característica de las comunidades del México Central y que es aparente en Tlax- cala y Puebla, es el enlace entre el sector agrícola tradicional y la incipiente industria. Con alguna frecuencia se encuentran campesinos artesanos y obreros, más particularmente en la industria textil. Era común que el campesino se quedara viviendo en la comunidad indígena y siguiera cultivando su parcela de tierra, trabajando además él mismo o uno o más de los miembros de su familia, temporalmente, en empresas industriales o en los servicios como sirvientes o mozos, entre otros (Buve, 1994).

En las partes áridas con suelos arenosos del norte y oriente, predomina la vegetación xerófila, entre la que destaca el maguey pulquero. Ésta planta todo un símbolo regional que dio pie al desarrollo y esplendor de las haciendas pulqueras a cuyos propietarios se llamaban “aristocracia pulquera” (Rendón Garcini, 1993).

La fragilidad agrícola de Tlaxcala fue consecuencia de la escasez de productos básicos para la alimentación, principalmente el maíz que fue un producto irregular y en muchos casos deficiente. Sólo la producción de pulque tuvo un ascenso casi permanente, debido a la natural autonomía que guarda éste con respecto a los ciclos y condiciones agrícolas de otros cultivos. Los mayores beneficios de esa bonanza favorecieron a un grupo re- ducido de hacendados pulqueros del norte del estado. Cuando se saturó el mercado lo convirtieron en aguardiente de forma que las haciendas pudieron resistir mejor las crisis agrícolas, en relación con los hacendados cerealeros, y con mayor razón si se hace refe- rencia a los pequeños propietarios (Rendón Garcini, 1993).

Entre 1918 y 1932, los campesinos vivieron con la esperanza de convertirse en pro- pietarios de tierra, y se insertaron en luchas por conseguirla. Algunos lograron la meta en los años en que se realizó una reestructuración en todo sentido: político-económico- industrial.

Durante los sexenios 1957-1963 y 1963-1969 comenzaron a agudizarse algunos pro- blemas, como el grado de erosión de los terrenos dedicados a la agricultura o la fuerte expulsión de población que se veía obligada a trabajar o estudiar en Puebla, Veracruz, Hidalgo o el Distrito Federal, además de la migración legal e ilegal a Estados Unidos, cuestión en la que muchos tlaxcaltecas fincaron sus deseos de bienestar y realización. Los viejos problemas hicieron crisis, manifestándose particularmente en el cierre de im- portantes fábricas textiles que generó un mayor desempleo, y también estuvo acompa- ñado de un fuerte movimiento campesino para acceder a una parcela de tierra.

17 Entre 1940 y 1980, la población de la entidad se duplicó, llegando a 547,200 personas. De ese total, más de las dos terceras partes vivían en el campo. Aproximadamente 50% de la población era menor de 15 años, por lo que se acentuaba una fuerte presión sobre la tierra. La reforma agraria había sustituido al régimen de la hacienda y había creado la base de subsistencia de las familias, las cuales fueron dotadas con parcelas ejidales.

Para 1960 la propiedad privada significaba 64% del total de la tierra cultivada en el noroeste del estado mientras los ejidos controlaban el 36%. Diez años más tarde, los ejida- tarios poseían un promedio de 7.3 hectáreas, aunque prevalecían en las tierras de agos- tadero. Se estimaba que cerca de 17 mil campesinos no contaban con tierras; algunos de ellos eran hijos de ejidatarios cuyas tierras no podían subdividirse legalmente; además en algunos ejidos aquéllos con derechos a salvo excedían en número a los titulares de las parcelas y se calcula que equivalían al 10% de la población (Sánchez, 1974:83-85, citado por Binford et al, 2004).

Hacia 1970 y 1973 el movimiento campesino en Tlaxcala se dinamizó en lo que consti- tuyó la primera parte del auge de la lucha campesina. Las causas que generaron el conflic- to en el estado fueron las mismas que la impulsaban nacionalmente: la gran concentra- ción de la tierra en pocas manos. En el norte del estado 70% de los predios contaban con certificados de inafectabilidad ganadera (Magallón, 1986). Díaz Ordaz había anunciado que la fase distributiva de la reforma agraria había llegado a su fin y el jefe del Departa- mento Agrario de ese entonces, declaró que en Tlaxcala no había más tierra que repartir; sin embargo, se denunció a través de la Federación de Estudiantes Tlaxcaltecas, ante el entonces Presidente de la República Luís Echeverría Álvarez, la existencia de 75 familias que poseían latifundios.

Entre 1920 y 1992 se constituyeron en Tlaxcala 240 ejidos y 39 mil 875 demandantes lograron beneficiarse con una dotación de tierra, en su mayoría con una parcela indivi- dual. El proceso de ejidalización de la propiedad –sobretodo con la expropiación de las haciendas ganaderas y cerealeras– ubicadas en áreas de agricultura comercial, fue el me- canismo a través del cual se consolidó la producción familiar en gran parte del territorio estatal.

Un rasgo que define al sector rural del estado de Tlaxcala es la fragmentación de la propiedad. Según Marroni (2001), de las 68 mil 15 unidades de producción, en el estado, con superficie de labor, 16 .12% tenía menos de dos hectáreas. Marroni (2002: 28) seña- la que en la actualidad se ha borrado la frontera entre la propiedad privada y la ejidal, que con anterioridad fue determinante para la constitución del modelo de explotación familiar de la tierra, predominante en Tlaxcala. Esta autora (1998:171), menciona: “este

 Los datos respecto a los distintos sexenios del estado, se pueden consultar en la siguiente página electrónica, http://www.tlaxcala.gob.mx/historia/contempo.html.

18 elemento no parece determinante en el funcionamiento del sector, debido a que: a) no existe una demarcación rígida más allá de la formal entre el ejido y la propiedad privada, y frecuentemente un predio concentra, sea a través del usufructo o propiedad, ambos tipos de tenencia; b) la propiedad privada se basa en el minifundio con mecanismos de reproducción semejantes a los observados en las parcelas ejidales”.

Las limitantes en términos de la calidad de la tierra (recordemos que casi la totalidad de las superficies con que se dotaron a los ejidos en el estado fueron de temporal), auna- das al escaso acceso al crédito y a la asistencia técnica, así como a una evidente ausencia de políticas para incentivar el desarrollo agrícola de los productores minifundistas, contri- buyeron, como en otras tantas entidades del país, a producir fundamentalmente para la autosubsistencia de las familias campesinas, lo que ha generado emigración para buscar oportunidades de empleo, en un primer momento en los municipios o estados vecinos, y en otros para incorporarse a los flujos migratorios internacionales, para obtener empleo e ingresos.

A mediados de los setenta se generaron en el estado una serie de estímulos de carácter fiscal para promover y atraer la inversión privada, lo que permitió el establecimiento de un importante número de empresas y con ello un aumento en el empleo. Así, se impulsa- ron las actividades industriales lo mismo en los textiles, en fábricas de loza y vidrio, entre otras, desarrollándose también el comercio y los servicios; y recientemente, la expansión de las empresas maquiladoras en talleres formales y la maquila domiciliaria en las casas habitación, ocupando principalmente mano de obra femenina e incluso a niños y niñas.

Pero dicho proceso de industrialización no fue generalizado en el estado: por ejemplo, en algunos municipios como el de Hueyotlipan, continúan predominando las actividades agropecuarias en las comunidades que lo conforman.

Algunos indicadores económicos

El estado de Tlaxcala representa 0.2% de la superficie total del país y se localiza en la re- gión centro-oriental del país. Se divide en 60 municipios con una población en 2000 de 962,646, de los cuales 48.8% son hombres y 51.2% mujeres, y cuenta con una población indígena de sólo 2.8%.

Se destacan como importantes núcleos de población urbana los municipios: , Chiautempan, , San Pablo del Monte y la capital del estado, que cuentan con poblaciones por arriba de los cincuenta mil habitantes, siendo estos municipios donde se concentra el 33.2% de la población del estado.

Entre 1990 y 2000 la población aumentó a una tasa de crecimiento promedio de 2.4% anual, superior a la tasa de crecimiento anual del país de 1.9%. Pero el ritmo de crecimien- to de la población en la década de los noventa fue inferior a la registrada entre 1970-2000,

19 en la primera década la población creció 2.7%, mientras que en la siguiente la tasa fue de 3.3% (Castillo, 2007).

El estado está catalogado como de marginación media en el ámbito nacional, sola- mente se identifican a cuatro municipios como de alta marginación de los 60 que lo constituyen.

Población económicamente activa

El desarrollo del estado estuvo sustentado –como se anotaba líneas arriba– en la produc- ción de pulque, asociado también al cultivo de maíz y otros cereales como el trigo y la cebada, que aún en la actualidad tiene una importancia relativa como cultivo comercial para el abasto de la industria maltera. Pero si se examina la estructura de la población económicamente activa (PEA) en el estado, se puede apreciar que en la actualidad, la participación de las actividades agropecuarias se ha reducido sustancialmente, mientras que los sectores secundario y terciario se han incrementado.

El Anuario Estadístico de Tlaxcala (2005), registra que la PEA en el primer trimestre de 2005 alcanzaba un total de 404,035, de los cuales reporta como desocupados para ese periodo 3.9% de esa población. Es en los sectores secundario y terciario en donde se con- centra el mayor número de personas ocupadas 36.1% y 47.3% respectivamente, de ahí que se precise que el estado ha transformado su estructura económica y productiva, de una economía agrícola ganadera a pequeña escala a una donde el sector industrial y de servicios ocupa la mayor proporción de fuerza de trabajo (cuadro 1). Mientras que el sec- tor primario participa solamente con 16.5%.

Cuadro 1. PEA y sector de actividad económica, 2005

404.035 Sector Primario 16,5 Secundario 36,1 Terciario 47,3 No especificado 0,01

* Los datos corresponden a información del primer trimestre de 2005. Fuente: elaborado con datos del Anuario Estadístico, Tlaxcala, INEGI 2005.

 Estos municipios son: Altzayanca, Españita, Terrenate y Emiliano Zapata.

20 Principales actividades económicas

Al examinar los datos reportados por el INEGI con relación a cada una de las actividades económicas que se desarrollan en el estado, se observa que es la industria manufacturera la que tiene el mayor peso en cuanto a la participación de la fuerza de trabajo (26.3%). Aquí sobresale la rama textil y la de confección siendo las más significativas; también se identifican las dedicadas a la fabricación de productos electrónicos, hule, plástico, partes automotrices y alimentos, entre otras (cuadro 2). Después de estás industrias, le sigue el comercio que participa con 18.1% de la PEA.

Cuadro 2. PEA ocupada por sector de actividad económica, 2005

Sector Actividad económica PEA % Total PEA Primario Agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca. 64027 16,5 Secundario Industria extractiva y de la electricidad. 1265 0,3 Industria manufacturera. 102121 26,3 Construcción. 37000 9,5 Terciario Comercio 70503 18,1 Restarurantes y Servicios de alojamiento 11466 3 Transporte, comunicaciones, correo y almacenamiento. 14037 3,6 Servicio prfoersinales, financieros y corporativos 8812 2,3 Servicios sociales 32702 8,4 Servicios diversos 32437 8,4 Gobierno y organismos internacionales 13876 3,6 No especificado 66 0,01 *Los datos del cuadro corresponden a cálculos del rpimer trimestre, 2005. Fuente: elaborado con datos del Anuario Estadístico, Tlaxcala, INEGI 2005.

El estado ha puesto especial atención en atraer cada vez más a las maquiladoras. Así, las autoridades señalan que: “Para dar mayor apoyo al desarrollo industrial, se han desarro- llado programas para fomentar las exportaciones, entre los que sobresalen los Programas Altex, Pitex y Maquiladoras Altamente Exportadoras, todos ellos con el objetivo de dar un margen mayor al desarrollo de las exportaciones: y poder competir con los mercados nacionales e internacionales. En esta administración (1999-2005) se han fomentado e in- crementado las exportaciones: para el 2004 existen 20 empresas altamente exportadoras, 11 maquiladoras de exportación y 57 empresas con programa de importación temporal para exportación, que incluye ramas como confección, textil, química, partes automotri- ces y minerales”. La industria manufacturera, según los datos de INEGI, para 2004 aporta- ba 27.3% del producto interno bruto.

Por su parte la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca, participan con 16.5% de la PEA estatal, lo que significa que dicha actividad ha permanecido en el franco estan-

 Información de la página electrónica: http://www.tlaxcala.gob.mx/historia/contempo.html.

21 camiento y abandono, sin contar con ningún tipo de incentivo, lo que es sin duda reflejo de lo que acontece en prácticamente todo el país con los productores minifundistas de las áreas de temporal. En términos de su aporte al producto interno bruto, este sector participa con apenas 3.8%.

Si analizamos la estructura de la PEA por género, se observa que la participación de las mujeres alcanzó 34.5% algo más de la tercera parte de quienes cuentan con un empleo en el estado y de 2000 a 2005 esta contribución ha tenido un incremento de 4.3% en esos años (cuadro 3).

Cuadro 3. Ocuapción por actividad económica y distribución porcentual por sexo, 2005

Actividad económica Hombres Mujeres

Estado de Tlaxcala 254572 133740 65,5% 34,5%

Agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca 93,9% 6,1% Industria extractiva y de la electricidad 87,1% 12,9% Industria manufacturera 58,1% 41,9% Construcción 99,3% 0,7% Comercio 53,0% 47,0% Restaurantes y Servicios de alojamiento 39,4% 60,6% Transporte, comunicaciones, correo y almacenamiento 95,2% 4,8% Servicios profesionales, financieros y corporativos 62,3% 37,7% Servicios sociales 37,3% 62,7% Servicios diversos 45,4% 54,6% Gobierno y organismos internaciones 68,4% 31,6% No especificado. 100,0% *Los datos del cuadro corresponden a cálculos del primer trimestre, 2005. Fuente: elaborado con datos del Anuario Estadístico, Tlaxcala, INEGI 2005.

Aunque la presencia de las mujeres en la industria manufacturera (textiles, confección de prendas de vestir y alimentos) es importante (41.9%), su intervención en las actividades de servicios resulta todavía mayor, pero es en este sector donde las mujeres tlaxcaltecas se encuentran más desprotegidas con relación a los servicios de salud y a las prestaciones en general, ya que un porcentaje elevado forma parte de la economía informal, tal como sucede en la mayoría de entidades del país, donde se han incorporado a los mercado de trabajo a fin de superar o, cuando menos, paliar las condiciones de pobreza de grupos cada vez mayores de la población, que tienen la necesidad de contar con ingresos, al aumentar el costo de la vida por un lado, y al reducirse los márgenes de autosubsistencia para las familias, lo mismo en el ámbito urbano como rural. Así, las mujeres y los núcleos familiares en condiciones de pobreza han diseñado estrategias de sobrevivencia que re- sultan en la concentración de mujeres en actividades de servicio y de comercio a muy pequeña escala (Suárez y Bonfil, 2003).

22 En cuanto a las retribuciones por el trabajo realizado, si bien dentro de los estratos de hasta un salario mínimo existe una desigualdad entre hombres y mujeres, ésta se va am- pliando conforme aumenta el número de salarios; por ejemplo, las mujeres que partici- pan con más de cinco salarios solamente representan 27% de la población ocupada, pero su participación se incrementa en el caso de las que no reciben ingresos 47.9% (cuadro 4). Cuadro 4. Población ocupada por nivel de ingresos y sexo, 2005

Total Hombres Mujeres Población ocupada 388312 254572 133740 Hasta un salario mínimo 75346 56,4% 43,6% Más de uno y hasta 2 salarios mínimos 125997 63,4% 36,6% Más de 2 y hasta 3 salarios mínimos 68743 78,9% 21,1% Más de 3 y hasta 5 salarios mínimos 58348 71,3% 28,7% Más de 5 salarios mínimos 21234 73,0% 27,0% No recibe ingresos 36205 52,1% 47,9% No especificado 2439 80,4% 19,6%

*Los datos del cuadro corresponden a cálculos del primer trimestre, 2005. Fuente: elaborado con datos del Anuario Estadístico, Tlaxcala, INEGI 2005.

La situación que se observa para las mujeres en el estado, tanto en su presencia en las fuentes de trabajo como en el nivel salarial con el que participan, no se encuentra alejado de lo que prevalece si observamos ciertos lugares en el escenario de la política estatal. En el trienio 1999-2001, de los 60 municipios únicamente dos estaban gobernados por mu- jeres, el de San Salvador Tzompantepec y el de Muñoz de Domingo Arenas, y el número de mujeres en otros cargos de elección popular igualmente resulta sumamente reducido, como lo demuestran las cifras abajo señaladas (Sam Bautista, 2003). En el Congreso local en 2004 de un total de 32 diputados de mayoría relativa y de representación proporcio- nal, solamente 5 eran mujeres (cuadro 5).

Cuadro 5. Número de mujeres en los gobiernos municipales de Tlaxcala, 1999- 2001

Cargo Mujeres % Hombres

Presidente (a) municipal 2 3,3 58

Síndico (a) 2 3,3 58

Regidor (a) 47 11,2 373

Presidente (a) auxiliar 10 2,5 393

Total 61 6,5 882 Fuente: elaborado por Sam Bautista, 2003.

23 Agricultura y ganadería

En cuanto al desarrollo de la agricultura y la ganadería, si bien se ha comentado del cam- bio que se gestó en términos de la estructura de las actividades económicas del estado y del estancamiento que hoy registra dicha actividad, es importante referirnos a ella en particular, ya que es el medio de autoconsumo para muchas familias tlaxcaltecas. El distintivo que define al sector rural en el estado de Tlaxcala es la fragmentación de la propiedad, misma que se ve reflejada lo mismo en la tenencia de la tierra ejidal, mixta y en la privada. La superficie susceptible para uso agrícola es del 60%. De la superficie de- dicada a la actividad agrícola, la mayor parte de la sembrada en el año agrícola 2003/04 estaba constituida por tierras de temporal las cuales representan 88.8 %; y de riego 11.2 %. En las de temporal es evidente el reducido rendimiento por hectárea; por ejemplo, en el caso del maíz, se cosecha menos de una tonelada por hectárea sembrada; sin embar- go, su cultivo sigue siendo práctica común entre los campesinos de los 60 municipios que comprenden el estado de Tlaxcala, ya que ello representa garantizar el autoconsumo cotidiano de las familias que lo producen y cuando se trata de forrajes, el alimento para los animales con los que se pueda contar en el traspatio o en el pequeño corral. Además del maíz, en estas áreas de temporal cultivan cebada, trigo, frijol, avena, entre otros. En las superficies sembradas con riego igualmente se producen algunos cereales, hortalizas y alfalfa.

Es importante señalar que las superficies sembradas de algunos cultivos en el estado, han observado una disminución en las áreas dedicadas a su cultivo, así como se aprecia en el cuadro 6: en los casos del trigo (-34.9), papa (-31.3) y haba verde (-24.9) se registra una reducción muy significativa, y en el caso del maíz aunque disminuye no resulta tan elevada, pero sí considerable en cuanto a la trascendencia que tiene este cultivo base de la alimentación de la población mexicana. La cebada por su importancia para la industria cervecera representa uno de los principales cultivos comerciales de distintas regiones del estado.

Cuadro 6. Tlaxcala: superficies sembradas de los principales cultivos agrícolas, 1997-1998 y 2002-2003

Periodo Agrícola Periodo Agrícola 1997-1998 2002-2003 Superficie Superficie Tipo de Cultivo Sembrada Sembrada ©=(b)/(a) (Has.) (Has.) (a) (b)

Maíz Grano 116.823 111.625 -8

Cebada Grano 47.876 58.763 22,7

Trigo 45.913 29.870 -34,9

Frijol 6.755 8.181 21,1

Papa 2.660 1.827 -31,3

Haba Verde 1.434 1.077 -24,9 Fuente: INEGI, Anuario Estadístico Tlaxcala, 1999-2005.

24 La disminución de las superficies sembradas, y por tanto en los volúmenes de producción, son resultado de una amplia política que el sector viene enfrentando desde finales de la década de los ochenta, que se agudizó a partir de la instauración del modelo neoli- beral, caracterizado por el adelgazamiento y severa reducción del estado mexicano en la promoción del desarrollo económico sectorial, la apertura comercial con la firma del Tratado de Libre Comercio y con una evidente desprotección de la producción interna, así como las modificaciones que se hicieron al Artículo 27 Constitucional. Dichos cambios han modificado la realidad rural y han llevado a que el producto interno bruto del sector agropecuario permanezca cada vez más reducido, como en el caso de Tlaxcala con una participación mínima (3.8%).

La superficie de aprovechamiento ganadero en el estado de Tlaxcala para ese mismo año agrícola fue de 26,807 hectáreas, que representa 6.6% de la superficie estatal. Los cul- tivos que incorporan mayor superficie dedicada a la ganadería fueron: avena forraje, maíz forraje y alfalfa. El inventario ganadero para el año 2004 por las especies más importantes, fue de 197,965 cabezas de bovino; 300,258 cabezas de porcino; 152,798 cabezas de ovino; 80,904 cabezas de caprino; 550,305 gallináceas y 103,549 guajolotes y, por último, 16,908 colmenas para la producción de miel y cera en greña. El estado ha adquirido fama por su ganado bovino de lidia y de doble propósito (carne y leche).

Los ingresos que se obtienen, tanto de los bienes provenientes de la agricultura como de los que resultan de la actividad pecuaria, sobre todo la de pequeña escala, cada vez se han visto más mermados, provocando un mayor desempleo en las comunidades ru- rales, que no ha logrado compensarse con los empleos que se han generado en otras actividades económicas promovidas por los gobiernos de Tlaxcala; y frente a la falta de incentivos que padece el sector rural como parte de una política que viene considerán- dolo como marginal dentro del esquema modernizador, se ha favorecido la migración de importantes grupos de la población, especialmente jóvenes en la edad más productiva, y recientemente también las mujeres (aunque en menor proporción), que deben salir de sus comunidades ante la falta de alternativas de empleo e ingresos necesarios para la manutención de sus familias.

Modalidades de la migración en el estado

Cuando se hace referencia a las modalidades de la migración en Tlaxcala, se hace con el propósito de diferenciar lo que ha sido la interna referida a los municipios del mismo es- tado, o con destino a alguna otra entidad federativa del país, y la externa o internacional, que se ha venido realizando cada vez con mayor frecuencia, hacia Estados Unidos, princi- palmente indocumentada, o la que se dirige a Canadá a través de contrataciones legales y específicas para los trabajadores.

Con respecto a la migración interna y haciendo un poco de historia, se “…menciona que a finales del siglo XIX y en los inicios del siguiente, Tlaxcala pudo sacar la máxima ventaja con base en la explotación del pulque y de la industria textil. Al estallar la revolu-

25 ción, había una gran concentración de tierras, y los hacendados no se preocuparon por desarrollar o impulsar mejoras en el campo; la valía de las haciendas era el maguey para la elaboración de pulque; pero durante el florecimiento del capitalismo urbano industrial esta situación se modifica...Se tenía que buscar otro tipo de recursos y ventajas congruen- tes con la política sustitutiva de importación, porque Tlaxcala no contaba con otro recur- so natural para explotar y sacar ventaja, a no ser sus recursos humanos no calificados. De esta manera Rothstein, (1989, citado por Calderón Morrillón, 2004:36), refiere que Tlaxcala se limita a producir y a exportar mano de obra barata y no calificada para la naciente industria de las entidades vecinas”. Igualmente Binford et al (2004), refieren a la mano de obra que aporta el estado, destacando que la migración, entre las décadas de los sesenta y setenta, es de carácter local y regional, proporcionando abundante fuerza de trabajo, lo mismo al estado de Puebla que a la Ciudad de México, y concluyen al respecto citando a Nutini y Murphy (1977:91,94), que la migración es consecuencia de la fragmentación de la tierra y la pobreza de los suelos, producto en parte de la deforestación y el sobrecultivo de las tierras, provocando con ello un importante movimiento de trabajadores hacia las industrias periféricas y hacia las ciudades vecinas.

Así, la emigración tlaxcalteca en varias décadas atrás, fue fundamental para cubrir la parte laboral que en su momento demandó la Ciudad de México (para obras como la del metro o la construcción de grandes unidades habitacionales, entre otras), así como para incidir en el desarrollo de otros sitios periféricos a Tlaxcala. Otros grupos de la población del estado participaron en el programa bracero en sus distintos periodos, también en las primeras contrataciones que se realizaron con el gobierno canadiense a través del Programa de Trabajadores Agrícolas Mexicanos de Temporada, y posteriormente, se ini- ciaría el relativo ascenso de la migración internacional, hacia Estados Unidos, a partir de la década de los noventa.

Vázquez (2007:104), en su tesis de doctorado indica que: “Para los años de 1950, 1970 y 1990, el estado de Tlaxcala se ha caracterizado por ser expulsor de población, aunque ha ido disminuyendo esa tendencia hacia el último período, lo que para los estudiosos significa decremento social, pues sale a otros lugares fuerza de trabajo capacitada, desa- rrollando e impulsando la economía de otros estados, municipios o localidades”.

La pequeña explotación agropecuaria de subsistencia, sustentada en el grupo domés- tico, la falta de acceso a la tierra de otros grupos de población que no fueron dotados por la reforma agraria, así como la imposibilidad de acceder a fuentes de empleo con ingresos para el sostén de las familias al igual que el propio deterioro salarial, propiciaron que en distintos momentos la población emigrara, sin dejar de mantener el vínculo con su lugar de origen. “En Tlaxcala, la mayoría de los migrantes diarios, semanales y estacio- nales siguió una estrategia en la que se combinaba el trabajo rural asalariado o el trabajo en el sector formal o informal urbano de la economía, con la producción de subsistencia (Binford et al, 2004:33).

26 Migración internacional a los Estados Unidos

Si bien el emigrar a otras entidades del país, para los tlaxcaltecas ha sido una práctica común; su participación en los flujos migratorios internacionales ha empezado a cobrar mayor significación en varios de los municipios del estado. Pero sobre todo, es clara la importancia que representan las remesas en el contexto estatal.

El flujo migratorio internacional en la actualidad se ha extendido más allá de los es- tados que tradicionalmente fueron considerados expulsores de mano de obra. Es cada vez más evidente la presencia de migrantes provenientes ya no sólo de las zonas rurales sino también de las urbanas, así como de estados que como los de la región Centro, entre ellos el estado de Tlaxcala que junto con otros como el Distrito Federal, Hidalgo, México, Morelos, Puebla, y Querétaro, no formaban parte de la tradición migratoria internacional, que ha caracterizado a estados como Zacatecas, Michoacán o Guanajuato, por mencionar algunos.

Así, la migración de la región centro ha incrementado su volumen de forma notable en la década de los ochenta y noventa, en especial por el crecimiento del flujo en los estados de México y Puebla, y por la incorporación de migrantes provenientes del Distrito Federal, Querétaro, Tlaxcala, Hidalgo y Morelos, que hasta entonces habían aportado muy pocos migrantes. Estados como Puebla, Hidalgo, Querétaro, México y Tlaxcala, que en cierto gra- do están vinculados a la migración interna, particularmente la que se dirige al Distrito Federal y a sus capitales estatales, participan de manera más activa en la migración in- ternacional. Al respecto Durand y Massey (2003:86), señalan que: “El cambio de dirección del flujo migratorio, de migración interna a internacional tiene que ver con la contracción del mercado de trabajo para los recién llegados al Distrito Federal y las capitales estatales. Después de medio siglo de acoger e integrar migrantes internos, las ciudades de la región parecen haber llegado al límite. No así las comunidades, emisoras de migrantes, que to- davía tienen potencial para ofrecer mano de obra y han tenido que cambiar el rumbo y dirigirse hacia el norte”.

CONAPO refiere que la zona Centro ya ocupa un lugar importante, si se considera que su participación en la estructura porcentual de los migrantes, que tienen como destino Estados Unidos según el cuadro 7, aumenta entre 1993-1997 y 1998-2001, y se coloca con 16.9% en el período 2001-2002.

De acuerdo con los datos de CONAPO (2002), en los estados considerados con grado de intensidad migratoria baja y muy baja (Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Distrito Federal, México, Nuevo León, Quintana Roo, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán), se encuentran localizados 10.6 millones de hogares (47% del total nacional). El intervalo del índice de intensidad migratoria sugiere diferencias de relevancia. El índice de estas doce entidades federativas varía de un máximo de –0.64 del estado de Sonora a –1.27 de Tabasco, que es el estado con la menor intensidad migratoria al país vecino. El estado de Tlaxcala se ubica en -0.74 ocupando el lugar 24º en el ámbito nacional, entre los estados

27 de Veracruz y Estado de México; en éstas tres entidades es notoria la creciente partici- pación de hombres y mujeres que migran, de manera ilegal, hacia distintos destinos de Estados Unidos.

Cuadro 7. Distribución porcentual de los migrantes que se dirigen a Estados Uni- dos por región de origen

Periodo De Levantamiento 1993-1997 1998-2001 2001-2002 % % %

Región de Residencia 100,0 100,0 100,0

Tradicional (1) 55,7 50,2 50,8 Norte(2) 22,9 17,8 11,6 Centro (3) 11,0 17,5 16,9 Sur-sureste (4) 10,4 14,5 20,6 Tipo de localidad de residencia (5) 100,0 100,0 100,0

Urbana 54,0 56,0 50,6 No urbana 44,0 44,0 49,4

(1) Los Estados considerados como tradicionales de emigración son: Aguascalientes, Colima, Durango, Gua- najuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas; (2) La región norte comprende: Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas; (3) La región centro que en el pasado no se contaba entre las de tradición migratoria abarca: Distrito Federal, Hidalgo, México, Morleos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala; (4) Las entidades sur-sureste son: Campeche, Chiapas, guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán; y (5) Las localidades urbanas son aquéllas que en el censo de 1990 contaban con 15 mil o más habitantes. Fuente: Elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (2004), con datos del CONAPO, Cuadros de migración temporal que se dirige a Estados Unidos, información disponible en la página electrónica: http://www.gob.mx/migración_int/principal.html.

El flujo de remesas

En cuanto a las remesas, se reconoce que a través de éstas se genera un flujo financiero que ha tenido impacto profundo en la economía familiar y la organización social y políti- ca de las zonas de origen de los migrantes:

Por una parte se ubica la postura de Goldring (1990) e Ibarra (2001), quienes documen- tan que las remesas fomentan la dependencia de la emigración, la desigualdad de los ingresos y el deterioro social. Por la otra, están quienes postulan que son inversiones para la agricultura, la subsistencia y el capital humano. Además, estudios recientes dan importancia al manejo de las remesas, el poder decisorio que a través de éste se adquiere y las transformaciones que puedan surgir del manejo de las mismas” (Suárez y Zapata, 2004:43).

28 Las cifras sobre las remesas dimensionan el tamaño del fenómeno, el ingreso de las reme- sas ha superado en más del 100% el presupuesto federal ejercido para la superación de la pobreza, en el estado, entre los años de 1995 y 2003. En el año 2004 se estimaba que el ingreso por remesas significaría con respecto a este rubro1 88.9% (cuadro 8).

Cuadro 8. Comparativo sobre el ingreso de remesas con respecto al gasto federal- de combate a la pobreza, periodo 1995-2003 (Millones de pesos)

Año Gasto federal para el Ingresos por Remesas/gasto federal combate a la pobreza remesas (2) para combate a la pobreza %

1995 19.969,9 23.855,1 119,5 1996 26.344,0 32.139,3 122 1997 30.363,1 38.615,2 127,2 1998 37.351,7 51.606,2 138,2 1999 46.271,0 56.593,0 122,3 2000 55.265,4 62.271,9 112,7 2001 62.647,7 83.227,0 132,8 2002 77.753,5 95.070,8 122,3 2003 84.790,8 143.729,7 169,5 2004 (1) 100.846,6 190,570.0(3) 188,9 (1) Presupuesto autorizado; (2) Datos del Banco de México. Indicadores económicos Remesas Familiares, infor- mación disponible en la página electrónica:http://www.banxico.org.mx/; y (3) Monto estimado por el banco de México para finales de 2004 1( 7,000 millones de dólares US). Fuente: Elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (2004).

El aumento en el monto de las remesas parece indicar un mayor número de migrantes y no un incremento en los montos individuales. “Lozano Ascencio (2003:29), con cifras del censo de población y vivienda de 2000, observa que en tres entidades del país reciben 30% de las remesas (Michoacán, Jalisco y Guanajuato). Al sumar a las anteriores las si- guientes cuatro entidades (Veracruz, México, Distrito Federal y Guerrero) se observa que concentran 51% del flujo de divisas provenientes de los Estados Unidos. Si se analizan los municipios, la mitad de las remesas se dirigen a 884 municipios de mayor intensidad mi- gratoria y el 50% restante se dispersa en 1,446 municipios de baja intensidad migratoria” (Suárez y Zapata, 2004:43-44).

Los ingresos por remesas que se reportan para Tlaxcala en 2003, ascienden a 135.7 millones de dólares, lo que coloca al estado en el lugar 23º de las entidades receptoras del país, lo cual resulta significativo para el estado, sobre todo, si se considera el porcentaje

29 que esta captación representa al compararse con los recursos asignados por el ramo 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación para Tlaxcala, y que según estimaciones del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (2004), para ese mismo año, fueron ejercidos un total de 3,089.6 millones de pesos, lo que significa que las remesas captadas represen- taron 45.4% del total de dichos recursos. Lo que sin duda revela una dimensión relevante de la importancia que adquieren éstas en el estado, y por supuesto para los grupos de población que salen en busca de mejores oportunidades de empleo e ingreso.

En las entidades de bajo y muy bajo grado de intensidad migratoria, el número de ho- gares relacionados con la migración a los Estados Unidos es bastante significativo, hecho que se relaciona con el peso demográfico de algunos estados como el estado de México, Distrito Federal y Veracruz. Así, en las doce entidades que se ubican con menor grado de intensidad migratoria, alrededor de 210 mil hogares reciben remesas y 215 mil hogares registraron la partida de al menos uno de sus integrantes entre 1995 y 2000.

Si bien el estado de Tlaxcala se ubica entre las entidades de baja intensidad migratoria internacional, durante el año 2000 se reporta que el número de hogares que recibieron remesas fue de 4,553 lo que representa 2.2% del total de hogares en el estado y ocupa el lugar 28º en el contexto nacional, lo que significa una fuente de ingresos para mejorar la calidad de vida para esos grupos domésticos tlaxcaltecas que se incorporan a los flujos migratorios internacionales. En el estado, el número de hogares que recibieron remesas durante el 2000, es mayor al que se registra para los estados de Baja California Sur, Campe- che, Chiapas, Distrito Federal, Estado de México, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán.

En términos generales y considerando la población de Tlaxcala, así como el monto de las remesas ingresadas al estado en 2003, se calcula que el promedio per cápita ascendió a 131 dólares, cifra superior al promedio nacional (128 dólares).

Así, las remesas se originan en la opción que hacen las familias campesinas en con- diciones de pobreza, de enviar a uno o más de sus integrantes a los Estados Unidos y Canadá, como mecanismo para asegurarse ingresos adicionales e incluso, su arraigo en los lugares de origen. Los migrantes siguen vinculados a la reproducción de sus familias y comunidades, mediante el envío constante de dinero, transferencia que permite a los grupos familiares financiar, echar raíces en las localidades de origen y en no pocas oca- siones, financiar también la reproducción social de las colectividades rurales (Suárez y Zapata, 2004).

 El ramo 33 tiene como principal componente el fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal y el segundo en importancia, el fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud; además, comprende los siguien- tes fondos: Infraestructura Social, Fortalecimiento de los Municipios y el Distrito Federal, Seguridad Pública de los Estados y el Distrito Federal y para la Educación Tecnológica y de Adultos.

30 Programa 3x1 en Tlaxcala

Sí examinamos las remesas a la luz de las llamadas remesas colectivas, que refieren a una mínima porción de éstas que son enviadas por grupos de migrantes, organizados en clu- bes, asociaciones o agrupaciones, que se han constituido en los lugares de destino, y que además de transferir recursos al grupo doméstico de pertenencia, están dispuestos a par- ticipar en las mejoras de sus comunidades, sea a través del financiamiento de infraestruc- tura pública como caminos y puentes, parques, iglesias, escuelas, instalaciones deportivas, entre otras; o para invertir en proyectos sociales que beneficien a la comunidad, como la construcción de clínicas de salud, centros de cuidado infantil, hogares para ancianos, así como la distribución de becas educativas para los niños de bajos recursos. O bien, para el desarrollo de actividades productivas o comerciales en sus lugares de origen.

El efecto económico multiplicador que han traído consigo las iniciativas privadas, fa- miliares y ciudadanas de desarrollo, como el caso de los clubes zacatecanos, centros que han destinado importantes recursos del ahorro colectivo tanto a obra pública y social, como a infraestructura local, asumiendo en parte la responsabilidad que en todo caso habría correspondido al gobierno federal y/o el gobierno estatal. La CEPAL (2001) citada por Suárez y Zapata (2004:46), indica que México es una de las regiones que cuenta con mayor número de organizaciones, tanto en el ámbito local como en el regional. Citan un informe de la Secretaría de Relaciones Exteriores en donde se afirma que para el año 2000 existían 700 clubes o asociaciones de mexicanos en los Estados Unidos y los no registra- dos podrían llegar a 2,000.

Estás iniciativas que por cuenta propia realizaban los migrantes para beneficio en sus comunidades de origen, propició que el gobierno de Zacatecas en 1993, instrumentara un programa piloto, conocido como “cero por uno”, para apoyar el crecimiento de las re- mesas que se orientaban a la realización de obras de infraestructura social en las localida- des de origen de los migrantes:

El gobierno federal, mediante el Programa de Empleo Temporal, decidió contribuir a la iniciativa de las y los zacatecanos, convergiendo a partes iguales con el gobierno estatal, creando el “dos por uno” y, posteriormente –con la participación del gobierno munici- pal– como contraparte de los proyectos de impacto social que las y los emigrantes estu- vieran dispuestos a apoyar con recursos propios. Para 2002, el gobierno federal crea un programa ex profeso que, partiendo de la fórmula de concurrencia probada en Zacatecas, lo reproduce gradualmente en el ámbito nacional. El programa fue denominado Inicia-

 En el Consulado de los Ángeles, California, en 1998 había 170 asociaciones de migrantes registrados de 18 estados del país. Los estados con mayor número de asociaciones son: Zacatecas (51), Jalisco (49), Michoacán y Sinaloa (11) respectivamente, Nayarit (9), Oaxaca (8), Puebla (5) y Durango (4). Asimismo, en Chicago, Illinois, los migrantes mexicanos han formado siete federaciones de los estados de Zacatecas, Guerrero, Jalisco, Durango, San Luis Potosí, Guanajuato y Michoacán (Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, 2004:26).

31 tiva Ciudadana 3x1 y en 2005 cambia de nombre a programa 3x1 para migrantes” (Soto Priante y Velázquez Holguín, 2006:12).

Actualmente el programa a cargo de la SEDESOL tiene como objetivo conjuntar recursos de los migrantes y de los gobiernos federal, estatal y municipal, uniendo esfuerzos en ac- ciones de contenido social para favorecer el desarrollo de las comunidades de origen de los migrantes y con ello, elevar la calidad de vida de su población. Los sujetos de atención del programa son las personas que habitan en localidades que requieren del mejora- miento de la infraestructura social básica y desarrollo de proyectos productivos, y que sean seleccionados por los migrantes, preferentemente integrados en organizaciones o clubes. Se combinan los recursos de las organizaciones de migrantes, los de la federa- ción, los de la entidad federativa y del municipio. Por cada peso que envían los grupos de migrantes a México, los gobiernos en sus tres ámbitos, aportan cada uno de ellos un peso. Los representantes de los migrantes y de los tres órdenes de gobierno conforman el comité comunitario que selecciona los proyectos, revisa y vigila la inversión para asegurar la transparencia.

El Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (2004) indica que en 2003, la Coordi- nación de Microrregiones de la SEDESOL, ejerció un presupuesto federal de 97.3 millones de pesos, a éstos se sumaron 289.5 millones de pesos de las aportaciones de los gobier- nos estatales y municipales, lo que permitió la realización de 899 proyectos de inversión.

Para el estado de Tlaxcala, los datos del cuadro 9 reportan que en 2003 se realizaron 37 proyectos que representan 4.1% del total de proyectos ejecutados entre las entidades que participan en el Programa 3x1, con un monto de inversión de 12 millones de pesos que significan 3.12% del total de lo invertido para ese año (cuadro 9). Para el siguiente año el número de proyecto se incrementa a 54 y el monto aumenta en 77%, lo que lleva a considerar que la proporción de recursos que están aportando los migrantes tlaxcaltecas hacia sus comunidades es cada vez mayor y más importante, aunque en esta línea se tendría también que profundizar, para determinar con mayor precisión el tipo de obras o proyectos que se están impulsando, y a la vez abundar acerca de las organizaciones de migrantes tlaxcaltecas en los Estados Unidos, y sobre todo, conocer el grado de integra- ción y consolidación que estas organizaciones tienen, para entender el dinámico creci- miento que presentan los recursos que se registran en el marco del Programa 3x1.

Vázquez (2007:123), en su trabajo sobre migración en la región oriente del estado de Tlaxcala, afirma que de acuerdo con la información de la SEDESOL, a través del Programa 3x1, se apoyó en 2003 a 17 municipios, para la realización de obras que se refieren en

 El monto federal máximo de apoyo por proyecto será de hasta $800,000 pesos. Los proyectos serán financiados de acuerdo a la siguiente mezcla de recursos: 25% corresponde a la federación, 25% a las organizaciones de migrantes, y el 50% restante a los gobiernos estatales y municipales. La aportación federal estará sujeta a la disponibilidad presupuestal con que cuente el Programa.

32 general a la rehabilitación, perforación y equipamiento para pozos de agua potable, equi- pamiento para centros de salud y la ampliación de la red y suministro de energía eléctrica, así como la rehabilitación de drenaje sanitario. Lo cual sin duda resulta muy significativo, pero si nos referimos a otro municipio como el de Hueyotlipan, en donde también se hace muy visible e importante el fenómeno migratorio, encontramos el testimonio de una de las dirigentas que encabeza a los migrantes que años atrás participaron en el programa bracero; al respecto precisa:

El Programa de 3x1 está muy corrompido, aunque aparezcan cifras que informen de los avances del programa en el estado…no se puede afirmar que los tlaxcaltecas cuenten con algún grado de organización en Estados Unidos que representara la contraparte para discutir y planear con el gobierno estatal y federal los posibles proyectos u obras para desarrollarse en sus comunidades y acceder a los recursos de que dispone el 3x1 por parte de la SEDESOL...en el caso de San Simeón (comunidad que pertenece al municipio de Hueyotlipan), uno de los aspectos que los pobladores han insistido de manera perma- nente es el relativo a la construcción de un pozo de agua, pero éste nunca se ha realiza- do, pese a que esta es una de las comunidades con mayor número de migrantes y que podría suponer ejecutar dicha obra a través de ese programa. Es clara la desorganización de las familias que tienen a alguno de sus miembros en “el otro lado”. No hay un reflejo de organización que permita que el 3x1 se haga transparente en el manejo de las remesas (Entrevista, 2007).

Cuadro 9. Comparativos de los proyectos autorizados del Programa 3x1 en el 2003 y 2004

Proyectos auritozados y mezcla de Proyectos aprobados y mezcla de recursos de los tres ámbitos de recursos de los tres ámbitos de gobierno y las organizaciones de gobierno y las organizaciones de migrantes, 2003. migrantes, 2004(*). Estado Total Total Mezcla financiera Total Total Mezcla financiera Proyectos Proyectos (pesos) Proyecto Proyecto (pesos) (%) total (%) Total Zacatecas 322 35,8 146609255,00 309 27,8 125960818,00 Jalisco 184 20,5 82821832,00 384 34,5 135960818,00 Michoacán 64 7,1 30118064,00 80 7,2 48323192,00 San Luis Potosí 64 7,1 26715076,00 46 4,1 50153604,00 Oaxaca 27 3,1 15722178,28 27 2,4 16028016,44 Guanajuato 38 4,2 13923281,74 85 7,6 35466729,78 Tlaxcala 37 4,1 12074068,00 54 4,9 21327240,00 Nuevo León 22 2,4 9887474,12 10 0,9 4796523,13 Nayarit 8 0,9 8457228,00 17 1,5 16450420,00 Guerrero 6 0,7 8257746,80 21 1,9 12483966,89 Chihuahua 8 0,9 6728470,00 Aguascalientes 30 3,3 6407718,04 18 1,6 4700659,32 Baja California 20 2,2 5123377,44 1 0,1 1200000,00 México 7 0,8 4405248,84 9 0,8 9736442,00 Sinaloa 20 2,2 3896269,80 7 0,6 2306444,21 Colima 24 2,7 2576870,39 5 0,4 1000000,00 Hidalgo 10 1,1 1852291,20 18 1,6 6193032,00 Veracruz 7 0,8 1307171,12 2 0,2 2400000,00 Chiapas 11 1,0 1723046,64 Puebla 4 0,4 4579359,20 Yucatán 3 0,3 946400,00 Tamaulipas 1 0,1 90800,00 Total 899 100 386888387,77 1112 100,0 557685506,61 (*) Los datos del 2004 son con corte al 15 de septiembre de 2004. Fuente: Elaborado por el centro de Estudios Sociales y Opinión Pública, 2004, con datos de Sedesol, Microrregiones, página electrónica: http://microregiones.gob.mx /homemicro. html.

33 Aunque las cifras que reporta el área encargada del Programa 3x1 resultan reveladoras para un estado que está catalogado como de baja intensidad migratoria y también con- siderado como de muy reciente incorporación a la migración internacional, lo que hace difícil explicarse que, en tan corto tiempo, los grupos de migrantes tlaxcaltecas hayan logrado organizarse para transferir una parte de las remesas hacia proyectos en sus co- munidades. Este será un punto que en el futuro se deberá investigar con otros trabajos.

Migrantes por contrato a Canadá

Como ya se comentaba al inicio del artículo, la migración hacia Canadá también es un factor presente e importante en el escenario tlaxcalteca, y a diferencia de la que se realiza a los Estados Unidos es una migración de carácter legal. La participación de los prime- ros trabajadores del estado en lo que se denomina Programa de Trabajadores Agrícolas Mexicanos de Temporada, comenzó en 1974, como resultado del acuerdo que se suscri- bió entre el gobierno mexicano y el canadiense, a través de un Memorándum de Enten- dimiento, en el que se establecieron los términos en los cuales se daría la contratación de la mano de obra para acceder temporalmente (de seis semanas a un máximo de ocho meses) al mercado de trabajo de Canadá en actividades destinadas fundamentalmente a la producción agrícola, sin ninguna posibilidad de establecerse en ese país como inmi- grante (Binford et al, 2004).

Así, el gobierno canadiense a solicitud de sus granjeros establecería, cada año, el nú- mero de trabajadores que serían necesarios para cubrir el déficit de mano de obra en las distintas provincias, a partir de lo cual informarían a la contraparte mexicana sobre el número de trabajadores requeridos, así como las fechas de llegada y salida:

Los empleadores canadienses deben proporcionar a los trabajadores casas que cumplan con los estándares provinciales mínimos, y suministrar alimentos con un costo nominal, o dotar a los trabajadores con refrigerador, estufa y energía, así como de los utensilios necesarios para preparar y consumir sus propios alimentos. Los empleadores también pagan el boleto del viaje aéreo, así como un seguro de salud y de vida durante el tiempo que dura el contrato y, al menos en Ontario pagan honorarios a la Administración de Ser- vicio de Recursos Agrícolas del Extranjero (Foreign Agricultural Resource Management Services), organización de empleadores privados no lucrativa que desde 1987 administra este programa del gobierno canadiense. Sin embargo, los empleadores recuperan con los trabajadores una porción significativa del pago adelantado a través de las deducciones semanales descontadas del pago en salario (Muñoz, 1999:97,102 citado por Binford et al, 2004:42).

Estos mismos autores destacan que por su parte, los trabajadores mexicanos contratados deberán cumplir una jornada de trabajo de ocho horas, durante seis días consecutivos con uno de descanso, aunque los empleadores podrán, por causa de “urgencia” aplazar el día de descanso. Respecto al salario, será remunerado con una tasa igual a la más alta del salario mínimo legal, que corresponda a la provincia en donde están empleados.

34 Los aspirantes a incorporarse a este programa corresponden a varios estados; entre los más destacados: Guanajuato, México, Hidalgo y Tlaxcala. En el periodo de 1994 a 1996, esas entidades participaron con más de dos tercios de los trabajadores contratados (Bin- ford et al, 2001:228). En 1996 el estado de Tlaxcala ocupa el primer lugar de los estados que participan en el programa aportando 23.2% de los trabajadores temporales (cuadro 10). En 2001 se contrataron 2061 trabajadores, lo que representa un incremento de 70.5% con relación a 1996. Aunque hubo estados como Puebla, México y Morelos que crecieron con mayor velocidad. De todas formas en 2001, ocupó el tercer sitio en importancia res- pecto a trabajadores contratados.

Cuadro 10. Distribución de trabajadores mexicanos en Canadá por estado, 1996- 2001

Año Estados 1996 1997 1998 1999 2001

N % N % N % N % N %

Tlaxcala 1209 23,2 1232 21,8 1515 23,4 1727 22,8 2061 19,6

México 913 17,5 1057 18,7 1345 20,7 1705 22,5 2309 21,9

Guanajuato 960 18,4 975 17,3 953 14,7 999 13,2 918 8,7

Puebla 378 7,2 410 7,2 504 7,8 728 9,6 1040 9,9

Hidalgo 544 10,4 600 10,6 632 9,7 687 9,1 717 6,8

Morelos 393 7,5 439 7,8 540 8,3 641 8,5 902 8,6

Subtotal 4397 84,4 4713 83,4 5489 84,6 6487 85,6 7947 75,4

Otros estados 814 15,6 884 15,7 1006 15,5 1087 14,4 2501 23,8

Total 5211 5647 6486 7574 10529 Fuente: Calculado de Venegas (2001:9) citado por Binford et al (2004:54).

Los aspirantes al programa son mayoritariamente trabajadores vinculados a la agricultu- ra, campesinos y jornaleros. De 1974 que inicia el programa en Tlaxcala hasta mediados de los ochenta, todos los participantes fueron hombres. En 1989 las mujeres fueron acep- tadas por primera vez para ocuparse en las labores, principalmente en la elaboración de conservas y en las empacadoras. Su contratación ha crecido considerablemente de 67 a 420 participantes entre 1997 y 2001 (Binford et al, 2004).

En cuanto a las remesas que se generan por dichas contrataciones, hay una clara ven- taja si la comparamos con los migrantes que se dirigen hacia los Estados Unidos, ya que los que van rumbo a Canadá, tienen garantizado, el traslado, alojamiento y comida, lo

35 que puede permitir el envío regular de recursos, ya que cuando se contratan conocen el salario que será devengado y el tiempo que éste durará. Al respecto el multicitado trabajo de Binford et al (2004:78) indica: “… que con menos de cinco meses en promedio, los mi- grantes del noroeste de Tlaxcala remitieron el equivalente anual de 2.4 salarios mínimos mexicanos…obviamente (agregan), a los migrantes que pasaron 6, 7 u 8 meses en Cana- dá –más común entre los que trabajan en viveros o invernaderos– les fue mejor”.

Así, también la migración a Canadá como la que se dirige a los Estados Unidos forman parte de las estrategias que los tlaxcaltecas en condiciones de pobreza adoptan en la búsqueda de mejores condiciones de vida y de bienestar, sin que ello deje de implicar altos costos sociales e incluso psicológicos.

Los cambios en la dinámica familiar: el papel de las mujeres

Las transformaciones que ha registrado el entorno económico y rural del estado de Tlax- cala, sin duda también se reflejan en términos de los cambios al interior de las familias, en su organización, en los roles que asumen cada uno de sus integrantes, y en particular las mujeres. Cada vez es más necesario combinar actividades agropecuarias con otras, a ve- ces en la industria, en el comercio o en la migración, sea a Canadá o a los Estados Unidos, que representan cambios importantes en el reordenamiento familiar y en las relaciones de género, asociados con cambios en la posición relativa de mujeres y hombres.

Los grupos domésticos ya no podrían vivir exclusivamente con el reducido salario de los hombres jefes de hogar, y como respuesta a la crisis, el número promedio de genera- dores de recursos económicos de los grupos domésticos aumentó; así la proporción de mujeres que participan en el mercado de trabajo se incrementa, lo mismo en el comercio en distinta escala, pero sobre todo en el informal, en los talleres de costura maquilando, desarrollando algún proyecto productivo, cuando consiguen organizarse para su reali- zación, o bien, algunas otras que logran colocarse en el sector formal como asalariadas. Igualmente participan otros miembros de la familia jóvenes o incluso niños y niñas.

El trabajo que las mujeres realizaban y que se consideraba como complementario o como ayuda, se convierte en una fuente de ingreso importante para el grupo doméstico; al respecto, Patricia Arias (1997:2) citada por Castañeda Salgado (2007:191) señala:

La noción ayuda femenina parece haber encubierto dos procesos tan irreversibles como conflictivos de vida en el campo: en la sociedad campesina la pérdida de la agricultura como el eje articulador de la economía rural y de la vida familiar y la consiguiente mone- tarización de ambas y, en las sociedades campesina y ranchera, la tendencia hacia la femi- nización de los mercados de trabajo. Así las cosas, en sociedades autoritarias en proceso de cambio económico intenso, la ficción de la ayuda, esa obligación conyugal y atributo femenino cuyas modalidades concretas pueden cambiar con el tiempo y las oportuni- dades, pero permanece inalterable como noción, parece haber facilitado a las mujeres el

36 tránsito hacia nuevas formas de trabajo y salarización con desgastes personales enormes y reducidos costos conyugales y sociales.

Pero esas nuevas forma de trabajo que las han llevado a contratarse como asalariadas, en el sector informal o a trabajar por su cuenta, es decir, a diversificar actividades que lleven a generar ingresos, a través también de la transferencia de mano de obra familiar a los mer- cados de trabajo e igualmente hacia el interior de los grupos domésticos, intensificando con ello, el trabajo de cada uno de sus miembros, y en el caso de las mujeres intensifican- do su carga de labores.

Además, ahora también le corresponde intervenir en actividades y responsabilidades que garanticen la reproducción del grupo doméstico; la migración masculina, dice Cas- tañeda Salgado (2007), ha obligado en muchos casos a que las parcelas sean trabajadas a medias entre el núcleo expulsor y algún familiar o conocido. Las mujeres ahora debe- rán hacerse cargo de vigilar que el trabajo sea efectivo, así la esposa del migrante queda como responsable que se cumpla con el ciclo productivo.

En el trabajo que hace la autora antes citada en San Francisco Tepayanco, localidad de Tlaxcala señala que:

Las experiencias laborales y educativas de las mujeres tepeyaquenses permiten entender una parte importante de la dinámica social –compartida con las vivencias de mujeres de otros contextos geográfico y sociales–, aquélla en que ésta se vincula en forma directa con los individuos, de manera tal que es factible construir mediaciones entre los procesos macrosociales y sus efectos en niveles de acción más acotados en los que las modificacio- nes estructurales van de la mano, aunque con ritmos distintos, de la ampliación de roles genéricos, de las mujeres pero que, paradójicamente pretenden limitar su pleno desarro- llo como sujetos autónomos (Castañeda Salgado, 2007:206).

Es importante destacar que los cambios al interior de las familias a causa de la migración han traído consigo nuevos arreglos familiares, nuevas responsabilidades y asignación de roles, antes sólo asignados a los hombres del grupo doméstico. Las mujeres-esposas-ma- dres que se quedan en sus comunidades, asumen nuevos compromisos como jefas tem- porales –tanto en lo económico como emocional– frente a los hijos e hijas, y en general, haciéndose cargo de las decisiones que afectan el bienestar del grupo doméstico.

Municipios y migración

En Tlaxcala es importante señalar que prácticamente en los 60 municipios que compren- den el estado, algún grupo doméstico tiene familiares incorporados al flujo migratorio, dichas zonas se identifican con distintos grados de intensidad migratoria, tal como se puede apreciar en el siguiente mapa.

37 De los 60 municipios del estado, solamente Hueyotlipan, se identifica como un munici- pio de alto grado de migración, como se aprecia en el cuadro 11, y con intensidad media seis municipios de la región sur. Los más altos porcentajes en cuanto a recepción de re- mesas, se localizan en la región sur del estado, en los municipios de: Zacualpan (11.96%), Ayometla (9.18%), S.A. Teacalco (7.64%), Nativitas (7.36%), Tenancingo (7.07%), Axocoma- nitla (7.02%) y Quilehtla (6.72%). Hay otros municipios que aunque se catalogan como de baja intensidad migratoria, muestran porcentajes significativos de hogares con remesas; los más parecidos al municipio de Hueyotlipan (6.29%), se localizan en la región oriente, Zitlaltepec (6.63%), en la centro-norte, Tecopilco (6.24%) y Domingo Arenas (6.26%).

Mapa 1. Grados de intensidad migratoria hacia Estados Unidos por municipio en Tlaxcala

Fuente: Elaborado por Vázquez (2007:82).

Lo antes señalado revela la importancia que Tlaxcala tiene como parte de la región cen- tro en términos de su participación en el proceso migratorio, que no sólo se limita a los Estados Unidos, sino también a su significativa participación en la contratación de traba- jadores por parte del gobierno canadiense.

38 Cuadro 11. Regiones, municipios, remesas e intensidad migratoria en Tlaxcala, 2000

% Intensidad % Intensidad hogares migratoria hogares migratoria Región Municipios con a Estados Región Municipios con a Estados remesas Unidos remesas Unidos

Norte Tlaxco 1,11 Bajo Centro Tlaxcala 1,84 Muy bajo Tlaxco Atlangatepec 2,67 Bajo Sur Chiautempan 2,31 Bajo Emiliano 0,17 Muy bajo Tlaxcala Ixtacuixtla 3,72 Bajo Zapata Lázaro 1,81 Bajo Panotla 1,46 Muy bajo Cárdenas Oriente Huamantla 1,05 Muy bajo Nopalucan 2,32 Bajo Huamantla Terrenate 0,46 Muy bajo Texoloc 2,32 Muy bajo Altzayanca 0,95 Muy bajo Tatlelulco 1,81 Bajo Cuapiaxtla 0,46 Muy bajo Totolac 0,13 Muy bajo Tequexquitla 1,44 Muy bajo Amaxca 1,57 Muy bajo Ixtenco 0,75 Muy bajo Apetitlán 0,08 Muy bajo Zitlaltepec 6,63 Bajo Xiloxoxtla 1,34 Bajo Poniente Calpulalpan 0,45 Muy bajo Santa Cruz 1,12 Muy bajo Calpulalpan Tlaxcala Nanacamilpa 1,17 Bajo Contla 0,56 Muy bajo Benito Juárez 0,80 Muy bajo Tetlanohcan 4,64 Bajo Sanctórum 1,37 Bajo 3,59 Bajo Españita 1,26 Muy bajo Tepetitla 5,57 Bajo Hueyotlipan 6,29 Alto Nativitas 7,36 Bajo Centro Apizaco 1,07 Muy bajo S. A. Teacalco 7,64 Medio Norte Tecopilco 6,24 Bajo Tetlatlahuca 2,90 Bajo Apizaco Domingo 6,26 Bajo Zacualpan 11,96 Medio Arenas Tetla 1,29 Muy bajo Huactzinco 3,75 Bajo Xaltocan 2,61 Bajo Axocomanitla 7,02 Medio Yauhquemecan 1,27 Muy bajo Tepeyanco 4,72 Bajo Xaloztoc 3,40 Bajo Quilehtla 6,72 Medio Tzompantepec 3,03 Bajo Ayometla 9,18 Medio Tocatlán 2,47 Muy bajo Xicohtzinco 5,12 Bajo Cuaxomulco 0,58 Muy bajo Papalotla 3,22 Bajo San José 2,16 Bajo Tenancingo 7,07 Medio Teacalco Mazatecochco 2,00 Bajo Acumanala 4,45 Bajo Teolocholco 3,10 Bajo San Pablo del 0,31 Muy bajo Monte

Fuente: Vázquez Vázquez, 2007.

Comentarios finales

Se ha podido constatar que el estado de Tlaxcala ocupa un lugar significativo en el pro- ceso migratorio internacional. La historia del estado en torno a los movimientos migra- torios la ubicó primero como activo participante, como expulsor de mano de obra hacia los estados vecinos; fue uno de los primeros en sumarse al programa canadiense, bajo la contratación temporal de trabajadores, pero desde la década de los noventa es innega- ble el aumento de hombres, y también recientemente de las mujeres, que no encuentran

39 más alternativa de sobrevivencia que la de emigrar buscando oportunidades de trabajo e ingresos.

En los datos disponibles respecto a la migración internacional en el estado, se repor- ta que los ingresos por remesas en 2003 ascendieron a 135.7 millones de dólares, colo- cándolo en el lugar 23º de las entidades receptoras del país, lo que resulta significativo para el estado, sobre todo, si se considera el porcentaje que esta captación representa al compararse con los recursos asignados por el ramo 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación para Tlaxcala, y que según estimaciones del Centro de Estudios de las Finan- zas Públicas (2004), para ese mismo año, fueron ejercidos un total de 3,089.6 millones de pesos, lo que significa que las remesas captadas representaron 45.4% del total de dichos recursos. Lo que sin duda expresa una dimensión relevante de la importancia que ad- quieren las remesas para la entidad, y por supuesto, para los grupos de población que las generan.

En 2003 fueron 4,553 hogares tlaxcaltecas 2.2% del total de hogares en el estado, que recibieron remesas, lo que sin duda, significa una fuente de ingresos para mejorar la cali- dad de vida de los grupos domésticos que permanecen en la comunidades, así como de los que se incorporan a los flujos migratorios internacionales. En el estado, el número de hogares que reciben remesas es mayor al que se registra para los estados de Baja Califor- nia Sur, Campeche, Tabasco y Quintana Roo, entre otros.

En términos generales y considerando la población de Tlaxcala, así como el monto de las remesas ingresadas a la entidad en 2003, se calcula que el promedio per cápita ascendió a 131 dólares, cifra superior al promedio nacional (128 dólares). Otro aspecto que dimensiona el fenómeno de la migración en la entidad serían las cifras que reporta el Programa 3x1, en el que se indica una participación importante en cuanto a número de proyectos que se desarrollan con el apoyo de los migrantes, aunque también existe la percepción de que las cifras y las obras no son reales, ya que el grado de organización de los tlaxcaltecas y su dispersión en Estados Unidos es un factor que limita la presencia de organizaciones consolidadas, que favorezcan el impulso del programa. En 2003 se reporta que se realizaron 37 proyectos que representan 4.1% del total de proyectos ejecutados entre las entidades que participan en el Programa 3x1, con un monto de inversión de 12 millones de pesos que significan 3.12% del total de lo invertido para ese año. En el siguiente año, el número de proyectos se incrementó a 54 y el monto aumentó en 77%, lo que lleva a considerar que la proporción de recursos que están aportando los migrantes tlaxcaltecas hacia sus comunidades es cada vez mayor y más importante; aunque en esta línea se tendría también que profundizar, para determinar con mayor precisión el tipo de obras o proyectos que se están impulsando y a la vez disponer de información fidedig- na acerca de las organizaciones de migrantes tlaxcaltecas en los Estados Unidos, y sobre todo, conocer el grado de integración y consolidación que estas organizaciones tienen, para entender el dinámico crecimiento que presentan los recursos que se registran en el marco del Programa 3x1 .

40 Es importante señalar que en la mayoría de los municipios que comprenden el estado, los grupos domésticos tienen algún familiar incorporado al flujo migratorio; dichas zonas se identifican con distintos grados de intensidad migratoria. Del total de municipios, so- lamente el de Hueyotlipan, se identifica como un municipio con alto grado de migración y con intensidad media seis de los municipios que se localizan en la región sur. Los más altos porcentajes en cuanto a recepción de remesas están en la región sur del estado en los municipios de: Zacualpan, Ayometla, S.A. Teacalco, Nativitas, Tenancingo, Axocomani- tla y Quilehtla. Hay otros municipios que aunque se catalogan como de baja intensidad migratoria, muestran porcentajes significativos de hogares con remesas. Tlaxcala con la categoría de estado emergente en cuanto a su participación en el flujo migratorio ilegal, hoy revela sin duda una importante contribución en la expulsión de mano de trabajo de hombres y mujeres, que no logran obtener los ingresos para solventar la reproducción de sus grupos domésticos en sus aspectos más básicos.

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Enfoques teóricos sobre adaptación, ajuste y transculturización de los migrantes

Mercedes B. Arce Rodríguez

Resumen

Este trabajo es una reflexión sobre los aspectos teóricos de los procesos de adaptación, ajuste y transculturación a la luz de los cambios globales, resulta interesante en el abor- daje del fenómeno de transformación psicológica que tiene lugar en los migrantes una vez asentados en el nuevo lugar de residencia. El presente artículo es una mirada de la evolución de estos conceptos para describir y valorar el impacto en la salud mental de los inmigrantes, desde diferentes visiones teóricas.

Resulta interesante, recordar algo que Sider (1992:233) reafirma muy claramente, acer- ca de que aun cuando los cambios globales de la época actual parecieran agregar dife- rencias a los procesos migratorios, éstos siguen representando una apropiación por parte de los países receptores, del excedente sustraído directa o indirectamente de los trabaja- dores migrantes transnacionales y de su trabajo, agregando el términio “explotación” para referirse al mantenimiento de los lazos de parentesco y de relación con las comunidades, regiones y países de los cuales proceden.

La adaptación

Independientemente de que coincidamos con el enfoque de calificar la relación con las familias dejadas atrás, podemos afirmar que el rol socialmente asignado por las comuni- dades de origen a los que emigran, es para los migrantes un condicionamiento mental que ejerce una presión psicológica, a veces introyectada y expresada a través de emocio- nes y sentimientos diversos. Cuando realizamos una mirada a la evolución de los concep- tos de adaptación, ajuste, e incluso en la adopción del término transculturación, pareciera que ese factor está presente con una fuerza que marca la visión acerca de esos propios procesos.

El término adaptación, fue definido a partir del concepto biológico de la teoría de la evolución de Darwin, utilizándose también indistintamente como ajuste, particularmente en el campo de la Psicología. Ambos términos son vistos desde una perspectiva funcional para entender la conducta humana, en tanto reacción al medio ambiente en el cual éste

45 se desenvuelve. Shaffer y Shoben (1956), describen el proceso psicológico como una serie de pasos, comenzando por la necesidad y finalizando con la satisfacción de esta necesi- dad. Estos autores afirman que “la existencia de un motivo, a través de algunos elementos que previenen su inmediata satisfacción, hacen surgir varias respuestas y eventualmente llegar a una solución”. Llama la atención que esta valoración pone en evidencia el reduc- cionismo de algunos autores al analizar el proceso de adaptación como únicamente el resultado de una reacción al medio, sin comprender la presencia de variables sociales y las propias potencialidades del individuo de actuar sobre el medio.

Otros autores como Brody (1969), tratan de explicar este fenómeno como el proceso psicológico mediante el cual los individuos tratan de establecer y mantener un intercam- bio recíproco en sus relaciones con el medio en el cual se desenvuelven. Los mecanismos de defensa son activados por las señales de ansiedad surgidas en el medio como con- secuencia del stress que causa la situación de emigrar. Para Brody la interacción entre la adaptación y la defensa es la historia pasada y presente de las circunstancias del medio.

La interacción mutua entre el colectivo y el individuo es considerada por otros autores en estudios como los de Goldhust y Richmond (1974). Sin embargo, ya en 1951 Eisenstadt había definido la adaptación como la capacidad efectiva de realizar exitosamente fun- ciones sociales inherentes a la estructura social del nuevo país. Esta aproximación teórica describe dos determinantes principales de la adaptación; la predisposición de los inmi- grantes para realizar nuevos roles y las posibilidades de la nueva estructura social para los mismos.

Partiendo de que el proceso de adaptación, como revelan estos autores, es complejo, y resulta de lo individual, social y de factores históricos, tanto del país emisor como del receptor, no es posible pensar en un modelo teórico único simple; para entender el cam- bio mental de los migrantes, sino es necesario contemplar múltiples variables. El análisis del proceso de cambio a partir de estos múltiples factores, interactuando para reaparecer como una nueva realidad cultural para los migrantes, toma en cuenta que la población emigrada es heterogénea y ha recogido la herencia histórica de migraciones anteriores. La sociedad receptora es también heterogénea y está bajo condiciones cambiantes, como ocurre en toda sociedad.

Por lo tanto, existe una variedad de determinantes situacionales actuando, que afectan tanto a los migrantes como a la sociedad receptora. De esta interacción emergen los nue- vos patrones sociales y mentales, consecuencia de la compleja interconexión entre los elementos del desarrollo demográfico, económico, social, político y cultural.

La adaptación incluye diferentes niveles de integración del sujeto de los aspectos fi- siológicos, psicológicos y socio-culturales, lo que hace al individuo inseparable de la so- ciedad en que éste se desenvuelve (Smith, 1963). Al mismo tiempo esta interacción en- tre individuo y sociedad demanda un continuo proceso de adaptación del primero, que

46 nunca se da igual de un individuo a otro, partiendo de las diferencias individuales que no podemos eludir.

Revisando los enfoques multivariados tratados por diferentes autores para el análisis de la adaptación del emigrado, se reconoce que, la conducta humana anteriormente du- rante y después de emigrar, es un proceso complejo, difícil de medir u observar adecuada- mente. La literatura sobre la emigración revela que existen situaciones particulares y fac- tores emocionales que en un momento determinado influyen en la decisión de emigrar, diferente a factores digamos externos al individuo, y que toman un acento específico en el proceso individual del migrante.

Existe también diversidad de enfoques en cuanto al momento en que deberíamos comenzar a pensar en el proceso de incidencia del cambio en la formación de la subjeti- vidad del migrante. Investigadores como Coelho, Yuan y Admed (1980), en sus estudios describen cuatro fuentes de stress como resultado del desarraigo que experimentan los emigrados, situando el punto inicial de análisis en el lugar de nueva residencia. Estos fac- tores para ellos son el incremento de las dificultades en la comunicación –tanto verbal como extra-verbal–; la pérdida del contacto sensorial con el ambiente físico de su familia; la interrupción de la cadena socio-familiar, lo que proporciona intercambio mutuo, apoyo emocional y auto identidad; y por último la pérdida de raíces culturales.

Los factores señalados por los autores citados, se refieren más bien a las dificultades que encuentra el migrante al llegar al país receptor, obstáculos que se convierten en mu- chas ocasiones en síntomas de malestar emocional, surgimiento de algunos fenómenos de carácter psicológico y que finalmente buscan diferentes alternativas de salida indivi- dual, muchas veces acercándose a otros migrantes de la misma nacionalidad.

Puede observarse que el suceso migratorio es una situación sui-géneris, ya que la per- sona enfrenta la necesidad de cambiar, al tiempo que se separa del medio social, cultural y ambiental que formaban su sistema de apoyo; esto puede llevar a la persona desarrai- gada, vulnerable, a consecuencias destructivas de cambio o por el contrario a que esa persona sienta la libertad de evolucionar dentro de nuevos patrones de vida.

En este sentido Scudder y Colson (1982), agrupan el stress producido en tres catego- rías: el fisiológico, el cual puede ser medido por un incremento de las tasas de morbilidad y mortalidad, particularmente dentro de los más viejos; el psicológico, surgido de la par- tida abrupta y sentimientos de culpa de haber sobrevivido o abandonado a otros que no pudieron o no quisieron emigrar, y socio-cultural, asociado con los efectos económicos, políticos y culturales de la relocalización. Esto incluye la pérdida de patrones de conducta, prácticas económicas, instituciones y una reducción de símbolos concomitantes del in- ventario cultural del individuo.

47 Bar-Yosef (1963), describió la inmigración como un tipo de situación social caracteri- zada por la desintegración del sistema de roles de la persona y la pérdida de la identidad social de ésta.

Todos estos estudios anteriores demuestran que existen diversas consecuencias en la psique de los inmigrantes y en sus relaciones con la sociedad a la que desean integrarse, a la vez que tienen implicaciones para ésta, derivadas de las estrategias de adaptación de los migrantes (Pacheco-Maldonado, 1979).

Los estadíos en la adaptación del migrante son otro aspecto recogido en diversos es- tudios acerca de este proceso adaptativo. Scudder y Coson (1982), hablan del estado de transición, como un período de mayor stress, donde las respuestas generales responden a patrones conservadores para reducir stress futuro y permitir la reconstitución de lo físico, psicológico y socio-cultural a un buen nivel; el estado que llama de desarrollo potencial, donde existe un incremento de la iniciativa y del riesgo tomado, y por último, el estado de ceder e incorporar, donde los individuos están consolidados y nuevamente comienzan a operar dentro de un ambiente familiar y se sienten como en su hogar.

Estos autores consideran que el período de transición nunca será menor de dos años, si la calidad de la sociedad y otras variables socio-económicas impiden que los otros dos períodos ocurran. Agregan, que verdaderamente la segunda generación podría llevar a cabo con los estados de la adaptación post-migratoria, lo que la generación de inmigran- tes nunca fue capaz de alcanzar.

Otras fuerzas que condicionan la adaptación han sido descritas claramente por Coelho (1980), definiendo cinco fuerzas diferentes: la habilidad de mantener una autoimagen y competencia; la preservación de las habilidades y la adquisición de nuevas; la búsqueda de nuevos y positivos modelos de rol, la incorporación de nuevos valores de orientación dentro de los patrones de conducta previamente aprendidos, y la capacidad de descifrar nuevos códigos sociales de interacción, los cuales son en parte lingüísticos y en parte simbólicos.

Mayor vulnerabilidad de las mujeres

En este sentido, el estudio de Lucy Cohen (1980) sobre el stress de mujeres latinoamerica- nas reveló la importancia de la cultura, en tanto ésta provee al individuo de una guía para trazar las estrategias que deben usar ante las dificultades. Ella explica que diferentes de- mandas y experiencias en el sistema cultural resultan en una variación de las estrategias de adaptación para resolver las dificultades que surgen al emigrado.

En estudios recientes sobre el impacto de las remesas en mujeres –tanto urbanas como rurales e indígenas (Suárez, Zapata (coords), 2007)–, se muestran evidencias de esta influencia de la cultura imperante en el medio de las migrantes, incluso en el medio que se ha dejado detrás.

48 Los resultados del estudio de Cohen sugieren que los mayores riesgos de emigrar lo enfrentan los hombres solteros, quienes se separan de sus familias, aquéllos que poseen pobres habilidades de trabajo y los que tienen menor nivel de escolaridad. Sin embargo, los estudios recientes, con el cambio evidente de un mayor flujo de mujeres migrantes, indican que precisamente es este sector el que más sufre, no sólo por los obstáculos en el tránsito hacia la sociedad receptora, sino por la permanencia de patrones culturales tra- dicionales respecto del rol de las mujeres y las relaciones de género, así como los nuevos retos a los que se enfrentan durante el proceso de inserción en la nueva sociedad.

Las expectativas de los y las migrantes es otro tema muy interesante de analizar. Varios estudios indican que éstas son adquiridas, sobre todo por el impacto de las conversacio- nes con otros migrantes, los medios de comunicación masivos, las experiencias positivas de otras personas, a veces también inventadas o exageradas como mecanismos de de- fensa y de sobrevivencia, e información insuficiente sobre las verdaderas condiciones de los y las migrantes en los países receptores.

La reflexión sobre las diferentes etapas o estadíos descritos indican que el proceso de adaptación o ajuste, entendido éste en su sentido más amplio, pasa por una etapa inicial difícil, donde ocurren cambios de todo tipo: económicos, sociales, lazos culturales, visibi- liad étnica; de género y autoestima, todo ello íntimamente relacionado con la identidad del emigrado, afectada en esta etapa transicional.

El rol social y el sentimiento de ruptura, tienen un impacto sobre los emigrados por lo que la habilidad que éstos tengan para enfrentarse a la nueva situación, será la clave de una adaptación exitosa. Las implicaciones para la salud mental de los y las emigradas, incluyen el impacto emocional en las relaciones familiares, en el desarrollo social de los jóvenes miembros de la familia de los grupos de inmigrantes y en las consecuencias de los sentimientos de marginalidad y ambigüedad social en la que se desenvuelven.

Desde el punto de vista psicológico tradicional, la adaptación de los inmigrantes es un proceso que se explica a partir del análisis de los conflictos culturales, el desarrollo de la personalidad y de la investigación sobre la identidad étnica. Sin embargo, es poco tratado el efecto de los aspectos relacionados con el medio, fundamentalmente el impacto de los factores económicos, sociales y políticos en la subjetividad individual y colectiva de los inmigrantes. Este tema es más tratado por los sociólogos que estudian la importancia de ciertas condiciones socio-económicas, sobre todo, al analizar las decisiones de emigrar y la selección del lugar a dónde dirigirse.

En 1979 autores como Bryce-Laporte, incursionaron en este campo, apuntando la im- portancia de integrar las condiciones sociales con los obstáculos estructurales, como el racismo, y las leyes migratorias vigentes selectivas, a la hora de entender los elementos esenciales del proceso de adaptación. Otros autores (Valdés Paz, 1984), insisten en facto- res no sólo dependientes de las diferencias étnico-culturales y grupales, sino en las dife- rencias de clases dentro de éstos.

49 Inmigrantes más educados y con mayores habilidades podrán adaptarse mucho me- jor a la sociedad norteamericana, lo cual ha quedado demostrado, por ejemplo, en los es- tudios acerca del caso de los cubanos de las primeras oleadas migratorias en los Estados Unidos (Valdés Paz, 1984). Estas características le dan mayores posibilidades de integrarse al nuevo país, convirtiéndose a la larga en los portadores de los valores de la sociedad receptora, específicamente de los países capitalistas desarrollados, sobrevalorando el in- dividualismo, la competencia y el consumismo. Todo ello reforzado por los “mitos” acerca del “American way of life” exportado por los Estados Unidos.

En el caso de la migración latinoamericana a los Estados Unidos, se puede afirmar que otro elemento a considerar en los patrones de adaptación, son las diferencias por la es- tructura económica cambiante de ese país y la posibilidad de absorción de fuerza de tra- bajo del mismo.

Sociedades transculturales

Si se analiza la evolución de la migración en el actual contexto de globalización, la hetero- geneidad de las comunidades de inmigrantes es evidente. Algunas comunidades siguen “cerradas”, según la definición utilizada por Wolf 1( 996), y otras, comienzan a transformar- se en entidades cada vez más dispersas y menos identificables, para convertirse en lo que Kearney (1991:68) expone como forma de comunidades transnacionales, teniendo también esta transformación impacto en los procesos mentales de los y las migrantes. Y es que la globalización en sí misma incorpora la dinámica transnacional, que cuestiona desde el concepto de frontera tradicional, el de redes sociales, el de cultura, identidad y estado-nación. No son más estos conceptos estáticos y territorialmente delimitados, sino son espacios dinámicos y abiertos que conforman nuevos sujetos sociales (Kearney, 1991).

Si en el campo de la antropología y la sociología se encuentran estudios más consis- tentes con este proceso evolutivo de la sociedad internacional actual, los estudios sobre procesos psicológicos de los migrantes, requieren de una mayor profundidad, puesto que es un campo menos sistemático dentro de la investigación de la Psicología de la adapta- ción.

Las causas pueden estar en el hecho de que es un problema relativamente nuevo y muy complejo, puesto que al intentar adentrarse en los procesos psicológicos, es menos factible hacerlo sin tomar en cuenta factores multivariados como se ha señalado anterior- mente. Las diferencias de sexo, educación, actitudes, aptitudes, el arraigo a sus lugares de nacimiento, las relaciones familiares y las amistades, tendrán una interacción, psicológi- camente particular y difícil de generalizar.

La Psicología deberá estudiar casuísticamente y utilizando otras técnicas –tanto cuan- titativas como cualitativas– en comunidades nacionalmente diferentes, los factores de la decisión para la partida hacia otro país, las condiciones de vida dejadas atrás, las nuevas

50 condiciones de vida, entre otros factores, lo cual requiere de una investigación sistemáti- ca y una reflexión responsable, para trazar variables vinculadas particularmente al proce- so de ajuste y adaptación psicológica dentro de la nueva situación de vida.

La falta de capacidad para analizar de forma integrada la diversidad de aspectos que influyen en los procesos de adaptación de los migrantes, puede adjudicarse también al predominio del positivismo en la Psicología Social Estadounidense, que condujo a la pro- liferación de micro diseños sobre el comportamiento de variables individuales y sociales parciales, que van desde la condición social, racial u otra de los individuos estudiados, hasta formas muy puntuales de influencia social, perdiendo su capacidad de integración para el estudio del ser humano y la sociedad con otras ciencias sociales como la Antropo- logía, la Economía y la Sociología.

En este sentido, es importante continuar estudios sobre la subjetividad, dado el énfasis del positivismo en el estudio de la conducta, abandonando el impacto crucial de la signi- ficación individual y social.

La subjetividad social como el sistema integral de configuraciones subjetivas grupales o individuales, que se articulan en los distintos niveles de la vida social, implicándose de forma diferenciada en las distintas instituciones, grupos y formaciones de una sociedad concreta, ha sido definida por el psicólogo Fernando González Rey, para confirmar que estas formas disímiles, guardan complejas relaciones entre sí y con el sistema de determi- nantes de cada sociedad concreta. El aporte de González Rey (1985-2006) es particular- mente importante para resaltar la dimensión psicológica como un factor estrechamente vinculado al proceso migratorio, pero a la vez distinto, que requiere de investigaciones y reflexiones desde la óptica de la Psicología, y a la vez integrada a otras visiones de las ciencias sociales.

De este modo, no es posible sólo describir factores económicos, políticos o sociales como condicionantes de la decisión migratoria, sino considerar la subjetividad social que se configura y desarrolla por diversas determinantes que trascienden lo material y el pro- pio hecho de emigrar. Algunas preguntas a responder son: ¿Qué papel juega la sociedad donde se desenvuelve el individuo a nivel subjetivo, qué interrelaciones ha desarrollado con su grupo y cómo el nivel de identificación, pertenencia e intenciones de ese medio en el cual está insertado es un factor también generador de emigrantes, en la medida en que el individuo actúa dentro de un determinado grupo y sociedad y decide emprender otro proyecto de vida?

Las interrogantes son merecedoras de un enfoque dinámico que considere al indivi- duo en su complejidad, integrado a un medio, pero portador él mismo de una subjeti- vidad, que a la vez ha sido condicionada por su pasado, y por la propia transformación social que ha vivido.

51 Las características concretas en que se ha desarrollado la emigración latinoamericana son un marco socio-político y cultural de indudable influencia en el proceso de ajuste su- frido. Pero, el estudio desde lo psicológico requiere una aproximación a los sujetos desde su propio sentido de vida. El medio social no caracteriza la esencia de las relaciones socia- les, sino que es su manifestación concreta. La formación económica social es la máxima abstracción del sistema de las relaciones sociales en las que se registran sólo los rasgos globales. En el medio social, sus elementos, cobran vida a través de los más diversos aspectos: demográficos, étnicos, de relaciones de género, individuales. Por ello es que la estructura del medio social parece más confusa y compleja que la estructura rigurosamente lógica de la formación económica-social.

La estructura del medio social donde el individuo interactúa no puede ser completa- mente análoga a la de la formación económica-social. Los factores de orden étnico, de pertenencia a un pueblo, de relaciones de género y otros factores derivados de la con- ciencia étnica, de género, constituyen elementos inalienables del medio social. Se requie- re, por lo tanto, del estudio de la subjetividad para comprenderlo la cabalidad.

Aunque pueda parecer simple, lo anterior es vital para la crítica a la homogeneización que los latinoamericanos reciben, al denominarlos “hispanos”. Al destacar lo hispano, la lengua o su origen, se elimina la complejidad de cada una de las identidades implicadas, cuyo final será el predominio de las diferencias raciales con los llamados “anglos”, estereo- tipándolos con ciertos rasgos distintivos y discriminatorios.

Transculturación

Existiendo diferentes acepciones sobre el término transculturación, como parte del pro- ceso final de adaptación de los migrantes, se considera más apropiado utilizar la defini- ción hecha en tiempo tan temprano como 1914, por el reconocido sociólogo cubano Don Fernando Ortiz, ya que esta concepción es sistémico-dialéctica, al considerar la transcul- turación como un proceso que lleva implícito la interpenetración, es decir, la interacción con el medio, la cultura de ambos lados, para contribuir al surgimiento de una nueva cultura: la del migrante.

Transculturación permite entender cómo los migrantes integran un sistema, el cual no es una suma mecánica, acumulada de elementos incorporados durante la interacción, sino una conjugación dinámica de factores que dan como resultado una nueva realidad cultural para los migrantes.

A través del proceso de transculturación el individuo confronta múltiples contradic- ciones culturales a las cuales debe responder para poder integrarse a la nueva sociedad y trascender con ello las contradicciones. Resulta importante comprender el proceso de cambio sufrido por los individuos en el proceso de transculturación, partiendo de que no se hace referencia a un sujeto pasivo, estático en el tiempo, sino a un individuo cuya

52 conducta debe ajustarse a las normas del grupo al cual pertenece ahora, y en un contexto específico donde ciertas características deben ser exhibidas por él.

Este proceso de cambio cultural se da en un contexto histórico concreto, estructurado bajo estas condiciones, dialécticamente conformado, junto a otro subyacente de transfor- mación de la subjetividad del individuo. Estos procesos permiten entender por qué en- tonces la adaptación puede darse en direcciones diferentes. Por un lado se puede encon- trar un migrante identificado plenamente con su cultura original, manteniéndose como grupo étnico, y en forma transculturada cuando asimila rasgos de la nueva sociedad, pero se transforma en un individuo que subjetivamente no se siente “ni de aquí, ni de allá”.

En el primer caso se puede hablar de una “aculturación”: los migrantes tratan de fun- dirse y son absorbidos o ajustados a la nueva sociedad, pero en la transculturación existe una cohesión interna, que intenta suavizar las diferencias de clase, de cultura; se mantie- nen unidos, pero no son ya “ajustados”, sino “migrantes transculturados”.

En todo caso, los términos de ajuste y adaptación, suponen una asimilación acrítica, despersonalizada, des-subjetivizada a la nueva sociedad, mientras “transculturación” in- tenta describir un complejo proceso de interacción que origina una nueva identidad.

Conclusiones

Es sumamente repetido y poco original, pero vale la pena volver a enfatizar en que la emigración es un fenómeno social tan viejo como la propia historia universal, que ha sido objeto de la investigación desde diferentes disciplinas como la Psicología, la Sociología, la Antropología, la Economía, la Geografía y la Politología.

Las investigaciones han sido principalmente dirigidas a estudiar el impacto de la mi- gración –tanto en las sociedades receptoras como las impulsoras de migrantes–, utilizan- do diversos enfoques teóricos y metodológicos. Sin embargo, el campo de la Psicología en cierto sentido, se ha quedado rezagado en los estudios desde la subjetividad de los migrantes, ese proceso que hace distinguir tanto a individuos como a grupos sociales en el país receptor, y en cuanto a las relaciones con el mundo dejado atrás.

Desde el funcionalismo que intenta explicar el fenómeno desde una decisión indivi- dual, restándole valor a la orientación socio-psicológica y olvidando los factores estruc- turales; o deonde el enfoque histórico-estructural, que nos da un marco más amplio para explicar los movimientos migratorios, incluyendo la definición de zona central de Wallers- tein (1972), o los que consideran los factores políticos determinantes, no se encuentra suficiente énfasis sobre el marco perceptual, la orientación y valores, la subjetividad del individuo en tónica con esas fuerzas sociales, políticas y económicas que en un contexto histórico generan procesos migratorios a veces masivos.

53 La Psicología, aún con los avances actuales, tiene todavía el reto teórico de encontrar explicaciones a los procesos de formación de la nueva subjetividad de los migrantes en el contexto del nuevo país, de modo que pueda darse respuesta a la compleja madeja de este proceso en términos psicológicos.

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Causas y factores que posibilitan la migración externa en Tlaxcala

José Dionicio Vázquez Vázquez♣ Martha Romero Hernández♣

Resumen

En este trabajo se expone la parte macro y micro de la migración, las causas y consecuen- cias que la posibilitan, además de algunos factores que intervienen para que se manifies- te tal fenómeno. Al inicio se habla de dos posturas teóricas que señalan tanto las causas como los factores de la migración. Para la parte de las causas se señala el enfoque mar- xista y el funcionalista, tratando el abordaje macro y micro, respectivamente. Los factores que intervienen en la migración son tratados desde la visión originaria de Ravenstein, trabajada y revisada por autores actuales, donde se propone analizar la migración tanto desde los factores de origen como de destino. Mientras que la teoría que guía el trabajo es el de la Modernización de Germani, que postula un análisis macro y micro, entendien- do a la migración como una consecuencia, considerando factores objetivos y subjetivos. Más adelante hay una revisión de datos nacionales y estatales (elementos objetivos) que se consideran como elementos que posibilitan e incentivan la migración. El puente de ambos datos se localiza en los factores intervinientes (elementos objetivos y subjetivos): factores ambientales y de percepción del migrante. Para este último punto, hay una expo- sición desde las historias de vida de migrantes originarios de San Pedro Tlalcuapan, que se dirigieron a Oxnard, California. Estudiar a la migración desde sus causas y consecuen- cias, y los elementos que intervienen en el proceso, es el objetivo del presente trabajo.

Introducción

El hombre desde tiempos remotos ha sido empujado a movilizarse, ha huido de su tierra y se ha convertido en un ser errante por diversas causas: guerras, pestes, deterioro de su ambiente original, erosión de la tierra, escasez de agua. Recientemente, por decirlo

 Profesor- Investigador de El Colegio de Tlaxcala, A.C. Correo: [email protected].  Estudiante del Doctorado en Desarrollo Regional de El Colegio de Tlaxcala, A.C. Correo: marthromero@gmail. com.

57 de alguna manera, al establecerse en grupos, delimitando sus territorios y compartiendo un ciclo vital y social; la búsqueda es por un mejor salario, por una aspiración a mayores estatus laborales y sociales, sin dejar de lado las desigualdades que se van configuran- do a lo largo y ancho de las naciones. Al establecerse límites entre el campo y la ciudad, las decisiones giran en torno a buscar de la primera a la segunda, un mayor confort y lo que se denomina mejor “calidad de vida”. Así, cuando se reconocen límites nacionales y existe movilidad dentro de éstos límites, independientemente de las causas (y los tipos) que provocan la migración, se denomina a esos movimientos, migración interna: entre localidades, municipios o estados. Del campo migran hacia la ciudad, o para escapar de la pesadez citadina, ocurre un desplazamiento contrario. Puede ser también que ocurran los desplazamientos al interior de localidades urbanas o rurales.

Por lo tanto, pareciera que las prácticas actuales de los migrantes desde esos tiempos, no ha variado. Han cambiado solamente las generaciones. Se han reconfigurado los terri- torios hasta alcanzar la condición de estados-nación, pero siguen latentes las causas que provocan la migración: migraciones forzadas generadas por guerras, persecuciones por alguna ideología política; debido a las continuas crisis de los países en desarrollo con fuer- te número de desempleados, que el otrora poderoso mercado no es capaz de absorber. También se manifiestan las migraciones voluntarias por razones económicas (localizando un empleo mejor remunerado), sociales (por seguir manteniendo lazos con la familia), e individuales (obtener una mejor educación), entre múltiples razones que contiene la decisión de migrar.

Al contrario de lo que se piensa, en rigor, no todos migramos, es decir, que cualquier desplazamiento cotidiano no significa migración: la visita a un familiar a otro lugar así sea lejano, las compras a una central de abasto o el recorrido turístico, son desplazamientos, pero no migración. Para que tal evento ocurra es necesario considerar al menos algunos conceptos aceptados de forma general por las instituciones oficiales, como los siguientes aspectos:

El tiempo, es decir la permanencia en el lugar al que llega la persona o un grupo de ellas (1 año mínimo, según la ONU). La distancia, ya sea corta o larga. Los límites de las fronteras, al interior del propio país o fuera de él. Las decisiones de partir, que tienen que ver con las causas, si son voluntarias, forzadas por razones económicas o no. Si son par- tidas individuales o masivas, y el nivel de organización social; si cuenta con el apoyo de la familia, además de la situación política. Finalmente, habrá que considerar los objetivos que persigue el candidato a migrar: si trata de conservar su estado actual o busca reno- varlo (Cfr.Herrera, 2006: 70). Generalmente, los datos anteriores se aplican para la migra- ción internacional laboral, aún cuando existen en la migración interna especificaciones para nombrar a la migración (interna), como la que señala que, existe migración cuando hay cambio de residencia a un lugar distinto del habitual (Organización de las Naciones Unidas: 1972). Lo que sugiere que el movimiento de población que se desplaza por moti- vos laborales hacia otro municipio y regresa continuamente, se le denomina movimiento

58 pendular, más que migración interna (Organización internacional para las Migraciones: 2008).

Así, el objetivo del artículo es brindar consideraciones sobre las causas y los factores de la migración, proponiendo niveles de análisis para su abordaje, que pueden ser generales (a nivel teórico y conceptual) y específicos (a nivel empírico) o complementarios. Se toma como ejemplo a Tlaxcala para efectuar el ejercicio, particularizando la parte de los facto- res intervinientes en una localidad de Santa Ana Chiautempan.

La hipótesis general afirma que las causas que posibilitan la migración (se sobre en- tiende la migración que obliga al individuo a conseguir un mejor empleo) son económi- cas, y los factores ambientales intervienen para incidir en el fenómeno, de tal manera que las personas que migran son impelidos a hacerlo bajo el contexto de causas y factores que provocan un desajuste en la vida de las personas.

El presente trabajo tiene el siguiente orden: primero se abordan las causas y facto- res generales de la migración a nivel teórico; en segundo lugar se apuntan las causas y consecuencias con datos a nivel nacional y estatal, centrándose el estudio con mayor de- tenimiento en éste último. Este ejercicio permite señalar y generalizar las causas que po- sibilitan e incentivan la migración (como la desocupación, los bajos salarios, el deterioro del medio ambiente, entre otros), aún cuando el trabajo resalta datos sobre la migración hacia los Estados Unidos, dada la importancia de la generación de remesas y su destino, que ayuda a sobrevivir a las familias de los migrantes. En el nivel estatal se hace notar la trascendencia del factor ambiental como elemento que interviene e incide en la migra- ción. En tercer lugar y de modo particular, se trata la parte empírica de los factores atracti- vos o factores intervinientes de la migración a los Estados Unidos, donde se comentan las relaciones entre el origen (San Pedro Tlalcuapan) y el destino (Oxnard, California) desde una localidad de Chiautempan, Tlaxcala. Es pues, como se verá más adelante, la Teoría de la Modernización de Germani, la que guía el desarrollo de este trabajo, con ciertas adaptaciones, dado que es difícil abarcar todos los aspectos a los cuales hace referencia el autor.

 Por ejemplo, en nuestro trabajo, no se abunda sobre la transición de la sociedad tradicional a la moderna, en cambio, se adaptan sus niveles de análisis: en el nivel ambiental y objetivo, se inicia con éste último como causas de la migración, siguiendo con la parte ambiental como factor; planteando finalmente los niveles normativo y psicosocial, que se trabajan en conjunto en un caso específico.

59 1. Marco teórico

Causas y factores de la migración

La postura marxista

El origen o causa que provoca la migración se ha analizado por diversas teorías y en- foques. Aquélla que considera varios elementos que causan la migración es la escuela de origen marxista, con enfoque Histórico-Estructural, encabezados por Argüello (1972- 1973). Esta perspectiva analiza las causas y señala la estructura y la historia como ejes de estudio. El por qué se producen determinados hechos, se responde a partir de la historia de las relaciones de producción, que emergen de la dependencia estructural y cultural desde las metrópolis, o bien, desde la emergencia de polos de desarrollo dentro de un país o región. Las causas de la migración se deben a la falta de empleo en países subde- sarrollados, determinando el proceso de migración agrario-urbano. El desajuste por la demanda de mano de obra en sociedades en vías de desarrollo y su oferta exigua, crean un escenario propicio para la migración.

La escuela de la Teoría de la Dependencia (Cardoso, Faletto, Nikolinakos), toma la fuen- te del materialismo histórico y considera, entre las causas de la migración a la estructura del capitalismo, sobre todo en su fase moderna, partiendo del contexto de la segunda guerra mundial. La acumulación de capital, junto con un incremento en la demanda de obreros calificados provocó una carencia de los mismos, de tal forma que las necesidades rebasaron la oferta, cubriendo el hueco con la importación de mano de obra desde los países atrasados. Aquí entra a escena un factor digno de ser considerado y que nutre la concepción marxista, como el desarrollo demográfico que va aparejado al proceso social de acumulación del capital. Los países desarrollados cuentan con políticas de salud que inciden en las tasas de nacimiento, en tanto que los trabajadores cuentan con mejores salarios, respecto a los países subdesarrollados.

Para llevar a efecto una teoría marxista de las migraciones, se parte del materialismo histórico considerando: a) que los países fueron formal e informalmente dependientes de poderes coloniales en algún momento de su historia; b) luego de la posguerra los países al conseguir su independencia generaron una transformación social, donde la burguesía participó en la industria nacional; c) los países de emigración son gobernados por gobier- nos dictatoriales, casi sin excepción, asegurando y permitiendo dichos fenómenos; d) las tendencias expansionistas del capital europeo, que se basaron en una nueva división del trabajo, propiciaron una fuerte integración de países expulsores de migración al sistema económico de la región; finalmente, e) los países de origen fueron dominados por un colonialismo interno.

 Las ideas son retomadas de la obra de Herrera Carassou Roberto (2006), La perspectiva teórica en el estudio de las migraciones. Siglo XXI. México. En tanto no se señale lo contrario.

60 Siguiendo con ese orden de ideas, Fernández (1971) argumenta que la estructura económica, entendida como relaciones sociales de producción, permite el desarrollo de las fuerzas productivas y éstas determinan finalmente el tipo de corriente migratoria de un país por regiones y sectores económicos, relacionando las migraciones con el subde- sarrollo, la dependencia y el imperialismo. Los conceptos de clase y del migrante como mercancía cobran auge. Por su parte Paul Singer (1974) postula que la industrialización y urbanización, podrían explicar en gran medida las migraciones internacionales. La inter- vención del Estado es básica, promoviendo la industrialización capitalista. Hay implícita una atracción de las áreas más favorecidas hacia las áreas expulsoras rurales menos favo- recidas.

La postura funcionalista

La Teoría del Equilibrio Funcional, tiene sus orígenes en el postulado del estructural-fun- cionalismo del Talcott Parsons. Se ubica en la dimensión microanalítica. Desde esta pers- pectiva se han hecho estudios considerando que el fenómeno migratorio puede ser re- ducido a conceptos y términos físicos y biológicos o, a la construcción de modelos desde una óptica del análisis matemático. La tendencia a su vez de los estudios de investigado- res estadounidenses, es hacer a un lado los antecedentes teóricos o conceptuales, en el momento en que consideran que aquéllos trascienden su marco teórico construido, que se queda corto para explicar la migración.

Tal es el caso de la teoría de Push-Pull (atracción-expulsión) de Akerman (1978), que considera tal modelo como una construcción en equilibrio; visión que se ha hecho popu- lar entre los economistas con ese enfoque, pues afirman que el sistema económico tiende normalmente hacia el equilibrio. Es por eso que al localizarse un flujo migratorio se deba a una economía desbalanceada.

Brinley Thomas (1975), da importancia a la interrelación de los factores de atracción y expulsión. Además de las variables económicas y demográficas, le anexa al modelo fac- tores de tipo espacial y social, y construye el concepto de ‘economía Atlántica´, que actúa como marco de las migraciones internacionales en masa. Siendo el centro de este sistema migratorio Europa occidental con Norteamérica y otros continentes periféricos.

En tanto que Bogue (1967), argumenta que donde existe mucha expulsión, la migra- ción tiende a ser menos selectiva en el lugar de origen. Por otro lado, donde hay un fuerte factor de atracción, la migración suele ser más selectiva. Este caso se refiere a cuando las condiciones de fuerte expulsión son predominantes. Lomnitz (1977), ejemplifica crítica- mente dicha teoría (para ella, dicotómica), argumentando que la ciudad atrae al campe- sino al ofrecerle mayores satisfacciones modernas, propagadas y creadas por los medios de difusión, además de garantizarles una mejor protección en contra de los desastres naturales o políticos. En tanto que el factor de expulsión opera repeliendo al campesino, al negarle alternativas reales de desarrollo en la actividad agrícola.

61 Factores de la migración

El pensador que retoma las ideas fundamentales de Ravenstein, al menos para el caso de los factores que acompañan la decisión de migrar, es Lee (1972), quien comenta que el acto de migrar supone considerar varios factores como: los asociados con el área de origen, factores asociados con el área de estudio; los que tiene que ver con los obstáculos intervinientes, además de los factores personales. Por ello, no siempre habrá que hacer generalizaciones sobre el acto de migrar porque nunca es completamente racional, y no todos los migrantes toman la decisión por ellos mismos. Por lo tanto, se hace necesario considerar tres hipótesis:

a) Volumen: el volumen de la migración en un área específica, varía con el grado de diversidad de otras áreas incluidas en ese territorio, por la diversidad de la gente. Se re- laciona dicha variación con la dificultad de superar los obstáculos que intervienen en el proceso, o con las fluctuaciones de la economía. De existir severas limitaciones en el área en estudio la migración tenderá a incrementarse a través del tiempo. b) Corriente y contracorriente: la migración tiene lugar en corrientes bien definidas. En términos de eficiencia, una corriente es mayor si los factores negativos predominan en el lugar de origen. La eficiencia de la corriente migratoria será alta si los obstáculos que intervienen son muchos. Habrá eficiencia con tendencia baja de una corriente, en el momento en que las condiciones del origen y destino son iguales. Finalmente, la eficiencia de una co- rriente migratoria varía según las condiciones económicas. c) Selectividad: la migración es selectiva. El ejemplo más claro es a la hora de responder a los factores positivos por parte del migrante, quien será seleccionado por su alta calificación para el trabajo. Por el contrario, los migrantes que responden a factores negativos desde el origen pueden ser negativamente seleccionados, o seleccionados cuando se toma en conjunto toda la población afectada por este tipo de factores (seleccionan a los menos peores, por decirlo de alguna forma).Por lo tanto, la migración adquiere un carácter bimodal, y la positividad de los factores tiene que ver con el grado de obstáculos que intervienen en la migración. Además, el autor da cierta trascendencia a los factores de la alta propensión a migrar en ciertos momentos del ciclo de vida, donde las características de la población suelen ser intermedias, tanto en los lugares de origen como de destino.

Una postura intermedia: la Teoría de la Modernización

La postura intermedia que podría resumir muy apretadamente los anteriores enfoques, es el de la Teoría de la Modernización trabajada por Gino Germani (1971), a quien se le nota una influencia Estructural-Funcionalista. El autor entiende que las migraciones en gene- ral son una consecuencia, que se producen en el marco del proceso concebido como el tránsito de una sociedad tradicional a una moderna. Argumenta que para entender ese proceso en transición existen tres niveles analíticos: a) El nivel ambiental u objetivo (que incluye factores expulsivos y atractivos, naturaleza y condiciones de las comunicaciones entre el origen y el destino); b) el nivel normativo (normas y roles del migrante en su per- cepción de las condiciones objetivas); y el c) nivel psicosocial.

62 Entre tanto, hay aspectos básicos para analizar la migración: la motivación para migrar (incidencia de las circunstancias tanto de origen como de destino); el análisis del proceso de migración incluyendo las características de la población que migra y sus circunstan- cias. Sin perder de vista la absorción de los migrantes en los ámbitos sociales y culturales del lugar de destino, considerado como una nueva sociedad. Germani combina aspectos micro y macro analíticos, posibilitando el abordaje de la migración desde una perspectiva objetiva de las condiciones de atracción y expulsión, mediando entre ellos el marco nor- mativo-valorativo que internaliza el migrante potencial, considerando también sus carac- terísticas individuales. Se analiza a su vez el nivel psicológico y cómo se ven afectadas las actitudes individuales en la decisión de migrar, además de considerar el comportamiento del migrante en la nueva sociedad a la cual ha llegado.

Los niveles de análisis anteriormente descritos, son los que se van a considerar en el presente trabajo, destacando las diferencias con la Teoría de la Modernización, cuando sea el caso de no compartir algún concepto de tal corriente. La parte del análisis incluye una aproximación a los niveles del enfoque de Germani, más no su constatación íntegra, que requiere de mayor esfuerzo investigativo. Por lo tanto, se tomará el trabajo de aquél como una guía para abordar la migración en el presente artículo.

Lo que hay que aclarar, es que Germani habla sobre las migraciones internas de Améri- ca Latina que responden a un proceso de modernización: Dichas migraciones se efectúan entre un sector atrasado y otro sector avanzado, que se puede interpretar como los polos dados, tanto por las zonas rurales como por las urbanas, es decir, la gente se traslada de un sector atrasado a otro moderno. Habrá que recordar que hasta este nivel de análisis Ger- mani lo ocupa para fundamentar la decisión de migrar. Para acercarse a su obra y retomar solamente algunos aspectos de su teoría, se adaptan sus niveles de análisis en el objetivo de este trabajo, que funge como acercamiento tanto teórico como empírico. La figura 1 ilustra las nociones que se retomaron de Germani.

Para esquematizar la adaptación que se hizo del planteamiento de Germani, se inicia con los elementos objetivos (o factores expulsivos) que se traducen en causas como el desempleo y la pobreza; se prosigue con los factores intervinientes (nivel ambiental u ob- jetivo), anotando en el trabajo el deterioro del medio ambiente, como elemento posibili- tador de la migración y/ como mediador; además, de las consecuencias que se provocan por las causas y los factores: la migración interna y migración externa a los Estado Unidos y Canadá. Finalmente aparecen los elementos subjetivos, donde el migrante refleja las in- ternalizaciones de las condiciones objetivas percibidas en el lugar de origen y de destino (factores atractivos y la naturaleza y condiciones de las comunicaciones, la accesibilidad y el contacto entre el lugar de origen y el de destino). Aun cuando Germani se refiere a

 De la Teoría de la Modernización de Germani, sólo se retomó el punto 4, que se refiere a la movilización social hacia las zonas en proceso de urbanización. Los otros tres puntos precedentes, se refieren a la integración de la sociedad tradicional, ruptura de la sociedad tradicional y la aparición de sociedades duales, que en el presente artículo no se tratarán.

63 la migración rural-urbana, el trabajo que se presenta refiere una migración externa. Los elementos conjugados también se convierten en humus como en Germani, para tomar la decisión de migrar (ver figura 2).

Figura 1. Niveles analíticos para estudiar los movimientos migratorios

Proceso de modernización

Nivel ambiental y objetivo Nivel Normativo Nivel psicosocial Factores atractivos y Normas y roles del Actitudes específicas de expulsivos migrante potencial los individuos, frente a su marco normativo

Naturaleza y condiciones de comunicaciones de Decisión de migrar origen y destino

Fuente: Elaboración propia con información de Germani, en Herrera (2006: 78-81).

2. Causas y consecuencias de la migración

Causas nacionales de la migración

Desocupación

Una las causas fundamentales del proceso de la migración, es la económica, es decir, las crisis del país que incluyen desocupación. Para el IV Trimestre del 2007, México contaba con 1, 616, 081 personas desocupadas, frente a 44, 005, 604 ocupadas. La primera cifra se refiere a la Tasa de Desempleo Abierto. De anexar, o sumar las personas disponibles de la Población no Económicamente Activa (5, 142, 926) al total de personas desocupadas, se hablaría de 6, 759, 007 personas que se encuentran desocupadas, o las que no tuvieron una actividad económica, o no buscaron desempeñar alguna en el trimestre de referencia (ENOE, 2007). A esta suma de Desocupados, más la Población no Económicamente Activa, la Encuesta de Ocupación de Empleo le llama Población no Ocupada. De cualquier forma, lo que aquí se destaca con las cifras, es la importancia del hecho de la desocupación que

64 afecta tanto a zonas rurales como urbanas que impelen o forzan la migración de gente a niveles interno y externo.

Figura 2. Causas y factores que posibilitan la migración

Elementos Consecuencias objetivos Causas Factores ( factores Migración interna expulsivos* ) Desempleo intervinientes Pobreza (Rural-urbana*)

Deterioro del Migración externa medio ambiente (Nivel ambiental y Recepción de objetivo*) remesas

Percepción del (Factores atractivos*) Elementos migrante subjetivos (nivel normativo*) Decisión de migrar

Fuente: ElaboraciónFuente :propia.Elabor aConceptosción propia. manejadosConceptos m porane jGermani*.ados por Germani*

A ello se adiciona el deterioro del salario de los mexicanos que ha llegado al 44% tan sólo en el primer año de Calderón como presidente de la república, debido en parte a la alza excesiva de la canasta básica que se ha vuelto inaccesible para 91.3% de los campesinos (UNAM, 2007).

De forma general, se puede ver que la mayor cantidad de población vive en zonas urbanas, respecto de los habitantes que viven en zonas rurales. La población que vive en localidades menores a 2,500 habitantes al año 2005, es de 24, 275, 536 a nivel nacional según INEGI (2005), en tanto las localidades con población mayor a los 2,500 habitantes es de 78, 985, 852. De lo que se trata pues, es de mencionar al menos la importancia de la población susceptible de cambios por los motivos arriba señalados.

Pobreza

Para el caso de las líneas de pobreza, las condiciones nacionales al 2006 eran las siguientes: las personas consideradas no pobres eran 60.1 millones, en tanto que la línea de pobreza patrimonial sumaba 44.7 millones, lo que significa que cada habitante tenía un ingreso menor a 1, 625 pesos mensuales en el área urbana, y menor a 1,086 pesos en el área rural,

65 lo cual les impidió adquirir sus requerimientos básicos de salud, alimentación, educación, vestido, calzado, vivienda y transporte público, aún si el total de sus ingresos los utilizaran para satisfacer sólo estas necesidades. En localidades rurales menores a 15, 000 habitan- tes, la pobreza de patrimonio afectó a 54.7% de la población y a 15.6% en zonas urbanas. Lo que significa que aproximadamente, 12 .1 millones eran pobres de patrimonio a nivel rural, y 23.6 millones habían sido afectadas en zonas urbanas (CONEVAL: 2007).

La línea de pobreza de capacidades lo constituían 21.7 millones de personas; final- mente en la línea de pobreza alimentaria, eran 14.4 millones de personas, de los cuales 5 millones pertenecían a las zonas urbanas y 9.4 en zonas rurales. Según los datos, significa que un 40% de las personas estaban consideradas en alguna línea de pobreza.

La migración como consecuencia

Sin lugar a dudas, el medio rural ha sido el más golpeado por los anteriores antecedentes causales, pues de 30 millones (aproximadamente), integrantes del medio rural, poco más de 8 millones tienen trabajo en actividades agrícolas y ganaderas; más de 10 millones se encuentran sin ingreso, y casi 9 millones alcanzan a percibir un salario mínimo (UNAM, 2007). No van solos en este problema, pues los acompañan la ineficiencia de las institucio- nes para brindar apoyos técnicos, la erosión de los suelos, siembras de temporal, sequías, inundaciones; provocando el estancamiento, si no es que el hundimiento del medio rural. Fenómeno que va reduciendo las expectativas familiares y produciendo el humus de la migración, como alternativa final, no sin dejar secuelas emocionales y morales en las fa- milias donde se origina la decisión de migrar.

La causa económica ha desencadenado una fuerte expulsión hacia los Estados Unidos desde México, dando como resultado que residan casi 12 millones de mexicanos en el país del norte (CONAPO-SEGOB: 2006; Milenio, 2007). Lo anterior, sin tomar en cuenta a los descendientes de segunda y tercera generación, que sumarían alrededor de 29 millones. Respecto a la población sin documentos que cruzó la frontera en el período 2001-2005, de un flujo promedio anual de 337 mil migrantes temporales, 78 % de mexicanos care- cían de papeles legales.

Otro dato importante es el de la fuerza laboral en los Estados Unidos, pues de los 142.4 millones de personas ocupadas en el vecino país, 6.8 millones son mexicanos. Ello repre- senta 4.8 % de la fuerza de trabajo total y 30% de la fuerza laboral inmigrante. Es decir, que uno de cada 21 trabajadores estadounidenses y uno de cada tres trabajadores inmigran- tes es originario de México (CONAPO, 2006). Lo que significa una fuga de trabajadores capacitados en México y reclutados en el país vecino.

Como efecto de la migración internacional se tiene la generación de las remesas ob- tenidas mediante el trabajo del migrante. El recurso que se ha enviado desde el exterior rebasa los 22 mil millones de dólares, al cuarto trimestre del año 2007 a los diversos esta-

66 dos de nuestro país, siguiendo el patrón similar para su uso y destino, es decir, cubriendo las necesidades domésticas más apremiantes.

Tabla 1. Remesas totales recibidas a nivel nacional en 2007

Ingresospor Enero- Julio- Abril-junio Octubre-diciembre remesas2007 marzo septiembre Remesas totales (Millones De 5,508.38 6, 350.83 6, 339.22 5,780.57 dólares)

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México. CE80. Ingresos por remesas período: Enero-Marzo, 1996 - Jul-Sep 2007, Trimestral, Diferentes Unidades, Flujos.

Causas estatales de la migración

Germani llama factores a lo que nosotros nombramos causas; para los fines de este sub- título, se consideran las principales causas generales que posibilitan la migración en el estado de Tlaxcala, de forma similar como se trató la información en la parte nacional.

Desocupación

Los indicadores de ocupación y empleo del INEGI, del primer trimestre del 2007, seña- lan una población para el estado de Tlaxcala de 1, 098, 858 habitantes, de los cuales se consideran los siguientes aspectos: para estudiar a la población de acuerdo con sus ca- racterísticas económicas, se toma a la población de 14 años y más, que para el trimestre en cuestión fue de 767, 407 personas. De éstas, quienes integran la Población Económica- mente Activa son 446, 727. De ahí se extrae el dato del número de personas que durante el trimestre efectuaron alguna actividad económica, es decir, la Población Ocupada (425, 106); también se desagrega la cifra de aquéllas que buscaron realizar una actividad en al- gún momento del mes anterior a la fecha de la entrevista, o sea la Población Desocupada, que fueron 21, 621 personas (INEGI: 2007).

Aquéllas personas que no efectuaron ni tuvieron una actividad económica, ni busca- ron desempeñar una, en algún momento del mes anterior a la entrevista, se les denomina Población No Económicamente Activa, que sumaron 320, 680 personas. Las razones son variadas: desde motivos de desaliento hasta por razones de abandono del último trabajo. De ese total, la Población Disponible para Trabajar, que no trabajó, pero tampoco buscó un trabajo, aunque mostró interés en trabajar, fue 86, 646. La otra parte de las personas que tampoco tuvieron una actividad económica, no buscaron empleo y sin necesidad o interés por hacerlo, sumaron 234, 034 personas, es decir, la Población No Disponible para Trabajar.

67 Población rural y urbana

En el estado de Tlaxcala, la mayor parte de la población vive en zonas urbanas (835, 576) y el resto en zonas rurales (232, 631). Esto de acuerdo a los criterios de INEGI (2005) respecto a las localidades mayores a 2, 500 habitantes (urbanas), y las que contienen menos de 2, 500 habitantes (rurales). Sin embargo, habría que tomar en cuenta otros indicadores e ín- dices para aproximarse a las causas, como los indicadores de pobreza o de rezago social.

Pobreza y rezago social

Otro aspecto que acompaña a la desocupación es la pobreza y el rezago social, donde el primero presenta datos analizados desde el ingreso per cápita, donde quienes están debajo de la línea de algún tipo de pobreza, es porque el ingreso que perciben no les alcanza para satisfacer la necesidad de alimentos, de capacidades y de patrimonio, ya sea de zonas rurales o urbanas; siendo la fuente los datos de la ENIGH, 2005. El segundo señala las carencias sociales en materia de educación, salud y vivienda.

Las condiciones de pobreza en Tlaxcala, medidas desde el ingreso, señalan una pobre- za de patrimonio en poco más del 51.4% de la población, que al 2005 era de 1, 068, 207 habitantes. Es decir que a más de la mitad de la población no le alcanzaba para cubrir sus necesidades de alimentación, salud y educación, vestido, calzado, transporte público y vivienda. Un 26.2% tenía pobreza de capacidades, o sea que con su ingreso no le alcanza- ba para cubrir necesidades de alimentación, salud y educación. Otro 17.9% no le alcanzó para cubrir el gasto básico de alimentación. En tanto que en el rubro del rezago social, el estado de Tlaxcala presenta un grado medio (CONEVAL, 2007).

Lo que se puede considerar a nivel general para el estado, según un estudio inédito de Pérez (2007), es lo siguiente: primero: la pobreza urbana y rural disminuyó durante el periodo 2000-2004. Segundo: no es determinante la presencia de mayor población en el medio rural para que se incremente significativamente la pobreza, sobre todo la pobreza patrimonial, dato que obtuvo el autor, luego de hacer un ejercicio de cálculo de corre-

 Líneas de pobreza alimentaria: monto mínimo de ingreso mensual que una persona debe tener para cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Línea de pobreza de capacidades: monto mínimo de ingreso mensual que una persona debe tener para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, salud y educación. Línea de pobre- za de patrimonio: monto mínimo de ingreso mensual que una persona debe tener para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, salud, educación, vestido, calzado, transporte público y vivienda. El objetivo es estimar las incidencias de la pobreza a nivel estatal y municipal. En tanto que el rezago social se refiere a las carencias sociales existentes en los rubros de educación, salud y vivienda. La técnica para extraer un índice es el mismo que aplica CONAPO para medir la marginación. Su fuente de datos es el II Conteo de Población y Vivienda del INEGI. Las unidades estudiadas son: por localidad, por municipio y por estado (CONEVAL, 2007: 3-5).  Aquí, habrá que tomar en cuenta la diferencia de zonas urbanas y rurales, pues INEGI maneja para las primeras, localidades mayores a 2, 500 habitantes y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señala localidades mayores a 15, 000, y menores a esas dos cifras, son consideran zonas rurales por las instituciones mencionadas.

68 laciones entre las variables mencionadas. Tercero: El ingreso de la población de Tlaxcala es significativamente más bajo que el promedio nacional y no ha crecido en la misma proporción, de tal manera que es muy posible que la disminución de la pobreza se deba al aumento de servicios públicos disponibles para la población, tales como drenaje, agua potable, educación, energía eléctrica, entre otros, y no se deba al aumento del ingreso de los hogares lo cual da evidencia de la alta correlación, entre el porcentaje de la población en condiciones de pobreza y el índice de rezago social.

La migración como consecuencia

Las causas económicas y sociales se han anotado como elementos que son la base del proceso migratorio, léase la desocupación y la pobreza. Complementando esta parte los factores que intervienen como el deterioro del medio ambiente del estado de Tlaxcala.

Migración interna, inmigración, migración a los Estados Unidos y Canadá

En el estado de Tlaxcala, la población que tuvo su lugar de residencia a octubre del 2000 en otra entidad fueron 27,990 personas, donde los principales lugares de residencia fue- ron los estados de Puebla, el Estado de México, el Distrito Federal, Veracruz e Hidalgo, en ese orden (INEGI: 2005). Los datos de los cinco estados mencionados, representan poco más del 80% de la población total, según su lugar de residencia en otra entidad. Podemos señalar que los estados a los cuales se dirigieron son los tradicionales desde los años ochenta.

Tabla 2. Principales lugares de residencia en otra entidad al 2000

Destino Población de 5 años y más Puebla 8,605 Estado de México 6,245 Distrito Federal 5,469 Veracruz 2,193 Hidalgo 996 Fuente: INEGI (2005). II Conteo de Población y Vivienda, México.

Del mismo modo, el estado ha sido atractivo para el estado de Puebla, el Distrito Federal, Veracruz y el Estado de México, principalmente (INEGI: 2000). De las 136, 504 personas que inmigraron, el 81% nacieron en los estados referidos, es decir que 110, 757 personas inmigraron al estado de Tlaxcala. El resto provino de otros lugares del país.

69 Tabla 3. Principales lugares de nacimiento de residentes en Tlaxcala, al 2000 Lugares de nacimiento Número de personas Puebla 54,426 Distrito Federal 33, 483 Veracruz 11, 620 Estado de México 11, 228 Resto del país 25, 747 Total 136, 504 Fuente: INEGI (2000). XII Censo General de Población y Vivienda. México.

Los tlaxcaltecas que optaron por migrar a los Estados Unidos fueron 947 personas en el año 2000 (INEGI: 2005), siendo los grupos quinquenales de edad más importantes los de 30 a 34, 25 a 29, 35 a 39 y de 20 a 24 años, en ese orden. Éstos representan el 61 % del total que migraron, sin menospreciar el resto de los grupos de edad. Mientras que aquéllos que migraron a otro país fueron 75 personas.

En tanto que la Oficina de Atención a Tlaxcaltecas en el Extranjero (OFATE), refirió en el 2008 que radican fuera del país 107 mil tlaxcaltecas, donde 79% se encuentra sin do- cumentos, frente al 21% que migra en forma legal; 89% tomó por destino los Estados Unidos, en tanto que 4.5% partió a Canadá. Los principales destinos de los tlaxcaltecas en Estados Unidos son los estados de California (60%), Connecticut (5%), Nueva York (3.5%); Atlanta y Nueva Jersey (5% entre ambos) Wyoming y Texas (4% entre los dos); Utah, Idaho, Oregon y Carolina del Norte, 1.5%, respectivamente (sic). En tanto que Illinois y Nevada 2% entre ambas y, finalmente el 6% restante se divide entre otros estados americanos (Tlaxcala en el Norte: 2008).

Otro dato que considera la OFATE es que 63% de los migrantes salieron de la entidad en la mejor edad productiva, pues 20% tenía entre 25 y 29 años al partir. Los que tenían la edad entre 30 y 34 años suman 18%, incluso más jóvenes, como los de 20 a 24 años (13%), de 35 a 39 años (12%), de 15 a 19 (10%) y de 40 a 54 años (6%). Queda pendiente conocer la metodología que utilizó la OFATE para allegarse los datos anotados arriba. Lo que refiere inicialmente es que aplicó una encuesta a familiares e hijos de migrantes, en instituciones educativas del estado en el nivel básico (primaria y secundaria).

En tanto que la partida hacia el exterior se debió a motivos económicos para satisfacer las necesidades básicas: pagar deudas, mejorar su vivienda, ahorrar y/o emprender un negocio.

70 Remesas provenientes de los Estados Unidos, enviadas por tlaxcaltecas

En total, hacia fines del 2007 el estado de Tlaxcala percibió por concepto de remesas, casi 3 mil millones de pesos, es decir, 282 millones de dólares. Al primer trimestre del 2008, en- viaron los tlaxcaltecas 59.8 millones de dólares. Los envíos se refieren a la transferencia de cheques, giros a cobrar, transferencias electrónicas, y los movimientos en efectivo y en es- pecie, que efectúan los migrantes desde el lugar de destino para los familiares de origen. De hecho, el destino de las remesas podemos suponer que no ha variado; al menos ese supuesto se confirmó en un estudio efectuado en la región oriente entre el 2004-2005; es decir, que la mayor parte de los ingresos, la jefa o el jefe de la familia del hogar ocupa el recurso para la reproducción doméstica, y un porcentaje menor al ahorro y la inversión productiva (Vázquez: 2008).

Tabla 4. Recepción de remesas en Tlaxcala al 2007 Tabla 4. Recepción de remesas en Tlaxcala al 2007

Trimestres 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Enero-Marzo 25.6 32.9 38.6 51.4 57.2 61.1

Abril-junio 33.8 44.0 54.2 68.7 73.9

Julio-septiembre 39.7 52.2 61.7 72.7 80.7

Octubre-Diciembre 36.6 44.7 55.6 64.7 70.4

Totales (Millones de 135.7 173.8 210.1 257.5 282 dólares)

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México, distintos períodos. Fuente: elaboración propia con datos del Banco de México, distintos periodos.

Migración a Canadá y el Programa de Trabajadores Agrícolas Mexicanos de Tem- porada (PTAT)

La migración de origen mexicano hacia Canadá es, en números absolutos, poco relevante, pero ha tenido un ritmo creciente en las últimas décadas. En 10 años prácticamente se duplicó al pasar de 22 mil migrantes en 1991 a 43 mil en el año 2001. De modo paralelo, existe un flujo legal mediante el PTAT, con aproximadamente1 0 mil trabajadores tempo- rales por año (Durand, 2006). La demanda de trabajadores agrícolas mexicanos a Canadá en 1974 fue de 203, y hacia el 2004 llegó a los 10 mil 708.

Mientras, el lugar de origen de los migrantes se concentra principalmente en el centro de México, a saber: Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Morelos y el Estado de México; lo anterior, si

 Al tipo de cambio fijado por el Banco de México de 1$ 0.30 pesos por dólar, 2008 (El Financiero: 2008). El total fue de 2 mil 904 millones, 600 mil pesos. Al primer trimestre del 2008, el estado de Tlaxcala percibió 629 millones, 330 mil pesos.

71 se toma en consideración el periodo de 1994 al 2004. En este sentido, el estado de Tlaxca- le aportó 906 trabajadores al año 1994, siendo su auge en los años 2000 y 2001, donde se alcanzaron más de 2 mil trabajadores por año. Al 2004, Tlaxcala hizo su aporte con 1907 trabajadores agrícolas.

Los 13 municipios del estado de Tlaxcala, que aportaron al 2005 mayores trabajado- res para el programa temporal a Canadá son: Ixtacuixtla (177), Lázaro Cárdenas (165), y Nanacamilpa (129); siguiéndoles Domingo Arenas (99), Calpulalpan (97) y Tlaxco (91). También participan San Lucas Tecopilco (75), Contla de Juan Cuamatzi (65), Atlangatepec (58) y Españita (45). Finalmente, también se consideran a Tetlatlahuca (43), Xaltocan (39) y Nativitas (38) (Dirección Estatal del Empleo: 2005).

Puente entre las causas y las consecuencias: los factores intervinientes. El deterio- ro del medio ambiente

Uno de los factores que visto en conjunto podría intervenir en las causas de la migración es el medio ambiente y su constante deterioro. Así, la escasez y contaminación de los cuerpos de agua, la contaminación del suelo y subsuelo e incluso del aire, afectan la vida y las actividades productivas y no productivas, de quienes habitan el territorio de Tlaxcala. La búsqueda de una mejor calidad de vida, que incluye las razones económicas y sociales, son elementos que combinados pueden detonar (en algunos lugares ya detonaron) y forzar la migración hacia distinto lugares internos y externos.

Contaminación del agua

Parte de los especialistas que hacen un diagnóstico sobre el medio ambiente del estado de Tlaxcala (Hernández y Santacruz, 2007), reportan datos importantes sobre la conta- minación en el agua: aunque datos oficiales señalan que 90% de las descargas de origen industrial son tratadas, la Comisión Nacional del Agua, afirma que hay indicios de que las empresas vierten su agua residual cruda a los sistemas de alcantarillado municipal, cuando pueden tratar sus aguas al interior de sus instalaciones, pero no lo hacen por falta de mantenimiento en su propio sistema de tratamiento. Las acciones se presentan princi- palmente en la industria textil en los municipios de Chiautempan y Tlaxcala; en establos, porquerizas y lavado de mezclilla al sur del estado.

Respecto a la contaminación por descargas industriales, CONAGUA (1999) señala que hay 92 industrias que drenan a cuerpos receptores de propiedad nacional, vertiendo un volumen de 6.8 Mm3/anuales de agua residual, de los cuales 6.65 Mm3 reciben tratamien- to a través de las 76 plantas de tratamiento en igual número de industrias que cuentan con este tipo de infraestructura. El volumen restante corresponde a pequeñas industrias con descargas intermitentes y que no usan agua en su proceso. La misma fuente indica

 Se hará referencia frecuente de los datos trabajados por ambos especialistas, en tanto no se diga lo contrario.

72 que existen indicios de contaminación por uso indiscriminado de agroquímicos al oriente del estado en los municipios de Trinidad Sánchez Santos, Ixtenco, Huamantla y El Carmen Tequexquitla, donde se ha detectado presencia de nitratos, por arriba de la norma esta- blecida denominada NOM-127-SSA1-1994. Lo anterior, según los autores que venimos citando, Hernández y Santacruz (2007).

Deterioro del suelo

Otro elemento de importancia considerable que representa la base de las actividades productivas como la agricultura10, es el suelo. De acuerdo con Alvarado (2000), la erosión hídrica es la que se presenta de manera dominante en la entidad, además de ser la más degradante. En zonas muy localizadas como en la , se da una importante remo- ción del suelo en forma de cárcavas y barrancos. En otras partes del estado como el no- reste y oeste de Tlaxco, sur de Terrenate y Presa de Atlangatepec, sureste de Hueyotlipan, norte de Tlaxcala y sur de San Francisco Miltepec, la pérdida de suelos es en forma de pináculos e islotes. La erosión por formación de cárcavas es más común en los lomeríos tendidos y en la bajada de Sierras, Cerros y Volcanes. Con respecto a la erosión eólica, ésta se localiza principalmente en el corredor Apizaco-Laguna de Totolcingo. La velocidad de la erosión hídrica es de 471.28 Ton/Ha./año como máxima, y mínima de 1.77 Ton. Ha./año (Hernández y Santacruz, 2007).

Deforestación

En Tlaxcala se registra una drástica disminución de la superficie arbolada. La tasa anual de deforestación promedio es de 1% calculada con base en el periodo 1980-2000: se tiene que cada 20 años se pierden el 20% de los bosques. De continuar esta tendencia para el año 2050 el estado contará sólo con el 20% del área forestal que tenía en 1980. Cabe señalar que la tasa de deforestación de Tlaxcala está por arriba del promedio nacional de 0.6%, indicador de por sí ya preocupante (INE, 2006).

El especialista Quadri, según Hernández y Santacruz (2005), señala que Tlaxcala es considerado un estado crítico con respecto a los incendios forestales, debido a que se ha observado una tendencia creciente tanto en número de incendios como en superficie afectada. Esta situación prevalece también en lo estados de Colima, Chiapas, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Veracruz y el Distrito Federal. Sin embargo, el autor citado considera que es facti- ble que la presencia en este grupo del Estado de México, del Distrito Federal y tal vez la de Tlaxcala, se vincule a un sobre reporte de incendios, principalmente debido a la facilidad en la detección, registro y evaluación. Sobre la incidencia de incendios forestales, durante

10 Suponemos que los agricultores y los hijos de ellos en edad productiva, migran hacia las ciudades y hacia el extranjero por las malas condiciones en el campo. Datos preliminares dan cuenta de ello en los municipios de San Lucas Tecopilco y Tlaxco (Vázquez, 2008).

73 el 2007 se han presentado 127 eventos que han afectado una superficie de 259.5 has., principalmente cubiertas por pastizales y en menor medida por matorrales y arbustos (Hernández y Santacruz, 2007).

Contaminación Atmosférica

El aire como elemento vital no se escapa de ésta dinámica de deterioro ambiental, pues de acuerdo con la información contenida en el Ordenamiento Ecológico de Tlaxcala (2001), en el estado se tenían registradas a ese año 2,080 fuentes fijas de emisiones a la at- mósfera (diversos giros industriales), 20 hornos tabiqueros y 200 hornos alfareros. Dichas fuentes de contaminación atmosférica no se encuentran uniformemente distribuidas en el estado, ya que presentan una mayor concentración en las zonas urbano-industriales, lo que ha generado alteraciones de la calidad del aire de estas áreas. En el caso del sector in- dustrial, las fuentes se ubican en diferentes áreas industriales instaladas en los municipios de Papalotla, Xaloztoc, Tetla, Apizaco, Calpulalpan, Huamantla, Xiloxoxtla, Chiautempan, Tequexquitla, Ixtacuixtla, Acuamanala y Teolocholco, entren otros (Hernández y Santa- cruz, 2007).

3. Percepción del migrante sobre las circunstancias vividas desde el traslado de origen, San Pedro Tlalcuapan, al lugar de destino, Oxnard, California

Bajo el esquema de los elementos subjetivos, explicado en el apartado 1, se ubica la per- cepción del migrante potencial (y del migrante mismo) de las condiciones objetivas, y es ahí donde se consideran las normas, valores, roles y expectativas. Consideraciones que efectúa el migrante potencial para efectuar su desplazamiento, y para garantizar la deci- sión de migrar del resto de la población. En el ejemplo empírico que se presenta, se consi- deran los factores atractivos que posibilitaron la migración, que implícitamente se sobre entiende, fueron los mejores sueldos percibidos en Oxnard, California, que en su lugar de origen, San Pedro Tlalcuapan.

Los tópicos que se abordan a través de cuatro historias de vida son: a) experiencias laborales en la localidad antes de migrar a Estados Unidos; b) experiencias migratorias y la serie de problemas al cruzar la frontera como ilegales; c) experiencias laborales en Oxnard, California; d) experiencias políticas en Oxnard, California, punto culminante de un trabajo, efectuado con grupos de migrantes preocupados por la situación laboral de los migrantes, así como del envío de remesas al lugar de origen para satisfacer las necesida- des más apremiantes, y para conservar y reproducir la cultura local. Ello nos habla de una red de migrantes bien establecida y el fortalecimiento de un club, a la fecha, con cientos de participantes; e) las experiencias culturales en Estados Unidos y en su comunidad, ha- blan de un intercambio fuerte para conservar la identidad de un pueblo, mediante cos- tumbres y tradiciones que reproducen en Oxnard. Los cinco aspectos mencionados, más las causas que preceden a la migración, siguen incentivando y garantizando la decisión de migrar sin documentos a los Estados Unidos, y en menor medida a Canadá.

74 Las prácticas efectuadas por los migrantes de San Pedro que se dirigieron a Oxnard, California expresan el transnacionalismo, preservando la identidad y los vínculos de los migrantes con sus comunidades de origen, como se aprecia en las historias de vida que a continuación se exponen.

Historia de vida 1

El primer caso es el Sr. Daniel Meléndez, quien es considerado uno de los primeros mi- grantes de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan. Cabe mencionar que el señor Melén- dez decidió emigrar a los Estados Unidos como ilegal a la edad de 20 años. Primero se expone su caso, por haber sido el fundador de la organización política de migrantes de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, en Oxnard, California, Estados Unidos.

El Sr. Meléndez nació en el año de 1953, es originario de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan y se casó a la edad de 20 años.

He aquí el relato del Sr. Meléndez, que abarca el largo camino de una vida de 51 años.

Yo vengo de una familia de 8 hermanos, soy el mayor. En este pueblo simplemente viví los principios de mi juventud en casa de mis padres. Me fui a México a la edad de 16 años, una persona me enseñó a trabajar, porque aquí en el campo no se podía tener un sueldo para sacar gastos.

Me casé a los 20 años en San Pedro Tlalcuapan y me fui a California, va uno ciego en todo y para todo, tuve que pedir prestado para el coyote de aquí a Tijuana. La primera vez que fui, fue en el año de 1973 a Oxnard, California con unos familiares. Empecé a trabajar cortando flores por hora y después por contrato. Me pagaban la hora a1 .85 dólares americanos.

La primera vez no me costó pasar la frontera, agarramos un coyote y llegamos esa misma noche a Oxnard, no hubo ningún problema. El problema más grande de mi vida en los Estados Unidos ha sido con los mexicanos, me regresaron muchas veces para Tijuana, nos echaban para afuera, a veces sin dinero, pero ni modo íbamos para atrás, se daban cuenta de que no teníamos documentos y nos mandaban a migración y se reían.

Las diferentes veces que nos regresaron, nos mandaron a Los Mochis, Chihuahua, Calexi- co, Tijuana y Chula Vista, pero siempre regresábamos otra vez. Debo decir que me encon- tré con todo tipo de gente, buena y mal; por ejemplo conocí a gente de Michoacán muy mala, y a otros del mismo lugar que me enseñaban cómo trabajar para poder ganar más dólares; esta vivencia la tuve durante los tres primeros años de migrante. Al cuarto año me metí a una compañía de plantas verdes llamada “Green House”, el jefe era malo pero gracias a mi forma de trabajar me dieron un buen puesto. Tuve que ir a la escuela para aprender inglés y entender al jefe. Tuve a mi cargo 14 mujeres y 12 hombres, pero una vez más, cuando los mexicanos supieron que no tenía yo documentos me echaron a la migra, fueron unas primas mías quienes echaron a migración a la casa donde vivía, para

75 entonces ya tenía otro hijo que nació allá. Estuve en mi México lindo un tiempo y un ma- yordomo de aquí llamó a Estados Unidos y me contactó con Tom Douglas, un americano amigo suyo quién me mandó a llamar para trabajar en una compañía que había abierto. Fue así como volví a empezar mi trabajo en los Estados Unidos. En la compañía trabajaban filipinos, argentinos, gringos y un mexicano. No tenía yo carro, pero el patrón era muy buena gente, me probó en el trabajo, como la compañía estaba empezando, no había mucho trabajo, sólo dos o tres horas por día. Una vez más el mexicano me echó a la migra por no tener documentos, pero sobre todo, por sobresalir en mi trabajo y por apoyar a los migrantes de otras nacionalidades. Así que otra vez regresé a mi México, con mi esposa y mis hijos. Ya me había cansado de la gente y había decidido no regresar más a los Estados Unidos pero me empezó a buscar mi patrón de la empresa de Pacific Flowers, casi nunca los patrones llaman, así es que me fui otra vez, pero esta vez solo y dejé a mi familia. En esta empresa se hacían experimentos de plantaciones y de flores. Finalmente fue aquí donde duré 20 años. Cuando me vine p'acá de vacaciones, fui a migración a México para preguntar sobre migrar a los Estados Unidos y me propusieron hacer una aplicación. En 1980 obtuve mi residencia y mi esposa también.

En la empresa de Pacific Flowers, no tuve problemas con migración durante 20 años, aún cuando la empresa cambió de patrón, mi nuevo patrón tenía 70 años y murió a los 83 años. Recuerdo que un viernes le pedí material para trabajar y me dio lo que tenía, me dijo que traería el material a otro día, pero me dijeron que murió a las 5 de la mañana, según su esposa me informó. Cuentan que su mujer de 30 años salió de la sala a la yarda (patio) para darle un cafecito a su esposo y lo encontró muerto.

En cuanto a la organización política de migrantes tlaxcaltecas en Oxnard, California (OPMT), yo la formé, porque quería juntar a los paisanos de mi comunidad para apoyarnos entre nosotros y defendernos de los gringos, así como para seguir nuestras costumbres a tra- vés de los festejos de nuestras fiestas, sobre todo, las principales como la celebración del Santo Patrón, San Pedro. Me daba cuenta cómo las mujeres se sentían solas y buscaban hombres para que les hicieran compañía. Los hombres se juntaban para emborracharse y sentir menos la soledad y no extrañar mucho a su familia.

Éramos un club que surgió con 19 personas, fue tan fácil, cuando empecé a trabajar para la organización, empecé a llamar a más gente. Un día en la noche estaba cenando cuando me habló el cónsul mexicano de California, se enteró que nuestra organización estaba trabajando y me propuso seguir juntando a mi gente para que nos apoyáramos y lo apo- yáramos a él cuando fuese necesario. En cuanto al apoyo por parte del cónsul, consistía en donar un dólar por migrante y el gobierno aportaba dos dólares para apoyo de las obras públicas de la comunidad. Respecto del apoyo entre los paisanos era que a través de nuestra organización lográbamos conseguir mejores salarios y mejor trato con los pa- trones gringos, ya que el haber desempeñado un buen papel en los trabajos permitía que nuestro grupo de migrantes de la comunidad fuese reconocido como buenos trabajado- res y no flojos como los gringos eran considerados. Esto nos daba mejores oportunidades. El apoyo entre paisanos consistía en ayudarnos tanto en el aspecto económico como en

76 el familiar: si alguno de nosotros tenía problemas de salud o la necesidad de viajar a nues- tro pueblo nos apoyábamos para solucionar este problema, así como otros.

La asociación fue algo precioso, nos juntamos en el año de 1993, llegamos a ser 800 per- sonas de Oxnard, California; Costa Meza; Huntington Beach y Santa Ana California. Cuan- do había una reunión, nos comunicábamos y en dos o tres horas nos juntábamos, por ejemplo, cuando alguien moría juntábamos dinero en dos horas y se lo enviábamos a la esposa del difunto. Desde que la organización se formó, siempre hemos cooperado, por ejemplo, en una ocasión cooperamos para la carretera, para la iglesia, para el panteón de nuestro pueblo y para otras cosas.

Cuando se trataba de dar cooperaciones había dos personas a cargo, una por parte de lo eclesiástico y otra para lo civil. Por ejemplo, en una ocasión nos pidieron apoyo, yo agarraba la carta, llamaba a la mayor parte de la gente, nos reuníamos en un parque y jun- tábamos el dinero con la condición de que no se diera el dinero a cualquier persona del pueblo, sino a la persona encargada de la obra que se estuviera realizando. Veníamos dos representantes de la organización de Oxnard al pueblo. Hacíamos asambleas, llevábamos papeles firmados del dinero entregado para la obra que se estuviera realizando y nunca tuvimos un problema.

En el momento que se formó la asociación éramos 800 personas, en la actualidad hay aproximadamente1000 personas que se reúnen en Oxnard, California; sin embargo, al momento se han dado algunas inconformidades por parte de los migrantes residiendo en Estados Unidos, debido al mal uso que se le dio a la instrumentación que se había destinado para el centro de salud de Tlalcuapan.

La asociación duró cinco años a mi cargo. Mi esposa y yo salimos en lo increíble por las cosas que hicimos al formar esta organización. Mi patrón y mis hijos me llamaron la aten- ción porque trabajaba de 7 de la mañana a 7 de la noche. Tenía muchas responsabilida- des, pues además de dedicarme a la organización, era encargado de la compañía donde trabajaba.

Recuerdo que cuando Antonio Álvarez Lima fue gobernador, se conformó la organiza- ción en esos tiempos. En ese entonces el gobernador nos dejó 5,000 dólares para que la asociación empezara a trabajar, dijo que si lo lográbamos él nos daría lo doble o más para seguir trabajando, 10 mil o quince mil dólares.

El presidente de la asociación fue Melesio Carrasco, él no trabajaba y por eso votamos por él, el secretario fue Sergio Cahuantzi, controlaba a todo el personal porque hablaba bien inglés.

A partir de entonces dejé la asociación por mi trabajo, estuve 5 años a cargo y 5 meses más cooperando y participando, pero ya no de tiempo completo, todos estuvieron muy agradecidos, pero hasta ahí llegué. La asociación siguió, se quedó en manos de ellos. En

77 una ocasión el Sr. Carrasco me vino a ver a Santa Ana para decirme que el encargado no funcionaba porque se empezaron a dar inconformidades, sobre todo, con el dinero que se destinaba para las obras públicas de la comunidad, no acepté hacerme más cargo de la asociación, ya me sentía cansado y quería tranquilidad, por ello decidí regresar a mi pueblo.

Respecto a las experiencias culturales el Sr. Meléndez nos platica lo siguiente:

Hace 10 años surgió la idea de enviar imágenes de los patrones. Mi hermano es escultor y a alguien se le ocurrió llevar a la imagen de San Pedro a Oxnard, para mí fue algo bonito por dos cosas: le decía al padre Juan Pedro, al padre Trejo y al padre Julio, tenemos un pro- blema grande aquí, mucha gente encuentra sus mamacitas y no se casan, sólo se juntan. Me gustaría que me mandara una madre para que los orientara y los casara, por lo menos a diez parejas, ya que en Estados Unidos nos dedicamos a nuestro trabajo y dejamos de lado nuestra religión. Hubo una vez una mujer muy buena de Michoacán que ofreció ha- cer rosarios. La imagen de San Pedro allá, ha servido para aprender a rezar en otro país.

Yo tengo 6 hijos, cinco hombres y una mujer, todos se casaron y viven allá en Oxnard, ya tienen hijos, el último se casó el 11 de agosto del año 2001. Tres de ellos se casaron con gente de acá, de Tlalcuapan y se fueron a vivir a Oxnard, otro de mis hijos se casó con una de Texas, y los otros dos con gente de Michoacán. Todos mis hijos ya son residentes lega- les. Para mí es una tristeza dejar a mis hijos vivir en los Estados Unidos, en un lugar que no les pertenece. La vida en Estados Unidos se va muy rápido, las ganancias se quedan en el gobierno americano. Cuando se hizo la amnistía en 1986 en los Estados Unidos, muchos de mi pueblo se fueron y eso no está bien, porque dejamos el pueblo con gente de terce- ra edad. He sugerido a mis paisanos regresar a nuestro México lindo, a hacer comidas ricas como las que tenemos acá. Se pueden hacer negocios.

Aquí en el pueblo tengo mi carcacha, me voy al polvo y nadie me dice nada. Allá en Es- tados Unidos todo es competencia, se quieren los mejores carros y las mejores casas, las cuales cuestan 400 mil dólares a pagar en 30 años. Les digo a mis hijos, por lo menos ahora ya no me siento tan triste porque se quedan. Una vez estuve 30 días en Tijuana para poder pasar a los Estados Unidos, ahora en horas me hablan mis hijos al rato para decir que ya llegaron.

Uno de mis hijos habla cuatro idiomas, inglés, francés, español y japonés y eso le permite relacionarse con otras culturas. Otra de las cosas que se pierden viviendo allá es el respeto por uno mismo, muchas mujeres salen embarazadas, piden apoyo al gobierno y se vuel- ven golferas, irresponsables, ah pero eso si, cuando sus padres en el pueblo se enferman, no tienen dinero para enviarles, es una vergüenza. Yo siempre he dicho: “al pueblo que fueres haz lo que vieres”.

Aquí en el pueblo todos se sienten un gallo porque no han sufrido, no saben lo que es no tener un dólar para comer. Cuando vamos en avión nos acordamos hasta de Dios.

78 Aquí nos mal miramos, nos juzgamos y hasta nos odiamos. Si somos mil personas y gas- tamos mil pesos, gastamos un millón, como es posible que haya gente que debe 2 años de agua.

El que sale de su pueblo lo hace por dos cosas: a sufrir y a aprender de la vida. Hay gente que va y regresa y le dice a su familia que le da vergüenza vivir en el pueblo, pero es gente que no donó ni un dólar para mejorar su pueblo y es gente que ha ido 4 o 5 años a traba- jar a los Estados Unidos, gente que no valora y que despilfarran todo su dinero.

Yo decía a unos amigos y a la gente del pueblo que primero hicieran una casita con sus papás en el pueblo. Hace 7 años que empecé a platicar con los migrantes de Oxnard que hicieran sus casitas en el pueblo porque la vida tiene muchos golpes y yo prefiero mi casa en el pueblo, tengo mis animalitos. Los invito a todos ustedes y a sus hijos a que hagan poco a poco sus casas y que cooperen para hacer cosas por el pueblo. Hay gente grande que es muy terca, debemos platicar con ellos y hacerles entender que es bien para el pueblo y los que aquí vivimos. En la actualidad, tengo mi casa, mi carcacha, mi taller de telar, mis animalitos y una lavandería como las que hay en Estados Unidos. Me mantengo ocupado todo el tiempo y estoy muy tranquilo viviendo aquí.

Historia de vida 2

En segundo lugar se presenta la historia de vida del Sr. Eulalio Ipatzi, quien migró a Ox- nard, California a la edad de 17 años como indocumentado. Actualmente tiene 48 años. Cuenta el Sr. Ipatzi que para el año 2003 ya no regresó a los Estados Unidos por dos ra- zones: había muchas envidias y peleas entre los migrantes por los empleos, y su esposa esperaba a su segunda hija. El Sr. Ipatzi proviene de una familia de 10 hermanos: 3 mujeres y 7 hombres. Cuenta el Sr. Ipatzi:

Me fui a los Estados Unidos a trabajar como migrante por dos razones, la primera porque en el pueblo no se ganaba bien y no alcanzaba para la comida y mucho menos para es- tudios. Para mis padres era difícil mantener a 10 hijos, la otra razón fue porque mi papá se fue a trabajar como bracero; fue en varias ocasiones. Debo decir que la idea de irnos a tra- bajar allá fue de uno de mis tíos y no de mi papá. Primero se fue uno de mis hermanos, el mayor, más adelante otro y después yo. Al año se fueron dos hermanos más, más adelante mi hermana y mi cuñado, y por último yo me llevé a dos hermanos más.

Las primera vez que nos fuimos fue en diciembre ya los primeros problemas que enfren- tamos fueron el frío y los asaltantes, lo bueno es que no llevaba nada de dinero, no era necesario, el coyote sólo me preguntaba el número de teléfono con quién iba a llegar, llamaba para asegurarse que tuvieran el dinero listo para cuando llegara a los Estados Unidos al día siguiente. Recuerdo que la primera vez pasamos la montaña, eso nunca lo voy a olvidar y los asaltantes decían que si no traíamos pennies (dinero), nos matarían.

79 Llegamos a San Diego, nos metieron a una cajuela y ahí esperamos hasta que se quitara la revisión, recuerdo que pasamos frío un largo rato, hasta que pasamos y llegamos a Los Ángeles, en donde nos llevaron a una casa y nos tenían encerrados ahí. Si los familiares tenían dinero enviaban por nosotros y nos llevaban a la dirección indicada. Pero antes de que mandaran por nosotros, estábamos como secuestrados. Sólo nos permitían hablar por teléfono de una gasolinera, y si llegaba mi familiar con el dinero me llevaban. Le co- braron a mi hermano 250 dólares por pasarme.

Una vez con mi familia en Estados Unidos tenía que tener número de seguro social, para ese entonces no pedían mica. El número de seguro se inventaba. Mi primer trabajo fue pizcando fresa, estuve por dos meses, trabajaba 12, 10 u 8 horas mínimo; hacía 40 o 50 cajas por día, sólo descansaba los domingos, pero me agarró la migra y me deportaron a Tijuana; no llevaba nada de dinero, por lo que tuve que buscar al coyote en un café en Guadalajara. La señora se llamaba Chonita, nos daba café y nos atendía muy bien, y nos decía “mañana se van”. La segunda vez que pasamos, no hubo contratiempos, pasamos por la malla ciclónica. Éramos 15 y una vez en los Estados Unidos nos llevaron en una camioneta Van; mi hermano tuvo que pagar otra vez 250 dólares al coyote para que me entregaran.

Para esta vez me vi en la necesidad de comprar una mica chueca, tuvieron que aumentar- me la edad para que pudiera trabajar, también para poder comprar cerveza, porque sólo era permitido comprarla a la edad de 21 años. Esta vez trabajé en una mercería, en donde había invernaderos con plantas verdes de todas especies, hacía de todo. Mi hermano ma- yor trabajaba ahí, los mayordomos eran sólo mexicanos. Trabajaba 8 horas, me quedaba ayudar a mi hermano, ganábamos por destajo. Ganaba 400 o 500 dólares semanales, el jefe metía dinero de más a mi cheque para que el cheque de mi hermano no reflejara más sueldo que el de los mayordomos. Trabajé durante un año y regresé a México con aproxi- madamente 6,000 pesos, para ese entonces era mucho dinero, me vine a México por dos cosas: por nostalgia y por baja en el trabajo, pues la temporada se había terminado.

Estuve en México, en mi pueblo por tres meses y me regresé vía Los Ángeles, Estados Uni- dos, y de ahí a Oxnard, California. La tercera vez trabajé en lo mismo; más adelante mi her- mano empezó a meter su negocio de planta. Por envidias había peleas entre migrantes. Si mi hermano se llevaba bien con el mayordomo en el trabajo, no había bronca, inclusive podía ganar más que los otros.

A partir de mi tercera visita a los Estados Unidos iba yo por temporadas, sobre todo, en los meses de junio a diciembre, pero también me iba en la temporada de la fresa, me iba desde enero para empezar a calentar y de junio a diciembre trabajaba en la mercería, y de febrero a mayo, y algunas veces hasta junio, trabajaba en la fresa por contrato porque ganaba más.

80 En mis últimos años de trabajo en Oxnard, California fui jardinero en el año 2002, ahí ga- naba 7 dólares por hora y trabajé durante cinco años. En el año 2003 ya no regresé a los Estados Unidos para nada.

En el año de 1986 arreglé mis papeles. Me casé a los 23 años, mi esposa era maestra de primaria y trabajaba en Tijuana, arregló sus papeles y se fue conmigo a los Estados Unidos. Antes de que se fuera, me iba a ver un día y se regresaba a trabajar a Tijuana, después se fue por completo. Tuvimos 2 hijas, una nació en 1980 y la otra en 1982, nos regresamos a Tlaxcala porque mi hija la más chica se enfermó. Cuando mis hijas crecieron, sacaron sus visas como estudiantes, trabajaban de 15 a 20 días o hasta un mes con mi hermano mayor, para sus gastos de la escuela.

Una de las razones por las que decidí ya no regresar a trabajar a los Estados Unidos es porque mi hija la mayor se casó en Tlalcuapan, y la otra estudia en la UNAM, matemáticas aplicadas y computación, cursa el primer semestre. Mi primera hija es maestra.

Respecto de la organización política formada por los migrantes de Tlalcuapan en Oxnard, California; debo decir que aunque no tenía ningún cargo en ella, cooperaba y asistía a las reuniones cada vez que nos llamaba el Sr. Meléndez, porque todo el apoyo por parte de nuestra organización era para nuestra comunidad. La mayoría de la gente que se ha ido a trabajar allá, ha sido gente muy trabajadora, responsable y que ha cooperado para los apoyos solicitados por parte del presidente del pueblo y por parte de las mayordomías para la celebración de nuestras festividades, sobre todo, para la celebración de nuestro patrón San Pedro y para la Virgen de la Defensa.

Hay artesanos que se fueron a los Estados Unidos, hicieron dinero y se regresaron al pue- blo con “lana”. Estando allá, siempre cooperaron con aportaciones solicitadas para apoyar a las obras del pueblo. Cuando hacen fiestas en el pueblo, las hacen muy grandes e invitan a mucha gente, pero son gente muy trabajadora.

Hoy la gente joven piensa y se comporta de manera diferente. Si le preguntas dónde na- ciste, algunos responden soy de Tlaxcala, pero otros dicen soy americano, no quiero saber nada de mexicanos, si fuera migración, no dejaba pasar a los mexicanos. El 70% de los jóvenes reniegan de ser mexicanos aunque lo sean y el 30% aceptan su nacionalidad.

De los jóvenes que aceptan ser mexicanos y que también apoyan a la organización, tam- bién se organizan para realizar actividades deportivas, se reúnen los viernes de cada se- mana y juegan. Organizan torneos de fut-ball y basket-ball y otras actividades.

Los gobernadores de Tlaxcala que han ido a Oxnard, California han sido: Joaquín Cisneros Fernández, Sánchez Anaya y Álvarez Lima. Recuerdo que Álvarez Lima dijo a los migrantes de nuestra organización, si ustedes aportan dinero para las obras de su comunidad, yo pongo tres cuartas partes y ustedes una cuarta parte, lo que equivale a un 20%, pero quie-

81 ro ver resultados. Esta cuota por parte de nuestra organización se aportaba directamente con el presidente de la comunidad.

Por otro lado, el Sr. Ipatzi comenta que:

Para mantener la cultura y tradición tlaxcalteca se llevaban a cabo eventos culturales en Oxnard, California.

Los huehues fueron allá en época del Sr. gobernador Álvarez Lima. Recuerdo que fue el grupo de la escuela Emilio Sánchez Piedras. También para la celebración de San Pedro Tlalcuapan, fiesta patronal, el cónsul de México está ahí y junta a los mexicanos para la celebración. También se celebra el desfile del 16 de septiembre. Para el día de muertos, algunos migrantes hacen el pan de muerto y lo venden. Las casas de mexicanos ponen ofrendas de frutas.

Cuando estuve en los Ángeles y no conocía a gente de mi pueblo, yo me junté con gua- temaltecos y salvadoreños porque casi somos iguales y el trato es el mismo. Pero cuando me fui a Oxnard y encontré gente de mi pueblo, me iba a las fiestas del1 6 de septiembre, iba al grito. El cónsul o el representante del condado daba el grito. Se hacen bailes en dón- de también van algunos gringos y nosotros los mexicanos se los permitimos.

En fiestas de ellos, (de la fresa, en mayo), sólo van gringos y no mexicanos aunque debería- mos ir porque somos nosotros quienes trabajamos la fresa, pero somos indocumentados. Por eso siempre seremos discriminados.

Ellos tienen más reglas, por ejemplo, en una casa el volumen de música puede estar hasta las 10 de la noche, si alguien tiene el volumen después, algún vecino llama a la policía y los multan.

Antes en Oxnard, había una colonia de mexicanos, las playas y el centro. Al norte y al sur había muchos campos, ahora casi ya no, sólo hay malls (centros comerciales) e industrias. Del 100% de campo que había, hoy sólo hay un 20%.

Antes se podía ir caminando a cualquier lugar, ahora hay que pedir raites (aventones). Hoy día en Oxnard, los migrantes tienen que trabajar en lo que haya, o se van a buscar trabajo a otros lugares como Santa Paula en donde hay mucho campo limonero, Seammy Valley, Santa Clarita o Santa Rosa.

Historia de vida 3

En la tercera historia de vida, se presenta a la señora Rosete quien es originaria de la co- munidad de San Pedro Tlalcuapan, tiene 45 años de edad y actualmente radica en Ox- nard, California.

82 A los 12 años de edad me fui con mis primos a los Estados Unidos, los coyotes nos ayuda- ron a pasar la frontera a un grupo de siete señoritas de Tlalcuapan, además de muchachos y señores de diferentes lugares de México, en total éramos un grupo integrado por treinta personas. Al pasar por un barranco muy alto, el coyote gritó al grupo de personas: agá- rrense y péguense, si alguien se cae, déjenlos caer y continúen hasta que hayan pasado el barranco.

Recuerdo que llegada la noche, abusaron de tres muchachas del grupo de siete, todas éramos originarias de la comunidad de Tlalcuapan, pero yo me refugié con un señor adul- to para que me respetaran y no abusaran de mí, el señor no me conocía, pero me refugié en él, para que no me hicieran nada.

Al día siguiente, al llegar a los Estados Unidos, mis familiares y los del grupo de 30 migran- tes, nos esperaban en el lugar acordado, una gasolinera, en donde les entregaban dinero a los coyotes a cambio de nosotros.

A mí llegada inicié mis actividades laborales con una gabacha, cuidando a su bebé y a su vez fui aprendiendo a hablar inglés con la familia americana. En este empleo de niñera permanecí tres años y después trabajé cortando flores en un invernadero sin saber cuál sería mi sueldo, puesto que quienes habían hecho los arreglos para dicho empleo, fueron mis primos, quienes sólo me pagaban 50 dólares semanales. Llenaba yo muchos botes de flor y el trabajo era muy pesado, hasta que un día mis amigas me dijeron que fuésemos a otro lugar a buscar trabajo en donde nos pagarían mejor. Efectivamente cambiamos de trabajo a otro invernadero en donde se arreglaban plantas verdes y, nos pagaban por hora, ganábamos 110 dólares por semana trabajando de lunes a viernes, y el trabajo era menos pesado. Para entonces ya dominaba más el inglés, y esto me ayudó a relacionarme con trabajadores americanos quienes me recomendaron en una jarcería en donde sólo colocaba etiquetas a sombreros. Trabajé ahí hasta hace 4 años, en ese empleo conocí a mi esposo a la edad de 18 años, originario de Ensenada, nos casamos y tuvimos 3 hijos: dos hombres y una mujer, uno de mis hijos está en el ejército, mi hija es asistente de médico y el menor estudia en el College, en California. La asistente de médico recibe ayuda del gobierno americano y es testigo de Jehová.

Me siento muy orgullosa de haberme integrado y cooperado con la organización política que formaron los migrantes de Tlalcuapan en Oxnard, California, porque los beneficiados éramos la gente del pueblo, en dónde vivían nuestras familias. Por ello, cuando solicitaban donaciones no me negaba a cooperar. Además porque mi pueblo ha tenido muchas me- joras desde que salí para irme a trabajar a los Estados Unidos. Cuando venía de visita a mi pueblo, disfrutaba mucho ver los avances de infraestructura en mi comunidad, así como las celebraciones en donde se sentía la presencia de los migrantes, por el hecho de haber aportado una cuota económica. Yo por ejemplo, me siento muy orgullosa de haber apo- yado a uno de mis hermanos, para construir el hotel Oxnard, California, ubicado en Santa Ana Chiautempan, el cual ha logrado mantenerse hasta la actualidad, año 2004.

83 Considero que cuando hay unión y disposición de trabajar para mejorar, no sólo en el aspecto económico, sino político y religioso entre otros, como lo ha venido haciendo la organización de los migrantes de Tlalcuapan en Oxnard, California, siempre habrán cam- bios significativos para el bienestar de los habitantes de mi comunidad.

Hablo tres idiomas, náhuatl, inglés y español al igual que mis hijos, sin embargo, cuando nos comunicamos en náhuatl somos muy criticados por los latinos y esto origina que se burlen de nosotros. Sin embargo, yo me siento muy orgullosa de hablar náhuatl, lo seguiré haciendo, pues considero que es una manera de manifestar y de no olvidar mi cultura al vivir en un país totalmente diferente al mío. El celebrar la fiesta del santo patrono, San Pe- dro, en Estados Unidos, es motivo de orgullo y satisfacción para mí, y pienso que todos los mexicanos deberíamos hacer lo mismo y sentirnos orgullosos de venir de una cultura en- riquecedora, además de adaptarnos a una diferente, en este caso a la de Estados Unidos.

Estudié para ser testigo de Jehová y soy pastora, soy ciudadana americana, vivo en Oxnard, California y hoy día no trabajo más. Sufrí de artritis, por tanto trabajo en mi juventud; me operaron y tengo que apoyarme con una andadera para caminar. También vendí mis pro- piedades en San Pedro Tlalcuapan para poder comprarme una casa en Oxnard, California.

Respecto a la religión de pastora, debido a mi operación no puedo asistir a reuniones; sin embargo, asisto a este grupo religioso, proporcionando conferencias telefónicas.

Historia de vida 4

En el cuarto relato de historia de vida, se presenta al matrimonio Rosete. Se eligió a este matrimonio por haber tenido la experiencia de migrantes ilegales y haber vivido por un periodo de 16 años en los Estados Unidos. El matrimonio Rosete cuenta:

Nosotros migramos a la edad de 15 años, nos acabábamos de casar, éramos muy chicos y aquí en el pueblo no había muchas oportunidades de trabajo. Sólo estudiamos hasta el tercero de secundaria y nuestros padres no tenían más dinero para seguir dándonos estudios. Teníamos familiares trabajando en los Estados Unidos y un tío nos aceptó para ir a trabajar, le platicamos que nos habíamos casado y que nos queríamos ir a trabajar allá para ganar unos centavos y poder construir una casa en el pueblo para nuestros hijos. Mi tío nos platicó que para pasar la frontera sería un poco complicado, pero no nos importó y nos fuimos.

Nos fuimos a Tijuana en donde contactamos al coyote que nos había dicho mi tío, cuenta el Sr. Rosete. El coyote nos pidió el número de teléfono en Oxnard a dónde llegaríamos, llamó y pidió tuvieran el dinero listo para cuando llegáramos. Recordamos que cobraban 250 dólares por persona. Mi tío tuvo que pagar 500 dólares por mi esposa y por mí. Este dinero lo teníamos que pagar cuando ya trabajáramos al igual que los papeles que de- bíamos conseguir para poder “chambear”. Como éramos chicos de edad, nos tuvieron que inventar otras edades. Nuestro primer trabajo fue cortando la fresa, porque en Oxnard en

84 este tiempo había muchos campos, pero el más famoso y dónde más trabajo había para los ilegales como nosotros, era en el campo, trabajando la fresa.

Como nos dimos cuenta que el trabajo era pesado y por temporadas, mi tío consiguió otro empleo para mi mujer, después de un tiempo ella empezó a trabajar en un inverna- dero. Pienso que fuimos afortunados para ser la primera vez, además porque un día estan- do en el campo, llegó la migra y nos agarró a los que éramos ilegales. Mi esposa no tuvo que pasar por este mal momento, aunque se puso muy triste cuando supo que la migra me había deportado para Tijuana. Mi tío habló con ella y le explicó que eso sucedía muy a menudo, que no se preocupara porque yo estaría de regreso con ellos. Y así fue, para pasar la segunda vez tarde tres días, no tenía dinero pero mi tío me apoyó por segunda ocasión. Tuvo que pagar otros 250 dólares al coyote para que me pasara. Al regresar, entré a tra- bajar con otro patrón, aunque otra vez en la fresa. Ya tenía más experiencia y hacía más cajas que al principio. Así que empecé a ganar un poco más. Mi esposa y yo decidimos estudiar inglés. Había una escuela para latinos en dónde enseñaban inglés y como nos dimos cuenta que era necesario para tener mejores relaciones con los patrones gringos. Estudiamos por dos años, sólo unas horas por las tardes, regresábamos muy cansados del trabajo pero hicimos un esfuerzo y logramos aprender a comunicarnos un poco. A los 20 años mi esposa se embarazó y tuvimos nuestro primer hijo, tenemos cuatro y los cuatro nacieron allá, en los Estados Unidos, todos son residentes legales. Yo seguí trabajando en la fresa y después me cambié al invernadero dónde ganaba más. Mi esposa dejó de trabajar en el invernadero para cuidar a nuestros hijos; además cuidaba a otros más y se ganaba un buen dinero. Así nos apoyábamos los dos en los gastos de la casa, comida y otras cosas.

Cuando mis hijos crecieron (cuenta la Sra. Rosete), conseguí un trabajo en una fábrica de videos filmando películas. Haber estudiado inglés me ayudó a entrar a esta fábrica y me puse muy lista para aprender rápido y quedarme ahí. A éste trabajo entré por referencias de una gringa a la que le cuidé su hijo por un tiempo, quedó muy contenta por la forma en que trataba a su hijo y me recomendó. El jefe era muy bueno y me dio la oportunidad de trabajar ahí. Con el tiempo fui subiendo de posición y me quedé ahí hasta antes de venirme a Tlalcuapan. También con el tiempo conseguimos que mi esposo entrara a la misma compañía.

En cuanto a la organización política formada por los migrantes de la comunidad de Tlal- cuapan los señores Rosete opinan lo siguiente:

Desde que recordamos, hemos apoyado a la organización, en primer lugar porque nos gustó mucho que nuestros paisanos se organizaran y apoyaran a las obras de nuestra co- munidad, pues ahí viven nuestras familias, nuestros padres, hermanos y amigos. En segun- do lugar, porque la organización ha apoyado a seguir recordando nuestras costumbres, pues con el apoyo del cónsul mexicano, la visita de los diferentes gobernadores y, sobre todo, el buen funcionamiento de la organización, se ha mantenido una comunicación con nuestro pueblo, principalmente, con los responsables de las festividades, los mayordomos

85 y con el presidente de la comunidad, quienes junto con los organizadores de Oxnard han logrado muchas mejoras, tanto en Tlalcuapan como en Oxnard, California. Por ejemplo, del pueblo nos enviaron la imagen de San Pedro, para poder celebrar la fiesta de nues- tro patrono. Por parte de Oxnard siempre hemos apoyado con dinero a los familiares de quién ha fallecido en los Estados Unidos. También hemos cooperado para obras del pue- blo, como enviar instrumental para el Centro de Salud de la comunidad, así como enviar dinero para apoyar en la celebración del pueblo, entre otras cosas. Pensamos que si los paisanos siguen apoyando y pensando de la misma forma, como lo hacíamos nosotros, la organización aún podría lograr muchas cosas en beneficio de los que vivimos aquí en el pueblo, pero también en beneficio de los que se quedan a vivir en los Estados Unidos.

En cuanto a la cultura y tradiciones, podemos decir que no debemos avergonzarnos de ellas, por el contrario debemos seguir practicándolas aquí y más que nada en Estados Uni- dos, porque muchas veces se quieren creer gabachos y no recordar nuestras costumbres. Mi esposo y yo, por ejemplo, hicimos que nuestros hijos aprendieran español además del inglés, pues al nacer aquí ellos hablan inglés como lengua materna, les inculcamos y hablamos de nuestras costumbres para que las aprendan y no las olviden. Además, los lle- vamos a eventos mexicanos como el 16 de septiembre y la celebración de nuestro santo patrono, comemos comida mexicana y utilizamos una vestimenta normal, no como los pochos o chicanos, eso ha ayudado mucho a que nuestros hijos se sientan mexicanos y no americanos. No renegamos de los gabachos, porque desde que llegamos nos han tratado bien, pero preferimos nuestras costumbres y tradiciones.

Decidimos regresar un tiempo al pueblo para descansar un poco del tipo de vida que llevamos allá, en los Estados Unidos. Queremos terminar de construir nuestra casa. Mi es- poso compró una camioneta tipo Van, y la maneja en Santa Ana Chiautempan. Tenemos un dinero ahorrado y estaremos por unos años aquí.

Conclusiones

Existen múltiples teorías, pero ninguna general que explique a la migración en forma más o menos específica; es decir, que las formas de abordar la migración dependen del obje- tivo de cada investigador, adicionando o quitando elementos que se aproximan a lo que se quiere llegar. En este sentido, lo que se propuso en el trabajo es señalar la pertinencia de incluir, una postura teórica, en este caso la Teoría de la Modernización de Gino Germani que fuese acompañada de datos documentales y empíricos, tomando en cuenta las cau- sas, factores y consecuencias que posibilitan la migración internacional. Según lo expues- to, en Tlaxcala existen las condiciones para que se siga reproduciendo la migración inter- nacional, garantizando al mismo tiempo la decisión de migrar de quien aún no lo hace.

Para trabajar los otros momentos precedentes de la teoría de la Modernización, faltaría considerar, la integración de la sociedad tradicional, ruptura de la sociedad tradicional y la aparición de sociedades duales. Además de forma complementaria, habida cuenta de que la mayoría de estudios se centra en la mejora de la calidad de vida de la pobla-

86 ción, como efecto de la migración (interna, externa), sería pertinente agregar los niveles mundial y regional, nacional y local, destacando los tipos de desarrollo de cada país o localidad, elementos que darían mayor consistencia a la teoría manejada a lo largo del presente trabajo.

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88 La emergencia de la Teoría de Redes como proceso epistemológico para comprender la migración ante la nueva política de seguridad nacional en Estados Unidos

Martha Romero Hernández Adrián González Romo

Resumen

El estudio de las redes se ha convertido en un tema esencial de las investigaciones sobre migración, tanto para sociólogos como para antropólogos. Uno de los intereses de este trabajo es mostrar la manera de como las redes cobran mayor importancia al facilitar estrategias de cruce en la frontera y la inserción laboral en Estados Unidos. Asimismo, se pretende mostrar como las redes aportan la base para la integración de los migrantes en sus comunidades y municipios en el lugar de origen, así como en sus comunidades étni- cas en Estados Unidos. Para lo que Boyd señala que una red social se refiere a los vínculos que se establecen a través de las relaciones personales, las cuales incluyen el parentesco, la amistad junto con los vínculos y las relaciones comunitarias.

I. Introducción

Las migraciones constituyen una de las principales vertientes de las transformaciones en la vida social y política en el mundo, producto de un sinnúmero de factores, tanto de los países expulsores (economías subdesarrolladas) y de los receptores (economías desarrolladas), pero fundamentalmente producto de la atracción económica y mejores condiciones de vida existentes en los lugares de arribo. Durante las últimas décadas, la participación de los países en el flujo transnacional migratorio ha sido creciente, al pasar de 105 millones en 1985, a 154 en 1990, 175 millones de personas en 1995 (Rionda, 2006) y con datos recientes de la UNESCO, podemos afirmar que se acercan a los 200 millones

 Estudiante del 6º. Semestre de Doctorado en Desarrollo Regional en El Colegio de Tlaxcala. Email. marthro- [email protected]  Dr. Adrián González Romo. Profesor investigador y Coordinador del Posgrado en Desarrollo Regional, El Cole- gio de Tlaxcala, A. C. [email protected], [email protected], Asesor del estudiante.

89 para el 2006 (UNESCO, 2006). Este fenómeno guarda una profunda relación con la diná- mica del desarrollo económico y social de la región, de los lugares de origen y mediante la conformación de redes sociales de migrantes.

Existen también otros procesos migratorios en el mundo que son un reflejo de la com- plejidad de la movilidad de la población que busca un espacio para trabajar o para vivir. Se observan migraciones regionales como las que ocurren en el cono sur (de Paraguay y Bolivia, hacia Argentina), en Centroamérica (nicaragüenses en Costa Rica), en el Caribe (haitianos en República Dominicana y dominicanos en Puerto Rico). También vemos la manera de cómo diversos países reciben importantes contingentes migratorios desde Corea, China y otros países de Asia, así como una proporción menor desde Europa del Este. Los procesos migratorios del Continente africano y del medio oriente con destino a España y Francia. Finalmente, la creciente participación de las mujeres, las colectividades indígenas y otros grupos étnicos definen en gran medida la organización, identidad y cultura de los entramados migratorios.

El caso mexicano no es nada nuevo en su irrupción en la frontera norteamericana, pero cobra mayor importancia en los últimos 25 años. Este proceso forma parte de la difícil si- tuación en que se encuentra la población mexicana ante una política económica que no ofrece alternativas que oriente a mejorar sus expectativas de vida, producto de la contrac- ción del poder adquisitivo ante los bajos niveles salariales, y por una diferencia salarial de 6: a 1 de Estados Unidos respecto a México (es decir por cada peso ganado en México en EU se ganan 6), esto indudablemente hace que no deje de ser un imán de atracción.

El fenómeno no deja de ser interesante, ante la clara disyuntiva que se observa: por un lado, los mexicanos realizan trabajos que los norteamericanos ya no están dispues- tos a hacer, pero por el otro, encontramos un mercado contraído como parte de la crisis financiera que está padeciendo la economía norteamericana, que verá sus efectos en la limitación de crédito que afectaría fundamentalmente los servicios y la industria de la construcción, donde se ocupa un porcentaje considerable de los migrantes y desde luego afectando el consumo de la población en general al reducirse los empleos. Asimismo, se manifiesta la fuerte presión que se ejerce sobre los indocumentados que se encuentran laborando en ese país; y el endurecimiento de las fronteras, arguyendo seguridad nacio- nal, que sólo muestra una situación de mayor complicación y de altos costos para los connacionales que intentan cruzar la frontera.

El comprender los vínculos, entre los países de origen y de llegada, se ha hecho cada vez más importante, a medida que el proceso de globalización comenzaron a reducir el tiempo y el espacio, a través de la transferencia de personas, al igual que de tecnolo- gías de la información y comunicativas, comercio, recursos y ayuda. La aproximación de los sistemas migratorios arroja luz sobre los nexos entre los aspectos micro y macro del proceso migratorio, según se construyen a través de los factores estructurales, las redes, las familias y los individuos. Entre sus numerosas funciones, es frecuente que las redes se conciban como capaces de facilitar u obstaculizar dichos procesos.

90 Las redes de relaciones sociales aparecieron como un elemento esencial para expli- car la existencia de cadenas y de sistemas migratorios, en donde las familias, los grupos de amigos y de vecinos, así como los habitantes de una misma comunidad o localidad, decidían cuándo, cómo, con quiénes y a dónde migrar; no a partir de una amplia y ex- haustiva información sobre los mercados de trabajo y las oportunidades alternas de ocu- pación, sino a partir de la información directa, particular e incluso parcial, de las personas conocidas y confiables que ya habían migrado y que eran capaces de ofrecer no sólo información sino apoyo en el traslado y la subsistencia inicial en los lugares de destino. De esta manera, las redes sociales se consideran realidades útiles para explicar aspectos fundamentales del proceso migratorio, tales como su dinámica auto reproductiva, su re- lativa autonomía frente a los elementos de tipo económico que pueden haber estado presentes de manera importante en su origen, y aun su forma particular de generar espa- cios sociales que estructuran hacia su interior canales de comunicación y de intercambios (Boyd, 1989; Faist, 1995, Fawcett, 1994; y Portes y Bôrôkz, 1989).

II. Las redes de migrantes y el mercado laboral

En las ciencias sociales hay consenso acerca de que la migración es consecuencia de las significativas desigualdades existentes en los países de origen. En este sentido, desde la búsqueda de nuevos horizontes laborales hasta los procesos de deportación, exilio polí- tico y desplazamiento forzado por conflictos bélicos, expresan las asimetrías económicas, sociales, jurídicas y políticas entre los países y regiones.

La búsqueda de empleo es uno de los principales motivos de las migraciones contem- poráneas, y da cuenta en gran medida de la articulación de las sociedades latinoamerica- nas con los procesos globales. Diversos estudios señalan que si bien la recesión económi- ca, el desempleo y la pobreza son condiciones que favorecen o promueven la migración, la organización efectiva de estos elementos depende del momento y el modo en que las economías de los países expulsores se subordinan a la economía mundial. En efecto, los países receptores desarrollan condiciones para integrar laboralmente a la población inmi- grante dentro de los segmentos atrasados, de poca calificación y de bajos ingresos de su mercado laboral. Así, a las tradicionales formas de segmentación del mercado de trabajo (como las divisiones según sexo y edad) se añaden otras distinciones (entre inmigrantes y no inmigrantes o entre las diferentes categorías de inmigrantes) basadas además en la etnia y el estatus civil o legal de la persona.

Pese a la actualidad y relevancia del estudio sobre la relación entre migración y empleo, las investigaciones realizadas constituyen estudios de casos sobre flujos y stocks pobla- cionales, o sobre las condiciones sociales de los migrantes. Sin embargo, es necesario un mayor esfuerzo de investigación, especialmente comparativo, sobre las implicancias de la cuestión en la problemática del desarrollo en los distintos niveles: mundial y regional, pero también nacional y local. Por eso, entre las dimensiones importantes de este tema se destacan las asociadas al tipo de desarrollo que se genera en las nuevas condiciones del capitalismo globalizado.

91 La primera de las manifestaciones es la transnacionalización de los mercados laborales. Desde las décadas de los setenta y ochenta, una buena parte de la fuerza de trabajo de los países de América Latina y el Caribe emigró hacia los Estados Unidos y, en menor medida, Europa. Este proceso jugó un papel central en la reconfiguración de la geopolítica eco- nómica regional, y constituye uno de los aspectos más destacados en las negociaciones de los acuerdos de libre comercio. La presencia hispana en los Estados Unidos y algunos países europeos desencadenó un conjunto de transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales, tanto en los países receptores como en los de origen. Los diversos espacios sociales, como el familiar y el comunitario, pero también el nacional y el regional sufrieron importantes modificaciones. Entre las comunidades emisoras y las sociedades receptoras se establecieron nuevos vínculos que –facilitados por la revolución del trans- porte y la comunicación– desafían la capacidad regulatoria de los estados nacionales so- bre los procesos que se desarrollan en sus respectivos territorios. Los mercados “paisanos” o de productos nostálgicos y las actividades y servicios dirigidos a los migrantes y sus familias –como los servicios de viaje y el envío de remesas y encomiendas– expresan ese transnacionalismo y dan cuenta de la preservación de la identidad y los vínculos de los migrantes con sus comunidades de origen.

En segundo lugar, se observa un prolongado incremento de las migraciones trans- fronterizas y la regionalización de los mercados laborales. Las zonas fronterizas dejan de ser espacios de cruce de los migrantes y pasan a constituir nuevas regiones económicas que permiten aprovechar las ventajas comparativas y las asimetrías de los espacios bi- nacionales. Los mercados de trabajo exceden los confines de la economía nacional y se integran con los de los países vecinos a través de la organización de sistemas transfronte- rizos de oferta de mano de obra entre ramas y actividades que pueden ser distintas entre sí. Particular importancia asume en este proceso la problemática de las remesas de los emigrados, cuya cuantía en algunos países representa el componente más importante de su balanza de pagos, mostrando un impacto significativo para la economía del país y, fundamentalmente como derrama en las mismas comunidades de donde son origina- rios; en términos de divisas los últimos años han pasado los envíos en poco más de los 23 mil millones de dólares al año, aun cuando en 2008 han disminuido.

Finalmente, las migraciones internas también cumplen una función central en los pro- cesos de reorganización territorial de la población y de los mercados de trabajo a nivel nacional, regional y transnacional.

Los procesos migratorios señalados, impactan sobre una diversidad de ámbitos que rebasan tanto lo económico como lo estrictamente laboral. Los colectivos de migrantes constituyen una fuerza económica y social en los países de origen y en aquéllos que les dieron acogida. No obstante, carecen de expresiones políticas que les permitan influir en los procesos políticos en los cuales están directamente involucrados, y en todos aquéllos que tengan que ver con el presente y el futuro de la región. Más aun, en general están excluidos de las posibilidades mínimas de participación política.

92 Efectivamente, los estudios muestran que los desplazamientos constituyen un círculo vicioso de ausencia de ciudadanía para amplios sectores de migrantes. Algunos exiliados políticos y una parte de los migrantes laborales consiguen legalizar su situación y acce- den a derechos civiles básicos. Sin embargo, una porción significativa de los migrantes que carecía de derechos sociales y/o políticos en su país de origen se encuentra en una situación análoga o más grave en el país de destino. En la actualidad muchos estados nacionales no permiten que los residentes en el extranjero ejerzan su derecho al voto en su propio país; mientras que gran parte de los países receptores impiden a un alto por- centaje de los inmigrantes el ejercicio de los derechos cívicos más básicos. La paradoja es dramática: mientras los países receptores retacean los beneficios económicos y sociales derivados de la inmigración, producen y legitiman la ilegalidad de los indocumentados, constituida en principio ordenador de la discriminación y la xenofobia.

Sin embargo, las reacciones adversas hacia los inmigrantes no se reducen solamente a una cuestión de legalidad. En muchos casos se articulan con formas y contenidos del imaginario nacional y de la alteridad que se traducen en la estigmatización y el rechazo público de los sujetos migrantes. Esta discriminación suele valerse de categorías de iden- tidad e interpelación fuertemente racistas y autoritarias.

Los migrantes, por su parte, responden a esta situación de diversos modos. En primer lugar, pueden experimentar la discriminación como un elemento más de una serie de pri- vaciones, como la pobreza material, la pérdida de sus referentes territoriales, el aislamien- to y la soledad, la falta de redes de apoyo y contención, el sentimiento de degradación y la pérdida de autoestima social e individual que resulta de esta dinámica. Sin embargo, algunos grupos y comunidades rechazan las categorías impuestas desde la sociedad re- ceptora y, eventualmente, reafirman su identidad estableciendo una disputa acerca de los sentidos y valoraciones en juego. Si bien es evidente que el aumento de la autoestima de los grupos migratorios puede contribuir a mejorar su situación en contextos hostiles, también es cierto que la separación creciente puede derivar en un proceso ghettificación. En ese sentido, las tendencias de renacionalización y etnicización que caracterizan a va- rios procesos diaspóricos y migratorios pueden expresar, tanto la resistencia y la recupe- ración de una “identidad profunda” como también dar cuenta de una relación asimétrica y conflictiva http://www.clacso.or( g).

III. Aproximación epistemológica a la Teoría de Redes

De acuerdo a Pisani, una red es un “conjunto de relaciones entre nodos”. Esas relaciones pueden ser de múltiples tipos y los nodos también pueden ser un individuo, un ente, una computadora, o puede ser un conjunto, una agrupación (Pisani, 2003). La diversidad de los nodos hace de una red más compleja e importante, significa la diversidad de acciones y funciones.

Las redes de la migración pueden contener a las asociaciones en el país de llegada y a los intermediarios, como reclutadores de fuerza de trabajo, contrabandistas, asesores de

93 migración, así como relaciones étnicas comunitarias, además de relaciones y lazos eco- nómicos. En este sentido, Boyd señala que “las redes sociales basadas en el parentesco, la amistad y los vínculos comunitarios, son componentes centrales en el análisis del sistema de la migración. Median entre los actores individuales y las fuerzas estructurales de mayor alcance. Vinculan a los países de origen con los de llegada y explican la continuidad de la migración mucho después de que el impulso original para la migración se ha agotado” (Boyd, 1989:661).

El papel desempeñado por las redes de migrantes en la actualidad es relevante, y se fortalece ante la necesidad de enfrentar una economía desequilibrada que se observa a nivel mundial, mientras siga habiendo exportación, importación y fuga de capitales, en- tre otros, las redes de migrantes seguirán buscando alternativas para fortalecerse y seguir funcionando como una alternativa de subsistencia.

Es así que autores como Portes y Bôrôkz proponen que: “Más que como un movimiento de un lugar a otro, la migración laboral debe ser conceptualizada como un proceso de construcción progresiva de redes. Las redes conectan a los individuos y los grupos, dis- tribuidos a través de diferentes lugares, y maximizan las oportunidades económicas, por medio de desplazamientos múltiples. La migración laboral es así un recurso a través del cual los trabajadores individuales y sus familiares se adaptan a las oportunidades des- igualmente distribuidas en el espacio” (Portes y Bôrôkz, 1989:614).

Mientras que para Catherine Faust la imagen de una red social comienza con la evocación de actores sociales (personas u otras entidades) que están vinculados unos con otros de diversas maneras. Las personas se relacionan con amigos, familiares, vecinos, colegas y otros individuos; hablan, socializan, y pasan el tiempo juntos. La gente proporciona infor- mación, afecto, asistencia, recursos o consejos y, a cambio, demanda respeto, retribución o lealtad (Faust: 1994).

De acuerdo a la misma autora en el análisis de una red hay tres propiedades impor- tantes: la centralidad, las posiciones que ocupan los actores y los subgrupos a que per- tenecen. No obstante, las interpretaciones de la red varían según el nivel de análisis: por actores, por triadas, por subconjuntos o por el conjunto total de actores de la red (Buró 1980, Mariden y Laumann 1984; Wasserman y Faust 1994).

En el nivel más bajo de agregación, los actores individuales pueden ser estudiados en la medida en que se involucren en relaciones interpersonales o considerando los patro- nes de los lazos de los actores.

En el siguiente nivel se pueden examinar las propiedades de la red por pares de acto- res. La interacción entre dos actores puede ser simétrica o asimétrica, directa o indirecta. Las triadas de actores son subconjuntos de una red que ofrecen gran interés para los investigadores.

94 Portes sugiere que: “las redes son importantes en la vida económica debido a que son la fuente para la adquisición de medios escasos como el capital y la información, debido a que simultáneamente imponen límites efectivos a la búsqueda irrestricta de la ganancia personal (Portes, 1995:8). De ahí que puedan ser una fuente de poder, en el sentido de que los individuos son capaces de aprovechar sus redes a través de un flujo positivo de información, recursos y vínculos. Aunque también pueden ser limitantes, debido a algún factor estructural, o cuando los miembros de las redes y las comunidades actúan como válvulas en el flujo de recursos.

Para Zenteno, Rivero y Curran, las redes sociales de apoyo para la migración de hom- bres y mujeres son definidas como el conjunto de lazos interpersonales que conectan a los migrantes actuales y viejos, y a los no migrantes en las áreas de origen y destino por medio de relaciones de parentesco, amistad y del sentido de pertenencia a una comuni- dad de origen (Zenteno, 2002: Rivero y Curran, 2002). Se afirma que la existencia de estos lazos incrementa la propensión de emigrar al reducir los costos, incrementar los benefi- cios y mitigar los riesgos de la migración internacional. Más aún, se estima que las redes constituyen una forma muy valiosa de capital social dado que permite que los migrantes tengan acceso a trabajos en el extranjero.

IV. Características de los tipos de redes

Más allá de las definiciones, se requiere un esbozo de los tipos y características de las redes sociales. Éstas incluyen a las redes de migración involucradas en el movimiento pre- ciso de las personas, las unidades familiares y la migración en cadena. También pueden concebirse como una relación en la que circula el capital social, entre los migrantes, en su nuevo lugar de destino. Algunas redes se enfocan más hacia el país de origen y enfatizan una aproximación trasnacional, mientras que otras acentúan más el contexto local (Gold, 2001). Por lo general, ambos tipos de redes están íntimamente conectadas y el concepto de transnacionalismo proporciona una amplia descripción para éstas como proceso. El enfoque de las redes sociales es percibido como un método de abstracción, en donde los individuos son vistos como “nodos” vinculados entre sí para integrar una red (Vertovec, 2003). Sin embargo, éste es simplemente un método de análisis que puede ser utilizado como una metáfora descriptiva. Mientras que algunos creen que el individuo es la unidad de análisis en la aproximación de las redes sociales, otros sugieren que la unidad domés- tica, como agente de sustento y socialización, debería ser el foco de análisis (Boyd, 1989; Pfau-Effinger, 2003).

Una tercera unidad de análisis es la red en sí misma, como unidad colectiva, basada, con frecuencia, en una lucha que se comparte (Tilly, 1990). Para Tilly, el proceso de agen- cia es central. Sugiere que las redes migran y que las unidades de migración, no son ni los individuos ni los hogares, sino colectivos vinculados por el mutuo conocimiento, el parentesco y la experiencia laboral. El proceso migratorio se ve más comúnmente como un fenómeno continuo de transformación colectiva que implica el uso de viejas redes y

95 categorías sociales para producir una nueva. Las prácticas culturales también se constru- yen, colectivamente, para conformar nuevas culturas híbridas (Tilly, 1990).

Las redes son multidimensionales y varían según su tipo; por ejemplo, Engbersen con- cluye que las redes pueden ser sustanciales y proporcionar un apoyo duradero, o pueden ser limitadas y conceder un apoyo temporal (Engbersen, 2001). Su investigación muestra que el tipo y el grado de la ayuda varían, de manera considerable, entre los grupos de migrantes. El auxilio limitado puede obedecer a las divisiones en las comunidades (Gold, 2001), o a que colectividades bien establecidas están menos dispuestas a apoyar a los nuevos migrantes (Collyer, 2003). Asimismo, dentro de las comunidades pueden existir diferentes redes (Duvell y Jordan, 2002), como en el caso de los recién llegados, quienes pueden desarrollar sus propias redes, tanto al interior de colectividades bien establecidas como aparte de ellas.

Las redes son susceptibles de cambiar con el tiempo, debido a una diversidad de cir- cunstancias, y de las características espaciales propias, lo hacen diferente a otras, impreg- nándole sus propias características.

V. La operación de las redes en la complejidad del sistema

Para Pisani el proceso del funcionamiento en redes, es de suma importancia compren- derlo hoy en día. A través de las redes pueden analizarse y comprenderse asuntos tan relevantes de la actualidad como la guerra en Afganistán e Irak, el apagón de Nueva York y los flash mobs, entre otros.

El gobierno estadounidense inició haciendo un reconocimiento del problema de los atentados del 11 de septiembre, en Afganistán. El asunto era que la información que te- nían de los autores, los responsables de los atentados era una organización, denominada “red Al-Qaeda”, pero se entendía la dificultad de luchar contra una organización en red, por la diversidad de nodos que la componen y la estructura de funciones en que está diversificada. Entonces, ¿qué hicieron?, ante la dificultad de atacar el objetivo directa- mente, se propusieron atacar al estado-nación de Afganistán donde se refugiaba dicha organización, y que se convierte en una forma piramidal de atacar el problema, aunque un gran número de muertos no tuvieran nada que ver con el objetivo. Prueba de ello es que Osama Bin Laden y la Red Al-Qaeda”, aún existen a pesar de la destrucción masiva que hicieron al país. De la misma forma buscaron la manera de invadir Irak, por considerar parte de la estructura de la misma organización y formar parte del eje del mal. El ataque ha dañado, no cabe la menor duda, la infraestructura física, a la sociedad en su conjunto, pero los grupos radicales opuestos a la invasión, mantienen una gran fuerza que se ve difícil que la erradiquen. Ambos ejemplos, son de gran importancia para entender la com- plejidad y eficacia de una organización cuando las redes están diversificadas y articuladas con un fin concreto.

96 Hoy en día cuando escuchamos o leemos noticias de la situación prevaleciente en es- tos países del medio oriente, vemos que los militares tienen tendencia a decirnos que las acciones militares, las realiza gente del partido Bazz, (un partido piramidal, de seguidores de Hussein), es una forma piramidal de ver las cosas. La verdad es que, muy probablemen- te, sea una mezcla de acciones de gente que queda del partido Bazz, pero también de redes que se constituyen, que emergen o que son, eventualmente, algunos de Al-Qaeda. Si antes Irak no era una amenaza terrorista, hoy lo es, y lo es porque han quitado toda la cultura piramidal, era fácil destruirla, pero al surgir redes, el objetivo se complica y no saben cómo luchar contra ellas.

Algo similar ocurre con las redes de migrantes, el hecho de que Estados Unidos haya construido un muro fronterizo más alto y esté endureciendo las políticas de seguridad nacional, no ha frenado el cruce de migrantes a Estados Unidos, por el contrario, se ha incrementado la dificultad del cruce aumentando el número de muertes; sin embargo, no ha sido un factor determinante para dejar de cruzar la frontera, y esto se debe a que se han fortalecido y especializado cada vez con mayor grado las redes de migrantes.

Esto ilustra que las redes de migrantes se han ido estructurando de tal manera que cuando se interconectan, son potenciales en el modo de operación.

Lo único que explica el que los migrantes que radican ilegalmente en los Estados Uni- dos van y vienen del país de origen al de llegada, es porque están funcionando con base en un sistema de redes, que va desde contactar al coyote, el pollero, darles albergue, in- tegrarlos a la comunidad, prestarles dinero mientras encuentran trabajo, y tener alguien que se comprometa a absorber la mayoría de los gastos, para que después éste responda de la misma manera de cómo se establece el compromiso y que este mismo al verse beneficiado viene a jugar el mismo papel de ser apoyo para otros familiares necesitados, por eso no es posible parar.

Ante circunstancias y cambios en la correlación de fuerzas, ante adversidades, emer- gen propiedades nuevas que no estaban consideradas. Como actualmente han emergido bancos, constituidos por redes de migrantes, para prestar dinero a sus comunidades de origen y para promover microcréditos (Pisani, 2003).

Retomando a Faust, un ejemplo claro de algunos de los actores que conforman parte de una red de migrantes, en su intento por cruzar la frontera a Estados Unidos, es la casa del Migrante ubicada en diversas zonas geográficas, por las cuales pasa el migrante para llegar a Estados Unidos.

La Casa del Migrante es una institución cuya finalidad es albergar y ofrecer servicios gratuitos a migrantes en tránsito. Apoyados por la solidaridad y generosidad del pueblo, que ofrece servicios de alberge temporal, alimentación, ropa, artículos de aseo personal, atención a la salud, apoyo emocional, accesoria jurídica, espiritual y humana, promoción y

97 defensa de los derechos humanos, área de Trabajo Social, posibilidad laboral, pláticas de orientación y formación, así como de comunicación con sus familias.

Las Casas del Migrante nacen de la decisión fundamental de responder a la necesidad de miles de migrantes que están en búsqueda de cruzar la frontera y alcanzar una vida digna. Es un esfuerzo por incidir, junto a los organismos de la sociedad civil, en los gobier- nos de los países, para lograr una política migratoria que tenga en cuenta los derechos de las personas en movilidad. Ofrece servicios de asistencia básica en forma totalmente gratuita y desinteresada de manera integral, promoviendo los derechos de la persona migrante sin distinción de nacionalidad, raza, cultura, religión, entre otros. Convirtiéndose en polos y modelo de actuación social para instituciones y organismos de la sociedad civil a nivel nacional e internacional. Robustece su autoridad moral por el permanentemente servicio, realizado con transparencia, honestidad y justicia, que la posiciona como interlo- cutora incuestionable ante las autoridades, a fin de generar nuevas prácticas e iniciativas de leyes migratorias más justas para la situación actual de la migración.

La Casa del Migrante en Tijuana recibe migrantes hombres y tiene cupo para 180 per- sonas. La labor realizada en la Casa se desarrolla en cinco niveles:

1. Asistencia humanitaria: alimentación, alojamiento, baño con agua caliente, ropa y calzado, servicio médico básico (primeros auxilios) y bolsa de trabajo.

2. Asistencia psico-social: todos los migrantes que llegan a la Casa, frustrados y deses- perados encuentran en ella un espacio de seguridad, confianza y apoyo moral. Las diná- micas y pláticas que se ofrecen en la Casa sirven también a este propósito.

3. Asistencia espiritual: los Misioneros Scalabrinianos ofrecen también un espacio para profundizar y practicar la fe en Dios con celebraciones y charlas. Aunque sea una institu- ción católica no discrimina a migrantes que pertenezcan a otra denominación religiosa.

4. Asesoramiento en materia de derechos humanos: se ofrecen pláticas de información y orientación en este campo, se identifican los migrantes cuyos derechos han sido viola- dos y se canalizan a las autoridades correspondientes.

5. Asistencia educativa y concientización: la Casa del Migrante en Tijuana se mantiene gracias a los donativos de organizaciones no gubernamentales, de apoyos federales, es- tatales y municipales, y a la generosidad de personas, familias y comunidades eclesiales que apoyan a las necesidades de los migrantes y el trabajo voluntario de personas que prestan sus servicios, limpiando, cocinando, dando pláticas, conviviendo con los migran- tes, etcétera.

Bajo este contexto, se rescata un pequeño párrafo del testimonio de un migrante de nombre Ernesto Cuevas, originario de Honduras, quien narró su intento por cruzar la fron- tera hacia estados Unidos y en su fracaso, como llegó a la casa del migrante en Tijuana:

98 desde su país de origen, en su trayecto por Guatemala y todo el territorio mexicano, los distintos momentos en su intento por cruzar, las amistades que le tienden la mano en cada momento y considerado de acuerdo a Faust como uno de los actores que compo- nen la estructura de una red de migrantes (P. Luiz Kendzierski, 2007), que al final denota la importancia de este nodo en la red: “me da gusto que existan casas como ésta que te apoyan en tu peor momento, porque en la calle hay gente que nunca ha sufrido y cuando le pides ayuda, hay ocasiones en que te avientan la puerta en la cara, por ahora si no logro cruzar a ¨ el otro lado ¨ me pienso ir a Ensenada, Baja California, porque sé algo de pesca y ahí es puerto.”

VI. Reflexiones finales

Ni el endurecimiento de las leyes migratorias, ni la militarización de las fronteras han lo- grado detener la migración; por el contrario, observamos una especialización de las redes migratorias reflejada en el impacto económico, social, político y cultural en los lugares de origen, y articulando las relaciones sociales como forma de sobrevivencia en los lugares de arribo. La ausencia de la familia es sustituida por las amistades y parientes de la misma comunidad de origen. Se comparte la comida, los problemas y los logros que cada uno tiene, formando una nueva familia ampliada que se vuelve el vínculo de solidaridad más importante en el extranjero. Es la mejor forma de apropiarse del espacio donde llegan, nadie está solo a pesar de la distancia, se estrechan los lazos de amistad y de convivencia, que antes no existían.

Es un mal necesario, que aumenta su importancia entre mas complicado sea el objeti- vo. Cada nodo que integra la red, es un nodo de especialización que es difícil de sustituir y sobre todo de vencer, y he ahí la capacidad estructural del fenómeno.

Aún así, la travesía no deja de ser peligrosa y con múltiples intentos fallidos, dejando muertos y heridos por lo inhóspito y complicado de las travesías; es decir, cada vez se acude a las zonas más agrestes de los desiertos, aun cuando no dejan de ser grandes especialistas los que se encargan de esa etapa, importante pero no la única.

Cada vez vemos menos que alguien se atreva a cruzar hacia los EU sin contar con apo- yos o tener alguien que le brinde la mano al llegar, intentos fallidos en los que muchos de ellos se quedan en la frontera.

El adecuado entendimiento de la teoría de redes nos ayuda a explicar el mecanismo de funcionamiento actual de la migración, donde se vuelve una necesidad el descubrir las nuevas acciones emprendidas por los grupos existentes.

 El testimonio aparece completo en la tesis de Doctorado en Desarrollo Regional de la autora (en proceso).

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101

“Fue bien. Él sí regresó”. Migración indígena en Veracruz. El caso de totonacos del municipio de Coyutla

Mª de los Ángeles Muñoz González* Estela Casados González**

Él dice que no pasa de este año y se regresa. Y ya volver a irse, ya no. Se fue porque quería- mos hacer la casa. Ahorita nada más le falta el techo. Yo sola no puedo. Los niños también necesitan a su padre que esté aquí, porque yo sola no puedo. Bueno, pues la niña no es tanto. Lo digo por los niños, por ellos. Estoy contando los meses. Le digo a él que aunque ya no echemos la loza, que aunque sea con lámina, pero que ya (Emilia).

Resumen

El objetivo de este texto consiste en compartir una primera aproximación sobre la migra- ción internacional llevada a cabo por indígenas totonacos de los municipios Coyutla y Es- pinal, ubicados al norte del estado de Veracruz. Para ello, describiremos cuáles han sido las características de la migración indígena hacia los principales puntos del país y cómo fue que ésta tomó la ruta hacia Estados Unidos. Haremos referencia a tres localidades: Arenal (del municipio de Espinal), Calalco y Panorama (de Coyutla). En ellas, el proceso migratorio no tiene más de ocho años, pero ha comenzado a trastocar los estilos de vida de la po-

* Integrante de MAIZ-VER (Movimiento Agrario Indígena Zapatista Veracruz) y ASER (Asesoría y Servicios Ru- rales, A.C.). Docente de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana (U.V.). Antropóloga Social, U.V., Maestra en Desarrollo Rural por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X). ** Docente de la Facultad de Antropología de la U.V. Antropóloga Social, U.V., Maestra en Desarrollo Rural por la UAM-X. Doctorante en Ciencias Sociales, en el área de especialización Mujer y Relaciones de Género (UAM-X).  Emilia, Panorama, municipio de Coyutla, Veracruz. Las autoras desean agradecer a los hombres y mujeres que brindaron sus testimonios y reflexiones en torno al tema de la migración en sus comunidades. Algunos de los nombres de nuestras (os) informantes fueron modificados. Los testimonios que aparecen en las siguientes pá- ginas fueron compilados a través de una entrevista grupal realizada el 16 de mayo de 2008 en la comunidad El Arenal, en donde participaron migrantes que han regresado de Estados Unidos, esposas de migrantes que aún no han regresado, un maestro de la escuela primaria, autoridades locales e integrantes de MAÍZ. También incluye fragmentos de entrevistas realizadas a mujeres de las tres localidades estudiadas, las cuales se llevaron a cabo el 17 de mayo de 2008. Gran parte de la información de campo se basa en la experiencia de trabajo y sistematización de resultados de la Mtra. Ángeles Muñoz, quien a lo largo de dieciocho años ha observado la evolución del fenómeno migratorio entre los indígenas de El Totonacapan.

103 blación indígena de la región, sobre todo, de las y los más jóvenes, quienes comienzan a mirar hacia el norte, a fuerza de escuchar las historias de aquellos que han regresado de Atlanta (Georgia), Florida, Michigan, Carolina del Sur, Nueva York, Oregon y Nueva Jersey.

Las comunidades estudiadas

El Arenal, Calalco y Panorama, nos ofrecen tres experiencias que guardan en sí puntos de coincidencia y de diferencia. La primera de ellas es una población de 1,320 habitantes, de fácil acceso, a hora y media por carretera de la ciudad de Papantla de Olarte y a veinticinco minutos de la cabecera municipal de Espinal. Cuenta con mujeres y hombres en la Ciudad de México, quienes se desempeñan como trabajadoras domésticas, obreros de la indus- tria de la construcción o en fábricas. La migración internacional en Arenal inició con este milenio y ha sido de carácter ilegal. En los últimos años, los y las jóvenes de la comunidad (de entre 15 y 18 años), al egresar de la telesecundaria, buscan integrarse al flujo de toto- nacos que van a trabajar a Estados Unidos.

Calalco, tiene 652 habitantes. Se accede a esta localidad a través de un camino de te- rracería que se ubica a quince minutos de la cabecera municipal, Coyutla. Cuenta con personas originarias del lugar que trabajan en la Ciudad de México (tanto jóvenes como adultos). A diferencia de El Arenal y Panorama, Calalco inició la fase internacional de su proceso migratorio de manera legal. Los jefes de familia que han apostado por conseguir trabajo en otro país, lo han hecho “con papeles”, de esta forma han llegado a Estados Uni- dos y Canadá de manera segura. Muchos de ellos han iniciado un proceso de ida y vuelta que es necesario analizar.

Panorama, es también una comunidad de difícil acceso, a cuarenta minutos de la cabe- cera municipal de Coyutla y a dos horas de Papantla, cuenta con 1,233 habitantes. Tam- bién cuenta con una añeja tradición de migración interna, tanto a la Ciudad de México como a otros puntos del país. Aquí la migración internacional va tejiéndose por las his- torias de los mojados que tratan de cruzar la línea fronteriza en busca de trabajo. Al igual que en Calalco, sólo los jefes de familia son quienes han apostado por esta estrategia que los lleva a Estados Unidos.

La elección de estas tres comunidades para un primer acercamiento en torno al tema que nos ocupa, se debe a que reflejan, por un lado, el mosaico de las comunidades indíge- nas que integran la región del Totonacapan, y, por otro, que en las tres se han desarrollado puntos de interesante coincidencia en torno al proceso migratorio, a la vez que permiten mirar sus distintas caras a través de la migración internacional legal e ilegal, exclusiva de varones o mixta, de jóvenes y adultos, el abandono o el regreso de la pareja, la desinte- gración o fortalecimiento de las familias, la alegría por iniciar nuevos proyectos familiares y comunitarios, a la vez que se experimenta la tristeza y el temor ante las sombras más amenazantes que provoca el éxodo: el virus del papiloma humano (VPH) y el VIH-SIDA.

104 “La necesidad te hace salir”. Migración interna e internacional desde El Totonaca- pan

Los municipios de Coyutla y Espinal, son parte de la región de El Totonacapan veracruza- no; ésta es una tierra buena que aún responde con la fuerza y la dedicación de los brazos que la trabajan y la hacen producir año con año, a pesar del deterioro. Es en la tierra y junto con ella con quien todavía muchos hombres y mujeres de la sierra totonaca viven y se sostienen con la siembra del maíz blanco (herencia que se ofrenda a Dios y a la vida en cada cosecha), frijol y café (que durante muchos años permitió a las familias contar con tan buenos ingresos que celebraban con fiesta diaria en el mes de diciembre, pero que ahora se deja podrir en las matas por falta de precio y de recursos para pagar el corte).

Además del cultivo de alimentos básicos para el consumo, hay producción destinada al mercado como la pimienta gorda, vainilla y hoja de maíz. A través de los programas de reforestación se ha introducido la plantación de árboles de madera preciosa como el ce- dro, además de fomentar especies nativas como la palma camedor (Chamaedorea elegans (Mart)); conservándose además otros cultivos como el tomate, el pipián, el chile “pico de pájaro”, el ajonjolí y la calabaza.

Los principales productos de siembra ligados al comercio son: el maíz blanco, la pi- mienta y el café. Del maíz se extrae la hoja (totomoxtle) para comercializarla en pacas; la hoja se utiliza para la elaboración de tamales, a la fecha se ha convertido en una de las principales actividades en la región e involucra, sobre todo, a las mujeres.

Hay personas que se dedican al comercio local, a la venta de maíz, de pollo, ropa, aba- rrotes. En general, los miembros más jóvenes de la familia, mujeres y hombres emigran a las ciudades que tienen más posibilidades de brindarles empleo para dinamizar la econo- mía familiar. Ciudad de México, Poza Rica, Puebla, Tlaxcala, Matamoros, Reynosa y hasta los Estados Unidos, son los puntos de destino. Se emplean en la industria de la construcción, en las maquiladoras, o en el comercio ambulante de las ciudades.

“Allá está la billetiza. ¡Hay que aprovechar!” Percepciones indígenas sobre la migra- ción internacional

Luego él no tardó mucho y se vino a Panorama. Se puso a trabajar aquí, en el campo. Ya no se iba ni a Matamoros y ni a México. De ahí, un día, le habló uno de sus sobrinos que está allá. Que si quería irse, que él le ayudaba. No lo pensó mucho. Era un domingo que se fue temprano a comprar carne, de ahí le hablaron y le dijeron que si se quería ir, ¡pero ya! Anduvo consiguiendo dinero para irse. Se fue con sus hermanos. Ellos ya regresaron, pero él todavía no viene. De eso ya hizo tres años (Emilia).

El flujo constante a las principales ciudades de Veracruz, la Ciudad de México y a otros puntos del país, además de que acercó a las y los migrantes a ciertas percepciones eco- nómicas que les permitieran su sobrevivencia y el financiamiento de proyectos familiares

105 (manutención de los integrantes más pequeños y en edad escolar, fiestas religiosas y ac- tividades productivas), también les permitió establecer contacto con migrantes mestizos que planeaban irse a trabajar a Estados Unidos. Algunos hombres de El Arenal recuer- dan que fue Fortino Sánchez Pérez quien estableció vínculos en la Ciudad de México con otros hombres quienes, como él, también se empleaban como albañiles para enviar algún recurso a casa. Además del trabajo, compartían la búsqueda de otras fuentes de ingreso que les permitieran aumentar el tamaño de las remesas. Fue así como apostaron por in- cursionar de manera ilegal en el mercado de trabajo estadounidense.

La necesidad te hace salir. La primera vez pagué hasta 2,000 dólares al guía. Ya después, cuando le agarré bien el modo y hasta encontrar al patrón, fue que ahora pago 1,000. El guía te lleva directito con el patrón y ya llegas a donde está el trabajo (Serafín).

Así, entre familiares, amigos y paisanos de las comunidades, se fue corriendo la voz. Gra- dualmente comenzaron a tejerse incipientes redes que permitieron que cada vez más totonacos se trasladaran con éxito hasta diversas ciudades de trabajo de la Unión Ameri- cana. Había entre ellos ciertos puntos de coincidencia. Eran varones, jefes de familia, con objetivos de estancia bien definidos: la construcción de la casa familiar y/o saldar adeu- dos contraídos en la comunidad de origen.

Una presión importante para el totonaco jefe de familia es el pago del adeudo que se contrae por el ingreso ilegal. Regularmente son los mismos parientes o paisanos de sus comunidades asentados en Estados Unidos los que financian parte del viaje y el pago al “pollero”, por lo que el migrante se ve en la necesidad de emplearse para liquidar el adeu- do. En esta etapa se le envía poco dinero a la familia y con una periodicidad irregular.

 Migrante de Arenal, mpio. de Espinal.  Cuando hablamos de lo que cuesta migrar a Estados Unidos, debemos de entender que hay toda una infra- estructura que vive de los recursos del migrante. Para el caso particular de El Totonacapan, podemos dividirlo en las siguientes partes: a) El desplazamiento de El Totonacapan hacia la frontera norte (pago de boleto de autobús, de Papantla a Reynosa o Matamoros); b) estancia en la frontera con Estados Unidos hasta que el “co- yote” o “guía” decida que es momento de cruzar (alimentación y hospedaje); c) en Estados Unidos, estancia en casas de seguridad que permiten a el o los “coyotes” repartir a cada uno de los migrantes a su destino final. Es evidente que existe toda una infraestructura que depende, para su dinámica económica, de los migrantes. Ob- viamente, las transacciones de ese mercado, lejos de ser equitativas o justas, están permeadas por el carácter de ilegalidad que guarda el tráfico de personas, el ingreso clandestino a un país y la paranoia, tanto del gobierno estadounidense como de un amplio sector de la población de ese país, sobre el ingreso de posibles terroristas vía la frontera con México después del 11 de septiembre de 2001, lo cual ha acrecentado el racismo que de por sí ya sufría el migrante hispano, el cual se recrudece cuando se trata de indígenas. Por otra parte, es necesario aclarar que durante el trabajo de campo fue difícil precisar con los migrantes de retorno o con las esposas de los que aún se encuentran en Estados Unidos cuál es el costo del traslado. Los migrantes totonacos en retorno hablaban únicamente de lo que el pollero les cobraba por trasladarse, lo que oscilaba entre $10,000 y $20,000 pesos, aunque algunas esposas de migrantes sostenían que podía llegar a $30, 000.

106 Cuando empezó a trabajar, mandó de a poquito para pagar. Tardó algo para pagar, no se podía: yo con mis gastos y allá tenía que pagar renta y lo de sus gastos. Tardó algo en pa- gar. Como año y medio, porque tenía deuda acá y deuda allá. No sé en cuánto salga, dicen que como en veinte o en treinta [mil pesos] (Emilia).

Es importante señalar que los habitantes de otras comunidades no se ven orillados a pa- gar los altos costos económicos de la migración internacional. Uno de estos pocos casos es el de Pasión, habitante de Calalco, quien fue a trabajar a Estados Unidos de manera legal. Lo hizo a través del Sistema Estatal de Empleo, aprovechando una invitación que les extendió el personal de la sede que se encuentra en Poza Rica. Si bien es cierto que él no enfrentó el adeudo con un “coyote”, otros fueron los tipos de gastos que tuvo que sufragar a través de las remesas; de ello nos habla Rosa, su esposa:

Con lo del Sistema Estatal de Empleo salieron muchos de Calalco. Todos son varones. Se fueron a Estados Unidos y Canadá. Todos se van con papeles, porque casi nadie sale de mojado. Sí, porque y si no llegan... Él [Pasión, su esposo] se quiere ir [nuevamente] y… bueno. Yo no quiero que se vaya de mojado. Se va a ir por que las hijas quieren estudiar. No así nada más de que se van de mojados. No, así no, porque no es bueno. Luego hay unos que no llegan. Esta vez no invertimos en nada, pagamos una deuda y mandaba poquito. Luego mis hijas están en la escuela y ahí se va todo el dinero. Cuando llega el 10 de mayo o los desfiles, hay que comprar los trajes y todo lo que les piden en la escuela. En todo tenemos que cumplir, por eso las mandamos a la escuela. Como yo no gano, no trabajo. Nomás estoy en la casa. Estando en la casa no gana uno (Rosa).

En otros casos, el jefe de familia no hace envíos o deja de hacerlos al poco tiempo. Una vez saldada la cuenta, el envío de remesas tiene como prioridad la construcción de la casa que ocupará el grupo familiar.

Cuando él se fue, yo empecé a trabajar mucho. Aquí hay corte de café, y sin saber cortar café, me fui a cortar café. Y ya a la semana tuve para darle de comer a mis hijos, vendí an- tojitos, fruta picada, ropa. Me fue bien y abrí una pequeña cuenta de ahorros. Entonces él [su esposo] me dijo que quería hacer una casa. Le dije que la hiciéramos en otro lado, pero él no quiso que su mamá se quedara sola, pues… ‘bueno’. Él me mandó para el material, pero no me mandó para la mano de obra. Puse mis ahorros. El único problema es por la casa, porque la mamá de él nos dice que en el momento que ella quiera nos saca porque esa casa es de su hijo. Es que en el terreno de ella se construyó la casa. Ahora que entró

 Calalco, mpio. de Coyutla.  Tal como veremos en las siguientes páginas muchas veces ello tiene que ver con el carácter que guardaba la relación con su esposa cuando él todavía se encontraba en la comunidad.

107 PROCEDE, ella lo midió todo [el terreno quedó registrado a su nombre]. Entonces yo no puedo decir que tengo una casa. (Asunción).

La historia de Asunción muestra una de las diferentes caras del impacto de las remesas en el tejido social de las comunidades. Ella es una mujer que padeció violencia por parte de su pareja y, posteriormente, por parte de la familia de él cuando migró a Estados Unidos. La edificación de la casa familiar implicó que Asunción invirtiera sus ahorros ($10,000 pesos) para financiar una construcción que a ciencia cierta no es suya, ya que su suegra tiene el título de propiedad. Existe una amenaza constante sobre ella y sus hijos: serán desalojados de ese espacio en cualquier momento. Lejos de sólo ser un mecanismo de control, la suegra de Asunción y la familia del esposo ejercen el papel de custodios del patrimonio del migrante, al considerar que su esposa no está calificada para ello. Asumen que tienen condiciones de ventaja sobre la mujer y los niños, siendo que cuentan con el título de propiedad del solar.

Por otro lado, es importante aclarar que las casas que se logran construir vía remesas, en su mayoría, son edificaciones sencillas que cumplen con el propósito de brindar segu- ridad material a la familia y tener un patrimonio.10 Una vez cumplido este objetivo, regu- larmente el jefe de familia regresa a la comunidad de origen, sobre todo, cuando la estan- cia ha sido legal o “con papeles”.11 Sin embargo, en su mayoría, los migrantes no dejan de pensar en irse en una segunda o tercera ocasión. Migrantes de El Arenal sostienen que, quienes regresan, “sólo están aquí dos o tres meses y se van”. En cada ida y vuelta, muchos de ellos logran comprar terrenos, camiones y hacerse de un capital para trabajar.

Acaban de salir unos, pero no se sabe si fue con papeles o de mojados. Así, con papeles, regresan y se van, regresan y se van. Van como cuatro o cinco veces que le han hecho así. (Rosa).

Una actividad muy fuerte en los municipios de Coyutla y Espinal la constituye el cultivo de maíz para el aprovechamiento de hoja (totomoxtle), la cual es procesada y comer- cializada para la confección de tamales. Cuenta con un amplio mercado que abarca la Ciudad de México, así como varias ciudades importantes del occidente del país (como Guadalajara, Querétaro y Guanajuato). Regularmente los migrantes se capitalizan para poder comprar y transportar la hoja de maíz a estos puntos de venta. Cuando ellos están en Estados Unidos, sus esposas se convierten en compradoras de hoja, la cual revenden a

 Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE).  Arenal, mpio. de Espinal. 10 Al contrario de otras regiones del país, en diversos puntos de Veracruz la edificación de las casas de la mayoría de los migrantes es modesta (48m2, aprox.), lo que importa es proteger a quienes integran a las familias de los nortes, huracanes y fuertes lluvias. 11 Por ejemplo, quienes se van a través del Sistema Estatal de Empleo tienen una estancia máxima de ocho meses y posteriormente pueden solicitar otra estancia de trabajo tanto en Estados Unidos como en Canadá.

108 intermediarios más grandes. Es común ver en las casas de material de algunos migrantes, con espacios exclusivos para el almacenamiento de hoja.

Aunque el objetivo siempre es regresar, la estancia ha variado sensiblemente después del 11 de septiembre de 2001, ya que la vigilancia se ha recrudecido y no es fácil el in- greso ilegal a Estados Unidos y, por ende, el costo de entrada ha sido encarecido por los “polleros”. Hay varones que prolongan su estadía; algunos llevan más de siete años y no han regresado ni una sola vez. Otros más, se fijan un plazo de tres años y regresan a la comunidad de origen. En principio sólo los hombres, jefes de familia con un historial de migración interna, eran los que atravesaban el Río Bravo. En algunas comunidades toto- nacas esta práctica persiste y, aún en el 2008 encontramos comunidades como Calalco en donde la migración internacional (a Estados Unidos y Canadá) es actividad exclusiva de los padres de familia.

Actualmente, el perfil de quien migra hacia otro país se ha diversificado: hombres y mujeres (aunque éstas en menor número) de dieciséis años en adelante, con educación secundaria (telesecundaria) terminada, solteros. Dentro de ese éxodo interminable, tam- bién encontramos a los tradicionales jefes de familia, quienes antes conformaban el grue- so de la población migrante y ahora sólo constituyen un sector de la misma. Sus edades varían de los treinta y cinco a los sesenta años de edad. Muchos de ellos han llevado a sus mujeres consigo, ellas están en un rango de edad aproximado de cuarenta a cuarenta y cinco años.12 También hay mujeres jóvenes (menores de veinticinco años de edad) que alcanzan a sus parejas en Estados Unidos.

Regularmente los empleos a los que acceden los varones que migran desde El Totona- capan están relacionados con su quehacer como campesinos, tal como lo relata Serafín:

Nosotros vamos siguiendo la pisca del durazno o de otros cultivos. Nos llevan en una ca- mioneta y de ahí nos van repartiendo. Te pagan 5.15 ó 4.50 [dólares] por tanto. El trabajo del campo es pesado y pues para mujeres, como que no.

Otro testimonio que nos orienta en cuanto a los trabajos que realizan los hombres en el campo, lo da Rosa, esposa de Pasión:

Dice que allá trabajaba donde siembran flor. Nomás eso. Dice que cortaban flor. Pocas horas trabajaban. Allá vivía con puros hombres, puros compañeros. En una casa que ren- taban. Eran de varios lados, pero eran de aquí de Veracruz.

12 Información proporcionada en entrevista grupal por habitantes de El Arenal, municipio de Espinal. Las es- timaciones hechas por las y los entrevistados se basan en los casos que son conocidos en la comunidad, así como en los cálculos hechos por el Agente Municipal saliente y el Agente Municipal actual, presentes en la entrevista.

109 Incluso en el trabajo que buscan y desempeñan está muy bien marcada la concepción de los cuerpos masculino y femenino. El primero encarna en el varón fuerte, capaz de realizar las arduas tareas que demanda el campo; el cuerpo de mujer es visto desde una perspectiva que pondera su debilidad y delicadeza. Así las cosas, ellas se dedican al trabajo en restaurantes o en bodegas y almacenes, pues se piensa que las actividades que se desarrollan ahí son menos pesadas y más adecuadas a su condición. Sin embargo, el testimonio de José, migrante de retorno de El Arenal, contradice esta apreciación popular. Él tuvo una estancia de dos años en Estados Unidos con empleos temporales y mal pagados, muchos de ellos realizados en restaurantes en donde acepta- ban a trabajadores “sin papeles”:

Ya no me gustó estar allá porque explotan mucho a la gente hispana. Te dan los trabajos más pesados. Ganaba muy poco. Pesado y poco (José)13.

Si bien es cierto que el testimonio de José nos habla de la rudeza del trabajo en espacios laborales que otros migrantes consideran como femeninos, también nos da indicios que nos permiten asomarnos a la gran explotación que sufren los varones y mujeres totona- cos que van a trabajar de manera ilegal. Ésta es un aspecto de la migración del que se habla muy poco.

Es curioso observar que, como en otras localidades del país, los migrantes de El Toto- nacapan no pierden contacto con su comunidad de origen. Se están conformando redes entre los originarios de comunidades determinadas para sostener pequeños proyectos comunitarios que simbólicamente son bastante significativos para los indígenas que es- tán de aquel lado y los que permanecen en El Totonacapan. Tal es el caso de los migrantes originarios de El Arenal, quienes han aportado un recurso para mejorar el techo de la iglesia del pueblo; esto mantiene el vínculo no sólo con sus familias, sino también con otros sectores de sus comunidades, y con las autoridades religiosas y ciudadanas de su localidad.

Un elemento que permanece muy fuerte y que crea un vínculo importante entre los migrantes de El Totonacapan en Estados Unidos lo constituye el idioma. El totonaco es una lengua viva, de uso cotidiano entre los hombres y mujeres que salen a trabajar, tanto en el país como en el extranjero:

En vez de que hablemos inglés, hablamos totonaco, pues es nuestra lengua. Nos encon- tramos cuando andamos buscando trabajo y nos saludamos y platicamos en puro toto- naco. Vemos que hay otros [indígenas] de México, que hablan su lengua. No entendemos. Nos platicamos en español (Serafín).

13 Migrante de retorno originario de El Arenal, municipio de Coyutla.

110 Otro elemento que hay que tomar en consideración es la transformación de la concep- ción que los migrantes y sus familias van construyendo en torno a los dólares ganados y enviados al Totonacapan:

Él sí trabajó. Me mandaba poquito dinero porque sí me mandaba. Ganaba poquito. Y ya le dije yo:‘¿no que ibas a ganar mucho?’ Hizo su cuenta de cuánto iba a ganar a los ocho días, al mes. Y no. Él dijo que ganaba, según hizo su cuenta que se ganaba tanto de dinero, ¡y no es cierto! Yo me di cuenta porque siento que nomás trabajaba poquitas horas. No ganaba lo de ocho días, lo de 50 horas no ganaba, dice. Y luego pagaban renta. Compraban todo, compraban la comida (Rosa).

Hay una apreciación compartida en torno a que en Estados Unidos van a ganar mucho más que trabajando en México o en sus comunidades. Tal como señala Rosa, gradualmen- te descubren que, si bien es cierto que los empleos son mejor pagados que en México, la explotación y los gastos que genera el propio migrante en cuestiones básicas como la alimentación y el hospedaje, merman sensiblemente sus ingresos y es una cantidad me- nor la que envían a sus familias. Este descubrimiento poco agradable es desilusionante, tanto para el jefe de familia que se encuentra trabajando como para su esposa e hijos al recibir el escaso dinero.

“Una mujer que está sola no es necesario que tenga un hombre, ¿o sí?” ¿Cuál es el impacto en las comunidades de origen? Historias de mujeres y hombres que se que- dan

No tomamos una decisión. Él dijo que se iba y se fue. Nos dimos un tiempo porque la situación de pareja no se daba, pero él decidió irse muy lejos y para siempre. Ya tiene allá siete años. Me mandó tres años su dinero, me estuvo apoyando. Ahorita ya no sé nada de él. Ya no me habló. Ya no me pasó para la alimentación de los niños. Me he enterado que tiene un buen trabajo (Asunción).14

Los hombres y mujeres que se quedan, se encuentran inmersos en varias situaciones que definen su caso particular y que no dejan de enlazarlos con aquéllos que se han marcha- do. En las mujeres de Arenal, Calalco y Panorama encontramos diferentes historias que nos muestran varias cosas de manera simultánea: la relación de pareja, la familia, los pro- yectos familiares (o de la pareja migrante), la violencia contra las mujeres, alcoholismo, el valor de las remesas, los riesgos de la migración ilegal y los miedos que ello desencadena en las parejas de los migrantes, así como el temor ante el VPH y VIH-SIDA.

El contexto particular de El Totonacapan ha marcado sus historias y la migración in- ternacional le ha dado otros tintes que se van tejiendo a partir de diversos elementos que se complementan entre sí. Algunos de los testimonios de mujeres entrevistadas se

14 Asunción, El Arenal, municipio de Coyutla.

111 encuentran permeados por la violencia y el alcoholismo de sus parejas que están “del otro lado”. Diversas autoras, como Marroni (2004). señalan que existe un sector de mujeres en las comunidades expulsoras, que soporta los costos de la migración. Ellas se caracterizan por permanecer en la localidad y tener hijos pequeños, son receptoras de la carga afectiva y de los problemas generados por la migración de sus compañeros (Marroni, 2004: 196).

Algunas de las mujeres de los migrantes han sufrido algún tipo de violencia antes de que él se vaya de la comunidad, la cual cobra otros tintes cuando se les supervisa vía tele- fónica o a través de los parientes del esposo.

Yo siento que a mis hijos ya los saqué. No me he comprometido con nadie, estoy siempre dedicada a ellos. Me empezaron a prohibir que saliera [su suegra], a pesar de que él ya no se hizo cargo de nada. Tuve un problema muy serio con ellos, hasta llegué a ponerles una demanda por la situación de que una de mis cuñadas dijo que el niño mayor no era de él [de su esposo] (Asunción).

Otras más se enteran sobre la evolución de las adicciones de sus compañeros a partir de los rumores que llegan a la comunidad y tienen que negociar con ellos ante el temor de que se recrudezca la violencia o se deteriore una buena relación de pareja.

Llegó allá con otros compañeros que les gustaba tomar. De ahí fue donde empezó a to- mar también y así fue. Para mí sí es un problema que tome, porque ya están borrachos y se pelean. Pero él dice que no se pelean. Terminaban de tomar y se dormían. Aquí [en Calalco] no. Toma porque vienen sus familias, sus primos. Y ahí en la casa, nadie se pelea. Como él no pelea cuando toma. Hay otros que sí. No sé qué les pasa cuando toman. Él no pelea. Se va a dormir. Viene mi hija y le dice ‘acuéstate papá’. Viene, se acuesta y se duerme. Hace caso, pero hay unos que no. Él no es así. Él es tranquilo (Rosa).

Otra situación que no se menciona, pero que siempre flota en el aire, es el miedo al con- tagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS) que, por lo regular, contraen los va- rones tanto en sus viajes para conseguir trabajo en diferentes puntos del país, como en Canadá y Estados Unidos. Algunas autoras, como Casados (2008), mencionan que en las comunidades rurales, tanto indígenas como mestizas, el proceso migratorio constituye, particularmente para los jóvenes, un rito de paso que reafirma su papel de proveedores, marcando el tránsito de la niñez (o adolescencia) hacia la adultez.

Este rito de paso tiene un doble propósito: por un lado, integrar a los más jóvenes al circuito de los migrantes, y, por otro, marca el inicio de la vida sexual de muchos de ellos. Aquí subyace un problema grave, pues regularmente estos campesinos (al igual que otros sectores de la población masculina de nuestro país y del mundo), se vinculan a personas que privilegian el contacto sexual sin protección, lo que deviene en el contagio de virus del papiloma humano (VPH) o el VIH-SIDA (Casados, 2007).

112 El problema es que él me falló, y yo llegué a enfermarme muy grave. Al grado de que estu- ve a punto de que me diera cáncer.15 Tuve una operación. Me quitaron eso.16 Y las palabras de él eran ‘ya no eres mujer no sirves pa’ nada’ o ‘ya vino otro’. Siempre fueron palabras nada alentadoras. Después de eso me agarró, me tomó y volvió esa infección. Y fue cuando le dije ‘tú me estás violando’. Él no quiso tratarse, no quiso tomar nada. Ya no sé si todavía vivo o nomás ando como los fantasmas (Asunción).

Es importante resaltar que algunos de los varones totonacos entrevistados (sobre todo aquéllos que no se han integrado al flujo migratorio internacional), expresan que existe en la región una gran preocupación por la propagación del VIH-SIDA entre las amas de casa y algunos bebés que pertenecen a grupos familiares “encabezados” por un migrante. Se habla de “el contagio” o “la enfermedad”, difícilmente se menciona (a pesar de que se conoce) la palabra sida o se hace referencia al VIH. Es visible el temor que provoca articu- larlo como tal y es evidente la inquietud. En entrevista grupal en El Arenal, se hizo referen- cia a que comunidades vecinas muestran casos de VIH-SIDA, pero se dijo desconocer si en su propia comunidad existían casos similares.17

“Yo le digo que no le doy permiso de que se vaya”. Reflexiones preliminares y algu- nas preguntas para comenzar

Los hombres, antes de irse a trabajar a Estados Unidos, trabajaban en el campo y el rancho. Cosechaban maíz. Pero luego dicen que se gana más allá, por eso se van. Todos con pape- les. Cada vez se animan más. Se dicen entre ellos que ganan más, por eso se van (Rosa).

Tal como señalamos al inicio, nuestro objetivo en primer lugar, es el de comenzar un pro- ceso de sistematización que nos permita entender, desde un punto de vista más ana- lítico, los costos y el impacto del flujo migratorio regional e internacional en el que se encuentran las y los indígenas totonacos.18Estas páginas guardan en sí el propósito de ser un primer documento que permita acercarnos a la población totonaca más allá de la promoción social.

15 Se refiere al virus del papiloma humano (VPH). Muchas mujeres que tienen el virus consideran que un diag- nóstico positivo de VPH es una obligada antesala del cáncer cervicouterino. Aunque esto no es correcto, su sospecha es alimentada por algunos de los médicos que las atienden. 16 Se refiere a un procedimiento quirúrgico llamado ASA diatérmica (o electrocirugía). El electrodo con que se realiza el corte del cérvix (para retirar el área lesionada) tiene la forma del “asa” de una taza, de ahí su nombre. 17 Algunos de los varones que brindaron información han formado parte de un importante proceso organi- zativo indígena, que les ha permitido reconocer la valía de sus compañeras desde una perspectiva que apunta un poco más a la equidad entre géneros y que despierta interesantes reflexiones en torno a la sexualidad, la migración y la salud (para tener más datos sobre este proceso, ver Muñoz, 2003). 18 Este es un ejercicio que ha demandado de nuestra parte cierta distancia de los sujetos, ya que una de las au- toras se encuentra involucrada como promotora y acompañante del proceso organizativo en El Arenal, Calalco y Panorama desde hace dieciocho años.

113 En segundo lugar, consideramos que es pertinente desarrollar algunas conclusiones preliminares que nos permitan detectar cuáles serán los ejes en posteriores análisis y re- flexiones en torno a la migración totonaca hacia Estados Unidos. Haciendo un recuento de lo aquí expuesto podemos decir lo siguiente:

a) La migración internacional indocumentada y la migración legal o “con papeles”. Hay diferencias que saltan a la vista y que están relacionadas al contacto con la infraestructura que permite llegar “al otro lado”. Ser migrante ilegal implica buscar los servicios de quienes trafican con personas. Ser migrante legal es aproximarse a una estructura gubernamental que, hasta cierto punto, facilita el tránsito (a Estados Unidos y Canadá) y da la sensación de seguridad a los familiares del migrante, así como a éste último. Estar inserto en una estructura u otra, permite al migrante dar un uso diferenciado de las remesas, destinarlas a la consolidación de proyectos familiares con distinta periodicidad y abreviar o retrasar el periodo de estancia en el país receptor. Por otra parte, no olvidemos que aquellos que pueden acreditar legalmente su estancia, han llegado hacia el mercado de trabajo cana- diense, situación que hay que analizar con detalle para observar la dinámica específica de los totonacos en ese país.

b) Tal como señala Marroni (2004: 199), si bien es cierto que la migración no es causa directa de violencia familiar, constituye un elemento que puede contribuir a su desenca- denamiento. Tal como nos narran Asunción y Rosa, las relaciones inequitativas de poder entre cónyuges, traducidas en la violencia física o la posibilidad de maltrato debido al alcoholismo, la violencia económica (e incluso patrimonial), toma otros matices a partir de la migración internacional. Este aspecto de la migración hace que nos preguntemos acerca de cuáles son los costos de la migración para un género y otro, cómo les afectan, los empoderan o los subsumen.

c) Por otra parte, la percepción de la población totonaca sobre las remesas, ha variado a partir de las salidas y retornos de los migrantes, y gracias a la evaluación que han he- cho sus compañeras sobre el dinero recibido. Ya sea a través de la migración ilegal o “con papeles”, hay un supuesto generalizado sobre el salario de los migrantes y la cantidad de dinero de la que pueden disponer. Otra es la realidad que encaran cuando a los gastos co- rrientes de las familias receptoras y los costos de los proyectos familiares (la construcción de su casa, capitalizarse para un negocio o la educación de las hijas e hijos), se agregan los gastos producto de la estancia del migrante en el país receptor (pago al “guía” o “coyote” –en su caso–, hospedaje, alimentación, transporte, esparcimiento –alcohol principalmen- te). Comienza a rondar la idea acerca de que si la salida de la comunidad, el riesgo que se corre y la distancia, valen la pena.

d) VPH y VIH-SIDA, “propagación de la enfermedad”. Algo que se está sumando a los cos- tos de la migración a Estados Unidos es la propagación de las enfermedades de transmi- sión sexual entre las parejas de los migrantes. Es una situación que no se expone cuando las mujeres y hombres de El Totonacapan hablan de la migración internacional, pero una vez que se aborda el punto, quienes se quedan comienzan a manifestar una profunda

114 inquietud al respecto. Será necesario analizar posteriormente cómo este factor está tras- tocando la vida de estas comunidades indígenas y cuáles son los mecanismos de los que están echando mano para enfrentar la situación.

e) Hay un conjunto de variables que se entrecruzan y que será necesario retomar en posteriores investigaciones: género, etnia, migración, poder, violencia, salud y enferme- dad.

Bibliografía

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______(2007). El Virus del Papiloma Humano en la población campesina de Los Tuxtlas. El proceso diferenciado de “vivir una enfermedad”, Ponencia en la mesa “Estu- dios de género en la antropología veracruzana” 50 Aniversario de la Facultad de Antropología, 9 de mayo de 2007, 18 pp.

______(2004). “‘Imposible que fuera diferente’. Ahorro solidario entre mujeres Sihua- pill en una comunidad de migrantes veracruzanos”, en Blanca Suárez y Emma Zapata (Coords.), Remesas. Milagros y mucho más realizan las mujeres indígenas y campesinas, México, GIMTRAP, vol. I, pp. 77-110.

Marroni, María Da Gloria (2004). “Violencia de género y experiencias migratorias. La per- cepción de los migrantes y sus familiares en las comunidades rurales de ori- gen” en Marta Torres Falcón (Compiladora), Violencia contra las mujeres en con- textos urbanos y rurales, México, PIEM-Colmex, pp. 195-236.

Muñoz González, Mª de los Ángeles (2003). Organización totonaca, cultura y derechos indí- genas en procesos de desarrollo local. El caso de la organización Tres Corazones, Tesis de Maestría, México, Posgrado en Desarrollo Rural, UAM-X, p. 194.

115

Remesas en grupos domésticos de Tenampulco, Puebla

Hilda Jenny Barrios-Escobedo Emma Zapata-Martelo Pilar Alberti-Manzanares Beatriz Martínez-Corona Blanca Suárez

Resumen

Este artículo aborda la migración internacional en un municipio del estado de Puebla, Tenampulco, que se ha integrado a este proceso en los últimos años, como muchas otras localidades del México rural, en donde es cada vez más frecuente encontrar solamente a la población adulta mayor, niñas y niños, ya que los hombres y mujeres en edad reproduc- tiva se ven obligados a salir en busca de mejores oportunidades de empleo y de ingreso para sustentar las necesidades básicas de los grupos domésticos que permanecen en las comunidades.

Acercarnos al proceso migratorio de Tanampulco llevó a considerar, además de los da- tos generales del estado, la aplicación de una encuesta dirigida a 37 familias con el fin de caracterizar, tanto la migración en la comunidad como el flujo de las remesas. Se inclu- yen también, entrevistas a profundidad a integrantes de veinte grupos domésticos de la comunidad de Tenampulco, de los cuales diez reciben remesas mientras los otros no lo hacen. Otras entrevistas complementarias se realizaron con autoridades de la comunidad

 Desarrollo Rural. Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo, Estado de México (hilda@ colpos.mx) .  Desarrollo������������������������������������������������������������������������������������������������ Rural. Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo, Estado de México (ezapa- [email protected]).  Desarrollo������������������������������������������������������������������������������������������������ Rural. Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo, Estado de México (palbe- [email protected]).  Campus Puebla. Colegio de Postgraduados. Carretera Federal México-Puebla km 125.5, Puebla (beatrizm@ colpos.mx).  Grupo Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza, A. C. ([email protected]).

117 con el propósito de conocer cómo perciben la salida de migrantes de la comunidad y los impactos de la misma.

La migración internacional

En México, el fenómeno de la migración externa se inició, hace más de un siglo, con in- cidencia en la realidad económica, social, cultural y política de los diversos estados, mu- nicipios, ciudades y comunidades (López, 2002), y con características diferentes, tanto en términos de las nuevas áreas geográficas que proceden no sólo del ámbito rural sino también del urbano como del perfil de los y las migrantes, que intensificaron el proceso en las dos últimas décadas del siglo pasado (Suárez y Zapata, 2004).

La creciente y continua demanda de empleos para trabajadores mexicanos en los Es- tados Unidos explica, en parte, la magnitud y dinamismo de las corrientes migratorias. A ello se añade la existencia de factores de expulsión que inciden quizá con mayor intensi- dad y significación, entre ellos la entrada del país al Tratado de Libre Comercio (TLC) y el retiro del estado de la inversión social. El desorden desarticulador (Zermeño, 1998) gene- rado por la crisis de la economía mexicana, ha contribuido de manera importante a con- figurar esta alternativa para muchos trabajadores mexicanos, hombres y mujeres, como una opción en ciertos momentos única de empleo y bienestar familiar (López, 2002). La incapacidad del sistema para dar ocupación a la creciente población en edad de trabajar, la progresiva crisis del agro ocasionada por la falta de trabajo, escasez de tierra, violencia rural y pocos recursos para producir, dado el total abandono del campo y la ausencia de políticas públicas hacia ese sector, han deteriorado las economías de subsistencia y han aumentado las zonas marginales donde la pobreza, lejos de disminuir, se expande consi- derablemente.

A los puntos anteriores se añade la introducción de nuevas tecnologías con las que se desplaza a la población que antes laboraba en el sector rural, expulsando a las y los trabajadores de los sectores productivos, quienes sólo tienen espacio en los servicios, en la construcción o recibiendo las subvenciones mínimas que brinda el Estado (Suárez y Zapata, 2004). También existe incapacidad de las medianas y, sobre todo, de las grandes empresas en México, para generar los puestos de trabajo que demanda una población jo- ven, que presiona también a los trabajadores a contemplar la migración como el camino más idóneo para satisfacer su necesidad laboral (López, 2002).

Se estima que para el periodo 2000-2004, emigraron hacia Estados Unidos 1 millón 938 mil mexicanos en busca de oportunidades de empleo. Esto significa que la economía de ese país absorbió 1 de cada 3 Mexicanos que se incorporaron al mercado laboral durante este periodo, y generó 4.8 veces más empleos respecto a los formales que se crearon en nuestro país (Reyes, 2005) además de generar una fuerte dependencia, en materia laboral, hacia Estados Unidos por la insuficiencia de la economía mexicana para poder satisfacer la demanda. Hombres y mujeres han salido en busca de empleo para obtener ingresos y satisfacer sus necesidades vitales. La migración se refleja en las remesas que ingresan al

118 país y que tienen un impacto directo en la satisfacción de las necesidades de los grupos domésticos que las reciben.

El Consejo Nacional de Población (CONAPO), citado por García Zamora (2001), estima que sin contar los rezagos acumulados, el número de nuevos integrantes a la fuerza de trabajo en México, aunque en cantidades decrecientes, seguirá siendo muy significativo, al menos en los próximos tres lustros. La población económicamente activa, entre 1996 y el año 2010, es 22.3 millones de personas y el monto de los nuevos demandantes de empleo sería de 1.2 millones en el lapso 2000-2005, de 1.1 millones en 2005-2010 y de poco menos de 1 millón en 2010-2015 (García Zamora, 2001).

La decisión de emigrar hacia otros países, en particular hacia los Estados Unidos, no responde sólo a una reflexión ni a una decisión de carácter individual. Se trata de una estrategia de índole familiar y de interés comunitario, para abrir posibilidades y oportu- nidades, y aspirar a un nivel de desarrollo económico y social, que difícilmente pueden encontrar dentro del ámbito de las propias comunidades (López, 2002).

Para el medio rural, la migración es un fenómeno económico y de sobrevivencia entre las poblaciones de escasos recursos con impacto en las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales de amplias regiones rurales e indígenas en México, teniendo efecto de primera importancia en las agendas bilaterales y trilaterales del desarrollo. Además, transforma la vocación productiva de las zonas rurales e indígenas de mayor expulsión de fuerza de trabajo, en la reconformación demográfica del medio rural con altos índices de migración y transformaciones sociales y culturales debidas al contacto intenso entre diversas culturas (Suárez y Zapata 2004).

Tres indicadores son relevantes con relación al crecimiento inusitado de la emigración internacional a Estados Unidos: 1) el volumen de migrantes proveniente de todas las enti- dades del país y con destino a todos los estados de la Unión Americana; 2) el incremento sustancial en el monto de las remesas cercano a los 10 MDD para el año 2000; y 3) el mayor impacto de las organizaciones de migrantes en sus comunidades de origen y en el mismo país del norte (García Zamora, 2003).

La inmigración es un proceso a través del cual una nueva economía política transna- cional se está constituyendo, siendo uno de los procesos constitutivos de la globalización actual. Allí actores en desventaja ganan presencia aunque no ganen poder de manera directa (Sassen, 2003).

Dinámica socio económica de Puebla

El estado de Puebla es una entidad compuesta por 219 municipios, en los cuales existen grandes contrastes sociales y económicos; mientras en el centro del estado se ubica la capital, ciudad industrial y una de las más grandes del país; en el norte y sur del estado se

119 hallan una enorme cantidad de municipios que dependen, en su mayoría, de actividades agrícolas de subsistencia.

El estado de Puebla se ubicó, en 2003, como la séptima economía del país en cuanto a su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) con un monto de 228 mil millones de pesos. Una década atrás escaló un nivel, ya que en 1993 se encontraba en el octavo lugar con una cantidad de 37 mil millones de pesos (INEGI, 2004). El comportamiento del PIB estatal ha sido creciente (véase Gráfica 1), comportamiento que ha mantenido la misma tendencia que la economía nacional. Aunque vale la pena destacar que el crecimiento del PIB en los últimos años ha sido menor.

Gráfica 1. Evolución del Producto Interno Bruto del estado de Puebla

250 s o

s 200 e p e d 150 s e n o l l

i 100 M e d

s 50 e l i M 0 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03

PIB 37.3 42.4 55.9 78.4 102 129 163 187 199 207 228

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, 2004.

En 2003 la economía del estado representó 3.7% respecto al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, porcentaje que tuvo un incremento respecto a la década anterior, ya que en 1993 fue de 3.2%, lo que indica que la economía tuvo un crecimiento moderado en estos años.

En cuanto a la importancia relativa de los sectores de la economía estatal, se observa que el terciario es el que mayor magnitud ha alcanzado en cuanto a la absorción de la Población Económicamente Activa, aunque con muy poca distancia respecto al sector primario, ya que sólo tiene dos puntos de diferencia (véase Cuadro 1), lo cual indica la enorme importancia que tienen, para el estado, las actividades de este sector, por la mano de obra que absorbe y donde los ingresos percibidos son de los más bajos.

120 Cuadro 1. Porcentaje de PEA ocupada por sector de la economía en Puebla 2003

SECTOR PEA Ocupada Primario (agricultura) 36.9% Secundario (industrial) 24.9% Terciario (servicio) 38.2%

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, 2004.

La situación económica del estado, en la última década, se caracteriza por una fuerte con- centración de las actividades económicas y de la población en la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP); por ejemplo, la automotriz que se desarrolla mediante tecnología y orga- nización de punta; otras, enfrentan problemas en un mundo de competencia cada vez más intensa. También existe un nivel bajo en los salarios pagados en la actividad manu- facturera de la ZMP. No obstante, es en el campo donde se localiza la mayor parte de la Población Económicamente Activa (PEA) con niveles de productividad y desarrollo que resultan insuficientes para ofrecer empleos a los trabajadores.

El crecimiento del PIB estatal, a pesar de ser constante en la década de 1993-2003, no se reflejó de manera tan contundente en el desarrollo estatal, éste se concentró principal- mente en la zona metropolitana de la ciudad de Puebla y no en los sectores más margi- nados de la economía como son las zonas rurales; por lo que el crecimiento en el PIB no refleja el bienestar del total de la población.

El sector agropecuario, desde hace tiempo se debate en el marco de una severa crisis. Factores como dependencia del temporal, minifundio, economía de subsistencia, caren- cia de créditos baratos y oportunos, falta de asistencia técnica, escasa tecnología aplicada a los procesos de producción, determinan no solamente la baja productividad preva- leciente en la actividad agropecuaria y las dificultades para superar la crisis estructural prevaleciente, sino también los reducidos niveles de bienestar de la mayor parte de la población trabajadora del campo.

El índice de desarrollo humano se propone para medir las condiciones propicias para que hombres y mujeres disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa. Este con- cepto como tal, está referido a las libertades y las capacidades humanas, e implica progre- so y bienestar (PNUD, 2006), y empoderamiento de las personas, con el fin de que puedan beneficiarse de los procesos de desarrollo.

El índice de desarrollo humano del estado de Puebla en 2003 fue de 0.7632 (PNUD, 2006), ubicándolo en el lugar número 25 en el ámbito nacional; este nivel lo ha manteni- do durante los cuatro años anteriores; es decir, el progreso en el estado ha sido mínimo, al grado de que no ha podido escalar respecto a otros estados. Significa una inequitativa participación de hombres y mujeres en la vida económica y política del estado (Ver Cua- dro 2).

121 Cuadro 2. Índice de Desarrollo Humano en el estado de Puebla 2000-2003

Año Índice de Desarrollo Humano 2000 0.7540 2001 0.7574 2002 0.7598 2003 0.7632

Fuente: PNUD, 2006.

Migración y remesas en el estado de Puebla

De acuerdo con los datos del Banco de México, en el 2003 había 113, 689, 318 habitantes en México, de los cuales 9, 866, 755 eran residentes de Estados Unidos. En ese mismo año el estado de Puebla presentaba una población total de 6, 202, 479 habitantes (Banco de México, 2004), de los cuales 303, 442 eran migrantes en Estados Unidos (Banco de México, 2004), lo cual coloca al estado en el lugar número 11 en el ámbito nacional, en cuanto a población migrante en los Estados Unidos. Se ubica apenas por debajo de los estados con amplia trayectoria migratoria. El porcentaje de personas que se encontraba fuera del estado en ese año representó 4.92%, un porcentaje que es prácticamente la mitad del promedio nacional que para ese año fue de 8.68%. Este porcentaje lo ubicó como el esta- do número 20, en cuanto al número de migrantes respecto de la población total, lo que indica que es un estado con una dinámica migratoria reciente, ya que aun siendo uno de los estados más poblados del país (fue el quinto en cuanto a población total en 2003), el porcentaje de migrantes fue menor al de otros estados.

Lo anterior no quiere decir que el fenómeno de la migración sea algo nuevo en el estado; esta actividad se ha venido realizando en el transcurso de los años, pero en las últimas fechas se ha intensificado. Los ingresos por remesas que han llegado a Puebla han tenido gran dinamismo, de una década a otra, producto de los procesos migratorios y la velocidad con la que ha venido creciendo este fenómeno en el estado (véase Gráfica 2), al pasar de una captación de 178 millones de dólares en 1995, a 792 millones de dólares en 2003. Significó un crecimiento acumulado de 344% en cuanto a las remesas que ingresa- ron en estos ocho años. Anualmente el crecimiento promedio fue de 43%, esto muestra la dinámica tan fuerte que ha tomado este proceso.

Para 2003, en México ingresaron 13.2 miles de millones de dólares por concepto de remesas; Puebla captó 782 millones de dólares del flujo que hubo en ese año (Banco de México, 2004), con lo que se ubicó como el sexto estado con mayor captación de remesas, solamente después de Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Distrito Fede- ral; esto significa que captó 5.9% de las remesas que ingresaron al país.

122 Gráfica 2. Evolución de las remesas en el estado de Puebla

800 700 600 R emesas 500 mdp 792 400 300 200 178 100 0 95 03 A ño

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México, 2004.

Lo que se destaca de estos datos es que al ver el reflejo del fenómeno migratorio del estado transformado en remesas, se identifica que el impacto es alto; es decir, pese a no ser de los estados con mayor población migrante, es de los que están ingresando más remesas a sus comunidades, lo cual tiene efectos de manera directa en los hogares de los poblanos.

El promedio de ingresos por remesas que enviaron los migrantes del estado fue de 2, 556 dólares al año, mientras que en el ámbito nacional para ese mismo año el promedio fue de 1, 341 dólares. El estado de Puebla se ubica con uno de los promedios más altos en cuanto al envío de remesas por migrantes. Esto puede interpretarse como reflejo de la etapa en la que se encuentra el proceso de migración en el estado, ya que al ser reciente, la mayoría de migrantes está enviando mayor cantidad de remesas, a diferencia de esta- dos con mayor trayectoria migratoria.

Tenampulco, caracterización demográfica y socioeconómica

Tenampulco es una palabra náhuatl que significa “lugar entre altos cantiles”. Las primeras construcciones en esta comunidad datan de finales de1 700 y pertenece al municipio que lleva el mismo nombre. Se localiza en la parte noroeste del estado de Puebla (véase Mapa 1). Sus coordenadas son los paralelos 10º 08’ 30” y 20º 14’ 54” de latitud norte y los meri- dianos 97º 20’ 00” y 97º 30’ 00” de longitud occidental. El municipio colinda al norte con el estado de Veracruz; al este con Hueytamalco y Ayotoxco de Guerrero; al sur con Cuetzálan del Progreso y al oeste con Jonotla. Se ubica a 66 km de Teziutlán Puebla, ésta es la ciudad

 Estimación hecha con datos del Banco de México 2003.  Ibid.

123 de mayor importancia en la región, y con la cual la comunidad tiene un vínculo importan- te en cuanto a aspectos de índole comercial, legal, comunicaciones y servicios de salud. Es uno de los principales centros captadores de migración local de Tenampulco para los que buscan empleo y educación. Actualmente, estas condiciones han cambiado, debido a que migrar a Estados Unidos se ha vuelto más atractivo para la población, porque iden- tifican que los que emigran tienen mayor posibilidad de obtener ingresos para satisfacer sus necesidades.

Mapa 1. Municipio de Tenampulco, Puebla

Fuente: Elaboración propia, 2005.

Tenampulco tiene una superficie de1 0, 844 kilómetros cuadrados, que lo ubica en el lugar 168 con respecto a los demás municipios. La altura del territorio oscila entre 80 y 360 me- tros sobre el nivel del mar, y muestra tendencia a declinar en dirección sureste-noroeste.

Por el municipio atraviesan el río Tecolutla y el río Apulco; en estos ríos la actividad económica es baja, la pesca es doméstica, no para fines comerciales. El agua de estos ríos alimenta pequeños arroyos que cruzan por las parcelas y que sirven para las necesidades del ganado bovino que en la comunidad es de explotación extensiva.

La población total del municipio, según el XII Censo General de Población y Vivienda (INEGI, 2000), es de 7,060 habitantes, cifra que representa 0.14% de la población total del Estado. Cuenta con un índice de marginación de 0.98 por lo que es considerado alto y se ubica en el lugar 44 con respecto a los demás municipios.

La economía del municipio se basa en el sector primario, ya que representa 82% de la actividad económica (Cuadro 3). Los servicios en segundo lugar y el sector industrial en el tercero en importancia económica. Estos porcentajes varían con relación a los que mues- tra el estado de Puebla porque ahí el mayor peso recae en el sector servicios.

124 Cuadro 3. Actividades Económicas del Municipio de Tenampulco por sector

Sector Participación Primario (agricultura) 82.0% Secundario (industria) 5.2% Terciario (servicios) 12.8%

Fuente: Presidencia Municipal de Tenampulco. Plan de Desarrollo Municipal 2005-2008.

La mayor parte de la superficie de Tenampulco está destinada a la ganadería que se prac- tica en forma tradicional. La segunda actividad en importancia es la agricultura: la su- perficie se siembra con maíz, ya que actualmente es el cultivo en que se finca una parte importante de la economía de los pobladores del municipio. El maíz es un cultivo de tem- poral con bajos rendimientos y sólo alcanza para satisfacer las necesidades de las familias, además no tiene uso comercial importante. Estas labores generan empleo en el campo, pero no atraen a la gente en edad de trabajar porque se paga el salario mínimo.

Otro cultivo importante del sector agrícola son los cítricos como mandarina fremont, naranja y limón que se venden a las empacadoras de Martínez de la Torre, Veracruz. El empleo en estos predios es temporal, generalmente de diciembre a marzo, temporada de cultivo de estas frutas. Esta es otra fuente de empleo para la comunidad ligeramente mejor pagada que la de peón en el cultivo del maíz.

Existen también diferentes comercios como: abarrotes, mercerías, farmacias, carnice- rías y zapaterías para atender las necesidades de la población (PDM 2005).

Dinámica migratoria en Tenampulco

Las limitadas opciones de empleo del municipio y los bajos salarios que reciben quienes trabajan en el sector primario, motivan el movimiento migratorio. Ante la falta de oportu- nidades y de empleos, la gente ve como alternativa viable el “sueño americano”, situación que impacta a la comunidad de Tenampulco. De una década a la fecha ha tomado fuerza el flujo de migrantes hacia los Estados Unidos.

El fenómeno comenzó a mediados de la década pasada, cuando los primeros migrantes salieron hacia la Unión Americana, y posteriormente trasmitieron su experiencia a otros aventurados que realizaron el viaje hacia el país del norte. Hace cuatro años, según seña- lan las y los entrevistados, que las vías de internación a Estados Unidos se hicieron más comunes para la gente, empezó a darse con mayor intensidad el flujo migratorio, y se con- virtió en una alternativa de empleo tanto para padres de familia como para los solteros. Al respecto señala Paulini (2002) que la migración internacional ilegal está compuesta por hombres jóvenes de edad intermedia, que tienen la fuerza física y psicológica suficiente para afrontarla, así como la necesidad de acumular dinero para invertir y consumir.

125 El movimiento migratorio, en la comunidad, según 95.6% de las y los entrevistados, es de hombres y solamente 4.4% son mujeres (encuesta a migrantes, Tenampulco 2005). El principal objetivo de los varones migrantes es conseguir empleo para satisfacer las nece- sidades de su familia, y responde a la idea de que son los hombres los que salen en busca del sustento (véase Gráfica 3). Confirma esta aseveración lo que indica Massey (citado por Paulini, 2002) que en México la migración internacional ilegal es principalmente asunto de hombres. Es el padre quien toma la iniciativa en este proceso para conseguir ingresos para la familia.

Gráfica 3. Porcentaje de migrantes internacionales según sexo, Tenampulco, 2005

100% 90% 80% 70% 60% 50% 95.6% 40% 30% 20% 10% 4.4% 0% Hombres Mujeres

Fuente: Elaboración propia con base en encuesta, 2005.

Dicen las y los encuestados, que no hay un destino único; los principales lugares mencio- nados son las Carolinas, Texas, California, Illinois, Florida, entre otros estados. La mayoría se dirigen a lugares donde existe mayor concentración de migrantes mexicanos, lo que se apega a lo que Manssey et al., (1991) señalan: cuando la migración comienza, desarrolla una infraestructura social que la convierte más adelante en un proceso permanente y masivo.

Viajé por la frontera de Sonora y llegué a Carolina del Sur, ahí trabajé de 1999 hasta el 2001; después del atentado viajé hacia Carolina del Norte, pues me enteré de que esta- ban dando mucho apoyo y trabajo a los latinos (Guadalupe, 27 años, 24/11/05).

Los migrantes de Tenampulco tienen poco tiempo internándose en Estados Unidos; al- gunos hace ocho años viven este proceso, y hay gente que tiene un par de meses de haber iniciado la experiencia; sin embargo, la mayor concentración de migrantes tiene alrededor de dos años o menos de haber iniciado esta actividad. Estos datos refuerzan la idea de que el proceso es reciente porque se nota una mayor concentración de varones migrando en los últimos años. Suárez y Zapata (2004) señalan que con el tiempo, los lazos

126 sociales entre las comunidades de origen y las de destino crecen hasta formar redes de relaciones que a la larga disminuyen los costos de la migración internacional. En el caso de los que emigran, se considera que las redes constituyen una forma muy valiosa de ca- pital social, ya que dan oportunidad, a los migrantes, de tener acceso al trabajo o incluso lograr un mejor salario. Con las redes también se intensificarán los lazos de comunicación entre los migrantes que se han ido y los que tienen interés de salir.

De 37 personas entrevistadas, 96% señaló que el medio más usual a través del cual se internan, es pagando los servicios de un “coyote”; sólo 4% comentó tener documen- tos en regla para ingresar de manera normal a Estados Unidos. El mecanismo que usan los migrantes de la comunidad conlleva sus riesgos, al grado que el año pasado, según comentarios de la población, un joven que intentaba cruzar el desierto murió durante el trayecto, víctima de cansancio y sed. Ésta fue una experiencia difícil de asimilar aunque el flujo migratorio no se detuvo.

El costo para entrar a los Estados Unidos es variable: oscila entre 15,000 y 25,000 pesos. Esto significa que cualquiera que se decida a emigrar, debe considerar esa cantidad de dinero. Sin embargo, para los migrantes la inversión va más allá del costo material que significa el viaje a Estados Unidos, y que muchas veces no identifican como tal. Dentro de estos conceptos está la búsqueda de trabajo el esfuerzo para aprender nuevas lenguas y culturas, la dificultad experimentada durante la adaptación a un nuevo mercado de tra- bajo, y el costo psicológico de cortar los viejos lazos y forjar los nuevos (Reyes, 2005).

Una parte importante de los migrantes de la comunidad, trabaja una temporada en Estados Unidos y regresan a la comunidad. Durante el levantamiento de la encuesta, al- gunos de ellos se encontraban en casa, pero tenían planes de regresar a la Unión Ame- ricana en marzo, cuando pasaran los fríos. Vale la pena destacar que las estancias de los migrantes en sus casas pueden durar periodos prolongados; algunos están hasta un año o más y después regresan. Las ausencias pueden demorarse por dos o más años. También hay migrantes, sobre todo los nuevos, que a la fecha no han regresado a sus comunidades. Esto se entiende porque la gente recién llegada a Estados Unidos busca primero la estabi- lidad y hacerse de recursos para después regresar al menos temporalmente a su pueblo. Los migrantes de la comunidad se integran al flujo migratorio en un país como Estados Unidos, en donde se desarrolla una economía que necesita mano de obra barata y vulne- rable (Ramírez et al, 2005) y pasan a formar parte de este flujo de personas, en ocasiones con empleo por temporadas prolongadas, y en ocasiones en forma esporádica por lo que se ven obligados a regresar.

El vínculo entre la gente es muy importante 65% de los migrantes: señaló que se co- munican con sus familias cada semana, y 35% que lo hacen quincenalmente; el princi- pal medio es el teléfono. Esto se pudo constatar en la caseta telefónica de la comunidad donde llegaban las esposas de los migrantes para comunicarse con sus familiares, gene- ralmente en sábado y domingo. Esta comunicación representa hasta el momento, en la

127 comunidad, la única posibilidad de preservar el circuito afectivo con sus hijos e hijas y otros miembros del hogar (Reyes, 2005).

Intento comunicarme todos los fines de semana, generalmente en domingo; el problema es que luego no abren la caseta o me dicen que no hay mensajero para ir a llamar a mi esposa, pero siempre trato de estar en contacto para que no se preocupe (Venancio, 26 años, 22/11/05).

Cuando se les preguntó a las mujeres su sentir respecto de la situación que viven, las opi- niones fueron muy variadas. La mayoría de los comentarios giraron en torno a extrañar a sus familiares, tristeza, preocupación, inseguridad, nostalgia, e inclusive depresión. Sólo un par de entrevistadas señalaron que se sentían tranquilas, pero por lo general sienten la ausencia, la viven como algo que les angustia al no tener cerca a sus seres queridos. Lo entienden por la necesidad de trabajar, porque necesitan el dinero, pero es algo que resiente la familia; y creen que la migración ocasiona desintegración. En este sentido co- bra importancia lo que señala Sánchez (2004): migrar puede representar una solución al estado de pobreza pero es una solución de doble filo, puede representar un puente para llegar al desarrollo humano pero también un puente de ruptura entre quienes migran y sus espacios, sus costumbres y sus formas de vida.

La verdad me siento triste cuando pienso que está lejos, pues lo extraño y me preocupa que algo le pase; trato de que no me vean llorando mis hijos, para que ellos no se vayan a sentir mal. Cuando pasó lo de las torres gemelas me preocupé mucho, casi ni dormía por- que no tenia noticias de él, después de tres días de lo que pasó llamó y ya me tranquilicé. En esas fechas el estaba en Texas, pero de todos modos me preocupé mucho, yo ya quería que se regresara (Josefina, 35 años, 22/11/05).

De las 37 personas entrevistadas, 70% comentan que las remesas son su principal fuente de ingreso. Además, realizan otras actividades como la agricultura, la construcción, e inclu- sive, el trabajo doméstico que desarrollan las familias, permitiéndoles complementar sus entradas económicas. De las personas entrevistadas, 30% señaló que aunque las remesas no son su principal ingreso, juegan un papel muy importante, contribuyendo con 50% o más del mismo; en este sentido, Ramírez (2005) comenta que hay un consenso general, acerca de la importancia que tienen las remesas para la supervivencia de numerosos ho- gares, que sin duda, contribuyen a la disminución de la pobreza y al desarrollo de obras de infraestructura social en las comunidades, sustituyendo la propia responsabilidad y obligación del gobierno.

Las mujeres dependen completamente de las remesas que envían los esposos: el 78%, y 22% señalaron que son muy importantes para la obtención de algunos satisfactores aunque no alcanzen para satisfacer todas sus necesidades. Los envíos monetarios tienen que completarse con otros trabajos en la agricultura o en los servicios.

128 Los montos de remesas recibidos son muy variables, llegan envíos que van desde 12,000 pesos al año, hasta 140,000 pesos anuales, en esta cantidad se incluyen envíos del papá y dos de los hijos.

El salario que pagan al latino va desde los 5 hasta los 15 dólares, dependiendo de las ho- ras que trabaje, ya que rebasando las 40 horas de trabajo se ganan 12 dólares por hora, y según la antigüedad, se puede llegar a ganar hasta 15 dólares por hora; en la construcción por las mismas horas se puede llegar a ganar hasta 10 dólares la hora. Si uno es cuidadoso con su dinero se puede ahorrar bastante para que valga la pena el estar fuera de casa (Guadalupe, 27 años, 24/11/05).

Las cantidades enviadas por lo general son bajas, porque como se mencionó, la región tiene un proceso reciente de migración y debe existir un periodo de adaptación, tanto al país como al empleo, por lo que al principio, ganan los salarios más bajos por hora.

Por lo regular la gente nueva llega a trabajar en los restaurantes y ahí son muy explotados, ya que desde que amanece, hasta que acaba el día no se deja de trabajar (Bernardo, 47 años, 24/11/05).

De las entrevistadas, el 56% señaló que el envío de remesas es quincenal, aunque hay quienes las reciben semanalmente, y otros una vez al mes.

Los mecanismos de envío son tres: vía bancos, por Western Union (35%), o a través de un giro postal; este último es el mecanismo más usado, ya que 65% recurren a él. Se expli- ca porque los otros servicios no están disponibles en la comunidad, y la gente tiene que desplazarse 60 kilómetros a la ciudad de Teziutlán, donde pueden recibir el servicio.

El uso de las remesas es variado, como señala Van Doorn (citado por Ramírez, 2005): se dedican fundamentalmente a satisfacer las necesidades básicas de los hogares: alimen- tación, vivienda, vestido, salud y educación. En Tenampulco, de igual forma, la mayoría de los grupos domésticos las destinan para satisfacer las necesidades elementales, así lo identificaron 78% de las y los entrevistados que las utilizan para complementar los gastos de alimentación y 22% señala que con ellas realizan gastos para educación, salud, cons- trucción y algunos inclusive ahorran. Lo que sí vale la pena destacar es que es un recurso muy importante para los grupos domésticos que las reciben, que contribuyen a cubrir las necesidades primarias y otras que se consideran importantes. De no contar con estos recursos, posiblemente no podrían tener acceso a ciertos servicios de salud.

Las mujeres son las que administran las remesas: 52% de las entrevistadas señalan que ellas pueden tomar decisiones sobre el uso, mientras el 48% dice que es el esposo quien lo determina, otras señalan que la decisión la toman entre los dos.

Al investigar cuál ha sido el cambio que han notado en su situación económica, 73% de las mujeres señala que ha mejorado y 27% que sus condiciones siguen iguales. La eco-

129 nomía de los grupos es uno de los aspectos en los que es más tangible el impacto de las remesas, ya que estamos hablando del flujo de recursos.

Sí ha mejorado la situación económica en la familia, pero sé que todavía tengo que tra- bajar mucho; mis propósitos antes de regresar a mi casa son: tener mi propio rancho con ganado y poder tener un fondo para mantener la salud de mi madre, y la camioneta que tengo (Lupe, 27 años, 24/11/05).

Al preguntar a las entrevistadas cómo se sienten emocionalmente con la ausencia de sus familiares y cómo les afecta esta situación en su estado de ánimo, se identificó que 66% señala que se sienten bien o no han percibido cambios y 33% que ha empeorado su situación emocional, principalmente porque sienten tristeza, depresión y soledad.

En el aspecto social, 47% de las esposas de los migrantes señalaron que su situación sigue igual y 43% que se sienten mejor aceptadas socialmente. Con relación a los cambios económicos, emocionales y sociales, es importante destacar lo que señala Tienda y Booth (citados por Rosas, 2004), que no se puede afirmar que ésta mejore o erosione la posición de la mujer respecto al hombre, sino que simultáneamente trae ganancias y pérdidas, dando lugar a una reestructuración de las asimetrías.

En entrevista con el secretario de la contraloría del Ayuntamiento y con la encargada del sector salud, de la comunidad, se encontró que las autoridades perciben que la gente demanda servicios públicos, empleo, seguridad pública y educación, e identifican que la mayor parte de la población tiene un nivel socioeconómico bajo, donde apenas alcanzan a solventar sus necesidades básicas. El fenómeno de la migración lo perciben como algo delicado, asunto que toma cada vez más fuerza entre la gente y que está impactando a la comunidad, porque la mano de obra en edad de trabajar se está yendo en busca de opor- tunidades, y se frena la actividad productiva; además, lo ven como un riesgo muy fuerte al que se exponen los migrantes en su trayecto a Estados Unidos.

Este es un panorama general de la migración en la comunidad, lo que permite enten- der cómo se ha venido dando el fenómeno y sus características; es una comunidad joven en este proceso, donde las características sociales y económicas que presenta, son dife- rentes a la forma como ocurre en otras comunidades con más antigüedad.

Además, por ser una actividad nueva, se resiente la ausencia de los familiares. Las re- mesas apenas satisfacen las necesidades básicas, y aún no se generan los volúmenes de ingresos suficientes para colmar necesidades más allá de la subsistencia, o para realizar acciones en beneficio de la comunidad, como se hace en otros lugares del país.

Los medios para migrar siguen siendo los de mayor riesgo, no se identificó que existan redes sociales que puedan atraer a los nuevos migrantes. Lo hacen por la necesidad de obtener ingresos para mejorar su situación económica.

130 Caracterización de los grupos que no reciben remesas

Se mencionó que para profundizar en el problema se compararon 20 grupos domésticos; diez de ellos no reciben remesas mientras los otros las reciben. Para caracterizar a los grupos se tomó la definición de González de la Rocha 1( 999): se asocian en un mismo espacio, comparten la vivienda y el gasto familiar, organizan colectivamente sus recursos. También deciden en conjunto o ponen en acción estrategias de generación de ingresos y actividades de consumo. A continuación se describen y se analizan las características de los grupos.

Este grupo de análisis (diez entrevistadas) está compuesto por mujeres cuyas edades oscilan entre los 30 y los 62 años de edad. Todas son madres; el número de hijos varía des- de uno hasta cinco, aunque la mayoría de ellas tienen entre dos y tres hijos. Expresaron que la vida cada vez está más difícil como para sacar adelante a muchos hijos, afirmando que es mejor tener una familia poco numerosa para poder darles mayor bienestar (Cua- dro 4).

Cuadro 4. Características de los grupos domésticos que no reciben remesas, Tenampulco, Puebla

Quién Núm. decidió su Le interesa Familia Nombre Edad Estado Civil Escolaridad hijos grado de capacitarse estudios 1 Carmen 40 3 Unión Libre Primaria Papá No puede 2 Graciela 33 5 Casada Secundaria Papás Primaria 3 Irma 49 2 Casada Primaria Ella Primaria 4 Laura 32 2 Casada Primaria Papá Secundaria 5 Alberta 39 3 Casada Bachiller Ella Carrera Técnica 6 Raquel 62 2 Unión Libre Carrera Técnica Ella No puede 7 Eloisa 29 1 Unión Libre Carrera Técnica Papá Cursos 8 Julia 32 1 Unión Libre Profesional Ella Cursos 9 Sofía 42 4 Unión Libre Secundaria Ella Carrera Técnica 10 Natalia 60 3 Unión Libre Primaria Papás Cursos

Fuente: Elaboración propia con datos de encuesta, 2005.

Seis de las diez mujeres se encuentran en unión libre, mientras que cuatro formalizaron su unión mediante el matrimonio. Sólo Irma está casada por lo civil y por la iglesia, las otras tres sólo por lo civil.

La escolaridad es variable, seis cursaron estudios de primaria o secundaria, tres llega- ron hasta el nivel de bachillerato o carrera técnica, y Julia es la única profesionista en este grupo de mujeres. Las entrevistadas señalaron que sus padres determinaron hasta qué año debían estudiar, ya que no les interesó apoyarlas, porque consideraban que para una mujer la carrera no era necesaria. Las principales razones para limitar los estudios a las in-

131 formantes fueron varias: 1) que eran muchos en sus grupos domésticos y los recursos no alcanzaban o tenían responsabilidades, producto de la situación económica que vivían; 2) que tenían que ayudar con los hermanos y hermanas pequeñas, lo que les quitó el interés por continuar con el estudio; 3) los padres decidieron que la educación no era importante para las mujeres porque al casarse los maridos las mantendrían, situación que se ve refle- jada en la comunidad. Para Asakura (2005) la situación no es estática, los diferentes niveles de desigualdad se modifican a lo largo del ciclo vital.

Me siento mal de que mis padres no me hayan dado la oportunidad de seguir estudian- do, debido a que éramos muchos ya que decían que no había posibilidades económicas, yo lo atribuyo a que como soy mujer me limitaron, ya que pasó lo mismo con mi otra hermana, no así con mis hermanos que incluso dos de ellos tienen carrera (Laura, 32 años, 25/11//05).

Me siento impotente de no poder ayudar a mi hija, la decisión fue de mis padres de que no seguiera estudiando, la razón que me dijeron es que soy mujer, que me iba a casar y no iba a necesitar ir a la escuela (Graciela, 33 años, 23/11/05).

La mayoría de las entrevistadas manifestaron tener deseos de seguir estudiando (ocho de diez); les interesaba terminar un grado de estudios más del que tienen; por ejemplo, cur- sar alguna carrera técnica o la secundaria a aquellas que sólo tienen estudios de primaria. También hay aspiraciones para tomar cursos de capacitación que les ayuden a tener más conocimientos para poder conseguir un empleo. En el municipio la capacitación que ofrecen es sobre costura o repostería, actividades que si bien darán nuevas habilidades, no garantizan que al ejercerlas rompan con el esquema tradicional de género en el que desarrollan sus quehaceres. La falta de oportunidades que tienen las mujeres de la comu- nidad no les permite alcanzar niveles más altos de bienestar. Como señala Antolín (2003) hombres y mujeres tienen el mismo valor y poder, y por tanto, deberían tener los mismos derechos y oportunidades.

En algunas ocasiones mi nivel de estudios no me ha permitido defenderme ante cierto tipo de circunstancias, como cuando mi hija la mayor tiene alguna duda, hay veces que no la he podido ayudar. Si me dieran la oportunidad de seguir estudiando lo haría, ya que me siento impotente de no poder ayudar a mi hija (Graciela, 33 años, 23/11/06).

Tres mujeres de este grupo son las que tienen el máximo grado de estudios, de las cuales Raquel y Eloisa cursaron una carrera técnica: Eloisa estudió en el CONALEP pero no ejerce; Raquel estudió enfermería y con orgullo ejerce su profesión como encargada de la clínica de la comunidad; Julia es la única mujer que continuó sus estudios y alcanzó una profe- sión, terminó la preparatoria, el mayor nivel en la comunidad, pero por falta de recursos y porque se casó, ya no pudo continuar con una carrera en ese momento. Sin embargo, con el paso del tiempo entró a estudiar una licenciatura en pedagogía, en el sistema abierto, la cual concluyó con el apoyo de su esposo y sus padres. Sin embargo, manifestó que la plaza que tiene actualmente está en una ranchería a dos horas de Tenampulco. Esto

132 implica dejar encargada su casa y sus hijos para poder ir a trabajar. Gracias al apoyo que obtiene de su madre y de su esposo puede desarrollar su profesión, como lo expresa en el siguiente testimonio:

Recuerdo que yo tenia muchas ganas de estudiar pero no se pudo, mis hermanos ya es- taban fuera estudiando y en esos tiempos fue muy difícil que yo pudiera continuar, pero en cuanto pude, inicié mi carrera con el apoyo de mi esposo y también de mi mamá, que siempre me cuidó a mi hijo cuando yo tenía que ir a la escuela a Teziutlán los fines de semana (Julia, 32 años, 29/11/05).

Caracterización de los grupos que reciben remesas

Los grupos que reciben remesas (diez) se conformaron con entrevistadas que ponen en acción estrategias de generación de ingresos y actividades de consumo (González de la Rocha, 1999). Son personas que comparten funciones domésticas; es decir, necesida- des vitales como la provisión y preparación de comida y el cuidado de los hijos (Asakura, 2005). La migración ha generado una reorganización más compleja de los grupos do- mésticos. Muchas veces incluyen personas que no tienen vínculos de parentesco, aunque contribuyen con los gastos, tareas y reproducción de la unidad. A continuación, se des- criben y analizan las características de los grupos domésticos que reciben remesas en la comunidad.

En este Grupo de Análisis con Remesas (diez mujeres) las entrevistadas tienen eda- des que oscilan entre los 29 y los 55 años de edad. Todas son madres; el número de hijos varía de uno a cinco, aunque la mayoría de ellas tienen entre dos y tres hijos (véase Cua- dro 5). Señalaron que prefieren familias pequeñas para poderles dar mejor nivel de vida.

Cuadro 5. Características de los grupos domésticos que reciben remesas, Tenampulco, Puebla

Quién Número decidió su Le interesa Familia Nombre Edad Estado Civil Escolaridad de hijos grado de capacitarse estudios 1 María 29 1 Unión Libre Trunco Ella Carrera técnica 2 Hilaria 55 2 Casada Primaria Papás No puede 3 Leonor 52 5 Casada Primaria Papás Cursos 4 Emma 35 1 Unión Libre Secundaria Ella Secundaria 5 Georgina 29 2 Unión Libre Secundaria Papá Cursos 6 Jacinta 37 3 Unión Libre Secundaria Papá No puede 7 Ángela 55 3 Unión Libre Secundaria Mamá Preparatoria 8 Noelia 25 2 Unión Libre Secundaria Papás No puede 9 Olga 53 2 Casada Comercial Papá No puede 10 Malú 52 5 Unión Libre Primaria Papá No puede Fuente: Elaboración propia con datos de encuesta, 2005.

133 Siete de las diez mujeres de este grupo se encuentran en unión libre, mientras que tres están casadas por lo civil. En lo referente a la escolaridad, seis de ellas cursaron la secun- daria, dos tienen primaria, una tiene carrera técnica y otra cursó dos años de carrera y ya no pudo terminar por falta de recursos.

La verdad es que los gastos que se ocasionan cuando está uno fuera estudiando, son mu- chos: hay que pagar renta, alimentación y pasajes, que es lo básico, sin contar los gastos de la escuela y los de uno, esos ya como sea se dejan hasta el último. Pero no alcanzó el dinero, sólo pude cursar dos años de administración en la Ciudad de Puebla y tuve que suspender mis estudios (María, 29 años 11/11/05).

Señalan la mayoría de las entrevistadas que fueron sus padres los que determinaron el número de años que podían cursar; comprenden que fue por falta de dinero. Estas deci- siones en las que se discriminó a la mujer pueden considerarse, como lo señala Antolín (2003), un obstáculo para el desarrollo de las sociedades y los países, y cuando se limita a las mujeres y niñas hay consecuencias para el empobrecimiento y subdesarrollo. María es la única que decidió por sí misma que no podía continuar estudiando, aunque el motivo fue la falta de recursos. La mayoría considera que es muy importante contar con un nivel mayor de estudios, que les permitiera hacer algo más que leer y hacer cuentas, porque hay veces que se necesita saber más para defenderse y enfrentar la vida.

Yo creo que el estudio sí ayuda, parece que no, pero cuando uno se prepara puede ha- blar mejor y entenderse con la gente, además de que si quisiera uno buscar trabajo en la ciudad, la verdad es muy difícil, me lo han contado mis sobrinas y eso que ellas hicie- ron su carrera técnica, imagínese a mí que apenas puedo leer y escribir (Emma, 35 años, 14/11/05).

El interés que expresan las mujeres para continuar estudiando es en principio para al- canzar un grado mayor al que tienen; por ejemplo, continuar con la secundaria o estu- diar la primaria. Piensan que para poder salir adelante hay que capacitarse y tener más conocimiento en la vida. Señala Antolín (2003), que la educación tiende a aportar una visión crítica, analítica y contribuye a una mejor comprensión de los factores de poder y de dominación que están en el origen de las discriminaciones vividas por las mujeres. De ahí la importancia de buscar que las mujeres se interesen por alcanzar un nivel mayor de estudios y puedan participar como ciudadanas plenas en sus comunidades. Sin embargo, en este grupo cuatro mujeres señalaron que no podrían seguir estudiando, principalmen- te por las responsabilidades ahora que el esposo está migrando.

No es que no quisiera, lo que pasa es que ahora que mi esposo está fuera, tengo más cosas que hacer, y eso me limita en tiempo. De lo contrario me gustaría tomar algunos cursos de capacitación como de costura o enfermería, que son los que se ofrecen en el municipio (Jacinta, 37 años, 16/11/05).

134 María dejó su carrera pero tiene interés en cursar una carrera técnica, como computación o secretariado, porque piensa que le hará falta más adelante, tanto para mejorar la situa- ción del grupo doméstico como para apoyar a sus hijas en el futuro.

Comparación entre mujeres que reciben remesas y las que no reciben estos recur- sos

Las entrevistadas de ambos Grupos de Análisis coinciden en cuanto a edad, ya que en su mayoría tienen arriba de 30 años; en la generalidad de los casos son familias constitui- das en unión libre, compuestas por dos o tres hijos. El grado de escolaridad de ambos gru- pos se encuentra en primaria y secundaria, lo que indica que accedieron sólo a educación básica por ser obligatoria y gratuita. Lo determinante en la escolaridad a la que tuvieron acceso, tiene que ver con la decisión de los padres y no por voluntad de ellas. Los argu- mentos fueron la falta de recursos económicos o la visión de que en el caso de la mujer no era tan necesaria la escuela, sino más bien aprender las labores del hogar. Si bien las entrevistadas tienen limitadas opciones para continuar con sus estudios, con los ingresos provenientes de las remesas están buscando educación para sus hijos e hijas, para que tengan las herramientas para enfrentar la vida y no pasen la situación que ellas viven.

Sin duda, el grupo doméstico es un factor importante para analizar cualquier proceso migratorio. Es una institución primaria donde tanto los hombres como las mujeres expe- rimentan cambios en distintos ámbitos de la vida cotidiana en el proceso de migración: laboral, sexual, reproductiva, social, etcétera. Sin embargo, los hombres y las mujeres no tienen las mismas experiencias dentro y fuera del hogar en este proceso. Esta experiencia migratoria puede influir en las relaciones de género; es decir, en el grado de autonomía femenina en el interior del hogar (Asakura, 2005).

Remesas: montos y frecuencias de envío en grupos domésticos que reciben reme- sas

La mayoría de las familias que reciben las remesas lo hacen de forma quincenal (cinco familias), mientras tres obtienen este recurso de manera mensual y dos semanalmente como se puede ver en el Cuadro 6. En determinados momentos deben prever que el envío de dinero se retrase y buscar cómo enfrentar la situación. En esta actividad la mujer se convierte en administradora de los recursos porque tiene mayor información sobre los tiempos en los que su marido enviará el dinero para la familia y busca garantizar la subsistencia del grupo. La administración le confiere poder de gestión y ejercer nuevas responsabilidades. En algunos casos estas mujeres se insertan en la vida laboral cuando las remesas no son suficientes. En el Cuadro 6 se presenta la frecuencia, montos y formas de envío.

135 Cuadro 6. Características de los ingresos por remesas en Tenampulco, Puebla

Monto Forma de Familia Nombre Frecuencia Receptor ($) envío 1 María Quincenal 2000 Western Union Ella 2 Hilaria Mensual 500 Giro Ella 3 Leonor Semanal 500 Giro Ella 4 Emma Mensual 10300 Giro Ella 5 Georgina Mensual 2000 Giro Ella 6 Jacinta Quincenal 2000 Giro Ella 7 Ángela Mensual 5000 Giro Ella 8 Noelia Quincenal 2000 Giro Ella 9 Olga Quincenal 2000 Giro Ella 10 Malú Quincenal 1500 Giro Ella Fuente: Elaboración propia con datos de encuesta, 2005.

Como se observa, los montos alcanzan desde los $500 hasta los $4,000 pesos y pre- dominan los grupos domésticos que reciben $ 4,000. Sólo uno de ellos recibe más de $10,000.

Cuadro 7. Monto de remesas recibidas mensualmente en Tenampulco, Puebla

Montos de N=10 Porcentaje Remesas (pesos) 500 1 10% 1000 0 0% 2000 2 20% 3000 2 20% 4000 4 40% +4000 1 10% Totales 10 100% Fuente: Elaboración propia con datos de encuesta, 2005.

Con los datos proporcionados se hizo una estimación mensual de $ 3,880 pesos; conside- rando que los envíos fueran constantes durante un año, el monto anual sería de $ 46,560 pesos en promedio (equivalente a 4,232 dólares), lo cual indica que está por encima del promedio nacional.

 Considerando un tipo de cambio de 11 pesos por dólar.

136 Monto de Estimado de Familias remesas mensual remesas anual ($)1 ($) 1 4,000 48,000 2 500 6,000 3 2,000 24,000 4 10,300 123,6002 5 2,000 24,000 6 4,000 48,000 7 5,000 60,000 8 4,000 48,000 9 4,000 48,000 10 3,000 36,000 Promedio 3,880 46,560

Cuadro 8. Montos de remesas mensuales recibidos por familia y estimación anual

Monto de Estimado de Familias remesas mensual remesas anual ($)1 ($) 1 4,000 48,000 2 500 6,000 3 2,000 24,000 4 10,300 123,6002 5 2,000 24,000 6 4,000 48,000 7 5,000 60,000 8 4,000 48,000 9 4,000 48,000 10 3,000 36,000 Promedio 3,880 46,560

1 La estimación se hizo considerando los montos mensuales de remesas recibidos por las familias, multiplicándolos por 12 meses. 2 Este grupo doméstico reporta que el ingreso proveniente de remesas se compone de las aportaciones que envían el papá y dos de los hijos.

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta 2005.

Esta cantidad es superior en 58% a lo que pudieran ganar si trabajaran en la actividad agropecuaria en la comunidad. Si consideramos que pagan 80 pesos diarios y tuvieran trabajo todos los días, la cantidad ascendería a 2,400 pesos mensuales. Sin embargo, seña- lan las entrevistadas que no sucede así porque, aunque sus maridos trabajaran todos los días, en promedio les pagan entre 10 o 15 días mensuales y sólo reciben salario cuando hay cosecha de un producto.

El promedio de ingreso por remesas en el municipio es superior en 65% al promedio estatal que fue de 2,343 pesos mensuales. El dinero proveniente de las remesas les per- mite a las familias satisfacer sus necesidades básicas, en principio, y atender otros satis- factores como salud, construcción, automóvil, entre otros gastos. Estos recursos vienen a impactar de manera directa en el desarrollo económico de las familias, en la participación económica y social de las mujeres y modifican los roles de género al interior de los grupos domésticos.

Comentarios finales

Con los datos presentados se puede señalar que a pesar de que el estado de Puebla ha tenido crecimiento en su economía, éste no se ha visto reflejado en bienestar para toda la población.

1 La estimación se hizo considerando los montos mensuales de remesas recibidos por las familias, multiplicándolos por 12 meses. 2  EstimaciónEst ehechagrupo condom ébasestico renep olosrta datosque el idelngr eingresoso prove nmensualiente de r eporme sremesasas se com pdelon eestadode las a depor tPueblaaciones paraque el año envían el papá y dos de los hijos. 2003 reportado en dólares y trasformado a pesos a un tipo de cambio de 11 pesos por dólar.

137 Se identificó que la comunidad de estudio ofrece muy pocas alternativas de empleo para la población en edad de trabajar. La economía de Tenampulco se basa en la agricul- tura, ganadería y pequeños comercios, dichas actividades no emplean muchos trabaja- dores y además no generan un nivel de salarios tal que pueda satisfacer las expectativas de la población en los tiempos actuales, por lo que los hombres y las mujeres han busca- do alternativas de empleo fuera de la comunidad.

Las limitadas oportunidades laborales han motivado el reciente movimiento migrato- rio en la comunidad. Se identificó que la mayoría son migrantes de primera generación, que tienen interés de ahorrar para enviar a sus familias, poder hacerse de un patrimonio y posteriormente regresar a su pueblo. La mayoría tiene entre dos y cuatro años de haber salido de la comunidad. Este fenómeno cada vez cobra más fuerza. El promedio de re- mesas en el municipio, con datos de las entrevistadas, es de 3,880 pesos mensuales, que supera al nacional y al estatal en un alto porcentaje, lo cual hace más atractiva esta opción para quienes se decidan a asumirla.

Las remesas son recursos económicos que han venido a generar cambios y transforma- ciones en los grupos domésticos de la comunidad de Tenampulco. Estos cambios y trans- formaciones han impactado de manera directa en la economía de los grupos domésticos, al poder disponer de recursos para satisfacer sus necesidades de carácter básico o mate- rial. Pero hay necesidades que tienen que ver con la parte humana de las personas que no se satisfacen necesariamente con dinero. Las mujeres se sienten solas y angustiadas. Se identificó que la llegada de remesas ha favorecido en los grupos domésticos, el cambio de roles familiares y de género al hacer que las mujeres tomen un papel más activo como administradoras de recursos, de su tiempo, de la familia y de sus propias decisiones. Estos cambios han impactado en su participación económica al volverse personas más activas en la administración y cuidado de los recursos, demostrando sus potencialidades y desa- rrollando sus capacidades.

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140 Políticas públicas y control de la reproducción: mujeres mixtecas en ambos lados de la frontera

Hiroko Asakura

Resumen

Para que las mujeres puedan integrar en el proceso de desarrollo y acceder a sus benefi- cios, es necesario garantizar su ejercicio de poder en distintos ámbitos vitales; de manera destacada en la reproducción. Como se afirmó en la Conferencia del El Cairo, el desarrollo no podrá lograrse mientras las mujeres no puedan ejercer sus derechos sexuales y repro- ductivos. De aquí surgen algunas preguntas a las que se intenta contestar en este artículo. ¿Cómo están ejerciendo sus derechos reproductivos las mujeres mixtecas? ¿Qué institu- ciones intervienen en ello, tanto en el lugar de origen como en la sociedad receptora? ¿Podemos decir que las mujeres han adquirido poder en el ámbito de la reproducción en el contexto migratorio transnacional?

La primera parte de este artículo está dedicada al análisis del universo de estudio, es decir, Santa Cecilia y su historia migratoria. En la segunda parte, abordamos las acciones individuales de control de la reproducción, que se articulan con la intervención de dis- tintas instituciones. El hilo conductor es el proceso de empoderamiento de las mujeres mixtecas.

Introducción

La migración suele abordarse en relación con el desarrollo y los derechos fundamentales derivados de él (Castillo, 2008). En efecto, el fenómeno migratorio ha sido impulsado por- que la población carece de garantías para ejercer sus derechos básicos. Amplios sectores de la población mundial no tienen las condiciones para satisfacer sus necesidades ele- mentales en sus países de origen. Esta incapacidad de los Estados nacionales para brindar condiciones mínimas de bienestar a su población (por ejemplo, el derecho a no migrar), ha generado la salida de millones de personas. Si el objetivo del desarrollo es mejorar las condiciones vitales de los seres humanos, los migrantes dejan su lugar de origen para encontrar formas de lograrlo: empleos con salario digno para su manutención y la de sus familias, viviendas adecuadas con todos los servicios necesarios, acceso a la educación y a las instancias de salud, etcétera.

141 Existen diferencias agudas en el nivel de desarrollo humano entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Sin embargo, estas diferencias no se observan solamente entre países sino también entre mujeres y hombres dentro del mismo país: es una constante que el índice de desarrollo humano de las mujeres es más bajo que el de los hombres. Recientemente, se ha utilizado el indicador de género para evaluar el desarrollo de los países y esto ha permitido observar que ninguna nación trata a sus mujeres de la misma manera que a sus hombres; el índice más alto es Islandia con 0.962; el más bajo es Sierra Leona con 0.320; México, que se encuentra en el lugar 51, presenta 0.820 (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo 2007: 326-329). No hay duda de que las condiciones vitales de las mujeres son peores que las de los hombres.

Esta diferencia genérica en el desarrollo ha sido una preocupación constante de or- ganismos internacionales desde mediados de los 70, cuando se celebró la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Mujer (México, 1975). Diez años más tarde, en Nairobi, se replantearon los objetivos de “Igualdad, desarrollo y paz” como problemas ur- gentes que resolver. Posteriormente, en tres conferencias internacionales –sobre desarro- llo ambiental (Río de Janeiro, 1992); sobre derechos humanos (Viena, 1993) y sobre po- blación (El Cairo, 1994)– se ha subrayado la importancia del papel que juegan las mujeres en el desarrollo sostenible, así como la necesidad de garantizar sus derechos como seres humanos, especialmente los sexuales y reproductivos.

Este movimiento internacional ha impulsado notables avances teóricos y metodológi- cos en los estudios sobre mujeres y desarrollo. La expansión de la economía capitalista a través de programas de desarrollo “invisibilizaba” el trabajo femenino, ya que la mayoría de sus actividades son indispensables para la existencia humana, pero no son valoradas en términos monetarios. Ester Boserup señaló que las mujeres reciben influencias negati- vas en el proceso de desarrollo debido a la invisibilidad de sus labores (Boserup, 1970).

Dar visibilidad a las funciones de las mujeres es el punto de partida del enfoque mu- jeres en desarrollo. Así, se empieza por poner atención a la forma diferenciada en que el desarrollo económico influye en los hombres y las mujeres, quienes resultan afectadas negativamente. Se señala que la producción de las mujeres se centra en el autoconsumo, y muy pocas veces adquiere valor en el mercado; por ello, no se ve –ni se reconoce– su función como productoras. Por lo tanto, las tecnologías introducidas en estos procesos y la capacitación para manejarlos no llegaron a las mujeres. Entonces, es necesario inte- grarlas en el proceso de desarrollo, para mejorar su posición y al mismo tiempo hacer más efectivo el proceso que hasta ahora las había excluido.

Al cabo de cierto tiempo se han mostrado los límites de este enfoque, que centra su análisis únicamente en las mujeres, como si estuvieran separadas de los hombres. Se plan- teó la necesidad de observar el género, es decir, las diversas formas en que se construyen las relaciones sociales y los mecanismos resultantes de subordinación de las mujeres. Este es el nuevo paradigma llamado género y desarrollo, que enfatiza que las diferencias sexua-

142 les se constituyen a través de factores diversos como las ideologías, la historia, las religio- nes, la etnia, la clase social, la economía, la cultura, etcétera; y que las mujeres y los hom- bres cumplen diferentes roles en cada sociedad (Whitehead, 1979 citado en Matsumura, 2005). El género es entonces un concepto dinámico. Si no se modifican las relaciones de género, ningún proceso de desarrollo altera la subordinación de las mujeres. Por ello es fundamental cuestionar las estructuras económico-sociales y las relaciones de poder.

I. Contexto del universo de estudio

Santa Cecilia es un pueblo mixteco que se encuentra en el distrito de Silacayoacan, Oaxa- ca. El clima es templado, aunque prevalece un aire seco durante todo el año. Los habitan- tes se dedican a la agricultura de temporal para satisfacer su autoconsumo, pero cada vez es más fuerte la dependencia de las remesas enviadas desde Estados Unidos.

En Santa Cecilia hay tres edificios principales: la agencia municipal, la iglesia y la escue- la primaria. La fuerte fuga poblacional se refleja en el número de alumnos, que pueden contarse con una sola mano. Hay cinco tiendas de abarrotes. Una de ellas también ofrece el servicio telefónico, pero casi nadie lo utiliza, ya que más del 90% de los hogares cuentan con teléfono celular o estacionario por vía satélite; es algo indispensable para comunicar- se con sus seres queridos que se encuentran en el vecino país.

Santa Cecilia tiene una larga historia migratoria, que se remonta a principios del siglo pasado. Los habitantes han tenido que complementar sus ingresos empleándose como jornaleros agrícolas en otros estados (Veracruz, Chiapas, y posteriormente Sinaloa, Sonora y Baja California). Cortaban caña y pizcaban algodón, café y jitomate, entre otros produc- tos. La migración internacional comienza en los años cincuenta, a partir del Programa Bra- cero (1942-1964), derivado de las necesidades de los campos agrícolas estadounidenses, que resentían la falta de mano de obra generada por la Segunda Guerra Mundial.

Con el tiempo los habitantes de Santa Cecilia han construido un “circuito migratorio transnacional” (Rouse, 1991), que vincula el lugar de origen con diferentes lugares de destino. Este circuito abarca distintos puntos de la República Mexicana –Distrito Federal, Ensenada, Culiacán y principalmente la zona fronteriza de Tijuana– hasta Seattle (Was- hington), articulando diferentes lugares de los estados de California y Oregon: Vista, Santa María, Woodburn, entre otros.

Hasta fines de los años ochenta, la gente sembraba maíz en su milpa y luego viajaba hacia el norte. Cruzaban la frontera como trabajadores temporales (documentados o in- documentados) y durante cuatro o cinco meses, seguían diferentes cosechas en Estados Unidos. Luego regresaban al pueblo para recoger la propia cosecha y descansar el resto del año.

Al cerrarse las contrataciones legales de mexicanos (1964), aumentó el número de mi- grantes “sin papeles” y los riesgos de vivir en el monte, escondidos de la persecución. Los

143 hombres aprendieron los quehaceres domésticos, ya que las mujeres todavía no migra- ban. Ellas permanecían en el pueblo con sus suegros o con sus padres, criando a los/as hijos/as, haciéndose cargo de la milpa, de los animales, cuidando el hogar y esperando los envíos monetarios.

En 1986, con la emisión de la IRCA (Immigration Reform and Control Act), muchos mi- grantes pudieron obtener la residencia legal en Estados Unidos. También se abrió un pro- grama de reunificación familiar que permitió el traslado de las esposas e hijos/as de los migrantes. Algunos no lo hicieron por miedo a ser enviados a la guerra, pero siguieron migrando en forma circular, ahora con sus esposas e hijos. Quienes se acogieron a la IRCA comenzaron a asentarse en diferentes lugares. Quienes viven en California se dedican a la agricultura (pizca de diferentes hortalizas); en Oregon realizan el cultivo y mantenimiento de plantas o pizca de fresa. En cambio, en el estado de Washington trabajan en los secto- res de servicios y de producción: limpian oficinas, hoteles y restaurantes, se encargan de la cocina o ensamblan diferentes productos.

Hasta principios de los noventa, la migración era circular. Había regresos periódicos en febrero o marzo (segundo viernes), en agosto (fiesta patronal) o en diciembre (Navidad). Sin embargo, a partir de la segunda mitad de esa década, nuevas disposiciones migrato- rias agudizaron drásticamente la vigilancia fronteriza, mientras el precio de los coyotes aumentaba constantemente. Se agravaron los castigos a migrantes “sin papeles”, quienes perdieron la posibilidad de moverse libremente por la frontera. Empezaron a quedarse en Estados Unidos, cada vez por más tiempo y con toda la familia. Las mujeres que llegaron al vecino país no han podido regresar a Santa Cecilia; el cruce de la frontera es más peligroso para ellas, y el coyote cobra hasta 3,000 dólares por llevarlas en automóvil.

En Estados Unidos, las mujeres ingresan en el mercado laboral y realizan una doble jornada. Después del trabajo asalariado, destinan horas a quehaceres domésticos y cui- dado de sus hijos/as. Si el marido entretiene a los/as niños/as mientras ella prepara la comida, eso se considera una “gran ayuda”. Combinar las viejas tareas –trabajo doméstico y cuidado de los/as hijos/as– con el trabajo remunerado, plantea un nuevo problema: ya no pueden tener “todos los hijos que Dios mande”; ahora hay que controlar el número y el espaciamiento entre ellos.

Las mujeres que permanecen en el pueblo también tienen que pensar en el número de hijos/as. No saben cuándo cruzarán la frontera y no es fácil hacerlo con muchos/as hijos/as, por el costo del traslado y el coyote, y también porque tendrán que conseguir a alguien que los/as cuide mientras ellas trabajan fuera del hogar.

En ambos lados de la frontera han aparecido nuevas necesidades con respecto a la reproducción. Las mujeres necesitan controlar sus embarazos para adecuarse al estilo de vida que ha generado la migración transnacional.

144 II. Reflexiones en torno a la reproducción

2.1 Representación y práctica reproductiva en Santa Cecilia

En la cosmovisión mixteca, la maternidad ha sido asociada estrechamente con la natu- raleza. En esta idea puede verse la peculiar fusión del politeísmo con la religión católica. Los mixtecos creían en distintas deidades de la naturaleza: el “dios de la lluvia” y la “diosa de la tierra” protegían su vida. Además, la “diosa de la tierra”, llamada también “diosa de los baños”, era considerada madre de todos los dioses y protectora de las parteras, quie- nes ofrecían a las parturientas una limpia con temazcal después de dar a luz (Dahlgren, 1990). Las cosechas eran vistas como “regalo de Dios”, igual que los seres humanos. Con la conquista española, los misioneros católicos impulsaron la veneración de un solo Dios y su hijo Jesucristo. La religión católica, que valora la virginidad y exalta la capacidad repro- ductora de las mujeres, se ha difundido entre los habitantes de esta región. La imagen de la virgen de Guadalupe se sobrepone a la de la diosa de la tierra.

El cuerpo femenino es la representación de la tierra, que produce frutos para los seres humanos y para el mundo. Las mujeres en edad fértil están listas para recibir la semilla que hará surgir una nueva vida; quienes ya pasaron esa etapa, terminaron “su cosecha” y pueden descansar. Sin embargo, esta representación está desapareciendo en la actuali- dad, debido, en parte, a la disminución de las actividades agrícolas por la fuga poblacio- nal. Por otro lado, la medicina occidental ha influido gradualmente sobre los conocimien- tos del cuerpo femenino de los habitantes. Las mujeres ya saben cómo se engendra un nuevo ser y qué función tienen los órganos femeninos. La terminología que utilizan los médicos alópatas ha sido adoptada en las comunidades, en donde las mujeres jóvenes ya no expresan su ciclo reproductivo con las metáforas que utilizan las mayores.

En virtud de la asociación reproducción-agricultura, la fertilidad ha sido sumamente valorada por los mixtecos, sobre todo en el nacimiento de hijos varones, porque permite asegurar la fuerza de trabajo indispensable para la reproducción del hogar. Sin embargo, recientemente esta valoración se ha redefinido por la migración, que produce la salida temprana de los jóvenes del hogar. Tener hijos varones significa separarse de ellos mucho antes que de las hijas; las mujeres tienen entonces que soportar la soledad y encargarse de la casa prácticamente sin ayuda; si acaso hay otras manos femeninas o infantiles. Tener muchos/as hijos/as disminuye la movilidad de la pareja y reduce las oportunidades de mejorar el ingreso. Sin duda, el ejercicio reproductivo, la convivencia con su prole y aun la visión del futuro se han modificado. Ahora las mujeres sienten que la necesidad de controlar su reproducción es más apremiante; siempre ha existido pero el poder para satisfacerla no estaba en sus manos.

Actualmente, las mujeres originarias de Santa Cecilia tienen mejor información y ser- vicios para controlar sus embarazos. Sin embargo, en ese proceso intervienen distintas instituciones con sus respectivos intereses, que refuerzan la idea de que es “natural” que

145 la reproducción sea responsabilidad única de mujeres. En los siguientes incisos veremos cómo influyen estas instituciones en el proceso de empoderamiento de las mujeres.

2.2 Empoderamiento de las mujeres

Según Matsumura (2005), el “empoderamiento” es un concepto activo y autónomo; se trata de transformar la situación y la posición con base en la solidaridad y acción de las mujeres de base. Esto permite observar diferentes dimensiones que no pueden captarse sólo con el reconocimiento de la igualdad jurídica, que es un aspecto estático. No es fácil medir el proceso de empoderamiento, porque no sigue un camino lineal y puede tomar tanto una dirección positiva como una negativa (Troutner y Smith, 2004). Además, no es sólo individual, sino que se requiere considerar el contexto. Así, algunos estudios se cen- tran únicamente en la dimensión personal (Frankel, 1992; Hall, 1992); otros subrayan los procesos de incorporación de las personas dominadas a las actividades y movimientos de los demás (Bystydzienski, 1992). Se ha señalado también la necesidad de tomar en cuenta distintas dimensiones: psicológica, auto-reconocimiento, política y económica (Strom- quist, 2002). También hay otros estudios que ven el empoderamiento como el tránsito desde el ámbito individual al organizativo y político (Arditti, 1996), o a la inversa: las accio- nes políticas y colectivas son una precondición para ello (Batliwala, 1993; Kabeer, 1994).

Sin embargo, se ha cuestionado la utilidad de tales posturas para abordar algunos fe- nómenos del tercer mundo (por ejemplo, la cuestión étnica o religiosa), donde la con- cientización personal no siempre se traduce en un proceso político (Parpart, Rai y Staudt, 2002). Considerando que en el contexto transnacional (y “sin papeles”) es muy difícil que una acción individual derive en otras colectivas con claro contenido político. El espacio de los/as migrantes transnacionales es móvil e inestable, con continuos ires y venires entre el lugar de origen y el de destino.

En este artículo, se analizan las acciones individuales sobre la reproducción de acuerdo con diversas instituciones. La cuestión es cómo éstas intervienen en el control reproduc- tivo, cuyo ejercicio se supone que es un derecho de las mujeres.

2.3 Instituciones que intervienen en la reproducción de las mujeres

2.3.1 Políticas públicas del Estado emisor: planificación familiar

Las políticas públicas vinculadas con la reproducción, no siempre han tenido una motiva- ción ética o social para mejorar la situación de las mujeres. Más bien han sido parte de una política de población emprendida por el gobierno mexicano con el objetivo principal de disminuir las tasas de natalidad. Por eso hasta hace poco han tenido el nombre genérico de “planificación familiar”, en lugar de salud reproductiva o derechos reproductivos.

Hasta los años sesenta, México trataba de resolver el problema de la disminución de las tasas de crecimiento poblacional que generó la Revolución mexicana. En los años veinte,

146 el gobierno apoyó la iniciativa de fomentar el culto a la madre prolífica y abnegada; es- tablecer el 10 de mayo como “día de las madres” encomiaba públicamente la capacidad reproductiva de las mujeres y la hacía compatible con la imagen del sacrificio por sus hijos/as. Sin embargo, a principios de los años setenta, el Estado mexicano se vio obligado a enfrentar las presiones demográficas, generadas por la disminución de la tasa de mor- talidad infantil y materna, y el mejoramiento de la calidad de vida. Se buscó sustituir el pronatalismo con un programa de planificación familiar. La regulación de la fecundidad femenina se convirtió en un intento de responder a metas demográficas.

En 1970, el gobierno mexicano derogó el código sanitario que incluía la prohibición de producir y vender métodos anticonceptivos. En 1972 se creó el Programa Gubernamental de Planificación Familiar Integral dentro de la Secretaría de Salubridad y Asistencia. Como consecuencia de la aprobación de la Ley General de Población en 1973, el siguiente año se reformó el artículo 4º constitucional para establecer el derecho de toda persona a decidir, “de manera libre, responsable e informada”, el número y espaciamiento de sus hijos/as.

El propósito principal de las políticas de planificación familiar era la reducción de la fecundidad, es decir, disminuir el crecimiento de la población. Para lograr apoyo en diver- sos espacios, principalmente entre las usuarias potenciales, se enfatizó siempre el respeto a la libertad individual. Instituciones tales como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (IS- SSTE) y, la entonces, Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) se encargaron de llevar a cabo estos programas. A partir de 1980, esta responsabilidad se asignó a la Dirección General de Planificación Familiar de la SSA.

En 1979, el gobierno mexicano comenzó los esfuerzos para dar servicios médicos a la población menos protegida IMSS-Coplamar (Coordinación general del plan nacional para las zonas deprimidas y grupos marginados). Como parte de esa política se otorga- ban información y servicios sobre “planificación familiar”, cuyo concepto y práctica poco a poco se fueron difundiendo. La introducción de políticas de planificación familiar en la región mixteca se produce en esta época. Por ejemplo, en 1980 se instaló una clínica de salud en la cabecera municipal.

Coplamar fue ampliando su proyecto y modificando su nombre a IMSS-Solidaridad en 1989, IMSS-Progresa (Programa de Educación, Salud y Alimentación) en 1997, IMSS- Oportunidades (Programa de Desarrollo Humano Oportunidades) en 2002. Sin embargo, pasaron 20 años antes de que se difundiera realmente la práctica de planificación familiar. En ello intervinieron diferentes factores: la crisis económica de la segunda mitad de los años 1990, generada por la devaluación del peso en diciembre de 1994 y la migración in- ternacional de las mujeres. Para ellas, cada vez era más difícil migrar y dejar a la prole en el lugar de origen, o bien moverse largas distancias con muchos/as hijos/as. En Santa Cecilia se empezó a practicar realmente la “planificación familiar” en la segunda mitad de los 90, cuando la crisis económica se articuló con el avance de la migración familiar. Las políticas poblacionales del gobierno encontraron eco en la necesidad de las mujeres de controlar

147 sus embarazos, derivada a su vez de factores económicos y sociales. En el estado de Oaxa- ca, la tasa global de fecundidad bajó de 4.4 a 2.5 entre 1990 y 2003 (Conapo, 2002).

Estas políticas de planificación familiar están dirigidas únicamente a las mujeres, a quienes se considera únicas responsables del control reproductivo. Muchas veces las úni- cas participantes en las pláticas sobre salud y planificación familiar son mujeres; en oca- siones se limita la explicación a métodos anticonceptivos femeninos. Muchas mujeres de Santa Cecilia desconocen la existencia y modos de uso de métodos masculinos. Tampoco se cuestiona la ausencia de los hombres en las charlas ni en las prácticas anticoncepti- vas.

2.3.2 Familia: desencuentro de intereses

Las mujeres de Santa Cecilia solían parir con el apoyo de otras mujeres de la familia, sin partera ni atención médica. No había revisiones periódicas prenatales y las mujeres tra- bajaban durante su embarazo igual que siempre. Cuando llegaban las contracciones, la suegra o las cuñadas ayudaban en el proceso de nacimiento. Las parturientas daban a luz de pie, en casa, como narra una mujer migrante:

El primer hijo que tuve cayó en la casa. Ya estaba chillando el niño cuando llegó la partera. El otro no tenía dolor y fui a San Mateo a casa de la hermana de él (su esposo) y ahí cayó el otro. (...) Sí, había parteras, pero como no tenía fuerte dolor, así poquito nomás. La her- mana de él miró aquí y me dijo, “empuja porque ya va a caer el bebé”. Empujé y empujé y ya se cayó.

Conforme se difundía la medicina occidental y mejoraban los servicios de salud pública en esta región, las mujeres comenzaron a parir en hospitales o clínicas de salud. Además, al comenzar la migración internacional y elevarse el nivel económico de los habitantes, algunas mujeres deseaban acudir a consultorios médicos particulares. La mayoría de los nacimientos de los años noventa ocurrieron en consultorios particulares o en el hospital de seguro social construido en Santiago Juxtlahuaca en 1995. Las mujeres recibieron re- visiones periódicas durante el embarazo.

Sin embargo, la asistencia médica no depende únicamente de la voluntad. Hay muje- res que no pudieron llegar al consultorio porque las contracciones empezaron a media noche; otras parieron en un hospital público por ahorro económico, aunque habrían de- seado el cuidado de un médico particular. Si la suegra decide que su nuera debe dar a luz en casa, la voluntad y el deseo de la parturienta simplemente no cuentan, a menos que tenga el apoyo de los varones de la familia, como el padre y el marido. Aunque los hom- bres participan en la negociación del lugar y el costo del parto, en general, no se involu- cran con el control mismo de la reproducción. Cuando hay discusiones sobre métodos anticonceptivos, es muy raro que se mencione la (vasectomía), porque –tanto hombres como mujeres– la consideran una suerte de castración y como tal es rechazada. Así, las

148 concepciones culturales se articulan con el conocimiento parcial o deficiente de los mé- todos anticonceptivos. El control natal sigue siendo un asunto femenino.

2.3.3 El Estado receptor: políticas de etnicidad y clase

Las mujeres se insertan en un contexto más amplio gracias a la migración transnacional. Su reproducción ya no se limita a evitar un embarazo -objeto de las políticas públicas del Estado mexicano– ni a los asuntos privados donde se confrontan intereses familiares. En Estados Unidos, las migrantes “sin papeles”, como las originarias de Santa Cecilia, se ubican en la última posición de la sociedad receptora. Aunque reciben algunos apoyos indispen- sables para sobrevivir cuando no hay producción agrícola, para el gobierno estadouni- dense, dar servicios de bienestar a migrantes es una “carga” que desean disminuir. Una de las formas de lograrlo es la promoción de control natal entre las mujeres migrantes. En Estados Unidos es obligatorio registrar el embarazo, lo que permite parir en hospitales públicos, recibir revisiones periódicas pre y post natales, así como cursos sobre anticon- cepción y cuidado de los/as hijos/as. A la mayoría le recomiendan prácticas anticoncepti- vas, y aunque se supone que la decisión corresponde a cada mujer, si el personal médico determina que el número de hijos/as es suficiente, la presión puede ser fuerte. Por ejem- plo, una mujer mixteca indocumentada, con seis hijos, tuvo al séptimo en Estados Unidos. Cuando rechazó la anticoncepción la amenazaron con quitarle otros servicios sociales.

El margen de elección puede ser muy reducido. Si tienen conocimiento correcto so- bre métodos anticonceptivos, pueden aceptar la sugerencia del condón (masculino o fe- menino) que no afecta directamente el cuerpo femenino, y posteriormente decidir si lo usan o no. Sin embargo, hay elementos que impiden esas estrategias. Algunas mujeres se enteran por primera vez de que la reproducción es controlable, después de un parto en Estados Unidos. Para ellas, la anticoncepción es algo desconocido que puede generarles miedo, sobre todo si los métodos contienen hormonas. Por otro lado, rechazan –cons- ciente o inconscientemente– los métodos masculinos; no consideran que los hombres también puedan participar en el control natal y que sus prácticas sean negociables en la pareja. Por eso, el método que finalmente ellas “eligen” es la operación definitiva o salpin- goclasia.

En Estados Unidos, las mujeres blancas de clase media no han sido objeto de pro- gramas de promoción de salpingoclasia, a diferencia de las mujeres de otra raza o clase social. Esta práctica comenzó en los años 30, pero sigue vigente (Grewal y Kaplan, 2002). Entonces, puede suponerse que la reproducción de las migrantes es controlada por moti- vos económicos, así como étnicos (por el origen indígena mexicano) y de clase social por ser indocumentadas.

A modo de conclusión

El análisis del empoderamiento de las mujeres originarias de Santa Cecilia, con respecto a su reproducción, permite apuntar algunas conclusiones. En primer lugar, hay una fuerte

149 presencia de dos instituciones: familia y Estado. Las relaciones familiares influyen decisi- vamente en las prácticas reproductivas y afianzan la idea de que el parto es un asunto exclusivamente de mujeres. Los hombres comenzaron a participar en la negociación del lugar y el costo, cuando la crisis económica y el avance de la migración transnacional generaron la necesidad de reducir el número de hijos/as. Sin embargo, todavía es muy escasa su participación en las prácticas concretas del control natal.

El Estado, por otra parte, ha intervenido de diversas formas a través de las políticas de población, siempre dirigidas a las mujeres, porque operan bajo la misma lógica: el control reproductivo debe realizarse por quienes tienen la capacidad de engendrar y parir. Por eso, a pesar de que la “planificación familiar” alude a la responsabilidad de ambos sexos, ésta sigue recayendo en los hombros de las mujeres.

En el contexto transnacional, hay que ver también la intervención del Estado receptor, que desea controlar la reproducción de las migrantes mixtecas, no solamente por dismi- nuir la carga económica y política, sino también por criterios de etnia y clase social.

Finalmente, las mujeres no consideran que su reproducción haya sido controlada por otros, a pesar de la intervención de las diferentes instituciones. Ellas perciben y practican su reproducción con base en una concepción cultural, arraigada como habitus, de que es un asunto exclusivamente femenino. Sin embargo, en la región mixteca, donde las polí- ticas de planificación familiar han sido aceptadas y la migración transnacional es cada vez más fuerte, las mujeres reconocen que su reproducción es controlable y empiezan a ejercer sus derechos. Las diferentes prácticas reproductivas de las mujeres mixtecas en ambos lados de la frontera, dentro de una red compleja de poder que intenta controlar su reproducción, es el espejo que refleja los vaivenes de su proceso de empoderamiento.

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151

México ¿un país de tránsito? Latinoamericanos bajo el neoliberalismo rumbo a Estados Unidos

María da Gloria Marroni

Resumen

La frontera sur de México fue, hasta hace poco, un espacio de análisis que los estudios mi- gratorios ignoraban, debido a que los problemas ahí generados interesaban solamente a México como el país receptor de los migrantes centroamericanos. El escenario cambió en la medida en que México se transformó en un territorio de paso para ellos rumbo a Estados Unidos; fue cuando se introdujo el tema en la agenda de discusión. La finalidad de estas reflexiones es recuperar el debate en cuatro líneas básicas, a saber: a) América Latina en globalización de los procesos migratorios; b) los Estados Unidos y los latino- americanos como centro de la cuestión migratoria; c) la frontera Estados Unidos-México y los nuevos mecanismos de su control; d) México: entre los nuevos y viejos autores en el cruce fronterizo.

Introducción

Un canadiense afirmaba que ser vecino de los Estado Unidos es como dormir en una cama con un elefante. Por más tranquila que sea la bestia es imposible no sentir sus movi- mientos. Se trata de un equivalente de la muy conocida expresión en nuestro país de que “cuando Estados Unidos estornuda, a México le da neumonía”.

Si compartir la frontera implica una relación casi siempre controversial, la vecindad entre Estados Unidos y México supone una mayor complejidad, dadas las circunstancias en las cuales se construyó la línea fronteriza y la difícil relación, siempre contradictoria, a través del tiempo. Los flujos migratorios entre México y Estados Unidos tienen, en esta dinámica fronteriza, un referente indispensable como marco de análisis.

Para Durand, la vecindad, la historicidad y la masividad son los tres ejes que deben ser explorados para comprender la dinámica migratoria México-Estados Unidos:

Son cerca de 3200 Km de línea fronteriza, que incluye la colindancia de cuatro estados norteamericanos y seis estados mexicanos. En la vasta línea divisoria colindan 25 conda-

153 dos norteamericanos y 35 municipios por el lado mexicano. Es una de las regiones con- sideradas más dinámicas a nivel mundial: integra 12 ciudades gemelas, y tres zonas de influencia donde habitan más de 30 millones de personas; al fin del siglo XX existían 26 puertos fronterizos y, en 1987, se contabilizaron 196 millones de cruces, lo que convierte la frontera de ambos países en la más transitada del mundo (Durand 2000: 26).

Se calcula, actualmente, que se realizan más de 300 millones de cruces anuales a lo largo de la línea fronteriza en ambas direcciones; tránsito basado en relaciones bilaterales de todo tipo: negocios, turismo, servicios, cruce de indocumentados, etcétera; es decir, casi un millón de cruces al día.

Al recurrir a las metáforas que expresarían el fenómeno migratorio entre México y Es- tados Unidos, Durand (1994: 80) destaca la de la “válvula de escape” como la más conoci- da; pero también encontró representaciones para la frontera como “rota”, “abierta”, “porosa”, “sin control”.

La dimensión que interesa para el presente documento es la del carácter de puerta de entrada, que esta frontera ha llegado a significar para emigrantes de diversas nacionalida- des cuando utilizan el territorio mexicano como tránsito para ingresar a Estados Unidos de manera clandestina. No se trata de una simple ruta de paso, como anteriormente lo era; hoy, los países que asumen esta condición cumplen un papel estipulado por esa gran maquinaria que transporta una masa humana hambrienta en sus países de origen que se convierte en una masa de trabajadores precarios en los países ricos. Para controlar este tráfico en su beneficio, los países receptores pretenden disminuir aún más el costo y los daños indeseables de la migración ilegal: los trasladan a los países de tránsito al tiempo que les exigen contener los flujos que rebasan los límites convenientes:

Así se reduce aisladamente la capacidad real de los Estados para controlar la migración y los sistemas regulatorios nacionales no funcionan adecuadamente y/o producen conse- cuencias indeseadas. Por ejemplo, algunas políticas buscan delegar el control migratorio a los países de tránsito de migrantes, poniendo presión para que controlen su frontera o admitan de regreso a los migrantes que transitan por su territorio. (Artola, 2007:27).

La globalización en los procesos migratorios: América Latina, de receptora a expul- sora de población

Es imposible separar el fenómeno de la migración de las transformaciones del sistema mundial, transformaciones que se relacionan, tanto con la reproducción del capital en su etapa actual como con el reordenamiento de las relaciones laborales y sus esquemas basados en la acumulación flexible; semejante esquema supone, asimismo, la internacio- nalización de los mercados de trabajo en un escenario de aumento de las tensiones entre el norte y el sur del planeta; polarización —riqueza–pobreza— que es parte sustancial del nuevo modelo: el neoliberalismo.

154 Según un informe de la ONU (2004), el número de migrantes internacionales ha au- mentado de manera sostenida en las cuatro últimas décadas: de 75 millones en el año de 1960, pasaron a 175 millones en el 2000. Aunque su número es elevado, su proporción en relación al total de la población mundial se calcula en menos de 3%. Un informe más re- ciente de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM: 2005), estima entre 185 y 192 millones el número de personas que viven fuera de sus países de nacimiento.

Los análisis actuales empiezan a cuestionar, inclusive, la idea de un aumento de las migraciones internacionales. Más que en su volumen, su relevancia reside en la proble- mática ligada a la migración en los países de origen, de tránsito, y de destino; así como en la enorme red de intereses tejida en torno al fenómeno. Para la ONU (2004), la proporción de migrantes internacionales es mucho más elevada desde y hacia determinados países. Se trata, de nueva cuenta, de una manifestación más en donde aparecen acentuados los desequilibrios que caracterizan el funcionamiento del capitalismo actual.

El citado informe de la OIM afirma que la visibilidad socioeconómica y política de los migrantes es mucho mayor a la que su mismo porcentaje sugiere. Otros autores refuer- zan el planteamiento de que el aumento numérico no explica en sí mismo el interés por los temas migratorios en la actualidad, ni la proliferación de los estudios en esta línea. Mármora (2002) afirma que las tendencias, en términos del stock de migrantes, son las esperadas. Para este autor, la dinámica y las direcciones de los flujos, son los ejes de los problemas actuales, una vez que rebasan la capacidad de los gobiernos y de la sociedad para enfrentarlos. La estridencia con que se aborda el tema migratorio se debe al doble proceso de funcionalidad-disfuncionalidad en el cual están involucradas las migraciones en el tiempo presente.

En el caso de los países de América Latina, un primer elemento que se impone al aná- lisis es el cambio tan radical que sufrió, a partir de la segunda mitad del siglo XX, un nú- mero importante de países del continente. Hasta entonces, América Latina, sobre todo el sur, había sido un receptáculo de los contingentes de la primera ola de migración, lo que vinculó más estrechamente a las metrópolis con la periferia, sean estados nacionales en formación o nuevas colonias, durante todo el siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

Hacia el final de la primera mitad del siglo XX este patrón de migración internacional se agotó. Fueron necesarias más de dos décadas para que el problema de la migración internacional se presentara nuevamente. Entonces el mundo había cambiado y los movi- mientos poblacionales también (Marroni; Salgado: 2005).

Los especialistas en el tema han denominado nueva ola de migración a estas corrien- tes masivas de migrantes –específicas del final del siglo XX y del inicio del siglo XXI– que se dirigen de los países del sur a los del norte en busca de trabajo; la actual migración internacional se refiere a este volumen cada vez mayor de migrantes laborales y está es- trechamente relacionada con los movimientos de capital que rompen las barreras del Estado-nación, su reorganización productiva, y su nuevo modelo de acumulación.

155 Condición sine qua non para la existencia de estos movimientos es la libre circulación de las mercancías sin impedimento alguno, pero no así la de la fuerza de trabajo en los mercados internacionales. Si de manera progresiva los países de acogida necesitan la mano de obra precaria y flexible, proveniente de los pobladores de las zonas pobres del Sur, no desean, sin embargo, integrarlos a su sociedad como ciudadanos.

Estados Unidos: los latinoamericanos como centro de la cuestión migratoria

En este momento, Estados Unidos es el país-eje de la cuestión migratoria mundial y el principal referente para estudiarla, en el caso de las naciones latinoamericanas. Según los datos reportados en julio del 2005, de una población total de 293 millones 655 mil 404 habitantes, la población de origen hispanoamericano en Estados Unidos era de 41 millo- nes 322 mil 70 habitantes. Entre julio del 2003 y julio del 2004 la población norteamerica- na había crecido en 2.4 millones, de los cuales 1.4 (58%) eran de origen hispano (Census Bureau, 2004). Estas cifras indican el peso hegemónico que representan los grupos hispá- nicos en una sociedad multicultural y multirracial como la norteamericana.

Los datos sobre los extranjeros, propiamente dichos, pueden ser los más adecuados para el análisis de los movimientos migratorios recientes y su dinámica. En marzo de 2004 fueron registrados 35.7 millones de extranjeros en Estados Unidos: el 61% eran residentes legales, el 29% indocumentados, el 3% residentes con permiso temporal, y el 7% refugia- dos (Passel: 2005).

El aumento de la migración irregular es un signo evidente de las nuevas tendencias observadas en los Estados Unidos; la periodización de la llegada de estos migrantes es un dato revelador: si en los ochenta llegaban 180 mil indocumentados por año, en el periodo de 2000-2005 la cifra se había incrementado a 850 mil (Passel: 2006).

Las últimas estimaciones indican una cifra de entre 11.5 y 12 millones de indocumen- tados en Estados Unidos: en marzo del 2005 ellos constituían el 30% del total de extranje- ros. De éstos, los 6.2 millones de mexicanos representan el 57% y las demás nacionalida- des latinas el 22% (2.5 millones). Los hispanos constituyen el 78% de los indocumentados actualmente residentes en Estados Unidos; el resto se distribuye entre asiáticos, europeos, canadienses, africanos y procedentes de otros países (Passel, 2006). La abrumadora fuerza de estas cifras indica que los hispanos –y como parte de ellos los mexicanos– son actual- mente “la cuestión migratoria” en la Unión Americana.

Si bien cada grupo de migrantes que procede de las distintas naciones recibe trato particular y se rige por reglamentaciones distintas, los hispanos se están convirtiendo en un “chivo expiatorio” para justificar el endurecimiento de las políticas migratorias imple- mentadas recientemente por parte de aquel país. Aún cuando a los latinos se les quiere presentar como el “problema”, en realidad son parte de la solución: son el principal grupo de trabajadores que se incorpora a las ocupaciones 3 Ds (dirty, dangerous, dificults) (Salga-

156 do: 2005), para satisfacer la demanda de un mercado de trabajo en expansión e imposible de ser cubierto por la población nativa.

Kochhar (2005), reporta que en 2004 los latinos ocuparon la mayor parte de los em- pleos generados en los Estados Unidos, pero sus ingresos disminuyeron. Ya en el 2001, Levine advertía este fenómeno al considerar a los hispanos los nuevos pobres de los Es- tados Unidos:

(…) en 1994, Bennett Harrison subraya que lo que él ha llamado ideas viejas sobre “mer- cados laborales duales o segmentados“, tiene mucho que decirnos sobre las nuevas for- mas de producción flexible, en general, y en particular sobre las crecientes desigualdades (Levine, 2001: 94).

Sobre el quehacer y la situación de los migrantes se expresa, posiblemente mejor que ningún grupo, la confluencia “de las viejas ideas sobre los mercados duales y las más re- cientes de las tendencias a la flexibilización de los procesos productivos y relaciones la- borales”.

Las políticas migratorias de los países huéspedes favorecen, en su mayoría, la inserción precaria de los migrantes en puestos degradados y la discriminación —y hasta xenofo- bia entre ellos mismos—, en sus sociedades. Uno de los instrumentos que favorece esta exclusión es la negación del permiso de trabajo y residencia en el país, lo que lanza a los foráneos a la ilegalidad, a las redes de la economía informal y, a menudo, delincuenciales, transformándolos en desviados sociales, como lo ha afirmado atinadamente Jorge Bus- tamente (2001).

A diferencia del periodo anterior —cuando la migración ordenada y legal propiciaba una integración de los migrantes a la sociedad receptora—, hoy los migrantes son trata- dos como parias, asociados con delincuentes, y considerados fuente de todos los males de las sociedades a donde llegan; son, a lo sumo, tolerados como un mal necesario, pese a que varios estudios confirman el beneficio que aportan a estas sociedades.

Las maneras como ingresan al territorio norteamericano, transitan por él, se establecen en el país, elaboran estrategias para burlar a las autoridades migratorias, salen y reingre- san, obtienen el siempre difícil permiso para trabajar, o residir legalmente ahí, son amplias y diversas. Muchos pretenden cumplir sus objetivos al cruzar el territorio mexicano por el sur, a través de alguno de los puntos ubicados en los cerca de mil 200 kms de frontera –962 kms con Guatemala y 176 kms con Belice– (Castillo: 2000), a pesar de los riesgos que conlleva esta decisión.

La frontera Estados Unidos-México: ¿hacia el Muro de la tortilla?

La patrulla fronteriza informó que militares estadounidenses tienen previsto construir en la frontera de Arizona con México, en agosto próximo, 150 kilómetros de tramos adicio-

157 nales de barda de concreto y acero... será la barda más extensa en la frontera de Estados Unidos… una vez concluida el proyecto de la bardas de Arizona se contará con una mu- ralla, casi unida de 190 kilómetros... (La jornada. 22/07/05).

No es privativo de los latinoamericanos intentar entrar clandestinamente a Estados Uni- dos, ni se requiere utilizar obligatoriamente el territorio mexicano como punto de ope- ración; sin embargo, representa la mayor oportunidad para los migrantes cuando otras posibilidades no están a su alcance. Con excepción de aquellos, pertenecientes a nacio- nalidades con buen comportamiento migratorio, o provenientes de sectores bienvenidos al país (como profesionistas calificados), obtener una visa de trabajo o de residencia es bastante difícil en las condiciones actuales. Unos pocos, más afortunados, que pueden conseguir una visa de turista y permanecer después de vencido el plazo de estancia per- mitido, se ahorran los riesgos del cruce furtivo, pero deberán sortear las desventuras de encontrarse ilegalmente en el país. Otro recurso es contraer matrimonio arreglado con un (a) nativo (a), una industria floreciente también en el país, aunque no es un recurso masivo por la vigilancia que pesa sobre este tipo de arreglo.

Los que no pueden acceder a esto deben entrar clandestinamente por la frontera México-Estados Unidos; Rodríguez (2001: 6) reporta que por los diversos puntos de cruce de esta frontera se interna cerca del 50% de los indocumentados que ingresan a los Esta- dos Unidos, cifra que podría estar subestimada.

En el norte de México las principales formas de cruzar clandestinamente la frontera son: a) por el desierto, sobre todo en la frontera con California y Arizona, o cruzando algún cauce de agua, cuando la línea divisoria entre los dos países está delimitada por el Río Bravo u otro cuerpo de agua; b) por los puertos de entrada oficiales ubicados en las líneas fronterizas. En este caso existen dos modalidades: oculto en los vehículos (cajas de tráiler, cajuelas y otros medios) o con documentos falsos. Un caso dramático, reportado frecuen- temente por la prensa, es la muerte por asfixia, ocurrida en compartimientos de vehículos donde se esconden los migrantes.

Los indocumentados de Centro o Sudamérica que optan por esta alternativa deben llegar primero a territorio mexicano. Pueden ingresar al país por el aeropuerto de la Ciu- dad de México, o de alguno de los ubicados en Chiapas, cuando disponen de visa de en- trada o ésta no es necesaria. De ahí emprenden un viaje al norte, a la frontera con Estados Unidos, optando por una de las rutas por donde circulan las corrientes migratorias ya establecidas.

Un gran número de migrantes, particularmente los centroamericanos, intenta ingresar a Estados Unidos por tierra cruzando la frontera sur –Guatemala-México–, en el estado de Chiapas iniciando un vasto peregrinar para atravesar el territorio mexicano de sur a norte, a partir de cuatro principales rutas terrestres que de ahí se comunican hasta el centro del país y la frontera norte:

158 …una ruta emplea carreteras y veredas que comunican las diversas comunidades del estado de Chiapas, en cuyos puntos no se encuentran establecidos puntos de control y casetas de revisión migratoria. “La accidentada geografía fronteriza de la región de la selva, cañadas y costa ofrece miles de caminos” (Ortega; Flores: 2005).

De acuerdo al levantamiento realizado por los autores, otras modalidades se dan a través del Ferrocarril Panamericano del Sureste y por alta mar —donde se utilizan pequeñas em- barcaciones llamadas tiburoneras; esta ruta se inicia en el puerto guatemalteco de Öcos con destino “al norte”—, un recurso hasta ahora poco utilizado debido a sus posibilidades de fracaso.

Todas las formas de intentar ingresar de manera furtiva al vecino país, implican algún riesgo —muertes por hipotermia, deshidratación, ahogamiento, accidentes automovilís- ticos o ferroviarios, asesinatos por armas de fuego o picaduras de animales venenosos–. (Alonso: 2001) De triste historia, por las tragedias allí ocurridas, es la ruta del Ferrocarril Panamericano del Sureste: ahí los migrantes en mayor situación de vulnerabilidad, pro- cedentes de sectores extremadamente pauperizados de Centroamérica, deben sortear primero los obstáculos de atravesar el territorio mexicano de sur a norte en condiciones de ilegalidad, y después intentar cruzar la frontera con Estados Unidos. En su largo camino pueden encontrarse primero con las autoridades migratorios mexicanas y después con las norteamericanas, amén de las bandas de delincuentes que se dedican a asaltar a los migrantes, de las cuales la más temible es la Mara Salvatrucha.

Entre quienes pueden extorsionarlos, además de los agentes de migración o de la po- licía, se encuentran los traficantes de indocumentados, que incumplen su compromiso de pasarlos al otro lado de manera segura, y se apropian, muchas veces, de los pocos recursos que traen.

Las mujeres pueden ser victimas de todo tipo de abuso sexual; en previsión, algunas llegan a tomar anticonceptivos para evitar embarazos. Un número indeterminado de ellas termina por ser atrapada en redes de trata de mujeres y acaban ejerciendo la prostitución. La gran mayoría busca escapar de situaciones de intolerable miseria que azotan a Centro- américa; muchas son jefas de familia y deben mantener con su trabajo a hijos pequeños y padres ancianos que permanecen en las comunidades de sus países. A pesar de todos los obstáculos, muchas alcanzan el éxito en su proyecto migratorio.

Hace ya algunas décadas que en la frontera México-Estados Unidos se empezaron a establecer controles para el flujo de migrantes ilegales, controles que se endurecían o flexibilizaban coyunturalmente. La situación se modificó en 1994, con un cambio radical de la política migratoria de los Estados Unidos. Este año marcó un hito con relación a las medidas de control fronterizo por parte de los Estados Unidos para administrar la entra- da de indocumentados por la línea fronteriza con México. Se pretendía, bajo el discurso de la autoridades norteamericanas, sellar la frontera para detener el flujo de migrantes procedentes del sur (básicamente mexicanos, pero también centroamericanos y de otros

159 países), con medidas policíacas que implicaron cuantiosas inversiones en tecnología y recursos humanos bajo la responsabilidad de la patrulla fronteriza (Border Patrol). Los operativos han sido cuatro: el primero de esta época fue el llamado “Blockade”, o Bloqueo, que inició el 19 de septiembre de 1993 entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua. Pero como el nombre de Bloqueo era demasiado ofensivo (violencia simbólica) para una frontera entre países que iban a tener un Tratado de Libre Comercio (TLC), la Operation Blockade fue “later diplomatically renamed Operation Hold-the-line” (Eschbach et al, 1999: 448, citados en Marroni y Alonso: 2005).

Estos operativos, ejecutados por la Border Patrol, la “Migra”, se han ampliado en distintas fases que son, a veces, simultáneas en el tiempo. Para potenciarlos no sólo se aumentó el presupuesto anual, también el número de vigilantes en la frontera pasó de 4 mil en 1994 a casi 9 mil 500 en el 2002. Además, los patrulleros fueron pertrechados con tecnología de guerra, de ahí que Nagengast (1998, citado en Marroni y Alonso: 2005) hable de la militarización de la Border Patrol. Estas medidas buscaban impedir el cruce por las rutas históricas de más fácil acceso al territorio norteamericano (sobre todo Tijuana, BC-San Diego Cal.) utilizadas por las redes migratorias, y desviar el tráfico de indocumentados a itinerarios más riesgosos, para así desestimular los intentos de entrada ilegal a Estados Unidos (Alonso: 2001).

Después de diez años de implementar esta política, se admite el fracaso de su “eficacia persuasiva” para disminuir el volumen de entrada de ilegales al país. No obstante, la po- lítica oficial se inclina no sólo por mantenerlas, sino por incrementarlas a pesar del costo económico y humano, costo que se sintetiza en un aumento del número de muertes, accidentes, desapariciones, y violaciones de derechos humanos de los migrantes:

Desde 2000, un promedio de 410 migrantes han muerto cada año como consecuencia directa de los intentos de ingreso ilegal a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos […] La mayoría de los migrantes perecieron por deshidratación e insolación en los desiertos, o se ahogaron en el río bravo y en el canal de irrigación ALL-American que fluye a lo largo de la frontera en California y Arizona (Cornelius, 2007: 264).

A pesar de estas adversidades, aunque mueran más durante el intento de cruce a los Es- tados Unidos y el número de muertes sea difícil de cuantificar —ya que las cifras incluyen sólo a los migrantes cuyos cuerpos fueron recuperados por la patrulla fronteriza y la poli- cía mexicana—, los migrantes siguen entrando, como también lo plantea Cornelius (2007: 264). Para el periodo 1993-2003, en la región fronteriza EU-México, la cifra de migrantes muertos (de distintas nacionalidades, aunque la gran mayoría mexicanos) oscilaría entre los 3 mil 540 y 3 mil 120. En su mayoría, las víctimas son hombres mexicanos de entre 18 y 45 años, aunque también hay mujeres, menores de edad y migrantes procedentes de Centro y Sur América, e incluso del Caribe (Marroni, Alonso: 2005). Un mensaje, escrito en un pasaporte chileno encontrado al lado de una osamenta en el desierto, proporciona una aproximación a la tragedia humana, que las cifras ocultan: fui robado y botado… Los amo...

160 La combinación de estrategias de control militar de la frontera con el aumento de los flujos migratorios ha tenido otros resultados no menos brutales: el aumento de las redes de traficantes de indocumentados, las jugosas ganancias que las mafias vinculadas a ellas obtienen, y el encarecimiento de los costos de paso para los migrantes. Hace algunos años, con pocos recursos, mucha audacia y la utilización de redes de solidaridad —que incluían guías locales de las comunidades donde vivían los migrantes—, era posible in- ternarse en los Estados Unidos sin mayores contratiempos. Había el riesgo de ser apren- dido y deportado, pero los otros peligros no eran usuales. Hoy la situación ha cambiado. Aunque un número progresivo de migrantes entra en los Estados Unidos, otro no menos importante es deportado, además del aumento de accidentados y muertos.

La estrategia para el éxito en el paso de la frontera depende en gran parte de las ex- periencias que la cultura migratoria otorga y que es aprehendida por los habitantes de los lugares expulsores de mano de obra, pero también de los recursos económicos para pagar los costos de la migración. La profesionalización de los tratantes no sólo ha encare- cido los costos, ha puesto en este “mercado” distintas opciones para la prestación del “ser- vicio”: de acuerdo a la capacidad de pago del cliente, es la calidad de éste, entendiéndose por ello las posibilidades de llegar en mayor o menor tiempo, de manera más o menos segura, y de enfrentar mayores o menores tipos de riesgos. Esto es válido igualmente para la otra frontera (la del sur de México).

México: entre los nuevos y viejos autores en el cruce fronterizo

En el otro extremo del país, en la frontera sur, los migrantes procedentes de Centro y Sur América deben sortear mayores obstáculos. No sólo se encuentran con las estructuras institucionales mexicanas encargadas de atender la cuestión migratoria, sino con un con- junto de agentes y fuerzas extra institucionales que intervienen para dificultar su paso por el territorio mexicano. Una parte importante de estos grupos funcionan al margen de la ley, se dedican a estafar a los migrantes, y ejercen considerables grados de violencia hacia ellos.

En este contexto, estos migrantes deben enfrentarse a nuevos desafíos en la medida en que México ha asumido el papel no sólo de guardián de su frontera sur, sino como con- tenedor de los flujos en tránsito que utilizan su territorio para alcanzar los Estados Unidos. El problema no era desconocido anteriormente, pero era marginal.

A partir de los setenta, las guerras intestinas en algunos países de Centroamérica –uni- das a las catástrofes ecológicas que sufrieron y a las políticas neoliberales en ellas im- plementadas–, provocaron aumentos alarmantes de la pobreza y determinaron un creci- miento explosivo de la migración internacional.

En Sudamérica, muchos países pasaron de la Década perdida para el Desarrollo a crisis recurrentes y al deterioro de sus niveles de vida en los años posteriores. En esta situación, algunos de sus habitantes empezaron a utilizar una estrategia a su alcance para dirigirse

161 a Estados Unidos: conseguir una visa de entrada y permanecer en el país de manera ilegal cuando ésta se vencía. Dejaron de ser “nacionales con buen comportamiento migratorio” y las condiciones para obtener una visa se endurecieron. México aparece entonces como una alternativa para intentar ingresar a aquel país sin documentos, como ya lo hacían los mexicanos y los centroamericanos.

La respuesta del gobierno mexicano para enfrentar la nueva situación se da a dos ni- veles: a) exigir visa de entrada a México a las personas procedentes de países de Latino- américa, cuando antes ésta no era necesaria; b) intensificar su aparato de control, tanto en la frontera sur como a lo largo de las rutas de paso por su territorio de las corrientes migratorias que se dirigen a la frontera norte. En el año 2006 fueron asegurados en Méxi- co 182 mil 705 emigrantes, 179 mil 345 fueron expulsados y 4 mil 54 rechazados; una gran proporción de éstos proceden de Guatemala, Honduras y El Salvador; es, al menos, lo que se dice respecto a los asegurados y expulsados. Nicaragüenses, cubanos, ecuatorianos y brasileños también aparecen con cierta frecuencia aunque en proporción muy inferior a los tres primeros. En el caso de los rechazados, el panorama cambia bastante: chinos, ecuatorianos, peruanos, brasileños y cubanos ocupan los primeros puestos en la singular lista de los que alcanzaron a entrar en México (Instituto Nacional de Migración: 2007).

De cara a las crecientes dificultades que los potenciales migrantes de varias nacionali- dades enfrentan para ingresar a la Unión Americana entran en escena, como suele pasar en estos casos, grupos que se proponen obtener ganancias lucrando con sus necesida- des: mafias de traficantes de personas con alto grado de sofisticación, especializados en la introducción clandestina de migrantes procedentes de las nuevas e inexpertas nacio- nalidades en el asunto. Así ha surgido, en el Corredor Tijuana-San Diego, una poderosa organización con esta finalidad integrada por estadounidenses que, irónicamente en el bajo medio de Tijuana, se le denomina la Gringo Coyote Company:

Los 95 coyotes gringos detenidos enfrentan cargos criminales por intentar penetrar a Es- tados Unidos con indocumentados, especialmente brasileños, argentinos, rusos y corea- nos. “Antes eran más ucranianos (…) Sabemos que en estos momentos en la frontera de Tijuana “flota” una buena cantidad de rusos, brasileños y argentinos en espera de penetrar a EU, principalmente a California (…) Los polleros gringos se especializan en europeos del Este, sudamericanos –argentinos, brasileños y mexicanos, principalmente menores de edad–, porque dentro de los indocumentados existen clases y hay de mojados a mo- jados” (Ortega y Flores, 2005).

Los sudamericanos, a pesar de que ser una minoría desde el punto de vista numérico de los migrantes de paso a México, empiezan a llamar la atención por tres factores: a) su potencial de crecimiento, b) su inexperiencia y su reciente cultura migratoria; c) en consecuencia, su mayor vulnerabilidad y el incremento de redes “más especializadas” en el tráfico de personas, cuyas ramificaciones e implicaciones afectan a México como país de tránsito:

162 Un total de 58 brasileños fueron detenidos en un camino rural del estado de Nuevo León, en el Norte de México, cuando intentaban llegar sin documentos a la frontera con Es- tados Unidos (…) Actualmente autoridades estadounidenses investigan una banda de personas especializada en trasladar a brasileños, a quienes les cobran alrededor de 10 000 dólares por cruzarlos a Estados Unidos (traducción propia, Folha on line: 2005).

La referencia a los brasileños no es casual: empiezan a aparecer en los escenarios de la discusión sobre los migrantes irregulares en la medida en que no sólo aumentan en nú- mero, sino que son uno de los nuevos grupos que, con mayor visibilidad, han empezado a utilizar el territorio mexicano como puente para alcanzar al sueño americano. Las esta- dísticas recientes del Instituto Nacional de Migración (INM: 2005) son claras: los 4 mil 822 brasileños constituyeron el 47% de todos los rechazados, y ocuparon el primer lugar del total de los 10 mil 89 extranjeros impedidos de entrar en México en 2004 por problemas con la documentación:

...grupos organizados de traficantes de indocumentados que “ofrecen pacotes baratos“, propician cada vez que un “número record “de brasileños emigren para los Estados Uni- dos (…) En total más de 12 mil brasileños fueron detenidos al intentar cruzar la frontera de los Estados Unidos con México (traducción propia, Folha on line, 2005).

El incidente no es aislado. Con cierta frecuencia aparecen en la prensa de ambos países situaciones similares que muestran la presencia de brasileños en los flujos migratorios que circulan por el territorio mexicano. El problema ha causado alerta entre las autori- dades migratorias mexicanas, e inclusive, ha generado diferendos entre Brasil y México, al grado que éste revocó el tratado bilateral por el cual ambos países exentaban a sus ciudadanos de visas de entrada, situación propiciada, de acuerdo a información que cir- culó en la prensa, por la presión de Estados Unidos. Ésta, al parecer, es y será la tónica del comportamiento de México con otros países latinoamericanos.

Preguntas finales

No se cuestiona el derecho de cada país a controlar sus fronteras, y a México le asiste el hacerlo en el caso de los extranjeros que desean ingresar a su territorio. Las interrogan- tes son: ¿Cómo?, y sobre todo ¿con qué finalidad?; ¿los controles respetan los derechos de los migrantes y los convenios internacionales que México suscribió?; ¿las políticas del gobierno responden a los intereses del país y son una decisión soberana?, o ¿México está actuando en función de un mandato de los Estados Unidos para ser factor de contención de la migración a aquel país?

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166 La frontera sur de México y sus mujeres migrantes: las trabajadoras domésticas guatemaltecas en Tapachula, Chiapas

Luisa María Arredondo de la Torre

Resumen

Este análisis se ocupa de uno de los tantos sectores de la población que compone el flujo de migrantes que vienen a trabajar a la frontera sur de México procedentes de Guate- mala: la migración de mujeres guatemaltecas a México. Concretamente, el caso de las trabajadoras domésticas guatemaltecas en Tapachula, Chiapas, por ser un flujo que, a pe- sar de ser histórico e intenso, se mantiene en la sombra. Puesto que se trata de un flujo en su mayoría indocumentado, no se sabe con exactitud cuántas mujeres conforman la fuerza laboral doméstica en Tapachula, ni desde cuándo comenzó a acrecentarse dicho flujo. Las trabajadores domésticas guatemaltecas en Tapachula conforman el sector de la población migrante centroamericana en México más vulnerable por ser el más igno- rado, a pesar de las importantes aportaciones económicas que hacen a sus familias y a Guatemala misma. La invisibilidad económica y social de esta población proviene de sus características: se trata de mujeres rurales, menores de edad y, en la mayoría de los casos, indígenas.

Introducción

Para los países menos desarrollados, la migración ha crecido como consecuencia de las crisis sociales y económicas que los aquejan, amén de ser producto de la cada vez mayor integración de los mercados regionales. Los flujos migratorios no transitan exclusivamen- te de países en vías de desarrollo hacia aquéllos desarrollados; también hay migración de envergadura entre países en vías de desarrollo (sur-sur). La distinción de los flujos migra- torios sur-norte y sur-sur es importante, porque los riesgos y las consecuencias de la mi- gración son distintos en la medida que el país tiene un mayor o menor nivel de desarrollo. Esto es evidente tanto en la infraestructura para lidiar con los flujos, hasta en la manera en que las sociedades receptoras reaccionan ante éstos. El informe South-South Migration

 Egresada de Relaciones Internacionales, ITAM.

167 and Remittances, publicado en 2007 por el Banco Mundial, señala que, de los 191 millones de migrantes en el mundo, el 41% habita en países en vías de desarrollo. Asimismo, el documento desataca tendencias que hacen de la migración sur-sur un proceso distinto a la migración sur-norte. En primera instancia, se observa que las diferencias salariales no son un factor de ex- pulsión en la migración sur-sur. Segundo, dada la proximidad geográfica, hay fuertes re- des comunitarias y familiares que contribuyen a reducir la incertidumbre y los costos de emigrar. Tercero, el país receptor tiende a ser también un país de tránsito hacia países desarrollados, lo cual contribuye a acrecentar la migración indocumentada. Por último, la migración sur-sur también ha ocurrido y ocurre como consecuencia de conflictos ar- mados o desastres naturales (Ratha y Shaw, 2007). El informe concluye que los migrantes son más vulnerables en los flujos sur-sur, debido a que probablemente hay mayor migra- ción indocumentada que en los flujos sur-norte. Por otra parte, los niveles de pobreza y corrupción que afectan a los países receptores contribuyen a perpetuar los abusos por parte de autoridades, empleadores y traficantes de personas.

La frontera sur de México es un caso de estudio excepcional para entender la comple- jidad y dimensión de los flujos migratorios sur-sur. Para México, lo que sucede en su fron- tera sur es de vital importancia, dadas las implicaciones económicas, sociales y políticas que tiene ser receptor y territorio de tránsito de la migración centroamericana. Lo que acontece en la frontera sur no sólo repercute en la relación entre México y sus vecinos centroamericanos, sino también en su relación con Estados Unidos, al ser el principal re- ceptor de la migración centroamericana transmigrante con destino a Estados Unidos.

Guatemala: pobreza y emigración

Guatemala es un país fundamentalmente agrícola que cuenta con la concentración de población en zonas rurales más alta de América Latina y el Caribe, sólo después de Haití. Es un país expulsor de población debido a situaciones no resueltas respecto a la tenencia de la tierra, los bajos salarios y la falta de empleo (FAO Servicio de Género y Desarrollo, 2008). Su economía depende de la exportación de productos agrícolas como café, azúcar y plátano, entre otros (García y Valdés, 2008), y actualmente la agricultura representa el 23% de su PIB y el 75% de sus exportaciones (PNUD Guatemala, Informe sobre Desarrollo Humano, 2005). En lo que respecta a su población, el 60% habita en zonas rurales y es la más numerosa entre los países centroamericanos, debido a que tiene los niveles de fecundidad más altos de Latinoamérica (Rivadeneira, 2001). Hay 11.88 millones de ha- bitantes, de los cuales 6 viven en condiciones de pobreza y, de éstos, más de 2 millones de personas tiene un ingreso menor a 1 dólar al día (PNUD Guatemala, Guatemala: Los objetivos de desarrollo, 2005).

La estratificación de la sociedad es piramidal, es decir, una minoría se encuentra en un estrato socioeconómico alto mientras que una gran mayoría se encuentra en un estrato bajo (PNUD Guatemala, 2005). De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano publica- do por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Guatemala 2005, el es-

168 trato alto se compone por poco más de 380 mil personas, lo que representa únicamente el 3.3% del total de la población. El 16 y 20% de la población corresponden a un estrato medio y medio bajo, respectivamente, mientras que los estratos clasificados como bajo y bajo extremo suman 7.2 millones de habitantes y significan el 32% y el 29%, respectiva- mente. Lo anterior muestra que, para poco más del 60% de la población, las condiciones de vida son precarias.

Asimismo, el Informe señala que no es fácil escalar en la pirámide socioeconómica de- bido a los bajos niveles de escolaridad e ingreso que se registran en los estratos bajos. Únicamente el 6% de la población entre 25 y 40 años tiene un grado universitario y me- nos del 2% en los sectores bajo y medio bajo, en este mismo rango de edad, ha tenido acceso a la educación superior. Un aspecto fundamental de la sociedad guatemalteca es la presencia de grupos étnicos sobre los cuales se manifiesta la gran desigualdad que existe en el país. El 80% de la población indígena se concentra en los estratos bajo y bajo extremo, y el 20% de la pobreza extrema la sufre la población indígena rural. Esto significa que 8 de cada 10 indígenas viven en condiciones de pobreza.

Las poblaciones indígenas son de las etnias Kiche’, Q’eqchi’, Kaqchikel y Mam. Entre ellos, existen diferencias en términos de ingreso, es decir, algunos son más pobres que otros. El grupo más afectado es el Mam, el cual percibe un ingreso per cápita anual de 387 dólares, mientras que el grupo que mayor ingreso percibe es el Q’eqchi’ con 600 dólares per cápita al año. La situación para los grupos indígenas es deplorable y manifiesta que la diversidad étnica se relaciona con la desigualdad económica, sobre todo cuando se considera que, mientras el ingreso promedio de la población indígena es de 72 dólares al mes, para la población no indígena es de más del doble (164 dólares). La brecha salarial sugiere que en el país hay discriminación contra la población indígena (PNUD Guatemala, 2005).

Es interesante señalar que Guatemala, como país, tiene un nivel de desarrollo menor al que registra Chiapas, el estado con menor grado de desarrollo de la República Mexicana. Mientras que para Chiapas el Índice de Desarrollo Humano (IDH) es de 0.71, para Guate- mala es de 0.68. A pesar de tener un desarrollo humano medio, Guatemala tiene el menor índice de desarrollo de los países centroamericanos (PNUD, Informe sobre Desarrollo Hu- mano, 2007/2008). Aun cuando se estima que la economía guatemalteca creció 3.2% en 2006 (CEPAL, 2006), la enorme desigualdad en el ingreso y, por ende, la pobreza genera- lizada, hacen de Guatemala un país expulsor de personas por excelencia, especialmente de mujeres provenientes de zonas rurales.

Trabajadoras domésticas guatemaltecas

Desde hace varias décadas, en varios municipios de la región del Soconusco hay una gran demanda por mano de obra femenina para el sector doméstico. Un caso representativo es Tapachula, en donde nueve de cada diez trabajadoras domésticas son guatemalte- cas (Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova y El Colegio de la Frontera Sur, 2007). Si bien, por definición, las empleadas domésticas son un sector vulnerable, las

169 domésticas guatemaltecas que salen de sus comunidades para ir a trabajar a Tapachula son las más vulnerables entre los vulnerables. No sólo son mujeres menores de edad; son indocumentadas y muchas de ellas indígenas. Dicha condición las aísla aún más de los sistemas de salud y las dota de un sentimiento de indefensión y temor que impide la denuncia de cualquier abuso.

No se conoce con exactitud desde cuándo comenzó a darse este flujo; sin embargo, es un hecho que es muy dinámico y de magnitud considerable (Casillas, 2006). Si bien es cierto que las trabajadoras domésticas “van y vienen” de sus comunidades a Tapachula para trabajar, la realidad es que el viaje de ida y vuelta lo realizan pocas veces al año y no pasan de estar 15 días en la comunidad donde nacieron. Las jóvenes residen y trabajan en Tapachula de manera permanente y así establecen su mundo social en esta ciudad. Cambian constantemente de trabajo puesto que frecuentemente son sujeto de abusos por parte de sus patrones.

Aquéllas que logran encontrar un trabajo en donde el trato sea bueno y la paga esta- ble, permanecen definitivamente en Tapachula, salvo por breves períodos de visita a sus familiares en sus comunidades de origen. Las trabajadoras domésticas permanecen años viviendo en Tapachula, y regresan definitivamente a Guatemala únicamente cuando se casan o cuando consiguen un trabajo en donde su sueldo por lo menos sea igual al que se percibe en Tapachula, lo cual sucede en muy pocas ocasiones.

Tradicionalmente, son originarias de los municipios de los Departamentos fronterizos de San Marcos y Quetzaltenango, ubicados en la región occidental de Guatemala (Casi- llas, 2006), región que registra los mayores niveles de pobreza del país, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística de Guatemala. Inclusive, en algunas localidades ubi- cadas en estos Departamentos, los servicios básicos no han llegado o tienen poco tiempo de haber llegado. Tal es el caso de Floriselda, de 15 años de edad y Lety, de 34, ambas trabajadoras domésticas en Tapachula. La casa de Floriselda, originaria del Municipio de Concepción, no cuenta con luz eléctrica. Su familia usa un candil para iluminarse por las noches. Otro caso representativo es el de Lety, originaria del municipio de San Pablo. Lety comentó que el agua potable llegó a su comunidad hace apenas tres meses y la luz eléc- trica hace dos años. En su mayoría, las trabajadoras provienen de familias rurales y hablan la lengua indígena mam. Sus familias trabajan en fincas de café o de cultivo de frutas. Pro- vienen de familias grandes, de entre cuatro y seis hermanos. Los hombres generalmente se dedican a trabajar en las fincas, ya sea en Guatemala o en México, y en algunos casos los hermanos o primos se van a trabajar a Estados Unidos. Las mujeres también suelen trabajar en la finca y, además, desde muy pequeñas, hacen las labores domésticas.

Lety, relató que de los 11 a los 13 años trabajó en la finca con su padre, además, ayu- daba a su madre en las labores del hogar. Se levantaba a las tres de la mañana para pre- parar la molienda para hacer tortillas. Después, a las cinco, se encaminaba a la finca, para caminar hora y media hasta su destino. Trabajaba de siete de la mañana a dos de la tarde en el cultivo o cosecha, y después regresaba a su casa a descansar y a seguir apoyando

170 a su mamá en los quehaceres del hogar. Lo anterior explica que el trabajo doméstico se ha concebido como algo natural que las niñas deben aprender, y es una labor a la cual pueden dedicarse para contribuir al ingreso familiar una vez que alcanzan cierta edad (Oehmichen, 2000).

La mayoría de las trabajadoras cursaron algún grado de primaria, pero muy pocas lo- graron cursar la secundaria, y en casos excepcionales llegaron a la preparatoria. Gene- ralmente, llegan a trabajar a Tapachula a los trece o catorce años de edad. Se sabe que la edad promedio de las trabajadoras domésticas oscila entre los doce y los veinte años (Casillas 2006). El motivo principal de su emigración es porque tienen que trabajar para ayudar a sus padres o simplemente quieren trabajar para comprarse cosas que sus padres no pueden darles, como ropa o zapatos. Las más grandes o que ya tienen cierta experien- cia laboral, quieren trabajar para mantenerse solas y ayudar a sus familias, especialmente si dejaron a un hijo o hermanos más pequeños en casa.

La mayoría, si no es que la totalidad de las jóvenes que llegan a trabajar a Tapachula por primera vez, vive en la casa donde trabaja. Esto es un asunto cultural en ambos lados de la frontera. En Tapachula es costumbre que las trabajadoras domésticas vivan en las casas donde trabajan, mientras en Guatemala se entiende que están bajo la tutela de sus padres y que están trabajando para apoyar a sus familias. No es bien visto por sus familia- res y amigas que ellas sean independientes, y es por esto que las jóvenes envían la mayor parte, o inclusive la totalidad de su sueldo a sus padres.

Para ellas es muy fácil conseguir trabajo en Tapachula. La mayoría lo consigue por recomendación de una prima, hermana o amiga, pero también son muy comunes las contrataciones en el Parque Hidalgo, ubicado en el centro de Tapachula. Asimismo, los sueldos son poco más altos en Tapachula que en Guatemala y, para aquellas que trabaja- ron en finca, las labores domésticas son por mucho más llevaderas en comparación con el pesado trabajo en el campo. De igual manera, es sumamente fácil entrar y salir de Ta- pachula. Generalmente, las trabajadoras entran con un pase local que pueden conseguir únicamente presentando una identificación oficial a la que ellas le denominan “cédula” y que, en realidad, es un documento que ampara su residencia de menos de una semana en alguno de los municipios fronterizos.

Es raro que las trabajadoras cumplan con la documentación necesaria para permane- cer en el país. Lety ha intentado regularizar su estatus migratorio, pues no tiene intención de regresar a vivir a Guatemala. A pesar de que ha logrado construir una casa en su comu- nidad en la que vive uno de sus hijos, ella argumenta que la vida en Tapachula es mejor que en su comunidad, y que ya no se siente tan cómoda en la localidad donde nació. En palabras de Lety, ha sido difícil regularizar su situación por los costos de los trámites (en

 Lety, trabajadora doméstica guatemalteca. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 1 de marzo de 2008.

171 su caso la forma migratoria denominada FM3). Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las trabajadoras no sabe en dónde se localiza su consulado, ni tampoco conoce sus funciones; mucho menos las de las autoridades mexicanas.

En conclusión, las características específicas de las trabajadoras domésticas correspon- den con el perfil general del emigrante guatemalteco que trabaja en Tapachula. Salen de sus localidades porque tienen que apoyar a sus padres con el ingreso familiar, es decir, por necesidad. Su idiosincrasia favorece la búsqueda de empleo en el servicio doméstico puesto que es una actividad que también desempeñaban en sus hogares. Salvo conta- das excepciones, no constituyen un flujo que pretenda usar a México “de trampolín” para llegar a Estados Unidos y, en cambio, siguen el patrón tradicional del éxodo rural a la ciudad.

Condiciones de vulnerabilidad

Los migrantes en el sector doméstico son uno de los sectores más explotados y ultrajados a nivel mundial. Su condición de indocumentados y el temor a la repatriación los sitúa en un estado de total indefensión frente a empleadores que deliberadamente cometen abusos contra ellos. Los abusos a los que son vulnerables pueden ser delitos penales o abusos en materia laboral. En el caso de las trabajadoras domésticas en Tapachula, ambos tipos de abusos están a la orden del día. Es común que las trabajadoras sufran maltrato verbal por parte de su patrona en al menos una de las casas en las que han trabajado. Al- gunas de las patronas acostumbran gritar a sus empleadas si hacen algo mal. Los abusos verbales vienen cargados de fuertes connotaciones raciales y, por tanto, las trabajadoras guatemaltecas son discriminadas en la cotidianidad, especialmente aquellas de origen indígena.

Florinda, trabajadora doméstica de 19 años de edad, relató que en su primer trabajo “la señora era muy enojona e histérica”, y en algunas ocasiones la hizo llorar. A pesar de esto, Florinda trabajó en esta casa seis años. Aun cuando Florinda no lo comentó durante la entrevista, posteriormente su actual empleadora relató que Florinda quedó lastimada de un brazo debido a que su patrona anterior la obligaba a planchar y, cuando terminaba, le pedía limpiar el refrigerador. Como es de conocimiento popular, los cambios de tempera- tura traen consecuencias severas a largo plazo. Hoy Florinda sufre de dolores en el brazo derecho cuando plancha y es por eso que no le gusta hacerlo.

Magali, quien dio clases de alfabetización a 30 empleadas domésticas en los desapare- cidos talleres de Santa Zita, comentó que a varias de sus alumnas las patronas les hacían

 María Luisa, empleadora actual de Lety. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 1 de marzo de 2008.  Los talleres de Santa Zita se desarrollaron por iniciativa del Padre Carlos Lomelí y las Hermanas Religiosas Hijas de San José. De 1994 a 2004 dio capacitación en materia de alfabetización, corte, confección y belleza a más de 30 trabajadoras domésticas guatemaltecas. También se les impartían pláticas sobre formación cristiana, educa- ción sexual y derechos humanos y laborales. En palabras de la actual directora, Fermina Rodríguez, los talleres

172 quitarse el “corte” (la falda tradicional que usan las jóvenes guatemaltecas) “porque olían mal” y les pedían que usaran jeans. Estas actitudes, contribuyen a que las jóvenes gua- temaltecas se urbanicen rápidamente. En algunas ocasiones, el proceso de adaptación a la ciudad por el que pasan las trabajadoras domésticas fomenta que vayan perdiendo su identidad cultural. Magali también comentó que conoce casos en que los padres golpean a sus hijas cuando van de visita a sus casas en Guatemala por no llevar puesto su corte. Ante ello, aún cuando la patrona las obligue a quitarse el corte, la mayoría de las traba- jadoras jóvenes que todavía mantienen fuertes lazos con sus padres usan el corte y el huipil en sus días de descanso, cuando van a sus casas o cuando tienen vacaciones.

Los abusos laborales

En materia laboral, los abusos más comunes son el pago impuntual o la falta de pago, los despidos injustificados, las jornadas excesivas de trabajo que en ocasiones no incluyen al menos un día de descanso, y la ausencia de prestaciones en materia de salud. La mayoría de las trabajadoras domésticas guatemaltecas en Tapachula percibe un sueldo de entre 1,000 y 1,400 pesos al mes, remuneración inferior al salario mínimo en Tapachula, el cual, según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, es de 1,485 pesos al mes. En algunos casos, las trabajadoras reciben su pago cada mes; en otros, les pagan quincenalmente. Si bien hay quienes tienen patrones que cumplen puntualmente con los pagos, en muchos casos, las trabajadoras enfrentan retrasos de semanas y hasta meses.

En lo referente a los días de descanso, las trabajadoras generalmente cuentan con al menos el domingo como día de descanso y algunas con medio día del sábado además del domingo. Sin embargo, sí se dan casos en los que las jóvenes, especialmente las más jóvenes, no tienen día de descanso. Lety es nuevamente un caso representativo, puesto que durante su primer trabajo, su jornada laboral era de lunes a domingo de siete a diez de la noche. En muy contados casos, las trabajadoras reciben atención médica pagada por sus patrones cuando lo necesitan. Sin embargo, la mayoría no cuenta con prestacio- nes médicas, por lo que compra las medicinas en las farmacias de “similares” y, en caso de necesitar atención médica, prefieren regresar a Guatemala y pagar directamente su asistencia médica.

Otro tipo de abuso que se comete contra las trabajadoras es la privación de alimentos. Lety relató que tiene una amiga a la cual no le dan de comer en la casa donde trabaja, aun cuando tiene jornadas laborales de más de ocho horas diarias. Durante la conversación

cesaron por falta de fondos y por no contar con un espacio para llevarlos a cabo. Anteriormente se hacían en unos salones de la iglesia ubicada en el Parque Hidalgo. Según Fermina, el nuevo párroco ya no les facilitó el es- pacio pues ahora desarrolla nuevas actividades. Fermina Rodríguez, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 6 de marzo de 2008.  Magali, maestra de alfabetización en los talleres Santa Zita (1994-2004). Dio clases a 30 trabajadoras domésti- cas. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 5 de marzo de 2008.  Blusa típica de Guatemala.

173 con Lety, se le preguntó si su amiga habló con sus patrones o con alguien más al respecto, y Lety respondió que su amiga no se lo ha contado a nadie “porque le da vergüenza y no quiere hacer quedar mal a sus patrones”. Lo anterior da cuenta de que la mayoría de las trabajadoras domésticas desconoce sus derechos laborales y, además, se siente vulne- rable al momento de exigirlos. También hay casos en los que la patrona les da comida distinta a la que comen los integrantes de la familia y, por tanto, aun cuando en la casa se coma carne, por ejemplo, puede ocurrir que la trabajadora sólo se alimente de pan, café, tortillas y frijoles (Mirailles 2008).

La mayoría de las trabajadoras, especialmente las que son menores de edad, trabajan bajo la modalidad de “planta”. Esta modalidad favorece que las trabajadoras estén dispo- nibles las 24 horas del día para los patrones y, por tanto, es frecuente que su jornada se extienda a más de 12 horas diarias. Anabel es un caso representativo. Comentó que su horario de trabajo es de 8 a 2 de la tarde. Al preguntarle qué hacía por las tardes relató que su patrona “le enseña a hacer la comida y a lavar los trastes”. Aun cuando su patrona le diga que le está enseñando o ella misma lo considere un aprendizaje y no parte de sus actividades laborales, probablemente estas actividades extiendan su jornada laboral a más de ocho horas al día.

Los abusos a la integridad

Aun cuando ninguna de las entrevistadas manifestó haber sido víctima de otros abusos como la confinación forzada en la casa donde trabaja o el abuso sexual por parte del patrón o de algún otro integrante del hogar, es sabido que estos delitos ocurren frecuen- temente. Inclusive, hay casos en los que aun cuando la trabajadora comente del abuso a su empleadora, ésta la despide injustificadamente. El Albergue Belén, casa del migrante que pertenece a la orden de los Misioneros de San Carlos Scalabrini de la Iglesia católica, hace poco tiempo recibió la llegada de una joven guatemalteca en la última etapa de su embarazo. Llegó al albergue acompañada de su hermana y una amiga suya, y decían simplemente que no había padre. Al final resultó que la joven había sido violada por su patrón, quien además era una persona influyente en Tapachula. La joven contó lo ocurri- do a su patrona y no sólo la despidió, sino que hizo que despidieran a su hermana y amiga de sus respectivas casas de trabajo, puesto que las señoras de las casas eran amigas de su patrona. Ninguna de las jóvenes quiso denunciar la violación ni mucho menos el despido injustificado y prefirieron regresar a Guatemala.

 Marion Mirailles, OIM. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 2 de marzo de 2008. Fermina Rodríguez, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova. Entrevista realizada en la ciudad de Tapa- chula el 6 de marzo de 2008.  Anabel, trabajadora doméstica guatemalteca. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 4 de marzo de 2008.

174 La ausencia de las autoridades

A pesar de que los abusos son conocidos por autoridades federales y estatales, en rea- lidad no hay campañas informativas dirigidas a las trabajadoras domésticas. Más grave aún, organismos que promueven los derechos humanos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Tapachula (CNDH) y el mismo consulado guatemalteco delibe- radamente prefieren ignorar la situación de las trabajadoras guatemaltecas y tratan de justificar su pasividad frente a los abusos que saben se cometen a diario contra ellas.

Mientras que el representante de la CNDH de Tapachula argumenta que poco puede hacerse por las trabajadoras domésticas guatemaltecas, ya que “los abusos pasan entre particulares y nosotros sólo podemos emitir recomendaciones a las dependencias de go- bierno”, en el Distrito Federal hay un Foro sobre Derechos Humanos de las Empleadas del Hogar, que se lleva a cabo anualmente en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF). Asimismo, recientemente la CDHDF en colabora- ción con el Instituto Nacional de Desarrollo Social (INDESOL) anunció el financiamiento de un programa para defender los derechos de las trabajadoras domésticas. El programa consistió en talleres de capacitación a 40 trabajadoras domésticas, así como en una cam- paña de difusión sobre la no discriminación hacia este sector. Cabe destacar que fue un organismo de la sociedad civil, el Centro de Apoyo y Capacitación para las Empleadas del Hogar (CACEH), el que recibió los fondos y ejecutó el programa (La Jornada, 2008). Lo anterior muestra que, de tener interés, la CNDH en Tapachula podría replicar el Foro de Derechos Humanos de las Empleadas del Hogar en Tapachula y dirigirse a este sector de la población migrante.

En lo que respecta a los organismos de la sociedad civil de Tapachula, el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova realizó talleres de alfabetización, corte y confección, y sensibilización sobre derechos humanos y laborales, entre otros, para las trabajadoras domésticas guatemaltecas de 1994 a 2004. Es un hecho que también los or- ganismos de la sociedad civil podrían seguir el ejemplo del CACEH, buscando la vincula- ción con dependencias gubernamentales u otros organismos de promoción de derechos humanos para reactivar los talleres de capacitación para las trabajadoras domésticas gua- temaltecas.

Por otra parte, a pesar de que el cónsul de Guatemala en Tapachula reconoce que las trabajadoras domésticas son un sector muy vulnerable e ignorante de las labores de asis- tencia que el mismo puede proveerles, no cuentan con programas de promoción para informarlas. En palabras del propio cónsul, “los esfuerzos para llegar a las domésticas se han realizado, concretamente, se han repartido folletos descriptivos sobre las labores del consulado en el Parque Hidalgo, pero a las trabajadoras no les interesa, tiraron a la calle

 Héctor Pérez, Comisión Nacional de Derechos Humanos Tapachula. Entrevista realizada en la ciudad de Tapa- chula el 3 de marzo de 2008.

175 todos los folletos”.10 Lamentablemente, el cónsul no se ha cuestionado la forma de llegar a ellas, pues al parecer deja de lado que la mayoría de las empleadas domésticas habla la lengua indígena mam, y muchas de ellas, al tener bajos niveles de escolaridad, no necesa- riamente saben leer y escribir el español con facilidad.

Por ende, la orientación sobre derechos humanos y laborales, así como sobre los sitios a los que pueden acudir para denunciar abusos o recibir asistencia sin importar su condi- ción de indocumentadas, difícilmente llega a las trabajadoras domésticas guatemaltecas. Las trabajadoras son mujeres indocumentadas, menores de edad, y en la mayoría de los casos, indígenas. Viven en casas ajenas, lejos de sus familias y provienen de zonas rurales, por lo que vivir en la ciudad implica un proceso de adaptación por el que tienen que pasar prácticamente solas. Constituyen el flujo migratorio más vulnerable en Tapachula, pues- to que, si bien se reconocen los abusos que cotidianamente se cometen contra ellas, las autoridades mexicanas y guatemaltecas, la sociedad civil y los promotores de derechos humanos eligen deliberadamente ignorarlas y contribuir así a su estado de indefensión.

La vulnerabilidad de las trabajadoras va más allá de ser mujeres, menores de edad e indocumentadas sino que, además, constituyen un sector que está fuera de los progra- mas del estado para regularizar su situación migratoria. El sector de las trabajadoras do- mésticas guatemaltecas en Tapachula es, sin lugar a dudas, el más ignorado de la política migratoria en todos los niveles de gobierno: federal, estatal y municipal, a pesar de que las autoridades y organismos entrevistados reconocen la magnitud y vulnerabilidad de este flujo.11

La situación migratoria de las trabajadoras domésticas guatemaltecas

Desde finales de 2007, la comisionada del INAMI, Cecilia Romero, comenzó a anunciar la expedición de nuevas formas migratorias para visitantes locales y trabajadores tempo- rales, medida que se pondría en marcha a partir del primer trimestre de 2008. Esto para “conocer cuántos son, dónde están, de qué manera hacen su vida circular entre Guate- mala y México, para darles una identificación y hacerlos menos vulnerables a intentos de extorsión, de abuso o de muchas cosas” (El Universal, 2007).

Finalmente, el 12 de marzo de 2008, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación dos acuerdos en la materia: uno respecto a las reglas para otorgar facilidades migratorias a los visitantes locales guatemaltecos, y el otro, sobre las facilidades en la internación para trabajadores fronterizos temporales procedentes de Guatemala y Belice. Dichas formas son la Forma Migratoria de Visitantes Locales (FMVL) y la Migratoria de Trabajadores Fron-

10 Melvin Valdez González, cónsul de Guatemala en Tapachula. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 5 de marzo de 2008. 11 Rafael Pretelín, delegado regional del INAMI; Rául Mandujano, Coordinación de Relaciones Internacionales del estado; Melvin Valdez González, Consulado de Guatemala. Entrevistas realizadas en la ciudad de Tapachula del 2 al 5 de marzo de 2008.

176 terizos (FMTF). Ésta última sustituye a la Forma Migratoria de Visitante Agrícola (FMVA), la cual se utilizaba desde 1997 y se dirige a trabajadores guatemaltecos o beliceños de cualquier sector económico, mayores de dieciséis años y que cuenten con una oferta la- boral por escrito. Esto implica que la nueva FMTF no es exclusiva del sector agrícola, sino que varios flujos pueden verse beneficiados, especialmente los que van a los sectores de construcción y servicios.

Definitivamente, tanto la FMVL como la FMTF son un avance importante para ordenar de una manera más eficiente algunos de los flujos guatemaltecos a México y, también, para formular mayor información estadística sobre ellos. Sin embargo, estas formas no son acordes a la realidad de las trabajadoras domésticas guatemaltecas. Claramente, las traba- jadoras no son visitantes locales, ya que no cruzan la frontera diariamente y, en realidad, su residencia permanente es la casa donde trabajan en Tapachula. Por su parte, la FMTF también excluye a las trabajadoras debido a que: 1) No cuentan con contratos laborales escritos, sino verbales; y 2) La FMTF establece como requisito que el empleador cuente con un acta constitutiva o instrumento en que se acredite la existencia de la empresa y su pertenencia al Registro Público de Comercio, sin importar si se trata de una persona física o moral (Diario Oficial de la Federación, 2008). Este requisito impide terminantemente que las trabajadoras domésticas puedan incluirse en esta categoría migratoria, puesto que sus empleadores son personas, no empresas.

Por lo anterior, las trabajadoras domésticas no sólo permanecerán indocumentadas sino que, además, su paso por los puntos de internación formales podrían modificarse a medida que se les dificulte obtener una FMVL. En realidad, las trabajadoras domésticas son inmigrantes, ya que no entran en la categoría de trabajadores temporales ni mucho menos en la de visitante local. Para aquellas trabajadoras que están casadas o viven en unión libre con un mexicano o tienen hijos en México, la denominada FM3 es documen- tación adecuada para regularizar su situación migratoria. Este trámite cuesta casi 2,000 pesos y es renovable cada año. Teniendo en cuenta que las trabajadoras domésticas per- ciben un sueldo de entre 1,200 y 1,500 pesos al mes, y que envían por lo menos el 80% de este ingreso a sus familias, el trámite de la FM3 representa un gasto importante para ellas que difícilmente pueden sufragar.

La informalidad de su contrato laboral es también un problema fundamental para re- gularizar su situación migratoria. La falta de un contrato escrito favorece la explotación laboral y, a la vez, perpetúa su condición de indocumentadas. Aun cuando las trabajado- ras pueden denunciar abusos laborales en la Junta de Conciliación y Arbitraje local, es un hecho que la falta de un contrato escrito dificulta que las autoridades den seguimiento a estos casos. Al igual que la legislación guatemalteca, la Ley Federal del Trabajo mexicana, concretamente en el Capítulo XIII, el cual trata sobre los trabajadores domésticos, tiende a discriminarlos, puesto que los sitúa en condiciones de desigualdad frente a trabajadores de otros sectores.

177 Para empezar, la ley no estipula una jornada laboral máxima de trabajo, y es vaga en lo relacionado a los días de descanso. De igual forma, establece que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos fijará los salarios que deberán pagarse a estos trabajadores El( Universal, 2007); sin embargo en la tabla de salarios mínimos generales y profesionales no existe un rubro para el trabajo doméstico. Por tanto, el salario mínimo para un tra- bajador doméstico es el denominado “general”, y tiende a ser menor al de otros rubros, como recamarera de un hotel o cocinero en una fonda, aun cuando su labor es igual o más demandante que la de estos empleos. Respecto a las indemnizaciones por causa de despido, la ley también es vaga, pues no señala un monto mínimo y, en cambio, sí otorga completa libertad al empleador para despedir a la trabajadora un mes después de haber sido contratada, sin responsabilidad o necesidad de dar justificación alguna.

A pesar de que México es signatario de la Convención de Naciones Unidas sobre la Eli- minación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CDHDF, 2002), y de que el INAMI, el Consulado de Guatemala y la Coordinación de Relaciones Internacionales de Chiapas reconocen la gravedad de la situación de las empleadas domésticas guatemal- tecas, no se han llevado a cabo acciones concretas para incluirlas en la incipiente política migratoria mexicana. A la fecha no existen programas federales o estatales que contribu- yan a regularizar su situación migratoria y, así, aminorar su vulnerabilidad. En el ámbito legislativo, el marco jurídico que supuestamente debe ampararlas es insuficiente y, en cambio, perpetúa su vulnerabilidad. Lo anterior confirma que las trabajadoras domésticas guatemaltecas son el flujo migratorio más vulnerable de la frontera sur, ¿o existe otro flujo migratorio indocumentado compuesto por mujeres, en su mayoría indígenas, menores de edad, que el Estado tanto de su país de origen como el país receptor decida ignorar?

Las remesas de las trabajadoras domésticas guatemaltecas

Se sabe que el grueso de la emigración guatemalteca se dirige a Estados Unidos, y esta migración es de tipo permanente. Según datos de la OIM, 1.6 millones de guatemaltecos residen en el extranjero, de los cuales el 97% habita en Estados Unidos y es, en su mayo- ría, población indocumentada (CNN Expansión, 2007). Esto implica que, para Guatemala, las remesas están por convertirse en la principal fuente de divisas. En 2007, recibió 4 mil 128 millones de dólares en remesas, tan sólo 91 millones de dólares por debajo de las exportaciones, lo que significó el 10% del PIB. Asimismo, pese a que, en 2006, 23 mil gua- temaltecos indocumentados fueron deportados por las autoridades estadounidenses, las remesas presentaron un incremento del 14.4% en 2007 (Álvarez, El Periódico Guatemala, 2008).

En el caso de las trabajadoras domésticas, es posible hablar de dos tipos de remesas: por un lado, las remesas económicas que reciben sus familias; y, por otro, las remesas de tipo social, aquellas que se traducen en educación y la transferencia de nuevos valores culturales. En lo que respecta a las remesas de tipo económico, si bien el dinero que las empleadas domésticas mandan a sus hogares no puede compararse con los montos de remesas provenientes de Estados Unidos, sin lugar a dudas es una contribución impor-

178 tante. Son un complemento del ingreso familiar que mejora la calidad de vida de los pa- dres y hermanos que se quedan en Guatemala.

La mayoría de las trabajadoras, si no es que todas, manda dinero a sus familias. Con excepción de Lety, las trabajadoras entrevistadas ganan entre 1,000 y 2,000 pesos al mes y viven en las casas donde trabajan. Lety, por su edad y experiencia laboral,12 actualmente gana 3,200 pesos al mes. Trabaja en dos casas vecinas “de entrada por salida”, es decir, no vive en las casas donde trabaja. Le pagan 1,400 pesos en una casa y 1,800 en la otra. Sin embargo, ella relató que, en 1987, primera vez que llegó a Tapachula para trabajar, sí vivía en la casa donde trabajaba y ganaba 150 pesos al mes.

De igual forma, todas las entrevistadas entre los 14 y 16 años de edad replican la di- námica que Lety tenía con su familia hace más de veintiún años: mandan como mínimo el 80% de su sueldo cada mes. Lo poco que les queda lo usan para comprarse ropa en el mercado o para salir los domingos y poder comprar dulces y uno que otro refresco. Tal es el caso de Anabel y Yolanda, quienes ganan 1,400 y 1,300 pesos, respectivamente. Mien- tras que Anabel se queda con 200 pesos de su sueldo y manda el resto a su padre, Yolanda sólo retiene 50 pesos de su sueldo y el resto lo envía a su familia. Aquellas trabajadoras que tienen hijos tienden a enviar menor proporción de su sueldo a sus padres o herma- nos menores que aún se encuentren bajo tutela de sus padres. Lety y María, las únicas madres entrevistadas, argumentaron que mandan una parte mínima de su sueldo. María, con cinco meses de embarazo, comentó que está ahorrando para cuando nazca su bebé. Lety, por su parte, mantiene a dos hijos, uno de 5 años que vive con ella en Tapachula, y otro de trece que estudia en Guatemala.

Más allá de los lazos sentimentales existentes entre las trabajadoras domésticas y sus familias, la motivación para enviar dinero a sus hogares radica en que la remesa es un vín- culo familiar. Enviar dinero a sus hogares reafirma que las jóvenes continúan bajo la tutela de sus padres y trabajan por el bienestar de la familia (Mirailles, 2008).13 Es por eso que, para la mayoría, salir de su comunidad implica hacerlo únicamente por medio de las redes sociales conformadas por primas, hermanas, sobrinas o tías, o bien por amistades. Por lo mismo, la mayoría de las trabajadoras domésticas trabaja bajo la modalidad de “planta”, es decir, llegan a vivir a la casa donde trabajan y no viven solas ni mucho menos con algún hombre sin antes casarse, lo cual reafirma que no son hijas de reputación cuestionable o hijas “descarriadas” frente a los valores morales de su comunidad de origen (Oehmichen, 2000).

La poca literatura disponible sobre el caso de las domésticas guatemaltecas en Tapa- chula coincide en que el sueldo promedio que puede ganar una trabajadora doméstica oscila entre los 400 y los 1,200 pesos al mes (Casillas, 2006). Una investigación más recien-

12 Actualmente, Lety cuenta con 34 años de edad y ha trabajado en Tapachula 13 años en diferentes lugares. 13 Marion Mirailles, OIM. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 2 de marzo de 2008.

179 te, así como el trabajo de campo realizado, corroboran que la mayoría de las trabajadoras gana por lo menos 1,200 pesos al mes, lo cual no quiere decir que no existan casos en donde las trabajadoras más jóvenes o más inexpertas ganen menos de 1,000 pesos al mes (Mirailles, 2008).

Sin embargo, es un hecho que, a medida que la trabajadora adquiere mayor expe- riencia laboral y se adapta a la vida en Tapachula, busca un mejor salario en su próximo trabajo. Cabe destacar que catorce de las dieciséis entrevistadas llevan trabajando por lo menos doce meses en una sola casa. Las excepciones fueron Marlene y Carmen, quienes sólo llevaban trabajando seis y dos meses respectivamente, pues prácticamente acaba- ban de llegar a Tapachula.

Las remesas que las trabajadoras envían a sus familias se utilizan fundamentalmente para el consumo. Los familiares acostumbran comprar alimentos, medicinas o cualquier otro bien que necesiten. Es por esto que el dinero que envían es una contribución impor- tante y esperada por las familias que los reciben. Además del monto que las trabajadoras envían mensualmente, algunas acostumbran llevar ropa, dulces, o alimentos cuando visi- tan a sus padres y hermanos. Dos de las entrevistadas, Nayeli y Lety, inclusive han llevado a sus hogares una radio y una televisión. Lety comentó además, que, con el sueldo que ganó durante los primeros seis años que trabajó en Tapachula, su padre cambió “la madera de su casita por concreto” y con los años terminó una casa de piso y paredes de cemento.14

Sin embargo, los montos de estas remesas no pueden compararse con las remesas que vienen de Estados Unidos. Nubia, quien tiene un hermano trabajando en Estados Unidos, comentó que con el dinero que su hermano envió a su padre, éste pudo comprar una finca de café y fue entonces cuando empezaron a mejorar económicamente. Nubia fue la única de las entrevistadas que terminó la preparatoria y en sus vacaciones es cuando trabaja como empleada doméstica, pues quiere ahorrar para estudiar enfermería en el Distrito Federal.

Los casos de Nubia, Lety y Nayeli dan cuenta de que, a diferencia de las remesas prove- nientes de Estados Unidos, el dinero que envían las trabajadoras domésticas no cambia drásticamente la vida de sus familias, pero sí contribuye a mejorar la calidad de vida en aspectos básicos como la alimentación, salud e inclusive en educación de los hermanos menores. Anabel comentó que con el dinero que ha ganado ha ayudado a su padre “a poner uniforme a sus hermanitos”.15 El caso de Anabel representa que las trabajadoras do- mésticas están contribuyendo a que sus hermanos menores continúen sus estudios y de

14 Lety, trabajadora doméstica guatemalteca. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 1 de marzo de 2008. 15 Anabel, trabajadora doméstica guatemalteca. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 4 de marzo de 2008.

180 esta forma cambien la suerte que les tocó a ellas. Es por esto que las remesas que envían también son de tipo social.

La contribución económica a Guatemala

Cada cierto período, el cual varía dependiendo del caso específico, la trabajadora regresa una o dos semanas a Guatemala para visitar a su familia y llevar dinero. El resto del año, sus padres, primas o hermanas las visitan para recoger el dinero y llevarlo a sus hogares. Si bien es cierto que las trabajadoras van y vienen de Guatemala varias veces al año, al menos en el caso de las entrevistadas hay cierta estabilidad en cuanto al tiempo que permanecen trabajando en una casa y, por tanto, percibieron un sueldo mensual duran- te al menos 10 meses. Por otra parte, aquellas que dejan una casa ya sea para regresar una temporada más larga a Guatemala o bien debido a que no estaban a gusto con su situación laboral, encuentran fácil y rápidamente un nuevo trabajo en Tapachula, lo que significa que no pasa demasiado tiempo sin que perciban un sueldo.

Suponiendo que la mayoría de las trabajadoras domésticas entre los catorce y dieci- nueve años de edad gana por lo menos 1,200 pesos al mes durante al menos diez meses y mandan como mínimo el 80% de su sueldo, implicaría que una trabajadora, en este rango de edad, manda a su casa al menos 960 pesos al mes, casi 10,000 pesos al año.

Si bien la cifra parece insignificante, cuando se observa a mayor escala, las remesas que las trabajadoras envían a sus hogares son, en realidad, montos considerables. Baste con observar el número de empleadas domésticas que se reúne los domingos en el Parque Hidalgo. Puede afirmarse que, durante la estancia realizada en Tapachula, se observaron a por lo menos cien trabajadoras domésticas que se ubican en el perfil arriba descrito. Si estas cien trabajadoras perciben por lo menos diez meses un salario mínimo de 1,200 pesos al mes durante este año, y a su vez envían a sus familias el porcentaje descrito de su sueldo, implicaría cerca de 1 millón de pesos al mes en remesas para sus comunidades de origen, 12 millones al año. Esto es sólo si se consideran cien trabajadoras domésticas aunque la realidad es que hay muchas más trabajando.

Según datos del INEGI, en Tapachula hay 63,811 hogares, de los cuales, sólo 9,850 o el 15.4% cuenta con piso de madera, mosaico u otro material (INEGI, Anuario Estadístico de Chiapas, 2007). De este dato puede inferirse que se trata de hogares con un nivel so- cioeconómico medio o alto y, por tanto, representan una demanda potencial de trabaja- doras domésticas. Basta con darse una vuelta a la colonia Los Laureles, donde el 90% de los hogares cuenta con una trabajadora doméstica guatemalteca. Con base en lo que se pudo observar durante el trabajo de campo, así como en las entrevistas realizadas, puede pensarse que al menos un 30% de estos hogares contrata trabajadoras domésticas entre los catorce y diecinueve años de edad. Si se supone que al menos 3 mil tapachultecos cuentan con una trabajadora doméstica que trabaje para ellos, esto equivale a una cifra que sobrepasa los 34 millones de pesos en un año.

181 Lamentablemente, no existen estimaciones oficiales ni interés de ninguna autoridad para contabilizar el monto de remesas que las trabajadoras envían anualmente en dinero o especie, y mucho menos su impacto en la calidad de vida de sus familias y comunidades de origen. Esto es por dos motivos: a) sus actividades se consideran más una ayuda fami- liar que una actividad laboral; y b) el hecho de que el trabajo doméstico sea catalogado como una actividad informal impide que se considere a las empleadas domésticas entre la población económicamente activa y, por ende, se refuerza la invisibilidad de su trabajo, de la contribución económica y social que hacen a sus hogares y se perpetúa su vulnera- bilidad (Oehmichen, 2000).

Cambiando la realidad

En México, y en la mayoría de los países del mundo, se considera que el trabajo doméstico es una actividad informal y por esto, los contratos laborales escritos y las prestaciones sociales están fuera del alcance de los trabajadores. Sin embargo, en el caso mexicano, sí existe el marco jurídico para formalizar esta actividad: en primera instancia, cualquier persona física puede registrarse como patrón, aunque no realice actividad económica alguna; segundo, la Ley Federal del Trabajo incluye como trabajadores a los empleados domésticos y; tercero, el Insitito Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuenta con formatos para registrar a los trabajadores domésticos.

Lo anterior da cuenta de que la informalidad del trabajo doméstico se debe más a un “uso y costumbre” que a una carencia del sistema mexicano. En México hay sólo 1,590 empleados domésticos registrados en el IMSS, lo que significa que, por un lado, la so- ciedad civil mexicana carece de voluntad o desconoce el procedimiento para registrar a sus trabajadores domésticos. Por otra parte, las autoridades no se han dado a la tarea de informar y fomentar que la sociedad civil haga uso de las formas legales para emplear a sus trabajadores domésticos (Murayama, La Crónica, 2008). En este escenario, la vulnerabi- lidad de las trabajadoras domésticas guatemaltecas es mayor, puesto que, además de ser mujeres indocumentadas, menores de edad e indígenas, se enfrentan con la percepción social del carácter informal de su trabajo.

Mientras que la CNDH en Tapachula y el Consulado de Guatemala argumentan que poco puede hacerse por las trabajadoras domésticas guatemaltecas, o bien, que se han hecho intentos “pero a ellas no les interesa”,16 en entidades como el Distrito Federal se hacen foros anuales dirigidos a las empleadas domésticas y talleres de capacitación para que conozcan sus derechos laborales y humanos. Dichas actividades son ejecutadas por un organismo de la sociedad civil y son financiadas por la misma CDHDF e Indesol.

16 Melvin Valdez González, cónsul de Guatemala en Tapachula. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 5 de marzo de 2008.

182 Inclusive, el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A. C., durante el período 1994-2004, realizó talleres de capacitación para trabajadoras domésticas gua- temaltecas. En palabras de Magali, quien dio talleres de alfabetización, éstos tuvieron un impacto muy positivo e, inclusive, algunas continuaron sus estudios en el INEA para poder certificar su educación.17 Los talleres cesaron por falta de fondos y un espacio en donde llevarlos a cabo. La realidad es que, con voluntad y vinculación entre organismos de la sociedad civil que han trabajado o les interesa trabajar con las empleadas domésticas guatemaltecas y organismos como la CNDH en Tapachula, se podría replicar este tipo de foros y reactivar los talleres. De esta forma, se podría sensibilizar a la población civil sobre su situación y orientar a las trabajadoras sobre sus derechos laborales y humanos, así como brindarles capacitación que les permita desarrollarse en otras actividades o, al menos, concluir sus estudios de primaria o secundaria.

En el ámbito jurídico, la situación de las trabajadoras domésticas, tanto mexicanas como guatemaltecas, puede cambiar si se modifica la Ley Federal del Trabajo, específi- camente el Capítulo XIII, el cual se refiere al trabajo doméstico (CDHDF, 2006). Como se señaló previamente, dicha Ley tiende a discriminar a las trabajadoras domésticas pues no las sitúa en condiciones de igualdad de derechos y obligaciones en comparación con trabajadores de otros sectores. La Ley no establece una jornada máxima de trabajo y es vaga en lo que respecta a los días de descanso y a la indemnización en caso de despido.

Por otra parte, estipula que su salario será el que defina la Comisión Nacional de Sala- rios Mínimos; sin embargo, el trabajo doméstico no se incluye dentro de la tabla de sala- rios mínimos generales y profesionales. Esto implica que las trabajadoras deben percibir un sueldo mínimo “general”, que es entre 14 y 20 pesos menor al que percibe una recama- rera en hoteles o un cocinero en restaurantes o fondas, a pesar de que sus actividades son igual o más demandantes que éstas. Por tanto, la modificación de esta Ley fomentaría la valoración de su trabajo y cambiaría el “uso y costumbre” de considerar al trabajo domés- tico como una actividad informal para la cual no es necesario un contrato por escrito. El cambio en la legislación es posible y ha ocurrido en otros países. Tal es el caso de Hong Kong, que modificó su legislación para definir la jornada laboral y el salario de los trabaja- dores domésticos (Human Rights Watch, Swept Under the Rug, 2006).

Si bien, el cambio de la Ley requiere de voluntad política, sumamente difícil de lograr en cualquier país, hay algunos avances. Desde julio de 2007, organizaciones de la socie- dad civil18 han colaborado con la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislati- va del Distrito Federal en una propuesta de reforma del Capítulo XIII de la Ley Federal del Trabajo (Tesoro, Criterios, 2007). Finalmente, a finales de diciembre de 2007, la diputada Rosario Ortiz, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció estar trabajando

17 Magali, maestra de alfabetización en los talleres Santa Zita (1994-2004). Dio clases a 30 trabajadoras domés- ticas. Entrevista realizada en la ciudad de Tapachula el 5 de marzo de 2008. 18 Algunas de estas organizaciones son La Unión Nacional de Trabajadores y Colectivo Atabal.

183 con la diputada Martha Hilda González del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una propuesta para ampliar los derechos de los trabajadores domésticos (Servín, La Jor- nada, 2008). Lo anterior da cuenta de que una iniciativa de ley para reformar dicho artícu- lo no está lejos de la realidad.

En lo que respecta a la política migratoria federal, las trabajadoras domésticas no tie- nen las características necesarias para incluirse en las nuevas formas migratorias imple- mentadas por el INAMI para reordenar los flujos de guatemaltecos y beliceños en la fron- tera sur. Por tanto, debe pensarse en una visa de trabajo anual y renovable para ellas, o bien debe modificarse la FMTF ya existente para incluir que, en el caso de las trabajadoras domésticas guatemaltecas, el empleador pueda ser un particular. En este caso sí podrían incluirse en la categoría de trabajadoras temporales. Las visas deben tener en cuenta que las trabajadoras residen en Tapachula por lo menos un año y que “entran y salen” por períodos inferiores a dos semanas. Quizá, lo mejor sería diseñar una visa especial para ellas que vaya realmente acorde con su realidad y que contribuya a aminorar su vulnera- bilidad. Sin embargo, la modificación de la FMTF ya existente sería un gran avance para mejorar su situación.

Cabe destacar que en el acuerdo sobre la FMTF se estipula que “en caso de que el sujeto beneficiario vaya a recibir una remuneración igual al salario mínimo vigente de la región, quedará exento del pago de derechos” (SEGOB, 2008). Como se mencionó ante- riormente, en su mayoría, las trabajadoras domésticas perciben un sueldo menor al mí- nimo de Tapachula. Por tanto, si el INAMI tuviera la intención de regular este flujo, podría pensarse en exentar a las trabajadoras del pago de derechos para la obtención de la FMTF o de una forma migratoria diseñada tomando en cuenta sus características.

Las propuestas mencionadas son realistas pero, sobre todo, realizables. Probablemen- te el obstáculo principal es generar la voluntad de los actores involucrados para llevar a cabo estas iniciativas que pueden transformar vidas. La raíz del problema nace de la inactividad tanto de la sociedad civil como de las autoridades. Sin embargo, si cada uno asume su responsabilidad, es posible sentar las bases de una solución duradera y definiti- va en favor del flujo migratorio más vulnerable en Tapachula.

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Entrevistas a trabajadoras domésticas guatemaltecas en Tapachula, Chiapas, 1-4 de marzo de 2008.

Armida, 16 años de edad. Anabel, 15 años de edad. Berta, 15 años de edad. Carmen, 15 años de edad. Elsa, 16 años de edad. Florinda, 19 años de edad. Floriselda, 15 años de edad. Irma, 17 años de edad. Leticia, 16 años de edad. Lety, 34 años de edad. María (Maruca), 18 años de edad. Marbella, 18 años de edad. Marlene, 14 años de edad. Nayeli, 14 años de edad. Nubia, 17 años de edad. Yolanda, 14 años de edad.

Entrevistas a empleadores de trabajadoras domésticas guatemaltecas en Tapachula, Chiapas, 1-4 de marzo de 2008.

Fernando Rojer y Gloria María Rojer. María Luisa, empleadora actual de Lety.

Entrevistas a autoridades y organismos de la sociedad civil en Tapachula, Chiapas, 1-6 de marzo de 2008.

Fermina Rodríguez, Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A. C. Lic. Héctor Pérez, Comisión Nacional de Derechos Humanos Tapachula. Marion Mirailles, Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Melvin Valdez González, Cónsul de Guatemala en Tapachula.

187 Lic. Rafael Pretelín, Delegado regional del Instituto Nacional de Migración (INAMI). Lic. Rául Mandujano, representante en Tapachula de la Coordinación de Relaciones Inter- nacionales del Estado de Chiapas.

188 Documentos

Cambiando perspectivas. De la gestión de flujos a la construcción de políticas de migración con enfoque de desarrollo1

 MÉXICO NO CUENTA con una visión sobre sus planes posibles o deseables a largo pla- zo y, menos aún, con un consenso entre los distintos sectores de la sociedad. Los esfuerzos de planeación nacional se inscriben en el corto o mediano plazo en el marco del Plan Nacional de Desarrollo generado cada sexenio por el gobierno de la República, así como diversos programas sectoriales, institucionales y especiales. Esto constituye un punto de partida con ventajas (la planeación obligada) y desventajas (la ausencia de necesidad de plantearse la planificación más allá de la duración de un sexenio).

En consecuencia, México carece de un marco de referencia global que permita fijar objetivos consensuados a largo plazo, así como dar continuidad a las líneas de acción para alcanzarlos. La visión sexenal tampoco se presta a una evaluación sistemática de las consecuencias más lejanas de las acciones que emprende cada administración, o de sus posibles omisiones. La ausencia de una visión de largo plazo hace que en ciertos ám- bitos las medidas para atender las necesidades se emprendan con retraso, con costos económicos y sociales importantes, que podrían evitarse. Tal es el caso, por ejemplo, de los diversos temas que tienen que ver con los asuntos migratorios, en el interior del país y en sus fronteras norte y sur, donde los lapsos de respuesta a las necesidades percibidas generalmente rebasan la capacidad de la administración federal.

En estas condiciones, ante la ausencia de una orientación del rumbo deseable que el país habría de seguir para alcanzar un desarrollo armónico, Incide Social ha identificado la necesidad de construir propuestas de política pública y mecanismos para trabajar con el gobierno surgido de las elecciones de julio de 2006, en cinco áreas claves de la agenda social: derechos humanos, micro-crédito, seguridad, migración y promoción de la parti- cipación de la sociedad civil. Este proyecto, cuya elaboración ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Ford, está coordinado por Incide Social, que ha encargado a Sin

 Este documento es el resultado de un proyecto impulsado por Incide Social, con el apoyo financiero de la Fundación Ford, para el desarrollo de propuestas de política pública en cinco áreas claves de la agenda social: derechos humanos, micro-crédito, seguridad, promoción de la participación de la sociedad civil y migración. La propuesta en este último tema le fue encargada a Sin Fronteras IAP, Institución que agradece la colaboración de los consultores Pablo Sánchez y Nancy Pérez en el desarrollo de este documento.

191 Fronteras, IAP el trabajo que refiere el tema de Migración. Este proyecto hace énfasis en la migración internacional y, por tanto, no toma en cuenta la migración interna.

En años anteriores, otros grupos trabajaron iniciativas generalmente orientadas a for- mular propuestas en el ámbito bilateral México-Estados Unidos, a facilitar una visión más integral del fenómeno migratorio o bien a plantear la necesidad de reformas legislativas en el ámbito nacional, sin llegar a desarrollar una propuesta nacional de política pública. De esta forma, se buscó trabajar sobre áreas concretas para contribuir al debate en torno a la formulación de una política de Estado en materia migratoria.

Para lograrlo, Sin Fronteras encargó a expertos mexicanos la elaboración de los si- guientes documentos de referencia:

1. “Migración internacional y políticas públicas alternativas en México”, por el profesor Rodolfo García Zamora, del Doctorado en Estudios de Desarrollo de la Universidad Autó- noma de Zacatecas.

2. “Trabajadores migratorios, estatus actual y programas que incluyen mecanismos de contratación, visas, monitoreo de sus derechos de trabajo y su acceso a derechos sociales”, por Ojeda, Ojeda y Asociados, SC.

3. “La Frontera México-Guatemala: un entorno de asimetrías, desigualdades sociales y movilidad poblacional”, por el profesor Manuel Ángel Castillo, del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México.

4. “La Frontera México-Estados Unidos: espacio de integración, separación y gestión”, por el doctor Jorge Santibáñez Remellón, entonces presidente de El Colegio de la Fron- tera Norte.

5. Seguridad y migración. “Seguridad nacional vs. seguridad humana, su impacto en la migración”, por la maestra Nancy Pérez García, del Instituto Mora.

Estos insumos y los resultados de una investigación para identificar propuestas y con- sensos alcanzados durante los últimos años por parte de diversos sectores a nivel nacio- nal, regional e internacional, fueron la base de nuestra propuesta que pretende contribuir al diseño de una política de Estado integral en materia migratoria, desde una visión del desarrollo y de los derechos humanos.

El presente documento, en una versión preliminar, fue la plataforma para discusiones en cuatro grupos focales en los que participaron organizaciones de la sociedad civil, aca-

192 démicos y especialistas. Discusiones donde se integraron consensos en torno a princi- pios y elementos que deben integrar una política de Estado en materia migratoria y se generaron aportes que enriquecieron la propuesta. Una propuesta de política integral, más allá de la gestión de los flujos.

Migración internacional: datos básicos

En 2005, el número de migrantes internacionales en el mundo ascendió a 191 millones, de los cuales, más del 50 por ciento son mujeres y hay una proporción creciente de niños y niñas. Con relación a los refugiados, se calcula una cifra de 17 millones que constituyen 9.7 por ciento de la migración internacional. Este fenómeno, crece a una tasa de 2.8 por  ciento anualmente y los migrantes representan el 3 por ciento de la población mundial. Anualmente se mueven un promedio de 2.4 millones de migrantes internacionales de países en desarrollo a países desarrollados.

De acuerdo con las proyecciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP), para 2050 la población de migrantes en el mundo alcanzará los 230 millones de personas; en tanto que la migración indocumentada, se calcula se ha incrementado en un 20 por ciento.

Hoy en día, las migraciones experimentan cambios, tanto en volumen de los flujos como en la ampliación de redes migratorias (extra e intrarregionales); se incorporan nue- vos países de origen y destino; se diversifican los tipos y formas de migración (menor circularidad y mayor flujo de mujeres, niñas y niños) y se despoblan las zonas de origen (afectando la reproducción social y económica, así como el medio ambiente). El voto de los migrantes y las remesas se han convertido en un tema botín político y de gobernabili- dad económica. En términos de derechos humanos, se ha exacerbado su violación (tráfico ilícito de indocumentados, trata de personas, abuso de poder y corrupción) y en materia de seguridad nacional, la migración se ha criminalizado. Además, los conflictos y la discri- minación han sido causa del incremento en el número de refugiados y desplazados.

Todo indica que la tendencia al incremento y diversificación de los flujos migratorios internacionales se mantendrán en el corto y mediano plazos, continuarán también in- crementándose los flujos irregulares, junto con los riesgos, las violaciones a los derechos humanos y la delincuencia asociada a este fenómeno.

 Participaron en los grupos focales: Marta Villarreal, Gretchen Kuhner, Miguel Concha Malo, Elaine Levine, Mar- cia Itzel Checa Gutiérrez, Vladimiro Valdés, Katia Simke, Eréndira Cruzvillegas, María Gaytán Guzmán, Cecilia Imáz, Carmen Fernández Casanueva, Graciela Orozco, Karina Arias Muñoz, Manuel Ángel Castillo.  ONU, International Migration and the Millennium Development Goals, USA, UNFPA, 2005, pp. 16-17.

 Ibid., p. 13. Para el 2005 se calculó una cifra de 190 millones de migrantes internacionales.  ONU, Meeting the Challenges of Migration. Progress since the ICPD, Nueva York, UNFPA, IMP, pp. 8-14.

193 El Centro Latinoamericano de Demografía (Celade) señala que más de 20 millones de latinoamericanos y caribeños viven fuera de sus países de nacimiento; la migración es principalmente de carácter intraregional, aunque los destinos se han ampliado a Euro- pa, Japón y Canadá; sin embargo, Estados Unidos continúa concentrando las tres cuartas partes de los migrantes de la región. América Latina y El Caribe son hoy los mayores re- ceptores de envíos de remesas del mundo, concentrando el 31 por ciento, seguida por los países del sur de Asia con 20 por ciento; el Norte de África y Medio Oriente 18 por ciento; el Este Asiático y el Pacífico 14 por ciento, Europa y Asia Central 13 por ciento y el Sur de África 5 por ciento.

México es el “tercer” mayor receptor, sólo superado por la India y China, y es también el primer país de origen, lo que nos habla de la dimensión del fenómeno en América Latina y El Caribe, y particularmente del reto que implica para México.

El debate sobre el fenómeno migratorio a escala internacional y regional

El fenómeno de las migraciones internacionales, por mucho tiempo un tema de poco interés de los Estados, se encuentra actualmente en el centro de casi todas las discusio- nes, se relaciona intrínsecamente con los temas sustanciales a la globalización, sus con- secuencias e incongruencias. El comercio, el desarrollo sustentable, el medio ambiente, la seguridad, el manejo de conflictos, la erradicación de la pobreza, el envejecimiento de las poblaciones del norte, los mercados laborales, la tecnología, la información, los derechos humanos, las redes sociales, son temas que influyen y son influidos por las migraciones.

Ante tal complejidad, la evidencia del fracaso de la mayoría de las políticas migratorias, el aumento y diversificación de los flujos, así como el incremento de los costos sociales y humanos asociados a ello, se han multiplicado –en los últimos veinte años– los esfuerzos orientados a ofrecer un marco conceptual más pertinente, y a formular propuestas que faciliten la construcción de políticas públicas adecuadas.

 Celade, “Migración internacional. Desplazamientos: riesgos y oportunidades”, Celade División de Población de CEPAL. Temas de Población y desarrollo, núm. 3, 2005 [http://www.eclac.cl/ celade/noticias/noticias/2/23462/ PyDMI_3.pdf] [consulta vía electrónica, 25 de abril de 2006]. Para el 2005 se calculó una cifra de 190 millones de migrantes internacionales.  Según las cifras disponibles, en torno al año 2000 unos 2.8 millones de latinoamericanos (en especial argenti- nos, brasileños, colombianos, ecuatorianos, peruanos y caribeños residían en España, Canadá, el Reino Unido y Japón. América Latina y el Caribe registran el mayor número de mujeres migrantes.  Entre 1990 y 2000, el número de migrantes de la región hacia ese país se duplicó, alcanzando los 15 millones.  IADB/FOMIN. “Worker Remittances and international comparison, 2003”, [http:// www.iadb.org/mif/v2/files/ 28feb1.pdf] [consulta: 4 de mayo del 2006].

194 10 Nos hemos dado a la tarea de revisar varios documentos elaborados a escala inter- nacional, regional, bilateral y nacional que consideramos especialmente relevantes, con el fin de identificar las principales posturas y principios de consenso para avanzar sobre una base sólida en la discusión del fenómeno migratorio, y a partir de ello desarrollar propuestas hacia la construcción de políticas públicas en materia migratoria en México, con especial énfasis en el enfoque multidimensional del fenómeno, su relación con el desarrollo y el acceso efectivo a los derechos humanos.

El análisis de los documentos, propuestas y consensos alcanzados muestra un cambio en el enfoque sobre el fenómeno: existe un reconocimiento generalizado del carácter global de la migración y la necesidad de examinar la relación y las sinergias entre ésta y el desarrollo; de la insuficiencia y riesgo de reducir las políticas migratorias a la gestión de flujos; de la necesidad de políticas de cooperación y de la responsabilidad compartida de los países de origen, transito y destino, así como de la comunidad internacional, la iniciati- va privada y la sociedad civil, que habría que llamar responsabilidad global.

Se ha evidenciando la necesidad de políticas multidimencionales y transectoriales que plantean el reto de la coordinación al interior de los gobiernos, el documento del Grupo Guatemala-México Migración y Desarrollo; los documentos del México U.S. Advocates Network; el Estudio Binacional sobre Migración México-Estados Unidos, de 1997; Migración México-Estados Unidos: opciones de política, publicado en 2000; el documento Migración México-Estados Unidos: una responsabilidad compartida, desarrollado en 2001 por el Gru- po México-Estados Unidos sobre Migración; el documento Por una política migratoria in- tegral en la frontera sur de México, preparado por el Instituto Nacional de Migración en 2006; la Agenda Pública Ciudadana de Derechos Humanos, coordinada por el Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria OP”, AC, con la participación de Alianza Cívi- ca, Asociación Mundial de Radios Comunitarias, Católicas por el Derecho a Decidir, Centro Antonio de Montesinos, Centro Nacional de Comunicación Social, Centro Universitario Cultural, Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Consorcio para el Diálogo Parlamen- tario y la Equidad, Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia, Democracia y Sexualidad, Enlace, Comunicación y Capacitación, Equipo Pueblo, Espacio Feminista, Foro de Mujeres y Políticas de Población-DF, Fundar, Centro de Análisis e Investigación, Incide Social, Movimiento Ciudadano por la Democracia, Red Mexicana de Investigadores de la Sociedad Civil, Red por los Derechos de la Infancia en México, Salud Integral de la Mu- jer, Sin Fronteras IAP, Seminario de Análisis de Experiencias Indígenas, AC; el documento

10 Los documentos revisados fueron los siguientes: el informe Las migraciones en un mundo interdependiente: nuevas orientaciones para actuar rendido en 2005 por la Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacio- nales (GCIM, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas; las conclusiones del Diálogo de Alto Nivel sobre la Migración y el Desarrollo, convocado en septiembre de 2006 por el secretario general de las Naciones Unidas; los documentos emanados de la Conferencia Regional sobre Migración (CRM), creada en 1996 por los gobiernos de América del Norte y América Central; los documentos de la Red Regional de Organizaciones Civiles para las Migraciones (RROCM).

195 México frente al fenómeno migratorio, resultado de una iniciativa del Ejecutivo y el Senado mexicanos, un grupo integrado por funcionarios del gobierno encargados de la gestión del fenómeno migratorio, senadores y diputados, expertos en asuntos migratorios y re- presentantes de organismos de la sociedad civil; los documentos del Diálogo Mesoameri- cano, iniciativa enmarcada en el proceso de Tuxtla e iniciado en 2006; el documento Sobre la necesidad de despenalizar la migración indocumentada, preparado por la Clínica Legal de Interés Público del Departamento Académico de Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México en 2007; Derechos Humanos de los Migrantes, Memorias del Semi- nario Internacional, los Derechos Humanos de los Migrantes, publicado por el Programa de Cooperación sobre Derechos Humanos México Comisión Europea; el Programa Nacional de Derechos Humanos del gobierno de México. entre sus diferentes niveles, entre los poderes de los Estados, entre los Estados, con los organismos internacionales y con otros actores de la sociedad, incluyendo a los propios migrantes.

Tal reto no se puede afrontar sin la definición de políticas públicas de Estado fincadas sobre una base sólida de principios como los siguientes:

Principios generales

1. El fenómeno migratorio debe abordarse desde una perspectiva integral y multidis- ciplinaria.

2. Los hombres, mujeres, niños y niñas deben ser capaces de aprovechar su potencial, satisfacer sus necesidades, ejercer sus derechos humanos y cumplir con sus aspiraciones en su país de origen y, por lo tanto, migrar por decisión propia y no por necesidad.

3. Los hombres y mujeres que migran e ingresan al mercado de trabajo mundial deben poder hacerlo de modo seguro y autorizado, porque los Estados y sociedades que los reciben valoran tanto a ellos como a sus competencias.

4. El papel que desempeñan los migrantes en la promoción del desarrollo y la reduc- ción de la pobreza en sus países de origen, al igual que su contribución a la prosperidad de los países de destino, debe ser reconocido y reforzado.

5. Las migraciones internacionales deben convertirse en una parte integral de las es- trategias nacionales, regionales y mundiales de desarrollo social y económico, tanto en los países en desarrollo como en los industrializados.

6. La integración de los trabajadores migrantes y sus familias en sus lugares de empleo y comunidades de residencia, su participación en la sociedad de acogida y su acceso efec- tivo a los derechos económicos, sociales y culturales son elementos fundamentales para la paz y la cohesión social.

196 7. Las estrategias nacionales para hacer frente a los efectos de la migración interna- cional en el desarrollo deben ir acompañadas de cooperación a nivel bilateral, regional y multilateral. La cooperación debe orientarse a fomentar la migración legal, segura y or- denada, reducir la migración irregular y ampliar las posibilidades de aprovechar todos los beneficios de la migración internacional, sin comprometer los derechos humanos, inclui- do el derecho a solicitar asilo.

8. Los Estados, al ejercer su derecho soberano a determinar quién ingresa y permanece en su territorio, deben cumplir con su responsabilidad y obligación de proteger los de- rechos de los migrantes y de readmitir a los ciudadanos que desean o están obligados a regresar a su país de origen.

9. Los gobiernos deben consultar a los empleadores, sindicatos, migrantes y a la socie- dad civil en lo que atañe a la cuestión de las migraciones irregulares.

10. Los migrantes y los ciudadanos de los países de destino deben respetar sus obli- gaciones legales, y beneficiarse de un proceso mutuo de adaptación e integración que se adecue a la diversidad cultural y fomente la cohesión social. Las autoridades locales y nacionales, los empleadores y los miembros de la sociedad civil deben apoyar de modo activo el proceso de integración, basado en el compromiso hacia la no discriminación y la igualdad de géneros, fundamentado en un en un discurso objetivo público, político y mediático sobre las migraciones internacionales.

11. El marco legal y normativo que afecta a los migrantes internacionales debe ser re- forzado, implementado con mayor eficacia y aplicado de modo indiscriminado para pro- teger los derechos humanos y las normas de trabajo de hombres y mujeres. Al apegarse a sus disposiciones, los Estados y demás actores han de abordar las cuestiones migratorias, más consecuente y coherentemente.

12. La gobernanza de las migraciones internacionales debe ser reforzada otorgándole mayor coherencia y capacidad a nivel nacional, mediante más consultas y una más amplia cooperación entre Estados a nivel regional a través del diálogo y colaboración eficaces entre los gobiernos y las organizaciones internacionales, a nivel mundial. Estos esfuerzos deben basarse en una mayor comprensión de los vínculos estrechos entre las migracio- nes internacionales y el desarrollo, y otros temas fundamentales, como son el comercio, la ayuda financiera, la seguridad del Estado, la seguridad humana y los derechos humanos.

13. Los Estados deben ratificar y aplicar los convenios y convenciones de derechos humanos y otros instrumentos internacionales pertinentes del derecho de los refugiados y del derecho humanitario. En particular, la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares y los Convenios relevantes de la Organización Internacional del Trabajo.

197 14. El enfoque de seguridad en las políticas migratorias no puede ser en menoscabo de la seguridad humana, ni de los derechos de igual índole de las personas que migran.

15. Toda política migratoria debe considerar la situación especial de los grupos vul- nerables (tales como: adultos mayores, desplazados internos, refugiados, jornaleros agrí- colas, migrantes, personas que viven con enfermedad mental, personas portadoras del VIH/Sida) y cómo ésta puede impactarlos negativamente, siendo ello motivo de discri- minación.

En lo nacional

• El fenómeno migratorio debe ser plenamente comprendido por el Estado mexicano –sociedad y gobierno–, ya que requiere de acciones y compromisos acordes con las con- diciones imperantes.

• El proceso migratorio no se limita a divisiones político-administrativas y no compete a un sólo nivel de gobierno, por lo que es indispensable establecer mecanismos claros de participación y coordinación de los tres órdenes de gobierno y de los poderes de la Unión.

• Las implicaciones internacionales, que –para México– presenta este fenómeno, re- quieren de acciones y compromisos con el exterior –en particular con las regiones y los países vecinos– que, en el marco de la cooperación internacional, deben guiarse bajo el principio de la responsabilidad compartida.

• La política migratoria mexicana reconoce que mientras un número importante de connacionales no encuentre en su propio país un entorno económico y social que le per- mita su pleno desarrollo y bienestar, e incentive su permanencia en el país, habrá condi- ciones para emigrar al exterior.

• Es deber del gobierno mexicano apoyar el fortalecimiento de las comunidades trans- nacionales y fomentar su participación.

• El fortalecimiento del tejido y el capital social en las comunidades de origen de los migrantes, es una condición indispensable para el desarrollo local sustentable.

• Al desarrollar y aplicar sus leyes y políticas migratorias, México debe hacerlo con ple- no respeto de los derechos humanos de los migrantes y de sus familiares, independiente- mente de su nacionalidad y estatus migratorio, así como con acato al derecho de asilo y en apego a los instrumentos internacionales en la materia.

• México está comprometido a combatir el tráfico ilícito de migrantes y la trata de per- sonas en todas sus modalidades así como las actividades criminales asociadas; a velar por

198 la integridad y seguridad de las personas y a estrechar la cooperación en la materia con los gobiernos de los países vecinos.

• Los procesos migratorios que prevalecen en México se articulan regionalmente –en particular con Centroamérica–, por lo que la política migratoria nacional debe profundi- zar su enfoque regional.

México y la migración

En el caso de México, el tema migratorio ha empezado a cobrar interés por razones diver- sas, particularmente relacionadas a las remesas, el voto de los connacionales en el exterior y la seguridad nacional. Si bien todavía no se ha logrado consolidar una política integral de Estado en materia migratoria, y se aborda aún de forma relativamente desarticula- da y desde un enfoque centrado en la gestión de flujos, los debates se están ampliando de forma positiva. En ese contexto, el documento México ante el fenómeno migratorio en cuyo desarrollo participaron distintos sectores convocados por el Ejecutivo y el Senado, representa uno de los esfuerzos más relevantes en cuanto a una postura nacional –“de consenso”– frente al tema.

En el texto se reconoce que las acciones y compromisos con el exterior deben darse en el marco de la cooperación internacional; que el entorno económico y social debe permitir el pleno desarrollo y bienestar del país; respetar plenamente los derechos huma- nos de los migrantes y de sus familiares, independientemente de su nacionalidad y esta- tus migratorio, así como al derecho de asilo, en apego a los instrumentos internacionales en esta materia; considerar la migración, seguridad y fronteras al momento de formular políticas en el ámbito migratorio; combatir el tráfico y la trata de personas en todas sus modalidades; y que la política migratoria mexicana debe profundizar su enfoque regional a partir del reconocimiento de la existencia y consolidación de un sistema migratorio del mismo carácter.

Entre las recomendaciones formuladas para consolidar la política migratoria mexica- na, el documento en mención destaca las siguientes: evaluar y actualizar la política migra- toria del Estado Mexicano, su marco legal y normativo; impulsar el desarrollo económico y social de nuestro país; fortalecer el combate a las organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilícito de migrantes; propiciar el retorno y reinserción adecuada de los migrantes y sus familias a territorio nacional; adecuar la política migratoria hacia los países vecinos del sur, bajo los principios de responsabilidad compartida y respeto a los derechos humanos; fortalecer el orden y la seguridad en las fronteras norte y sur de México, atendiendo al desarrollo regional fronterizo; y fortalecer la cooperación con Estados Unidos y Canadá en el marco de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte.

Sin embargo, la postura y las acciones de México frente al tema migratorio son toda- vía contrastantes con el discurso: nuestro país ha adoptado la mayoría de los tratados

199 11 internacionales de derechos humanos y derecho de los refugiados, sin avanzar en la armonización de la normativa nacional con dichos compromisos internacionales ni en su instrumentación en la cultura y práctica de las dependencias a lo interno. Ha hecho contribuciones sustanciales al debate migratorio internacional y regional12, impulsando una visión multidimensional del fenómeno estrechamente vinculada a los derechos hu- manos y el desarrollo, la no criminalización de los migrantes y el reconocimiento de sus contribuciones a los países de origen y destino; a pesar de ello, las contradicciones son sustanciales.

Por eso, el reto sigue siendo la construcción de una visión y una política migratoria de Estado, fincada en el reconocimiento de la multidimensionalidad y complejidad del fenómeno y la consecuente necesidad de una política transversal a varios sectores y ni- veles del gobierno, inspirada en la búsqueda del desarrollo humano sostenible, el respeto irrestricto a los derechos humanos y al derecho de asilo, la seguridad humana y la coope- ración internacional.

10 11 12

11 Incluso tuvo un importante liderazgo en el proceso de redacción y adopción en las Naciones Unidas de la Convención Internacional para la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y sus fami- liares. 12 Recordemos que México fue el impulsor del primer espacio regional de diálogo sobre migración en 1996, la Conferencia Regional Sobre Migración (o proceso Puebla), actualmente considerada como una de las mejores prácticas a nivel internacional. En años más recientes impulsó también el Diálogo Mesoamericano.

200 Propuesta para la construcción de una política migratoria integral

Migrantes y sus familias

Participación y articulación de los Poderes del Estado, los 3 niveles de gobierno, las organizaciones civiles y sociales, las iglesias, los migrantes, las comunidades de origen, la iniciativa privada, los partidos políticos, los organismos internacionales y otros gobiernos.

201 La necesidad de articular diversas políticas en torno al fenómeno migratorio es una prioridad; por ejemplo, de acuerdo con el informe 2007 del Banco Mundial sobre desa- rrollo, se destaca que la mayoría de los países en desarrollo tiene una breve ventana de oportunidad para reducir marcadamente la pobreza y galvanizar sus economías a través de la inversión en mejor educación, atención de la salud y formación laboral para sus 13 habitantes jóvenes de entre 12 y 24 años de edad. Oportunidad que para México y los países de Centroamérica significa un gran reto, toda vez que los flujos migratorios que salen de sus países oscilan entre estas edades, sin que hasta el momento haya una política integral con una visión de desarrollo a largo plazo.

En ese contexto, la política migratoria debe inscribirse centralmente en el marco de las políticas económica y social, incluyendo una definición y participación de las Secretarías de Economía, Trabajo y Desarrollo Social, así como de la de Relaciones Exteriores y Gober- nación, con lo que la gestión de los flujos migratorios, competencia del Instituto Nacional de Migración y hasta ahora elemento sustancial de la acción del Estado en la materia, se aclararía y acotaría.

Este esquema evidencia la complejidad del desarrollo, coordinación e implementa- ción de una política integral en materia migratoria, con lo que el principal reto que debe afrontarse es sin duda el de la organización del Estado, el de la coordinación intraguber- namental.

En la actualidad, la materia migratoria, desde el enfoque de la gestión de los flujos, es mandato (por ley, y de hecho) de la Secretaría de Gobernación a través del Instituto Nacional de Migración, vinculado éste esencialmente, aunque no de la manera más efi- ciente, con las Secretaría de Relaciones Exteriores, la Procuraduría General de la República, el Centro de Investigación en Seguridad Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública y de manera relativamente nueva y marginal, con la Secretaría del Trabajo. Son prácticamente inexistentes los mecanismos de coordinación con otras Secretarías de Estado como las de Economía, Desarrollo Social y Hacienda y Crédito Público, y con los gobiernos de los estados y municipales. Tampoco existe un mecanismo de coordinación, o participación más allá de lo coyuntural de los poderes Legislativo y Judicial.

La falta de coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y con el Poder Legislativo, aunada a la falta de una política consolidada con sus respectivos componen- tes programáticos, sin duda se refleja en un problema técnico consultivo encargado de fomentar y/o realizar investigación permanente en la materia, con el objetivo de generar la información necesaria para el diseño y propuesta de políticas y la toma de decisiones, así como de asegurar la integración de los lineamientos de migración en las diferentes políticas sectoriales, y su seguimiento y evaluación. La experiencia de consejos similares arroja dos problemas fundamentales:

13 Banco Mundial. Informe sobre el Desarrollo Mundial 2007: El desarrollo y la próxima generación.

202 • El desconocimiento de los sectores de gobierno sobre la relación entre la dinámica migratoria y su ámbito sectorial.

• Una resistencia a la colaboración con otros sectores con lo que cada uno de ellos formula planes y estrategias divorciados del resto.

Conclusiones y recomendaciones

Sin la estructura y organización adecuada, ninguna política migratoria podrá ser exitosa. La dificultad de la organización y coordinación intragubernamental reside centralmente en el avance de la Reforma del Estado, vinculada a los derechos humanos y al desarrollo, así como a la voluntad política y la capacidad de coordinación del gabinete y sus políti- cas sectoriales, con los diferentes poderes y niveles de gobierno. De esa manera, México debe:

• Construir una visión y una política migratorias de Estado, sustentadas en el reconoci- miento de la multidimensionalidad y complejidad del fenómeno, y la consecuente nece- sidad de que sea transversal a varios sectores y niveles del gobierno, inspirada en la bús- queda del desarrollo humano sustentable, el respeto irrestricto a los derechos humanos, al derecho de asilo y a la seguridad humana.

• Inscribir centralmente la política migratoria en el marco de las políticas económicas y sociales.

• Establecer una institucionalidad acorde a la importancia estratégica de la migración para el país, que cuente con mecanismos claros de colaboración intersecretarial e intraes- tatal.

• Establecer mecanismos de participación y coordinación de los tres niveles de gobier- no y los Poderes de la Unión.

• Acordar y desarrollar acciones y compromisos con el exterior, en particular con las re- giones y los países vecinos, en el marco de la cooperación internacional y bajo el principio de la responsabilidad compartida y global.

• Trazar lineamientos que aborden la problemática de México como país de tránsito, origen, destino y retorno bajo un enfoque de cooperación internacional, regional y bila- teral.

Los expertos encargados de los documentos de referencia formularon recomendacio- nes importantes en los temas específicos que les fueron asignados; de éstas destacan las siguientes.

203 Fronteras

Las fronteras de México han cobrado, en momentos y niveles distintos, una atención im- portante, tanto en la agenda nacional como en la internacional; se han constituido en un tema de preocupación de diversos sectores, públicos y privados, especialmente en torno a la dimensión e impactos de los movimientos humanos que ocurren en esas regiones.

Las fronteras se caracterizan por ser el escenario de relaciones más o menos intensas entre los espacios, sociedades o naciones que separan, cuyos protagonistas se ubican en ambos lados de los límites internacionales. Se trata de procesos que se definen histórica- mente como parte de una cotidianidad inherente a la dinámica de los entornos fronte- rizos y, en particular, a las necesidades, intereses y prácticas culturales de sus residentes. Poseen una identidad propia diferenciada del resto de los territorios nacionales, son hete- rogéneas (en lo social, económico, político, cultural, étnico, demográfico y ambiental) y se integran en múltiples subregiones, con características marcadamente diferenciadas, que se hacen merecedoras de una mirada y un trato específicos.

Actualmente, se ha impuesto en las fronteras un esquema en el cual el concepto de seguridad ha adquirido una relevancia cada vez mayor. Desde la segunda mitad de la década de los noventa y con renovada intensidad a partir del 11 de septiembre de 2001, las fronteras, las relaciones transfronterizas y el tratamiento de los flujos migratorios que ocurren en ellas, se han visto alterados por perspectivas de seguridad adoptadas por los países involucrados. Dichos enfoques no son necesariamente concurrentes, sino que – por el contrario– las divergencias respecto a sus propuestas conducen a que el entorno se convierta en un escenario de tensiones y contradicciones.

Esta asociación inadecuada e infundada se adopta con el fin de sustentar una política de contención de la inmigración irregular sin que se tomen las medidas para reglamen- tarla y ordenar el mercado laboral. El resultado es una población que tendencialmente aumenta en tamaño, pero bajo condiciones de persecución, inseguridad, discriminación y explotación en sus condiciones de trabajo.

Las medidas de contención no se restringen a la frontera sur de Estados Unidos, debi- do al clima de subordinación de todos los procesos asociados a la dinámica migratoria –como es el caso del control y la vigilancia fronterizos– la situación ha trascendido en el reforzamiento por México y Guatemala de los controles en su frontera común. Esta pos- tura alcanzó un nivel de mayor relevancia en el año 2005, cuando el Ejecutivo mexicano acordó integrar al Instituto Nacional de Migración al Gabinete de Seguridad.

La propuesta de Política Migratoria Integral para la Frontera Sur constituye un esfuer- zo meritorio del Instituto Nacional de Migración por sistematizar y articular una serie de elementos y dar respuesta a las principales preocupaciones a favor de la situación de las poblaciones migrantes que se internan, se establecen y/o transitan por esa región. Sin embargo, cuenta con limitaciones en cuanto a su alcance y cobertura. La situación de los

204 migrantes y de los fenómenos migratorios, trasciende los límites del ámbito de funciones del Instituto Nacional de Migración y de la mencionada propuesta.

Las sociedades fronterizas han encontrado la forma de interactuar a pesar de las insu- ficientes e inadecuadas regulaciones gubernamentales, e incluso al margen de éstas. No obstante, a pesar de los enormes beneficios económicos y sociales de este tipo de funcio- namiento y de interacción fronteriza, la movilidad de la población mexicana y extranjera que transita por las regiones colindantes no ha encontrado aún un modelo elemental de gestión.

Los principales retos de gestión fronteriza en el ámbito migratorio se ubican en tres grandes dimensiones:

• Pasar de la seguridad a la integración como plataforma de desarrollo. El reto más im- portante es asumir las regiones fronterizas como regiones de integración bilateral.

• La dimensión local. Es importante aceptar que la dimensión local existe apesar de las normatividades existentes.

• La complejidad del tema de la migración internacional. Los modelos de gestión ac- tuales, no contribuyen a un mejor control fronterizo o de los flujos migratorios de indo- cumentados, sino que ponen en riesgo a los migrantes. La década en la que más se han vigilado las fronteras coincide con el periodo donde más se ha incrementado la presencia de migrantes indocumentados y el crimen organizado. Por lo tanto, parte de la solución se encuentra en abordar el fenómeno migratorio desde una perspectiva de responsabili- dad compartida. En consecuencia, es necesario:

• Abordar las realidades fronterizas del norte y del sur desde sus perspectivas y diná- micas particulares, así como considerarlas como zonas de integración y oportunidad para el desarrollo local bilateral.

• Avanzar en la construcción de un modelo de gestión que pase del enfoque de control hacia una estrategia de integración bilateral de las regiones fronterizas que reconozca e incluya la dimensión local, su realidad y necesidades.

• Revisar y reajustar las estrategias de control de manera que no violenten la dinámica social transfronteriza.

• Avanzar en la definición, adopción y aplicación de la Propuesta de Política Migratoria Integral para la Frontera Sur.

205 Normatividad

El derecho migratorio, como cualquier rama de Derecho, debe sustentarse en principios fundamentales como el de la Legalidad que se refiere a que todo acto de los órganos del Estado, debe encontrarse fundado y motivado en el derecho vigente y en el principio de igualdad jurídica. Otro principio fundamental es el de Defensa que alude a la facultad que tiene el nacional y el extranjero de ser oído y vencido en juicio (garantía de audiencia) y a recurrir las decisiones de la autoridad que no le sean favorables.

Se ha reconocido la existencia de un desfase entre la normatividad vigente en México en materia migratoria y el contexto en que se desarrolla el fenómeno en el país. La prin- cipal debilidad del marco normativo nacional es su espíritu inquisitorio y criminalizador que adolece también de una crónica imprecisión que ha dado cabida al exceso en el uso de la facultad discrecional de las autoridades migratorias en detrimento de la seguridad jurídica de los migrantes.

De esta forma, es imperativo reformar de manera estructural la normativa migratoria para garantizar la aplicabilidad y justiciabilidad de los derechos humanos de los trabaja- dores migratorios y sus familiares.

En adición a las necesarias reformas en el ámbito legislativo para la armonización de la legislación nacional con los estándares internacionales, es necesario reflexionar si que- remos una legislación que sólo facilite la operación del Instituto Nacional de Migración como una institución de mero control migratorio, o una legislación integral que incorpore principios indispensables como: respeto a los derechos humanos –independientemente del estatus migratorio–, integración social y prevención de las migraciones irregulares o promoción de las migraciones regulares. Así, es necesario:

• Reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) y la nor- matividad migratoria, para armonizarlas con los tratados internacionales de derechos humanos.

• Reformar el artículo 33 de la CPEUM que faculta al Ejecutivo para hacer abandonar el territorio nacional inmediatamente y sin necesidad de juicio previo a todo extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente, violando garantías consagradas en la propia Constitución. Se propone reformar la parte conducente para que se respeten y protejan las garantías de legalidad, audiencia y debido proceso legal para los extranjeros, de ma- nera previa a su expulsión.

• Incluir en la Ley General de Población (LGP) y su Reglamento (RLGP) un capítulo espe- cial sobre los derechos de los extranjeros y la regulación jurídica de los mismos, de con- formidad con el derecho y tratados internacionales, con el fin de que los individuos que están bajo la jurisdicción de nuestras leyes encuentren en sus fundamentos su conside-

206 ración de personas más que de extranjeros, garantizando una protección igual y efectiva contra cualquier discriminación.

• Se deben contemplar los derechos inherentes a la dignidad de la persona, como son: derecho a la vida, a la libertad, a la integridad física y moral, a la educación y salud, el dere- cho de no ser sometido a tortura, esclavitud o servidumbre, a crear una familia, a la liber- tad de pensamiento, creencia o religión, al derecho de un juicio imparcial, a la legalidad.

• También se deben contemplar los derechos económicos, sociales y culturales, dere- cho al trabajo lícito y honesto, libertad sindical, libertad de asociación, libre tránsito, etcé- tera, para aquellos extranjeros que se encuentran legalmente en el país.

• Determinar de manera concreta la protección y ayuda a migrantes con necesidades especiales, como son los menores de edad, para quienes el derecho de asistencia médica, educación, alimentación, vestido, vivienda, trato especial de protección –incluyendo la debida protección legal– les sean proporcionados por los organismos encargados del cui- dado de menores. Asimismo, deben protegerse especialmente las mujeres embarazadas o en época de lactancia, las personas de la tercera edad y los enfermos o discapacitados que requieren de protección, cuidados y ayuda especiales, sin importar su estatus migra- torio y desde luego, protección y cuidados con carácter temporal, en lo que se determina su situación migratoria en el país.

• Se debe establecer el sustento jurídico y de regulación para la detención de extranje- ros, su permanencia en las estaciones migratorias, su expulsión o deportación en el más estricto apego a los derechos humanos: el respeto a su integridad personal, la prohibición de la discriminación, presunción de buena fe, derecho al debido proceso, a la información y comunicación en lengua que entiendan, asistencia consular si el extranjero la solicita, y que el proceso migratorio se lleve a cabo de manera individual, a excepción de familias que se podrán acumular a uno solo. Igualmente, se deben cumplir los plazos señalados por la ley en cuanto a la permanencia en las estaciones migratorias y las resoluciones de sus casos, limitando o suprimiendo la facultad discrecional concedida a las autoridades migratorias, gracias a lo cual se salvaguarda el derecho al debido proceso y las garantías de seguridad jurídica de los migrantes.

• Entre las características migratorias determinadas por la LGP para los no inmigrantes se debe incluir de manera expresa la característica migratoria de dependientes económi- cos que abarca a los familiares. En este sentido, no se debe perder de vista que la familia, como elemento natural y fundamental de la sociedad, tiene el derecho de protección no sólo de parte de la sociedad, sino también del Estado, por ello nuestras leyes migratorias deben establecer previsiones jurídicas respecto a la unidad familiar.

• Reformar con carácter de urgente el Artículo 38 de la LGP y los 162, 179 y 228 de su Reglamento que exponen la facultad discrecional de las autoridades migratorias para –a criterio– suspender o prohibir la admisión de extranjeros cuando así lo determine el

207 interés nacional, sin mayor fundamentación jurídica que ampare dicha resolución. Es in- dispensable precisar los alcances de dichas facultades discrecionales, con objeto de dar una mayor certeza jurídica a los extranjeros y evitar en lo posible las interpretaciones in- dividuales de los funcionarios migratorios en turno, que en múltiples ocasiones violan los derechos y libertades de que son titulares los extranjeros, conforme a las normas jurídicas internacionales que protegen los derechos humanos.

• Para facilitar la migración en el país, se propone la precisión, reducción y divulgación de los requisitos migratorios y otros trámites necesarios; incluyendo las circulares inter- nas que emite el Instituto Nacional de Migración. Además, se plantea aplicar criterios cua- litativos, profesión-actividad, para la aceptación migratoria sin distinción de nacionalidad, raza y credo.

• La detención administrativa no tiene carácter punitivo y por lo tanto no puede lle- varse a cabo en condiciones que restrinjan o limiten los derechos y libertades básicas inherentes a la dignidad humana. En consecuencia, recomendamos suprimir las penas de prisión marcadas en la Ley General de Población, comprendidas en los artículos 116, 118, 119, 120, 121,122, 123, 125 en virtud de que todas las infracciones señaladas en este otor- gamiento jurídico son administrativas (básicamente infracciones a la LGP y a su Regla- mento). Por lo tanto, se deben desincorporar las faltas penales de la legislación migratoria y remitirlas al Código Penal Federal.

• La clasificación de extranjeros en grupos nacionales A, B y C −liberadas, reguladas y restringidas− es una clara muestra del trato de discriminación que sufren las personas pertenecientes a estas últimas clasificaciones, ya que su ingreso y permanencia en el país está sujeto a una serie de requisitos adicionales (investigaciones) que no requieren las nacionalidades liberadas, y en la mayoría de los casos es negado su ingreso al país aún como turistas o familiares. Se propone la eliminación de esta discriminación de naciona­ lidades restringidas.

• Sería recomendable que existiera uniformidad de criterios obligatorios a seguir en todas las oficinas centrales, regionales y locales del Instituto Nacional de Migración, tanto para la fijación de requisitos y documentos como para los términos de resolución de to- dos los trámites migratorios que se planteen.

• Con relación a la restricción impuesta por el Artículo 7° de la Ley Federal del Trabajo, es necesario establecer criterios tendientes a aumentar la obtención de permisos para internar a un mayor número de extranjeros a México, sin atenerse al porcentaje de 10 mexicanos por 1 extranjero.

• La actual práctica migratoria dificulta la obtención de los permisos para que un ex- tranjero con legal permanencia en el país pueda salir del mismo sin un exceso de requi- sitos; por lo tanto, se propone que se instrumente un mecanismo legal para resolver y otorgar estos permisos de forma inmediata, en casos de extrema urgencia, sin necesidad

208 de que la persona tenga que desistirse del trámite que se encuentre en proceso ante el Instituto Nacional de Migración.

• Modificar el Artículo 63 de la LGP para establecer como obligatoria la Inscripción ante el Registro Nacional de Extranjeros y expedición de la CURP, tanto para los no-inmigrantes en sus diferentes características como para inmigrantes: esto permitiría contar con un catálogo completo y actualizado de los extranjeros que se encuentran legalmente en México.

• Para facilitar los flujos migratorios del país se sugiere establecer una regulación espe- cífica y concreta a través de acuerdos intersecretariales entre la Secretaría de Gobernación y la de Relaciones Exteriores, donde se precisen los procedimientos para que los cónsules mexicanos acreditados en todos los países donde se tiene representación diplomática expidan los documentos migratorios a los extranjeros que hayan obtenido del Instituto Nacional de Migración la autorización correspondiente para tal fin y previos los requisi- tos que señala la Ley de Población. Los cónsules deberán actuar única y exclusivamente como intermediarios y coadyuvantes de este proceso migratorio.

• Normar el servicio civil de carrera para agentes y oficiales migratorios del Instituto Nacional de Migración y establecer un programa de capacitación y especialización a los servidores públicos migratorios.

• Proceder a la modernización y actualización del Instituto Nacional de Migración para fortalecer su sistema de información y unificar y facilitar la regularización, supervisión, agilización y control de los trámites migratorios. Para estos efectos, se requiere la asig- nación de un presupuesto mayor, a fin de contar con los recursos humanos y materiales idóneos, además de simplificar todos los trámites migratorios.

• Crear una Procuraduría del Extranjero, como un órgano jurídico independiente, espe- cializado en materia migratoria, correlacionado con el Instituto Nacional de Migración y otras dependencias gubernamentales, que proporcione asistencia a los extranjeros. Esta Procuraduría actuaría a través de abogados de oficio encargados de garantizar el respeto a las libertades y derechos de todo ser humano.

Seguridad y migración

En esta materia se propone situar a la seguridad nacional y a la seguridad pública en el marco de la seguridad humana que ubica al individuo en el centro de las políticas y marcos normativos migratorios, y les permitirá la debida coherencia con respecto a los derechos humanos y la democracia.

La concepción de seguridad humana “supone una preocupación universal por la vida y la dignidad humana, cuyos componentes son interdependientes (en los ámbitos político, social, económico y ambiental) y en la que las principales amenazas que la afectan son de

209 carácter mundial”14. Para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, dos son las condiciones que garantizan la seguridad del hombre: una población libre de temor y de carencias. La conceptualización se amplía en la Conferencia Especial de Seguridad, celebrada en México en 2003, y se basa en valores compartidos tales como la democracia, el desarrollo integral, la justicia social, el respeto y la promoción de los derechos humanos, la solidaridad, la cooperación y el respeto a la soberanía nacional15.

Por el contrario, la seguridad nacional se limita al Estado; desde este paradigma, el ejer- cicio del poder es el medio a través del cual el Estado-nación promueve y protege sus intereses. Por lo tanto, la defensa de la seguridad nacional generalmente se entiende en términos de los recursos a disposición del poder –principalmente militares– colocándose usualmente en la cúspide de la escala de prioridades de los Estados-nación16.

La seguridad pública hace referencia al mantenimiento de la paz y el orden que se logra a través de los mecanismos de control penal y de las acciones de prevención y re- presión de ciertos delitos y faltas administrativas, particularmente a través de los sistemas de procuración e impartición de justicia. En el ámbito institucional la seguridad pública ha sido definida como una función del Estado, cuyos fines son salvaguardar la integridad y los derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públi- ca17.

Si bien las esferas de seguridad nacional y pública tienen en la definición delimita- do su margen de acción, en la práctica, sus campos de actividades se han mezclado en detrimento de la propia seguridad y el resguardo de los derechos humanos y garantías individuales de las personas, centrando como prioridad la seguridad de las instituciones de gobierno y del Estado. La propuesta de retomar la visión de seguridad humana no contradice la seguridad pública o nacional, sino al contrario, permite entender y abordar de una forma más integral la problemática, resaltando dos aspectos fundamentales: 1) la seguridad tiene causas y efectos multidimensionales; y 2) el centro de las políticas de seguridad siempre debe ser el individuo, por lo que el enfoque de seguridad humana re- salta el compromiso de los gobiernos con la seguridad de las personas que se encuentran en su territorio y bajo su jurisdicción.

14 PNUD. Informe de desarrollo Humano 1994: Seguridad Humana. 15 Embajador Miguel Ruiz Cabañas, representante permanente de México ante la OEA y presidente de la Comi- sión Preparatoria de la Conferencia Especial sobre Seguridad [http:// portal.sre.gob.mx/oea/pdf/MinJust2.doc]. 16 Sergio Aguayo Quezada, et al. (comps.). “En busca de la seguridad perdida”. Aproximaciones a la seguridad nacional mexicana, México, Siglo XXI editores, 1990, p. 44. 17 José María Ramos García. “Seguridad ciudadana y la seguridad nacional en México. Hacia un marco concep- tual”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, núm. 194, UNAM, México, 2005. p. 35.

210 A continuación se presenta un esquema con algunas sugerencias para abordar el tema de la seguridad y la migración, reconociendo que hablar de seguridad implica abordarlo desde diversos ámbitos y no sólo del político (amenaza al Estado o a sus instituciones).

La amenaza del terrorismo ha implicado un retroceso para las políticas de migración en detrimento de la protección de los migrantes. Se ha generalizado una equívoca y perversa vinculación entre el fenómeno migratorio y la seguridad, que ha permeado las agendas de seguridad de todos los países con consecuencias dramáticas en la vida, la se- guridad y el acceso de los migrantes a sus derechos, y ha sido el pretexto y la justificación de un sin fin de irregularidades en la operación de diferentes agentes de autoridad.

Ante dicha falta de claridad conceptual y sus consecuencias en la seguridad y el bien- estar de las personas que migran, se hace necesario:

• Situar a la seguridad nacional y a la seguridad pública en el marco de la seguridad humana, en el entendido de que esta última proporciona a las dos primeras un enfoque con el que podrán situar al individuo en el centro de las políticas y marcos normativos mi- gratorios y que les permitirán la debida coherencia con respecto a los derechos humanos y la democracia.

• Elaborar una definición nacional de seguridad nacional y seguridad pública que per- mita distinguir y delimitar con mayor claridad los márgenes de alcance de cada una y, las competencias de las diversas dependencias. Debe ser una definición congruente con la concepción de seguridad humana.

• Discutir y elaborar de forma plural las políticas de seguridad (Secretarías de Educa- ción, Salud, Desarrollo, Trabajo, Economía, Cultura, así como actores de la sociedad civil y que su participación vaya más allá del carácter consultivo).

• Convocar reuniones y encuentros internacionales a nivel ejecutivo para intercambiar puntos de vista sobre visiones conceptuales y modelos de aplicación de la seguridad na- cional, particularmente sobre seguridad humana.

• Implementar mayores mecanismos de supervisión y evaluación de todo el proceso de gestión migratoria.

• Hacer evaluaciones constantes sobre el resultado de las políticas implementadas para fortalecerlas, mejorarlas o eliminarlas, según sea el caso.

• Implementar campañas de sensibilización sobre una visión humana de la seguridad, dirigidas particularmente a los actores que están involucrados en el fenómeno migrato- rio.

211 • Fomentar la creación de defensorías del migrante a través de convocatorias públi- cas.

• Convocar a la sociedad civil organizada a presentar iniciativas de defensa para los migrantes.

Migración y desarrollo

Se ha reconocido que el fenómeno migratorio debe analizarse desde un ámbito mul- tidimensional, teniendo como principios fundamentales en la elaboración de políticas: el apego al respeto de los derechos humanos, la corresponsabilidad o responsabilidad global, la transparencia y como enfoques transversales la edad y el género. Sin embargo, hemos visto que no es fácil establecer la relación entre migración y desarrollo. Así, García Zamora señala que “En el plano mundial existen pruebas que demuestran que la migra- ción tiene un efecto positivo neto; sin embargo, sus repercusiones sobre el desarrollo en los distintos países y comunidades, dependen de los entornos políticos, sociales, jurídicos y económicos en los que se produce, amén de las características, recursos y comporta- mientos de los propios migrantes”.

Desde un enfoque analítico que parte de los macro procesos de desarrollo y considera a la migración como uno de los aspectos de la problemática del desarrollo en que las di- námicas estructurales y prácticas estratégicas de los actores sociales se desempeñan en los planos internacional, nacional y regional, se han identificado al menos cuatro modali- dades diferenciadas de migración y desarrollo, al considerar tres dimensiones analíticas: i) la integración económica regional; ii) el modelo de desarrollo nacional, y iii) el papel de los migrantes en el desarrollo local, regional y transnacional (Delgado Wise y Márquez, 2006b):

1. Integración económica promotora del desarrollo de los países exportadores de fuer- za de trabajo.

2. Gestión estatal del desarrollo en países exportadores de fuerza de trabajo.

3. Inversión de los migrantes en sus lugares de origen.

4. Desarrollo basado en las remesas.

México debería de pasar del modelo 4 que ha demostrado constituir una perversión de la noción de desarrollo sin perspectiva de futuro, hacia la construcción de un modelo genuino tendiendo a una combinación de los modelos 1 y 2.

Es decir, reafirmando la necesidad de fondos compensatorios en el marco de la inte- gración económica de Norteamérica, o bien de una intensa cooperación bilateral y regio-

212 nal orientada a la paulatina reducción de las asimetrías, junto con una decidida gestión estatal del desarrollo nacional.

De esta manera, se propone la gestión de un cambio hacia un modelo alternativo de migración y desarrollo para México, que presupone que la profundización de las asime- trías acentúa, el éxodo poblacional mexicano, e implica la inclusión en una negociación bilateral y regional de la perspectiva del desarrollo mexicano, incluyendo:

• Pasar a un modelo de gestión migratoria fundamentado en el mandato estatal del desarrollo nacional y apoyado en la negociación de fondos compensatorios en el marco de la integración económica de Norteamérica, o bien de una intensa cooperación bilate- ral y regional, orientada a la paulatina reducción de las asimetrías.

• Recuperar su capacidad de planear el desarrollo económico y social de todas las re- giones y sectores del país.

• Lograr la coherencia entre las diferentes dependencias del gobierno federal como la Secretaría de Hacienda, el Banco de México, la Secretaría de Economía, la Secretaría de Desarrollo Social, la Secretaría de Agricultura, la Secretaría de Educación Pública y el Co- nacyt, para lograr el trabajo coordinado de fomento y respaldo al desarrollo económico integral con base en el mercado interno, que sin descuidar la articulación con el exterior, posibilite una estrategia de desarrollo a largo plazo, con base en los recursos internos del país.

• Reintegrar el desarrollo regional del país como una prioridad del desarrollo económi- co nacional que se manifieste local y regionalmente en más y mejores empleos, bienestar y democracia para todos.

• La Secretaría de Economía debe reintegrar el desarrollo regional como una prioridad hacia las PYMES de todo el país, y que lo propio hagan la Secretaría de Desarrollo Social y de Agricultura hacia las comunidades rurales, organizaciones sociales urbanas, los muni- cipios y organizaciones no gubernamentales.

• En la Secretaría de Desarrollo Social se debe establecer la Subsecretaría de Desarrollo Regional que articule todas las propuestas estatales y municipales sobre el tema. Para ello, debe aprovechar los diagnósticos y propuestas elaboradas por los Fideicomisos Re- gionales en el sexenio anterior, como el Fideicomiso para el Centro Occidente (FIDERCO), que abordan los problemas regionales de forma integral con la participación de varios estados, pero que no llegaron a convertirse en política pública.

• Es necesario un cambio a fondo en la Secretaría de Desarrollo Social en términos de establecer un Sistema Nacional de Desarrollo Social, un Plan Nacional de Desarrollo So- cial, un Gabinete de Desarrollo Social y un Consejo Nacional de Evaluación independiente del Ejecutivo.

213 • Incentivar el fortalecimiento institucional y autónomo de las organizaciones de mi- grantes en un horizonte binacional, que favorezca la integración ascendente en la so- ciedad receptora, al tiempo que estimule su contribución al desarrollo de los lugares de origen.

• Promover nuevas formas de circularidad para los migrantes, alentando el diseño de programas de trabajadores temporales con una perspectiva de retorno en condiciones favorables de trabajo y de capacitación, orientados a la reinserción productiva al desarro- llo de México. Estos programas pueden crear fondos de ahorro e inversión enmarcados en una estrategia de desarrollo local y regional. En esta línea, se puede incluir la promoción de programas dirigidos a la fuerza de trabajo de más alta calificación para que apliquen en México sus conocimientos y habilidades.

• Potenciar la cooperación internacional, regional y bilateral como una estrategia de política exterior: reconocer que hay corresponsabilidad en la implementación de políti- cas en materia migratoria.

• Aprovechar asociaciones regionales como ASPAN o acuerdos bilaterales que se tie- nen con países de Centroamérica, siempre y cuando se planteen acciones claras que brin- den beneficios tangibles al desarrollo regional de las fronteras de México (fondos de co- hesión, trabajadores temporales, inversión en áreas estratégicas como educación, salud, intercambio de información y tecnología, seguridad, que contenga también principios y garantías de integración social). Con acciones como éstas se evitará que nuestro país sea absorbido por intereses de otras naciones; o bien, evitar que el gobierno mexicano trasgreda los derechos e intereses de otros países.

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216 Foro Social Mundial de las Migraciones: Declaración de Rivas

Viernes 7 de julio de 2006

“Por una ciudadanía universal y los derechos humanos. Otro mundo es posible”

Las mujeres y los hombres que hacemos los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil altermundialista, reunidos en Rivas Vaciamadrid (España) del 22 al 24 de junio de 2006 y representados por 1.193 organizaciones de 84 países de todo el planeta,

Creemos que:

Crear otro mundo es posible, necesario y urgente. Las y los migrantes somos sujetos y agentes de transformación de las sociedades a las que llegamos y de las que salimos y se debe reconocer y promover este papel y la oportunidad que representa para el creci- miento de ellas.

La migración es un proceso que tiene lugar, en este momento, en el marco de la glo- balización y no puede ser analizado fuera de ésta. No se dede por tanto abordar como un tema exclusivamente de fronteras o de «puertas para adentro», sino que es un proceso económico, político, cultural y social relacionado directamente con los efectos que el mo- delo capitalista neoliberal impuesto genera mundialmente.

Las políticas migratorias no pueden estar al margen de los Derechos Humanos; éstos son patrimonio común de la humanidad y se debe asegurar su interdependencia, inte- gralidad y universalidad.

La ciudadanía universal es una necesidad para los procesos de convivencia. Todas las personas que llegan a un nuevo país debemos tener todos los derechos que son inheren- tes a la condición de ciudadano sin vincularse a la nacionalidad, incluido el voto.

Las y los migrantes somos sujetos sociales cuyo empoderamiento y articulación como agentes de transformación política, social, cultural y económica, es fundamental. En este sentido, el Foro Social Mundial de las Migraciones es un espacio privilegiado para la arti- culación del movimiento de defensa de los derechos de las y los migrantes.

217 Denunciamos que:

Las políticas económicas, sociales y culturales base de la actual globalización impiden un desarrollo humano y sostenible desde los propios intereses y necesidades de todas las sociedades. La acción de las empresas multinacionales, la deuda externa, la pérdida de soberanía alimentaría, el comercio injusto, la explotación de los recursos naturales y los conflictos armados, son causa de que las personas se vean forzadas a desplazarse y emigrar, tanto hacia el Norte como entre países del Sur.

No son admisibles prácticas al margen de los derechos humanos como la externaliza- ción de fronteras, las zonas francas de producción y los centros de internamiento que han de ser cerrados. No admitimos que la migración sea relacionada con la seguridad y sea utilizada como moneda de cambio entre los gobiernos o con fines electoralistas.

Existe una visión reduccionista de las y los migrantes como fuerza de trabajo. Las y los migrantes somos personas y no mercancías y por lo tanto debemos tener garantizados todos los derechos que nos permitan desarrollarnos y poder ser ciudadanas y ciudadanos de la sociedad a la que hemos llegado: derechos laborales, sociales, culturales, económi- cos, civiles y políticos.

Hay otras formas de persecución, que están obligando a millones de personas a tener que salir de sus sociedades de origen como el impacto de los megaproyectos económi- cos, los desastres ambientales, la persecución por razones de género, orientación sexual, raza, religión y la vulneración de derechos económicos y sociales que no están recogidos en la legislación internacional de protección.

Denunciamos todas las formas de racismo, xenofobia, islamofobia y antisemitis- mo.

Hay miles de personas que a diario mueren, son torturadas, mutiladas y desaparecen en la migración con absoluta impunidad. Denunciamos la fortificación de fronteras, los muros, las patrulleras, las mafias y el tráfico de personas para la explotación sexual que originan estos crímenes. Igualmente denunciamos la trata de personas y el trabajo-esclavo.

Proponemos, exigimos y nos comprometemos

Exigimos que el desarrollo global como responsabilidad pública sea asumido por los es- tados y organismos multilaterales con la participación de la ciudadanía.

Exigimos que los derechos humanos estén garantizados en todas las sociedades, más allá de la situación administrativa de las personas y en todas las etapas de los procesos migratorios -origen, tránsito, destino y retorno-. Exigimos que no se criminalice a las y los migrantes por el hecho de no tener papeles, que se deroguen las leyes de extranjería que

218 contradigan el derecho internacional de los Derechos Humanos y que se se garantice el derecho a la libre circulación.

Exigimos la firma, ratificación y puesta en práctica de la Convención Internacional para los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias, del Convenio 143 de la Orga- nización Internacional del Trabajo sobre las y los trabajadores migrantes y el Convenio 49 contra el Tráfico de Seres Humanos. Nos comprometemos a vigilar que los poderes públicos de todos los estados adopten las medidas que llevan a su ratificación. Exigimos especialmente a los sindicatos su compromiso en esta materia.

El derecho a vivir en familia es fundamental para todas las personas migrantes. Exigi- mos que sea garantizado.

Exigimos que se amplíe la protección internacional a las personas que son víctimas de otras formas de persecución no incluídas en la Convención de Ginebra. Exigimos que se garantice a los perseguidos el acceso al derecho de asilo en país seguro y el derecho al retorno de las personas refugiadas con garantías.

Exigimos que se reconozca y visibilice nuestro papel protagónico como mujeres inmi- grantes, superando la visión victimista que se tiene de nosotras.

Nos comprometemos a hacer llegar como Foro Social Mundial de las Migraciones a todos los espacios de incidencia internacionales, nacionales y locales nuestras denuncias, exigencias y propuestas.

Por ello:

1. Hacemos de la DECLARACION DE RIVAS, nuestra agenda de trabajo que nos permiti- rá un trabajo conjunto en los ámbitos internacionales, nacionales y locales.

2. Nos comprometemos a realizar el III Foro Social Mundial de las Migraciones y dar continuidad a las acciones aquí acordadas. Además nos comprometemos a organizar el eje de migración del próximo Foro Social Mundial en Nairobi 2007.

3. Realizaremos una movilización mundial una vez al año como elemento denuncia, propuesta y visibilización del Foro social Mundial de Migraciones.

4. Damos continuidad a la web del Foro como espacio de trabajo, memoria e intercam- bio.

5. Abrimos un espacio de redacción conjunta de la Carta Mundial de los Migrantes que será discutida en el próximo Foro.

219 6. Creamos un Comité Internacional Permanente del Foro Social Mundial de las Migra- ciones en el que haya representación de todos los continentes que asegure el seguimien- to de los compromisos de trabajo y que pueda tener réplicas regionales y locales.

Y hacemos esto porque creemos que, OTRO MUNDO ES POSIBLE, NECESARIO Y UR- GENTE.

Fuente: //www.quiendebeaquien.org/spip.php?article242.

220 Declaración. El Muro de la Vergüenza. Declaración sobre Inmigración por Héctor Flores, Presidente Nacional de LULAC 

3 enero de 2006

Como lider y presidente de una de las organizaciones de derechos civiles Hispanas más grandes y de mayor trayectoria en los Estados Unidos y Puerto Rico, he tenido la opor- tunidad de viajar a todas partes de nuestra nación en estos últimos cuatro años. Lo que he encontrado, es que no tienes que ser experto sobre temas de población para saber que ahora los Hispanos viven por cientos y miles en las Carolinas, Arkansas, Nevada, Man- hattan, Georgia, Chicago y Wisconsin. Ya no estamos concentrados sólo en los estados del Suroeste. Los Ángeles sigue siendo la cuna social, cultural y de actividad política del Latino, secundando a la Ciudad de México.

Chicago, con más de un millón de Latinos, es el segundo lugar y seguido por muy poco por la ciudad de Dallas y el Metroplex en tercer lugar.

Aun así, en todos mis viajes sigo escuchando sobre ataques anti-inmigrantes de lo peor. Editoriales con estereotipos denigrantes, cartas al editor que ofrecen comentarios raciales levemente disfrazados, comentaristas de programas que continúan dañando la integridad y la ética de trabajo de inmigrantes Latinos diariamente. Mientras escribo, mu- chos de nuestros oficiales electos persisten en distorcionar la verdad sobre la situación en que se vive en México y de los millones de inmigrantes que vienen a esta nación del sur.

Esta ignorancia y esta verdad distorcionada está influyendo en algunos oficiales elec- tos para apoyar la construcción de un muro estilo “Berlín” a lo largo de la frontera de Es- tados Unidos con México y gastar millones más para reforzar la frontera en un esfuerzo que supuestamente cortará de raíz la inmigración de México hacia los Estados Unidos. Estos mismos oficiales electos, muchos de ellos con apellidos irlandeses, italianos, escan- dinavos y alemanes, son sólo algunas de las generaciones cuyos ancestros emigraron a los Estados Unidos bajo circunstancias similares. Pero su memoria sobre la historia es muy

 League of United Latin American Citizens.

221 corta y se olvidan de ver las similitudes entre la inmigración de hoy de Latinoamerica y la inmigración que trajo a sus ansestros aquí. ¿Por qué es esto?

En los útimos 20 años, los Estados Unidos ha incrementado su gasto tratando de refor- zar la seguridad en la frontera, más que en cualquier otro tiempo en la historia de nuesto país. Cercas en el sur de California y Texas, equipos de alta tecnologóa, y un número más alto de personal de refuerzo que nos ha costado billones en las últimas dos décadas. Aun así los líderes expertos están en común acuerdo de que estos gastos no han servido para reducir la inmigración de México hacia los Estados Unidos. De hecho, el único efecto documentado ha sido el hacer más peligroso el trayecto para los inmigrantes y como re- sultado miles han muerto cruzando la frontera en los últimos años. ¿Es esto lo que quiere nuestra nación—una cerca que obligue a muchos inmigrantes a avenidas de entrada más peligrosas y más muertes? ¿Qué clase de mensaje envían estas muertes en el desierto al resto del mundo sobre el valor que nuestra nación tiene sobre la vida humana?

Estudio tras estudio han demostrado que la inmigración mexicana hacia los Estados Unidos es una enorme ayuda financiera a nuestro país y contrarresta la cantidad míni- ma de beneficios públicos para los cuales los inmigrantes son elegibles para recibir. El valor combinado del trabajo hecho por migrantes mexicanos aunado a los impuestos que pagan—incluyendo impuestos de venta, impuestos de ingreso, y más—y el efecto estimulante a nuestra economía empequeñece lo que gastamos en cuidado médico de emergencia y educación pública para esta población trabajadora. Una cosa es ser mal agradecido hacia la gente trabajadora que cosecha nuestro alimento, hace nuestra ropa, construye nuestras casas, cuida de nuestros niños y nuestros ancianos, que nos sirve en los restaurants y hoteles, y que hace un sin número de trabajos escenciales pero de bajo sueldo; y otra cosa el abogar por politicas que están claramente en contra de nuestro propio interés sólo para hacer la vida de estos inmigrantes aun más difícil.

De hecho, inmigrantes mexicanos pagan más en impuestos que lo que reciben en beneficios públicos. Por ejemplo, cada año, inmigrantes pagan billones de dólares de impuestos al Seguro Social del cual no tienen ni esperanza de que les sea reembolzado por su estado indocumentado. Estos pagos han ayudado a sufragar la situación ahora insolvente del Seguro Social, contribuyendo a mejorar su futuro.

Inmigrantes indocumentados pagan impuestos federales, estatales y locales sobre in- gresos, gasolina, ropa, así como compras al menudeo. Algunos economistas han calcula- do que la población indocumentada genera $500 billones a nuestra economía cada año y paga más de $90 billones en impuestos, y sólo recibe aproximadamente $43 billones en beneficios públicos. Está claro, aun considerando sólo los impuestos y no el gran valor de su trabajo, que los indocumentados pagan mucho más de lo que reciben.

Aun los mitos y las medias verdades continúan incesantes en la mayoría de las páginas editoriales, alimentadas por comentaristas de radio y televisión que optan por arremeter contra inmigrantes. ¿Están estas opciones basadas en ignorancia o racismo—o ambos?

222 Aun más comprometedor es la hiporecía que demuestran estos individuos quienes son los primeros en tomar ventaja de los servicios y beneficios por el trabajo de inmigran- tes indocumentados. Ya sea que se le esté haciendo trabajo en sus casas, que se estén comiendo una ensalada, que vayan a un restaurant o que estén dejando a sus hijos en un centro de cuidado, es muy problable que se estén beneficiando del trabajo de inmi- grantes indocumentados. Su comodidad está siendo proporcionada por cortesía de in- migrantes quiénes expusieron sus vidas para viajar miles de millas, por terrenos difíciles, dejando a sus familias y seres queridos para hacer los trabajos más duros en América por poco pago. ¿Y cómo es que les damos las gracias por su arduo trabajo? Quejándonos constantemente sobre su estado legal y pasando leyes duras de inmigración. Ésta no es la manera en que uno esperaría que una nación ampliamente Cristiana de inmigrantes reaccionaría.

Me pregunto que harían los ciudadanos de los Estados Unidos si esta parte de nuestra fuerza laboral fuera realmente detenida por cercas, redadas en los lugares de empleo, y otras políticas anti-inmigrantes que el Congreso está considerando. ¿Este grupo anti-imi- grante espera realmente que americanos desempleados realmente salgan a ocupar esos puestos de bajo pago, largas horas de tabajo duro, los cuales no ofrecen ningún beneficio, sin pago de tiempo extra y sin vacaciones? ¿No están preocupados de que puedan pro- vocar una recesión mientras nuestra economía se ajusta a la pérdida de 10 a 12 millones de trabajadores y consumidores productivos? ¿Pasará el Congreso el incremento de im- puestos necesario para reponer la pérdida de ingreso de impuestos de estos trabajadores y apuntalar a nuestra economía? Se detendrá alguien a preguntarse qué nos hicimos, cuando todo lo que teniamos que haber hecho era ofrecer un camino legal para que de primera instancia estos trabajadores pudieran ingresar.

Hay un mejor camino que podemos tomar—uno que beneficie a los ciudadanos de los Estados Unidos al igual que a los 10 a 12 millones de inmigrantes indocumentados que trabajan aquí. LULAC y algunos de nuestros oficiales electos como el Senador Repu- blicano John McCain y el Senador Demócrata Ted Kennedy apoyan los siguientes princi- pios de inmigración:

1. Deberíamos reunir familias en lugar de dividirlas.

2. Deberíamos permitirles la oportunidad a inmigrantes indocumentados de que se convirtieran totalmente y legalmente en miembros contribuidores de nuestra sociedad, sin el temor de castigo ni deportación.

3. Deberíamos crear un programa para permitir a los inmigrantes el trabajo en este país legalmente y permitirles sobre un periodo de tiempo convertirse en residentes per- manentes.

4. Deberíamos de comenzar a ayudar a México y a otros países Latinoamericanos por medio del desarrollo, préstamos y becas, así como otras inicitivas estratégicas para así

223 echar a andar la economía en areas geográficas que envían grandes cantidades de inmi- grantes a este país.

Siguiendo estos principios mejorará la vida de millones de familias trabajadoras de inmigrantes aquí en los Estados Unidos de cuya labor dependemos todos los días. Tam- bién mejorará y asegurará nuestras propias vidas mientras sacamos esta fuerza laboral de la oscuridad y permitimos a nuestro personal policial a concentrarse en terroristas y traficantes de drogas.

Estos principios son claramente las acciones adecuadas que nuestro país debe tomar, pero para que ellas se conviertan en ley, debemos sobreponernos al “muro de la vergüen- za” que grupos anti-inmigrantes han venido construyendo alrededor de nuestra concien- cia moral. ¿Los derechos que se han ganado con el esfuerzo y sacrificio de nuestros Padres Fundadores ejemplificados en la Estatua de la Libertad todavía tendrán asidero en esta tierra de libertad? Son bienvenidos estos trabajadores inmigrantes quienes no piden más que contribuir a nuestro país y tener también la oportunidad del sueño americano? ¿O será que el mensaje distorcionado del odio ha sobrepasado nuestros valores americanos de libertad, arduo trabajo y tolerancia? Este año nuevo, millones de familias inmigrantes en todo nuestro país están esperando que los mejores ángeles de nuestra naturaleza triunfen sobre esos que derraman viejos prejuicios en contra de los menos afortunados.

Héctor Flores es el Presidente Nacional de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, la organización Hispana más antigua en los Estados Unidos, la cual promueve las condiciones de la economía, educación, influencia política, salud y derechos civiles de los Latinos por medio de programas basados en la comunidad operando en más de 700 concilios de LULAC a nivel nacional.

Fuente: //www.lulac.org/advocacy/press/2006/elmurodelodio.html.

224 Declaración de Piriápolis. Migraciones: un mundo sin muros por un desarrollo sostenible para todas y todos

3 de noviembre 2006, Uruguay

1) Las organizaciones participantes reunidas en el II Encuentro Cívico Iberoamericano, con la consigna de “Migraciones: un mundo sin muros por un desarrollo sostenible para todos y todas”, hacemos llegar esta declaración y las propuestas de acción a la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estadoy de Gobierno con la exigencia de que los estados y gobiernos se responsabilicen y tomen medidas para prevenir y solucionar la situación de los millones de migrantes que día a día son vulnerados en sus derechos, mientras buscan a través del abandono de su lugar o país de origen o de adopción la forma de escapar de la pobreza, la falta de empleo, la desigualdad, la exclusión, el racismo y la discriminación de género que provocan las políticas económicas neoliberales.

2) CONSIDERAMOS que la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, el no respeto a los derechos laborales y la discriminación racial, la de género y la concentración económica y geográfica de la riqueza, entre otros factores de subdesarrollo, se extienden, aumentando asimismo las migraciones por necesidad y no por opción en todo el espacio Iberoamericano, reforzando un ciclo vicioso que hace inviable el desarrollo endógeno de los pueblos y profundiza la brecha económica y social en y entre nuestros países.

3) TENEMOS EN CUENTA las siguientes declaraciones:

• Declaración del Milenio de las Naciones Unidas de donde se derivan los Objetivos de Desarrollo del Milenio. • Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajado- res Migratorios y de sus Familiares. • Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, así como sus dos Protocolos sobre Tráfico Ilícito de Migrantes y sobre Trata de Personas. • Convención de la Trata de Personas y la explotación de la prostitución ajena (1949). • Convenios 97 y 143 de la OIT sobre los Trabajadores Migrantes y el Compromiso de Gobiernos e Interlocutores Sociales en torno a un marco multilateral para las migra- ciones laborales. • Declaración de la III Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (Durban, 2001).

225 • Conferencia Regional de las Américas sobre los Avances y Desafíos en el Programa de Acción contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Formas Conexas de Intolerancia. • Y la reafirmación de nuestro compromiso con la democracia y la plena vigencia del estado de derecho.

4) DESTACAMOS la importancia de la Declaración de Rivas en el II Foro Social Mun- dial de las Migraciones (Madrid, 24/06/2006) por su carácter de agenda de trabajo para la sociedad civil de Iberoamérica y el resto del mundo, con el principio de que los y las migrantes no son mercancías sino personas, y por lo tanto se deben garantizar todos los derechos que permitan su crecimiento personal y ser ciudadanos y ciudadanas en la sociedad a que lleguen.

5) TENEMOS PRESENTE:

• La Declaración de Salamanca en la XV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. • El Manifiesto de las Organizaciones de la Sociedad Civil que participaron en el I En- cuentro Cívico Iberoamericano. • Las conclusiones y recomendaciones de la reunión de Autoridades Nacionales en Materia de trata de personas (Isla Margarita, 2006). • La Declaración de Asunción en la VI Conferencia Sudamericana Sobre Migraciones. • La Declaración de la Coalición Latinoamericana y Caribeña de Ciudades contra el Racismo, la Discriminación y la Xenofobia.

6) CONSIDERAMOS que es preciso aumentar los esfuerzos para cumplir efectivamente los ODM.

7) VEMOS que las políticas económicas, sociales y culturales base de la actual globalización impiden un desarrollo humano y sostenible desde los propios intereses y necesidades de todas las sociedades. La acción de ciertas empresas multinacionales, la deuda externa, la pérdida de soberanía alimentaria, el comercio injusto, la explotación de los recursos naturales y los conflictos armados son causa de que las personas se vean for- zadas a desplazarse y emigrar, tanto hacia países desarrollados fuera de América Latina, como entre sus mismos países, y por ello es necesario ampliar nuestra visión sobre la migración iberoamericana.

8) REAFIRMAMOS que es necesario democratizar todas las instancias oficiales de discusión y compromisos internacionales y multilaterales, así como avanzar en la partici- pación efectiva de la sociedad civil en los procesos de toma de decisiones; valoramos po- sitivamente el mantenimiento de los Encuentros Cívicos Iberoamericanos; apostamos sin embargo a la extensión y profundización de espacios privilegiados, que permitan en- cuentros específicos que aborden entre otros los temas sociolaborales, la convivenciaen -

226 tre los pueblos y la lucha contra la pobreza y la desigualdad presentes en la Agenda Social Iberoamericana que es necesario comenzar a diseñar e implementar.

9) DESTACAMOS que uno de los objetivos prioritarios de los gobiernos debería ser im- pulsar las políticas de desarrollo necesarias para garantizar la libertad de no emigrar. Es preciso, no obstante, establecer acuerdos bilaterales y multilaterales que tiendan a una mayor apertura a flujos migratorios y potencien los impactos positivos de la migración en origen y destino, a partir de la corresponsabilidad de los gobiernos y de la participación activa de los propios migrantes.

10) DENUNCIAMOS que las políticas selectivas dirigidas a estimular el éxodo del personal altamente calificado y de los talentos de los países esencialmente emisores, cons- tituyen un serio impedimento a los esfuerzos de éstos por el desarrollo, agravado además por el costo adicional que suponen las inversiones realizadas en la preparación de dichos profesionales.

11) ENTENDEMOS que el tema de las migraciones debe ser parte constitutiva de la Agenda Social Iberoamericana permanente, más que un tema contingente de la agenda política, pues los y las migrantes en los países de Iberoamérica contribuyen a constituir so- ciedades más creativas e innovadoras, menos vulnerables y son un factor potencial de desarrollo insertado en marcos regulatorios internacionalmente adecuados y concerta- dos, especialmente en lo referente a la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares.

12) CONSIDERAMOS significativa la Declaración de Asunción en la VI Conferencia Sud- americana sobre Migraciones pues plantea una agenda para los países sudamerica- nos cercana a las demandas y exigencias de las organizaciones de migrantes y movimien- tos sociales, mientras que vemos con alarma el retroceso en las políticas migratorias de la Unión Europea y los Estados Unidos por su carácter restrictivo y represivo.

13) RECHAZAMOS la existencia de muros o vallas para separar los pueblos que provo- can graves conflictos, la muerte de migrantes, al tiempo que fomenta el negocio de la migración ilegal, así como la trata y el tráfico de personas, y estimula actitudes xenofóbicas y de separación entre los pueblos. Por ello demandamos a los Jefes de Estado y de Gobiernos de Iberoamérica que denuncien enérgicamente la construcción del muro en la frontera entre México y Estados Unidos.

14) CONSTATAMOS el volumen creciente de la migración femenina internacional. Es preciso incorporar la perspectiva de género al tratamiento de las migraciones a fin de reconocer su papel fundamental en el fortalecimiento de los vínculos y redes sociales, así como su aporte económico en los países de origen y destino.

227 15) DENUNCIAMOS que niños y mujeres son particularmente vulnerables en las migraciones, sufriendo peores condiciones laborales, abusos legales, violencia social y sexual.

16) AFIRMAMOS que las y los jóvenes son un sector poblacional altamente sen- sible a los procesos migratorios, porque requieren oportunidades de empleo e ingreso-- insuficientes en sus regiones de origen—lo que provoca desarraigo social y vulnera la estructura demográfica, afectando el desarrollo de los países.

17) RECONOCEMOS que la protección de refugiados y la gestión migratoria son actividades distintas pero complementarias.

18) DESTACAMOS que entre los varios temas de importancia en materia de migracio- nes son tres los más urgentes en los que hemos focalizado nuestra discusión para presentar propuestas concretas a la comunidad Iberoamericana y a los Jefes de Estado y Gobierno reunidos en la XVI Cumbre Iberoamericana en Montevideo.

19) Sobre la Libre Circulación de las Personas y los Derechos de los Migrantes:

a) CONSIDERAMOS a la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares como el más amplio y vinculante instrumento que establece derechos a todos los trabajadores migrantes y a sus fa- miliares que garantizan sus derechos independientemente de su sexo, religión y/o raza y su situación migratoria y/o jurídica, lo cual otorga a los y las migrantes casi todos los mismos derechos que puede reclamar un ciudadano nacional. Al mismo se suman los convenios 97 y 143 de la OIT sobre Trabajadores Migrantes y el Compromiso de Gobiernos e Interlocutores Sociales en torno a un marco multilateral para las migracio- nes laborales.

b) CONSIDERAMOS inaceptable que los países que han ratificado la Convención Inter- nacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares practiquen políticas restrictivas a la migración.

c) DESTACAMOS que el empleo digno es el principal factor de integración social de los migrantes y sus familias a las sociedades de destino. Es preciso garantizar la igualdad de trato y de oportunidades entre los trabajadores migrantes y autóctonos, en materia de derechos laborales y protección social. Asimismo, es imprescindible garantizar la liber- tad sindical de los trabajadores migrantes y reconocer el principio de no repatriación cuando se hayan violado sus derechos. Todos los países deben comprometerse a la formulación e implantación de políticas públicas migratorias que permitan el disfrute de estos derechos socio-laborales.

20) Sobre el racismo, xenofobia y discriminación hacia los y las migrantes:

228 a) CONSIDERAMOS que el racismo, la xenofobia y la discriminación con respecto a los y las inmigrantes es un fenómeno presente y creciente en los países desarrollados, que también existe en los países de América Latina lo que provoca tensión social y exclusión.

b) CONSIDERAMOS inaceptable la intolerancia, que lleva a acciones de violencia física y simbólica que se acentúa para el caso de los pueblos originarios, afrodescendientes y las minorías étnicas, religiosas y culturales.

c) CONSIDERAMOS extremadamente negativo el aumento en nuestras sociedades de la intolerancia con base en el desconocimiento, el miedo a lo extraño y por la manipu- lación de estos fenómenos con fines político-electorales y publicitarios, especialmente por los políticos y los medios de comunicación irresponsables.

d) REAFIRMAMOS la riqueza de una sociedad intercultural y pluriétnica donde los valo- res de los diferentes países y culturas no sólo conviven sino que interactúan, facilitando relaciones de confianza entre las personas.

e) CONDENAMOS todo tipo de racismo, xenofobia y discriminación que se ejerza en los países iberoamericanos, sea por parte de los gobiernos, medios de comunicación, instituciones y/u organismos políticos, religiosos, sociales públicos y privados.

21) Sobre la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes:

a) CONSIDERAMOS que a pesar de avances en la concientización internacional y sus concomitantes declaraciones en contra de la trata y tráfico ilícito de personas, la actual situación de pobreza e inequidad, así como impunidad respecto a los tratantes y traficantes de personas reproduce los contextos motivadores para estas prácticas que atentan contra los derechos humanos.

b) CONSIDERAMOS que la acción de las organizaciones y movimientos sociales ha sido un aporte fundamental para visibilizar la problemática de la trata y el tráfico ilícito de personas.

c) CONSIDERAMOS que la libre circulación de personas podría ayudar a prevenir el tráfico de personas.

d) DENUNCIAMOS la existencia de mafias y redes de control que fomentan la trata de personas, la explotación sexual de mujeres, niñas, niños y adolescentes, valiéndose de diversos medios incluyendo el turismo sexual. Entre sus componentes se cuentan algunos agentes públicos y privados, cuya persecución exige una respuesta coordinada entre los estados, tomando en cuenta aspectos jurídicos y represivos, sin caer en la doble victimización de las personas traficadas y tratadas.

229 e) CONSIDERAMOS que las acciones para enfrentar el tráfico y la trata de personas deben integrar el esfuerzo común y coordinado entre el estado y la sociedad civil.

Por lo anterior, PROPONEMOS a los Jefes de Estado y de Gobiernos de Iberoamérica:

Que asuman el desafío de construir un espacio iberoamericano sin fronteras como ejemplo para el resto del mundo, creando una verdadera ciudadanía iberoamericana activa, que aproveche los factores positivos de las migraciones. Para ello es necesario, como primer paso, flexibilizar la política migratoria y de acceso a visas en la perspectiva de la comunidad Iberoamericana.

Que con el propósito de alcanzar el respeto a los derechos humanos de los mi- grantes y el reconocimiento de la aportación del trabajo migratorio al desarrollo de los países receptores, propicien un diálogo intrarregional con América del Norte y la Unión Europea, habida cuenta de que un volumen importante de migrantes de la región, tienen a esas zonas como países de destino.

Que los países latinoamericanos, junto con España y Portugal, establezcan meca- nismos sistemáticos de cooperación, promoción económica, generación de empleo y sistemas de seguridad social que permitan el desarrollo integral de los territorios de origen.

Que se reconozca la importancia del desarrollo local como generador de cohesión social y motor de lucha contra la pobreza, potenciando el trabajo de las personas que residen en los territorios y los recursos endógenos. Para lo cual la economía social, el fomento del emprendedor y la facilitación general en la creación de nuevas empre- sas que generen riqueza colectiva son elementos incuestionables en la elaboración de políticas públicas, con el reconocimiento de las asociaciones de la economía social como agentes fundamentales en el diálogo institucional.

Que se reconozca para alcanzar el desarrollo sostenible la importancia del trabajo decente y los derechos laborales y sindicales. Que en el diseño y conceptualización de las políticas públicas y privadas se considere prioritaria la participación de los grupos organizados de la sociedad civil, particularmente en torno a las relaciones laborales, el diálogo social y la trascendencia de los agentes sociales en la negociación colectiva.

Que se fortalezcan las administraciones públicas de los países de origen y garantizar los servicios públicos como mecanismo de fomento de la gobernabilidad democrática, reduciendo así las emigraciones forzadas y respetando el derecho a la no migración.

Que se faciliten estrategias de reducción del coste de envío de remesas aseguran- do una transferencia rápida y segura para obtener de ellas el mayor impacto posible.

230 Que se promueva la participación activa de los migrantes en condiciones de igual- dad en las sociedades de destino y en el desarrollo social, económico y político de sus países de origen.

Que consideren a las mujeres formando un grupo de migrantes mayormente ex- puesto a los riesgos, por lo que es indispensable que las políticas reconozcan su especifi- cidad y se garanticen acciones para la protección de sus derechos humanos.

Que los estados y las sociedades reconozcan y reparen la deuda histórica con los pueblos originarios y las poblaciones afrodescendientes que fueron forzados a dejar sus lugares de origen por motivos ideológicos y económicos.

Que se garantice el derecho de asilo y la protección internacional de los perse- guidos y desplazados, evitando que las legislaciones de inmigración impidan el efectivo ejercicio de este derecho. Los estados deberán contemplar en sus legislaciones de asilo las nuevas formas de persecución por razón de género, orientación sexual, desastres medioambientales y vulneración sistemática de derechos económicos y sociales.

Que se garantice el acceso a la educación y a la protección básica a las niñas y niños hijos de migrantes, se favorezca la apertura de visas de reunificación familiar, y se esta- blezcan políticas migratorias que eliminen la explotación y abuso sobre los niños y niñas migrantes.

Que los hijos e hijas de migrantes residentes en países receptores, sin importar la situación jurídica de los padres, gocen de todos los derechos ciudadanos.

Que se incorporen programas de información, sensibilización y debate en la educa- ción formal, informal y no formal que reconozcan la diversidad cultural de los migrantes, y promuevan el diálogo intercultural. Los mismos serán diseñados con participación de los colectivos de migrantes.

Que se fomenten políticas de prevención, educación, tratamiento y reparación a las víctimas de la trata y el tráfico, creando servicios especializados en los consulados y en las administraciones de los países de destino.

Que los estados que aún no lo tengan implanten una entidad interinstitucional en- cargada de la coordinación de las acciones para legislar, prevenir y combatir el delito de la trata de personas y garantizar la atención y protección a las víctimas y sus familias.

EXIGIMOS a los Jefes de Estado y de Gobiernos de Iberoamérica:

Que los Gobiernos de la región revisen y profundicen las políticas y acciones empren- didas para garantizar el alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el 2015.

231 Que los países que no han ratificado la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares de las Nacio- nes Unidas lo hagan durante el año 2007 y aquellos que la ratificaron, la reglamenten y la pongan en práctica en diálogo permanente con la sociedad civil.

Que no se criminalice la migración, que se deroguen las leyes de extranjería que contradigan el derecho internacional de los Derechos Humanos y que se garantice el derecho a la libre circulación.

Que los estados asuman su responsabilidad en el combate y erradicación del tráfico de personas. Mientras la trata y el tráfico existan, los estados deberán garantizar la seguridad de las víctimas en el país de destino y de origen.

Que se realicen las modificaciones legislativas nacionales pertinentes para conver- ger con la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transna- cional, así como sus dos Protocolos.

Que los países adecuen sus normativas internas y sus políticas públicas a la Conven- ción sobre los Derechos del Niño y su protocolo facultativo sobre la venta y explotación de niños.

Nos comprometemos:

A ser consecuentes, y erradicar de nuestra práctica política y de relacionamiento social, cualquier vestigio de racismo, xenofobia o discriminación, involucrando a nuestras organizaciones en un activismo en la materia.

A impulsar propuestas y monitorear las acciones de los gobiernos con relación al cum- plimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio con la convicción de que se pueden redoblar esfuerzos para alcanzarlos.

A Trabajar para avanzar en la articulación y vertebración de la ciudadanía iberoameri- cana activa y promover por todos los medios posibles, la ciudadanía responsable en individuos y empresas, como una condición indispensable para fortalecer la lucha contra la pobreza, la exclusión social y la desigualdad.

A continuar trabajando en la participación efectiva y sistemática de la sociedad civil, en la discusión de los contenidos y en el monitoreo de las políticas públicas de cada país y de la región.

A seguir la agenda de actividades incluida en la declaración de Rivas del FSM de las migraciones.

232 A trabajar para impulsar y organizar el III Encuentro Cívico Iberoamericano duran- te la próxima XVII Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno en Chile 2007.

A apoyar la creación de un espacio permanente de relación con la SEGIB y con la Con- ferencia Iberoamericana, dando continuidad y evaluando lo propuesto desde el I Encuentro Cívico, que sirva para mejorar el seguimiento de los compromisos asumidos, consolidar la articulación de las organizaciones y movimientos sociales en Iberoamérica y fomentar un diálogo con los gobiernos.

A recoger en este foro privilegiado de la sociedad civil iberoamericana, las preocu- paciones y conclusiones de otros foros de la sociedad civil de la región, con la finalidad de ir construyendo un mecanismo de participación más activo en los próximos Encuentros Cívicos.

A multiplicar y coordinar actividades simultáneas cada año en torno al 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, como denuncia y visibilización de su proble- mática.

A divulgar esta declaración entre las organizaciones, movimientos y redes de nuestros países para incorporar adhesiones.

Finalmente agradecemos:

Al Comité de la sociedad civil para el II Encuentro Cívico (ANONG, Organizaciones Mundo Afro, PIT-CNT, Red Diáspora); al CEFIR por su tarea de coordinación.

Al Gobierno de Uruguay y a la SEGIB por promover la realización de este II Encuentro Cívico.

Al Gobierno de España y a la Fundación Carolina por su apoyo a este Encuentro.

233

Reseñas

La perspectiva teórica en el estudio de las migraciones. Roberto Herrera Carassou (2006). Siglo XXI Editores, México. pp.230

José Dionicio Vázquez Vázquez♠

En diversos foros se ha escuchado la especie de que todos migramos en algún momento de nuestra vida, y que desde tiempos inmemoriales nuestros ancestros lo han hecho para recolectar sus alimentos, a causa del mal tiempo, o en la búsqueda de mejores tierras para mantener a la familia a buen resguardo, entre muchas otras razones. Sin embargo, actualmente, no todo es tan simple, pues quien se muda de un vecindario a otro en dife- rente localidad o, quien trabaja fuera de su lugar de origen (localidad, o municipio), pero regresa por las noches a descansar a su hogar, en sentido estricto no está migrando, sino que sólo se está movilizando, aún cuando actualmente se utilizan indistinta e indiscrimi- nadamente ambos conceptos..

Por lo tanto, si se pierde el rigor en los conceptos, se caería en el riesgo de abonar un vacío que se convierte en lagunas teóricas más amplias. Otra idea que se maneja de inicio, es la dispersión de los estudios que impide considerar una teoría general de las migraciones. En otras palabras, sobre los estudios de la migración, nada está dicho aún. Con ese debate inicia el libro de Herrera (2006), argumentando la laxitud con la que ma- nejan algunos investigadores el concepto de migración; recuerda entonces que existen múltiples enfoques que lo abordan como el económico, el demográfico, el sociológico, entre muchos otros. Sobre este tópico se abunda en el capítulo I y sugiere una síntesis del debate del concepto: que la validez de de los conceptos que se pretenden manejar teóri- camente, se deben localizar en las variables que se van a observar; es decir, el concepto de migración debe tener su carácter abstracto, pero también el empírico.

En el segundo capítulo resalta la importancia de la historia en los movimientos pobla- cionales en general, y de las migraciones humanas en lo particular, considerando las eta- pas de las migraciones primitivas, la antigüedad y la Edad Media, y los tiempos modernos. Establece causas de sobrevivencia, por incursiones militares, debido a colonizaciones y al avance tecnológico moderno. En la etapa moderna señala que se generaron crisis eco- nómicas que iban aparejadas de corrientes migratorias hacia nuevos destinos de llegada.

♠ Profesor-Investigador de El Colegio de Tlaxcala, A.C. correo: [email protected].

237 Existe la sugerencia entre líneas, o al menos eso se observa, de que el concepto de la migración es una construcción de origen moderno, pues las crisis económicas produje- ron corrientes migratorias que ya podían contabilizarse hacia el siglo XIX, estableciendo causas, tiempo y distancia, con el destino, convirtiendo, poco a poco, a las movilizaciones en migración.

En la búsqueda de una tipología general de las migraciones (en el capítulo III), el autor va aclarando las dudas que surgen en todo investigador interesado en el tema: la dife- rencia, si es que la hay, en la aplicación de criterios para analizar la migración interna y la migración internacional; las causas que la provocan, generando una ayuda para formular determinados rasgos conceptuales, que pueden servir de guía en el abordaje de estudios sobre la temática que se viene exponiendo.

Para analizar las causas de la migración se produce una discusión interesante en el capítulo IV: ¿Desde qué perspectiva mirarla? ¿Desde una visión macro o desde una visión micro? Postula que las migraciones suponen un cambio social provocado por las grandes corrientes migratorias, independientemente de con qué ojos se vea y estudie al fenóme- no: a través de la postura estructural-funcionalista, la perspectiva histórico-estructural o el materialismo histórico. A nivel macro, el cambio social o la transformación social se ma- nifiesta en el momento en que las masas de zonas periféricas se dan cuenta de su atraso, y se movilizan hacia las zonas donde el desarrollo es mejor compartido. A nivel micro, los protagonistas del estudio son los elementos psicosociales e individuales, bajo la premisa de conseguir mejores expectativas, siempre y cuando exista un desajuste cultural o es- tructural de considerable importancia. Existen teorías también que mezclan los niveles de análisis como el de la Modernización de Germani, centrándose en la decisión de migrar de los individuos, autor que desmenuza la tesis de que las migraciones generalmente son una consecuencia, y el proceso se produce en el paso de una sociedad tradicional a otra moderna.

La teoría marxista también tiene su importancia en los enfoques teóricos-estructura- les de la escuela Dependentista, que enfatiza la subordinación de las zonas periféricas, en lo estructural y cultural, a las metrópolis. Analiza al fenómeno de la migración también como una consecuencia y considera los aspectos históricos y las causas que la generan, como el desempleo. Conceptos como capitalismo, industrialización, clase, el migrante como mercancía, desarrollo y movilidad transicional, son comunes en el apartado. En este capítulo notamos una cierta inclinación por resaltar a los autores latinoamericanos, gesto que se le agradece a Herrera. Finaliza el capítulo con un esquema que ilustra la hipótesis de la movilidad transicional de Prior y Zelinski, donde hacen una relación entre los fac- tores socieconómicos y dinámica poblacional, sugiriendo el modelo de la transición de una sociedad preindustrial a una moderna, dado “que la transformación de la estructura económica es causa y resultado a la vez de la distribución poblacional a través de la historia” (Herrera, 2006: 104).

238 Las causas de la migración, segunda parte del libro, las explica en el capítulo V, donde los subtitula como “El Desequilibrio Funcional”, que contiene implícitamente una carga de crítica a los estudios que se hacen desde la perspectiva estructural-funcionalista. El autor define mucho mejor el contenido de los autores y los estudios hechos bajo ese enfoque, a saber:

Hay varios rasgos que caracterizan el análisis de las migraciones desde esta perspectiva, entre ellos: a) El hecho de que la mayoría de los estudios se hayan realizado creyendo que el fenómeno migratorio debe ser reducido a conceptualizaciones y términos físicos y biológicos; b) La construcción de modelos partiendo del análisis matemático; y c) La tendencia muy marcada, entre los investigadores estadunidenses, a ignorar las preceden- cias teóricas o conceptuales, sobre todo si éstas rebasan un marco previsto de alcance limitado (Herrera, 2006: 107).

Se refiere a la teoría de Push-Pull y sus estudiosos: Akerman, Brinley Thomas, Kosinski y Protero, y Larissa Lomnitz.

También desde el enfoque de los Ciclos Económicos se puede estudiar a la migración, donde una etapa de prosperidad regularmente se hace acompañar de fuerte inmigración, y viceversa. O desde la Movilidad Laboral donde se supone el pleno empleo y la compe- tencia perfecta. También hace su aparición el modelo de Capital Humano, el modelo del Campo-Ciudad dando énfasis a los países periféricos para su abordaje. Existen también otros modelos llamados de Gravedad, donde resaltan los aspectos demográficos, consi- derando el volumen, origen y destino de los migrantes. Los principales exponentes según el autor son:�������������������������������������������������������������������������������� Petersen, Shaw, Zipf, Stouffer, Jansen, Inkeles y Folguer. Deja un lugar impor- tante al creador de los modelos de gravedad que es Ravenstein, cuyo trabajo: como ����“Las��� leyes de la Migración�������������������������������������������������������������������“,������������������������������������������������������������������ considera los conceptos de: migración y distancia, migración por etapas, corriente y contracorriente, diferencias rural-urbana, tecnología y migración, do- minio de los motivos económicos, entre otros. Termina su exposición con la Teoría de Lee, que aborda cuatro tipos de factores que allanan u obstaculizan el camino del migrante: 1.-Factores asociados con el área de origen, 2.- Factores asociados con el área de estudio, 3.- Obstáculos intervinientes y, 4.- Factores personales.

La mediación entre los estudios Micro y Macro sin lugar a dudas (Capítulo VI), se lo- caliza en la familia, donde surgen las decisiones de migrar. Parece obvio pero, es desde el enfoque de las motivaciones donde se pueden apreciar trabajos que hacen el intento por considerar aspectos estructurales y motivaciones personales. Es lo que llama Charles H. Wood, considerar los aspectos objetivos y subjetivos, y evaluar todos los determinan- tes del proceso migratorio, contando centralmente la decisión familiar. Habría entonces

 De hecho, como resultado de su revisión exhaustiva, Herrera le da el crédito a Wood, por ser el primer estudio- so que fijó su atención en el hogar como el centro de la toma de decisiones en la migración laboral, antes que Stark y Bloom (cfr. Herrera, 2006: 193).

239 que manejar los aspectos normativos-valorativos y psicosociales, diría Germani junto con Oliveira y Stern; también cabrían en ese análisis las percepciones y actitudes de los indi- viduos, terciaría Arizpe. Podría ser el individuo migrante potencial, si sintiera una “presión estructural”, mediando el proceso una oferta migratoria, comentaría J.E. Elmers. Pero tam- bién tiene que ver la experiencia de los primeros migrantes que sufren el proceso, y que informan de ello a la familia provocando decisiones al interior, siendo el efecto acumula- do de hechos lo que posibilita la decisión de migrar, como lo afirma Akerman. La migra- ción rural-urbana puede ser un proceso automodificativo y autoregulatorio (Magobunje); o deberse a una cultura migratoria, si persiste la migración en una comunidad (Piore). No se puede dejar de lado la racionalidad del migrante en sus motivaciones económicas, alertan Bogue y Todaro.

En este mismo capítulo, el autor considera importantes, dentro del proceso migratorio, las características de los migrantes como son los aspectos culturales, individuales, la edad, el sexo, las pirámides poblacionales, tasas de crecimiento, tasas de urbanización; así como las condiciones del lugar de origen como el de destino.

En el capítulo VII aborda “Las Consecuencias de las Migraciones”, reportando que exis- ten múltiples estudios sobre las causas de la migración, pero son escasos los que versen sobre las consecuencias de la misma en los lugares huéspedes. El migrante en la sociedad receptora tendrá que sortear varios procesos de adaptación, participación y aculturación (Germani, Thomas, Mayer). Podría sintetizarse lo anterior en el concepto de resocializa- ción que brinda Enseinstadt, quien explica al proceso como un periodo de ajuste, coin- cidiendo en parte con los conceptos de antropólogos y sociólogos, señalándolos como ajustes económicos y sociales. La noción de asimilación segmentada la trabaja Portes, analizando los problemas a los que se enfrenta la segunda generación de inmigrantes en el país huésped, en tanto que Mármora se plantea como objetivo explicar el tipo de re- lación que establece el migrante con el medio receptor a través del modelo de inserción migratoria. Sobre la exclusión que sufren los migrantes al ser rechazados en el sistema laboral industrial comentan Lomnitz, Muñoz y de Oliveira y Singer, a través del concepto de marginalidad.

Finalmente, el autor del libro habla de los efectos psicosociales, como fuente de los cambios sociales, los efectos económicos individuales, macroeconómicos, demográficos y la tendencia de los migrantes rurales a ser ascendentemente móviles. Las consecuen- cias políticas de la migración, señala Herrera que tienen sus antecedentes en los intereses personales del migrante de la comunidad de origen, y no siempre se determina su parti- cipación política por el contacto nuevo y urbano al cual llega.

En las observaciones finales, con mucha razón argumenta que el estudio de la migra- ción es eminentemente multidisciplinario y su análisis, en la organización de las distintas propuestas teóricas, es un verdadero rompecabezas, para quien desee acometer ese des- comunal trabajo. Resalta la preponderancia que sigue teniendo el enfoque económico para explicar las causas de la migración, es más, dice Herrera, es quien domina tanto la

240 explicación individual como la colectiva. Más adelante, ilustra sobre las corrientes teóricas vigentes (la economía neoclásica, el mercado dual del trabajo, los sistemas mundiales, entre muchos otros). Concluye que aún no es posible hablar de una teoría general de las migraciones, debido, en parte, a que no vio una preocupación por sistematizar con- ceptual y teóricamente los estudios por él reseñados. Es más, para generar más polémica sobre la temática, nos regala una losa para seguir construyendo humildemente el camino del estudio de la migración: “Existe una clara tendencia a realizar investigaciones aisladas, sin conexiones ni relaciones de precedencia entre ellas. Puede afirmarse que la dispersión conceptual continúa vigente con particular indiferencia, principalmente a nivel académico” (Herrera, 2006: 198).

241

El país transnacional migración mexicana y cambio social a través de la frontera. Marina Ariza y Alejandro Portes (2007). Instituto de Investigacio- nes Sociales-UNAM, México. pp. 712

Laura Elena Garza Bueno

El libro coordinado y parcialmente escrito por Ariza y Portes, no sólo permite satisfacer la necesidad intelectual de conocer –en una sola mirada– los cambios recientes en la migración mexicana y sus efectos sociales y culturales más relevantes (situación meritoria por sí misma), sino que logra remover conciencias al discutir los planteamientos teórico- metodológicos bajo los que se estudian tanto el fenómeno migratorio como sus conse- cuencias.

El reconocimiento a lo que –desde nuestro punto de vista– son los aportes más re- levantes del libro, se basa en una serie de apreciaciones que, para iniciar, da cuenta de una estructura temática completa y bien integrada, que permite: i) identificar los nuevos patrones migratorios y su creciente importancia económica para, enseguida, mostrar los resultados y las repercusiones más significativas de dichos movimientos a través de ob- servar: ii) la complejidad de las relaciones entre el estado y los migrantes; iii) los cambios en las experiencias de vida comunitaria transnacionalizada y de formación de nuevas identidades; iv) las redefiniciones en el orden social de género y de adaptación de los migrantes de segunda generación; y, para cerrar, v) un reconocimiento a la necesidad de ampliar y mejorar las herramientas analíticas del fenómeno.

Particularizando la afirmación anterior, la primera parte del libro coordinado por Ariza y Portes, hace una excelente caracterización de la nueva era de la migración, al mostrar el dinámico crecimiento del fenómeno migratorio, las nuevas tendencias que presenta y su –cada vez mayor– importancia económica. Todo ello a través de cuatro trabajos, de los cuales, los dos primeros nos muestran el cambio en la geografía de los desplazamientos. Los nuevos puntos de atracción y expulsión y los factores que propiciaron el surgimiento de esta transformación. La importancia de las remesas –tema de alguna manera conoci- do– es visualizado desde una perspectiva diferente: la de su distribución geográfica y el desigual carácter del flujo monetario, además de su creciente importancia como factor de estabilización financiera. Siendo esta última parte una abierta invitación a continuar ex- plorando las múltiples facetas de la economía involucradas con el fenómeno migratorio.

243 La segunda parte, compuesta por tres trabajos realizados bajo diferentes perspectivas abordan sólidamente un interés investigativo común: el replanteamiento de las relacio- nes entre el Estado y los migrantes. El primer texto de este segundo bloque revisa el ca- rácter cada vez más complejo de la relación entre las autoridades estatales y la migración; y, sobre todo, se detiene a analizar el papel que debería de tener el estado en la regulación del desplazamiento de las personas a través de las fronteras; aspecto que es objeto de un amplio debate a nivel internacional y que requiere con urgencia –como lo señala el au- tor– de consensos multilaterales. Abonando a la misma reflexión, el libro ofrece un par de artículos más. En ellos el análisis de la relación del Estado con los migrantes se enfoca en la ampliación de los derechos de estos últimos. Es decir, en la extensión de los derechos civiles, políticos y sociales de los ciudadanos que residen en otro país. Dicha ampliación –coinciden los autores– es el resultado de una variedad de factores entre los que la ampli- tud del fenómeno migratorio es sólo uno de ellos, y al que habría que agregar la creciente importancia de los derechos civiles y las coyunturas políticas tanto del país emisor como del receptor. La ampliación de los derechos, aunque manifiesta, es aún insuficiente. De ahí que la protección de la población migrante –como lo señala uno de los autores– es una asignatura pendiente.

Tres trabajos dirigidos al análisis de los efectos de la transnacionalización, integran la tercera parte del libro. Y aunque lo que los agrupa es el interés por estudiar los efectos de la transnacionalización en la experiencia de vida comunitaria y en la construcción de identidades, no pasa desapercibido el hecho de que los tres coinciden al observar limi- taciones en los marcos analíticos actuales para asegurarse un conocimiento real de la experiencia de las comunidades migrantes en el contexto global. Las críticas a los para- digmas explicativos del fenómeno migratorio derivan de la contrastación entre marcos conceptuales un tanto rígidos y un fenómeno de gran complejidad y constante cambio. De ahí que dos de los autores de este bloque demanden –de manera explícita– nuevos análisis y herramientas teóricas específicas para entender la complejidad de las migracio- nes sin caer en reduccionismos explicativos a partir de conceptos como clase, género o etnia. La visión crítica de ambos autores es el resultado de años de trabajo etnográfico en poblaciones indígenas que ponen en evidencia experiencias de cambio que trascienden las explicaciones convencionales. Lo que se vuelve –al decir de Ariza y Portes– una suerte de reivindicación de esta herramienta metodológica para el estudio de la migración.

Los autores del tercer capítulo del apartado número tres asumen la crítica a la rigidez de los marcos analíticos de una manera diferente. Lejos de dedicarse a la contrastación de enfoques teórico-metodológicos, o a la revisión de diferentes marcos conceptuales, optan por un enfoque totalmente práctico al dejar que sean los migrantes quienes acla- ren su noción de identidad. A través de cámaras fotográficas entregadas a migrantes de primera y segunda generación, dejan que sean ellos los que proporcionen las imágenes que mejor reflejen la identidad latina y la estadounidense. Los resultados de esta visión no filtrada de las identidades muestra interesantes contrastes en sus percepciones donde lo latino tiene que ver con vínculos sociales y relaciones interpersonales, mientras que lo americano con símbolos abstractos y objetos materiales.

244 La cuarta parte del libro consta de cinco capítulos. Con ello queremos decir que este conjunto de textos incluye cinco estudios que no necesariamente representan un aparta- do integrado. Una parte de ellos está dedicada al análisis del fenómeno migratorio desde una perspectiva de género, mientras que el resto se enfoca en la visión del mismo fenó- meno pero desde una perspectiva generacional. La razón por la que los coordinadores decidieron asignarlos a un mismo apartado es algo que no queda claro en su texto intro- ductorio. Sin embargo, esto no impide reconocer la importancia de haber incluido estos dos temas.

Desde nuestro particular punto de vista, destaca el esfuerzo intelectual de las autoras de los primeros dos capítulos del cuarto apartado, quienes dan una visión panorámica de la trayectoria que ha seguido la investigación sobre género y migración en Estados Unidos y en México. El asunto no es menor ya que la pormenorizada revisión que realizan las autoras sustenta la necesidad y define la ruta de futuros programas de investigación en materia de género.

La autora del tercer capítulo del cuarto apartado, también incorpora la noción de gé- nero. Pero, a diferencia de las autoras arriba mencionadas, se centra en el caso de una co- munidad y enfoca su estudio hacia las redefiniciones en el orden social de género suscita- das por la vivencia transnacional. Con ello logra poner en evidencia la paradoja presente en la feminización –en este caso– del sistema de cargos, donde la presencia cada vez más numerosa de mujeres no se traduce en un nuevo orden de género.

Los dos restantes capítulos del apartado miran a la migración de otra manera. Una de estas miradas diferentes corresponde a los niños y las niñas, quienes ponen en evidencia que la migración no debe ser vista únicamente como una opción económica, en tanto responde asimismo a cuestiones de identidad y de pertenencia a una colectividad. La otra mirada es la de inmigrantes de segunda generación, entrevistados al comienzo de la adolescencia y al alcanzar la edad adulta (alrededor de los 25 años) presentan modos de adaptación social diversos. Lo que muestra –una vez más– lo absurdo de las genera- lizaciones que afirman que todos los grupos –tarde o temprano– se asimilan. Los datos muestran que los hijos de los inmigrantes siguen caminos divergentes cuando se acoplan a la sociedad.

Los capítulos que integran los cuatro apartados antes descritos se sustentan –en la mayor parte de los casos– en importantes hallazgos empíricos derivados de diversas in- vestigaciones –algunas realizadas a lo largo de varios años– en las que la transformación de las y los actores sociales es el denominador común. Cambian los motivos y los destinos de la migración, cambian las visiones y comportamientos de los que se van y de los que se quedan, cambia la manera en que los ve el Estado, cambian los roles de hombres y mujeres. Pero las transformaciones son desiguales, heterogéneas y –no pocas veces– con- travienen lo esperado por los marcos analíticos dominantes. La migración cambia a sus actores y nosotros estamos siendo obligados a cambiar nuestra manera de estudiarla. Lo que permite observar el otro gran aporte del libro que se reseña.

245 La segunda contribución de los y las autoras –reconocida desde el párrafo inicial de este documento– toma en cuenta dos modalidades de un mismo esfuerzo. Me refiero al fortalecimiento metodológico del análisis de la migración. Una de ellas, corresponde al esfuerzo por abordar un fenómeno muy complejo desde andamios teóricos construidos mediante el aporte de diversas disciplinas, entre las que destacan la sociología, la eco- nomía, y la antropología. Son varios los textos que se realizan empleando categorías y explicaciones provenientes de distintos campos del conocimiento a fin de explicar una situación circular más que unidireccional o bidireccional. Los autores no se limitan a ver la relación causa-efecto de un hecho económico en un contexto social y cultural. Compren- den que se migra por razones económicas, pero también sociales (efecto que se vuel- ve causa). Observan la complejidad del hecho social y económico, y sus repercusiones sociales y económicas en los planos individual, familiar o comunitario. Las explicaciones –como afirman los coordinadores– trascienden las rigideces disciplinarias y con ello en- riquecen el análisis.

La otra cara del mismo esfuerzo epistémico se concreta, fundamentalmente, en los textos de Ariza, Portes y Pozas, donde se plantean abiertamente las limitaciones –o como ellos mismos los denominan– los desafíos teóricos y metodológicos. Para ello no sólo hacen una revisión de los autores que tratan de “ampliar su mirada analítica” buscando herramientas de otros campos disciplinarios, sino también, de aquéllos que ubicados en el mismo campo del saber asumen distintas visiones. De esta manera, se dan a la tarea de reorganizar el conjunto de hipótesis existentes y construir un marco teórico capaz de articular los hallazgos empíricos ajenos y propios. La tarea no está acabada –ellos lo reconocen– pero su contribución permite avances en la comprensión del fenómeno mi- gratorio que enriquecen a quienes se dedican a estudiarlo. ¡Pero, no sólo a ellos! La mejor comprensión de los procesos sociales vinculados a la migración representa un valioso aporte también para quienes diseñan e instrumentan las políticas referidas a la migración y/o a los migrantes.

Por otra parte, los esfuerzos por enriquecer los planteamientos teórico-metodológicos no privan al lector de una lectura fluida a lo largo del libro. El cual, por cierto, representa un amplio compendio (de más de 700 páginas) de las visiones de investigadores del Norte (Estados Unidos) y del Sur (México), que pueden ser revisadas en orden distinto al esta- blecido, sin demérito del resultado final.

Para terminar, una ligera crítica al desequilibrio entre las partes ya que los capítulos que integran algunos de los apartados no tributan con la misma solidez al eje temático. A lo que agregaría –desde una visión muy particular– ¿Y, la tercera edad?

246 “Ilusiones, sacrificios y resultados. El escenario real de las remesas de emigrantes a Estados Unidos”, en Blanca Suárez y Emma Zapata Martelo (Coords.) (2004). Milagros y mucho más realizan las mujeres indígenas y campesinas. 2 volúmenes. Hermes Impresores, México

Mercedes B. Arce Rodríguez

“Aquí y allá, inseguridad y desafío: doble cara de la migración; Experiencias en espiral. Remesas sociales y servicios de salud”; “Tejiendo y bordando realildades. Las mujeres indígenas migrantes de Cuetzalán”; “Migración internacional y remeses en espacios ur- banos: su impacto en familias de la zona metropolitana de Guadalajara”; “Economía Lo- cal, remeses y grupos domésticos. El caso de dos localidades de Zacatecas con diferente patrón migratorio”; “Eslabones entre el migrante y su pueblo: Las mujeres en la nueva institucionalidad comunitaria indígena de la Mixteca oaxaqueña”; “El proceso migrato- rio en Los Tuxtlas: remesasy reacomodos en los grupos domésticos de dos comunidades campesinas del municipio de Catemaco”; “Decisiones sobre canales de envío de grupos domésticos Zacatecanos que reciben remesas desde Chicago”; “Migración, trabajo, y or- ganización intrafamiliar. El papel de las mujeres y niños (as)indígenas en una región in- termedia de migración: El Valle de San Quintín, B.C.”; La industria del mueble en Aconchi, Sonora. Redes sociales, migración y división genérica del trabajo en la empresa familiar”; Remesas y arreglos domésticos: uso de las remesas en hogares de mujeres tabasqueñas”; “Análisis comparativo de Grupos domésticos rurales en relación con las remesas y niveles de bienestar en Tenampulco, Puebla”; Las mujeres zapotecas del istmo: la migración a tra- vés de un mito”; Migración remesas en las relaciones de género de los grupos domésticos periurbanos de la ciudad de Puebla”; “Migración y género en una comunidad Mixteca y De La Merced a Filadelfia”, son los 16 capítulos del libro Ilusiones, sacrificios y resultado, que el Grupo de Investigación Mujer, trabajo y pobreza(GIMTRAP), junto con el Programa de Estudios Microeconómicos y Sociales Aplicados (PEMSA) publicó en febrero del año 2007, con la colaboración financiera de la Fundación Ford y la Fundación Rockfeller.

El GIMTRAP considerando la realidad de que aún el flujo migratorio masculino sigue predominando, pero tomando en cuenta que en los últimos 10 años se ha duplicado la migración femenina en busca de trabajo; y el hecho de que las cifras oficiales de CONAPO aseguran la existencia de un número de 25 mil mujeres mexicanas cruzando la frontera

247 en búsqueda de nuevas oportunidades; decidió dedicar la última publicación de la serie de PEMSA a estudiar la importancia de las remesas y su impacto en el bienestar de las mujeres y sus familias, tanto en los medios rural e indígena como urbano; así como en el desarrollo local y la reducción de la pobreza.

En el año 2004 la organización convocó a investigadoras a presentar sus propuestas de investigación. Se recibieron 62 propuestas de 19 estados, y finalmente fueron selecciona- dos 18 proyectos de 9 estados. Los resultados de 15 de estos proyectos de investigación fueron finalmente obtenidos, y luego de una revisión cuidadosa, publicados en el libro que referenciamos.

Los y las lectoras podrán disfrutar de una compilación escrita con lenguaje diferente y diversidad de realidades, pero todas marcadas por lo que el título de este libro resume de manera muy clara: las ilusiones de obtener recursos para el mejoramiento de los niveles de bienestar de las familias, y la realidad de los sacrificios que implican las remesas; así como su limitado impacto a nivel social, pero su importancia como factor económico y de mejoría dentro de las economías rurales, indígenas y urbanas en condiciones de pobreza. Encontramos, en los estudios presentado, la relación entre los factores económicos, po- líticos, sociales y culturales entre la población migrante de ambos lados; y de una forma clara, rica, y fluida nos documenta experiencias de organización de los grupos domésticos en condiciones de pobreza, y los esfuerzos para mejorar dichas condiciones de las fami- lias en estos ámbitos.

Resulta interesante en este libro encontrar una mirada binacional al tema migratorio, lo cual permite penetrar en las redes sociales que se van construyendo entre ambos paí- ses, y cómo a través del enfoque de género se visibiliza la responsabilidad, cargas de las mujeres y su papel en la transformación de las relaciones de género en las comunidades tanto rurales como urbanas. Esta mirada da la posibilidad de entender los temas contra- dictorios y los conflictos en el proceso migratorio; todo ello es posible al ser un libro que da protagonismo al estudio de caso, las experiencias prácticas, de modo que se conoce no sólo la participación de las mujeres en todo el proceso migratorio, sino el impacto sobre los hombres y sobre los grupos domésticos en general, con sus consecuencias so- ciales para las comunidades estudiadas.

Cada capítulo nos adentra en realidades particulares y experiencias diversas, cuyo hilo conductor es precisamente las remesas y el impacto sobre los grupos sociales estudiados; pero cada una de ellas también nos permite arribar a conclusiones interesantes sobre las diferencias de las experiencias en cada estado investigado. Blanca Suárez, Emma Zapata y Corinne Valdivia, mediante la utilización de la investigación cualitativa, particularmente utilizando la herramienta de la entrevista a profundidad, nos ofrecen conclusiones a par- tir de las 15 mujeres del pequeño poblado de Missouri, Estados Unidos: empacadoras y procesadoras de productos cárnicos entrevistadas, y las 15 mujeres del ámbito rural de Michoacán, con cierto grado de parentesco con las primeras. Incluyen la percepción mas- culina al exponer también su óptica sobre las formas de solución de los problemas como

248 migrantes y hablar sobre sus experiencias sentimentales respecto a las migrantes muje- res, madres que se dejan atrás en este proceso migratorio y las largas esperas a los ausen- tes. Luego de la abundante información sobre el contexto de la migración en la era actual de la globalización y las políticas neoliberales; dedicándole un espacio al TLC, las autoras nos introducen en las visiones de los y las migrantes acerca de su inserción en el proceso migratorio, combinando con maestría las diversas teorías existentes en este campo con las exposiciones de las entrevistadas. Igualmente se analizan particularmente las carac- terísticas de la presencia de las mujeres en el proceso migratorio, los nuevos paradigmas de las familias como consecuencia de la migración, particularmente el rompimiento con el concepto de familia tradicional, el valor de la educación de los hijos y su impacto en el acto de emigrar, los nuevos roles de las mujeres en el espacio local y transnacional, el importante papel de las redes sociales, los peligros a los que se enfrentan los migrantes ilegales con los coyotes y, finalmente, las expectativas del retorno. El capítulo concluye con una interesante y novedosa reflexión acerca de la transformación del proceso migra- torio social, haciendo hincapié en el crecimiento del flujo de mujeres y la ampliación de las redes sociales de ambos lados.

Revelador es el capítulo de Hiroko Asakura, Doctora en Antropología, al discutir el impacto de las nuevas tecnologías, principalmente en materia de comunicaciones, y las facilidades para el traslado de un lado a otro, convirtiendo la frontera histórica con los EE.UU, en porosa y difusa, para ir conformando hogares transnacionales. Partiendo de las experiencias de las mujeres mixtecas de Santa Cecilia Oaxaca, realiza un amplio y com- plejo análisis del tema de la salud y las remesas. El artículo escrito con lenguaje sencillo y a la vez con rigor científico, expone en su primera parte el estado del arte de la migración transnacional, ubicando a las mujeres en el centro de análisis de dicha migración y analiza profundamente el contexto de Santa Cecilia en Oaxaca. En la segunda parte del capítulo con información abundante toca el tema de las remesas, adentrándose en los ingresos y gastos cotidianos de quienes las envían. Finalmente, con una intensidad increíble nos pone en contacto con la vida de las mujeres mixtecas de Santa Cecilia y la influencia de las remesas en la salud de las habitantes mujeres de esta localidad. Los hallazgos princi- pales muestran que las remesas que implican largas jornadas de trabajo para quienes las envían, apenas son suficientes para cubrir los gastos básicos que se generan en esta comunidad. Afirma la autora que se requiere una organización puntual y rigurosa para cubrir las necesidades más elementales y para pagar las deudas contraídas. Por ello las remesas continúan siendo un sueño más o menos lejano, según las condiciones de cada familia, y a la vez un proyecto realizable. En medio de este conflictivo escenario, las muje- res comienzan a ganar terreno en la toma de decisiones sobre el uso de los servicios de salud, tanto para ellas como para sus familias, observándose el impacto de las remesas sociales, posibilitadoras de conocimientos y acciones que a largo plazo pueden implicar un nuevo horizonte.

Sara Raquel Baltazar Rangel, mediante una introducción teórica muy rica sobre el de- sarrollo y transformación de la migración; aplicando la perspectiva de género, y utilizando el método etnográfico, en el municipio de Cuetzalán del Progreso, en la Sierra Norte de

249 Puebla, recoge las implicaciones de la migración interna y la transferencia de recursos de las mujeres indígenas en la satisfacción de sus necesidades básicas, como ropa, alimento, servicio médico, educación entre otras, y su influencia en la construcción de redes sociales de mujeres indígenas en la conciencia étnica-genérica de las migrantes. Después de ofre- cernos información valiosa sobre el fenómeno estudiado, concluye que la incorporación de las mujeres indígenas al flujo migratorio, ha sido una de las alternativas de subsistencia más eficaces para los grupos domésticos. Caracteriza al flujo migratorio de esta región como de mujeres jóvenes, en edad reproductiva, con un nivel de escolaridad promedio, bilingües y no artesanas, participativas por su inclusión en organizaciones sociales, que no sólo buscan mejoras económicas con la migración, sino aumentar sus niveles de es- colaridad para una mayor inserción en el mercado laboral con más expectativas que las tradicionales de los migrantes. Interesante es el análisis de cómo la migración tiene un im- pacto en la consolidación de valores y prácticas culturales, entre ellas el cambio de status dentro de la familia, logrando un empoderamiento visible, al convertirse en jefas de ésta. Finalmente, la autora expone los hallazgos respecto a la construcción de redes sociales entre mujeres migrantes y diversas organizaciones, para establecer una colaboración so- lidaria durante la ausencia por migración; así como el desarrollo de proyectos sociales, económicos y culturales para abrir espacios públicos, tradicionalmente reservados para los hombres y negados a la mujer indígena. Se concluye que “el vínculo y la relación en- tre las mujeres indígenas cuetzaltecas ha propiciado una reconstrucción de la identidad femenina y étnica”.

El cuarto estudio de Alma Leticia Flores Ávila, se centra en el área urbana de la Ciu- dad de Guadalajara para identificar cuál es el papel de las remesas en las familias de este ámbito. Los hallazgos demuestran las diferencias de análisis y realidades de los procesos migratorios anteriores a los años 80 y los actuales flujos. Resalta la autora sus resultados sobre las transformaciones por la presencia de mujeres en la migración hacia Estados Unidos, entre los que destacan la apertura laboral, con su consecuente intensificación del trabajo femenino, las nuevas relaciones en el marco de los grupos domésticos y una subjetividad donde los aspectos emocionales, de salud y representación social resultan diferentes. Es muy interesante en este capítulo todo el debate respecto a las visiones con- tradictorias acerca del impacto de las remesas, no sólo por parte de adultos, sino de los niños de la localidad. El rol preponderante de las mujeres en la familia y el impacto en las relaciones de género tradicionales. Asimismo, indaga en la oportunidad que representa la emigración internacional para establecer nuevas políticas públicas para lograr la equidad de género en la sociedad.

Analizar la migración internacional y las remesas a partir de la unidad doméstica, como instancia mediadora entre estructuras micro y macro estructurales, desde la perspectiva de género para reflexionar sobre las decisiones individuales y colectivas en diferentes cir- cunstancias del proceso migratorio, es el objetivo del estudio realizado por Mireya Torres Ramírez. Combinando la técnica cuantitativa y de entrevistas semiestructuradas, la auto- ra analiza el patrón migratorio de Zacatecas, particularmente las localidades de Laguna Grande y San Lucas. Posteriormente indaga sobre el impacto de las remesas en los hoga-

250 res de esta región, exponiendo sus resultados acerca de la vivienda, la salud, los ingresos, los gastos y los niveles de pobreza entre esta población. Las conclusiones exponen las diferencias encontradas en cada localidad estudiada y las contradicciones de las visiones de mujeres y hombres acerca de las percepciones sobre el impacto de la emigración en esta región. María Cristina Velásquez aborda los eslabones entre el migrante y su pueblo, tomando como eje la nueva institucionalidad de las mujeres mixtecas. Interesante perspectiva la de analizar las diferencias de género y la diversidad cultural en una misma investigación. El impacto de la migración en cuatro aspectos de la conyugalidad llevan a la autora a con- clusiones acerca de los estudios aún incompletos sobre el tema. Los modelos de inserción en las estructuras institucionales comunitarias según conyugalidad y migración nos per- miten análisis posteriores acerca de este aspecto original en los estudios migratorios.

Los Tuxtlas región de reciente migración hacia los Estados Unidos es la ubicación del estudio de Tonalli Hernández Sarabia. Información sobre la formación de las localidades donde hoy se genera la migración para comprender la perspectiva regional de este fe- nómeno, permite entender el tránsito hacia las formas del proceso migratorio en su fase emergente. Esta investigación es un caso en el que las remesas se han materializado en el mercado de tierras, dinamizándolo; así como en la construcción de viviendas, la adqui- sición de ganado, el subsidio al consumo de productos alimenticios y la compra de otros insumos domésticos. A la vez salen a la luz las percepciones latentes, consecuencias del sistema de las relaciones de género presentes en las localidades estudiadas.

Las decisiones sobre los canales de envío de grupos domésticos zacatecanos que reci- ben remesas desde Chicago, es una interesante investigación de Katherine Deloris Kohls- tedt Lang. A través de estudios de caso desde el enfoque de género, se analiza la relación entre los procesos de toma de decisión en el uso de tecnologías financieras dentro del grupo doméstico en el envío de remesas de Illinois, Chicago a Zacatecas en México. Debe resaltarse la introducción del tema de la negociación respecto al canal de envío de reme- sas como una forma de los grupos domésticos para cambiar las formas de interacción entre ellos. Se demuestran los efectos de las tecnologías financieras en los roles de los miembros dentro de los grupos domésticos.

Migración, trabajo, organización intrafamiliar y el papel de las mujeres y niños(as) in- dígenas en una región intermedia de migración, es el tema que abordan Susana Vargas Evaristo y Abbdel Camargo Martínez. Sus conclusiones generan nuevas preguntas sobre el tema, a partir de la diversidad encontrada en cuanto a escenarios familiares y culturales en la región del Valle de San Quintín. La diversidad del posicionamiento de cada mujer dentro de su núcleo familiar les permite una participación a nivel público, generando redes de apoyo y solidaridad, primordiales para la reproducción y la vida de sus grupos domésticos. Estas conclusiones parten del análisis de los casos estudiados por ambos in- vestigadores.

251 Los siete capítulos finales del libro de María de Jesús Zupo Jiménez, Yanet Almeida, Jenny Barrios Escobedo, Esther Bibiana Penagos Reyes y Edgard Yesid Sierra Soler, H. An- gélica Gómez Calderón, Juan de Dios Ortiz Concha y Alba Rebeca Hernández Ramos, son estudios de casos de las regiones de Sonora, Tabasco, Puebla, Oaxaca, incluyendo lo trans- local, para analizar la situación de las mujeres ante el fenómeno migratorio y la recepción de remesas desde el exterior. Todos estos estudios nos permiten conocer los intercam- bios entre los grupos domésticos, la productividad a partir de nuevos roles en empresas estadounidenses, el impacto de las remesas y la ruptura de los mitos acerca del proceso migratorio y las enseñanzas que nos deja este histórico movimiento.

Aconsejamos que este libro sea usado como referencia obligatoria para los y las inves- tigadoras del tema migratorio, y forme parte de las bibliotecas, no sólo de nuestras uni- versidades y los centros de investigación nacionales, sino que se difunda ampliamente de modo que pueda servir como punto de análisis para futuros estudios y para sensibilizar a nuestra población sobre la importancia de buscar nuevas alternativas al desarrollo local, para revertir la migración de un proceso doloroso a un proceso de intercambio natural con equidad, útil para el bienestar social.

252 Abstracts in english1

From Tlaxcala to the United Status and Canada: Legal and Illegal International Mi- gration

The changes that are observed in Tlaxcala especially in its cities and small communities must be seen as a result of the geographical location of the state. Tlaxcala’s access to the most important webs of communication places it in a significant position for the trans- port not only of merchandize but also of people. The closeness of Tlaxcala to the coun- try’s largest metropolis, Mexico City, and to one of the largest states, Puebla, is another important factor that has affected changes in the state. This paper looks at the State of Tlaxcala as a vibrant space where historical, economic, and social characteristics merge. A brief analysis is made of the characteristics that prevail throughout the distinct peri- ods of development of the state focusing on the large pulque-producing haciendas, the agrarian distribution, land fragmentation, the stagnation of agricultural activities, and the process of industrialization. From these events we identify the migratory movement in its different modalities as well as the changes that can be observed in the organization of Tlaxcaltecan families.

Theoretical focus on adaptation, adjustment and acculturation of immigrants

This paper presents a reflection on the theoretical features of the process of adaptation, adjustment and acculturation of immigrants in light of global changes. It deals with the phenomena of the psychological transformation that occurs in immigrants once they have settled in their new residence. This article is a glimpse at the evolution of these con- cepts in order to describe and evaluate the impact they have on the mental health of immigrants from the different theoretical viewpoints.

Causes and factors that enable external migration from Tlaxcala

This paper deals with the macro and micro parts of migration, the causes and conse- quences that make it possible. In addition we look at some of the factors that come to play so that the phenomena can occur. To begin with we mention two of the theoretical

Traducción de Carol Ann Palacios Zavala.

253 positions that point out the causes as well as the factors involved in migration. In refer- ence to the causes we point out the Marxist and functionalist focus addressing both the macro and micro parts respectively. The factors that intervene in migration are consid- ered from the Ravenstein point of view carried out and revised by current authors who analyze migration from the existing factors at the point of origin as well as those at the destination. The theory that guides this paper is that of the Modernization of Germani that postulates a macro and micro analysis with the understanding of migration as a con- sequence, taking into account objective and subjective factors. Further there is a revision of national and state data (objective elements) that may incite and make migration pos- sible. The bridge that connects these data consists of factors that intervene (objective and subjective elements): environmental factors and the perception of the immigrants. In relation to the latter we present the life stories of immigrants from San Pedro Tlacuapan who migrated to Oxnard, California. The study of migration from the point of view of the causes and consequences and the elements that intervene in the process is the objective of this paper.

The emergence of the theory of webs as an epistemological process for the com- prehension of migration in the face of the new policy of homeland security in the United States

The study of webs has become an essential theme of investigators of migration both sociologists and anthropologists. One of the themes of this paper is to demonstrate how the webs increase as they facilitate strategies for crossing the border and permit insertion into the labor system of the United States. This paper also attempts to show how the webs provide the basis for the integration of the immigrants into their communities of origin as well as the ethnic communities of the U.S.A. Boyd points out that a social web refers to the connections that are established through personal relations which include family relations, and friendship in conjunction with community ties and relationships.

“It was good. He did come back” Indigenous migration from Veracruz. The case of Totonacs from the municipality of Coyutla

The purpose of this paper is to share information about the international migration of indigenous people of the Totonacs from the municipalities of Coyutla and Espinal which are located in the northern part of the state of Veracruz. In order to do this we describe the characteristics of indigenous migration to the principle points of the country and how this became an eventual route leading to the United States. We will make reference to three localities: Arenal (municipality of Espinal), Calalco and Panorama (Coyutla).The migratory process in these places is no more that eight years old but it has begun to affect the lifestyle of the indigenous population of the region especially the younger genera- tion who begin to look towards the north as a result of listening to the stories of those who have returned from Atlanta (Georgia), Florida, Michigan, South Carolina, New York, Oregon, and New Jersey.

254 The remittance of money in domestic groups of Tenampulco, Puebla

This paper deals with international migration from a municipality of the state of Puebla. Tenampulco has joined in this process in the past few years in the same way as many other localities of rural Mexico. It is increasingly frequent to encounter a population of elderly inhabitants in the company of young children in these localities because the men and women of the reproductive age have found themselves obligated to leave them in search of better employment opportunities in order to provide the basic necessities of the domestic group who remain in the communities.

Public policies and reproductive control: Mixtecan women on both sides of the bor- der

In order for women to be able to be integrated into the process of development and receive benefits it, it is necessary to guarantee their exercise of power in different vital spheres especially in reference to reproduction. As the Conference of El Cairo concluded, the development of a country cannot be achieved while its women do not have the pow- er to exercise their sexual and reproductive rights. Based on this principle, some interrog- atives arise, which this article attempts to answer for example: How are Mixtecan women exercising their reproductive rights?; Which institutions intervene in assuring those rights both in the place of origin as well as in the society that receives these women?; Can we truly say that women have acquired power in the sphere of reproduction in the context of international migration?

Mexico, a country for those in transit? Latin-Americans under neo-liberalism in tran- sit to the United States

The southern border of Mexico was, until recently, a place of potential scrutiny that had been ignored by migratory studies because the problems generated in the region were of sole interest to Mexico as the receptor of the Central American immigrants. This idea changed when it was discovered that Mexican territory was considered by those people to be simply a place they were passing through on their way to the United States. It was at that time that the situation was placed on the discussion table. The objective of the reflections in this paper is to revisit the debate along four basic lines: a) Latin-America in the globalized process of migration; b) The United States and its Latin-Americans as focal points in the question of migration; c) The U.S.-Mexican border and the new control me- chanisms; d) Mexico: between the new and old protagonists of border crossing.

255 The southern border of Mexico and its immigrant women: the Guatemalan domes- tic workers of Tapachula, Chiapas

This analysis undertakes one of the many sectors of the population that is made up of the immigrants who flow in from Guatemala to work on the southern border of Mexico: the Guatemalan women who migrate to Mexico, in particular, the case of the female domestic workers in Tapachula, Chiapas. This is a situation that in spite of being intense and histori- cally well-known has been kept in the shadows. Because these women are mainly undo- cumented immigrants no exact record exists as to the number of women who make up the domestic labor force in Tapachula, nor is there information about when the influx of these workers began to increase. The Guatemalan domestic workers in Tapachula make up the part of the population of Central-American immigrants to Mexico that is the most vulnerable because they are the most ignored group in spite of being important contri- butors to the economic welfare of their families and Guatemala. The invisible economic and social status of this population is a result of their particular characteristics: they are rural women who are minors and who for the most part are of indigenous origin.

256 Résumés en français1

De Tlaxcala aux Etats-Unis et au Canada : migration internationale illégale et auto- risée

Les changements qui se sont produits dans les communes de Tlaxcala ne peuvent cesser d’être analysés à partir de la situation géographique de l’Etat, de son accès à d’importants réseaux de communication lui offrant une position significative au niveau du transit de personnes et de marchandises, de sa proximité à la ville de Mexico et à l’Etat de Puebla. Ce travail aborde l’Etat comme l’espace où confluent des aspects historiques, économi- ques et sociaux, en analysant de manière succincte les caractéristiques des différentes périodes du développement de l’Etat de Tlaxcala : les grandes haciendas pulqueras, la reforme agraire, la fragmentation de la terre, la stagnation des activités agricoles et le processus d’industrialisation. A partir de ces analyses, ce travail tente d’identifier les flux migratoires dans leurs différentes modalités ainsi que les changements qui se sont ob- servés dans l’organisation des familles à Tlaxcala.

Approches théoriques sur l’adaptation, l’ajustement et la transculturisation des migrants

Ce travail est une réflexion sur les aspects théoriques des processus d’adaptation, d’ajustement et de transculturation, à la lumière des changements globaux qui se ré- vèlent fondamentaux dans l’étude du phénomène de la transformation psychologique des migrants, une fois insérés dans le nouveau lieu de résidence. Cet article est un re- gard sur l’évolution de ces concepts dans le but de décrire et d’évaluer l’impact de cette transformation sur la santé mentale des immigrants, à partir de différentes approches théoriques.

Causes et facteurs de la migration externe à Tlaxcala

Ce travail expose la partie macro et micro de la migration, ses causes et ses conséquences, outre quelques autres facteurs qui interviennent dans la manifestation du phénomène. Au début, deux positions théoriques semblaient prévaloir dans l’étude des causes et des facteurs de la migration. En ce qui a trait aux causes, les analyses marxiste et fonction- naliste traitent respectivement des aspects macro et micro de la question. Et, les facteurs

 Traducción de Lamarre Cadet.

257 intervenant dans le processus de la migration sont traités à partir de la vision de Ravens- tein, travaillée et révisée par des auteurs actuels, où l’on propose d’analyser la migration suivant le milieu d’origine et la destination des migrants. Le travail est donc guidé par la théorie de la Modernisation de Germanin qui postule une analyse macro et micro, sachant que la migration est une conséquence en considérant des facteurs objectifs et subjectifs. Ensuite, il y a une révision de données nationales et étatiques (éléments ob- jectifs): qui sont considérées comme des éléments déterminants de la migration. Le lien entre ces deux catégories de données est localisé dans les facteurs intervenant (éléments objectifs et subjectifs) : facteurs liés à l’environnement et à la perception du migrant. Pour ce dernier point, il y a un exposé qui est élaboré à l’aide des histoires de vie des migrants originaires de San Pedro Tlalcuapan, qui se sont adressées à Oxnard, en Californie. Ce tra- vail se propose d’étudier la migration à partir de ses causes et ses conséquences, et des éléments qui interviennent dans le processus.

L’émergence de la Théorie des Réseaux comme processus épistémologique pour comprendre la migration face à la nouvelle politique de sécurité nationale aux Etats-Unis

L’étude des réseaux devient une thématique fondamentale dans la recherche sur la migration, tant pour les sociologues que pour les anthropologues. L’intérêt principal de ce travail est d’indiquer la manière dont les réseaux acquièrent de l’importance en facili- tant des stratégies de passage à la frontière et d’insertion dans le marché du travail aux Etats-Unis. De même, il prétend montrer comment les réseaux fournissent la base à l’intégration des migrants dans leurs Communautés d’origine ainsi que dans leurs Com- munautés ethniques aux Etats-Unis. C’est en ce sens que Boyd souligne qu’un réseau social se réfère aux liens qui sont établis à travers des relations personnelles, lesquelles incluent la parenté, l’amitié et les rapports communautaires.

« Tout s’est bien passé pour lui et il est retourné ». Migration indigène à Veracruz. Le cas des totonacos de la commune de Coyutla

L’objectif de ce texte consiste à partager un premier rapprochement sur la migration in- ternationale des indigènes totonacos des communes Coyutla et Spinal, situées au nord de l’Etat de Veracruz. À cet effet, nous décrirons les caractéristiques de la migration indigène vers les principaux points du pays et la route que celle-ci a prise en direction des Etats- Unis. Nous ferons référence à trois localités, à savoir: Arenal (de la commune de Spinal), Calalco et Panorama (de Coyutla). Dans ces derniers cas, le processus migratoire n’a pas plus de huit années, mais il commence déjà à troubler les styles de vie de la population indigène de la région, surtout celui des jeunes qui ne peuvent s’empêcher de regarder vers le nord, à force d’écouter les histoires de ceux-là qui sont retournées d’Atlanta (Géor- gie), de la Floride, du Michigan, de la Caroline du Sud, de l’Etat de New York, d’Oregon et du New Jersey.

258 Transfert de devises chez des groupes domestiques de Tenampulco, Puebla

Cet article aborde la migration internationale dans une commune: Tenampulco de l’Etat de Puebla, laquelle a été intégrée à ce processus durant les dernières années. A Tenam- pulco comme dans beaucoup d’autres localités du Mexique rural, il est de plus en plus fréquent de trouver seulement la population du troisième âge et celle des enfants, puis- que les hommes et les femmes en âge productive sont obligés de partir en quête de meilleures opportunités d’emploi et de revenu en vue de satisfaire les besoins de base de leurs proches qui sont encore dans les communautés.

Politiques publiques et contrôle de la reproduction : Femmes mixtèques dans les deux côtés de la frontière

Pour que les femmes puissent s’intégrer dans le processus de développement et accé- der aux bénéfices générés, il est nécessaire de garantir leur exercice de pouvoir dans les différents domaines vitaux de manière importante dans la reproduction. Comme il a été affirmé dans la Conférence du Caire, le développement ne s’obtiendra sans que les femmes puissent exercer leurs droits sexuels et reproducteurs. De-là surgissent quelques questions auxquelles cet article tente de répondre; à savoir : Comment les femmes Mix- tèques exercent-elles leurs droits de reproduction? Quelles sont les institutions qui in- terviennent tant dans le lieu d’origine que dans la société d’accueil ? Pouvons-nous dire que les femmes ont acquis le pouvoir de reproduction dans le contexte de la migration transnationale?

Le Mexique : un pays de transit ? Des Latino-Américains sous le joug du néo-libéralisme des Etats-Unis

La frontière sud du Mexique a été, jusqu’à récemment, un espace marginalisé dans les études sur la migration en raison du fait que les problèmes qui y sont produits inté- ressaient uniquement le Mexique comme pays d’accueil des migrants de l’Amérique centrale. Maintenant le scenario a changé dans la mesure où le Mexique s’est transformé en territoire de transit en direction aux Etats-Unis. C’est à ce moment que le sujet a été introduit dans l’agenda de discussion. Le but de ces réflexions est de récupérer le débat dans quatre lignes de base, à savoir : a) l’Amérique latine dans la globalisation des proces- sus de migration ; b) les Etats-Unis et les latino- américains comme centre de la question de la migration; c) les nouveaux mécanismes de contrôle de la frontière Etats-Unis-Mexi- que et; d) le Mexique : entre les nouveaux et anciens auteurs des activités de traversée des frontières.

La frontière sud du Mexique et ses femmes migrantes: les travailleuses domestiques guatémaltèques á Tapachula, Chiapas

Cette analyse s’intéresse à l’un des secteurs de la population composant le flux de mi- grants qui viennent travailler à la frontière sud du Mexique en provenance du Guatemala:

259 la migration de femmes guatémaltèques au Mexique. Concrètement, le cas des travailleu- ses domestiques guatémaltèques à Tapachula, Chiapas, étant un flux qui, tout en étant historique et intense, est maintenu dans l’ombre. S’agissant d’un flux dans sa majorité de « sans papiers », il est difficile de chiffrer avec exactitude les femmes constituant la force de travail domestique à Tapachula, ni d’indiquer depuis combien de temps ce flux a commencé à s’accroitre. Etant ignoré, les travailleuses guatémaltèques domestiques à Tapachula forment le secteur de la population migrante d’Amérique centrale au Mexique la plus vulnérable, malgré leurs importantes contributions économiques à leurs fami- lles et au Guatemala lui-même. L’invisibilité économique et sociale de cette population s’explique par ses caractéristiques relatives aux origines sociales, à savoir : des femmes rurales, des mineurs et, dans la majorité des cas, des indigènes.

260 Aceptación de manuscritos a Regiones y Desarrollo Sustentable

La revista Regiones y Desarrollo Sustentable es una publicación semestral de El Colegio de Tlaxcala, A.C. Es un foro de académicos e investigadores de las ciencias regionales o afines donde pueden presentar tanto los resultados de sus estudios, como contribuciones al avance del conocimiento en las áreas de su especialización.

Los trabajos a publicarse en esta revista serán seleccionados mediante un proceso de arbitraje ciego por tres árbitros, y la publicación se determinará cuando por lo menos dos de los tres ofrezcan dictámenes positivos y se hayan incorporado las sugerencias.

La revista consta de tres secciones:

1) Sección de artículos; 2) Sección de documentos; 3) Sección de reseñas.

Serán bienvenidos los artículos basados en investigaciones, ya sea con orientación hacia la construcción teórica de modelos, o hacia su constrastación empírica. Se acepta- rán también artículos que divulguen los conocimientos que otros investigadores hayan aportado en el pasado.

Por otro lado, serán bienvenidos los documentos (informes, notas críticas, comenta- rios, comunicaciones) sobre materiales o eventos importantes para el avance de las cien- cias regionales, de sus aplicaciones y del desarrollo sustentable.

Los textos de los trabajos deberán ajustarse a los siguientes lineamientos:

Temas

Todos los relacionados con el desarrollo sustentable en general, y con el desarrollo regio- nal, en particular.

Características de las contribuciones:

Las contribuciones serán escritas a doble espacio, en tipo Arial, 12 puntos y deberán tener la siguiente extensión:

261 Artículos: Un máximo de 20 cuartillas en total (incluidos cuadros, figuras y bibliogra- fía). Documentos: Un máximo de 20 cuartillas. Reseñas: Un máximo de 10 cuartillas.

Citas y notas: las referencias deberán citarse en el texto, incluyendo el primer apelli- do del autor, el año de publicación, y los números de páginas cuando fuera el caso. Por ejemplo: (Urquidi, 1996), (Bassols, 1971: 52). Todos los trabajos citados en el texto deberán incluirse al final del artículo, en una lista, ordenados alfabéticamente de acuerdo al primer apellido del autor, de manera que puedan identificarse rápidamente con las referencias del texto. Por ejemplo:

Bassols Batalla, Ángel (1971). "Nuevos enfoques sobre el desarrollo regional" en, Proble- mas de Desarrollo, 35 (8): 8-46.

Urquidi, Víctor L.(1996, coord.). México en la globalización. Condiciones y requisitos de desa- rrollo sustentable y equitativo. Informe de la sección mexicana del club de Roma. Fondo de Cultura Económica, México, D.F.

Las notas explicativas deberán incluirse en una lista por separado al final del artículo, de acuerdo con el orden en que hayan sido incluidas en el texto. Dichas notas deberán ser incluidas para ampliar o explicar lo presentado en el texto y no para hacer solamente una referencia bibliográfica.

Ilustraciones, cuadros, mapas y ecuaciones deberán estar debidamente coordinadas con el texto, numerados secuencialmente y deberán ser perfectamente legibles y repro- ducibles. Las ecuaciones deberán ser numeradas progresivamente en el margen derecho, y deberán tener las explicaciones pertinentes cuando incluyan caracteres particulares. Las ilustraciones y los mapas deberan tener calidad fotográfica. Las gráficas preparadas en computadora deberán llenar esos requisitos.

Los autores deberán enviar el trabajo, de preferencia, capturado en un disco compac- to, elaborado con el procesador de textos Word, para Windows (o Excel para gráficos y cuadros), y mecanografiado con dos copias, a doble espacio, sin exceder 40 páginas, in- cluidas las referencias, las notas, los cuadros y las ilustraciones.

El manuscrito deberá acompañarse de un breve resumen biográfico del autor (de 15 líneas), y de un resumen del trabajo en español y en inglés de alrededor de 150 palabras (10-15 líneas).

Los manuscritos podrán enviarse a la Coordinación Editorial de la revista, en las insta- laciones de El Colegio de Tlaxcala, A.C., en Melchor Ocampo No. 26, San Pablo Apetatitlán, Tlaxcala, C.P. 90600, o por correo electrónico a: [email protected] o publicaciones@ coltlax.edu.mx.

262 Edición a cargo de:

Guillermo Aragón Loranca Elodie Aragón Gohory-Villain Juan Zacamolpa Pilotzi Julia Isabel Eissa Osorio

Se terminó de imprimir en diciembre de 2008 el tiraje de 1000 ejemplares en Conciencia Gráfica S.A. de C.V. Garrido 76. Col. Aragón la Villa, México D.F. C.P. 07000. Tel/Fax: 01 55 5781 0903. Impreso en papel Bond, de 90 kg. Se emplearon tipos Myriad 8, 9, 10 y 12.